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Histerectomía y vivencia de la sexualidad

Hysterectomy and the experience of sexuality


 

Luiza Akiko Komura Hoga1, Paula Herrmann Ferraz2, Débora Silva de Mello3,
Márcia Massumi Okada4

1
Livre-docente em Enfermagem.
2
Bacharel en Enfermería.
3
Bolsista de Iniciação Científica, Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e
Tecnológico, Brasil.
4
Enfermera. Alumna del Curso de Maestria em Enfermería. Departamiento de
Enfermagem Materno-Infantil y Psiquiátrica, Escuela de Enfermería de la Universidad
de São Paulo, Brasil

Dirección para correspondencia

RESUMEN

Este artículo contiene una revisión de la literatura científica relativa a la histerectomía


y su influencia sobre la vivencia de la sexualidad. Metodología: La revisión fue
realizada en la bases de datos de Cinahl, Cochrane, Cuiden, Dedalus/Usp, Lilacs,
Medline, Portal Capes y Portal de la Sexualidad en el período comprendido entre 1996
y 2005. Resultados: Fueron identificadas 27 publicaciones que abordaban los aspectos
clínicos, psicosociales, educacionales y de la sexualidad relativos a la histerectomía. La
obtención del dominio sobre los aspectos clínicos de la histerectomía, el
establecimiento de la relación terapéutica adecuada entre los profesionales y la
mujeres, la realización de orientaciones sistematizadas y la práctica de cuidado a la
salud culturalmente congruente a las mujeres sometidas a la histerectomía son las
principales recomendaciones de los investigadores.

Palabras clave: Histerectomía. Vivencia de la sexualidad. Cuidado culturalmente


congruente.

ABSTRACT

This manuscript is a scientific literature review related to the hysterectomy and its
influence on the experience of sexuality. Methodology: The revision was carried out at
the databases Cinahl, Cochrane, Cuiden, Dedalus/Usp, Lilacs, Medline, Capes Portal
and Sexuality Portal, of the period between 1996 and 2005. Results: Twenty seven
manuscripts were identified and their contents are related to the clinical, psychosocial,
educational and sexual dimensions of the hysterectomy. The domain of clinical aspects
of the hysterectomy, an adequate therapeutic relationship between professionals and
women, the realization of systematized orientations and the culturally contextualized
health care for woman submitted to the hysterectomy are the main aspects of the
researcher´s recommendations.

Key words: Hysterectomy. Experience of sexuality. Culturally contextualized care.

Introducción

El número de mujeres que necesita someterse a la histerectomía aumentó


progresivamente en los últimos años. En 1985, 670.000 mujeres tuvieron que hacerse
esta cirugía y diez años después, esta cantidad subió a 810.000. Se estima que este
crecimiento se mantendrá en la próxima década, lo que permite prever que una de
cada tres mujeres americanas precisará retirarse el útero antes de cumplir los 60
años.1

Las creencias arraigadas en algunos contextos culturales llevan a las mujeres a asociar
el útero a valores simbólicos importantes. La ausencia de este órgano causa impacto
sobre la vivencia de la sexualidad y, consecuentemente, causa interferencia en la
personalidad del ser humano. La sexualidad humana influye no sólo en la relación
hombre-mujer, abarca también las demás relaciones que involucran personas. En
algunos escenarios culturales la mujer sin útero es rotulada como “mujer fría o vacía” y
sufre las consecuencias de ese estigma.2 Muchas mujeres creen que este órgano
contribuye al placer sexual, tanto por los movimientos como por las contracciones que
se originan de él. La existencia de esa creencia explica el hecho de que muchas
mujeres se quejan de la disminución de la respuesta sexual después del retiro del
útero.3

Considerando los factores que involucran a la mujer y a la familia en el proceso de


extirpación del útero y la importancia y necesidad de dominio de esta temática por los
profesionales que prestan asistencia a la salud de la mujer, se realizó esta revisión de
la literatura científica relativa a la histerectomía y su influencia sobre la vivencia de la
sexualidad.

