RELIGIONES: el ejemplo de la Escuela romana de Historia de las religiones
La adopción de una perspectiva histórica en el estudio de las religiones parece
inevitable cuando se afrontan las religiones del pasado pero, sin duda, constituye de forma general el recurso, al que necesariamente acude el estudioso, para “contextualizar” (en el tiempo, en el espacio, en el ámbito de una determinada cultura, en una cierta sociedad...) cualquier hecho, expresión o manifestación que conceptuamos como “religioso/a”. Del reconocimiento de la utilidad de la disciplina histórica y de su consiguiente aplicación en el estudio de las religiones no deriva, sin embargo, la construcción de una “Historia de las Religiones” en cuanto disciplina específica. La “Historia de las Religiones” no es una cómoda nomenclatura inmediatamente entendible y extensible a las distintas aproximaciones a las religiones que tienen en cuenta el punto de vista histórico o, mejor dicho, no es solo esto sino también, desde una perspectiva historiográfica, el fruto de una determinada opción científica que se gestó en Italia, en las primeras décadas del siglo XX, dentro de un panorama cultural intensamente dominado por el Historicismo de B. Croce (1866- 1952) y que fue propuesta por R. Pettazzoni (1883-1959) para el estudio de las religiones. Y este profesor (se puede consultar su biografía en www.raffaelepettazzoni.it), que accedió en 1923 a la primera cátedra en Italia (instituida en la universidad “La Sapienza” de Roma) de una disciplina inexistente hasta entonces en ese país, a la que denominaría “Historia de las Religiones”, hizo escuela: una escuela que se constituyó, tras la muerte de R. Pettazzoni, como Escuela romana de Historia las religiones. A través del magisterio en la universidad y del empeño intelectual también fuera de ella (con el firme propósito de difundir aquella disciplina en el contexto general de la cultura y de la sociedad italianas) y, sobre todo, a través de su abundante producción científica (conocida internacionalmente, se puede consultar en el volumen 31, de 1960, págs. 3-21, de la revista fundada por dicho profesor en 1925: Studi e Materiali di Storia delle Religioni (SMSR), digitalizada actualmente desde el vol. de 1925 al vol. de 1976), R. Pettazzoni logrará dotar a aquella nueva disciplina, que caracterizaba como disciplina histórica y laica, de una autonomía propia y de un método de estudio específico, el método histórico-comparativo. Se instituía, así, la “Historia de las Religiones”, una disciplina científica que, nacida en el seno del historicismo italiano (aun en abierto enfrentamiento con el máximo exponente de aquella corriente, B. Croce) y desde una posición también crítica frente a las corrientes europeas vigentes en el estudio de las religiones, sigue siendo impartida y cultivada actualmente en la universidad italiana, tras sus ya noventa años de existencia. Dicha continuidad, que se ha ido consolidando en el tiempo, deriva del reconocimiento de R. Pettazzoni en cuanto fundador de una verdadera escuela por parte de una amplia serie de estudiosos que, habiendo recogido y compartido la herencia metodológica constituída por la obra de aquel profesor, la han afinado y desarrollado ulteriormente, aun con estilos, profundidad y orientaciones diversas y personales: cabe referirse in primis, a A. Brelich (su sucesor en la cátedra romana en 1959), pero también a E. de Martino, U. Bianchi, V. Lanternari, D. Sabbatucci, M. Massenzio, G. Piccaluga, G. Mazzoleni, E. Montanari, P. Xella, A. M. G. Capomacchia, N. Spineto, A. Saggioro, S. Botta… Desde un primer y único artículo de corte metodológico publicado por R. Pettazzoni en 1959 (“Il metodo comparativo”, Numen 6 (1959), págs. 1-14, contribución que aparecía en la revista, fundada por aquel profesor en 1954, de la International Association for History of Religions, siendo aún presidente de dicha asociación), el interés por las cuestiones suscitadas por la metodología que se debe aplicar al estudio de los hechos religiosos ha sido y sigue siendo cultivado por parte de los representantes de esta escuela. En cuanto expresión de la relevancia alcanzada por dicha temática en ella, cabe mencionar, junto a las obras teóricas y metodológicas producidas individualmente (véanse, por ejemplo, A. Brelich, Introduzione alla Storia delle Religioni, Roma 1966 o id., “Prolegomènes à une Histoire des religions”, París 1970 – versión en castellano citada en el apartado “Práctica” y disponible on- line – o D. Sabbatucci, Sommario di Storia delle religioni, Roma 1987 e id., La prospettiva storico-religiosa. Fede, religione e cultura, Milán 1990 – existe la traducción en francés ─, entre otras), la serie de contribuciones teóricas colectivas (que evidencian, así, una verdadera “conciencia de escuela”) que analizan distintos aspectos metodológicos, emanadas con ocasión de homenajes y aniversarios de SMSR (la revista del entonces Dipartimento di Studi Storico-Religiosi que ha confluido, actualmente, en el más amplio Dipartimento di Storia, Culture, Religioni), o dedicados a los representantes históricos de la escuela y al análisis de sus respectivas obras (consúltense los siguientes volúmenes temáticos de la revista SMSR: 49 (1983), 51 (1985), 54 (1988), 56 (1990), 72 (2006) , 77 (2011) y 82/2 (2016), así como también, por ejemplo, los estudios contenidos en M. G. Lancellotti - P. Xella (eds.), Angelo Brelich e la Storia delle Religioni. Temi, problemi e prospettive, Verona 2005 (que incluye la bibliografía completa de A. Brelich ─existe la traducción al castellano de dos artículos del volumen: véase la bibliografía citada más adelante) y en I. Baglioni - A. Cocozza (eds.), Dario Sabbatucci e la Storia delle Religioni, Roma 2006, y N. Spineto, Storia e storici delle religioni in Italia, Alessandria 2012.
