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≾ Inalcanzable ≿

“Cuando el camino por recorrer


Se vuelve cada vez más largo y creemos nunca
lograr la felicidad,
El día menos esperado lo inalcanzable se
conquistará”.

Kris Buendia
2

Copyright © 2015 Kris Buendia

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3raEdición

ISB: 978-1-291-98586-3
15
3
Sinopsis 16

1 17

2 18

3 19

4 20

5 21

6 22

7 23

8 24

9 25

12 26

11 27

12 28

13 Epílogo

14 Sobre la Autora
Todo se vuelve gris y lo único que ves son ostras vacías para
luego encontrar perlas, dirás que maravillosa es esta vida y
todo lo que tuve que pasar para llegar a ella.
Es muy bonito soñar pero, ¿Qué camino hay que tomar
para ser feliz? el camino que decidió tomar Lea Sandé
para ser feliz y dejar de ver la vida de color gris no fue fácil.
Una niña cuya infancia fue arrebatada por sus padres;
tomó decisiones erróneas y nunca lograba encontrar la
felicidad, viviendo sola en su propio mundo vacío y lleno de
dolor, pasando diferentes pruebas de la vida de una manera
insólita.
Sin el amor de una madre cegada por el resentimiento,
amistades dañinas, amores peligrosos, trastornos psicológicos,
y una madrastra como la del cuento de Cenicienta.
A pesar del largo camino que recorrió para ser la persona
que hoy es, muchas veces perdió la fe en sí misma y en los
demás, escondiendo su corazón en un duro caparazón para
no ser lastimada, viviendo para los demás y ya no para sí
misma.
El intelecto, belleza y la humildad muchas veces fueron un
arma de doble filo, donde las personas se aprovecharon y así
también la llevaron por el camino correcto para conocer el
verdadero amor, a cumplir sus sueños y alcanzar la felicidad


1
1

Cuando los padres de Lea se conocieron no


era el mejor momento; su padre estaba casado
y su madre también, ambos eran padres de dos
hijos pero faltaba algo en ambos matrimonios,
no pudieron resistirse a la tentación y fueron
amantes durante mucho tiempo. 2

A los dos años de estar juntos nació Lea. Su


Papá no se había divorciado aún, mientras que
Su Mamá dio por terminado su matrimonio
con él padre de sus dos hijos.
La esposa de su padre al darse cuenta de su
amorío con la madre de Lea hizo un arreglo
con él:

— “Si ella da a luz a una niña, te doy el


divorcio”… —Ya que nunca pudo darle una
hija.

Y nació una preciosa niña llamada Lea Sandé.


Dejando atrás a dos pequeños hijos.

Después de nacer Lea, sus padres se fueron a


vivir juntos, Pero su convivencia nunca fue
agradable, peleaban constantemente por las
infidelidades de él. Dos años después su padre
se fue de casa.

Aún mantenía una relación con la madre de


Lea a pesar de ya no vivir juntos pero ella
aceptó todas las infidelidades de él. Y al poco
tiempo de haberse ido conoció a Camile
Lorens.

La primera vez que Lea vio a Camile fue


cuando visitaba a su padre, tenía siete años.

— ¿Quién es esa mujer, que está en tu cama


papi? —Preguntó Lea inocentemente. 3

— Es una amiga del trabajo— dijo su padre muy


desinteresado.

Así les llamaba a todas las mujeres con las


cuales compartía un romance “amigas de
trabajo”.

El pasar de los años Camile se convirtió en la


sombra de todos, tomando posesión de lo que
no le correspondía.

En casa de Lea recibían llamadas anónimas, y


muchas veces se escuchaban ruidos sexuales.
Mandaban cartas vulgares, y así pasaron los
años y con las mismas molestias, sin saber que
era la misma Camile.

La Madre de Lea desesperada y enfurecida,


cambio el número de teléfono cinco veces.

Pero Las llamadas seguían; y con el tiempo


todo calmó pero su madre no era la misma, su
dolor y su amargura creció, ya no era la misma
persona de antes, se había vuelto una mujer
enojada, bulliciosa, y agresiva.

Las peleas crecieron y los gritos también, sus


padres peleaban todo el tiempo, cada visita de
su Papá era una pelea nueva, el ambiente se
tornó en violencia psicológica sino también
física, los golpes que ambos padres se daban
4
entre si era una pesadilla para todos a su
alrededor sin importar que los niños los
observasen.

Los hermanos de Lea siempre fueron muy


discretos a la relación que mantenían sus
padres.

Para Lea era difícil por ser hija única de madre


y padre.

Cuando tenía ocho años de edad, Camile llegó


un día a su casa, a enfrentar a su madre, no le
importó que habían niños presentes e
inocentes en ese momento y aun así causo
alboroto.

Cuando su padre llegó, Camile negaba todo,


llamadas y cartas decía que no provenían de
ella.

Hasta que un día una amiga muy cercana a


Camile, confesó todo, que las llamadas y cartas
anónimas las había hecho con ayuda de ella. Y
pagó a conocidos para el envío de cartas hasta
la casa de Lea.

Era una persona sínica; falsa y posesiva, su


amor por el padre de Lea no era más que un
simple capricho.

El amor no se retiene con violencia, mentiras o


amenazas. 5

“Hay que vivir el amor y no morir por su culpa.


Amar no es un acto masoquista donde te
pierdes a ti mismo bajo el yugo de alguna
obligación impuesta desde fuera o desde
dentro.”

Dice el psicólogo Walter Riso en su manual


para no morir de amor.

Camile recurrió a hacer brujería para retenerlo


a su lado.

El Padre de Lea encontró cartas, donde Camile


le pedía a un brujo que mantuviera al hombre
que ella amaba a su lado. Y que alejara a la
madre de Lea.

Camile se hacía pasar por una persona


inteligente, independiente; muy respetuosa,
amigable, carismática y amorosa. Pero por
dentro no le importaba causar daños a los
demás con tal de obtener lo que según ella le
pertenecía.
A pesar del triángulo amoroso que mantenía el
padre de Lea, se fue a vivir con Camile y
siempre manteniendo una relación con la
madre de Lea.



Cuando Lea estaba en segundo año de escuela 6


junto con sus hermanos de padre, se llevaron
toda una gran sorpresa, ya que se encontraron
con la hija de Camile, Anne dos años menor
que Lea.

Una niña alegre, divertida, social, no se parecía


ni la sombra con su madre, era totalmente lo
contrario a ella.

Sorprendida se acercó a ella y le pregunto:

— ¿Quién eres?

— Me llamo Anne.

Sabía que su padre estaba con su Mamá, le


hizo la siguiente pregunta:

— ¿Eres mi hermana?— preguntó de nuevo


Lea.

Anne con una carcajada en su cara respondió:

—No, tu Papá es mi padrastro.


Así pasaron los días de escuela, Lea y Anne
jugaban en los recreos, se hicieron muy buenas
amigas a pesar de las muchas diferencias que
había entre sus padres.

Eran unas niñas, los problemas que pasaban


entre los adultos, no tenían nada que ver con
ellas, les gustaba reír, se hicieron muy unidas,
7
más sin embargo cuando la madre de Lea se
dio cuenta la golpeó como si hubiese cometido
la peor de las travesuras.

El padre de Lea iba a recogerlos a la escuela,


pero cuando se trataba de celebraciones o
reuniones escolares Lea siempre estaba sola.

Lea no sabía la clase de mujer que era Camile,


era una niña de ocho años, y ella junto con su
padre y Anne salían a pasear como si fuesen
una familia.

Mientras que Lea le mentía a su madre, su


padre le enseñó a decir que cuando salieran
juntos le dijese que estaban en lo de su abuela.

Al tercer año de primaria, el primer día de


escuela, Lea le habló a uno de sus hermanos de
padre y él la ignoró completamente, él y su
otro hermano.

Y la siguieron ignorando por los siguientes siete


años de su vida, por ser “hija de la otra”. Así la
llamo la Madre de ellos muchas veces.
El padre de Lea no hizo nada al respecto, y se
preguntó por mucho tiempo si ella había hecho
algo malo para que sus hermanos mayores le
dejasen de hablar y se burlasen de ella en la
escuela junto con sus demás compañeros.

Es muy triste como una persona con principios


cristianos pueda implantar el dolor y el
8
resentimiento en sus propios hijos para con
otros. Cuando son los padres quienes tienen
que ser responsables y explicarles a sus hijos
que nada de lo que pasa es su culpa. Sólo
deben amarlos y protegerlos de todo el drama
familiar que se pueda presentar.

En las noches Lea lloraba pidiéndole a Dios


que sus hermanos le volviesen hablar, nunca
vivió con ellos, los miraba pocas veces, y
cuando los miraba no le hablaban. Crecía muy
confundida y culpándose por todo a su
alrededor.

Ese tercer año, Lea tenía una maestra que la


trataba mal, la humillaba delante de sus
compañeros de clase.

La maestra daba medallas de cartón a todo el


alumno que contestara correcta todas las
preguntas que ella hacía, y Lea siempre quiso
una para llevársela a su madre, para obtener
una sonrisa y le dijera que estaba orgullosa de
ella.
Y un día la maestra le hizo una pregunta a Lea,
era muy buena alumna y respondió
correctamente.

Pero la maestra no le dio nada y, la humilló y


dijo:

— ¿Crees que te voy a dar algo, por contestar tu


pregunta?— dijo de forma sarcástica la 9
profesora.

—Si. —respondió Lea, muy entusiasmada.

—No te daré nada. — contestó ella.

Sorprendida y triste agachó su cabeza y lloró,


como si le hubiesen robado algo, para ella valía
mucho, a pesar de ser una simple medalla de
cartón.

Fueron muchas las humillaciones que recibió


por parte de la maestra.

En ocasiones hasta le pegaba, Y siempre antes


de entrar al salón de clases, revisaba a cada uno
de los alumnos y los comentarios de ella
siempre fueron:

— ¡péinate, pareces bruja! —con tono de burla.

A si fue durante todo el año de primaria, y en


las noches lloraba sin compasión, y se
preguntaba a sí misma que había hecho para
que su maestra la tratase de esa manera. Y le
daba miedo decirles a sus padres porque jamás
le creerían.

Desde ese momento Lea con ocho años


comenzó a deprimirse más y más.

Los siguientes años fueron diferentes y en


último año de primaria aún más, se acercaba la
ceremonia y era una niña con sobrepeso y se 10
veía a sí misma como la más fea del salón.

Lea siempre fue una niña tímida y triste, rara


vez se le veía sonriendo, y a pesar de ser la
mejor alumna de la escuela, con promedios
muy sobresalientes, sus padres nunca
mostraron interés o elogio hacia ella.

En la ceremonia, fue totalmente un caos, sus


padres no estaban ahí y sentía unos nervios
espantosos, su vestido le quedaba mal, pero lo
que más le dolía, era que estaba sola y que no
asistiría ningún familiar.

Recibió el premio como la mejor alumna de


toda la escuela durante sus seis años de
primaria

Y lo recibió con un nudo en la garganta,


porque nadie estaba del otro lado viéndola en
su triunfo. Al llegar a su casa con sus diplomas
y medallas brillantes, no de cartón, Su madre
no le dijo nada, había tomado una actitud de
ignorar a su hija, y gritarle cuando la veía a la
cara como si mirase el rostro de su padre en
ella.

Él rara vez la visitaba, y cuando llegaba nunca


hablaba con ella, llegaba a pelear con su madre.

Es muy triste saber que el corazón de una niña


de trece años quería un abrazo de ellos y que
estuvieran presentes en unos de los primeros 11
logros de su vida. Pero no fue así. Y así como
iba creciendo, también crecían los vacíos en su
corazón y en su vida.

Siempre regalaba una sonrisa a quien se la


regalaba a ella y muchas veces a aquellos que la
necesitaban. Y cuando intentaba darle un
abrazo a su madre ella la rechazaba o la
empujaba fuertemente que Lea quedaba tirada
en el piso llorando.



Los padres de Lea, hablaron muchas veces con


mandarla a un internado lejos, luego de
terminar la escuela, pero Lea se negó hacerlo, a
pesar de no ser una niña feliz, no quería ser
infeliz estando lejos de su familia. Tenía el
sueño de que tal vez algún día serían una
familia feliz.
2

Al salir de la primaria, los problemas nunca


faltaban en su casa, las peleas de sus padres
crecieron y las lágrimas no cesaban.

Ya no había paz, todas las noches lloraba y


oraba pidiéndole a Dios que su Papá viviera
con ella y que su Mamá dejara de tratarla mal, 12
que no la golpeara cuando su Papá se iba de la
casa luego de una discusión.

A pesar de la indiferencia de su madre había


ocasiones en las cuales conversaban, y ella le
empezaba a contar todas las cosas que su Papá
le había hecho desde antes que ella naciera.

— ¡Me jodiste la vida!

— ¡Nunca debí tenerte! —Le gritaba


constantemente.

No entendía por qué su madre le hacía tanto


daño diciéndole todo eso, no comprendía que
tenía que ver una niña con las infidelidades que
ella permitió durante muchos años.

El maltrato de su madre jamás cesó, y


conforme Lea crecía las ofensas y el rechazo
eran cada vez más, y su padre nunca se
enteraba de lo que Lea vivía.
La vida de sus padres era peleas y violencia, el
padre de Lea aun sabiendo que Camile era una
mala mujer, él no la dejaba.

Satisfacía de manera muy explícita su hambre


sexual; una forma inusual y eso era lo que al él
le gustaba por eso jamás tomó la decisión
siquiera de abandonar esa situación.
13
El ser un hombre libre, o rehacer su vida con
una mujer que lo amara de verdad a él y a sus
hijos no estaba dentro de los planes de él.

Por otro lado Lea al entrar a secundaria, fue


obligada a ir a un colegio muy prestigioso, se
sentía aislada, una extraña, quería salir
corriendo.

Tomo asiento atrás de una de las más


populares del colegio. Y rápidamente quiso
crear amistad con ella y las demás, Lea se
convirtió en la gorda del grupo según la
llamaban ellas, y cuidaba mientras éstas se
encerraban en el baño con sus novios y que
nadie las viese.

A Lea le gustaba un chico de segundo año


desde que lo vio, y le pidió a una de sus amigas
que se lo presentara; cuando lo conoció él se
burló de ella:
—No me gustan las gordas, no me interesa
saber quién eres. — le dijo viéndola de pies a
cabeza.

Era sorprendente la clase de personas que


estaban en ese lugar y que sin conocerla
empezaban a agredirla y humillarla. 14

Lea se fue corriendo y se encerró en un baño


a llorar. Pensando en que jamás conocería a
alguien que le dijese un gesto bonito, y mirara
la belleza que habitaba en ella más allá de su
físico.

En segundo año conoció a las personas que se


encargarían de hacer su vida una desgracia.

Era un grupo de cinco chicas. Con el tiempo


los problemas en casa eran cada vez peor,
llegaba al colegio deprimida, se apartaba de
todos, y siempre estaba enojada, sus amigas se
enojaban con ella y le decían que era una
pobre patética gorda que no sabía pasarla bien.

Porque para ellas pasarla bien era tener bajas


calificaciones y encerrarse en el baño con otros
chicos.
Esa era la vida de colegio que ellas llevaban las
demás lo que estaba a la moda y Lea jamás lo
hizo, aun rendía bien y llevaba buenas
calificaciones a pesar de su depresión y
rebeldía siempre fue una alumna distinguida y
envidia de todos en ese aspecto. Pero siempre
recibía burlas y rechazos.
15
Era como la típica escena de película donde la
nerd es parte de la banda de su escuela o la
mascota y las chicas populares se encargan de
hacerle la vida imposible.
“Vivimos en un mundo donde las personas son
diferentes a otras y por eso se etiquetan de una
manera cruel.
El que lee es fastidioso,
El que baila es desequilibrado, 16

El artista es deprimido,
El cantante es escandaloso,
El inteligente es detestable
Todo lo que no se comparte lleva un sobrenombre y ni
se respeta… cuantas personas no han sido víctimas por
una etiqueta más de alguna vez en su vida.
Precisamente esa es la gente simple, la que no vive su
vida.
Y siempre habrá una que no es capaz de alcanzar
sus sueños por miedo a ser etiquetados “


Una de sus amigas populares era Melody, una


chica alegre y divertida, tenía una manera de
utilizar a la gente, y siempre Lea hacia lo que le
pedía, trataba de encajar aunque eso la llevase a
ser humillada.
17
Melody presentó una nueva integrante del
Clan, Mindy; pero Mindy tenía un gran
defecto, era muy vengativa, muchas veces
tenían peleas entre ellas y Mindy quería
vengarse de Melody a pesar de ser su amiga.

Era un círculo de envidia e hipocresía entre


todas, la competencia y el querer ser mejor que
la otra. No importaba las consecuencias de sus
actos ni el daño que pudiesen causar.

Lo único que podían envidiar de Lea era su


humildad y su inteligencia, pero cuando se
trataba de belleza, siempre le hicieron ver que
jamás tendría novio por tener sobrepeso.

Melody tenía novio quien era seis años mayor


que ella, a la Edad de catorce años Melody
llevaba una relación sexual activa con su novio
mayor y todas las del grupo sabían ya que a
Melody le gusta alardear de eso.

Fue ahí cuando Mindy propuso ir a contarle


sus más íntimos secretos a la madre de Melody.
A final de ese año era la gran fiesta de quince
años de Melody y todas las chicas populares
eran parte de la gran celebración; pero Melody
se olvidó de Lea que era también integrante
del grupo; la que llamaba su mascota y que no
invitarían porque no encajaba en la fiesta.

Luego de la despampanante fiesta Melody y


18
Mindy tuvieron una pelea por un chico, y
Mindy aprovechó el momento y tomar
venganza de ello.

Pero como era de esperarse y cómo todo


vengativo cobarde Mindy no quería ir sola,
pidió a Lea que la acompañase junto con otra
amiga más.

Las tres estaban de acuerdo con ir a contarle


todo a la madre de Melody, pero Lea moría
del miedo ella jamás había hecho algo así, sabía
que arruinarían la relación de Melody.

Al entrar a casa de Melody, Lea tuvo un ataque


de pánico y decidió irse, no quería ser partícipe
de algo así a pesar de que Melody era una chica
mala, no quería tomar venganza de nada.

Mindy siguió su plan y le dijo todo a la madre


de Melody. Al momento de salir de la casa de
Melody, Mindy creo otro malévolo plan ya que
Lea no había querido participar a pesar de ser
víctima de Melody; decidió culpar a Lea de ser
la responsable y la que le dijo todo a la madre
de Melody.



Mindy creo un correo electrónico bajo el


nombre de “El investigador” para mandar
correos a todos los amigos del colegio donde 19
relataban que Lea era una persona retorcida y
que su primera víctima había caído y esa era la
“pobre e inocente” Melody.

“No confíen en Sandé, es una persona mala y


su crueldad ya cobró la primera víctima; ya
todos saben siempre ha querido encajar en el
grupo de la popularidad; pero arruinando la
vida de cada uno del que la rechacé… ¡No
confíen!

El investigador”

Al día siguiente de haber recibido todos los


mensajes de “El investigador” Lea recibió
mensajes donde le decían:

Desconocido:

— ¡Puta traicionera, ojala te mueras!

— Gorda asquerosa y patética destruyendo la


vida de los demás.
— Serás la próxima víctima de tu propio
veneno.

Muchos mensajes más que siguieron


atormentando a Lea, estaba devastada, ella
sabía que no había participado en nada para
causarle daño a alguien y que la culpable de
todo era Mindy, pero no podía hacer nada al
20
respecto, tenía miedo y no sabía cómo
defenderse de las humillaciones de cada uno
de ellos.

Si les decía a sus padres nunca le creerían


porque en casa era una adolescente rebelde y
pasaba encerrada en su habitación, ellos jamás
la escucharían o harían algo para defenderla.
Ni siquiera la protegían de sus propios
problemas.



Al pasar los días Lea tuvo el valor de acercarse


a Melody y decirle la verdad que la responsable
de todo era Mindy.

Pero Melody jamás creyó en la palabra de Lea,


sus padres dieron terminada su relación
amorosa y estaba muy enojada; por lo que
decidió hacerle mucho daño por todo lo que
según ella había causado.
Mindy y las demás decidieron llamar un grupo
de aliados y citar a Lea en el campo de
baloncesto para hacerle pagar por lo que la
acusaban; no descansarían hasta verle destruida
y que se fuera del colegio para siempre.

Mindy le envió un mensaje de texto a Lea para


pedirle que se reunieran en el campo de
21
baloncesto para disculparse y dejar todo atrás y
seguir siendo amigas, incluso le tenía una
sorpresa; le dijo que un chico la quería
conocer.

Lea estaba muy feliz, no quería seguir siendo la


mala de la película y ser juzgada por algo que
no había hecho, además el saber de qué
alguien estaba interesada en ella le causo un
cierto interés de cómo alguien podía fijarse en
ella; no era bella igual a las demás. Estaba muy
emocionada y accedió ir.

Al llegar Lea al campo de baloncesto no


encontró a nadie, a los cinco minutos de estar
parada en medio del campo detrás de ella salió
el grupo de estudiantes a lanzarle comida y
gritarle gorda.

— ¡Gorda come tu comida del suelo como el


puerco que eres!

Era aterrador lo que estas personas hacían, la


cantidad de comida que lanzaron sobre ella y
las cosas que le gritaban, Melody y las demás
estaban ahí riéndose a carcajadas.

Lea salió corriendo, era esa pesadilla de cual


no podía despertar, pensó que las personas que
consideraban sus amigas jamás harían algo así.
Imaginó que lo de los mensajes era una mala
broma; pero al ver que ahora eran más
22
personas en contra de ella fue una situación
muy dolorosa y hasta peligrosa.
3

En tercer año de secundaria, Lea le estaba en


un salón diferente al grupo anterior, sintió un
gran alivio de no estar rodeada más de aquellas
que ya no eran sus amigas, sino enemigas.

Lea ya no era la misma ingenua del año 23


anterior, lo que le había pasado esa tarde en el
campo de baloncesto la cambio por completo,
sintió una gran rabia por sí misma y asco, ya no
quería ser la gorda de la cual todos se burlaban
incluso su familia le decía que era una gorda, su
madre la humillaba constantemente inclusive
muchas veces la dejaba sin comer para que
pudiera adelgazar.

Al ir de compras, la madre de Lea la


humillaba y le compraba ropa para adulto
gritándole que por gorda la ropa de su edad no
le quedaba.

Empezó a preocuparse obsesivamente por su


apariencia; se sometió a una dieta estricta de
comer lo menos posible y largos días de ayuno,
la cual le causo de inmediato una anemia
fuerte, debido a la falta de nutrientes.

Desde ese entonces comenzó a autodestruirse


poco a poco, una noche después de haber
terminado la cena se sintió culpable, sentía que
había aumentado todo el peso que había
perdido en ese tiempo de mala dieta.

Entonces fue al baño a provocarse el vómito,


ella nunca había escuchado hablar de los
trastornos alimenticios como ser Anorexia
nerviosa1 y Bulimia nerviosa2.

Le gustaba hacerlo y se fue hundiendo en esa 24


enfermedad, perdía peso de una forma rápida
y enfermando cada día más.

No le importaba el daño que se hacía así


misma era la única forma que ella veía para no
ser el centro de burlas de los demás, ni ser
rechazada por todo el que le rodeaba.

Debido a que ya no era la persona regordeta de


antes, ya su figura era distinta, se volvía una
chica muy atractiva, su cabello largo y castaño,
ojos claros y un intelecto increíble llamaba la
atención de una forma positiva esta vez.

Ese mismo año ya no era la solitaria, tenía una


nueva mejor amiga Leona, y cometió el error
más grande de su vida y fue contarle lo que
había hecho y cómo estaba perdiendo peso tan
rápido.

1
Anorexia Nerviosa: Ausencia de comida por temporadas largas, por temor a
subir de peso.
2
Bulimia Nerviosa: Comer compulsivamente para provocar vómito y/o purga.
Pero lo que no sabía Lea era que Leona no era
la persona que ella creía, era muy celosa y
sentía mucha envidia por Lea.

Un día Lea y Leona discutieron porque Leona


reprobó su examen y Lea no, Lea se
comprometió ayudarla a estudiar más pero
Leona no podía soportar que Lea fuese mejor
25
que ella.

Leona planeó contarle de su secreto de dieta al


padre de Lea, su papá se preocupó por ella, en
la casa ya sospechaban, dejaba de comer, y
cuando comía todo lo vomitaba, tenía
Bulimarexia3.

Se le caía el cabello, tenía ojeras, se desmayaba,


problemas con su periodo.

Su padre sabía del problema más sin embargo


no encontraba la forma de cómo enfrentar a
Lea y su madre se dio cuenta de la enfermedad
de Lea y fue un motivo de ataque más para
ella:

— ¡No has comido, mejor así no lo vomitas!—


gritaba su madre.

Sentía que su mundo se vino abajo, su madre


lo gritaba como si no le importara, nunca se

3
Bulimarexia: Combinación de anorexia y bulimia.
acercó a ella para buscar ayuda juntas, lo único
que hacía era atacarla más y más.

Lea era muy buena mintiendo al respecto,


sabía cómo esconderse, cómo esconder la
comida y como hacerles creer a todos que ya
no se hacía daño a sí misma.

Las adicciones de un comportamiento vuelven 26


a una persona astuta de una forma inusual para
ocultarlo, y eso era lo que hacía Lea, mentía
constantemente para que nadie sospechara
nada.

En las noches entraba a blogs proana y


promia4. Le gustaba ver fotos de chicas
esqueléticas, eran su modelo a seguir, a pesar
de que estaba muy delgada, nunca era
suficiente para ella.

La ropa le quedaba bien, ya podía comprar lo


que ella quisiese y todo le quedaría la
perfección.

Ya no lloraba cuando algo no le quedaba bien


a su cuerpo por tener sobrepeso y no sería la
burla de nadie por ser gorda, ahora ella era
más delgada de todas aquellas que se burlaron
de ella.

4Blogs proana/promia: Sitios de internet que promueven la enfermedad de


anorexia y bulimia, intercambian tips, fotos de inspiración y otros.
Pero lo que Lea añoraba más era que sus
padres ya no la iban a humillar, su padre era un
hombre conquistador que admiraba la belleza
de la mujer, siempre la comparó con modelos
y deseaba tener una hija así de bella y sentirse
orgulloso de ella, habían chicas bellas y tontas,
Lea era Gorda e inteligente, pero jamás vieron
la otra cara de la moneda, lo que realmente 27
importaba, nunca contaron los premios y
medallas que Lea había ganado.

Para ellos era decepción tener una hija obesa y


no sentirse orgulloso por una hija sobresaliente
y aplicada.

Es un mundo donde sólo tu apariencia cuenta


y lo que tienes eso vales, ese es el mundo
donde estamos acostumbrados a vivir, hasta es
un requisito laboral “buena presentación” algo
subjetivo, pero esta idealizado en no ser una
persona obesa sin defecto alguno, que no te
falte una pierna o un brazo.

Pero cuanto puede abarcar en el término


“buena presentación”, debería de reemplazarse
por “Afables cualidades e idoneidad” nunca es
tarde para empezar a tener una buena relación
con los demás y no ser el tipo de personas que
buscan opacar a quien está a un nivel más alto
que uno si no esforzarse y ser un buen líder
para ayudar a otros.
Lea pensó que si lograba ser delgada sería feliz,
y que iba a obtener todo lo que nunca había
tenido, imaginaba que con ser delgada su
madre la iba a querer y que su padre la visitaría
más frecuente.

La anorexia y/o bulimia ya no eran una


enfermedad para bajar de peso, se había vuelto
28
lo único que ella podía controlar, no podía
controlar los maltratos en su casa, las
infidelidades de su padre, el rechazo de los
chicos, a Camile y las burlas del pasado.

Los problemas en su casa afectaron mucho en


eso, sentía que al arquear la comida, vomitaba
sus problemas, y al dejar de comer se castigaba
así misma por ser una persona débil y no poder
decir nada al respecto, no podía gritarles:
¡Estoy aquí!, ¡No me ven que me duele todo lo
que está pasando!.

Pero ninguna conducta era para llamar la


atención de los demás, al contrario; fingía estar
bien y le gustaba poder ayudar a los demás.
Aunque estos no estuvieran cuando ella
necesitara de ellos.

Era una persona altruista que a pesar de sufrir


en silencio siempre dejaba sus problemas a un
lado y buscaba el bien de otros. Y sólo se
culpaba a si misma por todo lo que pasaba a
su alrededor.
4

Cuando ingresó a preparatoria seguía siendo


compañera de salón con Leona, a pesar de que
supo que ella había sido la persona que les
había revelado todo a los padres de Lea. La
perdonó e hicieron un nuevo comienzo en la 29
amistad.

En su enfermedad Leona nunca tuvo


conciencia de ello, muchas veces le comentó
que la enfermedad la estaba matando y que ya
no la podía controlar, sin embargo ella quería
entrar, porque miraba los “buenos” resultados
que dejaba; no entendía porque ella le pedía
consejos a cerca de ello si sabía que era algo
peligroso que podía acabar con su vida.

Cuando El padre de Lea tomó valor y le


preguntó si era verdad lo que Leona decía de
ella y su trastorno alimenticio. Al principio Lea
lo negó todo pero un día la encontró
vomitando en el baño.

Fue devastador ese momento para él, Lea le


prometió no volver hacerlo, se ofreció llevarla
al gimnasio, un nutricionista y hasta un
psicólogo.

A pesar de ello no aceptó, Lea prometió e hizo


creer a su padre que jamás lo volvería hacer,
pero ya era una experta en mentir y no tenía
control sobre ello por eso siguió haciéndolo en
escondidas.

Era tan fácil engañarlos, cuando la miraban


comer en grandes cantidades no iba de
inmediato al baño; tardaba para que no
sospecharan, y otras veces no iba a vomitar
30
pero al día siguiente no comía nada por dos
días seguidos o más para perder el peso que
según ella recuperaba al no purgarse.

No contaba calorías, no media sus raciones de


comida. En ocasiones se enfermaba a
propósito del estómago, prefería aguantar el
dolor y poner eso de excusa para no comer, o
simplemente decía que ya había comido en
casa de alguna compañera o en el colegio.

Dejaba hasta una semana sin comer, cuando no


aguantaba recurría a los atracones horribles de
comida para luego ir a vomitar.

Con el tiempo su padre la miraba comer


grandes cantidades y nunca subía de peso;
sospechaba pero quería confiar en que Lea no
estaba haciendo nada para perjudicar su salud.

Pero un día se desmayó luego de vomitar; era


obvio que se encontraba en el mismo
problema, no podía negarlo de nuevo, pero
otra vez juró por su vida que no volvería
hacerlo.

No podía dejarlo, aunque llevara una dieta si


sólo con el simple hecho de comer se sentía
gorda y que aumentaría de peso otra vez.
31
No quería subir de peso para que volviesen a
burlarse de ella. Y a pesar de que quería ayuda;
al mismo tiempo dejaba de importarle lo que le
pasara, pensaba que los médicos no iban a
poder ayudarla; era como una voz en su cabeza
que nunca se iba.

Cuando Lea cumplió dieciséis, sus padres


decidieron separarse, Camile estaba
embarazada, Lea no lograba creer; eran dos
noticias muy difíciles de aceptar; siempre pensó
en que sus padres algún día cambiarían y
estarían juntos como una familia.

Por otro lado la noticia de una hermana


emocionaba a Lea pero al mismo tiempo no
quería que fuese con Camile porque era
culpable de que sus padres pelearan por
muchos años.

En ese tiempo la relación de Lea con Camile


era en parte buena aunque algo hipócrita por
parte de Camile. Lea Muchas veces visitaba la
casa de ellos.
Un día dieron los resultados del bebé que
estaba esperando, y ese momento fue una
inquietud para Lea, estaba esperando una niña,
y la forma en que lo dijo Camile fue sarcástica y
de burla, sabía que Lea ya no sería la única hija
de su padre.

Pero al pasar los meses Lea le dejó de tomar


32
importancia y aceptó que tendría un linda
hermanita a la cual protegería con su vida y la
amaría mucho.

