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Cancho Ruiz. Indicadores de


Diferenciación Social.pdf
Christian G. Cancho

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KULLPI. Invest Igaciones cult urales en la provincIa de Huaral y el nort e chIco, número 7
Piet er van Dalen Luna

Inkallaqt a 1, Revist a de Invest igaciones Arqueológicas y Et nohist óricas Inka


Inka Llaqt a

Canziani - Ciudad y Territ orio en Los Andes[1]


kevin Raul Mendoza Mejia
ARKEOS, Revista electrónica de Arqueología PUCP
Vol. 8, N° 15, 2016
pp. 35 - 56

Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de


Pisquillo Chico, un asentamiento en el valle de Chancay
Christian G. Cancho*

Resumen

El presente artículo muestra algunas reflexiones en torno a la cultura material edificada, como
herramienta de análisis para inferir diferenciación social. Siguiendo esta línea presentaré a
continuación un análisis preliminar de la arquitectura de Pisquillo Chico, un asentamiento tardío
en el valle de Chancay (Huaral, costa nor-central, Perú), lugar donde es posible identificar
elementos potenciales de “diferenciación social” evidenciados en las unidades habitacionales.

Palabras claves: Periodo Intermedio Tardío, diferenciación social,


análisis arquitectónico.

Abstract

This paper presents some reflections on the importance of architectural features as useful indicators
to infer social differentiation. Therefore, it is presented a preliminary analysis on the architecture
of an archaeological settlement in Chancay valley (Huaral, northern central coast of Peru) called
Pisquiello Chico, where is possible to identify potential markers for social differentiation found on
the domestic architectural units (or households).

Keywords: Late Intermediate Period, social differentiation, architectural analysis

1. Introducción

El estudio de la arquitectura es un hecho común en el quehacer arqueológico y constituye una herramienta útil
para la caracterización y comprensión de los asentamientos. Sin embargo el proceso de entender “qué es lo que
se construyó”, y el “porqué” sigue siendo una premisa de investigación que constituye un gran desafío para el
entendimiento de la lógica de los constructores detrás de la construcción misma. Por otro lado, el estudio de la
arquitectura de escalas espaciales menores como la arqueología de Household, o comúnmente llamada estudio
de “unidades domésticas”, ha arrojado datos importantes para comprender la organización social y económica
de una sociedad (cf. Nash 2009; Carballo 2009; Manzanilla 1990; Stanish 1989; McGuire 1986; McGuire. R. y
M. Shiffer 1983; Flannery 1976; Allison 1999). En esta línea, la posibilidad de identificar diferenciación social
y grados de riqueza derivado del análisis de las viviendas en las distintas sociedades, aunque ha sido sugerida
por muchos investigadores (cf. Carballo 2009; Stanish 1989; McGuire, R. y M. Shiffer 1983; Flannery 1976),
ha sido fuente de debate en las últimas décadas. Así, por ejemplo, la identificación de una vivienda considerada
como de “Elite” por sus características formales podría ser una clara manifestación del alto grado de acceso a
los recursos que sus propietarios tienen en contraste con el resto de la población analizada (cf. Smith 1987).

* Licenciado en Arqueología UNMSM; Programa de Estudio Andinos - Escuela de Posgrado, PUCP.


christiancancho@gmail.com; a20126469@pucp.pe
35
Christian G. Cancho

Por los motivos mencionados, en este estudio analizamos una muestra representativa de la “arquitectura
doméstica” de los sectores residenciales de Pisquillo Chico: un asentamiento Chancay en el valle de Huaral
(Perú). En estos sectores se ha planteado la existencia de diferenciación social (cf. Bonavía 1991; Krazanowsky
1991; Negro 2001; Canziani 2012: 387; Guzmán 2001; Azamy y Velázquez: 2010), lo cual abre un universo de
preguntas tales como: ¿Qué características tenían las viviendas Chancay?; ¿Existía un estilo propio de construir
viviendas?; ¿Existía diferenciación social?. En el último caso, si existiera, ¿la arquitectura sería un indicador de
ella?

2. Espacio social y diferenciación social

A menudo siempre tratamos de diferenciarnos para mostrar nuestra individualidad o adhesión a un grupo social.
Lo hacemos con ciertos parámetros establecidos, frente a otro colectivo dentro de un universo denominado
“espacio social”. (cf. Bourdieu 1997: 18). Sin embargo, esta diferenciación no es propia de “un mundo
moderno”, sino que su validez podría ser analizada en los distintos contextos socioculturales de las distintas
sociedades pretéritas.

Para Bourdieu define al espacio social, como constituido por un conjunto de agentes o grupos que ocupan
posiciones distintas y coexistentes dentro de un campo específico, de acuerdo a sus disposiciones o “habitus”1,
que vienen a ser mecanismos por los cuales las personas (agentes) aprenden a actuar y pensar dentro de dicho
campo; constituyéndose en “estructuras estructuradas y estructurantes”, como principios organizadores y
generadores de nuevas prácticas sociales (cf. Ibíd. 1997).

