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INTRODUCCIÓN
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OCCIDENTE
anuales, los caudales son claramente estacionales, las
excepciones son pocas y dependen, de las fuentes que
las abastecen. El paisaje muestra la vegetación típica
de la selva baja caducifolea, característica del clima
más seco de los cálidos subhúmedos (Aw) en el cual
las lluvias de verano suelen tener precipitaciones de
poco más de 900 mm anuales (García, 1965; 2003).
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arqueológicos e historiográficos (Sánchez Díaz, 2004) materiales arqueológicos asociados; a la vez, fue el
―, hasta la diversidad de documentos generada por la primero en documentar la relevancia de la metalurgia
administración colonial en función de una población tarasca así como sus características. Entre 1937 y 1978
que resguardó su vitalidad social (Sánchez Díaz, 1984). se realizaron diez temporadas de campo en el sitio
mencionado, en las que intervinieron Jorge Acosta,
Hugo Moedano, Muriel Porter, Román Piña Chán,
La belleza del Lago de Pátzcuaro –escenario de varias Doris Heyden, Marcia Castro Leal, Héctor Gálvez,
películas de Emilio “el Indio” Fernández−, construyó Ariel Valencia y Rubén Cabrera (Macías, 1988).
una imagen icónica de lo purépecha que permeó
durante varios lustros la idea sobre el Occidente.
Durante la década de los cuarenta y los cincuenta, se
tuvo por cierto que el Occidente de México habría
carecido de desarrollos sociales de largo aliento y
que por ende, todas sus manifestaciones culturales
podían ser reconocidas como tarascas. La solidez de
sus permanencias culturales permitió la irrupción
de investigadores de primer orden que permitieron
sentar las bases de una historia regional desde las
primeras décadas del siglo XIX y que culminaron
con la fundación del Museo Michoacano el año
de 1886. Fue Nicolás León el primero en llevar a
cabo una descripción acuciosa sobre las yácatas de
Tzintzuntzan, en describir el calendario de los tarascos
y en trabajar sobre documentos del siglo XVI con
relación al pasado prehispánico. A la vez, llevó a cabo
un análisis sobre el sistema dentario de los antiguos
tarascos así como de la estructura gramatical del
purépecha, el cual aprendió a hablar; también llevó Figura 2. Carl Sauer (1889-1975). Geógrafo, impulsó la geografía histórica y los
a cabo observaciones de orden etnográfico como estudios culturales. Fue el primero en estudiar el Noroeste de Mesoamérica y
rastrear las relaciones entre el Suroeste de Estados Unidos y Mesoamérica.
la de describir y analizar las formas matrimoniales
entre los pueblos localizados en las riberas del Lago
de Pátzcuaro (Suárez, 1987; Olay, 2001). (Figura 2.) Es interesante señalar que Nicolás León fue también
el primero en explorar un asentamiento prehispánico
en la cuenca del río Lerma, en el sitio de San Antonio
Uno de los más talentosos pupilos de León fue Daniel Carupo, municipio de Penjamillo hacia1888. A la
Rubín de la Borbolla, a quien su preparación como vez, Francisco Plancarte y Navarrete y Noguera
médico le condujo inicialmente a la antropología trabajaron ambos el sitio de Los Gatos en 1889 y
física y posteriormente hacia la arqueología, la 1931 respectivamente, en las inmediaciones de Jacona,
etnohistoria, la museografía y, finalmente, las artes Michoacán, al cual le otorgaron una cronología tardía
populares. Fue Rubín de la Borbolla el encargado (Macías, 1988; 111). La región ofreció, años más tarde,
de analizar los restos óseos recuperados durante una información que transformaría radicalmente
las iniciales temporadas de exploración efectuadas la percepción sobre la profundidad histórica del
en Tzintzuntzan, la primera de las cuales se llevó a Occidente y su papel en la construcción de los rasgos
cabo en el año de 1930 bajo las órdenes de Alfonso mesoamericanos. Todo inició, en el año de 1938,
Caso y Eduardo Noguera. Fue Rubín el que localizó cuando Noguera recibió el reporte sobre el hallazgo
las subestructuras de las yácatas y el que utilizó de unas tumbas en las cuales se recuperaron materiales
la estratigrafía para ubicar cronológicamente los que le recordaron el arcaico del valle de México.
