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psicología
nes dentro de las grandes áreas de trabajo que le son propias, así como de
otras en las que el comportamiento humano desempeña un papel crucial. dad de Murcia, miembro del equipo de investigación E-069-02
Tal es el caso de los psicólogos que trabajan en el contexto de equipos Psicología Clínica y de la Salud y de la Unidad de Terapia de
multiprofesionales en el ámbito de la reproducción humana o en el de la Conducta del Servicio de Psicología Aplicada de esta última
aplicada
neurología, lo que ha dado lugar a la psicología de la reproducción y la universidad. Editor, autor y coautor de un elevado número de
neuropsicología clínica. En otros casos, la intensidad del quehacer psi- publicaciones en el ámbito aplicado.
cológico reclama el reconocimiento de nuevos perfiles, como es el caso Pablo J. Olivares-Olivares es doctor en Psicología y licencia-
del psicólogo de familia, una cuestión cotidiana para los psicólogos que do en Biología. Es miembro del equipo de investigación E-069-
ISBN 978-84-368-2676-0
PIRÁMIDE
PIRÁMIDE
9 788436 826760
www.edicionespiramide.es 0203225 PSICOLOGÍA
El ejercicio de la
psicología
aplicada
La profesión de psicólogo
EDICIONES PIRÁMIDE
COLECCIÓN «PSICOLOGÍA»
Director:
Francisco J. Labrador
Catedrático de Modificación de Conducta
de la Universidad Complutense de Madrid
© José Olivares Rodríguez, Diego Macià Antón, Pablo J. Olivares-Olivares y Ana Isabel Rosa Alcázar, 2012
© Primera edición electrónica publicada por Ediciones Pirámide (Grupo Anaya, S. A.), 2012
Para cualquier información pueden dirigirse a piramide_legal@anaya.es
Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid
Teléfono: 91 393 89 89
www.edicionespiramide.es
ISBN: 978-84-368-2676-0
A don Enrique Pozón Lobato,
profesor de Ciencias Naturales
en la Universidad Laboral de Córdoba.
Prefacio ............................................................................................................................ 13
Prólogo............................................................................................................................. 15
© Ediciones Pirámide
Glosario................................................................................................................... 177
Bibliografía............................................................................................................. 193
Índice de autores................................................................................................... 207
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Índice de figuras, tablas y cuadros
Figuras
Tablas
© Ediciones Pirámide
Cuadros
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Tengo que reconocer que sentí una gran satis- españolas la que ha demostrado un interés más
facción cuando el doctor José Olivares se puso en genuino en que sus alumnos vinculen la acade-
contacto conmigo a fin de realizar el prefacio del mia a la profesión y salgan, así, con una forma-
presente libro. El hecho de que desde la universi- ción holística, global, teórica y práctica de lo que
dad se realicen intentos satisfactorios de vincular significa ser psicólogo.
lo académico con lo profesional es siempre una El interés del Consejo se mostró así mismo en
buena noticia, sobre todo si, como en este caso, los estudios posteriormente realizados en 1995 y
el trabajo que se presenta con formato de libro publicados en la revista del consejo, Papeles del
viene a describir cómo está la psicología españo- psicólogo. Pero, ¿por qué son tan importantes los
la, en sus distintas áreas y especialmente en el perfiles profesionales? La respuesta es compleja,
ámbito de clínica. pero de un modo sucinto se puede contestar di-
Desde el Consejo General de Colegios Ofi- ciendo que su importancia radica en que en ellos
ciales de Psicólogos siempre ha existido un ge- confluyen varios elementos de vital importancia
nuino interés en definir las funciones, tareas y para el desarrollo armónico de la profesión. Así
actividades vinculadas al desarrollo aplicado de pues, ayudan a combatir el intrusismo profesio-
la psicología en los distintos ámbitos de inter- nal, ayudan a que los psicólogos no seamos una
vención profesional. Este verdadero interés ya se especie de todoterreno, permiten mejorar la cali-
plasmó en un momento, en 1998, en la edición dad de la intervención profesional, delimitan el
de un primer libro por parte del entonces Cole- tipo de servicio que se ofrece a los pacientes-clien-
gio Oficial de Psicólogos, que llevaba por nom- tes según el área de especialización, y orientan el
bre Perfiles profesionales del psicólogo, en el que tipo de formación específica que es más adecuada
se revisaban los distintos perfiles profesionales para desarrollar las funciones, procedimientos y
que en su momento constituían el ámbito apli- técnicas de intervención dependiendo del área en
cado de la psicología en España. Este interés del que desarrollamos nuestra actividad.
Consejo se ha manifestado también en el ámbito Pienso que la aparición y lectura del presente
de los colegios autonómicos y, cómo no, de las libro, en estos momentos, representa un hecho
universidades. En este sentido hay que reconocer esencial en la vida de los alumnos y profesionales
el interés que a lo largo del tiempo y de modo en activo, dados los imperativos legales, los cam-
continuado ha mantenido el Colegio de Psicólo- bios de la normativa y los reglamentos vigentes,
gos de la Región de Murcia, y sobre todo la Uni- que en los próximos meses van a afectar a la pro-
versidad de Murcia. Creo que en este sentido es fesión. Me refiero a la aparición del futuro título
esta universidad entre todas las universidades de Psicólogo Generalista Sanitario, que apareció
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a finales del pasado año como solución, al menos tica, empezando por conceptualizar el término
parcial, de las múltiples consecuencias de índole «problema» (cap. 2), mientras que en el siguiente
negativo que se han desprendido de diversas nor- capítulo enfatiza las funciones básicas del psicó-
mativas gubernamentales que en los últimos años logo: la evaluación y comunicación de los resul-
han afectado a la profesión. Me refiero a la Ley tados, el informe psicológico y el contrato terapéu-
44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de tico, siendo de interés la señalización que hace a
las Profesiones Sanitarias (LOPS), y al Real De- lo largo del libro de la importancia del marco de
creto de la Especialidad en Psicología Clínica, que referencia científico de lo psicológico y de la vincu-
se publicó en 1998, y que han hecho que en los lación entre el psicólogo y el paciente o cliente, así
últimos años el Consejo General de Colegios Ofi- como la importancia de la implicación de este úl-
ciales de Psicólogos haya mantenido una serie de timo en el tratamiento (cap. 3). El encuadre del
«negociaciones» con el Ministerio de Sanidad, y tratamiento psicológico resaltando las variables
también con el de Educación, a fin de que tanto de eficacia, eficiencia y efectividad de los mismos,
los profesionales como los estudiantes de psicolo- así como la prevención de recaídas (cap. 4), sin
gía como futuros psicólogos, puedan seguir ejer- olvidar una referencia en el primer capítulo a la
ciendo sus funciones en el ámbito de la salud tras importancia del código deontológico y el buen
la aplicación de la LOPS en el año 2003. quehacer profesional (cap. 1), hacen que este libro
Se puede decir que la estructura del presente sea de obligada lectura para todas aquellas per-
libro actualiza, renueva, orienta e informa sobre sonas interesadas en el amplio ámbito que abar-
lo que hacemos los psicólogos aportando impor- can las intervenciones psicológicas.
tante datos justificativos sobre las funciones y per- Sin duda alguna, es mi opinión, el presente
files profesionales de éstos; pero además profun- texto es de importancia capital para saber, qué
diza en los conceptos y modelos de desarrollo de hacemos los psicólogos, de dónde venimos y a
la psicología española, haciendo énfasis sobre todo dónde nos dirigimos.
en el ámbito de la psicología clínica. Así, tras ha-
cer una breve revisión histórica a lo largo de sus FRANCISCO JOSÉ SANTOLAYA OCHANDO
capítulos iniciales, analiza y profundiza en los ele- Presidente del Consejo General
mentos más importantes de la dialéctica terapéu- de Colegios Oficiales de España.
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La cita de Santiago Ramón y Cajal puede terminada, una vocación principal hacia un lado
orientarse tanto al quehacer científico, su referen- y fin particular de la vida (...) El ejercicio habitual
cia en aquel tiempo, como al de la propia forma- de este fin en sus productos objetivos forma su
ción (contexto en el que la hizo), porque proba- profesión. Tampoco nuestra educación para ésta
blemente la obra más grande y de mayor dificultad acaba, en rigor, en un momento dado (...) semper
que puede realizar cualquier ser humano es la de discentes, nunquam pervenientes. La vida entera es
su propia formación como tal. Ésta es la síntesis un continuo aprendizaje» (pp. 17-18).
que mejor da cuenta de dicha obra, siempre sus- Este es el contexto en el que quiere situarse el
ceptible de mejora. Giner de los Ríos (1905) lo presente libro: el del aprendizaje y la formación
expresaba como sigue: continua en el desarrollo profesional.
«Dos momentos parece que desde luego se Tanto en la construcción del conocimiento
distinguen en la educación, como se distinguen en científico como en la de uno mismo, la paciencia
la vida, por lo que respecta a sus fines y al ejerci- y la perseverancia son dos elementos cruciales.
cio de nuestra actividad en ellos. En el primero se Éstas deberían ser las características principales
forma el hombre, como hombre, en la integridad del universitario que, habiendo probado ya ser
de sus varias fuerzas (...) Esta obra no tiene lími- inteligente, se enfrenta con la inconmensurable
te definido alguno, no se reduce a un período de- tarea de intentar construirse como científico y
terminado de la vida, sino que comienza con ésta como ser humano.
y dura tanto como ella dura (...) El hombre está En relación con la actitud que debería man-
siempre recibiendo nuevas impresiones, que exci- tener quien se forma, o actualiza sus conocimien-
tan en él nuevas representaciones, sentimientos, tos, Ramón y Cajal también señalaba que: «Aun
reacciones de todas clases, y que a la vez educan en las ciencias más perfectas nunca deja de encon-
su energía y aumentan sin cesar, así el contenido trarse alguna doctrina exclusivamente mantenida
actual de su conciencia como la forma en que este por el principio de autoridad. Demostrar la false-
contenido se entreteje con sus antecedentes (...) dad de esta concepción y, a ser posible, refutarla
Pero sobre esta evolución, se desenvuelve y va con con nuevas investigaciones, constituirá siempre un
ella en mutua solidaridad (...) una orientación de- excelente modo de inaugurar la propia obra cien-
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tífica» (p. 20). Esta afirmación, relativa a la cons- lisis y los criterios consensuados por la Task
trucción del conocimiento científico, también pue- Force; el primero de carácter descriptivo (revisión
de tener una excelente lectura en la construcción cuantitativa de la eficacia de los tratamientos) y
personal; ambas son consustanciales al ser huma- los segundos de orden experimental tanto en lo
no que quiere dedicarse a una profesión cuyo re- referido al tratamiento en grupo como al indivi-
ferente son los demás y contribuir al desarrollo de dual. En ambos casos el objetivo es el mismo:
una disciplina como la Psicología. Revisarse a sí aportar indicadores cuantitativos y razonable-
mismo, poner a prueba nuestras atribuciones, so- mente fiables que permitan a los profesionales de
meter a contraste nuestras creencias, enfrentarse la psicología guiarse en la (s)elección de los tra-
al conocimiento establecido con actitud crítica, tamientos que ya han probado al menos su efica-
etcétera, es y será un modo excelente de progresar cia en situaciones controladas, así como respecto
en la propia construcción, con carácter general, y de las variables que han resultado más relevantes
en el ámbito profesional con carácter particular. para la consecución de tal logro.
Veintinueve años después de que Santiago Ra- Gracias al esfuerzo realizado por quienes nos
món y Cajal publicase su libro «Reglas y consejos han precedido (véase la excelente síntesis de Yela,
sobre la investigación científica. Los tónicos de 1994), hoy la psicología figura como materia bá-
la voluntad», del que hemos extraído la cita que sica de las ciencias de la salud y de las ciencias
encabeza esta introducción, se celebraba en 1949 sociales y jurídicas, dentro de las ramas de cono-
en Boulder, la capital del Estado de Colorado cimiento del árbol de la ciencia: artes y humani-
(EE.UU.), una conferencia para tratar la forma- dades; ciencias; ciencias de la salud; ciencias so-
ción del psicólogo. De tal conferencia surgió lo ciales y jurídicas, e ingeniería y arquitectura.
que luego vino a conocerse como «El Modelo de En el contexto internacional, dos de los pre-
Boulder», que considera al psicólogo como al- cursores de la psicología aplicada fueron el psicó-
guien capaz de contribuir al desarrollo de los tra- logo alemán Hugo Münsterberg (Danzig, 1863;
tamientos/entrenamientos psicológicos a través de Cambridge, 1916) y el estadounidense. Lightner
las pautas del método científico, permitiendo la Witmer. El primero discípulo de W. Wundt y el
réplica de cualquier intervención psicológica, su segundo discípulo de Cattell, pero también doc-
validación experimental y la validación empírica torado en Psicología con W. Wundt en la Univer-
de la teoría, así como de los tratamientos y de la sidad de Leipzig. Münsterberg se trasladó a
propia intervención. Dicho modelo asume que EE.UU., donde inició en 1892 su trabajo como
esta forma de proceder es la mejor para proteger docente e investigador en la Universidad de Har-
al cliente/paciente de intervenciones perjudiciales, vard, dedicando una parte de su actividad al de-
para emplear la experiencia como guía de la toma sarrollo de la psicología aplicada. Entre sus apor-
de decisiones y orientar las actuaciones, así como taciones destacan las relativas a la psicología
el modo más adecuado para validar un tratamien- Jurídica y el problema de la fiabilidad de los tes-
to psicológico. timonios, así como en el campo de la psicología
La conferencia celebrada en Boulder se halla Industrial, donde elaboró una prueba de capaci-
entre los acontecimientos que han dado origen a dad profesional. Lightner Witmer también orien-
los distintos intentos de dotar al quehacer psico- tó su trabajo hacia el campo aplicado y montó en
lógico cotidiano de soporte empírico y experi- 1896 la primera clínica psicológica para el trata-
mental; es decir, de garantías para los clientes/ miento de problemas de niños y adolescentes en
pacientes y de credibilidad científica para la Psi- la Universidad de Pensilvania. Este hecho es con-
cología. Dos de estos intentos han fructificado, siderado el nacimiento formal de la psicología
produciendo marcos de referencia para la valida- Clínica, porque el trabajo de Witmer constituye
ción de los tratamientos psicológicos (la psicolo- el primer intento serio y sistemático de compren-
gía basada en la evidencia empírica): el metaaná- der, evaluar y tratar los trastornos de conducta de
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los niños y adolescentes, lo que llevó a Garfield rar la adecuación de sus respuestas en los contex-
(1974) a señalar que «si alguien merece el título tos en los que actúan cotidianamente o en los que
de fundador de la psicología clínica, ciertamente se hallan circunstancialmente (clínico, educativo,
este hombre es Witmer» (p. 3). Witmer también laboral, jurídico, deportivo, sanitario, militar, cir-
impartió docencia de esta materia en dicha uni- culación vial, etc). A su vez, este fin se concreta
versidad, fundando en 1907 la revista The Psycho- en un objetivo general: promover el cambio y/o
logical Clinic, primera en su género. ayudar a cambiar, para que las personas puedan
En España, el inicio de la psicología aplicada desarrollar, hasta donde les sea posible, sus po-
se sitúa en 1914, año en el que se creó en Barce- tencialidades y funcionar de un modo autónomo
lona la Secretaría de Aprendizaje, que se conver- y competente, es decir, capitalizando las oportu-
tiría en 1919 en el Instituto de Orientación Pro- nidades que se le presentan en su medio social y
fesional. En 1924 se crea en Madrid el Instituto ajustándose de modo eficiente a éste.
de Orientación Profesional y de Selección de Per- El medio que utiliza el psicólogo para la con-
sonal. Otras dos fechas relevantes son los años secución del fin que persigue es la intervención
1921 y 1930, en los que se celebraron en Barcelo- psicológica, la cual se presenta como un proceso
na el segundo y el sexto Congreso Internacional a lo largo del cual el profesional evalúa, entrena/
de Psicología Aplicada. trata y cuantifica tanto los efectos del entrena-
La actuación del psicólogo aplicado, en cual- miento/tratamiento como su estabilidad o persis-
quiera de los ámbitos que le son propios (véase el tencia temporal, la validez social de tales efectos,
epígrafe 1.1 de este libro), se fundamenta tanto en su generalización a través de situaciones distintas
su componente de formación y quehacer cotidia- a aquella en la que se realizó el tratamiento/en-
no como en el relativo al desarrollo de una nor- trenamiento, etc.
mativa legal y reglamentaria que recoge sus dere- El fin del presente libro es poner en manos de
chos y obligaciones; la unión de ambos configura nuestros lectores un trabajo en el que hemos pre-
su perfil profesional. Este perfil se caracteriza por tendido proporcionar una visión general de las
la investigación, el conocimiento y el dominio de funciones que desempeñamos, los requisitos que
la aplicación de los procesos de evaluación, pre- requiere nuestra formación y el proceso que segui-
vención y tratamiento de los problemas y trastor- mos en nuestra actuación profesional. Se trata de
nos del comportamiento humano, en los ámbitos una aproximación a nuestra profesión que preten-
individual, grupal, organizacional y comunitario. de ser útil tanto a quienes están formándose para
Tal conocimiento y dominio de las destrezas ejercerla como a los que, llevando ya tiempo en
son el resultado de un proceso de aprendizaje que ella, deseen o crean necesario «administrarse una
se inicia en las facultades de Psicología, donde, dosis» de recuerdo y/o actualización. Asimismo,
por ejemplo, el futuro psicólogo clínico puede ad- este trabajo puede resultar útil a quienes desde
quirir las denominadas «habilidades terapéuti- otras disciplinas deseen tener información de pri-
cas» e iniciarse en las «habilidades del terapeuta». mera mano sobre lo que hacemos o deberíamos
Durante este proceso de aprendizaje, que conti- hacer los psicólogos y cómo actuamos o debería-
núa a lo largo de toda la vida profesional, el psi- mos actuar para lograrlo; tal puede ser el caso de
cólogo irá integrando en sus repertorios básicos los profesionales del resto de ciencias de la salud
de conducta los resultados de su aprendizaje, fru- (especialidades biomédicas, medicina de familia,
to tanto de su experiencia como de la asistencia psiquiatría, oncología, pediatría, rehabilitación/
a cursos de actualización, lecturas, participación fisioterapia, enfermería, biología, etc.), profesio-
en congresos y reuniones científicas, etc. nales de las ciencias de la educación (pedagogos,
El fin de toda esta actividad no es otro que maestros de Enseñanza Primaria, profesores de
promover e incrementar el bienestar de las perso- Enseñanza Secundaria Obligatoria, psicopedago-
nas, ayudándoles mediante el aprendizaje a mejo- gos, etc.), cargos ejecutivos de servicios públicos
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y privados relativos a la seguridad vial, de las fuer- trolado como es el experimental, o cuando lo
zas armadas y cuerpos de seguridad públicos y haga a demanda (en el ámbito asistencial). Aca-
privados, del poder judicial, del ámbito deportivo, bamos centrándonos en cómo se debe de terminar
del estamento económico (recuérdese que el psi- el proceso de aplicación de un tratamiento, los
cólogo Daniel Kahneman fue Premio Nobel de efectos secundarios de los tratamientos psicológi-
Economía del año 2002, véase León y Botella, cos y qué es conveniente hacer para reducir/im-
2002, y Quintanilla, 2003), etc. En síntesis, con pedir la aparición de «recaídas».
carácter general esta aproximación puede resultar Por último, además de esperar que esta lectu-
de interés para todo aquel que esté interesado en ra resulte provechosa, parafraseando nuestra cita
el comportamiento humano, porque éste es nues- de don Santiago Ramón y Cajal queremos desear
tro objeto de estudio, y en particular o de manera tanto a nuestros futuros colegas como a los que
especial a quienes se interesen por el comporta- ya lo son toda la paciencia y perseverancia que
miento humano alterado, trastornado o desadap- precisen para lograr la obra más grande que pue-
tado, porque es ahí donde más énfasis hace el pre- de realizar un psicólogo: el ejercicio honesto y
sente libro. riguroso de su profesión.
En este contexto hemos abordado las funcio-
nes y los perfiles profesionales del psicólogo, el JOSÉ OLIVARES
papel del método científico como salvaguarda de DIEGO MACIÀ ANTÓN
los intereses de nuestros clientes/pacientes, pasan- PABLO J. OLIVARES-OLIVARES
do por las cuestiones éticas, el código deontoló- ANA I. ROSA ALCÁZAR
gico y las habilidades y destrezas implicadas en el
quehacer profesional. Asimismo, en el ámbito de Referencias que se citan
la actuación nos hemos adentrado en su proceso
tanto respecto de la construcción histórica como Garfield, S. L. (1974). Clinical Psychology: The Study
of Personality and Behavior. Aldine (traducción al
en el presente de nuestra disciplina. En este último
español: El Manual Moderno, 1979).
sentido hemos tratado el concepto de problema/ Giner de los Ríos, F. (1905). Pedagogía universitaria.
trastorno psicológico, el proceso de la constata- Barcelona: Imprenta Moderna de Guinart y Pujo-
ción de su existencia y los requisitos que ello lleva lar.
implícito, tanto respecto a las estrategias de eva- León, O. F. y Botella, J. (2002). Daniel Kahneman. Un
luación como en lo relativo a la comunicación de psicólogo Premio Nobel 2002. Psicothema, 15(3),
sus resultados y la ordenación, a través de un con- 341-344.
trato, de la relación entre quien presta el servi- Quintanilla, I. (2003). Un premio Nobel para nuevas
cio (psicólogo) y quien lo recibe (cliente/paciente). perspectivas en la investigación económica y psi-
Por último, realizamos una aproximación al cológica. Papeles del Psicólogo, 84, 83-92.
Ramón y Cajal, S. (1920). Reglas y consejos sobre la
tratamiento psicológico desde su delimitación
investigación científica (los tónicos de la voluntad,
conceptual (¿qué es y qué no es tratamiento psi- 5.ª ed.). Madrid: Imprenta y librería de Nicolás
cológico?), pasando por la descripción de su cons- Moya.
trucción y depuración (incluida la valoración de Yela, M. (1994). La enseñanza de la psicología en Es-
su eficacia, efectividad y eficiencia), las diferencias paña. Breve apunte histórico y situación actual.
con las que se encontrará el futuro profesional de Papeles del Psicólogo, 60 (www.papelesdelpsicolo-
la psicología cuando trabaje en un contexto con- go.es/vernumero.asp?id=644).
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actuamos: se ha incrementado de forma muy no- administrar instituciones o servicios (véase figu-
table nuestra presencia en las instituciones y en ra 1.1).
los medios de comunicación social, mejorando La investigación. Su objeto es desarrollar for-
nuestra imagen social (Buela-Casal, Bretón-López, mulaciones teóricas en las que se sustenten las
Agudelo, Bermúdez, Sierra, Teva y Roales-Nieto, intervenciones, el desarrollo de los tratamientos,
2005, o Gutiérrez y Quintanilla, 1993). métodos de evaluación y estrategias para la me-
Con el fin de aportar claridad, desde una pers- dida de los resultados.
pectiva estrictamente didáctica vamos a diferen- En 1920, Ramón y Cajal, analizando las ra-
ciar las que entendemos como funciones del psi- zones del retraso de España respecto de Europa,
cólogo, es decir, las actividades de carácter general indicaba que «otro de los vicios de pensamiento
que podrían aplicarse a cualquier problema den- que importa combatir a todo trance es la falsa
tro de lo que son sus ámbitos de aplicación/ac- distinción entre ciencia teórica y ciencia práctica»
tuación o perfiles profesionales. Entendemos que (p. 30), subrayando que quienes realizan tal dis-
ésta puede ser una buena manera de comenzar tinción cometen un gran cúmulo de inepcias
nuestra andadura en el conocimiento de la pro- cuando «ven, por un espejismo extraño, el pro-
fesión. greso en los efectos y no en las causas», dejando
de advertir «esos hilos conductores que enlazan
la fábrica con el laboratorio, como el arroyo a su
1.1.1. Funciones manantial» (p. 31).
En este sentido, conviene recordar que los es-
Podemos considerar que cada ámbito de apli- fuerzos realizados por sistematizar la formación
cación de los conocimientos psicológicos delimita de los psicólogos tienen un referente importan-
una especialidad profesional de la psicología; sin te en la conferencia celebrada en 1949 en Boul-
embargo, no queremos apartarnos de la conside- der (Colorado, EE.UU.). El denominado Modelo
ración realizada por Matarrazzo (1989) en el con- Boulder, que surgió de allí, considera al psicólogo
texto de la formación del psicólogo, cuando afir- como alguien capaz de contribuir al desarrollo de
ma que no existen en la psicología distintas los métodos y las técnicas de su profesión a través
especialidades, sino la aplicación del cuerpo co- de la investigación. El modelo, basado en nuestra
mún de conocimientos de la psicología a distintas propia herencia científica, aconsejaba que los psi-
áreas de aplicación, que dan lugar a los perfiles cólogos se preparasen como profesionales y como
profesionales. científicos.
El trabajo del psicólogo aplicado consiste en La orientación científico-profesional que sur-
la aplicación de su conocimiento a los problemas ge en Boulder pretende reducir, hasta donde re-
de las personas y de los grupos humanos, con el sulte posible, la separación entre las actividades
fin de promover soluciones satisfactorias tanto del profesional y las del investigador, porque se
para unos como para los otros. Tal actividad es entiende que: a) la experiencia laboral plantea fre-
resultado de la aplicación de los procesos impli- cuentemente problemas para cuya solución («re-
cados en la investigación de los principios del plicable») es necesaria la formulación de hipótesis
comportamiento humano para comprender, ex- que han de ser confirmadas, y b) la investigación,
plicar, evaluar, prevenir y tratar los trastornos del además de permitir al profesional contribuir al
comportamiento y los problemas de adaptación. desarrollo de nuestra ciencia, es también la base
En general, podemos decir que son activida- sobre la que debe desarrollarse una práctica labo-
des generales o funciones propias del psicólogo la ral saludable (véanse, por ejemplo, buena parte de
investigación, la evaluación, la prevención, el tra- sus posibilidades para el N = 1 en Barlow y Her-
tamiento, la enseñanza/entrenamiento, el consejo, sen, 1988). De hecho, cada vez que el psicólogo
la asesoría y las peritaciones, pudiendo también se enfrenta a un problema interviene formulando
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Consejo/Asesoría/
Peritaciones
Evaluación
Aconsejar a instituciones u
Describir, clasificar, predecir Investigación organizaciones en la solución
y, en su caso, explicar la de problemas. Peritar o emitir
respuesta humana. informes de acuerdo a los
resultados de la evaluación.
Intervención preventiva
Intervención primaria.
Prevención de Enseñanza/entrenamiento
problemas/trastornos Instruir y entrenar a futuros
psicológicos o biológicos en profesionales y a para-
los que participa el profesionales.
comportamiento humano.
una hipótesis sobre éste y, coherentemente con físico y social, con el fin de descubrir, clasificar,
ella, diseña o elige y aplica un modo de resolver- predecir y, en su caso, explicar dicha(s) respuesta(s).
lo (intervención para el cambio), de forma que los Desde este punto de vista, la labor del psicólogo
resultados obtenidos validen o refuten la hipótesis puede dedicarse tanto al análisis del medio social
que previamente se planteó. Asimismo, el modo como a la evaluación de las respuestas de la per-
o método empleado ha de permitir que cualquier sona o del grupo, o a ambas cosas.
otro profesional o investigador pueda replicar su Desde el punto de vista histórico, esta activi-
intervención y llegar a conclusiones similares. Las dad es propia del quehacer psicológico desde el
hipótesis requieren establecer, en cada caso, una mismo momento en el que se inicia la psicología
relación entre el problema o trastorno y las varia- científica. Ejemplos en este sentido son el de Hugo
bles implicadas en su mantenimiento, así como Münsterberg o Binet. El primero elaboró en 1891
respecto del modo de resolverlo (actuación sobre una batería, compuesta por 14 pruebas, con la
las segundas para resolver el primero). pretensión de llegar a evaluar la capacidad mental
La evaluación. Esta función supone estudiar de los niños a través de funciones complejas como
científicamente la(s) respuesta(s) de una persona la lectura, clasificación de objetos o la realización
o un grupo, en sus interacciones con el ambiente de operaciones matemáticas (Münsterberg, 1911
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y 1915); el segundo, Alfred Binet, interesado por Hasta la década de los setenta del siglo pasa-
las posibilidades de reeducación y rehabilitación do, el psicólogo centraba su actividad en la eva-
de los discapacitados intelectuales, confeccionó luación y el tratamiento en contextos clínicos,
una batería de pruebas para la evaluación de las educativos o laborales. Sin embargo, los hallazgos
funciones mentales complejas tanto en niños con psicológicos han permitido establecer relaciones
discapacidad como sin ella. Aún más, el trabajo funcionales entre ciertos comportamientos y cier-
del primer psicólogo clínico reconocido como tal, tos eventos ambientales que posibilitan intervenir
Lightner Witmer (1867-1956), estaba precedido de forma preventiva sobre el comportamiento
generalmente por algún tipo de evaluación ten- futuro. Así, cuando se dispone de estrategias e ins-
dente a precisar la naturaleza del problema. trumentos, y además se puede elegir, parece una
Con el devenir del tiempo, la actividad eva- obviedad considerar que la prevención de enfer-
luadora ha terminado siendo una necesidad y un medades, de problemas o trastornos de conducta,
requisito previo a la aplicación de cualquier for- del deterioro medio ambiental, etc., es más desea-
ma de intervención para resolver cualquier tipo ble que el tratamiento de dichos trastornos perso-
de problema, así como una vía para contrastar su nales o sociales.
eficacia (Fernández-Ballesteros, 1994). La enseñanza/entrenamiento. Esta función es
La intervención para el cambio. Consiste en la consustancial con el inicio mismo de las aplica-
aplicación de una o más técnicas psicológicas a fin ciones de la psicología. Así, en 1897 la clínica que
de provocar un cambio beneficioso para la perso- Witmer había fundado organizó, por primera vez,
na o el grupo. Puede realizarse con carácter pre- un curso de verano sobre psicología infantil. En
ventivo o terapéutico, de forma individual o gru- estos cursos se formaba a los estudiantes en lo que
pal, para propiciar los cambios necesarios en el Witmer llamó «método clínico», que era muy si-
manejo de un instrumento, de instituciones o as- milar a lo que actualmente se realiza en el marco
pectos particulares del ambiente o de una situa- de la terapia de conducta.
ción social concreta. De hecho, el profesional lo En la actualidad esta función se realiza en tres
que hace es aplicar sus conocimientos a las distin- frentes distintos: la formación de futuros profe-
tos problemas para los que se solicita su interven- sionales, la actualización de los conocimientos de
ción; variará el modo de proyectar la intervención los profesionales y el entrenamiento de parapro-
en función del problema de que se trate, pero no fesionales. En el trabajo con niños y adolescentes,
el arsenal de técnicas y estrategias de las que dis- el papel de los paraprofesionales ha llegado a al-
pone para confeccionar sus intervenciones; la in- canzar tanta relevancia que ya en 1983 Kazdin lo
tensificación en la aplicación de sus conocimientos incluía entre los tres grandes problemas a los que
a un ámbito concreto dará lugar a su especializa- se tendría que enfrentar la psicología.
ción en la evaluación y tratamiento de las circuns- Hemos incluido la doble entrada «enseñanza/
tancias y el tipo de problemas que se presenten o entrenamiento» porque queremos que el lector
puedan presentarse, lo que determinará social y recuerde que la tarea educativa del psicólogo di-
laboralmente un perfil, su perfil profesional. fiere de la que puedan realizar otros expertos en
La intervención preventiva. Esta actividad su- el hecho de que la transmisión de información es
pone la elaboración de programas de intervención sólo un componente de la enseñanza, no «el com-
que puedan influir bien en los aspectos del am- ponente»; en el ámbito psicológico, la transmi-
biente que se suponen o son causa de problemas sión de información es una condición necesaria,
de adaptación, bien en las personas, proporcionán- pero insuficiente si no va acompañada del entre-
doles información, habilidades y destrezas (com- namiento en habilidades y destrezas necesario
petencias) para prevenir los potenciales desajustes para poder actuar de acuerdo con los requeri-
del medio o, en última instancia, saber cómo ha mientos de la información suministrada (véase el
de resolverlos si llegaran a presentarse. capítulo 4).
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tradicionales como la psicología clínica, donde conoce que los factores psicológicos influyen en
nuestras funciones, ya sea como evaluadores o psi- todas las ramas de la medicina y que, por tanto,
coterapeutas, están consolidadas, sino en cualquier la psicología invade todas las partes de ésta; b) se
otra área en la cual interaccione un ser humano». admite que el psicólogo clínico no tiene que redu-
Además de servir para combatir el intrusismo cir su actividad necesariamente a los problemas
profesional y cumplir con el imperativo legal, la psicopatológicos, y c) se acepta que la psicología
delimitación de los perfiles profesionales del psi- puede suministrar concepciones propias sobre la
cólogo permite que se oriente tanto a los psicólo- salud y sus problemas.
gos en el ejercicio de la profesión como a nuestros A la hora de delimitar la psicología clínica y la
estudiantes sobre cuáles son sus funciones, proce- psicología de la salud existen distintos posiciona-
dimientos y técnicas de intervención según el área mientos con implicaciones en el ámbito de la acti-
en la que se desarrolle nuestra actividad (Santo- vidad profesional. Como hemos dicho, la psicolo-
laya, 1995), dado que nuestros ámbitos de actua- gía de la salud es inicialmente la psicología (clínica)
ción precisan de una adecuada formación que aplicada a problemas de salud física, y en este sen-
debe orientarse y guiarse por la delimitación de tido sería una única disciplina que amplía su cam-
los perfiles respectivos (puede consultarse a este po de actuación. Pero muchos autores han consi-
respecto la documentación del COP disponible en derado desde el surgimiento de la psicología de la
www.cop.es/perfiles/). Vamos a repasar brevemen- salud que los objetivos son claramente distintos
te el estado de los principales perfiles profesiona- (aunque comparten aspectos en común) y que son
les en la actualidad. por tanto dos campos claramente separados de
especialización, dos áreas independientes dentro
Psicología clínica y de la salud de la psicología. La psicología clínica se preocupa-
ría de la evaluación y tratamiento de los trastornos
Como ya hemos adelantado, desde una pers- de la salud mental, y la psicología de la salud de
pectiva histórica el inicio de la psicología clínica los aspectos relacionados con la salud/enfermedad
se sitúa en 1896, año en el que Lightner Witmer física. Otros autores destacan además el importan-
fundó en la Universidad de Pensilvania la prime- te desarrollo de la psicología de la salud en los
ra clínica psicológica. La fecha constituye un hito últimos años (Buela-Casal y Castro, 2008), para
porque es la primera vez, al menos que tengamos defender que en la actualidad son dos áreas inde-
conocimiento, en la que el psicólogo deja de ser pendientes dentro de la psicología, dos campos
sólo un científico que investiga para pasar a ser separados de especialización. Sin embargo, ese
un científico que practica una profesión, es decir, mismo argumento es utilizado para considerar que
con un perfil profesional. Hay que recordar que de una psicología clínica de la salud podemos, en
Lightner Witmer había hecho su tesis doctoral en plano de igualdad, utilizar la denominación psico-
Alemania con Wundt. logía clínica y de la salud, considerándola un área
La psicología clínica, si bien surgió por el in- común producto de la suma de las dos.
terés en el estudio de la conducta anormal, en su El Colegio Oficial de Psicólogos (1998) esta-
desarrollo no sólo ha planteado su propia alter- blece un perfil profesional, el de psicólogo clínico
nativa con conceptualizaciones y procedimientos y de la salud, al considerarla una sola área de in-
terapéuticos propios en esta área, sino que su tervención profesional. El COP considera que la
campo de aplicaciones se ha extendido a los as- psicología clínica y de la salud integra dos campos
pectos conductuales de los trastornos orgánicos de especialización. La delimita como la disciplina
(Macià y Méndez, 1999). Rachman (1980) indica o el campo de especialización de la psicología que
que a partir de la década de los sesenta se va pro- aplica los principios, las técnicas y los conoci-
duciendo, lentamente, un triple reconocimiento mientos científicos desarrollados por ésta para
de gran importancia para la psicología: a) se re- evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y
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prevenir las anomalías o los trastornos mentales tigan y estudian los procesos mentales y del com-
o cualquier otro comportamiento relevante para portamiento de los seres humanos, individual-
los procesos de la salud y enfermedad, en los dis- mente o como miembros de grupos o sociedades,
tintos y variados contextos en que éstos puedan y asesoran sobre estos conocimientos o los apli-
tener lugar. can a fin de promover la adaptación y desarrollo
Desde un punto de vista institucional, pode- tanto individual como social, educativo o profe-
mos señalar que tanto la Organización de las Na- sional de las personas» (Organización Internacio-
ciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la nal del Trabajo, 1991, p. 88), señalando que, entre
Cultura (UNESCO) como la Organización Inter- otras, son actividades del psicólogo «Estudiar los
nacional del Trabajo sitúan la psicología clínica y factores psicológicos en el diagnóstico, tratamien-
de la salud en el marco de la formación científica to y prevención de enfermedades mentales y tras-
básica y de la actuación profesional. La nomen- tornos emocionales o de la personalidad».
clatura internacional de la UNESCO para los Así pues, la psicología clínica y de la salud es
campos de la ciencia y la tecnología (Comisión la disciplina o el campo de especialización de la
Interministerial de Ciencia y Tecnología, 1990) psicología que aplica los principios, las técnicas y
sitúa a la psicología en el campo científico 61, los conocimientos científicos desarrollados por
subdividiéndolo en especialidades (algunas de las ésta y las ciencias afines para evaluar, explicar,
cuales se recogen en el cuadro 1.1). tratar, modificar y prevenir las alteraciones, los
problemas o los trastornos psicológicos que son
relevantes para los procesos de la salud y enfer-
CUADRO 1.1
medad, en los contextos en los que éstos pueden
Algunas de las especialidades del campo científico presentarse.
número 61 En el ámbito de este binomio, «clínica y sa-
lud», el componente clínico se centra más en los
Categoría Subdivisiones/Especialidades
problemas/alteraciones/trastornos que pueden te-
01 Trastornos del com- ner o tienen significado relativo al padecimiento
portamiento y la interferencia en el desarrollo de la actividad
02 Comportamiento cotidiana, mientras que el componente «salud» se
Patología (6101) desviado refiere a los problemas/alteraciones asociados(as)
a enfermedades o problemas relativos a la salud
03 Deficiencia mental
física, así como a la adquisición, desarrollo y man-
04 Psicopatología tenimiento de habilidades y destrezas que fortalez-
Psicología del niño y del can (prevengan) a la persona frente a la ocurren-
— cia de éstos (sedentarismo, consumo de sustancias
adolescente (6102)
tóxicas, excesos y defectos en la alimentación, etc.)
01 Terapia de conducta
e incrementen o mantengan su estado de bienes-
Asesoramiento y orienta- 04 Terapia de grupo tar, es decir, que le permitan adquirir, desarrollar
ción (subdivisiones clíni- y mantener pautas de conducta propias de un fun-
cas) (6103) 06 Psicoanálisis
cionamiento saludable en todas las áreas y etapas
07 Psicoterapia de la vida. En consecuencia, la psicología clínica
Evaluación y diagnóstico y de la salud no se aplica o toma en consideración
—
en psicología (6105) únicamente los fenómenos o procesos anormales
o psicopatológicos, sino que también estudia y se
aplica a los procesos y estados de salud y bienes-
En la Clasificación Internacional Uniforme de tar, tanto de los individuos como de los grupos
Ocupaciones se indica que «Los psicólogos inves- humanos, para instaurarlos, mantenerlos o, en su
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caso, reinstaurarlos, así como a la prevención, la con un bagaje lo suficientemente extenso y rico
promoción y la educación para la salud. como para que empiecen a publicarse guías espe-
El tratamiento psicológico bien aplicado es cíficas de psicología de la salud sobre la interven-
beneficioso, tanto por medio de la solución del ción en el ámbito hospitalario. Este último es el
problema/trastorno como a través de la ayuda a caso del excelente trabajo coordinado por Mon-
la persona, para que ésta consiga una vida más salve, Soriano, Carbajo y Santolaya (2009) en el
satisfactoria, pese a las dificultades e interferen- que los autores incluyen propuestas prácticas de
cias que conlleve su estado. intervención que ya han sido aplicadas con éxito
Actualmente, junto a las consultas/gabinetes en diferentes hospitales públicos españoles, desde
privados, el marco principal de trabajo de los psi- un enfoque multidisciplinar y sobre cuestiones
cólogos clínicos que han realizado el PIR (forma- tan variadas como el rol del psicólogo en el ám-
ción como psicólogos internos residentes en el bito hospitalario, el estrés y la salud en enfermos
Sistema Nacional de Salud de España) son los hospitalizados, el dolor crónico, la intervención
hospitales y las unidades de salud mental en los psicológica en el paciente oncológico crónico, la
centros públicos de salud. rehabilitación cardíaca, la intervención multidis-
Por lo que respecta a la presencia del psicólo- ciplinar en pacientes diagnosticados de enferme-
go en nuestro ámbito hospitalario, hay que indi- dad inflamatoria intestinal, la intervención psico-
car que ésta es cada vez más frecuente y genera- lógica en el paciente amputado, en pacientes con
lizada, aunque todavía escasa si se compara con infección por VIH/SIDA, en la Unidad de Cuida-
el promedio europeo (véase en este mismo apar- dos Intensivos o en la atención domiciliaria.
tado el cuadro 1.4 relativo a la tasa por cada El ámbito de aplicación de la psicología clíni-
100.000 habitantes en España y Europa). Este he- ca y de la salud abarca un rango tan amplio de
cho refleja que los responsables de las administra- problemas/trastornos psicológicos como las po-
ciones públicas, los gestores de salud y los pro- sibilidades que tienen éstos de presentarse cum-
fesionales sanitarios no pueden ya dejar de pliendo los requisitos exigidos para poder ser con-
reconocer la relevancia de los efectos de los tra- siderados como tales (véanse los conceptos de
tamientos psicológicos —psicología clínica—, así trastorno y de problema psicológico), a lo que hay
como la importancia de los aspectos psicológicos que añadir todo el campo de trabajo relativo a la
en los procesos de salud y enfermedad —psicolo- prevención o instauración, desarrollo y manteni-
gía de la salud— (véase, por ejemplo, Joseph, miento de pautas de conducta saludables. Entre
Gierlach, Housley y Beutler, 2005). De hecho, la estos problemas podemos recordar algunos como
psicología como profesión sanitaria también los de la respuesta sexual, del estado de ánimo, de
cuenta con una excelente imagen en España (véa- ansiedad, psicóticos, de la personalidad, adaptati-
se Buela-Casal, Teva, Sierra, Bretón-López, Agu- vos, del control de los impulsos, de alimentación
delo, Bermúdez y Gil Roales-Nieto, 2005 y Sierra (obesidad, anorexia o bulimia), del sueño, de la
et al., 2005), y ello pese a los problemas creados adicción (alcoholismo, ludopatía o toxicomanías),
con la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profe- de la pareja, propios del envejecimiento (problemas
siones Sanitarias (LOPS), resueltos con la crea- asociados al deterioro neuronal, como las demen-
ción de la profesión denominada psicólogo gene- cias y otros trastornos cognitivos), de inicio y desa-
ralista sanitario, que se une a la de los psicólogos rrollo en la infancia y la adolescencia (mutismo
especialistas en psicología clínica. Estas son las selectivo, trastorno obsesivo-compulsivo infantil,
razones por la que la intervención psicológica em- trastorno de ansiedad social o fobia social...), etc.;
pieza a ocupar un lugar relevante en la estructura también participa en el cotratamiento de problemas
y en la organización de la asistencia en centros de de salud como el cáncer, la diabetes, el asma o de
salud y hospitales públicos y privados (véase Re- otras afecciones de orden inicialmente físico, tanto
mor, Arranz y Ulla, 2007), además de contar ya para mejorar la calidad de vida como para acom-
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pañar en el proceso de la enfermedad, facilitando Habida cuenta del ámbito tan extenso de la
la adherencia y el cumplimiento de los tratamientos psicología clínica y de la salud, cada vez es más
biomédicos, reestructurando las creencias, distor- frecuente hallar en su seno nuevas aplicaciones
siones y errores cognitivos, entrenando en el mane- que, a su vez, orientan nuevos perfiles profesiona-
jo de la ansiedad y el estrés, etc., y todo ello tanto les, en áreas donde hasta ese momento la única
con los pacientes como con sus familiares. intervención era la biomédica. Tal fue el caso en
En este sentido, por ejemplo, el NICE (Natio- su día, por ejemplo, del psicólogo que comenzó a
nal Institute for Health and Clinical Excellence) formar parte de los equipos multiprofesionales
—organización independiente que, entre otras ac- que trataban las toxicomanías (psicólogo especia-
tividades, asesora al sistema de salud público del lizado en drogodependencias —véase, por ejemplo,
Reino Unido sobre las estrategias de prevención y Graña, 1994 y Carcas, 1995—) o lo que es hoy la
promoción de la salud pública, los avances en pro- psicología de la reproducción (área de trabajo en
cedimientos de intervención (diagnóstico, trata- el ámbito de la psicología de la salud).
miento, seguimiento), así como respecto de los La psicología de la reproducción tiene por ob-
tratamientos más adecuados, basándose en las evi- jeto tanto la prevención como el tratamiento de
dencias clínicas—, recomienda el empleo del tra- los problemas psicológicos relacionados con el
tamiento psicológico para personas con un amplio ciclo reproductivo. Es un campo que abarca des-
rango de problemas de salud física, que van desde de la pubertad hasta la vejez, desde la adrenar-
la diabetes hasta la esclerosis múltiple, pasando quia a la menopausia. En este tramo evolutivo
por las enfermedades cardíacas o las derivadas de son muchos los momentos en los que pueden apa-
las complicaciones médicas crónicas producidas recer problemas psicológicos asociados a varia-
por derrame cerebral, ya que entre otros beneficios bles relacionadas con el ciclo reproductivo (así,
el tratamiento psicológico previene la ocurrencia por ejemplo, el síndrome premenstrual, la depre-
de depresión, ya que en estos pacientes hay un alto sión posparto, la menopausia o la infertilidad y
riesgo de que aparezca. El tratamiento psicológico la esterilidad). En relación con la penúltima, es
puede mejorar notablemente la disposición del pa- decir, con la infertilidad, en España se estima una
ciente para seguir las prescripciones biomédicas, tasa del 17 por 100 en población en edad fértil,
así como mantener o incrementar su implicación habiendo aumentado en dos puntos desde el año
tanto en la práctica de los ejercicios de rehabilita- 1999 (Moreno-Rosset, 2008), dato que por sí solo
ción como respecto de su autocuidado (promo- pone de manifiesto la relevancia de este ámbito
ción de la salud). El NICE concluye que el trata- aplicado; pero si además se tiene en cuenta el es-
miento psicológico también se muestra muy eficaz trés que este acontecimiento vital supone para la
para mejorar la calidad de vida e incrementar la pareja, sus repercusiones en el ámbito emocional,
autonomía e independencia del paciente, y con así como respecto de las implicaciones que ello
ello también reduce la sobrecarga para la familia. conlleva a la hora de la toma de decisiones, es
En consecuencia, como habíamos adelantado, fácil explicar/comprender la necesidad de la ac-
el psicólogo clínico y de la salud aplica el conoci- tuación del psicólogo.
miento teórico, las habilidades y destrezas, las es- La profesora Carmen Moreno-Rosset (Mo-
trategias, las técnicas y los instrumentos propor- reno-Rosset, 2008) ha realizado una excelente
cionados por la psicología (y ciencias afines) a los aproximación al estado del campo y la actividad
problemas y los trastornos psicológicos, así como profesional del psicólogo en esta parcela de la psi-
a cualquier(a) otro(a) comportamiento/respues- cología de la salud.
ta relevante para la salud y la enfermedad, con el A lo largo del tiempo se han publicado distin-
fin de evaluar, explicar, tratar, modificar o preve- tos trabajos en lo que se ha intentado dar una
nir éstos en los distintos contextos en que puedan visión cuantitativa de la distribución de la activi-
presentarse. dad del psicólogo clínico y de la salud. Así, en
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1985 Ferrezuelo publicó un trabajo sobre una oscilaron entre un 20 y un 30 por 100; en tercer
muestra de psicólogos madrileños en el que éstos lugar se situaron las funciones relativas a orien-
informaban sobre las que ellos entendían que tación y consejo, psicología experimental, estimu-
eran entonces las funciones principales del psicó- lación precoz, psicomotricidad e investigación,
logo clínico. Las más señaladas fueron el trata- con porcentajes que oscilaron entre un 10 y un 20
miento de los problemas psicológicos (terapias y por 100; en último lugar aparecía la terapia ocu-
psicoterapias) y el diagnóstico clínico; en segundo pacional, que sólo fue considerada función del
lugar aparecían las funciones relativas al trata- psicólogo clínico por un 6,4 por 100 de los psicó-
miento de problemas psicosomáticos, evaluación, logos consultados (véase figura 1.2).
tratamiento o rehabilitación de minusvalías psí- Dos años más tarde, Goldstein y Krasner
quicas, tratamiento de problemas sexuales, psico- (1987) daban a conocer su estimación en términos
logía comunitaria, psicoprofilaxis y reeducación porcentuales de la actividad del psicólogo clínico
de problemas de aprendizaje con porcentajes que en el contexto anglófono (véase figura 1.3). Según
80 %
75 %
70 %
65 %
60 %
55 %
50 %
45 %
40 %
35 %
30 %
25 %
20 %
15 %
10 %
5%
0%
%
8%
8%
%
7,2
4,8
9,6
8,8
0,4
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16
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3,2
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2,8
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18,
12,
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integrada por 237 personas a partir de la base de a través de la SEPCyS, con el fin de realizar en
datos de egresados, lo que corresponde a un 23,84 España una primera estimación relativa al núme-
por 100 del total. La edad de los encuestados fluc- ro de profesionales que trabajan en los diversos
tuaba entre los 24 y 54 años, con un promedio de ámbitos de actuación de la psicología clínica y de
32,3 años y una desviación estándar de 5,6 años. la salud, entendidos como «todos aquellos psicó-
La muestra estaba constituida por un 76,5 por logos que realizan funciones profesionales de diag-
100 de mujeres y un 23,5 por 100 de hombres. nóstico, evaluación, y/o tratamiento de pacientes,
Respecto a la actividad desempeñada, el 58,3 por tanto en el ámbito público como privado, inde-
100 de los encuestados trabajaba en la especiali- pendientemente de si están o no reconocidos como
dad clínica, el 22,9 por 100 en la especialidad la- psicólogos clínicos, su localización geográfica o
boral/organizacional y el 9,4 por 100 en educacio- tipo de actividad que desempeñan», los resultados
nal. Dieciocho encuestados señalaron ejercer en sobre la situación a 2007 de los psicólogos clínicos
dos especialidades; diez de ellos clínica/laboral en España (véase Infocop, 2009d) permiten con-
(4,5 por 100) y ocho clínica/educacional (3,6 por cluir que la mayor parte de los profesionales de la
100). Hay una asociación estadística entre el sexo psicología trabajan en el ámbito de la psicología
de los psicólogos y su especialidad ( c2 = 9,74; clínica y de la salud, a pesar de no estar reconoci-
p < 0,01), siendo mayor el porcentaje de hombres dos como especialistas. En muchas comunidades
en la especialidad laboral (39,2 por 100) que en autónomas, como por ejemplo La Rioja, Catalu-
educativa (19 por 100) y en clínica (17,7 por 100). ña, Asturias, Murcia, Valencia, País Vasco, Extre-
Ya en un trabajo más reciente, realizado por el madura, Canarias, Galicia o Madrid, este porcen-
Consejo General de Colegios de Psicólogos (COP), taje supera el 50 por 100 (véase figura 1.4).
50
40
30
20
10
0
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Figura 1.4.—Distribución de los psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes y comunidad autónoma. [Modificado de In-
focoponline (2009d).]
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orden básico como en el aplicado, que un psicó- 1. Las investigaciones muestran que, en com-
logo tiene que conocer. Así, siguiendo las conclu- paración con los antidepresivos, la terapia cog-
siones de la Federación Europea de Asociaciones nitivo-conductual es eficaz a corto plazo y más
de Psicólogos (2003), subrayamos que: eficaz a largo plazo en el tratamiento de la de-
presión (leve y moderada) y de los trastornos de
ansiedad. Reduce las alteraciones de las respues-
«El objeto de la Psicología Clínica y de la tas desadaptadas y previene recaídas.
Psiquiatría es el trastorno mental. Las clasifica- 2. En la depresión severa, la terapia cognitivo-
ciones internacionales de las alteraciones psico- conductual puede potenciar los efectos de los
patológicas que son objeto tanto de la Psicología antidepresivos, y la combinación de ambas es-
Clínica como de la Psiquiatría se organizan en trategias es más barata (a igualdad de benefi-
torno al concepto de trastorno mental y no en cios) que cualquier otra aproximación. Los tra-
términos de enfermedad. El concepto de trastor-
tamientos psicológicos son recomendables
no mental se define en términos disfuncionales
cuando el problema/trastorno psicológico que
o de alteración psicológica o comportamental,
presenta el paciente está complicado por el abu-
de tal forma que su evaluación y diagnóstico se
so en el consumo de sustancias tóxicas legales o
apoya en criterios únicamente psicológicos y
ilegales (alcohol u otras drogas) o problemas de
comportamentales. La utilización en este campo
salud física crónicos.
de la noción de “enfermedad” presenta una am-
3. En las personas que presentan esquizofrenia
bigüedad que no está exenta de intereses corpo-
existe evidencia de que las terapias familiares, la
rativos y que, desde luego, no obedece a la na-
psicoterapia interpersonal y el tratamiento cog-
turaleza de las cosas.
nitivo-conductual reducen el tiempo de hospita-
Las funciones profesionales de los psicólogos
lización y la probabilidad de recaídas, mejoran
clínicos y de los psiquiatras convergen en gran
su bienestar y el estado cognitivo del paciente, e
medida en cuanto que tienen el mismo objeto:
los trastornos psicológicos o mentales. Es eviden- incrementan el grado de conciencia del paciente
te que el psiquiatra no está suficientemente for- y su adherencia sobre el cumplimiento de las
mado para utilizar con destreza los tratamientos prescripciones biomédicas respecto del trata-
psicológicos ni los instrumentos diagnósticos de- miento farmacológico.
sarrollados por la investigación psicológica, ni el 4. Respecto a la infancia, existe evidencia de
psicólogo posee la habilitación legal ni por ello que el tratamiento cognitivo-conductual aplica-
la formación necesaria, en la misma proporción, do a los niños puede ayudarles a manejar el do-
para hacer uso de terapéuticas farmacológicas. lor y los problemas de ansiedad, entre otros.
