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EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA

S. Croatto*

1. EL EXODO COMO “RESERVA-DE-SENTIDO” éxodo. La historia desplaza a lo cósmico. Dios es


visualizado en los sucesos del hombre más que
Suponemos que el lector conoce el re]ato bí- en los fenómenos del mundo físico. Pero el éxodo
blico del éxodo, puesto entre las narraciones pa- como hecho histórico y salvífico es tan “origina-
triarcales (época de la Promesa) las gestas de la rio” que atrae hacia sí la experiencia de lo crea-
entrada en Canaán (época de la realización de cional, tal como lo dice el lenguaje de estructura
aquélla). La experiencia de Egipto es una tensión mítica del relato bíblico.
(el “Dios de los Padres” se ha olvidado de su pue-
blo) y una distensión (Yavé se acuerda de su Para nuestro caso significa que el éxodo se
Promesa, cf. Ex 6,4-5!). Las vicisitudes del de- constituye en un hecho radical, hondísimo, en el
sierto forman una unidad temática y significativa cual tanto Israel como nosotros debemos inter-
con la salida de Egipto1. De modo que las refle- pretar a Dios y a nosotros mismos. El éxodo se
xiones presentes abarcan los datos contenidos en convierte en una “reserva-de-sentido” inagotable.
los libros del Exodo, de los Números y la “memo- Por ello, su “donación-de-sentido,” es ilimitada;
ria” homilética de la primera parte del Deutero- de ahí sus posibilidades hermenéuticas, únicas
nomio (1-11). De cualquier manera, nos vamos a para la teología latinoamericana. En lo que sigue
concentrar en los primeros capítulos (1-15) del se aclararán estas afirmaciones.
Exodo.

Muchos biblistas o teólogos ya se han aden- 2. DEL ACONTECIMIENTO A LA PALABRA


trado en una exploración del éxodo en relación
con el nuevo camino de “liberación” de Latinoa- Vale la pena abrir desde ya una llave herme-
mérica2. Es un “lugar” kerigmático característico, néutica: toda experiencia humana engendra su
provocador, creativo inexhaurible, por tanto. “palabra”. ¿De qué manera? En cuanto su “signi-
Justamente para una teología de la liberación ficación” emerge a medida que el acontecimiento-
más que de la libertad, es un pasaje ejemplar; clave origina otra vivencias o situaciones, o en la
por ello es más explorado en un contexto teológi- medida en que el hombre se va interpretando a
co latinoamericano que europeo. sí mismo. a la luz de aquel suceso, el cual por
tanto va apareciendo coda vez más radical, y
No queremos tratar del éxodo porque está de más cargado de significación. En el “después” de
moda… Ni para repetir lo que ya está elaborado. su propia facticidad es captado como fundante
Nuestra intención es desentrañar otras virtuali- del presente Un acontecimiento no es vista como
dades de la Palabra del éxodo y perfilar sus pers- decisiva en la historia de una persona o de un
pectivas hermenéuticas para posiblitar al lector pueblo en el momento en que acontece sino des-
(grupal más que individual) el “decir su palabra”. pués de una mediación temporal, luego de haber
“donado” su. energía recreadora.
Vamos a comenzar situando el relato del éxo-
do en el conjunto del Antiguo Testamento y su Nuestra experiencia personal está llena de
sentido en el complejo de la cosmovisión bíblica: esas manifestaciones-de-sentido de aconteci-
en uno y otro caso el éxodo es el acontecimiento mientos que sólo más tarde, o poco a poco,
clave, que modela la fe de Israel. No se entiende a emergen desde su profundidad originariamente
esta última, ni la formación de tradiciones reli- oculta. En la historia de los pueblos pasa igual.
giosas y de los libros sagrados sino a partir de En los primeros años de la independencia de los
ese Acontecimiento central. A medida que Israel pueblos latinoamericanos las gestas de libera-
va formándose como pueblo, más se polariza en ción no tuvieron –a nivel de conciencia– la mis-
aquel suceso decisivo, que a su vez –y por eso– es ma trascendencia que fueron adquiriendo en la
representado en un lenguaje creacional (véase “memoria” subsiguiente. Más aún: hoy se nos
especialmente el Deutero-Isaías: 44,21-24; 5I;9- aparecen con una dimensión que no tenían hace
11, alusión a la creación como lucha contra las media siglo. Nuestros mayores las celebraban tal
fuerzas caóticas; 54,5, Dt 32,6, etc.). vez con la alegría de una independencia conquis-
tada.
En todas las religiones la cosmogonía ejerce
una fascinación dramática: es la epifanía del ser, Pero he aquí que –como resultado de una
el momento en que la sacralidad “penetra” en el nueva concientización– reconocemos que no so-
cosmos, es la plenitud de lo nuevo, de lo no ago- mos independientes sino que sólo hemos cam-
tado por el tiempo corrosivo de la finitud y la biado de amo. Por ende, nuestras fiestas patrias
muerte. Ahora bien, fuerte como es el prestigio se convierten en “programáticas” y vocacionales
de los orígenes, la cosmovisión hebrea lo traslada para los latinoamericanos; con otras palabras, se
a otro epicentro, el Acontecimiento salvífico del nos aparecen con otra dimensión, más profunda
2 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