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OCCIDENTE
LAS ANTIGUAS
TRADICIONES DEL
EL MÁS REMOTO PASADO OCCIDENTE
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Figura 3. Exploración de “Puertas de Rolón” en Villa de Álvarez, Colima. Vista
de las ofrendas de un entierro Capacha. (Fotografía de Judith Galicia).
Chupícuaro se presentó cuando el gobierno federal (1980). La otra raíz, acaso la más conocida, nos lleva
informó que sus vestigios quedarían bajo las aguas al complejo funerario designado como tradición de
de la presa Solís, sobre el curso del río Lerma, en las tumbas de tiro. (Figura 3.)
inmediaciones de la población de Acámbaro. Los
trabajos del rescate arqueológico se iniciaron hacia La tradición de las tumbas de tiro es una vasta expresión
el año de 1945 con la participación de un grupo cultural que se desarrolló, fundamentalmente, en
diverso de arqueólogos. La descripción de las formas territorios que hoy día forman parte de Colima, Jalisco
de enterramiento y sus ofrendas asociadas fueron y Nayarit. Las tumbas son recintos subterráneos que
descritas a través de los trabajos de Daniel Rubín de la constan de un tiro o pozo vertical que se excavaba
Borbolla, Elma Estrada Balmori (1948), Román Piña hasta la profundidad que le permitiera la dureza y
Chán y Muriel Porter (Porter, 1956). El impacto que consistencia del subsuelo. Generalmente se buscaban
la cultura Chupícuaro tuvo en el desarrollo de diversas lugares propicios que permitieran la perdurabilidad
tradiciones del Occidente llevó a Otto Schöndube de la cámara de modo que no sufriera desplomes o
a definirla como una de sus raíces fundamentales deslaves. Una vez que el tiro cruzaba las capas del
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suelo que garantizaban la estabilidad de la bóveda, plástica de las figuras chinescas del somontano
ésta comenzaba a ser socavada. Los tiro podían nayarita (Lumholtz, 1981).
conducir así a una, dos e incluso tres cámaras. Acaso
la tumba más espectacular reportada hasta ahora
El estudio de la colección exhibida, realizado al
sea la de El Arenal, en Jalisco la cual muestra un
alimón por Paul Kirchoff, Salvador Toscano y Daniel
tiro de 16 metros de profundidad que accede a tres
Rubín de la Borbolla, llevó a cabo un esfuerzo por
cámaras perfectamente excavadas en el subsuelo.
interpretar las obras –procedentes de diversas regiones
del Occidente- de sociedades poco estudiadas.
La belleza de las ofrendas cerámicas de las ofrendas Kirchoff, fue el encargado de describir los materiales
cerámicas depositadas en las tumbas ha provocado procedentes de las tumbas de tiro, en las cuales
el incesante saqueo de las mismas. El mismo Carl percibió la existencia de rasgos típicos de algunas
Lumholtz en su célebre obra, El México Desconocido, culturas sudamericanas entre los que mencionó
menciona la existencia de personajes dedicados la presencia de posanucas, escudos rectangulares,
específicamente a comprar y vender los objetos macanas, hondas y camisas sin taparrabos así como
obtenidos en las tumbas a partir de una sistemática una notable ausencia de sandalias, maxtlatls, huipiles
búsqueda. El viajero noruego llevó a cabo un largo y quechquémetls. Si a ello se agregaba el hecho de que
reconocimiento de cinco años a través de las sierras dichos materiales procedían de contextos funerarios
de Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit, Jalisco en mucho similares a los existentes en Colombia y
y Michoacán en periodos repartidos entre 1890 a Ecuador, la relación entre ambas regiones quedaba
1898. Fueron sus magníficos registros fotográficos por demás clara. Las preguntas a las que tales
los primeros en reproducir el impacto visual de las evidencias conducían se encauzaron, obviamente,
terracotas policromas de Ixtlán del Río y la belleza a las formas y tiempos cómo se habrían llevado a
cabo estos préstamos culturales (Kirchoff, 1946).
