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Papeles del Psicólogo, 1998. Vol. (71).

RELACIONES Y APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA A LA


EDUCACIÓN

Alfonso Barca Lozano

Universidad de A Coruña

En este trabajo se exponen con brevedad las relaciones existentes entre Psicología y Educación y, a su vez, se
analizan las aportaciones más importantes que la Psicología proporciona a la Educación. En concreto, se estudian
aquellas aportaciones que tienen que ver directamente con los procesos de enseñanza y aprendizaje en
situaciones educativas formales. Se concluye, a la vista de las últimas investigaciones en el área, señalando las
funciones que los psicólogos escolares deberán realizar en los centros de enseñanza.

In this paper we explain to make a short review the relations between Psychology and Education and on analize the
most important contributions that the Education take from the Psychology. Particulary, we study the contributions
directly related with the learning and teaching procesess in the formal educative situations. We finish with a review
of the lost researches in the area remarking the functions that scholar psychologists will have to do in the scholar
centers.

En las últimas décadas se han dedicado no pocos esfuerzos a delimitar el concepto y el objeto de estudio de la
Psicología de la educación. Es importante señalar que no siempre estos esfuerzos dieron los resultados esperados,
de modo que ha sido notoria la dispersión, todavía patente en la actualidad, tanto en lo que atañe al propio marco
conceptual de esta disciplina como a su objeto de estudio y método de investigación.

Sin embargo, esta inconsistencia responde casi siempre a las exigencias de las distintas etapas sociohistóricas por
las que ha discurrido el desarrollo de una determinada materia científica, en nuestro caso, un área de conocimiento
científico, y a las diferentes vertientes que a través de la historia de la Psicología se han sucedido.

De la misma forma que en las décadas de los años 40 y 50 la Psicología de la educación era una  psicología del
aprendizaje aplicada a la educación, pasando posteriormente por entender que se trataba de una psicología
evolutiva aplicada a la educación y que en la actualidad participa con claridad de los conocimientos aportados por
los diferentes enfoques dentro de la psicología cognitiva y cultural con claros nexos ecológicos y contextuales,
necesarios por otra parte, para poder comprender en profundidad el hecho educativo y su relación con las bases
epistemológicas que explican este hecho y que no son otras que las psicológicas y, simultáneamente,
las educativas que provienen, a su vez, desde diferentes ámbitos de la pedagogía y psicología y desde un ángulo
marcadamente interaccionista.

Para ordenar el análisis que a continuación haremos y que tiene por objeto clarificar las diferentes aportaciones con
las que la Psicología ha contribuído a los procesos educativos, básicamente formales, permítasenos partir de la
perspectiva interaccionista y sistémica haciendo inicialmente referencia a aquellas cuestiones que Ausubel (1969;
1976), en su texto Educational Psychology: a cognitive view, señalaba como criterios fundamentales a resolver
para una aproximación realista al concepto, objeto y método de la Psicología de la educación. Ausubel planteaba lo
siguiente:
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"¿Qué es lo que puede aportar la Psicología de la Educación o de qué modos pueden aplicarse los
principios de esta ciencia a la práctica educativa? (...), o ¿qué hay referente a la estrategia de investigación
en el campo de la Psicología Educativa?. ¿Es la Psicología Educativa un área genuinamente delimitada,
con su propia teoría, problemas de investigación y metodología básicos, o es tan sólo la aplicación directa
de principios y métodos de la Psicología General a problemas educativos? (...) ¿Los investigadores que
trabajan en el campo de la Psicología Educativa deben ajustarse a una "ciencia básica" o a "un enfoque
aplicado"? (...) (Ausubel, 1976, p. 17).