Por ello, y en beneficio de la persona afectada, se Otro tanto ocurre con: a) la terapia familiar para
impone la cooperación de ambos profesionales problemas de conducta, abuso en el consumo de
en un plano de igualdad (...) desde el reconoci- sustancias tóxicas y enfermedades físicas cróni-
miento de las distintas competencias, tal y como cas, y b) la terapia de grupo, que también se ha
se recomienda en las guías de consenso de exper- mostrado eficaz para tratar los problemas de an-
tos internacionalmente aceptadas. Sólo el deber siedad infantil y las autolesiones.
deontológico, y el responsable ejercicio profesio- 5. En personas con problemas crónicos de salud
nal en cada caso, deberán aconsejar la búsqueda física el tratamiento psicológico puede ser muy
de cooperación o la remisión del paciente al ex- eficaz para disminuir la interferencia que termi-
perto más adecuado, en función de la naturaleza nan produciendo estos problemas en el desarrollo
del trastorno». de la actividad cotidiana, mejorar la calidad de
vida de estos pacientes y la de sus familias, y re-
ducir la sobrecarga que los problemas crónicos
De igual modo, es preciso tener en cuenta lo de salud suponen para las familias. Tal es el caso,
que indica el The National Institute for Health por ejemplo, de la diabetes insulinodependiente,
and Clinical Excellence (NICE) respecto de los la esclerosis múltiple, las enfermedades cardíacas
tratamiento psicológicos y farmacológicos (véase o las causadas por derrame cerebral. Además, en
Infocop, 2008c): estos casos también es recomendable el trata-
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miento psicológico porque, por una parte, estos garty y Ulrich, 1977). Esta circunstancia propició
pacientes presentan un alto riesgo de sufrir de- la exploración de nuevas líneas de intervención
presión y, por otra, de no recibir esta ayuda pro- comunitaria en salud mental, centradas en la eva-
bablemente aparecerán muchas dificultades para luación de la influencia de los factores sociales y
seguir las prescripciones biomédicas, pudiendo
familiares en el desarrollo y curso de la enferme-
disminuir progresivamente su participación en los
ejercicios de rehabilitación y en su propio cuida- dad mental grave (Vaughn y Leff, 1976), que han
do (promoción de la salud). dado lugar a un cambio en el manejo del TMG
6. No existe una única terapia psicológica efi- (Anderson y Adams, 1996). Este cambio se centra
caz para todos los problemas de salud y para en la modificación de las relaciones que existen
todas las personas, pero el tratamiento psicoló- entre la vulnerabilidad y el estrés a través de la
gico puede tener un efecto importante y benefi- intervención psicológica con los familiares, man-
cioso como alternativa o complemento al trata- teniendo siempre el tratamiento biomédico. La
miento farmacológico, por lo que debe ser intervención psicológica es fundamentalmente
accesible para todos los pacientes. cognitivo-conductual y se centra en la solución de
7. Dado que los tratamientos psicológicos su-
los problemas de la vida diaria, el aprendizaje de
ponen menos riesgo para la salud y tienen menos
efectos secundarios que los fármacos, son prefe- habilidades y destrezas de afrontamiento y la me-
ribles, especialmente para niños, adolescentes, jora de las habilidades de comunicación (la emo-
mujeres embarazadas con depresión (los antide- ción expresada juega un papel crítico: actitudes,
presivos tienen mayor riesgo para su salud) o emociones y conductas relacionadas tanto con
personas con otros problemas de salud asocia- juicios y comentarios críticos como con la hosti-
dos de orden crónico, porque los fármacos que lidad y la implicación excesiva, expresadas por los
habitualmente reciben pueden tener interaccio- familiares entre sí y hacia la persona con TMG),
nes perjudiciales (tal sería el caso de los antide- todo ello con el objetivo de incrementar los pa-
presivos o de los antipsicóticos). trones positivos de interacción entre la persona
8. Los tratamientos psicológicos suponen una
con TMG y los familiares con los que convive.
aproximación que implica activamente al pa-
ciente en su propio tratamiento y lo dota de re- Los resultados de los estudios en los que se com-
cursos teóricos y prácticos que lo fortalecen fren- para la intervención psicosocial con el tratamien-
te a potenciales «recaídas». Ello supone para las to biomédico estándar concluyen que la primera
clases sociales menos favorecidas la posibilidad reduce significativamente las hospitalizaciones y
de que, mediante la autogestión de sus aprendi- las recaídas, incrementa la adherencia al cumpli-
zajes, mejoren sus condiciones de vida intervi- miento del plan diseñado para el tratamiento psi-
niendo activamente en su proceso de recupera- cofarmacológico, mejora notablemente el desem-
ción, con las implicaciones que de ello se derivan peño social y laboral y propicia una reducción
respecto del sentimiento de inutilidad y sus im- significativa del gasto sanitario (The National Insti-
plicaciones psicológicas (www.nice.org.uk/).
tute for Health and Clinical Excellence —NICE—,
2009), por lo que se entiende que resulta un com-
Como ejemplo de colaboración podemos uti- ponente esencial de cualquier tratamiento dirigi-
lizar el tratamiento del trastorno mental grave do a las personas con TMG (American Psychia-
(TMG). La introducción de los neurolépticos y tric Association, 2004).
de las nuevas políticas de desinstitucionalización, Tanto en el NICE (www.nice.org.uk) como en
en la década de los sesenta y setenta del pasado el Ministerio de Sanidad (www.guiasalud.es/egpc/)
siglo, no trajeron consigo la esperada mejora en el lector puede hallar guías sobre la eficacia de los
los resultados del tratamiento de los trastornos tratamientos psicológicos en los contextos clínicos
psicóticos; y pronto se comprobó que, a pesar de y de la salud, basadas en la evidencia científica,
los cambios, las frecuencias de recaída continua- en las que se recogen recomendaciones de exper-
ban siendo muy elevadas en esta población (Ho- tos sobre cómo proceder para su aplicación.
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Para delimitar con claridad las funciones y el refiere el apartado 3 del anexo I del Real Decre-
perfil del psicólogo clínico y de la salud, el lector to 183/2008, de 8 de febrero, por el que se deter-
puede acceder al documento que a tal fin ha ela- minan y clasifican las especialidades en Ciencias
borado el COP (disponible en www.cop.es/perfi- de la Salud y se desarrollan determinados aspec-
tos del sistema de formación sanitaria especiali-
les/contenido/clinica.htm).
zada» (BOE núm. 240; Sec. I., p. 104.623).
Por último, hemos de indicar al lector que con
fecha 5 de octubre de 2011 se ha publicado en el
Boletín Oficial del Estado la Ley 33/2011 General Psicología jurídica
de Salud Pública, de 4 de octubre, que en su Dis-
posición adicional séptima incluye la regulación Esta especialidad tiene por objeto de estudio
de la psicología en el ámbito sanitario (véase Dis- el campo que surge de la intersección entre los
posición adicional séptima de la Ley 33/2011 Ge- aspectos que atañen a la Psicología y al Derecho,
neral de Salud Pública). Ello supone, tras la crea- tanto en lo relativo a la explicación como a la
ción de las facultades de psicología, el segundo investigación de hechos.
hito más trascendente para esta profesión. En 1959 se reconoce al psicólogo en los EE.UU.
El nuevo perfil, psicólogo general sanitario, de Norteamérica la potestad para la actuación
tiene ya la consideración de profesión sanitaria forense, para dictaminar en relación y sobre la
titulada, adscrita al nivel de licenciado/graduado, «enfermedad mental». En el sistema judicial es-
de acuerdo con lo recogido por el artículo 2 de la pañol, el psicólogo de juzgados cumple también
Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sa- funciones de este tipo.
nitarias, de 21 de noviembre. La Ley requiere que Los psicólogos que se dedican a esta parcela
además del título de grado/licenciado se esté en asesoran y tratan respuestas, conductas y com-
posesión del título oficial de Máster en Psicología portamientos que afectan a la legalidad, delin-
General Sanitaria. En este contexto, son funcio- cuencia o mediación, interviniendo en los tribu-
nes del psicólogo general sanitario: nales, centros penitenciarios, etc.
El psicólogo se ocupa de la evaluación del es-
«la realización de investigaciones, evaluaciones tado psicológico, realizando peritaciones tanto de
e intervenciones psicológicas sobre aquellos as- los inculpados como de las víctimas, con el obje-
pectos del comportamiento y la actividad de las tivo de orientar y asesorar a los profesionales del
personas que influyen en la promoción y mejora derecho (jueces, abogados, fiscales, etc.) para que
del estado general de su salud, siempre que di- puedan tomar sus decisiones disponiendo de la
chas actividades no requieran una atención es- información más objetiva posible. Asimismo,
pecializada por parte de otros profesionales sa-
también forman parte de sus tareas la prevención,
nitarios» (BOE núm. 240; Sec. I., p. 104.622).
tratamiento y reinserción de personas que hayan
estado institucionalizadas en centros penitencia-
Pero el ejercicio de estas funciones no es ge- rios; la formación y selección de profesionales
neralizable, por ahora, al ámbito público, dado vinculados a ámbitos penitenciarios; el diseño de
que, como también recoge la Ley: programas de prevención de la delincuencia; el
estudio e investigación de los problemas que ata-
«Los psicólogos que desarrollen su actividad en ñen a la psicología jurídica; la mejora de la situa-
centros, establecimientos y servicios del Sistema
ción de las víctimas, tratando los problemas o
Nacional de Salud o concertados con él, para
hacer efectivas las prestaciones sanitarias deriva- trastornos que se derivan de la victimización, así
das de la cartera de servicios comunes del mismo como facilitando su relación con los sistemas le-
que correspondan a dichos profesionales, debe- gales y judiciales; la mediación entre las personas
rán estar en posesión del título oficial de psicó- implicadas en conflictos jurídicos para facilitar el
logo especialista en psicología clínica al que se proceso y paliar, en la medida de lo posible, los
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daños sociales y emocionales de las personas in- Asimismo, para una aproximación a los pro-
volucradas (muy especialmente los menores de blemas que plantea la evaluación en el contexto
edad), etc. del peritaje psicológico respecto de la credibilidad
Un estudio de la distribución de la actividad del testimonio, puede consultarse en los trabajos
de los psicólogos, con perfil profesional en el ám- de Arce y Fariña (2005), Inda, Lemos, López y
bito de la psicología jurídica, lo encontramos en Alonso (2005), Lemos (2005) y Masip (2005), to-
el trabajo de Fernández Hermida, Berdullas, San- dos de la sección monográfica del volumen 26,
tolaya y Muñiz (2000). número 92, de Papeles del Psicólogo (www.pape-
Para una visión general de la evolución y el lesdelpsicologo.es).
estado de la Psicología Jurídica en España pueden Para una aproximación a la práctica pueden
consultarse las secciones monográficas corres- consultarse los excelentes trabajos de Chacón,
pondientes al número 48 de Papeles del Psicólogo García-Gumiel, García-Moreno y Vázquez (2009)
(www.papelesdelpsicologo.es) y el 26 de Infocop respecto de la custodia y el régimen de visitas de
(www.cop.es/infocop), publicados en febrero de menores, Ibáñez (1999) acerca de la mediación
1991 y en enero-febrero de 2006, respectivamente, intrajudicial, y Vázquez y Catalán (2008) sobre la
por el Consejo General de Colegios Oficiales de intervención en casos en el contexto forense.
Psicólogos. Para delimitar con claridad las funciones y el
perfil del psicólogo forense o experto en psicolo-
gía jurídica, el lector puede acceder al documento
CUADRO 1.5 que a tal fin ha elaborado el COP (disponible en
Cuantificación de los ámbitos de intervención www.cop.es/perfiles/contenido/juridica.htm).
de los psicólogos jurídicos1
Ámbito de intervención Porcentaje
Psicología de la educación
Psicología jurídica y del menor 19,51 Los psicólogos que trabajan en el campo edu-
cativo intervienen en los procesos propios del
Psicología forense 17,07
desarrollo social y del aprendizaje del alumnado,
Mediación 7,32 tanto directamente con éstos (problemas de apren-
Victimología 5,85 dizaje, métodos de estudio, orientación vocacio-
nal y profesional, prevención de problemas/tras-
Conducta antisocial 4,39 tornos psicológicos, etc.) como con el resto de los
Criminología 3,90 estamentos de la comunidad educativa (personal
docente y familias).
Psicología penitenciaria 3,41
El psicólogo de la educación centra su queha-
Trastornos de la personalidad 2,93 cer en la reflexión e intervención sobre el compor-
Adicción a drogas 2,93 tamiento humano en situaciones educativas, me-
diante el desarrollo de las capacidades de las
Peritación 2,40 personas, los grupos y las instituciones.
Servicios sociales, familia e infancia 2,44 Aunque el principal ámbito de intervención es
el escolar, su tarea también se desarrolla en el con-
Trastornos familiares 2,44
texto privado (consultas/gabinetes), donde llevan
Problemas de pareja 2,44 a cabo tareas de entrenamiento en habilidades
1
de autocontrol, habilidades sociales, problemas de
Tomado de Santolaya, Berdullas y Fernández-Hermida
(2002). aprendizaje (discalculias, dislexias, etc.), entrena-
FUENTE: Fernández-Hermida, Berdullas-Temes, Santolaya- miento en el control de la atención, técnicas y mé-
Ochando y Muñiz (2000). todos de estudio, ansiedad ante los exámenes, etc.
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En el marco educativo, realiza tareas de apoyo otros profesionales (médicos, asistentes sociales,
y asesoría al docente en la adaptación de los ob- profesores, jueces, etc.). Para una aproximación
jetivos, contenidos y actividades incluidas en los más extensa sobre las funciones, procedimientos y
programas de las materias, según el estadio evo- técnicas de intervención pueden verse los trabajos
lutivo y el ritmo de aprendizaje esperado para los de Beltrán y Pérez (2011), Campos (1995), Fernán-
alumnos de acuerdo con sus conocimientos de la dez (2011), Núñez (2011), Pérez (2010) y Pérez
psicología evolutiva. A estas adaptaciones de ca- (2011).
rácter general se unen otras muy específicas, que Un estudio de la distribución de la actividad
se adaptan de modo concreto a las necesidades y del psicólogo de la educación lo encontramos en
posibilidades de cada alumno con necesidades el trabajo de Fernández-Hermida, Berdullas, San-
educativas especiales; son las conocidas como tolaya y Muñiz (2000), que recogemos en el cua-
adaptaciones curriculares o programas individua- dro 1.6.
lizados de enseñanza. En relación con la psicología de la educación
En el ámbito familiar, las tareas son de aseso- el lector puede consultar el trabajo de la sección
ría y atención a las familias que, bien de manera monográfica de Papeles del psicólogo, editada en
voluntaria o bien como consecuencia de la mar- 2006, volumen 27, número 3, por el Consejo Ge-
cha del hijo, dentro del marco educativo precisan neral de Colegios de Psicólogos de España, y den-
ayuda para afrontar los problemas concretos que tro de éste el de Gotzens (2006), así como el do-
pudiera presentar éste tanto en su rendimiento cumento del COP sobre el perfil y las funciones
intelectual como en su desarrollo personal. Asimis- del psicólogo educativo, disponible en www.cop.
mo, como ya adelantábamos, también se realizan es/perfiles/contenido/educativa.htm.
actuaciones preventivas a través de las «escuelas
de padres» (Olivares-Olivares, Rosa, Olivares y Psicología de la intervención social
Macià, en prensa).
Además del rendimiento académico, dentro La psicología de la intervención social se cen-
de la concepción de la educación como un hecho tra en el estudio, evaluación, prevención y trata-
integral el psicólogo educativo participa en la co- miento de los problemas de carácter social que
munidad educativa aportando su quehacer espe- surgen en el seno de los grupos o comunidades
cífico, diseñando y aplicando programas de edu- (situaciones de riesgo social y personal), con el fin
cación para la salud, relativos a la sexualidad de promover la calidad de vida tanto con carácter
(conocimiento de la respuesta sexual, prevención general como en aquellos miembros de la comu-
de embarazos no deseados, entrenamiento en nidad que presentan carencias o tengan que hacer
asertividad en el contexto de la relación de pare- frente a dificultades concretas.
ja, etc.), para la promoción de los derechos y los Surge como respuesta a la necesidad de estu-
valores humanos, en la prevención del inicio y diar y actuar sobre los problemas que se generan
consumo de sustancias tóxicas, prevención de la en las interacciones personales en sus diversos
violencia en el ámbito escolar, etc. contextos sociales. Por ello, sus objetivos son redu-
En síntesis, el psicólogo de la educación desa- cir o prevenir situaciones de riesgo social y perso-
rrolla su actividad profesional sobre todo en el nal mediante la intervención en la resolución de
marco de los sistemas sociales dedicados a la edu- problemas concretos que afectan a individuos,
cación en todos sus niveles y modalidades (regla- grupos o comunidades, aportando recursos mate-
dos, no reglados, formales e informales), durante riales o profesionales o a través de la promoción
todo el ciclo vital de la persona, pero también in- de la calidad de vida. Las situaciones de riesgo
terviene en los procesos psicológicos que afectan están referidas a la falta de cobertura de necesida-
al aprendizaje o que se derivan de éste sólo o me- des humanas básicas directamente condicionadas
diante la coordinación de su actividad con la de por el entorno social, tales como las necesidades
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CUADRO 1.6
Cuantificación de tareas y problemas en los que actúan los psicólogos de la educación1
— Formación 2,58
de subsistencia (alimento, abrigo, sanidad, educa- riesgo, para incrementar las conductas prosociales
ción...), las relativas a la convivencia e integración y disminuir/eliminar las desadaptadas propias de
social, el acceso a la información y a los recursos las relaciones conflictivas, pasando por la preven-
sociales, la igualdad de oportunidades, etc. ción, evaluación y tratamiento de las respuestas
Su quehacer se desarrolla generalmente en las violentas en el ámbito familiar ejercida normal-
organizaciones sociales y en las áreas o departa- mente sobre sus elementos más débiles y vulnera-
mentos de servicios sociales de las administra- bles (niños, mujeres y ancianos), la intervención
ciones públicas del estado, municipales, de las en procesos de adopción (evaluando la idoneidad
comunidades autónomas y de organizaciones e ins- de los candidatos y asesorando en tareas y pautas
tituciones privadas. Este quehacer se produce educativas y de cuidado físico), la atención a los
muy frecuentemente en un marco interdisciplinar colectivos desfavorecidos (por ejemplo, mediante
en el que se abordan los problemas, junto a otros programas de inserción sociolaboral para perso-
profesionales como los educadores sociales, abo- nas con dificultad para encontrar/mantener un
gados o trabajadores sociales. Para una aproxima- empleo), promocionando y favoreciendo la inte-
ción histórica sobre las funciones, procedimientos gración social de los colectivos más vulnerables a
y técnicas de intervención, véase el trabajo de Ru- la marginación o marginados socialmente (per-
bio y Plumed (1995) (véase cuadro 1.7). sonas con discapacidad intelectual o síndromes
Los problemas a los que hace frente son muy como el autismo, familias en situación de pobre-
variados, abarcando desde la asesoría y la inter- za, personas sin techo, minorías étnicas, inmi-
vención psicológica en familias en situación de grantes, toxicómanos, prostitutas, etc.) mediante
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Los ámbitos de aplicación de las funciones condiciones laborales, etc. En el segundo, la ac-
propias del psicólogo son tanto el público como tividad del psicólogo está referida a la realización
el privado, dirigiendo o formando parte de los de encuestas y sondeos, así como al estudio de
departamentos de recursos humanos y actuando las actitudes y motivaciones de los compradores
como consultores y asesores en el contexto de la y al desarrollo de estrategias publicitarias y co-
profesión libre. merciales, a través de estudios sobre el compor-
Pese a la variedad y extensión de las activida- tamiento del consumidor y de marketing. En el
des a desarrollar, es posible formular un conjunto tercero, el de la selección, formación y orienta-
de objetivos generales que deben orientar la ac- ción, se realizan análisis de los puestos de traba-
tuación del psicólogo en este campo. Así, por jo, se delimitan los aspectos más relevantes que
ejemplo, son objetivos generales propios de esta debe cumplir la persona que aspire a desempe-
disciplina: ñarlo, se realizan entrevistas de selección, y se
aplican pruebas estandarizadas de evaluación y
a) Conseguir los objetivos del plan de ges- tests para estimar las habilidades y aptitudes de
tión en su apartado de adecuación cuali- los candidatos. En el cuarto, la prevención es ele-
tativa de los recursos humanos. mento de primer orden; todos los conocimientos
b) Estudiar los mecanismos y las variables sobre detección temprana, cuando no es posible
propias de la organización y del medio la prevención de los problemas/trastornos psico-
físico que regulan la respuesta de los tra- lógicos que puedan surgir en el desarrollo de la
bajadores y su satisfacción en el marco actividad laboral, se unen a los de ergonomía y
laboral. seguridad para fomentar la higiene, la salud y la
c) Investigar la mejora del factor humano. prevención de accidentes en el marco laboral. Por
d) Diseñar estrategias para mejorar las con- último, en el quinto se abordan las cuestiones re-
diciones laborales, incrementar la seguri- lativas a los puestos de trabajo (descripción, aná-
dad laboral y prevenir la ocurrencia de lisis, requisitos y clasificación), la satisfacción de
accidentes. los trabajadores, la comunicación personal e in-
e) Estudiar el mercado de consumidores y terpersonal en el contexto de la organización, el
las variables de éste directamente relacio- clima social y la implicación de los trabajadores
nadas con la satisfacción del comprador. en la mejora o el mantenimiento de la calidad del
f) Desarrollar estrategias y planes de actua- clima social alcanzado, con independencia de su
ción para que la organización logre el ob- rango o puesto.
jetivo marcado: servicio eficaz, implan- Para una aproximación más extensa y concre-
tación del producto, incremento del sector ta sobre las funciones, procedimientos y técnicas
de mercado, etc. de intervención, puede consultarse el trabajo de
Catalá (1995).
En un contexto más específico, esta disciplina Veamos la distribución de los ámbitos de in-
se ocupa de la organización y desarrollo de los re- tervención de los psicólogos especialistas en la
cursos humanos y de la dirección y management, psicología del trabajo y las organizaciones y su
de realizar estudios de marketing y relativos a la cuantificación porcentual en el trabajo de Fernán-
respuesta de los clientes/compradores, de la selec- dez-Hermida, Berdullas, Santolaya y Muñiz (2000)
ción, evaluación, formación y orientación del per- (véase cuadro 1.8).
sonal, del estudio de las condiciones laborales, etc. En relación con la psicología del trabajo y las
En el primer ámbito, la actividad en relación organizaciones, el lector puede consultar la sec-
con la dirección y management supone realizar ción monográfica de Papeles del Psicólogo sobre
tareas de asesoría a los órganos directivos respec- la psicología del trabajo, las organizaciones y los
to a la dirección de equipos, políticas sociales, recursos humanos, editado en 2008, número 1,
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En el cuadro 1.9 recogemos la distribución disciplinar, que en el caso extremo de las personas
porcentual de la dedicación de los psicólogos con mayores con deterioro cognitivo incluye también
este perfil. la intervención biomédica, la legal y la asistencial.
Nuestra actividad incluye desde las tareas de
evaluación psicológica hasta las neuropsicológi-
CUADRO 1.9 cas, para valorar tanto las variables intelectuales
Actividad de los psicólogos expertos en la como las funcionales a fin de detectar problemas
psicología del tráfico y la seguridad vial1 de orden psicológico o biomédico que puedan
requerir intervención. De los resultados de esta
Ámbito de intervención Porcentaje evaluación se derivarán programas preventivos e
Sólo seguridad vial 42,6 integrales denominados de «psicoestimulación»
para el mantenimiento de las capacidades que ga-
Trastornos del com- ranticen la autonomía de la persona (estrategias,
4,92
portamiento infantil
habilidades, destrezas y funciones), persistencia
Trastornos del apren- de su red social y su adaptación al medio próximo
3,81
dizaje escolar (Fernández-Ballesteros, Izal, Montorio, Díaz y
Seguridad vial más
Orientación escolar y
González, 1992). Todo ello supone implementar
otra especialidad 2,71 estrategias que conlleven asesoría, entrenamiento
vocacional
en solución de problemas, técnicas de reestructu-
Problemas de pareja 2,19 ración cognitiva, programas de estimulación de la
Trastornos del len- interacción social o tratamiento de alteraciones
2,19 psicológicas (tristeza, ansiedad, etc.), junto con la
guaje
atención y orientación de la familia y, en su caso,
1
Modificado de Santolaya, Berdullas y Fernández-Hermida la(s) persona(s) que lo cuidan (véase Fernández
(2002).
FUENTE: Fernández-Hermida, Berdullas-Temes, Santolaya-
de Tróncoli, Montorio y Díaz, 1997a y b). Todo
Ochando y Muñiz (2000). ello sin olvidar que si se trata de ancianos que
viven en instituciones resulta imprescindible el
control de ambiente institucional para estimu-
Una excelente revisión desde la perspectiva lar su participación activa en todas las tareas en
histórica de la evolución de la psicología del trá- las que resulte posible (véase, por ejemplo, Díaz,
fico y la seguridad vial se puede encontrar en So- Mielgo, Ramos y Ortiz, 2000).
ler y Tortosa (1985). Hay que recordar que aunque, en general, con
la edad se produce una merma en el rendimiento
Psicología del envejecimiento intelectual, ello no afecta ni a todas las personas
ni en la misma medida. La mayoría de los seres
Este es el ámbito de los psicólogos expertos humanos solemos constatar entre los 50 y los 60
en gerontología. Su trabajo consiste en estudiar, años un incremento de nuestra lentitud a la hora
explicar y describir los cambios que se producen de resolver problemas y de ejecutar soluciones,
en esta fase de la vida, para poder intervenir con alteraciones leves de la memoria episódica, de la
mayor eficacia y eficiencia en los problemas con- atención y del acceso al léxico, dificultades para
cretos que puedan surgir. Su objetivo principal es el recuerdo de nombres, etc. Pero todo esto, en sí
incrementar y en su caso mantener el bienestar y mismo, no supone deterioro funcional, y con el
la calidad de vida de la personas en esta etapa devenir del tiempo tampoco se observan cambios
(Bayés, 2009; Fernández-Ballesteros, 2008). significativos para la mayoría de la población.
Se trata generalmente de un trabajo que se Ahora bien, el incremento de la longevidad ha
desarrolla en un marco interdisciplinar o multi- hecho que crezca significativamente el número de
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personas que presentan algún tipo de deterioro des al margen de lo recomendado por el entrena-
cognitivo que conlleva interferencia significativa dor, control de la alimentación, etc.). Para una
en su autonomía para el desempeño de las activi- aproximación más extensa sobre las funciones,
dades cotidianas. Ello ha hecho que tanto la Or- procedimientos y técnicas de intervención, véanse
ganización Mundial de la Salud (OMS) como los trabajos de Martínez (1995), Dosil (2004) o
diversos organismos internacionales hayan toma- Weinberg y Gould (2010).
do cartas en el asunto, dando la voz de alarma En el contexto español hay dos publicaciones
sobre la necesidad urgente de considerar las de- periódicas que es preciso referenciar, porque en
mencias (incluida la de Alzheimer) como una ellas encontrará el lector una excelente puesta al
prioridad en las políticas sanitarias de los países, día de la psicología del deporte en España. La
por lo que cada vez es mayor el número de psicó- primera es la Revista de Psicología del Deporte,
logos que se especializan en el campo del enveje- la decana, que viene editándose ininterrumpida-
cimiento en general, y en el de la prevención y mente desde 1992 a razón de dos números por
deterioro cognitivo en particular. años y que está dirigida por el profesor Jaume
La ocurrencia de problemas reiterados de Cruz Feliu, de la Universidad Autónoma de Bar-
orientación espacial, unida a dificultades en las celona. La otra publicación es la que dirige el pro-
tareas que requieren el recuerdo inmediato, a ol- fesor Enrique Garcés de los Fayos-Ruiz, de la
vidos frecuentes y a respuestas que por exceso o Universidad de Murcia, publicada conjuntamen-
defecto constituyen variables relevantes a la hora te por la Comunidad Autónoma de la Región y
de comprender el deterioro funcional de la per- la Universidad de Murcia: Cuadernos de Psicolo-
sona, son indicadores que nos pueden poner en gía del Deporte. Esta segunda revista inició su
alerta respecto del inicio de una demencia. La va- publicación en el año 2001; a partir de esa fecha
loración neuropsicológica es vital para el diag- ha publicado dos números al año de forma inin-
nóstico diferencial (Fernández-Ballesteros, Izal, terrumpida hasta la actualidad.
Montorio, Díaz y González, 1992; Muñoz y Ti- Para una delimitación concreta de los ámbitos
rapu, 2001). de actuación, los procedimientos y las técnicas uti-
lizadas por el psicólogo del deporte y la actividad
Psicología del deporte física, puede consultarse el documento disponible
en www.cop.es/perfiles/contenido/deporte.htm.
La aplicación de las funciones del psicólogo a En el cuadro 1.10 podemos ver la distribución
este contexto tiene como objetivo el logro del de los ámbitos de intervención de los psicólogos
máximo rendimiento en las condiciones persona- especialistas en la psicología del deporte y su cuan-
les más propicias tanto desde el punto de vista tificación porcentual en el trabajo de Fernández-
físico como psicológico. Para ello, los profesiona- Hermida, Berdullas, Santolaya y Muñiz (2000).
les que se dedican a este menester evalúan a los
deportistas y los orientan respecto del manejo y Psicología de la intervención en catástrofes
control de las variables que participan en el desa- y situaciones de emergencia
rrollo y mantenimiento del máximo rendimiento
deportivo, tanto individual como colectivamente. Es un ámbito de aplicación de la psicología
Ello supone también hacer frente, es decir, preve- muy reciente, pero que ha alcanzado rápidamente
nir y tratar los problemas/trastornos psicológicos una gran relevancia (Caballo y Salazar, 2007; In-
que conlleva tanto la competición en sí misma focop, 2009a), planteándose en la actualidad la
como el elevado grado de autocontrol que se ha necesidad de un protocolo común y de que los
de tener para mantener el estado de forma física profesionales que intervienen en este tipo de situa-
y psicológica que la competición requiere (cum- ciones tengan una formación específica y especia-
plir el plan de entrenamiento, control de activida- lizada (Infocop, 2008a). Su razón de ser está en el
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tas que rodean a la emergencia), así como Para concluir este apartado destinado a los
sobre las variables que, cuando exista la ámbitos de actuación, en un ámbito general, San-
necesidad, pueden reducir el impacto de tolaya, Berdullas y Fernández-Hermida (2002)
identificar personalmente un cadáver, la dieron a conocer los datos de una investigación
organización de los sepelios y capillas ar- relativa al desarrollo de la psicología profesional
dientes, la búsqueda y recogida de objetos en España durante la década 1989-1998, en el que
personales, etc. podemos encontrar las distribución de los perfiles
profesionales que presentaban los psicólogos es-
La labor del psicólogo comienza con la prepa- pañoles durante ese período, entre otros muchos
ración de sí mismo y de los demás profesionales datos de interés (véase cuadro 1.11).
que van a intervenir y termina de la misma forma,
con la autointervención. La fase inicial o previa
CUADRO 1.11
pretende enseñar/aprender a afrontar la interven-
ción, a que se conozca la magnitud que puede al- Distribución por especialidades o perfiles
canzar la intensidad de las situaciones estresantes profesionales1
que se pueden presentar en este ámbito, para
aprender/recordar a/cómo afrontarlas y manejar- Especialidad/perfil profesional Porcentaje
las adecuadamente. El término de la intervención Clínica y de la salud 68,36
no se produce hasta que los profesionales que han
participado aplicando las estrategias y ayudas psi- Educativa 15,29
cológicas no se aplican a sí mismos, en aquellos Trabajo y organizaciones 8,05
casos que lo requieran, el apoyo psicológico nece-
sario, y con carácter general una puesta en común Social y comunitaria 4,40
de cada interviniente, en el contexto de grupo, de
Seguridad vial 1,63
los distintos aspectos o variables de la intervención
que, por una u otra razón, merecen ser comenta- Jurídica 1,15
dos ante los demás, siguiendo una pauta semi-es-
A académica 0,51
tructurada (técnicas de desactivación —defusing—
y de reunión/información en la que se expone o Deporte 0,35
escucha a otros —debriefing—); el propósito es re-
ducir la probabilidad de daño psicológico, infor- Militar 0,25
mándose entre sí los intervinientes acerca de su 1
Modificado de Santolaya, Berdullas y Fernández-Hermida
experiencia o recibiendo información de otros (2002).
compañeros al respecto. Tanto la inoculación de es- FUENTE: Fernández-Hermida, Berdullas-Temes, Santolaya-
trés de Meichembaun (1987) como el entrenamien- Ochando y Muñiz (2000).
to en el manejo de la ansiedad de Suinn y Richar-
son (1971) y Suinn (1993), pueden ser excelentes
complementos tanto para la fase de preparación 1.2. HABILIDADES Y DESTREZAS
como para el afrontamiento de la experiencia. Un IMPLICADAS EN LA INTERVENCIÓN
ejemplo de estas aplicaciones lo podemos encon- PSICOLÓGICA
trar tanto en el trabajo de Armayones (2010) sobre
el desarrollo de habilidades y destrezas ante situa- Como recordaba Barraca (2009), el análi-
ciones de emergencia, como en la puesta al día sis más certero, la técnica más poderosa y el tra-
sobre algunas cuestiones clave que podemos hallar tamiento más eficaz pueden resultar insuficien-
en el monográfico dirigido por Caballo y Salazar tes si el psicólogo no ha adquirido un repertorio
(2007) al respecto. de conocimientos, habilidades y destrezas relati-
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vos a su actuación que le permitan implicar al técnicas (modos específicos de operar para gene-
cliente/paciente, enfrentarse a los problemas que rar un efecto concreto).
surgen a lo largo de la intervención y resolver Las habilidades y destrezas del profesional
dudas relacionadas con la aplicación de los tra- también incluyen la parte del conocimiento y la
tamientos. actuación que se refieren al terapeuta, las que le
Para un psicólogo es preciso el domino del han de permitir guiarse y autorregularse.
mejor conocimiento posible del fenómeno que En síntesis, podríamos decir que un dominio
constituye nuestro objeto de estudio (el compor- suficiente de las habilidades y destrezas debería
tamiento), así como de un extenso conjunto de permitir al profesional evaluar, detectar, conocer,
destrezas que, unidas a ese conocimiento (teorías, controlar y manejar las distintas circunstancias
modelos, principios, leyes, conceptos y habilida- que puedan presentarse durante el proceso de tra-
des), permitan diseñar y aplicar la mejor de las tamiento en la persona tratada (incluidas las emo-
intervenciones posibles para prevenir, reducir/eli- ciones). Ello debería abarcar tanto al propio te-
minar el problema/trastorno psicológico que pre- rapeuta como a todos los que participan en la
sente la persona. Este conjunto de conocimientos intervención, para hacer más probable el logro de
teóricos, metodológicos y técnicos son los que de- los efectos benéficos deseados.
terminan el campo de las habilidades y las destre- Kanfer y Schefft (1988) enunciaban las «21
zas; las primeras (las habilidades) están determi- reglas de oro» para prevenir fracasos y hacer más
nadas por los conocimientos que están al alcance probable el éxito profesional. Las reglas más sig-
de todos los profesionales, es decir, adquiridos o nificativas de esta propuesta fueron excelentemen-
que se puedan adquirir a través de otros (modela- te resumidas por Ruiz y Villalobos (1994; pp. 144-
do, transmisión de la información) o mediante 145). Nosotros presentamos en la tabla 1.1 un
aprendizaje directo; las segundas (las destrezas) se decálogo construido a partir de este resumen.
operacionalizan como «el modo de aplicar los Todo lo dicho pone de manifiesto la necesidad
productos de la formación más los aprendizajes de conocer y aplicar las actitudes, habilidades y
derivados de la propia experiencia»; las primeras destrezas que nos permitan realizar nuestro traba-
hacen referencia a los contenidos, mientras que jo con dignidad para con nosotros y respecto a
las segundas a la actuación. quienes buscan nuestra ayuda. Pero, ¿cuáles son
Las habilidades para el desarrollo de una in- estas actitudes, habilidades y destrezas? En los pá-
tervención psicológica están directamente relacio- rrafos que siguen intentaremos una aproximación
nadas con el conocimiento científico que se posea más concreta a estas cuestiones a partir de nuestra
respecto del enfoque teórico al que se adscribe el propia reflexión y las contenidas en los trabajos
psicólogo, así como los hallazgos y desarrollos de realizados al respecto por autores españoles como
la psicología científica en sus distintas vertientes Buela-Casal, Sierra, López-Polo y Rodríguez-To-
o disciplinas, especialmente en aquellas cuyos ledo (2001); Gavino (1997, 2010) o Ruiz y Villalo-
avances pueden afectar a la intervención psicoló- bos (1994), o extranjeros como Kanfer y Schefft
gica: psicopatología, psiconeurología, psicología (1988), Linehan (1980), Lloyd y Whitehead (1976)
experimental, psicología social, psicología evolu- o Sulzer-Axaroff, Thaw y Thomas (1975), que
tiva, psicología del aprendizaje, etc.) y disciplinas también se ocuparon en su día de las siguientes
afines (biología —sistema nervioso, genética y cuestiones.
bioquímica—, química —psicofarmacología—, ¿Qué habilidades requiere el ejercicio de nuestra
física —desarrollo de artefactos eléctricos y elec- profesión? Pese a que resulta bastante artificial se-
trónicos—, informática o los productos del traba- parar lo que se sabe de lo que se hace, porque real-
jo conjunto de varias de ellas —v.gr. la realidad mente conocemos lo que alguien sabe por lo que
virtual, etc.—), así como el conocimiento del mé- nos dice o vemos que hace, por motivos didácticos
todo (los procedimientos y estrategias) y de las nosotros vamos a presentar las habilidades y des-
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TABLA 1.1
Decálogo de las reglas para facilitar el éxito profesional
Regla Descripción
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10.ª Entrenar/tratar a una persona no equivale a instruir/(con)formar con el modo de ver la realidad del profe-
sional. La ayuda psicológica no es tal si no se dirige y sirve al fomento de la individualidad e identidad del
otro; el profesional pone sus conocimientos y experiencia al servicio de la persona que la demanda o para
la que se solicita ayuda.
trezas propias de nuestra profesión desglosándolas Ellas nos permitirán la intensificación de nuestro
en dos grandes grupos: el propio del conocimiento conocimiento, respecto de la disciplina específica
necesario y el relativo a la práctica o actuación en la que se es o se será experto, y posibilitarán
manifiesta. Así, hablaremos, por un lado, de la for- que podamos concretar lo general en cada caso
mación relativa a nuestro conocimiento teórico de particular.
las técnicas y de las estrategias o maniobras nece- Las destrezas necesarias para que las habili-
sarias para el desarrollo de una intervención, al que dades (conocimiento del camino) se concreten en
añadiremos el de la práctica: saber qué hay que acciones manifiestas y adecuadas (ejecución) pue-
hacer, conocer por qué hay que hacerlo, saber den adquirirse mediante: a) la transmisión de in-
cómo y cuándo se hace —fases y pasos que inte- formación (lecturas, clases, conferencias, congre-
gran el proceso de intervención—, etc. sos, documentales científicos, etc.); b) la exposición
Entre estas habilidades hallamos las relativas a modelos de actuación (observando el modo
al conocimiento extenso y comprehensivo de la como un experto aplica cada una de las fases y
psicología y las disciplinas afines (véase tabla 1.2). pasos que integran el proceso de intervención),
TABLA 1.2
Habilidades implícitas en el ejercicio de la profesión
Habilidades Descripción
Conocimiento extenso y com- Conocer los desarrollos teóricos, la metodología, los principios y avances de las
prehensivo de la psicología y materias que han ido integrando y construyendo la psicología científica a lo largo
las disciplinas afines de su historia, así como de las disciplinas afines (biología, farmacología, informá-
tica, etc.). Ello nos debería permitir una formación extensa que nos habría de pro-
veer, por una parte, de una visión comprehensiva del conjunto de la psicología, de
la que más tarde iríamos derivando las guías que nos permitan orientarnos en el
fenómeno que es nuestro objeto de estudio (el comportamiento) y, por otra, ir in-
tegrando los productos de nuestra experiencia con los hallazgos informados por
otros colegas.
Intensificación del conocimien- Conocer los fundamentos teóricos, los requisitos metodológicos, los principios,
to de la disciplina específica en las estrategias y las técnicas/tratamientos que gozan de refrendo experimental
la que será experto y/o empírico. En el ámbito clínico y de la salud, la formación específica en mo-
dificación de conducta y cualquier otro avance que cumpla las exigencias de la
Task Force para los tratamientos psicológicos y, en todo caso, con el rigor me-
todológico propio de la ciencia aplicado a los problemas psicológicos. Ello es
condición necesaria para ser eficaces, efectivos y eficientes en el desempeño de
la profesión.
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Habilidades Descripción
Habilidades para concretar lo Saber ir de lo general a lo particular, del principio y la ley a su aplicación concre-
general en cada caso particular ta en la reducción/eliminación del problema/trastorno específico. Pese a que reco-
nozcamos que existen algunas diferencias notables entre la aplicación de nuestros
conocimientos en condiciones controladas (en la investigación) y las de la prácti-
ca cotidiana, el ejercicio de la profesión exige la capacidad de integrar y aplicar,
en cada caso, las estrategias más adecuadas a las circunstancias en las que tenga-
mos que abordar el problema/trastorno psicológico. La experiencia será una bue-
na aliada, un excelente complemento de nuestra formación, si mantenemos una
actitud crítica y aplicamos cotidianamente el método científico, con todo el rigor
que las circunstancias permitan. Las dificultades no pueden llevarnos al eclecti-
cismo; ante ellas deberíamos agudizar más el ingenio para desarrollar nuestro
quehacer bajo las condiciones más controladas y eficientes que podamos.
Específicas de la intervención Conocer las fases, pasos, estrategias, instrumentos..., para diseñar, seleccionar,
planificar y aplicar tratamientos eficaces, efectivos y eficientes (véase por ejemplo
Brinkmeyer y Eyberg, 2003 o Pérez-Álvarez, Fernández, Fernández y Amigo, 2003).
Es decir, el dominio de los conocimientos implícitos en los procesos de evaluación,
selección o confección del tratamiento en base a los resultados del análisis funcio-
nal (o del modelo teórico de referencia), los criterios para el inicio del desvaneci-
miento del tratamiento y su terminación o «alta», con la que se inicia la fase de
seguimiento de los efectos del entrenamiento/tratamiento.
Referidas a la evaluación Incluye lo que hay que hacer para evaluar la eficacia del tratamiento/entrenamien-
to, tanto antes como durante su aplicación y respecto del mantenimiento de sus
efectos a corto, medio y largo plazo, así como su generalización a otras situaciones
no trabajadas durante la intervención.
bien en vivo (actuación en directo) o por medio cretas, cuya operacionalización garantice con una
de grabaciones audiovisuales (en diferido), así elevada probabilidad el éxito del cliente/paciente.
como, y c) a partir de la propia experiencia. Este gran control inicial, por parte del profesional,
Las habilidades y las destrezas afectan no sólo se irá desvaneciendo progresivamente para llegar
a la cantidad y calidad del aprendizaje propio, ne- a las fases últimas de la aplicación del tratamiento/
cesario para ejercer eficazmente la profesión, sino entrenamiento con situaciones muy poco estruc-
también al proceso de entrenamiento/tratamiento turadas, metas propuestas fundamentalmente por
que se ha de diseñar, es decir, a la manera de dis- el paciente/cliente y un proceso de trabajo centra-
poner la situación y los elementos que la integran, do en el fomento de la independencia respecto del
incluido el cliente/paciente, el psicólogo y los me- psicólogo, que pasará a ser un elemento de apoyo
dios materiales y humanos de los que intentará éste y orientación, no de guía —salvo excepciones—.
valerse para que la persona o el grupo aprenda(n) Recuérdese que el objetivo último de toda inter-
lo que necesita(n) saber para resolver (reducir/eli- vención psicológica es el aprendizaje del autocon-
minar) su problema/trastorno; esto es lo que me- trol y la independencia del cliente/paciente.
todológicamente conocemos como diseño. Entre las habilidades y destrezas implicadas
Este proceso requiere inicialmente situaciones en el desarrollo de la intervención hay que desta-
muy estructuradas, con metas muy realistas y con- car las relativas a:
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sulta del psicólogo cuando ha podido resolver su cólogo tendrá que saber planificar adecuadamen-
problema/trastorno por sí mismo; en general, se te su tiempo de trabajo/ocio y, llegado el momento,
llega a la solicitud de ayuda tras bastantes inten- aplicarse la técnica o el tratamiento más adecuado
tos previos y fallidos para solucionarlo por cuen- al caso, por ejemplo, habilidades y destrezas para
ta propia. No obstante, recuérdese que estas ac- el enfrentamiento a situaciones estresantes y an-
titudes han de ir unidas a otras que pongan de siosas —relajación, inoculación de estrés de Mei-
manifiesto nuestro interés y respeto por el otro, la chenbaum, entrenamiento en el manejo de la an-
relevancia que tiene su participación e implicación siedad de Suinn y Richarson, etc.—. También
en el resultado del entrenamiento/tratamiento, podría discutir consigo los beneficios y perjuicios
etc., por lo que nada se hará sin su consentimien- de pensar cómo lo está haciendo (por ejemplo,
to e implicación, pero siempre bajo la dirección y utilizando la estrategia para la discusión incluida
orientación del psicólogo. Insistimos en que ge- en la terapia racional emotivo-conductual de Ellis),
neralmente el paciente, si se trata de un adulto, ya o analizar los esquemas que pueden estar partici-
ha intentado controlar por sí mismo innumera- pando en el mantenimiento de tales emociones si
bles veces el problema/trastorno antes de acudir fuese necesario (terapia cognitiva de Beck), etc.
al profesional y no lo ha logrado. Recuérdese que tanto la euforia como la disforia
f ) Controlar los pensamientos, sentimientos y son malas compañeras de viaje para el profesional
emociones. Lo que pensamos y sentimos puede en general, y para el psicólogo en particular.
constituir una fuente de «resistencias» que «tor- g) Actuar asertivamente. Ello implica expre-
pedeen» las posibilidades de cambio del otro. sar lo que se piensa y siente del modo más respe-
Nuestras creencias, nuestros miedos y pensamien- tuoso, adecuado y oportuno que nos resulte po-
tos irracionales pueden dar lugar a sentimientos, sible. No tiene sentido «guardar» lo que se piensa
emociones y actuaciones claramente contrapro- y siente, esperando que el otro «se dé cuenta». Esa
ducentes respecto a la pauta de conducta que se actitud es fuente de frustración y resentimiento,
requiere de un profesional. Los profesionales tie- por lo que no se debe confundir con un compor-
nen que aprender a conocer y controlar sus reac- tamiento adecuado ni válido para que el cliente
ciones emocionales, tanto frente a sus propios pen- nos perciba sinceros y auténticos; es «auténtico»
samientos y sentimientos como ante las respuestas quien dice lo que piensa/siente, no quien se lo ca-
inadecuadas del cliente/paciente. Sus respuestas lla; es asertivo quien dice lo que siente del modo
deberían girar fundamentalmente en torno al plan «menos malo» para el receptor.
de trabajo, adoptando una posición objetiva, es- h) Comunicarse adecuada y eficazmente.
timulando la implicación del cliente, ayudándole Cuando hablamos de comunicación generalmen-
a analizar, buscar y comprender las causas de sus te tendemos a pensar en la comunicación oral,
dificultades en la realización de las tareas para pero no hemos de olvidar que se estima que en
casa, en el logro de sus objetivos, retirando su los seres humanos al menos el 50 por 100 de la
atención a las respuestas o reacciones inadecua- comunicación es gestual. Por ello, la forma de
das del paciente, fueren del tipo que fueren, etc. nuestra postura corporal, en general, o en par-
Hablando de las emociones propias, recorde- ticular los gestos de nuestras manos, el modo
mos que entre las que pueden presentarse en el como miramos, la distancia física que nos separa
curso de una intervención (clínica o no), cuando del otro, el movimiento de nuestra cabeza, la ex-
se inicia el ejercicio profesional, está el miedo a no presión facial, el tipo y la cuantía de nuestra risa,
ser valorado por el paciente o a que éste abando- etcétera, deben cumplir con la función de mostrar
ne el entrenamiento/tratamiento (ansiedad de al paciente/cliente que está siendo oído y escucha-
competencia). De no controlarse adecuadamente, do, entendido y comprendido. Pero recuerde el
el efecto de cualquiera de estos miedos puede ser lector que el código gestual debe ser complemen-
determinante para el resultado del proceso. El psi- to del verbal, pues si no están acompasados pue-
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den crear confusión y malos entendidos. Tal sería el logro que el otro nos narra, etc.), ser coherente
el caso, por ejemplo, de alguien que da el pésame con el contenido de lo que se dice (mensajes con-
a un conocido acompañando la expresión de su sistentes), intentar emplear hasta donde sea posi-
sentimiento con una sonrisa o quien felicita por ble el código de nuestro interlocutor, dar instruc-
el nacimiento de un hijo con expresión triste. ciones muy precisas, concretas y operacionalizadas
La comunicación puede facilitarse o dificul- (instruir)... Por último, no olvidar que todos, pero
tarse hasta imposibilitarse en función de las va- especialmente los profesionales, debemos expli-
riables que participen en el proceso. Así, podemos carnos lo mejor posible para que el otro u otros
decir que entre las variables que la dificultan o nos pueda(n) entender, etc. Para comunicarse efi-
imposibilitan se hallan: cazmente (claridad, concreción) y adecuadamen-
te (pertinencia y modo) es preciso conocer y apli-
— La existencia de objetivos contradictorios car diestramente las habilidades sociales.
para el desarrollo de la intervención. i) Usar adecuadamente las estrategias e ins-
— Monopolizar la conversación con el pa- trumentos de evaluación. Ello supone aplicar de
ciente porque el psicólogo «siempre» tiene modo pertinente y ágil las estrategias e instrumen-
respuestas para «todo». tos que hayamos elegido para la evaluación del
— Opinar sobre el interlocutor en vez de so- cliente/paciente, de la eficacia del tratamiento o
bre sus respuestas. de la estabilidad y generalización de sus efectos.
— Estar alterado (irritado, tener miedo, es- j) Colaborar/solicitar información de otros pro-
tresado, contrariado, etc.) durante la inter- fesionales. La intervención psicológica puede ser el
vención, dar respuestas confusas o incon- resultado de la demanda de otros profesionales
cretas. (jueces, abogados, profesores, médicos de familia,
— Emitir mensajes inconsistentes. pediatras, psiquiatras, empresarios, etc.) o de una
— No responder a lo que se pregunta sino a persona o grupo de personas. En el primer caso es
lo que se piensa o cree. necesario conocer y saber dar respuesta adecuada
— Demorar en exceso la respuesta a las pre- a las demandas formuladas por quienes requieren
guntas del otro. nuestra participación; en el segundo, generalmente
— Utilizar un tono de voz muy bajo o muy en los inicios o como paso previo al comienzo de
alto. una intervención, seremos nosotros quienes en
— Dar consejo sin que se lo soliciten, etc. ocasiones tengamos que solicitar información a los
otros profesionales (pruebas médicas, revisión de
En cambio, facilita o incrementa la comuni- la medicación, informes del comportamiento en el
cación un estado emocional equilibrado, la escu- contexto educativo, etc.). En todo caso, el dominio
cha activa de lo que dice el otro, emplear frases de la expresión escrita va a resultar fundamental:
que resuman o clarifiquen lo dicho para evitar saber expresar por escrito lo que deseamos, o dar
malas interpretaciones («¿Me está usted querien- respuesta escrita a las demandas, requiere el cono-
do decir que...?»), intentar comprender al otro cimiento adecuado del marco conceptual de nues-
imaginándose que uno pudiera estar en su lugar tra disciplina y sus afines, así como de la sintaxis y
(«empatizar»), hacer preguntas que requieran res- de la ortografía en la escritura. En este sentido,
puestas extensas (abiertas), reforzar las respuestas constituyen dos excelentes herramientas para faci-
adecuadas con expresiones verbales («¡Muy litar la comunicación entre profesionales algunos
bien!», «¡Estupendo!», «¡Perfecto!»...) o con ges- manuales diagnósticos y estadísticos como los
tos apropiados (mover la cabeza afirmativamente, DSM de la Asociación Americana de Psiquiatría
expresar con gestos y el movimiento de cabeza o las CIE de la Organización Mundial de la Salud.
que se comprende la dificultad a la que está alu- k) Formular las hipótesis o supuestos corre-
diendo el otro, sonreír para expresar la alegría por lacionales. Terminada la evaluación inicial para
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ralización en el contexto cotidiano donde se re- Todo ello ha de permitirnos dar la mejor res-
quieren esas habilidades y destrezas. puesta posible a las demandas de nuestros clien-
o) Elaborar informes. Una parte fundamental tes/pacientes (véase figura 1.5).
del trabajo del psicólogo consiste en la redacción Recuérdese que hay ya países de la Unión
de informes relativos a los resultados de una eva- Europea en los que está regulada la formación
luación o a la evolución del proceso de entrena- continua como un requisito para seguir ejercien-
miento/tratamiento. En Jiménez (1997) puede en- do las funciones propias del psicólogo. En Espa-
contrar el lector una excelente guía al respecto. En ña, el Consejo General del Colegios Oficiales de
todo caso, recuérdese también lo indicado por el Psicólogos tiene un Programa de Formación Per-
Colegio Oficial de Psicólogos de España en el Ca- manente a Distancia (FOCAD —disponible en
pítulo IV, relativo a la obtención y uso de la infor- www.cop.es/focad/—) cuyo objetivo es la actua-
mación en su Código Deontológico (COP, 2004). lización científico-profesional de los psicólogos
p) Mantener una formación continua. En la colegiados en los diferentes campos de inter-
profesión de psicólogo, como en cualquier otra, se vención psicológica (psicología clínica y de la
requiere una actualización constante a través de: salud, psicología educativa, psicología del tra-
bajo, de las organizaciones y los recursos huma-
— Lecturas de informes de investigación. nos, psicología de la intervención social, etc.).
— El estudio de las nuevas modalidades de El programa consiste en el estudio de diversos
tratamiento psicológico y psicofarmacoló- materiales elaborados por prestigiosos psicólo-
gico (aunque no nos competa su aplicación gos y psicólogas del mundo académico y profe-
debemos conocer sus efectos, especialmen- sional, así como la posterior evaluación de di-
te los denominados secundarios, porque chos conocimientos. Los psicólogos que superan
podrían alterar la respuesta de nuestros pa- la evaluación obtienen la acreditación correspon-
cientes al tratamiento psicológico). diente.
