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Bibliografía:
- Moreno Jimenez, B. (2007). Psicología de la Personalidad. Capítulo 4: La personalidad emocional.
El Modelo de emoción de Ledoux integra desde una perspectiva psicofisiológica las relaciones entre cognición y
emoción. Va a hablar de dos niveles, un primer nivel y un segundo nivel.
Según el Modelo de Damasio las emociones son una parte constitutiva de la razón, son el marcador somático.
Sin la experiencia emocional, la capacidad de decisión de la persona queda perturbada.
Propone el caso Elliot, el cual llega a la conclusión de que la ausencia de emociones conlleva a una eficacia
intelectual, por eso la relevancia entre emoción y cognición. A la hora de tomar decisiones puede haber una
relativa oposición o independencia entre ambos subsistemas. Cuando existe oposición y las consecuencias no son
nocivas (no genera demasiada perturbación al sujeto), la mayoría opta por seguir a sus emociones. Cuando las
cogniciones tienen un valor importante en la estructura cognitiva del sujeto (cuando el sujeto es más racional que
emocional), las emociones se subordinan a lo que se piensa. Por último, cuando las ideas y cogniciones tienen un
fundamento emocional (por ejemplo, prejuicio), el cambio suele ser difícil por más que se reciba información que
contradiga la idea.
Trastornos emocionales
Cuando hablan de trastornos emocionales se refieren a la alexitimia, la anhedonia y la ansiedad.
La alexitimia es un síntoma que puede estar presente en distintos trastornos o padecimientos psíquicos; y es la
incapacidad de poder verbalizar emociones, es decir, la incapacidad para poder acceder simbólicamente a la
experiencia emocional. La misma se manifiesta con una dificultad para identificar y describir emociones; un
empobrecimiento de la imaginación, fantasía y una tendencia a la acción. Comúnmente se puede ver en
personalidades o trastornos psicosomáticos.
La anhedonia es la incapacidad para experimentar emociones positivas, es decir, de vivenciar emociones
positivas. Es común verlo en estados depresivos y en esquizofrenia.
La ansiedad es un estado de alerta emocional que aparece frente a determinadas características de las
situaciones, como pueden ser la incertidumbre o riesgo de que algo suceda. Es decir, hay cierta respuesta ante un
final que puede llegar a ser negativo (por ej. ansiedad social). Se diferencia del miedo, porque este es frente a un
peligro o riesgo que es evidente. Hay autores que diferencian la ansiedad como un rasgo (predisposición de la
persona a sentirse ansiosa, algo habitual) de la ansiedad como un estado (es una respuesta frente a ciertos
estímulos que son considerados amenazantes).
Bibliografía:
- Castilla del Pino, C. (2000). Teoría de los sentimientos. Capítulo I, III, IV.
Los sentimientos son constitutivos del sujeto, es decir, son estados del sujeto, que lo van a modificar y que afectan
al sujeto mientras se tienen (cuando se los recuerda ya son metasentimientos).
Además, los sentimientos nos conducen hacia objetos, ya sean objetos externos (personas, cosas, animales), o el
sí mismo (fantasías, pensamientos, deseos). Frente a esos objetos hay una vinculación, un lazo afectivo. Nunca
es neutra esta relación, sino que tiene que ver con cómo catectiza este sujeto, de acuerdo a su biografía,
determinados objetos y otros objetos no.
Los sentimientos tienen distintas funciones:
1. Permitir la subsistencia bio psico social a través de la satisfacción de deseos de posesión como de destrucción
de objetos. Se da una vinculación, puede ser desde el deseo de tener un objeto o desde no querer al objeto
por cierto displacer. Esa vinculación afectiva tiene que ver con la capacidad del sujeto de catectizarse con
algún aspecto del objeto, lo que acepte o que rechace va a ser propio de la biografía del sujeto.
2. Organizar jerárquicamente los valores que son propios de cada sujeto. Esta organización tiene que ver con lo
que se ama o se quiere poseer o con lo que se rechaza o se quiere mantener alejado.
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previa del sujeto. El autor va a decir que lo cognitivo puede ser parecido a otras personas, pero singularidad
está dada por lo emocional.
2. Efectos de dicha experiencia. Tiende a hablarse de cómo afectan en el organismo esta experiencia cognitiva
emocional. Estos efectos los llama momento extramental, y habla de un síndrome que está caracterizado por
determinados síntomas. Estos síntomas pueden ser enteroceptivos (síntomas detectables por el organismo) o
esteroceptivos (síntomas detectables por el entorno, por ej. ruborizarse). Estos síntomas también pueden ser
objeto para el sujeto, es decir, se pueden describir, conocer, actuar frente a ellos. También este momento
puede llamarse momento visceral, debido a cómo afecta en el organismo esta experiencia.
3. Expresión del sentimiento para sí mismo o para los demás. El autor se refiere a este momento como momento
público. Muchas veces el momento íntimo no puede pensarse como similar al momento público.
Bibliografía:
- Bermudez Moreno, J; Pérez García, A. M y otros. (2011). Psicología de la Personalidad. Capítulo 6:
Afectividad negativa y personalidad (solo hasta el punto 2)
Afectividad
La afectividad implica una realidad subjetiva que abarca cualquier aspecto de la vida de una persona y presenta
diferencias individuales tanto en el tono afectivo (positivo o negativo) como en la frecuencia e intensidad en que se
experimenta. Incluye emociones y estados de ánimo.
Ansiedad
Los autores hablan de ansiedad desde la Teoría del triple sistema de respuestas, de Lang. Lang sostiene que la
ansiedad va a implicar un patrón de respuestas cognitivas (preocupación, inquietud, malestar), respuestas
fisiológicas (nervios, sudor, agitación, taquicardia) y respuestas motoras o conductuales.
Hacen una diferenciación entre una respuesta normal de ansiedad y una respuesta patológica.
Una respuesta normal es una respuesta adecuada ante situaciones de peligro o de amenaza, es decir, cuando
existe una situación de peligro o amenaza a la supervivencia de las personas hay una respuesta adecuada a esa
situación que es real. Esa respuesta permite la detección de estímulos y movilización de recursos para hacer
frente a estos estímulos.
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Podemos decir que una respuesta patológica de acuerdo a determinados criterios: (1) de acuerdo a la intensidad,
frecuencia y duración de la ansiedad; (2) de acuerdo a la proporción entre la gravedad objetiva de la situación y la
intensidad de la respuesta; (3) de acuerdo al grado de sufrimiento que produce en la persona; y (4) de acuerdo al
grado de interferencia en la vida cotidiana del sujeto.
Depresión
Es un desorden afectivo que se caracteriza por un estado de ánimo negativo persistente, que implica abatimiento,
melancolía, tristeza, sentimientos de indignidad y soledad, culpa, falta de motivación, fatiga, y cansancio. Produce
déficits en el funcionamiento cognitivo; es decir que altera el curso del pensamiento como el contenido del
pensamiento. Vamos a encontrar ideas recurrentes, pensamientos auto devaluativos.
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UNIDAD 2: EL PROCESO ADAPTATIVO Y EL FUNCIONAMIENTO INADAPTADO DE LA PERSONALIDAD.
PROCESOS DE CAMBIO
Bibliografía:
- Bermudez Moreno, J; Pérez García, A. M y otros. (2011). Psicología de la Personalidad. Capítulo 10: El
proceso adaptativo.
Estrés
El autor sostiene que las respuestas frente a situaciones de la vida cotidiana dependen de (1) la relevancia que
atribuimos a los sucesos y (2) la percepción que tengamos de nuestras capacidades y recursos para poder hacer
frente a esos sucesos.
Existen dos formas básicas de reaccionar frente al estrés:
1. Modificar, reducir o eliminar el suceso: se dirige hacia el suceso.
2. Manejo/gestión del malestar emocional que produce el suceso: se dirige hacia la persona.
Si ambas actuaciones cumplen su función y generan consecuencias positivas en el individuo, podemos hablar de
respuestas adaptativas.
Modelos de estrés
Vamos a estudiar la Teoría cognitiva relacional del estrés de Lazarus y Folkman ('80). Esta teoría está asentada
sobre las bases de la perspectiva basada en la respuesta y la perspectiva basada en el estímulo.
1. Valoración cognitiva. Es el cómo percibe la persona un suceso, qué significado le da; por lo tanto, refiere a
una especie de mediador entre la persona y la situación. Dependiendo de cuál sea ese significado, la persona
se relaciona con la situación de manera estresante o no; reaccionando de distinta forma de acuerdo a su
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valoración. Esta valoración está dividida en (a) valoración cognitiva primaria y (b) valoración cognitiva
secundaria.
(a) La valoración cognitiva primaria es donde el individuo va a evaluar si en la situación hay algo relevante
para él.
Puede pasar que, en primera medida, ese escenario sea una situación irrelevante, por ello no hay nada que
pueda ser comprometedor para la persona.
En una segunda mediación, puede ser que el contexto le proporcione, al sujeto, consecuencias favorables, por
lo tanto, es una situación beneficiosa.
En una tercera evaluación se puede considerar una situación estresante, ya que el sujeto le atribuye un
significado de daño, pérdida, amenaza, o de reto. Esta percepción de amenaza tiene que ver con la
anticipación de ciertas dificultades o, que se estiman pérdidas y consecuencias negativas para el futuro. La
percepción del reto va a implicar que esa situación puede ser manejada, dominada, aunque el individuo pueda
sufrir algún tipo de daño.
Estos tres tipos de valoraciones son excluyentes, lo que quiere decir es que si una situación resulta estresante
para el individuo no puede ser irrelevante ni mucho menos beneficiosa.
(b) La valoración cognitiva secundaria se refiere a descifrar cuales son las opciones y recursos de
afrontamiento que tiene el individuo, cuál es la percepción de control personal y cuáles son las expectativas de
autoeficacia y las expectativas de resultados frente a la situación. Lo que sucede en esta valoración
secundaria es que, la persona va a evaluar qué puede hacer, qué recursos y opciones tiene, y cómo va a
llevarlo a cabo. Esta valoración varía, depende de la situación y de los cambios que se van a producir en la
valoración cognitiva primaria, es decir, en cómo el sujeto va percibiendo y significando la situación.
La percepción de control personal es la medida en que la persona se ve capaz de llevar a cabo las acciones
necesarias para afrontar las situaciones estresantes; eso tiene que ver con la expectativa de eficacia
(concepto de Bandura), es decir, cuanta capacidad cree la persona que tiene para poder realizar dichas
acciones necesarias. Mientras que, las expectativas de resultado tienen que ver con cuál es la medida que se
cree que, con dichas acciones, va a poder manejar aquella situación; cuál es el efecto de la utilización de los
recursos de afrontamiento frente a la situación estresante.