Metodología

Fueron identificados primeramente los descriptores correctos para la realización de la


revisión. En el desarrollo de este trabajo se contó con la asesoría de una
bibliotecóloga, que auxilió en el proceso de búsqueda de los términos. Así, se llegó a
las palabras clave “histerectomía” y “sexualidad”. Ellas fueron identificadas en la lista
de descriptores de la “Biblioteca Regional de Medicina – BIREME” y del “Medical Subject
Headings - MeSH”, disponibles por medio de internet.

En la fase de búsqueda de la literatura científica, fueron utilizadas las versiones de los


descriptores para el idioma portugués, inglés y español dado a que este recurso está
disponible en la página de BIREME. El criterio adoptado para la selección de las
publicaciones fue utilizar el recurso “y” que implica la identificación simultánea de dos
palabras clave en el resumen del artículo. Se realizó la revisión del período
comprendido entre 1996 y 2005.

Las bases de datos investigadas fueron las siguientes: Banco de Datos Bibliográficos de
la USP (DEDALUS), Base de Datos de Enfermería en Español (CUIDEN), Biblioteca
Cochrane, Cummulative Index for Nursing and Allied Health Literature (CINAHL),
Literatura Latino-Americana e do Caribe em Ciências da Saúde (LILACS), Medical
Literature Analysis and Retrieved System on-line (MEDLINE), Portal da Capacitação de
Pessoal de Ensino Superior (CAPES) y Portal da Sexualidade (PS).

Resultados y discusión

Fueron identificadas 27 publicaciones que obedecían a los criterios establecidos. Ellas


estaban distribuidas en CINAHL (02), COCHRANE (1), DEDALUS (01) y MEDLINE (23).
En las demás bases no se identificaron publicaciones en la temática revisada. Sus
contenidos estaban distribuidos en los aspectos clínicos, psicosociales, educacionales y
los relativos a la sexualidad de la mujer sometida a la histerectomía.

Las mujeres evaluaron que la extirpación del útero es una conducta radical inevitable
cuando los demás recursos terapéuticos no posibilitan soluciones plausibles. Aún en
estas circunstancias, el retiro del útero es postergado al máximo por las mujeres.4 La
histerectomía es vista, por tanto, como la última posibilidad terapéutica, siendo
realizada sólo cuando la mujer no consigue convivir con las incomodidades provocadas
por la condición patológica del útero.5

La mayoría de las mujeres sometidas a histerectomía está satisfecha por el resultado


de la cirugía, sobre todo en razón del alivio proporcionado por la atenuación de los
síntomas.6 La laparoscopia vaginal fue la vía quirúrgica elegida por el 98% de las
mujeres justificando esta elección por el resultado estético positivo proporcionado por
este procedimiento.7 Las mujeres refirieron que la principal ganancia consecuente de la
cirugía fue la mejora en las condiciones generales de salud.8 Los riesgos y los
beneficios propios de los diferentes recursos y técnicas terapéuticas deben ser
presentados y discutidos con las mujeres que necesitan someterse a la histerectomía
pues este cuidado disminuye la ansiedad y aumenta su nivel de satisfacción.

La calidad de vida y la función sexual de mujeres sometidas a histerectomía fueron


estudiados y permitieron demostrar que el dolor que afectaba al 96.8% de las mujeres
en el pre-operatorio disminuyó en su frecuencia al 19.4%, después de la cirugía. Entre
tanto, la disminución significativa de la queja de dolor ocurrió apenas en relación a la
región pélvica, habiendo pasado del 9.5% al 9.3%. La limitación física, que acometía al
66.1% de las mujeres, disminuyó al 34.3% y del nivel de actividad, que afectaba al
74.3% de ellas, bajó al 24.2%. Con el estudio se llegó a la conclusión de que las
limitaciones con las cuales las mujeres convivían disminuyeron después de la
histerectomía. La frecuencia de la queja de dispareunia también decreció en todas las
mujeres sometidas al procedimiento.9

Al realizar el examen histopatológico de úteros extirpados se verificó que apenas el


