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EL CEREBELO Y SUS LESIONES

Ricardo Ortiz Pulido, Luis Isauro García Hernández,


María Elena Hernández y Jorge Manzo Denes

Si pusiéramos a concurso qué estructura conocida por el hombre es la más


compleja, el veredicto sin duda le daría el primer lugar al cerebro. El cerebro es la
estructura que ocupa el interior de nuestra cabeza y que pesa alrededor de un kilo
y medio. Con mucho, rebasa en complejidad estructural y funcional a cualquier
otra estructura en nuestro planeta, lo que le llevó evolutivamente a ocupar un lugar
primordial en nuestra vida: controla todas las funciones de nuestro cuerpo y nos
da la capacidad de hacer y ser lo que somos.

La complejidad del cerebro también trae otras consecuencias que son poco
halagüeñas: a veces se descompone, y el problema no es que enferme sino que
no lo podemos curar. No todavía, al menos, debido justamente a su complejidad.
Es tan complicada su estructura y función que, a pesar del gran esfuerzo e
inversión internacional por estudiarlo, aún estamos lejos de conocerlo. ¿Cómo
reparar algo que no sabemos cómo funciona normalmente? Sin embargo, aquí
tenemos a nuestro cerebro y sus enfermedades. Y tenemos que enfrentarlas. Pero
un espacio como este sería insuficiente para comentar sobre todas las
consecuencias que en un individuo tienen los diversos daños cerebrales. Así que
nos centraremos solamente en algunos y en una región en particular, conocida
como cerebelo, o pequeño cerebro.

El cerebelo es una estructura que se encuentra en la parte posterior del sistema


nervioso central, protegida por la parte del cráneo que está inmediatamente arriba
de lo que comúnmente llamamos nuca o cogote. Ahí está y, como su nombre lo
indica, parece un segundo cerebrito. Esta estructura tiene dos características
desafor tunadas: es de menor tamaño que el cerebro, y su organización interna
está perfectamente ordenada en cuanto a su distribución de neuronas. Decimos
que son desafortunadas porque en la historia de la neurobiología dieron la
impresión de que el cerebelo era una estructura encargada de una sola función,
por lo que la cantidad de investigaciones que se hicieron sobre él fueron
relativamente escasas en comparación con las hechas sobre el cerebro. Pero en
los últimos años, cuando varios investigadores en todo el mundo hemos volteado
a verlo detalladamente, nos hemos percatado de algo: el cerebelo es mucho más
complejo y realiza muchas más funciones de las que se habían considerado
anteriormente.

Muchas de tales funciones del cerebelo se han venido conociendo a partir de los
efectos que las lesiones provocan en este órgano, los que detallaremos más
adelante. En principio, las lesiones o alteraciones funcionales del cerebelo, o de
cualquier otra estructura neural, se deben a diversas causas. Una de ellas es la
genética, la que da lugar a alteraciones funcionales del cerebelo debido a los
genes; otra son las enfermedades que pueden ocasionar la pérdida de la función
cerebelar, y otra más es aquella ocasionada de manera controlada en los
laboratorios de investigación mediante el empleo de animales, lo que se hace con
el propósito de entender más su funcionamiento.

Alteraciones genéticas

Actualmente, por medio de las nuevas tecnologías es posible evaluar al cerebro y


al cerebelo humano a través de rayos X (que muestran espacios opacos y dos
dimensiones), tomografía computarizada (que detecta tres dimensiones: ancho,
alto y profundo) e imágenes por resonancia magnética (que utilizan campos
magnéticos), las que se utilizan en los hospitales, centros de salud, consultorios
independientes o laboratorios particulares. Gracias a estas tecnologías, los
médicos, especialistas e investigadores han logrado determinar algunas de las
alteraciones que ocurren en las distintas regiones del cerebelo en los seres
humanos, y también conocer qué áreas han sido afectadas por causas de la
herencia. Una de esas afectaciones genéticas es la hipoplasia cerebelar, que es
un padecimiento en el cual el cerebelo del recién nacido es de menor tamaño que
el de un sujeto normal. Otra de las afectaciones debida a la herencia es la ataxia,
que es una enfermedad degenerativa del cerebelo y que se manifiesta como un
trastorno en la coordinación del movimiento. En muchas de las ataxias cerebelares
se ha evidenciado que no sólo hay daño en la estructura del cerebelo, sino
también al nivel de la médula espinal, por lo que es importante responder a la
pregunta de qué ocurre con las neuronas del cerebelo que se ven afectadas por la
ataxia. Responderíamos primeramente que las neuronas se comunican entre sí
por medio de lo que los científicos llaman “sinapsis”; si una neurona tiene algún
daño, no podrá llevar a cabo la comunicación neuronal adecuada con otra
neurona, es decir, no habrá un contacto sináptico adecuado entre dos neuronas; al
no haber este tipo de comunicación, el cerebelo no procesará adecuadamente la
información, lo que tendrá como consecuencia que los movimientos del individuo
sean lentos, que no tenga posturas adecuadas y que muestre dificultad para
realizar movimientos finos. Se podría decir que la mayoría de los sujetos que
tienen este tipo de ataxias tienen muchos problemas de coordinación motora
debido a la falta de comunicación entre sus neuronas.

