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El parque I

PERSONAJES

BRITÁNICO
22 años, está disfrazado de Luis XlV de Francia.
No lleva sombrero, como casi todos los retratos de ese rey,
pero sí una bella peluca negra, con rizos abundantes, larga hasta
los hombros. Se ha tratado de reproducir, con materiales
baratos la lujosa elegancia de esa época, con mucho éxito.
Pero lo insustituible es la hermosa figura de Británico,
sus ojos radiantes, su piel tostada, su buena estatura,
su cuerpo musculoso y delgado. Usa antifaz.
CASIA, QUINTILIA y LlBIA
Hermanas de Británico. Entre 17 y 20 años. Guapas,
sencillas, mestizas. Visten de rancheras, como si el presupuesto
se hubiera agotado en el traje del hermano. Rebozo,
holanes, lustrosos zapatitos negros, trenzas, aretes.
DOÑA DULCE
Podría tener entre 60 y 90 años, pero su energía física
la delata como de mucho menos edad. Vestida con un traje
estampado de figuritas negras sobre fondo blanco, una amplia
bata tropical para ocultar el cuerpo deshecho; así viste siempre.
MARíA CONCEPCIÓN, MARÍA JOSEFA Y MARÍA SANTíSIMA
Hijas de doña Dulce y el Causante, visten elegantemente,
es posible que con trajes auténticos de fin del siglo XIX.
Bordados, corsés, alzacuellos, peinados de la época, joyas exquisitas.
Son hermanas mayores de María Encarnación.
Luisa Josefina Hernández Elparque I

MARÍA ENCARNACIÓN DOCTOR RAMOS


Chona, para todos, es no sólo la más joven, quizá I7 años, Vestido intencionalmente como Guy Crescent Fagon,
también la más bella. Viste a la moda napoleónica, con el talle médico de Luis xv, cuyo retrato y el de sus perdurables
alto, el gran escote, las cómodas zapatillas bajas, lleva un sombrerito instrumentos está en los libros de medicina, museos, facultades
de la época, una capota con ala que le rodea el rostro, anudada de ciencias. Un horrible hombre con peluca negra y traje negro
con cintas de seda unidas en un lazo. A un lado del lazo un de sabor artesano. Necesariamente sádico. Pero el doctor
ramito de violetas. Usa antifaz. Ramos es muy simpático, como de 50 años.
ESTHER DOS ADOLESCENTES
35 años, hermana de doña Dulce. Alta, delgada, una insomne Muchacho y muchacha, vestidos de mezclilla.
mujer que se convierte en sonámbula. Despierta a veces para peinar COMPARSAS
sus largos cabellos lacios (de preferencia rubios, nunca grises) con un Que entran y salen del foro varias veces.
peine de madera, rítmicamente, como si fuera un instrumento musical.
Su disfraz parece incomprensible a primera vista. Su ropa está hecha
de tejidos brutalmente estirados, hasta romperse, de sangre hecha ÉPOCA
dibujo, de huesos apenas sostenidos por cartílagos invisibles. El martes de carnaval, 1999·
La impresión es que está vestida de harapos, luego se siente horror.
DON HELIODORO, "EL CAUSANTE" LUGAR
Como a estas horas lo llama todo el pueblo. Viejo, bigotón, Un parque xalapeño inolvidable. Este parque,
hombre de a caballo, dueño de haciendas, hombre rudo. sin embargo, tiene dos niveles y necesita una escalinata
Marido de doña Dulce. en el fondo, al centro, para comunicar uno con el otro.
A los lados de la escalera, en un nivel intermedio marcado
DOÑA NEREIDA
por dos senderos que salen de escena, existen dos bancas
Viuda rica de don Tomás Tejada. Voz de contralto, acunadas en vegetación de tal manera que se ven apenas,
gorda, con una abundante carne blanca como de mazapán, pues las hojas y las ramas forman espesas paredes y techo,
con dos ojitos negros relucientes de amor a la vida. Es inteligente. son los nichos 1 y 2. Al terminar la escalinata debe haber
Va vestida con numerosos velos y joyas abundantes, como una por lo menos una columnilla a un lado, donde ~iempre
reina oriental, espléndida y muy grata. Se adivina, por ejemplo, estará la corona de Británico. Lo indispensable viene a ser
la intensidad de sus perfumes. una fuente central, una fuente viva, de ser posible, ovalada;
FERNANDO las personas pueden sentarse en la orilla. Barandillas a
Viene disfrazado de Hombre Invisible. Su apodo es lo largo del segundo nivel. Mucha imaginación botánica.
Mal di Cuore, porque desde siempre se ha quejado de esa Los nichos florecidos y muy oscuros.
dolencia y tiene la costumbre de tocarse el pecho del lado izquierdo.
Viste algún atuendo negro que le cubre todo el cuerpo, incluyendo
las manos; puede usar barba, bigote, antifaz, cabello largo, etc.
Debe poder hablar, respirar, moverse y no acalorarse.
Para evitar confusiones lleva en el pecho un cartel que dice:
"Hombre Invisible".
Son cerca de las doce de la noche, el sonido inconfun-
dible de una multitud carnavalesca: música, gritos
de gente que permanecerá anónima. En este lugar,
apropiado por su arquitectura, se llevará al cabo la
coronación de los reyes del carnaval, ceremonia que
está siendo observada desde muchas partes. Aparece
Británico, de izquierda a derecha; al verse observa-
do, apresura el paso. De derecha a izquierda aparece
Chona, quien hace lo mismo. Casi inmediatamente
reaparecen ambos, cada uno seguido por sus herma- .
nas. En el segundo nivel se ven el Hombre Invisible
con la corona de Chona y doña Nereida con la de
Británico, ambas pesadas, grandes e incómodas.

El Hombre Invisible hace una seña a los músicos, que


empiezan a tocar la marcha de Aída, consagrada por
la costumbre. Los pequeños séquitos rodean la fuente
y luego suben las escaleras. Los reyes se detienen antes
de llegar arriba, para que los otros puedan coronar-
los. Las hermanas de Cbona le quitan el sombrero rá-
pidamente, se queda con él María Concepción, quien
lo guardará luego en el nicho I. Un silencio.
Luisa ]osefina Hernández
El parque I
H. INVISIBLE
(Con voz de orador.) Reina te corono por sci I
IIII\IOA (Muy fina.) No me parece usted conocido, joven.
más hermosa, la más tierna, la más simpática reina Yo me llamo Nereida Saltiel viuda de Tomás Te-
que avasalla mi reino.
jada.
Encantado, señora. Es el disfraz.Además no me co-
El Hombre Invisible está conmovido, es evidente qll
dice la verdad pura. Aplausos.
noce porque estudio en México desde hace año~,
pero soy el hijo mayor de don Fernando, el preSI-
D. NEREIDA dente municipal.
Yo te corono rey por ser el más hermoso, el rnJ,
l. NI\REIDA Ya me acuerdo, usted es el que le lleva serenatas a
delgado y ágil, el más interesante de este reino y el
otro. María Encarnación, nuestra reina. Chonita.
11 INVISIBLE Sí, yo soy ése. Todavía la persigo y no se deja...
alcanzar.
Aplausos, gritos. Doña Nereida es muy gentil sonrie
11. N (lREIDA ¡Qué pena! Es que no vive usted aquí. Si 10 viera
finamente. De pronto estalla la maniática música tro-
todo el año ...
pical y todo el mundo se electriza. Los reyes descubren
II INVISIBLE Me va a ver. Ya me recibí de ingeniero agróno-
que no pueden moverse sin tirar la corona, vacilan
mo. Pero resultó peor, le mandé un papelito con
un momento y luego devuelven las respectivas coro-
su tía y me contestó que no le gustan los hombres
nas a doña Nereida y al Hombre Invisible.
de campo. ¡Y tienen tres haciendas! .
1). NEREIDA Son caprichos de muchacha. Cuando lo pIense
El séqui:o bai~ en su lugar para dejarlosp~sar y los
mejor verá que se deja convencer. (Apare~e doña
reyes b~Ja~ bazla~do, como se baila cuando hay un
Dulce, quien alcanza a oir la última frase.. Vien: por
entendtmtento fistco; el séquito los sigue, rumores del
público. el segundo nivel.) Cásese con ella, el matnrnoruo es
una bendición.
-¡Viva la reina! D. DULCE (Alarmada, pero no agresiva.) Doña Nereida, ¿có-
-¡ Viva el rey! mo está? ¿Cómo se atreve usted a decirle a algui.en
-¡Cásense! que se case con una de mis hijas? (Doña Nereida
pega un brinco, luego se recobra.i ¿Y usted quién es?
-¡Aprovechen el reinado!
(Ve el letrero.) ¿El Hombre Invisible? ¡Mire usted
Otros gritos ad libitum. qué cosa! Si de veras es usted invisible vale la pena
que se case con todas. . .. ,
H. INVISIBLE No, doña Dulce, nada más soy invisible el día de
En el segundo nivel puede verse a doña Nereida y el
hoy y sólo deseo casarme con Chonita: .
Hombre Invisible. Un poco azorados, con las coronas
D. DULCE Pues no, señor. Usted no se le acerca III a Chonita
en las manos. Por fin las ponen en la barandilla.
ni a ninguna de ellas.
H. INVISIBLE Yo nada más quiero a Chonita.

