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El camino de la política: ¿la ciencia o la

filosofía?

Jaime Alberto Ángel Álvarez

Universidad Libre Seccional Cali


Facultad de Derecho, ciencias políticas y sociales
Grupo de investigación Phylojuris
2021
Jaime Alberto Ángel Álvarez 2
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

Contenido

Pág.
Presentación 3

1. EL ORIGEN DE LA DISCIPLINA: ENTRE LO TEÓRICO Y LO PRÁCTICO 5

2. TRANSDISCIPLINARIEDAD Y MULTIDISCIPLINARIEDAD: LA IMPUREZA


DE LOS ESTUDIOS POLÍTICOS 10

3. METODOLOGÍAS PARA EL ESTUDIO DEL ESTADO, EL PODER Y EL GOBIERNO 20


3.1. EL GRAN DILEMA: ¿LO CUANTITATIVO O LO CUALITATIVO?
UNA MIRADA DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES 20
3.2. EL DEBATE METODOLÓGICO DESDE LA PERSPECTIVA FILOSÓFICA:
UNA EXPLICACIÓN NORMATIVA 25

CONCLUSIONES 40

Bibliografía 43
Jaime Alberto Ángel Álvarez 3
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

Presentación

Al preguntarnos por los estudios políticos entendidos como el estudio de las


relaciones de poder que se dan en un Estado entre los gobernantes y los
gobernados y la legitimidad de ese poder, acudimos a la reflexión sobre la relación
que estos estudios tienen con respecto a las ciencias y con la filosofía. De igual
manera, nos vemos obligados a retomar la pregunta que Aron 1 se hace en relación
con los aportes que hacen la teoría y la filosofía políticas en el progreso y
evolución de la disciplina.

Para entender la política, es importante considerarla primero como un hecho


social, como producto de la organización y de la dinámica histórica del hombre en
el mundo, tal como queda sentado en los argumentos que se expondrán.

Al decir de Pasquino, la ciencia política, llamada por él “la reina de las ciencias
sociales”2, será la encargada de estudiar los fenómenos políticos y por tanto tendrá
un papel fundamental en un mundo globalizado, es la llamada a interpretar y
analizar lo que ocurre en el mundo globalizado actual, las instituciones, los
comportamientos, las consecuencias de la globalización, y no solo para
comprender ese mundo globalizado, sino para cambiarlo. La política puede
dominar lo que ocurre a nivel planetario.

Este es un debate presente en mi tesis doctoral “IMPLICACIONES ÉTICAS Y MORALES EN EL
EJERCICIO DEL PODER DEL ESTADO. Un estudio en perspectiva normativa”, presentada en el
Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia - Facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones Internacionales, tesis aprobada con mención de sobresaliente CUM LAUDE,
en Bogotá el 26 de septiembre de 2017, en el capítulo 1 y a propósito de la DISCUSIÓN
METODOLÓGICA que allí se dio para realizar este análisis axiológico.
1
ARON, Raymond. Estudios políticos. México: Fondo de cultura económica, 1997. P. 145-166.
(Primera edición en francés en 1972, Études politiques).
2
PASQUINO, Gianfranco. Entrevista realizada para el III Encuentro Internacional de Ciencia Política
“Construyendo una disciplina desde la región”, Popayán: Universidad del Cauca, mayo de 2019.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 4
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

En el presente texto, partiendo de estas premisas, veremos algunos


planteamientos de orden epistemológico y metodológico, para lo cual tomamos
como referencia algunos de los más importantes científicos y filósofos de la
política, pues en la historia del pensamiento político podemos identificar varios
significados esenciales y perspectivas de análisis de los estudios políticos referidos
al nacimiento y desarrollo de la ciencia política, su transdisciplinariedad y el debate
metodológico que deviene de las ciencias humanas.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 5
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

1. EL ORIGEN DE LA DISCIPLINA: ENTRE LO TEÓRICO Y LO


PRÁCTICO

La ciencia política es una de las disciplinas más jóvenes de las llamadas ciencias
sociales. Su reconocimiento como ciencia se remonta a mediados del siglo XX:

“La ciencia política, según entendemos actualmente el término, nació en Europa Occidental a
principios de la década de 1950. Se podría decir que «renació», pero eso no sería del todo
preciso, porque en el siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial, dicha etiqueta señaló una
disciplina cautiva dominada, en gran medida, por los enfoques jurídicos o históricos (como en
el caso, por ejemplo, de Gaetano Mosca). De este modo, la ciencia política tuvo un nuevo
comienzo y se convirtió en un campo de investigación por derecho propio hace más o menos
medio siglo”3.

Hacia los años veinte, después de la primera guerra mundial, los politólogos de
Estados Unidos se centraron en el estudio de las constituciones y las leyes. A raíz
de esto, surge el hiperfactualismo, que subraya la trascendencia de los hechos
sobre las normas. Bajo la necesidad de impregnarse de realidad, se desprecian las
teorías en favor de la descripción de esa llamada realidad. Los estudios se centran
en los fenómenos, por ejemplo, de corrupción o clientelismo, pero sin producir
teorías generalizadas acerca de estas y otras problemáticas. El hiperfactualismo
encuentra sus mayores críticas en los años cincuenta, en cabeza de politólogos
como Easton4 y Dhal5, para quienes el papel de la ciencia política es la de
interpretar los hechos a partir de los hechos. Claramente se ve la influencia de las
teorías de la psicología, de manera especial por las corrientes conductistas o el
enfoque comportamental. Estos autores hacen énfasis en las teorías empíricas

3
SARTORI, Giovanni. ¿Hacia dónde va la ciencia política? Revista Española de Ciencia Política.
Núm. 12, abril 2005, pp. 9-13, (Traducción del inglés de Susana Moreno Parada), p. 10-11.
4
EASTON, David. Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu ediciones, 1969.
5
DAHL, Robert. Análisis político moderno. Barcelona: editorial Fontanella, 1976.
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sobre ciencia política: generar proposiciones de carácter universal contrastadas con


los hechos. Así se inicia la corriente cientificista, que equilibra la importancia de la
teoría, entendida como un conjunto de proposiciones generales, integradas con la
observación empírica. En esta perspectiva se subrayaron los objetivos de la
disciplina, según Pasquino, acogiéndose a los parámetros exigidos
epistemológicamente por las ciencias en su sentido tradicional:

“Con el esquema teórico de Easton se hizo la propuesta metodológica de un análisis


sistémico de la política, y en la búsqueda de los elementos que hicieran posible su estudio
dentro de los cánones de la ciencia, se impuso la visión del conductismo en la investigación
de este campo. En esta visión, los objetivos de la ciencia política eran claros: 1) descubrir las
regularidades en las diferentes conductas políticas para hacer generalizaciones; 2) someter
las conductas políticas a verificación; 3) elaborar técnicas muy rigurosas para recolectar
información; 4) cuantificar, medir los fenómenos en un afán de precisión; 5) separar los
valores de los hechos; 6) sistematizar los conocimientos adquiridos con la interconexión
entre teoría e investigación; 7) mirar a la ciencia pura, y 8) dirigirse hacia la integración de
las ciencias sociales”6.

Tras el triunfo de la segunda guerra mundial, Estados Unidos queda como la


nación más poderosa del mundo. En virtud de su papel protagónico frente al
mundo, los politólogos estadounidenses comienzan a apoyar los estudios
comparativos de los sistemas políticos. Así se producen bastos estudios siempre
amparados en los recursos del Estado líder de ese momento. Posteriormente se
forma toda una tradición intelectual en ciencia política, con revistas especializadas,
facultades, congresos, etc., destacándose la crítica a esta visión conductista de la
ciencia política por euro centrista, por su excesivo formalismo y por su carácter
preferiblemente descriptivo, por parte de figuras como Gabriel Almond y Bingham

6
PASQUINO, Gianfranco. Naturaleza y evolución de la disciplina. Manual de ciencia política. Alianza
Universidad. Madrid: 1994, Textos, núm. 125.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

Powell. A pesar de estos ataques, el enfoque conductista sigue siendo el modelo


epistemológico y metodológico preferido por los politólogos de todo el mundo7.

Frente a los Estados Unidos, en Europa habían surgido intereses por determinar las
características de lo político, mucho más desde una perspectiva teórica y filosófica.
Sin embargo, este esfuerzo se hace preferiblemente de manera individual, por lo
que habrá que esperar para que se consoliden algunas de las más importantes
escuelas de ciencia política. Así, habían surgido antes algunos intelectuales como
Max Weber8, orientados a comprender el fenómeno político desde una perspectiva
de la fenomenología del poder, proponiendo la idea de que en toda sociedad existe
un grupo minoritario que tiende a perpetuarse en el poder. Con base en un análisis
cuidadoso de la historia, elaboran toda una teoría sobre la perpetuidad del poder.
Michells9, estudiando los partidos políticos y los sindicatos, concluye que surgen
personas carismáticas que terminan controlando estas instituciones en forma
personal y autoritaria, lo que Michells llamó “la ley de hierro de la oligarquía”,
según la cual las personas que lideran la política tienden a perpetuarse y usar las
instituciones de manera personal y para su propio beneficio. Él centra la atención
en las organizaciones partidistas y sindicalistas de tendencia socialista. Con sus
estudios concluye que el fenómeno oligárquico no es exclusivo de los países
capitalistas y se da también en el socialismo. Estas tesis relativizan terriblemente
toda postura ética democrática. Todos estos estudios y escuelas, en perspectiva
realista de la teoría política y de las relaciones internacionales, trabajan
indudablemente el tema del poder como eje central de la discusión, pues según
ellos es imposible desligarse de este análisis para entender la importancia de los
estudios políticos. En este contexto es importante poner algunas teorías
relevantes, que continúan estando en pleno debate como las de Foucault:
7
Ibid.
8
WEBER, Max. El político y el científico. Madrid: Alianza editorial, 2001.
9
MICHELLS, Robert. Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de
la democracia moderna. Buenos Aires: Amorrortu, 1969. (Primera edición en alemán en 1911).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 8
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

“Para Foucault el poder no puede ser localizado en una institución o en el Estado; por lo
tanto, la "toma de poder" planteada por el marxismo no sería posible. El poder no es
considerado como un objeto que el individuo cede al soberano (concepción contractual
jurídico-política), sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una
sociedad en un momento determinado. Por lo tanto, el poder, al ser resultado de relaciones
de poder, está en todas partes. El sujeto está atravesado por relaciones de poder, no puede
ser considerado independientemente de ellas. El poder, para Foucault, no sólo reprime, sino
que también produce: produce efectos de verdad, produce saber, en el sentido de
conocimiento”10.

