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MILAGROS DE TU MENTE
Índice
Capítulo uno: Có mo funciona la mente................................................................................................. 80
Capítulo dos: La mente subconsciente y la salud.............................................................................83
Capítulo tres: La mente subconsciente y el alcoholismo...............................................................93
Capítulo cuatro: La mente subconsciente y la riqueza...................................................................98
Capítulo cinco: Có mo utilizar la mente subconsciente en los problemas conyugales....104
Capítulo seis: La mente subconsciente y la guía............................................................................109
Acerca del autor.......................................................................................................................................... 114
Capítulo uno: Cómo funciona la mente
El ser humano tiene una mente ú nica que está constituida por dos fases o funciones
distintas. Cada fase se caracteriza por fenó menos propios, inherentes a ella. Ademá s,
cada una es capaz de actuar en forma independiente y sincronizada. Una de estas fases
es la que denominamos mente objetiva, porque maneja lo externo; la otra es la mente
subjetiva, la cual es dó cil y es controlada por la sugestió n de la mente objetiva o
consciente. La mente objetiva se relaciona con el mundo objetivo. Sus canales de
observació n son los cinco sentidos físicos. La mente objetiva te guía en tu contacto con
el entorno. Aprendemos a través de los cinco sentidos. La mente objetiva aprende a
partir de la observació n, las experiencias y la educació n. Su principal funció n es el
razonamiento.
Si observamos la ciudad de Los Á ngeles, llegamos a la conclusió n de que es una ciudad
hermosa a partir de la observació n de sus parques, de sus edificios, de su bella
estructura y de sus adorables jardines de flores, entre otras cosas. Es así como trabaja la
mente consciente u objetiva. La palabra objetiva denota que esa parte de la mente está
relacionada con las cosas objetivas. La mente subjetiva se relaciona con su entorno
independientemente de los cinco sentidos físicos. La mente subjetiva o subconsciente
-pueden emplearse ambos términos- percibe a través de la intuició n. En ella residen
nuestras emociones. Sabemos, sin duda, que trabaja al má ximo cuando los sentidos
objetivos está n inactivos.
Es la inteligencia la que se manifiesta cuando la mente consciente está suspendida o en
estado de somnolencia o adormecimiento. El subconsciente ve sin utilizar los ojos, tiene
la capacidad de clarividencia y clariaudició n. Ademá s, puede abandonar el cuerpo, viajar
a lugares distantes y regresar, a menudo, con una comprensió n de cará cter má s exacto y
verdadero. Por medio de la mente subconsciente pueden leerse los pensamientos de los
demá s, incluso los detalles má s diminutos y el contenido de sobres sellados y cajas
fuertes.
El subconsciente tiene la habilidad de captar los pensamientos de los demá s sin emplear
los medios objetivos que, comú nmente, se utilizan para la comunicació n. Por ello, es de
suma importancia que comprendamos la interacció n de la mente consciente y la
subconsciente con el fin de aprender el verdadero arte de la oració n.
Existen muchos términos para describir la mente consciente y la subconsciente. Se las
denomina mente consciente y subconsciente, mente despierta y dormida, yo interior y yo
exterior, mente voluntaria e involuntaria, masculina y femenina y de muchas otras
formas. Recuerda que existe una mente ú nica con dos fases o funciones.
La mente subjetiva es siempre susceptible de ser sugestionada; es controlada por la
sugestió n. Debemos reconocer que la mente subconsciente acepta todas las sugerencias
y no discute contigo, sino que hace realidad tus deseos. Todas las cosas que te han
sucedido se basan en los pensamientos que grabaste en la mente subconsciente por
medio de tus creencias. El subconsciente acepta nuestras creencias y convicciones.
Es como la tierra, que acepta cualquier semilla que deposites en ella, sea buena o mala.
Recuerda: todo lo que aceptes y creas como verdadero será aceptado por el
subconsciente, que lo atraerá a tu vida como una condició n, experiencia o hecho. Las
ideas son transmitidas al subconsciente a través del sentimiento.
Veamos un ejemplo: la mente consciente es como un navegante o un hombre en el
puente de un barco, al cual dirige. Es quien da ó rdenes a los hombres de la sala de
má quinas, en donde se encuentran todas las calderas, instrumentos, calibres y demá s.
Los hombres de la sala de má quinas no saben hacia dó nde van, só lo obedecen ó rdenes.
Así pues, estarían en graves problemas si el hombre sobre el puente les diera
instrucciones negligentes o erró neas, basado en los cá lculos que realiza con el compá s,
el sextante y los demá s instrumentos. Los hombres lo obedecen porque él es el director.
No discuten con el capitá n, simplemente ejecutan sus ó rdenes.
El capitá n es el amo del barco y sus ó rdenes son obedecidas. De la misma manera, la
mente consciente es el capitá n, el amo de tu barco. Tu cuerpo y todas tus circunstancias
representan ese barco. La mente subconsciente acepta las ó rdenes que tú mismo le das,
basá ndote en tus creencias y en las ideas que aceptas como verdaderas.
