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ACAPARAMIENTO DE TIERRAS

/ Panorama
Sábado, 12 de noviembre de 2016.

Las conexiones de un ‘negocio’ de tierras en


manos de extranjeros
Una beneficiada con tierras en Donoso, June Ferdinand –nativa de Guyana–
confirmó desconocer su finca.

Ereida Prieto-Barreiro, (UNIDAD DE INVESTIGACIÓN)  12 nov 2016 - 00:00h

TEMAS:Colón Tierras Anati
Moradores están en la incertidumbre por las rápidas titulaciones a extranjeros, sin inspecciones ni restricciones, en tierras del
Corredor Biológico Mesoamericano.

Moradores están en la incertidumbre por las rápidas titulaciones a extranjeros,


sin inspecciones ni restricciones, en tierras del Corredor Biológico
Mesoamericano. LA PRENSA/Archivo

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Bosques ubicados en Colón se volvieron blanco de un “negocio” organizado por
venezolanos que no escatimaron en usar a familiares y amigos para acaparar
tierras. ¿Por qué este acaparamiento? Es una pregunta que los beneficiados no
quieren responder o que evaden alegando desconocer la naturaleza del negocio.

+ info
 Anati, en otro lío de tierras en Colón
 Ventas bajo la sombra estatal
 Acaparan tierras en zona minera

Sin embargo, un nombre salta en el entramado: Juan Pablo Brons. Él, aunque se


autodenomina “el tramitador”, alega desconocer cuánta tierra ha solicitado en una
zona a la que, según confesó, demora más de seis horas en llegar.

ANATI TITULÓ BOSQUES VÍRGENES

Negocios a costa del Estado


Terrenos ubicados en la provincia de Colón se volvieron blanco de un ‘negocio’
organizado por una red dirigida por extranjeros.

Ereida Prieto-Barreiro, (UNIDAD DE INVESTIGACIÓN)  12 nov 2016 - 00:00h

TEMAS:Colón

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¿Cómo se puede explicar que unas 3 mil hectáreas de zona boscosa en Coclé del
Norte y San José del General –en la provincia de Colón– hayan sido solicitadas y
la gran mayoría ya estén tituladas a favor de personas que no residen en el lugar,
que nunca han estado en ellas y que no las usarán para su subsistencia? ¿Qué
afectaciones a la flora y fauna del país podrían provocar estas titulaciones
masivas?

+ info
 Anati, en otro lío de tierras en Colón
 Ventas bajo la sombra estatal
 Acaparan tierras en zona minera
 Invasiones, minería ilegal y narcos

Son preguntas que se negaron a responder funcionarios de la pasada


administración que titularon 58 fincas que aglutinan 2 mil 652 hectáreas de las 2
mil 930 hectáreas que ha acaparado un grupo de unas 30 personas.
Expandir ImagenExtranjeros
especulan con área boscosa de Coclé del Norte y San
José del General, en Colón.
Para tener idea de la tierra acaparada, esa cantidad equivale a más del 20% de
todos los terrenos cedidos a Minera Panamá de la concesión original en esa zona
para la extracción de cobre en el distrito de Donoso, en la provincia de Colón.

¿Quién está detrás de este acaparamiento de tierras? Es una pregunta que los
beneficiados no quieren responder o que esquivan alegando desconocer la
naturaleza del negocio, pero un nombre salta en el entramado: Juan Pablo Brons,
venezolano con años de vivir en Panamá, y cuya cédula la obtuvo en 2010.

Brons se autodenomina “tramitador”. “Cada quien decide cómo vive y cómo quiere
hacer dinero. Yo aquí [...] he optado en invertir en inmuebles, en tierras”, dijo.
Tierras del Estado panameño, para ser precisos.

Pero sus explicaciones son inconsistentes. Mientras que afirmaba que había
decidido invertir en tierras, simultáneamente decía que él solo gestionaba su
titulación. Así, alegó que en octubre de 2013 tramitó la titulación en las oficinas
regionales de la Autoridad Nacional de Administración de Tierras (Anati) en Colón
y Veraguas para 29 personas. ¿Y cuál fue su ganancia? “Ninguna”, aseguró, pues
lo hacía por “amistad”, respondió sonriente.
“Soy el punto central, y yo fui el que le hablé a ellos [de las tierras]”, aseguró
Brons, poniéndose en medio para evitar que La Prensa contactara a los 29
peticionarios de tierras (ver infografía).

Los 29 peticionarios de tierras en Colón LA PRENSA/Roy Hernández


Otra inconsistencia es que, aunque dijo ser el que gestionaba la titulación de las
tierras, no sabe cuánta está a su nombre. “No lo recuerdo, pero puedo decir que
nos manejamos bajo lo que permite la ley, que fue como me asesoraron cuando
llegué”, reseñó Brons.

La idea de convertirse en terrateniente provino de un amigo topógrafo, que le habló


de la “oportunidad” de conseguir tierras, dijo.

¿Quién es su amigo?, preguntó La Prensa.

– Manuel De La Cruz; es de Colón, pero trabaja a nivel nacional”, dijo Brons.

Dígame su número para localizarlo.

–“No, déjeme preguntarle primero si quiere hablar contigo”, respondió Brons.