2. Estrategias de afrontamiento
Afrontamiento
El afrontamiento es un esfuerzo cognitivo y conductual que lleva a cabo un individuo para manejar el estrés
psicológico, con independencia de que lo logre o no. Hay que diferenciar entre el tipo de afrontamiento en sí
ultilizado y la efectividad de la estrategia utilizada.
Hay que diferenciar entre la función que cumplen las estrategias de afrontamiento y sus consecuencias o
resultados. Las funciones son independientes del grado de efectividad que posean. La efectividad va a depender
de la persona, del contexto y de la interacción con esa situación que fue valorada por la persona como estresante.
Podríamos decir que existe un afrontamiento adaptativo cuando se promueve un funcionamiento físico, psicológico
y social adecuado. El grado de adaptación depende de la situación y características del individuo. Un
afrontamiento adaptativo es aquel que es capaz de:
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Resolver el conflicto y las respuestas fisiológicas, es decir, eliminar o amortiguar la situación estresante y
disminuir el nivel de activación del sujeto
Disminuir el malestar psicológico, es decir, volver a tener una autoestima realista, una autoestima positiva,
adecuarse al funcionamiento social.
Obtener una percepción subjetiva de la efectividad del afrontamiento, es decir, que la persona pueda
valorar que la estrategia utilizada ha sido efectiva para la demanda de esa situación.
Hay un retorno a las actividades previas de la situación de estrés. A veces son esas mismas actividades
previas las que generan estrés, entonces se debe evaluar si es bueno volver a realizar estas actividades o no.
También puede llegar a pasar que esas actividades después de esta situación de estrés, sean consideradas
de otra manera.
Flexibilidad en el afrontamiento
La misma es muy importante para que el afrontamiento sea efectivo. Es la capacidad y disponibilidad para utilizar
una variedad de estrategias de afrontamiento, con el fin de manejar las demandas que se plantean en cada
situación. Muchas veces sucede, y no es bueno, que la persona utiliza la misma estrategia afrontamiento para
todas las situaciones que se presentan; y en algún momento, esa estrategia de afrontamiento única que utiliza
puede dejar de funcionar.
Esta flexibilidad en el afrontamiento se puede observar en estas tres características:
1. La persona debe ser capaz de valorar las distintas circunstancias
2. Debe poseer estrategias y saber utilizarlas
3. Tiene que haber un buen ajuste entre estrategia y requerimientos situacionales.
Las personas con mayor flexibilidad en el uso de estrategias de afrontamiento son capaces de percibir cambios y
contradicciones que presentan la realidad, interpretándolos desde distintos puntos de vista.Tiene una capacidad
discriminativa, es decir, evalúan las particularidades de cada situación.
En este punto es muy importante considerar la codificación del suceso estresante. Cómo se codifica el suceso
estresante va a llevar a utilizar un determinado tipo de afrontamiento. Cuando la codificación del suceso estresante
global y abstracta (por ej. "todo es difícil", "nada me sale") el afrontamiento va a ser inefectivo, rígido y
desorganizado; por eso, siempre es mejor que la codificación que se haga del suceso tenga que ver con
discriminar, con ver las particularidades de cada situación, un análisis detallado del suceso, para poder pensar y
actuar estrategias de afrontamiento que tengan mayor posibilidad de ser eficaces
Mecanismos de autorregulación
Además del afrontamiento, para tener cierta adaptación al ambiente se requieren mecanismos de autorregulación.
Estos intervienen en la implicación o desviación, desvinculación que establezca el individuo con respecto a los
objetivos que se haya planteado, dependiendo de las posibilidades de que disponga para conseguirlo y de los
medios con los que cuente para ello.
Hablamos de una autorregulación adecuada cuando hay un ajuste óptimo, siendo esta autorregulación flexible
para que el individuo pueda elegir las metas, se pueda comprometer con ellas; y también para que la persona se
esfuerce más allá de los factores distractores con los que se encuentre. Además, hay que tener en cuenta que
para que la persona logre sus metas, debe desvincularse de otras que están bloqueadas, ya sea por la
insuficiencia de recursos (en cuanto a calidad o cantidad) o, por las características situacionales que hacen la
imposibilidad de alcanzar aquellas metas.
Frente a circunstancias complejas, cambiantes e inciertas, para lograr una buena adaptación, se necesita (1)
poder ajustar y alterar las prioridades; y (2) modificar el nivel de logro de las metas según los medios o recursos y
también a partir de lo que la situación requiere.
Puede ocurrir una discrepancia entre los resultados que se deseaban alcanzar y, lo que finalmente, se logró
conseguir. Para eliminar esta discrepancia se van a poner en funcionamiento dos procesos (no son excluyentes,
se utilizan simultáneamente y no son procesos antagónicos en sí):
- Asimilación: en donde la persona se esfuerza o intenta llevar a cabo acciones para influenciar en la situación
actual, incluyendo la propia conducta. Es decir, la idea no es el cambio de objetivos, sino adherirse a los
objetivos que la persona tenía. Por ello, es que hay una fuerte adherencia a los objetivos. Para lograr esto hay
dos actividades específicas:
Optimización: sería la utilización de medios más efectivos para alterar determinada situación y conseguir
las metas. Por ejemplo, si mi objetivo es sacar una materia, y no la estoy aprobando; un ejemplo de
optimización sería cambiar la forma de estudio.
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Compensación: cuando hay medios y recursos que son inapropiados para alcanzar las metas, las
personas compensan esto seleccionando y utilizando medios alternativos para evitar pérdidas
relacionadas con sus objetivos. Por ejemplo, si no llego a rendir una materia, compenso y estudio y rindo
otra, para no perder el objetivo principal que sería recibirse.
- Acomodación: La persona cambia sus metas, preferencias y nivel de aspiración para adaptarlos a las
características reales de la situación y de los recursos que disponga. Se utiliza cuando, en principio, los
recursos y medios necesarios para realizar un objetivo son reducidos, disminuidos o no hay tales medios y
recursos disponibles. Entonces, utilizo, por ejemplo, otras vías alternativas, las cuales tienen un costo muy
alto. Por ejemplo, si el objetivo es recibirse en 5 años, siendo una carrera que lleva mucho tiempo, debo dejar
de lado lo demás (recreación, socialización, etc.), donde se acomodan, los objetivos, preferencias y el nivel de
aspiración. Por otro lado, cuando el nivel de dificultad y las demandas que plantea la situación se incrementan,
de modo que el costo de perseguir es elevado. Por ejemplo, en una situación donde, se debe trabajar y
estudiar al mismo tiempo, puede que el nivel de aspiración sea demasiado elevado, el objetivo de recibirse no
se elimina, sino que se adapta, se acomoda a la situación; por ejemplo, haciendo menos materias por año;
nunca perdiendo el objetivo.
El autor plantea el ejemplo de que, en la depresión, hay conflictos entre la asimilación y la acomodación porque
persevera ante un determinado objetivo que no resulta alcanzable por la situación. A la persona con depresión le
falta la activación, todos los esfuerzos que hace no alcanzan para el individuo (refiriéndose a las creencias
negativas que el paciente tiene). A su vez, si se acomoda a la situación y disminuye su nivel de aspiración surge
un círculo vicioso de “no puedo”.
Tipos de afrontamiento
Afrontamiento proactivo-preventivo: donde la función u objetivo es anticipar la presencia de estresores
negativos futuros para prevenirlo o modificarlo antes de que ocurra. Está ligado a la prevención riesgos
potenciales y amenazas porque genera una preocupación en la persona.
Afrontamiento proactivo-positivo: su objetivo principal es generar, acumular y saber utilizar recursos y
habilidades para planificar y promover cambios positivos. Está ligado a la construcción de metas positivas, al
reto potencial. Se va a valorar riesgos, demandas, oportunidades de forma positiva, constructiva y estimulante.
Ambos se orientan al futuro, tienen como objetivo la construcción de reservas de recursos y, en ambos, hay
desarrollos de habilidades de autorregulación.
Bibliografía:
Millon, T. (2006). Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Capítulo 1: Trastornos de la
personalidad: principios clásicos.
Kernberg, O. (1987). Trastornos graves de la personalidad. Estrategias psicoterapéuticas. Capítulo 1:
Diagnóstico estructural
Millon
Normalidad frente a patología
Millon tiene una perspectiva integradora, toma distintas teorías.
No podemos diferenciar de forma objetiva entre "normalidad" y "anormalidad", sino que todas las distinciones son
parte de construcciones sociales y culturales. En general, cuando hablamos de "normalidad" hablamos de una
conformidad de comportamientos y costumbres del propio grupo o cultura; por lo tanto, lo que es normal para
nosotros los argentinos, por ejemplo, para los asiáticos no lo es. Siempre que uno hable de normalidad o patología
tiene que hacerlo siempre en base a las costumbres propias de la cultura.
Tanto la normalidad como la anormalidad no son categoriales, es decir, no es una cosa o la otra, sino que se
sitúan en un continuo entre lo que es la normalidad y la anormalidad. Este pasaje de la normalidad a la
anormalidad se va a dar cuando se intensifican ciertas expresiones (como por ejemplo, pasar de lo que es la
asertividad a la agresión) y/o cuando aumenta el número de rasgos desadaptativos en esa persona. No es tan
sencillo diagnosticar o diferenciar qué es lo normal y qué lo patológico, sino que hay que tener en cuenta este
continuo, de acuerdo a distintos grados.
Millon sostiene que hay distintas características en relación a la patología. Existe una estabilidad frágil o carencia
de capacidad de adaptación, en condiciones de estrés, y se utilizan las mismas estrategias de afrontamiento
(relacionado con la flexibilidad en las estrategias de afrontamiento y con la autorregulación). Como consecuencia
de esta carencia en la capacidad de adaptación, existe una inflexibilidad desde el punto de vista adaptativo. Al
haber pocas estrategias y conductas alternativas se las impone rígidamente; y es el entorno el que se debe
flexibilizar al máximo. Cuando esto no pasa, hay una crisis en la persona o el entorno. Así se reduce el poder
aprender estrategias nuevas y más adaptativas, porque las mismas estrategias se utilizan para distintas
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situaciones, hay rigidez. Al existir esa rigidez estas personas no son capaces de cambiar, por lo tanto estos
repertorios que terminan siendo patológicos se van a repetir y van a dominar su vida.
En contraposición, la personalidad normal va a incluir la capacidad de ser flexible, es decir, va a saber cuándo hay
que tomar una iniciativa o modificar el entorno, y cuándo hay que adaptarse a lo que le entorno dispone. También
hay flexibilidad en las interacciones, es decir, las iniciativas o las reacciones hacia el entorno son proporcionales y
adecuadas a las circunstancias.
