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Comunicación

Instituto Tecnológico de Costa Rica


recom@itcr.ac.cr
ISSN (Versión impresa): 0379-74
COSTA RICA

2005
Arnoldo Mora Rodríguez
LA DIMENSIÓN UTÓPICA DEL QUIJOTE
Comunicación, enero-julio, año/vol. 14, número 001
Instituto Tecnológico de Costa Rica
Cartago, Costa Rica
pp. 19-24

Red de Revistas Científicas de América Látina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México


Revista Comunicación. Volumen 14, año 26, No. 1, Enero-Julio 2005 (pp. 19-24) 19

La dimensión utópica
del Quijote

Arnoldo Mora Rodríguez

Resumen
Se parte de la uni-
versalidad de la obra en la que
el protagonista se convierte en
arquetipo mítico en todas las
culturas. Se establecen las ra-
zones de su impacto a partir de
una exposición sobre la cons-
trucción de las subjetividades
que hace el autor de una obra
literaria a través de las objeti-
vaciones y “la circunstancia”
que le permite esa posibilidad
de existencia. Se contextua-
liza la obra y se enfatiza su
vigencia. Se prosigue situando
al autor en la época y se es-
tablece que en el Quijote hay
una utopía que equivale a una
propuesta clara de una socie-
dad alternativa. Se concluye
indicando que la obra es una
dimensión del ser humano lo
que la hace imperecedera.

PALABRAS CLAVE:
Literatura española. Historia y crítica, Novela española. Historia y crítica, Literatura del Siglo de Oro, Cervantes, Quijote, Utopía
20 La dimensión utópica del Quijote