Cuando Camile dio a luz, Lea y Anne estaban


en el hospital con ella, quería estar presente
para algo tan nuevo; el padre de Lea también
estaba ahí, y Lea recordó por un momento que
él jamás estuvo cuando Lea nació.

La relación de Lea con Anne era cada vez más


unida, a pesar de ya no estar en el mismo
colegio, seguían siendo las “hermanas postizas”,
así se hacían llamar. Y el nacimiento de su
nueva hermana era lo que de por vida las
uniría.

Nada de lo que pasara alrededor era culpa de


las tres y se protegerían a pesar de todo; el
amor de hermanas era lo más puro que Lea
podía tener en ese momento tan difícil de su
vida.
Luego de tantas noticias y cambios en su vida,
era suficiente en ese momento; la separación
de sus padres y el nacimiento de su nueva
hermana, Lea pensó que las burlas acabarían
en el colegio, pero la pesadilla del pasado había
vuelto, Leona tenia nuevas amigas que Lea no
sabía y esas amigas eran las del Clan malévolo
de ex populares. Y como era de esperarse 33
Leona les platicó a cerca del problema
alimenticio que tenía Lea para poder encajar y
tomar venganza por no poder ser mejor que
ella.

Una tarde Lea encontró fotos de ella por todo


el colegio de una foto de un antes y un después
del cambio drástico que había pasado Lea, bajo
el título de “La nueva anoréxica”.

Todas las personas del colegio miraban a Lea


como si tuviese una enfermedad que se
transmitía por el aire, y los superiores del
colegio lo único que hicieron fue quitar las
fotos de las paredes pero no hacer a los
responsables de aquel suceso.

Lea recibió un mensaje de Melody días


después del incidente.

“Hola nena me di cuenta de lo que te pasó y


créeme que no tuve nada que ver; no sabía que
te ibas a poner mal, lo que pasa es que yo
mostré una foto donde salíamos todas en el
campamento de primer año, y no sabían que
te había pasado y no sé quién de todos los que
vieron la foto decidieron hacer una
comparación y hacerlo público. Espero
entiendas. Mil disculpas.

Cuídate”

Descarada se resume el mensaje de Melody 34


hacia Lea tenía tanto valor en mandar un
mensaje tan falso como ese; Lea esta vez no se
iba a quedar con los brazos cruzados por lo
que decidió contestarle:

“Hola Melody déjame decirte que a pesar de


que ya no somos amigas, creo que por lo que
hubo algún día te tengo respeto, para no contar
nada de lo que me hiciste junto con tus amigas,
y no lo hago porque sé que un día te quise
como mi mejor amiga.

Y jamás podría hacerte algo así y mucho


menos de lo que me culparon. Te disculpo,
pero te doy un consejo, lo importante no es
pedir disculpas, sino darte cuenta del error que
cometiste, que tengas una buena vida.

Cuídate”.

Con lágrimas en sus ojos Lea mandó ese


mensaje, jamás pensó que buscara venganza en
algo que había pasado años atrás y con la ayuda
de Leona.
A pesar de eso Lea no buscó venganza lo único
que hizo fue mandarle ese mensaje y tratar de
olvidar todo. Ya no era una niña pero parece
que ellas todavía vivían del pasado y no
superaban en que Lea ya no era la misma niña
de antes.

35
5

La vida de Lea era cada vez más difícil, no


sabía que podía hacer para que las demás
personas dejaran de hacerle tanto daño, en su
casa su madre la trataba mal, le decía que era
una Puta que se fuera de la casa, que no
soportaba verla, Lea no entendía porque le
36
decía que era una puta si Lea no salía de su
casa, no tenía novio, y llego a pensar en que
talvez todos estarían mejor si ella muriera.

Una noche Lea entro en una fuerte depresión,


su padre ya no la visitaba mucho, en el colegio
seguían las burlas, así que decidió acabar con
su vida, para ella no tenía ningún sentido vivir,
no era feliz, nunca había sido feliz, recordar su
vida desde los cuatro años y recordar sólo
dolor; no tenía ningún recuerdo feliz que la
hicieran reaccionar de ese terrible
pensamiento, no podía dejar atrás todo, no
sabía cómo superar tantas cosas sin el apoyo de
nadie.

Tomó un frasco de pastillas de su madre y


decidió quitarse la vida, provocándose una
sobredosis de pastillas para dormir.

Se acostó en su cama y pensó en todas las cosas


que le habían sucedido, cosas que nunca logró,
lo único que había obtenido en su vida fue
estar enferma, que su madre la rechazara, la
maltratara, golpeara, burlas y humillaciones en
el colegio, y que su padre la había abandonado;
pero que por fin ya no iba a seguir sufriendo.

Sintió como los latidos de su corazón


disminuían y todo se volvía negro mientras
cerraba sus ojos esperaba no volverlos abrir
nunca.
37
Lea no miraba la chica hermosa que era por
dentro y por fuera, lo inteligente y todo lo que
podía lograr; sólo bastaba con buscar en su
interior y aceptar que ella podía triunfar con el
maltrato de una madre, un padre ausente,
burlas y rechazos de los demás; todo lo que
viniera con los años, podían ser cosas buenas y
malas; pero que siempre saldría adelante.

Lea no comprendía que lo único que


necesitaba saber era que todavía se tenía a sí
misma y que todo se puede superar por muy
doloroso que sea.

El mundo sabía que aún faltaba muchas cosas


por vivir es por eso que falló al intentar quitarse
la vida.

Lea despertó en el hospital al lado de su padre,


era una segunda oportunidad, él sostenía su
mano; mientras que Lea se daba cuenta que su
decisión había sido estúpida y egoísta. La
persona que más la amaba en ese momento era
su padre y era el único que estaba ahí.

Fue como una segunda oportunidad que le


daba la vida y que tenía que aprovecharla al
máximo.

En ese mismo año, después de lo ocurrido


meses después se fue a vivir con su padre, 38
todos los días su madre la trataba mal y Lea sus
ganas de querer morir no cesaban cada vez que
su madre la golpeaba y le gritaba.

Cuando se fue de casa, estaba haciendo sus


maletas, su madre estaba ahí y le dijo:

— Vas a tener “vida de rica.”

— Siempre lo preferiste a él.

— Tu Papá se va a cansar de quererte así cómo


me canse yo.

Muchas cosas le dijo su madre, cosas que


serían difíciles de olvidar; pensó en que no
quería que su madre fuese infeliz con ella, por
eso se marchaba para que estuviese feliz.

Cuando un hijo se va de casa con lágrimas en


los ojos muchas veces es porque se casará,
estudiará en el extranjero, se mudara. Lea se
iba porqué su madre no la quería con ella.
Lo de vida de rica jamás pasó, nunca le
importaba lo material, más sin embargo nunca
le hizo falta nada; estaba dispuesta a no tener
nada material a cambio de un abrazo de su
madre.

Sus padres siempre vieron sólo material, pero


Lea sólo quería una familia unida. Y ser feliz.
39
En la nueva estadía de Lea al principio todo
fue color de rosa, estaba enojada y dolida con
su madre, no quería saber nada de ella, no
preguntaba por ella, hasta días después,
empezó a sentirse igual.

Se sentía sola, triste; con ganas de morir, el


trastorno ya no le era suficiente, sentía mucha
rabia; no sólo quería tener el control, sino que
se odiaba a sí misma.

Empezó a golpearse, a cortarse en los brazos


como forma de desahogo por todo lo que
estaba pasando; no podía controlar el dolor y la
impotencia. Sintió miedo, no sabía lo que hacía
y no quería que nadie se diera cuenta que
encontraba otra forma de hacerse daño.

Lea empeoraba cada vez más al cerrar su


puerta, nadie sospechaba que una chica con
buenas calificaciones, artística y ahora alegre,
podía hacerse tanto daño.
Hacía creer a todos que estaba bien, que era
feliz, sonreía mucho, es por eso que su padre
pensó que nunca le había afectado el haber
dejado a su madre, y el intento de suicidio ya
había quedado atrás.

Cubría sus brazos con largos suéteres a pesar


de que el clima era caluroso, en el colegio
40
nadie sospechaba nada, tenía nuevas amigas,
amigas de verdad que no la traicionaban, sabían
casi todo de ella, la visitaban, por primera vez
sentía un pequeño cambio en su vida, pero aun
así no podía dejar los fantasmas del pasado.

Sus nuevas amigas eran chicas que también


tenían problemas en sus hogares, se apoyaban
mutuamente, y si lloraba una, lloraban todas.

Pero la estadía en casa de su padre, Camile,


Anne y su nueva hermanita, se tornaba ya no
color de rosa, Anne era una holgazana, no
ayudaba en casa y Camile empezó a maltratar
psicológicamente y aprovecharse de Lea, es por
eso que la obligaba a limpiar toda la casa
mientras su padre se encontraba fuera.

Las largas horas de trabajo de su padre impedía


que se diera cuenta de lo que pasaba; Lea
callaba para no causar problemas y porque en
cierta parte sentía temor de que Camile hiciera
algo y se tuviera que ir de casa de su padre
mientras que Lea no tendría donde ir si esto
ocurriese.

Un día Camile llegó a casa y estaba


desordenada, Lea no había tenido la
oportunidad de limpiar porque estudiaba para
sus exámenes finales.

Y de pronto entró a su habitación le reclamó y 41


la golpeo gritándole:

— ¡Por eso tu Mamá no te quiere!

— Hay demasiada basura en tu cabeza.

— Eres una Inútil— le gritaba Camile.

La adorada Camile se había vuelto la bruja del


cuento, Anne nunca hizo nada al respecto le
tenía miedo a su madre porqué también la
golpearía a ella.

Lea muchas veces le dijo a Camile que ella no


tenía derecho al hablar mal de su madre y
mucho menos ella que era un “rompe
hogares”, a lo cual Camile aprovecho la
explosión de Lea y acusarla con su padre como
una niña malcriada y mal agradecida.

Su padre nunca le dio su lugar, siempre la


prefería a ella y nunca le prestó atención a Lea
como se debía. La manipulación de Camile era
devastadora.
A Camile no le bastaba maltratarla sino que
también hacía que su padre se tomase fotos
con su hermanita, cuando sabía que Lea y su
padre jamás tuvieron una foto juntos.

Sólo observaba sus comportamientos y callaba.


Su relación con su padre cambio, ya no 42
platicaban como cuando se mudó, pasaban días
sin hablarse.

Y eso a Camile era cómo canción para sus


oídos, el escuchar pelear a Lea con su padre,
aprovechar para inyectar su veneno en contra
de ella.

La belleza de Lea a pesar de sus cortes, sus


ojeras, y la caída del cabello por consecuencia a
su enfermedad, hacía que Camile le tuviese
envidia, Lea iluminaba la habitación donde
entrase, la mirada que robaba de todo aquél
que la rodeaba.

Ya no era la misma niña de trece años


regordeta, ahora era una chica de diecisiete
años que se hacía notar.

La relación de Lea con Anne era muy buena,


la unidad de hermanas que tenían ambas era
algo muy inocente, incluso Anne recurría a Lea
cuando tenía un problema y Lea siempre
estuvo ahí para su hermanastra, cuidaba de su
hermanita, la protegía con su vida, le enseñaba
a caminar, a hablar; le gustaba tomarle muchas
fotos y enseñarlas en el colegio de bella que era
su hermana menor.

A pesar de no ser consentida de su padre Lea


jamás tuvo envidia de su hermana menor,
siempre supo que lo que no tuvo era porque
43
no lo merecía o porque algo mejor vendría,
siempre miraba el vaso medio vacío para cada
situación, a pesar de estar enferma, se
preocupaba por sus amigas, y jamás arrastró a
nadie a tomar las mismas estúpidas decisiones
que ella tomó.

Estaba para alentar a los demás, se preguntaba


de donde sacaba las fuerzas para ayudar a los
demás antes que a sí misma, decía que ayudar y
ver a los demás felices, era su felicidad.

Era una persona altruista, ayudaba primero a


los demás y ella no importaba para sí misma.

Pero nadie sabía lo que sufría y lo que hacía en


las noches antes de dormir, lloraba hasta
quedarse dormida y muchas veces se quedaba
dormida en el piso con la navaja en la mano
cubierta de sangre.

Su soledad y su tristeza la llevo a otro nivel,


empezó a escribir y a dibujar, era un talento
extraordinario, en el colegio ganó todos los
concursos de arte y literatura, por fin sus malos
momentos consiguieron algo positivo en ella.

La Soledad
Es esa amiga a la que no queremos abandonar por
miedo a sentirnos vacíos, es ese silbido en nuestro oído
que nos dice que no sólo estamos en compañía de la 44

soledad sino que podemos ser nosotros mismos estando


con ella. El llorar, reír, gritar, incluso pensar en la
muerte la única que nos entiende es ella.
Nos enamoramos poco a poco y cuando estamos en
compañía de alguien carnal, es algo desconocido,
viene la crítica, el enojo, el consejo, algo que La
Soledad no hace, Se queda en un rincón callada,
nos observa y nos escucha.
Rara vez la soledad se acerca a abrazarte, cuando
te abraza, precisamente es cuando piensas en la
muerte. Porque aún más allá de esta, sabes que ella
estará ahí y no te da miedo pensar en ello.
Pero que hacemos sin ella, si a veces no sabemos qué
hacer con ella. El miedo a sentirte solo ya no te
asusta, porque sabes que te espera la Soledad.
Le tenía miedo antes a la soledad, ahora le temo a
la felicidad y la compañía, porque éstas no son
45
eternas, nos desatiende cuando las cosas se tornan
difíciles.
Prometen no abandonarnos, estar siempre con
nosotros, y en un abrir y cerrar de ojos, dan media
vuelta, olvidando todos los momentos vividos,
promesas y planes que en un futuro tenían planeado.
¿A caso es así? ¿El ser humano tiene que estar
solo para poder ser feliz?, nada es eterno dicen sólo la
Soledad, esta no promete, no quita, no da, no ríe,
no llora, no vive, sólo permanece en silencio, con el
único objetivo de que no seas feliz con ella, pero
tampoco infeliz”5


5
Poema del año premio a “Mejor interpretación”.
Era increíble el talento que tenía Lea para
escribir, sus letras eran fuertes, pero escondían
mucho dolor.

A pesar de los elogios que recibía y la


admiración de su no nato talento, nada lograba
llenar el vacío que sentía.

Cada vez que Lea ganaba algo no dejaba de 46


pensar en el tonto premio que jamás iba a
recibir y que lo merecía, aquella medalla de
cartón.

Se reía cada vez que pensaba en eso, tenía


medallas de oro, diplomas, su nombre estaba
escrito siempre en los primeros lugares.

Tenía que dejar atrás esa medalla de cartón, y


apreciar lo que poseía en el presente, los
premios reales.

Pero para su padre nunca era suficiente, a


pesar de tener una hija sobresaliente, Lea tenía
que tomar clases extra avanzada, aprender más
idiomas, quería que fuera la mejor en todo lo
que hacía pero jamás le dijo que estaba
orgulloso de ella o mostraba alegría por lo que
Lea obtenía.
La comparación de ella con sus hermanos, no
entendía porque su padre la comparaba con
sus hermanos, ellos sólo eran buenos en
deporte, pero obtenían bajas calificaciones.

Sus hermanos seguían sin hablarle y peor aún


si su hermana era mejor en sus calificaciones y
vivía ahora con su padre, era algo que ellos no
47
tenían.

Y todo eso sólo empeoraba a que algún día


ellos pudieran tener una relación de hermanos
y formaran una familia.
6

El amor empezaba a tocar la puerta de Lea, el


día de su cumpleaños sus amigas hicieron una
pequeña reunión en casa de ellas y ahí conoció
a un chico llamado Cristóbal de veintiún años y
Lea de diecisiete, era un chico que estudiaba
Odontología en la Universidad. 48

Desde que vio a Lea su belleza lo impactó, y de


inmediato se interesó por ella, no obstante Lea
no podía creer que alguien por fin se interesase
en ella, Cristóbal era un chico alto de buen
físico, ojos claros y muy caballeroso, sus
intenciones se veían buenas por lo que Lea
también quiso conocerle de inmediato.

A los días de conocerse e intercambiar


número, Cristóbal tuvo que viajar al extranjero
para visitar a su hermano que vivía en
Houston, Texas.

Hablaban hasta la madrugada, de su infancia y


demás, Lea nunca hablo de sus problemas con
nadie, nunca le gustó causar lástima o que la
gente la juzgara, así que relató una infancia
normal y feliz cómo toda niña debe tenerla.

Prometió venir a verla tan pronto regresara de


su viaje y seguir conociéndose, fue muy
especial con ella, buen amigo, se estaba
ilusionando demasiado con él, su amistad con
Cristóbal fue lo que ella quería desde hace
mucho tiempo, a pesar de ser menor que él la
atracción de ambos era inocente y única.

El día que por fin vino, la fue a visitar a su casa,


le había pedido a Anne que se quedara con ella
al momento de recibirlo para que lo conociese
ese día.
49
Ese día iban a estar solas en su casa, había
faltado al colegio sólo para al fin volverle a ver,
fue todo un sueño al conocerle; lo esperó con
ansias esa tarde en su casa estaba muy
nerviosa.

Cuando por fin Cristóbal llegó, el momento fue


casi perfecto, le llevó una rosa blanca, algo muy
inusual que un chico le dé una rosa blanca a
una chica.

Lea quedó asombrada y lo tomó cómo el inicio


de algo real, pero siempre los fantasmas del
pasado la hacían que no confiara mucho en las
cosas buenas que le estaban pasando.

Estuvieron platicando a cerca de su estadía en


lo de su hermano y de lo grato que había sido
el viaje, pero cuanto la había extrañado y había
esperado este momento para volver a ver la
chica que lo hacía suspirar.

Al despedirse Cristóbal quería algo más que un


simple abrazo, y Lea moría de nervios, ella
jamás había besado a alguien y no estaba segura
de poder hacerlo o si a él le iba a gustar.

Así que ya para irse Cristóbal acercó su rostro


hacia el de ella y la tomó de la cintura y le dio
ese primer beso mágico que toda chica anhela
tener.

Para Lea era cómo un sueño, no podía creer lo 50


que estaba pasando, su primer beso con este
chico extraordinario que la trataba cómo
princesa, se sentía feliz y quería congelar ese
momento.

Muchas veces la fue a visitar a su casa, y un día


ya las cosas con él no eran iguales, había
cambiado mucho con Lea, ya no quería ir a
visitarle ponía excusas para no ir.

Cuando estaba en el extranjero se mostraba


ansioso por verle y ahora que estaban tan cerca
él ya no era él mismo de antes.

Cuando él regresó al país, salía con sus amigos


todos los días, y había algo que Cristóbal nunca
le dijo a Lea y era que a él le gustaba tomar
alcohol e ir a las discotecas, siempre le dijo que
él sólo pasaba en su casa estudiando ya que su
carrera era muy difícil.

Una noche quiso ir a visitarla pero era


demasiado tarde, así que no podía recibirle en
casa, su padre dormía.
Entonces Lea decidió salir hasta el auto de él y
conversar afuera de su casa, pero Cristóbal
había llegado ebrio, y Lea se sintió molesta por
cómo se estaba comportando, él quería besarla
y ella no, así que este enseguida la tomó de la
fuerza, la beso e intento quitarle la blusa; Lea
salió del auto corriendo a su casa, se encerró en
su habitación a llorar. Le dijo todo a Anne, 51
estaba devastada Anne intento calmarla apagó
su teléfono celular porque Cristóbal no paraba
de llamarla.

Lea pensó que si era él la persona que estaba


esperando, pero siempre se dijo a si misma que
era muy bonito para ser cierto, y así lo fue, fue
demasiado bonito y que resultó ser otra
pesadilla más a la lista.

Fue un golpe al corazón el saber que para él


era sólo su distracción y que solamente quería
utilizarla, era un abusivo que se disfrazó de
buena oveja.

Y esa rosa blanca se había convertido en un


puñal con el que luego haría daño.

Fue algo muy duro para Lea, había perdido las


esperanzas por completo, sentía que no había
nadie para ella.
Más duro fue después, cada canción que
escuchaba lo recordaba a él, tenían mucho en
común o al menos eso hizo creer.

Una tarde salió con Anne a la tienda que estaba


a dos cuadras de la casa, se sentía mareada,
cansada y al regreso la vista se fue haciendo de
colores hasta que se hizo por completo en
52
negro.

Llorando le decía a Anne que no podía ver,


sentía que iba a desmayarme, faltaba poco para
llegar a casa, pero aun así sentía que no podía
llegar, en cualquier momento iba a caer en la
calle desmayada.

Cuando llegaron a casa, aun sin ver nada y toda


pálida, entró a la sala y cayó en el mueble
desmayada, todos se preocuparon, fue ahí
cuando su padre sospecho que sus problemas
alimenticios estaban de vuelta.

Lea nunca había visto a su padre tan


preocupado por ella aun así a Lea no le
importaba lo que le llegase a pasar.

Lea se recuperó, había sufrido una


deshidratación y le hizo creer a su padre que
era porque estuvo haciendo ejercicios y no se
había hidratado bien.
El padre de Lea volvió a confiar en ella, a
pesar de que sus trastornos seguían al tope de
tener control sobre ella.

Su padre decidía creerle simplemente para no


tener que enfrentar la realidad de su hija, en el
fondo sabía que Lea mentía pero tenía más
miedo él que ella de no aceptar que su hija
53
necesitaba ayuda.

En esos momentos Lea sólo quería estar con


sus amigas y una tarde dos de sus mejores
amigas, se encerraron en su habitación.

Las tres estaban deprimidas, Lea estaba mal


por todo lo que estaba pasando en su vida, una
de ellas había recibido abusos por un tío a los
13 años y la otra sus padres la golpeaban.

Todo era suficiente para ellas y querían


olvidarse de todo por unos momentos es por
eso que decidieron tomar alcohol.

Tomaron una botella de Whisky del padre de


Lea y se emborracharon en menos de una
hora.

Jamás habían reído como carcajearon en ese


momento, se sentían felices; no existía ningún
problema en su mundo. No recordaba nada
malo en su vida, sólo quería reír con sus
mejores amigas y llorar juntas como siempre lo
hacían, que el problema de una, era problema
de todas.



Así que tomaron hasta más no poder y se


acabase la botella pero las consecuencias
vinieron después. Una de ellas se fue, y la otra 54
amiga de Lea y ella se quedaron en su cuarto
acostadas listas ya para quedarse dormidas y
reírse al siguiente día de lo ocurrido, pero no
fue así.

Lea empezó a orinarse dormida y su amiga


intento despertarla junto con Anne pero no
lograban despertarla, Anne no tenía idea de lo
que Lea había hecho junto con sus amigas, por
lo que fue mejor llamar a su padre y hacerle
saber lo que estaba pasando.

Su padre estaba con uno de sus hermanos que


llegó a visitarle, Anne les llamo y les dijo que
Lea no reaccionaba; no sabía que había
tomado. La amiga que aún quedaba ahí con
Lea les dijo lo que había pasado pero Lea no
reaccionaba, le expelían agua y no despertaba.

Estaba inconsciente cinco horas o más y no


despertaba, camino al hospital reacciono por
un momento y vomitó alcohol.
Y Lea empezó a llorar y empezó a decir
muchas cosas:

— ¡Mi Mamá no me quiere!

— ¡Me Quiero morir!

— ¡Todos me odian!

— ¡Perdónenme! — gritaba Lea. 55

Fueron muchas cosas que por las cuales todos


se alarmaron, más cuando Lea le dijo su
hermanita de dos años:

— Te Amo, me tienes a mí, nunca voy a dejar


que nada malo te pase, jamás voy a permitir
que pases lo mismo que pase yo, vas a ser feliz,
no como yo.

En ese momento todos comenzaron a llorar


cuando Lea dijo todo eso, pareciera que
estuviera despidiéndose y le dijo a Anne:

— Te envidio tanto, porque eres una persona


alegre, siempre andas sonriendo, no cómo yo
que jamás he sido feliz y lloro todo el tiempo,
quiero ser igual que tú, te amo aunque no seas
mi hermana de sangre, para mí lo eres.

Lea se desvaneció por completo en el auto, por


lo que siguieron camino al hospital.
Al llegar al hospital Lea no tenía signos vitales,
debido a la intoxicación del alcohol y la
desnutrición que se notaba de inmediato.

Los médicos empezaron a darle oxígeno y


tratar de revivir a Lea, su corazón se había
detenido, pero los médicos no se podían dar
por vencidos, era una chica que empezaba a
56
vivir, no podía dejar a sus familiares en la otra
sala solos.

Todos veían por la ventanilla que Lea no tenía


signos vitales, estaba clínicamente muerta, su
familia lloraba; su padre se arrodillaba gritando
por su hija, su hermano lloraba junto con
Anne.

A los cinco minutos de estar intentando


reanimar a Lea, se escucharon sus signos
vitales.

No le tocaba morir a Lea, de nuevo el mundo


la quería aquí, todavía le hacía falta mucho por
vivir y cosas buenas tendrían que comenzar
para ella.

Tenía que ser feliz, conocer a las personas


correctas. Volver a ver a su madre, a sus
hermanos, ir a la universidad, conocer al amor
de su vida.

Lea al día siguiente no recordaba nada y


permaneció en observación en el hospital por
semanas, tenía que volver a su peso normal,
sino su corazón iba a volver a fallar. Recibió
visitas de sus amigas que se disculparon con su
padre, no sabían que sus acciones iban a llegar
al extremo, era la primera vez que tomaban
alcohol y prometieron no volver hacerlo.

Nadie se atrevía a decirle a Lea lo que había


57
pasado, nadie estaba molesto con ella por
haber tomado alcohol, sino que estaban
preocupados y la mirada de ellos hacia ella
estaba llena de lástima y tristeza. Lea odiaba esa
mirada en las personas.

Lea se disculpó con todos si los había asustado,


de nuevo todos empezaron a llorar porque Lea
no sabía que había muerto por cinco minutos y
pensaron por un momento que la habían
perdido.

Su padre de inmediato vio pasar por sus ojos


toda la vida de su hija y se dio cuenta que la
había perdido por unos minutos, se dio cuenta
que su hija también era su vida. Camile a pesar
que también se vio conmovida, eso no hizo que
cambiara con Lea.

7

Lea pasaba todo el tiempo más deprimida,


extrañaba a su madre era ya un año sin verla,
sin saber de ella, con sus hermanos maternos
eran pocas veces las que hablaba.

Hasta que un día estaba en el centro comercial


cerca de la casa de mi madre, fue a comer con
una de sus mejores amigas, y empezó a llorar
con sólo saber que estaba cerca de ella y ella
jamás la buscó.
58
Entonces Lea llamo a su hermana,
preguntándole el nuevo número de celular de
su Mamá, entonces le llamo:

—Hola ¿quién habla? — preguntó


curiosamente.

—Soy Lea, ¿cómo está Mamá?

No sabía ni que decirle a su madre, estaba


hablando con ella después de un año sin saber
nada, sin hablarle, sin verle, por fin la estaba
llamando.

Lo peor era que su madre no reconoció su voz


y cuando le dijo que era Lea, sorprendida le
contestó:

—Te acordaste que tenías una Mamá — dijo


conmovida.

Al momento en que le dijo eso, sintió que se lo


decía con resentimiento, cómo si la hubiese
abandonado. Cuando fue ella misma quien la
corrió de la casa.

Enseguida le respondió que no se había


olvidado de ella en todo ese tiempo, sino que
le daba vergüenza llamarla, se sentía apenada,
porque estaba viviendo con la mujer que más
daño le había causado.
59
—Estoy cerca de casa, ¿puedo pasar a saludar?
— dijo Lea muy inquieta.

—Sí, claro.

Cuando llegó, la saludó con un abrazo, la casa


estaba totalmente cambiada, todo era diferente,
tomó asiento en la sala junto con su amiga y su
madre.

A pesar de haber sufrido en esa casa se sentía


conmovida, después de un año, era el lugar
donde había crecido y donde sintió que nunca
debió irse.

Cuando estaba platicando con su madre, se


llevó la noticia de su vida.

Su madre estaba enferma de cáncer, estaba


débil de los pulmones, debido al cigarrillo que
siempre fumó desde muy joven.

El cáncer lo diagnosticaron en el año que no


estuvo con ella.
Lea sabía que algo andaba mal, sabía que cada
vez que lloraba por ella la necesitaba, pero su
orgullo nunca la dejó buscarla.

Al enterarse de su enfermedad, entró en una


depresión y se culpaba, sentía que era su
culpa. Más al darse cuenta que cada vez que
discutía con ella, se ahogaba y nunca prestó
60
atención a eso.

Pero de que servía arrepentirse no le iba a


devolver la salud a su madre. Lea sabía que las
decisiones de su madre fue nunca cuidar su
salud, desde muy pequeña Lea le pedía a su
madre que dejara de fumar que el humo le
hacía mal y su madre la maltrataba por eso.

Después se dio cuenta, que estaba a tiempo y


podía volver a empezar, nunca es tarde para
darse cuenta de sus errores como hija.

Haber tomado una decisión basada a su


resentimiento y de no buscar a su madre
durante un año la llenaba de tristeza.

Muchas veces los padres hacen a los hijos y los


hijos a los padres, es por eso que Lea la buscó
y no su madre; fue algo admirable a pesar de
que fue ella quien la corrió de casa, fue su hija
quien la terminó buscando siempre.

Lea sintió que su estadía con su padre era un


castigo por haber dejado a su madre.
Lea no podía olvidar los golpes que recibió de
ella, los gritos y los insultos, y jamás olvidara a
los diferentes hombres que ella recibía en su
casa y por las noches entraban al cuarto de Lea
y la tocaban.

Eran recuerdos que venían en forma de


pesadilla por las noches, Lea no recordaba
61
nada de eso y los recordó hasta ser una
adolescente.

El rencor que sentía hacia ella no lograba


desaparecer, la atormentaba donde quiera que
fuera. Y se acordaba de ello cada vez que
miraba el rostro de su madre.

Lea pensaba que ya tenía suficiente con haber


pasado lo mismo con su padre, el ver mujeres
diferentes que su padre subía al auto, Lea no
podía creer que su madre hubiera hecho lo
mismo.

Pero jamás sintió lástima por su enfermedad,


nunca sintió lástima por su madre. Se daba
cuenta del infierno que había vivido en esa
casa, y el infierno que vivía en casa de su padre.

Quería olvidarse de todo eso y cuidar a su


madre es por eso que la visitaba
frecuentemente; pasaba navidad en casa con
ella, se sentía tan feliz ese día, aunque las
navidades ya habían cambiado desde antes,
sentía que en cierta parte había recuperado a su
familia.

Pasar navidad sin ella y sus hermanos fue


terrible, porque cuando se fue de casa era en
temporada de navidad.

Su Papá la miraba llorar y lo único que decía


era: 62

—Has cómo que tu madre está muerta.

Sentía una rabia cada vez que su padre le decía


eso, no tenía corazón, él así hizo con ella,
cómo si “estuviera muerta”, no tiene que
comparar relación de pareja, con una relación
de madre e hija.

A él nunca le importó verla llorar, a pesar de


que ebria le dijo todo lo que sentía, todo su
dolor no hizo nada al respecto; y que cuando
intentó quitarse la vida, no hacía nada para que
ella estuviera bien.

Mostraba dolor por un momento al ver a Lea


mal, pero al pasar los días, se le olvidaba que
estuvo a punto de perder a su hija.

Sólo le gustaba huir de los problemas, la dejaba


sola, cuando la miraba llorar la ignoraba.

Eran pocas las veces que conversaban


solamente cuando se presentaba la
oportunidad de charlar, Lea le hacía preguntas
acerca de su cambio con ella. Lea rompía en
llanto siempre y él le decía:

—Ya vas a llorar otra vez.

—Eres tan débil.

Desde el momento en que le dijo eso, nunca 63


volvió a derramar una lágrima delante de él.
Tenía orgullo, no le gustaba llorar pero le dolía
demasiado, no lo podía contener.

Lea siempre mostró fortaleza en el exterior,


pero por dentro era la misma niña que nunca
recibió su medalla de cartón.

La reconciliación con su madre no había


tenido nada que ver con él, porque él nunca
quiso ayudarla a buscarla.

