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C.E.P.

“REINA DEL MUNDO”


BACHILLERATO INTERNACIONAL
Programa del Diploma

Trabajo de Literatura Mundial 1


Español A1 - Nivel Superior

¿Hasta qué punto influye la sociedad en la personalidad de Hamlet y Edipo


para conducirlos a la marginación y la muerte?

Nº de palabras: 1447

Candidato: Eddie Andrés Rojas Ríos

Código: 1494-011

Convocatoria: Noviembre 2011

LIMA – PERÚ
2011
1494-011

¿Hasta qué punto influye la sociedad en la personalidad de Hamlet y Edipo


para conducirlos a la marginación y la muerte?

Una ciudad colmada de individuos manifiesta la esencia de la soledad humana. Aquella es


la frase idónea para definir el nefasto entorno en el que vivieron Edipo y Hamlet, atormentados
por el prejuicio, la marginación y la más profunda y gélida soledad. ¿Qué tanto nos maneja la
formidable máquina de la sociedad? ¿Encarnamos acaso títeres manejados por sus caprichos y su
voluntad? ¿Somos parte de ella o meros esclavos de su institución?

El ser humano se ha planteado estas interrogantes durante milenios, meditando y


divagando en torno a la incertidumbre, desconfianza, pasividad y frustración. La sociedad, así,
influye y determina de una forma u otra nuestra endeble personalidad, obligándonos a seguir sus
castrantes reglas y grotescos estereotipos.

El presente ensayo está escrito en base a los textos dramáticos Edipo Rey, del magistral y
renombrado dramaturgo griego Sófocles, y a Hamlet, la monumental obra del magnífico poeta y
dramaturgo inglés William Shakespeare. Dichos escritores vivieron en épocas trascendentales para
su patria, Grecia e Inglaterra, respectivamente; ya que en ambos casos los países se encontraban
en una situación de bonanza. Los dos han escrito sus obras, además, con el estilo teatral, y son
considerados literatos de trascendencia universal, dado que sus letras han inspirado a miles de
escritores y sus planteamientos continúan siendo vigentes al representar de manera intrínseca la
naturaleza de la raza humana.

Se abordará diversos aspectos desde un enfoque sociopsicológico. El tema medular a


tratar será hasta qué punto influye la sociedad en la personalidad del desdichado príncipe
medieval y en qué medida esta visión tergiversada de sí mismo le lleva a la marginación y, en el
caso de Edipo, al mismo Hades, ya fuera con el fallecimiento o la muerte en vida. Se estudiará
profundamente las acciones de los personajes y sus personalidades, definidas como una
“diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.”1

A pesar de pertenecer a contextos y épocas distintos, en Edipo Rey y Hamlet se denota en


ambos marcadas reglas sociales conservadoras que atacaban y censuraban violentamente dos
aspectos que imprimirían definitivamente el modo hostil y desnaturalizado de actuar y pensar de
Edipo y Hamlet: el incesto y la locura.

El incesto es un elemento desencadenador de demencia en ambas obras. Concretamente


en el caso de Edipo, al descubrir éste que había mantenido relaciones sexuales con su progenitora,
e incluso había engendrado una descendencia maldita e indigna con ella, se desarrollan eventos
trágicos y agónicos. Yocasta, su madre, se suicida, concluyendo con su existencia de manera
cruenta: “Allí vimos colgada a la mujer, estrangulada por el trenzado lazo.”2. Mientras, Edipo
sucumbe ante la desesperación y, en un ataque de demencia, se extirpa los ojos: “…arrancándole

1
Diccionario de la Real Academia Española. Disponible en:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=personalidad. [Visitada el 10.10.2010]
2
SÓFOCLES (1994) Edipo Rey. Bogotá: Panamericana Editorial. P. 93

2
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los broches de oro que le sujetaban el manto, los tomó y se sacó los ojos….”3. La sociedad, al haber
perfilado y moldeado la personalidad de Edipo de manera que rechazara el incesto en todas sus
manifestaciones, le lleva al desvarío con la creencia que él había cometido uno de los pecados
mortales más abominables.

De igual manera, Hamlet será víctima de su propia esencia y personalidad errónea al


colocar por encima de todo lo que la sociedad pensase sobre él y su desventurada familia. El que
su madre cometiera incesto contrayendo segundas nupcias con su tío le consumió la mente,
causando un sufrimiento tortuoso a su ya adolecida alma. La situación se agrava drásticamente al
tener un encuentro con el atormentado espíritu de su padre. El espectro le da la funesta noticia
que no falleció de manera natural, sino que fue liquidado a traición por su hermano, el cual
ansiaba poseer el reino y a su cuñada y actual esposa, la soberana. “Se esparció la voz de que,
estando en mi jardín, dormido, me mordió una serpiente. Todos los oídos de Dinamarca fueron
groseramente engañados con esta fabulosa invención. Pero tú debes saber, mancebo generoso,
que la serpiente que mordió a tu padre, hoy ciñe su corona”4.

El príncipe, difícilmente, tenía que vengarse de los recientes cónyuges sin que la fama ni la
persona de su madre fueran afectadas frente a la sociedad danesa, como le pidió su padre: “Pero
de cualquier modo que dirijas la acción, no manches con delito el alma y evita ofensas a tu
madre”5. Hamlet tendría que hallar la manera de ajusticiar a su desalmado tío y descubrir su
crimen frente al pueblo sin que la opinión de éste creciese negativamente en contra de su
progenitora y su familia, perpetradora del imperdonable incesto.