El mundo cultural en toda tantivos como “quijotadas”, Con la aparición de la Por eso, es que solemos de-
su extensión geográfica y o adjetivos como “quijotes- dramaturgia surge, como cir que el arte lo que hace
humana, celebra en el pre- co”, o a personas concretas suprema expresión del es crear subjetividades; ve
sente año el IV Centenario se les califica de “quijotes” arte, la tragedia. Gracias lo real pero desde la expe-
de la publicación de la pri- refiriéndose con ello a acti- a la tragedia, el arte ad- riencia subjetiva, asume las
mera edición de la primera tudes o empresas idealistas quiere no solo su máxima grandes cuestiones metafísi-
parte de la celebérrima obra tan nobles como ilusas. Don madurez sino también una cas de la existencia humana,
del escritor español Miguel Quijote se ha convertido en dimensión metafísica. Es al no desde el razonamiento
de Cervantes Saavedra El in- un ciudadano del mundo. La alcanzar la hondura de la conceptual del filósofo, sino
genioso hidalgo Don Quijote obra de Cervantes es, junto tragedia que el arte reasume desde la intuición del ar-
de la Mancha. Múltiples a la Biblia, uno de los libros los grandes interrogantes tista, desde la imaginación
razones tenemos también más traducidos, difundidos, que dieron origen al mito y creadora en donde reflexio-
nosotros para unirnos a esta leídos y comentados en el que expresan la plenitud del nes y sentimientos, pasiones
celebración verdaderamen- mundo entero y en todas pensamiento especulativo. y conceptos se mezclan sin
te ecuménica. las lenguas y culturas del A través del lenguaje simbó- solución de continuidad
planeta. Esto lo hace uno de lico, lo real se convierte en como en la vida misma. El
Desde el punto de vista los libros más influyentes en metáfora que vehicula esas arte conserva, no solo la
de la historia de las letras, se la historia de la humanidad. grandes interrogantes que frescura de la experiencia
trata de la primera gran no- ¿A qué se debe este impac- agitan el corazón humano primigenia, sino también
vela de la historia de la lite- tante fenómeno? desde que el hombre existe: la plurisemia del lenguaje
ratura universal. Mucho del el por qué de la vida y de la simbólico susceptible, por
éxito logrado por este gé- El siglo de oro español muerte, del bien y del mal, ello mismo, de distintas in-
nero literario, el único que creó tres grandes “arqueti- el sentido de la vida frente terpretaciones, de diversos
ha creado la modernidad, pos míticos” que han tras- al sufrimiento y la injusti- acercamientos, todos igual-
como es la novela, se debe cendido las fronteras del cia, etc. Para enfrentar esos mente válidos y legítimos,
precisamente al carácter de espacio y del tiempo, y grandes enigmas y desafíos siempre y cuando permitan
obra maestra indiscutible que han impregnado todas de la existencia, el ser hu- una mejor comprensión de
reconocida unánimemente las artes y todos los géne- mano más que a la razón aquella intuición primige-
al Quijote, hasta el punto de ros literarios de los siglos recurre a la pasión. Es el en- nia que dio origen a la obra
que el personaje protagó- posteriores. Me refiero a La frentamiento de pasiones in- creadora.
nico de este relato novela- Celestina de Fernando de controladas lo que propicia
do, el viejo y empobrecido Rojas, a Don Juan Tenorio la dimensión trágica de la Pero el lenguaje, al mis-
gentilhombre que empleaba personaje de la obra El bur- existencia que solo encuen- mo tiempo que es un puente
sus ocios “de claro en claro lador de Sevilla de Tirso de tra en el arte su lenguaje y que nos permite asumirnos
y de turbio en turbio” de su Molina y, por supuesto, a medio de expresión. Es por como seres humanos, es
prematura vejez en leer las Don Quijote de la Mancha eso que el arte no pretende también una muralla que,
novelas de caballería y que, de Miguel de Cervantes. explicar lo inexplicable del mal asumida, se convierte
por eso mismo, se le secó humano existir sino conmo- en un muro infranqueable
el seso, se ha convertido en Como bien sabemos, que nos encierra en el so-
quienes fueron los primeros ver al hombre ante su inexo-
el mundo entero y en todas rable destino. Al llegar a esta lipsismo y nos impide ese
las culturas, en una especie en convertir a las figuras de diálogo fecundo entre crea-
la mitología en personajes esfera, la palabra adquiere
de “arquetipo mítico” para una dimensión estética que dor y espectador, entre autor
emplear un término de Karl de la literatura, especial- y lector sin el cual la obra
mente de la dramaturgia, la convierte en arte puro, el
Jung. arte literario. de arte carece de sentido.
fueron los griegos a partir Toda obra de arte es un acto
Tan es esto así que, en los de la creación misma de la Pero lo propio del arte es de comunicación, es un
más diversos idiomas, algu- literatura occidental gracias que no ve estos interrogantes acto intencional como diría
nos de ellos muy alejados a la tradición homérica. En en sí mismos sino al interior Sartre, que exige no solo al-
del nuestro de raíz latina, los mitos, los personajes son de la experiencia existen- guien que comunique, sino
como es el caso de las len- deidades. Al convertirse en cial, al interior o en la inti- también alguien que reciba
guas asiáticas, para dar tan personajes literarios, estas midad del corazón humano. el mensaje pero que, a su
solo un ejemplo, existen sus- desacralizan, se humanizan.
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vez, reaccione creativamen- frute estético de una obra


