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filosofía?
Contenido
Pág.
Presentación 3
CONCLUSIONES 40
Bibliografía 43
Jaime Alberto Ángel Álvarez 3
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
Presentación
Al decir de Pasquino, la ciencia política, llamada por él “la reina de las ciencias
sociales”2, será la encargada de estudiar los fenómenos políticos y por tanto tendrá
un papel fundamental en un mundo globalizado, es la llamada a interpretar y
analizar lo que ocurre en el mundo globalizado actual, las instituciones, los
comportamientos, las consecuencias de la globalización, y no solo para
comprender ese mundo globalizado, sino para cambiarlo. La política puede
dominar lo que ocurre a nivel planetario.
Este es un debate presente en mi tesis doctoral “IMPLICACIONES ÉTICAS Y MORALES EN EL
EJERCICIO DEL PODER DEL ESTADO. Un estudio en perspectiva normativa”, presentada en el
Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia - Facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones Internacionales, tesis aprobada con mención de sobresaliente CUM LAUDE,
en Bogotá el 26 de septiembre de 2017, en el capítulo 1 y a propósito de la DISCUSIÓN
METODOLÓGICA que allí se dio para realizar este análisis axiológico.
1
ARON, Raymond. Estudios políticos. México: Fondo de cultura económica, 1997. P. 145-166.
(Primera edición en francés en 1972, Études politiques).
2
PASQUINO, Gianfranco. Entrevista realizada para el III Encuentro Internacional de Ciencia Política
“Construyendo una disciplina desde la región”, Popayán: Universidad del Cauca, mayo de 2019.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 4
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
La ciencia política es una de las disciplinas más jóvenes de las llamadas ciencias
sociales. Su reconocimiento como ciencia se remonta a mediados del siglo XX:
“La ciencia política, según entendemos actualmente el término, nació en Europa Occidental a
principios de la década de 1950. Se podría decir que «renació», pero eso no sería del todo
preciso, porque en el siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial, dicha etiqueta señaló una
disciplina cautiva dominada, en gran medida, por los enfoques jurídicos o históricos (como en
el caso, por ejemplo, de Gaetano Mosca). De este modo, la ciencia política tuvo un nuevo
comienzo y se convirtió en un campo de investigación por derecho propio hace más o menos
medio siglo”3.
Hacia los años veinte, después de la primera guerra mundial, los politólogos de
Estados Unidos se centraron en el estudio de las constituciones y las leyes. A raíz
de esto, surge el hiperfactualismo, que subraya la trascendencia de los hechos
sobre las normas. Bajo la necesidad de impregnarse de realidad, se desprecian las
teorías en favor de la descripción de esa llamada realidad. Los estudios se centran
en los fenómenos, por ejemplo, de corrupción o clientelismo, pero sin producir
teorías generalizadas acerca de estas y otras problemáticas. El hiperfactualismo
encuentra sus mayores críticas en los años cincuenta, en cabeza de politólogos
como Easton4 y Dhal5, para quienes el papel de la ciencia política es la de
interpretar los hechos a partir de los hechos. Claramente se ve la influencia de las
teorías de la psicología, de manera especial por las corrientes conductistas o el
enfoque comportamental. Estos autores hacen énfasis en las teorías empíricas
3
SARTORI, Giovanni. ¿Hacia dónde va la ciencia política? Revista Española de Ciencia Política.
Núm. 12, abril 2005, pp. 9-13, (Traducción del inglés de Susana Moreno Parada), p. 10-11.
4
EASTON, David. Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu ediciones, 1969.
5
DAHL, Robert. Análisis político moderno. Barcelona: editorial Fontanella, 1976.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 6
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
6
PASQUINO, Gianfranco. Naturaleza y evolución de la disciplina. Manual de ciencia política. Alianza
Universidad. Madrid: 1994, Textos, núm. 125.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 7
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
Frente a los Estados Unidos, en Europa habían surgido intereses por determinar las
características de lo político, mucho más desde una perspectiva teórica y filosófica.
Sin embargo, este esfuerzo se hace preferiblemente de manera individual, por lo
que habrá que esperar para que se consoliden algunas de las más importantes
escuelas de ciencia política. Así, habían surgido antes algunos intelectuales como
Max Weber8, orientados a comprender el fenómeno político desde una perspectiva
de la fenomenología del poder, proponiendo la idea de que en toda sociedad existe
un grupo minoritario que tiende a perpetuarse en el poder. Con base en un análisis
cuidadoso de la historia, elaboran toda una teoría sobre la perpetuidad del poder.
