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TRABAJO DE ANALISIS

MAESTRIA EN PSICOTERAPIA PSICODINÁMICA.


ASIGNATURA: DESARROLLO DEL ADULTO JOVEN Y MAYOR.
ALUMNA: PSIC. STEPHANIE AGOSTO MENDOZA.
FECHA: 01/JUNIO/2019.
DOCENTE: PSICT. JUANITA SANTIN.

“PELICULA: ANTES DEL AMANECER”.

INTRODUCCIÓN.
“Antes del amanecer” es una historia breve que permite apreciar el surgimiento de un vínculo entre
dos jóvenes que, si bien se acaban de conocer, se desarrolla con una espontaneidad y naturalidad
que los entrelaza, en lo que se convierte, el inicio de su historia.
Primeramente me parece muy interesante como Juan Tuber O. plantea que la existencia de una
necesidad primaria de objetos no puede reducirse a la búsqueda del placer, es decir, no es de índole
pulsional sino a una necesidad de tipo relacional; y con ello marca una diferencia entre la libido
pulsional y las relaciones objetales.
Tuber O; J (1996) señala:
“En cambio, cuando hablamos de objeto en la teoría de las relaciones objetales nos estamos
refiriendo siempre a un “objeto humano”, es decir, a una persona, una parte de una persona, o una
imagen más o menos distorsionada de éstas. Aquí el objeto deja de ser impersonal y reemplazable,
para volverse intensamente personal. No es el objeto de una pulsión, un mero requisito para la
obtención del placer, sino un objeto de amor o de odio, que el yo busca para encontrar respuesta a su
necesidad de relación” (s/n)1.
ANALISIS.
En la película se puede observar cómo, inesperadamente, surge una conexión entre los protagonistas
de la historia. Celine hace 6 meses finalizó una relación que no le dejó muy buen sabor de boca y
Jesse se encuentre decepcionado por la reciente visita fallida que hizo a su novia en Madrid; sin
embargo ambos parecen estar dispuestos a explorar qué es eso que surgió en tan solo unos minutos

1Tuber-Oklander, J (1996). Proceso psicoanalítico y relaciones objetales. Artículo nº003 publicado en Cuadernos de Psicoanálisis. San
Miguel de Allende, Gto.
de plática y que de acuerdo al planteamiento de Tuber O; J. pudiera ser una “necesidad de relación”
que encuentra sentido por los antecedentes “relacionales” de ambos.
Fairbairn, quien es citado por Tuber O; J. afirma que “la libido es esencialmente buscadora de objetos”
y no de placer; lo cual toma sentido si se considera que la fuerza libidinal de los protagonistas, en un
intento de elegir a algún otro objeto de amor, se encuentra movilizándose entre ellos y esta primer
conexión que se dio a través de su gusto por la lectura, es un primer paso para ello, es decir, para
redirigir la libido hacia un nuevo objeto de amor con quien relacionarse, especialmente de parte de
Jesse por el duelo ante su reciente pérdida. Con respecto a lo anterior, él define el amor como –
“cuando dos personas no saben estar solas”- reforzando la hipótesis sobre la búsqueda de un nuevo
objeto ante la pérdida de uno.
Tuber O; J (1996) también señala que la organización de las estructuras internas determinan las
relaciones interpersonales que se establecen en el futuro y retomando esto, Celine y Jesse comparten
sus experiencias infantiles objetales en una conversación en la que se pone de manifiesto que los
vínculos de Celine parecen más sólidos que los de Jesse por cómo se expresa acerca de sus padres
y sus concepciones sobre el amor; Jesse se defiende del romanticismo a través de la proyección (en
una escena critica el romanticismo que las personas insertan al amor) mientras Celine lo aprecia,
reconoce e incluso fantasea con ello y en esta disposición que Jesse mantiene, él mismo se presta a
jugar con las fantasías que surgen cuando hablan sobre sexualidad, sus defectos y la posibilidad de
estar juntos que precisamente se observa en una escena en la que, pareciera que, Jesse asume que
son una pareja tras el siguiente diálogo -“todas las pareja han tenido esta conversación”-.

Winnicott (1960) citado por Tuber O; J. nos conduce al análisis de lo que hasta entonces hemos
llamado necesidad de relación y para ello es importante distinguir entre las “necesidades del ello y las
“necesidades del yo”. Este autor propone que éstas últimas necesidades incluyen anhelos tales como
el de ser visto, reconocido o comprendido, o el de compartir la propia experiencia subjetiva con otro
ser humano, es decir, las necesidades de relación son parte del Yo y cuando encuentran respuesta
en el objeto surge una experiencia de armonía y plenitud. Celine y Jesse pareciera que viven y
disfrutan su breve experiencia juntos de este modo tanto que ante el momento inevitable de la
despedida se rehúsan a renunciar al adiós definitivo y deciden volverse a ver como si eso fuese
evidencia de que la necesidad mutua de relación ha encontrado, no placer pues no es una pulsión,
sino respuesta en ese otro objeto.
Berenstein, citado por Simonet (2008) plantea que “el vínculo con el otro se rige por la imposibilidad
de estar ausente, deberá tener presencia aunque esta no implica necesariamente estar ahí, siempre
ante la percepción (…)”.2 En otras palabras, cuando dos amantes se rehúsan a estar ausentes es por
la existencia de un vínculo que en el caso de Celine y Jesse se evidencia cuando justamente deciden
volver a verse en otro momento y de ese modo mantener contacto, es decir, mantener “el conector”
del que habla Sarubbo y Fascioli cuando se refieren a lo que conecta a un Yo con otro Yo. Cabe
señalar que si bien es cierto que entre nos protagonistas no se ha desarrollado un proceso de
vinculación alargado en tiempo; desde le teoría de las relaciones objetales considerando las
“necesidad de relación” y su estrechez con el Yo, es válido aseverar que esta primer formación de
vínculo entre ambos corresponde a un primer indicio de lo que será un posible vínculo sólido y maduro
pues hasta el momento sus necesidades han encontrado respuesta, al menos inmediata. Sobre lo
anterior, también es importante tener en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentran Celine
y Jesse pues, al ser dos adultos jóvenes, justamente desde Erik Erikson y sus postulados teóricos,
ambos se encuentran en la etapa “Intimidad vs Aislamiento” en la que psíquicamente existe una
tendencia hacia la búsqueda de la pareja, del amor y en la cual se pone a prueba la capacidad de
establecer vínculos sólidos. Anexo a esto, no es irrelevante tener presente que desde la teoría vincular,
como lo señala Simonet (2008) el ser humano es un ser que se reconoce como tal a partir de la relación
con los otros, ya que es un ser social en encuentro permanente. En este encuentro con otros el
individuo se construye y reconstruye, crea subjetividad, se crea como sujeto.

2 Simonet, Silvana (2008). Reflexiones acerca de la vincularidad.


CONCLUSIONES.

El establecimiento de vínculos a lo largo de la vida del ser humano es un proceso innato, es de hecho
lo que sujeta al individuo a la vida y lo que promueve su supervivencia los primeros meses de vida, su
desarrollo y la calidad de vida en cuanto a las relaciones y, por supuesto, demás vínculos que
establecerá a lo largo de su existencia. Me permito considerar que es el primer alimento al ser de un
individuo.

Psic. Stephanie Agosto Mendoza.


Cédula: 8383114.

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