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3.

- ¿POR QUÉ CREE QUE UNA CANCIÓN PUEDE SER UN REFERENTE


PARA ENTENDER EL PROBLEMA SOCIAL, CULTURAL Y POLÍTICO DEL
PAÍS?

Bueno partiRE de la idea de que la música se ha manifestado desde un principio de


una carga inherente de sociabilidad, es expresión de la vida interior, expresión de los
sentimientos, pero a su vez exige por parte de quienes la escuchan, receptividad y
conocimiento del estilo de que se trate, además de conocimiento de la sociedad en la
que se crea, dictados por las necesidades del contexto social..

Históricamente, la música Y LAS CANCIONES siempre se ha destinado a un


determinado público al que se concebía como grupo social con unos gustos
determinados que difieren en función de la sociedad donde nos encontremos.

Así, podemos ver como en las prácticas musicales propias de nuestra cultura
contemporánea no sólo quedan reflejados símbolos y valores, sino también las pautas
de estratificación social, las características tecnológicas de nuestro tiempo y la
creciente influencia de los medios de producción. Por tanto, diremos que la música
tiene un papel muy importante en nuestra sociedad en cuanto a manifestación cultural,
es comunicación entre los individuos, refleja la cultura de la cual forma parte.. Si bien
es cierto la música o alguna canción en especial refleja sentimientos, emociones y
pasiones, no solo individualmente sino colectivamente. La música como forma de
expresión cultural siempre ha tenido un papel muy importante en la construcción social
de la realidad, es un arte o expresión que va junto a las condiciones económicas,
sociales e históricas de cada sociedad.

El fenómeno musical en la época contemporánea fue una expresión singular de un modo de


trabar las relaciones sociales y un mecanismo de ejercicio de poder por parte de la burguesía,
de la misma forma que había sucedido en épocas más remotas con las grandes monarquías
absolutas. A su vez, en ocasiones, fue un elemento revolucionario, deslegitimador del poder
establecido y agente activo en el cambio político y social. De esta forma, la producción musical
de cada período histórico puede reflejar valores de la clase dominante y argumentos
legitimadores de su poder. Asimismo, paralelamente a esto, pueden localizarse obras en las
que, por el contrario, se realiza una crítica al sistema, convirtiéndose en preconizadoras de
grandes transformaciones político-sociales1 . No por obvio debemos dejar de recordar que la
actividad cultural desarrollada por los grandes creadores a lo largo de la historia es un reflejo
de su tiempo, de la sociedad de la que ha surgido la obra2 .
la canción como discurso, se pretendía generar un cambio radical en las estructuras
sociales, económicas y políticas; se buscaba la unidad de los pueblos.

Para ello LOS intérpretes encararon la represión militar, la desigualdad social, la


injusticia social y la pobreza, entre otros temas urgentes. Las canciones, a su vez,
sirvieron de fuente de inspiración para las luchas de las clases desfavorecidas por
ideales, poderes y pertinencias, con un vocabulario y expresión que resonaba en lo
más íntimo.

Es por eso que como ejemplo claro está la canción de CHOLO SOY de Luis Abanto
Morales (1973), fueron años de muchos problemas sociales, como el racismo,
discriminación e identidad. Ya que los criollos de ese entonces o inclusive hasta ahora,
discriminaban a las personas de provincias y de las alturas. Entonces la gente con el
pasar de los años se iba identificando y hasta quizá entendiendo el problema social.

Si bien es cierto la historia peruana fue bastante desgarradora desde la invasión de los
españoles, ya que continuamente los peruanos de las provincias fueron explotados,
tratados como esclavos y estaban totalmente vulnerables ya que el apoyo que
deberían recibir nunca llego, pero como dicen siempre hay una luz al final del túnel,
hasta hoy en día seguimos viendo estos problemas en las profundidades del Perú, no
se erradico todas las injusticias por parte del hombre blanco. Es así que las canciones
que surgieron a lo largo de la historia peruana reflejan la realidad del Perú profundo.

“déjame en la puna, vivir a mis anchas, trepar por los cerros detrás de mis
cabras, arando la tierra, tejiendo los pochos, pastando mis llamas y echar a los
vientos la voz de mi quena”, esta frase expresa la invasión de la propia cultura,
la vivencia y cambios dentro de una sociedad.

