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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA

FACULTAD DE PSICOLOGIA
Cátedra de Orientación Vocacional Ocupacional

La entrevista y el diagnóstico en Orientación Vocacional.


Prof. Adjunta. Carmen Clark

Introducción
Para abordar el tema de entrevista es importante en primer lugar situarla en el marco
del modelo cínico de la orientación vocacional, la misma surge como necesidad en
un momento histórico determinado, década del 60/70, en un principio como
complemento a los test, único recurso que se usaba para el asesoramiento
vocacional, hasta ese momento. En la actualidad el uso y utilidad de los test queda
a criterio del orientador/a en función de los marcos referenciales y técnicos que
utilice. La entrevista continúa siendo el recurso más importante en el campo de la
orientación vocacional.

A partir del desarrollo de las teorías psicodinámicas para el abordaje de la


orientación vocacional, la entrevista clínica se constituye como el recurso
fundamental para la interacción entre orientador y orientado. La capacidad de
escucha y comprensión de la conflictiva vocacional la posiciona como el instrumento
privilegiado usado por los y las psicólogos/as no sólo en el campo de la orientación
vocacional sino en todas las áreas de intervención de la Psicología.

Los aportes de Bleger (1972) entre otros autores, fueron fundamentales para
enriquecer la concepción de entrevista desde los aportes del psicoanálisis y de las
teorías de la comunicación.

El autor señalaba que la entrevista es un campo en el cuál los fenómenos que


acontecen adquieren su significado en virtud de las relaciones que guardan entre
sí, como todo campo psicológico, la relación de entrevista está configurada como
una serie de fuerzas, una de ellas el entrevistador que interactúa con el entrevistado
y desarrolla en ese campo, conductas que al igual que las conductas del
entrevistado tienen que ser consideradas como emergentes de dicho campo grupal.

Rodolfo Bohoslavsky (1971) define el concepto de emergente como un concepto


polisémico referido a cualquier conducta sea concreta o simbólica, manifiesta o
latente del entrevistador o del entrevistado. (P.120)
De esta manera el análisis de una entrevista puede hacerse a partir tanto del
entrevistado como del entrevistador, pero fundamentalmente a partir de la relación
entre ambos.

La entrevista es siempre una relación de comunicación, entre entrevistador y


entrevistado, hay una intencionalidad, transmitir un mensaje, una conducta verbal
o no verbal, en un contexto que está constituido por la situación misma de la
interacción, de modo tal que todo lo que ocurra en una situación de entrevista,
expresa Bohoslavsky (1971) tiene que considerarse como mensaje cuyo referente
es, además del aludido en el mensaje, el contexto mismo en que aquél se expresa.

En cuanto a los roles en la entrevista el autor aporta que son el emisor, el receptor
y el evaluador de los mensajes. El rol de emisor es asumido alternadamente por
ambos, es decir entrevistador y entrevistado. El emisor fabrica el mensaje, para
hacerlo lo hace a través de un código del sistema de reglas que le permitirán
convertir una situación en palabras, gestos, etc. Es decir en un conjunto de signos
que permitan dar expresión social a los significados que para él adquiere la
situación.

El rol de evaluador es asumido por el entrevistador, que no sólo evalúa el mensaje


del entrevistado sino su propio mensaje. Asimismo evalúa no sólo los mensajes que
circulan en la situación de interacción en el contexto de la entrevista sino también,
por ejemplo los mensajes referidos a lo intrapersonal, como por ejemplo
sentimientos, aspectos emocionales, motivacionales, actitudinales que pueden ser
emergentes de la situación.

De esta manera es importante el rol del Psicólogo/a en la entrevista, en la medida


que al realizarla, el profesional no sólo pone en juego su habilidad técnica sino todo
su bagaje conceptual, que se convierte además en un esquema operativo, ya que
de la comprensión que realice el entrevistador surgirá la determinación de
desarrollar una y otras conductas para que la persona logre un esclarecimiento
personal.

En síntesis la comprensión e interpretación de las conductas del entrevistado por


parte del entrevistador van a depender del marco referencial teórico que utiliza para
el abordaje, en cuanto a teorías de la personalidad y de la orientación vocacional.
Asimismo del esclarecimiento personal del entrevistador y el manejo de la situación
de interacción.

La entrevista en orientación vocacional


La entrevista es un proceso de investigación, en la medida que el orientador/a
somete a prueba continuamente sus hipótesis acerca de las conductas del
orientado/a en el contexto de la interacción. En este punto es importante recuperar
lo que Bohoslavsky (1971) definía como la plasticidad o flexibilidad del rol del
orientador/a, en la medida que sometía a prueba constantemente sus hipótesis en
relación a la situación del orientado, a sus conductas.

La situación de entrevista es por lo tanto, para el autor, una situación de


investigación conjunta en la que, por una parte, el entrevistador intenta comprender
y poner a prueba sus comprensiones acerca del entrevistado (la forma de elegir,
decidir y acceder a roles ocupacionales) y por otra parte, el entrevistado pone a
prueba y confronta con un experto sus fantasías, ansiedades, temores,
expectativas, intereses, etc. comprometidos en la elección. El rol del orientador es
de co-pensor (pensar-con el entrevistado).
En este punto es importante desarrollar los fenómenos transferenciales y contra
transferenciales que se dan en la situación de entrevista de orientación, vinculados
a determinantes inconscientes. Continuamos con los aportes del autor para el
desarrollo de estos conceptos.