10.0% de ellos se trataban de tumores malignos. El ofrecimiento precoz de
informaciones precisas contribuye a disminuir la ansiedad vivida por mujeres que
aguardan resultados de este examen.10 El bienestar psíquico y la calidad de las
relaciones interpersonales establecidas por las mujeres mejoran con la realización de la
histerectomía. Estos beneficios son proporcionados por la superación del estado
depresivo en que se encontraban las mujeres, lo que acabó promoviendo también su
calidad de vida.8

El bienestar psicológico y sexual de mujeres que fueron sometidas a la extirpación del


útero por vía laparoscópica, vaginal o abdominal no presentó diferencia significativa un
año después de la cirugía. Las condiciones psicológicas y sexuales de las mujeres no
dependían de la vía de intervención quirúrgica,11 pero sí de aquellas relacionadas con
las condiciones personales de las mujeres antes de la cirugía.7

La mayoría (60.4%) de las mujeres que se sometieron a histerectomía por vía


abdominal, vaginal y laparoscópica refirieron no haber sufrido alteraciones relativas a
la vivencia de la sexualidad después de la realización de la cirugía y el 21.3% refirió
mejora en este aspecto. Sin embargo el 18.3% refirió que el procedimiento deterioró
esta esfera de su vida. En cuanto a la función sexual, las mujeres sometidas a la
histerectomía afirmaron que este procedimiento provocó algún grado de deterioro en
su función sexual, independientemente de la vía. Esta queja fue referida por el 24.0%
de las mujeres que se sometieron al procedimiento por vía abdominal, el 13.5% por
vía vaginal y el 8.5% por vía laparoscópica. El retorno a la actividad sexual fue más
precoz entre las mujeres sometidas a histerectomía por vía vaginal (6 días) en
comparación con las sometidas a histerectomía abdominal (9 días). Los procedimientos
realizados por vía vaginal y laparoscópica fueron los que provocaron menor impacto
sobre la sexualidad femenina si son comparados con los realizados por vía abdominal.12

La terapia de la reposición hormonal fue evaluada positivamente por las mujeres


sometidas a histerectomía radical.13 Mujeres que recurrieron a este recurso terapéutico
también experimentaron mejora en su autoestima. Entre tanto, en cuanto a los
aspectos relacionados al coito, no se observó diferencia entre mujeres que hacían o no
reposición hormonal. El análisis que abarca la sexualidad de la mujer sometida a
histerectomía permitió concluir que la terapia de reposición hormonal promovió el
aumento del deseo sexual, de la excitabilidad y de la frecuencia de la actividad sexual
de las mujeres.14,15 La función sexual de un grupo de mujeres que hicieron terapia de
reposición estrogénica, y de otro que recibió placebo, no presentó diferencia
significativa. Se constató entre tanto, que el trastorno del deseo hipoactivo está
presente con mayor frecuencia entre las mujeres que recibieron placebo.15

La realización de la histerectomía promovió la disminución de la frecuencia del estado


depresivo entre las mujeres, de un 41.1% a un 15.1%. Entre aquellas que sufrieron
sólo de depresión, las dificultades relacionadas a la salud mental también
disminuyeron en la frecuencia, habiendo pasado de 85.1% a 33.1%. El estudio
concluyó que la histerectomía mejora la calidad de vida de la mujer que es acometida
por el cáncer de útero.9
Las mujeres se sienten afectadas en su calidad de vida cuando son sometidas a
histerectomía.8 Los síntomas las afectan, sobre todo, cuando las mujeres se
encuentran en la fase diagnóstica de la enfermedad.16 Se recomienda a los
profesionales destinar la debida atención a las mujeres durante toda la trayectoria de
la enfermedad, desde su identificación hasta el fin del tratamiento. Las conductas
asistenciales con miras a disminuir la ansiedad, que predominan en el transcurso del
proceso terapéutico, son medidas que promueven la condición emocional de las
mujeres. La asistencia a ellas debe estar dirigida a la indicación de las innumerables
posibilidades de adaptación a una nueva auto-imagen. La formación de grupos
objetivando discutir cuestiones amplias relacionadas con la histerectomía, representa
una alternativa viable que precisa constar del proceso asistencial.17