Michells9, estudiando los partidos políticos y los sindicatos, concluye que surgen
personas carismáticas que terminan controlando estas instituciones en forma
personal y autoritaria, lo que Michells llamó “la ley de hierro de la oligarquía”,
según la cual las personas que lideran la política tienden a perpetuarse y usar las
instituciones de manera personal y para su propio beneficio. Él centra la atención
en las organizaciones partidistas y sindicalistas de tendencia socialista. Con sus
estudios concluye que el fenómeno oligárquico no es exclusivo de los países
capitalistas y se da también en el socialismo. Estas tesis relativizan terriblemente
toda postura ética democrática. Todos estos estudios y escuelas, en perspectiva
realista de la teoría política y de las relaciones internacionales, trabajan
indudablemente el tema del poder como eje central de la discusión, pues según
ellos es imposible desligarse de este análisis para entender la importancia de los
estudios políticos. En este contexto es importante poner algunas teorías
relevantes, que continúan estando en pleno debate como las de Foucault:
7
Ibid.
8
WEBER, Max. El político y el científico. Madrid: Alianza editorial, 2001.
9
MICHELLS, Robert. Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de
la democracia moderna. Buenos Aires: Amorrortu, 1969. (Primera edición en alemán en 1911).
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
“Para Foucault el poder no puede ser localizado en una institución o en el Estado; por lo
tanto, la "toma de poder" planteada por el marxismo no sería posible. El poder no es
considerado como un objeto que el individuo cede al soberano (concepción contractual
jurídico-política), sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una
sociedad en un momento determinado. Por lo tanto, el poder, al ser resultado de relaciones
de poder, está en todas partes. El sujeto está atravesado por relaciones de poder, no puede
ser considerado independientemente de ellas. El poder, para Foucault, no sólo reprime, sino
que también produce: produce efectos de verdad, produce saber, en el sentido de
conocimiento”10.
Esta visión del poder es absolutamente diferente a la del Marxismo, que lo localiza
en el Estado, en una institución, lo considera como un mecanismo de coerción y de
fuerza y en todo caso la visión de la ciencia política en el mundo académico
francés ha estado siempre acompasada de una visión sociológica no solamente del
poder, sino también del Estado, el gobierno y las instituciones. Por ello:
“Preguntarse por los métodos de investigación franceses requiere irse a la sociología clásica,
pasando por el análisis del discurso, la etnografía y los métodos cuantitativos utilizados
desde la post segunda guerra mundial en el análisis político. En el último decenio, los
avances han sido pocos en términos de nueva bibliografía de metodología de la investigación
en este país, puesto que la bibliografía para estudiar los fenómenos políticos sigue siendo la
de la sociología. En efecto, la investigación se basa en la metodología de la sociología: tanto
la socio-historia como la sociología de lo político, son metodologías para el estudio de los
fenómenos políticos y, dentro de las metodologías, el estudio de la opinión pública es
ampliamente utilizado”11.
10
IBARRA, Jorge Ignacio. Foucault y el poder. Diatriba al Derecho, la Razón de Estado y los
aparatos Disciplinarios. Valparaiso: 2008. Prólogo.
En: http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1218
11
BAQUERO, Sergio Ángel y BARRERO ESCOBAR, Fredy Andrés. La ciencia política y sus métodos:
Una comparación de los programas de ciencias sociales en Colombia. Co-herencia, vol. 10, núm.
19, julio-diciembre, 2013, pp. 207-234. Universidad EAFIT. Medellín, Colombia, p. 217-218.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
12
Ibid., p. 211.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 10
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
2. TRANSDISCIPLINARIEDAD Y MULTIDISCIPLINARIEDAD: LA
IMPUREZA DE LOS ESTUDIOS POLÍTICOS
Los aportes de las ciencias sociales a los estudios políticos han sido definitivos para
su avance y para el reconocimiento de la disciplina. Estos aportes han venido
principalmente de la historia, la economía, la psicología, la antropología, la
sociología, el derecho y la filosofía. Esta impureza 13, por así decir, es lo que hace
tan fascinante la investigación politológica, pues le amplía los horizontes de
discusión, pone en consideración múltiples factores de diferente naturaleza y
obliga a los politólogos a establecer complejas pero fascinantes correlaciones,
como lo sugiere Muñoz Petraca al decir que:
“La Ciencia Política hoy día sigue caracterizándose por la diversidad de las temáticas
abordadas por politólogos que encuentran en los razonamientos de filósofos, sociólogos,
juristas, historiadores, psicólogos, internacionalistas, administradores públicos y economistas,
una fuente útil para nutrir sus investigaciones. El especialista en Ciencia Política tiene la
posibilidad de contrastar en esos estudios los resultados de sus propias investigaciones, las
cuales realiza guiadas por interrogantes propias, distintas a las que se plantean los otros
especialistas. La posibilidad de que un problema se aborde a partir de diversos enfoques
disciplinarios siempre será en beneficio del conocimiento, pues constituye la posibilidad de
obtener una visión más completa de un objeto de estudio” 14.