Los fenómenos transferenciales se entienden a la externalización de objetos


internos y vínculos con los mismos, es decir, es la conducta mediante la cual los
objetos, acontecimientos, fenómenos de una situación presente se convierten en
depositarios de objetos internos. La transferencia se da del orientado/a al
orientador/a.

Al respecto, en el caso de la entrevista de orientación vocacional estos aspectos


internos son las identificaciones que hace la persona en relación al mundo externo
en términos de roles ocupacionales, carreras, profesiones, etc. El orientador/a en la
medida en que es visualizado como un profesional que ya paso por un proceso de
elección, es un/una profesional y al mismo tiempo es adulto, se convierte en el
depositario ideal de las fantasías, ansiedades y temores que la persona tiene frente
a su futuro. Esto se presenta más acentuado en la adolescencia.

En síntesis la transferencia debe ser instrumentada ya que permite entender las


características del vínculo, el tipo de ansiedad que suscita la relación objetal, las
características de las defensas puesto en juego por el entrevistado en relación al
futuro.

Por contratransferencia se entiende a la transferencia que el orientador vocacional


realiza de su propio pasado, futuro y mundo interno en la relación específica con el
orientado/a, en el aquí y ahora de la entrevista. Y estos fenómenos
contratransferenciales deben ser entendidos como emergentes del campo. Es
importante aquí recuperar lo que se desarrolló como identidad profesional del
orientador, en la medida que todas las distorsiones del rol que pueden
comprenderse mediante el análisis de los fenómenos contratransferenciales
dependen de los conflictos que su propia identidad vocacional le despierta al
psicólogo y fundamentalmente la claridad que tenga de los mismos.

En la entrevista de orientación el énfasis del análisis transferencial se ubica en el


futuro en términos educativos y laborales, la universidad, instituciones terciarias,
oficios, trabajo, roles ocupacionales, y con otros, los profesores, compañeros, otras
personas significativas. La entrevista de orientación tiene fundamentalmente un
carácter prospectivo, es decir dirige desde el presente hasta un futuro mediato e
inmediato.

Es importante diferenciar entre la entrevista de orientación vocacional y una


entrevista psicoterapéutica. Si el/ la Psicólogo/a no tiene en claro esta diferenciación
su rol estará distorsionado y por ende la operatividad de su tarea alterada.
(Bohoslavsky, 1971, p. 117).
En relación a lo que plantea el autor es importante establecer algunas diferencias
entre una entrevista de orientación y una entrevista en psicoterapia:

Orientación Vocacional Psicoterapia


-Objetivo focalizado la OV -Objetivo es terapéutico.
-La transferencia NO se verbaliza ni -La transferencia se puede interpretar
interpreta. Sirve de apoyo a la relación en el proceso psicoterapéutico.
que el sujeto establece con el mundo - La instrumentación de la transferencia
interno en términos de su identidad y la contratransferencia está al servicio
vocacional y con el futuro roles de la curación.
ocupacionales. -La entrevista en un proceso
-La instrumentación de la transferencia psicoterapéutico puede reflejar datos
y la contratransferencia está al servicio más profundos y diversos de conflicto,
de la psicoprofilaxis. aspectos infantiles, entre otros, que son
-La entrevista en orientación es trabajados con el objetivo de una
prospectiva y refleja del pasado solo elaboración personal del paciente.
aquellos aspectos del mundo interno
relacionados con la problemática
vocacional.

Entrevista de Orientación. E trabajo grupal en Orientación Vocacional


La entrevista atraviesa todo el proceso de orientación vocacional, y tiene una
finalidad en función de las etapas del proceso. En general un proceso de orientación
vocacional tiene cuatro etapas integradas entre sí, la etapa de autoconocimiento, la
etapa de información, la etapa de proyecto y la de cierre y evaluación del proceso.
De esta manera el/ la orientador vocacional utiliza la entrevista en todas las etapas.
En un primer momento la utiliza para realizar un primer diagnóstico, establecer el
encuadre, objetivos, actividades, roles y posteriormente para el desarrollo del
proceso de orientación y para realizar devoluciones.

La entrevista es siempre una situación grupal en la medida que involucra


mínimamente a dos personas (entrevistado/a y orientador). El proceso de
orientación puede ser individual o grupal. La decisión de la modalidad de la
intervención se hace en función de la demanda, objetivo, lugar de intervención, entre
otros aspectos. Es importante recuperar aquí lo que se desarrolló en relación a la
prevención primaria, en la medida que siempre que la estrategia sea con foco en la
comunidad, participan todos, por lo cual se trabajará siempre con estrategias
grupales.

Ahora bien, si la demanda procede de una persona que acude a la consulta de


orientación, el profesional puede optar por la orientación individual. Es importante
puntualizar que el psicólogo/a orientador puede usar dispositivos grupales tanto en
la prevención y asistencia en orientación. La orientación grupal tiene ventajas en
relación a la orientación individual, aunque en algunas situaciones de elección se
recomienda trabajar de forma individual.

Se recupera los aportes de grupo operativo de Pichón Riviere (1982) para definir el
grupo de orientación vocacional. Al respecto el grupo de orientación vocacional
puede ser entendido como un conjunto de personas que se reúnen e interactúan a
los fines de esclarecer mutuamente su problemática vocacional y en lo posible,
resolverla.