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Luisa )oscfina Hernández
Elparque I

D. NEREIDA
Doña D~l~e, ~us hijas tendrán que casarse algulI .• pueden ver. Estoy loca. (En eso mira hacia abajo y
vez. Ya ru sIqUIera son tan jóvenes, están desperdi
ciando su vida. ve al Causante, quien se echa una carcajada.)
D. DULCE ¡Qué susto te has llevado! (Se ríe mds.) Haciéndo-
(l!o agresiva todavía.) ¡No es cierto! ¡Están protc me la propaganda, como siempre. No le hagan ca-
giendo su cuerpo! ¡Míreme! (De espaldas al púbti so, lleva años transtornada, como ella dice. Pero es
co, se levanta la folda, no le importa que la vea ,,/ cierto que tengo veinticuatro hijos, como ella dice
Hombre Invisible; tanto él como doña Nereida dan también. Y a mucha honra.
un paso atrds. Se baja el vestido.) ¿Qué se ve? Un
montón de pellejos sin forma, tuve doce hijos en
Doña Dulce tiene la tentación de contestarle, pero le
doce años, me casé de 20 y a los 32 ya no tenía
da la espalda.
dientes, ni cuerpo, ni pelo, ni uñas. ¿Cuántos años
creen ustedes que tengo?
1). DULCE No puedo contestarle, aunque quisiera. (Se recom-
pone la ropa y el pelo como para cobrar dignidad.)
El Hombre Invisible y doña Nereida ponen cara de Hace quince años que no le dirijo la palabra.
hacer cuentas y no se resuelven a decir un número. AUSANTE (Toma un trago.) No me habla, pero es por pura co-
Sonríen apenas.
quetería, para darse a desear. ¿Saben cómo se lla-
ma? (El Hombre Invisible y doña Nereida menean
Tengo 45· ¿Ustedes creen? Hay muchas artistas de
la cabeza. El Causante siente y transmite que planea
cine que a esa edad se ven perfectamente jóvenes
decir algo ridiculísimo.) Ella quisiera llamarse Dul-
y completas, como debe ser.
D. NEREIDA ce María, pero se llama Dulcinea. ¡Dulcinea! ¡Qué
Bueno, quizá están dedicadas a cuidarse.
H. INVISIBLE bárbara! (Doña Dulce rompe a llorar; el Hombre
O se harán cirugías plásticas.
D. DULCE Invisible, muy conmovido, la abraza; ella, como una
Pu~s no quiero que mis hijas se hagan operaciones, niña, se deja consolar. Abajo aparece la sondmbula,
quiero que se dediquen a cuidarse tal como hacen
Esther, traje ya descrito.) ¡Hola, cuñada! ¿De qué
ahora y sin hombres que las desbaraten, y gratis.
te vestiste?
(Aparece en el primer nivel el Causante, un poco bo-
ESTHER De sonámbula. Ni trabajo me costó.
rracho pero con la botella en la mano, anunciando CAUSANTE Pues no. Siempre estás así. ¿Quién te escogió el
mejores momentos.) Porque el hombre que me des-
traje?
hizo tenía otros doce hijos en la hacienda, con di-
ESTHER Mi hermana Dulce.
ferentes mujeres. Conmigo cumplía simplemen-
CAUSANTE ¿Ah, sí? ¿Qué quiere decir?
te, y podía haberme dejado en paz sin privarse de
ESTHER Dice que se trata de placentas, tripas y entrañas en
nada. (Ha llegado al tema clave de su vida. Gran
general.
dramatismo.) Cuando lo supe me volví loca, como CAUSANTE (Con alarma.) ¿Y cómo te atreviste a ponértelo?
ESTHER Estaba dormida.

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f .u isa Joscfina Hernández
Elparque I

CAUSANTE ¿Antes o ahora?


ESTHER Antes y ahora. El Causante estd por huir. Entonces vemos salir a
una parejita adolescente que ha estado sin duda aca-
ricidndose dentro del nicho.
Doña Dulce se desprende d. 1 R b
escuchar atentamente. DOñ: D o; re In~isible {ldl
rada. u ce, a gnios, de,IIIIII 11' 11 c,1I0 (A la Muchacha asustada.i Oye, no te asustes, si no
nos van a hacer nada, No son policías.
D. DULCE 111 IIA 'HA Son adultos, peor. Yo nunca había oído cosas tan
Antes, después y sobre todo en al'
mento en que '11 '1' que rnaldiro nlO feas.
e a VIO o en el cua t d 1 '1'
Y cuando él dii 1 r o e os ti icln- (111 IIACHO Yo tampoco, pero no tienen nada que ver con nos-
otros,
perdón por s~~al:a ;~~:~~a~;l:a:~;~: ~~red,1
porque no puede retener los hi' 01"10
I I1 'ANTE (De pronto muy gentil.) No se alarme, señorita.
abusando de ella 11 di lOS y cuando sigui(; IIII,IIACHO No se acerque, Tú, córrele.
de nacer y sin darse e a per lendo los hijos ante, III ,llACHA Ah, ¿ya viste?
(Al Hombre]; "b' cuenta porque es sonámbula.
nozs: te y a doña Nereida) A
ganle al Causante todo 10 que he di h' . ver'hd{- Salen corriendo. Doña Dulce respiraprofundo. Lige-
cen el favor, lC o, SI me a- ra pausa incómoda, se miran. Menos Esther; quien se
peina ritmicarnente.
Esther se acomoda al la Jo J ,
, u, ue una cotumna ' (Al Hombre Invisible.) Oye, muchacho, te invito
na, zmperturbable. y se pe¡- AUSANTE
una copa, no estés perdiendo el tiempo con es-
CAUSANTE
No recibo recados 'Q , tas ... perturbadas.
q . b d '
ci~~:' :lé:r;~s ;~~:~s
. ~ ue no tengo orejas? 'No se

COntenta (Est.her. ' J;'¡;


n~j~~~:u~s, óyeme~ Du!-
estos. Ya estaras
11, INVISIBLE
CAUSANTE
Ya no tomo, señor, estoy enfermo del corazón.
(Se da una palmada en la frente.) ¡Acabo de reco-
nocerte!
. , tnulyerente pe' 'd. ) N
cierto que se alegra N 1 ' tnan Ose. o es D. NEREIDA (Muy social.) Es Fernando, el hijo mayor del pre-
, . o se a egra.
D. DULCE
(Adelantandose pero sin bajar) N al sidente municipal.
nada mal al ,o me egro, de CAUSANTE Entonces voy bien, tú eres el que se apoda Mal di
sino al de: me, egro, Y no estoy hablándote a ti Cuore, ¿no?
11 ' oruo que llevas dentro y que te ha de H. INVISIBLE Sus hijas me bautizaron, cuando aprendieron ita-
q::asreat~;~~!~::~ especial para ti y para todos los liano para cantar óperas.
CAUSANTE Ay, sí, pobrecitas. Pero vente, te tomas un refres-
co, No estés con ésas, te van a dar mala fama,
D. NEREIDA Ningún hombre ha perdido la fama por hablar
conmigo. -Soy la viuda respetable de don Tomás

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Lui a Josefina Hernández Elparque I