Kernberg
Evaluación de la personalidad
Kernberg tiene una perspectiva psicodinámica, es un teórico de las relaciones objetales.
Los aspectos a evaluar para hacer un diagnóstico de personalidad son:
Identidad integrada: hay una difusión de identidad en la patología, que se representa por un concepto
pobremente integrado de sí mismo y de otros significativos para esa persona. Hay una experiencia subjetiva
de vacío crónico, autopercepciones contradictorias, conductas contrarias, y percepciones empobrecidas de
los demás. Hay una discontinuidad temporal del concepto del paciente sobre sí mismo y los demás, es decir,
a veces una persona se considera buena y a los días mala. Hay una incapacidad para transmitir interacciones
significativas con otras personas. En cuanto a la calidad de las relaciones objetales se evalúa la estabilidad y
profundidad de las relaciones. También se evalúa la empatía, entendimientos y capacidad para mantener una
relación cuando es invadida por el conflicto y la frustración.
Mecanismos de defensa: se evalúa si utiliza mecanismos tales como la represión y otros de alto nivel o
si utiliza la escisión u otras primitivas de defensa.
La represión, la formación reactiva, la intelectualización, la racionalización, son mecanismos de alto nivel que
van a proteger al Yo de los mecanismos intrapsíquicos por medio del rechazo esa representación de ese
impulso a la consciencia. Están asociados a la neurosis.
En cambio, cuando se utilizan mecanismos más primitivos como la escisión, la disociación, la identificación
proyectiva, la omnipotencia, la devaluación, van a proteger al Yo de estos conflictos que habíamos hablado,
pero con un costo muy alto, que es la provocación de una disociación en el Yo. Entonces, se va a mantener
activamente estas experiencias contradictorias del sí mismo y de los demás significantes. Estos estados
pueden mantenerse separados entre sí con ese costo, pero con el "beneficio" de prevenir o controlar la
ansiedad relacionada con esos estados. Son mecanismos que están más asociadas a la psicosis o a las
patologías limítrofes o Bordeline.
Prueba de realidad: es la capacidad de diferenciar el sí mismo del no sí mismo, lo intrapsíquico de los
orígenes externos de la percepción y estímulos, y la capacidad para evaluar de manera realista el contenido
de nuestro propio afecto, conducta y pensamiento en términos de normas sociales ordinarias. Esto se evalúa
clínicamente con la ausencia de alucinaciones y delirios; la ausencia de un afecto o emoción o contenido de
pensamiento o conducta inapropiado o bizarro; y con la capacidad para empatizar con otras personas, y de
clarificar las observaciones de otras personas de lo que le parece a ellos aspectos inapropiados o
desconcertantes de las emociones, conductas o contenido del pensamiento del paciente en el contexto de
interacciones sociales ordinarias.
Tolerancia a la ansiedad: se evalúa el grado en que el paciente puede tolerar una carga de tensión
mayor de la que en forma habitual experimenta, sin desarrollar síntomas aumentado su conducta regresiva.
Control de impulso: se evalúa el grado en que el paciente puede experimentar fuertes deseos instintos o
emocionales sin tener que actuar de inmediato contra su juicio o interés.
Efectividad sublimatoria: se evalúa el grado en que el paciente puede comprometerse con valores que
van más allá de sus propios intereses inmediatos o de la autopreservación. Es decir, el grado en que es
capaz de desarrollar recursos creativos.
Falta de integración del superyó: se evalúa la severidad del superyó, el grado de identificación con que
el paciente se identifica con valores éticos, y tener cierta culpa normal como regulador principal.
Este autor plantea la evaluación como método diagnóstico, y habla de cuatro aspectos:
1. Clarificación: es la exploración que se hace junto con el paciente de la información que va brindando, y
que al psicólogo le parece que es poco claro o incluso contradictorio o incompleto. Esta información no se
discute ni se cuestiona, sino que se trata de clarificar. Se pretende evocar material consciente y
preconsciente.
2. Confrontación: se le presenta al paciente áreas de información que brindó que parecen contradictorias e
incongruentes. En la confrontación se van a señalar estos aspectos que parecen contradictorios e
incongruentes, o en donde pareciera existir alguna cuestión conflictiva o de utilización de mecanismos de
defensa. Se evalúa la respuesta del paciente a esa confrontación, porque puede ser que en esa reacción
cause un aumento o disminución de, por ejemplo, la conciencia de realidad. También se pueden relacionar
los aspectos que narran del momento, del aquí ahora, con otro problema que son similares en otras áreas.
Entonces, lo que se hace es ver los aspectos que son más descriptivos del momento que pueden llegar a ser
más estructurales de la personalidad, al encontrarse que en distintas áreas sean las mismas contradicciones.
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3. Interpretación: se van establecer lazos entre el material o la información consciente o preconsciente y el
inconsciente, a través de hipótesis. Se van a explorar los orígenes conflictivos, los motivos por los cuales
aparecen ciertas defensas, ciertas ansiedades.
4. Transferencia: significa la presencia en esta interacción entre paciente y terapeuta del reflejo o la
reconstrucción de otras relaciones del pasado del paciente. La transferencia va a facilitar poder hacer
interpretaciones, que van a ligar lo que sucede en esa relación actual dentro del contexto terapéutico con
experiencias del paciente del pasado.
Kernberg sostiene que existen tres estructuras de personalidad: neurosis, límite y la psicosis. De acuerdo a como
sea los aspectos a evaluar vamos a diagnosticar alguna de las tres.
Es importante aclarar que Kernberg explica a la neurosis como una organización patológica, difiriendo así, con
Freud, ya que para él todos somos neuróticos.
En cuanto a otras manifestaciones de debilitación del yo, como la tolerancia a la ansiedad, control de impulso, la
efectividad sublimatoria y la falta de integridad del súper yo, en general, en el paciente limítrofe y en la psicosis no
hay una tolerancia a la ansiedad, no hay un control de impulso ni una efectividad sublimatoria.
Con respecto a la integración del súper-yo, en la neurosis, si bien está integrado, es un súper-yo severo. En
cuanto al limítrofe y la psicosis hay un deterioro en esa integración.
Hay que evaluar el grado en el que ese paciente se va a identificar con esos valores éticos y si tiene la culpa
normal, no la autocrítica severa, como un regulador principal.
En las organizaciones neuróticas hay sentimientos de culpa que son mucho más severos y hay cambios de
estados de ánimos. Lo que diferencia al neurótico de un individuo “normal”, es que, en el segundo se perciben
valores éticos y la autocrítica más modulada
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UNIDAD 3: MOTIVACIÓN
Bibliografía:
- Bermúdez Moreno, J; Pérez García, A. M y otros. (2011). Psicología de la Personalidad. Capítulo 5: La
motivación en el sistema de la personalidad
Motivación
La motivación es todo aquello que provoca que la persona se ponga en acción, que activa al organismo; pero a la
vez es la dirección de este comportamiento, es decir, por qué se elige realizar determinada conducta o actividad
en vez de otra.
También destacan el carácter activo del organismo, por eso están centradas en la automotivación. Cuando
hablamos de motivación se refiere a que el inicio y el mantenimiento del comportamiento, en ausencia de algunos
incentivos que sean externos, impulsan a esta persona, pero también son importantes los procesos de
autorregulación y otros conceptos como las expectativas, la percepción de competencia, la eficacia personal, la
creencias, con respecto al comportamiento que puede llegar a tener una persona.
Los sistemas de metas se organizan de acuerdo a un modelo jerárquico, como se habla desde Maslow, que
sugiere que para que se alcancen las metas que son generales o supraordenadas hay que alcanzar primero las
subordinadas. La jerarquía implica que hay metas que son las abstractas, es decir de más alto nivel, y que se
consiguen obteniendo las metas o actividades de bajo nivel.
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Dentro de estas teorías contemporáneas se hace referencia a las dimensiones de las metas que son parámetros
en las cuales las metas pueden variar. Estas dimensiones son:
Importancia-compromiso. La importancia de la meta va a determinar el compromiso. En principio, la
importancia va a derivar del el valor o relevancia que tiene esta meta para la persona; por lo tanto va a haber
metas que se priorizan más que otras. Con respecto al compromiso, se refiere a cuánto una persona está
dispuesta a esforzarse para ese logro, tanto para el inicio como para la persistencia en conseguirlo. Tanto la
importancia como el compromiso van a estar determinados en parte por la posibilidad de logro.
Posibilidad de logro. Tiene que ver con el nivel de dificultad percibido por el individuo. Este nivel de
dificultad va a influir en el plan de acción, porque en las metas más fáciles la inversión del esfuerzo puede ser
suficiente, pero en las difíciles es necesaria cierta planificación y desarrollo de distintas estrategias. Este nivel
de dificultad también tiene que ver con cómo se percibe a sí mismo en el nivel de autoeficacia, es decir, en
cuanto a la capacidad que tiene esa persona para lograr esa meta.
Especificidad-abstracción. Tiene que ver con la concreción de criterios, es decir, las metas que son más
abstractas son más difíciles porque son menos claras; mientras que las metas que son más específicas se
van a asociar con un mayor rendimiento y una mayor capacidad de logro por su misma claridad.
Rango temporal. Las metas implican una orientación hacia el futuro. Las metas que son más específicas
se piensan a corto plazo, mientras que las que son más abstractas van a implicar un mayor tiempo para
lograrlas.
Nivel de CC. Tiene que ver con la disponibilidad y accesibilidad en la memoria. Siempre que hablamos de
metas hablamos de conciencia.
Nivel de conectividad-complejidad. Tiene que ver con el conflicto que genera el logro de estas metas. El
conflicto en sí es inherente a una meta, porque las personas tenemos muchas metas, entonces el conflicto va
a ocurrir cuando se percibe una meta que puede llegar a interferir con otra. Este conflicto va a incluir dos
procesos: uno es la ambivalencia entre cual de las metas que tengo es más importante para el logro, es decir,
a cual le doy mayor valor; y el otro es la interferencia entre las metas. A veces estos conflictos se suelen
resolver de acuerdo a las prioridades o también por cambios que se van dando en la importancia de estas
metas.
¿Cuál es la relación entre metas y bienestar? Tiene mucha relación, pero principalmente siempre las metas tienen
consecuencias emocionales. La percepción de progreso hacia determinada meta se va a asociar a sentimientos
positivos, mientras que cuando nos alejamos de una meta se asocia más a sentimientos negativos. Cuando se
genera un conflicto entre metas y esto produce ambivalencia, disminuye el bienestar. Las metas con nivel bajo de
especificidad producen mayor bienestar, es decir mayor ansiedad o mayor depresión; mientras que las que son
más concretas producen mayor bienestar. También todo lo que corresponde a metas qué tienen que ver con la
intimidad, en relación a implicarse en relaciones cercanas íntimas, generan bienestar porque son claves en la
madurez y el crecimiento psicológico.