Esta visión del poder es absolutamente diferente a la del Marxismo, que lo localiza
en el Estado, en una institución, lo considera como un mecanismo de coerción y de
fuerza y en todo caso la visión de la ciencia política en el mundo académico
francés ha estado siempre acompasada de una visión sociológica no solamente del
poder, sino también del Estado, el gobierno y las instituciones. Por ello:

“Preguntarse por los métodos de investigación franceses requiere irse a la sociología clásica,
pasando por el análisis del discurso, la etnografía y los métodos cuantitativos utilizados
desde la post segunda guerra mundial en el análisis político. En el último decenio, los
avances han sido pocos en términos de nueva bibliografía de metodología de la investigación
en este país, puesto que la bibliografía para estudiar los fenómenos políticos sigue siendo la
de la sociología. En efecto, la investigación se basa en la metodología de la sociología: tanto
la socio-historia como la sociología de lo político, son metodologías para el estudio de los
fenómenos políticos y, dentro de las metodologías, el estudio de la opinión pública es
ampliamente utilizado”11.

10
IBARRA, Jorge Ignacio. Foucault y el poder. Diatriba al Derecho, la Razón de Estado y los
aparatos Disciplinarios. Valparaiso: 2008. Prólogo.
En: http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1218
11
BAQUERO, Sergio Ángel y BARRERO ESCOBAR, Fredy Andrés. La ciencia política y sus métodos:
Una comparación de los programas de ciencias sociales en Colombia. Co-herencia, vol. 10, núm.
19, julio-diciembre, 2013, pp. 207-234. Universidad EAFIT. Medellín, Colombia, p. 217-218.
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Regresando a nuestra pregunta sobre el origen de la ciencia política en Europa, es


importante destacar el hecho de que en la Europa oriental o la Europa comunista
tendrá que esperar hasta la caída del muro de Berlín en 1989 para dar comienzo a
la disciplina, además, las dificultades por la ausencia de traducciones al idioma
castellano de los contados textos de la literatura politólogica, cerraron el camino a
una influencia importante en América latina y en Colombia 12.

Todas estas visiones y debates se fortalecieron e institucionalizaron, al punto que


hoy se otorguen títulos de especialización, maestría y doctorado en estudios
políticos o en sus temas específicos, en un número importante de universidades
del mundo. La producción de libros, artículos especializados, journals y encuentros
de filosofía, teoría o ciencia política, se están realizando en todos los escenarios de
los diferentes continentes, con lo que se ha logrado un carácter verdaderamente
universal de los estudios sobre los hechos políticos. El debate continúa sobre el
carácter empírico y teórico de la disciplina, a lo que se le suma, por cuenta de la
posición que se adopte, el tema de cómo conocer su objeto de estudio. En este
sentido el estudio de los principios morales como mecanismos de configuración de
ciertas normas tendientes a generar conductas y actitudes éticas, son motivo de
interés por parte de politólogos y la academia desde la perspectiva de la eficacia
real de los mismos.

12
Ibid., p. 211.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 10
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

2. TRANSDISCIPLINARIEDAD Y MULTIDISCIPLINARIEDAD: LA
IMPUREZA DE LOS ESTUDIOS POLÍTICOS

Los aportes de las ciencias sociales a los estudios políticos han sido definitivos para
su avance y para el reconocimiento de la disciplina. Estos aportes han venido
principalmente de la historia, la economía, la psicología, la antropología, la
sociología, el derecho y la filosofía. Esta impureza 13, por así decir, es lo que hace
tan fascinante la investigación politológica, pues le amplía los horizontes de
discusión, pone en consideración múltiples factores de diferente naturaleza y
obliga a los politólogos a establecer complejas pero fascinantes correlaciones,
como lo sugiere Muñoz Petraca al decir que:

“La Ciencia Política hoy día sigue caracterizándose por la diversidad de las temáticas
abordadas por politólogos que encuentran en los razonamientos de filósofos, sociólogos,
juristas, historiadores, psicólogos, internacionalistas, administradores públicos y economistas,
una fuente útil para nutrir sus investigaciones. El especialista en Ciencia Política tiene la
posibilidad de contrastar en esos estudios los resultados de sus propias investigaciones, las
cuales realiza guiadas por interrogantes propias, distintas a las que se plantean los otros
especialistas. La posibilidad de que un problema se aborde a partir de diversos enfoques
disciplinarios siempre será en beneficio del conocimiento, pues constituye la posibilidad de
obtener una visión más completa de un objeto de estudio” 14.

La ciencia política, de la mano de las demás ciencias sociales, es reconocida como


disciplina estructurada y diferenciada por su método y objeto de conocimiento a

13
Para parafrasear con Diego Eduardo López Medina en su ambicioso libro Teoría impura del
derecho. La transformación de la cultura jurídica latinoamericana , editado por Legis Editores en
Colombia en el año 2004.
14
MUÑOZ PATRACA, Víctor Manuel. La disciplina de la ciencia política. Estudios Políticos, vol. 9,
núm. 17, mayo-agosto, 2009, pp. 91-108. Universidad Nacional Autónoma de México Distrito
Federal, México, p. 92.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 11
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

fines del siglo XIX. En 1880 surge por primera vez en la Universidad de Columbia
la aprobación del doctorado en ciencias políticas, como conjunto de conocimientos
sobre un tema específico, a cuyo amparo se expiden títulos académicos. Los
precursores de la ciencia política son los inspiradores del desarrollo de la ciencia,
reconstruyendo sus antecedentes y el futuro de la disciplina. Lo que descubrieron
los primeros estudios de ciencia política en los Estados Unidos, fue la marcada
dependencia y respaldo de los estudios en el derecho y la sociología, lo que se
denominó, bajo la clara incidencia de los politólogos alemanes, la ciencia del
Estado, que mostraba cómo el Estado tiene por característica el uso de la fuerza,
fundamental para el estableciendo de la normatividad, depurada y desarrollada en
el tiempo.

La relación entre las facultades de derecho y los estudios políticos es evidente y


puede considerarse bastante fructífera, la diferencia es que la jurisprudencia se
fundamenta en el “deber ser” de las cosas, mientras que la politología, desde una
perspectiva científica, busca el “ser” de las cosas, las analiza tal como son. La
relación política-ética-derecho resultará bastante importante desde entonces,
mostrando como punto de encuentro coordenadas marcadas en lo que respecta
especialmente con el estudio de uno de los valores fundamentales defendidos en
la ética pública como lo es la justicia. Solo hasta después de la segunda guerra
mundial, en los años cincuenta, comienzan a aparecer facultades de ciencia
política, independientes de las facultades de derecho. Los analistas, tras demostrar
la importancia de lo político frente a la jurisprudencia, encuentran los estudios
políticos patrocinados por las facultades de derecho de prestigiosas universidades
norteamericanas y europeas en las que se incrementan estos estudios sobre ética
en el escenario de lo público, especialmente en las asignaturas relacionadas con la
filosofía del Derecho y del Derecho constitucional a la que en muchos lugares de
España se le denomina el Derecho de la política. Pero si bien comparten el
Jaime Alberto Ángel Álvarez 12
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

concepto de Estado como objeto del estudio, en el método existen diferencias


importantes, pues para el politólogo, siguiendo a Burdeau, el carácter de lo
politológico está en explicar las relaciones con el poder:

“Si para el especialista en Derecho constitucional el interés se centra en el estudio de las


estructuras institucionales y sus reglas de funcionamiento, el politólogo por su parte busca
explicaciones de una realidad dinámica, en constante transformación. Explicaciones a las que
llega siguiendo una metodología distinta a la empleada por el jurista. Hay que recordar el
énfasis puesto por los politólogos franceses en el análisis empírico” 15.

En el marco de esta investigación se hace igualmente importante y necesario la


articulación de la ética, el comportamiento humano y sus relaciones con la política
y con otras disciplinas, que de alguna manera han contribuido con la configuración
racional de su contextualización y los efectos prácticos de su aplicación en el
Estado moderno y el funcionamiento de la sociedad en general. Por ello, no
estaríamos de acuerdo con la tesis conductista de David Easton y su propuesta
metodológica centrada en un análisis sistémico de la política que pretende separar
los valores de los hechos políticos, pues desde nuestra visión de las cosas esta
correlación es fundamental.

