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Mariana Maggio.

Convertir la clase en una


serie
10 de agosto de 2019 | Escribe: Leticia Castro en En común | Foto: Federico
Gutiérrez

La argentina Mariana Maggio propone tomar los


elementos narrativos que presentan las series de ficción
y pasarlos al aula para generar “una experiencia
inolvidable”

“¿Quién mató a Laura Palmer?”, esa pregunta mantuvo cautivo


al público estadounidense a principios de la década del 90
cuando miraba los capítulos de Twin Peaks. “¿Qué va a pasar
con los siete reinos de Westeros?”, esa provocó que casi 100
millones de personas en el mundo vieran la última temporada
de Games of Thrones. Mariana Maggio, doctora en Educación
de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se preguntó:
“¿Cómo hacemos los docentes para que los estudiantes se
enganchen a las clases como lo hacen con las series?”, y la
respuesta que encontró fue sencilla: desmenuzar la
construcciones narrativas de las ficciones y trasladarlas a la
planificación del aula.

“Me volví fanática de ciertas series; empezaron a interesarme


tanto que me di cuenta de que dejaba de hacer cosas para verlas,
y lo mismo le pasaba a mi hijo adolescente. En ese momento
empecé a pensarlo como docente: ¿qué tienen estos fenómenos
culturales que nos atrapan tanto?”, comentó en diálogo con la
diaria previo a la conferencia que dio sobre el tema en la
Fundación Telefónica, el viernes 2. En su libro Reinventar la
clase en la universidad (Paidós, 2018) Maggio reconstruye la
experiencia de trabajo sobre este enfoque que propone y
presenta un marco de base para quienes quieran adentrarse en el
tema.

La docente maneja un par de conceptos esenciales. Según ella,


el más importante es el de “formas alteradas”. “Mi primera
interpretación sobre estos temas tuvo que ver con Lost. Esa
serie cuenta una historia a partir de flashbacks, mirando hacia
atrás, hasta que en un momento empieza a contar el futuro.
Están contando una historia mirando hacia atrás y hacia
adelante, y eso puede suceder en una clase. Tenemos que salir
de esta restricción de tiempo donde para enseñar una disciplina
primero es esto y después lo otro”, enfatizó la argentina.

Comenzó a trabajar las formas alteradas en conjunto con sus


colegas de la cátedra de Educación y Tecnología de la Facultad
de Filosofía y Letras de la UBA. Le ofreció a sus estudiantes
universitarios la opción de elegir qué camino iba a tomar la
clase, y según recuerda, la primera reacción fue de curiosidad y
miedo: “¿Si elijo un camino me pierdo el otro?”, le preguntaron
en su momento y la respuesta de la docente fue: “Todo el
tiempo estamos decidiendo, tomamos decisiones cuando nos
involucramos en la clase o elegimos ver el celular, entonces, la
propuesta es que la clase construya tantos caminos hasta que
haya uno donde estemos todos atrapados”.

Didáctica en vivo
Plantear a los estudiantes varias opciones dentro de la
planificación de clase puede ser, a primera vista, mucho más
trabajo para el docente. Sin embargo, Maggio opinó que esto no
tiene por qué ser así: “Cuando esto se asume colectivamente y
pregona en las instituciones, no tiene por qué ser más trabajo.
Hay que generar condiciones dentro de las instituciones,
favorecidas desde las políticas públicas, para que los docentes
puedan llevar a cabo esta tarea. El problema de quedarnos con
la didáctica clásica, que a veces puede parecer menos trabajo, es
que los estudiantes están comprendiendo poco. Si seguimos en
esta lógica de la didáctica clásica que propone algo lineal,
expositivo, centrado en la verificación a través de la evaluación,
vamos a seguir con muchos alumnos que no comprenden, que
no aprueban el año, que no cambian de nivel adecuadamente”.

Para avanzar en esta línea de trabajo, Maggio y su equipo


tomaron el desafío como colectivo, y eso es lo que proponen
que hagan otras redes de docentes. La argentina habló de
“expandir los límites de la clase”, para que profesores de
distintas disciplinas, distintos grados, incluso distintas
instituciones, puedan trabajar juntos. Además, invitó a dar un
paso más e incorporar a los estudiantes en la planificación de la
clase en un “codiseño”, ya que el colectivo no es sólo de
docentes sino de la comunidad educativa.

