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El porvenir del pasado'-
11 ti \lzate Avenda
sensibilidad leo
y democracia.
La derecha colombiana
de los anos treinta.

CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO


El porvenir del pasado-
Gilberto Álzate Avendaño,
sensibilidad leoparda
y democracia.
La derecha colombiana
de los años treinta.

CÉSAR AUGUSTO AYALA DIAGO

F u n d a c i ó n GILBERTO ÁLZATE AVENDAÑO


Gobernación de Caldas
Línea de investigación en historia política y social
Departamento de Historia
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

2007
Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra,
sin autorización expresa y por escrito del autor.

I S B N 978-958-98419-0-7

© CÉSAR AUGUSTO AYALA, 2007


EDITOR FUNDACIÓN GILBERTO ÁLZATE AVENDAÑO, 2007
Calle 10 No. 3-16, Bogotá, D. C„ Colombia. Teléfono: 282 94 91
Correo electrónico: fundalzate@hotmail.com

Editado en noviembre de 2007

Diseño gráfico y de carátula: ARUTZA GONZAGA


Foto carátula posterior: LEO MATIZ
Diagramación: GUIDO CÁCERES
Corrección de estilo: ENRIQUE DÁVILA
Coordinación de textos: JUAN DAVID FIGUEROA
Impresión: IMPRENTA DISTRITAL-DIRECCIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL
Encuademación: SIGMA EDITORES
con un tiraje de 2.000 ejemplares

Impreso en Colombia
Prínted in Colombia
Nota del editor.
Este libro, primero de una trilogía sobre Gilberto Álzate Avendaño y
la generación conservadora de los años 30 elaborado por el profesor
César Augusto Ayala, es el producto de la asociación editorial de la
Fundación Gilberto Álzate Avendaño y de la Secretaría de Cultura
del departamento de Caldas, durante la administración del Alcalde
Mayor, Luis Eduardo Garzón y del Gobernador de Caldas, Emilio
Echeverri Mejía.

Se trata de un texto de autor. Las posiciones epistemológicas y las


líneas metódicas que informan la investigación desarrollada por César
Augusto Ayala, doctor en historia de la Universidad Lomonosov de
Moscú, le otorgan valor específico y particular relieve a eventos,
testimonios y personajes que otros autores y analistas valorarían de
manera diversa. Representa un significativo aporte a nuestra
historiografía contemporánea que no ha explorado con tanto rigor
dialéctico este periodo singular en el acontecer político colombiano.
Contenido

La denodada porfía 17
Una voluntad de plenitud histórica.
Belisario Betancur.

Un líder sin serie 23

Alberto Velásquez Martínez.

Introducción 29

Capítulo primero. 43
Para comprender a Gilberto Álzate Avendaño.
Las fuentes de su pensamiento.
El contexto cultural y político de su infancia y adolescencia
El leopardismo: la influencia inmediata
Desempolvando a Augusto Comte
Pensamiento y obra de la Acción Francesa y su traslado a Colombia
El determinismo o las conclusiones de sus tesis de grado
Bolívar en el baile de las ideas
El "Manifiesto nacionalista", ¿nacionalista?
El Debate, la estrategia anticomunista y el primer desencuentro
de los Leopardos con Laureano Gómez
Las conferencias de Laureano Gómez: "El Papagayo"
Otros nichos de la derecha colombiana.

El porvenir (luí pasado 9


Capítulo segundo 73
Gilberto Álzate Avendaño: entre la universidad y la política.

Álzate, bachiller y político.


En el contexto de los congresos estudiantiles.
La huelga en la Escuela de Derecho.
El III Congreso Nacional de Estudiantes en Ibagué,
el primer discurso ideológico de Álzate Avendaño y
el comienzo del diálogo.

Capítulo tercero 89
Gilberto Álzate Avendaño y la Página Universitaria de El Colombiano.

Capítulo cuarto 101


La movilización electoral y el fin de la República Conservadora.

Las elecciones parlamentarias del 12 de mayo de 1929.


Las elecciones para concejos municipales y la exaltación
del adversario como enemigo.
El final de la campaña presidencial.
El grecolatinismo.

Capítulo quinto 115


En la encrucijada de los años treinta.

El perfil de una época.


La irrupción de un nuevo régimen.
Álzate en los comienzos de los años treinta.
Álzate en el IV Congreso Estudiantil en Santa Marta.
Los trazos de un mundo intelectual exigente.
La primera puesta en escena de un pensamiento alternativo
de resistencia o los brotes de una anarquía conservadora.

Capítulo sexto 131


Las primeras elecciones de la República Liberal
y la liberalización del electorado colombiano.

El proceso político a comienzos de la década de 1930.


Las primeras elecciones de la República Liberal.
Las elecciones a la Cámara de Representantes.
La política en la calle.
La Convención Conservadora y el primer programa
conservador del siglo XX.
Los leopardos cierran la campaña en Medellín.

10 El porvenir del pasado


La campaña electoral de 1933.
Campaña electoral del 14 de mayo en pos
de la Cámara de Representantes.
La causa atraviesa horas de dura prueba.
La primera Convención Nacional de la Juventud Conservadora.
Inicio de la configuración de la agenda de las derechas y el traslado
del universo militar a la política.
Álzate y el diseño de la pauta ideológica de las derechas.

Capítulo séptimo. 155


La explosión de las derechas. La Acción Nacional Derechista.
Jerarquía y la consolidación del liderazgo alzatista.

Contexto del embrujo fascista en Colombia.


La Convención Conservadora de 1935 y la abstención total.
La génesis de la Acción Nacional Derechista (AND).
La Acción Nacional Derechista (AND).
La ideología de la AND.
El grupo Jerarquía.
Elecciones, ritos y movilización. El inicio del uso político de la muerte.
"... el salvaje asalto de las turbas liberales..."
Álzate y la Convención Conservadora de octubre de 1935.
Los nuevos periódicos de la derecha. Jerarquía saluda a Derechas.
Desempolvando y reconociendo el papel de Álzate.

Capítulo octavo. 185


Álzate: la estrategia de la procesionalidad y la conquista de la calle.
Los contextos.
La graduación de Gilberto Álzate Avendaño y los contenidos
de su tesis de grado.
La conspiración de Amadeo.
La ansiada fiesta política del occidente colombiano.
Homenajes fúnebres, ritos y discursos conmemorativos.
El homenaje a Clímaco Villegas.
El cincuentenario de la Constitución de 1886.
"Id a decir a todas partes que el conservatismo ha resucitado".
"Sólo donde hay tumbas hay resurrecciones".
La Unión Nacional de Estudiantes Conservadores Colombianos (UNEC).
Haz Godo: punto de llegada de la Página Universitaria y de Jerarquía.
El matrimonio: José Mejía Mejía y Álzate Avendaño.
Haz Godo y el uso público de la historia.
Álzate en Pensilvania, ¿qué haces tú?
La Convención Conservadora en Caldas.
No hay enemigos a la derecha: un acto de habla afortunado.

El porvenir del pasado 11


Capítulo noveno. 233
Gilberto Álzate Avendaño y la secretaría general del Partido Conservador.

Los tiempos que corrían.


La Convención Conservadora de enero.
La campaña electoral y las elecciones del 4 de abril.
Los sucesos de Santana y los buenos oficios del secretario general.
Las derechas y el primer síntoma de un partido independiente.
La convención de la Unión Nacional
de Estudiantes Conservadores (UNEC).
Juegos de democratización en el nuevo discurso de las derechas.
El leopardismo todavía moviendo ideas.
Las masas: Agítense antes de usarlas. El meridiano
tórrido que habitamos. Balance, mediación y significados.
El levantamiento de la abstención conservadora.
Nuevo y definitivo desencuentro de la derecha
nacionalista con Laureano Gómez.
Laureano en santa ira. La cristalización de las
dos grandes e irreconciliables corrientes del conservatismo.
El comienzo del diálogo entre los ideólogos liberales
y el liderazgo de las derechas nacionalistas.

Capítulo décimo. 271


Álzate, las derechas y la creación de un partido propio.

En el predio vecino.
Las convenciones conservadoras de julio de 1937: el gran
desencuentro entre los nacionalistas y Laureano Gómez.
La oreja de Laureano.
Álzate a flote y sin ambages. Recrudecimiento
del pleito sobre las generaciones.
Augusto Ramírez Moreno: la síntesis del leopardismo.
Gilberto Álzate Avendaño jefe supremo de las derechas
colombianas. La convención de las derechas de la derecha.
Rodrigo Jiménez Mejía: convocatoria y pensamiento derechista.
La convocatoria final.
El bautizo de fuego de la Acción Nacionalista Popular (ANP).
Se reúne la Convención.
La configuración de la Acción Nacionalista Popular (ANP). 296

12 El porvenir del pasado


Capítulo once. 299
Campaña electoral conservadora con banderas del nacionalismo
leopardo. De nuevo la táctica de la política en las calles.

El proceso de la organización de la ANP.


La fusión de las simbologías.
El sufragio antes que la insurrección. Los avances
del proceso civilizador de la convivencia política.
La provincia: el ideal descentralizador.
Los avances ideológicos del conservatismo como respuesta a las cargas
ideológicas de la sensibilidad leoparda, de la Acción Nacionalista
Popular (ANP),del comunismo y del liberalismo.
La Doctrina Social de la Iglesia como fuente de discurso.
La configuración programática.
El programa conservador de 1937.
La ANP dando tumbos.
Las elecciones de 1937.

Capítulo doce 321


La sensibilidad leoparda, Álzate y la candidatura
presidencial de Mariano Ospina Pérez.

Continúa la confección del programa ideológico


y programático de la ANP.
El nacimiento de la candidatura de Mariano
Ospina Pérez, "el caudillo cafetero".
La fabricación del nuevo héroe.
Los dos candidatos: el bueno y el malo.
La reaparición de Álzate Avendaño: intentos
para renovar el equipaje mental.
'Dionisio Elejalde'.
La prensa conservadora.
Las voces de la satisfacción liberal.
La Acción Nacionalista Popular (ANP)
y el problema de las candidaturas.
La metáfora de la guerra en beneficio de la democracia.
Las conferencias radiales y el proselitismo político.
Por un Frente Popular de las derechas: la publicación del libro
No hay enemigos a la derecha.
La conferencia radial de Álzate Avendaño: metáfora y dialogicidad.
El programa mínimo para las derechas. La tradición también fluye.
La conferencia radial de Joaquín Estrada Monsalve
y la república técnica. Max Weber en la circulación de las ideas.
La conformación de los comités ospinistas.

El porvenir del pasado 13


El Alto Comando de la Acción Nacionalista Popular (ACANP)
y su rechazo a la candidatura que promueve
Gilberto Álzate Avendaño, presidente de la ANP.
Lanzamiento de la candidatura de Ospina Pérez
desde Bogotá. Silvio Villegas en su mejor momento.
La irreverente voz del leopardo Elíseo Arango.
Eduardo Carranza: otro matiz en la ANP.
La ratificación de las posturas contradictorias de la ANP.
Memoria y letanía de las campanas.

C a p í t u l o trece. 371
La socialización oral del discurso de la sensibilidad leoparda.

Silvio Villegas: "El año de 1938 será decisivo


en nuestra historia". Las primeras giras del año 38.
La conquista de la Costa Atlántica.
La conferencia de Silvio Villegas en Cartagena.
Silvio Villegas en Santa Marta. La culminación
del proceso de búsqueda del héroe.
La conferencia de Silvio Villegas en Barranquilla :
el gran programa social para todas las clases.
Pregón: órgano autónomo de ANP en el interior de La Patria.

C a p í t u l o catorce. 399
La decantación nacionalista.

Mucho ruido y pocas nueces. La campaña ospinista


ha terminado, continúa la nacionalista.
La Convención de Portobelo, "el diablo queriendo
manejar las llaves del cielo". Y el manzanillo nacionalista.
El fortalecimiento de la Acción Nacionalista Popular.
Alzate : clave en la táctica y estrategia de la sensibilidad leoparda.
El robustecimiento de la ANP.
La democracia nacionalista.
La descentralización.
La estrategia para desmovilizar el nacionalismo.
La división de las derechas.
Germinal: el nacionalismo colombiano queda constituido.
Adiós al viejo partido.
La sangre de Gilberto Álzate Avendaño. El bautizo
de sangre del nacionalismo.
La organización del nuevo movimiento nacionalista.
Eduardo Santos, el nuevo presidente.
La Convención Conservadora Departamental de Caldas.

14 El porvenir del pasado


Capítulo quince. 435
Auge, crisis y disolución de la ANP.
Álzate: de hombre-masa a escritor político.

El nacionalismo en las calles. Domingos de resurrección


en los municipios caldenses.
"Conserve su derecha".
Álzate y el redescubrimiento del Libertador.
El primer Congreso Obrero Nacional Católico
y la Acción Nacionalista Popular.
Campaña electoral del nacionalismo en los finales de 1938.
Los nacionalistas permanecen en el Gran Consejo Electoral (GCE).
La nueva mitología política y la configuración del alzatismo.
El ágape nacionalista de principios de año.
"La revolución está a la derecha".
"La tradición también fluye". En pro de un nuevo estilo.
La propuesta de Álzate Avendaño
Gacheta: entre la táctica de la legítima defensa,
la táctica de la calle y la convivencia.
La táctica de la legítima defensa. Nuevo desencuentro
de la sensibilidad leoparda con Laureano Gómez.
El leopardo Augusto Ramírez Moreno retorna... pero
a la política conservadora.
Álzate gaitaneando. 'Vieja y nueva política".
El populismo conservador de la ANP.
La guerra sucia del adversario. Conservadores
y nacionalistas confeccionan sus listas.
Decantación del nacionalismo antioqueño. La lucha contra
"el viejo faraón". Nace la Acción Popular Conservadora (APC).
Los resultados de las elecciones del 19 de marzo de 1939.
Entre la autonomía y el retorno.
Autonomía o regreso: ¡he ahí el dilema!.
La Acción Nacionalista Popular y las elecciones municipales.
Silvio Villegas retorna al Partido Conservador.
"Me quedo solo y mío".

Conclusiones y reflexiones. 499

Anexos. 507
"Aquí llegarán y aquí espero". Cinco documentos
clave para comprender al primer Álzate Avendaño.

Bibliografía general. 551

El porvenir del pasado 15


La denodada porfía.
Una voluntad de plenitud
histórica.
Por Belisario Betancur

...eras lo que se llama un hombre: palabra


empeñada y sin regreso...
Eduardo Cote Lamus

Tuve el privilegio de ser uno de los más constantes contradictores y uno de los más
inminentes amigos de Gilberto Álzate Avendaño, quien hacía parte de los grandes
iconos de mi generación. Lo anterior requiere una precisión antes que una explicación.
La precisión consiste en que el heterodoxo que a veces fui, repudiado aunque aplaudido
por la ortodoxia, festejaba sus altas instancias intelectuales y seguía con entusiasmo
su conducción y su sapiencia rebeldes. La explicación expresa cómo el ortodoxo que
también fui, se alistaba y aprestaba en las huestes contrarias a las suyas, no sin
cierta displicencia proveniente de mis silenciosas sospechas de que aquellas discolías
un alto porcentaje de razón habían de tener.

En todo caso, alentaba ante él más aproximaciones que lejanías: me gustaba más lo
que pensaba y lo que decía, que la manera como ejecutaba las estrategias que trazaba,
señalaba y establecía; y de las que disentía, instigado por mis íntimas procelas
apologéticas. Era un deleite estar a su vera - y el discrepante que yo era, lo sentía y
disfrutaba—, por el espectáculo resonante de su inteligencia y el zumbido aleteante
de su críptico lenguaje, que yo más adivinaba que entendía. Por lo cual, participé en
su tertulia a base del complaciente "sí, sí, Gilberto", hasta el día en que me pilló in
ñagranti y me dijo: "Te tocaba decir, no".

Era, antes que nada, un simbolista de metáforas góticas, doblado del parnasiano que
sacrifica un mundo por pulir un verso.

El porvenir del pasado 17


La verdad es que pocos escapaban a su embrujo dialéctico. En mi caso, he de reconocer
que desde adolescente estuve con él, sin mengua de mi fiel proximidad discrepante con
Laureano Gómez, Alvaro Gómez, Guillermo León Valencia y Mariano Ospina Pérez.

Aquella inteligencia suya desmesurada; aquella catarata de metáforas que fluían de


u n a cabeza de la que habían huido el cabello y las ilusiones, según decía; aquellos
diccionarios insólitos que intuía o inventaba! ese torrente impetuoso de evocaciones
inéditas! "cierto estudiante insurrecto que se obstinaba en meterse en sus sueños, y
que, expulsado del claustro llevó por muchos caminos su planta andariega y su
indócil corazón errabundo", como dijera en noviembre de 1960 ante el féretro de su
maestro Jaramillo Correa! todo lo anterior lo convertía en una figura subyugante,
en un interlocutor fascinante, con independencia de las tesis que sostuviera. Tesis
que en ocasiones eran contradictorias y que a veces presentaban perfiles antagónicos
de instancias anteriores, pero que eran siempre sustentadas con tal galanura
idiomática, que las despojaba de todo vestigio de obsolescencia y les mantenía cierta
cautivante frescura hipnótica.

Contra sus propias admoniciones reiterativas en el sentido de que "no conviene


convertir al ser humano en mito", la verdad es que sus contemporáneos —seguidores
y contradictores-, lo convertimos en una leyenda. Sabíamos de su origen ilustre y
patricio; sabíamos de la denodada porfía que fueron sus tiempos de estudiante en
Manizales, la ciudad nativa con la que mantuvo un combate amoroso, no tanto por
la geografía arisca del entorno cuanto por los componentes sociológicos escuetos en
los cuales encontraba coincidencias que aplaudía y disonancias que controvertía, en
ratos de tertulia o en páginas procelosas de periódico! sabíamos de sus batallas políticas
y de sus adversarios en formaciones partidarias distintas de la suya y en la suya
propia. De él se dijo entonces que reclamó siempre el privilegio de, "tener el mundo,
como contraparte". Su famosa indagatoria en un absurdo proceso que le fuera abierto
como asesor jurídico de un movimiento huelguístico de choferes, lo elevó a la categoría
singular de tomador de pelo a las más pendencieras y elevadas investiduras.

De sus enfrentamientos con Aquilino Villegas, el gran patricio del conservatismo de


Caldas, dijo Álzate que "varias veces estuvieron reunidos, nunca unidos"'- así eran de
certeras sus propias convicciones reformatorias de ideas y praxis para su partido.

De sus lecturas apresuradas e ilímites sabíamos, lo mismo que de sus aproximaciones


a los absolutismos en vigencia, más como calistenia dialéctica que como pensamiento
y como praxis germinal. Lo que ignorábamos eran el momento y la metodología de
aquella simbiosis, en que todo su acervo intelectual se convertía en un torrente de
conocimiento sin jactancia y de erudición sin concupiscencia.

18 Bl porvenir del pasado


Hace cerca de treinta años, Jorge Mario Eastman recogió en un precioso volumen de
600 páginas, para la Colección de Pensadores Políticos Colombianos de la Cámara de
Representantes, parte importante del disperso tesoro que es el pensamiento de Álzate.
Por cierto, a más de una bella página panegírica de aquella prosa fulgurante, Eastman
le encontraba como explicación apodíctica, que era un iluminado. Ytranscribió algunos
ejemplos de sus afiladas afirmaciones parlamentarias-'

Mi vida es la de un incendiario con alma de bombero.


La naturaleza no produce titanes en serie.
Soy mejor chofer que conductor.
Lo que más temo en el mundo —después del santo temor a Dios— es convertirme en un burgués
satisfecho.
Mi capital productivo lo llevo conmigo a todas partes. Es esta cabeza, de la que se han caído el
pelo y las ilusiones.
Meterse con mi honor es una aventura peligrosa y probablemente trágica.
Yo no soy en el fondo sino un gordo benévolo.
En Caldas tengo amistades con todo el mundo, inclusive con mis deudores, cuyos autógrafos
conservo.
El destino me dio algunos atributos nativos; el resto lo he conquistado a zarpazos.
El país va a enterarse con sorpresa de que yo soy, quién lo creyera, un hombre sensato.
Señores alzatistas, el alzatismo ha muerto.
Usted no es mi amigo; yo le di a Usted en préstamo precario a Jorge Leiva, y no me lo ha
devuelto todavía.
Tengo demasiada imaginación para consagrarme al derecho, que exige dotes menores, crítica
y dialéctica. El abogado no crea, no produce nada útil. Es una actividad parasitaria. P a r a
sostener a uno de nosotros, muchos campesinos y obreros tienen que estar sudando plusvalía.

En buena hora el docto historiador César Augusto Ayala Diago, ha penetrado con
profundidad y con rigor mediante un denso estudio biográfico, más allá de la anécdota,
en la existencia polifacética del gran pensador, del visionario director, del magno
orador. Y en buena hora la Fundación Gilberto Álzate Avendaño, la Gobernación de
Caldas y la Universidad Nacional, han editado el presente primer volumen, que
rescata aquella figura procera y la sitúa en el lugar histórico y pedagógico que le
corresponde, a quien hizo de la política un quehacer de dignidad y de limpieza, digno
de ser imitado, según Álzate escribiera con rigurosa fidelidad.

Muchos volúmenes han aparecido en torno a la vida y a la obra de Álzate. Esta vez,
el historiador Ayala Diago se ha detenido con profesionalismo, con dedicación, con
parsimonia, en fuentes primarias abundantes que le permiten situar la estampa del
Mariscal, como lo llamábamos cariñosa pero descriptivamente sus amigos, en el
lugar turbulento que le correspondió entre sus contemporáneos, como reformador
avanzado del Partido Conservador en el que militaba con amor y desamor; como
conspirador contra los excesos de su propia colectividad; como conciliador entre
distancias que parecían imposibles de aproximar.

El porvenir del pasado 19


¡Qué gran corazón el suyo!

Le debo esta evocación, que a él lo ennoblece aun más y a mí me enaltece sobremanera:


el ascenso al gobierno del general Gustavo Rojas Pínula en 1953, dejó a la intemperie
a los seguidores de Laureano Gómez, los viudos del poder, como se nos llamara
entonces. De una Asamblea Nacional Constituyente (ANUC) de 86 miembros, 80 —
entre liberales y conservadores, la mayoría de los últimos-, eran partidarios del
gobierno militar. Los otros seis siguieron fieles a Gómez; se les conocía como el
escuadrón suicida, denominación tomada de un discurso del autor de este prólogo,
que comparaba al grupo con el título de una película del mismo nombre en la cual los
aviadores japoneses se estrellaban contra los barcos norteamericanos en la guerra
del Pacífico. Álzate escribió entonces en Diario de Colombia un editorial bajo el
título "Mis amigos : no hay amigos", en que elogiaba a sus adversarios a partir del
poema "El milésimo hombre" de Rudyard Kipling, que honra el arquetipo de la amistad
auténtica, mantenida inalterable en la próspera y en la adversa fortuna, "pero el
hombre mil desafía tifón y procela, para salvarse o hundirse en la misma azarosa
travesía". Agregaba:
Por eso, no hay nada tan grato en política como encontrarse con camaradas fieles, ligados por un
fin común que se sitúa más allá de nosotros y que nos hace mirar hacia la misma línea de
horizonte. Esa amistad está cargada de sentido y ennoblece la condición humana. Se forma así
un equipo solidario que avanza compacto hacia la victoria o resiste impávido la adversidad,
hundiéndose como un barco sin apagar las luces: sólo puede formarse a base de "milésimos
hombres", que no son un mito lírico, sino que todavía existe ese raro ejemplar, para rescate de la
dignidad de la especie. Es difícil hallar esa selecta y escasa variedad humana. Abundan los
oportunistas y logreros que sólo rinden culto al éxito y no tienen más partido que la victoria. Por
eso decía irónico y desencantado el maestro Guillermo Valencia "Mis amigos: no hay amigos".

Álzate Avendaño sí que tenía amigos, no sólo entre el caudal de sus irrestrictos, sino
también entre sus desafectos políticos, la mayoría de los cuales eran admiradores
suyos irredentos. Por ejemplo, no perteneció al grupo vanguardista conservador de
Los Leopardos -con Silvio Villegas, José Camacho Carreño, Augusto Ramírez Moreno,
Elíseo Arango y Joaquín Fidalgo Hermida-, que se oponía a la agonizante hegemonía
de su partido al final de los años veinte del siglo XX, y a la naciente República
Liberal; pero era tenido y temido como uno de ellos. Ni pertenecía al grupo caldense
de los grecolatinos, —con Fernando Londoño y Londoño, Joaquín Estrada Monsalve,
José Restrepo, entre otros—, pero se le tenía por tal, aunque de ellos denigrara en
páginas memorables.

Era el batallador indómito, pero al tiempo era también el conciliador infatigable. Era
el innovador desafiante, pero cuando se le convocaba a la unión era el conductor
analítico. Por eso su figura y su pensamiento sembraron, esparcieron y agitaron. Y.
por eso, también, copó parte importante de los episodios políticos de su tiempo.

20 El porvenir del pasado


•k * "k &

Sus estudios y discursos, recogidos en los 15 capítulos, las conclusiones y los anexos
de la biografía del profesor Ayala Diago, lo mismo que los textos panegíricos de sus
contemporáneos, revelan al hombre de estudio y al hombre de Estado que había en
Álzate Avendaño; sus ensayos literarios y filosóficos, presentan el perfil de un pensador,
un escritor - y por qué no decirlo-, un poeta que soslayaba sus instancias de inspirado
lirismo por entre el follaje de metáforas inesperadas que iluminaban su prosa de
relámpagos y luciérnagas. En los editoriales se asoman el avizor del acontecer
cotidiano, el analista de los fenómenos que conmovían al mundo de entonces, el
polemista y el peleador de las más disímiles batallas, el cantor de mínimas cadencias
que elevaba a la categoría del incienso los trinos más tiernos. Y, antes que nada, en
el vasto y proceloso acontecer de la política colombiana de la primera mitad del siglo
XX, aparece el primer Álzate Avendaño, como una voluntad de plenitud histórica que
sacudió los cimientos adormecidos de aquel estuario que era la provincia, y erigió las
regiones olvidadas en epicentro de los movimientos políticos.

¡Qué tierno corazón el suyo!

Su "Memoria y letanía de las campanas", escrita a propósito de la noticia de que los


nazis iban a fundir las campanas de las catedrales y monasterios de Alemania para
convertirlas en armamentos, esa página es uno de los momentos estelares de las
letras colombianas:

Aquellos cautivos pájaros de metal, guardados en las torres como una alcándara, se han de
convertir en caldo de estaño, hierro y cobre... Ya no resonarán más. Con aquella campana de
la Catedral de Colonia, cuyo badajo movían veinte hombres esforzados, se h a r á n obuses y
cureñas... Esa raza nebulosa y violenta, que ama la música y en ella pacifica sus instintos,
¿perderá sin protestas el toque matutino y vesperal de sus carillones? ¿No se sentirán las almas
u n poco áridas, desazonadas y perplejas cuando ya el cántaro invertido de las campanas no
derrame sus aguas melódicas, sus melodiosos acordes pausados sobre la paz aldeana y en los
rincones de las viejas ciudades hanseáticas? ... En los cantos de Vicente Huidobro las campanas
se desangran como corderos... En alguna balada de Meredith, el corazón oscila como una
campana a rebato, movida por un prior fantasmal, sobre una ciudad en llamas...

¡Qué enamorado corazón el suyo!

Amaba con ternura a su bella esposa, a sus hijos y a sus hermanos, en tanto que a
los jóvenes poetas los estimulaba así : le escribió un día a Tomás Calderón (a quien le
encomendara la defensa de las campanas):

Mi generación tuvo una adolescencia llena de versos furtivos. La poesía era para nosotros un
vicio solitario. En cada uno habitaba un poeta clandestino que, a escondidas de los demás,
trataba de descifrar en versos ramplones, en torpes balbuceos líricos, las ansias de su propio
corazón enigmático.

El porvenir del pasado 21


El historiador Ayala Diago ha realizado la obra escultórica y biográfica de Gilberto
Álzate Avendaño que esperaban los alzatistas de todas las procedencias. Aquellas
admiraciones entusiásticas en torno al pensador, al escritor, al orador y al líder de
honor, tienen ya un profundo estuario de reflexión en el cual fondear. ¡Enhorabuena!

Bogotá, octubre de 2007

22 El porvenir del pasado


Un líder
sin sene
Por Alberto Velásquez Martínez'"

Un documentado análisis del Álzate Avendaño joven que comienza con su vida
universitaria y culmina en los inicios del gobierno de Eduardo Santos, hace Cesar
Augusto Ayala Diago, en el libro que entrega a la Fundación que lleva el nombre del
vigoroso dirigente político de Caldas. En 15 capítulos llenos de rigurosa historia,
colma el autor los años cruciales que para Colombia fueron los que van desde finales
de la década de 1920 hasta finales de la década de 1930. Es un periodo que abarca la
evolución de un mundo agitado con el asomo y fortalecimiento de los gobiernos fascistas
en algunas naciones de la vieja Europa, las repercusiones en la América Latina de la
crisis económica norteamericana y la ruptura de 45 años continuos de gobiernos
conservadores. Dentro de ese marco de referencia, en donde abundan las luchas
ideológicas entre derechas e izquierdas, surge la figura altanera y rebelde de Gilberto
Álzate, cuya historiografía comienza a construir, con precisión de relojero, Ayala
Diago. Es una investigación con gran rigor histórico y con exquisito estilo idiomático,
en donde con solidez narrativa invita a penetrar en lo que fueron los procelosos
tiempos de las querellas partidistas, caracterizados por la confrontación de tesis, de
temperamentos, de estrategias electorales, de influencias filosóficas, que despertaron
desde la mística hasta el fanatismo de los militantes de las dos colectividades históricas.

Entre los méritos de esta investigación está la prolija consulta de periódicos de la


época - E l Colombiano, La Patria y El Siglo, especialmente— así como entrevistas
y artículos de los protagonistas que desfilan por este texto. Antioquia, Caldas y Bogotá
son las regiones en donde ancla su labor el escrutador de hechos, tiempo que
corresponde al período vital y geográfico del personaje. Esculca la acción del llamado
grupo de Los Leopardos, compuesto por el caldense Silvio Villegas, por el antioqueño
Augusto Ramírez, por el santandereano José Camacho, y por el chocoano Elíseo
* Economista, parlamentario, diplomático, historiador, escritor y periodista, fue director del periódico
El Colombiano y ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar a la mejor columna
de opinión
Arango, primordialmente. Toca suavemente al grupo de Los Nuevos, con Alberto
Lleras a la cabeza, uno de los grandes estadistas del siglo XX en Colombia. Amplifica
y retoma las voces de aquellos intérpretes de la acción política que con el verbo y con
la pluma dejaron muchas huellas, con luces y con sombras, en la política colombiana.

Por la pasarela construida por Ayala Diago pasan no sólo actores de los partidos
políticos colombianos sino figuras poéticas que alternaron con Álzate en las buenas
letras, como León de Greiff, Jorge Zalamea, Juan Lozano, Luís Vidales, Rafael Maya,
y quienes como Eduardo Carranza y Carlos Martín del grupo de Piedra y Cielo, en
muchas jornadas fueron escuderos de la derecha alzatista.

Este trabajo muestra a un Álzate ideológicamente definido pero abierto a las


discusiones que soplaban de la Europa en ebullición y de quienes antes marcaron
hitos en el pensamiento del viejo y del nuevo continente. Desfilan Maurras y Barres
de la Acción Francesa, que tanta influencia tuvieron en el grupo de Los Leopardos.
Así mismo no son extraños para la voracidad intelectual de Álzate, escritores como
Nietzsche, Augusto Comte, Ortega y Gasset, Azorín, y por supuesto Simón Bolívar y
Rafael Núñez. Esa cultura lo condujo a patrocinar agradables tertulias en las cuales
actuaban hombres de izquierda como Gerardo Molina - s u compañero en la Facultad
de Derecho de la Universidad de Antioquia—, Gilberto Vieira, e intelectuales liberales
como Eduardo y Lucas Caballero, Roberto García Peña, luego director de El Tiempo.
A su muerte, sentidos panegíricos salieron de las plumas no sólo de estos escritores
liberales, sino de hombres revolucionarios de la izquierda como Natanael Díaz.

Desde su juventud, Gilberto Álzate agitó el ambiente taciturno y aperezado de la


universidad. Asistió a congresos estudiantiles en los cuales dejaba pasmados a sus
coetáneos al citar a Tucídides, a Platón, a Goethe -que sería el inspirador intelectual
de su compañero de aventuras políticas Silvio Villegas-, a Renán y a Taine. En estas
asambleas universitarias emula con Carlos Lleras Restrepo, con quien nace una
gran camaradería que luego se proyectará en el desenvolvimiento del Frente Nacional,
cuando entre ambos modelan una reforma agraria que de no haberse frustrado después
del gobierno de Lleras en 1970, otra habría sido seguramente la suerte del país en la
formación de movimientos rurales pacíficos.

En Medellín funda Álzate en 1929 una "Página Universitaria" en el periódico El


Colombiano. Allí tuvo buenos colaboradores, entre ellos Alberto Lleras y Germán
Arciniegas. Inauguró esta página el expresidente Carlos E. Restrepo, con un
llamamiento a la juventud para que se incorporase a la política. Era una sección que
dentro del diario de los antioqueños abogaba por una universidad social que, "sin
abandonar la cultura clásica se convirtiera en laboratorio permanente de ideas". La
vida de la publicación fue efímera porque Álzate ya comenzaba a entrar en las ligas
mayores de la política.

A l a caída del régimen conservador en 1930, Álzate -con veinte años de e d a d - se


dedica a organizar su partido para las elecciones del año 33. Laureano Gómez había
retornado al país después de haber prestado servicio diplomático en el gobierno de
Olaya. Gómez, con su intransigencia proverbial, no toleraba émulos a su alrededor y
desde entonces enarbolaba su bandera como un látigo, lo que más tarde hiciera

24 El porvenir del pasado


exclamar a Augusto Ramírez aquello de imponer "la disciplina para perros". De ese
monopolio de la jefatura de Gómez se irían emancipando Los Leopardos y por supuesto
el arisco Álzate Avendaño, quien desde su juventud también sería una "ave de altanería,
nacido para dominar", como se decía de Olaya Herrera.

Narra con lujo de detalles Ayala Diago lo que fue la Convención Conservadora de
mediados del año 35, en la cual se declaró la abstención conservadora para marginarse
de las urnas. Álzate se dedicó a organizar y a movilizar las masas conservadoras
antioqueñas bajo las banderas de un nacionalismo de derecha que ambicionaba
modernizar el ideario conservador. Convocó en especial a las clases medias y su voz
tuvo eco en los pocos e influyentes diarios conservadores regionales que había. Alrededor
de El Colombiano se estableció el grupo Jerarquía, dirigido por Álzate, J u a n Zuleta
-quien fuera director de El Colombiano hasta 1984- y los panfletarios J u a n Roca
Lemus y José Mejía y Mejía. Allí Álzate demostró su independencia al no apegarse
tan íntimamente "al universo eclesiástico colombiano", como sí lo hicieron algunos
de sus compañeros de equipo que se abrazaban fervientemente a la Doctrina Social
de la Iglesia para oponerla a los principios de Jeremías Bentham que en esa época,
como a los radicales del siglo XIX, inspiraba el comportamiento ideológico de los
líderes liberales.

A finales de octubre de 1935, comenzó en la Convención Nacional azul, la abierta


discrepancia de Álzate Avendaño con Laureano Gómez, la que sólo culminaría con la
muerte del "mariscal" a finales de 1960. En esa convención instalada en Bogotá,
Álzate se opuso a la designación de Laureano Gómez como jefe único "por considerar
que rompería la tradición del partido de no aceptar caudillos". En ese evento se le
pidió a López Pumarejo, quien ya estaba en el gobierno, suspender la reforma
constitucional que en 1936 rompería los esquemas de país confesional y de gobiernos
teocráticos. La religión era, como desde el siglo XIX, un ingrediente que agitaba la
polémica partidista y que lamentablemente contribuyó a exacerbar los ánimos hasta
conducirla a las peores prácticas de violencia política. López se hizo sordo a la petición
de los conservadores y a finales del 35 presentó al Congreso su reforma, que era la
aproximación a formar un Estado laico que reñía frontalmente con el pensamiento
conservador. López en su gobierno estimuló "las audacias menores de 40 años", en
tanto Laureano Gómez acosó a quienes como Álzate y Los Leopardos mostraban
garra y ganas de sacar al conservatismo de su anacronismo mental.

En el libro se va desenvolviendo su permanente conflicto con Laureano Gómez. Nunca


pudo Álzate someterse a la férula del gran parlamentario que arrasaba gobiernos y
con su verbo arrastraba ministros por el hemiciclo del Congreso. El espíritu
antidogmático de Álzate no encajaba con el estilo autoritario de Laureano. Aquel
nunca pudo ser animal doméstico sino una especie de ave de cetrería. A cada baculazo
del pontífice azul, el indócil y arisco mozalbete levantaba su voz para proclamar
otras alternativas diferentes a la santa obediencia.

Álzate fue un hombre de inmensa cultura. No es sino leer la célebre indagatoria a


que fue sometido por un juez manizalita cuando promovió una huelga de choferes
en su ciudad natal. En ese interrogatorio dio muestra de una fina ironía, de una
densa juridicidad, de una brillantez en el conocimiento de la literatura y de la

El porvenir del pasado 25


psicología humana. Como los mejores escritores de la picaresca española quevediana,
consagró aquello de "burla burlando".

En el recorrido que hace el autor de este texto, hay una pausa literaria que subyuga
y refresca, y es la mención que hace de la oración "Por las campanas", con ocasión de
haber declarado el Tercer Reich alemán fundirlas para construir cañones. Es quizá
de lo más seductor que se ha escrito sobre lo que se han llamado "los cautivos pájaros
de metal". Tiene un valor literario de una belleza sin par por ser una prosa lírica,
depurada, sin metáforas empalagosas como se estilaban en aquellos tiempos.

Conocimos personalmente a Gilberto Álzate a comienzos de 1960, el día de una agitada


Convención Conservadora de Antioquia. Ospina Pérez, después de la aparatosa derrota
frente a Laureano Gómez en las elecciones congresionales de 1958, llamó a Álzate
para formar poderosa llave electoral. Ambos superarían a Gómez en los comicios de
1960. Esa unión se proyectó en Antioquia, en donde Ospina tenía inconfundibles
mayorías y Álzate contaba con aguerridos militantes, dada su estrecha vinculación
con el departamento en épocas de estudiante universitario. Vino éste a presidir la
Convención llamado por Fernando Gómez Martínez -quien fuera su mecenas en el
periódico El Colombiano- ante la insistencia de un grupo de alzatistas que percibían
que en la composición del nuevo directorio de la comarca, los llamados "notables"
conservadores no le darían la representación justa que correspondía a los seguidores
del "mariscal". Llegó Álzate y un grupo de mozalbetes lo acompañamos a almorzar
en u n hotel de Medellín. Allí lo vimos con su magnetismo aplastante, con sus
expresiones y ademanes de jefe, con una brillantez de conceptos, avalados por la
fuerza de su palabra. Nos convencimos que estábamos al frente de un verdadero
líder, que iría a revolucionar los caducos esquemas de la práctica política colombiana.
En la tarde presidió la Convención, matizando con gracejos y apuntes zumbones el
diálogo político que abrió con los asistentes. Puso orden a los reticentes ospinistas y
selló la unión en Antioquia, que ya había hecho a nivel nacional con Mariano Ospina.

Destaca el autor los actos de celebración del cincuentenario de la Carta de 1886 y los
describe con lujo de detalles. Aprovecharon los conservadores que en ese momento
estaban unidos, apara promocionarla como una herencia intocable y con ella oponerse
a la filosofía que entrañaba la reforma laicista de López Pumarejo en 1936. Medellín
y Manizales fueron escenarios de las grandes manifestaciones conservadoras. En la
segunda ciudad habló Laureano Gómez ante unas masas delirantes reclutadas por
el líder caldense. Ya Álzate, según Joaquín Estrada, era una realidad política.
Finalmente las celebraciones pasaron, y López impuso su reforma que sirvió como
primer escalón para que comenzara a treparse a una serie de modificaciones de la
Carta del 86, que culminarían con la reforma de 1991.

En el libro de Ayala Diago hay un capítulo que adquiere grandes dimensiones históricas
porque en él se intuye lo que sería posteriormente la gran división conservadora
entre Ospina y Laureano, que condujo posteriormente al golpe de Estado en 1953,
hecho que seguramente será materia de análisis en los próximos tomos que nos
anuncia el analista y escritor.

26 El porvenir del pasado


Después de las elecciones municipales de 1937 el periódico El Colombiano proclamó
la necesidad de concurrir a las elecciones presidenciales de 1938 "como el único
medio de acabar de desperezar y tonificar al partido conservador". Silvio Villegas y
Fernando Gómez Martínez se lanzaron con razonados argumentos a destacar la
figura de Ospina, "como el porta estandarte de la política de movilización de masas".
Por su parte El Siglo, inspirado por Laureano Gómez, sibilinamente descartó esta
posibilidad señalando que "es una utopía candidato conservador para presidente".
Álzate se rebeló contra esta orden y se sumó a la campaña ospinista como presidente
de la Acción Nacionalista Popular, tendencia que buscaba modernizar el pensamiento
derechista para volverle a sus cuadros y masas el ímpetu electoral y la voluntad de
conquistar el poder. Álzate y Silvio especialmente insistían, para romper el escepticismo
de El Siglo, en que era necesario participar en los comicios. Ambos hicieron gala de
teorías filosóficas y políticas sobre la trascendencia del poder y de la psicología de las
masas. Desempolvaron autores como Spengler, Gandhi y por supuesto a quien en
ese momento estaba en la cresta de la ola de la península ibérica, Primo de Rivera.
Es bueno anotar que en esa época, fuera de las teorías religiosas que dividían a
liberales y conservadores, la guerra civil española creó profundas escisiones entre
n u e s t r a s colectividades tradicionales. Mientras los liberales, bajo el influjo
especialmente de Eduardo Santos, acompañaban a los republicanos españoles, los
conservadores cerraban filas alrededor del franquismo. El saludo entre los
nacionalistas del alzatismo y del leopardismo era del brazo en alto al mejor estilo del
general Franco.

Entre quienes apoyaban la candidatura de Ospina, la que soterrad amenté horadaba


Laureano, estaban rodeando Álzate, Los Leopardos y figuras como Mosquera Garcés,
Fernando Londoño y Londoño, Joaquín Estrada Monsalve, Ernesto Martínez Capella,
quienes exponían la importancia de apoyar un candidato que pensaba con ecuaciones
más que con retórica. Silvio Villegas llegó hasta proponer un Frente Nacional,
adelantándose a lo que 20 años después se consagraría en el plebiscito, para paliar el
sectarismo ultramontano de los partidos que desde esa época venían levantando
muertos en su pugnacidad demencia!. Este Frente Nacional lo planteaba Silvio para
oponerse a al Revolución en Marcha que dejaba como herencia Alfonso López y que
en su gobierno congelaría —en lo que se llamó "la pausa"- Eduardo Santos. Finalmente,
la candidatura de Ospina se frustró. La dirección nacional conservadora en 1938
canceló la posibilidad de acoger a Ospina como alternativa para oponerla a la
candidatura de Eduardo Santos, pero desde allí se aplazó por ocho años lo que sería
la elección del antioqueño en 1946, dejando sí latentes unas heridas que se volverían
a abrir y a protocolizar con el golpe de Estado del general Rojas en 1953, auspiciado
tanto por Ospina como por Álzate.

Se destaca en esta obra el papel de Los Leopardos, que fueron una especie de escuderos
del "mariscal" Álzate. Lo acompañaron en su rebeldía, llenaban plazas con su oratoria,
fundaron el partido nacionalista de vida efímera y que no prosperó a pesar de tener
a los mejores oradores de plaza pública de la época. Se desprendieron del conservatismo
en las elecciones legislativas de 1938, pero fueron derrotados por Laureano y sus
seguidores. Sin piedad fueron despanzurrados en unas elecciones en las que a duras
penas lograron elegir en solitario a Silvio Villegas como representante a la Cámara.
Laureano les había ganado la partida y si bien regresaron a las toldas conservadoras,

151 porvenir del pasado 27


no cancelaron su permanente discrepancia con el entonces jefe supremo de esa
colectividad. Las heridas fueron irrestañables en la Convención Nacional Conservadora
de comienzos de 1939, Álzate cargó duro contra Silvio Villegas cuando este regresó a las
toldas azules, halagado por el juego del bipartidismo. Hubo deserciones como la Joaquín
Estrada Monsalve, quien se volvió un furibundo laureanista y los más, "se acomodaron
en la nueva casa en construcción en obra negra". Conservadores antioqueños como
Fernando Gómez, Juan Zuleta y José Mejía "continuaron dando la pelea por el
nacionalismo desde el periódico El Colowbíanopero dentro del conservatismo".

Después de este amplio recorrido, el lector queda a la espera de palpar al Álzate analista
y protagonista del segundo gobierno de López Pumarejo, de los dos gobiernos
conservadores de Ospina Pérez y Laureano Gómez. En este último mandato, ante la
enfermedad de Gómez, estuvo a punto de ser primer designado y luego presidente,
historia que ha estado revestida de misterios y especulaciones. Sin duda el profesor
Ayala Diago facilitará la revelación de la verdad histórica que aún permanece en
discusión. También existe el interés por analizar el Álzate Avendaño del gobierno de
Rojas, de cuyo advenimiento fue protagonista decisivo y del que se distanció
definitivamente oponiéndose a su reelección. Las discrepancias de Álzate con los
planteamientos del frente civil constan en sesudos editoriales que ponían a pensar a
Alberto Lleras y a otros importantes líderes políticos. En conferencia radial que pronunció
días antes de que se votara el plebiscito, Álzate denunció el carácter antidemocrático de
las nuevas instituciones que debilitarían los mecanismos de control político a la gestión
pública, favorecerían la pérdida de la fisonomía doctrinaria de los partidos y conducirían
a la clientelización de la política. Tales críticas y observaciones hoy se recuerdan como
válidas premoniciones de las falencias de las instituciones plebiscitarias que impidieron
aprovechar este experimento de reconciliación nacional para haber logrado la verdadera
transformación social del país.

Derrotado en el plebiscito, Álzate Avendaño aceptó el resultado de las urnas y las


instituciones que por ese mecanismo se establecieron. Vendrá después su unión con
Ospina, la derrota del laurianismo en las elecciones del 60, sus acuerdos con Carlos
Lleras Restrepo, y la consolidación de una amplísima opinión alrededor de su
candidatura presidencial para el segundo período del Frente Nacional, aspiración
que frustró su fallecimiento prematuro.

Concluido este libro que hoy queda a disposición de los lectores, abrigamos la esperanza
de que el autor, Ayala Diago, acometa la investigación histórica del período que sigue
en la vida de Álzate desde el fracaso nacionalista hasta su muerte: El lector queda a
la espera del análisis de estos episodios, de sus conferencias, escritos y discursos
parlamentarios, en especial del que pronunció en la Cámara de Representantes en
1960 cuando se batió contra el laureanismo en unas intervenciones calificadas como
de las últimas más brillantes y eruditas que se oyeron en el Congreso colombiano.

28 El porvenir del pasado


Introducción

A las 4'-42 de la madrugada de hoy sábado,


falleció en la clínica Marly de esta ciudad el
doctor Gilberto Álzate Avendaño, eminente
político conservador, quien había sido sometido
a una intervención quirúrgica el martes en la
noche y a una segunda a ¡as 8 p. m. de ayer.1

¡Colombia, qué conmoción! El diálogo roto


Fue una muerte intempestiva que enmudeció al mundo político colombiano, que
lo era casi todo. Gilberto Álzate Avendaño estaba en su mejor momento público.
Había asimilado el Frente Nacional, después de haberlo combatido duramente. Era
algo así como el último de la generación del año treinta seducido, supuestamente,
por el poder. El leopardo Augusto Ramírez Moreno acababa de ser designado ministro
de gobierno del presidente Alberto Lleras Camargo, a nombre de quien llevó la palabra
en los funerales.

Era sábado 26 de noviembre de 1960; el fin de semana estará saturado de funeral;


será la última suerte de Álzate: hacer comulgar a los colombianos ante su muerte.
Colombia, que es un país de funerales célebres, tuvo en el de Álzate Avendaño uno de
los más conmovedores del siglo XX. Sin haber sido un asesinato, su muerte tuvo sus
efectos. No hubo los brotes de violencia producto de la indignación popular ante la
eliminación física de su caudillo, pero, a medida que el mundo político y la gente del
común se enteraban de la noticia, la conmoción fue nacional. Álzate estaba en el
apogeo de su fama, como Gaitán había estado en el suyo, en el momento de su
muerte.

La consternación que se expresó, tanto en los cientos de personas que concurrieron a


su velación y a sus funerales como en los escritos que se produjeron para los medios
de todos los matices políticos, llama la atención, al punto de producirnos, casi
cincuenta años después, un interrogante: ¿por qué tanta conmoción?
1 El Tiempo, noviembre 26 de 1960, p. 1.
Álzate tuvo funerales de jefe de Estado, estaba ad portas del poder; se había convertido,
junto a Ospina Pérez, en el socio mayor de los liberales oficialistas en el pacto del Frente
Nacional; era, finalmente, en términos de hoy, un vencedor. En medio de un sepelio de
esos ribetes, el ritual iba más allá de ser el entierro de un hombre que estaba en la
cumbre de su carrera política. Muchas voces, las más espontáneas, concurrieron. Había
muerto una persona que en el ejercicio de su vida pública había contribuido a forjar en
Colombia una concepción distinta de la democracia burguesa, aunque fuera, a su vez,
contumaz defensor del esquema partido de gobierno vs. partido de oposición. No ob-
stante, cuando era un estudiante universitario, había escrito con énfasis: 'Ya nadie
cree en la eficacia de las palabras para aglutinar una ciudadanía no unánime, ni cree
que la verdad nazca del constante fluir de opiniones contrapuestas". 2 Fue Álzate gran
animador de la polémica; contradictor, todo un cultivador de la dialéctica; buscaba con
el adversario la verdad a través de la confrontación. Los liberales reconocieron en él a
un "contendor gallardo". Natanael Díaz, dirigente de color que militaba en la disidencia
liberal del MRL, dijo ante su cadáver:
Nosotros, los del ala izquierda política colombiana, lo sabemos hombre de recta estructuración
de derecha; lo conocemos pensando siempre en que la problemática de la patria nuestra sólo
puede ser resuelta con un sentido reciamente jerárquico sobre el Estado, en donde las minorías
dirigentes son las que tienen el derecho al poder. Esta concepción diametralmente opuesta a
las que nosotros tenemos, en nada impide que desde la orilla de la revolución levantemos
nuestros pañuelos de luto, para despedir a un hombre que al pensar así, tan claramente sus
interiores convicciones, nos estimuló siempre para que fueran igualmente diáfanas las nuestras.
Que nos puso en guardia para librar las futuras batallas en beneficio del pueblo, inclusive
usando de algunas de sus ideas, porque en verdad, cuando Gilberto Álzate Avendaño se erguía
sobre su noción nacionalista, incorporaba a las masas trabajadoras en su ambición de gloria y
grandeza inmarcesibles. Quizás en esa manera de desempeñarse pidiendo que el Estado hiciese
todo por las reivindicaciones de las clases pobres; en su dura presencia de caudillo en su
carácter insobornable, en la limpidez de su vida transparente, en su angustia prometeica por el
destino de Colombia, se hace parecido a Jorge Eliécer Gaitán. 3

No fue Álzate un godo a mansalva, escondido o clandestino ni se aisló de los procesos


históricos a los que convocaba su época: estuvo junto a los anhelos de los estudiantes y
confluyó con todos sus pares en la vida profesional. Conocía indistintamente a todos los
intelectuales y políticos colombianos de su época, y ellos lo reconocían como un amigo:
Gilberto Vieira, Gerardo Molina, entre otros. Este último, su compañero de estudios,
advirtió en la amistad con Álzate lazos de una "fraternidad espiritual", y constató que,
no obstante la distancia entre Medellín y Bogotá, se había establecido entre Álzate y los
intelectuales de su época "cierto isocronismo". Contaba Molina, además, que cuando a
los pensadores de izquierda les quedó claro que Álzate sería gobernante de Colombia, le
preguntaron: " '¿Qué harás con nosotros, Gilberto, el día en que llegues al poder?'. La
respuesta fue inmediata: 'A cada uno su salvoconducto' ".4

La casi totalidad de los cuerpos colegiados del país se pronunciaron: los centenares de
mensajes de condolencia que llegaban, bien a la familia, bien a la redacción de La
República, expresaban sentimientos contrarios a los que constan todavía en la
historiografía colombiana: "Ratificar que los ideales de concordia que él defendió con
todo ahínco constituyen la única esperanza de salvación nacional [...] Que el doctor
Álzate Avendaño en el curso de su intensa vida pública, muy especialmente en los
últimos tiempos, estuvo dedicado con ejemplar abnegación y patriotismo a los ideales de
la paz y de la concordia entre los colombianos".5
2 Véase "El caos de las nuevas gentes. Ascensión y caída de la inteligencia. El héroe. Memorándum para más conferencias en el Instituto
Universitario de Manizales". en La Crónica Literaria, mayo 12 de 1934
3 Véase el discurso de Natanael Díaz en el funeral de Gilberto Álzate Avendaño en Álzate: Variaciones en torno a un nombre. Manizales.
Biblioteca de Escritores Caldenses, 1980, p, 290.
4 Véase ibid., p, 226,
5 Véase la prensa nacional del 27 de noviembre de 1960,

30 El porvenir del pasado


Los liberales tenían muchas razones para demostrar su desconcierto. Se trataba de
la muerte de quien estaba a punto de convertirse en el segundo presidente del Frente
Nacional. Pero no sólo era eso, algo así como un triunfo individual. No, el Frente
Nacional podía venirse a pique, el conservatismo que seguía a Álzate era de corte
recalcitrante, y atraerlo a la "gran coalición" era un triunfo de sus inspiradores.
Una sensación de vacío invadió al Gobierno. Por ello, el recién nombrado ministro de
gobierno, el leopardo Ramírez Moreno expresó en los funerales: "En los últimos
tiempos, el Gobierno y Álzate establecieron un sistema de consultas tan provechosas,
que la situación política tiende a modificarse en el sentido de un entendimiento
ineluctable de todas las gentes de orden". 6 A su vez, Silvio Villegas, el otro leopardo,
compungido anotó en los mismos funerales:
En los últimos meses tuve el privilegio de conocer íntimamente en los repliegues de su alma su
desvelado afán por el porvenir de la Patria. Vivía en p e r m a n e n t e angustia. Como ningún
colombiano avizoraba todos los peligros y señalaba con índice profetice el camino de la tempestad.
Sabía que la revolución se precipitaba sobre el país, y hacía todo lo posible y lo imposible por
evitarla. A esto se debió en gran parte su empeño por fortalecer el F r e n t e Nacional y su
abnegado apoyo al presidente Lleras, cuyo prestigio consideraba necesario preservar como el
antídoto contra el comunismo y la revuelta [...] Con no menos angustia imploraba de todos
nosotros impulsar las reformas sociales y económicas que exigen los desposeídos, los que han
tenido hambre y sed de justicia, los que no tienen, como el J u s t o , sino u n a piedra donde
reclinar la cabeza. Ciertamente se compadecía de los humildes, pero también tenía la convicción
de que sin justicia social la revolución sería inevitable. Era el titular vigía de la Patria. 7

En el mismo tono se expresaron los medios, como se reflejó en los contenidos de los
editoriales:
Porque en él el interés por Colombia prevaleció en todo i n s t a n t e sobre cualquier interés
secundario. Amó a su patria fervorosamente y estaba en condiciones excepcionales para servirla
de modo insuperable, cuando más urgida se hallaba de la asistencia de talentos como el suyo
[...] en momentos difíciles para la democracia nacional, su palabra se alzó acusadora y severa.
Y valerosamente combatió por principios que a todos nos son comunes [...] Cuando la muerte
lo sorprende en la gloriosa plenitud de sus facultades, estaba entregado de lleno al servicio de
la política de entendimiento que consideraba irremplazable y que constituía la preocupación
esencial de su presente actividad y de sus esfuerzos. 8

Los liberales realmente se sentían satisfechos con el nuevo aliado. El que Álzate
sustituyera a Laureano era altamente positivo para el Frente Nacional, puesto que
les garantizaba, de todas maneras, ganar una personalidad, aunque controvertida,
m u c h o m á s d i n á m i c a y r e a c t i v a d o r a de u n p e n s a m i e n t o r e m o z a d o y
reestructurado.Gómez era ya un anciano con ingrato recuerdo entre los colombianos
liberales, no sólo por su contribución a la violencia partidista, sino por u n a
intransigencia difícil de permear. Además, pertenecía a la generación anterior, y los
ideólogos liberales del Frente Nacional conocían a Álzate, eran contemporáneos, y
con él habían convivido y compartido la vida de estudiantes, de jóvenes intrépidos en
la política, y lo comprendían mejor que los adversarios de la extrema izquierda e,
incluso, que los adversarios de su propio partido. Así, Carlos Lleras Restrepo, conocedor
profundo de Álzate, se expresó de esta manera en sus funerales:

Pero el recuerdo todavía nítido de las recientes ocasiones en que con él conversé largamente
sobre los problemas de la patria y de otras más remotas, cuando él y yo, al frente de ejércitos

6 Véase Álzate'- Variaciones.... p, 276.


7 Ibid.. pp. 272-273,
8 El Tiempo, noviembre 27 de 1960. p, 4.

El porvenir del pasado 31


distintos, parlamentamos en los intermedios de las luchas políticas, me impide casi entender
que mis palabras no habrán de recibir respuesta y que ha quedado roto el diálogo iniciado hace
t r e i n t a y dos años en los congresos estudiantiles y proseguido luego, con el ardor do la
controversia unas veces, con la cautela de los negociadores otras, pero más frecuentemente
con franca espontaneidad y abierto corazón, hasta las vísperas mismas del momento en que
este recio luchador se desplomó súbitamente ante los ojos de la Nación atónita. 9

Por eso, el ideólogo del Frente Nacional señalaba en su discurso lo que constituía
u n a explicación de la naturaleza de los funerales:
En cualquier momento la muerte de Álzate habría significado una gran merma del patrimonio
humano de la Nación; pero ahora tiene mucha más gravedad y es casi trágicamente irreparable
[...] De unas pocas personas depende hoy en realidad el futuro de la Nación; entre ellas estaba
Gilberto Álzate, y todos los que lo conocimos bien estábamos seguros de que en ese luchador
bronco y generoso tenía ahora el pueblo un guardián de la paz, y la República un celoso defensor
de las instituciones [...] Entendía la necesidad de un Frente Nacional sin exclusivismos odiosos,
buscaba consolidar la recíproca confianza de los partidos, pensaba, como pienso yo, que una gran
labor transformadora de las estructuras sociales, cumplida por el esfuerzo conjunto de liberales
y conservadores, era el único eficaz antídoto para las revoluciones anárquicas, 10

Era justamente eso: el rompimiento de un diálogo que para todas las partes había
empezado a dar frutos.

Este libro trata del comienzo de ese diálogo. Del primer Álzate Avendaño que va de la
época de su primera juventud hasta 1939 : la etapa de joven guerrero y político,
rebelde, abriéndose espacio en su provincia y en Antioquia, en Bogotá y en Colombia;
en su partido y fuera de él. Situado en la extrema derecha del partido de la derecha,
trazó, sin embargo, las coordenadas de un entendimiento democrático, superficialmente
comprendido por sus contradictores de la otra extrema, la izquierda; y por el sector
laureanista, supuestamente catalogado de democrático en este periodo. Fue,
justamente, en ese instante histórico, 1937-1939, cuando se inició el diálogo de la
generación conservadora de Álzate con la generación liberal que disfrutaba del poder
en el momento de su muerte.

La ascendencia de Gilberto Álzate Avendaño se remonta a una casta de capitanes


vascos llegados a Antioquia en la época de la conquista. Su bisabuelo paterno había
sido ayudante de Córdoba y su abuelo materno fue general de brigada. Su padre,
Marco Álzate, alcanzó y conservó el grado de general de división hasta su retiro del
servicio activo en 1932. En los años cuarenta, rememoraba:
Sobre mí gravita un ancestro guerrero. Tengo demasiados capitanes detrás. Yo me siento
literalmente abrumado por la pesadumbre de tantos lauros marciales. Aunque yo soy la primera
generación literaria de la familia, en mi estilo existe una influencia atávica que me lleva a
entender que la vida es milicia. En este tránsito familiar de las armas hacia las letras se me han
quedado demasiados rastros guerrilleros. Lo que hago es combatir, aunque sea con palabras."

Y remataba a renglón seguido: "Yo siento el mundo como contraparte". 12

Nació Álzate, justamente, en 1910, un 10 de octubre, en plena celebración de los


primeros cien años de independencia. Creció en tiempos de la poderosa generación
del centenario (nacidos en la década de 1880) y de la generación contestataria de los
9 Véase el discurso de Carlos Lleras Restrepo en Álzate: Variaciones.... p. 263
10 Ibid., pp. 269-270.
11 Álzate Avendaño, Gilberto. Sus mejores páginas. Manizales, XL aniversario de La Patria. 1961. p. 143,
12 Ibid.

32 El porvenir del pasado


Leopardos (nacidos entre 1900 y 1902). Pertenecía, entonces, a la siguiente, llamada
por él "generación de 1930", la del centenario de la muerte de Simón Bolívar,
simultánea a la de los Nuevos, denominada así por los liberales: la de Alberto Lleras
Camargo, Gerardo Molina y Gilberto Vieira. Tendrá en la del centenario sus principales
émulos y contradictores: Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, Aquilino Villegas,
por ejemplo. Se distinguirá de sus congéneres por resistir a la cooptación que de casi
todos Los Nuevos hizo la avasallante generación del centenario. La configuración del
ospino-alzatismo en 1959, y su triunfo en las elecciones de 1960, significarán el
triunfo de un conservador de los Nuevos sobre el centenarismo conservador, lo que
ya había ocurrido con Alberto Lleras en el Partido Liberal. La historia de Colombia
en gran parte del siglo XX será la competencia entre estas dos generaciones por el
dominio del poder. Ambas estarán convocadas a combinar las letras con la política.
Será la herencia que recibirán del pasado. En noviembre de 1960, el Presidente de
Colombia, Alberto Lleras Camargo, era uno de los Nuevos, tempranamente cooptado
por el centenarismo, y Álzate aparecía en el escenario de la política colombiana como
su posible sucesor. Con él, la generación conservadora de 1930 podía cantar victoria.

En sus funerales estaban los legendarios leopardos: Augusto Ramírez Moreno, Elíseo
Arango, Silvio Villegas y sus contemporáneos. El entierro de Álzate mostró que a su
muerte se había convertido en un hombre que estaba sintetizando a gran parte de
los colombianos. Ad portas del poder, la muerte de Álzate era una tragedia generacional
para su casa política, para aquellos que estaban detrás de él, para quienes su triunfo
era el de ellos, para quienes sin su presencia en la cúspide del poder no podían
trascender, como, de hecho, no pudieron hacerlo. Ni siquiera lo podían camuflándose
en combinaciones extrañas surgidas después, como el lauro-alzatismo. Más bien,
tuvieron que arrimarse al anapismo ante la orfandad tremenda en que quedaron
una vez desaparecido "el Mariscal", como le decían. Su mejor ejemplo lo constituye
Daniel Valois Arce, que un día, después de haber enterrado a su entrañable jefe,
amigo y contemporáneo, escribió:

Álzate era cada uno de nosotros y era todos nosotros fundidos en una sola persona. Cuando
cualquier episodio inesperado nos alejaba un poco, se empezaba a pensar en el vacío, o mejor
en las tinieblas. Parecía que se ocultaba el Sol y volvíamos a él. Por eso personificaba una
época, toda una generación conservadora exigente e innovadora, un ciclo humano en la historia
del partido. Caro y Ospina significan el contenido doctrinario; Álzate aportó el contenido social.13

Si un gran caudal del alzatismo cogió por el sendero que abría la recientemente
creada Alianza Nacional Popular, Anapo, fue porque, de todas maneras, el Frente
Nacional volvió sobre sus propios fueros: los de la exclusión. Del ospino-alzatismo
sólo quedaría el ospino. Tan importante, por ello, es estudiar el pensamiento y la
trayectoria de Gilberto Álzate como el destino de los alzatistas.

La vigencia de la vida y del p e n s a m i e n t o


de Álzate Avendaño.
Decir Álzate o decir Gaitán transporta de inmediato a instituciones históricas
consolidadas. Son dos apellidos casi comunes, llevados por cientos de colombianos;
sin embargo, todos sabemos de quién se trata. En el caso de Álzate, nos referimos,
13 Álzate: Variaciones.... p p. ,330-331,

El porvenir del pasado 33


pues, a una figura cimera en la historia política del siglo XX. Fue un hombre que
vivió la vida como si supiese que iba a morir joven. Curiosamente, sus principales
antagonistas no fueron los liberales o los comunistas encarnados en personajes, sino
en sus genéricos: el liberalismo y el comunismo. Empero, el grueso de su energía
vital lo dilapidó en abierta disputa política e ideológica con hombres fuertes y mayores
de su propio partido: Laureano Gómez y Aquilino Villegas, entre otros. Tenía la
mitad de los años que Laureano Gómez, su principal contradictor. 14 No tuvo reparo
alguno en enfrentarse a sus superiores. Por eso hay razones para compartir la
hipótesis de que Álzate se planteó su vida como un problema generacional.

A casi cincuenta años de la súbita muerte de Álzate, encontramos de una vigencia


e x t r a o r d i n a r i a y patética su vida y su obra. Es necesaria u n a ampliación
historiográfica que dé cuenta de su papel en la historia política de Colombia. Su
militancia en la derecha de la derecha conservadora, sus acercamientos al fascismo,
le forjaron un aura antidemocrática, trabajada por él mismo durante un tiempo,
pero, sobre todo, por los adversarios de su propio partido, por los liberales y, por
supuesto, por la historiografía de corte marxista. Al leer este texto, el lector podrá
juzgar que otra hubiera sido la suerte del conservatismo colombiano si la tendencia
alzatista se hubiera convertido en factor de poder: no hubiera perdido ese partido su
influencia en Colombia, no habría sido sometido al vaivén del liberalismo, y Colom-
bia podría contar hoy con un conservatismo fuerte, moderno, y, sobre todo, con
propuesta de poder. Y, claro, el Frente Nacional hubiera sido otro. ¿La razón? Porque
con Álzate el pacto del Frente Nacional recobraba su esencia conciliadora: e l sector
alzatista era el fundamentalista, el ortodoxo, el intransigente. Con Álzate llegaría el
indomable conservatismo del norte del Valle del Cauca y de los Santanderes, ese
conservatismo más alejado del ideario filosófico liberal. Esa era la perspectiva que
tenían los liberales con la llegada de Álzate al pacto frentenacionalista. Muerto Álzate,
algunos alzatistas participarán del Frente Nacional, pero lo harán a nombre propio.
El espíritu del alzatismo no se quedará en el Frente Nacional, inspirará otras
militancias políticas, y el gran pacto perderá su posibilidad de reconvertirse en un
proyecto incluyente. La rebatiña por las masas alzatistas tendrá las mismas
connotaciones que tuvo la piñata por las masas gaitanistas, y el nombre de Álzate no
desaparecerá de la disputa política. En el mismo nivel en que se gaitaneó después de
asesinado Gaitán, se alzateó después de la sorpresiva y lamentable desaparición del
caudillo, quien sólo tenía cincuenta años cuando la muerte se lo llevó; los mismos de
Gaitán cuando también la muerte lo sorprendió en la calle. Ambos dejaron una
estela, unos seguidores, muchos de los cuales terminaron militando en corrientes
supuesta y aparentemente alejadas de sus idearios. Ambos fueron anticomunistas,
desde sus propios estilos combatieron la influencia del comunismo en el país y en el
mundo, y sus propuestas eran justamente alternativas para enfrentarlo y eludirlo;
sin embargo, parte de los cuadros intelectuales que se formaron bajo su sombra —
vaya paradoja— terminaron conjugándose en la lucha que por la democracia libraron
muchos años después destacamentos de viejos alzatistas, gaitanistas y filocomunistas.
Afrontar la vida de Álzate Avendaño equivale a inmiscuirse en la historia de Colom-
bia, que va, cuando menos, desde el republicanismo hasta más allá de su muerte en
1960. Esbozar tan sólo su retrato político introduce al historiador, sobre todo, en la
convulsiva historia del país de la primera mitad del siglo XX. Su implicación con el

14 El enfrentamiento con Laureano Gómez se presentó con acritud en dos oportunidades^ en 1937, en la Convención Conservadora de
julio, y en 1952. durante el gobierno de Urdaneta. En su última intervención en la Cámara de Representantes. Álzate hizo un
premonitorio análisis de la situación del país teniendo como referente principal sus confrontaciones históricas con Gómez.

34 El porvenir del pasado


proceso histórico es tan vasta que se necesita de gran aliento y de tiempo. Sobre él no
existe una documentación sistematizada; él mismo no era hombre de guardar papeles.
Álzate no contó con la suerte de Gaitán, quien gozó de guardianes de su memoria
escrita. Reconstruir su paso por la vida política e intelectual de Colombia exige el
esfuerzo desmesurado de bucear en los ya mal conservados periódicos de la época,
muchos de los cuales han desaparecido. Fue una labor difícil la reconstrucción del
primer Álzate para presentarlo a la opinión pública como parte de una amplia
investigación que aspira a dar cuenta de toda la parábola de su vida. Estos son los
resultados de esta primera etapa. Se trataba de ampliar el camino que otros empezaron
a desbrozar. Curiosamente, Álzate cargó de por vida con el estigma de su primer
periodo, el menos conocido. ¿Qué fue lo que realmente hizo o no hizo, dijo o no dijo en
esa época? ¿Cuál fue su propuesta política e ideológica en ese primer periodo de vida
política? Son algunas de las preguntas que aquí tratamos de contestar.

La historiografía sobre Álzate Avendaño.


La historiografía universitaria se ha ocupado poco de Gilberto Álzate Avendaño. No
se ha interesado en profundidad por su pensamiento, a no ser para llenar de contenidos
la variante del fascismo en Colombia.1'1 Hasta hoy, la literatura que sobre él circula
ha sido escrita, ante todo, por políticos conservadores, que han rememorado en algunos
de sus aniversarios aspectos sobre su vida. El diario La Patria, que celebraba en
1961 su aniversario número cuarenta, recordando y honrando la memoria de Álzate
y su paso por el periódico, publicó la primera selección de sus escritos bajo el título de
Sus mejores páginas. Se anotó allí:
En la redacción de La Patria, están seguramente, lo mejor del estilo y del pensamiento de
Álzate Avendaño. Está su conferencia sobre "El caos de las nuevas gentes", está su discurso sobre
el pensamiento del Libertador, está su carta sobre los clásicos y los místicos españoles, está su
página sobre las campanas, que tiene el estremecimiento y el fuego de un himno. Lo cardinal del
pensamiento alzateano y de su literatura, consta, pues, en la colección de La Patria. Todo lo
demás que él dijo, y que él escribió, como crítica y como política, no es sino el desarrollo de lo que
tenemos aquí. La cotidiana afirmación de su estilo y de su pensamiento. 16

Más adelante, en 1966, se amplió el repertorio de documentos. Habían pasado seis


años de su muerte. Ornar Yepes, joven político que había comprendido y aprendido a
querer a Álzate después de su fallecimiento, fungía de secretario de educación e hizo
todo lo posible para que se continuara recordando al caudillo desde su pensamiento.
Lino Gil Jaramillo seleccionó los primeros doce textos que dieron inicio al
redescubrimiento de Álzate. 17 Más adelante, en 1969, la Colección de Pensadores
Políticos Colombianos de la Cámara de Representantes dio a la luz pública las Obras
selectas de Álzate Avendaño. Se trata de la más completa recopilación de sus escritos
con que contamos. 18

En 1977, Héctor Ocampo Marín dio a la luz pública su libro Gilberto Álzate
Avendaño. En él, el autor intenta una aproximación biográfica al personaje aportando
información, reflexiones y anécdotas importantes. 19 En 1980, cuando se conmemoraron
los primeros veinte años de su fallecimiento, la Biblioteca de Escritores Caldenses
publicó un interesante libro que recogió 32 textos sobre Álzate Avendaño. En él. su

ló Véase Mahecha Enciso, Antonio y Vanegas Rojas. Miguel. Movimiento de Acción Nacionalista Popular. 1936-19-10. Bogotá, Universidad
Nacional, 1978.
16 Lema Echeverri, Rafael. "'La escritura de Álzate Avendaño ", en .Álzate Avendaño. Gilberto. S'us mejores paginas p 9
] 7 Dimensión intelectual de Gilberto Álzate Avendaño. Algunas de sus grandes páginas literarias y políticas. Manizales, Imprenta
Departamental. 1966.
] H Álzate Avendaño. Gilberto, Obras selectas. Bogotá. Cámara de Representantes. 1979.
1 9 Ocampo Marín. Héctor. Gilberto Álzate Avendaño Armenia. Editorial Quingráíicas. 1977.

El porvenir del pasado 35


hermano, el ex ministro Marco Álzate, que intervino activamente en el proceso de
esa compilación, dio su concepto sobre la vida y la obra de Álzate y se interesó porque
en ella estuvieran presentes colombianos de distintas procedencias políticas. El libro
contiene ensayos, elegías, los discursos pronunciados en su sepelio, y textos producidos
durante el tiempo transcurrido desde su muerte. Valga decir que son textos
interesantes, y que todos aportan a la profundización en la vida del personaje. 20

Los pocos acercamientos a la biografía política de Álzate apenas esbozan su primer


periodo, que es considerado como "quimera nacionalista" por José Luis Lora Peñalosa,
en uno de los primeros libros que sobre su obra aparecieron en 1968. 21 Nosotros, al
contrario, nos proponemos demostrar que no se trató de una quimera, sino que fue
un periodo de gran producción teórica y de considerable experiencia política. Álzate y
su generación fueron la consecuencia intelectual y política de lo producido en la
década de los años treinta. Sin conocer y entender este primer periodo, es difícil
avanzar en la comprensión del fenómeno alzatista. Sin embargo, la experiencia
nacionalista de la juventud conservadora de los años treinta fue vista con desdén,
incluso por los mismos nacionalistas, que tuvieron tiempo para explicarla. Es un
momento casi vergonzoso, intocable, que ninguno de ellos quiso rememorar. Nosotros
consideramos, en cambio, que allí, además de haberse gestado un estilo político, se
amalgamó una democracia social y popular que les permitió a sus protagonistas
continuar en la construcción de la democracia colombiana, no obstante la debacle
fascista de 1945. Pretendemos demostrar que en la medida en que se resistía al
modelo del nuevo liberalismo del siglo XX, que lideraba Alfonso López Pumarejo, se
erigía desde otros parámetros un contra-modelo, que también aspiraba a la inclusión
social y a otro tipo de democracia. Al respecto, de haber existido una propuesta y una
ejecución de síntesis, se le hubiera ahorrado al país décadas de sangre y horror.

A veinticinco años de su muerte, Álzate continuaba ocupando un amplio espacio en


la memoria de los colombianos. Fue el aniversario que produjo el mayor número de
publicaciones. Un año antes empezó la conmemoración. Evelio Henao publicó en
1984 el que ha sido hasta ahora el mayor intento de presentar a Álzate en el contexto
histórico que le tocó vivir, pero el grueso del libro está dedicado a la actividad política
del personaje en sus dos últimos periodos. 22 En 1985 apareció Un ocaso en el
cénit, de Alvaro Salom Becerra,23 estructurado cronológicamente así: 1910 (el contexto
de su nacimiento), 1930,1940,1950 y 1960. Hay también, como en el caso anterior,
un intento de meter a Álzate en la procelosa historia de Colombia. La presencia de la
voz del autor, de sus convicciones, experiencias y prejuicios tienden a veces a ser
más poderosos que la actividad misma del personaje en estudio, o tanto como la de él.
Salom Becerra recrea su narración con interesantes, divertidas y dramáticas
anécdotas que acompañaron la vida de Álzate. A diferencia de los textos anteriores, el
autor se detiene en el primer periodo del caudillo. Recrea su tránsito por la experiencia
de la Acción Nacionalista Popular (ANP) y, sin ambages, establece sus nexos con las
doctrinas totalitarias de derecha. En el libro, Álzate está rodeado de los protagonistas
de la historia nacional, pero la gente de su propia sensibilidad, la que lo hizo posible,
está ausente. De otro lado, Bernardo Mejía Rivera puso la cara por Caldas en esta
conmemoración, con el libro: Gilberto Álzate Avendaño, que reproduce textos y
documentos sobre el personaje, ya conocidos ampliamente. 21

20 Álzate: Variaciones... El libro se reimprimió en mejor formato y con nuevos textos en el año 2000, en conmemoración
de los cuarenta años de la desaparición del caudillo,
21 Lora Peñalosa, José Luis. El pensamiento vivo de Álzate Avendaño. 1969. En 1996 el autor publicó Álzate Avendaño: vida y mensaje.
Bogotá, Imprenta Distrital - Fundación Gilberto Álzate Avendaño. edición que actualiza y complementa la anterior.
22 Henao, Evelio. Gilberto Álzate Avendaño. Un hombre de carácter. Armenia. Ediciones Meridiano del Quindío, 1984.
23 Salom Becerra, Alvaro. Í7n ocaso en el cénit'- Gilberto Álzate Avendaño. Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1985.
24 Mejía Rivera. Bernardo. Gilberto Álzate -Avendaño. Manizales. Biblioteca de Escritores Caldenses. 1985.

36 El porvenir del pasado


La publicación y republicación de los escritos de Álzate no disminuye con el tiempo.2''
Cada vez más voces se suman al ensanchamiento de su mito. Nosotros, a lo mejor,
contribuyamos a hacerlo mayor. Por lo menos, queremos empezar a entenderlo en
contexto. Consideramos que en toda explicación de los mitos de la historia, la
comprensión de su primer periodo es clave, y es eso lo que hemos intentado hacer.

Álzate Avendaño y la sensibilidad leoparda.


Historiar a Álzate exige introducirlo en su época y demanda una mirada amplia. No
obraba Álzate en solitario, pues era parte constitutiva y expresión de un dinámico
grupo intergeneracional que influía en la cotidianidad política colombiana. Fueron
tiempos borrascosos. Nos interesó Álzate, no tanto como el intelectual, el hombre de
letras, por lo cual es reconocido justa y abundantemente, sino como el guerrero, el
hombre de masas que se instaura primero en él, en los comienzos de su carrera
política. Todo lo que hizo en sus cincuenta años de vida estuvo relacionado con la
experiencia de su actividad política y con su producción intelectual en la década
1929-1939. En ese lapso construyó las bases de su quehacer político y su concepción
de la democracia funcional, que profundizó en las décadas siguientes.

Parecería absurdo, quizá, plantear que los conservadores colombianos no estaban


preparados para la derrota del 9 de febrero de 1930, después de 45 años de hegemonía.
Absurdo, porque no pocos conservadores atizaron la caída del régimen en las
postrimerías de la administración de Miguel Abadía Méndez, el último de sus
presidentes. Y hubo conservadores eminentes que hicieron parte de "la concentración
nacional", el primer gobierno de la República Liberal. Pero, en la medida en que el
modelo republicano de Olaya Herrera se agrietó, el espectro ideológico tradicional del
conservatismo volvió a emerger. Y, para mantenerse a flote ante un liberalismo
revanchista e invencible, tuvo necesidad de llenar de nuevos contenidos sus
anquilosados programas doctrinarios o, por lo menos, remozarlos, colocarlos en un
proceso dialéctico que le permitiera a la militancia ver fluir la tradición y a los
nuevos ideólogos convencer a los colombianos de que el pasado tenía porvenir.

No han existido en Colombia movimientos mesiánicos puros. No hubo para la época


de Álzate infraestructura histórica para corrientes de tal envergadura. La solidez
del sistema bipartidista hubiera ahogado cualquier intento al respecto. Pero, al mismo
tiempo, la Iglesia y su decisivo papel en la formación de las almas prepararon a los
colombianos para concebir la resolución de los grandes problemas sociales y nacionales
desde el mesianismo. Es decir, si bien no contamos con los movimientos mesiánicos
tan característicos para pueblos como el mexicano, el brasileño y el peruano, 26 por
ejemplo, en el interior de los partidos tradicionales, conformados, por lo regular, por
fervientes católicos, el mesianismo es uno de los componentes principales para su
identificación, su fundamentación, su legitimación y, sobre todo, para su cooptación
política e ideológica. Así, la sensibilidad leoparda es conscientemente mesiánica. Sus
integrantes se creen salvadores de Colombia, los encargados en este país de llevar a
cabo la parte correspondiente de la salvación mundial en una época apocalíptica
donde el bárbaro, el demonio, viene de Oriente arrasando la civilización occidental. Y
también existen rasgos mesiánicos en el adversario histórico: en el liberalismo que
está en el poder, para salvar a los colombianos de una supuesta crisis dejada por 45

25 Eastman. Jorge Mario, Álzate. Bogotá. Fundación Publicaciones Consigna. 2000. Este libro de recopilaciones es otro más sobre la
obra de Álzate, Contiene un prólogo del compilador y una presentación de Belisario Betancur.
26 Véase Zaballa Beascoechea. Ana de (comp.K Utopia, mesianismo y nñlenarismo. Experiencias latinoamericanas. Lima. Universidad
San Martin de Porres. 2002,

El porvenir del pasado 37


años de "ignominia, conservadora". Tipologías de mesianismos presentes en un mundo
supuestamente moderno; más bien, en un presente donde la síntesis de lo premoderno
y lo moderno constituyen las formas de hacer la política. La sensibilidad leoparda
surge con afán de modernizar al Partido Conservador, de ponerlo a tono con los
tiempos que corren. El adversario interno lo influye tanto como el inspirador externo.
Aspiran a hacer la política con agresividad e impulso, con disciplina, con propa-
ganda y seducción, con un jefe, eje sobre el cual debe girar la dinámica partidista. Y
para esto no tienen que ir muy lejos. El modelo está en la propia casa. El liberalismo
ha hecho de Rafael Uribe Uribe y de Benjamín Herrera figuras míticas, jefes únicos,
y viene de una década en la que ha liderado la protesta social y la movilización
popular. Pero al viejo conservatismo no le gusta esta manera de hacer política, la
considera plebeya, burda, y ante todo, ajena a la doctrina. Comienzan las tensiones
entre viejos y nuevos. Los viejos que se reclaman republicanos, los nuevos que ven la
muchedumbre como vía de legitimación; los viejos que le temen y le huyen, los
nuevos que quieren sintonizar al partido con la calle, con el vulgo. De hecho, los
partidos conservadores del mundo moderno habían renunciado a permanecer en el
encierro, estaban en la calle, junto a la gente, con quien habían accedido al poder, y
se autodenominaban pomposamente fascistas unos, nacionalistas o corporativistas,
otros, etc. El nombre no importa, unos y otros superarán a Gustave Le Bon.

Con la actividad de la sensibilidad leoparda presenciamos el proceso dramático de la


adecuación del conservatismo colombiano a las modernas maneras de concebir y
hacer la política. Será ese su aporte a la historia de esa colectividad histórica. Un
problema de psicología de masas.

La prédica de la sensibilidad leoparda, en la que inscribimos el nombre de Álzate, lleva


al replanteamiento y a la reafirmación de la identidad de los conservadores en un
momento de profunda crisis. Se trataba de la segunda identidad en importancia para
los colombianos después de la religiosa: la de la pertenencia a uno de los partidos
tradicionales. Pertenencias católica y partidista constituían una carga para el ciudadano
de entonces. Venían después las otras identidades: la familiar, la regional, la racial, la
nacional y la cultural. Al paso que se reafirmaba la identidad conservadora, se configuraba
la de las derechas, un nuevo estilo y manera de ver las cosas.

Fue Álzate un hombre culto. Acumuló vastos conocimientos no sólo en los paradigmas
de su especialidad de abogado, sino también en los de la historia y la ciencia política.
Tenía un dominio de los clásicos de la literatura universal. De la mano de los autores de
la antigüedad, se explicó gran parte de los problemas nacionales. Pero era, ante todo,
un intelectual actualizado. Estaba al tanto de la dinámica editorial de su tiempo. Escribía
en varios géneros. Cuando recurría al histórico, lo hacía conservando las reglas del
arte : citaba exactamente la idea del autor que le interesaba, volcaba sobre el texto un
sinnúmero de autores, a todos permitiéndoles expresarse libremente. A diferencia de
Silvio Villegas, que se inspiraba en sus paradigmas y se regocijaba en derredor suyo,
Álzate era más expresivo, y en sus textos el adversario discurre y se posesiona como
una influencia más. El Álzate que interviene como dirigente principal de la Acción
Nacionalista Popular (ANP), incorpora autores socialistas no marxistas, novedosos
para la cultura leoparda. Pero, sin duda, creemos que el autor que más influyó en el
Álzate de este periodo fue el filósofo alemán Oswald Spengler (1880-1936). Justamente,

38 El porvenir del pasado


después de su muerte, acaecida el 8 de mayo de 1936, se produjo un flujo de sus trabajos,
que incluyó la traducción inmediata de su producción intelectual al español. La obra de
Spengler circulaba simultáneamente con el crecimiento físico y mental de Álzate. La
decadencia de Occidente, aunque ya estaba terminada cuando estalló la Primera
Guerra Mundial, apareció en julio de 1918. En 1922 el autor le dio forma definitiva, y
ya en 1935 el libro circulaba en Colombia en una traducción de la editorial Osiris. Valga
anotar que, gracias a las editoriales chilenas, en Colombia se leían influyentes ensayos
de Spengler: Prusianismo y socialismo, 1935 (escrito en 1920); Seis ensayos,
1937 (escrito en 1927); El hombre y la técnica. 1934 (escrito en 1931); Años de
decisión, 1937 (escrito en 1933). Spengler, quien había acumulado una fama de
pesimista, escribía sus ensayos autoconsiderándose un consejero de Estado. Daba pautas,
opinaba, exigía, criticaba. Era una especie de conciencia. Tenía en alta estima la política,
más importante para él que la economía: "La economía es objeto de la política, en todo
caso como elemento secundario y no como el principal de la historia", escribía. 2 '

Rito y mito.
En la reconfiguración de las identidades, el rito y el mito fueron fundamentales,
como lo fue también la construcción de un enemigo. El conservatismo había perdido
sus rituales como partido, como movimiento, como acción. Los que tenía a finales
de la hegemonía eran ritos de poder, ya parsimoniosos y rutinarios. Los sentidos de
vínculo, pertenencia y solidaridad se habían desperfilado. Y en la medida que
avanzaba, a toda prisa, la liberalización de la sociedad y del electorado, al tiempo
que se hacía invencible el liberalismo en la intensidad de los primeros años de 1930,
el ritual conservador se desdibujaba. Había encontrado la nueva década a un Partido
Conservador sin rituales para la resistencia y la oposición. Puesta esa colectividad
contra la pared, en la violencia revanchista de los victoriosos liberales de 1930, el
sentimiento de estar acompañados, de hacerse fuertes ante el dolor, y el de vislumbrar
la reconquista del poder, creó la necesidad de reverdecer, de reactivar y modernizar
el ritual para que continuara y se adecuara a los nuevos tiempos el mito del Partido
Conservador; habla que evocaba la conservación de la tradición, de lo vernáculo, de
la religión católica, de la cultura nacional; de ese enorme capital de valores acumulado
en casi cien años de existencia de una ideología política.

Empero, el Partido Conservador de la década de los treinta no intervenía al unísono.


Desde entonces, dos corrientes en su seno se cristalizaron y se enfrentaron. De sus
odios heredados y labrados saldrán dos sensibilidades conservadoras que apenas
intentarán reconciliarse, pero que nunca sellarán definitivamente la paz interna'- el
laureanismo y la sensibilidad leoparda. Esta última, se trataba de un coro amplísimo,
que se emulaba entre sí y conformaba toda una sensibilidad que había irrumpido
con la actividad pionera de los Leopardos en los tempranos años veinte y la de la
generación inmediatamente posterior, la de Gilberto Álzate Avendaño, la de 1930, la
d e n o m i n a d a "generación bolivariana". A dicha sensibilidad se s u m a r á el
fundamentalismo doctrinario de nuevo tipo de la extrema derecha conservadora, que
bien podría estar representada por José Mejía Mejía, en Medellín, o por Rodrigo
Jiménez Mejía, en Bogotá, ya en plenos años treinta. De aquí vendrá el remozamiento
del ideario y del ritual conservador por constituir el núcleo más preparado y equipado
del partido. Se trató del contingente que afrontó en el occidente colombiano las

27 Véase "La doble cara de Rusia y los problemas alemanes de Oriente", en Spengler, Oswald. .Seis ensayos. Santiago de Chile, Editorial
Mundo Nuevo. 1937. p, 27.

El porvenir del pasado 39


penúltimas elecciones victoriosas de la hegemonía conservadora en Medellín en octubre
de 1929, en las cuales empezó Álzate su carrera política de organizador de masas.
Con esa experiencia, la sensibilidad leoparda construirá la ritualidad que exigirá la
nueva etapa del partido. Su lucha por modernizar la ritualización conservadora la
llevará a conformar un partido independiente entre 1937 y 1939.

Su propuesta del ritual de "la acción en las calles", en oposición a la política laureanista
de la "legítima defensa", constituyó el momento cumbre de la comunicación entre
conservadores. En la muchedumbre sintieron poder, fuerza y capacidad transformadora.
Gracias a este ritual, entre otros, el militante conservador juzgó que él y sus copartidarios
podían mirar hacia un mismo objetivo. Se sintieron con una única voluntad de ser y
hacer. El ritual de reunirse en manifestaciones políticas de masas les mostró, les hizo
sentir las fuerzas internas de su mito, y les insufló el ánimo de estar vivos; les activó la
conciencia conservadora y les creó una ilusión de seguridad, de fortaleza, de continuidad
y, sobre todo, les hizo vislumbrar la reconquista del poder.

El ritual de la manifestación política estaba acompañado de la conferencia por radio,


de las convenciones políticas, de la conformación de comités municipales y veredales
de partido. El ritual metió a los conservadores de la sensibilidad leoparda en el proceso
de la democracia, aunque dijeran que iban en su contra. A través del rito, llevaron a
escena el resultado de su pensamiento, elaborado en sus textos ideológicos, que
circulaban por su prensa, en artículos, boletines, programas, folletos, hojas volantes,
etc., y puesto al servicio de la resolución de problemas políticos y sociales que hicieran
posible la continuidad del mito conservador.

La creación de la Acción Nacionalista Popular (ANP) en 1937, será su mayor


expresión, su auge y su crisis! en ella, la voz y la actividad de Álzate terminarán
sobresaliendo e imponiéndose. Por ello, no se le haga extraño al lector encontrar en
este libro una historia de Álzate y su tiempo, de Álzate y su comunidad de habla, la
expresión de la sensibilidad en la que se movía. Pero también encontrará apartes de
la historia de los adversarios internos y externos y, sobre todo, encontrará la historia
política de Colombia en pleno desenvolvimiento.

El libro está compuesto por quince capítulos, donde las voces de los protagonistas
están siempre presentes. Así lo hemos querido para que el lector viva y sienta la voz
del pasado, y no sólo la del autor. En muy posible que esto haga pesada su lectura,
pero, en cambio, va en favor del rescate de la memoria y fluye a favor de la
historiografía. En los primeros capítulos ahondamos en el contexto político y cul-
tural de la época en que creció Álzate; tratamos las fuentes de su pensamiento.
Abordamos la conjugación de la universidad y la política que hizo Álzate y que se
expresó en 1929 en la Página Universitaria de El Colombiano. Por primera vez
se aborda esta temática en la historiografía político-literaria colombiana.

El lector tendrá la oportunidad de conocer en detalle sobre la movilización electoral y el


fin de la República Conservadora, y podrá comprender a la generación de jóvenes
conservadores que tuvieron que afrontar, desde la derrota, la encrucijada de los años
treinta. Poco sabíamos de las primeras elecciones durante la República Liberal, nos
remontamos a esa dramática y ya remota época en que Colombia, de conservador, se

40 El porvenir del pasado


convirtió en un país liberal. Abordamos los mecanismos por medio de los cuales se
llegó a este tránsito. Sostenemos y constatamos que los inicios de la violencia que
caracterizó al siglo XX colombiano, provienen de allí.

A partir del capítulo séptimo, tratamos de comprender y hacer comprender la época en


la que surge el nacionalismo de corte alzatista. Nos introducimos en los "homenajes
fúnebres y discursos conmemorativos", estrategia por excelencia, inventada por el
movimiento nacionalista, que inspiraba y dirigía Álzate, para mantener y rescatar la
mística conservadora después de la derrota, y como parte complementaria de la
abstención decretada por todo el partido. Este libro le dedica atención al ritual de las
reuniones políticas y su papel en la historia de los partidos. Nos referimos a las
convenciones de partido. Por ello, uno de los capítulos está consagrado a las convenciones
conservadoras de 1937.

Desde el capítulo décimo hasta el final, el libro aborda la Acción Nacionalista Popu-
lar (ANP), movimiento donde desemboca toda la experiencia acumulada por Álzate
y su sensibilidad política durante los años de la resistencia al régimen liberal.
Demostramos que es a partir de ella cuando emerge el alzatismo, y que de ella sale
un Álzate formado en ese momento no sólo como el hombre guerrero, el reconocido y
útil hombre de masas, sino como el hombre público por excelencia, el sofisticado
escritor político.

La historiografía sobre este importante movimiento de la década de 1930 es poca. El


predominio en Colombia de la literatura de corte liberal y progresista ha ocultado
esta historia. Un manto espeso y denso cubre el proceso de formación política de la
intelectualidad conservadora nacionalista de los años treinta. Incluso, es un periodo
esquivado por muchos de sus protagonistas, que tuvieron todo el tiempo para
reflexionar y procesar esa experiencia. Esto, así mismo, se revela en la selección de
los textos de época que circulan sobre los actores, donde se pasa de lado y se evita
recordar los productos intelectuales del nacionalismo conservador. Nosotros hemos
querido poner de nuevo en escena el periodo y su gente. Sostenemos y demostramos
que no por haber comulgado esa generación con el ideario de los fascismos genéricos
de la época careció de propuestas democráticas. Encontramos que los protagonistas
de la ANP lucharon también por la democracia, aunque algunos, la mayoría quizás,
plantearan lo contrario. Yendo en su contra, la fortalecían, y combatiéndola, la
nutrían. Atacaban al Parlamento, pero rendían culto a los lugares populares y
sagrados de la democracia: la calle y la plaza pública: los desfiles, las concentraciones,
las verbenas, los atrios de las iglesias. Peleaban de frente, con sus voces y sus textos
escritos. Voces que se expandían en sus discursos de plaza y radio, y textos que
circulaban en periódicos, folletos u hojas volantes. No obstante su acercamiento a
las corrientes totalitarias de la derecha europea, a la ANP le debe el país el regreso
del conservatismo a la democracia electoral, con lo cual amainó transitoriamente
una violencia que presagiaba mayores desgracias.

Si bien es del autor la responsabilidad de todo lo que atañe al universo de la escritura


de un libro, una investigación como la que presentamos involucra a la gente que la
gestó y animó. Por eso, expreso mis agradecimientos al historiador Carlos Alberto
Maldonado Zamudio, por su intenso trabajo de cazador y buceador de fuentes, por

El porvenir del pasado 41


sus ideas y por su interlocución. Estoy agradecido con la familia de Álzate: Marco, su
hermano; Gilberto y Ana María, sus hijos; contertulios y pacientes con mis tesis, no
siempre compartidas, pero sí respetadas. Su interés en esta publicación nos estimuló.
El archivo de La Patria, en Manizales, nos brindó la posibilidad de acceder a los
primeros años del periódico. El Banco de la República, seccional Manizales, también
nos colaboró poniendo a nuestro servicio su hemeroteca. Lo mismo hicieron con las
suyas las bibliotecas Nacional y Luis Ángel Arango. Gracias también al profesor
Vladimir Daza, de la Universidad de Caldas, por su abrigo y por la posibilidad de
socializar el proceso de este trabajo; a Fabio Córdoba Ortiz, por la lectura del texto;
a Enrique Dávila Martínez, por su sabiduría en el manejo del idioma; a J u a n David
Figueroa, siempre en mi auxilio; a mi colega Jaime Eduardo Jaramillo, por
compartirme trozos de la vida de su tío Rodrigo Jiménez Mejía; a mis estudiantes de
ahora: J u a n Carlos Baquero, y a los de ayer, hoy historiadores, con quienes
compartimos a diario la emoción de nuestros hallazgos: Alejandro Cobos, Helwar
Figueroa, Alexander Pereira. La Fundación Gilberto Álzate Avendaño, la Gobernación
de Caldas y el Departamento de Historia de la Universidad Nacional, constituyeron
los apoyos económicos y espirituales para poner en manos públicas este esfuerzo.

42 El porvenir del pasado


Para comprender a Gilberto
Álzate Avendaño.
Las fuentes de su pensamiento,
I

El contexto cultural y político de su infancia y adolescencia.


Las lecturas de la primera juventud de Gilberto Álzate Avendaño estaban a tono
con el pensamiento de José Enrique Rodó, lo que indica que se leía tarde a este
insigne intelectual uruguayo o que había razones para su permanencia. Ariel, una
obra de comienzos del siglo XX (1900), era leída por Álzate en plena adolescencia. No
es extraña la influencia de Rodó, pues se trataba de un pensador conservador que
hacía un llamado de regreso a la latinidad, en contravía de la expansión ideológica y
territorial de Estados Unidos, victoriosos después de la guerra contra España en
1898. Empero, era el de Rodó un conservatismo democrático; se trataba del diseño de
una agenda progresista para un conservatismo envejecido. Desde muy temprano, a
los trece años, Álzate participa en un periódico estudiantil: El Pequeño Cronista.
Sus años de escolaridad los combinó con las actividades del Centro Literario Ariel,
que dirigía Bernardo Mejía Rivera, al que asistía, entre otros, el futuro dirigente
comunista Gilberto Vieira.