te frente al mismo. maestra de la literatura uni-
versal, debemos comenzar
Por ende, para que haya por contextualizarla, por
esa comunicación e inter- situarla en el contexto o cir-
pretación creativa de la obra cunstancia dentro de la cual
de arte, se requiere que el fue creada para luego escla-
autor construya subjetivida- recer su vigencia, es decir,
des. Pero para llegar a estas actualizarla, verla desde la
y asumirlas creativamente, perspectiva o circunstan-
es preciso igualmente pene- cia que es la nuestra como
trar a través de lo que Hegel lectores de inicios del siglo
llamaba “objetivaciones”, es XXI. Cuatrocientos años
decir, comunicarse a través nos separan de la creación
de un universo objetivo que genial de Cervantes, pero
se interpone entre el creador la problemática humana
y su receptor. De ahí que, que la obra encierra y que
para llegar a la comprensión constituye nuestra “circuns-
o interpretación de la obra, tancia” actual, sigue siendo
sea necesaria la intelección la misma. Mas allá de los
o análisis objetivo de las vaivenes de la historia, los
circunstancias cuya inte- seres humanos seguimos
riorización hizo posible la siendo eso: “humanos” y tan
subjetivación, tanto del uni- solo eso. Los grandes pro-
verso del creador, como del blemas que hoy nos turban
receptor de la obra, tanto del y perturban siguen siendo
autor como del lector. Esto los mismos. Eso es lo que le
es lo que Ortega y Gasset da una vigencia permanen- glo es lo que ahora estamos occidental una cultura uni-
llamaba “la circunstancia”. te a una obra maestra, a eso viviendo. Pero, al igual que versal y expandió el cristia-
En consecuencia, “la cir- que llamamos un “clásico” ahora, el inicio de un nuevo nismo y el dominio colonial
cunstancia” es la dimensión y Don Quijote en literatura siglo es también el inicio de de las potencias europeas,
objetiva que envuelve por lo es por excelencia. una nueva época. Conviene especialmente de España, la
igual al autor y al lector. hacer notar que es preci- gran potencia mundial du-
Cada uno posee su propia Todo lo anterior puede re- samente a comienzos del rante todo el siglo XVI, en el
circunstancia. Esta circuns- sumirse en la sola pregunta: siglo XVII que nace lo que planeta entero.
tancia es tanto más grande ¿Qué quiso decir el autor? hoy llamamos la moderni-
o abismal cuanta mayor es ¿Por qué escribió Cervantes dad y que abarca los siglos Pero las últimas décadas
la distancia en la cultura y la esa obra? A tenor de la res- siguientes. Pero si una nue- del siglo XVI que Cervantes
lengua, en el tiempo y el es- puesta que demos a esas va época se inicia es porque vivió como soldado del
pacio que separa a ambos. preguntas previas, podemos otra anterior termina. En el ejército del rey Felipe II,
Tratándose de un clásico responder a la cuestión o caso de Cervantes, termina el poderío español decae.
como es el Quijote, escrito pregunta sobre la aplica- el Renacimiento, época que España entra en un proceso
hace cuatro siglos y en un ción práctica o actualidad vio morir más de mil años irreversible de decadencia,
país que no es el nuestro, de la obra aquí y ahora. Para de Edad Media o régimen que abarca todos los cam-
esa circunstancia constituye responder a la primera inte- de cristiandad feudal y rom- pos: lo político, lo militar,
el mayor obstáculo para una rrogante debemos comen- pió con la hegemonía de la lo demográfico y lo econó-
fecunda comprensión de la zar por situar al autor en su Iglesia en materia cultural, mico. Solo hubo un campo
obra. época. en la producción del arte y en que la España del siglo
de las ideas. El Renacimiento XVII floreció: el cultural. El
Es por eso que, para la Cervantes escribió el arte clásico, inspirado en los
abrió la Cristiandad europea
recta comprensión y, por Quijote a inicios de un nue- modelos antiguos de Grecia
al mundo, hizo de la cultura
ende, para un auténtico dis- vo siglo, como un nuevo si-
22 La dimensión utópica del Quijote

