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PROGRESO HUMANO (/TEMA-PRINCIPAL/PROGRESO-HUMANO) 20 DE JULIO DE 2020

¿Suerte o perspicacia? La apuesta


Simon-Ehrlich re-considerada
Marian L. Tupy y Gale Pooley dice que aunque la célebre apuesta entre Julian Simon
y Paul Ehrlich provee su ciente material de discusión, la tendencia de largo plazo es
incuestionable: los recursos se están volviendo más abundantes en relación al
tiempo en horas de trabajo que se requiere para “comprarlos”.

Por Marian L. Tupy (/autor/marian-l-tupy) y Gale L. Pooley (/autor/gale-l-pooley)

Introducción

Durante la década de 1970 el economista de la Universidad de Maryland Julian Simon y el


biólogo de la Universidad de Stanford Paul Ehrlich le dieron al público dos visiones muy
distintas acerca del futuro en las páginas de Science y otras publicaciones. La distopía
presentada en Population Bomb (Ehrlich, 1968) y la plenitud de Ultimate Resource (Simon,
1981) indican el sabor de este debate. Tanto Simon y Ehrlich acordaron que había una
relación entre la abundancia de recursos y el crecimiento de la población, pero no
estaban de acuerdo acerca de la naturaleza de esa relación. Un Ehrlich neo-maltusiano
argumentó que, conforme la población aumentaba, los recursos se volverían cada vez más
escasos y los precios aumentarían dramáticamente. Simon argumentó lo contrario. Él
sostuvo que conforme la población aumentaba, los precios de los recursos de hecho caerían.
Simon admitió que las alzas temporales de precios sucederían, pero predijo que habría una
mayor abundancia de recursos a largo plazo. Él argumentó que las personas responderían a
las alzas de precios de cuatro maneras: consumirían menos, buscarían nuevos insumos,
inventarían o descubrirían sustitutos, y reciclarían. Estas cuatro acciones resultarían en
precios a largo plazo que eran incluso inferiores que aquellos previos al alza.

La apuesta

Frustrado con el progreso limitado que estaba realizando con su argumento, Simon retó a
Ehrlich a una apuesta. Ehrlich elegiría una canasta de $1.000 de materiales crudos que
esperaba que se volviesen menos abundantes durante los próximos años y elegiría un
periodo de tiempo de más de un año, durante el cual esos materiales crudos se volverían
más caros. Al nal de ese periodo, el precio ajustado a la in ación de esos materiales sería
calculado. Si el precio real de la canasta era más alto al nal del periodo que al principio,
eso indicaría que los materiales se habían vuelto más valiosos y Ehrlich entonces ganaría la
apuesta; si el precio era más bajo, Simon ganaría. Lo que estaría en juego sería la diferencia
nal entre el precio de la canasta al principio y al nal del periodo de tiempo.

Ehrlich eligió cobre, cromo, níquel, estaño, tungsteno, y la apuesta de $1.000 fue sellada en
un contrato el 6 de octubre de 1980. Diez años después Simon recibió un cheque de Ehrlich
por la cantidad de $576,07, con la fecha del 11 de octubre de 1990. Ajustado para la
in ación, el precio real de la canasta de metales había caído en un 36 por ciento.

Deberíamos señalar que Simon originalmente propuso una apuesta de $10.000. Luego de
que Ehrlich y sus dos socios (el cientí co John Holdren de la Universidad de Harvard y el
ecologista John Harte de la Universidad de California en Berkeley) estuvieron de acuerdo
con la idea, Simon redujo la cantidad a $1.000. Él argumentó que el propósito de la apuesta
era el principio, no la cantidad. Ehrlich y sus socios se quejaron acerca del tamaño reducido
de la apuesta. Sin embargo, sin esta reducción, el trío de Ehrlich hubiese perdido $5.760,70
en lugar de $576,07. Simon redujo sus pérdidas en un 90 por ciento, ahorrándoles
$5.184,63. 

¿Acaso Simon simplemente tuvo suerte?