El departamento de Caldas de entonces, su mundo político y literario, estaba más


atravesado por el arielismo que por las corrientes de derecha que ilustraban y
animaban a los Leopardos en la capital: "Nosotros arielizábamos. Las palabras del
uruguayo, unciosas y augúrales, nos ponían una incandescencia nueva en los ojos",
recordaría Álzate años después en sendas conferencias dictadas en el Instituto
Universitario 1 . Ariel, el paradigmático ensayo de José Enrique Rodó, es una obra de
pronunciado acento conservador y será a través de ella que el joven Álzate asistirá a
un proceso de discriminación de lecturas. Ariel estaba al lado de los libros que por

La Crónica Literaria, mayo 12 de 1934, p. 1.


entonces leía todo el espectro conservador regional y nacional, que eran los mismos
libros que habían servido de apoyo a Rodó en la escritura de su célebre convocatoria:
Renán, Maeztu, Gobineau. Le ha de haber llamado la atención a Álzate el contenido
renovador de Ariel en el marco del progreso dentro de la tradición. El rechazo que
manifestaba Rodó hacia el gusto ordinario de la cultura anglosajona y su propuesta
de volver a la latinidad clásica. Pero, además, la convocatoria rodosiana preveía una
lucha antiimperialista de carácter contraestadounidense como portaestandarte de la
juventud continental. Esa lucha estaba revestida de una defensa cultural, de un
nacionalismo que tenía más que ver con el regreso a los valores hispánicos que con la
construcción de unos referentes nuevos. Que prendiera el arielismo entre los caldenses
en particular y entre los colombianos en general tiene que ver con la procedencia de
la propuesta: Uruguay. Allí no existían suficientes indígenas como para una propuesta
que partiera de ese universo protocultural. Tampoco los había entre nosotros. La
identificación de Colombia no pasaba por allí. El mundo de España tenía más peso.
La madre patria y, más allá, el mundo grecolatino son los llamados a socorrernos de
la invasión bárbara. Y no había que hacer grandes esfuerzos para esto. Su adolescencia
estaba saturada de la cultura conservadora a la que pertenecía familiarmente, de
sus conexiones y de las formas y contenidos de su escolaridad henchida de
tradicionalismo, religiosidad, promilitarismo y cultivo de la lengua española. La
trascendental convocatoria de Ariel hubo de impactar al joven Álzate, y en la
Manizales de entonces estaba toda la infraestructura ideológica para acudir al llamado.

De principio a fin el pensamiento de Rodó estuvo presente en la vida y obra de Álzate.


En su evolución última, la del ospino-alzatismo, el arielismo se manifestó también:
el Frente Nacional era la culminación de esa crítica de Rodó en el sentido de que la
cultura anglosajona era egoísta y mercantilista. En Colombia la crítica rodosiana de
la compulsión a la imitación era ya una realidad.

Cuando llegaron más ideas, las del nacionalismo europeo de derecha, en el pensamiento
de Álzate estaba ya el sedimento del arielismo. Pero hay también influencias
indirectas que suelen ser dramáticas porque provienen de la otra orilla, del adversario
culturalmente lejano y supuestamente inimitable. En Colombia, históricamente, no
se trasladaban las personas de un partido a otro. A medida que avanzaba el siglo XX
nadie osaba cambiar de colectividad para no correr con el mote de traidor. Pertenecer
a uno de ellos, sentirse en uno de ellos era cuestión de cultura. Más bien a lo que
aspiraban quienes allí nacían y quienes allí eran bautizados era transformarlos o
radicalizarlos a su derecha o a su izquierda. Es ese uno de los secretos para comprender
la perdurabilidad del bipartidismo colombiano: la intensa lucha que se da en el inte-
rior de cada uno de los partidos.

Gilberto Álzate Avendaño creció influido por intelectuales que consumían de manera
directa los libros que sobre el pensamiento social y político iban apareciendo en Europa
desde finales del siglo XIX. La literatura francesa realista ocupaba un lugar destacado:
Flaubert, Zola, Goncourt, Maupassant, Daudet. El naturalismo colmaba también un
sitio preferente. Se trataba de autores que plasmaban en sus obras la realidad en su
más cruda revelación. La crítica que leían en la novela, en el ensayo, en los trabajos
históricos era asimilada para interpretar el acontecer diario colombiano: Bourget, Renán,
Lemaitre, Faguet y Taine fueron leídos con ansia coyuntural.

44 El porvenir del pasado


Nace Gilberto Álzate Avendaño justamente en el paradigmático 1910. cuando la voz de
su paisano Aquilino Villegas era en Caldas la más escuchada en el seno de la agrupación
política en que militaba. Era todavía un adolescente Álzate cuando Aquilino Villegas
rememoró ese mapa intelectual de la siguiente manera: "ese grupo juvenil que seguía el
empuje de Valencia, leyó a Remigio de Gourmont y el Mercurio de Francia. Devoró
todos los poetas y escritores novísimos, parnasianos, decadentes y simbolistas, a partir
de Darío, del viejo Verlaine a Maeterlinck. D'Annunzio en su propia lengua, Jorge
Brandes y Suderman, Stephen George y los rusos de Gogol a Dostoievski y Tolstoi, y
finalmente Nietzsche"2. Textos que se mezclaban con los ya existentes en la circulación
bibliográfica nacional. Digamos que el intelectual conservador expresaba la voz de muchos
autores a través de la suya. Trasladaba a su interpretación de los problemas del país, el
mismo tono, la misma envergadura y la misma intensidad de la crítica que los autores
extranjeros utilizaban para con sus países.

Y justamente, se trataba de una época de gran crítica. Eran las lecturas que les servían
para contrarrestar las de los enemigos internos: el liberalismo y el socialismo. Fue
desde siempre estrategia conservadora meter en un solo saco al liberalismo y a todas
las corrientes del socialismo3. Era una manera de hacer más grande, más peligroso al
enemigo. Pero no era una invención, pues realmente el socialismo contaba en su accionar
político con el respaldo de un grupo de liberales de izquierda que intervenía como minoría
en la Cámara de Representantes. Así lo describe Torres Giraldo en sus memorias:

Por los primeros días de septiembre de 1927, los parlamentarios de izquierda, en la Cámara
Baja, configuraban un grupo que contaba con Gabriel Turbay, Armando Solano, Bossa Navarro
y Gustavo H e r n á n d e z Rodríguez, el cual se expresa por el Diario Nacional, que dirige
Solano, con ideas como éstas : "ir al pueblo y confundirse con él: oponerse a cuanto el pueblo
juzgue malo: aprovechar la presión de las multitudes: rechazar el título de partido constitucional:
no desechar ningún recurso para subir al poder" 4 .

La política en Colombia se desarrollaba considerando al adversario como enemigo. De


manera indirecta, los Leopardos primero, y Álzate después, tuvieron la influencia del
espíritu de la obra de Cari Schmitt, que ha debido llegarles por sus lecturas de la Acción
Francesa, por el nacionalismo ibérico o por la literatura política argentina'. Era, de
todas maneras, el espíritu de la época de entreguerras en que todo conducía a que
fueran vistas las cosas desde la perspectiva militar. En Colombia había sobradas
condiciones para que la política fuera considerada como una nueva manera de continuar
la guerra en una época de paz. Se vivía a poquísimos años del fin de la guerra de los Mil
Días y a pocos de las grandes confrontaciones del siglo XIX. La inexistencia de un
enemigo externo real volcó la atención sobre un enemigo interno que pasó a ser el
militante del partido contrario: "El enemigo se organiza y nos acecha en la sombra. Es
preciso que acudamos, una vez más a salvar la patria en peligro", leemos en un manifiesto
del Directorio Departamental de Caldas, donde los conservadores llaman a apoyar el
nombre, entre otros, de Silvio Villegas como candidato a la Cámara en 1929b. Después
del interregno republicano en Colombia, se volvió a la guerra, pero esta vez desde la
política. Los resultados de este proceso en nuestro país fueron desastrosos porque era
débil o no existía, y, lo peor, no se construía una protección jurídica, para decirlo en los
términos de Caetano Mosca. Las instituciones no eran lo suficientemente fuertes para
proteger a la ciudadanía, que se veía ante la realidad de sufrir en carne propia el
impacto del discurso político.

- Villegas, Aquilino. Por qué soy conservador. Bogotá. Editorial Nueva, 1931. p, 29.
1
Al respecto puede verse el editorial "El renacimiento liberal", en E¡ Debate, mayo IS de 1929, p. 3.
• Torres Giraldo, Ignacio. Los inconformes. Historia de la rebeldía de las masas en Colombia. Bogotá, Editorial Margen Izquierdo, 1975,
p. 45.
Al respecto puede verse Dotti. -Jorge v Pinto. Julio 'Comp). Cari Schmitt: s u época y su pensamiento. Buenos Aires. Editorial
Universitaria. 2002
'• El Debate, mayo 1 ti de 1929, p. 1

El porvenir del pasado 45


Al fin y al cabo, se trataba de la política: la circulación de las ideas, las confrontaciones,
las campañas electorales. Toda una civilidad política envidiable para el estudioso de
la historia política. Y no es que eso estuviera mal, al contrario, podía leerse como la
presencia de un diálogo democrático entre los colombianos; en últimas, es a eso a lo
que aspira la democracia. Sólo que la infraestructura para su ejercicio era débil y en
algunos casos inexistente.

La vida y la obra de Álzate Avendaño permiten acercarnos a la construcción de la


Nación, por lo menos a sus intentos, a lo poco y mucho que se construyó en tal
sentido. En Colombia este proceso estuvo atravesado por el papel jugado por los
partidos tradicionales en la conciencia de la Nación misma. Es decir, Colombia se
configura como Nación desde los partidos; son ellos y no otros elementos —o más que
otros elementos- los que constituyeron alguna identidad 7 .

El intelectual de provincia fue pieza clave en la configuración de la Nación colombiana.


No ignoraba la importancia de la capital, pero entendía que su papel estaba no en
dejarse seducir por la sensualidad que la arropaba, sino en destacar la necesidad de
colaborar en el trazo de las coordenadas entre capital y provincia, cuando se hizo
realidad la derrota del federalismo. Se les ha denominado "convivialistas" a los
intelectuales de uno y otro partido que emprendieron su vida política a raíz del
primer centenario de la independencia, los conocidos como pertenecientes a la
Generación del Centenario e, incluso, a la de los Nuevos. Pero la aplicación de la
denominación convivialistas habría que llenarla de muchos más contenidos que su
supuesta contribución a la paz entre los colombianos. No era fácil la convivencia
porque sus protagonistas estaban atrapados en redes de significación difíciles de
superar 8 .

El mencionado Aquilino Villegas llegó a afirmar: "no es de admirar que los pueblos
colombianos no se conocieran sino en las guerras civiles, en que los ejércitos de una
región iban a batallar en provincias lejanas. Es ésta la única ventaja verdaderamente
inesperada que nos trajeron las guerras civiles: el conocimiento mutuo" 9 . Así, la
identidad nacional pasó necesariamente por la conciencia de pertenecer a uno de los
partidos tradicionales. El colombiano nacía en cuna liberal o conservadora. El otro
no era el ciudadano del país vecino, el enemigo no era el venezolano ni el peruano,
sino el liberal o el conservador. Nos configuramos, pues, como enemigos entre nosotros
mismos. Desde entonces fuimos un país dividido, fragmentado en dos: los liberales y
los conservadores. No faltaron las condiciones subjetivas para que esto fuera así.
Brillantes intelectuales de una u otra parcialidad política desplegaron sus capacidades
para argumentar e interpretar y convencer del por qué debíamos seguir siendo lo
uno o lo otro.

7
Véase en profundidad- González, Fernán. Para leer la política. Ensayos de historia política colombiana. Bogotá. Cmep. 1997,
" Sobre el concepto convivialistas puede verse la obra de Braun, Hebert, Mataron a Gaitán. Vida Pública y violencia urbana en
Colombia. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1987.
" Citado en ibid.. pp.182-183.

46 El porvenir del pasado


El leopardismo : la influencia inmediata.
Mis i d e a s p o l í t i c a s no son fruto de la
improvisación, sino del estudio y la experiencia,
trabajosas conquistas intelectuales. En ¡os
grandes maestros aprendí a desconfiar de ¡o
que suelen llamarse ideas modernas, que no
son sino errores antiguos publicados con una
fecha reciente. 10

Entre finales de la segunda década del siglo XX y comienzos de la tercera, irrumpió


en el escenario de la política colombiana un grupo de jóvenes conservadores: los
Leopardos. El grupo reunía a cinco intrépidos y brillantes estudiantes universitarios
de origen conservador: Silvio Villegas (1902-1972), Elíseo Arango (1900-1977), Augusto
Ramírez Moreno (1900-1974), José Camacho Carreño (1903-1940) y Joaquín Fidalgo
Hermida (1890)11.

Los dos primeros habían estudiado en el emblemático Instituto Universitario de


Caldas, donde también cursó parte de su secundaria Gilberto Álzate Avendaño.
Procedente del Chocó, Arango había llegado a los dieciséis años a Manizales "donde
conoce a Silvio Villegas, la amistad que le sirvió de linterna a su carrera", escribirá
más adelante Ramírez Moreno 12 . Llegaban a Bogotá con un nivel cultural alto. De la
Manizales de esa época, cuenta Silvio Villegas, que tenía "los climas más propicios
para las faenas de la inteligencia" y que "era un medio universitario de primer
orden". Anota también en sus tempranas memorias:

Allí se agitaba una juventud insigne, cuya única ambición era descubrir diariamente una
nueva verdad científica, literaria o política. Nuestro ideal no era coronar una carrera sino
progresar en sabiduría y en belleza. Muy pronto dejamos atrás los libros escolares para lanzarnos
como maratonidas en el vasto estadio de la literatura, de la filosofía y de la ciencia. Todas
nuestras lecturas eran precipitadas como si se fueran a cerrar las bibliotecas. De los evangelios
pasábamos a Carlos Marx y de San Francisco de Asis a Federico Nietzsche. Nuestras aspiraciones
intelectuales eran ilimitadas 13 .

Fueron ellos quienes plantearon en voz alta las que serían las preocupaciones y las
temáticas de la política conservadora en la década de los años veinte. Cuando los
Leopardos saltaron a la palestra pública, Álzate estaba por los catorce años. La bulla
de los intrépidos jóvenes conservadores, aunque más bogotana que manizalita, llegó
a la capital caldense y cayó en suelo abonado por el arielismo. Serán ellos los socios
más cercanos a Álzate en el ejercicio de la política. Estamos hablando de muchachos
universitarios de provincia en Bogotá: Villegas, caldense; Arango, chocoano; Camacho
Carreño, santandereano 14 ; Ramírez Moreno, antioqueño; Fidalgo Hermida, valluno.
Se trata por eso de una historia de jóvenes intelectuales, de la manera como asumían
su rol en la sociedad. Su procedencia social era la clase media de entonces. Construirán
especies de tintes aristocráticos, rebuscarán sus orígenes españoles, pues eso les
apasionaba y entretenía. Su contacto con Bogotá, la ciudad cultural y universitaria
por excelencia en el país, y el ambiente de la Universidad Nacional los pusieron en

"' Villegas, Silvio. No hay enemigos a la derecha (Materiales para una teoría nacionalista). Manizales, Casa Editorial y Talleres
Gráficos Arturo Zapata. 1937. p. 57.
|:
Poco conocemos del itinerario de vida de este último personaje, salvo sus primeras apariciones con sus colegas. No terminó sus
estudios universitarios y sus rastros en la memoria del país son muy escasos.
'- Véase el artículo "Elíseo Arango", escrito por Augusto Ramírez Moreno, como editorial de El Debate. 20 de abril de 1929.
1
' Villegas, Silvio. jVo hay enemigos a la derecha..., pp, 75-76.
11
Camacho se había trasladado a Bogotá desde la época de sus estudios secundarios, que cursó en el Gimnasio Moderno y el San
Bartolomé.

El porvenir del pasado 47


contacto con sus pares de otras sensibilidades, con quienes compartieron en tertulias
de cafés y en debates públicos. Ese ambiente los animó, pero también ellos animaron
la disputa política y la circulación de ideas. Les imprimieron a sus participaciones la
confrontación directa, en voz alta. De ellos aprendió Álzate a no dejarse arrinconar,
a atacar, a confrontar, a relacionarse y a construir diálogo.

Los Leopardos están presentes en el movimiento estudiantil de su época como lo


estará Álzate años más adelante. Estuvieron dispuestos a defender sus idearios ma-
trices por encima de la amistad, estrecha, por demás, con sus condiscípulos liberales.
Cuando la juventud progresista propuso en una asamblea estudiantil el nombre del
insigne intelectual mexicano José Vasconcelos como "maestro de la juventud
colombiana", se opusieron con tal vehemencia que uno de sus contradictores les
acomodó motes sonoros que hicieron carrera: "Fieros trogloditas, ebrios aún del olor
de la caverna, palurdos y siniestros, con el hacha de sílex a la espalda" 15 . Habían
coincidido en sus intervenciones contrariando a los liberales, a los socialistas;
solidaridad que los fortaleció y los precipitó a la contienda política nacional bajo una
denominación que ellos mismos discutieron a fondo: los Leopardos 16 . Todo había
comenzado en una polémica epistolar entre el insigne Vasconcelos y Augusto Ramírez
Moreno, referida y explotada por la prensa capitalina, en junio de 1922. Vasconcelos
arremetía contra el poder social, político y económico de la Iglesia colombiana, cosa
cierta, pero que el leopardo se atrevió a rechazar y a enunciar argumentos en contra,
obviando el peso moral que le incumbía a Vasconcelos en su afirmación. Ramírez
llegó al cinismo de afirmar que en Colombia la Iglesia era propietaria de "escasísimos
bienes, enumerables en un pequeño trozo de esta página" 17 . Cosa seria era tocar a la
Iglesia Católica. Los Leopardos estaban armados del "método maurrasiano" para
defenderla. Pero los encrespó sobremanera otra afirmación del paladín mexicano:
"El aristocratismo en política, el patriotismo nacionalista, el catolicismo, todas estas
son fuerzas que se oponen al desarrollo de la confraternidad hispanoamericana y a
los ideales humanitarios contemporáneos" 18 . El mayor de los Leopardos replicó:
Aquí no existe el aristocratismo político. Colombia es surco amasado con tierra de genuina
democracia. No existen tampoco latifundistas, de modo que no aparece como en México el
aristocratismo económico [...] para combatir el catolicismo en estos países, sería necesario
a m a s a r nueva arcilla para constituir sus gentes. Debe tenerse en cuenta, además, que la
religión católica es la única muralla imbatible que oponen estos pueblos a la absorción por
Norte América 19 .

Los Leopardos empezaron expresándose en las revistas Azul y Universidad, espacio


que se les amplió poco después. Más se demoraron en irrumpir con su furia en la
política nacional que en encontrar respaldo mediático. El Nuevo Tiempo les publicó
su documento inaugural 20 , La Patria los asumió como propios, y desde las páginas
de este diario se introdujeron en la geografía de todo el viejo Caldas. La Patria y El
Colombiano se encargaron de encumbrarlos prontamente. Su promoción como
intelectuales y dirigentes políticos encontró en estos periódicos conservadores el apoyo
que otros anhelaban. Hay que decir que el estilo de la lucha leoparda estaba a tono
con las aspiraciones de los editores de La Patria, que buscaban intelectuales
contestatarios al impulso que traía la prensa socialista, expresión a la vez de la
presencia del ideario socialista en la plaza pública; pero, ante todo, era también el
pensamiento y el carácter de Silvio Villegas, un elemento clave para neutralizar a
15
Véase en detalle: Cobos Pinzón. .Alejandro. "La juventud conservadora en la década de los años veinte: orígenes y conformación del
grupo político-intelectual de los Leopardos: 1919-1924", tesis para optar ai título de historiador. Universidad Nacional de Colombia,
2005.
6
• Véanse las discusiones al respecto en ibid.
iT
Ibid., p. 45.
1R
Véase El Nuevo Tiempo, junio 26 de 1922. p. 4
!
» Ibid.
-" "El Manifiesto nacionalista. A los hombres jóvenes del conservatismo". en Villegas. Silvio. No hay enemigos a ¡a derecha..

48 El porvenir del pasado


sectores ubicados a su derecha. Además tuvieron periódico propio'- Eco Nacional,
órgano que, según Ramírez Moreno, "salía en la tarde del gobierno de Ospina [...]
Carreño en editoriales y en notas dictadas al linotipista en las pausas de su marcha
nerviosa, vengó a Ospina de quienes lo vilependiaban y pulía con el esmero de un
orfebre el madero de ignominia en que sujetamos a nuestros propios enemigos" 21 .

El grupo de los Leopardos era aparentemente homogéneo, eclécticamente homogéneo.


Fueron más las cosas que los unían que las que los separaban. Por igual, leyeron y
releyeron, cuando intentaron rehacer doctrina, a Friedrich Nietzsche, a Hyppolite
Taine, a Augusto Comte, a los ideólogos de la Acción Francesa: Charles Maurras,
Maurice Barres, León Daudet, Jacques Bainville; a Simón Bolívar, Sergio Arboleda
y Rafael Núñez.

Álzate se distanciará de Villegas, por ejemplo, en su vocación laica. A diferencia de


aquel, el adolescente manizalita no abordará el tema de la Iglesia y de la religión de
manera incisiva y definitiva. No era Álzate un curero a ultranza. Abordará la iglesia
y la religión en sus aspectos más laicos. Leerá a los doctores de la Santa Madre
Iglesia viejos y nuevos, pero los matices estarán presentes. Tanto en los Leopardos
como en Álzate la antigüedad clásica y el universo medieval católico serán los
orientadores de su pensamiento. Se trató de generaciones próximas que, con
tenacidad, se volcaron sobre la resistencia a la modernidad en Colombia.

Desempolvando a Augusto Comte.


Álzate se nutrió de las mismas lecturas de los Leopardos. La puesta en escena por
parte de estos últimos del aluvión de ideas que promovían, arrastró al joven bachiller
a unir fuerzas con ellos más adelante. Es de advertir, que influyó más el aspecto
reaccionario de los autores que leían, primero los Leopardos y después Álzate, que la
propuesta de síntesis que algunos de ellos impulsaban en sus obras. La lectura que
hizo Silvio Villegas de Comte, por ejemplo, produjo un efecto, diría, más negativo que
positivo. A diferencia, por ejemplo, de los efectos afirmativos de esa misma lectura y
de su aplicación en el Brasil positivista. Igual cosa sucederá con el caso de José
Ortega y Gasset, tan propositivo, positivo e inspirador para la intelectualidad
argentina. Es el proceso dramático por el que atraviesan las ideas en su proceloso
tránsito por el mundo.

Villegas aparece entonces con altos grados de influencia comtiana : "En El catecismo
positivista están las grandes bases de los movimientos contrarrevolucionarios de nuestro
tiempo"22, advertía en los años 30. Se trataba, pues, de una relectura del filósofo francés.
De esa fragua, Silvio Villegas se apropió de contenidos precisos:

Orden y progreso: familia, patria, humanidad; el amor por principio y el orden por base: el
progreso por fin; inducir para deducir, a fin de construir; saber para prever a fin de poder; el
espíritu debe ser siempre el ministro del corazón y n u n c a su esclavo: el progreso es el
desenvolvimiento del orden; la disciplina es la base del perfeccionamiento; los seres vivos serán
siempre y cada vez más gobernados por los muertos: el hombre debe subordinarse todos los
días más a la humanidad-'.

• El Debate, mayo 3 de 1929. p. 3.


Véase. Villegas. Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p. 21
Ibid.. pp. 20-21.

El porvenir del pasado 49


En general, Villegas escudriñaba en lo que hubiera de más conservador en la doctrina
comtiana. Sólo que Comte no pertenecía a un partido que tuviera esa denominación en
su país, mientras Villegas, que había crecido bajo la hegemonía conservadora colombiana,
consideraba que en su partido estaba toda Colombia y que toda Colombia debería girar
en derredor suyo. De tanto hurgar en las posturas de Comte, Villegas encontró perlas:
Venimos, pues, de una manera franca, a salvar el Occidente de los males que lo afligen: la
democracia anárquica y la aristocracia retrógrada, para constituir, en lo posible, una verdadera
sociocracia que haga discretamente concurrir a una común regeneración todas las fuerzas
h u m a n a s , aplicada cada una según su naturaleza. En efecto, los sociócratas, no somos ni
demócratas ni aristócratas. A nuestro modo de ver la respetable masa de estos partidos tan
opuestos representa empíricamente por un lado la solidaridad, por el otro la continuidad, entre
las cuales el positivismo establece profundamente una subordinación necesaria, acabando con
su deplorable antagonismo [...] A pesar del atraso evidente de nuestros conservadores oficiales,
nuestros revolucionarios me parecen todavía más distantes del verdadero espíritu de nuestro
tiempo 24 .

En la reconstrucción de la doctrina del conservatismo colombiano, Comte no servía


de cuerpo entero. Por eso, los Leopardos extraen con pinzas lo que les conviene del
arsenal positivista. Les interesa su método positivo y lo sienten ya incorporado en
sus actuaciones intelectuales. Obvia Villegas, por ejemplo, que Comte entendía como
conservador a quien lograba conciliar el progreso traído por la Revolución Francesa
con el orden necesario para apresurar la transición a una sociedad normal basada
en la Religión de la Humanidad 2 5 . Es decir, al no rechazar el carácter positivo del
proceso revolucionario francés, Comte significó una síntesis entre revolución y
reacción, mientras que lo que le interesa al intrépido Silvio Villegas es lo último. Es
esa la razón por la cual el positivismo comtiano es base fundamental en la
configuración del populismo brasileño. Los Leopardos, al descartar la naturaleza de
síntesis del comtismo, evadieron la posibilidad de formular desde el conservatismo
u n a propuesta populista para Colombia en la década de los años veinte. Empero, el
positivismo, como la supremacía del pragmatismo y de la razón, estaba incorporado
ya en la mentalidad de todo el grupo leopardo.

Si de Comte tomaron lo que les convenía, a Hyppolite Taine lo copiaron todo. En su


libro Los orígenes de la Francia contemporánea encontraron la crítica que
necesitaban para desmontar los mitos de la democracia liberal. Además, decía Villegas
que el libro Así habló Zaratustra de Friedrich Nietzsche había sido su primera y
decisiva influencia, al punto de servirle a él y a Elíseo Arango de Biblia: "Allí
aprendimos que la democracia igualitaria es enemiga de toda superioridad; que una
minoría selecta conduce la trabajosa marcha del mundo; que el socialismo es el
regreso a la barbarie. Este sártama anarquista, ingenioso y bárbaro, nos enseñó a
dudar de las soluciones del tumulto" 26 .

Pensamiento y obra de la Acción Francesa y su traslado a Colombia.


Con los Leopardos se estaba dando un replanteamiento, dirán ellos, de los postulados
del conservatismo colombiano, una rcadecuación de la ideología de ese partido. O,
más bien, una reafirmación doctrinaria. Lo nuevo, sí, pero que estrechara la doctrina,
no que la abriera, que la ampliara. Los sedujo a todos la ideología de la Acción
" I b i d . p p . 21-22.
25
Véase Murilo De Carvalho. José. .4 formacao das almas. O imaginario da República no Brasil. Sao Paulo. Companhia das Letras.
1990, pp. 20-21.
-'• Ibid.. p. 17.

50 El porvenir del pasado


Francesa. No les importaron ni siquiera las contradicciones morales propias de su
origen. Ese movimiento francés era hijo del affaire Dreyfus', sus ideólogos habían
tomado partido a favor de quienes habían falsificado documentos para condenar a
Dreyfus con tal de salvar el orgullo del Ejército y de la Nación 27 . "El affaire Dreyfus
es la pila bautismal de todos los políticos franceses" 28 , anotaba Villegas; también lo
será de los Leopardos, que cerraron filas detrás de las posturas de Charles Maurras
y Maurice Barres, ante todo. Según Villegas, Maurras había aportado su doctrina a
Hitler, a Musssolini, a Oliveira Salazar y al nacionalismo español:

Hitler no ha hecho sino apropiarse una doctrina francesa [...] Maurras es la cantera donde se
nutren todos los movimientos contrarrevolucionarios de nuestro tiempo. Su influencia en Francia
es casi mística entre la juventud. Pero es mayor todavía más allá de las fronteras. Mussolini le
debe íntegramente la doctrina medular del fascismo. Oliveira Salazar lo reconoce como su
maestro. En los Balcanes se sigue con pasión. El nacionalismo español acuña sus verdades en
sus matrices soberanas 29 .

Por eso, cuando en 1928 ejercía como director de El Debate, Silvio Villegas hizo
una interesante reseña al polémico libro de Julien Benda La traición de los
intelectuales. Como se sabe, el libro enjuicia directamente a los escritores de la
Acción Francesa por su nacionalismo militante. Al contrario de Benda, Villegas
consideró que las pasiones políticas habían estado presentes desde siempre en la
actividad de los intelectuales. Estimó que los tiempos que corrían no necesitaban de
un intelectual pasivo y neutro:

Hoy, el deber de los hombres de letras, no es permanecer en la esfera de la especulación


filosófica, sino avanzar audazmente en defensa de la cultura en peligro [...] cuando está en
peligro la c u l t u r a , pensadores y hombres de l e t r a s no pueden p e r m a n e c e r indiferentes,
anclados en el egoísmo de las ideas abstractas. Política ante todo, es la fórmula de los tiempos
nuevos. Esto, es lo que ha comprendido la juventud universitaria del país. Nuestro deber
está en el periodismo, en la plaza pública, en la b a r r i c a d a , a la cabeza de las legiones
reaccionarias 3 0 .

Así, sintiéndose deudores de los intelectuales de la Acción Francesa, los Leopardos


copiaron formas y contenidos para bien y para mal de la historia política de Colom-
bia, del Partido Conservador y de ellos mismos. Para bien, en cuanto a movilizar
ideas, establecer polémicas, renovar la doctrina, dinamizar el proceso dialógico que
se configuraba en el país incorporando u n nuevo discurso ideológico de extrema
derecha. Como sus paradigmas franceses, los Leopardos, leyendo lo que ellos habían
leído, propiciaron la polémica y dinamizaron la doctrina por vías oral y escrita,
reclutaron prosélitos, buscaron la acción en la calle y en las plazas. Los siguieron
casi al pie de la letra ; "Me atrajo la seguridad de su método, la lógica de sus ideas,
la deslumbrante calidad de su estilo", escribió Villegas 31 . Señalando sin vacilación
que Charles Maurras había sido "la más fuerte impresión intelectual"32 de su juventud,
él y los demás Leopardos compartieron sus tesis : "La monarquía debe instaurarse
por medio de la fuerza. La historia es obra de las minorías enérgicas. La masa sigue
siempre" 33 . Este será un aspecto, si no negativo, bastante contradictorio: ir en
contravía de la tendencia mundial que incorporaba sectores excluidos, que otorgaba
ciudadanías. El traslado de la obra de la Acción Francesa a Colombia no fue selectivo.
En el equipaje llegó también el lenguaje de la violencia y del veneno político. Los

- El 22 de diciembre de 1894 se produjo la condena de Alfredo Dreyfus. El 25 de junio de 1899 nació la Action Francaise. Sus ideólogos
fueron : Charles Maurras, León Daudet. Enrique Larpent. Jacques Delebecque y Thierry Maulnier.
-* Villegas, Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p. 31.
-' Ibid.. p. 34.
111
El Debate, octubre 1 8 de 1928, p, 3.
11
Villegas, Silvio, No hay enemigos a la derecha.... p, 24.
1
Ibid.. p. 2 4.
Ibid.. p. 32.

El porvenir del pasado 51


Leopardos se dejarán llevar por lo que era una especie de epocalismo francés en
desmedro de u n a cuidadosa interpretación de la sociedad colombiana: "El mundo
moderno se lo disputan Carlos Maurras y Carlos Marx; el nacionalismo integral y
la internacional roja"34.

El talento de comunicador excelente que identificaba a Maurras los sedujo. A la


larga, el nacionalista francés decía lo mismo que Taine, Jules Lemaitre, o Renán,
entre otros, quienes no pasaban de expositores brillantes! sólo la voz de Maurras se
había vuelto influyente en Francia.

Intelectuales poetas, los Leopardos admiraron la combinación poesía-política que


identificaba a Maurras, lo mismo que la relación directa que establecía entre las
culturas helénica, romana y medieval. Con las obras y la actividad de los ideólogos
de la Acción Francesa, los Leopardos se representaron el mundo que los rodeaba. Allí
encontraron la restauración de los valores humanos, supuestamente refundidos desde
1789: "Para Maurras valores humanos son los que no cambian, los inmutables en el
hombre" 35 , señalaría Elíseo Arango pocos años después. Les llamó la atención a los
Leopardos, el reconocimiento y la defensa que hacía Maurras del papel jugado por la
Iglesia en la construcción de la sociedad occidental. "Maurras demuestra que la
religión católica es la única que conserva la tradición latina, la esplendidez del rito y
la sabiduría doctrinaria. El catolicismo se impuso en aquellos países donde triunfó el
Renacimiento y donde fracasó la Reforma. Fuera del catolicismo ninguna idea religiosa
puede reafirmarnos desde el punto de vista estético, moral y nacional" 36 .

Al nacionalismo, caro para el ideario conservador, se le insuflaron contenidos nuevos,


importados de esta variante de la derecha europea, que ha debido sorprender al
colombiano no conservador de entonces: "En Barres —decía Villegas- encontré los
principios elementales de todo nacionalismo, como diría Platón: la solidaridad en el
tiempo y en el espacio, el culto al pasado, la tierra y los muertos" 37 . Aunque francés,
se t r a t a b a , pues, de u n nacionalismo que, importado a Colombia, adquiría
connotaciones muy provincianas, pero ciertamente nacionales. A los Leopardos nada
les decía el otro nacionalismo, el liberador de Sun Yat Sen en China, o el de Haya de
la Torre, en Perú, o el de Plutarco Calles, en México, contemporáneos que ellos
intentaban introducir en la cultura política colombiana. Ni siquiera fueron dignos
de un comentario suyo. La fórmula "nacionalismo integral" de Maurras les atrajo
más. En los Leopardos, la Iglesia, la religión católica adquieren una explicación
nacional, un elemento de identificación nacionalista. Villegas trae textos de aquí y de
allá para justificarse; Proudhomme sale al baile: "Soy por posición católico, clerical,
si queréis, puesto que la Francia, mi patria no ha dejado de serlo nunca, así como los
ingleses son anglicanos, los alemanes protestantes, los suizos calvinistas, los rusos
griegos; porque mientras los misioneros se hacen martirizar en la Cochinchina, los
ingleses venden biblias y otros artículos de comercio"38. Así, los Leopardos importaron
la artillería completa que utilizó la Acción Francesa para justificar y argumentar su
nacionalismo 39 .

Empero, el nacionalismo de los Leopardos es sólo uno de los tantos que con él coexistían
en la década de los años veinte. Expresaban sus celos con el uso que los demás hicieran
de tal categoría. No podría negársele al general Benjamín Herrera, por ejemplo, su
" Ibid., p. 43.
:!;
Arango, Eliseo. "Charles Maurras. un restaurador de valores humanos", en Revista Colegio Mayor, vol. 327, No. 334, octubre
noviembre de 1939, p. 478.
:ift
Villegas. Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p. 27
:T
Ibid.. p. 23.
" Ibid.. p. 36.
!íí
Cobos Pinzón. Alejandro, "La juventud conservadora..,", pp. 33 y ss.

52 El porvenir del pasado


nacionalismo. De él dice Gerardo Molina: "La excesiva liberalidad de la política oficial
en materia de petróleos y de inmigración de capitales le causó malestar en los últimos
años, y por eso sostuvo que nuestras riquezas deben explotarse en favor de los nacionales
y que era dañino un crecimiento que se basaba principalmente en los dineros de fuera"40.
Hasta aquí, desigualdad y jerarquía, es la propuesta del grupo de los Leopardos a la
sociedad colombiana de los años veinte. Desigualdad selectiva con Nietzsche, Dar-
win, Herder y Gobineau; y necesidad de jerarquía con la Iglesia Católica 41 .

El determinismo o las conclusiones de sus tesis de grado.


Los Leopardos eran expresión de la Universidad Nacional y de la Colombia de
entonces42. Desde finales del primer decenio del siglo XX la institución era confesional,
tradicional y en extremo conservadora. Jóvenes hubo que prefirieron emigrar a la
profunda provincia de Popayán para eludir la Facultad de Derecho de la Nacional,
donde, justamente, estudiaban los futuros Leopardos. Pero a mediados de los años
veinte la emergencia de las masas, la presencia del socialismo y la influencia del
positivismo jurídico removió los claustros. Los Leopardos salieron en contravía a
repeler los nuevos influjos.

Semanas después de la célebre polémica con Vasconcelos, el 3 de agosto de 1922,


Augusto Ramírez Moreno se graduó de abogado con la tesis "Equilibrio americano.
Crítica al tratado de Washington de 1856". Esto significa que la polémica de marras
se produjo bajo la influencia de la escritura de la tesis. Los contenidos de las
intervenciones de Ramírez contra Vasconcelos aparecen en todo su esplendor en su
trabajo de grado. Ambos, el mexicano y el colombiano, e r a n adversos al
panamericanismo y al imperialismo de los Estados Unidos. Pero en Ramírez lo
hispanoamericano significaba estar a favor de la religión católica y de la cultura
hispánica y en contra de la cultura anglosajona. Los ecos del arielismo adaptados a
los años veinte. Era otra la propuesta de Vasconcelos, aunque años después el
intelectual mexicano terminará proclamando principios ideológicos a tono con los de
Ramírez. Como Rodó, Ramírez Moreno teme la avalancha de Estados Unidos sobre
el resto del continente, y no encuentra mejor fórmula para oponerse al designio que
el poder de la religión católica.

En 1924, Silvio Villegas y Elíseo Arango presentaron sus tesis de grado para optar al
título de abogados. Los dos trabajos sintetizan el procesamiento de las lecturas que
consumían. La de Arango, titulada "Resumen de algunas teorías y sucesos
comunistas ", es eso: un resumen provisto de las tesis del autor sobre el comunismo.
El que se haya ocupado Arango del tema en un evento trascendental como la escritura
de un trabajo de culminación de estudios superiores tiene enormes significados. En
una especie de división intelectual del trabajo, Arango se ocupará del análisis de la
doctrina adversa y Villegas de la doctrina aliada. El socialismo en Arango es una
idea antigua que data de los orígenes de la historia; lo novedoso es el marxismo, cuyo
mérito consiste en "haber confundido y hecho inseparables el pensamiento socialista
y el movimiento obrero" 43 . Por tratarse ahora no de la idea, sino de la acción, el
marxismo e instituciones suyas, como la III Internacional, deberían ser combatidos.
Arango inicia así una expedición por las corrientes de pensamiento que terminarían
confluyendo en el pensamiento y en la acción de Carlos Marx y sus seguidores.
10
Molina. Gerardo. Las ideas liberales en Colombia 1915-1934. Bogotá. Tercer Mundo Editores. 1979, p. 82
11
Véase Villegas. Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p, 35.
'- Una opinión interesante de la Universidad Nacional de entonces y de su Facultad de Derecho puede verse en: Montaña Cuellar,
Diego. Memorias. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia. 1996. pp. 101 y ss,
11
Arango, Elíseo. "Resumen de algunas teorías y sucesos comunistas", tesis de grado, Bogotá, 1924. p. tí.

El porvenir del pasado 53


Aborda las fuentes del marxismo: el Manifiesto comunista y El capital, entre
otros, amparado por reconocidos contradictores, como Georges Sorel, Eduard Berstein,
Karl Kautsky, para justificar con ellos el desmonte de sus principales tesis: que no
es cierto que el capital se concentre en pocos, que tampoco es verdad que las grandes
empresas aniquilen a las pequeñas, y que eso de la lucha de clases no lleva a
antagonismos insolubles. Curiosamente, en su estrategia anticomunista, Arango no
apela al pensamiento conservador, sino al socialismo no marxista; al tiempo que lo
opone al movimiento comunista, lo avala. Se vale de Jean Jaurés y Léon Blum, entre
los más conocidos líderes socialistas de entonces.

Como era de esperarse, para Arango, la acción del marxismo había llevado "a ese
manto de luto, tendido sobre la humanidad, que es la revolución rusa [...] la crónica
dolorida, el tejido de infortunios del siglo XX"44. El ideólogo anticomunista enjuicia el
bolcheviquismo y el papel desempeñado por Lenine, figura tremendamente nefasta
por ser él, al fin y al cabo, quien llevó a doctrina de Estado la lucha de clases : "El
Estado es una potencia especial de represión, había dicho Engels, y Lenine lo define
como el empleo sistemático de la fuerza hecho por una clase contra otra [...] Es una
inversión, es el despotismo de la autocracia de los zares sustituido por el de la
democracia hambrienta" 45 .

Para Arango, lo que está pasando en Rusia en 1924, año en que muere Lenin —al
parecer la tesis es escrita antes de este acontecimiento—, es el triunfo del socialismo
asiático, una variante de la barbarie" 46 . Si Villegas había declarado su aprecio por la
obra de Alberdi en la Argentina en el sentido de su propuesta de desarrollo e
industrialización del país, no nos explicaríamos por qué los Leopardos habrían de
denostar de Lenin, que en el fondo estaba llevando a cabo una colosal obra de
industrialización del vasto territorio de Rusia. Los Leopardos miraban hacia donde
les convenía: posaban sus ojos en Alberdi, pero ignoraban conscientemente que allí
en la Argentina José Ingenieros estaba haciendo una lectura del fenómeno ruso
conocido por entonces como "maximalismo" por haberle abierto las puertas a una era
de inevitables revoluciones sociales. Anotaba el insigne intelectual argentino: "El
desarrollo de esta revolución no incomodará a quienes la esperen como la cosa más
natural, anticipándose a ella, preparándola, como expertos navegantes que ajustan
las velas al ritmo del viento, recordando las palabras de Máximo Gorki : 'Sólo son
hombres los que se atreven a mirar de frente el sol' "47. Eran otras razones las que
llevaban a Elíseo Arango y a los demás leopardos a su oposición ideológica contra
Rusia: el problema religioso. Era en los aspectos de la religión donde se expresaba en
su mejor forma el pensamiento del leopardismo.

Realmente, no eran infundios los de Arango. Asia había despertado. Desde la revolución
rusa de 1905 se habían desencadenado en ese continente movimientos contra el
sistema colonial europeo y contra las tiranías locales. En 1909 la 'joven Turquía'
destronó el gobierno despótico de Abdul Hamid IL el movimiento revolucionario de la
China, en cabeza de Sun Yat Sen, había conseguido en 1911 derrocar a la dinastía
Manchú y proclamar la República. En el corto lapso de 1910 a 1924 en China habían
transcurrido dos revoluciones. A su vez, Mahatma Gandhi, mediante la aplicación
del Satyagraha, había comenzado con éxito la movilización del pueblo indio contra el
imperio británico. Todo este fenómeno aparecía ante los ojos de los Leopardos como
" Ibid., p. 31.
13
Ibid.. p. 32
": Ibid.. p, 33,
1
Ingenieros. José. Los tiempjos nuevos. Buenos Aires. Editorial Losada. 1961, p, 48.

54 El porvenir del pasado


una ola nueva de invasiones bárbaras. Era en Asia, justamente, donde estaba
concentrado el foco revolucionario de comienzos del siglo XX y Rusia hacía las veces
de su capital.

Pero en el caso de la tesis de Elíseo Arango no se trataba de un análisis sofisticado y


profundo sobre los paradigmas del comunismo internacional. Eran visiones superficiales,
aunque importantes porque revelaban su preocupación ante la influencia del fenómeno
comunista en Colombia. Desde 1919 el socialismo había irrumpido en la arena política
nacional con un partido independiente de la coyunda bipartidista. En 1922, Benjamín
Herrera había seducido a gran parte del socialismo que le había arrebatado una porción
de su electorado en las elecciones de 1921. Junto a este hecho, el país vivía un incre-
mento de huelgas. Las masas, es decir, los nuevos sectores sociales -nuevos respecto de
los del siglo XIX— estaban en la calle exigiendo reivindicaciones políticas y sociales.
Para 1924, cuando Villegas y Arango escriben sus tesis, también lo hace en la misma
Universidad Nacional su condiscípulo Jorge Eliécer Gaitán con la suya : "Las ideas
socialistas en Colombia". Podría uno resaltar en este estudiante de último año de derecho
un nivel más profundo y aterrizado en el enfoque de los problemas sociales colombianos;
más bien se trataba de otra sensibilidad presente en la Universidad Nacional de entonces,
una sensibilidad que estará guiada por la evolución del aprismo en Perú y en toda
América Latina.

En su tesis 'La democracia en los trópicos", Silvio Villegas presenta las que hacia 1924
eran sus preocupaciones y sus lecturas 48 . Con anterioridad a las célebres conferencias
de Laureano Gómez de 1928, Villegas hace una lectura de las condiciones humanas y
geográficas con las que Colombia contaba para su progreso. Apela a las categorías de los
determinismos en boga, dentro de las cuales la raza, es una de ellas. Según concluye,
Hispanoamérica nació de razas históricas inferiores: indígenas sin capacidad de razonar,
negros sin sentido moral, criollos perezosos que no fueron ni indios, ni negros, ni españoles!
mulatos trepadores y anárquicos. De esta mezcla emergió la raza hispanoamericana,
caracterizada, según escribe, por la pereza, la tristeza y la arrogancia. Encuadrándose
en las posturas de Laureano Vallenilla Lanz, Villegas comparte y generaliza lo que el
ideólogo venezolano encontró para el mulato:

En él p a r e c e , que la d i s g r e g a c i ó n de los c a r a c t e r e s s o m á t i c o s de l a s r a z a s m a d r e s ,
correspondiera, como a u n a consecuencia necesaria, a la disgregación de los c a r a c t e r e s
sicológicos, relajando los lazos que deben unirla a la una o a la otra, para producir un tipo
aislado, sin ideas ni sentimientos colectivos, sin espíritu de sociabilidad, confiados siempre en
sus propias fuerzas para allanar los obstáculos que se opongan o su nivelación 49 .

Para ambos, el continente hispanoamericano estaba ubicado en un territorio


"admirablemente preparado para recibir y hacer fructificar violentamente los
principios demoledores y niveladores del jacobinismo imperante 50 .

Villegas hace uso de una transtextualidad en la cual mezcla sus autores, preferidos
unos, útiles otros : Le Bon, Taine, Benjamín Kidd, Adán Foullé, Spencer, Tocqueville,
etc. Apenas los interpela para volver al fondo de sus interpretaciones de la historia.
Se aparta de ellos cuando intervienen negativamente, para darle posibilidad al
optimismo y al desarrollo posible de los países tropicales. In extensus cita a Le Bon

!
* La Revista Jurídica, en su Xo 166-167 de junio-julio de 1924. anunció sobre la tesis de grado de Villegas.
,!
' Villegas, Silvio. "La democracia en los trópicos", tesis para el doctorado. Bogotá. Tipografía el Voto Nacional. 1924, p. 13.
"' Ibid.

El porvenir del pasado 55


en su lectura cáustica sobre la decadencia de Hispanoamérica, lo mismo que al
colombiano Miguel Jiménez López en su concepción de la necesidad que, desde
entonces, tenía Colombia de un estudio psiquiátrico para reconocer el avance social
de países como los del cono sur: Argentina, Uruguay y Chile. Ante tanto texto
apocalíptico en circulación, Villegas, avalando que el remedio para esos males era
una europeización "por medio de la cultura en el trabajo"51, estima que las causas de
la crisis que se vive en Hispanoamérica radican en no haber tenido en cuenta el
prejuicio hereditario de que hablaba Taine, es decir, seguir insistiendo en la búsqueda
de "las instituciones mejores y no las posibles"52. La culpa de esto, aquí y en todas
partes, la tenía el liberalismo. Es a partir de su escrito de 1924 cuando aparece
Bolívar como la excepción en la orgía utópica que identificó a Hispanoamérica después
de su muerte. Sólo él lo había advertido. La razón no estaba de parte de Tocqueville,
para quien la evolución política de los pueblos dependía de las instituciones escogidas,
sino de lo que Villegas había aprendido de su maestro Spencer, que "los pueblos son
hijos de sus tradiciones, esclavos del medio, depositarios de herencias seculares y
que una suerte de determinismo histórico rige el desenvolvimiento de los imperios, y
las repúblicas. La transformación de las costumbres está grabada en el número de
los siglos y las enfermedades políticas sólo se curan en el discurso de las edades"53. Es
el uso que hace Villegas de sus lecturas de Spencer, autor que, leído hoy por nosotros,
por supuesto, nos produce una impresión contraria a la instrumentalización que de
él hizo el joven leopardo. Villegas escribía basado más en textos que en la realidad
material de Colombia. Los adapta a sus propias necesidades ideológicas, que eran las
mismas de los conservadores jóvenes de su generación 64 .

A la altura de 1924, Silvio Villegas comparte todavía los criterios de su paisano


Aquilino Villegas en el sentido de adjudicarle al Partido Liberal el fenómeno del
caudillismo. Piensa como él y habla como él de la idolatría política hacia los líderes
liberales y con ella del eclipse de la democracia. "Esta tendencia al misticismo político
—escribe— tiene su raíz en el fetichismo de las razas indígenas, y se acampa en
nuestra América, debido a la pereza criolla, a la resignación mestiza y a la heredada
esclavitud de las muchedumbres africanas" 55 . Pero se encuentra dividido, busca de
todas maneras elementos que lo lleven al encuentro del héroe ansiado.

Bolívar en el baile de las ideas.


Con los Leopardos comienza la relectura, reafirmación conservadora, más bien, de
Simón Bolívar en Colombia. Aires tampoco originales puesto que en ese proceso se
estaba en Venezuela y en Ecuador. El ideario de Bolívar estaba presente en la
elaboración teórica del aprismo de Haya de la Torre e, incluso, estaba implicado en el
arielismo 56 . Pero se trataba, en el caso de los Leopardos, de buscar en Colombia el
héroe que necesitaban para amalgamar sus lecturas foráneas. Yendo en contravía,
como era su pasión, no inventaron un héroe donde comulgaran todos los colombianos,
sino uno que les sirviera a ellos. Veían en Bolívar el primer positivista americano y
se sintieron retratados en él:
Su ideal político era una república aristocrática, atemperada o conservadora, como quiera
llamársele. Hacia esta forma de gobierno lo inclinaban sus caudalosas lecturas de los clásicos
antiguos, especialmente Plutarco [...] Creía que la democracia pura, sin freno, terminaría por
producir en la América Latina dictaduras personales, y para evitarlo propuso en Angostura, la

• I b i d . p . 18.
' " I b i d „ p . 19.
•• Ibid., p, 20.
31
Véase Vela. Fernando. Abreviatura de principios de Sociología de H. Spencer. Buenos Aires. Ediciones déla Revista de Occidente, 1947.
33
Villegas, Silvio. "La democracia en los trópicos".... p. 32.
36
Véase Haya de la Torre, Víctor Raúl. Construyendo el aprismo. Buenos Aires, Colección Claridad. 1933.

56 El porvenir del pasado


creación de una república atemperada, de clásico corte romano [...] La constitución de Bolivia que
establecía, según apunta Arosemena, una monarquía sin el nombre, fue el código más sabio que
se constituyó para estas repúblicas en los días primeros de su vida independiente: ella hubiera
evitado a estas democracias la crónica dolida de sus infortunios [...] Nadie como el Libertador
lleva en Colombia el título de fundador y de maestro de la doctrina conservadora 57 .

Aunque el texto anterior es extraído de unas memorias tempranas de Silvio Villegas,


el tema de Bolívar lo había abordado, tal cual, en su tesis de grado de 1924. Como lo
hemos anotado, los Leopardos primero, y Álzate después, están a la caza de un nuevo
héroe. Villegas, por ejemplo, reconoce caudillos y caudillólogos por fuera del país.
Fanático del medio, el colombiano no ha sido propicio para producirlo como lo anhela,
pero coincide con posturas como la de Francisco García Calderón, Domingo Faustino
Sarmiento y Laureano Vallenilla Lanz, para quienes los caudillos habrían civilizado
y hecho progresar las repúblicas hispanoamericanas 5 8 . El tratamiento que del
caudillismo hispanoamericano hace Vallenilla en su libro de 1919 Cesarismo
democrático, le ofrece amplias posibilidades para su juego interpretativo 59 .

En el caudillo, Villegas encuentra la síntesis en toda su expresión: síntesis de ideas,


de razas, de creencias, de aspiraciones y de costumbres de las clases populares.
Entiende que hubo caudillos detestables, como es el caso de Páez, pero reconoce en el
fenómeno del caudillismo el componente principal de la identidad hispanoamericana.
Advierte que en Colombia el proceso de configuración caudillista quedó trunco: "Cuando
algún caudillo afortunado ensayó romper los hilos de nuestras tradiciones civiles, los
partidos políticos se unieron para decapitar la dictadura" 60 . Coincide con Rufino y
Ángel Cuervo cuando afirman que la noche septembrina y la Convención de Ocaña
"fueron la voz de nuestra república democrática contra el espíritu venezolano que
probó introducir en nuestra patria el Libertador caraqueño" 61 . Silvio Villegas se
conduele de que no se hubiera establecido una monarquía entre nosotros después del
proceso de independencia:

La monarquía hubiera salvado a América del caudillaje y la barbarie, como ocurrió al Brasil,
bajo el reinado de Don Pedro II, pero nuestros constituyentes estuvieron animados por peligrosas
utopías inspiradas ya por el federalismo de Norte América, ya por el jacobinismo francés. Lo
único que en nuestro sentir, detuvo a la monarquía en América, fue el no haber encontrado un
príncipe a quien ofrecer la corona. 62

De Bolívar para acá, Silvio Villegas reconoció como positivas t a n sólo a las
personalidades políticas de la historia colombiana que hubieran estado cerca del
ideario del Libertador: Sergio Arboleda y Rafael Núñez. Así lo afirmó en su tesis de
grado de 1924 y lo reafirmó en sus posturas ideológicas de toda su vida. En el liberalismo
apenas se detuvo en Tomás Cipriano de Mosquera, contrahombre de Núñez; este
significaba en Colombia la "evolución pacífica, el triunfo de los principios de autoridad
y disciplina, la tolerancia, el centralismo" y Mosquera la "evolución que se consuma
con el filo de una espada triunfante" 63 . Comparando a Núñez con Rivadavia y Porfirio
Díaz, señaló que en el poder sostuvo el equilibrio de los partidos, mientras Mosquera
había perseguido a la Iglesia y divorciado sus intereses de los del Estado, confiscado
sus bienes, fusilado a sus enemigos e impuesto el militarismo. A través de Núñez,
Villegas robustece la doctrina conservadora, la apuntala; mediante la figura de
Mosquera le insufla vida al adversario histórico. Entiende, como lo había sentenciado
37
Villegas. Silvio, No hay enemigos a la derecha.... pp. 4 4 4 9
38
Villegas, Silvio. "La democracia en los trópicos",.,, pp. 35-40
w
Véase Vallenilla Lanz. Laureano. Cesarismo Democrático. Estudios sobre las bases soriológa-as de la constitución efectiva de
Venezuela. Caracas. Tipografía Garrido, 1961.
':': Villegas. Silvio. "La democracia en los trópicos",,., p, 10.
61
Ibid.
'•: Ibid.,p. 50,
" I b i d . . p. 61,

El porvenir del pasado 57


Núñez, que la desaparición o debilitamiento del partido contrario significaría
fraccionamiento del conservatismo y traslado de la ardentía partidista a su interior.

En su evaluación, ningún liberal clasificaba, a no ser que hubiera cambiado de


partido, como Núñez. Tanto este como Arboleda, dos pragmáticos positivistas, habían
entendido que no se podía importar legislaciones exóticas sin la necesaria investigación
de las peculiaridades de cada pueblo. Estimaba Villegas que el libro La reforma
política de Rafael Núñez era el breviario de los conservadores colombianos, y anotaba:
Lo que separó al doctor Núñez del liberalismo fue su concepto positivista de la política. El
reformador no creía, como los utopistas del 63, en panaceas constitucionales. La política, solía
decir, es una ciencia experimental. Las transformaciones de los pueblos son lentas y todo
cambio político debe ser medido por el ritmo del tiempo.

Hablando de la Revolución Francesa escribe estas líneas que coinciden con las justas
conclusiones de Taine en Los orígenes de la Francia contemporánea: "Suprimir
al rey, al clero y la nobleza, de una plumada, equivaldría a hacer repetir a un reloj,
en un segundo, las horas de algunos siglos"61.

José Camacho Carreño escribió su tesis en 1926: 'Defensa de Soledad Román. Ensayo
sobre las pasiones y la premeditación", donde hace uso de las ventajas científicas del
positivismo, pero realza la vigencia del sistema escolástico para abordar las cuestiones
del derecho penal. Se trataba de una joven que ante un delito de abuso sexual terminó
asesinando a su victimario. Camacho, como todos los Leopardos, gozaba de poder del
que se valdrá en su estrategia de ascenso social. El presidente de su tesis era el mismísimo
Presidente de la República, Miguel Abadía Méndez, a quien le explicaba su audacia de
retar a la Facultad de Derecho presentando una novedosa tesis de grado.

De manera intrépida, Camacho se sirve de las enseñanzas del cuerpo científico del
primer positivismo hasta llegar a basarse en positivistas jurídicos como Enrique
Ferri. Pero le interesa que las soluciones que propone para favorecer a su defendida
descansen en última instancia en la sabiduría de los doctores de la Iglesia. Es el
positivismo interpretado por los hermeneutas de la Iglesia lo que le conviene:

Pero esos mismos filósofos inducen la doctrina a conclusiones prácticas y la antigua fórmula de
construcción metafísica arrancada de la Summa de Santo Tomás se enriquece al presente con
demostraciones tomadas de la observación, acendradas por la biología, alquitaradas por el
gabinete y el laboratorio. Así han surgido figuras como las del Cardenal Mercier a desarrollar
en la universidad de Lovaina el gran renacimiento de la filosofía cristiana planeado por el
pontífice León XIII, y as! Pessina, autor estrictamente clásico, nos dice que la pena se dirige no
a destruir el hombre en el delincuente sino el delincuente en el hombre 6 ".

Finalmente, la joven es absuelta más por la ayuda del positivismo que por sus propias
interpelaciones de doctrinarismo católico. Es en esta tesis donde se revela, en toda su
extensión, el interés del grupo leopardo por basarse en los teóricos del catolicismo
para todas las explicaciones ante los problemas de la vida.

M
Villegas. Silvio. No hay enemigos a la derecha p. óo
33
Camacho Carreño. José. "Defensa de Soledad Agudelo. Ensayo sobre las pasiones y la premeditación", tesis de grado. Bogotá. Tallero
de Ediciones Colombia, 1926, p. 10.

58 El porvenir del pasado


El "Manifiesto nacionalista", ¿nacionalista?.
Simultáneamente a la escritura de sus tesis de grado, tres de los Leopardos redactaron
y publicaron en 1924 el documento que los lanzará ante la opinión pública como
grupo homogéneo: el "Manifiesto nacionalista. A los jóvenes del conservatismo". El
Nuevo Tiempo, que les patrocinó su audacia, valoró los contenidos del documento
ante la desorientación política que vivía el conservatismo. El periódico encontraba
ajustado los contenidos del texto a la doctrina de ese partido, como para que no
cupieran dudas ni suspicacias ideológicas. Y era así realmente. Allí estaban expresadas
las angustias y preocupaciones de los miembros de ese partido, que no entendían la
naturaleza de los tiempos que se vivían: el despegue del capitalismo y sus
consecuencias económicas y sociales. Desarrollo capitalista, curiosamente, que no
era impulsado por los liberales, sino por un gobierno tan conservador como los autores
del documento y con la gente que estaba preocupada por el advenimiento de nuevos
sectores sociales que irrumpían en busca de sus ciudadanías.

El Manifiesto condensaba y compactaba el ideario y la propuesta de los Leopardos en


respuesta a la movilización, dinamización y concientización de nuevas corrientes de
pensamiento adversas al orden ideológico establecido en Colombia. Estaba redactado
en el lenguaje de la prevención y el miedo. La prevención ocupaba los lugares que ha
debido ocupar la comprensión de la coyuntura histórica. No sólo acusan el miedo a la
revolución cuando se expresan sobre la Revolución Rusa, de ahí que reiteremos, a
manera de ejemplo contrario, la lectura que hacía Ingenieros de la experiencia rusa :

¿Qué hacer, pues, frente a las aspiraciones maximalistas? Depende. Los que tengan anhelos de
más justicia, para ellos o para sus hijos, pueden saludarlas con simpatía: los que no crean que
pueden beneficiarlos, deben recibirlas sin miedo. Eso es lo esencial ser optimistas y no temer
lo inevitable. Cuando llegue, en la medida que debe llegar, sólo causará daños graves a los que
pretenden torcer el curso de la historia y a los espantadizos! la rutina hará víctimas, porque es
c a u s a de miedo, y el miedo ha e n g e n d r a d o los mayores males de que tiene memoria la
humanidad 6 6 .

Pero era miedo también al nuevo capitalismo que irrumpía sin proponer todavía una
alternativa. Les a s u s t a b a los dineros que empezaban a llegar gracias a la
indemnización por el robo de Panamá y a la organización de la economía, que le
brindaba al país grandes posibilidades de endeudamiento. Advertían una rebatiña
regional de estos dineros. El país se desfiguraría, la República amenazaba con
disolverse. Ante tal peligro, los Leopardos proponían la elaboración de una doctrina
integral de la patria que la previniera de fatales consecuencias. Daban a entender
que el sistema político colombiano existente era débil para manejar la situación de
desarrollo económico que vislumbraban. No compaginaba la economía con la política,
de tal modo que urgía la conformación de un bloque nacionalista que exorcizara los
peligros. Pero en ese bloque sólo cabrían los conservadores pura sangre. Ni siquiera
tendría cabida el republicanismo todavía latente en sectores del mismo conservatismo:
"El republicanismo en política es el relativismo filosófico, llevado a todas sus
consecuencias: la anemia, la timidez ante las ideas fuertes, la conciliación de principios
inconciliables, y, como lo ha dicho Luis Menard, es bueno únicamente para los períodos
estériles, imposible en las épocas fecundas. Colombia cursa el ciclo de su evolución
creadora" 67 . Tampoco cabrían los liberales cuyos "principios han sido desmentidos
(lí
' Ingenieros, dosé. Los tiempos nuevos.... p. 48.
17
Villegas. Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p. 230.

El porvenir del pasado 59


por la ciencia contemporánea [...] En el orden económico la escuela liberal crea la
libre concurrencia. La libre concurrencia es el egoísmo capitalista, que engendra las
desigualdades irritantes, las clases proletarias abandonadas de la caridad cristiana.
Es responsable de la lucha de clases que reclama el socialismo como remedio a los
males de la economía liberal" 68 . No entrarían, por supuesto, los socialistas que
reclaman una solidaridad "mecánica, inhumana, porque está ausente de ella la mirra
de la parábola eterna que arde en la oración de la montaña" 69 . Sólo el Partido
Conservador podría realizar la aspiración nacionalista, sustentada en "estas ideas
sillares: la propiedad, la familia y la patria" 70 , así se lograría desarrollar la plenitud
de las doctrinas tradicionalistas.

Los Leopardos apelaban en este momento de la historia a la estrategia que Rafael


Uribe Uribe le había impuesto al liberalismo en 1911 para sacarlo también del
republicanismo. Se trataba, pues, de un pulso entre los dos partidos tradicionales
por hacerse al poder por la vía de la exclusión. En pleno 1924, los Leopardos se
niegan, incluso, a reconocer en Colombia la presencia del hecho histórico que les
abruma: e l socialismo: "El movimiento socialista no ha empezado en Colombia. Hay
problemas sociales, se juega con las quimeras rusas, pero el sentimiento de clase en
el proletariado, no despierta todavía"71. Sin embargo, anotan en seguida una solución
rápida que medie : "Nosotros podemos esquivar el ciclo comunista marchando hacia
un orden social católico [...] A los postulados revolucionarios, nosotros oponemos la
inteligencia, que es la perennidad de las verdades conquistadas" 72 . Es aquí donde el
leopardismo pudo haberle planteado al país una salida de inspiración populista de
extracción conservadora, pero de contenidos económico-sociales que les hubiera
permitido ponerse a tono con los tiempos que corrían. Para que esto sucediese era
preciso esperar hasta la profunda crisis en la que se verá el régimen en 1929. Por
entonces, la propuesta de los Leopardos tenía las características de una curiosa
cruzada empecinada en desconocer lo que advertían sus propios ojos. Indicaban que
era necesario marchar hacia un orden social católico, pero no atendían aún a los
llamados del mismo Vaticano en el sentido de canalizar las aspiraciones obreras. A
cambio, preferían declarar: "Frente a los extravíos anárquicos del proletariado
urbano, que es una solución sistemática del individuo contra la especie, nosotros
invocamos el sentido tradicional de las clases campesinas, que son el espíritu de la
tierra" 73 . Para ellos la cuestión social tenía que ver con el mejoramiento de la situación
de los trabajadores rústicos, fundamento de la economía patria y por eso proponen
"incorporar el hombre a la tierra para que ella tenga una personalidad ética"74.

En el Manifiesto, el Partido Conservador, que en un principio opera como síntesis,


termina diluyéndose en un catolicismo ecléctico que contradictoriamente asumía el
papel rector. El mismo nacionalismo que servía de título quedaba absorbido
totalmente por la hermenéutica religiosa:

Ante el individualismo extremo que disuelve el genio social y ante el comunismo que destruye la
integridad humana, el orden católico levanta el justo medio [...] Queremos para la República el
orden civil preconizado por la Iglesia, que opone a las libertades revolucionarias, destructoras del
Estado y del ciudadano, un concepto de libertades tradicionales. Buscamos la unidad nacional en
la unidad religiosa. La Iglesia católica es el vaso espiritual que guarda los tesoros de la raza; y las
religiones extranjeras no son ni ciertas, ni humanas, ni latinas. En el catolicismo, apunta un

'* Ibid.. p. 231


"• Ibid.
7
" Ibid., p. 230.
:!
Ibid.
72
Ibid..pp. 231-232
:
' I b i d . p . 231.
:
Ibid.. p. 232.

60 El porvenir del pasado


pensador galo, aparecen significados los valores morales que deben salvarse, para asegurar lo
perenne de ciertas delicadezas del pensamiento humano, de la civilización y del arte".

El Manifiesto es, podríamos decir, un documento de tránsito. Las cosas no están aún en
orden, ni para ellos, ni para la misma Iglesia Católica. Habrá que esperar un poco más,
hasta la aparición de El Debate en 1927, para que se organicen, de acuerdo no sólo con
los mandatos superiores, sino con el recrudecimiento de los conflictos nacionales.

En el Manifiesto se escuchan las voces de Luis Menard, Barres, Maurras, Goyau;


católicos, por supuesto, pero la voz de las encíclicas no aparece, y si está implicada,
es apenas perceptible. En la estrategia de atravesárseles a liberales y socialistas, se
le cerraban las puertas también a una propuesta de naturaleza populista que hubiera
incluido a todos los colombianos. Propuesta que bien pudo haber venido de los mismos
Leopardos. En vez de esto, o gracias a esto, el pueblo no tuvo más salidas. En su
formación religioso-conservadora, de la cual partieron los Leopardos para escribir el
documento, los positivismos de todas las pelambres confluyen en él:

[...] es preciso conservar para reformar! porque toda reforma necesita una base prima, y esa base
es la tradición romana que nosotros invocamos [...] progresar es seguir las leyes de la adquisición
científica, conservar las verdades adquiridas [...] Van estas voces dirigidas a los hombres jóvenes
del conservatismo de Colombia, que son los más obligados porque son los más fuertes. 76

De nacionalismo comprensible realmente había poco en el documento. Ese


nacionalismo se identificaba, ante todo, con la defensa de la cultura clásica. Más
adelante será Álzate quien lo ilustre mejor.

El Debate, la estrategia anticomunista y el primer desencuentro


de los Leopardos con Laureano Gómez.
El año 1928 transcurrió entre polémicas y eventos culturales, políticos e ideológicos
de la mayor envergadura. El primero de junio asumió como director de El Debate el
leopardo Silvio Villegas. Desde este periódico se continuó la construcción del nuevo
modelo de la derecha que funcionaba como una red. Los Leopardos se apropiarán de
este espacio y hacia allá marcharán los jóvenes que pensaban como ellos o que como
ellos empezaban a pensar. Arango será ya parlamentario, Ramírez estará en el
gobierno de Caldas y José Camacho Carreño en el de Santander. El director de La
Patria será también y de manera simultánea colaborador cercano.

El Debate abrió la edición del primero de junio con la fotografía del nuevo director
para anunciar el acontecimiento 77 . Villegas portaba el aura de haber sido director de
La Patria y de haber empezado ya una carrera reconocida en las letras y en la
política. Mejor elección no habría podido hacer el periódico. Se trataba de un órgano
de expresión surgido en la coyuntura precisa. La Iglesia salía en defensa de sus
intereses cargando con la responsabilidad de ofrecer su doctrina social como alternativa
a otros pensamientos sociales. El tema obrero llenaba las páginas editoriales, el
socialismo tendrá en sus contenidos el adversario fortalecido. "La encíclica Rerum
Novarum de S.S. León XIII ofrece las únicas soluciones eficaces para el malestar
social"78, titulaba El Debate, a propósito de una entrevista a Ismael Perdomo,
arzobispo de Bogotá.
73
Ibid.
7,7
Ibid.. pp. 232-233,
' El Debate había comenzado a circular el 27 de mayo de 1927.
7
" Ibid.. abril 13 de 1928. p. 1.

El porvenir del pasado 61


Hacia El Debate se dirigieron dos leopardos más, Joaquín Fidalgo Hermida y Augusto
Ramírez Moreno, quienes se convirtieron en colaboradores. Ramírez escribió allí un
buen número de editoriales a partir de abril de 1929. Elíseo Arango contó con este
periódico para la promoción de sus iniciativas en la Cámara de Representantes en 1928
y para ser reelegido en las elecciones de 1929. Con los mismos servicios contó Camacho
Carreño en su aspiración a la Cámara en 1929. Además, en la plana de columnistas,
estaba Manuel Mosquera Garcés, de profundas convicciones derechistas. El intelectual
liberal José Antonio Osorio Lizarazo también fungió como colaborador. Hasta entonces
la derecha conservadora tradicional tenía en El Nuevo Tiempo sus principales voceros.
Será desde El Debate donde continuará el proceso de configuración de la nueva derecha
del conservatismo, que había empezado en 1921 en Manizales con la creación de La
Patria. Al carácter fundamentalista del periódico se agregará el ímpetu de la carga
generacional que le imprimían a todo lo suyo los Leopardos.

Había sido El Debate un órgano recalcitrante, orientado hacia la Iglesia. Su propuesta


era la de la configuración en Colombia de una cruzada anticomunista. Había sido
creado justamente para resistir al avance, según decían sus editores, de la prensa
anticristiana en el país. Consideraban que el origen de los problemas nacionales estaba
relacionado con la difusión de este tipo de periódicos. Sus editores tenían amplia conciencia
de la importancia de la prensa. Así lo habían consignado publicando una pastoral de
monseñor Herrera Restrepo, la cual fue reproducida en tiempos de Silvio Villegas:

Ella forma la opinión, y por medio de ella afirma y sostiene en su solio a los gobernantes o los
hace vacilar quitándoles el sostén en que se afirman, que es la autoridad. Ella forja en los
cerebros de los legisladores las leyes que le placen y ahoga en la garganta de sus adversarios las
voces de protesta. Con razón ha sido llamada el cuarto poder, arbitro de los otros tres ya que
ella pretende a su capricho dar o quitar la eficacia para obrar al ejecutivo, dictar las normas al
legislativo y hasta derogar y aún a veces imponer sus fallos al judicial 79 .

Consideraban los editores de El Debate —de ahí su nombre— que no sólo la represión
física era suficiente para eliminar el adversario. Por eso las posturas del joven Mariano
Ospina Pérez empiezan a seducir al grupo alinderado en el periódico: "A la ola
comunista es preciso oponerle más cerebros que bayonetas", escribía Ospina en un
telegrama a Silvio Villegas80; tesis que después amplió:

Es preciso combatir al comunismo realizando una intensa obra de dulzura y atracción a las
m a s a s , y ejerciendo una intensa obra de contagio en la juventud intelectual del país. A la
lectura fácil de los libros saturados de un empalagoso humanitarismo de Romain Rolland, de
Wells, de Anatole France; a la miseria mental que propagan en manuales revolucionarios las
librerías catalanas, debemos oponer el noble culto a la inteligencia que satura las obras de
Georges Guyau, de un Jacques Maritain, de un Georges Valois, de Jean Cocteau, de toda la
juventud francesa de nuestros días, que es seguramente católica y derechista 81 .

Este espíritu era compartido por El Colombiano en Medellín que, como El Debate
en Bogotá, era baluarte anticomunista : "Si Colombia ha sido la tierra escogida para
la siembra comunista, es a golpe de cerebro como debemos impedir el desarrollo de
esa nociva simiente. Dentro del idearium conservador caben todos los progresos de la
ciencias moderna y todas las justicias humanas en favor de las clases que se llaman
oprimidas"82. Amas de recomendación, era la conclusión a la que llegaba un colaborador
7
* Pastoral del 5 de abril de 1927. en ibid.. junio 4 de 1928. p. 1.
'" Ibid.
" Ibid.. p. 3.
*2 Véase El Colombiano, noviembre 25 de 1928. p. 1,

62 El porvenir del pasado


del periódico ante la difusión que se hacía en el mismo de supuestos planes del comunismo
ruso de convertir a Colombia "en foco irradiador en la América española de sus
propagandas sociales [...] Cosa rara: nadie nos conoce bien en Europa; pero la
Internacional y Moscú ya saben que entre nosotros hay materia para ensayos soviéticos""83.

Así, con mayor razón, pues los Leopardos ya veían en el joven Ospina su portavoz,
El Debate hace la difusión de los llamados por el prelado en la citada pastoral:

[...] que todos los días festivos en lugar de la homilía o explicación doctrinal, se predique sobre los
deberes de los católicos en lo tocante al apoyo de la prensa buena y a la oposición de la mala, y
sobre los graves peligros que esta implica para la fe, las buenas costumbres, sirviéndose para ello
del concilio plenario americano o de las conferencias episcopales en lo relativo a este asunto: 2.
Que se promuevan por medio del apostolado seglar y especialmente por las juventudes católicas,
conferencias sobre los mismos temas en diversos centros como son los círculos obreros, asociaciones
y congregaciones de ambos sexos, en los colegios, en las escuelas, etc.: 3. Que se procure tratar
iguales temas en todos los periódicos y revistas católicos del país; 4. Que se ponga en práctica la
propaganda no menos eficaz de la conversación de tal modo que no haya católico que con un
propósito constante y eficaz deje de hablar con sus amigos sobre este problema: 5. Que se inicien
también algunas campañas especiales para colocar el nuevo diario en todos los hogares, para lo
cual se sugiere como muy eficaces las llevadas a cabo por comités de señoras, de jóvenes y de
caballeros que se distribuyan la población entera: 6. Que por iniciativa del párroco en cada
localidad o de otro sacerdote, asesorado por los dichos comités o por otros, se trabaje en todas
partes a fin de formar un cuerpo de agentes que busquen suscripciones 84 .

Las conferencias de Laureano Gómez: "El Papagayo".


Por la Argentina de Ingenieros anduvo el joven conservador colombiano Laureano
Gómez. Allá sirvió como diplomático de la hegemonía. Su estadía en el país
suramericano le influyó significativamente. Vivió en directo una nación metida de
lleno en la ciencia, en la cultura y en las ideologías de comienzos de siglo. Argentina
lo tocó. Primero, por haber conocido paradigmas intelectuales que en Colombia no se
leían todavía. Segundo, por las novedosas actualizaciones del pensamiento univer-
sal, incluso del pensamiento religioso que allí encontró; y, tercero, por ser Argentina
un país de un pujante y sostenido progreso material. Digamos que la prosperidad de
Argentina lo maravilló y lo llevó a interrogarse sobre el progreso en Colombia. Con
los mismos materiales académicos que encontró en su estadía en el país austral,
interrogó a Colombia. Es ese el sentido y el contenido de sus conferencias en el Teatro
Municipal de Bogotá en junio y agosto de 1928, las cuales revelan la crisis espiritual
que el partido de gobierno vivía en su interior. Curiosamente, las historiografías
tradicional y nueva de la historia política de Colombia no se detienen en el papel de
Gómez en el desmoronamiento de la hegemonía. Fue él, precisamente, quien en el
citado año de 1928, desde el interior de su partido cuestionó, a voz en cuello, el
régimen y anunció su caída. Con estilo académico y aire profesoral, ataviado de
ayudas pedagógicas, Laureano profundizó sobre los problemas que agobiaban a la
nación, defendió la política "no como el arte de labrar la prosperidad de un grupo a
costa del bienestar colectivo", sino como el de hacer la grandeza de una República.
En la conferencia dictada el 5 de junio planteó en un tono de real pesimismo los que
consideró eran los interrogantes para un progreso en Colombia. Cosa que el
conferenciante advertía difíciles por la pobreza de los suelos colombianos, por sus

" Ibid.
•' El Debate, junio 1 de 1928. pp. 2-3.

El porvenir del pasado 63


climas adversos, por sus razas incompetentes, por sus gobernantes incapaces. El
conferenciante advertía la pobreza de la capa vegetal de nuestras tierras. Entre
t a n t a s posibles realidades anotaba: "En nuestro territorio las regiones propicias al
desarrollo del zancudo son 80 mil kilómetros cuadrados más extensas que las
favorables al cultivo del café" 85 . No le faltaban razones a Gómez para sus
señalamientos. Como la conferencia fue dictada en un estilo que parecía carente de
fundamentación teórica, la intelectualidad del país se expresó mayoritariamente en
contra de sus aseveraciones. Gómez no se retractó. En su segunda conferencia contestó
a la crítica recurriendo a una amplísima bibliografía que demostraba que el joven
político e intelectual estaba actualizado en cuestiones sociales y científicas y que sus
juicios habían sido producto de una sofisticada elaboración. Gómez reiteró:

Mi tesis es que esta tierra no es el marco natural espontáneo para una cultura humana; que
esa cultura puede fundarse aquí, pero solamente a fuerza de inteligencia, de trabajo y de
dinero. Que el país está equivocado fundamentalmente en la apreciación de los recursos de
que dispone y de los métodos que tiene en uso para alcanzar esa cultura. Y que si no cambia de
criterio y de conducta perecerá. Irrevocablemente perecerá" 86 .

Las intervenciones de Laureano, en junio de 1928, en el Municipal de Bogotá, que


coinciden con el arribo de los Leopardos a la dirección de El Debate, sirvieron de
pretexto para reafirmar con el dirigente conservador los desencuentros que serán
irreversibles en sus propias vidas políticas 87 . Fue justamente desde El Debate de
donde vino la más fuerte réplica y la más dura crítica a las intervenciones de Gómez.
A partir de este momento comienza el distanciamiento y el enfrentamiento de la
nueva derecha con quien será su principal contradictor en el interior mismo del
Partido Conservador. Un día después de sus intervenciones, El Debate dedicó su
editorial a comentar los contenidos de la conferencia del 5 de junio. Bajo el título de
"El Papagayo", Silvio Villegas, que no tenía mucha autoridad para criticar el
pesimismo de Gómez por haber escrito justamente su tesis de grado sobre las mismas
temáticas y en el mismo tono de este, lo criticó. Claro, lo de su tesis había sido en
1924, y, mientras tanto, Villegas había construido una meteórica carrera periodística
y política. Estaba dispuesto a renunciar a lo que hubiera dicho con tal de superar
todos los obstáculos que le impidieran seguir escalando. Laureano Gómez era uno de
ellos. Ubicándolo junto a otros decadentes: López Pumarejo, López de Mesa, Germán
Arciniegas, dijo que los había alcanzado y superado. "Lo que caracteriza a las grandes
inteligencias es su facultad creadora" 88 , escribía. Comparaba los tiempos gloriosos
del conservatismo, cuando Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro se habían dedicado
a "construir la conciencia constitucional y jurídica de la Nación, en fundamentales
estatutos políticos"89. Era demoledora la crítica por cuanto iba directo a la persona
del criticado: "El señor Gómez es el tipo perfecto del 'primario', del jacobino sin
cultura; que lleva al estudio de los negocios severos del estado el rumor múltiple de
la plaza pública [...] Lo que distingue al demagogo es su estrabismo mental; su falta
de sentido de las proporciones"90. Para Villegas, Gómez simplemente había plagiado
textualmente los paradigmas de la pseudociencia europea: "Copió los ingenuos
vaticinios de Gustavo Le Bon y Benjamín Kidd —majaderos ilustres, muy de uso entre
escolares pedantes— sobre nuestra zona, donde razas enfermas declinan por la inclemencia
de los soles del trópico"91. Finalmente, Silvio Villegas acotó: "Ala política del no, cara a los
bárbaros, a los salvajes y a los niños, es preciso oponerle la política del sí, de la construcción

713
Gómez. Laureano. Interrogantes sobre el progreso de Colombia. Bogotá. Editorial Revista Colombiana, 1970, p. 36.
77,1
Ibid., p. 75,
77
Basta recordar ias discrepancias entre Laureano Gómez y los futuros Leopardos en 1921 a raíz del debate del primero contra Marco
Fidel Suárez, en el que Silvio Villegas y Augusto Ramírez Moreno intercedieron a favor de! Presidente.
"" El Debate, jumo 6 de 1928, p. 3.
"• Ibid.
••" Ibid.
" Ibid.

64 El porvenir del pasado


fecunda [...] El señor Laureano Gómez representa y continúa la tradición de las
aves que marcaron un día primero las fortunas de América. Imposible encontrar
más estupendo papagayo" 92 .

El amplio editorial de Villegas fue aplaudido, como todo lo suyo, incluso por los
liberales, que se basaron en sus contenidos para caerle a Gómez. En medio de la
crítica a su primera intervención aparece como factor interesante la descripción
que se hace de la personalidad de Laureano Gómez, que la historia se encargará de
corroborar o desmentir, y las historiografías liberal y marxista de agrandar para
crearse su propio Laureano Gómez. En una columna que se llamó "El fracaso
intelectual del ingeniero Gómez", se reprodujeron textos críticos a la intervención
de Laureano, procedentes de otros medios. Un artículo de Ruy Blas reproducido allí,
dibuja a Gómez de cuerpo entero: "El señor Gómez logró probar que no es un hombre
de pensamiento [...] es el primer demagogo y el primer arengador de multitudes
primarias que existe en nuestro país" 93 . Silvio Villegas logró hacer un amplio uso
político de la conferencia de Gómez; de paso, colocó las primeras piedras en la
construcción de su principal adversario en el interior mismo del Partido Conservador.
Gómez fue acusado de pronorteamericano. Los contenidos mismos de su conferencia
se utilizaron para enlodarlo con los intereses de los países imperialistas en Colom-
bia. Tantas cosas se dijeron que resultan difíciles de encontrarles asidero. En otro
editorial al respecto, Villegas escribió:

El señor Laureano Gómez, prófugo de todos los partidos políticos, náufrago de su propia
conciencia, no encontrando hoy dentro de los partidos constitucionales del país un ambiente
propicio para llegar al poder, orienta sus miradas como Chamorro hacia la estrella polar, vasto
emporio de civilización y de progreso. El señor Gómez principia por predicarnos la resignación
ante la conquista extranjera, porque no tenemos derecho a equivocarnos y porque la humanidad
necesita de nuestra riqueza. Como en otro tiempo solicitaba la intervención de los banqueros
de Norteamérica, hoy parece invocar la de sus generales y marinos, Chamorro está a las
puertas de la República. Es preciso que la nación vigile94.

Para los Leopardos acampados en el periódico, aunque habían aparentemente renunciado


a la Acción Francesa, el espíritu renovador de esta los acompañaba todavía. A ellos les
interesaba no caer en el vértigo de la decadencia de Occidente, sino, más bien, en
defenderlo. Por eso la simpatía hacia los planteamientos de Ospina, pues coincidían con
él en llenar de optimismo su cruzada anticomunista, como una salida a la amenaza de
Oriente sobre Occidente. Los Leopardos, primero, y Álzate junto a ellos, más adelante,
se la jugarán por ofrecer desde la religión católica y desde lo que se llamará el
"grecolatinismo", una alternativa a la decadencia de Occidente, expresada por Spengler
con proyección en Colombia: "Y como todo entre nosotros tiene que ser imitación, abundan
en el país aciagos profesores de decadencia: Sanín Cano, López de Mesa, Alfonso López,
Germán Arciniegas, Carlos E. Restrepo, Laureano Gómez -adustos maestros de
escepticismo—vaticinan para el país aciagas horas declinantes" 95 .

Otros nichos de la derecha colombiana.


El Colombiano también escuchó, estimuló y acogió a los pichones de la nueva
derecha. Cosa parecida ocurría en Cali, donde los conservadores recalcitrantes de la
región sur-occidental del país encontraron a partir de 1925 un medio de difusión a su
177
Ibid.
•' Ibid., junio 7 de 1928, p. 3.
7
Ibid.. junio 8 de 1928, p. 3.
17
Ihid

El porvenir del pasado 65


medida : Diario del Pacífico. Pero entre toda esta avalancha de prensa derechista
destacará El Debate. La naturaleza religiosa del periódico les obligará a centrarse,
a disminuir la intensidad hacia la derecha francesa. Tendrán que justificar sus
bríos leopardos y adaptarlos a la cultura político-religiosa tradicional:

[...] queremos declarar en el primer número de El Debate que sale bajo la dirección nuestra
que la Acción Francesa representa ideas fundamentalmente contrarias a las de este diario y
que trataremos, si es que las ideas de Maurras y de Daudet tienen agentes en este país, de
combatir vigorosamente su influencia, tan peligrosa como la del socialismo, la del liberalismo y
la de las diversas formas de anarquía 96 .

La influencia estaba, les había penetrado hondamente, pero un proyecto nacionalista


como el que tenían en mente les obligaba a tener en consideración el peso de la
Iglesia y de la religión en la constitución social y espiritual de Colombia. En una
entrevista a El Nuevo Tiempo, afirmaba el nuevo director de El Debate:
Lo que debe caracterizar a los partidos tradicionalistas es la permanencia de su doctrina [...]
Existen dos modos de durar: evolucionando, como lo hacen los partidos liberales o permaneciendo
como los tradicionalistas. El conservatismo tiene soluciones precisas para todos los problemas,
definidos en el Evangelio y completados por la filosofía cristiana del siglo XIII [...] Todo programa
conservador tiene que fundarse sobre estos principios inmutables; la disciplina que sostiene el
orden y mantiene el progreso, la unidad espiritual que es la mitad religiosa. El Partido
Conservador por ningún motivo debe desprenderse de la cuestión religiosa, porque ella realza
su fisonomía histórica y porque ella marca su plenitud doctrinaria 97 .

Además, un hecho que les había permitido limar en parte su recalcitrante manera
reaccionaria de pensar y de actuar, lo mismo que evitar la imitación a ultranza,
había sido su intercomunicación, el diálogo con todo el conservatismo que se expresaba
en los mencionados periódicos. Era El Debate una publicación que se había creado
para la defensa de la Iglesia y de la religión católicas y los leopardos allí congregados
tendrían que sopesar entre las ideas de la laicizada Acción Francesa y la influyente
vena religiosa-clerical del conservatismo colombiano. Leemos en el primer editorial
de la nueva época del periódico:
Nada tenemos que ver con Carlos Maurras ateo y positivista y con el caudal de ideas que él y
sus compañeros representan en Francia. Cuando Maurras y Daudet tenían un alto prestigio
entre la juventud francesa por su adhesión aparente al catolicismo, solíamos deleitarnos con la
prosa compacta de Maurras en el diario monarquista. Admirábamos al escritor, pero nunca
participamos de sus ideas. Y cuando la iglesia católica vetó su obra y prohibió sus escritos,
dejamos de leer a Maurras, porque así nos lo exigían nuestras ideas religiosas, y porque la
Iglesia tiene demasiados panegiristas para que tengamos que apelar a la lectura de los reclutas 98 .

La nueva derecha era impulsada por gente joven. Su expreso ímpetu atendía a la
estrategia de posicionarse dentro del Partido Conservador y con él, en la sociedad
colombiana. Una pugna de generaciones se advertía. Respondía también al discurso
a través del cual los jóvenes liberales de la generación de los Nuevos se abrían espacio.
Era el reflejo en Colombia de las modernizaciones de la izquierda y la derecha clásicas
del mundo después de los resultados de la Primera Guerra Mundial: los espectros del
comunismo y del fascismo serán componentes inseparables de ese momento en
adelante en el devenir de la política colombiana.

17,7
/ b i d . junio I o de 1928, p. 3.
97
Citado en ibid.. junio 2 de 1928. p. 4.
98
Ibid., junio I o de 1928, p. 3.

66 El porvenir del pasado


En las anteriores condiciones de cultura religiosa, los jóvenes derechistas tendrán que
elaborar su propuesta nacionalista con brotes propios que los distancien de los
secularizados derechistas franceses. Así, desde su primer editorial en El Debate, Silvio
Villegas la emprende contra tirios y troyanos. El romanticismo de hondas raigambres
conservadoras recibe una crítica demoledora: "En política lo que caracteriza a esta
escuela es que obra como siente y no como piensa, desconoce el hecho social. Al estudiar
una constitución política, en vez de aceptar la tradición, la raza, el medio, las necesarias
y útiles presiones, construye teorías ideales, repúblicas perfectas"99.

La asunción del intrépido leopardo a la dirección de El Debate lo llenó de


congratulaciones. Como se ha visto, Villegas estaba ya acostumbrado a las loas
conservadoras.
En la reconfiguración de la nueva derecha, el nacionalismo fue escogido como señal
ideológica. Tanto en las citadas conferencias de Laureano como en los escritos y
accionar de los Leopardos advertimos contenidos de un renovado nacionalismo. Así
está diseñado en el manifiesto lanzado en 1924. Laureano, que constituye otra
sensibilidad renovadora, es consciente y hace conciencia entre los colombianos de la
poca riqueza del país en materia de recursos naturales en comparación con países
como Argentina, y señalaba que los pocos que había, tendrían que ser manejados con
mucha imaginación. Clamó por una explotación nacional. Eso que, como dijimos, ya
estaba esbozado en el Manifiesto leopardo de 1924. se reitera en El Debate: "Nosotros,
así mismo, fuimos los primeros que hablamos públicamente de la nacionalización
del subsuelo"100. Eran los principios, que se refundirán más adelante, de una propuesta
populista de estirpe conservadora.

En la fabricación del nuevo nacionalismo conservador, los Leopardos se tranzaron en


polémica con los Nuevos, nombre más adecuado para la generación que les era
contemporánea dentro del liberalismo que para ellos. Ateniéndose a los atributos
propios de la naturaleza conservadora: la tradición, el hispanismo, la Iglesia Católica,
cuestionaron cualquier enunciado nacionalista venido del adversario. Ramírez Moreno
anotaba en uno de sus artículos contra los intelectuales liberales que escribían en
Universidad: "Hablar de nacionalismo socialista es incurrir en una contradicción
inexcusable" 101 . Para Ramírez, liberalismo, socialismo y comunismo eran "formas
de anarquía mental más disolventes todavía desde el punto de vista de la inteligencia
que desde el punto de vista social"10-.

Por su parte, Villegas subestimó el intervencionismo de Estado que pregonaban los


demócratas de entonces, porque, según él, no advertían que el marxismo pretendía
no la intervención del Estado, sino su eliminación. Señalaba que el intervencionismo
de Estado era una doctrina pangermana en oposición al comunismo. Villegas promueve
la pena de muerte: "Los comunistas sostienen la pena de muerte aún para delitos
políticos y Enrique Ferri para defender la obra de Benito Mussolini, ¿cómo no se ha
de permitir a nosotros, conservadores y reaccionarios, defender la pena capital para
los delitos atroces y para los casos comprobados de traición a la patria? Pero en el
país faltan desgraciadamente valor, preparación, audacia para afrontar esta clase de
iniciativas" 103 . Justamente, Elíseo Arango, el primero de los Leopardos en arribar al
Congreso de la República en las elecciones del 8 de mayo de 1927. se distinguió

~ Ibid.. junio 2 de 1928, p. 3.


' Ibid.. junio 3 de 1928, p. 3,
' Ibid.
- Ibid.
" Ibid. En ese momento se distinguían en la juventud conservadora del occidente colombiano, además de los Leopardos y del mismo
Álzate, las siguientes personas 7 Primitivo Crespo. Mario Carvajal. Diego Monsalve. Benigno Acosta. Gonzalo Restrepo Jaramillo,
Fernando Gómez Martínez. Marco Naranjo López, Víctor Aragón. Julio Gómez Castro. Rafael Ángel Donado, Alejandro Cabal Pombo
y Ángel María Carrascal.

El porvenir del pasado 67


durante toda esa legislatura por su pasión y vehemencia en la justificación del proyecto
de ley de defensa social, base de las iniciativas represivas del gobierno de tan ingrato
recuerdo en la memoria histórica del país.

Como director y editorialista de El Debate, Silvio Villegas asumió un papel de hombre


luz para el establecimiento conservador. Sus editoriales tenían esa carga, y por tanto,
estuvo dispuesto a recoger y corregir lo que pudiera haber afirmado en su etapa
inmediatamente anterior, como sucedió frente a Maurras y como ocurrirá frente al
cesarismo democrático utilizado como comodín según sus intereses. Corría la campaña
electoral y había que atajar a Alfredo Vásquez Cobo, un general conservador. Resulta
así que para la segunda mitad de 1928 ese concepto no servirá, pero posiblemente más
adelante lo retome. Por lo pronto lo importante es denostar de él:
El único expositor sincero del liberalismo en América ha sido Laureano Vallenilla Lanz. Él ha
demostrado que el Partido Liberal ha sido un partido cesarista. Del fondo de la democracia
descontenta surge el caudillo, el redentor popular que destrona una supuesta aristocracia
conservadora, e impone la dictadura. El liberalismo en América lo representan Mosquera,
Porfirio Díaz, Guzmán Blanco, Rengifo, Solón Wilches, Plutarco Elias Calles. Es un partido
militar y cesarista frente al Partido Conservador esencialmente civil, partido de libertad y de
justicia, particularizado en el continente por grandes figuras del pensamiento: Alberdi, Sergio
Arboleda, Andrés Bello, Miguel Antonio Caro 104 .

En el siguiente editorial, titulado justamente "Cesarismo democrático", Villegas,


trabajando la idea de que el caudillismo era de la naturaleza venezolana, señala que se
trata del aporte de Venezuela a la independencia: Bolívar, Sucre, Piar, Páez. Al contrario,
afirma que Colombia había sido "la cabeza pensante, la dirección intelectual de la
revolución americana: Torres, Caldas, Joaquín Mosquera"108. Para Villegas, el gobierno
de Venezuela era "el producto natural del liberalismo, el tipo clásico de los gobiernos
radicales de América. Porque todos los partidos liberales son fatal y necesariamente
cesaristas. El régimen venezolano es la democracia liberal de América"106.

Se vivía dramáticamente el fin de la década. La sociedad estaba confrontada. Los jóvenes


conservadores atendieron la emergencia. El 16 de octubre de 1928, El Debate abrió su
edición con titular a ocho columnas que decía: "El movimiento revolucionario de Honda",
al tiempo que se estaba discutiendo en el Congreso el proyecto de ley sobre defensa
social y orden público. Los contenidos de tal iniciativa recibieron la oposición de la
izquierda y de los liberales. En su primer artículo se leía:

Constituye delito contra el orden público toda asociación, agrupación o reunión que bajo
cualquier nombre, tenga por objeto alguno de los siguientes fines: i. Incitar a los delitos contra
la paz interior, el gobierno existente o la Constitución, contra la tranquilidad y orden público y
contra la religión y el culto, o cualesquiera otros delitos castigados por las leyes penales 107 .

En la argumentación de todos los contenidos del mencionado proyecto los Leopardos


fueron defensores incondicionales. Justamente, en editorial del 23 de julio de 1928,
El Debate reconoció el trabajo adelantado en este sentido por el leopardo
parlamentario Elíseo Arango.

La huelga bananera, uno de los acontecimientos más importantes de la década de los


años veinte, fue destacado y registrado en detalle por El Debate. La forma de los
1(74
El Debate, junio 27 de 1928. p. 2,
'"'• Ibid., jumo 28 de 1928. p. 3.
11,7
Ibid.
777
Los contenidos del citado proyecto de ley pueden verse en la prensa nacional de julio a octubre de 1928.

68 El porvenir del pasado


titulares, de los comentarios y el lenguaje utilizado en la descripción de la noticia son
coherentes con la manera de pensar, de razonar y de actuar de los Leopardos. El 6 de
diciembre de 1928 el periódico abrió con un titular a ocho columnas que decía: "turbado
el orden público en la Zona Bananera. A última hora el gobierno de EE.UU. ordenó a
uno de sus barcos permanecer surto en la bahía de Santa Marta" 108 . Y luego, con
letra más baja :

La huelga se ha convertido en un movimiento revolucionario: los sublevados atacaron a bala al


ejército y han interrumpido violentamente el servicio de trenes. La situación en la zona es de
s u m a angustia. En estos momentos acaba de quedar totalmente paralizado el tráfico de
trenes, pues los huelguistas residentes en la población de Ciénaga impiden su movilización por
medio de tumultos.

Y como subtítulo: "¿Huelga o revolución?". Y enseguida, el desarrollo de la noticia:


Tanto en Ciénaga como en todas las poblaciones de la zona, la huelga que se creyó en un
p r i n c i p i o u n m o v i m i e n t o g e n e r o s o , se ha c o n v e r t i d o en un v e r d a d e r o m o v i m i e n t o
revolucionario, de desacato a las autoridades civiles y militares, y de propaganda comunista. El
tumulto está dirigido por algunos comunistas cuyos nombres se saben, pero que se encuentran
ocultos, siendo difícil por consecuente su captura. Los revolucionarios que h a n hecho la
propaganda subversiva y que estaban ya vigilados por las autoridades han sido reducidos a
prisión y se e n c u e n t r a n recluidos en los c u a r t e l e s de la policía. / Se ha comunicado
extraordinariamente la nueva de que el gobierno ha declarado el estado de sitio y por consiguiente
turbado el orden público, lo que ha sido muy aplaudido por todas las personas de orden"19.

Era una noticia llena de una carga semántica ideológica que bien hubiera podido hacer
las veces de editorial. Es decir, noticia y editorial iban a tono. Sólo que en el editorial de
la misma fecha se precisaron algunas de las hipótesis que aquí hemos intentado
desarrollar: que lo importante para los Leopardos era la fabricación de un enemigo
interno y en relación con esto su nacionalismo mostró inconsistencias. Silvio Villegas se
puso a favor de la compañía bananera:

En todos los sitios donde a c t ú a n c o m p a ñ í a s n o r t e a m e r i c a n a s la clase o b r e r a mejora


notablemente sus condiciones higiénicas y económicas. Pero existen agitadores que quieren
hacerles comprender a las masas que el odio contra el capitalismo y los patrones se debe
m u l t i p l i c a r c u a n d o se t r a t a de c o m p a ñ í a s e x t r a n j e r a s , e s p e c i a l m e n t e c o m p a ñ í a s
norteamericanas 1 1 0 .

Y se puso en contra de los trabajadores colombianos, pues consideró más peligroso su


comportamiento que el de los extranjeros. La seguridad de la Nación estaba más en
peligro por los nacionales. De acuerdo con esto, escribió: "se impone una resolución
firme de apelar a la fuerza armada, sin consideraciones y sin clemencia, si se repiten
atentados colectivos como el que nos transmiten nuestros corresponsales de la costa.
Porque en la zona bananera no hay una huelga sino una revolución. Gobernar es
resistir a todos los poderes que conspiran contra el orden"111.

En conclusión: la construcción de todo el pensamiento leopardo estaba atravesado


por una serie de implicaciones que los Leopardos no mencionan directamente, pero
que los agobiaban. Se trató de un periodo saturado de acontecimientos que los puso
en alerta. Sonaban timbres, parodiando al poeta Luis Vidales, quería decir que el

•'"• El Debate, diciembre 6 de 1928. p. 1.