— La lectura de las publicaciones relativas a
las nuevas estrategias e instrumentos de
evaluación psicológicos, como los tests de 1.3. EL MÉTODO CIENTÍFICO COMO
lápiz y papel, con buenas propiedades psi- SALVAGUARDA DE LOS DERECHOS
cométricas, o los tests situacionales, con DE LAS PERSONAS Y DEL BUEN
excelente validez interjueces. QUEHACER PROFESIONAL
— Los hallazgos que permiten la aplicación
psicológica de medios electrónicos e infor- La buena imagen social de la que goza actual-
máticos a nuestro campo de trabajo, como mente la psicología se debe sobre todo al buen
las grabaciones audiovisuales, el empleo hacer de los psicólogos, y éste, a su vez, descansa
de las redes sociales o los desarrollos de la tanto en su formación como en el método que
realidad virtual. utilizamos para canalizar nuestra acción.
— El conocimiento de las aplicaciones de los La relevancia del método es doble. Por un
desarrollos tecnológicos relativos a nuevos lado garantiza el desarrollo de la disciplina en el
instrumentos para el registro de variables marco de la ciencia, y por otro actúa como salva-
biológicas como la tasa cardíaca o la res- guarda de los derechos de las personas que reci-
piratoria in situ, la resonancia magnética ben tratamiento psicológico.
funcional u otras modalidades de detec- Ahora bien, ¿de dónde surge la relación entre
ción y medida de sustancias tóxicas en el método científico y el desarrollo de la psicolo-
sangre u orina, por ejemplo. gía? Esta relación surge como respuesta a la pre-
— Asistencia a congresos y reuniones cientí- gunta: ¿qué clase de ciencia puede estudiar adecua-
ficas, etc. damente la realidad humana?
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Disponer adecuadamente
el contexto de la intervención
Colaborar/solicitar información
de otros profesionales
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sidad es que la validación empírica es el criterio b) Validar empíricamente tanto las formula-
básico en la evaluación de los tratamientos. ciones teóricas (falsación), las estrategias
Ahora bien, nuestro compromiso con el rigor e instrumentos de evaluación y los trata-
metodológico no debe hacernos olvidar que el mientos que se aplican.
psicólogo necesita mantener un equilibrio entre c) Tener presente que existe un compromiso
la especulación teórica, la intuición y la empiria especial con la valoración experimental
si desea ser innovador. Es decir, no hemos de ol- de la propia intervención.
vidar que:
Ello presupone que, a sabiendas de que repre-
«el método manejado por la psicología natura- senta una aproximación a su campo de estudio
lista no agota las posibilidades de la racionalidad no exenta de problemas, se asume que es la mejor
científica, no es la estación término de la ciencia, opción entre las existentes.
ni se acompasa del todo con la condición histó- La psicología científica es en sí misma un con-
rica de la conducta que pretende investigar» (...) tinuo proceso de elaboración y verificación de hi-
Por ello, «Esta metodología es y continuará sien-
pótesis. Así, la recogida de la información rele-
do necesaria durante mucho tiempo; sólo que,
eso sí, será cada vez menos suficiente. Si algo po- vante y el empleo de un diseño de investigación
nen de relieve las críticas (...) (es) la necesidad, ad hoc nos permitirán verificar lo acertado de la
en definitiva, de que la psicología no se limite a relación que suponíamos existía entre los hechos.
recortar su campo de acuerdo con un método Tal concepción y forma de actuar es la única a
importado de otras ciencias, sino que procure partir de la cual el psicólogo puede juzgar de for-
ampliar su metodología conforme a lo que re- ma crítica la calidad de sus actuaciones, de ma-
quiera la peculiar condición subjetiva de su ob- nera que llegue a merecer la confianza y el respe-
jeto» (Pinillos, 1980; pp. 583 y 584). to tanto de la sociedad como del resto de la
comunidad científica.
En consecuencia, uno de los problemas más re- En la actualidad el perfil de la actividad social
levantes de la psicología es precisamente encontrar del psicólogo no procede tanto de una teoría muy
tales procedimientos. De momento no puede decir- elaborada como de su eficacia y el rigor de su
se que contemos con contrapartidas metodológicas quehacer, tal como hemos indicado. El empleo del
acabadas. La simulación, cierto tipo de modelos ma- método científico es la mejor manera de proteger
temáticos o la vuelta al interés por los datos intros- a las personas con las que trabajamos de inter-
pectivos, en conjunción todo ello con los nuevos venciones erróneas o perjudiciales. En otras pala-
enfoques cognitivos de la psicología, es posible que bras, éste es el mejor de los métodos desarrollados
ofrezca frutos concretos en el futuro, pero de mo- por el ser humano para emplear la experiencia
mento el grueso del trabajo psicológico continúa como guía de la toma de decisiones y para orien-
haciéndose bajo los cánones del método científico. tar sus actuaciones futuras, pese a sus limitacio-
Antes de pronunciarnos respecto de la dico- nes. Asimismo, es el mejor procedimiento con el
tomía planteada, recordemos lo que supone la que contamos para validar empíricamente una
asunción del método científico desde el punto de intervención psicológica, porque exige que los
vista práctico: efectos generados por ésta también puedan ser
obtenidos cuando profesionales distintos, en dis-
a) Considerar cualquier intervención como tintos contextos y con distintas muestras de per-
un experimento, lo que requiere que tan- sonas con el mismo problema, la apliquen en con-
to el proceso de intervención como las diciones similares (réplica). Además, a todo ello
estrategias utilizadas hayan de especifi- hay que añadir otros dos requisitos: la validación
carse con precisión, de forma que sea po- experimental de la propia intervención y la vali-
sible su réplica. dación empírica de la teoría, las estrategias e ins-
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trumentos de evaluación y el tratamiento psico- indicaba Amigo (2000), incluso los procedimien-
lógico. tos que se consideran inocuos también tienen su
Queda claro que no debe excluirse a priori nin- efecto sobre la persona a la que se aplican; tratar
gún tipo de tratamiento, sino que deben valorar- con desgana es tratar mal. Respecto del segundo,
se siempre sus resultados y sus posibilidades de el culto al éxito económico/profesional, no debe
réplica. La última prueba de la validez de las in- olvidarse que la profesionalidad debe prevalecer
tervenciones psicológicas es el estudio de sus lo- sobre el éxito económico; si se actúa adecuada-
gros. Los distintos puntos de vista teóricos sobre mente, con una alta probabilidad la primera nos
una intervención psicológica no son nada sin el permitirá el acceso al segundo, pero si este últi-
refrendo de una evaluación sistemática y rigurosa. mo se impone entonces es muy probable que al
Por todo ello, podemos concluir que, por mu- marginar el buen hacer terminemos perdiendo
cha coherencia interna que posea un plantea- ambos a medio o largo plazo. Por último, el in-
miento teórico o por el gran valor de verdad que cumplimiento profesional no puede ampararse ni
intuitivamente se le asigne, si no utiliza datos, es verse facilitado por el corporativismo, porque éste
decir, hechos cuantificados con corrección meto- no beneficia ni a la imagen de la profesión ni al
dológica, podemos preguntarnos si goza realmen- cumplimiento de nuestras obligaciones éticas y
te de garantías para su aplicación en la solución legales, que marcan tanto la relevancia como los
de problemas humanos. límites de nuestro quehacer, de nuestra profesio-
nalidad.
Como se recoge en su artículo 1º, nuestro có-
1.4. EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO digo deontológico «está destinado a servir como
DEL PSICÓLOGO Y EL BUEN regla de conducta profesional, en el ejercicio de la
QUEHACER PROFESIONAL Psicología en cualquiera de sus modalidades» (Co-
legio Oficial de Psicólogos, 1987 —www.cop.es—).
Como indicaba Amigo (2000), toda reflexión El Código Deontológico (CoDe, en adelante) se
sobre la ética profesional en el quehacer cotidiano articula en torno a un Título preliminar (artículos
del psicólogo y el papel del código deontológico 1º-4º) y ocho apartados destinados a los principios
como indicador del límite de lo que sí/no se pue- generales (artículos 5º-15º), la competencia profe-
de llegar a hacer en el ejercicio de la profesión, se sional y la relación con otros profesionales (artícu-
apoyan en la responsabilidad profesional o en la los 16º-23º), la intervención (artículos 24º-32º), la
profesionalidad, es decir, en la actitud para reali- investigación y docencia (artículos 33º-38º), la ob-
zar todas y cada una de las actividades laborales tención y uso de la información (artículos 39º-49º),
del mejor modo que resulte posible. Entre las la publicidad (artículos 50º-54º), los honorarios y
amenazas a este objetivo, implícito en la asunción remuneración (artículos 55º-60º) y las garantías
de la profesionalidad, destacan principalmente la procesales (artículos 61º-65º). Es por ello que todo
rutina/desinterés, el culto al éxito económico/pro- psicólogo en ejercicio debe conocer pormenoriza-
fesional y el corporativismo. En relación con la damente los contenidos del CoDe, porque son los
primera, hemos de recordar que nunca dos trata- que deben orientar y guíar su acción.
mientos psicológicos se aplican en las mismas Es de destacar, en el contexto en el que esta-
condiciones, pero que pese a ello, podemos caer mos, la relevancia del artículo 21º, que refiere que
en la falta de implicación o en la reducción de ésta «El ejercicio de la psicología no debe ser mezcla-
a mínimos, convirtiendo lo que debería ser una do, ni en la práctica ni en su presentación pública,
actuación dinámica en algo monótono, «sin inte- con otros procedimientos y prácticas ajenos al
rés», actuando porque hay que hacerlo, porque fundamento científico de la psicología». En este
no queda otro remedio. Recuérdese que no da lo mismo sentido, por lo que se refiere a la emisión
mismo no tratar que tratar mal, porque, como de informes, sean éstos del tipo que fueren (resul-
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tados de una valoración diagnóstica, pericial judi- crucial: la necesaria relación entre la práctica psi-
cial, selección de personal, etc.), los artículos 17, cológica, la investigación y, en la medida de lo
20 y 48 indican que se ha de explicitar con claridad posible, la docencia. Así, en su artículo 33º, si-
la metodología empleada en el estudio, los infor- guiendo las directrices de los acuerdos a los que
mantes, el contenido de la información, las prue- se llegó en la ciudad de Boulder (Colorado, EE.
bas y estrategias utilizadas para la obtención y UU., 1949), indica que todo psicólogo en el ejer-
cuantificación de resultados, la presentación y dis- cicio de su profesión «procurará contribuir al pro-
cusión de los resultados, las conclusiones y, por greso de la ciencia y de la profesión psicológica,
último, el alcance y las limitaciones del estudio. investigando en su disciplina, ateniéndose a las
Tanto el capítulo destinado a «supuestos y ca- reglas y exigencia del trabajo científico y comuni-
sos prácticos ilustrativos de la posible vulneración cando su saber a estudiantes y otros profesionales
de la deontología para psicólogos», de la Comi- según los usos científicos y/o a través de la docen-
sión Deontológica Estatal (2003), como el relativo cia». Esta disposición permite contrarrestar el
a la «vulneración y no vulneración en informes efecto de la rutina en el ejercicio profesional, hace
psicológicos sobre abusos sexuales» (Bermejo, posible el desarrollo de la ciencia psicológica a
2004), recogidos en el monográfico «Ética y Deon- partir de la práctica cotidiana «a demanda», y
tología para Psicólogos (Comisión Deontológico permite que los resultados de los estudios con alta
Estatal, 2004; pp. 17-67 y 68-79, respectivamen- validez externa puedan ser confrontados con los
te)», del Consejo General de Colegios Oficiales de realizados en el contexto experimental del labo-
Psicólogos de España, constituyen dos excelentes ratorio.
trabajos que permiten constatar la relevancia del Para una actualización recomendamos la lec-
CoDe para guiar nuestra actuación como profe- tura del monográfico sobre Ética profesional y
sionales y prevenir los perjuicios derivados de un deontología [Papeles del Psicólogo, número 3, de
malquehacer profesional. 2009 (disponible en www.papelesdelpsicologo.es)],
Por último, queremos señalar que el CoDe se editado por el Consejo General de Colegios Ofi-
ocupa también de una cuestión que nos parece ciales de Psicólogos de España.
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HELIO CARPINTERO
«La psicología científica española en primera línea». Infocop (2009d).
2.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS psicológicos es, sin duda, una lectura apasionan-
te que permite apreciar en su debida perspectiva
La psicología clínica es una subdisciplina de los avances realizados y la situación actual. La
la psicología científica, que investiga y aplica los aproximación a este objetivo es una de las metas
principios del comportamiento humano con el fin del presente capítulo.
de comprender, prevenir y/o modificar, con técni- Hoy nos pueden parecer anacrónicas muchas
cas de evaluación e intervención apropiadas, los formulaciones del pasado, como la atención pres-
trastornos de conducta o problemas de adapta- tada a los malos espíritus (demonología) por su-
ción (Macià, Méndez y Olivares, 1993a). ponerlos causa de las alteraciones de las respues-
Desde sus orígenes, el ser humano ha tenido tas y, por ende, de los trastornos de conducta y
que enfrentarse con el problema que supone la de la personalidad; pero estas interpretaciones no
respuesta inadecuada, extraña, causante de infeli- han existido sólo en el campo de la teoría, sino
cidad, aparentemente perturbada, ilógica o irra- que también han tenido importantes repercusio-
cional. Como consecuencia, a lo largo de toda la nes en el mundo real, especialmente en relación
historia de la humanidad se han ido elaborando con el trato que ha recibido el ser humano que
una gran cantidad de teorías para explicar la na- presentaba un comportamiento raro, extraño o
turaleza del ser humano y su conducta (frecuente distinto al del grupo en el que se hallaba. Tal ocu-
y rara; normal y extraña). Este hecho ha posibili- rría, por ejemplo, cuando tanto Lutero como Cal-
tado que muchos autores e investigadores relevan- vino interpretaban y denunciaban a los discapaci-
tes sostengan que las posibilidades explicativas en tados intelectuales como «habitados por Satanás»
este sentido estén prácticamente agotadas. (Ollendick y Hersen, 1986). Asimismo, estas inter-
El análisis histórico de estas explicaciones y pretaciones permitían generar sus propios y sin-
actitudes respecto de los problemas y trastornos gulares «tratamientos», entre los que se encontra-
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ban la tortura y maltrato del cuerpo, pasando por una con el objeto de tratar las enfermedades ex-
quemarlo vivo o, lo que para algunos autores no plicables (traumatismos, heridas, procesos infec-
es más que un mito (Maher y Maher, 2011), prac- ciosos, alteración en el funcionamiento de órga-
ticar en el cráneo un orificio —trépano— con el nos y sistemas, etc.), la otra intentando ofrecer
fin de permitir salir al mal espíritu del cuerpo del tratamientos para lo inexplicable (respuestas ex-
que había tomado posesión y, como consecuen- trañas e inapropiadas), para lo que la medicina
cia, al que había «enfermado». natural todavía no ofrece solución.
Los tratamientos psicológicos actuales tienen La primera propuesta de tratamientos psico-
sus raíces en dos tradiciones históricas sobre la lógicos alternativos a los derivados de los mode-
cura de las respuestas problemáticas y extrañas: los biomédico y demonológico hay que buscarla
la tradición mágico-religiosa y la tradición na- en Sigmund Freud (1856-1939), un médico aus-
turalista (origen del método científico —véase ta- triaco. Sus formulaciones aparecen cuando ha-
bla 2.1—). La primera sitúa la causa de la res- bían transcurrido ya algunos años desde que Wil-
puesta anormal/desadaptada/extraña en agentes helm Wundt (1832-1920) organizara y fundara en
sobrenaturales: posesión divina o demoníaca, 1879 el primer laboratorio de psicología experi-
siendo el tratamiento algún tipo de exorcismo o mental, en la Universidad de Leipzig, sin que to-
ritual mágico para alejar a los espíritus; el trata- davía se hubiesen derivado aplicaciones al ámbito
miento corre a cargo de los sanadores, curanderos, clínico de los estudios realizados. La interpreta-
brujos o sacerdotes. La segunda considera que las ción propuesta por Freud de los problemas psi-
«enfermedades mentales» tienen una causa natu- cológicos y psicopatológicos, para fundamentar
ral, como el resto de las enfermedades. De hecho, sus tratamientos, se enfrenta directamente con las
una constante histórica de la mayoría de las civi- dos tradiciones previas, demonológica y natura-
lizaciones es la coexistencia de una medicina na- lista, logrando desplazar la relevancia de éstas a
tural y otra mágica en la misma colectividad; la un segundo plano durante más de medio siglo.
TABLA 2.1
Elementos significativos de las psicoterapias contextualizadas en las tradiciones históricas*
Mágico-religiosa Naturalista
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Freud aceptó la estructura del modelo biomé- de comprender el papel de los factores psicoló-
dico, pero no su contenido. Si este modelo estable- gicos en el inicio, desarrollo y mantenimiento de
ce que los síntomas se deben a desórdenes físicos los problemas y trastornos psicológicos. Fue en
subyacentes, en la nueva propuesta teórica éstos 1893 cuando Freud y Breuer colaboraron en la
serán considerados el resultado de los desórdenes redacción de una comunicación titulada Sobre
psicológicos. En consecuencia, se entiende que la los mecanismos psíquicos de los fenómenos histé-
respuesta inadecuada o extraña refleja un proceso ricos; dos años más tarde también publican jun-
de disfunción o «enfermedad» en la personalidad, tos los Estudios sobre la histeria, donde se pro-
calificándose tal respuesta como una manifestación pone la primera versión sobre su teoría. En esta
simbólica (síntoma) del conflicto intrapsíquico sub- obra, los desórdenes del comportamiento, como
yacente, el cual se supone que permanece reprimido la histeria, no son vistos como el resultado de
en el inconsciente. Estos conflictos entre entidades una patología cerebral concreta, sino como la
psicológicas (Ello, Yo y Super-Yo) serían específi- lucha dinámica que se desarrollaría en la mente
cos de cada paciente y se originarían en la infancia humana para satisfacer, por una parte, los de-
a causa de la insatisfacción de las necesidades e seos instintivos que comienzan en la infancia
impulsos básicos de las personas (frustración), in- (fundamentalmente sexuales) y, por otra, para
terfiriendo luego el desarrollo del curso normal o adaptarse a las reglas sociales y a las restriccio-
esperable de la construcción de la personalidad. nes impuestas por el mundo exterior. Es decir,
Sigmund Freud fue sin duda quien más con- frente a causas de orden biológico, explicaciones
tribuyó a que se produjesen los primeros intentos de naturaleza psicológica.
Enfermedades
mentales y psicosomáticas
Represión
(de)
Conflictos
Conflictos
cotidianos
inconscientes
conscientes1
Enfermedades Enfermedades
mentales psicosomáticas
Ejemplo Ejemplo
r1TJDPTJT
Represión Represión
Desórdenes r'PCJBT Problemas
de la agresividad de la ira
de la conducta r/FVSPTJT físicos
= =
r
Úlcera Asma
de estómago
1
"MPTRVFOPTFTBCFDÓNPIBDFSGSFOUF
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gicos. Algunos años antes, Szasz (1961) había ido que para cada categoría existe una etiología co-
más allá afirmando que «la enfermedad mental» mún, un tratamiento específico y un pronóstico.
es un mito que surge de un conjunto de errores y Paradójicamente, los médicos no suelen sentir ru-
confusiones. Este mito subsiste porque consigue bor cuando tienen que afirmar que no existen en-
hacernos olvidar que, para la mayoría de las per- fermedades sino enfermos, lo cual refleja una cla-
sonas, la vida es un esfuerzo constante durante el ra contradicción entre la posición teórica y el
que no siempre se acierta o se dispone de la res- desarrollo de la práctica médica en el ámbito es-
puesta adecuada con la que responder a las de- pecífico de los trastornos psicológicos.
mandas de la situación. Para Szasz, lo que mues- Para comprender mejor este estado de cosas
tran los trastornos psicológicos es la incapacidad hay que recordar que, desde una perspectiva his-
de la persona para manejarse en su medio y tomar tórica, es a finales del siglo XIX, especialmente en
decisiones razonables. Alemania, cuando resurge el interés por la clasi-
En cualquier caso, la explicación del modelo ficación de los «enfermos mentales» en numerosas
biomédico en este contexto es circular, tautológi- categorías nosológicas que poco a poco se van
ca, porque las respuestas catalogadas como anor- elaborando, mereciendo especial atención los tra-
males se toman como una consecuencia de «la bajos de Emil Kraepelin (1856-1926). Su sistema,
enfermedad mental» y la persona es «un enfermo basado casi exclusivamente en la observación de
mental» porque presenta dichas respuestas anor- pacientes hospitalizados, refleja el supuesto geno-
males. típico, es decir, que la psicopatología se encuentra
Asimismo, el modelo biomédico parece con- relacionada con la patología cerebral y que, en
fundir la parte con el todo. Es decir, se considera consecuencia, los síndromes de «anormalidad
inadecuado generalizar el concepto de enferme- mental» se pueden agrupar con la suficiente regu-
dad física al de «enfermedad mental», ya que en laridad como para que puedan considerarse pa-
la mayoría de los problemas y trastornos psicoló- ralelos a entidades nosológicas específicas.
gicos no se conoce ninguna causa de orden so- Siguiendo la nosología kraepeliana, se han de-
mático (véanse a este respecto, por ejemplo, los sarrollado diferentes sistemas clasificatorios en el
manuales DSM de la Asociación Americana de ámbito biomédico, siendo los más representativos
Psiquiatría, a excepción del borrador actual del los elaborados por la Asociación Americana de
DSM-5 en el que parece observarse un cierto re- Psiquiatría (Diagnostic and Statistical Manual,
troceso). Es más, las causas biológicas parecen ser DSM) y los desarrollados por la Organización
condición suficiente para comprender sólo una Mundial de la Salud (Sección de trastornos men-
pequeña proporción del total de los trastornos tales en las diversas ediciones de la International
psicopatológicos inventariados. Tal es el caso, por Classification of Diseases, ICD).
ejemplo, del síndrome amnésico o de los síndro- Si bien es importante matizar que el DSM-III,
mes cerebrales orgánicos dentro de los trastornos el DSM-III-R, el DSM-IV y el DSM-IV-TR (APA,
neurológicos. 1980; 1987; 1994 y 2000) han supuesto una rup-
Este estado de cosas tiene su razón de ser en tura con los sistemas anteriores, al enfatizar la
el hecho de que el modelo biomédico haya reali- observación y la descripción sin adscripción teó-
zado un notable esfuerzo por hallar similitudes rica como elementos básicos para la clasificación,
entre los trastornos que le permitan generar cla- los primeros sistemas de clasificación de la APA
sificaciones nosológicas. Este afán clasificatorio (DSM-I y DSM-II) y el ICD-6 de la OMS recibie-
ha sido generalizado indebidamente a la psicopa- ron severas críticas porque confundían la descrip-
tología, trasvasando y generalizando el concepto ción y las causas de inicio (etiología), no seguían
de entidad nosológica tomado de la medicina al criterios objetivos para cuantificar las respuestas
campo de los trastornos del comportamiento. La y no definían ni los síntomas ni los síndromes con
nosología de las «enfermedades mentales» supone los que trabajaban.
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Son muchas las objeciones que se han formu- biomédicos, y para tratar a nuestros pacientes o
lado contra este tipo de sistemas de clasificación, resolver los problemas de nuestros clientes, ope-
fundamentalmente las que se refieren a su fiabili- remos sin contar para nada con tales referencias
dad y validez. El sistema de clasificación del diag- nosológicas.
nóstico psiquiátrico se ha considerado poco útil Ya hemos expuesto al lector nuestra posición
para alcanzar sus objetivos, esto es, descubrir la respecto del modelo biomédico. Ahora vamos a
etiología, planificar el tratamiento y formular un hacer lo mismo en relación con las teorías psico-
pronóstico de la enfermedad mental. Esto llevó a dinámicas.
Eysenck, Wakefield y Friedman (1983), en una Hace ya mucho tiempo que, desde nuestro
revisión crítica del Tercer Manual Diagnóstico y punto de vista, esta problemática quedó resuelta.
Estadístico de la Asociación Americana de Psi- Así, para Nagel (1959) se puede reflexionar sobre
quiatría (DSM-III; APA, 1980), a preguntarse: si hay o no en la teoría de Freud afirmaciones co-
rrectas, o si esta teoría cumple con el requisito de
«¿Tiene sentido, en realidad, trabajar con que una afirmación puede ser demostrable como
pruebas dirigidas a asignar individuos a catego- teorema sólo si se la acepta antes como postulado.
rías psiquiátricas, cuando esas categorías son en Para Nagel, existen razones suficientes para supo-
gran parte arbitrarias, no tienen estatus científi- ner que la teoría freudiana puede manipularse tan-
co, no se pueden evaluar fiablemente y contra- to que, por más que los hechos estén bien estable-
dicen, en el modo en que han sido concebidas, cidos, escapa a cualquier refutación.
toda la evidencia que apunta hacia un sistema De forma semejante opinaba el filósofo de la
de medida dimensional y no categórico? ¿No de- ciencia Karl Popper (1963) cuando decía que las
beríamos elaborar, como científicos indepen-
observaciones clínicas que los psicoanalistas creen
dientes, un sistema de clasificación basado en la
evidencia empírica, en la teoría psicológica y en ingenuamente que confirman su teoría, realmente
el apoyo experimental, más que aceptar más o no las respaldan más de lo que lo hacen las corro-
menos ciegamente un sistema médico cuya úni- boraciones diarias que los astrólogos encuentran
ca virtud es la de parecer estar basado en cierta en su práctica. Según este autor, a la épica de
forma de consenso? ¿No indicará, quizá, la falta Freud entre el Yo, el Superyó y el Ello no se le
de fiabilidad del diagnóstico psiquiátrico, no puede atribuir una posición científica superior a
tanto un fallo en los métodos de evaluación, sino la de las historias de Homero sobre el Olimpo,
más bien un error fundamental en toda la con- porque, pese a contener sugerencias psicológicas
cepción de la enfermedad mental?» (p. 168). muy interesantes, éstas no pueden verificarse.
Para Wyss (1975), pese a que el objetivo de
A día de hoy no sólo siguen plenamente vi- Freud fue construir un sistema científico, su tra-
gentes los interrogantes de Eysenck et al. (1983), bajo no representa ni siquiera un sistema axio-
sino que hay que responder a la última pregunta mático que se fundamente en hipótesis y teorías
indicando que efectivamente la falta de fiabilidad verificadas que le permitan reclamar para sí el ca-
del diagnóstico psiquiátrico se debe a un error rácter de ciencia natural. Para este autor, el psi-
fundamental en la conceptualización misma de la coanálisis es un intento que registra observacio-
mal llamada «enfermedad mental». Además, no- nes, pero incluyéndolas en un sistema teleológico
sotros seguimos pensando que los psicólogos de- de todas las condiciones comprensibles y posibles
beríamos elaborar nuestro sistema de clasificación de los fenómenos.
basándonos tanto en nuestros desarrollos teóricos Hoy las cosas parecen estar cambiando con-
como en nuestra evidencia empírica y experimen- siderablemente para las denominadas «psicote-
tal. Es un contrasentido que para comunicarnos rapias psicodinámicas», las cuales, en muchos ca-
con otros profesionales (médicos, jueces...) e ins- sos se alejan considerablemente de los supuestos
tituciones utilicemos los sistemas de clasificación y la metodología inicial. Así, en un trabajo recien-
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TABLA 2.3
Características de la terapia psicodinámica hoy1
Características Delimitación de la función del terapeuta psicodinámico
Énfasis en el afecto y en la Fomentar la exploración y la discusión de un amplio rango de emociones por parte
emoción del paciente.
El terapeuta guía la exploración y ayuda al paciente a traducir y describir oralmente
sus sentimientos, incluyendo los que son contradictorios, amenazantes, problemáticos,
se niegan o no se aceptan.
Su objetivo es priorizar la emoción frente al pensamiento (el insight emocional frente
al racional), partiendo del supuesto de que el primero es más profundo y podría in-
terferir en el efecto del tratamiento aunque el paciente pueda comprender sin ambages
qué, por qué y cómo habría de producirse dicho cambio.
Detección de la evitación de Implicar activamente al paciente en la exploración y detección de sus resistencias, di-
los pensamientos y senti- rigiendo su atención hacia éstas para que las explore (intentos de evitación de los
mientos estresantes pensamientos y sentimientos estresantes).
Entrenar en la detección de estas respuestas de escape/evitación («resistencias» o «de-
fensas») resulta crucial porque no siempre se perciben como tales y con claridad, como
ocurre, por ejemplo, cuando no se acude o se llega tarde a la sesión de tratamiento en
la que se tratarán determinadas cuestiones. En ocasiones pueden resultar muy sutiles
como, por ejemplo, cuando se centran en cuestiones ocasionales, menos relevantes y
externas, en vez de en las que son internas y más relevantes.
Identificar patrones psicoló- Aprender a identificar los patrones recurrentes de sentimiento, pensamiento, autocon-
gicos recurrentes cepto, relaciones interpersonales y experiencias que se presentan en la actualidad.
En muchos casos, el paciente es consciente de estos temas recurrentes, aunque no sea
capaz de cambiarlos, pero no en otros casos.
Efectos de la experiencia Orientar al paciente para que se libere de los hechos y procesos del pasado que influ-
pasada en las emociones y yen negativamente en su presente, ayudándole a:
pensamientos actuales
a) Conocer y comprender fundamentalmente cómo la experiencia pasada tem-
prana relacionada con las figuras de apego afecta a sus experiencias y relacio-
nes en el presente.
b) Guiándole en la exploración y análisis de las relaciones existentes entre pasa-
do y presente, así como de los procesos que las mantienen actualmente.
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Relevancia de las relaciones Guiar en el análisis de las relaciones y experiencias interpersonales (relaciones objeta-
interpersonales les o de apego, en el marco teórico), porque éstas son el material a partir del cual se
construye el autoconcepto y la personalidad, constituyéndose en fuente de problemas
psicológicos cuando interfieren los patrones interpersonales inadecuados o problemá-
ticos con la capacidad para acceder y satisfacer las necesidades emocionales.
Flexibilizar la relación tera- Explorar y abordar las variables que pueden interferir en la relación terapeuta-pacien-
péutica te, fomentando e intensificando la flexibilidad en las relaciones interpersonales y la
capacidad para identificar las carencias en este sentido.
Dado el alto contenido emocional que puede alcanzar la relación terapéutica, es muy
probable que emerjan durante la misma cuestiones y patrones emocionales y cognitivos
recurrentes de carácter disfuncional (transferencia y contratransferencia; así, si alguien
tiende a desconfiar de los demás, con una alta probabilidad también lo hará ante el
profesional).
Desarrollar y fortalecer las Desarrollar y fortalecer las capacidades y recursos del paciente por medio de la re-
capacidades y recursos del flexión, el conocimiento y la exploración de sí mismo.
paciente Haciendo uso de la flexibilidad propia del tratamiento psicológico respecto de la par-
ticipación del paciente, se enfatiza esta opción para ir más allá de la «remisión del
síntoma» e incluir todas las variables que pueden resultar relevantes para incrementar
la información sobre cómo se ve a sí mismo (deseos, sueños, miedos, fantasías, etc.) y
a los demás.
1
Modificado de Shedler (2010).
Como puede constatarse, pese a persistir en teniendo sus logros a medio y largo plazo. Pero
algunas de las características conceptuales del como el mismo autor reconoce, aunque cada vez
modelo psicodinámico, la concreción de las fun- sea mayor el número de trabajos en los que se eva-
ciones del profesional cada vez parecen aproxi- lúan los efectos de esta modalidad de tratamiento
marse más al quehacer del terapeuta cognitivo- con criterios metodológicos rigurosos y con resulta-
conductual. dos satisfactorios, todavía queda mucho por hacer
Desde el punto de vista cuantitativo, Shedler en este orden de cosas. Por otra parte, recuérdese
(2010) recuerda que los estudios metaanalíticos que si algo sigue caracterizando a esta modalidad
muestran que esta modalidad de tratamiento ofrece de tratamiento es su carácter «poco protocolariza-
tamaños del efecto significativos frente a la ausen- do», con las implicaciones que ello tiene desde el
cia de tratamiento (d = 0,62 − 0,75) y frente al punto de vista del control experimental y las posi-
tratamiento psicofarmacológico, cuya magnitud bilidades de réplica de sus hallazgos.
oscila entre pequeña y media-baja (d = 0,17 − Concluyendo, si por un lado todavía hoy las
− 0,31). Asimismo, según los datos recopilados por aportaciones psicodinámicas, en el mejor de los
este autor, esta modalidad de tratamiento parece casos, generan tamaños del efecto bajos o muy ba-
eficaz en un rango amplio de trastornos que van jos que se obtienen la mayor parte de las veces de
desde la depresión hasta la ansiedad, pasando por trabajos realizados, como se desprende de los es-
los somatomorfos, la conducta alimentaria, abuso tudios metaanalíticos publicados, en condiciones
en el consumo de sustancias tóxicas, etcétera, man- metodológicas insuficientes para facilitar su répli-
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ca, y si por otro lado, resultan de escasa utilidad fundamentos en el desarrollo de dos líneas de tra-
las clasificaciones nosológicas psiquiátricas, excep- bajo: la evaluación y la experimentación. La pri-
to para la comunicación entre profesionales y con mera es heredera de los trabajos de Francis Gal-
las instituciones, entonces, ¿qué nos queda si ex- ton (1822-1911), McKeen Catell (1861-1934) y
cluimos el referente demonológico para definir los Alfred Binet (1857-1911), y la segunda del desa-
problemas y los trastornos psicológicos? Con otras rrollo de las semillas plantadas en el primer la-
palabras, ¿qué hace hoy un psicólogo para deter- boratorio de psicología experimental puesto en
minar la existencia de un problema o trastorno marcha por Wilhelm Wundt en 1879 (Leipzig,
psicológico? ¿Qué desarrollo teórico utiliza como Alemania). Ahora bien, pese a ello, no hay que
guía de su toma de decisiones? ¿Cómo delimita y olvidar que en la primera mitad del siglo XX los
operacionaliza el concepto sobre el que habrá de psicólogos no disponíamos todavía de una alter-
desarrollar y aplicar estrategias e instrumentos nativa teórica propia con la que hacer frente a las
para su evaluación, para aplicar la intervención explicaciones proporcionadas por los modelos
que le permita que la persona tratada alcance de psicopatológicos derivados de la propuesta de
nuevo valores apropiados en su respuestas cotidia- Freud. Ello era debido a que, entre otras causas,
nas a las situaciones donde antes eran inadecua- los intentos de formular hipótesis sobre los tras-
das? Veámoslo en el siguiente epígrafe. tornos psicológicos y someterlas a contraste expe-
rimental eran todavía escasos y, salvo excepciones,
estaban limitados al modelo del condicionamien-
2.2. INICIOS DE SU DELIMITACIÓN ACTUAL: to clásico formulado por Pavlov; tal era el caso
HACIA UN MODELO PSICOLÓGICO de John B. Watson (1878-1958), Rosalie Rayner
(Watson y Rayner, 1920) y Mary Cover Jones (Jo-
A principios del siglo XX la psicología cientí- nes, 1924a y b) en EE.UU. o los desarrollos de la
fica comenzaba a ser un proyecto que tenía sus reflexología en Rusia.
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es posible encontrar antes de 1925 excepciones nica y el contexto educativo (análisis conductual
muy importantes en las que la investigación no se aplicado).
realizaba con animales. Así, ya en 1902 Twitmyer Hay que recordar que el auge que el método
estudió el reflejo de la rodilla, sin tener conoci- científico experimentó a lo largo del siglo XIX,
miento de los trabajos en este sentido de los rusos unido al desarrollo de las ciencias de la salud ge-
Sechenov (1829-1905), Pavlov (1849-1936) y Be- nerado por aquél, constituyen dos de los antece-
chterev (1857-1927) —este último trabajando dentes que propiciarán el salto de una concepción
independientemente de Pavlov, pero al mismo especulativa de la psicología hasta su considera-
tiempo—. También hemos de señalar el trabajo ción como ciencia natural positiva, permitiendo
de Krasnogorski, quien intentó condicionar en que la conducta humana pudiera ser investigada
1907 la respuesta de deglución en un niño de 14 siguiendo los mismos principios metodológicos
meses utilizando como estímulo condicionado la (observación y experimentación) que los que ya
visión de la comida, por estímulo incondicionado se utilizaban en la biología, la medicina o la física.
el propio alimento y como respuesta (in)condicio- Ello llevó a que este enfoque experimental de la
nada la de deglución; otro tanto habría que decir psicología rechazara como objeto de estudio la
de Ivanoff-Smolenski (1927). En los EE.UU., in- conciencia y toda la constelación de constructos
fluido por Bechterev, Watson inicia a partir de inobservables relacionados con ella (como, por
1915 el estudio de la aplicación del condiciona- ejemplo, las tendencias innatas, el inconsciente o
miento en humanos (Watson y Rayner, 1920); este los conflictos intrapsíquicos). Este rechazo tam-
interés de la psicología rusa por la aplicación de bién incluía a la instrospección como método
los principios del condicionamiento a los trastor- para obtener información. La psicología experi-
nos de conducta humana llega también a otros mental se centró en el estudio de la relevancia de
autores americanos (así, por ejemplo, Burnham, las variables ambientales en la explicación de la
1917; Dunlap, 1932; Jones, 1924 a y b; Mowrer y conducta de los seres humanos y los animales, en
Mowrer, 1938). la introducción de los modelos de aprendizaje
Desde su inicio, los trabajos sobre el condicio- (clásico primero, operante y modelado después)
namiento en Rusia y los EE.UU. pusieron de re- como elementos de estudio de las relaciones entre
lieve la adaptabilidad y modificabilidad de la res- los estímulos y las respuestas (conductas), así
puesta de los seres humanos. Bechterev (1932 y como en la conexión entre la respuesta observable
1965) y Watson (1924) formularon teorías basa- y la actividad fisiológica para estudiar las relacio-
das en el condicionamiento de respuestas emocio- nes entre el medio interno a la persona y el exter-
nales, al considerarlo la base de la conducta, es- no (social y físico).
tableciéndose el aprendizaje como un tema central Pero la psicología científica no la constituye
de la psicología. En este contexto, Guthrie (1935) sólo su rama experimental, pues también es con-
formuló su teoría de la contigüidad, Mowrer sustancial el componente correlacional o descrip-
(1960) la teoría bifactorial y Hull (1943) introdu- tivo. Respecto de este último, hemos de recordar
jo las variables intermedias. Desde otra perspec- que en la primera mitad del siglo XX había una
tiva, la del análisis del efecto de las consecuen- gran fascinación entre los psicólogos por los tests
cias en la respuesta, Thorndike (1898, 1911 y diseñados y desarrollados bajo el paraguas de la
1931) descubrió la ley del efecto y Skinner (1938 psicología diferencial y el auge del psicodiagnós-
y 1953) formuló y desarrolló el condicionamien- tico. Ello era fruto, por una parte, del impacto de
to operante como una nueva perspectiva concep- la ideas de Darwin (1809-1882) sobre la necesidad
tual y metodológica, integrada en el análisis ex- de estudiar y comprender las diferencias indivi-
perimental de la conducta. Todo ello permitió el duales en las capacidades mentales y de establecer
desarrollo de la psicología experimental y la apli- comparaciones por medio de la cuantificación de
cación de sus modelos teóricos en la práctica clí- las respuestas dadas en los tests mentales; por
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otra parte, el hecho de que los psicólogos no dis- obtenía/obtiene en esa característica o atributo,
ponían todavía de tratamientos psicológicos efi- para determinar su posición relativa y predecir a
caces con los que poder desarrollar intervenciones partir de ahí su respuesta en las situaciones en las
alternativas a la terapia psicodinámica. Esto hizo que ese atributo se considera relevante para ac-
que la labor del psicólogo quedara confinada casi tuar del modo que la situación requería. Pese a
en exclusiva a las tareas propias del diagnóstico que las aportaciones del modelo del atributo iban
psiquiátrico, centrándose en el desarrollo y la mucho más allá del ámbito clínico, abarcando los
aplicación de las pruebas psicológicas durante los contextos militar, educativo, laboral, etc., el desa-
años veinte y treinta del pasado siglo XX, tanto rrollo de su vertiente clínica, el psicodiagnóstico,
en la evaluación de la inteligencia como de la per- tiene su origen en el interés de la psiquiatría por
sonalidad, porque todavía no se conceptualizaba obtener constatación objetiva, mediante tests psi-
la respuesta ni la conducta como objeto de estu- cológicos, de sus clasificaciones nosológicas y de
dio, evaluación y tratamiento. otras disfunciones neurológicas. Por ello, el fin del
El efecto de esta situación fue pasar de la casi psicodiagnóstico era la clasificación de la persona
inexistencia del psicodiagnóstico a un incremento a partir de las puntuaciones que obtuviera en la
tan notable de su influencia y del número de sus realización de pruebas relativas a una serie de en-
instrumentos que terminó formando parte de la tidades nosológicas o etiquetas diagnósticas, pre-
práctica habitual de los psicólogos en hospitales viamente construidas a la luz de los supuestos
y clínicas. Esto hizo posible que, pese a que la teóricos dominantes: los psicodinámicos.
práctica clínica dirigida por los psiquiatras rele- Hay que recordar que, en el ámbito psicopa-
gaba el papel de los psicólogos al de evaluadores, tológico, el modelo biomédico había encontrado
éstos empezaran a realizar sus propias investiga- en el modelo psicodinámico (modelo cuasimédi-
ciones con pacientes diagnosticados de psicosis y co) un aliado que le proporcionaba una explica-
aplicaran métodos psicológicos al estudio de las ción teórica de la llamada conducta anormal y
distintas funciones mentales de los pacientes una modalidad de tratamiento derivada de esta
hospitalizados. Ello supuso el inicio del estudio teoría (técnica de la asociación libre de ideas, in-
científico de la llamada conducta anormal. Recuér- terpretación de los sueños, el drama simbólico
dese que, en aquellos tiempos, las dos grandes dirigido, el entrenamiento autógeno de Wolfram
categorías diagnósticas eran psicosis y neurosis. Kurth, la terapéutica del juego de Melanie Klein,
La aplicación de técnicas psicológicas, elaboradas etcétera) y, en consecuencia, la mayor parte de los
y aplicadas por psicólogos, para el estudio de los psiquiatras tenían una formación psicoanalítica y
problemas y trastornos psicológicos fue el precur- actuaban aplicando esta modalidad de tratamien-
sor natural de la rama clínica de la psicología to. Recuerde también el lector que fue en 1952
científica. Uno de estos intentos pioneros se reco- cuando J. Delay y P. Deniker descubren el primer
ge en el libro Clinical Psychology de C. M. Louttit, psicofármaco, la clorpromazina, que aliviaba los
publicado en 1936, en el que se presenta una des- estados de agitación y reducía los delirios en pa-
cripción sistemática de la aplicación de la psico- cientes con esquizofrenia, aunque hubo que espe-
logía a contextos clínicos. rar hasta 1957 para que R. Kuhn informara de
El fin de esta «tarea constructora», desarro- los efectos beneficiosos en las respuestas obsesivas
llada en el seno del componente descriptivo de la y compulsivas de la clorimipramina («Anafranil»)
psicología científica, su rama diferencialista, era y la imipramina («Tofranil») y que, asimismo, N.
hallar atributos o características psicológicas bá- Kline hiciera otro tanto respecto de la iproniacida
sicas en los seres humanos, por lo que terminó (inhibidor de la monoaminoxidasa —IMAO—)
conociéndose como modelo del atributo. Así, una en el tratamiento de la depresión. Por otra parte,
vez concretada(s) la(s) característica(s), el objeti- es también en 1952 cuando se formula la principal
vo era hallar las puntuaciones que una persona acusación contra la falta de eficacia de los trata-
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mientos derivados del psicoanálisis (Eysenck, gía científica seguía pendiente de solución. El in-
1952); luego vendrían otras que seguirían corro- tento biomédico, con su concepto de «enfermedad
borando esta falta de eficacia en el campo adulto mental», no había prosperado; la propuesta psico-
(Eysenck, 1966) y en el de la infancia y la adoles- dinámica de operacionalizar los problemas psicoló-
cencia (Levitt, 1957 y 1963). gicos y psicopatológicos en términos de «conflictos
Volviendo al movimiento diferencialista, hay inconscientes» resultaba incontrastable, no se po-
que decir que éste sufrió amplias e intensas críticas, día falsar ni verificar, por lo que también quedaba
tanto desde el ámbito social como desde la comu- al margen de los requisitos exigidos por la comu-
nidad científica. En el primero se generó lo que ha nidad científica para salvaguardar los derechos las
venido a denominarse «revuelta anti-test», que no personas; por último, los desarrollos en el ámbito
es otra cosa que la reacción social ante el uso gene- del modelo del atributo, pese a tratarse de una
ralizado y muchas veces indiscriminado de instru- aportación estrictamente psicológica, también ha-
mentos de evaluación, cuando presentaban múlti- bían fracasado en su intento de incluir como con-
ples limitaciones para cumplir con los objetivos tenidos los constructos psicodinámicos y no poder
para los que se aplicaban. Estas limitaciones afec- cumplir con los requisitos del método científico
taban al plano técnico y al de su aplicación abusi- para este tipo de pruebas (fiabilidad y validez).
va a las personas, así como a la generalización de ¿Qué había que hacer? ¿Es que realmente no
las puntuaciones obtenidas en los instrumentos, se podía operacionalizar la delimitación de los
sin un criterio contrastado experimentalmente. problemas y los trastornos psicológicos de acuer-
Así, por ejemplo, una puntuación elevada en el do con los requisitos del método científico? La
MMPI podía llevar a un diagnóstico de esqui- búsqueda de esta respuesta apremiaba a la psicolo-
zofrenia, paranoia o desviación psicopática, con gía científica porque, paradójicamente, es en este
todo lo que ello significaba en el orden social y en momento histórico cuando, por primera vez, se
el desarrollo personal. Por su parte, la comunidad incrementan las demandas de atención psicológi-
científica atacó los cimientos mismos del modelo ca como consecuencia, por un lado, de los efectos
del atributo, negando la base científica de los con- de la Segunda Guerra Mundial y, por otro, de la
tenidos que evaluaban los tests, o, lo que es lo mis- lentitud del tratamiento psicoanalítico en el logro
mo, aportando evidencia empírica y experimental de efectos (cuando se producían), la carencia de
respecto de la inadecuación de «los rasgos» para tratamientos eficaces derivados del mundo de la
predecir las respuestas de las personas, uniendo a química (psicofarmacología) y de la física (ope-
ello la falta de rigor de muchos de los instrumentos raciones realizadas por los cirujanos médicos).
porque no cumplían con los requisitos de fiabili- Téngase en cuenta que si no podemos concre-
dad y validez psicométrica que han de probarse tar, operacionalizar y cuantificar un problema, no
antes de ser utilizados con fines aplicados. sabremos realmente qué vamos a tratar y mucho
El intento de desarrollar instrumentos de eva- menos cómo tratar algo que realmente no tene-
luación psicológica que permitieran diferenciar mos delimitado.
entre personas con y sin problemas/trastornos
psicológicos, así como realizar pronósticos a par-
tir de ellos, siguiendo el modelo biomédico, había 2.2.1. Construcción de la alternativa
sufrido un serio revés: eran rechazados social- psicológica en el contexto científico
mente por su uso abusivo y por la comunidad
científica por su falta de rigor metodológico y por La situación informada en el párrafo anterior
la inadecuación de sus constructos para prede- propició el inicio de una perspectiva estrictamen-
cir la(s) respuesta(s) que decían medir. te psicológica de los problemas/trastornos.
La determinación de la existencia de un proble- Como se ha comentado, una de las desgra-
ma/trastorno psicológico en el marco de la psicolo- ciadas secuelas de la Segunda Guerra Mundial
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(1939-1945) fue el incremento del número de per- final de la Segunda Guerra Mundial. Como seña-
sonas que requerían atención especializada por la Labrador (2008), la importante demanda de
problemas psicológicos. Como el personal médico ayuda profesional, la incapacidad de los trata-
disponible era muy escaso, los psicólogos fueron mientos tradicionales para cubrirla y el disponer
incluidos de forma masiva en los hospitales mili- de procedimientos de intervención alternativos,
tares —fundamentalmente en EE.UU.—, reci- basados en desarrollos teóricos sólidos y con el
biendo entonces un gran impulso la profesión de adecuado apoyo metodológico, provocó el surgi-
psicólogo clínico. Esta coyuntura supuso la incor- miento de la modificación o terapia de conducta.
poración a la práctica clínica de numerosos psi- Tres autores imprimirían una notable influen-
cólogos con una formación y orientación curricu- cia con sus líneas de investigación y la publica-
lar fundamentalmente científica y experimental, ción de sus trabajos, dando finalmente lugar a su
que rechazaban tanto la aproximación psiquiátri- constitución: J. Wolpe (1915-1997), B. F. Skinner
ca ortodoxa como los postulados psicoanalíticos. (1904-1990) y H. Eysenck (1916-1997). Así, en
Al mismo tiempo, y ante la necesidad de disponer 1953 aparece la obra de Skinner Ciencia y conducta
de tratamientos psicológicos eficaces y eficientes humana, que posibilitaría la aplicación de trata-
en términos de tiempo, muchos psicólogos inten- mientos basados en el condicionamiento operante;
taron aplicar en la clínica los paradigmas y cono- Wolpe, en 1958, publica su libro Psicoterapia por
cimientos de la psicología experimental y del inhibición recíproca, donde, junto a explicaciones
aprendizaje. teóricas sobre las neurosis humanas, en términos
En este contexto, el desarrollo incipiente del pavlovianos y hullianos, se presenta el primer tra-
modelo conductual (conductual-cognitivo) permi- tamiento psicológico estructurado, construido en
tió entrever soluciones. La psicología plantea su el marco del método científico, para tratar las fo-
propia alternativa en el campo de los problemas bias específicas (desensibilización sistemática) y
psicológicos, proponiendo no sólo una nueva for- una estrategia terapéutica para abordar los proble-
ma de conceptualizarlos, sino también nuevos mas de ansiedad social (entrenamiento asertivo);
procedimientos terapéuticos para resolverlos o por último, en 1960 se produce la publicación por
modificarlos. Como afirma Kazdin (1978), la apli- parte de Eysenck de su obra Terapia de conducta
cación de los principios del aprendizaje a proble- y neurosis, cuya contribución viene a unirse a la ya
mas de conducta, tal y como la llevaron a cabo ejercida por los trabajos desarrollados bajo su di-
Bechterev, Watson, Rayner, Jones, etc., fue la an- rección en el Hospital Maudsley. Paradójicamente,
tesala de la terapia/modificación de conducta. ninguno de estos tres investigadores tenía como
Pero el inicio oficial de la terapia/modificación de formación inicial la psicología. Skinner era litera-
conducta se sitúa, para la mayoría de autores, al to, y Wolpe y Eysenck psiquiatras.
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Pese a las diferencias que existían entre estos respuestas problemáticas o desadaptadas
tres autores, podemos afirmar que todos coinci- y generado/desarrollado respuestas adap-
dían en: tativas como alternativa.
k) Someter la eficacia de los tratamientos a
a) Rechazar de forma explícita el «modelo su verificación experimental.
biomédico» como referencia para expli-
car la génesis, el desarrollo y el manteni- Como consecuencia de lo indicado, en primer
miento de «todos» los problemas del lugar un problema psicológico lo sería porque la
comportamiento, así como el concepto respuesta de la persona no alcanzase o excediese
«enfermedad mental». los valores que en el contexto cultural en el que se
b) Mantener una actitud escéptica hacia el presenta resulten adecuados en su intensidad, fre-
psicoanálisis, poniendo a prueba su efica- cuencia y duración; la referencia para la (in)ade-
cia [recuérdense los trabajos ya menciona- cuación la proporcionaría el grupo cultural y de
dos del propio Eysenck (1952 y 1966) con edad de referencia, quedando excluidas las res-
población adulta, o los de Levitt (1957 y puestas excepcionales que plantean problemas nue-
1963) con niños y adolescentes]. vos, origen por ejemplo de una nueva ciencia, o que
c) Sostener que tanto las respuestas adecua- dan respuestas originales y eficaces a problemas
das como la desadaptadas se rigen por los viejos. En segundo lugar, será también considerado
mismos principios, por lo que las diferen- como problema psicológico aquel que tenga su ori-
cias entre ellas no son de orden cualitati- gen en una asociación inadecuada o desadaptativa
vo sino cuantitativo. como la que se da, por ejemplo, entre/por:
d) Estudiar las respuestas en sí mismas y en
relación con sus antecedentes y conse- a) Un estímulo incondicionado y otro ini-
cuentes, no como síntomas de ningún cialmente neutro, que pasará a ser condi-
constructo subyacente. cionado y a asociarse con una respuesta
e) Evaluar y tratar lo que la persona hace, similar a la desencadenada por el es-
sus reacciones ante los estímulos. tímulo incondicionado, de modo tal que
f) Fundamentar y desarrollar el tratamiento se terminará respondiendo de forma in-
en los principios y teorías del aprendizaje adecuada ante la situación; así, por ejem-
para que fueran consistentes, se formula- plo, la tasa cardíaca y respiratoria se dis-
ran adecuadamente y permitieran deduc- paran como si se estuviera delante de un
ciones verificables. león cuando se está a punto de entrar en
g) Derivar el tratamiento de estudios expe- un ascensor, mientras que antes se subía
rimentales diseñados ad hoc. y bajaba de éste sin casi darse cuenta de
h) Tratar las respuestas problemáticas actua- lo que estaba ocurriendo.
les; el desarrollo histórico tiene poca im- b) Entre una respuesta y sus consecuencias,
portancia. como ocurre, por ejemplo, cuando la per-
i) Conceptualizar «la curación» como un sona con respuestas de ansiedad social
proceso que se consigue extinguiendo/eli- muy intensas, que interfieren de modo
minando las respuestas desadaptadas significativo en su quehacer cotidiano,
aprendidas y enseñando/aprendiendo «descubre» lo bien que se siente y todo lo
nuevas respuestas deseables/apropiadas que puede hacer si antes de actuar o rela-
como alternativa. cionarse consume alcohol u otra sustan-
j) Demostrar que con el tratamiento se lo- cia con efectos similares.
gra una recuperación permanente, siem- c) La generalización de la respuesta especí-
pre que se hayan extinguido/eliminado las fica de una situación a otra que se con-
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timo sería el caso de las personas que presentan nueva tecnología (la terapia/modificación de con-
tetraplejias como consecuencia de una parálisis ducta) para el entrenamiento/tratamiento del nue-
cerebral infantil; no poder controlar la respuesta vo objeto de estudio de la psicología: el compor-
motora les impide mostrar/probar que aprenden, tamiento humano.
pero cuando la tecnología lo ha permitido, gra-
cias a los desarrollos físicos e informáticos, estas
personas pueden resolver problemas que previa- TABLA 2.4
mente ni siquiera habríamos supuesto. Gestación, inicio, desarrollo, consolidación
Así pues, hay que indicar que: a) la ocurrencia y expansión de la terapia/modificación
de aprendizaje sólo se puede constatar a través de de conducta
las respuestas de la persona, pero no se puede ne-
gar la ocurrencia del proceso porque no se haya Pavlov inicia sus trabajos experimen-
1899
podido verificar, y b) las respuestas inadecuadas o tales.
desadaptativas, los problemas y los trastornos psi-
Watson y Rainer prueban que se pue-
cológicos también se pueden aprender observando
1924 den aprender las respuestas emocio-
el comportamiento de modelos significativos. nales (de miedo en su caso).