Otro ejemplo simple es el siguiente: si repites «no me gustan los champiñ ones», llegado
el momento en que te sirvan champiñ ones, te indigestará s porque tu mente
subconsciente dirá : «Al jefe no le gustan los champiñ ones». Tal vez este ejemplo te
resulte gracioso. Sin embargo, ejemplifica la relació n que existe entre la mente
consciente y la subconsciente.
Cuando una mujer dice: «Me despierto a las tres de la mañ ana en punto, si bebo café por
la noche», cada vez que beba café el subconsciente la codeará , como si le dijera:
«Nuestra jefa quiere permanecer despierta toda la noche».
En antiguas alegorías se denominaba al corazó n mente subconsciente. Los egipcios
sabían que el corazó n era el subconsciente, pero no le dieron ese nombre. Por su parte,
los caldeos y babilonios le dieron diferentes denominaciones. Tú puedes grabar algo en
el subconsciente, y éste, a su vez, expresará aquello que le grabaste. Cualquier idea que
esté acompañ ada de emociones o que se tome como verdadera será aceptada por el
subconsciente.
Si deseas sanarte, por ejemplo, permanece en silencio, relá jate, respira despacio, detén
tu atenció n, piensa en el poder sanador que hay en tu subconsciente y afirma que los
ó rganos de tu cuerpo se está n sanando ahora mismo. Cuando lo haces, no debe haber
resentimiento ni amargura en tu corazó n, debes perdonar a todos. Puedes repetir este
proceso de sanació n tres o cuatro veces por día. Recuerda que tu subconsciente creó el
cuerpo y que también puede sanarlo. Las personas afirman constantemente la sanació n
de un ó rgano o de una parte del cuerpo y, tras diez o quince minutos, dicen: «Estoy
empeorando. No sanaré jamá s. No tengo cura». Esta actitud mental o estas
manifestaciones negativas neutralizan la afirmació n positiva anterior.
Si un cirujano te opera y te extirpa el apéndice y a los pocos minutos regresa y te abre
nuevamente para ver có mo está s, y media hora después regresa y te abre de nuevo,
probablemente terminará matá ndote por la infecció n que así te provoca. Si empleas
manifestaciones negativas, aniquilas o impides la sanació n.
Existe una mente subconsciente en nuestro interior: debemos aprender a usarla de la
misma manera que el hombre aprende a usar la electricidad. El hombre controla la
electricidad por medio de los cables, los tubos y los focos de luz, ademá s de su
conocimiento de las leyes de la conductividad y el aislamiento, entre otras cosas.
Debemos aprender acerca del tremendo poder y la inteligencia que existen en nuestro
interior y utilizarlos lo má s sabiamente posible.
Muchas personas está n empezando a darse cuenta de la importancia de la mente
subconsciente. En los negocios, muchos la está n utilizando para alcanzar el éxito y
poder progresar. Edison, Ford, Marconi, Einstein y muchos otros han utilizado la mente
subconsciente, y ésta los ha iluminado con los conocimientos de sus grandiosos
descubrimientos en las á reas de la ciencia, la industria y el arte. Las investigaciones han
probado que la habilidad de poner en marcha el poder del subconsciente ha sido
determinante en el éxito de todos los grandes científicos e investigadores.
Existe una tremenda energía en tu interior y puedes usarla. También puedes estar
completamente libre de tensió n y frustració n. Puedes descubrir la abundante energía
que hay dentro de ti, permitiendo que energice y vitalice todas las partes de tu cuerpo.
Sabemos, por ejemplo, que el autor Elbert Hubbard declaró que sus ideas má s
importantes siempre surgen cuando está relajado, trabajando en el jardín o paseando.
Esto es así porque cuando el subconsciente está relajado, su sabiduría subjetiva emerge.
A menudo, la inspiració n surge cuando la mente consciente está completamente
relajada.
¿Cuá ntas veces te has preguntado por las noches cuá l es la respuesta a un problema en
especial y cuando transferiste la pregunta al subconsciente te dio la respuesta a la
mañ ana siguiente? De allí el viejo refrá n: «Consú ltalo con la almohada».
Si deseas levantarte a las siete de la mañ ana y sugieres al subconsciente ese horario, el
subconsciente te despertará a las siete en punto.
Una madre puede estar cuidando a un niñ o enfermo y quedarse dormida, pero antes de
dormirse le sugiere al subconsciente que se despertará si sube la temperatura del niñ o,
si necesita medicamentos o llora. Puede desatarse una tormenta mientras la madre
duerme que no se despertará . Sin embargo, si el niñ o llora, la madre se despertará de
inmediato. Es ésta una sencilla funció n de la mente subconsciente.
