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ADAPTACIÓN “LA CASA DE BERNARDA ALBA” DE FEDERICO GARCÍA LORCA

ESCENA

Habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda. Muros gruesos. Es verano. Un gran
silencio umbroso se extiende por la escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen
doblar las campanas.

Sale Criada.

Criada: Ya tengo el doble de esas campanas metido entre las sienes.

La Poncia: (Sale comiendo chorizo y pan) Llevan ya más de dos horas de gori-gori. En el primer
responso se desmayó la Magdalena.
Criada: Es la que se queda más sola.
La Poncia: Era la única que quería al padre. ¡Ay! ¡Gracias a Dios que estamos solas un poquito! Yo
he venido a comer.
Criada: ¡Si te viera Bernarda...!
La Poncia: ¡Quisiera que ahora, que no come ella, que todas nos muriéramos de hambre!
¡Mandona! ¡Dominanta! ¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos.
María Josefa: ¡Bernardaaaaaaaa! ¡Bernardaaaaaa!
La Poncia: ¡La vieja! Está bien encerrada???
Criada: Con dos vueltas de llave.
La Poncia: Shhhhh!!! Tiene dedos como cinco ganzúas.

Se oyen pasos y lamentos acercándose. Bernarda y sus hijas entrarán por la puerta de entrada,
sorpendiendo así al público. La Magadalena entrará haciendo un gran escándalo y medio
cayéndose y levantándose, sus hermanas con fastidio la irán ayudando. Mientras se acercan, La
Poncia por lo bajo a Criada.

La Poncia: ¿No te dije?

Bernarda entrará altiva, seria con el bastón en la mano marcando el paso marcialmente. Debe ser
fúnebre pero gracioso a la vez.

Bernarda: ¡Silencio! Debía estar todo más limpio. No es este tu lugar. Vete. Los pobres son como
los animales, parecen estar hechos de otras sustancias. Sentarse. ( todas se sientan en las sillas)(A
la Poncia) Dale la limonada a los hombres.

Martirio: (A Angustias) Pepe el Romano estaba con los hombres.

Angustias: Allí estaba.

Bernarda: Estaba su madre. Ella ha visto a su madre. A Pepe no lo ha visto ni ella ni yo.

Martirio: Ah, me pareció.


Bernarda: El que sí estaba era el viudo de Darajalí, muy cerca de tu tía (mira burlonamente a
Amelia y se ríe).
La Poncia: (Aparte) Mala más que mala, lengua de cuchillo.
Bernarda: Las mujeres en la Iglesia no deben mirar para atrás porque eso es ser buscona…

La Poncia: Vieja lagarta recocida (Hace un gesto muy gracioso), vieja calentoooonaaaa.

Bernarda: (Golpea el bastón) Alabado sea Diooooooos.

Todas: Sea por siempre bendito y alabadooooo. (Magdalena desentona, exagera y llora).

Bernarda: Descansa en Paz.

Todas: Descansa en Paaz.

Bernarda: Chist!!!! Vayan a criticar todo lo que vieron… ojalá no vuelvan más.

Amelia: Madre, no hable ud. así.

Bernarda: Hablo como se me da la gana. Denme un abanico (Adela le da el suyo floreado.


Bernarda lo mira furiosa, lo tira al suelo) Este es el abanico que se le da a una viuda, dame uno
negro y aprende a respetar el luto de tu padre…(Martirio le da el suyo negro y mira con odio a
Adela) En ocho años que dure el luto de tu padre no va a entrar nadie, NI EL VIENTO DE LA CALLE.

Magdalena: Malditas sean todas las mujeres.

María Josefa: Bernardaaaa, dejame salir!!!!

Bernarda: Déjenla salir un poco. Vayan a cambiarse pero no se saquen el pañuelo. ¿Se fueron los
hombres?

Adela: (Con intención mirando sobradoramente a Angustias) Había un grupo afuera …

Bernarda: ¡Angustias… QUÉ MIRABAS Y A QUIÉN?????

