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Primera

semana

10 Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, 11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil. 12 Te lo envío de nuevo. Tú,
pues, recíbelo como a mí mismo.
(Filemón 1: 10-12)
Primera semana

10 Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, 11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil. 12 Te lo envío de nuevo. Tú,
pues, recíbelo como a mí mismo.
(Filemón 1: 10-12)
Primera semana

10 Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, 11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil. 12 Te lo envío de nuevo. Tú,
pues, recíbelo como a mí mismo.
(Filemón 1: 10-12)
MARTES

03
Jueces 1:1-10

La ayuda del Señor


1 Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel hicieron esta consulta a Jehová: —¿Quién de
nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?
1 Después que murió Josué, los israelitas consultaron al Señor para saber cuál de las tribus debía atacar primero a los cananeos.
2 Jehová respondió: —Judá subirá; porque yo he entregado la tierra en sus manos.
2 El Señor respondió que Judá debía atacar primero, y que a Judá le entregaría ese territorio.
3 Judá dijo a su hermano Simeón: «Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado y peleemos contra el
cananeo; y yo también iré contigo al tuyo.» Y Simeón fue con él.
3 Entonces los de la tribu de Judá invitaron a sus hermanos, los de la tribu de Simeón, a unirse a ellos para invadir juntos el territorio que le tocaba a Judá, y después invadir juntos
también el territorio que le tocaba a Simeón. Los de Simeón aceptaron unirse a los de Judá,

4 Judá subió, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo, e hirieron de ellos en Bezec a diez mil
hombres.
4-5 y así los de Judá invadieron el territorio de los cananeos y el de los ferezeos, a quienes el Señor entregó en sus manos. En Bézec derrotaron a diez mil de ellos, entre los que se
encontraba Adonisédec.
5 Hallaron a Adoni-bezec en Bezec, pelearon contra él y derrotaron al cananeo y al ferezeo.
6 Adoni-bezec huyó, pero ellos lo persiguieron, lo prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.
6 Y aunque Adonisédec huyó, ellos lo persiguieron y lo atraparon, y le cortaron los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies.
7 Entonces dijo Adoni-bezec: «Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados, recogían las
migajas debajo de mi mesa. Como yo hice, así me ha pagado Dios.» Luego lo llevaron a Jerusalén, donde murió.
7 Entonces él dijo: «Antes yo les corté a setenta reyes los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, y los tuve recogiendo las sobras debajo de mi mesa. Pero ahora
Dios me ha hecho a mí lo mismo que yo les hice a ellos.» Y lo llevaron a Jerusalén, donde murió.
8 Atacaron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a
la ciudad.
8 Los de la tribu de Judá atacaron y tomaron Jerusalén, y después de matar a filo de espada a toda la población, quemaron la ciudad.
9 Después, los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, en el
Neguev y en los llanos.
9 Luego atacaron a los cananeos que vivían en las montañas, en la región del Négueb y en la llanura.
10 Judá marchó contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai,
a Ahimán y a Talmai.
10 También atacaron a los cananeos de la ciudad de Hebrón, que antes se llamaba Quiriat-arbá, y derrotaron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.

Resumen
Después de la muerte de Josué, Dios le indica a Israel que Judá debe ser el primero en pelear contra los cananeos. La tribu de Judá le pide a la tribu de Simeón que se una a ellos
en la guerra. Cuando invaden el territorio de los cananeos y los ferezeos, capturan a Adoni-bezec, a quien también le frustran un intento de escape.
Ayuda a su meditación
Alianza entre Judá y Simeón (1:1-4)
El libro de Jueces comienza de la siguiente forma: “[…] después de la muerte de Josué […]” (v. 1), porque fue él
quien inició la conquista de Canaán. Sin embargo, en su ausencia, Dios continúa siendo el rey y el general del
ejército de Israel, luchando por Su pueblo. Acabada la primera etapa de la conquista, los israelitas le consultan a
Dios quién debía subir primero a pelear contra los cananeos. Entonces, el Señor señala a la tribu de Judá, la cual
había tomado la delantera desde la época del desierto (Nm. 2:3, 9, 13:6). La tribu de Simeón se une a Judá para
apoyarlos en la guerra, probablemente, porque, en la repartición de la tierra prometida, Simeón había recibido una
porción del territorio que le correspondía a Judá (Jos. 19:1-9). El resultado del trabajo en equipo por un propósito
en común es la victoria.
¿Por qué la tribu de Judá recibe la ayuda de la tribu de Simeón para conquistar lo que resta de la parte sur de Israel? ¿Con quién puedo contar para
trabajar en equipo por el reino de Dios?
Conquistan a Jerusalén y Hebrón (1:5-10)
Dios es un juez justo, que da Su pago conforme a las obras. La tribu de Judá avanza hacia el sur y derrota a Adoni-
bezec en Bezec (uno de los reyes cananeos), después de prenderle y cortarle los pulgares de las manos y de los
pies, conforme a la antigua costumbre de tratar a los prisioneros de guerra. Adoni-bezec considera que Dios lo
trató con el mismo trato que él le dio antes a setenta reyes, reconociendo a su manera la justicia de Dios (v. 7). La
tribu de Judá continúa derrotando otros reyes al sur de Canaán: toman Jerusalén, conocida como una ciudad
inconquistable; y matan a los hijos de Anac (Sesai, Ahimán y Talmai) de Hebrón con la ayuda de Caleb (v. 10; Jos.
15:14). Detrás de una gran victoria bélica, está la próspera mano de Dios a favor de Su pueblo (v. 2).
¿Cuál es el atributo de Dios que resalta la confesión de Adoni-bezec? ¿Qué debo hacer con temor, delante del Dios justo?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.Padre, confieso que Tu presencia y Tu ayuda oportuna es la bendición más grande que puedo recibir hoy. Confío en Tu poder;
correré sin titubear hacia el llamado que me has entregado. Deseo ser fortaleza y consuelo para mis hermanos y consiervos, a los cuales Tú me has unido para
trabajar juntos por el reino celestial.
Ensayo para meditar

El fuego protector de la fe

C
omo parte del entrenamiento de las fuerzas especiales había un ejercicio que realizábamos en parejas,
cuyo objetivo consistía en atravesar obstáculos y edificios para plantar una bomba falsa y regresar. Para
lograrlo, nos enseñaron sobre el fuego de protección, que consiste en que, mientras que el uno avanza y
queda a salvo, el otro lo cubre disparando al enemigo, y así sucesivamente hasta que ambos llegan al lugar
planeado. Así, en medio de la balacera, corremos hacia adelante confiando únicamente en el fuego de
protección. O sea que ponemos nuestras vidas en manos del otro con un mismo corazón y voluntad.
Salir al mundo a predicar el evangelio no es lo mismo que ir como invitados a una fiesta. Por el contrario, es
avanzar hacia la guerra espiritual –en cuyo bando contrario está al mando Satanás–, ya que es un ministerio
en el que se anuncia la verdad de Cristo donde nadie lo ha hecho. Aquí lo más importante es avanzar juntos,
seamos 100 o 1000 personas, recordando siempre que la estrategia del enemigo es separarnos, pues sabe lo
fuertes que somos cuando estamos unidos. Cuando comenzaba mi ministerio, un pastor me aconsejó:
“Recuerde que, si los fieles no luchan contra Satanás, se enfrentarán entre ellos. Si los fieles no salen hacia la
batalla espiritual, la iglesia se convierte en un campo de batalla”. O sea que una iglesia que predica y ministra
incesantemente la salvación no tiene tiempo para luchar entre sí. Por lo tanto, una vida digna del evangelio es
aquella en la que los fieles se unen y salen al mundo aferrándose a Cristo, triunfando sobre la maldad.

La canción que cantamos en la oscuridad, Choi Byung-rak


MIÉRCOLES

04
Jueces 1:11-21

Según la estatura de la fe
11 De allí fue contra los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer.
11 Luego atacaron la ciudad de Debir, que antes se llamaba Quiriat-séfer.
12 Entonces dijo Caleb: «Al que ataque a Quiriat-sefer y la tome, yo le daré a Acsa, mi hija, por mujer.»
12 Y Caleb prometió que al que conquistara Debir le daría por esposa a su hija Acsa.
13 La tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb, y éste le entregó a su hija Acsa por mujer.
13 El que la conquistó fue Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb; entonces Caleb le dio por esposa a su hija Acsa.
14 Cuando ella se iba con él, Otoniel la persuadió para que pidiera a su padre un campo. Acsa se bajó del asno, y
Caleb le preguntó: —¿Qué tienes?
14 Pero cuando llegó ella, Otoniel la convenció para que le pidiera un terreno a su padre. Al ver Caleb que Acsa se bajaba de su asno, le preguntó: —¿Qué te pasa?
15 Ella le respondió: —Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de
aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
15 —Quiero que me concedas algo —contestó ella—. Ya que me has dado tierras en el Négueb, dame también manantiales. Y Caleb le dio los manantiales de arriba y los de abajo.
16 Y los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de
Judá, que está en el Neguev, cerca de Arad, y habitaron con el pueblo.
16 Los descendientes de Hobab el quenita, suegro de Moisés, salieron de la ciudad de las palmeras con la tribu de Judá, y fueron al desierto de Judá, al sur de Arad, donde se
quedaron a vivir con la gente de la región.
17 Salió,
pues, Judá con su hermano Simeón, y derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, la asolaron y le
pusieron por nombre Horma.
17 Entonces los de la tribu de Judá fueron con los de Simeón, según habían acordado, y atacaron a los cananeos que vivían en Sefat, destruyendo por completo aquella ciudad.
Por eso le pusieron el nombre de Hormá.
18 Tomó también Judá a Gaza con su territorio, a Ascalón con su territorio y a Ecrón con su territorio.
18 Sin embargo, no pudieron tomar Gaza, Ascalón y Ecrón, ni sus territorios vecinos.
19 Y Jehová estaba con Judá, quien expulsó a los de las montañas, pero no pudo expulsar a los que habitaban en los
llanos, los cuales tenían carros de hierro.
19 Y aunque el Señor acompañaba a los de Judá, y ellos pudieron conquistar las montañas, no pudieron echar de los llanos a los que allí vivían, porque éstos tenían carros de
hierro.
20 Como Moisés había dicho, dieron Hebrón a Caleb. Éste expulsó de allí a los tres hijos de Anac,
20 A Caleb le tocó Hebrón, tal como Moisés se lo había prometido, y Caleb desalojó a los tres hijos de Anac.
21 pero al jebuseo, que habitaba en Jerusalén, no lo expulsaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo ha habitado con
los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.
21 Pero los de la tribu de Benjamín no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos que allí vivían. Por eso, hasta el día de hoy, los jebuseos y los de la tribu de Benjamín siguen
viviendo juntos en Jerusalén.

Resumen
Caleb promete dar a su hija como esposa a aquel que tome la ciudad de Debir. Otoniel lo logra, así que se casa con Acsa. Judá no logra expulsar a los que habitan en los llanos,
porque tienen carros de hierro. Caleb toma Hebrón y Benjamín cohabitando en Jerusalén con los jebuseos, a quienes no logra expulsar.
Ayuda a su meditación
Otoniel conquista Debir (1:11-15)
Dios obra conforme a nuestra fe. Después de conquistar Hebrón, Caleb se propone atacar Debir (Quiriat-sefer),
ubicada al sur. A sus 85 años, convoca soldados valientes, dispuestos a tomar dicha ciudad; así mismo, promete
que, el que tenga éxito en la conquista, será su yerno. Al final, es su sobrino Otoniel quien obtiene la victoria y se
casa con Acsa; así, se convierte en un hombre de fe y el primer juez del libro de Jueces. Acsa pide a su padre
manantiales como dote (vv. 14-15), dispuesta a guardar su heredad, la tierra del Neguev. Su fe nos recuerda a la fe
de su padre (Caleb). Tanto Caleb, como Otoniel y Acsa son ejemplo de fe para todos nosotros, que conformamos el
pueblo celestial (Mt. 11:12).
¿En qué sentido la fe de Acsa se asemeja a la fe de su padre Caleb? (Jos. 14:6-12) ¿Qué puedo solicitar a Dios con denuedo y fe?
El fracaso de Judá y Benjamín (1:16-21)
La lucha debe continuar hasta que se alcance la victoria final. Junto a la tribu de Simeón, los hijos de Judá derrotan
a los cananeos de Sefat y llaman a dicha ciudad ‘Horma’, que significa ‘consagrado para destrucción’. Toman con
éxito las ciudades costeras al sur, como Gaza, Ascalón y Ecrón (v. 18). Detrás de la victoria bélica está el Dios
Emanuel (v. 19), el Todopoderoso que da victoria a Su pueblo. No obstante, Judá fracasa en echar fuera a los
moradores de los llanos, al sentirse intimidado por sus carros de hierro, el armamento más sofisticado de la época
(v. 19). Se enfocan más en las cosas visibles que en Dios. Solo cuando miramos y actuamos con fe, se cumplen las
promesas de Dios en nuestra vida.
¿Por qué la tribu de Judá no arroja a los moradores de los llanos? ¿En qué debo levantarme del desánimo con valor y fe?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.Señor, ahora entiendo que el temor por lo que ha de suceder me lleva al fracaso; mientras que la confianza en Tus promesas me
da victoria. Nada puedo hacer con mis fuerzas y poder; ayúdame a fijar mis ojos en Ti y en Tu poder, y a no renunciar a la batalla de fe. Quita de mí todo pecado; te
obedeceré en todo tiempo.
Ensayo para meditar

Lo que hace que la gente parezca más grande

L
a humildad y la inseguridad son dos problemas diferentes. Kang In-Sun, autora del libro Trabaja como
Hilary y triunfa como Condi (Editorial Woongjin Books, 2006), describió la impresión que le dio la primera
secretaria de Estado de los EE. UU., Madeleine Albright, afirmando que era una mujer segura. A pesar de
que llevaba tacones por su baja estatura, parecía alta y, según Kang, “lo que nos hace ver más altos no son los
tacones, sino la autoestima y la seguridad en nosotros mismos”.
El creyente debe tener fe y confianza en el Señor. Esto significa que debe hablar más sobre lo que Dios puede
hacer que sobre las aflicciones per sé. El Padre es el mismo ayer, hoy y siempre, Él nunca ha cambiado. En
consecuencia, si no tenemos seguridad de Él, el problema es de nuestra fe, no de Su carácter.
La fe es la solución a todos los problemas; por eso, no hay nada que sea imposible, si permanecemos firmes
en ella. Dicen que la fe es como un paraguas que, cuando está cerrado y sin usar, nadie puede notar si está
dañado hasta que llega el día de lluvia. En este sentido, el fiel debe examinar día a día su confianza en Cristo,
para poder estar tranquilo cuando llegue la tormenta de la inquietud; de esta manera, la fe lo ayudará a salir
bien librado, cuando se presente la oportunidad.

Creer en Jesús, Do Won-wook


JUEVES

05
Jueces 1:22-36

Mitad éxito, mitad fracaso


22 También la casa de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba con ellos.
23 Puso la casa de José espías en esa ciudad, que antes se llamaba Luz.
24 Y los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: «Si tú nos enseñas cómo entrar en la ciudad,
nosotros seremos generosos contigo.»
25 El hombre les enseñó cómo entrar en la ciudad, y ellos mataron a filo de espada a todos los que allí vivían; pero
le perdonaron la vida al que les había enseñado el camino y a toda su familia.
26 Entonces aquel hombre se fue a la tierra de los hititas y construyó una nueva ciudad, y la llamó Luz, nombre que
aún hoy conserva.
27 Los de la tribu de Manasés no pudieron echar de Bet-seán, Taanac, Dor, Ibleam y Meguido a los que allí vivían, ni
a los que vivían en las aldeas cercanas a esas ciudades, así que los cananeos siguieron viviendo en ellas.
28 Cuando los israelitas se hicieron más poderosos, lograron someter a los cananeos a trabajos forzados, pero no
pudieron desalojarlos.
29 Los de la tribu de Efraín tampoco pudieron echar de Guézer a los cananeos que allí vivían, de modo que los
cananeos siguieron viviendo entre ellos.
30 Los de la tribu de Zabulón tampoco pudieron echar de Quitrón y Nahalal a los cananeos que allí vivían, de modo
que los cananeos siguieron viviendo entre ellos, aunque sometidos a trabajos forzados.
31-32 Los de la tribu de Aser tampoco pudieron echar de Aco, Sidón, Ahlab, Aczib, Helbá, Afec y Rehob a los
cananeos que allí vivían; y como no pudieron echarlos de esas ciudades, se quedaron a vivir entre ellos.
33 Tampoco Neftalí expulsó a los que vivían en Bet-semes ni a los de Bet-anat, sino que vivió entre los cananeos que
habitaban en la tierra; pero le fueron tributarios los habitantes de Bet-semes y los de Bet-anat.
34 Los amorreos empujaron a los hijos de Dan hasta la montaña, y no los dejaron descender a los llanos.
35 El amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim, pero cuando la casa de José cobró
fuerzas, lo hizo tributario.
36 El límite del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.

Resumen
Los hijos de José dejan con vida al hombre que les muestra la entrada de la ciudad de Bet-el (Luz) para poderla conquistar. Él se va a la tierra de los heteos con su familia y edifica
otra ciudad llamada Luz. Los hijos de Israel no expulsan a los moradores de Canaán, sino que habitan juntos y, cuando se sienten fuertes, les hacen tributar.
Ayuda a su meditación
José conquista Bet-el (1:22-26)
En ocasiones, un pequeño error engendra otro más grave. Después de las conquistas del sur (Judá, Simeón y
Benjamín), la tribu de José sube a Bet-el para tomar su heredad. La manera como procede es similar a la conquista
de Jericó (Jos. 2:1-14). Como Josué, envían primero espías para reconocer la ciudad, quienes hallan a un hombre
que estaba saliendo de Bet-el (Luz); entonces, le prometen tener misericordia con él (v. 24), si les muestra la
entrada de la ciudad. La tribu de José logra la victoria, pero deja ir con vida al hombre y a su familia, quien va a la
tierra de los heteos y edifica otra ciudad con el mismo nombre, Luz. El éxito de José fue solo parcial, por haber
establecido pacto con un cananeo que no tenía conocimiento de Dios.
¿En qué se parecen la conquista de Bet-el con la de Jericó (Jos. 2:1-14)? ¿De qué debo cuidarme, para no tener un éxito a medias?
Fracasos en las demás tribus (1:27-36)
La tribu de José y las restantes tribus del norte siguen extendiéndose en la conquista de su heredad. No obstante,
cuanto más avanzan hacia el norte, mayor es el fracaso que experimentan. Manasés y Efraín permiten a los
cananeos habitar en su heredad (vv. 27-29), sujetándolos a servidumbre, con el fin de obtener ganancias
económicas. Aser y Neftalí moran entre los cananeos, sujetándose a su voluntad (vv. 31-33). Los actores del cambio
se olvidaron de su rol y se dejaron convencer. La tribu de Dan no logra permanecer en su heredad y es expulsada
por los amorreos hacia el monte (v. 34). La extensión de la conquista, que se inicia con el éxito de Judá, termina
con el fracaso de Dan. La decadencia espiritual comienza con una pequeña concesión.
¿Por qué las tribus del norte no logran expulsar a los moradores de Canaán? ¿En qué he hecho concesiones que me han alejado de Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.Dios mío, perdona mi necedad al hacer concesiones con el mundo, cauterizando mi conciencia. Gracias por enseñarme que una
pequeña brecha es suficiente para que el pecado se infiltre y devore toda mi vida. Renuncio a toda forma de codicia en mí; deseo vivir conforme a Tu Palabra.
Ensayo para meditar

La muerte espiritual por una pequeña concesión con el pecado

C
omo el pecado no se refiere solo a determinadas conductas, este puede extenderse en nuestro interior, si
no lo obstruimos o lo eliminamos a tiempo. Cuando esto sucede, podemos llegar al punto de perder el
temor a Dios y avanzar por un camino que no nos permitirá regresar a Él.
En la novela La inocencia del Padre Brown, el protagonista le advierte a un ladrón que huía tras robar una
joya: “Se puede mantener un nivel constante de bondad, pero nadie puede mantener el nivel de maldad, ya
que la maldad va creciendo. Así como una persona que era amable se vuelve cruel bajo los efectos
descontrolados del alcohol y miente si mata a una persona. Conozco a muchos que, como tú, comenzaron
siendo delincuentes que se creían honestos robándoles a los ricos, sin embargo, terminan atrapados en el
pantano más profundo del mal”.
¿Estamos siendo cuidadosos de no caer en la muerte espiritual, por creer que vamos por un buen camino?
Para evitar que esto suceda, debemos examinar la totalidad de nuestras vidas y no solo un área, para que Dios
nos califique como siervos buenos y files, en la evaluación final. Si no somos cuidadosos, nos esperará la
muerte espiritual, en vez de la corona de vida. Por lo tanto, todos los días debemos grabar en nuestros
corazones que no existe manera de mantener la pureza de nuestro débil ser, sin ser iluminados por la Palabra
de Dios.

Cuando se enfrente a la prueba, Park Dae-young


VIERNES

06
Jueces 2:1-10

No han atendido a Dios


1 El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: «Yo os saqué de Egipto y os he traído a la tierra que prometí a
vuestros padres, cuando les dije: “No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,
1 El ángel del Señor fue de Guilgal a Boquim, y les dijo a los israelitas: «Yo los saqué a ustedes de Egipto, y los he traído a esta tierra que les prometí a sus antepasados cuando les
dije: “Nunca romperé mi alianza con ustedes,
2 con tal que no hagáis pacto con los habitantes de esta tierra, cuyos altares debéis derribar; pero vosotros no
atendisteis a mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto?
2 con tal de que ustedes no hagan ningún pacto con los habitantes de esa tierra, sino que destruyan sus altares.” Pero ustedes no me obedecieron, ¡y miren lo que han hecho!
3 Por tanto, yo también digo: ‘No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y
sus dioses os serán tropezadero.’”»
3 Por eso ahora les digo: No voy a echar a esos pueblos de delante de ustedes, y ellos y sus dioses serán una trampa para ustedes.»
4 Cuando el ángel de Jehová terminó de hablar, todos los hijos de Israel alzaron la voz y lloraron.
4 Cuando el ángel del Señor terminó de hablar, todos los israelitas se echaron a llorar a voz en cuello.
5 Por eso llamaron a aquel lugar Boquim, y allí ofrecieron sacrificios a Jehová.
5 Por eso llamaron Boquim a aquel lugar, y allí ofrecieron sacrificios al Señor.
6 Cuando Josué se despidió del pueblo, los hijos de Israel se fueron a tomar posesión cada uno de su heredad.
6 Cuando Josué se despidió de los israelitas, cada uno se fue a tomar posesión de la tierra que le había tocado.
7 El pueblo había servido a Jehová todo el tiempo que vivió Josué, y también mientras vivieron los ancianos que
sobrevivieron a Josué, los cuales habían sido testigos de todas las grandes obras que Jehová había hecho en favor
de Israel.
7 Mientras él vivió, los israelitas mantuvieron el culto al Señor; y también mientras vivieron los ancianos que sobrevivieron a Josué, que habían visto todos los grandes hechos del
Señor en favor de Israel.
8 Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, a la edad de ciento diez años.
8 Pero murió Josué, a la edad de ciento diez años,
9 Lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas.
9 y lo enterraron en su propio terreno de Timnat-sérah, que está al norte del monte de Gaas, en los montes de Efraín.
10 Y murió también toda aquella generación, por lo que la generación que se levantó después no conocía a Jehová ni
la obra que él había hecho por Israel.
10 Murieron también todos los israelitas de la época de Josué. Y así, los que nacieron después no sabían nada del Señor ni de sus hechos en favor de Israel.

Resumen
El ángel de Dios reprende a Israel por no haber atendido a la voz de Jehová y les anticipa que los moradores de Canaán serán de tropiezo para ellos, porque no los expulsaron de
la tierra. Entonces, todos los hijos de Israel se echan a llorar a voz en cuello. Después de la muerte de Josué y su generación, se levanta otra que no conoce a Dios ni Sus obras a
favor de Israel.
Ayuda a su meditación
Advertencia del ángel de Jehová (2:1-5)
Con frecuencia hallamos ‘ángeles’ de Dios entregando algún mensaje en el Antiguo Testamento. Después del
fracaso gradual de Israel, el ángel de Jehová sube de Gilgal a Boquim y les advierte las consecuencias de sus
pecados –la causa fundamental de sus fracasos en la conquista–. Gilgal fue el lugar en donde Israel fue
circuncidado y donde celebró la Pascua, inmediatamente después de entrar a Canaán (Jos. cap. 5). Allí, se celebró
el pacto con Dios. Pese a esto, Israel pasa por alto el mandato del Señor de destruir por completo a los cananeos
(Dt. 7:2-3), y como consecuencia olvida rápidamente su identidad y abraza la cultura de Canaán con sus prácticas
religiosas. La causa del fracaso está en haber buscado la prosperidad del mundo, desechando los beneficios que
vienen por la obediencia a la Palabra de Dios.
¿Cómo difiere la determinación de Dios y la actitud de Israel ante el pacto? ¿Qué es más importante para mí que la intimidad con Dios?
Se levanta una nueva generación (2:6-10)
La muerte de Josué coincide con una transición entre la conquista y el establecimiento en Canaán. Josué es
recordado como un siervo fiel de Jehová y, mientras estuvo con vida, el pueblo de Israel, que fue testigo de todas
las grandes obras de Dios, también sirvió al Señor. Pero, después de ellos, se levanta una generación que no
conoce a Dios. Esto significa que los padres fallaron al no enseñarles a sus hijos sobre Sus obras a favor del
pueblo, y por eso crecen sin conocerle. Aunque recibieron una heredad visible (tierras), no atesoraron la heredad
invisible (la fe). Como resultado, vemos a una generación completamente nueva y diferente a la anterior. La fe es la
heredad más importante que debemos transmitir a la siguiente generación.
¿En qué difiere la generación de Josué con la siguiente? ¿En qué áreas puedo esforzarme más para heredar la fe a la siguiente generación?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.Padre celestial, temo que se levante después de mí una nueva generación que no te conozca. Antes de que sean heridos con
espinos del mundo y sean atrapados por el lazo de la idolatría, deseo sembrar la Palabra en ellos y doblar mis rodillas para interceder por sus vidas. No hay gozo y
esperanza más grande que transmitir la fe.
Ensayo para meditar

¿Quién enseñará a nuestros hijos?

E
s un error pensar que llevar a los hijos a la iglesia una vez a la semana es suficiente para formarlos como
cristianos prudentes. Por más que nuestros hijos confiesen de labios que creen en lo que está escrito en
la Biblia, terminarán alejándose de la fe, si sus hábitos más profundos y el referente para tomar
decisiones no se basan en la Palabra de Dios. Para que puedan aplicar las enseñanzas del Señor de manera
práctica, debemos revisar si las numerosas decisiones que tomamos y nuestras acciones fueron coherentes
con Jesús y Su evangelio, a la luz de una conversación honesta y diaria con ellos. Lo importante es hacerles
saber que el mandamiento de Dios no es un concepto abstracto, sino que es algo que deben tener en sus
manos y en su frente. Esto último quiere decir que debemos enseñarles que la meditación diaria (frente) y las
acciones (manos), se van formando a medida que creemos y conocemos a Cristo.
Sobre todo, deben ser los padres los primeros en vivir acorde a su fe y confesión. Nuestros hijos deben ver
valores morales y personalidades basadas en el evangelio en aquellos que los rodean. Entonces, al conocer el
evangelio de la gracia, que viene del sacrificio de Jesús con el corazón y no la cabeza, y vean un ejemplo de
vida, desearán seguir la justicia y ser honestos. Además, se reconciliarán con sus enemigos y cumplirán con su
propio llamado a la santidad. El mundo busca instruir a nuestros hijos para que vivan según la verdad de cada
uno. Por eso, si no les enseñamos nosotros mismos a vivir de acuerdo con la Palabra, alguien más les enseñará
otra cosa.