Con este tema se trata de profundizar en el análisis de los principios teóricos y
metodológicos elaborados y aplicados al estudio de las religiones por una determinada escuela, es decir por una determinada corriente de pensamiento, la Escuela romana de Historia de las Religiones. Su objetivo es el de estimular (precisamente a través del “encuentro” con los planteamientos metodológicos y con las soluciones teóricas aportadas por dicha escuela italiana) una reflexión crítica acerca de las teorías y los contenidos del estudio de las religiones que se revele proficua, para los participantes del Máster, en la elaboración personal de un modo de estudio y de análisis de los hechos religiosos. Durante las horas lectivas se dará a conocer a los alumnos la obra y las propuestas teóricas y metodológicas del fundador de la escuela, así como las de sus principales discípulos o seguidores, analizándose las principales aportaciones originales de cada uno de ellos, según el siguiente orden:
1. Raffaele Pettazzoni (1883-1959): la instauración de una nueva disciplina,
la “Historia de las religiones” y la propuesta del método histórico- comparativo para su estudio. 2. Angelo Brelich (1913-1977): la construcción de un concepto empírico de “religión”; la necesidad de una comparación “diferencial” y “diacrónica”. 3. Ernesto de Martino (1908-1965): la propuesta de un “etnocentrismo crítico”. 4. Dario Sabbatucci (1923-2004): la exigencia de una revisión crítica de los conceptos utilizados en el estudio de las religiones y de una “historización de las categorías”. 5. Actualidad de las propuestas metodológicas de la “Escuela romana de Historia de las religiones”.
Así mismo, durante la exposición en clase, se dará amplio espacio al
comentario de los fundamentos teóricos de la escuela romana desde un punto de vista transversal, lo que permitirá evidenciar tanto la firme y continua adhesión a ellos, a lo largo del tiempo, por parte de los representanes de dicha escuela, como los desarrollos personales, según el bagaje y los objetivos científicos de cada autor, a los que fueron sometidos tales fundamentos y las consecuencias que derivaron. Se dedicará por ello una atención especial a:
1. La opción de la Historia. Se trata de una opción que implica que sean
“las religiones” y no, por el contrario, “la religión”, el objeto específico de estudio de esta disciplina. Y, desde el momento en que todo hecho religioso es considerado como el producto de un proceso (y, por tanto, índice de un desarrollo que lo ha precedido y punto de partida para un desarrollo ulterior, como señalaba R. Pettazzoni), se considera imprescindible el análisis histórico para interpretarlo. De ahí que esta escuela se distinguiese, ya desde sus comienzos, por una confrontación con las corrientes de pensamiento anti-históricas y con las metodologías que prescindían de la historia, que declinará, con los discípulos y sucesores de aquel profesor, en una neta y radical oposición a aquellas (y, en especial, a la Fenomenología). La opción científica que comporta la elección de explicar “todo con la Historia y en la Historia” (una opción propuesta y experimentada por el fundador de la escuela, que se refleja ya en el nombre que adoptó para aquella nueva disciplina) llevará ineludiblemente a los estudiosos de la escuela romana a proponer y a exigir la revisión “crítica”, es decir histórica, de las categorías y de los conceptos utilizados en los estudios de las religiones para evidenciar (además de denunciar y de tratar de superar la tendencia occidental a universalizar los propios conceptos) el proceso histórico de su construcción. Y así, los diversos representantes de esta escuela (y, en especial, E. de Martino con su propuesta del etnocentrismo crítico ─que implicará la necesidad de convertir en tema de estudio tanto la cultura propia como la cultura ajena en el proceso de investigación de un hecho cultural─ y D. Sabbatucci, que ha exigido y acometido en sus trabajos una “historización de las categorías” que alcance también la categoría de “lo religioso”) han afrontado la necesidad de contextualizar y de reconstruir históricamente el concepto de “religión” (elaborado y en continua elaboración por la cultura occidental cristiana), o el de “historia” (evidenciando la “conciencia histórica” que se ha desarrollado en el seno de la civilización occidental), así como toda una serie de “términos” que se han utilizado y se siguen utilizando en los estudios sobre las religiones de forma arbitraria, como monoteísmo, politeísmo, misticismo, chamanismo..., “Ser Supremo”, dying-god o dema..., o conceptos como fe, magia, sacrificio….