En relación a lo que hablamos de la autonomía o autodeterminación, vamos a encontrar que hay otros eventos
externos que van a disminuir la motivación intrínseca, como por ejemplo cuando se da un cierto tiempo límite para
obtener una meta, cuando se impone una meta, cuando se somete a cierta vigilancia para el logro de las mismas y
cuando existe cierta competencia o evaluación con respecto a la meta que se está por cumplir.
Las necesidades psicológicas básicas y universales que plantean los autores son:
Autonomía: hace referencia a que uno se siente el actor o que es la misma persona la que da origen a la
conducta propia. Es contrapuesta a la heteronomía, que es todo lo contrario: sentirse controlado por
fuerzas externas o internas que son ajenas a la propia decisión.
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Competencia: se refiere a sentir que las acciones propias son efectivas, es decir que se experimentan
ciertas oportunidades que me van a permitir ejercer y expresar mi propia capacidad con respecto a ciertas
metas.
De relacionarse: se refiere a sentirse conectado a los demás, a tener este sentido de pertenencia a la
comunidad, el sentirse significativo para los otros.
Los autores consideran que estas necesidades son básicas porque las personas necesitan satisfacerlas para
lograr un funcionamiento efectivo y para tener cierto bienestar psicológico. La teoría va a estar centrada en el
grado en que son satisfechas o no, más que en la intensidad de las mismas.
Además de ser básicas también son universales, es decir que para estos autores se van a presentar en todas las
personas, pero el hecho de que sean consideradas universales no significa que entiendan que todas las personas
valoren de forma explícita estas necesidades, o que sean satisfechas o frustradas de la misma manera en las
distintas culturas o en distintas etapas del desarrollo, sino todo lo contrario: las necesidades pueden expresarse de
forma distinta, y las maneras de satisfacerlas también son diferentes en las distintas sociedades y en las distintas
etapas de la vida. Por eso, la satisfacción de la necesidad en sí no es un rasgo del individuo, porque las personas
podemos cambiar la manera de satisfacer las necesidades de acuerdo a las capacidades que tenemos en este
momento y también con cambios que tienen que ver con lo situacional.
Para estos autores estas necesidades son necesarias para el desarrollo, y que las personas intenten satisfacerlas
es importante. Hacen alusión a cierto sentimiento de seguridad, porque si estas necesidades psicológicas no son
satisfechas llevarían a ciertos sentimientos de inseguridad.
Los autores le dan importancia al proceso de internalización, el cual es un proceso que va a ocurrir a lo largo del
desarrollo, en donde los valores y las conductas del ambiente pueden ser integradas como propias. Mediante la
internalización, todas las actividades que se han propuesto o que han sido motivadas en principio externamente,
es decir controladas o impuestas desde afuera, pueden llegar a ser percibidas como internamente causas. Habría
un pasaje de la heteronomía a la autonomía, de la regulación externa a la autorregulación y de atribución externa
a la atribución interna. Este proceso se va dando gradualmente, por distintos niveles, y dentro de estos niveles va
a haber cierto continuo. En este continuo externalización-internalización, se dan los siguientes niveles o pasos:
1. Regulación externa: ocurre cuando aún no se produce el proceso de internalización, y la persona
solamente actúa por contingencias externas.
2. Regulación introyectada: la internalización es parcial, por lo cual esta persona va a percibir que todas las
actividades son ajenas a su yo, es decir, que no las acepta totalmente, pero cree que es su deber realizarla.
Es una motivación más controlada que autónoma.
3. Regulación identificada: si bien es más profunda que la anterior, el proceso de internalización no es total.
La persona va a aceptar y valorar la actividad, pero a pesar de que hay cierta autonomía que aún es relativa,
la actividad no está integrada con los demás aspectos de la experiencia personal, ni con su self o su Yo.
4. Regulación integrada: la internalización es total y la motivación es autónoma o autorregulada, es decir que
las actividades son valoradas por la persona y son congruentes con metas y valores que son propios.
El proceso de internalización solo podrá culminar en la medida de que se satisfagan las necesidades básicas. De
allí la importancia de que existan ambientes que apoyen las necesidades psicológicas básicas para lograr esta
internalización. Por lo tanto, el proceso de internalización está determinado por la satisfacción de las necesidades
psicológicas básicas y universales.
Bibliografía:
- Bermúdez Moreno, J; Pérez García, A. M y otros. (2011). Psicología de la Personalidad. Capítulo 8: Factores
cognitivos y personalidad
Cognición y motivación
Este capítulo se hace foco en las teorías sociocognitivas, es decir, como influye la cognición en los procesos
motivacionales, emocionales y en la conducta que se lleve a cabo,
Dentro de los componentes cognitivos, los que han sido más estudiados son (1) las expectativas, (2) los procesos
de atribución y (3) las reacciones ante la pérdida de control. Estas tres dimensiones o factores van a determinar
cómo actuamos en el presente y cómo actuaremos en el futuro.
1. Expectativas
Expectativa de autoeficacia
Estas expectativas tienen que ver con la creencia de que tenemos los recursos necesarios para hacer frente a la
situación que debemos afrontar. Influye en el esfuerzo qué se hará en la situación, en cuanto persistirá en la tarea
y en las reacciones emocionales que se experimentan mientras se anticipa una situación o se está inmerso en
ella. Se va a hablar de una naturaleza prospectiva y operativa de la autoeficacia. Prospectiva tiene que ver con lo
que se siente antes de empezar la acción; y operativa tiene que ver con la acción que se lleva a cabo y con la
contextualización, es decir, si voy a poder llevar a cabo una conducta más allá de determinada circunstancia.
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Dentro de lo que es la expectativa de autoeficacia, vamos a encontrar que el éxito en una determinada tarea,
puede generar que (1) aumenta la autoeficacia y el esfuerzo en tareas futuras, (2) se dé una relajación en cuanto
al esfuerzo, dado que sabemos que podemos lograr el objetivo sin que sea necesario tanto esfuerzo, y (3) se dé
una búsqueda de nuevos estándares más elevados en los que se invierte mayor esfuerzo y dedicación.
En cuanto al fracaso en una determinada tarea, puede generar que (1) abandonemos la tarea, o (2) que
continuemos esforzándonos dependiendo del valor del resultado para la persona y de su sentido de autoeficacia
de cara a un futuro refuerzo.
En cuanto a las fuentes de las creencias de autoeficacia, es decir, de dónde proviene esta creencia, podemos
decir que en principio es de la propia experiencia de éxito o fracaso.
Puede provenir también de la experiencia vicaria, qué es todo lo que vamos aprendiendo en relación a las
experiencias de otras personas, a través de la observación de lo que hacen y de las consecuencias de esas
conductas.
Otra fuente es la persuasión verbal, que es esto de animar a otro o sentirse animado por otro para hacer
determinadas conductas, teniendo en cuenta las cualidades y otorgando cierta confianza en que esa persona
puede llevar a cabo esa acción.
También está relacionado con los estados emocionales y fisiológicos que podrían estar asociados a un mal
rendimiento o al fracaso, o a un buen rendimiento o al éxito. El fracaso va a estar asociado a una activación
fisiológica desagradable, mientras que el éxito a una agradable.
Expectativa de resultados
En la creencia de que la conducta que realicemos llevará a los resultados deseados. Importa a la hora de invertir
el esfuerzo necesario para conseguir nuestros objetivos.
2. Procesos de atribución
Son las causas que utilizamos para explicar los resultados positivos y negativos que obtenemos de las acciones, y
que pueden tener consecuencias de cara a futuras conductas.
Cuando hacemos procesos de atribución o cuando atribuimos una causa a una conducta, las conductas deben ser
voluntarias. No podemos atribuir una causa a una conducta que sea automática o involuntaria.
Es importante diferenciar los procesos de atribución de las consecuencias de la atribución. Las consecuencias
tienen que ver con los efectos emocionales (reacciones afectivas de satisfacción, orgullo, culpa…), cognitivos
(cambios en expectativas, planes de acción…), y motivacionales (aumento o disminución del esfuerzo) que
afectarán la forma en que la persona se enfrentará en el futuro a situaciones similares.
3. Control percibido
Se refiere a la cognición y juicio de que uno tiene la capacidad, recursos y oportunidades para llevar a cabo una
acción que incremente la probabilidad de obtener resultados positivos o evitar los negativos. El locus de control es
la creencia que tiene una persona de que su respuesta va a influir o no en la consecución de un refuerzo, es decir,
es una expectativa de control sobre los refuerzos o las consecuencias de la conducta que lleve a cabo. Las
personas que tienen un locus de control interno creen que sus refuerzos o las consecuencias van a depender de
las conductas que ellos mismos realizan. En cambio, las personas con un locus de control externo, tienen la
creencia de que la obtención de ese refuerzo o la consecuencia de esa conducta, está más allá de su control, y
qué va a depender, por ejemplo, de la suerte, del contexto o de otras personas.
Frente a la pérdida del control, hay dos principales consecuencias. Por un lado, (a) la reactancia psicológica, que
tiene que ver con intentos recurrentes para realizar la conducta amenazada o prohibida. Por otro lado. (b) la
indefensión aprendida. Y por otro lado, (b) la indefensión aprendida, que tiene que ver con dejar de hacer cierta
actividad como consecuencia del aprendizaje que vamos haciendo con el paso del tiempo de que existe una falta
de control, es decir, este aprendizaje nos lleva a interpretar que la falta de control es estable en el tiempo, que es
fruto de nuestra propia incapacidad y que podemos generalizarlo en otras situaciones.
(a) Hay ciertos parámetros de la reactancia, qué tienen que ver con la cantidad de reactancia que un individuo
puede experimentar. Los mismos son:
Expectativa de libertad que posee una persona para llevar a cabo una determinada conducta. Solamente
se va a experimentar reactancia cuando la persona se percibe como libre para llevar a cabo esa conducta
que amenaza o que está prohibida. Cuanta más libertad sienta la persona, más reactancia se activa.
Fuerza de amenaza recibida contra la manifestación de esa conducta. Cuanto mayor sea la amenaza,
mayor cantidad de reactancia se activa. También puede activarse cierta reactancia cuando se observa a
alguien que experimenta la amenaza.
Importancia de la conducta para la persona. Cuanto más importante sea para una persona la libertad
amenazada, más reactancia va a experimentar. Por ejemplo, si la libertad amenazada es importante y hay
una sola forma, que vendría a ser esa conducta específica, para satisfacer determinada necesidad o llevar a
cabo algún objetivo, la reactancia va a ser máxima.