On Birth, Tim Keller


SÁBADO

07
Jueces 2:11-23

La misericordia de Dios
11 Después, los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales.
12 Dejaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses,
los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, y los adoraron, provocando la ira de Jehová.
13 Dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.
14 Se encendió entonces contra Israel el furor de Jehová, quien los entregó en manos de salteadores que los
despojaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor, a los cuales no pudieron ya hacerles frente.
15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho y se lo
había jurado. Y se vieron en una gran aflicción.
16 Jehová levantó jueces que los libraran de manos de quienes los despojaban;
17 pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron. Se apartaron pronto
del camino en que anduvieron sus padres, que obedecían a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
18 Cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de manos de los enemigos mientras
vivía aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia al oírlos gemir por causa de quienes los oprimían y
afligían.
19 Pero acontecía que, al morir el juez, ellos volvían a corromperse, más aún que sus padres, siguiendo a dioses
ajenos para servirlos e inclinándose delante de ellos. No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino.
20 Se encendió, pues, la ira de Jehová contra Israel, y dijo: «Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a
sus padres, y no obedece a mi voz,
21 tampoco yo volveré más a expulsar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió.»
22 Así quería probar a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus
padres.
23 Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin expulsarlas de una vez, y no las entregó en manos de Josué.

Resumen
Israel deja al Señor y sirve a los baales. Como Dios los entrega en manos de salteadores, se ven en una gran aflicción. Aunque Él levanta jueces para librarlos de manos de los
despojadores, vuelven a corromperse cuando mueren. Dios no expulsa más a las naciones cananeas para probar a Israel.
Ayuda a su meditación
La apostasía de Israel (2:11-15)
La apostasía es repetitiva y persistente en la historia de Israel. El pueblo escogido sirve a Baal y a Astarot (dioses
cananeos), ante los ojos de Jehová. Baal es el dios de la lluvia y del trueno; su esposa Astarot, una diosa de la
guerra y de la fertilidad. Convencido de que Baal y Astarot traen prosperidad en Canaán, Israel va tras promesas
falsas de ídolos, desechando a Dios, de quien proviene la salvación y la bendición. Como consecuencia por haber
cometido apostasía y quebrantado el pacto, el Señor entrega a Su pueblo en manos de los gentiles (v. 14). Aquel
que guardó a Israel bajo el liderazgo de Josué, ahora los reprende por menospreciar Su gracia divina y por olvidar
Sus instrucciones.
¿Por qué el pueblo de Israel habrá ido tras los dioses cananeos? ¿Por qué pongo mis ojos en las cosas de este mundo y voy tras ellas?
Dios es movido a misericordia (2:16-23)
Dios es grande en misericordia y clemencia (Sal. 103:8). Al ver la aflicción de Israel, Dios detiene Su castigo junto
con el mal, y levanta jueces para librar a Su pueblo de la opresión de las naciones gentiles (vv. 16, 18). Así
reaccionan los padres, cuando ven a sus hijos dolidos por la disciplina. Aun así, persisten en no servirle a Dios y se
vuelven atrás cada vez que muere un juez, siguiendo a dioses ajenos. Dios lo atrae para sí (v. 18), pero Israel
vuelve atrás (v. 19), estableciéndose así un contraste entre la misericordia divina y la apostasía de Israel. Es por el
bienestar que el mundo ofrece que los israelitas no logran salir del círculo vicioso de la apostasía y de la
desobediencia.
¿Qué hace Dios, que es grande en misericordia, al ver la aflicción de Israel? ¿En qué debo acercarme más a Dios y tomar el camino que a Él le agrada?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.Señor, he sido rebelde ante Tus ojos, porque he clamado con llanto en la aflicción, pero, en cuanto me salvas por Tu gracia, te
vuelvo a dar la espalda para ir tras el mundo. Hoy decido echar las raíces profundas de Tu Palabra en mi vida y corazón; deseo ser un creyente fiel y puro. No me
cansaré de testificar sobre Tu gracia en mi vida.
Ensayo para meditar

Me arrepiento, aunque pierda la dignidad

C
uando criamos hijos, descubrimos que es imposible imitar la misericordia de Dios, a pesar de que fuimos
creados a Su imagen y semejanza, y la empezamos a valorar más por su manifestación en nuestras vidas.
Misteriosamente, Satanás hace que solo veamos lo que nos gusta y nos tienta a tal punto que nos hace
creer que vamos a morir si no satisfacemos nuestros deseos. Y, si logramos recuperar la cordura y nos
arrepentimos, entonces juega con nuestra conciencia, cuestionándonos constantemente: ‘¿Cuántas veces has
pedido perdón por lo mismo? ¿Sabías que volverás a pecar dentro de poco? ¿No tienes dignidad? ¿Te parece
que sirve de algo orar solo en la adversidad?’. De esa forma, destruye nuestra voluntad y luego plantea un
último reproche que finalmente nos hace pensar: ‘Merezco morir’.
No obstante, debemos continuar orando y clamando a Dios, ya que Él es el único camino que tenemos para
resolver nuestro pecado, incluso cuando ya hemos perdido toda dignidad. Aferrarnos a Dios, reconociendo que
nos equivocamos, siempre será un motivo de alegría para Jesús y la manera de reducir el peso que produce
nuestra maldad. Dios responde cuando oramos. Por eso, aunque sintamos que el pecado que cometimos es
demasiado grande, debemos volvernos a Cristo, y Él nos guiará.

La oración que me enseñó la Biblia, Park Kwang-seok


Segunda semana

4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot, 5 la cual acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como la palmera de
Débora), entre Ramá y Bet-el, en los montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella en busca de justicia.
(Jueces 4:4-5)
DOMINGO

08
Jueces 3:1-11

Herramientas para probar la obediencia


1 Éstos son los pueblos que dejó Jehová para probar con ellos a todos los que en Israel no habían conocido todas la
guerras de Canaán;
1 Éstos son los pueblos que el Señor dejó en la región para poner a prueba a los israelitas que aún no habían nacido cuando se luchó por conquistar Canaán.
2 solamente para que el linaje de los hijos de Israel aprendiera cómo hacer la guerra, y lo enseñara a quienes antes
no la habían conocido:
2 El Señor los dejó para que aprendieran a pelear los que nunca habían estado en el campo de batalla.
3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos que habitaban en el monte Líbano,
desde el monte Baal-hermón hasta llegar a Hamat.
3 Quedaron los cinco jefes filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta el paso de Hamat.
4 Con ellos quiso probar a Israel, para saber si obedecería los mandamientos que él había dado a sus padres por
mano de Moisés.
4 Con ellos el Señor quiso poner a prueba a los israelitas, para ver si obedecían los mandamientos que él había dado a los antepasados de ellos por medio de Moisés.
5 Así, los hijos de Israel comenzaron a habitar entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.
5 Y así los israelitas empezaron a vivir entre los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos,
6 Y tomaron a sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.
6 y los hijos y las hijas de los israelitas se casaron con los hijos y las hijas de aquellos pueblos, y adoraron a sus dioses.
7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, su Dios, se olvidaron de él y sirvieron a los
baales y a las imágenes de Asera.
7 Los hechos de los israelitas fueron malos a los ojos del Señor, pues se olvidaron de él y adoraron a las diferentes representaciones de Baal y de Aserá.
8 Por eso la ira de Jehová se encendió contra ellos y los entregó en manos de Cusan-risataim, rey de Mesopotamia,
al cual sirvieron durante ocho años.
8 Por esto el Señor se enojó contra ellos y los entregó al poder de Cusán-risataim, rey de Mesopotamia. Durante ocho años los israelitas tuvieron que servir a Cusán-risataim,
9 Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová, y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto
es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.
9 hasta que le suplicaron al Señor y él hizo que surgiera alguien para salvarlos. Este salvador fue Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb:
10 El espíritu de Jehová vino sobre Otoniel, quien juzgó a Israel y salió a la batalla. Jehová entregó en sus manos a
Cusan-risataim, rey de Siria, y le dio la victoria sobre Cusan-risataim.
10 el espíritu del Señor vino sobre Otoniel, el cual acaudilló a los israelitas; salió a la batalla, y el Señor le dio la victoria sobre Cusán-risataim.
11 Y hubo paz en la tierra durante cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.
11 Después de eso hubo paz en la región durante cuarenta años. Después de la muerte de Otoniel,

Resumen
Dios deja a pueblos gentiles en Canaán para probar a Israel; pero el pueblo escogido se entrega en casamiento con todos ellos y sirven a sus dioses, olvidándose del Señor. Como
resultado de esto son entregados en manos de Cusan-risataim, rey de Mesopotamia. Cuando claman los hijos de Israel en aflicción, Otoniel es levantado como juez y libertador.
Ayuda a su meditación
Liberación mediante Otoniel (3:1-11)
Dios prueba nuestra obediencia y nos impulsa a crecer en el espíritu. Después de la muerte de Josué, Dios deja a
naciones gentiles en Canaán, con el fin de probar la obediencia de Israel. Lamentablemente, los israelitas no lo
entienden así y contraen matrimonio con los cananeos, y ceden ante la tentación de la idolatría. Como
consecuencia, la generación posterior a esta se olvida de Dios y comete apostasía. El rey de Mesopotamia, un rey
opresor y tirano, es usado por Dios para corregir a Israel. Entonces, cuando el pueblo clama, el Señor envía a
Otoniel para que sea juez y los libere. En Dios vemos a un Padre que arde de amor por Sus hijos.
¿Por qué Dios habrá dejado que los cananeos moraran entre los hijos de Israel? ¿Cuál es el instrumento que Dios utiliza para probar mi obediencia y
fe?
Altar familiar

Comencemos con alabanza y oración. Compartamos acerca de nuestra semana, inclusive el agradecimiento por las cosas que Dios ha hecho.

1
Observación
¿Cómo describe Jueces la idolatría cada vez más grande de Israel en Canaán? (3:6)

Aplicación y diálogo

¿En qué área puede esforzarse más mi familia para no decaer en la fe y crecer en el espíritu?

2
Observación

¿Cómo responde Dios cuando el pueblo de Israel gime por la opresión del rey de Mesopotamia, la cual duró ocho años? (3:8-9)

Aplicación y diálogo

¿Cómo soluciono las dificultades que se me presentan en la vida? Compartamos las dificultades que afrontamos como familia y oremos juntos, pidiendo la ayuda de Dios.

Compartamos las peticiones de oración individuales y seleccionemos los temas para orar como familia durante toda la semana. Terminemos el devocional con la oración final.
Intercesión por las naciones
La Iglesia católica apostólica de México, influenciada por religiones paganas, ha sido intolerante con la Iglesia protestante en los últimos 120 años. En
medio de dicha hostilidad, el número de evangélicos creció el 50 %, entre los años 2010 al 2020. Oremos al Señor, para que los protestantes sean
fortalecidos en la fe, pese a la persecución, y para que el mensaje de Jesús se extienda por todo el país.
LUNES

09
Jueces 3:12-31

Dios utiliza a los débiles


12 Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, por lo cual Jehová fortaleció a Eglón, rey de
Moab, contra Israel, porque había hecho lo malo ante los ojos de Jehová.
13 El rey de Moab juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las
palmeras.
14 Entonces sirvieron dieciocho años los hijos de Israel a Eglón, rey de los moabitas.
15 Clamaron los hijos de Israel a Jehová, y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjaminita, el cual
era zurdo. Un día, los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón, rey de Moab.
16 Pero Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo, y se lo ciñó del lado derecho debajo de sus
vestidos.
17 Entregó el presente a Eglón, rey de Moab, quien era un hombre muy grueso.
18 Luego que hubo entregado el presente, Aod despidió a la gente que lo había acompañado,
19 pero al llegar a los ídolos que están en Gilgal, regresó y dijo a Eglón: —Rey, una palabra secreta tengo que
decirte. El rey dijo entonces: —Calla. Y mandó que salieran de delante de él todos los que allí se encontraban.
20 Y estando él sentado solo en su sala de verano, se le acercó Aod y le dijo: —Tengo una palabra de Dios para ti.
Eglón se levantó de la silla.
21 Entonces alargó Aod su mano izquierda, tomó el puñal de su lado derecho y se lo metió por el vientre
22 de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura de Eglón cubrió la hoja, pues Aod no
sacó el puñal de su vientre. Y se derramó el excremento.
23 Aod salió al corredor, cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo.
24 Cuando ya había salido, vinieron los siervos del rey, quienes al ver las puertas de la sala cerradas, dijeron: «Sin
duda él cubre sus pies en la sala de verano.»
25 Tras mucho esperar, y confusos porque el rey no abría las puertas de la sala, tomaron la llave, abrieron y
encontraron a su señor caído en tierra, muerto.
26 Mientras ellos esperaban, Aod escapó y, pasando los ídolos, se puso a salvo en Seirat.
27 Cuando entró en Israel, tocó el cuerno en los montes de Efraín y los hijos de Israel descendieron con él del
monte. Entonces Aod se puso al frente de ellos.
28 Y les dijo: «Seguidme, porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos moabitas en vuestras manos.» Ellos
descendieron en pos de él, le quitaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie.
29 Mataron en aquel tiempo como a diez mil moabitas, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó ni
uno.
30 Así fue subyugado Moab aquel día bajo la mano de Israel. Y hubo paz en la tierra durante ochenta años.
31 Después de él vino Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de
bueyes; él también salvó a Israel.
Resumen
Vuelve Israel a hacer lo malo y Dios levanta a Eglón, rey de Moab en su contra. Pero, cuando claman al Señor, Él levanta a Aod, un juez caracterizado por ser zurdo, el cual mata al
rey con un puñal después de darle un regalo. Luego de Aod, Dios levanta a Samgar, quien mata a seiscientos hombres filisteos con una aguijada de bueyes.
Ayuda a su meditación
Dios llama a un zurdo (3:12-15)
El arrepentimiento superficial no dura por mucho tiempo. Después de la muerte del juez Otoniel, Israel vuelve a
hacer lo malo ante los ojos de Jehová. Cada vez que en este libro se menciona la frase ‘lo malo’, está haciendo
referencia a la idolatría de dioses paganos. El castigo divino contra Israel se materializa por medio de Eglón, rey
de Moab, quien los oprime por un período mayor que el anterior (3:8). Esto también significa que aumentó la
corrupción de Israel y, por tanto, también la duración de su aflicción. Cuando Israel clama en medio del
sufrimiento, Dios envía un libertador, a Aod, que es zurdo (con discapacidad en su mano derecha, según el hebreo).
Es importante resaltar que Dios utiliza en este pasaje a una persona con una limitación, para que sea canal de Su
salvación.
Israel vuelve a apostatar; ¿cuál es la vara que Dios utiliza para castigar a Israel? ¿Cuál es el mensaje que Dios me ha estado anunciado mediante
personas o circunstancias?
Los jueces Aod y Samgar (3:16-31)
Podemos ser partícipes de la obra divina utilizando nuestros dones con sabiduría. La debilidad de Aod se convierte
en un canal de la salvación de Dios. Habiendo escondido un puñal debajo de sus vestidos a su lado derecho, Aod se
acerca al rey de Moab lo suficiente como para quitarle su vida, convocar al ejército y matar a diez mil guerreros
moabitas. En la historia de Samgar, vemos nuevamente a Dios utilizar a una persona aparentemente incapaz para
ser el libertador de Israel. Pero, siendo solo un labrador, mata a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes.
Dios levanta a hombres comunes y corrientes, para librar a Su pueblo de manera imprevista. Nuestras limitaciones
o debilidades ante los ojos humanos son el canal para la manifestación del poder de Dios.
¿Con qué palabras convoca el ejército Aod y sale con ellos a la guerra? (v. 28) ¿En qué debo cobrar valor, creyendo que Dios puede utilizar mis
limitaciones para que todo ayude a bien?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.Amado Jesús, levántame del desánimo causado por mis debilidades y ayúdame a ver los perfectos planes del Padre, en los que
aun mi debilidad ayudará a bien. Utiliza los dones que me has concedido como instrumento útil en Tus manos. Enséñame cuán grande es la aflicción de aquel que
se aparta de Ti. Mi esperanza está puesta en Tu gracia.
Ensayo para meditar

Aventura con Dios

L
as películas de aventura que vi de pequeño siempre tenían un héroe que tenía casi todo lo necesario para
cumplir con su misión. El protagonista era dueño de grandes habilidades, incluyendo ingenio, agilidad y
fuerza física, lo que le permitía regresar a su casa sin un rasguño. A pesar de que eran muy divertidas, me
sentía decepcionado, porque no sufrían ninguna transformación ni crecimiento.
A diferencia de estas, las películas en las que los personajes se vuelven más fuerte y se transforman por
medio de los desafíos, tienen un gran atractivo. Por ejemplo, al comienzo del “Señor de los Anillos”, Frodo es
un personaje débil e indefenso que necesita de los demás para todo lo que sea protección y subsistencia. Sin
embargo, aquella aventura que emprende con coraje lo va fortaleciendo y lo va probando en su imperfección.
Y si bien crece y cambia mucho, también pierde mucho, al punto en que no puede regresar a su tierra natal a
causa de una profunda herida. Sin embargo, al final dice con calma: “La idea era salvar nuestro hogar y lo
salvamos, pero yo no pude (refiriéndose a sí mismo)”. Y también afirma que, cuando tenemos que enfrentar el
peligro, muchas veces se debe renunciar a aquello que se aprecia, para que los demás puedan proteger lo que
para ellos es valioso.
Aunque somos débiles, debemos aceptar el desierto en el que nos encontramos y el camino que Dios pone
delante nuestro. De este modo, si podemos emprender aquella aventura confiando en el Todopoderoso, no nos
quedaremos estancados en nuestra condición actual.

Uncommon Ground, Tim Keller


MARTES

10
Jueces 4:1-10

Obediencia condicional sin honra


1 Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová,
1 Después de la muerte de Ehud, los israelitas volvieron a hacer lo malo a los ojos del Señor,
2 así que Jehová los entregó en manos de Jabín, rey de Canaán, quien reinaba en Hazor. El capitán de su ejército se
llamaba Sísara y vivía en Haroset-goim.
2 así que el Señor los entregó al poder de Jabín, un rey cananeo que gobernaba en la ciudad de Hasor. El jefe de su ejército se llamaba Sísara, y vivía en Haróset-goím.
3 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y había oprimido
con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.
3 Jabín tenía novecientos carros de hierro, y durante veinte años había oprimido cruelmente a los israelitas, hasta que por fin éstos le suplicaron al Señor que los ayudara.

4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot,
4 En aquel tiempo juzgaba a Israel una profetisa llamada Débora, esposa de Lapidot.

5 la cual acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como la palmera de Débora), entre Ramá y Bet-el, en
los montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella en busca de justicia.
5 Débora acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como «la palmera de Débora»), que había en los montes de Efraín, entre Ramá y Betel, y los israelitas acudían a ella
para resolver sus pleitos.
6 Un día, Débora envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: —¿No te ha mandado
Jehová, Dios de Israel, diciendo: “Ve, junta a tu gente en el monte Tabor y toma contigo diez mil hombres de la
tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón.
6 Un día, Débora mandó llamar a un hombre llamado Barac, hijo de Abinóam, que vivía en Quedes, un pueblo de la tribu de Neftalí, y le dijo: —El Señor, el Dios de Israel, te ordena
lo siguiente: “Ve al monte Tabor, y reúne allí a diez mil hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón.
7 Yo atraeré hacia ti, hasta el arroyo Cisón, a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo
entregaré en tus manos”?
7 Yo voy a hacer que Sísara, jefe del ejército de Jabín, venga al arroyo de Quisón para atacarte con sus carros y su ejército. Pero yo voy a entregarlos en tus manos.”
8 Barac le respondió: —Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré.
8 —Sólo iré si tú vienes conmigo —contestó Barac—. Pero si tú no vienes, yo no iré.
9 Ella dijo: —Iré contigo; pero no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en manos de mujer
entregará Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue a Cedes con Barac.
9 —Pues iré contigo —respondió Débora—. Sólo que la gloria de esta campaña que vas a emprender no será para ti, porque el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer.
Entonces Débora fue con Barac a Quedes.
10 Allí juntó Barac a las tribus de Zabulón y Neftalí. Subió con diez mil hombres a su mando, y Débora subió con él.
10 Allí Barac llamó a las tribus de Zabulón y Neftalí, y reunió bajo su mando un ejército de diez mil hombres. Débora iba con él

Resumen
Los hijos de Israel vuelven a hacer lo malo, y Dios los entrega en manos de Jabín, rey de Canaán. Débora, una mujer que juzgaba en aquel tiempo, entrega Palabra de Dios a
Barac, diciendo que le entregará en sus manos a Sísara, capitán de ejército de Jabín. Barac pide a Débora que salga con él a la guerra; luego ella le dice que no será suya la gloria
de la jornada.
Ayuda a su meditación
Débora, mujer de Lapidot (4:1-5)
El pueblo de Israel continúa apostatando y haciendo lo malo ante los ojos de Dios, después de la muerte de Aod.
Por tanto, Dios toma a Jabín, rey de Hazor, como vara de corrección para Su pueblo. Sísara es el capitán del
ejército gentil, el cual cuenta con novecientos carros herrados (el armamento más poderoso en ese entonces).
Israel clama a Dios por la cruel opresión que tienen que sufrir por veinte años. En Su inmensa misericordia, el
Señor responde a ese clamor y levanta a Débora como juez, la única mujer en la lista de los jueces en la Biblia. La
elección y el llamamiento de Dios sobrepasan el entendimiento del hombre y Él no hace acepción de personas.
¿En qué se parecen Débora y Hulda (2 R. 22:14)? ¿Cuál es la voluntad de Dios que debo aceptar, reconociendo que las obras de Dios son superiores a
mis pensamientos y mis parámetros?
Barac obedece con condición (4:6-10)
Dios obra mediante hombres que obedecen por fe. Débora manda un mensajero a Barac en Cedes de Neftalí, para
anunciar el mandato de Dios: deberá convocar a diez mil soldados de la tribu de Neftalí y de Zabulón, y llevarlos al
monte de Tabor; entonces, Dios llevará a Sísara y a su poderoso ejército al arroyo de Cisón y los entregará en las
manos de Barac. Dios promete a Barac una gran victoria, pero él no obedece al mandato inmediatamente, sino que
propone una condición: que Débora salga a esta guerra también. Precisamente por esto, pierde la gloria de la
jornada, ya que se la arrebata una mujer. Podemos apropiarnos del mandato y de las promesas de Dios solo cuando
reaccionamos con fe y obediencia absoluta.
¿Cuál fue el resultado de la falta de diligencia en la obediencia de Barac? ¿En qué soy utilizado por Dios, pese a mis debilidades?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades.
Ensayo para meditar

La fe que transforma el peligro en oportunidad

H
ay muchas personas que me vienen a ver y dicen: “Pastor, creo que hasta aquí llegué”. Son innumerables
las personas que renuncian a sus sueños, porque se sienten maniatados y frustrados cuando parece que
Dios ha dejado de obrar a su favor. Si usted se está sintiendo así ahora, quiero decirle que el Señor le
está enseñando a ser más paciente. Realmente es una bendición estar en esa posición, porque podemos
reconocer nuestras limitaciones y eso nos obliga a esperar que Él muestre nuevos caminos que, en últimas,
son oportunidades que nos ayudan a avanzar hacia lugares a los que nunca pensamos llegar.
Dios les enseña paciencia a las personas que están caminando en pos de una visión, mostrándoles Sus
tiempos, que siempre son oportunos, y las puertas que solo Él puede abrir. Por lo tanto, si esperó hasta ahora
orando, siga confiando y recuerde que las oportunidades de Dios llegan incluso en medio de las mayores
adversidades. Así como algunos sostienen que la iglesia se enfrenta a un peligro sin precedentes a causa del
Covid-19; otros afirman que la iglesia está recibiendo una nueva oportunidad a través de esta pandemia. Si
bien es cierto el grado de peligro que estamos experimentando, también es la oportunidad que Dios nos da
para que superemos nuestros propios límites.
Así que, si está llegando a su límite, no deje de orar; permanezca atento y alerta en oración, para comenzar la
obra que Dios le enmendó en cuanto Él le anuncie una oportunidad. Y, cuando esto pase, avance con valentía y
obediencia, a través de la fe.

Renovar, Hwang Seon-ok


MIÉRCOLES

11
Jueces 4:11-24

Salvación divina en Cisón


11 Heber, el ceneo, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos y había plantado sus
tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes.
12 Llegaron, pues, a Sísara las noticias de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte Tabor.
13 Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros de hierro, y a todo el pueblo que con él estaba, desde
Haroset-goim hasta el arroyo Cisón.
14 Entonces Débora dijo a Barac: «Levántate, porque éste es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus
manos: ¿Acaso no ha salido Jehová delante de ti?» Barac descendió del monte Tabor, junto a los diez mil hombres
que lo seguían,
15 y Jehová quebrantó a Sísara, dispersando delante de Barac, a filo de espada, todos sus carros y a todo su
ejército. El mismo Sísara descendió del carro y huyó a pie,
16 pero Barac siguió a los carros y al ejército hasta Haroset-goim. Aquel día, todo el ejército de Sísara cayó a filo de
espada, hasta no quedar ni uno.
17 Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber, el ceneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la
casa de Heber, el ceneo.
18 Cuando Jael salió a recibir a Sísara, le dijo: —Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Él vino a la tienda y ella
lo cubrió con una manta.
19 Sísara le dijo: —Te ruego que me des de beber un poco de agua, pues tengo sed. Jael abrió un odre de leche, le
dio de beber y lo volvió a cubrir.
20 Entonces él dijo: —Quédate a la puerta de la tienda; si alguien viene y te pregunta: “¿Hay alguien aquí?”, tú
responderás que no.
21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando en su mano un mazo, se le acercó
calladamente y le clavó la estaca por las sienes, contra la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado. Y así
murió.
22 Cuando llegó Barac en busca de Sísara, Jael salió a recibirlo y le dijo: «Ven, te mostraré al hombre que tú buscas.
Entró Barac donde ella estaba y encontró a Sísara, que yacía muerto con la estaca en la sien.»
23 Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel.
24 Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín, rey de Canaán, hasta que lo
destruyeron.
Resumen
Sísara reúne novecientos carros de hierro y a todo su pueblo junto al arroyo Cisón. Débora señala a Barac que ese es el día en que Dios entregará a Sísara en sus manos. Dios
quebranta a Sísara, dispersando a todos sus carros; y Barac los sigue hasta destruirlos. Sísara huye y muere en la tienda de Jael.
Ayuda a su meditación
Dios pelea por Israel (4:11-16)
Jueces puede ser visto como una gran obra de teatro, que trata sobre la salvación y que es dirigida por Dios.
Después de revelar a Barac Su plan salvífico por medio de Débora, el Señor comienza a ejecutarlo. Sísara, capitán
del ejército de Jabín, viene al arroyo de Cisón con sus novecientos carros herrados y su ejército. Al ver esto,
Débora manda a Barac a proclamar la presencia de Dios en medio de Israel, antes de salir a la guerra. Las
palabras de la profetisa “¿Acaso no ha salido Jehová delante de ti?” (v. 14) marcan el inicio de una guerra santa, en
la que Dios saldrá a pelear por Israel. Efectivamente, quebrantó Dios al ejército de Sísara y no hubo sobreviviente
además de Sísara, cumpliendo la promesa anunciada por Débora.
¿Cómo sale Dios a pelear por Israel? (v. 15) ¿Cuál ha sido la ayuda de Dios que he recibido de manera milagrosa, recientemente?
Méritos de Jael (4:17-24)
Dios revela Su gloria tomando instrumentos débiles y limitados. Sísara, el único sobreviviente de la guerra, huye a
pie a la tienda de Jael, mujer de Heber, el ceneo. Los ceneos eran descendientes de Hobab, hijo de Jetro, suegro de
Moisés, y moraban al sur de Judá y en la región de Galilea. Vivían en tiendas y se dedicaban a la ganadería, para
guardar la fe y la tradición de los padres (Jer. 35:1-10), evitando toda posible contaminación con la cultura
cananea. Jael recibe a Sísara, le provee leche y un lugar donde dormir. Estando él profundamente dormido, la
mujer de Heber le mete una estaca por las sienes, causando su muerte. Así derrota una mujer a un guerrero
fuerte. De esta forma se cumplió la profecía de Débora: “[…] en mano de mujer entregará Jehová a Sísara” (4:9).
¿Qué utiliza Jael para derrotar a los enemigos? (vv. 19, 21) ¿Con qué herramientas puedo dar a conocer la gloria de Dios en mi vida?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Amado Dios, deseo ser una persona fiel que te sigue en todo momento, aunque el mundo me amenace con su limitado poder.
Añádeme fe para actuar de manera sabia y con denuedo, en todo momento y situación. Dispongo mi vida para que cumplas Tus promesas en mí; gracias por darme
victoria final.
Ensayo para meditar

Por medio del débil

L
a obra de Dios no comienza a partir de algo enorme, sino de algo pequeño. Cuando me nombraron rector
de una universidad, comencé a orar con mucho anhelo por el destino de aquella institución. Además,
vigilaba que mi débil fe no fuera a obstruir Su obra y meditaba para asegurarme de no subestimar el
poder influyente del reino de Cristo. Atravesamos dificultades económicas inesperadas y también nos
enfrentamos a la incapacidad de educar de acuerdo con el propósito fundacional. Pero, cada vez que algo de
esto sucedía, oraba para que Él me permitiera recibir una porción de Su asombrosa gracia. Esto me permitió
continuar con el ministerio y buscar nuevos desafíos. Así, al orar fervientemente en medio de la adversidad,
Dios fortaleció mi fe. Además, en ese proceso comprendí que Él no quiere una organización o un grupo, sino
individuos que abran paso para que se haga Su voluntad y se extienda Su reino.
Que el reino de Dios sea invisible o que no podamos sentirlo, no significa que sea inexistente, pues Su
voluntad se está cumpliendo en cada rincón del mundo a través de personas pequeñas y débiles, que confían
en Cristo y lo siguen. Por lo tanto, si quiere ser usado por el Señor, entréguele todas las áreas de su vida y no
solo una parte.

