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Elaboró: Abraham Ángel Espinoza Ogarrio Asignatura: Teología del Matrimonio

Profesor: Alfonso Rovira Nolting Facultad: Teología

El ejemplo citado, son dos amigos míos de hace años.

Del libro de Rut

Rut respondió:

- “No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque, donde tú vayas, yo iré, donde
habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras moriré y allí
seré enterrada. Que Yahvé me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo
que nos ha de separar”.

Salmo 144

V. El Señor es bueno con todos

El señor es bueno con todos

El el Señor es clemente y misericordioso,

Lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos,

Es cariñoso con todas sus criaturas

R.

Que todas sus criaturas te den gracias, Señor,

Que te bendigan tus fieles.

Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo

R.

El Señor es justo en todos sus caminos,

Es bondadoso en todas sus acciones.

Cerca está el Señor de los que lo invocan,

De los que lo invocan sinceramente.

R.

De la carta del apóstol San Pablo a los Corintios

Hermanos:
Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo
hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que
resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de la profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, yo podría tener
fe como para mover montañas; si no tengo amos, de nada me sirve.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni


egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la
verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El mor no pasa nunca.
Palabra de Dios.

† Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 3-6

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba:

−¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?

Él les respondió:

−¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola
carne»? De modo que ya no son dos sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo
separe el hombre.

Palabra del Señor

Homilía

Buenas tardes amados hermanos, nos hemos reunido hoy para ser testigos de la unión en sagrado
matrimonio de Paz y Pablo, amigos míos de años. Los que hoy nos reunimos hemos mirado con
agrado que han sabido afianzar de a pocos su relación, la han llevado muy lejos y es por eso que
han decidido entregarse el uno al otro, en amor, de manera permanente.

Estamos aquí para atestiguar cómo el amor transforma las vidas y nos hace bellos, y muchos dirán:
pero si el novio está feo o la novia está fea, pero ese es el secreto del amor, ve no solo apariencias,
mira con agudeza el corazón y por más defectos que existan entre los amados, solo mirarán la
grandeza que en ellos habitan.

Esta grandeza descubierta en el corazón de los amados, es la que ha permitido que lleguen hoy a
este momento tan hermoso de la vida, porque habiéndose conocido profundamente, hoy se harán
una sola carne.

Ambos se conocen profundamente, aquello que les molesta, aquello que les desagrada, aquello
que los incomoda, pero también han mirado aquello que les gusta, aquello que enciende su rostro
con una sonrisa o una sonora carcajada.
Como novios han llorado, quizá han tenido mal entendidos, pero frente a todo ello, han amado y
han decidido unirse, han decidido hacer suyas las palabras de Rut: No insistas en que te abandone
y me separe de ti, porque, donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré. Tu pueblo será mi
pueblo y tu Dios será mi Dios. Esto es hacerse una sola carne, amarse en todo momento.

Dicen que cada año, sin falta, hasta que cumplen quince años de casados, se hacen renovaciones
matrimoniales, pero de los quince en adelante, se llaman resignaciones matrimoniales. Que eso no
pase entre ustedes, ámense en todo momento como una sola carne y, sobre todo valoren,
defiendan y crezcan en ese amor en actos pequeños de la vida, no esperen grandes regalos, ni
grandes signos, que si se pueden háganlos, pero si no se puede bastan pequeños signos que aviven
su día a día, que los hagan encontrar una novedad.

Y es que el amor es indescriptible, y si me pidieran definir al amor, me sería imposible, porque es


tan grande que nos sobrepasa, a lo mucho podría describirlo, y aún así quedaría muy corto, sin
embargo, si insistieran en que describiera hoy el amor, diría que basta con que miraremos a estos
novios para conocer en ellos el ejercicio del amor, al menos hoy.

Pero, no nos dejemos deslumbrar por las maravillas del amor, más bien perfeccionémonos en sus
inconvenientes, y no es que los esté espantando, lo que quiero decir es que, ahora mismo
notamos con cara de alegría, entusiasmo y mucho ánimo a los novios, sin embargo, la verdadera
riqueza del amor, es purificarlo y perfeccionarlo en los mementos de crisis, donde por algún mal
entendido, pueden sentirse lejos el uno del otro, pero no es porque en realidad sea así, es cuando
el amor está mostrándose en todo su esplendor, quemando aquellas imperfecciones que no
conocían, haciendo arder las emociones que a veces no controlamos, es el ejercicio del amor al
que no estamos acostumbrados pero que sucede.

He ahí donde el amor que hoy manifiestan debe permanecer, es donde debe brilla, donde debe
surgir para poder quitar la oscuridad que en ese momento atraviesen, el amor no sólo es alegría,
el amor es muerte, y lo digo con todas sus letras: ¡muerte!

Muerte a los deseos, gustos, anhelos, necesidades, confort, comodidad. Todo esto, por el ser a
quien se le entrega el corazón, y este sacrificio de muerte por el amado debe ser cada día, cada
momento, a cada instante y, sobre todo, en momentos donde se sientan limitados, así lo dice san
Pablo a los Corintios: El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es
mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que
goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El
mor no pasa nunca.

No sea que al paso de los años cambien la expresión que hoy se dicen: mi amor te quiero comer a
besos, y más tarde se digan, como no te trague. O que cambien su oración a Dios que hoy dice
ilumínalo (a) Señor, por otra que diga: elimínala (o) porque ya no aguanto a este desobligado a
esta floja.

No cometan el error de olvidar que se aman y que en orden a ese amor se sacrifican el uno por el
otro, o por los hijos frutos de ese amor, porque cuando se olviden del sacrificio de su ser por el del
amado, ese día el egoísmo y la soberbia entran en el corazón y es muy difícil vencerlo. No se
permitan caer en esa tentación.
Que el Señor les permita llevar a plenitud el amor que hoy se manifiestan el uno al otro y que es
motivo de fiesta y alegría, de manera que lo que Él ha unido, jamás lo separe el hombre, de
manera que sea eterno, tal como el anillo que más tarde se entregarán, que les recuerde el amor
inquebrantable, eterno e infinito que hoy se juran.

Amados amigos, que el amor entre ustedes nuca se acabe y que llegue hasta el extremo de
entregar su vida de uno por el otro, tal como Cristo se entregó por nosotros. En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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