Recuérdese que, en cualquiera de los procesos
de aprendizaje, las respuestas inadecuadas que Mary Cover Jones logra eliminar res-
serán objeto de evaluación y tratamiento psicoló- 1924 puestas de miedo en niños tratando
gico son las que resultan del aprendizaje; es decir, Gestación directamente «el síntoma».
la persona aprende a responder como lo hace, por Mowrer y Mowrer dan a conocer los
lo que no se puede decir que ésta sea así, sino en resultados de su técnica para el trata-
todo caso que responde así. No hay que olvidar 1938 miento de la enuresis.
que son muy pocos los problemas y trastornos del Skinner publica La conducta de los or-
comportamiento que tienen su razón de ser en ganismos.
variables de orden biológico. Por último, téngase Shapiro sostiene la necesidad de dise-
en cuenta que el efecto de las variables de orden ñar experimentos controlados y mani-
biológico no es incontrolable per se, aun cuando 1951
pular sistemáticamente la conducta
pudieran estar desempeñando un papel impor- anormal.
tante en el mantenimiento de las respuestas pro-
blemáticas o inapropiadas; así, las limitaciones Eysenck da a conocer los resultados
1952 de sus investigaciones sobre la eficacia
impuestas inicialmente por la trisomía 21 en el
de la psicoterapia.
Síndrome de Down pueden modificarse parcial-
mente diseñando y aplicando estrategias específi- 1953
Skinner publica Ciencia y conducta hu-
cas de aprendizaje desde edades tempranas. mana.
Inicio y desarrollo
Esta nueva posición derivada de la demostra- Levitt publica los resultados de su in-
ción de que se podía aprender observando el com- 1957 vestigación sobre la eficacia de la psi-
portamiento de otro, pese a sus limitaciones, su- coterapia con niños y adolescentes.
ponía por muchas razones un giro importante
respecto a la conceptualización que se había rea- Wolpe presenta su Psicoterapia por in-
1958
hibición recíproca.
lizado de los problemas y trastornos psicológicos
desde la perspectiva de la «enfermedad mental» Eysenck publica Terapia de conducta y
1960
(modelos biomédico y psicodinámico). neurosis.
En primer lugar se desarrolló un marco teóri-
Bandura publica su obra Principios de
co (el modelo conductual), estrictamente psicoló- 1969
modificación de conducta.
gico, que permitió orientar el desarrollo de una
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Antecedentes Consecuentes
Persona
Respuestas motoras k
E O R Respuestas fisiológicas C
Respuestas cognitivas
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Características del modelo conductual-cognitivo 9.ª Requiere que se evalúe la eficacia de la in-
tervención en función de los cambios ob-
1.ª El objeto de estudio del modelo conductual- jetivos producidos en la(s) respuesta(s), su
cognitivo está centrado sobre la conducta mantenimiento en el tiempo y el grado de
como actividad mensurable, medible o eva- generalización alcanzado.
luable, tomándose ésta, es decir, el producto
de la relación entre el estímulo y la respues-
ta, como objeto de intervención.
Primera característica. El objeto de estudio del
2.ª Se fundamenta en los principios teóricos y modelo conductual-cognitivo está centrado sobre la
hallazgos empíricos de la psicología cientí- conducta como actividad mensurable, medible o eva-
fica, que inicialmente son los de la psicolo- luable, tomándose ésta como objeto de intervención.
gía del aprendizaje.
Entendemos por conducta cualquier reacción
3.ª Concede una importancia especial al méto-
do científico, con especial énfasis en su com-
motora, psicofisiológica o cognitiva que sea espe-
ponente experimental. cificable, evaluable y mensurable. Es importante
puntualizar que mensurable no significa necesa-
4.ª Sostiene que la mayor parte de la conducta riamente manifiesta, sino que también es posible
humana se adquiere, mantiene y modifica medir o evaluar las actividades encubiertas me-
por los mismos principios, tanto si es ade- diante los autorregistros que puede realizar la
cuada a la situación en la que aparece como
persona de sus respuestas íntimas o encubiertas.
si resulta desadaptada.
Así, han de ser tenidas en cuenta tanto las res-
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Conducta
(fenómeno objeto de estudio)
Variables
(que intervienen en su delimitación)
Psicológicas
(historia de aprendizaje,
Ambientales Biológicas RBC, expectativas,
(físicas y sociales) (anteriores y actuales) C.I., variables en el
procesamiento
de la información)
CC CO MO TI/PI
Conjunto de supuestos
Aproximación
Modelo cognitivo-conductual teóricos y metodológicos
específica
compartidos
Convergencia
Marco
Modelo bio-psicosocial de distintos enfoques
interdisciplinar
explicativos y de intervención
1
Ayudan a organizar las ideas que se tienen sobre el fenómeno objeto de estudio, permiten hacer inteligibles cómo y por
qué los fenómenos psicológicos exhiben las propiedades que descriptivamente poseen, guían la toma de decisiones y la
elección de tratamientos, a la vez que facilitan la comunicación interprofesional, explican los hechos a través de hipótesis,
ofrecen un mapa de este sector de la realidad y orientan su investigación.
2
CC = Enfoque mediacional, MO = Modelado (variante del aprendizaje social formulada por Bandura); CO = Enfoque
operante; TI = Transmisión de información; PI = Procesamiento de la información.
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puestas motoras externas (lo que la persona hace) Sin embargo, la importancia dada inicialmen-
como internas (lo que piensa, quiere, sus expec- te a la fundamentación teórica ha sufrido impor-
tativas, etc.). tantes altibajos. Como se ha comentado, en las
Tanto la evaluación como el tratamiento requie- últimas décadas se han ido introduciendo concep-
ren datos objetivos y precisos de la(s) respuesta(s), tos, se han diseñado nuevas técnicas (muchas de
especialmente de la(s) manifiesta(s), presentados ellas derivadas de la experiencia clínica más que
cuantitativamente y recogidos preferentemente de modelos teóricos o hallazgos empíricos), se ha
mediante la observación de/en la situación natural ampliado el ámbito de aplicación, y todo ello sin
en la que se encuentra la persona. que los modelos teóricos explicativos del funcio-
Como hemos comentado, la influencia del con- namiento de las respuestas adaptativas o desa-
ductismo sobre los primeros terapeutas fue útil, al daptativas hayan sido reformulados, ampliados
promover la claridad y el rigor en la psicología apli- o sustituidos, dificultando un acuerdo sobre un
cada, y al promover técnicas experimentales, criti- modelo conceptual de lo que es conducta anor-
cando la excesiva dependencia de la introspección mal, sus causas, su evaluación y su tratamiento.
y el mentalismo no apoyado empíricamente; sin En ocasiones parece existir un «divorcio» entre
embargo, el conductismo tuvo un efecto inhibidor la investigación de laboratorio y la práctica clíni-
en la investigación de ciertas áreas (cognición, me- ca. Muchos psicólogos clínicos consideran irrele-
moria, verbalizaciones internas, emociones, etc.) a vantes para su práctica el trabajo de laboratorio y
causa de sus estrictos criterios, situación que se co- son muchos los investigadores que no han tratado
rrigió con la evolución del modelo. a un paciente en muchos años ni han intervenido
en el medio natural y consideran poco riguroso el
Segunda característica. El modelo conductual- trabajo aplicado.
cognitivo se fundamenta en los principios teóricos y El fundamentarse en el conocimiento experi-
hallazgos empíricos de la psicología científica, que mental ha sido y debe continuar siendo una ca-
inicialmente son los de la psicología del aprendizaje. racterística distintiva de los enfoques de la terapia
de conducta, la cual favorece la integración entre
Cuando surge el modelo conductual, su pre- la práctica clínica y la investigación básica; hay
tensión era aplicar a la práctica clínica datos ex- que recordar que este hecho constituyó en el pa-
perimentales fiables obtenidos en el laboratorio y sado una de las más importantes deficiencias de
desarrollar tratamientos a partir de teorías con- la psicología aplicada, comparada con otras cien-
cretas. Inicialmente fueron los principios experi- cias también aplicadas.
mentales del aprendizaje los que fundamentaron
el nuevo modelo conductual. De este modo, a día Tercera característica. El modelo conductual-
de hoy se puede aceptar la existencia en la teoría cognitivo concede una importancia especial al mé-
del aprendizaje de conexiones históricas, metodo- todo científico, con especial énfasis en su compo-
lógicas y conceptuales, pero ésta ya no puede ser- nente experimental.
vir como un fundamento exclusivo para el mode-
lo conductual-cognitivo. En las últimas décadas Ello significa que:
este modelo se ha ampliado hasta abarcar otras
teorías y otros datos empíricos de la psicología a) Se requiere la posibilidad de réplica. Cual-
científica en general. Ha integrado diversos logros quier intervención debe considerarse un
que se han producido en otras disciplinas psico- experimento, salvo casos excepcionales. Es
lógicas (psicofisiología, psicología social, psicolo- decir, tanto el proceso de tratamiento como
gía de la personalidad, etc.), inclusive en otras las técnicas y estrategias empleadas tienen
parcelas de conocimiento (biología, estadística, que especificarse con precisión, de modo
electrónica, etc.). que resulte posible replicar la intervención.
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En el contexto, las respuestas extrañas (por «tal problema implica tal tratamiento», sino que
oposición a las familiares) no por ser infrecuentes a un mismo problema se le pueden aplicar diver-
resultan inadecuadas o psicopatológicas. Así, por sos tratamientos según los individuos y el análisis
ejemplo, las respuestas creativas son generalmen- conductual, e incluso distintos problemas pueden
te poco frecuentes (aun en quienes viven de ellas) tratarse con las mismas técnicas. Cada caso clíni-
y, sin embargo, resultan determinantes para el de- co es diferente y exige una evaluación conductual
sarrollo de la cultura humana y con ella de nues- pormenorizada y un tratamiento individualizado,
tra especie: sin ellas nuestra capacidad de adap- no estándar.
tación como especie probablemente sería nula. Lo No obstante, muchas investigaciones clínicas,
que hace problemática a una respuesta es su dis- como las que comprueban la eficacia de una técni-
cordancia con los requisitos de la situación en la ca de tratamiento o las que comparan varias de
que aparece, bien sea en lo relativo a su duración, ellas, utilizan diseños entre-grupos con intervencio-
intensidad o su frecuencia de aparición, de acuer- nes estándar. En estos estudios de grupo, las razo-
do siempre con el grupo normativo que nos sirve nes metodológicas prevalecen sobre cualesquiera
de referencia para cada edad y contexto cultural; otras y el tratamiento no se varía, a pesar de que
es decir, lo infrecuente puede ser extraño, pero no los datos evidencien que no es el más adecuado para
por ser extraño es desadaptativo. El análisis fun- algunos sujetos del grupo experimental. También
cional es la herramienta que nos permitirá alum- cuando por diversas razones el tratamiento es en
brar sobre esta distinción cuando pueda produ- grupo se actúa de forma similar, si bien se intenta,
cirse alguna controversia al respecto. dentro de lo posible, individualizar la intervención.
A diferencia del diagnóstico psiquiátrico o del
Quinta característica. El modelo conductual- diagnóstico psicológico tradicional, en la terapia/
cognitivo considera que la evaluación a través del modificación de conducta no se considera el ob-
análisis de la conducta (topográfico y funcional) jetivo final de la evaluación el etiquetar a las per-
ha de proporcionar una descripción precisa y obje- sonas asignándolas a una categoría diagnóstica,
tiva del problema, de tal forma que nos permite pues aun considerando útil el sistema de catego-
adaptar los múltiples procedimientos de interven- rías, este diagnóstico clínico se considera insufi-
ción terapéutica al mismo y a las características ciente para orientar el tratamiento.
únicas de cada cliente, pudiendo establecer unas Si inicialmente se rechazó el sistema de clasi-
metas específicas y claramente definidas, así como ficación psiquiátrico, a partir de la década de los
un plan concreto de intervención. setenta del pasado siglo, con la influencia de los
trabajos de Feighner y colaboradores y la publica-
En la evaluación psicológica, el momento ex- ción de la tercera edición del Manual diagnóstico
perimental-interventivo es una parte del proceso y estadístico de los trastornos mentales DSM-III
fundamental, en la que se emplean una serie de (APA, 1980), con una fiabilidad y validez mode-
métodos de recogida de información (fundamen- rada-alta, con criterios diagnósticos explícitos, un
talmente la observación, autorregistros, registros enfoque multiaxial, descriptivo empírico y ateóri-
psicofisiológicos, etc.) con la finalidad de identi- co (se desvincula del modelo médico tradicional
ficar las conductas-problema y las variables que para buscar una posición más ecléctica), se da una
las controlan, formular hipótesis explicativas, de- aceptación, desigual, a este sistema de clasifica-
terminar los objetivos y las técnicas de la inter- ción. Se acepta la posibilidad de combinar esta
vención terapéutica, y valorar los resultados en el estrategia de diagnóstico general, con sus induda-
tratamiento y seguimiento. bles ventajas, con la recogida de información in-
En la práctica clínica, la intervención debe dividual sobre el paciente desde la perspectiva
programarse siempre en base a la evaluación con- funcional, condición esta última imprescindible
ductual realizada. No es correcto decidir a priori para una intervención terapéutica adecuada.
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El uso del sistema de clasificación se conside- determinado diseño experimental, así como la
ra adecuado para facilitar la comunicación en el verificación de hasta qué punto las técnicas de
contexto interdisciplinar, permitiendo cumplir manipulación han tenido los efectos oportunos
una función de comunicación con los estamentos (tras el tratamiento y el seguimiento)» (Fernán-
dez-Ballesteros, 1994, p. 52).
institucionales (redacción de informes, etc.) y fa-
cilitando la búsqueda bibliográfica.
Como hemos comentado, las intervenciones Frente al modelo biomédico tradicional, en el
en terapia/modificación de conducta se funda- que el tratamiento es realizado (o supervisado)
mentan en el análisis funcional de las conductas- por el psiquiatra y el diagnóstico mediante tests
problema. Por análisis funcional se entiende la es realizado por el psicólogo clínico, el modelo
identificación de las variables antecedentes y/o cognitivo-conductual postula la interrelación en-
consecuentes (internas y/o externas) que contro- tre evaluación y tratamiento. Así, el psicólogo eva-
lan unas conductas y el establecimiento de las re- lúa no sólo para describir, sino fundamentalmen-
laciones entre esas variables y dichas conductas- te con el fin de explicar y tratar/cambiar/modificar
problema. La clasificación o el etiquetar un las respuestas inadecuadas/desadaptadas.
problema nunca puede sustituir al análisis funcio- La evaluación continua posibilita, por una par-
nal. El afirmar que una persona tiene un trastor- te, la obtención de más información; tal es el caso
no obsesivo-compulsivo no nos informa sobre los cuando, por ejemplo, la persona objeto de la inter-
repertorios de conductas problemáticos específi- vención comunica un nuevo problema; por otra,
cos de esa persona ni sobre qué los mantiene, ni también posibilita la valoración de los resultados
nos indica los objetivos concretos de tratamiento. que se van logrando a lo largo de la intervención e
introducir cambios en el tratamiento, si se estima ne-
Sexta característica. Para el modelo conduc- cesario en razón a este proceso de retroinformación.
tual-cognitivo la evaluación (que es continua) y el A pesar de la evaluación continua, una vez
tratamiento están estrechamente relacionados, dán- terminado el tratamiento conviene repetir una
dose entre ambos una mutua y constante interdepen- evaluación estructurada similar a la practicada en
dencia. la fase inicial del análisis del problema para dis-
poner de más datos con los que poder valorar el
Se evalúa no sólo para describir y explicar la resultado de la intervención. Por último, la eva-
conducta de una persona, sino para modificar luación se vuelve a realizar transcurridos ciertos
aquellas conductas inadecuadas. A través de la períodos de tiempo (seguimiento), con objeto de
evaluación no sólo se pretende seleccionar las comprobar si se mantienen los logros alcanzados.
conductas problema, sino también determinar
cuáles son aquellas variables que se deben mani-
Séptima característica. En el ámbito del trata-
pular en orden a conseguir una modificación po-
miento, el modelo conductual-cognitivo se centra
sitiva. De hecho, sólo la manipulación de dichas
directamente en las conductas-problema específicas
variables puede confirmar las hipotesis explicati-
y en las variables que las controlan, y no en supues-
vas formuladas y dar por concluida la evaluación.
tas causas subyacentes.
«Uno de los elementos esenciales en el naci- Se rechaza el concepto de enfermedad mental,
miento y constitución de la evaluación conduc-
propio del modelo médico tradicional, generali-
tual estriba en su estrecha relación con la modi-
ficación y terapia de conducta (...) la evaluación zable a cualquier alteración conductual, donde las
conductual tiene la fundamental tarea de selec- respuestas desadaptativas se consideran síntomas
cionar y tomar mediciones de las variables de- producidos por una causa orgánica subyacente.
pendientes e independientes y las estrategias de El objeto de la intervención es la modificación
intervención que serán utilizadas dentro de un de comportamientos desadaptados, sustituyéndo-
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los por otros adaptados. Se trata de producir un las consecuencias que mantienen la ocurrencia de
cambio conductual observable en la respuesta. tales respuestas.
Los modelos tradicionales en psicopatología La denominación «respuestas-problemáticas-
consideraban las conductas anormales como la actuales» requiere clarificación. En primer lugar,
manifestación —síntomas— de una supuesta cau- hemos de delimitar nuestra posición. Nosotros
sa orgánica o psicológica —alteración de la per- entendemos por respuesta cualquier actividad mo-
sonalidad, conflictos intrapsíquicos— subyacen- tora, psicofisiológica o cognitiva que sea especifi-
te, siendo éstas su objeto de intervención. La cable, evaluable y mensurable, tal como ya hemos
modificación de conducta centra su intervención indicado. En segundo lugar, como advertía ya
directamente tanto en las conductas-problema es- Kazdin (1978), los terapeutas de conducta difie-
pecíficas como en las variables antecedentes, or- ren respecto de lo hay que entender por respues-
ganísmicas y consecuentes que controlan dichas tas-problemáticas-actuales; mientras que para
conductas. algunos las actividades encubiertas pueden cons-
Esto no significa que los problemas aborda- tituir en sí mismas el problema (por ejemplo, las
dos por la terapia de conducta sean sencillos o obsesiones) o actúan como determinantes del
simples; más bien al contrario, los problemas que problema (así los pensamientos negativos), otros
le plantean los pacientes al terapeuta de conduc- prefieren centrarse exclusivamente en la respuesta
ta suelen ser complejos, pues afectan a un amplio manifiesta. Tercero, por su compromiso con el ri-
rango de conductas, se extienden a diversas áreas gor metodológico, el modelo cognitivo-conduc-
de funcionamiento y, a veces, resulta difícil iden- tual no admite la existencia de supuestas causas
tificar todas las variables que los mantienen en el subyacentes si éstas no se pueden operacionalizar
presente. Supongamos que la conducta exhibicio- y cuantificar.
nista de un individuo está en función de su déficit Por lo que respecta a las variables anteceden-
en habilidades heterosexuales (variable de P) y tes, las propias de la persona y las consecuentes,
que nos limitamos a tratar directamente su com- hay que recordar también que, aunque la terapia
portamiento exhibicionista mediante sensibiliza- de conducta enfatiza la respuesta manifiesta, así
ción encubierta; entonces, a pesar del posible éxi- como la influencia de las variables ambientales,
to inicial, las probabilidades de que reaparezca el ello no quiere decir que se ignoren las variables
problema después de cierto tiempo son muy ele- propias de la persona y el papel que éstas pueden
vadas, ya que no hemos llevado a cabo un entre- jugar en el momento presente (incluida la me-
namiento en habilidades sociales que facilite las moria). Por tanto, en principio la intervención se
relaciones heterosexuales del sujeto. dirige a todas las variables que se ha podido cons-
La intervención no se debe dirigir de forma tatar que controlan en el presente dichas respues-
simplista a una de las conductas-problema, sino tas, siendo su propósito la generación de un cam-
también a determinar posibles variables que in- bio observable y medible en cualquiera de las tres
fluyen o determinan dichas conductas; en caso modalidades de respuesta (cognitiva, psicofisioló-
contrario, la intervención será probablemente ine- gica y motora), directa o indirectamente.
ficaz.
El desarrollo aplicado del modelo cognitivo- Octava característica. El modelo conductual-
conductual a problemas de relevancia social e in- cognitivo, respecto a la evaluación y el tratamiento,
dividual, la modificación y terapia de conducta, da más importancia a los determinantes actuales
centra su acción directamente tanto en las res- de las conductas-problema que a los históricos.
puestas concretas como en las variables anteceden-
tes, las propias de la persona (expectativas, histo- Se centra en el aquí y ahora. Dado que el ob-
ria de aprendizaje, atribuciones, determinantes jetivo fundamental en la evaluación es identificar
biológicos anteriores y actuales, creencias, etc.) y las condiciones que controlan las conductas-pro-
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blema, interesan de forma prioritaria las variables el problema/trastorno, y b) las respuestas a cam-
externas e internas que en la situación presente biar/modificar deben ser mensurables, con inde-
las mantienen. pendencia de que sean manifiestas o encubiertas.
Es cierto que para comprender mejor el pro- Cumplidos los requisitos previos es necesario,
blema/trastorno psicológico actual del cliente in- además de valorar los logros conseguidos, evaluar
teresa conocer su historia, porque ésta puede también la medida en la que los cambios se gene-
arrojar luz tanto sobre las circunstancias que par- ralizan a otras situaciones distintas de las traba-
ticiparon en su inicio como las que en determina- jadas durante el entrenamiento/tratamiento y que
dos momentos pudieron contribuir a su mejoría se mantienen en la vida real a lo largo del tiempo.
o empeoramiento; no obstante, ello no supone la Los programas de tratamiento incluyen general-
necesidad de una exploración pormenorizada de mente estrategias de prevención de recaídas y la
ese pasado, pues la importancia de los determi- aplicación de las sesiones de seguimiento para
nantes históricos es secundaria, por varias razo- fortalecer los cambios logrados con el tratamiento.
nes (Carrobles, Costa, Del Ser y Bartolomé, 1986): La eficacia de la intervención también incluye
la valoración de la significación clínica y social
a) Los hechos pasados no son observables del cambio (véase tabla 2.7).
ni verificables; por tanto, cualquier rela-
ción causal que se pretendiera establecer TABLA 2.7
sería exclusivamente a nivel hipotético y Dimensiones de la intervención psicológica
sin posibilidad de ser contrastada.
b) Las variables que mantienen en el presen- Dimensión Descripción
te el problema/trastorno pueden ser dife- Persistencia de los cambios a corto, me-
rentes a las que lo originaron. Temporal
dio y largo plazo.
c) Sólo es posible intervenir sobre los determi-
Generalización de los efectos del trata-
nantes actuales, sobre las variables que en miento a situaciones distintas a aquéllas
el momento presente están controlando el en las que han sido ensayadas o mode-
problema o el trastorno que nos preocupa. Espacial
ladas las nuevas respuestas en el contex-
to en el que ha tenido lugar el entrena-
En consecuencia, los determinantes históricos miento.
pueden ser útiles para conocer la cronicidad (gra- Significado subjetivo del cambio desde
do de consolidación y generalización) y plantear la perspectiva de la persona tratada.
hipótesis sobre el inicio y el desarrollo del proble- La relevancia del cambio resulta de la
ma/trastorno, pero no son esenciales para produ- comparación del estado actual de la
cir cambios en el comportamiento de la persona. persona con los objetivos previamente
Clínica
fijados por ésta respecto del tratamien-
to (a mayor grado de coincidencia, ma-
Novena característica. El modelo cognitivo- yor relevancia clínica del cambio opera-
conductual requiere que se evalúe la eficacia de la do, con independencia de que éste sea o
intervención en función de los cambios objetivos no estadísticamente significativo).
producidos en la(s) respuesta(s), su mantenimiento Medida en la que el cambio operado es
en el tiempo y el grado de generalización alcanzado. relevante en el contexto social (padres,
Social
profesores, compañeros de clase, espo-
Para poder evaluar la eficacia de una interven-
sa/o, hijos, compañeros de trabajo, etc.).
ción, como ya hemos señalado, es preciso: a) dis-
poner de datos objetivos, concretos, presentados Cuantía de las diferencias pre-post tra-
de forma cuantitativa y recogidos preferentemen- Estadística tamiento atribuibles a la aplicación del
entrenamiento/tratamiento.
te de la(s) situación(es) en las que se presentaba
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2.2.3. Enfoques que conforman el modelo señales que lo anteceden (estímulos discrimina-
conductual-cognitivo tivos); el enfoque neoconductista, centrado en
el condicionamiento clásico, lo hará a partir de
La construcción de la alternativa psicológica las señales y las respuestas incodicionadas, no
para la delimitación, evaluación y tratamiento de aprendidas, y su relación con otras previamen-
los problemas/trastornos psicológicos ha conlleva- te neutras que llegarán al grado de «condicio-
do la identificación de los procesos que explican las nadas» mediante un proceso de apareamiento
relaciones entre las respuestas alteradas o disfun- con las primeras. La parte del comportamiento
cionales y las variables de las que dependen o son humano que trata de comprender y explicar el
función. Esos procesos, conocidos como condicio- modelado es la relativa al aprendizaje sin prác-
namiento clásico, condicionamiento operante, mo- tica, es decir, por medio de la observación de la
delado y transmisión/procesamiento de la informa- actuación de otro. Por último, los desarrollos
ción, son artefactos lógicos, es decir, esquemas o cognitivos relativos a la transmisión y procesa-
representaciones simbólicas que hemos postulado miento de la información ponen el acento en el
los psicólogos e implican, cada uno de ellos, un papel de las variables mediadoras entre los es-
fenómeno psicológico relevante dentro del campo tímulos externos y las respuestas manifiestas
de nuestro objeto de estudio: el comportamiento (percepción, distorsiones cognitivas, pensamien-
humano. Así, por ejemplo, la parcela objeto de es- tos automáticos, esquemas cognitivos, etc.) en la
tudio del modelado incluye el estudio de la relacio- génesis, desarrollo y mantenimiento de nuestras
nes entre las respuestas del observador y las con- respuestas. Al lector le proponemos como ejer-
ductas del modelo que actúa (consecuencias que cicio que se observe y observe a otros en su ac-
siguen a las respuestas del modelo, relevancia del tuación cotidiana e intente hacer una estimación
modelo para el observador, estado del observador, del grado en que su comportamiento podría ser
modo en el que actúa el modelo, control de estí- explicado por cada uno de estos enfoques teóri-
mulos distractores, etc.). La formulación de estos cos o, lo que es lo mismo, ¿qué porcentaje de su
procesos nos ha llevado a situarlos como los su- actividad cotidiana, de sus respuestas, se podría
puestos teóricos y metodológicos que nos orientan, comprender y explicar desde cada una de estas
a la vez que sirven de fundamento para nuestras perspectivas?
estrategias de intervención. Estas formulaciones Estas orientaciones pueden agruparse aten-
son las que aparecen en la literatura científica psi- diendo, por un lado, al tipo de proceso de apren-
cológica bajo el epígrafe de «enfoques», «compo- dizaje que enfatizan y por otra a la importancia
nentes» o «variantes» del modelo cognitivo-con- asignada a las variables cognitivas. Veamos bre-
ductual. vemente un esquema general de cada una y sus
Abordaremos brevemente los enfoques que posibilidades de integración.
convergen e integran el modelo cognitivo-con-
ductual, sus orígenes, su objeto de estudio dentro A) Enfoque operante: el análisis conductual
del campo del comportamiento, sus principios, aplicado
su rango de aplicación o alcance y las limitacio-
nes que presentan. Pero antes de ello, queremos Delimitación. El análisis conductual aplicado
insistir en que cada uno representa una manera puede definirse como las aplicaciones del análi-
particular de acercarse al estudio y comprensión sis experimental de la conducta a los problemas
del comportamiento humano. Así, desde la pers- de relevancia social. Mantiene las posiciones ex-
pectiva operante se tratará de comprenderlo, ex- puestas por Skinner (1938, 1953, 1971) y está ba-
plicarlo y tratarlo atendiendo principalmente a sado en los principios básicos y procedimientos
las consecuencias internas/externas que siguen del condicionamiento que Skinner ha delimitado
a nuestras reacciones y, en menor medida, a las y fundamentado experimental y empíricamente:
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refuerzo, castigo, extinción y control de estímulos. sicos del condicionamiento operante y las varia-
A la luz de la evidencia empírica, el refuerzo y el bles que contribuyen a la génesis, desarrollo y
castigo se asumen como las influencias principa- mantenimiento de la respuesta operante. De estos
les a las que están sometidas las respuestas. principios se ha derivado una serie extraordina-
riamente variada de técnicas para el cambio o
modificación de la conducta (recuérdese: asocia-
ción entre estímulo y respuesta). Los principios
del condicionamiento operante describen la rela-
ción entre los eventos que influyen en la respues-
ta y los cambios que en ésta se producen. El plan-
teamiento básico afirma que las respuestas se
aprenden y fortalecen como resultado de las conse-
cuencias que les siguen.
El enfoque conceptual y metodológico de la
investigación operante se denomina «análisis ex-
perimental de la conducta» que, en su ámbito de
aplicación (análisis conductual aplicado), se ca-
racteriza inicialmente por la aplicación en ámbi-
tos institucionales de los tratamientos operantes
a niños (discapacitados intelectuales y normales)
y a pacientes psiquiátricos (fundamentalmente
B. F. Skinner (1904-1990) psicóticos).
Desarrollo. Durante la década de los cincuen-
ta del pasado siglo XX la investigación de labo-
Orígenes. Las investigaciones realizadas por ratorio con animales fue muy intensa; a finales de
Thorndike (1911) con sus «cajas problema» le dicha década y principios de los años sesenta, tan-
permitieron formular teóricamente la ley del efec- to las técnicas operantes como la metodología del
to. Años más tarde, en la década de los treinta del análisis experimental de la conducta se habían
pasado siglo XX, Skinner validaba experimental y empezado a aplicar a problemas clínicos y educa-
empíricamente la ley del efecto, los principios bá- tivos. El «manejo de contingencias» es el término
genérico utilizado para describir cualquier técnica
operante aplicada con el objetivo de cambiar/mo-
dificar una respuesta por medio del control de sus
consecuencias. El modelamiento, el tiempo fuera
de refuerzo social, la economía de fichas, el des-
vanecimiento estimular, el encadenamiento, etc.,
son algunas de las formas del manejo de las
contingencias que se utilizan en el ámbito aplica-
do como tratamientos psicológicos.
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medio. Supone que es posible obtener una — La respuesta anormal o inadecuada tam-
descripción y explicación precisa tanto del bién es el resultado de un aprendizaje. En
desarrollo como del mantenimiento y la relación con la respuesta desadaptada o
modificación de la conducta humana anormal, este enfoque sostiene el supuesto
(normal y anormal), utilizando el análisis de que dicha respuesta se aprende de la
funcional. Evita constructos mediaciona- misma manera que la mayor parte de las
les, aunque admite la influencia de facto- otras respuestas humanas. Ello posibilita
res de orden biológico. la planificación de intervenciones modifi-
Sostiene que el objeto adecuado para cadoras o terapéuticas a través de los mis-
la investigación científica en psicología es mos principios de aprendizaje. Es decir,
la respuesta manifiesta. Así, pese a que mediante manipulación de contingencias
el propio Skinner (1953) indicó que no de- de reforzamiento específicas.
bía descartarse a priori el estudio de los
acontecimientos subjetivos por el mero he- Limitaciones del enfoque. Entre éstas, se en-
cho de ser acontecimientos privados, se ha cuentran:
evitado sistemáticamente entre los investi-
gadores de esta orientación el estudio, — Las derivadas de su reduccionismo (sólo
análisis y la modificación de estos aconte- son tratables respuestas manifiestas).
cimientos subjetivos, aunque no hayan ne- — Las determinadas por la dependencia fun-
gado su existencia. cional entre las propias respuestas de los
— Muestra preferencia por el análisis del caso sujetos.
individual. Esta preferencia ha contribuido — Las generadas por las variables ambien-
al desarrollo de una metodología específica tales:
en el estudio de la conducta (N = 1). En
esta metodología se pone el énfasis en la a) El logro de la generalización de los
repetición de las medidas en un solo sujeto, cambios a contextos distintos a los del
en condiciones muy controladas; se poster- tratamiento.
ga el uso de las comparaciones estadísticas b) Las dificultades que se encuentran
para estudiar la significación de los cam- para mantener las ganancias debido a
bios, si bien el desarrollo de procedimien- la dificultad para generar cambios es-
tos estadísticos para analizar los datos pro- tables en las variables ambientales que
cedentes de los diseños N = 1 (así los las controlan.
análisis temporales, las pruebas de aleato- c) El coste del entrenamiento de parapro-
rización o las cadenas de Harkov) han he- fesionales o coterapeutas que, en el
cho variar los planteamientos iniciales. campo de la infancia y la adolescencia,
La eficacia de las intervenciones se supone el entrenamiento de las perso-
evalúa tanto por: a) criterios experimenta- nas que conviven con éstos para que
les (contraste de la influencia de una inter- aprendan a manejar y aplicar adecua-
vención comparada con la ausencia de damente las contingencias de refuerzo
intervenciones) como por; b) criterios in- (padres, abuelos, hermanos mayores,
dividuales, y c) criterios sociales referidos profesores, personal auxiliar, etc.).
a la importancia del cambio conseguido
en relación con el cambio necesario para B) El enfoque E-R neoconductista
que la persona reduzca/elimine el padeci-
miento subjetivo y funcione adecuada- La propuesta neoconductista deriva de la apli-
mente en su medio social. cación del modelo del condicionamiento clásico
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ser considerados como teóricos del aprendizaje social que influencian y permiten una mayor com-
social (así, Kanfer, 1978; Kanfer y Hagerman, prensión de la respuesta humana.
1985; Mischel, 1968 o Staats —Staats y Heady,
1985—), pues de forma independiente todos co-
inciden en que la determinación del comporta-
miento depende de variables ambientales (físicas
y sociales), de procesos cognitivos (percepción,
interpretación y valoración de estímulos) y patro-
nes de respuesta que también modifican el propio
medio (véase figura 2.4). Es decir, todos postulan
un determinismo recíproco entre ambiente, los
procesos cognitivos y los patrones de respuesta
de la persona. Asimismo, todos comparten la
necesidad de ampliar la base teórica del nuevo
modelo psicológico, para dar cuenta de nuevos
problemas formulados en términos de variables Albert Bandura
personales o cognitivas y condiciones del medio
Variables ambientales
(estímulos físicos y sociales)
Patrones de Variables
respuesta cognitivas
(modifican Interaccionismo recíproco (percepción,
el medio interno interpretación,
y externo) valoración)
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tegias cognitivas de resolución de problemas, etc., peración, a fin de poder abordar nuevos proble-
son consideradas variables relevantes en la génesis mas y adentrarse en nuevas áreas de trabajo e in-
y el mantenimiento de los problemas/trastornos vestigación. Ahora bien, ello suponía que el
de los clientes/pacientes. constructo «conciencia» tenía que volver a reto-
Surgido en la década de los setenta del pasado marse, pese al esfuerzo que había supuesto su su-
siglo XX, este enfoque es compartido por un con- presión en los inicios de la psicología científica.
siderable número de profesionales de la psicolo- Tal controversia era para algunos la única posi-
gía como Ellis, Beck, Meichenbaum, Mahoney, bilidad de futuro y para otros el inicio de la des-
etc. Inicialmente, el auge de las estrategias de integración del modelo conductual (enfoques
intervención cognitiva fue visto con recelo por neoconductista y operante), al permitir de nuevo
unos y con esperanza por otros. La constatación la entrada de lo subjetivo en el campo de la psi-
de los límites teóricos y operativos de los procesos cología y, con ello, una vuelta a la pérdida de la
básicos de condicionamiento parecía exigir su su- objetividad y del rigor metodológico.
Delimitación. El elemento peculiar de la orien- de los trabajos de autores como Kelly, Ellis o
tación cognitiva, dentro del modelo cognitivo-con- Beck. Para éstos, el trastorno psicológico es fun-
ductual, es el papel asignado a las cogniciones en damentalmente un desorden de pensamiento por
relación a la respuesta y a su modificación. Mien- el que el cliente/paciente distorsiona la realidad
tras la posición conductual clásica sostiene que de un modo idiosincrásico, particular. Tal distor-
tanto la respuesta manifiesta como la cognitiva sión afecta a los procesos de pensamiento, a la
serían función de las influencias del medio, el en- forma de percibir/«ver» el mundo, pudiendo ge-
foque cognitivo adscribe a las cogniciones un pa- nerar el desarrollo de emociones disfuncionales
pel causal, postulando que las cogniciones pueden y dificultades/alteraciones en la respuesta (véase
determinar la ocurrencia de la respuesta. la figura 2.5).
Desarrollo. Las líneas teóricas y de investiga- Las estrategias generadas por esta modalidad
ción que más han contribuido al inicio y desarro- de tratamiento tienen como objetivo modificar los
llo de este enfoque de la psicopatología y del patrones erróneos de pensamiento y las premisas,
cambio de conducta son dos: la cognitivo-semán- supuestos y actitudes subyacentes a estas cogni-
tica y la cognitivo-conductual. La primera deriva ciones. El terapeuta cognitivo-semántico ayuda al
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Trastorno mental
(desorden de pensamiento)
Alteraciones de
Trastornos emocionales las respuestas manifiestas
cliente/paciente, por una parte, a identificar las — El interés por la naturaleza y modificación
cogniciones erróneas específicas, las expectativas de las cogniciones del cliente/paciente.
no realistas y las atribuciones sin un fundamento — El supuesto de que la respuesta humana
consistente; por otra, a valorar su adecuación a puede ser una función de las cogniciones.
la situación y a estudiar la razón que las funda- Según estos autores, las personas desarro-
menta. El enfoque está orientado fenomenológi- llamos respuestas adaptativas y desadapta-
camente, ya que el terapeuta intenta ver el mundo tivas, así como patrones afectivos, a través
a través de los ojos del cliente. de procesos cognitivos (atención selectiva,
La segunda línea de trabajo, la cognitivo-con- codificación simbólica, etc.).
ductual, está representada por los trabajos reali- — La hipótesis de que los procesos cognitivos
zados por Rotter, Staats, Mischel, Mahoney y son activados por los mismos principios y
Meichenbaum para adecuar las teorías del apren- procesos de aprendizaje humano observados
dizaje y los procedimientos de la modificación de en el laboratorio, lo que les hace metodo-
conducta a la explicación y el tratamiento de la lógicamente asequibles al estudio e inves-
respuesta humana compleja (teoría del aprendi- tigación experimental.
zaje social). — La tarea del terapeuta. Éste es concep-
tualizado como un «diagnosticador-educa-
Características diferenciales y aspectos dor», cuya tarea concreta consiste en ana-
más enfatizados lizar los procesos cognitivos desadaptados
y organizar experiencias de aprendizaje que
Aunque agrupados en esta nueva variante, puedan alterar las cogniciones y, a su vez,
los autores citados presentan formulaciones mu- los patrones afectivos y las respuestas ma-
chasveces dispares. Veamos las características nifiestas con los que se relacionan.
que permiten unificarlos y luego aquellas en las — Cierto compromiso a la hora de emplear los
que difieren. Respecto de las primeras, hay que procedimientos de la modificación de con-
destacar: ducta para promover el cambio.
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Respecto de las diferencias, cabe mencionar las una valoración crítica de los tratamientos cogni-
relativas a los fundamentos teóricos, los procedi- tivos que tanto proliferaron a partir de la década
mientos de intervención que se proponen, la na- de los setenta del siglo pasado. Así, gozan de re-
turaleza de la justificación de los tratamientos, la frendo empírico y experimental el «entrenamien-
intensidad del énfasis puesto en el empleo de los to en solución de problemas» de Shure y Spivak
tratamientos conductuales o los aspectos cogniti- o la «terapia cognitiva de Beck» para el tratamien-
vos que se enfatizan. De hecho, estas diferencias to de la depresión, pero en cambio no ocurre lo
permiten establecer al menos tres grupos diferen- mismo con la terapia racional emotiva de Ellis y
ciados de tratamientos cognitivos: se sigue desconociendo tanto en éstas como en la
«inoculación de estrés» de Meichenbaum la con-
— Terapias racionales. Dirigidas a ayudar al tribución al efecto del tratamiento de cada uno
cliente/paciente a identificar sus cognicio- de los componentes que las integran; es decir,
nes desadaptativas, reconocer su impacto realmente no está claro qué parte del efecto co-
perjudicial y sustituirlas por otras más rresponde a los componentes estrictamente con-
apropiadas. ductuales y cuál a los cognitivos.
— Entrenamiento para el manejo de situacio- Hay que insistir en la necesidad de evaluar/
nes. Su objetivo es enseñar al cliente/pa- conocer tanto la eficacia como la eficiencia de sus
ciente una o más habilidades que le per- procedimientos, una vez que experimentalmente
mitan hacer frente a una diversidad de se haya verificado en condiciones controladas la
situaciones estresantes. relevancia de tales variables en la psicopatología
— Entrenamiento en resolución de problemas. del trastorno/problema. Asimismo, hay que aten-
Se entrena al cliente/paciente en una meto- der también a otras variables como los fundamen-
dología sistemática para abordar diferen- tos teóricos de los modelos cognitivos, la circula-
tes problemas o situaciones problemáticas. ridad de sus hipótesis y conceptos, así como a la
escasez de definiciones operativas y la sobregene-
Como el lector conoce, los factores cognitivos ralización de sus posibilidades explicativas, como
de orden psicológico no son directamente obser- tan acertadamente recordaba Wolpe (1990).
vables porque, entre otras razones, generalmente Limitaciones/problemas. Resumiendo, cabe se-
son conceptos ideados por el investigador o el teó- ñalar que:
rico de la psicología. Ahora bien, la metodología
científica que el enfoque cognitivo-conductual — Desde el punto de visto metodológico se re-
asume como propia exige que éstos estén ligados quiere: evitar la propuesta de modelos de
a eventos públicamente observables (antecedentes causación que resultan circulares, opera-
y consecuentes). Además, tales eventos han de es- cionalizar correctamente los constructos
tar definidos de manera precisa, de forma que los empleados y realizar una evaluación tan-
hallazgos realizados en este ámbito puedan ser so- to de la eficacia de las intervenciones como
metidos a réplica sin ambigüedades; si no es así, de su eficiencia.
entonces no interesan al conocimiento científico. — Desde el punto de vista explicativo se pre-
Pese a que hoy existe la necesidad de tener cisa: clarificar y delimitar de forma con-
presentes e incorporar las variables cognitivas en creta las relaciones entre las cogniciones,
los procesos de evaluación y tratamiento psicoló- las respuestas motoras y los patrones de
gico, de manera tal que de resultar relevantes respuesta que delimitan las emociones.
permitan mejorar la comprensión del problema/ — En el orden teórico hay que fundamentar
trastorno que estemos abordando y los resultados teóricamente los procedimientos, así como
de nuestras intervenciones, desde hace ya más de estructurarlos y sistematizarlos rigurosa-
treinta años se está realizando con éxito desigual mente.
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Información
(externa/interna)
Percepción
Estructuras cognitivas
(conceptos, esquemas,
creencias, supuestos...)
Construcción
Construcción
subjetiva
del self
del mundo
Procesos cognitivos
(automáticos y conscientes)
Generan Producen
Contenidos cognitivos
(pensamientos e imágenes)
Respuestas manifiestas
Respuestas encubiertas
(motoras y
(motoras, fisiológicas
psicofisiológicas
y cognitivas)
observables)
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Como hemos podido ver, ninguna de las va- tre nosotros, Campos (1984), Carpintero (1982),
riantes, enfoques o miniteorías funcionales que Cruz (1984), Dieckhöfer (1984), Olivares, Caba-
conforman el modelo cognitivo-conductual o llo, Carrobles y Méndez (1999) o Pérez-Álvarez
conductual-cognitivo está exenta de limitaciones, (1991), por citar sólo algunos ejemplos, ponen de
en muchos casos importantes por sus implicacio- relieve este hecho.
nes en la epistemología de la ciencia. Asi mismo, Nuestras aportaciones son todavía pocas,
ninguno de estos enfoques por sí solo plantea to- pero significativas, siendo cierto que hasta no
das las preguntas posibles, pese a su tremenda hace mucho estaban referidas al pasado: el médi-
fecundidad, ni es capaz de permitirnos abordar co y filósofo Pedro Hispano —cuya identidad no
toda la parcela que delimita nuestro objeto de es- está clara, ¿1215-1277?—; el filósofo, teólogo y
tudio en relación con la evaluación y el tratamien- místico Raimon Llull —Mallorca, 1232-1315—;
to de los problemas/trastornos psicológicos que el médico Arnau de Vilanova —Xátiva, ¿1240?-
presentamos los seres humanos. Cada uno aborda 1311—; el humanista y filósofo Juan Luis Vives
una parte del todo que es el comportamiento; la —Valencia, 1492; Brujas, 1540—; el dominico y
unión de todos permite al psicólogo disponer de escritor Fray Luis de Granada —Granada, 1504;
un mapa de la realidad psicológica que, pese a sus Lisboa, 1588—; el médico Gómez Pereira —Me-
notables carencias, hace posible que nos podamos dina del Campo, 1500-¿1558?—; el médico Fran-
orientar, saber hacia dónde vamos, por qué elegi- cisco Vallés —Burgos, 1524-1592— o el boticario
mos esa dirección y cómo tenemos que desplazar- Bachiller Sabuco —Alcaraz, 1525-1588—). Por
nos, es decir, con qué tratamiento tenemos mayor ello, como recuerda Carpintero (2004), la mayoría
probabilidad de éxito. de los instrumentos y las teorías que sostienen
Lo que acabamos de describir tiene un carác- nuestro quehacer cotidiano son importados.
ter general en relación con los ámbitos geográfi- Nosotros, siguiendo un criterio estrictamente
cos, como el lector ha podido ver; pero, ¿qué ha cronológico, vamos a extractar algunas de estas
ocurrido en España respecto a la construcción aportaciones agrupadas en tres grandes catego-
de la psicología científica?; ¿hay aportación es- rías, que hemos denominado precursores o ante-
pañola? cedentes históricos, fase de implantación (en la
Vamos a realizar una aproximación a la res- que distinguiremos un primer momento de gesta-
puesta a estas preguntas en el epígrafe que sigue. ción, seguido de otro de inicio que culmina con
Recuerde el lector que es preciso conocer de dón- la implantación propiamente dicha) y, por último,
de venimos para poder entender el porqué esta- la fase de consolidación y expansión, que define el
mos donde nos hallamos. La historia de la psico- momento que estamos viviendo en la actualidad.
logía española, la de sus personajes y sus logros,
constituye nuestros cimientos. Para profundizar
en esta cuestión particular el lector puede ver los 2.3.1. Precursores o antecedentes
trabajos de Carpintero (2004) y Saiz y Saiz (1996). históricos (orígenes 1936)
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rimientos para la operacionalización de los con- año antes de introducir en los EE.UU. de Nor-
ceptos en términos conductuales concretos: «No teamérica las concepciones de Itard sobre la con-
nos importa saber qué es el alma, aunque sí, y en ducta anormal y su tratamiento. Además del mé-
gran manera, saber cómo es y cuáles son sus ope- rito que le corresponde por haber desarrollado un
raciones» (Tratado del Alma, 1538; p. 55 —toma- método original para la educación del lenguaje
do de Pérez-Álvarez, 1991; p. 51—). La relevancia en los sordomudos, la importancia de Jacobo Ro-
de sus aportaciones alcanza tanto al punto de vis- dríguez Pereira como precedente de la modifica-
ta clínico como al educativo. ción y terapia de conducta reside tanto en el em-
Antonio Gómez Pereira (¿1500-1558?) es con- pleo y el papel que concede al modelado de la
siderado el gran filósofo español de su época. En conducta verbal como al papel que le asigna a las
relación con nuestra disciplina, su relevancia se consecuencias que siguen a ésta en la relación in-
debe a que introdujo el estudio de los mecanismos terpersonal. Es muy interesante constatar cómo
automáticos del funcionamiento de la conducta, Rodríguez Pereira diseña una intervención que
circunscritos al mundo animal. Es un precursor permite aprender a sustituir el sentido del oído
del mecanicismo, el materialismo y el automatis- por el del tacto para lograr la autopercepción de
mo de las respuestas, «referidos solamente a los la palabra, a través de ejercicios de imitación y el
animales en su ser y actuar, ya que la voluntarie- moldeamiento (aproximaciones sucesivas).
dad es privilegio, en exclusiva, de los movimientos Hemos de dar un salto importante en el tiempo
de los hombres». para hallar a otros autores españoles cuyas apor-
Huarte de San Juan (1529-1588) ha sido con- taciones puedan ser relacionadas con la psicología
siderado uno de los «padres de la psicología», científica. Tal es el caso de los inspectores de edu-
y los psicólogos españoles lo hemos adoptado cación Avendaño y Carderera (1859) en relación
como patrón. Debe toda su influencia y recono- con la modalidad de tratamiento psicológico que
cimiento a la única obra que escribió, Examen de hoy conocemos como «economía de fichas». En el
ingenios para las ciencias (editada en Baeza en capítulo IV (Avendaño y Carderera, 1859), desti-
1575). La obra de Huarte incluye el reconoci- nado a la disciplina, de su Curso elemental de pe-
miento del papel del ambiente en la determina- dagogía, los autores afirman que «Entre las recom-
ción de la respuesta (rendimiento académico). pensas que pueden dispensarse en las escuelas,
Siguiendo a Pérez-Álvarez (1991), aunque sólo ocupan el primer lugar los vales, por ser de natu-
fuera por justicia en relación con nuestros notabi- raleza aplicable a casi todos los alumnos» (p. 344).
lísimos y perspicaces escritores cuyo tema fue la Una página más adelante Avendaño y Carderera
picaresca, anónimos en unos casos —Lazarillo de detallan el sistema de cambio, así como otras me-
Tormes o Estebanillo González— o de muy reco- didas (centradas en el refuerzo social) conducentes
nocido e ilustre nombre y apellidos en otros (Cer- a la programación o diseño del ambiente escolar:
vantes con su Rinconete y Cortadillo), es preciso
subrayar (y en su caso hasta recomendar para el «Por manera, que sirviendo los billetes de
estudio de casos) la relevancia concedida por éstos punto de partida puede establecerse en una es-
al aprendizaje social, así como su elaborada y ha- cuela el sistema de premios siguiente:
bilidosa tecnificación de la conducta.
Jacobo Rodríguez Pereira (1715-1780) es el 1.º El niño que responda bien ganará uno
o varios puestos.
autor cuya memoria como padre de la logopedia
2.º El niño que gane el primer puesto ob-
reivindicó el francés Seguin (1847) un año des- tendrá la nota de primero.
pués de haber publicado este último el primer tra- 3.º El que se distinga por un progreso sos-
tado que se ha escrito sobre la discapacidad inte- tenido en el cumplimiento de sus deberes, o en la
lectual (Traitement moral, hygiénique et éducation adquisición de conocimiento, recibirá un vale o bi-
des idiots et des enfants arrierés) y, asimismo, un llete de satisfacción, que valdrá veinticinco puntos.
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4.º El niño que se sostenga constantemen- consituye un intento muy avanzado para su tiem-
te el primero de su sección, cuando se le juzgue po de elaborar una psicología evolutiva. Estas
apto para pasar a la inmediata superior será pro- aportaciones permiten decir que Mata es una re-
clamado por el maestro. ferencia inexcusable en la naciente psicología de
5.º Si la conducta y trabajo de un niño son
mediados del siglo XIX, y son merecedoras de ser
ejemplares, el maestro escribirá una carta de sa-
tisfacción a la familia. consideradas como parte importante de la inci-
6.º El nombre de los mejores discípulos se piente ciencia.
escribirá en un cuadro o lista de honor, donde Francisco Giner de los Ríos (Ronda, 1839;
permanecerán hasta que cometan alguna falta Madrid, 1915), además de filósofo y pedagogo,
grave. una figura imprescindible en el desarrollo de la
7.º Si el niño hace una buena acción, el ciencia y la educación del siglo XIX, fue uno de los
maestro la recitará en voz alta, dándole alguna valores históricos de la psicología en España tanto
otra muestra de aprecio en presencia de sus de- por su propia influencia como por la canalizada
más compañeros. a través de algunos de sus discípulos (como Juan
Vicente Viqueira, Julián Besteiro, Martín Navarro
Los instructores podrán conceder a los dis-
Flores o Domingo Barnés), casi todos personajes
cípulos hasta tres puntos. Ellos mismos adquiri-
rán el derecho a cinco puntos, si llenan exacta- importantes de nuestra disciplina en los siglos XIX
mente sus deberes durante el día. El vigilante y y XX. Además de trabajos como La nerviosidad o
los inspectores adquirirán el derecho a diez pun- Sobre la idea de la personalidad, que ofrecen una
tos por el mismo concepto. idea clara sobre sus intereses en relación con nues-
Veinte y cinco puntos valdrán un billete de tra disciplina, destacan sus Lecciones sumarias de
satisfacción; diez billetes de satisfacción, una psicología, publicadas por primera vez en 1874, las
carta de mérito; diez cartas de mérito, un premio. que contienen la exposición ordenada de su pen-
Estos premios se cambiarán por objetos de samiento psicológico. Para él la psicología es la
valor y utilidad para los niños tres veces al año» ciencia del alma, lo que implica que el alma ha de
(p. 345).
ser conocida de acuerdo a las premisas de la cien-
Los billetes de satisfacción, que acreditan los
progresos morales e intelectuales de los discípu- cia, que él organiza en tres aproximaciones a su
los y se distribuyen al fin de cada semana para objeto de estudio: la psicología general, que trata-
llevarlo a sus familias, producen el excelente efec- ría del «análisis del alma en su concepto de uni-
to de interesar a los padres en la buena conducta dad», la psicología especial de «las tres actividades
y en los adelantamientos de sus hijos (...) y de particulares en que se desenvuelve y cumple su des-
conceder, si lo juzgan conveniente, a sus buenos tino: el pensar, el sentir y el querer», y la psicología
resultados, o por lo menos a sus esfuerzos, algu- orgánica, o de la unión orgánica de las otras dos.
na ligera recompensa» (pp. 344-345). Su pensamiento va derivando desde posiciones
fundamentalmente idealistas, propias del krausis-
Pere Mata (Reus, 1811; Madrid, 1877) es un mo, a planteamientos positivistas, en línea con el
médico forense para el que la psicología es la cien- pensamiento de investigadores como Wundt, Fech-
cia de las capacidades del alma. Mata parte del ner, Lotze, Helmholtz o Spencer. Esta evolución
supuesto de que el alma necesita para revelarse se ve reflejada en las modificaciones que va in-
condiciones materiales, hallándose éstas en el ce- troduciendo en sus primeros escritos, tal como
rebro, entendido como un órgano múltiple. En tal ocurre, por ejemplo, con la segunda edición de sus
integración predomina lo material sobre el com- Lecciones sumarias de psicología, publicadas en
ponente espiritual e intenta conseguir una clasifi- 1877, donde centra su atención en el componente
cación válida y fiable de las facultades humanas fisiológico de los problemas y en la importancia
por medio de la descripción del modo en el que del sistema nervioso en las respuestas de las per-
evolutivamente van apareciendo éstas. Su trabajo sonas.
