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2. Segunda etapa: La producción de .

bienes primarios exportables


{1852 -1930)

Estu scwinda etapa tiene una fjha pe(iniciaciórtl imprecisa,


9uc corresponde a la ~ celeración y el rumento de Íos cambios
Jilfciados con la indus ialización e los países centrale~ en la
e tapu 110,tc:rior, ~ro termina¡ inequívocamente k on la crisis
mundial de 193';?- En esta fecha, el desartollo tapitalista de
lo:s lJUÍ se~ centrales, que había organizado la producción den-
tro de- un si~cema integrado, sufre una brusca detención, que
<le:1orl{1miz,1 las ,elaciones internacionales y revitaliza los pro-
ccsm dr. desarrollo que tienen lugar en el seno de las naciones
periféric11s,

A lo l 1Hl{fl <le est~ período, la ~roducción industrialY, que


h11b(11 11l~1.1do hasta mediados de siglo a pocos países y a es-
casllll runrns ~e la industria -básicamente la textil y la me-
t11lúr151l" , ~e generalizó como modo de producción domi~
luropa occjdental y en Estados Unidos, afianzándose¡
as e nul lc-u de los (países centrale~
Lu reliu:1onc-, capitalistas de producción ~ue presuP,Onía este
tipo d de:rnrrollo se ihicieron ~tensivas) también (al sector /

•n e te t cmtcxto, }a situación de las áreas marginales fue


totalmffltr. dist inta a la de la etapa anterior. El proceso de
crcdmrento rconóFoºco que gest~ la industrialización rebasó
la frontcn Je los ses ceotrales)y se proyectó hacia el resto
del mundo. Esto países se convirtieron decididamente en
'-\ la toncentración y centralización de la produc-
litaha impuso la necesidad de organizar la eco-
al, incorporando al sistema ccoI\6mico capitalista
es hMts. entonces µo ocupada~, muchas de 1-as
1 eran incluso desconocidas. Esta organización se basó en
·ón •funcional de la6 distiotias áreas y en la di- ,,,

97
.,
~wc..i óiJ
,~,,-.F' A
í i,.a,s.
?i1-1bc~ C.6'11.nAP"e\
visión internacional del trabajo en función de las necesidades anta a los requerimientos de esas regiones para expandir su
de los países centrales)1 · ·. r<:ducción _cuanto- a ) as propias necesid~es. internas de los
Un9 de los cambios que aconipañ9 al desarrollo industrial fue _a1ses cent~al9> que lfrasbdabari ~ 1~ ~feria las contradic-
el {-aumento de población :y/o}el,\ traslado de gr3Rdes masas 10ne: ~urgidas ~l desarrollo capi~st, 2 E l crecimiento de
de la actividad agrícola a la producción industri~l¡ Este pro- mográf1co del siglo XIX, que su.pero las posibilida.des de ab-
ceso provocó, aparte de los excedentes demográficos que ne- sor~ión por las economías centr-ales, se canalizó hacia aquellas
cesitaban emigrar, un €umento en ra demanda de alimento~ reg.:.c.::-.125. · ---- .,...¡,-t-\\VIU),ll;;~
que se unió a 1a acrecentada demandaldE 1 ma.terias primas para Los ~xcedentes demograficos de los países centrales se vol-
la industria\ De ah( que fuera necesario para los países cen- c~ron -junto con los capitales- hacia las regiones perifé-
trales orgarlizar en la periferia economías -primarias, produc- ncas j Fueron fyndam.entalmente emigraciones de zonas _dedi-
toras de alimentos y materias primas para la exportación y cadad a la· -agncultura en donde las invariables estructuras
consumidoras de lh5 manufacturas europeas. En función de jurídn:a_s, la tenenc~a de la tierra y la baja productividad, que
estos cambios las \ªreas coloniales pasaron a ser primordial- se refle¡aban en baios salarios o ingresos, constituían factores
ment~roductora~, quedando relegadas en su fp'á'p<elr, de mer- de ~xpuls~ón de la_ mano de obra en ellas ~pada. Las{m_i-.
A- cados1 -nasta entonces dominante. Ello determin¡irá una nueva grac10~s rntercontmentale~ en la segunda rrutad del -siglo XIX
e importante función de las áreas coloniales: Fbir las inver- y comienzos del xx fueron de millones de pe~onas,
siones de capitales de los países centrales) :Cas regiones más El ~apital acumulad~, que no encontraba ya~s rendidoras
aptas para ser tran-do¡ madas en productora.,¡; de alimentos eran _de in:7,ersión en la metr?poli, halló en la}.rrusm.a(periferia la
'¼1s ubicadas en~as «zonas más templadasi_ prefiriéndose los soluc1on a_!ª ~a d~~1ente de l,a gananoa)3 En ese sentido,
.s~,t<espacios vados> , donde no hubiera o~anizaciones -producti- la expans10n 1mpenalista no solo aseguro el dominio del
va.s muy arraiga as. En esos casos/' los(países centrales canali- mundo a los países capitalistas• sino que evitó, -además su
aron haci~ esas regiones los (~!~edentes demográficos y~ los propia destrucción .interna. '
apitales n cesarios para com~nzar la producción\ Sobt'e la Si bien :ste If,Oceso conjuró los conflictos internos, acentuó
~ ase de la circulación de productos primarios de fa periferia en cambio el,choque entre las potencias imperialista~ El de-
'al centro y manufacturas de este a aquella) quedaron firme-
2 La acentuación de las contradicciones del proceso de acumulación ca-
mente asentados los {ntercambios internacionales)--<:uya mag- p_italista en las I?etrópolis, la tendencia decreciente de la tasa de ganan-
nitud aumentó varia~ veces respecto de la etapa anterior-, cia y la tendencia al subconsumo se contrarrestan con las inversiones de
~osibilitados por la ,modernización, transformación y agiliza- capital en las regiones periféricas. Las exportaciones de capital se reali-
ción de los transportes} zan ~ las regiones donde la tasa de ganancia es alta debido a los bajos
Estos dos aportes -población e inversiones-- correspondían salarios que se pagan a la fuerza de trabajo y a la elevada elasticidad
de la oferta de trabajadores, que impide una presión hacia el alza de
las remuneraciones. Cf. Paul Sweezy, Teoría del desarrollo capitalista
l «El Ímperialismd es el capitalismo en la fase de desarrollo en que México, 1964, pág. 327 y sigs. '
ha tom~do cuerpo 1a dominación de los monopolios y del capital finan- 3 El siguiente cuadro refleja el aumento relativo de la importancia de
ciero, ha adquirido señalada importancia la exportación de capitales, ha las regiones coloniales para los inversores europeos. Los países nuevos
empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha termi- mencionados son Australia, Nueva Zeland.ia, Canadá, Argentina, etcétera.
nado el reparto de toda la tierra entre los países capitalistas más im-
,POrtantes ( ... ) El rasgo cara~erístico del período que nos ocupa es el Inversiones británicas en el exterior ( porcentajes)
~eparto definitivo del planeta\ definitivo no en el sentido de que sea 1870 1913
unposible repartirlo de nuevd -al contrario, nuevos repartos son po-
sibles e inevitables--, sino en el de que la política colonial de los países Estados Unidos 20 20
capitalistas ha terminado ya la conquista de todas las tienas no ocu- Países nuevos 10 45
padas que había en nuestro planeta. Por vez primera el mundo se en- Europa 50 5
cuentra ya repartido, de modo que lo que en adelante puede efectuarse Resto del mundo 20 30
son únicamente nuevos repartos, es decir, el paso de territorios de un Totales 100 100
"propietario" a otro, y no el paso de un territorio sin propietario a un
"dueño"». (V. Lcnin, El imperialismo, fase superior del capitalismo, Fuente: R. Nurkse, «Patterns of Trade and Development», citado por
Buenos Aires, 1970, cap. IV.) · · R. Cortés Conde y E. Gallo, op. cit., pág. 28 .

• 1 ¡_,
99
sarrollo cap1talista · trajo aparejado en los -países centrales un
proceso de concentración y centr~ación económica que llevó
a la integración de las distintas ramas de la producción, el
comercio y el financiamiento. El capitalismo monopolista con-
dujo necesariamente a una lucha por los mercados que im-
plicaba algún tipo de domim.ción polúica sobre las regiones
periféricas. D~ ese modo, si en la .primera ,p arte de la etapa

el dominio de\.1nglaterra fue in.discutido, a~ecieron ,hacia su
~
() f
fin uevos competidores ( Alemania)y luego .\t-stados Unid~),
~ siendo Ias(regiones perif~r:casW( ampo de d.ísput~ La Prime-
>, ra Guerra Mundial sirvió para dirimir las supremadas .y allanar
o
"Cl
el ca1mno al crecimiento norteamericano.
e:
o
u

2. El sistema nacional

....
o La relación de la Argentina con los países centrales se modi-
o.. ficó profundamente en esta etapa, en la que se dio un (ace-
o
'"O
;:;
lerado crecimiento económico en función de la.s necesidades
o de los países centrales) El creoimif.lto, inducido exteriormen-
1

te, reveló un grado muy alto de \integración de la economía


argentina al mercado mundit,4 la etapa puede caracterizarse
o \'.l 8888888888°888888 8 ºººº por la presentación de urui ~rentera muy débil frente al sis-
"Cl ~
ºººº
-~l.i"'
e: qqqqqqqoqq$qqqq?q o
ON~~f'l'"\~~~~NO\~.......-jNVf'l'"\f'I'"\
N~~oo~~oo~v-oo~~N~~ ~
~ ºººº
-.iocó<'i tema internacional de dominación) Sin embargo, la acci6n

--
(j\f'l'"\.......-j-
o·-
E--c E
oo~~~NOONOO~~~~~N~
~O~~~N~~
~
~ ~ ""' de los factores externos fue reelab6rada internamente por la
o
""' peculiar configuración de la estructura de dominación locait.
Para comprender su modo de actuar es necesario señalar pri-
mero algunos aspectos de esa transformación económica.

2. 1 La función económica
La incorporación de la Argentina al sistema mundial que se
estructuraba, como productora de mate9,as p~mas alimenti-
cias, se vi9 favorecida ;,orgue la regi6n\ litor~) la más apta
para ello, (,_o~ era una ~2=°ºª vacía» y ya tenía orientada su
producción hacia la actrvidad agropecuariaf sdlo fueron nece-
.... sarias algunas adaptaciones que, aunque mod.ificaro.Q profun-
o.... damente su fisonomía, acentuaron en definitiva muchas ten-
~ dencias ya perfiladas. .
:::l
u Para realizar e~a ($ptaci6n~ la Arg_entina recibi~ de_l exterior,
como ya se v10, ~po~tes contingentes de l.WD..lgrantes y
gran cantidad de capi~~} L o s ~ ~ provenientes en
. ¡l}J/>fJ f-f/.J. CÁ O'N' \~ J /\)/1,'J 1~ .y'l ,J76'.' S.
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su mayoría de las penínsulas ~bérica e itálica, se instalaron respect~a. la situae1on ~t~1o/.: el (aumento de 1as importa-
masivamente en el Litoral ~ en particular~ los centros w:- cion~~ Yi el establecimiento de(lla red ffrroviaria acercaron los
mercad del Interior a Buenos Aires¡,·· modificando la situa-
banos portuarios\ La (p~líttca restrictiva) adoptada para \rr
entrega de tierrad fiscal~ --entre las que se contaban espe- ción de illspers1ón del mercado nacional existente · hacia el
cialmente aquellas ganadas a )os 1tn·os-- dificultó su qdi- comienzo de la etapa. Las regiones de Cuyo, Corrientes y
cación en las Jzonas rurales, ~cent ndose el ibredominio de el Noroeste, vincuJadas hasta ~ntonces con los mercados de
los latifundt· ~¡, otro de los rasgos · eredados del período an- Chile·, Brasil y Bolivia respectivamente, se acercaron a Buenos
terior~ Las !Versiones extranjera~ -fundamentalmente ~ri- Aires, en cuanto a las importaciones primero y a las exporta-
tánica ~ se. dirigieron fa fa actividad productiva <1,µ-ecta) ciones después. Por otra parte, en el Interior -surgieron dos
,que qu,~ó ~ cargo de inv~sores Jecales'\-sino a la ~feación regiones de agricultura moderna, que produjeron para el mer-
p➔ una~nfraestructura de transport~ J(ferrbcarriles y puertos), cado nacional en condiciones que analizaremos más adelante y
~I control del siste~a de comercialización y al financiamiento que constituyeron los únicos casos, en esta etapa, de moder-
ael Estado nacion~l} estas tareas, por su magnitud, estaban nización agrícola en el Interior.
fuep del alcance de los inversores locales. f,,
~ ~ión ~e ilas !nversiones loca es y extranjeras así como\el
eficaz funaonamiento del Estad per_mueron unafrápida ex- 2.2 El sistema de dominación
pansión de la produ,cc¡· ón ktpral La (01lonización ª~!ícola en
Santa Fe y Entr Ri~ el ~désarrol1o de la producmon lanera El proceso de expansión eco°Rmica descripto fue conducido
1 por la (oligarquía terrateniente¡; la consolidación de la hege-
~
en Bu os Airesj las a Jormaci-ones que provocó la apari-
ción frigorífic9 y el~esarrollo d~ la agricultura} fueron monía mtema y la adaptación a la estructura internacional de
las grandes etapas del desarrollo de esta ,p roducción primaria. dominación le permitió convertirse en (intermediaria entre los
estímulos externos y el sistema nacional, ei;i _el que conservó
Sim~táneamete, el ~recirniento de los centros urbanos) pro-
ducido taf,to r la concentración de actividades terciariai el control del proceso productivo directo} Consolidado el
como por ~a i talación de planta , de elaboración primaria, dominio interno y modernizado el aiparato t statal, el proceso .
acentuado por 4a) ya mencionada(política de tierras, estimul de cr~miento econ6mico movilizó a nuevos grupos sociales
el desarrollo de una industria manufacturera) que empezó a -las\dases media\- que €_e incorporaron -al sistema de domi-
sustituir algunas importaciones. '1.!v1St C./.\ nación dentro de fas marcos fijados por Ía oligarquía.
-Esta expansión sostenida de la producción se tradujD en un
a. La consolidación del sistema nacional de dominación
constante incremento del comercio externo y una modifica-
ción de las relaciones con la metrópoli. Con saldos favorables Las ~arajterí~<:as básicas de la f ligarquía terrateniente se'
e~la balanza comercial, la Argentina pudo(eliminár ~s défi- confor~'.lron f n la etapa anterio~ cuando la expansión gana-
. clt de 1 balanza de pagos, cuyos· saldos negativos en ~ tapa dera dio origen al sector empresarial agrario. Esta compro-
an erior debían ser en parte reinvertidos en el país. 1(con-
1
trol bri _ánic9 de ,los transportes y ;a comercialización externa ·
mismos prestamos que rec1bia el Estado se tradujeron
bación ~ue señala la existencia de un import3/.}.te1 elemento
de arrastre -refuerza la hipótesis de que la ~~entina n~
era un E espacio vacío>~ 4 Cuando se inició el proceso de ex-
{estrechamiento de las relaciones financieras Y) en una pansión, la oligarquía Ío condujo de modo tal que las bases
(gran sensibilidad local a las fluctuaciones cíclicas metropolita-
na~ tal como ocurrió en las crisis de 1857, 1874 y 1890. 4 A menudo se ha insistido, especialmente en la escuela de las teorías
La región donde se reaJizaron plenamente estas transform~ del «desarrollo económico•, que Argentina era un úpico «espado abic:r-
ciones fue I~ (Litor~j ?IYª ~ ~nsijn territorial se .a~plióJ to» ( A. Ferrer, l.A economía argentina, Buenos Aires, 1962, pág. 103).
tanto porel avance de la frontera indígena como por fa:thcor- Tanto la existencia de una tierr;t apropiada como la orientad6n de su
producción según las pautas y~ establecidas por d mercado mundial o
poración de ~ntre Ríos y el sur de lrdpba: El crecimiento incluso la e:ristcncia de una organización legal del Estado demuestran
hizo que ¼'s cf:esequilibri~existentes. r1"titoral e ~nterior se. que los -ccondicionamic:ntos p::evios» determinaron de manera funda-
acentuara°r m embargo, se produie on dos variantes con mental el desarrollo de la Argentina exportadora.