Tejada, el hombre más maravilloso del mundo I II II\R Dulce, el paraíso era un parque. ¿No te acuerdas de
Siempre se sintió orgulloso de haberse cas.uln nuestras clases de catecismo? Era un parque zoo-
conmigo y. de entrar así al paraíso que vivirun lógico con dos seres humanos, y luego sin ellos ..
durante tremta. ~ños. (A doña Dulce, mientras b''ltl I 111 IDA Nosotros, como Adán y Eva perdonados. Se abrie-
el Hombre Invisible después de haber hecho senda, ron para nosotros las puertas cerradas y entramos.
inclinaciones de cabeza.) Yo también me casé de 2e) I ',I'IIER . Estaban todavía los animales?
D. DULCE
¿Por qué me lo dice? ¿Cree que me gusta hablar dI
(Uno que otro perro, gatos y, eso SI,, muc h os pa-'
" NI IIHlDA
esas cosas?
jaros. .,
CAUSANTE
(Al Ho.mbre Invisible.) Más a mi favor, mujeres 11, I)ULCE Echaron a los otros, con toda segundad. ¿Y que
que odian a los hombres, malo. Mujeres que ado más pasó? .'
ran a los hombres, peor. (Ve a Esther.) y ni nom 11 N I',REIDA Fuimos uno del otro. (Lírica.) Nadie puede Ima-
bre tienen las que no perciben a los hombres. Ven- ginarse lo que fue para mí ver a don Miguel Teja-
te, vámonos. A ver si me convences de que te dé la da y pensar que era todo mío.. .
mano de alguna de mis hijas, 1). DULCE No, nosotras no. Jamás se me hubiera ocurndo y
H. INVISIBLE
(Con la mano sobre el corazón por haber bajado la a la pobre de Esther, menos.
escalera.) Alguna no. Chona. ESTHER De veras que no.
D. DULCE
(1 gritos.) Sobre mi cadáver. (Se tranquiliza. Ve sa- 1). DULCE (Escéptica.) ¿Y qué más pasó?
lir a Causante y al Hombre Invisible. A doña Nerei- 1). NEREIDA (Emocionada.) Me tomó entre sus brazos y yo, en
d~,.casi con curiosidad) ¿Cómo fue eso que estaba vez de asustarme, estaba cada vez más dueña de
diciendo sobre el paraíso? mí, como si don Miguel Tejada estuviera devol-
D. NEREIDA
(Ofr~ciendo su enjoyada mano.) Vamos bajando, a viéndome mi propio ser, hasta que llegué a un ...
ver SI hallamos dónde sentamos. una crisis, y supe que la puerta al otro paraíso, el
de la carne, también se había abierto para mí.
Bajan la escalinata, la música se escucha con clari- D. DULCE ¿Qué crisis dice usted?
dad Se sientan a la orilla de la foente. La sonámbu- D. NEREIDA Lo que se siente.
la se sienta a los pies de doña Dulce, con natura- D. DULCE ¿Por qué habla usted de lo que no existe? Crisis es
lidad parir, por ejemplo.
D. NEREIDA Bueno, no tuve hijos, aunque los quería.
El paraíso fue vivir con él. Mis bodas fueron úni- ESTHER Se siente algo. . .
cas, ~is ~adres ~onstruyeron un parque artificial D.DULCE Ya te perdoné por dejarte maltratar por rru man-
:n el jardfn de rru casa. Lleno de pérgolas, fuentes, do, pero no vaya pasarte por alto que te.~aya gu~-
arboles exóticos traídos especialmente. tado .. y usted (a la viuda) andaba de cnsis en en-
D. DULCE ¿Para usted el paraíso era un parque? ( .
sis como una botella de agua minera .
1-

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Luisa Josefina Hernández El parque I

D. NEREIDA
(Digna.) Bueno, así no. Como las huríes en el p I ( 1I0NA Las reinas se llaman reinas. Dime tú cómo te llamas.
raíso de Mahoma, gozosamente. "'11 NICO ¿Yo sí y tú no?
D. DULCE
Algo así me imaginaba, una herejía. Aunque yos« (,1I0NA Las reinas tienen ventajas.
atea, cuando hay Causante, no hay Dios. 111 II'ÁNJCO Me llamo Británico.
D. NEREIDA Yo católica. No se contradice. ellONA 'Británico! Te queda muy bien. (Lo besa en La bo-
D. DULCE
Pura imaginación. Los hijos desbaratan el cuerpo I
ca.) ¡Qué lindo es un b eso, B ntarnco:
. " , ¿ D e déon d e
al nacer y luego, con sus acciones, matan la f:1II sacaron ese nombre?
tasía. De la historia de Roma.
'IHI't'ÁNICO
D. NEREIDA
(Dándose por vencida.) Doña Dulce, ¿y sus hijo 'HONA (Con apenas un atisbo de sorpresa.) En mi casa hay
varones? una. 'Por qué no te h abíla visto:. ~
D. DULCE Mi f~milia es del campo. Venimos sólo para las
Eran hombres. Hace años que se fueron a joder el IlItlTÁNICO
mundo. fiestasy si hay mal tiempo no venimos. Casi sie.~-
ESTHER Eso es mala palabra, ¿no? pre en barco de vela. Y yo a veces vengo en carruon
D. DULCE
Eso fueron a hacer, como éstos. (Señala una com a traer fruta.
parsa de muchachos que entra bailando rock. 1 can', CHONA Ahora, cuando vea un barquito así, con la vela
find no satisfaction, y cantando a todo pulmón. lle- cuadrada, vaya pensar en ti. .
van tanta foerza que arrastran a las tres mujeres, CO'N IIRITÁNICO 'No piensas volver a verme? (La besa, más con m-
o contra su voluntad) e
genuidad que con pasión ~rrebata d.a y autent:ca.
")
CHONA Mi madre no nos deja ru acercamos al balcon.
Doña Nereida baila; Esther también, a su manera; BRITÁNICO ¿Y cómo estás aquí? . . , .
doña Dulce avanza conforme la empujan, Apenas se CHONA (Riendo.) El presidente municipal me nombro rei-
van,. aparecen la reina y el rey: Chona y Británico. Es na y mamá nos dejó venir con la condición de que
obuio que han estado bailando e intimando, su sem- siempre estuviéramos juntas, mis hermanas y yo.
blante es de felicidad BRITÁNICO ¿Y dónde están ellas? . .
CHONA No lo sé, la última vez que las Vi fue cuando baja-
BRITÁNICO
~ fin se fueron. (Se sientan en la orilla de lafoente. mos las escaleras y luego ... ¿dónde estarán?
El,~e toma las ma~os, se las besa; ella no lo impide.) BRITÁNICO Si las encuentras te vas a ir con ellas.
CHONA
Déjame ver tus ojos, (Le quita el antifaz, Británico CHONA No. No quiero dejarte.
es muy bello. Para ella encontrado así es una revela- BRITÁNICO ¿No hay en tu casa un balcón, una ventana o una
ción, le besa la frente, los ojos, la cara.) Jamás pensé puerta trasera? . .
que existía alguien así. CHONA De todo hay, pero mamá nos tiene muy vigiladas
BRITÁNICO
A ver. Déjate ver bien. (Le quita el antifaz, también y no nos deja ... tener novio. .
la encuentra bella, la besa como ella a él) ¿Cómo te BRITÁNICO ¿Tener novio? ¿Nadie puede tener novio?
llamas?

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Luisa .Iosefina Hernández

El parque I
CHONA
(Arrebatada.) Yo sí D d
mi novio. '" es e este momento '11
Ay, no me digas eso, me llamo Santita.
BRITÁNICO
¿-?e ve~as te gusto como novio? 1 I 1 1'( IÓN (Pensando en la conga.) Uh. ¿No? Ah. Que no lo
CHONA
51, nadIe me ha gustado t . sepa mamá. Y detrás de ustedes ¿quién bailaba?
ra desde hace m h . anto. Como SI te '1111 , I \IMA Pues unos muchachos.
BRITÁNICO
. uc o tIempo.
Yo sIento lo mismo como si .. I ''''I.JlA ¿Tú qué sentiste?
mucho tiempo (l' b .t~ qUIsIera desde h.1I 11 'lIMA Pues ... como que bailaba con un nido de lombri-
. a esa pIdIendo ' ('
en pie para abraza: mas. Je} on, I ces en la cintura. Como ... cosquillitas.
rse me;or.) Yo 1 .
CHONA (Apasionadísima) y¡ 1 .' '" o qUIero lodo 1.I'.jI'!\P IÓN (Sentada en lafoente.) ¡Qué bárbaras somos todas!
. o o qUIero todo t b"
que, si no es hoy . 'b arn ren pOI Es lo que siempre dice papá.
'" quien sa e qué pasará rnañan.,
1 JOSEFA Es muy exagerado. ¿Qué dice?
los dos descubren el nicho 2 al' . I IINCEPCIÓN Que si nos ven solas cualquiera ... nos viola.
rigen a él sin vacilaciones E misma t~empoy se ti, N I'(SIMA A mí nadie me ha violado ni a ustedes tampoco.
OScuro. Pasa unfi . . r. ntr~n, el nicho está mu» I ONCEPCIÓN Sí, Santita. Ya Chona ¿qué? Es la única que tiene
autlsta SOlltarzo ti ti. ' I

queña foga de Bach c' o~an o atguna ;1' pretendiente.