7
'" Ibid.
'" Véase el editorial de ibid.. p. 3
Ibid.

El porvenir del pasado 69


país estaba despertando y que parte de ese despertar lo constituía la conversión del
socialismo en Colombia en una corriente dinámica dispuesta a conquistar su espacio
en el suelo de la Nación. No era una especulación contemplativa, como especulación
contemplativa no lo era ya nada en Colombia: todas las corrientes de pensamiento
tenían en alta estima la acción y estaban volcadas hacia la calle. La huelga irrumpía
como fenómeno novedoso de presión, salido no de una copia europea, sino producto
del mismo capitalismo que se desarrollaba en el país. Los conflictos del campo y la
ciudad y la aspiración a su resolución inmediata constituían la vida cotidiana. La
beligerancia de los Leopardos no era una inspiración en el vacío, sino el resultado del
temor y el miedo por una sociedad que se salía de madre. Justamente, cuando Camacho
escribió la última de las tesis de grado de su grupo, se reforzaba en el Gobierno
colombiano "el estilo autoritario para manejar los conflictos"112. En uno de sus
editoriales, que tituló "El germen socialista", Villegas justificaba el 'decreto de Alta
Policía Nacional' que se cocinaba en el Ejecutivo porque, según anotaba, estaba
"enderezado hacia la divulgación de los principios comunistas"113. Su postura relevante
de director de un diario de oficio doctrinario y político lo llevó a bajarle el tono a su
antipatía hacia Laureano Gómez en beneficio de la unidad del partido. La segunda
conferencia de Gómez no mereció otro editorial; esta vez delegó la crítica mordaz 114 .
Ante la agitación social que vivía el país en la segunda mitad de 1928, al tiempo que
llamaba a la unión conservadora lo hacía también para que el conservatismo no
dejara de apoyar al régimen que iba en franco declive:
F r e n t e a estos extravíos y locuras, a estos impulsos primarios, que no obedecen a ningún
principio político, y que son la negación de toda táctica, el deber del conservatismo es rodear al
gobierno, y defender el régimen con todos sus vivos ilustres y con todos sus muertos venerables.
En torno de la administración actual y del proyecto de ley que defiende el orden contra el
comunismo y la anarquía, debe hacerse la unión conservadora, porque cuando ésta vacila es la
república la que sufre estos quebrantos. El conservatismo es y debe ser el anillo de la defensa
pública. Nosotros llamamos a concentración conservadora" 5 .

Para la época que nos ocupa, a la estrategia de la construcción del adversario como
enemigo confluyó la del no reconocimiento del otro. O, mejor, la del reconocimiento
del otro en negativo. Nada le reconocían los Leopardos al liberalismo. Nada tampoco
le había reconocido Aquilino Villegas, representante de la generación anterior: ni
hombres probos, ni ideólogos, ni programa, ni presente, ni futuro. Para ellos ese
partido se encuentra en un desconcierto ideológico: "El Partido Liberal no ha logrado
implantar sus doctrinas porque no responden a las necesidades de la vida nacional"116,
escribía Fidalgo Hermida en plena decadencia del régimen en 1928. En medio de la
crisis de la hegemonía conservadora, no sospechaban que esta pudiera caerse: "la
política es el arte de durar en el poder", había declarado Elíseo Arango a El Tiempo,
en 1929, en plena campaña electoral suya a la Cámara 117 .

Así, los Leopardos eran más que un distintivo. Se trataba de un conjunto de ideas
supuestamente diferentes, nuevas y renovadoras, que servían al doble propósito de
sostener la ideología y el poder en manos del conservatismo y de desmontar el proceloso
camino del ascenso social. Si en lo primero tuvieron relativo éxito, lo segundo lo
conquistaron casi de inmediato: "Ha sido muy aplaudida la elección del leopardo Elíseo
Arango para Presidente de la Cámara de Representantes", titulaba El Debate, en su

u¿
' Véase ampliamente sobre el movimiento huelguístico de la época ; Archila Neira, Mauricio. Cultura e identidad obrera. Colombia
1910-1945. Bogotá, CINEP, 1991.
:
•• El Debate, abril 2 de 1928. p. 3.
;;!
Aunque no se descarta que el amplísimo texto "El -Júpiter bufón", en el que se critica la segunda conferencia de Gómez, haya sido
escrito por él, ya que aparece sin autoría. Véase ibid.. agosto 4 de 1928. p. 3. Véase también el articulo de José Alejandro Bermúdez
"La conferencia de Laureano Gómez", en El Debate, agosto 7 de 1928, pp. 3-4.
:
- Ibid.. agosto 4 de 1928. p. 3.
"!(i La Defensa, marzo 27 de 1928. p. 15.
' El Tiempo, jumo 3 de 1929, p. 10.

70 El porvenir del pasado


edición del 4 de agosto de 1928, en alusión al despliegue, con foto incluida, que, a su vez,
le había dado La Defensa al acontecimiento 118 . Y fue, además, en el Congreso, a
donde ya habían conseguido llegar, que los leopardos Silvio Villegas, Elíseo Arango y
José Camacho Carreño ampliaron el sonido para que sus reclamos y sus propuestas
tuvieran mayor resonancia. Fue su primera oportunidad política para plasmar en
leyes lo que hasta entonces era un ideario y, sobre todo, para hacer efectiva su lucha
contra el fantasma del comunismo. ¿Fantasma?

"Véase El Debate, agosto 4 de 1928. p. 1,

El porvenir del pasado 71


Gilberto Álzate Avendaño-
entre la univeí v la política.
II

Álzate, bachiller y político.


Álzate no logró terminar sus estudios secundarios en su ciudad natal. El Instituto
Universitario de Manizales lo expulsó cuando advirtió en el joven un líder estudiantil
capaz de desestabilizar la estructura académica y administrativa de la institución 1 .
En 1928, a los dieciocho años, terminó su secundaria en la Universidad de Antioquia
y allí mismo inició estudios de derecho, carrera en la que se graduó en 1936, ocho
años después. Por supuesto, el ambiente académico y político de la capital antioqueña
le favorecieron. Aprovechó la infraestructura material y mental de su nueva residencia
e hizo conocer en sociabilidades cultas sus puntos de vista. El mapa intelectual en
que se movía Álzate en Medellín era rico, incluso en el universo del pensamiento de
la derecha. En el suplemento literario de El Colombiano se reproducían artículos
de Ortega y Gasset, 'Azorín', León Daudet, Eduard Herriot, Eugenio D'Ors, Romain
Rolland, entre tantas figuras de las letras. Además del citado periódico, circulaba en
Medellín Colombia, diario conservador del grupo romanista. Allí, la página Sabatinos
Literarios estaba dirigida por José Mejía Mejía. Este órgano, además, traía una
Página de la juventud municipalista.

Álzate se hizo contertulio del grupo intelectual de los 'paradas', y sus escritos empezaron
a aparecer en periódicos y revistas de prestigio: El Colombiano, La Defensa, Revista
Universidad. Los temas y los tonos de sus textos están en ese momento influidos por
la Reforma universitaria de Córdoba, Argentina. Un tema que difícilmente hubiera
podido tratar desde Caldas, pero, ante todo, una temática que no faltará quien la encuentre
lejana a un joven conservador nacido en Manizales.

El Instituto Universitario de Manizales estaba estrechamente ligado al devenir cotidiano de la ciudad. Todo lo que allí acontecía se
reflejaba en sus patios y lo que en sus patios pasaba influía en la ciudad y cobijaba toda la región. Se trataba de un estudiantado sensible,
que participaba en los asuntos internos y externos de la comunidad, que. por lo regular, estaba en desacuerdo con las ansias estudiantiles,
que eran las suyas propias. Después, marchado Álzate, el Instituto continuó en ¡a tónica de la protesta y la participación. El Tiempo
cubrió, por ejemplo, una huelga estudiantil en agosto de 1930, que exigía la renuncia del rector. En el proceso de la huelga fue puesto
preso Miguel Ángel Gaitán. hermano del ya célebre Jorge Eliécer, asunto que demuestra la relación de los estudiantes bogotanos con
los manizaiitas.
El Manifiesto de Córdoba, a través del cual los jóvenes universitarios argentinos
convocaron a los "hombres libres de Suramérica", más conocido como la Reforma
universitaria de Córdoba, de 1918, tuvo gran repercusión en Colombia. El documento
estaba escrito en un tono altivo y categórico. Su crítica a la educación imperante en
la universidad argentina de entonces tenía un estilo al gusto de Álzate Avendaño.
Sus autores eran inmediatistas, querían soluciones al instante, se mostraban audaces,
retadores: "estamos viviendo una revolución, estamos viviendo una hora americana" 2 .
En medio de una apelación a la insurrección como derecho, señalaban los estudiantes
que "en adelante, sólo podrán ser maestros en la República universitaria los
verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien" 3 .
Sus demandas eran claras:
Los métodos docentes estaban viciados de estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener la
universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas [...] Los cuerpos universitarios,
celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo
que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia [...] La juventud ya no
pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos
universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido
capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de
intervenir en el gobierno de su propia casa 4 .

El manifiesto que se le lanzaba a toda la juventud de América influiría en Álzate en


varios sentidos. En primer lugar, tomará del documento el estilo: el ímpetu, la
fogosidad, el protagonismo, la rebeldía; en segundo lugar, tomará la crítica contra el
dogma y contra lo anacrónico, y su llamado a la justicia de la sublevación. Pero
Álzate relativiza su matiz revolucionario de tendencia marxista y su aversión total
al pasado.

En el contexto de los congresos estudiantiles.


Hoy cuando una p a z dilatada ha atrofiado
nobles i n s t i n t o s h u r a ñ o s que i n t e g r a n la
conciencia nacional, de la juventud han de fíuir
pródigamente entusiasmos enardecidos.
Aceptar el país tal como esl aceptarlo sin viles
conatos disolventes. Porque una crítica áspera,
volcada heroicamente sobre su virtud frágil, lo
a n o n a d a r í a en esta época de efervescencia
inicial 5 .

En Medellín, Álzate se convirtió en un líder estudiantil que pudo haber representado


el universo del conservatismo colombiano; pero la realidad era más tosca : eran los
últimos años del gobierno de la hegemonía conservadora, de un repliegue ideológico
de esa colectividad. Álzate es una válvula de escape, va a representar una
modernización de su partido, que no tiene eco en el Gobierno o que no le dice nada.
Mientras tanto, su actividad refleja una preocupación por llenar de contenidos
democráticos una alternativa conservadora a los cambios que lideraban en Colombia
liberales y socialistas, y en el mundo latinoamericano los jóvenes revolucionarios
* Véase Silva Michelena, Héctor y Sonntag, Rudolf. Universidad, dependencia y revolución. México, Siglo XXI Editores. 1970.
7
Ibid.
• Ibid.
r>
Declaraciones de Gilberto Álzate Avendaño a El Debate, julio 30 de 1928. p. 1.

74 El porvenir del pasado


formados en corrientes más a la izquierda que las que habían servido a Álzate de
influencia en una Colombia plegada al siglo XIX.

La huelga en la Escuela de Derecho.


El bautizo de estudiante universitario lo recibió Álzate en la huelga que estalló en la
Escuela de Derecho de la Universidad de Antioquia en abril de 1928. En los tiempos
que corren no comprenderíamos las razones que llevaban a los estudiantes a protestar
por la introducción de pruebas escritas en lugar de orales. Con estas últimas, el
estudiante podía ampliar sus respuestas, explicarlas, establecía un diálogo, se
autocorregía, matizaba, se templaba en el oficio de la defensa oral, se enfrentaba a la
timidez, etc. En la nueva modalidad existiría un libreto, un formato. Ahora estaba
condenado a responder con un monosílabo: s í o no. Pero, más que de esto, se trataba,
de parte de los estudiantes, de oponerse a los métodos autoritarios a que obligaba la
medida sin la mediación estudiantil. La simple no aceptación a las nuevas directrices
por parte de los estudiantes llevó a la rectoría de la institución a cerrar la Escuela de
Derecho. Los considerandos de la resolución muestran cabalmente que se trataba de
hacer respetar la autoridad:

1. Que la casi totalidad de los estudiantes de Criminología se rebeló contra la autoridad del
señor Profesor de dicha materia, negándose deliberadamente, previo compromiso firmado a
hacer una composición escrita que aquel les ordenó que hicieran; 2. Que los mismos estudiantes
se negaron a acatar las medidas que el señor Rector de la Universidad dictó sobre ejercicios
escritos [...] medida consistente en pedir al señor Director de la Educación pública que a su
turno insinuaríase a los Profesores que en las clases se hicieran mensualmente composiciones
escritas: 3. Que después de esta rebeldía un gran número de estudiantes protestó contra la
conducta observada por los señores Rector de la Universidad y Director de la Escuela de
Derecho, en las ocurrencias de que se ha hablado, y se solidarizó con la conducta de los
alumnos de segundo curso! 4. Que como sanción contra los estudiantes rebeldes el Consejo
Universitario, en su sesión del 19 de abril clausuró la clase de Criminología y tomó otras
medidas disciplinarias: 5. Que después de que tomaron tales providencias han continuado los
movimientos subversivos y, especialmente, la persistencia en no acatar la autoridad del señor
Rector de la Universidad [...] 8. Que es un deber legal y moral del Consejo Universitario
sostener a todo trance, sin vacilaciones, sin temores y con absoluta energía, su propia autoridad
y la del señor Rector y de los demás superiores de la Universidad [...] Clausúrase desde hoy e
indefinidamente 6 .

El Centro Departamental de Estudiantes, considerando la medida exagerada e injusta,


manifestó que iba en contra de la formación de su carácter y su dignidad, y advirtió
los significados funestos para la región y para el país; por eso apeló ante la Presidencia
de la República en defensa de los principios republicanos. A su vez, hizo un llamado
a los estudiantes para que "no desmayen en la lucha emprendida ni vendan su
independencia por un mendrugo de ciencia, obtenible en cualquier otra mesa" 7 . La
huelga tuvo el respaldo de profesores y del alumnado todo, produjo un sinnúmero de
reacciones que desestabilizaron el orden sacramental de la universidad. Los profesores
continuaron dando las clases en sus oficinas particulares; el asunto estudiantil
permaneció en primera página de los diarios locales durante todo el mes de abril de
1928 y, aunque la Escuela de Derecho se reabrió con la suspensión de los estudiantes
subversivos, la ganancia en beneficio del movimiento estudiantil fue significativa.

7
El Colombiano, abril 24 de 1928, p. 1.
7
Ibid.

El porvenir del pasado 75


Los reclamos de los estudiantes se hacían en los marcos de la Reforma universitaria
de Córdoba, que propugnaba por independencia, autonomía y libertad del movimiento
estudiantil. La huelga le permitió al joven Álzate afilar criterios para lo que sería su
confrontación de más adelante.

Los intelectuales colombianos que han escrito sobre las primeras décadas del siglo
XX, coinciden en que los primeros congresos estudiantiles tenían la importancia de
eventos políticos de envergadura nacional 8 . Un acontecimiento como el de la huelga
de la Escuela de Derecho de la Universidad de Antioquia mereció que El Colombiano
dedicara su primera página al desenlace de los acontecimientos.

En la culminación de su bachillerato, Álzate se encontró con esta realidad. Para ese


último año de su escuela secundaria estaba convocado el III Congreso de los estudiantes
que iba a realizarse en la célebre ciudad liberal de Ibagué, la misma que había
recibido a los delegados de la afamada y paradigmática Convención Liberal de 1922,
donde el liberalismo de Benjamín Herrera sedujo al socialismo de principios de siglo.

Silvio Villegas se había apresurado a escribir en El Debate un editorial en el que


indicaba:
No m á s federaciones y congresos de estudiantes. Cada uno a su propia tolda. La juventud
conservadora no tiene por qué irse a mezclar en Ibagué con la juventud socialista, que niega la
patria, que desconoce a la Iglesia romana, que atenta contra la civilización y contra el derecho,
que significa la barbarie contra la inteligencia [...] En Ibagué se reunirá una asamblea radical
socialista, pero no un congreso nacional de estudiantes. Nosotros invitamos a la juventud
tradicionalista de los claustros a desligarse de esta peligrosa utopía. En todos los sectores, en la
Universidad, en el parlamento, en el periodismo, el partido conservador debe presentar un
sereno frente de batalla 9 .

No obstante, hacia allá se dirigió el joven Álzate Avendaño, en un brote de autonomía


personal y convicción ideológica.

Villegas debió reflexionar sobre su escrito. Debió, también, recibir presiones porque
un mes después El Debate registró el viaje de Álzate en primera página. A sus pocos
años se lo llenaba de elogios propios para personalidades de más edad: " e s una de las
mentes más claras y castizas de la juventud conservadora de Colombia. Ha leído y
ha reflexionado demasiado, escribe en prosa clásica, y nutre su inteligencia con las
verdades tradicionales del catolicismo y con los principios sillares del conservatismo
colombiano"10. Yeso que era apenas un estudiante de secundaria. La noticia señalaba
el papel que Álzate iba a desempeñar en dicho Congreso: 'Va al Congreso estudiantil
de Ibagué en representación de los universitarios de Antioquia, y allí será un dique
firme contra las ideas anárquicas y disolventes de la juventud radical que se ha
tomado la personería de los universitarios capitalinos" 11 .

A los 17 años, Álzate no sólo conocía lo que le había aprendido a sus inmediatos
superiores, tan jóvenes como él: l 0 s Leopardos, sino que había leído a Leibniz, a
Taine, a Barres, bitácoras para él desde entonces. El nacionalismo de la restauración
monárquica, los contenidos del historicismo alemán dominan su mente. En Álzate
hay brotes de rebeldía que lo diferencian de sus mentores, pero, como ellos, padece el
77
Véanse 7 Molina, Gerardo. Las ideas liberales en Colombia...: Montaña Cuellar, Diego, Colombia país real y país formal. Buenos Aires,
Editorial Platina, 1963. Hay que anotar que la movilización social y popular que distinguía a la época llegaba incluso a las mujeres. En
diciembre de 1930 un congreso femenino sesionó paralelamente al congreso de los estudiantes,
9
El Debate, junio 26 de 1928. p. 3.
711
Ibid. julio 30 de 1928, p. 1.
7
Ibid.

76 El porvenir del pasado


tránsito a la modernidad capitalista en Colombia: "Para mí el síntoma decisivo del
desequilibrio nacional lo constituye el éxodo de los campesinos hacia la ciudad en
forma total y desorbitada. La gran ciudad es la característica de épocas de decadencia.
Es preciso que la masa se reintegre a los campos"12. Las ideas con que participará en
la política inmediata, y en la de más adelante, ya está constituida en el Álzate que se
apresta a participar en el Congreso estudiantil de Ibagué. Barres le sale por todos
sus poros, cuando declara la necesidad de: "Restaurar el culto de nuestras tradiciones
y de nuestros ilustres hombres fenecidos, recordando que lo que fue, tiene una ro-
tunda vitalidad en nosotros. Así, dóciles a la actividad imperiosa de la tierra y los
muertos, nos predispondríamos a la creación de un mito nacional, un ideal superior
que cohesionará todas las fuerzas vitales de la República"13. A Barres lo leían todos:
los nuevos y novísmos nacionalistas, es decir la generación de los Leopardos y la
suya propia; pero será Álzate el encargado de plasmar ese pensamiento en la prédica
conservadora de la resistencia de los años treinta. Hará de El jardín de Berenice
y de La colina inspirada textos fuentes de discurso, que le infundirán arrojo a un
conservatismo que buscaba nuevos horizontes. Barres escribía:

Una misma necesidad nos agita, tanto a los unos como a los otros: defender nuestro fuero
interno, para agrandarlo luego, hasta el punto de que pueda abarcarlo y contenerlo todo. Es
este el ardor inconsciente que sostiene a cada ser en la vida. La huella que dejan los muertos
tras de sí. indica claramente la dirección de su existencia: ahora bien, el conjunto de esas
huellas nos aparece como un esfuerzo unánime para llegar a formularse una idea más amplia
del universo 14 .

De frases sueltas de este paradigma nacionalista emergen claves para comprender


el comportamiento de Álzate. A lo largo de este periodo de su vida se inspirará en
ellas y estarán presentes en su accionar político e ideológico, por eso las resaltamos:

Negar muchas cosas a los veinte años es signo de fecundidad / Nada más perjudicial a la patria
que el acuerdo unánime sobre las cuestiones fundamentales del gobierno, porque semejante
unanimidad cierra la puerta a las reformas y compromete el provenir / (...) es gran desgracia
para el hombre no tener, cuando llega a la edad madura, un inferior a quien menospreciar [...]
/ sólo la psicología del pueblo me interesaba. -¿Cuál es su alma? preguntábame a mi mismo-:
quiero conmoverme con ella, llegar a comprenderla por medio del análisis, como el "adversario"
y por medio del amor, como Berenice, quiero llegar a su conciencia. ¿Cuál habría sido la
conclusión, si me hubiera visto obligado a reconocer que había sido un completo error creer
que Berenice y Aigues-Mortes tenían algo de original? Habría tenido que renunciar en ese caso
a descifrar la tradición de la masa [...] / ¿no disciernes qué suntuoso tesoro es el alma popular?
Guarda el depósito de las virtudes del pasado y conserva la tradición de la raza: en ella, como en
un recipiente donde cada acción va exhalando su parte de inmortalidad, se prepara el porvenir
[...] He aquí lo que me enseñaron esos hombres groseros, esos ignorantes que, de vérmelos
frecuentar, te asombras. Son profesores sublimes, aunque ellos mismos lo ignoren. Cada uno
de ellos representa una etapa de mi alma al través de los siglos. Me aficioné a ellos, como al país
al cual hubiera llegado en una noche sin luna, y que no me dejara otro recuerdo que confusas
imágenes [...] ¡Cómo pudiste imaginar que hubiese preferido a aquellas multitudes de tan fiera
creación, tan desinteresadas y tan espontáneas, la mediocridad de los salones y la semicultura
de los bachilleres! Bien se ve que no conoce al adversario. A lo sumo tales gentes podrán
comunicarme hechos, nociones no siempre exactas: en cambio el pueblo me suministra un
alma; la suya, la mía, ¡la de la humanidad! [...] sólo las multitudes me han hecho palpar los
cimientos de la humanidad. En el estudio de mi yo no había sabido penetrar más allá de mis

- I h i d . p . 12
Ibid.. p. 1
71
Barres, Marinee. El jardín de Berenice. Paris. Boulevard Saint-Germain, [s.a.l, pp. 9 8 9 9 .

El porvenir del pasado 77


cualidades; el pueblo me ha revelado la substancia de la humanidad, y mejor que eso, la energía
creadora, la savia del mundo, lo inconsciente [...] ¡Ah! es verdaderamente ella, esa niña querida,
la que me ha ayudado a comprender el método creador de las m u l t i t u d e s , del hombre
espontáneo. Los hombres, reunidos por una pasión común, crean un alma; pero ninguno de
ellos separadamente es parte de esa alma. Cada uno la lleva en sí mismo, pero ni siquiera la
conoce; sólo en la atmósfera de una gran reunión, al contacto de las pasiones que fortifican la
suya propia, es como, olvidándose de mezquinas reflexiones, permite a su inconsciente que se
desarrolle. De la suma de esos inconscientes nace el alma popular. Para crearla, sólo sirven
obreros, gentes del pueblo, más espontáneos, menos sujetos a los mediocres intereses de los
espíritus reflexivos. Es análoga a cada uno de aquellos que la componen y no es idéntica a
ninguno. Va más allá de todo individuo, en energía, sabiduría, en sentido vital. Lo que decide
espontáneamente constituye las condiciones necesarias a la vida 15 .

De los textos de Barres saldrá la inspiración para fundamentar un nuevo concepto


de región. El jardín de Berenice es un lugar, un espacio donde ha convivido el
hombre en armonía con la naturaleza. El jardín es el espacio, Berenice el sujeto
simple y espontáneo que lo habita. La colina de Sion-Vaudémont ubicada en Lorena
es la colina inspirada:

Los recuerdos de un pasado ilustre, los grandes colores fuertes y sencillos del paisaje, sus
carreteras que huyen, componen una melodía que nos llena de una larga emoción mística.
Nuestro corazón perecedero, nuestra imaginación tan viva se adhieren a esa colina de eternidad.
Nuestros sentimientos se unen con los de nuestros descendientes, se engrandecen y creen
encontrar en ello una especie de perennidad [...] Aquí sigue estando siempre el punto espiritual
de esta seria región; aquí es donde su vida normal se une a la vida sobrenatural 16 .

La religión está conectada directamente a la región. Pero, además, Álzate encontrará


en Barres la filosofía que buscaba para decidirse por una relación más estrecha con
el pueblo; una relación que fuera más allá de declarar que el pueblo colombiano era
conservador y católico.

Álzate ya tenía en mente a Simón Bolívar; ese será el mito que ayudará a crear e
implantar como galvanizador de la identidad nacional. Ese era el muerto que habría
de resucitar. Le resultará más fácil convocar a los colombianos, fragmentados en dos
partidos, alrededor de un muerto ilustre que lanzarse a la incertidumbre de proponer
el nombre de un ilustre vivo. A los vivos ilustres había que combatirlos, bien por
anacrónicos, bien por liberales. Así, clamando por retornar al amor a Colombia "por
encima de sus virtudes y de sus vicios", declaraba que el país sentía "la urgencia de
un renacimiento nacionalista". Ese amor que reclamaba constituía a la vez uno de
los componentes de su propuesta nacionalista. Había que aceptar al país tal cual era
"sin conatos disolventes". Aludía, por supuesto, a la radicalización de la lucha política
en el país a la altura de julio de 1928.

Eran épocas de movilización popular, de influencia de las ideas socialistas en el país


y de la creación de agrupaciones políticas concomitantes con ellas; fenómenos que
produjeron la defensa casi instintiva tanto de los organismos represivos del Estado
como de instituciones como la Iglesia que sintió sus intereses espirituales y sus
alianzas con los obreros y los desprotegidos en peligro. Monseñor Aníbal Perdomo
compitió con los estudiantes de la huelga universitaria de Medellín por las primeras
páginas de los diarios. Mientras los unos subvertían la autoridad, el prelado la
77
Ibid., p. 168.
777
Barres, Maurice. La colina inspirada. Barcelona, Luis De Caralt Editor. 1957, p. 13.

78 El porvenir del pasado


apuntalaba: "El clero enseña e inculca el respeto al principio de autoridad y la
obediencia a los legítimos superiores porque esta es verdad enseñada así por Dios"17.

Socialistas y liberales tenían en la mira a los obreros. Hacia ellos se dirigían sus
discursos y convocatorias y la recepción había sido positiva. El Partido Socialista
Revolucionario (PSR), creado el 2 de diciembre de 1926, estaba convertido en un
movimiento movilizador de los nuevos sectores trabajadores surgidos en el auge
económico que vivía el país. Con el PSR empieza en Colombia una moderna
movilización de las masas urbanas sin precedentes. Es el socialismo y no el liberalismo
el que se distingue en la movilización popular. Las muertes de los caudillos liberales
más reconocidos, Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera, dejaron un vacío que sólo
el PSR pudo llenar con la participación de otro grupo de viejos guerreros liberales,
pero sin el carisma de los dos mencionados.

Fueron célebres las giras de la dirigente antioqueña socialista María Cano, que
recorría el país enarbolando la consignas reivindicativas, como la de los tres ochos
para toda la población colombiana: ocho horas de trabajo, ocho de estudio y ocho de
descanso. Pero no sólo se t r a t a b a de eso'- las giras de M a r í a Cano e r a n
escrupulosamente preparadas. Al tiempo que ella se ocupaba de arengar a las masas
y de satisfacer la curiosidad pública, los dirigentes avanzaban en la organización
política e ideológica del movimiento revolucionario: realización de asambleas, diseño
de periódicos regionales, discusión sobre la convocatoria a futuras huelgas. María
Cano era recibida con entusiasmo esperanzador en las plazas públicas de las
poblaciones donde se concentraba mayor número de personas; era la expresión de la
nueva composición social de la ciudad de entonces, de los poblados convertidos ya en
ciudades intermedias. Hacemos aquí estas reflexiones por cuanto creemos que la
movilización popular a partir de 1927, fue uno de los hechos que mayor impacto ha
debido causar tanto en el establecimiento conservador como en su nueva generación.
Ese fue el año de María Cano: recorrió en nueve giras la geografía económica del
país. La percepción del carácter de sus giras está narrado en las memorias de Ignacio
Torres Giraldo. He aquí una muestra:

[...] el fervor de multitudes que atraía la presencia de María Cano. En Calamar se concentró la
gente de la región; en Cartagena es suficiente anotar que hubo casos de asfixia, y que por causa
del caudal humano que apretaba la muralla, el poeta Jorge Artel que desde aquí quiso hablar,
hubo de renunciar a ello. En la marcha hacia una plaza que pudiera contener la multitud, el poeta
tenía su discurso escrito, nos lo entregó para que lo leyésemos después, comprendiendo que la
gente quería oír, ante todo, a la espléndida mensajera de las nuevas ideas1".

Realmente, por entonces, el socialismo colombiano estuvo en su mejor momento y no


lo volverá a estar nunca en el siglo XX.

La Iglesia renovó bríos, desempolvó fuentes sagradas y desvirtuó las tesis de los
líderes sindicales que le peleaban a la institución su feligresía obrera. Monseñor
Perdomo, al contrario, demostró los desvelos de la Iglesia por la clase obrera
colombiana, indicó los apartes de la Biblia dedicada a los obreros e invitó a los obreros
colombianos a ingresar a la Unión Colombiana Obrera (UCO), creada hacía poco por
la arquidiócesis de Bogotá y que completaba la formación de una serie de instituciones

17
Véase "El limo. Sr. Perdomo se dirige a los obreros de todo el país", en El Colombiano, abril 28 de 1928, p. 1
18
Torres Giraldo, Ignacio. Los inconformes..., p, 62, La historiografía de la historia colombiana del siglo XX tiene en la década de 1920
una de sus mayores preferencias. Es uno de los períodos más estudiados por la importancia que durante él tuvo el movimiento
socialista y las experiencias que de allí emanaron. Una muestra de ello puede verse, entre otros, en7 -Jaramillo Salgado Diego. Las
huellas del socialismo. México. UNAM. 19977 y en Tila Uribe, María. Los años escondidos. Sueños y rebeldías en ¡a década del veinte.
Bogotá, CEREC 1997.

El porvenir del pasado 79


con el claro propósito de mantener y cooptar el obrerismo colombiano: la Acción
Social Católica en Medellín, el periódico El Obrero Católico, entre otras.

El ambiente de prevención era muy animado. Prevención y miedo que el sector


leopardo del conservatismo estimulaba. La hegemonía estaba acorralada, los liberales
avizoraban el poder y los nóveles marxistas se creían con la verdad de su parte. El
partido de gobierno estaba espiritualmente escindido. Ala movilización continental
de las m a s a s correspondía u n a sostenida renovación y sofisticación en el
planteamiento de los problemas sociales. El pensamiento político de los países del
cono sur emulaba a los pensadores de toda América Latina. Aquí, el positivismo, los
distintos géneros del evolucionismo y del socialismo permitían que un intelectual
a r g e n t i n o como José Ingenieros i n t e r p r e t a r a , j u s t i p r e c i a r a y a q u i l a t a r a
tempranamente, de manera profunda y amplia, los procesos de nueva experimentación
social que vivía Rusia casi inmediatamente después de la caída de la autocracia
zarista y de la entronización del socialismo.

Gran parte de la explicación conservadora del maximalismo ruso y de su esencia


social, provenía de la Argentina. Por eso, Ingenieros, con buen olfato, empezó a hablar
del advenimiento de "los tiempos nuevos". Sus interpretaciones oportunas, al día, las
hacía por la vía de la conferencia, que era la exposición de un material que se fabricaba
para ser leído en público y se reproducía más adelante en periódicos y revistas de
amplia circulación. De esa nueva interpretación del acontecer mundial leemos:

[...] las aspiraciones revolucionarias serán necesariamente distintas en cada país, en cada
región, en cada municipio, adaptándose a su ambiente físico, a sus fuentes de producción, a su
nivel de cultura y aún a la particular psicología de sus habitantes [...] el maximalismo se
manifestará como la aspiración a realizar el máximum de reformas posibles dentro de cada
sociedad, teniendo en cuenta sus condiciones particulares. Es legítimo suponer que no habrá
u n m a x i m a l i s m o uniforme y u n i v e r s a l , sino t a n t o s p r o g r a m a s cuantos son los núcleos
sociológicos que reciban el benéfico influjo de la presente revolución social 19 .

Esto lo decía el intelectual argentino en noviembre de 1918, en el Teatro Nuevo de


Buenos Aires, en una conferencia convocada con el título de "Significación histórica
del movimiento maximalista".

En el Perú, el pensamiento social sufría también de una sofisticada interpretación


sociológica. Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de
la Torre irrumpían con novedosos análisis sobre sus realidades étnicas y sociales,
acordes con las corrientes de pensamiento contemporáneo que veían con buenos ojos
el hecho de contar con una base social como los indígenas para cualquier propuesta
de desarrollo. Justamente, en el año del III Congreso estudiantil de Ibagué, José
Carlos Mariátegui había publicado los siete ensayos de interpretación marxista sobre
su país, que influyó bastante en Colombia. México era otro centro de renovación
interpretativa de la realidad de América Latina. José Vasconcelos era uno de los
hombres más influyentes en el continente y junto a él un sector amplio de los
intelectuales creyó que su propuesta de la raza cósmica superaba la tesis de la
superioridad de las razas.

7
Ingenieros José. Los tiempos nuevos..., p. 46,

80 El porvenir del pasado


En la antesala del Congreso estudiantil, Álzate hizo una propuesta audaz: que las
juventudes de Ecuador, Colombia y Venezuela se reunieran en el próximo centenario
de la muerte de Simón Bolívar en San Pedro Alejandrino a "meditar sobre la
reintegración de la Gran Colombia, federando esas repúblicas amadas de Bolívar'"".
Pero en la creación de una gran Nación al estilo de la propuesta reciente de Haya de
la Torre, en el sentido de construir una defensa continental contra el imperialismo,
Álzate no estaba seguro, vacilaba. Más bien dijo:
El c o n t i n e n t e indolatino tiene s o l a m e n t e u n a posibilidad seria p a r a guarecerse de los
imperialismos: organizándose en naciones fuertes, al norte, al medio día y al sur. Yo concibo la
nación agresiva y beligerante. Porque además, de afirmar este estado de perenne inquietud el
sentido de la nacionalidad, la integridad de un territorio sólo permanece cuando en el alma de
sus habitantes vibra persistentemente el afán expansivo. Los pueblos débiles no perduran
voceando el derecho y sí fortaleciéndose 2 '.

Para Álzate era importante ir al Congreso porque pensaba que podía influir exponiendo
sus concepciones sobre la educación, de la cual pensaba que estaba plagada de
diletantes. Sugería abolir el diletantismo porque había producido "generaciones sin
resumen mental". En su lugar proponía crear defensas en los jóvenes contra las
influencias que los solicitaban. Es decir, para Álzate la juventud no estaba preparada
para recibir la cantidad de literatura a que estaba expuesta:

Ante todo hay que adaptar la imaginación y el corazón del niño a un procedimiento metódico.
P o r q u e no hay v e r d a d e r a ciencia sino se s i s t e m a t i z a n los conocimientos de modo que
constituyan un edificio en la mente. Leibnitz [sic] nombró a este proceso "apercepción", por
cuanto a lo anteriormente percibido vienen a adherirse las nociones nuevas. Al diletantismo y
la pansofía -que no prosiguen t r a s la verdad sino que acumulan noticias contradictorias
dispersando la inteligencia- bate victoriosamente este régimen. La carencia de síntesis mental,
síntesis consistente en la concentración de la actividad cognoscitiva en torno de determinado
número de ideas directrices, anonada el carácter y predispone a influencias pasivamente
recibidas. La pedagogía dictamina que toda enseñanza debe sistematizarse. De no hacerlo así
en nuestros institutos superiores, el descoyuntamiento intelectual de los hombres mozos
regalaría al país con una etapa declinante [...] Es preciso, para que la acción de la lectura sea
benéfica, que un método predomine en ella. La lectura ha de ser una disciplina que ordene la
inteligencia y no la práctica fisiológica de un vicio22.

Álzate se manifestaba entonces preocupado por la difusión de las ideas nuevas frente
a un repliegue supuesto de las ideas conservadoras. Ante la prevención y el miedo
leopardo que hereda, propone: "Los artículos que encarnen doctrina deben en cada
periódico estar orientados hacia ideas primordiales de cultura y progreso". Clamaba
ante el Estado para que editara por su cuenta numerosos periódicos "que ejercieran
la función docente, periódicos para repartir gratuitamente en la ciudad y los campos"23.

Era este el ambiente de fondo con el que se encontró Gilberto Álzate Avendaño cuando
el primero de agosto de 1928 llegó a Ibagué a participar en el III Congreso Nacional
de Estudiantes.

El Debate, julio 30 de 1928. pp. 1 -12.


ibid.
Ibid.
Ibid.

El porvenir del pasado 81


El 111 Congreso Nacional de E s t u d i a n t e s en Ibagué,
el p r i m e r discurso ideológico de Álzate Avendaño,
y el comienzo del diálogo.
En el corazón de los hombres nuevos existe
una tácita ciudad sumergida, desde cuyas altas
torres se persiste en convocar a fíeles que ya
no escuchan. Es que la zona mística de las
creencias no desaparece totalmente de nuestro
m u n d o interior, en el cual vibran h i m n o s
t r a s c e n d e n t a l e s a n u n c i a n d o una f u t u r a
plenitud".

En Ibagué, durante el III Congreso Nacional de Estudiantes, celebrado entre el 1 y el


7 de agosto de 1928, Álzate se encontró con jóvenes que con don de sabiduría se
autodenominaban marxistas, la moda intelectual más sensual de entonces: Abel
Botero, Luis Alberto Bravo, Manuel Antonio Arboleda; con intrépidos liberales 1 Carlos
Lleras Restrepo, José Francisco Socarras, Ricardo Sarmiento Alarcón y Diego Luis
Córdoba, entre otros25.

En razón al orden alfabético de los apellidos de los participantes en el evento, le


correspondió a Álzate Avendaño instalar el Congreso. El joven conservador hizo gala
de su cultura literaria, histórica y filosófica. Citó a Tucídides y Jenofonte, a Platón,
a Horacio, a Herder y Vico; a Goethe, a Renán y Taine, y a los nacionalistas franceses
Maurice Barres y Charles Maurras, entre otros. Las citas eran reflejo no sólo de sus
lecturas, sino también de su concepción del mundo, y dan cuenta de la orientación
hacia donde se dirigirá el político en ciernes. Su discurso será la respuesta de la
juventud conservadora a los tiempos que se vivían y a su influencia en Colombia:
"La Guerra grande produjo una zozobra universal de ideas, el naufragio de sistemas
que parecían perdurables, y el mundo contemporáneo pone a vibrar sus antenas
para captar nuevos motivos de acción"26, decía. Se refería a concepciones recientes de
la ciencia con preocupación:

Un desequilibrio moral, con mengua de la inteligencia, fraguó el relativismo, definido por uno
de los a n a l i s t a s m á s sutiles del p e n s a m i e n t o francés como la ciencia complicada de la
metamorfosis intelectual y sentimental, como una actitud que nos permite, después de haber
realizado el viaje de las ideas, aceptar todas las doctrinas, buscando la línea sinuosa donde se
encuentran todas las causas 27 .

Es interesante cómo el joven Álzate construye la oración. Marca un desequilibrio,


para referirse inmediatamente al relativismo y dar su opinión sobre él. Hay aquí
un eco de Ortega y Gasset en su postura crítica hacia el relativismo.

A partir de este, que podría ser su primer discurso político e ideológico, Álzate diseña
los primeros trazos de lo que será más adelante el grecolatinismo: "La cultura greco-
latina es la tradición, el vínculo fiel del pretérito, que es lo que le da al hombre actual
una superioridad rotunda sobre sus predecesores". Álzate ahondaba en los orígenes
77
El Colombiano, septiembre 1" de 1928. p. 3.
-7 El Comité Ejecutivo Nacional de Estudiantes estaba integrado por Abel Botero. J u a n Pablo Llinás, Ricardo Sarmiento Alarcón y Luis
Alberto Bravo. El Congreso estuvo dirigido así7 Carlos Lleras Restrepo. presidente 7 Horacio Gómez Jiménez, primer vicepresidente.
77
Ibid.
y
Ibid.

82 El porvenir del pasado


de la civilización occidental. Consciente del auditorio en el que se encontraba, no
hablaba para ser aplaudido por jóvenes liberales y socialistas, sino que los advertía
contradestinatarios: les estaba indicando lo extraño que significaba para Colombia
el advenimiento de la cultura que traía la revolución rusa salida de las ruinas de la
primera guerra mundial. "Lo que determina el destino histórico del mundo europeo
es la romanización de las Galias. Prospera luego en época de las cruzadas, el único
movimiento arrancado a la agitación intensa de los pueblos augúrales, según anota
Wells en su bosquejo de la historia del mundo. En el verbo enardecido de Pedro el
Ermitaño, Europa integraba sus fuerzas contra los bárbaros" 28 .

Pero también Alemania y el espíritu alemán hacen parte de los contradestinatarios


de Álzate. Justamente, bárbaros son los alemanes con su cultura:
Este principio cultural padece mengua con la sublevación que hacia el siglo XV efectuaron en
el Norte unos monjes rebeldes, a nombre del individualismo religioso contra la tradición romana.
De entonces en adelante, sólo so henchirán en las ubres de la latinidad los pueblos en que
triunfa plenamente el Renacimiento y la Reforma fracasa. Así se perennizó una lucha entre las
derivaciones latinas y el bárbaro del norte, lucha librada en los acantilados del Rhm, por
encima del río místico, donde reflejan su bosque de luz las catedrales góticas. La Guerra
Grande es sólo un acaecimiento de este dilatado conflicto que se hunde en el pasado, vive en el
presente y se extiende afirmativamente hacia el porvenir. La Alemania de nuestro tiempo
trata de hacer compacta el Asia dispersa contra la latinidad victoriosa" 29 .

Su destinatario es entonces el fascio italiano en desmedro de su otro contradestinatario :


el nazismo alemán. Se advierten aquí ecos del antigermanismo de Maurras.

Álzate dibuja también los primeros trazos de su concepción del nacionalismo, la


misma de los Leopardos, que tenía que ver con la latinidad y con la defensa de Grecia
y Roma:
I...] urge hoy fomentar la fuerza tradicional de las patrias con movimientos similares al que se
insinuó en Roma cuando César hubo acariciado con prolongada embriaguez dionisíaca un
propósito heroico de expansión. Bajo Augusto, esta reacción nacional, que tuvo su primer
filósofo en aquel geomónimo que fue Varron en su tratado de las cosas rústicas, se propagó en
los medios sabios y en el pueblo de las provincias y los campos. [...] Mejor que las legiones
enfáticas defendían el porvenir los hexámetros cadenciosos del Mantuano y de Horacio, que se
desenvuelven con la armoniosa pausa de las faenas triptolémicas. Solamente se afirmó el
nacionalismo del Lacio cuando hacia la primavera, se efectuaron los juegos seculares, dirigidos
por un pensamiento religioso, según el modo etrusco. Los quindecenviros fueron encargados
de consultar los libros sibilinos. Heraldos vestidos a la antigua, con un alto penacho de plumas,
invitaron a aquella fiesta única. Previamente, el pueblo fue sometido a fumigaciones rituales
p a r a purificarlo de manchas contraídas en el transcurso de edad anterior. Las ceremonias
empezaron una noche, al finalizar junio, en las orillas del Tíber. Un denso tumulto contemplaba
en silencio el fuego de los altares y la muda precesión de las ciroferarias, que copiaban un anillo
ígneo sobre las aguas vacilantes. Se representaron luego con singular vehemencia, en símbolos
diversos, cada una de las fuerzas hegemónicas que impulsaron al pueblo latino en su periodo
ascensional. Y como la lengua no podía ser ajena a aquella ostentación de todas las virtudes
colectivas, el Emperador encargó a Horacio, así como en otro tiempo lo hiciera el Senado a
Livio Andrónico, un himno de gracias a la Victoria, cuyas alas magnánimas acariciaban el casco
de los proceres romanos. Y fue el himno de Horacio un salmo intercesor, armonioso y ondulante
como las volutas. Invocó el cantor ilustre al Sol Bienhechor y a las Parcas, divinidades verídicas

7
- Ibid.
-'" Ibid.

El porvenir del pasado 83


cuyos oráculos no son engañados jamás por el hado inmutable, en una plegaria inflamada,
donde las sílabas finales vibran prolongadamente en el aire como moléculas de esperanza. Es
el nacionalismo una antorcha perenne que proyecta sus perspectivas de luz sobre todos los
órdenes de la vida nacional. Organizado armoniosamente, construye la nacionalidad, así como
en los ritos primordiales surgían ciudades de gloriosa plenitud, al tañido de las cítaras preclaras.
La luminosa síntesis nacionalista prolongada hacia la universidad significa la sistematización
de las disciplinas clásicas. El abandono de las humanidades ha abolido nobles prerrogativas
mentales de los pueblos latinos. Estos, que apaciguaron su sed de sabiduría en la antigüedad
inspirada, no pueden olvidar que sólo el buril griego supo dar contornos a la efigie humana 3 0 .

Álzate les hablaba a los estudiantes, convocados y alebrestados por los aires de los
nuevos tiempos, como diría José Ingenieros, de la importancia de no descuidar lo
clásico, por lo que él suponía efímero: "Los hombres que nacieron a la vida del país
días después del armisticio han asistido a demasiadas catástrofes históricas para ser
seducidos por el efecto óptico de las ideas, para entregarse a un diletantismo fácil que
los desintegre. Precisa para la enseñanza una norma rígida, si queremos sustraernos
a la posibilidad de disoluciones totales" 31 .

La importancia de las palabras de Álzate estriba en su complementación del diálogo,


que hacía del evento de Ibagué un acontecimiento altamente dialógico. Culturalmente,
el evento no daba para más, como si esto no fuese ya suficiente. No se había producido
una figura intelectual en el campo socialista colombiano que refutara desde el
marxismo las posturas irreverentes de Álzate. Quien lo hubiera podido haber hecho,
Luis Tejada, hacía cuatro años había muerto. De otro lado, al país no llegaban todavía
los libros de una nueva historiografía que estaba ya reconsiderando los paradigmas
establecidos 32 . Esta carencia era cubierta por la difusión de la literatura marxista
latinoamericana, como en el caso citado de Mariátegui, que se leía como si lo expuesto
por él hiciera también parte de la realidad colombiana. Por eso los pilares teóricos de
la derecha francesa pudieron desfilar, sin obstáculo, en la voz de Álzate:

Analizando Carlos M a u r r a s la mísera lógica del pensamiento francés hacia fines del siglo
extinto, atribuye ese opaco crepúsculo a la carencia de estudios especulativos, que fomentan
largamente la actividad de la inteligencia. Defender, por ejemplo, la teología, no es un problema
de fe sino un negocio de disciplina interior. Lo que proporcionó potencia vehemente a Ernesto
Renán e Hipólito Taine para citar los grandes exegetas del siglo pasado, fueron las disciplinas
clásicas hechas en el seminario y reformadas luego en el pensamiento lógico de Herder y Vico.
Hoy el tesoro espiritual de Francia, como afirman Laserre, Tarde y Massis, sufre mengua en la
Sorbona, donde las humanidades fueron sustituidas por los torpes métodos germanos 33 .

El Debate, que cubría el evento, informó que el discurso de Álzate había provocado
"cierta inquietud entre la mayoría de los delegados"34. A propósito de una recepción a
la que habían sido invitados los delegados, reportó, a su manera, el estado de ánimo
del evento: "Algunos delegados amanecieron gritando y anunciando el advenimiento
de la revolución social35. No sobra anotar que este estado de ánimo era el reflejo del
bullir de un despertar latinoamericano, impulsado por la enorme circulación de ideas
en el ambiente universitario 36 .

770
Ibid.
77
Ibid.
:¡2
Jean J a u r é s había publicado ya su historia socialista de la Revolución Francesa y la nueva historiografía rusa de la historia moderna
contribuía a la revisión. Véase Ayala Diago, César Augusto, "La Revolución Francesa interpretada por los historiadores rusos", en
Memoria y Sociedad. No. 4, vol. 2, noviembre de 1997. pp. 111-119,
37
El Colombiano, septiembre 1° de 1928. p. 3.
71
El Debate, agosto 3 de 1928, p. 6.
-•• Ibid.. agosto 6 de 1928. p.12.
7h
Un libro interesante para percibir el momento puede ser el de Víctor Raúl Haya de la Torre. El Antiimperialismo o el Apra. Santiago
de Chile. Editorial Ercilla. 1936.

84 El porvenir del pasado


Y así continuó el Congreso. Un saludo a los proletarios del país produjo los primeros
desencuentros. El delegado Socarras tildó a Álzate de nacionalista barresiano,
acusación reiterada por otros delegados en sus intervenciones, por ejemplo, cuando
Ricardo Sarmiento Alarcón, delegado de Santander, se declaró sindicalista
revolucionario y afirmó que Colombia, además de carecer de gobierno, era un pueblo
de esclavos. Increpando a Álzate, añadió que los delegados nacionalistas estaban
pagados por la curia, el Gobierno y el diario El Debate 3 '.

Los delegados conservadores al Congreso estaban advertidos. Habían recibido una


carta de la juventud conservadora católica de Bogotá con directrices claras:

Juventud universitaria que comulga ideas integralmente derechistas y ortodoxas, espera ustedes
sabrán impedir desbordes anárquicos piensan hacer irrupción ese cuerpo por medio instrumentos
torpemente influenciados desconocimiento autoridad, destrucción orden. Si es menester
abandonar recinto señal protesta háganlo, s e g u n d a d respaldaremos sus actitudes siempre
ajústense normas agresivas de verdadero conservatismo y de invulnerables tradiciones católicas3".

En la reunión del sábado 4 de agosto, Álzate se vio obligado a pedir la palabra para
dejar una constancia en nombre de su grupo :

Vinimos al congreso con el ánimo real, en la seguridad de hallar ambiente propicio para la
emisión de todas las ideas. Pero la intransigencia que caracteriza a los colegas que forman en
las filas de la izquierda revolucionaria ha venido a traer su aporte de hostilidad. Ahincadamente
solicitamos que se opongan los razonamientos a nuestras doctrinas, y a los esdrújulos de la
agresividad, que t r a t a n de amenguar las ejecutorias de nuestra juventud grave y erguida.
Precisa para poder hacer labor serena que la ecuanimidad sea la común consejera, porque las
juventudes que llevamos son puras, puras y tremantes como las cuerdas de un arco noble. Por
otra parte se nos debe reconocer valor civil a los que no procedemos con instinto gregario,
aunándonos con las mayorías en este recinto colmado por fanatismos inferiores. Sin embargo
es menester tener en cuenta que no nos aterran ni ponen pavor los viles conatos agresivos que
han comenzado ya a hacer explosión; llegado el caso, estamos listos a afirmar nuestra varonía.
Anunciamos igualmente que estamos resueltos a abandonar la asistencia de las sesiones si se
persiste en el afán mezquino de querer anonadar nuestras ideas con los gritos de los dementes
populacheros, y si llega ese caso provocaremos un congreso de la juventud nacionalista y
católica, pues no aceptamos la unión estudiantil sobre la base de la prescindencia de nuestro
bagaje ideológico7"'.

El Congreso no mermó el tono y Álzate no se retiró. Afrontó todas las discusiones. Se


sometió a una dinámica en que el socialismo y el anarcosindicalismo reinaban. Socarras
afirmaba que la Federación debía ser intransigente, pues los postulados comunistas no
admitían rectificación ni debilidades de adeptos suyos. Sostuvo que ellos deseaban destruir
no para edificar sobre ruinas, sino sobre el suelo fresco. El delegado Álzate, que
ocasionalmente presidía, enmochiló esta disertación cerrando el debate. Mientras tanto
propuso la incorporación de las universidades seccionales a la Universidad Nacional
"para que todas se rijan por un plan de estudios armónico, conservando aquellas la
autonomía necesaria para su desarrollo progresivo"40.

El Congreso fue presidido por el líder estudiantil de Cundinamarca Carlos Lleras Restrepo
quien, por supuesto, jugó un activo papel en sus deliberaciones. Junto con José Francisco
Socarras, presentó una declaración de principios inspirada en la Reforma universitaria
17
El Debate, agosto 6 de 1928, p.12.
" Ibid.. agosto 2 de 1928p. 1.
1,7
Ibid.. agosto 5 de 1928p. 1.
'" Ibid., agosto 27 de 1928p, 2,

El porvenir del pasado 85


de Córdoba, aprobada por las delegaciones de todo el país, lo que, a su vez, pondría a la
educación superior colombiana en correspondencia con los avances en el continente. Es
interesante resaltar el papel del movimiento estudiantil en los intentos de superar la
vieja universidad colombiana. Iniciativas que debieron venir de élites profesionales, en
Colombia partieron de la base estudiantil. Se pidió cátedra libre y libre asistencia a
clases, implementación de seminarios de tal manera que el debate estuviera presente.
Ampliamente se discutió sobre el discernimiento de las cátedras por oposición y del
fomento de la investigación. Abogaron los estudiantes por la autonomía universitaria
en lo académico y en lo económico y discutieron sobre la abolición del texto y sobre un
mínimo de educación obligatoria para todos e insistieron en la incorporación de la
enseñanza agrícola en las escuelas primaria y secundaria. En las discusiones estuvieron
presentes alegatos sobre la modernización de los sistemas de evaluación, cursos de
moral profesional, especializaciones obligatorias para los maestros e intercambios de
los profesores universitarios en el continente. Los estudiantes no dejaron de lado los
temas políticos candentes: la juventud frente al imperialismo y el rechazo a los gobiernos
dictatoriales del continente fueron temas centrales del evento, y el nicaragüense Augusto
César Sandino, que luchaba contra los invasores estadounidenses, recibió la solidaridad
de los participantes''.

Poniéndose a tono con el ambiente antiimperialista del continente, el Congreso aprobó


por unanimidad la siguiente proposición:
El Tercer Congreso de Universitarios condena el imperialismo en todas sus manifestaciones,
por considerar que atenta contra la integridad espiritual, política y económica de las naciones
cuya existencia debe inspirarse en elevados ideales de armonía humana. Repudia así mismo
las dictaduras que hoy intentan estrangular el espíritu democrático de los pueblos y abren con
su vergonzoso vasallaje los puertos de irrupción de las naciones conquistadoras. En consecuencia
dirige una voz cordial de aliento y adhesión a las juventudes que luchan contra el imperialismo
y las dictaduras, y consigna su admiración hacia Augusto César Sandino porque ve en él
viviente y batallador del espíritu libre de la América Indolatina 42 .

Con las firmas de Álzate Avendaño y de Carlos Lleras Restrepo, junto a las de
estudiantes marxistas, el Congreso aprobó un acuerdo que fijaba políticas para hacer
efectiva la lucha estudiantil contra el imperialismo:

1. Organizar la lucha de la juventud contra el imperialismo; 2. Las directivas estudiantiles


trabajarán para que las escuelas primarias y principalmente en las clases de historia patria se
inculque a los niños el sentimiento antiimperialista: 3. Es deber de las directivas del gremio el
fomentar los cursos de historia de la República y procurar que los libros antiimperialistas se
encuentren ocupando una sección especial en las casas y clubes del estudiante: 4. Las directivas
estudiantiles trabajarán ante los poderes públicos en el sentido de que la contratación de
empréstitos no se haga en un solo país, ni se concedan seguridades, garantías específicas11.

La razón por la cual aparecía Álzate suscribiendo un acuerdo como el que se cita
estribaba en que parte de su naturaleza estaba a favor de sus consideraciones sobre
el regreso al mundo clásico. Oponerse a los Estados Unidos, que a la larga era el
imperialismo del que se trataba, iba en beneficio de la defensa de su visión de la
civilización occidental.

77
Venase El Espectador, agosto 12 de 1928, p. !'• y El Tiempo, julio 23 de 1928. pp. 1 -2
777
El Tiempo, agosto 7 de 1928, p. 6.
77
Montaña Cueilar, Diego. Colombia: país formal... pp, 136-137.

86 El porvenir del pasado


El 18 de agosto de 1928, El Colombiano, en su primera página, destacó la
participación de Álzate en el Congreso de Ibagué:

Se encuentra de nuevo entre nosotros este querido amigo y apreciado colaborador, quien
representó brillantemente a la juventud universitaria de Antioquia en el Congreso estudiantil
de Ibagué y ocupó en él la vanguardia derechista que supo hacerse respetar y temer, hasta el
punto de haber obtenido que la discusión del movimiento juvenil no quedara exclusivamente
en manos de agitadores izquierdistas, sino al contrario que en ella desempeñen papel primordial
valiosas unidades del conservadurismo. En la prensa de Bogotá movilizó Álzate Avendaño
fuerte caudal de ideas, tan sugestivas algunas como la de reunir un Congreso de juventudes
hispanoamericanas en Santa Marta, con motivo del centenario de la muerte del Libertador,
iniciativa que fue objeto de comentarios entusiastas en casi todos los diarios del país. Al afianzar
el prestigio de su voluntad y su talento, nuestro querido compañero ha sentado bases definitivas
para una carrera de triunfos 44 .

Ha quedado para la biografía de Álzate, el borrador de un texto que escribiera sobre


su participación en el Congreso de Ibagué:

Yo estuve en 1928 en un congreso de estudiantes. Era el único alumno de bachillerato que


concurría a las deliberaciones, pues los demás delegados estaban en cursos profesionales.
Todos eran socialistas, hasta Carlos Lleras Restrepo. Disperso el liberalismo después de muchos
años de porfía estéril por el poder, en la guerra y en la paz, la universidad era el último asilo, el
reducto de la oposición mental contra el régimen conservador. Y la universidad se desplazaba
hacia la extrema izquierda. El temario del congreso no era específicamente pedagógico. Se
trataba de la lucha contra el imperialismo yanki, la protesta contra las dictaduras tropicales, la
revolución social, la justicia p a r a los de abajo, a p a r t e de la cátedra libre y otros tópicos
universitarios. / Me correspondía por orden alfabético, presidir el congreso en la sesión de
apertura y pronunciar el discurso inaugural. Yo hice la defensa de las humanidades clásicas, en
un estilo barroco, constelado de imágenes y repleto de citas. Sostuve la necesidad del latín,
como disciplina mental. Hablé sobre los privilegios de la cultura y el ascetismo del "clero", que
debe trabajar con especies eternas, ajeno al bullicio de la vía pública. Como ejemplo de la
grandeza y la responsabilidad de la inteligencia, yo aludía a las conversaciones de Goethe, en
las cuales declaraba más importante el descubrimiento del hueso intermaxilar, la lucha entre
Cuvier y Saint-Hilaire en el seno de la academia, que la revolución de julio que por entonces
conmovía a Francia. Los izquierdistas me miraban horrorizados. Supe por ellos que yo era un
indecente reaccionario. / En realidad a mí no me gustaba la gramática latina, ni quería a
Goethe. Me parecía un burgués satisfecho, así como calificaba a Balzac de viejo chismoso, con
aire de suficiencia y extrema pedantería, para epatar a los filisteos letrados. Pero encontraba
intelectualmente distinguido defender el latín, el griego y la filosofía perenne, como estudios
fundamentales, en medio de la algarabía y el enojo de unos estudiantes mayores que estaban
descubriendo a Marx y aprendiendo la jerigonza revolucionaria 45 .

El cierre del Congreso mereció titulares de primera página en la prensa conservadora:


"Ayer clausuró sus sesiones en Ibagué [...] el Congreso Nacional de Estudiantes".
Subtitular: "En la elección del nuevo comité ejecutivo la minoría batió con éxito la
corriente conservadora" 46 .

La delegación conservadora evaluó negativamente el Congreso estudiantil de Ibagué.


En un telegrama que testifica el ya acercamiento entre Álzate y los Leopardos, los
delegados enviaron a éstos el siguiente mensaje: "Presentamos, ante ustedes, con
ambiguo gesto de melancolía y sarcasmo, integral fracaso un Congreso al que
11
El Colombiano, agosto 1 8 de 1928, p. 1.
'• Archivo de la familia Álzate Avendaño. Boceto de texto sin fecha.
K
El Debate, agosto 8 de 1928. p. 1.

El porvenir del pasado 87


concurrimos con nobles esperanzas espirituales [...] no ejercitamos beligerancia,
porque preferimos dejarlo abandonado su propia ignorancia. Sobre el naufragio
bermejo flota a salvo nuestro decoro"47. Por supuesto, se trataba de la constatación
del avance de la influencia del liberalismo y del movimiento de inspiración socialista
sobre el movimiento estudiantil colombiano.

El Congreso fue productivo para todas las partes. Al contrario de fracaso, la presencia
de Álzate y demás miembros de la delegación conservadora produjo efectos positivos:
los colocó como personajes dispuestos a defender sus idearios en franca lid y les
afianzó la fama de una generación contradictora de las ideas que amenazaban con
convertirse en discurso hegemónico48. Y ganó la sociedad toda, pues amplió su proceso
dialógico. Una impresión de democracia emanó del Congreso. La posterior reforma
liberal tendrá en los congresos estudiantiles de los años veinte su base doctrinaria y
programática. Fue justamente en los Congresos estudiantiles, en este en particular,
donde comenzó el diálogo entre Gilberto Álzate Avendaño y Carlos Lleras Restrepo,
que quedaría roto con la muerte del primero en 1960, según expresión del segundo
durante los funerales.

47
Véase El Nuevo Tiempo, dieierabre 29 de 1930. p. 1.
177
Además los delegados conservadores propusieron una plancha para los cargos directivos que fue tenida en cuenta como puede
apreciarse. Plancha de la minoría conservadora 7 Elíseo Arango. Marco Naranjo López, Diego Luis Córdoba, Abel Botero, Carlos
Lleras Restrepo, Gustavo Pérez, Manuel Antonio Arboleda, Suplentes 7 Rafael Bernal Jiménez, Bernardo Mejía Rivera, Mario
Aramburo. Octavio Robledo. Hernando Echeverri, Guillermo Nanetti, y Luis Alberto Bravo. Plancha aceptada, principales 7 Marco
Naranjo López, Diego Luis Córdoba. Carlos Lleras Restrepo. Manuel Antonio Arboleda. Suplentes 7 Bernardo Mejía Rivera. Octavio
Robledo, Mario Aramburo, Gustavo Pérez y Guillermo Nanetti.

88 El porvenir del pasado


Gilberto Álzate Avendaño
y la l ''i U mve. -reina
Colombiano
III

N u e s t r a p á g i n a a s p i r a a ser el índice del


contenido espiritual de una generación. Nada
más, nada menos '.

Después del Congreso Estudiantil de Ibagué, Álzate regresó a sus actividades


académicas y políticas en Medellín. Su liderazgo estudiantil lo convirtió en organizador
de las juventudes conservadoras antioqueñas, que terminaron respaldando la
candidatura del poeta Guillermo Valencia durante la campaña presidencial de 1929-
1930. Fue la oportunidad que tuvo de poner en escena las ideas y el estilo que lo van
a distinguir entre sus contemporáneos.

El 15 abril de 1929, El Colombiano anunció a sus lectores la aparición, en las ediciones


de los martes, de una Página Universitaria.- Tuvo la fortuna Álzate de ser llamado
a dirigirla. El periódico antioqueño justificó su designación: "por su clara vocación y
fino temperamento de escritor ocupa puesto de vanguardia en la juventud que piensa y
lee [...] Sus artículos y discursos le han merecido elogios de la prensa conservadora del
país que valen por una verdadera consagración"3. El novedoso anuncio señalaba, además:
"escribirán en ella artículos originales el Dr. Elíseo Arango, los demás escritores del
grupo de Los Leopardos y otros intelectuales de prestigio nacional"4.

Abrió la Página Universitaria el ex presidente republicano Carlos E. Restrepo


con el artículo "Paso a los jóvenes": "es seguro que estos jóvenes miran a las
generaciones que van adelante, para imitarlas en sus aciertos y para evitar sus
errores" 5 , sentenció. De ahí que Álzate escribiera en edición posterior: "La tarea de
cada generación consiste en rectificar los errores de las anteriores, con violencia y
acaso con exceso. Aspiramos a conservar únicamente lo que del pasado está destinado
a permanecer, las esencias, mientras perece lo transitorio" 6 .

7
El Colombiano, mayo 28 de 1929. p. 7.
- Aunque se trataba de una sección dentro del periódico El Colombiano, en este capítulo la citaremos en negrita, dada la importancia
que tuvo en la carrera de Álzate Avendaño.
7
Ibid., abril 15 de 1929. p, 7
1
Ibid.
7
Ibid., abril 16 de 1929, p. 3.
6
Ibid., mayo 28 de 1929. p. 3.
En la primera edición de Página, Álzate escribió u n a crítica a Los nocturnos,
libro de Alfonso María de Ávila. Prefirió la supuesta neutralidad de la crítica literaria
para que la Página fuera evaluada no sólo por su carácter ideológico'político. La
mayoría de las veces, Álzate escribía en la columna denominada "Motivos". Desde
allí respondió a la crítica y entabló severas polémicas con La Defensa, uno de los
órganos pares de El Colombiano en Medellín,

En pocas ediciones, Página Universitaria se convirtió en un órgano de expresión


de la nueva doctrina que la juventud intelectual conservadora aspiraba a inyectarle
a su colectividad y a difundir en los principales centros intelectuales del país. Los
colaboradores fueron milimétricamente escogidos: Juan Zuleta Ferrer, Adán Arriaga
Andrade, Marco Naranjo López, Fidel Rodríguez, amén de los aprestigiados Leopardos.
Apoco andar, la Página pudo sobrepasar sus límites e invadir las hojas siguientes
del periódico con los textos de densos y largos artículos, pero sobre todo con los de las
entrevistas a los jóvenes y brillantes copartidarios.

Los temas serán tremendamente doctrinarios e ideológicos. La Página fue un


altoparlante más que se sumaba a otros en su papel de divulgar el nuevo pensamiento
que se había fabricado en lecturas sobre los paradigmas de la derecha universal
plasmados en ensayos y en tesis de grado. Con falsa modestia escribían: "Somos una
verdad que silenciosamente se afirma"7; pero, todo lo contrario, se estaban afirmando
con mucho ruido! la expresión de derecha era prácticamente una avalancha.

Escribirán los colaboradores de la Página sobre el conflicto generacional tanto en el


interior del conservatismo como en la política nacional, del conflicto oriente-occidente,
del liberalismo y el conservatismo, de la región y la Nación. Todos interpretaban la
historia y justificaban su accionar desde los criterios generacionales. Había matices,
pero en el fondo eran los mismos contenidos. Adán Arriaga Andrade disertó ampliamente
al respecto: "Una generación no es un conglomerado de individuos coetáneos"8, dijo para
callarle la boca a quienes unificaban en una sola generación a los jóvenes contemporáneos.
"Sólo se verificará el advenimiento de una nueva generación, con la virtud que le
atribuimos, cuando los hombres mozos anhelan habitar anticipadamente el futuro,
ponen a galopar sus deseos hacia lo por venir"9. Andrade intenta una separación
intergeneracional : "Los Nuevos en literatura y los Leopardos en política, ¿son los últimos
centenaristas o nuestros primeros representantes? [...] constituimos un nuevo organismo
vital"10. Para Arriaga, el signo de su generación, que es la de Álzate, es la beligerancia.
Se trata, dice, de una generación:

[...] radicalmente moza por su alegría y su aparente insustancialidad; por su gesto de irreverencia
y su negación que nos hace grato el calificativo de "espontáneos"; por su carencia de mesura y
de cálculo! por su desvío del justo medio de los escolásticos y su apasionada tendencia a los
extremos: por su visión integral del mundo [...] El liberalismo y el conservatismo del siglo
pasado no nos satisfacen. La imprecisión de sus fronteras doctrinarias es tal, que vemos en
ellos u n solo g r a n p a r t i d o del centro, c o n t r a p e s o n e c e s a r i o p a r a n u e s t r a s f r e n é t i c a s
exageraciones. Liberalismo y conservatismo son etiquetas sin sentido actual, supervivencia de
un pretérito perfecto 11 .

En un juego interesante, Arriaga consideraba a la izquierda y a la derecha como las


partes de una misma unidad: "En esta tendencia a los extremos sólo obedecemos al
7
Ibid., julio 2 de 1929, p. 3.
~ Ibid.
- Ibid.
1,7
Ibid.
Ibid.. p. 6.

90 El porvenir del pasado


ritmo universal de la hora. El mundo, que ha leído a Sorel, está saturado
espiritualmente por efluvios de violencia. En este sentido, los reaccionarios
contemporáneos son los mismos revolucionarios al revés."1-. Para este ideólogo entre
ideólogos, la tolerancia no debe habitar en su generación: "Es un campo taciturno
donde el entusiasmo se apaga [...] hemos de finalizar la implacable tarea demoledora,
para construir luego un nuevo programa político"13.

Se advertía en la Página un juego de contraposiciones. Los jóvenes derechistas se


contraponían a los jóvenes izquierdistas que para ellos procedían del liberalismo. Así, a
una juventud liberal que se radicalizaba hacia la izquierda debía corresponder una
juventud conservadora radicalizada hacia la derecha. Era es el signo de los tiempos.

Allí se expresaban también las aspiraciones de la región, que venían siendo también
las de la nueva derecha. En su adulación regional se expresaba la naturaleza de su
concepción nacionalista'- "El espíritu nacionalista se fabrica exaltando la comarca
que es la célula del organismo colombiano, para que llegue a sumarse a corrientes de
vida ultrapersonal, más elevada e intensa. La historia del mundo nos demuestra
que dentro del regionalismo se realizaron las más afortunadas tareas humanas y la
mejor acción de solidaridad entre los hombres" 14 . Eran los ecos en Colombia de una
confrontación europea que se había iniciado allá después de 1815. La confrontación
de dos nacionalismos, el que había bebido su influencia directamente de la Revolución
Francesa y el historicismo que se construye como reacción en Alemania y que pone
el énfasis en la región, en el pasado, en la lengua y del cual el romanticismo se nutre.
Álzate y la gente que le rodea representa esta sensibilidad y a ella son fieles, por eso
su compromiso con el idioma y con la tradición.

Así, se ofrecía a los lectores jóvenes un banquete de platos teóricos distintos al


materialismo histórico para interponerse a la influencia de las explicaciones
marxistas en el país. De ahí que el principal contradestinatario de la Página haya
sido el marxismo y su influencia en Colombia. A desvirtuarlo y a descalificarlo como
método de interpretación de la realidad fueron dedicados la casi mayoría de los textos
que allí aparecieron. Leemos en uno de los artículos a propósito de la supuesta
explicación economicista de los problemas sociales:

La sociedad, aún estudiada con criterio positivista, aparece como un producto histórico de muchos
y variados factores de progreso. La raza, el medio y el momento, que escribía Hipólito Taine, nos
presentan ya un todo complejo. La raza da con frecuencia pueblos en quienes predomina la
religión, o la afición artística, o la codicia mercantil. Y al cielo luminoso de Grecia y a su posición
frente al vagar fluido de las aguas egeas se atribuye la estética y la filosofía griegas [...] Para
nosotros es evidente que todo problema económico es un problema moral [...] En nuestra patria
el problema de nuestro progreso es también ante todo un problema moral. Porque una moralidad
muy fuerte se necesita para entrar decididamente en la época de la cooperación nacional que se
impone ya a la República, como única salvaguarda de su soberanía ante la amenaza de las
naciones imperialistas" 1 " 1 .

La Página apuntalaba, amarraba toda la ideología construida y en perfeccionamiento.


Marco Naranjo López en "El Estado como función social", un artículo que abría la
edición del 7 de mayo de 1929 escribía:

7
Ibid.
Ibid.
1
Ibid.. junio 11 de 1929. p. 3,
Ibid.. abril 30 de 1929, p. 3.

El porvenir del pasado 91


Los visionarios de la revolución francesa imaginaron que la humanidad entraría en una etapa
de inmensa afirmación de la personalidad por la desaparición de las viejas clases sociales, por
la disolución de las antiguas corporaciones de trabajadores, por el aflojamiento del dogma
religioso y por la abolición de la soberanía de los reyes. Nada más falso, sin embargo. Después
de las revaluaciones históricas de José Maistre, Taine. Le Play, Fustel De Coulanges, nadie
niega con fundamento que las viejas unidades sociales del medioevo - l a familia, la región, la
corporación de trabajadores- constituían una fuente de beneficios recíprocos por la solidaridad
que practicaban en su vida social y por la resistencia que estaban en condiciones de oponer al
poder centralizador de los Monarcas. La revolución disolvió los últimos restos de e s t a s
organizaciones y el individuo, así entregado a sus propias defensas en la soledad de su actividad
personal, fue presa fácil de la "soberanía del pueblo", expresión muy socorrida por audaces
merodeadores de la política, traficantes afortunados del periodo revolucionario 16 .

Incluir, llevar gente a la política, en particular a los jóvenes, fue mérito de Alzate :
"Lo único que exigimos a la juventud de los claustros es que se incorpore resueltamente
en las escaramuzas actuales de la política"17, escribía en la Página Universitaria
de El Colombiano.

Álzate iba al debate político armado del discurso que compartía ya con los controvertidos
Leopardos y que socializa entre los jóvenes antioqueños. Por entonces, no serán
muchas las distancias, pero, a diferencia de aquellos, llama a toda la juventud a
vincularse con la política independientemente del Partido Conservador. La coyuntura
saturada de la actividad que venía desarrollando el Partido Socialista Revolucionario
(PSR), que había desembocado en la huelga bananera de 1928, era propicia para
enunciar los contenidos de un discurso que tenía su acento en el anticomunismo
intensamente labrado por los Leopardos: "Es preciso precavernos de funestos destinos,
las agrupaciones colectivistas conducen hoy al mundo por itinerarios trágicos. Ese
mesianismo eslavo, que significa el opaco crepúsculo de una cultura, se prolonga con
urgencias imprevistas por todos los confines, produciendo en las clases laboriosas y
humildes una fatal embriaguez de odio"18, peroraba Álzate ante los candidatos
conservadores al Concejo de Medellín. Así, adiestrándolos, les explicaba en una oratoria
elegante la trascendencia del momento mundial que se vivía. No reparaba en el
fondo de la crisis del Gobierno conservador, ni tampoco se le ocurría pensar que se
trataba de un coletazo de la gran crisis económica por la que atravesaba el mundo en
1929. El problema para él era el advenimiento de la barbarie soviética y sus
consecuencias: el fin de la tradición. Por eso llamó a cada copartidario suyo a "levantar
en cada sitio una tribuna y si fuere preciso una barricada" 19 . Hasta ahí, nada nuevo.
Su pensamiento está en estrecha correlación con el de los Leopardos.

Mientras Álzate coordinaba la Página Universitaria, transcurrían acontecimientos


de gran envergadura en el proceso histórico nacional. Esa tendencia acontecimental
que era el desenlace ya de la caída de la hegemonía conservadora, venía desencadenándose
sin pausa. El estrépito de la juventud conservadora no era más que su expresión. Las
h u e l g a s , que crecían como e s p u m a , a u n q u e con repliegues, desde 1918,
presagiaban el futuro dramático que vivirá el país al finalizar la década de los
años veinte. En 1927 se había implantado el decreto 707, llamado de "alta policía",
bajo la excusa de impedir un levantamiento comunista. Los más duros reveses
del establecimiento conservador lo constituyeron dos acontecimientos de finales
de la década: la huelga b a n a n e r a de 1928 y el manejo represivo que le dio el

•'• Ibid.. mayo 7 de 1929. p.3.


17
Ibid.. septiembre 2 de 1929. p. 3.
'" Ibid.. octubre 8 de 1929, p, 3.
'" Ibid.

92 El porvenir del pasado


régimen y que produjo sensacionales como democráticos debates en el Congreso por
parte del joven Gaitán 20 . De otro lado, entre el 6 y el 9 de junio de 1929, Bogotá vivió
un estremecimiento social que concentró toda la represión acumulada. El Gobierno
central, ante la evidencia de la corrupción de la administración pública de la capital,
se vio obligado, por presión popular, a retirar escalonadamente desde el alcalde de
Bogotá hasta el gobernador de Cundinamarca. "La rosca", como el pueblo había
bautizado a los notables locales, cayó después de cuatro días de manifestaciones
populares que provocaron la muerte del estudiante Gonzalo Bravo, convertido en
símbolo de la protesta urbana 21 . Álzate deploró, en texto compungido: "Para decir
nuestro dolor ante la trágica desaparición del compañero se nos amotinan las
palabras. Mejor sería un denso y lento y conmovedor silencio ausente de nuestras
r u t a s t e r r e s t r e s [...] Sobre los hombres jóvenes del país velará su sombra
bienaventurada" 22 . Silvio Villegas, que estaba en la dirección de El Debate, intervino
al lado de Gaitán a favor de los requerimientos populares. En su editorial, escribió
al respecto: "Con firme resolución hemos acompañado a la ciudadanía de la capital
de la República en el sereno y justo movimiento de reivindicación, emprendido con-
tra los procederes de un pequeño grupo que domina la ciudad por medio del fraude
y la violencia"23.

Así, la escogencia del candidato conservador a la Presidencia de la República


transcurría en medio de múltiples acontecimientos que agudizaban la situación.
En julio de 1929 la prensa daba cuenta de sublevaciones obrero-campesinas en
el Líbano, Tolima, en San Vicente de Chucurí y en la línea del ferrocarril de
Puerto Wilches, las cuales son identificadas con el movimiento comunista en el
país. El temor del Gobierno a u n a posible conflagración nacional se acrecentó
cuando se advirtió simultaneidad en los brotes de rebelión. Con titulares a ocho
columnas, El Colombiano agrandaba la expectativa revolucionaria: "La próxima
revolución. En todo el país se prepara el movimiento revolucionario p a r a el
primero de mayo" 24 . A partir de julio se multiplicaron los titulares: "En la ciudad
de Cali fueron descubiertas veinte bombas de dinamita"; "En San Vicente de
Chucurí los bandidos querían asesinar al cura párroco"; "Estallaron movimientos
comunistas en distintos puntos del país"; "En el Líbano los revoltosos hicieron
uso de bombas explosivas que ocasionaron cuatro muertos y doce heridos"; "En
el Líbano los revoltosos cometen robos, incendios, asesinatos"; "Los comunistas
m a r c h a n sobre la población de La Palma"; "Bandoleros disfrazados están
sembrando el terror en Boyacá"; "En Bogotá fue descubierta una bomba de enorme
poder destructivo"; "El Peligro Comunista"; "Los agitadores de la zona bananera
se hallan armados en pie de guerra, con toda clase de elementos militares. Y
además, se lanzaron las c a n d i d a t u r a s presidenciales, primero del Partido
Socialista Revolucionario, y del partido liberal después". 20

En lo sucesivo, los contenidos de los artículos de los colaboradores tomaron un aire


de insatisfacción para con el gobierno conservador. El Presidente, que había sido
figura cercana al universo mental de la juventud conservadora recibió los dardos del
leopardismo y el de sus pares en el resto del país, como veremos más adelante. De
todas maneras, la juventud de derecha, a esta altura de los acontecimientos, tan
expresiva y altiva, guardaba silencio sobre los abusos de poder del gobierno.
7771
En la edición de El Colombiano, 11 de julio de 1929, se lee en la página 1 la siguiente información7 "Jorge Eliécer Gaitán atacará de manera
violenta al gobierno de Abadía Méndez. En una entrevista especial que acaba de conceder a la agencia SIN. el Doctor Jorge Eliécer
Gaitán, nuevo Representante Liberal, anunció que partiría inmediatamente en hidroavión con rumbo a las bananeras, donde estudiará
la actuación del general Cortés Vargas para poder dirigir su ofensiva contra las actuaciones del gobierno cuando el estado de sitio,
y regresará a Bogotá después de iniciar labores el Congreso". Los debates de Gaitán empezaron el 6 de septiembre de 1929.
771
Véase en detalle Medina, Medófilo. La protesta urbana en Colombia en el siglo XX. Bogotá. Ediciones Aurora, 1984. pp. 33-44.
22
El Colombiano, junio 11 de 1929. p. 3.
23
El Debate, junio 7 de 1929. p. 3.
21
El Colombiano, abril 29 de 1927. p. 1.
277
La edición de El Colombiano del 21 de octubre, en primera página, anunció que el Partido Socialista había resuelto lanzar candidato
para el próximo debate presidencial que se escogerla en la convención de diciembre.

El porvenir del pasado 93


Como la selección del candidato conservador se asumía como designación directa del
futuro Presidente de la República, los desencuentros entre conservadores eran
intensos. Eran tan conscientes de que el electorado les pertenecía, que entre ellos,
sólo entre ellos, se debatía la nominación del candidato, de tal modo que vivían
internamente la campaña electoral como si se tratase de bandos antagónicos. Sonaron
con intensidad los nombres de Ignacio Rengifo, José Joaquín Casas, José Antonio
Uribe, José Vicente Concha, Mariano Ospina Pérez, Alfredo Vásquez Cobo y Guillermo
Valencia. La campaña conservadora se polarizará entre los dos últimos. La gente
conservadora de mediana cultura tuvo posibilidades de opinar sobre los candidatos
gracias a que El Colombiano promovió una encuesta con el interrogante: "¿Cuál es
su candidato presidencial?", que permitió preparar el ambiente electoral:

Un lector del periódico escribió:


El próximo presidente de la República debe ser no solo un hombre de prestigio nacional sino
internacional también, como quiera que el mundo exterior tiene puestas sobre nosotros sus
miradas. Debe ser íntegro en toda la extensión del vocablo y a quien no puede irse extrayendo
a la suerte de entre la multitud [...] Presentémosle al mundo civilizado como candidato a
n u e s t r a presidencia de la República a un gran señor como Guillermo Valencia, cuyo solo
nombre es todo un programa político administrativo, y su conducta una bandera, y que es una
inteligencia superior, que sin dormir bajo el frondoso ramaje de sus laureles, es y ha sido una
atalaya en defensa de los intereses de la patria [...] es el exponente más auténtico de Colombia
ante el mundo civilizado. Démonos el lujo de hacerlo nuestro presidente, y ya veremos los
óptimos frutos que él sabrá alcanzar para la República 26 .

Cuando todavía no aparecía la amenaza de una candidatura liberal o socialista, la


sensibilidad leoparda cerró filas con el poeta Guillermo Valencia y le declaró la guerra al
general Vásquez Cobo. En la Cámara de Representantes, Silvio Villegas, que era ya un
flamante representante con amplio poder social, arremetió contra el veterano militar:

Pertenece a la cuadrilla de los caudillos tropicales [...] Al palacio de la carrera no puede ir nadie
que esté manchado de peculado y que aparezca tildado de traición a la patria [...] Vamos a ver
si la República quiere la candidatura de Guillermo Valencia, que significa el decoro de la patria,
que es infinitamente superior a todos los problemas. Valencia es el verdadero hombre de
estado, y frente a él se levanta la figura de Vásquez Cobo, robustecida por la gula y la ignominia 27 .

Antonio José Restrepo declaró en la misma línea de Villegas: "Le tengo miedo, él
tiene dones de mando, pero en exceso. Esa es una candidatura de arrabal, de cachos
y matorrales 28 . Tales declaraciones irían en contradicción con el tratamiento que la
sensibilidad de los Leopardos le había dado al papel jugado por los caudillos en el
continente. Contradicción apenas aparente. Realmente, buscaban un caudillo, pero
que correspondiera a los tiempos que corrían. La inspiración posiblemente venía de
los teóricos militares de la Alemania pre-hitlerista, que hablaban del conductor
moderno. De ahí que en la Página Universitaria, uno de los columnistas señalaba:
"Se hace necesario el conductor pensador, La juventud es la que debe escogerlo, no
hay en Colombia un solo conductor político. [...] El jefe político de hoy se define por
lo que odia a otro copartidario suyo : se hace, pues una política a base de odio y de
desintegración intelectual" 2 ".

277
El Colombiano, abril 5 de 1929, p. 1.
27
Colombia, agosto 16 de 1929. p. 1.
28
Ibid.. agosto 20 de 1929, p. 1.
2
' El Colombiano, abril 30 de 1929. p. 3.

94 El porvenir del pasado


La Página Universitaria del 6 de agosto tuvo un cambio extraordinario. La
edición abrió con artículos de los jóvenes liberales Germán Arciniegas y Alberto
Lleras Camargo. El primero que dirigía la Revista Universidad (en su segunda
época), intervino para paliar la polémica entre las generaciones que convivían en el
país : "Nosotros creemos que los hombres del centenario, los nuevos, y los que ya se
anuncian bajo el signo de las boinas vascas, deben pactar una tregua mientras
pulen y castigan su ideario con la esperanza de presentar y realizar algún día el
programa de una generación" 30 . El segundo intervino en la Página para opinar
sobre las bondades de la candidatura de Guillermo Valencia en desmedro de la de
Vásquez Cobo. Fue la manera que encontró Álzate para empezar a introducir la
Página en los vericuetos de la candente campaña presidencial que se vivía en el
interior del conservatismo. El espaldarazo que recibía Valencia de parte del vocero
de la generación de los Nuevos servía de escudo de protección a los jóvenes que se
morían por anunciar sus preferencias electorales. Empero, al tiempo que el liberal
Lleras encontraba positivo el nombre de Valencia ("la actividad literaria de Valencia
ha abarcado aspectos íntimos de la vida republicana, y ha estado conectada en todo
instante con el pulso de nuestra democracia"), denostaba del contrincante: ("la de
Vásquez, es para mí el peligro de una burocracia de militares retirados, con todos
los vicios de los que estuvieron alguna vez de soldados. Es decir: el criterio de violencia,
de pillaje y de irrespeto por toda institución civil no nacida de la fuerza, que es el
criterio de los soldados americanos") 31 .

Pero no sólo se trataba de una estrategia política de Álzate. Ya había anunciado


desde sus primeras ediciones, que la Página sería tolerante. Lo es con sus pares
derechistas de la región cundi-boyacense que, como Rafael Azula Barrera, logran
expresarse en el medio antioqueño, y también con los pares del Partido Liberal, lo
que según afirmaba Álzate no restaba cohesión a su órgano: "Los grupos que integran
una generación", escribía a propósito de Keyserling, "tienen siempre modalidades
afines puesto que pertenecen como complementarias expresiones parciales a una
unidad superior"32.

La Página Universitaria continuó abriéndose a un diálogo mayor con las demás


expresiones de pensamiento. La edición del 27 de agosto fue dedicada íntegramente a
la publicación del Programa de la Federación de Estudiantes de Colombia cuyo comité
estudiantil lo conformaban Carlos Lleras Restrepo, Diego Luis Córdoba y José
Francisco Socarras. Se trataba del programa aprobado en el anterior Congreso de
estudiantes de la ciudad de Ibagué, donde Álzate había tenido una destacada presencia
como contradictor principal del dominante discurso liberal-socialista universitario.
Después, en varias ediciones, fueron publicados los Estatutos de la Federación
estudiantil y el decreto de la Federación por el cual se nombraba a Álzate y a Adán
Arriaga principales en la seccional de Caldas.

En octubre, Armando Solano y Enrique Caballero Escobar escribieron en la Página.


el primero sobre "El Deber de la Nueva Generación Colombiana", y elsegundo sobre
"Los Leopardos". En noviembre aparecieron dos densos artículos de Alvaro Caicedo
Martínez sobre el materialismo histórico, que elevaron el nivel de las discusiones
ideológicas. Con los textos de Caicedo se daba respuesta a los problemas que sobre el
materialismo estaban planteados en la Página. La edición del 12 de noviembre fue
'•"Ibid., agosto 6 de 1929, p, 3.
17
Ibid.
'•' Ibid.. mayo 28 de 1929. p. 3.

El porvenir del pasado 95


dedicada prácticamente a este problema. Caicedo discurría por todas las teorías
sociales agrupadas en la sociología hasta llegar a los descubrimientos de Carlos
Marx. Explicó a los jóvenes conservadores y lectores del órgano estudiantil los
contenidos del marxismo. Escribió:

El mérito del materialismo histórico consiste en haber puesto de presente la infraestructura


económica de la sociedad. La estructura económica yace en el fondo de todo fenómeno social y
determina las superestructuras. La determinación se verifica más o menos directamente y de
aquí que el motivo económico aparezca en unos casos de manera clara, asumiendo poder de
causa con relación a los demás.

El autor terminaba así su disertación:

Entre los valores de la civilización el económico juega el papel principal. ¿No depende de la
economía todo cuando se refiere al progreso técnico aplicado a la producción industrial? ¿La
riqueza, el bienestar de los pueblos, no están condicionados por el factor económico? Sólo por la
economía es explicable nuestra época y sólo a través de ella podremos comprender las anteriores 33 .

El 22 de agosto El Colombiano abrió edición con un titular a ocho columnas: "El


primado recomienda la candidatura del general Vásquez Cobo" El célebre Arzobispo
de Bogotá, Ismael Perdomo, justificaba su recomendación en el infundio de que tal
candidatura estaba apoyada "por el ochenta por ciento de la opinión sana del país" 34 .
Este hecho es famoso en la historia política de Colombia no sólo por lo trascendental,
sino también por el carácter divertido que la memoria ha transmitido de generación
en generación. Lo cierto es que fue la misma clase política conservadora, junto al
ejecutivo, la que concertó para que fuera "un arbitro de autoridad insospechable, que
no podía ser otro distinto del señor Arzobispo Primado, Monseñor Perdomo"35, quien
dirimiera el asunto. Perdomo, al parecer, no tenía reparo para con ninguno de los
candidatos: "Son en mi concepto católicos y, por tanto, la autoridad eclesiástica acatará
la designación del candidato que los honorables senadores y representantes hicieren
para regir los destinos de la Nación"36, escribió en una primera requisitoria de los
congresistas conservadores el 28 de julio de 1929. Ante una segunda requisitoria
para que señalara uno entre ellos, el siervo de Dios indicó el de Vásquez Cobo. El
primer sorprendido fue el Presidente de la República, poco afecto al elegido. A pedido
suyo, una comisión visitó al Arzobispo para disuadirlo de la decisión: "Postrado de
rodillas ante Jesús Sacramentado le pedí llorando que me diera inclusive la muerte
antes que permitirme dictar un fallo contrario a los intereses de Colombia. No estoy
dispuesto a modificar delante de los hombres las convicciones que he formado delante
de Dios"37, fue su respuesta a los comisionados presidenciales. Sin embargo, no terminó
allí el drama político.

Tal acontecimiento, trascendental por demás, se reflejó en la marcha de la Página


Universitaria: "No es posible sustraerla totalmente a la acción política"38, escribió
Álzate. En artículo suyo, que tituló "Bicromías", encontró una salida de amplitud:
"Si bien en Guillermo Valencia se resumen nuestros anhelos de una patria más
próspera, ofrecemos estas columnas con gesto hidalgo a quienes quieran exaltar a
Vásquez Cobo, para no traicionar nuestra actitud de generosa tolerancia" 39 . Fidel
Rodríguez, uno de los más asiduos colaboradores de la Página, no había podido
reprimir sus impulsos y, sin desparpajo, sentenció que sí el Partido Conservador
7:7
Ibid., noviembre 12 de 1922, p. 6.
77
Ibid., agosto 22 de 1929, p. 1.
:!í
Véase en detalle Orduz, Julio César. Monseñor Ismael Perdomo y su tiempo. Bogotá. Canal Ramírez-Antares, 1984, pp, 158-159.
"Ihid..\i. 157.
,7
/i)id..pp. 165-166,
77H
El Colombiano, septiembre 2 de 1929, p. 3.
19
Ibid.

96 El porvenir del pasado


aceptaba la candidatura de Vásquez como la oficial, se trataría de "una demostración
perentoria de que el conservatismo no tiene razón de existir como fuerza moral"40. El
prolijo ideólogo señalaba además que "no solamente se desquiciarían los basamentos
espirituales de un partido con la exaltación de este personaje amoral y barroco, sino
que también la República flaquearía bajo el vértigo fatal de las horas postreras" 41 .

Las dos parcialidades promovieron por igual sus dos candidaturas, legitimadas ambas
por la casi igualdad de votos conservadores en el Congreso. Un voto de más había
conseguido el nombre de Valencia: 55 contra 54. Ismael Perdomo, el siervo de Dios,
entró en crisis y escribió una amplia carta al Presidente de la República para explicarle,
paso a paso, los pormenores de su decisión e, incluso, proponerle la fórmula de una
tercería que si bien no fue aceptada por Valencia, obtuvo respuesta positiva en Vásquez.
El Gobierno, entonces, apeló a la Santa Sede, que escuchó las aclaraciones de un
peligroso triunfo liberal que afectaría los intereses de la Iglesia Católica y se enteró
de los detalles de la coyuntura colombiana. El 23 de enero de 1930, los curas de todo
el país recibieron una circular que decía:

En vista del peligro que amenaza, las instituciones cristianas que nos rigen, por división de los
que las sostienen y por el ardor extraordinario con que el liberalismo se prepara a la lucha
eleccionaria, hemos determinado tomar una resolución definitiva, para que se unan todas las
fuerzas disponibles, resolución que está de acuerdo con la carta "Generálibus" y con el Decreto
656 del Concilio Plenario de la América Latina, pues el bien de la Iglesia y la Patria están por
encima de las consideraciones personales que nos obligan a grandes sacrificios que el mundo
no comprende pero que Dios recibe y premia. En tal virtud, juzgando que actualmente es el
único medio y por t a n t o obligatorio p a r a los católicos, declaramos que debe apoyarse, la
candidatura del Dr. Guillermo Valencia y sufragar por él, prescindiendo de simpatías personales
por j u s t a s y merecidas que sean, venciendo repugnancias y olvidando agravios. Hay que
advertir, pues, a los fieles que todas las que sean sus opiniones políticas, deben dar su voto en
el sentido indicado, para oponerse al triunfo del liberalismo, el cual traerá, tarde o temprano,
las consecuencias que registra la historia del país. Léase la presente circular a los fieles. Ismael,
Arzobispo de Bogotá' 2 .

La crisis conservadora era apenas la resonancia de otra mayor, la social, que


abrumaba a los colombianos por los efectos directos de la gran depresión económica.
Los análisis de la literatura política de entonces arrojan sobre el ilustre "Monseñor
Perdimos", como pasaron a decirle, la culpabilidad de la debacle que se avecinaba
para el conservatismo. El estrépito y la trascendencia de las prédicas que confluían
en el espíritu del pensamiento leopardo han debido cobrar también en la derrota. A
finales del gobierno de Abadía Méndez, Silvio Villegas y José Camacho Carreño eran
representantes a la Cámara y desde allí fustigaron al gobernante. Camacho dijo, en
una de sus sonadas intervenciones, que los intereses de la patria se encontraban
ultrajados y que la reputación del Presidente había caído en indelicadezas humanas.
"Es indudable que el régimen vacila por la insinceridad y la traición de quienes creía
sus amigos. Colombia se muere por falta de gobierno, y este no tiene franqueza,
preocupado de pequeneces, habiendo cosas gravísimas para la soberanía mutilada.
El régimen del doctor Abadía perece, porque no merece la confianza del pueblo" 43 .
Las intervenciones de los Leopardos llamaron la atención de un observador político,
que anotó en la Página :

:
" Ibid.
7
Ibid.
72
Citado por Orduz, Julio César. Monseñor Ismael Perdomo.... p. 172
77
El Colombiano, octubre 25 de 1929, p. 1.

El porvenir del pasado 97


Sólo a Camacho, a Villegas y a Arango, hemos oído en dos recientes estrépitos políticos. Porque
los Leopardos, de cuya sinceridad política nos permitimos dudar, son pregones de la explosión,
príncipes del escándalo. No están hechos para trabajar en silencio. Dejamos para luego las
figuras de los leopardos liberales: Allí Turbay, Gaitán, Lleras Camargo, Castro. Los leopardos
liberales o conservadores han traído una ola de acción benéfica, un aire de frescura elegante
que ha devuelto al parlamento gris y municipal de ayer el prestigio perdido 44 .

Los "ayes" por la situación que se vivía correspondían j u s t a m e n t e a voces


conservadoras: "hora incierta", "horas opacas", "hora henchida de crudo materialismo",
"la catástrofe que se avecina", "momentos críticos que vive la Nación".

En su edición del 17 de septiembre, la Página publicó un documento de adhesión de


los estudiantes universitarios conservadores a la candidatura de Valencia. "Ninguno
como él conoce tan plenamente la realidad colombiana. Su postulación señala el
advenimiento de tiempos más prósperos, ya que en ese nombre ilustrísimo se concretan
todas las aspiraciones colectivas"15, se lee. La amplísima lista de nombres estaba
encabezada por Juan Zuleta Ferrer y Gilberto Álzate Avendaño.

La Página registró el maremágnum de problemas por el que atravesaba el Gobierno


y, con este, el país. Marco Naranjo López abrió la edición del 29 de octubre con un
interesante artículo: "Renovación de los partidos políticos". A propósito de los clamores,
de creación de un nuevo partido, venidos de gentes caldenses, el ideólogo aprovechó
la oportunidad para disertar al respecto. Opinó que el país necesitaba de nuevas
corrientes políticas, que lo necesario eran nuevos partidos exclusivamente políticos.
El autor implicaba en su texto lo que estaba aconteciendo con la intromisión del clero
en los problemas de la política nacional. Anotaba:
Esta condición político-religiosa de los partidos políticos ha sido causa, por ejemplo de que los
jefes conservadores y su cauda de políticos de segunda, de tercera o de otra categoría, no hayan
tomado sistemáticamente por norma de conducta el ganar el prestigio ante las masas estudiando
los problemas públicos, educándolas para la vida cívica y para el trabajo, organizando toda clase
de instituciones que dilaten el bienestar económico entre las diversas clases de la sociedad. El
político conservador ha venido explotando con terquedad digna de mejores causas la ingenuidad
religiosa de las muchedumbres campesinas. Mientras los liberales y conservadores se han
disputado la hegemonía, fomentando en todo sentido el fanatismo político y el caudillaje, los
grandes problemas nacionales continuaron sin solución, poniendo en peligro la soberanía
nacional a nombre de la cual mantienen en la miseria, en el abandono y en la ignorancia a las
masas trabajadoras 46 .

El ideólogo llamaba a quitar de la propaganda política la escarapela religiosa, lo que


redundaría en beneficio de todas las partes: "Se va acercado ya la época en que para
disfrutar del favor popular es preciso ganar el prestigio en el trabajo constante y
efectivo en beneficio del progreso económico y cultural de la Patria" 4 '.

Hacia noviembre, un colaborador de la Página, registró la coincidencia de presentarse


simultáneamente en el continente dos candidaturas cubiertas de símbolos: ]a de
Vasconcelos en México y la de Valencia en Colombia. Cada una a su manera condensaba
el espíritu de la juventud latinoamericana. A diferencia de los Leopardos, que no
reconocían al primero, la sensibilidad alzatista se distanciaba de tan severos críticos
y prefería mejor, en el caso de ambos, de hablar de gentes de mente lustra y conducta
44
Véase la columna de Enrique Caballero Escobar, en la edición de El Colombiano de octubre 3 de 1929. p. 3.
47
Ibid.. septiembre 17 de 1929, p. 3.
4,7
Ibid.. octubre 29 de 1929, p. 3.
77
Ibid.