.-- ·•.1
102 103
Mapa l. Avances de la línea de frontera. *
de (su hegemonf~ - l a ~ 6 n el<; la tierr~ no se vieran
(1¡:Jalterada~; la (expa.nsi6 se realizó (al ritmo fie la prog}esiva
conquist'a y ocupaá6n . ~uevos te~toriosl que fueron ~ntre-
gádos por el Estado a preaos muy ba1os a fos que ya entonces
eran grandes ,propietarios) El mismo ~arácter militar de 1¡
ocupación evitó que pequeños colonos se apropiaran de ella],
como hubiera ocurrido en el caso de una frontera abierta,
creando una amplia clase de pequeños y medianos propieta-
rios. 5 Esta instrumentalización del poder •político que hizo
la oligarquía se completó, desde 1880 y hasta la crisis de
1890, con la sostenida inflación del valor de los bien~ raíces
a causa de la especulación, que impidió que fas tierras esca-
paran del control de los que ya las tenían.6
5 La@ecra a conquistar se puso en venta antes de hacer efectiva la
conqwsta► El diario La Prensa decía: «El gobierno declara que no tiene
dinero en las cajas fiscales para hacer frente a los gastos de la cam-
paña, pero en cambio la pampa vale dinero: tiene un precio y la ofrece
en venta al comercio del país, garantizando además como premio la
seguridad de la propiedad privada basta en el último rincón de los
territorios conquistados y a conquistarse,. (La Prensa, 19 de octubre de
1878). La ley 947, del 5 de octubre de 1878, autorizaba al Poder Eje-
cutivo a invertir 1.600.000 pesos fuertes para conquistar las tierras que
se extendían hasta la margen izquierda de los ríos Negro y Neuquén.
El gobierno consiguió el dinero poniendo en venta 4.000 títulos a 400
pesos fuertes; cada título era por la propiedad de una legua de tierras,
por lo cual esta medida importó la venta de 4.000 leguas en el sudoeste
de la provincia de Buenos Aires, sur de Córdoba y San Luis y La Pam-
pa. Véase Manuel Fernández Lópcz, «Los nuevos dueños del desiertoi.,
Polémica, Buenos Aires, 1970.
6 En 1872, el Buenos Aires Standard estimaba que el valor de las
tierras de las cercanías inmediatas a la Capital había aumentado 50
veces entre 1850-1870. (Citado por H. S. Ferns, Gran Bretaña y Argen-
tina en el siglo XIX, Buenos Aires, 1966, pág. 30.) Esta situación con-
solidó de tal manera a la oligarquía terrateniente que la posterior de-
tención del aumento dd valor de la tierra, urúda a la caída de los precios Límite físico de la región pampeana
agrícolas que se observa luego de 1890, no alteró la situación. Las si-
guientes cifras indican la magnitud del aumento posterior: Frontera
V alar de la tie"a en 1888 y 1891 ( pesos oro por hectárea)•
1888 1911
Buenos Aires 19,35 44,70
Santa Fe 4,94 . · . 21,70
C6rdoba . 4,19 18,20
Entre Ríos 12,90 22,65
La Pampa ' 1,79 9,65
* Tomado de Juan úrlos Wa}.ter, ·ra conquista Jel desierto, Buenos Ai~
• Cifras de Emilio Lahitte, La cuesti6n agraria, Buenos Aires, 1912,
pág. 16, citado por james Scobic, &volud6n en las pampas, BUC!;los •res, 1910. .
Aires, 1966.
105
104
.. .,

. Los f<;7,d~~~originados en (J.t-expansi6n agro~aria fue-


A t avés ~el~a:J1~ Au!onomista Naci~nal6a oligarq~1a ter~a-
7 mcorporo al sistema de dominación, con ·un pap:el
temente
ro~ as1 (,_c an dos por la oligarquía que logró mantenerse subordinado, a las oligarquías del Interior} cuya integrnción
cer ada Y ~crecentar su poder interno) Su eficacia fue mayor
era fundamental en el nuevo Estado nacion11l. Esa participa-
en la medida qu,e logró superar las &visiones dentro de la
ción, que debía asegurar la tranquilid11d interior, 1le daba
':l~se, que la Jrnhian en~rentado. en la etapa anterior, consoli- incluso a las oligarquías marginales un innegable peso polí-
andose un sistema naoonal de dominación en el que queda-
tico sobre todo en los cuerpos colegiados. Sobre esa base, los
ron ~laramen!: _d~limitados los grupos hegemónicos. Esta~ grupos del Interior -abandonada la hostilidad a Buenos
?res1v\ c9hes10..9- mtern~) se fue logrando a través de distintas Aires- pudieron acogerse a los beneficios de la expansión
~tapas K ·
1 económica del Litoral, actuando el Estado como redistribuidor
del inoreso nacional en beneficio de los sectores dominantes
Q Dur~nte el ~ríodo (, 852-6~ la @visión del Estado ar en- pero sin alterar mayormente la situación de las provincias. El
dmo ~I;J~Os sect':re: e~Yrentados ~Buenos Aires y la Co~fe- desarrollo de la burocracia estatal, en todos sus niveles, per-
erac~on, parec1a 1ndicar que aún se prolongaban las luchas mitió emplear a los tradicionales y permanentemente deca-
antenore~, agravadas por el aumento del poder del Litoral dentes sectores dominantes del Interior; muchos de ellos pu-
no porte?o, q':-e era capaz de dis?7tir con Buenos Aires la dieron usar su influencia política para {adquirir tierras en el
'n'
~gemorua na~1onal. Esa si:t1ación ~?&filnó con la victoria de
tre e9 Pavon y la posterior reuruficaci
\f
@ izs (primeras presidencias ( 1862-80 ~arrespondieron a
Litoral y participar de la expansión)8 Mas adelante se an~izará
el caso especial de Tucumán y Mencloza, cuya expansión puede
incluirse en este proceso de integración de los sectores domi-
una ~tapa de consoli~ción del poder de! Estado naciona~ el
cual~ no obstante, debió com,l:>atir aún fuertes tocos de resis- nantes del Interior.
t~nc~a, no. solo ,por_ Jos Qe~aHtamiento~ de los \ caudiUo~ pro-·
b. La modernización institucional
t vmciales. smo tambten por la revolucion mitrista de 1874 y
conf3:ictos 5urgidos en. torno de la federalización de Buenos
?m
rd7· embargo, se dio para entonces un principio de en-
e7
La ffunción de la qligarquía e~ f.~ano ~ lític::~ fue (rganizar
el Éstado nacional) de modo tal1_.qü°t puaiera operar efectiva-
t~n 1m1ento entre los sectores provinciales y el gobierno na-
mente sobre el proc~so expansivo que se desarroll~ba\_ ~sta
c10nal ( acuerdo Sarmiento-Urquiza) que se reforzó a partir
d e 1880. ' acción, que acompaño a todo el proceso de modermzat 10n y
racionalización de la (t,,;tivida~económica, correspondió a un
(f) !-,u~~~de r~s<;>lver el problema de :la capital, (Roca) logró (programa) altamente to'ri'érente iniciado en 1852 y acelerado
(a!:ticu~rJlos _distmtos grupos locales e~ una agrupación polí-
luego de 1a pacificacion roqui ta de 1880.
/ t~ca,_ el .artido A_uto??mista Na.cionalf que aseguró la con- . ¿, y. '(iJC,O.'l
' fmuliood Y }a canalizac1on de. las tensiones políticas internas de @;) El primer paso fue la € onsolidación de la unidá'd nacional,
: 0 ~arqUla -~entro del marco lega-1 durante veinticinco años. 7
acabando con los particularismos políticos locales' y afirmando
d sa mtegrac1on fue. conducida por ~l (sector -más poderoso el poder del Estadó.. Esto demandó ~n ~r,oceso largo y. c_on-
he la dase ~erratemente, el porteño) aunque comenzaba ~ flictivo:-aesde Casetos hasta la federalizacton de Buenos A,1res
. acerse sentir el peso creciente de sectores recientemente en 1880, en el que se incluyó el .acuerdo e -integración de las
\ lllcorporad<;>s al proceso de expansi6n económica del Litoral
'fJ agropecuano, como Córdoba, de donde surgieron· Roca y Juá-
;,o {ez Celm_án. ~ :~nstitucíón de este nuevo bloque señaló la
~~qenc1a defmtt1va de_ ~os sectores mercandles de Buenos
de oposición mediante el uso de la fui,
oligarquías mencionados antes y 1a eliminación de los núcleos
tal como OC1Jrrió
con los caudillos luego de 186.2. Ltl u~Hc~ción po~ti~a se
produjo paralelamente ~ proceso de;f cact6n economica y
. Air~, representados políticamente por el mitrismo. de conformaci6n del mercado interio~. No hablamos ya, como
~ 1°nsúlt~dosal res,~o; Ezequid Gallo y Silvia Siga!, «La formación 8 Uno de los autores de csie trabajo desarrolla en deta:lk este proceso
e os paru po11n:0s con~emporáneos: la tJCR», en G. Germani en un aporte de reciente publicación. Véase Luis Alberto Romero, «Las
J. Graaarena, Argentina, soaedaJ de masas, Buenos Aires, 1971. y economías dd Interior>, Polémica, Buenos Aires, 1970.