Desde la perspectiva de la antropología podemos hacer el estudio de las


comunidades primitivas, ayudándonos a definir lo específico de la política,
estableciendo comparaciones desde hoy hasta el pasado más remoto del hombre.
Es significativo el aporte de la antropología social con respecto al estudio de las
creencias, los símbolos y las costumbres ampliamente compartidos en una
sociedad y en general con el estudio de la cultura. Desde los años treinta del siglo
XX, aparece en el escenario científico una rama más especializada llamada
antropología política, encargada de estudiar el tema de los sistemas políticos de las

15
Ibid., p. 97.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 13
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

sociedades arcaicas, los símbolos y rituales emparentados con lo político, nos


muestra cómo y hasta dónde podemos hablar de política en las sociedades
primitivas. Una corriente de antropólogos encuentra evidentes ciertos signos de lo
político, remontando sus estudios a un grupo humano nómada, en el que sus
miembros se conocen y se relacionan alrededor del fuego; el jefe organiza las
decisiones ya tomadas por todo el grupo. Lo político está presente en las
decisiones por parte del grupo abierto y en la manera como el jefe las hace
cumplir. Otro caso ocurre al estudiar la forma como ciertos individuos primitivos
dejaron de participar en los rituales y ceremonias alrededor del fuego, por cuenta
de riñas de tribu; al transgredir las reglas y normas morales se imponen castigos
colectivos al igual que reconciliaciones. Esos líderes nacen por el ejercicio de
autoridad, esencial de lo político. La aparición de la propiedad privada resulta
determinante para el posterior desarrollo del mundo político. La antropología social
ha demostrado que a lo largo de la historia las sociedades siempre han pretendido
legitimar sus actitudes políticas. Mediante el estudio de la sociedad y la cultura, la
antropología determinó que, en las expresiones manifiestas en adornos, vestidos,
en la vivienda y los entierros de más categoría, los hombres, en su naturaleza
política, intentan mostrar su superioridad frente al resto del grupo. Estos rituales
siguen siendo evidentes en las sociedades actuales. En síntesis, los estudios de la
antropología política destacan otro valor ético fundamental, la solidaridad como
elemento de cohesión de los miembros de la comunidad.

La teoría y la filosofía política encuentran un amplio respaldo teórico y práctico en


la sociología, en la forma como se orientan las diferentes estructuras de la
sociedad. Estas estructuras de poder también definen los discursos dominantes en
la forma de entender los que se considera una buena o una mala decisión política.
Aportes significativos respecto al tema de las instituciones, las organizaciones y la
comprensión del concepto de grupo, muy útiles al analista político para entender,
Jaime Alberto Ángel Álvarez 14
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

por ejemplo, el tema de los partidos políticos, los grupos de presión, la estructura
administrativa del parlamento o del gobierno y cómo funcionan en las sociedades
actuales, a pesar de las diferencias profundas de sus miembros, no solo por lo
ideológico sino por lo comportamental16. Significativo el aporte respecto a lo que
tiene que ver con el tema de las clases sociales para entender, por ejemplo, el
liderazgo político, estructura de castas, la relación entre gobernantes y
gobernados, sus interacciones, etc.17 y en este campo de la ética política, para la
legitimación del poder por vía de las acciones consideradas institucionalmente
como morales, pues es dentro de las instituciones políticas donde los individuos se
reconocen como sujetos deontológicos.

Los psicólogos sociales han hecho innumerables aportes en lo atinente al


comportamiento moral de la política y el comportamiento humano. De tan marcada
trascendencia el tema de la psicología en la política, que ha dado nacimiento a un
capítulo denominado psicología política, centrado en el estudio de los prejuicios,
los sentimientos y las conductas políticas, motivaciones para actuar en política,
cambios de comportamiento, crucial para entender el devenir de la política, como
los estudios de Meynaud y Lancelot, por ejemplo 18 que terminan explicando la
forma como el legado familiar y en los primeros procesos de socialización el
gobernante se comporta de manera virtuosa o con total ausencia de principios. De
muchos modos el tema de la ética pública implica una reflexión sobre el
comportamiento moral de los gobernantes.

La orientación de este trabajo es una aceptación implícita respecto a los aportes de


la historia para la teoría y la filosofía política, tanto que nos ha resultado imposible
realizar nuestras investigaciones sin analizarlo a la luz de una perspectiva histórica,
16
DUVERGER, Maurice. Los partidos políticos. Bogotá: Fondo de cultura económica, 1994. (Primera
edición en francés en 1951).
17
OGBURN. William. Sociología. Madrid: Aguilar, 1961.
18
MAYNAUD, Jean y LANCELOT, Alain. Las actitudes políticas. Buenos Aires: Eudeba, 1969.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

como ya lo han demostrado autores muy clásicos como Strauss y Cropsey 19,
Touchard20 o Sabine21, entre otros. El mundo desde la revolución francesa, que
sustentó el contrato social en la razón por fuera de las concepciones religiosas y de
carácter monárquico, ha visto aparecer recurrentemente discusiones ideológicas
entre las doctrinas liberales, las ideas conservadoras y las de izquierda, no solo
sobre la ética en general y la articulación con el Estado, sino en los fundamentos y
argumentos que la soportan. Estas visiones ideologizadas son el pan de cada día
en los Estados modernos. Recordemos de nuevo la tesis del destacado
constitucionalista y politólogo francés Georges Burdeau 22, quien critica los afanes
de demarcación del conocimiento de la política, la sociología y la historia,
especialmente. Según él, no es clara en la práctica la frontera entre ciencia política
e historia de las ideas políticas, como también de nuevo nos ha recordado que
todo hecho político es un hecho social o todo hecho social es también un hecho
político. Por ello:

“… la historia aporta los elementos para identificar los valores, los símbolos, las creencias y
las tradiciones de una comunidad particular”23.

Hoy en día, como sucedía en tiempos más remotos, no es posible realizar una
reflexión filosófica y científica de la política sin considerar el impacto en términos
económicos, pues toda decisión política trasciende al tema del gasto público, la
forma como incide en la inflación de un Estado. Por eso afirmamos con Muñoz
que:

19
STRAUSS, Leo y CROPSEY, Joseph. Historia de la filosofía política. México: Fondo de cultura
económica, 1996.
20
TOUCHARD, Jean. Historia de las ideas políticas. México: editorial Tecnos, 1990.
21
SABINE, George. Historia de la teoría política. Bogotá: Fondo de cultura económica, 1992.
(Primera edición en inglés en 1937, A History of Political Theory)
22
BURDEAU, Georges. Método de la ciencia política. Buenos Aires, Depalma (Biblioteca de Ciencia
Política de la Asociación Argentina de Ciencia Política), 1964, p. 34.
23
MUÑOZ PATRACA, Op. Cit., p. 94.
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El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

“…es innegable el impacto que los fenómenos económicos tienen en la vida política. ¿Cómo
ignorar el peso de una recesión económica en el ánimo de los votantes que acuden a las
urnas para elegir un nuevo gobierno? Y qué decir de la interrelación entre ambas disciplinas
cuando se busca conocer el efecto que produce la adopción de una determinada concepción
económica en las políticas públicas. Los fundamentos de la teoría económica tal vez no
capten la atención del politólogo, pero es evidente que éste no puede dejar de analizar su
repercusión en las instituciones políticas o su influencia en las ideas políticas” 24.

Para nadie es un secreto que el capitalismo como sistema prevaleció sobre otras
variables y hoy vivimos en una economía de mercado, globalizada e
interrelacionada de manera absoluta. La economía se ha convertido en la variable
determinante del Estado por encima de las ideologías, la rentabilidad y el consumo
constituyen el eje sobre el cual se articula todas las actuaciones del Estado y el
sector privado. En muchas teorías se deja ver el tema del Estado como una
empresa y de la mano de la racionalidad económica 25. Igualmente, el economista
tiene que entenderse con el político, para determinar cómo se afectan
mutuamente. Siempre el político tendrá que analizar las situaciones y los intereses
sobre un cálculo de costo-beneficio. La perspectiva de una ética utilitarista de la
política nos aproxima bastante a la determinación de las implicaciones en la calidad
de vida, bajo el argumento de la maximización de la felicidad por vía de las
utilidades económicas de los implicados y determinar las capacidades de los
políticos para justamente maximizar esa felicidad por la vía de la racionalidad
económica. Y cabe recordar la incidencia del modelo de la ciencia económica sobre
el modelo de la ciencia política:

“… ¿qué tipo de ciencia puede y debe ser la ciencia política? Siempre he sostenido que
nuestro “modelo” fue la economía. Sin embargo, los economistas tienen una tarea más fácil
que otros. Para empezar, el comportamiento económico se apega a un criterio (utilidad, la
maximización del interés, del beneficio), mientras que el comportamiento político no lo hace

24
Ibid., p. 98-99.
25
WEBER, Max. Economía y sociedad. México: Fondo de cultura económica, 1979.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 17
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

(el hombre político manifiesta una variedad de motivaciones). En segundo lugar, los
economistas trabajan con números reales (cantidades monetarias) inscritos en el
comportamiento de su animal económico, mientras que los científicos sociales trabajan con
valores numéricos asignados y a menudo arbitrarios. Más aún, la ciencia de la economía se
desarrolló cuando se entendía muy bien que una ciencia necesita definiciones precisas y
estables en su terminología básica y, de la misma manera, “contenedores de datos” estables
que permitan una construcción acumulativa de información, mientras que la ciencia política
americana –aparecida unos 150 años después– rápidamente se encontró con los
“paradigmas” de Kuhn y sus revoluciones científicas y alegremente entró en el emocionante
pero insustancial camino de revolucionarse a sí misma más o menos cada quince años en
búsqueda de nuevos paradigmas, modelos y enfoques”26.

Los temas filosóficos son siempre temas transversales del conocimiento actual, lo
que nos lleva a analizar la política desde un punto de vista ontológico, ético,
axiológico, estético y, ante todo, a responder la pregunta por el sentido de lo
político para lo humano. En palabras de Muñoz:

“La Ciencia Política, en particular, enfrenta el hecho de que la reflexión de los filósofos en
torno a la política, recogida durante más de 2500 años, aborda una diversidad de temas que
continúa inspirando a los investigadores de nuestra época” 27.

