Taller individual sobre la película “Habemus Papam”
La película aborda diferentes problemáticas pero este texto se va a centrar en el pánico y en
cómo el protagonista se ve afectado por esto, como responde y que desencadena lo que parece ser un ataque de pánico. Es necesario tener en cuenta el contexto en el que se encuentra no solo el cardenal Melville sino los demás miembros del cónclave; con la muerte del papa anterior la iglesia queda en medio de una situación de incertidumbre; si bien se tiene claro que esto no es algo más que temporal toda la iglesia, sus miembros, esperan ansiosos la llegada de un sucesor y en medio de esto se genera un aire de especulación que contribuye a la incertidumbre no solo de los que esperan en todo el mundo las noticias de la elección sino también de los propios cardenales que están en el cónclave. Se hace evidente que en medio de la elección los propios cardenales son conscientes de que hay algunos que se alzan como los favoritos a ocupar el puesto del papa y esto se hace evidente en medio de las primeras votaciones donde se ve un apretado empate. Este es uno de los factores que contribuyen a que la elección del cardenal Melville sea sorpresiva. Es a partir de este punto en que se empieza a intuir en el protagonista cierta vacilación lo cual podría suponerse como algo natural frente a un momento de tanta tensión y frente al panorama que se plantea totalmente nuevo y en cierto sentido avasallador, es justo en el momento de enfrentarse a ese exterior, a la multitud de otros que esperan ansiosos que el pánico se manifiesta, se hace explícito que el nuevo papa no halla en sí mismo la capacidad de tramitar los afectos que la sorpresiva elección le dejó y esto lo vemos en que sus primeras palabras después de los gritos son pedidos por ayuda. El peso de la simbología religiosa es un factor que juega también un papel fundamental en el film ya que muchos de los actos a los que se debe enfrentar el nuevo papa tiene una profunda carga simbólica, ejemplo de esto es el saludo al público en donde se le reconoce como la nueva cabeza de la iglesia, no es solo un posible miedo escénico, un temor a hablar en frente de la multitud sino el hecho de no reconocerse en el papel de nuevo papa, la elección afecta a Melville en lo más profundo de su concepción de sí mismo, de lo que él cree ser. El cardenal no es capaz de hallar en su persona el cómo lidiar con esas nuevas responsabilidades que se tornan agobiantes, hasta el más pequeño detalle como la elección del escudo se torna en un enfrentamiento violento con su visión de mundo, la imposibilidad de expresar sus afectos no solo por sus propias restricciones sino acentuadas además por el protocolo casi carcelario del vaticano lo llevan a escapar y buscar por su propia mano una forma de poder lidiar con los cambios tan abruptos de las últimas horas, con el pánico que le bloquea y le imposibilita desempeñar su cargo, pues si hay algo que a ese punto es claro es que su huida si bien es de la presión a la que se ve sometido por sí mismo y por los demás es una búsqueda de respuestas para hacer frente a su nueva misión. Si bien en ningún momento el Papa duda de su fé, esto se trae a colación por el propio film con la aparición del psicoanalista y su pregunta específica sobre si es un problema de fé el propio Melville asegura que no; es sin embargo muy curioso la ausencia de un diálogo por parte no solo de Melville con Dios sino de los demás cardenales pues todos tienen maneras de lidiar con sus problemas que no solo se remiten a sus creencias sino que abarcan más campos y más maneras de lidiar con sus sentires. El cardenal en ningún momento duda de su fé pero a la vez no busca refugio en Dios, como si viese a este ser como algo externo a si, no algo que lo afecte como individuo sino que como los cardenales o la multitud no pudiesen darle respuesta alguna sobre su pánico. Es así como de manera casual termina hallando una conexión con su infancia por medio de un grupo de teatro y vemos como mientras comparte tiempo con ellos su ansiedad, su pánico y su angustia merman pero en cuanto entra en contacto con los asuntos del vaticano su bloqueo vuelve aparecer, es por este contacto con su infanci que en cierto sentido logra llegar a la respuesta y al desenlace de la película, su fé le dicta que en la iglesia están los que son guiados y los que guían pero su reencuentro con su infancia y su identidad le confirman que el no hace parte de esos que lideran.