i06 107
en la etapa anterior, de poderes a nivel local, pues quedaron qu~ absor~ía :~as eco~omías ~éricas. La ac?ón de l~s -~u-
-~ bsumidos dentro dd Estado. ·· dillos, anarqmca y sm perspect:1,v~~• no podía en ?efinitiva
b La · unificación ·se prolongó en la tarea de dotar al país evitar ese proceso de i:ncorporaoon de la Argentrna como
e un Ímnazón polític2:;institucio~ que · comprendió básica- economía primaria exportadora. . _ . ·
y)
mente Tui sanción 9e la lConstitución lap eación de los pode- En segundo lugar, el Ejército sim6 para ~ d i r y defen~er
~ ~ nacionales) la(obra codificadora Y)la ~~ganización del Esta- la frontera, ganando tierras a los indios ~ aseg~1rando) el(té-
?ºt~ Este armazón fye el sostén del orden interno y la garantía partd de las mismas ~ entro de la clase dommant~J RecorHemos
métispensable para 1a concurrencia de las inversiones exte• que JI sector militar insumió durante este período alrededor
riores. 10 · ·
Ael 50 % d~l prest1:puesto del Estado. . _
f-) El ~stado nacional se apoyó en la fue~a militar, gara2tía (j) El @stadq actuó normalmente como ~ terme~1arro de ;a
de~ ·mantenimiento del orden interno) El fJerci to permitióf en invflsión ext'ranjera) que en buena parte se :analizó a traves ,
pnmer 1ugll{ (Óaci:ficar el país y -acabar con la oposición de del_préstamos\ al ~smo. 11 L~(política econ?m1c~ adopt~d.a fu 1 ~~
los caudillos; Entre 1860 y 1880 se alzaron contra el Estado sistemáticamdnt~ \~beral), .e vitando cualquier tlpo de 1nterfe- ,voi..\--1'
que buscaba consolidarse los Upez Jordán en Entre Ríos el rencia en la act1v1dad pnvada, except9 en aquellos sectores b¿;¡
~acho Peñaloza en San Juan y Felipe Varela, caudillo ~or- que, por su carácter deficitario, no eran_ absorbidos por nir:gún \...I
teno que actuó especialmente en la zona cuyana. Estos dos inversor .privado. Recordemos, como e¡emplo de esta actitud,
últimos expresaban, con su acción, la difícil adaptación de la que en 1889 el gobierno vendió el Fer~ocarril Oeste, qµe era
región cuyana, que conoció una época de ,prosperidad entre de la provincia de Buenos Aires, aduoendo que, como daba
1840 y 1870 ---<:uando anudó estrechas vinculaciones con ,~nanc1a,· deb'1a -pasar a manos pnva . das. 12 ., ,
Chile y la economía del Pacífico--, a las nuevas condiciones ~ Esta política liberal entronca con ll.llil concepcion mas gene-
creadas por los ferrocarriles, la reunif:icación del mercado ral del Esta90 · de carácter deci.di,damente secular y moderno. Mo?i~
interior y la nueva hegemonía económica de Buenos Aires, La obra de tm'oderoiza~,ón estatal) incluy? impor~~te~ ,reali- . 1.f\G,ó
4
za.dones en la. promoc1on de la éducac1on, la la1cizac10n de l;. ~--71
9 ~ 1862_ se .1;3cionalizó la Aduana de Buenos Aires, se derogó la
aJ?tlgua legisI;aaon ~ercantil y se clausuró el Consulado. Durante el go- ,íJ algunas actividades tradicionalmente eclesiástic~, COD?-O la mis-
bierno de Mitre se mstalaron la Suprema Corte eje Justicia y los Juz. ma educación, el Registro CivjJ, etc. El func1onarr11ento del
gados Federales en las provincias y se elaboró el Código de Comercio. Estado todo foe modernizado (siguiendo criterios de eficacia
En, 1869 se ~romulgó el 0S!3igo , Ciyil y en 1886 el Código Penal. Se
creo el_0nse¡o de I:15t:1.1coon Pública y se. e:tablecieron subsidios para 11 Entre 1862 y 1875, los empréstitos al Estado _argentino co1:stitufan
educaaon a las proV10oas. En 1869 se realizo el primer censo nacional el 50 % de todas las inversiones del mercado londinense; y los intereses
Y se promulgó la ley de ciudadanía. Sarmiento modernizó el armamento y amortizaciones de esos empréstitos absorbían el 25 % de los ingresos
del ejército, creó el Colegio Militar y la Escuela Naval Militar. En 1880 del gobierno nacional. .
se capitalizó la ciudad· de Buenos Aires y. en 1881 se realizó la unifi- 12 Juárez Celman dijo en su m~saje ~ Co?greso del año 1887: «La
cación monetaria de todo el país. venta del Andino ofrece un particular mteres, porque cor!esponde no
10 J::erns dice al respecto: «Cuando Mitre asumió sus funciones de ~olo a una conveniencia económica del momento sino también a la doc-
presidente, ~onstitucio1;1~ 1~ la ~~pública Argentina, quedó expresada en trina que la administra??~ actu~ profesa_ ( . : . ) .La a~ón <;iel gobierno
forma pacífica la conciliaoon bas1ca o voluntad general de la comunidad es indispensable como 101oal alh donde rungun mteres particular puede
argen~a. Al_ ~~pío tiempo se había alcanzado uno de los objetivos de llevar a cabo obras de cierta magnitud, pero esa necesidad se hace dis-
la _política bntawca ( · .. ) ~a respuesta_ que recibió _la política del general cutible desde que .aparecen datos opuestos», y en su mensaje del año
Mitre de alentar las mvers1ones extran¡eras fue casi instantánea. Al cabo siguiente, 1888, agregó: «Ah?ra, ~ los doce meses de, aqu~a época,
de ~es años, hombres de negocios e ingenieros británicos habían esta- puedo deciros con entera sansfacaón: el progra~a esta r~do. Las
bleado b_an~s y compañías ferroviarias y tranviarias en la Argentina· obras públicas que se ~aban e~ mano~ del_ gobierno han ~Id? entre-
a estas s1~eron d~pués obras de utilidad pública como las de gas: gadas con evidentes venta¡as a la mdustna pnvada, e:n cumplimient~ de
apias comentes y sistemas de cloacas ( .. . ) Un examen de estas inver- vuestras leyes, de mis prom~ y de ~ esperanzas. -~s ferr~es,
siones hace saltar a. la vista inmediatamente la enorme importancia. del Central Norte y Andino, han std? ena1enados; la seca.en co~t:r?1da de
poder del Estado en cuanto a asegurar d proceso en virtud del cual la prolongación del primero ha s1~0 ane:ndada y se halla adJudicada la
fon~~ de Gran B~etaña er:m destinados a la adquisición de · bienes y explotación de las obras· de sal~bndad a uno de. los expon~tes que se
~aos qu~ contnbuían directa o indirectamente al desarrollo econó- presentó en condiciones excepaonalmente ventaJosas:.. (Citado por V.
auco dd pa.ts:. (H. S. Fems, op. cit.). Sommi, La revoluci6n del 90, Buenos Aires, 1957, págs. 28 y 31.)

108 t uf-.A<C,,~ES !!1.c L&;}.41 ls-r,-(/J :}"- }. 109


A~.o,,A [i-1''41íl.2 l.(S.b ( ,¿l)¡j}~J¡(:,.dtJ)
y agilidad, pero manteniendo su control intac~o en manos· de función ~ordialt se orientó en este último sentido y con-
"
1
,, .
los sectores tradicionale~ que se resistieron a mnovar en este sistió en "segurar que el grueso del excedente fuera remesado
~ampo y ampliar la participación política. al exterior, quedando el productor local como último y mo-
V) La(escasa~,_participación po~tica) tenía que ~er, fund~me~tal- desto eslabón! en una larga cadena de beneficiarios. ·
mente con el carácter marginal He los contmgentes 1nm1gra- Esta_ ;~dencia~é~ce~tuó en ép<:><:as de ,crisis, _cuando la com-
torio~,' para os que durante ~ucho Jie~po ~~ indiferente la pres10n¡ del margen de benef1c1os creo tens10nes entre los
suerte del país; en consecuencia, la~u~a poht.J.c~e ~ pro- productores locales y os socios externos\ En estos casos, cuyo
ducía, plagada de irregularidades, no era más q?e Ja:téompe- ejeo:.plc más acabado se halla en fa ~ris1s de 1891 el cenero
tencia entre las, facciones ~e la) propia( oligarquí~ para adu:• del poder pareció desplazarse de los productores a los repre-
ñarse del • der. En cambio, toda i,? clase d_o mmante trato, sen cantes locales de los centros mundiales de decisión ( aboga-
como tarea política fundamental, de (lograr}un cierto t onsenso dos, ·f inancistas, intermediarios), surgiendo en los propios
del conjunto de la población( para los valores .Y. objeqvos)-es productores intentos de oposición a la dependencia, obvia-men-
¡;o decir, para el programa- tde los grupos dmgentef En un te estériles y sin perspectivas. 15 El poder local asumió enton-
nivel, el if>eriodismq y, dentro de un plan más general, la ces plenamente su papel de agente vehiculizador de las ded-
~ducaci6n) se organizaron para difundir entre la población siones externas. Volviendo al ejemplo de 1890, en plena con-
J1l5 esos valores --que se sintetizaban admirablemente en la no- tracción y angustia financiera el presidente Pellegrini decidió
f
ción de progreso-- y_ sobre todo ,p ara xc~uir a la Igle:i~
como •posible competidora dentro del arnb1to de la socie-
que la primera prioridad para el Estado era saldar los ·servicios
de -la deuda externa.
_p., dad civil. E se sentido tuvo toda la legislación laica, que bus-
caba, en definitiv·a, lograr el control por iparte del &tado deuda externa y la garantía de los ferrocarriles; en el Banco Nacional
sohre una Iglesia a la que se quería convertir en su interme- no tenemos nada; si no pagamos seremos inscriptos en el libro negro de
diaria para la obtención dd consenso en la sociedad civil.13 · las naciones insolventes; solo l.a ayuda de todos los que están en condi-
ciones puede salvarnos: ¡Reclamo de ustedes esa ayuda en nombre de
la Patria! Se trata de una contribución inmediata y reservada, porque
c. La integración al sistema internacional de domintieión si divulgáramos lo que pasa, agravaríamos con el pánico, hasta hacerlo in-
curable, el mismo mal que tratamos de remediar. Si no tenemos el co-
Como se señala en la .primera parte, toda estructur!l de poder raje de apeligrar los bienes, podemos perder lo que nos queda a más
de lo que ya hemos perdido: solo arriesgándolo todo podemos salvarlo
tiene un carácter bipolar, originándose por un lado en una todo. Aquí en este pliego he proyectado las bases de un empréstito in-
relación de fuerzas de los sectores dominantes internos y por terno; los invito a ustedes a suscribir y a pagar de inmediato, al conta-
otro en una alianza con el ,poder metropolitano. Para la etapa do, ese empréstito, que será una deuda de honor para la Nación; el re-
anterior -h abíamos señalado que -a un sistema nacional poco sultado de la suscripción medirá cuál. es la confianza que inspiró y de-
terminará mi aceptación o renuncia del Gobierno». (Citado por V.
integrado correspondía una estructura de poder predominan- Sommi, op. cit., págs. 328-29.)
temente apoyada en las relaciones socia,les internas y con 15 El proceso de rápido endeudamiento del país al capital extranjero
cierta independencia respecto del sistema internacional de
poder. . (_l!,00: .
~n esta etapa la ~ligarquía gobern~te recib~ su pode t~to
i que se dio en los años que van de 1880 hasta 1890 beneficiaba directa•
mente al sector intermediario formado por los representantes locales de
los centros mundiales de decisión y tendía a convertirlo cada vez más
en el factor de poder interno en detrimento de la clase terrateniente
. ~el control inte~o de la producc10~ ~o~ ~ d~ su cap c1gad
para negociar eficazmente con el exteno~.- 1
m embargo,, su
productora. Si bien esta última Iio podía desvincularse del mercado
mundial ni le interesaba hacerlo, podía enfrentarse y desplazar al grupo
intermediario que ponía en peligro su poder interno y amenazaba su
13 Para un análisis detallado de este problema, véase Juan Carlos Te- posición como copartícipe en los beneficios del capital internacional
desco, Educación y sociedad en la Argentina moderna (1880-1900), Bue- de la Argentina. La clase terrateniente ganadera desplazó al equipo
de Juárez Celman en 1890, e indirectamente se enfrentó entonces a los
nos Aires, 1969. . . . . · Pell · · capitales imperialistas ligados a ella. Pero fue un enfrentamiento circuns-
14 En ese sentido, fue paradigmática la ~toón de Carlos -~
frente a la crisis del noventa; en una reUillon de banqueros manifesto: tancial y estéril, porque su propia fuente de poder estaba íntimamente
«Necesitamos de ocho a diez millones de pesos para pagar a Londres ligada a su estrecha vinculación al mercado mundial. Véase Milcíades
el 15° del corriente mes, es decir, de aquí a nueve d{as, d servicio de la Peña, «1890: Cuando los. estancieros enfrentaron al imperialismo>1>, Pi--
chas de Investigad6n Económica y Social, n! 6, Buenos Aires, 196.5.