Las ideologías, si bien no fueron investigadas en la antigüedad con la profundidad


que fue tratado el tema en los tiempos modernos, en todo caso resulta
trascendental para la política, para poder comprender cómo se mitifican las más
importantes ideas, de manera particular en cada época de la historia 28. Este es un
tema en el que la función de la filosofía es determinante para los estudios de la
política. Fernando Vallespín refiriéndose a Habermas en la introducción al libro

26
SARTORI, Op. Cit., p. 11.
27
MUÑOZ PATRACA, Op. Cit., p. 95.
28
MANNHEIM, Karl. Ideología y utopía. Introducción a la sociología del conocimiento. México:
Fondo de cultura económica, 1987. (Primera edición en alemán y en inglés en 1936).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 18
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

debate sobre el liberalismo político expresa una opinión que explicita la


importancia de la filosofía en el tema:

“Tampoco conviene olvidar cómo el interés teórico de Habermas ha ido confluyendo cada vez
más sobre problemas de filosofía moral, jurídica y política, que su formación sociológica ha
contribuido a enriquecer con una perspectiva más amplia de la estrictamente filosófica. Su
última gran obra, “Facticidad y validez” constituye un magnífico ejemplo de esta titánica

integración de enfoques”29.

Por su parte, las ciencias de la comunicación estudian todo lo que tiene que ver
con los efectos de la comunicación sobre la política, en temas como la formación
de la imagen del político y la consecuente publicidad para el fortalecimiento y
recordación de los líderes y candidatos a elecciones públicas 30, para el control de
los ciudadanos, para el manejo de información sobre decisiones de los políticos,
para el manejo de los debates que cada vez tienen menos como escenario la plaza
pública, para encontrar cada vez más a los políticos en los medios exponiendo sus
ideas, lo que en últimas se convierte en una forma sutil de legitimar el ejercicio de
su poder. Mucho es lo que se puede decir sobre el fenómeno de la manipulación
de masas y la influencia por parte de los líderes de opinión, en procura de orientar
los comportamientos y las ideas en el terreno político. Hoy en día hasta resulta
absurda la idea de pensar en la política sin la presencia de Internet, la televisión,
la radio o los medios de comunicación impresos, siempre con la presencia del
mediador de la política: el líder de opinión. Magistral resultó la famosa novela de
Orwell, 1984, para mostrar la manera como inciden los medios de comunicación en
la definición de los sistemas políticos 31. De hecho, en materia de la eficacia de la
ética los medios de comunicación juegan un papel de suma importancia como
auditores de los funcionarios y casi siempre los grandes escándalos son develados
29
HABERMAS, Jürgen y RAWLS, John. Debate sobre el liberalismo político. Barcelona: Ediciones
Paidos. (Introducción de Fernando Vallespín), 1998.
30
NAGHI, Mohammad. Mercadotecnia electoral. México: Editorial Limusa, 1984.
31
ORWELL, George. 1984. Barcelona: ediciones Destino, 2003. (Primera edición en inglés en 1952).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 19
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

por éstos, constituyéndose para la sociedad y el Estado en ejes fundamentales


para el control de la función pública. Por ello:

“Es un imperativo para los politólogos leer la prensa diaria y estar al tanto de las noticias por
todos los medios que le sean posible; para el estudioso de la política esto es parte de su
trabajo cotidiano, porque de otra forma pierde contacto con la realidad que debe investigar.
Y no es un trabajo sencillo: requiere de tiempo, concentración y, sobre todo, pasión. Si algún
estudiante de ciencia política no muestra interés por lo que está pasando en la política
(nacional e internacional, enfatizando más en alguno de esos campos según sea la
especialidad de sus estudios), definitivamente tiene que abandonar esta profesión, porque
aquí es fundamental que esa actividad sea atractiva e interesante para quien la estudia, ya
que eso le sirve de impulso para que busque todos los días información acerca de ella” 32.

Finalmente, ya se dijo que hay que admitir la importancia general que tienen para
el desarrollo de la filosofía y la ciencia política, los aportes hechos por estas
disciplinas y otras de carácter más específico como la lógica o la estadística, por
ejemplo, sin las cuales no podría demostrarse su carácter teórico y empírico y
como elementos clave para el análisis de datos que sirvan como soporte de un
análisis reflexivo y crítico de la vida pública y el conjunto de categorías de análisis
que ofrece.

32
VALDES VEGA, María Eugenia. La relación sujeto-objeto en la investigación empírica sobre
política. Polis: Investigación y Análisis Sociopolítico y Psicosocial, vol. 2, núm. 1, primer semestre,
2006, pp. 43-73. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, Distrito Federal, México,
p. 60.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 20
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

3. METODOLOGÍAS PARA EL ESTUDIO DEL ESTADO, EL PODER Y EL


GOBIERNO

Al plantearnos la pregunta por las relaciones de poder que el Estado establece,


acudimos a la reflexión de orden epistemológica centrada en el sujeto, el objeto y
el método de conocimiento de los estudios políticos. En este momento nos
centramos en el tercer elemento de la reflexión: el método. En este sentido,
queremos responder a la pregunta ¿qué enfoques y perspectivas metodológicas,
de manera general, nos ofrece la filosofía y las ciencias sociales para realizar
investigaciones sobre el Estado?

Desde nuestra perspectiva, defendemos la idea de que estos estudios pueden


realizarse desde diferentes campos, pero son los estudios filosóficos normativos 33
los que mejores resultados nos pueden ofrecer, siempre acompañados de estudios
fácticos, presentes en los análisis o estudios de caso. Así las cosas, las ciencias
sociales y la filosofía resultan, epistemológicamente hablando, un complemento
importante para observar el poder del Estado.

3.1. EL GRAN DILEMA: ¿LO CUANTITATIVO O LO CUALITATIVO? UNA


MIRADA DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

El dilema de los métodos de investigación se planteó con especial atención desde


los años noventa del siglo pasado. Gracias a ese debate podemos definir hoy las
características generales de uno y otro modelo y se encuentran muy bien

33
MARSH, David y STOKER, Gerry (eds.) Teoría y métodos de la ciencia política. Madrid: Alianza
editorial, 1997. Págs. 33-52.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 21
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

sintetizadas por Baquero y Barrero 34. Los autores recurren a un estudio realizado
en el 2008 por Bryman (The debate about quantitative and qualitative research )
que resume las características más importantes de lo cualitativo y lo cuantitativo.

De ese estudio se concluye que el modelo científico preferido para investigar el


Estado, el poder y el gobierno, como unidades de análisis, ha sido el hipotético-
deductivo, también llamado con pretensión, método científico cuantitativo, el que
comprueba hipótesis a partir de marcos teóricos, para luego abordar determinada
realidad política empíricamente contrastable y a la que llegamos mediante un
trabajo de campo. Estas hipótesis se construyen partiendo de la identificación de
diferentes factores, variables e indicadores de tipo político, que se relacionan con
otros de origen social, económico, cultural o personal, principalmente y que
denominamos factores externos. Las tendencias ideológicas de los gobiernos, el
nivel de estabilidad política de un Estado, las políticas económicas de los
gobiernos, el nivel de desarrollo, las políticas de inmigración y emigración, el tipo
de relaciones con los demás Estados, los acuerdos políticos internacionales, son
algunos ejemplos de factores políticos. El método surge con el propósito de
fundamentar, justificar y respaldar hipótesis y según sus defensores, el método se
aplica en forma rigurosa, para ensamblar una realidad que se estudia, dentro de
un cuerpo conceptual. Así mismo, defiende también la objetividad, en la medida en
que se siga disciplinadamente el método. Sin embargo, muchas veces el énfasis en
reglas, técnicas estadísticas y sistemas informáticos hace perder la capacidad
reflexiva y crítica de los investigadores, en relación con dimensiones históricas y
contradicciones de intereses de los diversos fenómenos políticos, presentes
siempre de altos márgenes de subjetividad:

“La cuestión de cómo influye la subjetividad del investigador de la política empírica en la


formulación de sus objetos de estudio y, por supuesto, en las conclusiones a las que llega en

34
BAQUERO y BARRERO ESCOBAR, Op. Cit., p. 216.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 22
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

sus investigaciones fue abordada por los teóricos de la Escuela de Frankfurt, quienes
emprendieron en el último cuarto del siglo XX una imprescindible revisión epistemológica y
metodológica de las teorías heredadas por Hegel, Marx y Freud ante los nuevos procesos
económicos, sociopolíticos y culturales producidos en las sociedades capitalistas
posindustriales. En esta revisión, la obra de Max Weber fue una referencia básica porque
aportó una concepción comprensiva (Verstehen) del significado de la acción social; allí los
valores forman parte determinante para entender no sólo los fenómenos sociopolíticos sino
también los correspondientes a la cultura y la ideología” 35.

Esta subjetividad es especialmente importante tratándose de la ciencia política, no


solo desde la perspectiva del investigador-sujeto, pues recordemos que también lo
investigado-objeto está caracterizado en esta disciplina por la subjetividad. El
politólogo descubre también su propia subjetividad a través de su relación con lo
que investiga, desde la dimensión axiológica y valorativa del hecho político.

