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Síndrome de Otelo

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El síndrome de Otelo es un trastorno delirante por el cual la persona que lo sufre está firmemente
convencida de que su pareja le es infiel; también es denominado Celotipia. El delirante celotípico
construye su delirio con datos irracionales y pierde el tiempo tratando de hallar "pruebas" que
confirmen sus sospechas.

Los delirios de celos pueden formar parte del trastorno delirante crónico o paranoia, pero también se
observa en los inicios de Cuadros Demenciales por deterioro involutivo de la Corteza Cerebral y en el
Alcoholismo Crónico.

Origen del nombre Editar

Toma su nombre de la conocida obra de Shakespeare, Otelo, que mata a Desdémona poseído por unos
celos enfermizos.

"La persona está obsesionada con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se
manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren, por ejemplo, entrando en el ordenador o
mirando el teléfono móvil de su pareja. También puede mostrarse violenta o humillar al otro", dice el
psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin.

"Cuando se llega al extremo del homicidio es que existe otro tipo de personalidad patológica de base
como la paranoia o un delirio celotípico. Cuando hay un delirio es una idea irreversible con una serie de
respuestas a esas ideas que son realmente graves", dice el experto.

"Muchas veces los celos son alimentados por la influencia" señala Ghedin. "En la obra de Shakespeare,
Otelo fue influenciado por Yago que le inducía ideas de la infidelidad de su esposa. Los sujetos
celotípicos pueden ser influenciables por las opiniones de otras personas o medios de comunicación".

Afectación Editar

El síndrome de Otelo afecta a ambos sexos por igual pero es más común en los hombres.
Es característico que en el síndrome de Otelo el enfermo esté realizando comprobaciones
continuamente, con el objetivo de descubrir la infidelidad. Para ello se sirve de detalles sin importancia
que considera pruebas definitivas.

Algunos casos podrían ser que:

El paciente puede estar convencido de que la ropa interior en determinado cajón ha sido colocada por el
amante o que el pequeño cambio de posición de un sillón es la evidencia de que allí ha estado sentado
el "otro".

Los comentarios banales de terceras personas tienen un significado inequívoco y se refieren a las
actividades promiscuas de su esposa(o).

Puede contar y recordar el número y orden de prendas en un armario para comprobar si han variado, lo
cual sería una prueba "contundente" de que alguien había entrado en la casa para mantener relaciones
sexuales con la pareja.

Curiosamente el "otro(a)" parece una sombra, el enfermo no da detalles de él(ella), ni de su profesión,


domicilio, familia, etc. En raros casos sí es una persona identificada, pero lo más frecuente es que sea
como un fantasma al que no se le pone rostro ni presencia.

El delirio de celos domina la vida del enfermo, afectando a sus actividades laborales, sociales y
personales, tendiendo al aislamiento. El humor se torna sombrío e irritable y las relaciones familiares
-lógicamente- se deterioran considerablemente.

El delirante celotípico en general no quiere separarse de la pareja, por el contrario su deseo sexual suele
estar aumentado. La pareja, no solo no le corresponde sino que puede rechazarle por completo lo que a
su vez refuerza el convencimiento del celotípico en su delirio.

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