Cada vez que Lea le pedía que la llevase a casa


de ella. Siempre se enojaba.

Camile estaba cada vez peor, la trataba mal,


más al darse cuenta de que tenía comunicación
con su madre, pensó que su padre y ella
estaban juntos todavía, cuando no fue así, sus
padres no podían verse el uno con el otro sin
recurrir a la violencia, estaba en medio de dos
personas que se odiaban, y estaba Camile por
otro lado haciéndole la vida imposible a Lea.
Lea sentía que estaba retrocediendo, nada de lo
que hacía sentía que resultaba bien. Trataba de
acercarse a su madre pero no dejaba de pensar
que su padre la atacaba todos los días por lo
mismo.

Su madre tampoco era amorosa o atenta, había


una diferencia y era que Lea sólo llegaba de
64
visita y no siempre la recibía con los brazos
abiertos, muchas veces corría a Lea, llena de
remordimiento le gritaba que se fuera a casa
con su nueva madre Camile.

La salud de su madre empeoraba cada vez más,


Lea no le importaba recibir los insultos de su
madre, estaba ahí para cuidarla, bañarla, darle
de comer y estar a su lado.

Su padre no sabía de la enfermedad de su


madre, Lea nunca se lo dijo, no tenía por qué
saberlo, a él nunca le importó, por eso la
engañaba, entonces Lea calló la enfermedad de
su madre.
8

Era el último año de Lea, ya estaban los


preparativos de graduación. Lea estaba
entusiasmada por ir a la Universidad.

Cuando una tarde recibió un mensaje de un


perfil en las redes sociales de nombre
“Italiana”, la fotografía no era de ninguna chica 65
conocida del colegio. Pero sus mensajes al
público eran de todo el odio que sentía hacia
Lea.

Había una gran casualidad que este personaje


de “Italiana” tenía como amigos a Mindy,
Melody y Leona, esta anónima, hablaba
muchas cosas, sabía demasiado; tenía que ser
alguien que estuviera cerca de Lea.

Leona negó que era ella o que fuese la misma


Melody. No entendía porque seguían esas
cosas, porque no la dejaban en paz, ya eran
adultas, para seguir haciendo eso.

Tenían que dejar en paz a Lea, ya no se


volvieran a ver y peor aún, tenían que dejar
todo atrás porque nunca sabes lo que te puedes
encontrar en el camino y de quien puedas
necesitar.
Perfil de “Italiana”

“Italiana dice:

CIAO, que hay con la otra nena, siento


desilusionarlas no soy ninguna de sus ex amigas
porque esas tipas son otro nivel, nada ver
conmigo y si alguna estúpida de esas dijo mi
frase es casualidad o será que como ya se sabe 66
no son originales no tienen ningún ingenio.

Melody y Mindy son chicas cool a todo dar no


como la anoréxica bulímica intelectual que ya
espero ir a tu entierro maldita ciega.

No te metas con mis amigas sino ya verás lo


que te pasa a ti y tus amigas.”

“Melody dice:

Italiana que gusto saber de ti, déjame decirte


que también odio a la bulímica anoréxica a la
cual te refieres. Ni se porque se molestan en
visitar tu perfil deberían de irse a vomitar ¡jajá!”

“Mindy dice:

Se acerca la graduación chicas que nos


pondremos, espero no tener que vomitar cómo
la Lalala, si entiendes no. Suerte chicas espero
verlas sexys.”

“Italiana dice:
Hermosas no se vayan a poner tristes si ven a
alguien huesuda por ahí, creo que es la muerte
que a veces anda asechando a los demás ¡jaja!
ya saben a qué me refiero”

“Leona dice:

La mojigata hoy la vi y estaba cómo siempre de


nerd, no saben cómo la detesto, se cree gran 67
cosa y si supieran que es una enferma. Die
bitch!”

“Italiana dice:

¡Nenas y cuál es el miedo digan el nombre no


lalalala digan todo el nombre o el apellido ya
ven que hay muchos apellidos iguales! CIAO”

“Anónimo dice:

Todos odiamos a SANDÉ… Todos odiamos a


SANDÉ…

Todos odiamos a SANDÉ… MUERE


BULIMICA ANOREXICA

Todos odiamos a SANDÉ…NO NOS SIGAS


ROBANDO NUESTROS TROFEOS

Todos odiamos a SANDÉ… NO ERES TAN


PERFECTA.”


El daño que estaban causando era grave, Lea


pensaba en que nada ni nadie podía con la
maldad de ellas.

Se sentía devastada, era obvio que eran ellas,


pero esto no dejó que arruinara su graduación. 68
Las enfermedades y/o adicciones no se critican,
porque no estás en el mismo pellejo de la
persona para darte cuenta que es algo que no
tienes el control, y muchas veces las personas
no pueden salir por si solas.

Eran crueles al poner esos mensajes de ella,


todo el mundo ya sabía que era una persona
con trastornos alimenticios.

A pesar de ello, nunca intentó vengarse o


hacerles algo, sabía que eran ellas, era obvio, Y
las únicas que la odiaban eran ellas.

A pesar de todo sabía que las volvería a


encontrar y jamás deseo verlas mal, siempre
Lea les deseo lo mejor a todas a pesar del daño
que le causaron.

Lea no tenía un corazón podrido, tenía un


corazón lastimado y a pesar de todo el dolor
que podía sentir nunca deseaba el mal a nadie,
ni siquiera a Camile que era la que destruyó a
su familia.

“TODO MAL SE PAGA CON UN BIEN”.

Siempre sabía que todo iba a caer por su


propio peso y que las cosas que hoy pasaban
en su vida serian anécdotas del mañana, serian
prueba y lecciones de la vida que la llevarían al 69
éxito.

Para el día de su graduación Lea estaba muy


triste, sus padres no llegarían, su padre se dio
cuenta que si iba su madre él no asistiría ir, y su
madre de igual forma si asistía su padre ella no
iría.

Seguía el mismo orgullo de ambos, aún no se


daban cuenta que tenían una hija juntos que era
algo que los iba a unir de por vida, tenían que
dejar el pasado atrás, ambos volvieron a
rehacer su vida.

Entonces Lea decidió no ir a su graduación, no


quería ser parte de esa celebración sin la
presencia de sus padres, no otra vez.

Sus amigas se dieron cuenta de que Lea no


asistiría, decidieron ir a su casa, le compraron
un vestido, zapatos y todo lo que iba a necesitar
para que asistiera a su graduación, todas sabían
que iba a ser premiada como la alumna del
año. Lea tenía por fin amigas de verdad que se
preocupaban por ella.

Al ver todo el intento de sus amigas, Lea


decidió ir con el corazón roto, lo haría por
ellas, y para no darle el gusto a sus ex amigas de
verla derrotada.

 70

La ceremonia de graduación fue un salón


hermoso, donde Lea al hacer entrada robó la
atención de todos, se veía hermosa con su
vestido, aunque detrás de toda esa belleza
había mucha tristeza, sus padres no estaban
presentes.

La envidia de todos se empezó a sentir en el


aire, y al momento de entregar el diploma de
Lea, todas sus amigas se pusieron de pie y
empezaron aplaudir y gritar de alegría por Lea.

Lea recibió varios premios esa noche, pero no


estaba nadie de su familia para verla, era otro
triunfo más y ella quería ver sus padres
presentes y lo único que había eran sillas vacías
de ellos.

Recordó que era un logro suyo, y que si estaba


ella para verlo, sería suficiente de ahora en
adelante, ya no le iba a importar si sus padres
no estarían presentes en la ceremonia de la
universidad que llegaría en un futuro.

Salió del salón de formalidad con lágrimas en


sus ojos y se dio cuenta que de ahora en
adelante sólo se tendría a ella sola.

Era un camino nuevo, ya sabía que iba a


estudiar y a que se quería dedicar, tenía 71
muchos planes, los cuales tenía miedo de que
no pudiera realizarlos.

Lea y sus amigas prometieron nunca perder


comunicación entre ellas, que siempre iban a
seguir siendo unidas a pesar de todo.
9

Lea obtuvo una beca en la Universidad más


prestigiosa de la ciudad, donde un nuevo
camino tendría que volver a empezar. A la
corta edad de diecinueve años Lea decidió
estudiar la carrera de Psicología, quería ayudar
a las personas y así poder conocer mejor todo 72
lo que le estaba pasando. Quería ser escritora y
artista también.

A pesar de este nuevo camino, Lea ya tenía


años sufriendo las mismas enfermedades, se
habían hecho ya una rutina de vida, era tan
normal como respirar.

En su nuevo año universitario, Lea había


desarrollado cierto tipo de Agorafobia, el estar
rodeada de muchas personas siendo una
persona tímida, la Universidad no es igual a
estar en un colegio, eres independiente, y no
sabes las personas que puedas llegar a conocer,
pueden ser agradables o desagradables.

Sus clases eran muy dinámicas y en los


momentos de receso Lea aprovechaba para
escribir, leer o dibujar algo.

En casa los problemas aún no habían cesado,


su madrastra cada vez se volvía más maléfica,
Camile había llegado al extremo de poner
etiquetas en casi todas las cosas “No tocar”,
sabía que eran cosas que talvez Lea necesitaba,
comía o usaba.

Era muy desagradable para Lea llegar a casa ir


por comida y no poder hacerlo por las
etiquetas de Camile. Lea sabía que eran para
73
ella, porqué en una ocasión Anne las tomó sin
ningún problema y Camile no se enojó al
contrario de Lea Camile se molestaba.

Su padre nunca hizo nada al respecto, era un


hombre muy pávido que nunca le dio su lugar
a su hija cuando tenía que hacer y que sólo lo
consumía su trabajo.

Anne seguía en preparatoria; eran muy unidas,


a pesar de que Lea hacia todo en casa, Lea
siempre estuvo ahí para ella, escucharla y
apoyarla en todo lo que ella hacía. Pero Anne
temía a su madre y por eso muchas veces se vio
obligada a darle la espalda a Lea.

Una tarde Lea estaba cansada de sus


problemas psicológicos y decidió buscar ayuda
por sí sola, investigó a que especialista poder ir,
ya se había rendido, ya no podía seguir así.
Sentía que sino buscaba ayuda iba a morir y es
por eso que no esperó un día más para hacerlo.
Encontró una psicóloga en un Centro de Salud
mental, Lea no sabía que podía esperar, no
sabía si la ayudarían o empeoraría.

La psicóloga comenzó la terapia haciendo las


preguntas acerca de su niñez, ya que es la raíz
muchas veces del porqué del comportamiento
humano.
74
Lea comenzó brevemente a explicarle por
todas las cosas que había pasado de niña, de su
trastorno y su problema con la autoflagelación.

La psicóloga detuvo la terapia y de inmediato


hizo que Lea llamara a su padre, era una
intervención de emergencia que debían hacer,
ya que Lea era suicida.

Lea por supuesto no estuvo de acuerdo por lo


que decidió salir de ahí y no volver jamás, sabía
que su padre jamás seria parte de eso, mucho
menos su madre o hermanos.

Al día siguiente Lea lo comentó con su padre, y


Lea sorprendida vio que su padre estaba de
acuerdo con buscar ayuda, por lo que decidió
acompañarle.

Cuando llegaron de nuevo a la terapia con la


misma especialista, le explicó todo al padre de
Lea, que él tenía que ser parte de eso para
poder ayudar a Lea a que saliera adelante Ya
que no contaba con el apoyo de su madre él
era la única persona que Lea tenía a su lado.

Cuando vieron el cuerpo de Lea lleno de


cicatrices y heridas, de nuevo un bajo peso y su
profunda depresión, decidieron llamar a un
psiquiatra, era momento de tomar una
decisión:
75
—Señor, tiene cinco minutos para decidir si
internamos a su hija, cometerla a un
tratamiento y estabilizarla, o llevarla a casa y
hacer lo mejor que pueda. — dijo el Psiquiatra.

El padre de Lea no sabía qué hacer, Lea estaba


rompiendo en llanto, por supuesto que no
quería ser internada, pero sabía que si
regresaba a casa nada iba a cambiar.

El padre de Lea decidió internarla por los días


que fueran necesarios para que Lea mejorara y
regresara a casa sana.

Decidió suspender la Universidad por el


tiempo que fuese necesario para que Lea
mejorara.

La estadía de Lea en el centro psiquiátrico no


fue nada agradable, la vigilancia constante de
que se alimentara bien y que no fuese a vomitar
era extrema, había cámaras por todos lados. La
medicación que le daban a Lea eran muy
fuertes que la mayoría del tiempo pasaba
sentada sin poder moverse.

Eran medicamentos para personas con


epilepsia, Lea presentaba serios trastornos
como Bipolaridad maniático depresivo del tipo
2, el trastorno libre de personalidad (TLP),
trastorno alimenticio (TA).
76
Era una chica de diecinueve años y presentaba
esta serie de problemas a una temprana edad,
sabia como ocultarlos bien debido al TLP, las
personas con TLP suelen ser muy tímidas y
artísticas, eran rasgos que caracterizaban muy
bien a Lea.



En el centro conoció a varias chicas de su edad


que presentaban problemas como
esquizofrenia y depresión.

Eran chicas menores que Lea, habían crecido


en la calle, abusaron de ellas a muy temprana
edad, y sus familiares no quisieron hacerse
cargo de ellas es por eso que las dejaron
internadas.

Lo más extraño era que acudían a Lea, era la


única persona que confiaban, sentían que Lea
las entendía e incluso Lea les leía historias.
Una de las chicas internada su nombre era
Jazmín, tenía diecisiete años y sufría de
depresión, debido a que desde muy pequeña
por culpa de las drogas se vio obligada a
prostituirse para poder conseguirlas.

Sus padres viajaban mucho y Jazmín se


escapaba para poder drogarse.
77
Cuando sus padres se dieron cuenta,
decidieron internarla en el centro. Jazmín
estaba recuperándose poco a poco, pero
presentaba series de profunda depresión con
tendencia suicida, es por eso que era imposible
darle el alta sin que estuviera totalmente
recuperada.

Otra de las chicas era Elie, a sus diecisiete años


fue internada en la clínica porque sufría de
esquizofrenia, ella decía que lo que le pasaba
no era una enfermedad, sino que era una
artista del más allá, podía ver cosas que los
demás ignoraban, le gustaba soñar despierta, y
los sueños que tenia de noche, por el día se
hacían realidad, y cuando estos eran pesadillas,
Elie entraba en un santiamén de pánico y se
tornaba violenta, trataba de salvar a todo aquél
que aparecía en sus pesadillas, pero no lograba
hacerlo porque la amarraban y la medicaban.

En una ocasión soñó que uno de los pacientes


iba morir por un ser supremo del más allá, al
día siguiente Elie lo encontró en su habitación
colgado de una soga.

Los médicos pensaron de qué se trataba de


otro paciente que perdían, hasta que Elie les
dijo que ella lo había visto en sus sueños, fue
cuando trasladaron a Elie a otra sección de
pacientes.
78


Era increíble para Lea conocer la historia de


cada una de las personas del centro, se daba
cuenta que hay muchos caminos en el mundo
que se pueden tomar, buenos, malos y peores.

Pero que nunca es tarde para buscar ayuda,


Lea se refugiaba en la lectura, en el arte, supo
fingir durante mucho tiempo y calló muchas
cosas que le habían sucedido, nadie sabía lo
que había sufrido de niña, lo que su madre le
hacía, lo que en la escuela y colegio sufrió. Y
mucho menos de su trastorno.
10

Había pasado un mes y una tarde darían de


alta a Lea, había mejorado mucho, su
problema alimenticio había quedado en el
pasado, tenía un peso saludable, ya no pensaba
en la muerte.

Tenía muchos planes, después de haber 79


conocido la historia de cada una de las
personas del centro y ser ella la que saliera a
ver lo hermoso que era el mundo y pudiera
contar sus historias para aquellos que todo lo
ven gris y no saben el verdadero camino del
dolor. Jazmín y Elie saldrían el mes próximo y
estarían yendo a terapia una vez al mes, al igual
que Lea.

Cuando dieron de alta a Lea su padre la


esperaba fuera del centro para por fin llevarla a
casa.

Para sorpresa de Lea en casa la recibieron con


los brazos abiertos, Camile estaba de buen
humor y le dio un gran abrazo a Lea y le dio
una carta:

“Querida Lea,

Sé que ya no tenemos la misma relación de


cuando eras apenas una niña, y han pasado
cosas que no han sido justas para ti ni para
nadie, es por eso que prometo trabajar a diario
para que volvamos a ser la familia que éramos
antes, juntas podemos hacerlo, te pido perdón
si alguna vez te dije algo que hiriera tus
sentimientos, espero puedas perdonarme y
podamos ser ya no una familia disfuncional,
sino una familia de verdad, estoy aquí para lo
que necesites.
80
Te quiero

Camile”.

Lea no sabía si podía volver a confiar en


Camile después de todo lo que había hecho,
pero decidió darle una segunda o tercera
oportunidad, ya había perdido la cuenta de
cuantas oportunidades le había dado a Camile,
Lea era una persona diferente, decidió que
Camile ya no sería su enemiga, pero tampoco
su amiga, y que desde ahora en adelante vivirá
para ella y todo aquel que la necesitase.

Lea lo siguiente que quería hacer luego de salir


del centro era ir a ver su madre y hermanos.
Fue a visitarles y su madre aún seguía mal de
salud, no cuidaba de sí misma, seguía fumando
y de mal humor.

Lea le pidió que se cuidara pero su madre no


escuchaba y muchas veces le reprochó lo
mismo, que se fuera con su nueva familia.
Lea no entendía si su madre trataba de
castigarla, haciéndose daño a sí misma, por que
Lea decidió quedarse un tiempo con su madre
mientras empezaban las clases en la
Universidad.

Lea atendía a su madre, le daba de comer, le


leía e incluso en las noches la peinaba hasta
81
que se quedase dormida.

Lea había aprendido que a pesar a los errores


de su madre, fue la mujer que le dio la vida, y
aunque la madre de Lea le dijo que ella nunca
fue planeada y que decidió tenerla para
conseguir una casa y dinero de su padre,
fueron palabras que nunca olvidó, pero sabía
que en el fondo talvez su madre si la amaba de
verdad.

La relación de Lea con sus hermanos era muy


buena, eran ya adultos y siempre habían sido
unidos, ellos nunca se dieron cuenta de que
Lea había sido internada en un centro
psiquiátrico, Lea no quería preocuparlos y
mucho menos que pensaran que quería llamar
la atención.

Lea por una razón quería que sus padres se


llevasen como amigos, para que estuvieran al
tanto de lo que le pasaba y cuáles eran sus
planes, pero era algo imposible, el orgullo de
ambos no dejaban ni siquiera de pensarlo.


Muchas veces en la vida hay que quitar los ojos


de algo que esta fijo, que no se mueve, y
tomará su propio rumbo, sin tocarlo, sin
obligarlo, por lo que Lea decidió dejarlo todo
tal y como estaba y no seguir luchando por
aquello que ya no le correspondía o que nunca 82
estuvo en sus manos.

“Donde está el amor propio el Yo interior,

El que no importa si todo a tu alrededor cae a mil pedazos,

Tu esencia te levanta y es la única que no te abandona,

La integridad, la dignidad, el ser asertivo.”

Había sido un largo y doloroso camino que


tuvo que pasar Lea para poder darse cuenta
que hay cosas que no estaban en sus manos, y
que muchas veces de ellas no se iban arreglar,
al igual que la salud de su madre, sabía que no
iba a mejorar, pero quería estar los últimos días
de vida que le quedaban, y no pensar ya en los
errores que ella cometió en el pasado.
El vivir con su padre era algo que siempre
había querido hacer pero jamás se imaginó que
pasaría por muchas cosas dolorosas viviendo
con él, pensó que todo iba a ser color rosa, que
su padre iba a estar ahí para ella, pero sintió
más la ausencia que su presencia.
83
La vida con Camile por un momento fue bella,
y se convirtió en bestia, los celos que sentía por
Lea, la atención que ahora tenía Lea que ya no
la tenía su padre para con Camile, era algo que
jamás pudo superar.

Lea sentía un gran aprecio y admiración por


Camile que ella jamás lo supo, Lea siempre
quería estar bien con ella, era la única figura
materna que Lea tenia, así como Anne la única
figura paterna que tenía era el padre de Lea.

Camile no entendía que Lea no era su


enemiga, había sido una niña malcriada y
consentida, pero Lea había cambiado y sólo
quería el amor de sus padres y ser feliz.

Lea quería que su familia ya no fuese


disfuncional, sino una familia de verdad, pero
las infidelidades no habían cambiado ni por
Camile, siempre fue un hombre libre.

Y la historia se volvía a repetir, Lea protegía a


su hermana menor, no quería que viviera lo
mismo que ella, ver a sus padres discutir, pero
Camile era muy distinta a la madre de Lea,
Camile si amaba a sus hijas y se preocupaba
por ellas, es por eso que Lea siempre admiró
eso de ella y jamás pudo odiarla. En su interior
Camile lo supo, sabía que Lea jamás la odiaría.

Lea había superado sus trastornos, pero había


84
algo que no podía dejar atrás, y era el vacío en
su corazón, seguía sin ser feliz, mas no quería
morir ni hacerse daño, solamente escribía en
las noches y lloraba hasta quedarse dormida.

Lea debía tomar medicamentos para la


depresión de por vida, era algo que no le
gustaba hacer, no quería sentirse enferma o que
dependía de algo para poder estar bien.

Sus terapias se habían vuelto rutinarias y sentía


que ya no las necesitaba, sentía que la respuesta
para todo estaba en sí misma, y la forma de
salir adelante dependía de ella, ya no de lo que
le dijese los doctores.

Muchas veces no importa cuántas veces vas a


terapias con los mejores especialistas, tomando
los mejores y costosos medicamentos, siempre
la respuesta estará en ti mismo, los doctores
únicamente quitaran telarañas, pero las
repuestas estarán siempre ahí, sólo hay que ver
en el interior y darte cuenta que la vida es bella
y tienes que saber vivirla y aceptar lo que trae.

85
11

Lea ingresó de nuevo a la universidad, tenía


nuevas metas, planeaba que luego de egresar
como psicóloga, le gustaría tener su propio
centro de ayuda.

Así también planeaba viajar por el mundo y 86


conocer el arte en diferentes lugares, y escribir
sobre sus experiencias en cada uno de los viajes
que realizase.

Lea, con veinte años de edad, cursaba el


segundo año de universidad, el amor en la vida
de Lea no era una prioridad, estaba muy
enfocada en sus estudios.

En clase de Filosofía I, mientras el licenciado


hablaba a cerca de Aristóteles y que “el valor
es un punto medio entre el exceso y el defecto
y nunca estático”, un chico llegó tarde a la
clase, Lea siempre le gustaba estar enfrente del
salón para estar atenta y no tener ninguna
distracción.

Cuando él chico ingresó al salón lo primero


que vio fue a una chica de cabello castaño largo
y ambas miradas se quedaron viendo fijamente
uno con el otro.
La chica no era otra más que Lea, la entrada de
este chico captó la mirada de ella, y él inmóvil
cautivado por su belleza.

A la hora del receso a Lea le gustaba leer cerca


de la fuente de agua del campus, y este chico
casualmente estaba sentado a metros de Lea.

Era un chico muy apuesto, era cuatro años 87


mayor que Lea, y muy serio. Lea sabía que él
estaba mirándola, pero Lea nunca mostró
importancia y no le correspondió a su mirada a
pesar de que había quedado embelesada por
él.

Al pasar los días este chico no quitaba la


mirada de Lea, y ella cada vez se ponía más
nerviosa.

Una tarde Lea estaba en su lectura rutinaria y el


chico tomó valor y se acercó a ella con la
excusa de preguntarle a cerca de la clase de
Filosofía I.

Lea muy respetuosa y sin mostrar nervios


respondió sus preguntas acerca de la clase,
pero una cosa llevó a la otra y ahora era una
conversación muy amena para saber uno a
cerca del otro.

El chico de nombre James Dylan, de


veinticuatro años; divorciado, y estudiante de
leyes, había crecido solo, su padre lo abandonó
cuando era un bebé, y su madre murió cuando
él tenía diez años.

Había estado casado, y se divorció un año


atrás, tras una supuesta infidelidad de su
esposa.

Decidió seguir sus estudios y vivir solo,


trabajaba en un bufete de abogados ya que 88
estaba por finalizar su carrera de leyes.

Lea nunca hablaba de su vida personal,


siempre evadía ciertas preguntas o contestaba
con otra pregunta.

Le parecía un hombre muy apuesto e


interesante, pero sabía que él jamás se fijaría en
ella, era mayor, nunca se fijaría en alguien de
veinte años que comenzaba a estudiar.

James por otro lado, estaba muy interesado en


esta chica que su mirada era misteriosa, y era
una chica diferente a los demás, muy
inteligente, muy educada y jamás se le veía
coqueteando, siempre estaba en la fuente del
campus leyendo o dibujando.

En varias ocasiones James se sentaba junto a


Lea en clase y siempre se iban a platicar juntos
a la fuente.
Lea poco a poco se estaba ilusionado con
James, de una manera diferente, él se veía
honesto, muy respetuoso y todo un caballero.

A James le gustaba la forma de ser de Lea, se


preocupaba por los demás, era una chica muy
atenta y muy simpática, pero James no podía
creer que una persona así aún estaba sola, a
89
pesar de tener veinte años, Lea nunca había
tenido novio.

Y James ya era un hombre divorciado, a pesar


de eso Lea nunca lo juzgó porque él era la
víctima en su anterior relación, había sufrido
mucho la infidelidad de su esposa.

La amistad de James con Lea cada vez se hacía


más especial, él le regalaba presentes,
estudiaban, y compartían más tiempo juntos.

Pero había algo que Lea no podía dejar de


pensar y era que no sabía porque James pasaba
tanto tiempo con ella. ¿Por qué no compartía
con personas de su edad o su facultad?
inclusive muchas veces llegó a pensar que si en
realidad estaba divorciado.

Lea no podía confiar tanto en una persona en


tan poco tiempo, era un temor que siempre
sintió, Lea sólo recordaba las infidelidades de
su padre y cuando le mentía a su madre y a
Camile.


Una tarde James le pidió el número telefónico


a Lea y le preguntó si podía hablarle y
escribirle.

Lea aceptó siempre y cuando no interrumpiera


su tiempo de estudios. 90
Lea recibía mensajes de texto cada mañana de
James para desearle buenos días, y la llamaba
por las tardes para saber más de ella.

Jamás alguien la había tratado así, sentirse que


le importaba a alguien, era algo muy lindo
despertarse todas las mañanas y leer un
mensaje de James.

Y en las tardes verlo en el campus.

Una noche Lea recibió una llamada de James,


se escuchaba mucho ruido y música al fondo,
James está ebrio:

—Eres una chica extraordinaria, eres una buena


amiga, sé que no te gusta que alguien tome
alcohol, pero estoy muy feliz y quise salir a
celebrarlo.

—James no me gusta que hagas eso, ¿porque


estás tan feliz y que estás celebrando?
—Estoy celebrando que mi mejor amiga es la
chica más hermosa del campus y la más
inteligente.

—Si sigues celebrando de esa manera, la


perderás. – le expresó molesta.

Lea estaba muy decepcionada de la actitud de


James, pero también estaba alegre porque 91
James valoraba cada momento con ella.

Al día siguiente en el campus, James


avergonzado fue con Lea y se disculpó por su
actitud dramática la noche anterior.

Lea lo disculpó con la condición de que no lo


volviese hacer, y cuando lo hiciera que no la
llamara de esa forma, no iba a decirle lo que
tenía que hacer, era un hombre adulto, sabía
lo que hacía, a pesar de que Lea no le gustaba,
no podía controlar a las personas.

James estaba avergonzado por la escena que


hizo, se vio como una persona infantil ante
Lea. James se estaba enamorando de Lea y
estaba dispuesto hacer lo que sea por ella para
no perderla.


Lea no sabía lo que era estar enamorada, pero
sabía que lo empezaba a sentir por james no
era una simple atracción.

A pesar de que James hacia todo por agradarla,


Lea no podía confiar en él. No podía permitir
que alguien la decepcionara tan fácilmente.

Los fantasmas del pasado, lo que le pasó con 92


Cristóbal, todo al principio fue muy bello y
resulto ser una pesadilla. Quería llevar las cosas
con calma esta vez y que James se ganara su
confianza.

Al tiempo todo volvió a la normalidad, James


seguía tratándola como una reina, la forma en
cómo se preocupaba por ella, era muy atento y
respetuoso, algo que Lea jamás había
experimentado.
12

El último día de clases tenía una sorpresa para


ella, quería celebrar que ya tenían un año de
ser amigos y estaba listo para tomar el siguiente
paso con Lea.

Había preparado una cena romántica a orilla 93


de la playa, había velas rojas y pétalos de rosas
por todos lados.

James llevó a Lea camino a la mesa que estaba


a orillas de la playa. Lea no podía creer que
alguien preparara algo así para ella.

James estaba muy enamorado de Lea, jamás


había conocido una chica así en toda su vida, ni
si quiera su ex esposa era tan atenta como lo
era ella.

La cena fue todo un sueño, al terminar la cena,


caminaron juntos descalzos por la playa.

—Lea pocas cosas bellas me han pasado en la


vida y conocerte fue lo mejor que pudo haber
sucedido.

—No sé qué decirte, me siento muy feliz de


haberte conocido. —respondió Lea
sonriéndole.
—Lea Te Amo, y quiero ser la persona con la
cual pases el resto de tu vida, prometo hacerte
feliz.

—También Te Amo James, me haces muy feliz


y quiero estar contigo siempre.

— ¿Quieres ser mi novia? — pregunto muy


nervioso. 94

—Sí, quiero ser tu novia James.

Cerraron con un beso apasionado.

Camino a casa él la llevaba tomada de la mano,


a ella le gustaba verlo cuando conducía y tocar
su cabello, tomar de su mano y siempre muy
junto a él.

Lea estaba feliz, sentía que vivía un sueño y que


nada malo volvería a pasar.

En casa a Lea ya no le importaban los gritos o


peleas entre su padre y Camile, pasaba horas
largas en las noches contándole de su nuevo
amor a Anne, su padre no sabía que tenía
novio.

Lea no sentía que tenía una relación a


escondidas, porque su padre jamás le
preguntaba nada a cerca de su vida, y sabía que
el día en que se diera cuenta no lo iba aprobar
porque era un hombre cuatro años mayor que
su hija.

En las vacaciones James y Lea no podían verse


muy frecuente, él trabajaba mucho y Lea estaba
en casa cuidando de su madre.

James siempre le decía a Lea que por las tardes


luego de trabajar en el bufete, iba a lo de su 95
hermano a pasar un rato con él.

Lo que fue muy sospechoso para Lea, él nunca


había mencionado un hermano cuando lo
conoció, pero no le dio importancia, habían
muchas cosas que Lea jamás le contó a James.

James no sabía de la infancia de Lea, ni


tampoco que estuvo internada en un hospital
psiquiátrico.

Lea conquistaba a las personas por lo que era


no por su pasado, y siempre lo quiso dejar todo
atrás.

En las vacaciones Lea pasaba las tardes en lo


de su madre cuidándola, su madre iba
empeorando cada vez más, y sus hermanos no
podían estar cuidándola todo el tiempo.

El padre de Lea no sabía que la madre de Lea


estaba muriendo, y Lea decidió contarle lo que
estaba pasando con su madre.
El padre de Lea mostró desinterés por
completo con lo que estaba pasando y no dijo
ni una sola palabra, y salió de la habitación.

Lea lo siguió y vio que su padre estaba


llorando, Lea no quiso acercarse, era todo lo
que quería ver, sabía que su padre jamás odio a
su madre a pesar de sus apatías, más de algún
96
momento fueron felices juntos.

La madre de Lea necesitaba una máquina de


oxígeno para poder respirar, ya no podía
levantarse de la cama, y sus hermanos no
podían comprarla tan pronto, Lea no sabía qué
hacer, por lo que decidió vender sus pinturas a
una galería de arte; era tiempo de poder hacer
algo y ver si su habilidad podía tener algún
valor.

