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9 a la 20)
Por encima de la visión que cada cual pueda tener del Caribe nos interesa
simplemente mostrar cuál es su sentido. Para evitar una larga disertación
académica, citaremos algunos ejemplos de las visiones geográficas que han
contribuido a formar el Caribe colombiano.
En esta lectura que nos brinda el compilador Ariel Castillo Mier nos comenta que
existen dos visiones, Visión interna y Visión Externa.
VISIÓN INTERNA
Se le llama visión interna a aquella que nos expresa la población, lo cual nos
explica de como se veía el caribe colombiano, a causa de lo cual ellos
denominaban caribe colombiano llamándola Costa Atlántica. También nos explica
la gran perdida geográfica que han tenido en todo el territorio caribeño, también
explica uno de los tantos logros más importantes que ha obtenido en el proceso de
regionalización de Colombia.
VISION EXTERNA
Una visión externa sobre la región es la de Jacques Gilard, uno de los mejores
caribólogos franceses quien en su monumental tesis de geografía cultural, “García
Márquez y el Grupo de Barranquilla”, la más importante que se haya escrito sobre
una región en América, plantea que para entender a García Márquez es necesario
considerar el mundo de donde había salido. Gilard señala que hemos dicho que él
se comporta como un hombre de la Costa, región de la cual hemos señalado
ciertas particularidades, al menos para establecer un contraste con el interior
andino de Colombia. Además, hemos destacado ese rasgo fundamental de un
escritor que, sin dejar de ser colombiano, se define en función de la cultura Caribe.
Según Gilard, García Márquez, sin dejar de ser colombiano, pasó a pensar como
caribe, no sólo como costeño. Con apoyo en un inmenso acervo
documental, Gilard demuestra que la universalidad del escritor se obtiene a partir
de una visión del Caribe más que de cualquier otra visión.
Una historia regional escribe que: El Caribe colombiano es conocido
indistintamente como el litoral, la costa atlántica y la costa y para los propósitos de
este trabajo se define por los límites de los antiguos estados soberanos de Bolívar
y Magdalena; no conozco un solo documento del siglo XVIII que contenga un
estimativo aproximado de su área. Algunas regiones de Nicaragua, se denominan
Atlánticas pese a que una institución universitaria lleva el nombre de Universidad
de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua, URACCAN. Lo
mismo sucede actualmente en Costa Rica, Honduras y Panamá, en donde el
término Costa Atlántica se utiliza todavía en las cartas oficiales.
En el siglo XIX, antes de la Independencia, Colombia no existía. Sin
embargo, orientada por un sentido mítico de comunidad imaginada la historia
patria supone que se trata de una entidad que siempre ha existido y siempre
existirá, de manera que comienza su relato desde los pobladores originales
llamándolos los primeros colombianos o los primeros habitantes de Colombia.
Pero lo que sí existía era el mar Caribe, del cual tomaron su nombre todas las
regiones costeras, por lo menos a partir del siglo XVI, cuando se inició la Leyenda
Negra del caribe antropófago, y expresamente desde 1775, como se puede
apreciar en la mayoría de las cartas geográficas inglesas de la época. Por esa
época, el Caribe, ancho y profundo, a pesar de haber sido el campo de disputas
de las potencias europeas, en vez de separar, unía.
Hoy nadie llora en Colombia los territorios perdidos, salvo tal vez Panamá, cuya
herida sigue sangrando en la historia patria. Con la pérdida de Panamá se perdió
también la oportunidad de haber sido el centro del mundo, como lo había visto
Bolívar desde la Carta de Jamaica, una posición geoestratégica ambicionada por
las grandes potencias coloniales de la época, que Colombia no pudo entender.
Sólo los habitantes del archipiélago de San Andrés y Providencia extrañan los
territorios que antes podían recorrer libremente cuando el Caribe no tenía dueños
y constituía un territorio común, que ellos habían contribuido a fundar desde el
siglo pasado.
Se han firmado tratados con Costa Rica y Honduras que los respectivos
congresos no quieren ratificar. Nicaragua a pesar de que desistió de sus reclamos
sobre San Andrés sigue intentando negociar las áreas de plataforma continental
que quedaron en posesión colombiana al oriente del meridiano 82. Con las Antillas
mayores los tratados parecen resistir el tiempo. Con Venezuela no sucede lo
mismo.