Un número de investigadores han argumentado que Simon tuvo suerte. Varios han
analizado los precios de la misma canasta de metales a lo largo de intervalos de diez años,
incluyendo Kiel, Matheson y Golembiewski (2009), McClintick y Emmett (2005) y Perry
(2008). 

Kiel y sus co-autores realizaron el estudio más comprehensivo, observando los cambios en
los precios de cinco metales en intervalos de diez años entre 1900 y 2007. Ellos utilizaron
datos de precios nominales recolectados y reportados por la Encuesta Geológica de
EE.UU., y luego ajustaron esos precios para la in ación utilizando el Índice de Precios al
Consumidor (ICP). Como el ICP solo data desde 1913, Kiel y sus co-autores convirtieron los
precios de los primeros 13 años utilizando las estimaciones provistas por McCusker (2001). 

Utilizando 98 periodos de diez años, basados en los años sucesivos entre 1910 y 2007,
encontraron que Ehrlich hubiese ganado la apuesta 61,2 por ciento del tiempo con un
retorno promedio de 10,5 por ciento. También utilizaron intervalos de 25 años y
encontraron que Ehrlich hubiese ganado la apuesta 59 por ciento del tiempo con un retorno
de 13,8 por ciento. La tasa de retorno fue calculada como una diferencia porcentual entre
los precios ajustados para la in ación de los intervalos.

Nuestro análisis cubre el periodo entre 1900 y 2019, o 110 intervalos de diez años. Nos
basamos en la Encuesta Geológica de EE.UU. para nuestra data también. Hicimos dos
modi caciones a la metodología de Kiel y sus co-autores, especí camente, utilizamos
los precios en términos de horas de trabajo y la cláusula de guerra.

Primero, los precios deberían ser comparados con el ingreso para poder comprender
totalmente los cambios en la abundancia. Por lo tanto, utilizamos los precios en horas de
trabajo en nuestro análisis. Los precios en términos de horas de trabajo son iguales a los
precios nominales divididos por la compensación nominal por hora de trabajo. Los precios
monetarios están expresados en dólares y centavos. Los precios en horas de trabajo están
expresados en horas y minutos. Para los denominadores en nuestros ratios nos basamos en
la compensación por hora por producción o trabajos de obrero según los reporta el
economista de la Universidad de Miami Samuel H. Wiliiamson y el economista de la
Universidad de Illinois en Chicago Lawrence H. Of ce, quien lidera el muy conocido sitio
Web de historia económica measuringworth.com (http://measuringworth.com). Su serie de
datos se basa en las Estadísticas del Buró de Trabajo de EE.UU. y otras fuentes. 

Cuando se lo analiza con precios en términos de horas trabajadas, Simon gana la apuesta
54,2 por ciento del tiempo. El retorno promedio sobre este rango de 110 años también
favorece a Simon (2,22 por ciento). 

La “cláusula de guerra”
La apuesta original de Simon-Ehrlich contenía una cláusula de guerra según la cual el
acuerdo sería nulo e inválido si EE.UU. estuviese en guerra el 24 de septiembre de 1990. La
última vez que EE.UU. declaró una guerra fue el 8 de diciembre de 1941. Sin embargo, la
acción militar en Corea y Vietnam, y más recientemente la Guerra contra el Terrorismo,
deberían ser interpretadas como “guerras” (ver Doe vs. Bush, 2003). Entre 1910 y 2019,
EE.UU. estuvo en guerra durante 37 años, o 33,6 por ciento del tiempo. Si removemos los
años de la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, la
Guerra de Vietnam, y la Guerra contra el Terrorismo, acabamos con 73 apuestas de 10 años
que analizar. Simon ganaría esas apuestas 69,9 por ciento del tiempo con un retorno de
18,00 por ciento. 