~fl •
J.v1arías hermanas de Chona.
aSI en seguid« a» !.
rarecen ,(/1 NTisIMA Ay, sí. Ya se la robó Mal di Cuore, ¿no? Eso me
gustaría verlo.
M. CONCEPCIÓN Muchachas' , • CONCEPCIÓN Pues mira, allí está. (Entra el Hombre Invisible.) ¿No
M. SANTÍSIMA Se 1 di ,-,que vamos a hacer?
o Ices tu a mamá esto h has visto a Chona, Mal di Cuore?
fetee por causa de Ch, y arta de que me abo- 11. INVISIBLE Estaba platicando con don Causante. (Se rien.¡
M CONC
.
'L e toca a M 'J
EPCION 1:
ona.
ana osera ¿Qué les pasa?
M. JOSEFA Yo no le digo nada ad~ , M. JOSEFA No se llama Causante, se llama Heliodoro. Así le
M. CONCEPCIÓN No te ha 1 ' mas no hay nada que decir
gas a ronra. Chona . dice mi mamá.
a todos lados. no aparece, ya fuimos 11. INVISIBLE Entonces, justicia poética. Él no me baja de Mal di
M. JOSEFA (R' ti.) Y Cuore y yo me llamo Fernando. (Se toca el pecho.)
I~n o. ,entre tanto, hemos b '1 d .
, o seis comparsas. al a o con CInco Si supieran cuánto me duele el corazón. ¿Dónde
M. SANTISIMA Y
eso que no sabemos Ya b '1 está Chona?
danzones boleros . al amos rumba, rock, M. SANTÍSIMA Llevamos buscándola más de una hora.
M. CONCEPCIÓN Yese otro d ' etc, (Cuenta con los dedos.)
ro, cuan o te ag d 1 . H. INVISIBLE Don Causante me dijo que estaba con ustedes.
en fila. arran e a CIntura y bailas
M. JOSEFA No la hemos visto desde la coronación. ¿Dónde
M. SANTÍSIMA C F
onga. ue lo me)'or El h b dejaste su corona?
ís d e tI. subía y b . b. 1 om re ese qu e 1ib a d e-
tras H. INVISIBLE No sé. La llevaba cuando fui con . . (No se acuer-
M. CONCEPCIÓN No es' M ,aJa a as manos.
CIerto ana ] fa íb d da.) ¿Y ustedes dónde pusieron su sombrero? Ése
M. JOSEFA Yo no ib de ís d ?se a 1 a erras de mí.
a erras e n. María 5 ' . que le queda tan bien.
antlSlma tampoco.

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Elparque I

M. ONCEPCIÓN Lo guardé en uno de esos nichos para no esta,l"


l. JOSEFA (En buen tono.) Oye, ¿por qué no te das una vuel-
cargand~ toda la noche. (Se dirige al nicho 2, qllf
ta para ver SI. esta, Ch ona por ahí?
l.
da detentda en la entrada y se vuelve. Está pálid" V
le tiemblan las manos.) Ya se 10 robaron. " INVISIBLE Estaba descansando. ¿Dónde dicen que está?
H. INVISIBLE Pero no es para tanto. No importa. Se trata de 1111 M. JOSEFA (Seria.) Mal di cuore, no seas tonto, no sabemos
dónde está.
sombrerito de raso y la corona es de papel macho.
(Pausa.) ¿Y ella?
M. CONCEPCIÓN (Con más asombro que otra cosa.) Ella ¿qué? El Hombre Invisible percibe la urgencia del mensaj~,
H. INVISIBLE Chona, tu hermana, ¿dónde está? pero no está realmente alarmado; ": dispone a ~a~tr
M. JOSEFA (Miente.) Estaba bailando con Luis XIV. cuando entra doña Dulce, acompanada por Libia,
M. SANTíSIMA (c_ómplice.) De veras, ya me acordé. Aprendimos :r Casia y Quintilia, quienes la auxilian en una especie
bailar entre nosotras, en el patio de mi casa. ¿Tü
de ansiedad enfermiza que se ha apoderado de ella.
sabes bailar?
H. INVISIBLE Con eso del mal ... di cuore. (Se ríe.) Son malísi- D. DULCE (Al Hombre Invisible.) ¿Qué les estaba diciendo a
mas ... las cuatro. Oigan, ¿y quién es Luis XIV? mis hijas?
M. JOSEFA El antepenúltimo rey de Francia antes de la Revo- 11. INVISIBLE ¿Yo? Nada malo, nada más platicaba.
lución, siglos XVII-XVIII. (Ve de pronto la cara de D. DULCE (Lloriqueando.) No encuentro a Chona. ¿No esta-
María Concepción.) ¿Tú no 10 conoces? ba contigo?
H. INVISIBLE No. Apareció vestido así y sencillamente ganó el 11. INVISIBLE No. Yo estaba con su esposo.
D. DULCE Con el Causante. Por eso mismo lo digo, ¿no le
concurso, no tuvo ni siquiera un oponente, nadie
pudo comparársele. aprendiste algo malo?
M. CONCEPCIÓN Pues ¡qué chiste tiene! '
H. INVISIBLE El disfraz bien escogido, estatura, buena forma de Las muchachas los rodean, pero existe entre unas y
llevar la ropa, buen perfil y... sí, personalidad,
otras una especie de familiaridad. No se han hablado
creo. antes, pero se han visto.
M. CONCEPCIÓN Ah. Vaya.
M. SANTíSIMA Pero no sabes cómo se llama. H. INVISIBLE Pues no. Yo estoy igualito que antes. .
H. INVISIBLE Creo que 10 he visto antes, debe ser de las hacien- D. DULCE ¡Pues ayúdame a buscar a Chona! ¡No! ¡Mejor no
me ayudes a buscar a Chona! (Sale el Hombre In-
das. Por allá hay mucha gente guapa, por las cru-
zas, creo yo. visible.)
M. JOSEFA ¡Qué cruzas! Ni que fueran perros. M. CONCEPCIÓN (Rodeando a doña Dulce con el ~razo.) ¿Qué le pasa
H. INVISIBLE De bl~nco con indio o con negro o con otro que a usted, mamá? ¿Se siente mal. ._
D. DULCE Muy mal, tengo calor. Si no fuera por estas rimas
ya traIga su cruza. Sale de todo, más feo y más
bonito. tan amables me hubiera desmayado. Estoy muy

lOO
10l
I ,lli',1 J().~ ·(ill:! Hernández
El parque I

agradecida. Se llaman Casia. Libia ... ¿qué? Quin de médico.) Son un encanto. Bueno, mi reina, dí-
tilia.
game qué le pasa.
QUINTILIA Nosotras encantadas de servir para lo que se ofrez D. DULCE ¿Qué me pasa? A mí nadie me ha preguntado nun-
ea, señora. ca qué me pasa. Siempre se me ve.
M. CONCEPCIÓN Yo me llamo María Concepción, ésta es María Jo OR. RAMOS Ahora no se trata de eso; dígame, mi reina. (Se oye
sefa y aquélla María Santísima. (Se dan la mano. Si clarita la risa de las muchachas.)
fUeran de la misma clase social, se besarían.) CASIA Vaya estudiar para secretaria.
LIBIA (Quien traía antes a doña Dulce.) Cálmese usted, 1\1. ANTÍSIMA ¡Qué suerte tienes! Yo también quisiera.
ya ve que encontramos a sus hijas. D. DULCE María Santísima, estás más tonta que antes. La rei-
D. DULCE Pero falta Chona.
na fue Chona, doctor. Y no sabemos dónde está.
CASIA No puede haberse perdido. Acomódese usted por ¿Qué vamos a hacer?
aquí. (La lleva a la fUente con María Concepción.) M. JOSEFA Yo hubiera sido hasta peinadora, si me dejaran
Y nosotras vamos a dar una vuelta por allí para salir.
ver... LIBIA No es tan divertido, no creas.
QUINTILIA (A María Concepción.) Le dijimos al doctor Ra- DR. RAMOS (Después de tomarle el pulso.) ¿Anda perdida Cho-
mos que viniera, porque ella se veía tan ... (María nita? Mire, doña Dulce, nada más. (Saca el estetos-
Concepción le da un beso en la mejilla a Quintilia, copio.) Por allí ha de andar. Lo que sucede es que
no sabe por qué.) vino mucha gente de las haciendas y por eso no la
M. CONCEPCIÓN Gracias.
vemos.
QUINTILIA (Contenta.) El doctor estaba bailando chachachá. D. DULCE No me hable como si fuera tonta. Yo siempre he
confesado que estoy loca, pero nada más.
Entra el doctor Ramos, hace una caravana uersalles- DR. RAMOS (Le levanta los párpados.) A ver. Saque la lengua.
ea; al fin, con ese traje, está en época. Las muchachas (Doña Dulce obedece.) No está bien alimentada.
se reúnen a un lado. Quedan junto a doña Dulce, Cuénteme qué come.
María Concepción y Quintilia.
Una carcajada de las muchachas; están encantadas.
DR. RAMOS ¡Mi señora doña Dulce! (Le toma la mano.) María Concepción y Quintilia quedan junto a doña
D. DULCE No, doctor Ramos, ni se haga ilusiones. Hoy no Dulce.
vaya parir.
DR. RAMOS ¿Quién habla de partos? (A las muchachas.) Seño- LIBIA Y por eso no me vaya casar nunca.
ritas encantadoras, qué placer verlas juntas, son un M. SANTÍSIMA Nosotras tampoco, pero no por eso.
exquisito ramillete. (Ellas se ríen de ély él lo acepta, D. DULCE Naranjas a todas horas. Me las dejan ya peladas en
hasta les hace una caravana especial, antiguo truco un plato con un cuchillo. Las parto por la mitad y
las chupo, parada en la puerta del jardín. Ahí me

