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PARA UNA CRÍTICA DEL PODER BUROCRÁTICO

CARLOS PEREZ SOTO

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Tercera edición: Enero 2014


Edición y diagramación: Yovely Díaz Cea

Para una crítica del


Diseño de portada: Carlos Pérez Soto
Editada de acuerdo a las convenciones de lectura fácil disponible
en: www.lecturafacil.net

poder burocrático
Carlos P�rez Soto

Publicado bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND): este texto


puede ser copiado y distribuido libremente siempre que se mencione la fuente;
no puede ser alterado, ni usado con fines comerciales

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Agradecimientos
Índice
Agradecimientos 5
Prólogo 6
Este libro ha sido posible gracias a innumerables discusiones a lo largo de los
últimos diez años. Sería casi imposible mencionar aquí a las muchas compañeras
I. ¿Qué puede ser hoy un marxismo ortodoxo 19 y compañeros que, queriendo tercamente mantenerse en la perspectiva de una
El gesto de Lukacs 19 crítica radical de la realidad imperante, me han ayudado con sus ideas y sus críti-
Marx, los marxistas y nosotros 26 cas, con sus entusiasmos y sus erudiciones, a desarrollar las tesis que reúno aquí,
Un marxismo de nuevo tipo 49 después de haberlas publicado de manera parcial, en diversos formatos.
Comunistas otra vez 62 Debo mencionar, en primer término, a los integrantes del Taller de Teorías
Críticas del Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad ARCIS, y a los
II. Para una crítica del poder burocrático 67 integrantes de los diversos programas que producen congregados en ese Centro,
Introducción 67 a los que eximo, desde luego, de la responsabilidad de los planteamientos que
desarrollo en este texto.
El socialismo real 69
El capitalismo avanzado 79 Han sido particularmente importantes para mí, a lo largo del tiempo, las dis-
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cusiones que he mantenido con mi buen amigo Juan Ormeño, con el sociólogo
El poder burocrático
Sergio Villalobos Ruminott, con Óscar Cabezas, Felipe Victoriano, Mauro Salazar
y Miguel Valderrama.
III. Cuestiones de fundamento 118
Agradezco la paciencia de los increíbles estudiantes de mi larga serie de Semi-
El origen 118
narios dedicados a la Fenomenología del Espíritu de G. W. F. Hegel, gracias a los
Una teoría de enajenación 120 cuales he podido estudiar y discutir este texto con un detalle y una profundidad
El comunismo 133 impensable para la erudición solitaria. Como se verá a lo largo de todo este libro,
Un antiguo concepto de subjetividad 142 ese trabajo ha sido para mí fundamental.
Una teoría de la explotación 152 Agradezco las valiosas críticas, siempre acertadas, que han hecho a los borra-
De la explotación al sujeto revolucionario 173 dores de este texto, Pilar Baeza, Pablo Pérez Wilson y Manuel Guerrero Antequera.
El aporte de sus saberes y de sus sensibilidades ha sido esencial, tanto en aquellos
IV. Herramientas 189 puntos en que hemos estado de acuerdo, como en aquellos en que, existencial o
Tolerancia represiva y política comunista 189 teóricamente, hemos mantenido nuestras diferencias.
Paradojas 216 Debo agradecer también a mis hijos, por la paciencia y el cariño con que han
Burgueses pobres, asalariados ricos 221 tolerado esta manía vanidosa de creer que tengo razón, la innecesaria vehemencia
con que defiendo cuestiones abstractas, y la soberbia y precaria ilusión de creer
Nota sobre la reconstitución de la izquierda radical en Chile 237
que decir estas cosas puede ayudar en algo.

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Prólogo a la Tercera Edición

Los saberes esenciales para la comunidad humana son, y siempre han sido, crea-
ciones colectivas. Y si las argumentaciones que he formulado llegaran a compartir
El motivo de esta tercera edición es solamente modificar el formato del texto algo del honor de ser importantes para la comunidad humana, acepto gustoso que
para su publicación en línea, en formato digital, bajo licencia Creative Commons. mi participación simplemente se diluya en la obra y la creación de todos.
Para esto he conservado completamente, sin cambios, el texto de la segunda
edición publicada en papel por Editorial LOM. Agradezco profundamente la ex-
traordinaria disposición de Paulo Slachevsky y Silvia Aguilera, de LOM, que han
aceptado modificar los contratos de publicación de la edición anterior para permitir
la posibilidad de esta. Santiago, Enero de 2014.

La modalidad de la licencia bajo la cual se hace esta tercera edición permite


distribuirlo libremente, sin alterarlo, mencionando la fuente. El objetivo es que
esté disponible para ser bajado de modo completamente gratuito desde el sitio
www.carlosperez.cc, o desde cualquier otro que lo replique, tanto para su lectura
directa como para su impresión independiente.
Contribuyo con esto a la gran tarea de democratizar el saber, al deber de hacer
circular las ideas sin traba alguna, bajo la profunda convicción de que las ideas y
los argumentos no pertenecen a nadie en particular, constituyen un patrimonio
común al que muchos contribuyen, sin que sus aportes puedan ser distinguidos
claramente, sin que nadie pueda reclamar para sí exclusividad o prioridad alguna.

Todo saber es de hecho creado de manera colectiva. El reclamo por el recono-


cimiento del aporte individual sólo tiene sustento en la vanidad o en la necesidad
mercantil. ¿Quién inventó el castellano? ¿Quién inventó la concepción mecánica
del mundo? ¿Hay algún autor individual que pueda ser señalado como inventor
del romanticismo, o del Renacimiento, o de la revolución industrial? ¿Hay algún
autor individual que pueda ser señalado como creador del movimiento popular,
de la idea de una sociedad sin clases sociales, o de la revolución agrícola? Ni el
pan, ni el arado, ni la escritura, ni las ciudades, ni la filosofía, ni el monoteísmo,
fueron inventados una sola vez, por alguien en particular, o de una sola manera.

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Prólogo a la Segunda Edición

Escribí este libro para proponer una manera de entender el marxismo que altamente tecnológica, la realidad de una sociedad altamente comunicacional,
permitiera ir más allá de las largas discusiones en torno al colapso de los regíme- con barreras enormes entre integración y marginación, con contradicciones de
nes que fueron llamados, con algo de mala voluntad, “socialismos reales”. Este hecho entre los más pobres de la sociedad y los propios trabajadores que, en la
colapso era ya bastante obvio en 1998, cuando lo empecé, debido al derrumbe medida en que lo son, ya no son los más pobres de todos.
del socialismo de tipo soviético. Hoy, a principios del 2008, es mucho más que
Por supuesto “desprenderse” del pasado, aunque sea con este ánimo po-
obvio, si se puede, con el giro que se ha consolidado en el “socialismo” chino. Las
lémico, o guiado por este propósito eminentemente político, es una tarea de
empresas mixtas en Cuba, el trabajo post fordista en Corea del Norte y Vietnam,
nunca acabar. Sobre todo si hay que sobrellevarla acosado por los que a estas
la difícil deriva entre radicalidad amputada y populismo en Venezuela, Bolivia o
alturas resultan ser verdaderos profesionales de la nostalgia. Ante ellos, y quizás
Brasil, muestran largamente que lo que hace treinta años era, en la izquierda, una
sólo ante ellos, es necesario repetir una y otra vez una serie de trivialidades,
herejía, lo que hace veinte años era un horizonte ominoso, lo que hace diez años
que desde luego en la lógica que los retiene no lo son: que nadie puede vivir sin
era el verdadero carnaval de “autocrítica” rayana en la voltereta y el masoquismo,
pasado, que historizar lo real es una manera de ejercer la crítica, que siempre es
es hoy simplemente un hecho histórico, un fantasma del pasado: el socialismo del
posible aprender “algún tipo de cosas” de las experiencias pasadas “aunque sean
siglo XX simplemente no existe más.
una sucesión de derrotas”.
Lo que me importaba, en ese contexto, era pensar la verosimilitud y la
Desde mi punto de vista estas cuestiones son obvias, y quienes las invo-
viabilidad del marxismo, y del horizonte comunista que contiene, con indepen-
quen contra el intento que hago aquí simplemente no han entendido de qué se
dencia de esas realidades históricas, meramente empíricas. Pensar el argumento
trata. No se trata de que el pasado no exista o no sea relevante para el hoy. Se
marxista volcándolo completamente a la nueva situación, a los futuros posibles
trata de que hay que analizar lo nuevo como nuevo, no simplemente asimilándolo
que abría. Me pareció que lo que se llamaba autocrítica, que lo que se discutía
a otra especie de lo antiguo. No se trata de “olvidar” las reivindicaciones de jus-
sobre las “lecciones del pasado”, se hacía cada vez más estéril, se convertía progre-
ticia por los innumerables crímenes, por la sangrienta historia que ha conducido
sivamente más bien en un obstáculo para la reformulación de políticas radicales
a la “normalidad” actual. Se trata de que el sentido de la política es el futuro, no
que en un auténtico aprendizaje. La evidencia de la amplia sangría de la izquierda
la recuperación del pasado. No se trata de que “la historia no sirva para nada”. Se
histórica hacia el compromiso reformista, el integrismo fragmentario o la evasión
trata de que una argumentación que sólo se basa en el efecto moral que tendrían
populista, que se traduce hasta ahora en un enjambre de discusiones intestinas
la “lecciones del pasado” no nos sirve para entender de manera sustantiva las
y ejercicios de nostalgia, me parecía una contundente muestra de ese carácter
nuevas dominaciones, en el presente.
autodestructivo.
Lo que me propuse, y mantengo en esta segunda edición, es exponer
el marxismo de manera argumentativa, sin demasiados emplazamientos mera- El efecto, sin embargo, de esta interminable carga de culpa y recriminación,
mente morales, con una cierta coherencia lógica que contemple de manera clara de iras justas y de nostalgias inútiles, es que este libro no puede librarse de ellas
premisas, desarrollos, consecuencias que se sigan verosímilmente unas de otras. completamente. La modificación central que he hecho al texto, para esta segunda
Pensar un fundamento, proponer categorías, mostrar consecuencias posibles, edición, sin embargo, es justamente tratar de aligerar la carga. Simplemente he
manteniendo el argumento marxista histórico, sobre todo su clara voluntad revo- sacado la mayor parte de las referencias al pasado del marxismo, y he tratado de
lucionaria, su vocación por perseguir el fin de la lucha de clases, pero volcándolo reemplazarlas por elementos que sirvan un poco más para el futuro.
completamente sobre la realidad actual, la del post fordismo, la de la dominación Pero, por otro lado, para los que vivimos de las letras, uno de los efectos más

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notorios, de la caída de los socialismos es la completa desaparición del marxismo preguntándome por las consecuencias políticas concretas, que en realidad sólo
dentro del ámbito académico, o su conversión en una variada serie de diletantis- ellos pueden responder, que he agregado por último un texto, más breve y ries-
mos, escasamente argumentativos, que han perdido toda conexión con la voluntad goso, sobre las características que creo debería tener la política de la izquierda
revolucionaria radical, y que operan más bien como racionalizaciones del giro radical hoy día, diez años después de la primera edición, con diez años más de
general del mundo académico hacia los variados mundos de la derecha. Es el caso desencanto e ira acumulados.
del post estructuralismo, o del post marxismo, etiquetas que encubren apenas Agradezco enormemente a Silvia Aguilera, de Editorial LOM, que haya permi-
las posturas de que deberían considerarse más sinceramente como ex marxistas tido este segundo intento de un libro que, con toda seguridad, tendré que escribir
o, en la mayoría de los casos, como ex izquierdistas, que como renovadores del varias veces más. Reitero mis agradecimientos a las muchas personas que me
pensamiento crítico. ayudaron a lograr la primera versión, y agrego ahora a los incontables estudiantes
Un segundo cambio que he hecho para esta edición es aligerar el texto de la que han hecho posible esta segunda.
polémica contra tales posturas, cuya vinculación con la política efectiva es cada Supe, en una salitrera del norte de Chile, justo el día en que se cumplían cien
vez más, y voluntariamente, débil. No necesito argumentar de manera marxista, años de la atroz matanza de la Escuela Santa María de Iquique, lo que muchas veces
al menos aquí, contra quienes ya no se proponen el horizonte de la transformación he sabido, pero que en tiempos oscuros y ominosos como estos es tan necesario
radical de la sociedad, porque se han convencido que impera la fragmentación, la volver y volver a recordar: basta un gesto humano, basta un mínimo gesto, para
falta constituyente, la identidad preformativa, o simplemente el sin sentido radi- que todo el horizonte radical del hombre se levante, mire hacia el futuro posible,
cal. He preferido mantener la argumentación en torno al objetivo propositito, es y emprenda una vez más, otra y otra vez, la larga marcha hacia el fin de la prehis-
decir, una manera específica de formular un marxismo verosímil, que en torno al toria humana. Agradezco ese gesto, que se ha perdido en el viento, tanto como
objetivo polémico de desmontar ésta o aquella postura de la interminable serie si fuese el más grande de todos, y a él le dedico la reformulación de este texto.
de las modas intelectuales imperantes.
He agregado, en cambio, textos que especifican puntos particulares de la ar-
gumentación. Un resumen sobre el carácter paradójico que pueden asumir las Santiago de Chile, 11 de Enero de 2008.
categorías que aquí planteo para una mentalidad marxista formada en la lucha
contra el fordismo del siglo XX. Una especificación de las diferencias epistemo-
lógicas que implica esta formulación marxista respecto de las Ciencias Sociales
consideradas como instituciones del saber. Una especificación de las consecuencias
de distinguir el análisis de clases, de tipo propuesto por Marx, de los análisis de
estratificación social, característicos de las Ciencias Sociales.
He agregado estos textos, que han surgido a lo largo de los múltiples seminarios
en que he presentado esta formulación del marxismo, empujados sobre todo por
el extraordinario entusiasmo de los jóvenes que aún creen que inmundo radical-
mente distinto es posible. Es justamente por esa motivación, por esa urgencia
con que los jóvenes que asisten a esos seminarios interpelan mis presentaciones

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Prólogo a la Primera Edición rencorosas sobre los jóvenes, haciéndolos viejos antes de empezar. Haciéndolos
viejos sin que ni siquiera lo sepan, atrapándolos en las ideas y las formas de hacer
política que fueron inventadas para realidades que ya no existen, y que fracasaron
“Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las
dramáticamente.
fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más
altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su La historia del marxismo clásico actúa en nosotros de esta manera, cuya fuer-
existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la za reside en que no sale nunca a la luz, gobernándonos desde un cierto "sentido
humanidad se propone siempre únicamente objetivos que puede alcanzar, pues, común de la derrota", desde una serie de obviedades, que los jóvenes repiten sa-
bien miradas las cosas, vemos que esos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, biendo cada vez menos cuál es su origen, controlando cada vez menos si quieren
por lo menos, se están generando, las condiciones materiales para su realización” vivirlas o no. Se trata de los clásicos tics en que la izquierda clásica expresaba su
neurosis, su división entre los sueños y el mundo, que reaparecen ahora, como
Carlos Marx, Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política, 1859
si viviéramos aún en esa misma historia. Los jóvenes de la Enseñanza Media dis-
cuten de la misma manera que sus abuelos, en los años sesenta, los jóvenes en
la Universidad discuten como lo hicieron sus padres, los no tan jóvenes siguen
Los viejos generalmente obran y hablan en nombre de sus desengaños, de sus discutiendo igual que hace treinta años, como si el mundo no se hubiera movido
fracasos, que ellos llaman experiencia, como si todos debiéramos fracasar en un milímetro, como si no los hubiera aplastado una y otra vez.
la vida y desengañarnos. Palabras nuevas para las viejas ideas, ideas antiguas para los nuevos problemas,
Vicente Huidobro, Vientos Contrarios, 1922 la izquierda fósil no sabe salir de la combinatoria de ideas que le permitió legitimar-
se, tanto en sus luchas heroicas, como en las dictaduras infames que gobernó. Y
los jóvenes no saben salir de todo aquello que no saben, aprendido por osmosis,
de la vida política mediocre, de las nostalgias tristonas, de las quejas que nunca
Quizás todo intento de refundar el marxismo debería empezar con un recuen- ven los futuros posibles sino a través de la memoria innoble de las derrotas.
to de lo que ha ocurrido, de lo que es posible “rescatar” del enorme naufragio, Ya basta, ahora es necesario “olvidar” el marxismo clásico, y reinventar
de lo que deberíamos aprender a evitar. Debería, en suma, “aprender de la ex- el marxismo. Ya es suficiente de derrota y desencanto, ya es suficiente de repe-
periencia”. La opción que prefiero, en cambio, parte radicalmente de la cruel y ticiones vacías de lo que nunca ocurrió.
profunda constatación de don Vicente Huidobro, poeta y mago, que he recogido
Para abordar esta tarea es necesario volcar toda nuestra energía hacia el fu-
en el segundo epígrafe: ya basta, basta de mirar la historia desde el subterráneo
turo, hacia la vida posible. Es necesario abandonar las cargas del pasado tristón
indigno de la derrota.
y volver a creer que la revolución es posible bajo nuevas perspectivas, bajo una
Se podría creer que contar la historia del marxismo es necesario porque los nueva voluntad.
jóvenes de hoy ya no la conocen, porque llevan sus impulsos de cambio a ciegas,
Pero, ¿cómo es posible olvidar aquello que no se recuerda? No se trata del ol-
sin saber lo que ciento cincuenta años de lucha podrían aportarles. Mi opinión,
vidar simplemente, del que se queda igual, y vuelve una y otra vez, de ese olvido
sin embargo, es que nuestro problema es al revés: no logramos deshacernos del
que opera en nosotros, por debajo de nuestra piel, en nuestros actos, en nuestras
lastre de lo que no fue. El marxismo clásico actúa en nosotros a la manera del
acciones u omisiones políticas, sin que ni siquiera sepamos que está allí, agazapado,
síntoma freudiano, es decir, como una serie de "recuerdos" que "no recordamos",
determinándonos. Se trata más bien del olvidar consciente, victorioso, movido
y que se expresan en nuestras conductas, manifestando su realidad latente. Una
por la voluntad, en que el pasado no deja de ser, pero nos deja libres.
y otra vez la generación de la derrota trasmite su desencanto y sus resignaciones

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Se trata, podríamos decir, de lo que la palabra "superar" quiere decir, en el Es posible distinguir claramente entre Marx, los marxistas clásicos, y noso-
lenguaje de la dialéctica, pero que quiero enfatizar aquí como "olvido", para ha- tros, los que de nuevo creemos que es posible ser marxista, los que creemos
cer notar el hecho de que esto, que propongo superar, actúa en nosotros como que el comunismo es posible. Y, hecha esa distinción, es posible, es necesario,
memoria oculta, como maldición oculta, atándonos al pasado. Esa "eterna y vieja es urgente quizás, sacarnos de encima el bulto de los cien años del marxismo
juventud, que me ha dejado acobardado, como un pájaro sin luz", de la que habla clásico, e inventar de nuevo. Si alguien quisiera volver la mirada nostálgica sobre
el tango subjetivo, pero magnificada a escala social, reapareciendo en cada gene- sus pasos la idea sería, entonces, explicitar cuál es ese bulto, conocerlo, ponerlo
ración, como si los jóvenes ya no pudieran ser jóvenes, y estuvieran destinados a al desnudo. No para valorar, no para rescatar, no para salvar, no para redimir, no
ser viejos desde el momento mismo en que se preguntan por la política. para exculpar, sino simplemente para saber qué es necesario abandonar antes de
Quizás contar la historia del marxismo clásico podría tener hoy un sentido iniciar de nuevo el viaje.
político inmediato. Contar la historia de lo que debe ser superado. Hacer historia No tiene sentido llorar sobre lo que el pasado pudo ser y no fue. No tiene sen-
para saldar las cuentas de una vez. Hacerla para los jóvenes, aunque ellos no ten- tido moralizar sobre lo que el pasado fue realmente, aunque no lo quisiéramos. Se
gan las deudas que nosotros tenemos, y para que no las hereden debido a nuestra han hecho ya demasiadas "evaluaciones" que no hacen sino prolongar la misma
incapacidad sistemática para salir de la derrota. lógica de la bancarrota. No se trata de volver a "evaluar". El ejercicio debería ser
Pero no. No voy a detenerme en esa historia sino para rechazarla. No voy a más simple y, si se quiere, más cruel: se trataría de abandonar sin más pasión que
detenerme en el pasado sino para afirmar la vocación del futuro. Si se trata de un nostálgico humor por lo que tanto se amó, y se ha perdido. Abandonar con
la revolución, los que luchan deben aprender a no mirar atrás. El futuro, sólo la humor, con el humor que corroe suavemente, lo que ya ha sido sobradamente
manera en que desde el presente se hace futuro, es lo relevante. Y yo creo que castigado. Tan sólo una breve comedia, que nos permita despedirnos alegremente
hoy el problema de los que quieren vivir para cambiar el mundo, de los que luchan de nuestros dioses.
bajo la voluntad de que el comunismo es posible es, como siempre, el mismo: se Y el humor no es para nada un detalle pedagógico en todo esto. Se trata de
trata de la revolución. romper con la seriedad clásica. No para pensar más livianamente, no para flotar
Tres son los supuestos inmediatos que requiere un esfuerzo de esta clase. Una mejor, sino simplemente como un preservativo, que nunca está demás, y que
izquierda grande, un marxismo inventado de nuevo, desde Marx, una voluntad debiera molestar muy poco, contra el retrovirus impenitente del totalitarismo.
comunista de nuevo tipo. Una izquierda que no es grande por el número, como No más seriedad, no más derrota en el pensar. Vayamos alegremente a dar la vida
es demasiado obvio, pero que debe serlo por su capacidad para contener a todas de nuevo, a arriesgarnos, a forjar la voluntad que forja a la teoría, a forjar la teoría
las izquierdas. La gran izquierda como patria grande, en que se han borrado por que requiera la voluntad. Como siempre, es la vida, nuestras vidas, lo que está en
fin las fronteras que nos trazó el enemigo, y podemos sumar, y empujar juntos. juego en todo esto. Pero ese detalle no debería tener tanta dramática importancia.
Un marxismo que haya asumido el dramático cambio en el mundo, la enajenación Se trata de vivir, simplemente, de no dejarse morir en la mediocridad cotidiana.
de la voluntad revolucionaria clásica, los sutiles desarrollos de la Ciencia Social No tenemos para qué armar tanto escándalo al respecto. Los escándalos hay que
del siglo XX, y que piense el presente desde el presente, reinventando a Marx, hacérselos al poder, no a nuestra autoestima tantas veces dañada.
con su consentimiento o sin él. Una voluntad comunista de nuevo tipo, que haya Pues bien, a prepararse viejo y querido Lenin, viejo incomprendido Kautsky,
asumido la dura lección del totalitarismo marxista posible, que sepa dar la batalla viejo viejísimo Bernstein, vieja querida de siempre Rosa, porque voy a preparar
en el campo actual, por debajo de la consciencia y en ella, erotizando la vida, pi- el funeral alegremente, porque me voy a reír de sus ingenuidades, porque voy a
diendo lo que el poder no puede dar, desconfiando de la comodidad prestada de
las nuevas formas de la enajenación.

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contar los errores atroces, y las guerras grandiosas, porque voy a sacar del baúl Yo creo que las razones son grandes y simples, como siempre. Se trata de la
los cadáveres de cera, para ir a dejarlos por fin a su tierra natal, en el pasado. Me razón, de la libertad, de la justicia, de la belleza, se trata aún de los viejos fantas-
voy a la ciudad, viejos queridos, y los dejo en sus sueños semi rurales de alianzas mas, que no recorren el mundo como espectros, como dirán los supersticiosos de
obrero campesinas. Me voy a las estrellas, byte a byte, por los subterráneos de siempre que parecieran seguir creyendo en las ánimas de sus antepasados, sino
las nuevas telarañas del imperialismo, para salir a la luz, al aire al fin, en la ciudad que van barriendo el mundo de entusiasmo, para el que sepa escucharlos. No hay
global, en las anchísimas alamedas del planeta, donde debe ocurrir una conmo- más fantasma en esos fantasmas que el que nosotros ponemos desde la negati-
ción por fin histórica, para que pueda terminar la prehistoria humana. Me voy al vidad que nos constituye. Ya no más a la defensiva. Basta ya de ser apabullados
futuro, viejos queridos, no sin antes echarles un vistazo, para ver como se quedan por el rasero simplón e ideologizado que divide entre totalitarios y liberales, entre
allí, sonriendo quizás, en sus pasados, sin poder decirnos más que sus derrotas, anticuados y modernos, entre utopistas ilusos y realistas eficaces. Salir de la me-
sin poder enseñarnos nada para las nuestras. lancolía llorona hacia el entusiasmo, ir más allá de los tristes que sólo encuentran
Contar la historia del marxismo, en estos términos, sería el cuento inicial, de defectos en sus amigos y no se cansan de encontrar virtudes en sus enemigos.
ternura y espanto, para los que deben viajar con medios propios. Un cuento, un No lo he escrito para el pasado, sino para el futuro. Lo he escrito para una
viejo cuento, muy dentro de nosotros, que no hemos contado lo suficiente como nueva moral, no para la antigua. No escribí este libro para la mediocridad de la
para poder abandonarlo. Para quererlos mejor, si se me permite la paradoja, otra política que existe, sino para la grandeza de la que podría existir. No para la falta
más. Para abandonarlos mejor, de mejor manera. Para eso se cuentan los cuen- de imaginación política de la ultra izquierda, ni para la dramática falta de visión
tos. La belleza de tanto espanto, la oscuridad de tanta ternura, el delirio de tan- de la izquierda clásica. Creo que ya hay bastante experiencia, histórica y existen-
ta seriedad, como escarmientos para las eternas tentaciones totalitarias de los cial, de que los ultra izquierdistas, al igual que los histéricos, son especialistas en
aprendices de brujo que, armados ahora de nuevas y mejores formas de dominio, destruir las cosas que aman. Hay sobrada experiencia también de que la izquierda
podrían condenarnos hasta la eternidad a la vida mediocre del burocratismo bien clásica perdió el horizonte de sus amores y sólo lucha por sobrevivir. No para
intencionado. estas izquierdas, entonces, sino para la gran izquierda, que podría contenerlas a
Se trata de volver a la figura del viejo Marx, volver a pensar en las claves que todas, que podría existir, si nuestras voluntades y nuestras consciencias lograran
dejó, por lo que tiene de simbólico, por lo que tiene de contenido, por su inmensa coincidir con nuestros deseos. Si logramos articular socialmente el deseo profundo
capacidad para reunir esperanzas, otra vez Carlos Marx. Más allá del totalitarismo de hacer un mundo más bello, de ser felices.
estaliniano, más allá de la revolución industrial forzada, más bien con las armas Estos son los términos. Nada de inocencia, bastante de humor y de distancia
de la crítica que con la crítica de las armas, más allá del quejido estéril, de los crítica. Nada de escándalo hipócrita, ni drama culpógeno, bastante de claridad, al
cambios oportunos de opinión, de la confianza mesiánica, se trata de repensar al estilo de los marxólogos, y su erudición inútil. Nada para renovar, o para poner al
viejo Marx, para que el futuro sea posible. día, bastante audacia en cambio, para quedarse desnudo que, después de todo,
Muchos nos preguntan, con el tono escéptico y desencantado que impone la algo tendremos que mostrar... no nos subestimemos tanto. Más bien para los
impotencia histórica, de manera un poco burlona, con esa burla triste que es reírse jóvenes que para los viejos, más para el futuro que para el presente. Más para la
de las propias esperanzas perdidas: ¿por qué Marx?, cuando quizás lo que habría belleza y la libertad, que para hacer justicia o decir verdades. Un discurso para la
que hacer es simplemente vivir lo particular o el pequeño afán local, y olvidarse voluntad, para la nueva voluntad, y su horizonte sin orillas.
de lo grande, de lo justo, de lo bueno.

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I. ¿Qué puede ser hoy un marxismo ortodoxo?

Existimos, pensamos, podemos aunar voluntades, podemos reemprender la


gran marcha hacia la libertad y hacia la vida. Volvamos a aprender en qué consiste
la unidad y la diferencia entre los hombres, hagamos que el dolor de cada hombre 1. El gesto de Lukacs
muera en la victoria de todos, hagamos nuestra una vez más esa clase de libertad En 1923, en “Historia y Consciencia de Clase”, Georg Lukacs, se pregunta:
que no tienen los solitarios, hagámonos infinitos, que nadie termine en sí mismo, “¿Qué es el marxismo ortodoxo?”. El contexto de esta pregunta es curioso. Una
seamos comunistas otra vez, que nuestras manos vuelvan a vislumbrar la claridad poderosa heterodoxia, la interpretación leninista, se había abierto paso a fuerza
del mundo y la posibilidad de la alegría. de voluntad y valentía en los complicados torbellinos que resultan de la Primera
Guerra Mundial, de la decadencia de un enorme imperio y, como lo diría Lenin,
¡Vivamos, aplaudamos! Quizás ha empezado un tiempo nuevo. de la existencia de un “eslabón más débil” en la cadena capitalista. Se esperaría
entonces que Lukacs defendiera un “marxismo heterodoxo”. Su gesto, sin embar-
go, es muy claro: el leninismo es la “verdadera” ortodoxia.
En realidad el marxismo conocía ya la discusión entre los términos “ortodoxia”
Santiago de Chile, 20 de Julio de 2000 y “heterodoxia”, o “revisionismo”. Ante la gran estabilidad política y económica
del capitalismo en las tres últimas décadas del siglo XIX, Eduard Bernstein ha-
bía planteado ya la necesidad de “revisar” las doctrinas económicas de Marx,
e incluso, eventualmente, abandonar la centralidad del pensamiento marxista
e integrarlo a un conjunto más amplio de corrientes teóricas que pudieran dar
cuenta de mejor manera de lo que estaba ocurriendo. Frente a esto Karl Kautsky,
siguiendo una línea trazada originalmente por Federico Engels, se esforzaba en
mostrar que las teorías de Marx eran “sustancialmente correctas”, y lo que había
que hacer simplemente era “aplicarlas de manera creadora”. Ambas posturas, por
supuesto, implicaban, o quizás suponían, opciones políticas bastante concretas y
contingentes. En estas opciones el punto crucial era el de si el capitalismo podía
ser superado a través de un proceso revolucionario, o si lo único que cabía esperar
era una ampliación progresiva de las perspectivas democráticas de que el propio
sistema era capaz, si era sometido a presiones consistentes por el conjunto de
las fuerzas progresistas.
Cuando se considera el lugar de Lenin y la revolución rusa en esta polémica,
tiene pleno sentido distinguir entre “revisionismo” (según el uso histórico, el de
Bernstein) y “heterodoxia” (la de Lenin). Formalmente ambas posturas son ambas
cosas. La denominación de revisionista para una y de heterodoxia para la otra
bien podría ser arbitraria, si no es por el uso histórico establecido. El problema se

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presenta más bien para la postura leninista, que hizo por primera vez un gesto leninismo, tratando de desarrollarlo y aplicarlo “de manera creadora” a nuestra
que luego será característico: se empeñó en mostrarse a sí misma como ortodoxa. época. Y entonces estamos nuevamente en una situación, al menos teórica, aná-
Desde luego el uso establecido en el curso de esta polémica con el revisionismo loga a la de Lukacs.
reservaba el adjetivo ortodoxo, que en buenas cuentas no es sino un argumento de Tal como las sucesivas derrotas de la revolución alemana son en pequeña escala
autoridad, a la postura kautskista. Con esto se tenía entonces la situación curiosa análogas a las enormes derrotas de los socialismos reales, y tal como la larga esta-
de dos ortodoxias en disputa. De aquí el texto de Lukacs tratando de establecer bilidad relativa del capitalismo posterior a la Segunda Guerra Mundial es análoga
entre ambas a cual podría considerarse la “verdadera” y, dado los usos de la época, a la que enfrentó Bernstein, así también los revisionismos, las ortodoxias y las
la única ortodoxia real. heterodoxias posibles, se repiten en diversas claves.
Recordar esta escena, después de setenta y cinco años de revoluciones y ca- Por un lado los revisionismos reformistas, como el iniciado desde el eurocomu-
tástrofes, podría ser un ejercicio perfectamente inútil, si no fuese para medir nismo, y llevado adelante por la renovación socialista. Por otro los revisionismos
nuestras cercanías y distancias con un intento semejante. radicales y revolucionaristas como los iniciados por Foucault, y continuados por
Desde luego, la principal distancia, es que ya no creo que pueda haber una Deleuze y Negri. Por último la tradición marxista leninista, que no logra despegarse
ortodoxia, ni menos aún una ortodoxia verdadera. Cada gran pensador admite de la escolástica soviética en que se formó.
múltiples lecturas válidas, que incluso pueden ser contradictorias entre sí, y en Tal como Lukacs enfrentó en su tiempo al naturalismo ilustrado y al esponta-
términos políticos la única ventaja posible de una respecto de otras es su capacidad neismo anarco sindicalista, a mí me gustaría enfrentar hoy también a dos términos
para decir y vehiculizar realidades concretas y efectivas. simétricos: la escolástica soviética del materialismo dialéctico y sus secuelas, más
Hay cercanías que son pertinentes en nuestro contexto: una es la pretensión o menos marxistas leninistas, por un lado, y la larga saga academicista, y algo gro-
política de reclamarse como una ortodoxia válida y viable, intentando retener la tesca, del estructuralismo y sus muchas secuelas post estructuralistas, por otro.
fuerza simbólica de la figura de Marx para una postura determinada, otra es el Por supuesto la escolástica soviética está enterrada, y con justicia, sobre todo
gesto de Lukacs de considerar como realmente ortodoxa a la postura que implicara por lo que representó como legitimación imposible de las dictaduras infames y
la búsqueda de un cambio revolucionario. totalitarias que se llamaron a sí mismas socialistas. Y aunque la bancarrota de
No es ser el único marxismo, o el marxismo correcto, lo que importa; lo rele- la Tercera Internacional sea aún más drástica y dramática que la de la Segunda,
vante es defender un marxismo posible. Una iniciativa teórica y política que dice muchos de los argumentos en este libro están dirigidos en contra de este tipo
de sí misma, clara y consistentemente, que es marxista, para especificar luego en de marxismo, que ha sido el único marxismo real y efectivo. Pero mi ánimo no
qué sentidos y con qué derechos sostiene esta pretensión. es hablar en nombre del marxismo que fue, sino de un marxismo posible, de uno
que podría ser. Hoy día muy pocos estarían dispuestos a defender esta tradición,
Ya la pretensión misma de querer ser marxista es hoy un hecho político. Desde
al menos sin importantes cuotas de autocrítica y revisión. El problema que con-
luego hoy no es obvio que sea sostenible insistir en este referente, ni política ni
sidero más importante no es el de saldar cuentas con el pasado, que ya de eso
teóricamente. Muchos pensadores críticos preferirían considerar al marxismo
tenemos una larga historia de dramáticos masoquismos, sino más bien pensar en
sólo como una fuente entre otras, tanto en el ámbito reformista como en el ám-
el futuro posible.
bito más radical. Muchos preferirían pensar que la estabilidad global capitalista
y la derrota de los socialismos reales sólo permiten políticas reformistas. Otros Lo que actualmente se suele entender por marxismo en el campo intelectual,
preferirían pensar que los horizontes revolucionarios ya no pueden ser globales, en cambio, es un espacio cerrado y trabado por el academicismo estructuralista
y deben restringirse a la acción directa y local. Frente a ellos aún quedan, desde y post estructuralista. En este campo es posible distinguir cuatro líneas de desa-
luego, los que preferirían no moverse de las coordenadas básicas del marxismo rrollo que han desplazado casi completamente a la rica discusión marxista, en que

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coexistían diversas tradiciones intelectuales, en los años 50 y 60. bases teóricas a las que, en virtud de una voluntad política que debería ir quedando
Una es la perspectiva radical que se funda en la asociación del marxismo con explicitado a lo largo del texto, quiero llamar “ortodoxas”.
la combinación Derrida - Deleuze, que implica la valoración de Foucault, W. Ben- Para entender, al menos de manera inicial, el por qué de este rechazo del
jamin, A. Heller, F. Jameson, A. Callinicos, y que protagonizan Deleuze, Guattari marxismo académico dominante puede ser útil comprobar que, desde horizontes
y Negri, con el fondo general Derrida - Heidegger. teóricos que en principio podrían aparecer como muy alejados, como Heidegger
Otra es la perspectiva reformista que se funda en la asociación del marxismo y Wittgenstein, o Derrida y Rorty, o Foucault y Althusser, se ha producido un
con la combinación Derrida - Rorty, lo que implica la valoración de Lacan, el giro movimiento convergente en torno a una radical crítica al marxismo clásico que
lingüístico, el individualismo metodológico, y que protagoniza sobre todo Ernesto llevó a muchos teóricos simplemente al abandono del marxismo, y a la mayoría
Laclau. al abandono de una perspectiva revolucionaria global.
Otra es la asociación, más directamente marxista, con el individualismo meto- Se puede decir, en general, que la tradición estructuralista y post estructuralista
dológico, la teoría de la acción racional, y el realismo crítico, en torno a la cual se hizo una crítica radical, en primer lugar, al reduccionismo económico. Una crítica
han movido los teóricos de Monthly Review, de New Left Review, y los marxistas que fue desde criticar la idea de determinación económica sobre toda política y
analíticos, como G. Cohen, J. Elster, J. Roemmer y Frederik Olin Wrigth. toda ideología hasta el extremo de abandonar el análisis económico del presente
como algo significativo, o resignificarlo de manera completamente especulativa.
Otra son las interminables secuelas althusserianas, post althusserianas y post
maoístas, en Francia, con su valoración de Foucault, Lacan, también Heidegger Hizo una crítica radical, en segundo lugar, al fundamento filosófico del marxis-
y últimamente Rorty, como en el último Poulantzas, en Alain Badieu, o en los mo clásico. Una crítica que fue desde criticar al materialismo dialéctico cienticista
lacanianos de izquierda. hasta el abandono de toda idea totalizante, ontológica, e incluso sistemática.
Cuatro líneas de desarrollo teórico que, a partir de su dependencia común del Hizo una crítica radical, en tercer lugar, a todo intento por construir una teoría
estructuralismo y de su crítica, han llegado a constituir un presente del marxismo global de la historia humana. Una crítica que fue desde poner todo el énfasis en el
que ha desplazado casi completamente, a la manera de un paradigma kuhniano, análisis de la acción concreta y la situación particular hasta la reducción de toda
las otras formas de la discusión marxista que circulaban en los años 50 y 60, como política a la situación local, e incluso a la acción individual.
el marxismo humanista francés de Sartre, Lefebre, o el primer Gorz, el marxismo Se practicó, en cuarto lugar, una oposición radical a poner como fundamento
historicista inglés, a la manera de Anderson o Thompson, el marxismo humanista de la acción una teoría ontológica del sujeto, del poder, o del conflicto, reducién-
yugoslavo de Markovic, Petrovic y Vraniki, o las teorías latinoamericanas de la dose sujeto a subjetivación singular, poder a relación de poder local, y conflicto
dependencia. a oposición local y parcial.
Un desplazamiento teórico tal que el mundo académico se ha llenado de “ob- En general, contra la “metafísica” y el “economicismo”, contra las pretensiones
viedades”, de usos establecidos y petrificados para los términos teóricos, de dis- globalizantes y sistemáticas, bajo la sospecha de encubrir tendencias totalitarias.
cusiones que habría que dar y otras que no tendría sentido dar. Un predominio Es de todo este campo intelectual estructuralista y post estructuralista, y su
establecido en las problemáticas y el lenguaje que hace que haya que estar dando fanfarria académica tan misteriosamente campeada por Heidegger y el individua-
explicaciones a cada paso, cada vez que se quiere pensar algo diferente, o peor, lismo, que quiero distinguir y separar mi reflexión, para reinventar un marxismo
cada vez que no se aceptan los sinónimos rápidos y estereotipados que “se supo- ortodoxo.
nen”, frecuentemente con un apoyo teórico extremadamente débil.
Marxismo ortodoxo significa, en este contexto, por un lado, saltar por sobre
Pues bien, no hablo desde este presente dominante de la discusión académica cien años de marxismo naturalista y cienticista, y echarlo simplemente al hoyo,
marxista. Quiero apartarme radicalmente de este paradigma y proponer otras

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donde merece estar, para ir directamente a Marx y empezar de nuevo. Simple- ducción del capital. Un análisis que procure ampliar la categoría de lo económico
mente abandonar toda la tradición 1880 - 1980, desde Engels hasta el primer hasta incluir en ella a lo social;
Althusser, y tener el valor de pensar desde hoy hacia el futuro, desde el comunismo • plantear la relevancia del concepto de clase y de lucha de clases. Un concep-
posible, y no desde la derrota. to en que las clases sociales sean entendidas como sujetos, en que lo social sea
Marxismo ortodoxo significa también, por otro lado, recuperar las intuiciones entendido como antagonismo. Un concepto que procure entender la ligazón de
básicas presentes en Marx y razonar por analogía para entender el presente. los modos de pensamiento con el proceso social del trabajo2;
Una operación analógica en que siempre el término presente impere sobre el • plantear una fundamentación filosófica capaz de expresar la idea de pro-
del pasado, de tal manera que se trate de entender lo nuevo como nuevo, y no ducción humana como universalidad diferenciada. Una fundamentación capaz
simplemente como repetición o prolongación. Un ejercicio en que la analogía sea de contener una lógica que supere la tendencia puramente analítica de la racio-
un instrumento heurístico, de ninguna manera probatorio, y en que cada vez que nalidad científica;
resulte un desacuerdo con Marx, peor para Marx, ya que lo relevante es nuestra
• plantear una radical democratización del lenguaje y del saber, criticando la
visión sobre nuestros problemas, y el texto de Marx sea sólo un instrumento, una
idea de vanguardia, criticando la profesionalización del saber y de la acción política,
guía provisoria, por muy poderosa que resulte. Esta es la ecuación que quiero reco-
criticando la diferencia entre expertos y legos.
ger con la expresión paradójica “reinventar” el marxismo. Se trata del marxismo,
por un lado, porque creo que hay en la obra de Marx poderosas ideas que pueden Si estos son los principios mínimos que queremos retener como “ortodoxos”
servir de guía al examen del presente; se trata de “inventar”, por otro lado, porque entonces podremos apelar al conjunto de los textos de Marx, sin privilegiar, por
lo relevante es el presente, y no Marx. ejemplo, El Capital o, a la inversa, los Manuscritos. Resultará por lo mismo irrele-
vante la diferencia entre un supuesto “joven” Marx y un supuesto “viejo” Marx. Lo
Sostengo que es posible expresar esas intuiciones básicas presentes en la obra
único importante será intentar recoger los lineamientos principales de sus textos
de Marx a través de un conjunto mínimo de principios que operen como el centro
que puedan servirnos para construir una teoría coherente de nuestra situación.
firme de la heurística de un programa de investigación. Según estos principios
mínimos creo que hoy es ortodoxo: En el marxismo que me interesa desarrollar esos lineamientos son principal-
mente su idea de la historia humana, su crítica de la enajenación, su crítica de la
• plantear que la política es eminentemente acción colectiva, con aspiración
economía capitalista, su radicalidad política.
global. No basta con afirmar la centralidad de la política, es necesario afirmar que
los actores fundantes del espacio político son siempre colectivos que se pueden Lukacs pensó que era posible encontrar un “método” en la obra de Marx, en-
entender como sujetos. Es necesario afirmar que la vocación de esos sujetos es tendiendo método, por cierto, en sentido hegeliano. Teniendo presente la extensa
constitutivamente universalista. Y esto implica afirmar que la categoría de sujeto, retórica en torno a la idea de método que se ha producido a lo largo del siglo
entendida de manera no cartesiana, tiene pleno sentido1; XX, yo prefiero desconfiar. Me basta con el uso heurístico de la analogía y con
la defensa del conjunto mínimo de principios que he planteado para atribuirle a
• plantear que el análisis económico es central en la comprensión de los proce-
mi intento el adjetivo de “ortodoxo”. Pero, en realidad este no es sino un adjetivo
sos sociales. Un análisis económico que no se convierta en reduccionismo causal,
polémico y retórico. Lo que me importa realmente no es la discusión, en el fondo
que examine los cambios en los procesos del trabajo, de valorización y repro-
trivial y estéril, sobre ortodoxia y heterodoxia. Me importa, más bien, el sentido

1    En una filosofía de tipo hegeliana el sujeto es más bien un conjunto de acciones, un campo 2    En la sección “Cuestiones de Fundamento”, hago una diferencia entre “modos de produc-
transindividual, una situación histórica (todas estas cosas a la vez) que una consciencia, o un ción” y “formas generales del trabajo”, y postulo que éste último concepto, que describe las
individuo, o un cuerpo. Más adelante, en la sección “Cuestiones de Fundamento”, se abunda formas efectivas del proceso social del trabajo, es el que puede ponerse en conexión con la
más en esta noción, y su utilidad para el marxismo posible que propongo idea de “Ideología” y, en ella, con los modos del pensamiento social.

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auge de las capas medias, es decir, del aumento sostenido, a pesar de los períodos
político que pueda tener hoy el ponerse en una postura que quiera llamarse de
de interrupción y de crisis, de la capacidad global de consumo en sectores cada
esta manera.
vez más amplios de trabajadores. Un auge que permitió hablar, ya desde 1890 de
Y en cuanto a ese sentido político puedo ser explícito. La idea de llamarse "aristocracia obrera", y que se reflejó en la actitud básicamente integracionista y
“ortodoxo” tiene dos objetivos políticos básicos. Uno es defender el enorme valor reformista de las organizaciones obreras más masivas. El kautskysmo no fue una
simbólico que ha significado el horizonte marxista a lo largo de este siglo. Man- simple "desviación", una simple "corrupción", algo así como un error lamentable y
tener, potenciar, la fuerza de su voluntad utópica, de su voluntad de transformar condenable. Respondió a una situación económica y social muy profunda, que se
global y revolucionariamente el mundo. Otro es contraponerse expresamente a fue acentuando a lo largo del siglo en los países capitalistas más avanzados, y que
las muchas “heterodoxias” que han derivado de la tradición estructuralista, y a se reprodujo en cada lugar en que existieron desarrollos de capitalismo nacional.
las circunstancias y efectos políticos que las han acompañado.
Hay evidencias, en su defensa de la Comuna de París, en su amarga crítica al
Aparte de estas dos terquedades, no menores, este adjetivo, como ningún Programa de Gotha, de que Marx nunca logró entender la lógica de los partidos
otro, no es realmente relevante. Lo importante es el contenido, los principios, obreros masivos que empezaron a surgir justamente en los años de su vejez. Él,
que quiero formular tras él. Y, en otro sentido, ahora considerando otros sentidos grande y terco, se mantuvo más bien aferrado a la lógica radical, heredera en
políticos posibles, lo que esos contenidos quieren configurar puede ser visto más buena medida de los heroísmos románticos, en medio de una época marcada
bien como un marxismo de nuevo tipo, que resulte adecuado a las nuevas formas por la mediocridad, el arribismo, el afán de integración, que afectó también, muy
de dominación y de lucha. profundamente, a los programas y las estrategias políticas de los partidos obreros
En esta operación, sin embargo, está implícita otra distinción teórica y nacientes. Ya la teoría de la importación de la consciencia, o la necesidad de fundar
política, pero por sobre todo histórica, entre tres términos: la que habría entre un movimiento comunista más radical que la estrategia general del movimiento
Marx, los marxistas y nosotros. obrero hasta entonces, muestran la diferencia, y la inadecuación, entre el mar-
xismo de Marx y el marxismo de los marxistas.
2. Marx, los marxistas, nosotros Marx vivió en la época de esplendor del iluminismo científico, del optimis-
mo tecnológico, de la cultura naturalista y realista, y sus relaciones con todo
a. Marx y los marxistas
este conjunto ideológico son contradictorias y complejas. Admira a Darwin, y
Es posible distinguir claramente entre Marx y los marxistas. Obviamente en lo critica. Admira el humanismo de Feuerbach, y le parece superficial. Admira
cuanto al mundo que les tocó enfrentar, pero también, a partir de eso, en cuanto los grandes avances de la ciencia, y razona de una manera sustancialmente más
al contenido de sus obras, a sus iniciativas políticas concretas, al trasfondo filo- compleja, y más política, que la ciencia natural e, incluso, que la ciencia social
sófico con que operaron. que le es contemporánea. Desprecia profundamente lo que considera la super-
Marx vivió en la época de pleno desarrollo del capitalismo industrial clásico, ficialidad de Stuart Mill, desconfía abiertamente del darwinismo, o del realismo
los marxistas tuvieron que vivir en la época del imperialismo, y en la de la coe- objetivista. Los marxistas, sin embargo, teniendo perfectamente a la mano las
xistencia entre dos sistemas sociales y políticos enfrentados, amarrados por el revoluciones expresionista, surrealista, cubista, dadá, etc., tienen una relación
empate nuclear. fundamentalmente más simple, y sumisa, respecto del conjunto ideológico del
Marx vivió en la época del auge de la clase obrera, y del radicalismo generado siglo XIX. Prácticamente toda la tradición marxista, ya sea kautskista, leninista
desde sectores de artesanos y pequeños burgueses que estaban siendo arrasados y, muchas veces, incluso el consejismo1, se afirma en el realismo científico, por
por el gran capital industrial, un radicalismo que contagió las primeras fases del
1    La distinción entre “kautskistas”, “leninistas” y “consejistas” proviene de la convicción de
desarrollo de la consciencia obrera. Los marxistas tuvieron que vivir en la época del que hay muchos marxismos posibles. Hay una diversidad caracterizable en el plano filosó-

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mucho que lo flexibilice. Comparte un naturalismo con pocos matices, que pone a fracaso de la revolución que postulaba, que nunca asumió, y la tradición marxista
la historia humana como prolongación de la naturaleza, que cree en la existencia continuó tercamente con esa omisión: el "fracaso" de la revolución inglesa. Y es
de leyes que abarcan al conjunto de la historia de manera necesaria y teleológica, necesario poner la palabra "fracaso" entre comillas, porque, en realidad, la cues-
cuestiones que difícilmente pueden encontrarse en la obra del mismo Marx. (Salvo tión fue mucho más grave y profunda: simplemente a nadie se le ocurrió hacer
que creamos la tesis, muy frecuente entre los marxistas clásicos, de que Engels una revolución comunista en el país capitalista más avanzado del planeta. Este
poseía poderes telepáticos especiales que le permitían, a pesar de las dudas de "fracaso", largamente omitido, tantas veces eludido a través de hipótesis ad hoc,
Marx, interpretar, descubrir, y poner por escrito sus verdaderos pensamientos). o de variantes teóricas forzadas por las situaciones políticas inmediatas, es la gran
El marxismo clásico nunca logró asimilar las grandes revoluciones culturales del anomalía que preside el desarrollo de la teoría marxista después de Marx. Y, de una
siglo XX, y se comportó por doquier, incluso más allá de sus múltiples diferencias u otra forma todos los fracasos posteriores, en Alemania en los años veinte, y en
políticas, como una prolongación de la Ilustración, algo ideologizada, quizás más el campo socialista como conjunto por fin en los años ochenta, pueden ser vistos
militante de lo que a los filósofos ilustrados les habría gustado, pero, básicamente, desde ese gran enigma inicial. E incluso, toda la serie de "triunfos" del marxismo
con el mismo fundamento filosófico. Y aquí hay una tesis importante que quiero en realidades periféricas que van desde la precaria Rusia, pasando por países como
sostener: el pensamiento de Marx está siempre más allá del horizonte teórico de Bulgaria, Albania, o incluso Etiopía y Angola, no hacen sino mostrar, a través de
la Ilustración. Se equivocan los críticos que lo asimilan a una Ilustración politizada su reverso, el mismo gran enigma.
o, al revés, a un Romanticismo politizado. Estos juicios quizás son pertinentes Es cierto que la mayor parte del desarrollo teórico del marxismo en el siglo XX
para retratar a la tradición marxista, desde Engels en adelante, pero siempre son ha girado en torno a las revoluciones triunfantes que, heroica y titánicamente,
inadecuados para abordar el pensamiento de Marx. La tesis que me importa de- los marxistas pudieron lograr. Pero es casi igualmente cierto, al revés, que todo
fender en este punto es que de la obra del Marx se puede derivar toda una filosofía ese desarrollo teórico puede ser visto como una larguísima serie de hipótesis ad
política que está más allá de la dicotomía simple, y perfectamente moderna, entre hoc que prolongan al marxismo, a través de sus triunfos aparentes, omitiendo su
Ilustración y Romanticismo. Operación que, en cambio, sólo puede hacerse con fracaso fundamental.
muy contados marxistas posteriores. Después de una afirmación tan dramática, y dado que los que quieren seguir
Marx vivió en la época de la plena hegemonía política, económica y cultural eu- siendo marxistas suelen tener los nervios algo alterados actualmente, sobre todo
ropea, en que la revolución era un bello y lejano sueño. Los marxistas tuvieron que después de la caída del muro, se impone aquí un pequeño paréntesis, más subje-
vivir el cerco económico, político y cultural de la hegemonía de los Estados Unidos, tivo que teórico, para calmar ansiedades prematuras, o alegrías infundadas. Lo
prolongada sobre Europa, omnipresente en formas cada vez más articuladas del que quiero sostener como resultado de estas conjeturas y argumentos, es que el
mercado mundial, en que la revolución fue muy frecuentemente un espacio de comunismo es posible, y que tiene pleno sentido ser marxista hoy día, y por bas-
pesadillas de improvisación, urgencia y violencia, en realidades culturales, políticas tante tiempo más. Para los que quieran vigilar este texto desde el punto de vista
y económicas que no estaban contempladas en absoluto en los cálculos de Marx. de la consecuencia revolucionaria, actitud tan típica de la mentalidad estalinista,
El mismo Marx vivió, durante su largo exilio, el primer y quizás más importante y tan extendida aún entre los más furiosos anti estalinistas, sepan que creo que
el comunismo es posible. Creo que del fracaso del marxismo clásico no se puede
fico, en el plano político, y en muchos otros ejes. En este caso se trata de la diversidad de inferir sin más la falta de viabilidad del marxismo como conjunto. Es posible un
concepciones acerca del carácter del partido, de la revolución, de la transición hacia el social- marxismo de nuevo tipo, que reinvente su impulso revolucionario original. Para
ismo, del valor de la democracia y la legalidad, que se puede encontrar entre los marxistas
inspirados en Kautsky, Bernstein, el austromarxismo, por un lado, luego los que han seguido que sea posible es necesario deshacerse del marxismo clásico, tanto de su larga
las ideas de Lenin, bajo la forma que les dio el marxismo soviético y, por último, el conjunto cadena de triunfos pírricos y paradójicos, como de sus fracasos profundos y nunca
de colectivos inspirados en Rosa Luxemburgo y Anton Pannekoek en una época, o agrupados asumidos.
como trotzkistas o como guevaristas en otras.

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Marx no alcanzó a dimensionar, a lo largo de su vida, la progresiva emergencia b. Los marxistas y nosotros
de la democracia liberal moderna, de la "opinión pública" y de las masas del siglo Es perfectamente posible distinguir entre los marxistas, a los que voy a
XX. Cuando se acercó a estos fenómenos desconfió abiertamente, con un olfato agregar el adjetivo de “clásicos” y un “nosotros”, en que quiero incluir a los que aún
visionario, de sus contenidos reales, y sospechó explícitamente la posibilidad de creemos que es posible ser marxistas. Desde luego esta distinción, nuevamente,
su corrupción por los poderes capitalistas. Los marxistas, en cambio, han vivido es tan profunda como es profunda la brecha abierta conjuntamente por el colapso
todo el siglo XX atrapados entre el auge de las democracias, reales o ficticias, con del socialismo real y los grandes cambios en el mundo precipitados por las nuevas
su enorme poder de integración social, sostenido en la ampliación progresiva de formas de la tecnología y el movimiento del capital. Vivimos actualmente en un
la capacidad de consumo, y las realidades periféricas de la opresión brutal, de las mundo distinto al que vivieron los marxistas clásicos: necesitamos un marxismo
dictaduras criminales, en las que se han incubado las revoluciones triunfantes, a de nuevo tipo.
partir de la indignación incontenible de los pobres de la tierra, o de los obreros
El marxismo clásico se desarrolló en el mundo de la industrialización homoge-
sometidos a sobre explotación.
neizadora, de la taylorización del trabajo físico, de la gran cadena de producción
Marx no alcanzó a verse enfrentado a este problema. Los marxistas, simple- fordista. Nosotros vivimos en el mundo de la industria de alta tecnología, capaz
mente, nunca supieron qué hacer con la democracia. Obligados a vivir la revolución de producir de manera diversificada, en que se ha empezado a taylorizar la subje-
como dictadura militar, por el cerco capitalista, por las necesidades internas de tividad del trabajador y se ha desagregado fuertemente la cadena de producción,
los procesos de revolución industrial forzada, no encontraron nunca las fórmulas tanto a nivel nacional como internacional.
que permitieran conciliar revolución y democracia, y oscilaron permanentemente
El marxismo se desarrolló en un mundo en que los grandes talleres industriales
entre la participación reformista en los auges democráticos, y el enfrentamiento
juntaban multitudes de obreros, y hacían posible grandes sindicatos. Un mundo
militar a las situaciones de cerco u opresión. No veo en esta oscilación un error,
en que la Ilustración mantenía plenamente su prestigio de ideología progresista
o una falta de agudeza teórica. Simplemente hay allí un dato de la realidad. Y es
e iluminista, lo que permitía la existencia de obreros ilustrados, de bibliotecas y
importante no eludirlo nuevamente a través de hipótesis ad hoc, o de teorías
prensa obrera, de intelectuales que surgían desde el mismo mundo obrero. Noso-
extraordinarias acerca de la "democracia". La tradición marxista se educó muy
tros vivimos un mundo en que la desagregación de las cadenas productivas quita
profundamente, obligada por la realidad circundante e interna, en el totalitarismo
la base física concreta desde la que los sindicatos eran posibles, lo que conduce
político, y es necesario mirar esta realidad a la cara y decidir qué vamos a hacer
a un progresivo debilitamiento de la organización sindical. Un mundo en que el
respecto de ella. Como mínimo, y para retener un poco la enorme hipocresía con
iluminismo ha perdido gran parte de su atractivo, y el sistema de la comunicación
que el pensamiento político común trata este punto, es necesario decir que no veo
social puede copar casi completamente el campo de la cultura obrera real. Un
en esta realidad flagrante una característica propia, o intrínseca, del marxismo.
mundo en que la taylorización de la subjetividad promueve patrones conductuales
Toda la modernidad está impregnada de esta profunda vocación totalitaria. Hay un
de fuerte integración subjetiva entre el capital y el trabajo, llevando el reformismo
nexo profundo entre totalitarismo e industrialización clásica que es visible en todos
clásico del movimiento obrero hasta el extremo de colaboracionismo simple, de
los procesos de industrialización, y que sólo la hipocresía política podría asociar
la integración de los trabajadores al espíritu corporativo de las grandes empresas.
como exclusivo del estalinismo, pasando por alto el fascismo de la industrialización
japonesa, el nazismo industrializador alemán o, incluso, el totalitarismo presente El marxismo clásico se desarrolló en un sistema de producción cuya capacidad
en la industrialización inglesa, cuya "democracia" fue censitaria, y discriminadora tecnológica básica era producir enormes cantidades de productos iguales, lo que
hasta épocas mucho más recientes de lo que los oportunistas quisieran reconocer. se traducía en una tendencia a la homogeneización general, a la centralización de
todo el poder en un sólo poder que planifica y manda de manera centralizada, y
se expresaba también en un patrón común de normalidad conductual, intoleran-
te ante la diferencia, que promovía de manera represiva la adaptación a un sólo
tipo de mundo, a una sola clase de vida. Nosotros vivimos en un mundo en que

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la producción altamente tecnológica tiene la capacidad de producir de manera Es muy importante señalar, sin embargo, que todos esos límites podían ser
diversificada, y dominar en esa diversificación. Un mundo en que la gestión del removidos, que existía un horizonte de ampliación democrática real, que las luchas
poder no requiere de todo el poder para mantener su situación hegemónica, y por la democracia, en sus muchas formas, tuvieron un amplio campo de acción, e
reparte de hecho importantes cuotas, que puede dominar en un segundo orden, importantes resultados humanizadores, aunque se dieran todos dentro del hori-
manteniendo un diferencial de poder sobre los poderes repartidos y atomizados. zonte utópico liberal. Ningún resultado que no pudiera ser revertido, por cierto.
Un mundo en que la "normalidad" clásica se ha desagregado en una infinidad Ningún avance del que se pueda decir que sea definitivo para la historia humana.
de "normalidades" particulares, configuradas como series, o combinatorias de Nosotros vivimos, en cambio, la plena decadencia de la democracia liberal,
características puntuales, y en que los poderes dominantes tienen la capacidad de su horizonte humanista, e incluso de la base social y subjetiva, que hacían
tecnológica suficiente como para interactuar con esos particulares, dominarlos en pensable y posible su ampliación. La profunda distorsión de los mecanismos de
su diversidad, e incluso proporcionarles diversidad ilusoria de manera interactiva representación, por la comunicación social, por el mercado, por la intervención
y reconocedora. Un mundo con muchas formas de vida posibles, muchos mundos cruda y simple de la fuerza. La destrucción progresiva de la autonomía psíquica
aparentes, en el mismo mundo. Un mundo que puede reprimir, y mantener el de los ciudadanos, que actuaba como base subjetiva de su posible autonomía civil.
estado de cosas imperante, a través de la tolerancia, promoviendo la tolerancia La progresiva desustancialización de los mecanismos democráticos a través de su
en el orden inmediato de la vida, aunque la niegue en el segundo orden desde el reducción al formalismo eleccionario, ampliamente manipulado y manipulable, por
cual domina. otro lado. La aparición de poderes que simplemente están fuera de la jurisdicción,
Los marxistas clásicos, aunque nunca supieran muy bien qué hacer con la demo- o de la vigilancia, de los organismos representativos, como los Bancos Centrales
cracia, y oscilaran entre el reformismo democratista de los países avanzados y el autónomos, los servicios de inteligencia militar, o la coordinación transnacional
revolucionarismo armado en la periferia, vivieron en la época en que la democracia de las economías desde las empresas, o desde los organismos burocráticos de
parecía ser real o, al menos, se ampliaba progresivamente, de manera objetiva, en más alto nivel.
muchos lugares del mundo, aunque su ampliación se encontrara invariablemente Esto significa que mientras para los marxistas clásicos un problema político
con el límite de no poder cambiar las estructuras básicas de la dominación sin central era el de llegar a la democracia o ampliarla, para nosotros, en cambio, un
verse enfrentada al fascismo y a la violencia reaccionaria. problema político central es qué hacer con el uso represivo y fuertemente inte-
Es importante señalar los límites, tan notorios, de esa ampliación democrática grador, de una democracia formal y manipulada, que actúa más como fuente de
en todas sus dimensiones. Nunca ha habido, en ningún país moderno, esa mítica legitimación del poder que como espacio en que la política es realmente posible.
democracia que sería "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Los marxistas clásicos vivieron en un mundo donde, a pesar de las muchas
Sólo muy lentamente se amplió el derecho a voto desde el voto censitario al voto evidencias en contra, aún era posible el optimismo tecnológico, la confianza en la
universal. La libertad de expresión ha sufrido constantes y profundas alteraciones, neutralidad de la ciencia, y las bondades del realismo. Nosotros vivimos, obligados
por el monopolio de los sistemas de información, por la censura y la auto censura por las catástrofes ecológicas cotidianas, por la manipulación de masas, por el uso
obligada, omnipresentes en todo el siglo XX, en todo el planeta. Los derechos represivo de las técnicas terapéuticas, por la amplia reflexión vanguardista en el
civiles han sido respetados sólo y en la misma medida en que la burguesía ha con- arte y en la filosofía, en un mundo en que se puede desconfiar abiertamente de
servado el poder, y no lo ha visto en peligro. Los derechos económicos y sociales la ciencia y la técnica, de su neutralidad respecto del mundo que las produce, y
sólo existieron en el papel, y cada ampliación posible costó confrontaciones y que contribuyen a reproducir.
guerras, o crisis económicas.
Los marxistas clásicos vivieron en un mundo en que era claramente formulable
la diferencia geográfica entre imperialismo y dependencia, entre primer y tercer
mundo, entre pobres, capas medias y ricos. Nosotros vivimos en un mundo donde

32 33
c. Marx
las diferencias geográficas se han diluido: hay primer mundo en todo el mundo,
hay tercer mundo en todo el mundo. En que las diferencias en la integración al Hoy, cuando ninguna de nuestras certezas clásicas puede darse por obvia, es
sistema productivo, y en la capacidad de consumo se han radicalizado violenta- necesario volver a preguntarse por qué es necesaria la revolución. Debemos volver
mente, dando origen a enormes sectores de la población mundial fuertemente a preguntarnos si la revolución es posible. Y estos son dos problemas distintos.
excluidas del consumo, e incluso del sistema productivo en general, que no son Muy bien podría ocurrir que la revolución sea muy necesaria pero, simplemente, no
ejército de reserva de nada, que no cumplen prácticamente ninguna función en la sea posible. Ninguno de estos dos problemas puede darse hoy por evidente. ¿Por
articulación del mercado mundial, frente a otros sectores, de una enorme impor- qué habríamos de querer la violencia?, ¿por qué no intentar ampliar el horizonte
tancia cuantitativa, tanto relativa como absoluta, de integrados a la producción democrático desde dentro?, ¿por qué querer ir nuevamente a la guerra que hemos
moderna, en que se amplían progresivamente la capacidad de consumo, el acceso perdido tantas veces? Nadie va a la guerra hasta que no tiene poderosas razones
a los bienes más sofisticados de la tecnología, el compromiso con el sistema de para hacerlo. Los pueblos no van a la guerra incluso en condiciones de extrema
dominación que hace posible sus vidas estresadas, pero con muy grandes apa- miseria y explotación, hasta que no haya una alternativa que les permita pensar
riencias de confortabilidad. que el futuro puede ser mejor. Hoy, cuando el sistema de la comunicación social
es capaz de manejar ampliamente las expectativas, ¿por qué habrían de creernos
Los marxistas clásicos vivieron en la época de la Doctrina de Seguridad Nacional
que nuestra guerra sí que es la paz del futuro y, en cambio, la perspectiva real,
que, en la práctica, predicaba una guerra abierta contra todo intento progresis-
o incluso ficticia, pero sentida, del consumo, no es un futuro mejor o, al menos,
ta, y que contemplaba el recurso al fascismo, a la violencia militar abierta, a la
menos incierto?
participación explícita de los militares en la política. Una doctrina de la derecha
y para la derecha, que se podía combatir desde un ámbito político muy amplio. Para pensar directamente desde Marx es necesario preguntarse una vez más
Nosotros vivimos en la época de la Doctrina de los Conflictos de Baja Intensidad, por qué a él le pareció que la revolución era necesaria, y por qué le pareció que
que produce una guerra que se hace permanente, pero se difunde en miles de era posible, y comparar sus cálculos con nuestra situación.
pequeñas iniciativas, que no aparecen explícitamente como políticas. Una doctrina Propongo, como tesis, que Marx pensó que la revolución era necesaria por la
que ya no requiere de las dictaduras militares, porque le basta con el vaciamiento evidencia objetiva de los efectos del capitalismo, es decir, la pobreza, la deshuma-
de los mecanismos democráticos. Una guerra que se presenta como combate a nización, la ruptura con el mundo natural, pero que siempre ligó estos efectos a
la delincuencia, y que es de interés de los ciudadanos integrados, debido a lo cual una condición más profunda y central: la enajenación. Su razonamiento siempre
puede ser apoyada sin notar su trasfondo político, prácticamente como política discurre primero en torno a la enajenación y, como consecuencia, en torno a la
de bien público, de protección de la familia, y de la paz. pobreza. Esto puede verse, por ejemplo, en su duro repudio a las políticas filan-
trópicas, o a las meras políticas de reivindicación económica o social.
Dominio de la diversidad, interdependencia desigual, amplia integración a través Marx piensa a la enajenación como un problema objetivo, como una situación
de la identificación psíquica de los ciudadanos con los intereses de la dominación, histórica que trasciende las voluntades o las consciencias de los actores, es decir,
tolerancia represiva, democracia formal y legitimadora, amplias posibilidades la piensa como algo global, estructural, intrínseco al sistema capitalista, de tal
para todo reformismo que acepte la premisa del mercado como regulador o, manera que sólo aboliendo el conjunto del sistema puede resolverse realmente. En
en resumen, un mundo nuevo, un nuevo modo de dominación, que requiere un el caso del capitalismo la enajenación se expresa en el mecanismo de extracción
marxismo de nuevo tipo. y apropiación privada de la plusvalía que, desde luego, no puede resolverse caso
a caso, o aliviarse con mayores cuotas de participación en el producto por los
trabajadores, porque es una construcción histórica que está protegida muy den-

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samente por todo el sistema jurídico, político e ideológico que llama "dictadura de Es necesario en este punto especificar qué es lo que puede entenderse por
la burguesía". Las diferencias entre lo legítimo y lo ilegítimo, lo sano y lo enfermo, "revolución". Aunque, en general, el contenido de esta palabra refiere a un cambio
lo permitido y el delito, la honradez y la sinvergüenzura, están todas concebidas en el modo de vida, a un proceso de auto producción humana, a una expresión
históricamente en torno al hecho esencial de la apropiación de la plusvalía. La de la libertad, puede usarse, sin embargo, para procesos de distinta extensión y
conversión de todo trabajo humano al equivalente universal y abstracto "dinero" distinta profundidad, de tal manera que sólo la máxima extensión, y la máxima
es la forma eficaz y aceptada en que opera un sistema cuya profundidad, en los profundidad, abarcan realmente a su concepto.
hechos sociales, en las consciencias, en el pensamiento y la acción, es de tal en- En extensión quizás pueda hablarse de "revoluciones" locales, sociales y globa-
vergadura que sólo puede ser llamado "dictadura", independientemente si es una les. Hay casos en que los cambios radicales en las comunidades o, incluso, en los
dictadura militar o una que practique las formalidades democráticas. individuos, pueden llamarse revolución. Este es, desde luego, el sentido que más les
Marx pensaba que sólo una "dictadura revolucionaria del proletariado" podía gusta a los reformistas. Puede hablarse, sin embargo, de revolución social cuando
terminar con la dictadura de la burguesía. Y en más de una ocasión consideró que toda la sociedad está involucrada. Es el caso de las revoluciones en el capitalismo,
esta era en el fondo la única idea que le pertenecía realmente a él en el conjunto como la Revolución Francesa, o la Gloriosa Revolución Inglesa. Pero sólo tenemos
de su obra. La cuestión esencial, más allá de si esa dictadura del proletariado es el sentido fuerte y propio del término cuando hablamos de una revolución global,
de tipo militar, o se consigue a través de la democracia, es qué contenidos podría de algo que le ocurre al capitalismo como sistema, como la revolución industrial,
tener. Más allá de derrocar la dictadura de la burguesía, Marx pensaba que la re- o la revolución socialista.
volución tenía que superar los efectos objetivos que había producido, es decir, la En profundidad, por otro lado, hay revolución cuando hay cambios en las formas
pobreza, el atraso, la desigualdad. Pero, más allá, la cuestión esencial es siempre del trabajo, como en las revoluciones tecnológicas premodernas, que abren la di-
la enajenación. Superar la enajenación requería, en su pensamiento, superar al visión del trabajo, ejemplarmente, la revolución agrícola. Más allá, hay revolución
menos el mecanismo desde la cual operaba, es decir, la apropiación privada de la cuando le ocurre un cambio a la forma del trabajo, y ese es el contenido esencial
plusvalía, por lo que propuso que la producción estuviese en manos de los pro- de la revolución industrial moderna, que puede ser vista como la autoconciencia
ductores directos o, en general, que hubiese control democrático sobre el modo de las fuerzas productivas. Pero sólo tenemos el sentido fuerte y propio del tér-
de producción. mino cuando ocurren cambios en la forma general de la vida, es decir, cuando lo
Pero Marx propuso también cuál era el contenido radical que debe esperarse revolucionado son las relaciones de producción, más allá de los cambios en las
de una revolución comunista, y éste no es sino la superación de la división social fuerzas productivas, es decir, cuando hay revoluciones políticas. Las revoluciones
del trabajo. Es sólo ésta radicalidad la que permite llamar "revolución" a la revo- burguesas implican ya un grado de consciencia de las relaciones sociales, y con
lución comunista: la autoproducción humana sin la mediación de la mercancía o, ellas empieza, en sentido propio, la política. Pero sólo la autoconciencia de las
en general, sin la mediación de ningún fetiche. El reconocimiento humano en una relaciones sociales, es decir, sólo el ejercicio social en que los hombres descubren
objetivación universal, diferenciada y reconciliable2: el trabajo libre. que son ellos mismos los autores de los cambios históricos, y dejan de atribuír-
selos a Dios, o a alguna raíz natural, puede ser llamado, propiamente, política. La
2    Una de las críticas más frecuentes al marxismo desde los años 50 es a la idea de que
en el comunismo se superarían todas las contradicciones, y se llegaría a una sociedad com- Revolución Rusa, al menos en su horizonte bolchevique, es la primera expresión
pletamente reconciliada. Teóricos como Lefort y Castoriadis sugirieron que era desde esta real de esta soberanía de lo humano, por sobre, incluso, de la naturaleza. También
pretensión, esencialmente inalcanzable, de donde se originaba el carácter totalitario del las revoluciones burocráticas pueden serlo.
marxismo real. Para el argumento central de este libro, sin embargo, es esencial sostener que
el comunismo es posible, y que su realización no implica ni una paralización de la historia, ni
una transparencia total de las relaciones sociales. Por esto distinguiré, más adelante, entre y “reconciliable”. Lo que sostengo es que las diferencias entre los seres humanos en el co-
extrañamiento y enajenación, con el objetivo de sostener que en el comunismo se superará munismo serán reconciliables, aunque aparezcan una y otra vez. Voy a rechazar en cambio
la enajenación, pero que el extrañamiento en cambio es una dimensión constitutiva de las la idea de que se pueda llegar a una sociedad completamente reconciliada, si se entiende
relaciones sociales. Esta distinción crea una sutil diferencia entre los términos “reconciliado” esto como un estado general, homogéneo y permanente.