Déjame tranquilo que aquí la montaña me ofrece sus piedras, aquí son más
blancas que esas condolencias que tú me regalas “Cholo soy” y no me
compadezcas. Así, la opción política de esta canción parece construirse
mediante la descripción de un universo “estático” definido en los términos del
“presente antropológico:” se inventa a un sujeto inmerso en una especie de
tiempo ritual que no cambia y que nunca cesa de repetirse. De esta manera, el
cholo es descrito como un sujeto triste, sin palabras, al que se le ha restado
toda capacidad de agencia y que carga sobre sus hombros toda la violencia de
la historia. Se trata, al parecer, de una descripción degradada del hombre
andino donde la posibilidad de rebelión es mínima, donde no hay lugar para la
alegría y donde todo el color de la tradición cultural ha desaparecido por
completo.

Sin embargo, la dinámica de “Cholo soy y no me compadezcas” es mucho más


compleja. Ella pretende ser una canción de protesta social y sus imágenes no
aspiran a detenerse en las discusiones anteriores. Su objetivo apunta a otra
dirección: consiste en nombrar diversas formas de explotación: al tratarse de
una canción previa a la reforma agraria (podríamos decir, una canción
“prevelazquista”), el retrato del Perú corresponde con la descripción de un
estado nacional cómplice y promotor de prácticas coloniales como lo fueron el
gamonalismo, la servidumbre y el pongaje. Si bien en el imaginario popular
peruano la categoría de “indio” y “cholo” pueden ser intercambiables en
algunos contextos, es también cierto que hay grandes diferencias entre
aquellos términos: el primero hace alusión a un sujeto de condición rural,
generalmente problemático dentro de la nación criolla.

A su vez, por cholo” se nombra a una condición migrante y, por lo tanto, a una
situación de contacto cultural muchísimo más dinámica y heterogénea. Es
decir, si dentro de la historia cultural el “indio” fue un sujeto externo a la nación,
el “cholo” ha hecho referencia a un nuevo sujeto (diríamos, desindianizado)
algo más interno al proyecto nacional. En ese sentido, pienso que la
complejidad de esta canción consiste en que su título hace referencia a un
sujeto que no corresponde con la descripción que luego se hace de él. Me
explico más: esta canción bien podría haberse llamado “Indio soy y no me
compadezcas”, ya que todas las descripciones corresponden a imaginarios
sociales asociados con mecanismos de dominación relativos al campo y no a la
ciudad. Sin embargo, debemos entender que al fusionar textualmente al “sujeto
indio” con el “sujeto cholo” la canción muestra abiertamente su interés político:
construir una constante de subalternidad donde la oposición entre espacios
rurales y urbanos quede disuelta a efectos de subrayar una continua y
permanente opresión social. La canción traslada una categoría urbana hacia el
ámbito rural para volverlas intercambiables y establecer así una denuncia
social muchísimo más contundente. La labor de las empleadas domésticas es,
en ese sentido, uno de los más importantes ejemplos que la canción provee.
Se trata de un trabajo urbano que sin embargo funciona con los mismos
mecanismos de dominación que los del campo y que se organiza mediante
prácticas capitalistas que reinventan la dominación social: bueno hay una parte
donde dice

“Llevando riquezas que otros se guardan”; “Por cuatro centavos que el patrón
les paga”; “Mientras se enriquecen los que no trabajan”, son algunas claras
imágenes. Quieres que la risa me ensanche la cara mientras mis hermanos
viven en las montañas como topos escarban y escarban mientras se
enriquecen los que no trabajan Quieres que me alegre mientras tus hermanas
van a casa de ricos lo mismo que exclamas Cholo soy y no me
compadezcasñk. Es decir, más allá del problema de las identidades sociales,
de su localización en la ciudad y de la categoría elegida para nombrarlas, esta
canción quiere construir una imagen de la explotación social en el Perú. De ahí
la acogida tan fuerte que ha tenido en los sectores populares. Si se trataba de
identificar la forma más visible de ejercicio de poder, la canción apuesta mucho
por subrayar lo económico. Es decir, la fuerza de sus imágenes no sólo reside
en la construcción de reivindicaciones de tipo “culturalista” o “identitarias”, sino
sobre todo en la denuncia de prácticas injustas relativas al trabajo y a la
producción.

De todas formas, esta canción pone de manifiesto las contradicciones sobre las
que se ha construido buena parte del discurso popular en el Perú: aquí el
sujeto aparece representado como una instancia paradójica puesto que si bien
trata de rechazar todo el discurso colonial que lo ha tenido aprisionado,
curiosamente, la imagen del cholo que se provee es la de un sujeto
excesivamente degradado. Es decir, en algún sentido, estas imágenes no
consiguen sino reproducir el mismo discurso colonial: más que un sujeto
alternativo el indio necesita un reconocimiento tutelar. En palabras de Julio
Ortega, este es el momento de la “mediación criollista”, vale decir, el punto en
que “lo nacional” quiere hacerse “popular” pero su incapacidad para generar
rupturas radicales no hace sino conseguir el efecto contrario, esto es,
subalternizar más la diferencia

La identidad juega un papel muy importante dentro de una cultura que fue
saqueada, no solo en el aspecto económico sino vulnerando todo tipo de
creencias, costumbres, y destruyendo sus propios pensamientos. Muchas
personas se identificaron con esta canción, CHOLO SOY, y quizá las sencillas
letras junto a las emociones lograron aplacar algunos prejuicios.