110 111
d. La inco-r¡,oración de las clases medias
A su vez, ello fCpercuti6 en la relación campo-ciudad) en cuan-

¡
El frecimiento del sector primario ex?9,I'tador /5Jrovocó un~ to a lugar de residencia de la población.
expans_ión ec9nómica global de la socieda._d} Esta~~ 'a.iversifü:ó; '·
aparec1endo lnuevos grupo~, ~gu,nos d~J los cuales ~ lli'For- Cuadro 3. Población urbana y rural (distribución. porcentual
poraron _al s~stema de dormn~c1ón\. 1:1
fúe la característica· de según los censos nacionaJ.es).
la 9P._e:1enc_1a que 1a 4rgent.1.na vivio con el ~adicalismo)
J La l111In1?~ªªón masiv~4modific6 profundamente 1a estructura Año Urbana Rural
demográfica clel ,país. ~ La fÓob~ación se duplicó) y hubo un
~er:te pred~minio de·_~i:~meros} Sin em"bargo, el efecto fue 1869 28,6 71,4
?-ist:nto segun las regiones; como ya se e'f_¡?tesó, la población 1895 . 37,4 62,6
mm1grant~ fe concentró\ preferentemente ~ n los cen;:ros urba- 1914 52,7 47,3
nos d_el L1~ora\ acentuinM aún más la tradicional ~eparación
Intenor-Litorai¡. 7 Fuente: Censos Nacionales de 1869, 1895 y 1914.
El cuadro 2 nos muestra la conqentración de la corriente inmi- ts s,r,t.()C(I)
gratoria en el Litoral. Por otra 'parte, el desarrollo del sector primario modificó la ~~'
(estructura ocu_pacional) El establecimiento del Estado nacional · ,.
Cuadro 2. Distribución geográfica de la inmigración vía ultra- amplió el sector burocrático; este, de escasa significación ¿n
mar, 2!' y ]!' clase ( parcentaies de inmigrantes radicados en la etapa anterior, creció, extendiéndose ,p or todo el país. ~n
cada-u11a de las zonas del país). los centros urbanos de¾ Litoral se concentraron las actividades
secundarias y terciarias f( manufacturas y servicios) en relación
Zonas 1861-70 1891-1900 19Ü-20 co~os ffectos secundarios y deriv-ados del proceso de inver-
sión qu~ se '11alizarán más adelante. 17 En el sector rural, los
Capital 33 34 27 in~e tos de tco}ollfación) primero {j; el régi~en de (a:renda-
Litoral 62 58 58
Noroeste nuentoi despues, ~rearon un amplio estrato mtermedio, que
3 3
Nordeste 1
4 esc~pó á la dicotomía_ estanciero-peón) propia de la etapa an-
2 terior.
Resto del país 2 4 9
En síntesis, estamos ante el hroceso de expansión y diversifi-
100 100 100 cación ele ~a sociedad yfparÍción 1e li clases medfa~ Estas
se caracterizaron por su terogeneidad y por el caracter mar-
Fuente: G. Beyhaut, R. Cortés Conde y S. Torrado, Inmigraci6n y de- cadamente encontrado e sus objetiv s últimos. Tenían, .en
sarrollo económico, Buenos Aires, 1961.
cambio, un raso-o común: su condición de (marginales en un ~~:
16 Inmigrantes radicados en el país entre 1857 y 1930. siste~a .polítíc~ que mantenía todas las características (tradi- c.@f"'\1..,
ciona1r5 -a pesar de la acción modernizadora que en otros
Cantidad de campos desarrolló la oligarquía- y que les vedaba totalmente
Período inmigrantes la posibilidad de incorporación. Esta marginalidad, _que se
1857-1870 87.694 mantenía también para los sectores bajos criohlos, fue la fuente EIT<
1871-1880 85.122 de ~umerosas tensiones y conflictos) sobre todo cuando la
1881-1890 637.667
1891-1900 expansión económica creó las condicidnes para una movilidad
319.882
1901-1910 1.120.179 social que los rígidos parám~tros de la sociedad oligárquica
1911-1920 269.199
1921-1930 8TT.970' · 17 Para un análisis del efecto de la inmigración en el sistema ocupa-
cional, véase G. Beyhaut, R. Cortés Conde, H. Gorostegui de Torres y
Fuente: E:- Cbiozza, «La población argentina en expansión», Polémica S. Torrado, «Los inmigrantes en 'el sistema ocupacional argentino•, en
Buenos Aires, 1971. · · • ' G. Gcrmani y J. Graci.arcna, Argentina, sodedad de masas, Buenos
Aires, 1971.

112
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s
11;
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procuraban frenar. Las tensiones se caracterizaron entonces · reivindica~i~~es e~ el plano fr◊lítico, Y. su p~grama, el ~e la .
Uni6n Cívica Radical, te el 'tlel
sufragio uruvers~ y la vigen-
por el intento de estos sectores de incorporarse a u~a sociedad
que les parecía legítima y llena de posibilidades, y cuyos fun-
damentos últimos no .pretendían cambiar. Así,J a mayoría de
los movimientos sociales y políticos de la etapa tuvieron
l cia de la Constitución Movimiento esencialmente (heterogé-
ne~ unía a grupos de ntereses encontrados, que solb un pro-
grama que -significara la posibilidad de 1-a incorporación a fa
vida política podía convocar. La.s pocas veces que se intentó
estas ?racteríst~as.
. En la ¡zona rura!J la ~ensiónJ creada fuor la superexplotación ~ precisar en detalle 13:s opiniones del partido en materia econó-
que eran sometidos ~os arrendatari~s . ( que se analizará más mica y social, estallaro n las divisiones y escisiones. Frente a
adelante) (no) hizo f nsis hasta que no se produjera~ dificul- una oligarquía que no se resignaba a abandonar el control del
tades ~ ales en la expansión de la agricultura). El ~rito de aparato del Estado, la ,U~R libr_ó _un combate largo. y pa-
Alco;tª} un m<;>v~i~nt<: de chacareros y arrendatarios que no ciente, en el que se esforzo por lim.1tar su lucha a la rntran-
sumo a sus re1vmd1cac1ones la de los ¡ornaleros •pero que sí sigencia y la .abstención electoral. Pese a ser respetuosa del
contó con '~ª adhesión de los grupos comerciales de la zona, orden legal, la UCR participó repetidas veces en movimien tos
p_r?curab_a lllc_orporar a · ese sector rural medio a la organiza- revolucionarios, pero su acción se caracterizó por un fair
c1~n social vigente en mejores condicio9es y, como se ha play que indicaba la poca disposición d,Y, los dirigentes radi-
~enalado, representaba en definitiva la lú~ima etapa de la cales a pasar de la mera presión moral. tLuego de una obsti-
corporación del inmigrante a la sociedad) el momento en nada resistencia, la oligarquía comprendió que era más ries-
e este cree que es i.mpo_rtante luchar por mejorar su situa- goso tratar de mantener el control exdP.sívo del Estad~ que
o~ en un lugar que ha deJado de ser de paso para convertirse aceptar la pa~tici[ció~ en ~l po~e~• La \Ley S~enz¡eñaJ que
concret~' en 1912 el ufrag10 umversal, garant1zab de todos
en esidencia definitiva\ 18
La isma tendencia a lá incorporación predominó en la acción mod os 1iau/lLl • •
que os v1e¡os sectores di mmantes
· no desaparecenan
'
19
gremial del incipiente .movimiento obrero¡ Mientras la ,línea po ¡:ompleto de la escena política -<rlZ,1 U/J'f•
socialista intentaba incorporar a la clase obrera --en su ma- ·Elltriunf_g del radicalismdlfue un importante paso\ adelante en UCft.
la coocreción de una Argéntína transformada y adaptada a las _
l<21 yo:tía extranjera- a la vida política, afirmando que desde el
Parlamento y mediante la sanción de leyes sociales se iba a modalidades del sistema capitalista, pues s ignificó la amplia-
mejorar su condición, la línea sindicalista --escindida del ción del sistema de poder, la incorporación de vastos sectores
socialismo-- manifestaba desconfianza hacia la acción política y en conjunto, ,la adaptación de la vida política a las ,pautas
y sostenía que, a través de los sindicatos, a los que conside- d~ los países europeos. Esto no implicó, empe;,o, una altera-
raba el único medio de expresión y acción de los obreros se ción real en los fundamentos del poder . La pligarquía, que
había visto desgastarse aceleradamente el consenso de que
po?ía_n _lograr esas mis~as reformas. Socialistas y sindicali~tas
comc1dieron en una actitud poco propicia a fos choques fron- gozó durante el fin del siglo, cedió el gobierno a un part ido
tale_s co;1 el_ régii:nen. Solo los anarquistas, que tuvieron extra- -que contaba con amplio -apoyo popular pero que) por sus
ordinfna v1genc1a en la primera etapa del movimiento obrero, mismas caracterfsticas,(no aspira~ a modificar los élemep~os
70 especralmente entre los sectores artesanales, se manifestaron
básicos del poder, que permanecieron en manos de los v1e¡os
sectores) Efectivamente, pese a su carácter marcadamente
PªEtidario_s de la acción violenta y de la ruptura con el sistema,
populai-1 y a su prédica antioligárquica, el radicalismo no se
aunque sm elaborar una metodología clara para lograr ese
propuso nunca, ni en la práctica política ni siquiera en su pro-
perrumbe que anunciaban como ~nente. grama, modificar los parámetros fundamentales de la Argen-
lNi,.Ia -~ro~esba rur~. ni la\ protest~_ lurban_a se vincularon con tina exportadora. Su acción de gobierno ; espe~ó los intereses
el ~0:11-nnento .~ lítico dd _las clases _medi~~ y, en el caso d~l"') agropecuarios; no se m~có el latifunJio ni) se debilitó (el
· soaali~m~, manifestaron -siempre una decidida repulsa haca.¡ .,.
poder de los frigoríficoi; tampoco hubo tipo alguno de polí-
el radicahs~o. Esos sectores de clase media ~xpresaron sus
18 Cf. Liliana Kúsnir, «Los forjadores del cereaf», Polémica, Buenos
19 a . Gallo s:
E. y Siga!, op. dt., ; Luis Alberto Ro11;1er<?, «El radica•
lismo: los orígenes y la llegada al podet1t, en El raá:calmno, Buenos
Aires, 1970. Aires, 1%9.

114 115
cica, de@f.a?J-oción _indu~~~) pese a que la Guerra Mundial

hizo (más intens~\ e~ el peri~? Fifsá\~14, decayó durante
creo contl1c1ones reales ob¡etl~as que fueron desaprovechadas. la Guerra Mundial y reaparec10
.
~d)·-I~
1ew¡
decada del veinte.
. .
En algunos aspectos secundanos, como la posición internacio-
nal ~te la_ gue~a ? el avance · norteamericano, y también en Cuadro 4. Inversiones extranjeras brutas en el período 1900-
~atena uruve~s1tana, pudo el gobier:no radical adoptar posi- 1914 (millones de pesos, año 1950).
cio?es progre~1s~as, !Illentras que los tibios intentos de nacio-
n_ahsmo economico, faltos de proyecciones reales, fueron fá- Millones
Año de pesos
cilmente frenados por los grupos tradicionales, que co.nserva-
b6an buena rpa~te. dcl pod~~ efectivo. Frente al {:novimiento 1901 1.260
o r7r~ el radicalismo deb10 sufrir la f&'rf&.adicción entre su 1902 1 260
1903 1.260
c~act r popular y su falta de un progrka alternativo\ En los 1904 2.583
-pnmeros años ~ adoptó. una política comprensiva, hegocia- 1905 2.583
dora Y Pª!ernalis::;, especialmente con los trabajadores direc- 1906 2.583
tament~ ligados ~ la exportación (ferroviarios marítimos y 1907 2.583
portuanos); !'Él fin de la re<;:esió~ provocada {por la guerra, 1908 3276
1909 3.276
c?n s,y alud de_ r1amos postergados, y la agi'tación interna- 1910 4.662
cionav de _los ~os ~tenok;s (a:_la revolución soviética) crea- 1911 4.662
ron_ una situaaon e(agudo ~cto) La actitud del gobierno 1912 4.725
radical ante las hue~ de 1917, Ía Semana Trágica y Ías 1913 4.725
1914 4.910
huelg~s d; la A1ta~orua de 1921 demostró que, en d~iva,
el -91di~ali~mo debia adoptar la klásica política repr:~iv~~ Fuente: CEPAL, Análisis y proyecciones det desarrollo económico de la
El trad1cahsmo _reuní~, en equilibrio inestable y delicado, a Argentina, México, 1957.
frupos de la olig_ar~uia\ --que integraban la _f.lite ~rigente-
Ii a _sectores n:~dios, . dórante el gobierno de lAlvear es.e_i ui- Como se señaló antes,~os ca:pitales emigraron de la metrópoli
empujados p~ l¡ disminución de la tas~ de ganancia que)
·bn_o s; !omp10. Al tiem~o que se_ retrocedía en ague os a ~
tos polí~c<;s en que el pn?1er ~ob1erno radical había avanz;d_oJ había@rov~do ~a acumulación de ca,pital
1 de funciones
Se advierte desde el principio una clara división
s~ orga.n1z? desde la pres1den~:una te~dencia €ntiyrigoyenis-
ta} d: ,caracter pi~rtem~nte oli"gárquic<;>J En los últimos años entre 1a inversión extranjera y la local, orientándose la pri-
·par~c10 que el ~ngoyemsmo vue~o al poder después de un mera hacia préstamos al Estado y creación de una infraestruc-
masivo y espectaci~ar_ t:iunfo . ;n l l928) evolucionaba en sus tura, y solo secundariamente a la inversión directa, que quedó
declaraciones de pnnop10s hacia una posición más avanzada. a cargo de w.versor~ locales. -
pero, de todos modos, se mantenía en los hechos dentr~ Durante el (tij} º XIX esas i.{iversiones provinieron fundamen-
~e los ~arámetro?. tr~dicio1,1ales. S~l<: la q:1-i~?ra del sistema talmente de (9-ran retaña¡ que l¿acia 1900 to,alizaba 4/5
mtemao?1:ªl en ~-9.3 llevo a la cns1s defirut1v\ de este sis- partes de la mversióñ extranjera. ~osteriormente) la compe-
tema 'POlltlco y a la restauración de la oligarquía¡ tencia interimperialista se reflejó en la Argentina con la apa-
rición de capitales@.lím~es y no.rteame~·canos; ¡ego de lJ
guerra, y hasta 1930, a .influencia de éstos últimos se acentuó)
pugnando con los británicos por el centro de los igoríficos.
'3. La configuración espacial Los capitales alemanes invertidos en la Argentina alcanzaban
en 1918 la suma·de 250 millones de dólares. Las principales
a. Las inversiones extran;eras empresas alemanas radicadas en la Argentina fueron la Com-
pañía Telegráfica y Telefónica del Plata, 1887, la Brassarie
/Pesde mediados del si~o :xix)
la (Argcntin~ coine~ a se; Argentine p~es, 1889,. y e1 Banco Alemán Transatlántico, ·
1893. En ~ 909J las ~ mpresas alemanas) tenían el monopolio
(teceptora de un sostenido flujo de capitales europeos, que se