Lea llevó sus dibujos a la galería del campus


que compraba artes de no profesionales para
ver si podía conseguir algo de dinero y ayudar a
su madre.

La venta fue un éxito completo, a pesar de que


Lea no era una dibujante profesional, también
destacaba como una artista.

Logró vender todos sus dibujos y obtuvo una


buena cantidad de dinero, pero aun hacía falta
más dinero, por lo que no sabía que más podía
hacer, su madre necesitaba el respirador lo más
pronto posible.

Lea no quería pedirle dinero prestado a nadie,


mucho menos a James o su padre, ella estaba
buscando la manera de cómo ganar dinero.

Su padre entro a su habitación y encontró un


recibo de la galería y en el mismo había varios 97
precios del aparato que su madre necesitaba.

A espaldas de Lea, su padre decidió llamar a la


tienda donde vendían las máquinas de oxígeno
y ordenó una de las mejores para el día
siguiente, y que se entregase a la casa de la
madre de Lea de forma anónima.

Cuando Lea visitó a su madre esos días,


encontró a su madre con un nuevo aparato de
oxigeno muy profesional y se veía que costaba
mucho dinero, Lea pregunto cómo hicieron
sus hermanos para conseguir el dinero en tan
poco tiempo. Pero ellos dijeron que no habían
sido ellos y que era una bendición que hayan
recibido de forma anónima lo que su madre
necesitaba.

Lea de inmediato supo que había sido su


padre, pero no dijo nada. Con el dinero que
había obtenido Lea por la venta de sus dibujos
compró el resto de las cosas que su madre
necesitaba.

Lea estaba muy tranquila ahora al ver a su


madre que ya podía respirar con ayuda de este
nuevo aparato y que estaría mejor.

Cuando llegó a casa abrazó a su padre sin


decirle nada, ambos sabían a que se debía el 98
abrazo que Lea le daba a su padre.

Durante todo el día Lea se dio cuenta que no


tenía ningún mensaje ni sabía nada de James
durante todo el día, lo que fue algo muy
extraño, pero Lea ya había tenido un día muy
largo por lo que decidió no tomarle
importancia.

Al día siguiente James llamó a Lea:

—Cariño discúlpame por haber estado ausente,


he estado algo enfermo y dormí todo el día.

—No te preocupes, me gustaría estar


cuidándote en este momento, espero te
mejores pronto. — respondió Lea.

Para Lea era algo inusual, pero no quería


pensar en lo peor, y creyó en las palabras de
James.
13

Un nuevo año en la universidad le esperaba a


Lea, las cosas marchaban bien y extrañaba
mucho a James.

Debido a que ambos estudiaban profesiones


diferentes, ya no se miraban con la misma
frecuencia de antes. 99

Pero siempre encontraban la manera de verse


dentro y fuera del campus.

Lea y James su relación cada vez se tornaba


más perfecta que nunca, no discutían y siempre
estaba uno ayudando al otro.

James no sabía de la enfermedad de la madre


de Lea, ni tampoco de sus fantasmas del
pasado.

Una mañana salieron a caminar a la playa y Lea


decidió contarle parte de su vida a James, ya
que Lea muchas veces se sentía triste y le
mentía a James diciéndole que era estrés de
estudiar tanto.

James sorprendido le dijo a Lea que podía


contar con él en todo, y que jamás la
abandonaría, la ayudaría a dejar todo atrás.

Lea no le comento todo, le dijo que había


sufrido abusos de pequeña, que tomaba
medicación para la depresión y que su madre
estaba enferma, pero no le dijo de sus
enfermedades ni de su internación.

En casa de Lea las peleas de su padre con


Camile se convertían cada vez peor, Lea lo
único que podía hacer era cuidar a su hermana
que no estuviera presente en algo tan doloroso.
100
Camile había cambiado mucho, se había
convertido en una mujer amargada y callada.

Y siempre buscaba la forma de atacar a Lea


por cualquier cosa, pero Lea se encerraba en
su cuarto a hablar con James o con Anne para
que esto no le afectara.

Y a pesar de las peleas en casa, seguía con


buenas calificaciones, comía bien y se sentía
bien la mayoría del tiempo por lo que decidió
suspender el medicamento que tomaba.

Se acercaba el primer aniversario de Lea al


lado de James. Estaban entusiasmados, tenían
muchos planes, Lea quería darle una sorpresa a
James regalándole una medalla con el nombre
de su madre en ella.

Y James por otro lado quería preparar una


noche romántica para ellos dos, el aniversario
era cerca a la fecha de cumpleaños de Lea, por
lo que James quería algo grande y especial para
los dos.
Llegó el gran día y James había preparado una
velada muy romántica en un restaurante en el
mejor Hotel de la ciudad.

Lea se veía hermosa con su vestido, sentía que


era su baile de graduación como en las
películas.

En la noche romántica Lea le dio su obsequio a 101


James, y sorprendida James lloró y la beso.

Era un gesto noble y muy íntimo para James,


nadie había hecho algo así por él.

Amaba demasiado a James, y quería estar con


él por el resto de su vida.

Luego de la velada, fueron al jardín del Hotel a


ver las estrellas. La noche era más que perfecta
y Lea no quería que acabará.

James la tomó de las manos y la besó


apasionadamente, Lea también lo besó de la
misma.

Camino a casa James no paraba de decirle


cuanto la amaba, se sentía afortunado de tener
a Lea en su vida.

Los días pasaron y Lea era ahora la persona


más feliz del mundo, había pasado la mejor
celebración de su vida, conversando y viendo
las estrellas con James.
Al día siguiente Lea recibió veintiún ramos de
rosas en su casa, por su cumpleaños de parte
de James, su padre sospecho que Lea tuviera
novio, pero como la miraba tan feliz no quiso
hacer de eso un problema, confiaba en que Lea
tomara buenas decisiones.

En el campus eran la pareja más envidiable de


102
todos.

Pero una tarde no todo era perfecto, Lea no se


sentía bien, pensaba que talvez era debido al
estrés, por los exámenes. Ese día estaba con
James en el campus, James insistió en llevarle
al médico, pero Lea se rehusaba a ir, le decía
que era pasajero.

Al momento de irse a clases, Lea se desmayó


en los brazos de James. De inmediato la llevó a
emergencias.

James descontrolado pedía al médico que le


dijese que le pasaba a Lea, había pasado dos
horas y Lea seguía inconsciente, por lo que
tuvieron que llamar al padre de Lea.

Los médicos no podían darle ninguna noticia a


James, tenía que estar un familiar presente.

En la sala de emergencia el padre de Lea de


inmediato llegó con Anne.
Anne sabía quién era James, por lo que decidió
presentarlo a su padrastro como el novio de
Lea.

El padre de Lea le dio las gracias por haber


estado con su hija en el momento que todo
ocurrió. Y que luego hablarían de su relación.

Los médicos le dijeron que el corazón de Lea 103


estaba fallando, que necesitaba someterse a un
tratamiento de inmediato antes de que volviera
a fallar.

James no entendía como una persona de


veintiún años le podría estar fallando el
corazón, siendo tan joven. Y esto lo llevó a
pensar en lo que realmente estaba pasando y lo
que podía causar si seguía al lado de Lea.

Fue entonces cuando James se dio cuenta el


daño que podía causarle a Lea sino le decía la
verdad.

James le había dicho a Lea que era divorciado


y que vivía solo, pero James le había mentido,
el aún seguía casado y seguía viviendo con su
esposa, quien jamás lo engañó y además tenía
un hijo de pocos meses de nacido.

Sabía que esa noticia iba a lastimar a Lea y que


podía causar que su corazón volviese a fallar.
James no amaba a su esposa como amaba a
Lea, pero sabía que lo que se había vuelto una
conquista del momento, se convirtió realmente
en lo mejor que le ha pasado. Pero Lea jamás
lo perdonaría y mucho menos su esposa.

La esposa de James era estudiante de medicina


que pocas veces atendía a James pero este no le
104
daba el motivo de haberla engañado.

Se casó con ella, cuando se enteró de su


embarazo, su vida con James se volvió rutinaria
y debido a sus estudios de medicina, el amor
entre ambos ya no era el mismo.

Es por eso que James optó por retomar sus


estudios y fue ahí donde conoció a Lea.

El buscaba algo del momento, pero nunca se


imaginó que terminaría enamorándose de Lea.
Su carisma y belleza fueron una debilidad para
James.

Cada día que pasaba al lado de Lea estaban


llenos de mentiras y jamás vio las
consecuencias que podía causar por mentirles a
las dos mujeres que lo amaban.

Lea se sometió al tratamiento que los médicos


le recomendaron y estaba mejorando mucho,
temían a que debían hacerle un trasplante de
corazón, pero el tratamiento era efectivo y por
ser tan joven su recuperación sería rápida si
cuidaba su salud.

James cada vez era menos cariñoso con Lea, su


conciencia no lo dejaba tranquilo, sabía que lo
que le estaba haciendo a Lea no lo merecía. Ya
había sufrido demasiado.
105
Lea lo notaba diferente:

— ¿Pasa algo?

—No pasa nada amor. — manifestó James muy


nervioso

Lea lo conocía bien, sabía que algo no estaba


bien, por lo que decidió investigar el pasado de
James.

En el campus Lea tenía acceso a los archivos


de los alumnos, como era una alumna becada
ella trabajaba de voluntariado y creaba los
perfiles de ingresos de nuevos alumnos.

Por lo que decidió entrar a los archivos de


James.

James en su estado civil decía que estaba


casado, y la dirección de su casa no era la
misma que él le había mencionado.
Lea una tarde decidió seguir a James, dijo que
se iría con su padre, ya que James siempre era
quien la iba a dejar a su casa.

Esa tarde Lea fue en un taxi y pidió que


siguiera al sujeto del auto. En el camino se
dirigían a la dirección que Lea vio en el perfil
del campus.
106
Y cuando vio que James estacionaba su auto
una mujer joven salió a la puerta, en sus brazos
llevaba un bebé y saludó con un beso a James.

Lea le pidió al señor del taxi que se fueran de


allí.

Al llegar a casa Lea rompió en llanto,


contándole todo a Anne, estaba destruida,
Anne pidió a Lea que se calmara que eso no le
vendría bien a su salud.

Lea no podía creer la persona que había tenido


una relación amorosa le había mentido todo el
tiempo, y lo había hecho tan bien, nunca
sospechó de que él estuviera casado, al inicio
cuando lo conoció pensó que eran unas falsas
sospechas.

Decidió no decirle nada en ese momento a


James sino esperar a verlo en persona.
Al día siguiente en el campus había una
celebración de aniversario por lo que
premiarían a varios alumnos.

Por supuesto Lea no llegaría a casa sin uno de


ellos. Lea decidió fingir como lo había estado
haciendo James todo ese tiempo.

Esa noche en la formalidad de aniversario 107


James llegó y vio a Lea más hermosa que
nunca, Lea había decidido ir vestida de una
forma que llamase la atención de todos.

El primer premio como mejor alumna en la


generación y facultad de Psicología, fue para
Lea Sandé.

Recibió premio también por la mejor líder de


psicología que ayudaba a los demás. Y la
nombraron presidenta de la facultad de
psicología.

James se sentía tan orgulloso de ella y a la vez


una basura por lo que le había hecho todo este
tiempo.

A pesar de que todos sabían que Lea tenía


novio, las miradas para Lea nunca faltaron y los
pretendientes, lo que a James lo ponía furioso.

Esa noche uno de los chicos del campus se


acercó a Lea para felicitarla por sus premios y
por ser la nueva presidenta de la facultad de
psicología.

Lea para hacer que James se pusiera furioso


decidió no sólo darle la mano a su compañero
sino también un beso en la mejilla.

Lo que James se retiró de inmediato de la


mesa. 108

Lea estaba destruida, a pesar de que estaba


fingiendo pasarla bien en esa noche con sus
compañeros del campus, sólo quería que todo
acabase, que todo haya sido una mala pesadilla.

Lea no le hablaba a James en toda la noche, y


recibía elogios de los demás.

— ¿Por qué haces eso Lea?

— ¿Hacer el que?

—Estás tratando de hacerme sentir celoso, ya lo


has conseguido, ahora puedes parar de hacerlo
e irnos. — dijo James muy enojado.

—No estoy tratando de hacer nada,


simplemente estoy disfrutando de la noche y si
quieres irte hazlo, no te necesito aquí. —
respondió Lea con frialdad.

—No te dejaré aquí con todos estos tipos


viéndote, levántate y vámonos. — dijo James
molesto.
—Te dije que no iré a ningún lugar al lado de
un mentiroso.

Lea se levantó de la mesa y se fue con unos


compañeros a tomar aire.

James se quedó sólo, estaba confundido no


sabía que le pasaba a Lea, no entendía porque
ella estaba molesta con él. Pensó en que si ya 109
sabía toda la verdad y si lo sabía porque no
había dicho nada al respecto.

Por lo que decidió contarle toda la verdad a


Lea y acabar con todas las mentiras.

Lea estaba con sus compañeros afuera


tomando un poco de aire, y luego se quedó
sola con uno de ellos. Lo que Lea no sabía era
que su amigo estaba ebrio. Por lo que no
estaba actuando de una forma respetuosa.

— ¿Dónde está tu novio Lea?, porque te ha


dejado sola

—Está adentro, dijo que ya venía. — expresó


Lea muy nerviosa.

— ¿Puedo robarte un beso mientras regresa?

—Tranquilo, estás ebrio mejor relájate. —Le


decía apartándolo.
Pero él no quería tranquilizarse, hace mucho
tiempo que le gustaba Lea y nunca había tenido
el valor de decírselo.

Quería un beso de ella, y quería tomarlo ya sea


a la fuerza, Lea estaba un poco débil, debido a
la medicación que tomaba.

— ¡Aléjate no vayas hacer algo estúpido! Le dijo 110


Lea asustada

— ¡Dame un beso!— le gritaba él.

James saliendo escucho los gritos de Lea, por


lo que salió corriendo y agarro al chico y lo
golpeó, alejándolo de Lea. James estaba
furioso, Lea jamás lo había visto tan furioso, las
autoridades del campus tuvieron que quitarle al
chico para que dejase de golpearlo.

Lea lloraba angustiada, James parecía otra


persona, estaba furioso.

— ¡Te dije que nos fuéramos!— le gritó James a


Lea.

—No iré a ningún lado contigo, no así, tienes


que calmarte. — respondió Lea a punto de
llorar.

Lea decidió irse del lugar con una de sus


amigas. Al llegar a casa James la esperaba fuera
de su casa.
—Lo siento, por favor tenemos que hablar. — le
dijo James.

Lea dijo que no hablaría nada con él en casa de


sus padres. Por lo que decidieron irse a otro
lado.

— ¿Porque no vamos a tu casa?— le dijo Lea


sarcásticamente. 111

—Mm… no podemos, unos amigos se quedaran


hoy ahí. — respondió James nervioso.

—Entiendo.

Decidieron quedarse en el auto hablar.

—Lo haré más fácil James, no tuviste el valor de


decirlo todo este tiempo. Ya lo sé todo.

— ¿Ya sabes el qué?— Todo, y por favor no


actúes como si no sabes nada, y no intentes
seguir mintiendo. — dijo Lea.

—Está bien, te mentí. Estoy casado. También


tengo un hijo.

—Quería escucharlo de tu voz y viéndote a los


ojos, para saber que no estaba soñando. – dijo
Lea.
—Te Amo, en serio. La dejaré lo prometo,
quiero estar a tu lado. — Dijo James
lloriqueando.

—No quiero que hagas nada James, sabes; soy


hija, tengo una madrastra, vi a mi padre cuando
engañaba a mi madre, y ahora no sabía que era
tu amante. No quiero que tu hijo me odie, no
112
quiero pelear por ti. Dile la verdad a tu esposa
pídele perdón. Vete con ella y repara el daño
y… olvídate de mí.

— ¡Amor, no me dejes, eres mi vida!— gritaba


James.

—No soy tu vida, tu hijo es tu vida, y no quiero


ser yo quien la arruine.

Lea salió del auto llorando, sabía que había


acabado todo. No podía creerlo. Estuvo con un
desconocido. Y fue parte del engaño una vez
más.

Ya no podía confiar en nadie, su corazón se


había destruido por completo.
14

Un último año comenzaba para Lea, ese año


era su graduación como psicóloga y lo único
que quería era poder trabajar y ayudar a
muchas personas.

En casa las cosas no marchaban bien con 113


Camile, por lo que decidió ir a vivir sola
mientras terminaba sus estudios.

Se había mudado a un apartamento de dos


habitaciones, una de ellas lo convirtió en un
cuarto de arte, donde podía pasar largas horas
dibujando.

Su amor por James no había sanado, a pesar de


que la engañó, Lea no sentía ningún odio hacia
él. Esa última noche se despidió de él
deseándole lo mejor.

Y una tarde mientras Lea estaba con una de sus


amigas en la fuente del campus, vio a James
tomado de la mano de una mujer pasaron
enfrente de ella y la mujer con la que iba no era
más que su esposa, aquella que Lea vio de lejos
y quien llevaba en los brazos a un bebé.

La mujer la miró como si la conociera, y James


bajó la mirada.
Lea sintió que su mundo se vino abajo, era el
colmo que James llevara a su esposa y pasara al
lado de Lea.

Lea no hizo nada, trató de ignorar aquella


escena desagradable y se fue a sus clases de
rutina.

Esa misma tarde Lea recibió mensajes muy 114


extraños.

“Sólo fuiste su fantasía, yo soy su dueña”.


“Aléjate de nuestras vidas”.

Eran mensajes ridículos, Lea nunca buscó a


James, fue ella quien dio por terminada la
relación, no entendía porque esa mujer le
mandada esos mensajes.



Al pasar los días, Lea recibía llamadas de


James. Y nunca respondió ninguna de ellas, no
quería problemas y más si la esposa de él ya
sabía todo.

Un día en el campus Lea se encontró con


James la detuvo y le dijo:

—Lo siento ella vino a verme, no quise que


vieras eso. — dijo James angustiado.
—No te disculpes, es tu esposa, tiene todo el
derecho de venir a verte, pero dile que no me
mande mensajes, nosotros no tenemos nada. —
dijo Lea molesta.

— ¿Te ha mandado mensajes? —Preguntó muy


asombrado.

—Si. 115

—Hice lo que me pediste y decidí contarle toda


la verdad, me perdonó de inmediato, pero no
sé cómo tiene tu número.

Era muy cínico, y la esposa una ilusa. Perdonar


una infidelidad así, es algo que Lea jamás haría
con alguien. Y mucho menos tratar de molestar
a otros cómo lo estaba haciendo ella.

— ¿Cómo me conoce ella, como sabía quién


era yo esa tarde?— pregunto Lea molesta.

—Tenía tu foto, supongo que tomó mi teléfono


y también tu número.

—Eres un idiota. — dijo Lea y lo dejó hablando


solo.

Lea ya tenía muchas preocupaciones en su


vida, no iba prestarle atención a James, ya había
perdido mucho tiempo llorando por él todas
las noches.

Él decidió retroceder, Lea decidió avanzar.


Lea no quería saber nada de James, pasaba las
tardes en su apartamento recordando sólo los
buenos momentos y dejando lo malo atrás,
deseando siempre lo mejor y pidiéndole a Dios
que la alejara de él.



116
Una noche lluviosa, tocaron la puerta de Lea,
era algo tarde y Lea pensó que talvez era su
padre o uno de sus hermanos. Lo cual era
extraño, su padre tenía llaves del apartamento y
siempre llamaba antes de visitarla.

Cuando Lea abrió la puerta se llevó la sorpresa


de su vida, Era James, estaba ebrio.

—Te Amo, te extraño, no he podido olvidarte


todo este tiempo, quiero que estés a mi lado de
nuevo.

— ¡James no debes estar aquí, estás ebrio, vete a


tu casa! — dijo Lea muy alterada.

—Decidí dejar a mi esposa y se lo he dicho esta


noche, quiero estar contigo, no he podido
olvidarte Lea.

Lea no sabía qué hacer, no podía creer nada de


lo que James le decía. La había engañado y Lea
juró que de ningún modo perdonaría una
mentira tan grande de alguien que ella amara.
Ni siquiera podía olvidar lo que su padre hizo
pasar a su madre.

— ¡Perdóname, no debí mentirte, dame otra


oportunidad! — decía James con lágrimas en su
rostro

—No puedo verte más James, lo siento. No te


he olvidado, pero quiero olvidarte. Si me amas 117
olvídame y se feliz. Hazlo por tu hijo.
“Una mujer pocas veces sabe lo que vale, y se ve en
situaciones que tiene que rogar amor, se siente sola, se
siente humillada y utilizada.
No se da cuenta que es esa mujer que muchos
desearían tener.
118
Al ser lastimada se vuelve ciega y se olvida que es
única para alguien que aún no conoce y que pronto
llegará. Es una mujer extraordinaria a pesar de
tener un corazón roto todavía se puede reparar y
volver amar.
Pero si aún el amor tarda un poco en llegar, no hay
de qué preocuparse, no es un problema, lo que tiene
que llegar llegará en el momento menos esperado.”



Lea cerró la puerta y juro que nunca volvería a


confiar en nadie, y que la próxima persona que
le prometiera amor tendría que demostrar más
que con palabras.
Era el primer hombre que Lea amó y rompió
su corazón, el vacío que sentía era de nuevo el
que vivió de niña.

Cada tarde que pasaba en el campus, le


recordaban a James. Sus amigos preguntaban
por él pero Lea no decía nada.

Todas las noches lloraba por quien creyó que 119


era el amor de su vida.

Lea decidió que no sería buena idea seguir


viviendo sola en su apartamento, por lo que
decidió regresar con su padre.

Le dijo a su padre que no se sentía bien


viviendo sola y que quería ahorrar algo de
dinero y viajar por el mundo ayudando a las
personas que necesitaban de atención
psicológica.

Esa noche que Lea decidió escribirle una carta


a Camile, no quería seguir peleando con ella y
que Camile la culpara al igual que lo hacia su
madre por las infidelidades de su padre.

“Querida Camile.

El motivo de esta carta es para darte las gracias,


porque de niña fuiste mi única figura materna,
y en ti pude ver una madre, no quiero juzgarte,
pero cambiaste. Cambiaste de una forma
donde ya no me veías como tu hija, sino como
una enemiga. A pesar de las indiferencias que
tuviste con mi madre, tienes que saber que
desde hace mucho tiempo decidí perdonarte, y
el motivo por el cual lo hice es porque me diste
una pequeña hermana, la cual es mi luz.
También lo hice por Anne, como tú sabes
somos muy unidas y siempre has sabido
respetar la hermandad de ambas. Sólo quiero 120
pedirte que mi regreso no cause más
problemas entre tú y mi padre, y lo que pase
entre ustedes no lo mezcles conmigo, porque él
es mi padre, y tu marido. Dos vínculos muy
diferentes, por lo tanto no quiero que me
culpes por lo que él haga y si cometí un error
en el pasado o en el presente, házmelo saber.

Lea”.

Camile entendió que Lea no era su enemiga y


que podían ser de nuevo una familia.



Una tarde Lea recibió una llamada de sus


hermanos, su madre estaba muy mal de salud
por lo que Lea salió de inmediato del campus
para llegar a casa.

Cuando Lea llego a la casa de su madre, su


madre casi no podía respirar ni con la ayuda de
la máquina. Sus hermanos estaban a su lado y
su madre tenía muchas cosas por decirles,
sobre todo a Lea.

— ¡Hijos, ya no puedo más!

— ¡No te esfuerces! — le decía uno de sus


hermanos.

—Tengo muchas cosas por decirles y siento que 121


es demasiada tarde. — contestó su madre
afligida.

—Nunca es tarde, no digas eso, vas a mejorar. —


le dijo Lea mientras tomaba de su mano.

—Perdóname hija, por no haberte dicho en más


de veinte años que Te Amo y que eres un ser
maravilloso. — dijo su madre, y una lágrima
caía de sus mejillas.

—No tengo nada que perdonarte. — le dijo Lea,


con lágrimas en sus ojos.

—Perdónenme los tres por no haber sido la


mejor madre y por haber esperado tanto para
decirles cuanto los amo.

Lea se dio cuenta que su madre estaba


despidiéndose y recordó que toda su vida
había deseado escuchar esas palabras de su
madre, pero no así, no agonizando.

El dolor y el miedo que sentía su madre,


sintiendo muy de cerca la muerte, hicieron que
venciera todo el resentimiento y el orgullo por
todo lo que había sufrido y por demostrar esa
ira con ellos y con Lea.

Era una mujer fuerte, que nada ni nadie la


podía dominar, pero Lea nunca entendió
porque permitió que su padre la engañase, y
porque siempre le decía cosas espantosas.
122
Fue entonces cuando Lea pensó que su madre
sufría por dentro pero su orgullo no dejaba que
viera la otra parte de su vida, que tenía al lado
sus hijos. Y a pesar de estar sufriendo, el amor
que tenía por su padre hacia que lo perdonase
de inmediato.

A pesar de que Lea muchas veces prefería a su


padre que su madre, era porque Lea siempre
fue débil ante ella y sabía que no importara lo
que ella le hiciese Lea jamás se iría de su lado,
pero tenía que hacerlo. Tenía que ser fuerte
para regresar al lado de ella y poder ayudarla.

Pero llegó un poco tarde, la enfermedad llegó


primero y ya Lea no podía hacer nada, no
podía hacerle ver a su madre que el mundo era
bello, y que también sufría de una manera
diferente a ella pero que ambas podían salir
adelante.

Su madre murió esa noche y el dolor que


siente un hijo a perder a una madre no se
compara con nada de lo que hayan sufrido en
el pasado.

En el velorio de la madre de Lea, estuvieron


presentes todos sus familiares y amigos, Lea
sabía que su madre estaba en un mejor lugar y
sólo deseaba que estuviera feliz y que estuviera
orgullosa de sus hermanos y ella.
123
“… no perdiste a nadie, sólo se nos adelantó…”
dice Facundo Cabral.

Lea sentía que su madre siempre estaba con


ella, incluso ese año que se fue de casa, no dejó
de pensar en ella y sabía que siempre la llevaría
en su corazón.
15

El día de graduación de acercaba y Lea estaba


muy entusiasmada y un poco triste, porque
extrañaba mucho a su madre y quería que ella
estuviera a su lado ese día.
124
Lea hizo su pasantía en el mismo centro de
salud mental donde años atrás estuvo
internada. Quería ayudar a cada uno de los
pacientes y poder contar su historia y que
sirviera de ayuda para otros, así también
escuchar historias más fuertes de las que Lea
vivió.

Decidió que algún día iba a fundar su propio


centro comunitario de salud mental sin fines de
lucro para poder ayudar aquellos que no
cuentan con el dinero necesario.

Eran planes para el futuro que hacían que Lea


mantuviera la frente en alto y no pensar más en
el pasado y mucho menos pensar en el amor.

Viviría para ayudar a otros, porque eso la hacía


feliz.

Visitaba frecuentemente a sus hermanos, su


hermano mayor se recibió de doctor un año
atrás y decidió viajar al extranjero para una
brigada médica y ayudar a los niños de bajos
recursos. Y pasar una temporada allá para
recuperarse de la muerte de su madre.

Su hermana mayor era abogada y se casó con


un ingeniero amigo; ya era madre de una
hermosa niña a la que llamó como su hermana
menor, Lea.

Lea se sentía muy feliz de que sus hermanos 125


triunfaran en la vida, al ver a su hermana que
formaba una familia, Lea pensó que talvez
algún día ella también podía tenerlo, pero que
mientras tanto la felicidad de sus hermanos era
su mayor felicidad.

En casa todo marchaba bien, pero su padre y


Camile decidieron separarse para el bienestar
de su pequeña hija. Fue la mejor decisión que
pudieron tomar, mantendrían una relación de
amigos por el bien de sus hermanas.

Anne se graduó de la preparatoria y asistió a la


misma universidad donde Lea estaba por
graduarse, Anne siempre admiró la fortaleza de
Lea y a pesar de que sus padres estaban
separados, seguían manteniendo una relación
de hermanas.

La noche de graduación llegó y era de


esperarse que Lea diera el discurso de
despedida por ser la presidenta de la facultad
de psicología.
“Buenas noches a todos, es un placer poder
estar aquí y decir que ha sido un largo y
gratificante viaje de mucho aprendizaje,
experiencias, y situaciones que nos han hecho
más fuertes y lograr nuestros sueños y que este
día por fin llegara.

Este viaje no termina aquí, ayudemos a todos


126
aquellos que no cuentan con el apoyo
suficiente para realizar sus sueño y ser personas
de bien, somos muy afortunados de poder ver
la luz todos los días, y a pesar de que muchos
no pudieron vernos llegar hasta aquí, sepan que
ellos desde arriba nos están viendo y están
sonriendo de la misma manera en que lo
hacemos ahora.

La vida es un sueño, no convirtamos las


experiencias dolorosas en una pesadilla de la
cual muchas veces no podemos despertar, que
nuestra historia sea la voz del mañana y que
nuestro conocimiento podamos compartirlo
con los demás; no importa el camino que nos
espera como profesionales, nunca olvidemos
de dónde venimos. Felicidades a todos.”

Un discurso muy conmovedor de Lea hacia sus


colegas y demás presentes. Mientras Lea daba
su discurso, vio como su padre entró y se
quedó inmóvil escuchando las palabras de su
hija con lágrimas en sus ojos.
Nunca había estado presente en un momento
tan importante de su hija, y decidió no faltar en
este día tan importante para ella.

Esa misma noche salió a celebrar con su


familia, mientras Lea disfrutaba de la cena con
ellos, observó que de lejos había una chica
observándola y no quitaba la mirada de ella.
127
Lea sabía que ese rostro era familiar, pero no
recordaba donde, momento después se dio
cuenta que la mujer que la observaba con tanto
asombro no era otra que Melody, la chica que
la humilló durante muchos años en la escuela,
se encontraba sola y con un bebé en sus brazos.

Lea no pudo dejar de verla, se veía triste y un


poco desaliñada, por lo que decidió acercarse
sin importar el posible rechazo.

—Hola Melody.

—Hola Sandé. ¿Te acercaste para burlarte de


mí?— le dijo Melody muy nerviosa.

—Sabes que nunca haría eso, fue tu mirada la


que me hizo acercarme.

—Te vez feliz, supongo que ahora eres toda una


profesional—le dijo de manera sarcástica.
—No quiero hablar de mi vida en este
momento, Eres madre ahora, tú eres la que
tiene que estar feliz.

—Estoy sola, el padre de mi hija me abandonó,


y no tengo trabajo. — le dijo con lágrimas en sus
ojos.

—Lo siento mucho, si te dejó era porque no 128


merecía estar contigo, mereces algo mejor.

—Tú qué sabes de perder. — le dijo Melody


muy alterada.

—Perdí a mi madre, y esta noche importante no


estaba a mi lado.

Melody sollozaba desconsolada, y su bebé


comenzó a llorar.

—Déjame ayudarte, ¿puedo cargar a tu bebe?—


le preguntó Lea.

Lea tomó en los brazos a su bebé y ceso de


llorar. Mientras Melody secaba las lágrimas de
su rostro.

—Quiero ayudarte, puedo conseguirte trabajo


para que salgas adelante con tu bebé.

— ¿Cómo puedes ayudarme?— le preguntó.


—Necesitamos a personas que estén dispuestas
a ayudar a niños especiales en el centro de
salud mental.

—Yo no sé si pueda, no terminé mis estudios. —


dijo muy nerviosa

—Si puedes, sólo tienes miedo.


129
—No merezco tu ayuda, arruiné tu vida. — le
decía llorando.

—No arruinaste mi vida, simplemente no eras


feliz.

—Tienes razón, no era feliz y siempre te


envidié, te pido perdón por todo el daño que te
hice. — le continuaba diciendo llorando.

—Hace muchos años que te perdoné, si aceptas


el trabajo, te darás cuenta que la vida es
hermosa y que puedes ayudar a los demás.

—Acepto el trabajo, ¡Gracias!

Lea le dio un beso a su bebé y se lo entregó en


sus brazos.