Como podrá el lector observar, se trata de cuestiones altamente complejas para poder dar una respuesta definitiva
a los temas planteados. No es nuestra intención hacerlo. Sin embargo podemos ofrecer unas reflexiones sobre
algunos aspectos que nos parecen de especial interés y que, sabemos hoy, son importantes para explicar algunos
fenómenos que ocurren con regularidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje en situaciones educativas
básicamente estructuradas…

NUCLEOS CONCEPTUALES DE LA PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN Y APORTACIONES BÁSICAS DE LA


PSICOLOGÍA A LA EDUCACIÓN

Una concepción sistémica de la Psicología de la Educación tal como ya explicábamos en otro lugar (Barca, 1992,
1996, 1997) nos lleva a dar un paso importante en el intento de la comprensión del concepto de la disciplina: en
concreto, es necesario contemplar los tres componentes que integran el concepto y objeto de esta disciplina
(núcleo teórico-conceptual, procedimientos de ajuste y prácticas educativas) en su dimensión teórica y aplicada y
en este sentido afirmamos que la Psicología de la educación considera como objeto de estudio propio a
los procesos de cambio comportamental provocados e inducidos por las situaciones de
enseñanza/aprendizaje (Coll, 1989). Así, la Psicología de la educación será la disciplina que se propone como
objetivo último la descripción, comprensión, predicción y control de dos tipos de variables:

- las variables de naturaleza psicológica y educativa que intervienen en las situaciones educativas de
enseñanza/aprendizaje y,

- las variables que dicen referencia al comportamiento que se pretende instaurar o modificar en el alumno
y, en general, en los sujetos de aprendizaje.

En resumen, hay tres núcleos que consideramos esenciales a la hora de comprender el concepto de esta
disciplina, que consideramos fundamentales para explicar el núcleo básico conceptual de esta disciplina y que
consiste en afirmar que la Psicología de la educación es aquella ciencia que trata,

(a) por una parte, del estudio del sujeto que aprende, del proceso de aprendizaje y de las estrategias
instruccionales necesarias para que se cumpla el proceso educativo;

(b) por otra parte, es su cometido el análisis sistémico de la dinámica del comportamiento del alumno, de las
características propias de una enseñanza efectiva y del medio ambiente que constituye el clima de aprendizaje y,

(c) por último, en función de estas dos premisas que anteceden, la Psicología de la educación tiene como objetivos
la utilización del propio núcleo y cuerpo de conocimientos psicoeducativos que posee para la mejora de los
procesos de enseñanza/aprendizaje formales y los menos estructurados así como el de ir creando y ampliando
este cuerpo de conocimientos propio de cara a desarrollar nuevas teorías y modelos psicoeducativos y nuevas
tecnologías que sirvan para la optimización del proceso educativo.
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Pero volviendo a lo que se preguntaba Ausubel, diremos que en la actualidad podemos dar algunas respuestas que
arrojan una mayor claridad a lo que realmente ha ido aportando la Psicología a la Educación.

Coll (1987), desde hace algo más de una década, señalaba una serie de ideas-fuerza o principios que la Psicología
ha ido aportando a una mayor clarificación de los procesos educativos, en concreto al curriculum escolar.
Específicamente, se hace una relación de estos principios, desde enfoques básicamente cognitivos e
interaccionistas, entre los que sobresalen los siguientes:

- La teoría genética de J. Piaget y sus colaboradores ofrece una base importante para comprender el
desarrollo operatorio infantil y que nos parecen particularmente necesarios para poder planificar con rigor
las secuencias de aprendizaje y los procedimientos de resolución de tareas.

- Otro principio fundamental se ofrece a través de los postulados de Vygotsky con su planteamiento de la


teoría de la actividad y la zona de desarrollo próximo, sobre todo a la hora de entender las relaciones entre
el aprendizaje y el desarrollo, un tema nuclear en los análisis que se hagan de toda práctica educativa.

- Los planteamientos que hace la Psicología Cultural en el sentido de que nos ha posibilitado una mejor
comprensión de los conceptos de cultura, educación, aprendizaje, desarrollo y escolarización.

- Las aportaciones que ha proporcionado toda la teoría de Ausubel sobre el aprendizaje escolar y, en
concreto, sobre el aprendizaje verbal significativo.

- Por otra parte debemos destacar las aportaciones realizadas a cambiar el concepto de memoria como un
mero recipiente de información pasivo y pasar a otro concepto más dinámico de la misma. Éste es otro
punto fundamental de cambio que es preciso abordar. Muy ligado a estos cambios hay que hablar de las
aportaciones que han proporcioinado la teoría de esquemas inspirada en los principios del procesamiento
humano de la información en el que se enfantiza la importancia que poseen los conocimientos previos que,
en general, están organizados en unidades organizativas y funcionales, lo que significa que dichos
conocimientos vienen a ser la piedra en enganche y un factor esencial en la realización de nuevos
aprendizajes.