Angustias: A nadie …(llora y se va).

La Poncia: Estaba escuchando la conversación de los hombres… me chocó verla.

Bernarda: A eso vienen a los duelos… (interesadísima) ¿de qué hablaban?

La Poncia: No te enteraste???? De Paca la Roseta… se escapó con el Maximiliano, él la llevaba en


su caballo como si fuera una guitarra, con los pecho al aire, UN HORROR.

Bernarda: (exageradísima) Ay dios… qué asco!!!!!! Y ella????

La Poncia: Ella tan conforme y… pasó lo que tenía que pasar…

Todas: (gestos de vómitos, se tapan la cara, abren grandísimas las bocas).


Bernarda: Y mi hija oyó esas barbaridades (sale lentamente apoyada en el bastón mientras la
Poncia quiere seguir la conversación SALEN TODAS).

La Poncia: Bueno Bernarda, Angustias tiene 39 años ya. Pobre! Nunca tuvo novio…( hace gestos
graciosos al público).

ESCENA 2

Van entrando a escena, una toma agua de la mesa, otra se abanica, hacen gestos de sufrir calor,
comentan cosas en el oído… se van acomodando cosen, dibujan…

Magdalena: (Entra corriendo y mirando a Angustias que se hace la desentendida y sale) ¿Saben ya
la cosa?

Amelia: No, qué?

Magdalena: ¡Ah! Ya se comenta por el pueblo. Pepe el Romano viene a casarse con Angustias.
Anoche estuvo rondando la casa y creo que pronto va a mandar un emisario.

Martirio: (No puede evitar la cara de amargura) Me alegro es un buen hombre.

Magdalena: Qué falsas ninguna se alegra, porque no viene por ella como mujer. Viene por su
plata. Angustias heredó todo, es la más rica de todas. Pepe el Romano tiene 25 años y se
paaaarteeeeee y Angustias es re viejaaaa y feaaaaa, lo más lógico es que viniera por vos,
Amelia,o.. por… Adela (entra felizmente luciendo el vestido verde).

Adela: Miren, me puse el vestido verde que me regalaron para mi cumple, me queda re bien..(da
vueltas y luce su vestido, todas la miran y ríen)

Martirio: Es un vestido precioso lo mejor que hizo Magdalena (ácida), lo mejor que podés hacer es
regalárselo a Angustias ya que se va a casar con Pepe el Romano (feliz de clavar el cuchillo).

Adela: Qué???? Qué dijiste??? Cómo… quién.. .Angustias… El luto me agarró en lo mejor de mi
vida, no me quiero acostumbrar (rompe a llorar).

Magdalena: No llores…( aparte al público…”yo justo diciendo que no llore y ríe) acostúmbrate
nena va a ser lo mejor…

Adela: No, no y no. Nunca me voy a acostumbrar (sale llorando junto a Magdalena)

Entra María Josefa atavaida como para una fiesta… (Amelia hace un gesto de “esta está loca” y se
retira).

María Josefa: Bernarda, ¿dónde está mi mantilla? Nada de lo que tengo quiero que sea para
vosotras, ni mis anillos, ni mi traje negro de moaré, porque ninguna de vosotras se va a casar.
¡Ninguna! ¡Bernarda, dame mi gargantilla de perlas.
Entra Pepe el Romano se cree lindo quedan en expectación, María Josefa y Bernarda.

María Josefa: (Se lo agarra para ella) Ahhhh me quiero casar!!!! (Pepe el Romano no sabe cómo
sacársela de encima) Me quiero casar con un varón de la orilla del mar!

Bernarda: Deja ya a ese hombre y cállese.

María Josefa: No me voy a callar, no quiero ver a estas mujeres rabiando por la boda. Bernarda
(mira lascivamente a Pepe) quiero tener ALEGRÍA!!!