La intervención grupal en orientación vocacional se puede clasificar:


1. Orientación de grupo: se concibe el grupo como un todo unitario, se orienta al
grupo comprendido como un individuo, todas las actividades están destinadas y
motivadas por la situación grupal. Este tipo de intervención se puede utilizar en
prevención primaria o promoción de la salud. Se trabajan con grupos numerosos,
con una temática específica, por ejemplo: el acceso a la información sobre
educación superior, interesa aquí trabajar con la totalidad de integrantes que
convoca un centro vecinal X. El objetivo es multiplicar las tareas de información
vocacional en un colectivo de personas.

2. Orientación grupal: en este caso se concibe al grupo como un todo dinámico


donde adquieren significación tanto el todo como las partes integrantes, ambos
elementos (el todo y las partes) conectados por una red comunicacional. Es decir,
se orienta al grupo y a sus integrantes, se atienden a las situaciones personales
pero se trata de verificarlas en la interacción grupal. Se trabajan con los emergentes
grupales. Por ejemplo, para este tipo de intervención, se conforman en un servicio
de orientación vocacional X, grupos pequeños (no más de 12 integrantes) con el
objetivo de realizar un proceso de orientación vocacional.

ORIENTACION GRUPAL
VENTAJAS DESVENTAJAS
-el grupo se constituye como espacio -el trabajo se complejiza para el
de representación social y de orientador.
identificación con otros. -la posibilidad de registro se puede ver
-crea oportunidades de ensayar reducida.
vínculos interpersonales. -las situaciones personales de los
-posibilidad de ofrecer y recibir ayuda participantes pueden verse
en interacción con otros. postergados ante los requerimientos
-la persona percibe que no sólo está más generales del grupo. Es
en el grupo para recibir ayuda, sino
que descubre que también puede importante por parte del orientador
brindarla. identificar los emergentes grupales.
-La persona se da cuenta que no es la -la duración limitada no permite la
única que necesita ayuda para elegir. profundización de temas. Importante el
-se multiplican las fuentes y canales manejo del encuadre.
de información ocupacional. -En algunas situaciones cuando se
-enriquece la variedad de modelos de trabaja con adolescentes, la presencia
identificación en el caso del trabajo con de los pares puede constituirse en un
adolescentes. obstáculo para expresarse libremente.

Posibles perturbaciones grupales


En el trabajo grupal, es frecuente que aparezcan ciertos conflictos vinculados a:
-En el inicio del proceso de orientación, se puede dar un momento de ansiedad
desorganizante, los integrantes del grupo no focalizan la atención en la producción
temática sino en el que, como y donde transcurre la acción.
-En un segundo momento, la tendencia del grupo es conectarse con la figura del
orientador, pude haber competencia entre ellos para lograr su atención.
-En un tercer momento se vuelve lábil el vínculo entre orientador y orientado, y se
fortalecen los de los miembros entre sí.
-Alrededor de la mitad del proceso, pueden darse cierto ausentismo, o conflictos
con el orientador, en general puede ocurrir que en la medida que los integrantes van
esclareciendo su situación de elección, falten a los encuentros o no vuelvan al
proceso de OV.
-Hacia el final del proceso, suelen reanudarse temas de interés, están más
dispuestos para esclarecer situaciones de conflicto, algunas veces suelen retomar
el proceso los que habían estado ausentes. Se da la integración de aspectos
cognitivos y afectivos entre el orientador y los integrantes del grupo.

Es importante que el Orientador/a vocacional este entrenado en dinámicas


grupales, para mantener la cohesión grupal, y que pueda detectar estos conflictos
y resolverlos para que no se generen posibles perturbaciones grupales que
entorpezcan el proceso de orientación vocacional.
El encuadre. Variables temporales y espaciales. Momentos de la entrevista.
Intervenciones del orientador/a
El proceso de interacción en la entrevista esta definida por un tiempo y espacio
determinado y con objetivos específicos. En cuanto a la configuración del campo de
la entrevista, la situación de interacción es configurada en parte por el orientador/a
y en parte por el orientado/a. El orientador configura el campo a través del encuadre
que consiste en convertir en constantes un conjunto de variables espaciales y
temporales que opera como un marco de referencia que permite leer los significados
de la conducta del orientado/a. (Bohoslavsky, 1971, p.118)

El encuadre consiste entonces en establecer el tiempo (duración del proceso de


orientación), el espacio (lugar donde se realizará el proceso de orientación) los roles
del orientador (acompañar en el esclarecimiento de la identidad vocacional y
ocupacional) del orientado/a (actitud activa en su situación de elección) y los
objetivos, que van a variar en función del momento del proceso, entrevista
diagnóstica, de información, esclarecimiento, de devolución.

En síntesis, se puede reconocer en la entrevista algo fijo que es el encuadre y algo


que es un proceso dinámico que expresará el modo como el entrevistado ejerce la
libertad de configurar la situación de elección. Esto dependerá del tipo de entrevista
que use en orientación, en el caso de una entrevista abierta, el entrevistador se
limita a recoger todas las manifestaciones del entrevistado/a, es una entrevista libre
y permite al entrevistado configurar el campo de la entrevista. En tanto que si es
una entrevista cerrada el entrevistador conduce la entrevista de modo tal que
predetermina las posibles opciones entre las cuáles el entrevistado elegirá la
conducta a expresar, por ejemplo con preguntas previamente elaboradas.