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O, en resumen, ¿por qué es necesaria una revolución comunista?: porque sólo autoconciencia de las relaciones sociales, que sabe que son los hombres mismos
la superación de la división social del trabajo puede crear el espacio en que la los que hacen y pueden cambiar la historia.
reconciliación humana sea posible, en que sea posible el trabajo libre, el control En resumen, el agravamiento de las crisis estructurales, la conformación de una
democrático de la producción por los productores directos, en que ya no haya clase universal que puede hacerse cargo de la división social del trabajo y que no
enajenación. tiene nada que perder, como condiciones objetivas, y la articulación de esa clase
Desde luego una exigencia tan radical hace inaplazable la segunda pregunta: como una voluntad revolucionaria, gracias a una teoría que lleva esa objetividad
¿es posible una revolución como ésta, de tal envergadura, de tal profundidad? a la consciencia. O, también, una revolución comunista resultante de un proceso
¿Cuál era el cálculo de Marx? objetivo, estructural, consciente, movido por una voluntad: una revolución pro-
Marx creyó que la revolución comunista era posible, en primer lugar, en virtud piamente política.
de las contradicciones estructurales que él veía en el sistema capitalista. La anar-
quía del mercado, en que cada productor no sabe qué van a producir los otros, y d. Marx y nosotros
la competencia como forma e intento, siempre frustrado, de reducir la anarquía;
La distancia entre los marxistas clásicos y nosotros es ya, desde luego, una
la tendencia a la baja en la tasa de ganancia, y la competencia tecnológica y la
distancia respecto de Marx. En este punto, sin embargo, lo que quiero considerar
súper explotación como intentos, siempre frustrados, de revertirla; la tendencia
es, directamente, cómo los cálculos básicos de Marx, y sus consecuencias políti-
a crisis de súper producción como efecto de la disparidad entre el crecimiento en
cas, se han alterado, y cuál es la continuidad que nos permitiría creer que aún es
la oferta de productos y el lento crecimiento de la capacidad de consumo, pro-
posible pensar desde su obra.
ducido por la tendencia a mantener los salarios en el nivel mínimo posible. En "El
Capital" mostró el ciclo de competencia anárquica, baja en la tasa de ganancia, De manera breve, las principales diferencias de la situación actual con la lógica
crisis de súper producción, quiebra general, y nueva competencia anárquica que, expuesta en el apartado anterior son tres. La primera es la amplia capacidad para
en su opinión, iría agravándose cada vez más, hasta llevar al colapso del sistema. regular las crisis cíclicas que tiene un sistema en que la competencia se ha hecho
cada vez más ficticia, o se ha convertido en un mero recurso de potenciación al
Marx creyó que la revolución comunista era posible, en segundo lugar, por la
interior de las mismas compañías y conglomerados transnacionales. Una capacidad
formación de una clase universal, cuya liberación implicaría la liberación de toda
de regulación que es aumentada por la enorme inflación del sector financiero y
la humanidad: la clase obrera. Por una parte la producción se habría socializado de
especulativo en la economía mundial, lo que implica que puede haber crisis con
manera objetiva, es decir, se habría alcanzado un grado de muy alta división del
gigantescas pérdidas de capital de papel sin que necesariamente se expresen en
trabajo, y de máxima interdependencia de todos los trabajos. Por otra parte las
trastornos a gran escala de la vida social. Y, también, una capacidad de regulación
contradicciones de clase se habrían simplificado, en la medida en que todo trabajo
cuya base objetiva es la casi completa compenetración del capital transnacional,
ha sido reducido al intercambio mercantil, quedando sólo los propietarios de los
que pierde sus bases nacionales clásicas, y se deja dirigir por organismos de nego-
medios de producción ante los asalariados, "que sólo tienen sus cadenas para
ciación a nivel global, que reparten cuotas de mercado y territorios, sin grandes
perder", es decir, que estarían unidos entre sí por la máxima enajenación posible.
conmociones ni, menos aún, crisis ínter imperialistas, ese viejo sueño leninista,
Por último, estos obreros ejercen de hecho, y podrían dominar la división social
que ya no ocurrirá nunca más.
del trabajo, hacerse cargo de ella, reapropiarla. Todas estas condiciones son las
que pueden llamarse "surgimiento de una clase universal". La segunda gran alteración es el aumento objetivo, tanto en sentido absoluto
como en sentido relativo, de los niveles de consumo y los estándares de vida en
Marx creyó, en tercer lugar, que la revolución comunista era posible porque ha
sectores muy importantes de la población mundial, en particular, precisamente,
surgido la consciencia que puede articular a esta clase universal como una volun-
entre los trabajadores integrados a las ramas más dinámicas de la producción al-
tad, es decir, porque ha surgido una teoría revolucionaria, que es expresión de la

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tamente tecnológica. Justamente los trabajadores de los sectores más dinámicos incluso en la consciencia y conducta política de los excluidos, es necesario pensar
de la producción, es decir, aquellos que, eventualmente, podrían hacerse cargo y radicalmente, una vez más, las dos preguntas cruciales anteriores: ¿por qué es
dominar la división social del trabajo, ya no tienen "sólo sus cadenas para perder", necesaria una revolución, hoy?, ¿por qué se puede esperar que sea posible en
cuestión que altera sustancialmente el cálculo que se puede hacer sobre sus op- algún plazo razonable?
ciones políticas. Es cierto que nunca en la historia hubo tantos pobres, tan pobres,
como ahora. Pero un dato más significativo que éste, y que es permanentemente
e. El reformismo
omitido por el cálculo marxista, es que nunca en la historia, por otro lado, tanta
gente había tenido estándares de vida tan altos, sostenidos, y con amplias pers- Desde luego hoy la revolución es necesaria, en primer lugar, también por las
pectivas de crecimiento, como ahora. Y ésta es una poderosa fuerza estabilizadora razones básicas que Marx pensó, es decir, por los efectos objetivos de pobreza
de la política, que desafía todo intento de pensamiento radical. extrema e inhumana que el sistema produce intrínsecamente, en virtud de la di-
námica de su crecimiento. Pero hoy éste problema es doble, y doblemente grave,
Pero, en tercer lugar, la fuerza de estabilización objetiva que representa el
respecto de los tiempos de Marx. Es doble porque frente a la extrema pobreza, y
aumento en los niveles de vida, se ve reforzada por la amplia capacidad tecnoló-
a la marginación radical, está el consumo masivo y la integración cómoda, mien-
gica para intervenir directamente la consciencia, y la voluntad posible, desde el
tras se alza cada día una barrera más grande entre ambos. No es esperable que
sistema de comunicación social. Esta capacidad extiende la fuerza estabilizadora
los marginados sean progresivamente integrados a un sistema que requiere cada
incluso a los sectores que consumen menos, pero que están constantemente bajo
vez menos trabajadores, aunque requiera cada vez de más consumidores. En los
el peso de las expectativas, reales o ficticias, realizables o demagógicas, con una
cálculos de crecimiento del capital regulado por el poder burocrático fácilmente
enorme fuerza para determinar patrones de conducta política integracionista y
sobran unos dos mil millones de pobres. Y la política hacia ellos se irá tornando
colaboracionista. Aún en situaciones de extrema pobreza, los pobres actuales
cada día simplemente más criminal. Los pobres extremos serán simplemente
tienden a comportarse políticamente como si consumieran, como si el consumo
exterminados. La guerra fratricida, las políticas compulsivas de control de la na-
estuviese al alcance en un tiempo razonable, con un esfuerzo razonable.
talidad, las pestes, terminarán poco a poco, pero siempre con más rapidez de la
Y eso es más que suficiente. No se va a la guerra sólo por la consideración de que los filántropos quisieran, con un tercio o más de la población del planeta. Y
la miseria y la opresión actual. El cálculo siempre es más sutil: se va o no se va esta política, objetivamente homicida, sólo puede ser revertida por el intento
a la guerra según las expectativas de vivir mejor o no que puedan encontrarse humanista radical de una revolución. Los reformistas que aspiren a ampliar la base
después de ella. Y la pregunta crucial, entonces, es: ¿por qué razones los pobres del consumo, a integrar a los excluidos, llegarán tarde, ya están llegando tarde: el
habrían de escoger el camino riesgoso de la revolución, con su fracaso tan am- crimen masivo ya está en curso.
pliamente publicitado y remachado, si siempre es posible esperar algún beneficio,
Pero, en segundo lugar, no es claro que los reformistas puedan llegar a tiempo
algún ascenso en la situación actual? Se podrá demostrar una y mil veces que los
siquiera para salvarse ellos mismos de la catástrofe ecológica en que el crecimiento
excluidos, que los marginados, tienen cada día menos probabilidades de que se
compulsivo e inorgánico ha sumido al planeta. El armamentismo no disminuye, la
cumplan sus esperanzas, pero la demostración teórica no es suficiente: caerá
discriminación no disminuye, los derechos humanos son cada vez más sólo parte
una y otra vez en el espacio de enajenación que los medios de comunicación y el
del espectáculo.
consumo objetivo de los integrados pueden crear en las bases mismas del aparato
psíquico de los más pobres. Sin embargo una perspectiva reformista radical es perfectamente posible,
y verosímil. Ante el exterminio de pobres siempre se puede aspirar a ampliar
Ante un panorama como éste, ante la posibilidad de que la enajenación sea
los bienes del consumo, a llevar la abundancia a sectores postergados. E incluso
vivida en plena abundancia, contra todo pronóstico ilustrado, incluido el del pro-
podría ser un buen negocio hacerlo, después de todo, justamente lo que siempre
pio Marx, ante la posibilidad de que la enajenación de los integrados se refleje

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escasea en un sistema de tan alta productividad son consumidores. Quizás un Plan felicidad humana. "Queremos ser libres y felices" es una afirmación que exige un
Marshall para toda la humanidad. Quizás una conversión masiva de la industria juicio sobre la felicidad posible en un sistema social, y su comparación con otro.
armamentista a industrias de paz. Quizás una campaña que muestre que es del Y esto es algo que los marxistas han dado por obvio hasta hoy, y que por cier-
propio interés del capital, y de la administración, salvar el ecosistema en el que to ya no es de la obviedad que todos suponían. Ahora, cuando las posibilidades
ellos mismos viven. Quizás tomar en serio la capacidad tecnológica para producir del reformismo son más amplias que nunca, o parecen serlo de una manera tan
diversidad y fomentar la tolerancia creando mercados diversos, llenando el mun- verosímil, el poder pensar en una perspectiva revolucionaria exige un esfuerzo
do de colores y formas de vida diferenciadas, que coexisten, que no necesitan mayor, un riesgo más grande, que el clásico. Y es justamente en este punto que
aniquilarse mutuamente. el concepto de enajenación de Marx resulta crucial.
Todo esto es posible. Todo esto está dentro, completamente, de las posibili- No sólo queremos dejar de ser pobres, queremos ser felices. Y la diferencia
dades del sistema de producción altamente tecnológico, que es el actual sistema entre una cosa y la otra es claramente demostrable en el desencanto con que se
de dominación3. Y todo esto es deseable y mínimo. No se puede plantear una viven incluso los mayores estándares de vida que el sistema de dominación pueda
perspectiva revolucionaria sin compartir al menos, como mínimo, las políticas y ofrecer. Muy bien, si es cierto que son tan felices ¿por qué tanta droga, por qué
las esperanzas reformistas. La cuestión, sin embargo, es que todo esto es perfec- tanto suicidio, por qué la permanente sensación de que la vida ha perdido sentido,
tamente posible aún dentro del sistema de dominación, es decir, en el ejercicio de que el mundo es cada vez peor? La trágica maldición de este sistema enajenante
pleno, y ahora llevado al extremo, de la enajenación humana. Esta es la diferencia es que los que no consumen sufren porque no lo hacen, y los que consumen sufren
crucial entre una política reformista y una política revolucionaria: el reformismo de todas maneras, aunque lo hagan. ¿Por qué habría que aceptar un sistema de
se limita a pedir lo que el sistema puede dar, pero no ha dado aún. Una política mierda como este, en que incluso los privilegiados están declarando constante-
revolucionaria consiste en pedir justamente lo que el sistema no puede dar. La mente que no son felices, mientras es justamente por sus patrones de producción
política reformista es el arte de lo posible. La política revolucionaria es el arte de y consumo que la tercera parte de la humanidad está siendo exterminada? Esta es
hacer posible lo imposible. Y ante la enajenación cómoda, con posibilidades de quizás la base radical desde la que es necesario pensar la revolución, y el concepto
ampliación del horizonte del consumo, e incluso de ampliación de la razonabilidad de enajenación es el concepto central que puede ayudarnos a hacerlo.
de la vida en general, la exigencia radical4, aquella que la dominación no logra Por cierto la segunda pregunta planteada en el apartado anterior es más difícil
nunca satisfacer es, simplemente, que queremos ser libres y felices. aún: ¿hay elementos, ahora empíricos, no sólo de principio, que nos permitan
Pero ¿es que es posible decir que los que viven cómodamente en el consumo no pensar que la revolución es posible? Uno estaría tentado de responder, todavía
son felices? Postulo que en éste punto hay que meter mano en una vieja omisión en el plano de la voluntad furiosa, tal como Abraham Lincoln: “se puede engañar
de los sacrificados revolucionarios marxistas clásicos: justamente el tema de la a parte del pueblo durante todo el tiempo; se puede engañar a parte del pueblo
durante todo el tiempo; pero no se puede engañar a todo el pueblo durante todo
3    Se podrá argumentar que esto nunca será posible bajo el capitalismo, porque la avidez el tiempo”. Pero, desgraciadamente, no es suficiente. Contradicciones radicales
de la maximización de la ganancia siempre será contradictoria con la extensión general de
los beneficios que se obtengan de la mayor productividad. Mi tesis, sin embargo, es que esto y objetivas, una clase universal capaz de convertirlas en puntos de quiebre de la
sí es perfectamente posible bajo el dominio burocrático que, como toda nueva clase domi- dominación imperante, una teoría capaz de darle formas y palabras a la voluntad
nante, puede presentar y presenta de hecho sus intereses como intereses más universales de ese cambio radical. Esto es lo que se debería encontrar. Y espero avanzar al
que el estado de dominación anterior, como intereses que buscan el beneficio auténtico de menos el principio de tales argumentos a lo largo de este libro. Por ahora, una
toda la humanidad.
4    Uso la palabra “radical” cuando el origen de la exigencia o los actos que se siguen de ella
de las premisas argumentales que me interesa desarrollar es que para que estos
tienen su centro en un campo social particularizado, un individuo o un pequeño grupo. Uso argumentos emerjan con claridad y puedan hacerse visibles es necesario abando-
la palabra “revolucionario” cuando se origina o cuando se vive como un movimiento social nar el marxismo clásico. Abandonarlo no sólo por cuestiones teóricas sino, sobre
de gran alcance o global. todo, como un gesto político liberador.

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crítica, abandonado.
f. ¿Se puede “rescatar” algo de los clásicos del marxismo? Pero, por supuesto, hay mucho más en el marxismo del siglo XX que "marxismo
Para ser más precisos: ¿qué significa abandonar la herencia del marxismo clásico real". Hay, desde luego, el "marxismo posible", hay la serie de desarrollos teóricos
e inventar un marxismo de nuevo tipo, desde Marx?, ¿qué debemos entender por brillantes que aunque nunca se tradujeran en una práctica cabal y efectiva, siem-
"marxismo clásico"?, ¿por qué salvar a Marx solamente?, ¿no hay nada en el mar- pre son una cantera posible, enorme, de materiales desde los cuales siempre se
xismo clásico que se pueda aprovechar?, ¿por qué "abandonar" y no, por ejemplo, podrán intentar recreaciones a las que, en virtud de una voluntad política, más que
recrear?, ¿no podríamos aprovechar las contribuciones de Lukacs, de Bloch, de académica, llamemos "marxismo de nuevo tipo". A todos nos habría gustado que
Gramsci?, ¿se puede meter sin más a todos los marxistas del último siglo en un el marxismo real se pareciera más al de Gramsci, o al de Bloch, o al de Marcuse,
sólo saco?, ¿no hay nada en el marxismo de los últimos 30 años, por decir algo, o al del Che. Me parece obvio, sin embargo, que eso no sólo no ocurrió sino que,
que no sea un simple ejercicio ad hoc, que pueda considerarse creativo?, ¿por qué sospechosamente, cada vez que citamos a estos nombres "salvables" hablamos
no considerar que esta misma proposición, la de Pérez, no es sino otra serie de justamente de aquellos que NO estuvieron en el poder, o que murieron prematu-
hipótesis ad hoc? ramente, como lo que nos gustaría "salvar" de Lenin.
Las preguntas son muchas, afortunadamente, lo que quiere decir que hemos Respecto de estos marxismos “teóricos” o “posibles”, el gesto que propongo
tocado un punto esencial. Las respuestas, aunque precarias, son, a pesar de todo, es más político que académico. Se trata de levantar una voluntad que sea capaz
relativamente pocas, o se resumen en pocos puntos básicos. Por eso cabe poner de enfrentarse a estos nuevos tiempos de una manera nueva. Para hacerlo ¿po-
a todas estas preguntas en una misma serie. dremos recurrir a lo que el marxismo tuvo de promesa, de intuición trascendente
de lo real?, por supuesto que sí, no podríamos hacerlo de otro modo. Cuando nos
Cuando se habla de "marxismo clásico" es necesario hacer dos distinciones
atrevemos a incurrir en la vanidad de decir que hemos "inventado" algo, lo que
que pueden ayudar a acotar lo que se quiere decir. Una es la que hay entre lo
hacemos, desde un punto de vista académico, por supuesto, no es "inventar". Pero
que se puede llamar "marxismo real" o, más derechamente, la práctica política
esto sí puede ser cierto, debe ser cierto, desde un punto de vista político. El eje de
real, la que ocurrió efectivamente, bajo la inspiración de los marxistas, y lo que
nuestra reflexión no debe ser un "somos continuadores de" sino, resueltamente,
se puede llamar "marxismo teórico", más o menos académico, que es todo lo que
un "vamos a cambiar el mundo".
los marxistas han escrito, más allá de si sus muchas buenas intenciones ocurrie-
ron realmente o no. La otra es entre el marxismo que vivió el horizonte utópico Pero, si esto es así, ¿por qué "salvar" a Marx?, ¿se trataría de un iluminado,
bolchevique como posible, enajenadamente o no, en los muchos "marxismos de tendría algún privilegio especial, en virtud de qué? La verdad es que a mí no me
nuevo tipo" a los que nos obligó la realidad efectiva del neo estalinismo primero, interesa "salvar" a Marx, como no sea dentro de un gesto, nuevamente, político.
y luego su bancarrota. Por eso cuando recurro a la teoría de la enajenación como un núcleo teórico desde
el cual pensar la realidad presente NO cito a Marx, simplemente expongo esta
Lo que puede llamarse "marxismo real" es formulable claramente como el mun-
teoría como creo que nos sirve, y la discusión de si esto corresponde "realmente" a
do de tres Internacionales: la Segunda Internacional, dominada por el kautskysmo,
lo dicho por Marx "realmente" no me interesa. Si no corresponde, peor para Marx.
la Tercera Internacional, dominada por lo que el estalinismo llamó marxismo - le-
Recurro a Marx al interior de un gesto político, como un lugar simbólico desde el
ninismo, y las muchas Cuartas Internacionales, dominadas por la fragmentación
cual puedo, precisamente, saltarme cien años de historia, para poder empezar a
trotskista. Tanto la práctica política de los marxistas reformistas en la época de
pensar de nuevo. Recurro a Marx como lugar simbólico del horizonte comunista.
un movimiento obrero masivo, como la práctica efectiva del "socialismo real", así
Lo que me importa, políticamente, es la afirmación de que el comunismo es posi-
como la práctica de los múltiples intentos, fragmentarios, y eternamente abor-
ble, y esa es la afirmación central de lo que llamo, pretenciosamente, "marxismo de
tados o derrotados, de oponerse a la lógica del "socialismo real". Este universo,
nuevo tipo". Más allá de esta afirmación, todo lo que sea necesario para sostenerla,
debe ser claramente, de manera radical, si queremos pensar en una perspectiva

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o para examinar su viabilidad, lo digo en tiempo presente, recurriendo a fuentes dencias muestran que alguien podrá venir luego a redimirlos. "Tener historia" es
desde luego pero, nuevamente, sin citarlas, ya que lo que me importa es pensar, un lujo que puede darse el poder triunfante, o es la tristeza del relato inclemente
no "ser fiel a", o "desarrollar a", y enredarme en la discusión, en buenas cuentas que resume una y otra vez la derrota, repitiéndola, como castigo.
escolástica, en torno a la fidelidad de las traducciones, recreaciones o desarrollos. Para los que luchan, los que están en lucha, y piensan y actúan desde esa si-
Por supuesto es perfectamente posible descubrir, muchas veces de manera tuación, el pasado no es relevante. No es que no tengan pasado. Se podría decir,
muy obvia, los lugares teóricos desde los que estoy obteniendo materiales para esa de manera abstracta, en el ejercicio académico, que lo tienen. Pero más allá de
"invención". Si satisface a alguien puedo enumerarlos explícitamente. En primer la afirmación trivial de que todo presente tiene un pasado no hay absolutamente
lugar Herbert Marcuse, y la mezcolanza que hace entre Hegel, Marx y Freud. A nada que sea obvio. Es obvio decir del pasado simplemente que es. Apenas un
partir de esto Hegel, Marx y Freud, ahora por separado, de acuerdo a mis propias milímetro más allá, cualquier contenido que se le atribuya, no es sino una recons-
lecturas, y precisamente en ese orden. A continuación, me resultan altamente trucción. La objetividad de la historia es estrictamente histórica. Tanto que el
sugerentes, de manera adversa, las reflexiones de la cultura post moderna, de pasado puede tener más densidad, más peso, o rotundamente menos, según el
los vanguardismos estéticos del siglo XX, de los llamados "post marxistas". Pero lugar en que se encuentre un bando respecto de sus luchas. El lugar de intentarlo
no estoy dispuesto, si se trata de hablar de marxismo, a discutir la pertinencia, la todo, el lugar de haber conseguido lo que de hecho se consiga, el lugar de haber
exactitud, o la fidelidad, con que me he ajustado a esas referencias. Por eso no las perdido todo... salvo el pasado.
cito, aunque su presencia sea evidente. Por eso, si se trata de discutir de manera Por supuesto los que luchan construirán un pasado, y sus hechos se acumulan
académica, prefiero estudiar a cada una de estas fuentes por sí misma, en la tarea como materia prima de esa reconstrucción. Pero sólo tendrán auténtico derecho
de especificar lo mejor posible la "cantera de los materiales", con el objetivo de a hacerlo cuando hayan triunfado. Mientras luchan, la vocación por el futuro debe
usar sus textos como pretextos, con su consentimiento o sin él. ocupar la mayor parte de su horizonte, sin más legitimidad que sus indignaciones,
que su voluntad de construir un mundo mejor superando la condición represiva
g. Sobre el valor del pasado del presente. Detenerse en el pasado, en medio de la lucha, es un descanso que
sólo puede satisfacer a los intelectuales, no a los que sufren. O es un indicio de que
Aún aceptando la necesidad y urgencia política de un "olvido" del marxismo
no se trata ya tanto de la lucha, sino de cómo podemos sobrevivir a la derrota.
clásico, planteado de esta manera, queda pendiente el problema del valor del pa-
sado, para la tarea de "inventar" de nuevo, desde Marx. Además de las reflexiones Después, en el más allá quizás ilusorio del triunfo, incluso estas mismas ideas
que ya he hecho en el punto anterior, quisiera agregar las siguientes, de orden serán severamente reconsideradas. Los que ganen no verán la historia, que aho-
estrictamente político. ra es su historia, como producto puro de la voluntad, enfatizarán más bien la
"objetividad" del pasado, verán estos "voluntarismos" como excesos románticos,
Si se trata de la revolución, lo relevante es el futuro. El eje del pensamiento y
trabajarán "sobre la realidad, como sobre una roca". Descubrirán toda clase de
la acción debe partir desde el presente hacia el futuro. El bando revolucionario
"anticipaciones", "atisbos geniales", "intuiciones profundas". Toda época crea a sus
no debe tener pasado. Mientras más arraigada está su reflexión y su acción en el
precursores. Y si lo que ha triunfado es la verdad y la belleza quizás es bueno que
pasado más improbable es su vocación de futuro.
lo hagan. El problema es que la verdad y la belleza también serán una reconstruc-
El pasado es importante para los que triunfaron, o para los que ya han sido ción, y entonces, más allá de si es bueno o es malo, simplemente es inevitable que
derrotados. Los que triunfan requieren, y no pueden evitar hacerlo, de la inven- conquisten la historia no sólo como presente triunfante, o como futuro esplendor,
ción de un pasado. Esta será parte de su legitimidad, de su fuerza. Los que han sino también como pasado promisorio. "Hemos sido esperados", podrán decir los
sido derrotados, o actúan bajo el peso de la derrota, requieren un pasado que los que triunfen. O también, "hemos llegado a la cita al fin, esa que nos reservaban
explique, que diga mínimamente que sus vidas no han sido en vano, que las ten- aquellos a los que ahora podemos redimir".

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Pero cuando estas afirmaciones se hacen antes del triunfo, en las épocas oscu- No hemos sido esperados, no redimimos a nadie, no somos los buenos. Simple-
ras de la lucha, son sospechosas. Son un mal indicio. Son indicios de que se opera mente vamos a crear un mundo nuevo, y para eso vamos a combatir la realidad
desde una gruesa mentalidad ilustrada, como si la realidad histórica fuese objetiva establecida. Hay un viejo lema, si se me permite la paradoja, que puede resumir
y determinada, y nuestro papel no sea sino realizarla. O indicio de un mesianismo esta actitud: “hemos dicho basta, y echado a andar”.
romántico del que se puede sospechar un futuro totalitario.
Pero si los verbos que presiden la valoración del pasado son "rescatar", "redimir", 3. Un marxismo de nuevo tipo
"renovar", "salvar", "continuar en la senda de", entonces quiere decir derechamente
En la construcción de un marxismo de nuevo tipo es necesaria una operación
que estamos razonando desde la derrota, y prolongándola. Esto, por cierto, si de
teórica drástica y dramática: sacarnos de encima el peso de cien años de construc-
lo que se trata es de la revolución. Cuestión que no es muy obvia, por supuesto.
ción teórica, acción política, triunfos contradictorios y fracasos espectaculares, e
Porque si se trata del reformismo, es decir, de la confianza, más o menos radical,
inventar el marxismo de nuevo.
en que se puede transformar un mundo desde dentro, desde sus propios supues-
tos, entonces el pasado no sólo es necesario, sino que es inevitable. El reformismo Un marxismo de nuevo tipo es necesario porque las formas de dominación han
necesita una perspectiva, no sólo hacia adelante, sino una que provenga desde un cambiado sustancialmente. Pero muchos marxismos son posibles, aún bajo las
pasado legitimador. El reformismo no piensa propiamente en el futuro, sino en exigencias de coherencia interna, de una cierta adecuación a la realidad efectiva,
el presente, a lo sumo en el mediano plazo. Y el presente necesita afirmarse en y de una viabilidad política mínima. Lo que quiero hacer aquí entonces es especi-
ser "la continuación de" para no caer en el oportunismo. Pero esta confianza, por ficar para qué necesidades, y bajo qué principios, creo que es posible formular un
muy radical que sea, no logra activar la vocación profunda por el futuro, necesita marxismo que aspire a estas condiciones. Un marxismo posible, entre otros, que
no activarla, para no caer en el "utopismo". Los reformistas, tal como los más habrá que probar en la práctica efectiva.
inteligentes y los más tontos, sólo pueden pensar en lo real. Difícilmente pueden
pensar en la posibilidad de lo imposible. a. ¿Qué es el marxismo?
El asunto político hoy, para los que viven las luchas como no resueltas, es cómo Formular este propósito exige, sin embargo, preguntarse previamente qué es el
salir de éstas, las infinitas metáforas del naufragio, hacia un espacio de luchas marxismo. Al menos dar una respuesta general, que indique qué clase de intento
que invente libremente, que se invente a sí mismo, por mucho que sus materiales teórico es el que quiero hacer. Qué es el marxismo conceptualmente, qué ha sido
provengan, como quizás es inevitable que sea, de esos muchos naufragios previos. de hecho, qué podría ser. Es necesario mantener esta distinción. La posibilidad de
"Inventar" es, políticamente, el verbo de los que luchan, aunque desde un punto una práctica revolucionaria enajenada, es decir, de una práctica cuyos resultados
de vista académico no sea cierto. Por eso, en el plano teórico, lo que hay que hacer contradicen sus discursos e intenciones, hace necesaria esta diferencia.
no es citar, sino aludir. E inventar lo citado en la alusión. No se trata de "desarrollar Sostengo que se puede formular el concepto esencial de lo que se puede llamar
a", o "aprovechar a", o "rescatar elementos de". Se trata simplemente de tener la “marxismo” en cinco puntos, que voy a enunciar y comentar ahora, para luego con-
vanidad subjetiva de creer que se puede inventar algo, para que pueda ser apro- trastarlos tanto con su realidad efectiva como con las posibilidades que contienen.
vechada en el movimiento objetivo de los que de hecho inventan algo.

Conceptualmente, en primer lugar, debe decirse que el marxismo es una teoría


revolucionaria. Debe ser evidente, sin embargo, que esta no es una afirmación
empírica. Ninguna teoría puede ser revolucionaria de hecho por definición. Si lo
es o no, si logra serlo, es algo que sólo la práctica histórica efectiva puede decidir.

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Hay que considerar, entonces, esta afirmación en el sentido de que es una teoría moderno. Se trata de un conjunto de convicciones que se originan en las tradicio-
condicionada radicalmente por su propósito de ser revolucionaria, es decir, por nes de la Ilustración y el Romanticismo, y de una base filosófica que le permite ir
la intuición fundante y la voluntad primaria de que una transformación radical y más allá de esos horizontes hacia una superación de la tradición filosófica moder-
global de la sociedad es necesaria y posible. Una teoría que se sustenta y adquiere na. Y todos estos son, propiamente, contenidos, que están a la base del método,
forma a partir de una voluntad. Una voluntad revolucionaria, más bien, que se ha más que resultados de la acción del método sobre una realidad pre establecida.
dado una teoría para configurar lo real y proceder claramente. Del marxismo se puede decir, en tercer lugar, que es una visión de mundo. Es
Del marxismo puede decirse, en segundo lugar, que es un método de análi- decir, una teoría desde la cual se puede ofrecer una perspectiva acerca de todos
sis. En primer término es un método de análisis económico destinado a criticar los ámbitos de la experiencia humana. Por cierto, como he establecido en el punto
la sociedad capitalista. Pero su interés central es ser un método de análisis de anterior, no se trata de un método general. Pero, en la medida en que la econo-
situaciones políticas que permita orientar la práctica revolucionaria concreta. De mía, la política y la experiencia histórica atraviesan crucialmente toda experiencia
manera más general, es también un método de análisis histórico, capaz de ofrecer humana, desde allí, y en relación a ellas, los marxistas pueden construir puntos de
una imagen de conjunto de los mecanismos que explican los grandes cambios en vista específicos, en los que la teoría general ofrece algunas pistas heurísticas, y
la historia humana. sugerencias acerca de las conexiones y relevancias que cada uno de esos ámbitos
Sería un exceso, que por supuesto se cometió más de una vez, decir que el tenga para la política, que es su preocupación central. No todas las experiencias
marxismo es un método de análisis que resulte útil para las matemáticas, o la humanas pueden conectarse de la misma manera, o en la misma medida, con la
agricultura o la terapia. No se pueden encontrar en Marx ideas relevantes o funda- realidad de lo político, pero las llamadas “visiones del mundo”, justamente, no
cionales sobre música, educación o arquitectura. El intento de obtener colecciones son construcciones que dictaminen todos y cada uno de los detalles de manera
de alusiones de Marx y Engels sobre estos temas, para saber cuál sería el camino inmediata. Son, más bien, guías generales para entender el lugar en que se ubica
correcto para desarrollarlos es estéril, escolástico y conceptualmente erróneo, el que las profesa respecto del mundo en que vive.
por mucho que haya figurado entre los procedimientos típicos de la escolástica En esa medida, se puede atenuar, o complejizar, la idea de que se trate de una
soviética. “visión” de mundo. Esta es una expresión que sugiere las nociones próximas de
Un método de análisis económico, político e histórico, por cierto muy suge- “punto de vista”, o “perspectiva” y que, como tal, contiene el pre concepto de que
rente para la sociología y la filosofía, y cuyos criterios pueden extenderse, como habría alguien que ve y, otra cosa, algo que es visto. Pues bien, esta diferencia no
sostendré en el punto siguiente, a través de analogías más o menos metafóricas expresa realmente lo que el marxismo se propone. Habría que decir que más que
a muchos otros campos. Pero no un método general, ni para el saber en general, una “visión de” se trata de una manera de “estar en”. El marxismo es una manera
ni siquiera para las Ciencias Sociales en particular. de estar en el mundo, una posición de hecho o, para darle toda su fuerza a la fór-
mula, es una manera de ser en el mundo. Es decir, más bien un conjunto de actos
Sin embargo, cuando se dice que el marxismo es un método de análisis es
relacionados con una teoría y una voluntad, que un conjunto de ideas.
necesario aclarar el estatuto de tal método, y su relación con los contenidos. No
se trata en este caso de un método del que se sigan, o a partir del que se puedan Esto hace que se pueda “ser” marxista, a la manera como se “es” cristiano,
encontrar, determinados contenidos. Esta pretensión, característica del meto- o budista. Es decir, ser marxista implica un fuerte compromiso existencial, una
dologismo científico, no es cierta ni siquiera para las ciencias mismas. Es al revés. actitud permanente en que, como he indicado más arriba, hay una voluntad, re-
Se trata de un cierto número de contenidos esenciales que quedan expresados volucionaria, fundante. No es raro que muchas personas que “son” marxistas no
en ciertas fórmulas metodológicas. El marxismo es una teoría que está fundada conozcan en detalle, o realmente, la obra de Marx. Tiene pleno sentido distinguir
en una visión laica, materialista, humanista, atea, de la sociedad humana y de la entre “marxistas” y “marxólogos”. Para ser un buen marxista es necesario saber
realidad en general. En esto no es sino heredero de las tradiciones del pensamiento marxismo, pero los que “no saben” frecuentemente, en sus prácticas efectivas,

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hacen algo que es más profundo que ese saber: crean el marxismo real. Por cierto, que a su alrededor, de manera concéntrica, se han construido diversas versiones
como es obvio, se puede saber marxismo sin ser marxista. Hay marxólogos, y los de cada uno de los problemas relevantes que afectan a la teoría y a la práctica
hay muy buenos, y su saber puede resultar muy útil. Pero, en principio, la función marxista. Hasta el punto que hay muy pocos problemas sobre los que todos los
del saber es secundaria respecto de las acciones reales, que son las que deciden marxistas estén realmente de acuerdo.
de manera efectiva si se es marxista o no.
Pero eso hace que sea necesario decir, en cuarto lugar, que hay que considerar Hay al menos dos maneras de fundar filosóficamente al marxismo. Tal como
como marxismo no sólo a las teorías formuladas sino, sobre todo, a las prácticas la formulación del cristianismo ha oscilado históricamente entre las filosofías de
reales y efectivas a las que han dado lugar. Precisamente porque el marxismo Platón y de Aristóteles, de la misma forma el marxismo ha sido construido, y lo
no es sólo una teoría, como la teoría de gravitación, o la de la selección natural, seguirá siendo, alrededor de las secuelas, más o menos explícitas, de las filosofía
sino que está ligado a una voluntad, a una manera de ser en el mundo, no puede de Kant y de Hegel. Hay al menos tres formas principales de la acción política
ser juzgado independientemente de su práctica real. Le guste esa práctica a los marxista: el consejismo, el leninismo y el kautskysmo. En torno a la idea de im-
propios marxistas o no. perialismo hay varias escuelas, y también en torno al problema nacional, o a las
No es posible separar de cualquier juicio que se quiera hacer sobre el marxismo formas de organización partidaria.
las gestas nobles y heroicas, como las del Che, o el derrocamiento de Somoza, o No hay, en todas estas polémicas, nada que pueda llamarse realmente un “mar-
la Larga Marcha en China, de los momentos y períodos infames y siniestros, como xismo correcto”. La idea de un marxismo correcto, tan característica de una cultura
el asesinato de Roque Dalton, o los juicios de Moscú, o los atentados contra la homogeneizadora, lleva a las nociones complementarias de “revisionismo” y “ultra
cultura en la revolución cultural China. No es posible en el marxismo argumentar izquierdismo”, y ha tenido el efecto perverso de que las luchas entre marxistas
que la teoría es muy buena, pero los hombres que la practican no han estado a la han sido, muy frecuentemente, mucho más intensas que las de los marxistas con
altura. Es necesario explicar de manera marxista qué es lo que ha ocurrido, por qué sus enemigos de clase. Hasta el grado de la persecución y el crimen. Esta triste
creemos que las cosas podrían ser distintas. Y es necesario, ante todo, reconocer historia de querellas ha tenido quizás alguna razón que la hace comprensible, pero
y decir públicamente la verdad acerca de esos procesos y sus causas profundas. no es en ningún caso perdonable. Debe terminar.
No hay otra manera de resultar creíbles otra vez ante los que contemplan, con
No hay un marxismo correcto, ni teórica, ni prácticamente. En rigor, el juicio
justo espanto, muchas de las cosas ocurridas.
sobre la corrección posible de una voluntad, o de una política, sólo puede es-
Las luchas de Salvador Allende y de Stalin, la gesta de la Revolución Cubana y tablecerlo la práctica, caso a caso. No hay fórmulas generales, ni hay ninguna
la industrialización forzada en la URSS, las virtudes y los horrores de la revolución construcción marxista que haya resistido el impacto de las condiciones reales en
China, el socialismo impuesto desde arriba en Bulgaria y el construido desde el las que se desarrolló. Nadie puede, hoy en día, a la luz de la catástrofe general,
pueblo en Yugoslavia, son partes integrantes, y esenciales del marxismo. Son pre- reclamar para sí el título de “marxista correcto”. El pasado es, desde este punto
cisamente su realidad, son el marxismo real, más allá de los papeles y las buenas de vista, un ominoso conjunto de vergüenza, opresión y crimen. Los que creemos
intenciones. que el comunismo es posible sólo podemos afirmar nuestra voluntad en frágiles
Pero esto exige, a su vez, decir del marxismo, en quinto lugar, que es una tra- jirones de un pasado a veces glorioso, y en el futuro, sobre todo en el futuro, esa
dición de polémicas, la mayoría de las cuales nunca han sido realmente resueltas. es la cuestión vital para toda voluntad de cambios.
Esto es necesario porque es perfectamente posible intentar evadir los resultados
del marxismo real sosteniendo que aquello “no era realmente marxismo”. Para
b. El marxismo como expresión de un mundo
evitar este recurso se debe establecer un núcleo doctrinario básico y aceptar
Pero, al considerar estos cinco puntos enumerados en el orden anterior, una

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teoría (voluntad), un método (contenido), una visión de mundo (modo de ser Puestas las cosas de esta manera, se puede decir que el marxismo es expresión
en el mundo), una práctica efectiva, una tradición de polémicas no resueltas, y de la época en la historia humana en que los hombres alcanzan la autoconciencia
pensar esta sucesión de manera marxista, creo que es necesario pensarlas en el de las relaciones sociales, es decir, asumen y viven la noción de que lo que ocurre
orden inverso. Si este orden que he presentado fuese cierto, entonces ocurriría en la sociedad y la historia no es sino su propio producto, y que, en rigor, TODAS
que el marxismo existe debido a que un señor Carlos Marx creó una teoría que las relaciones sociales pueden ser cambiadas conscientemente y a voluntad. Esta
desencadenó luego un enorme vendaval en el mundo. Esta, ciertamente, no es autoconciencia es, desde luego, una condición indispensable para que se pueda
una manera muy marxista de considerar las cosas. formar la idea de que el comunismo es posible. Autoconciencia de las relaciones
Desde un punto de vista conceptual, el marxismo no es sólo un invento de sociales significa ya no sólo que no hay dioses que dirijan a la sociedad y a la his-
Marx, es expresión de una época en la historia humana. Se puede decir que la gran toria, sino que tampoco hay eso que es llamado naturaleza. Somos libres. Todo
novedad histórica que trae la burguesía, como clase revolucionaria, a la convivencia lo que somos se debe a nosotros mismos. No hay nada en las relaciones sociales
humana, es la autoconciencia de las fuerzas productivas, es decir, la noción y la que no pueda ser cambiado.
vida práctica de un concepto en que los medios del trabajo y el trabajo mismo son
reconocidos como un producto humano. Se puede decir, en el mismo punto, que El marxismo no es, desde luego, la única expresión de este nuevo estado de
las sociedades precapitalistas tienen consciencia de los medios del trabajo, pero la confianza humanista. A lo sumo se podría decir que es la primera expresión,
no autoconciencia, es decir, los ven como objetos dados, a los que se les puede pero no la única, ni siquiera la más eficiente. Esta es una autoconciencia que está
adorar o adornar, pero no perfeccionar. Lo que crea una actitud esencialmente presente, de muchas maneras, en toda la política contemporánea, es decir, en la
conservadora ante el cambio tecnológico. La burguesía entiende a los medios política que se inaugura con los grandes partidos de masas desde fines del siglo
del trabajo como su propio producto, reconoce su propia obra en ellos, y con eso XIX. Por cierto el fascismo, o incluso el nazismo, participan también de ella. Y,
inicia el ciclo de revolución industrial permanente al que llamamos “modernidad”. lo que es más importante, la acción histórica de la burocracia como clase está
Pero, aún en posesión de esta autoconciencia, también puede decirse que la relacionada con ella. Esto significa, ni más ni menos, que perfectamente podría
burguesía sólo ha alcanzado la consciencia de las relaciones sociales. Es decir, si- ocurrir que la burocracia sea la primera clase dominante en la historia humana
gue viendo el fundamento de las relaciones sociales como algo dado, divino en su que sabe con toda claridad que las claves de su dominio están en sus propias ini-
primera época, o natural, lo que es de mejor manera su concepto. Las bases que ciativas históricas, sin el velo ideológico que implica el atribuirlas a una naturaleza
determinan la conducta intersubjetiva, social e histórica no estarían en manos de fundante, o a una divinidad providencial.
los hombres, sino que provendrían de una cierta “naturaleza humana”, dada, más Y, también, autoconciencia de las relaciones sociales no implica, para nada,
allá de su control consciente. Se puede transformar la naturaleza, pero no cambiar dominio de la realidad efectiva a partir de ella. La idea de que la consciencia de
sus leyes. Los medios del trabajo son eficaces sólo si se atienen a la legalidad natu- algo implica su dominio no es sino una ilusión ilustrada. Autoconciencia implica
ral. De la misma manera, las políticas, y los arreglos sociales sólo serían viables si aquí, más bien, el saber de una voluntad que su eficacia. Un saber que permite a
se conoce y aprende a manejar esa “naturaleza humana”. El mercado, por cierto, la los actores sociales poner en juego, por primera vez en la historia humana, una
competencia, la propiedad privada en algunos casos, forman partes, en la ideología voluntad infinita, es decir, una voluntad que no está limitada interiormente sino
burguesa, ni más ni menos que de la naturaleza. Se pueden reformar, controlar, por ella misma, por las leyes que ella misma se ponga de hecho, sépalo o no. Y
pero es inimaginable que haya una sociedad sin mercado, o sin competencia. La esta posición de la voluntad no garantiza en absoluto su resultado, es, como todo
burguesía ha humanizado poderosamente el proceso del trabajo, ha salvado a las en la pre historia humana, simplemente un riesgo.
relaciones sociales de la tiranía de lo divino, pero ha entregado a estas últimas a
Se puede decir, en este sentido, que el significado filosófico de la obra práctica
su propia tiranía, naturalizándola, bajo el concepto de naturaleza humana.
de Lenin es justamente este poner a la voluntad en la historia. El gran intento de

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torcer la inercia de la determinación, tratándola como mera voluntad humana co- bajo el velo ideológico de que los actores reales son los trabajadores. Ha tratado
sificada, para llevarla hacia lo que la consciencia quiere hacer de su propia historia. de imponer una voluntad a la determinación. Y sus resultados reales se parecen
Y, a la inversa, el significado filosófico de la obra práctica de Stalin, es el mostrar demasiado a los de toda la modernidad como para pensar hoy que había en ella
la fuerza de esa determinación, fuerza tal que puede perfectamente convertir a algún principio esencialmente distinto, que no se esté dando ya, de otros modos,
la voluntad revolucionaria en una voluntad enajenada. al interior de la propia sociedad burguesa.
Esta enajenación posible, dada la opacidad que hay entre voluntad y deter- Pero la lucha permanente entre voluntad y determinación histórica, que ca-
minación, o entre voluntad humana explícita y transparente para sí misma, y la racteriza a esta nueva época tal como antes el rasgo esencial de lo social fue la
voluntad que aparece como determinación, o humanidad cosificada, se ve de al- liberación de las fuerzas productivas, puede encontrar una y otra vez expresio-
gún modo agravada cuando el marxismo se mira a sí mismo de manera ilustrada, nes, tanto entre la voluntad revolucionaria, como en el espíritu burocrático. Y el
puesto que entonces, en el intento dramático de hacer transparente el choque marxismo, el horizonte bolchevique, con sus sueños de comunismo y reconcilia-
operando como si no lo fuera, no hace sino convertirse en ideología justificadora ción humana, no tienen porqué quedar amarrados a lo que han sido de hecho. El
y legitimadora de los dramas y de los resultados de su acción. marxismo puede ser más de lo que ha sido, puede recuperar su impulso infinito
Es esto lo que nos lleva de los cinco puntos anteriores, y su significado histórico, hacia la libertad y la vida. El marxismo del siglo XXI no tiene porqué continuar
que establecen sólo en general qué es el marxismo según su concepto, a la realidad las miserias del marxismo del siglo XX. La voluntad revolucionaria puede hacerlo
dramática del marxismo real, de las realidades históricas que efectivamente se algo distinto. Para eso es necesario un marxismo que sea de manera efectiva lo
construyeron en su nombre. que en el siglo XX sólo ha sido esporádicamente. Un marxismo que recoja lo que
la humanidad sueña, y lo haga realidad política.

c. El marxismo real como expresión de un mundo


d. Un marxismo posible
En su práctica efectiva, en sus resultados reales, el marxismo del siglo XX no ha
sido sino una prolongación de la filosofía de la Ilustración, es decir, un velo ideo- Sostengo que es necesario inventar un marxismo desde el cual se pueda hacer
lógico apropiado para una serie de procesos de revolución industrial forzada. Su una crítica marxista de los socialismos reales y su bancarrota, y de la falta general
pretensión científica, aún enriquecida por la versión cienticista de la “dialéctica” de viabilidad política del horizonte bolchevique en el siglo XX.
que proclamó como su filosofía oficial, su permanente estado de totalitarismo Un marxismo desde el cual se pueda hacer una crítica a los nuevos modos de
político, más allá de las “necesidades de la defensa del proceso”, su práctica fuer- dominación que surgen de la emergencia de la capacidad tecnológica de producir
temente vanguardista, su idea teleológica de la historia, apuntan todas, como ya y manipular la diversidad. Una crítica a la profundización de los modos de control
se ha señalado muchas veces, a mostrar a este marxismo real como una variante de la subjetividad que acompañan a la producción altamente tecnológica.
de la ideología general de la modernidad. Un marxismo desde el cual se pueda hacer una crítica de la racionalidad cien-
Más allá de este juicio, se puede agregar un matiz. El marxismo no ha sido, cier- tífica, que permita verla como forma ideológica y operante de la modernidad, y
tamente una ideología burguesa, ni siquiera una variante totalitaria de la ideología permita imaginar su superación.
burguesa. Es necesario tomar en serio su vocación y su práctica anti burguesa, y Un marxismo que sea capaz de abordar la progresiva pérdida de control de la
mirarlas a una nueva luz. Sostengo que el marxismo del siglo XX ha sido uno de los división del trabajo por parte de la burguesía, y la emergencia de un nuevo tipo de
modos de expresión de la emergencia del dominio burocrático, por debajo, y más dominio de clase, vehiculizado por la completa articulación del mercado mundial
allá, de las intenciones conscientes de sus actores. En esta medida ha respondido y la permanente revolución tecnológica.
a su concepto. Una vanguardia ilustrada ha intentado transformar la historia,

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Es posible reinventar un marxismo de este tipo sobre la base de la doble impugnación contingente; la noción de que una revolución, como cambio global
operación de leer hegelianamente a Marx y leer de manera marxista a Hegel. en el modo de producir la vida, es necesaria y posible, frente a la idea de la política
La reinvención del marxismo que propongo es hegeliana, en primer lugar, por como construcción de hegemonías parciales y contingentes, son sus diferencias
su carácter global. Porque, a pesar de que no tiene, ni pretende tener teorías lo- más visibles respecto de las diversas recomposiciones, marxistas o post marxistas,
cales del tipo de un “arte proletario”, o unas “matemáticas proletarias”, quiere, sin del marxismo que más circulan en la discusión actual.
embargo, tener una palabra válida sobre todo ámbito de la experiencia humana.
Una dialéctica para la que “nada humano es ajeno”. Un marxismo más allá de la falsa dicotomía entre Ilustración y Romanti-
Es hegeliana, en segundo lugar, por la idea de que es posible una lógica más cismo.
compleja que la lógica de la racionalidad científica, una lógica que es a la vez la Hace diez años ya que propuse que el estatuto histórico de un marxismo de
forma del pensar y la forma de la realidad. Una lógica material, u ontológica. tipo hegeliano es el de ser un término posible en la oscilación de hecho, de toda
Es marxista, y no sólo hegeliana, en cambio, por su premisa de que la historia la filosofía contemporánea, entre el kantismo y el hegelianismo, es decir, entre
humana es todo el ser, toda la realidad. Una premisa ontológica que no admite las secuelas respectivas de los dos monstruos que vigilan las puertas de entrada a
exterior natural alguno, que requiere pensar toda diferencia como diferencia los futuros posibles. Por cierto no se trata de “Kant mismo”, o de “Hegel mismo”.
interna. Una premisa que puede llamarse, propiamente, humanismo absoluto. Son las consecuencias históricas de sus respectivas filosofías, las lecturas que
Es una reinvención marxista, y no sólo hegeliana, por la noción de que la mate- admiten, y las que se hacen históricamente reales, las que tienen importancia
rialidad de la historia humana, y el origen de toda realidad, reside en las relaciones para la política. Es posible una formulación kantiana del marxismo, y mi opinión
sociales de producción. Lo que obliga a un concepto generalizado de producción, es que eso es lo que ha imperado a lo largo del siglo XX. Han sido posibles, de
ontológico, en que toda producción es producción del ser mismo. manera recurrente, lecturas hegelianas, o “hegelianizantes”, siempre en minoría.
Es una reinvención hegeliana por su premisa de que la realidad debe ser pen- Quizás en contra de lo que el mismo Kant habría esperado, el polo kantiano ha
sada como negatividad, y la negatividad debe ser pensada como sujeto. Pero es estado relacionado con una lectura cienticista de Marx, cuyos principales énfasis
marxista, y no sólo hegeliana, por la noción de sujeto dividido en sí, en que se ha han estado en la idea de que el marxismo es un saber que ilumina la práctica. La
inmanentizado completamente toda noción de Dios. En que Dios somos nosotros. principal alternativa en este campo queda formulada en torno a si ese saber es
un saber científico, como lo propondrán los materialistas dialécticos, o un saber
El paso del materialismo dialéctico a una dialéctica materialista; el paso de la de tipo ético, como fue propuesto en el austro marxismo, y en las vertientes que
crítica del capitalismo a la comprensión del capitalismo tardío como época de la mantienen el espíritu del socialismo utópico. En el polo hegeliano, por otro lado, las
emergencia del poder burocrático; el paso del mesianismo teleológico fundado discusiones se han centrado en el concepto de sujeto, y en la idea de enajenación.
en una idea ilustrada de la historia a la postulación de una voluntad revolucionaria
no teleológica, que asume la complejidad de su propia enajenación posible, serían La oscilación histórica entre lecturas de tipo kantiano o hegeliano, sin embar-
quizás las diferencias más visibles con el marxismo clásico. go, no debe confundirse con la oscilación entre Ilustración y Romanticismo, que
caracteriza al extremo kantiano. Como Hegel pudo mostrarlo de manera bastante
Pero, también, el énfasis en la noción de sujeto, y en su voluntad posible y su astuta1, el Romanticismo no es sino la otra cara de la Ilustración, bajo la misma
enajenación, frente a la crítica de la idea de sujeto; la confianza en la posibilidad de lógica moderna. La pretensión hegeliana, en cambio, es que se puede ir más allá de
una ontología en que la sustancia es entendida como sustancia ética e histórica,
frente a la desconfianza hacia toda ontología; su idea de una política fundada en
la autodeterminación, en la libertad autodeterminada, en la historicidad de las 1    Se pueden ver, al respecto, los textos en que critica a la Ilustración, en la Fenomenología
del Espíritu, o las apreciaciones que hace en los apuntes recogidos bajo el nombre de “Lec-
leyes, frente a una política fundada en la memoria, en el acontecimiento, o en la ciones sobre Historia de la Filosofía”.

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esa oscilación, hacia un humanismo absoluto en que la historia es sujeto. El énfasis escándalo reformista, o como racionalismo totalitario. Los neo marxismos no
ético del Romanticismo, y el énfasis epistemológico de la Ilustración, no son sino hegelianos son, quizás, en esencia, post marxismos2.
dos momentos de una lógica común. Un momento que tiende a convertir lo ético Más allá de estos academicismos, la esencia de un marxismo de tipo hegeliano
en pasión existencial, otro que tiende a convertir el saber en director de todas las debe ser la doble operación de leer a Hegel desde Marx y a Marx desde Hegel.
esferas de la coexistencia humana. Ambos momentos, expresados como políticas La diferencia esencial entre ambos está en la completa humanización (lo que
concretas, han conducido al totalitarismo. Un marxismo que quiera formularse más Feuerbach llamó “inversión”), y la materialización (Marx) de la dialéctica. La con-
allá de las lógicas totalitarias que han impregnado a la política moderna tendría tinuidad esencial está en una lógica (no un “sistema”, o un “método”, como dicen
que ir más allá de esta dicotomía, es decir, más allá de la lógica moderna como los manuales) en que el Ser es entendido como sujeto.
conjunto. Esa es la pretensión que es posible desarrollar desde Hegel.
Hay dos consecuencias políticas principales que se pueden seguir de una rein-
vención hegeliana del marxismo. Una contra el liberalismo, en cualquiera de sus
d. Un marxismo minoritario en el campo intelectual. formas. Otra contra las filosofías post modernas, en cualquiera de sus formas.
Desde luego la idea de una reinvención hegeliana del marxismo es abruma- La primera es la crítica radical a la idea de naturaleza humana, sea entendida de
doramente minoritaria en el campo cultural actual. Situación doblemente depri- manera etológica, o como falta de completitud en el lenguaje. La segunda es la
mente cuando es agravada por la presencia de mandarines académicos que han crítica radical a la reducción de la política a política local, ya sea como resistencias
pontificado, con aire de sentencia definitiva, alguna versión de Hegel adecuada a impugnadoras, o como construcción de hegemonías parciales.
sus políticas. Es esperable entonces que la primera dificultad contingente de una Frente a estos conceptos lo que un marxismo hegeliano busca como funda-
reinvención semejante sea la necesidad de una constante defensa ante los Hegel mento de la política es la idea de la completa responsabilidad humana, y riesgosa,
de manual de filosofía que se esgrimen para ocultar la falta de lectura de Hegel. sobre una acción política colectiva, con ánimo global, que se ejerce desde una
Pero la paradoja de estas posiciones pseudo kantianas de Hegel es que oscilan, voluntad histórica. La articulación posible entre el deseo, como momento parti-
de la misma manera que los kantismos que las sustentan, entre los kantismos éti- cular, en los individuos, y la voluntad reconocida, como momento universal, en
cos, epistemológicos o estéticos, según el azar de la posición política o la tradición los colectivos, debería ser pensada como el motor de las iniciativas políticas que
académica de los que han surgido. Para los kantismos de tipo epistemológico, surgen de este nuevo marxismo. Los productores producidos asociados, autóno-
de tendencia ilustrada, Hegel es un oscurantista romántico. Para los kantismos mos en su pertenencia a una voluntad, movidos desde el deseo que la actualiza
de tipo estético, de tendencia romántica, Hegel es el archi racionalista ilustrado. en cada uno, son el motor, en el plano especulativo, de una revolución posible. El
Ingleses de tipo vienés, y franceses de tipo alemán, respectivamente, abundan análisis económico social concreto debe darse la tarea de identificar a los actores
en estos lugares comunes, yendo rara vez más allá del nivel de manual. Para los sociales efectivos en que esta posibilidad se constituye. El criterio central es que se
kantismos de tipo ético, tanto en sus vertientes ilustradas como románticas, He- dé en ellos a la vez la posibilidad de esta subjetividad y el acceso al control de los
gel es el espíritu totalitario que ha hecho sucumbir la individualidad, ya sea en la medios más avanzados y dinámicos del trabajo. Sólo de esta coincidencia puede
mística del poder estatal, o en la opresión de la idea de totalidad, según el caso. surgir una revolución que sea algo más que puesta al día de la industrialización
Es fácil sospechar que el que Hegel sea tantas cosas contradictorias a la vez es incompleta y enajenación de la voluntad revolucionaria.
más probablemente un descubrimiento del no saber que del saber. Pero es esencial también, en el plano político, ir más allá de la enajenación
Pero el asunto no es solamente Hegel. Marx corre una suerte parecida según tradicional del movimiento popular, que ha inscrito permanentemente sus reivin-
si se lo asocia o no a Hegel. Los ilustrados ven un Marx hegeliano como paradig-
ma de teoría totalitaria. Los nuevos románticos ven a un Marx ilustrado, o como 2    Como puede quedar evidenciado en lo fácil que es el acercamiento entre las ideas de
Olin Wright y Negri, o entre las ideas de Elster y Laclau.

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dicaciones en el horizonte de posibilidades del sistema de dominación. Cuando la legitimación, su forma ideológica, su manera de producir la vida en general, es
dominación clásica podía dar homogeneidad y aumento en los niveles de consumo, distinta. Sostengo que la mayoría de los problemas políticos, tanto a escala mun-
el movimiento obrero pidió igualdad y consumo. Ahora que el sistema de domina- dial, como en el nivel nacional, se pueden interpretar en una teoría coherente y
ción puede producir y manipular diferencias, la oposición pide el reconocimiento abarcante, si se miran desde la perspectiva de la transición de la sociedad capita-
de las diferencias. Siempre, la mayor parte de la oposición, se ha limitado a pedir lista a la sociedad burocrática.
lo que el sistema puede dar, y no ha dado todavía. La política revolucionaria no Mi proposición es ortodoxa en el sentido de que vuelve al tipo de análisis que
puede conformarse con ser el arte de lo posible, debe ser el arte de lo imposible, hizo Marx, a su concepto de la historia, aplicándolo a la situación contemporánea,
debe pedir justamente lo que el sistema no puede dar. incluso a las sociedades que se llamaron a sí mismas socialistas.
Hoy, ante un sistema capaz de dominar en la diversidad, ante la realidad de la Un elemento que me parece clave en este intento ortodoxo es la idea de que
inter dependencia desigual, del dominio interactivo, de las diferencias enajena- no es la propiedad la que define a una clase como clase dominante, sino el domi-
das, lo que cabe pedir es, justamente al revés, universalidad. Cabe luchar por el nio que ejerza sobre la división social del trabajo. La propiedad es el mecanismo
reconocimiento humano global, por la constitución de una humanidad común. Los legitimador del dominio, pero no el dominio como tal. Dicho de manera directa:
derechos globales de los hombres no pueden ser satisfechos por la creación de la burguesía no es la clase dominante en virtud de la propiedad privada, sino que
mercados sectoriales, de espacios de consumo diferencial. De los que se trata no puede tener su propiedad como privada porque es la clase dominante.
es de anular las diferencias en la universalidad, como en la mística, o de hipostasiar
La consecuencia que más me interesa de esta premisa es que la propiedad pri-
las diferencias, como en el extremo liberal que es el pluralismo de la indiferencia.
vada no es ni la figura perfecta, ni la última, de la sociedad de clases. La propiedad
Se trata de producir un universal internamente diferenciado. Reivindicaciones
social también puede ser un instrumento legitimador del dominio.
globales, para todos los seres humanos, que contengan el reconocimiento de sus
diferencias. Se trata, pues, de una revolución. Se trata de volver a ser comunistas. Por otro lado, al asociar lo constitutivo de una clase dominante al control de
Esa es, quizás, la consecuencia política más relevante de un marxismo reinventado la división del trabajo se hace posible entender al dominio burocrático como un
desde Hegel. dominio de clase. Creo que no es difícil mostrar que la burguesía ha ido perdiendo
progresivamente el control de la división del trabajo tanto al nivel de la empresa
como al nivel de la gestión económica global. Mi proposición es que este proceso
4. Comunistas otra vez objetivo debe ser visto como la base material de la emergencia de una sociedad
Toda esta lo dicho hasta aquí puede resumirse y hacerse efectiva a la vez, de de clases de nuevo tipo.
la siguiente manera: proponiendo la idea, que en muchos sentidos no tiene nada Propongo que es necesario caracterizar este dominio de manera material,
de novedosa, de que la situación mundial puede entenderse como la emergencia como lo hizo Marx, en El Capital, respecto de la burguesía. Es necesario entender
de una sociedad de clases de nuevo tipo, la sociedad burocrática. las formas políticas e ideológicas que le son funcionales, y a través de las cuales
Sostengo que reformular el marxismo para poder dar cuenta de lo que ha aparece.
ocurrido desde la caída del socialismo real exige hacer un análisis de clase al estilo Creo que es necesario describir el proceso de pérdida general de hegemonía
del que Marx propuso en torno al capitalismo. Sostengo que un análisis, que siga del poder burgués desde el punto de vista de la emergencia de un poder nuevo
por analogía el método de análisis histórico de Marx, nos llevará a la conclusión de para evitar la ilusión de que en los alardes y extremos de la práctica burguesa que
que el poder de clase de la burguesía está siendo reemplazado progresivamente vemos en la economía neoliberal se ha realizado alguna clase de triunfo, algo así
por el de una clase dominante de nuevo tipo, que abre una época nueva en la como el fin de la historia. A pesar de la estridencia de las políticas neoliberales
historia humana, el poder burocrático. Sostengo que la sociedad burocrática es creo que lo que se celebra bajo sus apariencias es más bien la pérdida de vigencia
una sociedad de clase distinta de la sociedad capitalista, que sus mecanismos de de la burguesía que la realización de su horizonte utópico.

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Pero esto significa que el análisis material del poder burocrático sólo puede empe- razones como garantías teóricas para la voluntad, sino como un discurso que le
zar cuando vemos en estas capas de apariencia y de miseria humana el nivel oculto de un lenguaje, un modo de ver, una jerga nueva, para tiempos nuevos.
que permite comprenderlas o, también, cuando aplazamos el juicio valórico hasta
En buenas cuentas la política, bajo estas condiciones teóricas, se convierte en
que entendamos al menos en principio qué es lo que ocurre.
un riesgo, y la actitud revolucionaria consiste en querer asumir ese riesgo. La pru-
Ni las conductas políticas, ni los hechos que parecen ser grandes hechos, ni dencia es mala consejera cuando se trata de cambiar la historia. La virtud de estas
los discursos de los propios actores, permiten entender. Una época no puede ser razones, que sólo una nueva razón puede entender, está más bien en el mundo
juzgada por lo que sus actores dicen de sí mismos. posible que en las palabras con que lo dice. Y ese mundo, al parecer imposible, es
Ni las formas jurídicas, ni los espectaculares vuelcos políticos permiten en- el de la libertad y el de la belleza. Conocer para transformar. No someterse. Co-
tender. Es el nivel material, es decir, el juego objetivo del poder1, su origen, su nocer la ley para cambiarla: cambiar las leyes de la realidad misma. Hacer posible
mecanismo y su ejercicio, el que permite esta comprensión. El nivel en que los este imposible: sólo esto puede ser un programa revolucionario.
hombres dominan y son dominados. El mecanismo que enajena. La objetividad Afirmo, que se puede comprender perfectamente lo que ocurre. Afirmo que
de las acciones que se emprenden sin dominio global de sus consecuencias. La tenemos la teoría y la voluntad para comprender y buscar el cambio. Una teoría
materialidad de las relaciones sociales respecto de las que el conjunto y sus apa- y una voluntad capaz de pensar el asalto al poder global, que sea capaz de con-
riencias tienen sentido. traponer al Estado abstracto algo más que su propia diversidad enajenada, que
Sin embargo, no es lo mismo comprender que perdonar. Sólo los deterministas intente la rearticulación consciente, racional, universal, de la convivencia humana.
absolutos identifican estas dos cuestiones. Ni es lo mismo comprender que con- La pobreza absoluta de los pobres, la enajenación y sin sentido de los privile-
denar. Sólo los ingenuos que creen en el libre albedrío, sólo los que no conocen giados, los recursos del poder de la burocracia, sus miserias y sus debilidades, la
la realidad de la enajenación, su objetividad o, mejor, su materialidad dramática, estupidización general de la vida, la esperanza de la liberación posible, pueden
ponen todo conocimiento de la historia bajo la picota del juicio moral. Hay mo- ser comprendidas desde el marxismo. Desde su teoría de la enajenación, desde
ralismo inútil en ambos casos. Los deterministas lo justifican todo, los idealistas su idea de la historia, desde su idea de sujeto, desde su voluntad de cambiar el
lloran condenas a diestra y siniestra. Para unos la realidad es inexorable, para los mundo. Afirmo que es posible construir desde allí una autoconciencia que sea una
otros los hombres han elegido sus perversiones. Hay un conformismo encubierto base posible para el cambio global.
en ambos lados. Para unos se trata de conocer las leyes objetivas y adaptarse de
Una teoría unitaria desde la cual confrontar la realidad, una perspectiva ani-
algún modo (por ejemplo: crear un mercado más humano). Para los otros se trata
mada de voluntad revolucionaria, una amplia y abierta disposición para saltarse
de predicar el bien y reformar las consciencias. Para los comunistas la tarea no
el pesado fardo de la enajenación socialista y volver, hacia más de cien años antes
puede ser sino revolucionar el mundo.
para mirar el futuro.
Un marxismo de nuevo tipo, que apela a la teoría de la enajenación, y a la eroti-
Una perspectiva comunista, en que el horizonte es el fin de la lucha de clases
zación del mundo como política, no tiene por qué ser una novedad. Proposiciones
y la reconciliación humana, y no simplemente una revolución industrial forzada o
parecidas a estas se han hecho antes, en épocas en que parecían simplemente
la astucia de la administración filantrópica. La enajenación de la voluntad revolu-
voluntarismos inverosímiles, dictados por el entusiasmo revolucionario enajenado.
cionaria sólo logró avanzar en la lógica del dominio burocrático. Ahora, más allá,
Hoy, quizás, no tendría por qué ser distinto. Como he indicado, no ofrezco estas
hay que correr nuevamente el riesgo y ver el modo en que se puede derrocar este
nuevo poder para que la humanidad pueda realizarse.
1    Una especificación de tipo lógico es necesaria en este punto: no se trata de “el juego ob-
jetivo del poder” en el sentido de que haya poder, y una de sus cualidades sea su objetividad.
Se trata más bien de que el juego del poder es todo eso a lo que llamamos objetividad. No
hay más objetividad que la que se articula en ese juego.