Al momento de irse con su familia Lea recordó


que la vida da muchas vueltas y tú eres
responsable del camino que elijas, Melody
había escogido un camino diferente, y el ver
que aquella chica alegre que la humilló cuando
era niña, ahora era una madre cuyo esposo la
abandonó con un bebé, no era algo que Lea
deseaba para ella.

Melody ingresó a trabajar de inmediato al


centro de salud mental, y se daba cuenta de lo
que Lea le había dicho esa noche, la vida es
bella y que nunca es tarde para ser una persona
diferente.
130
Lea en una ocasión le preguntó a Melody que
había pasado con sus amigas.

Melody le dijo a Lea que Leona había estado


embarazada luego de la graduación y dio en
adopción a su bebe para luego caer en el
mundo de las drogas y que después de eso no
volvió a saber más de ella, y Mindy estaba en
prisión por extorción.

Lea no podía creer cómo estas personas habían


decidido ir por el camino equivocado, y se
sintió afortunada por poder ayudar a Melody.
16

Lea de veinticinco años y ahora psicóloga,


decidió viajar y participar en brigadas médicas a
los centros de salud mental para ayudar a
personas de bajos recursos.
131
Su padre vivía solo y Lea hablaba
constantemente con él.

La vida de Lea gozaba tomando un rumbo


diferente, ayudaba a muchas personas jóvenes y
adultas, escuchaba anécdotas y hacia amistades
alrededor del mundo.

Sentía que en su vida no faltaba nada más,


como lo mencione anteriormente, Lea quería
fundar su propio centro de salud mental. Por
lo que había estado ahorrando mucho tiempo y
necesitaba de más personas interesadas que
quisieran invertir en el proyecto.

Por lo que Lea investigó y buscaba agentes que


pudieran orientarle de cómo llevar a cabo este
plan.

Cuando Lea viajaba por países diferentes y


hermosos, siempre algo llamaba su atención,
observaba parejas, familias, y una tarde
mientras dibujaba en el parque de la hermosa
Barcelona, España. Observó una pareja de
ancianos que daban de comer a las palomas del
parque, y la manera en que su amor
deslumbraba esa tarde de una manera hermosa
que Lea no podía dejar de ver.

Tanta felicidad y tanto amor que ese par de


ancianos fascinaba a la luz del día, Lea decidió
acercarse y saludar.
132
—Buenas tardes. — dijo Lea regalándoles una
sonrisa.

—Hola— contestaron ellos muy alegres.

—Disculpen el atrevimiento no pude


contenerme y quise acercarme a saludar.

—No te preocupes querida, siéntate con


nosotros si quieres.

—Soy Lea Sandé, mucho gusto, debo decir que


el amor vi en ustedes es de mucha admiración,
me imagino que llevan muchos años juntos.

—De ninguna manera Lea, es nuestro primer


año de casados, y quisimos venir a disfrutar el
día con las palomas.

—Lo siento, no quise ser indiscreta. — dijo Lea.

—No has sido indiscreta, es lo que todos


piensan, al vernos a nuestra edad compartiendo
con alguien, pero déjame decirte, nunca es
tarde para conocer el amor, eso es lo que
hemos aprendido.

—Felicidades. — les dijo Lea admirada.

—Gracias querida, ¿pero a que te dedicas;


porque estás sola en esta bella tarde?

—Soy psicóloga, la verdad que no me ha dado 133


tiempo en pensar en el amor, supongo que no
todos somos tan afortunados como ustedes.

—No se trata de ser afortunado querida, se trata


de que te des la oportunidad y te arriesgues por
la vida, de eso se trata, lo sabrás cuando el
amor vuelva a tocar tu puerta; porque volverá a
pasar, eres hermosa y ha sido un idiota quien
rompió tu corazón y el causante de que pienses
así.

—Tendré muy presente su consejo; Me tengo


que ir, es un placer conocerles, les deseo
mucha suerte y felicidades otra vez.



Camino a casa Lea no dejaba de pensar en las


palabras de la pareja que conoció esa tarde, la
forma en como se lo dijo, y la paz que sintió al
saber que nunca era demasiado tarde para
encontrar el amor.
Su estadía en la ciudad se haría un poco larga,
tenía la información de posibles personas que
estaban interesados en el proyecto de Lea.

Decidió visitar varios inversionistas que


trabajan para centros de salud mental y que
querían conocer de su proyecto.

Su primera visita era en uno de los centros de 134


salud de la ciudad, estaba muy entusiasmada ya
que su sueño por fin se estaba haciendo
realidad.

Cuando llegó al lugar Lea no se esperaba que


uno de los empresarios era un hombre
arrogante y multimillonario.

—Lea Sandé, recibí tu información y quieres


crear un centro de salud mental.

—Así es, me gustaría poder ayudar a las


personas con escasos recursos.

—Hay un pequeño problema Lea, nosotros


estamos dispuestos a llevar tu proyecto a cabo,
pero no creo que seas capaz de manejarlo, eres
muy joven.

—Disculpe señor, soy psicóloga, y a pesar de mi


corta edad, tengo la capacidad suficiente para
intentarlo, hay mucha gente apoyándome.
—Mejor véndeme tu proyecto y trabaja para mí,
¿cuánto quieres?, yo lo llevaré a cabo.

—No puedo hacer eso señor, no se trata de


vender o sacar provecho, se trata de ayudar a
las personas, es el sueño de mi vida.

—La vida no se trata de soñar, sino de hacer


dinero. —Dijo con voz amenazante. 135

—Es todo, me retiro, gracias por su tiempo. —


dijo Lea muy decepcionada.

Lea salió del edificio muy desilusionada, no


podía creer la arrogancia de ese hombre y su
avaricia. Esto no la iba a detener por lo que
decidió seguir en busca de su sueño.

No iba a rendirse hasta poder encontrar a las


personas las cuales le ayudasen a cumplir lo
que tanto deseó durante muchos años.

Sentía que si debía de hacerlo por si sola lo


haría.

Talvez era posible, o imposible poder fundar


su propio centro de salud mental. Pero no iba a
rendirse porque una persona le había cerrados
las puertas.

Pero no sería la única y Lea estaba convencida


de esto.
Era un proyecto grande, y muchas personas no
sentían empatía por ayudar a los demás, todo
se trataba de dinero en el mundo, el dinero es
algo necesario; pero no lo más importante de la
vida.

Y para Lea el poder ayudar a los demás, era


algo que la llenaba, la hacía olvidar todas las
136
cosas malas del pasado, y sabía que si en sus
manos estaba salvar la salud mental de las
personas el mundo podía ser diferente.
17

Después de una larga estadía en la ciudad y ser


rechazada por muchos inversionistas, se tomó
un descanso una tarde y fue a un restaurante a
tomar algo. Quería despejar su mente por un
momento.
137
Mientras Lea tomaba su té, escuchaba en las
noticias a cerca de un famoso empresario
multimillonario que había destruido un parque
para construir un nuevo edificio de comercio.

Para Lea era algo espantoso cómo alguien


pudiera hacer algo así, un parque es la
diversión de los niños, es lo que le da vida a
una ciudad.

—Es increíble lo que el dinero puede lograr. —


decía Lea al camarero.

—El dinero es algo muy poderoso. — agregó él.

—No me imagino ver la cara de ese tipo en


estos momentos. —dijo Lea muy enojada.

Cuando un sujeto estaba cerca de ella le dijo:

—El dinero no es poderoso, lo más poderoso


del mundo es la Pluma.

— ¿La Pluma?— preguntó Lea confundida.


—Es con la que firmas para tomar grandes e
importantes decisiones. — contestó muy
tranquilo.

—Buen punto.

— ¿Por qué te molesta tanto que el sujeto de la 138


televisión haya hecho eso?— preguntó muy
inquieto.

—No me molesta, es que me parece una


injusticia haber destruido algo tan hermoso
para construir un simple edificio.

—Talvez los niños no desean un parque, sino


que sus padres trabajen en ese edificio— dijo él
acercándose.

—De igual manera no me parece correcto, y tú


no deberías de opinar nada al respecto. — dijo
Lea con tono de burla.

— ¿Por qué no debería?— preguntó


confundido.

—Que va a saber un hombre que está solo a


plena luz del día tomando whisky—Dijo Lea
con tono de burla.

—Lo mismo que hace una mujer sola tomando


el té en la barra de un bar. — agrego él muy
serio.
— ¡Eres un idiota! —Le dijo disgustada.

—Lo sé— le dijo sonriendo y retirándose del


lugar.

Lea enfurecida le dijo al camarero:

—Parece que hombres como ellos deberían de


estar juntos. 139
— ¿Señorita usted no sabe quién es él? —
preguntó él.

—No lo sé ni me interesa.

—Él es el sujeto de la televisión, él que va a


construir el edificio en el parque.

Lea permaneció sorprendida, le había dicho


idiota al empresario multimillonario de la
televisión.

Se sentía mal, talvez el proyecto que hacia él


también era para ayudar a personas como ya lo
había mencionado, implementando empleo a
aquellos padres que cuyos hijos jugaban en ese
parque.

Pero él se lo había merecido, le dijo solitaria en


la barra de un bar.

No podía entender como una persona tan


importante como él, estaba solo en ese lugar y
no en su trabajo. Trató de no darle mucha
importante y se retiró del bar esa tarde.



Días después del bochornoso incidente, Lea


recibió una llamada muy esperada, alguien
estaba interesado en su proyecto y quería 140
participar, decidió hacer público su idea para la
construcción de un centro de salud mental en
su país.

Al día siguiente Lea fue al lugar, donde le


habían citado.

Era un edificio inmenso donde el dueño del


mismo era un empresario que se interesaba
por invertir en diferentes proyectos alrededor
del mundo, recientemente el dueño de la
compañía había fundado un centro de salud
mental para niños especiales.

Cuando Lea entró a la oficina principal, se


llevó la sorpresa de su vida.

El presidente era nada más y nada menos que


el mismo sujeto del bar, Lea se quedó perpleja
en ese momento. El hombre del bar, vestía de
forma casual, y el hombre que tenía frente a sus
ojos, se veía apuesto con su saco y corbata.

—Pasa adelante, soy Alexander Meyer.


—Lea Sandé— Contestó nerviosa y apenada.

—Como ya sabrás, no me llamo idiota. — agregó


él con una sonrisa en su rostro.

—Lo sé— Lea no sabía que decir.

—No te preocupes, estoy acostumbrado a 141


deslumbrar de esa forma, pero que me
llamaras idiota, no suelo hacer ese efecto en
una mujer. — agregó él con sarcasmo.

—No quise ser grosera, es que no había sido un


buen día.

—No te preocupes, ¿Qué tal si empezamos de


nuevo?— le preguntó él.

—Sería lo mejor.

—He visto tu anuncio de que quieres construir


un centro de salud mental, y me he interesado
mucho.

—Así es, como verá. Soy psicóloga y siempre


quise poder ayudar a aquellos que no pueden
pagar este tipo de tratamiento.

—Es muy alentador lo que dices, pero tienes


que saber que no es algo fácil de hacer, hay
costos y tú eres muy joven, que te hace pensar
que puedes manejarlo. Y por favor no me
trates de usted, ya haz cruzado esa línea— dijo
él.

—De acuerdo. Sé que soy joven y no creo que


sea un obstáculo para que no pueda triunfar y
lograr lo que quiero. Es un reto, pero no
quiero quedarme de brazos cruzados y ver que 142
ni siquiera lo intenté. He investigado y sé que
no es fácil, pero si cuento con la ayuda de otros
puedo hacerlo. — dijo Lea, mostrando
seguridad.

Alexander Meyer quedó impactado ante la


seguridad y actitud de esta joven que lo único
que quería era poder ayudar a los demás. Y
que necesitaba de su ayuda.

Pero al verla que era años menor que él, se


sentía intimidado, algo que ninguna mujer
había podido llegar hacer.

Era un hombre orgulloso y arrogante, pero


muy en el fondo se daba cuenta que se
encontraba ante él una persona fuerte y
decidida. Por lo que no quería dar su brazo a
torcer tan rápido.

—Déjame decirte algo Lea, porque no trabajas


primero para mí. Y también puedo ver si eres
realmente eres competente para ello.
— ¿Trabajar para usted?

—No me trates de usted, o mejor sí, quiero que


muestres respeto a tu futuro jefe y posible
socio. — agregó él irónicamente.

—Soy psicóloga y no veo en que pueda trabajar. 143


Para USTED.

—Acabo de fundar un centro de salud mental,


para niños especiales y no tengo una persona
que lo dirija, como dices que eres capaz de
todo, no veo ningún problema, eres psicóloga y
por tu preocupación por los niños de aquel
parque que destruí no veo porque no pueda
interesarte.

—No sé qué decir, me interesa; pero ¿de


cuánto tiempo estamos hablando?— Contestó
Lea asombrada.

—El que sea necesario para llegar a conocerte


mejor y que no seas una estafadora. —Dijo
Alexander sonriéndole agriamente.

—No soy estafadora, y acepto el trabajo,


empezamos cuando quiera Señor Meyer.

Pero por dentro Lea se moría del miedo,


quería hacer bien su trabajo y poder ganarse la
confianza de Alexander para que la ayudase
con su proyecto. Pero no sabía si la arrogancia
de él lo dejaría ver la capacidad de Lea.

Por otro lado Alexander Meyer era un Norte


Americano muy importante y no era arrogante
como se hacía ver. Era un hombre de treinta y
dos años que sufrió mucho desde niño al igual
que Lea.
144
Sus padres eran pobres, dormían en las calles,
por lo que decidieron llevar a Alexander a un
orfanato a la corta edad de cinco años y cual
fue adoptado por una pareja de clase alta que
no podía concebir hijos.

Era un hombre soñador, le costaba confiar en


los demás y desde muy niño admiró a su padre
adoptivo que viajaba por el mundo ayudando a
los demás, al igual que quería hacerlo Lea.

Es por eso que cuando él conoció a Lea ese día


en el bar, y escucharla hablar sobre cuanto
quería ayudar a los demás le recordó a su
padre.

Los padres de Alexander murieron en un


accidente automovilístico cuando él era un
adolescente.

Al ser hijo único; heredó una gran fortuna y


muchas acciones en diferentes empresas
importantes alrededor del mundo.
Se graduó con honores a la corta edad de
veintitrés años y se convirtió en un empresario
joven. Tomó mandos de las empresas que
ahora le pertenecían.

Alexander no sólo había heredado una gran


fortuna, también la sabiduría de su padre.

Le enseñó desde muy joven que el dinero no 145


lo es todo, por lo que Alexander no
acostumbraba tener un chofer o un
mayordomo, acostumbraba a caminar por las
calles y visitar lugares no lujosos.



La humildad era el secreto de su éxito; seguir el


legado de su padre para seguir creciendo en el
mundo de los negocios era lo que había hecho
triunfar a Alexander todos estos años.

No sólo era un importante empresario, sino


también uno de los solteros más cotizados, a
pesar de tener aventuras amorosas con las
mujeres más bellas que conocía por todo el
mundo, él no había conocido el amor.

Para Alexander el amor que para él existía y el


único que conoció era el de sus padres
adoptivos, y cuando ellos murieron, se
convirtió en un hombre serio, y muchas veces
arrogante con quien tratara de engañarlo.

Juró que el día que conociera el amor de su


vida, no perdería el tiempo y formaría una
familia, no tenía que ser la más bella, sino la
persona que tuviera los pies sobre la tierra,
supiera entenderlo, amarlo de verdad y no por
146
conveniencia.
18

Era el primer día de trabajo de Lea, y por


supuesto Alexander estaba mostrándole el
lugar y conociendo a cada uno de los pacientes.

Lea se llevó la sorpresa de que todos los niños 147


pacientes al ver a Alexander corrían a abrazarlo
como si fuese Papá Noel en víspera navideña.

Lo observaba y veía la pasión que compartía


con él al poder ayudar a estos a niños y como
detrás de ese traje y su seriedad, se escondía un
hombre con un gran corazón.

Fue entonces cuando se dio cuenta que


solamente era un escudo para protegerse, pero
¿protegerse de qué?

Esa misma tarde Alexander le explicaba cuales


iban a ser sus responsabilidades y si tenía
alguna queja, se tenía que dirigir solamente a él.

Como era de esperarse una de las enfermeras


estaba enamorada de Alexander por lo que al
ver a Lea y que era una doctora joven y
hermosa, despertó sus celos de inmediato y no
le gustó la idea de que alguien totalmente
desconocido estuviese dirigiendo el lugar.
Lea se sentía emocionada de poder estar
haciendo una de las cosas que la apasionaban y
era atender a esos niños.

Cada semana que pasaba Lea se sentía más


segura y trataba de hacer lo mejor en su trabajo
para ganarse la confianza de Alexander.

Alexander la observaba sin que Lea se diese 148


cuenta, los niños la adoraban y estaba seguro
que no había tomado una mala decisión.

Se daba cuenta que Lea era apasionada y


segura de sí misma y de su trabajo para con los
demás, sino que era una joven hermosa y
soltera.

De inmediato despertó una curiosidad en él


por conocerla y saber más de ella, porque
quería tanto crear su propio centro de ayuda y
que la motivó a hacerlo.

Es por eso que decidió acercarse poco a poco.

Un día mientras Lea se encontraba en su


consultorio, decidió ir a verla y que lo
mantuviera al tanto de cómo estaba dirigiendo
aquel lugar.

—Veo que tu trabajo te ha sentado bien, ya no


te ves amargada. — le dijo burlándose de ella.
Siempre su forma de tratar a Lea era de una
forma arrogante, pero a la vez coqueteaba y era
muy difícil mantener su seriedad.

—Gracias por su observación señor Meyer. —


dijo Lea, sarcástica.

—Sabes, quiero saber más de ti. — le dijo con


mucha seriedad. 149

— ¿Saber más de mí?, no es importante, lo que


importa es que haga bien mi trabajo.

Lea cada vez que hablaba con él, se ponía


nerviosa, pero también quería saber un poco
más de él.

—Para mí es importante. — respondió


Alexander, viéndola a los ojos.

Lea se quedó viéndolo fijamente y no sabía que


decir.

— ¿Por qué te quedas callada, acaso te pongo


nerviosa?, o sigo siendo un idiota que no sabe
nada. — Agregó.

—No es un idiota, y mucho menos estoy


nerviosa.

Lea brevemente le compartió sobre sus viajes y


las brigadas que ella había sido parte en todo el
mundo y de las cosas que pudo aprender
durante terminaba sus estudios y ponerlos en
práctica cuando llegase a fundar su clínica.

Luego de una conversación a cerca de las


actividades que Lea había realizado antes de
conocerlo y de trabajar para él, empezó hacer
preguntas muy personales.

— ¿Por qué no te has casado?— Preguntó 150


Alexander muy intrigado.

—Eso es algo muy personal.

—Bien, yo no estoy casado, la mujer que quiero


para mi tiene que ser inteligente y muy bella.

—Muy bien, espero la encuentre. — le dijo Lea.

—Ahora dime, ¿Por qué no te has casado?— le


preguntó de nuevo a Lea.

—Bien ya que insiste, todavía no he conocido a


un hombre que sepa cómo tratar a una mujer,
que no sea arrogante y mucho menos
superficial. — contestó Lea un poco irritada.

Lea le estaba dando a entender que no quería a


alguien a su lado una persona como él

Alexander se quedó callado por un momento y


se dio cuenta de que Lea a pesar de su cruda
respuesta le había sido honesta y se daba
cuenta que tenía un corazón roto.
Pidió que se retirara y que la dejase terminar
con su trabajo.

Alexander cuando salió del centro, no dejaba


de pensar en la mirada de tristeza de Lea
cuando respondió su pregunta.

Se daba cuenta de que no era como las demás,


que era una mujer con los pies sobre la tierra y 151
que no se dejaba intimidar por nadie, ni
siquiera por él.

Lea por el contrario cuando Alexander salió de


su despacho, recordó que para ella sería
imposible encontrar de nuevo el amor, pensaba
que todos los hombres pensaban como
Alexander, que sólo querían un cuerpo que
admirar.

Ese mismo día, la enfermera que moría por el


amor de Alexander, vio como el salió del
despacho de Lea y de inmediato enfureció.

Alexander rara vez interactuaba con los


empleados, y no podía entender por qué
charlaba tanto con Lea, si era una empleada
más.

La relación con Lea en el centro era muy


buena, siempre ayudaba a sus compañeros y
era la última en irse.
La enfermera ingresó al despacho de Lea y le
dijo:

—Doctora Sandé, veo que su amistad con el


Señor Meyer es muy interesante.

—Disculpa, ¿en qué puedo ayudarte?— le


preguntó Lea muy inquieta.
152
—Me ayudaría mucho si se alejara de él. — le
dijo de forma amenazante.

—No sé de qué hablas, pero cualquier


problema que tengas, háblalo con él. – le dijo
Lea poniéndose de pie de su escritorio.

La enfermera se dio la vuelta con una sonrisa


malévola en su rostro y salió del despacho de
Lea.

Para Lea no era de extrañarse que Alexander


tuviera admiradoras posesivas. Por lo que no
quiso darle importancia al asunto y mucho
menos contárselo a Alexander.

Esa misma noche recibió una llamada de


Alexander:

—Lea Sandé, tengo buenas noticias para ti, he


decido reunirnos con otros socios para discutir
sobre el centro de salud que quieres abrir.
— ¡Es en serio! No lo puedo creer. — dijo Lea
muy entusiasmada.

—No tan rápido, todavía no es un hecho.

—Pero es un comienzo. — contestó Lea.

Lea estaba muy emocionada, después de tanto


tiempo de esfuerzo y soportar la actitud 153
pedante de Alexander, por fin veía su
capacidad y estaba ganando su confianza.

Se reunieron con un grupo de personas para


discutir sobre el lugar donde podía llevarse a
cabo el proyecto y cuáles eran los beneficios.

Alexander miraba a Lea como explicaba sus


planes a los demás, y se sentía sumamente
hechizado por esta mujer que dialogaba con
mucha humildad.

Lea por otro lado, le sonreía en forma de


agradecimiento por haberle dado la
oportunidad de poder expresar su sueño.

Sin embargo los otros empresarios, no les


gustaba la idea de que fuera una clínica sin
fines de lucro y no veían cual sería la ganancia
para ellos en participar en ello.

La mirada de Lea se volvió triste y fue entonces


cuando Alexander interrumpió a uno de ellos:
—Señores, como verán el plan de la Doctora
Sandé es diferente; sin embargo esa divergencia
es la que lo hace muy importante e interesante.
No nos enfoquemos en el dinero, si les he
invitado a que participen no es porque los
necesite; ustedes saben que soy el mayor
accionista de sus empresas. Les he propuesto
esto con el simple interés de que participen en 154
algo diferente y hermoso.

Lea estaba sorprendida, Alexander defendía su


punto de vista ante los empresarios, y estos
quedaron perplejos en como Alexander tenía
razón. No los necesitaba, y les convenía ser
parte de algo humanitario.

Concluyeron y aceptaron en participar en el


proyecto de Lea y ahora de Alexander Meyer.

Cuando se retiraron aquella noche Lea no


pudo contenerse y muy emocionada le dio un
fuerte abrazo a Alexander.

— ¡Gracias, Gracias!, le juro que no se va


arrepentir. — Le exclamaba Lea.

Alexander abrazó fuerte a Lea, sintió nervios y


se apartó de inmediato.

No quería que pensara mal y mucho menos


que su relación afectase como socios.
19

Lea decidió regresar a la ciudad para llevar el


proyecto con Alexander y sus socios.

Cada momento que Alexander pasaba con Lea


se daba cuenta que era una mujer grandiosa, su
forma de ser con los demás y su inteligencia lo
deslumbraban cada vez más. 155

No lo quería aceptar, pero cualquier excusa de


trabajo era motivo para estar cerca de ella.

Lea por otro lado se sentía igual, pero al


mismo tiempo pensaba en que Alexander no
iba a fijarse nunca en ella y que la veía como la
solitaria del bar y ahora su socia.

Lea se reencontró con su familia y les explicaba


de su proyecto. Su padre estaba muy orgulloso
del logró de su hija. Y Lea sentía que ya nada
podía ser más perfecto que hacer su sueño
realidad.

El proyecto debía llevarse acaso en la ciudad


natal de Lea, Alexander decidió mudarse
mientras se realizaba.

A pesar de que Alexander conocía la ciudad, le


pidió a Lea que le mostrase la belleza de su
país, era una excusa para estar cerca de ella y
poder saber más de esta hermosa joven
soñadora.
Una tarde mientras caminaban por la playa,
Alexander quiso que Lea conociera un poco de
él, con el motivo de que Lea hiciese los mismo.

Le comentó sobre su vida de niño, que fue


adoptado por una pareja de clase alta y lo
mucho que los amo, y que todo lo que él sabía
era gracias a su padre.
156
Lea al escuchar la historia conmovedora de
Alexander, sintió una sensación de paz y de
confianza, se daba cuenta que no importaba lo
que le contase a él sobre su vida, este no la
juzgaría, ya que ambos habían tenido vida muy
diferentes pero igual de dolorosas.

— ¿Por qué decidiste convertirte en doctora?

—Estuve internada en un hospital psiquiátrico, y


muchas personas en ese lugar me ayudaron y
desde ese entonces supe que yo quería hacer lo
mismo.

— ¿Por qué estuviste internada?

—De pequeña sufrí muchos abusos por


personas muy cercanas a mí, me deprimí,
intenté quitarme la vida, me lastime durante
mucho tiempo.

—Se me hace muy difícil imaginarme que hayas


pasado todo eso, no parece que hayas sufrido,
te ves feliz. — dijo Alexander asombrado.
—Usted se ve arrogante y sé que no lo es. — dijo
Lea sonriéndole.

—Es diferente, tú has pasado por mucho, y en


mi trabajo hay que tener un carácter fuerte.

—Se equivocas, puedes ser tú mismo; las 157


personas van a lastimarte si lo permites, sin
importar que actitud aparentes.

— ¿Y qué hay del amor, te has enamorado?—


preguntó Alexander, evadiendo lo anterior.

—No quiero hablar de eso.

—¿Por qué no?— Preguntó asombrado.

—Hay muchas cosas en la vida que sólo


suceden una vez o no suceden nunca, y esa es
una de ellas. Es algo que simplemente dejó de
existir hace mucho tiempo para mí. —
respondió Lea bajando su mirada.

—A veces no nos damos cuenta cuando está


sucediendo. —dijo Alexander viéndola
fijamente.

Lea sintió una profunda tristeza, por lo que


decidió irse.

Llegando a su apartamento Lea se sintió muy


triste, el acordarse o si quiera hablar del amor,
la hacían sentir así. Claro que quería
enamorarse, pero tenía mucho miedo y sabía
que no podía volver a confiar.

Ya había sufrido suficiente y sabía que otra


desilusión más no la soportaría y no quería
correr el riesgo.

El volver a enamorarse era algo que Lea no 158


quería, soñaba con formar una familia, pero al
mismo tiempo, quería que fuese un sueño
imposible.

Alexander no podía dejar de pensar en Lea, la


forma de ser y su forma de tratarlo.

El no fingir ante él, en poder llamarlo idiota


ese día en el bar por defender el bienestar de
los demás la hacían única.

El conocer su historia se dio cuenta que Lea


había sufrido mucho y que le costaría mucho
conquistarla y confiar en el amor de él.

Alexander decidió tomar el mayor riesgo de su


vida; luchar por ese sentimiento que
desconocía y Lea era la responsable de hacerlo
sentir así.

Estaba dispuesto a que Lea lo rechazase, esa


era una posible opción, nadie anteriormente se
resistía ante los encantos de Alexander Meyer,
pero sabía que Lea no era como las demás, que
talvez buscaba cosas diferentes, cosas que
posiblemente el no pudiese darle.

Se merecía el mundo, lo merecía todo y estaba


dispuesto hacer lo que sea por que Lea le diera
la oportunidad de que el amor podía tocar de
nuevo a su puerta.

Por otro lado Lea no dejaba de pensar en 159


Alexander, tenía miedo de enamorarse y que
fuera una mujer más de la lista de conquista.

Por lo que decidió mantener distancia con él y


que solamente dialogaran cuando se tratase de
negocios.

Pero Lea no sabía que él estaba decidido a


conquistarla y demostrar que le importaba.

El dolor que aun sentía en su corazón por


miedo a volver a sufrir no la dejaba pensar en
que talvez tenía una posibilidad de encontrar el
amor de su vida, talvez no era Alexander; sino
otro, pero ella en el fondo de corazón quería
que fuese él. Desde el momento en que vio
como abrazaba a esos niños y de conocer su
historia fue una conexión muy fuerte que
tenían.

Al día siguiente después de su conversación en


la playa, Alexander estaba dispuesto a tomar el
riesgo y decidió ir a visitar a Lea con el pretexto
de hablar sobre su proyecto.
Lea acepto, quería verlo; sabía que hablarían
de negocios, nunca se imaginó que él iba con
esa excusa, pero que también deseaba verla.

—Hola Lea

—Hola Alexander.

Viéndose con emoción en sus ojos. 160


Hablaron de los adelantos del proyecto y de
que muy pronto estaría listo todo para la
inauguración, faltaba contratar al personal y
demás cosas que no llevarían mucho tiempo.

La forma en que lo miraba era como la de una


niña enamorada, y Alexander miraba el
movimiento de sus labios cuando hablaba y
quería besarla.

Decidieron salir e ir a ver los avances del


proyecto.

Cuando iba camino a la clínica, ninguno de los


dos decía nada, cuando muchas veces todas sus
conversaciones se tornaban en peleas e
insultos.

Por primera vez el silencio y los nervios eran


parte de ellos.

— ¿por qué estás tan callada Lea?


—Estoy cansada; es todo. — respondió
suspirando.

Mientras iba camino al lugar, Lea recibió una


llamada inesperada de un número anónimo.

—Hola, ¿Quién habla?

—Soy yo Lea, James. 161


No podía creerlo, había pasado mucho tiempo
sin saber de James y precisamente en ese
momento tenía que llamarla.

Lea estaba nerviosa, colgó la llamada de


inmediato.

— ¿Todo está bien?— Pregunto Alexander.

—Sí, era número equivocado.

Toda esa tarde Lea pasó muy distraída, no


podía olvidar esa llamada, hasta llegó a pensar
que lo había imaginado, era imposible que
James la volviese a contactar después de tanto
tiempo.

No lo amaba, pero no quería saber nada de él,


la había hecho sufrir mucho, y además, James
estaba casado.

Ese día mientras caminaban por el lugar,


Alexander observó que le pasaba algo a Lea,
después de responder esa llamada no era la
misma.

— ¿Lea quién te ha llamado?— preguntó muy


serio.

—No ha sido nadie.

—Estás diferente, ¿estás segura que estás 162


bien?— Le volvió a preguntar.

— ¡Te dije que estoy bien!— le respondió


molesta.

—Estoy preocupado es todo.

— ¿Preocupado?, El Señor Alexander Meyer se


preocupa por mí. — dijo Lea irónicamente.

— ¡Sí, me preocupas!

— ¿Y porque le preocupo acaso está


interesado?— dijo Lea riéndose.

—Me interesa que este lugar este listo para ti y


los demás, lo que siento por ti no es interés. —
dijo Alexander viéndola a los ojos.

— ¡¿Entonces qué es?!

—Estoy enamorándome de ti. — Le dijo


Alexander acercándose a ella.
Lea empezó a llorar y salió corriendo del lugar,
lo único que podía pensar era que él se estaba
burlando de ella.

Alexander salió tras ella y le dijo.

— ¡No te vayas, por favor dime algo!— le decía


mientras la sujetaba.
163
— ¡suélteme!, lo que dice es mentira. — Le
decía Lea llorando.

— ¡Es verdad, estoy enamorado de ti!

—No siga, sabe de quién era esa llamada, de la


persona a la cual yo amé y me mintió, y no sé
porque decidió buscarme, de seguro para
burlarse de mí, así como usted lo está
haciendo. — Le decía desconsolada.

— ¡Yo no soy él!, yo jamás te engañaría, y estoy


dispuesto a probártelo.

Ser acercó a ella, la tomo de su cintura y la


besó como nunca nadie la había besado, Lea
también lo besó, pero sintió miedo y salió de
aquel lugar.