La criada saca pacientemente a María Josefa quien se retira vociferando “Alegría”, “Alegría”. Adela
se asoma, y observa la escena,luego de escuchar a Pepe se retira abatida.

Pepe el Romano: (Se acomoda el traje y muy formal): Vengo a pedir la mano de Angustias.

ESCENA 3

Es de noche, ruido de grillos, la escena está sola. Se asoma Pepe por la ventana. Mira a un lado y a
otro, chista. Aparece Angustias ridículamente maquillada, muy tímida.

Pepe el Romano: Angustias, vení para acá.

Angustias: (Se hace la rogada, lo mira, se hace la linda, el otro le hace señas como que quiere
terminar rápido el trámite).

Pepe el romano: Angustias… pues…ya sabés que me interesás, necesito una mujer buena, modosa
y esas sos vos, si me das la conformidad…(espera respuesta Angustias no puede hablar de la
emoción…) me gusta la casa con olor a lavanda, las camisas bien almidonadas y planchadas, el guiso
de porotos, y el baño preparado con agua bien caliente para las 7 de la tarde… no me gustan las
discusiones, ni que me hablen por la mañana y cuando llego del trabajo, ronco de noche, pero no
me despiertes…(Angustias sigue emocionada y solo asiente) Bueno mañana vengo. Chau.

ESCENA 4

Bordan es escena las cuatro hermanas, en silencio, luego Magdalena rompe el silencio incómodo.

Magdalena: ¿Pongo las iniciales de Pepe?

Angustias: No (seca).

Amelia: (a voces) Adela, no vienes? (a las presentes en voz más baja) Qué le pasa?

Martirio: No tiene ni más ni menos que lo que tenemos todas.

Magdalena: Todas…, menos Angustias…


Angustias: Yo me encuentro bien, y al que le duela que reviente.

Amelia: Siempre tan delicadita ella.

Angustias: Por suerte ya pronto voy a salir de este infierno.

Magdalena: A lo mejor no sales…

Angustias: (Se levanta como para golpearla)Más vale pájaro en mano que cien volando…

Martirio: Bueno calma… ¿a qué hora se fue Pepe anoche?(con intención).

La Poncia: (Trae agua en una jarra) Era la madrugada y salía fuego de la tierra.

Angustias: A qué preguntas si lo oíste. A eso de la una y media.

La Poncia: Pero si yo lo sentí a eso de las cuatro de la madrugada!!!!

Angustias: No sería él! Voy a buscar más hilo (se retiran todas diciendo algunas y yo telas, voy con
vos… quedan sola la Poncia)

Adela pasa como fuera de sí, no presta atención a la conversación.

La Poncia: Adela, niña, qué te sucede. Tenés mirada como de loca.

Adela: Dejame ya, no soporto que me estén vigilando.

La Poncia: Deja a ese hombre en paz.

Adela: ¿Qué dices? Habla bajo.

La Poncia: Las viejas vemos a través de las paredes. ¿Dónde vas de noche cuando te levantas?

Adela: Metete en tus cosas oledora, traicionera.

La Poncia: Es que quiero vivir en casa decente, para que no escupan al pasar por aquí.

Adela: No por encima de ti que sos una sirvienta, por encima de mi misma madre pasaría, para
apagar este fuego que me sube por piernas y boca. Mirando sus ojos parece que bebo su sangre
lentamente.

La Poncia: (levantando la voz) Ya no te puedo oír…

Entra justo Angustias quien no ha oído nada de la conversación, como buscando algo y sale de
nuevo.

Angustias: Siempre discutiendo uds.!


Adela se sienta y luego entran las otras con los menesteres para coser que habían ido a buscar. Se
sientan, cosen y conversan.

Angustias: (Entrando furiosa en escena, de modo que haya un gran contraste con los silencios
anteriores.) ¿Dónde está el retrato de Pepe que tenía yo debajo de mi almohada? ¿Quién de
ustedes lo tiene?