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I. Para una crítica del poder burocrático
Yo creo que los que persiguen el comunismo deberían llamarse comunistas.
"Nuestro Partido"2, el partido de los nuevos comunistas, no es el de los que asocia-
ron su valentía a la dictadura estalinista o leninista, ni el de los que se conformarían
con que todo el mundo coma y tenga educación y techo, sino el de los que creen
que más allá del dominio burocrático una sociedad sin clases es posible.
Esta perspectiva revolucionaria, tortuosa, lejana y llena de preguntas, es la que
puede animar a la voluntad a asumir el riesgo de hacer la historia, de construir I. Introducción
la libertad, de sobreponerse a la determinación. Esta perspectiva es, por cierto, Me importa en esta sección enunciar un conjunto de tesis en torno a los grandes
bastante ortodoxa. Y creo que esto se puede formular así: de lo que se trata es cambios sociales ocurridos en la segunda mitad de este siglo. Enunciar, enumerar,
de ser comunistas otra vez. enfatizar, la mayor parte de las veces de manera polémica, para presentar con el
conjunto una postura definida para la discusión. Me interesa más proponer que
probar o documentar. Espero del conjunto una visión de trazos gruesos coheren-
te, que pueda ser discutida, que pueda ser respaldada formulando fundamentos
adecuados, más que los detalles, las precisiones empíricas, los datos puntuales.
Un marco de referencia desde el cual proceder a investigaciones concretas, más
que el resultado de investigaciones ya hechas y acabadas. Un marco para trazar
los lineamientos de la acción política, más que un tratado de Sociología. Ideas para
avanzar, más que para detenerse en las meras ideas.
La convicción metodológica previa es que un conjunto incompleto, pero su-
gerente, de ideas puede contribuir a discutir más eficazmente que un conjunto
de conclusiones que se presentan como probadas. Una teoría imperfecta que
permite pensar es preferible a una teoría que se detiene en buscar su perfección
antes de abrirse a las discusiones posibles. Un riesgo, en suma, que sólo se puede
justificar si es cierto que contiene las ideas sugerentes que pretende, o si es cierto
que se pueden seguir de aquí las discusiones que se buscan.
Los tres grandes aspectos, difícilmente separables, que me importa desarrollar
son: a) la crítica de la realidad de las sociedades que se llamaron socialistas; b)
una estimación de la dirección del desarrollo general del capitalismo tardío, tec-
nológicamente avanzado; y c) la postulación, como marco explicativo de estas
evaluaciones, de la emergencia de un poder de clase de nuevo tipo, el dominio
burocrático.
2    Pongo la expresión “nuestro Partido” entre comillas para parafrasear a Marx que, en el En cada una de estas series de tesis ya estoy operando desde el marco teórico
“Manifiesto Comunista” habla del colectivo de los comunistas mucho antes de que la idea al que he llamado tanto un marxismo ortodoxo, como un marxismo de nuevo
leninista de Partido convirtiera sus nociones en una máquina, perfectamente moderna, para
hacer política. tipo, dependiendo de la polémica en que se quiera incluir este intento. Pero sólo

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en la sección III, que sigue, explicitaré los principios que podrían considerarse sus tecnológicamente avanzado. Lo que me interesa defender primariamente no es
fundamentos. Al poner las cosas en este orden lo que me importa es presentar que los soviéticos eran unos burócratas, aunque lo fueran, sino que el capitalismo
primero los argumentos que se prestan más directa y políticamente a la discusión, avanzado1, en virtud de su propia lógica interna, ha devenido en una sociedad
y sólo en segundo término la discusión, mucho más erudita, de los fundamentos burocrática.
de los que se seguirían. Respecto de la experiencia soviética me importa, desde un punto de vista
Como es obvio, esta opción busca poner siempre primero la política, que es el político, defender básicamente dos ideas. Una es que se trató de una sociedad
verdadero objetivo de todo este texto, que la discusión académica. de clases en que se constituyó un conflicto antagónico, - y no simplemente “no
Las dos grandes tesis que recorren todas estas estimaciones son: a) que las antagónico”, como pretendía la ideología oficial, - que sólo podía tener salida
sociedades socialistas y las sociedades capitalistas del siglo XX son, a pesar de de manera revolucionaria. La otra es que la caída de esos sistemas políticos no
sus visibles diferencias políticas, regímenes estructuralmente del mismo tipo, dos puede ser considerada ni una revolución, en sentido marxista, ni un triunfo del
variantes políticas de la misma sociedad industrial; b) que en virtud de su esencial capitalismo, sino el cambio de una lógica burocrática nacional y de baja tecnología
congruencia estructural derivan ambas, por diferentes vías políticas, a una misma a otra transnacional y de alta tecnología.
sociedad de nuevo tipo, la sociedad burocrática. El criterio general, por cierto, que ya he formulado, es que es más relevante
La consecuencia más importante de estas tesis es que para comprender el la preocupación por el futuro posible que los interminables, y ya a estas alturas
desarrollo de la sociedad contemporánea en sus dimensiones más profundas es algo masoquistas, ajustes de cuentas con el pasado culpable.
necesario ir más allá de la consciencia de sus propios actores, desde una perspec-
tiva que de cuenta no sólo de su situación, sino también de la relación entre esas 2. El socialismo real
consciencia empíricas y la situación profunda desde la que se constituye.
A pesar de todo, ¡cómo no!, es necesario decir aún algo sobre el estalinismo,
En el caso del marxismo estas tesis son particularmente delicadas porque impli- ya que, como marxistas, hemos caído en la trampa liberal de aceptar como de-
can algo que las vanguardias marxistas de este siglo difícilmente podrían aceptar: mostrado que todo marxismo posible conducirá a un régimen totalitario.
la posibilidad de una consciencia revolucionaria enajenada, es decir, una iniciativa
Aunque a estas alturas sea obvio, aún es necesario reiterar que la esencia del
histórica cuya consciencia de sí no corresponde al significado histórico real de su
estalinismo no puede estar en un hombre, ni en una doctrina, ni en un sistema
acción. Y esto es, justamente, lo que postulo sobre la consciencia revolucionaria
de gestión - como el sistema de “orden y mando” - , ni en un conjunto de errores
marxista que dirigió los procesos de industrialización forzosa que se llamaron
políticos o ideológicos. No puede ser ya interpretado como una locura de Stalin
socialismos.
o una desviación de la jerarquía partidaria de esa época. No puede sostenerse ya
Pero, por otro lado, esta tesis de la esencial congruencia entre estos sistemas, una explicación que se mueva en el marco de las voluntades y de las consciencias,
formalmente distintos desde un punto de vista político, implica que la emergencia
del poder burocrático no está solamente, ni siquiera principalmente, representada
1    Uso las expresiones “capitalismo avanzado”, “capitalismo tardío”, “sociedades tecnológica-
por la evolución política de la dictadura soviética. A diferencia de la crítica trots- mente avanzadas”, en general como sinónimos. Cuando es necesario agrego matices que
kista clásica, me interesa sostener que la burocracia soviética antes, y rusa ahora, indican alguna diferencia. La idea general, sin embargo, es que designan una época de tran-
no es ni el modelo, ni siquiera el mejor ejemplo, de poder burocrático. sición entre el capitalismo clásico y la consolidación del dominio burocrático. De la misma
manera, las expresiones “sociedad burocrática”, “dominio burocrático”, “burocratización
Esto significa que quiero criticar el poder burocrático no sólo como manera de general de la vida”, refieren a una misma noción. En este caso, como es obvio, no aluden a
salvar al marxismo de las muchas críticas que se han hecho contra el socialismo una realidad social establecida y consolidada, sino a la emergencia de un poder de nuevo
real sino, sobre todo, como manera de abordar la situación del mundo industrial tipo, y a los aspectos que lo aluden en la sociedad de transición, y en la composición del
bloque de clases dominante.

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en el marco de responsabilidades personales que, aunque sea legítimo desde un o la simple mala fe teórica, contribuyen eficientemente a ocultar los profundos
punto de vista jurídico, no es riguroso invocar como explicaciones históricas. dramas que TODO proceso de industrialización implica en la consciencia y la vida
Los análisis centrados en estos factores son todos, aunque describan la situación cotidiana de la gente común. En la construcción del socialismo esa violencia se
con fidelidad, pre marxistas. Para el marxismo el estalinismo debe ser explicado llamó estalinismo.
materialmente, es decir, desde las relaciones sociales que lo hicieron posible y Este fue el modo en que se logró llevar gigantescos contingentes humanos
efectivo. Desde luego es extraña una lógica para la cual el estalinismo fue un desde el atraso semifeudal a la modernidad. La violencia política, ejercida, como
error. Eso significaría que la realidad se equivoca, mientras la teoría permanece lo muestra la reconstrucción histórica, en su mayor parte contra el propio Par-
intacta, a pesar de haber sido distorsionada en la práctica por la grosería de actores tido dirigente, buscó y logró apartar a la vanguardia bolchevique del utopismo
políticos poco hábiles. Aún en el caso de que quisiéramos presentarlo como un consejista que predicó la construcción inmediata de la democracia y las libertades
error lo interesante sería qué explicaciones damos acerca de por qué ese error comunistas, para concentrarla en las tareas inmediatas y eminentemente prag-
fue posible, más que el hecho mismo de que lo sea. máticas del desarrollo de las fuerzas productivas y la defensa ante la amenaza
exterior. Las purgas masivas en la URSS en los años 30 y las censuras masivas en
Sostengo que la esencia del estalinismo es ser la consciencia y la práctica polí- los años 50 tienen en este contenido una similitud extraordinaria con las largas y
tica de un proceso de industrialización forzada dirigido por una vanguardia buro- fatigosas luchas que la burocracia pragmática del estilo de Deng Tsiao Ping sostuvo
crática revolucionaria. El totalitarismo político, dirigido especialmente en contra en China contra el consejismo maoísta, y se repiten con diversas variantes, por
del voluntarismo utopista de los viejos bolcheviques, estuvo relacionado con el los mismos motivos, en la mayor parte de los países que vivieron el socialismo.
intento de obtener la disciplina social necesaria para la industrialización forzosa.
La violencia extrema del proceso de industrialización estalinista es simplemente
El totalitarismo ideológico correspondiente estuvo relacionado con el esfuerzo
análoga a la violencia extrema de los procesos de industrialización en general, en
de modernizar la consciencia de un pueblo campesino.
Inglaterra, en Francia, en Japón, pero comprimiendo explícita y racionalmente
En la mayor parte de los países que llegaron al socialismo, que provenían de en cincuenta años lo que la burguesía hizo al azar en trescientos años. El sujeto
sociedades atrasadas o dependientes, la lógica de la revolución industrial se impuso revolucionario de este proceso fue la vanguardia burocrática, no el conjunto del
con extraordinaria violencia. El peso equivalente a 300 años de desgracias en el pueblo, que padeció más bien como objeto, como actor empujado, víctima y
capitalismo se dejó caer, por la imposición del voluntarismo revolucionario, sobre beneficiario a la vez.
un par de generaciones. En realidad la violencia que implica una revolución indus-
Considerado históricamente, y de manera más cercana, en el principal de esos
trial forzada tiene un componente físico de exterminio, destrucción de medios de
procesos, el de la URSS, es necesario reconocer que el carácter "forzado" del pro-
producción, miseria general, como lo que se vivió en la colectivización forzada del
ceso de industrialización obedeció a una necesidad estructural. La sociedad rusa
campo en la URSS entre 1929 y 1932. Sin embargo, un proceso de esta especie
de 1917 muestra ya todos los signos de lo que en América Latina hemos aprendido
sólo es posible en el marco, además, de una enorme violencia política e ideológi-
a reconocer como dependencia. La situación rusa muestra estos signos no sólo
ca. En la historia del capitalismo nunca se resalta suficientemente la violencia de
en la estructura de la producción interna, en el atraso tecnológico, en el modo en
lo que con cierta elegancia maligna se llama "acumulación primitiva del capital",
que se inserta en el mercado mundial, en la importancia del capital extranjero y
que no es sino el brutal exterminio de la población pre hispánica en América, la
de los pequeños productores. La dependencia se expresa también en la falta de
miseria obrera europea de los siglos 18 y 19, la violencia política de las guerras
una ética generalizada de la productividad, en la falta de los niveles culturales ade-
en que se expresan las crisis mundiales del capital. La lejanía, en el espacio o en el
cuados a la gran producción moderna, en el gran sistema de pequeños privilegios
tiempo, la abundancia presente, que permite mirar con buena voluntad el pasado,
que caracterizan la vida cotidiana de una sociedad dependiente, en la multitud de
reivindicaciones locales que dificultan la racionalidad del conjunto.

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Es necesario reconocer que las políticas de la NEP fracasaron por problemas curso de unas pocas generaciones en cerca de un tercio de la población mundial:
internos, no sólo por el desvío de la voluntad. Los pequeños productores se opu- una revolución cultural sin paralelo en la historia humana.
sieron a la racionalidad del plan central. Los productores agrícolas se opusieron El estalinismo triunfó. Ganó la guerra civil, industrializó el país, ganó la Segunda
al privilegio de la industrialización, a la primacía de la ciudad sobre el campo. Fue Guerra Mundial, reconstruyó e incrementó la industrialización, convirtió a la URSS,
extraordinariamente difícil regular simultáneamente el crecimiento de las ciuda- en unas pocas décadas en una potencia mundial. Fue un camino de desarrollo
des, los nuevos patrones de consumo, la industrialización del campo. Los grupos dramático, como todos, pero consistente. Operó sobre el nacionalismo ideológico,
locales de presión reaccionaron de formas muy diferentes a las iniciativas de la (que muy pronto reemplazó a los temas clásicos de la cultura revolucionaria de los
centralización. bolcheviques), operó sobre el materialismo dialéctico como ideología cienticista y
Es necesario reconocer también que la totalización de la vida política y cultu- modernizante, sobre el centralismo democrático como mecanismo de legitimación
ral empezó en 1918, no en 1930; con Lenin, no con Stalin. La totalización afectó interna del poder, sobre la identificación Estado ‑ Partido y la totalización de la
directamente no a la derecha, ya derrotada durante la guerra civil, y que, por lo vida política, cultural, económica y civil. Operó sobre la centralización económica
demás, nunca tuvo un desarrollo realmente amplio en una sociedad que empezó forzada y extrema: Y TRIUNFO. Toda crítica al estalinismo debe hacerse cargo
a tener una vida política activa sólo unos 12 años antes de la revolución. Afectó, de esta doble verdad: su éxito y su arraigo en las necesidades estructurales de la
más bien, a la izquierda. A los eseristas y anarquistas, en primer lugar, a los bolche- construcción del socialismo.
viques de izquierda luego y, por último, al grueso del mismo Partido bolchevique. Aunque políticamente pueda parecer preferible, no es un buen criterio teórico
En los primeros años el Proletkult, denigrado hoy, por unos y por otros, tuvo juzgar al estalinismo desde el marco de un ideal que no se habría cumplido. Esta
un programa consistente y ambicioso de creación de una cultura nueva, de crea- crítica puede y debe aplicarse como un motor de la voluntad política hacia el
ción del "hombre nuevo", de ruptura revolucionaria con el pasado. La "oposición futuro, pero no contribuye a entender el pasado. En lugar de facilitar el estudio
obrera", dentro del mismo Partido bolchevique defendió un programa de efectiva de la realidad lo llena de nuestras frustraciones, y tendemos a buscar responsa-
democratización de la gestión económica, política y cultural. En contra de estas bles personales en quienes descargar nuestro ánimo crítico, nuestro deseo de
tendencias, en contra de su falta de realismo, se impuso el pragmatismo de los rectificar, olvidando los procesos estructurales que podrían permitirnos conocer
grandes constructores de la revolución real: Lenin, Bujarín, Stalin. Es contra ese mejor para transformar con mayor eficacia. En el estalinismo no hay una esencia
utopismo, y sobre la base del fracaso efectivo de las políticas de la NEP, que el traicionada, ese es simplemente el socialismo, el que realmente existió, el único
conjunto de la dirección partidaria que realmente estaba al frente de la producción que la humanidad ha sido capaz de construir.
empezó el giro hacia la marcha forzada en lo económico y hacia la totalización Si consideramos la línea general del razonamiento de Marx el capitalismo, al
en lo político. En este giro la industrialización tuvo el sentido de buscar la base universalizar auténticamente la producción y al llevar al grado extremo la contra-
material sin la que cualquier sueño revolucionario era imposible. dicción entre explotados y explotadores se convierte, potencialmente, en la última
La colectivización forzada fue vista como manera de garantizar la eficacia que sociedad de clases en la historia humana. Marx diagnostica que bajo el capitalismo
la base cultural y los intereses locales dificultaban. La centralización fue vista como se logrará la completa articulación del mercado mundial, la total interdependencia,
la manera de asegurar el crecimiento racional del conjunto. La totalización política en la abundancia, entre los productores, que hará insoportable la contradicción
tuvo el significado de asegurar una dirección "de confianza" para cada aspecto entre los que ejercen el trabajo y los que los dominan y usufructúan de el. Es desde
del proceso. La imposición totalitaria del materialismo dialéctico a través de la esta completa articulación, y desde la abundancia que Marx considera 1posible la
educación, los medios de comunicación, la vida partidaria, ha tenido el significado revolución que traerá el comunismo.
de llevar a la consciencia campesina a la lógica de la modernidad. El materialismo
dialéctico fue el medio por el cual la racionalidad científica fue implantada en el 1    En la primera parte de La Ideología Alemana, Sección C: El Comunismo.

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Hoy estas condiciones que el análisis original de Marx pone para el comunismo La crisis del socialismo real obedece y sigue las mismas características que
son extraordinariamente relevantes. El punto es que justamente NO son esas las las grandes crisis capitalistas. Es necesario, sin embargo, distinguir entre "crisis
condiciones que han formado el marco de la construcción del socialismo. Es en cíclicas" y "crisis históricas". Las crisis cíclicas descritas por Marx sólo se cumplen
esa diferencia donde, contra la idea del propio Marx de que el socialismo es una en el capitalismo industrial ideal, al que la sociedad capitalista se aproximó en el
simple etapa previa de crecimiento de las fuerzas productivas, es posible empezar siglo XIX. Antes la protección, y después la regulación, estatales, pudieron com-
a pensar en el verdadero carácter de las sociedades que se han construido en su pensarlas, y hacer viable la gestión social en general. Las crisis históricas tienen
nombre. Es perfectamente pensable que la "pre historia" de la humanidad conozca que ver con los procesos de recambio global en la base técnica del capital, y su
un par de vueltas más antes de conseguir terminar con las contradicciones de mecanismo tiene que ver con la relación entre la dinámica económica del capital
clase. Este es un hecho que debe verificarse en la realidad. La simple voluntad y las formas políticas e ideológicas en que se institucionaliza. No ocurren en la
revolucionaria no es suficiente para garantizarlo. "base económica", como las primeras, sino en el conjunto de la formación social.
Por eso es necesario, para volver a ponernos en contacto con la realidad, dis- Son, en el sentido del Prólogo de 1859, revoluciones estructurales.
tinguir entre socialismo y socialización. La caída del socialismo real fue una crisis histórica, una revolución, en este
Socialismo es un concepto lleno de valores: igualdad, justicia, gobierno del pueblo, último sentido. Y el que lo sea muestra hasta qué punto las sociedades socializa-
vanguardia obrera. Socialización es el proceso objetivo, independiente de la voluntad das y las sociedades capitalistas obedecieron siempre a una lógica global común.
revolucionaria, por el que la Sociedad Industrial deviene en Sociedad Burocrática, Hay una razón filosófica profunda para llamar "históricas" a estas crisis. Es el
ya sea por la vía del desarrollo interior del capitalismo avanzado, o por la vía de la hecho de que en ellas aparece el carácter de la burguesía como sujeto histórico.
enajenación de la voluntad bolchevique. Es decir, los modos y razones de fondo por las que ocurren no son expresión de
El socialismo real siempre fue una sociedad de clases: la burocracia dominó y leyes naturales de ningún tipo, no son expresión de alguna forma natural de la
usufructuó de la División Social del Trabajo. La propiedad social, el centralismo condición humana. Las leyes que rigen estas revoluciones son leyes históricas en
democrático, el materialismo dialéctico son expresiones (no causas) legitimado- el sentido de que expresan un modo de la subjetividad humana, que es expresión
ras y homogenizadoras (y también encubridoras) de ese dominio, en los planos de un modo peculiar de producir la vida. En la realidad y modalidad de sus revolu-
jurídico, político e ideológico. ciones la burguesía aparece como sujeto histórico, por mucho que la enajenación
la haga aparecer como objeto de ciertas leyes naturales.
Hoy no hay, nunca hubo, sociedades socialistas. Sí hay, en cambio, socialización
y poder burocrático. Esto sólo puede llamarse enajenación: creíamos que podía- Esto es importante porque el mecanismo de la contradicción entre el desarrollo
mos inaugurar la época de construcción de la libertad; lo que se ha conseguido, de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, descrito por
en cambio, es construir de manera eficaz una nueva forma de dominio. Se ha Marx en 1859, puede ser relativizado históricamente. Resulta característico de
conseguido de manera eficaz y brutal lo que la sociedad burguesa ha conseguido las formas del trabajo humano que se dan en la sociedad moderna. En las socie-
de manera aún más brutal pero difusa. dades tradicionales el desarrollo "ciego" y espontáneo de las fuerzas productivas
"arrastró" lenta y penosamente a la forma de las relaciones sociales. En la sociedad
El estalinismo fue un camino de desarrollo completamente exitoso en su pro-
burocrática asistimos a los primeros intentos explícitos en la historia humana de
pia lógica. Este éxito es muy visible hasta mediados de los años 60. Pero en los
"arrastrar" el desarrollo de las fuerzas productivas desde un impulso consciente
años 60 y 70 en los países capitalistas ocurre un gran salto en la base técnica del
en las formas de relación social. En la sociedad moderna capitalista clásica, en
capital que los países socialistas son incapaces de reproducir. Es respecto de ese
cambio, asistimos a la contradicción "ciega", espontánea, entre la consciencia ya
salto que el socialismo entra en crisis, la que, por cierto, es agravada por los costos
ganada para las fuerzas productivas y la espontaneidad de las relaciones sociales,
internos acumulados.
que se ven aún como dominadas por la naturaleza.

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En el "salvajismo" naturalista de la libertad burguesa, y en el "terror" totalitario propiedad social, o bajo las variadas fórmulas de limitación social de la propiedad,
de la regulación burocrática, dos sujetos históricos expresan sus características, lo que se juega es un mismo objetivo, disputar el arbitrio de la propiedad burgue-
que no son sino las de sus respectivos modos de auto producirse. El catastrofismo sa. La existencia de un suelo común de ambas políticas queda evidenciada en la
llamativo y estridente del desarrollo económico burgués, y la eficacia asfixiante facilidad con que es pensable, en ese esquema, un camino de transición pacífica
del desarrollismo burocrático, son también dos modos de esta diferencia. al socialismo, que parte de las premisas socialdemócratas para irlas radicalizando
El "socialismo real", un intento burocrático ligado a formas de industrialización progresivamente hasta lograr una hegemonía de los intereses sociales por sobre
hoy superadas, ha caído bajo la ofensiva del dinamismo burgués. La ironía de estos los intereses privados. Las diferencias entre las iniciativas puramente democráticas
tiempos, sin embargo, es que este salto revolucionario al viejo estilo burgués está y las iniciativas armadas, dictadas más bien por la resistencia burguesa, o por el
internamente marcado por su derrota ante la regulación burocrática de nuevo atraso relativo de la situación social que se trataba de enfrentar eran, conside-
tipo. Para decirlo clara y llanamente: no sólo los rusos han sido derrotados por radas a la distancia, menores, en comparación con esa perspectiva común. No
los norteamericanos, también los norteamericanos han sido derrotados por los hay ningún auténtico leninista que no aceptara hacer por la vía socialdemócrata
japoneses. lo que prometía el camino de las armas si las condiciones parecían favorables. La
combinación oportunista entre una y otra vía formó parte central de la política
Agreguemos, sin embargo, que estas identificaciones nacionales son cada vez
leninista a lo largo de todo el siglo.
más extemporáneas. La globalización creciente de la regulación, y sus largas raí-
ces históricas, hacen necesario que hablemos más bien de un estilo soviético de Frente a esta política profundamente común, las vanguardias estético políticas
industrialización, que fue derrotado dentro y fuera de la Unión Soviética, cuestión siempre sospecharon del principio de totalización que contenían. Pero, sin lograr
que puede verse en la larga crisis de la industria inglesa, o en la quiebra masiva nunca articular realmente una política, fueron reducidas una y otra vez, como
de las industrias tradicionales en USA. Frente a esto es cada vez más claro que antes lo habían sido los romanticismos, de los que provienen, al sacrificio heroi-
puede hablarse de un estilo japonés de industrialización, que triunfa hoy dentro y co, testimonial, pero improductivo, o a la enajenación puramente testimonial,
fuera de Japón, como puede verse en las industrias de alta tecnología en USA, o en meramente estética, de la marginación individual, plenamente reeducable. Esta
Alemania o, también, en las formas de industrialización periférica, dependiente y enajenación, sin embargo, con su sospecha permanente de un más allá radical, que
parasitaria, que ha aparecido en los nuevos "tigres" económicos del Tercer Mundo. rompe el continuo de la homogeneidad industrializadora, es la que ha conservado
mejor el espíritu y la voluntad comunista, que ahora es necesario reinventar.
Cuando se quiere hacer una evaluación de las perspectivas de los socialismos,
tal como se han dado realmente, o las de las posibles políticas socialistas que in- Pero hoy el fundamento productivo de todas estas alternativas ha sido radical-
tenten de una u otra forma rescatarlos, es importante reconsiderar el significado mente alterado por la capacidad tecnológica de producir y dominar las diferencias.
de sus triunfos aparentes. Este siglo, que empieza liberal, y supone que termina En un sistema que ya no necesita homogeneizar para dominar, tanto la utopía
liberal es, en realidad, el siglo del socialismo. Resulta cada vez más notorio que de la homogeneidad consumada, como la porfía de la diferencia simple pierden
los estatismos estalinistas y los estatismos keynesianos tienen mucho más en sentido. Se hace posible, por un lado, un rostro más humano para la dominación,
común, que lo que sus diferencias de estilo político podrían indicar. En uno y otro bajo formas más sofisticadas de enajenación, desde las cuales los ideales iguali-
lado, el factor común hay que buscarlo, de manera ortodoxamente marxista, en taristas de los socialismos aparecen como totalitarios. Se hace posible, por otro
las formas en que es dominada la división social del trabajo. La base común de lado, una vasta administración de las diferencias, ante la cual las rupturas que se
ambos sistemas no es sino el poder burocrático, en su momento industrializador. protagonizan en el contexto testimonial de experiencias estético - políticas, o
incluso las que provienen de la violencia política o estética fragmentadora, están
Desde un punto de vista político, las diferencias entre los socialismos marxis-
siempre al borde de no ser más que partes de la industria del espectáculo.
tas y los socialismos socialdemócratas tampoco es decisiva. Bajo la fórmula de la
Tal como el poder burgués no es contradictorio con economías estatales fuer-

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tes, en las que, de hecho, siempre se apoyó, así también, el poder burocrático no 3. El Capitalismo Avanzado
es contradictorio con la existencia y reproducción permanente de la diferencia. Tan necesaria como una reevaluación del socialismo es una reconsideración del
Que el capitalismo es pura propiedad privada, y que el burocratismo es pura inercia significado profundo de los grandes cambios ocurridos en los últimos treinta años
funcionaria, son dos ideologismos falsos y nocivos, que impiden captar las com- en el campo capitalista. Es necesario alejarse de los ideologismos sembrados por el
plejidades reales de los procesos reales. interés político inmediato tanto de los neoliberales y de los socialistas renovados
El poder burocrático no sólo ha promovido y encabezado la revolución de por un lado, como del amplio espectro del pensamiento de la derrota, por otro.
las nuevas formas de la producción a nivel mundial, sino que se siente plenamente Lo relevante aquí es intentar una estimación de fondo, de largo alcance, más
cómodo en ellas, ya sea manteniendo los ideologismos socialistas, o irrumpiendo que detenerse en los fenómenos políticos o económicos en la recurrente actitud
con los nuevos ideologismos neo liberales. No es, una vez más, en el discurso de los de cantar victorias o llorar derrotas al ritmo de la política cotidiana. Recoger los
mismos actores de un proceso histórico donde se puede encontrar su coherencia hechos es importante, pero lo es más aún el ver en ellos el significado, a la luz de
profunda y su verdad. Tanto el neo liberalismo, que nos habla de iniciativa privada, una teoría que les de sentido, que proyectar sin más, a partir de indicios de corto
de desarrollo del individuo, de reducir el poder del Estado, como los nuevos so- plazo.
cialismos, liberalizantes, neo keynesianos, hablan en nombre de un poder común,
Se han indicado muchas veces las características generales de estos movimien-
cuyas diferencias tienen que ver más con el folclore local en que se desarrollan las
tos: desplazamiento de la industria pesada, e incluso de la electrónica, hacia la
nuevas formas de la producción, que con el contenido de su acción histórica.
periferia; desplazamiento de la capacidad científica y tecnológica hacia el centro;
Frente al poder burocrático de nuevo tipo las viejas perspectivas socialistas racionalización a gran escala del uso de la energía y aparición de nuevos y po-
no sólo son administrables sino que llegan a ser perfectamente funcionales. El derosos medios de tratamiento de datos; revolución en las técnicas de montaje
discurso de la equidad, se cumpla o no, el del desarrollo sustentable, se cumpla a partir de la automatización y robotización crecientes; cambios cuantitativos
o no, el de la responsabilidad social de la empresa, el de la importancia de la ca- y cualitativos en el nivel de preparación técnica y en el ambiente laboral de los
pacitación educativa para integrarse al mundo del trabajo, se cumplan o no, son trabajadores, lo que implica un desplazamiento del tipo clásico de obrero de los
todos perfectamente funcionales al poder de una administración más o menos sectores más dinámicos de la economía.
paternalista, que tiene la capacidad tecnológica para llevar adelante un dominio
Estos profundos cambios hacen que muchas de las críticas que se dirigían con-
interactivo, en que puede haber una situación de interdependencia respecto de los
tra los procesos de industrialización que imperaron en la segunda mitad del siglo
dominados, siempre que se mantenga un diferencial de poder sobre los poderes
XIX y en la primera mitad del siglo XX pierdan su actualidad, sobre todo cuando
que le permita administrarlos.
estaban dirigidas, con razón, aunque con bastante mala voluntad política, contra
No basta pues con reformar las perspectivas socialistas, democráticas o ar- los procesos de desarrollo socialistas. En conjunto lo que ocurre con esas críticas
madas, keynesianas o estalinianas, para ir más allá de este nuevo dominio. Tal es, en primer lugar, que centra en los socialismos reales, en particular en la indus-
como la oposición obrera incipiente, en la revolución francesa, en las revoluciones trialización estalinista, características que son comunes a todos los procesos en
democrático burguesas de 1848, no hizo sino vehiculizar el dominio político emer- que la industrialización se hizo sobre esa misma base tecnológica, presentando
gente de la burguesía, hoy la integración de los nuevos trabajadores a las políticas como críticas al socialismo lo que en rigor son críticas a todo un modelo indus-
socialistas no hará sino vehiculizar la emergencia del poder burocrático. Tal como trializador, más allá de sus apariencias políticas. Pero también, en segundo lugar,
el revolucionarismo de los artesanos de 1848, que contribuyó a promover el domi- las críticas se niegan a ver la continuidad profunda que significa la permanencia
nio justamente del poder que los barrió completamente, hoy la integración de los de la dominación y la explotación, presentando frecuentemente la superación de
sectores obreros de antiguo tipo a las políticas socialistas no hará sino promover los rasgos más duros de la industrialización clásica como garantías de que la nueva
el tipo de dominio que, justamente, los está barriendo del mundo.

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sociedad está a punto de realizar la libertad humana, sin detenerse en la formas la democratización de la gestión productiva. No sólo el problema de la gestión
en que la diversidad, la interactividad, la recalificación de partes importantes de la democrática implica más una opción política que técnica, también en el carácter
mano de obra, la revolución en las comunicaciones, pueden ser medios de nuevas tecnológico mismo de los nuevos medios está el sello de su origen, fueron creados
formas de totalización. para vehiculizar un sistema de dominación. Técnicamente es posible, en la realidad
La industrialización que hoy día se puede llamar clásica, o de desarrollo tecnoló- lo que ocurre es exactamente lo contrario: nunca como hoy el monopolio de la
gico medio, está ejemplarmente expresada en las líneas de montaje fordistas, que información y de la capacidad de administración global ha implicado una centra-
producen grandes cantidades de productos uniformes, con normas relativamente lización tan grande de la gestión económica.
bajas de calidad, y con una integración del trabajo humano mecánica, de baja En el fondo han ocurrido profundos cambios en los modos del trabajo mismo,
calificación. Este sistema industrial tiende a la homogeneización, y requiere, en que han sido caracterizados también muchas veces. Entre los rasgos concretos
el plano político, de la homogeneización para dominar. La idea de normalidad, el de este trabajo altamente tecnológico se pueden enumerar:
ideal de un acceso igual a un consumo igual o, en el plano filosófico, lo que ha sido • la segmentación y modularización de la cadena de montaje fordista, y su
criticado como reduccionismo a la mismidad, le son consustanciales. El dominio deslocalización a nivel nacional o internacional, en un estilo de desagregación y
vertical, autoritario, normativo, centralizado es, para este sistema, una necesidad modularización general de los procesos productivos;
que proviene de su estructura productiva misma.
• el uso masivo de tecnologías informáticas en la ejecución y control de los pro-
Control, disciplinamiento, normalidad y represión son aquí figuras correspon- cesos productivos, cuya expresión más importante es la introducción de interfaces
dientes, que se requieren e implican mutuamente. Este igualitarismo homogenei- computacionales entre el trabajador y la máquina que ejecuta el trabajo directo,
zador y autoritario, que fue criticado por las vanguardias artísticas de los años interfases que hacen posible la ejecución de enormes cantidades de trabajo físico
veinte respecto del capitalismo, ha llegado a ser la caricatura recurrente de la vida desde le accionar simple y “suave” de comandos electrónicos;
en los países socialistas, contra la que se rebelan tanto los nuevos liberales como
• el enorme incremento de la intensidad del trabajo en cada módulo de pro-
las izquierdas renovadas.
ducción que, coordinado en un sistema de oferta y demanda competitiva entre
Las nuevas tecnologías de la administración, sin embargo, hacen perfectamente módulos, reduce el tiempo vacío de trabajo globalmente a cero, aunque local-
posible un nuevo tipo de control, ahora interactivo, manteniendo, e incluso incre- mente este o aquel otro módulo esté momentáneamente en reposo, o no siendo
mentando enormemente la centralización a través del control de la información. requerido;
Curiosamente hoy la planificación central es más posible que nunca. No es cierto
• el reemplazo general de la producción en línea por un sistema productivo
que las nuevas técnicas comporten una "democratización" de la gestión. El control
paralelo, local y en red, en que el producto terminado puede obtenerse por muchas
interactivo requiere de las capacidades operativas e intelectuales de los contro-
vías, o circuitos de trabajo, asegurando de manera redundante, y a través de la
lados para funcionar. Implica una interdependencia, o un giro hacia la horizonta-
competencia entre módulos, su disponibilidad y calidad;
lidad en las cadenas de dirección y mando que, por mucho que confundan a los
optimistas tecnológicos, no hace sino instaurar un modo de dominación nuevo, • el traslado del control de calidad desde el producto terminado hasta cada uno
sustancialmente superior al clásico, que puede presentar de manera verosímil su de los módulos que producen sus partes, lo que permite incrementar de manera
apariencia liberadora sólo porque sigue siendo evaluado a la luz de tecnologías revolucionaria la calidad y confiabilidad del producto final;
que ya ha superado. • la modularización de los productos mismos (el computador personal es el
Ni los procesos de recalificación del trabajo, ni los procesos de interactivi- ejemplo sobresaliente), lo que permite que una red productiva, ya de por sí flexi-
dad horizontal del mando, significan por sí mismos un avance sustantivo hacia ble, que puede ofrecer productos terminados muy diversos, pueda ofrecerlos
además como artefactos a componer, diversificando de manera revolucionaria

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las posibilidades de consumo, y de atender las necesidades particulares de cada manipular las expectativas. Como ningún otro sistema ideológico en la historia
consumidor. Cuestión que se refuerza notablemente con una organización de la de la humanidad, no sólo es capaz de producir fuertes impresiones de bienestar
producción desde la demanda, por contraposición a la producción clásica, orga- actual, apoyadas en importantes avances objetivos, sino que es capaz también de
nizada desde la oferta; ofrecer y manejar futuros mejores, futuros de bienestar y agrado al alcance de la
• el uso intensivo de nuevas formas de energía, y de ahorro de energía, y de mano, impresionantes promesas de poder y consumo de realización inminente.
materiales altamente especializados, “construidos” de manera ad hoc para los Poco importa que esta especulación con el futuro sea ficticia, o que el bienestar
procesos productivos más complejos. Los trenes de alta velocidad de suspensión presente sea incompleto, y dramáticamente sectorial, lo relevante, en términos
magnética, los chips electrónicos, y los superconductores de alta temperatura políticos, es el impacto real, eficiente, operante, en las consciencias cotidianas no
son los ejemplos más notables; sólo de los que consumen, sino incluso de los que no consumen.
• la convergencia general de las actividades de investigación científica y de Hay tres verdaderos paradigmas del nuevo trabajo distribuido que pueden
desarrollo tecnológico, y su difusión hacia los módulos productivos de mayor im- pasar desapercibidos si se insiste en la ilusión de mantener a la empresa capitalis-
portancia tecnológica, y la consiguiente recalificación de la mano de obra en las ta, con un propietario individual, como modelo central de la gestión económica
áreas productivas estratégicas. Al respecto debe indicarse que ni la difusión de la actual. Uno es el sistema de la comunicación social, otro es la red de redes, que es
Investigación y Desarrollo, ni la recalificación, son procesos generales. No lo son Internet, otro es el trabajo de la comunidad científica, considerada globalmente.
ni necesitan serlo. En una red productiva desagregada, paralela, local, una gran En estos tres casos, con matices diversos, tenemos los nuevos modelos sobre los
parte del trabajo es simplemente repetitivo y extensivo, y cabe para él, de manera que es necesario empezar a imaginar lo que podría ser un mundo en que el poder
adecuada, un nuevo taylorismo, con más atención a las variables subjetivas que burocrático ha impuesto su hegemonía sobre el propietario privado.
el original. Todos los sueños sobre recalificación general, y obreros “conscientes” Son sistemas que no tienen dueños únicos. Sistemas que, aunque tengan due-
haciendo Investigación y Desarrollo junto a su trabajo, se reducen en la práctica ños locales, y la competencia y la propiedad sigan cumpliendo funciones en su
sólo a los segmentos integradores de partes modulares, que asumen por esto gestión, poseen una lógica de conjunto que trasciende completamente la de-
un carácter estratégico y son, correspondientemente, desde luego, controlados terminación desde la propiedad privada. Cuando se habla de monopolio de la
de manera especial, a través de particulares estímulos materiales e ideológicos. información noticiosa en el sistema de comunicación social, por ejemplo, ya no
Estos cambios han implicado un aumento revolucionario en la masividad de los es suficiente con demostrar la estructura monopólica de la propiedad de los me-
productos de consumo habitual, de sus estándares de calidad, de su disponibilidad dios, aunque en gran medida sea real. Es necesario explicar además por qué aún
para enormes sectores de la población mundial. Han implicado un revolucionario habiendo varios polos propietarios la pauta general siga siendo la misma, aún
cambio en las formas de circulación de las mercancías, en la variedad, ilusoria o en su diversificación. Para explicar un efecto de coordinación tal, que se hace
no, de sus formas y contenidos, en la atención, ahora diversificada, al consumidor presente incluso en la red, donde la estructura de propiedad está muy lejos de
potencial, grupo por grupo, interés por interés, incluso hasta el nivel individual. ser monopólica, habría que recurrir a la hipótesis de una conspiración general en
Y han implicado sobre todo un revolucionario cambio en la consciencia de los contra de los oprimidos, que suele estar presente en las argumentaciones más
trabajadores integrados al sistema de la producción moderna respecto de los simples de la izquierda, pero que es desgraciadamente inverosímil.
mundos posibles que pueden dar sentido y futuro a sus vidas. El que no haya propietarios únicos está relacionado también con el que los
Nunca el cálculo político cotidiano se hace sólo sobre la base de la pobre- centros de decisión son múltiples, y la propiedad es menos importante en ellos que
za o el malestar presente, siempre las opiniones están guiadas, en una medida el juicio experto, o el interés local. No hay en estos sistemas un centro localizable,
muy importante por los futuros posibles y sus riesgos relativos. La producción lo que no implica, sin embargo, que no haya centro en absoluto. Es necesario
altamente tecnológica se caracteriza por su enorme capacidad para producir y pensar, más bien, en una función centro, que opera de manera distribuida, y que

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constituye un poder de segundo orden, que proporciona la coordinación para la de las empresas o no, forman las corrientes del mercado a través del sistema de
acción local y paralela de los muchos núcleos que operan en red. Una lógica común, comunicación social, y luego se auto legitiman sosteniendo que sus decisiones
que opera de manera distribuida, en que la influencia no se propaga, como en los están reguladas por el mercado que ellos mismos pre formatearon.
sistemas clásicos, sino que se regenera en cada lugar de acuerdo a la interacción Tanto el mercado, como la democracia, resultan, en el sistema de producción
entre la función centro, que proporciona lo común, y las circunstancias locales altamente tecnológico, más bien sistemas de legitimación que de gestión y re-
que la vehiculizan. gulación. Legitiman lo que ya ha sido producido desde un nuevo poder, desde el
Esta interacción desigual entre un centro que opera de manera distribuida y poder global que opera de manera distribuida en cada uno de los poderes locales,
las circunstancias locales hace que estas redes puedan producir diversidad. Que desde lo que he llamado poder burocrático.
recojan y resignifiquen la diversidad existente, ligándola al espíritu común sin Nadie duda ya que todo esto signifique que estamos en presencia de una
homogeneizarla, o que generen diversidad local, normalidades locales, que no nueva fase de desarrollo de la sociedad moderna. La propia lógica clásica del ca-
requieren de la normalidad clásica, única, para legitimarse y operar. Una operación pitalismo lo ha llevado a transformarse interiormente, lo ha llevado, en el proceso
de la diversidad, sin embargo, en que casi no es relevante, para la vida común, de completa articulación del mercado mundial, a cambiar su esencia. Si conside-
que esa diversidad sea real y sustantiva, o sólo una apariencia, una cuestión de ramos estos cambios tecnológicos hacia atrás, hacia sus raíces, y reevaluamos el
formas, dada la enorme capacidad tecnológica para producir y manejar objetos y conflicto entre los dos grandes bloques políticos del siglo XX, éste también resulta
vivencias por su valor simbólico, antes que por su contenido clásicamente objetivo. sustancialmente resignificado. Hoy es posible ver que la coexistencia, obligada
Son sistemas en que la función social excede al lucro, o en que el lucro se desa- por la paridad nuclear, había transformado también el carácter del socialismo, al
rrolla como un efecto derivado, parasitario, de un engranaje que podría funcionar menos respecto de las viejas utopías de los viejos bolcheviques. Tanto el capitalis-
perfectamente sin él, financiado simplemente por los consumidores directos en mo avanzado como el socialismo real no son hoy lo que parecían ser, tanto para la
intercambios directos en la misma red. Por cierto su funcionamiento supone enor- consciencia keynesiana clásica, como para la consciencia marxista leninista. Mirar
mes movimientos de capital, lo relevante, sin embargo, es que el lucro no es ni el desde la lógica de un poder burocrático emergente permite reevaluar de manera
origen de esos movimientos, ni su función social principal. El caso de Internet es, profunda el conjunto de la historia del capitalismo.
desde luego, en este plano, el más claro. Pero lo que postulo es que esta es una Pero aún considerando las cosas según la manera de mirar del marxismo clási-
lógica profunda, que tiene que ver con la emergencia de un modo de dominación co, es posible ver en la historia del capitalismo una tendencia cíclica en que cada
en que los propietarios privados se convierten en sólo una parte de un dominio nueva fase va acompañada de un gran reordenamiento de su base tecnológica,
más amplio, de nuevo tipo. de la división internacional del trabajo, de sus infraestructuras productivas. En
Por supuesto ni la comunicación social, ni Internet, ni la comunidad científica que cada nueva fase significa también un enorme proceso de acumulación, que
global obedecen, en ningún sentido, a la lógica de las fronteras nacionales. Y es implica un incremento en el saqueo global. La violencia de la acumulación y el
muy importante el hecho de que esto incluso sea percibido como legítimo y lógico, acomodo al nuevo orden, que han significado cada vez dramáticas consecuencias
salvo por los sectores en que la consciencia de la autonomía clásica se mantiene para los modos de vida antiguos y periféricos, es seguida en cambio, de poderosos
con más fuerza, en particular, en las burguesías nacionales a la defensiva, que procesos de expansión, productos de la nueva lógica productiva, acompañados
resisten su aplastamiento por el capital transnacional. La lógica de estos sistemas de períodos relativamente largos de estabilidad social y política.
parece regularse desde un mercado que ya no es ningún mercado local. Hay aquí, Hoy estamos en presencia de procesos de este tipo. Se puede decir que entre
sin embargo, una nueva ilusión posible: no es el mercado en sentido clásico el que 1880 y 1929 se vivió la fase de formación del imperialismo, cuya lógica incluye
actúa como regulador. En cada uno de estos casos, y en la gestión económica y explica las dos guerras mundiales. Desde 1930 a 1970 estamos en la fase de
actual en general, la figura del mercado es altamente tautológica. Los burócratas, expansión y completa articulación de esa lógica estructural, que incluye y explica

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la gran estabilidad política del mundo europeo capitalista tras la Segunda Guerra. partir de la caída de casi todas las dictaduras de estilo soviético, con la notable
Los años 80 y 90 han significado, en cambio, una nueva fase de reordenamiento, excepción de China, que promete ser un socio comercial demasiado bueno como
por primera vez auténticamente mundial, en el capitalismo avanzado. Paralela- para plantearle objeciones serias por cuestiones tan banales.
mente se vive un reordenamiento político global correspondiente. Una profunda En el plano global, asistimos a un proceso de trasnacionalización y estatalización
crisis no ya de un modelo político, como podría ser el socialismo soviético, sino de la economía capitalista. Por un lado, las grandes compañías transnacionales
de todo un modo de industrialización, ligado al armamentismo, a la confrontación han alcanzado un grado muy alto de coordinación entre sí y con los estados; han
ideológica, al derroche de recursos naturales, a la producción de infraestructura desarrollado su poder por sobre el poder de la mayoría de los estados nacionales;
y maquinaria pesada. han extendido la lógica del mercado a todos los rincones del planeta de manera
El cambio en la orientación productiva, y la revolución tecnológica asociada, más efectiva y real que nunca. Por otro lado, a pesar del ideologismo fácil de los
que ya se anuncian con la producción para el consumo masivo en USA, en los años neo liberales de izquierda o de derecha, el Estado ha llegado a ocupar una función
60 y 70, y que no pudo alcanzarse en la órbita soviética, terminó por hundir tanto clave en la gestión global. Ya no se puede decir, como hasta 1929, que la gran em-
al socialismo real como a la industria norteamericana tradicional, en beneficio de presa capitalista "usa" al Estado en su beneficio. En una época en que los Estados
Japón y la Comunidad Europea o, más bien, de la economía trasnacionalizada, sin son los principales poderes compradores, en que, a través de la mantención de
base geográfica sustancial. La caída política del socialismo, y el recurso masivo a la enormes burocracias, ejércitos y subsidios, forman gran parte de la capacidad de
especulación financiera en el área norteamericana, deben ser vistos más bien como compra, en que manejan el crédito y el dinero, ya no se puede decir que están
consecuencias de este reordenamiento productivo de fondo, que como causas. simplemente al servicio de algo. Quizás es más riguroso decir que se ha produ-
Un cambio global en que la figura clásica del imperialismo norteamericano cido una profunda identificación entre empresas y Estados en un sistema cuyas
monopolar se ha desdibujado en una estrecha coordinación de las políticas eco- características es mejor estudiar como un fenómeno cualitativamente nuevo.
nómicas de USA, Japón y la Comunidad Europea, y en que las nuevas formas de Esto significa que simplemente no es cierto que los Estados nacionales han
industrialización, y sus modos de estratificación social asociados, han producido disminuido su importancia económica. Lo que ha ocurrido es que la propiedad
amplias áreas de consumo y desarrollo en todo el mundo e, inversamente, impor- privada ha sido desplazada por la administración global como mecanismo central
tantes enclaves de marginalidad en los países que se consideraban armónicamente en la coordinación de la división del trabajo, tanto a nivel nacional como a nivel
desarrollados. Enclaves de primer mundo repartidos por el tercer mundo, zonas internacional. El Estado vende sus propiedades pero aumenta más que nunca su
de tercer mundo en pleno primer mundo. La diferencia entre desarrollo y depen- capacidad de intervención y regulación.
dencia ha dejado de ser nítidamente geográfica. Lo que ha alterado también la La masiva intervención estatal en la regulación de la economía, hecha posi-
nitidez de la misma noción de dependencia. De la dependencia unidireccional se ble por los nuevos medios técnicos de administración y control, muestra que el
ha pasado a la interdependencia desigual, que permite a la vez la existencia de estatismo por sí mismo no sólo no es un defecto sino, exactamente al revés, es
poderes negociadores locales y la mantención de un flujo neto de bienes desde la única fuerza que ha podido racionalizar la producción y el intercambio en la
las áreas explotadas del mundo hacia los núcleos explotadores. El mito del mundo era industrial, producir grandes revoluciones productivas (como en la época de
multipolar no hace sino encubrir el espíritu común del poder regulador global, que Stalin, o en Japón), o producir grandes reordenamientos económicos (como en
se impone sobre todo poder local sin necesitar aniquilarlo, requiriendo incluso de Chile, o en la USA de Reagan).
él como vehiculizador.
Esta intervención masiva muestra que la burocratización general de la econo-
Pero este panorama permite también contradecir dos mitos neo liberales, mía, lejos de ser una característica de los países socialistas, es una tendencia cen-
de alguna manera contrapuestos, uno es el de la radical disminución del rol del tral y esencial de la sociedad industrial. Tal como la producción agrícola sólo pudo
Estado en la economía, y otro el de un renacimiento general de la democracia a sobrevivir bajo el capitalismo asociándose al capital, e integrando sus estilos, hoy la
producción capitalista sólo es viable asociada y bajo el estilo del poder burocrático.

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zación. Es la sustancia de autonomía, de soberanía, de libre arbitrio, lo que se
Pero a la vez, sin embargo, por otro lado, la regulación económica global, que pierde, no las formalidades de esas libertades posibles. Tal como las monarquías
opera de hecho tanto desde los grandes organismos como el Fondo Monetario, absolutas fueron des sustancializadas por el poder burgués, hasta el grado en que
el Banco Mundial, o el Grupo de los Siete, como desde la operación efectiva de en muchos lugares ni siquiera fue necesario eliminarlas, así también los estados
los grandes conglomerados transnacionales, ha reducido de manera radical la nacionales seguirán existiendo en una esfera de competencia que los dota aún de
autonomía y, en muchos sentidos, la soberanía de los Estados nacionales, en un sentido: administradores locales de la regulación global. Tal como se dijo de los
proceso de progresiva des sustancialización, que los va convirtiendo en poco reyes: Estados que gobiernan pero que, en lo esencial, no mandan.
más que vehiculizadores, gestores e incluso garantizadores de los intereses y las Un proceso análogo de pérdida esencial de sustancialidad ocurre con la demo-
políticas de la globalización. cracia. El renacimiento de la democracia, su generalización y valoración general,
El gran indicio sobre el que se hace alarde es el del resurgimiento de los na- no implican en absoluto que los pueblos hayan aumentado su participación real
cionalismos. Lo que se silencia, a pesar de que es casi imposible de obviar por su y efectiva en la determinación de los procesos que los afectan. Si la dictadura
enorme impacto, son los muchos procesos de integración multiestatal a nivel era no sólo la forma límite sino el modo recurrente de la política en la época de
económico, e incluso político y jurídico, de los cuales el más avanzado y notable la industrialización de baja tecnología, la democracia como procedimiento es el
es la Comunidad Europea. espacio más conveniente para vehiculizar y legitimar un dominio que opera en y
sobre lo diverso.
Se enfatiza hasta el más mínimo detalle cómo los países derrotados y en vías
de colonización se dividen y potencian su debilitamiento en guerras intestinas, A la lucha, típicamente clásica, que oponía la democracia a la dictadura, ha
y se silencia el que los países vencedores se encuentren en activos procesos de seguido el desconcierto de qué hacer en un contexto en que la democracia es
integración y regulación que potencian su poder. Se enfatizan hasta los más míni- poco más que un recurso legitimador de la dictadura que se adivina más profunda
mos detalles de las diferencias locales tomando como unidad de análisis la realidad en todos los espacios sociales.
“país” y se silencia, o se reserva para la retórica demagógica, la realidad eficaz de Sin embargo, para que esta pérdida de sustancialidad de la democracia haya
lo global, que por primera vez se hace real y efectiva a nivel mundial. ocurrido, es necesario que hayan ocurrido también importantes cambios en la
Por supuesto el proceso en marcha no implica la desaparición de los Estados consciencia de los trabajadores, que de hecho operan como su sustrato masivo.
nacionales en entidades mayores, como ocurrió con las unidades alemana e ita- Las características de esta nueva manera de la producción moderna han pro-
liana, alrededor de 1870. Esta diferencia es extraordinariamente significativa, y ducido cambios cualitativos en la consciencia de los trabajadores, en el carácter
opera como símbolo de muchas otras. Mientras que para una base tecnológica que y las fronteras de la marginalidad, en el papel de la producción armamentista y
necesita homogeneizar para dominar era necesario un Estado, un territorio, una la especulación financiera. El rasgo políticamente más significativo al respecto
lengua, una cultura, para la actual base de alta tecnología, que puede dominar en la es su necesidad de la abundancia, de patrones muy elevados de consumo, y su
diversidad y a través de ella, la multitud de Estados nacionales no es un problema. capacidad para totalizar la sociedad que consigue sobre esta base.
Nunca había habido tantos países en el mundo, y nunca el mundo había estado Los cambios en el tipo de trabajo que se efectúa en los sectores más dinámicos
tan unificado como hoy. Lo importante para el poder global es la construcción de de la economía implican ambientes laborales protegidos, relativamente conforta-
entidades transnacionales que operen como poder sobre estos poderes locales bles, con capacidad para ofrecer muy altos niveles de vida. El obrero en el sentido
diversos. Entidades múltiples, con grados de intervención diferentes, animadas clásico se desplaza hacia la periferia. Los postergados del sistema ya no son los
por un espíritu común, que se constituye como diversidad. directamente explotados sino, más bien, los que no han sido integrados, los que
No es lo mismo desaparición de los estados nacionales que des sustanciali- permanecen en la marginalidad del empleo y el consumo.

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Pero esta marginalidad, como está dicho más arriba, no está ya delimitada de de hecho es, una sociedad de la abundancia1. Pero el punto esencial no es este.
manera geográfica. El violento reacomodo de las economías centrales ha creado El hecho realmente esencial, el que debe ser meditado, es el que esta sea una
una marginalidad casi permanente en el centro desarrollado. La poderosa exten- sociedad que no requiere de la pobreza para funcionar. Incluso al revés, requiere
sión de la producción a nivel mundial ha creado, por otro lado, zonas de abundan- compulsivamente de producir más y consumir más. Este es el hecho sobre el que
cia local en la periferia, directamente conectadas a los estilos productivos y de quiero llamar la atención en el texto. Su enorme poder, su superioridad cultural,
consumo del centro. Ahora nos relacionamos con el imperialismo ya no como un puede quedar demostrada en su capacidad para totalizar el empleo, el consumo, la
exterior. La completa apertura de los mercados ha hecho que el imperialismo se comunicación, en su capacidad para administrar el tiempo libre, para ofrecer bien-
haya actualizado en cada uno de los países de manera real. Correspondientemente estar y enajenación, para administrar vidas y consciencias en y por la abundancia.
hay un proceso de desaparición de las burguesías auténticamente nacionales, es La alteración producida por este poder en la consciencia crítica, ya diagnosticada
decir, una completa articulación del mercado capitalista transnacional. Aparecen por Marcuse, debe ser pensada con seriedad.
también en el tercer mundo, enclaves de desarrollo interior en todos los países Los últimos quince años han estado llenos de acontecimientos políticos dra-
pobres. Esto último es dramáticamente importante para la política en países como máticos, que el sistema de comunicación social se ha encargado de magnificar en
el nuestro, en que es justamente ese sector integrado a la producción moderna el la consciencia pública. Enormes esperanzas y profundas sensaciones de derrota
que, de hecho, hace la política, logrando mover tras sus intereses y aspiraciones han contaminado muy fuertemente nuestra capacidad para examinar los procesos
al resto de la población, que vive en la postergación y la miseria. estructurales que operan en la sombra de tanta exaltación. El nuevo milenio, sin
La marginalidad no puede ser pensada, sin embargo, por su condición, como un embargo, empezará con una amarga y saludable sensación de desencanto. Muchas
sujeto revolucionario posible. Ciertamente es un sujeto "revolucionarista", capaz de las esperanzas sobre la democracia han sido reducidas en el curso de los hechos
de desencadenar procesos de cambio político radical. Pero es necesario recordar a su dimensión real. Las derrotas, a no ser que nos empecinemos en aferrarnos al
que para Marx la característica esencial del sujeto revolucionario no tiene relación masoquismo político, se pueden ver ya con colores diferentes.
necesaria con su pobreza, sino con su vinculación con las fuerzas productivas, Entre estos procesos es indudable que los que más impacto inmediato han
con los sectores más dinámicos de la producción. Y esta relegación progresiva, causado en las izquierdas de nuestro continente son la esperanza de la Peres-
que confirma la impotencia de los sectores más pobres de la población para llevar troika y la caída del socialismo que la siguió y, de manera más cercana, la vuelta
adelante cambios globales en la sociedad, debe ser considerada un hecho político a la democracia tras las dictaduras militares de los años 70. Ambos procesos se
central. Sobre todo para la consciencia marxista clásica. pueden ver ya, después de una década, de una manera esencialmente distinta a
En cuanto al papel que la industria armamentista sobreviviente y la especulación las euforias que produjeron en la epidermis de los análisis.
financiera cumplen en esta nueva fase, creo que es preferible considerarlos como A pesar del mesianismo con que fue saludada, a pesar de las esperanzas que
típicos de la etapa de acumulación. En rigor el capitalismo más desarrollado, como se tejieron en torno a ella, hoy es claro que la Perestroika no fue un choque entre
el socialismo, no requieren de la producción armamentista o de la especulación
sino para restaurar las ganancias temporalmente afectadas por la crisis de rearti-
1    Se me ha criticado reiteradamente la afirmación de que esta sea una sociedad de abun-
culación. Es perfectamente esperable que en un contexto de pacificación general dancia. Los críticos dicen que no se puede hablar de abundancia en un mundo donde hay
de la política mundial los sistemas productivos se redefinan progresivamente en cientos de millones de pobres extremos. Creo que estos críticos se dejan llevar por sus buenas
función del consumo masivo, de la elevación del nivel de vida. intenciones. El más mínimo cálculo muestra que en ninguna época y en ninguna otra sociedad
humana hasta hoy tanta gente, tanto en términos absolutos como relativos (!), tuvo acceso
Esto abre la posibilidad de una sociedad nueva, la más productiva, la más po- a niveles de consumo tan altos. Quizás esta sea la primera época en la historia humana en
derosa, la mejor administrada, en la historia de la humanidad, que puede ser, y que la escasez no es un dato objetivo sino pura y flagrantemente social. Por primera vez la
pobreza es auténticamente un escándalo. No sobra gente en el mundo, no faltan alimentos.
Lo que sobra es injusticia, hoy, por primera vez, de manera objetiva.