Capítulo dos: La mente subconsciente y la salud
El alcohó lico es una persona que está mentalmente enferma y necesita una reparació n
mental. El bebedor problemá tico o compulsivo o el ebrio no bebe de un modo normal,
como lo hacen sus amigos. El bebedor problemá tico es el alcohó lico cró nico, que bebe
durante días, semanas y hasta meses consecutivos. El alcohó lico aduce que,
perió dicamente, lo atrapa una pasió n por beber. Es víctima de un há bito, porque las
acciones que lo conducen a la intoxicació n se han repetido tan seguido que él mismo ha
creado un modelo subjetivo en la mente subconsciente. Como el alcohó lico se ha
rendido ante sus deseos, teme ceder nuevamente; y esto contribuye a sus repetidas
caídas, debido a las sugerencias que le hace a la mente subconsciente. Es la imaginació n
la que hace que el alcohó lico vuelva a beber intermitentemente. Las imá genes que han
sido grabadas en su mente subconsciente comienzan a dar sus frutos. Se imagina una
orgía alcohó lica en la que los vasos se llenan y vacían sin cesar, luego se imagina el
posterior sentimiento de tranquilidad y placer, un sentimiento de relajació n. Si da
rienda suelta a su imaginació n, irá al bar o comprará una botella.
El bebedor se vale de esfuerzo y voluntad para superar el há bito o la desgracia, como
suele llamarla. Cuanto mayor es el esfuerzo o la voluntad que emplea, má s se hunde en
arenas movedizas.
Invariablemente, el esfuerzo es derrotado, y se produce siempre lo opuesto a lo que
desea. La razó n es obvia: la sugestió n de impotencia para superar el há bito domina su
mente. La mente subconsciente siempre es controlada por la idea predominante y
aceptará la má s fuerte de las dos propuestas contradictorias. Lo mejor es no esforzarse.
Este método será desarrollado detalladamente en este capítulo.
El alcohó lico se inicia con la primera copa. La expresió n popular dice: «Un vasillo de
vino al segundo le abre camino». Es muy probable que continú e bebiendo hasta caer en
un estado inconsciente. Lo que sucede comú nmente con el alcohó lico es que hace todo
tipo de promesas, como: «¡Nunca má s!». Esas declaraciones no significan nada. Está
dominado por la culpa y por un terrible sentimiento de remordimiento y vergü enza;
ademá s, físicamente está hecho un desastre. Al menos temporalmente, se obliga a no
beber alcohol.
El alcohó lico en verdad sufre física y mentalmente. El temblor de las manos y la
contracció n de los mú sculos revelan la confusió n de la mente. Puede estar noches
enteras sin dormir. Por lo general, pierde a todos sus amigos y los miembros de su
familia lo abandonan. Una persona así pierde su prestigio, respeto y posició n. Con
frecuencia, el alcohó lico se vuelve un mentiroso cró nico. A menudo, un mendigo. Te
preguntas: «¿Cuá l es la causa?», «¿Por qué actú a así?», «¿Qué conduce a un ciudadano
prominente y distinguido a beber y a rebajarse hasta llegar al nivel de un animal
salvaje?».
Las razones má s comunes con las que el alcohó lico explica su condició n son muchas y
variadas. Las má s frecuentes son: complejo de inferioridad, sentimiento de no ser
amado, sentimiento de temor, inseguridad, inaptitud para su trabajo o profesió n,
miedos desconocidos, temor a la vida, negativa a aceptar responsabilidades y un
montó n de otras razones.
Encontrará s un gran nú mero de las supuestas causas y muchas má s que habrá s hallado
a lo largo de los añ os. Medita acerca de esto: si eres un alcohó lico, ¿cuá ntos meses y
cuá nto dinero has derrochado convirtiéndote en eso? Quizá te llevó un añ o o una suma
importante de dinero, ademá s de un gran esfuerzo de tu parte para ser un alcohó lico
empedernido. Cuando encuentras lo que crees que es la causa y le das un nombre de
fantasía, como, por ejemplo, «complejo de rechazo», ¿qué vas a hacer al respecto?
Si te digo la causa por la cual eres alcohó lico, no te convertirá s en alguien sobrio; sin
embargo, existe un camino hacia la sobriedad, la paz mental y la vida normal. Lo que voy
a decirte puede contradecir tus má s preciadas teorías: ¡La razó n por la cual bebes eres
tú mismo! Es tu actitud mental hacia la vida.
Tus pensamientos, sentimientos y creencias, ademá s de aquello que consientes en la
vida, determinan tu mundo. Cuando digo tu mundo, quiero decir tu cuerpo, tus
circunstancias, tu reacció n ante la vida, tu salud, tus finanzas y todos los aspectos de tu
vida. Tus pensamientos habituales conforman tu actitud mental. Tus pensamientos se
encajan, se condensan y causan tu reacció n mental hacia la vida, las personas y las
cosas. Los pensamientos que constantemente ocupan tu mente generan emociones. Tu
pensamiento habitual atrae miseria o felicidad, salud o dolor, realizació n o profunda
frustració n, una mente equilibrada o tensió n y ansiedad. Tus pensamientos te vuelven
un borracho o hacen que tu sobriedad reine soberanamente en tu mente.