Aquí se introduce el tipo de entrevista semidirigida que consiste en una


combinación entre ambas modalidades (abierta y cerrada). Una parte puede ser
abierta con la incorporación de preguntas disparadoras, por ejemplo ¿Qué piensas
hacer después de terminar el secundario? Y otra con preguntas cerradas, por
ejemplo, se usa cuando se requieren datos puntuales (especialidad del secundario,
tipo de gestión de la escuela donde asiste, etc.)
Martina Casullo (2000) expresa que éste último tipo de entrevista cuenta con un
tiempo para que el entrevistado/a hable sobre temas que desee, y un tiempo
adicional en el que el orientador/a repasa con él/ella los puntos que han quedado
confusos o pocos claros, e interroga sobre los que son de su interés y no han sido
referidos por el entrevistado/a. De esta manera considera a la entrevista
semidirigida como la opción más adecuada en la medida que permite que el
entrevistado/a se exprese libremente y que el entrevistador/a lo oriente para que no
se aleje del tema principal, la elección vocacional. (p. 145).

En cuanto a los momentos de la entrevista se toman los aportes de Fernando


Ulloa (1963) que consta de cinco momentos: la pre entrevista: abarca el pedido de
consulta hasta la apertura; la apertura: importancia del lenguaje verbal y no verbal
en el encuentro con el entrevistado; el acontecer o desarrollo de la entrevista
propiamente dicho y el cierre de la entrevista, distintas modalidades de cierre en
cada situación particular y la post-entrevista: elaboración del material. Atiende a los
emergentes y ejes pautados a analizar.

En relación a las intervenciones del entrevistador, éste es un observador-


participante en la medida que participa e interviene siempre a través de la
disociación instrumental. Sus intervenciones más manifiestas tienen la forma de
preguntas y afirmaciones. Según Bohoslavvsky (1971) en el caso de la orientación
vocacional interviene con distintos fines:

-Estimular el aporte de más datos (a través de preguntas, repetir la/s última/s


palabras del orientado con un tono interrogativo, por ejemplo)
-Corregir distorsiones que el orientado manifieste (por ejemplo en relación a una
información de opciones educativas)
-Hacer una síntesis de los datos referentes a las conductas manifestadas por el
orientado/a. (por ejemplo se puede hacer una síntesis de lo trabajado por etapas
del proceso)
-Suministrar información (por ejemplo sobre el encuadre, sobre carreras, oficios,
instituciones educativas, en el caso que se apliquen test, devolución de los
resultados, etc.)

Las modalidades de intervención que puede usar el orientador en un proceso de


orientación abarca el reflejo: devolver al orientado/a el significado que asigna a su
conducta, a la situación que está atravesando y no el significado que su conducta
tiene para el orientador/a; la clarificación: es el término más aproximado al
señalamiento dirigido a hacer explícito los contenidos que están implícitos en el
mensaje del entrevistado. No está dirigido a los contenidos inconscientes, no se
interpreta el mensaje ni las causas más profundas.

Otra modalidad es la reflexión: el orientador/a agrega más datos que los aportados
por el entrevistado, su función se limita a la integración de las conductas del
entrevistado y los datos del campo; la confrontación: el/la orientador trabaja sobre
lo implícito e inconsciente, se incluye la relación de la conducta actual con datos del
pasado. Señalando similitudes, diferencias y contradicciones; la interpretación
implica la verbalización de los contenidos inconscientes, la explicitación de
defensas y resistencias que dificultan hacer propios tales contenidos.

Para profundizar en cada una de los momentos de la entrevista y las modalidades


de intervención es importante que se complemente la información con el artículo
de López Bonelli (2003) A propósito de las técnicas y recursos. Cap. IV. En
orientación vocacional como proceso. Ed. Bonum. Disponible en el material de
lectura obligatorio.
El Diagnóstico en Orientación Vocacional
Existen en la actualidad y han existido a lo largo del desarrollo de la orientación
vocacional diferentes posiciones sobre la utilidad del diagnóstico en el campo de la
orientación y el uso de diagnóstico fue variando en función de los modelos de
orientación vocacional.

El origen etimológico en el griego y más aún en la unión de tres vocablos de dicha


lengua, diagnóstico está formado por el prefijo diag-“a través de”, la palabra gnosis-
“sinónimo de conocimiento” y finalmente el sufijo tico que se define “relativo a”. Es
decir a través del diagnóstico se puede tener conocimiento relativo en este caso que
se está desarrollando la persona en situación de elección.

El diagnostico en orientación vocacional como dispositivo exclusivo de uso de los


psicólogos/as en el campo de la orientación tiene sus antecedentes y desarrollo con
la propia historia. El empleo del mismo se vincula entonces con el enfoque teórico
epistemológico del profesional de la orientación y fue variando en los distintos
modelos de la orientación.

Al respecto en el modelo descriptivo actuarial de la orientación vocacional,


principios de siglo XX, se le asigna una importancia central como instrumento para
el conocimiento de signos útiles para fijar la identidad de un fenómeno. Hacer un
diagnóstico implicaba recabar datos, analizarlos e interpretarlos para evaluar una
cierta condición y clasificación, es decir referido al modelo médico de la diagnosis.
(Saurí, 1994).