La fe es un verbo, Cho Seong-heun


JUEVES

12
Jueces 5:1-18

Alabanzas al Salvador
1 Aquel día, Débora y Barac hijo de Abinoam cantaron así:
2 «Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, load a
Jehová.
3 ¡Oíd, reyes! ¡Escuchad, príncipes! Yo cantaré a Jehová, cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel.
4 »Cuando saliste de Seir, Jehová, cuando te marchaste de los campos de Edom, la tierra tembló, se estremecieron
los cielos y las nubes gotearon aguas.
5 Los montes temblaron delante de Jehová, tembló el Sinaí delante de Jehová, Dios de Israel.
6 En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, y los que andaban por
las sendas se apartaron por senderos torcidos.
7 Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo, Débora, me levanté, me levanté como
madre en Israel.
8 »Cuando escogían nuevos dioses, la guerra estaba a las puertas; ¿se veía escudo o lanza entre cuarenta mil en
Israel?
9 »Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel, para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo. ¡Load a
Jehová!
10 »Vosotros, los que cabalgáis en asnas blancas, los que presidís en juicio, y vosotros, los que viajáis, hablad.
11 Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos, allí se contarán los triunfos de Jehová, los triunfos de sus
aldeas en Israel; entonces marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová.
12 »Despierta, despierta, Débora. Despierta, despierta, entona un cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos,
hijo de Abinoam.
13 »Entonces marchó el resto de los nobles; el pueblo de Jehová marchó por él en contra de los poderosos.
14 De Efraín vinieron los que habitaban en Amalec, en pos de ti, Benjamín, entre tus pueblos. De Maquir
descendieron príncipes, y de Zabulón los que tenían vara de mando.
15 También los caudillos de Isacar fueron con Débora; sí, como Barac, también Isacar se precipitó a pie en el valle.
Entre las familias de Rubén se tomaron grandes decisiones.
16 ¿Por qué se quedaron entre los rediles, oyendo los balidos de los rebaños? ¡Entre las familias de Rubén se
hicieron grandes propósitos!
17 »Galaad se quedó al otro lado del Jordán, y Dan, ¿por qué se detuvo junto a las naves? Se quedó Aser a la ribera
del mar y permaneció en sus puertos.
18 El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, como Neftalí en las alturas de los montes.

Resumen
Débora y Barac elevan un cántico a Dios. En él cantan que, cuando Dios marchó, la tierra y las montañas temblaron y el cielo se estremeció. Los jefes de Israel se ofrecieron
voluntariamente para luchar. Dios marcha en contra de los poderosos. No todas las tribus participaron de la guerra, pero Zabulón y Neftalí expusieron su vida a la muerte.
Ayuda a su meditación
El cántico de Débora (5:1-8)
Dios es victorioso y soberano; Él es digno de recibir toda alabanza. Después de derrotar a Sísara y a su ejército,
Débora y Barac elevan un cántico a Dios por la victoria concedida. De esta forma, el pueblo de Israel oirá todas las
justas obras de Dios y los moradores de Canaán también (vv. 3, 11). La salvación de Dios es a favor de toda la
humanidad. El cántico de Débora comienza describiendo quién es el Dios de Israel. El mismo Dios que descendió al
monte Sinaí en los días de Moisés y marchó con Su pueblo por el desierto, descendió como guerrero para salvar a
Israel de la mano de Sísara. ‘La tierra y los montes temblaron’ delante de Dios (vv. 4-5); Dios es el salvador, el
creador de todo el universo.
¿En qué aspectos se asemeja el Dios que conoció Débora, al Dios que descendió al monte Sinaí? (Éx. 19:16-18) ¿Qué puedo decir de mi Dios, que me
da victoria?
Convocación del ejército (5:9-18)
El Todopoderoso se levanta para pelear por Su pueblo en la guerra iniciada por Débora y Barac. Israel, el ejército
de Dios, es convocado a salir a la guerra contra Sísara. Lamentablemente, no todas las tribus se dispusieron a
acudir a la convocatoria. Mientras que cinco tribus, entre ellos Efraín, obedecieron al mandato divino (vv. 14-15),
en la tribu de Rubén hubo disensión sobre su participación y, al final, se abstuvieron y no se unieron (vv. 15-16).
Galaad, Dan y Aser se olvidaron de la obra de Dios, buscando mayor provisión (v. 17). A diferencia de ellos,
Zabulón y Neftalí se consagraron a Dios y expusieron sus vidas (v. 18). Débora destaca la consagración de los
fieles; verdaderamente se regocija Dios por los corazones dispuestos.
¿Cómo reaccionan las tribus ante la convocatoria de Débora y Barac? (vv. 14-18) ¿Cómo reacciono yo, ante cualquier llamado que me hace el Señor?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Dios mío, te alabo con todo mi corazón porque Tú eres soberano, salvador y victorioso. Me vuelvo del camino en el que te he
dado la espalda, para tomar la senda de la fe y proclamar Tus justas obras. Consagro mi vida con gozo y renuncio a todo aquello que te desagrada.
Ensayo para meditar

Desbloquear con la gratitud y la alabanza

A
ún recuerdo lo impactante que fue escuchar al profesor Ahn Seok-mo, (director del Consejo de
investigaciones pastorales del Seminario Teológico Metodista) afirmar que los problemas de nuestra
salud suceden de maneras increíbles. Una falla en el sistema que conecta cada una de las células, por
ejemplo, puede provocar cáncer, y esto tiene más probabilidades de suceder cuando nos estresamos mucho.
Las presiones laborales son diferentes, si lo que hacemos es por voluntad propia o ajena. Aquí, la alabanza de
gratitud desata nuestras fuerzas, porque, en ese instante, entramos en Su providencia y se abren las puertas
del cielo. Por lo tanto, si está viviendo un momento realmente difícil, piense en la gracia de Dios y cómo lo ha
guiado hasta ahora. Haga memoria y cuente cada una de las bendiciones que ha recibido de Aquel que lo ha
salvado antes de la adversidad, que le habló dulcemente, y que en ocasiones tuvo que disciplinarlo en amor
para llevarlo por Su camino. Recuerde que Él lo acompañó incondicionalmente en los momentos de desierto,
en vez de abandonarlo, e intente alabarlo y darle gracias, aunque sienta alguna clase de resistencia. Verá que
todo lo que estaba obstruido se desbloquea, mientras se restaura la gratitud y su alma se llena de amor,
emoción y energía.

PRAY ON -- Encienda la llama de la oración, Kim Byung-sam


VIERNES

13
Jueces 5:19-31

La guerra es de Dios
19 »Vinieron reyes y pelearon; los reyes de Canaán pelearon entonces en Taanac, junto a las aguas de Meguido,
mas no obtuvieron ganancia alguna de dinero.
19 »Entonces los reyes vinieron a Taanac, junto a las aguas de Meguido; los reyes cananeos vinieron en plan de guerra, pero no obtuvieron plata ni riquezas.
20 Desde los cielos pelearon las estrellas, desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
20 Desde el cielo, desde sus órbitas, las estrellas lucharon contra Sísara;
21 Los barrió el torrente Cisón, el antiguo torrente, el torrente Cisón. ¡Marcha, alma mía, con poder!
21 el arroyo, el arroyo antiguo, el arroyo de Quisón los barrió a todos ellos. ¡Tú aplastarás la garganta de los poderosos!
22 »Entonces resonaron los cascos de los caballos por el galopar, por el galopar de sus valientes.
22 »¡Resuenan los cascos de los caballos! ¡Galopan, galopan los briosos corceles!
23 “¡Maldecid a Meroz!”, dijo el ángel de Jehová, “maldecid severamente a sus moradores”, porque no vinieron en
ayuda de Jehová, en ayuda de Jehová contra los fuertes.
23 Y el ángel del Señor anuncia: “¡Que caiga una dura maldición sobre Meroz y sus habitantes!” Pues no acudieron, como los valientes, en ayuda del Señor.
24 »Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Heber, el ceneo; entre las mujeres, bendita sea en la tienda.
24 »¡Bendita sea entre las mujeres Jael, la esposa de Héber el quenita! ¡Bendita sea entre las mujeres del campamento!
25 Él pidió agua y ella le dio leche; en tazón de nobles le presentó crema.
25 Agua pidió Sísara; leche le dio Jael. ¡Crema le dio en un tazón especial!
26 Tendió su mano a la estaca, su diestra al mazo de los trabajadores, y golpeó a Sísara: Hirió su cabeza, le horadó
y atravesó sus sienes.
26 Mientras tanto, tomó la estaca con la izquierda y el mazo de trabajo con la derecha, y dando a Sísara un golpe en la cabeza le rompió y atravesó las sienes.
27 Cayó encorvado a sus pies, quedó tendido; a sus pies cayó encorvado; donde se encorvó, allí cayó muerto.
27 Sísara se retorcía a los pies de Jael; retorciéndose de dolor cayó al suelo, y allí donde cayó, allí quedó muerto.
28 »La madre de Sísara se asoma a la ventana, y por entre las celosías dice a voces: “¿Por qué tarda su carro en
venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros se detienen?”
28 »La madre de Sísara, afligida, se asoma a la ventana y dice: “¿Por qué tarda tanto en llegar su carro? ¿Por qué se retrasa su carro de guerra?”
29 Las más avisadas de sus damas le respondían, y aun ella se respondía a sí misma:
29 Algunas damas sabihondas le responden, y aun ella misma se repite:
30 “¿No será que han hallado botín y lo están repartiendo? A cada uno, una doncella o dos; las vestiduras de colores
para Sísara, las vestiduras bordadas de colores; la ropa de color bordada por ambos lados, para los jefes de los que
tomaron el botín.”
30 “Seguramente se están repartiendo lo que ganaron en la guerra. Una esclava, y aun dos, para cada guerrero; para Sísara las telas de colores: una tela, y aun dos, bordadas de
varios colores, para el cuello del vencedor.”
31 Así perezcan todos tus enemigos, Jehová; mas brillen los que te aman, como el sol cuando sale en su esplendor.»
Y hubo paz en la tierra durante cuarenta años.
31 »¡Que así sean destruidos, Señor, todos tus enemigos, y que brillen los que te aman, como el sol en todo su esplendor!» Después de eso hubo paz en la región durante cuarenta
años.

Resumen
El canto de victoria continúa. Las estrellas pelearon desde los cielos contra Sísara; lo ha barrido el torrente Cisón. Hay maldición sobre los moradores de Meroz por no acuidir en
ayuda de Jehová. Bendita sea Jael entre las mujeres, por cuanto hirió a Sísara de muerte. Débora y Barac piden a Dios que brillen los que aman al Señor como el sol cuando sale
en su esplendor.
Ayuda a su meditación
Victoria en Meguido (5:19-22)
Débora utiliza un concepto bien conocido en la antigüedad, que es ‘la guerra de los dioses’, para describir a Dios
peleando una guerra a favor de Su pueblo. Después de convocar a Su ejército por medio de Débora, Dios mismo
sale a pelear en la batalla (v. 20, ‘desde los cielos pelearon las estrellas’). La guerra se desata junto al arroyo de
Cisón, conocido también como las aguas de Meguido (v. 19, 4:13). Dios manda un torrente en Cisón para
neutralizar el ejército de Sísara (v. 21). Como Dios derribó el ejército egipcio en medio del mar Rojo en los días de
Moisés (Éx. 14:24-31), asimismo derrota al ejército de Sísara. El tiempo pasa, pero Dios sigue siendo nuestro único
señor y salvador.
¿Cómo se describe a Dios luchar por Su pueblo en el 4:15 (prosa épica) y en 5:20-21 (cántico)? ¿Cuándo Dios ha peleado por mí y en qué
circunstancias?
Los méritos de Jael (5:23-31)
El Señor se regocija al ver nuestra consagración. La reacción de los moradores de Meroz se contrasta con la de
Jael (vv. 23-24), ya que los primeros prefirieron no participar en la obra de Dios, probablemente porque priorizaron
su bienestar personal. Jael, en cambio, participó activamente en la guerra quitándole la vida de Sísara, el capitán
del ejército enemigo. De esta manera, se cumplió la profecía de Débora, quien anunció que Sísara sería entregado
en las manos de una mujer (4:9). Débora describe los méritos de Jael como un acto heroico (vv. 26-27). Detrás de
su obra, está su fe en Dios (‘los que te aman’, v. 31). Por este suceso, Jael es alabada más que todas las mujeres de
Israel (v. 24). Aunque el contexto del pasaje corresponde a una guerra, hoy en día Dios también espera que
nosotros participemos activamente en las obras del reino de Jesús.
¿Por qué describen las obras de Jael como heroicas? (v. 31) ¿Cuál es la obra de Dios en la que debo participar activamente?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Padre, ahora entiendo cuán miserable es la vida de aquel que alberga vanas esperanzas y se rebela contra Ti. Permíteme crecer
en la fe, para que pueda estar de Tu lado en todo momento y ser partícipe de Tu santa obra. Dame la bendición de ser como el sol cuando sale en su esplendor,
mientras tomo la senda de la fe.
Ensayo para meditar

Una parte para mí

D
e las estrategias que utiliza Satanás, hay una en particular que es muy efectiva y tan destructiva como la
violencia, el adulterio y el consumo excesivo de alcohol –opciones que la mayoría de los cristianos
pueden controlar o evitar–. Es una estrategia que no es fácil de descubrir ni de exponer y que se resume
en una frase: ‘conserva una parte para ti’. Satanás nos susurra: ‘No te ofrezcas. No te involucres demasiado
con las actividades de la iglesia. Deja una parte para ti, para que puedas vivir a tu manera’. De este modo,
Satanás nos recomienda ser un simple laico y vivir la fe a medidas. Por eso, muchas personas solo agregan sus
nombres en la lista de miembros de una congregación, pero, al salir al mundo, viven ocultando que son
cristianos, alejados de la devoción y la obediencia, pues creen que así no tienen que hacer mayores sacrificios.
No tienen nada que perder y hasta se sienten libres de toda responsabilidad.
Sin embargo, a Dios no le gusta la mediocridad o la tibieza en lo que respecta a la devoción a Él. Por eso, Él
solo utiliza al que es verdaderamente fiel. Me gusta usar la expresión ‘con todo el corazón’, para expresar una
devoción más activa, porque Dios desea que vivamos amándolo con todo nuestro ser. Por lo tanto, vaya más
allá en el trabajo que le asignaron, pues el Señor se complace del obrero que le obedece sin escatimar nada de
sí mismo.

Con todo mi ser, Kim soo-young


SÁBADO

14
Jueces 6:1-10

Palabra contra la apostasía


1 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y Jehová los entregó en manos de Madián por siete
años.
1 Pero los hechos de los israelitas fueron malos a los ojos del Señor, y durante siete años el Señor los entregó al poder de los madianitas.
2 Como la mano de Madián los oprimía cada vez más, los hijos de Israel, por temor a los madianitas, se hicieron
cuevas en los montes, cavernas y lugares fortificados.
2 Como los madianitas oprimían cada vez más a los israelitas, éstos, por temor a los madianitas, se hicieron escondites en los cerros, en las cuevas y en lugares difíciles de
alcanzar.
3 Pues sucedía que cuando Israel tenía algo sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente
contra ellos; subían y los atacaban.
3 Siempre que los israelitas tenían algo sembrado, los madianitas, los amalecitas y la gente del oriente los atacaban.
4 Acampaban frente a ellos y destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza. No dejaban qué comer en Israel,
ni ovejas ni bueyes ni asnos.
4 Acampaban en los territorios de Israel y destruían las cosechas hasta la región de Gaza, sin dejarles a los israelitas nada que comer, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.
5 Con sus tiendas y sus ganados, subían como una inmensa nube de langostas. Ellos y sus camellos eran
innumerables, y venían a la tierra para devastarla.
5 Con sus tiendas de campaña y su ganado invadían el país y lo destruían todo. Venían con sus camellos en grandes multitudes, como una plaga de langostas.
6 De este modo se empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián. Y los hijos de Israel clamaron a Jehová.
6 Por causa de los madianitas, los israelitas pasaban por muchas miserias, y finalmente le pidieron ayuda al Señor.
7 Cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová a causa de los madianitas,
7 Cuando los israelitas le pidieron al Señor que los librara de los madianitas,
8 Jehová les envió un profeta, el cual les dijo: «Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: “Yo os hice salir de Egipto y os
saqué de la casa de servidumbre.
8 él les envió un profeta que les dijo: «Así dice el Señor y Dios de Israel: “Yo los saqué a ustedes de Egipto, donde vivían como esclavos,
9 Os libré de manos de los egipcios y de manos de todos los que os afligieron, a los cuales eché de delante de
vosotros, y os di su tierra.
9 y no sólo los libré a ustedes de los egipcios, sino también de todos los que los oprimían. A ellos los fui echando de delante de ustedes, y a ustedes les di la tierra de ellos.
10 También os dije: ‘Yo soy Jehová, vuestro Dios: No temáis a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis.’ Sin
embargo, no habéis obedecido a mi voz.”»
10 Y les dije a ustedes que yo soy el Señor su Dios, y que no tuvieran miedo de los dioses de los amorreos, en cuya tierra viven ustedes ahora; pero ustedes no me hicieron caso.”»

Resumen
Los hijos de Israel hacen lo malo ante los ojos de Dios y Él los entrega en manos de Madián por siete años. Cuando Israel siembra, los madianitas vienen y destruyen los frutos de
la tierra, sin dejar nada qué comer. Israel clama a Dios por su aflicción y escasez; entonces, un profeta le habla al pueblo para señalar que no han obedecido a Su voz.
Ayuda a su meditación
La opresión de los madianitas (6:1-6)
Si no salimos del círculo vicioso de la desobediencia y de la apostasía, ciertamente vendrán las consecuencias.
Israel vuelve a hacer lo malo (idolatría) ante los ojos de Dios, olvidándose de la salvación del Señor. Para corregir
su infidelidad, Dios toma a Madián como vara de castigo. El pueblo escogido es afligido con dureza por siete años,
bajo la cruel opresión de los madianitas. Estos se unen a los amalecitas y a los hijos del oriente (Arabia) para
saquear los productos del campo hasta Gaza, el extremo sur de Israel. Entonces Israel clama a Dios por esta
escasez económica, como el hijo pródigo, lejos de su amado padre (Lc. 15:14). La realidad que afrontamos lejos de
Dios es solo muerte.
¿Cómo era la situación de Israel, que gemía a causa de la opresión de Madián? ¿En qué área me cuesta obedecer a Dios y cómo puedo cambiar?
La reprensión de Dios (6:7-10)
Israel clama en su aflicción, y Dios envía un profeta. A diferencia de las veces anteriores, en las que Dios respondía
casi inmediatamente al clamor de Su pueblo, Dios les habla por medio del profeta. Esto significa que la advertencia
contra Israel se ha vuelto más severa. Dios toma la aflicción causada por los madianitas, para exhortarles a
arrepentirse pronto de sus malos caminos. Las palabras del profeta señalan el problema fundamental de Israel: se
olvidaron y desecharon la gracia de Dios para servir a dioses paganos, incluso cuando Él los libertó de la esclavitud
egipcia y les prometió la tierra de Canaán por heredad. Siempre debemos tener presente en nuestra vida la gracia
redentora de Dios.
¿Por qué Dios no salva inmediatamente al oír el clamor de Israel y envía un profeta? ¿De qué pecado Dios me redarguye con Su Palabra?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Señor, me pregunto si la aflicción que he padecido es una disciplina de Tu parte, para atraerme a Tu presencia. Perdóname,
porque, en cuanto dejo de oír Tu voz fuerte y audible, vuelvo a mis hábitos pecaminosos. Conforme va pasando el tiempo, permite que Tu Palabra se haga más clara
en mi vida. Deseo morar bajo Tus alas.
Ensayo para meditar

Máscaras

L
o peor para un fiel, que puede ser considerado espiritualmente mañoso, es tener varias máscaras. Esto
quiere decir que puede vivir de diferentes maneras según la situación y el entorno. Entonces, como la
máscara de la iglesia, la del trabajo y la de la casa son diferentes, pierde la capacidad de preocuparse por
la verdadera condición de su corazón y lo que le motiva a ser como un camaleón.
Si logra vivir así y deja de dimensionar la gravedad de su estado espiritual, quiere decir que llegó a su límite
y perdió la esperanza, lo que es inaceptable para Dios. Que Él permanecerá entre nosotros significa que estará
junto a Sus hijos a lo largo de toda la vida, quienes deben operar según Sus lineamientos y verdad en todo
momento y lugar. Dicho en otras palabras, debemos actuar de la misma manera, ya sea en la iglesia, en el
trabajo, en casa, e incluso cuando jugamos video juegos. No debemos estar fragmentados, sino centrados en
Dios, es decir, viviendo por Él y para Su gloria.
Dios desea que todos los principios de nuestra vida nazcan de Su Palabra y Su voluntad. También desea que
todo aquello que sea energía, consuelo, aliento, motivación, gozo, gratitud, desafío y determinación provengan
solo de Él. Esto es una vida centrada en Dios.

Aprender a adorar en el Tabernáculo, Yu Jin-so


Tercera semana

7 Entonces Jehová dijo a Gedeón:


«Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos; váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.»
(Jueces 7:7)
DOMINGO

15
Jueces 6:11-24

Dios nos hace ser valientes


11 Entonces vino el ángel de Jehová y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita.
Gedeón, su hijo, estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas,
12 cuando se le apareció el ángel de Jehová y le dijo: —Jehová está contigo, hombre esforzado y valiente.
13 Gedeón le respondió: —Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?
¿Dónde están todas esas maravillas que nuestros padres nos han contado? Decían: “¿No nos sacó Jehová de
Egipto?” Y ahora Jehová nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de los madianitas.
14 Mirándolo Jehová, le dijo: —Ve con esta tu fuerza y salvarás a Israel de manos de los madianitas. ¿No te envío
yo?
15 Gedeón le respondió de nuevo: —Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en
Manasés, y yo soy el menor en la casa de mi padre.
16 Jehová le dijo: —Ciertamente yo estaré contigo, y tú derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
17 Él respondió: —Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que has hablado conmigo.
18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Jehová le
contestó: —Yo esperaré hasta que vuelvas.
19 Gedeón se fue, preparó un cabrito y panes sin levadura de un efa de harina, puso la carne en un canastillo y el
caldo en una olla y, sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina.
20 Entonces el ángel de Dios le dijo: —Toma la carne y los panes sin levadura, ponlos sobre esta peña y vierte el
caldo. Él lo hizo así.
21 Extendiendo el ángel de Jehová el cayado que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin
levadura, y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Luego el ángel de Jehová
desapareció de su vista.
22 Al ver Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: —Ah, Señor Jehová, he visto al ángel de Jehová cara a cara.
23 Pero Jehová le dijo: —La paz sea contigo. No tengas temor, no morirás.
24 Gedeón edificó allí altar a Jehová y lo llamó Jehová-salom. Este altar permanece hasta hoy en Ofra de los
abiezeritas.
Resumen
El ángel de Dios se sienta junto a Gedeón, quien se encuentra sacudiendo el trigo en el lagar, y le dice que salvará a Israel. Gedeón pide señal y el ángel consume con fuego la
carne y los panes sin levadura que son puestas delante de él. El ángel desaparece de su vista, y Gedeón edifica allí un altar a Dios al que nombra ‘El Señor es la paz’.
Ayuda a su meditación
Dios ante Gedeón (6:11-24)
Dios escoge al más débil para avergonzar al fuerte (1 Co. 1:27). Un ángel de Jehová aparece ante Gedeón, quien
está sacudiendo el trigo en el lagar por temor a los madianitas. Pero Dios ha dispuesto utilizarlo como instrumento
de salvación a Israel, incluso con todas sus debilidades. El ángel de Jehová llama a Gedeón ‘varón valiente’ (v. 12) y
le promete la presencia divina. Aun un cobarde como Gedeón puede ser valiente, si Dios está con él, pues su arma
es la presencia del Señor. El ángel responde con fuego a la ofrenda preparada por Gedeón (v. 21), el cual
representa la presencia divina (Éx. 3:2; Lv. 9:24). El mismo Dios que se le apareció a Moisés en una llama de fuego
en una zarza (Éx. 3:2), se le ha aparecido a Gedeón.
¿Por qué el ángel de Jehová llama a Gedeón ‘varón valiente’ (v. 12)? ¿Por qué puedo participar de la obra de Dios con todas mis debilidades?
Altar familiar

Comencemos con alabanza y oración. Compartamos acerca de nuestra semana, inclusive el agradecimiento por las cosas que Dios ha hecho.

1
Observación
¿En qué se parece el ángel de Jehová que se le apareció a Gedeón con el que se le apareció a Moisés? (6:11-21; Éx. 3:1-12)

Aplicación y diálogo

Consideremos la gracia que Dios ha concedido a nuestra familia. Compartamos las peticiones de oración, con expectativas sobre cómo utilizará Dios a nuestra familia.

2
Observación

¿Por qué Gedeón hizo altar y lo llamó ‘Jehová-salom’ (‘El Señor es paz’)? (6:22-24)

Aplicación y diálogo

Compartamos cuáles son las áreas en las que necesitamos a ‘Jehová-salom’ y oremos juntos por ello.