“Un topógrafo amigo mío me comentó que había unos terrenos muy bonitos,
vírgenes, por allá. Me pareció interesante y entonces nos pusimos en contacto con
gente que nos vendió derechos posesorios y ese proceso de titulación fue rápido”,
afirmó. En efecto, inusualmente rápido, corroboró La Prensa.

Entre Brons, su esposa ( Daniella Príncipe) y su suegra (Libia Fuenmayor) –


también venezolanas– solicitaron, al menos, 434.6 hectáreas a Anati, de las
cuales, a junio de 2014, llevaban tituladas casi el 80%.

El proceso para hacerse dueño de tierras estatales a través de la figura de


derechos posesorios es tan engorroso que puede tardar años, incluso, décadas.
Pero las solicitudes de este grupo de personas se procesaron en tan solo tres
meses –se presentaron en Anati en abril de 2013 y en julio de ese año aparecieron
los edictos en Gaceta Oficial– (ver facsímil).

¿Conoce usted a sus vecinos, porque estamos hablando de una zona muy amplia
y boscosa?

–“Pues eso es puro bosque, ahí no se ve gente”.

¿Cómo se llega a estos terrenos?

–“Se llega por tierra hasta Miguel de la Borda [distrito de Donoso], después se
sube a una lancha por hora y media, y luego, con gente en la zona, alquilas unos
cayucos y te vas seis horas arriba, por río, y luego caminas hasta el lugar, bajo la
lluvia”, explicó.

¿No le parece algo remoto como para buscar terrenos en esa zona?

– No, porque no lo estoy comprando para vivir, respondió Brons, quien reside en la
exclusiva zona de Costa del Este.

Según el Código Agrario, el derecho posesorio se otorga bajo la premisa de que


la tierra tendrá una “función social”, de subsistencia económica y manutención
familiar. Estos derechos se confieren a personas que tienen ocupación física,
mantenimiento y uso de la tierra por un período no menor de cinco años.
Se desconoce qué inspecciones de campo realizó la Anati y/o la entonces
Autoridad Nacional del Ambiente, hoy Ministerio de Ambiente, para otorgar esos
títulos.

¿PRESTA NOMBRES?

Aunque Brons dijo que el proceso de titulación se manejó de forma “transparente”,


no todo está claro. Por ejemplo, June Ferdinand –nativa de Guyana–, su
esposo, Evelio Rubio (venezolano), así como su hija, Junitza
Rubio (venezolana), cuando solo tenían poco más de cinco años de estar en
Panamá, ya acumulaban 412 hectáreas en un área boscosa e inhóspita.

Al principio, Ferdinand dijo desconocer de qué se le hablaba. Cuando se le indicó


que este medio tenía copia de la documentación que acreditaba su posesión de las
fincas en Colón, accedió a conceder una entrevista.

“Nosotras [ella y su hija] aparecemos porque estamos con ellos [su esposo Evelio
Rubio y su yerno, Andrés Warnken], pero nunca he entrado al lugar”, aseguró,
mientras se levantaba y se sentaba constantemente.

La guyanesa dijo no saber cómo se llega a Colón y menos a las fincas que, según
los papeles, posee en Coclé del Norte. Pero indicó que su esposo y su yerno están
al frente del “negocio” con sus “socios”. “Ellos tienen meses de estar yendo ahí con
los socios, desde abril [de 2013]”, afirmó.

Expandir Imagen Acaparamiento de tierras en Colón.


¿Y quiénes son esos socios?

–Uno era “Juan”, pero desconoce su apellido (probablemente refiriéndose al


venezolano Juan Pablo Brons). “Ellos son los que están manejando el dinero.
Nosotros aparecemos [como solicitantes de las tierras] porque estamos con ellos”,
insistió.
Ferdinand desconoce muchas cosas, pero está muy clara del lugar donde se
ubican “sus” tierras: cerca de Minera Panamá, dijo. Y, contrario a lo que señaló, su
esposo, Evelio Rubio, no parece ser “socio” del llamado “Juan”.

Igualmente nervioso, Evelio Rubio aseguró que su participación en la distribución


de tierras era en calidad de “apoyo” a su compatriota Juan Pablo Brons, quien
maneja “la negociación”.

Afirmó que no recibió dinero por prestar su nombre en el proceso de titulación,


pero está claro en que el propósito es “sacarle provecho” a la tierra. “Por ahora es
la información que tenemos”, indicó.

Cuando se le cuestionó sobre participar en negocios que, según dijo, no conoce a


fondo, señaló: “Vi el asunto como residente [obtuvo su cédula en febrero de 2013,
al igual que su esposa]. La gente que viene de Venezuela ha venido a hacer
inversiones, [pero] han salido mal parados también”.

Rubio indicó que ha ido “una [sola] vez” a los terrenos; que el recorrido “no puede
realizarse en pocas horas”; tampoco pudo describir cómo se llega hasta allá ni
describir el lugar que reclama como suyo ni quiénes son sus vecinos.

Interrogado sobre la cantidad de veces que ha ido a la Anati a realizar los trámites
de titulación, respondió: ¿Ir a la qué... ? Seguidamente indicó que un abogado
había hecho los trámites de titulación, pero no supo dar su nombre.

Sobre la cantidad de tierras que asegura poseer, primero dijo que su esposa y él
tenían 300 hectáreas cada uno. Luego cambió: entre los dos tendrían esa
cantidad.