porque señala nuestro “proyecto” histórico de un (como el relato bíblico y la experiencia de Israel lo
modo más radical, al recordarnos lo que debe- revelan) y que aún está inconcluso.
mos ser y que no somos aun. Por eso, son cele-
bradas “en esperanza” porque anuncian más de Si nuestra lectura del kerigma bíblico es para
lo que fueron hasta ahora. No se recuerdan “en algo, la “memoria” del éxodo se convierte para
reposo” sino proféticamente. nosotros –pueblos oprimidos del Tercer Mundo–
en Palabra provocativa en anuncio de liberación.
Por eso comprendemos el acontecimiento sal- Nos toca a nosotros prolongar el Exodo porque
vífico del éxodo como lo hicieron los mismos he- no fue un suceso para los hebreos sino la mani-
breos, a saber, hermenéuticamente, “explorando” festación de un designio liberador de Dios para
su sentido a partir de situaciones nuevas que lo todos los pueblos. En una línea hermenéutica
iban completando (por ej. ]as victorias contra los cabe perfectamente que nos entendamos desde
reyes transjordanos que no les permitían el acce- el éxodo bíblico y sobre todo que a éste lo com-
so a la tierra prometida, cf. Nm 21,10-35, Sal prendamos desde nuestra situación de pueblos
135,10-12, etc.) o midiendo la magnitud de la li- “en esclavitud” económica, política, social o cul-
beración por lo que fueron después como pueblo tural.
libre en su propia tierra. El éxodo les significó
siempre el “origen” ontológico de su realidad pre-
sente, o se convertía en “memoria” interpelante 3. DEL ACONTECIMIENTO A LA PROMESA
cuando dejaban de ser libres.
Hace un momento dijimos que la lectura del
Ahora bien, ¿dónde y cuándo se daba testi- éxodo (como “relectura’’ existencial) se hacía
monio de aquella resignificación del éxodo? ¿Có- “promesa” para nosotros. El motivo de la prome-
mo fue más “intencionante” para los hebreos sa expresa la conciencia de un proyecto histórico
posteriores que para los antepasados que lo vi- inacabado y al propio tiempo la confianza de su
vieron? Respondemos: la desimplicación del sen- implementación. Por eso es la proyección hacia
tido latente del éxodo primero, se fue dando en la atrás de la esperanza hacia adelante. Lo que he-
prolongación lineal de aquella liberación y fue mos comentado del círculo hermenéutico por el
expresándose en una “palabra”. Esta se fue “re- cual el Acontecimiento se hace Palabra-sentido y
cargando” por sucesivas “relecturas” hermenéu- esta anuncia una nueva actuación de aquél, se
ticas hasta su fijación cosmovisional en el relato puede reconocer también en la dirección inversa
actual del éxodo. Este no es el hecho desnudo del acontecimiento hacia atrás. De esta manera:
que tuvo lugar allá por el siglo XIII a. C. sino en el suceso salvífico, una vez profundizado, es visto
cuanto reflexionado, profundizado, explorado por como designio, o sea, como preparado desde an-
la fe y captado en todas sus proyecciones. De allí tes de suceder.
que la narración del libro del Exodo “dice” mucho
más de lo sucedido entonces. En una cosmovisión mítica puede ser explica-
do antecedentemente como destino; mas en una
Por eso es mensaje. Lo profundo no consiste concepción del mundo teológica (orientada a una
en el fenómeno histórico como puede ser tomado meta) esa anticipación se expresa con el lenguaje
por una cámara o registrado en una crónica sino de la Promesa Esta no es históricamente anterior
en su “significación” que sólo es comprendida a al Acontecimiento, como no era contemporánea
distancia y es “dicha” en la palabra. Esto pasa la Palabra-relato Más bien lo sigue, y es una
con toda experiencia decisiva –según hemos indi- nueva forma de radicalización en el sentido.
cado (cuando “contamos” un hecho significativo Cuanto más hondo es éste, más abarcado es.
para nuestra vocación humana nos distanciamos Cuanto más significativo es el éxodo más aparece
de su exterioridad pasada e introyectamos en él como dispuesto en los planes de Dios Si una per-
lo que entendemos que somos desde tal aconte- sona ha tenido en su vida una función preponde-
cimiento)–. rante para la conciencia de un pueblo, se lo re-
presenta “llamado” desde antes de nacer (Jere-
Mas cuando el suceso es contemplado desde mías, el “Servidor” de Yavé, Cristo y luego Pablo
la fe y se reconoce en él la manifestación de Dios, fueron “designados” o elegidos desde el seno de
la palabra-relato que lo “resignifica” es interpre- su madre o antes aún)3. Importante es entender
tada como Palabra de Dios. Y como tal entra en que estas narraciones son posteriores a la fun-
un proceso rotativo por el cual es siempre "me- ción cumplida de tales personajes.
moria” y es siempre “anuncio”; al mismo tiempo
que va incorporando sus propias manifestaciones El valor de lo “originario” (como el prestigio de
nuevas, por su “relectura” (o “reescritura”!), va lo creacional) se proyecta a lo histórico. Así tam-
también interpelando como Palabra “abierta” a bién con el éxodo. De dos maneras el Aconteci-
una nueva actuación histórica. El pasado se ha- miento es retrovertido en “promesa”. Primero, en
ce “promesa” para el hombre que escucha esa los relatos de la vocación de Moisés (Ex 3 y 6) y
Palabra. No decimos todo esto para afirmar una en el anuncio de la liberación; segundo, en los de
teoría, o para satisfacción intelectual (el gozo de la Promesa arquetípica dirigida a Abraham y sus
descubrir algo) Sino porque todo ello sugiere que dos descendientes Isaac y Jacob (Gn l2,lss; etc.).
el éxodo es un Acontecimiento pleno de sentido Esta última es concebida en los términos claros
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de la “tierra” (como nación) y de la descendencia “pusieron pues sobre ellos (los hebreos) capata-
(como pueblo), que Israel fue sólo desde y por el ces que los oprimiesen con onerosos trabajos en
éxodo, mucho tiempo después de Abraham. la edificación de Pitom y Rameses, ciudades al-
macenes del faraón” (1 11).
No negamos que haya podido haber una expe-
riencia vocacional en los patriarcas o un llamado La Biblia señala estos episodios como una
a los hebreos esclavos en Egipto, pero la Prome- “opresión” (cf. v. 12 y más adelante n. 5,a). Era
sa, o la vocación, como están narradas, suponen una esclavitud, no sólo en cuanto los israelitas
la experiencia de la liberación y la existencia de “pertenecían” a un señor (como en la antigüedad
Israel como pueblo en su tierra. La Promesa ex- pagana y en muchas regiones del mundo, mo-
presa en forma de designio el acontecimiento derno, v. gr. en Arabia Saudita o en Brasil); más
que, en realidad, la engendra como palabra. Tal bien, la esclavitud se hacía opresión, trabajo for-
es la riqueza de la Promesa, o del lenguaje de la zado. Era una situación alienante hasta el ex-
“vocación”. Dice una profundidad que no era tremo, como puede ser actualmente la situación
captada en el momento de Abrahán o de Moisés. vergonzosa de los portorriqueños explotados en
¿Acaso no usamos un lenguaje semejante, cuan- todos los niveles por sus dominadores4. Toda ex-
do afirmamos o descubrimos una “vocación his- plotación va unida a una prepotencia ignominio-
tórica” en los pueblos latinoamericanos? ¿Por sa, sea del faraón o de los países imperialistas de
qué lo decimos ahora, o cuando está en un pro- la actualidad.
ceso, en lugar de tenerlo sabido desde antes?
Simplemente, porque el lenguaje de la vocación ¿Cómo no gemir en tal situación? Mas, ¿de
(o promesa, en un contexto religioso y expresado que sirve esa angustia impotente? La alienación
en lenguaje religioso) es una manera de “decir” el de los hebreos llega a tal límite que éstos son in-
sentido más hondo de un suceso, desde él. capaces de esperar la salvación. “Así habló Moi-
sés a los hijos de Israel pero ellos no le escucha-
Concluimos, por tanto, que el éxodo es el ron por lo angustioso de su dura servidumbre”
Acontecimiento programático de la experiencia (Ex 6,9). No se trata de una “infidelidad” a la gra-
religiosa de lsrael que establece el valor de la Pa- cia sino de un extrañamiento total del hombre
labra-relato y de la Promesa. Lo hemos enfatiza- que anula hasta la esperanza, última posibilidad
do por sus implicaciones hermenéuticas. Veamos deliberación. Es posible que esta frase –única en
ahora los contenidos del relato. explayándonos toda la Biblia– se nos haya pasado por alto en
en cinco parágrafos: sobre la situación de los he- tantas lecturas que habremos hecho de este ca-
breos en Egipto, la palabra-respuesta (de los pítulo.
oprimidos, del libertador, del opresor en fin), el
suceso mismo y sus episodios, el “relato” herme- Pero emerge en toda su violencia aniquiladora
néutico (en lenguaje mítico-simbólico), y el men- cuando la “redescubrimos” en tantos casos con-
saje de esta narración. cretos de los hombres oprimidos, sin ir más lejos,
en nuestro argentino marginado en las provin-
cias, en el criollo, en el trabajador explotado que
4. ANALISIS DE SITUACION nunca encuentra una “oportunidad” para reali-
zarse como ser humano digno e igual a otros. Es
Tribus hebreas se habían infiltrado en la zona lo que P. Freire aclara tan acertadamente, di-
fértil del Delta del Nilo, al Norte de Egipto, empu- ciendo que el oprimido “introyecta” de tal manera
jadas tal vez por una ola de migraciones de gru- al opresor –y por tanto su propia situación de
pos semitas procedentes de Siria y que los anales oprimido que no imagina otra posibilidad ni
jeroglíficos apellidan “Hicsos”. Dicho movimiento cambio alguno que lo “libere”5. Lejos de ser un
se enmarca inicialmente en el siglo XVIII a C. y dato secundario, la afirmación de Ex 6,9 es la
se prolonga hasta el XVI por lo menos. Esta hipó- señalización, en letras de fuego, del colmo de la
tesis es muy esquemática y oculta un gran nú- alienación del hombre, que ya ni espera siquiera
mero de problemas como ser el “vacío” de algu- en su propia liberación.
nos siglos que ocurre entre la época de los pa-
triarcas y la generación del éxodo en el siglo XIII. Peor aún es esa situación cuando se la “pro-
Sólo nos importa llamar la atención sobre hechos fundiza” hacia adentro mediante una interpreta-
históricos vividos por minúsculos grupos huma- ción de lo sagrado, como en el caso de los indios
nos, científicamente determinados, pero que ori- de Guatemala que celebran la Semana Santa sin
ginan el “descubrimiento” detrás de ellos de una Resurrección, internalizando de esa manera su
presencia de Dios. propia “identidad triturada”6 que necesitan ade-
cuar con la de un Cristo falsificado, sin duda que
La esclavitud concreta de los israelitas en el no por culpa de ellos sino por un triste proceso
país del Nilo obedecía a una actitud característi- hermenéutico que parte de su situación oprimi-
ca de los reyes de aquel tiempo, en este caso de da.
Ramsés II u otros faraones que usaron de los
prisioneros, esclavos y gente marginada o recién El alienado no solamente no tiene conciencia
llegada e inestable, para construir grandes ciu- de lo que puede ser o hacer sino que acepta que
dades. El mismo relato bíblico nos lo confirma: las cosas no pueden ser de otra manera. Incluso
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puede creer que su condición es buena, si no ]a Si esto es así, la liberación de los israelitas en
mejor. Esto no se aplica ya a la alienación eco- Egipto fue un acontecimiento de proyecciones
nómico-social sino a la religiosa (lo analizaremos políticas y sociales. Dios no comenzó salvando en
más adelante). Antes de la “concientización”, el el orden espiritual, ni siquiera del pecado. Salva
alienado acepta la realidad que vive como su al hombre total, cuya realización humana puede
condición natural. Aquélla adviene por la “pala- ser impedida no sólo por él mismo (pecado) sino
bra” (parágrafo siguiente) o por los hechos. también por los otros hombres que abusan de su
poder o de su “status” social.
El acontecimiento del éxodo engendrará la
conciencia-de-libertad del pueblo de Israel, que se Esta constatación es de graves consecuencias
profundizará en la palabra subsecuente, según hermenéuticas para una relectura latinoameri-
estudiamos ya. En cuanto a la “integración” del cana o tercermundista del mensaje del éxodo.
estado de opresión como condición propia no pa- ¿Pusimos alguna vez atención al hecho de que el
rece haberse dado en aquéllos, a juzgar por las Acontecimiento liberador primer, ejemplar, que
referencias bíblicas. En efecto. los israelitas “gi- “revela” al Dios de la salvación, fue político y so-
men” y “claman” ante Yavé, su Dios (Ex 3,7. 9; cial? Dejamos en suspenso esta reflexión para
6,5). retomarla al tratar del Nuevo Testamento.