Para Blau, la estructura social se puede definir como "la distribución de la población entre posiciones
diferenciales dentro de un espacio multidimensional" (Blau 1977: 26). En este marco, la diferenciación social
se da porque los individuos ocupan posiciones diferentes en la esfera social. Es así que para Hodder, “La propia
casa llega a ser percibida de manera distinta por los diferentes grupos sociales a través de sus distintos
hábitos”. (Hodder 1994: 89). En consecuencia, el espacio crearía relaciones especiales entre función y
significado social (cf. Hillier y Hanson 1984: 1-2). Según Blau, el foco de análisis de la estructura social debería
centrarse en medir el grado de diferenciación social, identificando qué “rol y status” son los parámetros sociales
básicos. Sobre esta base es que logra conceptualizar lo que denomina como heterogeneidad y desigualdad (cf.
Blau 1977:30). Estos conceptos son desarrollados luego por McGuire, introduciéndolos dentro del debate de la
complejidad cultural (McGuire 186). En esta línea argumenta que existen dos variables claves para medir la
diferenciación social: 1) Por desigualdad - acceso diferenciado a recursos materiales, y 2) Por heterogeneidad
- diferencia de roles (cf. Ibíd. 1986:93).

Luego de haber presentado un marco conceptual específico y considerando que nuestro análisis es sobre datos
de superficie, me concentraré en evaluar la diferenciación social por desigualdad, utilizando los espacios
habitacionales como indicadores.

1
La Teoría de la Práctica de Bourdieu sitúa al “habitus” entre la estructura y la práctica, por lo que las acciones de los
agentes no son “totalmente consientes”, sino que dichas acciones serían una suerte de improvisaciones reguladas. Esto es
congruente con el concepto de Conciencia Práctica que desarrolla Giddens, dentro de su Teoría de la Estructuración.
(Giddens 1984).

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“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

3. Pisquillo Chico

La sociedad Chancay tuvo como desarrollo nuclear los valles de Huaura y Chancay, extendiendo su área de
influencia por el norte hasta Supe, y por el sur hasta el Valle de Lurín. En este marco se desarrolló Pisquillo
Chico, un asentamiento de indudable complejidad, considerado el más grande de la sociedad Chancay.

El sitio se encuentra ubicado dentro de la provincia de Huaral, en el margen izquierdo del río Chancay y al
noreste de la actual Cooperativa Agraria de Usuarios de Palpa. Establecido en los 77°05’58” Longitud Oeste y
11 °28’48” Latitud Sur, Piquillo Chico ocupa una extensa explanada y las faldas bajas de una quebrada lateral
al valle. Cronológicamente se encuentra enmarcado en el Periodo Intermedio Tardío, no obstante existe
evidencia para afirmar que continuó en funcionamiento durante la época de expansión Inca en la costa central.

Las investigaciones en el área de Pisquillo Chico por parte de la misión Polaca mayormente se concentraron en
la arquitectura (Negro: 1991), lográndose establecer cuatro sectores diferenciados: dos áreas residenciales o
“Barrios” (áreas habitacionales); un espacio funerario; y un último que se caracteriza por tener Montículos o
Edificios con rampa. Al respecto, Krazanowski menciona: “[…] Es de suponer que los montículos tenían
funciones religiosas o administrativas, o bien las dos a la vez.” (1991: 42).

Las viviendas circundantes a los edificios centrales también se denominaron barrios sagrados (Bonavía 1991:
522). Pisquillo Chico, por su complejidad arquitectónica, al parecer tuvo un rol importante, y aunque su área
residencial aún no esté bien definida, la sectorización planteada parece sugerir una clara diferenciación social
(Krazanowsky 1991; Negro 1991).

4. Área de estudio

Los primeros trabajos sobre descripción y análisis arquitectónico de los asentamientos Chancay fueron
realizados por Sandra Negro, quien planteó la existencia de al menos cuatro sectores diferenciados en Pisquillo
Chico: dos residenciales (Sector I, III), un cementerio (Sector II), y un área pública con pirámides troncocónicas
(Sector IV).2 A continuación, se presenta una descripción de los sectores mencionados:

Sector I (oeste):

Está compuesto por un conjunto de estructuras de reducida extensión, en el que se presentan recintos de
pequeñas y medianas dimensiones; las cuales oscilan entre los 3 a 5 m. de lado en promedio. Dichas estructuras
están orientadas hacia el oeste y presentan una distribución espacial, al parecer sin un orden específico, con

2
Posteriormente, Guzmán y Tosso plantean una sectorización en cinco sectores: ceremonial, residencial-administrativo,
un sector residencial-domestico al oeste y otro al sur; y por último un sector funerario (cf. Azami & Velásquez 2010). En
el 2008 se volvió a hacer una nueva sectorización sobre la base del anterior definiéndose cinco Sectores (Norte, Sur,
Noreste, Este y Oeste); sin tener mayores modificaciones salvo que el sector Sur involucraría no solo el Sector II, sino la
parte sur del sector III de Guzmán. (cf. Azami & Velásquez 2010: 253). En el 2011 Guzmán analiza la traza de Pisquillo
Chico; tomando en cuenta sus ejes y calles; concluyendo que el sitio es un verdadero centro urbano. Así mismo presenta
un plano con 6 sectores diferenciados (Lamina P-04 2011: 264): 1(oeste), 2 (sur), 3 (Norte-ceremonial), 4 (noreste), 5 (este-
funerario), y 6 (extremo este). Y en los cuales pueden distinguirse barrios de acuerdo a la posición que ocupan (Guzmán
2011: 96).
En vista que no hay un consenso general entre los investigadores acerca de la sectorización del sitio, y que las variaciones
realizadas no son totalmente contrastantes, nos centraremos en la sectorización inicial planteada por Sandra Negro y la
misión polaca, ya que no tiene mayores dificultades para nuestro particular análisis.

