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El documento describe los tres elementos necesarios para la responsabilidad civil: 1) los elementos personales que incluyen al responsable del daño y la persona afectada, 2) la lesión o daño que puede ser contractual o extracontractual y afectar a la persona o patrimonio, y 3) la relación de causalidad entre la acción u omisión del responsable y el daño.
El documento describe los tres elementos necesarios para la responsabilidad civil: 1) los elementos personales que incluyen al responsable del daño y la persona afectada, 2) la lesión o daño que puede ser contractual o extracontractual y afectar a la persona o patrimonio, y 3) la relación de causalidad entre la acción u omisión del responsable y el daño.
El documento describe los tres elementos necesarios para la responsabilidad civil: 1) los elementos personales que incluyen al responsable del daño y la persona afectada, 2) la lesión o daño que puede ser contractual o extracontractual y afectar a la persona o patrimonio, y 3) la relación de causalidad entre la acción u omisión del responsable y el daño.
Matrícula: 100368289 Materia: Der 4520-01 Tarea: Elementos de la responsabilidad civil
Se puede decir que la responsabilidad civil es la obligación de toda persona de
pagar por los daños y perjuicios que cause en la persona o el patrimonio de otra.
La responsabilidad civil exige la presencia de tres elementos:
1.- Elementos personales. Se trata de la persona que provoca el daño y la
que lo padece. La primera es responsable civilmente de la reparación, restitución o indemnización frente a la segunda.
2.- Lesión. La lesión puede tener forma de incumplimiento contractual o de
daño. También puede afectar a la persona o al patrimonio del perjudicado. En el caso de la responsabilidad civil contractual se pueden establecer penalidades a la hora de indemnizar la lesión. Y en el caso de la extracontractual, será el juez el encargado de valorar la lesión.
3.- Relación de causalidad. Es necesario que entre la acción u omisión de
quien provoca el daño y la propia lesión exista una relación de causalidad. Así, nadie tiene por qué responder de daños fortuitos, imprevisibles o inevitables.