13
Para parafrasear con Diego Eduardo López Medina en su ambicioso libro Teoría impura del
derecho. La transformación de la cultura jurídica latinoamericana , editado por Legis Editores en
Colombia en el año 2004.
14
MUÑOZ PATRACA, Víctor Manuel. La disciplina de la ciencia política. Estudios Políticos, vol. 9,
núm. 17, mayo-agosto, 2009, pp. 91-108. Universidad Nacional Autónoma de México Distrito
Federal, México, p. 92.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 11
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
fines del siglo XIX. En 1880 surge por primera vez en la Universidad de Columbia
la aprobación del doctorado en ciencias políticas, como conjunto de conocimientos
sobre un tema específico, a cuyo amparo se expiden títulos académicos. Los
precursores de la ciencia política son los inspiradores del desarrollo de la ciencia,
reconstruyendo sus antecedentes y el futuro de la disciplina. Lo que descubrieron
los primeros estudios de ciencia política en los Estados Unidos, fue la marcada
dependencia y respaldo de los estudios en el derecho y la sociología, lo que se
denominó, bajo la clara incidencia de los politólogos alemanes, la ciencia del
Estado, que mostraba cómo el Estado tiene por característica el uso de la fuerza,
fundamental para el estableciendo de la normatividad, depurada y desarrollada en
el tiempo.
15
Ibid., p. 97.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 13
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
por ejemplo, el tema de los partidos políticos, los grupos de presión, la estructura
administrativa del parlamento o del gobierno y cómo funcionan en las sociedades
actuales, a pesar de las diferencias profundas de sus miembros, no solo por lo
ideológico sino por lo comportamental16. Significativo el aporte respecto a lo que
tiene que ver con el tema de las clases sociales para entender, por ejemplo, el
liderazgo político, estructura de castas, la relación entre gobernantes y
gobernados, sus interacciones, etc.17 y en este campo de la ética política, para la
legitimación del poder por vía de las acciones consideradas institucionalmente
como morales, pues es dentro de las instituciones políticas donde los individuos se
reconocen como sujetos deontológicos.
como ya lo han demostrado autores muy clásicos como Strauss y Cropsey 19,
Touchard20 o Sabine21, entre otros. El mundo desde la revolución francesa, que
sustentó el contrato social en la razón por fuera de las concepciones religiosas y de
carácter monárquico, ha visto aparecer recurrentemente discusiones ideológicas
entre las doctrinas liberales, las ideas conservadoras y las de izquierda, no solo
sobre la ética en general y la articulación con el Estado, sino en los fundamentos y
argumentos que la soportan. Estas visiones ideologizadas son el pan de cada día
en los Estados modernos. Recordemos de nuevo la tesis del destacado
constitucionalista y politólogo francés Georges Burdeau 22, quien critica los afanes
de demarcación del conocimiento de la política, la sociología y la historia,
especialmente. Según él, no es clara en la práctica la frontera entre ciencia política
e historia de las ideas políticas, como también de nuevo nos ha recordado que
todo hecho político es un hecho social o todo hecho social es también un hecho
político. Por ello:
“… la historia aporta los elementos para identificar los valores, los símbolos, las creencias y
las tradiciones de una comunidad particular”23.
Hoy en día, como sucedía en tiempos más remotos, no es posible realizar una
reflexión filosófica y científica de la política sin considerar el impacto en términos
económicos, pues toda decisión política trasciende al tema del gasto público, la
forma como incide en la inflación de un Estado. Por eso afirmamos con Muñoz
que:
19
STRAUSS, Leo y CROPSEY, Joseph. Historia de la filosofía política. México: Fondo de cultura
económica, 1996.
20
TOUCHARD, Jean. Historia de las ideas políticas. México: editorial Tecnos, 1990.
21
SABINE, George. Historia de la teoría política. Bogotá: Fondo de cultura económica, 1992.