Los estudiantes registran la clase en el cuaderno, pero van más


allá: utilizan sus celulares para sacar fotos, grabar, incluso
hacen streaming “y hay docentes que ni siquiera advierten que
eso sucede”, comentó Maggio. Para ella “eso es una actividad
tremenda desde lo pedagógico, porque estudiantes con las
tecnologías a disposición empiezan a construir formas de
registro mucho más complejas”. En esta línea, propuso pensar
que “si hay caminos alternativos en la clase, todos podrían estar
siendo registrados por los estudiantes, que además podrían
elegir al cabo de un día de trabajo cuál fue el mejor momento
que quieren compartir en las redes; así como lo hacen con las
series, podrían hacer un meme del mejor momento del día en la
escuela. Sólo hay que imaginar la fuerza que tendría eso para
lograr una educación que nos emocione, que nos atrape”.

Otro concepto clave para Maggio es pasar de una didáctica


clásica a “una didáctica en vivo”: “Una didáctica que reconozca
las tendencias culturales, que las traiga a la clase y que
colectivamente rediseñe las prácticas para que la experiencia
sea más potente, para que los estudiantes comprendan mejor,
sepan más y puedan constituirse en sujetos culturales
contemporáneos, que aprendan a construir conocimiento.
Lograr eso –en buenas condiciones– no es necesariamente más
trabajo, es un trabajo distinto”, subrayó.

“No los entiendo”


Además de generar un cambio en la rutina que motive tanto a
estudiantes como a docentes, esta metodología de trabajo
impulsa un puente intergeneracional. Para Maggio, trabajar con
elementos de las series que están viendo los estudiantes permite
construir un diálogo más interesante. La académica encontró en
esta dinámica “una oportunidad de acercarnos, de reconocer a
los estudiantes como sujetos culturales. Hacer el ejercicio a la
inversa, no intentar que ellos nos entiendan a nosotros, sino ver
las series que ellos ven y entenderlos, no solamente centrarnos
en los elementos que podemos traer para trabajar desde lo
curricular”.

“Si quiero que mis clases sean momentos de inspiración para


los estudiantes, tengo que estar inspirada yo”, sostuvo Maggio.
“Nos tenemos que ver a nosotros mismos como sujetos críticos
y activos en la cultura en la que nos toca vivir, entonces no es
solamente mirar series, es estar al tanto de lo que está pasando,
conocer las últimas novelas, ver cuáles son las películas, qué
está pasando en los museos. La inspiración en este momento es
un tema de estudio, porque hay que poder recuperarla”.

Esta forma de trabajo apunta a que el docente pueda construir


mejores prácticas de enseñanza, pero también a que pueda
trabajar “sobre el otro lado del docente”, que es acompañar a los
jóvenes durante esa etapa de la vida. “Saber cuáles son las
series que los estudiantes están mirando y saber que no
necesariamente son las que estamos mirando nosotros, nos
permite entrar en fenómenos de la cultura muy controvertidos,
como es el tema del suicido”. La argentina trajo a colación la
polémica serie estadounidense 13 Reason Why, que muestra el
suicidio de una joven y cómo afectó a todas las personas a su
alrededor. Trabajar esa serie en clase, en el momento en que
todos los estudiantes la estaban viendo, permitió “construir en
conjunto un encuadre, porque para un adolescente ver el
suicidio de otro es fuerte, hay que analizarlo rigurosamente y
hay que poner en juego contenidos curriculares para el análisis.
Lo que no podemos hacer es dejar de reconocer como fenómeno
lo que están viendo los jóvenes”, determinó.

De la pantalla a la clase
“Imaginate tu serie favorita, esa que te dan ganas de ver todos
los capítulos seguidos. Ahora pensá: ¿Cómo te imaginás una
clase inspirada en esa estructura? Puede ser que tu primera
respuesta sea: ‘Esa serie no tiene nada que ver con lo que yo
enseño’, pero no, porque esto no sólo es sobre contenidos, esto
es la búsqueda de una nueva forma”. De esa forma, Maggio
invita a los profesores a probar un cambio.
“Hay muchos modos de inspirarse, lo importante es que los
docentes sepan que sus clases pueden atrapar a los estudiantes
en niveles impensados. Hay que tomar un pequeño riesgo para
ver cómo se construyen historias diferentes inspirándonos en
cosas que nos interesan, como puede ser Lost o como puede
ser Rayuela, no importa, lo que tenemos que hacer es buscar
motores de interés. Tal vez la primera clase no sale tan genial
como nos encantaría, pero en ese caso hay que documentarla y
analizarla, hay que seguir construyendo propuestas que
empiecen a reconocer que las clases también tienen que
repensarse”, agregó.