Recordemos con todo que este relato es “in-


terpretación” del acontecimiento. Sirve para 5. LA PALABRA QUE ANTECEDE A LA LIBERACION
dramatizar la “presencia” del Dios liberador. Más
bien, la “novedad” inesperada de la manifesta- Tenemos la “situación”. Hay también una “pa-
ción de Yavé a Moisés (3,6ss) indica que el pue- labra”, del oprimido, del Dios liberador y también
blo estaba lejos de saber acerca de alguna “pro- del opresor. ¿Qué función y valor tiene cada
mesa” antigua o de una presencia de su Dios en una?
la historia. Por otra porte, el pasaje citado de 6,9
marca la realidad de una postración sin esperan- a) La palabra del pueblo oprimido
za. Así y todo, siempre es posible una “concienti-
zación” por la palabra o por los hechos. También Son los dos relatos de la vocación de Moisés
en esto el relato bíblico del éxodo es iluminador. los que contienen la voz del hombre oprimido,
expresada indirectamente en la propia palabra de
Antes de pasar al tema siguiente cabe una Yavé:
apreciación más sobre el estado del pueblo opri- “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, y
mido. Este es de orden político y social. La opre- he oído los clamores a causa de sus capataces...”
sión en Egipto es de orden político porque es la (3,7); “el clamor de los hijos de Israel ha llegado
autoridad del faraón la que explota a un grupo hasta mí…” (v. 9).
que está en su país, y más, a una minoría étnica
extranjera. La opresión es ejercida desde el poder En el relato más reciente, de cuño sacerdotal
político. Era también una manera de deshacerse (6,1-13):
de los odiados asiáticos, como sabemos por los “He escuchado los gemidos de los hijos de Is-
textos egipcios. rael, que tienen los egipcios en servidumbre…”
(v. 5).
La acusación de genocidio es exacta, pues no
se trataba solamente del aprovechamiento de la La palabra del oprimido es el “clamor” ¿Será
mano de obra por el trabajo forzado que aniqui- un mero lamento pasivo, expresión del dolor?
laba a multitudes, sino de un doble intento de ¿Sería para conmover a Dios, y esperar sólo de El
exterminar la raza, por el trabajo y por el infanti- la salvación?…
cidio (equivalente de la “esterilización” genocídica
que se practica en América Latina con el nombre El motivo del “clamor” es ilustrado sugestiva-
inocente de “planeamiento familiar” orquestado mente en algunos mitos mesopotamios, desta-
por los norteamericanos)7. Los hebreos, en efec- cándose el de Atrajasis, un poema sobre la con-
to, eran numerosos y eso constituía un peligro dición del hombre (con una tradición del Diluvio
político para la seguridad interna del reino (Ex distinta a la contenida en la epopeya de Guilga-
1,7 y 9: “tenemos que obrar astutamente con él més), escrito a principios del segundo milenio
[el pueblo hebreo] para impedir que siga crecien- a.C. Es un mito social. En una primera escena se
do y que si sobreviene una guerra, se una contra narra la rebelión de los dioses menores los que
nosotros a nuestros enemigos y logre salir de es- trabajan, contra los tres patrones, Anut, Enlil y
ta tierra”) Por ello pusieron capataces opresores Enki que gobiernan el mundo sin trabajar y se
(v. 11) y encargaron a las parteras que mataran alimentan con el esfuerzo de aquéllos.
a los niños varones (v. I5ss). Este panorama
connota a su vez una opresión social, por la con- La rebelión, manifestada en una “huelga” y en
dición en que los hebreos estaban y eran mante- un atentado contra el palacio de Enlil (símbolo
nidos. del poder y de la tiranía), tiene éxito. La amenaza
contra los dioses superiores lleva a éstos a exco-
gitar una solución: crear al hombre para que tra-
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baje, y reposen de esa manera los dioses meno- interpretan literalmente el dato bíblico gustan
res. Hay una liberación de éstos, mas a costa de desaprobar la autenticidad de las iniciativas
otro oprimido, esta vez el hombre. También el re- “humanas” de liberación. Ignoran que el éxodo
lato babilonio de la Creación (el Enuma elis) mar- pudo ser, desde una primera perspectiva, un
ca el destino humano al trabajo para los dioses. propósito surgido de los mismos hebreos. Fue el
Eso parece aceptado en una especie de “concien- “Acontecimiento” el que, desde sus propias en-
cia cerrada”. por la cual, la imagen del mundo es trañas, fue manifestando una presencia divina,
como siempre se ha pensado y heredado. con las implicaciones (incluida la Alianza) que
tuvo.
El mito de Atrajasis, en cambio nos presenta
a un hombre más concientizado, ya que al multi- No es por nada que lo decimos, ya que hay
plicarse se rebela también él (a la manera de sus procesos de liberación en nuestro mundo que pa-
antecesores en el trabajo). Para rebelarse contra recen desconectados del Evangelio, pero que, po-
un orden no aceptado, se necesita la unión de co a poco, van configurando una presencia del
muchos (Ex l,9s), y el opresor no puede sino Cristo liberador, como pueden ser los ejemplos
disminuir su número (no destruirlos en una pri- de pueblos o de grupos que luchan por un cam-
mera instancia, para no dejar de ser amo) con el bio de las situaciones de opresión en nuestro
fin de impedir su ascensión. continente. Aquí surge nuevamente una implica-
ción hermenéutica
Así el dios Enlil, el capataz de las obras (cons-
trucción de diques y canales, tarea típica en el Para resumir, el dato bíblico del “clamor” de
suelo mesopotamo) intenta diezmar a la humani- los hebreos a primera vista pasivo, nos ha pare-
dad, primero por la peste, luego con la sequía, cido muy sugerente. Indica, además, que el
después –ya exasperado por la intervención de hombre comienza a estar concientizado –y por
otro dios amigo de la humanidad, Enki (un para- tanto a andar por el camino de la liberación–
lelo del Prometeo hesiódico y trágico)– por el di- cuando clama, eleva su voz, su grito de protesta
luvio. Pero aun ahora fracasa, ya que Atrajasis, y de denuncia. Tal es la palabra del oprimido en
el protagonista “muy inteligente” (pues tal signifi- el relato del éxodo.
ca su nombre) se salva por insinuación del mis-
mo Enki, y de tal manera la humanidad perdura
sobre la tierra. Enojado Enlil, persiste en sus b) La palabra del liberador
propósitos y manda la esterilidad u otras defi-
ciencias genéticas a las mujeres, siempre con el En los dos relatos vocacionales de Ex 3 y 6
objetivo de reducir a la humanidad “peligrosa”. Yavé es representado como sabedor de ]a opre-
sión del pueblo de Israel (“he visto..., he oído”,
Este mito extraordinario tiene algo de trágico, 3,7.9; 6,5), como revelador de un designio de
ya que el hombre fracasa en su propio intento de salvación inmediata (“he bajado para liberarle”,
liberarse. Esto no está dicho porque sí nada 3,8; “yo os libertaré de los trabajos forzados…”,
más… La historia se repite. Pero al menos se 6,6ss) que culmina en el don de la tierra (3,8;
enuncia el hecho de la rebelión (que incluso tiene 6,4. 8) y en la constitución de una nación libre
un arquetipo en la de los dioses menores). (6,7). Como es propio de su modo de obrar, elige
un intermediario como líder. en este case Moisés.
Esa sublevación se anticipa con el vocablo Al expresar este designio divino, el hombre de fe
“clamor” (rigmu en babilonio)8 que nos recuerda confiesa la conciencia de su propia vocación a la
el de los hebreos en los pasajes citados hace un libertad en un sentido trascendente. Vocación
