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Dirección Técnico Normativa

Opinión

T.D.: 13506601
13542544

OPINIÓN Nº 169-2018/DTN

Entidad: Contraloría General de la Republica

Asunto: Liquidación de obra producto de la resolución del contrato.

Referencia: a) Oficio Nº 01433-2018-CG/GRLA


b) Oficio Nº 01649-2018-CG/GRLA

1. ANTECEDENTES

Mediante los documentos de la referencia, el Gerente Regional de Control de


Lambayeque consulta sobre el procedimiento de liquidación que se debe practicar
luego de resuelto un contrato de obra.

Antes de iniciar el desarrollo del presente análisis, es necesario precisar que las
consultas que absuelve este Organismo Técnico Especializado son aquellas referidas
al sentido y alcance de la normativa de contrataciones del Estado, planteadas sobre
temas genéricos y vinculados entre sí, sin hacer alusión a asuntos concretos o
específicos, de conformidad con lo dispuesto por el literal o) del artículo 52 de la Ley
de Contrataciones del Estado, Ley N° 30225 (en adelante, la “Ley”), y la Tercera
Disposición Complementaria Final de su reglamento, aprobado mediante Decreto
Supremo Nº 350-2015-EF (en adelante, el “Reglamento”).

En ese sentido, las conclusiones de la presente opinión no se encuentran vinculadas


necesariamente a situación particular alguna.

2. CONSULTAS Y ANÁLISIS

De manera previa, es preciso mencionar que, de acuerdo a lo indicado en el


documento en referencia b), las consultas formuladas se encuentran vinculadas a la
aplicación de la Ley de Contrataciones del Estado, aprobada mediante el Decreto
Legislativo N° 1017 (en adelante, la “anterior Ley”), y su Reglamento, aprobado
mediante el Decreto Supremo N° 184-2008-EF (en adelante, el “anterior
Reglamento”)1; motivo por el cual, serán absueltas bajo los alcances de dicha
legislación (en adelante, la “anterior normativa de contrataciones del Estado”).

Las consultas formuladas son las siguientes:

2.1 “En los casos de resolución de contratos de obra por casos fortuitos o fuerza
mayor (no atribuibles a ninguna de las partes), de acuerdo a lo establecido
en el artículo 209º de Reglamento, se debe realizarse constatación física de la
obra e inventario respectivo en los almacenes de la obra, levantando el acta
1
Normas vigentes hasta el 8 de enero de 2016.
2

correspondiente. Posteriormente debe realizarse la liquidación, conforme a


lo establecido en el artículo 211º del Reglamento (…) ¿Corresponde que en
la liquidación del contrato de la obra, se considere a los materiales
valorizados en el inventario respectivo, como saldo a favor del contratista?”
(Sic.)

2.1.1 En primer lugar, corresponde anotar que las consultas que absuelve este
Organismo Técnico Especializado son aquellas referidas al sentido y alcance
de la normativa de contrataciones del Estado, planteadas en términos genéricos
y vinculadas entre sí; razón por la cual, no es posible determinar si luego de
resuelto un contrato de obra, los materiales consignados en el inventario
respectivo debían arrojar un saldo a favor del contratista al momento de
efectuar la liquidación, pues ello debía definirse de acuerdo a la
particularidades que se hubiesen presentado en cada caso concreto. Sin
perjuicio de lo señalado, a continuación se brindaran alcances generales
respecto de la liquidación en contratos de obra resueltos.

2.1.2 Sobre el particular, debe considerarse que, una vez perfeccionado un contrato
de obra, el contratista se obligaba a ejecutar la misma de conformidad con las
especificaciones técnicas, planos y demás disposiciones contractuales; por su
parte, la Entidad se comprometía a pagar al contratista la contraprestación
correspondiente, en la forma y oportunidad establecidas en el contrato.