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Christian G. Cancho

crecimiento espontáneo (por adosamientos sucesivos). No se observan calles ni pasajes de circulación. Para
Krzanowsky este sector se constituirá como un “barrio” para el común del pueblo.

En cuanto a los materiales constructivos tenemos la piedra sin trabajar, y el barro modelado para generar adobes
de forma rectangular y ovoidales, pero de tamaños variados. Por otro lado el barro también fue utilizado para
realizar enlucidos.

Un dato interesante es que los aparejos murarios reflejan una gran variabilidad tanto estructural como
morfológica, por lo que se ha podido reconocer por lo menos hasta 5 tipos de aparejos (Negro 1991).

Sector II (sureste):
Este sector se encuentra ubicado al sureste del asentamiento, y constituye el área funeraria o cementerio3. En
cuanto a su emplazamiento ocupa una extensión considerablemente amplia sobre un terreno llano, no
pudiéndose identificar sus límites reales. En la actualidad este cementerio viene siendo afectado por
excavaciones clandestinas o “huaqueos”, por lo que se puede apreciar en superficie remanentes culturales de
manera disturbada. Por otro lado también se ha podido registrar muros construidos con adobe; no obstante aún
no se conoce la relación que tendrían con los contextos funerarios.

Sector III (noreste):


Este sector III está conformado por un conjunto de estructuras con un diseño arquitectónico regularmente
homogéneo. Ubicado al noreste del asentamiento, presenta una clara tendencia hacia la ortogonalidad y un
sugerente “trazo urbanístico”, configurándose unidades habitacionales con espacios amplios y subdivisiones
internas. Por otro lado también son identificables calles rectas y pasajes articulados con las estructuras, los
cuales contrastan con las estructuras del Sector I. Esto es denominado como residencias de Elite, o de elevada
“Jerarquía Social” (Guzmán 2011: 27). El material constructivo empleado es casi exclusivamente el adobe con
medidas estandarizadas de 32 x 15 x 8 m. (Negro 1991: 77), pero también se utilizaron piedras rústicas. El
relleno central de los muros está compuesto por mortero de barro, mezclado con cascajo y con fragmentería
cerámica. La mayoría de estos muros son construidos bajo la misma técnica y acabado.

Sector IV (área monumental):

Anteriormente solo se le mencionaba como estructuras piramidales troncocónicas, (Negro 1991: 80). No
obstante, se ha identificado alrededor de 20 estructuras piramidales distribuidas en el asentamiento, que en los
años 90 eran catalogadas como edificios con funciones ceremoniales. Al respecto Bonavía menciona que […]
el centro ceremonial estaba compuesto de unas 20 pirámides Truncas con rampas que daban sobre una gran
plaza (Bonavía1991: 2522).
Recientemente se ha podido corroborar la existencia de estructuras alargadas con posibles patios y plazas, así
como la existencia de Montículos Plataforma, cuyo acceso lo constituye una rampa orientada y alineada hacia
la parte central (“Templos con rampa”)4. En el presente estudio esta área representaría los edificios públicos del
asentamiento.

3
La arqueología de la muerte es un elemento importante para medir asociaciones sociales, no obstante no lo hemos
abordado en este estudio, lo cual excede los límites del mismo. Para más información sobre la muerte en la sociedad
Chancay véase: Cornejo (1999).
4
Este tipo de estructuras es muy similar a las “Pirámides con Rampa Central” (PCR), o “Pirámides del Tipo C”; descritas
por Eeckhout para los Ychma en otras zonas de la Costa Central, tales como Pachacamac, Lurín y el Rímac; para el mismo
periodo cronológico (Eeckhout 2004: 403-423). Como sugerencia Eeckhout plantea la iniciativa de estudiar profundamente

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“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

Sobre la base de esta sectorización, a continuación, examinaremos los sectores que presentan unidades
habitacionales (Sector I y Sector III). Teniendo en cuenta la escala monumental del asentamiento, el cual excede
los límites de nuestro estudio me concentraré en analizar una muestra representativa de ambos sectores (ver
figura N°1); y contrastarlos para comprobar si el dato empírico soporta las presunciones teóricas sobre
“diferenciación social por desigualdad” (Ver Fig.1).

5. Análisis Preliminar de los Datos

Sector I:

Como muestra se ha analizado un promedio de 10 de estructuras que se emplazan en las faldas de un


promontorio natural, orientados hacia la parte oeste del asentamiento. Básicamente están acondicionadas sobre
un “aterrazamiento” artificial que niveló el grado de inclinación del terreno, cuya pendiente impedía su
horizontalidad. La organización espacial de las estructuras no guarda ninguna simetría ni planeamiento previo
a su construcción. Los recintos poseen un solo acceso y no tienden hacia la ortogonalidad. El crecimiento de
dichas estructuras parece haberse dado por adosamientos continuos, constituyéndose recintos aglutinados,
aprovechando al máximo el espacio. En este sector se pudo corroborar la coexistencia de por los menos 5
aparejos murarios (cf. Negro 2001) (Ver Fig.2).

TIPOS DE MURO DESCRIPCIÓN

Pared doble con relleno central, con un tamaño de adobe de 30 cm aprox.


Técnica constructiva a base de 2 adobes de soga por 1 de cabeza. El muro
Tipo A
posee un mortero de barro mezclado con arena gruesa asentado de forma
horizontal, con incrustaciones de cerámica. Evidencia de reutilización de
adobes (fig. 3).

