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El análisis vegetal
El análisis vegetal es una técnica de
diagnóstico que permite el uso del
contenido mineral de las plantas como
indicador de su situación nutricional
y/o fisiológica asociada al logro de altos
rendimientos y mejores características
de calidad del producto cosechado.
Además, es muy importante considerar que el contenido mineral de las plantas es influenciado por
diversos factores propios de la planta, las propiedades del suelo, las condiciones climáticas y el manejo
agronómico.
Figura 2. El análisis foliar de las plantas puede ayudarnos a detectar la deficiencia de un nutriente
antes de que se observen síntomas visuales.
Interpretación
Desde hace décadas, los científicos han buscado la mejor manera de interpretar los análisis foliares para
poder obtener conclusiones que coadyuven al incremento de los rendimientos.
En 1956; Prevot y Ollagnier reconocen seis zonas de abasto y cuatro valores críticos. De 1960 a 1973
Kenworthy desarrolla la idea básica de que si un cultivo tiene un rendimiento relativo alto, la composición
mineral tiene que ser tal que produzca ese rendimiento. Walworth lo secunda en 1986 y en 1990 Jones et
al. establecen como rango de suficiencia el intervalo entre los valores críticos de deficiencia y de toxicidad
o bien en el cual no ocurren reducciones de rendimiento ni aparecen síntomas de estrés nutricional.
DRIS
Se ha ya discutido bastante sobre las inconsistencias y riesgos de usar como parámetros las relaciones
binarias o incluso ternarias de manera aislada. En 1990, Montañés propone el DOP (desviación del óptimo
porcentual), que es un método considerado como estático que utiliza la comparación de la concentración
de cada nutriente respecto de la norma, pero en forma porcentual, no utiliza funciones de cálculo sino un
índice.
Para desarrollar normas DRIS de un cultivo en una región, se utiliza una muestra representativa de un
gran número de sitios elegidos al azar, que pueden ser campos en producción comerciales y/o parcelas
experimentales con diferentes condiciones ambientales y de manejo. Se colectan muestras para su
análisis y se registra el rendimiento del cultivo. Las normas basadas en un gran banco de datos son más
representativas y mejores, porque abarcan una amplia variabilidad de población. Las observaciones de
análisis foliar y rendimiento obtenidas al azar se dividen en dos subpoblaciones, de bajo y alto rendimiento
y que la población de alto rendimiento sea al menos 10% de toda la población.
Conclusiones
Aunque ciertamente se requieren muchos datos para generar una norma DRIS, ya se han hecho
numerosos estudios en muy distintos cultivos y regiones que pueden servir de base para analizar los datos
de un cultivo. Por otra parte, con las recomendaciones que hará el Dr. Miguel Guzmán Palomino de la
Universidad de Almería en el marco del 6° Congreso Internacional de Nutrición Vegetal se podrán usar
los miles de datos que tiene Fertilab de análisis foliares para que desde el laboratorio se puedan generar
interpretaciones generales en la medida en que los usuarios informen sobre los rendimientos de cada
cultivo analizado.