- La llamada teoría de la elaboración que nos proprocionan Merrill y Reigeluth han aportando un serio


intento de construir una teoría global de la instrucción muy útil para el diseño curricular.

En definitiva se concluye que todas estas aportaciones que la Psicología ha ido proporcionado a una mejor
comprensión del curriculum escolar y, en consecuencia de la educación, desembocan en la idea que educar es,
básicamente en una línea constructivista, ayudar a que el alumno aprenda a aprender.

Si bien se pueden considerar estos principios como fundamentales y que han contribuído sobremanera a entender
y explicar mejor el fenómeno y hecho educativos, en la actualidad y diez años más tarde, podemos ampliar estos
principios a otros que nos parecen complementarios a los anteriores citados por Coll pero no por ello menos
importantes. A continuación haremos una breve relación de otras aportaciones de la Psicología a la Educación.

A mi juicio hay que partir de la consideración de que uno de los núcleos fundamentales y objetivo básico de la
educación es ayudar a aprender al alumno, tal como afirma y se concluye al final de la relación de los principios
citados anteriormente. Pues bien, en esta línea la Psicología va descubriendo a lo largo de los últimos años que en
el proceso de aprendizaje en situaciones educativas intervienen una serie de variables que yo he llamado por una
parte, externas, internas/cognitivas del sujeto que aprende y, por otra, variables contextuales. No se trata de nada
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nuevo, pero es posible que sirva como un intento, sin duda incompleto, de ordenar las principales aportaciones que
la Psicología ha hecho a la Educación en el campo del aprendizaje y enseñanza (Barca, 1997: 285-342).

Con brevedad señalaremos aquellas variables, de entre las externas, internas/cognitivas y contextuales, que más
han influído en la comprensión del aprendizaje en situaciones educativas. Denominamos variables externas del
aprendizaje porque provienen del medio exterior al sujeto que aprende, es decir al sujeto que incorpora y atribuye
significados a los contenidos que deberá asimilar y comprender. Son variables que no dependen directamente del
propio sujeto, sino que más bien la procedencia y la responsabilidad está en los agentes educacionales como
corresponsables últimos del proceso en su conjunto. Son variables que necesariamente deberán tenerse en cuenta
como factores incidentes importantes para que el proceso de aprendizaje discurra con normalidad en toda situación
educativa. Estas variables de que hablamos, de entre las más importantes, destacamos las siguientes:

- la cultura en cuanto objeto de aprendizaje

- tener en cuenta la planificación del proceso de enseñanza/aprendizaje puesto que se trata siempre de
algo planificado e intencional

- tener en cuenta las condiciones del estudio en el proceso de aprendizaje

- la provisión al alumno de técnicas y estrategias de aprendizaje

- la estructuración y organización relacionante de los contenidos/tareas de aprendizaje

- la disposición motivacional del alumno que depende básicamente de agentes externos al sujeto que
aprende

- la competencia del profesor y el feed-back de profesor/alumno

- tener en cuenta la curva de aprendizaje y la curva del olvido

- hay que pensar siempre que en toda situación educativa se generan expectativas y atribuciones del
profesor y alumno en el aula.

En lo que se refiere a las variables internas/cognitivas se les denominan así porque, a diferencia de las anteriores,
dependen directamente del propio sujeto que aprende, forman parte de lo que podríamos llamar, en términos
computacionales, variables propias del procesador. Es decir, configuran el sistema estructural del proceso de
aprendizaje. Como ocurría con las variables externas, es imprescindible su conocimiento y tratamiento durante el
proceso de aprendizaje, tanto por parte del alumno que aprende como de los agentes educativos (profesores y
tutores). Destacamos de este tipo de variables las siguientes:

- Utilización de mecanismos cognitivos básicos: percepción, atención, memoria

- Esquemas de conocimiento previos y existentes y creación de nuevos esquemas

- Actividad intrapsicólogica y zona de desarrollo próximo


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- Interés/motivación del alumno para crear desequilibrios de esquemas

- Enfoques, estilos y estrategias de aprendizaje del alumno

- Atribución de sentido/significado a lo que se aprende y construcción, formación de


autoconcepto/autoestima

- Metacognición: capacidad de planificación, regulación y evaluación de la actividad de aprendizaje que


toda persona realiza.