Pared doble con relleno central, aparejo mixto de adobes de 30 cm aprox.,


coexistiendo con terrones de adobe de menor tamaño (10 cm.). No posee una
Tipo B
técnica constructiva homogénea. Se distinguen hiladas de 2 adobes de soga
por 1 de cabeza, superpuestas por hiladas de terrones dispuestos de manera
vertical o inclinada. El muro posee un mortero de barro mezclado con arena
gruesa asentado de forma horizontal (fig. 4).

Pared doble con relleno central que alterna hiladas de piedras pequeñas sin
trabajar dispuestas de manera ligeramente inclinadas y superpuestas por
Tipo C
hiladas de 2 adobes de soga por 1 de cabeza. El muro posee un mortero de
barro mezclado con arena gruesa asentado de forma horizontal e
incrustaciones de cerámica (fig. 5).

tales monumentos a fin de establecer cuáles son las semejanzas y diferencias, para correlacionarlas entre los valles
(Eeckhout 2004: 418).

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Pared hecha de adobes irregulares, al parecer modelados a mano. No se


observa una clara simetría entre ellos. Sus dimensiones oscilan entre 20 y 30
Tipo D
cm. Tienen formas rectangulares y otras ovaladas. En cuanto a la técnica
constructiva están dispuestas por hiladas usando mortero de barro. (fig. 6).
Se han registrado muros parecidos en baños de Boza, y en Rontoy, valle de
Huara (Negro 2001).

Pared exclusivamente hecha de piedras sin labrar de variados tamaños,


Tipo E
unidos entre sí por mortero de barro. Están dispuestos de forma horizontal,
formando hiladas (fig. 7).

Cuadro N°1: Tipos de aparejos registrados en el Sector I

Fundamentalmente, estos cinco tipos de aparejos están presentes en todo el sector. Los recintos exhiben, en
algunos casos, hasta tres técnicas combinadas sin un orden específico. Los muros se encuentran formando
recintos semi-cuadrangulares bastante irregulares, de aproximadamente 1 a 1.50 metros de altura (en su parte
más conservada) (Ver Fig. 3, 4, 5, 6, 7).

Los recintos mencionados poseen de 3 a 5 metros de lado aproximadamente, habiendo algunos que miden hasta
7 metros pero solo en uno de sus lados. Por lo general poseen un solo acceso, y no se puede observar alguna
división interna (ver Fig. 8).

Asociados a dichas estructuras se pudieron registrar áreas de quema (tierra rojiza producto de la combustión);
piedras grandes con pulimento dispuestos en los pisos de algunos recintos (posibles batanes); piedras ovaladas
con presencia de pulimento y huellas de impacto (manos de moler); y presencia de cerámica llana con hollín.
Esta última consistió básicamente en fragmentos de cuencos, cantaros, ollas, platos, sin embargo se halló un
mínimo porcentaje de la cerámica conocida cono Negro sobre blanco (Krazanowsky 1991: 216). De igual
manera, se evidenció la presencia de basurales en forma de pequeñas terrazas, los que contenían restos
botánicos, malacológicos, y fragmentos de cerámica llana (Ver Fig.8).

Sector III:

Se encuentra ubicado al noreste del asentamiento, y conforma lo que podría denominarse un área exclusiva
(Elite). Las unidades habitacionales aquí presentan una mejor distribución espacial, tanto externa como interna,
con presencia de calles y pasajes rectos. Se podría decir que incluso presentan una planimetría, siendo mucho
más amplias que las del sector I y llegando a medir aproximadamente hasta 26 m. de largo por 14 m. de ancho.
Estas unidades habitacionales presentan divisiones internas finamente enlucidas. Además, se evidencia una
traza que tiende marcadamente hacia la ortogonalidad.

El material constructivo es casi exclusivamente el adobe, al parecer hechos en moldes con medidas
convencionales (32x15x8 m.), aunque se presentan excepciones a partir de la presencia de pequeños muretes
de piedra que establecen divisiones. Los adobes fueron dispuestos en hiladas de forma horizontal asentados
sobre una capa de mortero barro. Esta forma de basamento se diferencia de otras técnicas antes mencionadas
para el sector I, en el que se preparaba una capa de piedras para luego asentar los muros.

Con respecto al emplazamiento, éste se encuentra sobre un terreno llano y próximo a los edificios públicos del
núcleo monumental. De la muestra seleccionada (ver figura N°1), se elaboró un plano en el que se pudo definir
de forma preliminar 5 Unidades Habitacionales (A, B, C, D, E, y F), cuyos accesos están orientados de norte a
sur (ver figura N°8). Cada unidad posee ambientes de diferentes tamaños, algunos más amplios que otros, y
fueron numerados de forma arbitraria para identificarlos, mas no para jerarquizarlos (Ver Fig. 9, 10)

ARKEOS, Revista electrónica de Arqueología PUCP Vol. 8, N° 15, 2016. 40


“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

Unidad A: Esta unidad presenta una orientación de norte a sur, y posee una extensión de 25 m. de largo
por 14 m. de ancho aproximadamente. Posee 6 ambientes definidos, aunque no se descarta la presencia
de mayor cantidad de espacios en la parte sur debido al deficiente estado de conservación. El ancho
promedio de los muros (todos de acabado fino), es de 50 centímetros y su altura promedio se mantiene
entre 1.50 y 2 m.

