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25 Matrimonio — Presentation Transcript

 1. 25. El matrimonio
 2. El mismo Dios es el autor del matrimonio (GS, 48) La vocación al matrimonio está en la naturaleza misma del hombre y de la
mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana (CEC, 1603) El Matrimonio en el
orden de la creación
 3. Es un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la
prole. Se constituye por la alianza matrimonial, esto es, el acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente(CEC,
1601). El Matrimonio en el orden de la creación
 4. Dios que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano.
Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (cf Gn 1, 27), que es Amor (cf 1 Jn 4, 8.16). El Matrimonio en el orden de la
creación
 5. El amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los
ojos del Creador (cf Gn 1, 31). Y es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. "Y los
bendijo Dios y les dijo: ‘Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra y sométanla"’ (Gn 1, 28). El Matrimonio en el orden de la
creación
 6. El Matrimonio como sacramento Cristo elevó el matrimonio entre bautizados a verdadero sacramento de la Nueva Alianza (CEC,
1617). Entre bautizados no puede haber contrato matrimonial válido que no sea por eso mismo sacramento (CIC, 1055).
 7. El Matrimonio como sacramento El sacramento del matrimonio aumenta la gracia santificante. Confiere la gracia sacramental
específica, que ejerce una influencia singular sobre todas las realidades de la vida conyugal, especialmente sobre el amor de los
esposos. Establece el vínculo entre los esposos
 8. La celebración del Matrimonio La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos de los esposos como el elemento
indispensable que hace el matrimonio. Si el consentimiento falta, no hay matrimonio (CEC, 1626) . Solamente son válidos aquellos
matrimonios que se contraen ante el Obispo, el párroco, o un sacerdote o diácono delegado por uno de ellos para que asistan, y ante dos
testigos (CIC, c. 1108) .
 9. La celebración del Matrimonio Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para
contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. "Ser libre" quiere decir: * no obrar por coacción; * no
estar impedido por una ley natural o eclesiástica.
 10. Esencia del Matrimonio Esencia en el momento de casarse Mutuo consentimiento manifestado legítimamente Contrato
matrimonial Esencia al estar casados Vínculo
 11. Materia y forma del Matrimonio La materia y la forma del sacramento del Matrimonio coinciden con la materia y la forma del
contrato legítimo y natural. Materia remota: el derecho mutuo sobre sus cuerpos, en orden a la generación Materia próxima: signos o
palabras con que se expresa la entrega de esos derechos Forma: aceptación mutua de esa entrega, manifestada externamente
 12. Ministro del Matrimonio El sacerdote (o el diácono) que asiste a la celebración del Matrimonio, recibe el consentimiento en
nombre de la Iglesia y da la bendición de ésta. En la Iglesia latina se considera que son los esposos quienes, como ministros de la gracia
de Cristo, se confieren mutuamente el sacramento expresando ante la Iglesia su consentimiento.
 13. Propiedades esenciales En el matrimonio cristiano alcanzan una particular firmeza por razón del sacramento. INDISOLUBI-
LIDAD UNIDAD
 14. Fines y bienes del Matrimonio unidad fidelidad apertura a la vida
 15. Fines y bienes: unidad El amor de los esposos exige, por su misma naturaleza, la unidad y la indisolubilidad de la comunidad de
personas que abarca la vida entera de los esposos: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19, 6; cf Gn 2, 24)
. Esta íntima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exigen la plena fidelidad conyugal y urgen su
indisoluble unidad (GS, 48) . Uno con una, para siempre
 16. El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí
mismos que se hacen mutuamente los esposos. Fines y bienes: fidelidad El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no
algo pasajero. (CEC, 1646).
 17. Su motivo más profundo consiste en la fidelidad de Dios a su alianza, de Cristo a su Iglesia: que Dios nos ama con un amor
definitivo e irrevocable, y los esposos participan de este amor. (CEC, 1648). Fines y bienes: fidelidad «Lo que Dios unió no lo separe el
hombre» (Mt 19, 6). «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa
con otro, comete adulterio» (Mc 10, 11-12).
 18. Fines y bienes: fidelidad “ Lo que Dios unió, no lo separe el hombre” (Mt 19, 6) El matrimonio rato (esto es, entre bautizados) y
consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte. Uno con una, para siempre
 19. Fines y bienes: fidelidad La indisolubilidad no es un asunto religioso; proviene de la creación: “ Moisés les permitió repudiar a sus
mujeres a causa de la dureza de los corazones de ustedes; pero al principio no fue así” (Mt 19, 8). Privilegio petrino Privilegio paulino
 20. Fines y bienes: fidelidad Para la separación se requiere previamente el permiso del Ordinario Por mutuo consentimiento de los
esposos se puede dar la separación del lecho, temporal o perpetuamente Separación de los cónyuges, causas justas (CIC, c. 1152-1153)
: adulterio grave daño, corporal o espiritual del otro cónyuge o de los hijos
 21. Fines y bienes: fidelidad El recurso a los tribunales civiles: - El cónyuge inocente puede acudir al juez civil si ya tiene sentencia o
decreto de separación eclesiástica, si tiene voluntad expresa de no intentar un nuevo matrimonio, si le es necesario para obtener los
efectos civiles de la separación
 22. Los hijos son el don más excelente del matrimonio y contribuyen mucho al bien de sus padres. El mismo Dios, que dijo: “No es
bueno que el hombre esté solo” (Gn 2, 18) , y que hizo desde el principio al hombre, varón y mujer (Mt 19, 4) , queriendo comunicarle
cierta participación especial en su propia obra creadora, los bendijo diciendo: “Crezcan y multiplíquense” (Gn 1, 28) . (CEC, 1652) Fines y
bienes: apertura a la vida Por su naturaleza misma, el matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y a la educación
de la prole y con ellas son coronados como su culminación" (GS 48, 1) .
