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El Don de Profecía
SIXTO PAZ WELLS.
Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que paso.
ECLESIASTÉS, 3, 15
Preguntadme sobre las cosas por venir. ISAÍAS, 45, 11
Y he hablado a los profetas y aumente la profecía, y por medio de los profetas use parábolas (Os.
12, 10).
Vengo ahora para darte a conocer lo que sucederá a lo pueblo en los tiempos venideros, pues a
estos tiempos se refiere la visión (Dan. 10, 14).
Y Él dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vo¬sotros profeta de Dios, le apareceré en
visión, en sueños hablaré con el (Num. 12, 16).
El profeta o la profeta no es cualquier persona, sino alguien que ha sido investido de una condici6n
especial por la vida o la naturaleza y ha recibido la autorización o el aval de una entidad superior,
que ha hallado en el candidato los valores morales, el equilibrio, la sensibilidad, la sabiduría, la
vocación de servicio y un nivel de consecuencia necesarios como para ser canal de revelaciones. El
que ejerce el espíritu de profecía es alguien autorizado desde lo Alto a través de una experiencia
insólita, e investido de una espiritualidad superior:
Que nadie de vosotros ofrezca en sacrificio a su hijo haciéndolo pasar por el fuego, ni practique la
adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se dedique a la hechicería, ni a los encantamientos,
ni consulte a los adivinos [ ...]
Esas naciones, cuyo territorio vais a poseer, hacen caso a los que pretenden predecir el futuro y a
los adivinos, pero a vosotros el Señor vuestro Dios no os permite semejante cosa (Deuteronomio
18, 10-14).
El profeta debe ser alguien que sabe bien lo que hace y conoce la procedencia de su revelación. No
hace las cosas porqué si, ni basándose en la superstición. Su poder está al servicio del pueblo y no
de oscuros intereses, y no busca solucionar los problemas individuales de las personas que le
podrían redituar convenientemente, sino que actúa como una “Quinta Columna”, cuidando las
espaldas del pueblo de Dios.
Cuando un profeta lo hable en nombre de Dios, si lo que dijo no se cumple, no se realiza, es cosa
que no ha dicho Dios... (Dt 18, 22).
... yo, Daniel, estaba estudiando en los libros el número de los setenta años que habla de
cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén, con forme al número de años que dijo Yahvé a Jeremías,
profeta. Volví mi rostro al Señor, Dios, buscándole en oración y plegaria, en ayuno, saco y ceniza...
(Dan. 9, 2-4).
Por aquellos días, yo, Daniel, estuve de duelo tres semanas. No comí manjar delicado ni entro
carne ni vino en mi boca, ni me ungí, hasta que no pasaron las tres semanas. El día veinticuatro del
primer mes me hallaba a las orillas del gran río Tigris. Alce los ojos y mire, viendo a un varón
vestido de lino y con un cinturón de oro puro (Dan. 10, 2-5).
Y ahora voy a darte a saber la verdad: Habrá todavía tres reyes en Persia, y el cuarto acumulará
más riquezas que los otros; cuando por sus riquezas sea poderoso, se levantará contra el reino de
Grecia. Pero se alzará un rey valeroso que dominará con gran poder y hará cuanto quiera. Y
cuando este en la altura, se romperá su reino y será dividido hacia los cuatro vientos; no será de
sus descendientes ni ya tan poderoso como fue...» (Dan. 11, 2-4).
Decíamos que el profeta es a1guien sabio y prudente, que sigue la trayectoria dejada por los
profetas anteriores, estudiándolos, profundizando en sus enseñanzas y profecías, y su visión o
videncia es activada por su amor y voluntad de servicio, así como por la asistencia de una fuerza
superior que suele manifestársele de forma contundente en visión o en un contacto directo.
El profeta sabe que su profecía puede verificarse y por eso siempre que las circunstancias lo
permitan, suele dar datos que se puedan comprobar, como en la profecía de Daniel que hace
referencia al número de los reyes y su sucesión. Como la visión se produce en tiempos del rey Ciro,
el cuarto rey seria Artajerjes I, que para someter la sublevación egipcia sostuvo contra ellos una
larga y costosa guerra. El rey fuerte de Grecia seria Alejandro Magno, que a su muerte no dejo
descendencia y sus generales se repartieron su reino y lo desmembraron en cuatro reinos:
Macedonia, Siria, Egipto y Asia Menor. La historia nos enseña que la profecía se cumplió al pie de
la letra.
Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo Santo, todas estas cosas serán cumplidas
(Dan. 12, 7).
En la historia occidental, Israel es el foco hacia donde convergen las profecías de los libros
sagrados, como lo habrían sido en su tiempo y en su ubicación geográfica, así como en su área de
influencia el pueblo azteca, maya o inca si se hubieran conservado la mayoría de los códices o
documentos propios de aquellas civilizaciones. Recordemos que los incas tenían una suerte de
escritura jeroglífica videográfica también llamada «Tocapu», conformada por pequeños
rectangulitos con figuras geométricas que se encuentran en todas sus expresiones artísticas, desde
su cerámica hasta sus vasos de madera (Q'eros), en su ropa y telas. Pero la capacidad y el
conocimiento de su interpretación se ha perdido o ha sido ocultado.
En cuanto a Israel, la profecía del profeta Daniel advierte que cuando el pueblo de Jacob volviese a
tener un duelo donde establecer su nación y concentrara su poder, se cumplirían todas las
profecías o empezarían a cumplirse. Veamos todo lo que ha venido ocurriendo en el mundo, a
partir de 1947 y 1948, cuando Israel vuelve a tener su propio territorio y logra la independencia: el
hallazgo de los rollos del mar Muerto, el inicio de la era moderna de los ovnis, etcétera.
Muchos son los libros sagrados en el mundo, valiosos, reveladores e inspiradores; pero pocos
reúnen tanta cantidad de profecías y de testimonios del cumplimiento de las mismas como en el
caso de la Biblia, por eso, vamos a dedicarle una especial atención en el tema de las profecías.
Israel, para varias de las más importantes religiones del mundo, es el centro de la aguja del reloj
profético. Como decíamos, en 1948, se creo el estado de Israel con asiento en la tierra de Canaán
o Palestina, lugar que había sido prometido y profetizado que quedaría en manos de la
descendencia de Abraham (los árabes también, son hijos de Abraham). Una na¬ción (Israel), que
desde sus orígenes fue desmembrada y dispersada por el mundo, ahora había sido restaurada a
sus tierras ancestrales, con las consecuencias que eso supone para el cumplimiento de otras
profecías, porque era como una presa que ahora abría sus compuertas, y con ello generaba una
reacción en cadena en el mundo. Como decíamos, veamos todo lo que ha venido ocurriendo en el
mundo desde mediados de los cuarenta en adelante.
Personajes como Enoc, Abraham, Isaac, Jacob, José, Samuel, Elías, Isaías, Jeremías, Baruc,
Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Jonás, Miqueas, Malaquías, Juan el Evangelista, etcétera, han
sido profetas o protagonistas director de profecías. Todas estas profecías conducían al
cumplimiento de un proceso que debía iluminar al mundo y guiarlo hacia el conocimiento de la
Divinidad y del Plan de Dios para con el ser humano, que consiste en que aprendamos a ser libres
en el poder del amor, a ser capaces de optar en plenitud de conciencia voluntariamente por el
servicio y la entrega como medio perfecto para lograr la felicidad; una historia sagrada que venia a
desembocar en la persona y la misión del Maestro de Nazaret, el Mesías esperado pero no
comprendido, el Ungido de Dios que nos recordaría a todos cual es nuestro destino y la
expectativa que sobre nosotros pesa. Lamentablemente, el desconocimiento de las profecías, o el
recuerdo parcial de las mismas, o la falta de una capacidad de interpretación, o quizá la
conveniente manipulación de estas llevo a que no se supiese entender la actuación y el mensaje
de Jesús.
Yo soy el vidente -respondió Samuel-. Sube delante de mí al santuario, y come hoy conmigo allí.
Mañana temprano lo contestare todo lo que me quieras preguntar.. (I Samuel 9, 19).
El profeta Elías, que era de Tisbe, de la región de Galaad, dijo a Acab: “! Juro por el Señor, Dios de
Israel, a quien sirvo, que en estos años no lloverá, ni caerá rocío hasta que yo lo diga! (I Reyes 17,
1).
El tiempo pasó. Tres años después, el Señor se dirigió a Elías y le dijo: “ Ve y preséntate ante Acab,
pues voy a mandar lluvia sobre la Tierra” (I Reyes 18, 1).