Una característica estética es que en algunos ambientes se hallan “muros fantasmas” y nichos
totalmente enlucidos. Por ejemplo, en el Ambiente N°2 éstos están asociados a un muro que cumpliría
una función más estética que estructural, ya que se adosa al muro perimetral del recinto, generándose
una especie de muro doble. Aquí se registraron 2 nichos de forma rectangular, de 1.20 centímetros de
largo por 80 centímetros de ancho, dispuestos de forma horizontal sobre una prolongación del muro (a
manera de voladizo o posible cornisa) en la parte media. Estos elementos generan la impresión de que
el conjunto sobresale del muro. (Ver Fig. 11).

Por otro lado, en la superficie de los ambientes se registraron una mano de moler en el ambiente N°5;
un posible batán en el ambiente N°6; y cerámica utilitaria en todos los ambientes, básicamente
fragmentos de platos, ollas, cuencos, un regular porcentaje de fragmentos de cerámica irreconocible, y
otro porcentaje reconocido como Chancay negro sobre blanco.

Unidad B: Está compuesta por 9 ambientes totalmente enlucidos, con muros que miden hasta 2 metros
de altura. El ambiente N°1 es aquel con mayor extensión, se trata de un recinto de forma rectangular de
13 m. de largo por 5 m. de ancho. Un dato curioso es que en la parte suroeste del recinto se ha registrado
un acceso hacia un pasaje sin salida, posiblemente el pasaje fue clausurado.

Por otra parte en el ambiente N° 2 (al igual que en la unidad anterior), se pudo registrar la presencia
de un muro doble (muro sur), en el que se observan 3 nichos con características particulares. Dos de
ellos son de forma alargada, con dimensiones de 40 cm. de alto por 15 de ancho, situados a los
extremos de un nicho central de forma rectangular de 40 cm. de altura por 80 cm. de ancho. Los nichos
están dispuestos de forma horizontal, y ocupan la parte media del muro, (ver figura 12).

En la parte central del ambiente N°2, se encuentra una pequeña estructura rectangular de 2 por 2 m.
hundida en el piso, (ver figura 13), la cual presenta una disposición de 3 hileras de adobes en su
perímetro a manera de muretes de contención, que cercan la estructura. No es posible atribuirle una
función sin una excavación previa (Ver Fig. 12, 13).

El ambiente N°4 se consideró dentro de esta unidad, debido a que existe un acceso desde el recinto N°3
que lleva a él, aunque no se descarta que pueda más bien estar asociado a la Unidad A. Se trata de una
estructura de 3 x 3 m., que al parecer no presenta un acceso. No es posible atribuirle una función,
aunque algunas estructuras de este tipo por lo general pueden servir de depósitos.

Otros elementos registrados son una mano de moler en el ambiente N°7 y una cantidad considerable de
cerámica utilitaria en todos los ambientes, básicamente fragmentos de platos, ollas, cuencos, y un
porcentaje de cerámica muy fragmentada e irreconocible.

Unidad C: Es una de las unidades más pequeñas de nuestra muestra, y se trata de una estructura
rectangular con 6 ambientes en su interior. Los muros tienen un espesor de 50 cm, y una altura
promedio de 1.50 aproximadamente. En el ambiente N° 3, de 6 x 5 m. de lado, (al igual que en el
ambiente N°2 de la unidad B) se registró en la parte central una pequeña estructura cuadrangular de 2 x
2 m. hundida en el piso. Esta estructura presenta sus paredes internas enlucidas. Una particularidad es
que dicha estructura presenta una hilada de piedras dispuestas horizontalmente en el borde superior,
con la disposición de sus aristas planas hacia el exterior, (ver foto 13). No es posible establecer una

ARKEOS, Revista electrónica de Arqueología PUCP Vol. 7, N° 14, 2015. 41


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función, sin embargo se puede observar que dicha estructura podría haber tenido un rol importante, el
cual es evidenciado en su acabado.

Por otro lado, en el ambiente N° 5 se registró un área de quema, la tierra tenía una coloración rojiza
producto de la combustión. También se pudo registrar la presencia de una mano de moler en el ambiente
N°4, y restos de cerámica utilitaria en todos los ambientes, esencialmente fragmentos de platos, ollas,
y cuenco (Ver Fig. 14).

Unidad D: Esta unidad es una estructura rectangular alargada, con su eje longitudinal de norte a sur,
en la que es posible reconocer hasta 8 ambientes cuyos muros tienen un promedio de 1.50 a 2 metros
de altura, con un espesor de 60 centímetros.

En el ambiente N° 3 se ha registrado huesos de animales dispersos en la superficie, tal vez procedentes


de un huaqueo en esta misma área.

Otro punto que se debe mencionar es que en el ambiente N°6 (al igual que el ambiente N°4 de la unidad
B) existe una estructura de 3 x 3 metros, que no presenta acceso hacia dicho ambiente (¿deposito?). En
el ambiente N°7 se halló una mano de moler y restos de cerámica utilitaria en todos los ambientes tales
como platos, ollas, y cuencos.

Unidad E: Se trata de una estructura rectangular que comprende una gran extensión, posee 27 m. de
largo con un ancho aproximado de 12 m. Posee una orientación de norte a sur, con su acceso principal
orientado hacia el norte. Los muros de los ambientes internos poseen una altura máxima de 2 metros,
con espesor de 50 centímetros. En esta unidad se pudo registrar hasta 13 ambientes, de los cuales el
ambiente N °13 presenta la mayor extensión (8 x 4 m.).
Es importante mencionar que al igual que la unidad B, y la unidad D, esta unidad también presenta una
estructura de 4 x 4 metros el cual no posee acceso alguno hacia dicho recinto (ambiente N° 13) ¿será
una casualidad repetida en casi todas las unidades?

