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¿Cómo puedo estar alerta en medio de fuertes situaciones emocionales? ¡Mi rabia se
siente como si miles de caballos salvajes estuvieran desbocados conmigo!
El ego no puede actuar de otra manera; su ira tiene que ser grande. Con su gran ira,
su gran miseria, su gran codicia y su gran ambición, él se hace grande.
Si puedes observar sin involucrarte, como si fuera algo que está en la pantalla de un
cine o de la televisión…algo está pasando; obsérvalo. Se supone que no haces nada
para impedirlo, para reprimirlo, para destruirlo, sacando una espada y matándolo,
porque, ¿dónde vas a conseguir la espada?- de la misma fuente de donde proviene
la ira. Todo es imaginación.
Y te sorprenderás: Aquello que parecía muy grande se vuelve muy pequeño. Pero
nuestro hábito nos lleva a exagerar.
Un niño pequeño regresa a casa corriendo- no tiene más de tres años- y le dice a su
madre: 'Mami, un enorme león rugiendo con fuerza, ¡me ha estado persiguiendo por
millas! Pero me las he arreglado para escapar. Se me acercó muchas veces. Estaba a
punto de atacarme cuando empecé a correr más rápido'.
La madre miró al niño y dijo: 'Tommy, ¡te he dicho un millón de veces que no
exageres! ¿Cómo vas a encontrarte con un león en la ciudad? …¿y has estado
corriendo millas? ¿Y dónde está el león?'.
El niño miró fuera de la puerta. Dijo: 'Está ahí fuera. Pero para decirte la verdad,
sólo es un pequeño perro, ¡pequeñísimo! Sin embargo, cuando me perseguía… Me
has pedido que no exagere, y ahora mismo has estado exagerando al decirme que lo
has hecho millones de veces'.
Y, cuando desparece la ira sin lucha alguna, deja tras de sí un estado tremendamente
hermoso, silencioso y amoroso.
Cada vez que surja en ti lo que sea, se trata de una gran oportunidad para
experimentar la energía pura. Observa, simplemente, y se irá el burro. Puede que se
levante un poquito de polvo, pero ese polvo también se asienta por sí mismo; tú no
tienes que asentarlo. Tú simplemente esperas. No dejes de esperar y observar, y
pronto te encontrarás rodeado de una energía pura que no se ha usado en pelear,
en reprimir o en enojarse.