La explicación de hallazgos y descripciones de un investigador que prefiere


exclusivamente utilizar métodos cuantitativos, muchas veces se dan más en torno
al método que a la objetividad de referentes empíricos. Pero en gran medida
tenemos que aceptar la idea de que la rigurosidad metodológica ha contribuido de
manera significativa al progreso de la disciplina, pues cada nuevo paso en el
método significa también un nuevo avance o descubrimiento, que va desde la
simple intuición expuesta en un anteproyecto hasta concluir con aportes
importantes para la ciencia política en la presentación de los hallazgos:

“Del desarrollo de una simple curiosidad intelectual a la identificación de generalizaciones y a


la formulación de teorías, la investigación procede a través de estadios que son
analíticamente distintos, pero que en la práctica se superponen y se entrecruzan. Cada nuevo
paso tiene un efecto sobre los anteriores. Así como hipótesis nuevas o refinamientos de
hipótesis existentes pueden desarrollarse en cualquier fase, el análisis de los datos y de las
informaciones puede sugerir el recurso a nuevos conceptos, el desarrollo de nuevas variables

35
VALDES VEGA, Op. Cit., p. 9.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 23
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

y, a su vez, la búsqueda de otros datos e informaciones. La formulación de generalizaciones y


(pre-) teorías, que analíticamente puedan considerarse como objetivo de la investigación
científica, no es en realidad, desde otro punto de vista, más que el comienzo de identificación
de nuevos problemas36.

La investigación cuantitativa es un modelo de investigación que tiene su origen y


se inspira en las ciencias naturales y en corrientes epistemológicas como el
positivismo, es por ello por lo que cuando encontramos resultados de
investigaciones sobre el Estado, el poder o el gobierno expresados en términos
cuantitativos, afirmamos que obedecen a una orientación positivista,
especialmente defendida por Comte37, también autor de importantes teorías del
Estado. Este modelo de investigación política articula la teoría con el dato empírico
obtenido, teniendo la teoría como punto de partida y la contrastación en el hecho
político real como punto de llegada. Las orientaciones teóricas se dan de
antemano, construidas en cuerpos de variables que delimitan el camino. Operan
pues en forma deductiva. Esta conceptualización previa determina la construcción
de instrumentos, habitualmente censos y encuestas. La cuantificación de los
estudios políticos aspira a hallazgos generales, similares a las leyes de la física y
ese tipo de ciencias. Desde esta perspectiva, las normas metodológicas son
precisas y sus posibles resultados están claramente delimitados en esa propia
metodología.

Otro modelo de investigación y que cobra cada vez más adeptos entre los
investigadores de los fenómenos relativos a las relaciones de poder en el gobierno
de un Estado o en el estudio de las relaciones políticas internacionales, es la
investigación cualitativa. Inspirada en corrientes epistemológicas como el
funcionalismo y en ciencias como la antropología cultural, estas investigaciones
36
BARTOLINI, Stefano. Metodología de la investigación política. En: PASQUINO, Gianfranco. Manual
de Ciencia Política. Madrid: Alianza editorial, 1988, Pág. 76.
37
COMTE, Augusto. Curso de filosofía positiva. Barcelona: ediciones Orbis, 1985. (Cours de
Philosophie Positive, publicado por primera vez en 1830, en París).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 24
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

tienen como objetivo central captar la realidad política a través de los ojos de la
gente que está siendo estudiada y pretende percibirlos dentro de su propio
contexto. Así inducen las propiedades del problema estudiado a partir de la forma
como orientan e interpretan su mundo los individuos que se desenvuelven en la
realidad política que se examina. Una característica fundamental de un proceso de
investigación cualitativa es la conceptualización de los fenómenos políticos, como
realidad construida, que se rige por normatividades sociales. Esta normatividad
social y cultural es bien diferente a las leyes de la naturaleza. La investigación
cualitativa no parte de supuestos derivados teóricamente; más bien el investigador
es guiado por comportamientos, conocimientos, actitudes y valores de la gente
que se estudia. Pasa del dato observado a identificar los parámetros normativos de
comportamiento. Un investigador cualitativo debe saber articular la teoría con el
dato empírico, pero en forma flexible, de tal modo que la teoría sea el punto de
llegada. Los cuerpos teóricos se van construyendo y se deducen bajo
observaciones reiteradas, es decir, opera en forma inductiva. El investigador
cualitativo considera que el investigador no puede despersonalizarse de la realidad
política que estudia. La selección de tendencias generales de comportamiento que
organizan la vida pública debe ser producto de la aceptación y el compromiso de la
comunidad estudiada. Existen profundos vínculos de amistad, que pueden
fortalecerse bajo observaciones participantes. El equipo investigativo establece un
fuerte contacto con la realidad, para poder determinar sus conocimientos y
condiciones de vida. Para comprender la lógica y la racionalidad que opera al
interior de una comunidad política, se exige del investigador una alta formación y
habilidad académica, que le permitan examinar, contrastar y evaluar informaciones
que le llegan en forma permanente. El investigador sabe que la realidad política
resulta de interacciones entre individuos, que negocian reiteradamente la
construcción de su realidad. Este tipo de investigaciones prefiere capturar datos
esenciales a través de observaciones, entrevistas personales y a grupos focales,
Jaime Alberto Ángel Álvarez 25
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

sacrificando el grado de generalización que puedan tener, optando mejor por


mayores niveles de profundidad en los datos obtenidos. Estos estudios cualitativos
deben ser analizados por los politólogos desde nuevas consideraciones de la
subjetividad del investigador, como nos lo recuerda Valdes Vega citando a Nagel:

“De esta manera, las ciencias sociales se ven obligadas a confiar en técnicas de investigación
“subjetivas” o “no objetivas” pues sus categorías descriptivas y explicativas son de esa
naturaleza. En un loable intento por comprender los obstáculos científicos implicados en
objetos de estudio tan difíciles de conocer, Nagel escribió: El científico social [con ellos los
politólogos], por lo tanto, debe “interpretar” los materiales de su estudio identificándose en
su imaginación con los actores de los procesos sociales considerando las situaciones con las
que se enfrentan como los actores mismos y construyendo “modelos de motivaciones” en los
cuales se atribuyan a esos agentes humanos resortes de su acción y compromisos con
diversos esquemas de valores. El científico social sólo puede lograr esto porque él mismo es
un agente activo en procesos sociales y puede comprender, por ende, a la luz de sus propias
experiencias “subjetivas”, los “significados internos” de las acciones sociales. En
consecuencia, se sostiene que la creación de una ciencia social “objetiva” [...] es una
esperanza vana; pues excluir por principio todo vestigio de interpretación subjetiva y
motivacional del estudio de los problemas humanos equivale a eliminar de dicho estudio la
consideración de todo hecho social genuino (Nagel, Ernest. 1991. La estructura de la ciencia,
Paidós, Barcelona:428)”38.

3.2. EL DEBATE METODOLÓGICO DESDE LA PERSPECTIVA FILOSÓFICA:


UNA EXPLICACIÓN NORMATIVA

En sus orígenes, la política, entendida como el arte o la ciencia de gobernar, nace


en la teoría política de Platón (427-347 a.C.), a la que denominó ciencia regia,
concepto retomado posteriormente por Aristóteles (384-322 a.C.), expresándola
como una tercera teoría de la ciencia política (la primera la ética y la segunda la
economía), ciencia en el sentido de entenderla como una disciplina de tipo

38
VALDES VEGA, Op. Cit., p. 7.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 26
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

superior, que pretende dilucidar la condición natural del hombre, que lo conduce al
entendimiento del sentido que tiene lo social, lo comunitario y el significado de
ordenar la sociedad, liderado por los gobernantes, lo que se descubre mediante el
diálogo.

Este debate sobre el método de investigación sobre las relaciones de poder en el


Estado ha sido bien importante en la historia del pensamiento. Ya en Aristóteles
(384-322 a.C.) encontramos la preocupación por la forma de aproximarnos al
objeto propio de la política. Según él, la política como ciencia práctica se preocupa
por el hombre de manera exclusiva39. En la reflexión sobre sí mismo y de sus
acciones, a lo que le apunta la ciencia práctica, a mejorar sus acciones, lo llama
Aristóteles la sabiduría práctica o prudencia. El método de la política, según
Aristóteles, lo resume Carnes Lord:

“En cuanto al método de la ciencia práctica, Aristóteles parece concebirlo como un modo de
análisis destinado menos a descubrir los principios o las causas que articular los fenómenos
de la acción humana: en gran parte por medio de un examen dialéctico y un refinamiento de
las opiniones de los hombres con respecto a estos fenómenos”40.

El método aristotélico está basado en la argumentación dialéctica, un método poco


riguroso de investigación, que parte de premisas para formar la opinión común,
con lo cual no logra superar mucho a su maestro, original mentor de esta forma de
construcción o descubrimiento de la realidad, es decir, apoyar la filosofía política
en el lenguaje común y ordinario de la gente. Con esto deja de lado el método
deductivo, que parte de principios universales de la condición humana y olvida la
posibilidad de construir un lenguaje técnico que se encuentre por encima de la
vida política real. Es por ello que él intenta en su metafísica y en sus tratados de

ARISTÓTELES. Política. Barcelona: ediciones Orbis, 1985.


39

LORD, Carnes. Aristóteles. En: STRAUSS, Leo y CROPSEY, Joseph. Historia de la filosofía política.
40

México: Fondo de cultura económica, 1996. Pág. 124.


Jaime Alberto Ángel Álvarez 27
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

ética de convencernos de usar diferentes lenguajes, más preciso para las ciencias
teóricas (metafísica, matemáticas, física, biología y psicología) que para las
ciencias prácticas (política, ética, economía). Es por la condición humana,
caracterizada por el hecho de que todos sus asuntos se encuentran siempre
sujetos a cambios y variaciones constantes, por lo que no podemos equipararlos
con los asuntos propios de la física o la matemática, caracterizados por la
constancia, la permanencia y la invariabilidad, por lo que resulta improbable
equipararlos en su objeto y menos en su método. Los razonamientos sobre los
asuntos políticos son de tipo práctico y se acercan más a un razonamiento
práctico, propio del ciudadano común. Lejos pues de asociar la filosofía política de
Aristóteles con sus planteamientos metafísicos, como algunos analistas lo han
advertido equivocadamente.