4.- ¿LOS ANTROPOLOGOS DEBEMOS DAR UNA MIRADA A ESTE TIPO


DE ACERVO CULTURAL Y POR ENDE ANTROPOLOGICO?

Es necesario realizar un análisis totalmente antropológico, no sólo examinar el


aspecto formal de esta tradición musical, sino sus mecanismos de transmisión
y reproducción, entendidos éstos como formas culturales que han producido, y
continúan produciendo, una realidad social particular. En todo caso, el trabajo
antropológico podrá considerarse como un acercamiento a una determinada
tradición musical , historia y cultura :

. La tradición de un pueblo se debe redefinir constantemente, ponerse a prueba


y confiar en sí misma y en la grandeza que ha acumulado a través de
generaciones, a transformarse continuamente como innegable característica de
cualquier tradición popular viva.

Si el papel de un antropólogo, o, más generalmente, de un científico social,


consiste en analizar los rasgos sociales y culturales de la música en su
contexto real, entonces necesitamos atender a lo que la gente realmente hace,
más que a lo que los analistas piensan que debería hacer.

CHOLO SOY ,ADEMAS desde un ámbito antropológico en realidad, estamos


frente a una letra que conmueve lo afectivo, lo histórico y lo racial. Puede ser
que genere versiones contrarias por la dicotomía bien marcada de sus
expresiones desde su clasismo y racismo que puede conllevar la canción o la
letra como tal. Un nacionalismo o una peruanidad que puede implicar una
identidad pero por oposición. Y esto puede ser mucho más nefasto cuando de
generar identidad se trata.

Cholo soy y no me compadezcas», sobre una de sus composiciones musicales,


la respuesta es ,al reivindicar dos frases de una gran valía: «Identidad
peruana»; y, «Orgullo para todos los peruanos»,

-el cholo es una, «persona trabajadora de la Sierra»; y es, un, «Ser peruano y
lo mejor del país».
En el fondo se EXPRESA, que en realidad tiene su idiosincrasia propia en la
cultura peruana. Y, sobre todo, los ámbitos regionales para quienes se dicen
son de la Sierra está muy bien demarcada. No se autoexcluyen. Y, además,
recalcan el país y, lo peruano como tal, es el sentir de pensarse incluidos en
una sociedad tan fragmentada y heterogénea, que en el fondo los hace sentirse
orgullosos. Quizás, si bien la pregunta implica

Quizás lo que hace relucir el orgullo cholo y la identidad peruana se observe


por el lado del «cholo soy» de Abanto Morales. Aquí las cifras son aplastantes.
Podríamos decir que las formas de generarse códigos y símbolos referenciales
del país, pasen por la música que implique en sí, una letra o un discurso desde
la canción. Esa idea «de no me compadezcas» parece ser el eslogan de
sentirse fuertes, vitales, emergentes y de hecho orgullosos. En realidad, el no
sentirse supeditado y no pensarse vulnerable frente a la agresión racista por la
cual tiene su denotación más característica la palabra. Desde luego, que hay
que entender que la canción tiene su dicotomía bien marcada entre lo blanco /
cholo, o blanco / serrano. Esta bipolarización conceptual puede ser desastroso
para pensarnos desde la diversidad o la heterogeneidad socio-cultural que va
más allá de dicha dicotomía.

Sin embargo, todo esto nos hace explicar y analizar, lo que se veía también en
personajes populares que se acercan a lo cholo por la comicidad en la
televisión, desde hace más de cuatro décadas atrás, entre la sorna, la ridiculez
y, la bufonería. Recordemos, que esta palabra cholo, fue demandada desde la
televisión por Tulio Loza, personaje de la comicidad de fines de los años
setenta y los años ochenta del siglo pasado, que luego se fue propalando a
otros actores cómicos del país. En realidad, lo cholo asociado a lo serrano,
haciendo una revisión de esta canción en el Youtube, encontramos un sin
número de grabaciones que en algunos casos pasa los millones de vistas, con
comentarios de distintas partes del mundo. Sobre todo, de los latinoamericanos
migrantes en el mundo europeo o estadunidense lo andino regional, sin
entender la tergiversación que se establecía a la cultura peruana en general..

