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ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

UNIDAD 1: INTRODUCCIÓN

1. EL HOMBRE COMO PROBLEMA Y COMO MISTERIO

• Hace referencia a la riqueza, profundidad y dificultad del tema.


• Y aceptar los límites de la filosofía para pensar al hombre.
• Y la necesidad de tener en cuenta los datos de la revelación divina para comprenderlo más
cabalmente.

1. Síntesis de las principales visiones del hombre en relación a Dios y el Mundo desde el
comienzo de la reflexión filosófica hasta nuestros días.

A. Visión del hombre y visión del mundo

• Aclaración terminológica: visión del hombre = visión acerca del hombre. Y más o menos
intercambiable en la equivalente: “imagen del hombre”.
• Pero, como el hombre no es la exclusiva realidad acerca de la cual se puede tener una
visión, resulta necesariamente comprendida dentro de una “visión del mundo” o
“cosmovisión”, o sea de una visión de toda la realidad o de la totalidad de lo real.
• ¿Qué es cosmovisión? Es un conocimiento, una valoración y una toma de posición vital
que posee en un determinado momento un sujeto o una sociedad, frente a la totalidad de la
realidad: el ideal, el hombre y la naturaleza”.
• Cuando se dice “en un determinado momento” se refiere: por ejemplo, a la cosmovisión de
la llamada “Cristiandad Medieval” en el siglo XIII.
• Y una cosmovisión supone:
- 1) un conocimiento.
- 2) una valoración.
- 3) una toma de posición vital, una actitud, un compromiso. No se trata solo de un
conocimiento. Afecta a la inteligencia y a la voluntad, a todas las facultades del
hombre.
• En resumen: la cosmovisión es “un modo de ver y vivir la vida”.
• Todo sujeto humano posee, explícita o implícitamente, UNA COSMOVISIÓN, que puede
evolucionar en el tiempo.
• Y todo grupo social, más o menos amplio, posee también una cosmovisión más o menos
definida, que puede cambiar históricamente.
• Ya que la cosmovisión es…frente a la totalidad de la realidad, en sus tres categorías: (la
cosmovisión versa sobre)
- 1) el Ideal
- 2) el hombre mismo, individual y social
- 3) la naturaleza circundante
• Estos tres elementos presentes en toda cosmovisión interactúan, y se dan entre ellos
vinculaciones recíprocas y un orden jerárquico.
• El Ideal:
• Es la concreción de una idea o valor que constituye la meta suprema a la que ese
sujeto tiende de un modo absoluto.
• El Ideal de una cosmovisión vigente puede que sea Dios, pero también podría ser
algo material o algo del propio sujeto.
• El mundo:
• El mundo significa la naturaleza inferior al hombre.

• Existen cosmovisiones supra-individuales:


• Cosmovisión vigente en la cultura y civilización griega en el siglo de Pericles,
• Una cosmovisión de la cultura y civilización romana en al época posterior a
Constantino,
• Una cosmovisión de la cultura y civilización europea medieval en el tiempo de
Carlomagno.
• Existe también cosmovisiones personales, como la de:
• Sócrates (s. V a.C)
• San Agustín (s. IV-V d.C)
• Alcuino (s. IX d.C)
• En este curso proponemos una visión del hombre de acuerdo a la filosofía cristiana.
• Estudiaremos al hombre:
• Como Persona, social por naturaleza.
• Como Creatura, dependiente de modo contingente de Dios, su Causa y último Fin.
• Frente a la naturaleza circundante, el hombre aparecerá como distinto y superior, y
compendiando en sí mismo, en cierto modo, todo el cosmos.
• El hombre es una totalidad sustancial de alma espiritual (inmortal) y cuerpo material.
• El hombre se destaca por el entendimiento y por la voluntad libre.
• Por el conocimiento intelectual alcanza las esencias de las cosas (realismo) y la
verdad objetiva.
• Por la libertad, siguiendo las normas éticas que lee en su propia naturaleza, se hace
protagonista de su propio destino.
• Para nosotros los cristianos: la visión cristiana del hombre se alimenta de los datos
de la razón y de la elevación de la razón por la fe.

B. Verdad sobre el hombre y visiones inadecuadas del hombre

• Hablamos de visiones adecuadas y visiones inadecuadas sobre el hombre.


