Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lector 2:
VINIERON A SU ENCUENTRO DIEZ LEPROSOS, QUE SE
DETUVIERON A DISTANCIA…
LA LEPRA: La enfermedad.
La enfermedad es un tesoro para el que sabe amar. El
hombre, que no ha sufrido, no sabe lo que es amar de
verdad, porque el sufrimiento es el alma del amor y el
amor tiene las raíces en forma de cruz. Cuando más
amas, más capacidad tienes para sufrir por la persona
que amas. Y yo te pregunto:
¿Cuánto amas tu a Dios? (unos segundos para meditar)
¿Cuánto eres capaz de sufrir por El? (unos segundos
para meditar)
¿Eres capaz de dar tu vida por su amor como los
mártires? (unos segundos para meditar)
Cuando el dolor llame a tu puerta, no te rebeles contra
Dios, ofréceselo con amor. El sufrimiento con amor es la
perla más preciosa que puedes ofrecer a tu Padre Dios.
Tu vida es de Dios, no lo olvides, y a Dios debe volver. Tu
vida solo tendrá sentido en la medida en que vivas con
amor por Dios y para Dios, sólo así te realizaras como
persona serás de verdad plenamente feliz.
Me preguntarás: ¿Por qué Dios me ha castigado de esta
manera? ¿Por qué tengo que sufrir esta enfermedad
incurable? ¿Hasta cuándo? ¿Por qué Dios se ha llevado a
mis seres queridos? ¿Por qué? Y podrás seguir
preguntándome muchas más cosas.
Hermano enfermo, escúchame, quiero hablarte al
corazón, con sinceridad. Una de las penas más grandes
que puedes sufrir es tu soledad. Ya sé que los demás no
pueden comprender la profundidad de tu dolor interior
al sentirte inútil y sin ganas de vivir. Pero Jesús, que ha
sufrido más que tú, si puede entenderte. Acude a Él,
acércate a Él, no te quedes a distancia y dile que te abra
los ojos del alma para que puedas comprender el
sentido de tu vida y de tu dolor. Dios tiene para ti una
misión especial, que no ha encomendado a ningún otro.
Quizás sea una misión poco brillante, quizás sea oculta y
oscura a los ojos del mundo, pero no por ello, menos
importante. Tú vales infinitamente para Dios. Jesús
murió por ti y te ama infinitamente. No te desanimes,
mira a lo alto, mira a Jesús clavado en la cruz y dile:
SILENCIO
Señor, gracias por mi vida. Gracias por haber muerto por
mí en la cruz. Gracias por tener un plan maravilloso para
mí. Gracias porque a pesar de todas mis rebeldías y de
todos mis miedos y rechazos, Tú sigues teniendo
paciencia conmigo y me amas a pesar de todo. Gracias,
porque me has hecho así. Gracias, Señor. Te ofrezco mi
vida y te ofrezco mi amor con todos los besos y flores de
mi corazón. Amen. PADRE NUESTRO
Canto: El alfarero
Un día orando le dije a mi Señor
Tú el alfarero y yo el barro soy...
Modela mi vida a tu parecer
Haz como tu quieras, hazme un nuevo ser...
Me dijo no me gustas, te voy a quebrantar
Y en un vaso nuevo te voy a transformar
Pero en el proceso te voy hacer llorar
Porque por el fuego, te voy hacer pasar
Quiero una sonrisa cuando todo va mal
Quiero una alabanza, en lugar de tu quejar...
Quiero tú confianza en la tempestad
Y quiero que aprendas también a perdonar
Me dijo no me gustas, te voy a quebrantar
Y en un vaso nuevo te voy a transformar
Pero…
LECTOR 3:
JESUS, MAESTRO, TEN PIEDAD DE NOSOTROS…
Señor, ten piedad; Señor ten piedad; he aquí la oración
que no deja de brotar de lo más profundo de nuestro
ser.
JESUS SANA HOY.
No olvides que Jesús sana a los enfermos. Por eso,
cuando haya algún enfermo en tu familia, aparte de
acudir al médico, debes preocuparte de pedir oraciones
a todos los que puedas. Muchos enfermos son sanados y
muchos más podrán ser sanados, si sus familiares
tuvieran más Fe y pidieran insistentemente a Dios la
curación de sus seres queridos. Nunca pierdas la
esperanza de su curación.
Frecuenta la comunión, y recibe la Unción de los
Enfermos, Sacramento maravilloso de reconciliación con
tu Dios y de Sanación.
Lector 5
¿NO QUEDARON LIMPIOS LOS DIEZ? ¿DONDE ESTAN LOS
OTROS NUEVE?...
Nuestro Dios, es un Dios de amor y quiere que el
hombre siempre se acerque más y más a Él. Y una forma
de acercarse agradable para Dios es el agradecimiento.
Nosotros debemos de apreciar todo lo que nos ofrece
día con día, desde un hermosos amanecer, el piar de los
pájaros, como crecen los lirios del campo, el calor de los
rayos del Sol, el sonido suave del agua, el pan que nos
alimenta, el abrazo de un amigo etc.
