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Los Nadies

La escena se desarrolla en un lugar neutro, vacio, despojado: podría ser el más bello
jardín, como la sala de espera de un hospital.

En escena, sólo hay dos sillas, que están separadas, en forma equidistante del centro.

El lugar está en penumbras. Con luz escasa, color caramelo, para así ambientar un
lugar oscuro, "vacío".

Cuando se escuche el toque de cuatro campanas, Nadie 1 y Nadie 2 ingresarán al


espacio llegando, con el sonido y tiempo de las campanadas a sentarse. Tienen un
aspecto similar, neutro, oscuro, vacío.

Cuando Nadie 1 comience a hablar un haz de luz suave, lo iluminará.

Nadie 1: (como si fuera a dar una conferencia, desde la silla) Vine en busca de mi
nombre. Me dijeron que aquí lo iba a encontrar (se produce un silencio). No sé quién
me lo dijo. Ni cuándo. Ni cómo. Ni por qué. (Afirmando) Pero lo escuché (se produce
un silencio, nuevamente).

En esta tierra de Nadies, de vez en cuando hay sorpresas y encontrás. . . (sin poder
explicarse, confundido) encontrás. . . (buscando la claridad) me refiero a otras cosas
que no sean la nada. (Se produce otro silencio. Con un leve malhumor) Al fin y al
cabo, tampoco sé qué valor tiene un nombre, ni qué es, ni para qué sirve. (Pausa.
Cambio.)

En este planeta no hay tiempo. Un tiempo específico. No existe el día, ni la noche.


Nada avanza, ni retrocede: siempre todo es igual. Todo es lo mismo. No hay ni hoy, ni
ayer, ni mañana (ríe). No hay NADA (Ríe nuevamente, se produce un silencio. Como si
hubiera alguien) ¡Escuchen esto! (Como si estuviera dando una lección) No hay
pronombres. Pronombres como tú, él, nosotros, vosotros, ellos. (Reflexivo) Sólo uno,
nos sirve. YO, primera persona singular. En la tierra de Nadies, ya casi no hay
individuos, todos somos yo y no nosotros. (Reflexiona. Mientras Nadie 2 cae una y otra
vez al suelo como si fuera cada cadáver.) Se fueron muriendo, uno a uno, en soledad,
sin dejar huella de su paso por aquí (pausa). Tampoco sé cuándo, se fueron muriendo.
(Con asombro) Como somos marionetas manejadas por distintos hilos, que nunca nos
juntamos. . .

(Piensa, hace un gesto de haber encontrado lo que quería decir) Alguna que otra vez,
encontré fotos de hace años ¿Fotos? ¿Años? Eso escuché.

(Mientras dice este texto, se proyectará sobre el fondo una diapositiva de la foto)
Bueno, si, encontré fotos de hace años, (sin abandonar el frente, señala cada cosa que
nombra en la foto: los colores, etc.) en las que había muchos seres extraños. Juntos.
Reían. Reían profundamente, con verdad y afecto. (Lloroso) Se abrazaban unos con
otros, eran tan distintos entre sí. También había color. (Piensa) En su piel y en su
ropa. (Se observa) ¿Qué extraño? ¿No? ¿Cuándo habrá sido eso? Parece ser que en
otros tiempos. . . existían. . ., creían en un mañana. (Piensa) En cambio yo. En cambio
aquí, sólo quedamos dos. Yo y otro más. (Piensa) Lo sé por su respiración.
Constantemente la escucho. (Se para, va hacia él, comienza a tocarlo, sin mirarlo. Su
movimiento es mecánico.)

Nadie 2: (inmóvil, sin acusar la presencia de Nadie 1) Yo vivo aquí. No sé ni cuándo, ni


cómo, ni por qué. (Piensa) Es todo tan monótono. (Se levanta. Comienza a caminar
dibujando primero un círculo y luego una cinta de moebius. Por todo el espacio. Nadie
1 sigue con su acción, ahora con el aire.) Todo es así, cíclico. Nada se transforma. Por
suerte tengo mí voz y a mí. (Reacciona frente a la obviedad dicha) Todo el tiempo
hablamos, dialogo conmigo mismo, todo el tiempo. (Representa un dialogo) Observo
todo lo que hay para observar. (Se apoya en la columna, que está en el frente opuesto
a su silla.) Sé como es cada parte de mí yo. (Pausa) A veces pienso ¿Cómo será. . .
ver, mirar a otro? ¿Será un don nadie como yo? Me gustaría tanto saberlo. Oír, oler,
tocar, degustar, ver, a otro ¿Existirá? (Se detiene nostálgico.) Pero la nada soy yo y es
aquí. Sin embargo, todavía espero el momento en que alguien me busque. Me busque
para encontrarme. (Pausa.) Deseo que me identifiquen con algo. Quisiera no ser
amorfo. Quisiera no ser oscuridad entre la oscuridad. Me pierdo en ella, porque soy
parte de ella ¡Pero me no me gusta!

