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Moisés, Aarón, el
sacerdote, y todo el pueblo,
se habían reunido para
escuchar lo que ellos tenían
para decirles.
En medio de un gran
alboroto, los príncipes, mostrando los frutos, , dijeron así:
“Nosotros llegamos a la tierra a la cual fuimos enviados,y
ciertamente es una tierra en gran manera rica. De ella salen
lecvhe y miel, ¡miren sino el fruto que trajimos de allá! Pero
el pueblo que allí habita es muiy fuerte; sus ciudades son muy
grandes y fortificadas. También vimos allí a los hijos de
Anac,es decir ¡gigantes! ¡Para ellos nosotros éramos como
langostgas!¡No podremos vencerlos jamás!”
Así sucedió…
Sin embargo, al
amanecer, Balaam
preparó su asna y
emprendió el viaje con
los príncipes de Moab.
Enojado el Señor, por
la mala actitud de
Balaam, ya que él iba
detrás de su ambición
o su deseo de tener
todo el oro y la plata que le habían ofrecido los de Moab;
envió su ángel, el cual se interpuso en el camino, delante del
varón de Dios.
¡Qué bueno es, que si hemos hecho algo malo, si hemos sido
desobedientes a lo que Dios quiere, nos podamos arrepentir
y, pidiéndole perdón, hacer entonces lo bueno!
Pero antes de llegar a esa tierra que Dios les daba para
vivir, debían pasar por muchas otras ciudades. Una de ellas
se llamaba Jericó. Esta era una gran ciudad. Estaba
protegida por un muro gigantesco. ¡Parecía imposible
derribarlo!...
Cierto día, el
Señor le habló a
Josué, que era
quién conducía y
gobernaba al
pueblo luego de
la muerte de
Moisés, su
Líder, y le dijo
así: “Yo he entregado esta ciudad en tus manos, con su rey y
con su ejército. Y ésto es lo que harás: rodearán la ciudad
en silencio durante seis días. Lo harán en este orden:
primero, la mitad del ejército, que irá al frente; luego, y
detrás de éstos, irán siete sacerdotes con bocinas*, que
harán sonar, detrás de ellos irán otros sacerdotes llevando el
Arca del Pacto**; detrás y protegiendo el Arca, irá el resto
del ejército; luego el pueblo. Todos marcharán en silencio,
sólo sonarán las bocinas. Esto harán una vez por día durante
seis días. Al séptimo día darán siete vueltas, en la séptima,
a mi orden, además de las bocinas, el pueblo gritará muy
fuertemente y las murallas caerán delante de ustedes. ¡Así
tomarán la ciudad!”
Durante los seis días siguientes, una vez por día dieron en
silencio y en el orden dado por el Señor, una vuelta completa
alrededor de la ciudad. Al
séptimo día, y en la
séptima vuelta, cuando
sonaron las bocinas, a la
orden de Josué el pueblo
gritó muy fuerte y los
muros cayeron haciendo
gran estruendo. ¡Tal como
Dios les había prometido!
Así fue como el Señor mostró una vez más, que Él estaba con
su pueblo, guiándolos y guardándolos de sus enemigos.
**Caja de madera y oro, con tapa de oro. Contenía las Tablas de la Ley, el libro de
la Ley, el Maná (pan del cielo), vara de almendro del sacerdote Aarón.
odos sabemos que la tierra gira alrededor del
sol y tarda por cada vuelta veinticuatro horas o sea un día.
Sobre los que huían, Dios hizo caer del cielo piedras de
granizo tan grandes, que hirieron más enemigos que los que
habían herido los israelitas.
En segundo lugar el
Señor le separó
trescientos hombres
fieles a Él y le mandó
que vayan al
campamento de los
madianitas, pues Él se
los entregaba en sus
manos.
Luego de
distribuir a sus
hombres, tomó
Gedeón su
trompeta y tocó
fuertemente; y
así hicieron
todos.
A la vez, rompieron los cántaros y pusieron en alto las
antorchas, gritando a viva voz: “¡Por Jehová y por Gedeón!”
¡Qué bueno! Una vez más podemos ver como Dios defiende y
pelea por su pueblo.
or aquellos días reinaba sobre Israel EL rey
Acab. Él era un mal rey, se había casado con una mala mujer
llamada Jezabel, que no creía en Dios y adoraba a otro dios.
Entonces Acab comenzó a adorar también a ese falso dios y
le construyó un templo y le hizo imágenes.
Pero a pesar
de los años
de sequía, y
de la lluvia
que ahora
renovaba
todo; Acab y
su esposa,
no pudieron
reconocer
que Dios es
el único y
verdadero y
todopoderoso
; y siguieron haciendo muchas maldades, siguieron adorando a
otros dioses falsos, y por ello el Señor tuvo que volver a
castigarlos… pero esa es otra historia que compartiremos en
otro momento…
¡Qué bueno es saber que muchos más son los ángeles del cielo
que nos guardan, que todos los malos que vienen contra
nosotros!
abiendo sido David levantado como rey
sobre Israel, una buena
parte del pueblo que estaba
de lado del actual rey Saúl,
se le oponía.
Saúl había
pecado contra
Dios y por eso
Dios se había
provisto de David como nuevo
rey para gobernar a su pueblo; pues el corazón de David le
agradaba.
Había dentro del ejército que apoyaba a David, un buen
grupo de soldados que eran muy pero muy valientes. Y que
amaban y defendían al rey David, aun cuando tuvieran que
poner en riesgo sus propias vidas.
Una vez allí, quisieron obligarlos a hacer las cosas malas que
ellos hacían, ya que los de Babilonia no conocían a Dios sino
que adoraban dioses falsos. Pero
los jóvenes príncipes se negaron,
pues ellos amaban y honraban al
Señor y jamás harían lo malo.
El rey siguió
diciendo: “-¡¡Más
yo veo a cuatro
varones
paseándose en
medio del fuego y
ni aún sus ropas se
queman. Y el
cuarto varón tiene el aspecto del hijo de un dios!!”-
*El rey de Babilonia cambió el nombre de los cuatro príncipes, y les llamó así: a
Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac, y a Azarías, Abed-nego.
aniel, el joven príncipe de Israel que había
sido llevado cautivo junto a otros de su pueblo a Babilonia,
que había tomado una decisión muy sabia y era la de no
contaminarse con las maldades de aquel pueblo y seguir
adorando y honrando al Dios verdadero; en cierta oportunidad
se vió ante una muy difícil situación… pero el Señor, a quien
él amaba, le ayudó a salir victorioso de ella. ¿De qué se
trataba? Veamos…