98 El porvenir del pasado


ejemplar y declarar que se trataba de un "[...] estado de mentalidad colectiva que
hasta hoy estuvo ausente en la vida de América" 48 .

La Página abogó también por una universidad social que, sin abandonar la cultura
clásica, se convirtiera en un laboratorio permanente de ideas. Rechazó el carácter de
museo que pudiera tener la universidad colombiana: "El concepto de universidad-
museo que es el actual concepto colombiano debe ser destruido por el concepto
universidad-laboratorio" 49 . Y ponía como ejemplo los institutos de Alemania, Estados
Unidos y Argentina, que desempeñaban una labor de interrelación, de comunicación
entre la universidad y la sociedad. En su justificación de un nuevo tipo de universidad
se acudía a Gabriel de Tarde y a Durkheim.

La Página quedó en punta; se diluyó en los avatares de la campaña electoral que


apretaba. Quienes esperaban los martes para deleitarse con sus análisis se
sorprendieron con la edición del 17 de diciembre, que traía una serie de telegramas
de adhesión a la candidatura de Vásquez Cobo, cosa extraña si consideramos que se
trataba de la Página de Álzate. Al día siguiente, en primera página, El Colombiano
aclaró: "Por una inadvertencia en la armada del número de ayer apareció una que
realmente tenía carácter bien distinto" 50 .

Así terminó la Página Universitaria, que circuló de abril a diciembre de 1929.


En 1930 el periódico cambió su presentación. Ese año la tercera página se convirtió
en la editorial. Al finalizar 1929, el abanico de las candidaturas estaba consolidado.
Dos de ellos, conservadores irreconciliables, se presentaron al escrutinio electoral:
Valencia y Vásquez. "Aspiro a ser, con el favor divino, gobernante católico, probo,
ordenado, progresista, firme y justo", dijo Valencia en uno de sus discursos. Esta
frase se convirtió en la divisa de su candidatura .

' Ibid.. noviembre 19 de 1929. p. 3,


' Ibid.
Ibid. diciembre 1 S de 1929. p. 1.

El porvenir del pasado 99


La movilización electoral
y el fin de la Reí i
Conservadora.
IV

Así, desde 1928 Colombia vivía en un agitado y conflictivo ambiente social y


electoral. El año 1929 fue de elecciones. El 12 de mayo tuvieron lugar los comicios
para renovar la Cámara de Representantes y el 6 de octubre los ciudadanos
colombianos fueron citados para cambiar la composición de los concejos municipales.
Ambas contiendas eran parte constitutiva de una mayor, la presidencial, que tendría
lugar el 9 de febrero de 1930.

Las elecciones parlamentarias del 12 de mayo de 1929.


Estas elecciones fueron importantes para nuestro análisis por cuanto llevaron al
Congreso de la República a los leopardos Silvio Villegas y José Camacho Carreño. El
primero llegó en representación de Caldas. El segundo acababa de regresar del
extranjero, tal como lo registró la prensa: "Después de haber permanecido en Europa
dos años largos y de haber ilustrado con su presencia la Asamblea de Bucaramanga,
llega hoy de retorno a Bogotá José Camacho Carreño, noble expositor de la doctrina
conservadora y hermano intelectual nuestro" 1 .
Esta jornada electoral llevó también a la Cámara de Representantes a Jorge Eliécer
Gaitán y reeligió a Gabriel Turbay, leopardos liberales, como alguien los denominó. De
estos dos sectores de la opinión política nacional saldrán voces enardecidas que
contribuirán a la caída del régimen conservador. Elíseo Arango, además, aspiraba a
repetir Cámara. Los tres leopardos fueron ayudados por la prensa conservadora. Augusto
Ramírez Moreno dedicó editoriales y columnas en El Debate a destacar la figura de
Arango, y, a través de ello, a apuntalar las tesis que distinguían el leopardismo:

EJ Debate, mayo 3 de 1929, p. 3.


Arango es uno de los remos más seguros en la política conservadora de nuestros días [...]
Pacientemente nosotros hemos construido al lado suyo todas nuestras ideas fundamentales.
Él adivinó los teoremas ciertos de la teoría nacionalista que nosotros predicamos, con Mauricio
Barres, él nos dijo que de todas las fórmulas saludables para el género humano, la única
completa, la más sólida y la más extendida era la nacionalidad [...] el nacionalismo no es
únicamente una inclinación del sentimiento, sino una obligación racional y matemática. Entre
colombianos miembros de un estado invadido por diversas familias espirituales, y amenazado
por un regionalismo insurgente, todos los temas políticos discutidos, todos los problemas
suscitados, deben ser resueltos en torno de un común elemento nacional. Cuando las izquierdas
revolucionarias desataron contra la república tradicionalista sus cóleras en tumulto, Elíseo
Arango se erigió en el parlamento como el signo de la victoria. Su discurso en defensa del
proyecto sobre orden público es uno de los más bellos momentos de la elocuencia colombiana.
Su palabra eléctrica daba todos los brillos cambiantes de las lámparas mágicas: parecía una
catedral gótica ilustrada entre los vitrales por la gracia múltiple de los símbolos. Cada uno de
sus pensamientos se convertía en belleza pura 2 .

En los últimos días de la campaña un editorial de El Debate, titulado "La reforma


social", iluminó el horizonte electoral conservador: "En el año de 1928 el partido
conservador se presentó a las cámaras con un proyecto de defensa social; en el de
1929 debe presentarse con un programa de reforma social"3. El editorialista, que no
era esta vez, por su estilo, Silvio Villegas, argumentaba: "Es un criterio demasiado
simplista creer que los ejércitos numerosos o las leyes de represión bastan por sí
solos para construir el orden público"4. Así, tratando de sacar al conservatismo del
empantanamiento en que se encontraba, proponía extender la doctrina de su partido
hacia las aspiraciones obreras: "Es necesario crear el seguro obligatorio, proteger los
derechos del colono, elevar el standard de vida de los obreros, sostener los salarios
elevados, imponer todas las leyes sociales que sin quebrantar nuestra tradición
doctrinaria, restablezcan en las clases laboriosas la confianza más plena en nuestra
colectividad" 5 . De esta manera, el catolicismo social a que apelaba este sector de la
opinión conservadora nacional se llenaba de contenidos concretos. El editorialista
sostenía que la economía industrial podría convertirse "en el auxilio más efectivo de
las clases trabajadoras abaratando la producción, injertando a los obreros en las
empresas, por medio de la organización y racionalización del trabajo" 6 . Este avance
era la comprobación del efecto que finalmente ejercía sobre el espectro leopardo el
proceloso proceso histórico que se vivía en Colombia: "Nuestro deber moral y político
nos impulsa a ir hacia el pueblo sin orgullos intelectuales, incorporando las masas
rebeldes al pensamiento y a la acción política de nuestro partido"7. Para el editorialista,
el Conservador no era un partido capitalista, por tanto, podía, con la ideología del
catolicismo social, servir de síntesis: "Contra la filosofía revolucionaria, la Iglesia ha
definido los deberes del hombre, señalando al propio tiempo el Evangelio como el
mejor programa de reformas sociales para las turbaciones de nuestros días" 8 . Al
tiempo que proponía que sacerdotes y laicos emprendieran la obra de sindicalizar a
los obreros católicos sostenía que el capitalismo y el socialismo:

[...] no eran otra cosa que dos tiranías rivales, la una que tiene el poder y la otra que trata de
adquirirlo, reposando ambos sobre el abuso: el primero sobre el abuso de la propiedad privada,
el segundo sobre el de la propiedad colectiva [...] Sólo el catolicismo suministra a la sociedad su
verdadera fórmula organizadora. Situado a igual distancia de ambos, el catolicismo social es el
único camino para la reforma intelectual y moral de nuestro tiempo 9 .

1
Ibid.. abnl 20 de 1929, p. 3.
Ibid., mavo 6 de 1929, p. 3,
4
Ibid.
7
Ibid.
" Ibid.
7
Ibid.
- Ibid.
" Ibid.

102 El porvenir del pasado


Un cierto populismo conservador se vislumbra por fin. Las tesis fueron recogidas de
inmediato por el leopardo Ramírez Moreno, quien complementó la reforma social
proponiendo el levantamiento de la carta agrícola del país y exigió del Gobierno una
voluntad soberana en el problema del petróleo nacional 10 . La campaña electoral les
permitió a los Leopardos formular sus propuestas de manera mucho más comprensible.
La agitación social y la presencia de los obreros en las calles fueron los estimulantes
que provocaron la propuesta de reforma social. El Debate editorializó inmediatamente
después de las elecciones:

Nuestro nacionalismo es la afirmación de las fuerzas económicas y políticas de la patria. No


queremos hacer de la república un tétrico palacio sobre el cual gravita la consideración de la
muerte, sino un activo laboratorio de la vida. Es Estado intervencionista, defendiendo al
débil contra los abusos del fuerte, la patria segura de su destino, vertebrada con vías de
comunicación que permitan el desarrollo de su riqueza, erguida en su tradición y en su poder
contra las corrientes imperialistas que amenazan su destino. Pueblos engreídos en la miseria
son fácilmente sojuzgados 11 .

Los resultados de estas elecciones eran cruciales por cuanto el candidato conservador
a la Presidencia de la República sería escogido por el Congreso.

Las elecciones para concejos municipales


y la exaltación del adversario como ene migo.
La hora tiene solemnidad histórica. La sombra
fatídica del enemigo se c i e r n e sobre la
colectividad conservadora. Si la inercia, si la
abulia, si la pereza se apodera de nosotros en
el d e b a t e que se avecina, seremos
e s t r u e n d o s a m e n t e derruidos p o r la sierpe
proditoria de ¡as avanzadas izquierdistas y será
de n u e v o e n t r o n i z a d o en ¡os dominios
municipales el poder ominoso de ¡as huestes
formadas por retazos incoherentes de ideas
liberales, masónicas y socialistas. 12

Álzate intervino intensamente en todas las campañas electorales de 1929. En su


transcurso estuvo metido en la elaboración de la Página Universitaria de El
Colombiano, donde se autopublicó, en toda su extensión, un célebre discurso ante
los candidatos conservadores al Concejo de Medellín, un día antes de las elecciones.
Podríamos decir que se trata del primer discurso de campaña electoral que conocemos
de nuestro personaje y por eso lo transcribimos totalmente:

Aunque siempre he abominado de las prácticas retóricas, no puedo menos de iniciar este
discurso conforme a la distribución clásica. Apelo a un exordio cauteloso para decir cómo me
atemoriza suceder en esta tribuna a un eximio orador, de cuyos labios fluyen los conceptos,
sucesivos, como un desfile de ménades, ebrias en la rítmica plenitud de la danza.

71
Ibid.
' Ibid.. mayo 21 de 1929, p. 3.
72
Véase "Ante el peligro", editorial de La Defensa, octubre 4 de 1929, p. 3.

El porvenir del pasado 103


Gonzalo Restrepo Jaramillo mantiene todos los prestigios de la oratoria. Al igual que en ciertas
estampas antiguas, donde las figuras se integran en el paisaje prestigioso que las circunda,
siempre se le debe imaginar en el acto de volcar evidencias sobre la muchedumbre, surcada por
hondos ríos de estremecimientos. Su voz edifica arquitecturas de una prodigia armonía, que
triunfa con gloria en los accidentes innumerables de la piedra. Ninguna más eficaz en las
actuales circunstancias políticas, cuando urge resucitar nuestras victorias difuntas.
No es posible obedecer el mandato del poeta beodo, torciendo el cuello a la elocuencia. Merced
a ella las actividades colectivas, profundamente aletargadas, se reaniman, se multiplican, se
pueblan de acontecimientos. Ya expresó, el ensayista, en una metáfora benemérita, que era la
palabra un poco de aire estremecido que desde la madrugada confusa del Génesis tiene poder
de creación.
Egregio don necesítase para hacer vibrar el auditorio en el alterno ritmo de las palabras y de los
silencios. Por eso nosotros venimos de los claustros a decir sólo nuestra verdad, aspirando a
que en el pueblo, perpetuamente joven, encuentren estas voces resonancias afines.
N u e s t r a adolescencia es u n episodio que a n h e l a m o s vivir p l e n a m e n t e . El e n t u s i a s m o
beligerante, prólogo de la acción, nos predispone a intervenir en todo, conforme al ideal socrático
de la vida.
E s t u d i a n d o en p r o l o n g a d o s i n s o m n i o s , c u a n d o l a s t e o r í a s p o l í t i c a s se a g l o m e r a b a n
confusamente en los libros, los escritores tradicionalistas iluminaron n u e s t r a inteligencia
como un denso racimo de antorchas. Las certidumbres adquiridas entonces estamos en el
deber de transmitirlas, ahora que la patria se angustia ante un porvenir invadido de sombras.
Es preciso precavernos de funestos destinos. Las agrupaciones colectivistas conducen hoy el
mundo por itinerarios trágicos. El mesianismo eslavo, que significa el opaco crepúsculo de una
cultura, se prolonga con urgencias imprevistas por todos los confines, produciendo en las
clases laboriosas y humildes una fatal embriaguez de odios. Algunos hombres buenos pero
candidos se uncen a la belleza abstracta de unos móviles que no tendrán realidad, mientras los
corifeos íntimamente aspiran a hacer del poder público una feria de apetitos, para lo cual la
oratoria demagógica desvía el criterio de las turbas ignaras. Ya se presienten en el país sucesos
violentos como una aglomeración de alaridos. Las torvas furias sociales son excitadas por seres
que, como el personaje enigmático de Alexis Tolstoi, sin vínculos con el ayer, con el hoy, con el
mañana, hacen constar sólo su perenne turbación anímica.
Súbitos t a u m a t u r g o s p u e b l a n los ámbitos de ofrecimientos totales, de m e n t i r a s líricas,
pretendiendo suspender de palabras livianas la grave tarea de reconstruir las instituciones
que buscan demoler violentamente, en el olvido de que el progreso es un orden en movimiento
conforme al concepto clásico.
Por fortuna fracasan siempre con sus programas aventureros, porque los vocablos efímeros ya
no resuenan gratos en el oído de los hombres que anhelan mejor que generosidades acústicas,
realidades mudas. Pero es necesario restaurar la verdad política, para que no se siga atrayendo
con promesas sonoras el electorado arisco. En la estructura de todos nuestros partidos de la
izquierda se advierten inequívocas a r i s t a s románticas. El romanticismo es un exceso de
imaginación. Hay que defender nuestras instituciones frente al caos. En el orden internacional
esto significa la defensa de la tradición latina contra los bárbaros. Porque nos acecha, ávido u
oblicuo, el imperio del continente sombrío cuyo pasmo místico conmueve la rapsodia de Tagore.
El nuevo mandato de nuestro partido es la superación constante de los esfuerzos realizados.
Para mantener su predominio, que se identifica con la realidad política, económica y moral de
la patria, debemos todos levantar en cada sitio una tribuna y si fuere preciso una barricada.
N u e s t r a colectividad ha de perseverar erguida sobre un vértice de grandezas, con vocación
renovada hacia los grandes hechos, a la inversa de ciertos partidos caducos y aptos sólo para
apacentar esperanzas.
Hemos afirmado nuestros preceptos políticos y económicos con oportunas reformas sociales.
Los grupos menos favorecidos de la sociedad viven en un orden de realidades inexorables
desde la entronización del salario. El partido conservador, que comprende de las necesidades y
las angustias proletarias, ha esclarecido su acción cumpliendo graves obligaciones para con las

104 El porvenir del pasado


clases desvalidas, exaltando los méritos silenciosos del artesano y del labriego. No ciertamente
realiza sus propósitos íntegros, porque la política en el gobierno es la ciencia de las probabilidades.
Este mismo pueblo, cuyas fatigas el conservatismo ha recompensado, debe armar las instituciones
actuales, oponiéndose a la prosperidad de los motines socialistas. Magníficamente probo,
Georges Valois. de regreso de todas las quimeras, escribía que el socialismo, la anarquía, serían
errores mortales para la humanidad. Contra estas fuerzas disolventes los conservadores hemos
de m a n t e n e r intacto nuestro patrimonio político. No se repite en nosotros el destino de
aquellos herederos indolentes que disuelven sus fortunas sin tregua, preocupados solo en
asistir a banquetes poblados de mujeres amables, que tras la fatiga del vino dejan caer la
gravedad de sus dulces cuerpos desfallecientes sobre las coronas de la víspera.
Los que no vivimos los días heroicos de las guerras civiles, apenas sí podemos imaginar sobre
cuánto anónimo sacrificio se erigió la república conservadora. Una adolescencia turbulenta con
fe en la eficacia de morir, iba a sumarse a la carne numerosa de holocausto que se maduraba en
los campamentos. Los pocos que regresaban de la bélica emergencia, con sol y cansancio de todos
los climas, decían patéticamente el dolor de una oscura supresión de hombres, en cuyos rostros
inmóviles perseveraba una postuma exigencia de misericordia. Sobre aquellos tiempos podrían
escribirse bellos poemas apologéticos. Las contiendas interiores que nos dieron el triunfo
constituyen para la patria su segunda epopeya emancipadora. Ante las tumbas de aquellos
muertos sin nombre deberíamos hacer una plegaria unánime, densa de emoción. Sus sombras
ausentes, pueblan nuestro pasado.
No bajo los altos pinos mudos del cementerio, sino en ignorados sitios, reposan sobre la tierra
fiel. Ellos se reaniman dentro de nosotros. El conservatismo es hoy un grave león cautivo
que siente la nostalgia de las arenas.
Inundemos m a ñ a n a la ciudad pacífica de entusiasmos, caudalosos como un río que saliera de
madre. Hemos de obtener mayoría, no sólo practicando el precepto del r e s t a u r a d o r galo,
agresivo y lúcido, que nos exige hacer política siempre, sino para salvaguardia de esta tierra
dadivosa. Sobre la cual se instala el hogar colmado de lentas reminiscencias patriarcales.
Porque hay que a m a r la tierra egoístamente como una prolongación de nosotros, con la
antigua unción mística con que Eneas, en el canto III de la epopeya saluda desde el mar
sinfónico las colinas oscuras y bajas perfiladas en el horizonte.
Es preciso ser fieles a un pasado de esfuerzos. El ambiente es ahora heroico cual si hubiese
un tácito revuelo de b a n d e r a s . Así en el verso ilustre del poeta, iremos m a ñ a n a t r a s la
victoria, coronados de luz, únicamente, como las torres" 11 .

Se advierte en el discurso el tono de prevención y temor que acompañaba todas las


actividades de la generación conservadora de Álzate. Allí confluyen sus lecturas propias
y las que compartía con sus superiores inmediatos: Barres está presente y junto a él
el sermón doctrinario de la prevención y el temor trabajado ya por los Leopardos: la
defensa de la tradición latina contra los bárbaros. La pieza oratoria de Álzate es tan
sólo una muestra del discurso con el que concurría el conservatismo a las tres elecciones
de 1929. Parodiando a Clausewitz, diríamos que para nuestro caso no es la guerra la
continuación de la política por otros medios, como la definió el teórico militar alemán
—definición desarrollada y demostrada más adelante por Lenin cuando construía su
teoría del imperialismo—, sino que, entre nosotros, la política fue la continuación de
la guerra por otros medios. Las elecciones se desarrollaron en un lenguaje que
comprueba lo que aquí venimos sosteniendo: el traslado del vocabulario de la
confrontación bélica a la política. Para entonces en Colombia la naturaleza de lo
político estaba constituida por la dialéctica amigo-enemigo. En la elaboración de esa
estrategia, el modelo de hacer la política en la Europa de entreguerras fue calcado.
Podría decirse también que era así como se estaba haciendo la política a nivel uni-
versal. En Colombia, los Leopardos, y Álzate junto a ellos, contribuyeron a afianzar

El Colombiano, octubre 8 de 1929. p, 3,

El porvenir del pasado 105


este esquema. El conservatismo y la Iglesia movilizaron todos sus efectivos.
Conferencia de connotados ideólogos fue uno de los mecanismos a los que se recurrió
asiduamente. Sus contenidos se convertían de inmediato en editoriales de El De-
bate, de El Colombiano o de La Defensa, entre otros.

En todos los lugares la estrategia conservadora de hacer vivir la campaña electoral


como contienda militar haciendo uso de su vocabulario y de la metáfora de la guerra
fue general, pero en Medellín tuvo lugar su mayor expresión, quizás por tratarse de
las últimas elecciones antes de las presidenciales, ya que de sus resultados dependería
el destino de las dos candidaturas enjuego. El diario La Defensa consagró la totalidad
de sus páginas al debate eleccionario de la ciudad. Utilizó la primera para insertar
día a día un sumario del siguiente tenor:
Dentro de 48 horas habremos librado una batalla decisiva para el conservatismo. El enemigo
está listo a u s a r todas las a r m a s : fraude, gritos, a m e n a z a s , y quien sabe c u á n t a s más.
Aprestémonos a disputarles palmo a palmo, voto a voto la victoria, si no queremos que al
amparo del tesoro municipal, la masonería vuelva a enseñorearse de esta ciudad católica. Hay
un dilema: 0 trabajar todos ocho horas el domingo o el azote de una administración liberal por
quién sabe cuántos años 14 .

Veamos en varios documentos el léxico que se esgrime. Obsérvese la carga de las


palabras colocadas en negrilla por el autor. En un llamamiento: "Cada voto puede
ser decisivo en el día de mañana. Todas las fuerzas liberales-socialistas están coaligadas
para apoderarse del municipio de Medellín. ¡¡Alerta!!"15.

En una convocatoria:

Obreros Conservadores Católicos.


P a r a el domingo e s t a m o s a l i s t a d o s con el enemigo p a r a d a r una b a t a l l a decisiva, y de
los esfuerzos de ese día depende la libertad de la patria y la seguridad de los intereses del
distrito de Medellín. Obreros conservadores: Religión y P a t r i a exigen que vayamos a los
c a m p o s en su defensa: el domingo nos l a n z a r e m o s a l a s u r n a s , a la l u c h a en coraje
de b r a v u r a a t r i u n f a r a costa de todo sacrificio. No es posible que en p r e s e n c i a del
adversario p a r a derrotarnos, permanezcamos indiferentes, hay que llevar la satisfacción
de haber cumplido los deberes más sagrados del hombre como es el de salvar la patria. / Así
es que todo el que sienta latir en su pecho una sola pulsación de Religión y de la P a t r i a
e s t a r á con n o s o t r o s . En nombre de la l i b e r t a d a m e n a z a d a : en nombre de la Religión
y de la patria insultada: en defensa de los intereses del municipio de Medellín, yo convido
a todos los conservadores p a r a que vengan a militar a n u e s t r o campamento. / Recuerden
que al finalizar el periodo liberal, estos iban a arrojar a los Hermanos Cristianos de los salones
de la Plaza de Flores, educadores de la juventud católica y dio la suerte que el cuatro de octubre
de 1925 triunfó el p a r t i d o conservador. / El domingo a las cuatro de la t a r d e s e r e m o s
vencedores si Dios lo quiere. A d e l a n t e primero la religión y la p a t r i a . Medellín, Marco
Tulio Vanegas, Capitán, octubre 3 de 192916.

Por entonces no sólo se desconocía al adversario, sino que se le podía acusar con
razón o sin ella! lo importante era darle sentido al discurso de la confrontación.
Terminaba de la siguiente manera el editorial con el que empezamos este parágrafo:
El partido conservador representa la pureza en la administración de los fondos públicos y el
partido libera! la dispersión de ellos para premiar los fraudes indelicados y escandalosos: nuestro
74
La Defensa, octubre 4 de 1929, p.l
77
Ibid. octubre 5 de 1929. p. 4.
" Ibid.

106 El porvenir de! pasado


partido representa el progreso armónico de la ciudad de Medellín y de las fracciones y el partido
enemigo la despreocupación completa de las necesidades y la dedicación de los fondos a
industrializar los debates eleccionarios. Escojamos17.

Y hubo avisos curiosos como este: "No salga al campo mañana. El trabajo en las
mesas de todos y cada uno de los conservadores, es necesario mañana!! Puede pesarle
por mucho tiempo su desidia"18. O como este otro : "Mañana o Nunca. Ocho horas de
trabajo o quien sabe cuántos años de dominación comunista!!" 19 .

La estrategia escogida por el conservatismo, sumada al intenso trabajo de los cuadros


entre los cuales se destacó Álzate, rindió sus frutos: el conservatismo ganó las
elecciones en la ciudad de Medellín: "a las cuatro de la tarde el enemigo había recibido
el golpe de gracia que los hombres honrados de Medellín dieron con sus votos al
monstruo comunista", fue el parte de victoria que rindió La Defensa al día siguiente
de los comicios. El periódico destacó la participación de los jóvenes universitarios en
la contienda y les reconoció su trabajo: Isaías Lozano Quintana, Julián Cock, Jesús
Naranjo, Montes Herrera, José López Henao, José Mejía Mejía y Gilberto Álzate
Avendaño. De este último escribió: "Su prosa ondulada conserva los vaivenes de las
danzas clásicas. Podría dialogar con fruición espontánea en las academias culturales.
Pertenece a los jóvenes de ÉLITE y sus llamaradas oratorias son aptas para despertar
las chispas en los cerebros de selección. Entre los estudiantes guarda el puesto de las
avanzadas guerreadoras" 20 .

Los resultados fueron interesantes por cuanto muestran que no eran infundios lo del
temor que sentía el conservatismo ante el avance del comunismo. En 47 mesas
reportadas en la edición de La Defensa del 7 de octubre, los conservadores alcanzaron
3.463 votos, seguidos de los comunistas que pusieron 2.595, mientras los liberales
apenas llegaron a 287. Lo que significa también que el discurso socialista había
seducido al electorado liberal. En las elecciones de 1925, por ejemplo, los resultados
estuvieron más a tono con la dinámica del bipartidismo: conservadores: 7.2861
liberales: 6.36721.

Pero, además de haber ganado los conservadores en Medellín, para mayor mérito de
Álzate y su gente, ganaron los valencistas. Valencia ganó también en Manizales, Santa
Marta, Cúcuta, Ibagué, Barranquilla, Tunja, Duitama, Sogamoso y en su natal Popayán.
Así las cosas, las elecciones fueron ganadas por Valencia y eso lo legitimó como candidato
del partido. Con su triunfo vendría el de Álzate también. No fueron las cosas así en
Bogotá. Allí ganaron los liberales. Impresionó de tal manera el triunfo liberal en Bogotá
y otros municipios del país que a partir de entonces el conservatismo leopardo, es decir
el reunido alrededor de El Debate, presintió que el fin de la hegemonía conservadora
estaba cerca. El conservatismo no caería por la vía de la insurrección como aparecía en
los medios conservadores y como realmente lo querían sectores del PSR en la coyuntura
de 1928, sino por la vía electoral. Había ayudado a la derrota la división conservadora
que a esta altura era irreversible. El sector de Vásquez Cobo había sido acusado de
aliarse en listas con los liberales en algunos lugares del país. Cuestión muy importante
por cuanto permitiría otra veta para la interpretación histórica. El sector valencista
que se expresaba en el espíritu leopardo no aceptaba al otro, al contrincante: pensaba y
así lo declaraba: "La República es el partido conservador en su plenitud doctrinaria"22.
En esta coyuntura de 1929 la división del conservatismo volcó sobre su propio interior
7
Ibid.. octubre 1 de 1929. p. 3,
" /bití., octubre 6 de 1929. p, 1
" ibid. p. 12.
" Ibid.. octubre 7 de 1929. p. 3
77
Información tomada de ibid,. p. 1.
" El Debate, octubre 2 de 1929. p. 3.

El porvenir del pasado 107


el carácter de la hostilidad: vasquismo y valencismo empezaron a verse también
como enemigos. Pero en medio de todo hubo espacio para la sensatez y la autocrítica.
Marco Naranjo López desde Manizales confrontaba por igual a conservadores y
liberales. Decía que los primeros sólo se habían dedicado a explotar la ingenuidad
religiosa de las muchedumbres campesinas y los segundos a estimular el caudillaje,
y que mientras tanto los grandes problemas nacionales habían continuado sin
solución. Señalaba que se acercaba la época "en que para disfrutar del favor popular
es preciso ganar el prestigio en el trabajo constante y efectivo en beneficio del progreso
económico y cultural de la patria" 23 .

En el análisis de lo acontecido, los editoriales de El Debate comenzaron a cantar la


derrota tanto en sus titulares ("La agonía del régimen") como en sus contenidos:
"tenemos la intuición cierta de estar asistiendo a las últimas horas de la hegemonía
conservadora. Parece que nos fatigara el poder, cincuenta años de gobierno han
arruinado las fuerzas vitales de nuestro partido, y con heroica insensatez destruimos
la fortaleza poderosa, levantada con el esfuerzo de nuestros sacrificados y de nuestros
mártires" 24 . Para este sector conservador "la única forma de salvar al conservatismo
de esta peripecia histórica" era la aceptación por parte del vasquismo de la victoria
electoral de su contendor.

El final de la c a m p a ñ a presidencial.
Socialistas y liberales consideraron pertinente presentar nombres. Se lanzó primero
la candidatura de Alberto Castrillón 25 , que significaba la fuerza del movimiento
socialista en el país, y luego la del embajador liberal del gobierno conservador, Enrique
Olaya Herrera, que sacó la campaña del pantano a donde había caído por el conflicto
entre los candidatos conservadores y la Iglesia. Olaya le dio altura al debate. Obligó
a los ideólogos conservadores a replantear las cosas. Nuevos líderes del conservatismo
aparecieron con un acento menos grave que el de los Leopardos: Mariano Ospina
Pérez, joven apuesto y con el don del equilibrio, resolvió contestar al discurso elec-
toral de Olaya desde los editoriales de El Colombiano: "Nosotros queremos situarnos
en el mismo plano de serenidad en que se ha colocado el distinguido estadista de
procedencia liberal, y pretendemos hacer el análisis comparativo de su programa y
de la labor del conservatismo en el gobierno, en el parlamento y en la prensa" 26 . Y
así, punto por punto, demostraba Ospina que las propuestas de Olaya habían sido ya
realizadas por los gobiernos conservadores.

La prensa conservadora no podía ignorar el acontecimiento de la candidatura de


Olaya. De todas maneras, le servía registrar sus pasos para alertar a su propio
electorado. El 17 de diciembre, a cuatro columnas, El Colombiano abrió su edición
así: "Despierta grande entusiasmo la candidatura de Olaya Herrera". Días después
vino otro titular más preocupante: "La postulación de Enrique Olaya Herrera produce
desconcierto en las filas conservadoras". La noticia era procedente de Manizales,
nicho de influencia de la juventud conservadora:

Tiénese como hecho seguro la proclamación del Dr. Enrique Olaya Herrera, noticia que ha
despertado enorme entusiasmo. Anoche dióse la noticia en todos los teatros de la ciudad, y fue

23
Ibid. octubre 17 de 1929, p. 3.
77
Ibid., octubre 7 de 1929. p. 3.
7:7
El Colombiano anunció el 30 de noviembre de 1929, en su página 8. que "el partido socialista revolucionario nombró candidato a la
presidencia de Colombia al impresor Alberto Castrillón"". Más adelante, el 7 de diciembre de 1929, en la página i. a ocho columnas
y abriendo edición, el mismo periódico registró asi la noticia7 "Fue proclamada la candidatura de Alberto Castrillón".
"• Ibid.. enero 29 de 1929. p. 3.

108 El porvenir del pasado


acogida con entusiasmo delirante por todo el público, que vivaba al futuro Presidente de la
República. No les interesaba el espectáculo al cual asistían y rechazaban noticias diferentes a
la candidatura del Dr. Olaya Herrera. Todas las clases se aprestan a la lucha electoral, lo que
está produciendo gran desconcierto en las filas conservadoras- 7 .

Sin embargo, para el esquema ideológico que se dibujaba desde la derecha juvenil de
la sensibilidad leoparda, los acontecimientos de España a finales de enero de 1930
presagiaban malos augurios: "Ayer por la mañana cayó ruidosamente la dictadura
que implantó en España Primo de Rivera", fue el titular de El Colombiano del 28
de enero.
El 9 de febrero de 1930 se realizaron las elecciones presidenciales. Cuando la
candidatura de Olaya empezaba a imponerse en los lentos escrutinios, un titular de
El Colombiano llamó la atención: "Los leopardos se levantarán como un muro
para defender la legitimidad". A renglón seguido se informaba: "El leopardo Augusto
Ramírez Moreno dice en interviú de hoy "Si el doctor Olaya Herrera triunfa los
Leopardos se levantarán como un muro para defender la legitimidad. Esa victoria
tendría como escudo la Constitución decretada para este país por los conservadores 28 .

Si bien los conservadores perdieron las elecciones, bueno es rescatar el triunfo entre
ellos del valencismo, que significaba la reafirmación de los Leopardos y de Álzate.
Elíseo Arango había acompañado al candidato por todo el país. De haber ganado
Valencia la Presidencia, este grupo hubiera dominado en el Gobierno, hubiera
significado su arribo al poder. Gracias a ellos, Valencia ganó en Antioquia y allí, en
los municipios donde triunfó Olaya, fueron la primera fuerza conservadora: Medellín,
Sonsón, Yolombó, entre otros.

En medio de la incertidumbre, el conservatismo no desesperó. Los Leopardos, que


respiraban por la herida, no enmudecieron. La página editorial de El Colombiano
del 20 de febrero abrió en el extremo izquierdo con el titular: "El Nuevo Programa".
Se trataba de un telegrama de los leopardos Silvio Villegas, Augusto Ramírez Moreno
y Elíseo Arango dirigido a Ospina Pérez, Gonzalo Restrepo Jaramillo, Miguel Moreno
Jaramillo, José U. Muñera, Fernando Gómez Martínez y Gilberto Álzate Avendaño:

Hoy hemos hecho pública una breve exposición política a los hombres jóvenes del conservatismo
que es nuestro aporte a la necesaria obra de la unión conservadora. Ratificamos nuestras
certidumbres doctrinarias y nuestra convicción de que el resultado adverso de los escrutinios
nos abrirá todos los caminos de la victoria. Esperamos trabajar con ustedes en las grandes
jornadas de la Reconquista y recibir de ustedes el ejemplo de un noble desdén por quienes a
cuatro años de crítica sapiente, de batallar sin fatiga y de gloria cierta 29 .

El telegrama fue de buen recibo y aprovechado por la redacción del periódico para
intertextuar, para agregar consignas de esperanza: "Ni desmayos, ni timideces, ni
cobardías, ni entregas a discreción. Acción incesante, férvido entusiasmo, fe en el
porvenir y confianza en el triunfo y en Dios. De este programa nada tiene que temer
el presidente electo. Su entereza y sinceridad si perduran, encontrarán en el partido
conservador el más firme sostén"30.

27
Ibid., diciembre 19 de 1929p, 1
2
" Ibid.. febrero 11 de 193(1. p. 8.
271
Ibid.. febrero 20 de 1930, p. 3.
" ¡bid.

El porvenir del pasado 109


La exposición política de la que hacía mención el telegrama era un manifiesto oportuno
sobre la manera cómo los Leopardos habían procesado la derrota electoral. Criticaron
sutilmente el papel jugado por la Iglesia colombiana en el certamen: "Respetamos el
derecho que asiste al clero católico de mezclarse en la política nacional, cuando se
trata de combatir partidos que profesan errores filosóficos, claramente condenados
por la Iglesia. No aceptamos su intervención como entidad directiva o como arbitro
de la política del partido" 31 . En el Manifiesto, los Leopardos, oportunamente,
plantearon el problema de la reconquista del poder y lo ataron a su papel de opositor
al nuevo régimen:

N u e s t r a colectividad debe sostener el equilibrio político de la nación organizándose como


un dique p a r a contener en el gobierno las irrupciones de la impiedad, los avances del
despotismo democrático, y, mayormente, para que no sean desfigurados nuestros estatutos
jurídicos, cuya custodia t e n d r á el adversario. / Debemos infundirle a nuestro partido p a r a
los conflictos de la vida civil, el propio ánimo y templanza que llevó a los campamentos, en
los días heroicos. La reconquista del poder será e m p r e s a de abnegación personal en los
combatientes, de a u s t e r i d a d y de fe1-.

Es decir, se debería continuar con la misma estrategia del adversario como enemigo
y a través de una nomenclatura belicista.

Reconocen los Leopardos, como venían haciéndolo desde finales de la década anterior,
la necesidad de grandes transformaciones:
El conservatismo debe ser el intendente de las clases trabajadoras. Vivimos en una época
turbada, donde un confuso anhelo de justicia despierta en las multitudes sin fortuna. Para
evitar el triunfo de ideas dudosas en su origen, abusivas en su observancia y peligrosas en su
objeto, precisa incorporar en nuestro programa las reformas económicas y sociales que escoltan
y guarnecen los derechos del trabajo contra el cesarismo de la riqueza. La plutocracia es liberal:
significa la victoria del materialismo. Sólo dentro del cauce clásico puede deslizarse sin peligro
el Arca grandiosa de la humanidad nueva 33 .

Se verá si esto se consagra; por lo pronto es buen síntoma. Sin embargo, hay cierto
humor contradictorio en cuanto a la amplia representación social que anuncian,
puesto que más adelante en el Manifiesto se vuelve a la nostalgia del campo:
La reconquista del gobierno no podremos realizarla sino movilizando a nuestro servicio las
clases campesinas, que son el fundamento del orden, el origen de toda economía y la perennidad
de las naciones. Es innegable que los Estados, y señaladamente los que, como el nuestro,
participan de un fértil y extendido territorio, de copiosas selvas inéditas, deben mirar la
agricultura como el soporte del poder nacional. Necesitamos arraigar al campesino, substraerlo
a las ciudades indiferentes, vincularlo de nuevo a la tierra de sus padres. Toda economía, toda
cultura, es siempre agrícola: crece sobre su territorio materno y afirma una vez más los
invisibles lazos espirituales que unen al hombre sobre el suelo3'1.

Son los ecos de Barres, que siguen acompañando a los Leopardos, los que se expresan.
Y no es que no tengan razón. Con justicia reclaman por una moralidad que se
pierde en la medida que los pueblos descuidan el campo a favor de la urbanización.
Es el planteamiento que correspondería a una política de gobierno ante la inminencia
de la conversión de un país en urbano. En cambio, para los obreros y para las
pequeñas economías de las ciudades no hay una palabra en el Manifiesto. Evocan
71
Villegas, Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p. 235.
72
ibid, pp. 238-239
" Ibid.. p. 236.
71
Ibid.. p. 237.

110 El porvenir del pasado


los trabajadores rústicos porque sienten que los 45 años de dominio conservador se
debieron a su apoyo; y es más bien una manifestación de agradecimiento: "Medio
siglo de dominación conservadora se explica, entre otros hechos capitales, por el
instinto tradicionalista de las clases rústicas; las transitorias vicisitudes de nuestros
días por el abandono de los campos" 35 . Así se explicaban las cosas. Quedaban, sin
embargo, en pie algunos principios populistas de carácter moral ya esbozados:
Nuestro concepto del Estado tiende a evitar por medio de una intervención moralmente justificada,
el crecimiento del capitalismo, que es la paganización del mundo. Efectivamente, el reino absoluto
del dinero es anónimo, insaciable, invulnerable y engendra el egoísmo, el odio y la lucha de
clases. La concentración de las riquezas llega a ser una tiranía desmesurada y omnipotente, que
aniquila la solidaridad en todas las formas y engendra una plutocracia neopagana. Nuestro deber
es oponernos al dominio absoluto del capital en defensa del trabajo. La despreocupación
individualista, el dejar hacer, es uno de los coeficientes de las injusticias económicas. El imperialismo
de la riqueza, la usura voraz, los monopolios implacables tienen su principal fundamento en las
doctrinas que tanto fervor despiertan en el liberalismo israelita 36 .

Finalmente, el Manifiesto descartaba todo tipo de colaboración con el enemigo


triunfador. Llamaba a no caer de nuevo en el republicanismo que:

[...] es la parálisis de la acción, el cansancio de las ideas. La patria no puede construirse sino
sobre aquellas doctrinas a nombre de las cuales se puede morir. Si los partidos en el poder
necesitan estilos de conciliación y tolerancia, los de la oposición reclaman ánimo más intrépido
y voluntad más valiente. No es el tiempo de las transacciones que debilitan, sino la época de las
afirmaciones fecundas 37 .

Es interesante anotar cómo la memoria relativiza el trascendentahsmo con que los


protagonistas de esta historia vivieron esa célebre coyuntura. Antonio Alvarez Restrepo,
cargado ya de años, se refirió a esta jornada electoral como una campaña alegre'-
"poblamos literalmente de palabras sonoras el ambiente recoleto de las provincias
caldenses y la gente que nos oía premiaba con aplausos muy cálidos todo aquel
desfogue de energía juvenil, aquella fiebre verbal, donde aparecían entremezclados
Renán y Barres, D'Annunzio y Gabriel Miró, Ortega y Gasset y José Antonio Primo
de Rivera" 38 . De esta experiencia verbal habría nacido el grecolatinismo, según
concluye Alvarez Restrepo 39 .

El grecolatinismo.
La principal crítica a esta generación de jóvenes conservadores se ha hecho desde la
curiosa categoría del grecolatinismo caldense, donde supuestamente caben todos,
incluso algunos de sus contemporáneos liberales como Bernardo Arias Trujillo. El
término ha servido para alabar a sus supuestos integrantes o para denostar de ellos.
Fue puesto por el poeta Rafael Maya, dicen unos; otros que Germán Arciniegas. Alos
greco-latinos les alcanzó la vida para autointerpretarse desde esa categoría, que en
el fondo les enorgullecía. Álzate y Fernando Londoño, entre otros, escribieron al
respecto. El tema ha dado incluso para echar sobre ellos las culpas de los desaciertos
en el desarrollo urbanístico de Manizales y en el de todas sus miserias 40 . Más allá de
las condiciones históricas que han debido acompañar su surgimiento y desarrollo,
aquí valoramos su presencia en la circulación de las ideas de entonces, porque

•<: I b i d .
7,7
Ibid.
•: Ibid.
7H
Alvarez Restrepo, Antonio. Testimonio de un hijo del siglo. Bogotá, Ediciones Fondo Cultural Cafetero, 1992, p, 108.
" Ibid.
'" Véase Jaramillo Echeverri, Octavio. ¿Qué es el grecolatinismo? Manizales. Biblioteca de Escritores caldenses, 1988.

El porvenir del pasado 111


concurría con los otros pensamientos que se abrían espacio en el país. Eran parte de
un proceso de dialogicidad sin el cual hubiese sido estéril la lucha ideológica de
quienes estaban en su contra. Tenían, sí, más influencia, más poder social y político y,
por ende, más posibilidades para que su pensamiento fuera el que prendiera en un suelo
abonado por sus influyentes antepasados; lo que sirve, además, para la comprensión del
orden del discurso de entonces. En este periodo eran casi parte del poder porque no se
había caído todavía ni pensaban que se cayera la hegemonía conservadora.

El grecolatinismo es el producto de una cultura político-religiosa nacional dominante,


resultado de una influencia enorme de una manera de pensar y de actuar que había
contado con todos los poderes para lograr un enraizamiento en la mentalidad del
colombiano. Sedimento denso desde el cual afrontó la irrupción de nuevas literaturas.
Al contrario de lo que se afirma, el grecolatinismo no revela la estrechez intelectual
de la provincia en que nació, sino su cosmopolitismo. Revela que había condiciones
para que lo que llegaba fuese discutido y mirado desde la duda y la sospecha. No
podría pedírsele más al país y menos a la provincia donde dominaba una hegemonía
discursiva impuesta por el matrimonio Iglesia-Partido Conservador desde tiempo
bastante atrás. En esta, en medio de todo, encontraron los grecolatinos, los profesores
y mentores que les enseñaron los artes de la retórica, de la exposición y de la dialéctica
misma; es decir, gracias a algunos de ellos, a sus enseñanzas, se enfrentaron a un
mundo externo equipados no sólo de los preceptos del cristianismo medieval y del
moderno que ofrecía teorías sociales en contrapartida al pensamiento secularizador
de los nuevos tiempos. Llamarlos grecolatinos quería decir que no sólo emulaban de
la Iglesia, sino que apelaban a un pensamiento no precisamente religioso: el de las
culturas de la antigüedad: Grecia y Roma, que, además, para su época en la bibliografía
política en circulación tenían una ilustración mayor que la de otros periodos históricos.
De otra parte, no es tan cierto que giraran en torno a la cultura antigua. Álzate,
siendo estudiante universitario y joven dirigente político luego de sus desplazamientos
a Bogotá regresaba a Medellín cargado de nueva literatura. Así lo relata en su momento
uno de sus entrañables compañeros, José Mejía Mejía:
Gilberto puede hoy día garantizarle al país varios lustros de holgura literaria. Su nuevo bagaje
libresco salva esta etapa cansada de la literatura nacional. Con la circulación de Valéry, Romano
Guardinni, Maritain, Jacques Riviére, Paul Cladel, etc. podemos dirigir al menos cuatro
generaciones nacionales [..,] Necesitamos ágiles distribuidores de ideas. Ninguno más logrado
e idóneo que Álzate Avendaño. Estamos espiritualmente en bruto para que pueda pensarse en
una cultura nacional. Colombia tiene que ser inquilina de otros meridianos espirituales si
quiere salvarse 41 .

De todos modos, el grecolatinismo echado al aire en las manifestaciones públicas y


en todos los eventos de la política contribuyó a la ilustración de las masas, a que
escucharan sobre la existencia de un variopinto conglomerado de autores. Héctor
Ocampo Marín advirtió justamente ese rasgo en el estilo de Álzate: "Su prosa desde
entonces se desenvuelve ungida y matizada por las más severas exigencias de la
escuela nativa. En sus escritos las voces novísimas se pasean en gancho de minué
con las más bellas, aristocráticas y poco manoseadas voces del idioma"42. Lo que no
advierten los críticos del grecolatinismo es la bondad de este discurso, a diferencia
del que empieza a tomar cuerpo en la otra sensibilidad conservadora después del
advenimiento de los liberales al poder. De la disputa por el liderazgo en el
71
El Colombiano, agosto 1" de 1935, p. 5.
12
Ocampo Marín, Héctor. Gilberto Álzate Avendaño.... p. 12.

112 El porvenir del pasado


conservatismo entre Laureano y Román Gómez en 1932. emergió el discurso que,
para desgracia del lenguaje político nacional, distinguiría en lo sucesivo a Laureano
y al laureanismo. Los agravios, las injurias en el interior del mismo partido ganaron
un espacio y se impusieron como norma. Un político al que la vida le dio tiempo
suficiente para rememorar, el célebre tigrillo Noriega, anotó al respecto en sus
Antimemorias : "Laureano lanzó contra Román Gómez los cargos más oprobiosos e
infamantes. No hubo dicterio, insulto, acusación, ofensa, de que no le hiciera víctima.
Hombre siniestro, traidor, perverso, criminal, sórdido, inescrupuloso, cacique pérfido
y concupiscente" 43 .

La crítica acusa a los grecolatinos de haber importado ideas y de no haber creado


algo propio. O es falsa la acusación o habría que extenderla a todas las ideas que
circulaban entonces. Así ocurría con todos los pensamientos. Justamente, para el
surgimiento de lo propio se necesita de la presencia del pensamiento foráneo. La
matriz leoparda del grecolatinismo muestra que las ideas nuevas que se importaban
no se aceptaban todas por muy conservadoras que hubieran sido. Se podrían admitir
en un principio y abandonarlas más tarde. O denostar de ellas, como lo hizo Silvio
Villegas cuando apostató de la influencia de Maurras porque el personaje les resultaba
incómodo a los inspiradores de El Debate, periódico que empezó a dirigir en 1928.

Finalmente, la categoría grecolatinismo sirvió para ubicar en un solo grupo a los


Leopardos y a la gente que empezaba a girar en torno a Gilberto Álzate Avendaño,
cuestión que se expresará con evidencia política e ideológica con el surgimiento de la
Acción Nacionalista Popular en 1937.

7
Moriega, Carlos Augusto. Mis antimemorias. n/d. 2004, p. 79,

El porvenir del pasado 113


En la encrucijada
los
v

El perfil de u n a época.
El comienzo de la década de los años treinta estuvo cruzado por cambios estructurales
en la mayoría de los países latinoamericanos. Las transformaciones en esos diez
años fueron lideradas por movimientos de naturaleza populista, que irrumpieron en
el poder en un proceso de derrumbe de viejas hegemonías conservadoras. Un
jalonamiento a la construcción del Estado-nación en las condiciones del siglo XX se
llevó a cabo en el continente.

En la mayor parte de los países latinoamericanos se producen revoluciones que


instalan en el poder a un elenco nuevo de dirigentes y partidos políticos surgidos
desde la década anterior bajo los postulados del aprismo continental en el caso del
mundo andino, centroamericano, mexicano y del Caribe; y de la herencia del
positivismo comtiano en el caso del Brasil. A los partidos populistas les correspondió
sacar a sus países de la crisis económica que había empezado en 1929. Se trataba
del periodo de la historia contemporánea conocido con el nombre de entreguerras.
Los efectos de la Gran Depresión económica sobre la política fueron considerables
en América Latina. En palabras del historiador Eric Hobsbawm: "doce países
conocieron un cambio de gobierno o de régimen en 1930-1931, diez de ellos a través
de un golpe militar" 1 . En Brasil se inicia la era Vargas; Chile vive su primera
experiencia socialista en 1932 bajo la dirección del coronel Marmaduke Groveí México
consolida su proceso revolucionario con la radicalización del Partido Nacional y la
emergencia de Lázaro Cárdenas, que profundiza las transformaciones sociales
iniciadas en la revolución de 1910.

1
Hobsbawm, Ene. Historia del siglo XX: 1914-1991. Barcelona. Editorial Critica, 1996. p. 111.
No son distintas las cosas en el mundo entero. La ideología del movimiento de
liberación de entreguerras en Asia estuvo inspirada en los postulados del populismo
ruso. Sun Yat Sen, Sukarno o Gandhi son expresión tambiénde cambios estructurales
a los que aspiraban sus sociedades. Lo mismo ocurría en África. Pero mientras los
pueblos del tercer mundo se debatían en la conquista de sus democracias, se
desbocaron hacia modelos autoritarios los países de Europa oriental, como Polonia,
Hungría, Rumania, Yugoslavia, Grecia y Turquía. Se salvaba de esta lista
Checoslovaquia. Del contagio autoritario no escapa Europa occidental. La Marcha
sobre Roma y el establecimiento del fascismo en Italia en octubre de 1922 produjo un
modelo político que tendrá en todo el mundo aspirantes a reproducirlo a imagen y
semejanza. En España, desde cuando en 1923 accedió al Ministerio de Gobierno el
mariscal Miguel Primo de Rivera, se desencadenó una dictadura militar que se
prolongó hasta abril de 1931 cuando los candidatos republicanos conquistaron la
mayoría en las elecciones municipales, y consiguieron con esto la abdicación del Rey
y el advenimiento de la República. Fue en extremo dramática y accidentada la
estabilidad de la Nación española entre 1931 y 1936. Tanto este proceso como el de la
guerra civil que sobrevino después (1936-1939) influyeron en Colombia como si se
tratase de una prolongación de sentimientos históricos e ideológicos. Por ejemplo, en
un debate de 1935, un parlamentario socialista colombiano sostenía que : "la República
liberal debe seguir el ejemplo marcado por los revolucionarios de España cuando
derrumbaron en gesto colérico la monarquía y la Iglesia de la península, única manera
de realizar la revolución liberal que tanto desea el pueblo colombiano"2.

A su vez, en Portugal, en 1926, después de 15 años en el poder, cayó el régimen


republicano, lo que dio inicio a la era de Oliveira Salazar.
Entre nosotros, no obstante la creación del Partido Comunista de Colombia en julio
de 1930, el socialismo no ocupará el lugar que había tenido en la década anterior. En
vez de un avance del socialismo, la creación de ese partido reveló más bien la crisis
de este pensamiento en el país. El liberalismo que arribó al poder en febrero de 1930
será desde entonces un nuevo liberalismo, es decir un liberalismo que, arropado con
el manto del populismo, opacará la influencia que había ganado el socialismo
independiente de la década pasada. Por eso la crítica del conservatismo colombiano
al liberalismo como filosofía y como doctrina no coincidirá con el ideario alejado del
liberalismo clásico que profesaba el Partido Liberal que arribó al poder,

La irrupción de u n nuevo régimen.


Muchos vieron la luz, los vencedores. Otros vislumbraron tinieblas, los perdedores.
Así se percibieron las cosas en Colombia después de febrero de 1930, cuando los
liberales derrotaron por vía electoral 45 años de dominio político conservador. En el
liberalismo hubo fiesta, regocijo, revancha! en el conservatismo desolación,
incertidumbre, desazón e incomprensión.

Quienes por largo tiempo esperaron el retorno liberal saludaron el advenimiento de


la buena nueva. En Manizales, El Nacionalismo dedicó sus páginas a saludar a
Enrique Olaya Herrera, el nuevo mandatario. Lo mismo ocurrió con El Montañero,
nacido en el que será un municipio paradigmático en las luchas populares
2
Véase Diario Nacional, octubre 29 de 1935, p. 2.

116 El porvenir del pasado


santandereanas del siglo XX: San Vicente de Chucurí. Ambos periódicos revelaron
su intención nacionalista desde la orilla del liberalismo en una época de caracterizado
nacionalismo conservador. El Montañero elevó su voz contra la penetración de las
compañías extranjeras en desmedro de unos baldíos que se adjudicaban o que se les
adjudicaban contrariando los anhelos de tierra por parte del campesinado 3 . El
semanario regional inventó metáforas maravillosas para calificar los tiempos que
corrían: "Colombia está entrando en una nueva era"; "el nuevo sol que alumbró el 7
de agosto". Advertía el semanario, en un editorial que tituló "La influencia liberal
en el actual Gobierno", la tendencia que temían los conservadores:

Podemos pregonar a todos los vientos, que el gobierno actual no es, no puede ser, un gobierno
de partido y esto que estamos llamando la Concentración tiene mucha semejanza con el
movimiento de acción republicana de 1910: hoy como entonces, no estamos viendo marchar la
acción ejecutiva del gobierno paralela a la de los comités políticos, pero dentro de los lineamientos
del programa presidencial, está la idea liberal palpitante, el mismo concepto de patria de
Murillo Toro, de Uribe y de Herrera, la concepción de la verdadera república que tuvieron los
grandes conductores del liberalismo, ahí está en ese hermoso programa la expresión genuina
de la nacionalidad dentro de los más legítimos sentimientos de igualdad, libertad y fraternidad 4 .

Sabía que el Congreso todavía no era el que necesitaba el nuevo liberalismo pero esperaba
que en las elecciones de 1931 lo fuera.

A diferencia de lo que escribirán los conservadores cuando empiecen a fabricar la imagen


positiva de su añorada República Conservadora, El Montañero verá en la nueva
época que se inicia una luz de la esperanza, la cual le permite imaginarse que todos los
problemas sociales acuciantes en Colombia serán resueltos, el del analfabetismo, por
ejemplo: "El labriego, el trabajador, pueden soportar resignadamente la miseria y las
rudezas de su labor, pero resulta una inequidad hacerle más amarga su vida privándolo
de todo conocimiento, de todo saber"5. Señalaba la urgencia de continuar el desarrollo
del país (del Estado-nación), truncado en los finales del anterior régimen:

Nuestros tratadistas al sentir el tintineo de los dineros provenientes de los empréstitos se lanzaron
valerosamente por el lado de las mejoras materiales, pero lo hicieron con tan mala suerte que el
país se halla incomunicado y siguiendo esclavo de sus ríos, de sus montañas, de todos los obstáculos
naturales. No hay vía que conduzca a ninguna parte, sino trozos de ferrocarril y carretera,
anémicos y embotellados. La república es un conglomerado de voluntades, temperamentos y
aspiraciones que no se conocen, de riquezas que no se cambian, de posibilidades que no se
realizan [...] Ya se vio que las dificultades económicas y fiscales afectaron hondamente el ramo de
las obras públicas, haciendo que la administración pasada llegara a su ocaso sin haber hecho nada
por cumplir el programa de la vialidad que inició, a no ser el de gastar los ingentes recursos de que
dispuso, sin provecho alguno para el contribuyente. Muchos llegaron a pensar que los dineros
obtenidos por los empréstitos se emplearían en estrechar los lazos que unen a las secciones, pero
las tristes emulaciones que se despertaron y las injusticias que se cometieron en el reparto ya se
vio a qué extremos nos llevó. Hoy no tenemos apoyo a la agricultura, vías de comunicación, ni
educación nacional que nos oriente con firmeza hacia los ideales colectivos6.

Es interesante que desde un periódico de la profunda provincia colombiana se reflejen


nítidamente las ansias de alcanzar un desarrollo que complemente la integración de la
Nación. El de San Vicente de Chucurí, adonde no llegó la República Conservadora y que
tendrá todo el tiempo del siglo XX para progresar, es una muestra del ambiente dentro
2
El Montañero, septiembre 15 de 1930. p. 4.
Ibid.. septiembre 7 de 1930. p. 1. Luis Alejandro Barrera Martínez ejercía como propietario, director y redactor del periódico y J. M.
Barrera y Barrera como administrador. Como está consignado en sus páginas, el director del periódico aspiraba a ser alcalde de la
población. El nuevo régimen le permitirá esta aspiración, vedada en el anterior,
7
Ibid.
77
Editorial 7 "Sobre el porvenir del país", en íbíci, septiembre 15 de 1930. p. 1.

El porvenir del pasado 117


del cual transcurrirá la cotidianidad de los primeros años de la década de los treinta.
Será en lo que los editores del periódico denominan nuevo liberalismo que encontrarán
el eco a sus llamamientos. Palabras más, palabras menos, se trataba de metérseles al
rancho a los conservadores que consideraban suyo el espacio del campo y el mundo de
los campesinos. El retorno al suelo no era propuesto ya como coto cerrado del
conservatismo, sino que vendría de parlamentarios jóvenes recién llegados a esa
corporación. La provincia hará la presión, San Vicente hallará en él su momento. Por
eso, el periódico alaba los proyectos agraristas que se ventilan en el Congreso:

Dispone el referido proyecto que los municipios destinen un porcentaje de sus rentas por
concepto de licores hacia las compras de tierras de labor a fin de repartirlas entre los pequeños
c u l t i v a d o r e s m e d i a n t e la r e t r i b u c i ó n de un exiguo i n t e r é s [...] la v e r d a d e r a c a m p a ñ a
nacionalista radica en fomentar el desarrollo constante de la riqueza y de la a d e c u a d a
explotación que de ella se haga 7 .

Comentará el periódico un proyecto presentado por el joven Gaitán sobre el concepto


social de la propiedad que pretendía poner al país a tono con los avances al respecto
en el mundo. La iniciativa proponía penas severas al ejercicio del acaparamiento y
tendía a gravar las grandes extensiones de tierras no cultivadas. Además, el
liberalismo popular era un gigante acabado de despertar. También en la provincia
los jóvenes se alistaron a movilizar las masas en las primeras elecciones locales
posteriores al triunfo de febrero de 1930:

El liberalismo a diferencia del conservatismo, debe conservar un contacto directo con las masas,
para que de este modo sepa el pueblo cuáles son los jefes que más fielmente interpretan sus
aspiraciones y cuáles los que tienen de la realidad económica nacional una concepción anticuada
y conservadora. La campaña electoral de febrero debe hacerse buscando la adhesión de las
masas y no la amistad de los políticos influyentes. El candidato debe ser hombre activo, emprendedor
y enérgico que pueda ir por las ciudades y aldeas enseñando a los miembros de la familia liberal
cuál es el espíritu que hoy anima al partido y cuáles las ideas que hoy preocupan a sus hombres 8 .

Álzate en los comienzos de los años treinta.


La caída del régimen conservador a principios de febrero de 1930 sorprendió sobre todo
a su juventud, que se venía caracterizando por su ímpetu en las vísperas de la debacle.
En particular, los más impactados fueron los Leopardos, cuyos primeros pasos en la
política se registraban momento a momento en la prensa conservadora. Como lo anotamos
en el primer capítulo, La Patria, de Manizales, desde su fundación en 1921, les abrió
de par en par sus puertas. El Colombiano, de Medellín, también les acogió con
generosidad 9 ; y así, conforme avanzaba el tiempo y aparecía compulsivamente más
prensa conservadora, se les ensanchaban los espacios.

Pero la Manizales de comienzos de los años treinta no era patrimonio de los conservadores.
Esa es una impresión falsa. Ni siquiera el nacionalismo como categoría referencial le
pertenecía en exclusivo a esa colectividad. Un semanario liberal, con el sugestivo nombre
de Nacionalismo, circulaba por sus calles en el cabalístico año de 193010. Como los
conservadores, difundía el pensamiento de Bolívar. El periódico saludaba la presencia
de los Leopardos en gira por Caldas en enero de 1931, pero llamaba a la militancia
liberal a no asistir a sus concentraciones para evitar los insultos y las refriegas11. Su
7
Ibid., septiembre 28 de 1930. p. 1.
- Ibid.. octubre 19 de 1930, p. 1.
77
Esto periódico fue fundado on 1912 por Francisco de Paula Pérez, un año después de haber salido a la luz los órganos liberales El Tiempo
y El Liberal, el primero en relación estrechísima con el republicanismo y el segundo de ideario abiertamente liberal.
777
Nacionalismo. Política, intereses generales, buen y mal humor. 1930, año 1.
1
Ibid.. enero 3 de 1931, p. 1.

118 El porvenir del pasado


tono era triunfalista, expresaba la represión de tantos años en espera del poder. En sus
páginas, la figura de Olaya Herrera descuella con generosidad. Una separata especial
saludó el advenimiento del liberalismo al poder:

[...] nuestro partido es el único que en Colombia tiene el derecho para dirigir sus destinos y pol-
lo mismo a él debe apoyarse y sostenerse, si queremos tener patria grande y dignificada, como la
soñaron los fundadores de la República [...] Estamos asistiendo a la hora de la resurrección de la
República: la hora más significativa y de más alta trascendencia que hayamos contemplado y
debemos arrodillarnos, como buenos patriotas y tender los mantos a la vera del camino, para que
por ellos pase triunfalmente el salvador de la Patria. Hoy es día de gaudeamos 1 -,

Y fue precisamente este periódico el que tuvo a bien denunciar el uso y abuso del
lenguaje utilizado por los Leopardos en sus giras por Boyacá durante la brega política
inmediatamente después de la derrota de 1930. Abuso que según el periódico desencadenó
la ola de violencia que se vivió después de la mencionada fecha. Así, La Patria y los
Leopardos tuvieron en El Nacionalismo uno de sus principales contradictores. Se
sumaría a este coro La Voz de Caldas.

De este modo, la Manizales que dejó Álzate no era tan pacata como podría pensarse.
Pero Medellín, ciertamente, era más viva, al fin y al cabo era ya la segunda ciudad del
país y en cuestión de ideas nada tenía que envidiarle a la capital. En Manizales, por
ejemplo, si bien la protesta estudiantil era frecuente en tiempos de la secundaria de
Álzate, continuó siéndolo después de su partida, pero el movimiento estudiantil no tenía
el grado de organización que había alcanzado en la capital paisa. Apenas hacia 1930 se
comenzó a crear en esta ciudad el capítulo de la Confederación Nacional de Estudiantes.

Á l z a t e e n el I V C o n g r e s o E s t u d i a n t i l e n S a n t a M a r t a .

El año treinta fue, entonces, dramático para los conservadores. Nada más ni nada
menos : habían perdido el poder. Pero los tonos del nuevo gobierno que se instaló
auspiciaban tranquilidad. La promesa de una administración nacional expresada
en los nombres del nuevo gabinete calmó tensiones: "El partido conservador con
decoro romano, digno de las mejores épocas del imperio, entregó el poder al doctor
Olaya, en gesto de grandeza mezclada de dolor de inmortalidad, que le dan el perfil
de los acontecimientos" 13 , editorializó después del 7 de agosto de 1930 el diario
nariñense El Derecho.
No alcanzaron a conmemorar desde el gobierno el primer centenario de la muerte de
quien consideraban su principal símbolo: Simón Bolívar. Pero, de todos modos, pensar
a El Libertador (así se escribía y así se escribe todavía) en estas condiciones cubrió la
conmemoración del sabor fecundo de la derrota. Aunque hay que aclarar que Bolívar no
estaba sólo en el ideario de los jóvenes conservadores. En la misma Manizales,
Nacionalismo, periódico liberal al que nos hemos referido atrás, conmemoró el
centenario de su muerte con devoción, y quien presidía los actos de rememoración era
un presidente liberal, que coincidía con los estudiantes en la misma ciudad. Como
Bolívar era ya muy popular, los ferrocarriles nacionales suspendieron labores a la una
de la tarde y guardaron no uno sino dos minutos de silencio. Por doquier se colocaron
bustos, algunos traídos del exterior y erigieron monumentos".

72
Ibid.. agosto 7 de 1930, p. 1
7
Citado en El Tiempo, agosto 10 de 1930. p. 6
1
Kn Armenia la Sociedad de Mejoras Públicas acordó nombrar una junta para que recibiera al escultor Roberto Henao "quien viene de
París trayendo una estatua del Libertador que será colocada con motivo del centenario"", Ibid.. agosto 30 de 1931), p, ti

El porvenir del pasado 119


En el recinto donde deliberó el Congreso, las instalaciones del Concejo Municipal de
Santa Marta, junto a los líderes liberales Diego Luis Córdoba y Gerardo Molina estaban
los conservadores Juan Zuleta Ferrer 15 , Luis Guillermo Echeverri, Jorge Castro y
Gilberto Álzate. Aunque su participación fue de obstrucción a las propuestas de socialistas
y liberales, les correspondió atender, de todas maneras a planteamientos relacionados
con la injerencia del Estado en la orientación espiritual de la enseñanza, la función
social de la universidad; la política y la instrucción pública, relaciones entre el proletariado
y los estudiantes; la juventud frente al imperialismo, la cooperación estudiantil
internacional, la participación de los universitarios en congresos internacionales de
juventudes. Además, fueron testigos de la manera unánime cómo el Congreso aprobó
una proposición de censura a la tiranía venezolana de Juan Vicente Gómez.

El evento de los estudiantes fue cubierto en primera página por los diarios locales. En
esta ocasión, Álzate hizo gala de su temprano aprendizaje en la política: en una hábil
maniobra consiguió aliarse electoralmente a los socialistas en desmedro de los liberales
para acceder a la primera vicepresidencia del certamen. Así, el evento fue presidido por
José Francisco Socarras, un radical de izquierda, y por Álzate Avendaño, un conservador
ya fundamentalista.

En esta época, también era corriente la participación activa de la reina de los estudiantes
en eventos de naturaleza académico-política como los congresos estudiantiles. Para
esta ocasión, doña Ana Sáenz -"doña" se le decía a la reina de los estudiantes-, preparó
unas palabras alusivas. En realidad, ella fue quien instaló el evento. Llamó a los
congresistas a ocuparse de la suerte de la mujer en los destinos nacionales y clamó por
la educación universitaria para las mujeres16. Habló a favor de la Cruz Roja de la
Juventud, una organización de caridad que asistía a los estudiantes en momentos
difíciles. Para la reorganización de la Casa del Estudiante, la reina les propuso que
pensaran en una cooperativa de consumo de artículos de primera necesidad para la
juventud universitaria. Finalmente, la soberana abogó por la fundación de la ciudad
universitaria. La reina hablaba cual si fuera toda una dama de Estado: "Quiero
expresaros para terminar, que solamente os deseo que la sabiduría y el amor patrio que
informaron la vida sin mancha del Libertador de cinco naciones, os asistan en vuestras
benéficas labores; que el espíritu del gran Bolívar flote sobre esta asamblea, de la cual
no falten nunca la abnegación y la concordia, señales distintivas de un gremio cuya
cultura debe ser proverbial"17.

Los trazos de un mundo intelectual exigente.


Le había correspondido a Gilberto Álzate Avendaño crecer en una época de grandes
paradigmas intelectuales. Si aspiraba a competir tendría que prepararse tenazmente.
El mapa intelectual que se dibujaba alrededor de su propio partido era amplio. La
Crónica Literaria, el suplemento semanal que editaba el diario conservador bogotano
El País, y que salía los sábados, estaba en circulación desde el 12 de marzo de 193218,
bajo la dirección del poeta Rafael Maya. Escribían allí, ante todo, los intelectuales jóvenes
del conservatismo, aunque recibían colaboraciones de Antonio García, Jorge Zalamea y
Abelardo Forero Benavides, entre otros. Gracias a este suplemento literario los jóvenes
contaron con un espacio más para socializar su pensamiento. El suplemento literario
salía los sábados y hacía las veces de una revista ilustrada. Densos ensayos hicieron
77
Dirigirá a partir del 2 de agosto de 1931 el Suplemento Literario de El Colombiano que aparecerá en la edición dominical.
77
En julio de 1931, el Congreso aprobó en primer debate un proyecto de ley por el cual se permitía el ingreso de las mujeres a la
universidad. Véase El Colombiano, julio 27 de 1931. p. 3.
77
El Estado, diciembre 19 de 1930. p. 1.
'" El diario había salido a la luz pública el 21 de febrero de 1932 bajo la dirección de Mario Fernández de Soto.

120 El porvenir del pasado


parte de una serie denominada "La Encuesta Nacional", en la que cada uno de los
jóvenes paradigmas conservadores expuso por escrito su pensamiento: Mosquera
Garcés, Silvio Villegas, Fernando de la Vega, y, por supuesto, Álzate Avendaño,
entre tantos. La Crónica Literaria ejercía como la primera de las fuentes del
nuevo discurso y por eso cumplía un papel ideológico de primer orden. De lo que se
dijera en sus páginas dependía el comportamiento de los intelectuales conservadores
de provincia. Los autores de los ensayos, hombres de no más de veinticinco años,
serán quienes planteen los temas que pautarán las grandes discusiones de doctrina
en el interior del conservatismo, una manera interesante y novedosa que encontró
esta generación conservadora de abrirse espacio. Esa fuente nacional de discurso
ideológico se nutría de escritos de la intelectualidad extranjera cara para los
nacionalistas criollos: José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu,
José Antonio Primo de Rivera. Era una combinación de producciones teóricas
nacionales e internacionales. Y, como sucede siempre, el conjunto de los jóvenes
conservadores no era homogéneo. Entre ellos había matices.

También contaban esos jóvenes con Claridad, dirigida en Popayán por el joven
Guillermo León Valencia, hijo del poeta Guillermo Valencia, carísimo en los afectos
de la derecha colombiana. El primero de abril de 1933 salió Revista Colombiana,
dirigida por Laureano Gómez y José de la Vega. Era un órgano quincenal y expresaba
la voz de la sensibilidad conservadora de estirpe laureanista. El curioso nombre lo
justificaban sus editores en "nuestro fervor nacionalista"19. Entendían por ello cultivar
la tradición en lo que tiene de vivificante y fecunda. Sus editores consideraron
oportuno poner de presente lo siguiente:

No se t r a t a de hacer una labor de partido sino de escuela. Interésanos [...] la consolidación


definitiva de las ideas que son el arco toral de la civilización contemporánea. La religión,
la m o r a l , la p r o p i e d a d , la f a m i l i a , el d e r e c h o , n o c i o n e s q u e u n día c r i s t a l i z a r o n
a d m i r a b l e m e n t e en fórmulas jurídicas que e n t r a ñ a n motivo de orgullo p a r a Colombia, y
que hoy aparecen sometidas a prueba más o menos i n m i n e n t e por el afán innovador de
n u e s t r a r a z a , h a n de c o n s t i t u i r , por ello m i s m o , la e s e n c i a de n u e s t r a p r o p a g a n d a
doctrinaria. Podríamos decir que la "inmensa cuestión del orden de que habló Augusto
Comte, será el punto cardinal de n u e s t r a s preocupaciones ideológicas 20 .

La p r i m e r a p u e s t a en escena de un pensamiento
alternativo de resistencia o los brotes
de una anarquía conservadora.
Yo trato de explicar ¡a historia colombiana
como una porfía entre ¡a inteügencia y e¡ héroe.
Es la pálida logia, que se rodea en sus lujos
dialécticos, frente al agnánimo tipo humano
que oscuramente se sabe depositario de un
destino y lo cumple. El artificio de los sistemas
o el ímpetu orgánico, una lógica en vocablos o
la feraz evidencia del corazón 21.

4
Véase Revista Colombiana, abril T'de 1933. p. 1.
'" Ibid.. p. 2.
21
La Crónica Literaria, mayo 12 de 1934. p. 1-2.

El porvenir del pasado 121


Álzate se presentó en la sociedad cultural de todo el país. Dos artículos suyos fueron
publicados en la Crónica Literaria en 1934. El primero de ellos apareció en la
edición del 12 de mayo, y se titulaba: "El Caos de las nuevas gentes. Ascensión y
caída de la inteligencia: El héroe. Memorándum para más conferencias en el Instituto
Universitario de Manizales".

Le escribía Álzate a Rafael Maya, director de la Crónica Literaria, para decirle


que se trataba de unos apuntes que él había utilizado en u n par de conferencias
dictadas hacía poco en el Instituto Universitario de Manizales, transmitidas, a su
vez, por la radio, las cuales habían provocado polémica en el curso de su disertación.
Era la manera que encontraba Álzate de cumplirle al director de la Crónica
Literaria con su voz íntima para el periódico, cosa que ya había hecho la mayoría
de los jóvenes conservadores de su generación: "Allá te va. Son estas conferencias",
le escribió 22 .

Álzate había convertido su texto oral en escrito. Aunque lo que tenemos a mano es el
escrito, nos imaginamos la intervención oral tan llena del colorido de las figuras
literarias como el texto preparado para ser publicado.

Se excusaba Álzate, pues consideraba que los apuntes habían sido tenidos en cuenta
como guía para la exposición, pero justificaba rápidamente su audacia:

Valen por su tema, tal vez por la vehemencia que he puesto en ellos. Eso sí, yo estoy allí
plenamente. Esas ideas no se me han ocurrido al voltear la esquina, sino que han vivido
larvadas en mi intimidad, expresándose más en actos que en palabras. Pueden estar confusas
en su exposición, pero mi vida, particularmente mi conducta política aclara el texto. Creo que
esas conferencias representan una tentativa de definición para mi grupo, son casi un manifiesto
de espíritu y de voluntad política. No me siento solitario en estas palabras. La nueva generación
conservadora para salvarse de su caos interior tiende al fascismo, que entre nosotros se llama
cesarismo democrático. He dicho mi verdad. Con coraje y con justicia. No sé hasta dónde haya
atisbos lúcidos en mi análisis de las generaciones precedentes. No me importa su agudeza, sino
la veracidad del aserto 23 .

Era cierta la advertencia. A sus veinticuatro años, Álzate usaba su memoria como si
hubiera vivido un siglo. Declarando haber renunciado a las pedanterías de su primera
juventud, por las cuales había sido expulsado del plantel donde hablaba, proyectaba,
en su escrito, la imagen de un hombre maduro y serio: "Vuelvo al Instituto
Universitario distinto por dentro y por fuera, porque varios años han dejado su signo
en el cuerpo y en el espíritu" 21 .

Prometía decir su verdad, darle trascendencia, y por ello quería borrar la fama de
pendenciero para cubrir de solemnidad sus afirmaciones. Álzate quiso aprovechar su
regreso al Instituto Universitario para exponer ante los estudiantes lo que constituía
su pensamiento, identificado con el de los jóvenes conservadores de su edad, que
venían expresando sus idearios en la Crónica Literaria. Por eso abordó el tema
del que todos sus contemporáneos hablaban y escribían en ese momento histórico: el
de las generaciones. Se lanzó a la exposición de lo que había avanzado en una
interpretación de la historia colombiana apelando, entre otros, a la sugestiva
teorización del infinitamente emulado José Ortega y Gasset. Era, además, la primera
' Ibid. . p. 1,
77
ibid.
" Ibid.

122 El porvenir del pasado


puesta en escena de su concepción de la historia, que estaba construyendo de la
mano de una gama bastante amplia de autores, lo que revela a un Álzate embebido
en la literatura clásica; en viejos y nuevos libros que se consumían en el país con
ansiedad y que nutrían un pensamiento alternativo de resistencia ideológica20. Thomás
Carlyle, "grande animador y maestro de almas" 26 , un autor escocés que podría
considerarse pasado de moda en otras latitudes, en Colombia se consultaba como
fuente de inspiración e incluso como autoayuda política 27 . Le ha debido resultar a
Álzate y a los demás jóvenes de la derecha conservadora útil para la fabricación del
héroe que necesitaban. De todas maneras, era harto justificado y refrescante el
tratamiento que Carlyle le daba al problema:

El culto a un héroe es admiración trascendente a un Grande Hombre. Y yo os digo que los


grandes hombres son admirables todavía, ¡y aún diré que en realidad no hay nada más admirable!
Sentimiento más noble que este de la admiración hacia otra persona más alta que nosotros no
anida en el pecho del hombre [...] El culto de los Héroes, la admiración cordial y prosternada:
la sumisión, ardiente, sin límites, hacia una más noble y divina forma de Hombre, ¿no es éste
el germen de la misma Religión Cristiana? 28 .

Para Carlyle, la sociedad estaba fundada en el culto al héroe, y la historia del mundo
era obra de los grandes hombres; pero lo más importante consistía en que éstos, en
el enfoque de Carlyle, eran vistos como seres sociales y, ante todo, históricos. Es
decir, el culto a los héroes no es analizado como etapas graduales en la evolución
civilizatoria de la humanidad:

Empezaremos a tener probabilidad de comprender el paganismo cuando comencemos por


admitir que para sus secuaces fue, un tiempo, seriamente verdadero. Tengamos por cosa muy
cierta que los hombres creyeron en el paganismo; y fueron hombres con los ojos abiertos,
sanos sus sentidos, hombres en todo semejantes a nosotros: y que nosotros, si nos hubiésemos
hallado en su situación, habríamos creído en él29.

Decía Álzate, a propósito de las generaciones:


A una generación la hace una coincidencia en el tiempo y en el espíritu. Al principio es apenas
una informe camaradería, una comunidad de júbilos en la infancia y en la adolescencia, un
semejante estupor ante el enigma. Entonces, al iniciarse la controversia con el destino, empieza
a amanecer vagamente la conciencia del vínculo. En el primer accidente de tráfico contra la
vida en uso, contra los valores vigentes, los jóvenes abandonan la soledad en que cada alma se
ha atrincherado p a r a ingresar en él nosotros, porque se h a n visto unánimes, viviendo a la
l o n t a n a n z a , llenos por dentro de p r i s a s . La j u v e n t u d -circuito biológico- deviene en la
generación, término que señala un nuevo rumbo del espíritu, peculiares vivencias, un ethos y
u n p a t h o s . Pero esa concepción del m u n d o que el grupo lleva consigo no se produce
simultáneamente en todos los que a la postre participan de la alianza. Unas pocas almas de
aventajado porte, alertas y ávidas, captan primero la buena nueva. En torno suyo, por virtud
de pujanza se congregan las otras. Cada generación tiene protagonistas, coro y paisaje 30 .

Álzate no ignora que entre nosotros el grupo generacional estaba atravesado por la
cultura política férreamente bipartidista de los colombianos. Por eso habla de dos
hemisferios de una misma generación: los Nuevos y los Leopardos. A los primeros los
tilda de fauna equívoca y les adjudica el haber introducido el marxismo a Colombia,
pero no los considera consecuentes con su prédica: "Ninguna literatura de clase
771
En esa gama de autores que desfilan por el texto estaban 7 Lenin, Lunacharsky. Kierkegaard, Bolívar, Waido Frank, Carlyle. Cecil
Jane, Víctor Hugo, Chateaubriand, Proust, Plejánov, Henry Beraud. .lean Richard Bloch. Théophite Gautier, Gerardo Diego,
Saint-Pol-Roux, Paul Valéry, Pablo Luis Lansberg y Ortega y Gasset.
7777
J. Parran y Mayoral, "Introducción", en Carlyle, Thomas. Los héroes. Barcelona, Ediciones Orbis. 1985 [l8411,
777
Thomas Carlyle había muerto el 5 de febrero de 1881.
-* Carlyle, Thomas, Los héroes.... p. 42.
•• Ibid.. p, 36
711
La Crónica Literaria, mayo 12 de 1934. p. 3.

El porvenir del pasado 123


producen [...] Su política es contradictoria y precaria, falta de perfiles netos. Son
socialistas de intención, pero burgueses de conducta"31. Su evaluación de los Leopardos,
en cambio, es menos severa y coincide con el momento en que por estrategia coyuntural
han renunciado a la influencia de Maurras y Daudet y a su tendencia expresa hacia
el fascio. Esto para no entrar en contradicciones con el mensaje que intenta proyectar
entre los jóvenes manizalitas. A estos grupos de una misma generación los denomina
los penúltimos. De la suya, anota: "Somos unos seres sumidos en la incertidumbre
del tiempo presente, sin rumbo y sin ancla en el alma confusa, que están pidiendo y
buscando claridad y verdad para sus vidas" 32 . Eso era una verdad a medias. La
generación de la que le hablaba Álzate a los adolescentes caldenses no constituía el
espíritu suyo, sino el de una parte de su generación: una parte también de la juventud
conservadora. Un poco más exacto hubiera sido hablar de la generación de los años
treinta dentro del conservatismo, como en realidad se venía haciendo. Paralelamente
a los intrépidos jóvenes del conservatismo que respiraban por la herida de la derrota
en 1930, sus pares dentro del liberalismo celebraban el advenimiento de una nueva
época para su partido.

La apelación a Ortega en Colombia no era empresa fácil. El concepto de generación no


abrazaba a todos los intelectuales colombianos contemporáneos de Álzate como había
abrazado en el caso de Argentina, por ejemplo, a la generación de los constructores, o a
la del centenario de ese país. En un ambiente de jóvenes vinculados por nacimiento
unos a un partido y otros a otro, la polémica que ha debido producir la intervención de
Álzate en el Instituto Universitario ha debido ser intensa e interesante. De hecho, la
muchachada que le escuchaba era apenas un destinatario inmediato. Había dejos de
intertextualidades e interdiscursividades históricas en la intervención del joven político,
que colocaban a los viejos ideólogos conservadores como contradestinatarios. De ahí la
importancia de haber convertido sus conferencias en el texto escrito que ahora podía
leer el contradestinatario al que realmente iba dirigido el mensaje de Álzate. Se trataba
de un ampho proceso dialógico que estaba teniendo lugar en el interior del conservatismo
colombiano y que Álzate y gente cercana a él afrontaban desde la problemática de las
generaciones. Hablaban de su experiencia como si fuera la de todos sus contemporáneos.
La necesidad de cubrir el conservatismo de nuevos enfoques ideológicos estaba presente
en la disertación: "En el proceso de las generaciones el escepticismo es umbral de la fe,
la interpretación económica de la historia provoca a la postre un retorno al héroe"33. El
Partido Conservador debería volcar la atención sobre grandes personalidades, figuras
denostadas en la doctrina programática de ese partido, que consideraban al héroe como
un embeleco liberal. La historia conservadora de siempre, sin embargo, probaba otra
cosa. No más un ejemplo: en 1922, la competencia entre Benjamín Herrera y Pedro Nel
Ospina por la Presidencia puso de presente la importancia del héroe, como, en efecto, lo
era el contrincante liberal. El conservatismo, entonces, se vio obligado a fabricarle
heroicidad a su candidato 31 . En la realidad, de Núñez y Caro se alimentaba el
conservatismo, que decía que ese partido no seguía hombres, sino ideas.

El héroe que estaba buscando Álzate en 1934 no estaba vivo. Ni siquiera él daba
indicios de estarse autofabricando en el sentido del hombre necesario, del hombre
síntesis. No miraba en derredor: ni conservador ni liberal le servían. Más bien, la
parte conservadora correspondiente a su generación sería "el grupo transitivo" que
afectaría el destino de Colombia. "Yo trato de explicar la historia colombiana como
•: i b i d .
= ibid. p, i.
7
Ibid.
77
Véanse, entre otras, las ediciones de La Patria y El Colombiano de 1921 y 1922.

124 El porvenir del pasado


una porfía entre la inteligencia y el héroe. Es la pálida logia, que se rodea en sus
lujos dialécticos, frente al magnánimo tipo humano que oscuramente se sabe
depositario de un destino y lo cumple. El artificio de los sistemas o el ímpetu orgánico,
una lógica en vocablos o la feraz evidencia del corazón"30, decía. Álzate ya estaba
pensando en Simón Bolívar. Ahí estaba la síntesis: "No hay generación mientras
Bolívar existe. Es el acontecer, el fenómeno. Los demás son el paisaje de su biografía"36.
Era el héroe que había sintetizado su época, de ahí en adelante, hasta Rafael Núñez
apenas se esbozan proyectos de héroes con uno u otro defecto, con una u otra falencia:
"hilera de presidentes vegetativos sin genio político, [...] aunque le faltará cierta
intuición poética y el flujo afectivo sin los cuales el hombre de Estado no llega a la
auténtica grandeza, al ámbito de los héroes" 37 . Rasgos que sólo poseerá Núñez:

Letrado ambicioso, cuya caudalosa hombredad y energía espiritual específica le permitían


cruzar abismáticos piélagos mentales sin hundirse [...] Expuso sobriamente, sin titubeos ni
blanduras, la urgencia de salvar al país de un divorcio progresivo entre las realidades y las
leyes, entre las instituciones y las costumbres, entre la letra y el espíritu. Regeneración
fundamental o catástrofe. Lema y diagnóstico 38 .

Viene luego la recaída en gramáticos y oradores. Le reconoce méritos a Reyes hasta


el advenimiento del verdadero y primer héroe colombiano del siglo XX: "Con Ospina
[Pedro Nel] aparece otra vez el hombre fuerte, el animal que construye" 39 .
Álzate destaca en sus héroes —Bolívar, Núñez y Ospina— la originalidad, y deplora en
los proyectos de héroes -Mosquera, Mallarino, Arboleda, Murillo y Reyes, entre oíros-
la ausencia de ella; la incapacidad de ser originales. Acusa a los intelectuales
colombianos, de impotencia para crear, y sentencia algo que podría, en poco tiempo,
revertirle a él y a quienes como él así pensaban:
El plagio que vino a nuestros puertos desde la independencia, ha concluido por nacionalizarse,
volverse tradicional. Hoy es una manera de ser colombiano. No he de seguir hito tras hito esa
literatura de cleptómanos. Básteme decir que en los amaneceres del siglo pasado las gentes
de l e t r a s t u v i e r o n a su servicio L a E n c i c l o p e d i a , L a N u e v a E l o í s a y el E m i l i o . Los
románticos se nutrían en Víctor Hugo, Chateaubriand y Lamartine de altisonancias y sollozos.
H a s t a los cuadros de c o s t u m b r e s , esos m e n u d o s r e l a t o s domésticos, n e c e s i t a r o n p a r a
producirse un precedente en la literatura peninsular. Políticamente el fraude era más inmediato
y nocivo. Los "ideólogos" querían hacer una República a imagen y semejanza de otros pueblos,
sin respeto al hecho, en u n limbo de utopías, p r o m u l g a b a n sus recuerdos creyendo que
b a s t a b a d e c r e t a r p a r a c r e a r . Las c o n s t i t u c i o n e s s u y a s e r a n f o l l e t i n e s f r a n c e s e s o
norteamericanos, hechos con la fantasía que emplea un liróforo del trópico para encomiar la
gracia de los parques versallescos poblados de bergamascos y máscaras fugaces. Nada de
sentido práctico o histórico. N u e s t r o s sofistas o p e r a b a n con u n a h u m a n i d a d a b s t r a c t a ,
olvidando que, "sólo existe el hombre de una raza y una tierra que lucha o sucumbe, mientras
el universo prosigue en torno su curso con magnífica indiferencia" 40 .

Toda esta argumentación la traía a cuento Álzate para apuntalar a su héroe princi-
pal poseído de originalidad. Los documentos célebres de El Libertador le servían de
comprobación, de cantera mágica donde reposaban sin alteración todas las soluciones
a los problemas de Colombia. En esto, curiosamente, tampoco Álzate era original.
Simplemente, compartía la relectura que de la vida y de la obra de Bolívar se estaba
haciendo en Venezuela y Ecuador para no citar más allá de Vallenilla Lanz o Velasco

35
La Crónica Literaria, mayo 12 de 1934, p. 3
7,7
ibid.
" Ibid.
7
" Ibid.
'" Ibid.
10
Ibid.

El porvenir del pasado 125


Ibarra, entre los nuevos ideólogos latinoamericanos. En la relectura de Bolívar, los
contenidos de la Carta de Jamaica resonaron:

No somos europeos, no somos indios, sino u n a especie media e n t r e los aborígenes y los
españoles. Nuestro pueblo más que una emanación de Europa, es un compuesto de África y
América, pues hasta que la España misma deja de ser europea por su sangre morisca, por sus
instituciones, por su carácter. Nosotros constituimos un pequeño género humano, un mundo
a p a r t e cercado por dilatados mares, nuevo en casi todas las artes y la ciencia, aunque en
cierto modo viejo en los usos de la sociedad civil41.

Álzate sintetiza, además, la obra del Libertador:

[Bolívar] propone formas políticas nuevas, adecuadas a un continente original por su territorio,
su raza y su historia. Defiende los gobiernos paternales y fuertes sobrepuestos a la gazapera
parlamentaria, aptos para darse una ruta y proseguirla sin respiro. Una monarquía sin corona,
una presidencia discrecional y vitalicia, era lo que convenía para enderezar la turbulenta
mocedad de estos pueblos. La historia se ha puesto de su lado, los acontecimientos de un siglo
corroboran cuanto dijo42.

Ahí estaba el modelo. Hacia 1934 Álzate, en medio de la confusión, tenía cosas claras.
No le llamaba la atención establecer una polémica entre liberales y conservadores
sino entre juventudes de derecha y de izquierda, las dos expresiones del caos en ese
momento. Estaba seguro de que las primeras iban hacia el fascismo y las segundas
hacia el comunismo, que ambas estaban en contra del parlamento y de todos los
contenidos de la democracia occidental: "Las juventudes estragadas de la política
pequeñoburguesa, van hacia esos partidos extremos, donde encuentran no un museo
de dogmas sino una mística del poder, símbolos y mitos, la afirmación creadora
contra la duda metódica de los parlamentos" 43 .

Álzate se creía original. No lo era tanto, era casi imposible serlo. Simplemente,
estaba pensando, hablando, escribiendo y autocriticándose, al tiempo que utilizaba
ecos y voces de otros textos y discursos, esa vez muy de moda. En el fondo se trataba
de una autocrítica: "el caos viene de afuera", decía él mismo, y profundizaba:

En nuestros pueblos gaseiformes que continúan siendo una colonia o sucursal del alma europea,
había de repercutir inmediatamente este derrumbamiento anárquico, ese ir a tientas. Ya os
dije cómo América importa modas en el v e s t u a r i o y hábitos m e n t a l e s , m a n u f a c t u r a s y
pensamientos, maquinarias y esquemas teóricos [...] Ese desembarco sistemático de ideas o
larvas de ideas que vienen a aclimatarse y crecer entre nosotros con insólito brío, no nos
permitía permanecer inmunes al malestar europeo 44 .

Ahí estaba la influencia de Spengler. El estudiante universitario que era Álzate,


trasladó a Colombia la angustia y la crisis espiritual de una Europa entre guerras y
de un mundo abatido por la crisis económica que se vivía desde 1929. Así, importó el
caos, lo utilizó, a través de él montó su postura. Fustigó la inautenticidad de las
generaciones colombianas. Pero, a diferencia de su admirado Spengler, opinó que ese
caos suyo y de su generación estimulaba una incoherencia creadora que podría seguirse
analizando en las nuevas tendencias del arte contemporáneo. 'Ya nadie cree en la
eficacia de las palabras para aglutinar una ciudadanía no unánime, ni que la verdad
nazca del constante fluir de opiniones contrapuestas" l 0 , escribía. Álzate padecía su
77
Ibid.
" Ibid.
" Ibid.. p.4.
77
Ibid.. p.3
17
Ibid.. p.4

126 El porvenir del pasado


propia crisis y su propio caos en voz alta, tenía la suerte de contar con un medio que
le permitía expresarla. En el fondo estaba haciendo parte de un proceso dialógico que
contradecía lo que escribía. Hacía suya, también, la polémica en boga de la traición
de los intelectuales que en Europa enarbolaba J. Benda, no para adherir a sus posturas,
sino para acercarse a la fuerza que aquel impugnaba: el nacionalismo de la Acción
Francesa. En Barres y Maurras se basaba el joven universitario 46 . Queriendo un
intelectual de este tipo, culpaba al intelectual que quedaba en el pasado:

El intelectual ha sido enjuiciado como responsable de la aridez del alma moderna. Es un


sujeto por cuyas venas corre tinta, que no opera como un hombre de carne y hueso. Llevando
una vida en subjuntivo, como diría Kierkegaard, se aventura por el mundo cautamente para
abarrotarlo de imágenes y conceptos. Cuando sus palabras se encarnan, el intelectual se
sobrecoge. No ha querido afirmar nada, se mantiene en un plácido balanceo dubitativo. Esto
explica por qué los intelectuales reculan frente a la empresa política, aunque en cierto modo
la hayan suscitado por la ley de la caída de las ideas 17 .

Es cuando surge el nuevo intelectual, el de acción: "Tal fue el caso de Rusia cuando
Vladimir Ilich obligó a este clan irresponsable no a pensar sino a actuar la revolución.
Lunacharsky nos cuenta su cobardía y sus escrúpulos. En Italia, según Curzio
Malaparte, hubo algo semejante cuando el movimiento fascista. Los intelectuales
empalidecieron ante los apremios del acto"48. Álzate creía estar haciéndole una crítica
a toda la intelectualidad, cuando en realidad se refería al intelectual contemplativo y
saludaba el supuesto advenimiento del intelectual de acción, como si no hubiese
existido desde siempre, incluso en la historia misma de la Santa Madre Iglesia.
Álzate se creía viviendo en una época de anarquía y caos saludables para construir
su propio camino, el de los conservadores y el de Colombia toda: "Somos la anarquía,
salimos de la costumbre estadista y vamos hacia un orden nuevo, que vendrá en una
hora demasiado tardía para nosotros. Nuestra obra está en aceptar heroicamente
ese destino" 49 , termina así este primer ensayo de Álzate.

La publicación de la conferencia de Álzate removió los recuerdos de don Aquilino


Villegas. Justo es mencionar que estamos en 1934, en la campaña electoral por la
Presidencia para suceder a Olaya Herrera. El texto de Álzate, como ha quedado
anotado arriba, es de mayo; el 11 de agosto, a pocos días de posesionado Alfonso López
Pumarejo como Presidente de Colombia, Villegas, sin mencionarlo directamente,
replicó a las interpretaciones históricas de Álzate. Se trataba de la publicación de
una serie llamada "Por qué soy...". Primero, Luis Eduardo Nieto Caballero había
escrito en los comienzos de los años treinta: "Por qué soy liberal". A Aquilino Villegas
le correspondió escribir "Por qué soy conservador". Ambos libros constituyen memorias
de dos paradigmas de los partidos tradicionales, que sirvieron para afianzar las
razones de una u otra militancia, y, que nos sirven ahora para comprender el fenómeno
que intentamos demostrar. Atrapado en el universo de su pertenencia política y de
su propia historicidad, Aquilino Villegas interpreta el proceso político colombiano. Va
al pasado para explicarse y explicarnos, a lo mejor no de manera consciente, sus
prejuicios contra el liberalismo, al que no reconoce pensamiento refinado alguno. No
era un capricho suyo, era su propia cultura, lo que su familia había vivido:
"Liberalismo para mí significaba tiranía y opresión, y para mi niñez y para mi
adolescencia siguió significando tiranía y opresión"50. La interpretación de la historia
de Colombia, ad portas de la Revolución en Marcha, intentada por un hombre

"' Justamente, desde el primer número, en marzo de 1932, La Crónica Literaria abrió edición con enorme titular: "La hora intelectual".
'• La Crónica Literaria, mayo 1 2 de 1934, p. 4.
'* Ibid.
19
Ibid.
'"• Villegas. Aquilino. Por qué soy conservador.... p. 20.

El porvenir del pasado 127


supuestamente conciliador, arte y parte del republicanismo, contribuye precisamente
a comprender justamente no el carácter equilibrado que debía tener, sino su
contribución misma a la refabricación del enemigo. Su texto da cuenta de detalles
interesantes para comprender a los intelectuales de aquellos tiempos, la mayoría
perteneciente, inevitablemente, a uno de los dos partidos tradicionales colombianos.
Se trata de escudriñar, más que en los orígenes, en el fortalecimiento de la conciencia
de pertenencia a uno de los partidos tradicionales. Sin embargo, los contenidos del
libro implican los discursos de los Leopardos y de Álzate integrados de lleno a la
actividad política dentro del mismo partido al que pertenece el autor. Pero sin una
mención directa a sus postulados para dar la imagen de un conservatismo unido y
cerrado en doctrina. Justamente, los puntos que toca son los mismos que han
incorporado los jóvenes de la derecha al discurso conservador, ciertamente
provenientes del enemigo histórico, pero sin los cuales no hubiera podido el
conservatismo continuar en la palestra de las disputas por el electorado colombiano.
Su narración, orada en estereotipos: "El liberalismo creó en Colombia la cosa y la
expresión 'el jefe único'. A veces ha habido ligeras discrepancias, y en torno al jefe
único se han reñido batallas fanáticas y el jefe único ha impuesto su voluntad" 51 . Tal
situación la vivirá el conservatismo, poco después, alrededor un hombre que los
amalgame. Dirigiéndose al estilo liberal de hacer la política, intenta marcar la
diferencia con la juventud derechista que está haciendo lo propio:
La literatura liberalizante era una antiguaya abolida; nosotros íbamos mucho más lejos! nuestros
a u t o r e s y n u e s t r o s libros, n u e s t r a vida y preocupaciones, desbordaban los viejos moldes
estrechos del sectarismo ininteligente. El símbolo era el grito aguardentoso "¡Viva el gran
partido liberal!, propio de la fiesta populachera de Las Cruces, asco del análisis y náusea de la
inteligencia y de la mesura. No nos producía cólera sino una especie de lástima, como pensábamos
que el señor Vargas Vila no podía interesar sino al peluquero grasoso de la provincia lejana e
indocta. Esta posición pueril y orgullosa de mi espíritu por la fofa palabrería liberalizante
decidió definitivamente en mis ideas políticas7'2.