El índice y la población en general

Todavía más importante para el cambio en el precio en términos de horas de la canasta de


cinco metales entre 1900 y 2019 está la relación entre los precios de las materias primas y el
crecimiento de la población. La población mundial era de 1.600 millones en 1900. Para
2019, esta había llegado a 6.000 millones, un aumento de 375 por ciento. Durante el mismo
periodo, la población aumentó en EE.UU. de 76,2 millones a 329 millones (un aumento de
330 por ciento). 

Mientras que los precios nominales de la canasta de cinco metales aumentó en un 2.909 por
ciento a lo largo de este periodo de 119 años, el ingreso por hora de los trabajos de obrero
aumentó en un 23.485 por ciento. Consecuentemente, el índice del precio en horas
trabajadas de la canasta de cinco metales cayó en un 87,2 por ciento —desde 100 en 1900
hasta llegar a 12,7 en 2019. El índice estaba por encima de 100 en tan solo cinco de los 119
años analizados, y en dos de esos años, EE.UU. estuvo involucrado en la Primera Guerra
Mundial.

Los verdaderos ganadores del aumento en la abundancia de recursos son las personas
ordinarias. Para los trabajadores obreros, el tiempo requerido para ganar su ciente dinero
para comprar una canasta de los cinco metales en 1900 compra 7,84 canastas hoy. La
abundancia en general de los cinco metales aumentó en un 684 por ciento, indicando un
crecimiento anual compuesto de 1,75 por ciento entre 1900 y 2019. Los trabajadores poco
cali cados gozaron de un incremento signi cativo en su abundancia también. El tiempo
requerido para ganar su ciente dinero para comprar una canasta de los cinco metales en
1900 compra hoy 4,86 canastas. Esto indica un incremento de 386 por ciento en la
abundancia y una tasa de crecimiento anual compuesta de 1,34 por ciento.  

Conclusión
La apuesta Simon-Ehrlich provee a los académicos con su ciente material acerca del cual
discutir, pero la tendencia a largo plazo es incuestionable —los recursos se están volviendo
más, no menos, abundantes en relación al tiempo en horas trabajadas que se requiere para
“comprarlos”. El periodo desde 1900 ha estado marcado por guerras mundiales, hambrunas
y depresiones. Aún así la población creció a una tasa promedio de 1,33 por ciento al año y
las materias primas de cinco metales se volvieron más abundantes, a una tasa promedio de
1,75 por ciento al año. Sumándole al aumento en la población el aumento en la abundancia
indica una tasa combinada de alrededor de 3,08 por ciento, indicando una duplicación de la
abundancia cada 23 años. Estas cifras son un sano recordatorio para aquellos que, como
Paul Ehrlich, ven las limitaciones de los recursos como un límite al progreso económico.

Referencias:

Ehrlich, P. (1968). The Population Bomb. Cutchogue, NY: Buccaneer Books.

Kiel, K., Matheson, V., y Golembiewski, K. (2009). “Luck or Skill? An Examination of the
Ehrlich–Simon Bet”. Faculty Research Series, Paper No. 09-08. Worcester, MA:
Departmento de Economía, College of the Holy Cross.

McClintick, D. y Emmett, R. (2005). “Betting on the wealth of nature: The Simon–Ehrlich


wager”. PERC Reports, 23(3), 16–17.

McCusker, J. J. (2001). How Much Is That In Real Money? A Historical Price Index for Use as a
De ator of Money Values in the Economy of the United States (2nd ed.). Worcester, MA:
American Antiquarian Society.

Perry, M. (2008). “Would Julian Simon have won a second bet?” Carpe Diem, 13 February.
http://mjperry.blogspot.com/2008/02/would-julian-simon-have-won-second-bet.html
(accesado el 16 de  noviembre de 2019).

Simon, J. (1981). The Ultimate Resource. Princeton, NJ: Princeton University Press.

Caso citado: Doe v. Bush, 323 F.3d 133. (1st Cir. 2003).

Este artículo fue publicado originalmente por el Institute of Economic Affairs, y puede
encontrarse en la Wiley Online Library (https://doi.org/10.1111/ecaf.12398).

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