116 117
..
rl
r,

de_ la electricidad) y al es:allar la guerra las inversiones de ese Muchas empresas norteamericanas se instalaron en la década
ongen alca~aban aproXImadamente a 500 millones de pesos del veinte. Las firmas más conocidas son Standard Electric,
moneda nacional. Estas se reiniciaron a partir de 1920 y· entre General Electric, Chrysler, General Motors, IBM, Sylvania,
1928 y 1930 crecieron y se afirmaron nuevamente.20 ' RCA Victor, Colgate-Palmolive, y se dedicaron con prefe-
rencia a la intermediación o el armado de bienes de consumo
Cuadro 5. Capitales extran;eros invertidos en la Argentina en importado~ duraderos o no.
1926 . . Las ~nf'e'B1~·'ifes extranjeras¡ se radicaron casi en su totalidad
Millones de € n la región p~vipeana~ teniendo la mayoría de ellas como
Países dólares objetivo final ~éstimular la producción agropecuaria) Esta se-
lección obedeció, en primer lugar, a las ~ titudes y recursos
Gran Bretaña 2.100
Estados Unidos
naturales¡ d.e la región y a Gu ubicació9 cercana a los puertos
600
Francia 425 de salida. Además corno ya señalamos, fue decisivo el hecho
Alemania 375 de que ya tuviera {[u producción 'ltrientada hacia las actividades
Holanda 150 agropecuarias¡ de modo que el proceso de inversión sólo debió
Bélgica
España
135
60
ace~,tuar algunos rasgos ya e~~tentes para ~,~ ndic_ionar la
Suecia-Noruega 25 reg10n. Como ya se apunto, el ~1toral se amplio constderable-
Italia 25 mence con respecto · a la etapa anterior; la ex ensión de la
Otros 15 frontera y la expulsión del indio prolongaron sus límites
3.910 hacia el sur y el norte, incorporándose a la región pampeana
Entre Ríos, el centro y sur de Santa Fe y el sur de Córdoba.
Fuente: V. Sommi, Los capitales alemanes en Argentina Buenos Aires Esta región naturalmente apta no disponía de ~ano de obra
1949. ' '
suficiente, de modo que dfrimer requerimiento el ptimer
/4ec;or donde se localizó la inversión de capital extranjero')fue
0
20 Empréstitos argentinos colocados en Alemania.
'l-a l0~·jración\ Esta llegó en una primera etapa en virtud
Monto de los p~anes d'e colonizacióril organizados por los gobiernos de
Contraído por Objetivo Año Libras
Entre íos y Santa Fe, que Incluían la entrega de la tierra en
Pesos
propiedad a los colonos extranjeros. Las compañías europeas
Nación Unificación y con- 1896 6.746.031 de colonización tenían a su cargo la propaganda y búsqueda de
v=ión de la candidatos, su transporte, instalación y provisión de instru-
deuda
Páa. de Bs. As. .Obras de desagüe 1908 1.500.000 mentos y semillas. Esta corriente, ~o numerosaJ tuvo una
Nación Ferrocarriles del 1909 818.101 repercusión escasa fuera de la zona de las colinas; la trans-
Nordeste formación demográfica decisiva se produjo a mediados de la
Municipalidad de Casas para obre- 1908 2.000.000 década del setenta con 1a llegada masiva de contingentes inmi-
Bs.As. ros
Nación Ferrocarriles del 1910 411.957 gratorios de las zonas mediterráneas, atraídos por las facili- ·
NE. Unificación dades que otorgaba . el ~bierno arge~ino ~par"' su desplaza-
de la deuda miento. Pese a esto, la y Avellaneda de \1876 gue Gstable-
Peía. de Bs. As. Banco 1910 2.000.000 cía un arp,plio fomento statal a la i igración,7{ ~') prácti-
Municigalidad de Const., rod. Nor- 1913-14 4 .960.300
Bs.As. te y Sur camente ~dos los caminos para la apropiación de la tierra por
Municipalidad de Pago deuda flo- 1936 1.200.000 el inmigr-ante}21 Aun así, hubo reticencias por parte de los
La Matanza tante y obras
públicas 21 La ley 817 de inmigración, sancionada d 19 de octubre de 1876,
co·nsta de dos partes. La primCl"ll, ciedicada a inmigración, establece fa-
16.436.389 3200.000 cilidades para un amplio fomento de la misma. Es la más completa y
~ elaborada de la ley. La segunda, dedicada-a la colonización, recopila las
Fuente: V. Sommi, op. dt., pág. 56. \ anteriores medidas parciales sin crear una forma que permita d vc:rda-
'>.,~ ¡.Wl~J.~-,..,lé~ - !:, 1Nn1G ?..1>c...dH $°'"' 1~PwfitiUÓi1 ~
118 _119 t JE~
ter~atenientes para un empleo de la mano de· obra que podría puerto estaba adjudicado a· capitales franceses, que controlaban
obligarlos a aumentar los gastos en el rubro salarios. Solo también la comercialización de cereales, mientras que el ·
con el@e~arr~llo de la ·~ricultura, as~iada a la ganadería} y caipital inglés dominaba los ferrocarriles que desembocaban
la gener~li_z~c1ón de -1~ ,m:ndamientos se llegó a un sist_ema en el puerto y .también el sistema bancario.
que pos1b1lttaba su ut1Üzac16n con baj s costos. En: esta eta~a se construyó prácticamente toda la ~ed ferro- :¡;:r
El, grueso de las ~nver3/~nes bri_tánicas) _se orientó hacia _los viaria/ que fttbrió densamente la región litoral y 5e prolongó .
(prestamos estata!es, las ~edulas hi-P?tecar~as y) los ~errocamles en ramas troncales ·por todo el ·país, siguiendo las rutas ya
Y ,puertosktr~'fS deJos cuales -las 1nvers1ones operaron direc- estructuradas)en la etapa anterio¿. Estas inversiones tuvieron V
tamente ~~~~a.dpfoducción}. 22 aos tipos 4e_ ectos distintos. ~corto plazo los inversores
~as i?~eri·nes ex::anje~as c?ntrolaban ~ambién 1a fqmercia- ferroviariosro tuvieron portantes Eeñeficiosf tanto ~or_las
li_zac1on¡ y elabor~1on pnmana)-a traves de los Qfltermedia- ganancias que·dejaba la .x.plotacióJ-que el gdbiemo garanti-
r~os c:re _1stas y los ~rig_orífico~ , así como las ~ntes de zaba hasta el 7,12 % del capital, siendo las gan1,ndas oficial-
f10anc1am1enc9. E Rosario -Ia segunda ciudad del país-, el mente declaradas de alrededor del 5 % - cuantq__fk)r las conce-
siones de tierra5) --enorme~ente valorizadas a partir de -la
clero acceso a la tierra para el inmigrante. Entre los sistemas de coloni- existencia del fetroc~il- ~ue obtuvieron las compañías a
z'.1ción que est~blece, el que promueve la colonización por empresas par- -los costados de las ví~s; no menor importancia tuvo el impulso
tJ.culares, en tierras exploradas o no, dio lugar a la especulación y el
abuso. «Doce años después de sancionada la ley Avellaneda -señala que recibió la in~ustria ferroviaria ingles¡. Í media¡10 plaz_?> la
Gast~n Gori- existí'.1Il seis colonias en los territorios nacionales y dos red ferroviaria ~timuló) notablemente ~a producaón agrope-
en Cordoba, perteneoentes a la Nación». Ver Gascón Gori Inmigración cuaria, posibilitando la colocación de los productps en los
Y. co_lonizacián en la Argentina, Buenos Aires, 1964. Tambié~ José Panet- mercados y haciendo rentable)una actividad como Qª agricul-
tter1, «Que vengan los inmigrantes», Polémica, Buenos Aires, 1970.
22 Hacia 18?5, las inversiones británicas en la Argentina alcanzaban a turarque hasta entonces no había encontrado condiciones fa.
23.060.000 libras esterlinas, distribuidas de la siguiente manera: vorables para desenvolverse. El ferrocarril ~rientó la produc-
ió~ en el ~entido de las necesid~des de_ ~a me~rópolj~ pues a
Cantidad Porcentaje del '.ft ;,nfluenc1a del trazado) se .sumo el utilizar s1stemalicamen- ·
Destino de la inversión invertida (libras) total ~e ~i tarifa diferencial pa~ alentar la producción primaria y
desalentar las manufactur El trazado de las vías benefició al
Empréstitos al gobierno 12.970.000 57,2
Ferrocarriles Litoral, muchas de cuyas z nas, potencialmente aptas, estaban
6.610.000 28,7
Bancos 1.600.000 6,4
hasta entonces fuera de explotación; la región agrícola del sur
Tranvías 800.000 3,2 de Córdoba es un claro ejemplo. El ferrocarril cubrió densa-
Saladeros 530.000 2,3 mente zona.s ,h asta entonces despobladas, y las estaciones; ,
Obras de gas 200,000 0,8 construidas para realizar el embarque del cereal o el ganado,
Minas 200.000 0,8
Telégrafos 150.000
fueron el origen de gran parte de fuuevos centros urbanos
0,6
de la pampa húmeda\ tal fue el casó ~ntre mucho~ del
23,060.000 100,0 ferrocarril de Rosarid a Córdoba, sobre el cual surgieron los
poblados agrícolas de. Bell-Ville, Marcos Juárez, Villa María,
Fuente: H. S. Ferns, op. cit., pág. 329. etc. El ferrocarril contribuyó también a tonsolidar la posición de
Entre 1885 y 1890 las inversiones extranjeras alcanzaban a 710 millon~ Buenos Aires como centro exportador:t-mportador\ sobre todo
de pesos ?to ( 140.000.000 de libras), distribuidos de la siguiente forma
( porcenta¡es): luego de la construcción del nuevo puerto y la ¿ntralización
de las líneas férreas, que le per:p:iiti6 desplazar· a los puertos de
Préstamos públicos * 35
Fcrrocarriles 32 Rosario y .La Plata, hasta entonces. rivales. 23
Cédulas hipotecarias 24
23 Para un análisis dd problema portuario, véase Ricardo Ortiz, Historia
* Utilizados para pagos -de servicios de la deuda externa anterior. econ6mica aTgentina, Buenos Aires, 1955, vol. I, y dd mismo áutor V alar
Fuente: A_. G. Ford, El patrón oro: 1880-1890. Inglaterra y Argentina econ6mico áe los puertos tzrgmtinor; Buenos_Aires, 19.56.
Buenos Aires, 1966.. '

120 121
J'J h

Los ~réstamos al É.stado fueron utilizados para la realización Mapa 2. Relación entre líneas férreas y pampa húmeda.*
de aquellas obras públicas que por su carácter deficitllfio .2..º
podían ser emprendidas por los inversores extranjero51 24 (.t.l
,g~sg_ de los gastos del Estado\ correspondió, sin embargo, a
la_..t~eación y sostenimiento de 1a administración y ). al § mte-
nimiento del orden interno} condiciones indispensibles para el·
crecimiento económico que se estaba ~nerando. (Parte) de los
fon~os se orientaron, a . trjvé_s _de hs1 édu1as hipotecarias ~
los réstamos bancarios) a (financiar<JJ, especulación en tierras
de os sectores localmente dominantes}
Como veremos, lafa.sa de los benefi9.oshogrados por los inver-
sores extranjeros}era sensiblemente\~rior a la ~ue obterúan
los sectores locales con la especulación en rierrast Varias cau-
sas explican esta división de funciones, que se mantuvo cons-
1 tante a lo largo de la etapa. En ·primer lugar, los inversores

locales no ,podían emprender esas inversiones básicas, que


eran las que valorizaban las tierras; para los extranjeros, la
• s7' inversión --{lUe dejaba una ganancia relativamente alta, si
-~ \ pensamos en la saturación de capitales en el mercado euro-
peo-- cumplía la doble función de estimular el desarrollo in-
dustrial metropolitano, especialmente en las empresas .ferro-
viarias, alentando al mismo tiempo un tipo de producción
\Joc-al .que satisfacía las necesidades de la metrópoli. Por otro
aado, buena parte del capital provenía de pequeños ahorristas,
para quienes los títulos ferroviarios o las cédulas hipotecarias
constituían la única forma de invertir en los lejanos países
periféricos.
Según señalarnos, en definitiva, la inversión extranjera escoge
· la zona más apta, tanto por los recursos naturales como por
los humanos ( y también por la tasa de ganancia prevista), y
realiza_ las inversiones en infraestructura que posibilitan el

24 Tal fue el caso de los ferrocarriles a Tucumán y Córdoba. El Estado


construyó el f1:rrocarril a Tucumán, empresa sin perspectivas de réditos
más o menos inmediatos, utilizando 2 800.000 libras provenientes del
empréstito nacional de 4.600.000 libras del año 1870. El ferrocarril a
Córdoba se tendió· sobre una zona despoblada para crear la demanda,
· pero era en principio una empresa deficitaria. Su construcción fue otor- ••••••••• Tendido ferroviario existente al 31•12-1879
gada a la compañía .de William Wheelwright, concediendo el Estado
tierras como subsidios para la construcción del ferrocarril -una legua a Red ferroviaria construida entre 1880 y 1914
c.ada .lado de los rieles, más tres leguas cuadradas en Córdoba y Santa
Fe-. Para terminarlo, el Estado tuvo que contnbuir nuevamente; en !.imite físico de la región pampeana
definitiva, el gobierno aportó la cuarta parte del capital invertido sin
. ningún derecho a dividendos, y las tierras que eran concesión de subsi-
dios para el ferrocarnl fueron enajenadas por la compañía. Cf. H . S.
* Confeccionado por Silvestre Damus y transcripto por Manuel Fernán-
dez López, «Los nuevos dueños del desierto», Polémica, Buenos Aires,
Ferns, op. cit., págs. 333 y 345 y sigs. 1970.