momento. Por un lado la situación del mito me- inamisible, por tanto. Negarse a ella es borrar el
sopotamio parece más auténtica: el hombre se propio rostro, perder el “ser”. Tan significativa es
rebela y lucha; el “clamor” de los hijos de Israel, esta vocación, dicha como designio de Dios, que
en cambio, parece más pasivo. Gritan a su Dios el nombre mismo de Este la pronuncia.
en lugar de obrar. Por otro lado, la cosmovisión
mesopotamia no aporta ninguna salida liberado- El capítulo 3 del Exodo describe una humilde
ra para el hombre oprimido, ya que no se da un teofanía visual transformada en una espectacu-
Acontecimiento hermenéutico y concientizador lar teo-logía o epifanía de la Palabra, en la que
como el del éxodo… Por algo el mito culmina con Dios revela su Nombre de Yavé “el-que-hace-
la frustración del hombre. existir” (a Israel), el liberador que recrea a su
pueblo destruido. Es en el contexto de la “libera-
Más aún, como relato de un “suceso” arquetí- ción” de la esclavitud de Egipto cuando Dios da a
pico, retromentaliza en el sentido de esa frustra- conocer su nombre dinámico, nombre que queda
ción: el deseo de liberación queda truncado. Los marcado por la “memoria” del éxodo. Sólo cuan-
hebreos “claman” a Yavé, pues “esperan” la libe- do, más tarde, se dé una valoración metafísica
ración. El profundo sentido religioso de la cos- de la idea de Dios, Yavé será interpretado como
movisión bíblica enfatiza la iniciativa divina del “el que es”; los ídolos son “nada”.
proceso, pero esa es propio del lenguaje religioso;
no significa que históricamente haya sido así. Es Esta concepción, muy remarcada por el Déu-
oportuno indicarlo, ya que algunos teólogos que tero-Isaías (40,18ss, etc.), quedará consagrada
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en la versión griega de la Biblia (“yo soy el que tantas veces ocurre. Lo grave está en que nace
soy”). Mas originariamente, “Yavé” es el nombre un miedo interior, el “miedo a la libertad”, a
del “Dios de los ejércitos”, de la guerra santa; un asumirla en todos sus riesgos10. En última ins-
nombre programático, portador de un designio tancia, es ponerse del lado del opresor y contra el
de lo alto y generador de una esperanza en el libertador…
hombre. Siendo “Yavé” el nombre característico
del Dios de los hebreos, su culto y su fe queda- Ex 5,20s ilustra notablemente este fenómeno:
ban centrados en el recuerdo y la invocación del tras el “endurecimiento” del faraón que tiene no-
Dios “liberador”. ticia del proyecto subversivo y tras la imposición
de nuevas cargas laborales, los representantes
La palabra de Dios tiene también una función del pueblo ante el palacio enrostran a Moisés y
concientizadora: primero, porque revela un de- Aarón con estas acusaciones: “vosotros habéis
signio salvífico, expresado aquí en términos cla- sido causa de que el faraón no pueda vernos y
ros de “liberación”. Segundo, por el diálogo con habéis puesto la espada en sus manos para que
Moisés, el líder del pueblo que “interpreta” aquel nos mate”. En cierto modo se ponen del lado del
designio en forma de vocación a conducir el pro- rey, prefiriendo que las cosas sigan como están;
ceso. Ese “entender” el nuevo compromiso es la “cause” del mal no está en él sino en quien
lento, cual aparece en la quíntuple objeción que concientiza y promueve para la liberación.
hace (3,11‘¿y quién soy para ir al faraón?; v. 13
‘pero si voy… y me preguntan…’; 4,1 ‘no van a Pero las cosas no acaban allí. Moisés también
creerme…’; v. 10 ‘pero Señor, yo no soy hombre “acumula” en sí ese miedo a la libertad y re-
de palabra fácil…’; v. 13 ‘manda tu mensaje, te lo transmite la acusación a Dios mismo, autor úl-
pido, por medio de otro’). timo del proyecto de liberación: “Señor, ¿por qué
castigas a este pueblo? ¿Por qué me has envia-
Las dudas y rechazos del líder se explican en do? Desde que fui al faraón a hablarle en tu
él, porque sabe que la misión encomendada es nombre, maltrata al pueblo, y tú no haces nada
de una difícil magnitud, mas también porque para librarle (5,22s). Como si el itinerario des-
son la proyección de las dudas y desconfianzas cendente de la Palabra concientizadora se invir-
del pueblo, sumido en su postración y vacío de tiera por una palabra ascendente que viene del
esperanza. Por eso el diálogo entre Yavé y Moisés opresor o de su sombra.
tiene la intención de “ablandar” el corazón del
pueblo para que inicie su proceso liberador.
c) La Palabra del opresor
Cabe observar que únicamente en este relato
(“yavista-elohista”) de Ex 3-5, el pueblo llega a La hemos comentado en parte. Es el “endure-
“creer” (cf. 4,31); porque se dio la palabra acla- cimiento” en su egoísmo y el enceguecimiento
radora que convence desde dentro. El único que frente a la realidad de los demás. El relato de las
no puede ser “concientizado” es el opresor. Sa- plagas enseña una actitud notable del opresor
bemos por otra porte que el opresor nunca libera egipcio: su corazón se “endurece” cuando Yavé lo
ni se libera a sí mismo. Más bien, cuando nace advierte con castigos (una forma “religiosa” de
un proceso de liberación que lo afecta, se cierra acción subversiva…) y también cuando le perdo-
herméticamente y oprime con más violencia. Es na y lo deja obrar desde él mismo: entonces se
lo que sucede en el éxodo: el faraón se “endure- revela su alma de opresor (cf. 8,11.27s; 9,34s;
ce” (un vocablo feliz para indicar la psicología del 10,20). No hay palabra de Dios (su conciencia) ni
opresor!. El largo relata de las plagas (7-11) de los oprimidos que lo conmueva. No puede
muestra el “crescendo” del egoísmo del poder fa- aportar ninguna solución desde sí mismo.
raónico.
El opresor no puede liberar nunca… las res-
Pero hay más: el opresor se “endurece” no só- puestas del faraón a los mensajeros del designio
lo en su interioridad al no aceptar el cambio y al divino –Moisés y Aarón– son de rechazo, o astu-
oponerse a la libertad de los oprimidos, sino tas (como en el caso de 10,11, en que permite sa-
también oprimiendo más. Al conocer el proyecto lir sólo a los hombres, forzándolos así al regreso
de liberación (5,1-5) los explota al máximo, exi- a sus familias) o falsas. La opresión está al servi-
giendo de ellos la misma cantidad diaria de ladri- cio de sus intereses o para engrandecer su poder.
llos pero añadiendo la obligación de proporcio- La oposición de Yavé con sus prodigios –
narse la paja ellos mismos (5,6-19). La historia mediante los gestos de Aarón con la vara– susci-
de la esclavitud y de la opresión está llena de pá- ta su propia voluntad de poder.
ginas como ésta. lo que sucede, por ejemplo, en
la Amazonía brasileña y en varios otros países no Este enfrentamiento de “poderes” es significa-
es sino el recrudecimiento de un viejo sistema9. tivo, ya que prepara el gran momento de la libe-
ración como un acto de fuerza de Dios (cf. más
La consecuencia de este método inhumano adelante). Los hebreos no tienen ningún poder, al
está a la vista: amedrentar al oprimido. Pero no estar esclavizados y desposeídos de los medios de
sería tanto si este miedo fuera exterior, fortifi- liberación. Sólo un poder superior puede soco-
cando en el fondo la decisión de liberarse, como rrerlos. De ahí la manifestación de las plagas y la
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 7