Compartamos las peticiones de oración individuales y seleccionemos los temas para orar como familia durante toda la semana. Terminemos el devocional con la oración final.
Intercesión por las naciones
Gambia, un país pequeño de África, está poblado de unos veinte grupos étnicos. De las 2.500.000 personas, el 90 % profesa la religión islámica. La
iglesia cristiana de este país es pequeña, con algunas limitaciones. Pidamos a Dios que haya mayor armonía entre los grupos étnicos y que el evangelio
sea predicado a todos ellos.
LUNES

16
Jueces 6:25-32

Peleando y venciendo a Baal


25 Aconteció que esa misma noche le dijo Jehová: «Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro, el de siete
años, y derriba el altar de Baal que tiene tu padre; corta también la imagen de Asera que se halla junto a él
25 Aquella misma noche el Señor le dijo a Gedeón: —Toma un toro del ganado de tu padre, el segundo toro, el de siete años, y echa abajo el altar de Baal que tiene tu padre. Echa
abajo también el árbol sagrado que está junto al altar de Baal,
26 y edifica altar a Jehová, tu Dios, en la cumbre de este peñasco, en lugar conveniente. Toma después aquel
segundo toro y sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.»
26 y en lo alto de esa fortaleza construye un altar al Señor tu Dios. Toma luego el toro, el segundo, y ofrécemelo como holocausto, usando para ello la leña del árbol sagrado que
habrás echado abajo.
27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de entre sus siervos e hizo como Jehová le dijo. Pero temiendo hacerlo de
día, a causa de la familia de su padre y de los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.
27 Entonces Gedeón tomó a diez de sus sirvientes e hizo todo lo que el Señor le había mandado; sólo que no lo hizo de día, sino durante la noche, por miedo a la familia de su
padre y a los hombres de la ciudad.

28 Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, el altar de Baal estaba derribado, y había sido cortada la
imagen de Asera que se hallaba junto a él, y ofrecido aquel toro segundo en holocausto sobre el altar edificado.
28 A la mañana siguiente, cuando la gente de la ciudad se levantó, se encontró con que el altar de Baal había sido echado abajo, lo mismo que el árbol sagrado que estaba junto al
altar, y que además un toro había sido ofrecido en holocausto sobre el nuevo altar.
29 Y unos a otros se preguntaban: —¿Quién ha hecho esto? Buscando e inquiriendo, les dijeron: —Gedeón hijo de
Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:
29 Unos a otros se preguntaban: «¿Quién habrá hecho esto?» Cuando, después de mucho buscar y preguntar, supieron que lo había hecho Gedeón, el hijo de Joás, fueron y le
dijeron a Joás:
30 —Saca a tu hijo, para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que se
hallaba junto a él.
30 —Saca a tu hijo, que lo vamos a matar. ¡Ha echado abajo el altar de Baal y el árbol sagrado que estaba junto al altar!
31 Pero Joás respondió a todos los que estaban junto a él: —¿Lucharéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa?
Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, que luche por sí mismo con quien derribó
su altar.
31 Pero Joás respondió a quienes le rodeaban: —¿Van ustedes a defender a Baal, y a pelear en su favor? ¡Pues que muera antes del amanecer cualquiera que defienda a Baal! Si
Baal es Dios, déjenlo que se defienda solo, puesto que era suyo el altar derribado.
32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: “Luche Baal contra él”, por cuanto derribó su altar.
32 Desde entonces comenzaron a llamar Jerubaal a Gedeón, y decían: «Que Baal se defienda de él», pues Gedeón había echado abajo el altar de Baal.

Resumen
Conforme al mandato de Dios, Gedeón derriba el altar de Baal y corta la imagen de Asera, pero lo hace de noche por temor a la gente. Enterándose de esto, los hombres de la
ciudad buscan matar a Gedeón, pero su padre Joás señala que, si Baal es un dios real, luchará por sí mismo con quien derribó su altar. Gedeón es llamado ‘Jerobaal’ (‘luche Baal
contra él’).
Ayuda a su meditación
Obediencia al mandato divino (6:25-27)
Hay un llamado divino para todo el pueblo de Dios. El primer mandato que Dios le da a Gedeón consiste en
derribar el altar de Baal de su padre Joás y levantar allí el altar a Dios. Para esto, deberá tomar dos toros, uno de
los cuales, será de siete años y será ofrecido como holocausto a Dios. En la noche del día siguiente, Gedeón ejecuta
el mandato de Dios con diez de sus siervos. Lo hace ‘de noche’ (día veintisiete), porque aún siente temor de lo que
los hombres pueden decirle o hacer. Aunque tiene esta debilidad, es utilizado por Dios como Su instrumento.
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios (Ro. 11:29).
¿A quién pertenece el altar de Baal que derriba Gedeón y el toro que presenta como holocausto a Dios? ¿Qué es lo que debo quitar de mi hogar, para el
crecimiento de nuestra fe?
El origen de ‘Jerobaal’ (6:28-32)
Dios manda a derribar todos los ídolos de la tierra de Canaán. Pero los hombres de la ciudad de Abiezer se
indignan al ver destruido el altar de Baal y cortada la imagen de Asera. Hallando al culpable, buscan matar a
Gedeón. La paradoja en el pasaje es que los israelitas buscan la muerte de un hombre que ha cumplido fielmente la
ley de Dios (Nm. 33:52). Joás, el padre de Gedeón, aboga por su hijo, sugiriendo a los abiezeritas que dejen en las
manos de Baal el juicio. Con estas palabras, no solo logra salvar a su hijo, sino que también se burla de Baal, un
dios muerto y sin poder. A partir de este hecho, le asignan a Gedeón un sobrenombre: ‘Jerobaal’ (v. 32), que
significa ‘luche Baal contra él’. En esto consiste el llamado de Gedeón.
¿Por qué Joás se burla de Baal diciendo ‘contienda por sí mismo’ (v. 31)? ¿Cuál es el ídolo que debo derribar en mi vida?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Padre, a veces siento temor de las consecuencias que tengo que afrontar cuando obedezco a Tu voluntad. Pero Tú me darás
denuedo para obedecerte, incluso en esos momentos. Quita todo ídolo que haya tomado lugar en mi vida, mi familia e iglesia; deseo adorarte en espíritu y en
verdad, ya que no hay nadie como Tú, Dios.
Ensayo para meditar

La bendición de vivir nuestra fe en este mundo

H
ay quienes sostienen: “La fe es la fe y la vida es la vida. No tengo intención de negar a Dios, pero seguiré
la ley del mundo, porque es en el mundo donde vivimos”. Esto quiere decir que, si bien están dispuestos
a adorar al Todopoderoso que se encuentra en el trono altísimo, no quieren que Él intervenga en sus
vidas. Y, si se les pide que actúen conforme a los fundamentos del evangelio, es posible que afirmen que en
esta sociedad es imposible vivir de acuerdo con la fe. A pesar de que dicen ser fieles y creer en Jesús, piensan
que no podrán sobrevivir en este mundo si se conectan genuinamente con Dios, porque consideran la fe como
una carga, en vez de experimentarla como la gran bendición que es.
Es por esto que debemos librar una lucha permanente para mantener la fe, la cual consiste en reconocer, en
primer lugar, que no es perjudicial; y, en segundo, que sí es posible vivir correctamente la fe, aunque vivamos
en este mundo.
El error de los no creyentes es no creer en Jesús, –aunque confiamos en que más adelante ellos confesarán la
verdad del Hijo de Dios–. No obstante, es un mayor error que nosotros, quienes sí creemos en Jesús, no
demostremos nuestra fe en él de la manera correcta. Es una verdadera falta no practicar el evangelio por
temor, en vez de procurar dar testimonio de la gran bendición de conocer a Cristo, incluso viviendo en nuestro
entorno.

Compartir una Palabra por día en los medios sociales, Kang Hak-jong
MARTES

17
Jueces 6:33-40

Dios fortalece la fe
33 Pero todos los madianitas y amalecitas y los del oriente se juntaron a una, y cruzando el Jordán acamparon en el
valle de Jezreel.
33 Entonces todos los madianitas y los amalecitas y la gente del oriente, se juntaron y cruzaron el río Jordán, y acamparon en el valle de Jezreel.
34 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con
él.
34 Pero el espíritu del Señor se adueñó de Gedeón, y éste tocó un cuerno de carnero para que se le unieran los del clan de Abiézer;
35 Envió mensajeros por todo Manasés, y también ellos se le unieron; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón
y a Neftalí, los cuales salieron a su encuentro.
35 además mandó mensajeros para que llamaran a toda la tribu de Manasés a que se le uniera. También envió mensajeros a llamar a las tribus de Aser, Zabulón y Neftalí, que
también salieron a reunirse con él.
36 Gedeón dijo a Dios: «Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho,
36 Y Gedeón le dijo a Dios: «Si de veras me vas a usar para salvar a Israel, como tú mismo has dicho,
37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; si el rocío está sobre el vellón solamente, y queda seca toda la
otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.»
37 voy a poner el cuero lanudo de una oveja en el lugar donde se trilla el trigo. Si por la mañana la lana está mojada de rocío, pero la tierra está seca, sabré que de veras vas a
usarme para salvar a Israel, como tú mismo has dicho.»
38 Y así aconteció, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón para sacarle el rocío, y llenó con él un
tazón de agua.
38 En efecto, así sucedió. Cuando Gedeón se levantó por la mañana, exprimió el cuero lanudo y sacó de él una taza llena de rocío.
39 Pero Gedeón dijo a Dios: «No se encienda tu ira contra mí si hablo de nuevo: probaré ahora otra vez con el
vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío caiga sobre la tierra.»
39 Sin embargo, Gedeón dijo: «No te enojes conmigo si vuelvo a insistir. Pero quiero hacer una sola prueba más. Esta vez harás que la lana quede seca y que el rocío humedezca
la tierra.»
40 Aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.
40 Aquella noche Dios lo hizo así. Y a la mañana siguiente, la lana estaba seca y toda la tierra cubierta de rocío.

Resumen
Los madianitas, amalecitas y los del oriente acampan en el valle de Jezreel. Gedeón convoca un ejército entre los israelitas y pide a Dios que, si ha de salvar a Israel por su mano,
el rocío moje un cuero lanudo de oveja y no humedezca la tierra. Al día siguiente, pide que solo el vellón quede seco y el rocío caiga sobre la tierra. Dios lo hace tal como se lo pide.
Ayuda a su meditación
Preparación para la guerra (6:33-35)
Toda guerra se encuentra bajo la soberanía de Dios. La alianza militar de los madianitas se alista para la guerra
contra Israel; acampan en el valle (llanura) de Jezreel, para conquistar la zona agrícola más rica de Canaán. El
‘Espíritu de Jehová’ (v. 34) viene sobre Gedeón. En hebreo dice ‘el Espíritu de Jehová viste a Gedeón con una
armadura’. La presencia de Dios significa para Gedeón la mejor arma de defensa. A continuación, Gedeón toca el
cuerno para convocar al ejército. ‘Tocar el cuerno’ significa proclamar ‘una guerra santa’ (Jos. 6:4). El Guerrero
divino saldrá a pelear contra la alianza de los madianitas. Nosotros también somos soldados que peleamos una
guerra espiritual santa; por tanto, debemos estar vestidos con la armadura de Dios (Ef. 6:11).
¿Qué hizo Gedeón después de que el Espíritu de Dios vino sobre él? ¿Cuál es la guerra santa que debo librar con la ayuda del Espíritu Santo?
La señal del vellón (6:36-40)
El Espíritu de Dios viene sobre Gedeón y el ejército hebreo es convocado. Aunque todo está listo, Gedeón no está
plenamente convencido del resultado de la guerra. Así que pide a Dios una señal. La primera señal que solicita es
hallar el vellón de lana lleno de rocío y la tierra seca. Como segunda señal, pide lo contrario: que la tierra sea
mojada con rocío, y el vellón permanezca seco. Quizás dudó de la primera, por considerar posible que fuera solo
resultado de un fenómeno natural. Aunque el Espíritu de Dios había venido sobre él, Gedeón sigue con temor.
Conociendo la debilidad de este varón, Dios le concede su petición las dos veces. Dios también conoce nuestra
condición (Sal. 103:14) y espera que nos consagremos con gozo.
¿Cuál es el atributo de Dios que podemos reconocer, al ver las dos peticiones que le concedió a Gedeón? ¿En qué debo creer y obedecer a la Palabra,
en lugar de pedir señales?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Amado, bendigo Tu nombre, porque has respondido con milagros a Gedeón, quien, habiendo oído Tu Palabra, pidió señal para
corroborar Tu salvación. Tú eres bueno y recuerdas que el hombre es débil y que tiene muchas limitaciones. Ayúdame a confiar cada día más en Ti, ya que me has
dado promesas y has enviado al Espíritu Santo a mi vida.
Ensayo para meditar

Dar el primer paso

M
uchas veces, cuando me tocaba empezar una nueva tarea, no lograba hacerlo por miedo a no poder
terminarla con éxito. También dejé de orar por temor a que Dios me pidiera hacer algo difícil de
cumplir. Me convencí de que era mejor esperar hasta sentirme capacitado.
Sin embargo, aprendí que lo importante no es si puedo cumplir con una asignación, sino escuchar la
instrucción que Dios me da. Aunque parezca que dejar de buscar la voz de Dios por miedo a no poder
obedecer es lo mismo que escuchar y desobedecer, hay una diferencia entre estas dos posibilidades y su
respectiva intención. Es como si, ante la duda de emprender un viaje estando en la sala de espera del
aeropuerto, decidiera no abordar el avión, cuando en realidad el viaje inició desde el instante en que empaqué
las maletas y salí de casa. A partir del momento en que pasamos de pensar en ‘¿será que lo podré lograr?’, a
pensar en ‘¿cómo puedo hacerlo, qué debo preparar y cómo puedo manejar el tiempo?’, estamos dando el
primer paso. Antes no quería buscar la instrucción de Dios porque no estaba seguro de poder obedecer, pero,
cuando cambié mi manera de pensar, di el primer paso en dirección a Su voluntad.
Por lo tanto, no dejemos de orar por temor a no poder obedecer la Palabra del Señor. Preguntémosle qué
tiene para decirnos a diario, pues, cuando Dios habla, no solo nos da la intención de obedecerle, sino que
también nos da la capacidad y el poder de lograrlo. De esta manera, ¡cambia por completo la forma en la que
hacemos todas cosas!

En el tiempo de Dios, Lee Yo-sep


MIÉRCOLES

18
Jueces 7:1-8

Trescientos escogidos por Dios


1 Jerobaal, que es otro nombre de Gedeón, y todos los que estaban con él, se levantaron de mañana y acamparon
junto a la fuente Harod. El campamento de los madianitas les quedaba entonces al norte, en el valle, más allá del
collado de More.
1 Gedeón, a quien ahora llamaban Jerubaal, y todos los que estaban con él, se levantaron de madrugada y fueron a acampar junto al manantial de Harod. El campamento de los
madianitas les quedaba entonces al norte, en el valle que está al pie del monte de Moré.

2 Jehová dijo a Gedeón: «Hay mucha gente contigo para que yo entregue a los madianitas en tus manos, pues Israel
puede jactarse contra mí, diciendo: “Mi mano me ha salvado.”
2 El Señor le dijo a Gedeón: «Traes tanta gente contigo que si hago que los israelitas derroten a los madianitas, van a alardear ante mí creyendo que se han salvado ellos mismos.
3 Ahora, pues, haz pregonar esto a oídos del pueblo: “Quien tema y se estremezca, que madrugue y regrese a su
casa desde el monte de Galaad.”» Regresaron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.
3 Por eso, dile a la gente que cualquiera que tenga miedo puede irse a su casa.» De este modo Gedeón los puso a prueba, y se fueron veintidós mil hombres, quedándose diez mil.
4 Jehová dijo de nuevo a Gedeón: «Aún son demasiados; llévalos a beber agua y allí los pondré a prueba. Del que yo
te diga: “Vaya este contigo”, irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: “Que éste no vaya contigo”, el tal no
irá.»
4 Pero el Señor insistió: «Son muchos todavía. Llévalos a tomar agua, y allí yo los pondré a prueba y te diré quiénes irán contigo y quiénes no.»
5 Entonces Gedeón llevó el pueblo a las aguas, y Jehová le dijo: «A cualquiera que lama las aguas con la lengua
como lo hace el perro, lo pondrás aparte; y lo mismo harás con cualquiera que doble sus rodillas para beber.»
5 Gedeón llevó entonces a la gente a tomar agua, y el Señor le dijo: «Aparta a los que beban agua en sus manos, lamiéndola como perros, de aquellos que se arrodillen para
beber.»
6 El número de los que lamieron llevándose el agua a la boca con la mano fue de trescientos hombres; el resto del
pueblo dobló sus rodillas para beber las aguas.
6 Los que bebieron agua llevándosela de las manos a la boca y lamiéndola como perros fueron trescientos. Todos los demás se arrodillaron para beber.
7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: «Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los
madianitas en tus manos; váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.»
7 Entonces el Señor le dijo a Gedeón: «Con estos trescientos hombres voy a salvarlos a ustedes, y derrotaré a los madianitas. Todos los demás pueden irse.»
8 Habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y
retuvo a aquellos trescientos hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo, en el valle.
8 Gedeón mandó entonces que todos los demás regresaran a sus tiendas; pero antes de que se fueran les recogió sus cántaros y sus cuernos de carnero. Sólo se quedó con los
trescientos hombres escogidos, acampando más arriba de los madianitas, que estaban en el valle.

Resumen
Dios le dice a Gedeón que el ejército está muy numeroso como para entregarles a los madianitas. Entonces, en obediencia a Sus instrucciones, primero envía a sus casas a los que
tienen miedo; luego, despide a los que se arrodillan para tomar agua, bajando la guardia. Al final, quedan solo trescientos hombres. De esta manera, los israelitas no podrán
jactarse diciendo que han ganado la batalla por sus propios méritos.
Ayuda a su meditación
Quien tema, devuélvase (7:1-3)
La guerra debía pelearse con fe y obedeciendo las órdenes que Dios entregaba directamente; por eso, tener un
numeroso ejército pierde importancia. El pueblo de Israel acampa junto a la fuente de Harod y se alista para salir a
la guerra contra los madianitas y sus aliados. En un principio, el plan era que, con treinta y dos mil soldados,
Gedeón venciera a ciento treinta y cinco mil adversarios (v. 3, 8:10). Extrañamente, Dios le dice a Gedeón que el
ejército de Israel es demasiado numeroso; entonces, lo primero que le pide es que envíe de regreso a sus casas a
los soldados que tuvieran temor. Como el objetivo del Señor era que nadie se pudiera jactar de haber logrado la
victoria por fuerza humana, termina reduciendo a Su propio ejército. Gedeón y el pueblo deben enaltecer y
glorificar solo a Dios. Las victorias no dependen de nuestras fuerzas, sino de Dios.
¿Por qué Dios manda que abandonen la batalla todos los soldados que tienen miedo? (Dt. 20:8) ¿Cómo influye en otros una persona con temor?
Los trescientos y Gedeón (7:4-8)
Dios escoge a aquellos que conformarán Su ejército, de una manera especial. Después de que se van los soldados
temerosos, de los treinta y dos mil quedan solo diez mil guerreros. Pero el número sigue siendo demasiado
numeroso para Dios. Así que le ordena a Gedeón que los lleve a tomar agua a la fuente de Harod. Dios mismo elije
quiénes conformarán Su ejército, dependiendo de la postura con la que los soldados toman agua: los trescientos
que no se arrodillan para lamer el agua como perros son seleccionados para seguir avanzando; los restantes son
despachados. Existen diferentes conjeturas sobre las razones para este tipo de selección; sin embargo, sí se puede
asumir con certeza que Dios estaba buscando reducir el ejército, para que la gloria de la victoria fuera solo Suya.
¿Por qué Dios habrá reducido el ejército hebreo a trescientos soldados? ¿Cuál es el área en la que debo esforzarme más como guerrero valiente y
escogido por Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Señor, gracias por enseñarme que la victoria de una guerra santa no depende del número de los soldados. Ahora entiendo que es
una verdadera bendición y privilegio ser llamado por Ti y participar en Tu obra. Ayúdame a servirte con fidelidad y ser una persona que vele por Tu reino, siempre
preparada para toda buena obra.
Ensayo para meditar

Somos soldados de Dios

E
n la ciudad de Termópilas, ubicada en la región central de Grecia, hay un pequeño valle a unos 15 metros
sobre el nivel del mar. La colina de Kolonos, que se volvió famosa por la película “300”, es el sitio donde
el rey de Esparta, Leónidas, se enfrentó al Imperio persa con tan solo 300 soldados. Todos los espartanos
perdieron la vida en una feroz batalla que duró siete días. Como para los espartanos la retirada no era una
opción, pelearon hasta que sus armas se desgastaron y continuaron luchando con sus puños. Esta incansable
resistencia de los espartanos permitió que el ejército griego se mantuviera firme en el frente de batalla. En
consecuencia, el ejercito griego obtuvo un gran triunfo en la batalla de Salamina, mientras que para Persia fue
el comienzo de su destrucción. En una antigua lápida que se encuentra en la colina de Kolonos, dice: “Viajero,
si va a Esparta, dígales que fuimos enterrados aquí, porque luchamos como espartanos...”.
De este modo, el ejército más fuerte es aquel que sabe por qué lucha, solo así sus soldados estarán dispuestos
a dar hasta sus vidas en el campo de batalla. Como creyentes, también somos soldados de Dios, por lo tanto,
debemos vivir anhelando que el reino de Dios se extienda sobre la tierra, y que las fuerzas del mal retrocedan.
Bajo esta perspectiva podemos reconocer nuestro rol en el plan de Dios, viviendo una vida fundamentada en el
evangelio, poniendo de nuestra parte como soldados de Dios.

¿Qué es un cristiano?, Kim Nam Joon


JUEVES

19
Jueces 7:9-25

La victoria de Dios
9 Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: «Levántate y desciende al campamento, porque yo lo he entregado en
tus manos.
9 Aquella noche el Señor le ordenó a Gedeón: «Levántate y baja a atacar a los madianitas, pues los voy a entregar en tus manos.
10 Si tienes temor de descender, baja al campamento con tu criado Fura,
10 Pero si tienes miedo de atacarlos, baja antes al campamento con Purá, tu criado,
11 y oirás lo que hablan. Entonces te animarás y descenderás a atacarlos.» Gedeón descendió con su criado Fura
hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.
11 y escucha lo que digan. Después te sentirás con más ánimo para atacarlos.» Entonces Gedeón bajó con Purá, su criado, hasta los puestos avanzados del campamento
enemigo.

12 Los
madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se habían esparcido por el valle como una plaga de
langostas, y sus camellos eran innumerables como la arena que se acumula a la orilla del mar.
12 Los madianitas, los amalecitas y la gente del oriente se habían esparcido por el valle como una plaga de langostas. Tenían tantos camellos como arena hay a la orilla del mar.
13 En el momento en que llegó Gedeón, un hombre contaba un sueño a su compañero, diciendo: —He tenido un
sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó a la tienda y la golpeó de tal
manera que cayó; la trastornó de arriba abajo y la tienda cayó.
13 Al acercarse Gedeón al campamento enemigo, oyó que un soldado le contaba a otro un sueño que había tenido. Le decía: —Soñé que un pan de cebada venía rodando hasta
nuestro campamento, y que al chocar contra una tienda la hacía caer.
14 Su compañero respondió: —Esto no representa otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel.
Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.
14 Y su compañero le contestó: —Eso no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Dios va a entregar en manos de Gedeón a los madianitas y a todo su
campamento.
15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró. Después volvió al campamento de Israel y
dijo: «Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.»
15 Al oír cómo se había contado e interpretado el sueño, Gedeón adoró al Señor. Después volvió al campamento israelita y ordenó: —¡Arriba, que el Señor va a entregarnos el
campamento madianita!
16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, puso trompetas en manos de todos ellos, y cántaros
vacíos con antorchas ardiendo dentro de los cántaros,
16 En seguida dividió sus trescientos hombres en tres grupos, y les dio cuernos de carnero a todos y unos cántaros vacíos que llevaban dentro antorchas encendidas.
17 y entonces les dijo: «Miradme a mí y haced como hago yo; cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis
vosotros como hago yo.
17 Y les dijo: —Cuando llegue yo al otro lado del campamento enemigo, fíjense en mí y hagan lo mismo que me vean hacer.
18 Tocaré la trompeta, y también todos los que estarán conmigo; entonces vosotros tocaréis las trompetas alrededor
de todo el campamento, gritando: “¡Por Jehová y por Gedeón!”»
18 Cuando yo y los que van conmigo toquemos el cuerno, tóquenlo ustedes también alrededor de todo el campamento, y griten: “¡Por el Señor y por Gedeón!”

19 Llegaron,
pues, Gedeón y los cien hombres que éste llevaba consigo, al extremo del campamento, cuando
acababan de renovar los centinelas de la guardia de la medianoche. Tocaron entonces las trompetas y quebraron
los cántaros que llevaban en sus manos.
19 Así pues, Gedeón y sus cien hombres llegaron al otro lado del campamento cuando estaba por comenzar el turno de guardia de medianoche. Entonces tocaron los cuernos de
carnero y rompieron los cántaros que llevaban en las manos,

20 Los
tres escuadrones tocaron las trompetas y, quebrando los cántaros, tomaron con la mano izquierda las
antorchas y con la derecha las trompetas que tocaban, y gritaron: —¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!
20 y los tres grupos tocaron al mismo tiempo los cuernos de carnero y rompieron los cántaros. En la mano izquierda llevaban las antorchas encendidas, y los cuernos de carnero en
la derecha, y gritaban: «¡Guerra! ¡Por el Señor y por Gedeón!»

Los israelitas se mantuvieron firmes cada uno en su puesto alrededor del campamento, y todo el ejército
21
madianita echó a correr dando gritos y huyendo.
21 Y como los israelitas se quedaron quietos en sus puestos alrededor del campamento, y todos en el ejército madianita gritaban y salían huyendo
22 Mientras los trescientos tocaban las trompetas, Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo
el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta la frontera de Abel-mehola, en
Tabat.
22 mientras los trescientos israelitas seguían tocando los cuernos de carnero, el Señor hizo que los madianitas lucharan entre sí, y que salieran huyendo hasta Bet-sitá, camino de
Sererá, y hasta la frontera de Abel-meholá, junto a Tabat.