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la burocracia y el pueblo sino entre dos sectores de la burocracia, uno ligado a la que sus procesos de industrialización, promovidos y dominados por la burocracia,
industria pesada, al ideologismo, al armamentismo, y otro ligado a la tecnología implicaban el gobierno del pueblo y para el pueblo.
avanzada, la ideología científica y las nuevas técnicas de administración. No solo
Yeltsin, también los nuevos “comunistas”, lo demuestran.
Los nuevos burócratas del campo capitalista, con su nueva derecha prepotente
Hoy es ya demasiado obvio que la caída del socialismo no fue un triunfo para la y audaz, no creen en la bondad de la competencia ni en el valor real de la libre
democracia, sino un triunfo, dentro de la burocracia progresista, del sector liberal iniciativa; distinguen perfectamente la ilusión de la realidad: y usan la ilusión liberal
por sobre los sectores nacionalistas ligados débilmente a la utopía socialista. Es para promover la regulación y la armonía burocrática.
obvio incluso que cuando se habla de "triunfo del sector liberal" no nos estamos
Los nuevos burócratas del campo socialista no creen en la bondad de la pro-
refiriendo sino a la derrota masiva de esos pueblos a manos de sus propios líderes,
piedad social, ni en el valor real del gobierno del pueblo y para el pueblo, sabían
y de sus propias esperanzas enajenadas. Hablamos del asalto masivo de las po-
distinguir la ilusión de la realidad: y usan la ilusión democrática para promover la
tencias occidentales sobre sus riquezas acumuladas, su mano de obra calificada,
nueva distribución del poder.
sus recursos naturales. El énfasis en la apertura democrática formal no hace sino
ocultar la magnitud de la derrota. No hace más que presentar para nuestras fal- Ellos, en el concepto, no sufren la enajenación que viven. Los enajenados reales
sas buenas consciencias lo que no es sino el inicio de un saqueo colonial masivo. y actuales son los antiguos burgueses y los antiguos burócratas. Son ellos los que
siguen contraponiendo capitalismo y socialismo como si estos entes abstractos
Tampoco la caída de las dictaduras en América Latina ha sido un triunfo de la
fueran aún reales.
democracia, ni de las luchas populares, sino la imposición de un marco que haga
fluida la economía de mercado, y que puede volver a cerrarse si no es viable. La nueva derecha y la Perestroika rompieron, a fines de los años 80, de manera
Nuevamente aquí el énfasis en las formalidades democráticas, deteniéndose en el profunda las alineaciones clásicas de la confrontación social.
orgullo por las precariedades que se han ganado, oculta la magnitud de lo que se El problema que estaba expresado en la Perestroika no era entre la burocracia
ha perdido. Desde luego toda esperanza de desarrollo autónomo, autosustentado. y el pueblo: era entre antiguos burócratas, ligados al desarrollo industrial, y buró-
Desde luego toda esperanza de desarrollo equilibrado, con solidaridad y justicia. El cratas nuevos, que intentaban asumir el esencial salto ocurrido en la base técnica
éxito económico que se obtiene parasitariamente de aceptar un lugar dependiente del capital moderno en los años 60 y 70.
en el mercado mundial, no hace sino sustentar el olvido y la indiferencia ante el El problema del liberalismo de la nueva derecha no es entre partidarios y ad-
drama de los millones de marginados de la prosperidad ilusoria. versarios de la intervención estatal: es entre formas de regulación asociadas a una
En términos generales, la democracia está en plena decadencia en el mundo fase superada y formas de regulación que buscan expresar la dinámica nueva del
entero. Las altas abstenciones (USA, Polonia, Colombia), el viciamiento de los capital que surge del salto tecnológico.
mecanismos de representación, la existencia de poderes fuera del control público Los antiguos burócratas y los antiguos capitalistas y sus burocracias asociadas
(como los ejércitos, o los Bancos Centrales), la falta de diversidad efectiva en las crecieron bajo la lógica de la confrontación y la crisis, de la pobreza y el despliegue
propuestas políticas, la altísima capacidad de manipulación de la opinión pública, ideológico. Teodoro Roosevelt y Stalin, Franklin Delano Roosevelt y Gorbachov: la
sobre todo de los sectores marginados, así lo muestran. confrontación dura o la confrontación dinámica, pero los enemigos eran claros. Los
Ha habido en todo esto tanto enajenación burguesa como enajenación bol- nuevos burócratas y los nuevos capitalistas operan sobre la base de la convergen-
chevique. cia económica, política e ideológica, sobre la base de la regulación, el incremento
Unos creían (y creen) que el liberalismo los liberaba del control estatal y hacía de los niveles de consumo y la des ideologización ilusoria. De la confrontación a
despegar la iniciativa individual creadora, libre. Los otros creían (y aún creen) la paz, de la anarquía a la armonía, de la pobreza al consumo, del ideologismo al
examen científico, de la hostilidad al progreso: la Sociedad Burocrática podría ser

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perfectamente muy atractiva para los que se dejen colonizar con ventajas.
Vivimos una época nueva, el mundo ha cambiado de signo, han pasado cosas prefieren la reconciliación a la justicia, los hindúes le mandan alimentos a los rusos,
fundamentales que conmueven a la historia humana. Ninguno de estos cambios, los rusos invierten en USA, USA se deja colonizar por Japón: una época realista,
en el nivel material, sin embargo, es evidente. Una de las características demo- una época miserable.
níacas del nuevo dominio es su capacidad de camuflaje. Ya no se trata sólo de una
nueva clase que revoluciona el mundo de manera espontánea, casi sin saberlo, 4. El poder burocrático
como la burguesía en su época heroica. El asunto es peor. Se trata de un dominio a. Un nuevo poder, una nueva sociedad de clases
viejo, subrepticio, que ha estado constantemente a la sombra de la irracionalidad Vivimos ya la época de la completa articulación del mercado mundial. La do-
burguesa, esa sombra que es la razón moderna, y que tras varios siglos de en- minación social altamente tecnológica se ha extendido hasta el último rincón del
mendarle la plana a una cultura adolescente que vive en un mercado imperfecto, planeta. Pero no es el modo de producción capitalista el que ha llegado a hacer
opaco, irracional, lentamente ha adquirido consciencia de su poder y empieza a real este dominio mundial. La completa articulación de la dominación se ha al-
ejercerlo conscientemente. canzado sólo en la época del dominio burocrático, es decir, en la época del capital
A diferencia del candoroso optimismo hegeliano o marxista la idea que tengo trasnacionalizado y regulado. Hoy.
es que la autoconciencia no tiene porqué conducir a la libertad: puede conducir Hay sociedad industrial desde que los hombres descubren que ellos mismos
de hecho al dominio absoluto, a un dominio que sólo el cinismo más descarado son los productores de las fuerzas productivas y, ejerciendo esta autoconciencia,
puede llamar libertad. llevan adelante la tarea de su desarrollo consciente. Es a este desarrollo consciente
El carácter real de la época nueva no es el auge de la democracia, ni las revolu- al que se puede llamar revolución industrial y, en el concepto, éste es el desa-
cionarias posibilidades de la técnica o de la abundancia, o de la iniciativa privada rrollo que hay en la base de lo que llamamos revolución en general. No hay una
revalorada, o del valor redescubierto de "la diferencia". El carácter real es más revolución industrial (ni dos, ni tres). La sociedad industrial vive en permanente
bien el totalitarismo anestesiante, la manipulación consumada, la enajenación revolución.
agradable, el cinismo universal, la luz que ciega, la abundancia que ahoga las La burguesía ha sido la primera clase revolucionaria en la historia humana.
consciencias, la estupidización progresiva, la demagogia galopante, la venta de La revolución forma parte de su lógica como clase. Pero revolucionar constan-
los ideales al mejor postor, o su inhabilitación bajo excusas "realistas". temente el modo de producir la vida no es un privilegio exclusivo, ni natural, ni
Los nuevos “comunistas”, rusos o polacos, con sus mitos nacionalistas y sus mágico, de los propietarios privados de los medios de producción. Es más bien el
fórmulas cripto liberales no son sino la verdad profunda de lo que se llamó socia- conjunto de capacidades que caracteriza toda una época de la historia humana,
lismo. La sociedad burocrática que antes fue ideológica, puede hoy “civilizarse”, que la clase capitalista inicia, para luego perder progresivamente.
volver a la “normalidad”, integrarse al progreso. En el caso de los rusos la disyun- Las funciones de propietarios privados y la de innovadores tecnológicos
tiva dramática entre el saqueo propiciado por Yeltsin y el “honor” reivindicado convergieron efectivamente durante los dos o tres primeros siglos del desarrollo
por la oposición nacionalista, no hace sino mostrar lo lejos que se estuvo siempre de la burguesía, y luego coincidieron de hecho en ella como resultado de la reduc-
del socialismo, y lo lejos que hemos estado, a lo largo de todo el siglo veinte, del ción de la tarea de innovación a trabajo asalariado. Pero tanto la complejización
sueño bolchevique. de la gestión productiva, como la complejización del desarrollo tecnológico mis-
Los rusos defienden la propiedad privada, las Naciones Unidas respaldan la mo, hacen que la burguesía pierda progresivamente el arbitrio, que le otorga en
invasión de Iraq, los norteamericanos protegen a los comunistas chinos, los ale- derecho la propiedad, sobre los momentos claves de la cadena de producción.
manes se interesan por Europa, Europa se declara tercermundista, los presidentes La socialización creciente de la producción social, que ya había sido seña-
democráticos pagan las deudas que contrajeron los dictadores, los socialistas lada por Marx, y que se expresa como progresiva interdependencia de todos los

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productores, tiene una dimensión más profunda: ha alterado las formas de control en dirección a la regulación creciente y la totalización de la vida. El capitalismo,
de la división del trabajo y, a través de esto, las formas de acceso de los distintos por su clase revolucionaria, pudo ser llamado Sociedad Burguesa. La sociedad
sectores sociales al producto social. Esto implica a su vez un reordenamiento de socializada, por la suya, puede ser llamada Sociedad Burocrática.
las relaciones de clase en el cual deja de haber una sola forma de usufructo, la que La relación entre capitalismo y socialización es una relación interna en el sentido
está expresada en el contrato y el trabajo asalariado, que domina y va destruyendo de que la propia dinámica de la Sociedad Burguesa conduce a la Sociedad Burocrá-
a las demás, y aparece, en cambio, otra forma, que está expresada inicialmente tica, con o sin intervención de la voluntad revolucionaria. La sociedad capitalista,
en los poderes de la gestión y la innovación tecnológica, que se hace competitiva y las que se llamaron socialistas, convergen, ambas, hacia la socialización general
con la forma simple del trabajo asalariado. y el dominio burocrático.
Lo que sostengo es que el resultado de este proceso es que la socializa- Hoy sabemos que el mercado capitalista nunca fue y, quizás, nunca podía ser,
ción alcanza las características de un modo de producción, incubado dentro del un mercado perfecto, regulado exclusivamente a través de la libre concurrencia.
modo de producción capitalista, y en virtud de su propia lógica de complejización. Por un lado las infraestructuras productivas básicas han trascendido siempre la
Sostengo que debemos ver a la dinámica entre capitalismo y socialización como capacidad económica y el interés de los capitalistas. Cuestiones tales como las
la oscilación que constituye a ese conjunto de relaciones sociales de producción redes viales, los primeros sistemas de navegación de altura, las grandes obras de
que llamamos genéricamente sociedad industrial. El “socialismo real” puede ser regadío, las modernas fuentes gigantes de energía, o la educación masiva de la
considerado, a la luz de esta perspectiva histórica, más bien como un epifenóme- mano de obra y, en general, el fomento de cada nueva serie de medios de pro-
no político e ideológico de una dinámica que lo trasciende: la lenta formación, al ducción que son necesarios para emprender los grandes saltos en las base técnica
interior del capitalismo, de la forma social que lo contradice y supera. del capital, han quedado entregadas, obligadamente y de hecho, a los Estados.
Cuando consideramos esta oscilación histórica mayor, de la que surge la Por otro lado el mercado mismo ha requerido de una permanente y creciente
confrontación actual de hegemonías en el bloque de las clases dominantes, vemos intervención estatal. Cuestiones tales como el resguardo de la paz social, tan
que el capitalismo ha basado su predominio en el desarrollo de la técnica, lo ha necesario en las épocas de acumulación de capital, en que el mercado del trabajo
expresado en la propiedad privada y la ideología individualista, ha operado sobre se convierte en una simple ficción bajo la dictadura real, visible, y PROTEGIDA, del
la base de la iniciativa privada y la competencia, ha vivido en medio de la anarquía capital, por cierto trascienden la capacidad económica y policial de los burgueses
de la producción y la crisis cíclica, ha apostado alternativamente al liberalismo y a como tales. Las protecciones arancelarias y, en general, el fomento organizado de
la protección estatal según los cambios, ocurridos a saltos, en la base técnica del los capitalismos nacionales. La regulación de la competencia, la protección de la
capital. propiedad de la técnica, la regulación del contrato y, en general, de las relaciones
La burguesía buscó su legitimidad en la ideología de la propiedad privada. La entre el capital y el trabajo. La regulación moderna, por último, de las crisis cíclicas
burocracia, como clase dominante, no requiere de ella: puede usufructuar del a través de la manipulación del dinero, del interés y del cambio, de los precios y de
producto social, y prolongar la enajenación y la estupidización del trabajo humano, los empleos, de la capacidad de compra y los ritmos de crecimiento. La historia
sobre la base de la figura, también ideológica, de la propiedad social. del capitalismo, en suma, es inseparable de la historia de la intervención creciente
La sociedad socializada basa su predominio en el control del desarrollo técni- del Estado en la economía. En esta historia la etapa en que el Estado es un pro-
co más avanzado, de la información y de las comunicaciones. Ha expresado ese pietario directo de medios de producción es contingente y, en algunos sentidos,
control bajo las figuras ideológicas de la responsabilidad y la propiedad social del cíclica. Perfectamente puede el Estado privatizar sus bienes. No es la propiedad
capital. Opera sobre la base de la iniciativa tecnificada y la regulación general, pue- lo que le da poder, como tampoco la propiedad es el origen del poder capitalista.
de controlar y manipular el mercado y regular las crisis, se mueve continuamente El control burocrático de los Estados, que crece continuamente desde el siglo

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XIX, alcanza su explicitación doctrinaria en las políticas keynesianas y su culmi- En general esta irracionalidad puede resolverse. Sólo su forma extrema requiere
nación en la época del capital trasnacionalizado. Si el fordismo fue su precursor de la revolución violenta. Ni Alemania, ni Inglaterra, tuvieron revoluciones vio-
encubierto, el ohnismo1 es la forma de su nueva eficacia. lentas. Ni USA, ni Italia, ni Suecia, ni Holanda, ni Japón, ni Australia. La revolución
Los mismos grupos dominantes circulan de manera fluida y permanente en las violenta, armada, explícita, política, es la excepción, no la regla. Las clases domi-
direcciones de las grandes transnacionales, de los Estados, los ejércitos y la vida nantes saben, en general, traspasar su poder de manera razonable, es decir con la
académica de más alto nivel. Los mismos están presentes en la diversidad ficticia violencia brutal de la Razón, sobre todo porque no pueden evitarlo. De esclavistas
de la política y las comunicaciones. La convergencia entre el gran capital indus- a señores, de señores a burgueses, de burgueses a burócratas: el proceso material
trial, tecnológico y financiero y los intereses de los Estados se hace completa: las tiene siempre algo de inexorable.
transnacionales usan a los Estados, los Estados usan a las transnacionales. Estados La burocracia no debería, en general, tener necesidad de hacer revoluciones
y gran capital transnacional son progresivamente sólo dos caras de la misma mo- políticas, explícitas, armadas. En USA, por ejemplo, el paso del dominio de la bur-
neda, cuestión que es reforzada de manera aún más profunda y efectiva por el guesía al dominio de la burocracia es y será tan "racional" y "pacífico" como fue el
progresivo aumento del poder de organismos de coordinación interestatal, como paso del dominio señorial al dominio burgués en Inglaterra.
el Fondo Monetario, la Comunidad Europea, el Banco Mundial o las conferencias En otros casos la burocracia se impone y se impondrá a través de conmocio-
económicas y políticas entre los grandes países desarrollados. nes violentas pero que pueden NO aparecer como revoluciones. Es el caso de las
La burocracia no requiere, hasta hoy, del poder político para ejercer su dominio dictaduras latinoamericanas de los 70 y sus prolongaciones "democráticas" de
de clase. Puede ejercerlo implícitamente a través de diversas formas de pacto con los 80. Es el caso también de la aparente "vuelta al capitalismo" en Europa del
la burguesía industrial y financiera. Esta ha sido su manera concreta de ejercerlo Este. El reemplazo de formas clásicas de control burocrático por formas nuevas
hasta hoy, perfectamente podría seguir siéndolo durante muchísimo tiempo. aparece como "contra revolución capitalista", espejismo análogo, a la restauración
No hay nada en la lógica de la burocracia, ni en la de ninguna clase dominante, "medieval" de la monarquía en la Francia post napoleónica.
que la empuje al poder político. Las clases dominantes llegan al poder político Hoy sabemos que cuando, desde el siglo 13 en adelante, se discutía de religión
empujadas exteriormente. Su poder no depende de él. Puede ser desarrollado en Europa en realidad se discutían nuevos y muy nuevos problemas con palabras
desde allí, articulado de manera ideal, pero no forma parte de su lógica propia o, y símbolos antiguos.
en concreto, no se es clase dominante porque se tenga el poder político sino, al El dominio burocrático apelará por muy largo tiempo a las dicotomías, ya hoy
revés, se puede llegar a tener este poder si se es clase dominante. aparentes, ilusorias, entre iniciativa privada y regulación estatal, o al dilema entre
La irracionalidad creciente de las antiguas clases dominantes obliga a las nuevas democracia y dictadura, o a la tensión entre libertad individual e interés social,
a tomarse el poder político explícito a pesar de que ya tienen el poder material. Las o entre propiedad privada y propiedad social, o a la diferencia entre rescatar lo
antiguas clases dominantes no son irracionales en sí, se hacen progresivamente particular o someterse a la homogeneización. En una época en que cada uno
irracionales en la medida en que crece y se impone una nueva lógica de dominio. de los primeros términos de estas dicotomías es simplemente ficticio o ha sido
Perdido el poder material el poder político se convierte en su último bastión, in- ahogado por el segundo de maneras estructuralmente nuevas, estas dicotomías
tentan obtener desde allí la participación en el producto social que se les dificulta pierden sentido como tales.
progresivamente: "se abre así una época de revolución social". La iniciativa privada sólo tiene factibilidad y sentido bajo el imperio de la re-
gulación creciente. Las democracias manipuladas, con altísimas abstenciones,
1    Ver Benjamín Coriat: “Pensar al revés”, Ed. Siglo XXI, México, 1994. La expresión “onhismo” con rotativas de partidos idénticos son, en la práctica, dictaduras. La autonomía
se refiere a los nuevos principios de organización del trabajo industrial impulsados por Taiichi y la libertad personal y, en otro plano, local o nacional, pierden todo sentido
Ohno, y el “espíritu Toyota”. ante la manipulación de la socialización primaria o la red de la interdependencia

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económica desigual. La propiedad social es un sofisma que encubre la propiedad las enormes inversiones en investigación y desarrollo, pueden ser consideradas
directamente administrada por la burocracia y que, sin embargo, esta no requiere en esta perspectiva.
para ejercer su dominio sino en situaciones extremas: todo podría ser "privati- Pero, por otro lado, desde un punto de vista social, esto ha llevado al revolucio-
zado" sin conmover al poder burocrático como conjunto. El rescate de lo local o nario aumento de la proporción de la población activa dedicada a lo que buena-
lo particular, de "la diferencia", es irrisorio en una situación en que se cuenta con mente se llama "servicios", a la que hay que sumar otros contingentes enormes que
los medios técnicos suficientes como para manipular la diversidad y hacerla, por son distraídos de la producción directa de bienes a través de diversos sistemas de
esa vía, ilusoria. subvención de su lugar económico en la sociedad. Enormes burocracias estatales,
El dominio burocrático se ejerce en dos planos fundamentales: el de la ges- enormes ejércitos, gigantescas masas estudiantiles, enormes masas de jubilados,
tión productiva inmediata y el de la gestión económica global. Durante siglos la cesantes subvencionados o, incluso, sub empleados, a través de intrincados siste-
burguesía logró a través del dominio de la técnica, que revolucionaba constante- mas de subvención indirecta que operan de hecho, sin políticas conscientes que
mente, determinar y usufructuar de la división social del trabajo. Este dominio de los apoyen.
la técnica quedó expresado de manera jurídica, política e ideológica en la figura Más allá del poder y del dominio, toda la sociedad se burocratiza en virtud de
de la propiedad privada, y en la forma correspondiente del trabajo asalariado. este tercer origen de la burocracia como clase. En la época feudal todo hombre
La creciente complejización de la gestión productiva, tanto en el plano técnico emprendedor pudo ser "caballero" en alguna medida, desde el rey hasta el paje.
como administrativo, tanto en volumen como en intensidad, ha alejado progre- En la sociedad burguesa todos pudieron ser "burgueses" en alguna medida, des-
sivamente a los propietarios del control directo y efectivo de los medios de pro- de Rockefeller hasta el que vende diarios o el recolector de cartones (¡el micro
ducción. El control burocrático aparece aquí como una necesidad objetiva a partir empresario!). De la misma manera, en la sociedad burocrática todos pueden ser
del desarrollo de las fuerzas productivas: el técnico, el científico, el administra- burócratas, desde el presidente del Banco Mundial hasta el inspector de un liceo
dor, el consejero, el experto, el gerente. Toda una capa social que va lentamente nocturno. Burócratas grandes y pequeños, eficientes e ineficientes, poderosos e
convirtiéndose de dominada en dominante. De manera inorgánica, desigual, sin insignificantes, geniales o, en general, mediocres, con poder para alterar la vida
consciencia efectiva de sí. Un proceso que no es muy diferente del ascenso de la de muchos o de muy pocos, reemplazables por computadoras o irremplazables.
burguesía al interior de la lógica feudal en los siglos XI y XII. Tres fuentes para la burocracia: el técnico, el gestor global, el burócrata endé-
Los dos espacios del poder objetivo de la burocracia se encuentran en el nivel mico. Todos los aspectos de la sociedad moderna se llenan de las marcas carac-
de la gestión productiva y en el de la gestión global. Pero la sociedad burocrática terísticas de la manera burocrática de gestión.
se reproduce más allá de sus espacios de origen o de poder. Hay más burocratismo La pequeñez, el formalismo, los celos profesionales, la defensa de las peque-
que el de los tecnócratas de la empresa o del Estado. La dinámica del capitalismo, ñas garantías, la estupidez de lo que funciona sólo porque tiene que funcionar,
con sus continuos y revolucionarios aumentos en la productividad, ha reducido la ineficiencia crónica en el trabajo y la mentira disimulada en los informes de
progresivamente la fuerza de trabajo social directamente ocupada en la produc- producción, la negligencia y la falsedad, inundan la vida académica, científica,
ción de bienes materiales de consumo por un lado, y ha tratado de regular las crisis estatal, militar, civil.
de sobre producción por la vía de aumentar los niveles de consumo por otro. Esto
Pero casi nunca de manera catastrófica. La índole del sistema es tal que siempre
ha llevado a la necesidad, que cada vez más resulta de carácter estructural, de
las cosas deben funcionar en general: muchos podrían perder su trabajo si esto no
crear capacidad de compra "artificial", en el sentido de que no deriva ya sólo del
ocurriera. El asunto no es el paro general y desastroso sino, más bien, la marcha
juego entre el trabajo productivo, la retribución salario y el consumo consiguiente,
lenta, inorgánica, irracional, que revienta de vez en cuando por aquí y por allá: una
sino que obedece directa y explícitamente a la necesidad de dar salida a la pro-
central nuclear que se funde, un avión de guerra último modelo que es derribado
ducción. La industria armamentista, los gigantescos sistemas de seguridad social,

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en su primer combate, un telescopio espacial que no funciona. Escándalos grandes crítica, podemos entender las críticas del proteccionismo burocrático al salvajismo
pero breves que, así funciona todo, pueden ser tapados con rapidez. burgués. Esto es, prácticamente, muy relevante, puesto que allí tendremos la críti-
Y, junto a esto, el pequeño drama de la negligencia y la ineficiencia cotidiana: el ca real, de una formación social a otra, es decir, la crítica de lo burgués que puede
computador que cobra de más, las calles que se inundan con las lluvias, el trámite hacerse no desde los principios o desde las utopías, sino desde la situación concreta
que se demora, el semáforo que no funciona. Y, junto a esto, el parasitismo gene- que se ha establecido, voluntariamente o no.
ral: falsos post grados que sólo sirven para llenar currículum, militares que nunca Esto es relevante por que podremos entonces comparar la realidad del dominio
van a la guerra (salvo contra sus propios pueblos), o que apenas van las pierden, burocrático con las críticas que hace, y con nuestras utopías, es decir, podremos
funcionarios que justifican el trabajo de otros que los justifican a ellos, programas preguntarnos si lo que dicen superar lo superan realmente y cómo, si lo que dicen
de ayuda para el desarrollo que se pierden en miles de bolsillos privados. lograr lo logran realmente, y cómo. Y, también, por otro lado, si nuestras propias
A pesar de lo que parece, no intento mostrar a la sociedad burocrática como es- utopías rompen realmente con el continuo represivo o son, meramente, exten-
pecialmente peor que otras sociedades de clase. Podría enumerar las brutalidades siones populistas de las críticas que el control burocrático hace a la burguesía en
inhumanas que la burguesía ha llamado libre iniciativa, o la humillación permanente el curso de sus pugnas de clase.
de los sistemas señoriales, o el despotismo absoluto del monarca esclavista. Pero Quizás este punto pueda entenderse mejor si consideramos la analogía his-
no es ese el punto. La cuestión es, más bien, indicar como la sociedad burocrática tórica que representa la posición del movimiento obrero respecto de la utopía
tiene miserias que le son específicas, y que derivan de manera natural de la forma burguesa. En la práctica el movimiento obrero no hace sino apropiarse de la utopía
en que ejerce y reproduce su dominio. burguesa, es decir, no pide sino lo que la misma burguesía declara buscar, y que
El que una sociedad de clase sea peor o mejor que otra no es un asunto subje- la irracionalidad, la espontaneidad de su práctica le impide. Al hacerlo de esta
tivo, no puede serlo, puesto que hasta las formas sociales que nos parecen más manera el movimiento obrero no hace sino integrarse a la lógica del dominio
aberrantes han sido capaces de crear ideologías que las hagan comprensibles y burgués: todas sus pretensiones podrían, en el límite, cumplirse bajo el mismo
aceptables para sus propios miembros. Es sólo desde la posibilidad de otra reali- continuo represivo, en la medida en que es racionalizado, en que es obligado a
dad que la realidad vivida se hace intolerable. Para decirlo de alguna forma: sólo cumplir con su propia lógica. Los obreros piden más consumo, para la burguesía
desde "más allá". el aumento de los niveles de consumo no hace sino confirmar su propia lógica.
Esto no sólo explica la progresiva asimilación del movimiento obrero al sistema
La burguesía creó el fantasma de una sociedad medieval oscura, despótica e
establecido, su progresiva asimilación a las políticas reformistas y parlamentaristas
irracional. Sin considerar el hecho de que la burguesía ha atribuido una buena parte
sino que, también, explica su alianza natural con el poder burocrático. Tal como la
de sus propias monstruosidades al pasado (el ejemplo típico es la Inquisición), hay
burguesía alguna vez armó a los campesinos contra los terratenientes, tal como
buenas razones para sospechar de esa imagen. (Y sin, por ello, salvar o exculpar
los organizó bajo sus utopías, persiguiendo en el fondo sus propios intereses, así
a la época feudal). La época feudal es oscura respecto de la cultura burguesa, no
ahora la burocracia, sépalo o no, se pronuncia por los intereses del movimiento
respecto de sí misma. Es irracional respecto de la nueva lógica que la producción
obrero, lo alinea bajo sus ideales de racionalidad, orden y progreso.
moderna inaugura. Es despótica para el burgués, o para el siervo visto por el bur-
gués, pero no lo es tanto para el siervo que se mira a sí mismo. En lo que la sociedad burocrática critica a la burguesa se puede discernir la
utopía real, es decir, la utopía que la anima de manera efectiva, más que la que
El mismo problema se produce al comparar los méritos de la sociedad burguesa
declara en su discurso. A partir de allí podremos confrontar la utopía operante, es
con la burocrática, salvo en un aspecto: la sociedad burocrática, como la medieval,
decir, el discurso real y la vida misma, la operación real. Y podremos confrontar,
resulta totalitaria en su pretensión de armonía universal. La sociedad burguesa,
también, por otro lado, nuestra propia utopía real, nuestro modo de proceder, el
por contraste, exhibe sin pudor su carácter contradictorio y catastrófico.
orden y la dirección de nuestras reivindicaciones concretas, para comprobar si
Si hacemos esta salvedad, que a la hora de la consideración subjetiva resulta

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efectivamente estamos en la dirección del fin de la lucha de clases o, simplemente, miento popular a lo largo del siglo XX debe servirnos de profunda lección. La
estamos agregando aguas al molino del dominio burocrático, que aún sin nuestra sucesión se repite: frente popular, intento revolucionario, política de consensos;
ayuda, podrá ganar, tengámoslo por seguro, su propia guerra. feminismo liberal, feminismo radical, feminismo de la otredad; teología moderni-
Estas confrontaciones pueden ser un buen principio para una crítica del nuevo zante, teología de la liberación, teología de la reconciliación; teoría crítica, teoría
poder y, sobre todo, para una crítica de la inconsciencia con que nuestro volun- revolucionaria, racionalidad comunicativa; ecologismo liberal, ecologismo radical,
tarismo se enfrenta a él. ecologismo pragmático. Reconciliación, otredad, consenso, racionalidad comunica-
tiva, pragmatismo, son hoy algunos de los nombres de la disgregación manipulada,
La sociedad burocrática es, sin embargo, la más poderosa y sutil de la historia.
de la nueva escena de la enajenación del pensamiento crítico.
Su racionalidad abarcadora y abstracta es su poder. No sólo cuenta con ejércitos
de militares, cuenta además con ejércitos de periodistas, ejércitos de psicólogos, El poder de la burocracia (como ninguno otro) no proviene de la política, sino
ejércitos de publicistas, que la afirman de manera férrea al nivel más profundo de del lugar que, como clase tiene en la división del trabajo. La política, en su sentido
la vida cotidiana. El totalitarismo de la razón científica, el poder abrumador del moderno, como ejercicio de la ciudadanía, o en cualquier otro, es un espacio de
hedonismo y el halago corporal, el absurdo monstruoso del dominio y la estupi- articulación de un poder que ya existe, (o que quiere existir). Desde esa articula-
dización de todos por todos, alcanzan en ella su máxima expresión. ción que, por lo demás, no es la única posible, las clases dominantes consolidan
y ejercen formalmente el poder que han construido desde la base material de
El poder de la sociedad burocrática alcanza su expresión más propia y eficaz
las relaciones sociales. El espacio de la política moderna es un resultado, no el
en su capacidad tecnológica para manipular la diversidad, para generar diversidad
origen, de las relaciones sociales modernas. ¿Necesita la burocracia este poder
ilusoria, para mantener una centralización interactiva del control, que considera
para construir su hegemonía? No. ¿Lo necesita para consolidarla, es decir, para
las diferencias locales entre los diversos sectores que administra y domina. A
legitimar su dominio, y ejercerlo formalmente? Sí.
diferencia de la dominación clásica, en la sociedad industrial, que ejercía la do-
minación a través de la homogeneización, de la nivelación de las diferencias, de En el fondo la vieja distinción que estoy usando es la diferencia gramsciana
la uniformación creciente de los productos, las conductas, las aspiraciones, la entre hegemonía y gobierno. Gramsci fue el primero en proponer que una clase
sociedad burocrática puede dominar en, y a través de, la diversidad. A través de dominante puede ser hegemónica sin ocupar aún el gobierno de la sociedad. En
ella disgrega a los actores sociales en individuos puros, indefensos ante el poder la construcción de las hegemonías modernas en general la batalla por el espacio
de la administración global, o en clases standardizadas de sujetos, funcionales a de la política ha sido la última en explicitarse y en decidirse. Salvo, por cierto, en la
los patrones de la dominación. voluntad revolucionaria, cuyo carácter y novedad consiste justamente en propo-
nerse invertir este proceso. Pero una cosa es que la voluntad revolucionaria haya
Ante este poder la crítica opositora vuelve a repetir su enajenación clásica: no
querido construir lo social conscientemente, desde el espacio de la política, y otra
puede salir del horizonte utópico de la sociedad que pretende destruir. Cuando el
cosa es que esto efectivamente haya ocurrido así. Sostengo que esta voluntad
capitalismo podía ofrecer homogeneización el movimiento popular pedía justa-
ha sido permanentemente sobrepasada por la fuerza de la efectividad, y de no
mente igualdad, acceso uniforme al consumo, productos masivos, reivindicaciones
ver esta ineficacia de la política derivan una buena parte de sus enajenaciones.
materiales. Ahora, cuando las sociedades industriales avanzadas han adquirido la
capacidad tecnológica suficiente como para manipular la diversidad, la crítica que En concreto sostengo que el poder burocrático ha construido su hegemonía
se pretende radical pide justamente el reconocimiento de lo local, de lo diferente. a espaldas de la política burguesa, socavándola lentamente, y ha empezado de
Mientras la crítica se disgrega en lo local el poder sigue siendo uno. Uno que puede hecho a vaciarla completamente de contenido. Hay múltiples procesos que apoyan
manipular la disgregación. esta hipótesis. El primero es la decadencia general de los mecanismos de repre-
sentación. El "desencanto" de la democracia, que no es sino la experiencia de su
El espectáculo triste de la enajenación de los distintos segmentos del movi-
ineficacia. El clientelismo creciente, y los mecanismos de auto perpetuación de las

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élites políticas. La creciente manipulación de la ficción de representación. El con- este asunto con profundidad, nunca un sujeto revolucionario puede aparecer de
flicto del experto versus el ciudadano en todas las decisiones públicas relevantes. manera natural, ni menos de manera espontánea.
Pero, más allá, el segundo, es el proceso de decadencia de la ciudadanía misma. ¿Se despliega el poder burocrático sin ninguna resistencia? Creo que para res-
Los límites progresivos a la libertad individual. La disgregación y la manipulación ponder seriamente esto es necesario preguntarse de modo general por la manera
de la autonomía de la consciencia. La decadencia de la experiencia de autonomía en que un modo de vida global va reemplazando a otro. Cuando el análisis se
personal. detiene en la superficie de lo político se razona como si los sujetos de la resisten-
Como cualquier otro dominio moderno, la dictadura burocrática se puede cia existiesen como sujetos constituidos, autónomos y conscientes. Mi opinión
ejercer bajo la forma de una dictadura o bajo la forma de una democracia. La es que esto sólo se da en un estado muy tardío, casi terminal, en el proceso de
experiencia muestra que esta segunda es más eficaz para consolidar el dominio, consolidación de un nuevo poder.
para revestirlo de la legitimidad que lo hace operativo. La base de esta eficacia en Los modos de vida se establecen en general a espalda de la consciencia de los
el ideal clásico de la modernidad es que haya un consenso social que la sustente. individuos, incluso de sus propios actores. Es sólo en el ciclo de su culminación,
En el caso de la burocracia este consenso no tiene porqué ser real. Su legitimidad cuando la hegemonía busca convertirse en gobierno, cuando aparece la "política"
puede articularse desde su capacidad tecnológica para producir consenso social que le es propia. La burguesía desarrolló su hegemonía por lo menos durante cua-
de manera ficticia, a través de la desmovilización política de hecho, a través de trocientos años antes de encontrar en la democracia moderna la forma política
una fuerte ficción de diálogo social, que encubre la manipulación, la interdepen- que le es propia, y antes de encontrar, en los obreros industriales, el sujeto de una
dencia desigual entre los actores políticos. El "consenso" actual sobre la política resistencia posible.
económica en Chile es una buena muestra de algo que puede llegar a ser general.
Antes del advenimiento de la política en sentido propio lo que se suele llamar
El "consenso" que se logra construir a propósito del terrorismo, o a propósito de
"resistencia" no es sino la historia dramática de la fragmentación, la pérdida de
la ineficacia crónica del socialismo, son otros ejemplos. "Consensos" que tienen
sentido, la locura y la delincuencia, de los sectores sociales avasallados por la
un profundo impacto político, pero que no están básicamente construidos, ni
nueva eficacia. Ocasionalmente consciente, ocasionalmente violenta, siempre
sustentados, en el espacio de la política.
precariamente organizada, esta "resistencia" no es sino la vida de la muerte de
lo superado.
b. Preguntas y objeciones mínimas Suele haber en la crítica de izquierda, sobre todo en el campo de la historia,
Se podría preguntar, al respecto, ¿pueden los políticos oponerse a la burocracia? una curiosa nostalgia medievalista al respecto. Se han narrado una y otra vez, con
Creo que esta pregunta es errónea en su fundamento. Los políticos son parte de exquisito detalle, las crónicas de los infinitos episodios de la derrota. Las comuni-
la burocracia. Siempre la política ha estado dentro del juego de las legitimaciones dades en el campo inglés o en las ciudades medievales, la América del siglo XVI, la
del poder. Cuando los ciudadanos logran hacer política por sí mismos, organizados permanente derrota de las comunidades dependientes. Este pasado de solidaridad
o no, aparecen simplemente como subversivos. y lucha es considerado pedagógico, y se espera invariablemente su resurrección,
La pregunta ¿pueden los ciudadanos oponerse a la burocracia? debe respon- o su reproducción por analogía. La nostalgia viste con el carácter de "política" a
derse en dos planos muy distintos. Primero una cuestión empírica ¿existen los la crónica de la derrota. En contra, una vez más, del sentido común, yo creo que
ciudadanos? Segundo una cuestión de voluntad: aunque no existan, deben existir. esta es una mala nostalgia y un mal concepto de la política. La única nostalgia
Es sólo desde esta segunda premisa que puede hacerse real la primera. En la so- útil es la nostalgia del futuro. La nostalgia que se dedica al pasado es hermosa,
ciedad burocrática el sujeto revolucionario posible debe ser construido. No existe pero su esteticismo no alcanza a la belleza, que sólo puede dar la lucha real, y su
de manera natural, ni aparece de manera espontánea. En realidad, si pensamos aliento sólo lleva a la voluntad el mensaje oculto de la resignación.
Para una perspectiva no mesiánica, que no extraiga su fuerza de un pasado

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heroico que debe volver, es necesario otro concepto de resistencia. Es necesario tonces no es si la sociedad burocrática será superada (lo será), sino si podremos
reconocer que sólo se puede hablar genuinamente de resistencia cuando esta sur- convertirla en la sociedad que queremos.
ge de la consciencia, es decir, cuando resistir y buscar un mundo nuevo coinciden. Al respecto vale la pena recordar qué clase de situaciones se entendían como
O, también, cuando el componente político de la resistencia se ha impuesto por contradicciones del capitalismo. Por un lado las de carácter estructural: la tenden-
sobre el componente existencial. cia a la baja en la tasa de ganancia, la tendencia a la concentración monopólica
Puestas las cosas de esta manera, creo que el poder burocrático se ha ido del capital, la tendencia a las crisis cíclicas de sobre producción, todas asociadas
imponiendo prácticamente sin resistencia. La tendencia general de la economía entre sí. Por otro lado las de carácter político, o incluso ético: el empobrecimien-
capitalista hacia la especulación financiera, y hacia el capital de gestión altamente to absoluto y relativo, la contradicción entre los intereses de la producción y las
tecnológica, muestra la escasa resistencia de la burguesía. Tal como la aristocracia necesidades del consumo, la fetichización de la mercancía y del capital.
terrateniente feudal pudo prolongar su dirigencia avasallada por la hegemonía Hoy es obvio, y puede considerarse un resultado empírico, que ninguna de es-
burguesa a través de pactos políticos de sustentación mutua, así también, hoy, tas contradicciones llevó, ni llevará, desde el capitalismo a la sociedad comunista;
el pacto burocrático - burgués prolonga el gobierno, y la ilusión de gobierno, aunque, desde luego, son mecanismos que operan en la construcción progresiva
capitalista. de la hegemonía burocrática. Es igualmente obvio que es sólo a partir de estas
Desde luego podemos volver a contar las infinitas crónicas de la resistencia contradicciones que podía ponerse en juego la voluntad revolucionaria.
fragmentaria a la nueva industrialización global, con sus patrones de integración Hay, al respecto, una distinción clásica, en la tradición leninista, entre condicio-
y marginación, y con sus invariables derrotas. Sugiero que en lugar de buscar en nes objetivas y subjetivas de la consciencia revolucionaria. Sugiero que es preferi-
cada uno de esos espacios fragmentarios la comunidad mesiánica de nuestros ble cambiar los términos de esta distinción para enfatizar el poder de la efectividad
sueños, exploremos seriamente las condiciones bajo las cuales la voluntad puede sobre la consciencia. Es mejor distinguir entre las condiciones estructurales y las
construir un sujeto revolucionario. condiciones existenciales de la voluntad. Desde luego todas las condiciones son
En cuanto a este asunto al menos puedo decir lo siguiente: si alguien puede objetivas (también las subjetivas). Lo que quiero enfatizar es que es la voluntad
hacer la revolución esos son los trabajadores. En concreto, y de manera mate- la que convierte a una consciencia en revolucionaria.
rial, aquellos que están en posición de dominar la división social del trabajo. Es Llamo condiciones estructurales de la voluntad a las contradicciones que un
necesario distinguir entre revolucionarismo y revolución. La ciudad sólo puede sistema tiene y bajo las cuales no puede alcanzar su concepto, quedando obligado
ser tomada desde dentro. Desde la marginación se puede iniciar una revolución, a formaciones sustitutivas, y en posición de ser superado. En el caso del capitalis-
(cada vez menos) pero no hacerla. mo, la intervención del Estado en la regulación del conflicto entre el capital y el
Una pregunta, un poco más angustiosa, es si el poder burocrático tiene con- trabajo es, claramente, una formación sustitutiva allí donde la supuesta transpa-
tradicciones internas que puedan llevarlo a su fin. De nuevo aquí el problema es rencia y eficacia reguladora del mercado simplemente no funciona. En este caso
la profundidad con que abordemos la pregunta. la contradicción estructural que opera es la tendencia al desequilibrio que resulta
En un sentido esencial, como todo, por supuesto que tiene contradicciones, del alto grado de planificación en la producción, enfrentado al desconocimiento
y a través de ellas llegará a su fin. El que una formación social sea superada, sin y la anarquía del mercado.
embargo, no tiene porqué significar que se convierta en la que deseamos. El caso Una crítica estructural del poder burocrático exigiría encontrar este tipo de
del capitalismo es el más evidente. Sostengo que la superación del capitalismo contradicciones, aquellas que ponen en peligro internamente su factibilidad. Me
lleva de hecho a una nueva sociedad de clases. Esto no tiene, ni tenía, porqué ser atrevo a sugerir al menos la siguiente. La utopía burocrática requiere del conoci-
así. La necesidad histórica no es determinista. Pero es un hecho. La pregunta en- miento completo de las acciones sociales, de sus causas y consecuencias posibles.
Sólo así el ideal de la regulación general podría alcanzar su concepto. Este conoci-

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miento resulta, sin embargo, fuertemente afectado por la contingencia efectiva. Tal como en la sociedad burguesa hay una contradicción entre enriquecimiento
Esto hace que la burocracia tenga que racionalizar a la fuerza su actuación en y empobrecimiento, en la sociedad burocrática, que funciona con altos patrones de
torno a explicaciones y legitimaciones sustitutivas, a través de las cuales conciliar consumo y marginación radical, hay una contradicción entre el contenido utópico
la diferencia entre su saber y la realidad. Pero este marco de saber sustitutivo, que el consumo promete y la experiencia general de frustración, radical entre los
cuya función es dar coherencia (ideológica) a la acción se vuelve justamente en marginados, solapada entre los integrados, manipulada en ambos casos.
contra de la aspiración de dominar la realidad a partir de la cual fue creado. La
Tal como en la sociedad burguesa la filantropía ofrecía un espacio para limpiar
gestión burocrática se envuelve de esta forma en una espiral de ilusiones y auto
algo de culpas a través de su bondad interesada, en la sociedad burocrática la
engaños que la hacen vulnerable y propensa a la crisis.
violencia y el despilfarro, fomentados y manejados a través de la industria del
Es importante, sin embargo, aclarar dos cuestiones. Primero, esta tendencia a espectáculo, ofrecen un espacio de desahogo a la frustración general. Tal como
la "crisis cíclica de sobre información" es incapaz, por sí misma, tal como las otras la filantropía es una bondad interesada, en el caso de la sociedad post moderna
crisis clásicas, de derrumbar el sistema. Pero lo hacen vulnerable, sobre todo se trata de una violencia mediocre, que no cambia el mundo, que no destruye a
ante quienes puedan controlar democráticamente la destrucción del excedente gran escala, que permite una ficción microscópica, instantánea, pero eficiente,
informativo y distinguirlo de la realidad. de omnipotencia y autonomía, una violencia vacía.
Segundo, cuando hablo de contingencia efectiva no me refiero a algún azar Sostengo que es en esta clase de problemas donde hay que buscar una nueva
incontrolable, o a alguna mística de la libertad. En particular porque en la sociedad teoría de la enajenación, que amplíe y complete la teoría clásica de Marx, y que
burocrática la ilusión de libertad y autonomía está fuertemente manipulada, y sirva como fundamento de una política posible. Creo que en esa teoría el papel
produce, y seguirá produciendo, toda clase de espejismos reformistas. Me refiero de la fetichización de la subjetividad debe ser tan central como hasta ahora lo ha
simplemente a que la sociedad burocrática se instala sobre un terreno histórico sido la idea de fetichismo de la mercancía.
real caótico, que tendrá que "civilizar" a costa de grandes esfuerzos para obtener
La dominación burocrática ¿inexorablemente va a engendrar el nuevo sujeto
la claridad informativa que requiere, terreno que produce además, por sí mismo,
revolucionario? No. Tampoco el capitalismo lo hizo. Una cosa es que haya condicio-
efectos de sobre información y enajenación informativa. Es útil al respecto re-
nes estructurales y existenciales para la constitución de un sujeto revolucionario,
cordar la distorsión que implicó para la articulación del mercado capitalista su
otra muy distinta es que esas condiciones se encuentren con la consciencia. Un
instalación real en un mundo histórico lleno de diferencias y desniveles. O, para
sujeto revolucionario no se da, se hace. Sólo puede surgir de un esfuerzo de la
decirlo de manera breve, recordar que el mercado capitalista nunca ha sido trans-
voluntad y de la consciencia. ¿Un esfuerzo respecto de qué?: de nuestra propia
parente, y que la libre circulación liberal sólo ha existido como modelo, en el papel.
producción, que aparece ante nosotros como "lo dado" solamente porque no la
Pero, aunque las condiciones estructurales sean el fundamento, son sólo dominamos.
las condiciones existenciales las que pueden mover a la voluntad.
Conviene, en este sentido, precisar qué es lo que debemos entender por re-
Llamo condiciones existenciales de la voluntad a las que surgen de la situación volucionario. Es conocida la afirmación de Marx de que "la burguesía es una clase
de vida concreta que afecta a los individuos, o a los pequeños núcleos de la subje- altamente revolucionaria". Lo esencial en la idea de revolución no es que haya un
tividad social. En el capitalismo la condición esencial es la pobreza, y las múltiples cambio radical (debe haberlo), o que haya violencia política (podría no haberla),
secuelas de la postergación. Y entre los burgueses el sin sentido, y la falta de sino que lo afectado por ese cambio radical sea el modo de producir socialmente
reconocimiento auténticamente humano. Sugiero que en la sociedad burocráti- la vida. Y esto es, propiamente, lo que debe ser llamado "violencia", haya "toma
ca, entre los integrados, la principal condición que puede precipitar la voluntad del Palacio de Invierno" o no.
revolucionaria es la mediocridad general de la vida. Y entre los marginados la
Además de la distinción entre revolucionarismo y revolución es necesario dis-
experiencia del permanente engaño de la diversidad manipulada.
tinguir entre revolución estructural (en el mundo de la producción) y revolución

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política. En términos gramscianos la diferencia está entre lo que ocurre al nivel de jacobinos, ni el terror, sino la consolidación del capitalismo. Inglaterra no necesitó
la construcción de hegemonía, y lo que ocurre al nivel del gobierno. más que una cabeza de Rey, y Japón no más que un cambio dinástico, para que
La escalada social revolucionarista es capaz de cambiar gobiernos, pero no sus procesos políticos se adecuaran a la revolución profunda efectuada desde el
altera las relaciones hegemónicas en lo que tienen de esencial, es decir, no altera mundo del trabajo. Estados Unidos no necesitó más que la idiotización progresiva
el mundo de la producción social, por mucho que pueda servir para iniciar este de los ciudadanos para pasar de la hegemonía capitalista al dominio burocrático.
cambio. Un caso claro de esto es la relación entre la revolución 1910 - 1920 y la ¿Ha terminado la era de las revoluciones modernas? No. Lo que debe terminar
consolidación del capitalismo dependiente en México. es la ilusión de que un golpe contra el gobierno es ya una revolución. Lo que debe
Una revolución estructural (en sí) es aquella que afecta básicamente al modo de ocurrir es que la voluntad revolucionaria se apodere de la revolución estructural
producción, desencadenando desde allí los cambios en la esfera jurídica y política. y la convierta en revolución política.
Es claramente el caso del capitalismo, o del paso gramsciano de la hegemonía Otra cuestión es si la burocracia, en la construcción de su hegemonía, apela al
al gobierno. En mi opinión es también el caso de la revolución estalinista entre interés de toda la humanidad bajo la forma de un ideal emancipador. Yo creo que
1928 y 1938. sí lo hace. Al respecto creo que el cinismo ecologista de las grandes corporaciones
Una revolución política (en sí y para sí) debe desencadenar ambos procesos, es más representativo de la ideología burocrática de nuevo tipo que el nihilismo
político y estructural, desde el ejercicio de la voluntad consciente. Este fue el oportunista de los filósofos post modernos. Este sólo sirve para barrer con los
sueño (fallido) de la revolución bolchevique entre 1917 y 1927. Y este es, creo yo, ideales de la modernidad, el primero, en cambio, sirve para construir. Maturana
el concepto de revolución comunista en que pensó Marx. y Flores son más útiles que Derrida y Boudrillard.
¿Es o no violenta la irrupción de la hegemonía burocrática? ¿Ha terminado la Lo que hay que entender, sin embargo, es que este ideal emancipador de nuevo
era de las revoluciones moderna? tipo, este proyecto de "concluir el proyecto de la Ilustración", no opera bajo las
claves clásicas del reduccionismo y la homogeneización, sino bajo los emblemas
La constitución de la hegemonía burocrática, como ya antes la de la hegemonía
de la diversidad y el pluralismo discursivo. Esto es extremadamente importante,
burguesa es, y seguirá siendo, extremadamente violenta, incluso en forma física.
porque si se quiere criticar esta racionalización del nuevo dominio lo importante
Otra cosa es que esta violencia se exprese o no como violencia política. Los ra-
no es buscarle una vez más un principio reductor, o un ethos nivelador sino, al
dicales cambios ocurridos en Inglaterra en los siglos XVIII y XIX son una muestra
revés, buscar justamente las claves desde las que le resulta posible sostenerse
del desarrollo burgués, los ocurridos en Japón desde 1868 son una muestra de
como poder en la diversidad.
esto en el caso de la burocracia.
Este es un punto en que la crítica post moderna de izquierda se equivoca de
manera fundamental. Siguen intentando criticar al poder post moderno como si
En este sentido, creo que una buena parte de la tradición marxista ha vivido,
fuese un poder moderno, meramente ilustrado. Es en este punto donde creo que
y sigue viviendo, alrededor del espejismo de las revoluciones francesa y rusa. Se
ideas como tolerancia represiva, manipulación de la diversidad, interdependencia
espera, casi mesiánicamente, una "toma de la Bastilla", o una "toma del Palacio
desigual, enajenación informativa, pueden ser más útiles que la eterna decons-
de Invierno". Se adoran las fechas precisas y los lugares precisos: el 26 de Julio, la
trucción de una razón que ya no quiere aparecer como Una (aunque lo sea), y
Plaza de la Revolución, etc.
que se ufana de su diversidad.
Aún sintiendo un gran respeto, y cariño, por estas mitologías sagradas, la ver-
¿Desde dónde se manipula la diversidad sino es desde el Estado? El problema
dad es que la realidad es mucho más prosaica. Y también más conmovedora,
aquí, relacionado con el anterior es la función que ocupa la política en la legiti-
profunda, densa, llena de contenido. La única revolución rusa que efectivamente
mación de la burocracia. He afirmado que el dominio de clase no se origina en la
resultó es la de Stalin, no la de Lenin. La verdad de la revolución francesa no son los
política y puede desarrollarse sin ella. ¿Significa esto que la política está destina-

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da a desaparecer? Lo que creo es que todo este problema debe ser historizado. Quizás conviene explicitar un último aspecto de este problema. ¿Es desde los
¿Tenderá a desaparecer la política moderna? Sí. ¿Desaparecerá la política? No. Estados nacionales que se manipula? Cada vez menos. Creo que la realidad de
Es cierto, por un lado, que el Estado ha cumplido un papel importante en el los Estados nacionales está en plena decadencia, como la democracia liberal y la
desarrollo de la hegemonía burocrática. Y ha podido hacerlo justamente en la autonomía del individuo. El nacionalismo, que parece estar en auge, no es más
medida en que ha sido también el centro de la política burguesa. Pero en una que una nostalgia del pasado, que encubre los procesos de globalización real. La
sociedad capaz de manipular la diversidad esto no tendría por qué seguir siendo Unión Soviética y Yugoslavia se dividen... para ser colonizados. La Comunidad
así. Creo que la política al estilo liberal seguirá existiendo por un buen tiempo, Europea y el Nafta se integran... para mejorar la colonización interior. Separando
pero irá perdiendo progresivamente su contenido y poder. O, para decirlo más o juntando, la globalización es el contenido real.
duramente, se irá convirtiendo progresivamente en una parte más de la industria ¿Es el Estado un epifenómeno de la actividad de los burócratas? No. El Estado
del espectáculo. es una tarea más dentro de esa actividad. Pero, aún en el caso de que sea sólo un
Cuando nos preguntamos entonces desde dónde se manipula, debemos buscar epifenómeno, no veo por qué esto tenga que considerarse como una objeción. ¿Y
la respuesta más en las corporaciones transnacionales, y en los organismos supra si efectivamente lo fuera qué?, ¿estaría equivocada la realidad? ¿Es esto un reduc-
nacionales de regulación global, que en la política formal. Los políticos mandan cionismo de la política? De la política moderna sí, de la "política" burocrática no.
cada vez menos. La legitimidad del poder pasa cada vez menos por ellos, como no ¿Deriva la teoría del poder burocrático de una imagen lineal del desarrollo
sea en una función decorativa, como en las "grandes democracias occidentales". moderno? No. La metáfora del desarrollo lineal, desde el centro hacia la periferia,
Que estos sean los hechos no significa, por cierto, que sean deseables. Lejos de fue superada ya en el curso de las discusiones en las Teorías de la Dependencia.
una concepción minimalista o instrumentalista de la política lo que propongo es, La modernidad es, desde su inicio, más allá de las contingencias de su expansión,
justamente al revés, recuperar las virtudes de la utopía política liberal... e ir más un fenómeno global. No hay países más desarrollados y menos desarrollados. Hay
allá de ellas, en la dirección de la humanización y la autoconciencia. países que han desarrollado su desarrollo en correspondencia con, y debido a que,
hay países que han desarrollado su subdesarrollo. La teoría del poder burocrático
Sin embargo, por otro lado, la pregunta misma debe ser analizada. ¿Desde
es una teoría global construida para dar cuenta de un momento histórico global.
dónde se manipula? Creo que hay algo básicamente erróneo en esta pregunta.
La diferencia entre desarrollo y marginación ya no es geográfica, atraviesa cada
Quizás para entender porqué se podría hacer otra, análoga: ¿desde dónde concurre
país, cada ciudad, cada actividad, en todo el planeta.
la burguesía al mercado? Parece una pregunta extraña. Pero esa es la pregunta
análoga. El problema es que estamos acostumbrados a pensar que hay burócratas Ya Weber habría indicado como característica definitoria del capitalismo mo-
en un solo lugar, en el Estado. En cambio sabemos fácilmente que hay burgueses derno la aplicación del conocimiento teórico a la técnica de producción, ¿signi-
en muchos lugares, digamos, en cada industria o cada banco. Sin embargo esta es fica esto un desmentido a las teorías que basan su validez en la novedad de este
una mala costumbre por dos razones básicas. Primero, porque confunde la función hecho? A pesar de que la "novedad" posible de este hecho me interesa bastante
con el lugar. Segundo porque lo más relevante de la hegemonía burocrática no ne- poco, me importa indicar la siguiente diferencia respecto de Weber. Mientras
cesariamente está en el Estado, aunque ese pueda ser un caso históricamente real. él afirma que es característico de la modernidad la aplicación del conocimiento
teórico a la técnica de producción, lo que sostengo es que lo característico de la
post modernidad es más bien la legitimación de la técnica de producción a través
Desde luego hay lugares desde donde se ejerce la regulación, a la que, desde un del "conocimiento" teórico.
punto de vista valórico, llamo manipulación. Como he afirmado más arriba, sobre
En este punto se encuentran la reflexión epistemológica sobre la relación entre
todo en las grandes corporaciones transnacionales. Pero el asunto esencial no es
saber y poder, con la reflexión política sobre el poder burocrático. De la primera,
ese. Lo relevante es que la función burocrática por excelencia es la regulación.

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y en contra, una vez más, del sentido común, creo que es posible obtener la idea sólo se nos pide, en general, que de la teoría se sigan consecuencias que se puedan
general de que el saber no es sino el discurso del poder. Voy a ser más explícito: poner en práctica y cambien la realidad de algún modo. Pero si es eso, justamente
no es porque sepamos algo de la realidad que llegamos a tener poder, es porque no se puede decir que la teoría de clases sea "inoperativa", ni siquiera en su versión
tenemos poder que decimos que sabemos algo. El discurso que se llama saber ar- reduccionista. Que de ella se hayan obtenido "operaciones" que no nos gustan, o
ticula el poder, no lo origina, ni lo hace posible. De la segunda, la reflexión política, que consideramos fracasos, no significa que no hayan sido operativas.
creo que es posible sostener que esta relación general se hace históricamente real Y el reduccionismo, por último, no tiene porqué ser, por sí mismo, un defecto, a
y efectiva, explícita y visualizable, sólo bajo el dominio burocrático. no ser que se especifique qué efectos nocivos son los que lo hacen inconveniente.
También, por último, se han hecho críticas generales al análisis de clases que La verdad es que sería muy difícil encontrar, e incluso formular, una teoría científica
está en la base de una teorización como esta. El análisis de clases que postula al no reduccionista, salvo, por cierto, que uno entienda por tal cosa la simple enume-
poder burocrático como un nuevo poder sería a) una simple analogía; b) abstracta; ración caótica de factores, sin jerarquía, que sí sería, claro, muy poco operativa.
c) inoperativa; d) reduccionista. La teoría del poder burocrático que propongo está construida por analogía,
Es importante notar, a pesar de los hábitos mentales contraídos desde las pero no desde el reduccionismo de clase, y aunque debe confrontarse con la
modas intelectuales imperantes, que estas cuatro críticas son independientes práctica no tendría porqué ser "operativa", y aunque sea abstracta (digo que sí lo
entre sí, no tienen porqué implicarse mutuamente, y no tienen fuerza probatoria es) o reduccionista (digo que no lo es), eso no nos dice si es más o menos útil, o
alguna, por muy impresionantes que parezcan. verdadera, o conveniente.
Desde luego el que una hipótesis sea construida por analogía (simple o compli- Todas estas preguntas nos llevan al problema teórico de qué formulación del
cada) no nos dice nada acerca de su verdad, conveniencia, o adecuación posible. marxismo estamos usando como fundamento para hacer verosímiles las tesis
Incluso cuando se construye una analogía sobre un referente erróneo el resultado diagnósticas enumeradas hasta aquí. O, para enfatizar aún más este punto, qué
no tiene porqué ser erróneo, puesto que los puntos que se hacen análogos, que formulación verosímil del marxismo hace verosímil la política implícita en estas
eran inadecuados para la primera situación, no tienen porqué serlo también para respuestas.
la segunda. A este problema de fundamento dedico el capítulo siguiente, para volver luego
De la misma manera, difícilmente la palabra "abstracta" puede ser por sí misma sobre las polémicas posibles que esta postura implica.
una crítica, a no ser que se use expresamente como adjetivo (en cuyo caso tampo-
co lo es). La Teoría General de la Relatividad, o las teorías económicas neoclásicas,
son altamente abstractas, y a nadie se le ocurriría señalar que ese sea su defecto.
Desde luego el grado de abstracción no nos dice nada sobre su operatividad,
como muestran los precisos experimentos que se deducen de la Relatividad, o
las definidas políticas económicas que se siguen de las teorías neoclásicas. No
hay ninguna conexión lógica entre abstracción y operatividad. A no ser que uno
entienda por abstracción simplemente el negarse a desarrollar las consecuencias
posibles de una teoría abstracta.
Ni siquiera el que una teoría sea "inoperativa" puede ser una objeción realmente
seria sobre la verdad, la adecuación o la conveniencia. Salvo, claro, que uno defina
el carácter de verdad a través de la operatividad, epistemología que se ha hecho
sospechosa desde hace bastante tiempo. Quizás el reclamo es más simple, quizás

116 117
III. Cuestiones de Fundamentos demostración de sus consecuencias empíricas. El miedo al totalitarismo no debería
inhibir a la voluntad para proponer una vez más, y abrirse a las consecuencias po-
sibles. La confianza en la posibilidad de un mundo mejor, por otro lado, no debería
olvidar nunca los argumentos anti totalitarios.
Pero la prudencia es un mal principio para la voluntad revolucionaria, y la pru-
dencia que deriva del miedo es el peor principio de todos. La confianza comunista
quizás consista en que al poner la historia humana misma como origen, y no a
1. El Origen
ningún principio externo, y sin declaración alguna sobre el carácter o la estructura
Sostengo que es posible un marxismo que ontologize la producción humana, de su libertad posible, estamos poniendo como punto de partida a la libertad, a la
es decir, un humanismo absoluto para el cual toda realidad, todo ser, no es sino posibilidad real. Pero la verdad es que este razonamiento no debería considerarse
la historia humana. Ni la naturaleza, ni dios, operan aquí como fundamentos. No probatorio. No se puede ofrecer garantía teórica alguna contra el totalitarismo, y
es que la historia humana surja y se desarrolle en la naturaleza. Al revés, lo que ante esa imposibilidad es preferible correr el riesgo y proponer, que abstenerse,
llamamos naturaleza no es sino la acción humana cosificada o, como dice Marx en como si la abstención fuese posible.
uno de sus primeros textos, “la naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre”. El riesgo abre el futuro, la prudencia, por mucho que se llame deconstructora,
No se puede pensar sin origen. La deconstrucción de todo origen deja a la sólo contribuye a mantener el presente. El riesgo que propongo es éste: sólo hay
voluntad en el vacío, en el vacío de sí (que es el único vacío que puede ser), y la historia humana, éste ser no es sino sujeto, esta subjetividad es constitutivamente
inhabilita para construir un mundo distinto. Deconstruir el mundo, o suspenderlo, negativa.
no es suficiente. Lo que queremos en el fondo no es ser sabios y lúcidos, sino ser De lo que se trata es de poner como origen la posibilidad de una cultura no
felices. represiva. Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente político, el pro-
No es que haya un origen más allá de la voluntad, por otro lado. Lo que hace- blema es si la voluntad necesita esa idea o no. Lo que quiero no es probar que
mos es poner el origen como primer paso, pararnos allí, en el suelo que nosotros puede haber una cultura no represiva, lo que quiero es proponer que haya una
mismos hemos construido, y construir desde él los nuevos mundos posibles. Para cultura no represiva. Con esto la actitud de fundamentar cambia desde un plano
la voluntad comunista que quiero proponer, ese origen es la historia humana. No epistemológico (sabe o no sabe, garantiza o no garantiza) a un plano práctico, a
una historia que llega a ser un sujeto, un sujeto más bien, cuya efectividad coin- afirmar una profecía autocumplida, para que se cumpla, y toda la garantía que se
cide con la historia. La recomendación hegeliana es ésta: considerar al ser como ofrece es que se va a dar la pelea para que se cumpla.
sujeto, considerar al sujeto como negatividad. No hay garantía teórica para la voluntad. No se puede encontrar la raíz teórica
Quizás el poner un origen contiene ya, como creen algunos que se han hecho a partir de la cual la voluntad sea posible. La voluntad debe ponerse a sí misma.
muy populares, el principio del totalitarismo. Y las evidencias empíricas quizás Las discusiones teóricas no fundan a la voluntad. Es la voluntad la que funda las
avalan esta desconfianza. Al parecer de todos los principios propuestos hasta discusiones teóricas. Entonces lo que uno debería preguntarse no es si esa idea es
ahora han surgido totalitarismos posibles. Pero este argumento empírico, como verdadera o es falsa, lo que uno debería preguntarse es porqué es necesaria. Lo que
todos los argumentos empíricos, es precario, por mucho que se ayude de racio- pasa es que aquí hay una necesidad de un fundamento, no un fundamento. Para
nalizaciones a posteriori. hacer un vericueto en esa idea, se podría decir que esa necesidad de fundamento
proviene de lo que yo digo que es el fundamento, proviene de una sustancia es-
Difícilmente lo que ha ocurrido prueba que algo ocurrirá, y difícilmente tam-
tética. Pero no. Lo que me consta es que hay una necesidad de fundamento, y he
bién se puede llevar a la razón desde la proposición de un origen en la teoría a la

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articulado una teoría que es ad-hoc para la voluntad. La voluntad no necesita una Es decir, no voy a preguntarme por los términos alemanes que habrían usado
teoría para ser, necesita una teoría para ver. La diferencia es que en la mentalidad Hegel o Marx para, luego, encontrar sus equivalentes posibles y problemáticos
ilustrada si uno tiene una buena teoría, se avoca a cumplirla, pero en la mentali- en castellano, sino que voy a pensar directamente en castellano cada uno de los
dad que está más allá de la Ilustración, si uno tiene una buena voluntad, entonces conceptos que me interesan. El segundo es que voy a describir estos conceptos
uno busca una teoría que le permita ver la realidad. Ahora desde luego eso es en lenguaje natural, es decir, usando las palabras que usamos todos los días. La
tautológico, porque esa voluntad escoge la teoría que le permite ver la realidad hipótesis es que siempre pensamos en lenguaje natural, por muy sofisticadas que
que quiere producir. En ese sentido la teoría es una profecía autocumplida, es lo sean nuestras ideas, y que la traducción posterior a lenguaje técnico es más bien
que Hegel llama una teoría puesta. En la mentalidad ilustrada la realidad está ahí, un truco gremial que una necesidad real. El tercero es que voy a usar el truco de
es objetiva, y se recoge una teoría de ella. En cambio en la mentalidad que está las etimologías, que es un recurso retórico típico de la tarea intelectual, desde el
más allá de la Ilustración la realidad somos nosotros y ponemos realidad y teoría. castellano, nuevamente, no desde el alemán, y sólo para dar a entender mejor
el sentido de una noción, ni siquiera pretendiendo que sean etimologías reales o
rigurosas. Me importa más especificar un conjunto de nociones que pasar por eru-
2. Una teoría de la Enajenación
dito. Y el cuarto que, desde luego, no debe darse por obvio, es el de usar palabras
El orden de la Tercera Parte de este libro es el siguiente. Propongo una teoría distintas para nociones distintas. En el caso que desarrollaré se trata de nociones
de la enajenación, fundada en una lectura hegeliana del marxismo. A partir de estrechamente relacionadas, en que es muy fácil mezclar las connotaciones de
ella trato de establecer en qué sentidos, empírica y teóricamente, se puede creer cada término. El principio que seguiré será el de asociar palabras distintas para
que el comunismo es posible, y qué noción de subjetividad es necesaria para que designar connotaciones distintas, aunque las nociones sean de hecho difícilmente
esa creencia sea coherente. Para establecer ese horizonte comunista hago una separables.
ampliación de la teoría marxista de la explotación, que se funda en el concepto
La base de todos estos conceptos es la idea, originalmente hegeliana, de que
de enajenación y en la idea de subjetividad, propuestas. A partir de estos supues-
la historia humana es una totalidad viviente. La generalidad de la categoría “his-
tos hago, por último, consideraciones sobre el sujeto revolucionario posible que
toria humana”, vista desde Marx, puede concretarse ontologizando la categoría
puede hacer efectivo ese horizonte, y sobre las principales consecuencias políticas
“trabajo”. Llamo trabajo, de manera ontológica, al proceso efectivo de producción
concretas que se siguen de estas proposiciones.
de ser. En el trabajo, en el fondo, lo que se produce es el ser mismo.
En términos lógicos, el primer paso de este proceso de producción de ser es
a. Distinciones conceptuales básicas la objetivación. En la objetivación la totalidad que es la historia humana deviene
Por cierto el concepto de enajenación es un problema largamente comentado a la vez sujeto y objeto. Se desdobla en términos, no siendo su ser sino la vida
en la tradición marxista. Pero es justamente de esa tradición que, creo, debemos de estos términos. Considerada desde el marxismo esta noción sugiere que en el
liberarnos. Por eso voy a hacer una serie de distinciones, para las que no pretendo acto de la producción un sujeto pone su subjetividad en un objeto y, a la vez, por
originalidad alguna, pues se pueden encontrar de una u otra manera en muchos hacerlo, resulta él mismo, objetivado. Puede parecer extraño, es una lógica no
autores marxistas, pero que quiero poner en un orden y con unas connotaciones convencional, pero lo que ocurre es que la producción es el término real y central,
definidas, que nos ayuden a pensar los problemas de hoy. de la que resultan los otros dos términos.
Creo que es útil y necesario distinguir entre objetivación, alienación, extraña- Se podría decir que la objetivación es un proceso social, pero en rigor es al
miento, enajenación, reconocimiento y reconciliación. Pero que es previo, meto- revés: llamo “social” a la pluralidad de dimensiones de la objetivación. No es que
dológicamente, establecer cuatro principios, en beneficio de nuestra salud inte- lo social se objetive, la objetivación misma es lo social.
lectual. El primero es que voy a hacer esta distinción en castellano, no en alemán.

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Esta manera extremadamente abstracta y general de introducir el tema es humana. Pero hay dos cuestiones esenciales que cambian sustancialmente este
necesaria para conservar una intuición fundante del marxismo, la idea de que todo cuadro idílico. Una es que existen los otros, de tal manera que el objeto produ-
objeto vale por la subjetividad, en forma de trabajo, que contiene. Pero también, a cido es, con más frecuencia de lo que un misántropo quisiera, otro ser humano,
la inversa, la idea de que sólo se es sujeto en el marco del proceso social del trabajo. y la relación de reconocimiento y reconciliación posible es sustancialmente más
Más allá incluso. Todo objeto es el objeto que es sólo en virtud de haber sido compleja. La otra cuestión es que la felicidad humana sólo encuentra su cum-
objetivado. Simplemente no hay objetos fuera e independientemente del acto plimiento en esta clase de objeto producido que es un otro humano. Esto es
social de la producción. Pero también, a la inversa, simplemente no hay sujeto política y existencialmente esencial. Hegel lo dice así: "una autoconciencia sólo
fuera e independientemente de este acto de producir. O, también, no hay sujeto encuentra su satisfacción en otra autoconciencia" En el camino que va desde la
por sí mismo. El sujeto también es algo producido. objetivación a la reconciliación está la presencia del otro, no simplemente de lo
otro en general, sino precisamente la del otro humano, sin el que no podemos
Por otro lado, cuando se dice que la historia humana debe ser considerada
realizarnos como sujetos.
como sujeto, lo que ocurre es que el término “sujeto” se está usando de una do-
ble manera: tanto para la totalidad como para uno de los términos que se auto La primera consecuencia posible de la mediación que el otro hace respecto del
producen. Esto es importante en los dos planos. Es necesario mantener la noción, objeto producido puede llamarse extrañamiento. En el extrañamiento, no nos
por un lado, de que el conjunto de la historia es una subjetividad que se hace a sí reconocemos en el objeto que hemos producido, y nos produce, nuestro propio
misma, y no un conjunto de objetos, dotados de una cierta naturaleza previa y objeto nos resulta extraño. Más allá, o por debajo, de su consciencia, quiéralo o no,
necesaria, que constriñe las posibilidades de su construcción. Es necesario, para sépalo o no, el otro puede introducir una enemistad entre el sujeto y el objeto in-
la voluntad revolucionaria, que la historia humana como conjunto no tenga límite mediato producido en que se objetiva, produciendo así una dificultad en su propia
necesario alguno, como no sea los que ella misma se pone. subjetivación. Creemos haber hecho algo, haber construido algo, haber actuado
de una determinada manera, y nos encontramos con que lo hecho, lo actuado, lo
Pero, por otro lado, es necesario sostener la noción de una historia dividida,
construido, resulta ser algo que no nos parece salido de nuestra propia acción, y
esencialmente trágica, que pone como objetividad su propia opacidad esencial.
somos llevados, subjetiva y objetivamente, a la insatisfacción. Para resolver una
En esta visión trágica, es sujeto, ahora como término de una totalidad dividida,
situación de extrañamiento se requiere la participación y el consentimiento activo
la negatividad que la empuja hacia más allá de sí misma, y es objeto aquello que
del otro, que está mediando la obra, el acto, o del otro mismo que ha resultado
esa misma subjetividad pone como la exterioridad en que quiere realizarse. Es
extraño. Volver a ser amigos, reconocer que los poemas que uno escribía no eran
objeto, ese objeto suyo, se reconozca en él o no, por la lógica de movimiento
tan malos, entender por fin un poco más a su propio padre, darse cuenta de que
contradictorio que hace posible tanto a la negatividad como a la positividad que
los burgueses también quieren a sus hijos, son ejemplos en que lo que ha devenido
paso a paso pone y supera, una y otra vez.
extraño debe participar activamente en el reencuentro, y puede, en principio, no
Esta no es sino la idea de libertad, entendida no como simple imperio de la hacerlo nunca.
contingencia y el azar, sino como auto determinación. Pero no hay auto determi-
En la constelación de objetos y sujetos que resultan del proceso social global
nación pura sino del género. Los individuos son efectos, reales y potencialmente
de la objetivación, la conexión transparente de todos con todos es una mera po-
autónomos, que sólo pueden auto determinarse a través de un otro, ya sea como
sibilidad teórica, abstracta. Siempre los particulares pueden resultar extrañados
intersubjetividad (sépanlo o no), o como trans individualidad, y este es el punto
de sus objetos, y es preferible sostener que hay una opacidad esencial de lo social
esencial, más allá de sus consciencias, sin que puedan saberlo.
que hará de hecho que esto ocurra una y otra vez. “Opacidad” que no es sino
El simple movimiento entre objetivación y reconciliación, que pasa por el auto otro nombre para la realidad de la libertad de los particulares en el universal de la
reconocimiento en el objeto producido, debería ser la manera del ser y la felicidad historia humana, que los contiene y constituye.