Es mi misió n y propó sito que, por medio de este libro, te familiarices con el
funcionamiento de tu mente subconsciente, que es la fuente de sabiduría y poder. Es la
energía psicoló gica má s poderosa que puedes utilizar. La mente subconsciente expresa
lo que grabas en ella mediante tus pensamientos. Eres en todos los aspectos de tu vida
de la misma forma en que piensas y sientes. Los pensamientos que depositas en la
mente subconsciente son los motivos por los cuales bebes. Por lo tanto, no tienes que
seguir buscando razones.
De ahora en adelante, deja de culpar a otros diciendo que son ellos la causa. Conozco las
excusas habituales: «No puedo congeniar con mi marido o mi esposa», «Nunca tuve una
oportunidad, mis padres no me amaban», «Soy huérfano», «Tengo complejo de
inferioridad», «Perdí todo mi dinero», «Toda mi familia falleció cuando era pequeñ o».
Voy a insistir en este punto una vez má s: la razó n por la cual bebes eres tú mismo,
debido a tus pensamientos y creencias acerca de la vida, las personas y el mundo en
general.
Todo lo que pensaste durante un período determinado fue absorbido por tu mente
subconsciente y, luego, esos mismos pensamientos fueron creados y expresados a
imagen y semejanza de la forma de pensar que los creó .
Ahora, familiarízate con la infinita reserva de fuerza y poder de sanació n que hay dentro
de ti: la mente subconsciente. Si eres alcohó lico, admítelo. No esquives el tema. Muchas
personas siguen siendo alcohó licas porque se niegan a admitirlo.
Tu enfermedad es un desequilibrio, un miedo interior. Te está s negando a enfrentar la
vida, por ello, a través de la botella, intentas escapar de las responsabilidades. Lo
interesante acerca del alcohó lico es que carece de libre voluntad, pero cree que la tiene,
se jacta de su poder de voluntad. El ebrio dice valientemente: «No la volveré a tocar»,
pero no tiene poder para sostenerlo, porque no sabe dó nde encontrarlo.
El alcohó lico vive en la prisió n psicoló gica que él mismo creó y está sometido a sus
propias creencias, opiniones, rutinas y las influencias que lo rodean. Es como la mayoría
de las personas, es decir, es una criatura de costumbres. Está condicionado a reaccionar
en la forma en que lo hace.
El alcohó lico debe construir la idea de libertad y paz mental para que ésta llegue a su
mente subconsciente. Como esa mente es todopoderosa, lo librará del deseo por el
alcohol, entonces el alcohó lico que tiene una nueva comprensió n acerca de có mo
funciona su mente, verdaderamente puede sostener sus declaraciones y así llegar a
demostrá rselo a sí mismo.
Tu mente subconsciente está condicionada por tus pensamientos y costumbres. Si el
alcohó lico tiene un fuerte deseo de librarse de un há bito, ya está sanado en un 51 por
100. Cuando tiene un mayor deseo de abandonar el há bito que de mantenerlo, no
hallará mayores dificultades para lograr su completa liberació n.
El alcohó lico debe reacondicionar su mente. Hay formas y medios para lograrlo. Cuando
piensas cosas buenas, suceden cosas buenas; cuando piensas cosas malas, suceden
cosas malas. É stos son ejemplos sencillos de las leyes de la mente. Si alguien piensa todo
el tiempo en la angustia, encuentra angustia y penumbra en su experiencia exterior. Si
piensa en la paz y la buena fortuna en sus asuntos, prosperará . Conocer las
posibilidades de esas leyes de la mente es dejarse atrapar por una fe y una inspiració n
nuevas.
El alcohó lico aprende que cualquiera de los pensamientos que deposite en su mente
será magnificado por ésta. Si el alcohó lico hace que su mente se ocupe del concepto de
la libertad (librarse del há bito) y de la paz mental y permanece concentrado en la nueva
direcció n que ha captado su atenció n, genera sentimientos y emociones que, poco a
poco, dan vida al concepto de libertad y paz. Toda idea a la que se le da vida es aceptada
y llevada a cabo por la mente subconsciente.
El alcohó lico debe darse cuenta de que puede sacar algo bueno de su sufrimiento, no ha
sufrido en vano. Sin embargo, ¿qué beneficio puede haber en seguir sufriendo?
Continuar siendo alcohó lico solamente conduce al deterioro y al decaimiento físico y
mental. Comienza a decirle «¡No!» a la urgencia que sientes ahora. Date cuenta de que el
poder de tu mente subconsciente te respalda. Aú n cuando te veas atrapado por la
melancolía y los temblores, comienza a imaginar el gozo y la libertad que está n
aguardá ndote. É sta es la ley de la sustitució n. Tu imaginació n te condujo a la botella,
ahora permítele que te lleve hacia la libertad y la paz mental. Sufrirá s un poquito má s,
pero será en pos de un propó sito constructivo. Lo soportará s como una madre soporta
los dolores del parto y, de la misma forma, dará s a luz a un niñ o en tu mente. Tu mente
subconsciente dará nacimiento a tu sobriedad.