23 Se reunieron entonces los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a los madianitas.
23 Entonces se llamó a los israelitas de las tribus de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, para que persiguieran a los madianitas.
24 Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, que decían: «Descended al encuentro de los
madianitas; tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen.» Unidos, todos los hombres de Efraín
tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán.
24 Gedeón mandó mensajeros por los montes de Efraín, ordenando que los hombres de esta tribu bajaran a luchar contra los madianitas y ocuparan los lugares por donde se podía
cruzar el río en Bet-bará y en el Jordán, antes de que ellos llegaran. Los de Efraín cumplieron estas órdenes,

25 Capturaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo
mataron en el lagar de Zeeb. Después que persiguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a
Gedeón, que estaba al otro lado del Jordán.
25 y además capturaron a dos jefes madianitas llamados Oreb y Zeeb. A Oreb lo mataron en la peña que ahora se conoce como Peña de Oreb. A Zeeb lo mataron en el lugar que
lleva su nombre, y que era donde se pisaba la uva para hacer vino. Y después de perseguir a los madianitas, llevaron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón, que estaba al otro
lado del Jordán.
Resumen
Dios confirma la victoria, a través de la boca de un madianita, cuando revela el sueño que había tenido en la noche anterior. Gedeón y sus hombres valientes tocan trompetas y con
antorchas claman: “¡Por Jehová y por Gedeón!” Dios pone la espada de cada madianita contra su compañero; y los israelitas persiguen a los madianitas que huyen del
campamento.
Ayuda a su meditación
Gedeón, el pan de cebada (7:9-14)
Dios conoce el temor más profundo que se encuentra arraigado en nuestro ser. Sabiendo el temor que todavía
reina en el corazón de Gedeón, aparece Dios en la noche y le insta a descender con Fura, su criado, al campamento
de los madianitas. Al llegar, oye el sueño de uno de ellos y recibe confirmación una vez más: un pan de cebada
rueda hasta el campamento de Madián, llega a la tienda, la golpea y la trastorna de arriba abajo. Gedeón es como
el pan de cebada (v. 14), insignificante e inofensivo, pero terminará destruyendo a los madianitas. El hombre más
pequeño e incapaz puede ser un canal para la gran obra de Dios. Gedeón tendrá que recordar esto, después de la
gran victoria que verá en la guerra contra los madianitas.
¿Qué desea Dios enseñar a Gedeón mediante el sueño del madianita? (7:2) ¿Cómo me ha utilizado Dios, en medio de mi incapacidad?
Dios pelea por Su pueblo (7:15-25)
Es sorprendente cómo Dios trae victoria en la guerra santa. Armado con la plena confianza en el Señor, Gedeón
sale a la guerra. Divide sus trescientos hombres en tres escuadrones, y les da trompetas y cántaros vacíos con
antorchas ardiendo en el interior. Les manda a proclamar: “¡Por Jehová y por Gedeón!” (v. 18). En este clamor,
entrevemos la intención de Gedeón de enaltecerse y ponerse a la par con Dios. Los soldados obedecen: tocan
trompetas, quiebran los cántaros y gritan. Podían parecer insignificantes las armas en sus manos y extraña la
estrategia militar desplegada, sin embargo, Gedeón y los soldados obtienen una gran victoria. Dios desata pánico y
pone la espada de cada soldado madianita contra su compañero. No hay quien pueda vencer a Dios, ningún sabio
ni estrategia.
¿Cuántas veces Gedeón dice ‘yo’ en los versículos 17 y 18? ¿En qué he dejado de glorificar a Dios, para enaltecerme sobre los demás?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Padre, ¡tan grande es Tu bondad, que permitiste instancias para añadir convicción en la victoria de Gedeón! Echa fuera todo
temor que hay en mí y ayúdame a comprender más de Tu voluntad. Toda guerra se encuentra bajo Tu soberanía. Cuando obedezca a Tu Palabra, veré la
destrucción de mis enemigos.
Ensayo para meditar

Dios transforma lo pequeño en grandioso

D
ios dirige las guerras de maneras inesperadas. Por ejemplo, para la batalla entre Gedeón y Madián, el
primero tenía 32.000 hombres, y 135.000 el segundo. Pero el ejército de Gedeón se redujo al punto que
tuvo que enfrentar la batalla con tan solo 300 hombres. En consecuencia, una batalla de uno contra
cuatro, terminó siendo de uno contra 450; pero, aún así, por el poder de Dios que respaldó al ejercito de
Gedeón, los 300 hombres vencieron a 135.000. Dios hizo que fuera así, para que los hombres de Gedeón no
creyeran que habían obtenido la victoria por sus propias fuerzas. El poder de Dios sobresale cuanto más se
debilita el del hombre.
El Señor convirtió a Gedeón, un granjero común y corriente, en un gran guerrero; transformó una montaña
de huesos muertos en un gran ejército; convirtió el agua en un buen vino; y nombró al apóstol Pedro como el
líder de la iglesia, a pesar de que había fracasado como discípulo. Así como Dios utiliza lo pequeño para
grandes obras, nuestros pensamientos y fuerza deben verse pequeños ante la sabiduría y el poder de Dios.
Nuestro pecado y ambición deben reducirse, para que podamos conocer la grandeza del Todopoderoso. Él no
espera que seamos grandes ni impresionantes, por el contrario, lo único que desea es que seamos pequeños
delante de Él.
Dios entregó a Su único Hijo por nosotros, que somos frágiles y pequeños. Él es el Dios de los pequeños, y
nuestra pequeñez es el terreno ideal para sembrar la inmensa gracia de Dios.

Capítulo Iglesia: Dios escribe la mejor obra incluso sobre papel arrugado, Shin Jae-woong
VIERNES

20
Jueces 8:1-9

La humildad disipa los conflictos


1 Pero los hombres de Efraín le dijeron: —¿Qué es esto que has hecho con nosotros? ¿Acaso nos llamaste cuando
ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente.
1 Los de la tribu de Efraín se enojaron y discutieron con Gedeón porque él no los había mandado llamar cuando salió a pelear contra los madianitas.
2 Gedeón les respondió: —¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? ¿No es lo que queda en los campos de
Efraín mejor que la vendimia completa de Abiezer?
2 Pero él les contestó: —¿No se dan cuenta de que ustedes hicieron más aún de lo que yo hice? Lo poco que ustedes hicieron vale más que lo mucho que hicimos nosotros.
3 Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿qué he podido yo hacer comparado
con vosotros? El enojo de ellos contra Gedeón se aplacó después que les habló así.
3 Dios les entregó a Oreb y a Zeeb, los jefes madianitas. ¿Qué hice yo que se pueda comparar con lo que ustedes hicieron? Cuando los de Efraín oyeron estas palabras de
Gedeón, se les pasó el enojo contra él.
4 Llegó Gedeón al Jordán y lo pasaron él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía
persiguiendo a los de Madián.
4 Gedeón y sus trescientos hombres llegaron al Jordán y lo cruzaron, aunque estaban rendidos de cansancio por ir persiguiendo al enemigo.
5 Luego dijo a los de Sucot: —Os ruego que deis a la gente que me sigue algunos bocados de pan, porque están
cansados y yo persigo a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián.
5 En Sucot, Gedeón les pidió a los que allí vivían: —Por favor, den algo de comer a los que vienen conmigo, porque están rendidos de cansancio. Andamos persiguiendo a los
reyes madianitas Zébah y Salmuná.
6 Los principales de Sucot respondieron: —¿Están ya Zeba y Zalmuna en tus manos, para que demos pan a tu
ejército?
6 Pero los jefes de Sucot le respondieron: —¿Acaso ya has capturado a Zébah y Salmuná, para que alimentemos a tu ejército?
7 Gedeón dijo: —Cuando Jehová haya entregado en mis manos a Zeba y a Zalmuna, desgarraré vuestra carne con
espinos y abrojos del desierto.
7 Y Gedeón les contestó: —¡Después que el Señor me entregue a Zébah y Salmuná, regresaré y les desgarraré a ustedes la carne con espinas y zarzas del desierto!
8 De allí subió a Peniel y les dijo las mismas palabras. Los de Peniel le respondieron como habían respondido los de
Sucot.
8 De allí fue a Penuel, donde pidió lo mismo que en Sucot. Pero como los de Penuel le respondieron igual que los de Sucot,
9 Gedeón habló también a los de Peniel, diciendo: «Cuando yo vuelva en paz, derribaré esta torre.»
9 Gedeón les dijo: —¡Cuando yo regrese vencedor, echaré abajo esa torre!

Resumen
Los hombres de Efraín se quejan contra Gedeón por no haberles incluido en la guerra, pero Gedeón reconoce ser inferior, por cuanto Dios les entregó a ellos a Oreb y a Zeeb,
príncipes de Madián. Gedeón y sus hombres persiguen a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián; cuando piden alimento a Sucot y a Peniel, se lo niegan, así que Gedeón jura
venganza.
Ayuda a su meditación
Conflictos con Efraín (8:1-3)
Un conflicto interno es tan complicado como salir a la guerra. Después de alcanzar gran victoria, Gedeón sufre
algunos problemas con sus compatriotas. La tribu de Efraín es la primera en quejarse contra Gedeón. A simple
vista, la causa de su queja es la falta de reconocimiento de sus méritos, pero, en el fondo, buscan mayor prestigio
que los demás. Así se inicia un conflicto entre las tribus Manasés y Efraín. Después de pelear contra los de afuera,
ahora Gedeón debe lidiar con los de adentro, con los suyos. Se humilla a sí mismo, para reconocer los méritos de
los hombres de Efraín y logra superar así la crisis. Sin embargo, no deja de ponerse a sí mismo como punto de
referencia, en lugar de mirar a Dios (vv. 2-3). Antes del quebrantamiento es la soberbia; el que piensa estar firme,
mire que no caiga.
¿Por qué la tribu de Efraín se queja contra Gedeón? (7:23-25) ¿Cuál es el motivo de mi soberbia, la cual escondo detrás de mi humildad?
Conflictos al oriente del Jordán (8:4-9)
Es tarea del líder solucionar conflictos. Gedeón y sus hombres van tras los madianitas, cuando piden a los de Sucot
alimentos. Los hombres de la ciudad de Gad (cerca del río Jaboc) niegan su petición, probablemente por temor a
sufrir alguna represalia de parte de los madianitas, considerando su proximidad geográfica, o porque dudan del
liderazgo de Gedeón. El líder jura venganza diciendo: “[…] desgarraré vuestra carne con espinos y abrojos del
desierto” (v. 7). La misma amenaza es pronunciada sobre los hombres de Peniel. A diferencia del trato humilde y
generoso que tuvo con Efraín, esta vez, toma una actitud amenazante. Simplemente, dejó a un lado su humildad.
¿Cómo cambia la actitud de Gedeón para con los de Efraín y los del oriente del Jordán? (vv. 2, 7) ¿Cómo cambio en el trato a las personas, según su
posición socio económica?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Amado Padre, enséñame a ser sabio para resolver problemas con humildad, sin estallar en ira o buscar pretextos. Renuncio a
toda soberbia o a jactarme de mis méritos y obras; ayúdame a ser de edificación para mi comunidad, siempre pronunciando palabras de sabiduría que signifiquen
consuelo y aliento para muchos.
Ensayo para meditar

Conocer a Dios al conocerme a mí mismo

U
n valiente guerrero fue a ver a un famoso sabio y le pidió que le explicara el concepto de la felicidad y la
infelicidad. El sabio le respondió con una sonrisa cínica: “No tengo tiempo para campesinos como
usted”. Ofendido, el guerrero respondió furioso: “Te quitaré la vida por lo que acabas de decir”.
Entonces, el sabio le explicó: “Esa es la infelicidad”. Sorprendido ante la precisión con la que el sabio señaló
su ira, el guerrero calmó su furia, guardó su espada y le agradeció al hombre con humildad. Al la reacción del
guerrero, el sabio afirmó: “Esa es la felicidad”.
El problema del guerrero fue su incapacidad de verse a sí mismo tal cual era. El autoengaño del humano es
sorprendentemente ilimitado y también es un impedimento para poder recibir el regalo de la salvación. Por lo
tanto, la sabiduría empieza por reconocernos a nosotros mismos, tal cual somos. Además, si somos incapaces
de analizarnos a nosotros mismos, también seremos incapaces de conocer a Dios. Por eso, los pensadores
espirituales más importantes enfatizaban la estrecha relación de conocerse a sí mismos y de conocer a Dios.
San Agustín oraba pidiendo: “Dios, Tú que nunca cambias, ayúdame a conocerme y a conocerte a Ti”. El monje
Bernardo de Claraval, abad de la orden cisterciense, afirmaba: “Se puede temer por completo a Dios cuando
se conoce a uno mismo”.
La salvación empieza por reconocer que no podemos vivir conforme a la voluntad de Dios por nuestra propia
fuerza, y que, gracias a Jesús, moriremos sin tener que padecer la cruz por nuestros pecados.

I’d Like You More If You Were More Like Me, John Ortberg
SÁBADO

21
Jueces 8:10-21

Débil ante el poder y la venganza


10 Zeba y Zalmuna estaban en Carcor con un ejército como de quince mil hombres, los que quedaban de todo el
ejército de los hijos del oriente, pues habían caído ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
11 Subiendo, pues, Gedeón por el camino de los que vivían en tiendas al oriente de Noba y de Jogbeha, atacó el
campamento, porque el ejército no estaba en guardia.
12 Zeba y Zalmuna huyeron, pero Gedeón los persiguió, capturó a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, y llenó
de espanto a todo el ejército.
13 Cuando Gedeón hijo de Joás regresaba de la batalla, antes que el sol subiera,
14 capturó a un joven de los hombres de Sucot y lo interrogó. Él le dio por escrito los nombres de los principales y
de los ancianos de Sucot: setenta y siete hombres.
15 Entonces entró en Sucot y dijo a los del pueblo: «Aquí están Zeba y Zalmuna, por causa de los cuales os
burlasteis de mí, diciendo: “¿Están ya en tus manos Zeba y Zalmuna, para que demos nosotros pan a tus hombres
cansados?”»
16 Tomó Gedeón espinos y abrojos del desierto y con ellos castigó a los ancianos de Sucot.
17 Asimismo derribó la torre de Peniel y mató a los de la ciudad.
18 Luego dijo a Zeba y a Zalmuna: —¿Qué aspecto tenían aquellos hombres que matasteis en Tabor? Ellos
respondieron: —Como tú, así eran ellos; cada uno parecía hijo de rey.
19 Entonces Gedeón gritó: —Mis hermanos eran, hijos de mi madre. ¡Vive Jehová, que si les hubierais conservado la
vida, yo no os mataría!
20 Y dijo a Jeter, su primogénito: «Levántate y mátalos.» Pero el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor,
pues aún era muchacho.
21 Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: «Levántate y mátanos tú, porque según es el hombre, así es su valentía.»
Gedeón se levantó, mató a Zeba y a Zalmuna y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.
Resumen
Gedeón vuelve con sus hombres y pasa por Sucot, para castigar a los ancianos con espinos y abrojos del desierto. También derriba la torre de Peniel y mata a las personas de la
ciudad. Por otro lado, su primogénito Jeter no desenvaina su espada contra Zeba y Zalmuna, porque aún es muy joven y siente temor, así que Gedeón les quita la vida y toma los
adornos de sus camellos.
Ayuda a su meditación
La venganza de Gedeón (8:10-17)
A menudo, la soberbia y la venganza se dan después de una victoria. Gedeón va tras Zeba y Zalmuna y llega a
Carcor. A unos ciento cincuenta kilómetros del Jordán, se encuentra el campamento de los madianitas. Gedeón
recorre esta larga distancia por su ambición personal de venganza (v. 19). Sabiendo que sus enemigos no están en
guardia, Gedeón ataca y los destruye. Luego, averigua con un joven de Sucot la información sobre los ancianos de
su ciudad. A continuación, comienza su venganza (8:7-9): castiga a los ancianos de Sucot y derriba la torre de
Peniel. De un juez israelita que lucha contra Madián, se convierte en un homicida para sus compatriotas.
Definitivamente, olvidó quién era: un siervo tan insignificante como un pan de cebada.
¿Qué podemos aprender de Gedeón, viendo su venganza contra Sucot y Peniel? ¿Cómo debo tratar a las personas que me han causado algún
perjuicio?
Codicia de Gedeón (8:18-21)
Continúa la obra de venganza. Gedeón interroga a Zeba y Zalmuna, dos reyes de Madián, para corroborar el
bienestar de su familia. Su respuesta, “Como tú, así eran ellos; cada uno parecía hijo de rey” (v. 18), nos lleva a
pensar que Gedeón y su familia vivían como reyes. El líder de Israel mata a los reyes y toma los adornos de lunetas
que sus camellos traen al cuello. Se trata de adornos muy utilizados por los reyes del Medio Oriente antiguo, para
venerar al dios de la luna. Lejos de quemar todo esto como lo manda la ley (Dt. 7:25-26), Gedeón lo toma para sí,
con el fin de dar a conocer al pueblo de Israel el cambio de su posición. La ambición por el poder nos lleva a
caminos errados.
¿En qué se parece el pecado de Acán (Jos. 7:1) con el de Gedeón? ¿Qué me produce codicia y me hace desobedecer a la voluntad de Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Señor, las pasiones carnales me llevan a perder la templanza y a cometer malas obras. Espíritu Santo, gobierna todo mi ser, para
que no disponga de nada para mi propio beneficio, sino que pueda consultar siempre Tu voluntad. Dame discernimiento para saber qué es lo que debo desechar y
qué puedo tomar; cuándo actuar y cuándo detenerme.
Ensayo para meditar

El sufrimiento nos aferra a la vida eterna

K
en Saro-Wiwa era un escritor y activista ambiental nigeriano que había comenzado con su labor tras ver
cómo la conspiración del gobierno militar, junto a una petrolera multinacional, dejó sin tierra a la tribu
Ogoni que vivía en el delta del Níger. Esto llevó a que los militares y directivos de la empresa decidieran
resolver el conflicto haciendo desaparecer a Ken Saro-Wiwa, por lo tanto, ordenaron su ejecución junto a la de
ocho de sus colegas. Parecía que habían triunfado las fuerzas militares y la compañía petrolera. No obstante,
este hecho inquietó la consciencia de muchos, incluyendo al abogado en derechos humanos Oronto Douglas.
Douglas convirtió el problema de los Ogoni en un asunto internacional, y, sin el ánimo de cobrar venganza,
comenzó a unir fuerzas en todas partes del mundo, con la esperanza de evitar que las futuras generaciones
tuvieran que padecer la misma historia. Con el tiempo, la muerte de Ken Saro-Wiwa despertó en miles de
personas la consciencia sobre la protección ambiental, la justicia social, la igualdad y la convivencia pacífica.
Quienes viven de acuerdo con la voluntad de Dios, pueden sufrir en el mundo, pero este sufrimiento nos lleva
a aferrarnos aún más a la vida eterna. Si usted tiene esta convicción, podrá avanzar por el camino de la cruz
sin dudarlo, hasta ser testigo de la paz que traen la justicia, la reconciliación y el perdón de Jesucristo.

Vivir la resurrección superando la muerte, Kim Ki-seok


Cuarta semana

15 Pero la zarza respondió a los árboles:


“Si en verdad me proclamáis rey sobre vosotros,
venid, abrigaos bajo mi sombra;
y si no, salga fuego de la zarza
y devore a los cedros del Líbano.”
(Jueces 9:15)
DOMINGO

22
Jueces 8:22-35

Respuesta ejemplar, aunque sin obras


22 Los israelitas dijeron a Gedeón: —Sé tú nuestro señor, y también tu hijo y tu nieto, pues que nos has librado de
manos de Madián.
23 Pero Gedeón respondió: —No seré señor sobre vosotros, ni lo será mi hijo. Jehová será vuestro Señor.
24 Y añadió: —Quiero haceros una petición: que cada uno me dé los zarcillos de su botín (pues traían zarcillos de
oro, porque eran ismaelitas).
25 Ellos respondieron: —De buena gana te los daremos. Y tendiendo un manto, echó allí cada uno los zarcillos de su
botín.
26 El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de mil setecientos siclos de oro, sin contar las lunetas, las joyas ni
los vestidos de púrpura que traían los reyes de Madián, ni tampoco los collares que traían al cuello sus camellos.
27 Gedeón hizo con todo eso un efod, que mandó guardar en su ciudad de Ofra. Y todo Israel se prostituyó tras ese
efod en aquel lugar, el cual se volvió tropezadero para Gedeón y su casa.
28 Así fue sometido Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar cabeza. Y hubo paz en la
tierra durante cuarenta años en los días de Gedeón.
29 Luego Jerobaal hijo de Joás se fue a vivir a su casa,
30 y tuvo Gedeón setenta hijos que constituyeron su descendencia, porque tenía muchas mujeres.
31 También su concubina, que estaba en Siquem le dio un hijo, al cual llamó Abimelec.
32 Murió Gedeón hijo de Joás en buena vejez y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los
abiezeritas.
33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y
escogieron por dios a Baal-berit.
34 No se acordaron los hijos de Israel de Jehová, su Dios, que los había librado de todos los enemigos de su
alrededor,
35 ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, o sea, de Gedeón, conforme a todo el bien que él había
hecho a Israel.
Resumen
Ante la petición del pueblo de ser su rey, Gedeón responde que Dios es el Señor de Israel. Luego, pide oro al pueblo para hacer un efod, que se vuelve tropezadero para todo Israel
y su casa. Gedeón tiene setenta hijos, y su concubina da a luz a Abimelec. Después de la muerte de Gedeón, Israel vuelve a prostituirse yendo tras los baales.
Ayuda a su meditación
Gedeón vive como rey (8:22-35)
Las palabras que carecen de verdad debilitan el liderazgo. Atraído por el cambio en Gedeón, el pueblo sugiere ser
el rey. La respuesta de Gedeón es ejemplar: “No seré señor sobre vosotros […], Jehová será vuestro Señor” (v. 23).
No obstante, él vive como un rey: pide al pueblo una gran cantidad de oro, plata, piedras preciosas y vestidos de
púrpura (propio de reyes). Además, manda a hacer un efod con el que fornica el pueblo. Al igual que los reyes de
las naciones vecinas, Gedeón toma para sí muchas mujeres con quienes tiene setenta hijos. Uno de ellos nace de
una concubina en Siquem, a quien llama ‘Abimelec’ (v. 31) que significa ‘mi padre (Gedeón) es rey’. Gedeón no
practica lo que habla. Nuestro testimonio de vida debe dar cuenta de nuestra fe.
¿Cuál fue la respuesta ejemplar de Gedeón, ante la petición de ser rey? Compartamos cuándo hemos visto casos de incongruencia como estos y sus
posibles motivos.
Altar familiar

Comencemos con alabanza y oración. Compartamos acerca de nuestra semana, inclusive el agradecimiento por las cosas que Dios ha hecho.

1
Observación
Gedeón hace un efod con el oro y es venerado por el pueblo. ¿Cómo se contrasta el inicio y el final de su ministerio? (8:27, 6:25-27)

Aplicación y diálogo

Compartamos hasta qué punto hemos logrado cumplir las metas que nos hemos propuesto como familia al comenzar este año.

2
Observación

Gedeón llama ‘Abimelec’ al hijo que tiene con su concubina en Siquem. ¿Qué significa Abimelec y cuál era la intención de Gedeón de llamarlo así? (vv. 30-31).

Aplicación y diálogo

Examinemos nuestra vida para ver si en algo hemos perdido la humildad y caído en la soberbia. ¿Cómo puedo buscar mayor humildad y volver a tomar el camino que Dios desea?

Compartamos las peticiones de oración individuales y seleccionemos los temas para orar como familia durante toda la semana. Terminemos el devocional con la oración final.
Intercesión por las naciones
Albania, un país comunista hasta la década del 90, es uno de los países más pobres de Europa. La infraestructura social precaria y deficiente, el alto
nivel de corrupción y el número creciente de migrantes internacionales, son algunos motivos que impiden su crecimiento económico. Si bien el número
de iglesias ha crecido, muchos creyentes no tienen conocimiento de la Biblia. Intercedamos por los habitantes de esta nación, para que puedan estar
firmes en la Palabra, que es la verdad, y gocen de prosperidad espiritual y material.
LUNES

23
Jueces 9:1-15

Herencia de la codicia
1 Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre, y dijo a ellos y a toda la familia de la casa
del padre de su madre:
2 «Yo os ruego que digáis a todos los de Siquem: “¿Qué os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres, todos
los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo hombre?” Acordaos que yo soy hueso vuestro y carne vuestra.»
3 Hablaron por él los hermanos de su madre a todos los de Siquem todas estas palabras, y el corazón de ellos se
inclinó a favor de Abimelec, porque decían: «Nuestro hermano es.»
4 Además le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres
ociosos y vagabundos que lo siguieran.
5 Y yendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos, los setenta hijos de Jerobaal, sobre una misma
piedra; pero quedó Jotam, el hijo menor de Jerobaal, que se escondió.
6 Entonces se juntaron todos los de Siquem con toda la casa de Milo, y fueron y proclamaron rey a Abimelec cerca
de la llanura del pilar que estaba en Siquem.
7 Cuando se lo dijeron a Jotam, éste subió a la cumbre del monte Gerizim, y alzando su voz clamó: «Oídme,
hombres de Siquem, y así también os oiga Dios:
8 Fueron una vez los árboles a elegirse un rey y dijeron al olivo: “Reina sobre nosotros.”
9 Pero el olivo respondió: “¿He de dejar mi aceite, con el cual se honra a Dios y a los hombres, para reinar sobre los
árboles?”
10 »Dijeron, pues, los árboles a la higuera: “Anda tú, reina sobre nosotros.”
11 La higuera respondió: “¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto para reinar sobre los árboles?”
12 »Dijeron luego los árboles a la vid: “Pues ven tú, reina sobre nosotros.”
13 La vid les respondió: “¿He de dejar mi vino, que alegra a Dios y a los hombres, para reinar sobre los árboles?”
14 »Todos los árboles rogaron entonces a la zarza: “Anda tú, reina sobre nosotros.”
15 Pero la zarza respondió a los árboles: “Si en verdad me proclamáis rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo mi
sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.”
Resumen
Abimelec va a Siquem y logra persuadirlos a reinar sobre ellos como su rey, apelando a su parentesco. Los hombres de la ciudad le dan plata, con la cual Abimelec alquila hombres
para matar a todos sus hermanastros, excepto Jotam, el hijo menor de Gedeón. En un discurso dice que la zarza acepta reinar sobre los árboles, después de que se niegan el olivo,
la higuera y la vid.
Ayuda a su meditación
La ambición por el poder (9:1-6)
Habiendo sido testigo ocular de las malas obras de su padre, Abimelec va tras su ambición por el poder y busca ser
rey. Vuelve a Siquem, su tierra natal, y utiliza a su familia materna para organizar una rebelión contra su
progenitor. Los persuade diciendo que es mejor que Abimelec sea el rey sobre Siquem, antes que los otros setenta
hijos de Gedeón. Los hombres de esta ciudad son engañados por Abimelec y le dan setenta siclos de plata del
templo de Baal-berit como fondo para sus actividades políticas. Con ello, Abimelec alquila hombres ociosos y
vagabundos, y comete la atrocidad de matar a sus setenta hermanos sobre una piedra en Ofra, la tierra natal de su
padre. El que es esclavo del poder, se aleja cada vez más de la justicia.
¿Qué hace Abimelec para reinar sobre Siquem? ¿Qué pasaría si utilizara medios inicuos para alcanzar mi codicia?
Juicio contra Abimelec (9:7-15)
Jotam es el único sobreviviente de entre los hijos de Gedeón; y se pone en la cumbre del monte de Gerizim. Utiliza
una fábula para señalar el error de los hombres de Siquem: los árboles desean elegir rey sobre sí y hablan con el
olivo, la higuera, la vid y la zarza. Los tres primeros rechazan la petición, por considerarlo indebido de su parte,
dejando sus responsabilidades a un lado. Pero la zarza reacciona de otra manera: amenaza a los demás diciendo
que con su fuego devorará a los cedros del Líbano, si no se abrigan bajo su sombra. La fábula nos da a entender
que tanto la zarza como el Líbano serán consumidos por el fuego. Juicio justo les espera a todos los que han
cometido iniquidades, codiciando el poder.
¿Cómo reaccionan el olivo, la higuera y la vid ante la petición de ser el rey de los árboles? ¿Cuál es la responsabilidad que debo asumir y cumplir?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Amado Padre, la decadencia de uno puede provocar una tragedia familiar o comunitaria. Me postro delante de Ti, pidiéndote
ayuda con temor y temblor. No permitas que cometa la necedad de escoger a alguien inadecuado para el liderazgo, por conveniencia, cercanía o solo por su
contexto social, económico o académico. Levanta líderes fieles, semejantes a Ti en cada área de la sociedad.
Ensayo para meditar

¿Qué columna elegirás?