El discurso filosófico político de Aristóteles no está intencionalmente presentado a


los filósofos, más bien es una orientación para el hombre práctico, de acción: el
político. Pero cuidado, no a cualquier tipo de político, es para los detentadores del
poder, para los gobernantes, para los legisladores, hoy diríamos para los
constitucionalistas o los científicos del derecho, todos ellos con niveles importantes
de educación. Esto es importante, pues ellos son los que construyen el marco de
referencia de la vida pública. La relación con las ciencias teóricas no se abandona
con la construcción de la ciencia práctica, pues él advierte sobre la importancia de
acudir a ellas en los momentos de elaboración de categorías, en especial en los
tratados de psicología. En lo que no podemos caer es en la tentación, para seguir
a Aristóteles, de construir los argumentos políticos sobre la base de los
argumentos intelectuales, tal como lo hicieron antes de él los sofistas, quizá por su
falta de capacidad para entender la política como asunto práctico. Es salvaguardar
la política de su escenario natural: la praxis. Aristóteles prefiere utilizar expresiones
como experiencia política o ciencia política para referirse a lo que hoy de manera
Jaime Alberto Ángel Álvarez 28
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

desprevenida y ligera llamamos filosofía política. Esto, sin embargo, no deja de


plantearnos dudas sobre las verdaderas intenciones de Aristóteles de construir una
filosofía política teórica, pues no podemos olvidar su concepción antropológica de
que también somos naturaleza, es decir, no somos como humanos radicalmente
distintos de lo físico, también lo humano cuenta con ciertas regularidades,
presentes en sus potencialidades. Esto es lo que, por deducción, da la posibilidad
de que los acontecimientos humanos como lo político, puedan ser tratados como
ciencia teórica. Las posibilidades de la ciencia práctica o política están claramente
expresadas en su Ética a Nicómaco41. Contempla allí Aristóteles sus tres
componentes: la ética o ciencia del carácter, la economía o ciencia de la
administración de la familia y la ciencia política en su sentido más estrecho y
familiar, la ciencia de gobernar la comunidad política. Por lo tanto, la ética, la
economía y la administración no pueden considerarse saberes independientes de la
política, son su fundamento.

Estos argumentos resultan fundamentales para entender la existencia de las


instituciones y las relaciones políticas que se dan dentro del Estado o en las
relaciones internacionales. Esta perspectiva centra sus estudios en el tema de la
fenomenología de la influencia y del poder, relaciones de autoridad y de
subordinación de unos hombres respecto de otros. Este es una de las cuestiones
en la que los filósofos y científicos de la política han estado más de acuerdo, en
que el tema fundamental de la política es el tema del poder público, desde los
tiempos en que a los mandatarios se les otorgaba poder divino y por su cuenta
legitimar el uso de la fuerza sobre los hombres, hasta los tiempos más recientes en
que el pueblo delega, mediante el voto, quiénes han de ser los que detenten el
poder. Aquí encontramos la diferencia entre autoritarismo y democracia. Así
encontramos en la historia de la humanidad reyes, faraones, sultanes, dictadores,
como hemos visto a presidentes y primeros ministros ejerciendo el poder político
41
ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco. Barcelona: ediciones Orbis, 1984. Libro sexto.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 29
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

ante quienes le delegaron autoridad.

La política también podemos entenderla como una doctrina que se fundamenta en


las teorías del derecho y de la moral. Aquí la política se refiere a la ciencia de lo
justo y lo injusto, de lo equitativo y lo inequitativo; como lo expresaba Aristóteles
en su ética: la ciencia del bien supremo, como determinante de todas las demás y
básicas para el actuar de todo ciudadano. Esta corriente devino en los tratados del
derecho natural (iusnaturalismo).

La política igualmente se refiere al estudio del Estado, el poder y los asuntos


públicos. Ya desde sus orígenes el adjetivo polis utilizado por Aristóteles se refería
a la política como lo que concierne al arte o ciencia del gobierno de la ciudad (lo
ciudadano, lo civil, lo público); es decir, se delimita la política al ejercicio del poder
político legítimo en el ámbito de un territorio y de una población específica, lo que
constituye la base de la ciencia política como el estudio del Estado; y más aún,
como la práctica misma de la constitución y sostenimiento del Estado bajo
diferentes relaciones sociales de influencia y autoridad.

Según René Descartes (1596-1650)42, haciendo eco de las tesis de Francis Bacon
(1561-1626), la filosofía se debe orientar al dominio y posesión de la naturaleza,
por lo que también debe contar con un nuevo método de conocimiento, para
lograr el propósito de situar a la filosofía en la cumbre del saber y lograr los
mayores beneficios para la sociedad. Esto hace que pensemos a Descartes en
función de determinar las mejores relaciones entre la filosofía y la ciencia con
respecto a la sociedad. Y es justamente su reflexión sobre el método y la moral
donde presenta sus principales argumentos políticos. La filosofía es la arquitecta
del árbol del conocimiento y como tal debe, utilizando el método, superar la

42
DESCARTES, René. Discurso del método. Madrid: editorial Mediterráneo, 1974. (Aparece por
primera vez en 1637).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 30
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

desproporción natural entre el aumento de los apetitos y las pasiones (las malas y
las inútiles) con respecto al uso de la razón (las pasiones buenas y útiles) por todo
lo negativo que trae para la sociedad. Por ello hay que comenzar por el método
que cure de prejuicios nacidos de la importancia que se les ha dado a las
percepciones sensoriales. El método de las matemáticas es claro ejemplo de cómo
prima el dominio del entendimiento sobre las impresiones generadas por los
sentidos. Los Estados y las naciones, a los que les reclama una reforma, no
pueden construirse sobre las opiniones de un individuo, pues las opiniones hablan
más de necesidades particulares y carecen de la certidumbre con que cuentan las
matemáticas, que nada deben a los sentidos y al cuerpo, por lo que son
conocimiento puro. Sin extenderse demasiado en temas políticos, Descartes
defiende un régimen político en los cuales se den relaciones perfectas entre
filosofía y sociedad, de hecho, hay que pensar más a Descartes político haciendo
críticas generales a la sociedad y al tema de ciertas guerras europeas entre
potencias católicas y protestantes, como Alemania y Holanda, posteriores a la
Reforma.

Augusto Comte (1798-1857) introduce el progreso de la sociedad y del hombre


como un elemento decisivo para el estudio científico de la política 43. Esto es
definitivo para entender hoy a los filósofos de la política posteriores, en lo relativo
a los propósitos prácticos de la disciplina y para la investigación sobre los factores
e indicadores que sustentan esta idea, insistimos, en el terreno de lo práctico.

La política como el estudio de los comportamientos sociales, es una concepción no


muy difundida y tiene su origen en el sistema de política positiva de Augusto
Comte. Allí él plantea la tesis de que los hechos y fenómenos políticos se rigen por
leyes invariables, lo cual posibilita, al discernirlas, influir en ellas. Así, el objeto de
estudio de la ciencia política serían las tendencias psicológicas constantes que
43
COMTE, Op. cit.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 31
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

determinan la existencia y la evolución de los hombres en sociedad. Estos


comportamientos tienen su explicación en la identificación y pertenencia de los
hombres a una determinada ideología, lo que le lleva a actuar dentro de los
partidos, escenario en el que en la actualidad desarrollan los políticos su vocación
y los gobernados actúan, por ejemplo, al elegir un candidato en tiempo de
elecciones. También este sentimiento psicológico de pertenencia, de arraigo, lleva
a los hombres a sentirse orgullosos de pertenecer a una Nación o querer vivir y
proyectar su vida en un determinado Estado. Esta concepción de Comte y en
general de la psicología social será muy importante para entender el fenómeno
político de los nacionalismos.

El filósofo John Stuart Mill (1806-1873), de la escuela utilitarista inglesa, dedicó


una parte importante de su vida intelectual al problema que aquí nos planteamos:
el método más eficaz para el estudio del Estado. En principio, Stuart Mill acepta el
método deductivo para ser aplicado al conocimiento de la política, tal como ya lo
había hecho Jeremías Bentham y su padre James Mill. Para ellos el método
deductivo se soporta sobre la base de un número determinado de leyes,
relativamente sencillas, como parte de la condición humana, por ejemplo, como
ciertos axiomas psicológicos. Los principios originalmente fueron nombrados por
Bentham44 y posteriormente reconocidos por James Mill 45 en su teoría de gobierno.
Esto es aplicable, según ellos, para determinar los principios de la filosofía política
y los aspectos prácticos inherentes a ella.

La crítica a esta perspectiva metodológica fue elaborada con rigor por Thomas
Macaulay (1800-1859)46, que consideraba el enfoque demasiado simplista, pues
44
BENTHAM, Jeremías. An Introduction to the Principles of Morals and Legislation. Londres y New
York: Methuen University, 1982.
45
MILL, James y otros. Utilitarian Logic and Politics: Essay on Government, Oxford: Oxford
University Press, 1978.
46
MACAULAY, Thomas. Mill on Government. Edimburg Review, vol. X (marzo de 1829).
Reproducido en The Miscellaneous Writing of Lord Macaulay (Londres: Logran, Green, Logran and
Jaime Alberto Ángel Álvarez 32
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

según él, el comportamiento del hombre no se guía exclusiva ni primariamente en


virtud de la obtención del placer. Del mismo modo, criticó la posición de los
filósofos que aceptan los principios a priori, como fundamento de la explicación del
comportamiento práctico o político. Su posición es radicalmente distinta, en tanto
que reconoce más bien los principios del empirismo para explicar la conducta
política, pues lo que se conoce de la política se apoya en la observación y el
conocimiento de la historia, a partir de lo cual el científico y el filósofo de la política
clasifican y generalizan, como lo propuso el filósofo moderno Francis Bacon 47. El
conocimiento de lo político, a nivel teórico y práctico, según Macaulay, consiste en
identificar las generalizaciones para contrastarlas con nuevos datos, lo que nos
lleva a la cristalización de la ciencia política, superando con ello lo improductivo
que resultan en este campo las tesis aprioristas, defendidas por lo utilitaristas.