Este concepto aristocratizante de la política es justamente el que empieza a rechazar


Álzate, del que trata de distanciarse. Por eso, cuando Villegas increpa contra el
comportamiento del liberalismo, le está enviando un mensaje a la joven derecha
conservadora que está intentando innovar el ejercicio político en su partido. De ahí
la siguiente diatriba del viejo dirigente:
El partido liberal, como partido político, no se dirige a la razón de sus adeptos, sino a sus
sentimientos; no trata de mover sus ideas, sino de conmover sus pasiones: vive y prospera en
el corazón de la multitud excitada y de la juventud ignorante; sus jefes toman proporciones
apostólicas, por mediocres que sean, dando valor místico a cuatro palabras pomposas y vacías,
soliviantan las multitudes. Estos estados de espíritus extraños al frío razonamiento y ajenos a
toda convicción, son campo propicio para el influjo personal del dictador. En hombros de la
multitud delirante, sube el jefe afortunado; a la demagogia sigue irremediablemente la dictadura.
Esa multitud que seguirá siendo la víctima y la explotada por el régimen personal durante
algún tiempo se hace la ilusión de que sigue gobernando bajo las especies del jefe único y de sus
caciques. Lentamente se la va enervando al sonoro cascabeleo de grandes y fastuosas palabras,
obras públicas, progreso; y debilitada al fin y embrutecida, pierde a la postre la costumbre y
hasta la noción de la libertad. El pueblo queda reducido a la condición de un menor de edad. El
proceso que acabo de describir es clásico en nuestra América, y no tiene sino ligeras variantes
según las circunstancias locales; ha llegado a crear su propia mística: y la inteligencia venal ha
forjado la fórmula que cree sintetizarlo: ''Cesarismo Democrático". Y por estos tortuosos pero

7
Ibid.. p. 80.
'•' Ibid.. pp. 33-34.

128 El porvenir del pasado


lógicos caminos, se explica psicológicamente el fenómeno que arriba anuncié, de la tolerancia,
de la afinidad simpática, de la permeabilidad del liberalismo a los regímenes personales y
dictatoriales' 3 .

La estrategia de Villegas es destruir el discurso de estirpe alzatista que está ganando


espacio en la nueva generación conservadora. De ahí que categóricamente manifieste
que al conservatismo le interese más el campesino que el obrero de las ciudades,
adonde quieren llegar los nuevos ideólogos. Los Leopardos, primero, y Álzate con
ellos o sin ellos, se la jugaron por llevar el conservatismo a los obreros, por conquistar
la plaza pública de las ciudades, por incorporar a todo el mundo, más allá del campesino
rico o pobre. Era lo menos que podían hacer. No podían taparse los ojos ante las
evidencias. El general Benjamín Herrera había introducido el pueblo a la política y
con él al obrero en la disputa electoral de la mano del Partido Liberal. "En su condición
de jefe en 1923, ordenó que los obreros y campesinos fueran llevados como principales
a los cabildos" 04 . Se trataba, sobre todo, de la cuestión social, de todas maneras
incompletamente planteada hasta entonces por el conservatismo. Las fuentes no
había que buscarlas muy lejos: estaban en las encíclicas papales. Silvio Villegas lo
estaba manifestando: "A nuestras derechas les falta una política proselitista. Dueñas
de la inmensa mayoría de las masas campesinas, muy poco han hecho por conquistarse
las masas urbanas. El obrero es el elemento político por excelencia. Sin una política
social no puede aspirarse hoy a conquistar el poder o a conservarlo" 55 .

Las generaciones de Silvio Villegas y de Álzate, que eran también las del primer
centenario de la muerte de Simón Bolívar, terminaron por sustraerse de la influencia
del sector conservador de la generación del centenario, a la que pertenecía en toda su
expresión Aquilino Villegas. Los bolivarianos, como se autodenominaron Álzate y
Silvio, no podían coincidir ya con aquel cuando afirmaba:

[...] el liberalismo ha prosperado con mayor vigor entre el obrero y el artesano de las ciudades
grandes, en donde el orador demagógico ha desquiciado sus malas pasiones, para poder contar
con su voto el día de las elecciones o con su sangre el día de la guerra civil; y en cambio, el
conservatismo ancla sus raíces instintivamente entre el campesino, peón manual, labrador, y
pequeño propietario, hijo y amo de la tierra nutricia que sólo sufrimientos ha ganado en la
agitación revolucionaria y que siempre prosperó a la sombra de la mesura y de la tranquilidad. 713

Un punto de quiebre interesante en la interpretación del pasado, más o menos reciente,


lo constituyó la campaña electoral que enfrentó a Pedro Nel Ospina y a Benjamín
Herrera entre 1921 y 1922 por la Presidencia de la República. Las formas se
confundieron y los conservadores le copiaron, podría decirse, a los liberales. A partir
de entonces, sensibilidad liberal y la magnificación del héroe, que tanto fastidiaban
a don Aquilino, pasaron a ser, también, preocupación de los conservadores. Así
repudiaba el viejo manizalita lo que el nuevo manizalita emulaba:

[...] el partido liberal nuestro, necesita para vivir y prosperar, el fanatismo de sus multitudes
por un hombre, por un ídolo, por un tótem [...] El liberalismo no perdura sino a la temperatura
del frenesí [...] El general Herrera ha dejado de ser un jefe, un prestigioso jefe conductor de su
partido para convertirse en un ídolo intocable, en un ser sobrehumano, un bello y robusto y
majestuoso tótem que se pasea ante las absortas multitudes de nuestros conciudadanos liberales.
No se opina con él, se cree en Él; no es una opinión política la que anima a sus adeptos, es un
verdadero culto; no es entusiasmo, es fervor lo que los guía; no es un candidato político, es un
77
Ibid.. pp. 80-81.
7,7
Molina. Gerardo. Las ideas liberales en Colombia. 19151934. T. II. Bogotá, Tercer mundo. 1979, p. 79,
s77
Véase Villegas, Silvio. No hay enemigos a la derecha.... p. 196.
'' Villegas. Aquilino. Por qué soy conservador.... p. 239.

El porvenir del pasado 129


concepto místico. De él lo esperan todo con implacable ceguera; triunfe su nombre, y quedará
asegurada la lluvia y el buen tiempo, la cosecha y la fortuna y la dicha doméstica. Y como todo
fervor místico, aun el más satánico, tiene un innato poder purificador, ardiendo en él la llama
del amor, sus adeptos adquieren un candor que nunca soñaron [...] Esa mórbida inclinación a
la idolatría política, ha sido el distintivo de lo que pudiéramos llamar en nuestra América
española, el liberalismo tropical, bien distinto por cierto del liberalismo doctrinario, que está
poco menos arrumbado en los países civilizados, entre los trastos gloriosos e inútiles. Ya los
hombres de estado no dicen: el individuo contra el Estado, laissez faire, laissez passer; el
m i n i m u n de gobierno y el máximo de libertades y otras generosas antiguayas, sino todo lo
contrario. Los pueblos piden Estados activos, invasores absorbentes. Pero volviendo a nuestro
liberalismo tropical, parece ser que el distintivo de su psicología, está en la inclinación a la
idolatría política. Diríase que está en su esencia el amor a los caudillos 57 .

No obstante esta lectura del adversario histórico que hacía don Aquilino, en su propio
suelo, cabe recordar que en 1921, mientras él trabajaba y escribía, surgía un periódico:
La Patria, que construirá a la manera del odiado tótem de Villegas la figura de
Pedro Nel Ospina, de la misma forma como el liberal fabricaba la de su general
Benjamín Herrera: "El general Ospina puede decirse que representa en su estructura
intelectual los anhelos de la nación: su talento preclaro, su voluntad indomable cuando
se dirige al bien de la colectividad, sus condiciones ejemplares de trabajador, de
patriota, de hombre de Estado, capacitan a este varón egregio para ceñir a su pecho
la banda de primer mandatario de la República" 58 .

Álzate daba continuación a esa búsqueda de héroes que habían emprendido los
Leopardos. Preocupación, además, en un país que uno y otros emulaban: Alemania.
Aquí, Cari Schmitt, formulando un nuevo concepto de lo político aplicado a la crisis
que vivía ese país desde los tiempos de la República de Weimar, proponía la decisión
de una voluntad que se manifestara en un estado de excepción. Llamaba a la voluntad
como la última instancia del Estado. Exhortó a un poder fuerte, unificador, decidido,
según la antigua tradición 59 . Junto a esto se habló y se fundamentó la necesidad de
un conductor de masas de nuevo tipo.

Más adelante, el 16 de septiembre, apareció en La Crónica Literaria el segundo


artículo de Álzate escrito en 1934: "África Habla"60. Es un texto sorprendente. Muestra
a un Álzate con una sostenida inclinación por la literatura, dispuesto a comprender
en profundidad, desde su condición de blanco de ascendencia española, de orígenes
antioqueños y de nacimiento manizalita, una cultura aparentemente extraña: el
mundo africano y su influencia en América. Muy posiblemente la reflexión
bolivariana: "Nuestro pueblo más que una emanación de Europa es un compuesto
de África y América", lo tenía meditando. Bien pudiera haber escrito sobre los
indígenas, como era la moda entre los intelectuales latinoamericanos, pero no lo
hizo, se sintió más cómodo haciéndolo sobre cultura negra, pensando su poesía y
sus cultores. Advertimos también que el reconocimiento que hacía Carlyle de la
importancia del universo mítico de los paganos le llevó a t r a t a r de comprender el
universo cultural de la raza negra.

" ,7 l/ari„pp. 119. 1 3 9 y l 4 3 .


'* A partir de agosto de 1921, La Patria dedicará todos sus esfuerzos a la fabricación de Ospina como nuevo héroe nacional.
Tlíí
Véase Schmitt, Cari. O conceito do político. Petrópolis, Editora Vozes. 1992 [1932],
7777
Álzate advertía que se trataba de "materiales de construcción para un ensayo anodino' 7 y estaba dedicado a Edgardo Salazar Santa-
Coloma". La Crónica Literaria anunció al final del texto que publicaría en las siguientes ediciones tres nuevos ensayos de Álzate 7 "La
posguerra ha muerto"", "Controversia sobre el paisaje" y "El Bolivarismo, vertiente de extrema derecha", los cuales nunca fueron
publicados. La Crónica Literaria, septiembre 16 de 1934, pp. 1-2.

130 El porvenir del pasado


Las primeras elecciones
de la República Liberal
v la libera! : del
elec
vi

El proceso político a comienzos de la década de 1930.


Por entonces, los años impares estaban dedicados a las elecciones legislativas:
Cámara de Representantes, asambleas y concejos municipales. Aunque de las
primeras dependía la selección de los senadores de la República, todas se desarrollaban
con tal intensidad que envolvían por entero la vida cotidiana. Se podría decir que se
trataba de un país que vivía en elecciones permanentes y que la política lo absorbía
todo, pues todo pasaba a través de ella. Los periódicos que circulaban eran, de
principio a fin, políticos; eran expresión de una sensibilidad partidaria. Y en la
centralidad de la política, el periódico era el vehículo por el que se transmitía el
acontecer que producía la misma política: j a vida social, la academia, el espectáculo
y la muerte. Un ingrediente importante en el proceso que historiamos es el de la
religión o, más que éste, el de la Iglesia Católica, consciente de su poder y de su
deber en los destinos del país.

Todavía en enero de 1931 el conservatismo no había caído en una desesperación que


cubriera todo su espectro. Voces prudentes acompañaban la comparsa política1. Los
estridentes gritos que se emitían en La Patria desde la década anterior tendían a
ahogarse en prédicas todavía mesuradas. Los contenidos de un manifiesto producido
por los conservadores de Caldas a mediados de enero son bastante reveladores:

Todo lo que t i e n d a a s u p r i m i r las injusticias económicas, a c a b a r con el p r o l e t a r i a d o o


transformarlo, debe ser saludado como una etapa en el camino de la civilización. El conservatismo
representa el justo medio, la línea de equilibrio entre el capital y el trabajo. En este camino no
le hemos negado nuestro concurso a ninguna iniciativa encaminada a mejorar la condición de

Kl Directorio Departamental Conservador de Antioquia lo conformaban 7 Gonzalo Restrepo Jaramillo, Román Gómez. Manuel M. Toro,
Antonio Mauro Giraldo. Fernando Gómez Martínez 7 el secretario genera! era -José M. Bravo Márquez,
los obreros, a elevar su nivel económico, sin perjudicar nunca el derecho de propiedad, que
moralmente interpretado es una de las columnas de toda sociedad organizada. El proteccionismo
económico, la tutela de obreros, industriales y agricultores, por parte de los poderes públicos,
constituye un canon tradicional de nuestro partido, animado siempre por un vigoroso impulso
nacionalista. El conservatismo es una mayoría incuestionable en el Departamento y sólo la
indisciplina podría arrebatarnos una victoria que ya tenemos conquistada. Sucesos recientes
nos están demostrando que el liberalismo, a pesar de la ponderación y el equilibrio de algunos
de sus dirigentes, es anárquico y antisocial en sus programas y revolucionario en sus métodos.
Sólo u n triunfo indiscutible de nuestra colectividad podrá salvar a la República de sus dificultades
económicas, y de la amenaza cierta de la demagogia y de la anarquía 2 .

Fue una época de vividas tensiones. Detrás o paralelamente a la política de "concentración


nacional" del gobierno de Olaya Herrera, presionaban dos sectores liberales distintos en
pos de radicalizaciones: uno que aspiraba, por entonces, a un gobierno de partido que
llevara a feliz término la reforma de modernización del paísi y otro que detrás de éste
pensaba en una radicalización mayor. El primero estaba liderado por Alfonso López y el
segundo se alistará en la actividad de Jorge Eliécer Gaitán. En un primer momento
estarán junto al lepismo. Incluso a la izquierda de Gaitán se expresaba un movimiento
más radical. Esto no era ajeno ni siquiera para Medellín, Un poco más adelante, el
Directorio Liberal de Antioquia emitió una plataforma política, uno de cuyos puntos
rezaba: "Por medio de disposición constitucional debe limitarse el acaparamiento de la
riqueza. Por muchos años en Colombia no debe permitirse a una sola persona, el poseer
capital mayor de cien mil pesos: a una sola familia ser dueña de más de cien mil pesos
por cabeza, ni a entidades algunas de carácter privado el tener más de cien mil pesos
por socio"3. Señalaba el documento que el Estado se reservaba "el dominio eminente de
la tierra, del agua y del aire", y consideraba, además, que los hijos legítimos y los
ilegítimos tendrían iguales derechos.

El 10 de mayo de 1933, los liberales Jorge E. Gaitán y Carlos Arango Vélez publicaron
un Manifiesto izquierdista, que podría parecer extraño por su contenido, pero
que era revelador del nivel de la lucha política en el interior del Partido Liberal:

El liberalismo es un partido corrompido y con sus sistemas no se puede hacer la verdadera


reforma. El liberalismo civilista es una organización sin sentido que está medrando en un
fugaz presente. El liberalismo en su esfera sentimental tiene apenas espíritu de fraude, de
manfichisrao delictuoso ante las grandes cosas de Colombia. El liberalismo tiene espíritu de
utilización indebida de las influencias oficiales y de prevaricatos políticos, a espaldas de la
honrada conciencia del pueblo 1 .

Los conservadores estaban enterados de la dirección que estaba tomando el discurso


liberal y se concentraron en el ataque a quien sabían era el promotor del desorden:
Alfonso López. La Defensa le acomodó el mote de "El Demagogo" en analítico editorial:

[...] es el nuevo ídolo que no puede faltar a un partido en donde los personalismos tienen más
arraigo que la doctrina. Sigue siendo el sectario, el intransigente y el peligroso. Sigue siendo el
demagogo. Pero ya no es el hombre temible para el liberalismo, puesto que es el jefe, el nuevo
indiscutible, el ídolo de fin y de comienzos del año. Lo que pasa es que el partido liberal se ha
trasformado en un año tal como lo habíamos temido. Ya no predomina allí el elemento civil.

- El Colombiano, enero 1 / de 1931, p. 3. El Directorio Conservador de Caldas estaba conformado por7 Aquilino Villegas, Valerio A. Hoyos,
Pomponio Gutiérrez. Silvio Villegas, Julio Zuloaga. Eleuterio Serna, Bernardo Ramírez y Carlos Jaramillo Isaza.
'Ibid.. mayo 6 de 1933. p. 7.
7
Ibid.. mayo I 0 d e l 9 3 3 . p . 1.

132 El porvenir del pasado


reposado, moderado, intelectual, reflexivo. Predomina el elemento agresivo, apasionado,
violento. La demagogia ha sofocado a la conciencia civil. Pero el endiosamiento de Alfonso
López presenta un aspecto que es el más interesante de todos: es el contrahombre del Dr
Olaya. Es el factor más eficaz de oposición al gobierno"5.

De ahí que este medio anotara en otro de sus editoriales de final de campaña que
había que vencer a los liberales por cuanto quienes dirigían ese partido no tenían un
espíritu reposado como el de Miguel Samper y el de Nicolás Esguerra, sino que
estaban "poseídos de la furia sectaria que regía la palabra y la pluma dilacerantes de
Rojas Garrido y de Juan de Dios Uribe"6. Una postura en sentido contrario tendrá de
los conservadores el liberalismo más adelante.

Así, en medio de tensiones apretaba la campaña. Habían ocurrido ya las primeras


muertes como consecuencia del arribo de los liberales al poder. Álzate, el personaje de
quien nos ocupamos, estaba en plena actividad universitaria y agitacional. Su padre, el
general Marco Álzate, era el Comandante de la División del Ejército en Medellín. Junto
a él, el joven bachiller se había desempeñado como empleado auxiliar escribiente, pero
por entonces, en la primera campaña conservadora posterior a la derrota, corría el
rumor de que el joven Álzate dictaba conferencias políticas en el Ejército7.

Pero el conservatismo estaba asustado por la palabra liberal que arreciaba y se


esparcía con velocidad. No más era que llegaran los mesías de la capital para que los
profetas locales quedaran iluminados. Ocurrió así cuando Alfonso López, con un
selecto séquito, visitó Medellín el penúltimo sábado de enero de 1931. El ambiente
político quedó encendido. El lunes siguiente dos manifestaciones públicas, una liberal
en la Plazuela de Vera Cruz y otra conservadora en la Plazuela de San Roque, se
realizaban simultáneamente en el centro de la ciudad. Los liberales sabotearon y
sobrevinieron los disturbios. Los diarios conservadores El Colombiano, Colombia
y La Defensa, fueron apedreados y en batalla campal se batieron a piedra en dos
oportunidades liberales y conservadores 8 .

Se caldearon los ánimos. La Defensa empezó a salir con un aviso en su extremo


izquierdo superior con un llamativo recuadro que rezaba:

A los Conservadores: Prepárese usted a sufragar m a ñ a n a por la lista conservadora. Vote a


las ocho de la m a ñ a n a y p r e s t e su a y u d a a sus amigos. Vea que hay gente que puede
arrebatarle su nombre. Obre con cordura y con firmeza. Salve al Departamento de caer en la
demagogia. Medio año de parciales ensayos de gobiernos liberales han debido persuadirlo de
que la t r a n q u i l i d a d pública y el principio de a u t o r i d a d sólo existen bajo los gobiernos
conservadores. Tunja, Popayán, Cartago, Cali, Santa Rosa, Sincelejo, Capitanejo y Medellín
son argumentos vivos de la intolerancia liberal 9.

Las fuerzas estaban equilibradas en la ciudad. Tres periódicos liberales: El Correo


de Colombia, El Heraldo de Antioquia y El Diario; y tres periódicos conservadores,
los apedreados, constituían los principales medios de comunicación que alternaban
con la palabra oral que se expresaba desde la calle: en la plaza pública o en las
plazoletas; en los cafés o en la conversación cotidiana de los antioqueños. Pero había,
quizá, ventajas a favor de los conservadores: el pulpito y la mentalidad conservadora
7
La Defensa, enero 22 de 1931. p. 3.
71
Ibid., enero 30 de 1931. p. 3.
7
Versión que es desmentida por el general Álzate en carta del 2 1 de enero de 193] dirigida a Emilio Jaramillo. director del periódico
El Diario. Véase Ibid.. enero 26 de 193o, p. 3.
77
Véase la prensa regional del 27 de enero de 1931.
"' Véanse las ediciones de La Defensa de finales de enero de 1931.

El porvenir del pasado 133


de la región, presta a entender mensajes como el siguiente, que se produjeron para
el domingo de las votaciones y que muchos habrán leído después de misa y antes de
sufragar:

En las conferencias del circo España se proclamó la enseñanza obligatoria, gratuita y laica. Y
el orador que eso dijo fue sacado en hombros. Tal el sentido de la lucha. Estamos avocados a la
defensa de la república cristiana. Todos los sabios postulados conservadores, los que le
imprimieron a la nación su fisonomía católica y conservadora; los que cimentaron la paz, la
libertad y el derecho; los que trajeron la tranquilidad de las conciencias y abrieron paso al
reconocimiento público de la soberanía social de Jesucristo, todos esos postulados hechos ya
sangre de la carne de los colombianos, son los que ahora se quiere echar a tierra. Está brillando
el sol de una victoria definitiva o de una definitiva derrota. La República de Colombia, dijo el
ilustre Suárez, tiene que ser conservadora, o dejará de ser10,

Y una última consigna antes de hablar de resultados electorales es útil transcribir


porque es la constatación no del simple hecho del uso de la metáfora de la guerra en
el discurso político electoral, sino la convocatoria a una guerra real:
Alguno dijo con absoluta razón que el debate que se va a librar el próximo domingo tiene las
proporciones de un Palonegro. En esta lid formidable, fecundó nuestro partido los áridos
campos santandereanos, con los torrentes de su sangre que corrió generosa, valientemente,
en holocausto por los ideales conservadores. Mas aquel homérico sacrificio no fue inútil,
porque con él se cimentaron 28 años de paz, porque tras esa inmemorable refriega, la patria
sobre el doble eje de la libertad y el orden, inició la etapa de progreso que la ha colocado a la
vanguardia de los pueblos indoamericanos. Pero resulta que por las desventuras de que fue
víctima el partido conservador el año pasado, estamos avocados hoy a un debate decisivo para
la suerte del conservatismo y de la Patria 11 .

Las primeras elecciones de la República Liberal.


Y el partido conservador triunfó. Todo lo cual
prueba de una vez para siempre que Colombia
es y quiere seguir siendo conservadora 12.

El domingo primero de febrero de 1931 se realizaron las elecciones a las asambleas


d e p a r t a m e n t a l e s . Transcurrieron en relativa calma: algunos disturbios se
presentaron en Medellín.
Eran las primeras elecciones después de las presidenciales de 1930, hacía ya un año.
El conservatismo había entendido la trascendencia del evento: se trataba de constatar
cuál de los dos partidos tenía las mayorías y de elegir los candidatos a las asambleas,
que después señalarían a los senadores.

El 2 de febrero, El Colombiano abrió edición con un titular a ocho columnas: "El


Partido Conservador triunfó sobre el liberalismo". Miguel Jiménez López, miembro
del Directorio Nacional de ese partido comunicó a la militancia que el conservatismo
había ganado en diez departamentos, y recomendó que no creyeran en las
informaciones liberales por inexactas. El 28 de febrero se publicaron los escrutinios
<" Ibid.. febrero 1° de 1931. p, 3,
77
Ibid., enero 28 de 1931. p. 3.
72
Del editorial de El Colombiano, febrero 3 de 1931. p, 3.

134 El porvenir del pasado


definitivos: el conservatismo ganó en ocho departamentos: Antioquia, Boyacá, Caldas.
Cundinamarca, Huila, Magdalena, Nariño y Santander del Norte. A su vez, el
liberalismo ganó en seis : Atlántico, Bolívar, Cauca, Tolima, Santander y Valle. En
Medellín, los conservadores alcanzaron 8.218 votos y los liberales 5.709. En
consecuencia, el conservatismo tendría mayoría en el Senado de la República, que
estaría compuesto por 31 senadores conservadores y 25 liberales.

La victoria conservadora permitía algunas reflexiones, incluso sobre los argumentos


que esgrimían los liberales en décadas anteriores para justificar sus derrotas cuando
hablaban de fraude o cuando achacaban el triunfo conservador a los votos de la
Policía y del Ejército, instituciones que esa vez no votaron. En este momento, los
liberales estaban en el poder y aún así ganaron los conservadores. ¿Cuál será entonces
de ahí en adelante la estrategia liberal?

Había cierta justicia en los resultados electorales. Produjeron calma de inmediato.


El conservatismo estaba aprensivo, pero satisfecho. Así se lo manifestó al presidente
Olaya H e r r e r a el Directorio D e p a r t a m e n t a l de Antioquia: "Ante la actual
intranquilidad de los espíritus y la situación de zozobra que reina en Colombia, este
Directorio ofrece a Su Excelencia su franco y decidido apoyo y el del conservatismo de
Antioquia para el sostenimiento de la paz dentro del imperio de la Constitución y de
la ley. Así reinará en Colombia la democracia amable para todos, nacida de la justicia,
pedida por nosotros y noblemente ofrecida por Su Excelencia"13.

En el mismo sentido, el Directorio de Caldas lanzó a su militancia regional un


manifiesto que analizaba los resultados electorales y trazaba las tareas del inmediato
futuro a los conservadores de Caldas:
Con el esfuerzo generoso del conservatismo hemos podido sostener nuestras posiciones de
mayoría en la Asamblea departamental, y como lógica consecuencia en el Senado de la República,
lo que quiere decir que hemos asegurado la mayoría conservadora en el más austero cuerpo
legislativo. La primera etapa ha sido favorable a nuestras aspiraciones y a nuestros principios
como una compensación al esfuerzo entusiasta y decidido de todos los conservadores de buena
voluntad. Segunda etapa : que es la definitiva. Necesitamos completar nuestro triunfo haciendo
que la mayoría de la Cámara de Representantes sea también nuestra. La disciplina de nuestras
filas que constituye una fuerza irreductible. Nunca como ahora el conservatismo de Caldas
estuvo más vigoroso y fuerte para librar las jornadas pacíficas de la democracia. En las jornadas
de mayo, en la gran batalla pacífica de las urnas, todos nosotros, conservadores de Caldas,
impongamos una vez más el predominio de nuestras ideas, que son las ideas de la paz y del orden,
a cuyo amparo la familia, la religión darán frutos para la vida [...] Invitamos a la acción, vamos a
trabajar, vamos a la victoria14.

Curiosamente, el libro que recoge los resultados electorales en el que nos basamos
establece que "no fue posible hallar el dato correspondiente a los Departamentos que
no se incluyen", esto es, de Antioquia, Atlántico y Bolívar. Sin estos datos, el libro da
por r e s u l t a d o s g e n e r a l e s : 401.555 p a r a los l i b e r a l e s y 343.394 p a r a los
conservadores 15 . La realidad está acorde con la designación de los senadores
correspondientes a los resultados electorales que hicieron las Asambleas. Es decir,
las elecciones las ganaron los conservadores.

7
La carta estaba firmada por Gonzalo Restrepo Jaramillo, presidente del Directorio Conservador de Antioquia. Ibid., febrero 12 de 1931,
p. 1.
7
Ibid., febrero 20 de 1931. p. 3. El Directorio de Caldas estaba integrado por Daniel Gutiérrez y Arango, Gerardo Arias Mejía. Antonio
Alvarez Restrepo ejercía como secretario.
7
Seis reformas estructurales al régimen político. Resultados electorales de 1930 a 1982. Bogotá, Ministerio de Gobierno, 1982, p, 615.

El porvenir del pasado 135


Las elecciones a la Cámara de Representantes. La política en la calle.
La representación conservadora a las Cámaras
se p r o p o n e o b t e n e r dos fines p r i n c i p a l e s :
c o n s e r v a r a Colombia su fisonomía de
república cristiana y lograr el restablecimiento
de la quebrantada economía nacional."'

Y para la victoria se prepararon los conservadores con el fin de afrontar las elecciones
a la Cámara del 10 de mayo. Era la época de los años treinta en que la gente estaba
en la calle o presta para salir a ella: sitio dinámico, divertido y casi el único de
esparcimiento. Era allí donde todo podía ocurrir: e l desahogo espontáneo o programado.
La política era el espectáculo. Las tardes transcurrían entretenidas: después de ias
cinco se programaban conferencias en plazoletas o se celebraban aniversarios y
homenajes, como ocurrió el 13 de febrero, cuando los liberales sabotearon una
manifestación conservadora en Bogotá en honor al general Luis Suárez Castillo después
de una exitosa correría electoral suya por el oriente del país. Mientras desde los
balcones del Hotel Europa Suárez Castillo y el leopardo Elíseo Arango hablaban a los
congregados, se desarrollaron choques que produjeron algunos contusos.

Los Leopardos, de su parte, se encargaban de satisfacer la curiosidad pública haciendo


uso de su fama labrada en la década anterior. Sus visitas a las poblaciones eran
preparadas con todas las reglas para que el espectáculo que se les programaba
transcurriera con éxito. Ellos mismos o sus allegados anunciaban sus visitas en
telegramas que enviaban a los medios conservadores y que estos se apresuraban a
hacer públicos, como se verá más adelante.

Todo marchaba bien en el campo conservador hasta el primero de marzo, cuando


comenzaron a legislar las nuevas asambleas departamentales. Don Román Gómez,
jefe de altos méritos en el conservatismo regional de Antioquia, entró en negociaciones
con el liberalismo en la Asamblea, lo que significó para el Partido Conservador un
senador menos. La unidad del conservatismo antioqueño se rompió. En señal de
protesta, Mariano Ospina Pérez, que ya era el gerente de la Federación Nacional de
Cafeteros y, a la vez, representante a la Cámara, renunció a sus posibilidades de
llegar al Senado por Antioquia. Los Leopardos pegaron el grito en el cielo. Elíseo
Arango declaró que en las filas del partido no podían seguir hombres sin moral
política y sin doctrina alguna. Enfatizó en que la sola presencia de los traidores
humillaría el decoro de la bandera conservadora. Silvio Villegas señaló que la refínada
perfidia de Román Gómez comprobaba la división del conservatismo antioqueño y
que la derrota era preferible a la deshonra 17 . La juventud conservadora de Antioquia
declaró, a su vez, que no toleraba el triunfo de los apetitos sobre los intereses de la
doctrina. Condenó la actitud de Román Gómez por significar una claudicación de la
doctrina y consideró que otorgar plazas al liberalismo en momentos difíciles era un
suicidio para el partido. Terminó pidiendo la purificación de la colectividad con la
expídsión de su seno de quienes la deshonraban 18 .

77
El Colombiano, abril 20 de 1931, p. 1.
7
Ibid.. marzo 16 de 1931, p. 1.
s
Ibid. marzo 24 de 1931. p, 1. El documento estaba firmado, entre otros, por Jesús Naranjo Villegas. Rafael Narajo Villegas y Abel
Naranjo Villegas,

136 El porvenir del pasado


Como en todas sus campañas, pero en la última siempre más que en las anteriores,
el conservatismo sacó a jugar su carta más eclesiástica que religiosa. Manuel José -
así firmaba-, arzobispo de Medellín, puso en circulación, desde comienzos de abril,
una convocatoria política que debía ser "leída por los párrocos y rectores de iglesias y
capillas de la arquidiócesis", que El Colombiano recogió y publicó en primera página.
El tono del texto revelaba la importancia que la Iglesia le daba a las elecciones de
mayo. El alto jerarca se permitió enumerar una serie de reglas prácticas que debían
seguir los católicos, entre ellas:

1. La obligación de dar voto a una república como la nuestra, urge con justicia legal a todos los
que tienen el derecho de votar y obliga bajo pecado mortal a todos aquellos por cuya abstención
se teme prudentemente que se elija un número insuficiente de buenos católicos para trabajar
por la fe y por la patria: 2. Pecan no solo contra los hombres sino contra Dios, aquellos que
venden su voto o por cualquier causa lo dan a un ciudadano que es reputado como indigno, o
inducen a otros a sufragar por él; 4. Peca gravemente quien vota por un candidato cuyas ideas
religiosas son conocidamente malas; 5. Peca gravemente quien da su voto por un candidato
que le sea desconocido, sospechando que pueda ser adverso a la causa de la religión' 9 .

Los liberales, para paliar la avalancha de la Iglesia sobre ellos, sacaron a relucir una
carta que el Papa había enviado al Presidente saludando su advenimiento al poder.
El clero creyó conveniente aclarar a su manera las cosas :

Alerta Católicos: Habiendo los jefes liberales convertido esta bendición en arma poderosa para
incautar prosélitos para las elecciones de mayo, haciendo creer al pueblo que ya el liberalismo
no es pecado, conviene estudiar someramente las causas que movieron al Romano Pontífice a
bendecir al doctor Olaya Herrera al iniciar sus trabajos como presidente de Colombia, no ha
sido dada por el hecho de que fuera liberal. Ha sido dada a todo el pueblo, a la nación entera por
su promesa de que su gobierno sería católico. El sistema liberal cargará siempre con el anatema
y maldición fulminada por la Cátedra de San Pedro que pesará sobre él y jamás dejará de ser
pecado la cooperación al mínimo ya sea directa o indirectamente 2 ".

Como si fuera poco, el 16 de abril, el mismo periódico publicó una extensa pastoral de
monseñor Miguel Ángel Builes, obispo de la diócesis de Santa Rosa de Osos. El obispo,
que será célebre en lo sucesivo, expresaba satisfacción por ser fiel al lema de pelear
las buenas batallas de la fe. Acudió a la contribución de los mártires por la fe en la
historia del cristianismo desde sus orígenes hasta los tiempos presentes. Builes quiso
también poner las cosas en orden: "Y para que veáis que no se puede ser liberal y
católico a la vez, que no se pueden abrazar los principios del liberalismo y que sin
una protesta formal de tales ideas al menos en el foro de la conciencia no se puede
recibir la absolución, os expondré brevemente en esta instrucción pastoral lo que es
el liberalismo y sus grados según la doctrina de León XIII"21. Afínales de abril, el
mismo obispo produjo otro documento, más conciso en sus pretensiones: "No puede
ser más claro que el liberalismo es hoy el mismo de siempre, y peor, porque hoy está
contaminado de socialismo y de anarquía, y así lo vienen declarando enfáticamente
algunas asambleas actualmente reunidas, como lo ha informado ampliamente la
prensa, y algunos jefes del liberalismo" 22 .

Es útil tener en cuenta -como ya se indico— que en las vísperas de las elecciones a la
Cámara de 1931 ocurrió un acontecimiento que se registrará en el proceso histórico que
' Ibid.. abril 1 I de 1931. p. 1,
77
" Ibid., abril 1 1 de 1931. p. 1.
77
Ibid.. abril 16 de 1931. p. 3,
~ La Defensa, abril 30 de 1931. p. 1,

El porvenir del pasado 137


vivía Colombia: la caída de la monarquía española. El 15 de abril de ese año tomó
posesión en ese país el Comité Revolucionario. Varios retratos del Rey, que había par-
tido para París, fueron quemados. La Defensa dedicó su primera página del 14 de
abril a lamentar el hecho y a destacar los méritos de su majestad Alfonso XIII.

El 20 de abril, El Colombiano abrió edición con el texto completo de la convocatoria


a elecciones que el Directorio Conservador de Antioquia preparó para esa oportunidad.
El texto estaba saturado de los lugares comunes que el partido esgrimía para
situaciones análogas, pero impresas, cada vez, en tonos más y más apocalípticos:
"No se trata de unas elecciones comunes y corrientes, sino de decidir en las urnas si
Colombia sigue siendo conservadora o si han de implantarse en ellas las ideas y las
prácticas liberales, con su ya conocido cortejo de intranquilidad y de anarquía" 23 .

Cuando la gente leía lo anterior, la Iglesia ya había hecho lo suyo: había preparado
a sus fieles para comprender, asimilar y aprobar lo que leían: "Deber sagrado ha sido
siempre el del voto; hoy es además, necesidad de vida o muerte, condición indispen-
sable para la tranquilidad nacional; quien se abstenga de darlo, echa sobre sus
hombros la pesada responsabilidad del que pudo y no quiso evitar a su patria males
y amarguras" 2 4 . La Iglesia trabajaba en coordinación precisa con los ideólogos del
Partido Conservador: estaba primero, en el orden del discurso, la voz autorizada de
Dios, que se expresaba a través de los prelados; luego, el poder civil, manifestado en
los periódicos conservadores, completaba la información. La coherencia era perfecta:

El liberalismo convoca hoy a sus adeptos para un debate definitivo, igual convocatoria hacemos
nosotros a los conservadores y apelamos a la tradición gloriosa que hace de las montañas
antioqueñas el baluarte indomable de la república cristiana. Antioquia mantuvo vivo en medio
de las tribulaciones, el fuego sagrado del ideal conservador y dio el espectáculo admirable del
gobierno de Berrío, en una nación devorada por la anarquía organizada 25 .

Entraba así el pasado a jugar el papel que le era asignado: la justificación de una
prédica:

El conservatismo doctrinario que defendemos, busca en el pasado las raíces que lo vinculan a
los orígenes de la sociedad y conservan la estructura esencial de las agrupaciones por el
respeto a la religión, a la familia y a la tierra patria, pero es progresista y quiere un mejoramiento
constante, ya que la actividad del hombre, por razón de su divino origen, tiene como móviles el
perfeccionamiento, la ascensión, el progreso 26 .

La Convención Conservadora y el p r i m e r
p r o g r a m a conservador del siglo XX.
La situación política que vivía el país ameritó una Convención Nacional del
conservatismo 2 '. En Bogotá, delegados de todo el país se dieron cita en el mes de abril
y redactaron un programa que se proponía adecuar la doctrina conservadora a los
tiempos que corrían. Desde 1881 el conservatismo no se había dado a la confección
oficial de un nuevo programa, de ahí que se tratara, aunque tardío, del primero de
ese partido escrito en el siglo XX2fl.

27
Eí CoJombiano, abril 20 de 1931, p. 1.
" Ibid.
777
Ibid.
'-'" Ibid.
'•'•' "El programa de 1931". Lanzado por la Convención Nacional- En7 Los Programas del partido Conservador Colombiano'- 1819-1937.
Bogotá. Directorio Nacional Conservador, n/d. (Las citaciones corresponden a este texto). El programa conservador puede verse
también en las ediciones de El Colombiano del 27 de abril en adelante,
777
Firmaron el documento los siguientes miembros del Directorio Nacional Consenador 7 Miguel -liménez López. Víctor M. Salazar.
Manuel M. Rodríguez y Alejandro Cabal Pombo. Los anteriores programas del conservatismo databan de 1849, 1878. 1879 y 1881.

138 El porvenir del pasado


Sus redactores presentaron el nuevo documento como un programa de acción pública
compuesto de veintiocho puntos, que se dividían en cuestiones constitucionales y
políticas! educativas y culturales; económicas, financieras, administrativas, sociales
y de política internacional. Advirtiendo que el país había llegado a un periodo que
demandaba "imperiosamente realidades inmediatas y eficaces antes que armoniosas
y vastas construcciones teóricas", ratificaba los principios consignados en los
anteriores programas.

La mano de sus redactores, entre los cuales se encontraba Esteban Jaramillo y


Mariano Ospina Pérez, se reflejaba en los contenidos del programa. Se reflejaba
también la influencia de ideas supuestamente contrarias al conservatismo, que
también circulaban en los debates políticos. Los pensamientos del joven gaitanismo
y de Alejandro López, que irradiaban influjo nacional, tuvieron que ser recogidos en
el programa conservador. Realmente, se trató de una plataforma que jalonaba al
conservatismo hacia una democracia popular de corte pequeñoburgués. Es decir, sin
renunciar a los postulados del catolicismo, apuntaba hacia una democracia en beneficio
de pequeñas economías situadas por lo regular en la Colombia rural. Les interesaba
a sus redactores el fortalecimiento de un sector campesino propietario. Esa vez hablaron
los conservadores del intervencionismo de Estado para efectos de la propiedad y el
capital. Plantearon la limitación del derecho de propiedad "cuando así lo exijan la
moralidad, la salubridad y la utilidad pública"29. Reconocieron en el capital un factor
esencial del progreso económico pero le asignaron un rol de importancia al trabajo
humano y se comprometieron a prestarle todo su apoyo "por medio de una sabia y
eficaz legislación de carácter social"30.

El papel del Estado en el manejo de la sociedad era insoslayable. No hablaba el


programa de reforma agraria como en el discurso liberal, pero sí apuntaba hacia
una política agraria que fomentara el crédito agrícola para el pequeño agricultor a
bajo interés y con largos plazos, en forma hipotecaria o con amortización gradual.
Planteaba la necesidad de estimular el suministro y el empleo de accesorios de trabajo
y fertilizantes a bajos precios. El documento partía del hecho de considerar la
agricultura como el fundamento de la economía nacional. Por ello invitaba a políticas
de difusión y mejoramiento de conocimientos técnicos-agrícolas entre los agricultores.
Clamaba por esfuerzos para evitar el abandono de las tierras por parte de los
campesinos y por la adopción de sistemas eficaces de colonización, ejecución de grandes
trabajos de irrigación y desecación de pantanos y lagunas. Llamaba a la eliminación
de intermediarios gravosos para que el productor obtuviera mayor rendimiento y
para que el consumidor pudiera satisfacer sus necesidades con un costo mínimo.

Para sorpresa de los adversarios políticos, el nuevo programa conservador, aunque


no hablaba de expropiación de latifundios, se comprometía a estimular el desarrollo
de la pequeña propiedad a través de la compra de tierras bien situadas para ser
parceladas entre campesinos. Esta política se complementaba con la aprobación de
leyes de colonización para ubicar a pequeños cultivadores en zonas adecuadas. A los
arrendatarios se les reconocerían derechos sobre mejoras, con opción preferencial en
la adquisición de los terrenos por él ocupados. El conservatismo se comprometía a
adelantar una ley que permitiera dividir las grandes comunidades existentes en el
país, sobre la base del reconocimiento de la posesión efectiva.
i9
""EI programa de 19,31...".
777
Ibid.. p. 40.

El porvenir del pasado 139


En la misma tónica de favorecer una economía media, el programa hablaba de procurar
la fundación de un instituto de crédito industrial que ayudara a los pequeños
empresarios nacionales. Hablaba, además, de defender las industrias nacionales,
que apenas nacían, de derechos de aduana, exención de impuestos y fletes para
maquinarias y materias primas. Estaba a favor de una justicia tributaria que gravara
según capacidades y reclamaba la paternidad del impuesto progresivo sobre la renta
y sobre las sucesiones. Impuestos sí, siempre y cuando estuvieran en armonía con la
situación económica del país y no desalentaran las industrias, deprimieran el comercio
o restringieran los consumos necesarios. De otra parte, veían en la implementación
de la carrera administrativa una solución al "grave obstáculo para la alternabilidad
pacífica de los partidos en el gobierno"31.

El conservatismo respondía a los nuevos tiempos, a las presiones que ejercían los
programas sociales y políticos puestos en circulación desde la década anterior por el
socialismo y, que, gracias al ambiente de apertura y de ilusión democráticas que
significó el advenimiento de los liberales al poder, empezaban a materializarse. Era
un programa esperado, ansiado. El conservatismo se lo debía a su militancia, que
empezaba a fatigarse de un discurso apegado excesivamente a su propio mito de un
pasado glorioso. Y el programa era producto, ciertamente, de la necesidad de ofrecer
una salida hacia el futuro, pero sin renuncias que sacrificaran la esencia del partido.
El campo, lo rural, sí, pero en el contexto de los tiempos que corrían, justamente
para que el conservatismo no cayera ni en el embrujo fascista de su juventud ni en
la aventura del nuevo liberalismo. Ese era el punto medio por el que los redactores
del programa quisieron encaminar su agrupación: "El partido conservador practica
la democracia dentro del orden social, no por la lucha violenta de las clases, sino por
una evolución reformadora, y por una colaboración sincera de los diversos elementos
de la producción"32. Eran los primeros avances de un programa social de conjunto 33 .
Le proponían a Colombia la creación del Ministerio de Asuntos Sociales, alrededor
del cual giraría la reforma social, que estaría a cargo de un verdadero estadista "que
pusiera toda su atención en el desarrollo industrial y agrícola del país" 34 . Se
comprometieron, además, en la promulgación de leyes sobre accidentes del trabajo y
seguros colectivos para los trabajadores, sobre sindicatos de patronos y obreros; y
abordaron el problema de la explotación de mujeres y niños. Señalaron que lucharían
por un sistema de participación de todos los trabajadores en las utilidades de las
empresas. Dedicaron espacio en su programa para comprometerse con "la protección
efectiva por medio de sanciones legales, para la mujer, contra la seducción y el
abandono, y protección y amparo a la maternidad" 36 . Se refería también el programa
al fomento de una inmigración que aportara en el desarrollo de la técnica moderna
aplicada al cultivo de la tierra y a la industria. Consideraron pertinente también el
fomento de cooperativas de ventas, crédito y consumo.

El conservatismo incorporó a su ideario la defensa de la raza indígena mediante


medidas que llevaran al mejoramiento de las condiciones económicas que le permitiera
"levantar el nivel orgánico, intelectual y moral"36. Especial énfasis puso el programa
en campañas de higienización que evitaran y paliaran las enfermedades de la
población. El conservatismo aspiraba a llegar a todas las clases sociales. Se
manifestaron voceros de la clase media por considerarla "elemento esencial de
equilibrio social y factor muy importante de progreso moral y económico"37. Por eso
77
Ibid., p. 39.
- Ibid.. p. 41.
777
El problema social y su resolución aparecía hasta entonces disperso en múltiples trabajos individuales. Véase, por ejemplo7 Fernández
de Soto, Mario. Ideología política. París, Editorial Excelsior, 1926.
74
"El programa conservador...".
77
Ibid.
* Ibid.
Ibid.

140 El porvenir del pasado


declararon que prestarían apoyo "a todas las medidas que tendieran a estimular la
formación de dicha clase, brindándole oportunidades y medios de levantar su nivel de
vida"3,s. Para llevar a feliz término su propuesta, el conservatismo estimó que debería
emprenderse una gran labor de educación y propaganda entre la población para
"desarrollar en el pueblo el espíritu de propia iniciativa y de esfuerzo individual, única
base sóhda de todo progreso verdadero"39. Finalmente, el conservatismo, expresando su
mayor preocupación del momento, advertía que se debía mantener por lo menos en
campo neutral el respeto a la conciencia religiosa del pueblo y la protección de la Iglesia
Católica. Si se lograba esto por parte de ambos partidos tradicionales se podría contar
en Colombia con torneos verdaderamente democráticos que impedirían los avances de
lo que llamaban las fuerzas políticas anarquizadas y desunidas.

Se trataba, pues, de un programa equilibrado que no reflejaba todavía desespero y, a la


vez, constituía un avance y puesta al día del conservatismo con la sociedad colombiana.

Los Leopardos cierran la campaña en Medellín.

Sea este el momento para decir lo siguiente: e n la época que historiamos, los hombres
de letras, que eran a la vez los mismos políticos, estaban formados en el reino de la
retórica. Era la asignatura que mayor peso tenía en una educación escolar y
universitaria saturada de influencia católica. Para quienes hacían política, la retórica
era parte constitutiva de su comportamiento y la incorporaban a todos los actos de
sus vidas. El periodismo no podía quedarse atrás. Los métodos de la retórica, eficaces
en la acción comunicativa, no sólo constituían la osamenta del discurso de la
persuasión oral. En las estrategias que se ponen en movimiento, bien para seducir el
electorado, bien para conservarlo; o para atacar al adversario o para congraciarse
con los propios, los cuatro componentes de la retórica clásica estaban presentes en la
construcción de los titulares y en el desarrollo de la noticia. Por eso, a lo largo de
nuestra descripción nos hemos acompañado de los titulares por considerarlos piezas
importantes a través de las cuales los editores de los periódicos interesan y atraen a
sus lectores.

Volvamos a los acontecimientos de 1931. Augusto Ramírez Moreno le escribió a Gilberto


Álzate Avendaño informándole el próximo viaje a Antioquia de sus compañeros Elíseo
Arango y José Camacho Carreño40. Álzate, organizador de las manifestaciones públicas
del conservatismo en la región, corroboró la información a La Defensa y a El
Colombiano: "Llegaré con Elíseo Arango. Nuestro propósito es sostener algunos
postulados económicos que constituyen hoy la esencia de toda democracia y deben
ser nuestros programas nacional y político"11. "Vienen los Leopardos", tituló la prensa
conservadora y comentó: "El conservatismo antioqueño les prepara una entusiasta
recepción". A su arribo a la ciudad, el 6 de mayo, no faltó el saludo: "Llegan hoy a la
ciudad los distinguidos huéspedes doctores José Camacho y Carreño y Elíseo Arango,
distinguidos valores de la política nacional y escritores y oradores muy elegantes y
disertos. A t a n gratos huéspedes nos es placentero presentar nuestro más ferviente
saludo" 12 . Así, días antes de que llegaran los Leopardos, en Medellín había estado
agitando el cotarro político local Alfonso López Pumarejo. También la visitó Jorge
Eliécer Gaitán, quien dejó dicho el 2 de mayo: "Para mí la sangre de los humildes es

"• I b i d
"•• Ibid.
'" El Colombiano, abril 24 de 19,31, p, 1.
7
Ibid.. mayo ó de 1931, p. 1.
177
Ibid.. mayo II de 1931, p. 1,

El porvenir del pasado 141


igual y no necesita acumular el odio sino luchar bravamente para que se redima de
la de la tiranía de 45 años" 43 . Ofendió a los conservadores locales la acusación de
tiranía a su amada República Conservadora. Las réplicas fueron abundantes. A
propósito escribió el editorialista de El Colombiano: "Fue Cristo quien declaró, a la
faz de un mundo imperialista y absorbente, los derechos del pobre. En el amor al
pobre nadie ha podido llegar primero que la Iglesia porque precisamente ella ha ido
y seguirá su carrera triunfal hasta el sacrificio de las mejores almas en favor de las
más necesitadas" 11 .

Y llegaron los Leopardos. Era prácticamente el cierre de la campaña a la Cámara de


Representantes: un espectáculo que rayaba entre lo eminente y el entretenimiento.
Los esperados artistas de la política llegaron en tren desde Puerto Berrío y allí fueron
ovacionados y metidos en un nutrido desfile hacia la ya consagrada conservadora
plazuela de San Roque. "Saludo al conservatismo que no vio Alfonso López", comenzó
diciendo Arango, aspirante a la Cámara por Antioquia, en alusión a una sonada
visita que había hecho el líder liberal en días pasados. El éxito del espectáculo que
las circunstancias cotidianas de la política y que los medios conservadores habían
contribuido a fabricar fue reportado en amplias noticias con titulares a ocho columnas
en primera plana: "La gran recepción a los Leopardos ayer"45; "Ahora a las tres y
media llegaron los leopardos Camacho y Arango. La recepción fue colosal"10.

Los Leopardos no perdieron un minuto en su visita a Medellín. Para los días jueves
7 y viernes 8 de mayo, la gente fue convocada a dos conferencias pagadas en el Teatro
Junín de la ciudad: "Camacho Carreño disertará ahora a las once y media sobre
temas sociales y de interés general. Nada de política. Única entrada treinta centavos.
Unión Nacional de Empleados" 47 . La siguiente sería dictada por Elíseo Arango en el
mismo lugar, pero un poco menos cara : veinte centavos. Se tocarían temas sociales
a beneficio de una obra de acción obrera. Advertían también que no habría política.

Próxima a cerrarse la campaña, la convocatoria al electorado conservador tomó del


universo militar el vocabulario necesario: "Todos los conservadores como soldados de
un gran ejército deben entrar en la lucha". A esto se sumaba la publicación de una
urgente presión moral:

No solamente su voto necesita y le exige el partido el domingo. Es preciso que después de votar
ayude a otros copartidarios a hacerlo. Es preciso que se acerque espontáneamente a la Casa
Conservadora, frente al jardín del palacio Amador, ofrezca sus servicios para atender alguna
mesa de votación, o para cumplir en ese día trascendental alguna labor, si de veras es patriota,
es conservador. Es preciso que se penetre del deber indeclinable de esta hora y lo cumpla sin
vacilaciones ni temores. Es preciso que sepa que es ésta la jornada que va a decidir de la
República Cristiana. Es preciso conservadores, tener presente que Dios, la Patria y el partido,
exigen para el domingo el esfuerzo supremo 48 .

El 10 de mayo, como estaba anunciado, tuvieron lugar los comicios, transcurridos


relativamente más tranquilos que los de febrero. Sin embargo, después de cerrada la
elección hubo enfrentamientos en el cruce de las calles Junín - Ayacucho, y Ayacucho-
Palacé. Una persona resultó muerta y se presentaron heridos y contusos. A nivel
nacional se registraron diecisiete muertes violentas y setenta heridos. Fue

'' La Defensa, mayo 2 de 1931. p. 1.


71
Ibid.. mayo 4 de 1931, p. 1.
'" El Colombiano, mayo 7 de 1931. p. 1.
771
La Defensa, mayo 6 de 1931, p. 1.
77
El Colombiano, mayo 7 de 1931. p. 1.
" Ibid.. m a y o S d e 1931. p. 1.

142 El porvenir del pasado


p a r t i c u l a r m e n t e d r a m á t i c a la situación en C a r t a g e n a , donde ocurrieron
enfrentamientos que terminaron en desgracia.

"Resonante triunfo conservador en las elecciones de ayer", fue el gran titular de El


Colombiano el día siguiente. En los primeros resultados registrados, el conservatismo
sacó en la ciudad de Medellín 5.393 votos y el liberalismo 3.562. Ala convocatoria, en
la metáfora de la guerra, correspondía ahora el parte de la victoria:

Era natural que las huestes al mando de Pedro Justo Berrío, que es la más pura conciencia
republicana de Colombia, salieran victoriosas ayer. Ese triunfo es nuestro también: nosotros
vivimos las horas preliminares de la defección, de la debilidad, de la expectativa, de la angustia
que precede todas las batallas. Los improperios de nuestros adversarios a los dirigentes y a las
tropas abnegadas que los siguen serán la mejor confirmación del éxito 49 .

Realmente se consagraba el departamento de Antioquia como un fortín conservador:


57.525 votos contra 42.651. Conservaban ese mérito también: Boyacá (61.650 contra
33.441 de los liberales); Huila (11.055 contra 7.873); Nariño (24.761 contra 8.180); y
Norte de Santander (34.117 contra 17.189). Digamos que este es el electorado del
conservatismo cuando se realizan las primeras elecciones de la República Liberal:
384.948 votos contra 401.993 50 . Por la magia de haber llegado los liberales al poder,
el país, de la noche a la mañana, se transforma, se va transformando en liberal.

La situación se complicó en los días inmediatos a las elecciones por cuanto el


liberalismo de Bogotá protestó por la violencia conservadora en algunos municipios
del departamento, especialmente por la muerte de Alberto Barriga, asesinado en uno
de los municipios de Cundinamarca. El 17 de mayo los liberales protestaron todo el
día en manifestaciones que iban de la Plaza de Bolívar al parque Santander, dando
"mueras" al ministro de gobierno, el conservador Carlos E. Retrepo, y al ministro de
guerra, general Morales Olaya. Alas cinco de la tarde los manifestantes, liderados
por Carlos Lleras Restrepo, proclamaron jefe único del liberalismo al general Cuberos
Niño, boicotearon El Tiempo y declararon traidores a López Pumarejo y a Gabriel
Turbay. Se oyeron "mueras" al Partido Conservador y a Olaya Herrera. Los
amotinados pidieron la derogatoria de la Constitución del 86 y la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente. Los dirigentes fueron enviados a los calabozos de
la Policía Nacional. Lleras Restrepo proclamó la revolución social y convocó al
liberalismo a mantener la protesta contra el Gobierno 51 . Fluía la presión hacia la
izquierda dentro del liberalismo.

La campaña electoral de 1933.


El curso de la política siguió el rumbo de la confrontación entre liberales y
conservadores. Se aproximaban las elecciones a las asambleas departamentales
programadas para el 5 de febrero; y corría simultáneamente la campaña presidencial
que elegiría al sucesor de Olaya. Todo el proceso electoral transcurría, además, en
plena guerra con el Perú. El lopismo se había conformado como una corriente definida
y en franca propuesta de radicalización del liberalismo. Con esa bandera, Alfonso
López Pumarejo recorría el país: "La concentración se ha reducido a la sola revolución

'Ibid.. mayo 11 de 1931. p. 3.


7
Seis reformas estructurales..., p. 639.
7
El 17 de mayo se cumplía un magno aniversario 7 "un documento jurídicosocial de los más preciosos que haya conocido la historia 7
La Rerum Novarum. debiera ser el código social de las democracias cultas". Véase La Defensa, mayo 16 de 1931, p, 3.

El porvenir del pasado 143


burocrática, sin que el liberalismo que llevó al doctor Olaya a la presidencia haya
podido realizar su ideario político. Prueba de ello es que las instituciones conservadoras
existen sin reformas de ninguna clase, lo que ha hecho aceptable la derrota al par-
tido vencido, estorbando de esta manera el siguiente triunfo del liberalismo" 52 , dijo
López en una manifestación en Bogotá.

Laureano Gómez había retornado al país el primero de julio de 1932. Luego de cuatro
años en el servicio diplomático por Argentina y Alemania, Gómez volvía a hacerse
cargo del conservatismo nacional. Había regresado pisando duro. Entre agosto y
septiembre de este año fueron recordadas sus catilinarias contra Román Gómez,
político conservador antioqueño que colaboraba con el gobierno liberal desde el Senado.
Su voz también se hizo sentir ante las jóvenes generaciones que le empezaban a
disputar el poder político dentro de la colectividad. El 11 de septiembre de 1932, en
Chía, Laureano Gómez explicó a sus seguidores los argumentos que lo separaban de
los Leopardos:
El genuino conservador hace de la patria el segundo de los sentimientos afectivos. Deséala
civilizada, y por eso es enemigo de la barbarie: la quiere libre, y detesta la opresión; acata el
orden constitucional, porque abomina la dictadura: repudia la violencia y las vías de hecho y se
hace servidor de la ley; ama la igualdad contra los privilegios; la justicia contra los abusos de
poder o del oro o de las castas y jerarquías basadas en la iniquidad; execra el absolutismo, con
cualquier título con que sea ejercido. Y se reposa en la garantía de las leyes como base de una
sociedad de hombres dignos y no temblorosos idiotas 33 .

Los Leopardos, por su parte, continuaron moviendo sus tesis. Elíseo Arango contribuyó
al desarrollo de la campaña en Antioquia, departamento que se había convertido en
plaza obligada de los líderes del liberalismo nacional por el éxito de la resistencia
conservadora a la liberalización del electorado colombiano. A tal punto llegaron las
cosas, que los jefes nacionales de los partidos, Alfonso López, Gaitán y Laureano
Gómez, fueron postulados como candidatos a diputados por Antioquia.

El estilo de los Leopardos era el más conveniente para los intereses del conservatismo
en ese momento de no acercamiento. Arango exponía que el partido debía convencerse
de que estaba en la oposición y en ese sentido debía prepararse estudiando los problemas
fundamentales para hacer una crítica implacable sobre los resultados de la
administración liberal. Señalaba que la oposición al liberalismo debía hacerse:
[...] combatiendo sistema a sistema, doctrina a doctrina, en una permanente rectificación de
donde salga depurado el concepto político. La oposición de un partido es algo imprescindible en
la mecánica del equilibrio de los partidos y democracia que no cuente en su funcionamiento con
un partido de oposición organizado, marcha a la disolución, a la rutina o la imposición inverecunda
de un caudillo 6 '.

La Iglesia tampoco cesó. Una nueva pastoral del obispo de Santa Rosas de Osos se
difundió por doquier, por escrito en la prensa y en hojas volantes, y de forma oral en
los pulpitos. Esa vez, Builes advirtió de las malas consecuencias que traería para el
país la aprobación de un proyecto de reforma constitucional que como el que se
estaba estudiando, incluía la separación de la Iglesia y el Estado, la soberanía popu-
lar como fuente de toda autoridad, el matrimonio civil y el divorcio quoad vinculum,
la libertad absoluta de cultos, la enseñanza laica y obligatoria, etc5°.
577
El Colombiano, enero 16 de 1933. p. 1.
7,77
Citado por Henderson, James, Las ideas de Laureano Gómez. Bogotá, Tercer Mundo. 1985, pp. 5 6 5 7 .
'•' El Colombiano, enero 13 de 1933. p, 31 enero 21 de 193,3, pp. 1 y 4.
77
Ibid. enero 14 de 1933. p. 4.

144 El porvenir del pasado


El 15 de enero de 1933 se produjeron en Manizales enfrentamientos entre rojos y
azules después de una manifestación pública. Los liberales atacaron la Casa
Conservadora. El Ejército se vio obligado a custodiar las instalaciones de La Patria
y La Voz de Caldas. La prensa conservadora informó que los liberales habían
tumbado las puertas, saqueado la casa, robado sus fondos, incendiado los archivos y
quemado la bandera del partido. Que se habían presentado disparos de una y otra
parte; que la imagen de Cristo Rey, que se encontraba en el recinto y que había sido
entronizada recientemente, estuvo a punto de ser destruida. Gilberto Álzate Avendaño,
uno de los defensores de la Casa Conservadora, fue encarcelado junto a otros
compañeros suyos. La situación de confrontación se trasladó a otros municipios,
mientras se informaba que Álzate había sido atacado por una afección pulmonar
dentro de la cárcel, que tenía fiebre altísima, que se negaba a aceptar una fianza
desatendiendo las insinuaciones de su familia y amigos, y que amenazaba con
autodecretarse una huelga de hambre si no se le indemnizaba moralmente recibiendo
la libertad incondicional. Las prácticas de Gandhi rondaban y empezaban a producir
efectos e imitaciones.

Para estas elecciones, Gilberto Álzate Avendaño se presentó como primer suplente de
Roberto Luis Restrepo por el círculo de Andes, Antioquia. El cubrimiento de su
encarcelamiento por parte de El Colombiano, que acompañaba de una caricatura,
iba en beneficio de la promoción de su imagen. Mejor aún si eran titulares de primera
página: "Los médicos prescribieron salida de Álzate Avendaño de la cárcel de
Manizales". Según la información, la salud de Álzate había empeorado hasta el punto
de ser trasladado a su casa en estado preneumónico : 40 grados de fiebre, congestión
pulmonar y asfixia. Álzate dejó constancia de abandonar la cárcel en contra de su
voluntad, pues exigía libertad incondicional y una indemnización por el daño moral
que le habían hecho "las autoridades sectarias y perversas, que ahora se hallan
empeñadas en encontrar víctimas de rango" 56 . No faltó la hipérbole para consolidar
su imagen: "La ciudad está pendiente de la salud del joven escritor en forma que no
se habla de otra cosa"''.

Y así transcurría la campaña cuando de pronto el lunes 23 de enero El Colombiano


abrió con titulares alarmantes: "Para evitar la persecución oficial a los conservadores
el directorio del partido ordena la abstención". El gran titular se refería sólo a uno de
los departamentos: el Tolima.

Conocidos los candidatos en todo el país, el conservatismo puso en evidencia una


preponderancia de elementos socialistas en las listas liberales: Baldomero Sanín
Cano, Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel Turbay, Moisés Prieto, Eduardo Vallejo, entre
los más conocidos. Y sentenció que no era aventurado asegurar que "al próximo
congreso los elementos socialistas llevarán mayor número que los liberales herederos
de los convencionistas de Rionegro"58.

Y como ocurría siempre, no faltó la convocatoria de última hora en la metáfora de la


guerra: "La orden del día pudiéramos resumirla en la frase inolvidable del
generalísimo francés sobre los campos arrasados del Marne : 'Hemos llegado a una
hora de abnegación y sacrificio. Que cada hombre cumpla con su deber' "59. Como
venía haciéndolo cada lunes poselectoral, El Colombiano abrió edición el seis de
771
Ibid.. enero 22 de 1933, p. 1.
77
Ibid.
•' Ibid.. enero 24 de 1933, p, 3.
"'" Ibid.. febrero ó de 1933. p. 3.

El porvenir del pasado 145


febrero a ocho columnas: "El resonante triunfo conservador en el Departamento".
Justamente en Antioquia: 67.790 votos conservadores contra 44.150, y también en el
Huila: 9.038 contra 4.560 liberales. En el círculo de Los Andes, donde Álzate Avendaño
era candidato, los resultados fueron 3.674 para los conservadores y 4.849 para los liberales.
En Medellín ganaron los conservadores: 9.369. Pero a liberales y socialistas, que
participaron esta vez por separado, no les fue bien: 5.324 votos liberales y 5.116 socialistas.
Los comicios se realizaron en medio de choques bipartidistas. El Colombiano calculó
en 32 los muertos y en treinta los heridos.

Empero, fueron los liberales los grandes vencedores en el país : 553.824 contra 338.892.
Dos años atrás el conservatismo había ganado en ocho departamentos: Antioquia,
Boyacá, Caldas, Cundinamarca, Huila, Magdalena, Nariño y Santander del Norte.
Ahora su victoria se redujo a dos. En Boyacá, en el año 31, los conservadores eran
60.859 y los liberales 42.512. Dos años después se invirtieron las cuentas: 45.459
conservadores y 69.304 liberales. En Norte de Santander, en 1931, se contaron 28.359
conservadores y 20.165 liberales. En 1933 los conservadores se redujeron a 22.787 y
los liberales aumentaron a 47.873. Y así sucesivamente.

La fabricación del nuevo electorado liberal no era sólo asunto de radicalización


ideológica en beneficio de la democracia colombiana, sino también de persecución, de
violencia, de amedrentamiento y de fraude. Los conservadores, por eso, tenían razones
en sus denuncias. La disminución del voto conservador, que lo fue casi en toda parte,
se dio donde el partido puso en evidencia el desmán liberal. Donde la lucha era
pareja, como en Manizales y Medellín, y en las respectivas capitales, la pelea era
voto a voto. Esta vez, en Caldas, por ejemplo, los resultados fueron 48.811 liberales y
47.126 conservadores. Aquí la resistencia conservadora tenía más mérito habida
cuenta de que el gobernador era liberal.

Entre los diputados por Antioquia estaban Laureano Gómez, Alfonso López, Gaitán,
Carlos Arango Vélez y Gabriel Turbay. Elíseo Arango consiguió diputación por Caldas.

Campaña electoral del 14 de mayo


en pos de la Cámara de Representantes
Se salía de una elección y el país se introducía a la siguiente, como si el sentido de
la colombianidad, de la identidad nacional pasara tan sólo por allí. La política lo era
casi todo. Poco espacio al poco esparcimiento. De fútbol nada se reportaba, ni existía.
El cine, sí, empezaba a ganar espacio. Había campo para las letras, aunque también
eran devoradas por la política que, aunque dramática y trágica, constituía el deporte
nacional, el mayor espacio para la recreación. Ni la guerra con el Perú, que se
embala después de las elecciones a las asambleas, amaina su ímpetu. Empezaba la
campaña para la Cámara de Representantes que tendría lugar el 14 de mayo. A esta
altura, a falta de otro tipo de héroe, son los políticos Laureano Gómez y Alfonso
López las personalidades de mayor reconocimiento entre los colombianos; empiezan
a ser —parodiando a Barthes— dos hablas, es decir dos mitos.

Esta vez, Gilberto Álzate Avendaño aspiraba a llegar a la Cámara ocupando el lugar de
segundo suplente de Emilio Quevedo. Los futuros jerárquicos José Mejía y Juan Zuleta

146 El porvenir del pasado


Ferrer también fungían como suplentes. Zuleta el segundo del general Berrío y Mejía el
primero de Jesús M. Quijano. Elíseo Arango aspiraba a la Cámara por xAntioquia.

La causa atraviesa horas de dura prueba


La ligera derrota en las anteriores elecciones hizo que el conservatismo no bajara la
guardia. Laureano Gómez y Abel Carbonell, que dirigían el partido desde el Directorio
Nacional, enviaron la sagrada convocatoria de emergencia previa a las elecciones. Y
era cierto, era de emergencia: si el conservatismo perdía estas elecciones no le quedaría
fácil en muchos años recuperar el poder:

La p r i m e r a r e c o m e n d a c i ó n que h a c e m o s a los c o n s e r v a d o r e s es la de la a b n e g a c i ó n .
Recomendamos la mayor actividad para concurrir a las urnas. No somos partidarios de la
abstención, y suplicamos a nuestros amigos que participen en la lucha democrática para dar fe
de su convicción por la doctrina. Tenemos noticias de que espíritus poco respetuosos de las
leyes y de los principios democráticos preparan en muchos municipios grandes fraudes electorales
para desvirtuar el peso de nuestras evidentes mayorías. Para estos casos, lo mismo que para la
plena comprobación de las violencias y coacciones que puedan presentarse, suplicamos a los
directorios departamentales y municipales que establezcan una especial vigilancia y den al
directorio nacional, con toda rapidez, los informes correspondientes. Esperamos que el partido
conservador levante el espíritu a los altos motivos que lo guían y al emprender este episodio de
la larga lucha en que se halla empeñado, para defender la civilización cristiana de los embates
revolucionarios y demagógicos, recuerde que tres ideales excelsos lo iluminan: Dios, la patria
y las instituciones conservadoras™.

Al quedar Antioquia, prácticamente, como el único fortín electoral conservador de


consideración, las elecciones se revistieron de especial trascendencia: "Antioquia será
conservadora o dejará de ser Antioquia", se leía en el editorial de El Colombiano del
domingo 14 de mayo, día de las elecciones. Y se agregaba:

El triunfo de hoy en las urnas tiene que ser y será tan ineluctable, cuanto ineluctable es para
el pueblo ordenado y consciente el mantenimiento de su haber moral. El partido conservador
está en pie, y contra la firmeza de su voluntad y su indiscutible mayoría, nada podrán ni la
parcialidad oficial, ni el fraude organizado por los dirigentes, ni la intimidación ejercida sobre el
campesino ni la amenaza ni la violencia.61

El titular de las ocho columnas esta vez rezaba: "El conservatismo obtuvo en Antioquia
un ruidoso triunfo". Lo acompañaba un extenso comentario temático:
El liberalismo presentó ayer el más vergonzoso certamen de incultura, agresividad y violencia
de que haya memoria en los anales políticos del departamento de Antioquia. Los fraudes, los
atropellos. Los abajos a la Religión y a Cristo Rey. El liberalismo oficial se movilizó íntegramente
contra los conservadores. Los vehículos del municipio al servicio de la chusma liberal. La policía
disparó sus revólveres y fusiles. La sangre conservadora tiñó las calles de la ciudad. En la
fracción de La América los liberales atacaron la Casa Conservadora. Conservadores arrastrados
por la turba liberal. La parcialidad de las autoridades. La consigna liberal. Todos los detalles de
las elecciones en la ciudad 62 .

Las elecciones, que transcurrieron salpicadas de sangre, marcaron la irreversible


derrota electoral de los conservadores y la conversión de Colombia en un país
electoralmente liberal. Se perdió Medellín: 9.495 votos liberales y 6.110 conservadores;
Ibid., mayo 6 de 1933, p. 1.
Ibid., mayo 14 de 1933. p. 3
Ibid.

El porvenir del pasado 147


pero se salvó Antioquia: 64.582 votos conservadores frente a 55.339 liberales. Las
distancias nacionales, sin embargo, entre uno y otro partido fueron muy grandes:
604.361 contra 361.571 sufragios. La ventaja electoral de los liberales sobre los
conservadores en 1931 había sido de 17.045 votos, y dos años más tarde se elevó a la
escandalosa cifra de 242.801. En las pasadas elecciones a la Cámara, el conservatismo
había ganado en cinco departamentos, y esta vez sólo en tres : Antioquia, Nariño y
Caldas. Incluso perdió el paradigmático fortín del Huila, donde en las elecciones de
hacía dos años había superado ampliamente a los liberales. En Santander tan sólo
llegaron los conservadores a 2.504 votos, mientras que en 1931 pudieron sacar 22.110
y en febrero último 5.621. Mal presagio para la gobernabilidad del país.

Esto respecto a la comparación entre las dos elecciones últimas a la Cámara de


Representantes. Si hacemos el ejercicio frente a las elecciones inmediatamente pasadas,
las de Asamblea, observamos que la tendencia estaba trazada. El único avance lo
constituía, esta vez, haber vencido los conservadores en Caldas donde la pelea para
las elecciones de febrero último y las de 1931 había sido reñida.

Fueron numerosas las denuncias de los conservadores: de muertes y de fraudes; de


saboteo, de intimidación. En los días siguientes a los comicios empezaron a llegar a
las ciudades capitales los heridos en la contienda. Procedían de Zipaquirá, Villeta,
Viotá, Fusagasugá, Nemocón, Pacho, para no mencionar sino a Cundinamarca.

La derrota produjo un discurso de melancolía poética, de veras muy hermoso. Las


figuras literarias acompañaron los escritos. Seguirle cantando a Antioquia era la
consolación principal. El futuro jerárquico J u a n Zuleta Ferrer escribió la melodía en
el editorial de El Colombiano, que a él le confiaron a su corta edad:
Antioquia, que es la conciencia de la patria, va en camino de ser totalmente conservadora. Así lo
sabíamos nosotros. Así lo habíamos experimentado en nuestras peregrinaciones ansiosas, cuando
nos sentíamos reconfortados por el entusiasmo de las masas y por la santa emoción de la tierra
henchida de frutos que el labriego, nuestro labriego, fecunda con sus sudores. Esta raza fuerte
es toda nuestra. La sola certeza de su adhesión tiene virtud suficiente para reconciliarnos con la
esperanza 63 .

Otro dirigente de la misma familia ideológica del anterior, en su columna, que esa
vez tituló "Se ha transferido para otra hora la victoria", anotó:
Cuando un partido tiene juventud y esa juventud dispone de coraje, la derrota no tiene otro
significado que el de hacerlo más fuerte. Las reservas frescas del conservatismo son las más y
son las mejores. Esta juventud continuará en las filas de peligro manteniendo encendido en el
pueblo la fidelidad a las doctrinas tradicionales, como una lámpara. Cada voz suya siempre que
sea pura aumentará el aceite. Porque es preciso hacer de estas ideas una especie de religión y
cada miembro suyo un apóstol de ella. Así no morirán nunca 64 .

La evolución de la política en el país no pintaba bien. Las reformas que intentaba el


liberalismo podrían en ese momento ser aprobadas con mayor facilidad, tenían una
naturaleza de justicia y de modernización, pero se harían, si se hicieran, con una
mancha moral muy grande. El proceso que se vivía tenía un amargo sabor de
revancha y de guerra sucia. Con el poder político y social, con el reconocimiento que

177
Ibid.. mayo 15 de 193,3, p. 3.
11
Ibid.. mayo 19 de 1933. p. 3.

148 El porvenir del pasado


tenía a su favor, y sobre todo con la ascendencia e influencia en su partido, Laureano
Gómez interpretó el momento en un ácido y cáustico análisis:

Las elecciones que acaban de pasar pueden sintetizarse con una sola palabra: fraude. La
inverosímil magnitud de los fraudes que el liberalismo señala como triunfos, fraudes visibles
de comprobación facilísima, han llevado al país la convicción de que la mayoría auténtica de los
e l e c t o r e s colombianos p e r t e n e c e n al p a r t i d o conservador. E s t e p a r t i d o que a c a b a de
experimentar en carne viva los atropellos y los vejámenes; que ha cerrado filas en torno de la
bandera y sabe cuántos son los soldados fieles, y que en cada caso se le arrebata con un proceso
indebido, sale del debate con la convicción arraigada de su mayoría numérica incontrastable en
buena lid, y solo contrarrestada por una cadena de delitos. También empieza a ver que no es
dable esperar justicia de su adversario y que debe buscarla él solo, por su propio camino 6 '.

La primera Convención Nacional de la Juventud Conservadora.


Inicio de la configuración de la agenda de las derechas
y el traslado del universo militar a la política.

Los jóvenes conservadores, que e s t a b a n siempre prontos p a r a la pelea, se


envalentonaron. El toque a Somatén no vino esa vez de las montañas de Antioquia ni
de Caldas, sino de Cundinamarca. El 9 de abril de 1933, Carlos Vesga Duarte, Carlos
Ariel Gutiérrez y Hernando Borrero lanzaron la propuesta de una convención política
de hombres nuevos en los siguientes términos:
Que este propósito responde no solamente a los anhelos de la juventud sino también a las
a s p i r a c i o n e s de todos los sectores del c o n s e r v a t i s m o , e m p e ñ a d o s en vigorizar n u e s t r a
organización política interna, a base de métodos nuevos y eficaces; y que las circunstancias que
atraviesa el partido exigen con mayor urgencia que nunca la intervención decisiva de la
juventud en lo que a t a ñ e a su perfeccionamiento orgánico, ora en lo que concierne a las
renovaciones programáticas exigidas por la época66.

El leopardo Silvio Villegas respondió al llamado escribiéndoles a los convocantes una


carta abierta: 'Yo confío en que ustedes serán más audaces, que nosotros" 67 , les
decía. Villegas aprovechó la carta para decir cosas interesantes sobre la situación del
conservatismo y para plantear el tema del relevo generacional y sus vicisitudes
dentro de su partido. Intentaba llegar a la generación siguiente a la suya para que,
según él, tuviera mejor suerte, como si la suya no la hubiera tenido. Se quejaba
Villegas de una resistencia tenaz a los hombres nuevos en el interior del partido.
Anotaba que si bien el poder podía ser un maduro ejercicio de ancianos, la oposición
era calisténica de músculos frescos, como en efecto lo había sido desde la derrota de
1930 : "La oposición es y ha sido obra nuestra, todo esto se cumplió contra los jefes del
conservatismo, ya que los ancianos regentes del partido pretendían que nos
conserváramos ordenados y tranquilos como un hormiguero" 68 . Cantándole al papel
de la juventud en la historia y considerando que es la etapa más fecunda, Villegas
hace un balance nacional: "A los 40 años el Libertador había terminado el poema de
la independencia de América. Santander presidió los destinos de la República antes
de los 30 años. Fue la inexperiencia juvenil la que llevó a la generación libertadora a
cumplir la quimérica hazaña" 69 . Y en correspondencia con esto llamaba a la juventud
conservadora a reclamar con tenacidad la posición directiva en el partido. "Hasta

'77' Véase editorial de Ibid.. mayo 21 de 1933, p. 3.


•'• El Pais, abril 10 de 1 933. pp. 1 y 5.
777
El Colombiano, mayo 19 de 1932, pp. 2 y 3.
,7Í
Ibid., p. 2.
m
Ibid.

El porvenir del pasado 149


hoy, es preciso confesarlo, sólo hemos tendido las vanguardias del asalto. Cuando es
preciso movilizar las masas, desafiar la coacción del tumulto, se cita a los hombres
nuevos, compañeros irremplazables del peligro"' 0 , señalaba. Examinando el campo
del adversario histórico. Villegas había reparado en el papel decisivo de los jóvenes
liberales de su generación en la dirección de esa agrupación, gracias a su constante
beligerancia. Reconocía que el liberalismo había sido más diestro y sagaz en la
cooptación de su juventud: "Los nombres de Jorge Eliécer Gaitán, Carlos Lozano y
Lozano y Gabriel Turbay son suficientes para demostrar la exactitud de este
silogismo"71. Hacía ver Villegas que el hecho que le había garantizado a Alfonso
López su posición en la democracia colombiana había sido su impenitente afición a
los hombres n uevos y había sido la juventud liberal la que había llevado a López a la
dirección del liberalismo.

Alas nueve de la noche del 10 de julio de 1933 se instaló en los locales de laAsamblea
de Cundinamarca, en Bogotá, la primera Convención Nacional de la Juventud
Conservadora, que deliberó durante doce días y que había sido convocada por el
Directorio Nacional Universitario Conservador, DNCU 72 . Se trataba del ambiente
espiritual de los congresos estudiantiles volcado al seno del conservatismo. Álzate
Avendaño no asistió. No ha debido ser casual su inasistencia. La derecha juvenil, en
proceso de conformación, estaba todavía dramáticamente fragmentada. Al tiempo
que el santandereano Carlos Vesga Duarte y el chocoano Daniel Valois Arce, por
ejemplo, estarán a favor de una línea abiertamente fascista, Azula Barrera y Manuel
Mosquera Garcés liderarán una corriente acorde con la tradición del conservatismo
en Colombia, es decir, un apego a los programas oficiales del partido y a las
orientaciones de las encíclicas papales 73 . La reunión tenía su mayor peso en la derecha
tradicional. El sector fascista que asistió estaba en minoría.

La delegación de Antioquia estuvo presidida por Bernardo Echeverri, J u a n Zuleta


Ferrer y José Mejía Mejía! la de Caldas por Rafael Lema Echeverri; la de Bogotá por
Carlos Ariel Gutiérrez: l a flor y nata de lo que será el movimiento de las derechas.
Personajes ya, que constituían, también, la representación y expresión más elocuentes
de la juventud del conservatismo.
El evento fue saludado por la prensa conservadora de corte laureanista, tal el caso de
El País de Bogotá, que dirigía Mario Fernández de Soto con la gerencia de Carlos
Gómez Martínez, y que circulaba desde el 21 de febrero de 1932: "Ni esconderemos
nuestra loa ni ocultaremos nuestra crítica. Que un sentido de la verdadera realidad
nacional y del más puro doctrinarismo empuje al acierto al grupo de selectos jóvenes
que hoy se someten a la dura prueba de pensar en voz alta, que vale decir, mostrar
la e s t a t u r a de su carácter, lo entrañable de su doctrina y lo profundo de su
preocupación nacionalista" 74 , editorializaba el periódico. Días antes de la Convención,
el universitario chocoano Daniel Valois Arce había declarado al periódico lo siguiente:

Las m a s a s conservadoras de la provincia reclaman en estos momentos u n a organización


fascista, que nos ponga en capacidad de luchar en contra de la demagogia liberal. Las masas
que tienen un gran instinto político, saben bien que la única manera de darse las garantías
necesarias para la vida social en un régimen liberal, es la organización de la violencia. Usted
sabe que en Europa se ha combatido de esta forma la anarquía liberal-izquierdista, que colocó
a muchos países muy cerca de la disoluciónT5

T
"Ihid..p. 2 y 3.
71
Ibid., p. 3
- Estaba integrado por Carlos Vesga Duarte, Hernando Borrero Cuadros y Carlos Ariel Gutiérrez
777
No obstante Que la conformación ideológica de los eonvencionistas no era homogénea, un evento paralelo se llevó a cabo en la capital:
la Convención juvenil conservadora democrática a la cabeza de Jesús Estrada Monsalve, Ernesto Martínez Capella y Agustín
Rodríguez Garavito. entre otros.
77
El País, julio 10 de 1933. p. 3.
"' Ihíd.. junio 6 de 1933. p. 3.

150 El porvenir del pasado


El País no desaprovechó la oportunidad del evento para indagar a más jóvenes
conservadores. José Mejía Mejía declaró al periódico:
Necesitamos descubrir el país, penetrarlo, desmontar pieza a pieza su mecanismo funcional y
señalarle su itinerario histórico. No podemos vivir, dijo alguien, de fórmulas pensadas para
otras naciones. Es urgente extraer de los hechos nacionales, en lo que tienen de más peculiar,
su logaritmo político. La farmacopea política que nos descargan de Europa los últimos
t r a s a t l á n t i c o s , n a d a tiene que ver con los p r o b l e m a s que nos envuelven. No podemos
transplantar los "ismos" de naciones en decadencia a nuestro organismo de pueblos en potencia.
Ensayar remedos grotescos, de demencias extranjeras sería tanto como desfigurar nuestro
propio destino 76 .

Por lo menos era eso lo que decía, aunque en la realidad el mundo del totalitarismo de
derecha en crecimiento moldeaba a los jóvenes derechistas. En el evento, el delegado
por Santander, Carlos Vesga Duarte, en forma enfática denunció la persecución dantesca
a que estaban sometidos sus copartidarios de Santander y Boyacá77.

Entre los temas discutidos en la Convención destacaron: el voto femenino; el


parlamentarismo; temas agrarios: parcelación, crédito agrario, enseñanza agrícola;
temas económicos: sindicalismo, cooperativas, cuestión obrera; temas educacionales:
autonomía universitaria, democratización de la enseñanza, escuela rural, defensa de la
raza! temas políticos: nacionalismo, las provincias, el imperialismo y los partidos, etc.

En la sesión del 11 de julio, la Convención aprobó la siguiente proposición:

La primera convención nacional de la juventud conservadora, reunida en Bogotá, envía un


mensaje de fraternidad y comprensión a los campesinos y obreros colombianos y les manifiesta
su propósito de perseguir con firmeza la cercana realización de todos aquellos ideales que
respondan justamente a su mejoramiento moral, intelectual y material, reconociendo en el
conglomerado trabajador del país la mayor fuerza nacionalista de Colombia. Publíquese en
carteles 7 8 .

Así mismo, la Convención declaró que acogía, como uno de los puntos de su programa
de acción política, el reconocimiento de los derechos políticos a la mujer colombiana.
Los convencionistas discutieron un proyecto sobre salario mínimo familiar. Gerardo
Valencia, Rafael Lema Echeverri, Alfonso Robledo Mejía y Carlos Ariel Gutiérrez
presentaron a la discusión un proyecto sobre la orientación internacional del partido,
y José Domingo Escobar uno sobre rebaja de créditos a favor de los municipios. Se
debatió también un proyecto sobre cuestiones agrarias.

Pero donde se presentaron las más enconadas disputas fue en la orientación ideológica,
al punto de llevar al retiro del sector fascista de la Convención, que propugnaba no sólo
por esa doctrina, sino también por la creación de un nuevo partido, a lo que Azula
Barrera respondió: "antes que conservador soy católico y no osaría nunca cambiar una
tradición de veinte siglos por un minuto de glorias perecederas y fugaces."79.
Finalmente, la Convención, como ha debido preverlo Álzate, terminó favoreciendo al
sector laureanista del Partido Conservador. Los convencionistas firmaron una
declaración programática que adhería a los postulados del partido y a los de las
encíclicas papales 80 . Pero, aunque divididos, era en esa sociabilidad, en la del DNCU,
n
De José Mejía Mejía en7 Ibid. julio 10 de 1933. p. 3.
77
Ibid.
7
" Ibid.. julio 12 de 1933, p, 1.
7S
Véase Ibid., julio 14 de 1933, p. 1.
"7 Véase Ibid.. julio 11 de 1933. p. 1.

El porvenir del pasado 151


donde estaba planteada la discusión sobre la orientación que debía dársele al partido.
Otra sensibilidad de manera simultánea sesionó: la Convención Conservadora
Democrática donde intervenían los jóvenes conservadores Agustín Rodríguez Garavito
y Jesús Estrada Monsalve, que veía al DNCU como una agrupación homogénea.
Todo indicaba que para la unidad de las derechas faltaba tiempo.

Álzate y el diseño de la pauta


ideológica de las derechas.
Aún siendo estudiante universitario, se había desempeñado Álzate como jefe de los
debates electorales de 1933 en Medellín. En tal posición tuvo la representación de su
partido en la cedulación e inscripción electoral de la militancia, y en todos los avatares
propios de las contiendas electorales. Esta experiencia le permitió medirle el pulso a
las masas conservadoras que participaban en las elecciones posteriores a la gran
derrota de 1930. Fue esta su primera escuela. Los lazos estrechos que establecerá
Álzate con las masas de su partido parten de esta coyuntura. No sólo las organizó,
sino que las defendió. Escribió memoriales, telegramas, cartas a las autoridades
liberales haciendo uso del derecho de queja. Denunció desmanes, vejámenes y abusos
de poder contra los electores de su partido. Declaró que la Policía era un cuerpo
deliberante cuyos miembros eran seleccionados con criterios políticos y que estaba
constituida por elementos abruptos. Magistralmente conceptuó:

[...] para el conservatismo es la policía un cuerpo enemigo, que siempre resuelve los conflictos
electorales en contra suya. En un país como el nuestro, donde la ciudadanía está secularmente
dividida en dos grandes bandos y la pertenencia a cada uno es blasón de la sangre, se necesita
todavía mucho más tiempo, mucha cultura política para que el individuo elevado a autoridad se
despoje de sus prejuicios banderizos 81 .

No era un concepto abstracto elaborado artificialmente. A diario se enfrentaba y


abogaba por los conservadores asediados, perseguidos y obstaculizados para inscribir
sus nombres como electores. Conservadores acorralados no sólo por la Policía, sino
por los obreros liberales que tenían en la fuerza pública un aliado que les favorecía a
la hora de las confrontaciones en los jurados electorales. "Era de verse su arremangado
brazo dando bolillazos a diestra, a diestra nada más", escribía Álzate para denunciar
un tropel ante las autoridades. Permanentemente, Álzate demandaba, acusaba,
denunciaba: "Existe un estado de inseguridad que da pavor. La demagogia todopoderosa
actúa a su antojo. Los trescientos o cuatrocientos peones del palacio municipal, más
que adelantar los trabajos de construcción parecen no tener otro oficio que interrumpir
la inscripción conservadora, que proceder ejecutivamente contra nosotros. No son
obreros de construcción. Son una mazorca"82. Fue en este espacio de realidad política
donde nació la idea de la abstención, que tendrá en Álzate a uno de sus inspiradores,
aunque de manera bastante contradictoria:

Señor secretario, escribía, le hablo en nombre de varios miles de ciudadanos hostigados y


escarnecidos hoy sin clemencia. Nosotros no pedimos hoy otra cosa que garantías en la realidad,
no solo en la ley. Si no es posible poner en la vigilancia del jurado nutridos pelotones de policía
imparcial y alejar el jurado electoral de la proximidad amenazante del palacio municipal en
proyecto, mi partido tendrá que decretar la abstención como protesta y como un reconocimiento

u|
El Colombiano, septiembre 11 de 1933. p. 4.
" Ibid.

152 El porvenir del pasado


de situaciones que menoscaban la república civil. / Hoy mismo estuve yo a punto de ser linchado,
mientras discutía reposadamente, ante el jurado varios puntos de vista jurídicos. A mi paso se
vertieron todas las injurias cobardemente, con la voracidad de una masa sobre un hombre solo83.

Ante el recrudecimiento de la violencia contra los conservadores y después de un


pormenorizado análisis de la situación, el 11 de septiembre de 1933 el Comité
Conservador de Medellín emitió un comunicado en el cual se declaraba a favor de la
abstención del partido en los próximos comicios y solicitaba del Directorio "protestar
ante la faz del país por las iniquidades perpetradas, por la impunidad de sus autores
y por la falta absoluta de garantías que menoscaba la fisonomía civil de la república"81.
Entre los firmantes figuraban Álzate y José Mejía Mejía, dos nombres inseparables
desde entonces. Días después, fue publicado un extenso informe que, en su calidad de
jefe conservador de los debates electorales, rendía Álzate a las directivas conservadoras
de Antioquia. Se trataba de un discurso que legitimaba la administración conservadora
vencida en las elecciones de 1930. La estrategia escogida para la narración
pormenorizada de la situación regional, fue la del discurso epidíctico: elogios y encomios
para lo concerniente a su propia identidad, y vituperios y denuestos para el adversario.
Legitimación de lo suyo y deslegitimación de lo ajeno. El epi, (sobre) lo conforman los
dos partidos tradicionales. Los encomios serán para su partido y los vituperios para
el liberal: "Los ocurridos en esta ciudad no son hechos esporádicos. Ellos indican una
hora moral del país, el eclipse de ciertos principios tutelares bajo el presente régimen.
Las garantías ciudadanas, el respeto a la autoridad, el libre tránsito de las ideas,
que nuestro partido introdujo en la vida colombiana han periclitado definitivamente"80,
escribía Álzate, que criticaba el nuevo estilo de gobierno en la municipalidad y el
carácter de la administración local presidida por liberales, tanto en los órganos
ejecutivos como en los legislativos. Al nuevo régimen, Álzate oponía el viejo. En este
todo era perfecto, en aquel todo falla. En ese momento el erario era una caja de
auxilios y recompensas electorales, en el pasado había quedado la excelente
organización lograda por cabildos conservadores. El joven jefe conservador afirma su
identidad política recurriendo a la estrategia de legitimar la conducta de su partido
en el pasado en comparación con la del partido que ahora gobierna:

El conservatismo no fue faccioso, no oprimió a la minoría vencida [...] entonces el municipio de


Medellín era el mejor empresario del país, el que tenía una red más eficiente de servicios
públicos. El contribuyente veía recompensado su óbolo obligatorio con el bienestar que las
empresas municipales le proporcionaban. Los comerciantes nunca fueron extorsionados como
hogaño, existía de hecho una carrera administrativa y en todas las cocinas proletarias crepitaba
el fuego alegre, porque a conservadores y liberales se les dio pan con largueza, iguales
oportunidades de trabajo. El cuerpo policivo, dotado e s m e r a d a m e n t e con un personal de
confianza, servía sólo para garantizar al ciudadano la vida, honra y bienes, sin convertirse en
instrumento de una secta dispuesta a anular el libre juego de las fuerzas democráticas. 86

Y, claro, en el denso informe se condensó y expresó el pensamiento ideológico que el


joven dirigente lanzaba a la consideración de la colectividad toda y que la joven derecha
tomará como la pauta de su pensamiento. Primero, su postura frente a la abstención:

He de poner en vanguardia la advertencia de que nunca antes de ahora estuve por la


abstención. En las deliberaciones iniciales del comité dije cómo el alejamiento de las
urnas era una táctica negativa, a la que solo podía llegarse cuando el partido careciera

- Ibid.
"7 Ibid.. septiembre 14 de 1933, p. 1.
*7 Ibid.. septiembre 16 de 1933, p. 4
-7 Ibid.

El porvenir del pasado 153


en absoluto de garantías y lo forzaran a desbordarse de los cauces legales. Al parecer
la abstención apenas acarrearía perjuicios al conservatismo, convirtiendo a un par-
tido que hace tres años fue gobierno en un derrotado de la víspera desmoralizándolo
y aniquilando sus postreros rescoldos de esperanza, oxidándolo para una actuación
futura y próxima. Un debate electoral no representa para los partidos simplemente
el logro de varias curules y una expectativa de partija. Es sobre todo una gimnasia
del entusiasmo, un movimiento de reajuste y cohesión que lo vigoriza 87 .

Y.r, junto a la justificación de la abstención venía su propuesta ideológica:

Yo siempre he propugnado por la organización fascista del conservatismo. A ella han tenido que
apelar todos los partidos de derecha en el mundo para su defensa. El fascio no es un museo de
principios, sino u n mito entusiástico, u n a dinámica interior independiente de la ideología
misma. Nosotros vamos en un plano inclinado. Hay que pensar en contener esta caída paulatina,
en restaurar nuestra voluntad de dominio quebrantada a la larga, en volver al partido agreste
y móvil como en sus orígenes. Esto es más válido que la dialéctica de paraninfo, que el examen
académico de los programas. Estamos perseverando en el error de hacer un partido intelectual
en pleno trópico, en un país donde concurren todas las sangres violentas. Muy bien p a r a
Francia, Norte América o algún pueblo polar y culto. Entre nosotros la acción va delante, la
opinión detrás. A través de la historia el gobierno es siempre para un núcleo enérgico que
coloca al margen el vasto público moroso. / Por supuesto que la conversión no puede verificarla
el partido i n m e d i a t a m e n t e . Es menester entrenarlo poco a poco frente al hecho. D u r a n t e
treinta años le estuvimos inculcando a una colectividad recién salida de la guerra civil respeto
al orden, sujeción a la autoridad y confianza en ella. Hoy no sabe el modo abrupto de mantener
sus derechos arrasados. Sigue pensando con los hábitos mentales y las propensiones volitivas
de partido de gobierno. En la oposición tiene el aspecto de un confuso montón de empleados
cesantes. / Es inútil que el conservatismo confíe en darse ahora g a r a n t í a s por su propia
voluntad y eficacia. No e n c u e n t r a en su espíritu impulsos bravios ni tampoco elementos
materiales de defensa. Ha de retirarse y eludir la escaramuza callejera, en la certidumbre de
que sería abaleado sin piedad. Está encima un gobierno que explotó a la ciudadanía bellacamente,
no en guarda del remoto confín amazónico, sino para armarse contra sus propios subditos. /
Por eso yo pido de ustedes la abstención conservadora en la ciudad para los próximos comicios.
Nuestra pertinacia en el sufragio traería consigo una numerosa degollación de inocentes. Más
vale notificarle al presidente Olaya que durante su cuatrenio la república civil que le entregamos
se ha convertido en una ingente parcela calabresa, mermada en territorio, en hombres y en
valores espirituales. Nuestra convivencia democrática es ya una farsa. La democracia -suele
repetir, como un estribillo Francesco Nitti a lo largo de su obra— no existe en las leyes sino en
las costumbres. / Esta jefatura se pone a discreción 88 .

Ibid.
Ibid.

154 El porvenir del pasado


La explosión de las derechas.
La Acción Nacional Derechista,
Jerarquía y la consolidación
del lide 1 ista
VII

Contexto del embrujo fascista en Colombia.


Fue en extremo dramática la situación mundial en la segunda mitad de la
década de los años treinta. El fascismo era una realidad avasallante, se encontraba
en el poder en varios países europeos y pretendía conquistarlo en el resto del mundo.
En 1935 se reunió en Moscú el VII Congreso de la Internacional comunista. En una
aproximación a los contenidos de las corrientes fascistas en el poder, Georges Dimitrov
anotó en ese momento: "El fascismo en el poder es la dictadura terrorista abierta de
los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital
financiero"1.

Sobre la advertencia del peligro que significaba el arribo de los movimientos fascistas
al poder en casi todos los países del mundo, el Congreso llamó a los partidos comunistas
a evitar tal eventualidad. En esa dirección deberían auspiciar la creación de frentes
populares con las burguesías nacionales y democráticas que torpedeasen la acción
del peligro fascista.

Las directrices del Congreso comunista fueron acertadas. España, Francia y Chile
eligieron gobiernos del Frente Popular y en muchos otros países los comunistas
apoyaron los gobiernos reformistas, tal el caso del comunismo colombiano que respaldó
unívocamente al régimen de la Revolución en Marcha de Alfonso López Pumarejo.
En Brasil, para citar sólo un caso, el fascismo era una amenaza real. En el mismo
1
Citado en Dimitrov, Georges. Sobre el frente único obrero y popular. Bogotá, Ediciones CHIS, 1972. p. 82.
año de 1935 dos intentonas de golpe de Estado, una por parte del Partido Integralista,
la variante brasileña del fascismo, y otra a cargo del Partido Comunista, llevarían
más adelante a que Getulio Vargas escogiese la vía autoritaria del Estado Novo.

Las cosas empeoraron en 1936. La guerra civil española causó un impacto


extraordinario entre los colombianos, que vivieron esa confrontación como propia.
Del lado de los republicanos estuvieron los liberales y del de los monarquistas los
conservadores 2 . En la apertura de la primera Convención Conservadora de 1937,
Álzate haría aprobar una proposición del siguiente tenor: "El partido conservador de
Colombia hace constar su solidaridad moral con los nacionalistas españoles, cuya
gesta descomunal no busca apenas un cambio político en la península sino que
defiende los colores perennes de la civilización occidental cristiana contra la invasión
vertical de los bárbaros" 3 , Así, como fatal coincidencia, en la medida en que recrudecía
el enfrentamiento en la madre patria crecerá la violencia bipartidista en Colombia.

No estaban solos los conservadores en su oposición al régimen. La Acción Patriótica


Económica Nacional, conocida como la Apen y denominada por los nacionalistas
como "apenina" - y a los allí congregados como "apeninos"-, estaba conformada por
un núcleo amplio de ricos propietarios: latifundistas, industriales, financieros; y por
intelectuales, altos políticos y veteranos de las guerras civiles unidos para torpedear
las reformas de López. Actuaban como grupo político bipartidista, pero bueno es
advertir que tenía mayor presencia allí el liberalismo. Hacia este movimiento se
había desplazado uno de los Leopardos: José Camacho Carreño. La organización se
formalizó el 7 de marzo de 1935, y participó en las elecciones legislativas del 5 de
mayo de ese año, pero sufrió un duro revés: 850 votos. No desaparecerá de inmediato
de la escena política pero su ímpetu languidecerá 4 .