“Para mí, todo tiene que ser transparente. Por eso di mi firma, para que se diera
ese negocio. No pregunté cuánto dinero hay ahí, porque no lo sé ni tampoco tengo
los papeles acá”, expresó.

Tras unos instantes de silencio y evidente incomodidad, Rubio dijo: “Usted tiene
más información que yo sobre quién es el topógrafo, los terrenos... Creo que tiene
razón cuando dice que cómo di mi nombre para eso”.

‘LUGAR BONITO Y REMOTO’

En el “negocio”, Brons no está solo. Lo acompaña su compatriota y socio Andrés


Warnken, yerno de June Ferdinand.

Ante las declaraciones de sus suegros, Warnken opinó que no le parecía extraño
que sus suegros expresaran desconocimiento del trámite de la tierra.

Tampoco a Brons: “Se les dijo que hay una oportunidad de [conseguir] unas tierras
en este sitio; se les mostró el plano, que era un lugar boscoso, muy bonito y
remoto, pero que nosotros nos ocupábamos de todo y ellos aceptaron”.
Al igual que Brons, Warnken –quien dijo tener más de cinco años de residir en
Panamá–, aseguró desconocer cuánto terreno solicitó a la Anati. Además,
cuestiona el interés de La Prensa por conocer de esos trámites.

Warnken tituló, al menos, 186.1 hectáreas, y su esposa Junitza Rubio, otras 161.6
hectáreas antes del cambio de gobierno.

NUEVA VERSIÓN

Esta investigación se desarrolló desde hace tres años, y ahora Brons y Warnken
han cambiado la versión sobre las titulaciones que dieron cuando se les contactó
la primera vez. Confirmaron que pidieron “el favor” a familiares y amigos para
solicitar las tierras, y luego traspasárselas (Ver video en www.prensa.com).

¿No les parece que con esta acción están engañando al Estado?

– No. Nosotros no engañamos, dijo Warnken.

También despejaron el papel del “amigo” topógrafo en las titulaciones. “Somos


socios Juan, yo y Manuel De La Cruz, que fue el primero que compró”, dijo
Warnken.

Los venezolanos dicen que por ahora tienen mil 500 hectáreas, pero que lo ideal
serían unas 3 mil para un proyecto de captura de monóxido de carbono que
supuestamente planean desarrollar.

¿Cuántas veces han ido a los terrenos?

– Unas cuatro veces.

¿Cuándo fue la última vez que fueron?

El año pasado.

¿Ya las recorrieron?

– Si te digo que recorrí las mil 500 hectáreas, te mentiría. Eso es imposible, pero sí
hicimos el camino, dijo.

¿Y los supuestos beneficiarios conocen estas tierras? ¿Ya las recorrieron?

– Hasta allá no... Entienden, pero no han ido. No [las] han recorrido con los pies.
Esa es la verdad.

DONOSO, COLÓN

Acaparan tierras en zona


minera
Las invasiones de tierras y la minería ilegal que practican extranjeros en la
zona boscosa de Colón acabaron con el Corredor Biológico Mesoamericano.
Ereida Prieto-Barreiro, UNIDAD DE INVESTIGACIÓN 10 nov 2016 - 00:00h

TEMAS:Colón Servicio Nacional Aeronaval (senan) Senan


Sin control alguno, desconocidos están talando en la densa zona boscosa colonense.

Sin control alguno, desconocidos están talando en la densa zona boscosa


colonense. LA PRENSA/Eric Batista

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Una zona boscosa y virgen de Colón, que era parte del Corredor Biológico
Mesoamericano, donde habitan cientos de especies de flora y fauna, ahora tiene
un nuevo atractivo: es ideal para invasiones y minería ilegal. Esta última,
presuntamente, financiada por el narcotráfico.

La región de Coclé del Norte, en Donoso, provincia de Colón, se ha convertido en


escenario de redes dirigidas por extranjeros que invaden esta zona para
adueñarse de la tierra, mientras otros practican allí la minería ilegal y el trasiego
transfronterizo de oro.

Un recorrido aéreo de La Prensa por esta zona evidencia que atrás quedó su
preservación, ya que es visible que desconocidos se adentraron al denso bosque –
sin calles ni otros accesos– para talar árboles y acaparar tierras.

La información fue confirmada por el hasta hace poco director de Áreas Protegidas
y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente, Samuel Valdés, quien indicó que las
invasiones no solo provienen de foráneos, sino de indígenas ngäbe buglés.
Denunció que la extracción de oro " se ha convertido en una forma de lavar
dinero".

Explicó que el modus operandi de los delincuentes es reclutar indígenas a los que
les dan motobombas con las que extraen el mineral de los ríos, que luego les
compran. Ellos lo funden para hacer prendas con las que lavan dinero.
El director del Servicio Nacional Aeronaval, Belsio González, confirmó que Coclé
del Norte es " un área de incidencia del narcotráfico", lo cual se podría considerar
un tema de seguridad nacional.

Por estos problemas, en noviembre de 2014, hubo un cierre técnico y financiero


definitivo del Corredor Biológico Mesoamericano.