Interpretación:
El vidente o profeta se encuentra revestido de un poder y autoridad que emana de su conexión
con lo trascendente, que es la que le da la fortaleza y la sensibilidad para cumplir su ministerio. Su
intención no es castigar ni hacer sufrir, sino simplemente educar y orientar los esfuerzos del ser
humano hacia lo bueno y correcto, que es siempre lo mejor para todos.
La predicción de Elías, allá por el año 870 a.C. estaba en relación con el avance del culto a Baal. La
sequía, como una maldición divina, se produjo tal cual, y al cabo de tres años terminó con otra
profecía y junto con el culto de los sacerdotes fenicios. Aquí nos encontramos por una parte con el
culto con sacrificios humanos (Baal), basado en la muerte y en la dependencia de los dioses, frente
a la enseñanza de un nuevo culto basado en la vida, la abundancia y el sacrificio interior que es el
que prospera por ser el dueño del verdadero poder, el poder de la vida.
Haré de esta ciudad un ejemplo de maldición para todas las naciones de la Tierra.
[...] El Señor fue quien me envió a hablar en su nombre, y a decir contra este templo y esta ciudad
todo lo que habéis oído. Mejorad vuestra conducta y acciones, obedeced al Señor vuestro Dios, y
él no os enviará las calamidades que ha anunciado (Jeremías 26, 6-13).
Interpretación:
Durante el reinado gel rey Joaquín (año 609 a.C.), hijo de Josías en Judá, Jeremías el profeta recibió
un mensaje de Dios que transmitió desde el templo mismo en Jerusalén, en el cual advertía la
destrucción del templo y del reino si la gente no se arrepentía sinceramente de sus actitudes. La
profecía se cumplió cuando, cuarenta años más tarde, los babilonios arrasaron Jerusalén.
El propósito de las profecías es advertir para corregir, pero los cambios no deben producirse por
temor, sino por madurez, que es lo mismo que decir una sincera voluntad de cambio basada en la
toma de conciencia de los errores cometidos.
En el pasado se creía equivocadamente que Dios castigaba las malas acciones, como lo hace un
padre recto que procura aleccionar a sus hijos, pero hoy sabemos que son las leyes o principios
universales que se cumplen como consecuencia de nuestras acciones equivocadas. La ley de causa
y efecto nos enseña que uno cosecha lo que siembra. Si nuestra actitud es negativa, las
consecuencias serán a la larga igualmente negativas. Pero podríamos preguntarnos: que ocurre en
el caso de las personas y los pueblos que no han hecho nada que justifique catástrofes naturales
como un castigo o como una ley de consecuencia? Sin que tratemos de buscar una explicaci6n
sencilla y falta de profundidad, recordemos que otra de las leyes universales es el principio de
polaridad; otro, el del ritmo, y también está el de generación, que nos enseñan que la vida es
también aprendizaje, la mayor parte de la veces por dolor, y que no siempre nos va a ir bien o mal
en la vida, sino que las cosas suelen ir alternándose, para darle a todo su junto valor.
Pues bien, Adonay mismo os dará una señal: he aquí que la doncella concebirá y parirá un hijo, a
quien denominará con el nombre Emmanuel (Isaías 7, 14).
El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz; una luz ha resplandecido sobre los que
habitaban en país tenebroso. Has acrecentado el júbilo, has aumentado la alegría; alégrense por ti
como con la alegría del tiempo de la siega... (Isaías 9, 1-2).
Y brotará un retoño del tronco de José y retoñará de sus raíces un vástago, sobre el que reposara
el espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de entendimiento y de temor de Dios... [sic] No juzgará por la vista de ojos ni argüirá por
oídas de oídos, sino que juzgará en justicia al pobre, y en equidad a los humildes de la Tierra. Y
herirá al tirano con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. La justicia será
el cinturón de sus lomos... (Isaías 11, 1-5).
Suscitare para ellas un pastor único, que las apacentará (Ez 34, 23).
Seguía yo mirando en la visión nocturna, y vi venir sobre las nubes del cielo a uno como hijo de
hombre, que se llegó al anciano de muchos días y fue presentado ante este. Y se le dio el señorío,
la gloria y el imperio, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron, y su dominio es dominio
eterno, que no acabará, y su imperio, imperio que nunca desaparecerá (Dan 7, 13-14).