 23. La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a
sus hijos por medio de la educación. Los padres son los principales y primeros educadores de sus hijos, que es una gravísima obligación
(GE 3) . En este sentido, la tarea fundamental del matrimonio y de la familia es estar al servicio de la vida (FC 28) (CEC, 1653) . Fines y
bienes: apertura a la vida
 24. Sin embargo, los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos pueden llevar una vida conyugal plena de sentido, humana
y cristianamente. Su matrimonio puede irradiar una fecundidad de caridad, de acogida y de sacrificio (CEC, 1654) . Fines y bienes:
apertura a la vida
 25. "La sexualidad, mediante la cual el hombre y la mujer se dan el uno al otro con los actos propios y exclusivos de los
esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo
verdaderamente humano solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen totalmente entre
sí hasta la muerte" (FC 11) (CEC, 2361) Fines y bienes: apertura a la vida
 26. Fines y bienes: apertura a la vida La fecundidad es un don, un fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende naturalmente a
ser fecundo. El niño es fruto y cumplimiento del amor de los esposos. Por eso todo "acto matrimonial debe quedar abierto a la
transmisión de la vida" (HV 11) , porque Dios ha querido una inseparable conexión entre los dos significados del acto conyugal:
unitivo procreador (HV 12) (CEC, 2366)
 27. Por razones justificadas, los esposos pueden querer espaciar los nacimientos de sus hijos. Fines y bienes: apertura a la vida
Deben cerciorarse de que su deseo no nace del egoísmo. Deben ordenar su comportamiento según los criterios objetivos de la moralidad
(CEC, 2368) .
 28. La continencia periódica, los métodos de regulación de nacimientos fundados en el recurso a los períodos infecundos (HV 16)
son conformes a los criterios objetivos de la moralidad... Por el contrario, es intrínsecamente mala "toda acción que, o en previsión
del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer
imposible la procreación" (HV 14) (CEC, 2370) Fines y bienes: apertura a la vida
 29. Fines y bienes: apertura a la vida Cada uno de los esposos tiene el deber de justicia de conceder el débito conyugal al otro,
cuando lo pide seria y razonablemente. Cuando un cónyuge quiere abusar del matrimonio, el otro ha de intentar disuadirle, no está
obligado a dar el débito y no puede colaborar formalmente (aprobando el pecado). Obligación de dar el débito conyugal:
 30. Fines y bienes: apertura a la vida que los actos, al menos, se inicien según la naturaleza; causa proporcionada; que no haya
efectos abortivos. En alguna circunstancia, puede ser lícita la cooperación material (desaprobando la acción) y pasiva (no causando el
pecado del cónyuge, por ejemplo con quejas sobre las dificultades de tener más hijos). Se requiere:
 31. El matrimonio cristiano, camino de santidad Fuente y medio original de santificación propia para los cónyuges y para la familia
cristiana es el sacramento del Matrimonio, que presupone y especifica la gracia santificadora del Bautismo...
 32. El matrimonio cristiano, camino de santidad La vocación universal a la santidad está dirigida también a los cónyuges y padres
cristianos. Para ellos está especificada por el sacramento celebrado y traducida concretamente en las realidades propias de la existencia
conyugal y familiar (FC, 56) .
 33. El matrimonio cristiano, camino de santidad “ Los casados están llamados a santificar su matrimonio y a santificarse en esa
unión; cometerían por eso un grave error, si edificaran su conducta espiritual a espaldas y al margen de su hogar.
 34. El matrimonio cristiano, camino de santidad La vida familiar, las relaciones conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el
esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia y por asegurarla y mejorarla, el trato con las otras personas que constituyen la
comunidad social, todo eso son situaciones humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar” (Es Cristo que pasa,
22) .
 35. Las familias numerosas No hay que confundir la prudencia con la falta de generosidad y la comodidad. Dios no se deja ganar en
generosidad. La Sagrada Escritura y la práctica tradicional de la Iglesia ven en las familias numerosas como un signo de la bendición
divina y de la generosidad de los padres (CEC, 2373).
 36. Las familias numerosas Desde sus orígenes, el núcleo de la Iglesia estaba a menudo constituido por los que, "con toda su
casa", habían llegado a ser creyentes (Hch 18, 8) . Cuando se convertían deseaban también que se salvase "toda su
casa" (Hch 16, 31 y 11, 14) . Estas familias convertidas eran islotes de vida cristiana en un mundo no creyente (CEC, 1655) . Cristo
quiso nacer y crecer en la Sagrada Familia. La Iglesia es la "familia de Dios".
 37. Las familias numerosas La mayor parte de las vocaciones para la Iglesia vienen de familias numerosas. Cada nuevo hijo es un
nuevo hombre que puede pertenecer a la Iglesia e ir a gozar del Cielo para siempre.
 38. Las familias sin hijos Los esposos que, tras haber agotado los recursos legítimos de la medicina, sufren por la esterilidad, deben
asociarse a la Cruz del Señor. Pueden manifestar su generosidad adoptando niños abandonados o realizando servicios abnegados en
beneficio del prójimo (CEC, 2379) . El Evangelio enseña que la esterilidad física no es un mal absoluto.

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