122 123
desarrollo de la producción primaria en esa zona. Esta tarea c. Las etapas de la producción
.. .
está a cargo de los productores locales. · · · · ~ .

Lá(producción' del Litoral) varió fundamentalmente a lo largo


b. Las inversiones locales de esta etapa; las dive·rsas formas que asumió dependieron del
desarrollo de las fuerzas productivas internas, las posibilidades
La inversión· de los sectores locales se orientó con preferenci; t~criológicas y el cambio de la composición de la demanda
a.Ja..{adq&sición y especulación en tierras\ Hasta 188Q, el mundial. Esta estuvo ~ n éonsta:tt'e aumento desde 1880:'i hasta
" ~stad'o expandió la frontera y la ocupó militarmente, permi- 1914, estabilizándose! después\_hasta) la crisis de (1930;. Los
'/3 ¡11rt1endo que esta pasara a manos de los que ya eran terrate-. @recios inter~~cion~le,, en can:1·010, fueron(fl:1ctuante~ e in~lu-
~ente_s y evitando su dispe~ión entre muchos pequeños pro- so la expans10n ovma y la tnguera se r~zaron con cotiza-
pietarios. No ,solo quedó así asegurada la existencia del lati- ciones interr:iacionales declinantes; los bajos costos locales
fundio sino }}disponibilidad de una abundante mano de obra ~ermitieron superar esta situación. '
desocupada. uego de 1880, las inversiones ferroviarias la · (t,.. partir de ~855, la lana suplanta al ganado vacu_1:,o y el_ tasajq
colonización la expansión de la producción hicieron de la 'tie- y pasa al nme~\lugar como rubro de €x . p ac10n¡ Mientras
rra un valor de es~eculación, cuya reventa dejaba altos már- que el aumento de los valo·res de exportac1on para el ganado
genes de beneficio¡ Este tipo de inversión tenía la ventajá vacuno es entre 1853-63 y 1863-73 del 80 %, el aumento·
ele permitir rápidas ganancias y una. ailerada capitalización; para los ovinos es del 700 y 300 % , respectivamente.26 La
. ·da~ especul· atlva
genera1m ente 1a aehv1 e apoyaba en e1 1S1ste-
· tns-r.o · expansión del ganado ovino se producf con ~andes variacio-
ma crediticio estatal, por medio de las cédulas hipotecarias nes en precios en e1 mercado mundial,1 con períodos de baja
Para lograr el crecimien o de la producción, la inversióJ en como d de la década del sesenta y el de los años que van
tierras estuvo a~ompañada .por 4:nversiones de capital para la de 1875 a 1910, en que la lal}.íl argentina obtiene precios más
< explotación rur~l~ aguadas y molinos, mestizaje de razas ovinas bajos gue la ~ustraliana. La Qntensificacíón del refinamiento
>/JS primero y bovmas despues, alambrado de campos y, final- de los ganados r~· nde a C.ontrarrestt~ tas~ondiciones adver-
l~VAI.. .t
mente, praderas de alfalfa. Estas inversiones tuvieron, empero, sas¡\ Taro b.,ten .l a x.pans1on cerea1era s pro uce en momentos
menos efectos que la ocupación de la tierra. Reacios a inver- de baja de precios ( 1893-1894, por ejemplo). No obstante, ·
tir el excedente acumulado en un aumento de la tecnific~ón la expansión <Se mantiene, en virtud de los \bajos costos de 1$p.J)C
agrícola, los empresarios rurales estimularon u,n tipo de \ª?I1· producció1 y por el proceso de ~nflación de la ,rponeda argen- fJGS
cultura extensiva y de muy baja productividadi cuyos resulta- tina, que no afecta a los productore~
dos dependían directamente de las áreas cultivadas. Esto fue Agotadas las perspectivas del cuero y el tasajo, cuya demanda
muy dar? cuando se detuvo el avance de la frontera, que se había estabilizado alrededor de 1830 y luego comenzó a
fue seguido de un estancamiento de la producción agrope- decaer, se produjo en el Íilltimo P.Críodo de la etapa anterior) '
cuaria.2:s . el desarrollo de la ~ía efe ovejas ~?l'.lfl provincia de Buenos
Air¡s\ Esta explotación, (en relación directa con) el desarrollo .
2~ Este estancamiento se nota más claramente en el trigo y en la alfalfa, ·de Qa indus.tria textil inglesa) ocupó progresivamente las, (?ie-
mJentras que el maíz y el lino, así como otros cultivos industriales, si-
guieron creciendo: jores tierra~ de fa provincia cle Buenos Aires, desplaz~do la
oveja merina al ganado vacuno criollo. En este período, las
Superficies cultivadas (hectáreas).
exportaciones de lana y de grasa alcanzaron los más altos valo- .
Productos 1888 1895 1908 1914 1937 . res ! incrementaron el V?tumen total de las ~rtaciones.
En lfntre Ríos y Santa Fej se realizó la é mpresa colonizador~}':'\
Trigo 815.438 2 049.683 4.584.086 6.601.744 7.792.842 aunque la -falta de apoyo de los propios empresarios contri-;:,
.Alfalfa 390.009 713.191 4.656.707 7239.628 5.299.555 huyó-a su fracaso. El aumento_rápido que :experiment6 el valor ~iiJl.CA)
Maíz 801.588 1.244.182 1.950.884 3.963294 6.091250
Lino 121.163 387.324 1266 825 1.776.334 3.499.157 .. 26 H. Giberti, Historia econ6mjca de la ganadería argentina, Buenos
Fuente: Censo Naáooai Agropecuario. Aires, 1954, pág. 145.

124 1 125
,IJ,¡
.,
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de la· tierra,_ a pesar de dicho fracaso, llevó a los empresarios desarrollo ag:rjcola de Buenos Aires, Santa Fe, Entre RJ:os y
a aca~ar con -la experiencia colonizadora y el reparto de tierras, Córdoba. La \abundante mano de obra\ disponible, que con
que sm embargo dieron una fisonomía definitiva a una impor- el siste1P.a de arrendamiento práctic~eríte no sign1ficaba gas-
tante zona de Entre Ríos y Santa Fe. , tos, la linfraestructura ya montada Y) la posibilidad de un
f,1 rJrfeccionami~ to de la cámára frigorífica\ logrado hacia
Cuadro 6. Valor de las exportaciones argentinas ( porcentajes
l18901 abrió aJas carnes argentinas) la posibilidad de llegar (al
'mercado europeo introcttKiéndose ay profundos cambios en del" total).
la Pfoaucción. La ~veja merin~ fue (r_e e~lazada,'. por la Lin- Productos 1899 1910 1919
c?l~ al t~empo que el (_Vacun1 comenzó a ~ecupefr efmportan-
Cljft volviendo a ocupar los mejq__res pastos de Buenos Aires Ganaderos 62 43 53
Yl~esplazando al lanar hacia ·e1 sur1 La alta exigencia de calidad Animales vivos J 1 1
del frigorífico con~ujo a_l ~ efinamiento en la cría de ganadaj Carnes 3 10 24
Cueros 13 11 9
desarrollándose el /~ estizaje e importándose las razas actuales1 39 16 14
Se_produjero~ inversiones ya citadas y se difundió la técnica Lanas
Otros 2 5 5
o..i~PAdel l_)astoreo en lpradera_s artificiales de alfalfa¡ que repercutió Agrícolas 35 53 42
senst~lemente en~ a agricultura) Por otra parte, las exigencias Cereales y lino 32 50 39
-----ae1 fngorífico acentuaron la división del trabajo, distinguién- Otros
Otros
3
3
3
4
3
5
dose~ riado1 del ~nvernado~, encargado del engorde final del
w s1 a mmal antes de su utilización. La difusión de la técnica del Total 100 100 . 100
enfriado, que requería suministros de carne más constantes y
de_ 1;11eior. c~l~dad, ace_ntuó esta diferenciación, dando (predo- Fuente: H. Giberti, El desarrollo agrario argentino, pág. 2,S.
mm1_0 defm1t1vo a los mvernadores) Este predominio se liberó,
en el local de la Sociedad Italiana de Alcorta el 25 de junio de 1912!,
~rac1as al f vocarril1 de las exigencias geográficas, distribu-
7
yéndose las ~'terras d'e invernadas a lo largo y a lo anoho de
donde nació el movimiento del Grito de Alcorta,
« _.. Art. 2~ - El señor. . . destinará este terreno puramente para agri-
la pampaJ culrura, obligándose a sembrar totalm~nte el Cllfllpo, pudiendo solo dejar
En el cuaclro 6 (-pág. 127) se refleja el crecimiento del porcen- para pastoreo . de sus ani_males un diez por aento, por el cual pag~
treinta pesos moneda naaonal c/1. por 7ada cua~a cuacf.:ada y por ano,
taje de los productos agrícolas en el valor total de las exporta- y cincuenta pesos por año lo q;1e exccd1e_:e el diez por ciento. .
ciones argentinas. En el rubro de productos ganaderos se ad- »Art. 3~ - El señor ... pagara a los senores ... por arrendamiento el
vierte la enorme importancia de las lanas a fines del siglo XIX 45 por ciento del producto total de lo que coseche trillado y embolsado
y aun a comienzos del siguiente. El ganado vacuno termina y libre de todo gasto, a elegir del producto cosechado.
»Art. 4~ - El señor ... se obliga a vender a los señores ... la parte que
desplazando a las lanas del primer lugar como consecuencia de le corresponde de los cereales que coseche, al precio corriente y condi-
la aplicación del sistema del chilled beef. ciones de plaza. _ . .
~ La -~gricultura se desarrolló, de~e 1880, directamente vincu- »Art.. 5~ - El señor. . . se obliga a trillar y desgranar los c.ereales de. su
f
lada con esa expansión agrícola) La ecesidad de alfalfar) los cosecha con las máquinas de los señores ... o con las que estos autoricen
y comprar a ellos las bolsas vacías para el embolse de los cereales.
campos, unida a la poca tradición agrícola y a la escasez de »Art. 6~ - El señor. . . no podrá disponer en forma alguna de los pro-
la mano de obra empleada hasta entonces obligó a los gana- ductos que coseche sin antes haber retirado los señores . . . las partes
der_o~ a recurrir al trabajo d~ los ~nmigrante~ El[arrendatari~ que les corresponden por arrendamiento y haberles pagado lo que les
rec1b1a una parcela y la cultivaba durante tres anos, con lino adeudare.
y trigo, entregándol-a plantada con alfalfa al fin del período »Art. r- El señor. . . se obliga a destruir el abrojo, chamico y demás
malezas y conservar en buen estado los edificios, alambrados, etc. de
al ganadero. 27 A partir de esta situación se produjo el intenso que se le haga entrega bajo inventario, y si así no lo hiciere, los seño-
res ... lo harán por cuenta de él. En caso de ser invadido por la lan~s~
27 He aquí algunas cláusulas de un contrato de arrendamiento típico se compromete a combatirla de acuerdo con la ley de la mate~a y s1 as1
de la zona Alcorta-Bigand, en la colonia Copacabana, situada en cstaci6o no lo hiciere, los señores ... se reservan el derecho de hacer e¡ecutar los
Bomba!. Fue leído por Francisco Netri en una concentración realizada trabajos por cuenta del mismo. ·