Por último hay otro grupo de variables que denominamos contextuales del aprendizaje. Se trata de elementos
básicos que debemos tener en cuenta en el momento en el que tiene lugar el hecho del aprendizaje. Aquí
destacamos las siguientes:

- La práctica/uso en la situación del aprendizaje

- La disposición/preparación de materiales y recursos de enseñanza necesarios para el aprendizaje

- Los estilos/modelos instruccionales del profesor

- Tratamiento de procesos de grupo por parte del profesor en relación con el grupo de aprendizaje.

Confirmamos que la Psicología aporta todos estos datos que acabamos de exponer a la Educación de modo que
nos dice que, de cara a la optimización de los procesos educativos, es preciso tener en cuenta estos tres tipos de
variables simultáneamente en los procesos de aprendizaje escolares. Para una mayor amplitud en el tratamiento
de este tema puede verse Barca (1997: 284-342). Afirmar aquí tan sólo que el aprendizaje en contextos educativos
se planifica intencionadamente, se regula, se hace secuenciado y de forma interactiva y, por lo tanto, es preciso
tener presente de modo sistémico todas estas variables externas, internas y contextuales.

Por otra parte debemos destacar otro núcleo de aportaciones de la Psicología a la Educación que gira en torno a lo
que podemos llamar las teorías contextualistas del aprendizaje en situaciones educativas que proponen
Strauss (1993), Derry, (1992), Rogoff y Chavajay, (1995), teorías y principios muy próximos a la psicología cultural
propuesta por M. Cole. Se parte de que el desarrollo humano, en concreto el desarrollo de las capacidades
cognitivas, está siempre implicado en su participación en la actividades socioculturales comprometiéndose de una
manera directa en las actividades reales en las que los sujetos de diferentes grupos sociales se implican. Por lo
tanto, el devenir de cada sujeto en su proceso educativo va a depender tanto de sus propias capacidades como de
los contextos de desarrollo y de aprendizaje en las que se halla inmerso.

Éste es un punto de vista muy interesante, y en cierto modo nuevo, puesto que el énfasis que se pone en la
causalidad de los resultados de aprendizaje escolar ya no dependerá tanto de la capacidad de los sujetos sino de
la riqueza mayor o menor de su propio contexto tanto a nivel personal, físico, cultural, familiar, escolar o social. Lo
importante aquí está en destacar que estos niveles a los que nos referimos son inseparables, definen y configuran
al sujeto como persona de modo que la finalidad aquí radica en tratar de comprender los procesos de desarrollo
propios de cada sujeto implicados en aquéllos que suponen relaciones interpersonales, sociofamiliares e
interculturales. Por eso en esta dirección debemos entender el proceso de aprendizaje como fruto del desarrollo
social y cultural.
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Por otra parte, hemos de hacer referencia a otros constructos psicológicos que inciden en el aprendizaje, aunque
ya están señalados entre las variables externas e internas de aprendizaje en situaciones educativas, como son
la motivación extrínseca, intrínseca, de logro y el afecto en cuanto elementos imprescindibles para poder
comprender el fenómeno del aprendizaje como núcleo central de la educación.

Es preciso señalar que uno de los aspectos clave por los que discurren las investigaciones (véanse Pintrich, 1994;
Gallagher, 1994, Borkowski y Muthukrishna, 1992) en Psicología de la Educación pasa por considerar la cognición,
la motivación y afecto y las variables contextuales de los sujetos que aprenden como un todo sistémico y que
podrían explicar una buena parte de los logros en el aprendizaje y, en consecuencia, de los alumnos en su proceso
educativo.