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Como decíamos líneas atrás, Giner de los preta la memoria como un mecanismo protector,
Ríos es relevante para la psicología tanto directa- que permite el conocimiento del pasado y su uso
mente, a partir de su propia obra, como desde su posterior; la inteligencia es un instrumento en
influencia, a través de la Institución Libre de En- cuyo desarrollo juega un papel fundamental el
señanza en la que se formarán algunos de los fu- lenguaje y que ha de ser interpretado mediante
turos psicólogos cuyas figuras resultarán trascen- conceptos.
dentes para nuestra disciplina, como Simarro o Entre sus discípulos destacan Gonzalo Rodrí-
Viqueira. guez Lafora, Martín Navarro y Juan Vicente Vi-
Luis Simarro Lacabra (Roma, 1851; Madrid, queira.
1921). Sus trabajos están presididos por una po- Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón,
sición monista y haeckeliana, es decir, positivista 1852; Madrid, 1934). Como tantos otros precur-
y evolucionista. En sus tesis doctoral (1875) abor- sores de la psicología española, Ramón y Cajal
da los elementos de mediación entre el organismo era médico, pero su obra ha resultado básica para
y su medio, relaciones que intenta explicar desde la investigación en psicología, especialmente en el
el contexto fisicoquímico. En 1902 obtiene la pri- estudio de las relaciones mente-cerebro. Entiende
mera cátedra de Psicología Experimental de la la psicología como una disciplina objetiva, cuyo
Facultad de Ciencias de la Universidad Complu- fin sería subordinar los actos psíquicos, reflejados
tense de Madrid. en la conciencia, a la serie paralela de fenómenos
Sitúa el pensamiento y la voluntad en las fun- físico-psíquicos que acontecen en las células, don-
ciones de la célula, en el sistema nervioso, lo que de se combinarían como equivalentes la histolo-
permite plantear la hipótesis de la existencia de gía psíquica con la psicología objetiva. En ellos
un psiquismo celular de carácter evolutivo, dado fundamenta la necesidad de una ciencia que una
que, por el principio de Haeckel, según el cual la los procesos de la conciencia, en la que lo psico-
ontogenia recapitula la filogenia, deberíamos en- lógico es para él fundamentalmente lo consciente,
contrar los principios de lo que va a ser el sustra- subordinado a la base material en la que se pre-
to psicológico de los organismos superiores. A par- senta. Su posición psicológica es asociacionista, y
tir de aquí mantiene que el desarrollo psicológico desde ésta entiende que el desarrollo psicológico
se fundamenta en la suma de conductas reflejas es el resultado del desarrollo de las vías de aso-
simples, que se enlazan de forma determinista y ciación que se dan en el proceso evolutivo, siendo
causal, en la línea de los trabajos de la escuela de los cambios cuantitativos y cualitativos el resul-
reflexología rusa y especialmente los de Schenov, tado del incremento creciente de la relación entre
quien sostenía que el reflejo fisiológico era el prin- las neuronas de asociación.
cipal fundamento explicativo de todas las res- En su interés por la psicología subyace el in-
puestas. tento de explicar desde la perspectiva histológica
Fue un hombre comprometido activamente los fenómenos que denominamos psicológicos.
en la política española. Debido a ello, sabemos Sus intereses van desde la psicología de los sue-
más de su pensamiento por lo que han informado ños, pasando por las causas del retraso de la con-
sus alumnos que por sus propias publicaciones. ciencia, hasta la atención de los procesos subjeti-
Así, su posición teórica definitiva la conocemos vos de orientación introspectiva (a través de la
por los apuntes del curso que imparte en 1904 y traslación de la funciones neuronales a manifes-
1905, recogidos por Juan Vicente Viqueria en su taciones psicológicas).
obra La psicología contemporánea (1930). Esta Ramón Turró i Darder (Barcelona, 1854-1926).
posición teórica es la funcionalista: la psicología Su relación con la psicología es tangencial, dado
es una «ciencia de hechos que constituyen el fluir que mantiene un planteamiento biológico con
de la conciencia» y que tiene por métodos la ob- el que pretende responder a un problema filosófico.
servación y la reflexión. Desde esa posición inter- Su importancia deriva de ser la cabeza más repre-
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se debe tanto a sus aportaciones a las ciencias del Augusto Pi i Sunyer (Barcelona, 1879-1965),
comportamiento como al hecho de ser uno de los discípulo de Turró y miembro destacado de la es-
científicos que favorecieron el establecimiento de cuela de Barcelona. Su influencia se extiende a
las primeras bases de carácter institucional de la través del trabajo de Mira y López, uno de sus
psicología española. discípulos más brillantes.
A Rodríguez Lafora le corresponde también Pi defiende las hipótesis asociacionistas. En sus
el mérito de haber utilizado por primera vez en trabajos se constata la influencia de Pavlov, Richet,
1917 la expresión «modificación de conducta» Bidder, Claude Bernard, Bechterev, Cannon o
(Reig, 1989). Además de ello, Lafora se adelantó Schmidt, hecho que le llevó a sostener que el
a su tiempo en la consideración del uso de la re- organismo es una unidad funcional cuya función
tirada de atención («consiste en saber cuándo no primordial es vivir; todas sus partes, orgánicas o
ver ni oír» —p. 550—) como tratamiento de pro- funcionales, tienen como único fin el desarrollo de
blemas de conducta que debe siempre preceder a esa unidad funcional. El componente o unidad psi-
la aplicación del castigo (relegado en cualquier cológica estaría sostenido en la unidad nerviosa
caso a la segunda línea de elección). Aún más, en que, a su vez, estaría sustentada por la unidad bio-
sus consideraciones sobre el castigo como trata- química. Dicho de otro modo, a través de la filoge-
miento de los problemas de conducta se incluye nia se iría construyendo el proceso de unidad orgá-
la relación entre contingencia y eficacia del trata- nica, comenzando por lo bioquímico para terminar
miento, los aspectos evolutivos y variables especí- en lo psíquico, donde el control va pasando evolu-
ficas de cada persona. En palabras de Lafora, las tivamente de un plano de orden inferior a otro su-
reglas del castigo pueden resumirse en «(1.ª) el perior (bioquímico, nervioso, psicológico) que cul-
castigo debe seguir inmediatamente a la falta; (2.ª) minaría en la unidad funcional, que es el individuo.
debe ser proporcionado a la edad, el temperamen- En el orden inverso, lo cerebral influiría sobre lo
to y la sensibilidad; (3.ª) ha de ser seguro, es decir, visceral y ambos estarían influidos por lo psíquico.
ejecutado sin vacilaciones» (p. 552 —la cursiva es Mercedes Rodrigo Bellido (Madrid, 1891; San
nuestra—). Juan de Puerto Rico, 1982) es una de las precur-
Lafora también preconiza la necesidad de uti- soras en España de la psicología científica aplica-
lizar el ejemplo como procedimiento de aprendi- da a la educación especial, la orientación profesio-
zaje, y considera que las causas del «retraso men- nal y la organización del trabajo. Se le condidera
tal» y de la «deficiencia moral» hay que buscarlas la primera psicóloga española. Su título en psico-
en factores puramente ambientales (malos ejem- logía fue expedido por la Universidad de Ginebra
plos, consumo excesivo de alcohol por parte de en 1923. A su regreso a España trabajó en la Es-
los padres, abandono de los hijos, mala educa- cuela Nacional de sordomudos y ciegos de Ma-
ción, miseria, etc.), además de en la herencia y drid. Entre 1927 y 1936 fue asistente del director
otras variables biológicas. del Instituto Nacional de Psicotecnia de Madrid.
Las aportaciones de Lafora al mundo de la Entre 1931 y 1939 trabajó como psicóloga en la
psicología son múltiples, realizadas desde distin- clínica de la Corte Juvenil, y entre 1936 y 1937 en
tas posiciones teóricas, desde la neuroanato- el Hogar de Delincuentes de la misma ciudad. En
mía y la neurohistología, la psicopatología y la 1936 fue nombrada directora del Instituto Nacio-
psicopedagogía infantiles. Rechaza la importan- nal de Psicotecnia, cargo que ocupó hasta 1939.
cia que Freud da al sexo en la infancia, así como Entre sus trabajos destaca en el contexto psicoló-
la interpretación simbólica de los sueños. Res- gico la Introducción al estudio de la Psicología,
pecto de la personalidad, defiende la necesidad publicada en 1949, cuando ya estaba exiliada en
de una visión global y holística de la persona, en Colombia.
consonancia con los postulados filosóficos de Emilio Mira y López (Santiago de Cuba, 1896;
Ortega. Brasil, 1964), licenciado en medicina en la Uni-
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versidad de Barcelona con premio extraordinario ca tanto las actividades como el aspecto subjetivo
en 1917, a los 20 años de edad, doctorándose tam- o Yo. Mantiene que el individuo no vive aislado
bién con premio extraordinario en la Universidad porque pertenece a un grupo es sujeto y objeto de
de Madrid en 1923. Es considerado el psicólogo acciones, por lo que también influye en el medio;
exiliado español más brillante, pese a que su es- por otro lado, también postula la existencia de un
pecialidad era la psiquiatría. Pertenece al grupo conflicto de fuerzas que tienen un sentido, una
de psicólogos de renombre internacional que tu- dirección (vector), por lo que la psicología puede
vieron que exiliarse tras la guerra que provocó el ser definida también como el estudio del dinamis-
golpe de estado del 18 de julio de 1936. Su interés mo vectorial biológico (véase www.miraylopez.
por todo lo que tuviera que ver con la psicología com/espanol.htm).
hace que se preocupe por todas las escuelas emer- Emilio Mira y López es nuestro último gran
gentes en su época: conductismo, psicoanálisis, psicólogo del exilio. Cuando muere ya estaba muy
psicología experimental, etc. Dentro de su gran avanzada la fase de restauración o reimplantación
producción destaca la publicación en 1932 de su de la psicología científica en España. Sin embar-
Manual de Psicología, pero el trabajo que real- go, él también participó activamente en este que-
mente le da renombre internacional es Psychiatry hacer, en la medida en que su condición de exilia-
in War, publicado en 1943. De todas sus aporta- do era tolerada por los representantes del golpe
ciones, la más importante es la creación del diag- de estado contra la República que todavía gober-
nóstico miokinético o PMK, una prueba de per- naban España.
sonalidad reconocida internacionalmente que fue
presentada en 1939 ante la Royal Academy of Entre las muchas cosas que caben ser destaca-
Medicine de Londres, cuando se hallaba becado das de esta fase de la historia de la psicología en
por el Maudsley Hospital (Mira, 1940). Esta España nosotros vamos a subrayar dos: el rigor con
prueba ha sido objeto de más de 300 estudios y el que casi todos los predecesores tratan la cuestión
tesis doctorales y continúa siendo aplicada con del método con el que debe abordarse el objeto de
éxito en la actualidad (véase Tous, 2009; Tous y estudio de nuestra disciplina, y el hecho de que casi
Viadé, 2002). todos tuvieron una formación de carácter biomé-
Su concepto de la psicología está impregnado dico antes que psicológica. Ambas cuestiones están
por la idea de la unidad psicosomática del indivi- plenamente vigentes en la actualidad.
duo. Sostiene la existencia de un doble aspecto en
la actividad psíquica, el relativo a la conciencia y
el de la conducta, ambos complementarios, pero 2.3.2. Fase de restauración/implantación
con el predominio del plano subjetivo, que, según de la psicología científica
él, es el que permitiría que podamos referirnos al
plano objetivo de la conducta. Concede también Esta fase resume tanto los acontecimientos
gran importancia a la dimensión social en la cons- que de forma directa e indirecta han contribuido
trucción del yo: «no es posible comprender un yo a la implantación de nuestra disciplina entre no-
sin los tú con los que mantiene relación»; es decir, sotros, como las aportaciones más relevantes de
lo psicológico emerge de lo fisiológico y alcanza carácter específico que se han realizado en este
su plenitud en lo social, en la adaptación del hom- mismo sentido durante el período comprendido
bre al mundo que le rodea, siguiendo un curso de entre 1939 y 1979.
complejidad creciente. En 1955 delimita su con-
cepción de la psicología indicando que ésta se in- Primer momento: restauración. Hablamos de
teresa por el estudio del comportamiento de los primer momento, no de fase, porque estimamos
seres vivos, tanto interna como externamente. que si se quiere hablar de restauración con propie-
Para él, el objeto de estudio de la psicología abar- dad es en tanto que subfase (1939-1969) de un
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ción de conducta con niños y adolescentes, y en — 1976. Año en que el profesor Felipe An-
1974 Manuel Morales aplica las técnicas de mo- gulo imparte por primera vez una asignatu-
dificación de conducta en una escuela de Ronda ra con el título de Técnicas de modificación
(Málaga), a fin de someter a contrastación empí- de conducta en la Universidad Compluten-
rica su eficacia en proceso de instrucción perso- se de Madrid.
nalizada y de evaluación continua. — Curso 1976-1977. Durante este curso las
Otros acontecimientos relevantes de este se- profesoras Teresa Salvat y Carmina Salda-
gundo momento son: a) la celebración del IV ña también imparten por primera vez en
Congreso Nacional de Psicología, celebrado en la Universidad de Barcelona una discipli-
Barcelona en 1973, entre cuyas mesas redondas na denominada Técnicas de modificación
se incluye por primera vez una sobre «Técnicas del comportamiento.
de modificación de conducta»; b) la publicación — Año 1977: Bartolomé, Carrobles, Costa y
en este mismo año (1973) del libro de Fernández Del Ser publican La práctica de la terapia
de Castro La enseñanza programada: línea Skin- de conducta, primer libro original de auto-
ner, primera obra original de autor español en la res españoles sobre las aplicaciones clíni-
que se describen los fundamentos de la modifica- cas de la modificación y terapia de con-
ción de conducta, y c) el ciclo de conferencias so- ducta. Su importancia en nuestro contexto
bre «Terapia de conducta», celebrado en 1974 en deviene de su carácter modélico en rela-
la Universidad Complutense de Madrid y dirigi- ción con la sistematización de la práctica
do por José Luis Pinillos, en el que intervienen de la modificación de conducta.
Víctor García-Hoz, Vicente Pelechano y el propio — 1979. Este es el año en el que se constituye
José Luis Pinillos. la primera asociación de modificadores/
terapeutas de conducta de España: la So-
Tercer momento: la implantación propiamente ciedad Valenciana de Análisis y Cambio
dicha. Esta subfase abarca el período comprendi- de Conducta. También en este año la Sec-
do entre 1975 y 1979, siendo 1975 un año muy ción de Psicología de la Universidad de
importante, dado el gran número de eventos que Granada celebra sus Jornadas Internacio-
tienen lugar. Veamos la cronología de algunos de nales sobre Análisis y Terapia de Conducta.
los principales hechos de este período: en 1975 se
celebra en Madrid el I Symposium sobre Apren-
dizaje y Modificación de Conducta en Ambientes 2.3.3. Fase de consolidación y expansión
Educativos, en Palma de Mallorca la V Conferen-
cia Anual de la European Association of Behavior Este período tiene su inicio en 1980 y se pro-
Therapy, y el profesor Vicente Pelechano presenta longa hasta nuestros días. Se caracteriza por la
el número 0 de la revista Análisis y Modificación aparición de nuevas asociaciones, la realización
de Conducta. En 1976 se celebra ya en Valladolid de nuevos congresos y el incremento tanto de la
el V Congreso Nacional de Psicología, y entre este investigación como de la aplicación de la modifi-
año y 1979 visitan España distintos autores rele- cación/terapia de conducta con niños y adoles-
vantes que imparten cursos, seminarios y confe- centes a nuevos campos. Entre los hechos más
rencias, como Emilio Ribes, profesor de la Univer- notables, cabe destacar la creación en 1980 del
sidad Autónoma de México, o Valentine Dmitriev, Colegio Oficial de Psicólogos (Ley 43/1979 de 31
del Instituto para el desarrollo del niño adscrito de diciembre), por el papel que ha desempeñado
a la Universidad de Washington y del que fue fun- y sigue jugando en el desarrollo y la instituciona-
dador S. W. Bijou en 1948. lización de la psicología en España. La importan-
Otros acontecimientos relevantes indirectos cia del COP ha sido crucial, no sólo porque agru-
tienen lugar en: pa a más de 50.000 psicólogos colegiados, sino
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porque, con su creación, conlleva el empuje que la yor y Francisco Javier Labrador (Mayor y Labra-
psicología aplicada necesitaba. Además, el COP dor, 1984); los dos volúmenes sobre aplicaciones
se ha constituido en uno de los agentes de la mo- de la modificación de conducta editados un año
dernización de la psicología en el mundo de habla más tarde por el profesor José Antonio Carrobles
española a través de la celebración de congresos (Carrobles, 1985) con el título de Análisis y modi-
nacionales e internacionales (entre los que se in- ficación de la conducta, y el primer libro de casos
cluye el iberoamericano), el mantenimiento de clínicos Aplicaciones clínicas de la evaluación y
publicaciones periódicas, algunas de las cuales se modificación de conducta. Estudio de casos, coor-
hallan recogidas en las bases de datos internacio- dinado por los profesores Diego Macià y Fran-
nales más exigentes, colaborando en el manteni- cisco Xavier Méndez, publicado en 1988 (Macià
miento de la formación continua de sus colegia- y Méndez, 1988). Estas publicaciones permiten
dos, etc. constatar que tanto el modelo conductual como
Asimismo, hay que destacar que en 1981 y el método científico se empiezan a conformar
1984 se celebran en Alicante y Málaga el Congre- como excelentes soportes del trabajo aplicado de
so Internacional sobre Psicología y Procesos de los psicólogos españoles.
Socialización, organizado por la Sociedad Valen- Si en la década los ochenta fue ya notable el
ciana de Análisis y Cambio de Conducta, y el I número de publicaciones sobre terapia/modifica-
Symposium Nacional sobre la Importancia de las ción de conducta realizadas por autores espa-
Terapias Cognitivo-Conductuales en la Psicopa- ñoles, en la de los noventa y en la primera del
tología Infanto-Juvenil. siglo XXI la progresión ha sido cuanto menos arit-
Otros acontecimientos indirectos relevan- mética.
tes de este período son: a) en el ámbito asociati- Lo que ha sido y es la psicología científica
vo, la fundación de cuatro nuevas asociaciones de española lo podemos sintetizar muy bien utilizan-
modificadores/terapeutas de conducta: Asocia- do las palabras de Helio Carpintero (Infocop,
ción Española de Terapia del Comportamiento 2009d): «Piénsese que hacia 1950 había en nuestro
—AETCO— (1980), Societat Catalana de Reçer- país una revista de psicología, la Revista de Psi-
ca y Terapia del Comportament (1983), Asocia- cología General y Aplicada que fundó el Dr. José
ción Española de Psicología Conductual (1989) y Germain, y un par de revistas de psicología clíni-
Asociación Española de Terapia Cognitivo-Con- ca y médica sostenidas por importantes escuelas
ductual Social (1989), y b) la celebración del I psiquiátricas. Hoy, hay unas cien revistas psicoló-
Congreso Nacional de la AETCO en la ciudad de gicas, y varias de ellas electrónicas, lo que repre-
Málaga. senta un crecimiento muy considerable».
Por lo que respecta a las publicaciones, hemos De hecho, desde hace ya algún tiempo no re-
de destacar el libro coordinado por la profesora sulta pretencioso sostener que «La psicología es-
Rocío Fernández Ballesteros y el profesor José pañola (...) es internacional, científica (...) y está
Antonio Carrobles, publicado en 1981, Evalua- contribuyendo eficazmente al acervo de conoci-
ción conductual. Metodología y aplicaciones (Fer- mientos de la psicología mundial» (Ardila, 1991;
nández-Ballesteros y Carrobles, 1981); la obra p. XXII). Abundando en ello, el Profesor Helio
Técnicas de modificación de conducta. Aplicaciones Carpintero subraya que:
a la psicopatología infanto-juvenil y a la educación
especial, de los profesores Jaime Rodríguez Sacris-
«En estos momentos, tenemos una psicolo-
tán y Jerónimo Párraga Pérez, publicado en 1982 gía científica que está al nivel de la que se hace
por el Servicio de Publicaciones de la Universidad en los países avanzados de nuestro entorno. Hoy
de Sevilla (Rodríguez y Párraga, 1982); la apari- hay ya investigadores de nombre internacional
ción en 1984 del primer Manual de Modificación que vienen a trabajar a nuestros departamentos
de Conducta, editado por los profesores Juan Ma- para colaborar con lo que aquí se hace, al tiem-
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po que siguen saliendo nuestros jóvenes investi- a) Sistematizar nuestro conocimiento me-
gadores a trabajar en los centros más importan- diante el establecimiento de relaciones.
tes de fuera. b) Explicar los hechos por medio de hipó-
En el último congreso internacional, de casi tesis.
ocho mil psicólogos, en Berlín, este verano del
c) Incrementar nuestro saber a través de la
2008, hubo diez o doce conferenciantes españo-
les, muchos simposios organizados por españo- contrastación de tales hipótesis.
les, con participantes de numerosos países, y eso d) Aumentar las posibilidades de replicabi-
quiere decir que nuestra ciencia está a nivel con lidad de nuestros hallazgos.
lo que hoy se hace en el mundo. e) Ofrecer un mapa del estado actual de
Y, en lo profesional, nuestra organización nuestro conocimiento en relación con
profesional de psicólogos es una de las mayores nuestro objeto de estudio.
y más importantes del mundo. f ) Orientar nuestra investigación.
Digo todo esto no para que nos refugiemos
en los laureles, sino para recordar que todo ello Es decir, los modelos y las teorías son artefac-
supone una responsabilidad, un reto, el de seguir
tos o construcciones lógicas, sin las que camina-
y seguir luchando por la ciencia y la profesión
en nuestro campo» (Infocop, 2009d). ríamos a ciegas, tanto en la investigación de labo-
ratorio como en la de campo y en las aplicaciones
de los hallazgos; por ello se afirma con frecuencia
2.4. LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA que lo más práctico es un buen modelo teórico,
cuando no podamos disponer de una buena teo-
«Conocer las condiciones bajo las cuales ría. Por ello, uno de los objetivos fundamentales
nace un fenómeno nos capacita para reproducir- de toda disciplina científica es, sin duda, la cons-
lo o suspenderlo a nuestro antojo, y nos hace trucción de modelos y teorías: sin modelo ni teo-
dueños de él, explotándolo en beneficio de la ría no puede haber ciencia; esta idea estuvo en el
vida humana» (Ramón y Cajal, 1920, p. 3). origen del desarrollo inicial del actual modelo
cognitivo-conductual y de su arsenal de estrate-
La relevancia de la teoría, unida al rigor me- gias y técnicas para la intervención psicológica.
todológico, resulta imprescindible en la construc- Las teorías o modelos se elaboran para inten-
ción de una disciplina si quiere ser calificada tar explicar de manera sistemática los diferentes
como científica. Ahora bien, recuérdese que la fenómenos naturales que pertenecen a un determi-
adopción de un modelo o el desarrollo de una nado dominio de conocimiento. En nuestro caso,
teoría no supone otra cosa que utilizar un esque- el dominio es el comportamiento humano y los
ma lógico que pueda resultarnos útil a la hora de diferentes fenómenos hacen referencia al princi-
comprender la realidad, resolver problemas y dar pio del condicionamiento clásico, a la ley del efec-
respuesta a las demandas de las personas. to formulada por Thorndike y dotada de funda-
En nuestro caso, el modelo teórico cognitivo- mento empírico y experimental por Skinner, al
conductual está basado en los supuestos episte- fenómeno del modelado o al relativo a la trans-
mológicos y metodológicos que constituyen su misión de información. Respecto al papel de la
esquema lógico, e intenta dar respuesta a los pro- transmisión de la información, pedimos al lector
blemas que nos planteamos, pese a que, conocien- que medite sobre su efecto al hilo del recuerdo
do nuestras limitaciones, sepamos que no podre- sobre cómo huían despavoridos los neoyorkinos
mos dar respuesta a todas nuestras preguntas/ cuando, representando la Guerra de los Mundos
problemas, ni solución a todas las demandas que de George Wells, Orson Welles unía a la narra-
se formulen. Sin embargo, el reconocimiento de ción/dramatización radiofónica el mundo de sen-
tales limitaciones no implica que no estemos en saciones desencadenado por la partitura interpre-
condiciones de: tada por una orquesta de cámara; asimismo, le
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solicitamos compare este hecho con el efecto so- los que le son más propios: los generados por
bre la respuesta de las leyendas que figuran im- la psicología del aprendizaje (humano y animal)
presas en el paquete de tabaco (por ejemplo, «Fu- y la psicología experimental (de laboratorio y
mar mata»). clínica).
Volviendo a nuestro tema principal, hay que Desafortunadamente, esto no ha sido siempre
indicar que, siendo cierta la existencia y utilidad así (véase Vila y Fernández-Santaella, 2004, pp.
de la metodología inductiva, una ciencia no pue- 34-42), pese a que desde el inicio se formulara
de limitarse a la mera recogida de datos obtenidos explícitamente la vinculación entre la psicología
mediante la observación de los hechos (fase des- clínica (investigación realizada en el ámbito apli-
criptiva), sino que tiene que elaborar teorías y cado) y la psicología experimental (investigación
modelos explicativos, que son los que confor- experimental de laboratorio). Así, en la fase ini-
marán un resumen del conocimiento del fenóme- cial o de fundamentación teórica del modelo cog-
no que estudia, el cual permitirá generar y formu- nitivo-conductual, la huida del mentalismo previo
lar hipótesis contrastables. Las teorías y los y de su falta de rigor científico llevó a los modifi-
modelos, en su defecto, cumplen distintas funcio- cadores/terapeutas de conducta a una crítica ge-
nes que, como hemos visto, hacen posible que nérica de toda propuesta en la que se utilizaran
cada disciplina científica vaya construyendo pau- conceptos cognitivos para explicar el comporta-
latinamente el corpus teórico que orienta, funda- miento; se trató por igual al psicoanálisis, a las
menta y guía su progreso. terapias humanistas y a la psicología experimen-
No hay que olvidar que lo que ha caracteri- tal cognitiva que tenía por objeto el estudio del
zado a la modificación/terapia de conducta, es procesamiento de la información.
decir, a la psicología clínica científica, es el rigor En esta etapa, las respuestas encubiertas y las
en la evaluación de su propia eficacia, el énfasis conexiones internas estímulo-respuesta parecían
puesto en el uso de la metodología experimental. resultar suficientes para explicar el comporta-
Fue esta posición la que le permitió presentarse miento manifiesto, pero con el devenir del tiempo
como alternativa a los procedimientos tradiciona- se constató que esto no era así. De hecho, duran-
les de la psicoterapia y alcanzar los progresos que te el proceso de fundamentación metodológica
hoy presenta. Por ello, si no prestamos la atención concurren dos acontecimientos que, desde nues-
debida a esta característica de nuestro quehacer, tro punto de vista, terminarán llevando al mode-
hemos de ser conscientes de que ello puede mar- lo conductual (enfoque operante y neoconductis-
car el inicio de la decadencia de la psicología clí- ta) a su crisis y cuasi divorcio con la psicología
nica científica. experimental de laboratorio: la urgencia plantea-
En nuestro caso, el modelo cognitivo-conduc- da por los problemas/trastornos clínicos y el po-
tual y la modificación/terapia de conducta, en sitivismo lógico. La primera da lugar a que la in-
tanto que desarrollos teórico y aplicado de la psi- vestigación pase a ser fundamentalmente aplicada,
cología científica en el estudio del comportamien- clínica (modificación/terapia de conducta), rele-
to humano, deben saber hacer suyos los hallazgos gando a un segundo plano el interés por la inves-
(relativos a su objeto de estudio) producidos en tigación experimental de laboratorio; el segundo,
el ámbito del conocimiento científico (por ejem- el positivismo lógico, sostiene e impone de mane-
plo, desde la psicofisiología, la neuropsicología, ra extrema que las teorías científicas sólo tienen
la psicología social, la psicopatología evolutiva, sentido si se pueden verificar a través de la obser-
etcétera), así como de los avances en otras parce- vación. Ambos propician que los psicólogos con-
las del conocimiento como la biología, la estadís- ductuales (operantes y neoconductistas) realicen
tica o las aplicaciones derivadas de los avances en cada vez menos investigación de laboratorio, por
la electrónica y la informática (por ejemplo, la lo que progresivamente se van alejando de los mo-
realidad virtual o Internet), pero sin dejar de lado delos emergentes, especialmente del relativo al
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devenir del tiempo, los resultados de la investiga- Por todo ello, en la delimitación actual de los
ción nos permitan reinterpretar los hallazgos con problemas y trastornos psicológicos es necesario
los que ya contamos, pero sólo eso (aunque no que previamente hayamos definido, con el mayor
sea poco). rigor posible, nuestro objeto, la unidad de análi-
Por todo ello, desde nuestra posición, la res- sis, de acuerdo con nuestra concepción del com-
puesta como objeto de estudio e investigación portamiento humano (teoría o modelo explicati-
unida a sus antecedentes y consecuentes (conti- vo), para posibilitar la réplica de nuestra actuación
güidad) sigue vigente. En este sentido, cabe re- tantas veces como fuera necesario y contribuir así
cordar que, como indicaba Santiago Ramón y a la fundamentación y al desarrollo de nuestra
Cajal, «la crítica científica se justifica solamente disciplina.
entregando a cambio de un error una verdad» Teoría y rigor en el uso del método son dos
(Ramón y Cajal, 1920; p. 21). Hasta tanto no se condiciones necesarias para que nuestra discipli-
produzca esa «entrega», la estación actual (el na siga ganando prestigio tanto en el ámbito del
modelo teórico cognitivo-conductual) será una conocimiento científico como de la sociedad a la
estación válida, aun cuando con el devenir del que sirven nuestros conocimientos. Es decir, re-
tiempo pueda no resultar la estación término ni torno al punto de partida: investigación experi-
hoy cumpla las expectativas de todos los que ac- mental de laboratorio e investigación en el con-
ceden a ella con la intención de iniciar o conti- texto clínico, con desarrollo teórico y aplicado.
nuar su viaje en el estudio del comportamiento Para terminar este epígrafe proponemos al
humano. lector que reflexione sobre las siguientes cuestio-
En síntesis, hoy la psicología que se construye nes, que entendemos relevantes para su propia
en el ámbito del modelo cognitivo-conductual es ubicación en el contexto de este epígrafe: ¿se pue-
científica, porque en su día los estudiosos del de asumir hoy que la utilidad práctica es la prue-
comportamiento supieron afrontar el reto que su- ba de la verdad de una proposición?, ¿es cierto
ponía huir de la especulación filosófica y some- que el fin del pensamiento es guiar la acción?,
terse a las reglas del método que unifica toda la ¿qué es más importante, el origen o el efecto de
ciencia; es decir, observar, plantear problemas en una idea?
términos operativos, formular hipótesis (descrip-
tivas primero, causales después), diseñar procesos
de verificación de las hipótesis contrastables que 2.5. PROBLEMA Y TRASTORNO:
sean replicables (método hipotético-deductivo; DELIMITACIÓN ACTUAL
diseños) y hallar regularidades con las que poder
ir construyendo o validando un cuerpo propio de Hoy podríamos delimitar el concepto de pro-
conocimientos sobre por qué el comportamiento blema psicológico como el resultado de la evalua-
humano muestra las propiedades que descriptiva- ción por parte de la propia persona, de otros o de
mente podemos constatar. Sin el rigor metodoló- ambos, del comportamiento de la primera, en la
gico, ello no hubiera sido posible porque no ha- que se constata la ocurrencia de sufrimiento o pa-
bría podido darse la opción de réplica de los decimiento subjetivo en ésta y en muchos casos
hallazgos informados/observados, y sin réplica no también en quienes le rodean. Este sufrimiento
hay validación posible de los supuestos teóricos puede ser descrito como: «desasosiego», «apatía»,
ni ciencia. Pero todo ello tampoco hubiera podi- «tristeza», «sentimiento o pensamiento desagra-
do ser sin la guía de una teoría o, en su defecto, dable o aversivo», «miedo», etc., pero que no lle-
que es nuestro caso, sin la formulación de mode- ga a interferir de manera significativa en el desa-
los explicativos, de artefactos lógicos; sin éstos rrollo de su actividad cotidiana. Es decir, puede
nuestra actuación sería «ciega», iríamos a tientas, seguir haciendo todo o casi todo lo que hacía,
procediendo por ensayo y error. pese a que lo pase mal cuando lo hace.
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Sí
Sí
Problema psicológico
No Sí
No Sí No Sí
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FERNÁNDEZ-BALLESTEROS, 1994.
«Es esencial que el personal (...) sepa si el éxito es debido a sus recomen-
daciones, o si lo es, en todo o en parte, debido a algún factor imprevisto surgi-
do de la situación y evolucionado con ella (...)
Un éxito tiene también la necesidad de ser analizado y explicado ulterior-
mente.»
Cuando alguien solicita ayuda al psicólogo ría únicamente de más ejemplos para abundar en
para sí mismo o para otro de quien tiene que ser la necesidad de seguir escrupulosamente todas y
legalmente responsable, es necesario, en primer cada una de las fases (y pasos) que el proceso o
lugar, verificar en qué medida la demanda respon- protocolo requiere del psicólogo, para que se pue-
de a necesidades reales. Muchas veces no tiene el dan obtener conclusiones con una alta probabili-
problema aquél para el que se solicita la ayuda, dad de ser válidas y fiables. Este proceso es el que
sino que el problema lo tiene la persona solicitan- conocemos como intervención psicológica.
te; en otras ocasiones ni siquiera existe tal proble- A continuación, antes de adentrarnos en el
ma, porque lo que pretende el solicitante es obte- proceso en sí, vamos a recordar algunas cuestio-
ner algún tipo de informe del psicólogo que le nes que estimamos necesario tener presentes y
permita justificar o argumentar razones psicoló- claras para comenzar esta tarea.
gicas en asuntos pendientes con la justicia, la pa-
reja, la familia o consigo mismo. Otras veces la
demanda responde a la existencia de un problema 3.1. ALGUNAS CONSIDERACIONES
psicológico, pero no el que la persona pensaba. PRELIMINARES
En fin, podríamos poner múltiples ejemplos para Dimensión vs. categoría
justificar la necesidad de proceder a una valora-
ción rigurosa de la existencia del problema por el Como recordará el lector, páginas atrás reto-
que se nos pide que intervengamos, pero se trata- mábamos una cita ya antigua de Eysenck, Wake-
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field y Friedman (1983), en la que estos autores de evaluación y tratamiento de manera determi-
se preguntaban: «¿Tiene sentido, en realidad, tra- nante.
bajar con pruebas dirigidas a asignar individuos
a categorías (...) cuando (...) toda la evidencia Valoración psicológica vs. biomédica
apunta hacia un sistema de medida dimensional tradicional o psiquiátrica
y no categórico?» (p. 168).
Volvemos a esta cita de Eysenck et al. (1983) El diagnóstico biomédico tradicional o psi-
porque sus interrogantes siguen vigentes. Es más, quiátrico también ha evolucionado. Así, por ejem-
la respuesta a su pregunta es que no tiene senti- plo, ya sólo se requiere que de un listado de 13
do para un psicólogo asignar personas a catego- respuestas alteradas para el diagnóstico de cuadro
rías con el fin de adscribirlas a un tratamiento. de ataques de pánico el paciente cumpla al menos
Pese a que categorizar sea una forma de proceder un número mínimo: 4; es decir, se asume el con-
para progresar en la construcción de una ciencia, cepto de dimensión aunque sea únicamente de
en psicología la utilidad de la categoría biomédi- forma implícita. Es más, también se recomienda
ca en sí misma, sin tener en cuenta la dimensio- que se establezcan grados de su intensidad (leve,
nalidad, queda actualmente relegada a la comu- moderado y grave) en la formulación diagnóstica
nicación con las instituciones y, en ocasiones, [Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastor-
entre profesionales. ¿Por qué? Porque los datos nos Mentales (DSM-IV-TR); Asociación Ameri-
confirman lo que ya se intuía hace más de un cana de Psiquiatría (APA, 2000)]. Es verdad que
cuarto de siglo: los problemas y trastornos psico- tales grados no están referidos de manera explíci-
lógicos son de naturaleza dimensional, no categó- ta a la intensidad de las respuestas aisladamente
rica. Cuando los psicólogos utilizamos diferencia- consideradas o del patrón de respuestas alteradas
les semánticos o escalas del tipo Liker, por poner en su conjunto, pero también se aproxima mucho
dos ejemplos, estamos haciendo referencia a esa a este último.
dimensionalidad, a que los problemas psicológi- Pese a los avances considerables hacia la con-
cos no son variables discretas sino continuas, a vergencia con el enfoque psicológico, al menos des-
que su cuantificación no puede hacerse en térmi- de la Asociación Americana de Psiquiatría, desde
nos de «todo» (existe) o «nada» (no existe). El nuestro punto de vista las limitaciones del diagnós-
reduccionismo de «está deprimido» y se le trata tico biomédico siguen en parte presentes porque
o «no está deprimido» y no se le trata no hace están en la base de su reduccionismo. Esto es así
referencia a la realidad: un trastorno depresivo, porque se sigue considerando el trastorno psicoló-
por poner un ejemplo, presenta en su evolución gico como una enfermedad «mental», que no se
un gradiente que va desde «estar bien» a «estar diferencia del trastorno psicopatológico de orden
algo triste», «un poco triste», «bastante triste», biológico o físico, con todo lo que esta posición
«muy triste», «completamente triste», etc., grados conlleva, como hemos podido ver. Las respuestas
dentro de la dimensión que a su vez correlacionan aprendidas, que son en sí mismas el problema para
significativamente con la cuantía del sufrimiento los psicólogos, o una parte fundamental del proble-
o padecimiento subjetivo informado, con el grado ma cuando el trastorno no es de naturaleza pro-
de interferencia en el desarrollo de la actividad piamente psicológica, en el ámbito de las catego-
cotidiana, con la frecuencia de la producción de rías biomédicas son «síntomas» de algo interno
respuestas cognitivas desadaptadas (sentimientos cuyo funcionamiento está alterado y que da lugar
de soledad e inutilidad, por ejemplo), con la in- a la enfermedad «mental» —a imagen y semejanza
tensidad y la frecuencia del llanto o de los pensa- de la enfermedad física—.
mientos negativos catastrofistas, con el grado de Lo que la psiquiatría trata son las supuestas
indefensión ante el propio estado, etc. Todo ello causas de orden físico o químico que se supone
va a condicionar la planificación de las estrategias responsables de la existencia de los «síntomas»,
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siendo ello lo que realmente delimita su objeto de na, como veremos más adelante, con un análisis
estudio y el campo que éste determina. Por ello se funcional que nos permite formular objetivos e
emplean, fundamentalmente, productos químicos, hipótesis de intervención centrados en las varia-
los psicofármacos, de los que se espera sean capa- bles que desencadenan y mantienen el problema
ces de restaurar los desequilibrios de orden bioquí- o trastorno aquí y ahora.
mico a los que se atribuye «el síntoma» o, depen- También es preciso recordar que la estrategia
diendo del caso, procedimientos físicos, como las que se sigue en la construcción de la psicopatolo-
operaciones para extirpar la supuesta causa bioló- gía psicológica, frente a la psiquiátrica (DSM y
gica o, en otro orden de cosas, el electroshock, que CIE), incluye la elaboración de modelos explica-
utilizado de acuerdo con su protocolo se considera tivos (dimensionales) frente al diseño de categorías
que resulta útil en algunos casos en los que los diagnósticas o como complemento imprescindible
tratamientos (psicológicos, químicos y físicos) no de éstas.
han logrado eliminar el trastorno.
La estrategia psicológica es otra, porque nues- Enfermedad vs. trastorno psicológico
tro objeto de estudio y el campo que delimita son
también otros. La psicología científica, en su apli- Aunque es conocido de todos que una enfer-
cación al ámbito clínico, no contempla todavía, medad física producida por una invasión bacte-
salvo excepciones como la terapia cognitiva de riana o viral, por la alteración o deterioro del
Beck y los conceptos de esquema o distorsión funcionamiento de un órgano o un sistema, pue-
cognitiva, la existencia de constructos subyacen- de producir un problema psicológico, generalizar
tes que sean responsables de la respuesta inade- el concepto de enfermedad física al de trastorno
cuada, inapropiada o desadaptativa de la persona. psicológico es poco coherente y menos aún con-
Ahora bien, cuando utiliza categorías o construc- secuente con el contenido del propio concepto.
tos, lo hace agrupando respuestas en base a su Ambos son de naturaleza distinta, presentan de-
frecuencia, duración o intensidad, las cuales ac- sarrollos distintos y requieren modalidades dis-
túan como correlatos dentro de una dimensión. tintas de tratamiento.
El problema/trastorno psicológico al que se Como ya señalaba Erwin (1978), en este sen-
enfrenta el clínico es lo que hace la persona cuan- tido, salvo en la psicosis, los datos disponibles no
do piensa, siente o actúa. Es decir, nuestro pro- apoyan la aceptación del modelo biomédico, y la
blema no son las categorías diagnósticas, sino las mayoría de los problemas tratados por psiquia-
respuestas y las variables que las desencadenan tras y psicólogos clínicos difieren claramente en
y/o mantienen en cada situación concreta. El pro- uno o más aspectos del concepto tradicional de
blema/trastorno resulta del producto de los me- enfermedad. Este autor recoge como característi-
canismos de aprendizaje que suponemos se han cas básicas de la enfermedad física el hecho de
establecido entre elementos propios de la persona, que los síntomas están fuera del control de la per-
los de la situación y la respuesta o respuestas que sona, la incapacitan o producen sufrimiento, se
se producen en ella. Ahora bien, esas respuestas, deben o implican cambios en los tejidos del cuer-
en una situación concreta, son dimensionales, y en po o en el funcionamiento de los sistemas bioló-
cuanto tales pueden variar y varían significativa- gicos y hacen referencia a un conjunto relativa-
mente en su intensidad, frecuencia y duración: no mente específico. De hecho, así lo constatan
es lo mismo permanecer callado que no dejar de también las clasificaciones internacionales de las
hablar, hacerlo con voz tenue o gritando, mirando instituciones médicas y psiquiátricas más influ-
a quien se habla o hacia otro lado, pensar en algo yentes. Tal es el caso del sistema oficial de clasifi-
varias veces que no poder dejar de hacerlo, etc. cación de la Organización Mundial de la Salud
El modo que tiene el psicólogo de concretarlo es (OMS, 1992), que en su Clasificación Interna-
a través de un proceso de evaluación, que culmi- cional de las Enfermedades y Problemas Relacio-
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nados con la Salud (CIE-10), en su Capítulo V, así es; hemos dicho riesgos, que habrá que inten-
relativo a los trastornos mentales y del compor- tar prever y controlar hasta donde sea posible.
tamiento, señala que: Para comenzar hemos de recordar que siem-
pre se evalúa a personas en tanto que individuos
«el término “trastorno” se usa a lo largo de la únicos, aunque el modo como se aplique o realice
clasificación para evitar los problemas que plan- la evaluación pueda ser de uno en uno o colecti-
tea el utilizar otros conceptos tales como “en- vamente.
fermedad” o “padecimiento”. Dicho término se Ahora bien, si la evaluación se hace para de-
utiliza para indicar la presencia de un compor- terminar la existencia de un trastorno y luego tra-
tamiento o de un grupo de síntomas identifica-
tar a la persona en el contexto de un grupo con
bles en la práctica clínica, que en la mayoría de
los casos se acompañan de malestar e interfieren
ese mismo trastorno, entonces el proceso se suele
con la actividad del individuo» (pp. 25-26). simplificar. En este caso, la evaluación se realiza
para determinar si la persona cumple con los re-
quisitos que requiere el modelo teórico que explica
De igual modo, la Asociación Americana de
la génesis, desarrollo y mantenimiento del proble-
Psiquiatría (APA), en su Manual Diagnóstico y
ma/trastorno en las situaciones en las que el tras-
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV;
torno se presenta (véase por ejemplo Olivares y
APA, 1995) ya evitaba el uso del concepto «enfer-
Caballo, 2003). El modo de proceder varía según
medad» para los problemas y trastornos de la
se trate de una intervención diseñada en el marco
conducta, refiriéndose a éstos como:
comunitario o en un contexto clínico.
En el marco comunitario se aplican en grupo
«... un síndrome o patrón comportamental o psi-
cológico de significación clínica, que aparece una o más medidas de autoinforme, es decir, prue-
asociado a un malestar (por ejemplo, dolor), a bas de lápiz y papel estandarizadas que miden la
una discapacidad (así, deterioro en una o más frecuencia, duración, intensidad, adecuación, etc.,
áreas de funcionamiento) o a un riesgo signifi- de las respuestas de la persona en una o más si-
cativamente aumentado de morir o de sufrir do- tuaciones representadas por los ítems o elementos
lor, discapacidad o pérdida de libertad. Además, que lo integran; una vez corregidos los autoinfor-
este síndrome o patrón no debe ser meramente mes estandarizados, se entrevista individualmen-
una respuesta culturalmente aceptada a un acon- te a todos aquellos cuyas puntuaciones han supe-
tecimiento particular (v. gr., la muerte de un ser rado los puntos de corte previamente establecidos
querido). Cualquiera que sea su causa, debe con-
en estudios previos, los cuales representan una
siderarse como la manifestación individual de
una disfunción comportamental, psicológica o determinada magnitud cuantificada generalmente
biológica. Ni el comportamiento desviado (p. ej., en desviaciones estadísticamente significativas
político, religioso o sexual) ni los conflictos entre respecto del promedio del grupo normativo.
el individuo y la sociedad son trastornos menta- La aplicación de la entrevista individual tiene
les, a no ser que la desviación o el conflicto sean como objetivo verificar si, además de tener pun-
síntomas de una disfunción» (p. XXI). tuaciones elevadas en la medida de los autoinfor-
mes, también cumplen los criterios establecidos
Evaluación individual vs. grupal para el diagnóstico de un trastorno psicológico
concreto (tanto psiquiátricos como psicológicos,
¿Se procede igual cuando hay que evaluar a si los hubiera —recuérdese que los primeros sir-
una sola persona que cuando se tiene que evaluar ven para la comunicación y los segundos para
un grupo que presenta el mismo problema? orientar el tratamiento—); de no ser así, se trata-
Determinar la existencia o no de un problema ría de análogos clínicos, es decir, de personas con
o trastorno psicológico no es una tarea fácil ni elevadas puntuaciones en los instrumentos psico-
está exenta de riesgos. ¿Hemos dicho riesgos? Sí, lógicos que miden el trastorno pero que no pre-
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sentarían las condiciones mínimas que el consen- do), facilita el trabajo de los observadores (pue-
so requiere para el diagnóstico del trastorno. En den visualizar la grabación en el horario que
este último caso, si además de presentar puntua- deseen) y evita, cuando no hay ventana de obser-
ciones elevadas el problema psicológico genera vación, las dificultades que conlleva el uso de es-
sufrimiento en otros y/o padecimiento subjetivo pejos uni o bidireccionales para situar a los obser-
en quien lo presenta, el cliente será remitido/asig- vadores en lugares que no interfieran el desarrollo
nado a un grupo de entrenamiento con el fin de de la prueba observacional, la cual ha de trans-
ayudarle a superarlo, y el tratamiento se derivará currir de la forma más cercana a las condiciones
de las variables que el modelo teórico de referen- naturales que se pueda.
cia considera relevantes en el mantenimiento de En otras ocasiones, la intervención en el mar-
problema. Si se cumplen los criterios requeridos co comunitario es estrictamente preventiva. En
para el diagnóstico, se sigue aplicando el proto- este caso la evaluación previa al inicio de las se-
colo de entrevista con el que estemos trabajando siones de entrenamiento persigue determinar
para valorar el grado de interferencia, la intensi- individualmente los recursos teóricos (conoci-
dad y la generalización del trastorno, la comor- mientos) y prácticos con los que cuentan los po-
bilidad asociada, etc. Un ejemplo de formato de tenciales miembros del grupo, con el fin de valo-
entrevista diagnóstica basada en criterios psiquiá- rar la pertinencia del entrenamiento en cada caso
tricos lo constituye Anxiety Disorders Interview y los logros del entrenamiento (comparaciones
Schedule, la basada en los criterios requeridos por pretest-postet-seguimientos).
el ADIS-IV (APA, 1994) y elaborada por Di Nar- En el contexto clínico, la evaluación es gene-
do, Braun y Barlow (1994). ralmente individual e individualizada, es decir,
La situación deseable, desde el punto de vista diseñada ad hoc; la determinación de la existencia
psicológico, es complementar los datos generados del problema/trastorno se realiza tanto mediante
por las medidas obtenidas de los autoinformes el uso de entrevistas clínicas al afectado y otros
con pruebas observacionales de carácter indivi- allegados relevantes —la esposa, padres, profeso-
dual. En este tipo de intervenciones comunitarias res, etc.—, como utilizando autorregistros, prue-
ello depende generalmente del tiempo y los me- bas observacionales y, en su caso, grabaciones
dios disponibles, así como de que las personas audiovisuales, tal como se ha indicado en el pá-
implicadas den su conformidad. Estas pruebas rrafo anterior. Si se verifica que se cumplen los
permiten el registro de las respuestas de la perso- criterios que constatan la existencia de un trastor-
na en una situación artificial que simula en la me- no psicológico, entonces tendremos que recoger
dida de lo posible las condiciones naturales (alta información que nos permita poner a prueba la
validez ecológica). El registro puede hacerse en hipótesis de semejanza (desviaciones significativas
directo mediante observadores independientes respecto de los promedios del grupo normativo
previamente entrenados o en diferido; en este úl- de referencia —«puntos de corte»—), las de aso-
timo caso, se graba con medios audiovisuales todo ciación predictiva y las cuantitativas. Como se
lo que acontece durante el desarrollo de la prueba verá con más detalle en el epígrafe 3.3, estas dos
observacional, siguiendo unos criterios previa- últimas modalidades de hipótesis, las de asocia-
mente establecidos, y posteriormente se visualiza ción predictiva y las cuantitativas, se sustentan en
y registra de manera independiente por dos o más asociaciones contrastadas empíricamente en estu-
observadores previamente entrenados para ello. dios previos (las primeras), y las segundas en la
Siempre que resulte posible hay que optar por la medida en que se presentan respuestas problemá-
grabación, porque permite una observación más ticas o inadecuadas por exceso o defecto. El tra-
rigurosa (se puede ver una secuencia tantas veces tamiento se podrá realizar individualmente, gru-
como se entienda necesario hasta estar convenci- palmente o iniciando un tratamiento individual
do de que se registra lo que realmente ha ocurri- que luego terminará con la incorporación de la
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Situar la respuesta
Respuestas
En distintas situaciones,
Percepción Déficit con presencia/ausencia
Exceso Defecto
incorrecta atencional de otras personas
Autocontrol
mostrado
En todo caso,
¿las respuestas son adecuadas o inadecuadas a la situación?