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Es importante, en términos existenciales y políticos, el que el extrañamiento sea que, en principio, puede resolverse de manera inter subjetiva, en el plano de la
esencial, consustancial, a la objetivación: nunca hay transparencia perfecta entre consciencia, haciendo consciente lo que no lo era, por ejemplo. No creo que haya
el creador y la obra, porque esa transparencia sólo se puede realizar a través de nada intrínseco en lo que llamamos “locura”. O, también, creo que llamamos locura
un otro que la reconozca, y ese otro, que es esencialmente libre, puede obstinarse sólo a otro de los muchos aspectos de nuestra impotencia histórica que, esta vez,
siempre en el no reconocer. Pero la obstinación posible, en este caso, no debe hemos naturalizado como destino de un individuo particular.
verse como una deliberación, como un acto de la consciencia, aunque también Cosificación y reificación son dos términos que sólo agregan grados de gra-
pueda darse de esa manera, sino, esencialmente, como un hecho objetivo, que vedad al extrañamiento. No son otra cosa, sólo marcan otros énfasis, útiles para
puede trascender la voluntad y la consciencia de ese otro. Podemos resultar ob- situaciones concretas de cierto tipo. Cosificación es el devenir cosa, ya sea un
jetivamente involucrados en el extrañamiento, querámoslo o no, sepámoslo o no. sujeto particular (que es usado para algo), o un objeto (en tanto se lo usa descono-
Esto es importante políticamente porque significa que la universalidad del género ciendo lo que hay en él de subjetivo, de trabajo humano). Reificación es el estado
humano SIEMPRE es una universalidad dividida o, dicho en términos coloquiales, en que la cosificación es adoración del objeto que ha devenido una mera cosa. El
siempre es posible ser infeliz. caso más evidente es el del consumismo. Es importante notar que la cosificación
Sin embargo el extrañamiento puede resolverse, podemos volver, o llegar a ser es el estado de relación más común que tenemos con prácticamente todas las
amigos, si llevamos a la consciencia ese impedimento que, desde la obstinación, cosas o, aunque parezca redundante, es el hecho de que nos relacionamos con
nos hacía devenir extraños. El comunismo no será una sociedad en que todos se- las cosas como si fueran meras cosas. No es frecuente, reconozcámoslo, que tra-
remos felices, sino una sociedad en que el sufrimiento PUEDE ser resuelto. El que temos a las cosas, comúnmente, cotidianamente, guiándonos por la humanidad
el extrañamiento sea esencial al acto de la objetivación, es decir el que el acto de que contienen, y que potencialmente podrían realizar. Consumimos las cosas
la objetivación, que nos produce, siempre esté mediado por un otro, que es libre, ignorando completamente que lo consumido es trabajo humano, humanidad
implica que incluso en el comunismo se podrá, perfectamente, ser infeliz, que el cosificada. El acto caníbal del consumo abstracto, destruye la humanidad en las
sufrimiento aparecerá y volverá a aparecer una y otra vez. Pero será una sociedad cosas, deshumaniza. Los objetos de artesanía o de arte, nuestros objetos más
en que cada vez podrá ser resuelto. inmediatos, en nuestra casa, en nuestro trabajo, suelen retener su virtud de ser
Hay alienación, en cambio, cuando el objeto extrañado es un sujeto. En sen- humanidad objetivada, y nos encariñamos con ellos, y los tratamos con un cierto
tido estricto, un sujeto es alienado, un objeto es cosificado. Un objeto no puede respeto, por lo que representan... hasta que empezamos a usarlos en reemplazo
alienarse. Un sujeto, en cambio, sí puede ser cosificado. La alienación implica una de la subjetividad que contienen. Es el caso de las fotos de los seres "queridos", a
mayor “gravedad” que el extrañamiento en la medida en que el sujeto está más los que nunca vamos a visitar... pero al menos tenemos su foto.
directamente implicado. Quizás es bueno conservar en este término la conno- Desde luego la cosificación y la reificación pueden ser aliviadas de mane-
tación psicológica que lo relaciona con la locura. Es decir, entender alienación ras inter subjetivas, a través de la consciencia, del reencuentro, potencialmente
como “delirio”, en el sentido original de “salirse del surco” de lo admitido, o de la humanizador, pero, en general, no pueden ser resueltas sino con un cambio en
reconciliación posible, en virtud de la acción mediadora de un otro. el conjunto de la vida. No estamos en la cosificación: vivimos así, somos eso.
Me interesa reservar el concepto de alienación para un efecto que se da en Sólo viviendo de otra manera podemos llegar a ser algo otro. O, para decirlo de
la inter subjetividad, aunque no aparezca, temporalmente, en la consciencia, o manera elegante, la cosificación y la reificación marcan el límite en que el simple
como consciencia1. Me interesa porque quiero establecer esta como una situación extrañamiento, en principio restaurable, se hace objetivo, es decir, son aspectos
de la enajenación.
1    En el concepto de subjetividad no cartesiano que me interesa usar, “sujeto” y “conscien-
cia” NO son sinónimos. Y menos aún “sujeto” e “individuo”. Se es individuo como resultado
de una particularización de lo que es, de manera universal, sujeto. Nunca un individuo es completamente sujeto. Siempre un individuo contiene más que su mera consciencia.

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En el primer libro de “El Capital”, Marx introdujo la idea de “fetichismo” de la otros o, a lo sumo, me miento para aparecer de un modo distinto ante otros. Pero
mercancía y es bueno, en los términos en que estoy tratando el problema, pre- ambos son fenómenos de la consciencia. Estoy en un error, no lo sé, pero puedo
guntarse qué relación podría haber, nuevamente en castellano, entre “reificación” llegar a saberlo. Miento, lo sé, pero puedo ser sorprendido, y puedo llegar a re-
y “fetichización”. Siguiendo el principio de exégesis que he establecido, se puede conocerlo. Conocer, reconocer, son cuestiones que son posibles en ambos casos.
reparar en el hecho de que la diferencia remite a la que habría entre las formas Frente a esto lo característico de la enajenación es que no sólo no sé, no reco-
de dominar de un rey (reificación), y de un fetiche (fetichización). Un rey es un nozco, la diferencia entre lo que digo y lo que hago, sino que no puedo reconocerlo:
ente secular, civil, moderno, revestido de una cierta legitimidad racional, o que hay un fuerte compromiso existencial que me impide saberlo o reconocerlo. La
linda entre lo racional y lo puramente ficticio. Un fetiche expresa el imperio de enajenación, como discurso, es un fenómeno inconsciente en el sentido freudiano.
una “razón irracional”, algo que irradia, sin que se sepa desde dónde, un poder No sólo no se sabe, sino que no puede llegar a saberse sólo por medio la cons-
hipnótico e inexplicado. El fetichismo, entonces, nos remite a un estado en que la ciencia. Y como situación, o como acto, es una situación objetiva, no depende,
simple dominación que la reificación establecía, de manera explícita, y en cierto en esencia, de mí. Me trasciende. No es que alguien esté enajenado, como si él
modo clara, ha desaparecido tras el velo de lo simplemente hipnótico, de lo que mismo pudiera no estarlo. Uno es su enajenación. Y no se puede dejar de estar
ha borrado su origen, y nos aparece como realidad por sí misma, cautivándonos y en ella hasta que no cambie lo que uno es. Para salir del error, o de la mentira, se
esclavizándonos a la vez. El término “fetichismo” introduce la metáfora religiosa, debe llegar a saber o reconocer algo, para salir de la enajenación debe ocurrirnos
una de las metáforas predilectas de Marx, para explicar el poder que lo dado llega algo, debe haber una experiencia, no propiamente, o primariamente, un saber.
a tener sobre nosotros: “tal como ocurre en la religión, así, en la sociedad...”. Y Una experiencia que nos saque de lo que somos y nos haga experimentar algo que
con esto nos hemos puesto ya en el campo de lo que, propiamente, debe llamarse no éramos, desde lo cual podamos llegar a saber lo que no podíamos saber. Este
enajenación. proceso, en general doloroso y catastrófico, es lo que se puede llamar autocon-
La enajenación es el estado objetivo en que nuestros productos, actos, obras, ciencia. El discurso de la enajenación es plenamente consistente con la situación
se han convertido simplemente en nuestros enemigos. Somos, en lo producido, que expresa, aunque desde fuera de esa situación se vea una diferencia flagrante,
un otro, que no sólo no reconocemos, sino que nos resulta ajeno. Ajeno en el e indignante. Es plenamente consistente porque no es un discurso sobre algo, sino
sentido enfático de enemigo, de algo que nos niega. Lo más importante de la que es, de una manera más profunda, ese algo mismo. Es una situación de vida,
enajenación, como concepto, es que es una situación objetiva, es decir, algo en un ámbito de la experiencia.
que estamos involucrados más allá de nuestra voluntad, buena o mala, o de nues- Desde luego el concepto inverso de la enajenación, que nos vuelve al principio,
tra consciencia posible. Hasta el punto de que hay en ella una diferencia objetiva a la objetivación, es el de reconocimiento. Sin embargo, es necesario distinguir el
entre el discurso y la acción, una diferencia que no sólo no se sabe, sino que no reconocimiento del otro como otro, es decir, el reconocimiento de la diversidad,
puede saberse desde sí. cercano a la tolerancia, del reconocimiento del otro como un sí mismo, es decir,
Es útil, al respecto, distinguir entre la mentira, el error y la enajenación. En de la solidaridad como producción mutua, del reconocimiento de la universalidad
los tres casos tenemos una diferencia entre el discurso y la acción: se dice algo y, del género humano en sus diferencias. Pero, en ambos casos, el reconocimiento, es
en realidad, ocurre otra cosa. En la mentira hay consciencia, hay interés: sé que más bien un estado del saber, o de la consciencia, que de la vida. Se trata de (vol-
miento. No tiene sentido decir que miente alguien que no sabe que miente. Y ver a) saber lo que no se sabía. Un estado de la consciencia que nos habilita para
me interesa: hay un compromiso existencial en el discurso que hago, algo en mi retomar la amistad perdida o no entablada aún. Pero no es la consciencia la que
existencia hace que me interese mentir. En el error no hay consciencia, ni interés. mueve al mundo. Saber que otro es un ser humano no nos hace necesariamente
No sé, desde luego, que estoy en un error, y no me interesa estarlo. El error es vivirlo como tal. Las bases objetivas desde las cuales la amistad es posible puede
subjetivo, depende de mí y del objeto. La mentira es inter subjetiva. Miento para contar o no con la consciencia. Puede haber consciencia y no amistad. Puede haber
amistad de hecho aunque no lo “sepamos”. Por esto el término relevante para
pensar la felicidad humana (y el comunismo) no es, como podría parecer a una

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mentalidad ilustrada, el de reconocimiento, sino el de reconciliación, que marca sobre todo si atendemos al origen que lo hace posible: la posibilidad del extraña-
de mejor manera el contenido existencial de la situación que queremos describir. miento deriva de la libertad humana, es decir, del que un particular siempre puede
Entre el reconocimiento y la reconciliación puede haber, perfectamente, un obstinarse en el no reconocimiento del otro. O, dicho de otra manera, surge de
mundo de distancias objetivas. Todos podríamos, en principio, ser amigos de la autonomía esencial de los particulares respecto del universal que los produce,
todos. Pero la historia humana es muchísimo más compleja que nuestras buenas aún en plena sociedad reconciliada. Lo he dicho así, y es importante recalcarlo:
intenciones. No se puede predicar, simplemente, el reconocimiento, es necesario el comunismo no es esa sociedad en que todos seremos felices, es la sociedad en
remover las trabas objetivas que lo impiden. Reconocer, aunque sea solidariamen- que ser feliz será plenamente posible. Como también será posible el sufrimiento
te, y seguir viviendo de la misma manera, es simplemente una hipocresía filantró- y, también, plenamente, la posibilidad de superarlo en cada reaparecer, en cada
pica. Ayuda al otro pero, fundamentalmente, ayuda a nuestra propia consciencia, obstinación. ¡Posible!, esa es la categoría lógica que es necesario entender para
nos tranquiliza... y el mundo sigue igual, aunque hayamos cambiado el curso de entender en qué puede consistir la libertad humana.
alguna de sus partículas. Quizás, por último, sea necesario agregar que creo que en el comunismo tam-
Por esto, al hablar de reconciliación, es necesario tener en cuenta un proceso poco desaparecerá la alienación, en el sentido inter subjetivo en que la he definido.
objetivo, un cambio en el modo de vida global del género, que crea el espacio en Es decir, dicho de manera coloquial, en el comunismo seguirán habiendo locos.
que el reconocimiento es posible. Un espacio en que el reconocimiento de sí de lo Dos cuestiones esenciales serán distintas, sin embargo, una es nuestra relación
universal se da a través de la autonomía de lo particular. La totalidad comunista no sustancialmente reconciliada con los locos, y con la locura en general, otra, la
consiste en identificar a los particulares en lo universal (cuestión que, justamente, posibilidad de que cada uno esté loco, y deje de estarlo, en marcos muy distintos
puede ser llamada totalitarismo), sino del reconocimiento de lo particular en la de las compulsiones actuales. Una nueva comprensión de la locura, es decir, de lo
universalidad que lo produce, le da sentido, en la universalidad del acto de pro- que sólo la impotencia histórica puede declarar como lo incomprensible.
ducción social en que resultan objetivados los sujetos y subjetivados los objetos.
Y si es así, entonces no estamos hablando de una reconciliación que opera desde b. ¿Saber la propia enajenación?: algunas objeciones mínimas
la consciencia, en el plano de la consciencia, sino de un cambio radical en el modo
Un área muy importante de observaciones y objeciones se ha planteado en
de ser del mundo, en su modo de producir la vida: la reconciliación sólo es posible
torno a esta idea de enajenación. A mí me parece que el punto principal, del
a partir de una revolución.
que derivan varios otros, es el siguiente: si la enajenación no es un estado de la
Esa es la que llamamos revolución comunista. Aquella que es capaz de ter- consciencia sino un modo de ser, si somos nuestra enajenación ¿cómo podemos
minar con la enajenación humana. El comunismo sólo puede ser tal si ha creado llegar a saber que estamos enajenados?, ¿no deberíamos coincidir con ella, incluso
el espacio en que se ha superado el fetichismo y la reificación, es decir, nuestra en nuestros saberes y formas de actuar? Aprovechando la manera en que esto
adoración a lo que los objetos tienen de simples objetos y, más en general, la fue planteado es posible hacer la siguiente distinción: no es lo mismo "saber" la
cosificación, es decir, un espacio en que llegamos a relacionarnos con las cosas enajenación que "percibirla". Todos percibimos la enajenación que nos constituye,
en virtud de la humanidad que contienen, y podemos, en ellas, a través de ellas, aunque no la sepamos. Hay evidencia, por decirlo de alguna manera, "empírica"
reconocernos unos a otros en el acto de producirnos mutuamente. El comunismo de que algo anda mal en el mundo como conjunto aún para los que resultan privi-
es ese espacio en que es posible ser feliz, porque el género humano en su conjunto legiados por el sistema de consumo. Se pueden invocar como ejemplos empíricos
se ha reconciliado. el stress, la frustración permanente, aún en las mejores condiciones económicas,
Pero es clave, es políticamente esencial, algo que ya he advertido. El comunismo la degradación global de los niveles de vida, aún cuando los niveles de vida parti-
no superará, ni puede superar, la posibilidad del extrañamiento. Esto es esencial culares mejoren. Se puede mencionar como evidencia "la mediocridad galopante
de la vida".

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Esta línea de argumentación, por supuesto, no hace sino multiplicar las pre- destinadas a la terapia, es cada vez menor. Y esto se traducirá tarde o temprano
guntas. ¿Cómo se pasa del "percibir" la enajenación al "saberla"?, ¿cómo se puede en una rebeldía de nuevo tipo.
saber que alguien sabe su enajenación y, en cambio, otros no la saben?, ¿hay Pero, aún concediendo la realidad de estas contradicciones: ¿no podría ocurrir
unos más enajenados que otros, hay una vanguardia no enajenada o, al menos, que las condiciones objetivas empeoren, globalmente y localmente, de manera
una vanguardia lúcida dentro de la enajenación?, ¿cómo se genera la voluntad de indefinida, o hasta la catástrofe, sin que haya nunca una conversión de esas con-
cambios desde la enajenación?, ¿desde dónde se puede hablar de la felicidad sin diciones en subjetivaciones de tipo revolucionario?, y por otro lado, ¿es cierto que
que esto no sea más que una pretensión metafísica, o totalitaria?, ¿es suficiente la podemos meternos al problema, nada menos, que de la felicidad humana, para
constatación de que hay un cierto "malestar en la cultura" para esperar que pueda poder hacer una crítica del sistema de dominación imperante?, ¿qué nos asegura
convertirse en algún momento en voluntad revolucionaria? que esa crítica no sea simplemente una metafísica entre otras?
Para abordar estos problemas, al menos en una primera aproximación, quizás Creo que la lógica que subyace a estas preguntas es la de que debería haber
es útil recordar la clásica distinción entre "contradicciones objetivas" y "contradic- algún tipo de garantía, teórica o práctica, de que la revolución, o al menos la rup-
ciones subjetivas". Voy a partir por allí, para luego distanciarme de ella y ver qué es tura progresista del continuo represivo, es posible. Ante ambas interrogantes, en
lo que caracteriza al momento actual, a la dominación altamente tecnológica. La este plano, mi respuesta es que, simplemente, no es posible encontrar garantía
idea es en principio simple, y perfectamente clásica: el agravamiento progresivo práctica alguna, y mucho menos en la teoría. No es posible "demostrar" que la
de las contradicciones estructurales del sistema burocrático es el terreno en el revolución es posible (en el sentido coloquial de la palabra) ni sobre un papel,
cual pueden aparecer procesos de subjetivación que apunten hacia la superación ni a partir de una visión iluminada de los procesos sociales reales. Esto implica,
del sistema como conjunto. en una obvia y radical diferencia con el marxismo clásico, que no creo que en la
Dos tipos de contradicciones me parecen centrales. El primero es el que hay posibilidad del comunismo haya necesidad alguna, en el sentido filosófico de la
entre la degradación global del nivel de vida y el empeoramiento dramático de palabra. O, también, que creo que la humanidad podría derivar de la sociedad de
los niveles de vida particulares entre los excluidos, por un lado, y el mejoramien- clases a la sociedad de clases, de la estupidez y la crueldad a cada vez más es-
to significativo de los niveles de vida de los integrados, por otra. Cada más vez tupidez y crueldad, eternamente, sin que nunca lleguemos a ese presunto "otro
estamos en un mundo en que la vida es más difícil y molesta para todo el mundo. lugar", tan católico, que nos ofrecen los socialismos utópicos de todas clases. En la
Cada vez las frustraciones a ambos lados de la brecha del consumo son mayores. posibilidad del comunismo no hay más necesidad que la que la voluntad humana
pueda poner, para llevar su propio ser más allá de sí misma. No creo, dicho en
El segundo es el que hay en la forma concreta del trabajo altamente tecnológi-
otro lenguaje, muy conocido, en que "las ruedas de la historia aplastarán a todo
co. La necesidad de que haya cada vez menos trabajadores y, a la vez, cada vez
el que se oponga a ellas". Más bien creo que se han dedicado sistemáticamente
más consumidores, lo que obliga al sistema establecido, a multiplicar los empleos
a aplastarnos a nosotros.
estupidizantes, redundantes, improductivos, cuestión que se proyecta tarde o
temprano en la actitud de los trabajadores frente a sus trabajos. La aparición de Sin embargo, el simple afirmar que no se puede encontrar garantía teórica algu-
un cansancio de nuevo tipo que, dada la altísima intensidad del trabajo, se traduce na para la posibilidad del comunismo -- afirmación que, en realidad no es "simple"
cada vez en mayores errores, o en errores de proporciones cada vez mayores, en ningún sentido -- en realidad elude el problema, no lo responde satisfactoria-
que traban al conjunto de la cadena de producción, produciendo verdaderas crisis mente. Porque podría ser que lo que esas preguntas piden no sea una "garantía",
cíclicas de incompetencia y fallo. Lo que obliga a su vez a un trabajo de integración a la manera filosófica de las "garantías", sino un mínimo de, por decirlo de una
subjetiva de nuevo tipo del trabajador a su medio de trabajo, lo que se traduce en manera provisoria, "verosimilitud" a la idea de que puede encontrarse un punto
nuevas y riesgosas cuotas de enajenación. El límite entre estar dentro del "espíritu de quiebre al continuo represivo de la enajenación, o a la idea, más problemática
de la empresa" y la deslealtad, la traición, consideradas como anomalías subjetivas, aún, de que puede distinguirse de manera razonable entre el agrado enajenante
y la felicidad humana.

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Si se entiende, como ya está dicho más arriba, que no se trata de garantía en guerra, sino que de vivir, además, mediocremente. La voluntad puede poner
teórica alguna, creo que sí se pueden responder ambas cuestiones de manera potencial político en esta contradicción. Es necesaria una teoría que ayude a la
verosímil y razonable. En cuanto al primer problema, creo que no tendría porqué voluntad a ver ese potencial político posible. Y eso es lo que llamo "marxismo de
haber ningún privilegio metafísico de la realidad de la enajenación por sobre la po- nuevo tipo", y es en ella que el problema de la felicidad es, como nunca antes en
sibilidad de su superación. Este pesimismo algo masoquista me parece el perfecto la historia, efectivamente central.
inverso, decadente, del optimismo triunfalista, que siempre tiende al totalitarismo,
de la afirmación contraria. Tal como no hay garantía para la felicidad humana, no
3. El Comunismo
veo porqué tendría que haber algo del mismo tipo para la infelicidad permanente.
a. Pensar el comunismo
Quizás algún filósofo invoque en este punto el "descubrimiento" de la finitud
humana. Sin embargo no veo porqué la idea de felicidad tenga que ser asociada Pensar en la ruptura posible del continuo represivo no es sino pensar en la
a alguna infinitud, o un estado de transparencia perfecto, de conocimiento total, verosimilitud y en la viabilidad del comunismo. Es necesario pensar una vez más
o de telepatía que haga innecesaria las mediaciones. Tanto la "finitud", que se en el comunismo. El socialismo, y sus fórmulas de transición, ha resultado ser una
lamenta como inevitable, como la "infinitud" que se critica como imposible, en de las formas del nuevo dominio de clase. El radicalismo vanguardista, más allá
estos casos, no son sino categorías del universo conceptual filosófico moderno, de su progresiva fragmentación, no hace sino moverse en las coordenadas que
incapaz de cualquier sutileza que sugiera ambigüedad, o mezcla, y que prefiere la este nuevo dominio de clase hace posible, y maneja mejor. Un horizonte revolu-
resignación al imposible antes que el riesgo de poner a la voluntad a hacer posible cionario exige, en cambio, volver a pensar tanto el concepto como la posibilidad
lo imposible. Es cierto que el mundo podría empeorar cada día más, como de hecho efectiva del comunismo. Tanto su fundamento, como los indicios en la realidad
parece ocurrir. Pero no es menos cierto, para la teoría, que podría ser también que lo hacen imaginable para la voluntad. Pero tanto ese fundamento, como esa
radicalmente mejor. Lo que ocurre, justamente, es que el problema no es teórico viabilidad posible exigen a su vez pensar desde una nueva lógica, que vaya más
o, no se puede resolver en la teoría, es, "simplemente", un problema político. allá de las dicotomías simples que presiden tanto al pensamiento ilustrado como
al romanticismo y, más allá, tanto a los neo romanticismos como a las nuevas
Pero, más directamente, la ruptura del continuo de la enajenación y la re-
formas, radicalmente desencantadas, de la Ilustración.
presión, aún en sus formas de enajenación confortable y tolerancia represiva,
puede romperse perfectamente cuando el delicado equilibrio entre lo que esta La primera condición para pensar hoy en el comunismo es ir más allá de las
sociedad promete, lo que da efectivamente, y lo que podría dar se derrumbe hacia nociones de homogeneidad consumada, o individualidad consumada, entre otras
el encuentro entre la desesperación de los que realmente no consumen nunca cosas, y no la menor, porque el sistema mismo ya ha ido más allá de ambas, ridi-
con la desesperación de los que no logran del consumo lo que humanamente culizándolas, o vaciándolas de contenido. Clásicamente la oposición se ha movido
esperaban. El mismo hecho de que la comunicación social prometa la apariencia en el horizonte de lo que el poder puede dar, pero no ha dado aún. Ante un poder
de la felicidad, bajo la forma del consumo, o de la enajenación directa, pura y homogeneizador, capaz de subir sustancialmente los niveles de vida de grandes
simple, contiene una contradicción, pues establece un horizonte respecto del sectores de la población mundial, lo que se pedía era igualdad, mayor acceso al
cual toda realidad establecida, cotidiana y global, aparece como frustrante. Es el consumo, casa, comida, educación para todos... homogeneidad. Cuando este
hecho de que prometan tanto, de que hagan una ostentación tan escandalosa, poder reveló sus aspectos totalizantes, su abrumadora monotonía, sus técnicas
de que afirmen que es posible cualquier imposible, justamente el que los pone en de disciplinamiento científicas, lo que se pedía era el reconocimiento de las dife-
peligro. El peligro de la delincuencia, de la guerra general, fragmentaria, extendida rencias, el derecho a la individualidad real... anti homogeneidad.
y microscópica, de los excluidos contra los integrados, es un mero síntoma de lo Aún es posible hoy poner el énfasis en los enormes sectores de la población
que podría ocurrir si los mismos integrados terminan por cansarse no sólo de vivir mundial que no acceden al mejoramiento de sus niveles de vida, y parecen alejarse

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cada vez más de ello. Y ciertamente es posible aún el reclamo contra la totalización comunismo como un estado de universalidad diferenciada, en que lo particular es
y el disciplinamiento. Es cierto que el reverso de la abundancia de unos sectores es producido, y sin embargo conserva su diferencia como negatividad irreductible.
la espantosa pobreza de otros. Y es cierto que el reverso de la diversidad aparente Si se observa la secuencia que va desde “objetivación” hasta “enajenación”,
es su administración y vaciamiento. Sin embargo, hay que ver más allá. Hay que se verá que hay una especie de “agravamiento” del problema, que culmina en la
ver los nuevos poderes que se mueven en las posibles, o aparentes, soluciones enajenación. La objetivación, básica, esencial, es nada menos que la forma activa
de estos problemas. Y hay que proponer una perspectiva que vaya más allá de lo del Ser, en una ontología, por cierto, poco convencional. El extrañamiento es una
local y lo reivindicativo. Una perspectiva revolucionaria. dimensión esencial a la objetivación, sin la cual la diferencia interna no sería una
La humanidad cuenta hoy con más recursos técnicos y productivos que en diferencia real, sino que podría ser reabsorbida por lo universal homogeneizador.
ninguna otra época histórica. La productividad del trabajo crece constantemente. La alienación y la cosificación son dimensiones intersubjetivas, que derivan de
La producción efectiva, la suma de los bienes crece, por mucho que se destruya situaciones históricas, que no tendrían porqué ser esenciales. La enajenación es
en el despilfarro y en el consumo suntuario. La diversidad manipulada contempla la forma de la historia de la sociedad de clases, la forma activa de la prehistoria
ahora, más que nunca, un espacio para los mecanismos democráticos, por mucho humana.
que hayan sido sectorizados y vaciados de contenido. Esta es, creo, la amplia base Puestas las cosas en estos términos sostengo que el comunismo es un estado
material que hace posible y consistente una política reformista. Podemos salvar el de la historia humana en que la enajenación, la alienación y la cosificación, han sido
medio ambiente, podemos llevar la abundancia a todo el planeta, podemos hacer superadas. Pero sostengo que es también un estado que conserva la dimensión
que la vida en las ciudades sea más humana. El asunto de fondo, sin embargo, esencial del extrañamiento, de la diferencia real, del conflicto. El comunismo no
es si la humanidad está realmente en juego en todas estas operaciones, o si no es un estado de felicidad general y homogénea, sino uno en que la felicidad es
resulta, en cambio, que no hacemos otra cosa que vehiculizar y funcionalizar un posible. No es una sociedad en que no hay problemas, sino una en que los proble-
nuevo dominio, nuevas formas de enajenación. mas pueden resolverse. No es una sociedad en que los particulares se hacen uno
Un horizonte comunista permitiría resignificar la dirección y el contenido de con lo universal, sino una sociedad en que lo particular puede reconocerse en el
toda política reformista, allí donde estas políticas son, evidentemente, necesarias. universal que lo produce y le da sentido.
Se trataría de dar un contenido auténticamente humano a los cambios, sean estos Dos cuestiones, entonces, son necesarias. La primera es establecer bajo qué
radicales o no. La cuestión, por lo tanto, cuando se trata de poner nuevamente condiciones técnicas, bajo qué formas del trabajo, una situación como esta es po-
el problema del comunismo en discusión, es qué forma tendría una sociedad au- sible. La otra es qué contenidos pueden darse a ese reconocimiento posible entre
ténticamente humana. los particulares producidos. Creo que Herbert Marcuse fue uno de los muy pocos
Sostengo que una clave importante para esto es la idea de universalidad inter- pensadores marxistas que se atrevió a plantear ambos problemas, y desarrollo,
namente diferenciada. Se trata de pensar más allá de la homogeneidad consuma- en lo esencial, sus proposiciones.
da, que supone la felicidad general sin diferencias, y más allá de la individualidad Marcuse planteó seriamente, por primera vez, que una consecuencia subversi-
consumada, que supone a los individuos como los sujetos de la felicidad posible. va del trabajo altamente tecnológico era la progresiva disminución de la jornada
Es necesario distinguir, en términos lógicos, la mera diversidad, susceptible de ad- laboral socialmente necesaria para mantener la reproducción del sistema. Un
ministración, la diferencia pura, en que la relación es exterior a los términos, de la problema que en los años sesenta no se veía, y que apenas treinta años después ya
diferencia interna, en que una totalidad se realiza en la acción de los particulares es visible: el aumento potencial del tiempo libre, debido a los aumentos revolucio-
que produce, y a los que da sentido. Es necesario distinguir “totalización”, en que narios de la productividad. También sabemos hoy cómo el sistema ha tratado de
los particulares son homogeneizados por lo universal, de “totalidad”, en que la evitar las consecuencias explosivas de esta situación. Una forma es simplemente
universalidad consiste en el operar de una diferencia interna. Propongo pensar al marginando de la producción a enormes y crecientes sectores de la población,

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manteniendo lo que podría llamarse un “pleno empleo neo keynesiano”, es decir, abstractos, puede llamarse negatividad. La cuestión aquí es de tipo lógico: la vo-
una política de pleno empleo, con jornada completa entre los integrados a la luntad no se caracteriza por poseer una negatividad intrínseca, o por el que esa
producción moderna, combinado con la cesantía crónica y absoluta de enormes negatividad sea de tipo erótica, sino que, de manera esencial, es eso. La voluntad,
sectores marginados. La otra es el crecimiento estratégico de la industria del es- la negatividad, el erotismo generalizado, son la misma cosa. Y el mérito de ese
pectáculo que administra ese tiempo libre, controlándolo de manera confortable matiz que llamamos erotismo es que refiere el núcleo de la voluntad a experiencias
entre los integrados, y a duras penas entre los marginados. intuidas, experimentadas, cotidianamente. A menos, claro, que no hayamos sido
El aumento de la productividad es, sin embargo, una cuestión permanente, completamente anestesiados por la vida mediocre. Y es a esa coincidencia activa
y de fondo, en un sistema industrial altamente tecnológico. De tal manera que entre negatividad, voluntad y erotismo, a la que se puede llamar propiamente, de
la presión sobre el tiempo de trabajo sigue y aumenta. En una sociedad comu- nuevo en una lógica no convencional, “sustancia”: una sustancia que es sujeto,
nista, con un altísimo desarrollo tecnológico, la jornada de trabajo socialmente como lo ha pensado Hegel.
necesaria para reproducir el sistema se reducirá radicalmente, tanto en términos La presión sobre el tiempo de trabajo socialmente necesario, y la vinculación
cuantitativos como cualitativos. Por un lado el tiempo de trabajo socialmente profunda entre el agrado administrado, por muy frustrante que sea, y el erotismo
necesario será sustancialmente menor que el tiempo de trabajo libre. Por otro el que constituye a la voluntad, son las fuerzas materiales que hacen que el comu-
tipo de trabajo socialmente necesario será sustancialmente más humano que el nismo sea una idea verosímil. La locura de la voluntad comunista no es, ni más ni
actual. La reducción cuantitativa hará posible que el espacio del reconocimiento menos, que la que el poder decreta para los que sospechan las claves de su supe-
y auto producción, el espacio de intercambio auténticamente humano ocupe la ración. Una revolución anti capitalista y anti burocrática es posible. No soñamos
mayor parte de nuestras vidas. La reducción cualitativa hará que el espacio del sino aquellas cosas para las que, de una u otra forma, ya existen las premisas ne-
trabajo socialmente necesario sea también un espacio de reconocimiento de los cesarias de su realización. Toda reivindicación reformista, toda iniciativa radical,
particulares con el género que los hace posibles. Se puede concluir este razona- puede inscribirse en el horizonte de la revolución comunista. Y yo creo que los
miento así: por primera vez en la historia humana el comunismo es técnicamente que creen que el comunismo es posible deberían rescatar este nombre, antiguo
posible, nuestra responsabilidad, por tanto, se hace, por primera vez también, y noble, del estigma burocrático, o de la sonriente dominación que lo ridiculiza.
completamente política.
El último problema es quizás el primero, y el más grande. Es el problema de qué b. El comunismo es necesario
contenido dar al movimiento del reconocimiento humano e, incluso, si se puede
Puestas las cosas en los términos anteriores, podemos hoy decir por qué una
hablar de un contenido semejante, es decir, de si hay propiamente un contenido
revolución es necesaria, y no simplemente una perspectiva reformista. Y por
que realizar. Sigo a Marcuse otra vez en la idea de que un erotismo generalizado,
qué la revolución es posible, en el sentido de indicar qué aspectos de la realidad
receptivo, pacífico, puede ser pensado como sustancia de la negatividad especí-
apuntan hacia su posibilidad.
ficamente humana.
Clásicamente la necesidad de la revolución se enunciaba a través de las que se
Es necesario sostener que una sustancia así es posible y realizable. Y hay dos
llamaban "contradicciones fundamentales" del sistema. Hoy también es posible
palabras en esta afirmación que deben ser enfatizadas: “necesario” y “sustancia”.
ese ejercicio. En primer lugar, como ya he indicado más arriba, la revolución
“Es necesario” significa que no es para el saber que habría una sustancia tal, sino
es necesaria, por la guerra no convencional, permanente y soterrada, entre los
para la voluntad, que, en su realización, se confirma a sí misma. El impulso de un
integrados y los excluidos del sistema de la producción moderna, contradicción
erotismo generalizado pacífico no es una constatación de la voluntad, sino su
esencial, respecto de la cual los reformistas siempre llegarán atrasados con su
misma esencia. Es, con las connotaciones sexuales que esa expresión implica,
filantropía, mientras sigue, sin tregua, el exterminio de los pobres más pobres
el ser y motor a la vez, de una voluntad que, en términos lógicos, meramente

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del planeta. Es decir, para decirlo en los términos que he definido en el apartado en Inglaterra, o del automóvil en Alemania.
anterior, la enajenación en la pobreza se agrava como nunca antes en la historia En quinto lugar, hay una contradicción entre el aumento radical de la
humana. intensidad del trabajo y las posibles pérdidas por fallos en la cadena productiva
desagregada, articulada a nivel internacional. Esto genera dos cuestiones graves.
En segundo lugar, hay una contradicción profunda entre el aumento de la Una es que el sistema de la producción se hace tan complejo que es cada vez
calidad de vida a nivel particular y la degradación general del ambiente, es decir, más inmanejable, y los más simples errores redundan en fallos catastróficos, con
de las condiciones en que esas vidas se desarrollan. Cada vez es más cómodo vivir enormes pérdidas de capital. El caso de las centrales nucleares es ejemplar. El
en un mundo en que ya no vale la pena vivir. Cada vez es más fácil tener auto en caso de los sistemas de tránsito, o de teléfonos, o de agua potable, en las grandes
un mundo en que es cada vez más frustrante viajar en auto. Cada vez nuestros ciudades, es cotidiano. Las pérdidas gigantescas de capital financiero generadas
sistemas de ventilación hogareños son mejores, y cada vez procesan más smog. por errores, voluntarios o simplemente inesperados, que se propagan por un
sistema altamente interconectado, son cada día más comunes. Los colapsos en
Esto encuentra, a su vez, su fundamento, en la contradicción, más profunda,
los sistemas computacionales que manejan la información en los aeropuertos, en
entre la posibilidad creciente de acceso al consumo y la frustración que produce el
los bancos, en los sistemas de noticias, son cosa de cada día.
consumo, aún cuando es gozado. Es decir, encuentra su fundamento en el hecho
de que el agrado que produce el consumo es frustrante, se traduce en mediocridad Pero, por otro lado, la altísima intensidad del trabajo y, en general, de
de la vida, en fragmentación, en stress. Y este es un punto crucial en que estamos la vida diaria, genera un nuevo tipo de cansancio, no simplemente físico, muy
muy lejos de los cálculos de Marx: hoy es perfectamente posible la enajenación, distinto al cansancio clásico. Un cansancio neuro muscular, que se expresa en
y el dolor de la enajenación, en medio de la abundancia. enfermedades psicosomáticas endémicas, que afectan directamente a medios de
producción que requieren del involucramiento subjetivo del trabajador en la tarea
En cuarto lugar, hay una contradicción a gran escala entre la reducción pro-
de producción. Al respecto quizás conviene recordar en este punto la idea muy
gresiva del trabajo socialmente necesario, por la alta tecnología, lo que produce un
clásica, del marxismo clásico, de que habría una contradicción principal entre las
sistema de altísima productividad, que genera enormes cantidades de productos,
muchas contradicciones del sistema. Esa era, por cierto, la contradicción burgue-
y que requiere, en cambio, cada vez menos trabajadores, que serían, al menos
sía - proletariado. Hoy creo que la contradicción principal sería entre los grandes
en principio, los que, a través de sus salarios, podrían comprar todos esos bienes.
burócratas, administradores del mundo, y los productores directos. Sin embargo,
Esto obliga al sistema a mantener la capacidad de compra a costa de crear trabajos
esa vieja idea tenía, en realidad, dos componentes. Por un lado se apuntaba al
improductivos o suntuarios, trabajos inútiles, cuya única funcionalidad económica
hecho objetivo de la contradicción de clase, pero, por otro lado, se apuntaba a
es que permiten la capacidad de compra que hace posible realizar el capital inver-
una cuestión subjetiva: a la burguesía como representante de un modo de vida. Se
tido. Empleos estupidizantes, autolegitimados, inerciales, en los que hay que estar
podía criticar a alguien por “ser burgués”, y eso connotaba individualismo, egoísmo,
constantemente levantando el ánimo para que no aflore la mediocridad general,
falta de cariño real por los demás. Si se me preguntara, en el mismo plano, cual
la tautología del sin sentido, sin más racionalidad que la irracionalidad del mundo.
es hoy la contradicción principal subjetiva en el sistema de la dominación buro-
No hay que olvidar, sin embargo, en este punto, que la capacidad para generar crática, yo diría que es la mediocridad de la vida. Pueden tener sus autos, pueden
empleo improductivo tiene límites o, en la práctica, es muchísimo más lenta que tener sus computadores y sus equipos de sonido, pueden sentirse buenos y vivir
lo que los reformistas quisieran, de tal manera que un efecto inmediato de esta cómodamente, pero de todas maneras viven como perros, y los saben, en el fondo
contradicción es que cada día se incrementan, al menos en sentido absoluto, nu- lo saben. Unos viven como perro Fifí, faldero, servil, disponible para los cariños
méricamente, los excluidos de la producción moderna, sobre todo en las regiones y las patadas aleatorias del poder. Otros simplemente como perros callejeros,
de industrialización clásica, lo que ha generado la aparición de enormes bolsones juntando cartones, o pidiendo eternamente trabajo, por mucho que los alcaldes
de tercer mundo en lo que era el primer mundo, como en las ciudades del acero de derecha los hayan convencido para votar por ellos.

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El cansancio de nuevo tipo, no sólo entre los que trabajan frente a interfases La revolución es posible porque ya existe la capacidad tecnológica suficiente
de enorme intensidad productiva sino, incluso, entre los que no trabajan, y viven como para repartir el trabajo socialmente necesario, reduciendo sustancialmente la
el cansancio permanente de ver día a día como los otros consumen, hace que la jornada laboral socialmente obligatoria para mantener la productividad moderna,
industria del espectáculo adquiera un carácter estratégico. Sólo un enorme circo, y aumentando sustancialmente el tiempo libre de los ciudadanos. Y existe la capa-
llevado directa y eficientemente casa a casa, una enorme feria de variedad ilusoria cidad tecnológica suficiente como para hacer sustancialmente más humano ese
y de olvido, puede mantenernos amarrados a la torpeza de la vida mediocre, y lo trabajo socialmente obligatorio, que ocupará una parte menor en nuestras vidas.
hace, y lo hace con mucha eficacia. Y existen los técnicos, los trabajadores altamente cualificados que pueden hacerlo.
Es importante notar que todas estas, a las que he llamado “contradicciones La revolución es posible porque ya es posible la completa articulación del mer-
básicas” del sistema, tienen relación directa con la subjetividad o, más exacta- cado mundial, a través de la extensión masiva y revolucionaria de los estándares
mente, intentan ligar datos estructurales “objetivos” con los efectos subjetivos de vida más avanzados hasta cubrir a todos los sectores de la población humana.
que se seguirían de ellos. Este procedimiento es esencial, tanto teórica como Existe la tecnología adecuada como para democratizar radicalmente las comuni-
políticamente. Desde un punto de vista teórico el punto es que nunca, ninguna caciones y la educación, el acceso a la cultura y a la salud, el acceso a la vivienda,
contradicción que pueda llamarse “objetiva”, puede convertirse en fuerza social de y la construcción de ciudades a escala humana, en que se pueda vivir realmente
cambio si no es por los efectos que produce sobre la subjetividad. Si se trata de la cara a cara, sin estar por ello desconectados del sistema mundial de producción
revolución, no simplemente de la ceguera del automatismo histórico enajenado, altamente tecnológica.
el efecto de la dominación sobre la subjetividad es esencial. Y, por lo mismo, este La revolución es posible porque existe la capacidad tecnológica como para
es también un punto esencial desde un punto de vista político. Se trata, en una contraponer a la diversidad simple, y manipulada, una universalidad del género,
sociedad altamente tecnológica, de encontrar las contradicciones que puedan diferenciada, de particulares autónomos, que adquieren sentido en su pertenencia.
mover a la voluntad sobre todo en sectores sociales en que la pobreza “objetiva” Estos tres primeros puntos se pueden resumir así: la revolución es hoy, desde un
no es necesariamente apremiante. punto de vista técnico, plenamente posible.
Esto implica una visión claramente definida de lo que puede ser el comunismo.
c. El comunismo es posible Es una sociedad en que el tiempo de trabajo socialmente necesario para mantener
Cuando digo que la revolución es posible no quiero referirme a las circunstan- el sistema de la producción altamente tecnológica a nivel mundial ha sido reparti-
cias políticas concretas que la acercan o la alejan de nuestro horizonte cotidiano. do, a partir de una amplia democratización del saber, haciendo que la jornada labo-
Tampoco Marx sacó cuentas tan contingentes. No podía hacerlo, no necesitaba ral socialmente obligatoria sea sustancialmente menor que el espacio del tiempo
hacerlo. Lo que necesitamos es mostrar que ya están dadas en el mundo las con- libre. Es decir, que habrá superado las compulsiones que creaba la división social del
diciones que hacen posible el comunismo, y que existe, en la realidad, un horizonte trabajo en la prehistoria humana. Una sociedad en que el trabajo obligatorio será
para la política, por mucho que la tarea aparezca como lejana y enormemente sustancialmente más humano de lo que es hoy día, y en que el tiempo libre estará
difícil. No vamos a la revolución porque creamos que vamos a ganarla, vamos ocupado por el trabajo libre, y no por la industria del espectáculo. Una sociedad en
simplemente porque creemos que es necesaria, y creemos que es preferible correr que es la belleza, y no la verdad, el centro de su forma ideológica. Una sociedad en
el riesgo que seguir amarrados a esta libertad ilusoria que es la tolerancia repre- que la erotización general de las relaciones sociales permitirá el reconocimiento
siva. Los oportunistas, los políticos, y los canallas, sólo dan las peleas que pueden humano sin más mediación que el trabajo libre, y en que el sexo reerotizado es
ganar. Los caballeros, en cambio, los revolucionarios, y los ingenuos, damos las una opción, más que un dato de la dominación, naturalizado por el poder. Una
peleas que debemos dar. sociedad en que habrá desaparecido la enajenación, y en que el extrañamiento
y la alienación son plenamente restaurables, aunque aparezcan una y otra vez.

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Una sociedad en que los productores directos controlarán democráticamente la Para poder pensar en la posibilidad de distinguir a la felicidad como un estado,
producción social. Una sociedad de seres humanos libres. o modo del ser distinto de la enajenación, es necesario recurrir, en el plano de la
Sin embargo la posibilidad sólo puede hacerse real si hay una voluntad que la teoría, a una idea fuertemente no cartesiana de sujeto, en que se pueda distin-
promueva. Para poder creer que esa voluntad es posible es necesario creer que el guir claramente entre placer y agrado. Si esto huele a Freud y a Hegel, si huele a
cansancio, el hastío, el gris sofocante de la vida mediocre, la guerra permanente Marcuse, no es, desde luego, mera coincidencia. Estas filiaciones, sin embargo,
con los excluidos, la degradación general de los estándares globales de vida, le no me importan en absoluto, salvo como "cantera de ideas", más allá de la cual
ponen un límite a lo que la industria del espectáculo pueda administrar. Que la voy a interpretar los conceptos simplemente como crea que son más adecuados
enajenación del agrado frustrante tiene un límite. Y que ese es el fundamento para que la voluntad pueda tener ojos y palabras.
desde el cual esa voluntad revolucionaria puede formarse. Existen las condiciones Es perfectamente posible, desde un punto de vista teórico, hacer una distinción
objetivas, puede existir la vida política concreta que la realice. entre placer y agrado, y mostrar, ahora con evidencias prácticas, que el agrado
Para que esa voluntad revolucionaria sea posible es necesario, en primer térmi- es frustrante. Es posible relacionar tanto el placer como el agrado con el deseo,
no, ir más allá de la derrota, y de las infinitas secuelas de desencanto, académico, pero es posible también mostrar que sólo el placer realiza a la humanidad de esa
cotidiano, político, que nos ha dejado la derrota. Dar un salto hacia el futuro, manera que puede llamarse "felicidad" y que, en cambio, el agrado tiene un límite,
abandonar esas experiencias que no son sino nuestros fracasos, inventar, empe- tanto interno como externo.
zar de nuevo. La cuestión filosófica de fondo aquí es la consideración de que el erotismo es
Es necesario dar una batalla en el campo de la subjetividad, que es el campo en constitutivamente humano. Y es necesario, para especificarla, distinguir entre
que actualmente se consuma el dominio, por debajo de la consciencia. Y esa batalla formación y producción o constitución. Cuando se dice que algo se ha formado,
se puede dar a través de una radical erotización de la vida política y cotidiana. supone que hay un material y que se le dio forma. Cuando se dice que algo se ha
Una erotización que llene de vida a la sexualización cosista y manipuladora, una constituido, no se supone que hay un material, sino que apareció algo. El erotismo
erotización que ponga a la belleza en el centro de nuestras luchas. Una batalla es constitutivamente humano en el sentido de que no es que los seres humanos
en que se reconozca, más allá de la diversidad manipulable, a la gran humanidad, tengan erotismo, sino que los seres humanos son erotismo. Una manera de decir
que es el universal que nos congrega. Erotización y universalidad, dos cuestiones eso es decir que el sexo no es natural. Si el sexo fuera natural, entonces los seres
de fondo que el sistema no puede dar. humanos tienen sexo. En cambio, si el sexo no es natural, los seres humanos son
el sexo. Pero es necesario, a la vez, conciliar esa afirmación con otra, que es que
el sexo es una especialización del erotismo.
4. Un antiguo concepto nuevo de subjetividad
Hacer esta especificación es importante porque, en rigor, no hay placer sin
a. Placer y agrado agrado, no hay erotismo sin sexo. De lo contrario estaríamos hablando de esas
Pero si se trata de una batalla en el campo de la subjetividad, éste mismo tér- aberraciones platónicas a las que suele llamarse "placeres espirituales" o, peor
mino no puede quedar sin especificación. Es necesario hoy, como nunca antes, aún, de un horizonte de "pobreza evangélica", tan típico del buen corazón de los
establecer bajo qué condiciones específicamente subjetivas se puede hablar de socialistas utópicos. No hay placer sin agrado. Es decir, no hay placer sin mediación.
felicidad, y de qué manera es posible distinguir esa felicidad a la que aspiramos Y el cuerpo, que es el lugar del sexo, aunque sólo sea la sede del erotismo, es la
de la que se nos presenta cotidianamente como logros y posibilidades dentro principal mediación, la más directa.
del sistema de dominación. De manera inversa y correspondiente, no podremos La diferencia, al revés, es que perfectamente puede haber agrado sin placer,
especificar en todo su vigor qué es lo que entendemos por enajenación sino por
es decir, una mediación, en el cuerpo, con el objeto, que promete y no realiza.
referencia a un concepto positivo de felicidad respecto del cual contraste.
Para que haya placer lo implicado en el intercambio debe ser la sustancia eróti-

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ca, lo específicamente humano, debe haber reconocimiento humano, es decir, placer es la universalidad del género, éste agrado no conduce sino a la frustración.
reconocimiento de mi deseo en el deseo del otro. Sin este reconocimiento de la No se logra encontrar en el la aspiración a ser el todo que es constitutiva de la
presencia de mi deseo en el otro el agrado es frustración, y queda diferenciado universalidad. El deseo ha sido coartado hasta reducirlo a la pura mediación, en
claramente del placer. que se detiene, la frustración conduce a la compulsión de repetir la experiencia
Es necesario, sin embargo, establecer qué es lo que se desea en el deseo que que promete, y que no logra producir lo que promete. La repetición de la expe-
esperamos convertir, o expresar como voluntad. Esta es una idea que se ha dicho riencia dolorosa de la frustración del deseo de totalidad, es el síntoma de un es-
muchas veces: si el placer es pensado bajo la lógica del deseo, es decir, si se en- tado social en que los seres humanos no pueden encontrarse como tales, en que
cuentra la satisfacción en el deseo del otro, ser en ese deseo, más que aniquilarlo, han enajenado mutuamente la humanidad que querían realizar. No es imposible
sería la satisfacción. El placer está interesado en conservar el objeto del deseo. ser feliz. Las condiciones de la posibilidad o la imposibilidad de la felicidad son
El deseo no anula al otro en la unidad del placer aniquilándolo sino que, precisa- puramente históricas.
mente, conservándolo como un sí mismo en la unidad. No es lo mismo aniquilar Pero ¿se le puede decir a alguien que vive su agrado que no es feliz? El principio
la otredad del otro que aniquilar al otro mismo. Pero, para hacer esta diferencia, de esta pregunta es erróneo. Es una pregunta que supone que el lugar en que la
es necesario conceder que el otro no está constituido sólo como otredad, como felicidad puede realizarse es el individuo. Se pregunta entonces por la experien-
finitud externa, en último término trágicamente inaccesible, como ocurre en cia privada, individual, y se la usa como parámetro. Pero los individuos no son ni
ciertos discursos "post". Es necesario conceder que hay un sí mismo en el otro que reales, ni relevantes, en la experiencia que se puede llamar felicidad. Lo que es real
permite su conservación en la unidad, es decir, que el otro es un ente de nuestra es siempre el particular que es producido en la relación, no la supuesta existencia
misma clase, que el deseo que lo constituye es el mismo que me constituye, o que previa de un individuo que ha entrado en esa relación ya entero, como si su exis-
el deseo es un espacio común, o deriva de un espacio común. O, que la diferencia tencia fuese autónoma, previa y por sí misma. Nunca los particulares humanos
entre el yo y el otro es una diferencia interna en la unidad, la unidad del género, existen de esta manera. Siempre son, completamente, particularización de las
que es la historia humana. experiencias que los constituyen. De la felicidad, sobre todo, no se puede decir
Podemos hablar de felicidad, entonces, en los siguientes términos: cuando lo que sea un estado, o una cualidad que un individuo pueda tener o no tener. Es,
que ocurre es un intercambio propiamente humano, en que se realiza el deseo por excelencia, una relación, y una relación constituyente.
de ser el deseo del otro, en que el cuerpo actúa como mediación reconocida Y, aún así, ¿se le puede decir a una pareja que vive su agrado que no es feliz?
como humana, en que se constituye un espacio de universalidad que remite a la Nuevamente la pregunta es conceptualmente errónea. Una pareja lo es sólo en
universalidad del género. Nadie puede ser feliz solo. Porque la misma ficción a la relación con el resto de los seres humanos. Su experiencia no es sino una más
que llamamos individuo no es sino un resultado. Pero nadie puede ser feliz “en amplia particularización de la misma humanidad que se constituye en cada uno de
parejas” si su experiencia no remite al reconocimiento universal que las constituye los que la forman. La felicidad de una pareja alude, ciertamente, de manera más
como pareja humana. Nadie puede ser feliz sino en la mediación constituyente cercana a la universalidad que la produce. Pero sólo en una sociedad reconciliada
que es el placer, y no puede haber placer sino en la mediación potencialmente se puede ser auténticamente feliz.
constituyente que es el agrado. Pero ¿es que nadie es feliz realmente en una sociedad de clase? No es necesario
Pero sí puede haber, en cambio, agrado sin placer y, en esa medida, un agrado plantear las cosas de esta manera extrema. Para lo que quiero establecer basta
cuyo resultado no sea la felicidad, ni remita a ella. En el agrado sin placer lo que con indicar que toda felicidad particular está incompleta sin el universal del que
ocurre es que el cuerpo ha sido cosificado, el cuerpo propio y el cuerpo del otro, proviene, y bajo el cual tiene sentido. La plenitud de cada hombre no puede ser
que puede aparecer incluso como un mero cuerpo, como una cosa, o simplemente sino su plenitud en la experiencia humana como conjunto. Y cada uno puede
como una cosa, como un objeto sustitutivo. En la medida en que la sustancia del

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acercarse a ella, pero sólo hay plenitud en un marco social en que los hombres social, que se vería en peligro con la liberación erótica. De la abundancia y hu-
son libres, en que producen libremente sus vidas. manización libidinal reichiana puede surgir una política no represiva, en que la
liberación sexual puede ser el vínculo material del reconocimiento.
b. La condición social e histórica del placer y el agrado La diferencia entre Reich y Marcuse es relevante, sin embargo, en este punto.
La sexualidad reichiana está siempre al borde de la naturalización, sobre todo
El punto político, desde luego, es de qué manera se puede ligar el deseo, y el
si es entendida como genitalidad generalizada. La preocupación por establecer
placer, a la voluntad revolucionaria. O, de manera más técnica, el punto es de
criterios objetivos, casi cuantitativos, de orgasmo satisfactorio llevó naturalmente
qué manera la unidad del placer alude o no a la realidad de lo político, es decir, a
al naturalismo de Reich a la sustancialización abstracta de la libido, en la figura del
la historicidad humana. O, de otra manera, el punto es la relación posible entre
orgón. Esto, y la crítica de Marcuse al carácter represivo de la liberalización de la
el deseo y la voluntad: la posibilidad de que la voluntad sea la realidad social e
genitalidad, muestran la necesidad de radicalizar la humanización de la libido, y
histórica del deseo.
de vincularla más activamente a la voluntad, como su contenido. Es decir, es ne-
Al respecto es necesario distinguir: los individuos son deseo, pero pertenecen cesario establecer una diferencia entre liberación sexual y erotización del mundo.
a una voluntad. Los individuos están constituidos de su deseo (en su deseo) en la
Una política de erotización del mundo, consiste en concebir al erotismo como
medida en que el deseo es el momento particular, y eficaz, de la voluntad que los
sustancia ética, es decir, como contenido material de la voluntad, y a la voluntad
constituye. Se hace política revolucionaria cuando este deseo se expresa como
como espacio en que la individualidad es producida como deseo.
voluntad, es decir, como ley moral concreta, que expresa un concepto en actos
sociales. El deseo es el vínculo material entre la universalidad de la humanidad y El deseo está condenado a la repetición mientras la unidad que produce sea,
los individuos. En los individuos la voluntad se constituye como deseo. Reconocer efectivamente, una unidad vacía. Es decir, una unidad que no reconoce el espacio
a la voluntad en el deseo, reconocer al deseo como momento de una voluntad: del que proviene y en el que se despliega como momento particular. En esa re-
en eso consistiría la erotización del mundo. petición aparece como necesidad la otredad que no se reconoce, ni se satisface.
Aparece como necesidad la sustancia enajenada, que se despliega como otredad
¿Qué clase de unidad es la que podría producir el placer que se reconoce como
pura inabarcable, sin mostrar la mismidad que hace posible la unidad.
momento particular de una voluntad? O, incluso antes, ¿puede el placer reco-
nocerse como momento particular de una voluntad? La discusión entre Freud y La libertad es la necesidad reconocida como propia. Es lo que surge del reco-
Reich, leída hegelianamente, puede aclarar esta cuestión. La postura de Freud nocimiento de que somos nosotros mismos los productores de la ley, o el recono-
contiene dos determinaciones características: el placer es un incentivo natural cimiento de la materialidad de la sustancia ética que, en clave actual, podría ser el
para la función biológica de la reproducción, y, una pareja que ejerce libremente reconocimiento mutuo entre voluntad y deseo. Se podría pensar en la unidad de
el erotismo tendería a concentrarse sobre sí misma, y a debilitar los lazos sociales esos momentos de individuación y pertenencia, en la postulación de una nueva
que la unen a la sociedad. A pesar de la sutileza de la construcción freudiana, en virtud, una moralidad, en que el lazo ético de las individualidades reconocidas sea
el momento decisivo, Freud asimila el deseo a la inmediatez de la apetencia. En la materialidad del erotismo generalizado.
Reich, en cambio, el placer es legítimo por sí mismo, y propiamente humano, y, Si es así, entonces la virtud no sería necesariamente el ámbito palabrero de la
la energía libidinal desplegada en el ejercicio libre del sexo abunda: alcanza para presunción del individuo moderno, ni el auto sacrificio, real o ficticio, de la indi-
contagiar a los objetos, al ambiente, y reforzaría los lazos sociales. No es raro que vidualidad ante los ideales, sino el mandato de una moralidad erótica enraizada
Reich haya creído en una política sexual, y haya pensado (1922-1932) los lazos tanto en el deseo individual como en el espacio de la voluntad en que se expresa
sociales como arraigados en la sexualidad. un pueblo.
De la escasez y naturalización libidinal freudiana sólo puede surgir una política En este contexto es necesario especificar de qué manera estoy usando la no-
represiva, que legitime a la cultura como represión necesaria para la estabilidad ción de erotismo, sobre todo cuando se la conecta con las ideas de individuo y de

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energía libidinal o Ello. La palabra "energía", desde luego, es una metáfora. No es de sí. En términos ontológicos es un siendo, que coincide con la voluntad de ser
que haya una energía, hay algo así como una energía. Es una metáfora que a veces humano, una voluntad anterior, más fundamental que la voluntad que formula la
se presta a confusiones. Lo único relevante, desde un punto de vista filosófico, es consciencia. Voy a decirlo en términos filosóficos: una sustancia que es negatividad
que Ello es o sea, que tiene ser. La índole ontológica de ese ser ya es una cosa más pura, una sustancia que es más estética que ética, porque tiene que ver con el
complicada. Algo hay allí que constituye, esa es la idea básica. Por otro lado, hay erotismo generalizado, como configurador de la ética, una sustancia que, desde
que pensar que Ello no está en los individuos, los individuos están en Ello. Y eso luego, es más ética que epistemológica. Y esta sustancia negativa, estética, es la
tiene que ver con una cuestión que también es bastante rara, desde un punto de que puede operar como límite interno del agrado.
vista lógico muy extraña, que es la noción de transindividualidad. Desde el punto de vista teórico, lo que hay que mostrar es que puede haber
La diferencia es que cuando se dice: "lo inconsciente", lo que quiere decir es una sublimación no represiva. Una sublimación que consista en erotizar, más que
que hay un espacio en el cual hay Yo. Pero no hay individuos que tengan este in- en desplazar la energía libidinal que el objeto propiamente erótico contiene. La
consciente, el otro inconsciente y el otro inconsciente. La relación entre el espacio energía libidinal en realidad se expresa en un ejercicio de satisfacción que circula
"inter" y el espacio "individual" se invierte. En términos clásicos hay individuos que y es diverso. Entonces el asunto es si la sublimación es un mecanismo de des-
se relacionan, en cambio, en estos otros términos, hay un espacio en el cual los plazamiento que cosifica a la satisfacción en un objeto, o es un mecanismo de
individuos se constituyen. Ello debe ser entendido como un campo transindividual erotización del ambiente. Podría haber un ejercicio placentero de la sublimación.
real. Gracias a lo inconsciente puede haber individuos. Esta posibilidad debe ser conjugada con la idea de que hay una distinción entre
Hay algo que, cuando tiene forma, se llama "Yo". Pero que no depende de esa agrado y placer, entre la representación mental del equilibrio biológico o fisiológi-
forma. Algo que es, en términos lógicos, previo a esa forma. En términos lógicos, co (agrado) y entre el ejercicio propiamente humano y conceptual del erotismo.
no en términos temporales. Hay una palabra filosófica para decir esto: Ello es una Que no haya placer sin agrado, pero que pueda haber perfectamente agrado sin
sustancia. El problema es cómo distinguir entre una noción de sustancia, como la placer, es lo que ocurre en la situación de des-sublimación represiva en la cultura
res cogitans cartesiana, y una noción de sustancia no cartesiana. Porque el Ello del consumo.
que aquí interesa es muy poco cartesiano, es lo que desde la dominación, o desde Puesto en esos términos, la pregunta ¿puede haber bienestar cultural? apunta
la impotencia histórica, consideramos como irracionalidad. Se puede formular la a si se puede tener una experiencia placentera en la cultura, no sólo una expe-
noción de sustancia de manera no cartesiana y se podría pensar a Ello de esa forma. riencia agradable. Lo que hay que sostener es que, en la medida que las pulsiones
Se podría pensar, de acuerdo a las tradicionales interpretaciones pre freudia- son realidades históricas y no naturales, se puede construir un erotismo que sea
nas de Freud, que estoy hablando aquí de biología. No he dejado de hablar, sin conciliable con la cultura.
embargo, en ningún momento, de historia humana, de humanismo radical, para el Para que esto sea posible es necesaria la postulación de una sustancia estética
cual la naturaleza no es sino una extensión de lo propiamente humano. Marcuse negativa, que pueda ser convertida en una voluntad libre de belleza, que pueda
planteó la necesidad de resistir la totalización que ejerce la sociedad unidimen- actuar como centro de una crítica al mundo establecido. Y eso por supuesto re-
sional arraigando la subversión en la “biología”, en la estructura pulsional. Pero lo quiere una metafísica muy particular, de la que al menos se puede decir que está
“biológico”, en Marcuse, es un término profundamente historizado. Marcuse está radicalmente fuera de la moda. Una metafísica que ponga al centro de lo real la
pensando más bien en la biología en el sentido del romanticismo alemán que en belleza y la vida y la posibilidad de luchar por ellas. O, más sinceramente, una
el sentido de la neurofisiología. metafísica auto conferida, no descubierta, sino puesta por la voluntad.
En términos de una lógica hegeliana, eso que se esconde en lo que llamamos
lo biológico no es propiamente un ser, sino una actividad, o como se podría decir
en lenguaje hegeliano, una potencia negativa, algo que es continuamente otro

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c. Del agrado frustrante a la política es lo suficientemente poderosa como para que, no sólo los que consumen, sino
Toda la discusión anterior es políticamente relevante porque a partir de ella se incluso los que no consumen se comporten como si consumieran.
hace posible esta idea esencial: el agrado tiene un límite interno. Al distinguir Entonces el problema teórico y político es si ese agrado que mantiene esa
claramente entre placer y agrado se pueden criticar las formas de la satisfacción ligazón libidinal con el sistema de dominación tiene límite o no. Pero, por otro
enajenada. Si es cierto que hay un límite interno para el agrado puede ser cierto lado, hay que conectar estas críticas, que operan en el ámbito de la subjetividad,
también que se puede obtener satisfacción hasta hartarse de ella. Y el que la con las muy objetivas y visibles contradicciones que pueden verse en la gestión
satisfacción que el sistema de dominación altamente tecnológico ofrece tenga de conjunto del sistema. Tal como hay un límite interno al agrado que proviene
un límite es, desde un punto de vista teórico, ciertamente una sorpresa para la de una sustancia estética, negativa, que constituye a lo humano, hay también un
consciencia de la izquierda actual, apabullada por el aparente éxito de masas del límite externo, que tiene que ver con la degradación general de la calidad de vida,
consumismo moderno. como he apuntado más arriba, al especificar las necesidades objetivas que nos
Si consideramos el panorama de la crítica de izquierda hoy, la idea de que el llevan a luchar por un horizonte comunista. En general, la contradicción entre el
agrado tiene un límite interno resulta indispensable para romper el callejón sin hecho de que mientras la calidad de vida particular va creciendo, la calidad global
salida a la que ha sido llevada por sus prejuicios ilustrados. La izquierda clásica de vida va empeorando.
está notoriamente sorprendida por la manera en que se impone actualmente la Es de la combinación de este límite interno, que podemos vislumbrar teóri-
dominación. En particular por la enorme anomalía que supone el que haya cada camente a partir de una teoría de la subjetividad, y estos límites externos, que
vez más información y no haya un aumento correlativo de la consciencia, de la podemos especificar empíricamente, desde dónde se hace pensable convertir la
disposición de lucha. Eso tiene que desconcertar a cualquier mentalidad ilustra- frustración acumulada social, e históricamente, en voluntad política. Lo que im-
da. En los tiempos de Marx se podía decir; “cuando la gente conozca la realidad, porta en este punto no es que éste individuo, o aquel, digan, de manera subjetiva
entonces habrá consciencia, y las condiciones objetivas se juntarán con las con- y privada, que son felices, que el consumo llena completamente sus expectativas
diciones subjetivas”. Hoy todo el mundo conoce la realidad, no hay nadie que no y sus vidas. Lo que importa, políticamente, es la fuerza que puede surgir de la
sepa que en Zaire hay setecientas mil personas muriéndose, no hay nadie que no acumulación de la frustración reiterada y forzosa bajo las condiciones imperantes.
sepa que el 30% de los chilenos es perjudicado de manera directa y profunda por Lo que importa no es que una pareja de suecos digan que son felices (ahora que
un modelo económico que aumenta cada vez más su miseria y marginación. La se fueron a vivir al Caribe), sino el hecho social de que en Suecia hay altos índices
información funciona, la consciencia funciona, y la gente sistemáticamente vota de suicidios, de drogadicción, de integrismo religioso.
por la derecha, actúa conformada por el sistema de la dominación. El límite en que las frustraciones sociales empiezan a convertirse en voluntades
Ante esto los comunistas clásicos no tienen más alternativa que recurrir a las políticas es muy variable, y puede expresarse de muchas maneras, no convencio-
viejas teorías de la modernidad; “lo que pasa es que la gente es egoísta” o, peor nales para la consciencia marxista clásica. La tarea de la oposición radical es saber
aún, “la gente es manipulada ideológicamente”. Están desconcertados porque el reconocer esas fisuras en el aparente agrado imperante, es poder ligarlas con los
sistema de la dominación ha pasado por sobre la consciencia, y carecen de herra- dolores de los sectores sociales que sufren de maneras más directas y “objetivas”
mientas teóricas para abordar la situación. la opresión, es convertir en movimiento social y político lo que puede aparecer
Desde el punto de vista de esa mentalidad ilustrada, el agrado podría admi- sólo como disconformidad difusa y malestar soterrado.
nistrar eternamente a la humanidad, porque la gente siempre va a tener una No hay, por cierto, garantía teórica alguna de que esto pueda hacerse. Las
complicidad, si se quiere, libidinal, con el sistema de la dominación mientras con- garantías del éxito posible de toda lucha política no son más que las que se cons-
suma, o incluso, mientras el sistema de la comunicación social pueda mantener truyen en la propia lucha. Esa es, propiamente, la condición fundante de lo políti-
la expectativa del consumo. Porque la dominación por debajo de la consciencia co. Pero la voluntad puede construir una teoría que le ayude a ver los lugares en

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que ella misma puede hacerse posible de manera viable y verosímil. En la teoría no es sino la que va entre una relación corporal en que la humanidad se realiza, y
marxista esos elementos teóricos se han relacionado siempre con el intento de otra en que lo único que encuentra satisfacción es el cuerpo, como cuerpo cosifi-
encontrar las contradicciones sociales e históricas en que un sistema de produc- cado. Y es también por eso que el agrado puede ser frustrante: se puede consumir
ción de la vida muestra sus precariedades, y sus posibilidades estructurales de objetos, incluso seres humanos como objetos, sin llegar a reconocer o captar en
ser superado. Para el marxismo de nuevo tipo que propongo es central que esas ellos la humanidad y la vida que contienen. Es decir, sin que se logre satisfacer lo
contradicciones radiquen en la estructura misma del sistema de producción. Y que realmente es deseado.
es esencial también que puedan ser expresadas en términos de las teorías de la Pero esto significa también que TODA necesidad humana es histórica, y se
enajenación y de la subjetividad que estoy usando como fundamentos. Este pro- da en la vida del género. Ninguna necesidad es natural. Ninguna necesidad tiene
blema, que es propiamente “económico” es, en la teoría marxista, el problema carácter fundante o limitante. Las necesidades, como los sujetos, y en la misma
central de la explotación. medida, son producidas.
Pues bien, llamo valor en general al valor que el objeto tiene para el que lo
produce y lo intercambia por la humanidad que contiene. Con esto lo que estoy
haciendo es ampliar la noción de valor para incluir en ella lo “valorable” en general,
5. Una teoría de la explotación
como medida cualitativa de los intercambios en que la humanidad se constituye.
a. La idea de valor y la explotación
Al separar la noción de valor de toda objetividad natural cosificada ya no estoy
Pero todo el marco conceptual hasta aquí, en que he enlazado enajenación, pensando en la utilidad, o en el rendimiento técnico del “uso” sino, en general, en
erotismo y comunismo, sólo tiene un sentido específicamente marxista si se puede el valor como aquello que circula de mano en mano cuando los seres humanos
ligar a la idea de explotación, es decir, a la crítica directa y explícita de las relacio- producen y se producen mutuamente. “Valor” es otra palabra, ahora de conno-
nes sociales imperantes. tación económica, para la idea de humanidad misma.
Con esto los mismos conceptos pasan de sus matices puramente filosóficos o Por la misma razón, cuando sostengo que el valor de uso es una medida cualita-
subjetivos a sus aspectos específicamente sociológicos y económicos, desde los tiva de los intercambios constituyentes de humanidad; la noción de “intercambio”
cuales se puede articular más directamente el discurso de la política. no tiene porqué implicar la otra noción, mucho más acotada, de “intercambio
Desde luego el problema económico fundante es el del valor, y lo que propongo equivalente”. En realidad en el intercambio de valores de uso las medidas de lo
es relacionar primero este concepto con la teoría de la enajenación, para llevarlo intercambiado son simplemente inconmensurables y, en la medida en que lo que
luego a sus consecuencias más técnicamente económicas. está en juego es una acción constituyente, más que el traspaso de realidades
Sostengo que se puede afirmar que hay valoración, en general, cuando hay ya dadas, la valoración que ambas partes hagan de lo que dan y lo que reciben
producción de humanidad, en la objetivación. Se valoriza el objeto subjetivándolo, está entregada más bien a la gratuidad con que cada uno acepta constituir y ser
confiriéndole humanidad. Se auto valoriza el sujeto constituyéndose como tal al constituido desde un otro.
objetivarse y reconocerse en su producto. En rigor, más que “intercambio”, y más que “traspaso”, el juego simple de los
En principio, cuando intercambiamos productos los intercambiamos por lo que valores de uso es más bien una producción mutua de regalos, de dones libremente
hay de humanidad en ellos. Cuando deseamos un producto lo que deseamos es la entregados y recibidos. O también, para decirlo más crudamente, la posibilidad del
humanidad que contiene. Siempre lo deseado es humanidad. “Una autoconciencia intercambio de valores de uso es lógicamente previa e independiente de la consti-
sólo encuentra su satisfacción en otra autoconciencia”, dice Hegel. tución de un mercado. Esto puede constituir un horror para los economistas, pero
es políticamente crucial para una voluntad comunista. Es perfectamente pensable
Desde luego no hay autoconciencias puras. Se encuentra a la autoconciencia
una relación humana, no ya solamente inter subjetiva, sino propiamente social, sin
en la mediación corporal y, por eso, la diferencia profunda entre placer y agrado

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que esté mediada por el mercado. Una sociedad sin mercado es perfectamente La segunda cuestión es que social e históricamente, es decir, no local ni tem-
pensable y posible: el comunismo. poralmente, los productos se intercambian en el mercado por sus valores de cam-
Una intuición fundante del marxismo es que en la sociedad capitalista el inter- bio, no por sus precios. La ley de la oferta y la demanda opera de manera local,
cambio de valor propiamente humano ha sido usurpado y distorsionado por las y temporalmente, sobre los precios, no sobre el valor. Los precios tienden social
relaciones mercantiles, por su expresión abstracta y deshumanizada en relaciones e históricamente al valor de cambio. Esto es muy importante por el principio
de intercambio mediadas por el dinero. Las cualidades propiamente humanas del metodológico y por el contenido que expresa. Metodológicamente significa que
valor han sido abstraídas y expresadas de manera meramente cuantitativa en un Marx no está interesado en el cálculo punto a punto de las variables que operan
equivalente universal, el dinero, que permitiría medirlas con independencia del en el mercado burgués, sino más bien en sus tendencias históricas y globales, es
esfuerzo humano subjetivo puesto en su producción. La práctica y la teoría de la decir, justamente aquellos aspectos que se prestan para el diagnóstico y el cál-
economía burguesa clásica ha asumido como fuente del valor al trabajo, pero ha culo político. En cuanto al contenido esto significa que Marx no está interesado
cosificado a su vez este trabajo, midiéndolo solamente como trabajo abstracto propiamente en una teoría de los precios, o en el cálculo inmediato de la plusvalía
acumulado, fórmula que culmina en la reducción de este esfuerzo humano a su extraída por trabajador, o de las ganancias, sino más bien en el movimiento general
pura dimensión de tiempo. De una u otra manera, lo que la economía considera que se produce, en todo el sistema capitalista en virtud de estos hechos.
valores no son sino cantidades abstractas de tiempo, con independencia del con- El tercer punto es que para Marx el valor de cambio está determinado por el
tenido subjetivo que esos tiempos lleven en sí. tiempo socialmente necesario para producir una mercancía. Y, nuevamente, en
Sigo completamente a esos economistas clásicos, y a Marx, al llamar “valor este caso “tiempo socialmente necesario” no es una cantidad que Marx proponga
de cambio” al valor que las mercancías adquieren en el mercado, es decir, en el calcular de manera precisa y local, sino una categoría que nos indica que en el
intercambio que de hecho se da en las sociedades de clase, y en el capitalismo en proceso de valorización de las mercancías están implicados factores tales como
particular. El análisis filosófico y político fundante del marxismo, por debajo de las el nivel tecnológico, la disponibilidad de materias primas, el costo de la fuerza de
precisas críticas que Marx hace al funcionamiento de la economía capitalista, tiene trabajo, los costos de la mantención y reproducción del proceso de producción. La
relación con el proceso de conversión de los valores de uso en valores de cambio. integración de estos factores al análisis de los procesos de valorización es lo que
Éste es el problema básico. Más allá de si los análisis específicos del capitalismo se permitirá a Marx encontrar y describir los aspectos dinámicos de la producción
cumplen hoy día o no, más allá de si las leyes del capitalismo se pueden formular capitalista como conjunto: la necesidad estructural de la competencia tecnoló-
de la manera en que Marx lo hizo, el problema de fondo es si es imaginable una gica, la necesidad estructural de presionar sobre el costo de la fuerza de trabajo,
sociedad en que el valor sea considerado sólo en su significación originaria de las tendencias estructurales a la baja en la tasa de ganancia y a la concentración
intercambio de humanidad. monopólica del capital y, sobre todo, la tendencia estructural a la recurrencia de
crisis generales de superproducción.
Y para examinar esto podemos ir, sin reservas, al análisis original que Marx hace
de la sociedad capitalista. Allí los pasos esenciales que me importa destacar son “Estructural”, en cada uno de estos casos, significa que estas tendencias se rea-
los siguientes. El primero, que conecta este análisis con todo lo anterior, es que lizan de manera global y más allá de la consciencia inmediata de los actores, en un
todo valor surge del trabajo humano. Nada tiene valor por sí mismo y de manera efecto característicamente enajenado. Es decir, las crisis, la competencia salvaje, la
objetiva (ni el oro, ni el agua, ni el aire); nada agrega valor fuera de la intervención tendencia a deprimir los salarios, no son “defectos” del capitalismo, o síntomas de
humana (ni la técnica, ni el saber, ni las ventajas comparativas, ni la usura sobre el un mal funcionamiento sino, al revés, el efecto no deseado, y necesario mientras se
capital). El origen de todo valor de cambio, todo proceso de valorización, radica mantengan las reglas generales del juego, de la “buena” y “competente” actividad
en el trabajo humano. de cada capitalista en particular. No es porque los capitalistas operen “mal” que
llega a haber crisis económicas, justamente al revés, las crisis son el resultado del

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“mejor” comportamiento capitalista posible, es decir, de aquel en que el objetivo Dos cuestiones son importantes respecto de este mecanismo histórica-
prioritario es la maximización de la ganancia. mente específico de explotación del hombre por el hombre. Una es la determi-
nación social e histórica del costo de la fuerza de trabajo. Otra es el hecho de que
Sin embargo, la maximización de la ganancia no es parte de ninguna “natu- esta operación se realiza, en el marco capitalista, en libertad. Voy a considerar
raleza” esencial de los burgueses como actores históricos. Es una característica estas dos cuestiones al mismo tiempo en el análisis que sigue, para mostrar las
históricamente producida y condicionada. Esto es extremadamente relevante conexiones que quiero hacer entre crítica al capitalismo y crítica a la sociedad
porque, en rigor, no puede decirse que el capitalismo sea “intrínsecamente per- burocrática, y por qué razones creo que hoy es necesario desarrollar tanto una
verso”, en el sentido de que busque sumir en la pobreza a la mayor parte de la como la otra.
población, o ensañarse periódicamente con la humanidad, cada vez que hay crisis
generales. La burguesía como clase, más allá del abuso particular, tantas veces b. La crítica anti capitalista
tan real, no tiene como objetivo prioritario ni la explotación, ni la pobreza, sino
Básicamente, la crítica marxista al capitalismo puede encontrarse en la
la producción y reproducción de la ganancia. Sólo si la ganancia requiere de éstos
teoría de la explotación a través del mecanismo de extracción de plusvalía. De
ingredientes los llevará adelante sin reparo. Pero es perfectamente imaginable una
un examen de ese mecanismo surge, sin embargo, el hecho de que el capitalista
operación capitalista en la abundancia, y con niveles sustancialmente “humani-
no sabe si va a recuperar su inversión, si la realizará en el mercado. En cambio el
zados” de explotación. Esto es, sobre todo, imaginable y políticamente crucial,
obrero, al menos en principio, y según lo establece un contrato, tiene asegurado
en una sociedad altamente tecnológica. En el extremo, si las masas de plusvalía
su salario por el pago previo, que forma parte de la inversión inicial. El capitalista
obtenidas por procesos de valorización en contextos de tecnología muy avanza-
corre un riesgo objetivo y, por así decirlo, estructural. El obrero, en cambio, está
da, son suficientemente grandes, ni siquiera el intento absoluto de maximizar la
seguro (mientras el capitalista progrese) al menos de su salario. ¿No se podría
ganancia privada resulta esencial, y se hace imaginable una amplia posibilidad de
argumentar entonces que la ganancia no es sino el premio, socialmente aceptado,
“reparto” social de importantes cuotas de plusvalía, en una sociedad que, como
por ese riesgo que corre el capitalista? ¿Cuáles podrían ser los argumentos mar-
conjunto, aparece como “benefactora”. Esta consideración es esencial para una
xistas ante esta racionalización según la cual el riesgo merece ser premiado? O,
crítica marxista del poder burocrático.
también, ¿por qué los marxistas critican la extracción de plusvalía?, ¿qué critican
Pero, para volver a los puntos esenciales del análisis de Marx, un cuarto punto, en ella?
y en algún sentido el más relevante, es la idea de que lo que se le paga al trabajador
Es importante notar, en primer término, que la simple extracción de plus-
en el marco capitalista no es el “trabajo” sino la “fuerza de trabajo”, y el hecho
valía NO tiene como consecuencia necesaria el llevar a la pobreza absoluta. Prime-
consiguiente de que el valor que socialmente se paga a la fuerza de trabajo está
ro porque en un sistema de alta productividad se pueden pagar efectivamente, y
determinado por lo que cuesta producirla o, dicho de otra manera, el hecho de
sin riesgo, salarios cuyo nivel absoluto sea más que aceptable. Segundo porque no
que la fuerza de trabajo se ha convertido en una mercancía.
sólo el aumento general de los estándares de vida, que se traduce en presiones del
Si lo que se paga por la fuerza de trabajo es lo que cuesta, social e histórica- movimiento obrero sobre el capital, sino incluso la misma dinámica interna de la
mente, producirla, el secreto de la explotación capitalista no es sino el siguiente: producción, requieren de obreros medianamente calificados, sanos y mínimamente
la fuerza de trabajo es una mercancía que produce más valor de lo que cuesta motivados, lo que excluye, al menos para los sectores más modernos y complejos
en el mercado. La diferencia entre ambos costos es la plusvalía. La explotación de la producción, niveles de miseria material absoluta. Pero también, en tercer
capitalista puede describirse de manera exacta como extracción de plusvalía, lugar, porque los mismos obreros son una parte importante de los destinatarios
legitimada en las figuras de la propiedad privada y el contrato. de la producción, son consumidores posibles, sin lo cual la inversión capitalista no
lograría realizarse.