En esa medida, el cumplimiento recíproco y oportuno de las prestaciones


pactadas por las partes era la situación esperada en el ámbito de la contratación
estatal; sin embargo, dicha situación no siempre se verificaba durante la
ejecución contractual, pues alguna de las partes podía incumplir parcial o
totalmente sus prestaciones, o verse imposibilitada de cumplirlas.

Ante tal eventualidad, la anterior normativa de contrataciones del Estado había


previsto la figura de la resolución del contrato2, cuando resultara imposible
ejecutar las prestaciones pactadas, o como paliativo ante el incumplimiento de
estas.

2.1.3 Al respecto, el literal c) del artículo 40 de la anterior Ley establecía que en caso
de incumplimiento del contratista de alguna de sus obligaciones, la Entidad
podía resolver el contrato de forma total o parcial 3, correspondiéndole el
mismo derecho al contratista ante el incumplimiento por parte de la Entidad de
sus obligaciones esenciales. Cuando el incumplimiento era imputable a alguna
de las partes, la parte que incumplió debía resarcir los daños y perjuicios
2
García de Enterría precisa que la resolución “(…) es una forma de extinción anticipada del contrato
actuada facultativamente por una de las partes, cuya función consiste en salvaguardar su interés
contractual como defensa frente al riesgo de que quede frustrado por la conducta de la otra parte”
(El resaltado es agregado). En Curso de Derecho Administrativo I, reimpresión 2001, Madrid: Civitas,
2001, Pág. 750.
3
La resolución parcial solo involucraba a aquella parte del contrato afectada por el incumplimiento y
siempre que dicha parte hubiese sido separable e independiente del resto de las obligaciones
contractuales, y que la resolución total del contrato hubiese podido afectar los intereses de la Entidad,
debiéndose precisar con claridad en el requerimiento que se efectúe qué parte del contrato quedaría
resulta pues, de lo contrario, se entendía que la resolución era total, de conformidad con el quinto y
sexto párrafos del artículo 169 del anterior Reglamento.
3

ocasionados a la otra parte, de conformidad con el segundo párrafo del artículo


44 de la anterior Ley.

Asimismo, cualquiera de las partes podía resolver el contrato, sin


responsabilidad alguna, por caso fortuito o fuerza mayor que imposibilitara de
manera definitiva la continuación del contrato, según lo dispuesto por el primer
párrafo del artículo 44 de la anterior Ley.

Como se aprecia, la resolución de un contrato podía originarse por diversas


causales, imputables o no a las partes, pudiendo afectar a todo o a parte del
contrato y, en función a ello, generar diversas consecuencias económicas.

De esta manera, para determinar los efectos económicos de la resolución de un


contrato no podía obviarse las causales específicas que la originaron, pues era
en función a las circunstancias particulares que dieron origen a dicha
resolución que se determinaban sus consecuencias económicas.

En este punto, debe precisarse que, cualquier controversia que surgiera entre la
Entidad y el contratista sobre la causal aplicable para la resolución del contrato,
la configuración del caso fortuito o fuerza mayor, la extensión de la resolución
(total o parcial), entre otros, se resolvían mediante conciliación y/o arbitraje, de
conformidad con lo indicado en el numeral 52.1 del artículo 52 de la anterior
Ley.

2.1.4 Realizadas las precisiones anteriores, es importante señalar que la liquidación


de un contrato de obra podía definirse4 como un proceso de cálculo técnico,
bajo las condiciones normativas y contractuales aplicables al contrato, que
tenía por finalidad determinar, principalmente, el costo total de la obra y el
saldo económico, que podía ser a favor o en contra del contratista o de la
Entidad.

Así, la liquidación de un contrato de obra debía contener todos los conceptos


que formaban parte del costo total de la obra, tales como las valorizaciones,
los reajustes, mayores gastos generales, la utilidad y los impuestos que
afectaban la prestación; adicionalmente, también podían incorporarse otros
conceptos autorizados por la anterior normativa de contrataciones del Estado
como las penalidades aplicables al contratista, los adelantos otorgados y sus
amortizaciones, entre otros conceptos que se incluían al cumplirse
determinados supuestos y que debían ser tomados en cuenta para la
determinación del saldo económico a favor de una de las partes.