Stuart Mill intenta conciliar en su filosofía política el pensamiento de su padre con


las críticas hechas por Macaulay. En relación con el método de investigación
política, Mill hace una distinción en cuanto a los tipos de deducción: deducción
directa, deducción concreta y deducción inversa 48. Este es el descubrimiento de sus
cuatro métodos, aplicables según la materia de la que se trate el conocimiento.
Uno, el “método químico” o la inducción propiamente dicha, en el que las leyes
causales se establecen comparando los casos observados en forma específica,
partiendo de los cánones de la inducción que son los métodos de acuerdo,
diferencia, variaciones concomitantes y residuos. Útil para el estudio de la química
y de alguna manera para la historia, este método resulta inaplicable en el
conocimiento de la política. Dos, el “método geométrico” o método deductivo
directo, define los argumentos por medio del razonamiento silogístico a partir de

Roberts, 1800), I, 282-322.


47
BACON, Francis. Novum Organon. Aforismos sobre la interpretación de la naturaleza y el reino del
hombre. Barcelona: ediciones Orbis, 1984. (Aparece por primera vez en 1620).
48
MILL, John Stuart. A System of Logic. New York: Longmans, 1949. III y VI. (Aparece por primera
vez en 1843)
Jaime Alberto Ángel Álvarez 33
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

primeros principios, llegando a leyes menos generales. No puede ser aplicado en la


mecánica ni en la política en razón a que pueden existir otras causas que
obstaculicen la operación de la causa objeto de estudio. Puede servir, por ejemplo,
para el universo de las matemáticas. Tres, el “método físico” o método deductivo
concreto tiene la característica de que infiere las leyes de un conjunto de leyes
causales, por lo que tiene en cuenta todas las causas que inciden sobre el efecto y
mezcla las leyes entre sí. La agregación de causas se posibilita en razón a que el
efecto producido es la suma de los efectos que serían producidos por las causas
consideradas de manera individual. Este método deductivo concreto sirve para el
estudio general de la sociedad, que busca explicar el efecto de una causa, en una
condición dada de la sociedad. Cuatro, el “método histórico” o método deductivo
inverso nos deja conocer la forma como quedan determinadas las condiciones de
la sociedad. El procedimiento consiste en elaborar leyes empíricas de la sociedad
sobre la base de la inducción, para luego entrar a comprobar las leyes,
deduciéndolas de las leyes a priori de la naturaleza humana. El método inductivo
por sí mismo resulta insuficiente, pues son muy pocos los casos que se logran
tener para utilizarlos como datos. La verdad de las generalizaciones estará en
relación con las conexiones deductivas con respecto a una teoría general.

Mill, influenciado por Comte, respecto al tema del progreso humano, conoce bien
que los factores y los indicadores de progreso no son una constante, por lo que
asume que ello puede traer problemas para el método físico. Una cosa son las
condiciones que pueden seguir siendo constantes y otro asunto es la presencia de
nuevos factores que alteran las generalizaciones. Mill acepta que el modelo de la
física puede servir en la política para acciones concretas en momentos históricos
concretos, pero el método histórico es determinante a la hora de analizar los
efectos de las propuestas particulares, siendo esto la base del progreso del que
antes nos había insistido Augusto Comte.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 34
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

En la conferencia La política como vocación49, Max Weber (1864-1920) presenta


sus principales argumentos sobre teoría y filosofía política. Esta conferencia
expuesta en 1919 presenta la política ligada a los conceptos de Estado y poder.
Weber advierte que el concepto de política tiene una acepción popular y otra
científica o filosófica, más útil para la construcción de nuestro marco conceptual:

¿Qué entendemos por política? El concepto es extraordinariamente amplio y abarca cualquier


género de actividad directiva autónoma. Se habla de la política de divisa de los bancos, de la
política de descuento del Reichsbank, de la política de un sindicato en una huelga, y se puede
hablar igualmente de la política escolar de una sociedad o de una aldea, de la política que la
presidencia de una asociación lleva en la dirección de ésta e incluso de la política de una
esposa astuta que trata de gobernar a su marido. Naturalmente, no es este amplísimo
concepto el que servirá de base a nuestras consideraciones en la tarde de hoy. Por política
entenderemos solamente la dirección o la influencia sobre la dirección de una asociación
política, es decir, en nuestro tiempo, de un Estado. (…)
El Estado es la única fuente del derecho a la violencia. Política significará, pues, para
nosotros, la aspiración a participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre los
distintos Estados o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres que lo
componen”50.

Max Weber, recordemos, ha planteado el debate entre la ética de la convicción y


ética de la responsabilidad51. Según Weber, las ciencias sociales y por tanto los
estudios políticos tienen la necesidad de ser tratadas excluyendo todo tipo de
valores, pues la ciencia no es justa ni bella sino verdadera y tiene como objetivo
construir tipos ideales para fijar el sentido de la realidad histórica en forma de
pensamiento, construcciones teóricas que se proyectan sobre realidades concretas
para entenderlas mejor en la que éstas tienen y en lo que falta el tipo ideal. La
teoría política de Weber surge partiendo de unas categorías abstractas que le
49
WEBER, Max. El político y el científico. Op. cit.
50
Ibid., p. 82-84.
51
Ibid.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 35
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

permiten confrontar los dos tipos de asociaciones o modelos que él advierte: la


comunidad y la sociedad. En la comunidad las personas se encuentran
fuertemente integradas y actúan según las tradiciones y los presupuestos afectivos
de naturaleza religiosa. En las relaciones sociales los hombres actúan inspirados en
los sentimientos subjetivos de los participantes, los que adhieren a la sociedad de
manera racional y según sus intereses, por ello define la sociedad como una
relación que se inspira en una compensación de intereses por motivos racionales 52.

Otro autor que conviene destacar para entender el concepto de política y su


método, conocido por sus importantes argumentos en defensa de la democracia es
John Dewey (1859-1952). Él es consciente de que la filosofía política anterior había
entendido la teoría política como una preocupación centrada en el tema del Estado
y en las diferentes instituciones del gobierno. Quizá por ello hace una de las más
importantes teorías sobre la democracia moderna, una filosofía democrática que
abarque todos los aspectos de la vida, esto es, el campo de la ética, la educación,
la lógica y la estética. Para entender la filosofía política de Dewey tenemos que
atarla al tema de su filosofía social. El fin de la filosofía, partiendo de las
condiciones históricas reales, es contribuir al progreso social, postura que va en
contra del idealismo propio de la filosofía política tradicional. Pero al mismo
tiempo, también rechazó la postura de los positivistas que reducen la comprensión
de la política a los hechos, abandonando y criticando las posturas racionales de
valor. Los problemas de la sociedad tienen su origen en las tensiones y las pugnas
que se dan en la vida en comunidad, pues a expensas de las demás clases
sociales, los más privilegiados han asegurado su futuro. Estas divisiones de clase
son síntoma inequívoco de las perturbaciones sociales y se hace evidente en las
relaciones de producción y de consumo, que tal como están planteadas generan
relaciones negativas entre los hombres. Hemos llegado, según Dewey, a una
especie de idolatría por el tema de producción, por lo que se dedica
52
WEBER, Max. Economía y sociedad. Op. cit.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 36
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

compulsivamente todo el esfuerzo en tecnología mecánica y al volumen de


fabricación de cosas. Este alto nivel de producción no se ve recompensado en la
clase trabajadora en términos espirituales, pues la sociedad se ha encargado de
apartar las relaciones de producción y consumo, lo que apoca la vida, trae
continuas crisis económicas, períodos de sobreproducción, altos niveles de
desempleo, inadecuado uso del tiempo libre y diversión, la ostentación como
característica del hombre en sociedad y en últimas, la división cada vez más
marcada de las clases sociales, caracterizadas por que, mientras las clases menos
favorecidas son constantemente oprimidas, las clases dirigentes no logran ser
auténticamente libres53.

Ante la postura crítica que asume John Dewey en los temas políticos y sociales,
propone como salida lo que él denomina el método de la inteligencia, el que
nosotros hoy llamamos método científico, inspirado, y él lo reconoce, en las tesis
de Francis Bacon54, esto es, observación, experimentación y razonamiento
reflexivo. Dicho de otro modo, es el método de observación de los hechos, la
formulación de hipótesis y el sometimiento de sus consecuencias a prueba. En este
reconocimiento, Dewey asegura que Bacon es el verdadero fundador del
pensamiento moderno. Con este argumento, Dewey asume una postura en contra
del método tradicional de la filosofía política: el método contemplativo, que, según
él es inadecuado, pues ni los principios ni las leyes de la naturaleza pueden
hallarse en la superficie de ella, están ocultos. El papel del método es arrancar los
secretos que se ocultan mediante técnicas de investigación activas y elaboradas.
Por esta vía, el papel del científico de la política será forzar a los hechos a que se
nos presenten en formas distintas a las que habitualmente se nos presentan, para
revelarnos la verdad sobre sí mismos, como sucede en la tortura, que al testigo se

53
DEWEY, John. Human Nature and Conduct. Nueva York: Henry Holt and Company, 1944. P. 270-
272.
54
BACON, Op. cit.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 37
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

le obliga a revelar lo que ha estado ocultando 55. Es gracias a esta subyugación de


la naturaleza que el hombre ha podido dar grandes pasos sociales, industriales,
científicos, se ha vuelto ingenioso y ha mejorado las condiciones del mundo
empresarial, lo que, a la postre, ha generado mayores estándares de calidad de
vida, felicidad y abundancia.