102
103
I,lIi8:1 JOS ·(in:1 Hernández
Elparque I

pongo a pensar en la maldad del hombre y la d(.,,11


sabe amar. Es lo peor. No se ama a sí misma ni a
cha de la vida humana. (Se acercaMaría Santísilll" ,
M. SANTíSIMA los demás. ¿Cómo quiere que me haya quedado el
Mamá, ¿quiere usted entonces que vayamos ,1 VI 1
dónde está Chona? cerebro después de ver eso?
D. DULCE ¡Se quieren fugar todas! I11 IlAMOS Tiene usted toda la razón, doña Dulce, ésa fue
M. JOSEFA una revelación fatal. Haber visto la Tierra de lejos,
(Acercándose con las otras.) Mamá, no es así, quell
rnos que usted se tranquilice. redonda y azul. ¿Y qué más come usted?
D. DULCE I IIN 'EPCIÓN Nada más, doctor Ramos. Tenemos que rogarle
(A las otras.) ¿Y ustedes son seriecitas?
para que coma una galletit~ con u~ vaso de leche.
Contesta Quintilia por sus hermanas. 1111. IlAMOS Pues por eso está tan nerviosa, pnncesa: por eso
voy a pasar por su casa mañana para dejarle una
QUINTILIA Sí, señora. Ni bailar sabemos. lista de alimentos.
1). DULCE Inútil. 'No ve usted que si como recobro la razón?
CASIA Voy a aprender pero no esta noche.
LIBIA No tenemos novio. 111t. RAMOS Ah. ¿Y ~ usted no le interesa la razón? Déjeme pen-
sar. (En ese instante aparecen doña Nereida y Esther.)
D. DULCE No sé qué será peor, si tener o querer. Pero sí, va-
ESTHER ¡Dulce! ¿Qué te pasó?
yan a buscar a Chona. (A Quintilia.) Ve tú con
ellas. 11. NEREIDA Nos dijeron que le dio un desmayo. Buen~s .no-
M. CONCEPCIÓN Yo me quedo, mamá, para acompañada. (Salen.) ches, doctor Ramos, ese disfraz le queda divina-
DR. RAMos ¿Por dónde Íbamos? En sus comidas. mente.
I)R. RAMOS (Caravanas.) Lástima que no pueda usarlo a dia-
D. DULCE Pienso en la desdicha y no le hallo finalidad al
mundo. rio. Usted, en cambio, está hecha una rosa.
DR. RAMos (Complaciente.) Pero ¿por qué? D. DULCE (A Esther, lloriqueando.) ¡No encuentro a Chona!
(Esther mueve la cabeza confotalismo.) ¡No! Ella no
D. DULCE Por aquello que vieron esos hombres que fueron a
está en el cuarto de los tiliches. Ni lo pienses.
la luna. (Ve a su hija, que está nerviosa ya sabemos
por qué.) ¿Verdad, María Concepción? DR. RAMOS Esthercita. ¿Cómo sigue usted del sonambulismo?
M. CONCEPCIÓN (In ftaganti, sorprendida.) ¿Qué pasa, mamá? Yo ESTHER Muy mal. Ya casi no despierto. En es~e momento
no he visto a Chona. acabo de dormirme con más profundidad.
DR. RAMOS El sueño es un don, no una enfermedad.
D. DULCE (Fe~oz.) ¡Te ,cansaste de veda! Te lo leo en los ojos.
D. DULCE Nada puede hacerse.
¿Donde esta? (María Concepción calla.)
DR. RAMos Doña Dulce, pobre Con chita. Dígame qué vieron D. NEREIDA No sea usted tan pesimista. Yo encuentro que la
los argonautas. vida está llena de ... recursos ... ¿A dónde puede ha-
ber ido Chonita?
D. DULCE ~os argonautas quién sabe, pero los astronautas
D. DULCE ¡A cualquier parte ... y vestida a la moda napoleó-
VIeron ¡la Tierra! Una pelotita azul y redonda reta-
nica! ¿Y si se la robaron?
cada de gente que hace puro disparate y que no

1°4
Luisa ]osenna Hernández
Elparque I

DR. RAMoS Eso ya no se usa, doña Dulce. Ahora tod .


por su p . . 11 as M derando la posibilidad de decirle que Chona está en
. roplO pIe y evan un manojo de arui
cepuvos, 11 11' el nicho. Aparecen los adolescentes vestidos de mezcli-
ESTHER, M. CONCEPCIÓ lla, bailando y, como quien no quiere la cosa, se me-
N, D. DULCE Y D. NEREIDA (A ) 'Q
eso? coro. ~ 111 ten en el nicho I. Por fin María Concepción le dice
DR. RAMos Anticonceptivos. Para no concebir. algo al oído a doña Nereida.
ESTHER (Miucho menos sonámbula)'Q , .
do! . ¡ ue Injusto es el 1111111
l' NHREIDA ¡Pero, niña, si ésa es la felicidad más grande que te-
D. NEREIDA Yo no pude tener hijos nemos los seres humanos! (María Concepción seña-
M. CONCEPCIÓN ¿Dónde los venden? . la el nicho 2 con los ojos y le dice otro secreto.) Ah.
D. DULCE Cállate, paloma boba 'Para ' Me doy cuenta. Pero no te angusties, lo único ma-
M. CONCEPCIÓN 'Verdad~ .P . Sr ,que preguntas? lo que puede suceder es perder a un hombre. Eso
~ . ¡ ara que. ¿Tu sabías que hay es 1
cosas? .. es una tragedia. Cuando murió mi esposo yo quise
D. DULCE (Evasiva.) Hace años que no veo más C " morir, pero no me fue concedido porque sin duda
que tu persona. Ya de nad . oncepcJOII era necesario quedarme aquí en la tierra contando
M. CONCEPCIÓN 'Los h bi d a me SIrve saber eso. sus virtudes. Era fuerte, amoroso, poderoso ... y
~ u iera usa o?
D. DULCE 'Yo~ (7'. J 'J . reiterativo. Se murió así, de pronto, en un minu-
~ . ioaa ta aesgracla de su vida /; , .
dente y absurda) . y¡ ~ ( . se vue ve mas eVI to, y el mundo quedó sin color, sin música y sin
b'tar: ) . ~ o. EmpIeza a llorary a tem gracia. (A estas alturas María Concepción ya sabe
D. NEREIDA (A María Concepción.) No le hables d . que doña Nereida no le dará ningún consejo cuerdo.
de soponarlo. e eso, no pue- Hace un gesto de desesperación.) Gracias a Dios que
M. CONCEPCIÓN Me voy a cambiar de nombre tú no has perdido nada todavía.
DR. RAMos (Serio.) Se trata de tranquiliza'r a su mamá d M. CONCEPCIÓN (Irónica.) Nada más a Chona.
empeorada. 'No sería b 11 ,no e o. NEREIDA (En voz más baja.) ¿No acabas de decirme que no
M. CONCEPCIÓN 'Sin Ch ~ ~I . ueno evada a su casa? está perdida, sino descubriendo la felicidad?
~ ona. mposlble.
D. NEREIDA Varo M. CONCEPCIÓN No lo dije en esos términos. Vaya morirme de an-
os a esperar un rato.
DR. RAMos E gustia.
n ese caso, voy a buscar un calmantito regreso
D. NEREIDA Ya llegará tu turno, no hay que desesperar.
en, ~n momento. (Sale por la escalinata 'La va a
mUSlca de chachachá que traía el doctor R;mos g. M. CONCEPCIÓN No quiero un turno. Quiero que mi mamá se vaya
muy clara. Los marcianos llegaron ya B'I . se o~e de aquí para ver que ... pues para ver.
aear " J '" t ritmo to D. NEREIDA Mejor esperar a que salgan sin ver nada. No van a
o' ra y aSI saie ae escena por arriba.)
quedarse a vivir en una banca.
M. CONCEPCIÓN No, ya sé. Doña Nereida, llévese a mi mamá.
Esther a~raza a do~a Dulce y la consuela a su mane-
ra. Marta ConcepcIón mira a doña TI T • J .
1 vereiaa, consi-