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Implicación a otras conductas o libertades, es decir, el grado en que la amenaza afecte por implicación a
otras conductas o libertades. Va a haber mayor reactancia cuándo se ven implicadas un mayor número de
libertades. También la o reactancia va depender del grado en que esa amenaza pueda tener implicaciones
para un futuro.
Legitimidad del agente amenazador. Si procede de una fuente de autoridad para esa persona, la
reactancia puede ser más fuerte.
Los efectos de la reactancia tienen que ver con los intentos que puede llevar a cabo una persona para restaurar
esa libertad de la que veníamos hablando. Hay distintos tipos de restauración:
Restauración directa: cuando la persona lleva a cabo, a pesar de todo, la conducta que se le prohibió o la
conducta amenazada.
Restauración indirecta: la persona realiza una conducta que de alguna manera equivale a la conducta
prohibida, o puede realizar una conducta que demuestra por implicación que sería capaz de realizar esa
conducta amenazada manteniendo su libertad de acción.
Restauración vicaria: cuando se consigue que otra persona realice la conducta amenazada para uno.
Restauración subjetiva: tiene que ver con el cambio en la importancia de las alternativas, principalmente
de la alternativa que está amenazada o prohibida. También puede ser que se muestre agresividad u
hostilidad hacia el agente amenazador.
Los casos de depresión, se asocian con la combinación de las dimensiones de internalidad, estabilidad y
globalidad. Esto llevaría de una indefensión que es personal a una indefensión que es crónica, y a una situación
que por más que en un principio pudo haber sido específica termina siendo global.
No basta con que la persona perciba la falta de control en una situación para que se genere cierta expectativa de
falta de control futuro, sino que es necesario tener en cuenta a qué atribuye esa falta de control para poder
predecir esta cronicidad de las manifestaciones de indefensión. Esto también conlleva a atribuciones internas de
fracaso, y se observa una disminución de la autoestima.
Bibliografía:
Bermudez Moreno, J; Pérez García, A. M y otros. (2011). Psicología de la Personalidad. Capítulo 11:
Autorregulación de la conducta.
Moreno Jimenez, B. (2007). Psicología de la Personalidad. Capítulo 7: La conducta propositiva: la
autorregulación de los procesos.
Autorregulación de la conducta
¿Cuál es la relación entre los procesos de autorregulación y las metas?
La autorregulación es un prerrequisito para el logro de metas. En lo que es el proceso de dirigirse hacia
determinadas metas las personas siempre tenemos que trabajar en este logro para conseguirla, pero también
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vamos a tener que ir renunciando a las recompensas inmediatas, vamos a tener que resistir ciertas tentaciones
que van apareciendo en el camino, soportar frustraciones si no logramos alcanzar la meta tan rápidamente como
queremos, inhibir respuestas que surgen automáticamente, que son rutinarias o hábitos de conductas que
tenemos arraigados, y evitar ciertas distracciones. La autorregulación es muy importante para el logro de metas
porque vamos a poder transitar todo lo nombrado anteriormente y llegar a alcanzar la meta que buscamos.
La autorregulación implica cambiar el self. Todas las metas van a necesitar que realicemos cambios en nuestra
manera habitual de pensar, de sentir, de comportarse.
La autorregulación es una capacidad necesaria para el desarrollo vital porque en los constantes cambios que
tenemos de las demandas que los ambientes nos exigen, esta capacidad nos va a permitir cambiar y adaptarnos a
los mismos.
¿Qué es la autorregulación?
Debemos diferenciar los procesos de autorregulación de las estrategias.
Procesos de autorregulación
La autorregulación son todos los procesos que se ponen en marcha cuando la persona compara su estado actual
real con el estado deseado que le gustaría alcanzar. Supone cierta capacidad cognitiva de no depender del
escenario actual y elaborar otros escenarios posibles. Una de las dimensiones de la autorregulación es el
autocontrol, que refiere a la autorregulación en situaciones difíciles que no podemos manejar tan fácilmente.
Dentro de los procesos de autorregulación, cuando hacemos esta comparación entre el estado actual y el estado
deseado, puede existir cierta discrepancia o no. Si existe discrepancia entre los dos estados, el paso siguiente es
ponernos en acción para intentar disminuir esta discrepancia. El mecanismo de comparación, implica realizar
ciertos procesos:
Auto-observación: es la representación mental del estado actual, la cual se va a facilitar cuando podemos
focalizar la atención sobre nosotros mismos. Es decir, la representación mental del estado actual se va a
derivar de este proceso de auto-observación. Este proceso de auto-observación no se da solamente al
comienzo, cuando evaluó si existe discrepancia, sino en todo el proceso. En todo el proceso, la persona va a
vigilar de forma reiterada para comprobar si hubo procesos o no. También, esta vigilancia nos va a permitir
que si vamos para un lado en donde no estamos viendo resultados, podamos modificar el camino que
estamos recorriendo.
Auto-valoración: para poder realizar la comparación de lo que estamos hablando, deben haber ciertos
valores de referencia o estándares, una representación de aquello a lo que se va a aspirar, del estado
deseado. La persona va a ir monitorizando periódicamente las acciones que va realizando, y también va a ir
valorando si se está acercando o no al estado deseado. Estos valores de referencia vendían hacer las metas,
los objetivos, o también pueden ser normas o reglas sociales que uno considera que deben ser la conducta
apropiada para adaptarnos al contexto.
Auto-reacción: en función de la auto-observación y de la autovaloración, la persona auto reacciona. La
auto-reacción es la auto recompensa en el caso de que evalúe progresos, o la introducción de ciertos
cambios en el caso que considere que no ha conseguido avances. Las auto recompensas pueden ser
refuerzos externos o refuerzos internos (por ej. sentir orgullo o satisfacción, aumentar la percepción de
autoeficacia).
Estas evaluaciones son determinantes para las acciones que pongamos en marcha para el logro de estas metas.
Estrategias de autorregulación
Son aquellas que se siguen para conseguir llegar a ese estado deseado.
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Cuando se percibe una discrepancia entre el estado actual y el estado deseado, se va a iniciar una acción para
reducirla. Dentro de esta acción hay distintas estrategias de autorregulación que van a facilitar la consecución de
las metas. Bermudez nombra tres:
Subdividir las metas: consiste en subdividir la meta final en metas parciales, para así podemos ir
evaluando paulatinamente si estamos logrando esa meta final.
Integrar las metas al sistema motivacional: que la meta que estoy buscando sea congruente con las metas
y valores que la persona tiene.
Congruencia entre metas y las metas o necesidades de orden superior: tiene que ver con el inicio y el
mantenimiento de esa conducta dirigida a las metas. Las metas intrínsecas se asocian con un mejor
rendimiento que las extrínsecas
Las estrategias de autorregulación siempre son necesarias, pero sobretodo cuando las metas son a largo plazo,
ya que nos van a llevar un mayor esfuerzo que las metas a corto plazo y también va haber un mayor número de
distracciones.
En cuanto a la relación entre intención y planificación, la intención es una condición necesaria para que la
planificación sea efectiva en el inicio y mantenimiento de la conducta dirigida a la meta. Pero la sola intención no
es suficiente para que la conducta dirigida hacia la meta se inicie y se mantenga, hasta conseguir el resultado
deseado. La planificación es una estrategia muy efectiva para que las personas inicien y mantengan la conducta
dirigida hacia metas una vez que ya se tiene la intención o compromiso.
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de la capacidad de autorregulación reduciría la energía disponible, pudiéndose llegar a producir agotamiento o
fatiga del self.
La reducción de la energía disponible para el ejercicio de la autorregulación no sería permanente y las personas la
podrían recuperar en determinadas condiciones favorables.
La capacidad de autorregulación mejora si se practica de forma repetida seguida de descansos. Esta capacidad o
fuerza autorregulación se podría incrementar a largo plazo.
La manera natural de restaurar la capacidad de autorregulación es mediante el descanso y/o sueño. También, la
experiencia de emociones positivas o la realización de actividades que lleven a la autoafirmación del self son
actividades efectivas para reducir los efectos del agotamiento de la capacidad de autorregulación. La
autoafirmación se refiere a aquellos actos que realiza la persona para apoyar su sentido de adecuación.
El autor va a hablar de mecanismos de defensas que nos permiten transitoriamente evitar algunas situaciones
para reducir el estrés que nos conlleva esa situación, como la huida, que son formas de autoafirmación
momentáneas.
Clínica de la autorregulación
Tiene que ver con los aspectos patológicos. Podemos ver fallas en la autorrealización cuando hay:
Ausencia en la retroalimentación: cuando hay fallas en la flexibilidad, cuando no se pueden rectificar los
caminos que se habían pensando, y que por las contingencias deberíamos rectificarlos y no lo hacemos.
Incapacidad de proponerse objetivos: cuando los planes y objetivos son percibidos como imposibles. Esto
es muy frecuente por ejemplo en la depresión, porque la persona siente que esos planes y objetivos están
fuera del propio control.
Procrastinación: es el aplazamiento continuo del comienzo o finalización de la tarea. Es el resultado de la
intolerancia a la frustración (tiene que ver con no resistir al estrés, el temor al fracaso fracaso, la necesidad de
una gratificación inmediata).
Perfeccionismo: es un problema vinculado a la finalización de tarea o a la consecución de objetivos. En
general, la personas perfeccionistas tienen una excesiva preocupación por cometer errores; tienen altos
estándares personales, es decir, que son muy exigentes consigo mismos y también con los demás; tienen
muchas dudas sobre lo que están haciendo, sobre cómo llevan a cabo determinadas actividades; hay cierta
necesidad de organizarse, de tener todo bajo control; tienen altas expectativas y son muy críticos consigo
mismos.
Bibliografía:
- Schultz, D. y Schultz, S. (2002). Teorías de la personalidad. Capítulo 5: Murray. Capítulo 14: Julian Rotter:
locus de control
Teorías de la motivación
Rotter
Fue un psicólogo, que estuvo influenciado por Freud y Adler.
El concepto fundamental de este autor es el de locus de control. Rotter buscó una explicación con respecto a la
conducta, estudiando los reforzamientos externos y los procesos cognitivos internos. En estas investigaciones,
descubre que algunos individuos creen que los reforzadores de estas conductas van a depender de sus acciones
(locus de control interno), y otros van a pensar que estos reforzadores están controlados por otras personas y por
fuerzas externas a la propia persona (locus de control externo. Así comienza a estudiar el concepto de locus de
control. El locus de control se aprende durante la niñez, va a relacionarse con la conducta de los padres.
Hay ciertas semejanzas y ciertas diferencias entre el concepto de locus de control y el sentido de autoeficacia que
es propio de Bandura. Las semejanzas tienen que ver con la percepción o suposición respecto al grado de control
que ejercemos sobre los sucesos que acontecen en nuestra vida y también sobre la capacidad que tenemos para
enfrentarlos. La diferencia radica en que el locus de control se puede generalizar a múltiples situaciones, mientras
que el de autoeficacia tiene que ver en sí con cómo pensamos que vamos a afrontar determinadas situaciones
específicamente de rendimiento.