Como elementos registrados se halló una mano de moler en el ambiente N°7, y un batán con presencia
de pulimento. La cerámica presenta las mismas características que las demás unidades como fragmentos
de platos, ollas, y cuencos.

Unidad F: Es la unidad que se encuentra más conservada. Posee una extensión de 24 metros de largo,
con un ancho máximo de 13 metros; su orientación es de norte a sur, y su acceso está orientado hacia
a norte. Se trata de una estructura rectangular cuyos muros miden entre 1 y 2.50 metros, con grosor de
50 centímetros. Esta unidad posee 8 ambientes diferenciados, de los cuales el ambiente N°7 (6x5 m.)
no presenta acceso alguno.

Este tipo de estructura cercada como hemos visto, está presente dentro de las unidades de manera
recurrente, no sabemos su funcionalidad clara, pero un pozo de huaqueo en el interior del ambiente
N°7 nos puede dar luces sobre el tema: el huaqueo de un metro de profundidad reveló la existencia de
una cantidad considerable de tusas de maíz. Algunas de estas tusas todavía conservaban sus granos
(ver figura 16), lo cual es sugerente como para pensar que dicha estructura pudo haber servido, tal vez
como depósito. Además, los materiales registrados en dicho huaqueo son esencialmente fragmentos de
vasijas grandes útiles para el almacenaje. No obstante debemos recordar que sin una excavación no
podemos inferir algo concluyente (Ver Fig. 15, 16).

Por otro lado, en la parte posterior de la unidad F se halla el ambiente N° 8. Este posee un espacio
amplio (10 x 6 m.), lo que posiblemente responda a la función de patio. Su acceso está orientado hacia
el norte, sin embargo en el muro Este se ha registrado un posible vano de acceso el cual habría sido

ARKEOS, Revista electrónica de Arqueología PUCP Vol. 8, N° 15, 2016. 42


“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

clausurado, tal vez con motivo de renovación de ambientes. Finalmente, al igual que en las unidades
anteriores se han registrado algunos elementos como una mano de moler en el ambiente N°8 y la
presencia de cerámica utilitaria en la mayoría de los ambientes, tales como fragmentos de platos, ollas,
cuencos, y fragmentos de cerámica tosca.

Sector Contexto de Técnica Materiales Distribución Acabado


espacio Ubicación Planificación constructiva constructivos espacial
habitado

Zona Emplazadas Patrón No existe Muchos


periférica en un irregular, no técnica Piedras sin labrar, Unidades no
del promontorio se puede homogénea y adobes de habitacionales presentan
asentamiento natural de apreciar una pudiéndose variadas formas y pequeñas al acabado,
I y alejado del pendiente planificación registrar hasta dimensiones, parecer y en los
núcleo escarpada ni orden cinco tipos de modelados a mano conformado que sí,
monumental especifico. El aparejos espacios estos
(edificios crecimiento coexistiendo, multifuncionales consisten
públicos). de las inclusive en
estructuras se combinándose enlucidos
dan por para armar los toscos de
adosamientos. muros barro
arcilloso

Se puede Se puede Enlucidos


notar una apreciar una Piedras Unidades de arcilla
Zona Emplazada clara clara regularmente habitacionales fina
residencial en una planificación “homogeneidad” planas y amplias, con decantada,
III nuclear con superficie con un trazo en la técnica principalmente divisiones aplicadas
cercanía a de terreno claro y una constructiva, adobe internas, como
los edificios llano tendencia generalmente convencionalizado propicias para empaste
Públicos. hacia la dos adobes de (32x15x8), actividades en capas
ortogonalidad Soga por uno de utilización de diferenciadas muy
Tizón, siendo moldes. delgadas
muros con un
morfológica y acabado
estructuralmente pulido.
similares

Cuadro N°2: Análisis de las viviendas del Sector I versus las viviendas del Sector III

6. Discusión

De la información disponible se puede identificar diferencias claras entre las viviendas, o “barrios
residenciales”, como se menciona en la literatura arqueológica (Topic 1980; Bonavía1991; Krzanowski 1991;
Canziani 2012: 388). Estas diferencias se manifiestan en los grados de acceso a los recursos materiales
(desigualdad) (McGuire 186).

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Las viviendas del Sector I son de carácter “sencillo”, en contraste con las del Sector III, aprovechando al
máximo los materiales que se tienen a la mano, incluyendo su reutilización. Es interesante que en este sector
periférico se pueda identificar variadas técnicas constructivas. Incluso para terminar de construir una vivienda
coexisten más de dos técnicas empleadas, teniendo como primordial fin el “delimitar un espacio para vivir”.
Este tipo de vivienda también podría ser la consecuencia del crecimiento acelerado del asentamiento, en el que
los grupos domésticos buscarían (o adecuarían) nuevos espacios dentro de un asentamiento de prestigio
creciente. Por otro lado, surge la duda en cuanto a la contemporaneidad de dichos sectores, sin embargo, como
se mencionó anteriormente, los datos recopilados en el presente estudio son válidos como generadores de
hipótesis; posteriores trabajos podrán corroborar las apreciaciones preliminares aquí mostradas.