El príncipe llega a transformarse en un desquiciado que sólo puede concentrarse en


indagar en búsqueda de una solución, y no en el prejuicio que de la sociedad. Así, se ganó el
repudio, aborrecimiento e incluso las mofas de aquel pueblo que parecía honrarle, logrando con
todo aquel esfuerzo y dolor el único aciago destino que aquel entorno hipócrita y murmurador
podía otorgarle: la marginación. Este infortunio tampoco fue ajeno a Edipo, pues el Oráculo,
“…anunció otras desgracias graves, terribles, espantosas, diciendo que yo estaba destinado a
unirme con mi madre; que presentaría a los ojos de los hombres una execrable descendencia; que
sería el asesino del padre que me había engendrado”6. Así se selló la fortuna del desdichado
príncipe, quien se convertiría en asesino y paria en un futuro no muy lejano; ya que, al ser
insultado y humillado por su padre, atacó su comitiva y la aniquiló. Más adelante, al enterarse de
la atrocidad perpetrada, Edipo atenta contra su persona al tener que autocastigarse con amenazas
pronunciadas por él mismo contra el asesino de Layo, sin saber que aquel título lo llevaba
profundamente marcado en el corazón. Al haber declarado estas amenazas frente al pueblo, la
sociedad, se ve obligado a cumplirlas y a hacerse daño al personificar el estereotipo de un asesino,
una deshonra. “¿Qué puedo yo mirar, o amar qué puedo, o qué frase escuchar con la que goce,
amigos? Llevadme de aquí pronto, llevaos, amigos míos, al hombre más funesto, digno de
execración, el mortal más odiado de los dioses.”7.

De manera similar discurren los hechos para el desgraciado Hamlet. Preso de la locura,
completamente enloquecido por el padecimiento y la injusticia, grita a su madre incriminándole

3
SÓFOCLES (1994) Op. Cit. P. 93
4
SHAKESPEARE, W. (1999) Macbeth-Hamlet. Madrid: Edimat Libros. Traducción de Juan Alarcón Benito. P. 126
5
SHAKESPEARE, W. (1999) Op. Cit. P. 127
6
SÓFOCLES (1994) Op. Cit. P. 76
7
Ibídem. P. 95

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las perversas acciones cometidas: “¡No es así, pues permanecéis en el pestilente sudor de un lecho
incestuoso, envilecida por la corrupción, prodigando caricias de amor en una sentina impura!”8.

Quiso el destino que detrás del tapiz de la habitación se escondiese un informante del rey
que no pudiese reprimir un movimiento. Hamlet, rabioso, se abalanza sobre el tapiz y acuchilla al
espía: “Hamlet advierte que los tapices se mueven, sospecha que el rey está escondido detrás de
ellos, da dos o tres estocadas sobre el bulto que encuentra, y prosigue hablando con su madre”9. El
cuerpo del delator cae inerte al suelo, frente a los horrorizados ojos de Gertrudis y la mirada
iracunda del príncipe. Pasaría poco tiempo para que toda la corte y los súbditos se enterasen del
pecado de Hamlet, acusándole de asesino, verdugo… homicida. El rey propaga la noticia: “Id
entrambos con alguna gente que os ayude… Hamlet, ciego de ira, ha dado muerte a Polonio y le ha
sacado arrastrando del aposento de su madre”10.

Como he mencionado antes, la sociedad sigue siendo la institución esclavizadora con más
influencia en el mundo y en la humanidad. Moldeamos nuestra personalidad según lo que se
espera de nosotros y, si vemos a una persona foránea ingresar a nuestra comunidad con ideas
opuestas a las nuestras, una visión diferente del mundo, automáticamente la expulsamos o
censuramos. Así es la sociedad humana: construye sus cimientos, protege su potestad y destruye
sus amenazas.

En cuanto al valor estético de los estilos de ambos autores, he de decir que el lenguaje
culto e isabelino de Shakespeare, a pesar de la traducción, unido al ambiente medieval y antiguo
de su obra realza en ella la belleza de sus letras, maestro de la literatura inglesa. En el caso de
Sófocles, es primordial resaltar el uso magistral de imágenes y metáforas, así como las voces del
coro y el corifeo, envolviendo al lector con una esfera de mística griega y melancolía trágica.

Finalmente, he de decir que el papel de la sociedad en ambas obras es inmisericorde y que


no se dio tolerancia alguna a las afrentas de Edipo y Hamlet. Tan sólo al finalizar las obras se ve un
brote de solidaridad en su entorno, lo cual nos revela que, a pesar de lo dura e inflexible que
puede ser una comunidad respecto a dos descarriados, nuestra naturaleza nos hace
sensibilizarnos con su situación, mas no siempre ayudarlos o incluso esforzarse por regresarlos al
buen camino.

1447 palabras

8
SHAKESPEARE, W. (1999) Op. Cit. P. 175
9
Ibídem. P. 173
10
Ibídem. P. 180 Se puede apreciar en ambos personajes protagónicos una cadena de acciones y eventos en los que la
sociedad influye primordialmente, que los lleva a desarrollar personalidades erradas y a realizar acciones que les
llevarían a la marginación y la muerte. Dicha cadena inicia con el incesto, continúa con la demencia y llega a su fin con el
asesinato, las acciones más repudiadas por la sociedad hasta el día de hoy.

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Bibliografía
Fuentes primarias:

SHAKESPEARE, W. (1999) Macbeth-Hamlet. Madrid: Edimat Libros. Traducción de Juan Alarcón


Benito

SÓFOCLES (1994) Edipo Rey. Bogotá: Panamericana Editorial Ltda. (Colombia)

Fuentes secundarias:

Diccionario de la Real Academia Española. Disponible en:


http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=personalidad. [Visitada el
10.10.2010]

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