Cuando pienso mucho en ésto (divaga). Esto de otro, de que otro esté, de ser en otro.
Ser con otro. (Se produce una pausa, vuelve.) Me pasa algo tan extraño. . . Primero
mis ojos se humedecen y una vez cargados, me caen como gotitas, que ablandan mi
cuerpo (ríe). Mi alma. Creo que tengo. Es lindo. Me inquieta. (Ríe nostálgico)
¡¡Revoluciones interiores acontecen en mí!! ¡Uy! Como ahora. (Queda pensativo en la
columna, mientras Nadie 1, se sienta en la silla de Nadie 2.)

Nadie 1: ¿Dónde estoy? ¿No es mí lugar? (Investiga la silla por medio de sus sentidos)
Es necesario hoy, ahora, en este momento. Es fundamental encontrar a otro.

¡Sí! Aquí hay alguien. Alguien más que yo. (Reflexiona.) Entonces. . . no soy más
soledad. Descubrí a nosotros. (Como si estuviera dando una lección.) Al pronombre yo,
se le suma nosotros, somos dos ahora. Confirmé la verdad de la melódica respiración.
Aquella que escuchaba monótonamente. (Se refriega los ojos) ¿No será una absurda
esperanza para seguir? (Vuelve a la silla) Tanto tiempo esperando este momento.
(Busca) ¿Dónde estará? ¿Cómo será?

Nadie 2: (Toma un cigarrillo, lo enciende. Silencio. Una gran tristeza lo invade.) Es


muy duro esto. Es difícil. Yo no sé. . ., que habrán hecho en tiempos pasados para
llegar a tal aislamiento. Todo el tiempo se juega con recrear cosas para poder
subsistir. Ya sea un dialogo con yo, con la pared, con el aire. Reflexionar. . .
(Desesperándose) Ayyyyyy!!!!! Todo es palabra, no hay más. Todo está puesto en lo
que yo digo. En su sonido. . .

Nadie 1: (divagando) Dijeron. . . Las palabras son a las cosas, lo que las cosas a las
palabras. (Parafraseando)

"Sí, como dijo el griego en el Cratilo.

El nombre es el principio de las cosas.

En la palabra ROSA, está la rosa. . .

. . . y el Nilo, en la palabra Nilo."


(Una vez terminada la frase, simula cerrar un libro)

Nadie 2: (mientras fuma) Casi nunca duermo. Es mi pasatiempo más eficaz. Yo cuesta
que duerma. Yo casi nunca duermo. El problema de dormir son los sueños:
representaciones en la fantasía de diversos sucesos. (Reflexiona) Digo problema,
porque surgen preguntas después de tenerlos. Yo no estoy preparado para responder,
para buscar respuestas. Yo no estoy educado para nada.

Los sueños son pureza. Abunda el juego. Son concretas señales del inconsciente. (Se
mira, se produce una pausa. ) ¿Por qué cuando me despierto soy así?

Nadie 1: (emocionado) Voy poder crecer. Voy a aprender. Voy a aprender con otro, de
otro.

Nadie 2: ¡Cuánta languidez que tengo!

Nadie 1: (levantándose de la silla, comienza a buscar alguna pista) Según estas


huellas es un yo, él ¡No somos tan diferentes! (Siguiendo el rastro) ¡Te huelo! ¿Dónde
estas? ¿Dónde? (Siguiendo las huellas hasta Nadie 2, que sigue en la columna.
Asombrado.) Por fin, yo te encuentro. Yo hace tiempo que te busco. (Quedan
enfrentados. Nadie 2 no lo registra.) Sos mí reflejo ¿Sos mí reflejo? (Nadie 2 apaga el
cigarrillo en el suelo, provocando un ruido, se "encuentran")

Nadie 1 y Nadie 2: ¡¡¡¡Aaaaayyyy!!!!

Ambos quedan en silencio observándose con intensidad.

Se registran por cada poro, sin entender, ni buscando el entendimiento de la situación.

Nadie 2: Tanto tiempo esperando. Tanta languidez. Por fin alguien vino a educarme.
Vino, yo, a darme vida.

Nadie 1: Creí que iba a desaparecer sin poder verme.