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Se podría argumentar en cambio que la tendencia a la maximización de la El problema de la pobreza adquiere una dimensión distinta, sin embargo, cuan-
ganancia, y la misma competencia capitalista, obliga a intentar reducir los costos do se lo relaciona con lo que, con una elegancia algo cínica, se llama "acumulación
manteniendo los salarios lo más bajo posible. Hay que notar, sin embargo, que primitiva del capital". Una acusación histórica que se puede dirigir contra el siste-
estas condiciones NO contradicen frontalmente a las anteriores, por lo que el ma capitalista es que, socialmente, los capitales iniciales desde los que partió el
nivel de salario "más bajo posible" debe entenderse más bien como el nivel que ciclo de reproducción ampliada fueron obtenidos por la vía del saqueo colonial, el
social e históricamente es el más bajo posible. Lo que nos lleva de nuevo a la si- robo, la guerra de conquista, la barbarie armada. Esto no sólo es cierto, y amplia-
tuación perfectamente posible de salarios que superan los mínimos históricos de mente documentable desde un punto de vista histórico, sino que también lo es
la pobreza. Cuestión, por lo demás, que es perfectamente constatable en amplios en principio, y de manera esencial. No es pensable en absoluto que una clase de
sectores de la producción moderna. innovadores tecnológicos haya hecho progresar a la humanidad, y a sus propios
Si esto es así, entonces NO es cierto que el mejor capitalismo produzca necesa- bolsillos, armados meramente de sus ingenios y el poder de sus palabras. La im-
riamente pobreza absoluta. Se podría argumentar que de todas maneras produce plementación de tales ingenios en aparatos productivos eficaces y a gran escala
pobreza relativa, es decir, que el crecimiento de las ganancias siempre es mayor requirió necesariamente de enormes capitales que, históricamente, no se tenían,
que el crecimiento de los salarios, a pesar de que se ha postulado la tendencia ni se habían tenido en ninguna sociedad anterior. Los estados, usados en su bene-
histórica a la baja en la tasa de ganancia. La pobreza relativa, sin embargo, como ficio, y a través del saqueo colonial, o el saqueo directo y la piratería, aportaron
lo demuestran ciertos sectores de trabajadores, podría ser lo suficientemente el capital que puso en marcha todos los pomposos orgullos de la modernidad.
confortable como para justificar social e históricamente la diferencia. Si no se Si este pecado original ocurrió al principio de la formación social capitalista, se
ha mostrado que haya alternativas viables, podríamos tolerar la riqueza de unos podría argumentar que, actualmente, se justifica por sus efectos. Si el producto
pocos a cambio del confort y bienestar de la mayoría. de la violencia originaria es que hoy tenemos, dentro del mismo sistema, amplias
Desde luego se puede argumentar que de hecho, empíricamente, hay capita- posibilidades de superar la pobreza, y de hacer progresar a la humanidad como
listas que llevan la tendencia a la maximización de la ganancia hasta el límite del conjunto, quizás, a pesar de las circunstancias lamentables y extraordinarias, esa
"abuso", es decir, que ejercen extracción de plusvalía de manera absoluta, restrin- violencia quizás tuvo sentido. Quizás, dadas las posibilidades hacia el futuro, no
giendo el salario o aumentando la jornada laboral, amparados simplemente en la tenga mucho sentido acusar a los capitalistas actuales por los pecados y delitos
fuerza y en la desprotección de los trabajadores. Siendo esta una situación muy de sus bisabuelos. Es necesario conceder al menos que tal acusación, como argu-
general, y un elemento de gran peso existencial, no es, sin embargo, tal como está mento, no es demasiado sólida.
presentado, un argumento muy sólido. Ocurre que siempre que se critiquen los Muy distinto es el caso, sin embargo, si lo que ocurre de hecho es que la acu-
"excesos" del sistema se puede responder que no tendría porqué haber excesos. mulación “originaria” no es sólo un evento en el inicio histórico del sistema, sino
Es decir, no se ha criticado al sistema mismo, estructuralmente. Desde un punto que se repite una y otra vez, cada vez que la crisis capitalista encuentra su sali-
de vista metodológico, se puede decir que, por muy graves que sean las circuns- da en la destrucción irracional de capitales, obligada por la contradicción entre
tancias, no hay nada en ellas, hasta el momento, que permita considerarlas como competencia, sobre producción y propiedad privada. Esto lleva, cada vez, a un
esenciales al sistema. La crítica, hasta aquí, es superable y contingente. nuevo período de acumulación “originaria”, es decir, de búsqueda de fuentes de
La pura existencia de la pobreza, por sí sola, en resumen, no constituye una capital con que promover el ciclo productivo siguiente y sus nuevas tecnologías.
acusación a la estructura del sistema capitalista. No sólo hay, de manera consta- Esta nueva fase de acumulación recurre nuevamente al saqueo, a la disminución
table, importantes sectores sociales con niveles de vida más que aceptables, sino social del salario, a los aumentos de la jornada laboral, amparados en la fuerza,
que no se ha probado aún que la pobreza sea una consecuencia necesaria de su sobre todo allí donde el uso de la fuerza es aún fácilmente viable, es decir, en la
funcionamiento. Siempre se podría argumentar que no es sino atraso superable. periferia del sistema.

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La competencia capitalista “normal”, que se mueve por los incrementos de emergencia de un dominio de clase de nuevo tipo, ¿qué críticas podríamos hacer
plusvalía conseguidos de manera relativa, es decir, a través de los aumentos en entonces a esta situación, sea caracterizable como capitalismo o como poder
la intensidad del trabajo, del desarrollo tecnológico, conduce a la crisis de sobre burocrático?
producción en virtud de la contradicción entre el carácter privado de las iniciativas Para poder formular una respuesta en este caso es necesario considerar de
económicas y el carácter social, público, azaroso, no transparente, del mercado. manera radical el núcleo de la crítica marxista a la extracción de plusvalía. Y creo
De la crisis se sale no sólo a través del salto tecnológico, sino también recurrien- que esto sólo puede hacerse recuperando su conexión esencial con la crítica a la
do al saqueo, y a los mecanismos de extracción absoluta de plusvalía. Plusvalía enajenación y, desde allí, con la noción de estructura de clases.
absoluta y plusvalía relativa se alternan históricamente. De estas consideraciones
El problema de fondo es qué es lo apropiado cuando se apropia la plusvalía.
resulta que el “abuso” capitalista es parte esencial del sistema, no sólo de manera
En lenguaje económico debe decirse que es parte del valor creado por la fuerza
empírica, sino en virtud de sus características estructurales. Si es así, la pobreza
de trabajo. Pero si se pregunta a su vez, ahora de manera filosófica, qué es ese
absoluta o, al menos, la degradación cíclica de los niveles de vida en el centro, y su
valor, encontramos que no es sino humanidad objetivada. Es decir, en los términos
degradación reiterada y sistemática en la periferia, son características esenciales.
contractuales capitalistas se establece que el trabajador objetivará sus ingenios,
Y al criticarlas hemos tocado un punto que sólo puede ser revertido a través de
esfuerzos y nervios, pondrá lo que le es propiamente humano en un producto, y
un cambio estructural.
será retribuido por ello con parte del valor que él mismo creó cosificado bajo la
Pero quizás incluso ese cambio estructural, al menos parcialmente, sería rea- forma de un equivalente universal: su salario en dinero. Pone humanidad, se ob-
lizable dentro del sistema. Quizás sea posible un reformismo más profundo que jetiva como sujeto y subjetiva al objeto que produce, y se le retribuye, en cambio,
el que surge de la filantropía. Ese sería el caso si se tratara, sino de evitar, al me- con su objetivación cosificada como mercancía, se le “retribuye” cosificando su
nos de regular y moderar sustancialmente las crisis cíclicas de sobre producción. humanidad misma, su fuerza de trabajo, como mercancía.
Evidentemente esto no es posible sin intervenir de manera sustancial, directa o
indirectamente, en el mercado, ya sea para asegurar la capacidad de compra, o
para controlar la especulación financiera, o para moderar la intensidad del saqueo Para la eticidad marxista este intercambio es absolutamente desigual y, en todo
en los períodos de acumulación a través del aporte en gastos de infraestructura caso, deshumanizador. El capitalista, considerado como clase, apropia humanidad
por parte del estado. y la pone a circular como cosa. Independientemente del valor de cambio que
tenga el salario, es decir, de si el trabajo es bien o mal remunerado, el conjunto
En la medida en que estas intervenciones limitan de manera esencial el arbitrio
del proceso deshumaniza las relaciones sociales e inter personales. Aún en el caso
capitalista, se puede hablar aquí de reformas estructurales. Pero, en la medida en
de que nos paguen muy bien, y nuestras necesidades abstractamente materiales
que no se toca a la institución central de la propiedad privada, no se puede hablar
estén satisfechas, el mundo individual y social que resulta de esto es condenable,
propiamente de revolución.
y su deshumanización intrínseca terminará por expresarse de una u otra forma
Pero, si vamos más allá, en una perspectiva reformista radical, podría ocurrir como pérdida de sentido, competencia artificiosa, egoísmo e interés. También
que estos controles sobre el mercado surjan de una progresiva pérdida de poder puede decirse esto coloquialmente así: no es suficiente con vivir mejor, lo que
efectivo por parte de la clase capitalista, y su traspaso a una clase de administra- queremos es ser felices.
dores de propiedades comunes, ya sea por la progresiva disolución de la propiedad
Por cierto esta crítica requiere de varias convicciones filosóficas previas, que
privada clásica en sociedades accionarias anónimas, o bajo la forma de adminis-
la fundamentan. Como está dicho más arriba, una es la idea de que todo valor
tración de fondos sociales (como las pensiones), o por la emergencia de poderes
tiene su origen en el trabajo humano. Otra es que no hay valores abstractamente
reguladores transnacionales por sobre el capital particular.
objetivos, válidos por sí mismos, con independencia de lo que los hombres son y
Independientemente de que se pueda postular que estaríamos aquí ante la

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las maneras en que se producen. Y, más allá, la idea de que no hay más objetivi- Ningún producto del trabajo humano debería circular meramente como cosa,
dad que la que es objetivada en el trabajo. Es decir, que no hay nada en el mundo como mercancía. Menos aún la fuerza de trabajo. Todo trabajo humano debería
que exista con independencia de la historia humana y su actividad de producirse. intercambiarse por el valor humano que se reconoce en él, y no por el equivalente
Abstractamente objetivo es aquello que es objetivo y cosa por sí mismo. Con- abstracto que lo expresa como cosa. Deberíamos vivir para realizarnos en el tra-
cretamente objetivo es aquello que es objetivo porque ha sido objetivado en bajo, y no ser esclavos del trabajo penoso al que estamos obligados meramente
el trabajo, y ha devenido cosa por el modo en que ese trabajo está organizado para sobrevivir. Si el trabajo es vivido como trabajo libre deberíamos también
socialmente. liberarnos del disciplinamiento taylorista o neo taylorista que amarra nuestras
existencias a la vida mediocre.
Si esto es así, entonces todos los productos del trabajo son humanidad objeti-
vada, y el sentido de criticar que alguien se haga rico con el trabajo de otros, corra ¿Significa esto una sociedad en que no haya mercado, ni dinero? Sí, eso es lo
riesgos o no, es oponerse a que tanto los productos como la fuerza de trabajo que significa como mínimo. Desde luego a una sociedad que se atreva a cometer
misma sean convertidos en mercancías, en cosas. Según esto, cuando el capitalista una depravación semejante corresponde llamarla comunista.
compra fuerza de trabajo lo que compra es humanidad. Tal como en el esclavismo Tres son, en resumen, las líneas argumentales de la crítica marxista al capita-
se podía comprar a un hombre completo, cuerpo y alma, ahora se siguen com- lismo. La primera es que es una característica estructural del sistema el recurrir a
prando hombres, con el agravante sutil de que lo que se compra de ellos es sólo las formas absolutas de extracción de plusvalía cada vez que es necesario financiar
y justamente lo que los hace hombres, su fuerza de trabajo, su humanidad. La los saltos tecnológicos que permiten salir de las crisis cíclicas. Este recurso pro-
azarosa libertad que se le habría concedido a los cuerpos y a los desplazamientos, duce importantes retrocesos en los niveles de vida general, y produce pobreza
es negada por la esclavitud de lo que les da contenido y sentido a esos cuerpos. absoluta recurrente que, en los patrones actuales de distribución del producto,
Sin embargo, más allá, las exigencias de la esclavitud del trabajo, el orden ha conducido a un tercio de la humanidad a la miseria y la marginación profunda.
que es necesario para que el trabajo asalariado sea posible, termina esclavizando La segunda es que es una característica estructural del sistema el que hayan
también los cuerpos en una esclavitud extra legal, profunda, que es lo que puede crisis cíclicas de sobre producción, en las que la irracionalidad de la contradicción
llamarse disciplinamiento. El taylorismo, el fordismo, la taylorización de la subje- entre las iniciativas particulares de los agentes económicos y el carácter social de
tividad en los sectores de la producción altamente tecnológica, cierran la libertad la producción se expresan como destrucción de productos y medios de produc-
formal dada a los cuerpos en el horizonte de esclavitud general de la vida mediocre, ción, derroche inútil de trabajo humano, en medio de la necesidad imperiosa de
haya bienestar o no. enormes sectores de la población mundial.
Pero esta estimación, "vida mediocre", está arraigada en un segundo su- La tercera es que aún en el evento improbable de que se pueda superar la
puesto filosófico, ahora sobre la felicidad misma. Para que la crítica a la deshuma- pobreza, o en el caso en que la regulación burocrática le ponga límites suficien-
nización capitalista del trabajo se sostenga es necesario afirmar que la felicidad tes a la iniciativa capitalista como para moderar las crisis, el proceso del trabajo
es algo más que el agrado y la satisfacción de las necesidades abstractamente mismo, bajo el contrato capitalista, está esencialmente deshumanizado por la
corporales. El complemento necesario de una teoría de la enajenación es una cosificación mercantil, que enajena la esencia subjetiva de la humanidad, y obliga
definida teoría de la reconciliación posible. Y, como he planteado en el capítulo al disciplinamiento cosificador de los cuerpos.
anterior, es coherente con el materialismo humanista, laico y ateo, del marxismo Ningún salario puede compensar lo que entregamos al capital: nuestra huma-
una noción en que la reconciliación es el intercambio de humanidad como huma- nidad, nuestras vidas. Damos humanidad y recibimos a cambio, en el mejor de los
nidad reconocida, y el cumplimiento del deseo es el estar mutuamente en el deseo casos, bienestar abstracto, y, en el peor, miseria absoluta. Damos nuestra libertad
del otro bajo la mediación del trabajo. y recibimos a cambio el disciplinamiento exigido por las formas inmediatas de

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organización del trabajo. Damos nuestro esfuerzo social y recibimos a cambio torno a estos conflictos. Sobre esa base habría que especificar bajo qué condicio-
una sociedad dividida, en guerra, depredadora. En general nos niegan nuestro nes se puede hablar de “clases sociales” y de “lucha de clases”. Desde luego, tras
entusiasmo y creatividad en máquinas repetitivas y monótonas, o en procesos el concepto de dominación habría que especificar una teoría del poder, y tras el
absurdos y auto sostenidos. Pero cuando llegan a reconocer que hay algo valioso concepto de explotación una teoría sobre las formas de extracción y apropiación
en esa creatividad y entusiasmo no es sino para condenarnos al paternalismo y a del valor, y las condiciones que lo hacen posible.
la vida mediocre, sin horizontes, llena de servidumbres más o menos agradables. Al menos, desde un punto de vista marxista, es necesario aceptar dos opciones.
Y esta crítica va más allá de si la explotación es administrada por el capital privado Una: que no hay en el hombre un afán primigenio y autónomo por el poder, por
o por el interés burocrático, que se presenta, como toda clase dominante, como la dominación en sí, como el mero deseo de deseo, o una “voluntad de poder”.
interés por el progreso de toda la humanidad. No lo hay como no hay ningún otro afán primigenio, o natural, que caracterice o
La crítica comunista a la explotación debe alcanzar no sólo a la vida cosificada limite a la voluntad humana. La otra opción es que las situaciones de dominación
bajo el imperio del capital, sino incluso a la eventual comodidad mediocre que po- deben ponerse siempre en conexión con relaciones de explotación, que las fun-
dría ofrecernos la regulación burocrática. Si la aspiración subversiva es nada menos damentan y les dan sentido. Se busca el poder para asegurar la permanencia de
que el comunismo de lo que se trata no es sólo de vivir mejor sino de ser felices. la explotación, es decir, para asegurar el beneficio que resulta de extraer valor
de otro. Puede haber explotación sin dominación (transferencias desiguales de
valor que no implique una particular relación desigual de poder, como es el caso
c. La idea de explotación
de las transferencias de valor al interior del proceso de reproducción del capital,
La línea de argumentación del apartado anterior tiene relación con otro punto entre sectores de capitalistas), pero no puede haber dominación sin explotación.
que está en el orden de los fundamentos: la idea de explotación.
Lo que está en juego en esta segunda opción es una de las críticas más frecuen-
No somos felices porque hay poderes que nos dominan, dificultan nuestra tes al marxismo clásico, aquella que sostiene que las relaciones de explotación no
libertad, hacen, estando nosotros mismos implicados en ello, un mundo que nos pueden dar cuenta de todas las relaciones conflictivas que se encuentran en una
resulta extraño y enemigo. Una intuición fundante del marxismo es que esas do- sociedad. Según esta crítica, originaria de Weber (por ejemplo, en “Economía y
minaciones tienen su origen en la explotación del hombre por el hombre. Sociedad”), conflictos como los que se dan en las relaciones de género, o en la
Es necesario para especificar este concepto, en primer lugar, distinguir entre discriminación social o étnica, escaparían a la lógica de la mera extracción de valor,
“dominación” y “explotación”. Uso “dominación” como un término amplio, que y estarían en juego, en cambio, otras dimensiones de lo social, no reductibles a
implica en general una diferencia de poder y un ejercicio de la ventaja para someter las variables económicas. Relaciones de diferencias culturales, sexuales, étnicas,
a otro. Un sometimiento que implica la obtención de un beneficio, aunque sea el de status, etcétera.
mero beneficio de la satisfacción de someter. Uso “explotación” como un término Frente a esto lo que me importa sostener es la centralidad y la necesidad de la
más restrictivo: implica extraer valor del otro y apropiárselo. En esta distinción, idea de explotación para un horizonte comunista. Sostengo, en primer término,
dominación es un término eminentemente político, lo que está en juego en ella que desde un punto de vista empírico, aunque no toda relación de dominación se
es el poder. Explotación, en cambio, es un término eminentemente económico, pueda correlacionar de manera inmediata con una relación de explotación que la
lo que está en juego es el beneficio y el valor. explique, habría que aceptar como mínimo que originariamente, sí estuvo relacio-
En general la idea de una teoría social que ha optado por pensar el conflic- nada con una forma de explotación, aunque luego, en el curso de la complejización
to como constitutivo y fundante, es que las relaciones sociales se constituyen de la división del trabajo, se haya vuelto autónoma, y se haya perdido la relación
en torno a conflictos que implican dominación y explotación. Como mínimo los fundante que le dio origen y sentido. Es posible que hoy las relaciones de domina-
grupos sociales, su consciencia, su unidad posible de intereses, se formarían en ción entre los sexos no se relacionen siempre con formas de explotación mercantil

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definidas, pero provienen de contextos en que eso era lo que las hacía necesarias. sustantivo: creo que el marxismo no puede abandonar la pretensión de dar cuenta
Esta es una cuestión empírica, que habría que investigar antropológicamente en del conjunto de la historia humana. El segundo efecto, que es central, me parece
cada forma de dominación que nos interese develar de manera marxista. simplemente inaceptable: limitar la idea de explotación a su dimensión meramente
Sin embargo, el problema de fondo es más profundo, y no es realmente em- económica abre las puertas de par en par a la racionalización ideológica del poder
pírico, sino que tiene que ver con la noción misma de valor y de extracción de burocrático. Y creo que estas pretensiones ya son visibles en buena parte de la
valor. Sostengo que la crítica iniciada por Weber se sostiene sólo si se acepta actualidad ideológica del sistema de dominación emergente.
que la única forma del valor es el valor de cambio. Si entendemos la explotación Pero, además, sostengo que la centralidad de la idea de explotación es ne-
como apropiación de valor de cambio, entonces por cierto que no podremos dar cesaria para mantener dos nociones sin las cuales difícilmente se puede hablar
cuenta de toda la complejidad de lo social o, dicho de otro modo, es cierto que no de marxismo: la idea de que las relaciones sociales están constituidas en torno a
todas las relaciones sociales son relaciones de tipo mercantil, aunque estén bajo antagonismos básicos, y no sólo a conflictos, y la idea de que estos antagonismos
el imperio dominante de las relaciones mercantiles. sólo pueden resolverse a través de un proceso revolucionario.
Sostengo que es necesario, para evitar el reduccionismo económico, y mante- Una connotación esencial de la idea de explotación es que las relaciones que
ner en cambio la idea de explotación, ampliar esta idea desde la simple apropiación se constituyen en torno a ella son antagónicas, no solamente conflictivas. Es
de valor en la forma de valor de cambio hasta todas las situaciones de apropiación necesario, para hablar de explotación, sostener que los intereses establecidos en
de valor en general, es decir, a toda forma de relación humana en que hay pér- torno a la apropiación de valor son constitutivos de sus actores y, en esa medida,
dida y apropiación desigual de humanidad. La idea de explotación queda ligada la relación de explotación les es vitalmente esencial, compromete profundamente
de esta manera más firmemente a la idea de cosificación y enajenación que a sus sus existencias, hasta el grado de la enajenación y de la racionalización ideológica
expresiones, más particulares, en las relaciones mercantiles. consiguiente. Como hemos establecido más arriba, las situaciones de enajenación
Si se sigue el camino de restringir la idea de explotación a la apropiación de son trágicas en el sentido de que escapan a la consciencia de sus actores, y no
valores de cambio se hace inevitable distinguir entre dominación y explotación, y puede resolverse, entonces, por un mero esfuerzo de la consciencia y el diálogo. En
aceptar que puede haber dominación sin que haya explotación (como, por ejem- la misma medida en que la explotación constituye a sus actores, la salida de la ex-
plo, en el sometimiento de la esposa al esposo en el matrimonio patriarcal), y se plotación requiere de un proceso que revolucione esta situación, que termine con
hace inevitable también la idea de que hay traspasos, incluso ventajosos de valor, el modo de vida cosificado que los domina. Enajenación, explotación, antagonismo
sin que haya dominación de por medio (como los que ocurren entre los sectores y revolución son conceptos correlativos, que constituyen una unidad sin la cual
productivos en el proceso de reproducción del capital). un horizonte comunista no es imaginable de manera política y concreta, sino que
se transforma en un mero ideal, en una mera declaración de buenas intenciones.
En el extremo, de este razonamiento se podría seguir incluso la idea de que sólo
habría explotación en las sociedades en que hay mercado, o en que el mercado es
Es por esto que sostengo que la postulación de un marxismo revolucionario
el principal mediador de las relaciones sociales, con lo que, por ejemplo, se podría
requiere mantener la conexión entre la necesidad de una transformación global y
presentar a las sociedades feudales como sociedades de “cooperación” en torno
revolucionaria de la sociedad, en el plano práctico, y un principio explicativo global
a intereses comunes y servicios recíprocos (defensa mutua, vasallaje a cambio
que la fundamente en la teoría. Este principio explicativo es la idea de explotación.
de protección). No sólo habría que abandonar la idea de que el marxismo puede
Es por que la sociedad se ha constituido en torno a relaciones de explotación que
constituirse como una teoría abarcante, que da cuenta de las líneas generales del
una revolución es necesaria.
conjunto de la historia humana, sino que, además, por esa misma vía, se podría
ensayar una visión de la sociedad burocrática como una sociedad en que se han Es necesario sin embargo, para esto, ampliar la idea de explotación a to-
recuperado las solidaridades y los servicios recíprocos, al estilo feudal, pero sin das las transferencias de valor en general que implican una distribución desigual
oscurantismo religioso. El primer efecto implica, en mi opinión, un sacrificio teórico

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y cosificadora del valor. Entender por explotación tanto la extracción de valor y de la explotación podrían ser sobrepasadas, o sustancialmente ensombrecidas
su apropiación diferencial (desvalorización), como las acciones que impiden la por formas de vasallaje que implique intercambios no mercantiles, y que man-
valorización del otro en función de mantener esa apropiación diferencial. Enten- tengan sin embargo las situaciones de cosificación y enajenación propias de una
der por explotación, en suma, toda transferencia de humanidad que tiene como sociedad de clases. Eso es justamente lo que creo que ocurrirá, y ocurre ya, en la
efecto la deshumanización de una o de ambas partes. dominación burocrática.
A partir de este concepto general la extracción y apropiación diferencial de En el caso de las relaciones de género, es perfectamente posible describirlas,
valor de cambio, en las sociedades reguladas por relaciones de mercado, resulta en la sociedad capitalista, como relaciones totalmente mercantiles. En la medi-
un modo específico, extremadamente importante por cierto, pero que no agota da en que esta es la tendencia básica que define al capitalismo, no es extraño
las formas posibles de la deshumanización, que es el problema de fondo contra que incluso las relaciones de género hayan llegado a expresarse como relaciones
el que se creó y desarrolló la crítica marxista. contractuales, y a ser legisladas por analogía expresa a los contratos de compra
Esto es tan relevante que me importa concretarlo al menos en un ejemplo. y venta. Sin embargo, es bastante obvio que la cosificación de la mujer es muy
Lo que quiero decir, cuando afirmo que la relación de género imperante es una anterior a la sociedad capitalista. Una relación de explotación mucho más antigua,
relación de explotación, es que lo que la mujer produce, en los roles que le son en cuyo origen intervienen otras variables, ha llegado, bajo el capitalismo a tomar
forzosamente asignados en el marco de su dominación, es decir, respaldo, seguri- la forma imperante de la explotación. Esto es, teóricamente, muy relevante.
dad, estabilidad, afecto, es apropiado por el hombre, que usa estos valores como No todas las situaciones de explotación contemporáneas tienen su origen en
insumos para lo que él mismo produce (hay transferencia diferencial y desventa- el capitalismo. Históricamente hay relaciones de explotación que se van acumu-
josa de valor, desvalorización) y, a la inversa, que la mantención de esta situación lando de una sociedad a otra, y van tomando las formas que allí imperan. Desde
genera y requiere de una estado de cosas que impide la producción libre de otros luego el capitalismo no es el origen sino sólo una forma de la enajenación humana
valores por la mujer (impedimento, nuevamente desventajoso de valorización). en general. Ha habido otras antes, y puede haber otras después. Es esencial, sin
Por ambos lados se configura una situación de desigualdad y cosificación. Pero, embargo, sostener que en cada formación social hay una forma, un tipo, de re-
más todavía, una relación en que la valorización de uno genera y requiere de la lación de explotación central y determinante, hacia el que tienden las relaciones
desvalorización (e impedimento de valorización) del otro, es decir, una situación de explotación heredadas y las nuevas. Dos cuestiones, teóricas y prácticas están
antagónica. en juego en esta necesidad: una es que las relaciones de explotación deben ser
Es en torno a esta asimetría, y a su servicio, que se configuran las relaciones de consideradas como relaciones sociales globales, otra, estrechamente relacionada,
dominación correspondientes, la imposición de un reparto funcional de poder. A es que sólo en la medida en que se postula que hay una forma de explotación
través de la fuerza física, a través del contrato, a través de la coacción simbólica central se puede postular que la revolución es también un proceso social global.
que implica toda una cultura ordenada en torno a su racionalización. En torno La primera cuestión es que cuando hablo de traspasos diferenciales y cosifica-
a ella se construye a su vez el entramado político y jurídico que da la forma de dores de valor no me estoy refiriendo a lo que un individuo, o agente particular,
la fuerza, ahora socialmente “aceptada”, tanto para fijar el “orden” como para hace sobre otro, sino a una relación social, a una situación global que tiene un
contemplar su trasgresión, y el carácter y castigo de las transgresiones posibles. carácter constituyente. No es que hay unos individuos que, en virtud de sus ca-
El punto relevante de este ejemplo es que hablo de explotación aunque la trans- racterísticas históricas, explotan a otros. Es al revés. Es la existencia de una situa-
ferencia desigual de valor no se exprese en valores de cambio, o en equivalentes ción global la que hace posible y reproduce una y otra vez a los individuos que la
de dinero. Es decir, aunque no se trate propiamente de una relación mercantil. El realizan. El proceso, como conjunto, hace a los individuos, y excede en particular
sentido político de esta ampliación es la hipótesis de que las formas mercantiles su consciencia al constituirlos o, mejor, los construye incluyendo la consciencia
que les resulta funcional y legitimadora.

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Lo que sostengo no es que la constitución de los agentes sociales particulares Por un lado, las relaciones sociales constituyentes de la sociedad son antagó-
esté absolutamente fuera de su control y que se imponga como un mecanismo nicas, la valorización de unos requiere de la desvalorización, y el impedimento de
inexorable, al estilo de los antiguos mitos deterministas que inventó la moderni- valorización de los otros. Por otro lado este proceso ha afectado a nuestras vidas
dad. Lo que sostengo es que esa constitución excede la consciencia particular, en como conjunto, y sostenemos que ningún proceso de reformas será suficiente
el agente particular. Ni excede al proceso histórico en general, ni la consciencia para el objetivo vital que nos proponemos. Pero, además, sostengo que todas las
constituida puede considerarse inmutable. Lo que ocurre simplemente, mucho formas de la explotación en una sociedad de clases tienden a una forma central.
más acá de las tesis deterministas, es que es necesario conceder que todos los En la medida en que las formas de la explotación tienden a unificarse en torno a
agentes particulares hacen lo que hacen (explotan, se dejan explotar) en virtud una de ellas, todas las formas de la subversión también lo hacen. La unidad política
de muy buenas razones (particulares), y que, desde el punto de vista de sus vidas global de la revolución, más allá de la multiplicidad de planos y formas de la lucha,
particulares no hay ninguna irracionalidad manifiesta e insoportable, sino más deriva de la unidad política global de las formas de la explotación.
bien un vasto conjunto de racionalizaciones y resignaciones que hacen que la vida Es en este contexto que tiene sentido, por último, distinguir entre “explota-
(particular) sea perfectamente vivible, a pesar de los grados de increíble miseria ción” y “opresión”. Creo que es necesario mantener la idea de explotación para
material y espiritual que se alcanzan tan frecuentemente en las sociedades de las situaciones que implican tanto extracción de valor como impedimento de
clases. valorización. En el caso de la opresión, sin embargo, está presente este segundo
Esta reflexión es necesaria para mantener el carácter social de la revolución, elemento, sin que esté implicado necesariamente el primero. Hay situaciones
por mucho que pase por la “revolución” de las vidas individuales. De lo contrario se muy concretas que exigen esta distinción. A pesar de que ya he establecido que
corre el riesgo real de poner al principio de todas las explicaciones históricas, y de las relaciones de explotación son relaciones entre clases sociales, no básicamente
las prácticas políticas, la teoría de una enorme conspiración de algunos hombres entre individuos, aún es posible preguntarse por las relaciones que se establecen
en contra, expresa y conscientemente, de la mayoría a la que explotan. Esto no entre grupos sociales, que no son necesariamente clases.
sólo es inverosímil, y difícilmente constatable de manera empírica es, además, el En concreto, y a modo de ejemplos, ¿son explotados los hijos de los obreros,
inicio seguro de los métodos y prácticas del totalitarismo. o los desempleados, o los discapacitados, o los sectores marginados de la vida
De la misma manera, la segunda cuestión, es que la revolución es un proceso económica? En sentido estricto parece obvio que no se puede hablar en estos
social global. No es un individuo el que apropia el valor producido por otro, es casos de extracción de valor, por cierto en el sentido del valor de cambio, e in-
una clase social como conjunto la que apropia el valor producido por otra clase cluso de extracción de valor en general. Tan obvio como esto, sin embargo, es
social. En ese proceso puede ocurrir incluso que un particular no resulte perjudi- la intuición básica de que estos sectores son perjudicados por la situación global
cado por la relación particular de explotación en que participa. Ni la extracción de de explotación imperante. La clave de la diferencia es que, en realidad, desde el
plusvalía, en el caso del capitalismo, ni la apropiación de valor en general, pueden punto de vista de los explotadores, no hay ninguna necesidad de producir estas
ser medidas caso a caso. Y aunque pueda hacerse el cálculo no sería relevante situaciones de pobreza, e incluso resultarían de muchos modos beneficiados si no
desde un punto de vista político. Lo que reclamamos de la clase dominante no existieran, es decir, si cada uno de estos sectores, por ejemplo, pudieran integrarse
es que nos deba esta cantidad de dinero, o estos u otros valores en particular, al mercado del trabajo y del consumo.
reclamamos, globalmente, que han convertido nuestras vidas en una miseria, y Cuando se afirma que estas son situaciones de opresión lo que se indica no es
que ya no queremos vivir de esa forma. Es decir, lo que queremos no es que nos que en ellas haya extracción de valor, o necesidad indirecta, por parte de la clase
aumenten el sueldo, o que mejoren nuestras condiciones de vida. Lo que queremos explotadora. Lo que se afirma es que son situaciones que derivan, deseadas o
es que el conjunto de la vida cambie radicalmente. Queremos ser felices. Por eso no, funcionales o no, del sistema global de explotación. No hay opresión sin que
es necesaria una revolución. alguna forma de explotación la genere, directa o indirectamente.

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La idea de opresión implica dos planos esenciales, relacionados entre sí. Por e impedimento a la vez)? Yo creo que no. El asunto es reconocer que la mujer sí
un lado refiere a una situación de pobreza, humillación o impedimento vital que produce valor, y mucho, aunque estos no sean expresables en términos de valor
es producida por sobre y en contra de la voluntad de los que la sufren. Por otro de cambio. La enojosa y muy burguesa discusión en torno al salario posible de las
lado, esto implica de manera profunda, un impedimento de la propia valoración. dueñas de casa está de lleno en esta pregunta y sus respuestas posibles. La mu-
La explotación va acompañada, en general, de una situación global de opresión, jer, cosificada como tal, no sólo produce valor (aunque no sea posible expresarlo
y el procedimiento común del marxismo clásico es criticarla a partir del reclamo como valor de cambio), sino que, además, ese valor es claramente insumo del
contra estas secuelas visibles de la deshumanización. Para la crítica del poder ejercicio de producción de valor del hombre (cosificado como tal). Aquí no sólo
burocrático, sin embargo, es esencial notar que, si bien no hay opresión que no hay impedimento de valorización hay, claramente, en mi opinión, transferencia de
derive de la explotación, sí puede haber, en cambio, explotación sin opresión. valor. No sólo hay opresión hay, más profundamente, explotación. Y, habiéndola,
Cuestión que ciertamente puede sorprender a cualquier marxista clásico. esta no es una situación que pueda resolverse en el marco de un diálogo, o de una
consagración del derecho de ambos sexos a enajenarse de manera igualitaria. De lo
El punto es que en la producción altamente tecnológica la extracción de va-
que se trata en las reivindicaciones de género, como en toda lucha revolucionaria,
lor no requiere necesariamente del impedimento absoluto de la valoración del
no es sólo de vivir mejor, de compartir de manera más “justa” las miserias de la
otro. Incluso más, requiere, en una medida importante de esa valorización para
enajenación. De lo que se trata, nuevamente, es de ser felices.
realizarse. La explotación burocrática es más universal, y más “humana” que la
explotación capitalista porque en su transcurso más que una diferencia radical
de valorización y desvalorización, repartida en polos dicotómicos, lo que hay es 6. De la explotación al sujeto revolucionario
una diferencia relativa de valorización diferencial. Ambos términos se valorizan, a. Explotación y clases sociales
pero el resultado es una transferencia neta de valor hacia uno de los polos. Hay
La explotación es una relación social, que no es primariamente inter subjeti-
efectivamente un servicio mutuo, pero sólo al precio de que uno de sus términos
va, y que implica extracción de valor y desvalorización del otro. Es una relación
mantenga la ventaja, y la aumente progresivamente, sobre el otro. El que la man-
antagónica en la medida en que en la transferencia neta de valor de un agente
tenga hace que este sea igualmente un sistema de explotación. El que la aumente
económico causa y requiere de la desvalorización del otro. La valorización de uno
progresivamente hace que las condiciones de esa explotación se vayan agravando
es causa de la desvalorización del otro. Es un mecanismo genérico (que afecta
globalmente, aunque en el nivel particular siempre los efectos de valorización
al género) constituyente de sus actores. Estos actores no son entes particulares
particular sean percibidos como compensatorios.
sino clases sociales. La explotación es una relación social global. Incluso en el
La clave de la explotación, entonces, no es en rigor, la diferencia entre ricos y caso en que la forma de la explotación requiere de una valorización relativa de los
pobres, sino el resultado deshumanizador de esta diferencia, sea absoluta, como trabajadores, como ocurre en la producción altamente tecnológica, el hecho que
en el capitalismo clásico, y en las sociedades de baja tecnología, o relativa, como sea una relación global es lo que la hace mantener su condición de antagónica.
puede serlo bajo el poder burocrático. Argumentar contra la pobreza es urgente No es suficiente con la valorización relativa y particular. La única forma de ir más
y es necesario, pero no pasa de formar parte de una estrategia y un horizonte allá de la explotación es superar las condiciones de empeoramiento global de las
reformista. Es la argumentación contra la enajenación la que le da a la crítica su condiciones bajo las que se reproduce la humanidad. Y esto sólo puede ocurrir
horizonte comunista y su contenido revolucionario. en un marco en que se ha obtenido la genuina libertad que consiste en que ha
Hecha esta distinción quizás sea necesaria una última aclaración respecto de dejado de haber transferencias desiguales de valor, en que ha dejado de haber
uno de los ejemplos que he puesto. ¿No podría decirse entonces que la dominación cosificación del trabajo humano.
de género es más bien una situación de opresión (impedimento de valorización, sin Todo esto significa, en resumen, que estamos considerando la explotación
que haya connotaciones económicas de por medio) que de explotación (extracción

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como una relación histórica, como algo que le ocurre a la historia misma, a la la ideología de lo empírico y lo objetivo, oscurece fuertemente en la consciencia
autoproducción de la humanidad como conjunto. Y es por eso que el fin de la ex- común el hecho de que las sociedades tradicionales, bajo otros complejos ideo-
plotación no es sino el principio de la reconciliación humana en general, mediada lógicos también operaron de manera tecnológica. La invocación, la revelación, la
siempre por la opacidad esencial en que la configura la libertad, es decir, mediada comunión mística, en los sistemas ideológicos de la magia, el mito o la fe, deben
siempre por el extrañamiento posible. Como está dicho más arriba, el fin de la ser consideradas, epistemológicamente, como técnicas en el sentido genuino del
explotación coincide con la construcción de un mundo en que es posible ser feliz, concepto. Si esto es así, la idea de que el poder sobre la división social del trabajo
y en que la infelicidad, que puede aparecer una y otra vez, puede ser resuelta. deriva del control de las técnicas socialmente admitidas, se puede extender al
Un mundo en que la felicidad diferenciada de la humanidad en general se vive en conjunto de la historia humana, más allá de que en la sociedad moderna este
el ir y venir de la felicidad e infelicidad posible de los particulares que han llegado a hecho sea explícito y visible.
reconocerse en ella. Es el control de la división social del trabajo, y la apropiación diferencial del pro-
Cuando se considera la explotación de una manera sociológica, es decir, cuando ducto social que permite, lo que constituye y define conceptualmente a las clases
se habla de la apropiación de valor por una clase a expensas de otra, es relevante sociales. Si bien, desde un punto de vista empírico, los distintos grupos sociales
establecer el mecanismo general que permite esa apropiación y el entramado de pueden ser clasificados y estratificados de acuerdo a múltiples criterios, como la
dominación social que lo vehiculiza. En el caso del mecanismo de apropiación es manera en que obtienen sus rentas, el nivel socio económico, las diferencias edu-
necesario explicitar el problema al menos en dos niveles, el del mecanismo raíz a cacionales, etcétera, lo que distingue a los grupos sociales, en general, de las clases
través del cual se ejerce en cualquier sociedad de clases, y el mecanismo específico sociales, en particular, es el lugar que ocupan en esta relación constituyente. Esto
a través del cual opera en cada período histórico. En todo caso, el problema del implica que el problema de la estratificación social es cualitativamente diverso, por
mecanismo de apropiación diferencial del producto social debe ser siempre dis- mucho que esté relacionado, con el de las clases. Determinar grupos en escalas de
tinguido de los mecanismos ideológicos, jurídicos, políticos, a través de los cuales estratificación construidas con cualquier criterio puede ser muy útil, dependiendo
esa apropiación se legitima ante el conjunto social y ante sí misma. Apropiación de cada criterio, para fines técnicos muy diversos. Pero determinar, en cambio,
y legitimación de la apropiación son dos problemas claramente distintos, y es qué clases sociales están en juego en una sociedad dada, es decir, qué modos de
necesario mantener y explicitar esa diferencia. apropiación, y qué relaciones se dan entre ellos, es un problema esencialmente
Para Marx, en La Ideología Alemana, la apropiación diferencial del producto político, que no deriva de las escalas de estratificación que puedan construirse.
social tiene su origen en la división social del trabajo. Esto puede precisarse sos- El asunto conceptual es éste: desde un punto de vista marxista es la estructura
teniendo que el mecanismo básico que permite que una clase social apropie el de clases sociales la que determina las diversas maneras en que se reparten las
producto de otra es el control sobre la división del trabajo, y se puede especificar estratificaciones y diferencias sociales. Y, para determinarlas, es necesario exa-
más aún indicando qué aspectos en particular son los que son controlados, y cómo minar directamente los modos de apropiación, más que los factores empíricos
se opera desde ellos. que puedan caracterizar a los estratos o a las diferencias. O, para insistir más aún
Sostengo que, a su vez, la clave del control de la división social del trabajo está en este punto, lo que Marx hizo no fue preguntarse por los niveles de ingreso,
en la posesión y dominio de las técnicas que permiten coordinarla y regularla. No educación, marginación, o propiedad de la burguesía, para correlacionarlos con
de las técnicas en general, sino de aquellas, las más avanzadas, o las más univer- los del proletariado. Al revés, postuló, a partir de un examen de los mecanismos
sales, desde las que el conjunto puede ser regulado, haciendo posible la fluidez y de producción y reproducción del capital, que todas esas diferencias podían ser
viabilidad del trabajo social. explicadas a partir de una causa común: la apropiación de plusvalía que se hace
posible convirtiendo a la fuerza de trabajo en mercancía.
Por cierto lo que se entiende por “técnica” es algo que debe ser historizado.
El enorme poder e influencia de las técnicas modernas, que se caracterizan por Una cuestión es el mecanismo general, el control de la división del trabajo a
través del control de las técnicas que permiten su coordinación y regulación; otra

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cuestión, más específica, es el mecanismo particular a través del cual opera en dificultarse el ejercicio de un poder si se elimina la legitimidad que lo vehiculiza,
cada sociedad de clases, mecanismo que constituye a cada sociedad de clases en pero la legitimidad y el poder son dos cuestiones materialmente distintas.
cuestión en una sociedad específica. Como he sostenido en el capítulo anterior: no es que la burguesía sea la clase
Estos mecanismos particulares pueden ser caracterizados observando que dominante porque es propietaria de los medios de producción, es al revés, llegó
conducen a una posesión diferencial de factores de producción que son claves a ser propietaria de los medios de producción porque era la clase dominante. La
para la lógica de conjunto de la reproducción social. En concreto, a la posesión burguesía creó la figura jurídica, política y cultural de la propiedad privada porque
diferencial de la fuerza de trabajo, de los medios de producción, o directamente era funcional y consistente con un poder que de hecho ya ejercía. La base de ese
de los medios de regulación y administración de la producción. En el primer caso poder real no era sino el dominio de la división social del trabajo. El resultado, un
estamos en la formación social feudal, en el segundo caso en la formación social resultado posible, es que ese dominio se ejerza a través de la propiedad privada de
capitalista, y en el tercer caso estamos en el dominio burocrático. los medios de producción. Este razonamiento es esencial para una crítica posible
En el primer caso la afirmación central es que las relaciones de explotación del poder burocrático, porque entonces la pregunta que hay que dirigir sobre un
que caracterizan y constituyen a la sociedad feudal se distinguen porque la clase sistema social para saber si se ha superado en él la división de clases que cosifica
explotadora es poseedora directa de la fuerza de trabajo, posición desde la cual a la humanidad no es si se ha abolido la propiedad privada, sino de qué maneras
puede determinar las formas generales de la división del trabajo, y usufructuar se ejerce el control sobre la división del trabajo.
con ventaja de sus productos. La posesión de hecho de los medios de producción Y, para ir más allá aún, la pregunta que establece el horizonte comunista pro-
más dinámicos por parte de la burguesía crea un espacio social desde el cual fue piamente tal es la de si se ha logrado que la división del trabajo deje de ser el eje
posible romper la lógica feudal, y esa posesión derivó, a su vez, de la creación de constituyente y articulador de lo social. Esto significa, ni más ni menos, que sólo
formas tecnológicamente más eficaces de coordinar y reproducir el trabajo social. se puede llamar comunista a una sociedad en que se ha logrado superar la división
La posesión de hecho de técnicas que permiten coordinar y regular la división social del trabajo. Superar la división del trabajo es el concepto, claro y distinto, que
del trabajo directamente, sin pasar en forma obligada por la propiedad de los Marx planteó en “La Ideología Alemana”. Este es el concepto que está contenido
medios de producción, es lo que da a la burocracia la posibilidad de hegemonizar en la idea de que el comunismo es una sociedad donde el tiempo de trabajo libre
la sociedad y, desde allí, construir progresivamente una lógica general de la re- es sustancialmente mayor, y más determinante, que el del trabajo socialmente
producción social, o de las relaciones de explotación, diferente, y más universal, necesario, u obligatorio. “Superar” no significa eliminar. Quizás siempre va a haber
que la sociedad capitalista. un espacio del trabajo social en que impere la división del trabajo, el asunto es más
Es esencial en este razonamiento hacer una distinción que en el ámbito jurídi- bien si nuestras vidas son determinadas desde allí o no. El asunto es qué clase de
co es perfectamente clara, la que hay entre “posesión” y “propiedad”. De lo que control tenemos, como productores directos, sobre ese espacio de reproducción
se trata es de la posesión de hecho, o del hecho directo de que un grupo social social, y que lugar ocupa en nuestras vidas.
posee de manera diferencial una ventaja que le permite hegemonizar la sociedad. Es a esta superación de la división social del trabajo, o a este control del espa-
La cuestión de la propiedad, en términos lógicos, e incluso empíricos, es estricta- cio, acotado, del ámbito de la división del trabajo por los productores directos, a
mente posterior y derivada. La propiedad es una figura jurídica, está en el ámbito lo que se puede llamar fin de la lucha de clases. Como se ve, no se trata del fin de
de las legitimaciones. Es el resultado, y no el origen, del poder de la burguesía. la infelicidad humana, o del logro de la absoluta transparencia de las relaciones
Nunca una relación jurídica puede ser el origen del poder efectivo, por mucho que sociales. Se trata del fin de unas condiciones sociales en que no sólo la infelicidad
este poder la requiera como forma efectiva de su vehiculización. Y, a la inversa, la particular, sino que el conjunto de lo social, es experimentado como ajeno, como
eliminación de una relación jurídica nunca puede por sí misma remover la realidad enemigo, como natural o divino, como un ámbito sobre el que no tenemos control
social desde la que había aparecido, y para la cual fue creada. Por cierto puede efectivo. Se trata del fin de la enajenación. De la construcción de las condiciones
sociales que hagan posible el ejercicio efectivo de la libertad.

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Que la lucha de clases sea “el motor de la historia” significa, en estos términos, o de las relaciones de explotación. Pero, en seguida, la figura jurídica “propiedad
que los marxistas consideramos que la sociedad está constituida desde una re- privada”, asociada a su correlato inseparable de “trabajo asalariado”, es una forma
lación social de antagonismo, no simplemente de conflicto. En la medida en que particular, y de muchas maneras exclusiva, de la sociedad capitalista.
las relaciones sociales de explotación son constitutivas, y operan como núcleo de Aún bajo la hegemonía capitalista las relaciones de explotación no se redu-
todas las demás relaciones sociales, y en la medida en que esta operación consti- cen a la propiedad privada, aunque esta sea la forma central y configuradora del
tuyente está presidida por modos de vida existencialmente enajenados, es decir, conjunto. De las empresas estatales en el marco de la economía capitalista no
que trascienden la voluntad inmediata de sus actores, entonces el conflicto social se puede decir que son “privadas”, pero tampoco se puede decir que no haya en
central es antagónico. Y, en la medida en que se trata de un antagonismo global, ellas extracción de plusvalía mediada por el trabajo asalariado. E incluso puede
hacia el que tienden todos los conflictos, y que actúa como configurador de toda mostrarse que esta plusvalía favorece globalmente el interés de la clase capitalista,
relación social, entonces su solución no puede ser sino radical, y global. Es a ese y se integra al flujo general de valor desde los trabajadores a la burguesía, aunque
proceso histórico, radical y global, al que llamamos revolución. no sea por la vía directa de la empresa privada.
Pero se puede pasar, también revolucionariamente, desde una sociedad de Justamente por esto es que no puede decirse que la eliminación de la propie-
clases a otra sociedad de clases. La palabra revolución designa en general a un pro- dad privada elimine las diferencias de clase o, incluso, que elimine las relaciones
ceso histórico que logra cambiar radicalmente los antagonismos que constituyen a sociales antagónicas. La vieja ficción de que en las sociedades que se llamaron
una sociedad. El paso de la sociedad feudal a la sociedad capitalista es claramente socialistas se había pasado de un marco de relaciones sociales antagónicas a otro
un proceso revolucionario, y Marx ha dicho de la burguesía que quizás sea la clase en que subsistían contradicciones pero no antagónicas no pasa de ser una ilusión
más altamente revolucionaria de la historia. No se trata, entonces, simplemente ideológica. En el socialismo real no sólo había diferencias sociales, sino concreta-
de la revolución. Se trata de la revolución comunista. Y sólo se puede llamar de mente diferencia entre clases sociales que, como todas las diferencias de clase,
esta manera a un proceso histórico que logre terminar con la lucha de clases. eran antagónicas. Y, en consecuencia, esas diferencias no se podían resolver de
El fin de la lucha de clases es el fin de un mundo de relaciones humanas global- manera evolutiva y consensual. No sólo se trataba de una transición del socialismo
mente antagónico, constituido desde la enemistad y la lucha. No se trata de una al comunismo. El paso al comunismo habría requerido también en esas sociedades
mejora sustantiva de las condiciones de vida. No se trata de la experiencia local de una transformación revolucionaria.
de realización que puede dar la valorización relativa del trabajo. Se trata de un Pero para sostener esto se requiere especificar de qué contradicciones de clase
mundo distinto. De una historia distinta. O, como lo dice Marx, se trata de ir más se trata y establecer si corresponde hablar en ese caso de “clases” realmente, y
allá de la prehistoria humana, en que nos relacionamos unos con otros como si no simplemente de grupos sociales (como los obreros, los campesinos, los inte-
estuviéramos en la naturaleza, hacia el inicio de la auténtica historia humana, en lectuales, los profesionales, etc.) y de contradicciones entre grupos.
que todo lo que afecta a las relaciones sociales es reconocido y controlado como
Para poder postular la existencia de una sociedad burocrática, y de una diferen-
un producto libre de la humanidad misma.
cia de clases asociada a ella, es necesario establecer en qué consiste el mecanismo
constitutivos de tales nuevas relaciones de explotación, y porqué ese mecanismo
b. Sociedad capitalista y poder burocrático no puede ser contenido dentro de la explicación clasista que se ha dado de la so-
La diferencia de clases no tiene porqué expresarse como una diferencia ciedad capitalista. Si la clave del dominio de clase es el dominio sobre la división
entre propietarios en general y no propietarios y, menos aún, como una diferen- social del trabajo, entonces ocurre que en la sociedades que se llamaron socialistas
cia entre los que poseen la propiedad privada de los medios de producción y los o, incluso, en las que actualmente se llaman “capitalismo avanzado”, el control de
que no. Desde luego, la figura jurídica “propiedad” es relativamente tardía en la la división del trabajo ya no está en manos de la clase de los propietarios de los
historia humana, lo que no puede decirse por cierto de las diferencias de clase, medios de producción o, en el orden de las legitimaciones, ya no es la relación

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social “propiedad privada” la que configura las articulaciones sociales hegemó- Wright distinguir entre dos formas sociales, el “estatalismo”, en que se puede ha-
nicas. Esto significa que los propietarios privados han perdido la posesión de las blar de una clase dominante y de relaciones de clase antagónicas, y el “socialismo”,
técnicas esenciales que permiten la coordinación y regulación de la división del en que aunque persiste la apropiación diferencial del producto social en virtud
trabajo, aún en el caso de que retengan formalmente la propiedad sobre tales de la posesión diferencial de los saberes y las experticias, no habría en cambio
técnicas. Hay sectores sociales que poseen de hecho bienes que les permiten contradicciones antagónicas, en la medida en que una intelectualidad conscien-
ejercer de manera hegemónica esas funciones, aunque el bien que se lo permite te podría ir democratizando y socializando progresivamente esos saberes, para
no sea, formalmente, la propiedad de los medios de producción. avanzar, de modo evolutivo hacia un horizonte comunista en que ya no habrían
Sigo a Erik Olin Wright (ver “Clases”, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1994, Cap. 3) en la formas de explotación.
idea de que se puede hablar de “bienes de organización” y de “bienes de cualifica- Para Olin Wright esta progresión correspondería a sucesivas ampliaciones de
ción”, para designar a lo que es poseído por estos sectores, y permite su hegemonía la libertad humana obtenidas en sucesivas transformaciones revolucionarias. La
bajo formas sociales particulares. La idea fundante aquí es que la “organización” ruptura revolucionaria de la lógica feudal por la burguesía habría permitido la
es un bien que se puede poseer, en el sentido de poseer las técnicas que hacen liberación de la fuerza de trabajo, que era la posesión que articulaba su dominio.
posible determinar y controlar las formas en que se organiza la producción, y el La fuerza revolucionaria de la burocracia, vehiculizada o no por las luchas del
universo de legitimaciones ideológicas que las hacen viables socialmente. La idea movimiento obrero, habría permitido la socialización de los medios de produc-
consiguiente es que esa posesión hace posible a su vez una apropiación diferencial ción, cuya propiedad privada era la clave de la explotación capitalista. La fuerza
del producto, y genera un conjunto de acciones sociales consistentes destinadas revolucionaria repotenciada del movimiento obrero debería permitir, al interior
a proteger la exclusividad de esa apropiación diferencial para un determinado de las sociedades estatalistas una sustancial democratización del control organi-
grupo. Sostengo que en el momento histórico en que se estructura ese conjunto zativo, rompiendo de esta manera la clave que articula al poder burocrático, en
de acciones, bajo ese interés básico de mantener esa forma de apropiación, se un conflicto que tendría con seguridad la violencia que caracteriza a la existencia
puede hablar de este sector social, la burocracia, como una clase social, una clase de contradicciones antagónicas. Por último, la fuerza revolucionaria de ¿la inte-
que ha emprendido su largo camino hacia la hegemonía y el gobierno en el seno lectualidad? promovería, al interior de las sociedades socialistas, pero esta vez de
de las relaciones de clase que la hicieron necesaria por razones que originalmente manera evolutiva, una igualdad sustantiva, cuya base material sería la progresiva
eran meramente funcionales. democratización e igualación en el ámbito de los saberes y las competencias.
El texto de Olin Wright, escrito originalmente en 1984, en plena Perestroika, Una clave básica de su razonamiento reside en la diferencia que hace entre
recoge la noción de bienes de organización para criticar lo que él llama “socialis- la explotación posibilitada por la posesión diferencial de bienes de organización,
mo burocrático de Estado”. La diferencia que la posesión de estos bienes supone, que conduciría a contradicciones de tipo antagónico, y la que se produciría por las
entre burócratas y obreros es, en alguna medida, tratada por Olin Wright como diferencias entre los saberes y las experticias, en torno a las cuales más que cons-
una diferencia antagónica, muy al estilo de las auto críticas que desde la izquierda tituirse relaciones de explotación (lo que lo lleva a afirmar que la intelectualidad,
se hacían a las configuraciones sociales efectivas que se estaban dando en el so- a diferencia de la burocracia no es precisamente una clase social), se producirían
cialismo real, y que se habían hecho cada vez más visibles desde los años sesenta. “relaciones difusas de dependencia”, en principio superables de manera progresiva.
En la misma lógica, sin embargo, Olin Wright distingue de los anteriores lo Quince años después, creo que no hay base histórica, ni teórica, para tal op-
que llama “bienes de cualificación”, es decir, el poder que deriva del ejercicio de la timismo. Por un lado la crítica epistemológica a la lógica y al ejercicio del cono-
experticia y el conocimiento en un campo productivo. La posesión diferencial de cimiento científico permite establecer la profunda presencia de la ideología en
estos bienes también permitiría una apropiación diferencial del producto social, todo aquello que se predica como “saber”, o “experticia”, como si se refiriesen
es decir, relaciones de explotación. Pero la diferencia le permite, a su vez, a Olin a saberes objetivos, a experticias probadas, más allá de las relaciones sociales

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en que se producen. Por otro lado el comportamiento empírico de los sectores de siervos hayan mejorado en muchos aspectos. De la misma forma, de la confron-
intelectuales asociados al control burocrático no permite en realidad la menor tación entre señores y siervos parece evidente que la principal beneficiaria es la
esperanza, salvo que postulemos una suerte de bondad esencial de los hombres burguesía, aunque puede decirse también que, en muchos sentidos, la “libertad”
que saben, que los alejaría de las pasiones del poder y la gloria, cuento, por lo de- de los obreros es un avance respecto de la sujeción de los siervos.
más, que los intelectuales han contado siempre, una y otra vez, sobre sí mismos, Esta sugerencia, meramente empírica, es interesante cuando se examina el
sin poder ofrecer aval empírico alguno a sus pretensiones. resultado histórico de las confrontaciones entre obreros y burgueses. Sostengo
Contra el optimismo de Olin Wright lo que sostengo es que el control de los que, tal como en los casos anteriores, la principal beneficiaria efectiva de estas
bienes de organización y el de los bienes de cualificación, o experticia, no son luchas no es sino la burocracia. Y tal como los siervos identificaron sus intereses
sino dos aspectos de una misma situación. Y la relación que los liga es que el po- en algún momento con los de la burguesía emergente, y con ello no hicieron sino
der material, efectivo, de la burocracia reside en la posesión de las técnicas que vehiculizar su propia transformación en masa de los asalariados, de la misma ma-
permiten la organización (coordinación y regulación) de la división del trabajo, nera se puede comprobar como los productores directos asocian frecuentemente
mientras que los llamados bienes de “cualificación” no son sino el velo ideológico sus intereses con los de la burocracia emergente, cuyos intereses no hace sino
legitimador de esa posesión. La cualificación, la experticia, el saber, opera en el confirmar con sus propias luchas.
dominio burocrático como la figura jurídica de la propiedad privada en la do- Marx (en “La Ideología Alemana”) sostuvo que cada nueva clase social do-
minación capitalista. Burocracia y tecnocracia no son sino dos aspectos de una minante presenta sus propios intereses, para sí misma, y para toda la sociedad,
misma clase, como pueden serlo las diferencias entre la burguesía industrial y la como más universales que la clase a la que aspira a reemplazar. Se podría quizás
burguesía financiera. complementar esa afirmación con la constatación correlativa de que algo de esa
El radicalismo de Olin Wright alcanza para criticar ciertas formas históricas del universalidad, en principio ideológica, debe hacerse efectivamente real para que
poder burocrático pero, en la medida en que cree que efectivamente hay “cualifi- resulte históricamente verosímil. De la esclavitud a la “protección” que proporciona
caciones” o “experticias” objetivas, es decir, en la medida en que no se hace cargo el vasallaje, y de la sujeción feudal a la “libertad” que ofrece la sociedad burguesa,
de la condición social del saber mismo, no da justamente con el punto esencial: cada vez las clases explotadas han visto en el horizonte utópico que las clases
el que el dominio burocrático no se relaciona primariamente con la realidad de dominantes emergentes les presentan la forma de sus propias esperanzas. Nunca
las sociedades que se llamaron socialistas, sino con un momento general de la hay que olvidar, después de todo que, sean ciertas o no en la realidad efectiva,
sociedad capitalista que está más allá de las diferencias políticas concretas que las promesas que movieron al conjunto del pueblo a apoyar las revoluciones bur-
hay entre capitalismo clásico, capitalismo de estado, o socialismo. guesas eran, ni más ni menos, que las de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Ambas constataciones son ciertas en el caso de la emergencia del poder buro-
c. Crítica anti capitalista y crítica anti burocrática crático. Por un lado la pretensión de que por fin la sociedad será administrada ya
no por las pasiones del interés y el dinero, del consumo y el deseo, sino por la dig-
En ese mismo texto (“Clases”, 1984) Olin Wright alude a la sugerente idea
nidad y altura del saber y la experiencia. Por otro lado la realidad efectiva de que,
de Alvin Gouldner de que los beneficiarios reales de los procesos revolucionarios
frente al “capitalismo salvaje”, los productores directos podrían verse beneficiados
ocurridos en la historia humana no han sido las clases explotadas sino siempre
por las políticas neutrales y protectoras de una clase social que no tiene intereses
una “tercera clase” que surge en el marco de su confrontación. La constatación
radicalmente suyos que defender. Se trataría simplemente de “funcionarios”. Sus
histórica es, de alguna forma, inmediata. De la confrontación entre esclavos y
“riquezas”, el saber y el juicio experto, no serían heredables, ni constituirían por sí
esclavistas no puede decirse en ningún caso que los esclavos hayan salido vence-
mismas castas o cofradías impenetrables. Después de todo, la esperanza de niveles
dores, aunque bajo el dominio feudal sus condiciones de vida, ahora bajo la forma
cada vez mayores de ilustración y acceso al saber en general se puede sostener

