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2 5 EL MICRORRELATO Y LA MICRONARRATIVIDAD EN DISTINTAS TRADICIONES
rrelato se populariza en la literatura en español carecen de título, hecho que parece plantear la expectati-
gracias a la concurrencia de dos fenómenos de va de que sea el lector quien “abra” o “expanda” el relato
distinta índole: la explosión de las vanguardias presente en este tipo de narrativa.
con su renovación expresiva y la proliferación
de revistas que exigían textos breves ilustrados
para llenar sus páginas culturales. Algunas de 4.2 Intertextualidad
las greguerías de Ramón Gómez de la Serna
son verdaderos cuentos de apenas una línea, y La intertextualidad es una característica esencial en el mi-
también Rubén Darío y Vicente Huidobro pu- crorrelato para lograr la economía o síntesis verbal.
blicaron minicuentos desde diversas estéticas.
Junto a estos autores, la crítica señala también
al mexicano Julio Torri y al argentino Leopol- 4.3 Elipsis
do Lugones como decisivos precursores del ac-
tual microrrelato. La elipsis se refiere a la omisión, los vacíos y el silencio
que practica el género. Para críticos como Irene Andres-
Suárez, la dependencia del microrrelato con respecto a la
elipsis explica la diferencia entre microrrelato y cuento ya
4 Principales características que
Los rasgos aplicables al microrrelato son varios. En “El [L]a intensificación de la elip-
microrrelato y la teoría de los géneros” (2008), David sis generó, en un momento dado,
Roas distingue una amplia lista de rasgos discursivos, for- una reacción en cadena que termi-
males, temáticos y pragmáticos. Algunos de estos inclu- nó afectando a su estructura pro-
yen: funda, es decir, la diferencia cuan-
titativa se volvió cualitativa, dando
Rasgos discursivos: narratividad, hiperbreve- como resultado un modelo textual
dad, concisión. etc. diferente [...]; el proceso sería equi-
valente al que se dio en su día en la
Rasgos formales: estructura simple, personajes
novela corta respecto de la larga.[9]
mínimamente caracterizados, espacios esque-
máticos, condensación temporal, etc.
Rasgos temáticos: intertextualidad, metafic- 5 El microrrelato y la micronarra-
ción, ironía, parodia, humor, etc.
tividad en distintas tradiciones
Rasgos pragmáticos: exigencia de un lector
activo.[7]
En Argentina, la tradición de la micronarratividad y mi-
crotextualidad es bastante larga. En el modernismo se
4.1 Brevedad puede considerar a autores como Leopoldo Lugones (su
obra Filosofícula (1926) es fundamental al respecto) y
La brevedad, noción que también aplica al cuento, es el Ángel de Estrada, hijo. De las vanguardias se debe res-
rasgo más obvio de este tipo de textos. Sin embargo, es catar nombres como Macedonio Fernández y Oliverio
una característica bastante subjetiva, ya que existen mi- Girondo.[10] Hacia 1953, Jorge Luis Borges junto con
crorrelatos de más de una página. Contar el número de Adolfo Bioy Casares publican Cuentos breves y extraor-
palabras es sólo una forma de ilustrar el concepto de bre- dinarios, donde antologan relatos de entre dos páginas y
vedad. Justamente por el carácter subjetivo de este crite- dos líneas. Siguiendo con estos dos autores, con Guirnal-
rio, algunos críticos, como David Roas y David Lagma- da con amores (1959) y El Hacedor (1960), Bioy Casares
novich prefieren hablar de “concisión”. Algunos autores y Borges, respectivamente, siguen contribuyendo con el
y teóricos, como Ginés S. Cutillas, hablan de “tensión”, desarrollo de la tradición microtextual y micronarrativa
la necesaria para entender un texto breve como una uni- en Argentina. El género del microrrelato se sigue gestan-
dad de lectura. Lagmanovich también observa que aun- do y practicando en ciertas obras de autores renombrados
que la brevedad es una “condición absolutamente prima- como Julio Cortázar (por ejemplo en Historias de crono-
ria de todo microrrelato, ésta es insuficiente por sí sola pios y de famas), Marco Denevi, Luisa Valenzuela, Ana
para establecer sus características”.[8] Como texto breve, María Shua, Eduardo Berti, Raúl Brasca, entre otros.[10]
el microrrelato depende mucho de su paratexto. De ahí la En España, algunos de los referentes clásicos en este gé-
pertinencia de los títulos, que pueden ayudar a la focali- nero incluyen a autores como Ramón Gómez de la Serna,
zación o a completar aquello que, por la brevedad, no se Juan Ramón Jiménez y Max Aub. Comparada con la tra-
dice. En algunos casos son imprescindibles para comple- dición en la América castellanoparlante, la popularidad
tar el sentido.También es cierto que varios microrrelatos de este género es más reciente en España cuya tradición
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En la literatura alemana, las Kürzestgeschichten o Mi- [6] Pedro de Miguel. «El microrrelato: ese arte pigmeo».
kroerzählung, especialmente influidas por las narraciones
[7] David Roas. “El microrrelato y la teoría de los géneros”,
breves de Bertolt Brecht y Franz Kafka, son practicadas
en La era de la brevedad. Eds. Irene Andres-Suárez y An-
por autores como Peter Bichsel, Heimito von Doderer,
tonio Rivas, 2008. págs. 50-51.
Helmut Heißenbüttel y Günter Kunert.
[8] David Lagmanovich. El microrrelato. Teoría e historia,
En la literatura japonesa se practica el cho-tanpen. Un
2006. págs. 233.
texto fundamental en esa tradición es Mil y un cuentos de
un segundo (1923) de Taruho Inagaki. [9] Irene Andres-Suárez. Antología del microrrelato español
(1906-2011). El cuarto género narrativo , 2012. págs. 27-
28.
[15] Bing Feng (2009). «One Fallen Leaf and More Miniature
Stories.».
9 Enlaces externos
• Ginés S. Cutillas. «Lo bueno, si breve, etc.». Re-
seña en Internacional Microcuentista del ensayo Lo
bueno, si breve, etc. Decálogo práctico del micorre-
lato.
10.2 Imágenes
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