ZONAS BOSCOSAS COLONENSES, EN LA MIRA DE ACAPARADORES


PROFESIONALES

Invasiones, minería ilegal y


narcos
El exdirector de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente reveló que la
minería ilegal en bosques de Coclé del Norte estaría ligada al narcotráfico.
El corredor que no pudo con la invasión

Ereida Prieto-Barreiro, UNIDAD DE INVESTIGACIÓN 10 nov 2016 - 00:00h

TEMAS:Medio Ambiente Corredores Naturaleza Parques Naturales Colón


El denso bosque en Donoso, en la provincia de Colón, está siendo invadido por nacionales y
extranjeros que han encontrado cómo adueñarse de tierra con bosques vírgenes o para
practicar minería ilegal, afectando el Corredor Biológico Mesoamericano.
Sin control alguno, desconocidos están talando en la densa zona boscosa colonense.

El denso bosque en Donoso, en la provincia de Colón, está siendo invadido por nacionales y
extranjeros que han encontrado cómo adueñarse de tierra con bosques vírgenes o para
practicar minería ilegal, afectando el Corredor Biológico Mesoamericano.
Sin control alguno, desconocidos están talando en la densa zona boscosa colonense.
anteriorsiguiente
Sin control alguno, desconocidos están talando en la densa zona boscosa colonense. Foto por: Eric Batista

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El compromiso de Panamá de ser una de las fuentes para balancear la protección
de la biodiversidad a través del manejo forestal y la restauración productiva del
paisaje como parte del Corredor Biológico Mesoamericano corre peligro.

+ info
 En la espesura de los corredores biológicos

La razón de ello es la compraventa de terrenos boscosos y vírgenes en la zona de


Coclé del Norte y San José del General –en la provincia de Colón– a foráneos y
locales, a precios absurdos, con el aval de la Autoridad Nacional de Administración
de Tierras (Anati), entre 2012 y 2014.

Otros peligros que afronta el área son las invasiones, la expansión de la frontera
agrícola y la minería ilegal, esta última, vinculada a supuestos grupos criminales.

Estas tierras son parte de una iniciativa internacional que surgió en 1960, pero que
se consolidó en julio de 1997, tras la firma de la Declaración de la XIX Cumbre
de Presidentes Centroamericanos, efectuada en Panamá. Este esfuerzo en
conjunto –que produjo relevancia a los corredores biológicos– surgió por la
disminución del número de especies en zonas aisladas.

Irónicamente, cinco meses antes de la firma de Panamá, mientras se establecía


formalmente el acuerdo del Corredor Biológico, el gobierno del presidente Ernesto
Pérez Balladares entregaba en concesión 13 mil 600 hectáreas de esa zona
boscosa a Minera Petaquilla, hoy Minera Panamá.
La concesión minera es por un periodo de 20 años prorrogables a dos periodos
más por el mismo término para extraer oro, cobre y otros minerales. En el contrato,
que vence en febrero de 2017, se le permitió a la minera, entre otras cosas, utilizar
“aguas naturales” para los trabajos.

NARCOTRÁFICO

Pero, además de los peligros mencionados, estas tierras que eran del Corredor
Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño (Cbmap) –administrado por
el Ministerio de Ambiente – afrontan más riesgos. Durante un recorrido aéreo de
este medio, quedó en evidencia que desconocidos se adentraron al denso bosque
–sin calles ni otros accesos– para talar árboles y acaparar tierras (ver foto
superior).

Esta situación fue confirmada por el hasta hace poco director de Áreas
Protegidas y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente Samuel Valdés, quien
indicó que las invasiones no solo provienen de foráneos, sino de indígenas ngäbe
buglés que luego solicitan los títulos de propiedad.

Valdés también denunció que se está registrando una expansión de la frontera


agrícola en el Cbmap y un desarrollo de la minería ilegal, esto último, aseguró,
vinculado a una temida actividad: el narcotráfico.

El modus operandi de la red criminal –explicó Valdés– es que las veces que se
decomisan motobombas –usadas para la extracción ilegal de oro–, a la semana los
mineros tienen una nueva y hay que hacer otro operativo, “pues la minería ilegal se
ha convertido en una forma de lavar dinero”.

Agregó que los criminales utilizan a indígenas para comprar las motobombas y el
diésel, luego le compran el oro que extraen con ellas, el cual es fundido para hacer
prendas, con lo cual completan el ciclo de lavado, reveló. Pero insistió en que el
narcotráfico es un problema que trasciende el tema ambiental. “Sí hay un impacto
ambiental –dijo–, pero es un tema de seguridad nacional, de los servicios Nacional
Aeronaval (Senan) y Nacional de Fronteras (Senafront), y del Ministerio de
Comercio e Industrias”.

El ex directivo ambiental efectuó tres operativos con efectivos del Senan y


delSenafront, decomisando motobombas, sacando a personas que entraron al
país de forma ilegal o que hacen ranchos ilegales, y liberando los ríos de las
extracciones de oro ilegal.

Entonces, ¿cuál ha sido el impacto al Corredor Biológico Mesoamericano del


Atlántico Panameño? El impacto, dijo, es “con las actividades insostenibles, porque
no solamente estamos hablando de minería, sino del avance de la frontera agrícola
que produce la pérdida de la biodiversidad por las malas actividades ganaderas y
agrícolas”, subrayó.

Ante esta situación, consideró que el acaparamiento de tierras es un problema que


tiene que atender la Anati, el Ministerio de Seguridad y Ministerio de
Ambiente (ver nota relacionada).
El movimiento de irregulares en Coclé del Norte y San José del General no es
nuevo. En abril de 2014, en un encuentro de estamentos de seguridad de
Colombia y Panamá, el entonces director del Senafront, Frank Ábrego, reveló que
en Coclé del Norte y en Río Balsa –este último en la provincia de Darién–“se han
detectado que unas mil 500 personas se dedican a la explotación minera ilegal y
su contrabando [trans] fronterizo”.