Martirio: Ninguna.

Adela: ¿Qué retrato?

Angustias: Una de ustedes lo escondió. Quiero el retrato. Mamáaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Bernarda: ¿Qué es este escándalo? Ya estarán las vecinas oyendo para llevar chusmerío.

Angustias: Una de estas me robó el retrato de Pepe.

Martirio: Debe andar por el corral (muy burlona) a Pepe le gusta andar con la luna.

Bernarda:¡Silencio! (a la Poncia) Ve a buscarlo.(a las chicas) Me hacen beber el veneno más


amargo, pero me van a soñar. Más les vale que aparezca el retrato.

La Poncia: Acá está. Lo encontré debajo de la almohada de…( mira a una por una… muy graciosa)
de… (señala con el dedo exageradamente) MARTIRIO!!!!

Todas: ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!

Martirio: (asombrada) Bueno… yo… solo quise hacerle una broma a Angustias.

Bernarda las saca matando a todas. Quedan solas con la Poncia.

La Poncia: ¿Tenemos o no tenemos confianza?

Bernarda: No tenemos. Te pago y me sirves. Pero habla, ya sacaste la punta del cuchillo.

La Poncia: Acá pasa algo grande Bernarda. Las pibas necesitan salir un poco…

Bernarda: Qué contenta estarías de vernos , a mis hijas y a mí, camino al cabaret, eh? Es eso no?
Como cierta mujer… ya difunta…

La Poncia: Bernarda no te metas con la memoria de mi madre. Mejor será que no diga nada. (Se
retiran).
ESCENA 5

Es de noche. Hace mucho calor. La escena está sola. Aparece Adela en camisón, mira para todos
lados, como si alguien la siguiera. Martirio aparece, pero Adela no se percata de su presencia.
Martirio se esconde. Pepe está escondido y cuando ve a Adela sale. Se abrazan.

Pepe el Romano: Adela, te extrañaba (Se abrazan).

Adela: Seré tu mujer cuando tú quieras. Estaré en una casita esperándote siempre.

Pepe el Romano: Iré todos los días a verte y serás mía.

Sale Martirio gritando mamáaaaaaaaaaaaaaaa e interrumpe a los amantes. Pepe empieza a buscar
una salida, pero Martirio se le tira encima, se la saca de encima, corre, mientras Martirio sigue
gritando… “trae la escopeta”. Pelea con Adela. Pepe ha desaparecido.

Aparece Bernarda, detrás todas las mujeres de la casa, trae una escopeta.

Martirio: Mira esas enaguas llenas de trigo. Estaba con él…(señala a Adela y pelean).

Bernarda: Quietas, quietas (las separa) Qué pobreza la mía no tener un rayo entre mis manos.

Adela: (Haciéndole frente.) ¡Aquí se acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata un bastón a su
madre y lo parte en dos.) Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé usted un paso más. ¡En
mí no manda nadie más que Pepe!
Angustias: (Sujetándola.) De aquí no sales con tu cuerpo en triunfo, ¡ladrona! ¡deshonra de
nuestra casa!
Bernarda: Ya verá Pepe el Romano quien soy(Sale se escucha un disparo, luego entra
tranquilamente, con la frente en alto) Se acabó Pepe.
Adela grita desesperada tomándose el vientre, se encierra en un cuarto.
Angustias: Madre ¿Mataste a Pepe?
Bernarda: No. Se escapó.
La Poncia: ¡Adela, Adela! (Empiezan a golpear la puerta, se abre lentamente, entra La Poncia, y
pega un grito) Nunca tengamos ese fin (Se persigna).
Martirio: Dichosa ella que lo pudo tener.
Bernarda: (ocupa el centro de la escena, todas la rodean en una perfecta simetría) Y no quiero
llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija.) ¡A callar he dicho! (A otra
hija.) Las lágrimas cuando estés sola. ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor
de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho!

TELÓN.

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