Este es el caso, de lo que incluso se observa en la actualidad y, donde vemos


a una «Chola Chabuca» que se le acepta de manera ambigua como alguien
que puede llevarnos a la «Identidad peruana» bastante significativo, a pesar de
ser una minoría. No obstante, implica en sí, un: «Racismo solapado de la TV.
limeña» a la vez, que dicen algunos ciudadanos: «No me importa. Nunca lo
veo». Por lo tanto, han conocido y conocen de programas que denigran el
sentido de la cultura peruana. Es así, que cuando refieren a la «Paisana
Jacinta» y el «Negro Mama», sus respuestas son negativas. Para ellos estos
programas son de un, «Racismo solapado de la TV. peruana» y de «Una
ofensa a la mujer serrana o a la sociedad peruana». De igual forma sucede con
los programas, «Esto es Guerra y Combate», dónde todo esto genera
«Descrédito de la educación peruana».

Y, para concluir esta parte, se es consciente de que las redes sociales traen
modernidad y progreso, pero, sirven a la vez, para comunicarnos.

Sin embargo, son propias también, para el insulto y el estigma, desde las
palabras racistas que vuelven a indicarnos que lo «Cholo», «Negro y serrano»
se encuentran interiorizados, desde una génesis social y familiar que recorre
toda la percepción ciudadana.

Está PALABRAS , son propios de una gran mayoría en sus acepciones y, son
las palabras que recorren los ámbitos peruanos en todas sus manifestaciones

.en realidad, lo cholo asociado a lo serrano, a lo andino regional, sin entender


la tergiversación que se establecía a la cultura peruana en general. La mofa, la
burla o el «achoramiento» era la característica de un cholo migrante en la
Capital, dejando de lado su sentido de producción y de riqueza originaria que
manifiesta la población de lo más recóndito del país, desde las relaciones de
trabajo y la cultura que imponía. Entendamos, desde luego, la redistribución y
la reciprocidad como los patrones culturales que a pesar del mercantilismo y el
capitalismo a cuestas, aún existe y se reproduce en plena crisis.

Lo cholo, es el complejo de la sociedad y cultura peruana, por lo tanto, su


sentido de discusión nos lleva a explicar, si desde dicha categoría la
racialización o el

racismo existen o no.

Los científicos sociales se encapsulan en sus espacios. No obstante, ya


muchos de ellos tienen bajo consenso una hegemonía chola, en la cultura y la
sociedad propia del proceso de cholificación por la cual ha pasado la sociedad
peruana en los últimos más de cincuenta años. Desde luego, su negación es
impropia, si lo pensamos desde ámbitos constreñidos de la población peruana.
No obstante, si avanzamos en los márgenes que implican espacios muchos
más citadinos y cotidianos del quehacer diario de los individuos del país, nos
encontramos con patrones culturales discriminatorios, que se establecen de
manera permanente en la subjetividad y la racionalidad de las personas desde
sus instituciones sociales y políticas e incluso desde el hogar familiar.

Desde luego el carácter de lo cholo, como proceso de cholificación en la


actualidad incumbe la era de la cibernética, de las redes sociales mejor
sofisticadas y donde, la racialización y el racismo se envuelven bajo mantos
tecnológicos supermodernos.Los actores sociales son otros, pero el
pensamiento de superioridad/inferioridad sigue latente.

Continúa. En realidad, la encrucijada se sostiene y ya hemos atravesado el


viejo laberinto de quienes hicieron del poder político no una nacionalidad
peruana, sino el encumbramiento de quienes se autoTILDARON como «cholos
powers». O el cholo power, desde el poder político como lo fue Alejandro
Toledo, en un principio desde su gobierno, pero que terminó con una des-
nacionalización. En realidad, una cultura chola recorrida desde la política y la
economía por el mundo del neoliberalismo que articula su consumo a su
mercantilismo, pero a la vez observa sus patrones culturales como formas de
sobrevivencia, no obstante, articulada a su mercantilización e individualización.
De hecho, el poder político y económico de la globalización neoliberal lleva a la
desestructuración de las culturas, de las identidades y la des-nacionalización,
que pasan por los mismos recursos culturales de nuestro país. Y NOSOTROS
COMO ANTROPOLOGOS DEBERIAMOS SENTIRNOS ORGULLOSOS DE
LOS QUE SOMOS Y NUESTRAS RAICES , ES DECIR CON LA CANCION
CHOLO SOY QUE EN CASA UNA DE SUS LETRAS EXPRESAS LO MAS
RECONDITO DE NUESTRA REALIDAD , NUESTRA HISTOPRIA Y NUESTRA
CULTURA

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