Resulta interesante intentar establecer alguna analogía con uno de los asentamientos urbanos más importantes
del área andina en los que se ha estudiado la diferenciación social para el mismo periodo como lo es Chan- Chan
(Ravínes, 1980; Topic 1980), perteneciente a la sociedad Chimú. Sin embargo analizar las interpretaciones de
Chan Chan excedería los límites de nuestro propósito. Aún así es necesario mencionar que dentro del mare
magnum de los datos, procedentes de los estudios realizados, se pueden identificar tres sectores diferenciados:
1) Los complejos políticos administrativos, conformados por recintos rectangulares amplios con arquitectura
monumental. 2) Complejos arquitectónicos de Elite, conformados por unidades residenciales hechos de adobe
con clara planimetría homogénea, y ocupando zonas nucleares cercanas a los complejos monumentales. 3) Los
barrios populares, ubicados en la periferia del área nuclear (Topic 1980).Por su parte Ravines, en mención a
los barrios populares, escribe: “[…] verdadero enjambre de pequeñas viviendas que no guardan mayor orden
en su distribución.” (Ravínes 1980: 248). Estos elementos también se pueden encontrar en Pisquillo Chico (cf.
Krazanowski 1991; Guzmán 2001; Azamy & Velásquez 2010), lo cual queda evidenciado en el Sector I.

En el caso de Chan-Chan, los SIAR (small, irregular, aglutinated rooms) no solo han sido identificados en
zonas periféricas, sino también, existe una muestra representativa en el área nuclear del asentamiento (Topic
1980; Bonavía 1991: 455). Estos presentan diferencias más sustanciales (actividades al interior) que
estructurales (arquitectura formal) asociadas al parecer a una elite. Se plantea que el hecho de encontrarse en
esta zona es debido a que grupos domésticos ofrecían servicios hacia las “elites” en ciertas actividades
especializadas como la artesanal. En esta línea recientemente los trabajos realizados en Pisquillo Chico
demuestran que también existieron áreas de producción de cerámica aledaños a los edificios públicos, (véase al
respecto cf. Azamy y Velasquesz 210: 259)5, lo cual genera un cierto paralelo con lo descrito para Chan-Chan.
Los datos procedentes de las excavaciones en los barrios “marginales” (lugar que albergaba la mayor parte de
la población de Chan-Chan) (Topic 1980: 267-282); revelan que fueron lugares en donde se realizaba toda la
producción manufacturera con talleres artesanales, y cuya producción más representativa sería la metalurgia y
la actividad textil (cf. Shimada 1987).

No se conoce aún muchos aspectos de las viviendas Chancay dentro de un estudio arqueológico de Household
activities (Allison 1999). Las descripciones con las que se cuenta son mencionadas de manera general para casos

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Al parecer la actividad productiva no estaba alejada de la actividad doméstica, en la que la vivienda misma pudo contener
un taller en su interior como parte integrante. En consecuencia se debería evaluar al menos para este periodo si es que hubo
zonas exclusivas para la producción con talleres especializados o si es que las viviendas constituyen tan bien un espacio
para la producción misma.

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“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

como Lumbra, Tronconal y Pancha la Huaca (Negro 1991). En consecuencia, aún se está a la espera de
excavaciones para realizar comparaciones más extensivas con las áreas vecinas.

Esta breve reflexión llevada a cabo en Pisquillo Chico muestra una variabilidad de Indicadores que reflejan
acceso diferenciado a los recursos, sin embargo hay algunas generalidades que se deben esquematizar. Así, por
cuestiones metodológicas he convenido agruparlas tentativamente en tres categorías de singular importancia
para sustentar las apreciaciones consideradas:

a) Contexto del Espacio habitado: Esta categoría se define por la cercanía de las viviendas hacia los
espacios públicos y/o sacros (llámese plazas, templos, centros administrativos, plataformas artificiales,
edificios de gran envergadura etc.), lo que reflejaría un elevado “status”. Al respecto Costin y Earle
mencionan “[que] Los centros se distinguen por las plazas públicas especiales y edificios que
probablemente servían para ocasiones ceremoniales y políticas”. (1989: 693). Usualmente estos
espacios públicos ocupan el área nuclear de todo un asentamiento. Es evidente que las viviendas del
sector III mantienen una proximidad con estos espacios centrales, en contraste con las viviendas
asentadas en las zonas periféricas del sector I.

b) Calidad del espacio habitado: Esta categoría se define principalmente por el emplazamiento, el tipo
de terreno, el ambiente propicio para su desarrollo, y la distribución espacial. En este caso tenemos un
terreno llano donde se asienta el sector III versus un terreno escarpado del sector I (recordemos que el
sector I está emplazado en un promontorio natural lidiando con sus pendientes). Por otro lado, el
ambiente comprendería el grado de protección contra los agentes naturales tales como humedad,
erosión, sonido, acceso a fuentes de agua etc. El sector III se encuentra más protegido que el sector I de
los agentes antes mencionados debido a que los cerros aledaños impiden que la humedad se condense
producto de las neblinas, y resguardándolos contra la acción eólica. Además, como hemos visto en el
Sector III, se han identificado al interior de casi todas unidades analizadas la presencia de áreas “al
parecer de almacenamiento”, lo cual reflejaría la riqueza de tales grupos (McGuire 1986:127). Por
último, tenemos el diseño arquitectónico (McGuire & Shiffer 1983). Por ejemplo para el Sector III
encontramos un gran manejo del espacio; las viviendas presentan ambientes amplios y divisiones
internas propicias para actividades especializadas. Esto contrasta con las modestas viviendas
multifuncionales de un solo ambiente en el sector I. Al respecto Smith menciona que las escalas basadas
en la cultura material de la vivienda pueden medir el estatus socioeconómico o "nivel de vida" (Smith
1987: 306). Además el sitio nos muestra una planificación con calles y ejes, que difiere marcadamente
con áreas de crecimiento desordenado o por adosamientos (McGuire 1986:129).