y Roma, es sustituido por de erotismo en las palabras de soldado trotamundos, elogiar la locura, porque en
una nueva estética, el ba- mismas. La invención de con sus experiencias de una sociedad donde todos
rroco. Frente al rigor formal nuevos vocablos, un cultivo prisionero en cárceles de son corruptos y ignorantes
de los cánones que regían deliberado del pleonasmo, países extranjeros, con su y a eso se llama “sabiduría”,
la estética del clasicismo, el de los tropos; las metáforas lúcida conciencia de la de- solo cabe ser loco para po-
barroco retorna al origen de más osadas y la metonimia cadencia de la España impe- der, así, reivindicar la verda-
la literatura vernácula como se convierten en la razón rial como potencia mundial dera sensatez y honradez.
fue la picaresca y, con ello, de ser del arte literario, se hegemónica, Cervantes crea
recupera el habla popular, asumen como un fin en sí un personaje cuya lucidez No otro será el mensaje
reivindica la sabiduría an- mismo. Hay una exube- lo lleva a la locura, pero a de Cervantes haciendo de
cestral de los aldeanos y rancia verbal, una riqueza una locura que denuncia los su personaje un loco, pero
hace del hombre y de la mu- ornamental en todas las for- atropellos y las injusticias y un loco no agrio ni amar-
jer del pueblo sus personajes mas de expresión que hace se impone como tarea pri- gado, sino profundamente
favoritos. Ya no son solo los que, con frecuencia, la for- mordial de la vida “desfacer humano. Excéntrico pero
príncipes y eclesiásticos los ma oculte el fondo o a este entuertos” y, al mismo tiem- noble, iluso pero generoso,
personajes o receptores de cueste discernirlo de aque- po, proponer alternativas. entregado a una causa hasta
las obras de arte. Con el ba- lla. Sin embargo, los mejo- el delirio y la demencia, fue-
rroco, la picaresca adquiere res exponentes del barroco En el Quijote hay una ra de su tiempo porque un
una dimensión universal y permanecen fieles a sus raí- utopía, esto es, una pro- hombre idealista como Don
consolida el arte vernáculo ces populares e, incluso, la puesta clara y lúcida de una Quijote no cabía en una
y, con ello, las lenguas na- reivindicación de las luchas sociedad alternativa, de un época de decadencia moral
cionales. populares se hace presente mundo diferente como po- y política.
con fuerza y constituye un sible y realizable. A eso se
El barroco descubre, a le llama “utopía” o “pensa- Pero esto es solo un aspec-
tema para su inspiración to, el más visible de la obra
su vez, el placer como fin creadora. Tal es el caso de la miento utópico”. Para ex-
del arte. Hay una especie presar ese cuestionamiento de Cervantes y del universo
conocida obra de Lope de quijotesco creado por él.
Vega Fuenteovejuna. de la sociedad de su tiempo
y denunciar las injusticias, Cervantes era consciente de
Sin embargo, el Quijote los atropellos causados por que la denuncia ideológica
de Cervantes va más le- poderes autoritarios y ana- o política por sí misma, no
jos, va más allá de la crónicos, para levantar la basta por más noble y heroi-
protesta popular o de la voz por los sectores oprimi- ca que sea. Frente al recha-
reivindicación abierta de dos, Cervantes hace de su zo de los males imperantes,
las causas populares. Va, personaje un loco. frente a la nauseabunda de-
incluso, más allá de la cadencia de una sociedad
denuncia frente a los po- La locura es un recurso y de un régimen político
deres establecidos, como propio de los autores más obsoleto e inhumano, la
es el absolutismo de los críticos del Renacimiento. denuncia es lo primero pero
príncipes, o la avari- En concreto, el gran huma- no lo único. Si se denuncia
cia de la naciente nista Erasmo de Rotterdam algo como malo es porque
burguesía, o escribió su Elogio de la locu- se tiene de alguna manera
el dogma- ra para denunciar los vicios una noción o idea de lo que
tismo y de la sociedad de su tiempo, se considera como bueno o
el puri- especialmente del clero, la mejor. Es decir, se requiere
tanismo vacuidad de la falsa erudi- crear una alternativa que
de la ción, los vicios morales de llamamos “utopía”.
Iglesia. quienes farisaicamente pre-
dicaban autoritariamente Eso fue lo que hizo en los
Con su días de Erasmo otro gran hu-
larga una virtud que no practica-
ban. Si a eso se le llamaba manista, el estadista inglés
expe- Tomás Moro. A él se debe
riencia sabiduría, ciencia, razón,
Erasmo prefería ser un loco, el término mismo de “uto-
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pía”. La palabra por sí sola Sin embargo, Cervantes, deplorable de decadencia su fama que le ha granjea-
en su etimología es equí- si bien recurre al discurso en que ha caído la sociedad do la curiosidad del duque
voca, pues viene del grie- utópico como hizo Moro, actual. y la simpatía de la duquesa,
go “ou, ouj”, que significa no pone la utopía fuera de quienes se conmueven ante