(Primera edición en inglés en 1937, A History of Political Theory)
22
BURDEAU, Georges. Método de la ciencia política. Buenos Aires, Depalma (Biblioteca de Ciencia
Política de la Asociación Argentina de Ciencia Política), 1964, p. 34.
23
MUÑOZ PATRACA, Op. Cit., p. 94.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
“…es innegable el impacto que los fenómenos económicos tienen en la vida política. ¿Cómo
ignorar el peso de una recesión económica en el ánimo de los votantes que acuden a las
urnas para elegir un nuevo gobierno? Y qué decir de la interrelación entre ambas disciplinas
cuando se busca conocer el efecto que produce la adopción de una determinada concepción
económica en las políticas públicas. Los fundamentos de la teoría económica tal vez no
capten la atención del politólogo, pero es evidente que éste no puede dejar de analizar su
repercusión en las instituciones políticas o su influencia en las ideas políticas” 24.
Para nadie es un secreto que el capitalismo como sistema prevaleció sobre otras
variables y hoy vivimos en una economía de mercado, globalizada e
interrelacionada de manera absoluta. La economía se ha convertido en la variable
determinante del Estado por encima de las ideologías, la rentabilidad y el consumo
constituyen el eje sobre el cual se articula todas las actuaciones del Estado y el
sector privado. En muchas teorías se deja ver el tema del Estado como una
empresa y de la mano de la racionalidad económica 25. Igualmente, el economista
tiene que entenderse con el político, para determinar cómo se afectan
mutuamente. Siempre el político tendrá que analizar las situaciones y los intereses
sobre un cálculo de costo-beneficio. La perspectiva de una ética utilitarista de la
política nos aproxima bastante a la determinación de las implicaciones en la calidad
de vida, bajo el argumento de la maximización de la felicidad por vía de las
utilidades económicas de los implicados y determinar las capacidades de los
políticos para justamente maximizar esa felicidad por la vía de la racionalidad
económica. Y cabe recordar la incidencia del modelo de la ciencia económica sobre
el modelo de la ciencia política:
“… ¿qué tipo de ciencia puede y debe ser la ciencia política? Siempre he sostenido que
nuestro “modelo” fue la economía. Sin embargo, los economistas tienen una tarea más fácil
que otros. Para empezar, el comportamiento económico se apega a un criterio (utilidad, la
maximización del interés, del beneficio), mientras que el comportamiento político no lo hace
24
Ibid., p. 98-99.
25
WEBER, Max. Economía y sociedad. México: Fondo de cultura económica, 1979.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 17
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
(el hombre político manifiesta una variedad de motivaciones). En segundo lugar, los
economistas trabajan con números reales (cantidades monetarias) inscritos en el
comportamiento de su animal económico, mientras que los científicos sociales trabajan con
valores numéricos asignados y a menudo arbitrarios. Más aún, la ciencia de la economía se
desarrolló cuando se entendía muy bien que una ciencia necesita definiciones precisas y
estables en su terminología básica y, de la misma manera, “contenedores de datos” estables
que permitan una construcción acumulativa de información, mientras que la ciencia política
americana –aparecida unos 150 años después– rápidamente se encontró con los
“paradigmas” de Kuhn y sus revoluciones científicas y alegremente entró en el emocionante
pero insustancial camino de revolucionarse a sí misma más o menos cada quince años en
búsqueda de nuevos paradigmas, modelos y enfoques”26.
Los temas filosóficos son siempre temas transversales del conocimiento actual, lo
que nos lleva a analizar la política desde un punto de vista ontológico, ético,
axiológico, estético y, ante todo, a responder la pregunta por el sentido de lo
político para lo humano. En palabras de Muñoz:
“La Ciencia Política, en particular, enfrenta el hecho de que la reflexión de los filósofos en
torno a la política, recogida durante más de 2500 años, aborda una diversidad de temas que
continúa inspirando a los investigadores de nuestra época” 27.
26
SARTORI, Op. Cit., p. 11.
27
MUÑOZ PATRACA, Op. Cit., p. 95.
28
MANNHEIM, Karl. Ideología y utopía. Introducción a la sociología del conocimiento. México:
Fondo de cultura económica, 1987. (Primera edición en alemán y en inglés en 1936).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 18
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
“Tampoco conviene olvidar cómo el interés teórico de Habermas ha ido confluyendo cada vez
más sobre problemas de filosofía moral, jurídica y política, que su formación sociológica ha
contribuido a enriquecer con una perspectiva más amplia de la estrictamente filosófica. Su
última gran obra, “Facticidad y validez” constituye un magnífico ejemplo de esta titánica
integración de enfoques”29.
