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EL TEMPORAL QUE ASOTÓ EL VALLE EN EL

AÑO 1953

Fotografía de mis archivos particular,


correspondientes a los arboles que cayeron en la
plaza de Franchi Alfaro de La Orotava, a
consecuencia del temporal del año 1953.
Las películas "Lo que el Viento se Llevó" y “Que
Verde era mi Valle”, se entrenaron en el Cine
Atlante coincidiendo con un temporal que arrasó
el Valle. Aunque parece broma el Ministro de
Agricultura que visitó el Valle de La Orotava a
consecuencia del temporal, como contraposición
a los daños, ofreció erigir una manufactura de
madera para provecho de los tallos de la
platanera.
Precisamente el día 15 de enero de 1953, un
fuerte vendaval, que en algunas demarcaciones
apareció unido a una copiosa lluvia, asoló a
Tenerife desde las primeras horas de la
madrugada. En el interior de la isla, los daños
alcanzaron una magnitud insospechada. El
viento arrancó de cuajo numerosos árboles de la
carretera general del Norte, quedando
interceptada dicha vía en diferentes lugares,
derribando asimismo un elevado número de
postes telefónicos, lo que originó grandes
trastornos en las comunicaciones. Los daños
alcanzaron a todos los cultivos, en especial a las
plataneras y tomateros, encontrándose los
mayores perjuicios en el Valle de La Orotava,
donde sopló un viento huracanado sin lluvia que
iba de la cumbre al mar. Todo comenzó a partir
de las dos de la madrugada, arreciando
posteriormente y alcanzando su mayor
agravamiento de siete a nueve de la mañana,
hora en que el ciclón llegó a sembrar el pánico
entre los habitantes del Valle. La violencia del
viento derribó fincas enteras de plataneras,
arrasando los cultivos. Los importantes daños
registrados alcanzaron a todos los propietarios
de fincas del Valle, cifrándose los mismos en
cerca de mil millones de pesetas. El aspecto que
presentaba en la mañana del día siguiente el
Valle era desolador, pudiendo verse millares y
millares de plantas de platanera en el suelo.
También fueron derribados numerosos muros y
paredes de huertas, no recordándose, según
algunas personas un ciclón de tal magnitud.
También en otras localidades del Norte de
Tenerife, el temporal remitió, cuantiosos daños
en los cultivos, igualmente se supo noticias de
Adeje y otros puntos del Suroeste de la isla en
parecido sentido. Se solicitó datos del
Observatorio Meteorológico de la Capital
Chicharrera: El mal tiempo era debido a un
centro de bajas presiones en las proximidades
de las islas. Que se conoce corrientemente como
“tiempo de borrasca”. El centro de bajas
presiones estaba situado dos días ante de la
hecatombe en el archipiélago de las Azores, el
día anterior en Canarias y el principal día entre
Canarias y la costa de África.
En La Orotava muchas casas sufrieron grandes
desperfectos en su techumbre, ventanas y
puertas. En el barrio de la Perdoma murieron dos
personas; una anciana y su nieta de unos nueve
años de edad, por derrumbamiento de un muro
contiguo a su casa, el cual cayó sobre la
techumbre y destruyó la habitación en que
dormían. En el lugar del suceso se personó
inmediatamente el Juez de Instrucción Don Luis
Sánchez Parodi, para instruir las diligencias del
caso. También estuvo el Alcalde Don Juan
Guardia Doñate. La casa parroquial del citado
barrio, construida a base de cemento armado,
quedó también arrasada. Al día siguiente por la
mañana tuvo lugar el triste acto de conducir a la
ultima morada los cadáveres de Doña Elena
Pérez González, y de la niña Corina Hernández
Quintero. El entierro constituyó una sentida
manifestación de duelo, a la que se asociaron las
autoridades. La chimenea de mampostería de
una casa del casco de la población fue arrancada
de cuajo, cayendo sobre el tejado de un
dormitorio de una casa vecina destrozándolo, la
cama que se hallaba en dicha habitación quedó
hecha pedazos, no ocasionando el hecho otra
desgracia porque las personas que en la alcoba
descansaban, unos segundos antes,
atemorizados por la violencia del temporal, se
habían instalados y salido de la habitación.