Nadie 2: ¿Cómo?

Nadie 1: Pensaba en voz alta, la costumbre. ¡Qué extrañeza! Escuchar. . . Ver. . .


(endulzado con el encuentro) Hace algún tiempo me dijeron (confundido) ¿Dijeron. . .?
Leí ¿Leí? La cuestión era que alguien me iba a venir a educar y con educación e
intercambio se crece. (Una vez que termina la frase, hace como si cerrara un libro.)
¿Vos estás acá para mostrarme las maravillas de la vida? ¿No?

Nadie 2: No entiendo. . . No entiendo esto. Lo único que viene a mi cabeza es poder


comunicarme. (Pausa) No quiero monologar más.

Vivo conmigo y con mis monólogos. Sobre lo que debería ser.

Recién ahora puedo pensar en lo que es. Porque estás acá.

Aún no dialogan concretamente, sus palabras son indiferentes de las que dice el otro.
Cada uno está en su mundo.
Nadie 1: (intentando un acercamiento) ¿Cómo te llamás?

Nadie 2: No tengo nombre. No sé quien soy. Sólo espero.

Nadie 1: Eso significa que somos más parecidos aún, yo tampoco tengo nombre. (Se
produce un silencio, mientras sonríe) ¡Sería lindo que busquemos como llamarnos!
¡Qué entre los dos nos demos la identidad que nunca tuvimos!

Siempre solos, siempre nadies. En cambio juntos no.

Nadie 2: (lloroso) Gracias. Gracias.

Nadie 1: Basta de formalidades, empecemos a crear.

Nadie 2: (sorprendido) ¿Qué es crear?

Nadie 1: Estar juntos.

Se produce un silencio, se observan.

Nadie 2: (confundido) ¿Qué? ¿Cómo?

Nadie 1: (intentando explicarse) Sí, crear. . ., crear.

Nadie 2: (con ironía) ¡¡Sssssíííííí!! (Pausa) No puedo más que desear un juego. (Se
produce un silencio) La escondida.

Nadie 1: (sorprendido, confuso) ¿No te parece que hace demasiado tiempo que te
venís escondiendo?

Nadie 2: ¿Aquí?

Nadie 1: Sí, aquí. En vos.

Nadie 2: Es imposible esconderse en ningún lugar.

No hay de quién esconderse.

Nadie 1: ¿Cómo?

Nadie 2: (reflexionando) Ahora sí.

Nadie 1: Nuestra vida es una paradoja constante. (Nadie 2 lo mira sin entender)
Vivimos sin vivir, somos cadáveres en movimiento, indiferentes frente a todo, ya que
desconocemos el todo y lo bebemos también. Sabemos y no. Es todo tan superfluo. . .

Nadie 2: (tratando de entender) No sé muy bien a dónde vas. Pero creo que el
principio del cambio está en esto. (Se señala y lo señala) Nosotros dejamos de ser
indiferentes, a partir de mirarnos. A partir de darnos identidad aceptando la existencia
del otro. La unión es el principio.
Nadie 1: (dudoso) ¡Sí!

Nadie 2: ¿Parece que no te gusta la idea de ser dos?

Nadie 1: No es eso. Creo que la falta de registro. Esto de no registrar al otro, es para
justificar la propia pertenencia de nuestro territorio. Siendo dos, tenemos que
compartir, que ceder. Nos cuesta. Por eso nos cegamos frente al otro. No nos podemos
imponer.

Nadie 2: Pero solos no llegamos a ningún lado.

Nadie 1: Es cierto. Solos, sólo llegamos a la soledad.

Me duele la soledad. Me duele ser dos. Algo siempre me va doler.

Nadie 2: Creo que todo es más simple.

Nadie 1: Claro, vos porque no fuiste creando espacios aquí, teniendo todo servido. . .,
ya construido. Es fácil disfrutar de la compañía. Yo estoy desde el principio. Yo soy el
génesis.

Nadie 2: (observando todo el espacio) No veo más que a nosotros, no hay creación
anterior a nuestro encuentro. Al menos algo que sea visible, palpable.

Nadie 1: ¡¡Bahhhh!!

Nadie 2: Claro. . . Mucha filosofía, pero ahora te sentís usurpado. Si las cosas están,
porque están y si no están porque no están. Principio de la abundancia. Del
egocentrismo. De la avaricia.

Nadie 1: (alterándose) No se trata de ninguna mezquindad. Se trata de lo difícil que es


compartirse. (Estalla en llantos) No es tan fácil ver. . .te.