intervención salvífica de Yavé en favor de su pascua, al conmemorar a ésta, incluía a todas


pueblo. Volvamos a advertir que el relato es sus consecuencias.
esencialmente religioso y que por ello remonta
hasta Dios la iniciativa y las garantías, o el po- Como fenómeno religioso típico, cabe señalar
der, de la liberación. que lo que se fue haciendo a lo largo de los siglos
en la “memoria” pascual se tomaba como reali-
Ingenuo sería “esperar” que hoy suceda otro zado en la primera pascua. Todo círculo herme-
tanto, en forma literal Aquella “presencia” inme- néutico corre en dos direcciones: del suceso ar-
diata de Dios es mas representacional que un quetípico al presente existencial y de éste a
suceso literal; quiero decir que no se manifestó aquél, asimilando simultáneamente a todos los
de esa manera, sino que fue “reconocida” a partir momentos intermedios no ya como anillos enci-
del acontecimiento mismo y expresada luego en mados sino como fusionados en la última “relec-
el lenguaje mítico-simbólico que ahora leemos en tura”. Yo no puedo celebrar la pascua sino por-
el Exodo. Sabemos ya la riqueza que revela este que se dio el acontecimiento del éxodo, pero en
fenómeno de “profundización”. Nos interesa aho- esa “memoria” actualizo también los otros mo-
ra remarcar la manifestación de aquel poder de mentos de liberación del pueblo.
Yavé, superior al del faraón opresor. A éste solo
se lo supera con otro “poder”. Aun el reenfoque de la “Pascua” de Cristo está
en continuidad con la del éxodo: pero toda “me-
Ahora bien, hay una conciencia muy clara de moria” tiene sentido para mí si estoy de alguna
que no hay poder superior al del “pueblo” unido, manera metido en un proceso actual de libera-
comprometido. Cuando un pueblo entero rechaza ción. Un opresor no puede celebrar la “pascua”;
a un tirano crea un “vacío de poder” irremisible. sería una falsedad. A lo más, podría reeditar al-
Los hebreos no representaban a Egipto, pero fue guna festividad faraónica... La pascua no le sirve;
su decisión de rebelarse todos y de huir (no se por eso, y porque es una “memoria subversiva”.
trataba de una toma del poder!) la que les dio el
éxito. El faraón no pudo hacer nada contra el
grupo unido. Pero éste se organizó y no dudó en b) La salida de Egipto
marchar porque estaba “concientizado” y sabía lo
que tenía que hacer, a pesar de las resistencias y El momento mismo de la liberación está rela-
de las dudas iniciales. El enfoque religioso del re- tado en los capítulos 12-15 del Exodo. Todos sa-
lato no nos da ya elementos para juzgar la “estra- bemos los episodios de la salida del país de los
tegia” de la epopeya liberadora, pero eso mismo faraones. Queremos solamente anotar dos deta-
nos dice que un proceso de liberación que tiene lles: por un lado, el rey “afloja” cuando tiene la
todos los contornos de un echo político y social soga al cuello (la muerte de los primogénitos de
puede muy bien –o debe ser, para una conciencia todo su país, 12,29-33) Aún así, su decisión es
cristiana– interpretado como voluntad de Dios. forzada Su conciencia sigue siendo la de un
opresor, que no puede liberar a nadie desde sí
mismo.
6. EL SUCESO DE LA LIBERACION
En efecto, no bien se siente sin los oprimidos,
Lo escrito hasta ahora en el relato bíblico es le trastorna el vértigo del poder y exclama: “¿Qué
la preparación y toma de conciencia de una vo- es lo que hemos hecho dejando salir a Israel y
cación a la libertad. El hecho mismo de la libera- privándonos de sus servicios?” (14,5). Y sale a
ción se desarrolla en varios episodios, que nos perseguirlos para retenerlos aún como esclavos.
ponemos a meditar. Los necesita, como amo que es. Sin ellos, él no
“es”. Sin sus servicios, no es el gran faraón de
Egipto… Sólo deja de ser opresor cuando los he-
a) La Pascua breos se salvan de él. Pero en ese mismo momen-
to se destruye a sí mismo, él y todo su “poder”
Todo el capítulo 12 del Exodo establece el ri- (14,28).
tual de la Pascua interpretada como, "memorial”
del acontecimiento salvífico (vv. 14.17 .27 .42.5 Por otro lado, algo notable sucede también en
1). Se proyecta evidentemente a aquel momento el corazón de los hebreos, en la etapa culminante
un rito plasmado a través de muchos años y muy de su proceso liberador. A pesar de todas las ga-
posterior en cuanto al desarrollo descrito. Mas rantías (simbolizadas en la palabra y en la mano
eso mismo es significativo, ya que, de nuevo, es- orientadora de Dios, y en su presencia por media
tamos en presencia de una “desimplicación-del- de la nube y el fuego), el pueblo deja asomar una
sentido” de aquel suceso salvador: toda “pascua” última “duda” cuando el peligro es extremo y pa-
rememoraba esa presencia de Dios en la historia rece que todo fracasará (14,9s). De su boca sale
del pueblo (de hecho, todas las fiestas judías fue- esta “murmuración” contra su líder: “¿Es que no
ron siendo referidas al éxodo). Al hacerlo así, to- había sepulcros en Egipto, que nos has traído al
dos los hechos significativos posteriores se en- desierto a morir? ¿Qué es lo que nos has hecho
tendían a la luz de la liberación originaria, y la con sacarnos de Egipto? ¿No te decíamos noso-
tros en Egipto: deja que sirvamos a los egipcios,
8 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

que mejor nos es servir a ellos que morir en el tante mismo de la liberación. La libertad era la
desierto? ' (v. 1 1s). meta de la liberación, pero a su vez la resignifica.