Por su parte, las ciencias de la comunicación estudian todo lo que tiene que ver
con los efectos de la comunicación sobre la política, en temas como la formación
de la imagen del político y la consecuente publicidad para el fortalecimiento y
recordación de los líderes y candidatos a elecciones públicas 30, para el control de
los ciudadanos, para el manejo de información sobre decisiones de los políticos,
para el manejo de los debates que cada vez tienen menos como escenario la plaza
pública, para encontrar cada vez más a los políticos en los medios exponiendo sus
ideas, lo que en últimas se convierte en una forma sutil de legitimar el ejercicio de
su poder. Mucho es lo que se puede decir sobre el fenómeno de la manipulación
de masas y la influencia por parte de los líderes de opinión, en procura de orientar
los comportamientos y las ideas en el terreno político. Hoy en día hasta resulta
absurda la idea de pensar en la política sin la presencia de Internet, la televisión,
la radio o los medios de comunicación impresos, siempre con la presencia del
mediador de la política: el líder de opinión. Magistral resultó la famosa novela de
Orwell, 1984, para mostrar la manera como inciden los medios de comunicación en
la definición de los sistemas políticos 31. De hecho, en materia de la eficacia de la
ética los medios de comunicación juegan un papel de suma importancia como
auditores de los funcionarios y casi siempre los grandes escándalos son develados
29
HABERMAS, Jürgen y RAWLS, John. Debate sobre el liberalismo político. Barcelona: Ediciones
Paidos. (Introducción de Fernando Vallespín), 1998.
30
NAGHI, Mohammad. Mercadotecnia electoral. México: Editorial Limusa, 1984.
31
ORWELL, George. 1984. Barcelona: ediciones Destino, 2003. (Primera edición en inglés en 1952).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 19
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
“Es un imperativo para los politólogos leer la prensa diaria y estar al tanto de las noticias por
todos los medios que le sean posible; para el estudioso de la política esto es parte de su
trabajo cotidiano, porque de otra forma pierde contacto con la realidad que debe investigar.
Y no es un trabajo sencillo: requiere de tiempo, concentración y, sobre todo, pasión. Si algún
estudiante de ciencia política no muestra interés por lo que está pasando en la política
(nacional e internacional, enfatizando más en alguno de esos campos según sea la
especialidad de sus estudios), definitivamente tiene que abandonar esta profesión, porque
aquí es fundamental que esa actividad sea atractiva e interesante para quien la estudia, ya
que eso le sirve de impulso para que busque todos los días información acerca de ella” 32.
Finalmente, ya se dijo que hay que admitir la importancia general que tienen para
el desarrollo de la filosofía y la ciencia política, los aportes hechos por estas
disciplinas y otras de carácter más específico como la lógica o la estadística, por
ejemplo, sin las cuales no podría demostrarse su carácter teórico y empírico y
como elementos clave para el análisis de datos que sirvan como soporte de un
análisis reflexivo y crítico de la vida pública y el conjunto de categorías de análisis
que ofrece.
32
VALDES VEGA, María Eugenia. La relación sujeto-objeto en la investigación empírica sobre
política. Polis: Investigación y Análisis Sociopolítico y Psicosocial, vol. 2, núm. 1, primer semestre,
2006, pp. 43-73. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, Distrito Federal, México,
p. 60.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 20
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
33
MARSH, David y STOKER, Gerry (eds.) Teoría y métodos de la ciencia política. Madrid: Alianza
editorial, 1997. Págs. 33-52.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 21
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
sintetizadas por Baquero y Barrero 34. Los autores recurren a un estudio realizado
en el 2008 por Bryman (The debate about quantitative and qualitative research )
que resume las características más importantes de lo cualitativo y lo cuantitativo.
34
BAQUERO y BARRERO ESCOBAR, Op. Cit., p. 216.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 22
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
sus investigaciones fue abordada por los teóricos de la Escuela de Frankfurt, quienes
emprendieron en el último cuarto del siglo XX una imprescindible revisión epistemológica y
metodológica de las teorías heredadas por Hegel, Marx y Freud ante los nuevos procesos
económicos, sociopolíticos y culturales producidos en las sociedades capitalistas
posindustriales. En esta revisión, la obra de Max Weber fue una referencia básica porque
aportó una concepción comprensiva (Verstehen) del significado de la acción social; allí los
valores forman parte determinante para entender no sólo los fenómenos sociopolíticos sino
también los correspondientes a la cultura y la ideología” 35.