Nadie 2: Te propongo la igualdad. Seamos iguales en la igualdad del orgullo, en la


igualdad de la impotencia, igualmente desarmados, padeciendo igualmente el frío y el
calor.

Todo es cierto, todo lo que ambos decimos es cierto, pero con odio nada se logra. (Se
produce un silencio) Eso es. Nosotros vivimos sumergidos en el odio. Logramos
encontrarnos, cuando otro sentimiento fue mas fuerte.

Nadie 1: Mucha metafísica.

Nadie 2: No. Lo que pasa es que vos querés hacer teoría. Yo intento disfrutar lo que
encontramos. Tradúzcase, la práctica. Lo que está pasando. No lo que dicen los libros.

Nadie 1: (volviendo, preocupado) La paradoja de nuestra existencia es destructiva. No


quepo en vos.

Nadie 2: No estoy de acuerdo.


Nadie 1: Ahí tenemos un problema. No hay acuerdo.

Nadie 2: Intentar discutir no tiene sentido alguno.

Nadie 1: Es una forma de pasar el tiempo. De que el tiempo avance.

Nadie 2: Sin embargo, yo creo que el tiempo no corre aquí.

Nadie 1: ¿Qué?

Nadie 2: La única diferencia que encuentro. . . Digo. Por lo único que podría creer que
el tiempo pasa, es por mis carnes, que cada vez se aflojan más.

Nadie 1: ¡Ni siquiera te das cuenta de tu tránsito!

Nadie 2: ¿Cuál es el registro que puedo tener, si no vivo, viviendo?

Nadie 1: ¿Qué?

Nadie 2: (nostálgico) Seas vos, sea yo, seamos los dos, estamos hundidos en una no
existencia del existir.

Nada va a cambiar.

No sé, si era tan bueno descubrirnos. Era mejor saber del otro sin conocernos. El
misterio de las cosas es bello y deseable. Pero la realidad concreta derrumba ese
secreto. Nos desilusiona.

Nadie 1: (irónico) Si todo es tan claro para nosotros, si ya hemos aprendido lo


suficiente, si un cansancio enorme nos acompaña ¿Por qué se empecinan en dejarnos
con vida, y encima juntos?

Nadie 2: (en otra cosa, mientras se toca la panza) Me hace ruido. Me parece que
necesito combustible. . .

¿No tenés algo para comer?

Nadie 1: ¿No sé de qué hablas?

Nadie 2: De la comida.

Nadie 1: No quiero enterarme que todavía tengo mucho por conocer. Quiero morirme
en este instante. Quiero desaparecer. . .

Nadie 2: ¡¡Más todavía!! No somos nada. Sólo somos portavoces de antiguas


generaciones. (Se produce un silencio) Podríamos decir que somos producto de su
improductividad. Somos la herencia de la individualidad. De la guerra constante (se
sienta en el suelo con las rodillas recogidas).
Estoy aburrido. Estoy cansado. Soy el más joven, y el más viejo. Por otra parte
tampoco sé quién soy. (Mira en todas direcciones) Si todavía alguien existe. Si todavía
alguien escucha. Mátennos. No nos dejen "muriendo" así. Muriendo en la ignorancia de
vivir. Muriendo mutilados por la falta de humanidad. (Apoya su cabeza en las rodillas,
ocultándose).

Nadie 1: (con estilo shakespeareno) ¿Cuánto ha de tener que esperar un ser humano
para nacer en su sabiduría?

Nadie 2: Me quiero ir.

A partir de este momento, se irán petrificando. Poco a poco, hasta llegar a ser dos
estatuas, con la expresión de su nada, de su ultimo suspiro, de su ignorancia. Abatidos
por la inconformidad. Quedando muertos en inmovilidad con su no existencia.

Nadie 1: Cada vez es más el cansancio que me invade, mi corazón tiende a detenerse.

Nadie 2: Tal vez hubo otra vida.

Nadie 1: ¿¡Todo tiempo pasado fue mejor?!

Nadie 2: El mundo somete toda empresa a una alternativa, la del éxito. . .

Nadie 1: . . .o la del fracaso.

Nadie 2: La de la victoria. . .

Nadie 1: . . .o la derrota.

Nadie 1 y Nadie 2: Protesto desde otra lógica: soy a la vez y contradictoriamente feliz
e infeliz.

Nadie 1: ¿Qué tiene usted no me parece feliz?

Nadie 2: Sí, soy feliz, pero estoy triste.

Nadie 1: Sólo entiendo que terminó de matarme tu presencia.

Ya inmóviles, cesan las palabras.

La luz va bajando, poco a poco, hasta desaparecer.

Apagón final.

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