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TABLA 3.1
Algunos criterios propuestos para identificar problemas/trastornos psicológicos
Criterio Ventajas Inconvenientes
etcétera. El proceso de intervención se inicia con tervenciones n = 1), sigue con la aplicación del
la primera visita del cliente/paciente o la formu- tratamiento y la evaluación/valoración de su efi-
lación del problema a estudiar en el caso de los cacia, que puede realizarse a través de medidas
grupos, pasa por el proceso de evaluación inicial repetidas (en general en los diseños de caso único)
o diagnóstica y un análisis de la conducta (en in- o en el postest (propio de los grupos), para termi-
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nar con la evaluación o medida de la estabilidad datos que nos permitan luego realizar el análisis
y generalización de los efectos del tratamiento/ topográfico sobre todo de respuestas de baja fre-
entrenamiento aplicado. El término de la inter- cuencia o de difícil verificación —íntimas o luga-
vención o criterio para «el alta» suele ir precedido res donde no se podría observar—) y el uso, en
por una fase de desvanecimiento del tratamiento, su caso, de pruebas observacionales para el aná-
durante la cual se le van retirando progresivamen- lisis topográfico de respuestas públicas.
te al paciente/cliente las ayudas que previamente También habremos de indagar en la historia
se le habían facilitado. Esta fase de desvaneci- del problema/trastorno y en las condiciones am-
miento suele iniciarse cuando el porcentaje de bientales actuales que lo pudieran estar contro-
éxito en la solución de las «tareas para casa», o lando. La historia nos permitirá postular relacio-
aplicación de lo entrenado previamente en situa- nes entre éste y las variables responsables de su
ciones controladas en el contexto clínico, alcanza inicio y evolución (mejorías, empeoramientos). El
el 80-85 por 100 de éxitos de acuerdo con los ob- establecimiento de los antecedentes y consecuen-
jetivos previamente establecidos. El término del tes ambientales actuales nos ayudará a plantear-
entrenamiento tendrá lugar cuando las respuestas nos preguntas y conjeturas funcionales sobre el
se adecuen a los requisitos de las situaciones en caso (¿qué variables se muestran potencialmente
porcentajes de éxito superiores al 95 por 100. En responsables de su mantenimiento?).
ese momento se iniciará el seguimiento de los El análisis retrospectivo trata de reconstruir,
efectos del tratamiento con la toma de medidas a través de la historia del problema, cómo apren-
al mes y a los tres, seis, doce y veinticuatro meses. dió la persona, cómo se gestaron y desarrollaron
Si transcurridos los veinticuatro meses se man- en el pasado dichas alteraciones, y también apor-
tienen los logros, la intervención habrá termina- ta datos valiosos para precisar la antigüedad
do. Es posible que a lo largo del seguimiento se (cronicidad, consolidación y generalización de
detecten riesgos que hagan conveniente aplicar los aprendizajes desadaptativos), las fluctuaciones
«dosis de recuerdo» de lo entrenado; de ser así no en el tiempo y la potencial relación con aconte-
debe haber ningún problema para que las lleve- cimientos concretos.
mos a cabo. Ahora bien, recuérdese que los aspectos bio-
La intervención psicológica se utiliza para al- gráficos, como las pautas de desarrollo biológico
canzar objetivos, como ayudar a que las personas y los acontecimientos personales, nos suminis-
se acepten a sí mismas (terapia no directiva), mo- tran datos de gran relevancia para la compren-
dificar esquemas y creencias irracionales o nega- sión del trastorno, pero muy limitados porque, en
tivas (terapias cognitivas), lograr comportamien- primer lugar, se trata de hechos pasados sobre los
tos adaptativos (terapia de conducta), etc. que nada podemos hacer como profesionales y,
en segundo, porque el origen o inicio de un pro-
blema/trastorno psicológico no tiene necesaria-
3.3. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA: SÍNTESIS mente que haberse regido por las mismas varia-
DE SUS FASES Y PASOS bles que lo mantienen en la actualidad. Lo que
queda es el recuerdo de la situación pasada, y será
El proceso para concretar la existencia de un éste y no aquélla el objeto de nuestra evaluación
problema/trastorno psicológico supone general- y tratamiento, caso de tomar el pasado en consi-
mente la aplicación en primer lugar de la estrate- deración.
gia que denominamos entrevista (para obtener Este es también el momento de recabar infor-
una primera delimitación), la aplicación de prue- mación sobre los intentos anteriores de entrena-
bas psicométricas (con el fin de buscar desviacio- miento/tratamiento psicológico, así como todos
nes respecto de las respuestas de su grupo norma- los tratamientos previos biomédicos prescritos y
tivo), el diseño de autorregistros (para obtener la medicación que pueda estar tomando la perso-
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na (la prescrita y la no prescrita). Hay pacientes/ torno concreto. Es una estrategia de resolución
clientes que, por la historia previa de fracasos de de problemas presente en cualquier campo cien-
los tratamientos, se convierten en «pacientes que- tífico.
mados», es decir, pacientes que por la consolida- Para la realización del análisis funcional nos
ción y generalización del problema (su cronici- basaremos en el modelo cognitivo-conductual. Se-
dad) presentan de entrada un pronóstico «menos guiremos el proceso que en él se recoge: analiza-
bueno», porque el profesional tendrá que lidiar remos la función que en un determinado momento
con muchas más resistencias, tanto del sujeto desempeñan las variables implicadas en cada uno
como del medio en el que éste se desenvuelve co- de los elementos que lo integran. Como hemos
tidianamente, para obtener resultados similares a visto, se trata de un modelo secuencial en cuanto
los de los casos en los que la cronicidad es mínima que analiza los distintos elementos o grupos de
o no existe. variables siguiendo una ordenación temporal: se
Los datos recogidos habrán de proporcionar- inicia el proceso analizando los estímulos que eli-
nos la información necesaria para contrastar citan/desencadenan las respuestas y se termina
nuestras hipótesis de semejanza, de asociación con el estudio de las consecuencias que éstas pro-
predictiva y cuantitativas, así como para concluir ducen en el propio sujeto y en el ambiente.
si existe o no el problema por el que se nos soli- Todo este proceso previo nos permite ahora
cita ayuda, así como si es la intensidad, la fre- formular los objetivos y las hipótesis o asociacio-
cuencia, duración de las respuestas estudiadas o nes funcionales para cada respuesta problemática.
una combinación de ésas lo que las convierte Si existiese más de una respuesta inadecuada ha-
en inadecuadas por exceso o por defecto (análisis bría que establecer una jerarquía previa; en este
topográfico). Además, nos permitirá conocer la caso proponemos los siguientes criterios a modo
secuencia de inicio (orden temporal en el que se de orientación:
presentan los estímulos y las respuestas) y el ba-
lance entre las tres modalidades más frecuentes — Primero. Actuar sobre las respuestas que
de expresión de las respuestas problemáticas: mo- puedan resultar peligrosas para la(s)
toras, fisiológicas y cognitivas (Lang, 1971). De persona(s) o para aquellas con la(s) que
este modo, el problema quedará descompuesto en interactúe.
unidades o respuestas que pertenecerán a uno u — Segundo. Elegir respuestas que puedan
otro sistema, lo que nos ayudará a concretarlo en ejercer un efecto positivo sobre las que se
términos de acciones y cantidades. han de aprender, por presentarse asocia-
Detectadas y jerarquizadas las respuestas pro- das a otras socialmente relevantes. Tal se-
blemáticas o inadecuadas, caso de haber más de ría el caso de presentarse correctamente
una, la labor siguiente consiste en definirlas de vestido y aseado a la hora de participar en
forma operativa, especificando sus características un proceso de selección de personal.
más relevantes. El análisis topográfico realizado es — Tercero. Intervenir sobre las respuestas
el primer paso para su delimitación, siendo nece- que sitúen a la persona fuera de las nor-
sario completarlo con la identificación de las va- mas sociales.
riables de las que dependen o con las que se rela- — Cuarto. Escoger respuestas que se consi-
cionan las acciones de la persona, para lo que deren prerrequisito para el desarrollo de
haremos un análisis funcional. otras necesarias para la adaptación de la
El análisis funcional es un proceso inductivo persona. Así, levantarse media hora antes
e hipotético-deductivo a través del cual el psicó- para salir con tiempo suficiente y llegar
logo, basándose en su conocimiento del compor- relajado al lugar de trabajo.
tamiento humano, deduce predicciones que trata — Quinto. Seleccionar respuestas cuyo apren-
de verificar en un caso concreto o para un tras- dizaje y dominio influirá en la adaptación
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Entrevista inicial
o patrones de respuestas
Formular hipótesis
correlacionales 1
Contrastar hipótesis No
correlacionales se verifican
Diagnóstico:
Análisis funcional
Fase explicativa.
Formular hipótesis
de intervención
Diseñar tratamiento,
Fase
circunstancias y modo
de tratamiento
en que se aplicará y evaluará
Evaluaciones No se verifican
intra/postest las hipótesis
1
Cuantitativos: Permiten contrastar la medida en la que las respuestas resultan inadecuadas a la situación porque
presentan exceso o defecto en una o más de sus dimensiones (frecuencia, duración e intensidad).
De semejanza: Dan cuenta de hasta qué punto el problema/trastorno es semejante al de otras personas.
De asociación predictiva: Establecen predicciones sustentadas en asociaciones contrastadas empíricamente, es decir, los
datos disponibles respecto de estudios previos nos tienen que permitir dar respuesta a esta cuestión: si no se trata adecua-
damente, ¿qué probabilidad hay de que termine presentando un comportamiento problemático?
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dificaciones suscitadas en condiciones seguras (las entrega al paciente/cliente. Ello nos lleva, en pri-
del entrenamiento/tratamiento) se generalizan al mer lugar, a delimitar qué entendemos por infor-
medio natural del cliente, uno de los principales me psicológico, y en segundo a concretar la forma
problemas a los que debe hacer frente toda acción, en que debemos elaborarlo y presentarlo.
sea ésta preventiva o terapéutica. Para un cono- Como indican Pérez, Muñoz y Ausín (2003),
cimiento extenso y riguroso del proceso de eva- el informe psicológico es una modalidad de comu-
luación, el lector puede consultar los trabajos de nicación de los resultados de un proceso de eva-
Fernández-Ballesteros (1983, 1992a y 2004), y luación que puede ser oral o escrita, pero en cual-
para un estudio pormenorizado de las habilidades quier caso tiene que ser confidencial, científica y
terapéuticas implicadas en cada una de las fases realizada por un psicólogo a su paciente/cliente,
del proceso descrito remitimos al lector a los tra- representante legal o autoridad legal competente.
bajos de Gavino (1997 y 2010) y Ruiz y Villalobos Pese a que no existen disposiciones específicas
(1994), así como al apartado 1.4 de este manual. que con carácter general concreten la forma de
Para un ejemplo de aplicación puede verse el ex- realizar la comunicación, se elija el formato oral
celente trabajo de Márquez, Zamarrón, Fernán- o el escrito, sí han sido muchos los autores que
dez-Ballesteros y Vizcarro (2011). han hecho aportaciones relevantes al respecto. Es-
tas aportaciones son tanto de orden estrictamen-
te formal como en relación con los aspectos éticos
3.4. LA COMUNICACIÓN DE RESULTADOS: y legales implícitos en este tipo de comunicación,
EL INFORME PSICOLÓGICO sea de ámbito general o específico como el infor-
me forense. Así, en el contexto español podemos
La comunicación del psicólogo con su cliente/ citar los trabajos de Ávila, Ortiz y Jiménez (1992),
paciente (y/o con sus tutores) es permanente. El Catalán (1999), Fernández-Ballesteros (1983,
paciente está informado desde la primera entre- 2004), Fernández Ballesteros, De Bruyn, Godoy,
vista de nuestras impresiones diagnósticas e hipó- Ter Laak, Vizcarro, Westhoff, Westmeyer y Zac-
tesis de trabajo, del objeto de las estrategias que cagnini (2001 y 2003), Jiménez (1997), Martorell
utilizamos en la recogida de información y de los (1985), Pelechano (1976b), Rodríguez (1999) o
resultados e integración de los mismos; se le in- Torre (1999), mientras que en el ámbito interna-
forma de la formulación clínica del caso y de las cional son ya clásicas las aportaciones de Malo-
estrategias que proponemos para intervenir y tra- ney y Ward (1976) o Nay (1979).
tar, y del tiempo estimado de duración del trata- Aunque ya empezamos a contar con modelos
miento, pidiendo en todo momento, de forma de informe y protocolos de valoración psicológica
previa, el consentimiento para intervenir. específicos, como el formulado por la Junta de An-
De forma particular al cliente/paciente (o a sus dalucía (Decreto 49/2009, de 3 de marzo —dispo-
tutores), tras finalizar el momento correlacional/ nible en www.juntadeandalucia.es/salud/—), rela-
descriptivo del proceso de evaluación es frecuente tivo a la evaluación de la madurez psicológica y al
proporcionarle un informe psicológico, generalmen- protocolo a seguir con los menores que demandan
te por escrito, donde se comunican los resultados intervenciones de cirugía estética, el lector debe sa-
obtenidos. Así, la comunicación de resultados ber que la elaboración de un informe de esta natu-
debe realizarse una vez concluida la primera fase raleza tiene referencias concretas con las que ha de
de la evaluación, es decir, la descriptiva o relativa contar, tanto de orden legal como ético e incluso
a la confirmación de la existencia de un problema/ estrictamente formales como las propias del estilo
trastorno psicológico. Nosotros lo abordamos para que la redacción presente un lenguaje cientí-
ahora por razones estrictamente didácticas. fico y respetuoso con los derechos de las personas
La comunicación de resultados se incluye (véase, por ejemplo, la quinta edición del Manual
como una parte del informe psicológico que se of the American Psychological Association; APA,
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TABLA 3.2
Breve descripción de las recomendaciones a seguir para elaborar un informe psicológico1
Los informes son documentos científicos, y como tales deben estructurarse de forma lógica y
apropiada a sus fines. En general, el modelo de informe experimental puede servir de guía para
estructurar y presentar los contenidos en la versión escrita del informe.
Las Guías para el Proceso de Evaluación Psicológica (Fernández Ballesteros et al., 2001 y
2003) también orientan cómo se pueden organizar los contenidos: nombre del autor, del
Organizar los cliente/paciente y del receptor del informe (de ser el caso); instrumentos, procedimientos y
contenidos del informe pruebas aplicadas; pasos y procedimientos utilizados para responder a las demandas rea-
lizadas; resumen con las conclusiones más importantes y recomendaciones apropiadas. Los
datos se estructuran y presentan en el apartado de resultados, reflejándose el peso dado a
la información obtenida, los datos en que se basan las afirmaciones realizadas, las incon-
sistencias encontradas y la valoración respecto a las demandas (del cliente/paciente, auto-
ridad, etc.).
Describir los Se han de describir los instrumentos y estrategias utilizadas. Recuérdese que existe la obliga-
instrumentos y toriedad de utilizar siempre medios o procedimientos suficientemente contrastados (validez
facilitar la y fiabilidad), medidas y pruebas actualizadas. Asimismo, existe la recomendación de no in-
comprensión de los terpretar los tests de forma aislada, dejando constancia de cualquier información que mini-
datos mice posibles interpretaciones erróneas de los datos.
Las conclusiones deberán estar justificadas respecto de las demandas y los datos derivados
Justificar las del proceso de evaluación, y se derivarán del contraste de las hipótesis planteadas (que ha-
conclusiones bremos formulado operativamente) con los resultados obtenidos, discutiendo su relación con
éstas, los datos y la información contradictoria.
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2002b). Así, en relación con los aspectos éticos y chos y obligaciones en materia de información y
legales, hay que indicar en el ámbito español el documentación clínica (Ley 41/2002). En el con-
Código Deontológico del Psicólogo (Colegio Ofi- texto internacional son documentos de referencia
cial de Psicólogos, 2004), las Guías para el Proceso obligada el Código Ético de la American Psycho-
de Evaluación Psicológica (GAP; Fernández Ba- logical Association (APA, 2002a) y las normas de
llesteros et al., 2001 y 2003), los reales decretos de esta misma asociación para la aplicación de las
creación de la titulación de psicólogo especialista pruebas educativas y psicológicas (APA, 1999).
en Psicología Clínica (Real Decreto 2490/1998), Siguiendo el excelente trabajo de Pérez, Mu-
Estatutos del Colegio Oficial de Psicólogos (RD: ñoz y Ausín (2003), vamos a describir brevemen-
481/1999), la Ley de Protección de Datos de Ca- te las recomendaciones que se sugiere seguir a la
rácter Personal (Ley Orgánica 15/1999) y la Ley hora de elaborar un informe psicológico (véase
que regula la autonomía del paciente y los dere- tabla 3.2).
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En síntesis, es preciso que recordemos que el Por otra parte, tampoco dice casi nada en este
informe psicológico, tenga la finalidad que tenga apartado del modo como controló amenazas ta-
(educativa, clínica, legal, etc.), debe cumplir como les como el hecho de que niños tan pequeños se
mínimo con los requisitos de un informe experi- hallasen solos frente a un extraño, en un lugar
mental, con el fin de constituir una prueba cuya desconocido, que les hacía preguntas sobre situa-
réplica por cualquier otro psicólogo pueda estar ciones relacionadas con el daño físico y los abu-
garantizada. De no ser así, como ya hemos indi- sos sexuales supuestamente sufridos; no sabemos
cado, el informe no tendrá otro valor que el de si tomó alguna medida al respecto, ni la relevan-
una opinión personal, por lo que tampoco debe- cia de tal medida para controlar ésta u otras ame-
ría calificarse de «informe pericial». nazas que pudieran afectar al estado del niño y
A modo de ejemplo, incluimos a continua- a la calidad y cantidad de sus respuestas (a partir
ción comentarios parciales y puntuales a un in- de las cuales habrá de realizar todos sus análisis).
forme pericial psicológico, con la intención de Pedimos al lector que se pregunte si le parece o
que el lector medite sobre la relevancia del rigor no le parece muy grave que, en un asunto de esta
en el procedimiento y las repercusiones que su naturaleza, alguien pueda actuar tal como se des-
inobservancia pueden tener para las personas cribe.
afectadas. Como se recordará, la valoración de cualquier
Se trata del informe de un perito psicólogo prueba observacional requiere de una elevada fia-
—nombrado por el juez— para que emita un in- bilidad interobservadores o interjueces, de acuer-
forme sobre la posible existencia de abusos físicos do generalmente con un inventario previo de si-
y sexuales a menores. Este perito, en el apartado tuaciones (en este caso, preguntas consensuadas
relativo al método, incluye el estudio de la infor- por dos o más expertos) y de las respuestas que
mación disponible en el juzgado sobre el caso, el se den a éstas, las cuales han de observarse y re-
análisis y valoración del expediente emitido por gistrarse en un formato de registro que luego ser-
otro profesional, entrevistas semiestructuradas a virá para el cálculo de la fiabilidad interjueces.
dos menores (uno de tres años) y la valoración Pues bien, si esto es así con carácter general, pién-
de la credibilidad de las declaraciones de estos sese en la relevancia del rigor del procedimiento
dos niños. Indica que realiza esta última tarea cuando se ha de realizar el análisis del contenido
por medio del análisis de la validez de las decla- de las respuestas de unos niños pequeños para
raciones (de los niños, entrevistados de uno en dictaminar, como perito, sobre la coherencia o
uno) y de su elemento central, que es el análisis incoherencia de éstas. ¿Alguien puede ser juez y
de contenido basado en criterios. Paradójicamen- parte?; tal ocurre cuando uno hace las preguntas
te, no cita ninguna referencia para que pueda sa- y concluye sobre las respuestas del interrogado
berse de qué análisis de la validez de las declara- —por mucha voluntad que se tenga y por mucha
ciones se trata, ni qué propiedades psicométricas honestidad que se le ponga, la ciencia requiere de
tiene...; tampoco la transcripción de sus pregun- procedimientos objetivos, replicables—. El estu-
tas a los niños y de las respuestas de éstos. Tam- dio del análisis de contenido en general, pero mu-
poco dice en ningún momento que haya realiza- chísimo más a estas edades, requiere de un con-
do grabaciones (de audio o audiovisuales) donde senso entre dos o más profesionales para al menos
quede constancia de sus preguntas y de las res- seleccionar las preguntas más adecuadas al caso,
puestas de los niños, a fin de que tanto unas como así como la grabación audiovisual que permita
otras pudieran ser sometidas a la consideración ver tantas veces como se precise las preguntas rea-
y estudio de otros profesionales (validez interjue- lizadas y las respuestas de los niños en los tres
ces). Formula sus preguntas, enjuicia con su doc- sistemas de respuesta (hasta lograr el máximo
to saber las respuestas de los niños y emite juicio acuerdo interjueces). Además, la grabación audio-
al respecto. visual minimiza el proceso de victimización, por-
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que la posibilidad de visualización reiterada hace la sesión, cuánto durará como máximo una sesión,
innecesario que el niño pase de nuevo por el cal- qué papel va a jugar el consenso a la hora de for-
vario de la entrevista en la que, frente a un extraño mular los objetivos/metas, cómo, cuándo y por qué
y en una situación extraña, solo, tiene que volver será necesario cumplimentar autorregistros, por
a recordar hechos poco agradables (en el mejor qué es necesario el cumplimiento de los acuerdos
de los casos). respecto de «las tareas para casa», cuántas faltas
En estas condiciones, las conclusiones del pe- de asistencia a las sesiones de entrenamiento se per-
rito no pasan de ser meras opiniones. No tienen mitirán, qué habrá que hacer si se va a llegar tarde
ningún valor científico, porque se han incumplido a una consulta, cómo y cuándo nos vamos a comu-
casi todos los preceptos que toda investigación nicar entre sesión y sesión de entrenamiento si sur-
debe cumplir para facilitar su réplica. Un perita- ge algún problema que el paciente/cliente no puede
je tiene que ser neutral, honesto y riguroso con la resolver, etc. Recuérdese que los acuerdos a los
metodología científica, con conclusiones funda- que se llegue se han de plasmar por escrito, de la
mentadas en los datos hallados. Cuando está en forma más clara y concreta posible; debe evitarse
juego el sufrimiento humano, todo esfuerzo por a toda costa el uso de adjetivos y, en la medida de
hacer bien las cosas resulta imprescindible y la lo posible, deben emplearse en la redacción ver-
prudencia debe ser nuestra guía. Así pues, cuando bos (acciones) y cantidades que ayuden a objeti-
se tenga que realizar un peritaje psicológico, al var todo lo que se pueda aquello a lo que se com-
menos se ha de contar con conocimiento puesto prometen las partes.
al día sobre el problema de que se trate, compro- Hay algunas razones de peso para que la re-
miso con el rigor del método científico, honesti- lación psicólogo-paciente/cliente sea asimétrica,
dad y muchísima prudencia. sobre todo en el ámbito clínico, en el que además
se requiere de modelos maestros (mastery), de
profesionales que sean percibidos seguros de sí
3.5. EL CONTRATO TERAPÉUTICO tanto en la detección y planteamiento de los pro-
Y LA IMPLICACIÓN DEL CLIENTE/ blemas como en la toma de decisiones para so-
PACIENTE lucionarlos. Entre estas razones está el hecho de
que el psicólogo sabe o debería saber mucho del
Tanto si el tratamiento se va a aplicar indivi- comportamiento humano y de sus alteraciones,
dualmente como si se hace en grupo, o combinan- porque ha estado preparándose durante muchos
do ambas estrategias, una vez comunicada la exis- años para dedicarse a ello, y en cambio el pacien-
tencia de un trastorno o problema psicológico, si te/cliente no; el profesional puede ayudarles a re-
la persona o sus tutores legales optan por solicitar solver/reducir/eliminar el problema/trastorno;
nuestra ayuda para intentar resolver el problema ellos ya lo han intentado tanto solos como posi-
o reducir/eliminar el trastorno, como paso previo blemente con otras ayudas y no lo han consegui-
es necesario establecer un contrato entre las par- do —razón por la que acuden a consulta—, y se
tes en el que queden expuestos de la forma más encuentran en un estado que les dificulta, cuando
clara, concreta y pormenorizada que se pueda a no les impide, hacerse cargo de sí mismos, etc. No
qué se comprometen cada una de las partes, cuál se obstante, será el psicólogo en última instancia
prevé que será la duración mínima de la fase de quien determine el tipo de relación que más le
aplicación del entrenamiento/tratamiento (nunca conviene mantener con su paciente/cliente, aten-
la máxima), cómo se va a proceder con carácter diendo también a las características personales de
general (fases educativa, de entrenamiento y de éste, pero sin olvidar que debe actuar como un
aplicación de lo entrenado o «taras para casa») profesional del que se espera dominio del conoci-
o, de manera concreta, qué se va a hacer para ga- miento de los problemas y de sus soluciones, no
rantizar la confidencialidad, cuál será el precio de que actúe como un amigo ni de forma paternalis-
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ta. En muchas ocasiones resulta difícil hallar el marcha del desarrollo del entrenamiento/trata-
punto de equilibrio en la relación que garantice miento. Ha de confeccionar un borrador, pasarlo
la implicación del paciente/cliente en el tratamien- a limpio y firmarlo una vez que ambas partes es-
to y la independencia del profesional, pero hay tén de acuerdo con el contenido de la redacción.
que lograrlo. Ése es uno de los múltiples retos de Siempre que sea posible, los objetivos o metas
nuestra hermosa profesión. del entrenamiento/tratamiento han de establecer-
El profesional de la psicología tiene que ser se mediante acuerdo con la persona que tiene
hábil y diestro en el manejo de las relaciones so- el problema/trastorno; cuando no lo sea, o sólo
ciales —incluidas las relativas a la comunica- pueda serlo parcialmente, debido a mermas en el
ción— y en la solución de problemas, por lo que desarrollo cognitivo o por cualquier otra circuns-
se espera que, tanto si el formato de tratamiento tancia, se procederá de igual manera con los pa-
es individual como si es grupal, sepa hacer partí- dres, tutores y profesores. En cualquier caso, ade-
cipe e implicar al máximo en el tratamiento a la más de pactadas, las metas han de ser realistas,
persona que más interesada está en resolver el graduadas y no han de entrar en contradicción
trastorno/problema: el paciente/cliente. El contra- con el sistema de creencias de las personas impli-
to es un instrumento excelente para contribuir a cadas en la recepción/aplicación del tratamiento
este logro, así como para evitar malos entendidos (incluido el psicólogo), como ya hemos indicado
y los efectos que éstos pueden tener en la buena líneas atrás.
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convierte en tratamiento, es decir, cuando se usa cientes. Recuérdese que la simplificación de los
para cambiar/modificar una o más de las dimen- procedimientos, las explicaciones y los conceptos
siones de una respuesta, un patrón de respuestas es uno de los principios que regulan el desarrollo
(como las emociones) o una secuencia de respues- de las disciplinas científicas (principio de parsi-
tas (comportamiento) que resulta problemática/o monia).
por exceso o por defecto.
La aplicación de una sola técnica para resol- Protocolo vs. programa. Un protocolo (del la-
ver un problema se conoce como tratamiento tín protocollum, y éste del griego prwtovkllon)
unicomponente. Tal ocurre, por ejemplo, cuando es un plan escrito y detallado de un experimen-
le sonreímos a alguien al hacer algo que desea- to científico, un ensayo clínico o una actuación
mos, le decimos que nos ha encantado lo que ha psicológica concreta, puntual, mientas que un pro-
hecho, nos acercamos hasta esa persona y la aca- grama (del latín programma, y éste del griego
riciamos, etc.; en estos casos estamos aplicando provgramma) suele ser más complejo e integra un
una técnica (refuerzo positivo asociado de mane- sistema que regula y ordena la distribución tem-
ra inmediata a la respuesta concreta que desea- poral de los objetivos, materiales, contenidos y
mos siga dando), la cual, por ser el único com- actividades u operaciones necesarias para llevar
ponente de nuestra acción, recibe el nombre de a cabo un proyecto a medio y largo plazo. Los
tratamiento unicomponente. protocolos suelen formar parte de los programas.
Ahora bien, como suele ser habitual, si la pro- Un ejemplo que incluye ambos conceptos lo
puesta para resolver un problema o reducir/eli- encontramos en un trabajo previo de uno de no-
minar un trastorno psicológico (intervención) sotros (Olivares, 2005) en el se presenta el Progra-
integra más de una técnica, hablaremos de trata- ma para la Intervención en Adolescentes con
miento bi o multicomponente. Así, si se le pide a Fobia Social (IAFS), incluyendo de manera siste-
alguien que ponga en práctica las instrucciones mática, ordenada y detallada los criterios de in-
que se le acaban de proporcionar, para aprender clusión y exclusión, el análisis de los componentes
a hacer lo que se le ha transmitido el tratamien- que integran el protocolo, los objetivos generales,
to incluirá dos técnicas o componentes («instruc- específicos y operativos, los materiales a utilizar
ciones verbales» más «ensayo de respuesta/con- en cada unidad, la distribución temporal y la du-
ducta»), pero si para facilitar el aprendizaje ración de las unidades o sesiones de tratamiento,
incluimos también la actuación de un «modelo etc. En ese mismo documento se incluye el pro-
maestro» entre las instrucciones y el ensayo, en- tocolo de tratamiento (Olivares, García-López,
tonces ya tendríamos que hablar de tratamiento Rosa, Ramos, Amorós y Ruiz, 2005), que consis-
multicomponente («instrucciones verbales» más te en un plan escrito y muy detallado en el que se
«modelado maestro» más «ensayo de respuesta/ describe pormenorizadamente todo lo que han de
conducta»). hacer el terapeuta y el coterapeuta, cuánto tiempo
Así pues, los tratamientos pueden estar inte- ha de durar la actuación de cada uno de ellos, qué
grados por una o más técnicas, por lo que se de- ejemplos deben utilizar, etc., así como lo que han
nominan usualmente uni, bi o multicomponente, de hacer los participantes, todo descrito también
según el número de éstas que los compongan. con el mismo lujo de detalle.
Esta distinción puede que parezca innecesaria a
los profanos, pero en cambio resulta de vital im- Entrenamiento vs. tratamiento. Entrenar (del
portancia para los psicólogos porque de ella de- francés entraîner) significa preparar, adiestrar
pende, por ejemplo, el que podamos analizar la personas o animales. En el ámbito psicológico, el
contribución de cada uno de los componentes entrenamiento es el conjunto de las prácticas
(técnicas) al resultado o efectos del tratamiento, que realiza el psicólogo con su(s) paciente(s) o
y así depurarlos haciéndolos cada vez más efi- cliente(s), en un contexto controlado y seguro, con
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el objetivo de prepararlo para que pueda afrontar Es poco frecuente que la reacción de un ser hu-
con mayor probabilidad de éxito la aplicación de mano contenga un único componente. Casi siem-
lo aprendido/entrenado en el contexto de que se pre, nuestra reacción es compleja e integra al menos
trate (aplicación y consolidación), así como en elementos relativos a nuestro pensamiento (respues-
otros ámbitos distintos (generalización). El entre- tas cognitivas), a nuestra musculatura estriada (res-
namiento se presenta, por tanto, como una parte puestas motoras) y a los órganos, sistemas y tejidos
consustancial al tratamiento psicológico. de nuestro organismo (respuestas psicofisiológicas).
El entrenamiento incluye generalmente su Ahora bien, en algunos casos los autores emplean
aplicación en el contexto donde se requieren las como sinónimo de respuesta motora el de «res-
habilidades y destrezas preparadas, distinto al del puesta conductual»; en este caso, el sinónimo hace
entrenamiento, así como la revisión de los pro- referencia al modelo conductual o posición teórica
blemas que la aplicación pone de manifiesto en de las escuelas estímulo-respuesta en las que fun-
la secuencia de habilidades o en el afinamiento de damentalmente se tenía en cuenta el estímulo y la
las destrezas. Es decir, el proceso incluye: entre- respuesta observable. En otros casos también es
nar, aplicar, revisar, entrenar, aplicar, revisar, etc., posible encontrar como sinónimo de respuesta el
hasta que la actuación en el medio para la que se de «emoción»; el lector habrá de entender que las
ha preparado responde a los exigencias u objeti- emociones son en realidad conceptos que integran
vos que se habían fijado. Todo ello implica un un patrón o conjunto de respuestas que incluyen
proceso a través del cual las personas puedan de- respuestas cognitivas, psicofisiológicasy motoras
sarrollar hasta donde les es posible sus potencia- (por ejemplo, lo que pienso de la situación que me
lidades y, por consiguiente, funcionar de un modo da muchísimo miedo, la manera en la que reaccio-
autónomo y competente, aumentar su capacidad na mi organismo y lo que hago para defenderme
para satisfacer y hacer realidad sus potencialida- en tal situación o para escapar de ella).
des, capitalizar las oportunidades que se dan en
su medio social y ajustarse de modo eficiente a
éste (Olivares, Méndez y Macià, 2005), con inde- 4.1.2. La psicoterapia y la definición
pendencia del medio, el problema o el trastorno de tratamiento psicológico
del que se trate. Ahora bien, este es el fin que,
desde nuestro punto, persigue el tratamiento psi- Hemos definido la psicología clínica como una
cológico cuando se definen sus objetivos como subdisciplina de la psicología científica que in-
los implicados en «promover el cambio y/o ayu- vestiga y aplica los principios del comportamien-
dar a cambiar». En consecuencia, en este tipo de to humano con el fin de comprender, prevenir
casos el entrenamiento sería sinónimo de trata- y/o modificar, con técnicas de evaluación e inter-
miento, pese a que usualmente asociemos entre- vención apropiadas, los trastornos de conducta
namiento con tratamiento aplicado en contextos o problemas de adaptación (Macià, Méndez y
no clínicos, y el tratamiento a problemas y tras- Olivares, 1993a). La evaluación y el tratamiento
tornos clínicos. (preventivo o terapéutico) conforman lo que de-
nominamos «intervención» y constituyen, por
Respuestas conductuales, cognitivas y emocio- tanto, dos tareas principales del psicólogo clínico.
nes. En general, los psicólogos entendemos por Etimológicamente, psicoterapia significa tra-
comportamiento una secuencia de estímulos y tamiento de la psique (cura del alma). El diccio-
respuestas, dentro de la que estas últimas pueden nario de la Real Academia Española establece por
desempeñar, en función de orden de aparición en psicoterapia en su vigesimotercera edición: «tra-
el proceso temporal, la función de estímulo (an- tamiento de enfermedades mentales, psicosomá-
tecedente y consecuente) y la de respuesta o reac- ticas y problemas de conducta mediante técnicas
ción a tal estímulo. psicológicas».
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dan en su medio social. Dichos métodos tienen naturaleza humana y el proceso de desarrollo psi-
en común el objetivo de promover cambios que cológico, procurará crear una alianza segura, es-
conduzcan a una mayor felicidad, competencia y table y cariñosa para que el cliente explore su pa-
satisfacción personal» (trad. 1987, p. 12). Distin- sado y su presente, así como posibles formas de
guen entre la relación establecida con un experto experimentarse a sí mismo, al mundo y las rela-
y las relaciones cotidianas (amigos, compañeros, ciones con los demás.
familiares, vecinos, etc.), que también pueden Como hemos podido entrever, tal como afir-
ayudar a cambiar las condiciones que están de- maba Strupp (1984) la psicoterapia es un territo-
terminando un problema psicológico. No obstan- rio donde se hablan muchos idiomas. Con esta
te, existen ciertas diferencias entre unas relaciones afirmación Strupp hacía referencia al importante
y otras para estos autores; en concreto, la relación número de posiciones teóricas divergentes que
profesional es unilateral: una persona es la que existen en este campo.
demanda ayuda y la otra la brinda, orientándose En el ámbito del modelo cognitivo-conduc-
la relación a la resolución de problemas que aque- tual, en sus inicios estrictamente conductual
jan al cliente, quien se convierte en centro de aten- —propio de las escuelas estímulo-respuesta—, in-
ción y punto de interés único de la intervención tentando diferenciarse de otras aproximaciones
del experto. Es sistemática, con objetivos clara- como las derivadas del modelo médico, el psico-
mente delimitados que guían la relación y la pla- dinámico o el humanista, ha venido utilizando
nificación y el desarrollo de procedimientos que una expresión genérica, «modificación de con-
el profesional cree pertinentes para dar solución ducta», y otra específica, la «terapia de conduc-
al problema objeto de demanda de ayuda. Es for- ta», para referirse al proceso de comprensión,
mal, porque la interacción terapéutica se desarro- conceptualización, explicación y tratamiento de
lla en un lugar y tiempo concretos que delimitan los problemas y trastornos del comportamiento
la dedicación exclusiva del profesional con su en general, y los relativos al ámbito clínico en
cliente. Y limitada, en tanto que no se establece partircular. Sin embargo, como hemos visto lí-
como relación duradera sino con término, que se neas atrás, son muchos los autores que siguen uti-
producirá cuando se alcancen los objetivos plan- lizando el término «psicoterapia», pese a inscri-
teados, es decir, cuando se resuelva el problema birse en el ámbito del modelo cognitivo-conductual
que motivó el inicio de la relación. y obligarles ello, por coherencia intelectual, a em-
Zeig y Munion (1990) consideraban la psico- plear los conceptos propios del modelo teórico
terapia como un proceso orientado al cambio que que dicen tomar como referencia para guiar su
ocurre en el contexto de una relación profesional, toma de decisiones en el contexto aplicado.
empática, poderosa y contractual que se centra En los últimos años el avance de la psicología
explícita o implícitamente en la personalidad de científica en el ámbito aplicado ha propiciado que
sus clientes, en la técnica o en ambas, generando se comience a utilizar «terapia psicológica» y con
un cambio duradero en múltiples aspectos de la más frecuencia «tratamiento psicológico». Este he-
vida de los clientes. Para estos autores, el proceso cho se ve reflejado, por ejemplo, en la posición que
es idiosincrásico y está determinado por las posi- toma la principal organización del ámbito profesio-
ciones preconcebidas de los pacientes y terapeutas nal de la psicología. Así, el «Colegio Oficial de Psi-
(Feixas y Miró, 2000). cólogos de España» (COP, 1998), en su informe para
En la definición de Mahoney (1991) destaca delimitar y definir el perfil profesional del «psicólo-
la consideración de la psicoterapia como una re- go clínico y de la salud», establece que el tratamien-
lación especial, culturalmente establecida entre un to supone: intervenciones clínicas sobre las perso-
profesional y uno o varios individuos. En esta re- nas con el objeto de entender, aliviar y resolver
lación, el terapeuta, apoyándose en una platafor- trastornos psicológicos: emocionales, problemas
ma teórica que incluye supuestos básicos sobre la de conducta, preocupaciones personales y otros.
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Del mismo modo, la Sociedad Española para plícito del estímulo mediante el entrenamiento de
el Avance de la Psicología Clínica y de la Sa- la persona para que aprenda a contrastar sus
lud, Siglo XXI (Labrador, Vallejo, Matallanes, creencias y reconceptualice la manera en la que
Echeburúa, Bados y Fernández-Montalvo, 2003), percibe la situación o su problema, etc. Los resul-
considera que un tratamiento psicológico es una tados de este tratamiento, para poder gozar del
intervención profesional, basada en técnicas psi- refrendo de la marca «psicología científica», han
cológicas, en un contexto clínico (centro de salud de ser replicables y cumplir los criterios requeri-
mental, hospital, consulta privada, asociaciones dos por la Task Force tanto para el tratamiento
de personas afectadas, etc.). En ella un especialis- en grupo como para el individual.
ta, habitualmente un psicólogo clínico, busca eli- A este respecto, Olivares, Méndez y Macià
minar el sufrimiento de otra persona o enseñarle (2005) recuerdan que el objetivo del tratamiento
las habilidades adecuadas para hacer frente a los psicológico es promover el cambio y/o ayudar a
diversos problemas de la vida cotidiana. cambiar, con el fin de que las personas puedan
En este estado de la cuestión, nosotros consi- desarrollar, hasta donde les sea posible, sus po-
deramos que es importante que el lector pueda tencialidades y, por consiguiente, funcionar de un
diferenciar los dos conceptos: psicoterapia y tra- modo autónomo y competente, aumentar su ca-
tamiento psicológico. Nuestra posición al respecto pacidad para satisfacer y hacer realidad sus po-
es que por tratamiento psicológico debiera enten- tencialidades, capitalizar las oportunidades que
derse el conjunto de estrategias y técnicas especí- se dan en su medio social y ajustarse de modo
ficas (tratamiento unicomponente) o combinadas eficiente a éste. Es decir, se trata de procedimien-
(tratamientos multicomponentes) mediante las tos que: a) tienen en común el objetivo de promo-
que el psicólogo, siguiendo el plan derivado del ver cambios que conduzcan a una mayor felici-
análisis funcional o del modelo teórico de refe- dad, competencia y satisfacción personal, y b) son
rencia cuando el tratamiento se aplica en grupo, aplicados por psicólogos que utilizan técnicas y
logra/ayuda a que una o más personas cambien estrategias especializadas de evaluación y trata-
su forma actual de responder ante uno o más es- miento cuya eficacia ha sido contrastada de modo
tímulos o configuraciones estimulares, cuando riguroso en investigaciones previas.
ésta resulta problemática o cumple los criterios
para el diagnóstico de un trastorno psicológico.
Así, por ejemplo, el tratamiento puede ir dirigido 4.2. PROCESO DE CONSTRUCCIÓN,
a cambiar/modificar total o parcialmente: a) ele- VALORACIÓN Y DEPURACIÓN/
mentos de la situación en la que aparece la res- AFINAMIENTO DE UN TRATAMIENTO
puesta (v.gr., ir/volver al/del lugar de trabajo por PSICOLÓGICO
otro camino, o hacerlo acompañado de personas
que harán menos probable la aparición de la res- La construcción de nuevos tratamientos psi-
puesta en el caso de una persona adicta al alco- cológicos se realiza bien a partir de las ideas que
hol; cambiar de amigos, cambiar el lugar de resi- surgen de la reflexión sobre los modelos teóri-
dencia, etc.); b) una o más dimensiones de la cos existentes y los resultados de la investigación
propia respuesta (su frecuencia, duración o inten- básica (estudios de laboratorio con personas y
sidad) mediante la alteración de los valores de los animales), bien como consecuencia de la observa-
estímulos antecedentes o consecuentes (por ejem- ción y de los estudios con muestras de personas
plo, en un fumador, poniendo carteles —estímu- que presentan problemas o trastornos concretos
los discriminativos— que indiquen que está pro- (muestras clínicas), comunitarias o integradas por
hibido fumar en el lugar de trabajo, cambiando análogos clínicos.
de marca de cigarrillos y reduciendo los niveles de Como podemos ver en la figura 4.1, cuando
nicotina y alquitrán, etc.), y c) el contenido im- se diseña un nuevo tratamiento hay que poner a
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Inicio
Valoración de resultados
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prueba su eficacia a corto, medio y largo plazo. datos empíricos si desea ser innovador. Así, a par-
La valoración de los resultados a corto plazo se tir de esta consideración puede construirse un en-
realiza por medio de estudios sistemáticos de ca- trenamiento/tratamiento psicológico aplicando
sos clínicos individuales y estudios experimentales una sola técnica, buscando el efecto de la adición
con grupos. Verificada la utilidad para producir más el específico de la interacción entre dos téc-
cambios a corto plazo y su estabilidad temporal nicas o mediante la adición de más de dos técni-
(estudios longitudinales para el medio y largo pla- cas, bien de manera continua o alterna (trata-
zo), es necesario poner a prueba su eficacia me- mientos multicomponentes). En todo caso, sea un
diante réplicas, su eficiencia a través de confron- tratamiento uni o multicomponente, hemos de
tación con otros tratamientos diseñados para concretar el programa específico para el desarro-
abordar el mismo problema (si los hay) y su efec- llo de su aplicación.
tividad (capacidad para producir cambios cuando La adición se basa en la estrategia de ir unien-
se utiliza en la actividad clínica cotidiana); ello do elementos de manera progresiva cuando se
nos permitirá saber si, pese a ser útil, es el que piensa que el nuevo componente puede mejorar
debe figurar como «de primera elección», por ha- los resultados obtenidos. Se parte de un elemento
ber probado ser eficaz en las distintas réplicas y o técnica (procedimiento específico para obtener
ser más eficiente que los demás que se utilizan con un resultado concreto) al que se le van sumando
el mismo fin y efectivo en el ejercicio de la profe- otros de los que se espera que contribuyan a in-
sión. No obstante, todavía no se ha terminado el crementar la eficacia.
trabajo con el nuevo tratamiento. Existen al menos dos posibilidades cuando se
Si el tratamiento está compuesto por más de utiliza la adición como estrategia: incorporar una
una técnica, todavía resta estudiar la aportación nueva técnica a las que ya se están aplicando o
de cada uno de sus componentes, así como el re- considerar la adición de una nueva variable tal
sultado de la interacción entre ellos: es lo que he- cual puede ser la inclusión de las «tareas para
mos llamado en la figura 4.1 «estudio de la acción casa» entre sesiones de entrenamiento.
de los componentes». Terminada esta última fase, La principal ventaja de este modo de proceder
podremos hablar de un tratamiento depurado y es que el tratamiento se construye empíricamente,
listo para ser aplicado de acuerdo con la especifi- mejorándolo al irle adicionando elementos que
cidad de su protocolo. prueban la bondad de su incorporación por me-
Veamos con algo más de detalle las estrategias dio del incremento de su eficacia. Esto es especial-
utilizadas a lo largo del proceso de construcción, mente válido en el ejercicio cotidiano de la profe-
valoración y depuración de un tratamiento psico- sión (en el contexto del entrenamiento en general
lógico. o en el de la clínica en particular), donde con fre-
cuencia surge la posibilidad de diseñar nuevos
modos de entrenamiento/tratamiento basados en
4.2.1. Fase de creación/construcción observaciones incidentales o a la luz de las rela-
del programa de entrenamiento/ ciones puestas de manifiesto por los resultados
tratamiento del análisis funcional.
En otros casos, como hemos indicado, la
La creación/construcción de un tratamiento psi- construcción del programa de entrenamiento/tra-
cológico puede seguir distintos caminos, pero en tamiento surge de la reflexión sobre un problema
cualquier caso hay que recordar que, como ya he- concreto, a la luz del modelo teórico que sirve de
mos indicado, nuestro compromiso con el rigor referencia. En este caso, el profesional o el inves-
metodológico no debe hacernos olvidar que el tigador proponen de entrada un tratamiento mul-
psicólogo necesita mantener un equilibrio entre ticomponente que posteriormente habrá que ir
la especulación teórica, la intuición clínica y los depurando, tal cual puede ser la inoculación de
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estrés de Meichembaum, la terapia racional emo- El grupo de control es la estrategia que ga-
tivo-conductual de Ellis o el entrenamiento en el rantiza la validez interna de las intervenciones
manejo de la ansiedad de Suinn y Richarson. en grupo, pero plantea problemas éticos porque
Estas dos modalidades de construcción son supone dejar sin tratamiento a un grupo de per-
sólo dos ejemplos, pues ni agotan ni excluyen sonas con un problema/trastorno que conlleva
otros modos, porque las posibilidades de cons- padecimiento subjetivo. Por ello se emplean ge-
trucción de tratamientos son tantas como la ima- neralmente como alternativa los grupos de con-
ginación del profesional sea capaz de generar. trol «lista de espera», en los que los pacientes son
Ahora bien, no debemos de perder de vista el pro- tratados una vez aplicada la terapia al grupo de
ceso recogido en la figura 4.1 y de cuya descrip- tratamiento. No obstante, éstos presentan una
ción continuamos ocupándonos a continuación. notable limitación: no permiten realizar compa-
raciones post-intervención con seguimientos a
largo plazo.
4.2.2. Fase de valoración de los resultados Existen varias posibilidades a la hora de uti-
lizar los grupos de control: sin ningún tratamien-
Una vez creado el nuevo programa de entre- to (incluyendo las listas de espera), con tratamien-
namiento/tratamiento hay que proceder a valorar to placebo y con otro tratamiento irrelevante en
sus resultados utilizando distintos criterios. Veá- principio para tratar con éxito el problema.
moslos: El grupo de control sin tratamiento o integrado
por componentes de una lista de espera permite
a) Valorando globalmente la magnitud de los controlar el efecto de variables tales como el efec-
logros del tratamiento. El objetivo es conocer la to reactivo de los procedimientos de evaluación,
magnitud de los efectos de un tratamiento de- los cambios debidos a la maduración, la «remi-
terminado. Se pretende comprobar si el nuevo tra- sión espontánea», la historia y otras «amenazas»
tamiento reduce o soluciona el problema/trastor- o variables extrañas, que pueden hacer que no
no para el que específicamente ha sido diseñado. todos los sujetos reciban o afronten el tratamien-
El logro se puede evaluar comparando los resul- to/entrenamiento en las mismas condiciones.
tados de las medidas tomadas antes de aplicar el En la práctica de la investigación clínica hay
tratamiento (línea de base para el caso individual una serie de elementos («factores inespecíficos»)
y valores pretest para el entrenamiento en grupo) que hay que tener presentes y controlar para que
con los de las medidas repetidas durante y tras el no alteren los efectos específicos del tratamiento.
entrenamiento o mediante la comparación entre Tales son, por ejemplo, la relación terapeuta-pa-
un grupo de tratamiento con otro que actúa de ciente/cliente, las expectativas del cliente/paciente,
control porque no recibe tratamiento o porque el la atención y el apoyo prestado por el terapeuta,
que recibe no es válido para resolver el problema, etcétera. Una forma de controlar estos efectos
como veremos en el apartado que sigue. inespecíficos es mediante el empleo de un grupo
b) Utilizando grupos de control. Pese a la re- de control con otro tratamiento. Con este procedi-
levancia del tratamiento individual, cada día es miento ambos grupos tienen en común los facto-
más frecuente la aplicación del tratamiento psico- res inespecíficos, pero reciben distinto tratamien-
lógico en el formato de grupo, tanto en la prácti- to, de manera que las posibles diferencias se
ca clínica como en la investigación. En unas oca- explican por los componentes específicos del tra-
siones se debe a las ventajas del tratamiento en tamiento. Otro modo es a través del grupo de con-
grupo sobre el tratamiento individual; en otras las trol con tratamiento placebo. El término placebo
razones son puramente económicas o de exceso se ha tomado prestado del modelo biomédico,
de demanda, como a veces ocurre en el marco de donde al grupo así denominado se le administra
la ayuda que presta la Sanidad Pública. un fármaco químicamente inactivo. En psicología
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dirección deseada y siempre superiores a los efec- se cambia por la denominación actual «trata-
tos que puedan producir las variables inespecífi- miento con apoyo empírico» (TAE), haciendo
cas en los grupos de control (lista de espera, con- hincapié en la idea de que, desde el punto de vis-
trol puro —pasivo—, activo o mediante placebo). ta de la investigación, un tratamiento no está nun-
La «efectividad» está referida a la medida en que ca validado definitivamente. Hasta la fecha han
el tratamiento produce efectos mensurables en aparecido tres listados de la Asociación America-
amplias poblaciones cuando se utiliza en la acti- na de Psicología respecto de los TAE: 1995 (Task
vidad cotidiana que desarrolla el profesional en Force on Promotion and Dissemination of Psycho-
el contexto clínico real. Tanto la eficacia como la logical Procedures, 1995), 1996 (Chambless et al.,
efectividad han de ser probadas, dado que si los 1996) y 1998 (Chambless et al., 1998).
ensayos de eficacia maximizan su validez interna, Una aplicación de estos criterios la podemos
en cambio cuentan con menor validez externa, hallar en la revisión de Pérez-Álvarez, Fernández-
mientras que en los ensayos para verificar la efec- Hermida, Fernández-Rodríguez y Amigo (2003),
tividad ocurre lo contrario: presentan muchas o en la edición de Méndez, Olivares y Sánchez
amenazas a su validez interna (no todos los pa- (2002), en las que los tratamientos se agrupan,
cientes reciben el tratamiento en las mismas con- según lo estipulado por la Task Force, en tres ca-
diciones), pero maximizan su validez externa por- tegorías en función de su eficacia: bien estableci-
que se trabaja con casi todo tipo de pacientes que dos (eficaces), probablemente eficaces y experimen-
presentan el trastorno para el que el tratamiento tales (véase la tabla 4.1). Para que un tratamiento
se ha mostrado previamente eficaz frente a grupos sea considerado bien establecido es necesario que
de control. cumpla tres criterios:
f ) Requisitos de la Task Force. Por último,
vamos a ocuparnos de los requisitos exigidos por a) Que al menos existan dos estudios con
la Task Force para estimar el grado de validez/ diseños experimentales entre grupos, rea-
eficacia de un programa de entrenamiento/trata- lizados por investigadores distintos, don-
miento para abordar con una alta probabilidad de el efecto del tratamiento haya demos-
de éxito un problema/trastorno psicológico. trado ser estadísticamente superior que
Como ya se ha señalado (Rosa, Olivares y Mén- el efecto producido por un fármaco, gru-
dez, 2004), el Congreso de los Estados Unidos po de placebo psicológico u otro trata-
creó en 1989 la Agency for Health Care Policy and miento, o que sea equivalente a un trata-
Research, con el fin de determinar la eficacia de miento ya establecido en experimentos
los tratamientos para trastornos específicos y pro- donde el tamaño de la muestra sea ade-
mover la elaboración de protocolos de entrena- cuado (se sugiere alrededor de 30 suje-
miento/tratamiento (Barlow y Hoffman, 1997). tos por grupo). También se incluyen en
Por ello, la Duodécima División de la American esta categoría aquellos tratamientos res-
Psychological Association, correspondiente a Psi- paldados por una serie de diseños de caso
cología Clínica, encargó a una comisión de ex- que muestran su eficacia, teniendo que
pertos, presidida por Dianne L. Chambless, un usar diseños experimentales y comparar
estudio sobre la promoción y la difusión de los cada caso con otro al que se le aplique
procedimientos psicológicos. En 1993, este grupo otro tratamiento, placebo psicológico o
presentó un informe (Task Force in Promotion and fármaco.
Dissemination of Psychological Procedures, 1995), b) Que los estudios se hayan realizado si-
en el que se establecieron los criterios para deter- guiendo el programa de un manual de
minar si un tratamiento podía ser considerado tratamiento.
«validado empíricamente». Cinco años más tarde, c) Que las características de la muestra estén
en 1998, la expresión «validado empíricamente» claramente especificadas.
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TABLA 4.1
Criterios para la valoración de los tratamientos psicológicos*
Bien establecido1
I. Se han realizado al menos dos experimentos, con diseño intergrupo, realizados por investigadores di-
ferentes, que muestran la eficacia del tratamiento en una o más de las siguientes formas:
Cumple el criterio I
muestrales adecuados.
II. Prueba su eficacia en una serie de experimentos con diseño de caso único (más de 9) en los que:
i) Se han utilizado diseños potentes en el control experimental.
ii) Se compara la intervención con otro tratamiento como en I (i).
Probablemente eficaz
III. Dos estudios experimentales han mostrado que es más eficaz que un grupo de control en lista de espe-
Cumple el criterio III, o el IV,
VII. No cumple los requisitos de las categorías anteriores, pero existen indicios experimentales que pronos-
tican que se puede alcanzar la eficacia requerida.
1
Criterios adicionales tanto para I como para II:
i) Los experimentos deben ser realizados con manuales de tratamiento para garantizar su integridad.
ii) Las características de las muestras han de estar claramente especificadas.
iii) Los efectos del tratamiento deben haber sido verificados por dos investigadores o equipos diferentes.
* Task Force in Promotion and Dissemination of Psychological Procedures (1995).
Los criterios para un tratamiento probable- mismos criterios; c) al menos dos estudios mos-
mente eficaz son más laxos. En este caso, un estu- trando la eficacia del tratamiento, pero con la li-
dio de tratamiento en grupo tiene que cumplir una mitación de haber sido realizado con muestras
de estas cuatro condiciones: a) dos estudios que de pacientes heterogéneos, o d) una serie corta de
muestren que el tratamiento es más efectivo que estudios de diseños experimentales de caso y que
un grupo control de lista de espera; b) dos estu- además cumplan los tres criterios anteriores (se
dios que cumplan los criterios para un trata- sugieren más de nueve).
miento bien establecido, pero que hayan sido rea- Los tratamientos en fase experimental serían
lizados por distintos investigadores, o un estudio aquellos que cuentan con indicios experimentales
riguroso que haya demostrado eficacia con estos prometedores de que pueden probar su eficacia
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en el futuro, pero que, bien por la escasez de da- El desmantelamiento requiere que los
tos, bien por problemas metodológicos, no llegan componentes que integran el tratamiento
a alcanzar los criterios de eficacia probada ni de estén especificados con precisión, de ma-
eficacia probable. nera operativa, porque en caso contrario
Hay que recordar al lector que estos criterios no se puede proceder ni a su adición ni a
están más orientados a la eficacia que a la efecti- su sustracción. La desensibilización siste-
vidad. mática (Wolpe, 1958) es quizá el trata-
miento con el que se ha usado más exten-
samente esta estrategia.
4.2.3. Fase de depuración del programa b) Variando parámetros del entrenamiento/
de entrenamiento/tratamiento tratamiento. Los parámetros del trata-
miento son alterados con objeto de cono-
Que un tratamiento esté bien establecido no cer la forma más efectiva de aplicar el
quiere decir que no pueda «aligerarse» o «refinar- tratamiento. Se les administra a todos los
se» eliminando alguno(s) de sus componentes, grupos el mismo tratamiento, por ejem-
desde la perspectiva del principio de parsimonia. plo la desensibilización sistemática, pero
Buscar la elegancia de la simplicidad sin perder difieren entre ellos en una dimensión
eficacia es el objetivo de las tareas de depuración cuantitativa como, por ejemplo, la dura-
de los entrenamientos/tratamientos psicológicos. ción de la exposición o cualitativa, como,
Veamos las principales estrategias que aplicamos por ejemplo, la modalidad de exposición
los psicólogos con este fin: (imaginada o en vivo).