Pero tú, Belén Efratah, aunque pequeña para figurar entre los pueblos de Judá, de ti saldrá El
Salvador de Israel, cuyos orígenes vienen de antaño, desde los días antiguos. Por eso los entregará
hasta el momento en que de a luz la que a luz ha de dar; entonces el resto de sus hermanos
regresará a los hijos de Israel con la majestad del nombre de Yavé, su Dios, y ellas se asentarán,
porque entonces el será grande hasta los confines de la Tierra. Y será la Paz... (Miqueas S, 1-4).
Voz de uno que grita en el desierto: ¡Preparad el camino del Señor, rectificad sus sendas! (Isaías
40, 3).
He aquí a mi siervo, a quien elegí; mi amado, en quien se agrado mi alma; sobre él pondré mi
espíritu, y anunciara justicia a las naciones. No porfiará, ni gritara, ni oirá nadie su voz en las
plazas; no romperá la caña cascada ni apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la
justicia; y en su nombre esperaran las naciones (Isaías 42, 1-4).
Decid a la hija de Sión: mira, tu rey viene a ti, manso, y montado en una borrica y en un pollino,
cría de jumento (Isaías 62, 11).
He aquí que voy a enviar a mi mensajero, que preparara el camino delante de mí, y luego en
seguida vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, y el Ángel de la alianza que deseáis. He aquí
que llega... (Mal 3, 1).
Interpretación:
Estas son algunas de las muchas profecías que concuerdan con el anuncio anticipado de lo que
sería después la vida de Jesús. Quien haya leído o conozca los Evangelios podrá verificar el
asombroso caso de coincidencia o de cumplimiento de las mismas, lo cual lleva a señalar que Jesús
era el Cristo, el Mesías aguardado y que cumplió con dar su mensaje con su visa, su muerte y
posterior resurrección; un mensaje de amor llevado hasta las últimas consecuencias y que nos
enseñó que el amor en el perdón es la única fuerza capaz de superarlo todo, incluso la muerte.
Esto será para vosotros la señal de lo que sucederá: cuando la prole de la perversidad sea
encerrada, la maldad desaparecerá ante la rectitud, como las tinieblas ante la luz. Y como el humo
se desvanece y ya no existe más, así la maldad se desvanecerá para siempre y la rectitud se
mostrará como el sol, ordenador del mundo. Todos los que retienen los misterios de la rebeldía
dejarán de existir, el mundo se henchirá de conocimiento y jamás habrá ya en el insensatez
(Qúmram, Libro de los Misterios IQ27, 6-8).
Interpretación:
En muchos libros y enseñanzas, entre los que se incluyen los libros apócrifos de la Biblia, se hace
referencia a la caída de los Ángeles a la Tierra (extraterrestres deportados por mal
comportamiento), y la acción nefasta de estas entidades apoderándose del mundo,
manipulándolo a través de gente débil de carácter y voluntad, encendiendo en ellos sus carismas y
colocándolos en la política, la economía, los mandos militares, la moda y hasta la música, para
llevar al mundo al caos y a la destrucción (los Iluminati o Gobierno Interno Negativo Planetario).
Gran parte de la acción nefasta se habría conseguido con la destrucción sistemática de los grandes
archivos del conocimiento humano, de tal manera que la humanidad ha sido sumida en la
ignorancia y en la superstición. El final de dicha ignorancia, y la liberación de información
contundente harán que todo cambie, descubriendo el ser humano todas sus potencialidades, que
lo protegerán, porque como ya hemos dicho anteriormente: “La única ventaja que poseen las
fuerzas negativas o satánicas frente a la humanidad es que, mientras que ellas conocen sus
limitaciones, nosotros ni siquiera conocemos nuestras posibilidades”
EL APOCALIPSIS DE JUAN
Juan el Evangelista, hermano de Santiago y el menor de los doce apóstoles de Cristo, hacia el ano
94 d.C., se encontraba deportado por el emperador romano Diomiciano en la isla de Patmos, en lo
que hoy es la costa turca. Allí tuvo una visión con revelaciones proféticas que hoy por hoy siguen
poniendo los pelos de punta a más de uno. Lo interesante aquí es el desorden de las profecías, por
cuanto hay cosas que aparentemente ya han ocurrido (y hace mucho, como la caída de los
Ángeles), y que se mencionan como si fueran a ocurrir dentro de poco o ya estuviesen pasando, y
otras que aun no se han dado, pero que se reseñan como si ya hubiesen sido o estuviesen dándose
ya. Esto se debería a la existencia de dos tiempos, uno en el que las cosas ya han ocurrido (ciertas
cosas) y otro en el que los sucesos estarían ocurriendo o a punto de ocurrir. Hay quienes han
argumentado que el lenguaje simbólico de Juan se debe a la necesidad de que las profecías
lograran sobrevivir a los siglos, y solo llegaran a ser entendidas por aquellos llenos de
discernimiento (Espíritu Santo).
Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenia siete cabezas y diez
cuernos... (Apocalipsis 13, 1).
Esto para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas (...] son siete reyes... (Apocalipsis 17, 9-
10).
La bestia que era y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición
(Apocalipsis 17, 11).
Interpretación:
Interpretación:
Hoy el gobierno visible mundial está controlado por los siete países más poderosos de la Tierra, y
recientemente han invitado a Rusia a acompañarlos, de modo que ahora son los siete más Rusia.
¿Será acaso que la “bestia que era y que no es” hace referencia a Rusia? ¿Podría esto explicar la
situación actual de ese país?
Curiosamente fue también en Denver donde, en una escuela publica, unos adolescentes
asesinaron en una terrible orgía de sangre a sus profesores y compañeros, y terminaron muertos
ellos también. Estos asesinatos se han venido repitiendo y multiplicando en las escuelas publicas
norteamericanas, por lo que, al parecer existe una conexión satánica por Internet.
Interpretación:
Sabemos que es mucho más fácil interpretar profecías a la luz de acontecimientos que ya se han
dado que sobre sucesos que aun tienen que ocurrir, por cuanto siempre existe la posibilidad de
que entren en escena situaciones impensadas o inimaginadas que podrían hacer girar
sorpresivamente el panorama mundial.
El 11 de setiembre de 2001, Nueva York, la ciudad más cosmopolita del mundo, ubicada en la isla
de Manhattan, una versión moderna de la Babel (“donde Elohim confundió las lenguas”) o de la
Babilonia bíblica (“donde había profusión de lenguas diversa”) que encontraron los judíos cuando
fueron deportados por Nabucodonosor, rey de los babilonios allá por el año 580 a.C., sufrió el
ataque terrorista más grave y violento de la historia, que colapsó a toda la nación norteamericana
y conmociono al mundo entero, al tiempo que producía el descalabro de todas las Bolsas
internacionales. Cuatro aviones comerciales de compañías estadounidenses que hacían rutas
domésticas fueron secuestrados previamente por terroristas y utilizados como mísiles,
aprovechando que estaban cargados de combustible, contra objetivos muy importantes y a la vez
simbólicos (emblemáticos) del poder de Estados Unidos. Uno de estos aparatos no llegó a su
destino, ya que cayó a tierra en el estado de Pennsylvania. El avión se incendió y con el murieron
todos los tripulantes, pasajeros y terroristas que iban a bordo. Dos de los aviones impactaron
contra las torres gemelas de Nueva York, y las destruyeron por completo, y un tercer avión se
estrelló en Washington, contra el edificio del Pentágono, sede de alto mando de las fuerzas
armadas, y provocó el incendio de una parte significativa de sus instalaciones.
La nación entera quedó paralizada por el caos y el pánico, lo cual afectó a las comunicaciones y a
todos los servicios, sobre todo en La “Gran Ciudad” o “Gran Manzana”. Se calcula que unas seis mil
personas de unas sesenta y tres naciones distintas murieron en el ataque. Sólo en las torres
gemelas, símbolo del poderío económico de Estados Unidos y centro neurálgico de la globalización
(que está sumiendo a tantas naciones en la pobreza más extrema), trabajaban cuarenta mil
personas. Estas torres tenían 110 pisos cada una y 417 metros de altura. Después de incendiarse
como consecuencia de los impactos, se desplomaron como un castillo de naipes.
La terrible pesadilla se inició a las 8.45 horas, cuando la torre norte recibió el primer impacto de un
avión Boeing 767 de American Airlines. El edificio se incendió y una gran parte de los ocupantes
del edificio, todos los pasajeros del avión y los enajenados secuestradores murieron como
consecuencia de ello. Posteriormente se comprobó que los secuestradores eran comandos
suicidas, fanáticos religiosos, seguidores de un líder desquiciado que hacía solo unas semanas
había prometido desde Oriente una guerra a muerte contra Occidente, representado por Estados
Unidos.