ro6
1,11 iS:1 jos .{j 113. Hernández
El parque I

D. NEREIDA
En eso tienes razón. Doña Dulce y Esther, V.IIII , I l' 'IÓN (Le da una bofetada.) ¡Tarado! ¡Deja de hablar de
a tomar algo. En el kiosco venden muy bu '110 1
frescos. Chona! (El Hombre Invisible se pone la mano en
el pecho.) ¡Y suéltate el corazón, demonios! Pura
estupidez pasa y hasta un desastre y no te sale de la
Doña Dulce tiembla con los ojos cerrados. Esrh,¡ , boca más que el mugroso latido de tu corazón, que
en un mayor sonambulismo, hasta lleva los Ú/' I dice Cho-na, Cho-na, Cho-na, ¡Estúpido! ¿Pa-
extendidos. Doña Nereida, con su potente jlsi(':, ra qué sirves en la vida?
l~s lleva ~in mayor esfoerzo. María Concepción .1'/' '//' I IN ISIBLE Para ingeniero agrónomo. . .
rzge al nicbo 2, como hipnotizada, pero antes di' /111 , "N(;[!PCIÓN Pues quítate ese letrero que dice Hombre Invisible
llegue aparece el Hombre Invisible con la coron.¡ I/' y ponte otro que diga Ingeniero agrónomo, a ver
Chona; ella cambia de rumbo al nicho I y ve hit, " si así encuentras trabajo.
adentro.

M. CONCEPCIÓN (Gritando.) Ay, chamacos, ¿qué están haciendo? De aquí en adelante aparece una luz muy cl~~a '" el
nicho 2 que nos permzte ver a Chona y a Británico a
medio vestir. Él ya tiene los pantalones puestos y se
La pareja de adolescentes sale corriendo, con la rop» dedica a ayudarla a ella: fondo, medias, zapatillas,
desabrochada.
cantidades de broches enigmáticos, de listones. Pero
H. INVISIBLE Pobrecitos, ¿por qué los asustaste? Britdnico no deja de besarla, ni ella a él El didlogo
entre María Concepción y el Hombre Invisible sigue
M. CONCEPCIÓN Ellos me asustaron a rnf. Yo quería esconderme
H. INVISIBLE ¿Por qué? . adelante como si nada pasara.
M. CONCEPCIÓN Porqu~ en mi casa va a pasar una cosa horrible y
no quiero estar presente. 11. INVISIBLE Tu papá acaba de darme trabajo, para que le cuide
H. INVISIBLE ¿De Chona? las haciendas. Ya no quiere andar tanto a caballo
porque se siente mal de la próstata.
M. CONCEPCIÓN (Gritando.) SÍ, para que te 10 sepas, de la mismÍsi-
M. ENCARNACIÓN ¿Qué es eso? (El Hombre Invisible no se atreve.)
ma Chona.
No, no me digas qué es. Así es que te vamos a ver
H. INVISIBLE Per,o si no la han encontrado ... ¿Ya saben dónde
esta? a cada rato.
M. CONCEPCIÓN El mundo no es Chona Mal di C Ch Il. INVISIBLE Y dentro de tu casa, cuando venga a traerles fruta,
' uore. ona es pescado, cocos ... (Acaricia la corona.) .
una con~enti~a que hace 10 que le da la gana y ya.
M. CONCEPCIÓN ¡Ay, qué bestia eres! y, por el amor de DIOS, sue.lta
~ero estan mi madre, mis hermanas y mi pobre
tra ... esa corona. (El Hombre Invisible la pone en la orilla
H. INVISIBLE ¿Qué le dio la gana a Chona? de la fuente y se sienta.) ¿Dónde la habías dejado?
H. INVISIBLE En eL. pero no te vayas a enojar.

108
Luisa Josefina Hernández
ELparque I

M. CONCEPCIÓN 'D' d 1 d .
(b on e a ejaste, desteñido? En el baño I I
res, ¿verdad? (, 1, ! , 1" 'ÓN ¿Qué iba a hacer en mi casa?
H. INVISIBLE Pues SI.'Qj ué lista eres! Pues es ... mozo de tu papá. Trabaja en las hacien-
das y hasta es de confianza. Yo lo vi manejar un
María Concenció b' J camión de los de ustedes. (Piensa.) No estarás
J 1 'r n, ago taaa, se sienta del 01,." 1. pensando que Chona anda con él, ¿verdad?
ae la corona.
, I I'CIÓN No, claro. Yo nunca. Pero déjame preguntarte. ¿Se-
M. CONCEPCIÓN Sí So li . ría algo terrible que anduviera con él?
' Yl'n;uy ista. Vaya lllscribirme en la acadrrll
de po loa. 1 ••• II3LE (Con horror.) Claro. Claro que sí.
H. INVISIBLE M' 'C No digo para ti. Para ella y en general.
Ira tu. amo sea tienes h ti " I II.PCIÓN
te va a d . muc a uerza. Pe!'o 11 ISIBLE (Ya discreto.) Para ella, por supuesto. Y en general
eJar tu mamá
M. CONCEPCIóN'M ';> P . . también, sin pensar en mí.
( . ama. era SI ella nació para . efe d l'
mIS hermanos 1 di b J e po ¡di. I IINCflPCIÓN (Verdaderamente compungida.) Pues ... no sé. Un
es a rvina a todo con . I
no necesitaban ni h bl p una mrru. I mozo de las haciendas, ¿verdad? Qué raro.
el mundo, como di~e e~f~ or eso se fueron a jod, 1 I INVISIBLE (Tierno de pronto.) No te pongas así, mejor enója-
H. INVISIBLE iCóm h . te. ¿Quieres que te traiga un mantecado?
( o se ace para jade 1 d
M. CONCEPCIÓN Uy C, r e rnun o? I IINCEPCIÓN Yo soy de las que terminan comiendo un mante-
a d~r ~:ov~~l~~ haces. ,(Pausa.) ¿.Por qué no te V,I cado diario. (Pausa.) ¿Y tú? ¿Por qué eres tan pací-
H. INVIsIBLE Yo' ~or alh y me dejas en paz? fico?
crel que necesitabas co -,
M. CONCEPCIÓN 'Yo;> S' N N' mpanla. ., INVISIBLE Por lo del... sí... el Mal di Cuore.
( • 1. o ose Oye ' -
naval? . . , ¿tu conoces al rey del cal I I 'ONCEPCIÓN A todo el mundo le duele el corazón. ¿No lo sabías?
H. INVISIBLE S.L Ya me acordé de él. U Y no somos pacíficos, sino más bien cabrones.
VIsta. n poco, lo conozco dl'
M. CONCEPCIÓN
(.Y no lo h as visror
. -, María Concepción alcanza a ver con el rabo del ojo
H. INVISIBLE No. que Chona y Britdnico salen del nicho 2. Sigue ha-
M. CONCEPCIÓN ¿Y no se te ha ocurrid blando, sacando provecho de que el Hombre Invisi-
él? o que Chona pueda estar con ble estd de espaldas a ellos. Chona, muy arreglada;
H. INVISIBLE No. Britdnico la revisa para ver que esté bien abrochada
M. CONCEPCIÓN rPor
'
qué? Sal'
.
d
reron e aquí' y sin hojas secas en la ropa. Finalmente, de forma
H. INVISIBLE Por u . JUntos. muy expedita, le pone el sombrero que ella trae en las
q e .no. (Pzensa algo que no va a decide) P
que , mIra ... e'1 sa b e quién es Ch . or- manos y se lo amarra, le da una frotada muy rápida
sabe? ona... ¿o no lo en la cara con su camisa. La besa, le besa las manos.
M. CONCEPCIÓN Nosotras no lo conocemos Luego, ligerísimo, sube la escalinata y desaparece.
H. INVISIBLE Es . Lleva su ropa bajo el brazo, va descalzo, sin peluca,
que ... ¿nunca ha ido a tu casa?
con la camisa de encajes abierta y el pantalón corto