La Convención Conservadora de abril de 1935


y la abstención total.
El liberalismo no es un partido de gobierno
sino una máquina de opresión y de fraude, el
metódico desconocimiento del derecho.''

Se sentían pasos de animal grande. El rumor de una abstención total por parte del
conservatismo crecía día a día. El liberalismo, preocupado, analizaba la situación,
aventuraba hipótesis: que el general Berrío era quien estaba detrás de la propuesta
por "no poder contrarrestar la victoriosa organización electoral del liberalismo en
Antioquia, que es la única sección del país donde la transformación política de 1930,
había encontrado una resistencia aparentemente invencible" 6 . Al orgullo herido del
general Berrío achacaba El Espectador la descabellada fórmula. Múltiples
interpretaciones corrieron. El mismo editorialista de El País señaló que la abstención
integral llevaría a que el liberalismo invadiera todos los sitios y asumiera la
responsabilidad total del gobierno para que el proceso de disolución se precipitara".
Realmente, era una salida aventurada. Podría suceder y podría no suceder. Más que
disolución, las otras agrupaciones (el Partido Comunista, la Apen y la Unir) se
beneficiarían del espacio libre que dejaran los conservadores.
- Veáse Tirado Mejía. Alvaro. Aspectos políticos del primer gobierno de Alfonso López Pumarejo 19341938. Bogotá. Instituto Colombiano
de Cultura. 1981.
El Siglo, enero 31 de 1937, p. 1.
1
Sobre todo el proceso de la Apen puede verse Tirado Mejía. Alvaro. Aspectos políticos.... pp, 5 6 5 8 y 101-115.
7
Véase ""La Desobediencia civil"", en El Colombiano, abril 12 de 1935, p. 5.
' El Espectador, abril 5 de 1935, p. í.
Véase ibid.

156 El porvenir del pasado


Los liberales t e n í a n claros sus pronósticos. El país se había liberalizado
vertiginosamente y las elecciones para diputados de 1935 lo mostrarían a todas luces.
Se basaban en la composición política de las actuales asambleas: Antioquia: \ \
diputados liberales y 22 conservadores; Atlántico: 12 y 3! Bolívar: 12 y 6; Boyacá: 17
y 15; Cauca: 8 y 7; Caldas: 8 y 9; Cundinamarca'- 18 y 16; Huila: 7 y 8; Magdalena:
8 y 7; Nariño: 6 y 9; Santander: 16 y 2; Santander del Norte : 10 y 5; Tolima : 11 y 4;
Valle: 19 y 58. Ante esta situación las elecciones se anunciaban dramáticas.

En las memorias de Francisco José Ocampo, uno de los conservadores eminentes de


Caldas de ese momento, leemos:
Entonces los miembros del directorio viajamos a Bogotá nuevamente para asistir a la Convención
Nacional Conservadora que se reunió el seis de abril de 1935 y allá los caldenses propusimos la
abstención electoral, que la Convención discutió en memorables sesiones. En ellas, Fernando
Londoño, pronunció un documentado y emotivo discurso en que pedía al cuerpo soberano del
partido decretar la abstención electoral, confirmando el rechazo a la colaboración en el gobierno.
Londoño aseguró que como estaban las cosas y dada la agresividad liberal, las elecciones le iban
a costar al partido por lo menos seiscientos muertos, de los cuales los caldenses íbamos a poner
más de ciento8.

Justamente, los conservadores habían dialogado con el presidente López sobre la


situación en Caldas, y este había delegado a su ministro de gobierno, Alberto Lleras
Camargo, para que se desplazara a Manizales con el fin de enterase de la situación,
pero nada se logró. Fue entonces cuando se produjo la emblemática Convención
Conservadora.
Del 5 al 9 de abril de 1935 se llevó a cabo en Bogotá la Convención Nacional de
Directorios conservadores 10 . El leopardo Augusto Ramírez Moreno fue comisionado
para saludar en nombre de las directivas del partido a los delegados. El evento se
instaló a las cuatro de la tarde en la Casa Conservadora. Una embajada fue
comisionada para acompañar a Laureano Gómez desde su casa en Fontibón hasta la
Convención. El esperado general Berrío no llegó y las sesiones se llevaron a cabo a
puerta cerrada. Luis Ignacio Andrade, secretario general del partido, entregaba
diariamente un boletín de prensa a los periodistas. Tal cual se rumoraba, el 9 de
abril El Colombiano abrió su edición con un titular que rezaba: "La Convención
Conservadora acogió por unanimidad la tesis de la abstención total". Se cerraban así
las deliberaciones no sin antes reiterar adhesión a los jefes supremos del partido,
Laureano Gómez y Pedro J. Berrío. Ramírez Moreno quedó comisionado para redactar
el manifiesto que acompañaría al decreto de la abstención, que a la letra decía :

La convención de directorios c o n s e r v a d o r e s , oídas las exposiciones de los d e l e g a d o s


departamentales, intendenciales y comisariales, de las cuales se deduce, de modo evidente,
que el partido carece de garantías para el ejercicio del sufragio en las próximas elecciones!
que para privar a numerosos copartidarios de sus derechos políticos, los funcionarios liberales
les niegan la cédula electoral, cercenando así sus derechos civiles: que la concurrencia del
partido conservador a las u r n a s en las circunstancias a p u n t a d a s , además de colocarlo en
situación que no corresponde a su fuerza numérica, daría s e g u r a m e n t e ocasión a nuevos
atropellos y cruentas escenas, con mayor daño para el buen nombre de la república: y que
nada indica que en el corto lapso que falta p a r a las elecciones, tal estado de cosas pueda
modificarse favorablemente, resuelve: conceptuar que los jefes supremos del partido y el

*Véase ibid.. abril 11 de 1935, p. 3.


77
Ocampo, Francisco José. Memorias inconclusas de un amnésico. Bogotá. Editorial Cosmos, 1979. pp. 158-159
171
El Directorio Nacional Conservador estaba integrado por Hernando de la Vega. Mariano Ospina Pérez. Augusto Ramírez Moreno,
Hernando Uribe Cualla. Julio Holguín y Luis Ignacio Andrade. secretario general del partido.

El porvenir del pasado 157


directorio nacional conservador, salvo mejor dictamen suyo, que el partido acatará, deben
decretar la abstención de los conservadores en los comicios próximos 11 .

Al parecer, la decisión no fue fácil. Una delegación viajó en avión a deliberar con
Berrío, el patriarca antioqueño, y sólo entonces se produjo el acuerdo. Silvio Villegas,
que no había estado presente en la Convención, escribió: "Cualquiera que haya sido
nuestro concepto sobre el tema, en torno al cual tenemos nuestras razonadas reservas,
aquí estamos para acatar la determinación adoptada" 12 . El artículo, publicado en El
Colombiano, que llevaba por título "La desobediencia civil", mostraba que la decisión
había sido, a todas luces, difícil y sorprendente. No había otro camino, entonces, que
legitimar la medida. Villegas le apostaba a un debilitamiento del liberalismo al
desaparecer de la competencia política el opositor. Confiaba en que la anarquía y la
lucha entre aliados carcomieran al partido de gobierno, y argumentaba que la lucha
entre radicales e independientes había sido la fuerza que condujo a Núñez al poder13.
El espectro del Mahatma Gandhi rondaba: "Y hablamos de resistencia pasiva porque
consideramos que es la menos grave para el país, y la única posible", anotaba Villegas.
El leopardo consideraba la guerra civil moral y doctrinalmente justificada, pero temía
que el Perú pescase en río revuelto. Además, la experiencia histórica estaba presente:
el Estado moderno había evolucionado a tal punto que estaba en capacidad no sólo de
debelar en poco tiempo cualquier pronunciamiento, sino también de defenderse. Así,
Villegas estará, esta vez, de acuerdo con su jefe supremo, el doctor Laureano Gómez.

De inmediato, cuando apenas terminaba la Convención, el 11 de abril el Centro de


Acción Conservadora (CAC), órgano de la juventud derechista, recientemente creado,
deliberó ampliamente y se impuso organizar el partido durante la abstención total.
El País había dado la noticia en los siguientes términos: "Bajo la tutela de los jefes
supremos de nuestra causa, se constituyó ayer tarde el organismo de juventud
derechista que ha de encauzar las actividades de la nueva generación conservadora
en frente de la república liberal y de las izquierdas socializantes" 14 . Daba a entender
el periodista que los jefes supremos concillaban con la iniciativa. Más adelante se
avanza en la legitimación del grupo.

El CAC inicia su vida frente al signo de la violencia anárquica que prepara la quiebra de
nuestras instituciones y la ruina de la unidad nacional. Su posición en el estadio de nuestra
política queda pues definida por la presencia de factores disolventes que desde el día en que
ascendió al poder el partido liberal conspiran contra la estabilidad social y preparan para
Colombia el madero de tormento en que ha sido sacrificado el pueblo católico de México 1 '.

Su mesa directiva estaba integrada por Manuel Mosquera Garcés, presidente;


Gerardo Valencia, vicepresidente; y Francisco Fandiño Silva, secretario 16 . En esta
ocasión, Ramírez Moreno pronunció un elogiado discurso. El leopardismo estaba en
la cima de la popularidad 1 ', y los nexos y las redes nacionales de la juventud
derechista se estrechaban.

El conservatismo todo respaldó la directriz de la Convención. La Patria, declarando


oficialmente que era deber suyo "hacer invivible el ambiente de la República Liberal",
consideró pertinente recomendar cómo debía desarrollarse la medida:

77
Véase El Espectador, abril 9 de 1 935. p. 8. Entre los delegados que firmaron el documento estaban 7 Manuel Mosquera Garcés. Abel
Carbonell. Fernando Londoño Londoño. Francisco José Ocampo. Amadeo Rodríguez. Guillermo León Valencia, José Elias del
Hierro. Eudoro Galarza Ossa. J u a n Cristóbal Martínez. José Joaquín Moriega y otros,
- El Colombiano, abril 12 de 1935. p. 5.
Ibid.
7
El País, abril 1 2 de 1935. p. 5.
77
Ibid.
'" Ibid.. abril M de 1935, pp. 1 y 5.
77
El Colombiano, abril 12 de 1935, p, 1. Estaba en circulación la novela Los Leopardos, de Augusto Ramírez Moreno, la cual gozaba de
critica favorable. En octubre de 1 935. El i seo Arango ejercía como rector de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional 7 Silvio
Villegas era de nuevo director de La Patria.

158 El porvenir del pasado


Pero la abstención debe ser una abstención activa, beligerante, aunque parezcan contradictorios
tales términos. Si el partido renuncia a sus derechos, también debe renunciar a sus deberes. Es
decir, la abstención conduce lógicamente a la desobediencia civil, a la huelga de impuestos y
contribuciones, a la absoluta falta de respeto a las autoridades. Esto puede entrañar por parte
de los jefes la heroica voluntad de ir a la cárcel, si es preciso, como lo ha hecho repetidas veces
Gandhi en la India. Nuestro deber es hacer prácticamente invivible el ambiente en una república
donde apenas si alcanzamos el título de parias 18 .

El espectro del fenómeno de Gandhi en la India recibe un uso político, una emulación
curiosa porque se trataba de condiciones en extremo distintas. Pero ahí estaba el
fenómeno para irradiar influencia. Laureano Gómez había escrito ya en 1933 un
interesante ensayo sobre Gandhi muy aproximado a lo que realmente estaba
sucediendo en la India, pero de esa escritura y de sus reflexiones surgió la inspiración,
la propuesta del conservatismo para su estrategia de abstención en Colombia19. La
prensa de todos los matices, es bueno advertirlo, informaba permanentemente sobre
las vicisitudes de Gandhi, así que el colombiano lector estaba informado al respecto.
Pero era un remedo la imitación de Gandhi; pudo ser apenas una inspiración que el
mismo proceso histórico que vivía el país con sus protagonistas y sus intenciones se
encargó de desvirtuar y de hacer que la abstención total tomara rumbos distintos a
los de la India. Los inspirados en el apóstol indio no advirtieron la naturaleza de su
convocatoria que era incluyente y totalizadora. El Satyagraha de Gandhi era una
estrategia para liberar al país no de una dominación virtual, hipotética y amenazante,
sino de una dominación colonial real. Colombia no era la India.

Así, el Partido Conservador no participó en las elecciones legislativas de mayo de


1935. He aquí un documento importante para comprender ese momento:
Conservadores: por decreto de los jefes supremos y del directorio nacional, obrando en acuerdo
con el concepto u n á n i m e de la Convención de directorios d e p a r t a m e n t a l e s , el p a r t i d o
conservador no concurre a las urnas en las votaciones de mayo. Un inmenso plebiscito nacional
favorece esta t r a s c e n d e n t a l determinación [plebiscito que publicará El P a í s en entregas
sucesivas]. En tal v i r t u d n i n g ú n conservador, podrá sufragar por candidato alguno, ni
conservador, ni liberal, ni apenino. El directorio nacional está informado de que "la Apen"
adelanta gestiones para conseguir que los electores del conservatismo favorezcan las listas que
se dice lanzaré esa organización para diputados y representantes. / La secretaría general del
partido conservador, obedeciendo órdenes de los jefes supremos y del directorio nacional del
mismo, reprueba todo intento conservador en el sentido de violar la orden abstencionista, la
cual, para que produzca los benéficos resultados que ella comporta, se requiere que se cumpla
con arreglo a la más severa disciplina. El partido conservador no sufragará, así lo dispusieron
Laureano Gómez, Pedro J. Berrío, nuestros jefes supremos, el directorio nacional y la convención
de directorios departamentales. Incurren en grave responsabilidad, en el sentido de deslealtad
política, quienes de palabra o de obra contraríen esta determinación cuyo alcance político y
consecuencias históricas pesaron y midieron detenidamente quienes la decretaron. / Conviene,
además, advertir que los conservadores que hagan parte de las corporaciones electorales y
quienes en lo sucesivo reciban el encargo de representar al partido en ellas, deben concurrir y
ejercer las funciones correspondientes con redoblado celo y vigilancia. / Entiéndase, igualmente,
que la abstención electoral no es determinación pasiva de vencimiento sino instrumento de
lucha y forma de protesta contra las arbitrariedades del régimen liberal y contra el escandaloso
fraude que ha presidido la presente campaña electoral. / Los periódicos conservadores de la
República se servirán reproducir en lugar preferente el presente boletín. / Bogotá 20 de abril
de 1935. Luis Ignacio Andrade, Secretario General del partido conservador. 20

177
Citado por El Colombiano, abril 11 de 1935. p. 3,
,y
Gómez, Laureano. "Gandhi"". en Revista colombiana. Bogotá. No. 12. septiembre 15 de 1933. pp, 353-36 1.
771
El País, abril 21 de 1935, p. I.

El porvenir del pasado 159


La génesis de la Acción Nacional Derechista (AND).
Mientras Álzate organizaba y movilizaba las masas conservadoras antioqueñas en
la resistencia electoral a la República Liberal, bajo las banderas del nuevo nacionalismo
de derecha que ambicionaba remozar y modernizar el ideario conservador, sus pares
en Bogotá apresuraban la creación de una nueva agrupación que intentará también
incidir en la ideología del partido. En abril de 1935 se constituían en organización
política los jóvenes derechistas de Bogotá y en mayo del mismo año igual proceso
empezaba en Antioquia con el grupo Jerarquía.

Pero, en medio de la celeridad con que avanzaba el proceso histórico del país, la
constitución de un grupo autónomo de las derechas no sólo era lenta sino dramática
y accidentada. Querían los derechistas trabajar en y para el Partido Conservador.
Unos días avanzaban en ese propósito y otros retrocedían. Volvían a empezar, e,
igual, se encontraban con una pared de obstáculos construida por sus adversarios
del propio partido y por la presión en su contra que el liberalismo ejercía desde su
abundante y concurrente prensa.

Como lo demostramos al final del capítulo sexto, en el Directorio Nacional Conservador


Universitario (DNCU) se repetían y se reflejaban las mismas divisiones y tendencias
del conservatismo. Hacia 1933, los nacionalistas estaban representados, entre los
más protagónicos, por Carlos Vesga Duarte y Daniel Valois Arce, que demandaban la
apropiación directa del fascismo como inspiración y método de lucha, y además
proponían la creación de un nuevo partido. Valois había dedicado justamente su tesis
de grado en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional al tema del fascismo.
Sus contradictores, en cambio, se aferraban a las encíclicas papales y al programa
conservador de 1931 y se expresaban en la voz de Rafael Azula Barrera y Manuel
Mosquera Garcés. La Convención juvenil, que se había desarrollado en 1933, terminó
dividida en dos bandos. El sector tradicionalista que logró el liderazgo de la reunión
expidió una declaración de principios en la que promulgaba al catolicismo como la
doctrina que se debía seguir, incluso como alternativa al fascismo. Es decir, lo
descartaba de plano. Sólo coincidía con los jóvenes antioqueños en la beligerancia
que debía caracterizar al partido:

El partido conservador no puede permanecer en una resistencia pasiva ante los problemas
sociales que agitan con inusitada inquietud el alma colectiva en todos los países del orbe.
Cruzados de una doctrina espiritualista que en las urgencias públicas debe ser "cordial y no
tósigo, antorcha y no tea" para aplicar una frase lapidaria de Núñez, nuestra misión adquiere
proporciones heroicas toda vez que tiende a provocar en estas desoladas regiones, que tanto
eco prestan a locuras ultramarinas, un nuevo renacimiento cristiano sobre las ruinas de la
civilización que agoniza 21 .

Sin embargo, la aceleración del proceso de reformas que impulsaba el nuevo gobierno
mejoró las condiciones para que las derechas volvieran a coincidir.
Casi inmediatamente después de su posesión, el gobierno de López Pumarejo puso
sobre las curules de los congresistas el paquete de proyectos gracias a los cuales se
transformaría en el país el régimen de propiedad y se introduciría el intervencionismo
de Estado. Los jóvenes de la derecha comenzaron a crear grupos de resistencia.
77
Ibid., junio 21 de 1934, p. 3,

160 El porvenir del pasado


Algunos de ellos, como Juventud Derechista de Bogotá, establecieron contactos con
el conservatismo antioqueño primero y luego con sus juventudes nacionalistas para
unir criterios de lucha contra las anunciadas reformas de López. De ese grupo hicieron
parte Carlos Ariel Gutiérrez, Francisco Fandiño Silva, Gerardo Valencia, Eduardo
Carranza, Carlos Vesga Duarte, Ernesto Martínez Capella, Rafael Azula Barrera y
Manuel Mosquera Garcés. Más adelante, como lo dijimos arriba, cuando la Convención
Conservadora de abril de 1935 decretó la abstención total, los jóvenes de la derecha
conservadora hicieron su aparición con el nombre de Centro de Acción Conservadora
(CAC) y emitieron un trascendental comunicado dirigido "A la República":

Hemos resuelto constituirnos en centro de acción doctrinaria y política [...] Constituimos, los
jóvenes conservadores la v a n g u a r d i a de las derechas colombianas, moral, económica y
políticamente amenazadas por la revolución. Somos católicos, conservadores, nacionalistas y
reaccionarios. Católicos porque creemos, y porque dentro de un clima ético del catolicismo
hemos nacido a la cultura y al mundo, cuando los nuestros, no hace mucho tiempo, habían
modelado un país que no se sonrojaba de mirar hacia Roma, universal madre de los pueblos.
Conservadores, porque fueron los de este nombre quienes supieron imponer al respeto de
los extraviados el hecho católico colombiano, hoy inexpugnable, y porque fueron también ellos
los mantenedores del ideal bolivariano, realista y autoritario, que trajo orden y progreso a
nuestra humanidad criolla, urgida de frenos antes que de motores históricos. Nacionalistas,
porque defendemos lo que las minorías antecesoras modificaron para bien del pueblo en un
siglo de tanteos dramáticos mirando hacia nosotros mismos antes que al horizonte extranjero,
y porque sabemos que en la trayectoria sociológica indoamericana nos corresponde un lugar
directivo y primordial que no podremos cumplir sin antes haber delineado la contextura altanera
de Colombia. Reaccionarios, porque utilizamos toda nuestra fuerza para corresponder a la
violencia de la revolución, en un regreso al fanatismo necesario para las grandes empresas del
tiempo. Somos h e r e d e r o s de A n g o s t u r a s . Los nietos del 86. Los enemigos de Marx, el
contrafuerte de la avalancha revolucionaria, la reacción hacia el poder. He aquí nuestro lema.
Con él llamamos a la tropa de las reservas vivas de la nación en peligro 22 .

En el documento, que estaba firmado por Mosquera Garcés, presidente; Gerardo Valen-
cia, vicepresidente, y Fandiño Silva, secretario, los derechistas se propusieron como
objetivo central la organización del partido durante la decretada abstención total.

La Acción Nacional Derechista (AND).

Las presiones de la nueva situación, en que el conservatismo se marginaba de la


participación electoral, llevaron al CAC a convertirse en una organización más sólida
y definida: Acción Nacional Derechista (AND). Con ese nombre empezó a aparecer
desde el 20 de abril de 1935 en las páginas de El País, periódico que brindó su apoyó
a la nueva iniciativa de la juventud derechista del centro de Colombia 2 '. La AND
nombró nueva directiva, en la que alternaban cargos y responsabilidades Manuel
Mosquera, Gerardo Valencia, Gabriel Carreño, Azula Barrera, Martínez Capella,
Eduardo Carranza. No se trataba de un movimiento político independiente del
conservatismo, al contrario, se organizaba para dinamizarlo. Era una necesidad del
mismo partido o, mejor, ambas partes se necesitaban. La AND utilizó por ello toda la
infraestructura que el partido tenía en Bogotá y en la región. Sin embargo, las
tensiones entre el tradicionalismo conservador y la nueva propuesta nacionalista
afloraron en todo momento. La gran prensa liberal también ejerció fuerte presión

-- Ibid. abril 17 de 193-5. pp. 1 y 5. Negrillas del autor de este trabajo.


1
En este periódico los derechistas contaron con una sección denominada "El Tablero de las Derechas", amén de contar con la difusión
de sus actividades a través de entrevistas y publicación de artículos.

El porvenir del pasado 161


para descalificar la actividad de la AND, lo que se reflejaba en el interior del
conservatismo. Presentar a la AND como un partido nuevo, distinto al conservatismo,
fue una estrategia de los adversarios internos y externos que melló en la marcha y
propósitos de la nueva agrupación, a tal punto que el 6 de junio de 1935 la AND se vio
obligada a emitir una resolución en la que declaraba que en ningún instante el
movimiento había tenido "el propósito de insurgencia contra las supremas directivas
conservadoras, y menos aún contra las doctrinas que ha sustentado el Partido
Conservador Colombiano a través de su historia" 24 . En tal sentido, el punto tercero
de la resolución declaraba disuelta la AND y reiteraba la fe en la doctrina que había
"animado nuestras actividades políticas"26. En adelante la plana mayor de AND siguió
su trabajo ideológico desde el interior del Partido Conservador, que de buen agrado le
comunicó al país que la AND había puesto sus estatutos a órdenes del Directorio
Nacional "para que los revise y modifique, y ha expresado su voluntad de obedecer a
la disciplina conservadora" 26 .

Como lo decían en el documento de su disolución, los derechistas siguieron poniéndole


fe a l a doctrina que había "animado" sus actividades políticas, y, como el Directorio
Nacional había ordenando participar en las elecciones para concejos municipales,
los jóvenes continuaron su prédica en la plaza pública y montando casas conservadoras
por los barrios de Bogotá. Renunciaron a postularse para los concejos, no obstante su
trabajo entre las masas, cosa que el Directorio Nacional saludó. Al poco andar,
volvieron por las suyas y continuaron llamándose representantes de la derecha,
acción derechista, hasta que volvieron con su razón social Acción Nacional Derechista.
Les había parecido que el gandhismo que predicaba Gómez y su crítica a los
paradigmas del fascismo hecha en su reciente libro El cuadrilátero 2 7 iban a
contrapelo de la realidad en que se encontraba la masa conservadora justamente
después de las sangrientas elecciones de octubre pasado.

El 6 de noviembre salió a la luz pública Derechas, el periódico de la AND que fue


celebrado por la sensibilidad derechista de todo el país. Por supuesto, se trató de un
avance cualitativo de la AND. El semanario contó con la participación intelectual de
un amplio número de colaboradores dispersos anteriormente en los medios
conservadores. Que apareciera un periódico central del derechismo en Bogotá
anunciaba preponderancia de los nacionalistas bogotanos sobre los demás, en par-
ticular sobre los líderes antioqueños.

La ideología de la AND.
Eran los derechistas gente joven, incluso muy joven, con deseos de proyección social.
Todos, o casi todos, de clase media. Los había médicos e ingenieros, pero la mayoría
estudiaba derecho. Hacían dos profesiones a la vez, una de ellas era la política.
Mientras cursaban esta, se graduaban en la otra. Así fue la suerte de la generación
de Álzate, a diferencia de la de los Leopardos, que irrumpieron a la política justamente
después de sus graduaciones. Se trataba pues de un movimiento de universitarios
conservadores. Esto debe tenerse en cuenta a la hora de los análisis sobre su actividad
política, ideológica y cultural. La perspectiva de una República Liberal excluyente a
la m a n e r a de la experiencia de la larga República Conservadora ha debido

21
El País, jumo 7 de 1935. p. 1.
27
Ibid.
2,7
Ibid., p. 3.
27
Véase Gómez, Laureano, El cuadrilátero. Bogotá, Editorial Centro, 1935.

162 El porvenir del pasado


atormentarlos. De consolidarse en el poder el liberalismo pocas o ninguna oportunidad
tendrían, a no ser por la vía de la apostatación a su credo. El año 36 reuniría en una
misma lucha, que era a la vez ideológica, política, generacional e, incluso, de
reivindicación de la provincia, a las generaciones de Silvio y Ramírez Moreno con la
de Álzate, Mejía Mejía y Azula Barrera. Peleaban por posicionarse en el partido y en
la sociedad, y buscaban sus espacios a la manera como se hacía en Colombia desde
los tiempos de las guerras civiles: excluyendo al otro, al vencido. Tal cual lo estaba
haciendo el liberalismo. La política era la guerra, la continuación de la guerra. El
otro era el enemigo y había que destruirlo. En la década de los treinta, en que
intervienen los derechistas, el espíritu de la guerra está latente, hace parte de los
discursos, está subyacente. Es una guerra lo que se vive, las campañas electorales
son sus batallas; sobre las plazas públicas, sobre las calles, van quedando regados
los muertos. Es el producto de una cultura que divide a los colombianos en liberales
y conservadores. Ambos pretenden la destrucción, la exclusión, la eliminación del
otro. Ambas subculturas aspiran a un país donde no esté el otro. Justamente, el
protagonismo de los jóvenes derechistas se debe a un vacío de liderazgo carismático
en el envejecido y desvencijado conservatismo que pierde las elecciones en 1930. Los
jóvenes no reconocen a los viejos jefes de la colectividad que habían llevado el partido
a la derrota, y los viejos, a su vez, no tienen ya ni la fuerza ni la autoridad ni la
legitimidad para influir sobre ellos. Y quien hereda la autoridad, Laureano Gómez,
a sus cuarenta y ocho años, en 1936, no posee el talento para manejar el ímpetu de
la juventud del partido. No cree en ellos, no pondera, es implacable, no obstante las
muestras de adhesión que ios jóvenes le manifestaron en la visita que hiciera el jefe
del partido a Manizales en los actos conmemorativos de los cincuenta años de la
Constitución de 1886. Para ese entonces, Laureano ya es el monstruo, el hombre
tempestad. Aquilino, que era su equivalente en Manizales, no tenía los excesos de
Laureano, pero era también implacable con los jóvenes. Quienes les hacían guiños —
Berrío, Valencia y Carreño, por ejemplo— estaban cansados y demasiado viejos para
afrontar la lucha.

Como se habrá podido advertir, los jóvenes nacionalistas estaban por doquier,
desperdigados, en uno y otro periódico conservador, incluso en los que se
autoproclamaban tradicionalistas-democráticos, como La Voz de Caldas o El País.
Con Derechas en Bogotá y Clarín en Medellín, se lograrán medios autónomos.
Desde estos periódicos, con voz propia, los derechistas expresarán la ideología de
generaciones conservadoras en cruce. Para moderar su epocalismo o para transmitir
en un léxico nacionalizante su ideología de época, es decir, su asimilación del fascismo,
los nacionalistas buscarán en el pasado de su propio partido los componentes que
necesitaban para introducir lo nuevo. En una relectura de los paradigmas ideológicos
y culturales transmitirán la buena nueva : "Catolicismo, Nación, América, tradición"2*.
Simón Bolívar es uno de esos paradigmas. Es el mito perfecto. En su comunidad se
habla de Bolívar como si fuera un pariente. Los derechistas no pueden renunciar a
él. Es en él y a través de él como se van a expresar. Por eso se autoproclamaron la
generación bolivariana y ubicaron en ella a quienes habían irrumpido en la política
entre 1930 y 1935. Encontraban a Bolívar tan contemporáneo que propusieron
retroceder a su tiempo y aplicar sus fórmulas de gobierno en el presente como la
única salida a la crisis del país 29 . No era un paradigma que hubieran descubierto
apenas. Bolívar estaba muy bien posicionado en el conservatismo. Sin excepción,
2
" Derechas, enero 10 de 1936. p. 3.
-" Para los miembros de la Acción Nacional Derechista. "1 reloj biológico de la nación colombiana empezaba el 17 de diciembre de 18,30
con la muerte de Simón Bolívar, Así las cosas, para 1935, los derechistas se hallaban en el año 105 de la Era Republicana.

El porvenir del pasado 163


todos, viejos y nuevos, lo idolatraban. Aquilino Villegas, contradictor de las derechas,
por ejemplo, escribía: "Fue para mí un semidiós. Nunca pensé en el hombre. Pasaba
ante mis ojos deslumhrados en un torbellino de gloria, invencible y sobrehumano,
severo, erguido en la gloriosa mudez de los ídolos. Le admiré y le amé con ciego
fanatismo" 30 . A través de Bolívar van a presentar los derechistas su nuevo enfoque de
la política, de hacerla y concebirla. Bolívar era el héroe compartido. Iba quedando
atrás la cláusula programática de 1849, firmada por Mariano Ospina y José Eusebio
Caro, según la cual: "El conservador no tiene por guía a ningún hombre; eso es
esencial en su programa" 31 . Este mandamiento, que si bien es cierto ya había
desaparecido de los posteriores programas, se citaba como si tuviera plena vigencia.
De hecho, era una gran mentira, pero los tradicionalistas se empecinaban en repetirlo
cada vez que les convenía. El Partido Conservador tenía también su panteón de
héroes a los que sus ideólogos acudían en el momento que la argumentación lo exigiese.
Es un proceso dialéctico: culto a los muertos ilustres y distancia frente a los vivos
ilustres. Los tradicionalistas, no obstante el mandamiento conservador, se aferrarán
a Laureano, y los nacionalistas acudirán al mandamiento para evitar, mediar y
atenuar su empoderamiento. Ante un líder nacional, los nacionalistas preferirán
jefes regionales.

Compartido Bolívar por toda la comunidad conservadora, los nacionalistas destacarán


de él todo aquello que les permita una relación con el nuevo conservatismo europeo.
Si se reconocía en Bolívar a un caudillo, quería decir que el caudillismo era un
fenómeno positivo en la historia, y así Mussolini, Franco y Hitler estarán reivindicados.
Carlos Ariel Gutiérrez, ideólogo de la AND, anotaba a propósito:

El concepto de caudillaje se presta a un confusionismo peligroso. Combatiendo esta forma


moderna de la política o del gobierno muchos demagogos han hecho fortuna. En los medios
democráticos circula mucho. Pero lo cierto es que no podrá citarse ningún ejemplo de fuerza
política de alguna trayectoria histórica que carezca de un jefe, de un dominador, del Urvater
freudiano. El hombre que se mida con el destino, ese es el que necesitan estas repúblicas
caóticas y anarquizadas. Sobre su caballo llanero el Libertador le confió a veinte repúblicas una
alta misión que todas juntas no han podido llevar a cabo. Contra las teorías marxistas que
sostienen que la historia la hacen los factores económicos o las pasiones de la turbamulta,
nosotros seguimos creyendo en el Héroe, en el gran capitán, en el caudillo 32 .

Pero, ¿quién sería este caudillo entre los nacionalistas...?

La sensibilidad derechista fue diseñando un esquema ideológico en el cual junto a


Bolívar estaría Cristo simbolizado en la cruz. Signo que después, durante la segunda
República Conservadora y, particularmente, durante el régimen de las Fuerzas
Armadas (1953" 1957), será la identidad de esos gobiernos.

El grupo Jerarquía.
El viernes 31 de mayo de 1935, El Colombiano anunció en primera página que en
lo sucesivo la segunda sección de los sábados estaría a cargo del grupo Jerarquía, La
sección llevaría el mismo nombre. A su vez, el domingo anterior, día de elecciones
para Cámara, en las cuales no participó el Partido Conservador, había salido un
71
Villegas. Aquilino. Las letras y los hombres. Bogotá. Biblioteca de autores colombianos. Ministerio de Educación, 1952, p. 23,
77
Los programas del partido conservador.... p. 22.
'- Diario del Pacífico, noviembre 12 de 1936. p. 3.

164 El porvenir del pasado


artículo-manifiesto de José Mejía Mejía para presentar a la agrupación. La
trascendencia de tal documento nos obliga a su lectura completa:
Es un grupo homogéneo que habrá de actuar sin pestañeos, derramando su acción política en
las masas reaccionarias hastiadas de república liberal. El partido necesita conservar su derecha,
canalizar las fuerzas populares en un sentido de reacción, sin dudas ni cavilaciones mentales.
Las corrientes disociadoras marchan nocturnamente hacia la descomposición de todos los
valores que nosotros consideramos básicos en la edificación de un orden tradicionalista y
católico. El grupo Jerarquía aspira a cuajar en las masas del partido un sistema emocional
contrarrevolucionario, una confirmación anímica antiliberal y un pensamiento anticomunista.
Un pueblo godo y católico no puede seguir masticando heterodoxia deraohberal falsamente
trajeada con el plumaje de las libertades públicas. La democracia liberal ha querido embotar los
cánones católicos sobre la libertad humana y sobre las prerrogativas individuales. El liberalismo
no es otra cosa que una versión política del luteranismo concupiscente. Los orígenes de la
democracia liberal no hay que buscarlos en las girondas del ochenta y nueve sino en las costras
áridas de la Reforma. / "JERARQUÍA" es brigada de choque y patrulla de asalto. No podemos
enmohecemos en la contemplación ni oxidarnos en la molicie de los viejos hábitos políticos del
partido. En la palpitación espiritual de esta hora, ser godo y católico significa una llamada
h e r o i c a . El g r u p o " J E R A R Q U Í A " f u n d a r á u n a m a n e r a de p e n s a r y de a c t u a r
contrarrevolucionaria. Las derechas representan en el mundo de hoy la expresión reaccionaria
contra todas las formas socializantes e individualistas que siguen la línea programática Ginebra-
Moscou [sic.]. Las derechas tienen su faro en Roma, única verdad y respuesta a la esterilidad
contemporánea. El catolicismo atalaya todos los horizontes espirituales de la época. Las derechas
restauran en el mundo moderno la concepción católica y religiosa de la vida, ley y jerarquía
o r d e n a d o r a s . Reacción y d e r e c h a s i n c r u s t a n en la aridez m a t e r i a l i s t a de la sociedad
contemporánea el precepto evangélico y la norma católica de la vivencia h u m a n a " .

En efecto, el sábado primero de junio salió el suplemento Jerarquía, bajo la


responsabilidad de Gilberto Álzate Avendaño, Túlio González, José Mejía Mejía y
J u a n Zuleta Ferrer. Dos fotografías: una de Laureano Gómez en el extremo superior
izquierdo, y otra en el derecho: la del general Pedro J. Berrío. Las dos fotografías
daban a entender que el grupo hacía parte del Partido Conservador y que no aspiraba
a una opción disidente.

J e r a r q u í a era una continuación de la Página Universitaria que Álzate había


dirigido en el mismo periódico en 1929. Y como en aquella oportunidad, en que dicha
Página contribuyó a las campañas electorales conservadoras de entonces, esta vez
Jerarquía animará y preparará ideológicamente a los conservadores antioqueños
para las elecciones municipales que se realizarán el 7 de octubre de 1935.
Los jerárquicos constituían la generación siguiente a la de los Leopardos —es decir la
de Álzate—, en la versión antioqueña 31 . Eran muy jóvenes y esto debe pesar en cualquier
análisis que se emprenda sobre sus actividades. Precoces y universitarios osados con
ganas de figuración, encuentran desde las elecciones de 1933 un amplio espacio en
El Colombiano para promoverse como escritores columnistas y como candidatos
suplentes a la Cámara de Representantes. Conseguir la configuración de una sección
en el principal periódico de la región era su consagración.

En las tres primeras ediciones de Jerarquía se reprodujo el artículo "El caos de las
nuevas gentes. Ascensión y caída de la inteligencia: el héroe. Memorándum para
más conferencias en el Instituto Universitario de Manizales". que Álzate había ya
'" E! Colombiano, mayo 26 de 1935, p. 3.
1
Kl término jerárquico no era utilizado por estas personas para referirse a ellos mismos. Pertenece al autor

El porvenir del pasado 165


publicado en Crónica Literaria el año anterior 1 '. Desde entonces no volvió a aparecer
ningún escrito suyo. A diferencia de la experiencia de 1929 en Página Universitaria,
esta vez, en Jerarquía, la presencia física de Álzate no se expresó en colaboraciones
escritas, aunque los contenidos de los textos publicados en el suplemento estaban en
relación estrecha con su manera de pensar. Georges Goyau, uno de sus autores de
cabecera, pasó varias veces por sus ediciones. No estaba Álzate tan apegado al universo
eclesiástico colombiano como sus compañeros de equipo, pero sí compartía la
implementación en el país de los contenidos de la Doctrina Social de la Iglesia en la
resolución del problema social.

El grupo Jerarquía estaba interesado en ahondar la relación del Partido Conservador


con la Iglesia, de tal manera que las dos instituciones se confundieran en un solo haz
como había sido tradicionalmente y como debía ser en ese momento, con mayor
razón. Era la continuación de la prédica de los Leopardos en la década anterior y de
ellos emularon influencias. Como en el caso de los Leopardos, los jerárquicos cazaron
peleas con sus propios copartidarios, sólo que a Álzate no le correspondió afrontarlas,
lo que le permitió mayor juego político.

El primer número de Jerarquía traía artículos profundamente doctrinarios y un


recuadro de 'Posiciones y Proposiciones' en la misma dirección. Se trataba de una
bitácora ideológica condensada en diez mandamientos programáticos, que se
convertirán más adelante en la plataforma de Haz Godo, el más importante grupo de
derecha del departamento de Antioquia. Veamos:

1. Las derechas son para nosotros una concepción totalitaria del mundo, con vertientes en la
política, en el pensamiento y en el arte: 2. Confesamos a Cristo. Su iglesia no sólo nos da una
esperanza escatológica y una certeza de raíces, entre la angustia y el vaivén del tiempo presente,
sino que las implicaciones sociales de su doctrina sirven para resolver el litigio secular entre
capital y trabajo. Familia cristiana. Escuela confesional porque toda vida interior activa se apoya
en un dogma: 3. Concibiendo al hombre como una dualidad de arcilla y soplo, con exigencias
prácticas y vocación hacia lo divino, estamos contra el materialismo histórico, que funda el
proceso humano en el t r á m i t e de la economía y niega el influjo de móviles no utilitarios,
imponderables; 4. Antiliberales. Como sistema filosófico, político y económico, el liberalismo es la
anarquía: 5. Mientras el deslinde y amojonamiento de las clases económicas por el avance
industrial del país propicia el régimen corporativo, preconizamos una política agraria hacia la
proliferación de pequeños propietarios y una sistematización de las leyes nombradas obreras,
dándoles coherencia y madurez; 6. En cuanto a la estructura del Estado, nuestro grupo propone
un regreso al bolivarianismo en que tuvo raíz el partido. Gobiernos fuertes, responsables y
honestos. Democracia directa contra los corrales vocingleros del capitolio: 7. Colombianidad,
Nacionalismo económico. Defensa de la soberanía territorial. Culto de los héroes que suscite el
amor de la hazaña y fortalezca la conciencia del vínculo histórico. Restauración de los prospectos
internacionales del Libertador; 8. Nuestro objetivo es restaurar en el partido la voluntad de
dominio, que es el pathos de la política, a fin de que no se suma en mansuetud [sic] y se convierta
en un pardo montón de empleados cesantes; 9. La política es un servicio, un deber sin gozo. En
este país, donde se vive de la nación y no para ella, queremos un tipo del político que sienta su
vocación apostólicamente, como vivencia tremenda: 10. Continuidad. Pasión, disciplina116.

Los artículos que se publicaban en Jerarquía iban en la dirección de explicar, enfatízar


y profundizar los principios doctrinarios que debían caracterizar al conservatismo
en la nueva etapa que vivía. Afirmaba Juan Zuleta Ferrer:

77
La Crónica Literaria, mayo 12 de 1934. pp. 1-4.
77
El Colombiano, junio 1" de 1935. p. i. El recuadro de "Posiciones y Proposiciones"' alcanzó a salir en la mayor parte de las ediciones
de Jerarquía.

166 El porvenir del pasado


Pretendemos dar a las palabras, a los términos, un sentido renovado, profundo, más ontológico.
El antiguo simbolismo de la historia se hunde y la h u m a n i d a d necesita de un simbolismo
nuevo, que sepa expresar lo que pasa en los fondos de la conciencia. Necesitamos fórmulas
más audaces, más crueles, p a r a enfrentarnos al liberalismo que se descompone con sus
prejuicios individualistas, su imperialismo económico, la concupiscencia desenfrenada de su
vida pública, su ateísmo, su lucha brutal de clases y su soberano desdén por el alma 37 .

J e r a r q u í a les daba contenidos y explicaciones a los que podían considerarse


componentes distintivos pero negativos de la derecha 38 . Se autodenominaban
reaccionarios, y al respecto, así anotaba Zuleta Ferrer:
Con este vocablo queremos significar la voluntad de retroceder a buscar fuentes emocionales
en un pasado remoto en el espíritu que vitalizó nuestra democracia cuando estaban todavía
frescos los primeros laureles que cosechó la libertad, cuando una tensión de fuerzas humanas
fortalecía la débil estructura de la república naciente. Las generaciones que nos precedieron
nada han hecho para salvaguardar las antiguas y eternas realidades que plasmó el espíritu de
Bolívar sobre la dura cerviz de un continente subyugado 39 .

Una y otra vez apelaron a la religión católica porque consideraban que estaba allí la
solución a los problemas sociales:

Somos católicos sin reticencia. Defendemos la propiedad privada dentro de la órbita de su


función social. Sostenemos la tesis católica de la asociación obrera para la defensa de los
intereses profesionales y la implantación del contrato colectivo del salario mínimo vital.
Pensamos que el intervencionismo de estado debe existir no para anular la vida individual sino
para limitarla en los términos que el bien común exige10.

Y, a diferencia de los Leopardos, el grupo Jerarquía no estará ahora tan embebido en


los paradigmas de la derecha francesa. Las organizaciones juveniles de derecha que
intervenían en España: la Falange, los requetés carlistas, los mendigozxales y las J.
A. P. son ilustradas con profusión. De esta intrépida experiencia copiaron los estilos:
Queremos infundir a toda costa en nuestras masas voluntad de dominio, coraje, ímpetu, fe.
Solo la fe tiene virtud suficiente para movilizar las muchedumbres. Necesitamos crear una
mística para desalojar al liberalismo de la cultura, de la política, del espíritu. Hay que encontrar
una nueva estrategia, una fórmula activa que abra el camino de la lucha a una avalancha de
hombres jóvenes, llenos de entusiasmo y ávidos de preponderancia en la vida 41 .

Era el pensamiento fascista mediterráneo el que les seducía! de manera paralela con
el nacionalismo español, se van constituyendo como una organización de ese estilo.
Por eso no es casual su definición de la Falange: "La integran mozalbetes impávidos
que entreveran el curso universitario con los mítines de la plaza. Son un naciente
fascismo hispano, todavía en periodo caótico, bajo el comando de J. A. Primo de
Rivera" 42 . Se trataba, en realidad, de un discurso más alinderado con el fascismo
italiano, más definido. Barres y Maurras se diluyen, apenas son perceptibles. El
barresiano por excelencia del grupo, Álzate, está metido de cuerpo entero en la campaña
electoral para renovar concejo municipal, más aún cuando el partido había dado vía
libre a la participación en las elecciones.

Derechas no es un calificativo afortunado. Menos para los tiempos que corrían. Pero
sus gestores y dinamizadores en Colombia encontraron fundamentos para presentar
777
Ibid.
:w
Los componentes que distinguen a la derecha fueron magistralmente expuestos por Emile Michel Cloran en Ensayo sobre el pensamiento
reaccionario (Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1985) a propósito del pensamiento de Joseph de Maistre,
•' Ibid.
777
Ibid.
17
Ibid.
777
El Colombiano, junio 15 de 1935. p. 1.

El porvenir del pasado 167


la derecha en positivo. Para Jerarquía, la derecha jugaba un papel espiritual y de
síntesis: "Frente a la invasión amarilla del este y contra la marea nórdica que se
derrama por el mundo, las derechas políticas trazan en esta hora la trayectoria
opuesta", opinaba José Mejía Mejía, el ideólogo más productivo del grupo, considerado
abiertamente fascista en una investigación de nuestros tiempos 43 . En cambio, decía
que "las izquierdas trituran el orden, subvierten las bases religiosas del ser, fatigan
la verdad y frustran las dimensiones éticas de la vida"". Y no era cualquier derecha:
J e r a r q u í a acude directamente a Roma, esquiva prudentemente a Mussolini, pero
sus contemporáneos saben que hacia allá apunta su lanza ;

Las derechas en el mundo son hoy día reacción y contrarrevolución. Gestas de catolicidad y no
desfiles de gestos. Dogma y autoridad y no libre examen, democracia liberal o dictadura del
proletariado. Las derechas son confesionalmente romanas, doctrinalmente católicas. Roma
contra Moscú. Orden y jerarquía frente a dispersión y atomismo. Dogmática católica en materia
social y económica. Tratado de paz entre el capital y el trabajo mediante las cartas pontificias.
Propietarización [sic] de las clases trabajadoras y equilibrios de grupos económicos delante de
la lucha clasista. Bases moral y religiosa de la economía y no materialismo económico13.

Era la continuación de una lectura en negativo de la Revolución Francesa, que venía


del siglo XIX y a la que Mejía agregó el ingrediente de la Revolución Rusa de 1917.
La primera había traído el individualismo, la segunda el colectivismo y por eso
había que luchar contra ellas. Esto explicaba por qué su hostilidad hacia el liberalismo,
el socialismo y el comunismo colombianos. Anotaba Mejía Mejía al respecto

Se ha establecido que liberalismo, individualismo, filosofía racionalista, son fruto del espíritu
de la revolución francesa, de la autoafirmación humanista, que empieza a pasar a la historia y
h a b r á n de perder su significado original. El individualismo creyó encadenar al hombro a sí
mismo, bajo imágenes que lo separaban de los demás hombres y del conjunto del mundo. Pero
esas cadenas caerán y esas imágenes habrán de borrarse. El colectivismo, su antítesis, afírmase
en la desjerarquización [sic] social, en la atomización del individuo y on la coerción de la secta.
Solo el dogma de Roma puede restablecer el equilibrio mediante el sacerdocio de su verdad.
Roma es síntesis en la contradanza liberal-colectivista411.

A medida que avanzaba el tiempo iba quedando clara la naturaleza del grupo. Junto
a la presencia reiterativa de los artículos de José Mejía Mejía irrumpen los temas
religioso-eclesiásticos escritos directamente por representantes del clero, en particu-
lar de sacerdotes jesuítas. Empieza a presentarse una intertextualidad coherente
entre los textos que produce el clero, interpelados de inmediato por el ideólogo de
Jerarquía. Ala altura del 15 de junio Mejía Mejía puede escribir: "Ni democracia
liberal ni colectivismo económico: catolicismo total es la síntesis conservadora de
nuestro siglo"47. Al lado de esta declaración empiezan a aparecer artículos de Georges
Goyau: "Catolicismo social y socialismo", por ejemplo, donde el autor explica paso a
paso el problema obrero y las soluciones que propone la Iglesia a partir de la encíclica
Rerum Novarum. Goyau hace una radiografía de las conclusiones a las que había
llegado en ella León XIII y encuentra que reposan en los textos sagrados y en la
evolución misma de los intérpretes de la Iglesia4".

En la edición del 6 de julio de 1935 hay un artículo de Monseñor J u a n Manuel


González Arbeláez sobre la Doctrina Social de la Iglesia. Es interesante el contenido

77
Galindo A.. Campo Elias y Muñoz P., Isabel. "El Partido Conservador en Antioquia 1935", en Revista Universidad Nacional de
Extensión Cultural. Medellín, No. 22. diciembre de 1986. pp. 55-65.
77
Ibid.
77
Ibid.
'" Ibid.
' El Colombiano, junio 15 de 1935. Sección II, p. 1
'* Ibid.. julio 13 de 1935, Sección II. p. 1.

168 El porvenir del pasado


del texto, por cuanto desde la Iglesia colombiana se adopta y se explica el
corporativismo como salida a los problemas nacionales:

Pió IX propugna la organización de la sociedad sobre la base de corporaciones profesionales


que busquen la armonía social necesaria. Las personas de una misma profesión están ligadas
por una similitud de fines que faciliten mejor su comprensión espiritual. La unión de los
diversos gremios constituye la corporación que concilia el interés no ya de un solo gremio sino
el de todos19.

Concluía el sacerdote que "el único socialismo posible es el corporativismo, lo demás


es subversión del orden y anarquía social"50. José Mejía Mejía aprovecha el sentido
del artículo de González Arbeláez para acotar: "El manifiesto comunista fue un
himno de Guerra, en tanto que la Rerum Novarum o la Quadragesimo Anno son
para el mundo su mejor carta constitucional" 51 .

Y así sucesivamente, Jerarquía va incorporando al clero en el suplemento. En la


edición del 20 de julio, abre con el artículo "Algo sobre Corporativismo", del sacerdote
jesuíta José M. Uribe. El interés del grupo aquí es mostrar que la Iglesia Católica no
sólo está interesada en resolver los problemas sociales, sino que además cuenta con
teorías para ello. Así mismo, se hace eco en Jerarquía del libro del padre Félix Henao
Botero La cuestión social, que aprovecha Mejía Mejía para decir lo suyo: "La mirada
de nuestro tiempo está sobre Roma que es la respuesta postrera a las fatigas desordenadas
de un siglo [...] La cuestión social es un ensayo pertrechado, un ancho examen que
despeja doctrinas, matices y laderas filosóficas fijando sin mudeces la concepción romano-
católica del mundo"52. Jerarquía privilegió el catolicismo como salida y como síntesis.
Se reproduce y se comenta la proposición de la Convención Conservadora de 1932 en
Antioquia, donde se adoptó oficialmente la doctrina social católica como parte constitutiva
de los programas conservadores. Las argumentaciones estarán sustentadas en adelante
en Georges Goyau: "La justicia social no ha de ser una espontánea secuela del acontecer,
sino producto de las ásperas voluntades humanas. No se la encuentra y recoge, hay que
buscarla y conquistarla" 53 .

Todo el proceso en que está involucrado el grupo Jerarquía, se encuentra motivado


por el ambiente de reforma que vive el país. Es resultado de la presión que sentía
este grupo de intelectuales ante la avalancha de idearios liberal populares que salen
a flote en los años treinta bajo el estímulo de la Revolución en Marcha. Están en
circulación movimientos del espíritu del unirismo que aspiran a una radicalización
de la República Liberal y que se expresan en múltiples órganos periodísticos: Alma
Libre, en El Socorro, Santander; El Radical, en Chiquinquirá, Boyacá, que dirigía
desde 1928 Julio Roberto Salazar Ferro; Horizontes, en Campoalegre, Huila; Crisol,
en Medellín; P l u m a Libre, en Pereira; El Socialista, en B a r r a n q u i l l a ; El
Compañero, en Bogotá, por citar sólo unos ejemplos.

El socialismo, que había marcado la pauta en el planteamiento del problema social y


en la movilización de las masas en los años veinte, cede el espacio al espectro liberal.
Desde allí se va a expresar parte del socialismo que no transita hacia el comunismo,
que se constituye como partido en julio de 1930. José Mejía Mejía intuye este proceso:
identifica a los hombres socialistas en el liberalismo que está representado en el
Congreso, y contra él descarga todo el peso de sus diatribas periodísticas de la época
477
Ibid., julio 6 de 1935, Sección II, p. 1.
7(7
Ibid.
• Ibid.
72
Ibid. julio 20 de 1935, Sección II. p. 1.
777
Ibid., junio 15 de 1935, Sección II, p, 1,

El porvenir del pasado 169


de Jerarquía. Se trata de Gerardo Molina y de Diego Luis Córdoba, parlamentarios
que van a cuestionar duramente la contraofensiva conservadora a las reformas
liberales. A estos habrán de unirse Armando Solano y El Tiempo, que coinciden en
afirmar que se trata del inicio de una guerra santa en Colombia54. Los artículos del
jerárquico Mejía Mejía están escritos en el mismo tono en que Aquilino Villegas
escribía sobre los liberales, a quienes nada les reconocía. Antes de cambiar de
adversario, Mejía ironiza sobre la calidad de la literatura del liberal José María
Vargas Vila, entronizado en ese momento en las 'casas liberales'. El blanco de sus
flechas es el intelectual abiertamente socialista o comunista, vivo o muerto, nacional
o extranjero. Nada produjeron Luis Tejada, Waldo Frank, ni André Gide.

Pero las presiones no venían únicamente del contexto nacional. En junio de 1935
Colombia reconoce políticamente a la Unión Soviética, y se inician a las relaciones
comerciales entre los dos países. El gobierno de Lázaro Cárdenas en México radicaliza
la reforma agraria y los ecos de la guerra de los cristeros retumban no sólo en ese
país, sino también en Colombia. La prensa conservadora pondrá amplificadores a
cualquier movimiento religioso de ese país : "El Pueblo de Méjico solicita completa
libertad religiosa. El movimiento católico tomó ayer una fuerza incontenible. La
multitud recorrió las calles gritando vivas a Cristo Rey"55, eran titulares ubicados
estratégicamente para que sirvieran de prevención en nuestro país.

Es curioso el comportamiento de los jefes políticos en la época. Deambulan


sigilosamente por el país y no se sabe nunca en qué andan, y cuando se sienten
descubiertos declaran que están en busca de "tierra caliente" para restablecer su
salud. En las convenciones son esquivos, no dan la cara directamente, y estas
funcionan a puerta cerrada. Así lo advertimos a mediados de junio de 1935, cuando
Laureano Gómez se aparece por Medellín, coincidiendo con la tragedia aérea que le
costó la vida al carismático cantante argentino Carlos Gardel. La gente, que quiere
homenajear a Gómez en su arribo, tiene que suspender la fiesta política por respeto
al ilustre desaparecido. Poco después, Gómez sigue buscando climas más ardientes,
se desplaza a la Costa y por lo regular se aloja —siempre alejado de la militancia— en
la finca de algún hacendado copartidario. Todo el mundo político sabe realmente en
qué anda el jefe supremo: recomponiendo el partido en toda la nación.

Del conservatismo empiezan a emanar u n a serie de movimientos ubicados,


curiosamente, a la derecha misma del partido, que no falta quién los denomine
disidencias o cosa parecida. Medellín está a la cabeza de este proceso. En vez de
'casas conservadoras', lo que existe es una serie de sensibilidades que se agrupan
alrededor de algún medio de expresión al amparo del nombre conservador y bien
vista por las autoridades eclesiásticas. Romper la dupla conservatismoTglesia era
inconcebible en el interior del partido. Eran las dos caras de una misma moneda,
una no podía existir sin la otra. Jerarquía lo sabía y por eso inició actividades
destacando las fotografías de los dos jefes supremos del partido. No intervino así
Alianza por la Fe, una agrupación paralela a Jerarquía que aspiraba, si no a crear
un partido católico independiente, al menos a contar con una agrupación más
controlada por la Iglesia. Cuando eso sucedió, los dos jefes supremos—Gómez y Berrío—
renunciaron a sus dignidades. Para que reconsideraran tal actitud, hubo de disolverse,
no sin resistencia, Alianza por la Fe. Jerarquía entendió el mensaje y se volvió
M
Véanse los artículos de José Mejía Mejía después del II Congreso Eucarístico, en Ibid., ediciones de agosto de 1935.
775
Ibid., junio 17 de 1935, p. 1.

170 El porvenir del pasado


sensible a cualquier acusación de movimiento independiente. Por eso, Mejía Mejía la
emprendió contra don B e r n a r d o Ángel, director y fundador de Colombia
Nacionalista cuando se atrevió a insinuarlo:

Jerarquía es un cuadrilátero de nuevos perfiles políticos al servicio del conservatismo. Estamos


incorporados en inteligencia y corazón a todos los momentos heroicos del partido. Ingresamos
al estadio político en la hora más espinosa y árida de la colectividad conservadora. No conocemos
más salario que la angustia. Estamos empeñados en una mera tarea de divulgación doctrinaria.
Proponemos principios y no ideas. Tenemos convicciones y no opiniones. ¿Qué programa
propugnan los "jóvenes independientes" engendrados por Colombia Nacionalista? 5 6 .

Sin embargo, para curarse en salud, Jerarquía solicitó a la dirección del periódico
que hiciera pública la autonomía con la que contaba la sección. El director no lo dudó
y escribió: "Concedí mi asentimiento para publicar un suplemento godo y católico
[...] No soy de los que se asustan por los síntomas de vitalidad que cada día muestra
el Partido Conservador. Me asustaría sí que en lugar de esos síntomas consoladores
y de muchas inquietudes, el partido a que pertenezco estimara que nada tiene que
decir, ni que reformar" 57 .

Ubicarse en las entrañas mismas de El Colombiano fue una excelente estrategia


de los jerárquicos. Dicho diario era lo más cercano a los movimientos totalitarios de
entonces, pero su peso en la provincia antioqueña le permitía darse esos lujos sin que
se afectaran sus relaciones con las directivas nacionales. José Mejía Mejía escribía
antes de Jerarquía en La Defensa, diario vespertino de Medellín. De allí salió por
discrepancias ideológicas. Le parecía a Mejía que la orientación de ese periódico no
era lo suficientemente firme. Fue entonces cuando, en compañía de sus compañeros
a bordo, pidió pista en El Colombiano. En una agresiva carta a Horacio Tovar,
director de La Defensa, escribió: "Mi éxodo se debió a su transigencia con la república
liberal. Usted no podía tolerar mis ofensas literarias contra los hombres y contra los
principios que hoy día nos rigen, que es lo que usted vastago luterano se merece" 58 .

Elecciones, ritos y movilización. El inicio del uso político de la muerte.


Mientras José Mejía Mejía se enfrentaba a todo el mundo desde Jerarquía, Gilberto
Álzate Avendaño se desempeñaba como presidente de la Junta Electoral Conservadora
de Medellín y como jefe del debate conservador para las elecciones de concejales en
octubre siguiente 59 . Se había convertido en un reconocido organizador político. La
crisis de la dirección, que tuvo su origen en Antioquia, sorprendió a Álzate en Bogotá.
Su permanencia en la ciudad fue saludada por El País, que le reconoció sus méritos.
Lo consideró conservador del más puro sabor y tradicionalista ferviente y convencido.
Definiéndolo como ágil guión de la política conservadora, el periódico lo llenó de
múltiples cualidades: "En él confluye una mezcla de idealista, de hombre de ideas, de
realista y de táctico" 60 . El País lo ubicó como lugarteniente excelente del general
Berrío y destacó su papel en el semanario Jerarquía que, según señalaba, "ha
hecho del partido un nuevo clima político. Le ha infundido la savia vitalizadora de su
preclara inteligencia de conductor y hombre de letras" 61 . Era un espaldarazo del
periódico oficial del conservatismo bogotano a las actividades de Jerarquía, que
muestra la simpatía por los métodos y contenidos allí esgrimidos: "Es necesaria,

7,17
Ibid., agosto 5 de 1935, p. 5. Negrillas de la investigación
77
Ibid.. junio 26 de 1935, Sección II, p, 1.
™ Ibid.. junio 26 de 1935, Sección II, p, 1.
7>H
El grupo Jerarquía hacía parte del Comité Municipal Conservador de Medellín. Pero era Álzate el más comprometido con el trabajo
de organizador político. Los demás fungieron más como orientadores ideológicos.
7777
Citado por El Colombiano, julio 13 de 1935. p. 5,
177
Ibid.

El porvenir del pasado 171


además, una profusa campaña de difusión ideológica y un vasto plan de acción popu-
lar entre las masas. Entre quienes están en capacidad para servir esos ideales,
Álzate Avendaño es en Antioquia uno de los más utilizables elementos" 62 , conceptuó
la dirección del periódico.

Jerarquía circulaba en medio de una campaña electoral dinámica, trascendental y


dramática que presagiaba un final trágico para el conservatismo 63 . La campaña elec-
toral fue absorbiendo el suplemento Jerarquía. Sus principales ideólogos, Mejía Mejía,
quien tenía su propia columna diaria, "Rúbrica", y Zuleta Ferrer, se convirtieron en
editorialistas de El Colombiano. Así desaparecía la segunda sección del periódico, sin
explicaciones expresas, confundida en la maraña de una contienda electoral donde política,
religión e Iglesia se confundían en una sola cosa. Medellín se preparaba para celebrar el
II Congreso Nacional Eucarístico, que también pasó a ser un renglón de la agenda
electoral. El registro del magno evento cubrió buena parte de las ediciones de los periódicos
conservadores. Cientos de católicos participaron de todas las actividades: solemnes misas,
espectaculares procesiones de día, marchas de antorchas en la noche por las principales
calles de la ciudad. Se trataba de una estrategia de resistencia a las transformaciones
que estaba emprendiendo el Gobierno liberal. El inicio del Congreso Eucarístico, el 15
de agosto de 1935, era la expresión concentrada de esa resistencia. De ahí los titulares
a ocho columnas: "150.000 personas aclamaron ayer en Medellín a Jesús sacramentado.
Majestuoso desfile desde el campo de Las Playas hasta la Catedral" 64 . En fotonoticia
aparecía en todo su esplendor el templete eucarístico construido para la ocasión. La
virgen de Chiquinquirá, que había salido en peregrinación, llegó a Medellín para la
inauguración del evento, lo que causó gran conmoción popular. Los jerárquicos se
sumaron al evento editorializando en el periódico sobre Jesucristo y acerca de temas
afines al Congreso en curso.

El presidente López fue nombrado presidente honorario del Congreso. Al principio se


anunció su desplazamiento al evento, pero finalmente desistió. Los adversarios del
conservatismo interpretaron el acontecimiento y denunciaron su naturaleza. Gerardo
Molina expresó que los congresos eucarísticos eran "citas fanáticas de todas las fuerzas
reaccionarias" 65 , a lo que el jerárquico Mejía Mejía contestó airado en su columna
diaria, que había convertido en un campo de batalla contra el socialismo de Molina y
de Diego Luis Córdoba. Una lucha, una batalla por la conquista de las masas estaba
en su momento más alto. La estrategia de liberalización del electorado colombiano
avanzaba sin pausa; para ello estaba el poder y nada se ahorraba para que así fuera.
El abuso de poder de los liberales adquirió los distintivos de una revancha sin límites.
La abstención conservadora terminaba favoreciendo los propósitos del Partido Liberal.
Por liberalización del electorado el Partido Conservador entendió, además, su
descristianización, de tal modo que diseñó la resistencia desde la orientación y
reorientación de las masas. Transcurrido el Congreso Eucarístico, los ecos no saldrán
de la prensa conservadora. Se divulgarán artículos sobre las temáticas tratadas
hasta llegar a la publicación absoluta de todos sus materiales.

Y así continuó la campaña. Los conservadores tomaron medidas para que la radio,
la prensa, la tribuna y el pulpito, se movilizaran y dieran "la voz de alarma a los
católicos colombianos para que estén dispuestos a defender los sentimientos y creencias

" Ibid.
777
Se informó, por ejemplo, que d u r a n t e la inauguración de la Casa Conservadora del Barrio Las Cruces en Bogotá grupos liberales
apoyados por la policía habían provocado una grave confrontación con los conservadores que asistían al evento. El saldo fue de
algunos heridos, contusos y detenidos. Augusto Ramírez Moreno. Luis Ignacio Andrade y Mario Fernández de Soto fueron
insultados y, amedrentados, tuvieron que salir del sitio. Numerosos universitarios fueron conducidos a instalaciones de la
policía. Desde ese momento la prensa conservadora empezó a hablar de un deliberado plan liberal para atemorizar al conservatismo.
Véase ibid.. septiembre 20 de 1935. p. 1.
67
Ibid.. agosto 15 de 1935, p. 1.
77
/bid,. agosto 12 de 1935, p. 5.

172 El porvenir del pasado


religiosas"66. Por la emisora Ecos de la Montaña, los antioqueños pudieron sintonizar
un programa de adoctrinamiento: La Hora Católica. Por esta emisora también se
transmitían las conferencias que los ideólogos del partido ofrecían a su militancia,
textos que después eran reproducidos íntegramente por El Colombiano y por La
Defensa. José López Henao, por ejemplo, dictó una extensa conferencia sobre "El
Concordato". José María Bernal, a su vez, disertó sobre "El Municipio de ayer y el de
hoy". Comisiones universitarias visitaron los pueblos.

En octubre, un elemento nuevo reforzaría el elenco de ideólogos fascistas que nutrían la


campaña electoral en Antioquia: Daniel Valois Arce, recién graduado en la Facultad de
Derecho de la Universidad Nacional con una sugestiva tesis sobre la doctrina del
fascismo. Era saludado y felicitado por El Colombiano, que ponía a disposición del
joven profesional sus páginas "que esperan verse favorecidas con su estilo y sus ideas"67.

"...el salvaje a s a l t o de l a s t u r b a s l i b e r a l e s . . . "

El domingo 6 de octubre tuvieron lugar las elecciones municipales. Llenos de


prevención fueron los conservadores a los escrutinios. Se les previno de ataques y
fraude. El ideólogo principal de J e r a r q u í a escribió: "Hoy vamos a contar los
admiradores de Carlos Marx" 68 . "No votar por nuestra lista es acto de traición a la
patria", fue uno de los titulares de La Defensa el día anterior a las elecciones. Este
artículo, en su contenido rezaba: "Cada colombiano que patrocine las ideas
desmoralizadoras y las instituciones de destrucción social que predica el partido
liberal, comete grave delito de traición a la patria" 69 .
La jornada terminó mal. Al día siguiente, El Colombiano abrió con titular a ocho
columnas: "El niño Carlos Montoya fue asesinado anoche por la policía durante el
segundo ataque a la casa conservadora de la ciudad". La intensidad de los
acontecimientos contó con la diligencia de Álzate Avendaño, quien se multiplicó en
su labor de jefe del debate conservador. Hizo cuanto pudo para evitar una masacre
en la Casa Conservadora: conversó una y otra vez con las autoridades liberales para
persuadirlas de la imprudencia.
El Colombiano presentó los acontecimientos como si hubiesen sido fraguados de manera
premeditada. Declaró que todo había transcurrido por instrucciones del gobierno. La
Defensa, a su vez, tituló: "Los atropellos obedecieron a un plan general y oficial". Esta
generalización se hacía en vista de que en Barbosa, Amaga, Itagüí, Montebello, Fredonia
y Envigado también los conservadores habían sido hostigados. En Bello las elecciones
fueron suspendidas a las once de la mañana. En Manizales fueron destruidos los talleres
y las oficinas de La Patria. Hubo explosión de bombas y tiroteos en las calles de la
ciudad. Se culpaba de todo este desmán a la turba liberal, a la plebeya la policía local:
"La policía ayudó a la plebe a introducirse en las oficinas", reportaban los corresponsales70.
Dos conservadores muertos y veinticuatro prisioneros de ese partido fue el resultado
trágico de la jornada en esa capital.

Sea como fuere, salvando posibles exageraciones, lo cierto es que las elecciones revelaron
el estado de incivilidad que caracterizaba el comportamiento político de los
colombianos. Las denuncias de la prensa conservadora así lo revelan:
1777
Ibid.. mayo 30 de 1935. p. 5,
7:7
Ibid.. octubre 4 de 1935. p, 5,
7i
" Ibid.. octubre 6 de 1935, p. 5,
7777
La Defensa, octubre 5 de 1935, p, I.
771
El Colombiano, octubre 7 de 1935. p. 1,

El porvenir del pasado 173


Desde las primeras horas del día el alcalde se dedicó a encarcelar conservadores hasta llenar la
cárcel. También muchos liberales votaron sin cédula, pero los jurados de votación les admitían
unos simples certificados expedidos por el jurado electoral. Fue descubierta una maniobra
consistente en que los liberales echaban a los bolsillos de los conservadores cualquier clase de
arma, para luego denunciarlos y hacerlos encarcelar para restar esos votos 71 .

El conservatismo capitalizó los acontecimientos. El adolescente asesinado fue


convertido en héroe. Sus funerales no se podían despreciar: fueron invitadas todas
las entidades directivas y organizaciones del conservatismo, periódicos y revistas. El
Comité Central Universitario, del que hacía parte Jorge Luis Arango, futuro direc-
tor de la Oficina de Prensa y Propaganda del régimen militar años más tarde, emitió
un comunicado de admirable carga semántica:

Ante el asesinato consumado antier en el adolescente compañero Luis Carlos Montoya por la
policía de Medellín, y reconociendo en éste una de las promesas heroicas del partido conservador
en sus nuevos capitales humanos; observando que el infante extinguido, constituía una risueña
esperanza para su familia, para el partido, y que la patria habría tenido en su inteligencia un
espléndido vigía, dada su temprana pasión por las ideas, CONSIGNA: Frente al conservatismo
colombiano y especialmente frente a las nuevas generaciones conservadoras que forcejean en
los claustros, que la muerte de Luis Carlos Montoya es en la historia del actual régimen el paso
de la violencia a la barbarie, y señala su sepulcro como el punto de partida donde saldrán las
legiones jóvenes de Colombia a restaurar la justicia y a vengar el derecho 72 .

Gilberto Álzate Avendaño dispuso que el cadáver del niño mártir fuera envuelto en la
bandera azul, símbolo del Partido Conservador. El féretro fue llevado en hombros de los
universitarios desde la que fue su residencia hasta la iglesia de la Candelaria y luego
hasta el cementerio. La pompa oficial conservadora fue impresionante. El ritual terminó
con un vibrante y conmovedor discurso de Rafael Naranjo Villegas en el cementerio.

En todo el país no fueron distintas las cosas. Las elecciones del 6 de octubre marcaron
el inicio de una confrontación, irreversible ya, entre las dos colectividades históricas,
que significaba el comienzo de una irregular guerra civil. Ante la incomprensión de
lo acontecido y ante la falta de solidaridad del diario El Espectador, que declaró que
la mayor parte de las víctimas habían sido liberales, el Directorio Nacional
Conservador emitió una resolución, uno de cuyos puntos decía: "Ordenar a los
conservadores que se abstengan de comprar El Espectador, de favorecerlo o de
apoyarlo en cualquier forma"73. La situación se complicó en Salamina, Caldas. Ante
las amenazas del liberalismo triunfante en las elecciones, los conservadores tuvieron
que abandonar la población y refugiarse en el campo o en Manizales. En la víspera
del día que se reunía en Bogotá la Convención Nacional del conservatismo, fueron
abaleados por la Policía en Fredonia una señora junto a tres de sus hijos; poco antes,
la población conservadora de esta localidad había iniciado un éxodo para eludir una
masacre previsible. La prensa conservadora se fue llenando de informes que revelaban
la situación de violencia en que habían concurrido los conservadores a las urnas. El
proceso de cedulación que acompañó la campaña electoral incidió en los resultados:
"el liberalismo ceduló no sólo todos sus efectivos electores legítimos, sino extranjeros,
menores de edad, privados de los derechos políticos y otorgó cedulaciones dobles y
aún triples. El fraude y la violencia se prepararon metódicamente para la famosa
jornada de la elección edílica"74, decía un informe desde Nariño, que terminaba así:

77
Ibid., octubre 7 de 1935, p, 5.
'•' Ibid. octubre 8 de 1936, p. 1,
7:7
La Defensa, octubre 9 de 1935, p. 1.
77
La Patria, noviembre 2 de 1935, p. 3.

174 El porvenir del pasado


En Pasto la policía les arrebataba las cédulas y los llevaba a la cárcel en considerable número
[...] Alas doce del día el liberalismo armado de gras, bayonetas, yataganes, cuchillos y manoplas,
apoyado por la policía y el ejército cargó sobre nuestros compartidarios, inermes, indefensos, y
se apoderó de las u r n a s . Hubo un muerto y t r e i n t a heridos en la b á r b a r a faena [.,.] En
Sotomayor fue horriblemente despedazado uno de nuestros copartidanos 7 3 .

Y así sucesivamente se reportaron casos en todo el país. Curiosamente, en este mismo


tono se narrará la violencia conservadora desde los medios liberales después de 1946.
De por sí, lo que ocurría en los años treinta podría ser visto como una retaliación del
liberalismo ante los 45 años de dominio conservador.

Así las cosas, los liberales ganaron en Medellín: 9.936 contra 7.377 sufragios
conservadores. Pero el conservatismo ganó en el departamento: 52.060, frente a
47.828 votos liberales 76 . El primero obtuvo derecho a nueve concejales y los segundos
a seis. Los resultados electorales a nivel nacional favorecieron al Partido Liberal, y
ese fue uno de los costos de la abstención conservadora. Del total de votos sufragados,
los liberales consiguieron el 64 % (374.957) y los conservadores el 35.3 % (206.577)77.

Realmente, la diferencia (168.380) no correspondía al tono de guerra que el conservatismo


le daba a la victoria liberal. La abstención, más que cualquier otro factor -el fraude, por
ejemplo— contribuía al aumento del electorado liberal en Colombia. Sin embargo, el
liberalismo retrocedió respecto de los resultados de 1933. En las elecciones municipales
de ese año había alcanzado 613.474 sufragios en todo el país. Es decir, en dos años se le
refundieron 238.517 votos. Podría esto significar que con la abstención los conservadores
votaban por candidatos liberales. De todas maneras, empezó a cristalizarse en el
electorado colombiano una tendencia liberal mayoritaria e irreversible.

Con todo, Gilberto Álzate Avendaño salió bien librado de la contienda electoral. Le
reconocieron su trabajo como organizador e incluso empezaron a llamarlo desde
entonces "capitán". El Colombiano escribió al respecto:
Gilberto Álzate estaba en todo. Rodeado de obreros y de estudiantes organizó esta campaña
cívica cumplida ayer. La cedulación, la inscripción, la instrucción de los jefes de zona y de los
vigilantes. A todo atendió. Después, cuando se perpetraba el ataque aleve de la policía enviada
dizque a defenderla, contra la Casa Conservadora, llevó al gobernador en persona para ver de
poner remedio al inaudito atentado. Y ya anoche, en el anfiteatro, ante el cuerpo exánime del
estudiante Montoya, reclamó la satisfacción dolorosa de ser él quien condujera a la casa del
luto los despojos de este muchacho sacrificado en la forma más inicua de cuantas puedan
imaginarse 7 8 .

"Un capitán de derechas", fue el título que José Mejía Mejía escogió para su co-
lumna, donde encomió a Álzate y le reconoció su trabajo:

No atendió únicamente al reclutamiento aritmético de nuestras masas. Como jefe del debate
municipal irrigó anímicamente el partido dándole un nuevo contenido de firmeza y emoción. El
conservatismo necesitaba ante todo un organizador tenaz de sus nervios. La disciplina requería
ajustamiento y tensión. Logró en pocos meses de cuajado afán ortodoxo la más alta educación
emocional y anímica que hayan realizado nuestros conductores políticos para la lidia testaruda
de un partido en los días decisivos de su angustia. El político empieza a invadir en él todas las
provincias sensibles y armoniosas. El conductor se perfila escuetizado y áspero. Las masas

77
Ibid.
777
Seis reformas estructurales.... pp. 296-298.
~ Ibid., p. 317.
777
El Colombiano, octubre 7 de 1935, p. 5.

El porvenir del pasado 175


conservadoras que protagonizaron los minutos heroicos del partido en las postreras elecciones
aprendieron a su lado graves lecciones de serenidad y ánimo [...] Gilberto Álzate conquistó el
domingo último un título merecido de conductor bizarro 79 .

En realidad, era el reconocimiento que le llegaba por haber hecho suyas las campañas
electorales del conservatismo desde las de 1929. Durante este periodo, había combinado
las vidas de intelectual y de político que lo dividían o que componían su ser. Era lo
uno y lo otro, pero predominaba el hombre político cuando no terminaba aún sus
estudios universitarios. Él y sus compañeros de Jerarquía se movían entre el mundo
de la universidad y de la política, que para entonces eran casi el mismo.

Álzate y la Convención Conservadora de octubre de 1935.

El 12 de octubre, cuando el diario La Defensa cumplía veintiséis años, se llevó a


cabo en Medellín una Convención de concejales conservadores de todo el departamento
con el propósito de escoger los dos delegados que llevarían la vocería regional en la
gran Convención Nacional que se realizaría próximamente en Bogotá. Los elegidos
fueron el general Pedro J. Berrío y Gonzalo Restrepo Jaramillo. Álzate participó en el
evento como delegado de Anorí. Más adelante, el general Berrío manifestó su decisión
irrevocable de no asistir a la Convención. Por tal razón, su suplente, Gilberto Álzate
Avendaño, concurriría al magno certamen 80 . Sus compañeros de equipo celebraron
tal eventualidad como un triunfo de Jerarquía, y lo era. Pero también era un
triunfo personal, un reconocimiento ganado por su papel en las elecciones recientes.
Vinieron las loas que nunca le habían faltado. Presentándolo y justificándolo, José
Mejía se sentía en Álzate representado:

[...] señero capitán de derechas, no es u n nombre sino m á s bien u n episodio espiritual de


nuestra historia política. Ha sido un organizador técnico de las masas conservadoras. Adversario
del gorro frigio y de los derechos del hombre, de la marea nórdica, liberal y socialista y del libre
examen de Ginebra, aspira esta diestra inteligencia derechista a un nuevo tipo de política
conservadora fundada sobre el pathos multitudinario y sostenida por afirmaciones rudas y
creadoras [...] Gilberto no es una mente en vilo, suspendido en abstracciones confusas y
difusas sino u n político de presa con residencia en la tierra, con los pies clavados en la indómita
realidad de nuestro suelo. Es de los pocos que en este país marchan agresivamente al encuentro
de su destino. Sólo los hombres seguros de sí mismos pueden instalarse sólidamente en la
historia. Y una época se modela por un gigante o por una teoría de atletas inteligentes 81 .

Así, la presencia de Álzate en la Convención Nacional era vista como la expresión de


la derecha antioqueña, la de Jerarquía, por entonces.
En efecto, como estaba anunciado, el lunes 21 de octubre en horas de la tarde se
instaló en Bogotá, a puerta cerrada, la Convención Nacional. La ciudad estaba a la
expectativa. La estación de trenes permanecía abarrotada de la militancia que
esperaba a los delegados, que procedían de distintos lugares del país. Algunos llegaron
por vía aérea, pero fue el tren el vehículo más utilizado por los convencionistas. El
líder vallecaucano Ignacio Rengifo, que no había vuelto a Bogotá desde 1929, cuando
era ministro de guerra, era esperado con ansiedad, pues, según decía la prensa
liberal, no sólo traía la fórmula para unir al Partido Conservador, sino también para
conseguir que esa colectividad colaborara con el régimen liberal.
777
Ibid., octubre 10 de 1935, p. 5.
"" Ibid.. octubre 20 de 1935, p. 1.
""• Ibid.. octubre 21 de 1935. p. 3,

176 El porvenir del pasado


La Convención reunió a la plana mayor del conservatismo nacional: Laureano Gómez,
Mariano Ospina Pérez, Ignacio Rengifo, Primitivo Crespo, Abel Carbonell, Miguel
Jiménez López. Juan Cristóbal Martínez. Álzate coincidió en la Convención con los
Leopardos Ramírez Moreno y Elíseo Arango, y con otros jóvenes de la nueva derecha
conservadora, como su paisano Fernando Londoño Londoño y el delegado por el Chocó
Manuel Mosquera Garcés, quien, a su vez, llevaba directamente la vocería de la AND.

La Convención Nacional fue presidida por Laureano Gómez, Ignacio Rengifo y Gonzalo
Restrepo Jaramillo. Gómez, que acababa de lanzar su libro El cuadrilátero 8 -, presentó
un amplio informe sobre la situación nacional del partido. Se escucharon los informes
de las regiones, y todos coincidían en quejas sorprendentes sobre el estado de violencia
a que estaba sometida la colectividad. La Convención aprobó mociones presentadas
por Londoño Londoño, en las cuales se protestó por los atentados del que fueron
víctimas Clímaco Villegas y el diario La Patria. En sus considerandos se planteó la
falta de garantías para el ejercicio de la política de los conservadores. Álzate y Ramírez
Moreno fueron comisionados para presentar ante el Presidente de la República la
situación del partido. El gandhismo que merodeaba en la Convención iluminaba a
un sector de la colectividad, que llamaba a la aplicación de la desobediencia civil en
el sentido de no acatar la legislación que el Congreso liberal homogéneo estaba
aprobando, justamente por no representar la voluntad de todos los colombianos.

Álzate Avendaño intervino sobre la orientación y la organización del conservatismo


en la política colombiana. Ante el propósito manifiesto de la Convención de aclamar
a Laureano Gómez jefe único, Álzate manifestó que no aceptaba por ningún motivo
esa designación por considerar que rompería la tradición del partido de no aceptar
caudillos. Enfatizó que no estaba dispuesto a consentir que el Partido Conservador
abandonara siquiera en apariencia su carácter doctrinario y se desviara hacia el
personalismo 83 . Se trataba de obstaculizar el avance de Laureano. Realmente, a
Álzate sí le llamaba la atención lo de la jefatura única, sólo que no en manos de su
adversario interno. Ante ese rotundo alegato, las directivas de la Convención se vieron
obligadas a trasladar para más adelante la elección del Directorio Nacional. En la
misma dirección intervino el representante de la AND, Manuel Mosquera Garcés,
quien profesaba antipatía hacia Laureano por su ensañado comportamiento con Marco
Fidel Suárez años atrás. Mosquera tomó la palabra, además, para poner en claro
que su agrupación "no constituía, como se había creído, una disidencia del partido,
porque se trataba de un grupo de acción constante, que laboraba en favor de la causa
conservadora sin aspiraciones distintas a las de servir los intereses del país"84. Álzate,
a su vez, para que no quedaran dudas de la relación estrecha entre conservatismo y
las derechas, declaró que "la Acción Derechista más que un grupo político es una
sociedad literaria" 85 .

El viernes 25 de octubre se eligió el nuevo Directorio Conservador, que sufrió una


ampliación considerable que significaba una representación de todas las corrientes y
una victoria de las juventudes derechistas que lograron evitar la jefatura única. El
Directorio quedó integrado así : Laureano Gómez, Mariano Ospina Pérez, Augusto
Ramírez Moreno, Pedro María Carreño y el general Amadeo Rodríguez. Se hizo la
salvedad de que los señores Berrío y Rengifo podrían intervenir con voz y voto en el
Directorio cuando estuvieran en la capital. Al día siguiente se nombraría al secretario
t¿
Se trataba de un retrato político sobre los cuatro personajes más importantes del momento 7 Mussolíni. Hitler, Stalin y Gandhi. La
intención de Gómez era poner en claro sus puntos de vista sobre los controvertidos personajes y neutralizar de esa manera los
ímpetus de la derecha en su partido.
777
El Colombiano, octubre 25 de 1935, p. 2,
77
EJ Tiempo, octubre 24 de 19,35, p. 1,
~7 Ibid.. p. 14.

El porvenir del pasado 177


o se ratificaría al titular en ese momento, como en efecto aconteció. El nuevo Directorio
tendrá poderes hasta junio de 1936. En la nómina de directorcitas, los nombres de
Ospina Pérez, Ramírez Moreno y Carreño eran de buen recibo en las juventudes
derechistas, a tal punto que cuando se clausuró el evento, a la salida donde esperaba
la muchachada conservadora, Londoño Londoño gritó: "¡Hemos triunfado! El
Directorio que acabamos de nombrar sí salvará al partido". Y, a su vez, Álzate ratificó
en el mismo tono: "Hemos hecho lo que ningún conservador esperaba. El Directorio
es inmejorable" 86 , es decir, la Convención constituía un avance de las derechas.
Realmente, el laureanismo salió diezmado. Se quemaron en las elecciones José de la
Vega, Abel Carbonell, Hernando Uribe Cualla, entre otros.

El hecho de haberse reunido la Convención en secreto y a puerta cerrada dio pie para
rumores y especulaciones. La prensa liberal, que manifestaba su preocupación en
columnas editoriales y que incluso presionaba para que sus puntos de vista fueran
incorporados a las deliberaciones, vaticinó: "Se asegura que entre el conjunto de medidas
reservadas o secretas existe hasta la de llegar a la revuelta armada, para lo cual se le
dio cabida en el directorio al general Amadeo Rodríguez, que en este caso vendrá a ser el
estratega del directorio, con la asesoría táctica de los generales Pedro J. Berrío e Ignacio
Rengifo, jefes supremos en los departamentos de Antioquia y Valle"87.

La Convención emitió una declaración en la cual consideró como necesidad absoluta


para la tranquilidad del país suspender la expedición de la reforma constitucional
hasta tanto futuras elecciones permitieran a la oposición llevar al Congreso a sus
voceros. Se reclamó del gobierno garantías reales y efectivas que permitieran la
expresión libre en los comicios. Anotaba el documento que dentro del régimen
democrático el Partido Conservador no se podía considerar vinculado y obligado al
cumplimiento de reformas, de cuya expedición se le había excluido por habérsele
hecho imposible la función electoral. En su documento, el Partido Conservador
repudió las reformas que desconocían al catolicismo como la religión del Estado y
establecía el monopolio de la educación por el mismo Estado, cambiando la tolerancia
por la libertad de cultos y estableciendo la legitimidad exclusiva del matrimonio
civil y del divorcio con la disolución del vínculo. Consideró funesta la reforma
constitucional y estimó que ella implicaba acallar la crítica de la oposición a los
actos del régimen imperante 88 .

En el documento concluyente de la Convención Nacional, se afirmó que el


conservatismo mantenía la doctrina mediante la cual el interés particular debía
ceder al interés social, pero rechazaba el hecho de que se pudiera privar de la propiedad
a alguien sin previa indemnización. Finalmente, el documento advierte que los graves
conflictos creados por las proyectadas reformas "comprometen la paz religiosa y obligan
a la desobediencia y crean un estado de intranquilidad permanente, suficiente para
estancar el progreso moral y material de la república" 89 . El balance de la prensa
liberal fue apenas correspondiente a las dimensiones de las conclusiones de la
Convención Conservadora. Sendos editoriales aparecieron! en uno de ellos, titulado
"El delirio conservador", criticó acremente la política de la desobediencia civil decretada
por el conservatismo y terminó diciendo: "El pueblo, cuya intuición puede ser en este
caso nuestro mejor abogado, elegirá el camino que le plazca y dirá con quién se
resuelve a hacer la jornada" 90 . Sus columnistas analizaron paso a paso cada uno de
877
Ibid.. octubre 26 de 1935. p. 16.
"7 Ibid.
" Ibid.
,!
' La Patria, octubre 26 de 1935, p. 1.
7771
El Tiempo, octubre 27 de 1935. p. 4.

178 El porvenir del pasado


los puntos conclusivos del evento. No obstante que el nuevo directorio conservador
era una síntesis de la composición ideológica del partido, los periodistas políticos de
la prensa liberal creyeron recoger el guante que se les tiraba. Haciendo uso del
pasado para sus argumentos, Armando Solano, en su columna titulada "Democracia
y fascismo" anotó que el Partido Liberal: "[...] no podría, sin traicionarse y sin
traicionar la república, tolerar una tentativa fascista. La aplastaría inexorablemente,
haciendo uso de la fuerza de la razón y de la razón de la fuerza, porque los crímenes
contra el Estado han de ser reprimidos por todos los medios"91.

Las cosas aparecieron más dramáticas cuando La Patria, el controvertido y


protagónico diario manizalita, aprovechó el prestigio de un prohombre regional y
nacional para abrir su edición del 26 de octubre con un impresionante titular: '"Ha
caído la noche sobre nuestra patria', dice Aquilino Villegas", Se trataba del uso político
de una carta que el insigne conservador había enviado a Silvio Villegas desde el
exterior, donde se encontraba enfermo. Los editores acompañaron el titular de un
destacado sumario de la carta :

Hoy no se escucha a la patria, lejana, sino el atroz murmullo de la matanza, del incendio, del
asesinato colectivo, de la claudicación internacional, del prevaricato, del soborno, del fraude
electoral, de la guerra de ópera bufa, de la improbidad y de la bellaquería. - L a afrenta que se nos
lanza en el extranjero es terrible. —El mordaz comentario de News Week sobre Colombia. -"En
este inmenso hospital, donde gimen tantos desdichados, no hay dolor comparable al mío."92.

La noticia cerraba con broche de oro toda una intensa construcción noticiosa para la
cual el lector estaba ya preparado.
Después de las violentas elecciones de octubre, no hubo señales de concordia, todo lo
contrario. El jerárquico José Mejía Mejía se valió de un reciente artículo del leopardo
Silvio Villegas sobre el advenimiento del fascismo, para expresar en concreto, y
entonces sí abiertamente, su devoción por esa doctrina. Las condiciones de violencia
a las que estaba sometido su partido y las cosas que decía su emulado superior se lo
permitían. En su columna de El Colombiano, que tituló "El rearme de los espíritus",
daba a entender que el leopardo no estaba hablando de Italia, sino de la realidad
colombiana. Mejía, experto en el arte de decir cosas a propósito de lo que otros decían,
aprovechó, como siempre lo hacía, para decir lo suyo :

El conservatismo quiere cambiar de piel, de lenguaje político y de hábitos psicológicos y mentales.


La lucha electoral ú l t i m a p a t e n t i z a la u r g e n c i a de un vuelco emocional en las m a s a s
conservadoras. Los métodos republicanos de acción han sido derogados por el partido de
gobierno. Y el conservatismo no puede seguir traduciendo en mansuetud y derrotas indefinidas
el rótulo civil de sus hombres 83 .

Mejía concordaba con Villegas en que el fascismo había surgido por la violencia de
las izquierdas y que ese era el nombre que tenían en ese momento los partidos
conservadores europeos: "La tensión psíquica de los partidos de derechas responde
como una terapéutica a la trayectoria destructora de los cuadros de izquierda. Es el
restablecimiento de la autoridad por encima de la metafísica de la libertad lo que
viene a justificar hoy día en las naciones europeas ciertos regímenes violentos de
excepción"94.

•>' I b i d .
*¿ La Patria, octubre 26 de 1935. p. 1.
77:1
El Colombiano, octubre 28 de 1935. p. 3.
1,1
Ibid.

El porvenir del pasado 179


Los resultados de las elecciones de octubre último le despejaron completamente el
camino al pensamiento fascista del conservatismo. La P a t r i a fue uno de sus
baluartes. Rechazó cualquier mediación. A u n artículo de Manuel Serrano Blanco en
El Espectador, que llamaba a que el conservatismo se decidiese por la tolerancia y
no por la violencia, el matutino manizalita respondió: "El dilema debiera ser este: la
abstención total o una reorganización adecuada para las luchas electorales. Ambas
políticas tienen sus peligros y sus compensaciones. Una organización táctica, de
ascendencia fascista, con jefes arrojados y valientes nos llevaría rápidamente al
poder, con heroicos sacrificios"95.

Y en ese ambiente de confrontación, la religión fue un ingrediente especial. La fracción


socialista en la Cámara de Representantes comenzó a finales de octubre un encendido
debate contra la Compañía de Jesús. Los parlamentarios confiaban que de esa manera
presionarían al gobierno para acometer una política contra la Iglesia y sus bienes.
La intensidad del debate llevó a que el 3 de noviembre de 1935 el Directorio Nacional
Conservador expidiera un manifiesto en rotundo rechazo a los planes de la izquierda
y a su encubrimiento por parte del gobierno: "El poder ejecutivo y la extrema izquierda
liberal están de acuerdo en los propósitos que deben cumplirse contra el patrimonio
religioso de la nación. Difieren en la táctica: la del gobierno es sigilosa, y franca la de
los izquierdistas" 96 . El manifiesto conservador declaró que la Nación estaba abocada
a la lucha religiosa. En ese sentido, dio la angustiosa voz de alerta a todos los
conservadores y a los católicos del país y finalizó de la siguiente manera: "La fe
religiosa, los fueros de la Iglesia, la seguridad del clero y de sus bienes, la paz de las
conciencias, el porvenir espiritual de las nuevas generaciones, la santidad de los
hogares, la moral pública y privada, están amenazados" 97 .

En noviembre de 1935, el gobierno presentó al Congreso su proyecto de nueva reforma


constitucional. La prensa conservadora del país publicó el texto del proyecto
íntegramente. Sobre el Gobierno cayó, entonces, un alud de réplicas expresadas en
editoriales, columnas de opinión y contrapropaganda. La propuesta del gobierno
radicalizó la discusión: "Derecha o izquierda", fue el editorial de Augusto Ramírez
M o r e n o en L a P a t r i a . P a r a el leopardo, el Gobierno se h a b í a decidido
irreversiblemente por la izquierda. Apropósito de la designación de Darío Echandía
como ministro de educación, este Ministerio cobró para los conservadores más
importancia que los otros. El conservatismo sabía que desde esa cartera los golpes de
su adversario eran más certeros. Anotaba, por eso, Ramírez:

Allí o desde allí se riega, se abona, se ara y se siembra, se vigila el desarrollo de las espigas
intelectuales, se fiscaliza la troje, se dispone del granero. El Ministerio de Educación es la
suprema amenaza para los propietarios y para los industriales, para el orden, para la tradición,
p a r a la católica armadura de nuestros juicios [...] Darío Echandía ha recibido el punto más
difícil, más influyente y alto del gobierno, tiene que dotar a la República Liberal de su equipo de
intelectuales doctrinarios, sistematizados en la defensa de las herejías del régimen 98 .

El 27 de noviembre, el Concejo de Medellín sintiendo amenazados los intereses del


municipio, aprobó una resolución de rechazo a la iniciativa gubernamental y recalcó
su voluntad para continuar trabajando en pro de la descentralización administrativa.
Sostuvo la necesidad de conservar la debida independencia entre la Nación, el

977
La Patria, noviembre 5 de 1935. p. 3
7,17
El Colombiano, noviembre 5 de 1935, p. 3.
,T
Ibid.
7777
La Patria, noviembre 3 de 1935, p. 3.

180 El porvenir del pasado


departamento y el municipio, de manera que los patrimonios fueran inviolables e
inconfundibles. Aprobó también exhortar a las cámaras para que se hicieran
intérpretes del clamor público y volvieran por los fueros de las corporaciones
municipales, según decían, amenazadas de muerte en el proyecto de Constitución
oficial99. La presión creció como espuma. La Iglesia y sus defensores cuestionaron el
artículo 30, que estipulaba la libertad de cultos. Y hasta El Tiempo medió para que
se cambiara el proyecto por un acto reformatorio de la Constitución de 1886.

En menos de un mes de propuesto el proyecto de nueva Constitución, el Gobierno


cedió y la prensa conservadora celebró. El 29 de noviembre, La Patria abrió edición
con la esperada noticia: "La Constitución no debe ser sustituida, dice el presidente
López". Y no faltó el comentario al pie de la información: "El Ejecutivo nacional
considera más aconsejable una reforma gradual de la constitución, que su sustitución
total, y que las reformas deben hacerse a medida que las circunstancias y necesidades
del país lo exijan"100.

Los nuevos periódicos de la derecha. Jerarquía saluda a Derechas.

A partir de 1935 se multiplicaron los periódicos y las organizaciones de derecha por


todo el país. Cuando Álzate estaba entretenido con la edición de la segunda sección de
El Colombiano, expresión del grupo Jerarquía, al cual pertenecía, en Medellín
empezó a circular Colombia Nacionalista, periódico que aspiraba a expresar los
sentimientos de un nacionalismo bipartidista ligado a intereses concretos de la in-
dustria nacional, según lo muestra la publicidad que lo financiaba. José Mejía Mejía,
como lo anotamos atrás, debatió y casó pelea con él como también había casado pelea
con La Defensa, otro diario local conservador. Acusó a don Bernardo Ángel, direc-
tor y fundador de Colombia Nacionalista, de destruir el idioma: "Sus piezas políticas
son verdadera guiriguayas literarias. Posiblemente don Bernardo no crea conveniente
un instrumento castizo para su tarea proselitista. Prefiere un lenguaje popular, sin
embelecos sintácticos ni gracia estética"101.

Circulaba también una revista de abigarrado carácter literario, filosófico, ideológico


y político: Tradición. La revista, que salía bajo la dirección de Gonzalo Restrepo
Jaramillo, Alfonso Uribe Misas y José Restrepo Restrepo, le abrió las puertas a la
juventud conservadora del país. Allí pudieron los jóvenes recién graduados publicar
sus tesis o las síntesis de ellas. Se le hacía propaganda desde sus páginas a otros
medios de expresión conservadora que paralelamente circulaban en el país:
Derechas, en Bogotá; El Vigía, en Tunja; Trincheras, en Ibagué; y se anunciaba
la futura aparición de El Siglo. De igual manera, se publicaban listas de los textos
teóricos que podían y debían adquirir los jóvenes conservadores en las librerías
nacionales. Los títulos cobijaban el espectro todo de la literatura fascista y nacionalista
de todos los tonos. Tradición recomendaba a sus lectores las obras de Gustave Le
Bon, León Duguit, Charles Maurras, Maurice Barres, al tiempo que pregonaba los
libros de los autores conservadores que iban apareciendo: Espiritualismo y
fascismo, de Daniel Valois Arce; El p e n s a m i e n t o conservador, de Gonzalo
Restrepo Jaramillo, por ejemplo102.

M
El Colombiano, noviembre 27 de 1935. p. 1.
7(777
La Patria, 29 de noviembre de 1935, p. 1.
7(77
El Colombiano, agosto 5 de 1935. p. 5.
rl
" Valois Arce, Daniel. Espiritualismo y fascismo. Bogotá, Imprenta Voto Nacional, 19351 Restrepo Jaramillo, Gonzalo. El pensamiento
conservador en Colombia. Medellín, Tipografía Bedout, 1936.

El porvenir del pasado 181


Las ideas que se expresaban en los ensayos que aparecían en las revistas teórico-
ideológicas gozaban de una vulgarización en otros medios: el 6 de noviembre de
1935 había salido Derechas 103 . Este hebdomadario pasó a ser el órgano periodístico
de la Acción Nacional Derechista, sociabilidad política de las derechas cundr
boyacenses surgida en abril de 1935 paralelamente, como ya dijimos, a la
configuración de Jerarquía. El semanario fue saludado con entusiasmo por la
prensa conservadora. En las instalaciones de El Colombiano en Medellín se podían
comprar los ejemplares de Derechas.