Ademas de las lecturas obligatorias, se señalan algunos
textos esenciales para la profundización de este argumento:
R. Pettazzoni, “Introduzione” a La religione nella Grecia antica fino
ad Alessandro, Turín, 2. ed. 1953, págs. 9-24 = “Introduction to the History of Greek Religion”, id., Essays on the History of Religions, Leiden 1954, págs. 68-80 R. Pettazzoni, “Aperçu introductif”, Numen 1 (1954), págs. 1-7 A. Brelich, “Perché storicismo e quale storicismo (nei nostri studi)?”, SMSR 41 (190-1972), págs. 7-28 (consultable on line) E. De Martino, “Fenomenologia religiosa e storicismo assoluto”, SMSR 24-25 (1953-1954), págs. 1-25 (consultable on line) E. De Martino, Il mondo magico. Prolegomeni a una storia del magismo, Turín 1948 (trad. esp.: El mundo mágico, Buenos Aires 2004) E. de Martino, “Introduzione” a La terra del rimorso. Contributo a una storia religiosa del Sud, Milán 1961 (trad. esp.: “Introducción” a La tierra del remordimiento, Barcelona 1999) P. Pisi, “Storicismo e fenomenologia nel pensiero di Raffaele Pettazzoni”, SMSR 56 (1990), págs. 245-277 N. Spineto (ed.), Mircea Eliade – Raffaele Pettazzoni. L’histoire des religions a-t-elle un sens? Correspondance 1926-1959, París 1994 A. Saggioro (ed.), Sciamani e sciamanesimi, Roma 2010 2. El método histórico-comparativo. Esta escuela ha postulado un uso nuevo, crítico y metódico, de la comparación proponiendo la “comparación histórica”. Se trata de un tipo de comparación que utiliza la Historia como factor de corrección del proceso de análisis de los datos. De esta forma, la comparación se convierte en un instrumento válido no sólo para advertir las analogías sino, sobre todo, para individuar las diferencias entre los hechos religiosos comparados, pues son estas las que permiten aprehender las peculiaridades y la especificidad históricas de cada uno de ellos en el seno de la cultura que los ha producido. A. Brelich privilegiará al máximo las diferencias sosteniendo una “comparación diferencial”, en neta contraposición a la “comparación analógica” (la comparación que busca solo las semejanzas) utilizada por la fenomenología.