En el modelo clínico de la orientación se relativizan estas posturas y se lo utiliza


para tener acceso a un conocimiento general de la situación de elección del
orientado/a, es el punto de partida para planificar un proceso de orientación. El autor
que aporta a la elaboración de este diagnóstico es Rodolfo Bohoslavsky (1971)
referente de este modelo (década 60-70).
El autor le otorga importancia al diagnóstico pero desde las teorías psicodinámicas,
no va a hablar de habilidades sino de potencialidades. Y la entrevista es el
instrumento para formular hipótesis y planificar la intervención. Esta tarea
diagnóstica se utiliza en la actualidad por un número importante de profesionales de
la orientación.

Hubo otras posturas como la de Carl Rogers (1969) que lo consideraba innecesario
en la tarea de orientación, sus aportes desde la terapia rogeriana centrada en el
cliente surge en su momento como una reacción ante posturas inflexibles referidas
a la centralidad del diagnóstico y la consecuente ubicación del consultante como de
observación y acción técnica por parte del profesional, propio del modelo actuarial
descriptivo de la orientación vocacional.

Autores como Leona Tyler (1972) también ha formulado críticas al empleo del
diagnóstico en su concepción tradicional porque consideraba que no resulta
transferible al campo psicológico la concepción médica del diagnóstico, no sería
admisible en el terreno emocional. Y desarrolla tres categorías de análisis de la
apreciación diagnóstica inicial en orientación:

Casos de elección factible Casos que exigen Casos que requieren


remoción de obstáculos creación de posibilidades
para elegir de elección y decisión
autónoma.
-Las posibilidades de -Se presenta una dificultad -La indecisión representa
efectuar decisiones para discriminar las una inseguridad básica que
autónomas están opciones posibles. le impide elegir.
presentes. -Existe confusión frente a -El sujeto no tiene intención
-Necesidad del orientado/a diversas alternativas y no de elegir.
de conocer acerca de la puede realizar una -No se dan las
relación entre sus selección adecuada para posibilidades de elección
posibilidades personales y jerarquizarlas. autónoma.
una determinada área de -la elección está -Elecciones impedidas por
opciones. condicionada por los los conflictos.
-Existe una vinculación con conflictos y tiene diferentes -importancia de la
una determinada posibilidades según el interconsulta y la
posibilidad pero todavía no caso. derivación.
ha estructurado un
proyecto de acción sobre la
realidad.

En la misma línea Brammer y Shostrow en Josefina Pássera (2014) resumen


algunas precauciones relativas al empleo del diagnóstico en las tareas de
orientación psicológica:
-Tendencia del profesional a extraer algunas conclusiones partiendo solamente de
datos diagnósticos.
-Tendencia a focalizar en la historia del orientado descuidando las conductas
actuales.
-el riesgo de exagerar el empleo de técnicas de evaluación que aseguren un
diagnóstico.
-centrarse en aspectos patológicos más que en la conducta sana de la persona.

De esta manera es importante tener en cuenta que el uso del diagnóstico se haga
atendiendo a ciertas limitaciones:
-El diagnóstico en sí y de por sí no proporciona ayuda alguna, sólo tiene sentido si
es útil al orientado/a en el marco de un proceso de orientación.
-Ante la complejidad de la problemática vocacional y el atravesamiento de múltiples
aspectos personales y sociales el orientado/a puede y debe acordar con el
orientador/a la manera más adecuada para trabajar estos aspectos vinculados a su
situación de elección.
-La hipótesis diagnóstica es la comprensión inicial de la situación de elección en la
que se encuentra el orientado/, pero el orientador/a debe considerar, rechazar o
aceptar en la medida que avance el proceso y en virtud de la autonomía para elegir
del orientado/. (Plasticidad y flexibilidad del rol)
-El diagnostico no conduce a una predicción, todo lo contrario, el proceso de
orientación involucra un esfuerzo conjunto del profesional de la orientación y el
orientado para estructurar una situación particular que facilite y de significado a la
decisión que realiza el orientado/a.
-Es útil para la comprensión de factores interactuantes en una situación de elección
y a las posibilidades de la persona para seguir el curso del proceso de decisión. El
aprendizaje de la toma de decisiones.
-Es de utilidad para analizar como configura el orientado su situación frente a la
elección de proyectos.

Por otra parte Sergio Rascovan (2016) uno de los representantes del modelo crítico
de la orientación objeta el uso del diagnóstico en la medida que la clínica de la
orientación desde una perspectiva crítica es una experiencia que busca acompañar
al sujeto frente al imperativo social de elegir revalorizando su subjetividad
entramada en las condiciones socio históricas de época que le toca vivir. (p.139).
En este sentido el autor expresa sin diagnósticos ni evaluaciones para evitar ubicar
al consultante en algún diagnóstico, cuadro y/o tipología. Va a proponer una cínica
de la escucha, espera, elaboración y elección y una caja de herramientas en
orientación vocacional.