E
n el libro “Hope for the Flowers” (Esperanza para las flores, en español) de la aurora Trina Paulus, una
oruga llamada “Rayas” parte en busca de una vida con un propósito mayor. Mientras iba por la calle, se
topa con una gran columna formada por orugas, en la que miles de ellas intentaban alcanzar el cielo. Al
verlas, Rayas también pensó que encontraría el propósito de la vida en la cima de aquella columna y comenzó
a subir pasando por encima de las demás. Sin embargo, allí descubrió tres verdades asombrosas. La primera
era que, a pesar de todo su esfuerzo para llegar a la cima, no había absolutamente nada allí. La segunda, que
las orugas que estaban en la cima ocultaban esta verdad por temor a que se derrumbara la columna; y la
última es que, una vez arriba, descubrió que había miles de columnas más. El libro menciona dos columnas:
una es producto de la ilusión creada por la lucha entre las orugas, mientras que la otra es donde nació esta
oruga, o sea, el origen de la vida.
Ignorar a Dios, que es nuestro origen, y esforzarnos por subir a la cima de la columna en nuestras fuerzas y
sabiduría es pura soberbia. Por lo tanto, debemos reconocer que el Señor nos salvó a través de la cruz, al
eliminar la intención equivocada de alcanzar logros por nosotros mismos. Así como la oruga se convierte en
mariposa con solo quedarse pegada al árbol, nosotros también debemos permanecer junto a Dios, que es
nuestra fuente de vida, y vivir junto a Él. De este modo, deseo que puedan comprender esto por medio de la
gracia del Espíritu Santo, antes de llegar a la cima de la columna y descubrir que todo era una ilusión.

Vivir como creyente en este mundo, Lee Chan-soo


MARTES

24
Jueces 9:16-25

No deseches la verdad y la integridad


16 »Ahora, bien: ¿Habéis procedido con verdad y con integridad al hacer rey a Abimelec? ¿Habéis actuado bien con
Jerobaal y con su casa, le habéis pagado conforme a la obra de sus manos?
16 »Y ahora, yo les pregunto: ¿Han actuado ustedes con verdad y honradez al hacer rey a Abimélec? ¿Han tratado a Jerubaal y a su familia con la misma bondad con que él los
trató a ustedes?
17 Mi padre peleó por vosotros y expuso su vida al peligro para libraros de manos de Madián,
17 Porque mi padre arriesgó su vida por ustedes cuando peleó para librarlos del poder de los madianitas;
18 y vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre y habéis matado a sus setenta hijos sobre una
misma piedra, y habéis puesto por rey sobre los de Siquem a Abimelec, hijo de su criada, debido a que es vuestro
hermano.
18 ustedes, en cambio, se han rebelado contra la familia de mi padre, y han matado a sus setenta hijos contra una misma piedra. Por si fuera poco, han nombrado rey a Abimélec,
hijo de la concubina de Jerubaal, sólo porque él es pariente de ustedes.

19 Si con verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec y él
goce de vosotros.
19 Pero yo les digo hoy: Si ustedes han tratado con verdad y honradez a Jerubaal y a su familia, que les vaya bien con Abimélec, y a él con ustedes;
20 Y si no, fuego salga de Abimelec y consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem y
de la casa de Milo y consuma a Abimelec.»
20 pero si no, ¡que salga de Abimélec un fuego que destruya a todos los de Siquem y de Bet-miló, y que de Siquem y de Bet-miló salga un fuego que lo destruya a él!»
21 Jotam escapó y huyó, se fue a Beer y allí se quedó por miedo de su hermano Abimelec.
21 Después de haber dicho esto, Jotam huyó y se fue a vivir en Beer, porque le tenía miedo a su hermano Abimélec.
22 Después que Abimelec hubo dominado sobre Israel tres años,
22 Abimélec dominó a los israelitas durante tres años,
23 envió Dios un espíritu de discordia entre Abimelec y los hombres de Siquem, y los de Siquem se rebelaron contra
Abimelec,
23 pero Dios interpuso un espíritu maligno entre Abimélec y los de Siquem, para que éstos se rebelaran contra él
24 para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y su sangre, recayera sobre su hermano Abimelec,
que los mató, y sobre los hombres de Siquem que lo ayudaron a matar a sus hermanos.
24 y así pagara Abimélec el sangriento asesinato de los setenta hijos de Jerubaal, y los de Siquem pagaran por haberle ayudado.
25 Los de Siquem pusieron en las cumbres de los montes asechadores que robaban a todos los que pasaban junto a
ellos por el camino. De esto se dio aviso a Abimelec.
25 Los de Siquem tenían gente en los montes, que se escondía y asaltaba a todos los que pasaban por el camino cercano. Y Abimélec se enteró de esto.

Resumen
Jotam reprende a los hombres de Siquem señalando que no han procedido con verdad e integridad al hacer rey a Abimelec. Y anuncia que saldrá fuego que los consumirá. Tres
años después, envía Dios un espíritu de discordia, y Siquem traiciona a Abimelec. De esa forma, se ejecuta el juicio por los pecados cometidos contra los hijos de Jerobaal.
Ayuda a su meditación
Reprensión de Jotam (9:16-21)
Jotam deja en claro que la zarza de su fábula (9:14-15) es Abimelec y reprende a los hombres de Siquem por
haberle elegido rey. Utiliza palabras relacionadas al pacto como ‘verdad’ (‘emet’ en hebreo) e ‘integridad’ (‘tam’ en
hebreo) para señalar traición contra Gedeón y su casa (vv. 16, 19). La reprensión de Jotam trae a la memoria el
primer pacto que los de Siquem establecieron con Gedeón. Pero, al hacer rey a Abimelec, traicionaron no solo a
Gedeón, sino también a Dios, al desafiar Su autoridad real. Dios es el único rey de Israel; servir a otro dios o a otro
rey humano es quebrantar el pacto con Él. Nuestro deber como pueblo celestial es servir y adorar solo a Dios.
¿Por qué aceptar a Abimelec como rey es sinónimo de ‘desafiar la autoridad real de Dios? ¿De qué debo cuidarme para servir solo al Señor con verdad
e integridad?
Juicio contra Abimelec (9:22-25)
Una alianza sin verdad y justicia no permanece. Después de que Abimelec ha dominado sobre Israel tres años, Dios
envía ‘un mal espíritu’ entre él y los hombres de Siquem. A diferencia del Espíritu de Jehová que empodera a los
jueces y libertadores de Israel (3:10; 6:34), este mal espíritu divide a Abimelec de los hombres de Siquem (v. 25).
Los de Siquem se esconden en las cumbres de los montes Gerizim y Ebal, para vigilar a Abimelec y asechar a los
que pasan por el camino, para cobrar a la fuerza un impuesto por transitar en la zona. Así juzga Dios a Abimelec,
quien mató a sus hermanastros a fin de asumir el trono, y a los de Siquem, por haber traicionado al Señor. A veces,
Dios utiliza a los seres malignos para cumplir Su voluntad y justicia.
¿Por qué los hombres de Siquem traicionan a Abimelec? ¿Cómo puedo esforzarme para no recibir influencias de los espíritus malignos? (Lc. 11:24-26; 1
Ts. 5:19-22)
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Dios mío, Tú destruyes alianzas que no te agradan. Revela con la luz del Espíritu Santo las relaciones que tengo con personas
indebidas; dispersa a los que buscan engañar y hacer injusticia. Deseo tomarme de la Palabra como la base de la verdad y entablar una relación cercana con
aquellos que buscan agradarte.
Ensayo para meditar

Escojamos el camino de la paz

C
uando el grupo extremista Estado Islámico (EI) empezó a consolidarse, el mundo entero vio con sorpresa
cómo cientos de jóvenes ingleses viajaron a Siria e Irak para formar parte de esta organización. Cada
vez más jóvenes abandonaban sus hogares para convertirse en guerreros islámicos, buscando ser
glorificados. ¿Por qué decidieron ser parte de un grupo que enseña a cometer asesinatos y ataques
terroristas? El principal motivo es que el EI recluta personas con una visión escéptica de la sociedad,
haciéndolos creer que serán unos héroes. No obstante, al conocer verdaderamente a este grupo, queda claro
que están lejos de ser héroes. Han cometido miles de crímenes y de actos terroristas indiscriminados contra
EE. UU., sus aliados y demás naciones occidentales, asesinando, secuestrando y torturando a muchas
personas. Con esto buscan generar miedo, especialmente en quienes se oponen a sus propósitos. En los países
donde el EI tiene influencia, cientos de ciudadanos han perdido sus hogares y se han convertido en refugiados.
Lamentablemente, los musulmanes extremistas desperdician sus vidas, sin saber que son engañados por
creer en un dios falso, y por buscar ideales contrarios al amor y la salvación de Jesús. En lo que a los
creyentes corresponde, si nos alejamos de la Palabra de Dios, le abriremos puertas al enemigo. Asimismo,
debemos elegir el camino de la paz y el amor de Cristo, dejando de lado el odio y el resentimiento. Recuerde
que Dios es el señor del universo que juzgará con justicia a quienes se opongan a Él.

No te alejes de mí, Lee Sion


MIÉRCOLES

25
Jueces 9:26-45

Juicio justo contra los impíos


26 Un día, Gaal hijo de Ebed pasó con sus hermanos por Siquem, y los de Siquem pusieron en él su confianza.
27 Salieron al campo, recogieron y pisaron la uva, e hicieron fiesta: entraron en el templo de sus dioses y, comiendo
y bebiendo, maldijeron a Abimelec.
28 Entonces Gaal hijo de Ebed dijo: «¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem, para que nosotros le sirvamos? ¿No es
hijo de Jerobaal? ¿No es Zebul su ayudante? Servid a los hombres de Hamor, padre de Siquem; pero ¿por qué
hemos de servir a Abimelec?
29 Ojalá estuviera este pueblo bajo mi mano; enseguida arrojaría yo a Abimelec, y le diría: “Refuerza tus ejércitos, y
sal a pelear.”»
30 Cuando Zebul, gobernador de la ciudad, oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira
31 y envió secretamente mensajeros a decir a Abimelec: «Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem y
están sublevando la ciudad contra ti.
32 Levántate, pues, ahora de noche, tú y el pueblo que está contigo, y pon emboscadas en el campo.
33 Por la mañana, al salir el sol, madruga y cae sobre la ciudad. Cuando Gaal y el pueblo que está con él salgan
contra ti, tú harás con él según se presente la ocasión.»
34 Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem
con cuatro compañías.
35 Cuando Gaal hijo de Ebed salió, se puso a la entrada de la puerta de la ciudad. Entonces Abimelec y todo el
pueblo que con él estaba salieron de sus escondites.
36 Al verlos, Gaal dijo a Zebul: —He allí gente que desciende de las cumbres de los montes. Zebul le respondió: —
Tú ves la sombra de los montes como si fueran hombres.
37 Volvió Gaal a hablar, y dijo: —¡He allí gente que desciende de en medio de la tierra, y una tropa que viene por el
camino de la encina de los adivinos!
38 Zebul le respondió: —¿Cómo? Si antes decías: “¿Quién es Abimelec para que lo sirvamos?” ¿No es éste el pueblo
que tenías en poco? Sal pues, ahora, y pelea con él.
39 Gaal salió al frente de los de Siquem y peleó contra Abimelec.
40 Pero Abimelec lo persiguió; Gaal huyó de él y muchos cayeron heridos hasta la puerta misma de la ciudad.
41 Abimelec se quedó en Aruma, y Zebul echó fuera de Siquem a Gaal y a sus hermanos para que no habitaran en
Siquem.
42 Aconteció al siguiente día, que el pueblo salió al campo. Le dieron aviso a Abimelec,
43 el cual tomó a su gente, la repartió en tres compañías y puso emboscadas en el campo. Cuando miró, vio al
pueblo que salía de la ciudad. Entonces se levantó contra ellos y los atacó.
44 Abimelec y la compañía que estaba con él acometieron con ímpetu y se detuvieron a la entrada de la puerta de la
ciudad; las otras dos compañías acometieron a todos los que estaban en el campo y los mataron.
45 Abimelec peleó contra la ciudad todo aquel día, la tomó y mató al pueblo que en ella estaba; destruyó la ciudad y
la sembró de sal.
Resumen
Los hombres de Siquem ponen en Gaal (hijo de Ebed) su confianza y maldicen a Abimelec. Oyendo las palabras de Gaal, Zebul (gobernador de Siquem) sugiere a Abimelec poner
emboscadas en el campo y caer sobre la ciudad. Al día siguiente, Gaal sale de la ciudad y huye de él. Abimelec toma la ciudad y la destruye.
Ayuda a su meditación
La sublevación de Gaal (9:26-33)
Siquem se revela contra Abimelec, levantando a Gaal como su nuevo líder, quien se presenta como descendiente de
Hamor, padre de Siquem (v. 28) y fundador de la ciudad (Gn. 34:6). Gaal logra aliarse a los hombres de Siquem,
argumentando ser descedientes de un mismo padre. Apela al parentesco, al igual que Abimelec cuando se sublevó
contra la casa de su padre (9:1-3). Zebul, el gobernador de Siquem, envía secretamente mensajeros a Aruba (v. 41)
para reportar a Abimelec sobre este suceso. Entonces, Abimelec convoca un ejército para atacar a Gaal y a
Siquem. Aquellos que habían sido sus amigos, se habían levantado contra él. Más que una simple lucha de poder,
este evento hace parte del justo juicio de Dios, pues Él no pasa por alto el pecado del hombre.
¿De qué manera Abimelec y Gaal buscan crear alianza en Siquem? (9:1-3) ¿Qué concepto tendrá Dios de aquellos que dividen y hacen alianzas para
su propio beneficio?
El castigo de Abimelec (9:34-45)
El juicio de Dios es una justa retribución por la maldad cometida. Conforme al consejo de Zebul, Abimelec pone
emboscada contra Siquem. Gaal pelea con su ejército, pero huye delante del rey. Abimelec echa fuera a Gaal y a
sus hermanos de Siquem, por haberse sublevado contra él. Por otro lado, pone emboscadas en el campo, utilizando
la misma estrategia que su padre Gedeón (v. 43; 7:16), mata al pueblo de Siquem, asola la ciudad y la siembra de
sal con maldición. Abimelec entiende esta rebelión como el quebrantamiento del pacto establecido entre el rey y
sus súbditos. Por haber participado de la matanza de los setenta hijos de Gedeón y traicionado a Dios, el verdadero
Rey de Israel, los hombres de Siquem son juzgados por el mismo rey impío que ellos levantaron.
¿Por qué Abimelec echa sal y maldice a Siquem? ¿En qué resulta el incumplimiento y la traición a la voluntad de Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Dios, ¿alguna vez he dicho cosas a la ligera como Gaal? Deseo aprender de los hombres de Siquem, que fueron destruidos por
seguir a líderes corruptos. Ata mi corazón y mente a Tu Palabra, para no ser absorbido por el mundo que busca engañarme con su poder temporal.
Ensayo para meditar

Lo que alegra a Satanás

U
n creyente de la iglesia donde ministraba me buscó para señalar los problemas que veía en la
congregación y me dijo: “Aun si debo abandonar esta congregación, le pido que me dé la oportunidad de
hablar este domingo”. Lo que él en realidad quería era predicar en mi lugar porque, a su parecer, yo era
incapaz de hacerlo correctamente. ¿Qué creen que hice? Intenté detenerlo diciéndole: “Querido hermano, no
debemos hacer eso. Eso es caer en la tentación. Usted terminará lastimado y Satanás quedará complacido”. Al
no poder renunciar a sus intenciones, terminó abandonando la iglesia.
Un pastor les preguntó a sus fieles por qué peleaban, y un anciano le aseguró que todo era porque querían lo
mejor para la congregación. A lo que el pastor exclamó: “¡No deseemos lo mejor!”.
¿Cómo opera un cirujano a un paciente con un tumor cancerígeno? Su prioridad es proteger la vida del
paciente, pues de nada sirve extirpar el tumor, si el paciente fallece en el intento. Debemos cuidarnos de no
caer en el engaño de entablar luchas y discusiones que terminan causando divisiones, aun cuando el propósito
es hacer el bien por la iglesia y por el prójimo. Debemos recordar en todo momento que la división es el
ministerio del enemigo, y que nuestro deber es hacer todo conforme a la voluntad del Señor. Lo importante es
hacerlo como el Señor desea y no como nosotros consideramos que es correcto. Debemos seguir por el camino
que Dios nos muestre, procurando siempre la unión en el Espíritu Santo.

Las personas se transforman en el Señor, Yu Ki-sung


JUEVES

26
Jueces 9:46-57

Siegan lo que han sembrado


46 Cuando oyeron esto todos los que estaban en la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo del dios
Berit.
46 Cuando los de Migdal-siquem se enteraron de lo que había hecho Abimélec, fueron a refugiarse en la fortaleza del templo de El-berit.
47 Avisaron a Abimelec que estaban reunidos los hombres de la torre de Siquem,
47 Y al saber Abimélec que todos estaban reunidos allí,
48 y subió junto con toda la gente que estaba con él al monte Salmón, tomó un hacha en la mano, cortó una rama de
los árboles y, levantándola, se la puso sobre sus hombros, diciéndole al pueblo que estaba con él: «Lo que me
habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo.»
48 fue con toda su gente al monte Salmón y con un hacha cortó una rama de un árbol; luego se la puso sobre el hombro y dijo a todos sus hombres que hicieran rápidamente lo
mismo que él.
49 Todo el pueblo cortó también cada uno su rama y siguieron a Abimelec; pusieron las ramas junto a la fortaleza
del templo y le prendieron fuego con ellas, de modo que todos los de la torre de Siquem murieron, unos mil, entre
hombres y mujeres.
49 Todos cortaron sus ramas y siguieron a Abimélec hasta la fortaleza del templo, donde amontonaron todas las ramas y les prendieron fuego, matando así a todos los de Migdal-
siquem, que eran unos mil hombres y mujeres.
50 Después Abimelec marchó sobre Tebes, le puso sitio y tomó la ciudad.
50 Después Abimélec marchó sobre Tebés, se preparó para atacarla y la tomó.
51 En medio de Tebes había una torre fortificada, a la cual se retiraron todos los hombres, las mujeres y todos los
señores de la ciudad. Cerraron tras sí las puertas y se subieron al techo de la torre.
51 En el centro de aquella ciudad había una torre, y en ella se escondieron todos los habitantes de la ciudad, hombres y mujeres. Cerraron bien las puertas y subieron al techo;
52 Llegó Abimelec a la torre y la atacó; pero cuando se acercó a la puerta para prenderle fuego,
52 pero Abimélec llegó hasta la puerta de la torre y la atacó. Ya se disponía a prenderle fuego,
53 una mujer dejó caer un pedazo de rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec y le rompió el cráneo.
53 cuando una mujer arrojó una piedra de molino, la cual le cayó en la cabeza y le rompió el cráneo.
54 Abimelec llamó apresuradamente a su escudero y le dijo: «Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí:
“Una mujer lo mató.”» Entonces su escudero lo atravesó con la espada, y murió.
54 Abimélec llamó rápidamente a su ayudante de armas y le dijo: «Saca tu espada y mátame, porque no quiero que se diga que una mujer me mató.» Entonces su ayudante lo
atravesó con la espada, y así murió.
55 Cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se fueron cada uno a su casa.
55 Cuando los israelitas vieron que Abimélec había muerto, regresaron a sus casas.
56 Así pagó Dios a Abimelec el mal que había hecho contra su padre al matar a sus setenta hermanos.
56 De esta manera Dios hizo pagar a Abimélec el crimen que había cometido contra su padre al matar a sus setenta hermanos.
57 Y todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo Dios volver sobre sus cabezas. Y se cumplió en ellos la maldición
de Jotam hijo de Jerobaal.
57 Y Dios hizo también que los de Siquem pagaran por todos sus crímenes. Así se cumplió en ellos la maldición de Jotam, el hijo de Jerubaal.

Resumen
Abimelec prende fuego a la fortaleza del templo y mata a todas las personas de la torre de Siquem. Después, se acerca a la torre de Tebes para prenderle fuego, cuando una mujer
deja caer una rueda de molino sobre su cabeza. Avergonzado de morir por causa de una mujer, le pide a su escudero que lo mate. Así paga Dios toda la maldad cometida por
Abimelec.
Ayuda a su meditación
Juicio contra los de la torre (9:46-49)
Si nos alejamos de la verdad y la integridad, seremos dominados por la ira. Continúa la venganza de Abimelec
contra los hombres de Siquem. Oyendo que la ciudad de Siquem había sido asolada, los que estaban en la torre de
Siquem entran a la fortaleza, un refugio subterráneo del templo del dios Berit. Entonces, Abimelec y su gente
prenden fuego a la fortaleza y mueren aproximadamente mil personas que estaban adentro. Así acaba la vida de
todos aquellos que le habían ayudado a subir al trono real. Al fin, termina la venganza de Abimelec y se cumple
literalmente la primera maldición de Jotam: “[…] y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo y consuma a
Abimelec” (9:20). El que no sabe dominar su ira, destruye su vida y la vida de los demás (Pr. 16:32).
¿Qué hace Abimelec, enojado, contra los de la torre de Siquem? ¿Cómo influye en uno y en la comunidad la ira descontrolada?
Juicio contra Abimelec (9v:50-57)
A veces, el juicio de Dios se desata de manera imprevista. Después de asolar la ciudad de Siquem, Abimelec va a
Tebes, una ciudad cercana. Los hombres de dicha ciudad se refugian en una torre. Como una vez lo hizo con la
torre de Siquem, Abimelec se acerca a la torre para prenderle fuego. Pero desde la torre, una mujer deja caer una
rueda de molino sobre su cabeza con la intención de matarlo. Así se cumple la segunda maldición de Jotám: “[…] y
fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo y consuma a Abimelec” (9:20). El mismo que mató a sus setenta
hermanastros sobre una piedra, muere a causa de una piedra arrojada por una mujer. Se trata del justo juicio de
Dios ante tal injusticia y violencia.
¿Cuál fue el fin de Abimelec, un hombre iracundo y cruel? Entendiendo que segamos lo que sembramos, debo renunciar a la ira y el deseo de venganza
en mi corazón.
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Todopoderoso, me postro delante de Ti. Tú das pago justo a nuestras obras y, a veces, traes cumplimiento a la maldición. Creo
que algún día, todos los injustos serán juzgados por Ti. De ninguna manera justificaré la ira, la crueldad y la violencia en mi vida; antes bien, los llevo cautivos a la
cruz de Cristo.
Ensayo para meditar

La semilla de la ira

C
uando hablamos de España, lo primero en lo que muchas personas piensan es la tauromaquia. El torero,
quien se viste con un traje vistoso y elegante, sale al ruedo con un capote rojo y una espada en sus
manos. Cuando comienza la faena, un toro con grandes y amenazantes cuernos ingresa al ruedo hacia el
torero, quien agita con elegancia su capote para hacerle creer al animal que la tela es el enemigo. El torero
evade la embestida del toro sin dejar que sus cuernos alcancen si quiera a rozar la tela. A pesar de que corre
hacia su objetivo, el animal continúa atacando en vano la tela que flota en el aire. Esta escena se repite sin
cesar, hasta cuando el torero mata al animal con su espada, como si quisiera calmar la ira del confundido toro
que se pierde entre gritos y aplausos del público.
La tauromaquia me recuerda al hombre que actúa con ira sin considerar las consecuencias, pues es como el
toro que ataca el capote del torero. El enojo producido por una injusticia o al sufrir mal trato puede ser útil
para obrar con justicia; pero, cuando se convierte en una ira incontrolada y permitimos que se adueñe de
nosotros nublando nuestro razonamiento y destruyendo nuestras relaciones interpersonales, se vuelve
totalmente infructuoso. La ira puede cerrar las puertas que Dios abre en nuestras vidas, dándole la
oportunidad al diablo de tomar el control y hacer realidad sus planes en nuestra contra. Al ser siervos de Dios,
debemos buscar incansablemente el someternos a Su voluntad, aun en aquellas situaciones que nos
enfurecen. Debemos sembrar en todo momento la semilla de la obediencia y la fe, y no la de la ira.

Fe inquebrantable, Kim Hak-joong


VIERNES

27
Jueces 10:1-9

La disciplina que produce arrepentimiento


1 Después de Abimelec, se levantó para librar a Israel Tola hijo de Fúa hijo de Dodo, hombre de Isacar, el cual
habitaba en Samir, en los montes de Efraín.
1 Después de Abimélec, un hombre de la tribu de Isacar llamado Tolá, hijo de Puá y nieto de Dodó, se levantó para salvar a Israel. Tolá vivía en Samir, en los montes de Efraín,
2 Tola juzgó a Israel veintitrés años. Murió y fue sepultado en Samir.
2 y gobernó a Israel durante veintitrés años, hasta que murió y lo enterraron en Samir.
3 Tras él se levantó Jair galaadita, el cual juzgó a Israel veintidós años.
3 Después se levantó Jaír, que era de Galaad, y gobernó a Israel durante veintidós años.
4 Tuvo treinta hijos, que cabalgaban sobre treinta asnos; y tenían treinta ciudades, que se llaman las ciudades de
Jair hasta hoy, las cuales están en la tierra de Galaad.
4 Jaír tuvo treinta hijos, cada uno de los cuales montaba en asno y tenía una ciudad en la región de Galaad. Esas treinta ciudades se conocen todavía como «las ciudades de Jaír».

5 Murió Jair y fue sepultado en Camón.


5 Cuando Jaír murió, fue enterrado en Camón.
6 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales y a Astarot, a los
dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los
filisteos. Abandonaron a Jehová y no lo sirvieron.
6 Pero los israelitas volvieron a hacer lo malo a los ojos del Señor, y adoraron a las diferentes representaciones de Baal y de Astarté, lo mismo que a los dioses de Siria, de Sidón,
de Moab, de Amón y de los filisteos. Abandonaron al Señor y dejaron de rendirle culto.
7 Se encendió entonces la ira de Jehová contra Israel, y los entregó en manos de los filisteos y de los hijos de
Amón,
7 Por eso el Señor se enfureció contra ellos y los entregó al poder de los filisteos y de los amonitas.
8 los cuales oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo durante dieciocho años, a todos los
hijos de Israel que vivían en Galaad, al otro lado del Jordán, en tierra del amorreo.
8 Desde entonces, y durante dieciocho años, los filisteos y los amonitas oprimieron cruelmente a todos los israelitas que vivían en Galaad, al otro lado del Jordán, en territorio
amorreo.
9 Los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá, contra Benjamín y contra la casa de
Efraín, y sufrió Israel gran aflicción.
9 Los amonitas cruzaron el Jordán para pelear también contra las tribus de Judá, Benjamín y Efraín, y los israelitas se vieron en grave aprieto.