Tus pensamientos te controlan, lo sepas o no. Ahora está s completamente consciente de
que tu mente subconsciente acepta sin cuestionamientos los pensamientos que grabas
en ella. Ahora mismo puedes comenzar a controlar tu vida. Disciplinar tu mente significa
pensar de manera constructiva y armoniosa.
Tu enfermedad, llamada alcoholismo, es mental y se debe a una confusió n mental y a un
caó tico modo de pensar. Mediante la repetició n y la confianza en el poder del alcohol, el
alcohó lico construye un modelo en la mente subconsciente y provoca una tendencia
subconsciente a beber de forma descontrolada. Después del primer trago no se trata de
un deseo o urgencia físicos, sino puramente de una urgencia subconsciente o mental,
dado el hecho de que has instalado en tu mente subconsciente un barman mental que
después de que has ingerido el primer trago te dice: «¡Bebe otro, bebe otro! ». Ello se
debe, por supuesto, al viejo há bito y a una antigua sugestió n («bebe otro») que se graba
a fuego en tu mente subconsciente. No se trata de una condició n que te obliga a beber,
sino que es una condició n que te obliga a seguir bebiendo después de que has tomado el
primer trago. Cuando el alcohó lico toma un trago, le da luz verde a la mente
subconsciente que, debido a arraigados há bitos, pone a un barman subconsciente que
gobierna sus actos. El alcohó lico no ha podido concretar sus deseos en la vida y siempre
está frustrado. No sabe que existe un poder que le permitiría alcanzar sus metas y vivir
una vida plena y feliz. Ha trabajado demasiado tiempo creyendo en la incapacidad para
expresarse en su anhelada á rea de interés. El fruto de su frustració n es beber de un
modo anormal. Todas las semillas (pensamientos) dan frutos de su propia especie. La
mente subconsciente que ahora está conduciendo al alcohó lico hacia la bebida también
puede sanarlo y liberarlo.
É sta es una técnica específica que puedes emplear para liberarte, una ley psicoló gica
que, si la aplicas, te dará paz mental:
Primer paso: siéntate en un silló n o recuéstate en un sofá . Relá jate por algunos minutos.
Ahora ingresa en un estado de adormecimiento y duermevela. En ese estado relajado,
tranquilo y receptivo, sabes que está s a punto de usar una fó rmula sugestiva que
ingresará a tu mente subconsciente y te hará libre.
Segundo paso: en ese estado de duermevela, dile a tu mente subconsciente: «Me he
librado de este há bito. Tengo paz mental». Penetra en el sentimiento y el goce de ser
libre. Hazlo durante cinco minutos o má s.
Tercer paso: imagina que uno de tus seres queridos está parado frente a ti ahora mismo.
Tus ojos está n cerrados. Tal vez es tu doctor, tu esposa o tu marido. Escú chalo
decirte: «¡Felicidades!». La palabra felicidades te trae una completa sobriedad y paz
mental; en otras palabras, te has librado completamente del há bito. Oye esa palabra
una y otra vez hasta que sientas una reacció n placentera. Experimenta la reacció n
satisfactoria.
Si, durante el día, te duermes cuando lo está s haciendo, ten la seguridad de que tu
esfuerzo no fue en vano. Te sugiero que lo hagas dos o tres veces al día. Por la noche,
puedes arrullarte con la palabra felicidades, que para ti significa una sanació n completa.
Este pensamiento penetrará en tu mente subconsciente a medida que sigas haciéndolo y
luego todo deseo de beber desaparecerá .
Esta técnica no es una fantasía o un ensueñ o, solamente se torna un ensueñ o si no crees
que tu imagen mental es real. Luego de hacerle estas sugerencias a tu mente
subconsciente, si la duda, el miedo o la melancolía llaman a tu puerta, simplemente
recuerda el ejercicio mental que hiciste unas pocas horas antes o esa misma mañ ana
-cuando plantaste una semilla en tu mente subconsciente que ahora se está gestando en
la oscuridad de tu mente má s profunda— y dará sus frutos. Sabes que aplicaste una ley
psicoló gica y que la semilla efectivamente se transformará en lo que has concebido
mentalmente. Asegú rate de no perturbar a la semilla con pensamientos negativos de
miedo y desesperació n. Activa esta película interna varias veces al día. No expongas la
sensible cinta de tu mente subconsciente a las nubes de los pensamientos negativos.
Cuando la duda, el miedo, la angustia y la desesperació n te atrapen, con tranquilidad
recuerda que has tomado una fotografía que se está revelando en tu mente
subconsciente. Todos esos obstá culos y tentaciones que se cruzan en tu camino pueden
superarse manteniendo la mente concentrada en el objetivo planteado. Con
perseverancia y fe en la ley mental que has empleado, experimentará s la dicha de tu
nueva libertad, el entusiasmo de la sobriedad y la paz mental.