126 127
Q \\
_ _ Jt-)í[ J.-.,O,
Las regiones del(Interior ~:isufrieron/mayores II}odificaciones
~tivo ~xteniiv · ·cier~m qu~ !os-f~~os _de inversión\ fuera en su fStructura producnv , que co~ervó sus lra.sgos tradi-
(?iur, ~os . YJt ~anc1as ~tlsun~J
S1 bien fo. (Í>,oduttividad)
e~al!'aia► las~. ,ns1ones luvad,~ era~amplísimaS) y la Argen-
cionales} perdurando indus las antiguas formag de servicio
dom~stico_ ~e!sonal. EY(incremento· de las 1;ffiPOrtacion~s con- ·
1
tina s]~onv1rt10 en Q914 en el ~ercer exportador mundial de
g~anos ~Luego de 1920, as circunstancias del mercado mun-
dial, cese ~e la explotación de nuevas tierras y el aumento
cluyo defimuvamente con algunas artesamas que habian lo-
grado sobrevivi~hasta entonces; entre los censos de 1869 y
1895 han desapirecido en el Interior los telares domésticos
del consumo 10terno llevaron a la tecnificación agrícola)28 y la artesanía textil. ·
En ,sre cu·adro general hay@os excepciones, Tucumán y Men-
i.Ar~. 8? - El señor .. _. se obliga a trabajar bien la úerra, sembrando
se~illas de buena. calidad y cantidad suficiente. Hará la siembra de doza) que constituyeron dos islotes de ~cultura moderna,
ma1z ?ando _dos re¡as, rastreando y carpiendo en tiempo oportuno. Y si Tanto el azúcar tucumano como la vid men ocma superarorl
el ma1z naa:ra mal o fue~e comido por la langosta o destruido por la la limitada producción tradicional -local y se expandieron, cu-
helad~, eJ. senor . . . se obliga a resembrarlo siempre que los señores briendo todo el mercado interno. Las fuertes inversiones -los
5 ~ lo mdiquen. Tod3:5 _las semillas, antes de ser sembradas, serán insp~~-
ingenios, por ejemplo- para la elaboración de la materia pri-
aonad~s _por el administrador del establecimiento, quien podrá desechar
Y proh~b1r q1;1e sea_ sembrad.a la que no esté en condiciones. ma se justificaron en tanto valorizaban esa misma materia
»Ar~. 9- - ~l el senor ... no levantara la cosecha por cualquier circuns- prima, quedando el proceso productivo bajo control de los
t~c1a, no trillase o desgranase a su debido tiempo, faculta desde ya a los sectores locales dominantes. Sin embargo, ¡sa expansión requi-
senores • • • para tomar posesión de la cosecha en el estado en que se en- rió el ~poyo decidido del Estado nacional) Los bancos nacio-
cuentre Y hacer efectuar todos los trabajos por cuenta de dicho señor. En
tal caso, levantada la cosecha y cobrado el arrendamiento los cereales nales suministraron los hédito~ para la adquisición de las
que correspondan al señor. . . serán vendidos por los seño;es. . . . quie- maquinarias tucumanas, d'esviando así parte del-excedente acu-
nes, desc,ontados de la cuenta de venta los gastos y lo que les adeudare mulado para la capit:pzación de la oligarquía tucumana. El
entregaran el sobrante al señor . . . ' Estado construyó el (_]:errocarril) indispensable para alcanzar
i.Art. 10? - El señor. . . no podrá tener más de cuatro cerdos de los
cu~les e:1treg~á a los señores ... uno anualmente del peso d~ ciento l mercado interno, ~pecia1.giente el Litoral. Finalmente, la
vemte kilos mas o menos, en el mes de julio. política proteccionista oficial, al excluir el azúcar .cubano, mu-
»_Art. 11?_ - El señor ... no podrá subarrendar ni transferir este contrato ~ ho más barato, per ·tió que la producción tucumana se
•tn ~emus<;> de los señores. . . ni podrá hacer trabajar esta tierra con desarrollara en condiciones de rentabilidad. Esa política esta-
medieros sm consentimiento por escrito. tal sola puede analizarse en el marco de la necesidad -seña-
»Art. 12? - La falta de cumplimiento de parte del señor. . . a lo esti-
p~ado en_ l':Ste contrato le obliga a pagar los daños y perjuicios a que dé lada en el apartado -anterior- de -los sectores terratenienteg
lugar, teruendo ?erecho,_ además, los señores ... para declarar rescindido del Litoral de lograr la hegemonía incluyendo de algún modo
este ~~ntrato, s1:1 necesidad de recurrir a tribunales y pudiendo tomar a los grupos dominantes del Interior e1nlos beneficio~ de la
po_ses1on de la nerra subarrendada y disponer de ella en la forma que . expansión litoral y logrando con ello el ll'p~o político) indis-
ma~ convenga .. . _'I>. (Tomado de Plácido Grela, El Grito de Alcorta, bis-
torra de la r~belt6n ca"!pesina de 1912, Rosario, 1958, págs.72-74.) pensable.~
28 Exportaciones de trigo desde los tres principales puertos argentinos
1879-1910 ( toneladas métricas).* · ' d. Inversiones y apropiación del excedente
Año Rosario Buenos Aires . Santa Fe
Los beneficios de la expansión, originado;; en la llanura lito-
1880 582 578 raleña, se concentraban mediante diversos mecanismos en el
1885 25.390 28.033 10.863 extranjero o en Buenos Aires, afectando diferencialmente a
1890 201.429 73.992 14.692
Bahía Blanca las zonas de generación y recepción del eJcedente.
1895 538.750 166 098 65.650 La ,f,arte .principal de las ganancias) ~ra /remesada al exterior)
1900 797 214 405221 271.158 bajó diversas formas: servicio de la deuda externa del gobier-
1905 796.476 668.028 949.796 no, remisión de utilidades de las empresas ferroviarias, frigo-
1910 516.843 601.755 641..308
* Cifr~ dd Anuarjo de la Dirección de Estadística de la República 1.9 Cf. Luis Alberto Romero, Las economías del Interior, Qp. cit.
· Argennna reproduod.as __po~ J. Scobie, op. dt., pág. 214.

129
128
..,,,
·.~ 1
Á1 La{¡nstalacíón en los centros portuarios ~el ~i.tora~' (•Buf
ríficos, pagos a compañías de transportes o seguros, etc. ptra ½?os Aires, Rpsario, Bahía Blanca, etc.) fd~, fng~nfic?s Y moli~
parte del excedente se concentraba (en
los puntos de vincula- nos harinero1, que ef~ctuaban la elaborac1on primaria del pro-
ción de la producción Jocal ~n el mercado extem~; tal era ducto, fijando el precio al productol
el caso de (rfienos Aires Y) los\.qemás puertos litorales Esto se
debía a diversos factores, algunos inmediatos y o ros deri- Estos factores, enunciados aquí esquemáticamente, pero_ ~yo
vados: entrelazamiento es complejo e imbrjcado , muestran que s1 b~en
¡, ~ cc·vidad agropecuarq estaba ~n manos de fIDp resanos
Cuadro 7. Inversiones anuales y rentabilidad de capital,es ex- l~cale}' el ~rueso de las(ga°Wlrfcia~ se concentt~ba t n el sector
tranjeros en empres-as privadas, 1885-91 ( cédulas hipotecarias, expor~kdor) controlado por el (!nversor extran¡ero)
ferrocarriles y otros rubros menores; pesos oro).
Cuadro 8. Inversiones de capital extraniero e:z la Argentina Y
Año Capital Intereses
servicios correspondientes a 1900-1914 (millones de pesos
1885 13.543.000 5.563.000 oro).
1886 25 993.000 6.863.000 Servicios
To tal de ihversiones
· 1887 106.950.000 14.996.000 financieros
Año extranjeras
1888 156.040.000 24.473.000
1889 122.805.000 29.300.000
32.035.000 1.160 58
1890 33.975 000 1900 65
1891 5.736.000 23.486.000 1901 1.280
1.400 72
1902 79
1903 1.520
Fuente: John Williams, El comercio internacional argentino en un régí• 1.640 86
men de papel moneda inconvertible (1880-1890), Buenos Aires, 1965, 1904 93
1905 1.760
págs. 20, 48, 51-52. 1.880 100
1906
~ 2 .000 107
1907 114
-1o " La~pos1c10n
' · ·, d e1 centro d e1 poder ad.mimstrattvo)-
. . 1a Cap1-. 1908 2.120
2.240 121
~ t~l Fe eral-, (h_acia donde se derivaba parte de los ingreso~ 1909 136
1910 2.490
,µmpuestos, et¡:¡_etera). 2.740 151
~ La~bicació~¡en ese lugar@e la cabecera de las líneas marí- 1911
1912 2.990 168
100
timas mternacionales y el desarrollo del puerto} construido con 3.240
. 1913 3.372 140
..(QndoJ estatale~ 1914
Q) La\ubicación consecuent~mente con lo anterior,(de las ter- Total de intereses y se~icios pagados entre 1900
minales de las 'neas férreas cuya política de concentración 1.650
y 1914 890
llevó ~1 predominio dd pu rto de Buenos Aires sobre los Entre 1915 y 1920
1.488
más Entre 1921 y 1929
344
La V..ocalización de los centros comercializadores de la pro- Entre 1930 y 1931
~ cció1n) El caso de la agricultura es muy típico. Hacia fines . Walter BeveraggÍ Allende,
Fuent e. , El servicio
. del capital extran;ero Y el
de siglo estaban instaladas las cuatro firmas acopiadoras que control de cambios, 1954, pag. 7 8 Y stgs. fSllle
ejercían un control monopólico del mercado y del crédito,
fijando el precio que se pagaba a los agricultores y controlando En efecto, aunque este n? _domina la totalida1 del 2roc~so,~t..l
el financiamiento de la producción. Esto les permitió concen- económico, controla las act1v1dad~s claves del pa1s:~l~b~rac1órr -ry.:, ,
trar todos los beneficios ~e la actividad agrícola. 30 primaria, transporte, financiamiento, cot~tc101 ~xtep~r; a las ~
ue se -suman el ~ ansporte de ultramar i') los ,seguros,.
30 Las cuatro firmas acopiadoras que monopolizaban el mercado eran· /la desigual articipación del sector local y del ex~ra:11ero en
Bunge y Born, Dreyfus, Weil Brothers, y Huni y Wormser. Cf. J. Scobie, 'fas ganancias provocó, coino vimos antes, el surgl.IDlento de
op. cit., pág. 120. · · •
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130 131
. (})
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t,)Sxt:. s-r~

1 ~fciopes en ~pocas de ~ontra~ón de las gana!1ci~si pues -los_,,,;v..-rf.Pr:P % manda ya e:xist~nte,. }a oferta de . fuerza de trabajo prove-
ectori~ extranJero{ tendían a @~cargar las perdidas en los
ocalel La especialízacióp y la aivisión ae trabajo, por otra
parte, beneficiaron a las actividades más cercanas a la comer-
. ruente de una mmigracion no absorbida totalmente y la depen-
ciencia de los insumos importados -entre ellos los combus-
tibles-- que entraban por el puerto acentuaban la pauta de
cialización, como en el caso de los invernadores y criadores. localización en Jos centros portuarios. El desarrollo de la ma-
E;stos factores caracterizan el proceso de dependencia externa nufactura estuvo limitado por la (competencia de productos
Y., consecuentemente, pro~ocan un fenóriieno similar a nivel europeoi ouya -introducción se vio favorecida tanto (oo~ la
inte_rno. No solo se. originºó un( fuerte desnivel pr~ductivo y l)Of"I u,)\0 /política fibrecambistli\ como por_ .Ja política crediticia del go-
/~e Ingresos en el Litoral con respecto al Interior,i sino que, iow-ri~rvO 1:iierno, que no alentaba a las nacientes manufactura~. En tanto
1..~
_ entro de la r~gión litoral,,los ingre5?s se concentraron ery un la .p olítica adipnera ~nefiqó a los .P~<:<luctos de lu¡o, se man-
polo, que fue el puerto de Buenos Aire~ que sólo debió com- tuvo para la rnd stna local la osib1lidad df llegar al 0ector
petir co~ el o ro gran puerto, Rosario, cuyas características de bajo consumo esarrollándo~e así U?ªA reducción ~muy
ya se senalaron. variada, de peque as empresas, sm capacida para crecer¡ por
encima de su modesto nivel. La Guerra Mundial, aunque creó
e. La tras/ación de ingresos y la conformación de
la red urbana las condiciones favorables para un cierto desarrollo industrial
que sustituyera las importaciones, no pudo ser aprovechada,
pues la industria local tenía una organización muy débil y no
Las activi~,ades s,eñalada~ ,en el apart~do anterior determinaron pudo superar los primeros problemas de abastecimiento. El

~
formacion ~e ,una region de altos mgresos} que actuó como · período de la Guerra fue de recesión y .Ja industria solo
olo de atracción para la localización de otras actividades· los comenzó a recuperarse hacia 1919 .
lOV<?_sores cori\ reducid~horizonte de ~r~~ivas para ad~ptar
. decis10nes actúaban así dentro del mftMo creado por la situa- . f. El papel del Estado
ció1}.:1:t~s anali~da, ~ f~rzan?d sus ~erectos:_~z: LJJ SrruJ/lC/Ó,J Cfl.éllO¡:)
La ¡pvlítica de tierras estimulo Ía concentrac1on de masas in- Si bien el Estado actuó parcial.mente en el proceso de inver-
migrantes en las ciudades litorales) Esta concentración estuvo sión, -cumplió importantes funciones_ favorables a este, que ya
~i acentua~~ por. otr~s fact9;es, enlre ellos )as actividades de han sido señaladas. y solo resta recapitular:
l>'I i eI~borac1on prLD?-ari~J los ~errc:>carriles) el Ú?uerto\ gue deter- ·
m111aron la localizac1on de mano de obra en la ciuélad.
Se ~regaron adem~ las .varia_das (actividades admímstrativa~
f) Realizó 1afunif~cación y organiz_aci~1; del Estad? naci_onalj
condición nJesana para la localizac1on de las 1nvers10nes
que~7parte comer:iaJ y fmanc1era de la economía exportadoi;a)
extranjeras. · ~
re,qu~na,fy e~ pr~~1o~aparato burocrático de la administración (b Aseguró el (mantenimiento del orden interno "
pubhci\, que crec1O a me~da que el Estado aumentó su desa- (1) Llevó a .caro la polític~ ~e ~co:r:2ora:ió;1 d tierras) que
r~oVo. (Se expandieron a~íJ lo¡ ~ectores secundarios y tercia- hle uno de los factores dinam1cos del crectm~~ to, asegur~ndo
n<?~~CUfO des~n¡ollo &~ fúe ~oncomitante con un real creci- f~ entrega en granaes_ extensione_s al sect?~~ ! ffateniente)
miento mdustna9, proceso característico de las econo;nías ex-
~ Mantuvo una ~olít1ca monetana y cred1t1C1a acor~e fºº las
portad?r¡s. Este conjunto de actividades creó un (mercado
necesidades d1 los grandes~roductores agro. pecuarios~ cana-
potencial/ que estimuló -la localización de inversiones en fun- lizando así e fédito extern . ·
ción de su demanda. Este aspecto fue fundamental en la evo-
~ Reorientó parte de los in esos de la actividad agr~~cuaria
luci~n regional, pu:5 representó la aparición de un mecanismo
i(acia las regiones margin~~~ bajo la forma ~~ subs_1?1os del
e:°dogeno que actuo acentuando los factores exógenos y garan-
ofüemo central, manteil1ID.lento de la adm~strac1onJ etc.,
., ,_ E'"-' ~ s .A ~-
tizando su circula¡i.dad.
Tuvo lug3:I' _así un(desanollo °:1:1°u.fa.ctur ro incipientej;.o s?lo
7
e? las actividades de elaboraaon pnmana para la exportación
smo en las industrias alimentarias, la construcción, etc. La
iJ Y!11tizando así el equilibrio del sistema nacional total
i\ @.
.t._stimuló el proceso exportador} ante nec~id_ad ele re-
caudar fondos a través del sistema aduaneror, pnnc1pal meca-
rusmo para incorporar ingresos al erario. É; de destacar, al