EL NOROCCIDENTE Y
LA DEFINICIÓN DE LO
AZTATLAN
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Kroeber, Carl Sauer y Donald Brand realizaron,
hacia fines de la década de los veinte del siglo Entre 1938 y 1953 el Estado mexicano se interesó [...]
en los estudios antropológicos, en crear centros y planes
pasado, una serie de trabajos que tenían como de enseñanza, institutos, departamentos de secretarías de
objetivo el definir las características de los gobierno, planes, proyectos y campañas destinadas a atender
pueblos prehispánicos de la región y observar a la población rural del país, especialmente a la indígena [...]
en esos años Michoacán conoció un trabajo antropológico
si era posible establecer la frontera entre ambas básico y generador de investigaciones novedosas durante casi
tradiciones culturales (Sauer y Brand, 1932) medio siglo [….] Beals, Brand, Foster, Sauer, Stanislavski y
(Figura 2). El hallazgo de materiales cerámicos West, acompañados de Lucio Mendieta y Núñez, al mando
de un pelotón de sociólogos se lanzaron a la empresa que se
con diseños iconográficos que evocaban al conoció como Proyecto Tarasco (Lameiras, 1988; 147-148).
conocido estilo Mixteca-Poblano abonó, al
momento de su descubrimiento, a la explicación
de su presencia en Sinaloa como una clara
La corriente en boga, el difusionismo, habría
evidencia de la influencia del centro de México.
planteado la posibilidad de que las regiones nucleares
de América –Mesoamérica y la zona andina−
Los trabajos derivados de esta primera intervención hubieran tenido contactos culturales desde las épocas
en las costas de Sinaloa contaron también con la tempranas correspondientes al Formativo. A partir
colaboración de Gordon Ekholm (1942) e Isabel de esta premisa –una hipótesis que involucraban
Kelly (1938, 1945) los cuales concretaron las primeras a casi todos los países con litorales en la costa
exploraciones controladas en el lejano noroeste Pacífica, de México a Perú− diversas instituciones
mesoamericano. Estas primeras experiencias académicas de Estados Unidos y Latinoamérica
llevaron posteriormente a Kelly a continuar largos se comprometieron a la realización de una serie de
reconocimientos y exploraciones en la región reconocimientos y exploraciones arqueológicas a lo
(Knobloch, 1989). Fruto de este acercamiento fue su largo de la costa pacífica. Estas actividades quedaron
conocido trabajo sobre las “Provincias cerámicas” del insertas al interior del denominado Proyecto A,
noroeste mesoamericano (Kelly, 1948). a cargo de Clement Meighan y H.B. Nicholson. El
mismo buscó confirmar la existencia de algún tipo
de contacto entre Sudamérica y Mesoamérica en un
LAS RELACIONES ENTRE período sumamente temprano y que esto supondría
la búsqueda de fechas que oscilaran entre el 1,200 y
EL OCCIDENTE Y CENTRO el 800 antes de Cristo (Nicholson y Meighan, 1974).