35
VALDES VEGA, Op. Cit., p. 9.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 23
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
Otro modelo de investigación y que cobra cada vez más adeptos entre los
investigadores de los fenómenos relativos a las relaciones de poder en el gobierno
de un Estado o en el estudio de las relaciones políticas internacionales, es la
investigación cualitativa. Inspirada en corrientes epistemológicas como el
funcionalismo y en ciencias como la antropología cultural, estas investigaciones
36
BARTOLINI, Stefano. Metodología de la investigación política. En: PASQUINO, Gianfranco. Manual
de Ciencia Política. Madrid: Alianza editorial, 1988, Pág. 76.
37
COMTE, Augusto. Curso de filosofía positiva. Barcelona: ediciones Orbis, 1985. (Cours de
Philosophie Positive, publicado por primera vez en 1830, en París).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 24
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
tienen como objetivo central captar la realidad política a través de los ojos de la
gente que está siendo estudiada y pretende percibirlos dentro de su propio
contexto. Así inducen las propiedades del problema estudiado a partir de la forma
como orientan e interpretan su mundo los individuos que se desenvuelven en la
realidad política que se examina. Una característica fundamental de un proceso de
investigación cualitativa es la conceptualización de los fenómenos políticos, como
realidad construida, que se rige por normatividades sociales. Esta normatividad
social y cultural es bien diferente a las leyes de la naturaleza. La investigación
cualitativa no parte de supuestos derivados teóricamente; más bien el investigador
es guiado por comportamientos, conocimientos, actitudes y valores de la gente
que se estudia. Pasa del dato observado a identificar los parámetros normativos de
comportamiento. Un investigador cualitativo debe saber articular la teoría con el
dato empírico, pero en forma flexible, de tal modo que la teoría sea el punto de
llegada. Los cuerpos teóricos se van construyendo y se deducen bajo
observaciones reiteradas, es decir, opera en forma inductiva. El investigador
cualitativo considera que el investigador no puede despersonalizarse de la realidad
política que estudia. La selección de tendencias generales de comportamiento que
organizan la vida pública debe ser producto de la aceptación y el compromiso de la
comunidad estudiada. Existen profundos vínculos de amistad, que pueden
fortalecerse bajo observaciones participantes. El equipo investigativo establece un
fuerte contacto con la realidad, para poder determinar sus conocimientos y
condiciones de vida. Para comprender la lógica y la racionalidad que opera al
interior de una comunidad política, se exige del investigador una alta formación y
habilidad académica, que le permitan examinar, contrastar y evaluar informaciones
que le llegan en forma permanente. El investigador sabe que la realidad política
resulta de interacciones entre individuos, que negocian reiteradamente la
construcción de su realidad. Este tipo de investigaciones prefiere capturar datos
esenciales a través de observaciones, entrevistas personales y a grupos focales,
Jaime Alberto Ángel Álvarez 25
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
“De esta manera, las ciencias sociales se ven obligadas a confiar en técnicas de investigación
“subjetivas” o “no objetivas” pues sus categorías descriptivas y explicativas son de esa
naturaleza. En un loable intento por comprender los obstáculos científicos implicados en
objetos de estudio tan difíciles de conocer, Nagel escribió: El científico social [con ellos los
politólogos], por lo tanto, debe “interpretar” los materiales de su estudio identificándose en
su imaginación con los actores de los procesos sociales considerando las situaciones con las
que se enfrentan como los actores mismos y construyendo “modelos de motivaciones” en los
cuales se atribuyan a esos agentes humanos resortes de su acción y compromisos con
diversos esquemas de valores. El científico social sólo puede lograr esto porque él mismo es
un agente activo en procesos sociales y puede comprender, por ende, a la luz de sus propias
experiencias “subjetivas”, los “significados internos” de las acciones sociales. En
consecuencia, se sostiene que la creación de una ciencia social “objetiva” [...] es una
esperanza vana; pues excluir por principio todo vestigio de interpretación subjetiva y
motivacional del estudio de los problemas humanos equivale a eliminar de dicho estudio la
consideración de todo hecho social genuino (Nagel, Ernest. 1991. La estructura de la ciencia,
Paidós, Barcelona:428)”38.