“no” y “topos” que significa su España natal pero sí fuera En los inicios de la obra, las locuras de un anciano
“lugar”. En consecuencia, de su tiempo. Por eso recu- en el relato de la Edad de hidalgo henchido de idea-
“utopía” etimológicamente rre al mito de la Edad de Oro, Don Quijote justifi- lismo. Se trata, ciertamente,
significaría: “en ningún lu- Oro. Y lo hace respetando, ca las empresas que acaba de un hombre fuera de su
gar”. Sin embargo, en el uso incluso, la forma atempo- de iniciar y las que hará tiempo, pero dotado de una
semántico del término no se ral que emplean los relatos en lo sucesivo. Con ello, lucidez que lo posibilita
quiere significar que el tipo de mitos fundacionales o Cervantes justifica, de su con ejemplar entereza para
de sociedad que se propone primigenios, aquellos que parte, el motivo o razón combatir los grandes males
no existe en ninguna par- versan sobre los orígenes de por la que ha escrito su de que adolece la sociedad
te, sino que no existe en la los tiempos, sobre el origen obra. Don Quijote termina de su tiempo.
sociedad o época en que de la sociedad. Estos mitos su perorata definiéndose a
vive el autor, si bien existe o comienzan por una especie sí mismo como el gran rei- Es por eso que se le pro-
existió en un lugar remoto o de negación del tiempo: vindicador de las injusticias, pone a Sancho ser goberna-
lejano como una isla o terri- hubo una época en que los como el hombre que no se dor de la Ínsula Barataria.
torio situado en los confines hombres eran felices y la limita a denunciar, sino que Este es el recurso literario
poco conocidos de la tierra. sociedad en que vivían era emprende acciones concre- que emplea Cervantes para
Pero la sociedad de que se perfecta... Tal es el relato tas para acabar con todo lo decir lo que, en su opinión,
habla y que se describe, que hace Don Quijote a los que le parece injusto. Pero debe hacerse con el poder
ciertamente existe. Con ello cabreros cuando les habla lo hace como un ciudadano político y cómo gobernar
el autor quiere decir que, si de la Edad de Oro. Con ello o caballero solitario que se justamente. Sancho es el
bien se trata de una socie- Cervantes recurre a un argu- lanza por campos y veredas pueblo sencillo e ignorante,
dad ideal, es decir, no real mento de autoridad, porque del anchuroso mundo de las pero noble y trabajador, que
en su medio, sí es realizable este relato mítico remonta Españas. ha aprendido sabiduría en
en el futuro porque es o ha a Platón y a Virgilio en la la escuela del quijotismo.
No hay, sin embargo,
sido real en otras culturas o Antigüedad clásica griega y Por su parte, Don Quijote,
una propuesta alternativa
en otras latitudes. latina y, de esta manera, evi- dando muestras de su des-
debidamente estructura-
ta o soslaya la acusación de da, no hay una especie de prendimiento e indiferencia
Se trata, en consecuencia, innovador o revolucionario. ante la ambición y los hala-
de una propuesta política al- propuesta de gobierno. Y
esto por una sencilla razón: gos del poder y los honores,
ternativa, de esbozar un mo- Pero el recurso al pasado pero que le ha prometido
delo de una sociedad alter- se convierte no solo en una Don Quijote no tiene poder,
solo dispone de un cúmu- a su fiel escudero que este
nativa. Con ello, se preten- invocación poética, sino llegaría a ser gobernante de
de demostrar que las cosas en una denuncia política, lo de buenas intenciones,
solo tiene el propósito de reinos ignotos y ricos, apro-
pueden ser diferentes, que en una crítica al orden im- vecha la ocasión para cum-
no tenemos por qué vivir perante. Si en el pasado las cambiar el mundo sin más
recursos que su generosidad plir su promesa. Su sentido
envueltos en un sentimiento cosas fueron mejores, esto común que lo inclina a ver
de fatalismo histórico, sino quiere decir que las cosas y la nobleza de sus ideas e
ideales. el aspecto práctico y huma-
que todas las instituciones en el presente no tienen no de las normas ideales de
humanas son susceptibles por qué seguir siendo malas Es por eso que, al final de su amo, son las mejores cua-
de ser cambiadas, mejora- inexorablemente. Pero tam- la obra, ya en la Segunda lidades que muestra Sancho
das, perfeccionadas porque bién, la denuncia se con- Parte, Don Quijote y Sancho para aceptar el ofrecimiento,
así lo han hecho otros pue- vierte en acusación en la son recibidos por unos du- pero no sin antes demostrar
blos en otras latitudes o épo- medida en que, si las cosas ques con todos los hono- que estaba dispuesto a escu-
cas, pertenecientes con no han cambiado para peor, res. Con ello Cervantes se char de su señor los conse-
poca frecuencia, a culturas es porque alguien las hizo enfrenta al poder político jos y normas para hacer un
consideradas como inferio- así y, por ende, alguien es desde dentro. Pero ya Don buen gobierno.
res o salvajes. responsable de la situación Quijote viene precedido de
24 La dimensión utópica del Quijote