• Al hablar del término “adecuación” hacemos referencia a dos aspectos:
• Un punto de referencia y de comparación modelístico.
• Un punto que se adapta o no se adapta, se conforma o no se conforma al primero.
• Cuando definimos la “verdad”, lo hacemos afirmando que ella es “la adecuación de la
inteligencia y la realidad”. Y aquí se trata de que lo concebido intelectualmente
precisamente se adecua a la realidad. Por ello, hablar de una “visión adecuada sobre el
hombre” equivale a hablar de “la verdad sobre el hombre”.
• Ojo: como el hombre no accede sino gradualmente al conocimiento de la realidad, no se
puede afirmar que una visión del hombre, por más que sea adecuada, y exprese la verdad
sobre el hombre, lo agote exhaustivamente.
• Por eso, si bien hay una verdad sobre el hombre, parece mejor hablar de visiones
adecuadas sobre el hombre, las cuales serán adecuadas en la medida en que expresen algo
de la verdad sobre el hombre.
• Una visión del hombre será inadecuada si no define al hombre por su esencia, u olvida
algunas de sus propiedades, o radicaliza algún aspecto en detrimento de otros (visión
reductiva), o no reconoce la debida distinción, relación y orden entre las partes.

C. Recorrido histórico

• Veamos los acentos que la visión acerca del hombre ha tenido en las tres grandes etapas de la
filosofía de occidente.

• Filosofía Griega, siglo VI a.C. hasta JC.

• En la filosofía clásica griega el hombre fue estudiado desde una perspectiva cosmocéntrica.
• Es común distinguir en los orígenes de la filosofía griega entre un “periodo cosmológico” y
un “periodo antropológico”.
• El primero es el presocrático, y el segundo el de los sofistas y socráticos (Platon,
Aristóteles).
• Esta distinción no es muy exacta, pues hallamos entre los presocráticos reflexiones acerca
del hombre. Pero tiene su justificación cuanto menos en lo siguiente:
• Los presocráticos tendían a concebir al hombre en función del cosmos,
• Mientras los sofistas y Sócrates tendían a concebir el cosmos en función del hombre.
• Sea cosmológica o antropológica, la filosofía griega suele entender el hombre como el
existente racional, o mejor dicho, como el animal que posee “razón” o “logos”. Ello
significa entender el hombre como una cosa cuya naturaleza consistente en poder decir
lo que son las demás cosas. Es característica de la filosofía griega concebir el hombre
como cosidad.
• Otra característica de la filosofía griega concebir al hombre como algo que es, lo que
sucede inclusive cuando se lo concibe como “substancia racional”.
• En algunas casos apunta en el pensamiento griego una idea del hombre como
existente esencialmente dinámico, a diferencia del carácter esencialmente estático
del cosmos.
• Así para Platón, la tradición platónica y neoplatónica, el hombre -o más
exactamente el ALMA- tiene la posibilidad de ascender o descender, de “hacerse
semejante a los dioses” o “enajenarse de los dioses”.
• Pero aún en este caso, el carácter dinámico de la realidad humana se halla circunscrito
dentro del marco de lo que es. El hombre es esto o aquello:
• un existente racional,
• Un existente social,
• Un existente ético, etc.
• Lo es porque ha sido siempre lo que es, y no puede dejar de ser nunca lo que
esencialmente es.
• Las antropologías más significativas elaboradas en perspectiva cosmocéntrica son las
de Platón, Aristóteles y Plotino.
• Para Platón: el hombre es esencialmente el alma; alma espiritual e incorruptible, y
por tanto, ciertamente inmortal. La inmortalidad del alma no constituye
verdaderamente un problema para Platón. El único verdadero problema para él es
el de rescatar el alma de la prisión del cuerpo.
• Para Aristóteles: el hombre está esencialmente constituido de alma y de cuerpo. En
el hombre, el alma cumple el rol de forma (sustancial), y precisamente por ello, no
obstante su evidente superioridad respecto del cuerpo, no está en grado de escapar
a la corrupción y, por tanto, a la muerte.
• Para Plotino: retoma la concepción de Platón, la dicotomía entre alma y cuerpo; la
“nóesis”, o sea, el conocimiento intelectivo, pertenece exclusivamente al alma.

• Filosofía cristiana medieval y renacimiento, siglos I a XV

• Con el cristianismo se abre para el hombre, para la reflexión antropológica, una nueva
perspectiva.
• El fondo sobre el cual se desarrolla la vida humana no es ya el de la naturaleza humana, del
cosmos, como era para los griegos, sino el de la historia de la salvación, o sea, la historia de
las relaciones de Dios con la humanidad.
• Por tanto, la reflexión antropológica de los autores cristianos tiene como punto de referencia
constante a DIOS mismo: una reflexión resaltadamente teocéntrica.
• La concepción griega del hombre puede admitir que el hombre ha sido “formado”, y hasta
que lo ha sido de un modo distinto de todos los demás entes. Pero en ningún caso admite
que el hombre ha sido creado.
• Esto es lo característico del judaísmo y el cristianismo; y ha influido enormemente.
• Como también el mundo ha sido creado, parece que en este aspecto no hay diferencia
fundamental entre el hombre y el mundo, que son existentes cuya realidad no es propia,
porque en vez de ser “cosidad” son fundamentalmente “nihilidad”.
• Ojo: pero una vez admitida la creaturidad del hombre y del mundo, hay que establecer una
distinción fundamental:
• El mundo ha sido creado para el hombre.
• El hombre ha sido creado “a imagen y semejanza” de Dios.
• El hombre es la realidad suprema en el mundo, lo que se halla en principio más
próximo a Dios y a los entes inmateriales creados por Dios antes que el hombre.
• Esta superioridad del hombre se manifiesta no sólo en su posición en el mundo,
sino en el carácter de la realidad humana misma.
• El hombre, en razón de su creaturidad no tiene ser propio, pero a la vez aparece
como algo más y algo distinto que una cosa: una intimidad. De ahí que el ser del
hombre le sea de alguna manera más propio en estas concepciones.
• Además, Dios se ha hecho más accesible al hombre por la revelación, obrada por
amor con obras y palabras a lo largo de la historia. La plenitud de la revelación
es Cristo. Dios ha hecho a los hombres cooperadores de su providencia para que
perfeccione la obra de la creación.