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en la existencia de nuevos medios de comunicación y escritura que, como antes más complejas, y tecnológicamente avanzadas. O, para decir esto mismo de una
el libro y la prensa, permitirían un progreso general de la humanidad. manera más dura: no son los pobres, en cuanto pobres, los que pueden hacer una
También, y de la misma manera, tal como la crítica anti capitalista pudo mostrar revolución. Pueden iniciarla, pero no llevarla adelante. Es necesario insistir sobre
la enorme diferencia entre los ideales de la libertad, la fraternidad y la igualdad, y el principio fundamental: las revoluciones sólo pueden hacerlas los trabajadores.
la realidad efectiva de la explotación y la miseria, ahora la crítica anti burocrática Un hecho brutal y central en la práctica real del marxismo es que el sujeto que
debe mostrar la diferencia de principio que hay entre los discursos del saber, y de clásicamente estaba en esa posición, la clase de los obreros industriales, nunca
la protección corporativa, y la realidad de las nuevas miserias que derivan de una cumplió con lo que a Marx le parecía su misión histórica. La tradición marxista
nueva forma de la explotación. suplió sistemáticamente esta carencia básica recurriendo a sujetos sociales revo-
Pero, en la medida en que lo criticado no es ya la miseria clásica que, siendo to- lucionaristas, desde los cuales se pudiera infundir el ánimo revolucionario que a los
davía plenamente real, no constituye el núcleo esencial de la nueva explotación, es Partidos Obreros, siempre tan dispuestos a entrar a la normalidad de la política, les
necesario develar esa nueva miseria en el ámbito de la producción de la humanidad faltaba. Los campesinos, los pobres en general, los marginados, los intelectuales,
misma. Para eso es que he puesto entre estos fundamentos la postulación de un dígase lo que se diga de ellos, los estudiantes (es interesante recordar el papel
concepto de subjetividad y realización humana. Es en ese punto, en el problema de los estudiantes en la Revolución Cultural China, o el de toda una generación
general de la enajenación, donde la crítica anti burocrática se encuentra con la de intelectuales que se sumó a la guerrilla latinoamericana), fueron, en distintos
crítica anti capitalista de Marx. Es por eso que esta crítica, que reúne a ambas, momentos, el reservorio de potencial revolucionario que parecía faltar.
puede ser llamada un marxismo de nuevo tipo. La política marxista se ha movido durante cien años bajo la miopía del van-
guardismo y el revolucionarismo. Vanguardismo por la esperanza ilustrada de
que algún sector social debe tener el saber que la experiencia política inmediata
d. El sujeto revolucionario
no parece aportar. Revolucionarismo por la esperanza romántica de que alguna
Una perspectiva comunista en un marxismo de nuevo tipo requiere que sea experiencia dramática y crucial pueda generar la ilustración que los saberes pa-
posible indicar, al menos en teoría, qué sujeto revolucionario sería en principio recen no contener. Vanguardismo y revolucionarismo pedagógicos, en los que
capaz de llevarla adelante. De la misma manera como la contradicción que carac- se hace inevitable la diferencia entre expertos en revoluciones y legos a los que
teriza a la explotación capitalista es la que hay entre los propietarios del capital guiar, entre militantes, simpatizantes y víctimas de la opresión; en que se hace
y los trabajadores asalariados, la contradicción característica de la dominación inevitable la diferencia, aparentemente ética, entre los buenos y los beneficiarios
burocrática es la que enfrenta a los administradores de la producción, y su capa- de su acción, o entre los conscientes y los inocentes, a los que hay que sacar de
cidad de usufructuar del producto global con ventaja, a los productores directos, su condición. Extremos de un imaginario político puramente moderno, que sin
cuyos estándares de vida aumentan, en el mejor de los casos, a costa de la pérdida ir nunca más allá de la lógica de la sociedad a la que combate, se convierten, sin
global de calidad de vida. embargo, en los vehiculizadores ideales de lo que luego, en sus mismas manos,
La pregunta por quienes, en ese conjunto de productores directos, son ca- se convertirá en poder burocrático.
paces de constituirse en sujetos revolucionarios debe responderse desde la idea La decisión esencial que lleva a estas políticas no es sino la de intentar poner
que he formulado sobre la esencia de la dominación social: sólo pueden ser un a los pobres en el lugar que conceptualmente corresponde a los trabajadores. Sin
sujeto revolucionario real aquellos que estén en posición de dominar, eventual- embargo, por debajo de las buenas consciencias y las santas intensiones, la férrea
mente, la división del trabajo. En concreto, las revoluciones sólo pueden hacerlas lógica de lo real tiende a imponerse. No sólo ocurre que los pobres no logran hacer
los trabajadores. En particular, deben ser promovidas por aquellos sectores de las revoluciones que quisieran, peor aún, la experiencia estalinista muestra que
trabajadores que estén en posesión, o puedan dominar, las formas de producción cuando se convierten en el actor central terminan por convertirse en objetos de

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la revolución, más que en sujetos. Se abre un amplio espacio social para que la La miopía del análisis de clase del marxismo tradicional, trabado por el obre-
burocracia revolucionaria dirija, manipule y totalice la revolución para terminar rismo, o por el cariño hacia los pobres en general, no logró forjar otro concepto
por ponerla a su servicio. para estos trabajadores que el concepto estupidizante y confuso de "capas me-
La facilidad de la transición entre una burocracia totalitaria, que ha operado en dias". La insuficiencia del análisis de clase, incapaz de captar en su forma real las
nombre del pueblo, más que desde el pueblo, hacia una burocracia servil, que ter- nuevas formas del trabajo, al no reconocer en ellos a los obreros de los que habló
mina rindiéndose a la regulación mundial, y usufructuando de manera parasitaria Marx, proclamó la extinción de la clase obrera o, en otra versión aún más torpe,
del gran capital transnacional está más que demostrada. Los pobres del discurso proclamó que no se podía confiar en la pequeña burguesía.
filantrópico de las izquierdas que nunca han salido del horizonte del socialismo Las capas medias son una piedra en el zapato para los que crean que la revolu-
utópico, son la coartada ideal para que los futuros burócratas, en su nombre y ción sólo puede surgir de la pureza popular, equivalente laico y social demócrata
por su bien, terminen dominándolos de manera totalitaria. de la pureza evangélica, o de los que creen que la sociedad industrial sólo puede
La única forma de que la revolución sea democrática es que los trabajadores ser entendida bajo las formas del acero, el carbón, y la fábrica. La torpeza tradicio-
dominen de manera directa y efectiva el proceso de producción social. Una de- nal de la izquierda hacia los profesionales, asalariados de nuevo tipo, o hacia toda
mocratización general de las técnicas más avanzadas, un ejercicio democrático forma de movimiento social que no cayera bajo el común denominador obrero,
del poder de coordinar el trabajo que esté afianzado en el dominio técnico sobre como las mujeres, los jóvenes, los negros, los mapuches, los ecologistas, o los
el proceso de la producción. Toda otra situación sólo conducirá a la dictadura homosexuales, es una reiterada y dramática muestra de lo que afirmo.
filantrópica de los expertos, con la posibilidad siempre abierta de que el poder Para los que creemos, de acuerdo con Marx, que las revoluciones las hacen los
usufructúe de manera diferencial de su función benefactora. trabajadores, la realidad brutal es esta: los obreros industriales nunca estuvieron
Esta es la razón del obrerismo de Marx, de su desconfianza clásica hacia el a la altura de su misión histórica, y además fueron superados por la revolución
lumpen proletariado y hacia el campesinado. Y esta es justamente la razón para tecnológica. Si hay que buscar sujetos revolucionarios estos deben estar en los
no ser obreristas hoy día. El asunto no es sentimental, o subjetivo. Es una cuestión nuevos mundos de trabajo y contradicción que presenta la sociedad actual.
material, objetiva. La gran pregunta es quién puede revolucionar materialmente ¿Significa esto que son las clases medias el “sujeto” revolucionario? Es obvio
la vida. que, en la tradición y el folklore marxista, esta sólo puede ser una pregunta iró-
La revolución tecnológica ha desplazado al obrero industrial clásico, pero no ha nica. Para mí no lo es.
cambiado la situación esencial. Sigue habiendo, en esencia, una lógica de la nueva Nada más lejos, sin embargo, del imaginario habitual de la izquierda que la idea
base tecnológica del capital. A esa lógica y a los sectores de trabajadores que son de que los “pequeño burgueses”, “la aristocracia obrera”, “los arribistas y consu-
capaces de dominarla hay que llegar. De lo contrario la lógica objetiva se impondrá mistas”, puedan ser un sujeto revolucionario. Es importante advertir además, por
de todas maneras, bajo la forma de una vanguardia totalitaria de expertos que, otro lado, que las comillas sobre la palabra sujeto no son sólo un énfasis peyorativo
en función de su dominio de la división del trabajo, se convertirán, de hecho, una sobre “capas medias”, sino que sugiere de manera adicional que estas no pueden
vez más, bajo formas políticas y culturales diversas, la clase dominante. convertirse en un sujeto.
Pero si esto es así, la reflexión debe dirigirse al estado de la vida real de esos Por cierto que al mirar en esa dirección se tiene, desde un punto de vista clásico
sectores sociales. Hacia las formas en que la enajenación y la deshumanización del un panorama desolador. La enajenación en la abundancia parece haber alcanzado
trabajo se articula en ellos, hacia las formas en que la explotación los hace, bajo su figura casi perfecta en los trabajadores de los sectores de más alta tecnología.
las apariencias que sean, objetos y apéndices de la producción que, en esencia, Horrorizados casi de manera existencial por los estilos de vida de las capas me-
les pertenece. dias, los marxistas, llenos de nostalgia e impotencia, vuelven sus miradas hacia la
pureza popular que los sectores medios no tienen.

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Pero el asunto es de principio, y va más allá de nuestros espantos. Si lo que IV. Herramientas
queremos es algo más que filantropía benefactora, si lo que queremos es algo
más que tranquilizar nuestras consciencias católicas, de lo que se trata es de la
libertad, de la belleza, de la verdad, y no sólo del bienestar. No hay libertad, be-
lleza o verdad sin bienestar, pero sólo la perspectiva utópica de la libertad, de la
belleza y de la verdad, puede impedirnos volver a ser una vanguardia inicialmente Nota para la segunda edición
filantrópica y finalmente totalitaria.
He reemplazado el capítulo “Polémicas” de la primera edición, por éste: He-
rramientas. La idea es explicitar aquí algunas de las categorías que han estado en
juego en los capítulos anteriores. Tal como el título lo indica, se trata de que estas
categorías puedan ser usadas directamente en las discusiones actuales en Ciencias
Sociales, introduciendo en ellas un punto de vista marxista posible.
El primer texto resume las aparentes paradojas que para una mentalidad mar-
xista formada en el estilo clásico pueden suponer varias de las ideas que he for-
mulado, pensando en el marxismo del siglo XXI.
El segundo, que conservo de la primera edición, desarrolla una de ellas, la idea
de tolerancia represiva, y la pone en el contexto de la revolución post fordista
imperante.
El tercer texto, aborda la cuestión de las diferencias epistemológicas entre
el marxismo y las disciplinas de las Ciencias Sociales, y enfatiza, a propósito de
ellas, la diferencia entre análisis de clases y análisis de estratificación social. Un
asunto muy discutido entre los ex marxistas que suelen llamarse post marxistas.
Son textos para la discusión, no textos en que se discutan otros, que hayan
sido planteados a su vez para la discusión.
He cerrado esta segunda edición con un texto de carácter contingente, quizás
es más efímero de todos, pero, en muchos sentidos, quizás el más necesario para
este momento de la política nacional.

1. Tolerancia represiva y política comunista


De alguna manera este libro está presidido por nociones paradójicas, o
cuya apariencia paradójica no hace sino resaltar el desconcierto de la teoría crí-
tica ante la sustancial complejidad de las actuales formas de dominación: agrado
frustrante, explotación sin opresión, enajenación en la abundancia. Entre estas

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nociones paradójicas la que tiene quizás mayor importancia política inmediata es La idea de tolerancia clásica se fundó en una manera específica de concebir la
la de tolerancia represiva. subjetividad. Una manera en que se reconocía claramente la diferencia entre el
Aunque la expresión proviene de Marcuse, la situación real que he tratado de espacio público y el espacio privado, ambos de doble dimensión. La privacidad era,
abordar recogiendo y resignificando este concepto es muy inmediata y contin- por un lado, el espacio de la familia, pero también, por otro, el de la interioridad
gente: la vuelta a la “democracia” tras las dictaduras militares en América Latina, de la consciencia. Lo público era, por un lado, el espacio de las relaciones inter
y la desarticulación general, por la vía pacífica, de la izquierda radical que creció personales (inter familiares) y también, por otro lado, el de la cosa pública, tanto
y contó con apoyo popular bajo la opresión dictatorial. en la política como en el mercado.
El objetivo en este texto es ayudar a esclarecer el proceso de des sustanciali- El ideal de la tolerancia, de manera correspondiente, implicaba una doble
zación de la democracia y sus bases sociales, conectándolo con las nuevas formas cuestión: la posibilidad de una conciliación libre de voluntades autónomas en el
de dominación características de una sociedad altamente tecnológica. espacio inter personal, y la posibilidad de una conciliación armónica de intereses
en el espacio social.
La verdad, sin embargo, es que el totalitarismo moderno tiene muy profundas
a. La idea de tolerancia represiva
raíces: nunca hubo de manera efectiva conciliación libre de las voluntades. La
La tolerancia sólo es lo contrario del dogmatismo totalitario en una sociedad realidad inter personal siempre se acercó más a la opresión victoriana que a la
en que la represión manifiesta hace posible el horizonte utópico de la diferencia. irreverencia pequeño burguesa. Nunca hubo, por otro lado, conciliación armónica
En una sociedad opresora pero, también por eso, bidimensional. En una sociedad de los intereses sociales: la realidad brutal fue siempre la opresión y la dictadura
en que la utopía es efectivamente un otro lugar. burguesa.
La tolerancia deja de ser lo contrario de la opresión en una sociedad capaz Es, sin embargo, en ese marco en que la tolerancia liberal podía convertirse en
de manipular la diversidad. Si la sociedad no sólo ya no teme a la diferencia, sino una utopía, en un sueño a realizar.
que incluso puede usufructuar de su manipulación, entonces la tolerancia puede
Mirado en perspectiva se puede criticar su extrema ingenuidad, su abstracción,
ser un vehículo de dominación. La utopía deja de ser un horizonte y la ilusión
su anclaje en la idea de naturaleza humana. Una idea abstracta de la autonomía
permanente de su realización condena a las acciones alternativas a convertirse
personal la hacía incapaz de concebir la armonía como otra cosa que no fuese
en confirmaciones del sistema.
una media aritmética, una composición geométrica de fuerzas, o un ejercicio de
La tolerancia clásica reclamaba la diversidad en un mundo homogeneizador. indiferencia. La "normalidad", el consenso por la vía del pacto, y la apatía, fueron
Ante la homogeneidad medieval se reivindicaba la legitimidad de la interioridad sus únicas propuestas efectivas. Una idea resignada, que ligó las características de
de la consciencia, de la autonomía personal de la voluntad, la legitimidad de la la condición humana a los dictados de una cierta naturaleza, inhibió su iniciativa
confrontación de ideas y del diálogo racional en búsqueda de la verdad, de la histórica y la encerró en los márgenes de las técnicas sociales que podían derivarse
belleza, de la justicia. La tolerancia clásica era el emblema caballeroso de una li- de lo que se creía eran leyes absolutas.
bertad posible. De una armonía natural entre individuos iguales, libres y fraternos,
La tolerancia clásica nunca fue real, ni por las condiciones históricas en que
capaces de construir un mundo mejor.
efectivamente se desenvolvió, ni por los impedimentos que sus propios supues-
Cuando la tolerancia se contraponía al dogmatismo su utopía no era un mero tos filosóficos le impusieron. Sin embargo, como ideal, como horizonte al que se
conjunto de fórmulas, de procedimientos, sino una aspiración de convertir en puede llenar de contenidos, hizo posible distinguir la opresión real de la libertad
realidad ciertos contenidos. No se podía tolerar el mal, la ignorancia, la ignominia, posible. Distinguió a la opresión como tal desde un espacio teórico y práctico que
la falta de nobleza o de coraje. No era tolerable el desorden, la arbitrariedad, ni se le escapaba. En la teoría los ideales de la Ilustración, en la práctica la terquedad
la tiranía.

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rebelde de la consciencia interior que luchaba por vivir en un mundo más humano. Pero no hay nada de intrínsecamente masificador en la industria moderna.
La sociedad burguesa clásica siempre fue una dictadura, siempre fue una socie- Cuando nos quedamos en esa idea resultamos atrapados de una idea de la técnica
dad opresora y, sin embargo, nunca fue una sociedad totalitaria. Siempre existió en bastante primitiva. Consideradas bajo las posibilidades de diversidad de la técnica
ella el espacio de la rebeldía interior, o de la utopía trascendente. Su dictadura no actual, las críticas anti tecnológicas habituales corren el riesgo de parecer inge-
logró copar todos los intersticios del sistema. La poesía, la lucha social, la rebeldía nuas, o simplemente de ser superadas en un efecto de espejismo. La crítica anti
marginal, la ácida sinceridad de sus cronistas, conservaron siempre la posibilidad tecnológica llegó incluso a identificar la forma imperante de la industrialización
de un mundo radicalmente diferente. con la estructura de la razón. La homogeneización resultante sería un efecto de
la potencia masificadora del pensamiento mismo.
Por cierto esto la obligó a la represión explícita y permanente: las matanzas
periódicas de pobres, de brujas, de marginales; la reducción permanente de la Atrapados en esta ilusión, los críticos de la técnica son víctimas ideales de la
utopía estética al carácter de delirio; el robo de todos sus derechos civiles a los enajenación por las nuevas tecnologías, que parecen ofrecer la posibilidad de la
locos; la ridiculización y trivialización de las rebeldías románticas. Toda una triste diversidad efectiva que las antiguas negaban. El sofisma no consiste sino en la
historia de indignidad y muerte en que el brillo de la utopía, sin embargo, no hace creencia de que sólo a través de la masificación, de la abstracción creciente, de la
sino enfatizar su terquedad en medio del drama. La tragedia de la rebeldía y la igualación, se puede dominar. Cualquier indicio de diferencia les parece a nuestros
represión clásicas, con sus sombrías muertes y sus chispazos llenos de belleza ingenuos demócratas actuales un signo de apertura. Tal como el movimiento
futura, da cuenta de un mundo brutal, que tiene su reverso, buscado sin cesar e obrero clásico confundió la elevación de los estándares de vida con el proyecto
interrumpido. de su liberación, así los críticos actuales de la tecnología antigua confunden la
diversidad ilusoria con la realización del mundo de la posibilidad.
La devastadora crítica que los diversos estilos del escepticismo moderno han
ejercido contra los ideales de la Ilustración, por un lado, y la invasión y destrucción El concepto de tolerancia represiva viene justamente a romper este nuevo
del ámbito de la privacidad, por otro, son los pilares sobre los que se ha construido espejismo reformista. Se puede dominar en la diversidad, se la puede administrar
el concepto actual de tolerancia, que anula y destruye al concepto clásico no sólo de manera represiva. Se puede vencer a la utopía de la libertad en el espejismo de
como realidad posible sino, incluso, como ideal progresista. su realización. Que esto es posible se puede mostrar haciendo visible las raíces de
la nueva dominación en la estructura misma de la subjetividad. Se puede mostrar
La superioridad política del dominio burocrático por sobre cualquier otro do-
también, sin embargo, en el triste papel, perfectamente inofensivo, que le toca
minio de clase anterior consiste en la manera en que es capaz de articular totalita-
jugar a las vanguardias más radicales en la industria del espectáculo.
rismo y tolerancia. Consiste en haber vaciado de contenido a la tolerancia clásica
y haber convertido sus formas en el vehículo de su dominación. Es a esta forma a
la que se puede llamar tolerancia represiva. Y es respecto de su concepto clásico, b. Tolerancia Represiva y Control Social
reconociendo su profunda alteración, que puede ser definida. La tolerancia represiva implica un sistema de relaciones sociales en que el poder
Quizás la trampa, el efecto ideológico, que actúa de puente entre las ilusiones se ejerce de manera repartida y diferencial, a través de una interdependencia des-
de la rebeldía clásica y las enajenaciones de la rebeldía actual, sea la prolongación igual; un sistema que supone el ejercicio de un poder sobre el poder que articula
de la lucha por la tolerancia, iniciada contra la homogeneización religiosa, ahora los poderes locales en una estructura global de dominación. Este poder sobre el
contra la potencia homogeneizadora de la industrialización capitalista. En todos poder está fundado en una capacidad tecnológica suficiente como para producir
los romanticismos, en sus análogos vanguardistas, el gran tema de la reivindicación y dominar la diversidad, para permitir y direccionar el flujo de información, y para
de la autenticidad, de la originalidad, de la autonomía, aparece como respuesta a la hacer posible, en fin, una participación administrada, una dominación consultada
masificación niveladora a que el estado de las técnicas obliga al sistema industrial. e interactiva, que producen la apariencia democrática.

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Las características internas del proceso del trabajo más altamente tecnológico, muy definidas, que son las de la vida privada, es decir, el espacio de la familia, y la
y las características del sistema de comunicación más avanzado, convergen, de interioridad de la consciencia.
manera objetiva, más allá de la voluntad de sus actores, en la producción de una Es necesario advertir en este punto de dos a priori metodológicos de este
situación claramente distinguible de la dominación clásica, cuya principal carac- análisis, que ya se hacen visibles. El énfasis en describir a las prácticas sociales
terística es la destrucción de las bases psíquicas que hacen posible la autonomía como una totalidad (internamente diferenciada); y el énfasis en las prácticas
del ciudadano. como tales (incluyendo en ellas el discurso de los actores) más que en el discurso
La democracia represiva se funda en un grado de control sobre la subjetividad explícito de los actores.
sin precedentes en la sociedad moderna. En esta democracia represiva el consenso Puestas las cosas de esta manera, el control social siempre se hace interno
actúa como vehículo de control subjetivo en la medida en que reduce las diferen- desde la exterioridad. Una diferencia crucial, sin embargo, reside en si esa in-
cias a un denominador común, que luego naturaliza, y que cumple, en el sentido teriorización se puede alcanzar operando sobre el exterior, es decir, sobre los
común, la función que la autoridad social cumplía desde fuera de él. comportamientos, u operando directamente sobre el interior, es decir, sobre la
La noción sociológica de control social supone al menos dos momentos: el del actividad mental que sustenta a los comportamientos. O, en otros términos, mi
control explícito, exterior, es decir, el del disciplinamiento, y el de la introyección hipótesis es que se ha pasado de formas de control que alcanzaban a la subje-
de este control, es decir, el del espacio interno que lo reproduce. El control alcanza tividad desde las técnicas de disciplinamiento de los cuerpos, hacia formas que
su pleno éxito cuando deja de haber “consciencia” del control, y este se manifiesta disciplinan directamente la subjetividad, a partir de las cuales se cosifica incluso
como “espontaneidad”. Puede haber “consciencia” del carácter construido de esa la experiencia corporal.
“espontaneidad” si puede haber un espacio de alguna manera exterior a la ley, Al respecto, hay que notar que la religión ya operaba, desde el cristianismo
en la totalidad social, desde el cual la mansedumbre de la espontaneidad se vea en adelante, directamente sobre la subjetividad. Y que las técnicas del cuidado
como represiva. El espacio del delito, o el de la crítica, o el espacio de la subversión, de sí son precursoras de las técnicas de la manipulación católica. Sin embargo
en que se reúnen ambos eran, en la sociedad clásica, los lugares desde los cuales su dominio descansó siempre sobre una importante cuota de castigo corporal,
podía hacerse esta denuncia. de la que el ayuno fue la forma más cotidiana, y la auto flagelación la más extre-
La posibilidad de estas “exterioridades” a la ley se daba, en la sociedad clásica, ma. Cuando la modernidad clásica fue omitiendo progresivamente la dimensión
sobre la base de una doble autonomía: la interioridad de la consciencia, en un trascendente, y luego la subjetiva, de las técnicas de castigo, se concentró, para
espacio mental complejo, que operaba como una fuente continua de rebeldía y espanto de todos, en su mera dimensión corporal.
ambigüedad frente al poder, y el espacio del delito, en que la consciencia, empujada De nuevo aquí hay que señalar una diferencia histórica. La mayor parte de las
por la necesidad o la crítica, hacía uso de su libre albedrío contra la ley. culturas humanas han ejercido formas de castigo corporal extraordinariamente
La idea de que el control social es exterior, sin embargo, debe distinguirse de la crueles. Sólo en la modernidad, sin embargo, al debilitarse la dimensión trascen-
idea de que el control es intencional o, incluso, consciente. El punto es relevante dente, esta crueldad se consuma. Se trata ahora del castigo sin redención alguna,
por la noción de “manipulación”. Para que haya, de hecho, control social, no es del infierno aquí y ahora, en vida. Desmembrar a un subversivo, ponerle un bozal a
necesario que haya consciencia ni, menos, intensión de control. Las prácticas un hereje para que no blasfeme mientras es quemado. Como consta en el manual
sociales estructuradas tienen efectos de control quiéranlo o no, y el análisis debe para inquisidores de Nicolau Eimeric (1376), “perfeccionado” en la España del siglo
atender a estos efectos objetivos, más que a la intensión o al discurso explícito de XVI: “no se quema a un hereje para salvar su alma, sino para aterrorizar al pueblo”.
sus actores. Por otro lado, cuando se habla de “exterioridad” es necesario explicitar Respecto de esta explícita crueldad el disciplinamiento corporal que se ejerce
“exterior” a qué cosa. No hay exterioridad a las prácticas sociales globalmente desde el panóptico, o en el marco del trabajo taylorista, es un avance de la humani-
consideradas. La exterioridad del control tiene que ver con dos interioridades

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zación y, a la vez, de la represión. Dos adjetivos que, hace bastante tiempo, hemos de locura o falta siempre que puedan ser administrados como excepciones que
aprendido a ver como perfectamente compatibles. Es ante este nuevo estilo, que confirman las reglas. Masivamente, todo el que tenga un malestar puede ser
conserva el fondo de terror del modo clásico en una operatoria más fría y racional, tratado con técnicas que tampoco tienen el carácter extremo, raro e intenso, de
que nuestros pequeños utopistas de lo inmediato levantan la liberación del cuerpo las técnicas clásicas, y que tienen, en cambio, el carácter del agrado inercial que
como liberadora del disciplinamiento. Pero la astucia de la razón es mayor que la inunda la vida bajo niveles apreciables de consumo. El delincuente y el loco no son
bondad sexualista de los bien intencionados. Hoy, el disciplinamiento directo de ahora, por tanto, las figuras directas del disciplinamiento, sino el más allá mítico,
la subjetividad permite la construcción de una corporalidad adicta al agrado, y se macabro, de las posibilidades de perdición, al interior de operaciones terapéuticas
afirma en ella. Esto es lo que Marcuse llamó “des sublimación represiva”, y marca la que actúan sobre los normales. Por eso la locura ya no es tanto el reverso mons-
sustancial superioridad cultural del nuevo dominio respecto de todo dominio clásico. truoso de la razón, sino que se ha convertido más bien en un horizonte fascinante
El concepto correlativo al de control social, en la Sociología y, particularmente, para la vida mediocre.
en la Psicología, es el de desviación. Hay dos cuestiones cruciales al respecto. La En este punto es necesario intercalar una nota sobre Foucault. Sostengo que
primera, distinguir la desviación clásica de la nueva. La segunda, distinguir las el tratamiento sucesivo que Foucault dio al problema de la locura, primero, y al
fuentes de la desviación clásica de las posibles fuentes de la actual. de las formas de castigo, después, ha llevado a considerar a ambas, de manera
La desviación clásica estaba referida a una norma general y homogeneizante. simple, como dos formas o aspectos, contemporáneos, de algún modo de la mis-
Podía ser determinada estadísticamente respecto de un continuo gaussiano de ma clase, del disciplinamiento clásico, obscureciendo su relación histórica. Pero,
diferencias. A esta desviación, que se puede llamar “fuerte”, por su carácter ex- si atendemos al fondo de cada uno de estos problemas, veremos que lo que está
cepcional y extremo, correspondía la “corrección”, y a sus formas más ambiguas, en juego en cada caso son dos cuestiones muy distintas: una es el avance de la
la “disciplina”. Para esto existían “casas correccionales”, y liceos y fábricas con racionalización, que se hace ejemplar en las formas de castigo, y otra es el trata-
disciplina. miento de la desviación a través de categorías que la naturalizan. Al revés que en
el orden de las obras de Foucault, y más que dos aspectos de lo mismo, sugiero
La desviación de nuevo tipo, en cambio, se constituye de acuerdo a conjuntos
que aquí hay que ver un orden lógico, que tiene consecuencias históricas. Para la
diversos de normas que operan localmente. Es una desviación distribuida, gene-
pura tendencia racionalizadora de la modernidad clásica el delito es perfectamente
ral, sin extremos reales frecuentes. Ante esta desviación generalizada, “débil”, lo
concebible como ejercicio del libre albedrío contra la ley, y la cárcel panóptica es el
que corresponde es la administración de las diferencias y la terapia general sobre
medio de control, por aislamiento y vigilancia, de esa libertad. La falta de libertad
las oscilaciones locales en torno a las normas locales. Mi hipótesis es que no se
es el castigo proporcional a un ejercicio adverso de la libertad. Y esto porque el
trata ya de corregir, sino de administrar. Y que no se trata ya de disciplina, sino de
racionalismo clásico puede reconocer a la ley como institución histórica, y al delito
terapia. La Psicología es heredera, con toda propiedad, de la función psiquiátrica
como acto de subversivo, político, que debe ser castigado.
y carcelaria descrita por Foucault.
Lo que se incuba en la Psiquiatría, en cambio, es algo que, socialmente, sólo
Es interesante, al respecto, la diferencia en la situación de los extremos ejem-
será efectivo más adelante, que no es sino la progresiva naturalización de las des-
plarizadores. En la situación clásica el preso o el loco son extremos excepcionales,
viaciones. Primero de las que parecen, de suyo, naturales (como la locura derivada
reales, visibles, confinados en lugares excepcionales. En la situación actual, respec-
del alcoholismo), y luego de las que originariamente eran delitos en los que se
to de la terapia, son fantasmas que no se caracterizan ni por su rareza ni por su
reconocía el ejercicio de la deliberación. Para poner un ejemplo simple: el paso
intensidad, que son extremadamente frecuentes, y cuyas imágenes míticas sirven
de la figura delictual del robo a la figura clínica de la cleptomanía. O, para poner
para llevar al orden a individuos que están constantemente al borde de la locura
otro ejemplo, ahora más dramático, el paso del gulag entendido como conjunto
o el delito respecto de alguna regla local, y a los que se les permiten momentos
de cárceles, a su comprensión como conjunto de reformatorios, y hasta su con-

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versión en un conjunto de asilos mentales. En un proceso en que la naturalización Tanto la eficacia de la dominación, como la eficacia de la crítica, dependen
de la desviación es, también, su despolitización. de la conexión entre ese ámbito de conflicto en la individualidad y la operación
Este orden lógico, e histórico, resulta importante cuando se conjuga con el exterior de la ley, que configura al espacio público. Las leyes del mercado capi-
paso de la desviación fuerte a la desviación generalizada, débil, porque entonces talista clásico, que incluyen la realidad de su anarquía, funcionaban porque cada
es posible ver no sólo el progresivo desplazamiento de la cárcel por el hospital capitalista era, y podía ser, un buen capitalista, y cada obrero era, y debía ser un
psiquiátrico (aunque se acumulen), sino también el de ambas instituciones por la buen obrero. Y la familia era el espacio de articulación básico, reforzado luego por
terapia psicológica, tanto en el ámbito privado como en el laboral (aunque, nue- la escuela y las instituciones, en que se generaba el aparato psíquico adecuado
vamente, se produzca aquí más bien una acumulación). Este paso es, también, el para estos ejercicios.
paso hacia una naturalización despolitizadora de los patrones de referencia del De manera correlativa el delito podía ser distinguido de la locura, que debía atri-
propio sentido común, que actúa como base del consenso “político”, y arraiga buirse a la naturaleza, por el ejercicio de la deliberación y, en esa medida, ser tratado
más directamente la dominación sobre cada uno en cada uno de los “ciudadanos”, como una ofensa al orden público. Todo delito, aun empujado por la necesidad, tenía
incapacitados ya de ejercerse como tales. un contenido político, y toda subversión podía, y debía, ser tratada como delito.
Desde luego, esta reflexión implica que el espacio de la crítica ha sido mo- En toda esta situación hay que retener un aspecto, de crucial importancia: el
dificado también esencialmente. La crítica es posible si es posible la diferencia disciplinamiento de los cuerpos o, desde la corporalidad, dejaba un espacio para
respecto de la operación de la ley, si hay algún espacio propio para la soberanía. una sustancial ambigüedad en el interior subjetivo. Es ese espacio el que ha sido
En la sociedad moderna clásica ese lugar era la privacidad de la consciencia, un intervenido ahora masivamente. Tanto la invasión masiva de la privacidad de la
lugar fuertemente conflictivo, donde el encuentro entre el fondo pulsional y la familia por el sistema de la comunicación social, como la subjetivización creciente
ley daba origen a ese sistema estructurado, e inestable, de mediaciones, que se del proceso del trabajo, apuntan hacia la configuración de una situación nueva, en
llama espontaneidad. La autonomía de la consciencia clásica, más que un espacio que se debilita sustancialmente la autonomía conflictiva de la consciencia, o de
simplemente otro, es un lugar fuertemente intervenido por la ley social, hasta el cualquier espacio interno en que pudiera residir la soberanía individual.
punto de que todo lo que hay en ella de estructura proviene de la función consti- Es importante notar, al respecto, que el carácter débil y masivo que ahora
tuyente de la ley. O, incluso, hasta el punto de que toda exterioridad posible a la tiene el extremo de la alteración, frente al carácter extremo y raro que tenía el
ley que contenga está siempre referida a esa función constituyente. extremo de la perversión clásica, hace que pierda interés político la reflexión so-
Sin embargo, es justamente en la individualidad clásica donde la ley social se bre la finitud y el límite, sobre la trasgresión y lo perverso. Salvo claro, el interés
muestra más profundamente que nunca como una ley dividida, es decir, como un turístico que pueda significar para los intelectuales cómodamente universitarios.
conflicto, como una relación de dominación nunca completada, cuya eficacia está La espectacularidad de la trasgresión, que podía verse como subversiva contra un
sujeta a la ambigüedad de lo posible. La diferencia interna que aquí se encuentra no orden fundado en el disciplinamiento de los cuerpos, se diluye ahora en la perfecta
es la que habría entre la ley y la carencia de ley, o entre la estructura y el vacío de monotonía de la regularidad terapéutica, bajo la cual los sangrantes héroes de la
lo indeterminado, sino la diferencia que el deseo pone entre la ley de lo dado y la trasgresión no son más que desadaptados histéricos a los que la gimnasia, la dieta
posible ley de lo posible. Como es sabido, la cultura burguesa puso esta diferencia adecuada, la pornografía blanda, o el trabajo productivo, pueden consolar de ma-
en el tiempo y la entendió bajo las categorías de progreso y teleología. Pero no nera más eficaz que la experiencia del límite. En el reino de la finitud consumada
hay nada de necesario en estas categorías. La diferencia entre determinación y y manipulada la noción de límite se relativiza, pierde su dramatismo esencial, y
posibilidad no requiere esencialmente ni de la necesidad, ni del progreso, ni de la sólo deja espacio para lo que el turismo de aventura, el deporte riesgoso, o el
teleología. Sí es necesario, en cambio, concebir a esa diferencia como una tensión, despilfarro banal, ya pueden permitir.
y es a esa tensión a la que llamo deseo. Antes de buscar las fuentes de un espacio crítico posible en esta situación, es
decir, antes de encontrar una salida “útil”, o que invite a la acción, según el apuro

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característico de los que están más interesados por hacer, lo que sea, antes que gico, que consiste en no poner nunca como pie forzado del análisis el carácter
comprender, prefiero continuar la descripción de este panorama sombrío, de esta necesario de nuestro triunfo final. Creer que el comunismo no es un fin necesario
situación opresiva, buscando ahora los factores objetivos más poderosos que la para la historia, en eso consiste mi pesimismo metodológico. Pero creer que el
mueven. Alguien, como yo, que cree que el comunismo es posible, no puede ser, comunismo es posible, en eso consiste mi optimismo desaforado. Pesimista en lo
ciertamente, sino un optimista desaforado. Pero no soy metodológicamente un inmediato, optimista terco respecto del final, pesimista metodológico, escéptico,
optimista. El pesimismo metodológico es un buen purgante para el optimismo en el ejercicio de la teoría.
histórico. Desintoxicándonos un poco de mesianismo y apuro contingente se No necesito anunciar ni promover conmociones al corto o al mediano plazo
puede ver más lejos. La razón siempre es más poderosa que las pasiones que la para mantener la terquedad de mi optimismo. No necesito la clásica emoción de
constituyen y son su esencia. estar en movimiento para creer que el movimiento es posible. En esta época, dura
El imperativo de que la teoría debe conducir a la acción, que es heredero del y mediocre, encontrar las claves del futuro posible es lo más relevante. La tarea
Iluminismo, y cuyo emblema es la interpretación adversativa de la Tesis 11 sobre calmada e indignada de la teoría es subversiva. Una tarea que siempre será algo
Feuerbach ("No dedicarse a interpretarla sino a transformarla"), ha creado una fría y desencantada.
basta deformación en el análisis de izquierda, que ha llevado a juzgar las ideas se- Pero la lucidez no necesita más emociones que las que la razón pueda darle.
gún su relación con la práctica inmediata. Frecuentemente lo que se entiende por
"contenido político" de un análisis no es sino su orientación hacia la contingencia.
Desde luego, respecto de la contingencia, todo análisis que se haga está mar-
cado por lo inmediato, y quizás eso no es malo. El problema es que rara vez se c. El trabajo altamente tecnológico
llega a enmarcar el análisis en una perspectiva global. E, incluso, se ha puesto de No son la cárcel y el hospital psiquiátrico las instituciones que disciplinan a la
moda explícitamente el no hacerlo. sociedad contemporánea. Quizás nunca lo han sido. Es necesario distinguir su
En contra de lo que pueda creerse, creo que es este apego a lo inmediato el que carácter emblemático, paradigmático, de su importancia real. Si hay algún campo
expresa el mayor pesimismo. La reducción teórica a lo pequeño y a lo transitoria que ha hecho masivo y efectivo el disciplinamiento ese no es sino el ámbito del
tiene su base existencial no ya en la desconfianza hacia los marcos de análisis global trabajo. El ejercicio directo, cotidiano, masivo, del trabajo, es el espacio en que las
(como se suele decir), sino en la falta de confianza en que pueda haber cambios formas de la dominación se realizan, encuentran su origen y sentido, muestran
globales. El optimismo en lo pequeño, buscado ansiosa y dramáticamente, es el más claramente sus formas y sus posibilidades. Si la familia es la “fábrica” de los
reverso del pesimismo global. aparatos mentales adecuados, si el espacio público es el lugar de las explicita-
ciones y construcciones imaginarias de la ley, es, en cambio, en el ámbito del
Creo que la tentación triunfalista, tan larga en la tradición marxista, y para la
trabajo directo donde la vida real encuentra su realidad más sólida y, también,
cual hoy día hay tan poca base, ha sido profundamente dañina. De tanto creer
más silenciosa. Para entender las nuevas formas de dominación en su base, y di-
que el enemigo sería aplastado por las ruedas de la historia, o que la próxima crisis
rectamente, no hay manera más eficaz que comparar los radicales cambios en la
capitalista sí sería la última, o que vivimos justamente en el eslabón más débil,
esfera del trabajo que se han producido desde que el taylorismo se convierte en
hemos terminado simplemente por no mirar la realidad. Yo digo que es este volver
la culminación del disciplinamiento panóptico hasta que se disuelve en la mirada
a mirar la realidad cara a cara, después de decenios triunfales, y tras una derrota
de rayos X que el nuevo panóptico subjetivo es capaz de dirigir hasta las bases
global traumática, lo que hace aparecer estos análisis como pesimistas.
psíquicas de los movimientos corporales.
En este campo es necesario considerar dos cuestiones de primera magnitud:
Hay un sentido en que creo que sí lo son. Frente al pesimismo existencial de una es el establecimiento de un área masiva, dominante, y muy dinámica, de tra-
los que se dejaron abrumar por la derrota, propongo el pesimismo metodoló-

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bajo altamente tecnológico; otra, correlativa, es el carácter estratégico que debe Tal como el paso de las máquinas puramente mecánicas a las electro mecánicas
ir asumiendo progresivamente la industria del espectáculo. supuso la necesidad de un disciplinamiento corporal nuevo respecto de los antiguos
Sobre el primero de estos puntos se ha escrito muchísimo. El segundo pro- ejercicios y competencias, así también el paso de las máquinas electro mecánicas
blema, en cambio, rara vez atendido, tiene relación con el conjunto de estrate- a las electrónicas, o a interfaces electrónicas que permitan su manejo más eficaz,
gias, conscientes o no, con que el sistema de producción actual ha abordado el requiere un disciplinamiento de nuevo tipo. Pero el tipo de competencias impli-
potencial anti social que surge del paro forzoso de los trabajadores desplazados cadas ha cambiado. Si antes se trataba de una racionalización y un afinamiento
de la producción, o de la marginación forzosa de los sectores no integrados a la de los movimientos corporales, lo que se podría llamar la “corporalidad gruesa”,
producción moderna. esencialmente motora, ahora se trata de la “corporalidad fina”, en que lo esen-
cial son las coordinaciones neuromotoras. Pero, mientras la motricidad corporal
Los nuevos disciplinamientos que surgen de este trabajo altamente tecnológico
puede ser entrenada, en el sentido de un adiestramiento mediante ejercicios y
no tienen que ver ya con el cuerpo, sino con el consumo de trabajo nervioso. La
acostumbramiento, no se puede hacer lo mismo, con la misma esperanza de éxito,
intensidad del trabajo, y de la vida cotidiana en general, requiere esfuerzos del
con las coordinaciones neuromotoras. En este ámbito basta, en algún sentido, con
sistema nervioso en cantidades y frecuencias completamente nuevas respecto de
recurrir a habilidades y competencias que los seres humanos ya poseen y ejercen
toda otra cultura tecnológica anterior. La generalización de la rapidez de reflejos
regularmente, cuando corren, bailan, articulan palabras desde sus cuerdas vocales,
finos, o las complejas coordinaciones visuales y motoras, distintas de la escritura,
o tratan de tomar un objeto pequeño entre muchos otros de diverso tamaño. Ya
que requieren los teclados y los “mouse”, o tareas tan cotidianas como conducir
ejercemos, en muchos ámbitos cotidianos, las sutiles y complejas coordinaciones
un automóvil (atención simultánea a los indicadores de temperatura, bencina,
neuromotoras que requiere el trabajo altamente tecnológico. No necesitamos,
velocidad, al sistema de espejos retrovisores, a las señales del tránsito, a los otros
salvo en el jardín infantil, ser entrenados en ellas.
automóviles y peatones, al sistema de señales del propio auto hacia los otros,
sin contar con fumar, conversar, cambiar la radio, o incluso peinarse o comer un Sin embargo, la cuestión crucial para la situación actual es con qué frecuencia,
sandwich), o coordinaciones tan simples como permanecer de pie, en equilibrio, durante cuánto tiempo, cuántas veces, con qué ritmo y continuidad, podemos
sin molestar a los vecinos, en un microbús repleto. O las complejas combinaciones ejercer esas competencias espontáneas, y qué tipo de condiciones internas y
de información visual simultánea en las pantallas de ventanas múltiples. En cada externas necesitamos para ello. Este es el problema objetivo que está en el disci-
uno de estos casos, y en una infinidad de otras situaciones cotidianas, estamos plinamiento de nuevo tipo. No se trata ya tanto de coordinar, regular y vigilar, la
ante la constitución de un nuevo estado del trabajo, y de nuevas necesidades de motricidad corporal, que es el problema del panóptico taylorista y fordista, sino de
adaptación del cuerpo y de la mente. cómo producir las condiciones psíquicas internas y externas que le den sustento
subjetivo a la altísima intensidad neuromuscular del nuevo trabajo. Aquí no basta
A esto hay que agregar el extraordinario incremento de las consecuencias
con el disciplinamiento corporal. Es necesaria una taylorización de la propia subje-
físicas y/o económicas que pueden tener pequeños gestos conectados a una
tividad, no tanto respecto de las operaciones y competencias específicas a realizar,
cadena de amplificadores del esfuerzo (como un clic de un mouse que maneja
sino más bien en el ámbito de las condiciones bajo las cuales esas competencias
una excavadora), lo que obliga a una extraordinaria y continua vigilancia de lo
pueden ser mantenidas con la regularidad y duración requeridas.
que se hace, cuestión que está relacionada con la introducción generalizada de
interfaces digitales en el manejo de todo tipo de máquinas, de las que el teclado Y esto implica que mientras la taylorización clásica debe prestar atención a la
y el mouse son las más comunes, sin olvidar el control remoto, o la consola de segmentación de los movimientos, es decir, debe racionalizar de manera analítica,
cambios analógicos en diversas bandas, de las que el ecualizador de las radios la nueva taylorización debe preocuparse del ambiente global, en una operación de
actuales es el más común. vigilancia y racionalización comprensiva y abarcante, en que el conjunto es más
relevante que la secuencia de las partes.

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d. El disciplinamiento de la subjetividad Pero, además, en un ámbito inmediatamente relacionado, otra razón objetiva
Siempre el disciplinamiento es de la subjetividad. No se organizan de manera para la preocupación profunda por el “factor humano” es el fracaso de la utopía
compulsiva los gestos y movimientos sino para alcanzar con esos esquemas al racionalista de automatización total del trabajo. Ocurre que los dispositivos que de-
sujeto que los anima, e imponerlos de manera práctica. No es el disciplinamiento berían automatizar las partes finas del trabajo mecánico, o las tareas que requieren
el que crea al sujeto, como efecto, o subjetivación. Lo que hace es dar forma, no grados medianamente complejos de discernimiento, resultaron extremadamente
sustancia. Produce en él la forma, no su realidad como tal. costosos y, en relación directa a su complejidad e importancia, tremendamente
propensos al desperfecto, el embotamiento y el paro. Habiendo, en cambio, una
Cuando se dice entonces “disciplinamiento de la subjetividad” lo referido es
clase de artefactos capaces de enormes grados de precisión y profundas habilida-
el modo, no el contenido, del proceso. Lo que se dice es que se ha pasado del
des de discernimiento, y además relativamente baratos... los seres humanos. Esto
disciplinamiento de la subjetividad a través del cuerpo, a un disciplinamiento que
obliga, tanto por razones de costo como de eficacia, a un modelo de robotización
opera sobre la subjetividad misma, estableciendo desde allí un determinado ré-
flexible, en que debe reservarse a seres humanos las partes más sensibles y com-
gimen corporal.
plejas de la cadena, con el efecto consiguiente de que, una vez más, la realización
Lo primero que hay que notar es que este nuevo dominio sobre la subjetividad de la alta productividad depende de manera crucial del compromiso subjetivo de
está requerido por necesidades objetivas. El compromiso subjetivo del trabajador estos componentes claves de la producción.
con medios de producción en que se da una altísima intensidad del trabajo es una
Quizás podría decirse, en general, que el ordenamiento y la cooptación de la
necesidad estratégica. Sin ese compromiso ni la intensidad, ni la productividad
subjetividad en función de las necesidades de la producción altamente tecnológi-
asociada a esos medios, se realizarían.
ca se buscan a través de la creación de un ambiente global de trabajo protegido.
El fallo reiterado, el paro laboral puntual, asociado al alcoholismo, a la soma- A pesar de que un nivel de salario es necesario, y posible, no son los incentivos
tización de las frustraciones que acumula la rutina, pueden ser señalados entre materiales los que tienen la función más relevante. Un ambiente, en el sentido de
las causas principales en la crisis de la cadena de producción lineal fordista. En un que todos los aspectos de la vida cotidiana en el entorno de trabajo son atendidos;
sistema de producción en red, organizado según el “justo a tiempo” y la exigen- global, en el sentido de que se les reúne en un concepto único, capaz de trascen-
cia de “calidad total” desde la demanda, el fallo o el paro pueden asumir enor- der ese entorno y convertirse en un “modo de vida”; protegido, en el sentido de
mes proporciones. Desde luego la organización en red mitiga el fallo local por que ese modo de vida resguarda al trabajador no sólo de la fatiga irracional o la
su capacidad para sortearlo a través de rutas paralelas de producción, salvando desmotivación, sino incluso de eventuales amenazas que trascienden al entorno
el rendimiento global. Pero, al mismo tiempo, aumenta la posibilidad de que un laboral inmediato, y alcanzan dimensiones más profundas y amplias de su vida
fallo local se propague de manera catastrófica y no previsible a todos los puntos en general.
que dependen de alguna manera de él. Las consecuencias de la introducción de
La creación de espíritus corporativos que juegan con el imaginario familiar,
una línea de chip defectuosos, o la propagación de las crisis locales de las bolsas
con estilos incluyentes, “participativos”, “creativos”, abiertos a ciertos grados de
de comercio, son dos ejemplos de lo catastrófico que puede ser la propagación
informalidad y espontaneidad, con disposición hacia el reconocimiento personal
del fallo en una red. En una cadena lineal el fallo local obligaba a paralizar toda la
y la “humanización” de las relaciones interpersonales, puede generar estos víncu-
cadena. El costo era enorme pero previsible. En un sistema de producción en red
los y compromisos subjetivos que se han hecho necesarios. Todo un modelo de
se tiene la utopía de que se puede sortear lo local, pero, en la práctica, en redes
tratamiento de los “recursos humanos”, que trasciende de manera revolucionaria
densamente conectadas, la propagación no sólo paraliza al conjunto de manera
los estilos impersonales, directivos y autoritarios del taylorismo y el fordismo.
catastrófica sino que, además, imprevisible.
Una nueva relación laboral extremadamente flexible y sofisticada, de la que casi
puede decirse que ha “humanizado” el trabajo, de la que se ha dicho incluso que
es capaz de producir una relación de reconocimiento tal entre el trabajador y sus

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productos que superaría la enajenación clásica, tan criticada por Marx. Si se considera la diferencia entre la imposición igualmente externa pero direc-
De la enorme variedad de proposiciones en boga, que van desde las técnicas tiva de los estilos clásicos y el espacio que a través del diálogo busca la implicación
de marketing, pasando por el desarrollo organizacional, la psicología laboral, la vemos que en el nuevo estilo la posibilidad de diálogo en las formas y los detalles
nueva sociología del trabajo, hasta las técnicas de “crecimiento personal”, me no hace sino vehiculizar la aceptación de los contenidos en sus aspectos esen-
interesa subrayar sólo dos aspectos que, desde un punto de vista conceptual, son ciales. En el espacio del diálogo aparecen poderes que los estilos impositivos no
esenciales. Uno es la vasta mitología del “diálogo”, de la construcción de espacios permitirían, pero nunca poderes que afecten realmente al poder. No se ha diluido
de diálogo. Otro es el énfasis omnipresente en la afectividad, la subjetivización de el poder en la horizontalidad, se ha elevado el poder a la condición sutil de poder
relaciones laborales que, en principio, son meramente formales. sobre los poderes. Y la disciplina consiste, en este caso, no en hacer linealmente
lo que está delimitadamente establecido, sino en moverse dentro de unas reglas
Prácticamente toda la literatura al respecto habla de horizontalidad en las
del juego que permiten bastantes posibilidades, salvo la de que las mismas reglas
relaciones, participación, implicancia, interactividad. Las relaciones laborales se
del juego sean objetables.
habrían convertido en un espacio de intercambio, de “escucha”, de acción con-
sensual. Se ha dedicado un gran esfuerzo para especificar con todo detalle, y de Desde luego la aceptación del diálogo, al menos formal, es parte de su legiti-
maneras precisas, en qué consiste y cómo se procede en un diálogo productivo. mación. La legitimidad más sustancial, sin embargo, proviene de que creamos que
existe un juicio experto, desde luego superior al nivel en que dialogamos, que ha
En un sentido positivo esto da cuenta de una situación tecnológica cuya com-
establecido esos poderes y esas reglas de manera adecuada. Esto significa que la
plejidad hace necesaria la opinión retroalimentadora de sus participantes, para
legitimación a través del saber es esencial para la mantención del marco en que se
asegurar la coordinación sin roce de la red global. El diálogo se convierte de manera
dialoga. La experticia aparece entonces claramente como una función ideológica.
objetiva en la parte más sutil y enriquecedora del control de calidad, y sus efectos
El saber debe ser aceptado como tal porque el marco general debe ser aceptado.
son a la vez locales y globales.
El burócrata administrador y el tecnócrata legitimador resultan sólo dos caras de
Pero, por otro lado, la posibilidad de diálogo está claramente, y expresamen- un mismo poder.
te, al servicio de la implicación, de la búsqueda del compromiso subjetivo del
Pero el efecto de implicación, la sensación de “ser tomado en cuenta”, y la
trabajador con sus medios de trabajo y el entorno que configuran. Esto hace que
reiterada y vasta fraseología sobre las bondades del diálogo, no son suficientes
una condición esencial del diálogo posible sea que se circunscriba a la misión que
para mantenerlo activo y productivo. El recurso práctico y eficaz es su inmersión
anima al entorno de producción, y actúe sobre esta base como consenso ineludi-
en un ambiente marcado de afectividad.
ble. La misión, por cierto, está fijada en lo esencial de manera externa, y no cabe
formular conflictos ni sobre ella, ni en ella. De esto resulta que el diálogo está Los intereses comunes, las personas “realmente”, incluso la apelación
obligado de manera previa y externa al consenso. Puede contener diversidades explícita al orden de los sentimientos y, desde luego, el juego de las lealtades, son
y oposiciones, pero no contradicciones o cuestionamientos sobre su base. Es un tópicos recurrentes de la nueva psicología y sociología organizacional. Relaciones
diálogo que puede tener problemas, pero no conflictos. O, también, una situación que en los estilos organizacionales clásicos eran meramente formales y directivas
que excluye de antemano la existencia de intereses radicalmente diferentes o de ahora se personalizan y se subjetivizan. Desde luego este imperio de la afectividad
confrontaciones posibles. no es, al menos en principio, el de la arbitrariedad. También está pautado por lo
que el juicio experto supone son las necesidades afectivas normales y los modos
Si comparamos esto con el diálogo real, siempre que no hayamos sido sumer-
adecuados de su satisfacción. Toda la trivialidad del psicologismo sentimental
gidos ya por la marea “dialogante”, encontramos que lo que hay aquí es la forma
del sentido común está elevada aquí a la calidad de juicio experto, y convertida
del diálogo, que nunca permite poner en discusión sus contenidos. Un hábito
en ideología común de la cotidianidad laboral, llegando por cierto muy cerca del
meramente procedimental al que los contenidos le son fijados desde ámbitos que
corazón de los implicados, que ven reconocido en lenguaje ritual y autorizado lo
se presumen como expertos.
que habían sentido desde siempre.

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Es notable, en este sentido, como el límite del “irreductible respeto por la Pero esto está relacionado con otro extremo, que es el progresivo reemplazo
particularidad de cada persona humana”, universalmente proclamada por los de un régimen contractual de derechos a un régimen de hecho de garantías y
gestores de este sistema, topa visiblemente en cada uno de los lugares comunes privilegios informales. No sólo ocurre que en la composición general del salario
del concepto común de normalidad psicológica y existencial. Ni el gusto por la so- tiende a disminuir la parte fija y a aumentar los diversos items de salario variable,
ledad, ni la homosexualidad, ni las personalidades expansivas y desinhibidas ni, en no sólo ocurre que los incentivos materiales son complementados de manera cada
general, ninguna característica de personalidad marcada y practicada de manera vez más frecuente e intensa por incentivos psicológicos, sino que tiende a diluirse
enfática e intensa, son aceptables. La necesidad de mantener el diálogo racional la formalidad y el sentido jurídico de las instancias de reclamación, de sanción o
y el consenso afectivo lo hace inconveniente. Y es particularmente notable que, premio, dando paso a un sistema de dependencias personales, marcadas por las
dada una alteración de este consenso afectivo básico, la “particularidad de cada exigencias de lealtad, y por la omnipresencia de la psicologización.
persona” se vea obligada por la suave compulsión del juicio experto a someterse
a los intereses y usos que se presume comunes.
e. La función “pacificadora” de la comunicación social
El recurso general de la intervención ante la alteración que interrumpe el con-
Pero un ambiente global, que aspire a integrar la subjetividad del trabajador
senso afectivo es la acción de tipo terapéutico, ya sea grupal o individual. Pero,
en un espíritu corporativo que vehiculize su disciplinamiento de manera subje-
en la medida en que la subjetivización es consistentemente global, el recurso
tivamente aceptable, no puede, en rigor, descuidar su vida fuera del trabajo. El
terapéutico cabe incluso cuando se ha roto el consenso, en principio meramente
funcionamiento ideal de un espíritu que cobija exige no tener espacios vacíos, que
racional, del diálogo, con lo que la imposición de los contenidos y reglas básicas
se presten a la duda, o a la alternativa vital. Si se siguiera la pretensión pura de los
de todo el sistema queda a la vez cautelada y enmascarada en la psicologización
nuevos estilos de organización del ámbito del trabajo, el viejo mito que nos hacía
naturalizadora con que se enmarcan todas las relaciones interpersonales que
distinguir entre la esfera pública y la privada simplemente desaparecería. La era
cruzan el ámbito laboral.
en esto, como en tantas otras cosas, tiende a mostrar cada vez más de manera
La implicación y el compromiso subjetivo, la disposición psicológica adecuada desnuda su carácter totalitario. En el sistema ideal la "gran familia" que es una em-
que previene el fallo laboral no sólo es formada y promovida por esta psicologi- presa altamente tecnológica se relacionaría siempre con las otras "familias" como
zación sino que también es disciplinada y cautelada por la misma vía. conjunto, haciendo uso permanente de sus símbolos identificatorios, poniendo
Variables subjetivas que, en principio, y ante una mirada puramente racional, como mediación sus pertenencias corporativas. La individualidad sustancial de-
no son pertinentes, ni eran significativas en las organizaciones clásicas, se hacen bería desaparecer para dar paso a una individualidad funcional, cuya autonomía
omnipresentes en las actuales. Un caso extremo es la exigencia de lealtad ya no sería estrictamente la que su "pertenencia sistémica" permita.
sólo ante el contrato, o a los compromisos formales, sino al espíritu corporativo, a Al menos dos trabas, sin embargo, se oponen al funcionamiento ideal de este
las instancias inmediatas de coordinación, al grupo de pares y sus reglas informales sistemismo opresivo. Una tiene que ver con los siglos de orgullo individualista de
de convivencia. Exigencia de lealtad que fácilmente se extiende al espacio extra la cultura burguesa, que sólo miedos muy grandes y sostenidos pueden realmente
laboral, ya que el ideal del espíritu corporativo es que TODA la vida del trabajador borrar. Otra es el carácter del proceso de producción mismo.
esté incorporada, e incluso a las actitudes, disposiciones o presunciones sobre su
La cultura burguesa no es fácilmente reemplazable por el corporativismo ge-
fuero interno, o el contenido íntimo de las acciones. Una amplitud respecto de la
neralizado, por mucho que las "masas", o la precariedad de la vida que empuja a la
cual, por cierto, es muy difícil mantener garantías formales, y muy fácil quedar so-
búsqueda de protecciones la haya educado para una meta semejante. Una y otra
metido a la simple arbitrariedad, la que dada la psicologización general, y pesar de
vez, cuando la potencia corporativa imponga sus avances sobre la autonomía de
todas las recomendaciones de los manuales, se hace sistemáticamente frecuente.
la individualidad, se encontrará con las mismas tradiciones e intereses de los que

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proviene, que le mostrarán caminos que pasan más bien por la manipulación de ductivo no ofrece de hecho. Su primera función objetiva, independientemente de
los individuos simplemente aislados. las nociones o propósitos que sus actores declaren o crean, es la de producir un
Por otro lado, en una producción desagregada, y deslocalizada, con muy alta espacio que evita la confrontación abierta, la guerra declarada, entre marginados
movilidad, se impone como necesidad objetiva un alto grado de "flexibilidad" en e integrados a la producción moderna. Ni la policía, ni las políticas populistas, ni
el trabajo o, más en general y directamente, de precarización de las condiciones las religiones asistenciales, producen una pacificación tan eficaz como ella. Incluso
del empleo. En la práctica, los espíritus corporativos realmente duros, nucleares, las turbulencias de las barras bravas, los esporádicos desahogos de indignación
de una gran empresa, podrían reducirse a una fracción relativamente menor de masiva, los aspectos visibles del pillaje general a que obliga la sobrevivencia son,
sus empleados, quedando el resto a la deriva del trabajo contratista o temporal. para la comunicación social, elementos de una vasta tarea educativa no conven-
cional, de un amplio plan no planeado de manera explícita, en que el universo de
Si a esto agregamos el dato esencial de que las nuevas formas de producción las contradicciones sociales es contenido.
contemplan como un hecho permanente una importante proporción de la po-
blación relegada a la marginalidad, a la pobreza y a la discriminación, entonces Como parte de esta misma función, y precisamente en virtud de ella, el efecto
de la comunicación social sobre los integrados es el de confirmar los ambientes
podría ocurrir que el panorama de disciplinamiento de la subjetividad que hemos
protegidos en que pueden vivir su acceso al consumo, y sus trabajos de alta inten-
trazado en las secciones anteriores sea válido para una fracción cuantitativamente
sidad. El mundo circundante, lleno de amenaza, desintegración familiar y social,
menor de la población real.
delincuencia y terrorismo, que es reflejado desde la comunicación social, confirma
Es por todas estas razones que postulo que, para entender mejor las nuevas la necesidad y la bondad de la vida tranquila, razonable, encuadrada, sin mayores
formas de la dominación, es necesario considerar el disciplinamiento de la sub- violencias, que parecen vivir los integrados. En esa sensación reactiva de alivio,
jetividad de manera global o, mejor, postulo que es en el ámbito global donde se de seguridad, por mucho que aparezca amenazada, o justamente por ello, se
articula y consuma de manera efectiva. Ningún espíritu corporativo sería creíble encuentra el cierre de la acción global del espíritu corporativo. "La gente", como
si no fuese por una periferia, que se presenta como hostil, que lo hace aparecer dicen los nuevos demagogos, tiene preocupaciones, inseguridades, anhelos de vivir
necesario ante la consciencia de los involucrados. O, también, ningún espíritu cor- en paz, las empresas, las nuevas oficinas, las nuevas formas de administración,
porativo sería eficaz si no es realmente omnicomprensivo, si no cubre realmente pueden ofrecer algo de esa paz. "Estamos para servir. Somos una gran familia".
el conjunto de la vida. Y lo que creo es que esa cobertura se obtiene a través del
La industria del marketing y de las relaciones públicas puede operar extendien-
sistema de la comunicación social como conjunto.
do el espíritu de una corporación a sus contratistas, a sus clientes, a la sociedad
Tal como se puede hablar de subjetivización de las relaciones laborales en el como conjunto. De esta manera aunque no pertenezcamos al núcleo de traba-
ámbito del trabajo, creo que es necesario hablar ahora del tono fuertemente sub- jadores permanentes, que recibe directamente los beneficios de la alta produc-
jetivo de la comunicación social. También un ámbito en que la diferencia entre lo tividad, podemos participar de manera parcial, recibir algo del aura, saber que
público y lo privado tiende a borrarse, también un espacio en que los individuos estamos resguardados de alguna manera. "La empresa tal se preocupa de sus
son interpelados desde una apariencia de espíritu común, pero ahora directamen- niños". "La empresa cual quiere elevar su calidad de vida". "La empresa tal para
te como individuos, sin pasar por la mediación de una identificación simbólica cual ha vivido toda una vida con Usted". El ambiente fuera del ámbito directo del
definida sino, más bien, por una circulación permanente de pequeños universos trabajo se llena de mensajes protectores, de instancias que muestran toda clase
simbólicos identificatorios, que coexisten exponiéndose sin grandes conflictos en de preocupaciones, en todos los aspectos de nuestras vidas. Se llena de mensajes
medio de sus contradicciones y diversidades exóticas. de paz, de concordia, de vida buena, de agrado y belleza posible, que no olvidan,
La comunicación social provee en el nivel imaginario que la marginalidad no sin embargo, los problemas "inevitables" de la vida, y que invitan a la cooperación,
puede recibir de manera real, provee la integración simbólica que el sistema pro- a la construcción de un mundo común.
La industria directamente del espectáculo, por otro lado, cataliza y da forma

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a las preocupaciones, provee los desahogos compensatorios, sugiere la posibi- dos de playa, campo o aventura artificial, sea típica sólo de la decadencia de las
lidad permanente de un mundo bueno, avisa y advierte de las complejidades y culturas. Nociones como las de “balneario”, “casa de campo”, “playa”, sólo se
contradicciones, invitando en general a superarlas. Catarais, compensación, uto- registran en la historia en estados muy refinados de la cultura y, en todo caso,
pía, sentimientos, aventuras, son los grandes contenidos, en tonos que se hacen en épocas de abundancia, como el Egipto de la XV dinastía, Creta en el 1800 AC,
cada vez más ostensiblemente pedagógicos, en que la mano de los expertos en el siglo I en Roma. Estados culturales que eran realmente breves excepciones en
psicología de masas, o más bien el sentido común ramplón elevado a la calidad el conjunto de la pobreza tecnológica, política y productiva. Una época de sos-
de juicio experto, muestran su presencia benefactora tanto para la bondad como tenida y masiva abundancia, en cambio, debe considerarse como un dato nuevo
para el lucro. de la historia humana y, con ella, la alteración de los modos multi seculares del
A través de la comunicación social los estilos de organización intersubjetiva cansancio y del descanso y, con esto, en ellos, de los igualmente multi seculares
característicos del trabajo altamente tecnológico se difunden a toda la sociedad, modos de la dominación.
mucho más allá de los ámbitos del trabajo de alta productividad. Todos los sectores Las "vacaciones", ejercidas como derecho ganado y hábito cultural, son un
sociales son tratados de manera efectiva, o con la efectividad de lo virtual, como ejemplo ejemplar de tiempo administrado por la nueva dominación. Comparados
si vivieran en el contexto de la alta tecnología, cuestión que es reforzada no sólo con los estándares absolutos del cansancio físico, prácticamente no hay duda que
por la política explícita y el programa de hacerlo sino también, de manera objetiva, lo que el hombre común llama "vacaciones" son mucho más cansadoras que las
por la intensidad tecnológica de la vida común, inundada de control remoto, TV épocas de trabajo habitual. Esto no hace sino mostrar la poderosa importancia
cable, telefonía celular y fibras ópticas. simbólica, y el carácter predominantemente psicológico del descanso que implican.
No hay que olvidar que cuando hablamos de cansancio de nuevo tipo estamos El turismo masivo, formal e informal, extiende el tiempo de la dominación hasta
hablando también del stress derivado de la alta intensidad tecnológica de la vida los hábitos que se consideran más alejados del espacio del trabajo directo. Nunca
cotidiana, en el espacio común de interacciones personales, en que cada aspecto estamos realmente fuera de las modalidades que nos disciplinan en la esfera del
de la vida urbana es atravesado por el salto tecnológico y cada gesto personal trabajo. Nunca nos vamos realmente a casa, o salimos realmente de vacaciones.
relacionado con él queda involucrado en la exigencia de nuevas y más intensas En todos los espacios en que no estamos produciendo estamos reproduciendo al
coordinaciones neuromotoras y acondicionamientos psíquicos. sistema. Nuestras costumbres, nuestros consumos, nuestro sentido común y sus
Es por esto, dada la realidad de un cansancio de nuevo tipo, que inunda la vida, obviedades, prácticamente no permiten espacio para la interioridad privada. No
dentro y fuera del trabajo propiamente tal, que es necesario hablar, de manera hay nada como unas buenas vacaciones para pacificar el ánimo y empezar con
correlativa, de descansos de nuevo tipo, sin los que la vida contemporánea sería nuevos bríos... a ser explotado otra vez.
simplemente intolerable. Y hablar también, si cave, de una nueva intensidad de ¿Deberíamos dejar de "ir de vacaciones", o ir al cine, o escuchar música comer-
las formas de descanso, en que a lo meramente muscular es necesario agregar las cial, o dejar de usar ropa cómoda, y de incluirnos en la amplitud diversa de las
dimensiones neuro musculares e, incluso, puramente simbólicas. nuevas solidaridades? ¿Lograríamos de esas maneras escapar a las nuevas formas
Las nuevas formas masivas de la industria del espectáculo, a través de la te- de disciplinamiento?
levisión, el cine, el video, la música comercial, y el próximo reinado del DVD, ya No. Por supuesto que no estoy predicando que no haya que “ir de vacaciones”.
no pueden ser consideradas sólo en la clave simple que las entiende como ena- Lo que sostengo es que es necesario tener consciencia de que en esos viajes no
jenación, entendiendo a su vez la enajenación como mentira. Son expresiones vamos a ningún lado, nunca salimos del disciplinado lugar en que siempre estamos.
adecuadas y necesarias a la intensidad de los nuevos modos de vida, como antes Lo que sostengo es que debido a la función social de la industria del espectáculo la
las fiestas religiosas o las asociadas al ciclo agrícola. diferencia entre “dentro” y “fuera” del espacio de la explotación directa se diluye, y
Quizás es cierto que la idea de “ir de vacaciones”, con sus síndromes asocia- el universo de las experiencias sociales se totaliza más allá de que cualquier ilusión