Paradójico como es, el episodio tiene su hon- El “cántico del Mar” de Ex 15 celebra al Dios
da motivación: la “concientización” previa a un del éxodo en el momento mismo de la liberación
proceso liberador, y que lo pone en movimiento (cf. v. 1) pero desde el don pleno de la tierra,
nunca es plena. Sólo el acontecimiento mismo re- acumulando en la alabanza una larga experien-
vela todo su “sentido”. El ejemplo del éxodo es cia de la salvación entendida en continuidad con
por demás significativo al respecto. Por eso el re- el acontecimiento originario del éxodo. Para no-
dactor subraya el final: la actitud de seguridad a sotros: ¿qué puede “significar” hoy cantar un Te
partir del Acontecimiento: “Israel vio la mano po- Deum en una fiesta patria?
tente que mostró Yavé para con Egipto, y el pue-
blo temió a Yavé, y creyó en Yavé y en Moisés su
servidor” (14,31). 7. EL RELATO HERMENEUTICO

Hasta ahora hemos reflexionado a nivel de


c) El canto triunfal “acontecimiento”. Sin embargo, hemos supuesto
todo el tiempo el relato actual del libro del Exodo.
Del acontecimiento surge el “sentido” Es lo Uno y otro, sin embargo, no se recubren. El lec-
que venimos afirmando todo el tiempo como te- tor tendrá en cuenta lo meditado al comienzo de
ma central de este ensayo. La alabanza es una este capítulo, en el parágrafo intitulado: “del
forma de expresión del sentido. Es “interpreta- Acontecimiento, a la Palabra”.
ción”. Cómo tal, dice algo más de lo que sucedió.
La oración de acción de gracias es distinta, más Podemos ahora reducirnos a la palabra-relato,
profunda, que la de petición previa. apenas aludida en aquel lugar. La narración dice
más de lo que aconteció exteriormente en la ges-
Uno pide según el “deseo”, que a veces es ilu- ta de la liberación. Es “ interpretación”, la cual
sión. Pero agradece según lo acontecido, y el nunca deforma el acontecimiento sino que lo en-
acontecimiento se revela de inmediato como “do- riquece con una visión más honda.
nante-de-sentido” por las prolongaciones que
tiene en la existencia presente y el acontecimien- El lenguaje de nuestro relato es de estructura
to, porque corrige el deseo, se me aparece para- simbólica y mítica. No es mítico el acontecimien-
dójicamente como más profundo aún: la evoca- to, que nada tiene que ver con la historia primor-
ción del Dios salvador es más honda si la prece- dial de los dioses (cuya “intención”, por otra por-
dió la invocación. Pero aquélla, no ésta, es her- te, no deja de ser “verdadera”), sino con la expe-
menéutica. El magnífico “canto del Mar” (Ex 15) riencia histórica de esclavitud y de salvación que
evoca a Yavé como el gestor de la liberación: conocieron los hebreos en Egipto.

Cantaré a Yavé que se ha mostrado sobre Con todo, cuando un suceso es interpretado
modo glorioso; en su instancia trascendente, no puede ser rela-
El arrojó al mar al caballo y al caballero; tado como crónica o en su realidad externa. Por
Yavé es mi fortaleza y mi protección. El fue mi un proceso característico, fenomenológicamente
salvador. analizado, el nivel de trascendencia se “pasa” a
El es mi Dios, yo le alabaré. su exterioridad contingente, que súbitamente
Yavé es un fuerte guerrero, ‘Yavé’ es su nom- aparece integrando elementos “milagrosos” y ex-
bre. traordinarios. Es lo propio de la narración míti-
Precipitó en el mar los carros del faraón y su co-simbólica, que es fundamentalmente herme-
ejército). néutica. Mejor, porque es hermenéutica (descifra
el acontecimiento) necesita un lenguaje distinto
Pero tiene lugar en esta alabanza el mismo al de la historiografía profana.
fenómeno observado en el ritual de la pascua
(12,1ss): su redacción actual es muy posterior. Ahora bien, el símbolo es “remisor” a lo tras-
Supone, entre otras cosas, la instalación de Is- cendente, y el mito es “remisor” a lo arquetípico y
rael en la tierra de Canaán, país montañoso que creacional. De ahí ese lenguaje típico de la reli-
en el v. 17 es representado como el “santuario” gión y que no está ausente –no puede estarlo– de
hecho por las manos de Yavé. la Biblia, que habla constantemente de una pre-
sencia de Dios en los acontecimientos del hom-
En otras palabras, se interpreta el aconteci- bre. La historia bíblica es manifestadora de un
miento del éxodo desde su plenificación en la tie- “sentido” más que reproducción de hechos con-
rra de la promesa ; los dos mementos de la sali- tingentes. El relato de la liberación de Ex 1-15
da'(de Egipto) y de la “entrada” (en la tierra) son. está lleno de imágenes simbólicas y de hechos
correlativos. Aquél apunta a éste; la “entrada” no míticos (las plagas, la travesía fabulosa del mar,
sólo completa a aquél sino que ahonda el “senti- los diálogos de Dios con Moisés, el anegamiento
do” que no era totalmente perceptible en el ins- del faraón con sus huestes, la columna de humo
o de fuego, etc.).
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 9

Repetimos a los no iniciados en el estudio del El éxodo fue “la” experiencia salvífica de Is-
lenguaje religioso: no se trata de una distorsión rael. Quiere decir que este pueblo fue entendien-
histórica, sino de una exploración del “sentido” do la salvación (componente fundamental de to-
trascendente de las cosas o de los hechos. Una da cosmovisión religiosa) en términos de “libera-
“historia sagrada” no puede coincidir –a nivel de ción”. Los vocablos hebreos nasal y yasa. conno-
forma– con una crónica común, del mismo suce- tan los dos aspectos a la vez. Sucedió también
so. Pero no son dos historias, paralelas. La “his- que la propia historia de ese pueblo (sin escato-
toria sagrada” manifiesta el designio y la signifi- logía post-mortem y sin dualismo alma-cuerpo)
cación de la historia conocida de los hombres. La enfatizó una experiencia de Dios como salvador
perspectiva y el lenguaje son distintos. Y es más en el plano de lo terrestre. con una fuerte rela-
profundo que así sea. No nos extrañemos, por lo ción a lo político y social en que la “independen-
tanto, de encontrar este lenguaje tan peculiar en cia” era una expresión concreta y existencial de
el relato de la liberación del pueblo de Israel. la protección de su Dios.