Finalizaba el año 35, el del auge del fascismo en el mundo entero. El jerárquico José
Mejía Mejía, que se había ausentado de las páginas de El Colombiano para cumplir
con sus deberes universitarios, regresó al periódico para elevar su voz de entusiasmo
por el lanzamiento de Derechas:
Las nuevas voluntades que se congregan bajo el vocabulario de Dios y Patria son gente que
h a n liquidado el trino p a r a ingresar sin melindres en la política. D e r e c h a s establece la
restauración de Bolívar. La angustia presente emana de todas las claudicaciones espirituales,
cometidas en homenaje a las democracias tropicales. Volver la mirada a Bolívar es pensar en
autoridad, jerarquía y disciplina frente a la anarquía, el caos y la francachela de las democracias
liberales. La misión de las nuevas gentes conservadoras está definida en la hora responsable
que vivimos. La revolución francesa que todavía parece nutrir nuestros credos políticos fue
simplemente la premisa de la revolución rusa. 1789 y 1917 son fechas disímiles en la superficie
pero afines en el subsuelo. La nueva generación conservadora tiene necesariamente que ser
antiliberal y anticomunista. Nuestra concepción católica de la vida es una visión totalitaria del
mundo. Derechas será el enunciado de esta política heráclida que no mira el presente sino que
ataca el porvenir. Nuestro destino no es de hoy. Ingrata misión la de los hombres nuevos,
escribió un día Jiménez Caballero capitán de derechas europeas 104 .

El advenimiento de un órgano de expresión totalmente independiente y autónomo de


las jóvenes derechas fue recibido con satisfacción en el mundo periodístico, ya de
derecha, definitivamente fascista, configurado hasta entonces por El País 105 , El
Colombiano, La Defensa, Colombia y La Patria. Este último diario, por ejemplo,
replicó al entusiasmo colectivo de la siguiente manera:
Su ideal no es nuevo para nosotros ni extraño. Gilberto Álzate Avendaño lo agitó con osadía,
blandiendo sus principios en la pica de su pluma desde estas mismas columnas. Quizá este
diario sin titubeos modernos, sin peligrosos cambios de rótulos ha sido el mayor derechista en
su política. Hemos alzado como un pendón las dos palabras primordiales de su programa "Dios
y Patria". La aparición de Derechas nos llena del más vivo regocijo. Los redactores Gerardo
Valencia, sobrino del maestro, doctor en derecho, poeta de estirpe, y Carlos Ariel Gutiérrez
escritor vigoroso son los dos signos auténticos 106 .

Aunque eran periódicos ya de extrema derecha, en ellos cabía todavía el otro


conservatismo, un poco menos extremista, no tan decidido en el epocalismo que
profesaban quienes se reunirán alrededor de Derechas. Era este, realmente, otro
conservatismo; paradójicamente, sus postulados iban en contravía de lo que decían
los programas del conservatismo clásico.

70:7
El periódico traía un subtítulo 7 "Al servicio de la Acción Nacional Derechista"7. Estaba dirigido por Gerardo Valencia, Carlos Ariel
Gutiérrez y Guillermo Camacho.
77,7
El Colombiano, diciembre 12 de 1935. p, 5.
7777
Desde su aparición, el 18 de febrero de 1932, El País le abrió de par en par sus puertas a la juventud conservadora y acogió toda la
sensibilidad de este nuevo estilo político e ideológico en el país. AI respecto puede verse la edición del 17 de abril de 1932. Después
de la Convención Conservadora de octubre de 1935, sus luces se tornaron tenues. Ante las mil veces anunciada aparición de El Siglo.
se rumoró que el periódico se convertiría en un órgano de la Acción Católica Colombiana. Dejó de existir el 15 de junio de 1936. En
El Siglo, periódico que lo suplió, los jóvenes de la derecha ya no contaron con el apoyo que habían recibido en El País.
7,777
La Patria, noviembre 22 de 1935. p. 5.

182 El porvenir del pasado


Desempolvando y reconociendo el papel de Álzate.
Este recorrido lo hemos hecho para entender y hacer entender el ambiente donde
Álzate Avendaño estaba haciendo política. No tenía un protagonismo cotidiano como
el de los personajes de los que nos hemos valido para esta descripción, pero está allí,
entre la intervención, la organización y la expectación, labrándose más una imagen
de organizador que de ideólogo. Después de su participación como delegado por
Antioquia en la última Convención, Álzate permaneció un corto tiempo en la capital
y viajó luego a Manizales, donde permaneció del 2 al 12 de noviembre. La Patria le
dio la bienvenida con regocijo y destacó su participación en la Convención
Conservadora: "No sabemos qué admirar más en Álzate Avendaño, si al escritor o al
caudillo. Como sale de su pluma la palabra mondada, la egregia metáfora, así vierte
la voz de mando, el grito colérico. Para nosotros tiene otro encanto la visita de Álzate:
viene a ilustrarnos, a darnos manivela" 107 . Su regreso a Medellín fue registrado por
El Colombiano. Lo mismo que el colega de Manizales, el diario antioqueño alabó su
participación en el magno evento partidario de Bogotá y lo colmó de méritos. Informó
que el joven dirigente se había puesto, de nuevo, al frente de su acreditada oficina
judicial que había "venido sirviendo con el éxito que le otorgan sus admirables
capacidades intelectuales, su criterio jurídico y su laboriosidad incansable" 108 .
Finalmente, las páginas del matutino antioqueño fueron puestas a su disposición.

El 20 de diciembre, El Colombiano volvió a ocuparse de Álzate. Reportó que regresaba


a su patria chica con el ánimo de pasar unas vacaciones judiciales al lado de los
suyos y continuó en la tónica de fortalecer su reconocimiento:

Realizó en el año que termina una de las labores intelectuales y políticas más intensas y
fecundas. Como jefe de los debates electorales trabajó sin fatiga, con incomparable fervor
político y con eficacia eficaz. A su inteligencia organizadora se debió en gran parte el éxito
alcanzado por el conservatismo de Medellín en las p a s a d a s elecciones. Cordialmente lo
despedimos 109 ,

Y, como siempre, puso a su disposición las páginas del periódico.

Afínales de 1935, Álzate no se había graduado de abogado, pero como tal ejercía.
Paralelamente a sus estudios de derecho, cursaba otra carrera mucho más implicadora:
la de la política. Su participación en las campañas electorales de 1929 a 1935 lo
graduó de gran organizador político. De diversas latitudes fueron llegando los
reconocimientos. Dos años más tarde, desde El Colombiano, José Mejía Mejía, que
continuaba con su columna "Rúbrica" de los tiempos de Jerarquía, rememoraba lo
siguiente sobre el papel jugado por Álzate en las campañas electorales que hemos
tratado de reconstruir:

Tus días de jefatura electoral fueron la más idónea gimnasia psicológica para el electorado
conservador. Había necesidad de elevarles el ademán y encresparles los nervios. Delante de
una barbarie enflorada en burgomaestres y alguaciles, nuestras masas no podían continuar
con las m a n s a s costumbres de colectividad gobiernista. De comunidad pusilánime y lanar
teníamos que hacer el tránsito a partido oposicionista. Tú prologaste esa transformación interior
del conservatismo que es preciso continuar hasta adquirir la completa mutación cutánea en el
alma de las masas conservadoras 110 .

77
Ibid.. noviembre 3 de 1935, p, 5,
77777
El Colombiano, noviembre 13 de 1935, p. 5.
779
Ibid.. diciembre 20 de 1935. p. 5.
7,7
Ibid.. enero 20 de 1937. p. 6.

El porvenir del pasado 183


Álzate* la estrategia
de la procesionalidad
v la conquista, de la OI'ÍUÍ
VIII

I m p o r t a c r e a r la república de l a s m a s a s ,
erguida sobre el oleaje h u m a n o como una
góndola. La plaza pública, estremecida de
presentimientos y clamores, es nuestro lugar
de cita. ¡El paraninfo, para las damas!'

Los contextos
La prensa conservadora auguró un desenvolvimiento melancólico del año 1936, y
sin titubeos afirmó:

La república liberal es la negación de la patria, la negación de su pretérito, la postración de su


fisonomía moral y el rompimiento de un equilibrio social y económico que sólo es posible
fundar mediante un sistema organi-zado de ideas. Los hombres que hoy día rectorizan los
destinos de Colombia han trastornado la trayectoria de un pueblo civilizado que pudo ser
espejo de las naciones de América. De una democracia de principios han hecho los gobernantes
colombianos una obtusa democracia de masas 2 .

Era así como los conservadores se referían al adversario en el poder. Era el resultado
de lo que venía pasando desde 1930. El Partido Conservador estaba marginado de
las decisiones fundamentales que se tomaban desde las alturas del poder. Las reformas
de los gobiernos liberales se habían llevado a cabo sin la participación del partido que
constituía la otra mitad de la Nación. El régimen de la Revolución en Marcha,
abiertamente liberal, constituido así gracias a la abstención conservadora en las
elecciones de 1934, se convertirá en el elemento principal alrededor del cual los
conservadores configurarán el adversario que necesitaban para fortalecer su identidad
y lograr la unidad partidista resquebrajada. En la nueva representación del enemigo
se activaron todos los ecos fabricados a lo largo de la historia republicana contra el
liberalismo: partido de masones, de ateos, de iletrados, etc. Las condiciones históricas
nacionales e internacionales les brindaron a los conservadores otro episodio, el más

" Véase el artículo de Joaquín Estrada Monsalve "La cita conservadora", en La Patria, agosto 3 de 1936, p. 3.
- El Colombiano, enero 2 de 1936. p. 3.
dramático, quizás, en el largo proceso de fabricar enemigos. La relación liberalismo-
comunismo les demandará nuevos esfuerzos e invectivas. Los frentes populares, esa
alianza de los partidos demócratas con el comunismo para atajar al fascismo les
propiciará el elemento que necesitaban para unir dos adversarios en un solo enemigo.
Obviamente, para ellos, eran los liberales quienes habían empezado la violencia, así
lo vivían y padecían. Los eventos políticos de los conservadores se realizaban al
compás de la violencia contra su militancia 3 .

Había razón en los augurios. Será 1936 un año de grandes realizaciones liberales y
por ello de tenaces confrontaciones con los conservadores. El Gobierno obtendrá
beneplácito al ver aprobadas por el Congreso liberal sus principales propuestas de
reforma constitucional. La oposición afrontará el debate desde la prensa y los jóvenes
derechistas arrojarán al recinto de la Cámara bombas de azafétida en protesta por
las medidas: "El viril acto de protesta de los derechistas se considera como el primer
brote de la reacción popular de la nación en contra de una representación que devora
las arcas del tesoro nacional en medio de la más grande esterilidad parlamentaria" 4 ,
opinó y legitimó la acción el periódico El Colombiano. De ahí que cuando apenas
empezaba el año, la prensa conservadora sentenciara:
La oposición no es un pregón de Año Nuevo, sino un sistema de lucha continuado que no
entrega ninguna de sus posiciones espirituales [...] el conservatismo ingresa al nuevo año no
con propósitos de capitulación con el poder, sino con nervios renovados y con equipos humanos
dispuestos al sostenimiento de unos principios y a la defensa de una patria que se amengua día
a día en manos extrañas 5 .

Se presentaban los conservadores ante la sociedad como mártires, perseguidos,


acorralados y asesinados: "Aquí se le mata, allí se le oprime y castiga, allá se le befa
3' ofende, en el otro extremo se le roba y se le desvalija. Es el hecho menudo de todos
los días, en todos los rincones de la patria" 6 . Y para tales aseveraciones tenían motivos.
Había un sabor catastrófico en su lectura de los tiempos que corrían. Pero, los
conservadores, que acusaban al régimen de antidemocrático, no veían o no querían
ver que todo lo que querían decir, por lo menos hasta ese momento, lo estaban diciendo:
que el odio que estilaban sobre el Presidente hubiese provocado medidas de represión
sobre la libertad de prensa que, hasta este momento, tampoco se habían dado. Por
ejemplo, en septiembre de 1936, cuando se conmemoró en Aranzazu el primer
aniversario de una matanza de conservadores, el periodista que cubrió el cabo de año
escribió: "luego la justicia liberal declaró exentos de culpa a los malhechores y el
gobierno los colmó de privilegios, porque en este desventurado país el crimen es una
industria política, celosamente protegida por el régimen" 7 . Carlos Echeverri Herrera
no sólo catalogaba a López Pumarejo de "el más grande desarticulador del organismo
patrio", sino que además escribía: "No sé hasta dónde será útil averiguar la edad
mental del presidente, en vez de entrar de lleno a castigar sus vicios morales. En
todo caso este hombre inepto y desagradable, es tan ignorante y anónimo como sus
ministros y parlamentarios. Lo peor es que es más costoso que ellos, más locuaz y
holgazán. El palacio de la Carrera es una fábrica de gases asfixiantes contra la
honra, el decoro y la paz pública" 8 .

Los rituales de la política conservadora se reactivaron tan pronto empezó el nuevo


año. El 2 de enero, Álzate se reunió en Manizales con Ramírez Moreno, Elíseo Arango
7
Puede verse al respecto 7 Salamanca, Guillermo. La República Liberal 19301934. I, Bogotá, Editorial Centro. 1937.
7
El Colombiano, enero 2 de 1936. p, 3.
7
Ibid.
77
El Siglo, marzo 1° de 1937, p. 4.
7
La Patria, septiembre 7 de 1936, p. 1.
' Ibid.. diciembre 17 de 1936, p, 3.

186 El porvenir del pasado


y Silvio Villegas11, los tres leopardos que habían quedado como grupo. De los otros
dos, José Camacho Carreño andaba extraviado en las lides apeninas, y a Hermida se
lo había tragado la tierra. Dialogaron, dictaron conferencias, confirieron declaraciones.
La cedulación de los conservadores estaba teniendo muchos tropiezos, y quienes
representaban al partido en ese proceso no se cansaban de presentar quejas. A veces
hasta eximían al Presidente e inculpaban de todo a sus funcionarios. El leopardo
Elíseo Arango escribía: "El Estado es substituido por juntas políticas, que estorban
la justicia penal, aniquilan la libertad e imponen su querer destructor [...] las minorías
violentas y armadas imponen su voluntad [...] una oligarquía voraz ha decretado la
muerte civil para nuestros compatriotas de Nariño, Santander y Boyacá [...] la
libertad política ha muerto" 10 . Así las cosas, Silvio Villegas, el otro leopardo, escribió:
"el conservatismo debe abandonar la. esperanza de la cedulación, no quedándole más
remedio que lanzarse a las calles y plazas" 11 . "Estar en forma" fue el título que
escogió este leopardo para una editorial de El Colombiano de comienzos de año.
Era una metáfora importada del vocabulario del deporte para la estrategia
conservadora: "Estar en forma en 1936 es nuestro anhelo en la alborada del año" 12 .
Para Villegas, Antioquia y Caldas constituían las peores razas políticas del mundo
por cuanto pensaban que el hombre había nacido únicamente para vivir tranquilo,
mientras que el progreso de la humanidad era producto de la inquietud. Hipérboles
que usaba el leopardo para interesar a sus lectores, lejanas de la realidad del espíritu
antioqueño. Le preocupaba a Villegas que dichas razas se movilizaran sólo para las
elecciones: "En sesenta días de agitación y de violencia tratan de recuperar el tiempo
que han perdido en largos meses de reprobable molicie. Por esto cada elección es una
descarga eléctrica. Solamente pueden aspirar al reino de la justicia los partidos que
han aderezado con oportunidad sus lámparas" 13 , escribía, y sostenía que era necesario
el entrenamiento fecundo del partido. Llamaba a que 1936 no fuera un año de
vacaciones políticas, sino de organización y disciplina; hacer de cuenta que se estaba
frente a dos o tres elecciones en perspectiva! que se distribuyera copiosamente la
doctrina del partido. Villegas pondrá a circular una idea que atravesará todo el año:

Nosotros no somos ciudadanos colombianos, constituimos una raza paria, a la cual se le niegan
hasta los derechos elementales del hombre. No podemos esperar justicia del régimen inicuo
que la república padece. Y a las elecciones no podemos volver sino c o n v e n i e n t e m e n t e
organizados para resistir la salvaje violencia de las autoridades y de las masas liberales. Debemos
alistarnos para el dominio de la calle, para el mitin constante, para una poderosa hazaña de
acción y de defensa. O resignarnos a ser indefinidamente una mayoría sojuzgada, el más
doméstico de los animales domésticos 14 .

Haciéndole eco a su colega, Elíseo Arango declaró: "los colombianos de Nariño, de


Boyacá y Santander que pertenecen a partidos políticos distintos del liberal, son
unos desterrados dentro de su propio suelo, forman una doliente humanidad que
trabaja para pagar a sus perseguidores" 15 . Mesiánicos, como se reconocían los
Leopardos, y con ellos todos los jóvenes nacionalistas, Villegas se echaba sobre sus
hombros toda la responsabilidad del partido en la hora aciaga: "Una generación en
forma puede lograr lo que siglos sin ella no consiguieron" 16 . Se trataba ya, sin duda,
de la conjunción de dos generaciones: la de él y la de Álzate.

" Ramírez procedía del Valle del Cauca 7 Arango que oficiaba como decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional se había
desplazado desde Bogotá7 y .Álzate, que aún estaba radicado en Antioquia. se hallaba de vacaciones en su ciudad natal junto a Silvio
Villegas, que dirigía La Patria.
" El Colombiano, enero 11 de 1936. p. 3.
Ibid.. enero 3 de 1936, p. 1
7
Ibid.. enero 11 de 1936, p. 3.
Ibid.
' Ibid.
Ibid.
"' Ibid.

El porvenir del pasado 187


La provincia se expresaba a través de los ritos del conservatismo. Las convenciones
departamentales, por ejemplo, tenían resonancia nacional. De allí emanaban
documentos que influían en la marcha de la política de toda la comunidad
conservadora del país. En la elaboración de la política partidista no era Bogotá
superior a ciudades como Cali, Medellín o Manizales. A esto contribuía no sólo la
presencia de connotados caudillos locales, sino también la ausencia de un periódico
madre que diera las pautas. Aunque El Siglo aparece en 1936, demorará todavía
para convertirse en el órgano central de la expresión del partido. Las fuentes del
discurso conservador se elaborarán de abajo hacia arriba o, mejor, de la provincia a
la capital. Paradójicamente, la organización federal del partido le colmaba de una
naturaleza democrática.

Así, el 19 de marzo se reunió en Medellín la Convención Departamental del


conservatismo, que en su sesión final aprobó una declaración que daba cuenta de la
reacción que había producido en el partido el proceso final de aprobación del conjunto
de reformas presentado por el Gobierno al Congreso. Reforma constitucional dirigida
a la secularización del Estado, a separar los asuntos de este de los de la Iglesia.
Proceso normal en otras latitudes, pero que en Colombia será dramático por el peso
de la influencia de la Iglesia y por el del conservatismo en la construcción del universo
espiritual de la gente. El documento de los conservadores antioqueños calificó el
proceso de transformación liberal como un atentado contra las instituciones
primordiales de Colombia, como la destrucción de las bases fundamentales del país.
Particularmente violento para el conservatismo fue el intento liberal de borrar del
preámbulo de la Constitución el nombre de Dios como fuente de inspiración
constitucional. Que tales medidas se instaurasen en un país bipartidista por un solo
partido le hería profundamente! y, sobre todo, que por los asuntos religiosos y por los
de la educación escolar, caros para el conservatismo, respondiera el partido contrario
le ofendía. La desaparición de la influencia de la Iglesia y de la religión en la población
les preocupaba a los conservadores antioqueños, pues consideraban que para un país
de las características geográficas de Colombia, que además carecía de unidad racial,
el factor espiritual era fundamental para mantener y consolidar la unidad nacional.
El divorcio, apenas planteado, les pareció exótico y pernicioso, una válvula de escape
para el libertinaje. Se pronunciaron contra la naturaleza de la reforma agraria, y, al
contrario, pusieron al Quindío como modelo de una vía distinta para resolver el
problema de la tenencia de la tierra en el país: la colonización. Protestaron por la
reforma tributaria que no obedecía, según ellos, a una verdadera necesidad pública,
sino al sostenimiento de una burocracia voraz. El documento le dedicó buen espacio
al problema de las libertades públicas, justamente para horadar en la contradicción
de un régimen que se ufanaba de ellas. Le enrostró, por ello, la persecución contra la
palabra conservadora, y, para no perder su eficacia inmediata, dirigiéndose a su
propio destinatario, llamó al mantenimiento de la absoluta unidad doctrinaria y
cívica. Finalmente, se dirigió al espectro todo de la población:

Que a n t e todos los hombres de buena v o l u n t a d , que a m a n a la p a t r i a , declara que la


responsabilidad de los acontecimientos turbadores, radica, no en el partido alejado, por la
persecución, de los puestos directivos de la república, sino en el que abusa de ellos, desconoce
los sentimientos del país y pretende legislar en campos que le son vedados, y donde sólo la ley
divina impera y a ella, sólo, es posible obedecer 17 .

188 El porvenir del pasado


Ante el incontenible proceso de aprobación de las reformas, el leopardo Elíseo Arango
llamó a hacerle la contrarrevolución al régimen: "Nuestro deber es elaborar, hacer
viable una contrarrevolución por un orden distinto. Y nuestra urgencia de ahora
consiste en nacionalizar el Estado. Si la revolución liberal ha sido ante todo un paso
de la nación hacia un partido, nuestro trabajo debe ser todo lo contrario. Hay que
introducir los valores nacionales dentro del Estado para que éstos sean su guía y
sostén intangible" 18 . La vía para este propósito era preparando el alma de los
conservadores para las nuevas condiciones. La realidad de la política nacional obligaba
a los ideólogos conservadores a repensar sus destinatarios clásicos:
Nuestras masas tradicionalistas son rurales. Pero la ciudad hace y dirige la política. Somos una
mayoría colombiana sometida a la tiranía de organizaciones urbanas audaces. Nuestro problema
de táctica no es hacernos fuertes en los campos sino en las calles y plazas. No podemos confiar
para este laborar en el sufragio universal. Ya sabemos qué significa esa despreciable farsa. Las
papeletas no dan nunca la medida de n u e s t r a fuerza. Hay por fuera de las corporaciones
representativas una opinión dinámica que se forma, crece y actúa y se hace más digna de todos
los sacrificios19.

Como se advierte, el leopardismo estaba en pleno apogeo. Su lucha había tenido eco!
los Leopardos y la generación bolivariana confluían y daban la pelea en pro de un
nuevo tipo de militancia y de un nuevo modelo de hacer la política en el interior del
conservatismo: "La contrarrevolución que esperamos, para ser fecunda tendrá que
empezar por adueñarse de nuestro espíritu como una pasión ardiente y batalladora
que debe superarse todos los días. Nada sería más nefasto que buscar una victoria
sin la emoción de nuestras almas" 20 . Era la opinión de Elíseo Arango, que coincidía
plenamente con lo que pensaban Álzate, Mejía Mejía y los nacionalistas del centro
del país. La nueva estrategia de llegar a las calles de la ciudad no era de fácil
asimilación ni siquiera en el interior mismo de la sensibilidad nacionalista. El desdén
por lo popular urbano era parte de su concepción de la política. Un ejemplo de esto
fue la lectura que hicieron de la manifestación del primero de mayo de 1936, Día del
Trabajo, que fue todo un espectáculo.

El régimen se congratuló al presenciar una manifestación de apoyo popular inédita


en la historia del país. El mismo Presidente salió a los balcones de la Casa de Nariño
y desde allí, junto a dirigentes comunistas, presidió los discursos de respaldo a su
obra de gobierno. Era la puesta en escena del Frente Popular que no era un pacto
suscrito entre liberales y comunistas, entre López y comunistas al menos, como lo
pensaban y atestiguaban el conservatismo y el mismo liberalismo de derecha, sino
la manifestación de apoyo que por cuenta propia habían organizado los sectores de
trabajadores que se sentían en un frente popular con el Gobierno para atajar la
resistencia conservadora. Y el régimen salió al encuentro de la adhesión! la necesitaba,
además, aunque le incomodara a la gran prensa liberal. Pero la manifestación del
primero de mayo era también una respuesta a las movilizaciones conservadoras 21 , a
las que, a su vez, estimulará. 'Rubayata', el periodista nacionalista, se mofó del
espectáculo. Colmó de denuestos a los participantes: hordas disgregadas por la ciudad,
patrullas mazorqueras, despliegue de la guacherna, guacamayas y cacatúas
remuneradas, turbas... Manifestó que se habían marchado de la ciudad las gentes
buenas! que ese día la ciudad olía a puerto y que en el Paseo Bolívar, que era un
refugio del hampa, habían empezado a florecer las banderitas coloradas! que la ciudad
7
" ibid., abril 20 de 1936. p. 6.
7
" ibid.
2,1
Ibid.
777
Este episodio del primero de mayo de 1936, ha tenido amplia difusión en la historiografía colombiana. Pueden consultarse al respecto 7
Medina, Medófilo. Historia del Partido Comunista de Colombia. Bogotá. Ediciones CE1S, 198CK Tirado Mejía, Alvaro, Aspectos
políticos del primer Gobierno...

El porvenir del pasado 189


se había vestido de bermellón, que en toda parte florecía el tufillo del aguardiente que
era con lo que se escribía en Colombia liberalismo22. Tanto 'Rubayata' como el editorialista
de El Colombiano coincidieron en sus apreciaciones sobre la manera como el comunismo
había manipulado la manifestación: 'las turbas entronizaron a los caudillos de la oratoria.
La demagogia molía, como trapiche, las virtudes de la República. Salía el bagazo de
aquellas mentes enfebrecidas y las turbas bramaban contra Dios y contra la ley. Los
comunistas izaron los estandartes de Carlos Marx, manosearon al presidente, pidieron
el desquiciamiento de las leyes y el imperio de la anarquía" 23 . 'Rubayata' siguió
comentando el evento y, con ironía, le escribió una carta abierta a Stalin en la cual le
contaba sobre la conversión de Colombia al comunismo:

El día de los trabajadores, toda la plebe colombiana desfiló frente al Lenin de Honda, para
rociarle la testa con aguardiente y alaridos como a cualquier gallo triunfador [...] Aquello fue
imponente. La calle de La Carrera no tenía nada que envidiarle a la perspectiva Newsky donde
se hacinaron las turbas moscovitas para escuchar la voz trepidante de Kerensky [...] Fueron
tres horas tártaras [...] Si Vieiras a Alfonsovitch y a los Diegoluises y a los Carrascales y a los
Jorgeliéceres y a los Margaritavillaquiráes triunfadores en esta hora de avance 24 .

A la manifestación del primero de mayo, los nacionalistas opusieron la invasión de


Mussolini a Etiopía. El jerárquico José Mejía Mejía, futuro ideólogo de Haz Godo, escribía:

La captura de Addis Abeba indemniza a la civilización de la fiesta del primero de mayo en


Colombia [...] Roma, tesis del presente, funda en el África una civilización y una cultura.
Moscú, antítesis de nuestros días, despedaza las instituciones nacionales y entabla el caos
colombiano. El Duce le abre canales al espíritu occidental y edifica una meseta fascista en la
Etiopía primigenia y desértica [...] El liberalismo ha sido derrotado en el África25.

La graduación de Gilberto Álzate Avendaño


y los contenidos de su tesis de grado.
Afínales de abril, Álzate se recibió de abogado. Le acompañaron a su graduación sus
amigos íntimos de Medellín: José Mejía Mejía y J u a n Roca Lemus, el conocido
'Rubayata'. Los primeros días de mayo los pasó en Medellín celebrando, compartiendo
y hablando de estrategia política con sus amistades. Como era de esperarse, la prensa
conservadora antioqueña y caldense registró la noticia. El informe del tribunal de la
tesis, compuesto por Julio E. Botero, Bernardo Echeverri y Manuel Restrepo Jiménez,
fue publicado íntegramente por El Colombiano. Los jurados calificaron positivamente
la monografía "Los oficios en la Edad Antigua": "Es obra de crítica y observación
atenta e inteligente de los fenómenos sociológicos, así económicos como jurídicos y
políticos, ocurridos en la época antigua y que fueron abriendo los surcos por donde
más tarde habría de desbordarse la humanidad organizada en clases, tribus, aldeas,
villas, ciudades y estados! en clases, gremios, oficios y profesiones"26.

Sus grandes amigos, que eran también sus copartidarios e impulsores, le dedicaron
sus columnas. El grado de abogado de Álzate fue utilizado por los líderes nacionalistas
para continuar y reafirmar la construcción del personaje que esta sensibilidad política
necesitaba: "Él puede ser el caudillo ambicionado desde la época aquella en que la
hegemonía conservadora entraba en el periodo comatoso"27, escribía 'Rubayata'. Un

¿2
Véase El Colombiano, mayo 2 de 1936. p. 3.
77
Ibid.
"Ibid.. mayo 4 de 1936. p. 3.
77
Ibid., mayo 6 de 1936, p. 5
S77
Ibid.. mayo 4 de 1936. p. 3.
2
Ibid.. mayo 9 de 1 936. p. 3.

190 El porvenir del pasado


dirigente al estilo de Ortega y Gasset, pero que fuera incluso más allá: "En política
no hay principios sino circunstancias. Álzate Avendaño se hizo para sostener sus
principios dentro de las circunstancias de la vida política, corta aún por obra del
tiempo pero estilizada por su tenacidad" 28 . Sus pares nacionalistas ratificaron el
reconocimiento por el contacto directo con las masas a través de una especie de
liderazgo militar (en el sentido metafórico) que era para ellos el medio a través del
cual podrían regresar los conservadores al poder. Es decir, Álzate había inventado en
la práctica de la política la metodología necesaria:

[...] el partido de la tradición y del orden sólo requería, para entrar nuevamente al poder,
muchos sargentos en los cuarteles. Álzate Avendaño es el sargento efectivo dentro del escalafón
militar, y es un capitán generoso y benemérito fuera de él. El conservatismo antioqueño le ha
visto -jinete de las más intensas emociones- galopar por toda la montaña, recorriendo ocho y
diez municipios en u n día, alebrestando a las masas de Dios para que se empujen h a s t a
traspasar los lindes de la victoria 29 .

Y así, lleno de loas, regresó a Manizales el recién graduado, llevando en mente una
obsesión: movilizar a los godos caldenses, esa vez no desde las campañas electorales,
sino a través de conmemoraciones y funerales. "Alzo el brazo para despedir a este
capitán nobilísimo, orgullo de las generaciones que aún no han pensado en cerrar su
ciclo"30, clamó J u a n Roca Lemus.

En 1937, la Universidad Católica Bolivariana de Medellín sacó a la luz pública su


revista académica, en la que le publicaron a Álzate dos capítulos de su tesis de
grado. Los dos son importantes porque revelan las preocupaciones académico-políticas
del joven universitario al término de su carrera universitaria. Álzate recordaría
años después:

En 1936 me dieron el diploma de profesional, que obtuve con una tesis pedante, sobre la
historia de los gremios, empezando desde los judíos del éxodo. Me fatigué cuando iba en los
"collegia" romanos y en las gildas de la edad media. Por eso quedó trunca, inconclusa. Sin
embargo, como citaba textos abstrusos y daba datos estadísticos sobre las finanzas de Egipto
bajo los lágidas, la junta de calificadores resolvió que era muy profunda. Por poco soy laureado
de la facultad 31 .

Aparte del buen humor y de la ironía, realmente se trataba de darles salida a hondas
preocupaciones intelectuales y políticas suyas. Su escrito es importante por los trazos
de lo que será su pensamiento político y prédica de toda la vida: la solidaridad con los
desvalidos, lucha contra la tendencia monopolista de la economía capitalista,
preocupación por una clase trabajadora más allá del proletariado obrero. El estudio
de los gremios le permitía a Álzate reafirmar en su conciencia el culto a los muertos
que había aprendido de Barres. Sus lecturas están en la dirección de su ideología
antiliberal y pro corporativista. Othmar Spann, entre otros paradigmas del
corporativismo y del protofascismo le influye grandemente. Este economista y filósofo
austríaco, crítico de la obra de Adam Smith, había sido traducido al español por
mediación de Ortega y Gasset. Algunas de sus obras circulaban en Colombia:
Filosofía de la sociedad, de 1928 (publicada en Revista de Occidente en 1933);
El Estado verdadero, de 1921 y Teorías principales de la economía política,
de 1928, textos que influirán, a su vez, en el nacionalismo español y portugués.

'" Ibid.
* Ibid.
" Ibid.
7
Véase Álzate Avendaño. Gilberto, "La indagatoria de Gilberto Álzate Avendaño", en Obras selectas. Bogotá. C á m a r a de
Representantes. 1979. p. 108.

El porvenir del pasado 191


Equipado de teóricos nuevos y clásicos, Álzate anotaba que su ánimo había sido
"establecer las sucesivas formas de asociarse los hombres por afinidades profesionales,
para deducir algunas leyes"32. El joven graduando buscaba cimientos para apuntalar
su propuesta ideológica, para responder con argumentos tan fuertes como los de sus
adversarios. El objetivo de toda esta búsqueda en medio de los avatares de la política
que lo envolvían consistía en verificar la posibilidad de establecer en Colombia un
régimen de naturaleza corporativista :

Aspiro a establecer si en este país de "desarrollo combinado", para usar la terminología marxista,
d o n d e las clases no e s t á n s u f i c i e n t e m e n t e s e p a r a d a s y a l i n d e r a d a s , es posible cierto
corporativismo, no de tipo contemporáneo, pues supondría la presencia de la industria pesada
y la bifurcación neta de los grupos sociales, sino de vago acento medioévico, intermedio,
atemperado a nuestro estadio económico, a la falta de ordenación vertical en clases y horizontal
en profesiones. Si a eso se agregaren las implicaciones políticas de un movimiento semejante,
quedaría totalizado mi trabajo"'.

Es decir, su concepción de los gremios no tenía que ver con la que hoy tenemos de
ellos. En Álzate se trataba de una organización del trabajo de las pequeñas economías.
De una especie de solidaridad entre pequeños productores para afrontar las vicisitudes
de la vida. Encontraba en las antiguas sociedades formas de organización acordes
con la estructura social colombiana de su tiempo. De tal manera que el producto que
resultó de esta aventura intelectual fue una historia del trabajo. Le interesó destacar
la importancia del trabajo en la vida de los hombres y de las sociedades. Descubre
cómo la sociedad se constituyó gracias a las formas de asociación que se van
construyendo desde abajo. Para él es fundamental el espacio que han ido ganando los
trabajadores en la sociedad. Antes de concentrarse en las culturas pretéritas de
Grecia y Roma, Álzate recurrió al Antiguo Testamento y a las culturas de India,
China y Egipto. Señaló que en la construcción del Templo de Jerusalem hubo algún
tipo de agrupamiento por tareas y cierta jerarquía profesional. Destacó en el pueblo
judío su aporte al desenvolvimiento de los oficios. Dice Álzate en su tesis que fue el
único pueblo en el mundo antiguo que no menospreció a los obreros manuales. Cierta
concepción igualitaria en el mundo antiguo, a diferencia de la Grecia clásica, llama
la atención del graduando:

Las enseñanzas del Génesis sobre la homogeneidad del linaje humano y su común raíz en
Adán, las tablas de la ley y la voz de los profetas acerca del amor al prójimo y la piedad hacia el
pobre, la inmediata relación tribal que hacía de la raza judía una sola vasta progenie, sustentaban
el equilibrio social y s i t u a b a n a los hombres en un mismo nivel, por sobre menesteres y
fortunas".

Según Álzate, las cosas se tornaron complejas para los trabajadores manuales durante
la época de la Grecia clásica, a la cual está dedicado el primer capítulo de la tesis.
Álzate analizó la 'reforma solónica' como la primera legislación encaminada a la
formación de corporaciones, siempre y cuando no fueran contrarias al Estado. La
historicidad en la que se ha movido Álzate le lleva a buscar formas de equilibrar las
clases sociales. Advierte en Solón un primer intento de equilibrio social "aunque
existe una preferencia de los grandes propietarios y los caballeros, a quienes dentro
de esa timocracia o constitución censitaria se otorgan las altas funciones públicas,
los honores" 3 '. Alo largo de su investigación, el autor señala las contradicciones y el
1
Ibid.. p. 22.
Ibid.. p. 24.
7
• Ibid.. p. 26.
"• Ibid.. p, 35,

192 El porvenir del pasado


dinamismo del proceso histórico! en los momentos de mayor concentración de riquezas
y privilegios es más evidente la emergencia de la lucha de clases:

Triunfa el poder del dinero, la crematística, el capitalismo griego, produciendo vuelcos y avatares
sociales. Los grandes señores y los caballeros se han dedicado al comercio con ahínco, haciéndose
armadores y exportadores. La fortuna crea nuevas clasificaciones en la jerarquía ciudadana,
como la riqueza y la nobleza se fusionan en un solo estamento. Hay una ansia [sic] desbridada
de poseer. El rico, ávido y voluptuoso, ostenta un lujo insólito. Se busca el lucro para levantar
suntuosas residencias, tener bellas armas y objetos de boato, agasajar con vinos selectos y
joyas a las mujeres de la familia y a las cortesanas, servir opíparamente a los invitados ilustres
y a los parásitos del cortejo. En tanto los agricultores sudan vanamente en búsqueda de la
congrua subsistencia. Los obreros libres se ven en frecuente paro involuntario, por la abundancia
de mano de obra extranjera y servil. Se suscita de tal suerte una áspera lucha de clases, en la
que los unos se engríen en sus privilegios y los de abajo se exasperan con las arengas de los
demagogos. Hay una psicología de clases, afincada sobre el resentimiento. Los humillados por
la vida tienen una susceptibilidad mórbida. Cuando los distintos grupos encuentran que los
intereses económicos los separan se abre entre ellos un ancho foso. Los ricos se h a r t a n de
bienes hasta reventar. Los demócratas apelan a la violencia 36 .

Concluye el autor que los gremios en la antigüedad griega no tuvieron mayor desarrollo
por efectos del desprecio al trabajo manual. Sin embargo, afirma que los gremios
continuaron persistiendo "en su función de apoyo mutuo, celebraban los funerales de
los compañeros en su santuario particular y con sus sacerdotes, a veces hacían
fiestas de carácter jovial o participaban en las escaramuzas de las facciones, pero
arrastrando siempre sus días precariamente, en el tramonto de Grecia"37.

En el número siguiente de la revista, apareció el segundo capítulo de la tesis: "Los


collegia romanos". Como en la griega, en la sociedad romana Álzate encontró la
persecución a los gremios y su sometimiento al Estado. En ambas sociedades existe
en su mejor momento un desarrollo capitalista que coincide con el decaimiento de los
gremios. Álzate se apoya en la historiografía de Toutain, Mommsen y Waltzíng para
demostrar que el sistema corporativo toma fuerza durante los primeros siglos de la
era cristiana. Y resalta el papel social de las asociaciones que iban conformándose:

[...] ciertas prácticas de hermandades o sociedades de socorros mutuos. El auxilio recíproco fue
excepcional en Roma. La mutualidad sólo viene a aparecer con el cristianismo, al soplo de un
espíritu nuevo, en virtud de la caridad evangélica y el amor al prójimo, según se refleja en un
pasaje del Apologeticus, donde Tertuliano describe las diaconías cristianas fundadas p a r a
asistir y sepultar a los pobres, ancianos, desvalidos, huérfanos, menesterosos, náufragos y
cuantos estuviesen necesitados de su piedad. Ante la muerte sí mostrábase ampliamente el
sentimiento corporativo [...] los colegios intervenían para garantizar a los compañeros unas
exequias honorables, con la plenitud de los ritos prescritos 38 .

En esta particularidad de los colegios romanos, Álzate es ampliamente descriptivo


en la medida en que le permite fundamentar el ritual de la muerte en que se ocupará
después de su graduación.
Van al cortejo todos los collegiati, precedidos de músicos y plañideras, conduciendo el cuerpo a
la pira p a r a incinerarlo. Las cenizas se recogen en u n a u r n a y se depositan luego en el
columbarium. Un epitafio grabado sobre la piedra relata el nombre, el oficio, la edad y la
dignidad del difunto. En seguida se verifica en la casa del duelo una ceremonia purificadora

777
Ibid.. p.36
7
Ibid.. p. 38,
7
* Ibid.. p. 55.

El porvenir del pasado 193


denominada suffutio. Continúan d u r a n t e nueve días las luctuosas solemnidades h a s t a el
silecernium, que reúne a los cofrades en un banquete fúnebre 39 .

En conclusión, por curioso que parezca, la historia que sale de la pluma de Álzate es
dialéctica y materialista. Es la realidad material el factor que incide en los cambios de
la sociedad. Fueron, por un lado, la economía de guerra y el sometimiento de los gremios
por parte del Estado las causas de la caída del Imperio Romano. Para Álzate, las invasiones
bárbaras habían operado cuando las reservas del imperio eran ya exiguas40.

Lo principal de la tesis estaba por venir. O bien no lo alcanzó a escribir o bien no se


publicó! quedaba tan sólo la promesa:
Los gremios en el Bajo Imperio, recluidos en su rol de apéndices del estado, volviéronse más
inertes y languidecieron, siendo ya su estructura como un forro vacío. Pero de sus vestigios,
fusionados con las gildas germánicas sobre aluviones cristianos, habría de surgir en el medioevo
una organización corporativa de la sociedad, calificada históricamente como economía artesana
y período de los oficios11.

La conspiración de Amadeo.
Según fuentes oficiales, una conspiración inspirada por el general conservador Amadeo
Rodríguez había sido debelada al promediar el mes de junio. Los dirigentes Primitivo
Crespo, del Valle, y Arcesio López, de Popayán, fueron arrestados. El primero, director
de Diario del Pacífico, que acababa de intervenir por los micrófonos de La Voz de
Colombia, fue deportado inmediatamente a Cali. En el allanamiento a su casa, el
general Amadeo Rodríguez, quien resistió a la invasión de ochenta policías, resultó
herido 42 . Dos ciudadanos más —el mayor Quintiliano Campuzano y el coronel Gonzalo
Medina—, fueron retenidos en el Valle.

Los altos dirigentes del conservatismo montaron en cólera, y no era para menos : se
trataba de importantes dirigentes del partido. Crespo era prácticamente el partido
en el Valle. Pertenecía a la sensibilidad del leopardismo, ya que era condiscípulo de
Ramírez Moreno. El Directorio Nacional Conservador (DNC) protestó: "es éste un
nuevo caso de persecución, fruto de la anormalidad en que vive la república"43. Ninguno
de los dirigentes conservadores calló: "La conspiración es una farsa", declaró airado
Laureano Gómez; Ramírez Moreno, a su vez, dijo: "La conspiración es una farsa
para reír como complot, y una farsa para crucificar como atropello [...] es una farsa
despavorida"44. Mariano Ospina Pérez atribuyó el hecho a imaginaciones del Gobierno;
el poeta Guillermo Valencia escribió: "Para exterminarnos, el gobierno tendrá que
decidirse a fusilarnos inermes, pues no caeremos en el lazo de la rebelión que
habilidosamente nos está tendiendo el régimen"' 0 . Por su parte, el general Berrío
declaró, que el gobierno sí merecía caer, pero le parecía estúpida la aventura de la
conspiración46. Más adelante, las emisoras liberales se enfrentaron a las conservadoras;
cada una difundía, con dicterios hacia el adversario, una versión diferente de los
hechos. La versión oficial era transmitida por la H.K.F, La Voz Catía, de Medellín, y
la Colombia Broadcasting, que nutrían además a los medios liberales de la capital y
de la provincia. Los conservadores intervenían por La Voz de Colombia, desde la cual
se radiaba toda la propaganda del partido. Por ella transitaban densas conferencias
779
Ibid., p. 56.
" Ibid., pp. 60-61.
77
Ibid., p. 61.
'- Establecer la verdad de los hechos es bastante complicado por cuanto las versiones en una prensa y en otra se contradicen. Aquí
seguímos los reportes de los diarios conservadores. Una interesante publicación del general Rodríguez, poco después, da cuenta de
su propia versión. Véase 7 Rodríguez, Amadeo. Caminos de guerra y conspiración. Barcelona, Gráficas Claret, 1955.
43
El Siglo, jumo 20 de 1936, p. 1.
" La Patria, junio 20 de 1936. p. 1.
77
Ibid.
417
Véase, ibid., junio 24 de 1936, p. 1.

194 El porvenir del pasado


de la alta dirigencia del conservatismo. Justamente, cuando explotó la noticia de la
conspiración, Primitivo Crespo acababa de conferenciar sobre la situación política
nacional. Laureano asiduamente hacía uso de esos micrófonos para orientar a la
militancia sobre la situación política mundial. Suspendió una serie de conferencias
sobre Rusia y España para afrontar por la radio la defensa de sus copartidarios.
Finalmente, la emisora conservadora fue clausurada por el término de un mes : "La
palabra hablada del conservatismo queda prohibida, mientras las radiodifusoras
liberales insultan" 47 , fue el resumen de la noticia en El Siglo, que traía el siguiente
titular: "Se anula con ella una libertad garantizada por la Constitución" 48 .

Sin excepción, los dirigentes conservadores negaron y rechazaron la supuesta


conspiración, aunque coincidieron en que existían razones de peso para rebelarse.
En un libro posterior a los hechos, el general Amadeo Rodríguez, en tono irónico,
enumeró algunas:

1. Hacer una caricatura de república sobre la imagen de Colombia, y proyectar tan híbrida
concepción sobre el dolor, la sangre y las lágrimas de un gran partido vencido! 2. Atacar las
normas inmutables de la humanidad y pretender oponer al cristianismo cualquier movimiento
sofista, materialista y falsamente revolucionario; 3. Suprimir de la Carta Fundamental el nombre
de Dios: 4. Elegir un presidente inepto o veleidoso, que una vez en el solio de Bolívar llame a los
puestos de administración a los sectarios, escribas y fariseos de la política; 5. Absolver y aun
felicitar al jayán que asesina por la espalda a su magistrado; 6. Reducir a cenizas los hogares de
los ciudadanos de la región; 7. Encuadrar en la estancia de la mansión honrada las escenas de la
violación, del linchamiento y del robo; 8. Alejar todo un partido de las urnas eleccionarias, y
convertir los cuerpos colegiados en suntuoso banquete de apetitos; 9. Convertir un ministerio en
refugio de judíos y en foco de inmoralidad; 10. Llevar al espíritu de las generaciones nuevas el
morbo del materialismo y hacer olvidar con literatura extranjera el recuerdo de la cariñosa cruz,
con la cual todo colombiano ha despuntado la alborada de sus ojos19.

El affaire de la conspiración fortaleció a los conservadores. Las disputas internas


cesaron para cerrar filas. Los cuatro leopardos -Camacho Carreño, Arango, Ramírez
y Villegas-, se reunieron con Laureano, y este, que no simpatizaba con ellos, ni con
Amadeo ni con los demás supuestos conspiradores, pronunció apasionadas arengas a
su favor y en contra del Gobierno. Camacho Carreño asistió en su defensa al general
Amadeo Rodríguez y Álzate intervino como apoderado del carismático cronista
conservador de Caldas, Gonzalo Uribe Mejía, más conocido como 'Luis Yagarí',
implicado en la conspiración. Era el bautizo de abogado que recibía Álzate,
prácticamente su primer caso posgraduación. Representar a un personaje como Yagarí'
ha debido ser una lección encantadora - d e hecho lo fue-, de la que Álzate sacará
frutos muchos años después cuando tenga la oportunidad de su famosa indagatoria
ante la huelga de choferes en los años cuarenta. Yagarí hace de la defensa una mofe:

—Diga usted si es casado, soltero o viudo—, pregunta el juez.


-Viudo. Se me murió la vieja... Iniquidad. Así se llamaba la cuitada, responde Yagarí.
El inspector trémulo agrega: "Yo no consiento en que se haga mofa y escarnio de las autoridades
y de las leyes"77".

Ahí interviene Álzate para defender el comportamiento de su apoderado: "El sindicado


tiene una libertad sin fronteras para absolver el interrogatorio. Contesta a su amaño,
17
El Siglo, junio 24 de 1936, pp. 1 y 3,
" Ibid
777
Rodríguez, Amadeo. Caminos de Guerra y Conspiración... pp. 167-168,
777
La Patria, junio 27 de 1937, p. 4.

El porvenir del pasado 195


exento de amenaza, apremio y pauta. Si sus respuestas evaden la pregunta, puede el
señor inspector reiterarla [...] El sindicado puede decir lo que le parezca, sin vallas ni
normas. Así lo quieren los más rudimentarios principios del Habeas Corpus"51. Así,
el cronista manizalita encuentra despejado el camino para su defensa. Veamos
algunos apartes:

-¿Dónde nació usted?


—No recuerdo. Era entonces t a n pequeñuelo.
-Usted sindicó ayer de graves cargos la seguridad del Estado a una persona que designa como
"El bobo Pumarejo". ¿A quién aludía?
-Yo suelo desdoblarme. En mí habitan muchos hombres, como en una casa de huéspedes. Soy
sucesivamente inteligente y cretino, bondadoso y perverso, risueño y taciturno, montañés y
girondino, social-demócrata y godo, tirio y troyano, montesco y capuleto, prosa y verso. Tengo
para esos estados de alma una nomenclatura, nombres propios. A veces se me revuelven esas
almas diversas y riñen en mi intimidad. Nadie sabe, por ejemplo, los conflictos que han tenido
Gonzalo Uribe Mejía y Luis Yagarí, el cronista y el ciudadano. Así pues les confieso que el bobo
Pumarejo es una criatura de mi fantasía, protagonista de mis jornadas, un doble mío. Tengo
que rendirme a la terrible evidencia: yo soy el bobo Pumarejo cuando me encarajo.
-¿Por qué se declaró conspirador?
- E n estos días sólo se habla de complots nocturnos, siniestras asechanzas contra las instituciones,
golpes de estado. He tenido que engullirme toda esa literatura aprensiva, Estoy nerviosísimo.
Me dan pesadillas y sobresaltos. No veo sino capuchas y claves. No duermo, ¡ay! Hasta que un
día de estos amanecí de conspirador, ascético, demacrado y tremendo, como un nihilista de San
Peters'burgo. Me miro en un espejo y tiemblo de horror. ¡Qué carajo! ¡Un modesto ciudadano
tiene derecho a sufrir las mismas alucinaciones del gobierno! No hay ley vigente que lo prohiba!
¡Exijo que se me respete la libertad de creerme un hombre peligroso! La técnica del golpe
de Estado, por Curzio Malaparte, es mi libro de cabecera. Aquí traigo también conmigo un
m a m o t r e t o de Pió Baroja, l l a m a d o El a p r e n d i z de c o n s p i r a d o r , que es m a n u a l de
aprendizaje. Yo creo que voy a hacer muchos progresos en ese ramo [...]
-¿Cómo lo hice?, le pregunta Yagarí a Álzate y este le responde:
-¡Pésimamente! Demasiadas cosas sensatas. No olvide el precepto de Baudelaire: 'Hay que ser
sublime sin interrupción' 52 .

La conspiración fabricada o real volcó a los colombianos sobre la memoria de las


guerras civiles. La abierta guerra verbal que venía caracterizando a conservadores
y liberales desde 1930 daba para pensar no sólo en conspiraciones, sino en el
advenimiento de una guerra civil. El mayor implicado, el general Amadeo Rodríguez,
atribuyó los temores del liberalismo a la férrea organización, casi militar, que había
adquirido el conservatismo para asumirse como partido de oposición: "Lo de la
conspiración de 1936 se debió a la equivocación que sufrió el liberalismo al confundir
las gestiones de un movimiento civil con las diligencias preparatorias para dar por
tierra con el gobierno denominado República Liberal" 53 . Los comunistas, que
movilizaron a su gente y a la del liberalismo para protestar por la supuesta
conspiración, enarbolaron carteles que pedían el fusilamiento de los jefes conservadores
comprometidos en la conspiración, la clausura de los diarios derechistas y el destierro
de sacerdotes políticos. Verdad o invención, el despliegue policial y militar, y la actitud
enérgica del Gobierno tuvieron también el encargo de mensajes simbólicos: mostrarle
a los conservadores que el régimen estaba en condiciones de repeler cualquier tipo de
rebelión y comunicarle a la población que una reedición de las guerras civiles no se

57
Ibid.
777
Ibid.
177
Rodríguez Amadeo. Caminos de guerra y conspiración.... p. 187.

196 El porvenir del pasado


presentaría durante las nuevas administraciones liberales. Y hay más: inventar
una conspiración sobre la base del lenguaje bélico que utilizaba el conservatismo en
sus documentos ideológicos les servía a los liberales como estrategia de unidad, y los
obligaba a rodear al Gobierno y a aplazar las disputas. Justamente, el sur, donde el
adversario liberal ubicaba el epicentro de la revuelta, era uno de los lugares donde se
expresaba más y mejor la división del liberalismo.

Curiosamente, nadie salió perdiendo: el Gobierno ratificó sus respaldos, el comunismo


legitimó su Frente Popular, el conservatismo se sintió como un solo hombre y se
mantuvo como noticia de primera plana durante todo el proceso, el general Rodríguez
se convirtió en héroe, aumentó el prestigio de los líderes conservadores presos, los
Leopardos continuaron de moda y Laureano se reconcilió con toda la militancia.

El 27 de junio, el general Amadeo Rodríguez fue puesto en libertad condicional. El


liderazgo conservador, que lo era de abogados, consiguió la absolución al comprobar
que no había existido orden de arresto por conspiración contra él. En noviembre se
produjo la absolución completa. El 5 de julio, Cali vivió un día de intensa actividad
política. Primitivo Crespo, Arcesio López, Quintiliano Campuzano y Gonzalo Medina
consiguieron salir de la cárcel. Ante un nutrido grupo de conservadores que les vivaba
en la calle, Crespo improvisó: "Sólo tengo que decir una cosa a este grupo de amigos
que me hace el honor de recibirme: que tiene que jurar restaurar al partido conservador
en el poder"54. Los asistentes, sorprendidos, respondieron: "Sí juramos", y junto a los
recién liberados iniciaron una manifestación que concluyó en una fiesta política que
contó con la participación de Fernando Londoño Londoño e Ignacio Rengifo. Era
apenas el comienzo de la explotación de un triunfo que el partido necesitaba.

La ansiada fiesta política del occidente colombiano.

Había que aprovechar la circunstancia. El desagravio a los ilustres ofendidos se


convirtió en una gran fiesta regional programada para el 25 de julio en el Circo
Granada y en el Club Belalcázar, ambos de Cali. La fiesta política coincidía, además,
con la celebración del cuarto centenario de la ciudad de Cali, y era un evento más de
la magna conmemoración. En Cali se concentraron eminentes jefes del conservatismo
local y regional. La delegación más sonada era la de Manizales, especie de capital
conservadora de occidente. A los delegados de toda la comarca: Ignacio Rengifo,
Hernando Navia, Elias Salazar García, entre otros, se sumaron Gilberto Álzate
Avendaño, Silvio Villegas y Fernando Londoño Londoño.

A las cuatro de la tarde, una multitud agolpada en los alrededores de la casa de


Primitivo Crespo inició una imponente procesión hacia el lugar de la concentración.
Encabezaba la marcha un pendón azul en manos de un grupo de distinguidas damas.
Con ellas desfilaban los excarcelados dirigentes acompañados de Ignacio Rengifo,
Silvio Villegas, Londoño Londoño y Álzate Avendaño. La manifestación fue saludada
frenéticamente por la multitud que les aguardaba en las graderías del circo. Casi
todos los jefes hablaron y de todos se dijo que habían pronunciado su mejor discurso
y que cuando habían evocado el nombre de Laureano Gómez la multitud había
ovacionado al ilustre y ausente jefe. Silvio Villegas definió al presidente López como

' El Siglo, julio 6 de 1936. p. 1.

El porvenir del pasado 197


u n hombre bien intencionado, pero incapaz de actuaciones propias y definidas, que
era la incapacidad personificada, que desde que se había posesionado de la Presidencia
la silla estaba vacante y que el Palacio de la Carrera era casa para alquilar. Añadió
finalmente que cuando López muriera no iría ni al cielo ni al infierno, sino al limbo55.
Crespo, que tenía un hermano combatiendo al lado de Franco en España, proclamó
la necesidad de armar los espíritus hacia la reconquista de la nacionalidad y puso de
ejemplo la acción española. A la fiesta popular siguió un banquete en el Club
Belalcázar, que continuó la celebración con nuevos discursos. Silvio volvió a hablar
ante una multitud agolpada en la Plaza de Caicedo, frente al mencionado club social.
Desde un balcón, adonde salieron los héroes conservadores a saludar, Silvio dijo que
lo que se estaba llevando a cabo en el Valle del Cauca era el comienzo de la unión del
conservatismo. Hizo un elogio de la contrarrevolución española que había vengado el
asesinato de Calvo Sotelo, mientras que en Colombia los conservadores no habían
sido capaces de vengar a sus muertos, como Clímaco Villegas 56 . En el banquete, el
brindis estuvo a cargo de Álzate.

Homenajes fúnebres, ritos y discursos conmemorativos.

El homenaje a Clímaco Villegas.


Qué bien estamos aquí'- el cementerio, la única
patria que nos ha dejado la república liberal ,7.

La estrategia de la conmemoración y los rituales para mantener movilizado al


conservatismo en épocas de abstención electoral tuvieron en 1936 su mayor expresión.
Los conservadores necesitaban el rito, celebrándolo recobraban la confianza, se sentían
unidos y con fuerza. El desarrollo del ritual los igualaba, a través de él se reencontraban
con su propia identidad y se reconocían. La construcción que hacían del enemigo
mediante los discursos de sus ideólogos les permitió adquirir y pulir su propia
conciencia de ser distintos. Pero, sobre todo, en la medida que concelebraban, que se
veían y se sentían juntos percibían la sensación de poder y de fuerza. El proceso del
rito los llenaba de confianza, estar juntos en una misma comunión los colmaba de
vida, de optimismo, de solidaridad. Fabricando carencias en el adversario revitalizaban
sus propios valores y transmitían las ideas renovadoras para que el mito que los
cubría a todos permaneciera: e l Partido Conservador.

Pero era también la influencia de los tiempos que corrían. El editorialista de La Patria
escribía en julio de 1936:
Antes de llegar al poder, Hitler, que todo lo preveía como conductor, lanzaba un presupuesto
determinado de mítines en el año. Nosotros quisiéramos lo mismo para el conservatismo de
Colombia [...] cinco o seis mil hombres disciplinados, marchando entre un bosque de banderas
imponen respeto al adversario. Sólo la acción pública puede crearle una conciencia nueva a
nuestra colectividad. 5Í

Los fascismos eran movimientos de masas, antes y después de conquistado el poder.


Sus apoteósicas manifestaciones influían lo mismo a liberales que a conservadores.

'•" Véase La Patria, julio 26 de 1936. p. 3.


56
Ibid. Justamente, acababa de ocurrir un acontecimiento entristecedor para la sensibilidad nacionalista. El 13 de julio de 1936 José
Calvo Sotelo fue asesinado por un grupo socialista de la guardia de asalto. Calvo se había residenciado en París ante el advenimiento
en España del Frente Popular y de allí, bajo la influencia de la derecha francesa, construyó un discurso de derecha que los nacionalistas
colombianos emularon. El asesinato de Sotelo, que revelaba la profundidad del conñicto español, produjo un sentimiento de orfandad
en la comunidad nacionalista, que lo tenía como uno de sus principales inspiradores.
57
Del discurso pronunciado por Manuel Serrano Blanco en el homenaje a Clímaco Villegas. Véase La Patria, junio 22 de 1936. p. 4.
7
Ȓhid.,julio28de 1936. p. 3.

198 El porvenir del pasado


Podríamos decir que era una época de movilización popular en todo el mundo.
Justamente, el gobierno del Frente Popular en Francia era afrontado por grandes
movilizaciones. El 22 de junio los nacionalistas de ese país se reunieron en el Arco del
Triunfo cantando la Marsellesa y gritando "abajos" a los soviets. En la misma fecha,
diez mil nacionalistas reunidos en Marsella juraron morir por el restablecimiento
nacional.

Para el domingo 21 de junio los conservadores programaron en Manizales la


realización del cabo de año de la muerte del dirigente Clímaco Villegas, asesinado por
el gamonal liberal, coronel Carlos Barrera Uribe. El acontecimiento será un abrebocas
para la serie de conmemoraciones que vendrán.

El evento era organizado directamente por el Directorio Nacional del partido. Aquilino
Villegas fue comisionado para llevar la palabra en su nombre en Manizales. El evento
se realizaría de manera simultánea en todo el país. En Bogotá tendría lugar el 18 de
junio y allí hablaría el leopardo Elíseo Arango, cuyo discurso sería transmitido a todo
el país por La Voz de Colombia. Una colecta nacional se llevaba a cabo para recoger
fondos para un monumento al mártir conservador en la capital de Caldas. Los
considerandos de la resolución de las altas directivas dicen de la estrategia de la
conmemoración: "El día en que cayó en la ciudad de Manizales bajo el artero plomo
asesino [...] fue muerto porque encarna la justicia, que es símbolo del partido
conservador [...] Que el recuerdo del eximio magistrado, honor de la juventud
colombiana, debe perpetuarse para ejemplo de las nuevas generaciones" 09 .

Se anunciaba una grandiosa peregrinación al cementerio. Álzate estuvo al pie de la


organización del evento 60 . No hacía mucho que el probado organizador había escrito
a uno de los corresponsales de El Siglo en Manizales:
Un día se me ocurrió que los b l a s o n e s m e n t a l e s e r a n poco válidos en política, que la
contrarrevolución necesitaba más caracteres que inteligencias. Quise entonces a r r a s a r en la
acción todas esas zonas femeninas que existen en la personalidad del hombre de letras,
convirtiéndome en un caporal, un jefe de patrullas, cuyas disciplinas literarias de a n t a ñ o
sirven apenas como utensilios secundarios en su destino. He estudiado, acaso por primera vez
en nuestra historia política, el tema del partido concebido como un tema militante, no como
una suma aritmética de votos y voluntades. Por esto ya ni hablo ni escribo. Hace algún tiempo
vivo en la soledad y el silencio. Pero en un silencio tenso y en una soledad fructífera. Alerta,
expectante, más allá de los vanos estrépitos 61 .

Manuel Serrano Blanco, joven santandereano y ya político renombrado, fue invitado


al homenaje en honor a la memoria de Villegas. Tenía fama de gran orador de las
derechas y era promotor de la ideología fascista. Era el refuerzo importado, necesario
y estratégico. Serrano llegó a Cartago, donde fue recibido por Gilberto Álzate, Bernardo
Mejía Rivera y Gonzalo Uribe Mejía. De ahí la comitiva se desplazó por las ciudades
en la vía a Manizales y en todas llevó la palabra y fue recibido como héroe por las
masas conservadoras. Serrano Blanco, esbelto y bien puesto, habló frenéticamente
en el cementerio. Su figura y sus ademanes apenas se distinguían en la terraza de
las bóvedas del cementerio.

" Ibid., jumo 19 de 1936. p. 3.


&>
Álzate se tituló de abogado en junio de 1936, en medio de la peregrinación del asesinato de Clímaco Villegas. La Patria y la revista
Tradición celebraron su grado y alabaron su tesis de grado sobre las corporaciones de trabajo. Véase La Patria, junio 11 de 1936, p. 5.
777
El Siglo, agosto 5 de 1936, p. 7.

El porvenir del pasado 199


Sin embargo, fue Antonio Alvarez Restrepo quien impactó a los conservadores. Su
oración fúnebre estaba tan inspirada en el culto a los muertos de Barres que a través
de su voz era como si se estuviera expresando Alzate :

Ser muerto no es morir. Aquel cuyo recuerdo perdura, aquel cuya imagen se refleja en el
futuro, aquel cuyas p a l a b r a s germinan en surcos nuevos, ese no ha muerto. Nosotros no
morimos. Puede la deleznable arcilla deshacerse bajo el aguilón que engendra la noche en su
seno maldito, puede la pobre carne transitoria perecer, mas no perece aquel soplo de Jehová
sobre la intimidad de nuestro barro. Una gloriosa comunión nos ata y nos une en cadena sin
término, y desasidos transitoriamente de la tierra, seguimos conviviendo con los nuestros en
u n a radiación perenne de vida. Vivimos dentro de aquel círculo de soberana armonía que es
la comunión de todos los santos 62 .

Y terminó su discurso con la siguiente peroración:

Esta cita que el conservatismo de la república se ha dado en torno al sepulcro de Clímaco


Villegas es a manera de aquellas legendarias peregrinaciones de la gente cristiana que sobre
las yermas colinas de la Palestina, buscaban su nueva fortaleza para pelear las batallas de
Cristo. Hemos venido aquí para rendir homenaje filial al caído y para ratificar desde este sitio
solemne la fidelidad a nuestro credo. Por la infamia de las sentencias injustas, por la cárcel, por
las persecuciones crueles, por los días acerbos, sin pan frente a la mesa familiar, con los hijos
hambrientos. Por las torturas de las mujeres viudas y de las hijas huérfanas y con el llanto que
ensombrecen sus ojos. Por la sangre vertida sobre la tierra maternal como óleo de pacificación.
Por t u muerte, Clímaco Villegas, nosotros j u r a m o s en torno a tu sepulcro ser fieles a tu
memoria y leales a los principios tutelares del partido. Todo el dolor, toda la acerba amargura,
todo el mal que nos hacen habrá de florecer un día en la gloria de nuestro triunfo 61 .

Manuel Serrano Blanco, que era una especie de leopardo santandereano, promovió
sin duda y con énfasis el fascismo como método para reorganizar el partido y dar la
batalla contra "las demasías revolucionarias". Señaló que "para librar al país de
tanta concupiscencia vendría el fascismo purificador y restaurador" a derrotar a los
que habían hecho de "Colombia la grande, Colombia la pequeña". El orador señaló al
fascismo como "único medio de salvar al país" y declaró enfáticamente que era
preferible esa "guerra terrible llevada a cabo en los campos de batalla, que esta
odiosa e implacable a que hoy nos ha sometido el gobierno"64.

El acontecimiento fabricado dio los resultados esperados. Consiguió mantener al


conservatismo movilizado, en la calle, alerta. Si se hubiera movilizado de esta manera
para participar en las elecciones muy probablemente hubiese barrido al adversario
o, por lo menos, h u b i e r a p r e s e r v a d o su c a u d a . M u e s t r a n e s t a s e n o r m e s
manifestaciones que la abstención decretada y reafirmada no se compadecía con los
grandes esfuerzos de Álzate, y de quienes como él pensaban, para poner a los
conservadores en las calles. Era una lástima, un desperdicio; sin duda, se trataba de
una equivocación, como el mismo Álzate lo sostendrá más adelante, a la hora de los
balances. Y no era el conservatismo el único en movilizar a las masas, también lo
hacía el liberalismo, a veces solo o a veces con el Frente Popular, es decir, con el
comunismo. El país estaba movilizado y ha podido desbocarse hacia una guerra
civil; pero también la coyuntura hubiera sido propicia para el diálogo, para la
concertación, de la que hubiera salido, sin duda, otro país, una síntesis de país donde

62
La Patria, junio 22 de 1936. p. 4.
7
" Ibid.
•" Ibid.

200 El porvenir del pasado


unos y otros, los contrarios, se hubiesen reconocido y aceptado. Pero, al parecer, esto
no hacía parte de la agenda histórica.

El cincuentenario de la Constitución de 1886.


Nada más propicio para el momento que vivía el país que la celebración de los cincuenta
años de la debatida Constitución de 1886, pieza intocable para la cultura política
conservadora del país. Los conservadores no desperdiciarán la coyuntura. Sería en
Manizales donde se llevaría a cabo el evento más solemne e impactante de la
celebración. La urbe había sido catalogada por El Espectador como "ciudad
incendiaria". Era todo un reto. En las condiciones del viejo Caldas significaba llevar
provincia a la provincia, campesinos a la capital departamental. La fuerza del proceso
histórico en que se encontraban obligaba a que los conservadores de Caldas se las
vieran con las multitudes, ese espectro que asustaba tanto a conservadores clásicos
como don Aquilino Villegas. Eran campesinos rumbo a la ciudad, pero, de todas
maneras, multitudes. En su calidad de opositores no había más remedio que acudir
a las masas. 'La acción en la calle' fue el nombre que escogió la sensibilidad leoparda
para su táctica política, que ya había desarrollado en Antioquia desde 1929 Álzate
Avendaño. La estrecha relación entre el leopardismo y Álzate se cristalizó por el
encuentro entre la propuesta del primero y la vocación para la acción del segundo. Se
había empezado a configurar a través de las letras, y por las identidades mutuas : la
misma ascendencia político-ideológica y la misma patria chica.

Fue en el año 32 cuando la táctica de la procesión o de la acción en la calle adquirió


forma ideológica en la pluma de los Leopardos:

Nuestra mayor urgencia presente es de agitadores eficaces y responsables. Necesitamos un


partido procesional que invada los circos, los teatros, las calles, las plazas públicas en incansable
acción democrática, para romper el más fuerte y poderoso silogismo de radicales y socialistas;
el dominio de los grandes centros urbanos. El deber primero de los dirigentes es internarse en
el país, recorrerlo en todos sus meridianos, para que su acción penetre los misteriosos repliegues
de la conciencia pública 65 .

Y así aconteció. Primero fue el homenaje a Clímaco Villegas, luego vino el 25 de julio,
cuando se llevó a cabo en el circo Granada de Cali un masivo acto de desagravio a
Primitivo Crespo y a Arcesio López Narváez, dirigentes nacionalistas del Valle y del
Cauca respectivamente. Los dos líderes, según las fuentes oficiales, habían estado
comprometidos con la reciente conspiración contra el Gobierno y por ello habían sido
arrestados. El desagravio fue de masas, conmovedor, vital e imponente. De otro lado,
Joaquín Estrada Monsalve, que vivía por entonces en el departamento y movilizaba
las masas de la región quindiana, consideraba que el cincuentenario de la Carta
Magna "no debía celebrarse con banquetes sino con mítines, para que, mientras el
Congreso se atarea en reformarla, el pueblo renueve su fidelidad a aquellos capítulos
tutelares" 66 . Anotaba, además: "La orden del día del conservatismo debe ser la
procesionalidad [sic] [...] Hoy como nunca el partido necesita desplegarse sobre las
calles públicas, colmar ágoras y teatros, desbordar oceánicamente sobre las plazas y
avenidas. Sólo un partido asiduo a los ritos populares, de arengadores y caudillos,
dispuesto a ir hasta la demagogia, tiene razón de existencia en el momento espectacular

777
Ibid.. julio 28 de 1936. p. 3.
7777
Ibid., agosto 3 de 1936, p. 3

El porvenir del pasado 201


que vivimos" 67 . Se refería Estrada al banquete con que el conservatismo capitalino
conmemoró el cincuentenario.

La flor y nata del conservatismo nacional se daría cita en Manizales. Laureano


Gómez presidiría la manifestación. Según la versión transmitida, las damas
conservadoras de Caldas donaron sus joyas para fundir una llave de oro que le
obsequiarían al jefe nacional del partido. En honor al ilustre visitante se deponían
los desencuentros. Como muestra de esto, el comité organizador ordenó la confección
de escudos de solapa con su retrato para portarlos el día de la manifestación. La
primera página de La Patria dedicará al insigne copartidario -pero contradictor
también— la primera página del periódico durante varios días. Delegaciones de todo
el país asistirían. Los dirigentes de la Acción Nacional Derechista de Bogotá también
t o m a r á n parte de la celebración. De los 43 municipios del departamento llegarían
delegaciones de copartidarios. Los organizadores recorrían las empinadas cumbres
de la región movilizando a la gente a la concentración de resistencia, "so pena de
que quien se abstenga incurrirá en alta traición" 68 . La movilización, de hecho, era
ya u n ritual que se desarrollaba con la mística propia del proselitismo otrora elec-
toral. Se organizaba un desfile de banderas azules con la Cruz de Malta en blanco,
que confeccionaban a toda prisa las damas conservadoras y que debería contar con
la participación del mayor número posible de copartidarios de la zona. En cada
municipio, corregimiento y vereda se nombraba un capitán que inscribía a los futuros
participantes. Los organizadores comprometieron en el evento las bandas municipales
de los pueblos. El jefe de la movilización conservadora pro aniversario de la
Constitución de 1886 era nada menos que Gilberto Álzate Avendaño, quien había
puesto al servicio del que se vislumbraba magno acontecimiento toda su experiencia
de los años de organizador de las campañas electorales de Medellín y Antioquia. Era
el más grande acto de masas que organizaba el joven político en su departamento.
Lo que afirmaba Estrada Monsalve: "Un concepto épico de la política, nos define hoy
como hombres irremediablemente destinados a la vida multitudinaria" 69 , era ya en
Álzate una realidad.

Y no era un acto regional. Laureano llegó a las once y media de la mañana en avión
al aeródromo de Cartago en compañía de la delegación de Antioquia, en cabeza de
Fernando Gómez Martínez y Gonzalo Restrepo Jaramillo. Lo acompañaba, además,
su hija Cecilia y el dirigente Fernando Londoño y Londoño. Allí, en medio de vítores,
aplausos y calle de honor, los recibió una amplia comisión de recepción presidida por
Silvio Villegas. Un grupo de damas de Cartago le entregó al jefe nacional conservador
u n a tarjeta de oro. No se debía desperdiciar u n minuto: vinieron los discursos.
Laureano agradeció las palabras a él dirigidas y señaló, como sabiendo dónde se
encontraba, que la doctrina conservadora era la única que podía salvar al país de la
barbarie comunista que amenazaba con aniquilar a Colombia.

Una caravana de automóviles escoltó la comitiva, que se detuvo en la ciudad de


Pereira para recibir los homenajes de los conservadores locales, que tenían preparado
banquete y copa de champaña. Gómez volvió a hablar. Esta vez invitó a la restauración
de la República, recibió más tarjetas de oro y continuó su viaje. Más gente conservadora
se sumaba a la movilización que a la altura de Santa Rosa y Chinchiná era
monumental. En esos lugares también hubo parada y en ellos también, en medio de
777
ibid.
68
Ibid., p. i .
" Ibid., p. 3.

202 El porvenir del pasado


banderas azules, tuvo que responder a discursos y recibir más tarjetas de oro. A su
arribo a Manizales, a las cinco de la tarde, le fue entregada la llave de oro de manos
de una comisión de las damas conservadoras de la ciudad. Un comité de obreros le
obsequió esa vez, no una tarjeta, sino una medalla de oro. Comenzaba la fiesta política.

El sábado 8 de agosto, Manizales estaba a reventar, los hoteles no dieron abasto.


Delegaciones enteras tuvieron que amanecer en la calle. El ambiente era festivo.
Estaban en la ciudad Guillermo Camacho Montoya, Ignacio Gutiérrez Pineros y
José Jesús Jaramillo, directivos de la AND. Durante las horas de la noche, la juventud
derechista agasajó a sus pares de Bogotá con un solemne banquete en el que participó
Álzate Avendaño.

Además de la experiencia de Álzate, presente en la preparación del evento, contó la de


los conservadores en la realización de las fiestas patrias durante la República
Conservadora. Todo se organizó como una fiesta oficial pese a que el régimen local era
liberal. Un pormenorizado programa con recomendaciones puntuales se repartió a la
multitud. No era una manifestación política común y corriente, espontánea. Se trataba
de un desfile con todas las de la ley, que impactó, que fue un espectáculo de orden:

Los carteles y pregones no irán en hilera sino entreverados con las banderas y esparcidos) los
abanderados se formarán en columnas de tres, cada una de ellas encabezando un cuerpo del
desfile; a las doce en punto del día se iniciará el acto en el parque Caldas. Las bandas de músicos
tocarán simultáneamente el himno nacional, que debe ser cantado por todos los conservadores
en una potente e impresionante masa coral. Los vítores deben corearse unánimemente. El
ondear de banderas y pañuelos ha de ser simultáneo. Al toque de silencio cesarán todos los
ruidos. Se prohibe dar "abajos" y "mueras" [...] Después de la marcha de banderas deben
evitarse los grupos vociferantes, pues el conservatismo quiere hacer uso plenamente de sus
derechos constitucionales de expresión, no suscitando deliberadamente disturbios. 7 "

El ritual de los festivos patrios se mezclaba con el ritual de las grandes concentraciones
fascistas de la época: "La ciudad reconquistada, después de un sitio de seis años"71,
decía 'Luis Yagarí', uno de sus organizadores.

"Id a decir a todas partes que el conservatismo ha resucitado".


La Patria y El Siglo calcularon en sesenta mil los conservadores que participaron
en la gran manifestación dedicada al cincuenta aniversario de la Constitución de
1886. Realmente, fue un éxito: "¡La orden del día está cumplida, Gilberto Álzate
Avendaño!" escribió uno de sus lugartenientes 72 . No faltaron los tropiezos, aunque
leves. Tensiones, saboteos de liberales, movilización de fuerza pública y una que otra
escaramuza que el mismo Álzate logró superar. En Medellín, donde tenía lugar otra
manifestación conmemorativa, las confrontaciones fueron dramáticas. Unas y otras
sirvieron para darle realce a lo que se quería decir y escribir: que la República estaba
en su otoño, que en Colombia habían fracasado los métodos civiles y republicanos y
que todas las actividades legales del conservatismo estaban prohibidas por las
autoridades. Editoriales previos y posteriores, lo mismo que discursos de los
prohombres del partido, constituyeron el refuerzo de la ideología que el conservatismo
necesitaba y el afianzamiento de sus estrategias. Lo que vendrá tendrá en estos
discursos la inspiración y la aplicación.
777
Ibid.. agosto 9 de 1936. pp. 3-4.
77
Ibid., agosto 10 de 1936, p, 3.
777
Ibid.

El porvenir del pasado 203


Se trató de u n verdadero acto de masas que no sólo repercutió en el curso de la
política, sino que se convirtió en un valor más para tener en cuenta en la construcción
del nuevo discurso conservador en el que trabajaban los nacionalistas. De la
manifestación decían que, sin duda, era "la más caudalosa concentración humana
que se ha llevado a cabo en años en el país" 73 . Laureano Gómez hizo gala de su
dominio de la oratoria. Alabó la región y habló largamente de la tenacidad de su
gente. Les dijo a los habitantes de Caldas que constituían una realización lograda
casi en su plenitud y que eran un ejemplo del dominio de la raza sobre el territorio 74 .
Todo esto para advertirles de lo que les pasaría con las reformas liberales, ante las
amenazas de la barbarie moscovita: "La amenaza es más grande para el pueblo
emprendedor, el más próspero, el más laborioso. Caldas se ha sentido amenazado en
el secreto de su grandeza, en la clave de su bonanza, en la esencia de su vida y por
eso está aquí" 75 . La manifestación, llena de histrionismo patriótico, recorrió los
parques que llevaban el nombre de un patriota de la independencia: Caldas, donde
se congregó la multitud y donde habló Gómez Martínez. Luego el desfile se desplazó
lentamente al parque Bolívar. Gómez iba escoltado como si fuera un presidente. Su
automóvil estaba adornado con las banderas nacional y conservadora, lluvias de
flores caían desde los balcones. Además de banderas, los manifestantes portaban un
amplio número de carteles con leyendas como las siguientes:
"Bolívar ayer, a h o r a y siempre"; "El conservatismo en t r á n s i t o histórico"; "Conserva tu
derecha"; "Somos la nación contra la secta"; "La p a t r i a frente a la antipatria"; "La república
de Colombia contra la república liberal"; "El conservatismo colombiano es un viejo partido
que se incorpora al orden, a la j e r a r q u í a y a la disciplina"; "Trabajadores de todas las
clases unios": "La familia del doctor Clímaco Villegas: g u a r d a en nosotros la esperanza";
"Dadnos ánimo, solidez, perdona n u e s t r a s fugas sin combate" 76 .

En el parque Bolívar le correspondió hablar a Laureano. El fin de su discurso


fue patético:
¡Libertador! ¡Delante de esa efigie de bronce el himno mudo que el poeta previo se trueca
ahora en salmo de esperanza, en promesa de acción, en j u r a m e n t o de heroísmo! ¡Bolívar!
Son tus hijos los que se congregan en torno de la estatua. No han renegado de tu enseñanza
y de tu ejemplo. Como en los días en que viviste, aman la libertad y no doblan el cuello bajo
el yugo extranjero que hoy nos amenaza, uno mil veces más odioso y salvaje que el que
rompió tu espada. Tu memoria augusta domina en la esfera de nuestro sentimiento. A tus
pies, como sublime síntesis de todo lo que amaste y amamos, de nuestros labios sale el férvido
grito: ¡Viva la República de Colombia! 77

Terminada la intervención de Laureano, Álzate Avendaño ordenó continuar el desfile


al parque Colón, donde hubo más discursos, y así siguió la fiesta política hasta el
anochecer. Gómez permaneció unos días más en la ciudad y más eventos se sumaron
a la conmemoración.

Pero el país todo estaba en movilización. La gente se hallaba en la calle. La


política era de masas, u n a constante latinoamericana y mundial de la que
Colombia no escapaba. Sin embargo, existían circunstancias particulares por
las cuales los partidos hacían movilizar a los colombianos.

7:7
Ibid.. diciembre 8 de 1936, p. 8.
71
El Siglo, agosto 10 de 1936. p. 3.
'•• Ibid.
777
Ibid.
77
Ibid., p. 3.

204 El porvenir del pasado


"Sólo donde hay tumbas hay resurrecciones". 7S
En términos generales, se trataba de una tenaz resistencia al gobierno de la Revolución
en Marcha, que no era apenas una resistencia ideológica, a secas. La resistencia era,
además, respuesta a la violencia que los conservadores creían de proceden-cía oficial.
Tenía la resistencia conservadora ceremoniales como el luto, la conmemoración, el
recuerdo casi inmediato. Era un continuo peregrinar a las iglesias y a los cementerios,
bien a enterrar o bien a conmemorar. Álzate decía a propósito: "Empotremos nuestras
meditaciones políticas sobre las fosas de quienes fueron fieles al partido hasta en el
campear postrero" 79 . El funeral o el cabo de año se realizaba en una mezcla mística
entre la ideología latente y el proceso político. Así sucedió en el municipio caldense de
Aranzazu el 6 de septiembre de 1936, cuando los conservadores conmemoraron el
primer aniversario "a los compañeros caídos en la emboscada del régimen".
Posiblemente no era nueva la escena en la cultura política colombiana, liberales y
socialistas conmemoraron a su manera cuando eran la oposición.

Pero esta vez se trataba de su adaptación a una ritualidad de veras nueva: pompa
católica, peregrinación conservadora ante las t u m b a s de los sacrificados e
incorporación del ritual fascista a la concelebración. Hacia la localidad se trasladaron
todas las organizaciones del conservatismo regional. La presencia de Gilberto Álzate
y de Fernando Londoño, comisionados para presidir el evento, llenó de entusiasmo a
la población y le insufló solemnidad a la conmemoración. De todos los municipios y
corregimientos del departamento se hicieron presentes delegaciones que portaban
coronas y emblemas distintivos de sus organizaciones locales, que impregnaban de
colorido el ambiente pueblerino. Sobre todo, destacaron las delegaciones de las
organizaciones de extrema derecha: Acción Nacional Derechista, que impactaba por
sus estilos novedosos para la población: arrogantes vítores y la alternación de banderas
que simbolizaban lo viejo y lo nuevo ; banderas azules, azul y blanco, y la verde y
negro del movimiento nacionalista. Por supuesto, alrededor de una solemne misa
giraban las actividades del aniversario y hacia allá se entronizaron viejos y nuevos
símbolos que llamaron la atención del periodista que cubría para La Patria el
acontecimiento: "Fue un momento de extraordinaria emoción, cuando al alzar la
hostia, todos los estandartes se inclinaron hacia el suelo, entre un vasto silencio,
mientras las gentes permanecían de rodillas" 80 . Finalizado el acto litúrgico, los
asistentes se desplazaron a la estación central del cable a la espera de los dignatarios
del partido: "Cuando la góndola que los conducía fue divisada inicióse un maravilloso
aleteo de pañuelos. Al entrar la vagoneta en la estación la banda de música tocó el
himno nacional [...] Los doctores Mejía Rivera, Londoño y Londoño y Álzate Avendaño
cruzaron por una calle de honor, bajo las banderas en arco, mientras toda la
muchedumbre hacía con el brazo en alto el saludo romano" 81 , escribió el cronista,
quien relató también que el desfile al cementerio, donde llevaron la palabra Londoño
y Álzate, estuvo cargado de vítores al conservatismo y a lo largo de la peregrinación
"los derechistas gritaban Roma sí, Moscú nó; derechas sí, izquierdas nó."82.

Pero si las derechas del occidente del país utilizaron los ritos luctuosos, sus
contemporáneos de la Acción Nacional Derechista en Bogotá adoptaron la simbología
fascista europea. Durante el segundo semestre de 1936 desde Derechas, los

17
Álzate, citando el libro de F. Nietzsche Asi hablaba Zaratustra
' La Patria, octubre 24 de 1936, p, 1.
71
Ibid., septiembre 7 de 1936. p. 3.
7
Ibid.
' Ibid.

El porvenir del pasado 205


derechistas bogotanos incorporaron a su mundo simbólico la camisa negra, la oración
fascista, el juramento derechista, las órdenes y los cursos de orientación política83.

En este mismo orden de los rituales, los conservadores, en particular los jóvenes,
protagonizaron eventos con el propósito de que su presencia fuera advertida como un
advenimiento. Le dieron especial énfasis a su vestimenta e insignias, así como a las
maneras agresivas de presentarse en público. Así sucedió el 20 de septiembre de
1936 cuando los espectadores de las salas de cine de Bogotá presenciaban en cortos
previos a la función central reportes de la guerra española. La muchachada derechista
invadió los recintos vivando a la revolución española y a sus jefes. En el mismo
sentido recorrieron las calles céntricas de la ciudad preconizando entre la ciudadanía
la urgencia de que la sociedad se defendiera del Gobierno84. De otro lado, se organizaban
ágapes derechistas para celebrar el ingreso de obreros e intelectuales a las falanges.
Álzate fue convidado a uno de esos eventos, realizado en los alrededores de Bogotá en
septiembre de 1936.

La Acción Nacional Derechista trabajó duro durante todo el año de 1936 para
consolidarse como expresión de todas las vertientes de las derechas nacionales:
bolivarianos, corporativistas, falangistas, integralistas y fascistas. Laureano Gómez,
que no veía con buenos ojos las ínfulas de autonomía de la juventud derechista,
presionó para la desarticulación de la ADN, llegando incluso a prohibir la impresión
del semanario Derechas, que se realizaba en los talleres de El Siglo. Además, la
adopción de la parafernalia fascista por parte de la ADN, acrecentó las diferencias
e n t r e conservadores clásicos y profascistas. Aspirando a u n a s j u v e n t u d e s
conservadoras obedientes y sumisas, Laureano Gómez encontró en la sensibilidad
leoparda una feroz resistencia a sus anhelos de jefe supremo del conservatismo; sin
embargo, vislumbró en la Unión Nacional de Estudiantes Conservadores la fuerza
juvenil que necesitaba para sus planes de aplastar a la juventud profascista.

La Unión N a c i o n a l de E s t u d i a n t e s Conservadores
Colombianos (UNEC).
H e r m a n o s de b a n d e r a : E s h o r a de los
sacrificios, de ¡as g r a n d e s r e s i g n a c i o n e s .
Cuando Dios es ultrajado y la j u s t i c i a es
envilecida, un puesto de combate es una puerta
para el sufrimiento. Nos esperan las cárceles,
las bayonetas asesinas del gobierno, pero qué
importa todo eso si como dijo el otro- no hay
m u e r t e sin resurrección. N u e s t r o grito es
"¡Organicémonos!, ¡Organicémonos" Y vamos
a las plazas, a las calles de la ultrajada provincia.
Prediquemos las ideas que dieron p a t r i a a
nuestros padres y que h a n de ser pan para
nuestros hijos 85.

7
Véase las ediciones de Derechas en el segundo semestre de 1936.
1
Ibid.. septiembre 21 de 1936, p. 1.
5
Véase el mensaje del Comité Ejecutivo de la UNEC a la Asamblea General. El Siglo, junio 14 de 1936, p. 3.

206 El porvenir del pasado


El 13 de junio de 1936 se creó la Unión Nacional de Estudiantes Conservadores
Colombianos86. El papel de Luis Ignacio Andrade, secretario general del partido, fue
decisivo. Su propósito expreso fue organizar a las juventudes colegiales y
universitarias nacionales alrededor del Partido Conservador. Tal cual lo hicieron los
primeros comisionados:

Fue nuestra primera medida enviar a cada uno de los establecimientos de Bogotá, circulares en
las cuales comunicábamos nuestros deseos y dábamos las instrucciones necesarias para llenar
nuestro cometido. Luego nombramos en las universidades y colegios, comités permanentes que
se encargaban de desarrollar una labor de propaganda a los proyectos sometidos. Y todos a una
sola voz, orgullo es confesarlo, contestaron al llamamiento y empezaron a laborar de una manera
eficaz y definitiva87.

La UNEC estaba vinculada directamente con las altas jerarquías del conservatismo
con el objetivo de neutralizar la influencia en la juventud de los grupos nacionalistas:
AND, Haz Godo, entre otros, aunque sus formas de persuasión tenían parecido:
"creer, obrar, combatir". No sólo los identificaba la acción, también las fuentes de
inspiración. César Tulio Delgado, uno de sus directivos, como los derechistas
nacionalistas, se amparaba en Charles Maurras y compartía con ellos su visión
catastrófica del presente nacional e internacional: "El cuadro que se vislumbra no
puede ser más triste y desolado. Sangrante y descompuesta como una virgen violada,
la patria colombiana tirita y lloriquea de angustia y de dolor bajo el alero en ruinas
de su grandeza difunta."88.

El Directorio Nacional Conservador (DNC) asistió a las reuniones de la gran asamblea


estudiantil que dio comienzo a las actividades de la UNEC en junio de 1936. En su
discurso de apertura, Laureano Gómez les habló a los jóvenes del momento oportuno
en que había nacido el movimiento y puntualizó en "la necesidad de aceptar el sacrificio
heroico a que estamos llamados por una predestinación histórica y definiendo los
perfiles de la actitud que en el futuro hayan de adoptar ante el caos provocado por el
actual régimen" 89 . A su vez, el secretario general, Luis Ignacio Andrade, manifestó
su irrestricto apoyo a la UNEC. El DNC designó un cuerpo consultivo conformado
por Rafael Bernal Jiménez, Elíseo Arango y Augusto Ramírez Moreno, quienes debían
iluminar a los jóvenes del partido.

Emulando a sus superiores, los jóvenes declararon mártir del partido al joven Roberto
Vargas Archila "abaleado en forma cobarde en los claustros del Colegio de Boyacá por
defender valerosamente su credo político"90, y aprobaron una proposición en la que
anotaron que no tolerarían la reelección de Olaya Herrera porque representaba "un
pasado atormentado y doloroso para la patria" 91 .

Las deliberaciones de la UNEC coincidieron con los sucesos de la supuesta conspiración


conservadora. Como sus superiores, los muchachos también protestaron "por el inaudito
atropello [...] presenta al desprecio de hoy y a la condenación de la historia las prácticas
indignas del régimen actuante, y reafirma su voluntad irrevocable de acompañar y
rodear en esta hora oscura de persecución a las directivas del partido" 92 . Finalmente,
la UNEC redactó y dirigió un célebre memorial de agravios al presidente López, uno
de cuyos apartes rezaba: "Los conservadores, señor, no podemos ser extraños en esta

86
Su Comité Ejecutivo Nacional estaba integrado por J. Eliécer Suárez, Pedro J. Buitrago, Héctor Acevedo, César Tulio Delgado, Mario
Vélez Escobar, Carlos Acosta, y como secretario Carlos Daniel Sánchez.
"'" EJ Siglo, junio 14 de 1937, p. 3.
88
La Patria, mayo 29 de 1937, p, 7.
89
El Siglo, junio 14 de 1936, p. 1.
7777
Ibid., p. 3.
771
Ibid.
'" Ibid.. jumo 21 de 1936, p. 1,

El porvenir del pasado 207


patria que hemos ayudado a crear con el ímpetu de nuestras inteligencias y a sostener
con el fuego de nuestros corazones"93. El 20 de junio la UNEC clausuró su asamblea.

El 18 de octubre, la UNEC puso a disposición de la juventud conservadora bogotana


una serie de servicios lanzados pomposamente por Luis Ignacio Andrade, secretario
del partido, y por el leopardo Ramírez Moreno en nombre del DNC. Hubo derroche de
palabra. César Tulio Delgado, designado por la organización, arremetió violentamente
contra el desbarajuste que vivía la República por obra del régimen frente-populista e
invitó a sus compañeros a no desfallecer hasta conseguir la derrota del comunismo.
Andrade, por su parte, invitó a los jóvenes bogotanos a concurrir a la Casa
Conservadora como a la suya propia, y Ramírez declaró que mientras no cesara la
persecución contra el más ínfimo e ignoto labriego conservador el DNC no cedería un
momento en su política abstencionista 94 . Fueron puestos a disposición de la juventud
escolar y universitaria los servicios de cafetería y restaurante a bajo costo, un salón
de lectura con aprovisionamiento de revistas, periódicos y propaganda ideológica,
una biblioteca, un billar y hasta una peluquería. Contarían los estudiantes, también,
con servicios médico y odontológico, el primero gratuito y el segundo a precios módicos.
La droga sería vendida a un costo por debajo de la tarifa del mercado. Se prometía
ofrecer ciclos permanentes de conferencias sobre temas político-ideológicos y de cultura
universal. Se anunciaron cursos de apologética y elocuencia, inglés y francés; y la
fundación de una academia con órgano propio de difusión. Se trataba de una oferta
suficientemente amplia para atraer a los jóvenes bogotanos que se inscribieran a la
UNEC. Finalmente, se hizo un llamado para que se replicara esta experiencia en
provincia 90 . Al final del año, los estudiantes bogotanos pudieron extasiarse con
conferencias colmadas de histrionismo, sabiduría y elocuencia. Manuel Serrano Blanco
disertó sobre la situación política nacional e internacional y Bernal Jiménez trató
del animismo y del humanismo; apenas para una sociedad donde el esparcimiento
era pobre aún 96 .

Haz Godo: punto de llegada


de Página Universitaria y de J e r a r q u í a .
El matrimonio; José Mejía Mejía y Álzate Avendaño.
Se trataba de una serie de actividades orientadas o previas a la constitución de
organizaciones políticas de derecha como organismos previstos para encuadrar a
"las nuevas gentes" en el Partido Conservador. Así, la prensa conservadora de
Antioquia y Caldas registró el 21 de septiembre de 1936 la creación de El Haz de las
Juventudes Godas, con el propósito de darle "un alineamiento beligerante a la
vanguardia del conservatismo antioqueño". Era el punto de llegada donde confluía el
esfuerzo que venía materializándose desde la Página Universitaria de 1929 y
J e r a r q u í a en los últimos años. El movimiento se gestó después de dos reuniones
constitutivas, la primera de ellas con cuarenta y la segunda con ochenta participantes.
Las oficinas de la revista Tradición sirvieron para las deliberaciones. Los jóvenes
reivindicaron el apelativo de godos'- "Además de tener arraigo popular contiene en sí
mismo una definición programática por cuanto los partidarios de Bolívar en la
Convención de Ocaña, primeros varones de derechas en el país, fueron calificados
7,77
Ibid., junio 25 de 1936, p. 1.
' 7 Ibid.. octubre 19 de 1937, p. 2.
99
Véase ibid.. noviembre 7 de 1936. pp.l y 12.
77
* Véase ibid.. noviembre 21 de 1936, p. 1.

208 El porvenir del pasado


originariamente con ese vocablo que ha mantenido a través de los tiempos su noble
significado histórico" 9 '. Sus organizadores hablaron del Frente Godo para oponerlo al
F r e n t e Popular y lo definieron como oposicionista integral, a n t i l i b e r a l y
contrarrevolucionario.

Álzate Avendaño estuvo en las reuniones constitutivas del nuevo organismo político.
Se le reconoció como jefe y caudillo de derechas y fue saludado a la romana. En una
de las reuniones constitutivas, Álzate esclareció sobre la historia del Partido
Conservador y ahondó en lo que serían los nuevos métodos tácticos, lo mismo que
sobre la nueva plataforma programática del movimiento. Propuso que al sindicato
rojo se opusieran los gremios de oficios, y a la violencia ejercida desde el poder, las
brigadas defensivas del conservatismo. Por primera vez se propuso la fórmula de No
hay enemigos a la derecha para atraer todas las fuerzas políticas afines. Los miembros
de Haz Godo serían identificados con el carné godo y el nuevo movimiento tendría un
ordenamiento jerárquico: Consejo Supremo del Haz, una secretaría general y asesorías
técnicas. En todos los municipios del departamento tendría filiales y a él podrían
afiliarse personas de todas las clases sociales. El Consejo Supremo quedó integrado
por Juan Roca Lemus, José Mejía Mejía, Abel Naranjo Villegas, Guillermo Fonnegra
Sierra, Víctor Carvajal Ortega, Manuel Betancur y Gabriel Congote, y como secretario
general fue elegido Gabriel Aramburo. Como órgano del movimiento se anunció la
aparición del semanario El Clarín, que estaría bajo la dirección de J u a n Roca
Lemus, José Mejía Mejía y Víctor Carvajal Ortega. Mientras tanto, fungiría como
vocera la revista Tradición. Durante las primeras reuniones se estudió la posibilidad
de convocar a un Congreso Nacional de derechas en el mes de noviembre en Medellín,
que contara con la participación de la juventud conservadora de todo el país. Haz
Godo aprobó una proposición de saludo a Laureano Gómez y al general Pedro J.
Berrío, "los más cimeros jefes de la oposición".

José Mejía Mejía, el destacado ideólogo de Jerarquía, pasó a hacer parte de Haz Godo.
Se sentía a sus anchas y tenía todos los valores necesarios para iluminar a esa agrupación.
No hizo otra cosa que trasladar a la nueva tolda sus prédicas de Jerarquía. Incrustó
entre los pilares del nuevo edificio el decálogo ideológico denominado entonces Posiciones
y proposiciones. Los diez puntos que aparecen en el capítulo anterior fueron aprobados
como la plataforma de Haz Godo. Se estableció así el vaso comunicante entre una
agrupación y otra: Página universitaria (1929), Jerarquía (1935) y Haz Godo (1936).
En las tres, Mejía Mejía contó con la supervisión y colaboración de Álzate Avendaño.
Ambos personajes se sentían trabajando en la misma dirección. Por eso, al final de la
plataforma del nuevo movimiento, Mejía anotó lo siguiente:

Gilberto Álzate Avendaño y el autor de estas líneas establecieron desde el año de 1931 una
nueva modalidad mental en el partido. Gestores, animadores e iluminadores de una briosa
gesta derechista, n u e s t r a s actuaciones casi pudiéramos decir que carecían de acústica, el
partido estaba sumido en la sensibilidad gobiernista del imperio hegemónico. Inteligencias
insulares como la de Álzate Avendaño y la nuestra abrieron el desbrozamiento de una agitación
dura y cuajada como la que ahora contemplamos. Las premisas de aquella época, edificadas
casi contra el coro de nuestra pusilánime generación, forman e integran el estatuto mental de
estos días. Sobre nuestros hombros quedan estos atrevidos mandamientos. La responsabilidad
es corajudamente de los que en sangre y espíritu podemos responder por la tremenda sinceridad
de estos principios 98 .