Como ya hemos indicado, los resulta-
a) Desmantelar el entrenamiento/tratamiento dos de su aplicación pueden producir
mediante la eliminación o sustracción de consecuencias teóricas importantes, al
componentes. Esta estrategia persigue el poner de manifiesto o sugerir el mecanis-
análisis de los componentes de un trata- mo responsable del cambio psicológico.
miento que se ha mostrado efectivo. Para c) Variando las características del cliente/pa-
ello se administra el tratamiento comple- ciente y del psicólogo. El objetivo de esta
to a un grupo, mientras que a otro se le estrategia es estudiar la influencia de las
aplica una vez que se ha eliminado o sus- características y del comportamiento del
traído uno o más de sus componentes, cliente/paciente y del psicólogo en los re-
procediéndose de igual forma hasta con- sultados del tratamiento. Hay al menos
siderar concluido el proceso. La estrategia cuatro formas de aplicar esta estrategia:
cumple varias funciones. En primer lugar, a) seleccionando los pacientes/clientes en
permite identificar los elementos (o com- función de determinadas características
binaciones de elementos) que de forma como edad, sexo, estado socioeconómico,
aditiva o interactiva son responsables del estado civil, estudios, variables de perso-
cambio; de este modo, el psicólogo puede nalidad, etc.; b) clasificando a los terapeu-
depurar el tratamiento enfatizando los as- tas en razón de su entrenamiento, años
pectos más importantes y eliminando los de experiencia, edad, sexo, intereses, etc.;
superfluos. En segundo lugar, puede tener c) cambiando el comportamiento del te-
importantes implicaciones teóricas, por- rapeuta, pidiéndole que, por ejemplo, ac-
que ofrece información con la que se pue- túe de forma directiva o no directiva, y
de explicar cuáles son las razones por las d) combinando las alternativas anteriores.
que se opera el cambio, a la luz del marco Pese a la relevancia de esta estrategia
teórico de referencia. de valoración de los resultados, pues per-
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mite orientarnos acerca del tratamiento eficacia de los tratamientos. Entre 1970 y 1980
más adecuado en función de las caracte- destaca la evaluación del tratamiento psicológico
rísticas de los participantes en la interven- mediante la técnica de metaanálisis y el trabajo de
ción, es la que menos atención ha recibi- las comisiones de expertos. La comisión de exper-
do. Los estudios metaanalíticos están tos más relevante fue, por razones obvias, la pre-
intentando llenar este vacío (véase Oliva- sidida por Dianne L. Chambless, para el estudio
res y Sánchez, 1999; Rosa, Olivares y sobre la promoción y difusión de procedimientos
Méndez, 2004); no obstante, sería desea- psicológicos que, como ya hemos visto líneas
ble que, pese a su dificultad, se realizasen atrás, tenía por objetivo evaluar los tratamientos
estudios experimentales ad hoc. psicológicos para promoverlos y difundirlos.
El auge de los criterios basados en la evidencia
empírica y experimental está determinado tanto
4.3. EFICACIA, EFICIENCIA Y EFECTIVIDAD por factores externos o contextuales como inter-
DE LOS TRATAMIENTOS nos a la propia naturaleza de la psicología cientí-
PSICOLÓGICOS fica. De entre los primeros, destacan el incesante
desarrollo de los tratamientos psicofarmacológi-
El surgimiento del modelo conductual-cogni- cos, en intensa competencia con los tratamientos
tivo en los años cincuenta del siglo pasado se sus- psicológicos y el acceso de los ciudadanos de los
tenta en dos grandes ejes, la fundamentación teó- países avanzados a los servicios sanitarios, junto
rica de sus técnicas y el rigor en la evaluación de con la contención del gasto por parte de los pa-
las mismas. Así, podemos afirmar que una carac- gadores, sean públicos o privados, que acentúan
terística presente desde el momento en que surge el interés por conocer cuáles son las intervencio-
la terapia/modificación de conducta es el compro- nes más eficaces, las que proporcionan el máximo
miso en que los tratamientos deben ser evaluados beneficio al cliente/paciente, con el mínimo gasto
de manera empírica para establecer su eficacia para el que paga (Fernández y Pérez-Álvarez,
(baste recordar el trabajo de Eysenck publicado 2001). Ya no se trata sólo de demostrar que un
en 1952). En la actualidad, la valoración de la tratamiento/entrenamiento es eficaz para un de-
eficacia, efectividad y eficiencia de los tratamien- terminado problema/trastorno, sino que es preci-
tos psicológicos, dentro de su proceso de evalua- so probar que lo es más que otras alternativas y
ción y depuración, se ha convertido en un tema se puede aplicar en mejores condiciones (más bre-
de importancia capital (Chambless y Ollendik, ve, en un régimen ambulatorio, etc.). Por otra par-
2001; Pérez-Álvarez, Fernández-Hermida, Fer- te, como condicionante interno se encuentra la
nández-Rodríguez y Amigo, 2003). necesidad de evaluación, derivada de la propia
En los años sesenta del pasado siglo XX se co- evolución de la psicología clínica, que se ha ido
menzó a centrar la atención no sólo sobre la efi- enfrentando cada vez con problemas/trastornos
cacia de un tratamiento, sino también en aspectos psicológicos de mayor complejidad, como fruto
tales como la relevancia de las distintas variables de su propio desarrollo.
implicadas en el entrenamiento/tratamiento, la De este modo, las diferencias entre la inves-
contribución de cada una de ellas al cambio del tigación y la práctica clínica, así como la falta
cliente/paciente e incluso respecto de los elemen- de mejorías significativas entre muestras experi-
tos teóricos subyacentes a su eficacia. Pero todo mentales y grupos de control en algunas investi-
esto se hacía sin contar ni con las características gaciones de largo alcance, han hecho necesario
de las personas a las que se aplicaban ni con las abordar el problema de la eficacia de los trata-
de su ambiente. En décadas posteriores se amplía mientos/entrenamientos psicológicos, delimitar
la importancia de este y otros aspectos, a la vez su ámbito de aplicación y precisar sus compo-
que se refinan los métodos de evaluación de la nentes activos.
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Los tratamientos psicológicos pueden ser va- nal en el contexto de la actividad clínica cotidia-
lorados desde tres perspectivas diferentes. Una na. Las personas que participan en tales estudios
viene dada por los estudios de eficacia que, como presentan características diferentes a las de los
hemos dicho, hacen referencia a la capacidad que estudios de eficacia: no son voluntarios, no pre-
tiene el tratamiento de producir cambios psicoló- sentan patrones de respuestas tan homogéneos,
gicos en la dirección esperada y que los valores suelen pagar para recibir tratamiento, etc. Desde
alcanzados sean claramente superiores a la ausen- una perspectiva aplicada, lo deseable sería que
cia de intervención, al placebo o a los tratamien- pudieran realizarse a la vez los estudios de eficacia
tos disponibles en ese momento. Las conclusiones y efectividad, antes de que un tratamiento se in-
de un estudio de estas características incluyen una cluyera en las guías ad hoc. Ahora bien, de no
elevada validez interna, pero también indican una poder ser así, lo que interesa es la efectividad por-
validez externa muy baja. Como hemos visto, la que, pese a que no son incompatibles, la eficacia
Task Force ha elegido este criterio para evaluar si y la efectividad no son siempre equivalentes (Se-
un tratamiento/entrenamiento se incorpora o no ligman, 1997).
a la categoría «con apoyo empírico» (Chambless El concepto de eficiencia no se debe confundir
y Ollendick, 2001). con una mera reducción de costes, porque se tra-
En esta aproximación no tenemos que olvidar ta de obtener el máximo beneficio de los recursos
que el concepto de eficacia no es unívoco. Cuan- disponibles y de invertir medios con este objetivo;
do se habla de los efectos de un determinado tra- en la reducción de costes el único objetivo es aba-
tamiento —sea éste farmacológico o psicológi- ratar los servicios, centrando la preocupación en
co—, tal término puede estar referido a uno o el ahorro y dejando en un segundo plano el inte-
más de los siguientes significados (Marks y rés por la calidad. Un ejemplo en este sentido es
O’Sullivan, 1992): especificidad, intensidad, tiem- el economicismo vigente en la sanidad pública, el
po de espera hasta que comienza la mejoría, du- cual refleja más la preocupación por la reducción
ración, costes, interacciones, etc. No deja de re- de costes que un interés genuino por la eficiencia.
sultar sorprendente la poca atención que se le ha La exigencia social de la evaluación implica
prestado, en la bibliografía relacionada con las que hay que demostrar que los tratamientos, ade-
investigaciones, a este aspecto y a los equívocos más de eficaces y beneficiosos para los clientes/
suscitados por las distintas interpretaciones de pacientes en investigaciones aplicadas controla-
dicha expresión. das, son también efectivos, es decir, útiles en la
Se ha de recordar que, para poder evaluar un práctica clínica habitual y eficientes porque pro-
tratamiento adecuadamente, éste tiene que estar ducen mayores beneficios reduciendo los costes;
definido operativamente con el fin de que pueda hay que dar el salto desde la investigación básica
ser replicado por otro psicólogo o equipo de in- a la práctica habitual, aunque a veces pueda re-
vestigación distinto, a fin de comprobar que los sultar problemático y no exento de escollos, como
resultados que obtienen coinciden o son equiva- recordaba Sobell (1996).
lentes a los obtenidos por el investigador o el gru- La delimitación de tratamientos psicológicos
po que ha desarrollado tal tratamiento. Esto im- centrados en la solución de problemas concretos,
plica la necesidad de una evaluación externa que sustentados empíricamente, breves, estandariza-
presenta como ventaja la difusión del propio tra- dos y efectivos, constituye el mayor reto de futuro
tamiento. en este ámbito.
Los estudios de efectividad pretenden deter- Otra modalidad de evaluación de la efectivi-
minar en qué medida los tratamientos propuestos dad de los tratamientos la constituye el metaaná-
producen efectos cuantificables en poblaciones lisis, el cual puede definirse como el análisis esta-
amplias de clientes/pacientes en el ambiente real, dístico de una gran colección de resultados que
cuando el tratamiento es aplicado por el profesio- tienen su origen en el estudio de investigaciones
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concretas, con el objetivo de integrar los resulta- tos al número de sesiones que se comprometen a
dos hallados (Glass, 1976). En primer lugar se sufragar. Así por ejemplo, en España, Adeslas,
hace una revisión de los estudios existentes, a con- Caser y Mapfre lo limitan a veinte sesiones (en el
tinuación se realiza un análisis cuantitativo y por- caso de Mapfre el número se duplica para los tras-
menorizado de los resultados y, por último, se tornos de la conducta alimentaria), DKV Seguros
concluye sobre éstos a la luz de las variables a las incluye quince sesiones y Reale diez.
que el estudio realizado atribuye su efectividad. A día de hoy, el estudio de las publicaciones
Para una aplicación del metaanálisis al estudio de científicas muestra que cada vez son más los pro-
efectividad de la terapia de conducta en España tocolos de intervención y los programas de trata-
puede consultarse el trabajo de Olivares y Sánchez miento de los que se informan buenos resultados,
(1999), así como los relativos a los trastornos in- con un número reducido de sesiones de tratamien-
teriorizados en la infancia y la adolescencia (Mén- to psicológico (véase tabla 4.2).
dez, Olivares y Sánchez, 2002) o los tratamientos
psicológicos y farmacológicos de la fobia social en
Europa (Rosa, Sánchez, Olivares y López, 2002). TABLA 4.2
A pesar de la evidente necesidad de poner a Algunos ejemplos de tratamientos psicológicos
prueba la utilidad de los tratamientos psicológicos, que requieren pocas sesiones
algunos autores no están de acuerdo porque en-
tienden que: a) lo relevante no es el empleo del Tratamiento/trastorno Sesiones1 Referencias
método científico, sino la observación y el juicio Fobia específica 1-5 Bados (2005); Öst,
clínico del terapeuta (Elliot y Morrow-Bradley, Alm, Brandberg y Brei-
1994); b) a diferencia de lo que ocurre en el mode- tholtz (2001)
lo biomédico, entienden que en el contexto psico-
lógico los tratamientos no pueden valorarse como Terapia de activa- 6-12 Lejuez, Hopko y Hop-
los biomédicos, en sentido estricto, ya que aquéllos ción conductual ko (2001)
para la depresión
no buscan resultados objetivos y concretos, y c) la
metodología científica usada en la evaluación em- Estrés postraumáti- 8 Labrador y Alonso
pírica de los tratamientos es inadecuada, ya que co en mujeres vícti- (2006; 2007)
su propia naturaleza la encamina a la búsqueda de mas de violencia de
leyes universales de equiparación de problemas, pareja
sin tener en cuenta la singularidad del sujeto. Estrés postraumáti- 12-25 Levitt, Malta, Martín,
Sin embargo, lo cierto es que uno de los retos co en afectados por David y Cloitre (2007)
más importantes a los que se enfrenta actualmen- los atentados terro-
te la psicología clínica es el de conseguir resulta- ristas del 11 de sep-
dos positivos en un breve período de tiempo. La tiembre
rapidez en la obtención de resultados es requerida
Tratamiento de la fo- 10-16 Echeburúa (1995);
tanto por los criterios éticos (reducir todo lo po-
bia social en adultos Heimberg (1991); Tur-
sible la duración del sufrimiento de quien padece ner, Beidel, Cooley, Wo-
el trastorno) como por los económicos, dado que, ody y Messer (1994)
por una parte, pese a que el sistema público de
salud español no pone límites al número de sesio- Tratamiento de la 12 Olivares (2005)
nes de tratamiento que puedan requerirse, el vo- fobia social en ado-
lumen de la demanda y los recursos del propio lescentes, en el con-
texto comunitario
sistema sí lo imponen y, por otra, las compañías
de seguros que incluyen entre sus prestaciones la 1
Número o rango del número de sesiones de tratamiento
asistencia psicológica sí establecen límites concre- requeridas.
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Esta exigencia de mejora también incluye el ámbitos de actuación del psicólogo; en unos casos
estudio de las variables que permitan predecir tem- determinadas por la propia naturaleza de la ac-
pranamente quiénes van a ser los pacientes/clientes tuación y en otros por el carácter estrictamente
que con una mayor probabilidad se van a benefi- coyuntural de la demanda.
ciar de un determinado tratamiento psicológico. En el trabajo «a demanda» parece que el ob-
De hecho, ya tenemos indicios suficientes como jetivo primordial tiene que ser intentar dar res-
para poder indicar que, en la misma medida en que puesta al interés del cliente/paciente, o al de sus
se prolongan las sesiones de tratamiento sin avan- tutores, que se concreta generalmente en resolver
ces significativos, las probabilidades de que éstos el problema/trastorno del modo más rápido y sen-
se produzcan se presentan en una razón inversa, cillo posible. Esta urgencia hace que muchas veces
tal y como ocurrió en los trabajos de Baldwin, Ber- no se pueda cumplir con los requisitos metodoló-
keljon, Atkins, Olsen y Nielsen (2009); Barkham gicos que muy probablemente harían más válido,
et al. (2006) y Kopta (2003) o Howard, Kopta, fiable y eficaz el quehacer profesional o igualmen-
Krause y Orlinsky (1986). En este último, los au- te válido, fiable y eficaz, pero bajo condiciones
tores subrayan que el 58 por 100 de los clientes/ que permitirían su réplica y entender el porqué de
pacientes mejoraron en las siete primeras sesiones, los resultados. Este hecho, junto a otros de índo-
mientras que los que habían conseguido progresar le menos inteligibles, hacen que pueda constatar-
a partir de la sesión vigésimosexta se podían repre- se un cierto grado de separación o alejamiento
sentar en un algoritmo cuya representación gráfica entre la investigación y la intervención «a deman-
era una curva negativamente acelerada. En gene- da» en los ámbitos aplicados, de forma que esta
ral, los pocos estudios que hay al respecto conclu- última no siempre utiliza y rentabiliza los avances
yen que el incremento del número de sesiones de conseguidos en condiciones controladas ni en el
tratamiento no mejora la eficacia del tratamiento; ámbito teórico ni en el práctico. Desde hace bas-
Thompson-Brenner, Novotny y Westen (2004) re- tante tiempo viene observándose un progresivo
cuerdan que en el tratamiento de la depresión se distanciamiento entre la teoría y la práctica (Ma-
pueden lograr los mismos efectos con ocho que honey, 1987), entre «la investigación básica» y «la
con dieciséis sesiones de tratamiento psicológico. práctica cotidiana en el marco del ejercicio profe-
Abundando en lo mismo, Ilardi, Craighead y Evans sional», el cual se ha ampliado sustancialmente
(1997) indicaban que el tratamiento psicológico de en las últimas décadas. Ya en 1985 Segura ofrecía
la depresión logra en sus primeras cinco sesiones un ejemplo ilustrativo de este divorcio, al criticar
la mayoría de sus efectos positivos, mientras que el abismo que observaba entre el cúmulo de infor-
Agras et al. (2000) concluían que el 70 por 100 de mación de la psicología cognitiva experimental y
los beneficios en la reducción de las respuestas pur- la fundamentación empírica de las terapias cog-
gativas de pacientes/clientes con bulimia nerviosa nitivas.
se logra en la sexta sesión, por lo que quienes no Un ejemplo relevante de la posición que sub-
lo hubieran logrado tienen procas probabilidades yace a esta defensa de la improvisación, cuando
de beneficiarse del tratamiento psicológico. no hay razones para ello, lo representa la figura
de Arnold Lazarus (v. gr., 1981). Este autor de-
fiende lo que él denomina eclecticismo técnico y
4.4. DIFERENCIAS ENTRE EL EJERCICIO sugiere que, si bien un científico no se puede per-
DE LA PROFESIÓN «A DEMANDA» Y mitir ser ecléctico, el profesional, por el contrario,
EN EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN no puede permitirse el lujo de no serlo; defiende
el empleo de cualquier técnica validada sin im-
Aunque no compartimos las opiniones de portar su origen, porque entiende que se trata de
Elliot y Morrow-Bradley (1994), no podemos ne- una estrategia esencial para el profesional, cuya
gar las diferencias fundamentales entre estos dos preocupación principal ha de ser buscar el bien-
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estar del cliente/paciente. Siendo correcta la con- modelo en su formulación radical. Es decir, ello
clusión de su razonamiento, sin embargo no se representaría la necesidad durante mucho tiempo
pueden compartir las razones que argumenta. sentida por muchos psicólogos de la integración
Si bien es cierto que muchos de los estudios de los distintos modelos propuestos sobre las
realizados muestran un importante número de anormalidades de conducta, pese a que aún dis-
profesionales que se consideran «eclécticos» ta mucho de entreverse una solución definitiva.
(véase por ejemplo Fernández-Hermida, Berdu- Nosotros, como otros muchos profesionales e in-
llas Santolaya y Muñiz, 2000 —tabla 4.3—; Gar- vestigadores, reiteramos en este contexto la im-
field y Kurtz, 1976; Kelly, Goldberg, Fiske y portancia del método científico-experimental
Kikowski, 1978; Norcross y Prochaska, 1982; como forma de validación y refrendo de los dis-
Mahoney, 1989 y 1991 o Trull y Fhares, 2003), tintos modelos propuestos, como procedimiento
hay que interpretar el hecho con cautela porque para canalizar la integración de sus elementos
el sentido dado por los entrevistados a la opción validados, habida cuenta de la identidad de los
«ecléctico» puede inducir a error, pues muchas criterios que garantizan el rigor científico-expe-
veces puede estar haciendo referencia a una acti- rimental. En un sentido similar se pronunciaban
tud integradora (Carrobles, 1985), al sincretismo también Feixas y Miró (1994) cuando sostenían
clínico (véase Richelle, 1992) o al realismo cien- que «si bien la separación de la psicología cien-
tífico (Pelechano y Capafons, 1989), que supone tífica ha sido una característica del pasado, el
que el profesional no necesariamente pertenece encuentro con ella se presenta como el futuro de
de forma exclusiva a un paradigma, escuela o la psicoterapia» (p. 12).
TABLA 4.3
Distribución de los psicólogos españoles por especialidad y orientación teórica1
Clínica 48 14,29 12,17 9,69 5,34 5,15 4,35 0,58 0,24 0,19
Educativa 53,92 12,66 3,54 20,63 4,05 0,89 3,92 0,51 0,13 0,25
Trabajo y organizaciones 48,28 14,37 2,59 25,00 4,60 0,29 4,89 1,44
Social y comunitaria 51,18 9,84 2,76 16,14 16,14 1,18 2,36 0,39 0,39
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Becoña (1986) concretaba en doce las discre- ran los resultados de acuerdo a criterios
pancias constatadas entre el «quehacer a deman- clínicos o sociales, y d) cuesta realizar se-
da» y el investigador. Nosotros nos centraremos guimientos de los efectos. En cambio, en
en seis diferencias que pueden situarnos clara- las investigaciones: a) se emplean con mu-
mente en el contexto de la brecha a la que hemos cha frecuencia la observación en situacio-
aludido respecto de la formulación de objetivos e nes naturales y los registros psicofisiológi-
hipótesis, el reclutamiento de los sujetos, el diseño cos; b) se eliminan o se intentan controlar
y la aplicación del proceso de evaluación, la ex- los efectos reactivos, y c) se utiliza un cri-
periencia de los profesionales y la estrategia uti- terio experimental o estadístico de signifi-
lizada para aplicar el tratamiento/entrenamiento. cación y se efectúan seguimientos prolon-
Veámoslas: gados.
— Aplicación del tratamiento. Aquí también
— Objetivos. Mientras que en el ámbito apli- se producen diferencias notables entre am-
cado el objetivo es eliminar/reducir el pro- bos ámbitos: en el aplicado los tratamien-
blema/trastorno que presenta el paciente/ tos son generalmente complejos y flexi-
cliente, en la investigación lo que realmen- bles, requieren muchas sesiones, admiten
te importa es poner a prueba las hipótesis modificaciones y se pactan con el cliente.
para clarificar las causas del cambio. En la mayoría de las investigaciones: a) los
— Hipótesis. En el ámbito aplicado pueden sujetos no participan en la elección del tra-
y deben modificarse éstas en función de tamiento que se les administrará; b) el tra-
los resultados que las medidas repetidas tamiento no se planifica en base al análisis
nos vayan dando a conocer; en la investi- funcional, sino que está decidido de ante-
gación han de permanecer invariables a lo mano, y c) la duración del tratamiento
largo de todo el proceso. está establecida y a menudo consta de un
— Los sujetos. En una investigación sólo se número pequeño de sesiones.
seleccionan las personas que presentan el
mismo problema. En el ámbito aplicado A la luz de estas diferencias podría dar la im-
los pacientes/clientes acuden por sí mis- presión de que, en contraposición con el investi-
mos, presentando en la mayoría de las oca- gador, al profesional le interesa sobre todo encon-
siones problemas complejos y variados a trar cualquier programa de intervención que sea
los que hay que hacer frente. lo suficientemente potente como para ayudar al
— Terapeutas. En el ámbito aplicado son paciente/cliente a resolver el problema/trastorno
profesionales con mayor o menor grado que este último presenta, como sostiene Lazarus.
de experiencia en la aplicación de trata- Es decir, su objetivo inmediato sería lograr un
mientos psicológicos; en las investigacio- cambio significativo en las respuestas problemá-
nes a menudo participan estudiantes en ticas, mientras que la comprobación de sus hipó-
prácticas o recién graduados, es decir, con tesis teóricas y la comprensión del proceso de
poca o ninguna experiencia en la aplica- cambio se verían como objetivos secundarios. En
ción de entrenamientos. este sentido es necesario insistir en que hay que
— Evaluación. En el contexto aplicado: a) re- superar la tentación pragmática del «no sabemos
sulta mucho más difícil el uso de ciertos el porqué, pero el caso es que funciona», y pase-
métodos de obtención de información mos a desarrollar teorías y modelos específicos
como la observación en situaciones natu- más potentes (véase por ejemplo Ponsoda, 2010
rales y los registros psicofisiológicos; b) se o Kanfer y Hagerman, 1985), que nos permitan
aprovechan los efectos reactivos de la eva- explicar la conducta adaptada y dasadaptada,
luación con fines terapéuticos; c) se valo- realizar predicciones y derivar los tratamientos
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psicológicos de principios suficientemente válidos, ninguna garantía de que se está eligiendo el mejor
como sugería ya en 1978 Edward Erwin. Recuér- tratamiento ad hoc. No nos engañemos: el ensayo-
dese el contenido al respecto de nuestro código error como guía para la selección del programa de
deontológico en su artículo 33, donde claramente entrenamiento/tratamiento dista mucho de ser el
se indica que todo psicólogo, en el ejercicio de su mejor procedimiento para la selección del trata-
profesión, «procurará contribuir al progreso de la miento más adecuado y supone, en el estado actual
ciencia y de la profesión psicológica, investigando del desarrollo de nuestra disciplina y en la inmensa
en su disciplina, ateniéndose a las reglas y exigen- mayoría de los casos, una burla al cliente/paciente.
cia del trabajo científico...». Concluyendo, a la luz de lo expuesto es preci-
Como recuerda Ponsoda (2010), cada vez es so recordar que, pese a las diferencias constatadas,
mayor el número de los profesionales que, tanto hay que indicar que: a) no existen diferencias entre
desde el ámbito de la investigación como desde el ciencia pura y ciencia aplicada, sino entre buena
contexto aplicado, estamos convencidos de la re- y mala ciencia (recuérdese la cita de Ramón y Ca-
ciprocidad de las ventajas que se derivan del acer- jal), y b) los psicólogos somos profesionales con
camiento entre la metodología y nuestro quehacer formación científica y, como tales, hemos de in-
cotidiano. Ello es así tanto porque los profesio- tentar actuar, aunque las circunstancias en las que
nales se encuentran a menudo con problemas di- tengamos que hacerlo presenten múltiples dificul-
fíciles de resolver sin ayuda especializada, cuanto tades y tengamos que afrontar nuestro trabajo ha-
porque los investigadores precisan conocer las di- ciendo frente a las limitaciones que de tales cir-
ficultades con las que se encuentran los profesio- cunstancias se derivan. Actuar como un científico
nales cuando aplican las herramientas y estrate- que practica una profesión no está reñido con ser
gias metodológicas diseñadas y validadas en habilidoso en nuestro trato con los demás, practi-
situaciones controladas. La sección monográfica car la empatía, mostrar consideración por el su-
coordinada por Ponsoda en el volumen 31 de la frimiento del otro, etc., sino todo lo contrario: son
publicación del Consejo General de Colegios Ofi- complementos necesarios para un buen desarrollo
ciales de Psicólogos de España, con el atractivo del quehacer psicológico en el ámbito aplicado.
título de «Metodología al servicio del psicólogo»,
centrada en el análisis de datos (metodologías
cualitativas, teorías, propiedades y nuevos tipos 4.5. ESTRATEGIAS/MODOS
de tests) es un excelente ejemplo en la tarea de PARA/DE APLICAR EL TRATAMIENTO
establecer un puente entre la metodología y la psi-
cología, facilitando al psicólogo el contacto con En lo que sigue habremos de entender que el
contenidos metodológicos que pueden serle de tratamiento se aplica a demanda bien del propio
utilidad. interesado bien de la persona o personas respon-
En consecuencia, lo más práctico sigue siendo sables. En este último caso se hallan fundamen-
una buena teoría (no una posición ecléctica) y lo talmente los niños, adolescentes y, en menor me-
más beneficioso el rigor del método científico, por- dida, los ancianos u otros adultos que llegan a la
que es la mejor salvaguarda de los intereses del consulta del psicólogo «empujados» por la pre-
cliente/paciente. La respuesta apresurada a la ur- sión que hace otro (generalmente el esposo, la es-
gencia de la demanda, producida generalmente posa u algún familiar o amigo). En estos casos es
por el sufrimiento que generan los problemas/tras- prioritario que el profesional sepa: a) cómo ha de
tornos psicológicos, en buena parte de las ocasio- actuar para favorecer el reconocimiento de la exis-
nes, no incluye una evaluación realizada con la tencia de un problema o trastorno psicológico, así
extensión y meticulosidad que tal proceder exige; como b) diseñar una estrategia que maximice la
ya sabemos que, sin una buena evaluación, sin un probabilidad de que el cliente/paciente se adhiera
buen análisis topográfico y funcional, no existe al tratamiento.
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g) Las «puestas en común» en el seno del ma concreto, etc., también conlleva peligros y di-
grupo también son una herramienta que funciona ficultades que el profesional no puede desconocer
por sí sola en relación con la reestructuración u obviar. Entre ellos hay que destacar al menos
cognitiva de los participantes. El hecho de regis- los que describimos a continuación:
trar y hacer públicos los errores cognitivos (todo
vs. nada; siempre vs. nunca, por ejemplo), las — Los abandonos. La presión ejercida por el
creencias y atribuciones («Me voy a morir; me voy grupo puede llegar a ser desmedida en su
a volver loco»; «Me saldrá mal porque a mí todo intensidad para algunos participantes. Es
me sale mal») con las que uno se enfrenta y sesga preciso que el psicólogo haga un segui-
la percepción de la situación real, incrementa la miento individual de aquellos participan-
probabilidad de que otros participantes puedan tes que, en principio, por los datos de la
cuestionarse el sesgo de su percepción y el papel evaluación, estime que pueden ser menos
desadaptativo de sus creencias. resistentes o contar con menos recursos
h) El grupo permite que el psicólogo pueda para afrontar beneficiosamente tal presión
fomentar las relaciones entre sus miembros y social y la intensidad de las respuestas de
aprovechar esta situación privilegiada para desa- ansiedad que pueda desencadenar.
rrollar «una red de apoyo social»; es decir, estimu- — La «red social» como elemento de riesgo de
lar el apoyo y la ayuda mutua, tanto dentro como aparición de respuestas de evitación. Al po-
fuera de la situación de entrenamiento, en lo re- der constituirse en el seno del grupo una
lativo al tratamiento del problema/trastorno del red de apoyo social entre todos o algunos
que se trate como en relación con otras cuestiones de los participantes, existe el riesgo de que
personales. Es más, el grupo también permite que éstos puedan satisfacer sus necesidades
el profesional pueda realizar agrupaciones de básicas de afiliación, lo cual les puede lle-
acuerdo con los intereses específicos del trata- var a «no precisar» exponerse a nuevas
miento: la realización de las tareas entre los que situaciones o limitar a mínimos la exposi-
más progresan y los que tienen más dificultades, ción fuera de este subgrupo. La amenaza
entre el líder y el ignorado, etc. que ello supone para la generalización y
i) El formato grupal contribuye a maximizar consolidación de los aprendizajes puede
la eficiencia económica de la intervención porque ser muy alta, porque recuérdese que el en-
se ahorra tiempo y esfuerzo, y se pueden tratar frentamiento con la situación real es nece-
más personas en el mismo tiempo y generalmen- sario, aunque pueda no ser suficiente. Por
te con mejores resultados. ello, el psicólogo debe recordar una y otra
j) Por último, el grupo actúa como un cata- vez la necesidad de apoyo y colaboración
lizador de la implicación/adherencia/motivación mutua, pero que ello no puede ni debe re-
de los participantes, a través de los acuerdos con- ducir/eliminar el enfrentamiento con to-
sensuados. La presión que ejerce de manera na- das aquellas situaciones, personas y luga-
tural el grupo para uniformar a sus miembros res, cuando se haya convenido que resulta
resulta muy beneficiosa para el logro del cumpli- necesario.
miento de los acuerdos y para el reconocimiento — Confundir «progreso posible» y «progreso
público de los esfuerzos y progresos propios y de deseable».Algunos participantes pueden
los demás (refuerzo social). confundir su deseo con sus posibilidades.
Es decir, pueden sentirse contrariados al
Ahora bien, el uso del grupo como estrategia constatar de forma reiterada que otros
de entrenamiento/tratamiento con fines preventi- miembros del grupo progresan más, mejor
vos, clínicos, de mejora de habilidades y destrezas y más rápidamente que ellos. En unos ca-
para aprender a afrontar exitosamente un proble- sos, para justificar o entender estas dife-
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rencias pueden argumentar o concluir que ticipante, aunque el resultado no haya sido
ellos «no podrán implicarse activamente» el deseado y esperado. Dicho esto, inme-
porque están peor que los demás y por eso diatamente después deberá modelar ade-
progresan menos (atribución); en otros ca- cuadamente el mismo comportamiento y
sos pueden aparecer envidias que alteren solicitar un nuevo ensayo de conducta.
las relaciones entre los miembros del gru- — Adivinar la intención del terapeuta. En mu-
po, pudiendo dar lugar a críticas destruc- chas ocasiones los terapeutas ponemos en
tivas a la hora de retroalimentar a deter- marcha «el automático» y actuamos de
minados compañeros o al abandono del acuerdo con nuestras rutinas, de forma
entrenamiento/tratamiento. bastante predecible. Nuestros participan-
Para prevenir la ocurrencia de esta ca- tes generalmente no tardan en advertir
suística, el psicólogo deberá recordar una cuándo es más probable que les toque in-
y otra vez que: a) cada uno de ellos sólo tervenir. Si esta variable fuese importante
puede compararse consigo mismo (v. gr., para el desarrollo del tratamiento, pode-
¿Qué podía hacer y qué hace?); dado que mos controlarla a través de la aleatoriza-
las circunstancias de cada uno son únicas ción del orden en la realización o presen-
e irrepetibles, los ritmos en el progreso tación de las actividades a realizar: el azar
también han de mostrar diferencias que, decide quién o quiénes realizan un ensayo,
en ocasiones, no se relacionan con el es- participan en un role-playing, intervienen
fuerzo realizado, pero que no deben ser en la puesta en común de los logros y di-
atribuidas a causas extrañas y ajenas a la ficultades hallados a la hora de realizar las
circunstancia individual, y b) tanto para tareas para casa que se acordaron en la
con ellos mismos como para con los de- sesión previa, dan a conocer al grupo sus
más, es preciso que la valoración para actividades o retroalimentan al compañe-
retroalimentar(se) se haga, primero, reco- ro que acaba de actuar.
nociendo los progresos, lo que se hace bien — La constancia en las relaciones. Dentro del
y, en segundo lugar, se atienda a lo que no grupo hay participantes que «se caen me-
se ha hecho tan bien o se ha hecho mal, jor», como en todo grupo humano. Este
pero reconociendo siempre el esfuerzo rea- hecho hace que aquellos que se «caen
lizado e indicando cómo podría mejorar bien» tiendan a establecer relaciones muy
la actuación. estables que les llevan a realizar casi todas
— El modelado negativo y el efecto «contagio». las actividades juntos. Dado que lo desea-
Los beneficios que en el seno del grupo ble es aprender a relacionarse con cuantas
pueden obtener a través del modelado co- más personas distintas mejor, especialmen-
ping y múltiple tienen la otra cara de la te cuando existan problemas o trastornos
moneda en el modelado negativo. El psi- relacionados con la ansiedad social, el psi-
cólogo deberá estar atento para reducir/ cólogo procurará prevenir la ocurrencia de
eliminar el efecto «contagio» en el resto de tal constancia, sin que por ello haya de
los participantes cuando se puedan pre- romper la relación emocional entre quie-
sentar comportamientos inadecuados, ne- nes «se lleven mejor»; explicará por qué
gativos, que lejos de estimular la implica- es necesaria la alternancia y cuáles son
ción puedan fomentar el desánimo y el los beneficios de diversificar las relacio-
abandono. En estos casos el profesional, nes frente a los perjuicios que puede ge-
en primer lugar, deberá reconducir inme- nerar reducirlas. Por tanto, el profesio-
diatamente la situación agradeciendo el nal debe, por un lado, fomentar el apoyo y
intento y el esfuerzo realizado por el par- la colaboración entre los participantes,
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pero por otro ha de estar atento para que e) En el tratamiento individual, la red de
estas interacciones resulten tan variadas apoyo social siempre será externa, es de-
como sea posible. cir, integrada por personas ajenas a la vi-
vencia de los efectos del problema/tras-
Tratamiento individual torno, lo que no suele ocurrir en el
tratamiento en grupo.
Por lo que respecta al tratamiento individual, f ) La validez ecológica de la situación en la
vamos a comentar algunas de sus ventajas y limi- que se produce la aplicación del entrena-
taciones más sobresalientes, recordando que éstas miento, salvo excepciones, siempre será
últimas habrán de ser atendidas y contrarrestadas superior en el tratamiento en grupo que
en la medida de lo posible por el diseño de la in- en el individual.
tervención. Así: g) Sugerimos al lector que reflexione e inten-
te completar este listado con las ventajas
a) El tratamiento individual permite ajustar y limitaciones que entienda que deberían
tanto su contenido a los resultados de la completar la relación tentativa que le he-
evaluación (análisis funcional y topográ- mos presentado.
fico) como la velocidad de su aplicación
al ritmo de la persona (variables específi- Tratamiento ambulatorio vs. hospitalización
cas relevantes en el mantenimiento del
problema/trastorno). Incluimos aquí el tratamiento de aquellos
b) Las hipótesis planteadas se reformularán trastornos como la anorexia nerviosa o la depre-
cuando no se confirmen por los resulta- sión, que, traspasados ciertos umbrales de grave-
dos de las medidas de los efectos del tra- dad, requieren atención y vigilancia constante
tamiento realizadas durante su aplica- porque el grado de control que los pacientes, sus
ción. La toma de medidas repetidas familias o ambos tienen sobre el trastorno ya es
durante la aplicación del tratamiento pro- ínfimo, lo cual puede poner en riesgo la vida de
porciona retroalimentación en este senti- los pacientes.
do. La dirección de los efectos del trata- En otras ocasiones, la aparición brusca de
miento ha de estar en consonancia con lo desviaciones muy significativas de la intensidad,
postulado en nuestras hipótesis de inter- frecuencia y/o duración de las respuestas de un
vención. ser humano, respecto de las de su grupo norma-
c) Los costes del tratamiento individual son tivo de referencia («brotes agudos» en términos
siempre muy superiores a los del trata- biomédicos), llegan no sólo a interferir de mane-
miento en grupo, tanto en el orden eco- ra clínicamente significativa en su actividad coti-
nómico como generalmente en el relativo diana, sino que incluso pueden poner en peligro
a la duración. su vida o la de otros, además de producir un in-
d) En el tratamiento individual el único mo- tenso sufrimiento a él (ella) y a los suyos. En es-
delo disponible en el contexto donde tiene tos casos es necesaria una hospitalización duran-
lugar el entrenamiento suele ser el propio te períodos más o menos cortos de tiempo; el
psicólogo, hecho que impide beneficiarse médico será el responsable de determinar la
tanto de los efectos del modelado múlti- cuantía y el modo. En todo caso, este interna-
ple como del coping o de enfrentamiento, miento temporal terminará cuando el paciente
pues el psicólogo siempre será visto por esté en condiciones de poder controlar con una
el cliente/paciente como mastery o modé- alta probabilidad de éxito la adherencia a las
lico, por lo que su efecto siempre es con- prescripciones médicas que conlleva el tratamien-
siderablemente menor. to de su trastorno.
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En general, el tratamiento psicológico es am- Pero la objetividad del juicio del adulto puede
bulatorio para la casi totalidad de los trastornos verse mermada o alterada por la información de
psicológicos y para todos los problemas psicoló- la que disponga y la flexibilidad con que evalúe,
gicos, tal como aquí se han delimitado. Es el tra- ya que es un hecho reiteradamente constatado
tamiento psiquiátrico de los problemas del com- desde hace ya mucho tiempo, tanto en España (Pe-
portamiento (de origen biológico) el que puede lechano, 1980) como en otros países (véase por
requerir hospitalización. ejemplo Graziano y Mooney, 1984 o Winnett y
Winkler, 1972), que profesores y padres solicitan
con más frecuencia ayuda psicológica para los ni-
4.6. ESTRATEGIAS PARA APLICAR ños/adolescentes por excesos conductuales como
EL TRATAMIENTO CON NIÑOS la hiperactividad, la conducta antisocial o la agre-
Y ADOLESCENTES sividad, que para problemas derivados de un dé-
ficit o defecto en el comportamiento cotidiano
(v. gr., el retraimiento social). Así, los datos con-
No es frecuente que los niños y los adolescen- firman que los problemas que son más frecuente-
tes soliciten ayuda psicológica por sí mismos. Sue- mente motivo de consulta por parte de los padres,
len ser los adultos con los que conviven o se re- después de los problemas de rendimiento escolar,
lacionan cotidianamente quienes lo hacen por son las respuestas que resultan más aversivas para
ellos (padres, pediatras, profesores, etc.), al detec- los adultos (Macià, 2007).
tar o creer detectar respuestas que entienden in- Es cierto que de todo lo dicho no podemos
adecuadas. Las razones en que se fundamentan inferir que la conducta infantil desadaptada pue-
suelen ser: da definirse como «la que molesta a los adultos»,
pero si el profesional no actúa con rigor y reúne
a) Resultan molestas para las personas que en su proceso de evaluación los datos suficientes
conviven o interactúan cotidianamente para determinar que la ayuda psicológica solici-
con el niño/adolescente. Así, las respues- tada por los adultos está objetivamente funda-
tas disruptivas en el aula, las hiperactivas, mentada, es decir, que no contraviene el desarro-
el incumplimiento de obligaciones o nor- llo normal y sí puede incrementar su bienestar,
mas del hogar familiar, los terrores noc- entonces puede estar sirviendo intereses distintos
turnos, etc. a los del niño/adolescente. Ello hace necesario
b) Indican la posibilidad de sufrimiento fu- que el psicólogo infantil adopte medidas encami-
turo para el niño/adolescente y/o para los nadas a minimizar los efectos que pudiera generar
que hayan de convivir con él. Tal sería el en su toma de decisiones la carencia de autono-
caso cuando exhiben repertorios conduc- mía mencionada (véase figura 4.2).
tuales impropios de su edad por exceso, Ello conlleva: a) la determinación de la(s)
defecto o inadecuación. respuesta(s) inadecuada(s), y b) la delimitación de
c) Asocian el comportamiento con el sufri- quién o quiénes deben ser objeto de tratamiento,
miento que experimenta el niño/adoles- con independencia del solicitante, dado que los
cente antes de responder o inmediata- adultos puede estar preocupados, por ejemplo,
mente después de haber actuado. Tal caso por problemas evolutivos o incluso triviales, amén
ocurre, por ejemplo, en comportamien- de que pueden padecer distorsiones cognitivas
tos ritualistas como los relativos al or- que, producidas o mantenidas por variables que
den, lavado o reiteración de una misma nada tienen que ver con el niño/adolescente, afec-
respuesta un número determinado de ve- ten a la valoración que hace de la respuesta de éste.
ces de acuerdo con un patrón o secuencia En consecuencia, es necesario delimitar cla-
temporal. ramente quién o quiénes deben ser objeto de eva-
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Criterios Criterios
con los que interactúa
evolutivos no evolutivos
cotidianamente el niño
(fase descriptiva)
Figura 4.2.—Implicaciones de la autonomía para solicitar ayuda. [Modificado de Olivares, Méndez y Macià (2005).]
luación y tratamiento, con independencia del so- pueden hacer, si tal es el caso, pues, como ya in-
licitante. Así, deberían ser objeto de tratamiento dicaban Graziano y Mooney (1984), el mero he-
quienes tras la evaluación inicial y el pertinente cho de que los padres soliciten la ayuda de un
análisis funcional resulte(n) implicado(s) en el profesional cualificado está poniendo de relieve
mantenimiento de la(s) respuesta(s) problemáti- su falta de conocimientos y recursos terapéuticos
ca(s) o inadecuada(s). Hay casos en los que, dada para resolver tal problema.
la especificidad de la respuesta, basta con la in-
tervención en un contexto concreto como es el
aula, sin requerir la intervención paterna, para
resolver el problema planteado; en otros se pre- Ed, Er
Padre
cisa de una colaboración mínima de la familia,
mientras que hay ocasiones en las que se requie-
re incluso formar a los padres para que actúen
de coterapeutas a fin de que apliquen todo o par-
te de un programa de intervención. Por tanto, Familia Ed, Er
Ed, Er
Madre Hijo
desde nuestro punto de vista, lo único que a prio-
ri podría determinarse en relación con la consi-
deración de los padres como parte de la ayuda
terapéutica que se le ha de prestar al hijo/a se
limita a la fase de información o educativa de
todo tratamiento psicológico. Es decir, con inde-
pendencia del problema, los padres siempre de-
ben ser informados de qué le pasa a su hijo y,
hasta donde sea posible, por qué le pasa y qué Figura 4.3.—La familia a la luz del aprendizaje social.
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personalidad en la infancia eran las mismas que va de las respuestas en el sistema psicofisiológi-
las que se utilizaban para explicar los trastornos co queda muy limitado en estas edades, tanto
de los adultos. Los cambios en las actitudes y en por motivos económicos como, en muchos ca-
los pensamientos es lo que permite comprender sos, por su carácter intrusivo (restricciones a la
cómo, por ejemplo, habiéndose iniciado por Stan- libertad del niño) cuando se requiere un control
ley Hall el estudio del niño per se, a finales del sistemático en distintas situaciones.
siglo XIX, e iniciar asimismo el estudio de las nor- Todas estas razones permiten entender el por-
mas evolutivas que le permitieran valorar las con- qué del énfasis que los psicólogos hemos de poner
ductas anómalas, han tenido que transcurrir casi en nuestras intervenciones en las respuestas ma-
las dos terceras partes del pasado siglo XX para nifiestas o públicas y en el control de las variables
que la psicología clínica científica comenzase a ambientales, sobre todo en momentos clave como
considerar necesario el conocimiento de la psico- es el de la elección de los objetivos y el de la va-
logía evolutiva, en el contexto de la infancia y la loración de los efectos del tratamiento.
adolescencia, para incrementar la mejora de los En consecuencia, el control de las variables
métodos de tratamiento. ambientales constituye un objetivo prioritario
porque los niños/adolescentes son más depen-
dientes de la influencia del medio social y, en
4.6.2. El ambiente, la especificidad concreto, de los adultos (especialmente padres y
de las respuestas y el comportamiento profesores) y de los compañeros con los que inte-
manifiesto ractúan cotidianamente o resultan muy significa-
tivos para ellos, tal cual ocurre con el líder de la
La especificidad de las respuestas del niño, y pandilla, por ejemplo. En este contexto adquiere
en menor medida del adolescente, parece influir una especial relevancia la variabilidad intersitua-
de forma notable en el desacuerdo de los adultos cional del comportamiento del niño y la depen-
a la hora de informar respecto de si un compor- dencia de los adultos, especialmente padres y pro-
tamiento es o no problemático. El niño/adoles- fesores, y de otros niños/adolescentes significativos,
cente puede comportarse de manera completa- tanto a la hora de realizar la evaluación como
mente distinta en función de quién esté presente cuando se ha de proceder a la aplicación del tra-
en la situación o del lugar en el que se halle, con tamiento. El rango de las situaciones a evaluar
independencia de quién esté presente. De igual debe ser variado, porque así lo es el de los con-
modo, la conceptualización de una respuesta como textos en los que se desenvuelve el niño. El carác-
problemática, así como su propia génesis y man- ter concreto, detallado y específico de la evalua-
tenimiento, parecen directamente relacionadas con ción lo determina el hecho de que las diferencias
la concepción que los adultos tienen del proble- en el comportamiento del niño pueden variar
ma. Asimismo, existe acuerdo de que hasta una enormemente de un contexto a otro, de una situa-
determinada edad, cuyo mínimo se sitúa entre los ción a otra.
nueve-once años, en función del caso, los niños Hay que recordar que el niño, en su evolución
generalmente no han desarrollado las habilidades ontogenética, constituye inicialmente una varia-
de autoobservación y autoevaluación precisas ble básicamente dependiente, cuyos valores en
para informar de sus propias respuestas, en cua- condiciones de normalidad biológica son princi-
lesquiera de los tres sistemas (psicofisiológico, palmente función de los tomados por el medio.
cognitivo y motor), en los términos de frecuencia, A partir de ahí va evolucionando progresivamente,
duración e intensidad, que se estiman condición como consecuencia del aprendizaje y el desarrollo
necesaria para realizar una evaluación conduc- neurológico, hasta ser capaz de actuar tanto en
tual. A todo ello hay que añadir (véase tabla 4.5) función del medio como de sí mismo. El predo-
el hecho de que realizar una evaluación objeti- minio del carácter «dependiente» (cambios debi-
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TABLA 4.5
Algunas variables que pueden dificultar la evaluación1
Variable(s) Implicaciones Problemas y limitaciones que conllevan
dos a la influencia externa) o independiente (cam- evolutivo, han imprimido ciertas particularidades
bios producidos a instancias propias en él mismo a las estrategias de evaluación en este tramo evo-
o en el medio) será, a su vez, una función de sus lutivo. Una de ellas ha sido la consideración de la
aprendizajes previos, de los eventos que determi- observación de la conducta como estrategia prin-
nan en el momento presente la situación y, en me- cipal para la evaluación del comportamiento,
nor medida, de las variables biológicas. De hecho, dado que intensifica el énfasis en la evaluación
aun en el caso de que se pueda probar la exis- directa y reduce a mínimos el hecho inferencial,
tencia de una o más variables biológicas partici- centrándose en respuestas externas, públicas. No
pando en el mantenimiento de la respuesta inade- obstante, este modo de proceder requiere, por una
cuada o problemática, no sólo no se excluye la parte, el control de las fuentes de variación que
intervención psicológica, sino que, por el contra- pueden generar serias limitaciones metodológicas
rio, la evidencia empírica y experimental acumu- o amenazas a la objetividad, como es el caso de
lada permite sostener que tal presencia no anula la reactividad, el sesgo del observador, la baja fia-
la posibilidad de éxito del quehacer psicológico, bilidad interobservadores, los artefactos en la es-
como conocemos desde hace ya mucho tiempo timación del acuerdo interobservadores o el nivel
(véase Carrobles, 1985; Pelechano, 1976a o Sil- de entrenamiento de los observadores; por otra,
va, 1987). no implica la exclusión de la evaluación de las
Las razones del énfasis en las respuestas ma- respuestas del niño/adolescente en los sistemas
nifiestas y las variables ambientales, fundamenta- cognitivo-verbal y psicofisiológico, como indicaba
das en argumentos metodológicos y de carácter Bragado (1994):
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«Los trastornos clínicos suelen analizarse en profesional que trabaja con niños y adolescentes,
términos de referentes conductuales observables, sino que, por el contrario, generalmente las tareas
lo que no implica que los profesionales exploren de evaluación y tratamiento están mediadas por
exclusivamente las acciones manifiestas, ya que la implicación de al menos algún adulto (Macià,
tales acciones se acompañan, al igual que en las
2005; Olivares, Rosa y Olivares-Olivares, 2006), o
personas adultas, de experiencias subjetivas, reac-
ciones psicofisiológicas y procesos de pensamien- incluso de algún compañero en el caso de los ado-
to más o menos elaborados, según el nivel del lescentes (véase por ejemplo Olivares y Macià,
desarrollo cognitivo de cada niño, que también 1990). Por ello, el entrenamiento de paraprofesio-
deben ser convenientemente evaluados» (p. 24). nales constituye un aspecto especialmente impor-
tante en esta área de trabajo.
Ahora bien, es preciso recordar que el entre- Kazdin (1985, 2005) resume algunas de las ra-
namiento que poseen los adultos en la discrimi- zones que hacen especialmente relevante el entre-
nación entre malestar de origen físico o psicológi- namiento de paraprofesionales o coterapeutas:
co no está presente generalmente en los repertorios
conductuales de los niños, ni tampoco en la ma- a) Los problemas infantiles suelen asociarse
yoría de los adolescentes, lo que puede producir a situaciones muy específicas y concretas,
confusión en la cumplimentación de registros que por lo que la intervención más rentable
requiera la autoobservación. De igual modo, la será la que pueda producir el cambio de
investigación pone de manifiesto que son muchos la respuesta en el contexto en el que se
los sistemas y subsistemas sociales en cuya inter- produce.
sección se hallan los niños/adolescentes, partici- b) El cambio se conseguirá más rápidamente
pando en mayor o menor medida de su influencia, en el contexto natural que en una situación
por lo que también ha de ser tenido en cuenta su artificial como lo es la consulta del psicó-
efecto en la conducta (relaciones maritales, estrés logo. En consecuencia, la intervención al-
familiar, apoyo social, aislamiento, etc.). canzará su mayor grado de eficacia, por
Los tratamientos más utilizados hasta los once- ejemplo, si se interviene en el centro edu-
doce años son los derivados del condicionamiento cativo cuando sea éste el contexto en el
operante. Incluso cuando se utilizan técnicas/com- que se hallan las variables responsables del
ponentes procedentes de otros modelos teóricos, mantenimiento del comportamiento pro-
como el aprendizaje observacional, es difícil no en- blemático. Otro tanto ocurrirá si la apari-
contrar en el tratamiento alguna técnica operante. ción de la respuesta problemática se cir-
A partir de los doce-trece años, con carácter gene- cunscribe al hogar familiar. En un caso
ral, el desarrollo cognitivo de los niños permite que habrá que entrenar a los educadores y per-
se incremente el empleo de técnicas cognitivo-con- sonal auxiliar, si resultase preciso, mientras
ductuales, en la misma medida en que lo hace su que en el otro a los padres y a cualquier
capacidad para producir imágenes mentales y ope- otra persona significativa del contexto fa-
rar de forma abstracta. Por último, a partir de los miliar que pudiera estar contribuyendo
dieciseis-dieciocho años el arsenal de técnicas del con su conducta al mantenimiento de la
que puede hacer uso el profesional no difiere del conducta del niño o el adolescente. Cuan-
que podría aplicar a la población adulta. do el caso lo requiera, habrá que proceder
al entrenamiento de unos y otros. Padres
4.6.3. Los paraprofesionales y educadores pueden intervenir en el mo-
mento preciso, dado que tienen acceso in-
Las sesiones individuales para evaluar, dise- mediato a la conducta-problema y, gene-
ñar, programar y seguir un tratamiento no cons- ralmente, controlan reforzadores muy
tituyen el hecho más habitual en el quehacer del potentes y significativos para el niño (por
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trastorno que lo justifique, para determinar si es siguiendo las instrucciones del programa. En ge-
o no es pertinente nuestra intervención también neral, esto ocurre cuando, en condiciones con-
hay criterios que podemos utilizar como referen- troladas, se ha verificado que la mejora de los
cia para saber cuándo se ha de dar por termina- efectos que se puede atribuir al desvanecimien-
do un tratamiento psicológico e iniciar el segui- to del programa no es significativa, es decir, no
miento del mantenimiento y generalización de los supera la magnitud de los logros alcanzados
logros. por los grupos tratados sin desvanecer el trata-
Cuando se trata del tratamiento aplicado en miento. Tal es el caso del Programa de Interven-
grupo, se pueden distinguir tres formas genera- ción en Adolescentes con Fobia Social (Olivares,
les de aplicar y terminar el tratamiento: una en la 2005), en el que se ha podido verificar experi-
que el proceso de aplicación incluye tres momen- mentalmente que las ganancias proporcionadas
tos (inicio-desarrollo, desvanecimiento y termina- por el desvanecimiento no mejoran significativa-
ción-comienzo del seguimiento); otra en la que mente los obtenidas sin contemplar esta estrate-
sólo se dan dos momentos: inicio y terminación; gia. Es más, en este caso, como en muchos otros,
y una tercera, la intermedia, en la que en la propia aplicar el desvaneciendo supone incrementar la
intervención, o en el programa que la contiene, se duración del tratamiento, con lo que incluso pue-
contempla ya que a partir de una determinada de resultar contraproducente porque, cuando los
sesión o unidad de tratamiento ha de iniciarse el adolescentes ya se encuentran mucho mejor,
desvanecimiento. puede ser una justificación para hacer novillos
En el primer caso, iniciamos y desarrollamos («saltarse la sesión») e incluso abandonar, por-
la aplicación del tratamiento en grupo de acuerdo que se entiende que ya no es (tan) necesaria la
con los prerrequisitos que se deriven de su pro- asistencia y que las sesiones de entrenamiento
grama de aplicación en el contexto de la interven- restan tiempo a otras actividades. Recuérdese
ción que hemos diseñado. Esta fase de inicio-de- que con los tratamientos psicológicos ocurre lo
sarrollo acaba cuando la persona o el grupo mismo que con los tratamientos farmacológicos
alcanza un promedio de mejora que suele situar- o de otro orden: cuando nos vamos sintiendo
se entre el 80 y el 90 por 100 respecto de los re- mejor, el grado de incumplimiento de las pres-
sultados de la evaluación pretest (8:10-9:10). Es cripciones facultativas y el abandono completo
en este momento cuando se inicia el desvaneci- de éstas es más frecuente de lo deseable (Macià
miento del tratamiento, es decir, la fase en la que y Méndez, 1996).
el psicólogo comienza la retirada de las ayudas En el tercero, como hemos indicado, no se to-
utilizadas, por ejemplo, mediante un distancia- man medidas repetidas con las que orientarse
miento entre las sesiones o unidades de tratamien- para saber cuándo hay que iniciar el desvaneci-
to, pasando de una sesión semanal a una sesión miento del tratamiento. El inicio del desvane-
cada dos semanas, luego cada tres, etc. La retira- cimiento viene determinado de antemano por el
da progresiva o desvanecimiento como estrategia programa. El desvanecimiento puede realizarse
en la aplicación del tratamiento consiste en am- en el formato de grupo o mediante una atención
pliar el tiempo dedicado a «las tareas para casa» individualizada de los participantes en el trata-
y «facilitar» con ello la aplicación de los aprendi- miento. En el primer caso, «los apoyos» se van
zajes realizados en el ámbito clínico, posibilitar la desvaneciendo al mismo ritmo para todos los
puesta en práctica de las estrategias de autocon- componentes del grupo; en el segundo, la retirada
trol del paciente/cliente, y ayudarle a ser cada vez de los apoyos se hace de forma individualizada,
más autónomo e independiente en la consolida- es decir, planificando y haciendo un seguimiento
ción y generalización de sus aprendizajes. individual de cada uno de los pacientes/clientes.