Mirta Gavilán (2006) expresa que el diagnóstico es útil en la medida que nos aporta
datos referido a las posibilidades de trabajo en común, el compromiso de la persona
con la situación de elección, para conocer cuál es la problemática que trae el/la
consultante a la primera entrevista y que le impide llegar a la elección de proyecto,
además de conocer si el sujeto expresa posibilidad de acceder a una construcción
identitaria, si instrumenta sus capacidades de prever y tolerar ambigüedades en
relación al futuro y si el orientador/a podrá acompañarlo/a en el proceso de elección.
López Bonelli (2003) expresa que el diagnóstico es una tarea compleja que exige
Psicólogos/as con un nivel de entrenamiento que les permita observar, diagnosticar
y operar en el aquí y ahora de la entrevista logrando los esclarecimientos
necesarios.

Existen indicadores diagnósticos que desarrolló Rodolfo Bohoslavsky (1971) que


pueden utilizarse para la planificación de un proceso de orientación, vigentes en la
actualidad, especialmente cuando se trabaja con la población adolescente. Los
indicadores diagnósticos que plantea el autor son;
1) Manejo del tiempo: La elección es una conducta incluida en un continuo
proceso de cambio de personalidad, el tiempo es “Instrumentalizado” por las
personas, que pueden actualizar lo pasado, postergar el presente, hacer
pasado el futuro y cualquier otra modificación. En los adolescentes la
dimensión temporal funciona como mecanismo defensivo y lo que es
importante detectar se relaciona con la mayor o menor adecuación del
adolescente al tiempo real, que tipo de sentimientos le genera, si es un
obstáculo para la elección, en la medida que toda elección implica un
proyecto en el tiempo.

2) Momentos por lo que atraviesa: se refiere a las operaciones que caracterizan


a la elaboración de la conducta en una situación de cambio. Distingue tres
momentos, el de selección, elección y decisión.
SELECCIÓN ELECCIÓN DECISIÓN
-Capacidad del sujeto -Implica -Capacidad de
de poder discriminar reconocimiento desarrollar un
entre los objetos selectivo y proyecto a largo plazo
internos y externos. establecimiento de y accionar sobre el
-Función yoica: vínculos diferenciales mismo.
discriminación yo-no con los objetos. -Función yoica:
yo. -Función yoica: regulación y control de
capacidad de impulsos.
-Si existe conflicto en establecer relaciones -La posibilidad de
este momento: pueden satisfactorias y decidir está ligada con
aparecer conductas relativamente estables la posibilidad de
como indiferencia, con los objetos. soportar la
confusión. -Las alteraciones en ambigüedad al futuro,
-Si no se logra la este momento puede resolver conflictos,
discriminación pueden llevar a bloqueos tolerar la frustración y
aparecer afectivos o elaborar duelos por lo
introyecciones y enamoramientos que no se elige, por
proyecciones masivas maníacos por una u los proyectos ideales y
que se traducen en otra porción de la las elecciones
“No poder ver”, “no realidad ocupacional. fantaseadas.
poder verse”.

3) Ansiedades predominantes: es importante detectar el tipo de ansiedad


(confusional, persecutoria y depresiva) el monto, el objeto con el cual está
ligada, la persistencia o movilidad y el tipo de mecanismo defensivo que
desencadena. Bohoslavsky (1971) tomando los aportes de Leibovich de
Duarte, las clasifica en relación a las fantasías y temores según
manifestaciones clínicas:
a- Referida a la imagen de sí mismo (impotencia, omnipotencia,
dependencia, autoestima)
b- Referidas al futuro (miedo al fracaso, aburrimiento, mediocridad,
competencia, errores en el ejercicio profesional)
c- Referidas a la vida universitaria (sobreexigencia, no poder ingresar, no
poder adaptarse, etc.)
d- Referida a la escuela secundaria (desvaloración y/o idealización, no
poder discriminar materia-profesor, materia-facultad, materia-profesión,
etc.)
4) Carreras como objeto: Las carreras pueden ser analizadas como objetos de
la conducta del adolescente, tanto en la actualidad como en el futuro. Estos
objetos pueden acompañar, proteger, perseguir, reparar, sobreexigir, etc. En
la fantasía del sujeto, independientemente de lo que la carrera o la profesión
es en realidad. Se refiere al qué de su conducta de opción, en la entrevista
interesa comprender el tipo de vínculo establecido con la/s carreras. Es decir
si menciona carreras, como las agrupa, en base a que por ejemplo: dificultad
o facilidad, prestigio o desprestigio, etc.
Si no menciona ninguna carrera o plantea que no le gusta, o no le interesa
ninguna carrera, puede estar revelando un mundo interno confuso y conflicto
en la función yoica de discriminación, un “yo” no catectizado, aparece la
negación.
La mención de una inclinación igual por todas las carreras nos revela un
mundo exterior confuso pero el “yo” esta catectizado. Está presente la
discriminación y puede haber conflicto en la elección. Puede aparecer la
omnipotencia, generalmente asociada a poder hacer todas las carreras.
Cuando el joven tiene preferencia por ejemplo por dos o tres carreras, el
mundo externo aparece relativamente claro y diferenciado, se puede suponer
que el “yo” tiene suficiente grado de madurez para seleccionar y elegir, pero
el conflicto puede presentarse en el momento de la decisión. Aparece la
ansiedad persecutoria e intensa.
Cuando el adolescente menciona varias carreras, el mundo externo ya no
aparece en forma divalente sino polivalente y los objetos valiosos para el “yo”
están dispersos en varios sectores del mundo ocupacional. En general la
ansiedad es baja correlacionándose posiblemente con esta distribución.