• En el antiguo testamento (s. IX-II a.C)


• La Biblia no es manual de antropología, pero en ella subyace indudablemente una
concepción del hombre.
• Su tema principal es la revelación de Dios, pero como Dios se revela al hombre, se nos
dice una serie de verdades respecto de éste último:
• El hombre es criatura de Dios (ex Deo),…“capaz de conocer y amar a su Creador”;
“única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma” (GS 24).
Constituidos desde el principio varón-mujer.
• La tradición del pensamiento hebreo desconoce o ignora los mitos órficos: no existe
dualismo alma-cuerpo. Para ella no hay “preexistencia” de las almas; ni tampoco una
“caída” del alma en el cuerpo; ni hay una concepción negativa del cuerpo y de la
sexualidad….
• El Génesis nos relata que Dios infunde el alma (c/alma es creada por Dios
directamente) sobre una materia preexistente.
• Dios forma a cada uno desde el seno materno.
• La naturaleza del alma humana es espiritual e inmortal.
• El hombre es el centro de la creación y Dios cuida de él.
• El alma creada a imagen de Dios fue dotada al inicio con unos dones preternaturales
(justicia original), pero esa condición primera fue rota por la primera desobediencia
a Dios, llamada pecado original. Esta culpa se transmite a los descendientes de la
primera pareja. La muerte es una de las consecuencias de esa caída. Usando la ironía
podríamos decir que la buena noticia que encontramos en la Sagrada Escritura es el
pecado es el pecado original, pues si el hombre es culpable del pecado significa que
se le supone dueño de sus actos, es decir, libre.
• Ante el determinismo fatalista de las culturas paganas, la Biblia aporta una idea
verdaderamente novedosa y revolucionaria: el hombre es auténticamente libre, no
está sometido a un destino fatal.

• El nuevo testamento (s.I. d.C)


• El hombre es radicalmente hijo de Dios.
• El hombre es hijo de Dios Padre en el Hijo.
• Esta es la radical novedad humana del NT: la filiación divina.
• En los textos veterotestamentarios se ve que el ser humano es compuesto de materia
y espíritu, pero no existe un dualismo como en Platón, o en los gnóstico, maniqueos,
etc.
• Tampoco el hombre es sólo su alma, ni sólo su cuerpo, sino alma y cuerpo.

• Con el cristianismo el hombre adquiere el papel hegemónico de la creación.


• Es la criatura central del universo físico.
• Se desmitifica la vision del mundo, pues ya no se le rinde culto al cosmos. El hombre pasa a
ocupar el centro (no geográfico, sino en importancia) de la creación visible.
• En el cristianismo, el hombre es visto como una realidad en la cual la experiencia y la
historia son ingredientes fundamentales.

• La patristica y Agustín de Hipona (354-430)


• El periodo de la patrística alcanza su esplendor en los años que median entre el concilio
de Nicea (325) y el ocaso del Imperio Romano (476). La cumbre de este periodo es sin
duda san Agustín.
• En cuanto al problema del alma, la influencia de Platón en esta época es clara.
• Las verdades básicas defendidas por todos los autores son:
• La existencia del alma, su creación por Dios.
• La espiritualidad (aunque no tan pura como la divina),
• La inmortalidad,
• La vida futura, etc.
• San Agustín ha estudiado al hombre con pasión extraordinaria; se puede decir que toda
la obra agustiniana está esencialmente centrada además de en Dios, en el hombre.
• A la luz de la revelación cristiana, en San Agustín, adquieren relieve nociones y
problemas que el pensamiento griego no había todavía sabido o podido profundizar:
• El mal
• El pecado
• La libertad
• La persona
• Autotrascendencia, etc.
• La antropología de san Agustín se inspira en Platón: la misma dicotomía entre alma
cuerpo, la reducción del hombre esencialmente al alma, con la completa autonomía del
conocimiento intelectual respecto a cualquier aporte del cuerpo. Pero hay una
originalidad: “Mihi quaestio factus sum”.
• No se pregunta por el hombre como una cosa entre otras, sino por sí mismo.
• El saber del hombre, que en Grecia se alcanzaba mediante una comtemplacion, una
visión directa y hacia afuera, va a ser ahora resultado de una reflexión., de una vuelta
de la mente sobre sí misma.
• Lo más propio del hombre es la interioridad.
• Se va a cargar el acento de un modo predominante en el hombre interior, en suma en
el alma.