Muchas casas modestas quedaron sin tejas y
llenas de agua, que caía aparatosamente
impulsada por el viento. La iglesia de La
Concepción, sufrió desperfectos de
consideración, tales como la rotura de algunas
de sus magnificas vidrieras. Otras iglesias que
sufrieron desperfectos fueron las de San Juan,
La Perdoma, y San Agustín. La instalación
eléctrica sufrió graves averías en el tendido de
alta tensión, por lo que tardó tiempo en
suministrar energía. Fue enorme la cantidad de
arboles arrancados y destrozados, pero lo que
produjo estupor fue la contemplación de las
plataneras que aparecieron arrancadas de
manera tremenda. También causó general
sentimiento, lo acontecido en La Vera. El chofer
del servicio público Bernardo González Yanez,
sin otros medios de fortuna que un automóvil de
su propiedad, sufrió las trágicas consecuencias
del temporal. Tenía por costumbre dejar su auto
frente al antiguo “empaquetado” de la casa
Yeoward. La pared frontal de dicho almacén
cedió a la fuerza del huracán, y cayó sobre el
automóvil, destrozándolo completamente. El
nombrado conductor, padre de familia, se quedó,
por tanto, en la miseria, al perder su único medio
de vida. En el barrio de “Los Pinos”, se derrumbó
una casa habitada por un matrimonio y once
hijos, que se salvaron milagrosamente. En “La
Piedad” , otra casa quedó totalmente destrozada.
Las citadas viviendas son de gente humilde.
Visitaron la zona siniestradas; el Excmo. Señor
Capitán General, Duque de La Torre; Excmo.
Señor Gobernador Civil, Don Carlos Arias
Navarro; Presidente del Cabildo Insular, Don
Antonio Lecuona; Subjefe Provincial del
Movimiento, Don Joaquín Amigó Lara; Inspector
Provincial de Falange, Don Julio Guigou;
Delegado de Información y Turismo Don Carlos
González. Todos ellos se mostraron
profundamente apenados y prometieron su
ayuda, informando al Gobierno de la Nación, de
la amplitud de la catástrofe. El ingeniero jefe de
la Sección Agronómica Don Jorge Menéndez
visitó el Valle de La Orotava, recorriendo la zona
afectada por el temporal, coincidiendo en dicha
visita con el Excmo. Señor Gobernador Civil y
Jefe Provincial del Movimiento, Don Carlos Arias
Navarro. El señor Menéndez, manifestó que los
efectos del ciclón se presentaron con carácter
muy desigual a lo largo de todo el Valle. La zona
más perjudicada, según el ingeniero jefe de la
sección agronómica fue la oriental en las
inmediaciones del Jardín Botánico. Aparte del
Valle de La Orotava sufrieron también daños los
cultivos de diferente índole a lo largo de todo el
Norte de la isla y en algunas comarcas del sur, si
bien estos no alcanzó las proporciones que
tuvieron en aquel. Las perdidas fueron muy
difíciles de calcular, las cuales pasaron de 200
millones.
Los Excmos señores ministros de la
Gobernación y de Agricultura vinieron a apreciar
directamente, como embajadores del Caudillo y
de su Gobierno, la magnitud del desastre
económico que padeció la isla, agravado con las
noticias que llegaron de las otras, pertenecientes
a este ámbito provincial, que asimismo sufrieron
los rigores de la naturaleza. La presencia aquí de
los ilustres y altos representantes del Gobierno
llenó de confortación a los tinerfeños. No solo
por cuanto respeta a tales problemas, sino por lo
que reveló la generosa compresión estatal para
nuestra tierra. Numeroso publico en el que
estaba representadas todas las clases sociales
del país y en el que destacaba un nutrido grupo
de agricultores del Valle de La Orotava y de las
otras zonas de la isla afectada por el temporal,
acudió al aeropuerto de Los Rodeos, a recibir a
los ministros. Desde mucho antes de la hora
anunciada para la llegada del cuatrimotor de la
compañía Iberia, a bordo del cual realizaron el
viaje los ministros, formó frente al edificio de la
estación del aeropuerto una batería antiaérea con
bandera y banda, al mando del capitán Señor
Mandillo. A las dos menos cuarto tomó tierra el
cuatrimotor de Iberia descendiendo del mismo en
primer término los ministros de la Gobernación
Don Blas Pérez González, y de Agricultura Don
Rafael Cavestany, a quienes acompañaban sus
respectivas esposas. También llegaron en el
mismo aparato el director general de
Coordinación y Créditos Agrícolas señor Pardo
Canalls; Don Blas Pérez Martín hijo del ministro
de la Gobernación, y el director de la Algodonera
de Canarias, señor Montojo. Asimismo llegó de