5) Identificaciones predominantes: Se refiere a “identificar” las conductas de


conocimiento y reconocimiento de la situación de oportunidad que atraviesa.
En este punto es importante analizar los gustos por las carreras, los intereses
y los intentos reparatorios que serán satisfechos al decidirse a favor de una
de ellas. Una elección adecuada dependerá de identificaciones no
distorsionadas, de seudo identificaciones o identificaciones parciales,
que surja del análisis de la actitud, la confrontación de la fantasía con la
realidad, la confrontación del “yo” y el mundo externo, de lo conocido y lo
desconocido, del mundo adolescente y del mundo adulto, de los estudios
secundarios y los estudios superiores, etc. Es decir de la adaptación a la
realidad, la interpretación y sentido de realidad.

6) Situaciones que atraviesa: Como toda situación de cambio, la elección de


futuro implica un incremento de conflictos. El autor propone cuatro
situaciones por la que atraviesa el adolescente: Predilemática, Dilemática,
Problemática y de Resolución.
SITUACIÓN CARACTERISTICAS
Predilemática -El adolescente “no se da cuenta
que tiene que elegir”, generalmente
es traído a la consulta y no sabe
que se espera de él, cuál es la
dificultad que los otros suponen que
tiene.
-Ansiedad confusional baja
-Conducta de extrema dependencia.
-Falta de madurez vocacional.
-No existen compromisos afectivos,
entre otros.
Dilemática -El adolescente “si se da cuenta que
enfrenta una duda en un momento
de cambio”.
-Presencia de afectos confusionales
-Alto monto de ansiedad de tipo
confusional.
-Conflicto en la función yoica de
discriminación que dificulta
seleccionar.
-Fantasías claustrofóbicas o
agorafóbicas (quedarse encerrado
en el dilema)
Problemática -El adolescente se encuentra en
grado óptimo de conflicto, “esta pre-
ocupado por la elección”.
-Sus funciones yoicas están al
servicio de un análisis exhaustivo
de la situación, han asumido un
carácter instrumental.
-Mayor logro en cuanto síntesis e
integración.
-Ansiedad moderada
Es capaz de mirar, pensar, actuar
en lo que concierne a su futuro.
Resolución -Calidad y monto de ansiedad
vinculada a la elaboración normal
de un duelo.
-El adolescente es capaz de
reconocer su miedo y su tristeza e
incluso aleaciones de ambos tipos
de afecto.
-Elaboración de proyecto y
elaboración de duelo.
-Suelen aparecer fantasías ligadas
al fracaso en el estudio o planteos
de seguir otras carreras.
-Pueden aparecer algunas defensas
momentáneas: regresión, negación,
idealización.

7) Fantasías de resolución: se refiere a las expectativas conscientes o


inconscientes ante el proceso de orientación vocacional. A la situación
inmediata futura de la que forma parte el psicólogo. El autor toma éste
indicador en base a los aportes de Fernando Ulloa, referidos a las “fantasías
de curación” en un contexto terapéutico. Para poder elegir y decidir, el
adolescente puede buscar una o más de las siguientes situaciones: libertad
(en cuanto al vínculo con el orientador puede asumir la forma de
competencia, rebelión o sometimiento, es importante investigar cómo cree el
orientado/a que alcanzará su emancipación); apoyo (se puede manifestar
de modo directo, “vengo para que me diga qué carrera me conviene” o de
modo indirecto ¿Para que soy apto? ¿Qué me conviene?, dada por la figura
de autoridad del Psicólogo/a; permiso (esperan una situación pautada
socialmente, son más cooperativas, esperan un rol permisivo, una
prolongación de la “moratoria psicosocial”.

En cuanto al vínculo transferencial importante para elaborar el pronóstico de


orientabilidad, se pueden detectar en la entrevista cuatro tipos, según el
autor:
VÍNCULO TRANSFERENCIAL
Mágica Filio-paterna Autoconfiada De aspiración
El orientador como El orientador lo Existe cierta Se carcateriza
depositario de debe apoyar, dosis de por el sentido
soluciones mágicas, aliviar sus omnipotencia de oportunidad
investido de dudas, por parte del que el
características solucionar sus orientado/a orientado/a
omnipotentes. conflictos si él cree que le asigna al
bastarán dos proceso de
orientado hace ideas o orientación.
los cosas bien. sugerencias del Vínculo
orientador/a cooperativo
para elegir. para aprender
a elegir.

8) Deuteroelección: se define al proceso de cómo eligió elegir el adolescente,


relacionado con el aprendizaje de “aprender a aprender”. Es importante
detectar como eligió enfrentar una situación nueva, por ejemplo, la entrevista
con el psicólogo/a, el primer encuentro con el grupo de orientación. Los
vínculos transferenciales, la definición de la situación que atraviesan y sus
expectativas en cuanto a “búsquedas” o “rechazos” son descripciones
parciales de la deuteroelección del entrevistado/a. Tiene un papel
psicoprofiláctico, la orientación vocacional es la oportunidad que tiene el
consultante para aprender a elegir, a decidir.