En el segundo caso no se contempla una fase Este último es el caso del Programa SET (Social
de desvanecimiento. El tratamiento se termina Effectiveness Therapy —Terapia para la eficacia
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social—; Turner, Beidel y Cooley, 1994; Turner, 4.7.2. Estrategias para prevenir recaídas
Beidel, Cooley, Woody y Messer, 1994). En este
programa se incluye como parte última un com- La introducción de este componente se realiza
ponente de desvanecimiento bajo la denomina- generalmente en el contexto de una valoración de
ción de práctica programada, compuesto por cua- los progresos alcanzados a lo largo del tratamien-
tro sesiones de tratamiento individual a lo largo to. Se puede introducir como una unidad en sí
de un mes. La práctica programada es una estra- misma o como parte de los contenidos de la últi-
tegia que permite que el cliente/paciente genera- ma sesión del programa.
lice la exposición a situaciones de la vida real, Aunque cuando se trate de la aplicación de un
bajo la guía y orientación del psicólogo. Se inclu- tratamiento en grupo puede hacerse sólo en éste,
ye para transferir el control de los aprendizajes en el individual o combinando ambas formas, no-
realizados durante el tratamiento. Es necesaria sotros sugerimos realizar la valoración tanto gru-
para facilitar el mantenimiento e incrementar el pal como individualmente. Esta última está más
gradiente de generalización» (Turner, Beidel y centrada en la circunstancia particular de cada
Cooley, 1994, p. 18). participante, realizando, si es necesario, el análisis
En el caso de que la aplicación del tratamien- funcional del caso concreto.
to sea individual, el inicio de la fase de desva- Si la evaluación de los efectos del tratamiento
necimiento viene dada por el mismo criterio de prevista en el programa de intervención incluía
orden cuantitativo que utilizamos en el trata- la toma de medidas repetidas, que, generalmen-
miento en grupo cuando tomamos medidas re- te, es lo deseable, se pueden repasar las gráficas
petidas de los efectos del entrenamiento: la me- relativas a la evolución del problema/trastorno
jora se sitúa entre el 80 y el 90 por 100 (8:10-9:10) construidas con los datos de los participantes, el
respecto de los resultados de la evaluación inicial estado del logro de las respuestas que cada parti-
que nos permitieron construir la(s) línea(s) de cipante se marcó como objetivos al iniciarse el
base. En este caso, el criterio de mejoría que sir- tratamiento, el contenido de las notas de los auto-
ve para que iniciemos el desvanecimiento lo po- rregistros sistemáticos y anecdóticos, etc.
demos vincular a la dimensión que resulte más Este «repaso» en el formato de grupo, pero
significativa de la respuesta problemática o de con los contenidos y datos individuales usados
las respuestas que integran la cadena que deno- anónimamente, permite analizar y discutir las va-
minamos comportamiento inadecuado o desa- riables que han podido contribuir al logro y man-
daptativo. Es decir, podemos condicionar nuestro tenimiento de los avances constatados, confron-
criterio de inicio a la frecuencia con que se pre- tando las relevantes, a juicio de los participantes,
senta la respuesta, a su duración cuando ocurre con las nuestras.
o a su intensidad (o malestar). En cualquier caso, En el tratamiento individual se procede exac-
optemos por una, dos o las tres dimensiones, es tamente igual, pero sin poder beneficiarnos de la
conveniente contar con datos que no provengan riqueza y la variedad de la información que apor-
sólo del autorregistro del paciente/cliente sino, ta el grupo. En este caso se haría mucho hincapié
de ser posible, también de observadores exter- en los autorregistros que nos permitieron acceder
nos (esposo/a, padre/madre, profesor/a, etc.) para a los datos con los que construimos la línea de
que podamos sustentar nuestra decisión en datos base, en la evolución de ésta, en el análisis funcio-
que confieran validez social a los efectos del tra- nal de los logros para subrayar las variables que
tamiento. En último término, si no disponemos han resultado determinantes en el mantenimiento
de observadores externos fiables, siempre nos de éstos, el inventario de situaciones en las que
queda una alternativa que, por otra parte, es muy todavía podríamos tener algún problema, etc.
conveniente aplicar en toda evaluación indivi- Por último, tanto en el contexto grupal como
dual: el test situacional. en el del tratamiento individual, explicaremos qué
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son las «recaídas» y cómo podemos hacerles fren- tensidades elevadas de malestar. Tanto para un
te. Con este fin se identifican las situaciones que caso como para el otro, les entregaremos una guía
todavía son potencialmente de alto riesgo. Para escrita sobre cómo puede afrontarlas si alguna de
ello construiremos un listado con todas aquellas éstas u otra no prevista llegaran a presentarse. En
que para el participante cuentan todavía con pro- el tratamiento individual de la fobia social/tras-
babilidad de que en ellas se den, o puedan presen- torno de ansiedad social nosotros utilizamos con
tarse, respuestas de evitación/escape o que, caso alguna adaptación o variante el siguiente proto-
de tener que afrontarlas, pese a que no se crea que colo para prevenir recaídas, que puede ser tam-
se darán respuestas de evitación/escape, la perso- bién útil con alguna adaptación para cualquier
na estime que es probable que experimentase in- otro problema/trastorno:
¿Qué debes hacer si tienes un contratiempo, si un día das una respuesta de evitación o de escape ante una situación
temida, en vez de enfrentarte?
I. ¿Has dado una respuesta de evitación/escape? En caso afirmativo, ¡no hagas ni pienses en nada! Tómate me-
dia hora antes de reflexionar sobre la información que contienen los puntos que siguen.
II. Recuerda: Un contratiempo, una respuesta de evitación/escape no es inusual, incluso en una persona que no
ha padecido tu problema/trastorno1. La diferencia entre esa persona y tú es que ella no le daría mayor im-
portancia y tú puedes hacer un mundo de ello. La ocurrencia de una respuesta de evitación/escape no es una
buena noticia, pero tampoco quiere decir que hayamos retrocedido o que hayas perdido el control sobre el
conjunto del problema/trastorno.
III. Probablemente te hayas sentido o te estés sintiendo culpable, o tengas alguna sensación de malestar por tu
comportamiento. Si es así recuerda que esa sensación es normal en una situación en la que las cosas no salen
como a uno le hubiera gustado. No hay ninguna razón por la que tengas que rendirte ante esta situación
(más temprano que tarde lograrás afrontarla con éxito). Nadie llama fumador a quien alguna vez se fuma
un cigarrillo, ni borracho a quien en alguna ocasión se toma una copa o vaso de algún compuesto con alco-
hol. Este acontecimiento no significa ni implica que a partir de ahora vayas a volver a empezar a perder el
control que habías conseguido sobre tus respuestas de evitación/escape. ¡Recuerda que estaba previsto que
esto nos pudiera pasar! No te preocupes ni le des más importancia de la que le darías a cualquier otro hecho
inesperado.
V. Si llegado este momento todavía te encuentras con dificultades para superar «la necesidad» de dar una nue-
va respuesta de evitación/escape, llámanos al teléfono que te dimos o, si lo prefieres, llama a cualquier otra
persona que sea de tu entera confianza. Si llamas y no estamos, déjanos un mensaje en el buzón de voz. Nos
pondremos en contacto contigo lo antes posible.
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1
Cuando se dé esta información convendría sustituir la expresión «problema/trastorno» por el nombre concreto del problema o
del trastorno que ha sido sometido a tratamiento.
2
Modificado de Olivares, Rosa y Ramos (2000).
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integra respuestas cognitivas, psicofisiológicas cuenta la persona como provocar en ésta de-
y motoras. Puede tener un carácter adaptativo terminadas respuestas en el presente. Páginas:
si hay una correspondencia entre el peligro 94, 96, 100, 163 y 169.
real de la situación y la frecuencia, duración Ataques de pánico: también se conoce como cri-
e intensidad de las respuestas desencadena- sis de angustia. Se trata de un trastorno de
das; en caso contrario su efecto es desadapta- ansiedad que se caracteriza por la aparición
tivo. Páginas: 24, 25, 30, 33, 39, 41, 42, 49, 66, súbita, inesperada y abrupta de un conjunto
75, 88, 89, 90, 94, 145 y 150. de respuestas psicofisiológicas, cognitivas y
Ansiedad social: patrón de respuestas de alarma motoras desproporcionadamente intensas que
(psicofisiológicas, cognitivas y motoras) que causan en quien las presenta miedo muy inten-
se presentan asociadas a una situación que so e incluso terror: taquicardia, dificultad para
requiere actuación y/o relación con otras per- respirar, opresión precordial, parestesias, etc.
sonas. En el ámbito clínico este constructo El estado de alarma desencadenado por este
integra un continuo de situaciones que van conjunto de respuestas suele ir acompañado
desde la aversión a hablar o timidez, pasando de sensaciones extrañas como la relativa a la
por el miedo a no ser capaz de pronunciar muerte, a dejar de estar siendo uno mismo, te-
determinada palabra o frase (tartamudez) y ner la visión borrosa, cansancio extremo, ma-
terminando en el miedo a la evaluación nega- reo, desmayo, etc. Su duración suele rondar
tiva de la propia actuación por parte de los los 10-15 minutos, pero en ocasiones su fre-
demás (fobia social o trastorno de ansiedad cuencia puede ser muy alta, pudiendo incluso
social). Páginas: 24, 71, 72, 160 y 173. llegar a dar la sensación a quien lo presenta
Aprendizaje: proceso a través del cual se adquie- de un ataque de pánico continuo que dura
ren nuevas respuestas o conductas (asociacio- todo el día. Páginas: 41 y 118.
nes estímulo-respuesta), se mejora la destreza Autocontrol: estrategia aprendida para controlar
en la actuación y/o se incrementa el conoci- y modificar las respuestas de uno mismo, con
miento teórico, estratégico y de valores. Todo el fin de obtener una gestión eficaz. En el ám-
ello como resultado de nuestra acción (condi- bito de la Psicología aplicada se identifica
cionamiento clásico y aprendizaje instrumen- como tal al conjunto de procedimientos a tra-
tal), la observación del comportamiento de vés de los cuales el psicólogo enseña a las per-
otros (aprendizaje a través de modelado) o la sonas estrategias que les permitan diseñar
transmisión de información. Páginas: 13, 15, (auto)intervenciones con los objetivos de:
26, 29, 31, 33, 34, 35, 39, 43, 44, 46, 94, 96, a) modificar la frecuencia, intensidad y dura-
104, 107, 110, 111, 113, 119, 124, 126, 127, ción de sus propias conductas en distintos
128, 138, 159, 165, 166, 167, 170, 171 y 172. contextos por medio de la manipulación de
Aprendizaje social: desde esta modalidad de las consecuencias o la reorganización de las
aprendizaje la conducta (asociación estímulo- situaciones antecedentes (objetivo específico),
respuesta) no se contempla sólo como la con- y b) alcanzar metas a corto y largo plazo (ob-
secuencia de los acontecimientos ambientales jetivo general).
sobre la reacción/acción de los seres vivos; la Existen notables diferencias en la noción
propia respuesta aprendida se considera tam- de autocontrol en el marco de la Teoría del
bién un agente causal de los cambios ambien- aprendizaje social y el Análisis conductual
tales. Es decir, la conducta, la persona y el aplicado. Así, para Bandura el proceso de au-
ambiente se determinan recíprocamente. El torregulación se inicia con la autoevaluación
contexto se delimita en base a un doble papel: o comparación que realiza el sujeto entre su
puede tanto ser el responsable, desde el pasa- conducta y determinados criterios de ejecu-
do, del repertorio de conductas con las que ción, finalizando con el autorrefuerzo, el auto-
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castigo o sin actuar sobre sí, en función de si espera que el cambio en el sistema cognitivo
se ha alcanzado o no el criterio de ejecución; producido por las autoinstrucciones genere, a
en el Análisis conductual aplicado no se acep- su vez, una modificación en las respuestas
tan las interpretaciones basadas en los meca- manifiestas. Se trata de un procedimiento de
nismos cognitivos, defendiendo que en último autorregulación verbal que requiere para su
término las respuestas de autocontrol están entrenamiento y aprendizaje de la interven-
mantenidas por influencias externas, es decir, ción del modelado, la práctica o ensayo de
por elementos operantes de control estimular conducta y la reestructuración cognitiva. El
tales como los estímulos discriminativos o los dominio del manejo de este procedimiento
procesos de reforzamiento demorados. Pági- está limitado por la existencia de trastornos
nas: 33, 40, 46, 93, 94, 114, 123 y 124. psicológicos, la edad y el desarrollo cognitivo.
Autoeficacia: es un concepto propio de la Teoría Página: 76.
del aprendizaje social. Se define como una Auto-observación: constituye la primera actividad
función de la valoración que la persona reali- dentro de la puesta en marcha del proceso de
za de sus posibilidades a la hora de ejecutar autocontrol. En ella la persona compara los
adecuadamente una respuesta o conjunto de resultados auto-observados con los esperados.
respuestas, con independencia del resultado Si éstos son satisfactorios valora su esfuerzo,
esperado. Este constructo ha sido muy criti- si no lo son analizará el porqué con la inten-
cado porque se entiende que presenta un error ción de hallar la causa y valorar si tiene que
lógico, dado que se considera que el construc- volver a fases anteriores del proceso para en-
to es explicado por las mismas respuestas des- contrar una solución más eficaz. Si no logra
de las que es inferido. Páginas: 93 y 94. dar con la solución puede buscar ayuda de
Autoevaluación: es una estrategia incluida en el otras personas o profesionales, o aceptar el
proceso de autocontrol que se inicia con la problema como irresoluble intentando paliar-
auto-observación y registro, prosigue con la se- lo. Páginas: 166, 167 y 168.
lección de criterios concretos y realistas para Autopercepción: visión que tiene la persona de sí
tomar referencias, continúa con la búsqueda misma y de la realidad. Es el resultado de la
y elección del procedimiento de actuación más intervención de los procesos cognitivos y del
adecuado y finaliza con la evaluación de nues- sentido personal de la experiencia propia. Pá-
tra actuación y la aplicación contingente del gina: 100
programa de refuerzo previsto. El dominio de Autorrefuerzo: es la última actividad dentro del
esta estrategia está limitada por la existencia proceso de autorregulación. Una vez que se
de trastornos psicológicos, la edad y el desa- ha logrado dar la respuesta adecuada a la si-
rrollo cognitivo. Páginas: 93, 166 y 167. tuación, la persona debe reforzarse mediante
Autoinstrucciones: es una estrategia aprendida autoverbalizaciones, concediéndose un des-
mediante la cual uno se da a sí mismo un con- canso físico o intelectual, a través de la reali-
junto de órdenes o instrucciones para mane- zación de actividades placenteras o por medio
jar adecuadamente sus respuestas durante la de la adquisición de objetos. Esta auto-admi-
actuación. En el ámbito de la Psicología apli- nistración contingente a la respuesta adecua-
cada el entrenamiento en autoinstrucciones da hace más probable que en el futuro se in-
se define como una modalidad de entrena- cremente la probabilidad de ocurrencia de tal
miento cognitivo-conductual que permite la respuesta o patrón de respuestas. Página: 93.
modificación o sustitución de las autoverba- Autorregistro: recogida de información por parte
lizaciones internas (pensamientos) que la per- de la persona relativa a sus respuestas y a las
sona se da a sí misma antes de actuar, duran- situaciones en las que éstas se producen. Pá-
te su actuación y una vez terminada ésta. Se ginas: 77, 81, 121, 126, 134 y 172.
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Conducta prosocial: conducta social positiva con za por la presencia de tristeza, decaimiento,
o sin motivación altruista. Positiva significa irritabilidad o una alteración del humor que
que no daña, que no es agresiva. A su vez se puede disminuir el rendimiento en el trabajo
entiende por motivación altruista el deseo de o limitar la actividad vital habitual, indepen-
favorecer al otro con independencia del pro- dientemente de que su causa sea conocida o
pio beneficio. Páginas: 35 y 83. desconocida. Su origen puede ser de orden
Consecuentes: eventos que se presentan después biológico, pero casi siempre se trata de un
de las respuestas. Tales eventos se asocian con trastorno de naturaleza psicológica o reactivo
el incremento de la probabilidad futura de in- a una situación. Páginas: 25, 30, 31, 66, 69,
crementar o disminuir la frecuencia, duración 97, 152, 153 y 161.
y/o la intensidad de la respuesta tras la que se Desensibilización sistemática: procedimiento o
presentan. Páginas: 51, 72, 75, 82, 83, 90, 97, modalidad de tratamiento de la terapia de
112, 119, 126, 139 y 142. conducta cuya característica principal es la
Contingencia: del latín Contingentı̆a. Relación aproximación sucesiva de la persona (inicial-
muy relevante entre dos eventos o aconteci- mente en la imaginación) a situaciones que le
mientos, uno de los cuales sigue con regulari- producen respuestas de ansiedad desadaptati-
dad al otro. Esta relación recoge la posibilidad vas, utilizando como mediador la producción
de que el segundo suceda o no tras producirse por parte de la persona de una respuesta o
el primero. En el contexto psicológico uno de patrón de respuestas incompatible con el pri-
ellos es la respuesta y el otro las consecuencias mero, como puede ser la relajación, por ejem-
que se producen en el medio externo o interno plo. Páginas: 74, 88, 89, 90 y 93.
a la persona, tras la ocurrencia de la reacción. Desvanecimiento: es un tratamiento psicológico
Páginas: 86, 87, 93, 104, 111 y 128. derivado del condicionamiento operante me-
Counselling: relación de ayuda entre un profesio- diante el cual las respuestas de una persona
nal (counsellor) y un cliente, el cual realiza pueden mantenerse en ausencia del apoyo ex-
una demanda ante una situación difícil de re- terno, es decir, del estímulo o la configuración
solver por sí solo. Es una de las funciones que estimular que las desencadena. Consta de dos
desempeña el profesional de la Psicología. Pá- fases: aditiva y sustractiva. En la primera se
gina: 21. van proporcionando ayudas cada vez mayores
Demencia: atrofia progresiva del tejido cerebral hasta que la persona ejecuta la respuesta o
que conlleva pérdida progresiva de las funcio- patrón de respuestas que habíamos fijado
nes cognitivas, debido a daños o desórdenes como objetivo; en la segunda se van retirando
cerebrales más allá de los atribuibles al enve- gradualmente las ayudas facilitadas hasta que
jecimiento normal. Los déficits cognitivos la repuesta puede aparecer sin que ellas estén
pueden afectar a cualquiera de las funciones presentes. Si fuera necesario, durante este pro-
cerebrales, particularmente a las relativas a las ceso de desvanecimiento propiamente se pue-
áreas de la memoria, el lenguaje (afasia), la den volver a introducir las ayudas iniciales,
atención, las habilidades vasoconstructivas, hasta lograr el objetivo establecido. En am-
las praxias y a las funciones ejecutivas como bas fases se administra reforzamiento positivo
la resolución de problemas o la inhibición de tras los avances. Páginas: 46, 86, 126, 171, 172
respuestas. Páginas: 24 y 40. y 149.
Depresión: conjunto o patrón de respuestas al- Detención del pensamiento: técnica mediante la
terado que afecta principalmente a la esfera que se enseña a alguien a interrumpir sus pen-
afectiva, pero no solo a ésta, dado que tam- samientos no deseados o intrusivos. Se trata
bién puede repercutir en los ámbitos cogni- de procedimiento que tiene como objetivo
tivo, volitivo y incluso somático. Se caracteri- crear y mantener un hábito inhibitorio, ya sea
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por reforzamiento positivo o negativo. Pá- sean eficaces, porque logra resultados iguales
gina: 89. o mejores con menos sesiones de tratamiento.
Diferenciales semánticos: instrumento de evalua- Páginas: 160.
ción psicológica que parte del supuesto de que Enfoque neoconductista: orientación que, dentro
un concepto adquiere significado cuando un del modelo conductual, se deriva de la aplica-
signo (palabra) puede provocar la respuesta ción de los principios del condicionamiento
que está asociada al objeto que representa. La clásico pavloviano a la génesis y eliminación
persona reacciona ante el objeto simbolizado. de los problemas del comportamiento, po-
Página: 118. niendo el énfasis en las variables intermedias
Diseño: plan o estrategia concebida para respon- o constructos hipotéticos para la explicación
der a las preguntas de una investigación o al de la respuesta. Páginas: 85, 87, 88, 93, 95 y
modo de disponer la situación como paso pre- 110.
vio a la aplicación de un tratamiento psicoló- Entrenamiento autógeno: técnica de relajación ba-
gico. El diseño señala al investigador lo que sada en la concentración en sensaciones físi-
debe hacer para alcanzar sus objetivos, con- cas y en la respiración. Aparece descrita por
testar las interrogantes que se ha planteado y primera vez en 1932, en la obra de Schultz Das
analizar la certeza de las hipótesis formuladas Autógeno Training. En este trabajo Schultz ex-
en un contexto en particular. En el contexto pone sus fundamentos. El mecanismo respon-
clínico, el diseño nos permite configurar la si- sable de sus efectos se supone relacionado con
tuación de tratamiento de tal modo que los la representación mental de las consecuen-
resultados que obtengamos se puedan atribuir cias motoras de la respuesta de sensación de
de modo razonable a nuestro tratamiento. Pá- peso y calor, que activarían las eferencias so-
ginas: 46, 47, 51, 53, 56, 73, 82, 87, 100, 112, máticas y viscerales correspondientes. El pro-
125, 128, 143, 147, 148, 160, 161 y 169. cedimiento consiste en el uso de una serie de
Economía de fichas: modalidad de tratamiento frases elaboradas con el fin de inducir estados
derivado del condicionamiento operante ba- de relajación a través de sugestiones sobre sen-
sado en un sistema de reforzamiento centrado saciones de calor, peso, dureza, etc. Páginas:
en reforzadores secundarios generalizados. Su 69 y 11.
objetivo aumenta la probabilidad de emisión Entrenamiento en habilidades sociales: tratamien-
de una respuesta de baja frecuencia. Páginas: to cognitivo-conductual que incluye instruc-
86 y 100. ciones, modelado, ensayo de conducta y re-
Eficacia: en Psicología clínica y de la salud se en- troalimentación, mediante el cual se adquiere
tiende como la capacidad que tiene el trata- o se facilita la emisión de respuestas sociales
miento de producir cambios psicológicos en habilidosas, ausentes en el repertorio de
la dirección esperada. Los valores alcanzados aprendizajes del paciente o existentes pero in-
por tales cambios han de ser claramente su- hibidas por la elevada intensidad de las res-
periores a la ausencia de intervención, al pla- puestas de ansiedad que se elicitan en situa-
cebo o a otros tratamientos disponibles en ese ciones de relación o actuación ante o con
momento. Páginas: 46, 59, 74, 77, 148 y 160. otros. Páginas: 35, 50, 83, 94, 125 y 128.
Eficiencia: en el contexto de los tratamientos psi- Ensayo de conducta: el ensayo de conducta se de-
cológicos es la capacidad de un tratamiento fine como un procedimiento mediante el cual
para lograr sus mejores resultados que otro se practican respuestas deseables para afron-
para un mismo problema o trastorno median- tar con una mayor probabilidad de éxito las
te el uso del mínimo de recursos disponibles. situaciones de conflicto interpersonal, bajo la
Así, por ejemplo, un tratamiento puede ser supervisión del terapeuta. Un modo de llevar-
más eficiente que el otro, aun cuando los dos lo a cabo es a través de un role-playing o juego
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gía, hasta que se extinga la respuesta de tintas de aquellas ante las que ahora se actúa.
ansiedad. 46, 73, 93, 101, 149, 158, 159 y 172. Páginas: 15, 46, 50, 72, 73, 77, 84, 87, 96, 97,
Extinción: principio del condicionamiento ope- 113, 126, 127, 139, 143, 146, 157, 158, 159,
rante según el cual el cese de la presentación 165, 171 y 172.
de un acontecimiento reforzante, tras la apa- Habilidades sociales: conjunto de respuestas espe-
rición de la respuesta a la que seguía, conlleva cíficas que se ejecutan en situaciones sociales
la disminución progresiva de la frecuencia de concretas durante o ante la interacción con
dicha respuesta hasta su desaparición. Pági- otros seres humanos, que dotan a la persona
nas: 86 y 88. que las posee de una mayor capacidad para
Farmacoterapia: empleo terapéutico de los medi- lograr los objetivos que pretende, mantenien-
camentos y estudio de la acción de los mismos do su autoestima sin dañar la de las personas
sobre el organismo enfermo. En la actualidad que la rodean. Estas conductas se basan fun-
existen guías farmacoterapéuticas que contie- damentalmente en el dominio de las habili-
nen una relación limitada de medicamentos dades y destrezas de comunicación y requie-
recomendados para la prescripción en un ám- ren de un buen autocontrol emocional por
bito determinado, seleccionadas a partir de la parte del individuo. El concepto de habilidad
oferta farmacéutica en función de unos crite- social delimita tanto un campo de trabajo
rios previamente establecidos, con la partici- para los psicólogos como una modalidad de
pación y el consenso de los profesionales a los tratamiento (el entrenamiento en habilidades
que va destinada. Páginas: 29, 31, 119. sociales). Páginas: 33, 50, 83, 94, 125 y 128.
Fobia: patrón de respuestas psicofisiológicas, mo- Hipótesis: explicación provisional que puede ser
toras y cognitivas de intensidad desproporcio- sometida a prueba por medio de un experi-
nada que se activa ante algún objeto, animal, mento. También se delimita como una propo-
evento o situación, sin que tal intensidad sea sición que sostiene que existe alguna relación
proporcional al peligro potencial o real de lo entre dos o más variables. Páginas: 18, 19, 47,
temido. Páginas: 24, 71, 88, 90, 138, 152, 171 48, 50, 51, 53, 55, 56, 96, 97, 102, 104, 109,
y 173. 110, 112, 119, 121, 125, 127, 128, 129, 130,
Generalización: la generalización puede ser espa- 131, 137, 155 y 161.
cial (entre situaciones), temporal (estabilidad Imágenes emotivas: modalidad de tratamiento di-
de los logros en el tiempo), entre personas (ac- señada por Lazarus y Abramovitz (1979), en
tuar del mismo modo o de manera similar el marco del enfoque neoconductista, para ser
ante personas distintas), entre respuestas (se aplicada con niños con problemas de ansie-
incrementa la frecuencia, duración o intensi- dad. El procedimiento conlleva que los niños
dad de una respuesta esperando que produzca se imaginen vívidamente una historia cuyo
un efecto similar al generado por otra res- contenido activa emociones que se espera que
puesta), etc. En el marco del condicionamien- inhiban el patrón de respuestas de ansiedad
to consiste en la extensión de la respuesta con- que desencadena el evento, acontecimiento,
dicionada a sucesos similares al estímulo animal, objeto o situación que lo desencade-
condicionado y a aspectos de la situación en na. Páginas: 89.
la que la respuesta fue condicionada inicial- Inconsciente: en el marco del Psicoanálisis se de-
mente. En los ámbitos del condicionamiento nomina así a la supuesta instancia en la que
operante y el modelado, se identifica como tal se encontrarían los contenidos reprimidos
el gradiente de situaciones, respuestas, perso- para mantenerlos al margen de la conciencia.
nas, etc., distintas ante las que se emite una Páginas: 61, 68, 70 y 103.
respuesta o un comportamiento aprendidos Inhibición: se conoce como tal al componente de
en una situación diferente y ante personas dis- los sistemas de regulación, psicológicos o fi-
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siológicos, que actúan en los seres vivos. En el Ley del efecto: sostiene que las respuestas que va-
caso de los sistemas psicológicos se refiere a yan seguidas de consecuencias reforzadoras
la inhibición de respuestas, dentro del cons- (contigüidad) serán asociadas al estímulo y
tructo denominado función ejecutiva, cuyo tendrán mayor probabilidad de ocurrencia.
efecto es la interrupción de alguna respuesta Por el contrario, si la respuesta al estímulo va
o secuencia de respuestas que previamente ha- seguida de una consecuencia aversiva, la aso-
bían sido aprendidas para realizar una acción ciación será más débil, con lo que la probabi-
determinada. Páginas: 92 y 128. lidad de ocurrencia será menor. Páginas: 68,
Inoculación de estrés: procedimiento cognitivo- 86 y 109.
conductual desarrollado por Donald Mei- Método clínico: proceso o secuencia ordenada de
chenbaum. Forma parte de las denominadas acciones que los especialistas en salud han de-
técnicas para el entrenamiento en habilidades de sarrollado para generar su conocimiento des-
enfrentamiento cuya finalidad es que se adquie- de el comienzo de la era científica. Es el mé-
ran habilidades para hacer frente de forma ac- todo científico aplicado a la práctica clínica,
tiva a una amplia variedad de situaciones es- el proceso recorrido para estudiar y compren-
tresantes. En el caso concreto de la inoculación der la salud y la enfermedad biológica, los
de estrés se entrena a la persona en el manejo problemas de adaptación social y los trastor-
y aplicación de un conjunto de técnicas para nos psicológicos de una persona, así como las
que ésta pueda seleccionar aquellas que, adap- interacciones entre éstos. Página: 20.
tándose más a sus peculiaridades y circunstan- Miedo: es la etiqueta con la que calificamos de
cias, le permitan controlar exitosamente futu- manera genérica a las situaciones que activan
ras situaciones evocadoras de ansiedad o el patrón de respuestas que denominamos an-
productoras de estrés. Páginas: 42, 49, 74 y 144. siedad. Está referido a la situación, al es-
Inundación: se trata de un tratamiento propio del tímulo: me da miedo la oscuridad, le tengo
enfoque neoconductista que conlleva la expo- miedo al coche, me dan miedo los perros, ten-
sición masiva a estímulos que producen res- go miedo a perderme, etc. Puede tener un ca-
puestas de ansiedad junto con la prevención rácter evolutivo, en cuyo caso no requiere in-
de cualquier respuesta de escape parcial, total tervención psicológica porque la situación, de
o de evitación (manifiesta o encubierta), hasta manera natural, va perdiendo progresivamen-
que desaparezca el proceso de sensibilización te su capacidad para activar las respuestas
y se consolide la habituación. En relación al de ansiedad hasta desvanecerse ésta. Es adap-
tiempo necesario para producir la habitua- tativo cuando hay correspondencia entre la
ción, entre los investigadores existe el acuerdo situación y la intensidad del patrón de res-
de que por término medio las sesiones deben puestas de ansiedad que se asocian a ella. Se
programarse con una duración mínima de una manifiesta tanto en los animales como en el
hora y máxima de dos. La duración de la ex- ser humano. Páginas: 41, 48, 49, 50, 66, 74,
posición está determinada por variables como 89, 112, 114, 139 y 165.
la consolidación y generalización del trastor- Mindfulness: hace referencia al modo como se
no (cronicidad) o el tipo de trastorno. Una vez está en la situación en el presente. Este modo
que se inicia la sesión de tratamiento ésta no conlleva atención y conciencia plena, presen-
se podrá abandonar hasta que el psicólogo cia atenta y reflexiva a lo que sucede en el mo-
verifique la ausencia de respuestas de ansie- mento actual. Su entrenamiento psicológico
dad; en caso contrario podría producirse un persigue que la persona se centre en el mo-
incremento de los valores de la intensidad del mento presente de un modo activo, procuran-
patrón de respuestas de ansiedad (sensibiliza- do no interferir ni valorar lo que se siente o
ción). Páginas: 89 y 93. se percibe en cada momento. Página: 111.
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Modelado: estrategia de aprendizaje propia del tímulos del medio, tanto externo como inter-
aprendizaje social en el ámbito del modelo no al propio sujeto. Considera que la respues-
cognitivo-conductual. Su máximo represen- ta puede estar determinada o ser activada por
tante es Albert Bandura. El procedimiento múltiples factores, solos o en combinación.
requiere la observación de la conducta de un Además, es un modelo secuencial porque ana-
modelo con el fin de adquirir nuevos patrones liza los distintos elementos o grupos de varia-
de respuesta, fortalecer o debilitar respuestas bles siguiendo una ordenación temporal. Se
y/o facilitar la ejecución de respuestas ya exis- caracteriza por considerar que las variables
tentes en el repertorio conductual del obser- del sujeto (O) y las respuestas (R) están inte-
vador. Páginas: 50, 68, 76, 85, 92, 93, 94, 100, gradas, debiéndoselas considerar como una
109 y 160. unidad, dado que la evaluación o medida de
Modelado coping: estrategia de aprendizaje cog- O se realiza siempre a través de R. Por último,
nitivo-conductual que consiste en la exposi- hay que indicar que postula la bidireccionali-
ción por parte del observador a un modelo de dad de la secuencia temporal de respuestas, la
enfrentamiento que actúa de modo similar a cual hace referencia expresa al carácter tran-
como lo haría el observador. En el proceso de sitivo o de reciprocidad entre el sujeto, la res-
enfrentamiento va mostrando progresivamen- puesta y las consecuencias generadas por las
te las habilidades necesarias para resolver la respuestas. Páginas: 30, 31, 75, 76, 78, 82, 83,
situación. Páginas: 158, 160 y 161. 85, 92, 94, 95, 96, 97, 99, 108, 109, 110, 111,
Modelado mastery: consiste en la exposición de la 112, 127, 141, 154 y 168.
persona que observa para aprender a un mo- Modelo conductual: modelo fundamentado en los
delo maestro o de dominio que posee las habi- principios teóricos y hallazgos empíricos de la
lidades que aplica de modo diestro y preciso, psicología científica, especialmente de la psi-
para desempeñarse adecuadamente en la si- cología del aprendizaje. La mayor parte de la
tuación problemática a la que se enfrenta des- conducta se adquiere, mantiene y modifica
de un principio. Página: 138. por los mismos principios, tanto si es adecua-
Modelado participante: estrategia de aprendizaje da como si es inadecuada. Tiene por objeto
derivada de la Teoría del aprendizaje social de estudio la respuesta, adaptada o desadap-
que constituye una variante del modelado ac- tada, en tanto que actividad mensurable, me-
tivo en el cual el observador, tras la demostra- dible o evaluable. La respuesta y los estímulos
ción del modelo, participa, guiado por éste, en con los que se asocia constituyen el objeto de
la ejecución de las conductas observadas. Pá- estudio, evaluación y tratamiento. Es el resul-
gina: 93. tado de la integración del enfoque operante y
Modelo cognitivo-conductual: modelo teórico que el neoconductista. Páginas: 71, 74, 75, 77, 79,
integra el estudio de las respuestas o reaccio- 80, 95, 106, 108, 110 y 139.
nes producidas en el sistema cognitivo, el psi- Modelo psicodinámico: su inicio se debe a Freud,
cofisiológico y el motor. Es el resultado de la quien partiendo de presupuestos neurológicos
incorporación del estudio de las respuestas y fisiológicos, desarrolló una teoría innovado-
cognitivas al modelo conductual, el cual tiene ra sobre el origen de la psicopatología. Tuvo
por objeto las respuestas psicofisiológicas y una etapa de vigoroso crecimiento durante las
motoras, hecho por el cual algunos investiga- tres primeras décadas del pasado siglo XX,
dores lo denominan conductual-cognitivo. In- produciendo un giro copernicano en la psi-
tegra los enfoques operante, neoconductista y quiatría al apostillar la primacía de los facto-
cognitivo en el marco de la metodología cien- res psicológicos frente a los biológicos en la
tífica. Define la respuesta como la reacción explicación de los «trastornos mentales». Esta
global del organismo ante los diferentes es- consideración de los factores psicológicos
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do se administra una píldora que no puede mos. Se atribuyen a las estructuras del cerebro
afectar a la variable dependiente medida, o que son responsables de la organización de la
psicológico si se aplica como tratamiento psi- información e influyen en su interpretación;
cológico pese a conocerse que no produce se supone que participan en la configuración
efectos sobre el problema o trastorno de que con la que se fija y evoca la información en la
se trate. Páginas: 145, 146, 147, 148 y 151. memoria de largo plazo. Páginas: 54, 76, 89,
Prevención: en el contexto psicológico supone la 90, 91, 92, 94, 96 y 98.
protección contra los riesgos y las amenazas Psicofármaco: agente químico que actúa sobre el
derivados del ambiente o de nuestra forma de sistema nervioso central produciendo cambios
actuar. Puede ser primaria si la intervención temporales en la percepción, estado del áni-
conlleva la eliminación de los factores causan- mo, estado de conciencia y comportamiento.
tes del problema o trastorno psicológico; se- Páginas: 29 y 119.
cundaria si el proceso de intervención conlle- Psicofarmacología: disciplina científica que estu-
va la detección precoz, y terciaria si ésta va dia el efecto de fármacos con especial atención
dirigida al tratamiento de un problema o tras- a las manifestaciones cognitivas, emocionales/
torno psicológico que ya está consolidado y motivacionales y conductuales. Página: 70.
generalizado (cronificado). Páginas: 15, 18, Psicofisiología: rama de la psicología relaciona-
19, 20, 23, 24, 25, 32, 33, 34, 35, 37, 38, 40, da con las bases fisiológicas de los procesos
113, 114 y 157. psicológicos. Se solía llamar psicofisiología
Principio de parsimonia: sostiene que la explica- cognitiva hasta mediados de la década de los
ción más simple y suficiente es la más proba- noventa del pasado siglo XX; ahora se conoce
ble, pero no necesariamente la verdadera. Es como neurociencia cognitiva. Su objeto de
un principio metodológico y filosófico, según estudio son las relaciones entre los componen-
el cual cuando dos teorías se hallan en igual- tes psicológicos y fisiológicos del comporta-
dad de condiciones respecto de sus implica- miento humano en personas sin problemas
ciones, la teoría más simple tiene más proba- con significación clínica ni trastornos psicoló-
bilidades de ser correcta que la compleja. Se gicos. Se diferencia de la psicología fisiológi-
conoce también como «navaja de Ockham» ca en que aquélla analiza el modo en que las
en honor al filósofo a quien se le atribuye actividades psicológicas producen respuestas
(Guillermo de Ockham, 1280-1349), hacién- fisiológicas, mientras que ésta estudia los me-
dose también referencia a él como principio canismos fisiológicos que conducen a activi-
de economía o principio de parsimonia (lex dad psicológica. Página: 98.
parsimonia). Páginas: 138 y 149. Psicología comparada: disciplina de la psicología
Proceso inductivo-hipotético-deductivo: proceso a que busca el conocimiento de la conducta hu-
través del cual el investigador, basándose en su mana y de los mecanismos que la provocan a
conocimiento científico determinado, formula través del estudio de otras especies, comparan-
y deduce predicciones que trata de verificar do los comportamientos de éstas con el de los
para un caso concreto. Tal sería el caso cuando, humanos. Páginas: 67 y 111.
tras evaluar y valorar la existencia de un tras- Psicología experimental: disciplina que estudia los
torno psicológico, se formulan hipótesis de in- fenómenos psicológicos aplicando el método
tervención, a partir de los resultados obtenidos, experimental. El procedimiento conlleva la
las cuales se ponen a prueba en el tratamiento observación, manipulación y registro de las
del trastorno detectado. Páginas: 51 y 127. medidas de las variables (dependiente, inde-
Procesos cognitivos: conjunto hipotético de pro- pendiente, intervinientes, etc.) que afectan un
cesos que tienen lugar entre la recepción/per- objeto de estudio. Páginas: 26, 43, 54, 60, 67,
cepción de un estímulo y la respuesta que da- 68, 71, 94, 102, 103, 105, 106, 110 y 111.
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Psicólogo clínico: profesional de la Psicología que aplicación conlleva la ayuda al paciente para
estudia y aplica los hallazgos científicos rela- que éste trate de resolver sus conflictos inter-
tivos al comportamiento humano para la so- nos y modificar su comportamiento por me-
lución de los problemas que éste pueda pre- dio de intercambios verbales con el terapeuta.
sentar o, en su caso, las alteraciones o trastor- Pese a que su uso se ha generalizado y se apli-
nos con significación clínica que puedan dar- ca como sinónimo de tratamiento psicológico,
se. Además de investigar, sus tareas están sobre todo en el mundo anglófono, cada vez
directamente relacionadas con la evaluación, son más las voces que reclaman un uso más
la aplicación del tratamiento psicológico, el preciso de ambos términos dado que la psico-
apoyo a la recuperación y la prevención de las terapia generalmente aplica estrategias y pro-
condiciones que puedan generar malestar y cedimientos no verificados experimental ni
sufrimiento a las personas. Su perfil se deli- empíricamente, mientras que el tratamiento
mitó por primera vez en la Conferencia ce- psicológico sí lo hace. Páginas: 23, 26, 30, 60,
lebrada en Boulder (EE.UU.) en 1949. El de- 62, 64, 65, 71, 74, 94, 110, 111, 139, 140, 141,
nominado Modelo Boulder considera que el 142 y 154.
psicólogo clínico ha de ser capaz de contribuir Reestructuración cognitiva: estrategia general de
al desarrollo de los métodos y las técnicas pro- las terapias cognitivo-conductuales, que re-
pios de su profesión a través de la investiga- conoce el papel mediador de la cognición en
ción; entiende que el psicólogo clínico es un el desarrollo, mantenimiento y modificación
profesional con formación científica que se de conducta. Su objetivo es identificar y mo-
dedica a una profesión. En la actualidad es dificar las cogniciones desadaptativas de la
una figura reconocida por el Sistema Nacio- persona.
nal de Salud Español. Páginas: 15, 20, 22, 25, Reforzamiento: proceso de aplicación del princi-
26, 27, 29, 32, 71, 82, 139, 141 y 142. pio operante que se denomina «refuerzo». Su
Psicosis: constructo psicológico que se utiliza aplicación incrementa la probabilidad de re-
para referirse a un grupo genérico de tras- currencia de una respuesta por la presentación
tornos psicológicos graves cuya característica de un evento positivo contingente (refuerzo
común es la pérdida del contacto con la rea- positivo) o por la supresión de un estado aver-
lidad. Las personas que presentan esta altera- sivo negativo (refuerzo negativo). Páginas: 87,
ción pueden experimentar alucinaciones o de- 93, 158 y 170.
lirios, así como cambios en su modo cotidiano Refuerzos naturales: estímulos que se presentan
de actuar y pensamiento desorganizado. Estas en el ambiente cotidiano de las personas sin
alteraciones suelen ir acompañadas por res- planificación previa, incrementando la proba-
puestas inusuales o extrañas, dificultad para in- bilidad de recurrencia de la respuesta a la que
teractuar socialmente e incapacidad para lle- siguen. Páginas: 128.
var a cabo actividades de la vida diaria. Hay Refuerzo negativo: modalidad del principio de re-
una amplia y extensa variedad de elementos fuerzo operante cuya ocurrencia incrementa
del sistema nervioso, tanto orgánicos como de la frecuencia de una respuesta por la termi-
funcionales, que pueden causar una «reacción nación o cese inmediato de una estimulación
psicótica». Páginas: 62, 69 y 119. aversiva tras su ejecución. Páginas: 48 y 158.
Psicoterapia: su origen se sitúa en el contexto del Refuerzo positivo: modalidad del principio de re-
psicoanálisis. En la actualidad es un término fuerzo operante que cuando ocurre inmedia-
referido a la aplicación de las técnicas psico- tamente después de la ejecución de una res-
lógicas propias de los modelos psicodinámi- puesta hace que ésta aumente su probabilidad
cos para el tratamiento de los problemas de- de ocurrencia en el futuro en situaciones simi-
rivados de los conflictos intrapsíquicos. Su lares. Páginas: 138.
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Refuerzo social: Modalidad del principio de re- Terapeuta: profesional con habilidades especiales
fuerzo, en el marco del condicionamiento ope- obtenidas a través de la formación y de la ex-
rante, que se da cuando una expresión verbal, periencia para llevar a cabo una terapia. Pá-
facial, contacto físico y otras respuestas mo- ginas: 15, 22, 43, 60, 65, 66, 79, 83, 87, 95, 96,
toras ocurren tras la ejecución de una respues- 107, 108, 110, 141, 143, 145, 146, 149, 152,
ta haciendo que ésta aumente su probabilidad 155, 158, 160 y 163.
de ocurrencia en el futuro. Páginas: 86, 100 y Terapia analítico cognitiva: modelo de psicotera-
159. pia breve integrada. Es una psicoterapia focal
Relajación: estado de hipoactivación que puede en la que terapeuta y paciente intentan clari-
ser inducido o facilitado por diversos proce- ficar uno o varios focos psicopatológicos so-
dimientos o técnicas cuya aplicación produce bre los que poder trabajar en la terapia. Pági-
una disminución del tono hipotalámico que na: 111.
suponemos responsable de la disminución de Terapia cognitiva de Beck: modalidad de trata-
la activación simpática cuyo efecto es la re- miento cognitivo-conductual que postula que
ducción de la tensión física y/o psicológica la percepción y la estructura de las experien-
percibida. Páginas: 49 y 93. cias del individuo determinan sus sentimien-
Resolución de problemas: modalidad de tratamien- tos y respuestas. Se centra en la modificación
to cognitivo-conductual en la que se entrena a pertinente de los esquemas, las distorsiones y
la persona en una metodología sistemática los contenidos cognitivos. Constituye una es-
para abordar e intentar resolver problemas o trategia de primera elección para el tratamien-
situaciones problemáticas que en el ámbito clí- to de la depresión. Páginas: 49, 97, 111 y 119.
nico pueden resultar causa de estrés y ansie- Terapia conductual: véase Técnicas de modificación
dad. Páginas: 34, 51, 95, 97, 127 y 141. de conducta. Páginas: 30, 31, 97, 108, 152, 154
Técnicas de modificación de conducta: conjunto y 158.
de procedimientos de intervención psicológi- Terapia de la aceptación y el compromiso (ACT,
ca, fundamentados experimental y empírica- del inglés Acceptance and Commitment Thera-
mente, que se aplican de forma sistemática y py): Utiliza la aceptación, entendida como la
se han desarrollado o, en su caso, interpretado capacidad de experimentar el ser conscientes,
a la luz de los enfoques que integran el mode- aquí y ahora, de las sensaciones, los pensa-
lo cognitivo-conductual. Tales procedimientos mientos, sentimientos, emociones, recuerdos,
incluyen tanto estrategias de evaluación como imágenes, etc. Sostiene que en la base de los
de tratamiento y seguimiento de los efectos problemas y trastornos psicológicos se en-
producidos. Las técnicas de modificación de cuentra el lenguaje. Entrena a las personas en
conducta en su aplicación a los trastornos psi- uso de la habilidad de re-contextualizar sus
copatológicos o a problemas con relevancia eventos privados, clarificando lo que les im-
clínica reciben en nombre de terapia de con- porta en su vida, así como en la adquisición
ducta. Su ámbito de aplicación va desde el tra- de un compromiso con los cambios necesarios
bajo en los sistemas de producción industrial, en la acción. Asume que el sufrimiento psico-
a la modificación de ambientes institucionales, lógico está causado por la «evitación expe-
pasando por el entrenamiento en estrategias riencial». Se fundamenta en el contextualismo
para afrontar problemas cotidianos, inocular funcional directamente relacionado con el
estrés, entrenamiento deportivo, rehabilitación conductismo radical y el interconductismo.
neurocognitiva o promoción de la salud, hasta Sus hallazgos se integran en la denominada
su aplicación, como ya hemos indicado, en Teoría de marcos relacionales. Página: 157.
problemas y trastornos de relevancia clínica. Terapias humanistas: grupo de psicoterapias con
Página: 74. especial énfasis en el deseo fundamental del
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ser humano por obtener respeto propio, acep- trastorno obsesivo-compulsivo y de ansiedad
tación y autoaceptación. Su aplicación conlle- generalizada, entre otros. Páginas: 24 y 173.
va la generación de un proceso de razona- Trastorno por estrés postraumático: trastorno psi-
miento específico de y para cada persona. Su cológico clasificado dentro del grupo de los
objetivo es hacer consciente a ésta de los dis- trastornos de ansiedad, que sobreviene como
tintos tipos de conflictos que le genera el me- consecuencia de la exposición a un evento in-
dio físico y social, así como el modo en que tensamente estresante (traumático) que inclu-
éstos pueden generarle problemas de autocon- ye daño físico. Páginas: 90 y 102.
trol y el inicio de problemas y trastornos psi- Tratamiento multicomponente: tratamiento que
cológicos. Páginas: 99, 110, 141 y 154. incluye tres o más técnicas psicológicas. Pági-
Terapia racional emotiva: forma parte de los tra- nas: 138, 142 y 144.
tamientos cognitivo-conductuales. Fue desa- Tratamiento psicológico: conjunto de estrategias
rrollada por Albert Ellis en 1962 y se basa en y técnicas específicas que, aplicadas solas o
el supuesto general de que la mayoría de los combinadas, permiten que un profesional con
problemas psicológicos se deben a la presencia formación científica, el psicólogo, siguiendo el
de patrones de pensamiento desadaptativos plan derivado del análisis funcional o del mo-
(irracionales). Una de sus premisas es que las delo teórico de referencia —si el tratamiento
personas controlan en gran medida sus pro- se aplica en grupo—, logra o ayuda a que una
pios destinos sintiendo y actuando según los o más personas cambien su forma de respon-
valores y creencias que tienen. Se fundamenta der ante uno o más estímulos. Es decir, una
en su propio enfoque según el cual siempre modalidad de intervención profesional, rea-
existe un acontecimiento activador, es decir, lizada por un psicólogo que pretende reducir
un suceso real y externo que pone en marcha o eliminar el sufrimiento de otra u otras
o activa una creencia (Belief) integrada por persona(s) enseñándole(s) habilidades y des-
una cadena de pensamientos (autoverbaliza- trezas adecuadas para hacer frente a proble-
ciones) que la persona utiliza como respuesta mas o trastornos psicológicos concretos. Pá-
a A, en base a la valoración que hace del even- ginas: 14, 16, 24, 25, 30, 31, 44, 47, 48, 52, 57,
to activador. Asociado a B se presentan las 65, 66, 71, 74, 79, 97, 100, 115, 126, 137, 139,
consecuencias emocionales. En consecuencia, 141, 142, 144, 150, 152, 153, 157, 162, 163,
para Ellis C no es consecuencia directa de A, 165, 170 y 171.
sino de B, ya que, dependiendo de la interpre- Validez externa: grado de confianza con que se
tación (B) que haga la persona del evento puede generalizar la relación causa-efecto de
acaecido (A), experimentará unas consecuen- las variables de la investigación a otras medi-
cias emocionales u otras (C). Páginas: 49, 97, das alternativas de causa-efecto y a diferentes
111 y 145. tipos de personas, contextos temporales y si-
Trastorno bipolar: trastorno del estado de ánimo tuacionales. Páginas: 58, 146, 147 y 151.
en el cual se experimentan tanto períodos de Variables: conceptos que forman enunciados de
manía como de depresión. Antes se conocía las hipótesis. Las variables se refieren a pro-
como psicosis maniacodepresiva. Página: 157. piedades de la realidad que varían, que pue-
Trastorno de ansiedad: se caracteriza por la ocu- den asumir más de un valor. Páginas: 14, 19,
rrencia de un patrón de respuestas de ansie- 25, 29, 37, 38, 39, 40, 42, 47, 50, 51, 52, 62,
dad desadaptativo que cursa con gran pa- 66, 68, 74, 75, 76, 77, 78, 81-91, 97, 104, 111,
decimiento subjetivo e interfiere de modo 126, 127, 129, 145, 146, 147, 149, 150, 152,
significativo en la actividad cotidiana. Incluye 153, 157, 161, 162, 164-168, 170 y 172.
trastornos como el ataque de pánico, fobias Variables antecedentes: estímulos que ocurren an-
específicas, ansiedad/fobia social, agorafobia, tes de la respuesta y que guardan una relación
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funcional con ella; es decir, su presencia, au- Variable dependiente: es aquella con la que el in-
sencia o variación implica presencia, ausencia vestigador pretende medir los efectos que se
o variación en la respuesta. Son tanto exter- producen en las respuestas de una persona
nos como internos o producidos por la perso- como consecuencia de la manipulación a vo-
na. Páginas: 51, 62, 82, 83-86 y 95. luntad de una o más variables independientes
Variables consecuentes: estímulos que siguen a la (tratamiento). Página: 82.
emisión de la respuesta y que inciden sobre Variable independiente: aquella que el investiga-
ella, haciendo que la probabilidad de su apa- dor selecciona y aplica en el contexto de una
rición aumente o disminuya. Pueden ser exter- intervención psicológica para estudiar su(s)
nos (cambios en el medio) o propios de la per- efecto(s) sobre una o más variables depen-
sona. Páginas: 51, 62, 82, 83, 84, 86 y 95. dientes. Página: 82.
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