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liberal podría imaginar, o desear, en un patrón mucho más parecido a la sociedad lismo, fuertemente marcado por el subjetivismo y la personalización de los estilos
medieval que a las virtudes burguesas. de la nueva psicología organizacional, en que los componentes simbólicos y el
manejo de las sensaciones de seguridad y abandono, de integración subjetiva o
rechazo, de participación en un espíritu corporativo, se hacen centrales, por sobre
f. Las bases objetivas del consenso
las tradicionales ventajas materiales o afiliaciones partidarias que eran típicas de
Sostengo que los argumentos anteriores conducen a esta conclusión: el modo los clientelismos clásicos.
de dominación política fundado en el consenso es hoy mucho más eficaz que los
El trabajo, los negocios, la política, la vida cotidiana, la privacidad, las vacacio-
que se fundan en la fuerza directa.
nes, han sido radicalmente alteradas por las nuevas formas del disciplinamien-
Esta tesis tiene, sin embargo, bastante de obvio. Si se examina el contenido y las to subjetivo. La luminosidad diversificada, flexible, tecnológica, del sistema de
circunstancias que siempre ha tenido eso que llamamos "consenso", se encontrará "comprensión", "apoyo" y "desahogos" actual, cumple las mismas funciones que
que ninguna dominación social puede operar sólo sobre la base de la fuerza física, la oscuridad monopólica, rígida y terrorista del catolicismo medieval.
y que siempre los dominios mejor logrados son los que pueden traducir la fuerza
Es en este contexto, entonces, que se hace necesaria la categoría paradójica
en acuerdos sociales básicos. El reverso de esto, sin embargo, es que clásicamente
de tolerancia represiva. Ahora, cuando existen las condiciones objetivas de vida
estos "acuerdos" básicos se alcanzaban por el ejercicio de la fuerza y se mantienen
que hace que la tolerancia vehiculize de manera más eficaz lo que era la tarea de
por medio de la vigilancia permanente, actuando las instancias ideológicas más
la fuerza en los estilos clásicos. Ahora, cuando es necesario temer a la luminosidad
como sello y complemento que como origen real.
totalitaria aún más que el oscurantismo superado por la tecnología.
La novedad, entonces, no es que el consenso sea más eficaz que la fuerza.
Es en este contexto, entonces, que se hacen necesarios nuevos modos de
Siempre lo ha sido. La novedad es que quizás estemos, por primera vez en la
constituir la crítica y la acción política. Modos que no pueden ya estar ajenos a la
historia humana, en presencia de un sistema de dominación cuya fuerza es predo-
importancia de la lucha por el plano subjetivo en la esfera de la consciencia pero,
minantemente ideológica, y cuyo origen y mantención operan de manera predo-
por sobre todo, más allá y por debajo de ella. Modos de la crítica que ya no pueden
minantemente ideológica, ocultando hasta un grado sin precedentes su contenido
tener la ilusión de no estar fundados en una voluntad.
de fuerza física y explotación real.
Si el iluminismo sirvió contra la antigua oscuridad, es necesario hoy un nuevo
Y esto ocurre no por una fuerza que sería propia del mundo de las ideas y
tipo de penumbra reflexiva, autónoma, crítica, que permita enfrentar al totalita-
representaciones, que es el contenido inmediato de lo ideológico, sino por las
rismo luminoso. Una crítica que acoja y revierta el contenido del alto desarrollo
transformaciones ocurridas en el mundo del trabajo, en que se funda toda expe-
tecnológico, que acoja y haga real sus posibilidades de diversificación y reencuen-
riencia, individual y social, de la ideología.
tro humano. Una penumbra que recoja la ambigüedad de lo humano, que reclame
Se puede decir por esto que, como nunca antes en la historia humana, las su universalidad diferenciada, que sea capaz de un gran rechazo ya no sólo de las
bases objetivas del consenso social están en el propio mundo del trabajo, y no en consecuencias visiblemente nefastas del sistema, sino también de aquellas que
la fuerza física agregada para mantener las desigualdades sociales que contiene. son exhibidas como sus virtudes. Un humanismo real para oponer a la miseria de
En la abundancia, aunque sea aún parcial, en el trabajo altamente tecnológico, la luz groseramente sensiblera, para la que el humanismo coincide con el éxito
en la extensión de ese mundo a todo el universo de la experiencia a través de la en los negocios.
comunicación social, y en los efectos que estas esferas tienen en todos los sectores
Si la tolerancia se ha vuelto represiva, quizás se pueda hacer también que
sociales, incluso en los marginados y excluidos.
la indignación se vuelva racional.
En el ámbito acotado de la política esto da origen a una nueva forma de cliente-

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2. Paradojas democráticos vaciados de contenido real.
Se podría decir que este libro está construido en torno a una serie de paradojas. Una nueva derecha que no tiene ante sí izquierda real alguna. Ante la cual las
Paradojas que muestran la enorme distancia entre el sentido común imperante izquierdas clásicas oscilan entre plegarse a lo que creen que es su “ala izquierda”,
en la teoría política, y en la política efectiva, más habitual. Paradojas que quieren u oponerse de manera radical, inorgánica, rompiendo desde el principio la posi-
expresar una forma desencantada de lucidez, que escape al mesianismo mala- bilidad de establecer un espacio político en que la lucha sea posible, justificando
mente voluntarista de la izquierda clásica, y a la grosera prepotencia de los que ampliamente las ofensivas comunicacionales que la acercan a la delincuencia co-
hoy se sienten triunfadores. mún, o al desequilibrio psicológico. Una nueva derecha que desconcierta al cálculo
político tradicional tanto con sus acuerdos como con sus diferencias internas, ante
La forma recurrente de estas paradojas consiste en reunir nociones que las
las cuales tanto la izquierda como la derecha clásicas no tienen otra conceptua-
categorizaciones comunes mantienen en campos rigurosamente separados, has-
lización que la de tratar de asimilarlas al eje tradicional capital - trabajo, o al eje
ta el punto de producir la sensación de confusión, de falta de claridad teórica o
tradicional solidaridad - mercado, perdiendo la posibilidad de captar lo nuevo de
política. Y este desconcierto es parte del efecto político que se busca: conmover
su operar como algo auténticamente nuevo.
las conciencias adormecidas por la derrota, por la facilidad de la cooptación, y por
la rapidez de los juicios con que los aparentes triunfadores despachan el pasado Es en esta situación que emergen las paradojas, y la que puede ser caracteri-
incómodo. zada como tolerancia represiva es la primera. Una situación en que la eficacia de
los mecanismos del nuevo poder es tal que la represión directa queda marginada
Yo creo que el fondo de esta necesidad de conceptualizar en la forma de pa-
al sub mundo, oscuro, aparentemente lejano, de la delincuencia, o de lo que es
radojas está en la esencial complejidad de las nuevas formas de dominación. Una
presentado como delincuencia, mientras que el principal vehículo de la sujeción al
complejidad que trasciende el imaginario político estructurado entre los extremos
poder es más bien la tolerancia misma, la capacidad de resignificar toda iniciativa,
de la Ilustración y el Romanticismo, configurado por la industrialización homoge-
radical o no, hacia la lógica de los poderes establecidos, convirtiendo los gestos
neizadora, por la dicotomía entre el auge progresivo de las formas democráticas
que se proponían como contestatarios u opositores en variantes contenidas en la
y los intentos armados por forzar la marcha histórica. Una complejidad en que
diversidad oficial, que operan confirmando el carácter global del sistema.
tanto las esperanzas del bando revolucionario, como los logros tan alardeados
por los vencedores, resultaron derrotados interna y externamente por la realidad, Pero, en el trasfondo, esta tolerancia es posible sobre la base de una enorme
configurándose una situación nueva que sobrepasa los cálculos de las antiguas eficacia productiva, que permita no sólo la producción de diversidad, sino que
izquierdas y las antiguas derechas. implica un significativo aumento de los estándares de vida de grandes sectores
de la población mundial. Una productividad que ya no necesita homogeneizar,
Una nueva derecha, sin clara conciencia de sí, ha surgido, rompiendo los ali-
que no depende crucialmente de la generación de pobreza, que permite amplias
neamientos que se creían tan firmes. Una derecha diversa, con ánimo progresista,
zonas de trabajo relativamente confortable que, aunque sean minoritarias en sen-
dispuesta a regular los excesos del capital, tanto como a reprimir, policial o médi-
tido absoluto respecto del conjunto de la fuerza laboral, operan como poderosos
camente, a la posible oposición radical. Una derecha que no tiene inconvenientes
estabilizadores de la política, y como sustento de la legitimación democrática.
en configurarse desde los restos de las antiguas izquierdas renovadas, o de la co-
Es a esta situación a la que he llamado explotación sin opresión. Unas formas de
rrupción de los aparatos partidarios del centro y la derecha clásicos. Una derecha
organización del trabajo en que se han reducido sustancialmente los componentes
que por sus integrantes en la clase política a veces parece una nueva izquierda,
clásicos de fatiga física y las componentes psicológicas asociadas a la dominación
a veces parece una nueva derecha, o a veces parece una simple construcción de
vertical, compulsiva y directa.
los aparatos comunicacionales, pero que no tiene grandes diferencias de prin-
cipio en su interior, y que puede alternarse tranquilamente en el poder político, Por cierto la inercia de la izquierda clásica en este punto, como en todos los
aprovechando la ilusión de diversidad real y el poder legitimador de mecanismos otros, será tratar de asimilar estas situaciones a las ya conocidas, o reducir su

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prejuicio ilustrado que nos hace vernos como los representantes del progreso
impacto, o descubrir en ellas los rasgos que las muestran como simples aparien- de la razón, más allá del prejuicio romántico que nos hace ver nuestros fracasos
cias que encubren formas perfectamente establecidas desde la instauración del como monstruosas confabulaciones históricas, casi como errores de la realidad.
capitalismo. Tal como en el caso de la tolerancia represiva lo que afirmo NO es Es necesario aceptar la posibilidad de una consciencia revolucionaria enajena-
que toda iniciativa radical esté condenada al naufragio, y que el poder sea en ello da. Una consciencia que cree estar haciendo algo completamente distinto a lo
omnipotente, en este caso lo que afirmo NO es que la mayoría de los trabajadores que el poder de la determinación histórica no reconocida le permite de manera
viven estas condiciones, o que bajo estas condiciones laborales no haya contradic- efectiva. Una consciencia revolucionaria que no es completamente dueña de
ciones, nuevas, que las hagan, a la larga, inestables. En ambos casos lo que hago las iniciativas históricas que emprende, es decir, una práctica política en que la
notar es una clara y firme tendencia de la realidad, que resulta decisiva si optamos iniciativa histórica nunca es transparente, y la política es siempre un riesgo. Un
como interpretarla como fenómeno nuevo y, en cambio, puede ser vista como riesgo que siempre vale la pena asumir, pero sobre cuyos resultados no se puede
perfectamente incidental si nos aferramos a los cálculos clásicos. ofrecer garantía teórica alguna.
La retórica izquierdista en estos puntos, sin embargo, es interesante. La acu- Para las tradiciones del marxismo clásico esto implica asumir dos nociones
sación general es que predico un pesimismo paralizante, que abordo las nuevas más, que nuevamente tienen la apariencia de la paradoja. Una es caracterizar a
situaciones de manera derrotista, concediéndole poderes invencibles a las nuevas la enajenación como algo que trasciende la consciencia. Otra es considerar
formas de dominación, y nulos poderes de acción a la oposición posible. Yo creo al sujeto como algo que no es un individuo. Pensar a la enajenación como una
que esta impresión es lógica. Y ocurre porque los modos en que la izquierda clá- situación de hecho, como un campo de actos, una de cuyas características cen-
sica concebía la política, los sujetos posibles, las formas posibles de acción, son trales es que no puede ser vista por la consciencia de los que la viven. Y que no
simplemente insuficientes para el nuevo estado del mundo. Por supuesto, si lo puede ser vista, al menos en las sociedades de clase, sino desde otra situación de
que intentan es luchar contra los nuevos poderes con las antiguas nociones de enajenación, de tal manera que nunca hay un lugar privilegiado de la consciencia,
lucha deben sentirse sobrepasados, deben tener el sentimiento de que el poder o la lucidez, absoluta. Pensar a los individuos como un resultado de condiciones
es invencible y la oposición inútil o imposible. Es justamente contra las formas de históricas que los trascienden, y a las subjetividades que constituyen esas condi-
lucha que esas izquierdas conocen y dominan que se han levantado las nuevas ciones históricas como sujetos que operan de hecho, con una consciencia siempre
formas de represión, y mientras no haya una completa reformulación de las no- variable e incompleta de sus propias realidades.
ciones que presiden la lucha es, en cierto sentido, lógico que cunda el desencanto
y la impresión de que estoy predicando la inevitabilidad de la derrota. Esto significa a su vez una idea en que el fundamento de la práctica revolucio-
naria resulta más profundo que la consciencia sobre la que construye su lucidez
Pero yo creo que esas nuevas nociones existen, y son perfectamente formula- y su discurso. Es decir, una idea en que la voluntad revolucionaria tiene raíces
bles. Y lo que estoy predicando es que los nuevos poderes pueden ser derrotados. propias y previas a la lucidez de la teoría revolucionaria, y en que la teoría
O, para mayor abundamiento, lo que estoy predicando es, ni más ni menos, que el revolucionaria construye una realidad para hacer posible la práctica política, más
comunismo es posible. Y entonces, curiosamente, las acusaciones de que soy un que limitarse a constatar una realidad para que las constataciones alimenten a la
pesimista sin remedio se vuelven todo lo contrario, se transforman mágicamente voluntad. Teoría revolucionaria para que la voluntad pueda ver, voluntad revolu-
en la impresión de que estoy delirando, de que me dejo llevar por la voluntad, por cionaria para que la teoría pueda ser.
utopías que ya no son pensables... ¡y ahora los pesimistas resultan ellos!
Pero esta posibilidad de la enajenación de la propia práctica revolucionaria es
Yo creo que ambas impresiones derivan de una misma fuente: el desconcierto tanta o más real en el juicio que debemos hacer sobre la práctica histórica de las
frente a un poder de nuevo tipo que ha descentrado las formas clásicas de la po- clases sometidas a las nuevas formas de dominación. Es necesario ver en ellas no
lítica, convirtiéndolas en provincias funcionales a una racionalidad de nuevo tipo. una conquista de las consciencias sino una batalla ganada por debajo, y más allá
Es frente a esa nueva funcionalidad que creo que es necesario cambiar de
manera radical la forma en que evaluamos nuestra propia historia. Ir más allá del

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de lo que las consciencia pueden ver y saber. Y es necesario entonces buscar las situaciones históricas que ya no existen.
contradicciones que hagan posible una voluntad revolucionaria, antes que una
Hacer posible lo imposible, cambiar las leyes que rigen la realidad, luchar por
consciencia clara y distinta de los que ocurre. Es decir, es necesario buscar las
la verdad y la belleza, construir un mundo en que podamos ser felices. Esa es la
contradicciones existenciales que se hacen posibles en el marco de una dominación
perspectiva política en que se inscribe este libro.
sustancialmente más sofisticada que la opresión capitalista clásica.
Es en este contexto que propongo el concepto paradójico de agrado frustran-
te. Es necesario, en contra de la mesura clásica, hacer un juicio profundo sobre las
condiciones existenciales del confort que hace posible la altísima productividad y 3. Burgueses pobres, asalariados ricos
encontrar allí las raíces de la insatisfacción, fácilmente constatable, ampliamente Me gustaría que este texto fuese una buena muestra de gratitud por las muchas cosas
difundida, que todos advierten en la vida de los sectores integrados a la producción que he aprendido leyendo a don Vicente Huidobro, poeta y mago.
moderna, pero que nadie sabe cómo conceptualizar ni, menos aún, cómo con-
vertir en fuerza política. Para esto es necesario un concepto profundo y fundado ¿Puede haber burgueses pobres y asalariados ricos?, ¿puede haber burgueses
de los que entendemos por subjetividad, por placer o, en suma, por vivir felices, explotados y asalariados que los exploten?, ¿puede haber burgueses de izquierda
cuestiones todas que dejan de ser problemas del ámbito privado, y se convierten y asalariados de derecha?, ¿puede haber trabajadores que no sean ni burgueses
en variables políticas centrales, desde el momento en que es precisamente desde ni proletarios? Estas preguntas sólo representan un problema para los expertos
ellos que los nuevos poderes afirman su dominio. en análisis social. Cualquier persona que no lo sea notará de inmediato que la
Es necesario, junto a todo esto, una noción que sea capaz de dar cuenta de respuesta empírica a cada una de ellas es sí. Y no se alarmará particularmente, ni
las nuevas complejidades del poder. Entender que el descentramiento del poder iniciará un debate con caracteres de escándalo al respecto, salvo que tenga buenas
no implica la desaparición absoluta del centro, sino su operación paralela, deslo- razones políticas para hacerlo o, al menos, para simularlo. No es raro que entre
calizada, distribuida, en red. Es decir, su desplazamiento hacia un segundo orden los ex marxistas que son llamados “post marxistas” este debate haya prosperado.
desde el cual se constituye como poder sobre los poderes repartidos, y puede Muchos de ellos suelen cumplir con ambas condiciones.
aprovechar las posibilidades tecnológicas de ejercerse de manera interactiva,
fuertemente consultiva, con una poderosa impresión de gestión democrática, a. Una cuestión epistemológica
en que los sutiles límites que su diversidad permite a penas si son notados por los
cooptados en sus diferentes estratos de privilegio. La primera cuestión que una persona razonable podría notar en cada una
de estas preguntas es que mezclan dos ejes de distinción. Burgués - asalariado,
Pero todo esto se expresa, por último, en lo que puede ser la pretensión y la pobre - rico, explotador - explotado, “de derecha” - “de izquierda”, o incluso tres:
paradoja básica de este intento: la noción de inventar de nuevo el marxismo de burgués - proletario - trabajador. Sólo alguien que no sea un experto podría creer
Marx. Romper con el pasado y a la vez levantar el imaginario bolchevique de que que los primeros términos, o los segundos, de cada uno de estos pares se implican
cambiar las leyes de la realidad misma es posible. Olvidarse de cien años de entre sí, teórica o empíricamente. De hecho estas aparentes paradojas aparecen
marxismo real para hacer que el marxismo sea posible. Recoger todo lo que sea porque es fácil mostrar que empíricamente no siempre se corresponden.
útil en el marxismo de papel desprendiéndolo radicalmente de su contexto de
elaboración para orientarlo radicalmente hacia el futuro. Ir más allá del pasado Es necesario notar también que algunos de estos pares representan distincio-
tristón a la vocación de futuro que caracteriza a la voluntad revolucionaria en un nes empíricas y otras distinciones que, aunque tengan un correlato empírico, son
gesto eminentemente político, más allá de la lamentación y la eterna reevaluación más bien de tipo teórico. Es el caso de la diferencia entre “burgués - proletario” y
masoquista, que sólo es capaz de señalarnos los fracasos que se produjeron en “rico - pobre”. En el primer par tenemos una diferencia de clase, en el segundo una

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diferencia de estratificación social. Cuando combinamos ambas distinciones esta- antagónicos y dispuestos a luchar alrededor de ese antagonismo. Lo que el análisis
mos combinando dos tipos de análisis práctica y epistemológicamente distintos. de clase busca es determinar los sujetos constituidos en un estado determinado
Los análisis de estratificación social son, y deben ser, característicos de la so- de la lucha de clases.
ciología empírica. Buscan establecer grupos sociales de acuerdo a indicadores que Sería simplemente absurdo y contraproducente pedir que la sociología empírica
permitan la clasificación, la medición, y la cuantificación de lo que estudian. Típi- se comprometa con una hipótesis como ésta. Absurdo porque es una hipótesis
camente, diferencias educacionales, de ingresos, o de edad o, incluso, categorías que conlleva una carga valórica enorme, una exigencia implícita de compromiso
más sutiles como género, etnia, o religión. Como todo análisis empírico, proceden y participación, que un científico, en tanto científico, no tendría porqué asumir.
sobre conjuntos sociales acotados, locales, considerados en un momento deter- Una hipótesis que tiene su origen más bien en un conjunto de situaciones exis-
minado. Como en toda investigación científica, su objetivo es aportar elementos tenciales que en detallados estudios empíricos, y que está animada más bien por
para elaborar técnicas, bases medianamente objetivas sobre las cuales tomar una voluntad revolucionaria que por un simple amor a la verdad.
decisiones, elaborar políticas, intervenir procesos de acuerdo a sus características Y contraproducente, porque los servicios posibles de la sociología a la políti-
actuales y reales. ca concreta pueden ser muchos y muy valiosos aún sin ese compromiso. En la
El análisis de clase, en cambio, es, y debe ser, una tarea muy distinta. Lo que investigación científica son necesarias pasiones distintas que las que hacen a un
intenta es determinar la alineación de los grupos sociales en torno a un eje parti- buen revolucionario, y eso está muy bien, y una cosa no tendría porqué ser con-
cular: el modo en que participan del producto social. Las palabras son engañosas tradictoria con la otra. Mezclarlas o confundirlas le hace mal tanto a la sociología
y en ciertos casos esto se agrava con la cacofonía. Entendámonos, el eje es el como a la revolución. A los marxistas les sirve mucho saber sociología empírica,
“modo”, no el “monto”, de su participación. los sociólogos que la produzcan no tienen porqué ser marxistas.
Participar del producto social es una relación social. Especificar el modo en
que se logra hacerlo es enunciar los rasgos claves de esa relación. Rasgos que b. Burgueses pobres y asalariados ricos
requieren la formulación de criterios de tipo teórico, cuya relación con las realida-
La diferencia, y la evidente complementariedad, entre ambos tipos de análisis
des empíricas es de suyo más compleja que la de un indicador cuantificable. Esta
se puede ver en los que constituyen sus objetivos característicos, cuando se piensa
complejidad deriva en buena parte de la diferencia epistemológica entre ambos
en la política. El análisis de clase sirve para fundamentar la política, el análisis de
tipos de análisis. El análisis de clase especifica agrupaciones de carácter global (no
estratificación sirve para hacer política efectiva. Una cosa es establecer la dife-
sólo local), histórico (no sólo acotada a un tiempo y espacio particular), dinámico
rencia básica entre amigos y enemigos, otra es establecer la gama de aliados con
(no sólo grupos, más bien sujetos). Ésta última característica es la más importante.
que se puede contar, incluso entre los “enemigos”, y la de enemigos que hay que
El análisis de clase no busca sólo especificar grupos, en el sentido de colectivos, considerar, incluso entre nuestros “amigos”.
o colecciones de personas, sino sujetos sociales. Para la pura estratificación no es
Para la política marxista la sociedad capitalista está dividida de manera anta-
relevante que cada uno de los grupos especificados tenga esta u otra disposición
gónica entre burgueses y proletarios. El criterio de esta alineación de clases es la
a la acción, esta u otra historia, o algún “ethos” particular. Los grupos son los que
propiedad privada de los medios de producción. La burguesía, como clase, apropia
son, independientemente de si quieren serlo o si están dispuestos a luchar para
plusvalía creada por el proletariado, como clase, y legitima esa apropiación en la
seguir siéndolo.
figura jurídica de la propiedad privada. El instrumento inmediato de esta apropia-
En el análisis de clase, en cambio, hay una profunda hipótesis acerca de la his- ción es el contrato de trabajo asalariado, y la condición social para su viabilidad es
toria humana, que trasciende el análisis puramente científico. Lo que se supone la existencia de un mercado de fuerza de trabajo.
es que los seres humanos están implicados en un radical conflicto en torno a la
apropiación del producto social, y que ese conflicto los constituye como sujetos

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un último eslabón, precario, lo que hace que sus ingresos puedan calificarse de
Para el argumento marxista es suficiente con establecer que, históricamente, “ganancia de pobre”.
el conjunto de la burguesía (la burguesía como clase) extrae plusvalía del conjun-
Estas situaciones no tienen porqué alterar el cálculo esencial de los marxistas:
to del proletariado. Como en esta apropiación, el proletariado es retribuido sólo
los burgueses son el enemigo. Pero es bastante obvio, salvo quizás para un experto
según el costo mercantil de su fuerza de trabajo, y la burguesía en cambio puede
en análisis social, que deben alterar la política marxista efectiva, a nivel empírico y
disponer de todo el resto del producto, como ganancia, hay una transferencia
cotidiano. No debería ser muy difícil entender que siendo los propietarios privados
neta de valor desde una clase, que es explotada, a otra, que es objetivamente
los enemigos en general, haya un nivel de estratificación de las ganancias bajo el
explotadora. Estas premisas son suficientes para sostener que si la producción
cual es posible considerarlos como aliados. El aparente misterio de esta situación
de bienes es eminentemente social y la apropiación de su usufructo, en cambio,
sólo consiste en la reducción impropia de la expresión “enemigos en general” a esta
es desigual y privada, es necesaria una revolución que termine con el estado de
otra: “enemigos por esa exclusiva razón”. Que alguien sea propietario privado de
derecho que permite y avala tal situación.
medios de producción sólo es una de las razones por las cuales podría ser amigo o
Éste es un razonamiento en que estamos considerando a sujetos, histó- enemigo en la lucha social, aunque sea la razón más importante. Otras condiciones
ricos y globales, no a colectivos, locales y temporales. Lo que nos importa no es existenciales, tanto entre los explotados como entre los explotadores, podrían
que un burgués sea generoso y pague buenos salarios, o que otro quiebre, de- acercarlos o alejarlos, sobre todo, como veremos más adelante, otras correlaciones
bido a los malos negocios o a la incompetencia de sus trabajadores. No estamos de clase que estén presentes a la vez. Don Vicente García-Huidobro Fernández,
considerando la relación entre un burgués y sus trabajadores en particular, sino poeta y mago, dueño de la Viña Santa Rita, no tuvo problemas para ser candidato
la relación entre una clase social entera y otra, que es explotada. Se trata de un a la presidencia de la república apoyado por el Partido Comunista de Chile, hay
razonamiento fundante, que tiene evidentes correlatos empíricos, pero que no muchas y sobradas razones para esperar situaciones simétricamente contrarias.
depende, en lo sustancial, de ellos. Y esto se puede hacer evidente en que no nos
Los burgueses pobres pueden ser aliados de la revolución marxista porque
importa, para este fundamento, el nivel efectivo de los salarios. Aún en el caso
objetivamente son perjudicados por el gran capital, y porque la revolución podría
de que los burgueses paguen muy buenos salarios, cuestión que no es imposible,
abrirles un mejor horizonte de vida aún en el caso en que tengan que renunciar
reclamaríamos el fin de una sociedad organizada de manera capitalista. Y esto
a la propiedad privada de los medios que poseen. Si la revolución es capaz o no
porque estamos reclamando contra la explotación, no directamente contra la
de ofrecer de hecho esas mejores condiciones de vida es un asunto empírico. En
pobreza. Porque creemos que la explotación es injusta, no se justifica social e
términos teóricos ni la existencia de burgueses pobres, ni su eventual apoyo a la
históricamente, y da origen a toda clase de situaciones existenciales inaceptables,
causa revolucionaria debería ser materia de sorpresa.
de las cuales la pobreza es sólo una, aunque sea la más urgente.
Si está clara la distinción entre una diferencia de clase como “burgués - prole-
tario” y una diferencia de estratificación como “rico - pobre”, entonces podemos c. Burgueses explotados y asalariados explotadores
abordar el dato empírico de que efectivamente hay burgueses pobres y proletarios La existencia, empíricamente constatable, de asalariados ricos abre otro flanco,
ricos. Por un lado, la altísima productividad de las empresas que usan tecnología ahora interesante, en esta discusión. En la lógica del marxismo clásico nada impi-
de manera intensiva permite, efectivamente, que haya proletarios que gocen de de que un burgués sea explotado por otro, o más bien, que un sector del capital,
salarios muy altos, de los que, en una escala simple de estratificación se pueda como el capital financiero, obtengan ganancia a costa de otro, como el capital
decir que son “salarios de ricos”. Por otro lado, la desagregación de las cadenas industrial. O, también, en el caso de las redes post fordistas, que los capitalistas
fordistas de montaje en innumerables talleres de producción organizados en red que comercializan obtengan ganancias a partir de los microempresarios, que son
hace posible la figura del pequeño, e incluso micro, empresario, que es dueño de los que efectivamente producen. En estos casos lo que ocurre es simplemente
una o dos máquinas, y que está sometido a las fluctuaciones de la demanda como un reparto de la plusvalía entre diversos sectores capitalistas. Plusvalía que, de

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todas maneras, es producida en último término por los asalariados. En todos estos valía a partir de la propiedad privada de los medios de producción. Los asalariados,
casos se cumple la hipótesis de que los burgueses explotan a los proletarios. La que sólo pueden vender su fuerza de trabajo, no podrían hacerse ricos, aunque
dicotomía de clase, complejizada por las contradicciones posibles entre burgue- puedan obtener salarios bastante altos. Si se hacen exámenes de estratificación
ses, se mantiene. social adecuados, sin embargo, es posible constatar que hay asalariados ricos,
Desde luego la hipótesis marxista es que el enriquecimiento de la burguesía y que se enriquecen progresivamente. Yo creo que es posible hacer un análisis
se debe a estas relaciones de explotación. Esto resulta de una idea fundamental: marxista, de clase, de esta situación.
sólo el trabajo humano produce valor. Si todo el valor es producido por el trabajo Es asunto es preguntarse qué es lo que hace que un grupo social pueda ser
humano, el enriquecimiento, que es el correlato empírico de la valorización en llamado “clase” y bajo qué condiciones puede estar en la posición de “clase do-
general, debería producirse a través del trabajo. La crítica básica de Marx es que minante”. Cómo está dicho, el criterio general para establecer la diferencia de
el enriquecimiento general de la sociedad humana, producido por una forma del clase es el modo en que se participa del producto social. Pero, ¿qué es lo que hace
trabajo, el trabajo industrial, que ha llegado a ser eminentemente social, es in- posible que las diversas clases participen de manera diferenciada?, en particular,
terrumpido y distorsionado por el usufructo privado de esa riqueza debido a la ¿qué hace posible que un grupo usufructúe con ventaja del producto? Yo creo que
explotación capitalista. Bajo el capitalismo la que se enriquece es la burguesía, a un criterio marxista posible es éste: una clase social logra ser la clase dominante
costa de los asalariados. cuando domina la división social del trabajo y, para poder lograr este dominio,
Ésta idea no contradice la constatación anterior de que son posibles los bur- domina las técnicas más avanzadas y claves en la producción social.
gueses pobres. Para el argumento marxista, como está dicho, lo relevante es el Este criterio implica distinguir entre la causa material del dominio de clase y los
enriquecimiento de la burguesía como clase, no el de cada burgués. Es posible, por medios a través de los cuales ese dominio es legitimado. La burguesía, a partir de la
ejemplo, que un burgués se haga rico sólo debido a las fluctuaciones de la oferta y posesión de hecho de las técnicas más avanzadas, y de los medios de producción
la demanda, que Marx no niega. Si compra sistemáticamente barato cuando hay más eficaces, logró el dominio de la división del trabajo en la modernidad. Es a
abundancia, y vende caro en los momentos de escasez, en su enriquecimiento partir de ese dominio que construyó su hegemonía social, e instauró el derecho
particular no habrá jugado ningún papel relevante el hecho de que los productos de la propiedad privada como sustento legitimador. La burguesía no es la clase
que transó hayan sido producidos por el proletariado. La cuestión es, y Marx lo dominante porque sea propietaria privada de los medios de producción, es al revés,
mostró de manera contundente, que el conjunto de los burgueses no podría hacer llegó a ser propietaria privada porque era ya la clase dominante.
a la vez la misma operación. Por cada burgués que logró hacerse rico por esta vía En esto consiste justamente la idea de Marx de que el estado de derecho mo-
otros tantos habrán perdido sus riquezas. Esto resulta de que el precio de los pro- derno tiene un carácter de clase. La afirmación no es desde luego que todas las
ductos, que es una variable local y temporal, y que está efectivamente sometido leyes beneficien a la burguesía. Sólo un experto podría llegar a una conclusión
a las fluctuaciones de la oferta y la demanda, tiende, histórica y globalmente, al como esa. La idea es que el estado de derecho como conjunto, global e histórica-
valor real, que está determinado más bien por el trabajo humano incorporado en mente, está construido en torno al derecho de la propiedad privada, y a la legiti-
la mercancía. De esta manera, los enriquecimientos locales, temporales, obtenidos midad del contrato de trabajo asalariado. Es por esto que, para Marx, superar el
por las fluctuaciones de los precios, se compensan en torno al enriquecimiento capitalismo sólo puede consistir en abolir ese fundamento del estado de derecho
real, que sólo aumenta, globalmente, en la medida en que se ejerce socialmente moderno, y esta, como es obvio, es en principio, jurídicamente considerada, una
el trabajo humano. idea revolucionaria.

En el análisis de clase, entonces, el enriquecimiento bajo el capitalismo, sólo se Muchas leyes particulares, que benefician directamente a los trabajadores, o
puede obtener, en lo esencial, a partir de la explotación, de la extracción de plus-

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a la sociedad humana en general, pueden coexistir con ese estado de derecho la clase de los productores directos. En la lógica marxista el proletariado obtiene
burgués, sin contradecirlo de manera frontal y directa, aunque su contenido éti- su usufructo de vender su fuerza de trabajo, sin embargo, el punto clave no es ese
co lo trascienda largamente. Las personas razonables deberían esperar que esas sino, más bien, qué valor es el que corresponde de hecho, en el mercado, a esa
leyes sean mantenidas y potenciadas a través de una revolución que erradique fuerza de trabajo. Es el modo en que se determina éste valor el que hace posible
un fundamento del estado de derecho e imponga otro, en que tengan cabida de la explotación.
manera más directa, más real y practicable. A pesar de la aparente espectacula- Uno de los aportes esenciales de Marx a la crítica de la economía política que
ridad de la expresión, no es sino eso lo que Marx quiere decir con su idea favorita: ya habían desarrollado los economistas ricardianos como Thomas Hodgskin, John
“que la dictadura de la burguesía sea derrocada por una dictadura revolucionaria Bray y Edward Thompson, es la idea de que la fuerza de trabajo es una mercancía,
del proletariado”. Es obvio que el modo empírico de este “derrocamiento” es un y de que su valor de cambio en el mercado capitalista se establece de hecho de
problema bastante delicado. Pero, al menos teóricamente, no hay en esta idea la misma manera en que se establece el valor de cambio de todas las mercancías:
ningún misterio especial. por el valor del trabajo que tiene incorporada. Otra manera de decir esto es que
Pero entonces, si la propiedad privada no es el origen sino un efecto del dominio el valor de cambio de la fuerza de trabajo, que es el salario, está determinado por
de clase, nada impide que en la sociedad moderna real haya más de una manera el costo social de producirla y de reproducirla.
de usufructuar del producto social con ventaja, y más de una manera de legitimar Es muy importante notar que los factores que determinan el salario, global e
ese usufructo. Lo que sostengo es que actualmente, debido a la complejización históricamente, son dos, no sólo uno. Se trata no sólo del costo de producir fuerza
creciente de los procesos productivos, y del mercado global, el control sobre la de trabajo, digamos, de alimentar, vestir, dar educación y vivienda a un obrero, sino
división social del trabajo ha escapado de las manos de la burguesía como clase. también de los costos implicados en reproducirlo, literal y socialmente. De una u
Otro sector social, que posee de hecho las técnicas de producción más avanzadas, otra manera en el salario el capitalista paga el costo de subsistencia de la familia
sobre todo las de coordinación de la producción, ha levantado lentamente su del trabajador. Y no sólo eso. Paga el costo social de educarlo para que esté a la
hegemonía dentro del sistema de explotación burguesa, y sin contradecir fron- altura de los nuevos medios de producción. Paga el costo social de hacer posible su
talmente el estado de derecho que la legitima. vida, en ciudades más o menos miserables, pero que de todas maneras requieren
calles, sistemas de transporte, plazas, lugares de recreo. Paga todo esto a veces
No hay una razón esencial para que los burgueses se llamen “burgueses”. El directamente y, en general, a través de lo que paga en impuestos.
nombre proviene de una circunstancia histórica, importante, pero accidental. Incluso, si el análisis se hace más fino, el capitalista debe aceptar un cierto sa-
Históricamente quedó demostrado que nada en la condición burguesa exige que lario mínimo socialmente aceptable, bajo el cual los trabajadores simplemente se
los burgueses vivan en burgos. De la misma manera no hay una razón esencial negarían a trabajar. Y esto se hace visible a medida que aumentan los estándares
para llamar “burócratas” a los nuevos explotadores. El nombre es apropiado, ac- de vida en toda una sociedad. Los obreros alemanes simplemente no aceptan
cidentalmente, porque trabajan en oficinas, pero podrían no hacerlo. Quizás es ciertos tipos de trabajos y niveles de salario, lo que explica que Alemania tenga a la
más apropiado llamarlos “tecnócratas” o, incluso, por sus formas de legitimación, vez cientos de miles de alemanes desempleados y cientos de miles de inmigrantes
simplemente “científicos”. Voy a considerar todos éstos términos como aspectos turcos dispuestos a ocupar los empleos que los alemanes no aceptan.
de uno sólo, y voy a llamar, por razones históricas un tanto lamentables, “buro- El costo de la producción de fuerza de trabajo es, para Marx, una variable
cracia”, a la nueva fracción de la clase dominante. histórica plenamente situada, que obedece a factores no sólo estrechamente
La figura del burócrata no está considerada en el ordenamiento esencial económicos sino también fuertemente culturales. Por esto Marx previó, como
del estado de derecho burgués. Los burócratas son, de manera jurídica y efectiva, ningún otro economista de su época, que se produciría una diferencia creciente
asalariados. Sin embargo el modo en que participan del producto, en que obtienen entre el salario de subsistencia, que sólo paga la sobrevivencia del trabajador, y el
su “salario” es esencialmente distinto del modo en que lo hace el proletariado, o salario real, que paga la reproducción del trabajador como actor social, con todas

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las complejidades que esto implica. En la medida en que el costo digamos, de los la producción, donde el tecnócrata tiene los elementos para tomar decisiones y
alimentos y del vestuario, baja, el salario de subsistencia tiende históricamente a el burgués no, o de las tareas de coordinación del mercado que están en manos
bajar. Pero eso no significa que los burgueses puedan, o de hecho, paguen menos de los estados, donde el burócrata se hace pagar bastante caro su influencia. Lo
a sus trabajadores. A diferencia de la opinión de los socialdemócratas y socialistas clave, sin embargo, es el modo como esta intervención es legitimada, las maneras
utópicos, el cálculo de Marx es que habría una tendencia histórica al alza de los en que la hegemonía burocrática sobre el capital es impuesta, a pesar de que el
salarios reales. De más está decir que una buena parte de los marxistas siempre estado de derecho favorece en principio al propietario privado.
han razonado en este punto como perfectos socialdemócratas o, peor aún, como Tal como la burguesía legitima su usufructo en la figura ideológica de la pro-
socialistas utópicos. piedad privada, la burocracia legitima el suyo en la figura ideológica del saber. La
Es el alza histórica, culturalmente determinada, del salario real, la que obligó propiedad privada es una figura ideológica porque es una construcción histórica
a los capitalistas del siglo XIX a contratar mujeres y niños, y pagarles menos que que tiene su sentido real en algo que no está de hecho en ella misma, y que está
a los hombres porque no se supone, culturalmente, que mantengan sus hogares. encubierta por su apariencia: la posesión de hecho de los medios que permiten la
Y es esa misma presión la que obliga a los capitalistas del siglo XX a llevarse sus explotación. El saber, en el sistema burocrático, es una figura ideológica porque
industrias a países periféricos donde las condiciones políticas y culturales preva- es una construcción histórica cuyo origen y sentido real es el mismo: legitimar
lecientes les permiten pagar salarios menores también a los hombres (y mante- una forma de explotación.
nerlos apoyados en los sistemas de dictaduras infames que han sido superadas Tal como en el sistema jurídico burgués la propiedad no implica la posesión
en los países centrales). efectiva de bienes (un propietario puede no tener la posesión de un bien, y no
La conclusión de esto es que nada impide que, a partir de la alta productividad, tener el poder efectivo de usarlo según su arbitrio y, al revés, alguien podría usu-
los capitalistas paguen salarios mayores, aunque siempre, en principio y de hecho, fructuar de hecho de la posesión de un bien sin ser su propietario), así también,
los paguen según el costo social que va adquiriendo el reproducir la fuerza de tra- en el dominio burocrático, el “saber” no tendría porqué corresponder a algo en
bajo. Pues bien, esto es justamente lo que permite reconocer el “salario” burocrá- el mundo real. El dominio efectivo de un burócrata sobre un proceso productivo
tico: se trata de salarios que exceden largamente ese costo social de producción y requiere un saber, pero el discurso sobre el saber por parte de los burócratas no
reproducción de la fuerza de trabajo que aportan a la producción social. Sólo este necesariamente corresponde a ese dominio efectivo. Para el poder burocrático,
exceso es lo que permite el enriquecimiento de un burócrata “asalariado”: usu- de manera creciente, el sólo discurso del saber, la mera apariencia del saber, pro-
fructúa de la extracción de plusvalía sin ser propietario de medios de producción. tegida institucionalmente, es suficiente, muchas veces, para obtener el usufructo.
No hay, en el ordenamiento jurídico burgués, un lugar para este usufructo. En De la misma manera como un burgués puede reclamar ganancias por el mero
un orden que sólo distingue la “ganancia” y el “salario”, la idea de una “ganancia recurso jurídico de ser el propietario, independientemente de si efectivamente
burocrática” es extraña. Yo creo que es preferible, en términos políticos, refe- tiene algún contacto con la posesión y el ejercicio efectivo sobre los bienes que
rirse a ella como “salario burocrático”. Primero porque, jurídicamente hablando, le pertenecen según la ley. Es fácil darse cuenta de que la ley de la propiedad es
es realmente salario, y segundo, porque nos advierte que entre los trabajadores injusta en ese caso. Hoy día es cada vez más fácil darse cuenta de que el salario
podría haber un grupo cuyos intereses de clase no son, no sólo empíricamente, burocrático es injusto: no hay nada realmente productivo o efectivo en “coordinar”
sino que en principio, los del proletariado. una función productiva, un salario común debería poder pagar ese oficio. Cada
uno de nosotros puede atestiguar ampliamente, en toda clase de trabajos, que
El modo en que se consigue el salario burocrático es directo y simple. Hay
no es eso lo que ocurre.
lugares en los procesos productivos, y en la coordinación del mercado global, en
que se puede usufructuar del hecho de que el propietario no está en condiciones
prácticas de intervenir o de decidir. Es el caso de la alta complejidad técnica de El salario burocrático lo que expresa es una relación de explotación de ciertos

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“asalariados” sobre los propios burgueses, propietarios del capital. Un ejemplo que junto, y sea inseparable de lo que podemos llamar “malo”. Éste es el criterio de
es muy nuestro, que expresa con una sinceridad monstruosa nuestra “shilenidad”: “progreso”, no ilustrado, que hay en Marx. Los cambios históricos experimenta-
el caso de las Administradoras de Fondos de Pensiones, AFP. Los propietarios dos en la modernidad no sólo son un gran paso adelante en la humanización de
del capital son los trabajadores. Ellos han “contratado” a unos señores para que la sociedad humana, sino que también, y de manera inseparable, han acentuado
“administren” el capital que acumulan, con una constancia típica de una “ética las dimensiones de la enajenación. No se trata de una tesis escatológica, o de un
protestante”, como cotizaciones destinadas juntar un fondo de pensión que les pronunciamiento tremebundo y espectacular sobre la relación entre el bien y el
permita una vejez apacible. Hasta el más conservador de los cálculos indica, sin mal. Se trata más bien de una hipótesis formulada a propósito de cuestiones de
embargo, que estos “asalariados” van a ganar muchísimo más con su tarea de hecho, que es cierta en estas épocas históricas y podría no ser cierta en otras.
administración que los “capitalistas populares” que los contrataron. Las ganancias Quizás sea bueno ofrecer un ejemplo de esto, para poder evaluar luego qué de
de las AFP resultan así de la explotación de “asalariados” sobre “burgueses”. “bueno” y qué de “malo”, para un horizonte comunista, puede tener el dominio
burocrático, porque lo que quiero considerar a continuación son justamente si-
d. Burgueses de izquierda y asalariados de derecha tuaciones en que se presentan estos tipos de ambigüedades y conflictos, morales
Todo salario y toda ganancia se obtienen, siempre, a partir de la riqueza creada y teóricos.
por los productores directos. El salario burocrático corresponde a un reparto de la Como está dicho más arriba, para los capitalistas resultó conveniente apro-
riqueza creada por los trabajadores, entre dos clases dominantes que legitiman su vechar la condición machista prevaleciente de la cultura europea del siglo XIX
usufructo de distinta manera. Los intereses de clase de los productores directos para contratar en sus industrias a mujeres, a las que se pagaban salarios menores
son antagónicos no sólo a la burguesía sino también a una parte de los propios que los que se pagaban a los hombres. Con esto el costo de la reproducción de la
asalariados. Los objetivos de una eventual revolución comunista son dobles. Es el fuerza de trabajo bajó y la plusvalía, de manera correspondiente, subió. Hay que
análisis de clase, teórico, global, histórico, cargado del impulso valórico que aporta considerar, sin embargo, que este abuso capitalista fue posible a partir de una
una voluntad revolucionaria, el que puede llegar a estas conclusiones. La política situación de la que los mismos capitalistas no eran responsables. Nada en la con-
concreta siempre es más complicada que sus fundamentos. dición burguesa, salvo el interés por la ganancia, obliga a consentir o a fomentar
Se trata del derrocamiento no sólo del estado de derecho que favorece y avala una cultura machista. Aquí, simplemente, un rasgo cultural anterior al capitalismo
a la burguesía, sino también, en él, de la construcción progresiva de una juridici- se hace funcional al interés de la burguesía.
dad burocrática. Lentamente el libre arbitrio burgués sobre la propiedad ha sido El reverso de esta situación, sin embargo, es que las mujeres adquirieron una
limitado, recortado, por el interés burocrático en nombre, como siempre, del nueva capacidad de negociación social y, justamente, en los términos en que
interés de todos los ciudadanos. Ya Marx, en la Ideología Alemana, hacía ver esta la sociedad de la época valoraba la fuerza de negociación: en dinero. La mujer
obviedad, y mostraba su oscura trastienda: toda nueva clase social dominante podía, con su salario, establecer una nueva forma de relación con el hombre, con
presenta sus intereses como si fueran los de toda la humanidad. sus hijos, con la sociedad entera. Por mucho que sus salarios fuesen realmente
La cuestión no es si la limitación progresiva del arbitrio sobre la propiedad bajos, pasaron de la opresión feudal que las condenaba a la casa y la cocina, a la
favorece de hecho, empíricamente, a toda la humanidad o no. Perfectamente explotación capitalista, que les permitía un poder con que antes no contaban.
esto podría ser cierto y, a la vez, encubrir una nueva forma de dominación de ¿Es preferible la explotación capitalista a la opresión feudal? Marx, y cualquier
clase. Sólo una noción muy simplista del progreso, esa que es típica del pensa- persona razonable, diría que sí. Es clave notar la relatividad de esta respuesta, un
miento ilustrado, podría creer que la historia avanza simplemente de lo malo a lo detalle quizás demasiado sutil para ultra izquierdistas o expertas en feminismo.
bueno, de lo puramente caótico a lo ordenado, o de lo inhumano a lo puramente No se trata de afirmar que la explotación capitalista es “buena”, por sí misma,
más humano. Perfectamente podría ocurrir que el progreso de lo “bueno” vaya

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del socialismo utópico, se les puede ocurrir que la “conciencia de clase” coincide
como tal, como si no hubiese ningún otro contexto para juzgarla que el supremo siempre y uno a uno con la conciencia empírica de cada ciudadano. No creo ne-
bien y la verdad. Se trata de notar que en una situación dada, en una perspectiva cesario discutir semejante simplificación.
histórica, cuando se está entre lo peor o lo malo, puede ocurrir que lo malo sea
Lo que me importa es que la conciencia empírica de los asalariados está liga-
mejor que lo peor. La burguesía, queriéndolo o no, promovió de hecho la liberación
da históricamente al aumento objetivo del salario real, y que es perfectamente
de la mujer, como promovió en general la liberación de la fuerza de trabajo, para
razonable a partir de esto que los trabajadores industriales hayan mantenido
poder usufructuar de ella a través del contrato de trabajo asalariado. Marx solía
tradicionalmente una conducta política reformista. El cálculo histórico indica que
decir: “un gran paso adelante en la historia humana”.
es posible esperar un aumento en los estándares de vida a partir del progreso capi-
Mucho más acá de las escatologías y los cálculos abstractos y formales, esta talista, al menos entre los que estén integrados de manera efectiva a la producción
situación es importante porque nos dice algo acerca de los intereses y compromi- y al avance tecnológico. Que esto sea real o no en términos del conjunto de la
sos posibles de los trabajadores. Nos sugiere que quizás las personas razonables humanidad no es realmente relevante. No se le puede pedir, de manera verosímil,
no hacen sus cálculos políticos concretos a partir de consideraciones filosóficas a un trabajador, que tenga una consciencia revolucionaria sólo a partir de lo que
abstractas sobre el bien y la justicia, como suelen hacerlo los intelectuales y los ocurre en un indefinido “otros”, que no son para él significativos en términos de
estudiantes, sino sobre la base de juicios empíricos relacionados con sus propias su perspectiva vital.
condiciones de vida. Para una posible política marxista actual es notablemente
Los marxistas clásicos siempre pusieron el énfasis de sus razonamientos y
relevante captar la profundidad histórica de esos cálculos, por muy empíricas que
propagandas en los desastres, múltiples y objetivos, que conlleva el desarrollo
sean sus referencias.
capitalista. Para entender la política actual, en cambio, es bueno echar una mirada
Cuando una persona común y corriente decide, de manera explícita o implícita, al reverso de esos desastres, y darse cuenta que las personas razonables, mucho
mantener una conducta política conservadora, o progresista, o de izquierda, en antes y con mucha mayor habilidad que los marxistas, ya habían notado que la
general está haciendo, aunque no lo sepa, un delicado y fino cálculo no sólo sobre realidad no suele ocurrir en blanco y negro.
su situación particular y presente, sino sobre la perspectiva de vida que resulta
¿Puede haber burgueses de izquierda? Puede, de hecho los hay. Es muy impor-
de considerar cómo vivieron sus padres y abuelos y cómo podrían vivir sus hijos
tante preguntarse porqué. ¿Puede haber asalariados de derecha? La respuesta es
y sus nietos. En ese cálculo participan estimaciones sobre cómo han logrado salir
demasiado obvia, incluso para los marxistas. Es clave preguntarse porqué, desde
adelante sus vecinos y conocidos, o porqué razones se ha degradado la vida de
un punto de vista marxista.
aquellos que ve como fracasados. No es relevante si estas estimaciones y cálculos
son correctos o no. Frecuentemente en ellos están presentes los ideologismos Hay dos razones básicas para que haya asalariados de derecha, ambas impor-
comunes acerca de la riqueza y la pobreza: los ricos se esforzaron, entre los pobres tantes desde un punto de vista teórico. Una es la diferencia entre los asalariados
abunda el descuido y la flojera. Lo relevante es que, sean ciertos o no, determi- que sólo viven de vender su fuerza de trabajo y los que usufructúan del control
narán su conducta política efectiva. burocrático, cuyo salario, como está dicho, está determinado de una manera
muy diferente a los primeros. La otra es que entre los efectivamente integrados
Entre las personas que tienen un acceso mayor a la cultura y a la educación,
a la producción moderna el salario real ha crecido históricamente, dándoles una
como es el caso de los obreros modernos, o de los trabajadores en el área de ser-
perspectiva histórica que los liga a una cierta “promesa” de progreso dentro del
vicios, o de los sectores privilegiados de la población, estos cálculos suelen estar
capitalismo.
atravesados por consideraciones estrictamente culturales y teóricas, más allá
de los intereses puramente materiales. Es el caso, que he citado, de don Vicente
Huidobro. Sólo a los ultra izquierdistas, que coinciden en esto con las ingenuidades En el primer caso, el del salario burocrático, es importante notar que las con-

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ductas políticas que se pueden seguir podrían perfectamente ser progresistas e que sería un poco extraña para la lógica marxista habitual, e incluso para el sen-
incluso anti capitalistas. Si son más o menos conservadoras dependerá más bien tido común.
de un asunto de estratificación social. En esencia los intereses de la burocracia Para la perspectiva de una revolución comunista en el siglo XXI es relevan-
son contradictorios con los de la burguesía, aunque esta contradicción no sea aún te preguntarse porqué don Vicente Huidobro quiso alguna vez ser comunista.
frontal. Lo relevante aquí, sin embargo, es que estos intereses son históricamente Preguntarse contra qué reclamaba en esencia, cuál era el posible núcleo racional
contradictorios también con los de los productores directos. detrás de sus rebeldías de muchacho mal criado, o de diletante sofisticado. Estas
En el segundo caso es importante el que las conductas políticas de los tra- preguntas nos llevan al asunto de establecer las contradicciones que afectan a los
bajadores integrados a la producción moderna son no sólo empíricamente sino, trabajadores que tienen ciertos niveles de consumo. Las contradicciones vitales,
incluso, en principio, muy diferentes a la de los amplios sectores marginados. Esto aquellas que afectan su perspectiva existencial, aquellas que podrían hacerlos du-
no es hermoso ni deseable, es simplemente real, y todo cálculo marxista debe dar del cálculo que tan confiadamente han entregado al posible progreso dentro
partir desde esta constatación. Podría ocurrir que los trabajadores, que son los del capitalismo.
que pueden hacer la revolución, no estén interesados en hacerla, y que los mar- Puesto este asunto de manera teórica el problema es describir la relación po-
ginados de la producción, que son justamente los que no pueden hacerla, sean sible entre enajenación y consumo, y no sólo la relación más inmediata entre
en cambio los que más la invoquen. enajenación y pobreza. El concepto de enajenación resulta clave, una teoría de la
Esta estimación puede ser muy dura, pero deriva de una cuestión básica en el subjetividad materialista, más profunda, más allá de las ingenuidades y los opti-
marxismo: hacer la revolución consiste en tomarse la división social del trabajo (que mismos ilustrados, es necesaria.
es lo que determina el dominio social), y esto sólo pueden hacerlo los trabajadores, Yo creo que esto significa volver a pensar el marxismo desde lo que fue propia-
en tanto trabajadores no, básicamente, los pobres, en virtud de su condición de mente su origen: la protesta contra el avance de la deshumanización en medio de
pobres. Esta es la gran y crucial diferencia entre la idea de revolución proletaria un proceso de humanización creciente. La rebelión contra los aspectos represivos
en el marxismo, y los muchos revolucionarismos que se han pensado en el marco de lo que es también de manera objetiva humanización y progreso. Yo creo, como
del anarquismo o del socialismo utópico. Marx, que esta rebelión sólo puede ser una rebelión radical, una revolución que
La tarea de los marxistas, sobre todo en el siglo XXI, no es la cuestión clásica termine con el nudo que hace posible esta conexión perversa, que termine con
de convencer a los pobres para que asalten el poder, sino la de encontrar vínculos la lucha de clases, con la necesidad de la lucha de clases. Una sociedad en que ya
que liguen las necesidades extremas de la pobreza con los problemas que acarrea no haya lucha de clases puede llamarse sociedad comunista, y los que creen que
la explotación en contextos en que el estándar de vida no es completamente malo. construir un mundo como ese es posible deberían también llamarse a sí mismos
comunistas.
Por eso, porque una revolución efectiva, que vaya más allá de la mera “toma del
poder”, sólo pueden hacerla los trabajadores, es que a los marxistas les interesa
más el problema de la explotación que el problema directo de la pobreza. En el 4. Nota sobre la reconstitución de la izquierda radical en Chile
siglo XIX ambas cuestiones estaban ligadas, y coincidían de hecho, en el siglo XXI Seguramente deberé escribir este libro varias veces. Esta segunda edición,
nuestro problema es justamente que ya no coinciden. Y que los intereses de los siete años después de la primera, se produce ante otras urgencias políticas, otras
trabajadores podrían ser muy distintos que los intereses de los pobres en general. indignaciones, nuevos desencantos. En siete años más estaremos, una vez más,
Es ante ese dilema en que, curiosamente, la pregunta de si puede haber bur- ante un momento muy diferente. La idea general de todo el texto, hasta aquí, ha
gueses de izquierda resulta relevante. No porque tengamos que esperar que sea sido contribuir a la discusión de fondo. A la verosimilitud del argumento marxista.
la burguesía de izquierda la que haga o encabece una eventual revolución, idea A su formulación en términos contemporáneos. Cuestiones teóricas en fin, si se
quiere, de largo plazo.

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Pero la ominosa luminosidad del totalitarismo sonriente que impera en este con la derecha, las “donaciones” desde la Presidencia de la República, los proyectos
país, el desencanto visible, las grietas del prometido arco iris, las canalladas que para reanimar ONG, las peguitas en las Secretarías Regionales e Intendencias, los
se acumulan, colman el corazón, vitalizan amargamente la ira, y no es posible eventos a todo trapo para que los dirigentes sociales “estudien” o “reflexionen”,
aplazar lo urgente, lo contingente, lo inmediato, lo que en unos años más será los cinco diputados cagones que podrían darnos simplemente para que la ley
sólo un recuerdo, para bien o para mal, y que vivimos, sin embargo, como si toda electoral se mantenga sin cambios de fondo.
la historia fuese en ello.
Por mi clara vocación filosófica, siempre me he resistido a este tipo de análi- Segundo: sólo elaborando un pliego breve, claro y contundente se pueden
sis, en los que la izquierda clásica consume, sin embargo, la mayor parte de sus ordenar las innumerables reivindicaciones sectoriales que, por muy justas que
esfuerzos. Sé perfectamente que, si este libro conoce la rara fortuna de llegar a sean, hoy dificultan la unidad real de los múltiples actores de la presión social. No
tener una tercera edición, lo más probable es que retire este capítulo, con algo hay que buscar mucho, la lista es más o menos obvia:
del rubor con que ocultamos nuestras fotografías de la infancia. Pero sé también
• re nacionalización del cobre,
que la vida, la vida real, siempre debería ser más importante que la teoría.
• fin a la Constitución del 80,
Presento pues estas tesis, asumiendo el riesgo de su fugacidad, y esperando,
con la terquedad de la esperanza delirante de los que realmente creen que las • nacionalización de la deuda externa estatal, y fin al aval estatal de la deuda
cosas pueden cambiar, que sólo sean fugazmente necesarias, y que el amanecer externa privada,
de la patria las invalide tan pronto como lleguen a hacerse realidad. El asunto, • renacionalización de los servicios estratégicos de energía eléctrica, gas,
dicho directamente, hoy, a principios del año 2008, se puede condensar en las agua y comunicaciones,
siguientes tesis. • drástica reducción del costo del crédito y fuerte royalties a toda exporta-
ción de capitales y ganancias.
Primero: no habrá izquierda real en este país mientras gobierne la Concer- Por supuesto que de esto deriva un enorme número de reivindicaciones
tación. Dos veces ya la izquierda ha puesto su 5% objetivo para sacar a Lagos y económicas, políticas y sociales. Y cada sector hará las suyas. Pero he puesto
a Bachelet. Lo que se ha obtenido es que el movimiento social organizado, que énfasis en estas:
lo hay, en la CUT, la ANEF, el Colegio de Profesores, los sindicatos mineros y • porque son la condición de posibilidad de todas las otras,
madereros, ha permanecido congelado, entre las bravatas y las prebendas, con
• porque apuntan directamente a la esencia del modelo económico impe-
conquistas miserables, muchos eventos caros para dirigentes, y absoluta falta de
rante,
voluntad para producir movilizaciones mayores. Algunos han obtenidos fondos
para memoriales y conmemoraciones, locales de partidos, reales o en plata, fon- • porque es en torno a ellas que se puede hacer política estratégica, más allá
dos para las escasas ONG que no han pasado directamente al aparato del Estado, de las urgencias inmediatas, ciertamente atroces cada una de ellas.
eventuales pactos de omisión. Otros, sobre todo los movimientos de pobres y de La izquierda, al menos la izquierda, debe hacer política estratégica radical,
jóvenes, sólo han recibido manipulación, engaño y desencanto a manos llenas. debe ordenar sus diferencias en torno a un horizonte global, debe apuntar hacia
Esto no puede repetirse. Hoy el principal enemigo de la izquierda en Chile es más allá de la política inmediata.
el enorme poder de cooptación por parte del aparato del Estado. Un requisito
mínimo para la rearticulación es quedarse de una buena vez sin los Fondart, los
fondos de “desarrollo social”, las prebendas en los municipios que se comparten

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Tercero, de manera algo más teórica: se debe ir más allá de las falsas dicoto- directos, que producen todas las riquezas reales, contra el reparto de la plusvalía
mías entre lo global y lo local, entre la unidad y la diversidad, entre las formas de apropiada entre capitalistas y funcionarios. Los burócratas, como clase social,
lucha o de organización. organizados en torno al aparato del Estado, pero también insertos plenamente
No sólo hay de hecho sino que debe haber muchas izquierdas. La gran izquierda en las tecno estructuras del gran capital y de los poderes globales, los burócratas,
no puede ser sino un conglomerado en red de muchas organizaciones, que tengan amparados en sus presuntas experticias, fundadas de manera ideológica, son hoy
diversas formas y alcance, que tengan intereses diversos, e incluso parcialmente tan enemigos del ciudadano común, del que recibe un salario sólo de acuerdo al
contradictorios entre sí. Lo que necesitamos no es un partido único sino una red. costo de reproducción de su fuerza de trabajo, como los grandes burgueses.
No necesitamos una línea correcta sino un espíritu común. Un espíritu común El dato contingente es éste: la mayor parte de la plata que el Estado asigna
ordenado en torno a esas demandas globales que he señalado. Una amplia vo- para el “gasto social” se gasta en el puro proceso de repartir el “gasto social”. La
luntad de conectar las demandas sectoriales a esos objetivos globales que, como mayor parte de los recursos del Estado, supuestamente de todos los chilenos, se
se habrá notado, son bastante definidos y concretos. Una amplia voluntad de ocupan en pagar a los propios funcionarios del Estado, o van a engrosar los bolsi-
aceptar como parte de las muchas izquierdas, de la gran izquierda, toda clase de llos de la empresa privada. El Estado opera como una enorme red de cooptación
formas de organización y de expresión que quiera reconocerse en esos objetivos. social, que da empleo precario, a través del boleteo o de los sistemas de fondos
concursables, manteniendo con eso un enorme sistema de neo clientelismo que
favorece de manera asistencial a algunos sectores claves, amortiguando su poten-
Cuarto: la rearticulación de la gran izquierda sólo es posible si se abandona la cial disruptivo, y favoreciendo de manera progresivamente millonaria a la escala
estéril y fraticida polémica entre “revolucionarios” y “reformistas”. La más pro-
de operadores sociales que administran la contención.
funda y dañina dicotomía que hemos heredado de la racionalidad mecanicista
del enemigo. No se trata de analizar, en estos miles y miles de casos, la moralidad implicada.
No se trata tanto de denunciar la corrupción en términos morales. El asunto es
Reforma y revolución no deben ser pensadas como alternativas sino como
directamente político. Se trata de una corrupción de contenido y finalidad es-
inclusivas. Todo revolucionario debe ser como mínimo reformista. El asunto real
pecíficamente política. El asunto es el efecto por un lado sobre el conjunto de la
es qué más, qué horizonte radical buscamos desde las iniciativas reformistas que
sociedad y por otro lado sobre las perspectivas de cambio social. Por un lado el
emprendemos. Todas las peleas hay que darlas. Lo local, lo cotidiano, lo pequeño,
Estado disimula el desempleo estructural, debida a la enorme productividad de
no es menos significativo para el que lo sufre que lo grande y lo global. El asunto
los medios altamente tecnológicos a través de una progresiva estupidización del
es más bien el espíritu, el horizonte desde el que damos cada una de esas peleas
empleo (empleo que sólo existe para que haya capacidad de compra, capacidad
locales. Alejarse de lo local aleja tanto de la revolución como quedarse en ello.
que sólo se busca para mantener el sistema de mercado), por otro lado se esta-
Toda lucha local que quiera inscribirse en el horizonte de la gran izquierda y su
blece un sistema de dependencias clientelísticas en el empleo, que obligan a los
espíritu debe ser respetada y, eventualmente, apoyada. El camino de nuestra
“beneficiados” a mantenerlo políticamente.
revolución pasa por los objetivos estratégicos que he señalado, y ese es, y debe
ser, un camino que contenga toda clase de tamaños, formas, ritmos y colores. Los afectados directos son las enormes masas de pobres absolutos, a los que
los recursos del Estado simplemente no llegan, o llegan sólo a través del condicio-
Cuando se habla de “revolución”, sin embargo, debemos ser claros en que
namiento político. Los “beneficiados”, junto al gran capital, son la enorme masa de
estamos hablando finalmente de la abolición de las clases dominantes. Estamos
funcionarios que desde todas las estructuras del Estado, desde las Universidades
hablando, en buenas cuentas, del fin de la lucha de clases.
y consultoras, desde las ONG y los equipos formados para concursar eterna-
Quinto: hoy la gran lucha de la gran izquierda no es sólo contra la burguesía, mente proyectos y más proyectos, renuncian a la política radical para dedicarse
es también contra el poder burocrático. Es la lucha histórica de los productores

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a administrar, a representar al Estado ante el pueblo segmentado en enclaves del Interior, Belisario Velasco, había mentido sin pudor mientras era abucheado
de necesidades puntuales, para dedicarse a repartir lo que es escaso justamente sin pausa. La mayor parte de los que lo abuchearon cantaron con entusiasmo y
porque ellos mismos lo consumen, dedicarse a contener para que no desaparezca profunda esperanza esta canción. Cuando terminaron el Ministro Velasco felicitó
justamente su función de contener. calurosamente a Quilapayún.
O, si se quiere un dato más cuantitativo: en este país, que es uno de los cam-
peones mundiales en el intento de reducir el gasto del Estado, y después de treinta Santiago de Chile, 11 de Enero de 2008.
años de reducciones exitosas, el 35% del PIB lo gasta el Estado. La tercera parte
de todo los que se produce. El Estado sigue siendo el principal empleador, el
principal banquero, el principal poder comprador. El Estado se mantiene como
guardián poderoso para pagar las ineficacias, aventuras y torpezas del gran capi-
tal, y para hacerse pagar a sí mismo, masivamente, política y económicamente,
por esa función.
Reorientar drásticamente el gasto del Estado hacia los usuarios directos, redu-
ciendo drásticamente el empleo clientelístico de sus administradores, y reconvir-
tiéndolo en empleo productivo directo. No se trata de si tener un Estado más o
menos grande. La discusión concreta es el contenido: grande en qué, reducido en
qué. Menos funcionarios, más empleo productivo. Manejo central de los recursos
naturales y servicios estratégicos. Manejo absolutamente descentralizado de los
servicios directos, de los que los ciudadanos pueden manejar por sí mismos, sin
expertos que los administren. Lo que está en juego en esto no es sólo el problema
de fondo de una redistribución más justa de la riqueza producida por todos. Está
en juego también la propia viabilidad de la izquierda, convertida hoy, en muchas
de sus expresiones, en parte de la maquinaria de administración y contención que
perpetúa al régimen dominante.

Tengo que agregar, por último, que una buena parte de estas tesis, que he
trabajado desde hace bastante tiempo, y que resumen de manera simple lo que
muchos otros intelectuales han pensado y trabajado también desde hace mucho
tiempo, me resultaron urgentes en medio de la siguiente escena, que se dio en el Para una crítica del poder burocrático
marco de la conmemoración oficial de los 100 años de la matanza de la Escuela
Santa María de Iquique: el Quilapayún francés cantándonos y haciéndonos cantar
Las ilustraciones contenidas en esta publicación son de William
“El pueblo unido jamás será vencido” desde la misma tribuna en la cual el Ministro Morris (1834-1896). La estampilla es un sello impreso en la URSS
liberado para su uso editorial desde http://www.123rf.com

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