Uno de los peores casos de alcoholismo que he visto en treinta y cinco añ os fue sanado
de esta sencilla manera: le indiqué al sujeto en cuestió n que repitiera la palabra libertad
cada noche antes de dormir. La primera noche la repitió durante media hora, antes de
conciliar el sueñ o. Despertó completamente sanado y ahora enseñ a a otros las leyes de
la mente.
Cree en tu película mental; ¡verá s los resultados!
Capítulo cuatro: La mente subconsciente y la riqueza
El mejor momento para evitar un divorcio es antes del casamiento. La ignorancia de los
poderes que posees es la causa de todos tus problemas conyugales. Aprende có mo
atraer a la esposa o al marido correctos. Por ejemplo, si eres una mujer que está
buscando marido, no empieces a enumerar todos los motivos por los cuales no puedes
casarte, sino que mejor repítete todas las razones por las cuales puedes estar felizmente
casada. Erradica la expresió n no puedo de tu vocabulario. ¡Puedes todo lo que crees que
puedes!
Ahora conoces la forma en que funciona la mente subconsciente. Sabes que aquello que
grabes en ella lo vivirá s en tu mundo. Comienza ahora mismo a grabar en tu mente
subconsciente las cualidades y características que admiras en un hombre.
Una técnica es la siguiente: siéntate por la noche en un silló n, cierra los ojos, suéltate,
relaja tu cuerpo y permanece muy tranquila, pasiva y receptiva. Há blale a tu mente
subconsciente y dile: «Ahora estoy atrayendo a mi vida a un hombre que es honesto,
sincero, leal, amable, fiel y pró spero. Está en paz y es alegre. Estas cualidades está n
penetrando en mi mente subconsciente en este momento. Mientras pienso en estas
cualidades, se vuelven parte de mí. Sé que existe una irresistible ley de atracció n y que
atraigo a un hombre conforme a mis creencias subconscientes. Atraigo lo que creo que
es verdadero en mi mente subconsciente. En otras palabras, sé que de acuerdo con la ley
atraeré a un hombre conforme a mis sentimientos, creencias y a aquello que grabé en mi
mente subconsciente acerca del tipo de hombre que busco».
Practica este procedimiento de grabació n en tu mente subconsciente y luego tendrá s la
dicha de atraer al hombre que tenga las cualidades y características que atesoras
mentalmente. La inteligencia subconsciente abrirá un sendero en el que ambos se
encontrará n conforme a la irresistible e invariable ley de la mente subconsciente. Debes
tener un fuerte deseo por dar lo mejor de ti en cuanto al amor, la devoció n y la
cooperació n. Debes ser receptiva frente a este regalo de amor que le has dado a tu
mente subconsciente.
El matrimonio entre un hombre y una mujer debería ser un acto de amor. La
honestidad, la sinceridad, la amabilidad y la integridad son formas de amor. Cada uno
debería ser perfectamente honesto y sincero con el otro. No existe matrimonio
verdadero cuando un hombre se casa con una mujer por su dinero, su estatus social o
para alimentar su ego, pues entonces no hay sinceridad ni honestidad. Su matrimonio
no es de corazó n. Cuando una mujer dice: «Estoy cansada de trabajar. Quiero casarme
porque quiero tener seguridad», su premisa es falsa. No emplea las leyes de la mente de
manera correcta. Su seguridad depende del conocimiento que tenga acerca de la
interacció n entre la mente consciente y la subconsciente, y del uso que le dé.
Por ejemplo, a una mujer jamá s le faltará riqueza o salud si emplea la técnica expuesta
en los capítulos pertinentes de este libro. Puede obtener riquezas independientemente
de su marido, padre o cualquier otra persona. La mujer no depende de su marido para la
salud, paz, alegría, inspiració n, guía, amor, riqueza, seguridad, felicidad o cualquier otra
cosa del mundo. Su seguridad y paz mentales emanan del conocimiento que tiene de los
poderes que posee en su interior y del uso constante de las leyes de su propia mente en
forma constructiva. Casarse por dinero o para igualar a alguien es, por supuesto, una
farsa y una mascarada.
Un hombre y una mujer deben estar subjetivamente unidos de modo tal que el amor
verdadero o el sentido de unidad prevalezcan, en otras palabras, dos corazones se unen
por amor, libertad y respeto.
Muchos me han dicho: «Nos amamos, ¿por qué tendríamos que molestarnos siquiera en
casarnos?». La respuesta es extraordinariamente sencilla: lo que sentimos y aceptamos
subconscientemente como verdadero siempre toma forma o se materializa con el
tiempo. Su razonamiento, por lo tanto, es falso y poco sincero. La ley de la mente es:
«Como es adentro, es afuera».
Tomemos el caso de un hombre o una mujer que honestamente ha cometido un error.