Resumen
Después de Abimelec, Dios levanta a Tola y Jair como jueces de Israel. Pero los hijos de Israel vuelven a hacer lo malo ante los ojos de Dios, sirviendo a dioses ajenos. Se
enciende la ira de Dios, y los entrega a los filisteos y amonitas. Por dieciocho años sufre Israel; y Amón cruza el Jordán para afligir a Israel.
Ayuda a su meditación
Los jueces Tola y Jair (10:1-5)
La corrupción espiritual comienza desde cosas pequeñas. Después de lo sucedido con Abimelec, aparece Tola como
juez. Por el significado de su nombre ‘larva, gusano’ (Sal. 22:6; Jue. 41:14), sabemos que él pertenece a un estatus
socio económico bajo. Pero en las manos de Dios, se convierte en un instrumento útil. Después, Dios levanta a Jair
de Galaad, como el siguiente juez. Jair goza de tanto poder, que le da a cada uno de sus treinta hijos asnos y
ciudades. Con el tiempo, la descripción de los jueces toma una connotación negativa, ya que muchos de ellos se
olvidan de su condición de siervos, y buscan riquezas y poder, al igual que los reyes paganos. En cuanto nos
olvidamos del llamado de Dios, comenzamos a sufrir corrupción.
¿Qué podemos saber de la descripción de la familia del juez Jair? (v. 4, 8:30-31) ¿Qué pasaría, si me olvidara de que soy siervo de Dios?
La apostasía y el castigo (10:6-9)
Una pequeña concesión espiritual conlleva un gran retroceso. La corrupción gradual de Israel llega a su punto
máximo en los días de Jefté con la lista de dioses (v. 6). Esta lista incluye a los dioses cananeos y los de las
naciones vecinas. Lo sorprendente es que omite el nombre de Dios, Su salvador. Dios utiliza a los filisteos al este
del Jordán y a los amonitas al oeste como instrumentos de castigo por la apostasía de Israel. Como resultado, Israel
gime a causa de la opresión de dos naciones por un período más extenso (dieciocho años) que los siete años de
aflicción bajo Madián (6:1). La opresión se ha agudizado; el tiempo, extendido. El clamor de Dios por el
arrepentimiento de Su pueblo también ha crecido.
¿Cómo se manifiesta la ira de Dios por la apostasía? ¿Cuál es la tentación del mundo que busca ocupar el lugar de Dios en mi vida?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Dios mío, me pregunto cómo te habrás sentido, cuando Israel te abandonó para cometer idolatría y Tú los entregaste en manos
de sus enemigos. Ahora entiendo que la aflicción y la opresión en mi vida son gritos de Tu parte, para que nos apartemos del mal. Dejaré de culpar a los demás,
para volver a Ti y llevar una nueva vida.
Ensayo para meditar

El corazón del Padre que disciplina

C
onozco a un profesor del seminario teológico que enseña a sus alumnos con el corazón de un padre. Él
está a cargo de los estudiantes internacionales que llegan de intercambio. En ocasiones estos se copian
en los exámenes y, si bien podrían llegar a ser expulsados, el profesor les impone el castigo
misericordioso de transcribir los cuatro Evangelios. Por eso, los estudiantes lo quieren mucho y se han
evidenciado cambios en ellos al ser instruidos con el corazón de un padre.
Cuando estamos siendo disciplinados, debemos recordar que Dios no se queda tranquilo, pues no podemos
llamar padre a alguien que se complace con el dolor de un hijo. Cuando hay corrección, sufren los dos. Por
eso, Dios sufre con nosotros, en vez de abandonarnos en el dolor; y, al finalizar la cirugía espiritual traducida
en aflicción o disciplina, somos completamente restaurados. Por lo tanto, debemos saber claramente que
somos pecadores, para poder arrepentirnos de corazón y recibir sanidad y transformación en las áreas que
están enfermas. Reconocer nuestra maldad con claridad es indispensable; por eso, hay ocasiones en las que
Dios usa el dolor para que lo busquemos en oración y con todo nuestro ser.

Triunfa la gracia, Lee Jae-hoon


SÁBADO

28
Jueces 10:10-18

Misericordia al arrepentimiento
10 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: —Nosotros hemos pecado contra ti, porque hemos
dejado a nuestro Dios y servido a los baales.
10 Entonces le pidieron ayuda al Señor, y le dijeron: «Dios nuestro, hemos pecado contra ti, pues te hemos abandonado por adorar a falsos dioses.»
11 Jehová respondió a los hijos de Israel: —¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas,
de los filisteos,
11 Y el Señor les contestó: «Ustedes fueron oprimidos por los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos,
12 de los de Sidón, de Amalec y de Maón? Y cuando clamasteis a mí, ¿no os libré de sus manos?
12 los sidonios, los amalecitas y los madianitas; pero cuando ustedes clamaron a mí, yo los salvé.

13 Pero vosotros me habéis dejado y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más.
13 A pesar de eso, ustedes me han abandonado por ir a adorar a otros dioses, así que yo no volveré a salvarlos.

14 Andad y clamad a los dioses que habéis elegido; que ellos os libren en el tiempo de vuestra aflicción.
14 ¡Vayan y pidan ayuda a los dioses que se han escogido! ¡Que ellos los salven a ustedes cuando estén en aprietos!»
15 Los hijos de Israel respondieron a Jehová: —Hemos pecado; haz con nosotros como bien te parezca. Sólo te
rogamos que nos libres en este día.
15 Entonces los israelitas le respondieron al Señor: «Hemos pecado. Haz con nosotros lo que mejor te parezca, pero, ¡por favor, sálvanos ahora!»
16 Quitaron, pues, de en medio de ellos los dioses ajenos y sirvieron a Jehová. Y él se angustió a causa de la
aflicción de Israel.
16 Y los israelitas se deshicieron de los dioses extranjeros para volver a adorar al Señor, y el Señor ya no pudo soportar que los israelitas siguieran sufriendo.
17 Entonces se juntaron los hijos de Amón y acamparon en Galaad; se juntaron asimismo los hijos de Israel y
acamparon en Mizpa.
17 Los amonitas se reunieron y acamparon en Galaad. Los israelitas, por su parte, se reunieron y acamparon en Mispá.
18 Y los príncipes y el pueblo de Galaad se dijeron unos a otros: «¿Quién comenzará la batalla contra los hijos de
Amón? El que lo haga será el caudillo de todos los que habitan en Galaad.»
18 Los israelitas que vivían en Galaad, y sus jefes, acordaron entre sí que el que dirigiera la batalla contra los amonitas sería caudillo de todos los habitantes de Galaad.

Resumen
Israel clama, pero esta vez Dios responde que no los librará más, ya que pueden clamar a los dioses que han servido. Israel confiesa haber pecado delante de Dios, y sirven solo a
Jehová, quitando a los dioses ajenos de en medio de ellos. Los hijos de Amón acampan en Galaad y el pueblo de Israel consulta quién comenzará la batalla.
Ayuda a su meditación
Que ellos os libren, Israel (10:10-14)
Dios es tardo para la ira, pero no pasa por alto el pecado. Israel sufre opresión de Filistea y Amón, y clama a Dios
por Su ayuda. El pueblo escogido se arrepiente de haber servido a los baales, un suceso sin precedentes. No
obstante, la reacción de Dios es resuelta: “[…] yo no os libraré más” (v. 13). Antes de rescatarles como siempre, les
invita a recordar la salvación que han experimentado por gracia. Desde Egipto hasta Maón (Madián), Dios rescató
a Israel del dominio de siete naciones. Este número se contrasta con los dioses gentiles que adoró Israel. La
actitud constante de ingratitud y la falta de arrepentimiento genuino no son dignos de la misericordia de Dios.
¿Cuál es la reacción de Dios ante la persistente ingratitud y la falta de arrepentimiento de Israel? ¿Cuál es el hábito pecaminoso que ha tomado lugar en
mí, que debo renunciar ante los ojos de Dios?
El arrepentimiento de Israel (10:15-18)
Al oír la reprensión de Dios, Israel se arrepiente de corazón. No solo reconocen sus pecados, sino que toman
acciones coherentes con su deseo de cambiar, quitando de en medio de ellos los dioses ajenos y sirviendo solo a
Dios. Al ver esto, Dios siente angustia en Su corazón (v. 16), según el pasaje bíblico, a causa de la aflicción de
Israel. Así se siente un padre, al ver sufrir a su hijo por el dolor del castigo. Dios cambia de parecer, cuando ve a
Israel arrepentirse de corazón, y le concede misericordia. Al fin, comienza a trabajar para la salvación de Su
pueblo. Lo que Dios más desea es que nos arrepintamos de nuestros pecados y recibamos Su misericordia. Hay
algo que precede al arrepentimiento del hombre, y es la misericordia del Padre (Lc. 15:11-32).
¿Cómo se siente Dios al ver la aflicción de Israel? (v. 16) ¿De qué debo arrepentirme de corazón y pedir perdón a Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Amado Padre, Tú eres misericordioso, incluso cuando reprendes a Tu pueblo por el pecado cometido. Aunque la aflicción se
multiplique en mi vida, me levantaré y te seguiré, confiando en el amor del Padre. Ayúdame a dar frutos dignos de arrepentimiento y restáurame con Tu perdón y Tu
gracia.
Aprendiendo con el devocional
* Esta semana les presentamos Oración y devocional, una herramienta que profundiza en la oración, para que puedan aprender diferentes maneras de hacer el devocional.
La Palabra que me da hoy: Jueces 10:15-16

Mi meditación
Comprendo que el autor del salmo pudo vencer el miedo natural que sentía ante el peligro y logró derrotar a sus enemigos
reales, después de haber triunfado en la batalla espiritual, a través de la renovación de su confianza en Dios. Estos días
estoy muy acongojado por mis parientes que quieren quitarme parte de la herencia que me corresponde. Entonces, me
pregunto si querer renunciar a todo es desconfiar de Dios. En todo caso, continúo reflexionando y buscando iluminarme
con la Palabra respecto a la actitud que debo tener ante este problema.

Mi aplicación
El pasado agosto me operaron de cáncer de tiroides. Desde que me diagnosticaron, durante la espera, en el día de la
cirugía y luego de esta, la oración fluía de mí sin esfuerzo alguno. La comunidad de la iglesia también oró y la gracia de
Dios permaneció en mí. Me llevó unos tres meses hasta poder volver a tragar alimentos y hablar como antes. Nada era
natural. No obstante, a medida que me recuperaba, descubrí que estaba tratando a la salud como un ídolo, al enfocarme en
qué comer, qué beber y qué vestir. Y cada vez oraba con menos desesperación, me interesaba más en las cosas del mundo,
en vez de confiar en el Señor de la vida y buscar lo celestial. Empecé a prestarle más atención a las sugerencias de los
médicos sobre lo que es bueno para el cuerpo que a la Palabra. Por eso, confieso que pequé al no haber tenido a Dios como
la prioridad de mi vida y aceptaré con gozo Su disciplina. Ahora recuerdo las palabras de Jesús en Mateo 6:32-33 y me
vuelvo al Señor, sabiendo que Él suplirá todo lo que necesito, mientras que yo busco Su reino y Su justicia. Por lo tanto,
dejaré de lado mis preocupaciones sobre la salud y volveré a edificar correctamente mi fe. También compartiré la gracia
que conocí por medio del sufrimiento con quienes me rodean.

Mi oración
Confieso que todo lo que viví hasta ahora fue por Tu gracia. Dios, ayúdame a no perderme en las vanidades y a
encontrarme contigo día a día por medio de la Palabra, la meditación y la oración, concentrándome en el deber que me
encomendaste como Tu pueblo.
Quinta semana

34
Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija única; fuera de ella no tenía hijo ni hija. 35 Cuando él la
vio, rasgó sus vestidos, diciendo:
—¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
(Jueces 1:34-35)
DOMINGO

29
Jueces 11:1-11

No importa la condición
1 Jefté, el galaadita, era esforzado y valeroso. Era hijo de una ramera y de un hombre llamado Galaad.
1 Jefté era un valiente guerrero de la región de Galaad. Era hijo de una prostituta y de un hombre llamado Galaad,
2 Pero también la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: «No
heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.»
2 y como la esposa de Galaad le había dado otros hijos, cuando ellos crecieron echaron de la casa a Jefté y le dijeron que no heredaría nada de su padre, por ser hijo de otra mujer.
3 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y se fue a vivir en tierra de Tob, donde reunió una banda de hombres ociosos
que salían con él.
3 Entonces Jefté huyó de sus hermanos y se fue a vivir a la región de Tob, donde reunió una banda de desalmados que junto con él salían a hacer correrías.

4 Aconteció andando el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.
4 Pasado algún tiempo los amonitas atacaron a Israel,

5 Cuando ello sucedió, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob,
5 y los jefes de Galaad mandaron traer a Jefté de la región de Tob,
6 y le dijeron: —Ven, para que seas nuestro jefe en la guerra contra los hijos de Amón.
6 y le dijeron: —Ven, queremos que seas nuestro jefe en la guerra contra los amonitas.
7 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: —¿No me aborrecisteis vosotros y me echasteis de la casa de mi padre?
¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?
7 Jefté les contestó: —¿Pues no me odiaban ustedes, y hasta me obligaron a irme de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen a buscarme ahora que están en aprietos?
8 Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: —Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con
nosotros a pelear contra los hijos de Amón y a ser el caudillo de todos los que vivimos en Galaad.
8 —Precisamente porque estamos en aprietos venimos a buscarte —dijeron ellos—. Queremos que vengas con nosotros y pelees contra los amonitas, y que seas el jefe de todos
los que vivimos en Galaad.
9 Jefté dijo entonces a los ancianos de Galaad: —Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y
Jehová los entrega delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo?
9 —Pues si ustedes quieren que yo regrese para pelear contra los amonitas, y si el Señor me da la victoria, seré el jefe de ustedes —respondió Jefté.
10 Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: —Jehová sea testigo entre nosotros si no hacemos como tú dices.
10 Y los jefes le aseguraron: —El Señor es testigo nuestro de que haremos todo lo que has dicho.
11 Fue, pues, Jefté con los ancianos de Galaad y el pueblo lo eligió como su caudillo y jefe. En Mizpa, Jefté repitió
todas sus palabras delante de Jehová,
11 Entonces Jefté fue con ellos, y el pueblo lo nombró su jefe y caudillo. En Mispá, Jefté repitió ante el Señor lo que antes había dicho.

Resumen
Jefté, hijo de una ramera y de Galaad, es echado de la casa de su padre y se va a vivir a Tob, donde reúne una banda de hombres ociosos. Los hijos de Amón hacen guerra contra
Israel, y los ancianos de Galaad piden a Jefté que salga a pelear contra los amonitas. Después de asegurarse que será caudillo del pueblo, Jefté va con los ancianos.
Ayuda a su meditación
Jefté, el caudillo de Galaad (11:1-11)
Dios obra de manera imprevista: Jefté, un líder de hombres ociosos, será el próximo juez sobre Israel, el cual
librará a Israel de Amón. Perseguido por sus hermanastros debido a su condición (hijo de una prostituta), huye a
Tob, una tierra gentil, en donde reúne una banda de hombres ociosos. Un día, Amón hace guerra contra Israel; y
los ancianos de Galaad le proponen a Jefté que sea el ‘jefe de guerra’. Jefté se niega, recordando cómo fue
aborrecido y echado de la casa de su padre. Los ancianos prometen que harán de él su caudillo (gobernador),
cuando haya acabado la guerra en victoria. Así tuvo éxito Jefté como negociador, pese a su estatus. Habiendo sido
desechado por sus hermanastros, aparecerá en la historia como el libertador de su patria.
¿Por qué Jefté rechaza la petición de ser el jefe del ejército de Israel? (vv. 1-2, 7) ¿Qué me enseña saber que Dios utiliza para su obra a personas que
han sido menospreciadas?
Altar familiar

Comencemos con alabanza y oración. Compartamos acerca de nuestra semana, inclusive el agradecimiento por las cosas que Dios ha hecho.

1
Observación
¿Cómo fue el contexto en el que nació y creció Jefté? ¿Por qué tuvo que huir de sus hermanastros y vivir en Tob? (11:1-3)

Aplicación y diálogo

¿Alguna vez he juzgado a alguien por su condición visible y externa? ¿Cuál es la enseñanza que me ha dejado ello?

2
Observación

¿Por qué los ancianos de Galaad habían acudido a Jefté, y cuál fue su sugerencia? (11:6, 8, 10:18)

Aplicación y diálogo

¿Alguna vez he dicho una cosa y hecho otra?

Compartamos cómo debemos cambiar, para ser personas constantes y honestas delante de Dios.Compartamos las peticiones de oración individuales y seleccionemos los temas
para orar como familia durante toda la semana. Terminemos el devocional con la oración final.
Intercesión por las naciones
Son 42 millones de abortos que se han producido en el año 2020 en todo el mundo. Este número sobrepasa de lejos la suma de la mortandad causada
por alguna enfermedad contagiosa y cáncer, constituyéndose en la causa más frecuente y preocupante de muerte. Además, han crecido los
movimientos a favor del aborto en países como Bélgica, Australia y Canadá. Pidamos a Dios que esta generación reconozca que Dios es el autor y
soberano de la vida del hombre, y se arrepienta de sus pecados.
LUNES

30
Jueces 11:12-28

Jehová, el verdadero Juez


12 y envió mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: —¿Qué tienes tú conmigo, para venir a hacer guerra contra
mi tierra?
13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: —Por cuanto Israel, cuando subió de Egipto, tomó mi
tierra, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán, devuélvela tú ahora en paz.
14 Jefté envió otros mensajeros al rey de los amonitas,
15 con el siguiente mensaje: —Jefté ha dicho esto: “Israel no tomó tierra de Moab ni tierra de los hijos de Amón.
16 Porque cuando Israel subió de Egipto y anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, llegó a Cades.
17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: ‘Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra’, pero
el rey de Edom no los escuchó. También envió mensajeros al rey de Moab, el cual tampoco quiso. Israel, por tanto,
se quedó en Cades.
18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab y, viniendo por el lado oriental de la
tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón, pero no entró en territorio de Moab, porque Arnón es territorio de
Moab.
19 Asimismo envió Israel mensajeros a Sehón, rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: ‘Te ruego que me
dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar’.
20 Pero Sehón no se fió de Israel para darle paso por su territorio, sino que reuniendo toda su gente acampó en
Jahaza y peleó contra Israel.
21 Pero Jehová, Dios de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en manos de Israel, y los derrotó. De esta
manera se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país.
22 También se apoderó de todo el territorio del amorreo desde el Arnón hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el
Jordán.
23 Así que, ¿pretendes tú apoderarte de lo que Jehová, Dios de Israel, le quitó al amorreo en favor de su pueblo
Israel?
24 Lo que te haga poseer Quemos, tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que Jehová, nuestro Dios, nos ha dado,
nosotros lo poseeremos.
25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él alguna reclamación contra Israel o
hizo guerra contra nosotros?
26 Ya hace trescientos años que Israel habita en Hesbón y sus aldeas, en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades
que están en el territorio del Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en todo ese tiempo?
27 Así que, yo en nada he pecado contra ti, pero tú haces mal peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy
entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.”
28 Pero el rey de los hijos de Amón no atendió a estas razones que Jefté le había enviado.

Resumen
El rey de los amonitas pide que la tierra desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán sean devueltos en paz. Jefté señala que dichas tierras estaban ocupadas por los amorreos
cuando Israel salió de Egipto, no por los amonitas; Dios los expulsó de allí e Israel lleva trescientos años habitando en esa tierra. No obstante, el rey de Amón no atiende a estas
razones.
Ayuda a su meditación
Legitimidad histórica (11:12-22)
Jefté conoce muy bien la historia de Israel. Después de negociar con éxito con los ancianos de Galaad, Jefté
comienza a reconvenir al rey de Amón. Según los amonitas, la tierra en disputa les pertenece; pero Jefté relata la
historia. Con fundamentos históricos, señala que Israel quitó Galaad de la mano de los amorreos y no de los
amonitas (vv. 15, 21). En esa época, el oriente del Jordán era gobernado por Sehón y Og, reyes de los amorreos.
Estos atacaron primero, pero Moisés logró derrotarlos y conquistar Galaad. Así, estas tierras han sido ocupadas
por dos tribus y medio de Israel (v. 22; Dt. 3:12-13). Jefté recita la historia para sostener la legitimidad de Galaad
en manos de los israelitas. Podemos solucionar problemas recordando con precisión la historia.
¿Qué parte de la declaración del rey de Amón se contradice con la historia? (vv. 16-22) ¿Cuál es el problema que debo solucionar con diálogo, en lugar
de usar la fuerza?
Legitimidad teológica (11:23-28)
Todo argumento debe tener sus bases y fundamentos. Después de sostener la legitimidad histórica de Galaad, Jefté
señala su legitimidad teológica, contrarrestando la opinión del rey de Amón. Dios es soberano sobre toda la tierra;
y a Él le plació dar a Israel la tierra de Galaad como su posesión. Jefté añade diciendo que no es justo pedir la
soberanía sobre Galaad trescientos años después de que Israel conquistara dicha tierra. Además de sostener la
legitimidad de aquella tierra desde la perspectiva histórica y teológica, Jefté pide a Dios que Él tome cartas al
asunto y juzgue el caso. Así pide a Dios que intervenga y ponga fin al pleito entre ambas naciones. ‘Jehová es el
juez’ (‘hashofet’ en hebreo) de Israel, el juez soberano del mundo entero.
¿Con qué fundamentos pide Jefté la intervención y juicio de Dios? (v. 27) ¿Qué puedo aprender de la óptica histórica que adopta Jefté?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. Dios mío, gracias por enseñarme con Tu Palabra la sabiduría para quebrantar la estrategia del enemigo, que amenaza al pueblo
de Dios con mentiras con el fin de quitarle su heredad. Te pido que los juzgues a todos ellos. No me someteré a la potestad de este mundo; mi fe descansa en Ti,
Rey de reyes y Soberano eterno.
Ensayo para meditar

La razón de mi autoestima

U
n nuevo empleado que comenzó a trabajar en un canal de televisión comentó al ver los equipos que
estaban en el estudio: “¡Todo esto se ve muy costoso!”. Entonces, el productor que estaba a su lado le
dio un golpe en la nuca y le dijo: “¿Costoso? Son aparatos que no puedes comprar aunque trabajes toda
tu vida”. Aunque se pudo haber ofendido por el golpe o el comentario, este ni se molestó en responderle. Unos
días más tarde, descubrieron que aquel empleado nuevo era el hijo del dueño. ¿Entienden por qué no se
enfureció con el comentario del productor y se mantuvo tranquilo? Porque a él no le importaba para nada lo
que el productor opinara de él, ya que tenía claro que era hijo de un hombre influyente y poderoso. Estas
personas se caracterizan porque no les importa lo que el resto diga sobre ellos y creen firmemente en que
todo les irá bien, si confían y obedecen lo que sus padres les indican.
Del mismo modo, si creemos en que Dios es nuestro padre, el señor que nos limpió de todos los pecados, en
nuestra vida no habrá lugar para las palabras de juicio y solo tendremos en mente realizar la obra que el
Padre nos pidió. Podemos estar siempre seguros sabiendo que pertenecemos a Cristo y que estamos exentos
del juicio del mundo.

Mi vida no acaba aquí, Seo Chang-hee


MARTES

31
Jueces 11:29-40

Un voto fuera de lugar


29 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés. De allí pasó a Mizpa de
Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.
30 Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos,
30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,
31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de
Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos.
32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33 Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran
estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.
34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija
única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,
35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo: —¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho
una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!
36 Ella entonces le respondió: —Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
36 Y ella le respondió: —Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas.
37 Y añadió: —Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad
junto con mis compañeras.
37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.
38 Jefté le respondió: —Ve. La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció
varón.
39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con
ningún hombre.
40 Por eso es costumbre en Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de Jefté, el
galaadita, durante cuatro días.
40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

Resumen
Jefté promete ofrecerle a Dios en holocausto a la primera persona que salga de su casa a recibirle, si derrota a los amonitas y regresa victorioso. Al volver, su única hija sale a
recibirle con danzas. Ella va por los montes a llorar su virginidad junto con sus compañeras por dos meses, y después Jefté cumple su voto.
Ayuda a su meditación
Lleno de egoísmo y pasión (11:29-31)
Debido al fracaso en la negociación con Amón, Israel entra en guerra. Entonces el Espíritu de Jehová viene sobre
Jefté (v. 29). Esta es una forma de expresar que Dios estába con él y le había envestido con Su poder. Pero en ese
preciso instante, Jefté hace un voto a la ligera, diciendo que ofrecerá en holocausto al primero que salga de su casa
a recibirle, si Dios le concede la victoria. Se trata de un sacrificio humano, un rito practicado por los amonitas en
la adoración al dios Moloc. Es una paradoja que Jefté haya servido a Dios como un amonita, luchando contra los
amonitas. El voto de Jefté tiene que ver con el egoísmo y la codicia de ser nombrado ‘caudillo’ (11:9). Negociar con
Dios e imponer condiciones son actitudes que surgen de la incredulidad y el menosprecio hacia Él.
¿Qué motiva a Jefté hacer voto a Dios? (11:9) ¿Cuál es la pasión carnal y egoísta a la que no he podido renunciar aún?
El cumplimiento del voto (11:32-40)
La falta de conocimiento de Dios nos lleva a la desgracia. Independientemente al voto de Jefté, Dios concede
victoria a Su pueblo Israel. Vuelve Jefté de la guerra, y su hija única es la que sale de su casa a recibirle. Jefté
rasga sus vestidos y se lamenta con dolor, porque sacrificará a su única hija debido a un voto que había
pronunciado de manera innecesaria. El gozo de la victoria cede ante el llanto y el dolor. El voto de Jefté es
sinónimo de la ignorancia disfrazada de fe e incredulidad. La ley permitía anular o redimir votos hechos a la ligera
(Lv. 27:2-8). En fin, la ignorancia de Jefté respecto a la ley provoca una gran desgracia en la vida de su hija. La
consagración ajena a Dios no cuenta.
¿Cuál es la desgracia que trae aparejada el voto de Jefté? ¿En qué área sirvo a Dios incorrectamente, como si estuviera negociando con Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. ∂∂∂Padre, ¡cuán grande es Tu misericordia, que derramas Tu Espíritu para Tu santa obra! Ten misericordia de mí, que digo cosas
a la ligera, de las cuales me arrepiento después. Ayúdame a mantenerme siempre lleno del Espíritu Santo; no permitas nunca que cambie el gozo de la victoria en la
tristeza de mi obstinación.
Ensayo para meditar

El círculo vicioso de la codicia

L
a codicia es una de las cosas con las que debemos tener cuidado, para poder gozar del reino de Dios en la
tierra. Consiste en un profundo deseo de conseguir algo que queremos para nosotros mismos. Por eso, los
antepasados de la fe buscaban la devoción hasta el punto en que consideraban pecado el deseo por los
alimentos. Juan Calvino incluso estableció reglas para prohibir que los líderes religiosos comieran más de tres
platos abundantes.
Hoy en día no logramos estar satisfechos, a pesar de que tenemos todo en abundancia y gozamos de mayor
paz que en el pasado, porque el diablo nos continúa tentando con la ilusión de obtener aún mayores
comodidades ante la incertidumbre que plantea la vejez. A causa de este temor por el futuro, el hombre busca
poseer más bienes, cayendo en la trampa de la codicia; luego, llega nuevamente la incertidumbre y, para
calmar la ansiedad, repetimos el círculo vicioso.
Si bien puede que algo nos provea seguridad temporal, nada podrá darnos tranquilidad eterna. La única
manera de librarnos de la codicia es manteniendo una relación correcta con Dios, porque somos seres
espirituales. Por ende, la insatisfacción humana solo puede saciarse, cuando gozamos de comunión con
nuestro Creador. Tener claro que somos hijos amados de Dios es la única forma en la que podemos descansar
del egoísmo y la ambición.