Sancho, en su experien- su fiel escudero muere no impregnar del idealismo de es la gran lección que nos
cia política como gobernan- sin antes recobrar la luci- Don Quijote la vitalidad y el deja Cervantes y que hace
te triunfa y, por ello mismo, dez; precisamente, por eso realismo de su escudero. de su Quijote una obra im-
logra ser amado de las gen- muere. Un Don Quijote que perecedera, hasta el punto
tes que lo consideran un no sea loco no puede vivir Tal es la auténtica utopía de que la humanidad ente-
hombre probo a carta cabal. mucho; solo siendo loco se que nos propone Cervantes ra, cuatro siglos después de
Con eso Cervantes prueba puede soportar vivir en una como motivo de esperanza haber aparecido, la celebra
que, para gobernar bien, se sociedad donde campea la frente a los nuevos tiempos. como una obra única.
requiere ser no tanto letrado corrupción. Por eso, las per- Pero eso solo ha sido posi-
cuanto honrado y que eso sonas lúcidas y honradas, ble porque en toda su obra
todo hombre del pueblo lo ante tal alternativa, solo ven Cervantes nos ha mostrado
puede ser. No hay, por ende, la muerte como un desen- que la utopía no está en
un status especial para la no- lace último y fatal... Lo que un lugar fuera de nosotros,
bleza, no hay en la sangre o comenzó por ser una aven- sino en un ámbito interior
en el origen familiar una ga- tura noble y desinteresada, en cada uno de nosotros.
rantía ni menos un derecho termina con un desenlace La gran lección que nos
adquirido para gobernar. trágico. deja esta obra inmortal es
que Don Quijote es algo
Sin embargo, al cabo de Pero más allá de las lá- más que un mito, algo más
pocas semanas Sancho re- grimas de Sancho y de los que una ficción literaria,
nuncia. Esto quiere decir allegados de Don Quijote, por más genial que esta
que, como gobernante, de hay una nota de esperanza sea. Don Quijote es uno de
alguna manera ha fracasa- cuando el agonizante caba- los grandes relatos míticos
do. Allí donde ha triunfado llero, más que nunca me- de la literatura del siglo de
el hombre, ha fracasado el recedor del autocalificativo oro de España y, como tal
gobernante porque Sancho de “caballero de la triste fi- y al igual que La Celestina
ha experimentado las renci- gura”, deja como mandato y y Don Juan Tenorio, es una
llas y ambiciones que inexo- último testamento un conse- dimensión del ser humano.
rablemente rodean al poder. jo a su fiel escudero cuando Don Quijote expresa simbó-
Muy pronto, la añoranza por le dice que él debe seguir licamente la dimensión oní-
el retorno junto a su señor y con la labor emprendida rica, la imaginación crea-
mentor se vuelve irresistible. por ambos. Sancho insiste, dora que acompaña a todo
Sancho no puede vivir sin su en un supremo y desespera- aquel que se proponga vivir
Quijote. Prefiere ser siervo y do esfuerzo...pero en vano. auténticamente. Cultivar
humilde escudero que señor Esta vez, el loco es Sancho esta dimensión del humano
y dominador. Las locuras de al suplicarle a su señor que vivir es lo que hace que la
su señor caballero le pare- emprendan de nuevo sus vida sea realmente humana.
cen más cuerdas y sabias andanzas. Sancho no pue- Solo cuando dejamos que el
que las de sus consejeros de vivir ya de otra manera Quijote que todos llevamos
áulicos y subordinados. que no sea secundando las dentro actúe, sueñe, cree e
locuras de su señor que ya imagine libremente; solo
Por su parte, también no le parece tan loco. Por cuando somos quijotes,
Don Quijote pronto se aleja el contrario, lo ve como solo cuando soñamos pode-
de la corte del duque, busca el único ser humano que mos ser realmente hombres
el bucólico retiro del campo merece ser seguido. Pero auténticos. Cultivar sueños
como los poetas, busca un Don Quijote le responde e ideales, pergeñar utopías,
refugio en el arte puro. Pero que él solo debe asumir su luchar por una sociedad al-
allí tampoco encuentra su legado. Para Cervantes la ternativa, enfrentar retos y
solaz. La conciencia de su única manera de salvar la forjar sueños es lo único que
decrepitud lo hace retornar humanidad es unir a Don nos puede redimir del cinis-
a su hogar y allí, junto a los Quijote con Sancho Panza, mo y de la corrupción... Tal
suyos, entre las lágrimas de

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