Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los perros
hambrientos
ePub r1.0
jugaor 23.04.15
Título original: Los perros hambrientos
Ciro Alegría, 1939
El sol es mi padre,
la luna es mi madre,
y las estrellitas son
mis hermanitas.
Si vizcacha juera,
tu nido rondara
y a la pasadita… fissst,
yo te silbara.
El Sol es mi padre,
la Luna es mi madre,
y las estrellitas
son mis hermanitas.
Semanas, meses.
El cielo reluciente simulaba una
comba de acero pavonado. Desde la
parda aridez de la tierra, las calaveras
de los animales le apuntaban el negro
taladro de sus cuencas vacías.
Y los hombres que no clamaban por
lluvia en la penumbra de sus bohíos,
hallábanse, sin duda, arañando las
entrañas de la tierra en pos de agua.
XIX
LA LLUVIA GÜENA
•
CIRO ALEGRÍA BAZÁN
(Huamachuco, 1909 - Lima, 1967).
Periodista, político y escritor peruano.
Sus primeros estudios los realizó en
Trujillo, donde tuvo como maestro al
poeta César Vallejo. Siendo aún escolar,
empezó a colaborar con medios
periodísticos de dicha ciudad.
Posteriormente, su intensa actividad
política le valió varias estancias en
prisión y su exilio a Chile en 1934.
En ese periodo escribe sus obras más
significativas: La serpiente de oro
(1935), sobre la vida de los balseros a
orillas del río Marañón; Los perros
hambrientos (1939), que presenta la
lucha del hombre altoandino contra la
sequía y la pobreza; y El mundo es
ancho y ajeno (1941), un gran cuadro
épico de la lucha de la comunidad
indígena de Rumi contra los poderes que
quieren destruirla: la oligarquía
terrateniente, el ejército y el Gobierno
servil a los grandes intereses
económicos. El uso de técnicas
narrativas modernas y el aliento heroico
de la composición le permiten presentar
un relato-río tan variado y dramático
como la vida indígena misma.
En 1948 volvió al Perú, se dedicó al
periodismo y fue elegido diputado. En
esta época publicó un solo libro de
cuentos: Duelo de caballeros (1962).
La obra de Ciro Alegría representa,
junto con la de su compatriota José
María Arguedas, la expresión
artísticamente más madura de la
narrativa regionalista e indigenista
latinoamericana del siglo XX. Tras su
muerte, su tercera esposa, la escritora
cubana Dora Varona, se dedicó a
reimprimir sus obras más conocidas y a
editar material inédito, como la novela
corta Siempre hay caminos (1969); dos
novelas inconclusas, El dilema de
Krause (1969) y Lázaro (1973); las
colecciones de relatos Panki y el
guerrero (1968), La ofrenda de piedra
(1969), Siete cuentos quirománticos
(1978) y El sol de los jaguares (1979);
y las memorias Mucha suerte con harto
palo (1976).