Alexander decidió dejarla ir. Se dio cuenta que


ella también sentía algo por él, la forma en
como le correspondió el beso lo confirmó.
20

A la mañana siguiente Lea recibió una visita


inesperada. Era James quien tocaba su puerta.

—Hola Lea.

— ¿Qué haces aquí? – pregunto Lea abrumada. 164

—Te extraño Lea, ¿puedo pasar? Tengo algo


que decirte— Pregunto James.

Lea lo hizo pasar, para escuchar lo que tenía


que decirle.

—Estoy divorciado desde hace mucho tiempo y


no había podido encontrarte.

—No sé qué pretendes, pero he seguido con mi


vida y tú ya no formas parte de ella.

— ¡¿Cómo me has encontrado?!— le preguntó


muy alterada.

James se rehusaba a contestar la pregunta de


Lea. Él se había dado cuenta por los medios
que Lea estaba creando un centro médico y fue
ahí donde vio salir a Lea y decidió seguirla
durante días para saber dónde poder
encontrarla y si estaba sola. Se convirtió un
capricho para él querer regresar con ella.
—Dame otra oportunidad, te amo, ¿ya no me
amas?— Preguntó james tomándola de la
mano.

—No, ya no te amo. — le dijo soltándose de su


mano.

Lea pidió que se fuera y que no la buscara más,


y mientras acompañaba a James a su puerta, 165
Alexander estaba ahí.

— ¡Alexander!— dijo Lea nerviosa.

Los ojos con los que vio James a Alexander


eran de odio, no quiso hacer una escena y se
retiró, dejando a Alexander muy confundido y
a Lea muy nerviosa.

—No debí venir. — dijo Alexander dando la


espalda.

— ¡espera!, no es lo que tú crees.

Alexander se alejó de la puerta de Lea, irritado


y muy triste, sabía quién era esa sujeto. Por la
forma en como lo miro, no podía creer que
Lea lo hubiese perdonado.

Lea lloraba esa noche, no lloraba así desde


hace mucho, no quería romper el corazón de
Alexander, también estaba enamorada de él.

No tenía entendía porque James había


regresado.


Muchas veces cuando el pasado toca puerta,


puede ser para dos cosas: si hay algo que
resolver o si ya está superado.

Y Lea ya había superado a James desde hace


mucho tiempo. El querer enamorarse de nuevo 166
no estaba dentro de sus planes y mucho menos
volver a ver a James.

Por otro lado James vigilaba constantemente


fuera del apartamento de Lea.

Se había obsesionado con ella, y al ver a otro


hombre con ella lo hacía enfurecer y querer
recuperarla a como dé lugar.

Algo muy injusto para Lea y Alexander.

Lea trataba de darse una oportunidad y creer


en que lo que le decía Alexander era sincero.

Alexander se había enamorado por primera


vez y no sabía que iba a ser tan doloroso el
querer luchar por alguien con un pasado que
regresaba a buscarla.

El querer luchar por alguien no es algo


imposible y el estar obsesionado no es amor.

James cometió un error, desde un inicio había


comenzado todo mal. Las mentiras se hicieron
grandes cada vez que estaba al lado de Lea, lo
que sentía por ella no era amor como él pensó,
ni estaba enamorado de ella.

Encontró en ella lo que no tenía en casa a base


de mentiras.

Le mintió a la madre de su hijo y a una chica


inocente que quería ser feliz y hacerlo feliz. 167

Cuando se engaña a dos personas a la vez y te


aman, no mereces a ninguna de ellas.

Es por eso que él estaba solo, y no se divorció


por querer regresar con Lea o por extrañarla.
Sino por su capricho que disfrazaba de amor y
el egoísmo de no poder aceptar que el triunfo
de Lea la llevarían lejos de él.

Y eso era lo que estaba sucediendo, Lea


triunfaba en sus planes y había conocido al
posible amor de su vida.

James ya no era él mismo joven del cual Lea se


enamoró, era ahora un hombre solitario y le
gustaba ahogar sus noches en el alcohol.

A pesar de que se había convertido en un


prestigioso abogado, la soberbia y el poder lo
hacían querer tener todo lo que se propusiese
como fuese necesario.
Su ex esposa había sufrido mucho su
separación, y decidió irse del país con su hijo.

A James no le importó el no volver a verlo y


durante muchos años lo único que no podía
obtener era a Lea es por eso que decidió
buscarla hasta encontrarla. Y lo hizo.

James investigó a Alexander y se dio cuenta 168


que era un multimillonario muy importante, y
no iba a permitir que si este sujeto estaba
interesado en Lea la alejara de él.

Al día siguiente Lea se encontró con Alexander


en el centro médico, ya faltaban pocos días
para que se inaugurara el lugar.

—Hola Alexander.

—Hola. – dijo el sin verla a los ojos.

—Tengo que explicarte— No tienes que


explicarme nada. Solamente somos socios—
dijo interrumpiéndola.

— ¿Por qué actúas así?— dijo Lea muy inquieta.

— ¿Así cómo?

—Cómo si nada te importara. — dijo Lea a


punto de llorar.

Alexander la observaba mientras los ojos de


Lea se tornaban triste y se retiró.
Alexander se había comportado como el idiota
del bar. Se daba cuenta que talvez estaba
equivocado, que Lea no había regresado con su
ex.

Decidió ir a su oficina, y mientras se acercaba


escuchaba a Lea muy alterada en el teléfono:

— ¡Te he dicho que no regresaré contigo!— Le 169


gritaba Lea a James por teléfono.

Lea colgó la llamada y estaba llorando, estaba


muy mal, no necesitaba eso en su vida en esos
momentos, todo estaba marchando bien, su
sueño se estaba cumpliendo.

Alexander entró a la oficina y su debilidad ante


Lea al verla llorar de esa manera era algo que
no quería ver jamás.

Le gustaba verla sonreír con los niños, y que al


verla le daba paz después de un día difícil. Y a
pesar de que siempre la trataba con arrogancia
y era un arrogante con ella, siempre le regalaba
una sonrisa y le decía que todo iba a estar bien.

No soportaba verla así y recordó que había


prometido que cuando encontrase a la mujer
de la cual se enamorara no la dejaría ir nunca.

—Lea, ¿Estás bien?

— ¡Vete!— gritó Lea llorando.


—No me iré a ninguna parte.

La tomó de sus manos, limpió las lágrimas de


su rostro y la beso dulcemente. Fue un beso
lleno de amor y entrega.

—Lo siento por ser un idiota.

Lea sonrió y le dijo: 170


—No eres un idiota. Eres mi idiota.

Alexander la siguió besando y la abrazó muy


fuerte, le dijo que todo estaría bien. Y que no
dejaría que nadie la volviese a lastimar mientras
él estuviera vivo.

Por primera vez en su vida Lea sintió que


estaba a salvo.

El amor que Alexander sentía por Lea crecía


cada día, quería protegerla y ni todo el dinero
del mundo se podía comparar con lo que
Alexander era capaz de hacer por ella y que
fuese feliz.

No era un amor posesivo, era un amor franco e


íntegro, la pasión que compartían por ayudar a
los demás, el dolor que de niños sufrieron y la
manera de ver el mundo, lo hacía único.

Esa misma tarde Lea continuaba recibiendo


llamadas de James y mensajes que decían:
— ¡Jamás dejaré de amarte y voy a recuperarte!

Lea le mostró a Alexander lo que James le


escribía y le dijo:

—Ignóralo, no contestes; ya le has sido clara y


tiene que aceptarlo. Pero si se acerca a ti, ahí si
tendré que intervenir.
171
Lea por dentro, sintió miedo; había algo que le
decía que James no se iba a detener, lo
desconocía y no quería que él cometiese una
estupidez. Y tampoco poner en peligro a
Alexander y mucho menos preocuparlo.

Hizo creer a Alexander que todo estaba bien y


que haría lo que le sugería.

Quería estar sin preocupaciones mientras se


acercaba el día de dar la apertura del Centro
médico.

Cuando el gran día llegó, todos estaban muy


felices, la familia de Lea la acompañó, muchas
personas importantes y todos los medios
estaban ahí presentes en el gran día.

Lea Sandé había hecho su sueño realidad con


la ayuda de Alexander Meyer, eran los
fundadores de un nuevo Centro Comunitario
de Salud Mental.
Lea estaba feliz porque había sido un camino
muy largo el que la llevó hasta ese momento, y
que ahora por fin estaba al alcance de sus
manos el poder ayudar a muchas personas.

Alexander le dio todo el crédito a ella a pesar


que fue con la ayuda de él que Lea pudo
hacerlo. A los medios les decía que su fuerza y
172
su humildad para con los demás era la fuente
de su éxito como médico y ahora directora de
aquel lugar.



Por otro lado Lea expresaba que no pudo


haberlo hecho sola, y que el Señor Meyer
siempre creyó en ella y su visión. Y el objetivo
para ambos era ayudar a los demás.

Lea le daba las gracias públicamente, algo que


nunca había pasado, a pesar de que Alexander
era fundador de muchas empresas importantes
alrededor del mundo, nadie le agradecía
abiertamente de la manera en que lo hacía Lea.
Sin ningún interés de por medio o sacar
provecho del mismo.
21

El sueño de Lea rendía mucho fruto, la


cantidad de personas que llegaban en busca de
ayuda era increíble, Lea y Alexander se sentían
orgullosos de lo que habían logrado. El mundo
sería un poco mejor y la ayuda que brindaba el 173
centro era totalmente sin fines de lucro.

Lea por otro lado se había instalado ya al lugar,


para seguir ejerciendo como psicóloga.

Mientras tanto Alexander se encargaba de sus


negocios con visitas prolongadas, pero había
una excepción esta vez, era con el amor de su
vida por lo que visitaba a Lea constantemente y
así también conocer a muchos de los pacientes.

Luego de salir del trabajo, Lea se dirigió a


tomar un café, y Alexander llegaría minutos
después.

Cuando Lea llegó al lugar a esperar a


Alexander, no se había dado cuenta de que
James la había seguido.

James estaba loco, no podía alejarse de ella y la


observaba ese día en aquel lugar. Mientras Lea
esperaba a Alexander, James le envió un café,
pero le dijo al mesero que le dijese que era
cortesía del lugar.
Lea confiada aceptó y tomó de aquel café, sin
darse cuenta de que James había puesto una
fuerte droga en su bebida.

Lea empezó a sentirse mareada, por lo que se


dirigió al tocador, pensó que era el cansancio o
que el día había sido muy caluroso.

Cuando Lea salió del baño tambaleándose 174


James estaba esperándola en el pasillo, se
acercó a ella y le dijo:

— ¡Lea mi amor, te dije que no me alejaría de


ti! — mientras la tomaba de la cintura.

— ¡Aléjate de mí, no me toques! — le decía Lea


con mucha dificultad.

Alexander llegó al lugar y no encontraba a Lea,


uno de los meseros le dijo que una joven se
había dirigido al tocador y que ya llevaba
mucho tiempo. Las pertenencias de Lea
estaban en la mesa. Para Alexander fue algo
extraño, ella jamás dejaría sus cosas ahí.

Alexander mientras se acercaba a los tocadores,


escuchaba una discusión de un hombre y una
mujer.

— ¡Suéltame, auxilio! — sollozaba Lea

Se dio cuenta que se trataba de Lea, corrió y


tomo a James por detrás y lo apartó de ella.
— ¡Déjala maldito, no la toques! — decía
Alexander mientras le daba un puñetazo en la
cara.

Las personas alrededor miraban lo que


sucedía, y uno de ellos era policía, cuando
James se dio cuenta. Salió corriendo del lugar.

Mientras que Lea casi no podía hablar. 175

— ¡¿Lea amor que pasa?! — preguntaba


histérico.

Lea tocó su rostro y se desmayó en sus brazos.

Alexander tomó a Lea y la llevo al hospital.


Mientras iban en el coche Alexander le hablaba
a Lea:

— ¿Cariño que tienes, que te hizo ese tipo?


¡Despierta por favor!

Alexander sabía que algo andaba mal, quería


pensar que talvez de los nervios y el susto que
había pasado provocaron que Lea se
desmayase.

Al llegar a emergencias, de inmediato ayudaron


a Lea

— ¡Necesito ayuda, no reacciona por favor! —


gritaba Alexander
Jamás había estado tan asustado en su vida,
temía por la vida de Lea y que James le hubiese
hecho algo, pero no se iba a quedar así,
Alexander quería matar a James. Él muy
cobarde había huido del lugar. Pero aquel
policía del lugar dio parte a las autoridades que
buscasen al sujeto que intento lastimar a Lea.
176
Los médicos le dijeron a Alexander que Lea
había sido drogada por una sustancia muy
peligrosa, y que de no ser porque él llegó a
tiempo, Lea hubiera muerto.

Alexander no podía creer que James hubiese


sido capaz de hacerle algo así a Lea, si
aparentemente la “amaba”.

Cuando Lea despertó, Alexander estaba a su


lado.

— ¿Qué me pasó? — preguntó Lea muy


confundida.

—Todo está bien, trata de descansar—


respondió Alexander.

A la mañana siguiente que Lea estaba fuera de


peligro, dos oficiales cuidaban la habitación de
Lea.

Alexander estaba muy preocupado de que


James se volviese acercar y le hiciere daño, es
por eso que insistió en cuidarla y no apartarse
de ella en ningún momento.

Alexander dio a las autoridades de que


encontrasen a James, les explicó junto con Lea
que se trataba de un ex novio obsesionado con
ella; la asechaba y no la dejaba en paz.

Lea trató de calmar las cosas un poco 177


diciéndole a Alexander que todo estaría bien,
que no se preocupara y que volviesen al
trabajo.

Alexander insistía en que no la dejaría sola.

Así era el amor que le tenía, protegerla y


amarla era todo lo que hacía por ella.

Lea a pesar de que no quería preocuparlo ni


demostrar que estaba asustada por lo que
pudiese pasar, trataba de calmarlo y que si
permanecían juntos nada malo podía pasar,
pero los planes de James no terminarían ahí.

James era un prestigioso abogado por lo que


siempre se salía con la suya a base de soborno
logró librarse de aquella acusación y seguir
asechando a Lea.

No quería hacerle daño, James pensaba que


Lea esa tarde estaría sola y aprovecharía para
llevársela lejos.
Por lo que debía emplear otro plan para estar
junto a ella.



Mientras Lea se recuperaba de aquella tarde


espantosa, Alexander preparaba algo hermoso
para ella. 178
Alexander quería hacer muy especial para
ambos y poder olvidar lo que había pasado con
Lea. El haber visto a Lea de esa manera
Alexander no quería perder un segundo más.

Una noche Alexander le dijo a Lea que tenía


una sorpresa para ella.

—Es momento de que nos olvidemos un poco


del trabajo. —le dijo Alexander a Lea
sonriéndole como un niño enamorado.

Vendó sus ojos y la dirigió hacia un avión


privado.

— ¿Qué haces, dime dónde vamos? — Le


preguntó.

Lea al abrir los ojos vio aquel avión que


esperaba por ellos.

— ¿Me compraste un avión? — le dijo Lea


riendo a carcajadas.
—Jamás te compraría un avión, te compraría
miles — le dijo Alexander.

Alexander llevaba a Lea a una isla muy


hermosa, era la mejor isla alrededor del
mundo, donde pasarían una hermosa estadía.

Al llegar al lugar ya Alexander tenía todo


preparado para Lea. La llevó a cenar a un 179
hermoso restaurante al aire libre. No podría ser
más perfecto el momento entre ellos dos.

Lea estaba hermosa y muy elegante, Alexander


no paraba de verla y admirar la belleza de la
mujer que amaba.

—Te vez hermosa, eres la mujer más bella del


mundo. — dijo besándola en la mano.

—Tú también te ves bien. — mientras se


sonrojaba.

—Sabes, eso me encanta de ti, tu humildad es lo


que hace ver más hermosa, nunca tratas
conseguir elogios. — le dijo admirado.

—Debe ser porque nunca los había recibido en


mi vida. — contestó Lea.

—Ahora es diferente, puedo decirte lo


maravillosa que eres a cada momento.

—Sabes, es increíble haber llegado hasta aquí;


pensé que mi vida nunca tomaría un mejor
camino. —muchas veces luche por cosas
imposibles, que no estaban en mis manos
resolverlas, y otras las alcancé pero las demás
personas no siempre cumplen con su promesa.

Lea le contó sobre aquella maestra de la


escuela quien la humilló por un medallón de
cartón que había ganado y no quiso
180
entregárselo; simplemente la ridiculizó delante
de sus demás compañeros.

Lo recordaba como algo injusto, no por


egocentrismo o porque todo en la vida tenía
que ganarlo; sino que era una niña y nunca
había ganado nada más sin embargo anhelaba
aquello sencillo para otros pero para ella tenía
un gran valor.

Es por eso que nunca desistió en luchar en su


vida, a pesar de sus malas decisiones y todos
los obstáculos que atravesó, aquel medallón de
cartón le enseñó a luchar.

— ¿Cómo algo sin valor le puede enseñar algo a


una niña? —preguntó Alexander.

—Cuando alguien puede esforzarse por algo


que no vale dinero, y representa algo
importante para una niña de nueve años; ¿Qué
te hace pensar que no puedes lograr algo más
grande y no para ti sino también para los
demás?
—Tienes razón, me imagino que dolió
mucho— Agregó Alexander.

—Lloré mucho hasta quedarme dormida, pero


mírame ahora; míranos lo que hemos logrado.

—Eres sabia como mi Padre y te amo por lo


que eres. — Le dijo Alexander tomando de su
mano. 181

—Tú eres como Él, nunca lo olvides.

Lea siempre evadía los Te Amo de Alexander,


él se daba cuenta de eso; sin embargo nunca le
dijo nada al respecto porque sabía que ella lo
amaba de la misma manera, entendía que lo
que Lea sentía era miedo por lo mucho que
había sufrido en el pasado.
22

Al terminar la cena se marcharon al hotel,


Alexander preparó habitaciones separadas; era
un caballero y no quería apresurar las cosas
con Lea hasta que estuviese preparada.

Al dejarla en su habitación se despidieron con 182


un beso y Lea le dio las gracias por la
encantadora velada.

Alexander se fue a su habitación, no dejaba de


pensar en Lea, y tampoco Lea dejaba de
pensar en él.

Lea tenía miedo de que todo fuese un sueño,


imaginaba que también Alexander se fuese de
su vida. La vida le había arrebatado muchas
cosas.

Era un amor perfecto, la forma en como su


amor creció fue inusual; después que ambos no
se podían ni ver, Alexander era arrogante y
terco, y Lea nunca se dejó intimidar por él, no
que él supiera.

Al siguiente día en la isla, Alexander tenía otra


sorpresa para Lea; la llevaría a dar un paseo en
yate. Lea no dejaba de ser sorprendida por él.
Mientras navegaban en los alrededores de
aquel hermoso lugar, la sonrisa de Lea se
tornaba pequeña.

Alexander se dio cuenta de que algo le pasaba:

— ¿Todo está bien?

—No pasa nada, esto es hermoso, lo que haces 183


es increíble— le dijo viéndolo con ojos tristes.

Alexander la abrazó fuerte y beso su frente.

Una lágrima de Lea rodó por su mejilla,


mientras lo abrazaba.

Temía, se sentía feliz y a la vez triste. Y todo


eso la asustaba.

Al regresar a la isla, dieron un paseo por el


lugar; Alexander tomaba de su mano y
apreciaban la hermosura natural. Y fueron a
tomar algo en uno de los restaurantes.

Mientras estaban en el lugar, Lea le dijo a


Alexander que llamaría a su padre, por lo que
salió por unos momentos.

Mientras Lea estaba hablando con su padre a


unos pocos metros de Alexander, observó que
una rubia se acercó a él.

—Alexander, ¡Dios mío!, que pequeño es el


mundo.
—Hola, ¿Cómo estás? — le dijo Alexander
amablemente.

—Bien, pero tu estás más que bien— Le dijo


mientras tocaba su pecho.

—Tranquila—le contestó mientras quitaba su


mano de él.
184
Lea se sintió molesta, estaba viendo al típico
Alexander Meyer, al cual nadie se le podía
resistir.

— ¿Estás solo? — preguntó mientras le


coqueteaba.

—No, estoy con la bella mujer de allá—


levantando su cabeza a Lea.

—Es muy hermosa, felicidades, ha sido un


placer verte. Adiós— le dijo mientras se
retiraba.

Lea por otro lado no tenía idea de lo que


hablaban, había visto la rubia como coqueteaba
con Alexander.

Cuando Lea regresó con Alexander estaba


celosa y no decía ni una palabra, demostró un
desinterés por aquel episodio, haciéndole creer
a Alexander que todo estaba bien.

Alexander supo que estaba celosa y molesta,


pero sabía que Lea no diría nada.
— ¿Te pasa algo?

—No pasa nada— le dijo Lea volteando su


mirada hacia otro lado.

Lea no sólo se sentía molesta y celosa, sino que


sus pensamientos la traicionaban, pensaba que
jamás estaría a la altura para merecer a alguien
como Alexander. 185

—Estoy cansada, creo que iré a mi habitación—


le dijo indignada.

—Te acompaño.

Cuando Alexander acompañaba a Lea a su


habitación se dio cuenta que no era cansancio
lo que había hecho que Lea se retirara, sino
que volvía a su estado de desconfianza e
inseguridad.

Cuando llegaron a la puerta, Alexander no se


iba a quedar sin decir nada y dejar que Lea se
fuese molesta con él.

—Dime que pasa.

—Nada, no te preocupes— Le dijo mientras


abría la puerta.

—Te conozco, sé que te molestaste por verme


con una vieja amiga.
—Vieja amiga, así las llamas ahora—Le
respondió furiosa.

—Lo es, y dijo que eras hermosa.

— ¿Ahora te burlas de mí?

—No te pongas así, sabes que te amo a ti.

— ¡No te creo! Eres un mentiroso, te vi 186


coqueteando con ella.

Mientras Lea le seguía diciendo cosas que en el


fondo sabía que no eran ciertas, Alexander la
observaba. Y recordó aquella tarde cuando lo
llamo idiota, estaba igual de molesta y le
parecía encantadora.

La tomó de la cintura y la calló con un beso.


Entraron a su habitación, todo a su alrededor
caía de aquella escena apasionada.

Se dirigieron a la cama y continuaban


besándose. En ese mismo momento se
quedaron viendo fijamente a los ojos.

—Te Amo Lea.

—Tengo miedo Alexander.

— ¿Miedo de que?

—Miedo de amarte tanto…— Le dijo Lea.


Alexander quitó lentamente su vestido,
besando cada parte de su cuerpo. Besaba sus
cicatrices, Lea temblaba de la emoción.

—No las veas— le dijo Lea muy angustiada.

—Eres bella, te amo y amo cada parte de tu


cuerpo. — mientras continuaba besándola por
todos lados. 187

Era mágico aquel momento, Lea jamás había


estado con alguien; era virgen y estaba muy
nerviosa, pero a la vez feliz. Porque era él amor
de su vida.

Esa noche se amaron con pasión, Lea le decía


que lo amaba una y otra vez.

Alexander a pesar de haber estado con mujeres


bellísimas, era la primera vez que hacia el amor
con alguien. No era sexo de una noche, él
estaba entregando su amor por completo al
igual que ella.

La amaba con todo su corazón y ella lo amaba


de la misma manera. Lea se sintió mujer por
primera vez.

Ya no conseguía mantener el caparazón que


había construido durante varios años,
Alexander se convirtió en alguien muy
importante en su vida, no quería estar lejos de
él. Era el amor de su vida.
Él que verdaderamente la hacía feliz y
demostraba su amor sincero; No le importaba
su estatus, solamente lo amaba por lo que él
era.



Alexander no había sido feliz durante mucho 188


tiempo, cuando sus padres adoptivos murieron,
él no volvió a ser el mismo, se escondía en el
trabajo.

Pero cuando se enamoró de Lea, se sentía vivo


y feliz, Lea le enseñaba que podía ser quien él
quisiese sin importar lo que dijesen los demás,
tenía los pies en la tierra, y le enseñó algo que
nunca conocía, amar a una mujer.

Esa noche durmieron juntos, y Alexander


observaba a Lea mientras dormía.

Era el hombre más feliz del mundo, que Lea lo


amara y que lo haya escogido como el primer
hombre en su vida era algo que valoraba
mucho y se prometió jamás hacerle daño.

Al despertar Lea tenía una inmensa sonrisa en


su rostro, el viaje resultaba ser lo que ambos
necesitaban para demostrar el amor que se
tenían.
Mientras tanto era momento de regresar a casa,
Alexander decidió quedarse más tiempo en la
ciudad por Lea, no quería alejarse de ella por
ninguna razón, ni siquiera por su trabajo, era el
momento perfecto para un descanso y estar a
su lado.

Camino a casa Lea y Alexander era la pareja


189
más feliz del mundo, jamás olvidarían ese
momento que pasaron juntos.

Todo marchaba bien entre ellos, su amor era el


impulso que ambos andaban buscando para
que su vida tuviese sentido.

El centro de salud mental recibía muchas


personas en busca de ayuda, los pacientes de
Lea eran jóvenes y niños, le gustaba el poder
ayudar desde el más pequeño hasta el más
adulto.

Lo que aprendió con lo que ocurrió en su vida,


le ayudaba a que los demás no cometiesen el
mismo error, y tomaran el camino del éxito,
que todo se solucionaría y la respuesta estaba
en ellos mismos.

Sus pacientes eran como sus amigos, les


ayudaba como ella hubiese querido recibir
ayuda en ese momento de su edad.

El padre de Lea estaba feliz por su hija, Lea lo


visitaba frecuentemente a él y a sus hermanos.
190
23

Pasaron los días y todo marchaba bien entre


Lea y Alexander, luego de aquel incidente con
James, Alexander decidió comprar un nuevo
hogar para Lea para que estuviese segura y que
él no se acercara a ella.
191
Alexander planeaba pedirle matrimonio a Lea
en el momento menos esperado.

Llevaban mucho tiempo juntos y se amaban,


quería pasar el resto de su vida con la mujer
más bella y perfecta para él.

Pero Lea tanta felicidad por primera vez en su


vida la asustaba, más sin embargo la
aprovechaba al máximo, y confiaba en que la
vida estaba tomando otro rumbo mejor.

Una tarde Lea no se sentía bien de salud, por


lo que decidió irse a su nuevo hogar con
Alexander.

—Te Amo Lea.

—También Te Amo Alex.

Todos estaban muy felices por ellos, a pesar de


ser muy diferentes eso era lo que hacía que su
amor fuese fuerte y único.
Alexander no quería perder ni un momento
más, es por eso que decidió al día siguiente
pedirle matrimonio a Lea.

Detrás de esa seriedad de hombre, Alexander


era un hombre muy romántico y apasionado,
por lo que preparaba algo muy especial para
Lea.
192
Mientras que Lea se encontrase en su
consultorio, lo que todos temían era que James
no tardaría en reaparecer en cualquier
momento cuando se enterase que Lea se
casaría con Alexander.

James seguía asechando a Lea y no se hacía


notar porque planeaba acercarse el día menos
esperado. Después del incidente aquella tarde
y que la drogara para él no era suficiente, tenía
que tener cuidado esta vez, ser precavido y
asegurarse de que Alexander no estuviese con
ella para que todo resultase como él quería.

A pesar de no tener noticias del paradero de


James, Alexander continuaba con su sorpresa
para Lea.

Esa noche Lea llego a casa y encontró en su


cama un bello vestido con una nota que decía

“Vendré por ti a las 8:00 p.m. Te Amo A.”


Lea se miraba radiante y hermosa en aquel
vestido blanco, con la espalda descubierta, un
gusto peculiar de Alexander.

—Te ves hermosa.

—Es porque tú lo compraste. —le dijo


sonrojada.
193
—Sin ti es un simple vestido.

Una limosina esperaba por ellos, Lea no sabía


de qué se trataba todo aquello, parecía que
todo lo había planeado perfecto Alexander.

Fue un viaje de varios minutos, pero valía la


pena la espera.



Cuando llegaron aquel hermosos lugar que


Alexander preparó para Lea a la luz de las
estrellas y la luna.

Todo estaba lleno de rosas, y había una


orquesta tocando al fondo.

Lea estaba feliz por todo aquello hermoso y


que Alexander preparó con mucho amor para
ella.

Mientras escuchaban la orquesta y tomaban


vino blanco Alexander estaba nervioso por
hacerle la gran pregunta a Lea.
—Espero que te guste lo que preparé para ti.

—Es todo perfecto, Te Amo; nunca dejas de


sorprenderme. — le dijo besándolo.

Mientras Lea lo abrazaba en aquella noche


romántica, Alexander dispuso que era el
momento indicado para hacerle la gran
pregunta a Lea: 194

—Sabes que eres lo mejor que me ha pasado en


la vida y quiero darte las gracias por darme
tanta felicidad.

—Gracias Alex, tú eres lo mejor en mi vida.

—Jamás en mi vida pensé encontrar el amor, y


luego te conocí, la Lea terca, enojada y seria;
pero que robó mi corazón desde el primer
momento en que te vi. Eres una mujer
extraordinaria Lea, nunca te olvides de eso; lo
que haces por los demás es admirable.

—Te Amo Alex.

—Te Amo demasiado y no quiero perder el


tiempo, quiero aprovecharlo al máximo a tu
lado, jure que cuando encontrará a la mujer
que robara mi corazón no la apartaría de mí y
la protegería con mi vida si fuese necesario. Es
por eso que quiero preguntarte si…
¿Te Casarías conmigo? — le preguntó mientras
se ponía de rodillas.

Lea estaba asombrada, lágrimas empezaron a


rodar por sus mejillas de felicidad, su corazón
latía muy rápido, no había momento más
perfecto y tan lleno de emoción y alegría para
ella.
195
— ¡SI! — le dijo emocionada.

—Te Amo, eres todo para mí—le dijo mientras


la abrazaba fuerte.

Ese momento fue mágico para ambos, su amor


no podía ser más grande y perfecto, estaban
felices, los dos después de un largo viaje por fin
habían encontrado el verdadero amor.

Lea estaba muy emocionada por contarle a su


familia que estaba comprometida, que iba a
casarse con el amor de su vida.

No querían nada extravagante, a pesar de que


era la gran boda esperada por todo el mundo.
Al fin Alexander Meyer el soltero más cotizado
se casaría.

Como era de esperarse no era una sorpresa


que todos dijesen que Lea se casaba con él por
su dinero, pero la verdad únicamente
importaba para ellos y la gente que realmente
conocía su amor.

Alexander conocía el corazón de Lea, una


chica humilde que sufrió por mucho tiempo y
que ahora le tocaba a él hacerla feliz.

Lea le conto la noticia a todos, en especial a


Anne; quien sería su dama de honor, desde 196
muy pequeñas prometieron que ambas serían
la dama de honor de la otra.

—Te Mereces esa felicidad, estoy orgullosa de ti


Lea.

—Me pone triste que mi madre no vaya a estar


ahí, pero sé que si todo hubiese sido diferente,
ella no faltaría. —Le dijo Lea muy conmovida.

Lea empezó los preparativos junto con


Alexander y Anne, Alexander era terco en todo
y Lea también, esa chispa era lo que hacía su
amor diferente a los demás.

Nunca estaban de acuerdo en todo, pero


Alexander cuando veía molesta a Lea
provocaba besarla y amarla cada vez más.

Mientras los días para la esperada pasaban,


James se enteró del compromiso de Lea con
Alexander, una furia inmensa desato dentro de
él, jamás dejaría que Lea se casase con él.
Por lo que debía apresurar su plan de
inmediato, iba a raptar a Lea como fuese
posible, no le importaban las consecuencias y
tenía mucho dinero para irse lejos de
Alexander donde no pudiese encontrarla.



197

Cuando Lea se encontraba de compras para la


celebración, Alexander estaba de viaje en su
país, estaría de regreso al día siguiente.

Alexander le pidió a Lea que anduviese con


guardaespaldas, ya que no quería que nada
malo le pasase y porque no sabían si James iba
aparecer en cualquier momento.

A Lea no le gustó la idea pero lo hacía para


que él estuviese tranquilo. Eso no iba a poder
detener a James.