Tan solo dieciocho minutos después del primer desastre (¡qué curioso que esto coincida con el
capítulo 18 del Libro del Apocalipsis!), se produjo otro cuando un avión similar, aunque este de la
compañía United Airlines, se estrelló contra la otra torre, y en los incendios producidos multitud
de gente quedo atrapada en los pisos altos. En una hora, la torre sur se desplomo en medio de una
espesa nube de humo, polvo y escombros que oscureció el cielo como si fuera de noche. Al poco
rato se desplomo la otra torre, lo cual hizo desplomarse también otros edificios cercanos como si
fuesen fichas de dominó. Como consecuencia de esto, murieron otras muchas personas que
estaban trabajando en las tareas de rescate.
Estados Unidos había llegado a concentrar el poder económico, político, social y cultural del
mundo, actuando como un imperio que se había hecho con innumerables enemigos y con otros
muchos amigos por conveniencia o temor. Y Nueva York era la capital de todo ello, el corazón y el
centro de todo ese poder que demostró ser fácilmente vulnerable.
Se puede relacionar lo sucedido con la profecía del Apocalipsis que señala “La Caída de Babilonia”,
primero porque se dice de ella: “La Gran Ciudad”, que es una versión moderna de dicha ciudad, y
porque allí se encuentran los contrastes más dispares, desde lo más refinado de la cultura hasta lo
más bajo y perverso de la decadencia. Esta urbe concentra una gran población judía (quizás más
que ninguna otra en el mundo, a excepción de las ciudades de Israel), llegada a ella como
inmigrantes, huyendo de la persecución de la que fueron víctimas repetidamente. Esta es la ciudad
en la que más idiomas se habla, y la que posee una mayor población multiétnica, que se ha ido
concentrando en ese lugar en busca de oportunidades que se les han negado en sus países de
origen, donde políticos y gobiernos corruptos son reemplazados o colocados en función de los
intereses del mismo poder central que los expolia. Lamentablemente, Estados Unidos, una nación
llamada a luchar por un orden justo e igualdad de oportunidades, ha promovido durante
muchísimos años el terrorismo y la inestabilidad política a su conveniencia, y ahora está
cosechando el producto de su actitud equivoca. Y las circunstancias se presentan óptimas como
para que reaccione y deje de cosechar enemigos, cambiando de actitud, demostrando madurez y
dando ejemplo de equidad en la búsqueda de la justicia y la Paz.
Resulta evidente, para quien quiera verlo, que en la profecía del Apocalipsis se habla de una gran
ciudad “donde los mercaderes de la Tierra (de todo el planeta) se han enriquecido de la potencia
de sus deleites” es decir, que es el paraíso de las transacciones comerciales, que se creía
invulnerable y que no conocería el duelo: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré
llanto”. Esto coincide con lo recientemente ocurrido cuando se menciona el dolor, la incredulidad
y la conmoción producida por los acontecimientos de cuantos lo presenciaron en el lugar y a nivel
mundial. En las Escrituras se hablaba de un terrible incendio devastador y de una nube de polvo
que se extendía sobre todo, cubriéndolo y alzándose hasta el cielo: «cuando vean el humo de su
incendio». También se menciona la brevedad de lo ocurrido, cuando se precisa que la duración de
los acontecimientos iba a ser más o menos de una hora “en una hora vino su juicio”; “porque en
una hora han sido consumidas tantas riquezas”; “en una hora ha sido desolada” A continuación se
detalla la interrupción de los movimientos bursátiles: « hacen lamentación sobre ella, porque
ninguno compra más sus mercaderías». Asimismo, se aclara que la ciudad está sobre el mar
(Manhattan es una isla): « Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los
que trabajan en el mar, se pararon a lo lejos, y viendo el humo de su incendio, dieron voces,
diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? “Aquí vemos que se hace referencia a los
marinos que recorren el mundo entero y conocen las ciudades más importantes, por lo que se
declara que no hay otra ciudad sobre el mar que tenga comparación con esta. Además, se advierte
del polvo que cubría a la gente cuando dice: « Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces
llorando y lamentando”. Otro detalle importante que podría aplicarse en la interpretación de la
profecía para el caso concreto de Nueva York es que los hechos ocurrieron mientras los canales de
televisión lo estaban retransmitiendo en directo. Las televisiones se encontraban cubriendo las
imágenes del primer impacto cuando se produjo el segundo, por lo que el mundo entero pudo
contemplar el desastre en el mismo momento en que sucedía. El hecho de que fuese contemplado
por todos también estaba previsto, pues en la profecía se dice que todos los reyes de la Tierra lo
verían, y ¿cómo podría ser esto posible sin el recurso moderno de la televisión, que traslada al
televidente al escenario de los sucesos?
Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años, y lo
arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones,
hasta que fuesen cumplidos mil años. Y después de esto debe ser desatado por poco tiempo
(Apocalipsis 20, 1-3).
Interpretación:
El Apocalipsis nos invita a creer en el triunfo final de la luz. No estamos solos, nunca lo hemos
estado ni lo estaremos. Los Hermanos del Cosmos se han replegado en la actualidad, esperando
que la humanidad encuentre en sí misma el camino hacia la trascendencia. La ayuda que nos
pueden brindar en este momento es el apoyo indirecto para que nosotros, estimulando y
trabajando nuestra intuición, unamos los eslabones de la cadena, y accedamos definitivamente al
conocimiento del Plan Cósmico (véanse mis obras El Libro de los Guardianes y Vigilantes de
Mundos), la verdadera historia de la humanidad, donde nos descubriremos como el resultado de
un experimento genético extraterrestre, de más de una hibridación y mestizaje, de supervivientes
de colonias espaciales, naufragios estelares y hasta deportaciones de alienígenas a nuestro
mundo.
Este apoyo indirecto consiste en mantener el planeta en una cuarentena espacial para que
cualquiera no pueda llegar hasta aquí, y menos aún con malas intenciones. También es parte del
apoyo el hecho de motivarnos a conectar con los lugares y con quienes tienen el conocimiento
oculto (la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores), para lo cual se han venido multiplicando los
viajes hacia lugares remotos y solitarios donde, si llevamos con nosotros la llave correcta
(conocimiento e intuición o sensibilidad), podremos abrir las puertas hacia el tesoro de la
información, que nos dará el poder y la fuerza para ayudar a inclinar la balanza hacia la luz.
La humanidad recibirá mucha información dentro de muy poco tiempo, y será tanta, que mucha
gente no estará preparada ni querrá ver, por cuanto su edad evolutiva no posee la madurez
adecuada ni le permite percibir más allá.
Dentro de poco accederemos a un conocimiento que durante mucho tiempo se nos mantuvo
oculto. Y como la única ventaja que tienen las fuerzas de la oscuridad sobre nosotros es “que
mientras que ellas conocen sus limitaciones, nosotros ni siquiera conocemos nuestras
posibilidades”, la balanza se inclinará al expandirse las conciencias de muchos. Y no se necesita
que cambien muchos para que cambie el planeta. Se necesita constancia y perseverancia en
aquellos dispuestos a cambiar e inspirar cambio en los demás. El conocimiento de todo esto hará
que las fuerzas satánicas o negativas queden sometidas a la humanidad por mil años, al cabo de
los cuales, y con la ayuda de algunos disidentes espaciales extraterrestres, querrán liberarse
aquellos que están atrapados, y entonces se podrá llegar a producir la llamada batalla final. Pero
como para pelear se necesitan dos, si la humanidad trabaja el amor en el perdón y en el
conocimiento, probablemente nosotros sellemos con nuestra actitud la trascendencia y el
cumplimiento del Plan Cósmico, y se produzca una redención incluso entre quienes actuaron
negativamente en las más altas esferas. Esperemos estar a la altura de las circunstancias y las
expectativas.
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Hola queridos hermanos está reunión que aquí se informa por nuestro amigo Eduardo es para los
grupos rahma Uruguay, esperando que de todas partes del mundo se unan con toda la fuerza del
corazón para así poder cumplir con las pautas dadas por los guías en la comunicación 06-05- 2009
recibida por Sixto.
Fragmento de la comunicación:
"...Únanse todos en una sola cadena permanente de acción para envolver a vuestro mundo, a sus
países y gobernantes en luz de iluminación de conciencias despiertas, para que los
acontecimientos que se inician en tres días, y luego cada tres semanas, y cada tres meses con
fuerza inusitada se inclinen definitivamente hacia lo más conveniente, lo más adecuado, lo mejor,
imponiéndose la luz de la verdad...."
Un beso de corazón.
María Julia.