Queremos que el lector quede pensando en En una teología de la historia, este hecho tie-
este fenómeno, que también se repite en nuestra ne su trascendencia: al Dios se lo comprende
propia historia. A pesar de la mentalidad científi- como salvador porque actúa en la historia de los
ca e historicista en que, como occidentales, vivi- hombres, no en primer lugar para una meta-
mos desde hace siglos, las gestas patrias nos son historia. En la fe de Israel, confesada en los “cre-
transmitidas a nosotros con no pocas modifica- dos” centrales (v. gr. Dt 6,2Oss; 26,5ss; Jos 24,2-
ciones. Los “héroes” son tales desde sus oríge- 13, etc.), “salvación” equivale a “liberación”, y a
nes; otras veces son “comprendidos” en esa cate- Dios se lo define por el éxodo, o sea, como “libe-
goría mucho tiempo después, por lo que signifi- rador”. Estamos diciendo que la “liberación” no
caron; otras en fin, pasan a primer plano algunos es un concepto advenedizo sino el centro del ke-
que no eran tan importantes en un comienzo o rigma bíblico.
para un grupo.
Desde entonces, ¿con qué derecho se puede
Un “revisionismo histórico” es justificable acusar a la actual “teología de la liberación” de
cuando denuncia la utilización de las figuras pa- ser una excrescencia de la teología bíblica? ¿Có-
trias para fines opuestos a los de la revolución li- mo hay “teólogos” que se atreven a negar los de-
bertadora original o el oscurecimiento de otras rechos de una “hermenéutica” del éxodo como
que no “convienen” a los intereses espurios de momento teológico latinoamericano? Allí está el
una nueva casta opresora. Un argentino bien in- acontecimiento del éxodo y la fe en un Dios que
formado sabe que hay “héroes” nacionales que algo hizo por la liberación histórica de un pue-
no han servido mucho al país… y otros que han blo…
sido “tapados” o de quienes se ha practicado una
“erasio memoriae”. Pero ya no resulta el “revisio-
nismo” cuando pretende despojar los elementos b) La mediación del líder
míticos crecidos en torno a las figuras patrias de
los orígenes. El pueblo fue “explicitando” en el re- ¿Por qué Dios no salva directamente a Israel,
lato mítico el sentido de tal o cual personaje para sin “llamar” a Moisés? En la historia de la salva-
toda la historia argentina, su dimensión meta- ción Dios se sirve de muchas mediaciones hu-
acontecimental. manas. En efecto, su presencia en nuestra histo-
ria pone de manifiesto los resortes de la misma y
Así también los hebreos no se contentaron los orienta a sus fines. A nivel de relato religioso,
con los datos escuetos del éxodo sobre Moisés, el Moisés es un líder porque fue “llamado” por Yavé
líder de la liberación (a pesar dé estar ya mitolo- y recibió la misión de sacar a Israel de la esclavi-
gizados) sino que acrecentaron su figura con in- tud. Pero en realidad fue llamado porque era un
numerables episodios apócrifos, a cada cual más líder. Sólo que la “interpretación” –que explora el
extraordinario. No hay allí un afán de fabulación “sentido”– invierte la relación, tal como aparece
sino una expresión hermenéutica de la “com- en el lenguaje kerigmático.
prensión” profunda del personaje-clave de su
historia. En segundo lugar, la mediación humana jue-
ga un papel relevante en el proceso de la fe. Moi-
sés en el enviado de Dios; sin su aceptación no
8. EL MENSAJE puede darse la liberación. Según 6,9 que hemos
comentado, los hebreos “no escucharon” a Moi-
Lo que llevamos expuesto nos está diciendo sés. Tal actitud significaba bloquear los planes
una y otra vez la riqueza kerigmática del éxodo. de Dios. No tenía sentido que Yavé eligiera a
Para completar, vamos a comentar otros cuatro otro, más “credible” para los israelitas. Dios se
aspectos de este mensaje, dejando cada vez una revela tanto a través del Acontecimiento, como a
línea de reflexión para el lector. través de una persona.

a) Salvación-liberación La figura de Moisés es clave no solo porque


fue el caudillo que realizó la salida de Egipto
10 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

(como mediador) sino también porque expresa dicen su palabra de concientización liberadora
una dimensión esencial de la fe. Era más fácil ¿Los seguimos, los “interpretamos”, o los recha-
para los hebreos creer en Yavé, directamente, zamos?
que en Moisés, ser humano como ellos. Mas ese
mismo Dios se expresaba por Moisés, y había
que asumir esa forma histórico y “personal” de la c) Una conciencia de libertad
vocación a la libertad. No era fácil.
Todo lo que fue el éxodo, quedó grabado pro-
Este tema de la fe en el enviado ha sido tan fundamente en el ser de Israel como una expe-
bien captado por la tradición bíblica que toda la riencia muy honda. Fue, en efecto el aconteci-
literatura profética lo vuelve a marcar (cf. la crí- miento más decisivo de su historia, en el que
tica de Jeremías 25,3ss). La fe en el profeta como captó un sentido liberador de Dios y un valor
enviado de Yavé es la clave para entender al Dios esencial en su vocación, la libertad. De ahí que la
de la historia, cuyo intérprete aquél es. El evan- conciencia fundamental de Israel sea una con-
gelio de Juan es otro lugar bíblico donde más se ciencia de libertad a nivel de comunidad de la
destaca el valor de la fe como reconocimiento del Alianza, de pueblo como decimos también, y a
enviado. Jesús es aquí el correlato tipológico de nivel de persona.
Moisés (cf. especialmente Juan 5,43ss y las mu-
chas discusiones con los judíos en que Jesús les Madurada en una larga reflexión y recogida
critica su incredulidad en El y, por tanto su en la tradición central y luego en la Palabra es-
“desconocimiento del Padre). crita, dicha a experiencia se eleva a la categoría
de un mensaje para todo hombre. Enunciación
La tradición rabínica había completado tam- del acontecimiento ejemplar anuncio de una vo-
bién en esto el dato bíblico y el discurso de Este- cación, denuncia de lo que no se es, tal es el va-
ban en el sanedrín de Jerusalén explota ese mo- lor de este kerigma de la libertad.
tivo: partiendo del hecho de que los hebreos no
creyeron en Moisés, a pesar de haber sido el Si la libertad es uno de los valores intrínsecos
caudillo elegido por Dios para salvar a Israel, del hombre, y si el mensaje del éxodo lo manifies-
acusa a los judíos que le están escuchando, di- ta como vocación esencial de un pueblo ¿de dón-
ciéndoles que ahora ellos no aceptan a Jesús de ciertas suspicacias contra la apertura a la li-
como el nuevo autor de la Vida (Hch 7,20ss, pero bertad? ¿De dónde la anulación de la misma en
sobre todo los vv. 35s y 51ss). Los judíos de aho- tantas formas tradicionales de vida cristiana? Y
ra, denuncia Esteban, repiten la actitud de sus la pregunta más dramática: ¿por qué en América
padres (v. 51 al final). Latina la Iglesia estuvo y en parte está aún, tan
alienada como para no ver los signos de los
La fe bíblica, que no es intelectual sino diná- tiempos que señalan claramente por donde pasa
mica y existencial, se expresa en varias dimen- la liberación? ¿Por qué tanto tiempo colaboró con
siones: como fe reconocimiento de Dios en el los factores de dependencia de los pueblos y tra-
Acontecimiento (teología del éxodo), como fe- tó de antievangélicos a muchos movimientos de
compromiso a la palabra dada (en la Alianza), liberación?
como fe-fuerza en el testimonio (teología del Es-
píritu en Lucas), como fe-apertura para al don de
Dios (frecuente en los evangelios sinópticos) co- d) La violencia
mo fe-aceptación del enviado. Cada aspecto tiene
su riqueza. Amor y violencia son dos polos opuestos pero
conectados. Otra es la oposición entre amor y
En este parágrafo estamos tratando de valorar odio, esta vez irreductible i El amor puede ser
la última forma mencionada, ligada a la presen- violento, cuando el objeto amado no puede ser
cia de Moisés en el relato de la liberación. Pode- retenido o recuperado sino por la fuerza. El amor
mos concluir con una reflexión para nosotros: traicionado también es terrible. El amor al otro
catequizados en una revelación “terminada” y en es “ paz” cuando está bien, pero es ”lucha” cuan-
una incapacidad hermenéutica para reconocer do media la injusticia. o se justifica el pacifismo
formas nuevas de la presencia de Dios en nues- a toda costa”11 cuando la ausencia de justicia lo
tra propia historia (confesar que El dirige la his- convierte en “espectáculo” de la miseria ajena.
toria y confiar en su providencia sin reconocer Esta actitud vale para el teatro trágico, no para
su paso en los acontecimientos de liberación es la praxis cristiana.
hacer una teología para la evasión de todo com-
promiso), no estamos preparados para interpre- La historia del éxodo es harto instructivo a es-
tar el papel de ciertos hombres en la historia de te respecto a Dios obra con energía: “os libraré de
nuestras pueblos. su servidumbre y os salvaré a brazo tendido y
por grandes juicios” (Ex 6,6); “bien se yo que el
En nombre de una fe mal concebida el cris- rey de Egipto no os permitirá ir sino en mano po-
tiano tantas veces ha rechazado a un “intérpre- derosa (3,19) Si la opresión es llevada al extremo
te?” de Dios. Nuestra historia latinoamericana ha de la represión, la acción liberadora no puede ser
tenido y tiene, sin embargo nuevos “Moisés” que sino violenta, como es la destrucción de toda la
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 11