Ese día en que Lea estaba de compras, vio la


peor de sus pesadillas, James estaba enfrente
de ella. Cuando Lea les dijo a sus
guardaespaldas que alguien la seguía de
inmediato la sacaron de ahí.

Lea no quería preocupar a Alexander, por lo


que no le dijo nada. Esperaba a que llegase de
su viaje.
Esa noche Lea estaba sola en casa, y los
guardaespaldas no acostumbraban a custodiar
el lugar, ya que la casa contaba con la seguridad
necesaria.

Lea recibió una llamada de un número no


conocido, pensó que talvez era Alexander ya
que se encontraba fuera del país.
198
— ¿Alex?

—No soy él Lea. — contestó un hombre.

— ¿Quién es? — pregunto Lea muy nerviosa.

—Tu viejo y único amor… James.

Lea colgó de inmediato el teléfono, estaba muy


nerviosa, tenía mucho miedo de que algo le
pasase.

Pero James no iba a descansar hasta que ella


hiciera lo que él quería.

La llamo de nuevo muchas veces, pero Lea no


contestaba; harta de la situación Lea decidió
contestar:

— ¡Déjame en paz! — le grito Lea.

—Amor, deberías de ser más dulce conmigo;


porque no abres la puerta mejor— o ¿quieres
que vaya por Anne? — le dijo amenazándola.

—No te atrevas a tocarla. — le dijo Lea.


—Entonces abre la puerta.

Lea con mucho miedo no tenía otra opción


más que hacer lo que James le estaba pidiendo,
no iba a permitir que le hiciera daño a Anne ni
a nadie que ella amase.

Cuando abrió la puerta, James estaba ahí; tenía


una arma por lo que Lea no podía hacer nada 199
para defenderse.

—Siéntate, no voy hacerte daño. —Le dijo James


mientras se sentaba.

James la miraba de pies a cabeza, mientras que


Lea temblaba del miedo.

—Sabes Lea, no sé qué hacer para que estés a


mi lado, y mira lo que me haces hacer. Te amo
y quiero que estés conmigo como una vez
prometimos estarlo y es momento de
cumplirlo. —le decía mientras movía el arma.

—Si tanto me amas ¿Por qué vienes armado a


mi casa? —preguntó Lea con su voz
temblorosa.

—Tú eres la causante, pero sabes que jamás te


haría daño, lo que pasó aquel día fue un
accidente. — le dijo irónicamente.

— ¿Accidente, hacerme daño es un accidente?


—Cariño, era un pequeño calmante, no sabía
que te haría mal; es más por eso he decidido
venir por las buenas. Quiero que hagas lo que
te diga, sino quieres que nadie de tu familia o
tú adorado Alex salgan lastimados.

—No te atrevas…—le dijo Lea llorando.

—Le dirás a tu prometido que no lo amas, que 200


quieres estar sola y que te iras del país. — le dijo
james mientras se acercaba a ella.

—No puedo hacer eso, ¡estás loco! — le decía


Lea.

— Lo harás o tú serás la culpable de muchas


vidas Lea, tú me perteneces y lo sabes. Él jamás
te amara como yo, le dirás que quieres estar
sola; así poder irnos lejos y que él desaparezca
de nuestras vidas como siempre debió ser. — le
decía mientras la tomaba a la fuerza con el
arma.

Lea lloraba descontrolada, no podía hacer lo


que James le pedía, pero debía hacerlo, estaba
dispuesta a dar su vida por las personas que
amaba, por el amor de su vida.

—Está bien, haré lo que tú quieras— le dijo Lea.

—Estaré muy cerca, no pretendas engañarme.


Sé muy bien donde está tu padre y los demás.
Sabes que puedo acabar con más de una vida.
Así que tú eliges. — Le dijo mientras le daba un
beso en la frente para marcharse.

Lea quedo devastada, lloraba con todas sus


fuerzas, no podía hacer nada, llamar a la policía
era inútil, no tenía pruebas de nada y James era
un abogado con mucho poder.

Estaba dispuesta a renunciar al amor de 201


Alexander antes de que le pasara algo malo.
24

Alexander llegó de su viaje y fue al Centro


médico a sorprender a Lea.

Cuando Alexander llegó al lugar, se dio cuenta


que Lea no había llegado a trabajar.
202
Era muy extraño que Lea faltase al trabajo, sus
pacientes eran muy importantes para ella y
encargarse de que todo estuviera bien. Es por
eso que decidió llamarla:

— ¿Lea amor dónde estás? —preguntó


preocupado.

—Alex… estoy en casa; no me sentía bien ¿ya


estás de regreso?

—Sí, quería sorprenderte en tu consultorio,


pero no te encontré; voy para allá.

Lea estaba muy nerviosa, no paraba de llorar


pero no quería que Alexander la viese así y
sospechase que algo andaba mal. Tenía que
romperle el corazón, alejarlo para que James
no pudiese hacerle daño.

Estaba muy mal, era increíble lo que James


estaba consiguiendo con su locura y obsesión
por Lea.
Cuando Alexander llegó a casa el sintió que
algo no andaba bien, Lea tenía una mirada
triste y parecía estar llorando. Cuando
Alexander la abrazo y la beso, concibió un
rechazo de ella.

— ¿Qué tienes Lea? —preguntó desconcertado.

—Tenemos que hablar. —le dijo Lea sin verlo a 203


los ojos.

—He estado pensando mucho estos días que no


has estado aquí, y creo que es una locura todo
esto.

— ¿Por qué estás haciendo todo esto?

—Es lo que siento y no quiero hacerte daño. —


Le decía Lea mientras sus ojos se tornaban
llorosos.

— ¿Ya no me amas?

—Pensé que era amor, pero no puedes amar en


quien no confías, eres Alexander Meyer un
hombre que ha tenido las mujeres más bellas.

—Estás mintiendo Lea, esta no eres tú—Le


decía desolado.

—Perdóname, es la verdad. Por favor vete. —Le


dijo Lea dándole la espalda y llorando.

— ¡Mírame y dime que no me amas!


—Ya… no te amo.

Alexander no creía en nada de lo que le decía


Lea, estaba confundido. Las palabras de Lea
eran hirientes. Pero estaba escuchando de su
boca que no lo amaba y viéndolo a los ojos.

Pero jamás le haría daño o la obligaría a que


estuviese a su lado. 204

Se fue de ahí llorando, no creía nada o no


quería creer que la mujer que él lo amaba ya
no lo amaba o que talvez nunca lo amo.

Lea se quedó llorando desolada gritaba por el


amor de Alexander, quería poder gritar que lo
amaba con todo su corazón y porque lo amaba
hacia todo eso.

Cuando Alexander se fue, James estaba afuera


esperando poder entrar y llevarse a Lea.

Mientras que Lea seguía llorando, sintió que su


corazón estaba destruido.

De pronto tocaron a su puerta, y era James:

—Veo que ya le diste la gran noticia—Le dijo


burlándose.

— ¡Por favor déjame en paz! — suplicaba Lea.

—Jamás, es hora de irnos, ya tengo todo listo—


le dijo tomándola a la fuerza.
Mientras se iban en el auto, observo que James
llevaba muchas maletas y un pasaporte falso de
ambos. Pretendía salir del país con Lea.

Lea tenía mucho miedo de lo que fuera capaz


de hacer James, sabía que él no se detendría
nunca a pesar de que Lea hiciese lo que le
pidiese.
205
Esa noche ocurría una fuerte tormenta y James
hablaba por teléfono, decía y pedía cosas muy
extrañas.

—Quiero todo listo. — No quiero que cometan


errores— decía James.

Cuando terminó de hacer la extraña llamada


Lea no entendía a quien le estaba dando tantas
órdenes.

— ¿Con quién hablas? — preguntó confundida.

—Con las personas que se van a encargar de


que seamos felices.

— ¿De qué estás hablando? ya me tienes. Vas a


dejar en paz a todos.

—Cariño, que te hace pensar que mientras


Meyer esté vivo vamos a ser felices— le
respondió burlándose.

— ¡No le hagas daño, ya me tienes, es lo que


querías!
— ¡Tiene que morir!— grito.

Cuando le dijo eso, Lea no lo iba a permitir y


forcejeó con él en el vehículo.

— ¡Maldito, no te atrevas hacerle daño! —


gritaba Lea mientras lo golpeaba.

Debido a que hacia una fuerte tormenta, el 206


auto patinaba sobre la carretera mojada, lo que
provocó que este se volcara.

Lea despertó momentos después, sangraba


mucho y estaba por desmayarse cuando logró
ver que James yacía a su lado muerto debido al
impacto que recibió.

Un automóvil se detuvo ayudar y llamó una


ambulancia, Lea perdió la conciencia.

Cuando Lea despertó el médico estaba a su


lado:

— ¿Cómo te sientes? — preguntó el médico

— ¿El hombre que estaba conmigo?

—Lo siento mucho, el murió, recibió un fuerte


golpe en la cabeza.

— ¡Tengo que salir de aquí, alguien está en


peligro! — gritaba Lea queriendo levantarse de
la cama.
—Tranquila, hay algo más— Dijo el médico
inquieto.

— ¿Qué pasa?

—Perdiste a tu bebé, lo siento mucho.

Lea quedo aturdida y empezó a llorar.

— ¿Quieres que llame a alguien? 207

Lea estaba preocupada por Alexander, por lo


que decidió llamar a su padre para explicarle lo
ocurrido.

Cuando su padre llegó y se enteró de todo, no


lo podía creer lo que le sucedía a su hija,
Lloraba junto a Lea.

Su padre llamó a la policía y a Alexander, para


decirles lo que James había planeado hacer;
llegaron de inmediato al hospital donde estaba
Lea.

Cuando Alexander vio a Lea lloraba y la


abrazaba, él sabía que lo amaba y que algo
pasaba.

Lea no encontraba la manera de decirle que


había perdido a su bebe. Se culpó a sí misma
por no saberlo; pensaba que si hubiese sabido
que estaba embarazada le hubiese dicho la
verdad a Alexander y haber luchado un poco
más para que James no se saliera con la suya.
Pero no se puede retroceder el tiempo, James
estaba muerto y su bebe también, su primer
hijo; del hombre que amaba y que ansiaba ser
padre.

— ¡Mi amor porque no me dijiste nada, gracias


a Dios estás bien! — le decía Alexander
inquietado.
208
—Iba a lastimarte— le respondió Lea llorando y
abrazándolo fuerte.

—Hubiese preferido morir para que no tuvieras


que pasar por esto, Te Amo tanto.

Alexander una vez más veía el amor que Lea


sentía por ella, estaba dispuesta a sacrificarse
ella por él.

De eso se trata el amor, cuidar uno del otro. Y


así era el amor de ellos.

Temía por la vida de Alexander y no quería


estar más a su lado, para protegerlo, ya que no
pudo proteger la vida de su bebé, iba a
proteger la de él, alejándose.

Lea regresó a casa con Alexander una vez se


recuperó, seguía sin decirle nada a Alexander,
estaba en shock y casi no hablaba. Alexander
estaba muy preocupado por ella, pero entendía
que era debido al trauma que acababa de sufrir.
Alexander y Lea estaban a salvo ya que la
orden que había dado James era de asesinar a
Alexander una vez estuviese lejos con Lea, y
cómo esto nunca pasó, los cómplices de James
se entregaron una vez se dieron cuenta que
había muerto.


209

Cuando llegaron a casa Lea no paraba de


llorar, decidió que no podía más sin decirle a
Alexander la verdad él merecía saberlo.

—Amor estás a salvo, estoy aquí contigo— le


decía Alexander consolándola.

—Tengo algo que decirte.

—Dime amor lo que sea.

—Pasó algo más en el accidente y no sé cómo


decirte, no pude en el hospital.

— ¿Dime que pasa, te hizo daño? — preguntaba


Alexander preocupado.

Lea viéndolo a los ojos y apartándolo de ella le


dijo:

—Perdí a nuestro bebé en el accidente.

Lágrimas empezaron a caer de los ojos de


Alexander, estaba muy triste, destrozado. Se
acercó a Lea toco su vientre y lo besó.
Lloraba en las piernas de Lea como un niño.

— ¡Lo Siento tanto! Yo tengo la culpa, yo


provoqué el accidente— gritaba Lea.

— ¡No digas eso, jamás vuelvas a decir eso; no


tienes la culpa! —decía Alexander mirándola a
los ojos.
210
— ¡Te Amo Lea y quiero casarme contigo!

Después de esa noche Alexander durmió


abrazando a Lea como la primera vez que
pasaban la noche juntos.

No la culpaba de nada, había sido un accidente


y ella trataba de salvar la vida de él.

No iba a permitir que Lea se pusiera triste de


nuevo, que regresaran los fantasmas del
pasado.

Lea por las noches despertaba gritando y


llorando, Alexander la tranquilizaba hasta que
se volvía a quedar dormida.

A pesar de que James estaba muerto, Lea


soñaba con él, que estaba en su cama, que
tocaba su vientre y Lea sangraba. Eran
pesadillas terribles.

Estaba a su lado consolándola, demostrándole


que la amaba y que ella no era culpable de
nada.
Alexander quería ser fuerte para ella, pero
también le dolía lo que pasaba, al verla a si
cuando lo que siempre quiso para ella era que
fuese feliz a su lado.

No se rendirían fácilmente, a pesar de la


terrible pérdida, iban a seguir con sus planes,
casarse y formar una familia.
211
Su amor era muy fuerte y lograrían superar
cualquier prueba dolorosa, a pesar de que una
pérdida no era algo fácil de olvidar, trataban de
imaginar los hijos que podían tener en un
futuro.

No lo veían como un castigo, sino cómo lo que


era, un doloroso accidente que no estaba en
sus manos poder hacer nada.

Lea puso su vida en peligro por salvarlo a él,


sin saber que estaba embarazada, Pero
desgraciadamente no lo sabía, es por eso que
golpeo a James para detenerlo sin saber qué
ocurriría un accidente.

Ni siquiera quería que James muriera, quería


que él la dejara en paz y se alejara de todos,
buscara ayuda, fuese feliz y viviera para su hijo.

Lea perdió un bebé, pero un niño quedó sin su


padre, por no darse cuenta de que lo que hacía
estaba mal. Debía dejar a Lea ser feliz.
A pesar de él dolor que sintieron; la muerte de
James no causo una satisfacción para ellos.

Decidieron perdonarlo y dejar todo atrás,


seguir con sus vidas y esperar que un día esa
herida sanara.

El padre de Lea y su familia estuvieron a su


lado apoyándolos. 212

Lea regresó al trabajo; el estar ahí para los


demás sanaba sus heridas y Alexander estaba
agradecido cada día por despertar al lado de la
mujer que amaba.
25

Después de tanto tiempo el momento más


importante de sus vidas. Por fin llegó; La boda
de Lea y Alexander.

Querían una boda en la misma isla donde


habían pasado su primera noche juntos, que
mejor lugar para casarse que aquel donde 213
significo mucho para ambos.

La Isla estaba preparada para él gran día, todo


estaba hermoso y elegante, flores y rosas
blancas adornaban el lugar.

Lea se preparaba en el hotel con Anne, los


nervios y muchas emociones que sentía en esos
momentos eran increíbles.

Recordó por un momento de cuando era niña,


y soñaba con ese día, el camino fue largo pero
la vida le dio la oportunidad de conocer al
hombre que amaba.

—Te ves hermosa Lea— decía Anne al


momento de colocarle el velo.

—Nunca olvides que eres mi hermana y te


amo—dijo Lea abrazándola.

Ya todo estaba listo, la boda empezaba y la


música de la orquesta empezó a tocar.
Lea caminaba hacía Alexander del brazo de su
padre; mientras iba sonreía y apretaba la mano
de su padre con mucha emoción, todos sus
hermanos y familiares estaban ahí.

Cuando su padre la entregó a Alexander y le


dio un beso, una lágrima deslizo por la mejilla
de su padre y la besó.
214
En la ceremonia era el momento de decir los
votos:

— “Lea, la primera vez que te vi; estabas tan


molesta y dije ¿Cómo puede una mujer tan
enojada verse tan bella? Y me di cuenta que el
motivo de tu enojo era yo. Pero cuando te
conocí y vi dentro de tu corazón, me enamoré
de ti.

Eres el ser más maravilloso, bondadoso y


humilde que he conocido, eres mi mejor
amiga, eres todo para mí; prometí no dejar ir al
amor cuando lo conociera y aquí estoy enfrente
de ti y delante de todas estas personas te digo
que Te Amo y que con nuestro amor hemos
logrado lo inalcanzable”. —dijo Alexander muy
conmovido.

—“Alexander, desde que te vi nunca me


imaginé que detrás de esa mirada fría se
encontraba un hombre con mucho amor para
dar y que gracias a la vida pude ganármelo. Te
Amo con todas mis fuerzas y jamás pensé en
que este día llegaría y me entusiasma que sea
contigo. Te prometo que siempre estaré a tu
lado no importa lo que pase, estaré aquí para
amarte y hacerte feliz. Te Amo y Te Amaré”. —
Dijo Lea.

Todos a su alrededor reían y lloraban, su amor


215
era inigualable, lo imperfecto de ambos, hacía
que fuese perfecto cada segundo juntos.

Al momento en que los declararon marido y


mujer, cerraron con un beso.

Lea al voltear donde estaba su familia, vio a su


madre que aplaudía y lloraba de felicidad.

Sabía que era su imaginación, su madre ya no


estaba con ella, pero el deseo, la felicidad que
sintió en ese momento hizo que ella la viese
por un segundo.

Era el día más feliz de su vida. Y cada una de


las personas deseaba que fuesen muy felices
como ese día.

Luego de la celebración se fueron a la luna de


miel a deleitarse de su nueva y gran etapa,
gozando la placidez por el gran amor que se
tenían como marido y mujer.
La vida era maravillosa con ellos, y cada día
que pasaban juntos era diferente al anterior;
vivían cada segundo como si fuese el último.

El largo camino que tuvieron que recorrer y las


cosas difíciles que enfrentaron les enseñó a no
desperdiciar ningún momento sin demostrar
cuanto se amaban.
216


Fue una luna de miel hermosa, y disfrutaban


estar dichosamente juntos, vivían el día a día
porque lo maravilloso pasa cuando menos te lo
esperas. Y lo planeado puede cambiar y
muchas veces desilusionarte.

Lea no había tenido la oportunidad de


demostrar sus habilidades como artista a
Alexander.

Es por eso que le dio una sorpresa para cuando


llegaran a su nuevo hogar.

Lea pintó el rostro de Alexander, la mirada que


la cautivó y enamoró desde el primer momento
en que lo vio.

Al llegar a casa después de la luna de miel, Lea


vendó los ojos de Alexander:

— ¿Qué tramas amor? —Preguntaba Alexander


riendo.
—Nada, es una sorpresa.

Al momento en que Alexander abrió sus ojos y


vio un gran cuadro que Lea hizo para él se
sorprendió; no solamente por su talento, sino
porque era un detalle insuperable y muy
hermoso; la forma en cómo captó su mirada
era asombroso.
217



—Eres maravillosa, Te Amo. Me encanta,


Gracias.

Por un instante Alexander cuando vio su rostro


en el cuadro, recordó a su padre, no el hombre
con el que creció sino su padre biológico;
como si al ver ese cuadro estuviese viendo a su
padre.

— ¿Qué pasa? —Le pregunto Lea preocupada.

—Nada, es… por un momento recordé a mi


padre biológico.

— ¿Nunca supiste de él?

—No, mi único recuerdo es cuando se


despedían de mí, es una imagen borrosa; tenía
cinco años.
Lea lo abrazaba y en su corazón sintió un
fuerte deseo de poder hacer algo y talvez
encontrar a sus padres.

Mas sin embargo no iba a decirle, no quería


crearle una idea errónea y darle falsas
esperanzas.

— ¿Nunca intentaste buscarlos? —Le pregunto 218


Lea.

—La verdad es que es la primera vez que hablo


de ellos.

Lea no quiso seguir viendo triste a Alexander,


pero ahora estaba más que decidida en
encontrar a los padres de él.

Lo conocía muy bien y se daba cuenta que un


vacío habitaba su corazón. Y quería que él no
cometiese el mismo error de ella, en no haber
estado el tiempo necesario con su madre
cuando más la necesitaba.

Esa noche Alexander estaba feliz, empezaba su


nueva vida de casado con Lea.

Pero no lograba sacar de su cabeza por qué


había recordado a sus padres.

Abrazó a Lea y se quedó dormido esperando


mañana fuese un nuevo día al lado de su
amada.
Alexander ya no viajaba con tanta frecuencia
por trabajo; antes lo hacía porque era su
manera de hacer que los días pasaran más
rápido, pero ya no era necesario huir de la
vida.

Lea ese día en su consultorio no podía dejar de


pensar en los ojos de Alexander cuando vio su
219
sorpresa.

Por lo que decidió poner en marcha la


búsqueda de los padres de Alexander.

Investigo a cerca del orfanato, y contrató a las


personas necesarias para saber el paradero de
ellos. Le tomaría un poco de tiempo, pero no
iba a descansar hasta saber noticias de ellos.

Alexander había hecho mucho por ella, por lo


que iba hacer lo mismo por él, eran felices
pero deseaba que él fuese realmente feliz sin
ningún vacío en su corazón.

Y el hecho de que Alexander no pudiese


hablarlo antes le daba una señal de que era lo
correcto por hacer.

Mientras Lea recibía noticias, en el Centro


Médico las cosas marchaban de lo mejor.
Personas sanaban, y otras buscaban ayuda.
Pero Lea no dejaba de pensar en aquel bebé
que había perdido, lloraba de vez en cuando a
escondidas de Alexander.

Era un sentimiento que sólo ella podía


entender más sin embargo estaba feliz y le
pedía a Dios que algún día le diese la
220
oportunidad de ser madre y formar una
familia.

Alexander no hablaba de ese tema porque no


quería presionar a Lea ni que se pusiese triste
por recordar algo tan doloroso. Pero también
deseaba ser padre.

Cuando una persona vive una pérdida como


esa, necesita tiempo para sanar y más en cómo
sucedieron las cosas; todo pasó muy rápido y
fue un gran impacto en la vida de ambos.

Los hijos vendrían, no sabían cuándo pero


cuando llegase sería en el momento perfecto.



El ser padres les daría la oportunidad de darles


lo que ellos nunca tuvieron, y verles crecer
como personas de bien. Lea no quería cometer
los mismos errores que su madre; no iba a ser
la madre perfecta, pero sería diferente a ella.
Y a pesar de que Alexander creció con una
buena familia de clase alta, en su corazón y en
su mente estaba la idea de que sus padres lo
habían abandonado.

221
26

Habían pasado varios meses y Lea no lograba


saber nada del paradero de los padres de
Alexander.

Pasaba mucho tiempo llamando y visitando 222


varios lugares donde pudiesen darle
información.

Mientras se ocupaba de hacer todo esto, algo


muy extraño pasó.

Una noche ella y Alexander estaban en su casa,


cuando de repente Lea no se sentía bien.
Pensaba que era cansancio y lo poco que
dormía debido a su búsqueda a escondidas de
él.

— ¿Estás bien amor? — preguntó Alexander


con mucha preocupación.

—Estoy algo cansada.

—Ven, vamos a la cama; necesitas descansar.

Mientras Lea iba a su habitación con


Alexander, sintió muchos mareos y por poco
se desmaya.

— ¡Cariño! — le dijo Alexander mientras la


sujetaba.
— ¡No estás bien, te llevaré al médico ahora
mismo!

Era de esperarse que Alexander se preocupase


con Lea, hacía mucho que no pasaba algo así;
por lo que decidió llevarla al médico.

Al llegar al lugar, le hicieron una revisión


general de rutina para asegurarse de que todo 223
estuviese bien, su corazón estuviese sano y
fuera de peligro.

Alexander estaba muy nervioso y preocupado;


no se apartaba de Lea y estaba pendiente de
que no decayera.

Cuando el médico llegó con los exámenes que


le había practicado a Lea, ambos estaban muy
preocupados.

— ¿Qué tiene mi esposa doctor? — Preguntaba


inquieto Alexander.

—Tengo buenas noticias, no hay nada malo en


los resultados; todo marcha de maravilla.

—Su esposa está embarazada, ¡Felicidades!

Lea y Alexander no lo creían, ¡Serían padres!


La emoción que sintieron en esos momentos,
fue de llorar de la alegría.
— ¿¡Es en serio doctor; todo está bien, no pasa
nada con el bebé, Mi esposa está sana?! —
Preguntaba agitado.

—Todo está bien, pueden irse a casa y de


nuevo, muchas felicidades.

Alexander besaba a Lea, era el hombre más


feliz del mundo. No lo podían creer que al fin 224
serían padres.

La vida de nuevo era maravillosa con ellos al


bendecirlos con esta nueva noticia; lo que tanto
anhelaban durante mucho tiempo y sanaría
muchas heridas.

Al llegar a casa Alexander cuidaba mucho a


Lea, quería que todo saliese bien durante todo
el embarazo para que él bebé y ella estuvieran
sanos.

—Estoy tan Feliz, sin ti a mi lado no sé qué


haría—Dijo Lea dándole el más cálido beso.

—Estoy aquí, a tu lado y jamás me iré—dijo


Alexander pero en su rostro había una mirada
triste.

— ¿Qué pasa?

—Estoy feliz por nosotros, pero tengo miedo de


no ser un buen padre.
—Serás un buen padre, como tu padre lo fue
contigo y estoy segura de que la decisión que
tomaron tus padres fue porque te amaban.



“Cuando recibes muchos golpes en la vida, 225

Siempre encontraras la luz al final del día y de


todo lo malo aprenderás cosas nuevas para con
tu vida y ser mejor persona.

Una nueva vida es el comienzo de un camino


inolvidable,

Donde no muchas veces podrás ser perfecto,


cometerás errores;

Pero serán errores corregibles para ser un


mejor trabajo cada día.

El amor es bueno, el amor es maravilloso y con


amor todo se puede vencer hasta el miedo que
se encuentra muy en el fondo de tu corazón,
tienes que buscarlo y aceptarlo. Para poder
vencerlo”


El ser padre a Alexander le daba mucha


felicidad pero su temor por no llegar a ser el
padre ejemplar lo aterrorizaba, él no sabe
porque sus padres lo abandonaron y creció con 226
esa interrogante toda su vida a pesar de que sus
padres adoptivos le dieron mucho amor.

Ellos siempre le hicieron saber que fue


adoptado porque querían que fuese una
persona agradecida con el mundo, que
supieran que llegó a sus brazos con un gran
propósito.

Muchas veces prefirió que sus padres nunca le


hubiesen dicho que era adoptado, pero eso lo
convirtió en él hombre que era hoy y a lo largo
de los años ayudo a muchas personas con el fin
de que talvez algún día la vida le diese la
oportunidad de reencontrarse con ellos.

Mientras tanto no quiso seguir pensando en


eso y dedicaba a estar al lado de su esposa para
cuidarla y protegerla a ella y su bebé en
camino.

Lea le dio la noticia a toda su familia, estaba


muy contentos por ellos; merecían eso y
mucho más.
El padre de Lea lloró al recibir la noticia de
que su hija iba a ser madre; y el convertirse en
abuelo era la sensación más hermosa del
mundo para él.

—Estoy orgulloso de la mujer en que te has


convertido—dijo abrazándola muy fuerte.

—Sé que serás una gran madre, Te Amo hija. 227

Después de muchos años en que su padre


dejaba de lado todo lo que le pasaba a Lea,
cambio mucho por su hija y sus hijos; se dio
cuenta que cometía un error en no aprovechar
su vida con ellos.

Cuando estuvo a punto de perder a Lea algo en


él despertó y sabía que su vida no sería igual sin
ella.

Y la muerte de la única mujer que amo y que


ambos se lastimaron mucho fue algo que lo
marco siempre a pesar de que en el fondo de
su corazón la perdonó, esperaba que ella lo
perdonase también.

Es por eso que más de una vez él visitó su


tumba y dejaba flores, pero cuando Lea perdió
a su bebé; él fue y se sentó enfrente de su
tumba y le dijo:

—Siempre pensé que sería yo quien dejaría este


mundo primero que tú, la primera vez que te vi
quería amarte y formar una familia, pero no
pude por la vanidad; siempre quería más de
todo.

Casi perdemos a nuestra hija de nuevo; por un


momento pensé que mi mundo se iba con ella.

Sé que fui egoísta y no hice un buen trabajo


talvez si las hubiese tratado mejor o hubiera 228
hecho las cosas diferentes tu no estarías aquí,
quiero creer eso.

Perdóname por no haberte valorado y porque


dañé tu corazón y te arrastre conmigo, nunca
vamos a saber cuánto sufrió nuestra hija
cuando estuvimos juntos, pero ahora sé que
ella está feliz.

Quisiera que estuvieras aquí para verlo; te amé


y te sigo amando; perdón por no habértelo
dicho.

Lloraba al decir todas esas cosas en la tumba


de la madre de Lea; ella ya no estaba para
escucharlo; pero quería imaginar que ella
también lo pudiera perdonar.

A pesar de que era un buen hombre, tenía un


defecto que no podía dejar y era el de tener
muchas mujeres a la vez.

Después de tener a muchas mujeres


incluyendo a la madre de Lea, luego de su
separación con Camile, decidió vivir solo y
disfrutar su vida al lado de sus hijos.

Era todo lo que necesitaba para ser feliz y no


quería darse cuenta ya cuando fuese demasiado
tarde, perdió el amor y no quería perderlos a
ellos también.

 229

Lea sabía que su padre aun sufría la muerte de


su madre; pero le hizo saber de qué su madre
al morir así como le dijo cuanto la amaba
estaba segura que también lo amaba a él por
encima de todos los errores que ambos
cometieron.

Así era Lea a pesar de haber sufrido mucho no


tenía nada que perdonarles, buscaba la
felicidad para las personas que amaba y que
buscaría los padres de Alexander porque en el
fondo de su corazón sabía que ellos también lo
buscaban.

Días después recibió una llamada que


cambiaría la vida de Alexander para siempre:

—Señora Meyer, hemos dado con el paradero


de los posibles padres de su esposo; sus
nombres son Rose y Brandon Morrison,
dieron en adopción a su pequeño hijo de cinco
años, la descripción y la fecha indican que se
trata de ellos; pero me temo que están en otro
país, tengo su dirección por si usted quiere
comunicarse con ellos o ir personalmente. —
dijo el detective.

Lea por fin había encontrado a los padres de


Alexander, pero quería conocerlos en persona
antes de que pudiese llevarlos con Alexander.
230
El detective privado dijo que los padres de
Alexander estaban en otro país no muy lejos de
donde vivían y ambos estaban vivos. Por lo que
Lea decidió ir de inmediato.

Esa misma noche Lea hablo con Anne para


que la acompañase en el viaje, sabía que
Alexander no la dejaría ir sola a ningún lugar
porque se preocupaba por ella y él bebé; pero
si Anne la acompañase él estaría más tranquilo.

—Saldré con Anne, quiere que la acompañe a


un pequeño viaje, regresaremos al día siguiente.
—dijo Lea mientras iban a la cama.

—Un pequeño viaje, y ¿dónde irán si puedo


saberlo? —Preguntó Alexander, curioso.

—No muy lejos, es algo de hermanas; no te


preocupes estaremos bien. Puedes estar
tranquilo y aprovechar para estar al tanto con
las empresas.
—Está bien, mientras no estés sola; estoy
tranquilo. Cuídate mucho. —dijo Alexander
dándole un beso de buenas noches.

Al día siguiente Anne y Lea tomaron un avión


para conocer a los padres de Alexander.

Al llegar a la dirección que el detective les dio


era un lugar muy agraciado y retirado de la 231
ciudad.

Al tocar la puerta de la casa:

—Buenas tardes ¿en qué puedo ayudarle? —dijo


una señora muy amable.

— ¿Señora Rose Morrison?

—Sí, soy yo.

—Hola, Mi nombre es Lea Sandé y ella es mi


hermana Anne; quisiera hablar con usted y su
esposo por favor.

La señora Morrison hizo pasar adelante a Lea y


Anne, llamó a su esposo y tomaron asiento en
una pequeña sala para conversar del motivo de
la visita.