Ábrego detalló que creía que colombianos, “probablemente narcotraficantes,


asesoran o financian esta actividad en Panamá como una forma de lavar o limpiar
los activos que ellos obtienen del trasiego de droga, tratando de convertirlo en oro”.

En esa reunión, el comandante de la Región Sexta de la Policía Nacional de


Colombia, Nicolás Muñoz, aseguró que la minería ilegal era uno de los problemas
a los que se estaba enfrentando su país.

Pasados dos años del encuentro, La Prensa consultó sobre los avances que ha
tenido Panamá para contrarrestar estas bandas criminales, pero el nuevo director
de Senafront, Cristian Enrique Hayer, aseguró que no tiene información al
respecto.

“No es mi jurisdicción. Mi jurisdicción es la provincia de Darién y la comarca Guna


Yala y en la frontera occidental, 5 kilómetros del límite fronterizo hacia Panamá”,
respondió. En tanto, el director del Senan, Belsio González, confirmó que Coclé
del Norte “es un área de incidencia del narcotráfico”, donde se emplean
embarcaciones artesanales, lo cual se podría considerar un tema de seguridad
nacional, aunque no mantiene registro de minería ilegal en esa zona.

Pero detalló que han logrado el decomiso de más de 130 motobombas y


accesorios para la minería ilegal, además de la aprehensión de extranjeros en los
sectores de los ríos Caimito, Petaquilla y Calzones entre 2013 y 2016.

Según estadísticas del Senan, se han incautado de unos 3 mil 573 paquetes con
sustancias ilícitas desde 2014.

La coordinadora técnica del Proyecto Sistemas de Producción Sostenible y


Conservación de la Biodiversidad en el Corredor Biológico del Ministerio de
Ambiente, Gloriela Rudas, informó que desde 2014 a la fecha han colaborado en
cinco operativos del Senan y han sostenido reuniones con las autoridades para
erradicar la actividad de minería informal que, “por su mala praxis, ocasiona el
detrimento de recursos naturales”.

“Producto de los operativos, existen procesos administrativos y penales en relación


a estas actividades ilegales que se detectan en áreas de Donoso. Algunas
motobombas decomisadas se mantienen en custodia”, aseguró la funcionaria, que
añadió que en Coclé del Norte y en San José del General se realizan giras, al
menos, dos veces al año.

Sobre las invasiones, consideró que la principal amenaza de la cobertura boscosa


es el cambio de uso de suelo, como la frontera agrícola, migración de pueblos
originarios y el desarrollo de proyectos, por lo que el área del
denominado Corredor Biológico no escapa de esta realidad.
BLINDAJE

En marzo de 2009, una resolución ambiental declaró Donoso como “área


protegida”, pero el entonces magistrado de la Corte Suprema de Justicia Alejandro
Moncada Luna –quien hoy cumple una condena de cinco años en la cárcel El
Renacer–, ordenó su suspensión provisional. Casi cuatro años después –en mayo
pasado– Donoso recuperó su protección.

¿Qué acciones hay previstas para proteger Coclé del Norte y San José del
General para evitar afectaciones ambientales e invasiones? ¿Se podrían redefinir
sus límites?, preguntó La Prensa.

“Se desarrollará un plan maestro de desarrollo inclusivo para la Costa Abajo de


Colón, que abarcará hasta el área de Coclé del Norte”, con apoyo del Banco de
Desarrollo de América Latina (CAF), respondió Rudas.

Adelantó que, debido al reciente fallo de la Corte, han iniciado coordinaciones


con Anatipara “revisar las titulaciones concedidas y en trámite, y retomar el
proceso de desarrollo de un Plan de Manejo para dicha área protegida”, así como
para identificar los recursos necesarios para implementarlo.

A su vez, Valdés advirtió que se estaría aprobando un plan de manejo –que estaba
en borrador– para estas zonas y que se estarían redefiniendo los límites de
Donoso.

Según el censo de población de 2010, Coclé del Norte tiene 3 mil 555 habitantes.
Sin embargo, a pesar de los $16 millones que ha entregado en pago de
impuestos Minera Panamá, Donoso sigue siendo uno de los distritos más pobres
de Colón.

