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DESPUÉS QUE OTELO ABOFETEÓ A DESDÉMONA y LUDOVICO (primo de Desdémona) LO PRESENCIÓ…

EMILIA: ¿Qué tal? Ahora parece que su esposo está más tranquilo…

DESDÉMONA: Regresará pronto…Me ordenó ir a la cama y que tú te vayas…

EMILIA: ¡Irme!

DESDÉMONA: Hoy no tenemos que hacer nada que le disguste.

EMILIA: Ojalá nunca se hubiera fijado en él…

DESDÉMONA: Mi amor lo ve perfecto. Ayúdame a quitarme el vestido por favor…

EMILIA: Dejé las sábanas sobre la cama…

DESDÉMONA: Si llego a morir antes que tú, envuélveme con esas sábanas.

EMILIA: Cállese, cállese…

DESDÉMONA: Recuerdo una doncella que tenía mi madre: Bárbara. Ella engañó a su novio, éste la
abandonó y ella se arrepintió toda la vida de esta traición. Cantaba una copla muy triste llamada
“EL SAUCE” y me viene a la mente a cada momento…

EMILIA: Le traje su bata…

DESDÉMONA: Mmm…Estoy pensando en mi primo Ludovico y confiando en su discreción…

EMILIA: Es muy buen mozo

DESDÉMONA: Habla bien…Cuidado…

EMILIA: Conozco mujeres en Venecia que harían locuras por un beso de él…

DESDÉMONA: Canta sauce, canta sauce… Vete luego, Emilia. Pronto llegará Otelo…¡Escucha!
¿Quién es?

EMILIA: Es el viento…

DESDÉMONA: ¡Que nadie culpe a Otelo! Mi amor lo perdona. Vete pues, Emilia. Buenas noches
que me arden los ojos. ¿Lloraré?

EMILIA: No creo

DESDÉMONA: Conscientemente, dime Emilia: ¿hay mujeres capaces de vender a sus esposos?

EMILIA: Sin duda hay algunas…

DESDÉMONA: ¿Habría algo que te indujera a engañar a tu esposo o a hablar mal de él?

EMILIA: ¿Y a usted?

DESDÉMONA: No, nada, te lo juro.

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