Lea estaba muy nerviosa y tomaba de la mano


de Anne, no sabía cómo decirles o
preguntarles si eran los padres de Alexander.
—Sé que ha pasado mucho tiempo y no quiero
juzgarlos ni mucho menos, por favor no se
molesten, pero ¿Ustedes dieron en adopción a
su pequeño hijo de cinco años? — dijo Lea muy
nerviosa.

La Señora Morrison empezó a llorar en cuanto


le mencionó lo de su pequeño hijo, y el Señor
232
Morrison dijo:

—Sí, nuestro hijo Alexander tuvimos que…

Lea estaba conmovida de ver a la humilde


pareja llorando por su hijo.

—Al año de haberlo entregado, quisimos


buscarlo; poder recuperarlo pero sus padres
adoptivos salieron del país; no teníamos donde
vivir, pasábamos por miseria no queríamos que
nuestro hijo creciera en un ambiente así; pero
no tuvimos el dinero necesario para poder
seguir buscándolo. —Decía la madre muy
perturbada.

—Entiendo, Se lo difícil que pudo haber sido


para ustedes sacrificarse así por su hijo.

—Pero… ¿Usted como sabe de nuestro hijo? —


Preguntó el Señor Morrison muy confuso.

—Su hijo…Alexander; es mi esposo.


Lea lloraba y la madre de Alexander la tomó
de la mano muy fuerte.

—Él se llama Alexander Meyer; es un hombre


maravilloso, sus padres adoptivos fueron muy
buenos con él; y sabe que fue adoptado.

—Dios mío… ¡Gracias Dios mío!, no sabe


cuánto me hace feliz el saber que él está bien. 233
—Decía la señora Morrison.

—Quiero llevarlos conmigo; quiero que lo vean,


sé que él necesita verlos como ustedes a él.

—Nosotros no sabemos si podemos ir, ¡debe


odiarnos!—Dijo el señor Morrison muy triste.

—No los odia, él no sabe que he venido hasta


aquí; pero de igual manera quiero que vengan
con nosotras. Les daré un lugar donde puedan
quedarse mientras arreglo un encuentro con él;
si ustedes me lo permiten.

La búsqueda por fin había concluido, Lea supo


desde un principio que sus padres habían
intentado buscarlo.



Ahora sólo faltaba que Lea le dijese a


Alexander que había encontrado a sus padres y
saber si quería conocerlos.
A pesar de que los Morrison salieron de la
pobreza y buscaron a su hijo no pudieron
encontrarlo, los padres adoptivos de Alexander
viajaban por todo el mundo ya que era dueño
de muchas empresas internacionales, por lo
que nunca estaban por mucho tiempo en un
lugar.
234
Al día siguiente Lea y Anne viajaron junto con
los padres de Alexander para idear el gran
reencuentro.

Al llegar a la ciudad Lea dejó a los Morrison en


un hotel mientras descubría la forma de cómo
decirle a Alexander sobre sus padres.

Alexander llegó a casa, abrazó y besó a Lea


mientras que ella lucia muy distraída.

— ¿Qué tal tu viaje amor, donde esta Anne;


pensé que estaría aquí?

—No, la dejé en casa, estaba cansada del viaje;


todo salió bien. —dijo Lea actuando muy
nerviosa.

— ¿Estás bien Amor, segura que no pasa nada


más?

—Todo está bien.


Lea no quería decirle nada en ese momento,
esperaría poder decirle todo a día siguiente con
más calma.

No era nada fácil para ella el poder decirle que


encontró a sus padres, no sabía cómo sería su
reacción. Si se molestaría o se alegraría; de
cualquier forma tenía que hacerlo.
235
Los Morrison estaban muy felices al saber que
su único hijo estaba bien y que pronto lo
verían.

Nunca cesaron de buscarlo a pesar de tantos


años; jamás dejaron de pensar en él.

A la mañana siguiente cuando Alexander


estaba fuera de casa, Lea salió del consultorio y
fue donde los Morrison para saber si
necesitaban algo y decirles que hablarían con
Alexander esa noche.

Lea conversaría con él para decirle que estuvo


buscando a sus padres y que por fin los
encontró.

Cuando Alexander llegó a casa Lea lo esperaba


muy ansiosa.

—Alex, Amor tenemos que hablar.

— ¿Todo está bien, el bebé y tu están bien? —


Preguntaba muy preocupado.
—Todo está bien con el bebé, es de otra cosa
que quiero hablarte. Por favor prométeme que
no te enojaras y lo pensaras, únicamente eso te
pido.

—Estás preocupándome.

—Sólo prométemelo.
236
—Te lo prometo.

— ¿Alguna vez pensaste en conocer a tus


padres o quisieras conocerlos?

Alexander la observo por un momento, hizo


una pausa antes de contestar su pregunta y dijo:

—Cuando mis padres me dijeron que era


adoptado si sentí una curiosidad, pero luego
pensé en que talvez ellos estaban muertos.

—Yo contraté a varias personas para que


buscaran a tus padres.

— ¡Que! ¿Por qué hiciste algo así sin decirme?


—dijo muy alterado.

—Sé que no debí ocultártelo, pero te conozco y


jamás admitirías que quisieras conocerlos y
mucho menos dejarme que los encontrara.

— ¡Me abandonaron!, No son mis padres, mis


padres murieron hace muchos años.
—Ellos no te abandonaron Alex—dijo muy
triste.

— ¿Por qué dices eso, acaso los encontraste?

—Sí. Ellos pasaban por un momento difícil, te


amaban mucho y porque te amaban querían
una vida mejor para ti. Es por eso que
decidieron darte en adopción. Tus padres 237
quieren conocerte; no los juzgues. Tienes que
darles la oportunidad de conocerte, eres su
hijo.

Alexander estaba perplejo de lo que Lea le


decía, no sabía qué hacer, por un lado Lea
tenía razón, él jamás admitirá que una parte de
él siempre quiso conocerlos, pero también le
daba miedo que ellos si lo hayan abandonado
por no quererlo.

—Te Amo, apoyo lo que tú quieras, piénsalo. Y


te llevaré donde ellos, No quiero que sea tarde
para ti, no cometas el mismo error que yo
cometí por mi dolor—dijo Lea tomándolo de la
mano.

Al día siguiente Alexander no dejaba de pensar


en lo que Lea le había dicho, Lea no decía ni
una sola palabra al respecto. Iba a respetar
cualquier decisión que Alexander tomara.

No era una decisión fácil, pero era importante


que sus dudas fueran aclaradas, tenía todo el
derecho de conocerlos y saber el qué los llevó
a tomar una decisión tan difícil.

Alexander no quería estar molesto con Lea por


lo que había hecho, era su esposa, y lo amaba.
Quería lo mejor para él.

—Te Amo— dijo a Lea y la abrazó.


238
—También Te Amo.

—Gracias por lo que hiciste, y tienes razón.


Aceptaré conocerlos con una condición.

— ¿Cual?

—Cuando este con ellos, no te apartes de mí


lado.

—No lo haré.

—Te Amo.

Lea llevó a Alexander donde estaban los


Morrison, era un momento con muchas
emociones encontradas, no quería que
Alexander saliese lastimado o que al
conocerlos decidiera no volverlos a ver.



Al momento de tocar la puerta, le dijo a


Alexander que esperara un momento para
entrar, primero Lea hablaría con ellos.
—Señores Morrison, Alexander está afuera.

— ¡De verdad! ¿Podemos verlo? —Dijo la


Señora Morrison muy agitada.

—Sí, quería decirles primero, en un momento


le haré pasar.

Lea salió de la habitación y tomó a Alexander 239


de la mano, de regreso donde ellos estaban
muy nervioso y ansioso.

Lea no sabía cuál iba a ser la reacción de


Alexander al momento de ver a sus padres.
Pero no se apartaría en ningún momento de su
lado.

Cuando entraron, Los Morrison se pusieron de


pie y Alexander apretó muy fuerte la mano de
Lea, después él soltó su mano; se acercó a ellos
y sus padres lo abrazaron muy conmovidos.

Lea también lloraba al verlos juntos, lloraban se


abrazaban y nunca vio a Alexander que
sonriera y llorara a la misma vez.

Simplemente era un momento muy


conmovedor para todos.

—Hijo mío, Te amamos, nunca dejamos de


amarte—Decía su madre llorando y
abrazándolo.
—Mira en el hombre que te has convertido—
Dijo su padre.

Luego de muchos besos, abrazos y lágrimas;


tomaron asiento. Tenían mucho de qué hablar.

—Tu esposa es maravillosa, Ya sé porque te


casaste con ella. —decía su padre muy
orgulloso. 240

—Hijo, sé que tienes muchas preguntas y


estamos aquí para decirte lo que realmente
pasó.

—Nunca dejamos de buscarte, jamás dejamos


de amarte, queríamos que fueses un hombre
de bien, que crecieras en un mundo diferente
que nosotros no te podíamos dar. Perdónanos
por no haberlo intentado más. —Decían
llorando.

—Perdónenme ustedes a mí, por haber


pensado todos estos años que me habían
abandonado por que no me querían. —Expresó
Alexander.

—Estamos orgullosos de ti, en el hombre que te


has convertido. No sabíamos que nuestro hijo
era el hombre que todos hablaban en la
televisión, estamos orgullosos de ti.
—Me llena de nostalgia el saber que tus padres
adoptivos no cambiaron el nombre que te
dimos—Dijo su madre.

—Mis padres fueron maravillosos conmigo, y


debo agradecerles por eso.

—Lea es la mujer de mi vida, La Amo y vamos


a tener un bebé. Si decidí conocerlos es gracias 241
a ella y que pronto seré padre.

Los padres de Alexander lloraban de la


emoción, estaban felices por su hijo. Lea no les
había dicho que estaba embarazada y que
Alexander lo dijese era porque confiaba en
ellos.

Lea los observaba y sonreía, estaba muy feliz


por ellos. El hombre que amaba al fin ya no
tendría heridas en su corazón. Y sus padres
recuperaban a su hijo.



Después de una tarde muy conmovedora,


Alexander le contaba sus padres como había
sido su vida, al igual ellos contaban muy triste
todo lo que pasaron luego de darlo en
adopción y como pudieron recuperarse de la
miseria en la que vivían.
No eran personas ricas, eran humildes y
decidieron no volver a tener hijos porque jamás
dejaron de pensar en él.

Alexander y Lea tomados de la mano hablaban


de cómo se conocieron y todo lo que lograron
juntos, de su boda y de la familia de Lea.

Lea empezó a sentir mucho dolor en todo su 242


cuerpo, temblaba y sudaba frio. De inmediato
se levantó para tomar un poco de aire.

— ¿Lea, cariño estás bien? —Preguntó la madre


de Alexander.

—Sí, es que tantas emociones me dejó algo


cansada.

Lea sentía que algo no andaba bien, pero no


quería preocupar a nadie en un momento tan
importante. Pero Alexander se dio cuenta que
Lea no estaba bien.

— ¿Amor te sientes bien? —Pregunto Alexander


acercándose a muy preocupado.

Su corazón latía muy fuerte, observó a


Alexander, lo abrazó y se desmayó en sus
brazos.

— ¡Lea, Amor!

Alexander corrió con Lea en sus brazos para


llevarla al hospital con sus padres. No sabía que
le pasaba a su esposa, todo estaba bien, los
médicos habían dicho que todo marcharía
bien.

Cuando llegaron al hospital, Alexander estaba


muy mal; lloraba preocupado por su esposa y
su bebé. Sus padres estaban a su lado
consolándolo diciendo que todo estaría bien.
243
Alexander muy desesperado pedía una
respuesta a los médicos que le dijeran como
estaba su esposa y su bebé.

Cuando el médico salió no traía buenas


noticias:

—Señor Meyer, Lamento decirle que el


corazón de su esposa no está funcionando
bien.

Lea ya había tenido una complicación en el


corazón donde este se detuvo por cinco
minutos. Era algo que jamás quería que
volviese a pasar.

— ¡Es imposible!, Usted había dicho que todo


estaba bien con ella y él bebé.

—Lo sé, pero las fallas en el corazón son


repentinas, a pesar de que Lea se sometió a un
fuerte tratamiento años atrás, logró mejorar.
Pero es peligroso que vuelva hacerlo estando
embarazada.
— ¿Pero van a estar bien ella y mi bebé?

—Está estable, pero su embarazo es de mucho


riesgo… Me temo que al final sólo uno pueda
sobrevivir.

Al escuchar esas palabras del médico el mundo


de Alexander se vino abajo.
244
No quería perder a la mujer de su vida, su
único amor. Y tampoco quería perder a su hijo.

Era lo que más deseaba en el mundo. Estar


con ambos y ser una familia.

Alexander abrazaba y lloraba en los brazos de


su madre, pidiéndole a Dios que no le quitara
lo único que le daba sentido a su vida.

Recuperaba algo y volvía a perder, no era justo


para él ni para ella estar en un sube y baja de
emociones.
27

Cuando fueron a la habitación de Lea, ella aun


dormía, Alexander no sabía que haría cuando
ella despertase. No podía decirle que ambas
vidas estaban en peligro.

Al día siguiente que Lea despertó; estaba muy 245


alterada:

— ¿¡Amor mi bebé está bien!?

—Tranquila, todo está bien. —Decía Alexander


tratando de calmarla.

— ¿Qué me pasó?

—Nada…

—Mírame y dime la verdad, por favor no


mientas.

Los ojos de Alexander se humedecieron, no


podía disimular su preocupación y tampoco
mentirle a Lea.

—Es tu corazón, el doctor dice que al final del


embarazo…—hizo una pequeña pausa cerrando
sus ojos. — es probable que sólo uno sobreviva.

Empezaron a llorar los dos juntos, abrazados y


con mucho miedo, los padres de Alexander no
se fueron de su lado.
Estaban muy tristes al ver a su hijo de esa
manera y lo que pasaba con su esposa. Eran
una hermosa pareja y es algo muy difícil que
estén pasando por algo así.

—Nada malo va a pasar, los médicos pueden


equivocarse, estarán bien, vamos a estar bien y
veremos crecer juntos a nuestro bebé. —decía
246
Alexander aferrado, llorando y besándola.

Lea decidió pasar tiempo en reposo, ya no iría


a trabajar mientras estuviese embarazada,
pensaba que talvez si se cuidaba aún más, todo
saldría bien.

Alexander compró una casa para sus padres


para que estuviesen con ellos de ahora en
adelante.

Cuando Lea estuvo en el hospital ellos no se


separaron por un instante de él. Lo apoyaron y
se preocuparon por los tres. Es por eso que
Alexander no quería que ellos volviesen a
apartarse de su lado.

Lea no le comentó a nadie más lo que estaba


pasando con su embarazo, decidió mantenerlo
en secreto junto con los padres de su esposo.
Para que nadie se preocupara.

Necesitaba que todos a su alrededor estuviesen


felices y llenos de energía para que se
prepararan a lo que pudiese ocurrir.


Mientras los meses pasaban, Lea no había


vuelto a sufrir ningún desmayo o complicación.

Su vientre crecía cada día más y estaba llena de


energía. Alexander quería pensar en que todo
saldría bien, que ambos estarían sanos. Pero 247
también no dejaba de pensar en las palabras
del médico ese día.

El padre de Alexander, fue donde el médico


de Lea para preguntarle qué posibilidades
habían de que ella o el bebé pudiesen morir en
el parto.

—Doctor, ¿Dígame qué posibilidades hay de


que ambos estén en peligro al momento del
nacimiento del bebé?

—Las posibilidades son muchas, El corazón de


Lea ha fallado más de una vez y fue por mucho
tiempo.

— ¿Cómo pueden salvarse? — Preguntó el


padre de Alexander muy intranquilo.

—Un trasplante de Corazón sería lo más ideal,


pero hay muchos riesgos siempre. Es una
operación muy complicada debido al
embarazo.
El padre de Alexander se marchó sintiendo
mucho dolor por su hijo, él merecía ser feliz, y
no sufrir. Era un buen hombre que perdonó a
sus padres que lo dieron en adopción cuando
era un niño.

La vida no podía ser injusta con ellos y menos


con un bebé, ya habían perdido uno, jamás se
248
recuperarían si perdieran otro y mucho menos
algo le pasara a Lea. Alexander moriría junto
con ella. Era su vida, era su amor.

Ya faltaba poco para que Lea diera a Luz al


bebé, decidieron que sabrían el sexo cuando
naciera; querían que fuese sorpresa para todos.

Los padres de Alexander ayudaban a cuidar a


Lea mientras estaba fuera de casa. Anne la
visitaba frecuentemente junto con su padre, los
hermanos de Lea también la visitaron muchas
veces.

La vida de todos se veía más que perfecta, mas


sin embargo no sabían que pronto iba a ser
diferente y una pérdida muy grande ocurriría.

Una mañana Lea y Alexander fueron a caminar


a la playa, Lea sabía que faltaba poco para dar a
luz por lo que quiso decirle talvez las últimas
palabras:
— ¿Sabes que Te Amo?

— También Te Amo.

—Eres mi mejor amigo, lo mejor que me ha


pasado en la vida fue conocerte.

—Lea no hables como si te estuvieses


despidiendo de mí. 249
—Quiero pedirte que sino sobrevivo…

— ¡No digas eso! —Le dijo interrumpiéndola.

—Es importante… si sobrevive nuestro bebé,


vive para él. Se fuerte por él. —dijo Lea con
mucha nostalgia.

—Sabes que moriría si te pasara algo a ti o al


bebé—respondió abrazándola.

—Prométeme que buscaras la felicidad de


nuevo

— Tú eres mi felicidad.

— ¡Promételo!

—Te lo prometo— La abrazó fuerte y una


lágrima deslizo sobre su rostro.

Alexander amaba con todas sus fuerzas a Lea,


tanto que dolía, dolía el imaginar que sin ella a
su lado su vida no sería la misma. Tanto ella
como él ya habían perdido muchas cosas en su
vida.

Era más probable que el corazón de Lea fallara


a que le pasara algo malo al bebé.

Estaba débil, y el bebé crecía sano y salvo.

Una mañana Lea recibió la visita del padre de 250


Alexander. Era un hombre muy humilde y de
gran corazón, Era como Alexander, cuidaba
mucho de los demás.

—Eres una mujer muy fuerte Lea.

—Mi hijo es afortunado de tenerte, Gracias a ti


lo recuperamos. —dijo, agradecido.

—Lo único que hago es amarlo y quiero que sea


feliz.

Cuando hablaba con él, Lea empezó a sentir


dolor muy fuerte. El bebé ya iba a nacer. El
señor Brandon muy nervioso no sabía qué
hacer, llamó a una ambulancia y de inmediato
a Alexander.

Al llegar al hospital ingresaron a Lea a una sala


especial. Cuando Alexander llegó estaba muy
nervioso y asustado. Momento después llegó la
familia de Lea.

Alexander estaba en la sala al lado de su


esposa, corría mucho peligro; su corazón latía
muy fuerte y su bebé casi no se movía.
Decidieron que era mejor que Alexander
saliera de la sala porque estaba muy
descontrolado preocupado por ella.

Su padre se fue del lugar, dijo que iría a rezar


por la vida de los dos; Alexander al salir lloraba
con su madre, no sabía que iba a pasar.
251
Momento después el bebé nació, era un
hermoso niño; Lea sonrió y lo tocó su pequeña
carita cuando su corazón dejo de latir.

Mientras los demás no tenían idea de lo que


pasaba, había que esperar y rezar para que todo
saliera bien.

Los hermanos de Lea lloraban, su padre estaba


desconsolado; Anne recordaba los momentos
que vivieron juntas; y que tenía la mejor
hermana del mundo a pesar de no ser
hermanas de sangre siempre se mantuvo a su
lado.

Pasaban horas y no tenían ninguna noticia del


estado de Lea y él bebé.

Minutos después el médico salió y les dijo:

— ¡Es un hermoso niño!


— ¿Todo está bien, como está mi esposa
Doctor, puedo entrar a verla? —Preguntaba
inquietamente.

—Tengo algo que decirles. —Le dijo el doctor


mientras su mirada se tornaba triste.

— ¡¿Qué pasa doctor?!


252
—Lea recibió un trasplante de corazón, al
momento de dar a luz, su corazón se detuvo,
por lo que tuvimos que intervenir de
inmediato. Esta fuera de peligro y se
recuperara.

— ¡¿Trasplante de corazón, pero como, quien?!


— dijeron todos asombrados.

—Lamento decirle que fue su padre Señor


Meyer, él fue ingresado minutos después que
Lea, y gracias a él su esposa esta con vida.

Todos en la sala no podían creer lo que


sucedía, la madre de Alexander rompía en
llanto. Hace unas horas él estaba con ellos y
dijo que iría a rezar, jamás pensaron en que él
había hecho eso.

Alexander lloraba con su madre, todos a su


alrededor los consolaban y no podían creer lo
que este hombre había hecho por ellos.
Era un hombre maravilloso, que dio su vida
por la esposa de su único hijo. Fue un sacrificio
muy grande e increíble.

Alexander se dio cuenta que su padre visitó al


médico días antes para saber el procedimiento
y lo que tenía que hacer, lo planeo junto con él
y guardaría el secreto hasta el mismo día.
253


Momentos después Alexander conoció a su


bebé; Lea se recuperaba de la operación. Y
estaba ansioso de que despertase para que
conociera a su hijo.

Cuando conoció a su hijo fue gracias a Lea; al


darse cuenta del ser humano que era, humilde,
inteligente, amorosa, pero sobre todo amaba
con todo su corazón a su hijo. Y si su hijo era
feliz él también.

El no poder haber estado con él durante


muchos años, quería demostrarle cuanto lo
amaba.

Cuando Lea despertó no sabía lo que estaba


sucediendo, pensaba en que si su bebé estaba
bien; toda su familia estaba a su lado.

— ¿Qué pasó? —Dijo Lea llorando débilmente.


—Todo está bien, ¡tuvimos un niño! —Contestó
Alexander mientras la besaba.

Lea aún estaba un poco débil y nadie quería


darle ninguna noticia todavía; esperarían hasta
que estuviese en casa para decirle lo que había
pasado.

La madre de Alexander estaba con él esa 254


noche; ambos estaban muy afligidos por lo que
sucedía.

—Hijo, sé que la decisión de tu padre fue muy


significativa y cuando él me dijo que iría a rezar
me abrazó y me dio un beso; como si se
estuviera despidiendo.

—Es increíble, no puedo decir que no me


siento triste; empezaba a estar en mi vida. Pero
también agradezco que haya salvado la vida de
mi esposa.
Cuando llegaron a casa, Alexander encontró
una carta de su padre que decía:

“Hijo, sé que cuando estés leyendo esto;


tendrás muchas interrogantes pero espero que
al terminar de leer esta carta ya no tengas
ninguna duda y sepas lo mucho que Te
Amamos.
255
Cuando conocimos a Lea tu esposa; no
sabíamos que esperaban un hijo hasta que tú
nos lo contaste cuando te volvimos a ver.

Lo que ella hizo por ti y lo que estaba dispuesta


hacer nos hizo ver que Te Ama de verdad y
que estás a salvo al lado de ella. Si ella no nos
hubiese buscado creo que jamás hubiéramos
tenido la oportunidad de volverte a ver;
perdóname por haber tomado esta decisión;
pero fue la correcta.

Sufriste cuando te dejamos en el orfanato,


nunca olvidé tu triste mirada cuando nos
íbamos de aquél lugar.

Creciste pensando en que te habíamos


abandonado; pero jamás fue así hijo, te
amábamos demasiado y muchas veces los
padres tenemos que hacer sacrificios grandes
por quienes amamos; tú lo entenderás ahora
que serás padre.
Es por eso que he decido darle mi corazón a la
mujer que amas, a la madre de tu hijo. Mereces
ser feliz y era mi turno de demostrarte cuanto
Te Amo. Por favor no te odies ni me odies, sé
que fue la mejor decisión. Gracias por que
volverte a ver era lo que necesitaba antes de
irme de este mundo.
256
Cuida a tu madre y se un hombre de bien. Te
Amo.

Tu Padre.”

Alexander lloraba al leer la carta que su padre


había dejado, ahora entendía porque tomó esa
decisión. Las emociones que sentía, la
admiración y valentía de él y la tristeza en saber
que no le dijo cuanto lo amaba.

Lea preguntaba por el padre de Alexander, vio


a todos en el hospital menos a él.

Cuando Alexander le dijo a Lea que su padre


le donó su corazón, rompió en llanto:

— ¡Lo siento, Lo siento! — Decía muy atónita.

— ¡No digas eso, Te amo; estás conmigo!

Lea leyó la carta que el Señor Brandon le


escribió a Alexander y pudo comprender un
poco el porqué de aquella decisión.


Llamaron a su hijo Brandon, como el padre de
Alexander; Gracias a él Lea estaba viva y
siempre estarían agradecidos por haber hecho
lo que hizo por ellos.

La madre de Alexander entendió que la


decisión que tomó su esposo fue para que su
hijo fuese feliz y que su amor por él era
257
incondicional y como madre daría la vida
también por su hijo.

El amor es la esperanza de buscar ante todo el


bien de la otra persona. Y estamos dispuestos a
dar nuestra propia vida por ellos; y esta era una
situación muy dolorosa pero a la vez significaba
el amor de un padre por su hijo que durante
muchos años quiso entregarle su amor.
28

Lea se recuperó por completo y él pequeño


Brandon era un niño hermoso y fuerte que
alegraba la vida de todos, la luz que trajo
Brandon a la vida de sus padres era
extraordinaria. El amor de sus padres se 258
mantenía fuerte y grato, ahora que todo
marchaba bien estaban más que agradecidos
con la vida por darles la oportunidad de formar
una familia.

La Madre de Alexander estaba siempre a su


lado ayudando a cuidar al pequeño Brandon,
Lea cuidaba de sus pacientes y cada día
recordaba al padre de Alexander y daba las
gracias por haber dado su vida por ella. Toda la
familia de Lea se mantenía unida, sus
hermanos eran padres también por lo que cada
vez la familia se hacía más grande y compartían
mutuamente.

Cuando Lea se recuperó intentaron tener otro


bebé y después de unos meses Lea dio a luz
una preciosa niña a la que llamaron Alexandra,
todo salió bien y sin complicaciones, no podían
estar más felices. Era la familia que tanto
deseaban.
259

Viajaban por el mundo junto con el pequeño


Brandon y la Pequeña Alexandra para ayudar a
otros. Querían ser agradecidos y ayudar
aquellos que no tenían la misma oportunidad.

Años después el padre de Lea y la madre de


Alexander murieron de forma natural, fue algo
muy doloroso para todos pero estaban en paz
porque fueron felices y se mantuvieron a su
lado para ser los padres y abuelos que siempre
soñaron ser.

Lea anhelaba que su padre estuviese con su


madre y que pudieran amarse como la primera
vez; y el la madre de Alexander se
reencontraría con su esposo. Para que desde el
cielo mirasen que su familia era feliz y que
siempre los recordarían.



Lea a pesar que de niña sufrió el desprecio de


sus padres; supo darse cuenta que ellos
también sufrían por no darse cuenta que la
única víctima en toda su relación eran sus hijos.
Los perdonó por cada uno de sus errores y la
vida la hizo ver que nunca es tarde para
cambiar, aun la madre antes de morir le dijo
que la amaba, palabras que toda su vida quiso
escuchar.
260
Camile a pesar de que destruyó un hogar al
final siempre perdió, porque no se construye
una relación a base de engaños ni dañando
aquellos que no tienen la culpa de sus
decisiones. A pesar de todo el mal que le hizo
a Lea y a su madre también la perdonó y
siempre deseó lo mejor para ella porque era la
madre de su hermanita y de Anne a quien
amaba mucho.

Las personas que Lea escogió para que fuesen


sus amigas fue una decisión errónea que tomó
con el propósito de no sentirse sola y poder
hacerse notar, pero cuando pasó fue a base de
las humillaciones de cada una de esas personas
que llamó sus amigos.

La vida le dio una sorpresa muy grande cuando


se reencontró con una de ellas; notó que su
corazón no estaba lleno de rencor; por lo que
sintió compasión por cada una de ellas y el
poder ayudar a una le enseñó que no
importaba que mal pudieran hacerte al final no
importa el camino que tomes siempre te
reencontraras con aquellos que jamás
imaginaste.

La pasión por ayudar a los demás, dar aquellos


que no fueron dichosos como lo fueron ellos
en poder crecer bajo un techo y que nunca les
falto nada; era una misión de vida para
agradecer por ser afortunados.
261


Cuando los padres de Alexander lo dieron en


adopción una parte de ellos se fue con él, muy
en el fondo de su corazón lo sabía; pero fue
Lea quien llegó a despertar el amor por la vida
y a pesar de que creció con unos padres con un
gran corazón y que tenían mucho dinero
siempre le enseñaron que lo material no era lo
más importante en la vida.



El estar muy cerca de la muerte te enseña a


valorar cada segundo con aquellos a quienes
amas, y eso era lo que Lea hacía. No quería
perder un minuto más conmemorando los
malos recuerdos; pasaron muchos años para
poder ser feliz, pero serían muchos años de
felicidad los que se avecinaban al lado de su
esposo, sus hijos y su familia.


Aquellos amores peligrosos quedaban en el
pasado y la trágica pérdida de su bebé era un
ángel más en el cielo; es por eso que su amor y
su deseo por ser madre la bendijo con dos
hijos más.

El sacrificio que tuvo que hacer el padre de


Alexander para salvar la vida de su esposa; fue
262
el regalo más grande que la vida les pudo dar.
A pesar de que comenzaba una relación con él;
pudieron demostrar el amor de padre e hijo.

Su decisión fue diferente como la primera que


tomó al darlo en adopción, pero ligaban una
cosa; la felicidad de su hijo seria su felicidad.



Jamás a lo largo de nuestras vidas tenemos que


dejar de perseguir nuestros sueños, porque
algún día se harán realidad; no importa cuántas
pruebas tengamos que pasar; la vida nunca será
injusta con aquellos de corazón noble, los que
perdonan, los que saben olvidar y los que
ayudan sin esperar nada a cambio.



Lea y Alexander, mientras tanto verían a sus


hijos crecer; tomar decisiones buenas o malas
pero siempre estarían ahí para ellos, la vida fue
dura, hubieron momentos difíciles; lloraron y
rieron juntos; cumplieron muchos sueños que
siempre resultaban ser inalcanzables pero que
al final todo ese largo camino había valido la
pena para algún día alguien conociera su
historia y sirviera de ejemplo a nunca rendirse y
jamás ver las cosas como inalcanzables.


263

Lea recordaba las palabras de aquellos


ancianos en el parque “…el amor volverá tocar
a tu puerta". Y sucedió; encontró el verdadero
amor; un amor puro e incondicional que
prometieron amarse y respetarse desde el
primer momento que se enamoraron; estaban
destinados a estar juntos. Y su amor perduraría
más allá de cualquier adversidad que se
presentara; ya ningún obstáculo sería difícil de
enfrentar siempre y cuando estuvieran juntos.



No sabían cuando llegaría el momento de


partir. Estaban seguros de algo y es que se
amarían… Hoy y siempre.
La Felicidad
La felicidad no es otra cosa sino una decisión, se es
feliz con lo que se tiene y no se tiene… “yo decido ser
feliz pobre o rico”
Pero muchas veces pensamos en que para serlo hay 264
que tenerlo todo… y cuando eso pasa, somos infelices
y la vida se detiene, ya no hay pasión, búsqueda,
ilusión, sueños.
Por otra parte, existe la teoría tonta de -Tanto
tienes, tanto vales- y esto puede venir de las personas
más cercanas a nosotros. Y empezamos a fabricar
la felicidad ajena.
Entonces hay que decidir si ser miserablemente feliz
con otros, o ser dichosamente feliz con uno mismo.
Con tus propias virtudes y defectos, con tus nuevos
sueños y aquellos sin cumplir; con un corazón nuevo o
uno roto; siempre pero Siempre podrás alcanzar lo
inalcanzable
265

Alexander Meyer
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www.krisbuendia.wix.com/krisbuendia

Sitio Oficial

©Kris Buendia

Kris Buendia, nació el 26 de Junio de 1991, Hondureña. Diseñadora Gráfica,


Estudiante de la Carrera de Derecho, Dibujante Artístico y Escritora.



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