El corredor que no pudo con la invasión


10 nov 2016 - 00:00h
Un cierre técnico y financiero definitivo se dio al proyecto Corredor Biológico
Mesoamericano en noviembre de 2014. Las demandas y problemas pesaron más
que la protección a la zona boscosa de Colón.
Uno de los sectores más afectados fue Coclé del Norte, en el distrito de Donoso,
por “la presentación de demandas ante la Corte Suprema de Justicia, y otras
situaciones”, confirmó la coordinadora técnica del Proyecto Sistemas de
Producción Sostenible y Conservación de la Biodiversidad en el Corredor
Biológico del Ministerio de Ambiente, Gloriela Rudas.
La situación provocó que organismos financieros recomendaran la suspensión de
las acciones del proyecto en esa área. Es decir, que de los $18.1 millones que se
destinaron para el Corredor Biológico en su segunda etapa, nada llegó a Colón.
Y no es el único revés. Un nuevo proyecto que coordina Rudas, por $19.6 millones
hasta 2019, tampoco llegará a Coclé del Norte ni a San José del General, donde
se registran invasiones de tierras.
Pero, ¿qué es el Corredor Biológico Mesoamericano? Es un proyecto que
contaba con enlaces entre las áreas protegidas de Centroamérica con zonas
aledañas de amortiguamiento y uso múltiple, ya que permite desarrollos de bajo
impacto para mantener los corredores entre ellas, y a la vez, promueve la inversión
en la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales.
En Panamá, esta zona se extiende desde Bocas del Toro hasta Darién, por donde
transitan miles de especies de animales, permitiendo su conectividad con el
ecosistema y con los programas de manejo forestal sostenible para conservar la
diversidad biológica de importancia global y proteger importantes ecosistemas
boscosos, de montaña y marino-costeros en nuestro país. Un recorrido por Coclé
del Norte deja al descubierto cómo muchas zonas han sido impactadas por
particulares que han deforestado en una zona que se caracteriza por su denso
bosque o frente de mar. Se manejó un fondo de $30.5 millones para ejecutar dos
fases del Corredor Biológico en Panamá.

/ Panorama
Domingo, 13 de noviembre de 2016.
COLÓN

Terrenos en Donoso fueron


‘vendidos’ a sociedades y
fundaciones
Después de que la Anati ‘vendió’ tierras en Donoso a precios irrisorios, estos
fueron traspasados a fundaciones cuyas caras visibles son venezolanos.

Ereida Prieto-Barreiro, UNIDAD DE INVESTIGACIÓN 13 nov 2016 - 00:00h

TEMAS:Colón Anati Tierras
Miles de hectáreas de tierra en Colón están siendo acaparadas por extranjeros.

Miles de hectáreas de tierra en Colón están siendo acaparadas por


extranjeros. LA PRENSA/Eric Batista

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En un intento por ocultar un masivo acaparamiento de tierras vírgenes y
boscosas en la zona minera de Donoso –provincia de Colón–, venezolanos se
ampararon en la creación de sociedades anónimas y fundaciones.

Con estos instrumentos legales, representados por los sudamericanos Juan Pablo


Brons y Andrés Warnken, se han comprado unas 3 mil hectáreas de tierra que
previamente fueron tituladas a precios irrisorios por un grupo de 30 personas,
todos ellos con vínculos entre sí.

Esos supuestos dueños de fincas, tras titular sus fincas en veloces procesos en
la Autoridad Nacional de Administración de Tierras (Anati), las “vendieron” a Brons
y Warnken, obteniendo una ganancia de entre solo $2 y $25 por cada finca.

Los extranjeros confesaron que los supuestos dueños nunca conocieron sus
tierras, ubicadas en el Corredor Biológico Mesoamericano, por el área de Colón.

NEGOCIADO DE TIERRAS EN COCLÉ DEL NORTE

¿Engaños en programas
sociales?
Una zona boscosa que pertenece al Corredor Biológico Mesoamericano fue
vendida por montos irrisorios a sociedades recién creadas.
Ereida Prieto-Barreiro, UNIDAD DE INVESTIGACIÓN 13 nov 2016 - 00:00h

TEMAS:Colón Anati Tierras
Las comunidades de Coclé del Norte y San José del General son afectadas por el
acaparamiento de tierras.

Los venezolanos Andrés Warnken y Juan Pablo Brons gestionaron las titulaciones masivas.
Las comunidades de Coclé del Norte y San José del General son afectadas por el
acaparamiento de tierras.

Los venezolanos Andrés Warnken y Juan Pablo Brons gestionaron las titulaciones masivas.

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Los venezolanos Andrés Warnken y Juan Pablo Brons gestionaron las titulaciones masivas. Foto por:
Jazmín Saldaña

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Una extensa zona boscosa –de más de 2 mil 84 hectáreas– del Corredor
Biológico Mesoamericano ahora pertenece a la sociedad Imataca, S.A. y a las
fundaciones Reserva Ecoclé y Eco2 Panamá, inscritas por venezolanos con
vínculos entre sí.

+ info
 Las conexiones de un ‘negocio’ de tierras en manos de extranjeros
 Anati, en otro lío de tierras en Colón
 Ventas bajo la sombra estatal
 Invasiones, minería ilegal y narcos

Se trata de un acaparamiento de tierras, gracias a la ejecución de acelerados


procesos de titulación en la Autoridad Nacional de Administración de Tierras
(Anati), realizados entre diciembre de 2012 y junio de 2014.

De esa cantidad, unas 640 hectáreas de bosques –entre ellos, vírgenes– fueron
adjudicadas a Imataca, registrada el 21 de noviembre de 2012. Esta sociedad la
preside Juan Pablo Brons,venezolano que asegura ser quien tramita la titulación
de esas tierras, así como de otras que esperan firma en la Anati y que reclaman él
y otras 29 personas, todas relacionadas entre sí.

En su momento, Brons aseguró que todo el trabajo de titulación lo hizo


gratuitamente, por “amistad”. Casi tres años después de una entrevista con La
Prensa, no es de lo único de lo que se siente orgulloso. Confirmó que “ya me he
especializado” en los trámites de tierras, ya que “me explicaron cuánto es de tierra
por persona”.

