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Nombre: Metalhead

País: Inglaterra
Reparto: Maxine Peake
Año: 2017.
Director: David Slade.
Género: Ciencia Ficción
Duración: 49 min. Aprox.

Metalhead: un final inminente

Metalhead es el capítulo número 5 de la temporada 4 de la serie orginal de Netflix,


llamada Black Mirror, publicado en el 2017. La historia de Charlie Brooker, dirigida por
David Slade, presenta la historia de Bella y sus dos amigos quienes viajan en busca de
un objeto que puede aliviar a lo que parece ser un niño llamado Jack. En la misión, la
acciones suceden en un espacio sombrío donde no hay muestra de vida, más que los 3
personajes que evidencian una ansiedad y/o miedo permanente debido a los “perros”,
unos robots inteligentes dotados de armas letales en contra de los humanos.

La ciencia ficción es este capítulo se presenta en forma de avances tecnológicos. En este


caso, los “perros” robots funcionan a partir de páneles de energía solar y están dotados
de inteligencia artificial que les permite detectar humanos y tener habilidades
extraordinarias como velocidad y tener opciones de rastreo en caso de que algún ser con
movimiento se les escape. Al parecer, estos perros han dominado el mundo y toda la
trama del capítulo se centra en una persecusión constante de Bella, luego de perder a sus
amigos.

El capítulo centra la atención en el desespero y dolor de Bella, la única que sobrevive en


la zona. Ella lucha hasta el final en un recorrido que la hace pasar por todas las
emociones que un humano puede sentir, lo cual genera un gancho sensibilizador para
los espectadores que terminan odiando a los perros robots y con sentimientos de duda,
desconfianza y/o miedo frente a los avances de las creaciones humanas.

La historia plantea interrogantes y reflexiones sobre el uso de la tecnología y sobre


cómo algo que, se supone, debería hacer la vida más fácil, termina superando y
dominando a la especie que lo creo. Esta idea se defiende con las últimas escenas,
donde Bella, luego de hacer hasta lo imposible por huir, es alcanzada por dos
rastreadores, uno de ellos en la cara y el otro en el cuello, productos del ataque de un
“perro”. En ese momento, se da cuenta que debe resignarse e introduce un cuchillo para
sacar el rastreador que, efectivamente, produce su muerte. Lo anterior, demuestra una
completa rendición frente a la tecnología y se confirma en un final inminente: una gran
cantidad de “perros robots” que llegan al lugar del rastreo a verificar o terminar el
exterminio de la raza humana.

Erik Jiménez
Universidad Santo Tomas, Bucaramanga
Departamento de Humanidades

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