La funcionalidad de un diagnóstico es la posibilidad que tiene el Psicólogo/a de


trazar un pronóstico sobre la conducta del entrevistado/a. Es decir la posibilidad de
orientabilidad del consultante, su posibilidad de adecuarse al encuadre, permitirá al
profesional decidir si lleva a cabo o no la orientación. El autor indica que para
realizarlo es importante tener en cuenta:

a-La estructura de personalidad: Siguiendo a Bleger, el autor hace referencia al


esquema o la pauta (genéticos, dinámicos y estructurales) típica de relaciones del
sujeto con el medio, que se expresa según el objeto y el vínculo, las defensas y el
área fenoménica predominante. No interesa la nosología sino la personalidad en el
contexto más amplio en que se inserta la conducta de elección.
b-El manejo de la crisis adolescente: Permite pronosticar la posibilidad que el mismo
tenga de adaptarse tanto al proceso de orientación como a las exigencias del mundo
adulto en términos de estudio y trabajo. Es importante el diagnóstico de las
relaciones familiares y situaciones de aprendizaje que abarca la toma de decisiones
respecto a la asunción de roles ocupacionales adultos.
c-La historia escolar: Da cuenta del tipo de vínculo con las situaciones de
aprendizaje, tanto en cuanto al rendimiento como a las relaciones interpersonales.
Nos permite pronosticar su adaptación y desempeño en la institución de educación
superior, es decir, el hecho probable que el adolescente encarará la situación
siguiendo patrones identificatorios incorporados en su paso por el secundario.
d-La historia familiar: permite pronosticar tanto los sistemas de valoractitud frente a
carreras o profesiones, diferencias en cuanto a clases sociales, escolarización,
apoyos, también es importante detectar las identificaciones familiares.
e-La identidad vocacional y ocupacional: El autor expresa que hay que considerar
a la identidad vocacional y ocupacional como un momento de un proceso que se
encuentra sometido a las mismas leyes y dificultades que aquel que conduce al
logro de la identidad personal, parte de la identidad del sujeto, por lo que los
problemas vocacionales se entenderán, como problemas de las personas en el
logro de su identidad.
f-La madurez para elegir: Puede ser investigada a partir del momento que atraviesa
el orientado/a, la situación, la deuteroelección y fantasías de resolución,
especialmente el vínculo transferencial, que de alguna manera determina o describe
su actitud ante el proceso de orientación vocacional.

Para profundizar en el uso del diagnóstico en la modalidad clínica, cada uno de los
indicadores diagnósticos y el pronóstico en orientación es importante que se
complemente la información con el artículo de Rodolfo Bohoslavsky (1971) El
diagnóstico en orientación vocacional. Cap. II. En orientación vocacional. La
estrategia clínica. Ed. Nueva visión. Disponible en el material de lectura obligatorio.

Es importante recalcar que los indicadores diagnósticos planteados por el autor son
de utilidad en el proceso específico de orientación vocacional, individual y/o grupal.
No recomiendo el uso del diagnóstico individual en intervenciones con foco en la
comunidad, desde la prevención primaria o promoción de la salud. Para este tipo de
intervenciones es más pertinente realizar un análisis institucional y contextual de la
institución (educativa, laboral, barrial, entre otros) donde se lleve a cabo la
intervención, en la medida que se considera a la persona para de un grupo social.

El desarrollo del tema nos permite inferir que el diagnóstico y las diferentes
modalidades de uso y utilidad fueron según los momentos de predominios de las
creencias científicas de una época determinada, hemos repasado su uso en relación
al modelo descriptivo y clínico. La importancia de que el diagnóstico se realiza a
partir de un marco referencial desde donde se mira la situación de elección del
sujeto.

Al respecto de este último punto es importante en el contexto actual y desde el


abordaje de la complejidad la lectura “diagnóstica” del contexto, los elementos
sociales, culturales, económicos y los modos de vida que atraviesan la subjetividad
y las posibilidades de las personas en situación de elección.

Referencias Bibliográficas.
-Casullo, M.; Cayssials, A.N. (2000). Proyecto de vida y decisión vocacional. Ed.
Paidós. Buenos Aires.
-Bleger, J. (1972) Temas de Psicología. Entrevista y grupos. Nueva visión. Buenos
Aires.
-Bohoslavsky, R (1971) Orientación vocacional. La estrategia clínica. Ed. Nueva
visión. Buenos Aires.
López Bonelli, A. (2003): La Orientación Vocacional como proceso. Ed. El ateneo.
Buenos Aires.
Pichón Riviere, E. (1982) El proceso grupal. Ed. Nueva visión. Buenos Aires.
-Pássera, J. (2014). Antecedentes del proceso diagnóstico en orientación. En J.
Pássera (Comp.); Orientación Vocacional. Una propuesta teórico-práctica
(pp. 113-117). Ed. Brujas. Córdoba.
-Rascovan, S. (2016) La orientación vocacional una clínica posible. En la orientación
vocacional como experiencia subjetivante. Ed. Paidós. Buenos Aires.
Rogers, C (1969) Psicoterapia centrada en el cliente. 2º edición. Ed. Paidós. Buenos
Aires.
Saurí, J. (1994) Que es diagnosticar en psiquiatría. Ed. Bonum. Buenos Aires.
Ulloa, F (1963) la entrevista operativa (ficha) Oficina de publicaciones. Facultad de
Filosofía y Letras. UBA. Buenos Aires.
Tyler, L (1972) La función del orientador. Ed. Trillas. México.

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