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Murray
El concepto que nos interesa de este autor es el de necesidades. La necesidad para Murray es una fuerza
psicoquímica del cerebro que organiza y dirige las capacidades intelectuales y perceptivas. Estas necesidades
pueden nacer de procesos internos como de procesos externos o ambientales. La necesidad provoca tensión, la
cual la persona va a tratar de atenuarla mediante la satisfacción de esas necesidades. Establece 20 tipos de
necesidades, pero no todos tenemos las 20.
Murray establece determinadas características de las necesidades:
Prepotencia: fuerza que tiene la necesidad para impulsar cierto comportamiento
Fusión de necesidades: hay necesidades que son complementarias, es decir, que pueden ir unidas, y que
se satisfacen con acciones (por ej. la riqueza se satisface con la necesidad de logro, de dominio o de
autonomía)
Subsidiareidad: se refiere a que una necesidad es activada para ayudar a satisfacer otra necesidad (por
ej. la necesidad de deferencia se va a activar para satisfacer la necesidad de afiliación)
Presión: va a ser la influencia que el entorno y los hechos del pasado tienen en la activación de
determinadas necesidades y no de otras.
Tema: es la combinación de este entorno y los hechos pasados con la necesidad que pone en acción
determinada conducta. Es inconsciente. Es un patrón que da coherencia, unidad, orden, especificidad a la
conducta humana. Es personal, tiene que ver con el entorno, con los hechos del pasado, y de qué manera
esto va activar ciertas necesidades que en otras personas no porque tienen otras historias y otros entornos
de vida.
Estas cuatro necesidades se pueden interrelacionar. Tanto las necesidades primarias como las secundarias
pueden activarse por una situación específica o pueden ser pensadas desde la proactividad.
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UNIDAD 4: TEORÍAS DE LA IDENTIDAD PERSONAL
Bibliografía:
- Bermudez Moreno, J; Pérez García, A. M y otros. (2011). Psicología de la Personalidad. Capítulo 12: La
identidad personal
Identidad
Es el principio de organización consciente de la personalidad. Es lo que uno asume ser, es la vivencia y la
representación que la persona hace de sí misma.
Es el conjunto de todos los elementos que el sujeto elige para singularizarse y ser reconocido por los demás.
Es un fenómeno vinculado a factores sociales y culturales en la medida en que no es un fenómeno universal en
todas las culturas.
Este concepto de identidad difiere del de personalidad, que es un concepto mucho más amplio. La personalidad
son todos los elementos (sociales, corporales y personales) que configuran y singularizan la conducta. El sujeto
puede no tener consciencia de los mismos.
Cuando hablamos de identidad hablamos de conciencia, y cuando hablamos de personalidad puede haber
elementos conscientes y otros que se presenten de manera inconsciente.
La identidad es mucho más amplia que el autoconcepto, por lo tanto la incluye; pero también la experiencia
emocional y la experiencia de la singularidad personal.
Aunque estas fases se van organizando de acuerdo a cierto ciclo, van interactuando. Es decir, no hay una fase
que termina y empieza otra, sino que se van interrelacionando dentro del mismo ciclo.
Autoconcepto
Es un aspecto fundamental para poder entender como actuamos, como nos relacionamos, como interpretamos la
realidad, cuales son las creencias y percepciones que tenemos sobre nosotros.
Es una estructura cognitiva compleja, que se mantiene relativamente estable y unitaria a lo largo de nuestra vida.
Según esta perspectiva, se entiende que el autoconcepto va a mostrar resistencia a integrar cualquier información
que cuestione sus contenidos centrales: siendo, en consecuencia, poco permeable a los cambios que se
produzcan en el entorno del individuo.
Y también como un conjunto de contenidos mentales, articulados y flexibles, que varían en función de las
experiencias que tengamos, de nuestras metas y necesidades y del modo como valoremos e interactuemos con
los diferentes contextos en los que nos desenvolvemos. Desde este posicionamiento se entiende que la persona
es capaz de construir diferentes autoconceptos, cuyo contenido puede variar en función de los distintos contextos
en los que se desenvuelva, de los acontecimientos vitales que experimente, de las relaciones sociales que
establezca o de los roles sociales que desempeñe.
Diferenciaciones
James realizó una diferenciación entre:
Yo sujeto. Equiparable al yo mismo, es decir, a una entidad mental y subjetiva que representa el núcleo o la
esencia de lo que somos. Sujeto que actúa y observa.
Desde una perspectiva más contemporánea, el yo sujeto es el sí mismo o el self: un sistema dinámico y
coherente de representaciones cognitivas y afectivas, que de forma consciente e inconsciente, registra
nuestras experiencias; permite darnos cuenta de quiénes somos; identifica nuestros pensamientos y
sentimientos; es capaz de planificar, ejecutar y observar nuestra conducta en los diferentes contextos sociales;
y procesa construye e Interpreta la Información proveniente de nuestras interacciones sociales.
Yo objeto. Lo que es mío. Producto de observación y objeto de autoconocimiento.
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Desde una perspectiva más contemporánea, el yo objeto es el conjunto de percepciones creencias y
evaluaciones que el individuo tiene y hace en relación consigo misma.
Conocimiento procedimental. Abarca el conjunto de reglas que el Individuo aplica cuando Infiere, recuerda y
evalúa la Información relacionada consigo mismo.
Conocimiento declarativo. Incluye la representación mental de los diferentes atributos y peculiaridades que
describen a la persona, y que se conectan con situaciones y ámbitos de experiencia de distinta índole. Dentro del
procedimiento declarativo se entra también el recuerdo de los episodios personales vividos por el individuo. Estos
recuerdos, además de formar parte de la memoria autobiográfica permiten la construcción de un autoconcepto
más positivo o más negativo, y proporcionan unidad y coherencia a los múltiples autoconceptos o yoes, que
coexisten dentro de la misma persona.
Además de estos conocimientos, importa la valoración que haga el individuo respecto al contenido del mismo.
Esta valoración puede ser diferente según el aspecto o la faceta considerada. Incluso pueden darse valoraciones
contradictorias entre aspectos distintos o dentro de un mismo aspecto. Así, una persona puede evaluar de forma
positiva su rol profesional y de modo negativo su habilidad para el deporte.
Teniendo en cuenta estas dos funciones, podemos pensar que hay distintas motivaciones en relación al self; pero
las más importantes son:
- Motivación de autoensalzamiento. Necesidad de resaltar las cualidades y los aspectos positivos de uno
mismo, y de mantener este tipo de valoración. Para lograr este objetivo las personas tienden a seleccionar
aquella Información que tenga implicaciones positivas para su autoconcepto; evitando o tratando de disminuir,
el impacto de aquella otra que suponga una evaluación negativa del sí mismo. Se asocia a un mayor logro de
metas (promueve mayor perseverancia), mayor autoestima, mayor bienestar emocional.
Los costos que tiene son la arrogancia y poner en cuestión el grado de realismo de la imagen.
- Motivación de consistencia. Necesidad que tienen las personas de preservar el concepto que tienen de sí
mismas. Para ello tienden a seleccionar y a procesar, de forma selectiva, aquella información que perpetúa el
contenido de su autoconcepto. Y buscan el tipo de evaluación que sea congruente con la visión que tienen de
sí mismas, aunque dicha evaluación sea negativa. La búsqueda de consistencia responde a la necesidad de
percibir la realidad de forma coherente y predecible; y de mantener un cierto grado de seguridad sobre el
posible curso de las interacciones sociales. En este sentido, la visión estable acerca de uno mismo
proporciona una base de coherencia, con la que poder definir y organizar las diferentes vivencias, guiar e
interpretar las relaciones sociales y predecir los acontecimientos futuros.
A partir de los años 80, surgen modificaciones en la teoría de la motivación de consistencia. Se va a hablar de
motivación de autoverificación. Lo nuevo que aporta, es el énfasis en buscar la confirmación de aquellos
contenidos cognitivos y afectivos del autoconcepto que estén claramente definidos. La motivación de
autoverificación va a actuar cuando se recibe una información relevante para el autoconcepto, y se va a
contrastar con las creencias que se tiene acerca de cómo uno es. Cuando estas creencias son confirmadas a
través de esta evaluación que se recibe, aumenta la seguridad que tiene la persona con respecto a su propio
autoconcepto. Si no es confirmado, aparece cierto temor que tiene que ver con que la persona no se conoce
tanto como cree.
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Los costos que tiene son (1) la distorsión que puede hacerse de la información que resulte inconsistente con
los aspectos más claros del autoconcepto, para poder integrarla mejor en él; y (2) la resistencia a la influencia
de esa información externa, y mantener estable su autoconcepto.
Hay una conflictiva entre las motivaciones de autoensalzamiento y las de consistencia. Por un lado, la motivación
de autoverificación haría que las personas que tienen una visión negativa de sí mismas, buscarán, desde un punto
de vista cognitivo una confirmación de esta percepción. Pero, por otro lado, la presencia de la motivación de
ensalzamiento, es decir, la necesidad de resaltar los aspectos positivos de uno mismo, promovería su deseo de
recibir una información que suponga una autoevaluación positiva. Cuando esto ocurre, el hecho de procesar una
información que contiene una valoración positiva sobre uno mismo, genera un mayor bienestar emocional, aunque
dicha información sea incoherente con el contenido de su autoconcepto.
Autoestima
La autoestima viene dada por el nivel de valoración positiva y por el sentimiento de afecto y reconocimiento hacia
uno mismo. Representa una característica psicológica con importantes implicaciones sobre los procesos de
autorregulación, el estado emocional y el ajuste psicológico del individuo. Es el componente evaluativo y afectivo
del autoconcepto.
Dentro de las concepciones sobre el autoestima, la concepción actual es la bidemensional. Esta concepción
establece que el simple sentimiento de sentirse bien con respecto a uno mismo no tiene por qué reflejar
necesariamente una autoestima alta. Es la combinación de la creencia de competencia con el sentido de valía
personal el aspecto que va a fundamentar la autoestima.
Tipos de autoestima
- Alta/baja. Cuando hablamos de autoestima alta, se puede observar que las personas sentirse valiosas,
seguras consigo mismas. Se muestran abiertas a nuevas experiencias y a las personas. Tienen la creencia de
tener los recursos necesarios para conseguir ciertos objetivos. Tienen iniciativa, perseverancia; tienen un
sentido de autoeficacia.