¿Cómo entonces, se pregunta Dewey, llegamos a un estado de cosas en las que


nos negamos las posibilidades ofrecidas por el método de la inteligencia? La
humanidad está sujeta a graves síntomas de injusticia social que se evidencian en
la aparición de nuevas formas de esclavitud, la presencia de los niños en los
trabajos, barrios llenos de miseria en las ciudades, desproporción entre la pobreza
extrema y la ostentosa riqueza, sobreexplotación de la naturaleza, etc. Dewey
señala a las malas prácticas de la política como las culpables del trágico fracaso del
método de la inteligencia. La conquista de la naturaleza no ha sido aprovechada
por la condición de las instituciones políticas que nacieron antes de la edad
moderna, de la época de la ciencia, es lo que él llama laguna cultural, pues éstas
no han sido hechas para una época de tecnología y producción científica. Para
describir este fenómeno, Dewey utiliza un simpático símil según el cual, ahora
hemos cambiado la vida de los castillos feudales por la vida en los bancos y en vez
de una espada, se están blandiendo las cartas de crédito 56. El poder de las
instituciones ha estado en manos de gobernantes injustos, malversan los
beneficios de la ciencia, aprovechándola para la clase de los más privilegiados y
negándosela a la mayoría de la sociedad. Puede concluirse que sólo en un
ambiente político auténticamente democrático podremos disfrutar de las promesas
de la ciencia, pero para esto se requiere también de la aplicación del método de
inteligencia a los problemas derivados de las relaciones sociales políticas,

55
DEWEY, John. Reconstruction in Philosophy. Nueva York: New American Library, 1950. P. 10, 46
y 48.
56
DEWEY, John. Human Nature and Conduct. Op. cit. p. 213.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 38
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

económicas y morales. Como vemos, el método científico puede aplicarse a las


ciencias naturales tanto como a las ciencias sociales, y por lo tanto a la política
como ciencia. La dificultad en las ciencias sociales estribaría más en las
consideraciones sobre lo que es benéfico o nocivo para el hombre en lo atinente a
cuestiones políticas, económicas y morales. La solución la encuentra Dewey en la
evaluación de las consecuencias de las decisiones, que trascienda los egoísmos,
verdadero sentido de los que él llama desarrollo. Su concepción evolucionista del
hombre y de la sociedad, descrito en sus estudios de psicología social, la defiende
bajo la tesis de que el ser humano está sujeto a una serie de progresivas
realizaciones, en la que interactúan los hábitos y los impulsos del hombre, relación
que produce múltiples variaciones humanas conducentes al desarrollo de la
sociedad y del hombre, desarrollo físico, intelectual y moral que se convierte para
Dewey en el único fin de la moral. Al final, las tensiones y pugnas que impiden el
desarrollo de las comunidades se resuelven mediante la aplicación del método de
la inteligencia. El papel de la teoría política es convertirse en el medio para
determinar qué aspectos se oponen o afectan el objetivo de la sociedad: el
desarrollo.

En los años setenta del siglo XX, aparece la publicación del texto Filosofía Política
de Eric Weil (1904-1977)57. Este autor resume algunos elementos clave para
responder sobre la pregunta ¿qué es la política? Según él y bajo una perspectiva
aristotélica, la política es un tema originalmente filosófico y se relaciona con las
ciencias sociales de manera muy especial. Por lo tanto, es fundamental que su
estudio se realice bajo una perspectiva histórica. Se relaciona con la vida en
común de los hombres y según las estructuras esenciales de esa vida. La política
es la ciencia filosófica de la acción razonable, la cual existe en función de la acción
universal, un fundamento empírico en la acción de un individuo o grupo. La política
es una tendencia natural que identifica a la humanidad, que, aunque se distingue
57
WEIL, Eric. Philosophie Politique. París: J. Vrin, 1971.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 39
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

de la moral, sus reflexiones tienen un punto de partida ético e histórico.


Jaime Alberto Ángel Álvarez 40
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

CONCLUSIONES

Las visiones expuestas de la política, más que reducir engloban y apoyan el deseo
nuestro de hacernos a una idea sobre la política como fenómeno social y como
tema central de la filosofía. Es necesario de nuevo subrayar el hecho de que no
sólo los gobernantes hacen política, sino también los grupos estructurados de
gobernados que buscan influir en el Estado o constituirse en los rectores del
Estado. La definición que plantea Helmut Schoeck parece abarcar las diferentes
tesis respecto a la pregunta ¿qué es la política?:

“La política es una forma especial de aquella acción social que necesita y busca el poder que
aspira a un gobierno legitimable y que intenta, muchas veces conforme a un modelo de
sociedad, dirigir y estructurar los aspectos públicos del Estado.” 58

Aquí no se pretende dar por acabada la respuesta a la pregunta ¿qué es la


política?, pues todo el texto examina diferentes matices derivados de tan compleja
cuestión. Las partes de este escrito subrayan las diferentes formas de entender el
universo de la política, analizando todos sus elementos conceptuales, bajo la
perspectiva de un análisis histórico, que va desde los tiempos de la antigüedad con
el nacimiento de las primeras ciudades Estado, pasando por la edad media en que
imperan las monarquías y llegando hasta los tiempos más modernos de la
globalización.

Recogiendo los argumentos presentados, es importante entender que el


investigador de las relaciones de poder en el Estado, ya por que lo haga en
términos científicos o filosóficos, desde la psicología, la economía, la sociología o la

58
SCHOECK, Helmut. Diccionario de sociología. Barcelona: editorial Herder, 1981. Pág. 549.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 41
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

antropología, debe abordar la realidad teniendo en cuenta los parámetros


históricos y culturales siempre presentes en este tipo de objetos de estudio, con lo
cual defendemos la postura epistemológica de la Escuela de Frankfurt 59, postura
que Horkheimer (1895-1973) llamara “Teoría crítica”, que defiende la idea de que
el estudio de la realidad, tanto como el sujeto y el objeto de conocimiento de lo
político, se encuentran predeterminados socialmente 60; por lo tanto, la formación
integral del filósofo de la política, del sociólogo de la política, del historiador de los
hechos políticos o sencillamente del politólogo, puede ser mejor garantía de
descubrimientos acertados que el estricto seguimiento de patrones metodológicos.
Mejor articular la concepción de mundo del investigador, con el método utilizado.
Es condición para investigar el Estado el dominio de la historia y de la cultura.

El camino que hemos preferido en nuestro programa de Investigación es el


método de casos, que, como argumenta Bartolini 61, es el método que mejor
describe las situaciones propias que se dan en el Estado, por ejemplo, un grupo de
presión, una ley electoral o la personalidad de un líder político. De acuerdo con el
autor, existen diferentes tipos de estudios de casos usualmente utilizados por los
politólogos, clasificados de acuerdo a sus características y sus funciones
cognoscitivas: Uno, el descriptivo a-teórico, caracterizado por la falta de una
formulación clara y explícita del problema político analizado y por tanto, su
objetivo no es más que reconstruir imágenes y su interpretación se hace de
manera puramente intuitiva, trayendo como problema el hecho de que no existe la
posibilidad de contribuir automáticamente a la acumulación del conocimiento
científico. Dos, los casos que plantean hipótesis interpretativas, que se focalizan en
relaciones entre las propiedades que se puedan generalizar, lo que permite que
59
FRIEDMAN, George. La filosofía política de la escuela de Frankfurt. México: Fondo de Cultura
Económica, 1986. (Primera edición en inglés: The Political Philosophy of the Frankfurt School,
1981).
60
HORKHEIMER, Max. Teoría tradicional y teoría crítica. Buenos Aires: Amorrortu editores, 1974.
61
BARTOLINI, Stefano. Metodología de la investigación política. En: PASQUINO, Gianfranco. Manual
de Ciencia Política. Madrid: Alianza editorial, 1988, Págs. 70-73.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 42
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

estas hipótesis puedan ser retomadas en otras investigaciones sobre el Estado, en


estudios de distinta naturaleza, ofreciendo la ventaja que permite tomar en
consideración muchos factores y, por tanto, formular diferentes hipótesis, incluso
alternativas. Tres, los casos del tipo explicativo, que intentan explicar aspectos
particulares recurriendo a generalizaciones y teorías existentes en la literatura
sobre teorías del Estado. Cuatro, el tipo de casos que tienen como función evaluar
la plausibilidad de teorías formuladas y la validez y utilidad de determinadas
construcciones o esquemas teóricos, por lo que subraya de manera especial las
debilidades de una teoría. Quinto, el estudio de caso desviante, centrada en
establecer redes de relación y asociaciones establecidas mediante investigaciones
estadísticas y experimentales.

De esta manera, tenemos diferentes tipos de análisis político del Estado. Por medio
del análisis empírico se buscan regularidades y tendencias políticas presentes en la
sociedad; la evaluación de políticas, es un análisis en términos de quién se
beneficia y quién se perjudica, desde el punto de vista de resultados y de procesos
en la toma de decisiones en políticas públicas; el análisis semántico, busca precisar
el verdadero significado de las ideas políticas para construir su marco conceptual;
y el análisis normativo, realizado por los filósofos de la política y los interesados en
determinar sus aspectos morales, tratan de concluir cómo deben ser las cosas en
la política, sus conclusiones son ideales, si bien se pueden fundamentar en lo
empírico62. Nuestro programa de investigación se define desde esta última
perspectiva epistemológica y se complementa, como ya lo advertimos, en la
presentación y análisis de casos.

62
MARSH y STOKER, Op. Cit.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 43
El camino de la política: ¿la ciencia o la filosofía?

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