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El Destino Infeliz de Mariana.

Autor: José Alfredo Ortega Arenas

Había una vez una niña llamada mariana, marina era conocida como la niña “infeliz”, ella
era despreciada por sus hermanos, Mariana creció, con dolor y mucha tristeza en su vida y
su corazón, para mariana su vida, no era de colores, para ella todo lo que le rodeaba era de
color gris, para mariana nunca salía el sol, todo era tormentoso y nublado, mariana creció
en un hogar sin padre, quien falleció cuando tenía ocho años, a la edad de ocho años
mariana se retiró de sus estudios, y comenzó a trabajar, todo el sueldo que ganaba mariana,
era para sus hermanos y su madre, prácticamente, mariana mantenía a sus hermanos, siendo
ellos mayores…
Al pasar de los años, marina seguía con su tristeza y con su dolor, para ella no existía la
felicidad, ni el amor, mariana era una niña muy callada, muy triste, que solo aprovechaba el
anochecer para llorar bajo la luna y las estrellas, lloraba por el destino que le tocaba,
mariana nunca paraba de llorar en las noches, postrada en su cama, este dolor que llevaba
en su interior la dominaba. Y todos los días pensaba sobre su felicidad y sobre su destino, el
cruel y trágico destino que le tocaba vivir; para ella este era peor que un sacrifico, se sentía
sola y nunca tenia paz.
Pero un día, yendo Mariana a su trabajo se atravesó, con un joven, que la cautivo mucho, la
atrajo; pero ella lo rechazo, este joven empezó a llegar de sorpresa al trabajo de mariana, el
cual para ella era un joven fastidioso y harto, pero mariana decidió aceptarlo como amigo.
Al pasar cinco años mariana empezaba a sentir cosas por su amigo, cosas que nunca había
sentido, por nadie. Un día, mariana se atrevió a contarle la verdad a su amigo, pero ya era
muy tarde. mariana vio que su amigo tenia a otra niña, y huyo de todo y del todo.
Mariana volvió a estar triste, ya ni se acordaba de los malos tratos de sus hermanos; y
volvía a empezar la vida de mariana como antes, oscura y gris. Pero un día, mariana yendo
a su trabajo se encontró a un anciano quien le pidió un vaso de agua y pan, ella muy
generosa le dio lo que le pedía dicho anciano. Al terminar de comer el anciano llamo a
marina y le dijo:” Yo sé que tú no eres feliz al lado de tu madre y tus hermanos, yo sé que
tu destino es muy triste, y que tienes el corazón partido, pero tranquila la felicidad no se
basa en estar al lado, de una persona o de tenerlo todo, le felicidad la construye tú, con tu
vivir, vive tu vida y vívala con amor, tu tarde o temprano serás feliz a si pasen mil años,
algo bueno vendrá para ti”. Mariana sorprendida se suelta a llorar y este anciano antes de
despedirse, la abraza y desaparece como un destello e luz.
Pasaban los años… y mariana seguía creciendo hasta que se convirtió en una mujer, una
mujer que luchaba por lo justo, una mujer idónea, con carácter y que siempre era agradecía
con lo que tenía. Mariana saco sus estudios adelante, con esfuerzo y pulcritud; siendo la
mejor en todos los ámbitos, se convirtió en una gran abogada que siempre luchaba por la
niñez, mariana entendió lo que el anciano le decía. ella era muy feliz, ahora con el amor que
le brindaba a todos los niños maltratados o abandonados; se sentía alegre miraba el mundo
de colores era un nuevo amanecer
Mariana se alejó de sus hermanos, y empezó a vivir su vida, una vida emprendedora, llena
de mucho éxito y amor, pero mariana se sentía muy sola; fue entonces cuando conoció a su
nuevo compañero de trabajo llamado juan, quien la acompaño en los buenos, malos y hasta
los peores momentos de su vida, mariana al comprender que la felicidad no está al lado de
alguien, comprendió, que el amor nace desde lo que uno mas no espera, el amor es algo que
surge de lo inesperado, de lo más profundo de nuestro ser.
Juan le confeso a mariana lo que sentía por ella, y le dijo que él nunca quería separarse de
ella, mariana abrazándolo fuertemente, le confeso que ella también lo amaba, y juntos
embarcaron su destino, como personas ellas y derechas, juntos cambiaron su manera de
vivir.
Pero un día llegaron a la casa de mariana sus hermanos pidiéndole perdón por tanto daño
que le habían ocasionado en su vida, que ellos eran los culpables de su destino infeliz, pero
mariana con lágrimas en sus ojos, los abarco fuertemente sin importar nada de lo que le
habían hecho. Mariana les comento a sus hermanos que ella ya no era la misma niña infeliz
de antes, ella ahora era una mujer emprendedora y una mujer con mucho amor en su
corazón; mariana no juzgo y señalo a sus hermanos por lo que la habían hecho al contrario
los perdono.
Ahora los hermanos de mariana junto a mariana trabajaban en un proyecto muy especial; el
cual era apoyar a toda la niñez desprotegida, y sola en este mundo. Mariana muy feliz
porque ahora toda su vida había cambiado para bien.
Cinco años después; mariana y juan se casaron siendo muy felices con sus proyectos,
mariana comprendió que todo lo que el anciano dijo era verdad, hasta que uno no acepte
que la felicidad no se basa en estar al lado del otro, no va a encontrar la verdadera felicidad,
y el verdadero amor, mariana junto con sus hermanos y junto a juan defendieron y
protegieron a tanta niñez desprotegida.
Esta niña infeliz, que ahora era una mujer comprendió que el hogar se construye con mucho
amor, perdón, dulzura y con mucha felicidad, mariana decidió construir su propia historia,
decidió obtener un final feliz, al lado de su esposo juan y al lado de sus hermanos; quienes
la habían hecho mucho daño. Mariana fue la mujer más feliz del mundo rodeada de las
personas más queridas, y esta es la historia de mariana, quien lucho por buscar su propia
felicidad.
A pesar de todo mariana entendió que los finales felices si existen, pero siempre y cuando
como tu vivas y mires tu vida, siempre vendrán conflictos en la vida, discusiones, personas
que nos quieren hacer sentir mal, pero tu final, tu historia, la construyes tú, nadie más,
acuérdate como mariana la felicidad no es estar al lado de alguien, la felicidad es una
edificación, que va a estar presente por muchos años en nuestra vida, un final feliz siempre
es como tú lo quiera ver y hacer, construye tu final, vive tu final y sobre todo nunca olvides
la felicidad…

Fin.

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