Y SUDAMERICA
A pesar de los esfuerzos realizados, las investigaciones
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cuenta de la pertinencia de los planteamientos Kelly al decir lo anterior se adscribe a lo propuesto por
esbozados por el Proyecto A. En este primer Román Piña Chán Piña (1967) y a los planteamientos de
escrito Kelly señaló que los materiales recuperados Dee Green y Gareth Lowe con relación a que el estilo
por ella en Colima y el sur de Jalisco pertenecían a Tlatilco del valle de México habría derivado de un estilo
las ofrendas de entierros sencillos agrupados en sudamericano, el cual habría llegado por vía marítima
pequeños cementerios. Las formas del complejo a través del océano Pacífico (1967). Poco antes del
−al que bautizó con el nombre de Capacha−, le trabajo de Kelly, Paul Tolstoy y Louise Paradis (1967)
recordó algunos ejemplares procedentes de Tlatilco aventuraron que Tlatilco habría derivado, a su vez, del
en el valle de México, al del estilo conocido como estilo río Cuautla, mismo que habría arribado a estos
Río Cuautla en Morelos y al de Chupícuaro en lugares a través del Occidente de México. A Kelly el
Guanajuato. Lo más interesante de su planteamiento hallazgo del complejo Capacha le dio pie a señalar que:
tuvo que ver con el fechamiento logrado a través de
carbón adherido a uno de los tiestos de estas vasijas,
Posiblemente Colima haya funcionado como punto de
el cual los ubicó hacia el 1,450 a.C., cinco siglos contacto, un lugar al que llegaron, por la vía marítima,
más temprano que los estilos Tlatilco y río Cuautla: ciertas influencias desde el sur y, a la vez, el lugar de donde
partieron estas mismas influencias hacia Morelos y Tlatilco,
pasando tal vez, en su camino por El Opeño (Kelly, 1970; 30).
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La agenda de trabajo se presentó en un momento
histórico distinto a lo anteriormente conocido. La
LAS NUEVAS diferencia la constituyó la alta tasa de crecimiento
demográfico del país ―el cual pasó de 35 millones
PERSPECTIVAS DE de habitantes en 1960 a 112 millones para el 2010―.
LA INVESTIGACIÓN El impacto de esta población en términos de
crecimiento y equipamiento urbano, en infraestructu-
ARQUEOLÓGICA ra sanitaria, educativa, de comunicaciones y demás
sobre las regiones fue enorme. Saber dónde y
L
profundizar en el estudio del Formativo en la región, a definición del Occidente a través de rasgos
básicamente su proceso de colonización a partir del negativos derivó en buena medida del
complejo Capacha-El Opeño; esclarecer el sistema señalamiento de Ignacio Bernal respecto a que
de hegemonía cultural representado por la tradición la región se mantuvo en una posición de atraso
Aztatlan en el Posclásico temprano en el Occidente debido a careció de la inf luencia civilizadora de
así como su papel en el Clásico tardío a partir de lo olmeca (Bernal, 1968; 192). Tal aseveración
la caída de Teotihuacan en el Altiplano central y el ha sido refutada por Mountjoy (1994, 2012).
desarrollo de la tradición posclásica tolteca; estudiar Después de poco más de 40 años de investigación
el proceso de desarrollo económico por medio de la en la diversos lugares de los valles costeros del
intensificación agrícola, artesanal y de los sistemas de Pacífico, Mountjoy pudo ubicar en El Pantano,
extracción e intercambio de recursos; así como de la en las cercanías de Mascota en Jalisco, una serie
relación que este desarrollo tuvo con la estabilidad de contextos funerarios del Formativo Medio a
demográfica y la expresión religiosa en el Occidente través de los cuales documentó las evidencias
de México (Mountjoy, en Ávila Palafox, 1989; 28-29). de los rituales funerarios en el que el espacio
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de deposición lo constituyeron tumbas de tiro y arqueológicos diversos. Posteriormente Judith Galicia
bóveda y tumbas de tiro y pozo. Las evidencias recuperó 61 entierros organizados en fosas excavadas
indicaron que los cuerpos no fueron depositados en el tepetate, en donde los eventos de enterramiento
de manera inmediata en la tierra sino que los rompieron constantemente con los individuos
cadáveres fueron resguardados y posteriormente previamente colocados en el subsuelo, cortando y
enterrados de manera desarticulada, en fardos modificando las asociaciones culturales más tempranas
mortuorios o incluso, puestos en urnas después (Olay, et. al, 2010). En ambos casos los contextos no