SILENCIO
Señor cuando todo iba bien no sabía yo apreciar la
alegría de levantarme de un salto, y de abrir la ventana
para que entrase la luz a raudales en mi cuarto.
No apreciaba la felicidad que supone ofrecerte de
rodillas mi cuerpo que despertaba, mis ojos, mis brazos,
mis piernas, todo mis músculos y prepararme a una
nueva jornada de trabajo.
Ha sido necesaria esta enfermedad, Señor para hacerme
comprender que la salud es un Don de tus manos y que
yo era un ingrato. Para reparar mi indiferencia de
entonces te ofrezco todos mis sufrimientos y los uno a
los tuyos. AMEN ….
PADRE NUESTRO
Lector 6
LEVANTATE, TU FE TE HA SALVADO…
MISION
LAS MANOS DE DIOS.
Cuando veía a un moribundo en su agonía lleno de
dolor, cuando veía a una esposa traicionada y
abandonada o veía niños inocentes, que sufrían sin que
nadie les tuviera compasión, me seguía preguntando:
¿Dónde está Dios
Un día tuve la osadía de enfrentarme a Dios y decirle:
Señor, ¿Por qué permites tanto sufrimiento? ¿Por qué
no haces algo para que haya más amor y más consuelo?
¿Dónde están tus manos para acariciar a tantos que
necesitan consuelo y amor, porque nadie los quiere?
¿Por qué no echas una mano de ternura a los que más te
necesitan, especialmente a los que sufren?
Después de un largo silencio, escuché una voz en el
fondo de mi alma, que me dejó sin aliento. Él me dijo:
Hijo mío, ¿no te das cuenta de que yo quiero
que tú seas mis manos y mis pies, mi corazón y mi alma,
y que con tu vida y tu amor, lleves alegría y consuelo a
los que lo necesitan? Entonces, comprendí, de un solo
golpe, que yo debía ser las MANOS DE DIOS y que, en
vez de criticar a Dios, lo que debía hacer…
SILENCIO
Señor, ¿quieres mis manos para dar amor a los pobres
enfermos?
Señor, te doy mis manos.
¿Quieres mis pies para pasar el día, visitando a los
encarcelados, a los necesitados a los marginados?
Aquí estas mis pies.
¿Quieres mi voz para pasar todo el día hablando a
quienes necesitan palabras de amor?
Aquí está mi voz.
Señor, ¿quieres mi corazón para amar todo el día y toda
la noche a quienes me rodean?
Aquí está, Seño, mi corazón y mi vida.
¿Quieres mi dolor para seguir salvando a los hombres?
Aquí está mi dolor y mi alma con todo lo que tengo y
todo lo que soy. PADRE NUESTRO
ORACION
Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado.
Creemos que estás realmente presente en el Santísimo
Sacramento del altar y en cada uno de nosotros.
Te alabamos y te adoramos. Te damos gracias, Señor,
por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo.
Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la resurrección y la
vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos. Hoy
queremos presentarte a todos los enfermos, porque
para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.
Tú eres el eterno presente y Tú los conoces. Ahora,
Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos.
Visítalos a través de tu Evangelio proclamado en esta
Hora Santa para que todos reconozcan que Tú estás vivo
en tu Iglesia hoy; y que se renueva su fe y su confianza
en Ti; te lo suplicamos, Jesús.
Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de los
que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma
que están orando y leyendo los testimonios de lo que Tú
estás haciendo por tu Espíritu renovador en el mundo
entero.
Ten compasión de ellos, Señor. Desde ahora te lo
pedimos. Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan
a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan
abriendo a las maravillas de tu amor para que también
ellos sean testigos de tu poder y de tu compasión. Te lo
pedimos, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu
santa cruz y por tu preciosa sangre. Sánalos, Señor,
sánalos en su cuerpo, sánalos en su corazón, sánalos en
su alma. Dales vida y vida en abundancia. Te lo pedimos
por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen
de los Dolores, quien estaba presente, de pie, cerca de la
cruz. La que fue la primera en contemplar tus santas
llagas y que nos diste por madre.
Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti todas
nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido
curados.
Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos
que nos han pedido oración y te pedimos que los alivies
en su enfermedad y que les des la salud.
Te pedimos por la gloria del Padre del cielo, que sanes a
los enfermos. Haz que crezcan en la fe, en la esperanza,
y que reciban la salud para gloria de tu Nombre. Para
que tu Reino siga extendiéndose más y más en los
corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pedimos Jesús, porque Tú eres Jesús, Tú
eres el Buen Pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu amor, que aún antes de
conocer el resultado de nuestra oración en fe, te
decimos: gracias Jesús por lo que Tú vas a hacer en cada
uno de ellos. Gracias por los enfermos que Tú estás
sanando ahora, que Tú estás visitando con tu
misericordia.
¡Gloria y alabanza a Ti, Señor!
CANTO
BENDICIÓN Y RESERVA