c) Inversión de energía: Ésta puede ser mediada por las siguientes variables interrelacionadas entre sí,
pero disgregadas por una cuestión metodológica:
• Flujos de Energía: evidenciada principalmente por la fuerza de trabajo invertido (McGuire
1986:129) y la capacidad de movilizarla. Ésta debe de ser evaluada no como un producto único,
ya que se debe de tomar en cuenta la organización del trabajo en el proceso constructivo (Cf.
Vega-Centeno 2005: 92).
• Materiales utilizados: Adobe y piedras fundamentalmente. En este caso el adobe significaría
un costo más alto que la piedra (claramente evidenciado en el sector III), debido al proceso de
su elaboración; en contraste con la ubicuidad y accesibilidad de la piedra obtenida de los cerros
aledaños (es necesario mencionar que las piedras utilizadas en el Sector I no muestran evidencia

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de haber sido trabajadas). Por otro lado, se ha observado que en el Sector I incluso hay
reutilización de materiales para la construcción.
• Técnica empleada: Se ha registrado una diversidad de técnicas para terminar de construir las
viviendas en el Sector I, en contraste con una técnica que homogeniza todo un conjunto
habitacional en el Sector III. En dicho sector también podríamos incluir elementos estructurales
tales como banquetas, nichos, hornacinas, “depósitos”, enlucidos, tratamiento de paredes, etc.
• Acabado: Es indiscutible que los muros de la unidad III reciben un tratamiento especial con un
mortero de barro aplicado para recubrir paredes, en el que luego se aplica finas capas de arcilla
par enlucir los muros. Esto muestra un claro contraste con el sector I, en el que no se aprecian
estos tratamientos.

7. Conclusiones

A través del presente estudio se puede comprobar la existencia de indicadores de diferenciación social por
desigualdad - acceso diferenciado a recursos materiales (McGuire 1986); evidenciado en la arquitectura de las
viviendas de los sectores I y III de Pisquillo Chico. Así tenemos que mientras el Sector I se emplaza en la
periferia del asentamiento lidiando con un terreno escarpado y difícil, el Sector III ocupa zonas nucleares de
superficies planas. También se pudo comprobar que dicho Sector presenta una clara planificación en su
distribución externa e interna, la cual tiende a la ortogonalidad. Esto contrasta notablemente con el Sector I,
en el que no es posible distinguir un orden específico, y cuyo crecimiento se daría de manera espontánea. Por
otro lado, las estructuras del Sector III evidencian mejores materiales constructivos, con un acabado fino, los
cuales están ausentes en el Sector I.

Finalmente, es fundamental precisar que “[…] los datos de superficie sirven únicamente como generadores de
hipótesis que siempre deben ser contrastados con excavación” (Manzanilla: 1990: 11). En consecuencia,
esperamos que en un futuro se puedan realizar excavaciones arqueológicas con miras a esclarecer las ideas aquí
bosquejadas para Pisquillo Chico, y en consecuencia nos ayude a conocer mejor a la sociedad Chancay.

Agradecimientos

Deseo expresar mis agradecimientos al Dr. Elmo León, quien muy amablemente leyó este artículo,
brindándome sus valiosos consejos. Asimismo, debo agradecer a Diana Fernández por animar al autor a
desempolvar una vieja monografía de mi pregrado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para
convertirla en el presente texto.

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Fig. 1: Mapa de Pisquillo Chico, con la muestra analizada de los Sectores I y III. De Negro (1991).

Fig. 2: Sector I en la ladera del cerro, el cual muestra una terraza artificial para lograr horizontalidad.

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“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

Fig. 3: Aparejo murario Tipo A. Fig. 4: Aparejo murario Tipo B.

Fig. 5: Aparejo murario Tipo C.

Fig.6: Aparejo murario Tipo D. Fig.7: Aparejo murario Tipo E.

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Fig. 8: Estructuras emplazadas en ladero de cerro.

Fig. 9: Mapa preliminar de la muestra del Sector III de Pisquillo Chico, redibujado de Krzanowski (1991).

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“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

Fig. 10: Vista panorámica del Sector III de Pisquillo Chico.

Fig. 11: Detalle de nichos enlucidos en el ambiente N° 2 de la Unidad A – Sector III.

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Fig. 12: Detalle de nichos enlucidos en el ambiente N° 2 de la Unidad B – Sector III.

Fig. 13: Detalle de estructura ortogonal en el piso del ambiente N° 2


de la Unidad B - Sector III.

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“Indicadores de diferenciación social a través de la arquitectura: el caso de Pisquillo Chico...”

Fig. 14: Detalle de posible depósito en el ambiente N° 3 de la unidad C - Sector III.

Fig. 15: Detalle de tusas de maíz registradas producto del huaqueo dentro del
ambiente N°7, Unidad E – Sector III.

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Fig. 16: Detalle del huaqueo dentro del ambiente N°7 de la Unidad E.
Nótese las tusas de maíz en el perfil.

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