armada faraónica, o ser preparada por medios Volvamos a la pregunta precedente: ¿Por qué
persuasivos nada suaves, cual fueron las plagas el Dios del éxodo actúa con violencia? ¿Por qué
(“el faraón no os escuchará, pero yo pondré mi no respetó la vida de los egipcios, cuyo rey y cu-
mano sobre Egipto…”, 7,4. yos primogénitos sacrificó? Porque la opresión
nunca se justifica. La justicia nunca puede tener
¿Cómo se explica que Dios (y no se diga que motivo. Tampoco es “pasable” por la resignación
El es “señor” de la vida de los hombres… porque cuando se agotan los medios legales o “pacíficos”
es proyectar en El la “sombra” del opresor que de erradicarla.
conocemos y que “juega” con la vida de los de-
más), cómo explicar entonces que Dios obre de La justicia es un bien radical, que reclama del
esa manera violenta? Pues que la “situación” de amor (aunque parezca paradójico) una actuación
los hebreos no admitía otro camino. Dios intenta violenta Es una verdad tan límpida que nos es-
en primera instancia la vía “pacífica” haciendo candaliza porque hemos desfigurado la imagen
que Moisés y Aarón pidieran al rey que los dejara del amor. A su vez, la libertad es un don tan ín-
salir (3,18; 5,1, etc.). Pero el opresor nunca libe- timo y exigente que, cuando está obnubilada o
ra. Dejaría de “ser” lo único que “es”. perdida, demanda la liberación a toda costa. El
Dios de la paz es antes el de la justicia y de la li-
Las innumerables respuestas del faraón están bertad, la paz es “pecado” cuando sirve para
aquí para convencernos de que todo camino de mantener la injusticia y la dependencia (es el
liberación se inicia desde abajo y va contra el po- colmo de lo paradójico que quienes proclaman la
der opresor Es de la esencia misma del juego paz-en-la-justicia a menudo son los autores o co-
“opresión-liberación” la lucha entre dos poderes laboradores de la violencia del poder…).
Así sucedió con todas nuestras gestas de inde-
pendencia que no pudieron ser pacíficas ni resul- Eso de la “violencia injustificada” es una for-
tado de un entendimiento. ma típica de “introyectar” al opresor en el opri-
mido. Y por ahí reaparece la religión “opio del
Toda liberación se realiza cuando se suprime pueblo”. Y cuando el Evangelio del auténtico
el poder del opresor y se instaura otro poder, es- Amor se degenera en “opio de los cristianos”,
ta vez salvífico. Es la ambivalencia del poder, sal- ¿qué esperanza queda para el mismo cristiano?
vífico por vocación, opresor por degeneración, la
que da razón de nuestra historia de dependencia ¿No es de una inmensa riqueza hermenéutica
y de los procesos de liberación12. el tema del éxodo?

8
Una nueva traducción del mito en W. G., LAMBERT-
* A.R. MILLARD, Atrahasis: the babylonian story of the
CROATO, S. Exodo: acontecimiento y palabra, en: Libe-
flood, Clarendon, Oxford, 1969.
ración y libertad, CEP, Lima 1978, 25-52.
9
Véase la denuncia en El grito del obispo, Vispera
1
Así lo henmos comprendido y estructurado en Histo- n.27 (1972) 17-19. E. GALEANO, o. c. p. 208ss, AA.VV.,
ria de la salvación, Paulinas, Buenos Aires 1970, c. II-III Ahora en Honduras, Contacto 12 n.6 (1975) 69-78, etc.
( esta obra está siendo revisada para una nueva edi-
10
ción). P. FREIRE, Pedagogía del oprimido, pp. 42-45.
2 11
G. GUTIERREZ, Teología de la liberación, Sígueme, Sa- 31) P RICOEUR, El conflicto ¿signo de contradicción y
lamanca, 1972, 203ss; AA.VV., Revista Bíblica 32 n.139 de unidad?, Criterio n. l668 (24/5/1973) 252-258, esp.
(1971); J. de SANTA ANA, Notas para una ética de la libe- p. 254 (la ideología de la conciliación a cualquler pre-
ración a partir de la Biblia, en: Pueblo oprimido, señor cio); J. L. SEGUNDO Conversâo e reconciliaçâo na pers-
de la historia (ver n.l4) 113-125, esp. p. 118 ss. pectlva da moderna Teologia da libertaçâo, Perspectiva
Teelogica 7 n.l3 (1975) 162-178. Id. Cristianismo y So-
3
Jer 1,4s; Is 49,1.5; Lc 1,26ss; Gál 1,15. ciedad 13 n. 45, 1975, 17-25; G RUIZ, Año jubilar hebreo
y año santo cristiano. Como se puede espiritualizar una
4
E. GALEANO, Las venas abiertas de América Latina, reconciliación y reforma social, Diálogo 22 (1975) 11-20.
Siglo XXI, México 1971, p.106, n.28.
12
Véase nuestro ensayo, La función del poder, salvífica
5
P. FREIRE, o. c.., p. 44ss; Id., La educación como u opresora?, Revista Bíblica 33 n. 144 (1972) 99-106. J.
practica de la libertad, Siglo XXI, Buenos Aires, 1972) GRACIARENA, Poder y clases sociales en el desarrollo de
37ss. América Latina, Paidós, Buenos Aires 1967.
6
E. GALEANO, o. c. p. 76s. S TRINIDAD, Cristología, con-
quista, colonización, Cristianismo y Sociedad 13 n.43-44
(1975) 12-28.
7
Recuérdese la "acusación" dramática simbolizada
por el filme "Sángre de Cóndor" del boliviano Jorge San-
jinés; AA.VV., Esterilización en vez de reforma agraria,
Diálogo (Guatemala) n.22 (1975) 25.

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