• La noción cristiana de persona


• A distinción de los griegos el pensamiento cristiano no cifra lo diferencial del
hombre en el tener, sino en el ser, en la persona.
• El descubrimiento del concepto de persona es hallazgo netamente cristiano (primero
en los padres griegos y luego en la latina).
• Sin embargo, lo radical de la persona humana dentro del cristianismo no estriba en
que es un ser clausurado, como lo es el ser del Universo, sino como un ser que crece
como tal, y ello merced a la fuente y origen de todo ser, Dios, el Ser al que
permanece abierto y que lo hace rebrotar.
• La noción de persona es descubrimiento cristiano. No está en los escritos de los
filosofos griegos. Para estos, esa noción (prosopon) está tomada del teatro, y designa
el papel que el artista desempeña. Los griegos describen al ser humano con el
término “hombre” (antropos), no con el de “persona”.
• En el AT a pesar de contener referencias implícitas, la revelación de las tres Personas
divinas no es explícitas. El misterio de la Santísima Trinidad es revelación
Neotestamentaria.
• La revelación sobre el Verbo (la Segunda Persona de la Trinidad) ayudó a conocer
mejor al hombre. Se distingue claro Persona con naturaleza.
• Por otra parte, la naturaleza humana es propia de la especie hombre, pero no
coincide con cada hombre. La naturaleza humana es, además dual, constituida por
varón y mujer, pero cada persona, como tal, no es dual. Por esto, el hombre es social
por naturaleza debido a la comunidad de origen. Por consiguiente, la familia es una
institución natural.
• Conviene, por tanto, establecer en el hombre la distinción entre persona y naturaleza.
Ello permite distinguir entre hombre y persona. Ambas realidades no se confunden
porque no se reducen una a otra. Si bien todo hombre es persona, no toda persona es
hombre (pues los ángeles, por ejemplo, también son personas y no son hombres).
• Persona, según la concepción cristiana, es cada quien. Alguien distinto de todos los
demás, pero abiertos a ellos. Capaz, por tanto, no sólo de conocerse y amarse a sí,
sino también a los demás y a Dios.
• La persona humana es un ser a la vez corporal y espiritual, dotado de alma y cuerpo.
• Hay una unidad profunda entre alma y cuerpo, es decir, que no se trata de dos
naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza (CIC nº 365).
• El término “carne” designa al hombre en su condición de debilidad y mortalidad,
pero que resucitará al final de los tiempos.
• la persona humana es lo más radical (más que racionalidad, conciencia, conjunto de
fenómenos psíquicos, subsistencia, totalidad substancial, independencia,
fundamento, “en sí”, “para sí”, etc…..pero ninguno de esos rasgos es un radical com
la persona)
• La persona humana es cada quien, el ser irrepetible e irreductible a la humanidad, a
lo común de los demás hombres. Es de la naturaleza humana la corporeidad, la
razón, la voluntad, pero no la persona. Los griegos desconocieron este hallazgo, pero
los modernos lo olvidaron. No así los cristianos.

• A fines de la Edad Media y durante el renacimiento


• Se abren paso otras ideas acerca del hombre, muchas de ellas arraigadas en las
concepciones cristianas, otras en las ideas suscitadas por la “nueva imagen del
mundo”.
• En el renacimiento y comienzo de la época moderna se suscitaron múltiples nuevas
ideas sobre el hombre y su puesto en el mundo.
• Se ha puesto de relieve que la imagen heliocéntrica del mundo determinó cambios
muy considerables en las ideas acerca del existente humano.
• En la concepción geocéntrica, el hombre parecía ocupar cósmicamente un lugar
central, pero a la vez ocupaba el lugar inferior, ya que el mundo sublunar,
especialmente en las direcciones aristotélicas, era considerado como el mundo de
la corrupción y del cambio, a diferencia del mundo translunar.
• En la concepción heliocéntrica, el hombre parece ocupar un lugar “marginal”, pues
la tierra es sólo uno entre los astros y no el central, pero a la vez parece ocupar un
lugar muy exaltado, y en todo caso, no ya el lugar inferior de la corrupción y del
cambio. El universo parece haberse “nivelado” y ello ha conducido a la idea de la
nivelación del hombre.

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