de haber sido cremados. A través de los objetos pudieron concretar fechamientos absolutos y, en caso
cerámicos colocados como ofrendas, definió la de obtenerse alguno, el mismo enfrentó problemas
existencia de dos estilos pertenecientes a etapas de confiabilidad (Almendros, et. al, 2013). (Figura 6)
distintas: uno temprano ligado a la fase Capacha
de Colima y un segundo relacionado a los Los datos recuperados hasta ahora indican que la
materiales de El Opeño y a Tlatilco (Mountjoy, costumbre de enterrar a los muertos en tumbas de
2012; 217-221). tiro y bóveda es una tradición antigua que se remonta
al Formativo Medio, reforzando las evidencias
Los fechamientos obtenidos por Mountjoy ―1000-900 presentes en El Opeño cuyas tumbas, a pesar de
a.C. para la primera etapa y 800 a.C. para la segunda―, haber sido excavadas en el subsuelo, presentan una
constituyen un dato de primer orden. Ello en virtud de forma distinta a las recurrentes en la tradición de
las dificultades que han enfrentado los investigadores tumbas de tiro. A la vez, el que entre los materiales
que han explorado importantes contextos funerarios recuperados se muestren una serie de representaciones
en Colima. En este lugar, Saúl Alcántara exploró antropomorfas y zoomorfas, da cuenta de que la
un notable cementerio con 144 individuos tanto tradición escultórica en barro del Occidente se
primarios como secundarios, a los cuales les fueron encuentra enraizada en sus más tempranas expresiones
ofrendados alrededor de trescientos elementos culturales. Finalmente, la índole de las materias
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primas, las formas de los objetos y el estilo presente definición de la fase Mixtlan (100-300 d.C.) ofrecerá
en las representaciones humanas, da pie a Mountjoy a elementos interpretativos novedosos en el sentido
señalar la pertinencia de las hipótesis que proponen las de que su desarrollo da cuenta de la manera en la
tempranas relaciones existentes entre el Occidente y el cual el Centro-Occidente se inscribe en la esfera
Noroeste de Sudamérica (Mountjoy, 2012; 2011-215). mesoamericana impulsada por la creciente expansión
de Teotihuacán (Darrás y Faugère, 2007; 71).
La otra vertiente del desarrollo temprano en el
Occidente se encuentra ligada a los fenómenos
sociales que se establecen de manera temprana con
los Altiplanos Centrales. En este tenor, los trabajos
EL CLÁSICO Y LA
realizados por Veronique Darras y Brigitte Faugère en TRADICIÓN TEUCHITLÁN
la cuenca media del Río Lerma, relativos al desarrollo
de la tradición conocida como Chupícuaro (600
EN EL OCCIDENTE
a.C.-250 d.C.), han enfocado su investigación tanto a
establecer con precisión la cronología de su desarrollo
cultural como a dilucidar sus estrategias económicas,
la índole de su poblamiento a través de los cambios U no de los grandes cambios en la perspectiva
global relativa a la interpretación de la
historia antigua del Occidente de México radicó
demográficos ―tanto local como regionalmente― y
a ubicar espacialmente sus tradiciones cerámicas. en el cambio de cómo se habría desarrollado
Para ello han venido utilizando minuciosos análisis en la región el periodo Clásico. Así cómo se
petrográficos y geoquímicos de pastas y pigmentos con mencionó que durante el Formativo el Occidente
objeto de dilucidar si las vajillas que han sido utilizadas no había contado con la benévola inf luencia
como marcadores cronológicos corresponden a olmeca, asimismo se asumía que el Clásico
intercambios comerciales o producciones locales. del Occidente no podía ser definido como tal
Esto último deriva de una puntual crítica a la forma toda vez que no existían evidencias relativas
de analizar y describir materiales de los diferentes a la emergencia del fenómeno urbano en su
investigadores que han trabajo el problema pues territorio. Este aspecto central habría llevado
afirman, sólo mediante una revisión metódica que a Otto Schondube a proponer que el Occidente
permita establecer bases de comparación firmes, a se podía caracterizar a través, tan sólo, de dos
través de la aplicación de parámetros de descripción grandes periodos de desarrollo (Schondube,
uniformes, se podrá construir una explicación 1972; 1974; 1980).
consistente pues sólo esta claridad permitirá vincular
los demás aspectos de cultura material recuperada Esta visión fue acremente criticada por Phil C.