En esa medida, la liquidación de un contrato de obra incluía dos tipos de


conceptos: (i) aquellos que formaban parte del costo de la obra y (ii) aquellos
cuya inclusión era autorizada por la anterior normativa de contrataciones del
Estado.

4
SALINAS SEMINARIO, Miguel. Costos, Presupuestos, Valorizaciones y Liquidaciones de Obra,
Lima: Instituto de la Construcción y Gerencia (ICG), 2003, 2º edición, pág. 44.
4

2.1.5 En este punto debe indicarse que, si bien la liquidación de un contrato de obra
se realizaba, por lo general, cuando finalizaba la ejecución de la obra y esta era
recibida por la Entidad5, también resultaba necesario liquidar un contrato de
obra cuando este hubiese sido resuelto, tal y como se desprende del artículo
209 del anterior Reglamento.

Al respecto, el primer párrafo del artículo 209 del anterior Reglamento,


indicaba lo siguiente "La resolución del contrato de obra determina la
inmediata paralización de la misma, salvo los casos en que, estrictamente por
razones de seguridad o disposiciones reglamentarias de construcción, no sea
posible." (El subrayado es agregado).

Por su parte, el segundo párrafo del artículo citado disponía que la parte que
resolvía el contrato debía indicar en su carta de resolución, la fecha y la hora en
la que se efectuaría la constatación física y el inventario en el lugar de la obra,
con una anticipación no menor de dos (2) días. En dicha diligencia, las partes y
el supervisor o inspector, según fuera el caso, se reunían en presencia de
notario o juez de paz, y levantaban un acta donde se detallaban los avances de
la obra realmente ejecutados, y procedían a realizar el inventario de
materiales, insumos, equipamientos o mobiliarios respectivos en el
almacén de obra; precisando que si alguna de las partes no se presentaba, la
otra llevaba a cabo la diligencia y levantaba el acta, la cual tenía pleno efecto
legal.

De esta manera, el acta de constatación física e inventario en el lugar de la obra


constituía un documento que acompañaba a todo contrato de obra y que
contenía la descripción detallada de la cantidad de metrados ejecutados por
partidas, las partidas pendientes de ejecución o ejecutadas erróneamente, así
como el detalle de materiales almacenados, los cuales debían tener como
fin su posterior utilización durante la ejecución del saldo de obra.

Sobre este último punto, cabe anotar que de acuerdo al artículo 188 del anterior
Reglamento, tratándose de contratos de obra, la Entidad podía establecer en los
documentos del procedimiento de selección la entrega de adelantos al
contratista para adquisición de materiales e insumos, con la finalidad que éste
pueda financiar parte de los bienes o elementos que debían emplearse en los
trabajos propios de la obra y quedar incorporados en ésta.

2.1.6 Ahora bien, culminada la constatación física e inventario de obra, la misma


quedaba bajo la responsabilidad de la Entidad y debía procederse a la
liquidación correspondiente, conforme a lo establecido en el artículo 211 del
Reglamento.6

5
De conformidad con lo indicado en el primer párrafo del artículo 211 del anterior Reglamento.
6
Cabe precisar que para iniciar la liquidación de un contrato de obra resuelto, era necesario que dicha
resolución haya quedado consentida, pues era con el consentimiento de la resolución que podía
determinarse las causas de la misma, a qué parte era imputable y, en esa medida, qué otros
conceptos autorizados por la normativa debían incluirse. En ese sentido, no se podía proceder a
efectuar la liquidación mientras hubiesen existido controversias pendientes de resolver.
5

Así, durante la liquidación, la Entidad valorizaba todos los trabajos


efectivamente ejecutados hasta ese momento, debiendo efectuar, además, los
reajustes, deducciones y amortizaciones correspondientes. Cabe señalar que
para ello resultaba indispensable emplear la información contenida en el acta
de constatación física e inventario, puesto que en dicho documento se indicaba
el estado o avance de la obra, así como el activo y pasivo de la misma.