132
133
., / J

1
respecto, el efecto espacial de la política de inversión que:" ,;~ ;,"'-
el sector público encaraba -aunque, en general, de carácter -'. la existen~!ª de un cau?al si_gnificativo de propietarios ausen-
supletorio-- con los recursos fiscales, recaudados en forma ' tes que fi¡aban_ su residencia en las ciudades mayores, etc.,
creciente a medida que se expandía el flujo exportador. coadyuvar~n a 1~crementar e~ nivel de las fconomías de con-
Dicha política se financiaba con el producido de las tarifas glomerado) propias de los nucleos urbanos favorecidos.
aduaneras, tanto en forma directa como indirecta. El ~ro~:so migratorio externo e interno se orientó ~decidida-
En el primer caso, los recursos se extraían directamente ·de mente ~ reforz~r el esq_uema c_oncentrador) Este t enómeno
rentas generales. En el segundo, la inversión se realizaba a debe ser entendido como un obligado reflejo del sentido cen-
trav~s de un empréstito externo, que luego se amortizaba, trífugo q ue exhibe ,el . mecauismo d e traslación incer~egional
preasamente con los fondos provenientes del intercambio del exc_edente econom1co, y del que solo escapan las zonas
comercial con el exterior. favorecidas por el poder central ( Tucumán, Mendoza) .
De una u otra 1:1anera, entonces, el ]imitado proceso inversor Una parte significativa .de ]a migración externa en un comien-
es~atal estuvo ligado a la suerte del «proyecto» nacional do- Z? des tinada a las tareas agropecuarias, desistió de ese p ropó-
mmante. . . sito _-fundar_nentalmente por el sistema de propiedad y te-
r;) El papel del (Es!l\do inve;s_o~ fue ~eterminante como con- nencia de, la tierra rural men~ionad~. Es así como permanece
'fc;rmador del espacio] La pohud adoptada durante el período, en los nuckos urbanos de mgreso al país (Buenos Aires y
al respecto, fue en un todo compatible con la desarrollada ., Rosario)· ·
por el agente decisional privado. Deben destacarse la construc- 1 A su _vez, la ~i~raci~? incerna\ comienza a manifest~rse desde
ción del_ puerto Madero, en la Capital Federal, y el tendido la p~1r_nera venftcac1on censa(, en 1869. Es decir que las
•• ~e la pnme~a ~ea ferroviaria, -más tarde vendida a capitales cond1c10nes ya comentadas en si.ue opera el sistema socioeco-
mgleses. As1m1smo, construyó monumentales edificios públi- , nómico gen~r~n ~n efecto de (xpu1sió? . poblacional desde las
cos en las ciudades más importantes del país, utilizando así el ·.' zonas no pnv1leg1ada~, p or tale~ cond1c1ones. La desigualdad
exced~n_te económico generado en la imposición tributaria a est~ctural en la ¡:>0s1c10n relativa de cada región con refe- ·
la act1v1dad agro-exportadora en gastos urbanos de carácter rencta al proceso exportador agropecuario ( y todos sus efectos
su~tuario. secun1arios ) i_dentifica a las zonas emisoras y receptoras de
As1, pues, el (omportamiento del Estado fue decisivo en la los m1grantes mternos .
c?ncentraci~n ge~~áfica argentina) que se refleja en la par- Est~ afirmació~inv~li?a el muy difu,n?id~ argumento de que el
1
ttcular confrgurac10n de la red de centros urbanos. ~,Oi~~fenomeno del_ ~~ov1m1enco ?emografico mterregional comien-
t-,.~i,~ , (~ ~za con ~l surg1m;..,enco de la ,mdustrializaciót: _liv~ana) en el pre-
~\~\}~\.. 9 sente siglo . Es ~ u~) las (ra1ces del desequilibrio demográfico ¡p1,
' rP,
descansan) lo reipet.1r1:1-os un~ v~z más ,Ken la forma de inserción
4. La estructura de centros urbanos de_ la estruct;ira soc10econom1ca nac10nal en el sistema capi- .
tahsta mundial, y no en el modo como tal inserción tiene
El efecto de los procesos descriptos -tanto los que se rela- luga7 en alguna de las et~pas de su desarroHo históric~
cionan con el sistema global como los que se vinculan a la La lista de lo~ centros urbanos, ordenados por rango-tamaño,
estructura urbano-regional- consistió en un ~celerado dese- pue~e confeccionarse en tres momentos distintos del período
quilibrio ecológico-demográfico a lo largo del período. analizado, merced a los datos registrados en los censos nacio-
Dic~o aesequilibrio se manifestó en un pido crecimiento po- nales correspondientes. El cuadro 9 - para el cual se escogie-
blac1onal de los núcleos del sistema urbano-regional .q~e actua- ron los conglomerados de más de 20.000 habitantes- sirve
ron como ejes de vinculación con el Resto del Mundo, adecuadamente a este propósito.
L~ f~I"I?ª peculiar de la red de transporte, el flujo espacial . V arios comentarios pertinentes sugieren las cifras transcriptas.
~s1metnco de los excedentes económicos, el pape_ ! del Estado En primer término, el centro nacional de decisiones acusa un
tnversor, la concentración de unidades empresariales vincula- pa_p~l cada v<:2 más pree~ente. En 1869, prácticamente al
das al financiamiento e intermediación del proceso exportador, lilldO del penodo, la poblac:1ón de la ciudad de Buenos Aires
superaba .a la que le seguía en jerarquía en una proporción

134 135
de 6,,2 a l. Veintiséis años después, en 1895, dicha pr~por-
atracción migratorio, logra de~plazar) netamente ~ Córdoba
ción se elevó dé 7,2 ~ l. Finalmente, en 1914, en pleno desa-
de limitado papel en el períod~ '
rrollo d~ la etapa, la relación subió y na ve:z más; en esta
E n tercer término, ~urgen otros núcleos urbanos con parti-
oporturudad, fue de 8,3 a 1. Es decir ~ue el proc~ o de con-
cular ímpetu, sobrepasando a centros fundados en Ias~ rimeras
c~ntra~ón d~m~gráfica en fa cúspide) a tra.vés de ~ prógre- épocas de la ocu ación española) La recién fundada a Plat;
~1:7O distanc_1an11ento del resto de los ~deos urbanos, fue exhióe en 1895 una ,pob1ación ligeramente inferior a órdoba,
101nterrump1do a través de toda la etapa) ocupando el cuarto lugar en la lista, posición que mantiene
en 1914. Además de sus funciones administra tivas, para las
Cuadro 9. cuales fue originalmente establecí~, La Plata posee frigoríficos
1869 1895 1914
y puerto exportador. Finalmente~ ~ahía Blanc~ ocupa el octa-
vo lugar, también a pocos años de su fundación. Se convierte
Conglome- Pobla- Pobla- · Pobla- rápidamente en núcleo concentrador de la producción regional
rados Rango ción Rango ción Rango ción para la exportación. Frigoríficos extranjeros y puerto triguero
caracterizan el papel económico del núcleo urbano. Por otra
Buenos Aires 1 178.000 8 1 663.200 1 1.867.000b 1
Córdoba 2 28.500 3 47.600 3 122.000
1
1
parte, el puerto es adjudicado a la misma empresa --de capi-
Rosario 3 23.200 2 92.700 2 226.000 ..,1 tales ingleses- que obtuvo la concesión de la -línea ferroviaria
La Plata 4 45.400 4 101.000 Buenos Aires-Mar del Plata-Bahía Blanca.
Tucumán
Mendoza
5
6
34.300
28.300
5
6
93.800
64.400
En· último término, si se observa .la ubicación geográfica &e
Paraná 7 24.100 9 36.100 lo~ diez centros más significativos . en 1914) se a~vertirá que
Santa Fe 8 22.200 7 59.600 0 e1~ d~ ~llos ~e en°:1entrad establecidos Gobre la~ v1as fluviales
Bahía Blanca 8 49 500 o marmmas de salida de productos agropecuarios al exterior)
Corrientes 10 28.700 Estas Íiudades ..puertos¡ están vinculadas a las zonas «puestas
en valor» para servir a la actividad rural exportadora. La ma-
f:lota: Las cifras han sido redond~adas en centenares. yoría de dichos centros superan a los tradicionales núcleos del
ª El dato no incluye a San José de Flores y Belgrano. · noroeste· originados en la Colonia y que, con Buenos Aires,
b. I:1-cluye a la ~pital Federal ( 1.576.000 habitantes} y once localidades
limítrofes, consntuyendo el conglomerado Gran Buenos Aires.
constituyeron la base de vinculación con el comercio altope-
Fuente: C~sar Vap6ars~, «Rank-size distribution of cities in Argentina», ruano eri aquella época.
Buenos Aires, 1966, pags. 128-30 ( mimeogr.). Los flujos migratorios tuvieron un papel fundamental en la
alteración del esquema urbano-regional preexistente. Los fac-
En segundo término, el orden de ubicación de las ciudades tores previamente estudiados a nivel del comportamiento de
se va modificándo entre censo y censo. Esta modificación la fuerza de trabajo en el contexto de la emergente realidad
exhibe características definidas con respecto al papel de cada económico-social tiene así su correspondiente reflejo a escala
una de ellas en el proceso agroexportador y las distintas espacial.
d½nensiones' que lo configuran, oportuna.mente explicitadas. Las (migraciones internacionales afectaron fundamentalmente
Jas tudadesi uertos y las onas agrícolas colindantes} Y a en
Córdoba, que ocupa el segundo -lugar en 1869, desciende al
Q-869f en la ~ apítal Federa~ 1 el porcentaje de extranjeros con
t~r~er lugar en 1895. La reemplaza en tal ubicación, en el
limitado plazo de 25 años, la ciudad de Rosario, casi dupli- relación a los nativos era casi el mismo. La distribución por
yindo!!\ en población. El tercer censo vuelve a encontrar a edades de la población de origen extrani;r~ demostra~a la
'Ro,~r_;o¡ e:1 ~egundo lugar, superando a Córdoba en una pro-
porc1on similar a fa anterior. La tfiudad-puerto del Litoral,
segundo núcleo concentrador de fa red ferroviaria sede de
J presencia dominante del inmigrante ¡-n las f'!d~des activas) y la
al ta proporción de personas de sexo lJnascu.lin~ en dicho sector
de la población, que alcanzaba al 256 % . ·
las principales casas de intermediación .p ara la exportación En 1895 se verifican fos valores porcentuales más elevados
ccrealera y de los agentes financieros extranjeros y centro de en la relación entre no nativos · y nativqs, en las dimensiones
analizadas. En las edades activas, ·para el sexo masculino, se

136
137
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o observa que de cada 5 habitantes 4 son extranjeros. En (1914/
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c:A~ decrecen algo las tasas referidas y ya se advierte (cierta esta-


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tivos decrecén.31 La migración interna es mucho más ilustrati-
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go del Estero y ucumán~ presenta una {tasa anual ~e mi-
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como en las citadas provincias mesopotámicas.
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ción que es la región geográfica vinculada a la división in-
tern cional . del -ª,bajQ., y~~ secundarios¡ que constituyen
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proceso de concentración demográfica, como correlato de la
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cu z °' '""' 1:! ininterrumpida centra:lización del poder económico.
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l 31 En el caso de Rosario, el fenómeno es similar. En 1895, por ejemplo,
el 41 % de los pobladores censados corresponde a extranjeros. Además,
entre las edades de 18 y 81 años, los extranjeros superan en una pro-
porción de 3 a 2 a los argentinos y mucho más marcadamente entre los
varones que entre las mujeres. Alejandro B. Rofman, Desarrollo econ6-
-rj --; .o
so' t;,t mico del Gran Rosario, Rosario, 1962, pág. 98. .
~
aS 0N
:::l ~ tx.. 32 A. Lattes y Z. Recchini de Lattes, op. cit., pág. 193.
u
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138 '
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~ 139
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