en las exploraciones arqueológicas (Darras, 2006). Weigand quien propuso que debido a la riqueza
económica que generaba a los saqueadores el hallazgo
Los planteamientos realizados por Darras y Faugère ― de tumbas de tiro, su búsqueda terminó por configurar
efectuados a partir de una lectura exhaustiva y analítica un objetivo concreto, incluso para los investigadores.
de los numerosos autores que han trabajado tanto Ello hizo que la búsqueda obviara los espacios
a lo Chupícuaro como a sus improntas en diversas arquitectónicos a los cuales se encontraban asociados
regiones del Altiplano―, proponen que esta tradición las tumbas. A través de numerosos artículos Weigand
se conformó en el área del Lerma medio (Acámbaro) documentó que los sitios ubicados en la cuenca del
a partir de diversas migraciones procedentes tanto de lago de La Magdalena en Jalisco, se caracterizaban
grupos que integraban en su cultura material tanto por una arquitectura definida a partir de grandes
rasgos de las tradiciones antiguas del Occidente ― plazas circulares de diferentes diámetros que
Capacha, El Opeño― como de poblaciones ligadas a contaron con un altar central e incluso, con canchas
Tlatilco y a Morelos (estilo Río Cuautla). La paulatina de juego de pelota (Weigand, 1983; 1996). (Figura7.)
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Figura 7. Teuchitlán visto desde el aire en tiempo de secas.
A través de numerosos estudios de superficie Weigand no ha podido ser comprobada. Así, a pesar de que
estableció la secuencia de desarrollo de lo que terminó en el valle de Colima se ha venido documentando la
por conocerse como tradición Teuchitlán, en la cual existencia de sitios con Guachimontones monumentales
planteaba que el auge constructivo de tumbas de tiro ―acorde a la propia definición de Weigand en 1983―,
monumentales ―ligadas a los linajes de la elites― la dispersión no se sucedió de manera expansiva y
se sucedió hacia el Formativo Tardío y que la etapa estructurada pues, como lo señalan los investigadores
constructiva de las plazas circulares ―conocidas a cargo del Proyecto Sayula, entre la región de los Valles
coloquialmente como Guachimontones― se habría de Jalisco y el Valle de Colima, no existen indicios
desarrollado hacia el periodo Clásico, manteniendo de la existencia de sitios con arquitectura circular.
los grandes poblados el control político hasta el
Clásico tardío (Weigand, 1996). Una vez que Weigand El estudio de la tradición de las Tumbas de Tiro se ha
tuvo oportunidad de explorar e investigar el sitio enriquecido ante las investigaciones de varios panteones
Teuchitlán, al pie del volcán de Tequila, la cronología con tumbas selladas que han permitido el registro de
se fue ajustando pues las evidencias indicaron que la ricos espacios funerarios. Sobresale la exploración de
etapa de construcción de tumbas se encontró ligada la tumba monumental de Huitzilapa, Jalisco, la cual se
a la irrupción de la arquitectura (Weigand, 2002: 133). ubicó al centro de la estructura que cerraba al sur una
plaza de planta cruciforme. La tumba tuvo un tiro de
La presencia de arquitectura circular terminó por acceso de 7.6 m de profundidad que conducía a dos
constituirse como uno más de los rasgos definitorios cámaras mortuorias. En cada una de las cámaras se
del Occidente. No obstante, a pesar de que Weigand depositaron tres individuos al parecer emparentados
mantuvo la hipótesis que su ocurrencia en otros lugares cercanamente entre, su rica ofrenda consistió en finas
se debía a la expansión política de Teuchitlán, la especie cerámicas de los tipos Oconahua y Ahualulco, así como
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con joyería de concha y piedra así como punzones de a la vez, controlaron tecnologías innovadoras
obsidiana (López Mestas y Ramos 1998). En el Cañada como fue la metalurgia y la fabricación de
de Bolaños en Zacatecas, María Teresa Cabrero navajas prismáticas de obsidiana. La expresión
reportó a la vez, el hallazgo de tumbas de tiro, varias ideológica del poder de sus élites se expresó a
de las cuales funcionaron como osarios y en las cuales través de la decoración de vasijas con diseños
se depositaron objetos que dan cuenta de la existencia “estilo códice”. La presencia, así sea esporádica,
de comercio a larga distancia (Cabrero y López, 2003). de vasijas de alabastro así como de cerámica
plumbate e incluso de la popularización en esta
Si bien el estudio de los materiales procedentes de etapa de figurillas estilo Mazapa, indican una
las tumbas de tiro cuenta con un amplio catálogo clara relación con los Altiplanos (Mountjoy
de investigaciones efectuadas a través de la Historia 1990: 543).
