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Literatura Primero Semana 21
Literatura Primero Semana 21
D
SEMAN 21 Í jueves FEC 26 del 2021
A A HA
primero de
ÁREA Comunicación- Literatura GRAD secundaria
O
HOMERO
LA ILIADA
CANTO I: LA PESTE - LA CÓLERA
Canta ¡Oh Musa! la cólera de Aquiles, hijo de peleo; cólera funesta, que causó tantas
calamidades a los aqueos, que precipitó en los infiernos las vigorosas almas de
multitud de héroes, y que entregó sus cuerpos a la presa de los perros y de las aves
todas. De este modo, se cumplía la voluntad de Júpiter, desde el día en que se
separaron, después de una vida discusión, Agamenón, rey de hombres y el divino
Aquiles. (...).
Salud, heraldos, mensajeros de Júpiter y de los hombres; acercaos más; para mí
vosotros no tenéis culpa alguna, sino Agamenón que os envía para que os llevéis la
joven Briseida. Pues, ea, Patroclo del linaje de Júpiter, condúcela fuera de mi tienda y
entrégala a esos dos, para que se le lleven. Sed ambos testigos ante los dioses
bienaventurados, ante los hombres mortales y ante ese rey cruel, si alguna vez
necesitan de mi brazo para sacar de alguna calamidad a los demás. Porque él se
abandona a su furor y no considera ni el pasado ni el futuro, para que junto a las naves
gloriosamente combatan los aqueos”.
Así se expresó y Patroclo obedeció a su fiel amigo, pues sacó de la rienda a Briseida,
la de hermosas mejillas, la entregó para que se le llevasen. Los dos heraldos partieron
nuevamente hacia las naves griegas y la mujer le seguía a disgusto, pero Aquiles
rompió en llanto y alejándose de sus compañeros, se sentó a la orilla del blanquecino
Luego Crises, sacerdote de Apolo, fue a las naves aqueas para rescatar a su hija. Le
llevó cuantioso rescate y llevando en sus manos el cetro de oro y la ínfula del que
hiere de lejos, Apolo imploró a los griegos y en especial a los dos átridas, caudillos de
pueblos.
Entonces todo el ejército pidió por aclamación que se respetara al sacerdote y que se
aceptara su espléndido rescate; pero esta petición no plugo en su ánimo al átrida y le
despidió con violencia y palabras ultrajantes.
El viejo, irritado, regresó; Apolo lo escuchó mientras le rogaba, pues le quería mucho y
lanzó contra nosotros cantidad de saetas; los hombres del pueblo morían unos tras
otros y las flechas del dios iban por todas partes en el vasto campamento de los
griegos.
Entonces un sabio adivino nos declaró la voluntad de Apolo y yo, el primero, aconsejé
que se aplacara al dios. Al instante la cólera se apoderó del átrida, el cual
levantándose rápidamente me hizo una amenaza que ya se había cumplido.
Los aqueos de ojos vivos conducen a la joven Criseida en una veloz nave y llevan
presentes para el dios y en cuanto a la otra, unos heraldos del átrida a mi tienda y se
llevaron a la hija de Briseo que me habían asignado los hijos de los aqueos. Pero tú, si
puedes socorrer a tu hijo: dirígete al Olimpo, ruega a Júpiter, ya que alguna vez
llevaste consuelo a su corazón con palabras y con obras.
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