En cambio, cuando hablamos de autoestima baja, no es que las personas no tienen la necesidad de pensar
sobre si misma de forma positiva, sino que consideran que tienen pocas razones para tener una autoestima
positiva, porque cualquier acontecimiento que ocurra amenazaría esta sensación de valía. Se caracterizan por
una visión en general negativa de sí mismos. Cuando se describen a sí mismos son bastantes extremistas de
forma negativa. Tienen un repertorio más reducido en cuanto a las habilidades de afrontamiento. Suelen
desaprovechar las oportunidades, por lo tanto su actuación es mucho más limitada.
- Segura/frágil. La autoestima segura es auténtica, verdadera. Es genuina, porque está abierta a integrar
aspectos negativos, sin que esto amenace o provoque una reacción negativa en la persona. Es estable, es
decir, fluctúa muy poco en función de lo que acontece en el día a día.
En cambio, la autoestima frágil es contingente. Depende de la evaluación o la validación del otro. Es
defensiva, porque es vulnerable ante el posible rechazo de las personas o frente a la presencia de
características negativas. Es inestable, es decir, que fluctúa en función de algunos acontecimientos que
puedan ocurrir.
- Genuina/defensiva. En la autoestima genuina, la persona se permite exhibir, mostrar, las cualidades positivas
que tiene, sin la motivación de ensalzamiento, sin necesidad de agrandarlas. Puede aceptar y mostrar sus
limitaciones sin que eso le genere malestar y sin que pierda la valía personal. Como es auténtica, no está
preocupada por la aprobación o no de las otras personas, entonces se permite cometer errores.
En cambio, en la autoestima defensiva sucede lo contrario. La autoestima está más expuesta, porque sienten
continuamente que se puede amenazar. En general, se observa exagerando cualidades positivas; actuando
de forma agresiva, hostil o violenta (cuando se amenaza la autoestima); o devaluando las conductas y
características que observan favorables en los demás.
- Implícita/explícita. La autoestima implícita se refiere a algo que no es observado conscientemente. Actúa más
de manera intuitiva y automática; a un nivel preconsciente o inconsciente.
En cambio, la autoestima explícita se genera de modo consciente, racional y reflexivo.
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Puede haber una incongruencia entre estos dos tipos de autoestima. Puede ser que la autoestima implícita
sea alta y la explicita baja, o a la inversa. Esto tiene que ver con los distintos modos de procesar,
principalmente, las experiencias emocionales. La más frecuente de estas incongruencias es alta autoestima
explicita-baja autoestima implícita.
- Estable/inestable. En este aspecto, la autoestima puede fluctuar en valores normales y adaptativos; ya que va
cambiando en relación a acontecimientos diarios o sucesos que acontecen en nuestra vida.
En la autoestima estable, se mantiene esta fluctuación lo más baja posible; y cuando desaparecen ciertos
eventos, volvemos a nuestra valía habitual.
En cambio, en la autoestima inestable, estos cambios son más frecuentes y tienen mayor magnitud. Por
ejemplo, puede pasar que una persona vaya experimentando sentimientos positivos y negativos en intervalos
muy breves o siento estos muy intensos; lo cual no tiene que ver con los cambios esperables en ciertos
sucesos.
Bibliografía:
- Moreno Jimenez, B. (2007). Psicología de la Personalidad. Capítulo 8: La identidad personal
Clínica de la identidad
Si bien el autor habla de trastornos de identidad, es más prudente hablar de clínica de la identidad, ya que hay
algunas cuestiones (por ej. las crisis y las disociaciones saludables) que, si son transitorias, no pertenecen a la
psicopatología.
Crisis de identidad
Este autor toma el concepto de Erikson. La crisis de identidad tiene que ver con una restructuración que se realiza
en la adolescencia/juventud, para integrar los distintos aspectos de la persona y tener una experiencia unificada
(una integración) de quien se es y qué es lo que se quiere ser y hacer. En esta crisis hay ansiedad e
incertidumbre. Se van a presentar distintas alternativas, que las personas pueden ir proyectando o ejecutando, de
acuerdo a esta característica propia de la crisis que tiene que ver con los ensayos; es decir, ensayar las distintas
alternativas posibles.
También toma a otro autor, Baumeister, que habla de dos tipos de crisis de identidad:
- Deficiencia de identidad, donde la persona no llega a formar una identidad definida, por lo que va a tener
ciertas dificultades para tomar decisiones
- Conflicto de identidad, que tienen que ver con una situación antagónica, que se puede dar con respecto a
muchas cuestiones (por ej. que estudiar).
Las crisis de identidad se pueden dar, además de en la adolescencia y en la juventud, entre los 35 y los 45 años,
la cual tiene que ver con la realidad social, la realidad profesional, con las expectativas y valores que tengo con
respecto al proyecto de vida.
Multiplicidad de identidades
Se refiere a las disociaciones que no son patológicas del autoconcepto. Las podemos diferenciar de las
patológicas, en donde hay una pérdida completa o parcial de la conciencia, de la memoria o de la percepción.
En las no patológicas, el sujeto tiene conciencia y advierte la disparidad que hay en su forma de proceder (por
eso disociación). Esta disociación puede darse, por ejemplo, cuando el sujeto vive de una manera en lo social y lo
público, y de otra en la intimidad; o cuando hay un refugio en la imaginación, en la fantasía, que es opuesto a la
vida cotidiana.
Trastornos disociativos
Acá si hablamos de fijación patológica. Estos trastornos van a mostrar una ruptura de distintos procesos (la
conciencia, la memoria, la identidad). Hay distintas características asociadas a la disociación patológica, por
ejemplo, la sensación de desapego corporal (de extrañeza con el propio cuerpo), la sensación de irrealidad (de
que no estoy viviendo en este mundo), el adormecimiento de emociones (apatía, anhedonia, alexitimia), la
agudización de ciertos sentidos, los cambios en la percepción del entorno, el resurgimiento de algunos recuerdos
que estaban olvidados.
Dentro de los trastornos disociativos, hay distintos tipos:
Amnesia psicógena, que es el olvido parcial de la propia experiencia. Puede estar relacionada con situaciones
traumáticas o de estrés.
Trastorno disociativo de identidad o personalidad múltiple, que es la presencia de distintas identidades con
cierta autonomía entre las mismas. Habitualmente no hay consciencia de estas personalidades múltiples.
Despersonalización, en donde la persona siente irreal su propia experiencia, tiene extrañeza respecto del
mundo real. En general, es una respuesta al estrés y a la percepción de un peligro, por lo cual es como si la
consciencia tratara de hacer una coraza, como si tratara de blindarse. Esta acompañada de cierto
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distanciamiento emocional y perceptivo de sí mismo. Un ejemplo de despersonalización es cuando la persona
no se reconoce en un espejo.
Disociaciones saludables
Se refiere al cansancio del propio autoconcepto, y al deseo de tener “vacaciones” con respecto a uno mismo. Esta
tendencia es más intensa en cuanto hay una mayor inflexibilidad con respecto a la identidad, y a las distintas
alternativas. Es decir, cuanto más rígido estoy, mas disociaciones pueden existir, pero son disociaciones
saludables.
Bibliografía:
- Cueli, J., Reidl, L., Martí, C., Lartigue, T., Michaca, P. (1990). Teorías de la Personalidad. Capítulo 12: Escuela
de relaciones objetales (pp 243 a 247)
Margaret Mahler
Es una autora psicoanalítica que basa sus estudios en el desarrollo infantil. Se dedicó al estudio de niños
psicóticos, lo que le permitió desarrollo de la relación objetal basada en observaciones directas entre madre-hijo
El aporte más importante de esta autora es que el nacimiento biológico del infante humano y el nacimiento
psicológico no son simultáneos. A partir de los 4 años, el niño puede completar su evolución psíquica y se puede
considerar ajustado a la realidad e individualizado.
En este sentido se habla de dos embarazos: el bilógico que dura nueve meses y uno psicológico, en donde el niño
que se encuentra en constante fusión con la madre, adquiere las herramientas para iniciar su existencia como un
ser independiente.
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- Subfase de práctica o de ejercitación locomotriz (10 a 15 meses) con un periodo temprano (cuadrúpedo) y
otro práctico (bípedo).
Consiste de tres pasos que contribuyen a la conciencia de separación-individuación: (1) el primero es la
diferenciación corporal entre el niño y la madre; (2) el segundo es el establecimiento de un vínculo con ella; y
(3) el tercero es el desarrollo y funcionamiento de aparatos de autonomía primaria del Yo, haciendo que se
inicie la exploración motora del mundo (cuadrúpeda a bípeda).
Al pasar de la locomoción cuadrúpeda a la bípeda, el niño avanza con respecto a los procesos de
individuación. Hay un crecimiento de las funciones autónomas. Aparece cierta omnipotencia, que se ve
confirmada con el inicio del lenguaje, mayor tolerancia a separarse de la madre y un mayor conocimiento de
su cuerpo.
- Subfase de reaproximación (15 a 22 meses), con tres momentos: comienzo de fase, crisis de reacercamiento
y resolución individual de la crisis.
En este periodo el niño ya es un ser separado de su madre y quisiera compartir todo con ella. En la subfase
anterior podía olvidarse más de ella porque estaba ocupado descubriendo el mundo, pero ahora surge la
angustia por separación y da lugar a un periodo crítico que solo puede resolverse con la ayuda optima de su
madre.
El niño resiente la pérdida de su omnipotencia al darse cuenta de que es un ser separado e invalido (siendo el
momento más crítico de la fase). Ante esta angustia, reacciona acercándose o huyendo. Esto genera una
ambivalencia frente a la madre (coincide con la fase anal de Freud).
Hasta los 21 meses el niño puede lograr una distancia optima con su madre con el ejercicio de la autonomía y
la interacción social. Hay un desarrollo del lenguaje; hay conocimiento de personas cercas; se progresa en la
capacidad de expresar deseos y fantasías mediante el juego; se utiliza el juego para dominar algunas
situaciones.
La resolución de esta crisis tiene que ver con un reacercamiento, que puede ocurrir o no. Es distinto en cada
niño, ya que está determinado por ciertas cuestiones, como el desarrollo hacia la constancia objetal, el grado
de ansiedad de castración y situaciones traumáticas.
El resultado final esperable de todo este proceso es que se forme esta identidad del self.
Bibliografía:
- Cervone, D. y Pervin L. (2009). Personalidad: teorías e investigación. Cap. 5 y 6
Carl Rogers
Tiene una perspectiva fenomenológica de la persona. La subjetividad de la experiencia tiene que ver con el campo
fenomenal, es decir, que el como yo percibo la realidad va a dar forma a la experiencia. Esta experiencia es una
construcción subjetiva: las personas van construyendo el mundo de acuerdo a las experiencias interiores, y esta
construcción refleja la percepción de este mundo exterior. Por eso son importantes las experiencias internas, pero
también la percepción de las experiencias externas, ya que son un reflejo de como yo percibo la realidad.