Irónicamente, luego de que estas personas –supuestos poseedores de las tierras–,


pagaron por la titulación entre 78 dólares y 300 dólares, en el Registro Público
aparece que Brons –a través de Imataca– pagó cerca del mismo precio del valor
catastral de las fincas, con una diferencia de tan solo de entre 2 dólares y 25
dólares por finca a los supuestos dueños, como monto máximo.

En una entrevista con este medio el 7 de octubre de 2013, Brons aseguró que, “por
el momento”, no compraría los terrenos adquiridos por los otros miembros del
grupo, pero solo dos días después –el 9 de octubre de ese año– fueron notariadas
las primeras 6 de un total de 16 fincas que compró Imataca.

Luego, y siguiendo el mismo patrón, el 14 de julio de 2014, se notariaron otras 7


fincas a favor de Imataca. Esta sociedad también la integran la esposa de
Brons (Daniella Príncipe) y Andrés Warnken, su socio.

también descubrió que entre Brons, su esposa y su suegra ( Libia


Fuenmayor, ambas venezolanas), titularon otras 337.1 hectáreas, y tienen otras
98 hectáreas por titular.

Ahora, Brons dice que no quiso negar que compraría las tierras de inmediato.
“Nosotros nos asesoramos legalmente de cómo se titula”.

Y hoy que sabe cómo se hace, Brons se queja de la ley vigente, ya que solo
permite titular parcelas pequeñas y, a juzgar por lo que dice, al venezolano le
parecen pocas las más de 2 mil hectáreas que ha titulado o que están en ese
proceso. “Tenemos la esperanza –dijo– de que el Gobierno emita una ley para
incentivar a los inversionistas nacionales y extranjeros y permita titular extensiones
más amplias”.

Y dado que se ha convertido en terrateniente y de que en Panamá se siente “muy


contento”, Brons inició el trámite –en octubre de 2015– para nacionalizarse. “Yo
tengo una visa que me permite la nacionalidad y la residencia permanente, pero
cuando yo la quiera pedir me la dan”, dijo, muy seguro.

MÁS QUEJAS

Brons confesó que fueron beneficiados con fincas obtenidas gratuitamente, a


través de títulos de propiedad concedidos por la Anati en Colón. Pero consideró
que el proceso fue “lento e irregular”.

¿Por qué fue irregular?, preguntó La Prensa.

“Cuando hemos titulado, ha sido casi siempre por las entregas masivas [de tierra].
Parece que no hacen nada [en la Anati] y, de repente, están todos apurados, pero
luego se van para otras áreas”, se quejó, pese a que la titulación de sus tierras se
hizo en procesos inusualmente veloces.

El venezolano confirmó que todos los solicitantes de tierras están vinculados entre
sí. Él y Warnken, por ejemplo, buscaron a familiares y amigos. Igual hizo su socio
Manuel De La Cruz para obtener los títulos de propiedad.

“Y así lo fuimos haciendo… Son amigos que nos están ayudando a titular”.

¿Pero no están engañando al Estado?, preguntó La Prensa.

“¿A quién? Ellos [la Anati] están perfectamente al tanto y, bueno, se les pidió el
favor [a los familiares y amigos] de que nos ayudaran”, dijo Brons.

“No estamos engañando a nadie –dijo Warnken– esas tierras se compraron,


entonces no hay forma de engañar a nadie. ¿Cómo engañas a alguien que le
compras un bien y le pagas un dinero?”.

Entonces, ¿a cuántas personas incluyeron en estos trámites?

Tras mirarse mutuamente y largos segundos de silencio y contando con sus


dedos, Brons y Warnken aseguraron que eran 23 personas en total. Sin embargo,
la investigación de este medio detectó la vinculación de, al menos, unas 30
personas.

En octubre de 2013, Evelio Rubio –suegro de Warnken y supuesto dueño de 123.8


hectáreas de tierra– aceptó poner su firma en las solicitudes de tierra “para que se
diera ese negocio”, pero desconocía “cuánto dinero hay ahí”.

¿PATRIMONIO SEGURO?

La inscripción de fundaciones es otra idea de los venezolanos para acaparar más


tierras. Warnken preside la Fundación Reserva Ecoclé, propietaria de 726.3
hectáreas, aglutinadas en 21 fincas. La fundación fue registrada el 10 de
septiembre de 2014. Tres meses después –en diciembre de ese año– se
notariaron a su favor las primeras 10 compras de fincas.

A simple vista se observa una compraventa normal en el Registro Público, a


diferencia de los pagos que recibieron los supuestos vendedores. Por ejemplo, una
persona pagó 78 dólares a la Anati por 12.3 hectáreas (que equivale a menos de
un centavo el metro cuadrado), pero solo ganó 2 dólares cuando le vendió–en 80
dólares– la misma finca a Warnken.

Por otras 46.8 hectáreas un miembro del grupo pagó a la Anati 282 dólares
(también menos de un centavo el metro cuadrado), y el vendedor, a cambio,
obtuvo 4 dólares de ganancia cuando le vendió la tierra a Warnken.

El 25 de septiembre de 2014 –15 días después de inscribirse la Fundación


Reserva Ecoclé– se creó la Fundación Eco2 Panamá, integrada por Brons, su
esposa y una de sus sociedades: Bromer, S.A., que ya acumula 421 hectáreas.
Como en el caso anterior, los que le vendieron sus fincas solo obtuvieron 4 dólares
de ganancia por cada finca.