Finalmente, temas como el autoconcepto, metas académicas, expectativas, insistencia en variables personales de


los alumnos, el descubrimiento de técnicas que posibilitan la mejora de la transferencia del aprendizaje, los
enfoques y estilos de aprendizaje, las estrategias y técnicas de aprendizaje, las inteligencias múltiples y mejora de
la inteligencia, aulas inteligentes, etc. (véanse Beltrán, 1998; Biggs, 1991, 1993, 1994; Entwistle y Marton, 1989;
Entwistle, 1991; Porto, 1994; Selmes, 1988; Sternberg, 1993; Gardner, 1995; Núñez y González-Pienda, 1994) son
otros tantos constructos que la Psicología y la Psicología de la Educación en estrecha relación con otras áreas de
la Pedagogía y la Didáctica nos están aportando cada día más datos que nos permiten comprender con mayor
profundidad y eficacia el hecho educativo.

PSICOLOGÍA ESCOLAR Y PSICOPEDAGOGÍA: SU FUNCIONALIDAD EN LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS

Nos planteamos por último cuál es la funcionalidad y operatividad que deberá aportar la Psicología Escolar y
Psicopedagogía al campo educativo. Es bien conocida, porque es un hecho muy positivo, la tendencia actual en el
sistema educativo español de incorporar psicólogos y psicopedagogos al propio sistema, básicamente en la
Enseñanza Secundaria, creando los departamentos de Orientación Psicopedagógica en la mayoría de los Centros
Escolares de Secundaria.

Pensamos que, en la actualidad, la Psicología escolar/Psicopedagogía pasa por la incorporación de profesionales


de la Psicología y Psicopedagogía que estén muy cerca de las prácticas educativas, pero que participen
activamente en los siguientes tareas y funciones a desarrollar que pasamos a enumerar de acuerdo con Comoley y
Gutkin (1995):

a) Los psicólogos escolares/psicopedagogos necesitan pensar y actuar como profesionales muy vinculados
a la práctica diaria escolar, son psicopedagogos/psicólogos aplicados; es decir son científicos prácticos y
aplicados; deberán siempre proporcionar servicios de evaluación de la intervención directa que incorporen
evaluaciones multidimensionales y factoriales y en consecuencia un seguimiento que facilite intervenciones
efectivas en constante colaboración con el profesorado, tutores y familia de los alumnos;

b) Los psicopedagogos o psicólogos escolares son científicos sociales porque están inmersos en una
organización social y en un sistema social; en este sentido es de esperar que se impliquen activamente en
la investigación, planificación de planes educativos y de formación. Por ello es muy importante que piensen
que deberán ser un recurso personal al servicio de las prácticas educativas, de la escuela, de las familias
de los niños posibilitando nuevas formas de prevención y de intervención psicoeducativas.

c) Deberán tender siempre hacia una prestación de servicios frente a la atención de las necesidades
individuales de los alumnos, teniendo presente que estas necesidades tienen su origen en múltiples
contextos: personales, familiares, de iguales, escolares, de cambio de valores, etc.
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d) Deberán estar siempre abiertos al cambio, pensando que están desarrollando su actividad profesional
dentro de un sistema: las estrategias de cambio deben aplicarse a todo el sistema si es preciso y no a una
parte del mismo como puede ser el alumno. Pensemos que la psicología escolar/psicopedagogía tiene
como gran objetivo la promoción del desarrollo y del aprendizaje de los niños en sus procesos educativos y
éstos ocurren en los contextos de la familia, la escuela y el grupo de iguales siempre en relación con los
contextos culturales imperantes. En este sentido ya afirmaba Cristenson (1995) que es evidente que se
deben implicar en fomentar la colaboración familia-escuela y no como un fin en sí mismo, sino como una
actitud que supone el establecimiento de objetivos comunes entre los educadores profesionales y las
familias de los alumnos.

e) En consecuencia, debemos atender prioritariamente a las variables que integran el sistema escolar:
curriculum, organización de la clase, modelos instruccionales, estrategias de aprendizaje, evaluación, etc.
Esta orientación a nivel de sistema será siempre más efectiva en un contexto de colaboración e implicación
de todas las partes en el que el proceso de intervención psicoeducativa deberá contemplarse desde la
óptica de la interdisciplinariedad

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