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Flotación limpia vs Flotación sucia

En un mundo globalizado como en el que vivimos hoy, es crucial saber distinguir y


conocer en el momento los cambios significativos del mercado, ¿pero cómo saber
esto? Bueno para desenvolvernos en el tema de las flotaciones debemos
incursionar en el tema de la bolsa de valores, recordemos, es ese sitio en el que
se compran y se venden acciones de las empresas. No existe como tal; es decir,
no es un lugar físico como lo son, por ejemplo, las sedes de las empresas o de las
corporaciones financieras.
Esto no quiere decir que no tenga ningún impacto en las organizaciones o entes
físicos. Todo lo contrario, muchos de los movimientos que se realizan en la Bolsa
de Valores establecen la actuación presente y futura de todas las corporaciones
que participen activamente en ella.
Ahora bien, dicho lo anterior sería bueno traer a coalición los intercambios
monetarios que básicamente trata de que cuando se mueve dinero entre países, la
moneda de un país debe convertirse a la moneda del otro país, o ambos países
deben convertir sus respectivas monedas, al valor de mercado, en una moneda
común, como el dólar estadounidense.
La tasa de intercambio de monedas varía todos los días debido a los cambios del
mercado internacional en su preferencia de una moneda u otra. Todos los países
o personas que viajan alrededor del mundo están familiarizados con el proceso de
intercambio de sus monedas a su equivalente en la moneda del país que visitan.
Hablando en términos coloquiales puedo dar un ejemplo con un comerciante
colombiano que exporta aguacates a Canadá, él debe saber cuántos aguacates
tiene que exportar para recibir un dólar canadiense, para luego así hacer la
conversión nuevamente a pesos colombianos, logrando así un balance equilibrado
en sus productos, la moneda extranjera y su moneda local.
Ahora este mismo comerciante debe hacerse la pregunta sobre los sistemas de
flotación ¿cuál de ellos lo puede beneficiar más?, por un lado tenemos una
flotación limpia que es cuando el tipo de cambio puede moverse libremente donde
quiera que esté el equilibrio de mercado en cada momento. La oferta y demanda
de divisas (o de moneda nacional) son el resultado únicamente de las decisiones
de los agentes económicos privados, sin que exista ningún tipo de intromisión
estatal.
El hecho de que sea la oferta y la demanda de divisas la que determine libremente
la evolución del tipo de cambio cuando existe una flotación totalmente limpia
puede conducir a fuertes fluctuaciones en la evolución del tipo de cambio.
Si existe una flotación limpia quiere decir que está ausente cualquier tipo de
intervención del banco central en el mercado de divisas, el nivel de reservas
centrales permanece inalterado a lo largo del tiempo.
Por otra parte tenemos la flotación sucia que es un régimen cambiario en el que el
estado o el banco central puede meterse ocasionalmente para manipular el valor
de la divisa hacia una dirección u otra.
Un sistema cambiario flotante sucio está a medio camino entre un tipo fijo y uno
flexible ya que un país puede obtener ganancias de un tipo flotante libre pero
también tiene la opción de intervenir y menguar los riesgos asociados a una divisa
flexible pura. Por ejemplo, si el valor de una divisa acrecienta o reduce muy
ágilmente, el banco central puede decidir intervenir para disminuir cualquier daño
que pueda resultar de esta fluctuación.
Este es especialmente el caso cuando el comercio internacional es afectado, más
exactamente nuestro comerciante de aguacates, los bancos centrales pueden
actuar para evitar una alta apreciación de su moneda y mantener las
exportaciones netas.
Nuestro comerciante de aguacates debe tener clara esta información, ya que si
realiza un pequeño análisis se verá beneficiado en gran parte por la flotación
sucia, así el podrá proyectar sus ganancias a largo plazo y hacer un plan de
inversión basado en un cambio monetario que no tiene fluctuaciones bruscas.
Dicho lo anterior esta flotación sucia es un gran alivio no solo para las pequeñas
economías como Colombia, Venezuela, Bolivia y casi toda Latinoamérica, sino
que también da un cierto alivio a comerciantes que se dediquen a la exportación
de sus productos.
Para lograr un punto de vista equitativo para los tipos de flotación también
debemos analizar el mercado desde una perspectiva diferente a la de nuestro
amigo exportador de aguacates; en este caso sería la de un corredor de bolsa, el
cual se dedica netamente al análisis financiero de todo tipo de entidades.
Un corredor de bolsa sin duda alguna preferiría una flotación limpia la cual sea
regida por la oferta y la demanda, puesto que él tiene sus métodos de inversión
basados en sus gráficas y esto le permitirá obtener grandes beneficios en poco
tiempo, siempre y cuanto realice un análisis con precisión.
Ahora en lo que a mi concierne yo preferiría la flotación sucia por la capacidad de
controlar esos cambios tan agresivos de las monedas, ejemplo, si mi empresa
dependiera netamente de la variación del dólar que hoy se cotiza a 3.868 pesos
colombianos, mi incertidumbre sería mayor si por alguna razón me despierto
mañana y me encuentro con la sorpresa de que el dólar cuesta 1.550 pesos, esto
me conduciría a una quiebra inevitable.
Por esto la flotación que me gusto y realmente me genera confianza en la flotación
sucia, no solo para los gobiernos y comerciantes que exporten sus productos sino
para el ciudadano común que realiza sus compras en línea basados en otro tipo
de moneda.

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