Casi vivo a mi manera, Nam Woo-taek


MARTES

31
Jueces 11:29-40

Un voto fuera de lugar


29 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés. De allí pasó a Mizpa de
Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.
30 Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos,
30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,
31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de
Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos.
32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33 Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran
estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.
34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija
única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,
35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo: —¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho
una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!
36 Ella entonces le respondió: —Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
36 Y ella le respondió: —Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas.
37 Y añadió: —Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad
junto con mis compañeras.
37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.
38 Jefté le respondió: —Ve. La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció
varón.
39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con
ningún hombre.
40 Por eso es costumbre en Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de Jefté, el
galaadita, durante cuatro días.
40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

Resumen
Jefté promete ofrecerle a Dios en holocausto a la primera persona que salga de su casa a recibirle, si derrota a los amonitas y regresa victorioso. Al volver, su única hija sale a
recibirle con danzas. Ella va por los montes a llorar su virginidad junto con sus compañeras por dos meses, y después Jefté cumple su voto.
Ayuda a su meditación
Lleno de egoísmo y pasión (11:29-31)
Debido al fracaso en la negociación con Amón, Israel entra en guerra. Entonces el Espíritu de Jehová viene sobre
Jefté (v. 29). Esta es una forma de expresar que Dios estába con él y le había envestido con Su poder. Pero en ese
preciso instante, Jefté hace un voto a la ligera, diciendo que ofrecerá en holocausto al primero que salga de su casa
a recibirle, si Dios le concede la victoria. Se trata de un sacrificio humano, un rito practicado por los amonitas en
la adoración al dios Moloc. Es una paradoja que Jefté haya servido a Dios como un amonita, luchando contra los
amonitas. El voto de Jefté tiene que ver con el egoísmo y la codicia de ser nombrado ‘caudillo’ (11:9). Negociar con
Dios e imponer condiciones son actitudes que surgen de la incredulidad y el menosprecio hacia Él.
¿Qué motiva a Jefté hacer voto a Dios? (11:9) ¿Cuál es la pasión carnal y egoísta a la que no he podido renunciar aún?
El cumplimiento del voto (11:32-40)
La falta de conocimiento de Dios nos lleva a la desgracia. Independientemente al voto de Jefté, Dios concede
victoria a Su pueblo Israel. Vuelve Jefté de la guerra, y su hija única es la que sale de su casa a recibirle. Jefté
rasga sus vestidos y se lamenta con dolor, porque sacrificará a su única hija debido a un voto que había
pronunciado de manera innecesaria. El gozo de la victoria cede ante el llanto y el dolor. El voto de Jefté es
sinónimo de la ignorancia disfrazada de fe e incredulidad. La ley permitía anular o redimir votos hechos a la ligera
(Lv. 27:2-8). En fin, la ignorancia de Jefté respecto a la ley provoca una gran desgracia en la vida de su hija. La
consagración ajena a Dios no cuenta.
¿Cuál es la desgracia que trae aparejada el voto de Jefté? ¿En qué área sirvo a Dios incorrectamente, como si estuviera negociando con Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. ∂∂∂Padre, ¡cuán grande es Tu misericordia, que derramas Tu Espíritu para Tu santa obra! Ten misericordia de mí, que digo cosas
a la ligera, de las cuales me arrepiento después. Ayúdame a mantenerme siempre lleno del Espíritu Santo; no permitas nunca que cambie el gozo de la victoria en la
tristeza de mi obstinación.
Ensayo para meditar

El círculo vicioso de la codicia

L
a codicia es una de las cosas con las que debemos tener cuidado, para poder gozar del reino de Dios en la
tierra. Consiste en un profundo deseo de conseguir algo que queremos para nosotros mismos. Por eso, los
antepasados de la fe buscaban la devoción hasta el punto en que consideraban pecado el deseo por los
alimentos. Juan Calvino incluso estableció reglas para prohibir que los líderes religiosos comieran más de tres
platos abundantes.
Hoy en día no logramos estar satisfechos, a pesar de que tenemos todo en abundancia y gozamos de mayor
paz que en el pasado, porque el diablo nos continúa tentando con la ilusión de obtener aún mayores
comodidades ante la incertidumbre que plantea la vejez. A causa de este temor por el futuro, el hombre busca
poseer más bienes, cayendo en la trampa de la codicia; luego, llega nuevamente la incertidumbre y, para
calmar la ansiedad, repetimos el círculo vicioso.
Si bien puede que algo nos provea seguridad temporal, nada podrá darnos tranquilidad eterna. La única
manera de librarnos de la codicia es manteniendo una relación correcta con Dios, porque somos seres
espirituales. Por ende, la insatisfacción humana solo puede saciarse, cuando gozamos de comunión con
nuestro Creador. Tener claro que somos hijos amados de Dios es la única forma en la que podemos descansar
del egoísmo y la ambición.

Casi vivo a mi manera, Nam Woo-taek


MARTES

31
Jueces 11:29-40

Un voto fuera de lugar


29 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés. De allí pasó a Mizpa de
Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.
30 Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos,
30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,
31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de
Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos.
32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33 Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran
estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.
34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija
única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,
35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo: —¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho
una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!
36 Ella entonces le respondió: —Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
36 Y ella le respondió: —Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas.
37 Y añadió: —Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad
junto con mis compañeras.
37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.
38 Jefté le respondió: —Ve. La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció
varón.
39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con
ningún hombre.
40 Por eso es costumbre en Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de Jefté, el
galaadita, durante cuatro días.
40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

Resumen
Jefté promete ofrecerle a Dios en holocausto a la primera persona que salga de su casa a recibirle, si derrota a los amonitas y regresa victorioso. Al volver, su única hija sale a
recibirle con danzas. Ella va por los montes a llorar su virginidad junto con sus compañeras por dos meses, y después Jefté cumple su voto.
Ayuda a su meditación
Lleno de egoísmo y pasión (11:29-31)
Debido al fracaso en la negociación con Amón, Israel entra en guerra. Entonces el Espíritu de Jehová viene sobre
Jefté (v. 29). Esta es una forma de expresar que Dios estába con él y le había envestido con Su poder. Pero en ese
preciso instante, Jefté hace un voto a la ligera, diciendo que ofrecerá en holocausto al primero que salga de su casa
a recibirle, si Dios le concede la victoria. Se trata de un sacrificio humano, un rito practicado por los amonitas en
la adoración al dios Moloc. Es una paradoja que Jefté haya servido a Dios como un amonita, luchando contra los
amonitas. El voto de Jefté tiene que ver con el egoísmo y la codicia de ser nombrado ‘caudillo’ (11:9). Negociar con
Dios e imponer condiciones son actitudes que surgen de la incredulidad y el menosprecio hacia Él.
¿Qué motiva a Jefté hacer voto a Dios? (11:9) ¿Cuál es la pasión carnal y egoísta a la que no he podido renunciar aún?
El cumplimiento del voto (11:32-40)
La falta de conocimiento de Dios nos lleva a la desgracia. Independientemente al voto de Jefté, Dios concede
victoria a Su pueblo Israel. Vuelve Jefté de la guerra, y su hija única es la que sale de su casa a recibirle. Jefté
rasga sus vestidos y se lamenta con dolor, porque sacrificará a su única hija debido a un voto que había
pronunciado de manera innecesaria. El gozo de la victoria cede ante el llanto y el dolor. El voto de Jefté es
sinónimo de la ignorancia disfrazada de fe e incredulidad. La ley permitía anular o redimir votos hechos a la ligera
(Lv. 27:2-8). En fin, la ignorancia de Jefté respecto a la ley provoca una gran desgracia en la vida de su hija. La
consagración ajena a Dios no cuenta.
¿Cuál es la desgracia que trae aparejada el voto de Jefté? ¿En qué área sirvo a Dios incorrectamente, como si estuviera negociando con Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. ∂∂∂Padre, ¡cuán grande es Tu misericordia, que derramas Tu Espíritu para Tu santa obra! Ten misericordia de mí, que digo cosas
a la ligera, de las cuales me arrepiento después. Ayúdame a mantenerme siempre lleno del Espíritu Santo; no permitas nunca que cambie el gozo de la victoria en la
tristeza de mi obstinación.
Ensayo para meditar

El círculo vicioso de la codicia

L
a codicia es una de las cosas con las que debemos tener cuidado, para poder gozar del reino de Dios en la
tierra. Consiste en un profundo deseo de conseguir algo que queremos para nosotros mismos. Por eso, los
antepasados de la fe buscaban la devoción hasta el punto en que consideraban pecado el deseo por los
alimentos. Juan Calvino incluso estableció reglas para prohibir que los líderes religiosos comieran más de tres
platos abundantes.
Hoy en día no logramos estar satisfechos, a pesar de que tenemos todo en abundancia y gozamos de mayor
paz que en el pasado, porque el diablo nos continúa tentando con la ilusión de obtener aún mayores
comodidades ante la incertidumbre que plantea la vejez. A causa de este temor por el futuro, el hombre busca
poseer más bienes, cayendo en la trampa de la codicia; luego, llega nuevamente la incertidumbre y, para
calmar la ansiedad, repetimos el círculo vicioso.
Si bien puede que algo nos provea seguridad temporal, nada podrá darnos tranquilidad eterna. La única
manera de librarnos de la codicia es manteniendo una relación correcta con Dios, porque somos seres
espirituales. Por ende, la insatisfacción humana solo puede saciarse, cuando gozamos de comunión con
nuestro Creador. Tener claro que somos hijos amados de Dios es la única forma en la que podemos descansar
del egoísmo y la ambición.

Casi vivo a mi manera, Nam Woo-taek


MARTES

31
Jueces 11:29-40

Un voto fuera de lugar


29 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés. De allí pasó a Mizpa de
Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.
30 Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos,
30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,
31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de
Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos.
32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33 Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran
estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.
34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija
única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,
35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo: —¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho
una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!
36 Ella entonces le respondió: —Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
36 Y ella le respondió: —Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas.
37 Y añadió: —Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad
junto con mis compañeras.
37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.
38 Jefté le respondió: —Ve. La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció
varón.
39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con
ningún hombre.
40 Por eso es costumbre en Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de Jefté, el
galaadita, durante cuatro días.
40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

Resumen
Jefté promete ofrecerle a Dios en holocausto a la primera persona que salga de su casa a recibirle, si derrota a los amonitas y regresa victorioso. Al volver, su única hija sale a
recibirle con danzas. Ella va por los montes a llorar su virginidad junto con sus compañeras por dos meses, y después Jefté cumple su voto.
Ayuda a su meditación
Lleno de egoísmo y pasión (11:29-31)
Debido al fracaso en la negociación con Amón, Israel entra en guerra. Entonces el Espíritu de Jehová viene sobre
Jefté (v. 29). Esta es una forma de expresar que Dios estába con él y le había envestido con Su poder. Pero en ese
preciso instante, Jefté hace un voto a la ligera, diciendo que ofrecerá en holocausto al primero que salga de su casa
a recibirle, si Dios le concede la victoria. Se trata de un sacrificio humano, un rito practicado por los amonitas en
la adoración al dios Moloc. Es una paradoja que Jefté haya servido a Dios como un amonita, luchando contra los
amonitas. El voto de Jefté tiene que ver con el egoísmo y la codicia de ser nombrado ‘caudillo’ (11:9). Negociar con
Dios e imponer condiciones son actitudes que surgen de la incredulidad y el menosprecio hacia Él.
¿Qué motiva a Jefté hacer voto a Dios? (11:9) ¿Cuál es la pasión carnal y egoísta a la que no he podido renunciar aún?
El cumplimiento del voto (11:32-40)
La falta de conocimiento de Dios nos lleva a la desgracia. Independientemente al voto de Jefté, Dios concede
victoria a Su pueblo Israel. Vuelve Jefté de la guerra, y su hija única es la que sale de su casa a recibirle. Jefté
rasga sus vestidos y se lamenta con dolor, porque sacrificará a su única hija debido a un voto que había
pronunciado de manera innecesaria. El gozo de la victoria cede ante el llanto y el dolor. El voto de Jefté es
sinónimo de la ignorancia disfrazada de fe e incredulidad. La ley permitía anular o redimir votos hechos a la ligera
(Lv. 27:2-8). En fin, la ignorancia de Jefté respecto a la ley provoca una gran desgracia en la vida de su hija. La
consagración ajena a Dios no cuenta.
¿Cuál es la desgracia que trae aparejada el voto de Jefté? ¿En qué área sirvo a Dios incorrectamente, como si estuviera negociando con Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. ∂∂∂Padre, ¡cuán grande es Tu misericordia, que derramas Tu Espíritu para Tu santa obra! Ten misericordia de mí, que digo cosas
a la ligera, de las cuales me arrepiento después. Ayúdame a mantenerme siempre lleno del Espíritu Santo; no permitas nunca que cambie el gozo de la victoria en la
tristeza de mi obstinación.
Ensayo para meditar

El círculo vicioso de la codicia

L
a codicia es una de las cosas con las que debemos tener cuidado, para poder gozar del reino de Dios en la
tierra. Consiste en un profundo deseo de conseguir algo que queremos para nosotros mismos. Por eso, los
antepasados de la fe buscaban la devoción hasta el punto en que consideraban pecado el deseo por los
alimentos. Juan Calvino incluso estableció reglas para prohibir que los líderes religiosos comieran más de tres
platos abundantes.
Hoy en día no logramos estar satisfechos, a pesar de que tenemos todo en abundancia y gozamos de mayor
paz que en el pasado, porque el diablo nos continúa tentando con la ilusión de obtener aún mayores
comodidades ante la incertidumbre que plantea la vejez. A causa de este temor por el futuro, el hombre busca
poseer más bienes, cayendo en la trampa de la codicia; luego, llega nuevamente la incertidumbre y, para
calmar la ansiedad, repetimos el círculo vicioso.
Si bien puede que algo nos provea seguridad temporal, nada podrá darnos tranquilidad eterna. La única
manera de librarnos de la codicia es manteniendo una relación correcta con Dios, porque somos seres
espirituales. Por ende, la insatisfacción humana solo puede saciarse, cuando gozamos de comunión con
nuestro Creador. Tener claro que somos hijos amados de Dios es la única forma en la que podemos descansar
del egoísmo y la ambición.

Casi vivo a mi manera, Nam Woo-taek


MARTES

31
Jueces 11:29-40

Un voto fuera de lugar


29 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés. De allí pasó a Mizpa de
Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.
30 Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos,
30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,
31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de
Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos.
32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33 Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran
estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.
34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija
única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,
35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo: —¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho
una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!
36 Ella entonces le respondió: —Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
36 Y ella le respondió: —Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas.
37 Y añadió: —Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad
junto con mis compañeras.
37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.
38 Jefté le respondió: —Ve. La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció
varón.
39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con
ningún hombre.
40 Por eso es costumbre en Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de Jefté, el
galaadita, durante cuatro días.
40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

Resumen
Jefté promete ofrecerle a Dios en holocausto a la primera persona que salga de su casa a recibirle, si derrota a los amonitas y regresa victorioso. Al volver, su única hija sale a
recibirle con danzas. Ella va por los montes a llorar su virginidad junto con sus compañeras por dos meses, y después Jefté cumple su voto.
Ayuda a su meditación
Lleno de egoísmo y pasión (11:29-31)
Debido al fracaso en la negociación con Amón, Israel entra en guerra. Entonces el Espíritu de Jehová viene sobre
Jefté (v. 29). Esta es una forma de expresar que Dios estába con él y le había envestido con Su poder. Pero en ese
preciso instante, Jefté hace un voto a la ligera, diciendo que ofrecerá en holocausto al primero que salga de su casa
a recibirle, si Dios le concede la victoria. Se trata de un sacrificio humano, un rito practicado por los amonitas en
la adoración al dios Moloc. Es una paradoja que Jefté haya servido a Dios como un amonita, luchando contra los
amonitas. El voto de Jefté tiene que ver con el egoísmo y la codicia de ser nombrado ‘caudillo’ (11:9). Negociar con
Dios e imponer condiciones son actitudes que surgen de la incredulidad y el menosprecio hacia Él.
¿Qué motiva a Jefté hacer voto a Dios? (11:9) ¿Cuál es la pasión carnal y egoísta a la que no he podido renunciar aún?
El cumplimiento del voto (11:32-40)
La falta de conocimiento de Dios nos lleva a la desgracia. Independientemente al voto de Jefté, Dios concede
victoria a Su pueblo Israel. Vuelve Jefté de la guerra, y su hija única es la que sale de su casa a recibirle. Jefté
rasga sus vestidos y se lamenta con dolor, porque sacrificará a su única hija debido a un voto que había
pronunciado de manera innecesaria. El gozo de la victoria cede ante el llanto y el dolor. El voto de Jefté es
sinónimo de la ignorancia disfrazada de fe e incredulidad. La ley permitía anular o redimir votos hechos a la ligera
(Lv. 27:2-8). En fin, la ignorancia de Jefté respecto a la ley provoca una gran desgracia en la vida de su hija. La
consagración ajena a Dios no cuenta.
¿Cuál es la desgracia que trae aparejada el voto de Jefté? ¿En qué área sirvo a Dios incorrectamente, como si estuviera negociando con Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. ∂∂∂Padre, ¡cuán grande es Tu misericordia, que derramas Tu Espíritu para Tu santa obra! Ten misericordia de mí, que digo cosas
a la ligera, de las cuales me arrepiento después. Ayúdame a mantenerme siempre lleno del Espíritu Santo; no permitas nunca que cambie el gozo de la victoria en la
tristeza de mi obstinación.
Ensayo para meditar

El círculo vicioso de la codicia

L
a codicia es una de las cosas con las que debemos tener cuidado, para poder gozar del reino de Dios en la
tierra. Consiste en un profundo deseo de conseguir algo que queremos para nosotros mismos. Por eso, los
antepasados de la fe buscaban la devoción hasta el punto en que consideraban pecado el deseo por los
alimentos. Juan Calvino incluso estableció reglas para prohibir que los líderes religiosos comieran más de tres
platos abundantes.
Hoy en día no logramos estar satisfechos, a pesar de que tenemos todo en abundancia y gozamos de mayor
paz que en el pasado, porque el diablo nos continúa tentando con la ilusión de obtener aún mayores
comodidades ante la incertidumbre que plantea la vejez. A causa de este temor por el futuro, el hombre busca
poseer más bienes, cayendo en la trampa de la codicia; luego, llega nuevamente la incertidumbre y, para
calmar la ansiedad, repetimos el círculo vicioso.
Si bien puede que algo nos provea seguridad temporal, nada podrá darnos tranquilidad eterna. La única
manera de librarnos de la codicia es manteniendo una relación correcta con Dios, porque somos seres
espirituales. Por ende, la insatisfacción humana solo puede saciarse, cuando gozamos de comunión con
nuestro Creador. Tener claro que somos hijos amados de Dios es la única forma en la que podemos descansar
del egoísmo y la ambición.

Casi vivo a mi manera, Nam Woo-taek


MARTES

31
Jueces 11:29-40

Un voto fuera de lugar


29 Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés. De allí pasó a Mizpa de
Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.
30 Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos,
30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,
31 cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de
Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos.
32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33 Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran
estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.
34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija
única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,
35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo: —¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho
una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!
36 Ella entonces le respondió: —Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
36 Y ella le respondió: —Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas.
37 Y añadió: —Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad
junto con mis compañeras.
37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.
38 Jefté le respondió: —Ve. La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes.
38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció
varón.
39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con
ningún hombre.
40 Por eso es costumbre en Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de Jefté, el
galaadita, durante cuatro días.
40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

Resumen
Jefté promete ofrecerle a Dios en holocausto a la primera persona que salga de su casa a recibirle, si derrota a los amonitas y regresa victorioso. Al volver, su única hija sale a
recibirle con danzas. Ella va por los montes a llorar su virginidad junto con sus compañeras por dos meses, y después Jefté cumple su voto.
Ayuda a su meditación
Lleno de egoísmo y pasión (11:29-31)
Debido al fracaso en la negociación con Amón, Israel entra en guerra. Entonces el Espíritu de Jehová viene sobre
Jefté (v. 29). Esta es una forma de expresar que Dios estába con él y le había envestido con Su poder. Pero en ese
preciso instante, Jefté hace un voto a la ligera, diciendo que ofrecerá en holocausto al primero que salga de su casa
a recibirle, si Dios le concede la victoria. Se trata de un sacrificio humano, un rito practicado por los amonitas en
la adoración al dios Moloc. Es una paradoja que Jefté haya servido a Dios como un amonita, luchando contra los
amonitas. El voto de Jefté tiene que ver con el egoísmo y la codicia de ser nombrado ‘caudillo’ (11:9). Negociar con
Dios e imponer condiciones son actitudes que surgen de la incredulidad y el menosprecio hacia Él.
¿Qué motiva a Jefté hacer voto a Dios? (11:9) ¿Cuál es la pasión carnal y egoísta a la que no he podido renunciar aún?
El cumplimiento del voto (11:32-40)
La falta de conocimiento de Dios nos lleva a la desgracia. Independientemente al voto de Jefté, Dios concede
victoria a Su pueblo Israel. Vuelve Jefté de la guerra, y su hija única es la que sale de su casa a recibirle. Jefté
rasga sus vestidos y se lamenta con dolor, porque sacrificará a su única hija debido a un voto que había
pronunciado de manera innecesaria. El gozo de la victoria cede ante el llanto y el dolor. El voto de Jefté es
sinónimo de la ignorancia disfrazada de fe e incredulidad. La ley permitía anular o redimir votos hechos a la ligera
(Lv. 27:2-8). En fin, la ignorancia de Jefté respecto a la ley provoca una gran desgracia en la vida de su hija. La
consagración ajena a Dios no cuenta.
¿Cuál es la desgracia que trae aparejada el voto de Jefté? ¿En qué área sirvo a Dios incorrectamente, como si estuviera negociando con Dios?
Una Carta a Dios
Padre, gracias por Tu misericordia, porque Tú llamas a Tus escogidos sin hacer acepción de personas. Me has levantado como una persona consagrada para Ti;
ayúdame a no juzgar a los miembros de mi comunidad con parámetros netamente humanos. Te obedeceré con denuedo, Dios, para glorificarte con gozo, sin ver mi
limitado poder o las adversidades. ∂∂∂Padre, ¡cuán grande es Tu misericordia, que derramas Tu Espíritu para Tu santa obra! Ten misericordia de mí, que digo cosas
a la ligera, de las cuales me arrepiento después. Ayúdame a mantenerme siempre lleno del Espíritu Santo; no permitas nunca que cambie el gozo de la victoria en la
tristeza de mi obstinación.
Ensayo para meditar

El círculo vicioso de la codicia

L
a codicia es una de las cosas con las que debemos tener cuidado, para poder gozar del reino de Dios en la
tierra. Consiste en un profundo deseo de conseguir algo que queremos para nosotros mismos. Por eso, los
antepasados de la fe buscaban la devoción hasta el punto en que consideraban pecado el deseo por los
alimentos. Juan Calvino incluso estableció reglas para prohibir que los líderes religiosos comieran más de tres
platos abundantes.
Hoy en día no logramos estar satisfechos, a pesar de que tenemos todo en abundancia y gozamos de mayor
paz que en el pasado, porque el diablo nos continúa tentando con la ilusión de obtener aún mayores
comodidades ante la incertidumbre que plantea la vejez. A causa de este temor por el futuro, el hombre busca
poseer más bienes, cayendo en la trampa de la codicia; luego, llega nuevamente la incertidumbre y, para
calmar la ansiedad, repetimos el círculo vicioso.
Si bien puede que algo nos provea seguridad temporal, nada podrá darnos tranquilidad eterna. La única
manera de librarnos de la codicia es manteniendo una relación correcta con Dios, porque somos seres
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Casi vivo a mi manera, Nam Woo-taek


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TcD es Vida Viva ® (ISSN 2150-5888)


Es una publicación mensual de The Hall of Tyrannus Mission dba Duranno International Ministry © Derechos reservados, 2014
Texto bíblico: Reina-Valera 95 ® © Sociedades Bíblicas Unidas,1995.
Texto bíblico: Dios habla hoy ®, Tercera edición
© Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Usados con permiso. www.labibliaweb.com
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización expresa de Duranno Latino. contacto@durannolatino.org
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Prohibida su reproducción por cualquier medio escrito, electrónico o de amplia difusión.
Plan de lectura anual - Agosto
1 Agosto: Jue. 15/ Hch. 19/ Jer. 28/ Mr. 14
2 Agosto: Jue. 16/ Hch. 20/ Jer. 29/ Mr. 15
3 Agosto: Jue. 17/ Hch. 21/ Jer. 30-31/ Mr. 16
4 Agosto: Jue. 18/ Hch. 22/ Jer. 32/ Sal. 1-2
5 Agosto: Jue. 19/ Hch. 23/ Jer. 33/ Sal. 3-4
6 Agosto: Jue. 20/ Hch. 24/ Jer. 34/ Sal. 5-6
7 Agosto: Jue. 21/ Hch. 25/ Jer. 35/ Sal. 7-8
8 Agosto: Rt 1/ Hch. 26/ Jer. 36-37/ Sal. 9
9 Agosto: Rt. 2/ Hch. 27/ Jer. 38/ Sal. 10
10 Agosto: Rt. 3-4/ Hch. 28/ Jer. 39/ Sal. 11-12
11 Agosto: 1 S. 1/ Ro. 1/ Jer. 40/ Sal. 13-14
12 Agosto: 1 S. 2/ Ro. 2/ Jer. 41/ Sal. 15-16
13 Agosto: 1 S. 3/ Ro. 3/ Jer. 42/ Sal. 17
14 Agosto: 1 S. 4/ Ro. 4/ Jer. 43/ Sal. 18
15 Agosto: 1 S. 5-6/ Ro. 5/ Jer. 44/ Sal. 19
16 Agosto: 1 S. 7-8/ Ro. 6/ Jer. 45/ Sal. 20-21
17 Agosto: 1 S. 9/ Ro. 7/ Jer. 46/ Sal. 22
18 Agosto: 1 S. 10/ Ro. 8/ Jer. 47/ Sal. 23-24
19 Agosto: 1 S. 11/ Ro. 9/ Jer. 48/ Sal. 25
20 Agosto: 1 S. 12/ Ro. 10/ Jer. 49/ Sal. 26-27
21 Agosto: 1 S. 13/ Ro. 11/ Jer. 50/ Sal.28-29
22 Agosto: 1 S. 14/ Ro. 12/ Jer. 51/ Sal 30
23 Agosto: 1 S. 15/ Ro. 13/ Jer. 52/ Sal. 31
24 Agosto: 1 S. 16/ Ro. 14/ Lm. 1/ Sal. 32
25 Agosto: 1 S. 17/ Ro. 15/ Lm. 2/ Sal. 33
26 Agosto: 1 S. 18/ Ro. 16/ Lm. 3/ Sal. 34
27 Agosto: 1 S. 19/ 1 Co. 1/ Lm. 4/ Sal. 35
28 Agosto: 1 S. 20/ 1 Co. 2/ Lm. 5/ Sal. 36
29 Agosto: 1 S. 21-22/ 1 Co. 3/ Ez. 1/ Sal. 37
30 Agosto: 1 S. 23/ 1 Co. 4/ Ez. 2/ Sal. 38
31 Agosto: 1 S. 24/ 1 Co. 5/ Ez. 3/ Sal. 39
Plan de lectura anual - Agosto
1 Agosto: Jue. 15/ Hch. 19/ Jer. 28/ Mr. 14
2 Agosto: Jue. 16/ Hch. 20/ Jer. 29/ Mr. 15
3 Agosto: Jue. 17/ Hch. 21/ Jer. 30-31/ Mr. 16
4 Agosto: Jue. 18/ Hch. 22/ Jer. 32/ Sal. 1-2
5 Agosto: Jue. 19/ Hch. 23/ Jer. 33/ Sal. 3-4
6 Agosto: Jue. 20/ Hch. 24/ Jer. 34/ Sal. 5-6
7 Agosto: Jue. 21/ Hch. 25/ Jer. 35/ Sal. 7-8
8 Agosto: Rt 1/ Hch. 26/ Jer. 36-37/ Sal. 9
9 Agosto: Rt. 2/ Hch. 27/ Jer. 38/ Sal. 10
10 Agosto: Rt. 3-4/ Hch. 28/ Jer. 39/ Sal. 11-12
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12 Agosto: 1 S. 2/ Ro. 2/ Jer. 41/ Sal. 15-16
13 Agosto: 1 S. 3/ Ro. 3/ Jer. 42/ Sal. 17
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19 Agosto: 1 S. 11/ Ro. 9/ Jer. 48/ Sal. 25
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25 Agosto: 1 S. 17/ Ro. 15/ Lm. 2/ Sal. 33
26 Agosto: 1 S. 18/ Ro. 16/ Lm. 3/ Sal. 34
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30 Agosto: 1 S. 23/ 1 Co. 4/ Ez. 2/ Sal. 38
31 Agosto: 1 S. 24/ 1 Co. 5/ Ez. 3/ Sal. 39

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