En esa medida, de acuerdo a lo dispuesto en la anterior normativa de


contrataciones del Estado, la liquidación del contrato de obra que se elaboraba
luego de resuelto el mismo, debía incluir el detalle de los metrados que se
hubiesen ejecutado, los gastos generales, utilidades e impuestos, así como los
reajustes, penalidades y/o amortización de adelantos correspondientes, entre
otros conceptos que se pudiesen generar, tales como indemnización, gastos
notariales o de inventario; asimismo, debían considerarse los materiales
inventariados en el almacén, los cuales debían tener como fin su posterior
utilización durante la ejecución del saldo de obra. Así, a partir de toda esta
información, se procedía a calcular el valor total de las prestaciones ejecutadas
y el saldo económico que pudiese corresponder a alguna de las partes.

Finalmente, debe indicarse que de existir discrepancias respecto de los


conceptos que componían la liquidación del contrato de obra, éstas debían
resolverse a través de conciliación y/o arbitraje, de conformidad con el sexto
párrafo del artículo 211 del anterior Reglamento.

2.2 “En caso que la respuesta anterior fuera afirmativa, se consulta: ¿Hasta qué
importe y/o porcentaje del monto contractual y/o del adelanto de materiales,
se puede considerar como saldo a favor de la contratista, los materiales
inventariados?” (Sic.)

2.2.1 En primer lugar, debe indicarse que la consulta formulada no es clara, puesto
que no se llega a comprender con exactitud los alcances de la premisa
planteada.

Sin perjuicio de ello, de conformidad con lo señalado al absolver la consulta


anterior, debe indicarse que la liquidación del contrato de obra que se
elaboraba luego de resuelto el mismo, debía incluir el detalle de los metrados
que se hubiesen ejecutado, los gastos generales, utilidades e impuestos, así
como los reajustes, penalidades y/o amortización de adelantos
correspondientes, entre otros conceptos que se pudiesen generar, tales como
indemnización, gastos notariales o de inventario; asimismo, debían
considerarse los materiales inventariados en el almacén, los cuales debían tener
como fin su posterior utilización durante la ejecución del saldo de obra. Así, a
partir de toda esta información, se procedía a calcular el valor total de las
prestaciones ejecutadas y el saldo económico que pudiese corresponder a
alguna de las partes.

Aclarado ello, debe precisarse que la anterior normativa de contrataciones del


Estado no establecía límite alguno respecto del monto resultante de la
liquidación practicada en un contrato de obra resuelto, toda vez que dicho
6

monto debía responder a los conceptos que se hubiesen generado durante su


ejecución, según las particularidades de cada caso.

Finalmente, debe indicarse que los materiales a ser inventariados luego de


resuelto un contrato de obra –conforme al artículo 188 y segundo párrafo del
artículo 209 del anterior Reglamento– debían ser aquellos que hubiesen sido
adquiridos con el fin de ser empleados y/o incorporados en la obra y puedan ser
utilizados posteriormente durante la ejecución del saldo correspondiente.

3. CONCLUSIÓN

La liquidación del contrato de obra que se elaboraba luego de resuelto el


mismo, debía incluir el detalle de los metrados que se hubiesen ejecutado, los
gastos generales, utilidades e impuestos, así como los reajustes, penalidades
y/o amortización de adelantos correspondientes, entre otros conceptos que se
pudiesen generar, tales como indemnización, gastos notariales o de inventario;
asimismo, debían considerarse los materiales inventariados en el almacén, los
cuales debían tener como fin su posterior utilización durante la ejecución del
saldo de obra. De esta manera, a partir de toda la información detallada, se
procedía a calcular el valor total de las prestaciones ejecutadas y el saldo
económico que pudiese corresponder a alguna de las partes.

Jesús María, 9 de octubre de 2018

PATRICIA SEMINARIO ZAVALA


Directora Técnico Normativa
RMPP.

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