Madrid en unión de tan ilustres viajeros el
Obispo de Tenerife, doctor Pérez Cáceres. Para
recibir a los representantes del Gobierno,
además de las primeras autoridades civiles y
militares, se hallaban en el aeródromo
representaciones oficiales de toda índole y los
alcaldes de los pueblos de la isla en unión de
representaciones de sus municipios. Con el
capitán general de Canarias y Jefe de las Fuerzas
de Tierra, Mar y Aire del Archipiélago, teniente
general Martínez Campos, se encontraban el Jefe
de la base Naval de Canarias Don Carlos Villa
Suanzes, General Gobernador Militar de la Plaza,
Don Lorenzo Machado; General subinspector,
Don Ramón Saleta; General Jefe de Artillería,
Don Luis Cerdó Pujol; Comandante Militar de
Marina, Don Ginés Sanz, y jefe del Sector Aéreo,
teniente coronel Pérez Pardo. La representación
civil se hallaba integrada por el Gobernador Civil
y Jefe Provincial del Movimiento, Don Carlos Aria
Navarro; Presidente de la Audiencia Don Ricardo
Alcalde; Fiscal, Señor Díaz llanos; Rector de la
Universidad de La Laguna Don Alberto Navarro
González; presidente del Cabildo Insular, Don
Antonio Lecuona; Delegado de Hacienda Don
José Molowny; alcalde de la capital, Don
Heliodoro Rodríguez González; alcalde de La
Laguna, Don Lupicino Arbelo Padrón, con el
Ayuntamiento en pleno; Delegado de Información
y Turismo, Don Carlos González García
Gutiérrez; e ingenieros jefes de los distintos
departamentos ministeriales.
Los ministros acompañado de las primeras
autoridades tinerfeña marcharon al Valle de La
Orotava, para conocer los efectos del temporal,
diriguiéndose por la carretera general del Norte
al lugar conocido por “El Ramal del Pinito”,
desde donde se domina el conjunto del Valle, y a
continuación entró la comitiva por el Camino del
Rincón para ver diferentes fincas enclavadas en
aquella zona y seguidamente entraron por la
carretera del Botánico al empaquetado de La
Bananera . Después de visitar la finca de
Yeoward subieron hasta el Camino de los
Orovales deteniéndose en la finca de este
nombre y siguiendo luego por el Camino del
Durazno(finca de la viuda de Salazar), para llegar
hasta la ermita de San Nicolás, finca de San
Jerónimo camino de San Miguel y de la Luz.
Desde este lugar se dirigieron a la Villa de La
Orotava, pasando por la ermita de Franchy.
Después de esta visita al Valle se celebró una
reunión en el Ayuntamiento de La Orotava,
donde fue leído un memorial del alcalde de dicha
Villa, señor Guardia Doñate, de salutación y
gratitud a los ilustres visitantes, entregándose
personalmente al padre de la niña Corina
Hernández Quintero, muerta en el Barrio de La
Perdoma si ser derribada su vivienda por el
vendaval, un donativo de 5.000.- pesetas. A
continuación hicieron uso de palabras, desde el
balcón de las Casas Consitoriales, y ante una
gran multitud que llenaba totalmente la plaza y
calles adyacentes, los señores Cavestany y
Pérez González, señalando que habían recorrido
parte de la zona afectada por el temporal y que
mediante el informe que a su regreso a Madrid
presentaran al Gobierno, se tomaran las
providencias del caso para aliviar la situación de
los agricultores, al mismo tiempo que se
mostraron afectados ante la desolación de los
cultivos por ellos personalmente presenciado.
Al día siguiente, los ministros hicieron un
recorrido por toda la zona sur de la isla. Salieron
a las ocho y media de la mañana del Hotel
Mencey, pasando por la Rambla hasta el muelle
norte. Vía del litoral, Plaza de España, Avenida de
José Antonio y Vía de Enlace, desde donde
marcharon por la carretera del Rosario hacía el
Sur. A las diez de la mañana pasaron por Guimar,
deteniéndose en el mirador de la Ladera. A
Granadilla llegaron a las doce, donde bajaron al
Medano. Después de almorzar en San Miguel,
siguieron hasta Guía de Isora, efectuando el
regreso a la capital por Icod y la carretera general
del Norte.
Hoy el Valle sufre una catástrofe mucho mas
problemática que la de 1953. En aquel año fueron
los avatares de la naturaleza lo que destruyó
casas, arboles y cultivos. Pero ahora
desgraciadamente es la humanidad, la que ha
querido asolar el Valle, tirando arboles,
arrasando cultivos, convirtiendo la quimera
innata en una basura fingida. Esto no lo remedia
nadie, ni visitas de ministros, ni fabricas de
maderas

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