IIO
III
uisa Josefina Hernández Elparque I

del disfraz, es mucho rnds bello. Chona lo ve irse y 11. INVISIBLE (Sin molestarse.) ¿Dónde estabas, Chonita?
luego, sin hacer ruido, se acerca al Hombre Invisibir CHONA (Sentdndose en la foente.) No pienso decido.
y a María Concepción cuando el didlogo lo indica. 11. INVISIBLE ¿Estabas sola?
CHONA Sola y mi alma, como dicen los pelados de este
H.INVISIBI,E ¿Tu mamá no las regaña por decir malas palabras? pueblo.
M. CONCEPCIÓN No. Dice que no habiendo hombres en casa no 1\1. ONCEPCIÓN Siquiera ponte seria, ya ni la amuelas.
tenemos a quién darle mal ejemplo. CHONA Ya ni la amuelo. ¿Y qué?
H. INVISIBLE (Riendo.) Eso también es cierto en mi casa. Mi 11. INVISIBLE No te enojes, nadie quiere molestarte.
mamá y mis hermanas las dicen y se callan en CHONA Nada más investigarme, ¿verdad? Suelta mi coro-
cuanto aparece uno de nosotros. ¿Tú crees que na. La quiero de recuerdo.
Chona no me querrá nunca? 11. INVISIBLE (Con su sinceridad que desarma.) ¿Dónde dejaste a
M. CONCEPCIÓN (Consciente de la escena muda.) No. Hace tanto que Luis XIV? (Deja la corona.)
la persigues ... ya te hubiera querido, ¿no? CHONA El rey Sol.
H. INVISIBLE Tuve que hacer una donación al comité organiza- 11. INVISIBLE ¿Sol? ¿Sí? ¿Dónde lo dejaste?
dor del carnaval para que la eligieran y me dejaran CHONA No sé dónde está. Veo para atrás, para adelante,
coronada. (Agarra la corona.) Y ya ves, no bailó para arriba, para abajo y por más que yo quisiera
conmigo ni una pieza. Yo no esperaba... pero una no lo veo.
sola pieza, o diez minutos, no es mucho. Y aho- M. CONCEPCIÓN Ya cállate. No es chiste.
ra ... (Se presenta en toda su magnitud lo que se le ha 11. INVISIBLE (Ahora sí resentido.) Bueno, allá tú. Voy a avisarle
ocurrido.) ¿Tú no has visto a ese muchacho des- a tu madre.
pués de la coronación?
M. CONCEPCIÓN De reojo y un solo instante. En la escalera. Sale. Chona y María Concepción se miran larga-
H. INVISIBLE Tengo una inquietud tan grande que ni siquiera mente.
me duele el corazón. (De todas maneras se pone las
manos en el pecho. Chona, ya muy cerca de ellos, CHONA ¿Y qué?
decide darle un susto.) M. CONCEPCIÓN (Muy afligida.) No sabes lo que has hecho.
CHONA (Empujdndolo.) ¡Bu! CHONA Sí lo sé. Y no me arrepentiré mientras viva.
M. CONCEPCIÓN Ah, qué cabrona. M. CONCEPCIÓN (Casi llorando.) Pero, Chona, dice Mal di Cuore
H. INVISIBLE ¡Chona! ¡Qué alegría verte! Todos estábamos bus- que es un mozo de papá.
cándote. Y tu mamá se puso enferma de tu pura CHONA Él no sabía que era hermana de ustedes y yo no se
ausencia y llamaron al doctor ... lo aclaré para no ...
CHONA Cállate, Mal di Cuore. Pareces vieja. M. CONCEPCIÓN Para no compartir la mala fama de tener tía so-
M. CONCEPCIÓN A ver si eres menos grosera. No viene al caso. Es- námbula, madre loca y padre Causante, ¿no?
túpida.

112 113
Luisa Josefina Hernández
El parque 1

CHONA Pues sí, tengo derecho. Le dije que mamá nos 111 (Acepta, pero se enoja.) Es cierto, ¿con quién es-
1). DULCE
ne encerradas y no nos deja ni asomamos. (Do/ti. tabas?
se enoja.) ¿Por qué me había de conformar "(lll CHONA No lo digo. ¿Por qué no puedo pasear sola? ¿Por
eso?
qué si una se pierde cinco minutos tiene que per-
M. CONCEPCIÓN ¿Y ahora qué vas a hacer? Si papá lo sabe lo va ,1
derse con un pendejo?
echar, si es que no lo mata.
O.DULCE (Le mira los pies.) Tienes los zapatos muy limpios;
CHONA Yo me quiero ir con él aunque tenga doce hijos. te perdiste sin zapatos. Y el sombrero, como si aca-
M. CONCEPCIÓN Ya eso no sucede. Acabo de enterarme.
baras de ponértelo; te perdiste sin sombrero. Y las
CHONA ¡Si papá sabe que con esto contradice y molesta .1 medias algo flojas; te quitaste las medias y te las
mamá, hasta una fiesta nos va a hacer!
volviste a poner.
M. CONCEPCIÓN Y a nosotras mamá nos va a encadenar a las venta
11. INVISIBLE (Con algo de energía.) Doña Dulce, no le haga eso
nas del patio y puede que, ahora sí, se muera del a su hija, ¿no ve usted que la ofende? Va usted a
disgusto. ¡Qué mala eres!
lograr que se vaya y no vuelva.
Aparecen los adolescentescon otra rdfaga de música y, Doña Dulce, en una intensidad de sufrimiento, ca-
como quien no quiere la cosa, van otra vez al nicho 1. lla y empieza a llorar.
CHONA Míralas. Ahí vienen. Qué parecen.
D. DULCE Yo nunca he ofendido a mis hijas ni a nadie. (Ve a
su hermana.) Ni a ésta siquiera, ¿verdad que no?
Doña Nereida,pldcida,lleva en la mano un refresco ESTHER (Se despabila.) No, Dulce. Tú y yo nos queremos
que toma con popote. Doña Dulce, encarrerada. Es- mucho.
ther, mds despierta. Doña Dulce se detiene junto a H. INVISIBLE (A Chona.) Chonita, ¿no podrías decide a tu ma-
Chona y ella la enfrenta.
má algo que la consuele?
D. DULCE
CHONA (Enojada.) ¡Qué bárbaro eres, Mal di Cuore! ¡Con-
(Con algo de esperanza.) ¿Dónde estabas, María En- tigo enfrente no se puede ni pelear a gusto! Bue-
carnación?
CHONA
no, algo le voy a decir, ahora te aguantas. (~g~rra
(Insolentísima.) Jodienda el mundo.
aliento.) Mamá, no llevaba sombrero, me qUIte los
zapatos, me quité las medias, tiene razón usted,
Doña Dulce levanta la mano para abofetearlay do- ¿ya está contenta?
ña Nereidalo impide.

D. NEREIDA
Doña Dulce inclina la cabeza, sigue llorando.
Doña Dulce, no maltrate a su hija, nada remedia
con eso.
D. NEREIDA Chona, cálmate. Mira, toma un traguito. (Le qui-
ta el popote a su refresco y se lo ofrece.) Has de tener

115
l.ui a Josefina Hernández Elparque I

sed. (Chona acepta el refresco y se lo toma casi d, " Otra ráfagade música, ahora es una conga. Apare-
trago. Todos la miran con diferentesideas.) cen las hermanas de Británico entreveradas con Las
D. DULCE (Al Hombre Invisible.) Joven, ¿no quiere usted 11. de Chona. Encabeza la fiLa el Hombre Invisible.
mar a mis otras tres hijas? Por allí andaban. Ya IIII

vamos, es muy tarde. ti tNVI IBLE Aquí las tiene usted. (Se sienta en La fuente, se toca
H. INVISIBLE Con mucho gusto. el corazón, juega con la corona.)
1). DULCE (Mareada.) ¿Todas son mías?
Se oye música de chachachá. Aparece el médico 1"11 LISIA Nosotras somos las hermanas de Británico.
arriba, la música le mueve el cuerpo. Trae un vaso d, 1). DULCE ¿Quién es ése? Me suena el nombre.
papel y una pastilla. 1}I/INTlLIA (Contenta.) Luis XIV, el rey.