Asimismo, Maggio puntualizó que esta forma de trabajo se


puede aplicar en cualquier nivel, incluso en educación inicial.
Intensamente, Buscando a Dory o Coco, son algunos de los
ejemplos que se pueden tomar de películas pensadas para el
público infantil que traen varios planos narrativos e invitan a
trabajar en clase temas complejos.

La inspiración desde el mundo de las series puede venir por la


forma en que se presentan los temas o por los propios
contenidos. Cualquiera sea el camino que los docentes elijan
transitar, Maggio aseguró que dará resultados, aunque aclaró
que “implica tener condiciones más flexibles de las que tienen
los docentes en las escuelas hoy; requiere trabajar con otros y
otras, tener apoyo institucional, revisar el espacio y el tiempo.
Estos son algunos de los temas que tenemos que empezar a
discutir”.

Pedagogía y streaming
Twin Peaks (1990-1991) | “Esa serie tenía una pregunta central: ‘¿Quién mató
a Laura Palmer?’. Todos los que la vieron se siguen acordando de la pregunta
y eso me parece genial. Tenemos que lograr grandes preguntas que nos
llevemos cuando terminamos de ver la serie y cuando nos vamos de la
escuela”.

Lost (2004-2010) | “Todo el tema de las alteraciones de tiempo: se puede


volver atrás, se puede ir para adelante, podemos pararnos a ver dónde estamos
en el tiempo. Lost también trabaja con series de números, con
interpretaciones; imaginate poder trabajar los números de la misma manera
que lo hacen en la serie”. Lost mantuvo a la comunidad mundial activa y se
creó un Lostpidia, una construcción colectiva de conocimiento sobre el mismo
tema.

Mad Men (2007-2015) | “Nos permite comprender el campo profesional de la


publicidad y de la comunicación en general, pero sobre todo nos permite
comprender una época, nos da una mejor comprensión de cosas amplias,
como el machismo, y de hechos puntuales, como el asesinato de [el ex
presidente de Estados Unidos, John] Kennedy; hay momentos de la historia
que se reconstruyen de forma fabulosa”. En esta línea de reconstrucción
histórica Maggio también recomendó la serie inglesa Downton Abbey (2010-
2015).

Breaking Bad (2008-2013) | “Me interesa el tema del dilema moral, el


personaje principal es totalmente controvertido: creemos que tiene que ser
atrapado y al mismo tiempo queremos que se salve. Eso es parte de la
construcción narrativa que podemos tomar para reflexionar en clase sobre
nuestras prácticas y sus connotaciones morales o sobre temas relevantes de la
sociedad actual”.

Game of Thrones (2011-2019) | “Trabajé mucho este año con Games of


Thrones. Hay muchos análisis muy interesantes con respecto a temas de
género en el rol de Khaleesi; la dejaron como una villana y eso me tomó por
sorpresa, toda esa discusión se puede llevar a la clase”.

Dark (2017-) | “Es una construcción muy compleja, con muchos saltos en el
tiempo, prácticamente la única manera de entenderlo es ir a la web y mirar
todas las construcciones colectivas, que tienen que ver con gráficos que
mejoran la comprensión, con interpretaciones, con resúmenes, todos formatos
de producción que podemos llevar a la clase. También hay una construcción
de diferentes épocas que es muy buena: hay un momento en el que un
personaje pregunta en qué año está, pero ya hay un montón de indicios que le
permiten al espectador suponer en qué año se desarrolla. Ese es un ejercicio
interpretativo genial, para pensar en términos de la historia cómo
comprendemos la época a partir de estas pequeñas pistas”.

Westworld (2016-) | “Me parece fabulosa, instala el tema de la inteligencia


artificial, que tenemos que empezar a conocer. Genera una suerte de ciclo que
se repite con pequeñas alteraciones que tiene que ver con la visita a este
parque de diversiones donde los anfitriones son robots; ahí hay una trama bien
interesante que permite traer temas complejos de la actualidad actual, al
mismo tiempo que presenta una construcción narrativa que hay que tener en
cuenta”.

Black Mirror: Bandersnatch (2018) | “Tiene esta lógica de ´elige tu propia


aventura´. ¿Qué pasa si en una clase te proponés hacer un diseño donde cada
estudiante pueda elegir su propia aventura? Esa clase se vuelve inolvidable”.

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