del Arte, ha sido a partir de la recuperación de los
contextos originales que se ha comenzado a trabajar Una de las características más claras de esta etapa
sobre el campo semántico que compartieron los fue el desarrollo de redes de comercio a larga
pueblos que se adscribieron a la costumbre de distancia, lo cual procuró cambios sustantivos al
enterrar a sus muertos en tumbas excavadas en el interior de la organización social de los diferentes
subsuelo. En este tenor, Lorenza López Mestas ha pueblos que participaban en ellas, pues implicó una
desarrollado varias líneas de trabajo destinadas a mayor producción de bienes de prestigio, así como
sustentar el que el Occidente del Formativo tardío y de excedentes alimenticios destinados a mantener el
del Clásico temprano ―tiempo en que se consolidó trabajo especializado de los artesanos. Es por ello que
esta tradición―, compartía buena parte del núcleo se observa en el registro arqueológico, a diferencia
duro de la cosmogonía mesoamericana (López de fases más tempranas, el surgimiento de grandes
Mestas, 2007, 2011). poblados y un claro crecimiento demográfico.
Estos fenómenos implicaron, en la mayor parte
de los casos, procesos de intensificación agrícola.
LA TRADICIÓN La circulación de bienes llevó a Charles Kelley a
AZTATLAN, LAS NUEVAS proponer la existencia de un “Sistema Mercantil
APORTACIONES Aztatlan” mismo que contó con varios ejes de
intercambio. Esta fórmula comercial debió surgir
hacia el Clásico tardío y el Posclásico temprano y
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den cuenta de las dinámicas ideológicas ―políticas y ha reportado para la Higuerita y el Grillo (Galván,
religiosas― que legitimaron el accionar económico de 1975, 1976; López Mestas y Montejano, 2009).
las diversas regiones del Occidente mesoamericano.
Teresa Cabrero ha propuesto que el arribo de
EL CLÁSICO TARDIO Y EL los grupos nahuas pudo haberse realizado por el
noreste de Jalisco, a través de la cañada de Bolaños,
POSCLÁSICO TEMPRANO un corredor natural que comunica a la cuenca de la
laguna de La Magdalena con el área de influencia de
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a las elites. Este proceso, sin embargo, tuvo rostros severa ausencia de fechamientos absolutos para
y alcances distintos en razón de las característi- varias de sus regiones. En algunos lugares,
cas y las dinámicas propias de cada región. Este incluso, aún no se realizan investigaciones a
impulso productivo llevó a la vez, a una suerte de partir exploraciones controladas.
estandarización de formas en las vajillas así como en
la consolidación de un sistema simbólico compartido. Es importante mencionar a la vez, que el avance
de las ciudades y la construcción de infraestructu-
Concluyo en este punto esta visión general del ra de toda índole amenazan cada vez más, a los
desarrollo del Occidente prehispánico toda vez que la contextos arqueológicos que han permanecido hasta
propuesta de esta obra contempla la participación de nuestros días. Al respecto, es importante mencionar
investigadores que han concretado estudios puntuales la necesidad de impulsar los proyectos de área a fin
sobre las entidades políticas que se consolidaron hacia de elaborar diagnósticos que permitan establecer
el periodo previo a la llegada del conquistador español. políticas de protección de lugares que ofrezcan
información contextual importante.
LAS PERSPECTIVAS DE
A la vez, es importante mencionar que los sitios con
INVESTIGACIÓN arquitectura patente suelen en la región ha procurado
su exploración y puesta en valor lo que ha permitido
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