La calidad de vida y la imagen corporal de las mujeres están afectadas como


consecuencia del tratamiento para el cáncer cervical. Los perjuicios a la auto-imagen
resultan de la disminución de la auto-confianza y del poder de atracción que son
propios del período preoperatorio. Mujeres sometidas a la Cirugía de Werthein y a la
exéresis pélvica, que no se realizaron cirugía reconstructiva o que necesitaron de radio
o quimioterapia, refirieron prejuicios en la calidad de vida provocados por problemas
sexuales. Se constató que la modalidad de tratamiento para el cáncer cervical
interfiere en la vivencia de la sexualidad y de la imagen corporal. Se sugiere, por
tanto, que el recurso de la cirugía reconstructiva deba ser adoptado cuando sea
necesario. Mujeres que necesitan someterse a la histerectomía deben recibir soporte
durante toda la trayectoria de la enfermedad, sobre todo en el período postoperatorio.
Se constató también la necesidad de integrar informaciones de la esfera psicosocial en
todo el proceso asistencial.18

La preservación de la sexualidad, tal como era vivenciada antes de la cirugía, es el


gran desafío de las mujeres sometidas a histerectomía. Tal necesidad surge como
consecuencia del hecho de que el útero es concebido como símbolo de feminidad.19

La pérdida del útero provoca impacto sobre varias dimensiones de la vida. Sin
embargo las mujeres quedan más insatisfechas con la histerectomía sobre todo cuando
hay insuficiencia o inadecuación de la información y apoyo relacionados con el
procedimiento quirúrgico, cambio en la respuesta al estímulo sexual, vivencia
emocional difícil, secuela psicológica y sentimiento de pérdida. Ellas necesitan de
autonomía en la elección del tratamiento pues la satisfacción con la cirugía depende en
gran parte de este requisito. Los profesionales deben estar atentos a todos estos
aspectos que involucran la asistencia por ser considerados esenciales por las
mujeres.13

Las mujeres acometidas por tumores benignos en el útero evaluaron positivamente los
resultados proporcionados por la extirpación de este órgano. Es esencial que la noticia
de la benignidad sea dada con la mayor precocidad posible, de preferencia, en un
momento anterior a la realización del procedimiento quirúrgico. El ofrecimiento de esta
información es esencial para la disminución de la ansiedad, que afecta a las mujeres
durante todo el proceso terapéutico.8

La extirpación uterina posee connotación bastante negativa, sobre todo en la


comunidad afro-americana. Las mujeres de ese grupo étnico intentan, en lo posible,
postergar el retiro de su útero. Se comprueba que el significado atribuido a la
histerectomía difiere de acuerdo con el bagaje cultural de la mujer y su familia. La
preservación del bagaje cultural es relevante en la asistencia a la mujer que necesita
someterse a esa cirugía, lo que refuerza la necesidad de preparación de los
profesionales en los aspectos étnicos y culturales. Estos son considerados esenciales
para una asistencia culturalmente congruente.20

La histerectomía puede provocar alteraciones en la comunicación entre la pareja, la


relación entre ellos puede tornarse difícil después de la histerectomía y provocar
discordancias en el matrimonio. Las mujeres presentan mejora en la función sexual en
el período inmediatamente después de la histerectomía.8,9 Existen evidencias que
indican el impacto positivo de la histerectomía sobre la función sexual. Se evalúa,
entre tanto, que aún son escasos los conocimientos relativos al impacto de la
histerectomía sobre la relación conyugal, hecho que sugiere la necesidad de más
estudios dirigidos a esta temática.21

Las histerectomías total y parcial realizadas por vía abdominal no produjeron


diferencias en la frecuencia y calidad del coito, en la localización del orgasmo o en la
satisfacción con la vida sexual. Este último item dependió de la existencia de
satisfacción antes de la cirugía, de una buena relación con la pareja, del bienestar
físico y de la existencia de reposición hormonal. Se constató, por otro lado, que ambos
tipos de histerectomía redujeron significativamente la queja de dispareunia.22