BREVE SUSPENSIÓN

En junio de 2015, se promulgó en Gaceta Oficial una resolución de la Anati que


suspendía todas las titulaciones de tierra en Coclé del Norte y San José del
General. La razón de ello era que se buscaba “definir las condiciones de
adjudicación” en esas zonas. Pero duró poco la suspensión, ya que en mayo
pasado se levantó la medida.

El administrador de la Anati, Carlos González, afirmó que fue una suspensión


parcial, y que “eso se ha hecho porque hay una parte de Coclé del Norte que está
fuera del área de conflicto, y la gente se estaba quejando de que sus expedientes
no estaban caminando por el tema de la investigación”.

González agregó que en San José del General no han terminado de revisar, pues
continúan investigando las titulaciones. Incluso, en Coclé del Norte, porque
“existen unos planos que todavía no están cuadrando”.

Pero, para Brons y Warnken, el restablecimiento del proceso de titulación es una


“noticia alentadora”, porque es una señal de que “los trámites estaban bien”,
dijeron.

‘EL NEGOCIO’

Los negociadores aseguran que una de las formas de sacar provecho a la tierra
acaparada es vender bonos de monóxido de carbono. “Hay gente que se quiere
sumar al proyecto de bonos de CO2, pero necesita que terminemos los trámites”,
dijo.

Consideran que no tendrán problemas en vender los bonos, ya que uno de sus
mayores atractivos, dicen –irónicamente– es que la zona pertenece al Corredor
Biológico Mesoamericano.
En tanto, González afirmó que todavía no han dado ningún título en el área y
“posiblemente no lo demos pronto tampoco, pero lo que no podíamos hacer era
parar los expedientes desde el inicio, porque el trámite de titulación que dura
alrededor de un año no podría ni siquiera comenzar”, expresó.

Lo planteado por González contrasta con el tiempo récord que demoraron Brons y
Warnken en titular la tierra.

HABLA SUPUESTO ‘SOCIO’

“Ya que ellos me consideran socio, no tengo problemas con eso, pero ellos son
mis clientes”, aseguró Manuel De La Cruz sobre su participación en el negocio de
la venta de bonos de CO2.

De La Cruz dijo que conoció a Brons a través de un abogado y desde entonces le


hace trabajos de medición de tierras, pero que no tiene los recursos económicos
“ni los contactos” para hacer negocios. “Tengo una empresa pequeña, yo no tengo
dinero para hacer todo ese proyecto ni los contactos y ellos sí”, dijo.

Pero confirmó que sí fue el contacto de los venezolanos, ya que son tierras
“superbaratas, a 500 dólares por 10 o 5 hectáreas. Están regaladas”, afirmó
con entusiasmo. Asimismo, señaló que intentó hacer “un bloque” con amigos
para comprar las tierras, pero “ellos me dijeron tú estás loco, eso es pura montaña,
allá no hay nada”.

Cuestionado sobre las tierras que posee en Coclé del Norte, confirmó que vive en
Villa de las Fuentes, pero pidió a su hermano y cuñada reclamar 500 hectáreas a
la Anati que supuestamente obtuvo en pago a trabajos hechos , a campesinos del
área.

“Yo como persona, puedo nada más titular 200 hectáreas. La ley lo dice, entonces
tengo a mi hermano (Ángel De La cruz y Aminta Alveo, cuñada) y compré 500
hectáreas”.

Bueno, le compré a residentes en la zona, pero no en los proyectos mineros, sino


que yo les ofrecí medir las tierras y ellos me pagaban con terrenos”.

Luego confirmó que su esposa, Sonia Guerra Mendoza, también solicitó otra


parte de los terrenos y que por ahora llevan 110 hectáreas tituladas. Pero, omitió
mencionar que un familiar de su esposa (Antonia Mendoza) también prestó su
nombre para solicitar tierras. “Pensé que no era importante”, señaló.

En cuanto a lo que dijeron los venezolanos, que él tenía a amigos titulando, De La


Cruz respondió: “Yo solo tengo familiares. Ellos solo saben lo que les he dicho;
tampoco tengo que darle toda la información a mis clientes”, indicó.

Cuando se le cuestionó sobre por qué no pedir tierras a su nombre, respondió


cándidamente que era porque tiene otra solicitud de tierras en Chiriquí y después
Anati no se las entregaría.

¿Qué opina que Brons y Warnken han logrado titular rápidamente?


“Yo creo que es un problema de contactos. Ellos conocen a mucha gente aquí en
Panamá, es un mundo en el que yo no me muevo, yo solo conozco a los técnicos,
pero a los directores...”.

En la Gaceta Oficial, este medio detectó que la finca de la esposa del topógrafo
aparece como colindante de personas vinculadas a Brons y Warnken, y que los
trámites de solicitud de tierras coinciden con los realizados por estos, pero De La
Cruz negó tales vinculaciones.

Otra de las coincidencias es que, como en los casos anteriores, los familiares del
topógrafo no conocen la zona.

De La Cruz narró que tiene que salir a las 5:00 a.m. de su casa para iniciar la
travesía a esos terrenos. ¿Dónde se queda a dormir? “Allá uno hace
campamento”, dijo.

¿Con estas titulaciones no considera que se esté engañando al Estado?

No, yo creo que no. Todos mis clientes funcionan así, nacionales o extranjeros.

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