Alteraciones producidas por enfermedad

En estudios recientes se ha demostrado que no sólo el cerebelo participa en el


control del movimiento. Los científicos que lo estudian han revelado que las
lesiones en el cerebelo debidas a una enfermedad dañan el nivel cognitivo de las
personas, acompañado en algunos casos de un alto índice de ansiedad. Otro de
los efectos que se ha mostrado es que una enfermedad en la región del cerebelo
puede afectar el latido cardiaco. Por lo tanto, los estudios que se han hecho
sugieren que esa estructura está involucrada en el lenguaje, la memoria y el latido
cardiaco. Cuando se ve afectada la estructura cerebelar por algunas
enfermedades, la capacidad de aprendizaje, las funciones fisiológicas y los
movimientos se ven disminuidos.

Lesiones por accidentes


Para los científicos, una de las formas de resolver los problemas es hacer
preguntas, y en un estudio de investigación una de ellas fue la siguiente: cuando
ha sido lesionado el cerebelo en un accidente, ¿cuál es el grado de afectación en
el caminar? Pues bien, para poder evaluar de forma controlada la locomoción en
el ser humano utilizaron una caminadora, como las que se encuentran en los
gimnasios. En esta caminadora, se evaluaron individualmente sujetos con lesión
cerebelar y sujetos saludables, quienes primero caminaron a determinada
velocidad en una superficie plana, y después con distintos grados de elevación.
Los resultados de esta investigación mostraron que los sujetos con lesión parcial
del cerebelo eran más lentos que los sujetos normales en esas dos condiciones.

Otros reportes de investigación han mostrado que las lesiones por accidentes, si
son tratadas adecuadamente mediante rehabilitación física, pueden desaparecer
parcial o totalmente.

Lesiones controladas en el laboratorio

Los experimentos controlados con animales han ayudado a describir mejor el


funcionamiento del cerebelo. Muchas de esas investigaciones hechas con ratas
han ayudado a los investigadores a tomar decisiones en aspectos tales como la
rehabilitación física y los efectos positivos de un tratamiento específico. Tales
estudios con animales han ayudado considerablemente a revelar que la
recuperación física es mayor si los sujetos inician ejercicios lo más pronto posible.

El cerebelo tiene una región intermedia denominada vermis, que cuenta con diez
lóbulos; también tiene dos hemisferios: uno derecho y otro izquierdo, y en la región
profunda tiene tres pares de núcleos. Hemos citado estas particularidades para
que nuestros lectores comprendan mejor las siguientes investigaciones referidas a
estas regiones del cerebelo. Un estudio reveló que al lesionar la región central del
cerebelo de ratas, estas tuvieron problemas de locomoción. También se ha hecho
investigación con monos, los cuales tuvieron problemas motores para caminar al
recibir una lesión en el cerebelo. En otra investigación, hecha también con ratas,
los científicos dañaron el cerebelo en su parte media, o vermis, así como el núcleo
fastigial, que se encuentra en la región profunda del cerebelo, tras de lo cual hubo
una disminución en la movilidad; sin embargo, no se vieron afectadas otras
conductas, como la alimentaria.

En otro estudio, a las ratas se les quitó el cerebelo y fueron estudiadas a lo largo
de su vida y en la edad adulta, aplicándoseles varias pruebas de equilibrio. El
reporte de esa investigación mostró que todas las ratas lesionadas tuvieron
problemas cuando se les suspendió en un cable horizontal en una prueba de
equilibrio. Las ratas a las cuales se les efectuó una lesión bilateral en los
hemisferios derecho e izquierdo del cerebelo en distintas etapas de vida fueron
evaluadas en un Rota Rod1, evidenciando que las que tenían lesiones caían más
frecuentemente que las normales.
Recientes experimentos en nuestro laboratorio, hechos con ratas machos y
utilizando una técnica experimental mediante la cual se puede observar la
actividad neuronal, mostraron que sus cerebelos participan activamente cuando
olfatean a una hembra receptiva o se aparean con ella. Se encontró que en todos
los lóbulos de la vermis cerebelar hubo expresión de la actividad neuronal,
sobresaliendo el lóbulo VI. También se ha encontrado en los primates que el
cerebelo tiene un mayor nivel de oxigenación cuando huelen a una hembra
receptiva. Otros investigadores hicieron un experimento en el que estimularon
eléctricamente la piel de ratas anestesiadas y observaron la respuesta en la
vermis cerebelar. Los resultados mostraron respuestas en los lóbulos V y VI.

Todos estos experimentos han sido llevados a cabo con animales y en situaciones
controladas, mas la pregunta obligada es qué ocurre en los seres humanos. Al
efecto, se han hecho diversos experimentos. En una investigación realizada con
nueve personas se evaluó su respiración en diferentes condiciones, hallándose
que las áreas más activadas en común incluyeron los lóbulos V, VI, IX, III y VIII de
la vermis cerebelar. En otro estudio, dieciséis sujetos con buen estado de salud
recibieron estimulación eléctrica en una de las piernas; para saber si el cerebelo
percibe este tipo de estimulación se utilizaron resonancias magnéticas. Los
resultados mostraron que la actividad muscular de la pierna activa algunas áreas
del cerebelo.

Estos antecedentes muestran en conjunto que el cerebelo es una estructura


fundamental para el control del movimiento, así como para la adquisición de
información sensorial que dispara mecanismos de aprendizaje y memoria. En
nuestro laboratorio hemos venido trabajando con la conducta sexual masculina de
la rata, que está organizada en una serie de patrones de movimiento que deben
ser aprendidos para que el sujeto tenga una apropiada reproducción. Este hecho
nos llevó a proponer al cerebelo como una región requerida para la ejecución de la
conducta sexual.

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