Hay necesidad de poner a disposición más informaciones y consejería a las mujeres


que son sometidas a histerectomía debido a que los conocimientos que poseen,
respecto a este procedimiento, son bastante restringidos y deben ser ampliados y
profundizados. Todas las mujeres desean obtener tales conocimientos de forma amplia
y completa, sin embargo ellas deben ser ofrecidas en un momento apropiado, de
preferencia antes de la cirugía. El ofrecimiento de soporte profesional en amplios
aspectos de la cirugía también es considerado necesario. Las mujeres desean, sobre
todo, tener fácil acceso a los profesionales de salud para que puedan aclarar sus dudas
de forma más precisa en el transcurso de la vivencia del proceso terapéutico y de la
rehabilitación.19

El recibimiento de orientaciones relativas a los cambios anatomofisiológicos


consecuentes de la cirugía forma parte de las demandas de cuidado de mujeres
sometidas a histerectomía. La falta de preparación de los profesionales de salud para
la atención adecuada de esas necesidades provoca perjuicios a la asistencia. Este es un
aspecto que precisa de atención desde la fase de formación de los profesionales, dada
la evidente laguna en la asistencia prestada, con consecuente interferencia sobre la
calidad del cuidado.23

La inadecuación de las informaciones dadas a las mujeres histerectomizadas es una


realidad, tanto en el servicio público como en el privado.24 Este hecho refuerza la idea
de la necesidad de ofrecer orientaciones sistematizadas a las mujeres sometidas a
histerectomía. Se trata de un cuidado considerado esencial, teniendo en cuenta que las
mujeres tienden a respaldarse en consejos de personas con pocos conocimientos, para
tomar decisiones importantes y definitivas en cuanto a la propia salud.25

Muchos médicos no llegan a discutir temas relacionados con la histerectomía con sus
pacientes como consecuencia de la falta de tiempo para dedicar a este tipo de
actividad. En el caso de mujeres que tuvieran condiciones financieras para procurar
otros médicos o servicios de salud ciertamente lo harían porque ellas desean obtener
diversas opiniones respecto a la terapéutica considerada más adecuada para cada
caso.26
No existe relación entre el grado de escolaridad de la mujer y el nivel de aclaración en
relación a la cirugía. Se constató, entre tanto, que el 60.0% de las mujeres sometidas
a histerectomía no poseían o tenían conocimientos inadecuados sobre la cirugía.27 El
grado de conocimiento respecto al procedimiento quirúrgico fue semejante cuando
fueron comparadas mujeres que recibieron o no los folletos informativos relativos a la
histerectomía en el período pre-operatorio. Las mujeres que se van a someter a la
extirpación del útero necesitan recibir orientaciones personalizadas y dirigidas a sus
necesidades individuales. Los aspectos socioculturales involucrados en la cirugía son
igualmente importantes y deben ser considerados en el proceso educativo de las
mujeres que se someten a ella.17

Las dudas de las mujeres y la de sus parejas relativas al impacto de la histerectomía


sobre la vivencia de la sexualidad deben ser aclaradas.21 El equipo de enfermería debe
realizar un trabajo educativo con la pareja dirigido a favorecer la concienciación
respecto a las repercusiones del retiro del útero sobre la sexualidad de la pareja. Los
grupos educativos constituyen oportunidades singulares para el ofrecimiento de apoyo
psicológico, que es siempre necesario.19

Los resultados presentados en esta revisión refuerzan la necesidad de que el equipo de


enfermería amplíe su mirada más allá del área clínica e incluir el aspecto educativo,
con abordaje de contenidos de forma amplia y profunda. Los enfermeros son los
profesionales de salud que están en contacto más directo con los pacientes y poseen
mejores oportunidades de conocer sus creencias y valores culturales. Esos
conocimientos son esenciales para la comprensión de la perspectiva de las mujeres
que se encuentran en proceso decisivo por la histerectomía.