Estructura de la personalidad
Habla de un self o autoconcepto, que es un aspecto de esta experiencia fenomenológica, es decir, un aspecto de
la persona acerca del mundo. El self es un patrón organizado y consistente de percepciones que va a perdurar en
el tiempo y que está disponible a la consciencia. La persona va a percibir objetos y experiencias externas, y le va a
proporcionar cierto significado, que va a ir moldeando a este self.
Dentro del self, identificamos dos aspectos:
Self ideal: es el ideal de lo que a esa persona le agradaría ser. Incluye las percepciones y significados que
tienen valor para el individuo, y que todavía no ha llegado a alcanzar.
Self real.
Proceso
El proceso de la personalidad presenta tres tendencias:
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Autorrealización: es la tendencia a crecer desde un ser que es más simple hacia uno más complejo; de
moverse de la dependencia hacia la independencia; de avanzar de la rigidez hacia cierta libertad y proceso de
cambio. También incluye la tendencia a reducir las necesidades o la tensión.
Autoconsistencia: consiste en intentar mantener la consistencia, es decir, la ausencia de conflicto, entre las
autopercepciones, para lograr cierta congruencia entre las percepciones del self y las experiencias. Lo que se
busca, no es obtener placer y evitar dolor, sino mantener la propia autoestructura. Se intenta ser consistente
con respecto al autoconcepto.
Sentido de congruencia: tiene que ver con el emparejamiento entre dos estados psicológicos; es decir, con
vivir experiencias que sean congruentes con las autopercepciones y con el autoconcepto.
Crecimiento y desarrollo
Da mucha importancia a la necesidad de un estima positiva, es decir, ser aceptado y respetados por los demás.
En una cuestión más patológica, las personas, al buscar esta consideración positiva de los otros, pueden ignorar o
distorsionar sus experiencias con sus propios sentimientos y deseos.
Con respecto a un desarrollo normal, lo más importante es que el niño reciba una estima positiva incondicional,
que no haya necesidad de negar las experiencias. Distinto a la condición de valía, en donde se hace sentir que el
niño es valioso solo cuando tiene ciertos pensamientos y conductas, y no cuando tiene otros.
Es importante la interacción entre los padres y los niños, es decir, si estos padres han podido proveer de un
ambiente óptimo para que surja la estima positiva incondicional. Si esta se da, el niño puede aceptarse a sí mismo
y también sentirse aceptado por sus padres.
Psicopatología
Cuando hay incongruencia, el resultado es la ansiedad. Cuando se da la ansiedad, la persona se involucrará en
ciertos procesos defensivos, que implican una defensa contra la pérdida de sentido del self consistente e
integrado. No tiene que ver con defenderse de impulsos biológicos del ello, como decía Freud.
Dentro de los procesos defensivos se encuentra (1) la distorsión del significado de la experiencia, que permite que
la experiencia sea consistente pero en una forma que la vuelva consistente con respecto al self; o (2) la negación
de la existencia de la experiencia, que sirve para preservar las autoestructuras (personalidad neurótica).
Lo más importante es mantener la congruencia y la consistencia del self.
Aplicaciones prácticas
La tarea del terapeuta es apoyar a identificar las condiciones que podrían estar interfiriendo con el crecimiento
personal.
Como condición para la terapia, el autor propone que el paciente debe adoptar un rol activo, por eso lo llama
cliente. Además, en el clima terapéutico se debe dar la autenticidad del psicólogo con respecto al paciente, lo cual
tiene que ver con compartir sentimientos con el paciente y con poder tener una mirada positiva incondicional más
allá de lo que el paciente hace (no es función del psicólogo enjuiciar), lo cual se relaciona con el entendimiento
empático, donde el psicólogo puede no estar de acuerdo, pero debe comprender las experiencias del paciente y el
modo en que son experimentadas.
La personalidad sana, para Rogers, tiene que ver con que la persona es capaz de asimilar las experiencias dentro
del self, es aquella que está abierta a distintas experiencias, aquella que no tiene que utilizar procesos defensivos,
la que vive en congruencia entre el self y las experiencias.
En cambio, la personalidad neurótica niega tener conciencia de ciertas experiencias que son incongruentes con
las estructuras del self. Ciertos acontecimientos que pueden llegar a ser amenazadores, son negados o
distorsionados en los procesos defensivos. Así es como se da cierta discrepancia entre lo que es el self y las
experiencias, o dentro del mismo self. Rogers no distingue distintos tipos de patología, no buscaba un diagnostico
dentro de los cuales los individuos fueran clasificados.
Bibliografía:
- Barberá, E. y Martínez Benlloch, I. Psicología y Género. Capitulo III: estereotipos; Capítulo VI: violencia;
Capítulo IX: género y trabajo.
Se ha asumido, a través del tiempo, que el género es sinónimo del sexo, sin considerar que el género es una
construcción social, y sin considerar las asimetrías de poder que hay entre ambos sexos.
El sexo es un componente de nuestra identidad, que actúa como una categoría y orienta nuestras conductas. Las
decisiones que tomamos están influidas por las creencias que tenemos acerca de las diferencias que hay entre
ambos sexos. Es decir, las ideas que tenemos sobre cómo son las mujeres y cómo son los hombres, proveen de
ciertas expectativas respecto a lo que deben hacer o que funciones deben tener. Esas expectativas tienen que ver
con una construcción social.
Lo normativo a lo largo del tiempo, en cuanto a la orientación sexual, ha sido ser heterosexual y cisgénero, en
donde el sexo coincide con el género.
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Estereotipos de género
Un estereotipo es una creencia y suposición compartida acerca de determinados grupos humanos. Un estereotipo
de género, tiene que ver con creencias y suposiciones sobre los hombres y las mujeres, o las características
masculinas y femeninas.
En psicología, para poder estudiar los estereotipos de género se plantean las siguientes preguntas:
2. ¿Cómo se ha representado la psicología la relación entre masculino y femenino? ¿Son conceptos dependientes
o independientes entre sí?
Hay dos modelos:
- Modelo de la congruencia ('40): en donde se piensa a lo masculino y lo femenino como polaridades opuestas
(unidimensionalidad o bipolaridad)
- Modelo andrógino ('70): se considera bidimensional. Hay una relación de independencia entre los contenido de
masculinidad y femineidad. Eso posibilita la androginia psicológica, es decir, que una persona puede desarrollar al
mismo tiempo características masculinas y femeninas, lo cual se considera positivo porque hay mayores recursos
psicológicos para afrontar la complejidad y la diversidad del entorno.
3. ¿Cómo evolucionó el contenido de los estereotipos de género en los últimos años y que características
presentan en el momento actual?
Hay cambios sociales que producen cambios en los estereotipos y en la autopercepción. Se ha cambiado más el
autoconcepto (más en la mujer) que en la creencia sobre los demás. Esto hace referencia a que cuando uno
observa a las demás personas, es más crítico (y quizás no es una crítica constructiva) que cuando se observa a sí
mismo.
La innovación tiene que ver con el carácter relativo y no absoluto de las creencias estereotipadas sobre género, y
poder pensar que muchas funciones sociales son compartidas por ambos sexos.
Se podría pensar que lo explicativo y lo descriptivo se refiere a los componentes cognitivos de los estereotipos de
género, mientras que lo prescriptivo apunta más a las emociones y tiene que ver con los prejuicios sociales, los
cuales son más difíciles de cambiar porque su base es emocional y no cognitiva.
¿Es posible cambiar fácilmente un estereotipo una vez que se estableció? El sistema de creencias es bastante
resistente al cambio. A veces hay resistencias psicológicas (patológicas) que están vinculadas a prejuicios
sociales.
Violencia
La violencia física y psíquica son formas de coacción. Es una forma primitiva de comportamiento, anterior a la
palabra y al discurso organizado que permite el uso de ciertos argumentos. Esta definición está basada en la
psicología feminista.
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Ética de justicia: toma al otro como "generalizado", es decir, que todos los individuos tenemos los mismos
deberes y derechos, y no se tiene en cuenta la individualidad. Por lo tanto, es una justicia como respeto por
los deberes y derechos de las personas, por encima de sus necesidades y diferencias.
Ética del cuidado: hay una consideración de las personas con su propia identidad, su historia, su constitución
afectiva. Es el derecho a ser consideradas iguales a otras personas, pero reconociendo su individualidad.
Las autoras también hablan de la noción patriarcal de justicia, la cual está basada en un poder desigual; y en
donde la indefensión es aprendida. Es decir, se interiorizan los deseos y valores de quienes dominan, por parte de
las personas dominadas, provocando esta indefensión aprendida que termina siendo naturalizada.
La violencia tiene también que ver con el maltrato. Se toma como natural el hecho de que la mujer debe sostener
las relaciones, que debe someterse al hombre, y hacer todo lo posible para mantener esa relación. Muchas veces
no se pone en duda el comportamiento del varón; se deja de pensar al varón como quien necesita ayuda, para
pasar a ser la mujer la causante de esta problemática.
¿Por qué existe esta desigualdad de oportunidades? ¿Por qué existe esta metáfora del “techo de cristal”? ¿Por
qué las mujeres no llegan a ser reconocidas en sus trabajos o por qué no pueden lograr cierta promoción o
asenso profesional?
Hay varios mitos en relación a esto. Se ha pensado por mucho tiempo que la mujer tiene carencia intelectual o
formativa. También se ha pensado que hay cierta identidad profesional que está marcada por el género, por lo
tanto las mujeres siempre estuvieron más en puestos de cuidado y de servicio, a los cuales les han dado menos
estatus o valoración. Las mujeres tienen más índices de abandono y ausentismo en el trabajo, debido a otras
responsabilidades familiares, como la maternidad. Se las considera menos ambiciosas y menos responsables, por
tener que faltar por estar al cuidado de sus hijos. En relación con la responsabilidad familiar, hay falta de ciertas
políticas laborales que tiendan a aumentar el respeto por la vida privada de sus empleados, y que tiendan a
intentar conciliar el trabajo con la familia. Además, las culturas organizaciones están basadas principalmente en
valores androcéntricos, lo cual afecta a la selección de personal.
Hay una necesidad de introducir una perspectiva de género en el ámbito laboral, dado que hay un nuevo entorno
socioeconómico más complejo y dinámico que necesita (1) transformar la estructura organizacional; e (2) incluir un
estilo de liderazgo transformacional (aspectos femeninos), relacionado con el trabajo en equipo, con la
colaboración, con tener en cuenta necesidades personales y profesionales, con la motivación a poder cuestionar
creencias; complementario de un estilo de liderazgo transaccional (aspectos masculinos), relacionado con el
control, la dirección, el análisis, la estrategia.
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