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Cómo cocinarlas
Cómo conservarlas
Una vez frías guárdalas en tápers o bolsas de congelación con cierre hermético y ponles la fecha, así sabrás cuánto tiempo llevan congeladas.
Cuando hagas un guiso o un potaje añádelas 10 minutos antes de finalizar la cocción. Tu plato se hará mucho más rápido ya que las hortalizas no
tienen que hacerse, solo descongelarse y calentarse.
Sopas, cremas y purés: basta con poner un buen puñado en agua hirviendo hasta que se descongelen y calienten. Después pásalas por la batidora para
hacer cremas y purés. En el caso de las sopas no es necesario.
Platos combinados: un poco de calabaza, un puñado de cereales, un puñado de legumbres, unas hojas frescas, unas semillas y una salsa. Con esto ya
tienes un plato combinado de lo más completo y colorido. Puedes calentarlo por separado y servir las porciones una junto a otra para mayor colorido.
Platos de última hora: prepara el táper para cuando tengas prisa. Basta con echar un puñado junto al resto de cosas que metas. Se irá descongelando
solo. Después solo tienes que calentarlo.
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Una de las mejores formas de hacerlas es al vapor. Requieren pocos minutos para estar al dente.
Cómo cocinarlas
1. Pon a hervir agua en una cacerola para vapor (que no llegue al cestillo).
2. Lava y corta brócoli, coliflor y romanesco en trozos medianos.
3. Echa al cestillo todo lo que quepa y tápalo.
4. Tras 8 minutos comprueba cómo están. Si los trozos están tiernos pero conservan su forma, sácalos ya y déjalos enfriar.
Cómo conservarlas
Pastas y cereales con verduras: basta con añadir un buen puñado de brócoli o coliflor a tu base de arroz integral, quinoa, mijo, pasta o lo que tengas.
Ya están hechos, solo tienes que calentarlos.
Guisos, estofados y potajes: igual que el resto de verduras y hortalizas, se pueden añadir casi al final de la cocción, lo justo para que se descongelen y
se calienten.
Salteados con legumbres: añade tus trozos de brócoli o coliflor junto con los garbanzos, judías o lentejas y saltéalo todo junto hasta que estén tiernos.
Puedes añadir además un chorrito de salsa de soja.
Cremas y sopas: solo tienes que poner unos puñados en agua hirviendo y dejar que se descongelen. Puedes añadir más cosas que tengas: guisantes,
puerro, cebolla, etc. Después pásalo todo por la batidora hasta que quede una crema fina. En el caso de las sopas puedes dejarlo entero.
Salsas: puedes hacer salsa de brócoli, de romanesco o de coliflor en un momento. Descongela un buen puñado en un cacito con agua hirviendo,
mézclalo con una bechamel, leche vegetal o nata vegetal y bátelo con la batidora. Añade un poquito de sal si fuese necesario. A su vez esta salsa
puedes guardarla en un botecito y te durará 2-3 días en la nevera.
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Cómo cocinarlos
Cómo conservarlos
Sácalos, quita la piel, separa la carne, métela en botes, llenándolos hasta arriba, y ciérralos bien. De esta manera te durarán un par de semanas en la nevera.
Si en lugar de en botes los metes en tápers, te durarán 4-5 días. En el congelador, 3 meses.
Para guardarlos en la despensa primero tienes que esterilizar los botes y tapas. Mete los pimientos (no llegues hasta el borde), pon la tapa encima sin cerrar
y hiérvelo a fuego lento en una cacerola unos 10 minutos. Después ya puedes sacarlos y taparlos. De esta forma los puedes guardar en la despensa hasta 6
meses (siempre que los botes cierren herméticamente).
Bocadillos y sándwiches: tan sencillo como coger unos trozos de pimiento tal cual o cortarlo en tiras para añadirlo a cualquier bocadillo, sándwich o
enrollado. Como base puedes usar hummus, hojas frescas de lechuga, aceitunas en lonchitas, pepinillos encurtidos, etc.
Salsas y sofritos: un pimiento asado le da vida a muchas salsas y a casi todos los sofritos que hagamos, con la ventaja de que ya está hecho, solo tiene
que calentarse y sofreírse ligeramente con el resto de ingredientes. En las salsas se puede añadir tal cual, cortado, picado o batido con la batidora.
Canelones y lasañas: es un recurso estupendo para rellenar estas pastas. Mézclalo además con soja texturizada y otras verduras (cebolleta, puerro,
espinacas…) para una explosión de sabores y colores.
Ensaladas: tanto frías como calientes, basta con añadir unas tiras o unos trozos de pimiento asado.
Calabacines
Los calabacines se pueden comer crudos perfectamente. Una de las tendencias actuales es cortarlos con un espiralizador y convertirlos en espaguetis de
calabacín crudos. Esta es una buena forma de aprovechar un calabacín entero y de paso hacer una comida distinta y muy sabrosa.
Pero si queremos calabacines ya preparados para varios días o semanas, podemos cocinarlos previamente a la plancha para una textura más al dente y un
sabor más marcado.
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Cómo conservarlos
Cuando se enfríen puedes guardarlos en un envase bien cerrado en la nevera hasta 4 días, o en el congelador hasta 3 meses.
Platos con legumbres: tanto si son salteados como si son potajes o currys, añade un buen puñado de calabacín ya hecho a la plancha. Tardará muy
poco en calentarse.
Pastas y arroces: acompaña cualquier pasta o arroz con estos trozos de calabacín igual que harías, por ejemplo, con una menestra ya preparada. Por
supuesto puedes usar más verduras que tengas guardadas.
Cremas y purés: como en los casos anteriores, basta con poner en agua hirviendo hasta que se ablanden y calienten y pasar por la batidora. De esta
manera te puedes hacer una crema en un momento. Y lo que sobre de crema se puede refrigerar o congelar.
Berenjenas
Son más delicadas que otras verduras y hortalizas, su interior es casi todo aire, necesitan cocción para consumirlas y tienden a absorber un montón de
aceite si las hacemos a la sartén.
Una de las mejores formas de hacerlas, si queremos conservar la forma de los trozos, es al vapor. Si no, al horno, lo que nos dará una carne de berenjena muy
suave y tierna que se deshace al cogerla, pero muy sabrosa.
Lasañas, canelones, pizzas… Para cualquiera de estas preparaciones nos viene estupendamente una berenjena asada. Retira la carne con cuidado e
incorpórala al relleno. En el caso de las pizzas, colócalo por encima.
Empanadas y cocas: te sirve igual la berenjena al vapor que asada, dependiendo del tamaño del resto de ingredientes. Para una coca de verduras
picadas finas utiliza la berenjena asada, incorporándola al sofrito. Para una empanada puedes poner directamente un buen puñado de berenjena al
vapor.
Salteados: utiliza la berenjena hecha al vapor. Los trozos quedarán estupendos en cualquier salteado que hagas, sea de verduras, con legumbres o con
arroz u otros cereales.
Patés vegetales: el babaganoush por ejemplo se hace con berenjena asada. Puedes preparar diferentes tipos de babaganoush cambiando ingredientes o
añadir la berenjena asada a tus hummus.
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