Ahora está casada con un adicto a las drogas que se niega a trabajar y tiene que
mantenerlo mientras él es grosero y cruel. Es verdad que, debido a su estado mental,
atrajo a ese hombre, pero no está condenada a vivir en un mundo miserable creado por
su propio estado mental o ignorancia. Si hubiera usado su mente subconsciente de
manera correcta, esto no le habría sucedido (estoy segura de que si te caes en una
cuneta tras resbalar con una cá scara de banana, por ejemplo, es estú pido que te
condenes a permanecer en la cuneta. Es obvio que deberías levantarte, limpiarte y
seguir adelante). La mujer a la que me refiero empaquetó sus pertenencias y abandonó
a ese hombre. Se dio cuenta de que se encontraba en una situació n intolerable. Sin duda,
esta mujer no está condenada a vivir con ese hombre cuando sus corazones y mentes se
encuentran a kiló metros de distancia. Puedes atar a dos personas juntas con una soga y,
sin embargo, pueden estar tan distantes en pensamiento, sentimiento y perspectiva
como los mismísimos polos.
Está s mentalmente divorciado cuando tu mente y tu corazó n está n en cualquier otro
lugar. Permanecer juntos en tales circunstancias es caó tico desde todos los á ngulos por
donde se lo mire. El matrimonio es la unió n de dos corazones. No existe matrimonio
cuando los corazones no está n unidos en amor y paz. El adulterio ocurre primero en el
corazó n. El corazó n es el lugar donde residen todas las emociones. Si está s resentido,
sientes odio y críticas a tu pareja, ya has cometido adulterio en tu corazó n.
Dirigir tus comportamientos emocionales y mentales a través de canales negativos y
destructivos es cometer adulterio. Recuerda siempre que el adulterio se da primero en
la mente. Los actos del cuerpo son posteriores a los estados mentales, no los preceden.
Tal vez, mientras lees estas pá ginas piensas: «Conozco a una joven pareja de recién
casados. Ambos usaron las leyes de la mente y parecían perfectamente felices en todos
los aspectos. Ahora está n pensando en la posibilidad de divorciarse». La actitud mental
que los atrajo y los hizo quererse debe mantenerse y reforzarse para preservar el
matrimonio. Si se produce un desacuerdo o surgen algunas pequeñ as diferencias y uno
de ellos comienza a generar en su mente ideas negativas como, por ejemplo, el
resentimiento o la hostilidad, se está unificando con el error en su mente y esta actitud
resulta destructiva para la felicidad conyugal.
Las pequeñ as diferencias y peleas entre los esposos no son dañ inas: es el rencor
prolongado o el sentimiento malintencionado lo que provoca el dañ o. Cuando las
palabras duras se olvidan y perdonan unos minutos después, no se ha hecho ningú n
dañ o. El peligro existe cuando el sentimiento de haber sido herido se prolonga en el
tiempo.
Si un hombre empieza a obsesionarse de una manera morbosa con su esposa por cosas
que ésta hizo o dijo, comete adulterio dado que está mentalmente amargado. Ese estado
de á nimo pondrá en peligro el matrimonio, salvo que perdone e irradie amor y buena
voluntad hacia su pareja. Si el hombre que está amargado y resentido se traga sus
comentarios hirientes y hace todo lo que está a su alcance para ser considerado amable
y cortés, rá pidamente puede evitar las diferencias. Con prá ctica y esfuerzo mental
puede abandonar el há bito del antagonismo. Entonces, será capaz de llevarse mejor no
só lo con su mujer, sino también con sus socios. Si adoptas un estado armonioso,
eventualmente hallará s paz y armonía.
Hagamos algunos comentarios sobre la esposa gruñ ona. Muchas veces, la razó n por la
cual es gruñ ona es que no le prestan atenció n. A menudo, se trata de una necesidad
imperante de amor y cariñ o. Dá selo. También existe el tipo de mujer gruñ ona que
quiere hacer que su pareja se acomode a la idea que ella tiene del hombre. Esa es una de
las formas má s rá pidas de deshacerse de él.
Las esposas y esposos deben dejar de ser carroñ eros y de mirar siempre los pequeñ os
defectos o errores del otro. Que cada uno ponga atenció n en las maravillosas y positivas
cualidades del otro y las elogie.
Es un gran error hablar sobre las dificultades o los problemas conyugales con vecinos y
parientes. Supó n, por ejemplo, que una esposa le dice al vecino: «Juan nunca me da
dinero, trata a mi madre de forma abominable, bebe en exceso y constantemente se
comporta de manera abusiva e insultante». Ahora, la esposa está degradando y
subestimando a su marido ante los ojos de todos los vecinos y parientes, que ya no lo
ven como el marido ideal.
Jamá s compartas tus problemas conyugales con nadie, salvo con un consejero
profesional. ¿Por qué permitir que tanta gente piense negativamente de tu matrimonio?
Ademá s, cuando discutes y piensas los defectos de tu marido, efectivamente está s
creando esos estados en tu interior. ¿Quién lo piensa y lo siente? ¡Eres tú ! Como piensas
y sientes, así eres.