DR. RAMOS Tuve que ir a mi consultorio. No hay nada abi("1 Una pausa con silencio muy claro.
to. (Ve a Chona.) Apareciste, niña. (Chona sube ""
hombro.) Tome, doña Dulce... ¿o ya no le hace 1;11 I SANTíSIMA ¿Dónde estaba Chona?
ta el calmante? CONCEPCIÓN (Entre dientes.) Si no te callas voy a rornperte la
D. DULCE (Trágica.) Claro que me hace falta. Para estar co boca, María Santísima.
mo ésta. (Señala a Esther.) En mi casa habrá dm D. DULCE (Con grandioso ademán.) ¿Y dónde está ese re~?
sonámbulas, tres hijas y Chona. (Se toma el cal QUlNTlLIA (Algo asustada.) No sé, señora, no lo hemos VIstO.
manteo El médico ve a Chona de arriba abajo.) CASIA A lo mejor se fue a la casa, no le gustan mucho las
DR. RAMOS Niña, qué arreglada y compuesta estás. Donde fiestas.
quiera que te hayas ido, no había polvo, ni lodo, D. DULCE (A Libia.) ¿Se hubiera ido sin ustedes?
ni mucho calor. (Le ve la espalda.) Ni bailaste, ten- LlBIA Pues... no, ¿verdad? Ha de andar divirtiéndose.
drías arrugas.
CHONA (A María Concepción.) A ver, Concha, dile algo al Momento muy incómodo. El único que ata cabos es
doctor, algo apropiado. el doctor Ramos, unos cabos que no embonan como
M. CONCEPCIÓN Doctor Ramos, ¿está usted investigando un cri- éL quisiera.
men?
DR. RAMOS (Pícaro.) Bueno, no. Es mi mente científica, nada DR. RAMOS Oigan, niñas, ¿yo las conozco mucho o me equi-
más. voco?
D. DULCE (Sentada en la fuente, muy triste.) Dr. Ramos, yo LISIA Claro, doctor. Usted nos curó la escarlatina.
en su lugar me conformaría con todas las mentiras CASIA Las paperas y el sarampión.
que dicen los pacientes. QUINTlLIA A mí me operó del apéndice.
DR. RAMOS (Una caravana.) Eso hago. ¿Cómo cree usted que DR. RAMOS ¿Y ese Británico es el que por poco no nac y 111 VI
sobreviven los médicos? que hacer cesárea?

n6
Luisa Josefina Hernández
Elparque I

QUINTILlA Es~ misn~o. (El doctor Ramos ve a unas y a uu,«


(Da una ojeada.) No. A mí no me parece. Nada
op~nar. Sin duda encuentra más de un parc,."l" I
DR. RAMos (Finalmente.) y tú, Chonita, ¿no conocu, di más está... muy tupido.
tes a ese Británico?
CHONA Nos hemos perdido muchas cosas. El doctor Ramos se adelanta, amabilísimo.
M. CONCEPCIÓN (Bajo.) Serás tú.
H. INVISIBLE (Triste.) Es hora de irse. ¿Quieren que las a O"1j
'" liAMOS Buenas noches, don Causante. Aquí nos encuen-
ñe a su casa? Yo llevo la corona. tra usted reunidos casualmente. Perdone por el
mal nombre.
I IISANTE Dígame Causante, nada me quita ni m~ pone.
D_epronto un sonido musical fuerte, como el {/l/u,
(Como movidas por un resorte, se acercan a ellos dos
C10 de algún suceso. Coincide con la entrada del ( ;11
juegos de hijas, amables pero en silencio. Menos Cho-
sante con Británico, que viene más arreglado, /J '
na, que mira a Británico; ninguno se mueve de don-
no .del todo, todavía descalzo y con un bulto de rol'
de está, él al pie de la escalinata, junto a la columna
b~Jo el brazo. No ven a los de abajo, de modo (/11
que sostiene su corona.) Niñas ... ¿cómo han estado?
tienen toda la escalinata para hablar.
¿Se han divertido? . .
CAUSANTE , ,mO DE MUCHACHAS Muy bien. Contentas. Nos hemos divertido
Mira, Británico, no seas necio, 10 de casarse ("
mucho.
muy mal negocio; si te va bien, en realidad te V.I
QUINTILlA ¿Va a regresar a la hacienda con nosotras o se que-
mal y si te va mal, pues te va mal. Te llenas dI
da en su casa de aquí?
criaturas, las tienes que mantener y luego te odia"
ellas y su mamá. M. JOSEFA "
(Muy claro.) ¿Uste d es conocen a papa.
BRITÁNICO
¡Pero yo me quiero casar!
CAUSANTE ¿Para qué? Casia, Libia y Quintilia dan un paso atrás. Miran
BRITÁNICO
Pues para que sÍ. al Causante; no es la primera vez que se encuentran
CAUSANTE con otros hijos de su padre, quieren ser prude~tes,
Yo me casé por dinero ... ¿Siquiera te casas por di-
nero? pero esperan una señal del Causante ... que no utene.
BRITÁNICO
N~ sé. Yo me caso a como dé lugar. Usted nomás
apoyeme. QUINTILlA Lo conocemos un poco, es el dueño de las hacien-
CAUSANTE das donde trabajan nuestras madres.
¡AA, qué friega te quieres poner! Parece mentira.
M. SANTíSIMA Yo creía que eran hermanas.
(Han terminado de bajar la escalera, ahora están en
LlBIA Sí. Pero de diferente madre.
medio de un grupo fomiliar muy completo, más de la
cue~ta.) ¿Qué es esto? ¿ Una conspiración? (Se ate-
Doña Dulce se pone en pie, está poseída por el demo-
r~orlza.) Británico, dime que no se trata del Juicio
Final, nio de las relacionesfamiliares.

lIS
II9
I.lIi~:t .Josdina I-Icrnández
El parque I
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D. DULCE Ustedes son hijas del Causante, ¿verdad? Sus 111.1 Un repicar de campanas. Miércoles de Ceniza. Apa-
dres son ésas que van a su hamaca a dormir l., rece ahora una procesión de monaguillos vestidos de
siesta. Y tú, Luis XIV, también eres su hijo. negro y encaje blanco. Llevan un estandarte dorado
CHONA ¡No! (Un grito que la tira al suelo, queda inmóvil.) y reluciente, no distinguimos la imagen. En cuanto
pasan, los adolescentes salen del nicho I.
El doctor Ramos y el Hombre Invisible van a leuan
tarla. Britdnico suelta su ropa y queda de pie en 1" MUCHACHO ¡Hasta que se nos hizo! (Salen corriendo delforo.)
escalera, paralizado; luego, muy lentamente, se llevrl MONAGUILLOS (Repetidamente.) Polvo eres y en polvo te conver-
la mano al pecho. El doctor y el Hombre Inuisibl» tirás, etcétera.
sacan a Chona, que no da señales de vida. Sale Ma- D. DULCE (Digna.) Polvo soy y en polvo me convertí desde
ría Concepción con ellos. Lleva la corona. hace tiempo. (Sale.)
D. NEREIDA Se le olvidan a una los incestos. Polvo soy y en
DR. RAMOS El amor y la vergüenza son letales. polvo me convertiré. (Sale. Detrds de ella sale Es-
M. CONCEPCIÓN (Con la corona.) La quería de recuerdo. ther, peindndose.)
CAUSANTE (A doña Dulce.) ¡Cállate, bruja! (Hay desorden en el ESTHER El polvo no habla.
foro. Sólo dos personas no se mueven: doña Dulce y CAUSANTE (Se para frente al foro.) Pues yo no soy polvo y no
Britdnico.) ¿Y qué? Algún día tenían que conocer- me da la gana de convertirme en polvo y no me
se, ya hasta pueden visitarse si les da la gana. Has- convierto en nada y aquí me quedo como soy.
ta parecidos tienen. Puede que hasta se ayuden y
se quieran, son mis hijos unos y otros. Yo no sé Britdnico cae al suelo lentamente sobre la escalinata,
qué le pasa a Chona. Todos son mis hijos. al pie de su corona. Estd muerto de amor y vergüen-
ESTHER (Peindndose.) y los niños muertos, no hay que ol- za, como Chona.
vidarse de los muertos.
D. NEREIDA (Acercdndose, por primera vez horrorizada.) Sus hi- Queda solo el Causante, en medio de las campana-
jos Chona y Británico cometieron incesto. das, con una actitud de prócer, heroico y triunfante.
Una verdadera estatua de MIERDA.
El Causante va a la foente, se sienta, como repasan-
do lo que acaba de oír.

CAUSANTE No sé cómo pudo pasar eso. Unos libres, las otras


encerradas. Unos en el campo, éstas en la ciudad.
De veras.

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