38
VALDES VEGA, Op. Cit., p. 7.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 26
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
superior, que pretende dilucidar la condición natural del hombre, que lo conduce al
entendimiento del sentido que tiene lo social, lo comunitario y el significado de
ordenar la sociedad, liderado por los gobernantes, lo que se descubre mediante el
diálogo.
“En cuanto al método de la ciencia práctica, Aristóteles parece concebirlo como un modo de
análisis destinado menos a descubrir los principios o las causas que articular los fenómenos
de la acción humana: en gran parte por medio de un examen dialéctico y un refinamiento de
las opiniones de los hombres con respecto a estos fenómenos”40.
LORD, Carnes. Aristóteles. En: STRAUSS, Leo y CROPSEY, Joseph. Historia de la filosofía política.
40
ética de convencernos de usar diferentes lenguajes, más preciso para las ciencias
teóricas (metafísica, matemáticas, física, biología y psicología) que para las
ciencias prácticas (política, ética, economía). Es por la condición humana,
caracterizada por el hecho de que todos sus asuntos se encuentran siempre
sujetos a cambios y variaciones constantes, por lo que no podemos equipararlos
con los asuntos propios de la física o la matemática, caracterizados por la
constancia, la permanencia y la invariabilidad, por lo que resulta improbable
equipararlos en su objeto y menos en su método. Los razonamientos sobre los
asuntos políticos son de tipo práctico y se acercan más a un razonamiento
práctico, propio del ciudadano común. Lejos pues de asociar la filosofía política de
Aristóteles con sus planteamientos metafísicos, como algunos analistas lo han
advertido equivocadamente.
Según René Descartes (1596-1650)42, haciendo eco de las tesis de Francis Bacon
(1561-1626), la filosofía se debe orientar al dominio y posesión de la naturaleza,
por lo que también debe contar con un nuevo método de conocimiento, para
lograr el propósito de situar a la filosofía en la cumbre del saber y lograr los
mayores beneficios para la sociedad. Esto hace que pensemos a Descartes en
función de determinar las mejores relaciones entre la filosofía y la ciencia con
respecto a la sociedad. Y es justamente su reflexión sobre el método y la moral
donde presenta sus principales argumentos políticos. La filosofía es la arquitecta
del árbol del conocimiento y como tal debe, utilizando el método, superar la
42
DESCARTES, René. Discurso del método. Madrid: editorial Mediterráneo, 1974. (Aparece por
primera vez en 1637).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 30
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
desproporción natural entre el aumento de los apetitos y las pasiones (las malas y
las inútiles) con respecto al uso de la razón (las pasiones buenas y útiles) por todo
lo negativo que trae para la sociedad. Por ello hay que comenzar por el método
que cure de prejuicios nacidos de la importancia que se les ha dado a las
percepciones sensoriales. El método de las matemáticas es claro ejemplo de cómo
prima el dominio del entendimiento sobre las impresiones generadas por los
sentidos. Los Estados y las naciones, a los que les reclama una reforma, no
pueden construirse sobre las opiniones de un individuo, pues las opiniones hablan
más de necesidades particulares y carecen de la certidumbre con que cuentan las
matemáticas, que nada deben a los sentidos y al cuerpo, por lo que son
conocimiento puro. Sin extenderse demasiado en temas políticos, Descartes
defiende un régimen político en los cuales se den relaciones perfectas entre
filosofía y sociedad, de hecho, hay que pensar más a Descartes político haciendo
críticas generales a la sociedad y al tema de ciertas guerras europeas entre
potencias católicas y protestantes, como Alemania y Holanda, posteriores a la
Reforma.
La crítica a esta perspectiva metodológica fue elaborada con rigor por Thomas
Macaulay (1800-1859)46, que consideraba el enfoque demasiado simplista, pues
44
BENTHAM, Jeremías. An Introduction to the Principles of Morals and Legislation. Londres y New
York: Methuen University, 1982.
45
MILL, James y otros. Utilitarian Logic and Politics: Essay on Government, Oxford: Oxford
University Press, 1978.
46
MACAULAY, Thomas. Mill on Government. Edimburg Review, vol. X (marzo de 1829).