Además de las lecturas obligatorias señaladas, consúltense para la
profundizacion en este tema:
R. Pettazzoni, “Introduzione” a La religione nella Grecia antica
fino ad Alessandro, Turín, 2. ed. 1953, págs. 9-24 = “Introduction to the History of Greek Religion”, id., Essays on the History of Religions, Leiden 1954, págs. 68-80 R. Pettazzoni, “Sintesi” di L’onniscienza di Dio, Turín 1955, págs. 626-656 = The All-Knowing God, Londres 1956, “Epilogue”, págs. 433-455 R. Pettazzoni, “Il metodo comparativo”, Numen 6 (1959), págs. 1-14 (consultable on line) N. Gasbarro, “La terza via tracciata da Raffaele Pettazzoni”, SMSR 56 (1990), págs. 95-199 M. G. Lancellotti, “Il metodo comparativo nell’opera di Angelo Brelich e le recenti tendenze nello studio delle religioni”, id.- P. Xella (eds.), Angelo Brelich e la Storia delle Religioni. Temi, problemi e prospettive, Roma 2005, págs. 51-71; en castellano, M.G. Lancellotti, “El método histórico-religioso de Angelo Brelich: las nociones de comparación y de “supervivencia”, M.C. Marín Ceballos- J. San Bernardino Coronil (eds.), Teoría de la Historia de las religiones: las escuelas recientes, Sevilla 2006, págs. 147-174
3. Relación entre “religión” y “cultura”. Aun habiendo postulado la
autonomía del hecho religioso (que es lo que justifica la “existencia” de una específica disciplina), la escuela romana de Historia de las Religiones manifiesta una tendencia clara a plegar “lo religioso” a “lo cultural”. Como anotaba R. Pettazzoni en sus Ultimi appunti de 1959: “el hombre es el constructor de su religión, del mismo modo que es el constructor de las artes, de la ciencia, de la filosofía”. Para la escuela romana, las religiones, que constituyen el objeto específico de un estudio que ha de ser histórico, son creaciones culturales humanas y, por tanto, productos históricos. A. Brelich propondrá un concepto empírico de “religión” individuando la función que esta desempeña de control y de conferimiento de valor y de significado humanos a la realidad que no depende del hombre (véanse sus Prolegómenos). Y, contraponiéndose a la objetivación de “lo religioso” realizada y defendida por la fenomenología, D. Sabbatucci evidenciará la necesidad de analizar la “función cultural de todo aquello a lo que se le ha atribuido, de forma arbitraria, la función que la religión tiene en nuestra cultura” (véanse su Sommario y art. cit., SMSR 1990). Además de las lecturas obligatorias señaladas, consúltense para profundizar en este tema:
R. Pettazzoni, “Introduzione” a La religione nella Grecia antica fino ad
Alessandro, Turín, 2 ed. 1953, págs. 9-24 = “Introduction to the History of Greek Religion”, id., Essays on the History of Religions, Leiden 1954, págs. 68-80 D. Sabbatucci, “La vanificazione dell’oggetto religioso”, SMSR 56 (1990), págs. 7-23 D. Sabbatucci, Sommario di storia delle religioni, Roma 1987 P. Xella, “Laici e cattolici alla Scuola di Raffaele Pettazzoni”, M.G. Lancellotti- P. Xella (eds.), Angelo Brelich e la Storia delle Religioni, Roma 2005, págs. 21-40= versión en castellano en M.C. Marín Ceballos- J. San Bernardino Coronil (eds.), op. cit., págs.123-146 P. Xella, “Cultura e religione: L’apporto di Dario Sabbatucci e il dibattito postmoderno”, I. Baglione- A. Cocozza (eds.), Dario Sabbatucci e la Storia delle Religioni, Roma 2006, págs. 315-333 P. Pisi, art. cit.
4. Necesidad de difundir el estudio “histórico” de las religiones en la
escuela y en la universidad. Tras el empeño civil y científico de R. Pettazzoni promoviendo la divulgación de los estudios sobre las religiones con el objetivo de formar la “conciencia histórico-religiosa de los italianos” y en defensa de la libertad religiosa, la escuela romana, consciente de la importancia de dichos estudios para una mayor comprensión de la sociedad y de las diversas realidades culturales que la componen, se ha caracterizado por sus esfuerzos en implantar esta disciplina en el ámbito de la escuela, bien a través de un proyecto de experimentación de la didáctica histórico-religiosa en varias escuelas de enseñanza secundaria de Roma (promovido a partir de 1979 por la prof.a G. Piccaluga, discípula del prof. A. Brelich), bien suscitando ocasiones de debate y de publicación de volúmenes en los que se analiza y se sostiene la propuesta de la introducción de la Historia de las Religiones en todos los niveles de la enseñanza pública (así, actualmente, el prof. A. Saggioro).
Para profundizar en este tema, se pueden consultar:
N. Spineto, “L’Histoire des religions en Italie entre la fin du XIXe
siècle et le début du XXe siècle”, Mélanges École Française de Rome. Italie et Méditerranée 111 (1999), págs. 599-609 D. Segarra, “La enseñanza de la historia de las religiones en la escuela: el proyecto didáctico de la Cátedra de Religiones del mundo clásico de la Universidad La Sapienza de Roma”, Boletín de la SECR 7 (1997), págs. 15-31 A. Saggioro, “Religione, Storia delle religioni, Religious Studies. Dilemmi umanistici far società, scuola e università”, SMSR 75 (2009), págs. 373-386 M. Giorda-A. Saggioro, La materia invisibile. Storia delle religioni a scuola. Una proposta, Roma 2011 M. C. Giorda, “Il “caso” Italia: storia, attualità, progetti”, SMSR 75 (2009), págs. 469-496