El soporte y la asistencia adecuada a cada mujer y su pareja deben ser ofrecidos y,


para esto, los profesionales deben estar atentos a las sensibles demandas específicas
de cuidados. Se estima que éstos sean aspectos fundamentales de la asistencia y,
consecuentemente, para la calidad de vida de esas mujeres. Éstas podrán, de este
modo, gerenciar mejor los síntomas consecuentes de la cirugía.5,20 No obstante, se
constató que hay escasez de investigaciones que aborden cuestiones relacionadas a la
sexualidad en el área de enfermería o que hayan contribuido para la existencia de
lagunas en la educación y en la práctica clínica de esta profesión.27 Este es un dato que
refuerza la pertinencia de esta revisión de la literatura y facilita la identificación de
lagunas que deben ser llenadas en pro de la calidad de la asistencia a la mujer
sometida a la histerectomía, su pareja y familia.

Conclusiones

Fueron encontradas 27 publicaciones sobre la temática de la histerectomía y su


influencia en la vivencia de la sexualidad, que se encuadraban en los criterios
establecidos en esta revisión de la literatura. Las publicaciones evidenciaron muchos
aspectos relativos a la influencia de la histerectomía sobre la vivencia de la sexualidad.
Los principales tópicos discutidos en las publicaciones son mencionados, de forma
sucinta.

Los miembros del equipo de salud deben informar a las mujeres respecto a la
necesidad de la cirugía. Ese trabajo tiene como finalidad tranquilizar a las mujeres,
pues éstas se sienten ansiosas en relación a su condición de salud. La capacitación
adecuada de los profesionales de salud se hace necesaria para poder escuchar y
aclarar las dudas presentadas por las mujeres sometidas a la histerectomía, así como
para buscar comprender el significado que ellas atribuyen al procedimiento y a su
nueva condición corporal. Esta preparación es considerada esencial para una asistencia
de calidad.

La sensibilidad y capacidad de percepción que los profesionales tuvieren en relación a


las demandas de cuidado, de forma personalizada, constituyen etapas fundamentales
para el alcance de la calidad en la asistencia. El establecimiento de un ambiente donde
predomine la confianza y la empatía entre mujeres y profesionales es esencial desde la
fase diagnóstica de la enfermedad, sobre todo, para promover adhesión al tratamiento
y su conclusión, de forma satisfactoria.

El transcurso de la mujer que se somete a la extirpación uterina está repleto de


transformaciones físicas y emocionales, que generan sentimientos de miedo, duda,
angustia y fantasía y son vividos por cada mujer, de forma particular. La atención de
esas especificidades requiere envolvimiento, capacitación adecuada y específica de los
profesionales de salud. Hay unanimidad en cuanto a la premisa de que los
profesionales que consiguen comprender, con profundidad y amplitud los factores que
interfieren en el proceso decisivo por la histerectomía, están más aptos para ofrecer
soporte psicológico y aclarar dudas respecto a la cirugía.

No existe duda de que la histerectomía ejerce impacto en la relación de pareja. En ese


sentido, se torna evidente la necesidad de aclarar los aspectos anatomofisiológicos de
la cirugía y su relación con la respuesta sexual humana, puesto que las principales
preocupaciones que afectan a las mujeres son las relativas a la extirpación del útero y
sus consecuencias sobre la vivencia de la sexualidad.

Son datos que refuerzan la necesidad de ofrecimiento de soporte adecuado a las


diversas dimensiones que envuelve la histerectomía. Resaltamos que en este trabajo
hay necesidad de incluir temas relacionados a la calidad de vida y la sexualidad porque
éstas son cuestiones que causan grandes preocupaciones a las mujeres. Indica
también, la necesidad de preparación de los profesionales de salud para el abordaje
del conjunto de temáticas incluidas en esta revisión. En este ámbito, es imprescindible
una autocrítica relativa a los conceptos y principalmente, a los prejuicios de la esfera
sexual y reproductiva, sobre los cuales los propios profesionales no siempre son
conscientes.

Además de los conocimientos de la esfera clínica quedó demostrada la necesidad de


que los profesionales tengan preparación para el establecimiento adecuado de la
relación terapéutica con las mujeres y respectivas parejas, así como en relación a los
aspectos culturales, para que se torne posible una asistencia social y culturalmente
congruente a la mujer y su familia.

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