Los parientes casi siempre te dará n malos consejos. Por lo general, su consejo está
teñ ido de vicios y prejuicios, porque no es impersonal. Todo consejo que recibas que
infrinja la regla de oro —que es la ley có smica—, no es bueno ni sensato.
Es bueno recordar que no existen dos seres humanos que hayan vivido bajo el mismo
techo sin choques de temperamento, momentos en los que se hieren y períodos de
tensió n. Jamá s muestres el lado infeliz de tu matrimonio a tus amigos. Guarda en secreto
las peleas. Evita criticar y condenar a tu pareja.
Si hay chicos en la casa, el padre debe elogiar a la madre, a veces debe hacer notar sus
buenas cualidades y los aspectos alegres del hogar.
Un marido no debe tratar de transformar a su esposa en una segunda versió n de sí
mismo. El torpe intento de modificar muchas de sus características resulta tan extrañ o
para la naturaleza de la mujer que siempre termina siendo ridículo y, muchas veces,
puede llevar a la disolució n del matrimonio. Los intentos de cambiarla destruyen su
orgullo y autoestima, y despiertan un espíritu de oposició n y resentimiento que resulta
nefasto para el vínculo matrimonial.
Los ajustes son necesarios, por supuesto, pero si miras dentro de tu propia mente y
estudias tu cará cter y comportamiento, encontrará s tantos defectos allí que te tendrá n
ocupado por el resto de tu vida. Si dices: «Lo voy a transformar en lo que yo quiero»,
estará s buscando problemas y terminará s en un juicio de divorcio. Estará s buscá ndote
una desgracia. Tendrá s que aprender por las malas que nadie, má s que tú mismo, debe
cambiar.
Si tienes un problema conyugal, pregú ntate qué es lo que quieres y luego toma
conciencia de que puedes alcanzar esa meta. Arreglará s tus problemas conyugales de la
misma forma que cualquier otro problema. Define claramente lo que quieres y luego
advierte que la mente genera aquello que piensas.
Una mujer me dijo una vez que, después de treinta añ os, su esposo comenzó a beber en
exceso, y descuidó el hogar y a los niñ os. La mujer comenzó a pedir paz y armonía para
su hogar y su corazó n, sin prestar atenció n a las circunstancias y condiciones reinantes.
Tranquila, enfocó su mente en su objetivo, sabiendo que su mente subconsciente
atraería y magnificaría aquello en lo que ponía atenció n. La armonía y la paz se
restablecieron tras unos pocos meses de dedicarse a su verdadero objetivo. Este es un
ejemplo de los milagros de la mente subconsciente.
Ofendiéndose y luchando contra la situació n que vivía, esta mujer solamente hubiera
empeorado las cosas. Si hay peleas y discusiones en el hogar, aleja tu atenció n de la
personalidad de cada uno, entornos y condiciones, y enfó cate en tu ideal, que es el amor,
la paz y la armonía. Si alimentas tu mente con estas ideas, la mente subconsciente
responderá y atraerá armonía.
A menudo, me hacen la siguiente pregunta: «Si uno de los esposos tiene un intenso
deseo de poner fin al matrimonio y el otro tiene un deseo igualmente intenso de
permanecer unido en matrimonio, y los dos son sinceros, ¿qué sucederá ?». En esos
casos, cada uno mentalmente tira de la soga para su lado, es un hogar dividido y, tarde o
temprano, se disolverá . No obstante, su actitud mental puede prolongar la situació n.
La forma adecuada y correcta de solucionar este problema marital es elevar el
pensamiento por encima de las personalidades y las condiciones y comenzar a dirigirlo
hacia el deseo verdadero, con la confianza en la infinita inteligencia que posees para
atraer la solució n perfecta. A partir del uso correcto de la ley de la mente subconsciente
puedes llevar armonía donde existe discordia y resucitar la paz donde reina la
confusió n. Ademá s, el uso correcto de tu mente subconsciente puede disolver un mal
matrimonio. No permitas que tonterías como el orgullo, el enojo y el deseo de ajustar
cuentas te lleven a un juicio de divorcio, cuando todo el tiempo tu corazó n está con el
del esposo que dejaste. Deja que el amor, la buena voluntad y la amabilidad te
conduzcan de regreso a la persona que amas en tu corazó n. Puedes solucionar cualquier
problema si diriges y utilizas correctamente a tu mente subconsciente.
Tal vez, escuchar tu intuició n o la guía proveniente de la sabiduría subjetiva que existe
en tu interior te hubiese impedido celebrar tu actual matrimonio. No sabías có mo usarla
por aquel entonces, pero ahora sí lo sabes. Si tuviste un mal comienzo, puedes
modificarlo al emplear las técnicas y el procedimiento expuestos en este capítulo. Si
enalteces y elevas a tu pareja en pensamiento y sentimiento y aprecias siempre las
cualidades encantadoras que te unieron a él, puedes hacer que tu matrimonio sea una
experiencia hermosa y una alegría eterna.
Capítulo seis: La mente subconsciente y la guía