Reproducido en The Miscellaneous Writing of Lord Macaulay (Londres: Logran, Green, Logran and
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
Mill, influenciado por Comte, respecto al tema del progreso humano, conoce bien
que los factores y los indicadores de progreso no son una constante, por lo que
asume que ello puede traer problemas para el método físico. Una cosa son las
condiciones que pueden seguir siendo constantes y otro asunto es la presencia de
nuevos factores que alteran las generalizaciones. Mill acepta que el modelo de la
física puede servir en la política para acciones concretas en momentos históricos
concretos, pero el método histórico es determinante a la hora de analizar los
efectos de las propuestas particulares, siendo esto la base del progreso del que
antes nos había insistido Augusto Comte.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
Ante la postura crítica que asume John Dewey en los temas políticos y sociales,
propone como salida lo que él denomina el método de la inteligencia, el que
nosotros hoy llamamos método científico, inspirado, y él lo reconoce, en las tesis
de Francis Bacon54, esto es, observación, experimentación y razonamiento
reflexivo. Dicho de otro modo, es el método de observación de los hechos, la
formulación de hipótesis y el sometimiento de sus consecuencias a prueba. En este
reconocimiento, Dewey asegura que Bacon es el verdadero fundador del
pensamiento moderno. Con este argumento, Dewey asume una postura en contra
del método tradicional de la filosofía política: el método contemplativo, que, según
él es inadecuado, pues ni los principios ni las leyes de la naturaleza pueden
hallarse en la superficie de ella, están ocultos. El papel del método es arrancar los
secretos que se ocultan mediante técnicas de investigación activas y elaboradas.
Por esta vía, el papel del científico de la política será forzar a los hechos a que se
nos presenten en formas distintas a las que habitualmente se nos presentan, para
revelarnos la verdad sobre sí mismos, como sucede en la tortura, que al testigo se
53
DEWEY, John. Human Nature and Conduct. Nueva York: Henry Holt and Company, 1944. P. 270-
272.
54
BACON, Op. cit.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
55
DEWEY, John. Reconstruction in Philosophy. Nueva York: New American Library, 1950. P. 10, 46
y 48.
56
DEWEY, John. Human Nature and Conduct. Op. cit. p. 213.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
En los años setenta del siglo XX, aparece la publicación del texto Filosofía Política
de Eric Weil (1904-1977)57. Este autor resume algunos elementos clave para
responder sobre la pregunta ¿qué es la política? Según él y bajo una perspectiva
aristotélica, la política es un tema originalmente filosófico y se relaciona con las
ciencias sociales de manera muy especial. Por lo tanto, es fundamental que su
estudio se realice bajo una perspectiva histórica. Se relaciona con la vida en
común de los hombres y según las estructuras esenciales de esa vida. La política
es la ciencia filosófica de la acción razonable, la cual existe en función de la acción
universal, un fundamento empírico en la acción de un individuo o grupo. La política
es una tendencia natural que identifica a la humanidad, que, aunque se distingue
57
WEIL, Eric. Philosophie Politique. París: J. Vrin, 1971.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
CONCLUSIONES
Las visiones expuestas de la política, más que reducir engloban y apoyan el deseo
nuestro de hacernos a una idea sobre la política como fenómeno social y como
tema central de la filosofía. Es necesario de nuevo subrayar el hecho de que no
sólo los gobernantes hacen política, sino también los grupos estructurados de
gobernados que buscan influir en el Estado o constituirse en los rectores del
Estado. La definición que plantea Helmut Schoeck parece abarcar las diferentes
tesis respecto a la pregunta ¿qué es la política?:
“La política es una forma especial de aquella acción social que necesita y busca el poder que
aspira a un gobierno legitimable y que intenta, muchas veces conforme a un modelo de
sociedad, dirigir y estructurar los aspectos públicos del Estado.” 58
58
SCHOECK, Helmut. Diccionario de sociología. Barcelona: editorial Herder, 1981. Pág. 549.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
De esta manera, tenemos diferentes tipos de análisis político del Estado. Por medio
del análisis empírico se buscan regularidades y tendencias políticas presentes en la
sociedad; la evaluación de políticas, es un análisis en términos de quién se
beneficia y quién se perjudica, desde el punto de vista de resultados y de procesos
en la toma de decisiones en políticas públicas; el análisis semántico, busca precisar
el verdadero significado de las ideas políticas para construir su marco conceptual;
y el análisis normativo, realizado por los filósofos de la política y los interesados en
determinar sus aspectos morales, tratan de concluir cómo deben ser las cosas en
la política, sus conclusiones son ideales, si bien se pueden fundamentar en lo
empírico62. Nuestro programa de investigación se define desde esta última
perspectiva epistemológica y se complementa, como ya lo advertimos, en la
presentación y análisis de casos.
62
MARSH y STOKER, Op. Cit.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?
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