97
Véase La Patria, septiembre 21 de 1936, p. 3.
"" Ibid.

El porvenir del pasado 209


El respaldo de El Colombiano a Haz Godo fue inmediato. Mejía Mejía reanudó allí su
columna "Rúbrica" con brío, y contó incluso con el espacio de la editorial para difundir
y ampliar la voz del nuevo movimiento. "Convención Nacional Goda" fue el titular de
un editorial suyo aparecido en septiembre 12 de 1936. Allí, el ideólogo, sobraría decirlo,
ubica a una supuesta extrema izquierda colombiana como la contraparte de Haz Godo.
Según escribía, a esa fuerza política y beligerante debe oponerse otro estilo, distinto del
lírico, del poético. Testigo de la vocación poética y literaria del conservatismo, pensaba
que si no se cambiaba era imposible que el partido reconquistara el poder, de ahí que
fuera necesario cambiar de táctica. Se hacía necesario ser diáfanos: "Las nuevas
generaciones derechistas deben buscar al hombre anónimo y no al intelectual engreído
y melindroso. Descender a la plaza pública para correr tras la muchedumbre que espera
un programa de certezas" 99 . Mejía invitaba a "operar con la materia prima de la
restauración nacional", que eran las masas conservadoras, pero sin manifiestos
literarios, sino con la acción: "la tremenda realidad de los brazos en movimiento".
Convocaba a olvidar al hombre pusilánime que es el de letras, "debilitado por las fruiciones
mentales sin haber levantado nunca el músculo para la acción"100. Esa era la propuesta
del principal ideólogo de Haz Godo para la convención, que se programaba con el fin
recibir en Antioquia a las juventudes godas de todo el país. Declaraba a ese departamento
fortaleza derechista y confiaba que de allí salieran los índices de restauración que se
necesitaban "en la hora presente". Culminaba con un llamado: "Lancémonos a la acción
sin ningún exordio de estrofas. Las masas godas y católicas nos están esperando" 101 .

Mejía Mejía y con él, Haz Godo, querían que el conservatismo acogiera sus puntos
de vista, que eran los del fascismo: "Es una verdadera impertinencia retórica
creernos ubicados en el subsuelo de los principios fascistas que rigen hoy día la
vida de otros pueblos [...] El Haz Godo aspira precisamente a una adaptación
rigurosa de las ideas con los hechos y a que el partido conservador estruje la
historia con u n a doctrina de su altura" 102 .

Haz Godo se organizaba a toda prisa. El epicentro del movimiento era Medellín. El
desenlace de la guerra civil española a favor de su manera de pensar los empujaba.
En la oficina del movimiento, la misma de la revista Tradición, ubicada en la pieza
14 del Edificio Comercial, en el centro de la ciudad, al tiempo que los jóvenes se
inscribían firmaban una declaración de adhesión al Gobierno provisional de Burgos,
c o n s i d e r a d o " r e s t a u r a d o r de la civilización e s p a ñ o l a a m e n a z a d a por el
bolcheviquismo". Se configuraron las asesorías: orientación social, conexiones,
organización y estatutos, movilización, fondos, propaganda, universitaria, empleados,
y se anunció la creación de las asesorías obrera y campesina. Todas estaban integradas
por hombres probados en la militancia de la derecha. J u a n Zuleta Ferrer y Abel
Naranjo Villegas hacían parte de la asesoría de orientación social, Juan Roca Lemus
de la de conexiones, Jorge Luis Arango de la de fondos y Mejía Mejía de la de propa-
ganda. La asesoría de movilización acordó iniciar la formación de una brigada
compuesta por mil hombres distribuidos en diez brigadas, lo mismo que una milicia
infantil y una retaguardia goda. Era un liderazgo masculino; las mujeres aparecerán
más adelante. A diario, el movimiento emitía boletines de información de generosa
recepción en las páginas principales de El Colombiano, que, además, publicaba
entrevistas a sus impulsores. El entusiasmo era delirante, todo el mundo proponía
iniciativas: que el carné debía llevar foto, que se publicara una página especial en un

779
El Colombiano, septiembre 21 de 1936, p. 3.
7
"' Ibid.
"" Ibid.
77777
Véase "La plataforma ideológica del Haz Godo", en La Patria, diciembre 3 de 1936. pp. 3 y 7.

210 El porvenir del pasado


diario, que se convocara a una convención de las juventudes de derecha de los países
de la Gran Colombia, que se organizara una brigada de voluntarios para que defendiera
al Partido Conservador.

Aunque en negativo, la organización del comunismo en el fondo atraía a los ideólogos


de Haz Godo. Y si no los atraía era su estímulo y su legitimación. José Mejía propuso
una asesoría lírica para organizar la producción de un nuevo arte en el conservatismo.
A lo mejor tenía en mente emular al gobierno soviético en este sentido: "Las letras
revolucionarias sirven de palanca en la predicación ideológica de los cuadros de
izquierda. El poema rojo o la canción proletaria son herramientas de trabajo en
donde el artista cumple una función disociadora que le asigna su fe en un dogma y el
rótulo político emanado de una filiación ideológica"103. Rechazando el arte por el arte
y considerando que este no podía ser la investigación de lo inútil, sugería emular la
experiencia soviética: "¿Por qué las banderías godas de Colombia no construyen con
idéntica efusión la estética derechista, el ritmo poético de acento puramente
contrarrevolucionario y la estrofa de firmes aristas católicas?" 104 . Propugnaba por
un arte acorde con los intereses, intenciones y naturaleza de la nueva agrupación:
"Que nuestros poetas godos inicien desde ahora la construcción del canto político,
duro y arriscado [...] Que brinque el ritmo nuevo del poema político para transportar
una intención ideológica a las masas del partido. Hagamos arte contrarrevolucionario
para refutar la literatura roja que es también una dialéctica emocional contra las
columnas de nuestros credos"106. Y también el marxismo los emulaba. El secretario
general de Haz Godo aconsejaba al movimiento una táctica combinada de crítica
constructiva y crítica negativa: "Negar, como lo hace el marxismo con resultados
benéficos en una forma sistemática pero inteligente y racional los postulados del
adversario y afirmar con énfasis los propios"106.

En noviembre estaba en plena marcha el Haz Godo femenino. J u a n Roca Lemus, se


dirigió a un auditorio de trescientas mujeres, que se reunieron para escuchar la
misión histórica que les correspondía llevar a cabo en la organización: el culto a los
héroes. 'Rubayata' les habló de una Colombia del pasado que había sido bolivariana,
augusta y aristocrática. Las invitó a jugar un papel definitivo en un momento de
nivelación de clases sociales como el que se vivía. Ellas, el primer elemento nacional,
debían mediar para conservar lo que quedaba del espíritu aristocrático de la sociedad
de ayer, evitar, en fin, los desmanes propios de este proceso. Anotaba el célebre
'Rubayata' que hordas cafreras se habían regado por el mundo fusilando imágenes
santas, blasfemando contra Dios y contra el sentido vigoroso de la patria, clamando
por leyes que desnivelaban la moral del hogar, creando ambiente de libertinaje y
vandalismo. Las consideró predestinadas y en esa investidura las llamó a infiltrar el
sentimiento católico en las fábricas, en las usinas, en los talleres; a que enseñaran
sentencias de moral. "Las patrias en donde el sentimiento nacionalista no existe se
derrumban" 107 , decía, por eso las mujeres de Haz Godo trabajarían en esta dirección:
"Entronizad en vuestros hogares, ojalá en acto trascendental, la imagen de Bolívar,
para que quede frente a la estampa sacrosanta del Señor. Ayuntados así la fuerza
divina y la fuerza nacionalista, la patria va ganando en salud"108. En el esquema del
ideólogo de Haz Godo, las mujeres de la organización debían estar junto a las mujeres
trabajadoras "enseñándoles quién fue el Libertador, quiénes los demás proceres,
quiénes las heroínas que trazaron paradigmas que vosotras vais a seguir"109.

70:7
El Colombiano, septiembre 18 de 1936, p. o.
777
' ibid,
77,7
ibid.
1776
Ibid.. septiembre 21 de 1936, p. 2.
77,7
ihid., noviembre 23 de 1936, p. 3.
•'•' Ibid.
'"" I b i d .

El porvenir del pasado 211


La conversión de Álzate en un personaje de primera línea en el Partido Conservador
hacía que su papel en el movimiento de las derechas fuera atenuado. Más bien se le
veía como representante de estas en el partido. De hecho, su llegada al Directorio
Departamental era producto de su trabajo como organizador de masas. Esa parecía
ser la estrategia. Pero Álzate estaba ahí, influyendo, haciendo conferencias, dando
pautas sobre las tácticas del movimiento y sobre sus programas. Haz Godo se pensaba
como la parte que necesitaba el conservatismo para reanimarse y prepararse para la
reconquista del poder. Reconquistado este gracias a tal estrategia, los nacionalistas
se convertirían en los hombres del nuevo gobierno. Decía uno de sus militantes: "El
Haz godo es una legión de ataque del conservatismo. Este es el todo, aquel es una
parte. Lo que puede ocurrir es que la parte se confunda con el todo"110.

Se trataba, además, de otra estrategia: la suya propia para escalar las posiciones
dentro del partido y dentro, también, de la sociedad colombiana. Reconocían, sin
embargo, los ideólogos de Haz Godo la presencia de Álzate en el movimiento. Era
como si estuvieran trabajando para él. Según Abel Naranjo Villegas, Álzate era el
hombre predestinado. Así lo afirmaba al explicar que la causa que había originado el
movimiento era la amenaza soviética que se cernía sobre el país y el bárbaro régimen
liberal que no hacía nada por evitarlo. Decía que Álzate sentía "la urgencia de acomodar
a nuestra derecha en la dirección universal y ha buscado el roce con núcleos de
intelectuales que en todo el país hagan la promoción de los cuadros del conservatismo
hacia los climas de heroicidad que la época y el régimen están solicitando para re-
sponder a su desenfrenada insolencia"111. Sostenía Naranjo que se trataba por entonces
de un núcleo de intelectuales universitarios interesado en darle uso al godismo como
hecho histórico. Eran pocos, sí, y en ellos pesaba la influencia de Cristo y del
cristianismo. Tal como ellos había empezado Cristo, con apóstoles, y era justamente
la acción lo que había convertido al cristianismo en un inmenso rebaño:
"Desempeñamos el papel de Bautistas pero confiamos en nuestro oficio mesiánico
porque tenemos seguridad de que el que ha de ser está ya entre nosotros. Vamos a
prepararle el escenario" 112 . Si duda, se trataba de Álzate.

Pero hay algo nuevo que merece la pena mencionarse. Con Haz Godo disminuye el
empecinamiento de los conservadores por el campo y por los campesinos. A esta
altura de su configuración, la asesoría campesina no arranca. Sus líderes y sus
miembros son urbanos y es en la ciudad donde están trabajando. "Nuestra gesta
quiere una política de masas", es una frase tardía, pero que Mejía Mejía y Álzate
Avendaño asumen finalmente. El proceso histórico colombiano los estaba presionando
para superar el prejuicio conservador de ver las multitudes como lo habían aprendido
de Gustave Le Bon.

Haz Godo y el uso público de la historia.


Más que proponer otra lectura de la historia de Colombia, Haz Godo intentaba
reafirmar lo que consideraba era un legado y una ventaja: la tradición histórica. Se
trataba de reforzarla, de volver sobre ella y gracias a ella ganar prosélitos. Así lo
expresaba el secretario de la organización:

77
ibid.. septiembre 27 de 1936. p. 4,
7
Ibid.. septiembre 18 de 1936. pp. 1-2.
1
Ibid.

212 El porvenir del pasado


Nosotros, los jóvenes que queremos un estado de cosas mejor dentro de n u e s t r a armonía
histórica y dentro de una concepción católica y conservadora del Estado, predicaremos al
electorado nacional de una manera fiel todo el contenido espiritual del pensamiento de Bolívar,
procurando ante todo adaptarlo a su espíritu y a sus verdaderas concepciones políticas. Vamos
a ser verdaderos exégetas de politica histórica para armonizar y contemporizar las concepciones
sociales de ahora con las del vidente Simón Bolívar, padre de la Patria 113 ,

A su turno, Mejía Mejía llamaba a que el Partido Conservador estrujara la historia


con una doctrina a su altura, y apuntaba: "El pasado es el mejor alimento del presente.
Nosotros no lo desechamos" 111 . Y a nivel externo, como ya lo hemos afirmado, la
nueva propuesta consistía en introducir al país el modelo del Estado corporativo,
"que es el que mejor consulta los intereses de los pueblos", decía el secretario general
repitiendo lo que sus pares también formulaban. A Gabriel Aramburu, que por algo
ocupaba ese alto rango entre los jóvenes nacionalistas, le maravillaba ese modelo:

La estructura de corporaciones por profesiones u oficios en que todos son técnicos y conocen
por sí mismos sus problemas, sería una formación ideal del Estado [...] El actual parlamento
podría ser reemplazado por Cámaras profesionales en las que sólo tuviesen votos consultivos
los respectivos cuadros técnicos sin considerar su origen social o su antigua extracción política11".

Juan Roca Lemus, intelectual de prestigio que, como ya sabemos, firmaba su columna
"Periscopio" de El Colombiano con el seudónimo de 'Rubayata', se convirtió a finales
de septiembre en el presidente del Consejo Supremo de Haz Godo. Un ciclo de conferencias,
donde se anunciaba la participación de Álzate con una ponencia sobre la política, daría
inicio a la creación de una escuela de formación política. Las primeras conferencias
versarían sobre el proceso de la guerra civil española, justamente en momentos que los
nacionalistas estaban próximos a coronar la victoria. En octubre continuó en firme la
organización de Haz Godo. La asesoría obrera entró en plena actividad. Se inventaron
una cinta azul para distinguir a todas las personas que se inscribían y se puso en
marcha una agresiva campaña para recolectar fondos para el movimiento. Un
manifiesto de adhesión dio inicio a la asesoría de la mujer goda. Gilberto Álzate
Avendaño iba y venía de Manizales a Medellín. Estaba de lleno en la configuración
del movimiento nacionalista. El 14 de octubre participó en las deliberaciones donde
el Consejo Supremo aprobó el 'Plan bienal' que trazó el itinerario del movimiento en
tres periodos: agitación, organización y movilización. En el primero se intensificaría
la matrícula de los afiliados y se promovería con ahínco el nuevo espíritu militante
dentro del partido en ciudades y campos; en el segundo se verificaría el encuadramiento
en vanguardias juveniles y formaciones de adultos con potencialidad de choque; y en
el tercero se procedería a movilizar los efectivos de Haz Godo en la lucha política
contra el régimen. Álzate intervino sobre los prospectos tácticos y programáticos del
movimiento. La reunión saludó la aparición del primer número de Clarín, el
semanario de la organización, que estaba bajo la dirección de Roca Lemus y José
Mejía y Mejía. Se aprobó la convocatoria de un concurso para escoger la letra del
futuro himno del movimiento, y como escudo se adoptó el mismo de la Acción Nacional
Derechista, con el Libertador enmarcado en la cruz latina, y se aprobó también el
saludo a la romana, con el brazo en alto. Finalmente, Álzate, que se aprestaba para
viajar a Manzanares a una concentración política fue despedido con efu-sión. Sus
aconsejados hicieron votos por el pronto regreso del caudillo y por el éxito de sus
empresas políticas.

777
Ibid.. septiembre 21 de 1936. p. 2.
777
Ibid.. noviembre 20 de 1936, p. 5.
77
Ibid.

El porvenir del pasado 213


La aparición de Clarín, como era de esperarse, produjo satisfacción en la comunidad
derechista. Diario del Pacífico, donde los jóvenes nacionalistas del Valle del Cauca
gozaban de la página universitaria Fe y Doctrina, se expresó así : "Con un saludo
romano recibimos al nuevo colega de Antioquia. Desde aquí seguiremos fervorosos
t o d a s sus afirmaciones en favor de los principios derechistas" 1 1 6 . P á g i n a
U n i v e r s i t a r i a estaba dirigida por Gustavo Salazar García y contaba con la
participación de Elias Salazar García, Hernando Olano Cruz, Luis Carlos Valencia y
Gerardo Rojas Bueno.

Mientras tanto, Fernando Gómez Martínez, director de El Colombiano, legitimó


las actividades de Haz Godo. Repitió y ratificó lo que sus ideólogos venían diciendo:
que equipaba al conservatismo de los elementos de lucha que le estaban siendo
indispensables, que le estaban cambiando la psicología al partido para adaptarlo
como partido oposicionista, oprimido y aislado. Contenidos de un artículo suyo
publicado en Clarín y reproducido en su periódico nada menos que como editorial.
José Mejía Mejía volvió a publicar la plataforma del movimiento que, como hemos
dicho, era la misma de Jerarquía, sin una coma menos.

En octubre, poco después de creado Haz Godo, Álzate concedió una entrevista al
periódico La Patria. Allí, el capitán -como le decían- hizo algunas declaraciones en
las cuales confirmó su temple. Se mostró tan partidario de la abstención integral
como lo hubiera estado Laureano Gómez. Con la experiencia del hombre de elecciones
que ya era, sonreía cuando le preguntaron su opinión sobre algunos conservadores
que consideraban necesario regresar a las urnas :
Nadie se imaginaría a esos orondos señores capitalinos en unas elecciones caliginosas de la
provincia, al pie de muchedumbres inermes, afrontando el riesgo físico y la responsabilidad del
debate [...] Nosotros nos negamos a sacrificar copartidarios indefensos para darle empleo en la
C á m a r a a t a n t a gente conspicua. No se puede supeditar una táctica de vasto alcance a la
nostalgia de algunos parlamentarios sin escaños 117 .

Pero aquí es necesaria la transcripción de la entrevista para comprender al Álzate


Avendaño de ese momento histórico118.
Periodista (P): ¿Qué opina acerca de las negociaciones políticas entre personas de ambos
partidos?, es la primera pregunta que le formulamos a Gilberto Álzate Avendaño.
G i l b e r t o Á l z a t e A v e n d a ñ o (GAA): El c o n s e r v a t i s m o no coopera ni vota. Los n o t a b l e s
pueden entretenerse en sus diálogos platónicos, buscando un acuerdo con porfía cortés. Pero
eso no produce ningún cambio actual o inminente en nuestra táctica. La política conservadora
de hoy no se decide desde el reposo de los divanes, en comedidas pláticas, lejos de las masas, sin
tener en cuenta sus complejos de motivación, sus estados psicológicos, su oscuro impulso
anhelante. El partido - p a r a citar la frase del político peninsular, un poco deteriorada por el
uso— no es marinería pronta a zarpar rumbo a cualquier puerto. Posee una conciencia, una
disciplina, una ruta, un objetivo. No está dispuesto a variar sus itinerarios porque se sobresalten
algunos individuos aprensivos de la tripulación.
P: Si el gobierno ofrece garantías para el sufragio, ¿el conservatismo puede y debe votar otra
vez?
GAA : No. Esas g a r a n t í a s no dependen del e s t a t u t o electoral. Tampoco es potestativo del
gobierno crear. Hay un divorcio entre las leyes y los hechos, entre la norma y la obra. En la
hipótesis de que los altos poderes desearan un retorno a la normalidad democrática, para que

7777
Diario del Pacíñco. noviembre 5 de 1936. p, 3.
17
La Patria, octubre 4 de 1936. pp. 1 y 3,
7777
Es bueno anotar que la táctica del conservatismo en este momento era la abstención. En septiembre de 1936, la DNC había rechazado
la invitación a participar en el Gran Consejo Electoral.

214 El porvenir del pasado


el conservatismo se situara nuevamente dentro de los cuadros constitucionales del Estado, me
parece imposible verificarlo en la práctica. El populacho, espíritu y carne de este régimen
faccioso no lo consiente. Las turbas están desbordadas. Durante estos años ha sido estimulada
sin reservas su brutalidad triunfante. El gobierno y las directivas políticas se han puesto a
remolque de ella, zagueramente [sic], en vez de embridarlas y conducirlas.
La hez del país, por bajas mareas sociales, nos anega torrencialmente, sin diques ni esclusas.
Nadie contiene esa hampa beligerante, dilatándose en fuerza y en apetito. Ella no tolera la
convivencia. Tampoco los cabecillas liberales la proponen lealmente, porque dejarnos votar
sería suicidarse, perder el poder y los empleos.
P: ¿Cómo podría entonces el conservatismo volver a las urnas?
GAA: Con un encuadramiento de choque. El conservatismo no puede confiar en garantías
distintas de las que puedan darse en virtud de su propia voluntad y eficacia. Ni la piedad
patriótica, ni nuestro anhelo nazareno de concordia van a establecer la paz civil. El repliegue de
la violencia facciosa, ha de resultar de la tensión y equilibrio de fuerzas contrapuestas, con
igual poderío y parejo vigor de ataque que se respeten recíprocamente. Cuando el conservatismo,
desembarazado de su costra de mansuetud y sus supersticiones curialescas disponga de móviles
equipos defensivos, no habrá más masacres impunes ni nuevos mártires en nuestro santoral
laico. Por ahora hay que continuar armando los espíritus, mantener viva la voluntad de revancha.
Mientras la colectividad conserve su beatitud, sus viejos hábitos mentales y propensiones
volitivas, cualquier organización de tipo nuevo sería una estructura inerte, un forro vacío. Lo
que el partido requiere inicialmente es un ánimo de dominio, una vivaz levadura psicológica,
para efectuar su metamorfosis de cofradía en falange.
P: Algunos personajes conservadores insisten en que es posible y necesario votar...
GAA: Déjeme sonreír levemente. ¿Quiénes son esos personajes? Los abstencionistas, los que
no votan y están al margen de nuestra dramática beligerancia. Nadie se los imaginaría en unas
elecciones caliginosas de la provincia, al pie de núcleos inermes, afrontando el riesgo físico y la
responsabilidad del debate. Muchos de esos saben que el partido sufraga por la credencial que
les viene desde el remoto feudo político. Pero nosotros nos negamos a sacrificar copartidarios
p a r a darle empleo en la C á m a r a a t a n t a gente conspicua. Algunos alegan que el partido
necesita votar para mantenerse en forma. La gimnasia electoral puede ser sustituida con otros
estímulos. En cambio las masas se desmoralizan en un vano y cruento episodio sin otro objeto
que una minoría parlamentaria.
P : ¿Qué piensa usted de la intervención del doctor Gonzalo Restrepo Jaramillo?
GAA: El doctor Gonzalo Restrepo Jaramillo es un varón clarísimo, en quien confluyen los
atributos y virtudes de u n a egregia estirpe. Orador y escritor de mucha valía, capitán de
industria, ciudadano ejemplar y pulquérrimo. Después de la monumental figura patricia del
general Pedro J. Berrío, guía y vértice del conservatismo antioqueño, no hay silueta t a n
enérgicamente perfilada como la suya en los cuadros montañeses. Todos sus móviles son
nobles, pero replegado en faenas de índole privada, un poco al margen del comando político,
hubo de desenfocar el paisaje y cometer algunos errores de perspectiva. El doctor Restrepo
Jaramillo propone un frente nacional, fonéticamente semejante a la Concentración Nacional,
aunque más actualizado en el rótulo y vagamente alusivo a un cartel contrarrevolucionario. El
conservatismo se opuso al régimen de Olaya Herrera, que tenía divisa concentracionista,
porque estaba siendo desmantelado y estrujado al amparo de una difusa fraseología patriótica.
El partido no quiso convertirse en un apéndice burocrático del gobierno, ni resignarse a
minorías arbitrarias, ni consolidar el nuevo régimen como la oposición de su majestad. Optamos
por una política abnegada e intrépida, sin más pasión y norte que el poder. Ya hemos avanzado
mucho en este a s p é r r i m o camino hacia la r e c o n q u i s t a p a r a verificar un r e c l u t a m i e n t o
despavorido, traicionando nuestro destino. Para evitar un acuerdo con el gobierno, poniéndonos
bajo su zona de influencia y haciendo una política tributaria, bastaría el recuento de tantos
muertos, sus sombras vengativas, esa neblina de ánimo que cubre la vía de retirada. El doctor
Restrepo Jaramillo alude al comunismo en avance, oye el galope de las tropas revolucionarias
sobre el país. No es eso. El comunismo como colectividad ideológica alinderada, con una táctica,

El porvenir del pasado 215


un programa y una causa humana, no está todavía presente en nuestra escena histórica. Lo
que existe es la invasión vertical de los bárbaros, los instintos antisociales proliferando, un
oscuro desorden ubicado en el gobierno y en la totalidad de sus afluentes políticos. Sería
erróneo hacer sutiles distingos escolásticos y p l a n t e a r el tema en abstracto. No se puede
separar el liberalismo de las otras fuerzas anárquicas. Carlos Barrera Uribe, jefe honorario del
liberalismo caldense, es socialmente un animal más dañino que cuantos propagan el evangelio
marxista.
Hoy somos las reservas políticas del país, intactas y compactas. Cualquier compromiso con
núcleos pequeños o grandes de otra divisa nos haría perder cohesión interior e ímpetu sin
beneficio equivalente. Lo que algunos denominan liberalismo de orden o derechas liberales,
con falta de rigor en el lenguaje o de sagacidad política, no es más que un minúsculo cortejo
apenino, una abyecta burguesía que ha estado fomentando la revolución con sus votos, porque
en ella ha sido más fuerte el odio histórico hacia el conservatismo, o el pánico, o el snobismo
que su propio interés y la responsabilidad patriótica. Esas gentes creen que no se salvan sino
capitulando. Lo mismo pasa en todos los países. Políticamente la burguesía es un club de
suicidas. Un pacto con ellas apenas serviría de lastre e impedimenta, porque carece de una
fuerza numérica y de beligerancia.
P: No se puede negar que hay dentro del conservatismo ciertos sectores dispuestos a ofrecer
la paz al régimen.
GAA: Evidentemente. Nadie ignora que algunos b u r g u e s e s conservadores son olayistas,
paladina o soterráneamente. Ellos están saboteando v a n a m e n t e la oposición. Dentro de su
sórdida concepción de la vida, consideran que podemos perdonarle al sangriento candidato
nuestros muertos en gracia de que es la reacción plutocrática, un servidor de la alta finanza.
Para ellos el conservatismo no tiene más oficio que montar guardia en defensa de sus bolsillos.
Pues se equivocan. El conservatismo profesa un concepto sobre la propiedad expuesto en sus
programas, pero no es una simple patrulla apenina. Hay un pensamiento social de derechas.
Una doctrina que no le sirve de atrincheramiento a la plutocracia en sus privilegios, sino que
b u s c a fórmulas no catastróficas de r e d i m i r el d r a m á t i c o desespero de los de abajo. El
conservatismo preconiza que el Estado intervenga a favor del trabajo, que no es una mercancía
inerte, sino algo que suda, que padece y que piensa. Por eso no solamente enjuicia la candidatura
de Olaya Herrera por motivos políticos, ya que ella trae consigo unas vísperas de guerra civil,
sino porque es un avance del capitalismo sin patria.
P: ¿A dónde llevan al conservatismo la oposición y la abstención integrales?
GAA: Al poder. Al margen de la vida civil, el partido mantiene intactos sus efectivos, los
organiza y e n t r e n a . El desempleo, t a n grave en los años de crisis económica, está siendo
resuelto mediante un acomodo paulatino en las actividades privadas. Ya empieza a nacer
dentro del partido que antes no era más que un montón de empleados cesantes una enérgica
voluntad de dominio, un sentido militante de la vida y la responsabilidad de una misión. Entre
tanto cartel de izquierdas que se denomina liberalismo, sin el aglutinante de nuestra presencia
en los comicios, se bifurca en oposición y gobierno obligado a reemplazarnos dentro de la
mecánica democrática. Es una fatalidad histórica, superior al oportunismo de sus líderes.
Cuando una colisión interna los haya desgastado y aniquilado, ninguna de las fuerzas supérstite
de la izquierda podrá resistir nuestra carga al poder.
P: Pero eso afectaría al país.
GAA: Así opinan algunas almas recoletas y aseguran los escritores del régimen. En cambio el
país no se perjudica en su ritmo histórico porque los conservadores no seamos ciudadanos sino
subditos, animales de carga pública. Pero además ese pequeño interregno de caos es necesario
para provocar un subido y violento regreso al orden. Sólo así se posibilita una nueva etapa
creadora. Este país debe ser fundado otra vez, transformado de faz y de raíz, porque la república
liberal lo ha desorganizado moral y socialmente, en su economía y en su espíritu. Por eso no
nos seduce por ahora un precario acuerdo de partidos, el fallido y desesperado proyecto de
hacernos convivir en zonas epicenas de centro. Las dolencias nacionales de hoy no se curan

216 El porvenir del pasado


con emplastos sino que requieren una cirugía de hierro. Esa cataplasma verbal concentracionista
transformaría el absceso en gangrena. Ha fracasado el postrer empeño de los políticos centristas.
Mejor que así sea. Todo lo ambiguo en la política contemporánea es interinidad. Ahora vamos
a definirnos y a ubicarnos, porque no hay puentes levadizos entre el orden y la revolución.
Sabemos que sobrevendrán unos pocos años azarosos de caos, prestos a afrontar el ígneo fluir
de los acontecimientos. Hay que seguir la lógica de este destino tremendo. Alguien decía que no
se puede ser un incendiario profesional con alma de bombero...
P- ¿Qué dice de las Derechas'.'
GAA: P a r a el próximo número hablaré sobre los prospectos tácticos y programáticos del
movimiento. Por ahora me basta advertirle que a mi parecer el conservatismo en el poder
tendría que aplicar el programa político y social de las derechas. Somos necesarios e inevitables.
Nosotros debemos prepararnos para entrar a caballo en la historia y participar en la agonía de
los creadores.

Álzate en Pensilvania, ¿qué haces tú 9 .


La vida se encargaba de darle la razón a Álzate; o mejor, la vida se le ponía a tono con
lo que decía. Días después de su entrevista célebre, el sábado 18 de octubre, Álzate,
junto a Londoño y Londoño, se trasladó a la población caldense de Pensilvania, un
municipio donde los liberales apenas eran noventa, con el propósito de presidir otra
de las tantas conmemoraciones que constituían la resistencia del conservatismo
local: e l ceremonial del luto. Esa vez se homenajeaba al general José Domingo Flórez.
Los dos dignatarios del conservatismo departamental fueron recibidos a la entrada
del pueblo por una cabalgata de jinetes embanderados, que con dificultad se movilizaba
entre una multitud que los vivaba. El color azul de que estaban vestidas las damas
partidarias le daba a la fiesta solemnidad. La muchedumbre se congregó en la plaza
principal, donde se alternaron los discursos tanto de los visitantes como de los
anfitriones. Se trataba no sólo de un evento político que reunía a los conservadores
de Pensilvania. Hacia esa población se habían movilizado conservadores de
Marquetalia, Manzanares, Samaná, Marulanda, Guayabo, Fresno y Florencia, para
no mencionar sino las delegaciones más numerosas. El clima en que se desarrollaba
la fiesta fúnebre era tenso por el tenor que le había puesto el joven nacionalismo
regional a la disputa política y por los recientes acontecimientos de sangre ocurridos
con el conservatismo en la región. El aire estaba enrarecido. Hacia la zona, el régimen
liberal había desplazado pelotones del Ejército y la Policía para prevenir los desmanes
conservadores. Días antes, advertía El Espectador: "Entre los liberales del vecindario
hay con este motivo un gran temor de que puedan ocurrir graves desórdenes, y quizá
sucesos lamentables, pues en la actualidad la situación que allí reina no es de completa
tranquilidad" 119 .

En horas de la noche se llevó a cabo una retreta frente a los balcones de la casa donde se
hallaban hospedados Álzate y Londoño. En medio del jolgorio, Londoño llevó la palabra.
La fiesta continuó al día siguiente. El descanso dominical corrió por cuenta del evento
conservador que se celebraba. En la tarde tuvo lugar el acto central de la conmemoración:
la exhumación de los restos mortales del General Flórez y su traslado al nuevo cemeterio
de la ciudad. Para tal propósito se llevó a cabo un solemne desfile que recorrió las
principales calles de la población, y se detuvo en la casa donde se hospedaban Álzate y
Londoño. Empezaron los discursos. Primero habló don Tomás Mejía, dirigente del
conservatismo de Aranzazu, que llevaba de esa población a Pensilvania el estilo y la
7777
Citado por La Patria, octubre 20 de 1936. p. 1.

El porvenir del pasado 217


novedad del nuevo discurso nacionalista que apenas hacía unos días su municipio había
presenciado: "Traigo de Aranzazu, ciudad martirizada, un saludo para vosotros y un
homenaje a la memoria de vuestros héroes. No os voy a decir un discurso, porque yo soy
un embajador sin palabras. Sólo os pido que como postrer homenaje a los héroes
desaparecidos levantéis el brazo en alto haciendo el saludo romano, saludo con el que
Benito Mussolini y Adolfo Hitler contienen el comunismo ruso y salvan el espíritu
católico del mundo"120. Enseguida llevó la palabra Álzate. A su cargo estaba la parte
protocolaria, por eso leía un discurso que exaltaba la raza y la tierra en el mejor estilo
de Barres; de repente, como en un santo y seña, alguien vivó al Partido Liberal al
tiempo que se iniciaba una balacera. O, como lo narró después él mismo: "Al rematar
un periodo severo y noble, sobrevino la interrupción trágica, las descargas que abrieron
un paréntesis de seis cruces en la oración"121. Da cuenta la crónica del pánico del que
fue presa la multitud conservadora, víctima de descargas de los revólveres en manos de
liberales. Los resultados fueron seis muertos conservadores: "Todos a bala y la mayor
parte presentan las heridas por la espalda". Y ocho heridos: "todos con balas de la
policía. Ningún herido hay liberal, lo que indica por sí sólo lo villano y sorpresivo del
ataque" 122 . Y escribe el cronista de La Patria que mientras "ocurrían los sucesos,
Gilberto Álzate Avendaño no abandonó por un momento el balcón desde donde hablaba,
buscando desde un sitio eminente orientar a los conservadores en la defensa y evitar el
desconcierto"123. Los dignatarios emitieron un comunicado que terminaba así: "Nos
demoraremos hasta sepultar las víctimas y lograr la plena reorganización moral de
nuestras masas. El conservatismo está sereno, pero consumido de indescriptible cólera"124.
Por supuesto, era una tragedia política considerable que la prensa partidaria resaltó.
Con tal noticia abrió edición La Patria el lunes 19 de octubre. El titular cubrió todas
las columnas de la primera página, que traía, además, la fotografía de Alzate : "El
Gobierno de Caldas se ha manchado con el más negro crimen oficial. La policía y el
resguardo masacraron el pueblo de Pensilvania ayer tarde". Un subtitular: "Villanamente
fueron asesinadas por la espalda seis conservadores y heridos muchos más, niños y
mujeres". Y un amplio sumario:

Se trata del más cobarde y alevoso crimen realizado en nuestro departamento. El secretario de
gobierno, faltando a su palabra y a su condición obligada de caballero, mintió a Fernando
Londoño Londoño y Gilberto Álzate Avendaño. —Se desplegó ejército, policía, bandoleros de las
r e n t a s d e p a r t a m e n t a l e s y policía b a r r e r i s t a de Armenia, para asesinar al conservatismo
indefenso. -Terrible despacho acusador de Álzate Avendaño y Londoño Londoño. "Enjuiciaremos
al gobierno por este espantoso asesinato cometido con perfidia y engaños", dicen. -Detalles que
precedieron a la matanza. Se pide el acuertelamiento de la policía. —Hoy deben ser sepultadas
las víctimas. -Todos los muertos y heridos son conservadores. -Todos los detalles.

En la misma primera página y en recuadro los editores del periódico incrustaron


una columna con el siguiente titular: "Asesinos, asesinos, gobierno asesino!!!". En
uno de sus apartes se leía: "El partido conservador queda notificado por la última vez
de que no puede presentarse inerme en las plazas públicas. Pero hasta cuándo Dios
mío, diremos por la última vez"125. Pero, además de este despliegue, la otra mitad de
la primera página se compartía con el desenlace de los acontecimientos de la guerra
civil española que se presentaba en igual tono y trascendencia: "A más tardar dentro
de 3 días se hará la entrada a la capital. Declaró el Gral. Mola ayer. Formidable
triunfo rebelde".

'-"La Patria, octubre 22 de 1936. pp. 1-2.


'-' Ibid., octubre 21 de 1936, pp, 1 v 5.
7777
Ibid.
•-" Ibid.. octubre 19, p. 4.
77
Ibid.
'-' Ibid.

218 El porvenir del pasado


Mitad de la página dedicada al dolor y mitad a la felicidad, tristeza por lo de adentro
y alegría por lo de afuera. La dirigencia conservadora nacionalista de Caldas tenía
interiorizado el proceso español a tal punto que lo consideraba parte componente del
proceso colombiano. Ambos eran una misma cosa, les salía espontáneamente en
medio de la ira o la felicidad. Silvio Villegas escribía a propósito de los acontecimientos
de Pensilvania:

El llamado gobierno colombiano de Colombia no es sino una pesadilla peligrosamente armada,


como el señor Azaña, contra el cual luchan bravamente, cumpliendo con su deber, los legionarios
de Franco, Mola y Quiepo del Llano. Nuestro deber es luchar por todos los medios permitidos
por el gobierno, es decir fuera de la ley, porque se restablezcan la libertad y la justicia 126 .

Abel Naranjo Villegas, otro de los ideólogos de Haz Godo, escribía:

La realidad universal es de un dramatismo insurgente, somos poco aficionados al patetismo


pero cuando las izquierdas se internacionalizan p a r a a r r a s a r el contenido h u m a n o de los
Estados tenemos ya un oficio que es el de mirar adelante de ellos internacionalizándonos
también para escoltar los principios normativos asociando si es preciso la escenografía de otras
latitudes. Nuestras gentes saben que es una misma la causa de Mola y la de Laureano Gómez
o Pedro J. Berrío. Han captado sutilísimamente ese sentido de orientación histórica que los
capacita para escuchar con ardorosa mística lo mismo una arenga de Cabanellas o un discurso
violento de nuestro gran jefe127.

El mismo Álzate, poco después, cuando se anunció la reconquista de Madrid por


los nacionalistas, escribió - n a d i e mejor que é l - el editorial de La P a t r i a con el
titular "La España resurrecta". Era como si escribiera sobre lo que en Colombia
estaba pasando. Haciendo justicia a la lucha contra la República, anotaba: "A la
postre, el pueblo se endereza y aniquila a los facinerosos acampados en el poder.
Entre más tiempo se aplace la empresa r e s t a u r a d o r a , mayor dolor apareja" 128 .
Sacando lecciones de la guerra civil española, agregaba:

Porque los políticos de derechas fueron incautos y plegadizos en los primeros años de la
república, porque el ejército estuvo en un inicial balanceo dubitativo, porque la burguesía
pusilánime se hincó ante los nuevos amos, se hizo preciso que los legionarios de Franco
recorrieran como bestias épicas, entre escombros, los desolados páramos castellanos 129 .

El triunfo del nacionalismo español, la derrota de la República, caía como bálsamo en el


espíritu conservador caldense. La estrategia estaba cubierta, además, por una amenaza,
una advertencia para el adversario liberal-comunista. En la popular iglesia de Santa
Rosa en Cali se llevó a cabo un te Deum por el triunfo de las armas nacionalistas
españolas, que Diario del Pacífico justificó: "Ese triunfo del general Franco significa
la victoria de la civilización cristiana sobre la barbarie" 130 .
Empero, la dicha fue pasajera. José Antonio Primo de Rivera, jefe de la Falange
española, el admirado e imitado guía espiritual por excelencia, fue condenado a muerte
por un tribunal de Alicante. El 20 de noviembre fue fusilado contra un muro de la
cárcel. Fue un golpe duro para la sensibilidad de extrema derecha en Colombia.
'Rubayata' exclamó en su columna: "nuestro corazón está grávido de dolor. Dios lo
tenga en su seno. Y los hombres buenos lo tengan como guías de venganzas" 131 .

716
Ibid., octubre 20 de 1936, p. 1.
l¿7
El Colombiano, septiembre 18 de 1936. p, 2,
''" La Patria, noviembre 8 de 1936, p. 3.
'-' Ibid.
7717
Diario del Pacifico, noviembre 10 de 1936, p. 5. El Colombiano, en un editorial de fin de año, consignó7 "La sangre, la lengua, la religión
y la historia nos unen a España, y por eso debemos estar pendientes de la Península y de sus experiencias". El Colombiano. 21 de
noviembre de 1936. p. 3.
771
Véase. "Guía de venganzas", en ""Periscopio", la columna de "Rubayata". El Colombiano, noviembre 21 de 1936, p. 3.

El porvenir del pasado 219


Primo era un icono, un paradigma: caudillo y hombre de letras, virtuoso de la acción
política, capitán de multitudes con vocación de poder y poder de convocatoria. Apenas
tenía treinta años y los muchachos godos de Colombia habían calcado de él la Fa-
lange española de las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalistas, las famosas JONS.
De esta organización tomaron formas y contenidos para los grupos criollos. Todo o
casi todo lo de Primo lo importaron. E importarán más, aun después de muerto,
cuando se conozca y se digiera en realidad toda su obra, que a partir de entonces
empezó a circular junto a los escritos de los nacionalistas criollos132. Como Primo, los
jóvenes nacionalistas colombianos habían sacudido al conservatismo, le habían
insuflado dinamismo y lo habían sacado a la calle, y, como él, se separarán muy
pronto, y se enfrentarán con los pares comunistas a puño limpio.

Hay que anotar, sin embargo, que el pensamiento de Primo de Rivera, aunque lo dijeran,
no podía ser adaptado, en este instante, a las condiciones colombianas! eran más sus
gestos guerreros que su ideario lo que ha debido cautivar a los conservadores locales
que a diferencia del sacrificado jefe de la Falange española no hablaba de partidos, no
reconocía a ninguno, apenas a la patria. Su discurso era abarcador e incluyente, así
estaba consignado en el concelebrado discurso constituyente de su movimiento:
El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un
anlipartido, sépase, desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas [...] sepan todos que nos
escuchan de buena fe que esas consideraciones espirituales caben todas en nuestro movimiento:
pero que nuestro movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupo o al interés de clase
que anida bajo la división superficial en derechas e izquierdas. / La patria es una unidad total en
que se integran todos los individuos y todas las clases: la patria no puede estar en manos de la
clase más fuerte o del partido mejor organizado. La patria es una síntesis trascendente, una
síntesis indivisible, con fines propios que cumplir: y nosotros lo que queremos es que el movimiento
de este día y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad
indiscutible, de esa unidad permanente, de esa unidad irrevocable que se llama patria 133 .

Para el país en que intervenían los nacionalistas colombianos, los lineamientos no se


acomodaban. Para un primorriverismo criollo faltaba que corriera el tiempo, pero su
muerte precipitaba tal proceso. Primo era una herramienta de ayuda para cubrir sus
propuestas de un aura popular que no por confesarse fascista dejaba de serlo. La emoción
de la muerte del ilustre falangista influía para que se escribieran cosas sugestivas:
Las masas tienen además de urgencias espirituales y afectivas apetencia económica. A los
sindicatos comunistas hemos de oponer los sindicatos católicos con pliego de servicios especiales
superior y justo [...] La extrema derecha o sea el fascismo adaptado a nuestras circunstancias
de cultura, raza y geografía, es la expresión de nuestro nacionalismo cimentado en el pretérito
y t e n d i d o al porvenir con un sincero temblor de ahínco [...] Somos el ala fascista del
conservatismo que erige el pecho en barricada para defender los símbolos de la república.
P r e t e n d e m o s hacer real el contenido social de n u e s t r a ideología tradicional, a t e n d e r al
proletariado y al campesinato con instituciones gremiales que lo liberten de la avidez de los
intermediarios y de la explotación de los prestamistas a la vez que les proponemos luchar por
la conservación y mejora de sus reliquias espirituales. Nuestro programa es de actualidad
palpitante y ha encontrado eco en la conciencia nacional 134 .

Ya en julio anterior, La Patria había dado cabida a un interesante artículo, del que
reproducimos algunos apartes claves para la comprensión del fenómeno que aquí
reseñamos:
777
Véase, el "Credo de la Falange", en La Patria, noviembre 22 de 1936, pp 1 y 7.
77
El Siglo, noviembre 19 de 1937. p. 3.
71
La Patria, noviembre 28 de 1936. p. 8.

220 El porvenir del pasado


Seguimos la revolución de la península con el más grande interés. Sabemos hoy mejor su
geografía que la del barrio en que vivimos. Los godos de la tertulia aseguran, con los puños
cerrados, que si triunfamos en España, volveremos al poder en Colombia antes de dos años.
Creemos sinceramente que el triunfo de los azules en España, vale más para nosotros que una
victoria electoral en elección de representantes a la Cámara. Y creemos también que si las
derechas se rinden, el directorio conservador debe decretar la abstención por cuatro años más.
Sólo ahora hemos venido a saber lo que nos parecemos a los españoles. Nuestra política tiene la
misma ubicación espiritual y geográfica. Hasta los políticos se parecen. Azaña es el propio Luis
Cano. Alcalá Zamora es idéntico a Abadía Méndez. Largo Caballero es un Olaya Herrera ilustre
e ilustrado. Madrid, Barcelona y Valencia es como decir Bogotá, Medellín y Barranquilla" 130 .

Los sucesos de Pensilvania tuvieron gran repercusión política, obviamente. La


estrategia conservadora de mantener a su militancia movilizada a través del ritual
de la muerte coincidía con u n a t r e m e n d a realidad. No se t r a t a b a de actos
preformativos, sino que la realidad se encargaba de propiciar el material para construir
un conservatismo mártir. El partido tenía además la cultura para sostener una
invención a todas luces fundamentada en su catolicismo y constatada en la vida
cotidiana. Toda la prensa conservadora concurrió a la solidaridad de partido, la primera
página y los editoriales abundaron el acontecimiento. Augusto Ramírez Moreno declaró
que el Gobierno estaba tratando al conservatismo como enemigo extranjero. Y,
realmente, así estaban las cosas. Colombia vivía en una situación psicológica de
guerra, una sensación de inseguridad se apoderaba de la población. La política se
desarrollaba desde la construcción del otro como enemigo, y este no estaba afuera, no
era un país vecino. Toda la energía nacional, o gran parte de ella, se gastaba, se
agotaba en la fabricación del odio, en la confrontación de colombiano contra colombiano.
La fragmentación del país en dos bandos estaba en su punto. Los hechos de Pensilvania
constituían la consolidación de una ingobernabilidad que tardará años en resarcirse.
Una parte de Colombia, que intempestivamente no era ya la mayoría, consideraba
al Gobierno ilegítimo, no tanto por no haber participado en las anteriores elecciones
presidenciales, sino por la persecución a la que estaba sometido el conservatismo.
Que las cosas reventaran por Caldas no era casual. Se trataba de un departamento
al que se le cambiaba violentamente el rostro de su electorado históricamente
constituido. Keith Christie, una voz neutral y especializada en lo que narramos, ha
descrito el fenómeno de la siguiente manera:

Los p a t r o n e s de votación empezaron a t e n e r un vuelco a nivel municipal en el periodo


posterior a 1930. Manizales se convirtió en m a r c a d a m e n t e liberal en 1930: otros distritos
cambiaron su afiliación política de modo más marginal. Pero tales cambios se llevaron a cabo
más ampliamente en los municipios del occidente donde los conservadores fueron de manera
progresiva perdiendo la ventaja electoral que poseían en los años veinte. Apía en el occidente
y Filandia, el único puesto de avance conservador en el sólidamente liberal Quindío, sufrieron
los cambios más dramáticos. Los conservadores fueron dominados de tal manera en Apía que
ni siquiera votaron en las elecciones municipales entre 1934 y 1937, siendo el nivel municipal
el único en que los conservadores dejaron de abstenerse durante estos años. Pero en general,
si se toman juntos todos los distritos del occidente, se ve que u n a mayoría segura de los
conservadores por 5.017 contra 3.511 liberales en las elecciones de 1923 para la Asamblea se
redujo a un pequeño margen de 8.460 sobre 7.299 en la elección presidencial de 1930. Siete
años más tarde, esta vez en elecciones para concejos municipales, la región había llegado a
ser claramente liberal con 12.755 votos liberales contra 6.702 conservadores 116 .

77
ífud.. julio 27 de 1936, p. 3.
717
Christie, Keith. Oligarcas, campesinos y política en Colombia. Aspectos de la historia socio-política de la frontera antioqueña.
Bogotá, Universidad Nacional. 1986. pp. 152153

El porvenir del pasado 221


Este mismo autor ha reconstruido, para beneficio nuestro, el papel desempeñado por el
coronel Carlos Barrera Uribe en la política y en la violencia liberales de la época del
joven Álzate que estamos rastreando. Se trata de un gamonal, soporte del liberalismo
en la región quindiana del viejo Caldas. A través de su parábola política se entrelaza la
relación delincuencia y política. Tal parábola contradice la relación entre el liberalismo
de los años treinta y la modernización. Tal vez se trate de su mayor contradicción y más
bien a través del personaje se comprenda el proceso dialéctico por el que estaba pasando
el Partido Liberal, que también lo era de gamonales. La importancia del libro de Christie
es que nos demuestra que en la aplicación de los mecanismos de intimidación política y
de los usos de la violencia la figura del gamonal es esencial: "Era siempre el gamonal el
que, por medio de un pesado trabajo, estaba generalmente mejor ubicado para decidir
cuándo y dónde debía emplearse esta clase de mecanismos"137, y el liberalismo tenía en
Barrera esa fortaleza en Caldas. Justamente, había sido Barrera el asesino de Clímaco
Villegas, una de las primeras víctimas conservadoras de la región convertida en mártir,
concelebrada, conmemorada y heroizada. En los reclamos en alto tono del conservatismo
caldense por los sucesos de Pensilvania, el nombre de Barrera salió a relucir por todas
partes y a él el conservatismo adjudicó la culpabilidad de los asesinatos. Y no era que
Barrera hubiera mandado a matar a Villegas, ni tampoco eran rumores o sospechas de
la oposición: Barrera le había herido mortalmente con dos disparos por la espalda el 18
de junio de 1935138. El régimen, lo mismo que el liberalismo, fue indulgente y solidario
con Barrera y, más bien, corrió en su defensa y legitimó sus actuaciones.

El adversario natural, el liberalismo, que se expresaba a través de su gran prensa,


culpó a los oradores de Pensilvania del fatal desenlace. Una estrategia no muy
afortunada por cuanto paralelamente a la concentración política de Pensilvania,
otra de similares características, sólo que en el bando contrario, se desarrollaba en
Bogotá: los liberales y lo que se denominaba el Frente Popular conmemoraban el
asesinato de Rafael Uribe Uribe. Los discursos, también en elevado tono, fueron
incluso transmitidos por las emisoras La Voz de la Víctor y la H.K.F. Allí, como debió
de haber sido en Pensilvania, hubo estridencias y "abajos" al conservatismo y a la
Iglesia. Y, sin embargo, no hubo Pensilvania.

El Directorio Nacional Conservador, que estaba integrado por Laureano Gómez,


Ospina Pérez y Augusto Ramírez, entre otros, emitió u n a declaración redactada
con el léxico en el que Silvio Villegas y Álzate Avendaño venían construyendo sus
textos de combate. El documento horadaba en lo que supuestamente era lo más
sagrado en la doctrina liberal:

No hay para los conservadores libertad de reunión ni libertad de palabra, y es un nuevo hecho
probatorio de que nuestros copartidarios sólo son tolerados como contribuyentes, que carecen
en absoluto de derechos políticos: y sabiendo, además, que sería absurdo esperar garantías y
justicia de la república liberal que trata a los nuestros como a enemigos extranjeros 139 .

El acontecimiento de Pensilvania realmente significó para el régimen un examen de


prueba. El Gobierno introdujo la censura, esa vez telegráfica. Los comunicados de
los opositores fueron interceptados, y los conservadores así lo advirtieron. La relación
liberalismo-libertades públicas continuó en entredicho. Y esa debilidad la trabajará
el conservatismo, dedicado día y noche a la estrategia de la sobrevivencia. La Patria
7,7
ibid., p. 169.
7777
Véase en detalle ibid.. p. 174.
7777
La Patria, octubre 22 de 1936. p. 1.

222 El porvenir del pasado


ya lo había señalado desde los días previos a la manifestación del cincuentenario en
Manizales, cuando respondió a las presiones de la prensa liberal para que se impidiera
tal celebración. En medio del análisis, el periódico manizalita anotaba:

Es claro que si a la oposición se le cierran todos los caminos legales tiene que apelar a la
acción directa, al tumulto, a la revuelta [...] Si el liberalismo no quiere tolerarnos las actividades
cívicas, apelaremos a la suprema terapéutica que necesitan las democracias enfermas: la
contrarrevolución del orden. El partido conservador no ha sido ni es una colectividad de
acción directa: quiere y acepta las soluciones de la libertad; pero tampoco renuncia al derecho
de defensa 140 .

La censura se ejercía también a través de multas a la emisora conservadora La Voz


de Colombia141. Así, el régimen liberal estaba herido en lo que era la naturaleza de su
propia ideología. En un editorial del otro periódico conservador de Manizales, La
Voz de Caldas, leemos:
La única razón de ser de la oposición conservadora ha sido precisamente la opresión liberal
contra las libertades públicas, contra la verdadera expresión democrática de la nación, contra
la misma dignidad el individuo. Opresión liberal y demagógica ha sido la pedrea contra La
P a t r i a , la clausura tropical de la radiodifusora La Voz de Colombia, la pedrea contra El
Deber de Bucaramanga, contra El Cruzado de Tunja, contra La Defensa y El Colombiano
de Medellín. Éstas son todas manifestaciones de la limitación de las libertades públicas y
políticas, son expresión de la violencia y contra ellas estaremos siempre así sea la demagogia
azul o la demagogia roja quienes la ejerciten 142 .

Y un poco más tarde, cuando terminaba el año, Laureano Gómez trató sobre la
democracia, otro de los conceptos caros para el liberalismo, poniéndola en entredicho:

Desde que asumió el mando el liberalismo, desapareció la democracia en Colombia. Hay demagogia,
pero no hay democracia. Hay vencedores y vencidos, opresores y oprimidos, gobierno de partido,
gobierno de Alfonso López para sus amigos y aduladores. Todo menos democracia, menos gobierno
de opinión, menos garantías para los conservadores a quienes se les niega el agua y el fuego143.

Hay que anotar, para terminar este aparte, que la estrategia del ritual funerario para
mantener en dinamismo su militancia se llevaba a cabo justamente en poblaciones
mayoritariamente conservadoras. No estaban los conservadores violentando poblaciones
liberales, no se las estaban tomando, hacían sus rituales de la resistencia con sus
copartidarios, entre su propia gente.

La Convención Conservadora en Caldas.


El 7 y el 8 de diciembre de 1936 se reunió en Manizales la Convención del Partido
Conservador. La intensidad política en la que había transcurrido el año 36 recargaba
el evento, lo cubría con un enorme manto de trascendencia. Esta Convención, aunque
departamental, tendrá u n a importancia nacional. Se t r a t a b a de uno de los
departamentos conservadores del país, desde donde se resistía a la liberalización del
electorado con mayor tenacidad. Se t r a t a r í a n problemas concernientes a la
confrontación entre la oposición y el Gobierno, como también a las confrontaciones
en el interior mismo de la colectividad conservadora. Los contenidos de ciertas cartas
que después de la Convención se harán públicas, contaminaban el ambiente.
17,1
Ibid.. agosto 8 de 1936. p. 3.
771
Ibid.
1477
La Voz de Caldas, diciembre 9 de 1936, p. 3.
7777
El Siglo, diciembre 13 de 1936, p. 3

El porvenir del pasado 223


Álzate, que iba en representación del municipio de Manzanares, fue elegido presidente
del evento. El joven político estaba en el mejor momento de su carrera! era arte y
p a r t e de las grandes movilizaciones del año. Presidir el magno evento del
conservatismo de su región era una muestra de legitimación y reconocimiento. Joaquín
E s t r a d a Monsalve, que representaba a la ciudad de Armenia, fungió como
vicepresidente.

La Convención Departamental no se reunía desde agosto de 1935. Apartir de entonces


la situación política había empeorado. El balance pormenorizado de los 42 delegados
representantes de cada uno de los municipios del departamento era dramático. Vale
la pena valemos de las memorias de uno de los protagonistas de este evento para
abundar más en el contexto:
Los miembros del directorio departamental conservador, doctores Fernando Londoño Londoño,
Eudoro Galarza, y el que esto escribe, nos trasladamos a Bogotá para poner en conocimiento del
gobierno aquellos hechos delictuosos y otros de no menor gravedad. En conferencia con el señor
presidente le relatamos en la forma más descarnada y realista posible, la situación que se vivía en
Caldas: hicimos hincapié en el hecho insólito de que a nuestro departamento y, especialmente a
la provincia de occidente, se habían enviado desde Bogotá comisiones de catequización liberal,
presididas por un senador de apellido Torres, boyacense, las cuales recorrieron la comarca dando
instrucciones sobre el sistema para liberalizar una región conservadora. Así habían hecho en
Boyacá, realizando esta propaganda en forma violenta, en una región donde solamente una
pequeña población, Quinchía, se mostraba de filiación liberal, y cuyas mayorías siempre fueron
respetadas por los gobiernos conservadores 144 .

Nada resolvieron López ni su ministro de gobierno, que se desplazó a la región para


estudiar in situ los reclamos de los altos dirigentes.
La militancia se quejó de persecución, de ultraje, de fraude y coacción para impedir el
acceso a las urnas. Denunció también el abuso de poder, lo mismo que los asesinatos
colectivos e individuales. Los conservadores llegaron a la conclusión de que las puertas
de la intervención legal en la política nacional y regional se habían cerrado y se
autodeclararon "auténticos emigrados en el interior"145.
Después de escuchar a todos los delegados, la Convención ratificó la política de abstención
electoral. Álzate previno al partido de los peligros del "quietismo" y llamó a una abstención
beligerante. Silvio Villegas fue la figura de la Convención. Su intervención fue
interrumpida en varias ocasiones con ovaciones. El delegado Gabriel Rojas Arbeláez
señaló que no era suficiente con los periódicos como medio de propaganda por llegar
estos tan sólo a las élites, y como parte complementaria propuso la hoja volante, el
cartel, el libelo que llegara hasta la última vereda. Declaró que "a la vertiginosa propa-
ganda comunista hay que oponerle la sistemática difusión de las ideas del orden. El
partido conservador es, por encima de todo, un movimiento contra-rrevolucionario que
aspira a disputarle sus masas a las izquierdas"146. Para que no quedara duda al respecto,
la Convención emitió una proposición del siguiente calibre:

La Convención conservadora de Caldas reunida en Manizales hace pública su impresión de júbilo


por el espléndido avance de las fuerzas nacionalistas españolas que al mando del general Francisco
Franco realizan en la madre patria la más heroica movilización contrarrevolucionaria que haya
contemplado Europa en los últimos años, y declara enfáticamente que sólo la organización
vigorosa de los partidos de orden logrará contener la revolución comunista y atea 14 '.

774
Ocampo, Francisco José. Memorias inconclusas de un amnésico. Bogotá. Editorial, Cosmos, 1979, pp. 157-158.
7 77
La Patria, diciembre 7 de 1936. pp. 1 y 8.
7777
Ibid.. diciembre 9 de 1936. p. 4.
Ibid.. pp. 1 y 7.

224 El porvenir del pasado


La Convención eligió un nuevo directorio departamental conformado por Gilberto
Álzate Avendaño, Francisco José Ocampo y Fernando Londoño Londoño, quienes a
su vez quedaron comisionados como delegados a la Convención Nacional a reunirse
en enero del siguiente año en Bogotá. Como quien dice, los nacionalistas se tomaron
el partido en Caldas. Finalmente, los convencionistas desfilaron ante la tumba de
Clímaco Villegas, depositaron una corona de flores, guardaron cinco minutos de
silencio, y se comprometieron a seguir recogiendo fondos para erigirle una estatua
en su honor y en el del partido. Se reunieron luego en El Casino para brindar "por el
bienestar personal de cada uno de los asistentes y por el glorioso futuro del
conservatismo de Caldas"148.

Por supuesto, La Patria saludó la elección de Álzate en su editorial: "encarna


plenamente los anhelos de renovación política de la juventud derechista de Colom-
bia; él ha sabido remozar nuestra savia tradicionalista con la uva retinta de Italia,
con los viñedos germanos o con los copiosos lagares de jerez y de Burgos" 149 .

Días después se publicó un amplio informe sobre las conclusiones de la Convención,


que recogió la recomendación de Álzate en el sentido de darle a la abstención un tono
beligerante. Por eso, se entendía la creación de todo aquello que contribuyera al
entrenamiento del partido como una organización militante: más mística, más
disciplina, más periódicos, más medios, y, ante todo, crear organismos de defensa:
brigadas de choque "disponibles en la hora necesaria" para rechazar "eficazmente el
atropello del enemigo político"150.

Se trazaron directrices para una meticulosa organización del partido, de tal manera
que cubriera en detalle la marcha de las actividades partidistas de abajo hacia arriba,
es decir, desde las veredas remotas hasta la capital del departamento. Los inspectores
de provincia estarían al pie de esta iniciativa y su trabajo sería remunerado. A la
política laicizadora del régimen liberal los conservadores caldenses opusieron una
agresiva política de resistencia:

P a r a oponernos a la instrucción comunista del pueblo, obra que realizan la prensa izquierdista,
las imprentas oficiales, el magisterio, el gobierno y los agitadores extranjeros, nos proponemos
p e n e t r a r i n t e l e c t u a l m e n t e en la m a s a . N a d a podrá oponerse a la movilización de las
inteligencias conservadoras. La intelectualidad tiene que convertirse en u n cuerpo docente
y apostólico. Las reuniones obreras de carácter ilustrativo, la repartición gratuita de folletos
doctrinarios, las hojas volantes, la desanalfabetización, las conversaciones cotidianas sobre
las ideas, deben promoverse en todo tiempo y lugar 151 .

En la resistencia a la política de modernización de los liberales en el poder, los ecos


del México cristero estaban presentes. Pero, sobre todo, estaba también presente la
asociación histórica en Colombia de liberalismo y comunismo, que desde el siglo XIX
afilaban los intelectuales de la Iglesia y del Partido Conservador. No era casual, por
eso, que los jóvenes conservadores, acostumbrados a identificar liberalismo con pecado
y masonería, le asociaran en esos momentos el comunismo. Y sucedían cosas curiosas,
que el conservatismo no tenía en cuenta porque a lo mejor iba en detrimento de su
estrategia. Por ejemplo, el matrimonio por la Iglesia del ministro de educación y
precandidato presidencial Darío Echandía, realizado el 2 de agosto de 1936. Decía la
misma prensa conservadora que cubría la noticia, que Echandía se había confesado,

7
ibid.
7
Ibid., p. 4.
7
El informe completo puede verse en La Voz de Caldas, diciembre 11 de 1936. p. 4.
Ibid.

El porvenir del pasado 225


que la bendición de la boda la había hecho Luis Concha Córdoba y que a la ceremonia
nupcial había asistido la corte de Palacio con Presidente a bordo152.

Más aun cuando los comunistas estaban apoyando al régimen y este necesitaba de
ellos. Fieles a la geografía económica de su región, los conservadores caldenses pusieron
énfasis en sus campesinos:
La difusión ideológica de la doctrina hay que efectuarla especialmente sobre las gentes del
campo. En Caldas mora el labriego ejemplar. Por su espíritu de trabajo y su dura cohesión
católica, ha mantenido a raya la infiltración comunista. Aislado por virtudes autóctonas, es él
quien mejor convive con el sacrificio y el desamparo a que lo avoca una política tributaria intensa
y un peligro de expropiación agraria por las injustas leyes del gobierno. El liberalismo lo lisonjea
y engaña, para entregarlo presto al comunismo. El campesino caldense debe ser anticomunista 163 .

Continúa la elaboración de la estrategia de combatir dos enemigos a la vez: liberales


y comunistas, aunque lo que va a prevalecer es el anticomunismo, que redundará en
desmedro de los conservadores mismos por cuanto los aislará de las masas urbanas:
[...] se impone la obligación de acercarnos a la masa rural para disciplinarla al servicio de la
causa. Debe ser una comunión espiritual, verbal y escrita. Para llevar a cabo la última importa
crear en todas las provincias un servicio de mimeógrafos a fin de i n u n d a r las veredas de
efectiva propaganda. En todo caso, combatir cotidianamente la enseñanza materialista y atea
que está corrompiendo a las clases campesinas 154 .

En el informe se advierte la influencia del núcleo nacionalista en desmedro del


tradicional. Definitivamente, la juventud conservadora, aunque reconoce del viejo
esquema ideológico la tradición y la religiosidad, apela al novísimo ideario en boga:
"nuestro partido resume las más nuevas orientaciones de los partidos de derecha,
quiere saturar de principios y emociones todas las clases sociales, con una apasionada
voluntad dominante" 155 .

Como habrá advertido el lector, una de las características de los jóvenes conservadores,
que iba incluso contra ellos mismos, era su vocación mesiánica: creerse salvadores.
Los esfuerzos que invertían en esta tenaz cruzada que, no obstante su juventud, los
desgastaba, iban en desmedro de esfuerzos que hubieran podido dirigirse hacia el
planteamiento y la resolución de los problemas sociales que afectaban de veras a la
población colombiana.156

No hay enemigos a la derecha : un acto de habla afortunado.


El 10 de diciembre, cuando todavía olía a convención, Silvio Villegas escribió el editorial
de La Patria : "No hay enemigos a la derecha", que cubría la página tres. Era una
especie de parodia extraída de la expresión de Waldeck Rousseau: "Jamás veáis ningún
enemigo a la izquierda", que Silvio Villegas invirtió. Pero era también una expresión
que se venía pronunciando de boca en boca en los rituales conservadores de la
conmemoración. En la primera y segunda páginas de la misma edición, un titular
llama la atención: "Cartas cruzadas entre el Dr. Aquilino Villegas y el director de La
Patria". No eran cartas comunes y c o m e n t e s : contenían nada menos que la
desautorización y desaprobación por parte de Aquilino Villegas a los jóvenes nacionalistas:

77,2
El Siglo, agosto 3 de 1936, p. 1.
"" Ibid.
57
Ibid.
155
La Patria, diciembre 11 de 1936. p. 3.
VM
Véase a este respecto

226 El porvenir del pasado


Vengo leyendo, ya con demasiada frecuencia, en las páginas de La Patria, y en la página
editorial, artículos absolutamente contrarios a la doctrina conservadora, en favor del fascismo,
en contra de la democracia, en favor de la DICTADURA, así como suena, en contra de la
LIBERTAD, así como suena, en favor de una AUTORIDAD ilímite, en contra de LOS DERECHOS
DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO, así como está escrito. Y lo peor de todo es que aquellos
escritos están firmados por mozos inteligentes, que piensan y saben escribir, como Echeverri
Herrera y Estrada Monsalve. Ellos dicen que SON conservadores, pero ustedes saben que NO
PUEDEN ser conservadores con semejantes ideas. Ellos, dentro de su conciencia, saben que
NO SON conservadores, pero están a nuestro lado viviendo de nuestra vida y royendo nuestra
doctrina como un gusano interno. 157

Y continuaba la extensa carta, que era un alegato ideológico más en secreto, pero que
las presiones políticas convirtieron en público justamente cuando había finalizado la
Convención regional, a la que no concurrió el republicano Aquilino Villegas. Era el
punto de llegada de una disputa que tenía ya años. Aquilino no sólo les permitía la
discusión sobre el relevo generacional, sino que también les garantizaba el desarrollo de
la polémica ideológica. El triunfo del sector nacionalista en la pasada Convención
departamental fue utilizado por Silvio Villegas, director de La Patria, para sacar a la
luz la discusión. Ahora que Aquilino daba papaya- 'Yo creo que ustedes prudentemente
debieran con toda cortesía liquidar aquellos escritos, o liquidarme a mí." La Patria
decidió liquidar al republicano, liquidarlo púbbcamente. Al contrario de lo que aspiraba
don Aquilino, el director del periódico le contestó reafirmando las tesis nacionalistas
que, además, ya no tenían nada de improvisación; hacía quince años, por lo menos, que
los Leopardos habían irrumpido en la palestra política y desde entonces no habían
cesado en sus propósitos ideológicos. Así contestaba Silvio Villegas:

Lo que ha fomentado en nuestro sentir una tendencia derechista en la juventud de Colombia, ha


sido la intensa propaganda comunista de los últimos años. Si el comunismo no llega a ser nunca
un peligro perentorio, todo aquello no pasará de ser u n ejercicio retórico que abandonarán
nuestros amigos con los años y con la convivencia republicana. Una ideología democrática puede
luchar eficazmente contra otra: pero al comunismo que no tiene más ley que la violencia no
podrá oponérsele eficazmente sino los sistemas adoptados por Mussolini en Italia y por Franco en
España. Históricamente el fascismo es posterior al comunismo. El fascismo no es sino la reacción
nacional contra la amenaza comunista. Siempre la anarquía engendró el cesarismo. La cirugía es
un delito en los organismos sanos. Pero en los tejidos enfermos es imposible prescindir de ella1,778.

"Jugué y perdí", replicó don Aquilino, y agregó:


No es este el primer sacrificio ni el último que yo le haga al partido conservador tradicionalista,
democrático y republicano. Ustedes son los amos del periódico y dueños de acoger lo que les
plazca, tanto mas si creen que al comunismo o dictadura roja es necesario oponer el fascismo o
dictadura blanca. No puedo quejarme aunque crea que no es bueno curar la lepra inyectando
tuberculosis [...] Yo lamento profundamente perder p a r a el conservatismo tradicionalista
exclusivamente, un órgano como La Patria, entregado hoy, en buena parte, a la propaganda
dictatorial: me duele profundamente, lo confieso, y por eso jugué la única carta que tenía en mis
manos, y perdí. Hay que buscar otro camino para servirle a las ideas, que ningún interés ni miedo
alguno deben hacer palidecer o eclipsarse 159 .

Se configuraba así un hecho noticioso político relevante. Si bien la Convención de


Caldas había tenido repercusión importante, el artículo "No hay enemigos a la
derecha" y el intercambio de cartas entre los dos Villegas de Manizales hicieron que
7
ibid. diciembre 10 de 1936. pp.l v 2.
"•' Ibid.
'"" Ibid.

El porvenir del pasado 227


el evento comunicativo que se construía tuviera una perlocución considerable. Se
trataba de un acto de habla afortunado. Toda la prensa se implicó, salvo leve silencio
de El Siglo. El liberalismo republicano aprovechó semejante oportunidad para
caerle también a la juventud conservadora. La gran prensa liberal rodeó a don
Aquilino y lo equiparó al republicano Eduardo Santos, que se comportaba con los
liberales de izquierda de la misma manera como Aquilino con los de extrema
derecha 160 . Manuel Mosquera Garcés, alto dirigente de Derechas, se expresó
enfáticamente: "¿Qué diferencia ideológica fundamental hay entre Aquilino Villegas
y el Director de El Tiempo, cuando en este mismo periódico se ha afirmado que
Villegas es un liberal descarriado? Que se unan los conservadores-liberales al par-
tido liberal, y que se llamen así, con el nombre que les corresponde." 161 .

El diario liberal La Razón, que decía ser "el reflejo auténtico de la vida colombiana",
que vio la luz pública el 18 de septiembre de 1936, para la defensa del liberalismo
republicano, pero como oposición liberal directa, y que estaba bajo la dirección del
liberal J u a n Lozano y Lozano, salió también al ruedo.

Su editorialista, el mismo Lozano y Lozano, escogió un léxico en extremo descalificador,


nada parecido a su fama de mesurado: juventudes enloquecidas, imaginación
calenturienta, liviandades políticas, ilusionados déla mística mussoliniana, agitación
bullanguera y romántica de derecha. Las posturas del director de La Razón eran las
mismas de Aquilino. Ambos profesaban el republicanismo! era como si fueran miembros
del mismo partido. Rastreando la historia política de Colombia, Lozano encuentra que
el país ha sido ajeno a las dictaduras, señala que en los casos en que hubo ese intento -
en Bolívar, en Meló y en Reyes, por ejemplo- el proyecto dictatorial había fracasado. Sí
coincidía Lozano con los filofascistas en su apreciación del comunismo, al fin y al cabo
su periódico más que refíejo auténtico de la vida colombiana, lo era de la oposición a
López, por las mismas razones que los nacionalistas se oponían a ese régimen. Como
ellos, anotaba: "Harto trabajo tenemos con el comunismo, que merced a una falsa
interpretación de lo que es izquierda se ha venido apoderando de las mejores posiciones
que existen dentro del obrerismo, para intentar crear uno nuevo por el lado derecho"162.
Pero se apartaba de aquellos cuando les quitaba piso a sus argumentos: "Se equivocan
los que se imaginan que un gobierno fuerte de izquierda o de derecha, sería la panacea
para nuestras desgracias nacionales"163.

Sin embargo, Lozano y Lozano era justo en considerar al adversario conservador en


franca decadencia. Al contrario de otros liberales no le abonaba criterios democráticos
a Laureano Gómez, opinaba que tanto en él como en los nacionalistas anidaba la
antidemocracia: "La mayoría de los conservadores, la inmensa mayoría, difiere de la
m a n e r a como el señor Laureano Gómez enfoca el problema político; pero el
conservatismo es disciplinado y se halla bajo el régimen de terror que le ha impuesto
su jefe"164. Como liberal de centro-derecha, Lozano se manifestaba preocupado por la
situación del conservatismo: "Ahora toma fuerza en el país un movimiento
antilaureanista de derechas iniciado por jóvenes intelectuales! pero ese movimiento
no está todavía bien orientado, y parece que en la convención conservadora
actualmente reunida se entregará al jefe del partido" 165 . Se trataba de la convención
que iba a reunirse en enero del siguiente año. P a r a Lozano la situación del
conservatismo se debía al demasiado tiempo en el poder, que implicaba la carencia
77777
Véase la gran prensa liberal del 12 y el 1.3 de diciembre de 1937.
7171
El Espectador, diciembre 12 de 1936, p. 7.
7,77
Véase, "El mito fascista y la democracia7", en La Razón, enero 18 de 1937. p. 7,
7777
ibid.
7777
Lozano y Lozano, Juan. "Hacia una política nacional" (carta a Gabriel Turbay). en La Razón, febrero l77 de 1937, p. 7,
7,77
Ibid.

228 El porvenir del pasado


de un hombre importante que pudiera reemplazar a Gómez. Coincidía Lozano con el
periodista 'Calibán', de El Tiempo. Ambos ponían en la misma bandeja a comunismo
y fascismo. El oráculo de El Tiempo culpaba a la violencia conservadora de haber
producido el hecho del acercamiento entre comunistas y gobierno liberal: "El frente
popular lo trajeron las campañas inauditas de los conservadores contra los liberales"166.
Y opinaba sobre la alharaca:

La consecuencia lógica de la valerosa actitud de Aquilino tiene que ser el retorno a la política
nacional, real y patriótica, que salve lo que aún puede salvarse del conservatismo histórico.
Volver a la política de moderación, aceptar el partido constitucional, colaborar en las soluciones
de los problemas que afectan a los colombianos, no sustraer al servicio de la nación capacidades
de primer orden, es el secreto de evitar los peligros que Aquilino señala y que está en la obligación
de ayudarnos a combatir167.

Así, La Razón y El Tiempo pescaban en río revuelto.


Las cartas de don Aquilino sirvieron para afrontar una polémica ideológica que de
todas maneras era soterrada. Por lo menos para aclarar posturas, para poner en
mejor punto de comprensión los conceptos a través de los cuales se expresaba la
política. Por ejemplo, se esperaba de Primitivo Crespo, el líder conservador del Valle
del Cauca, un alinderamiento a favor del repúblico caldense. Pero Crespo no se alarmó!
al contrario, medió. Opinó que no todos los fascismos eran iguales:
La Falange española o fascismo español no es copia exacta del italiano, pues José Antonio
Primo de Rivera, el caudillo joven asesinado en Alicante, supo insuflarle acentos nacionales
bien marcados. En el célebre credo político de la Falange se lee, por ejemplo: "Séptimo: La
dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles.
Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre". Nos parece que este
principio es inobjetable y que no se asemeja a la medrosa descripción de b r u t a l tiranía y
estrangulamiento de la libertad, que ve el maestro Aquilino en esta clase de movimietos, que
ante todo son nacionalistas 168 .

Justamente, Diario del Pacífico, ante el primer aniversario de Derechas, expresó


alborozo y se declaró simpatizante de sus ideas 169 .
Los así denominados y autodenominados nacionalistas también entraron en la
polémica a favor de Silvio. Sus réplicas a los contenidos de las cartas de don Aquilino
sirvieron para que reafirmaran y legitimaran sus postulados. Guillermo Camacho
Montoya destacó el carácter dictatorial del gobierno de Rafael Núñez y explicó que
no por esto había dejado de ser una "época de oro para Colombia"170. Camacho presentó
la prédica de los nacionalistas como la búsqueda de una nueva democracia.
Consideraba que el Partido Liberal había "guillotinado" el concepto que se tenía en
el país de democracia:

Antes de su advenimiento al poder no existían, entre nosotros, escritores que p e n s a r a n


antidemocráticamente [...] Nosotros pensamos que es más demócrata el gobierno de Mussolini o
de Hitler que el remedo de ensayo que hoy practica en Colombia el partido liberal [...] Hoy en
Italia o Alemania, o en España están representadas, con todo su pueblo, en los conductores de su
Estado. Esa es la verdadera democracia. Así entendemos nosotros la democracia: una aspiración
común, que en espiral de humo, se localiza en un hombre que interpreta sus anhelos 1 ' 1 .

1776
La Patria, diciembre 13 de 1936, pp, 1 y 4.
1777
íhid.
77777
Ibid.. diciembre 11 de 1936. p. 3.
77777
Diario del Pacifico, noviembre 12 de 1936, p. 3.
7777
La Patria, diciembre 16 de 1933. p. 3.
77
Ibid.

El porvenir del pasado 229


La aseveración de Montoya se construye en un contexto local en el que el liberalismo
está valiéndose de toda la maquinaria del poder para convertir a Colombia en un
país liberal. Si la conquista del voto de la manera agresiva como lo estaba haciendo
el liberalismo era la democracia, los conservadores tendrán razón para formular la
antidemocracia:
Hay que aceptar que quienes usufructúan la democracia son los aventureros de la política. Por
eso las grandes masas urbanas y campesinas (de nivel cultural como en Italia o Alemania)
creen en los hombres providenciales y toleran mejor la violencia de un dictador que la burla de
los políticos infieles. El dictador tiene la gallardía de saltar los obstáculos que se oponen a su
paso. La conducta del político es sinuosa y vacilante. Suele escudarse frecuentemente en una
representación usurpada. Si fuéramos a examinar microscópicamente el origen de la elección
de los actuales senadores y representantes estaríamos obligados a hacerles evacuar sus escaños
del congreso. Más de la mitad perderían la credencial, como resultado del malabarismo electoral,
que es uno de los sistemas que se derivan de la democracia 172 .

Las cartas de Aquilino Villegas no hicieron renunciar a los nacionalistas su aceptación


de las dictaduras: "pretenden poner armonía y justicia en el caos provocado por la
francachela de los falsos postulados. Los héroes que culminan dictatorialmente no
ejercen sus funciones por extracción personal, como el caso de Napoleón, sino en
nombre del partido o agrupación que los llevó al poder. Mussolini o Hitler gobiernan
al través del fascismo o del hitlerismo" 173 .

La P a t r i a y su director recibieron el beneplácito de pares de todo el país: El


Colombiano, La Tradición y Clarín, de Medellín! El Diario del Pacífico y El
Correo del Cauca, de Cali! La Razón, de Popayán! El Vigía, de funja! La
República, de Armenia! Afirmación y Derechas, de Bogotá, Voces, de Santa Rosa!
La Doctrina, de Pasto, Camisas Negras, de Bucaramanga. Continuaba la repercusión
en el destinatario positivo del mensaje de la juventud derechista. En medio de la algarabía,
La Voz de Caldas, periódico del conservatismo democrático, medió:

En lo que algunos han llamado derechas conservadoras hay jóvenes de nobles y avanzada
cultura mental, jóvenes de vigoroso espíritu y de amplio corazón, hay que llamarlos, no repelerlos,
atraerlos, no expulsarlos. Ellos representan el porvenir de la patria, son el patrimonio social y
político de la nación. Son escuadrones generosos de nobles ambiciones, movidos, con algunas
excepciones, por un amor profundo a su partido, cuyas doctrinas defienden en toda su integridad. 1 '"

De algo sirvió el escándalo. La P a t r i a tuvo que explicar, relativizar: "nadie ha


pensado en establecer en Colombia u n régimen fascista, porque esto sería
desconocer nuestra realidad política [...] Lo que predican propiamente las derechas
en Colombia es la urgencia de reconstruir el orden y la autoridad en un país
amenazado por la anarquía y el comunismo" 170 . En la misma dirección argumentó
Camacho Montoya ;

Sepa el doctor Aquilino Villegas y quienes lo acompañan en sus ideas, que el derechismo no
pretende importar directamente, y para su uso personal y exclusivo al fascismo italiano. El
fascismo en Italia es un fenómeno vernáculo, peculiarmente de allí. Pero el fascismo, como la
democracia, tienen ideas y aspectos de universalidad que son aplicados a todos los meridianos
y bajo todos los soles176.

ibid.
ibid.
La Voz de Caldas, diciembre 10 de 1936. p. 3.
La Patria, diciembre 16 de 1936. p. 3.
ibid.

230 El porvenir del pasado


Pero si la juventud nacionalista había importado algunas de las ideas y principios
que profesaba, era la polémica sobre la democracia. La manera de plantear su negación
de la democracia tenía que ver con las condiciones de Europa occidental en la primera
posguerra, Trasladar ese tratamiento negativo de la democracia a Colombia era
complicado. A los nacionalistas colombianos les servía por cuanto desde esa categoría
de análisis podrían combatir la democracia liberal, que de hecho perseguía a los
conservadores. La polémica sobre la democracia planteada por los nacionalistas desde
comienzos de los años treinta tenía en esta coyuntura un momento importante. Un
sector amplio del conservatismo la reclamaba como uno de los atributos del partido.
Y esto no lo podía ignorar el sector nacionalista. Laureano Gómez, por ejemplo, se
autodenominaba demócrata e incluso escribía que la única democracia que había
tenido Colombia era el Partido Conservador. Comparando la época actual con la
anterior, decía : "Todos los colombianos vivíamos en paz, había trabajo para todos,
había bienestar, había progreso" 1 ' 7 .

La palabra democracia estaba en el léxico que se seleccionaba como referente. Incluso,


desde La Patria se pronunciaba gente para la cual el concepto era un valor aferrado
a los significados de las guerras civiles donde los conservadores habían combatido
justamente por la democracia. Así lo hizo notar Gabriel Rojas Arbeláez en la
construcción de un diálogo imaginario con un veterano conservador:

El partido conservador en que tú y yo militamos es demócrata por principio y por tradición,


y es, muy en alto esa bandera, como espera dar las mejores cargas del porvenir. La democracia,
mi querido estropeado, es nuestro mejor ejercicio: pero para nuestros adversarios es una
reina de burlas a quien le escupen la cara. Si en el país rigiera la democracia podrías concurrir
libremente a manifestar en las plazas tu voluntad; no tendrías el peligro de la corrupción de
tus hijos; no pesarían tan duras cargas sobre tus hombros caducos; amasarías en tu hogar el
pan dulcemente, y podrías disfrutar de tu amor con imperturbable embeleso [...] Nosotros no
sólo creemos en la democracia sino que nos sacrificamos por ella: así lo acredita el pasado
belicoso y civil de la patria 178 .

La voz de Aquilino, como lo hemos expuesto, tuvo amplificadores potentes. No


solamente fue absorbida, asimilada y refutada. La solidaridad ideológica convirtió
los textos que escribía para continuar el diálogo del desencuentro en editoriales
de La Voz de Caldas y de El Siglo. El director del diario La Defensa de
Medellín, que escribió un amplio artículo, lo respaldó también

La resonancia de la polémica se debió a circunstancias concretas. Correspondía


a un momento de acumulación de tensiones que no se h a b í a n expresado
diáfanamente. Aquilino había sacado a flote una realidad: el Partido Conservador
estaba dividido. Existían dos corrientes opuestas: la tradicional y la fascista.
Casi en todas partes se expresaban por medios distintos y a través de ellos se
enfrentaban. En Medellín, La Defensa representaba el conservatismo tradicional
antifascista y se oponía a El Colombiano, a Tradición y a Clarín. A este
mismo fenómeno correspondía en Manizales La Voz de Caldas y La P a t r i a !
en Bogotá, El Siglo y Derechas! y así sucesivamente. El cruce de cartas entre
los Villegas removió significados que el conservatismo había construido y sostenido
por mucho tiempo. El trasteo que hizo Aquilino de un diario a otros desbrozó el
camino para que el reordenamiento de significados que el otro conservatismo, el
177
El Siglo, diciembre 13 de 1936. p 3.
7
" La Patria, diciembre 17 de 1936, p. 3,

El porvenir del pasado 231


s u p u e s t a m e n t e republicano necesitaba, continuara su curso: "Es preciso que la
convención de n u e s t r o partido que se r e u n i r á en el mes de enero, aclare
defini-tivamente esta cuestión, para que cese el equívoco"179, declaró el diario La
Defensa de Medellín, que respaldó también a don Aquilino.

Y t e r m i n a b a así el proceloso año 36. La convención de enero del año siguiente


t e n d r á como tema principal, en su agenda de trabajo, afrontar la definición
ideológica del Partido Conservador.

77
Véase. La Voz de Caldas, diciembre 22 de 1936, p. 2.
Gilberto Álzate Avendaño
y la secretaría general
Partido Conserva
IX

La dirección nacional del conservatismo llamó


al joven caldense para darle a la comunidad
una organización férrea, una disciplina única
y un vigor electoral extraordinario. Este acierto
de las directivas nacionales constituye a la vez
¡a m á s egregia de ¡as victorias del
conservatismo del futuro [

JOS tiempos que corrían


El proceso político del año 37 es clave para comprender de la historia del conservatismo
colombiano del siglo XX. Fue un año de apasionadas confrontaciones entre las dos
colectividades políticas, como también entre sus propias corrientes internas. Las dos
tendencias conservadoras terminaron divorciándose. Curiosamente, el proceso de
derechización de las juventudes del partido daba pie para que la corriente de Laureano
Gómez apareciera como la expresión democrática del mismo! más aun, que la hiciera
aparecer así la oficialidad liberal, donde también había divisiones, incluso tan
profundas como las del contendor histórico. Pero el tacto y el talento de sus grandes
líderes —López y Santos- para exorcizar las divisiones, les permitió conjurarlas y
potenciar al liberalismo como un partido coherente e invencible. Mientras, Laureano
era obsesivo, tirrioso y vengativo con quienes no le agradaban. Los jefes liberales
eran firmes en sus idearios, pero suaves en el trato! persuasivos y tolerantes, por lo
menos más tolerantes que el caudillo conservador. En la división liberal, el fluir de
las ideas estaba acompañado de una polémica que coincidía con un talante distinto
de los jefes nacionales para afrontar sus juventudes contestatarias. En el predio
vecino el garrote resolvía y dirimía los conflictos.

En 1937, Colombia era un eslabón en la cadena universal: fascismo, comunismo,


democracias occidentales atravesaban los discursos de la política. Ahora los conservadores
contaban, finalmente, con un periódico nacional que los ponía casi en pie de igualdad
con la prensa liberal: El Siglo. Aunque el conservatismo de entonces era un partido de
órganos importantes, su cobertura era más regional que nacional. La presencia de El
7
El Colombiano, junio 11 de 1937, p. 5.
Colombiano, La Patria y Diario del Pacífico, entre otros, le daba a la confrontación
un aire de reivindicación de la provincia.
La arremetida de los movimientos fascistas en todo el mundo estaba a la orden del
día. No sólo avanzaba el proceso político que en Europa llevaría a la Segunda Guerra
Mundial! en países de América Latina, como Brasil - p a r a dar un solo ejemplo—, el
integralismo, su corriente fascista, se perfilaba como una alternativa de poder que
sólo pudo ser contenida por la estrategia autoritario-popular de Getúlio Vargas con
la implementación del Estado Novo2.

El país y el mundo salían de 1936, año crucial en el ascenso del fascismo. En España
la guerra civil inclinaba cada vez más la balanza hacia los nacionalistas. Los
congéneres colombianos vivieron estos avances con triunfalismo. La juventud
conservadora siguió contando, además de su propia prensa, con el respaldo siempre
incondicional de La P a t r i a y de El Colombiano. Indistintamente los jóvenes
derechistas del occidente colombiano escribían sus artículos doctrinarios en uno y
otro periódico. Comenzando enero, por ejemplo, José Mejía Mejía trasladó su alegato
antiliberal y anticomunista de Jerarquía a La Patria. Al tiempo que realizó un
pormenorizado balance de los avances de las derechas en el año inmediatamente
anterior, analizó la situación interna del Partido Liberal. Mejía señalaba las diferencias
entre las dos tendencias del liberalismo: la de Eduardo Santos, que se expresaba en
la precandidatura de Olaya Herrera y la del presidente López que, según señalaba,
estaba influida por el comunismo a través del Frente Popular. Ambos partidos
tradicionales estaban divididos. De la manera como una corriente de extrema derecha
agitaba el interior del conservatismo, pareciera que una de extrema izquierda hiciera
lo propio en el liberalismo. Curiosamente, la democratización interna de ambos
partidos parecía fluir desde sus extremos.

El artículo de Silvio Villegas publicado el 10 de diciembre de 1936 en La Patria con


un nombre afortunado: "No hay enemigos a la derecha", pretendió conjurar la división
en el interior del Partido Conservador. Apuntaba a una estrategia de la juventud
conservadora para paliar las agrias disputas en ese partido, para ganar tiempo y
espacio. Entrado el nuevo año, en víspera de la Convención Conservadora, el artículo,
que se convertía en consigna, fue calando en la conciencia de esa colectividad. Será
la bandera con la que irrumpirá la juventud derechista en el magno evento. Al
respecto, La Patria, en el editorial del nueve de enero titulado "La consigna
salvadora", llamó a todos los conservadores y a todos los enemigos de la Revolución
en Marcha a cerrar filas en torno a ella. La factura de origen nacionalista significaba
zanjar la fuerte polémica en la que se habían enfrascado los Villegas de Manizales a
propósito del ultraderechismo que representaba Silvio en contra del conservatismo
republicano de Aquilino. La juventud conservadora tenía en Aquilino su principal
contradictor y obstáculo en su conquista de los puestos de dirección, adonde apuntaban
los dardos nacionalistas. A través de él los nacionalistas caldenses venían desarrollando
sus tesis de alternación generacional, y en vísperas de la Convención Nacional habían
obtenido su primer triunfo en la Convención Conservadora de Caldas, que había
escogido como directores del partido a Fernando Londoño Londoño y a Gilberto Álzate
Avendaño, los dos hombres más sobresalientes en las conmemoraciones de 1936. Al
ser abordado Álzate por La Voz de Caldas sobre su mayor preocupación como
delegado de Caldas a la Convención Nacional, declaró:

2
Véase al respecto 7 Fausto, Boris. O pensamiento nacionalista autoritario (1920-1940). Rio de Janeiro. Jorge Zahar Editor, 2001: Hélgio.
Trindade. Integralismo. O fascismo hrasileiro na década de 30. Sao Paulo, Difel, 1979.

234 El porvenir del pasado


La adopción y la práctica de la fórmula "No hay enemigos a la derecha" [...] el mantenimiento
de la abstención, como protesta y como táctica, no haciendo de ella un pasivo abandono o una
expectativa inmóvil, sino entendiéndola como una vela de armas para la conquista del poder.
Hay que formar ahora los cuadros de la restauración y suscitar en nuestras muchedumbres
una heroica voluntad de dominio; la organización de una oficina de prensa y propaganda,
anexa a la secretaría genera! del partido, para planificar la acción intelectual con la asesoría de
comités permanentes de expertos en cuestiones económicas, políticas y sociales 3 .

Así, en la víspera de la Convención de enero de 1937 el conservatismo padecía una


feroz lucha ideológica4.

A significados globales correspondían significados locales. Ignacio Rengifo acababa de


morir y los conservadores explotarán su recuerdo! ya eran expertos. El símbolo de
Rengifo estará en el trasfondo de la Convención. Los muros de la ciudad estaban
empapelados con invitaciones a sus funerales. La presencia de los altos dirigentes que
asistían a la Convención a los que se sumaron autoridades civiles y militares,
solemnizaron los funerales del controvertido dirigente conservador, que se celebraron el
3 de febrero en horas de la mañana, como un punto más de la agenda de la Convención.

La época de grandes y extremas confrontaciones que se vivía, hacía que los jóvenes
nacionalistas arguyeran a favor del occidente nacionalista y en contra del oriente soviético.
Replicaban cuanto en el mundo se dijese al respecto. Podían llegar a reconocer la calidad
de los líderes fundadores del régimen soviético, como en el caso de Lenin y Trotski, pero
cuando se adentraban en el comunismo colombiano la oscuridad se intensificaba:

En naciones sin cultura como la nuestra todo avance del comunismo marca un retroceso hacia
las formas rudimentarias de vida, hacia la época en que el hombre era t a n solo un salvaje
roedor de raíces. Su triunfo nos obligaría a volvernos picapedreros, y con la religión, la moral,
la libertad y la justicia desaparecerían todas las formas de arte, de belleza, de refinamiento, de
gracia y de sociabilidad que exaltan y magnifican la vida 5 .

Era la estrategia en pos de construir un 'nosotros' positivo y un 'ellos' negativo global


y local. Nosotros los civilizados, junto a los movimientos de extrema derecha de todo
el mundo, y ellos, los salvajes y bárbaros de la Unión Soviética, junto a los comunistas
criollos. El mito de la barbarie tenía entre los colombianos un episodio más. Era el
mito y el rito a la vez, uno seguido del otro, los dos simultáneamente en pro del
refuerzo ideológico que necesitaba el conservatismo todo.

La Convención de los conservadores se esperaba con ansiedad. De lo que pasaría allí


estaban pendientes liberales y conservadores de todas las corrientes. El semanario
Derechas abrió su edición del 28 de enero con el titular: "No hay enemigos a la
derecha! el enemigo está en la izquierda" 6 , para ponerle ambiente al esperado evento.
En orden descendente, aparecía otro titular, todo en mayúsculas, no menos sensual:
"Ramírez Moreno pide al Dr. Laureano Gómez se defina sobre las derechas". Era el
efecto de la presión de la base, que exigía una definición a raíz del carteo entre los
Villegas de Manizales. Escribía Ramírez:

Si nuestras juventudes quieren saber cómo pensamos y si nuestras masas necesitan saberlo,
si una convención muy próxima tiene el derecho de obligarnos a hablar, creo que es preferible

77
La Voz de Caldas, enero 27 de 1937, p. 1.
7
Véase, por ejemplo 'Periscopio', la columna de 'Rubayata' en El Colombiano, enero 22 de 1937, p. 3, donde el polémico intelectual, lista
en mano, divide a los conservadores entre derechistas y antiderechistas. Entre estos últimos destaca a Aquilino Villegas y a Gonzalo
Restrepo. La lista de los derechistas cubre la mayoría de los hombres ilustres del conservatismo. Curiosamente, Laureano Gómez no
aparece en ninguno de los dos lados polarizados.
77
Véase editorial 'El Paraíso proletario". La Patria, enero 16 de 1937. p. 4.
7>
Derechas, enero 28 de 1937. p. 1,

El porvenir del pasado 235


arrojarse de una vez a definir con claridad plenaria el concepto del Directorio sobre este
problema impertinente; y como no quiero eludir en forma alguna el cumplimiento de lo que
será mi último deber como jefe eventual, me apresuro a comprometerme para que la convención,
la juventud y el pueblo, sepan cómo piensa su obediente fideicomisario 7 .

Estaba planteado el problema. Ramírez Moreno, miembro del Directorio Nacional


Conservador, llevaría la vocería de las juventudes derechistas. Bajo su responsabilidad
reposaba todo el esfuerzo que el nacionalismo había puesto en meterle al conservatismo
el ideario y los métodos fascistas, como la orientación ideológica de nuevo tipo. Cartas
de los directorios regionales adherían a la fórmula de no hay enemigos a la derecha.
Desde la remota Santa Marta, la Convención del Magdalena le mandó decir a Álzate:

[...] las derechas de Colombia no pueden reducirse a una minúscula aspiración de minorías
intelectuales o juveniles, sino que deben ser u n a organización t o t a l i t a r i a de las fuerzas
conservadoras, regida por los que siempre han sido nuestros jefes naturales - e n t r e los cuales
Aquilino Villegas se destaca en Caldas- que haga frente a los vientos tártaros que socavarán la
cultura evangélica 8 .

Siete meses atrás - y a lo hemos dicho-, Álzate había terminado su carrera de Derecho
en la Universidad de Antioquia y estaba radicado en Manizales. Como ha quedado
expuesto, fueron años intensos en su vida juvenil! venía participando sin cesar en la
movilización política conservadora del occidente colombiano. Sus méritos estaban en
su capacidad de organizador político y esa fama la había labrado justamente en
Antioquia, adonde, según El Espectador, se dirigió en las vísperas de la Convención
Nacional a pedido del Consejo Supremo de Haz Godo para mediar a favor de las
derechas en la designación de delegados al evento próximo a realizarse en Bogotá.
Aquilino Villegas, que había seguido escribiendo contra las juventudes derechistas,
envió u n a carta al patriarca conservador general Pedro J. Berrío para solicitarle su
reacción ante la 'fascistización' del partido en que estaba empeñada la derecha juvenil.
Aquilino y La Defensa, de Medellín, llamaron a la militancia a manifestarse con-
tra los intentos de tomarse la dirección del partido por parte de los jóvenes fascistas!
sin embargo, su convocatoria no tuvo éxito. Pero el affaire de los Villegas continuaba,
se desarrollaba, tenía nuevos episodios. Gonzalo Restrepo Jaramillo, director de
Tradición, renunció a la dirección de la revista:

Obedece mi retiro al hecho de que habiendo tenido la revista en su primera época una completa
unidad doctrinaria, aparece en sus últimos números afectada por el caos de ideas de estos
m o m e n t o s que vivimos. C u a n d o yo sigo s o s t e n i e n d o los p o s t u l a d o s d e m o c r á t i c o s del
c o n s e r v a t i s m o colombiano, otros de sus colaboradores, dignos de toda consideración y
acatamiento, enrumban la revista hacia una ideología autoritaria, que no está de acuerdo con
mi modo de pensar 9 .

Mala cosa para la derecha antioqueña, que se aprestaba a intervenir en el rito


conservador de Bogotá que, a su vez, tenía como tema principal de la agenda la
discusión sobre el problema de las derechas fascistas, pero buena cosa para el sentido
que le daba la derecha a la fórmula no hay enemigos a la derecha.

7
ibid,
8
Ibid., p. 5.
9
Véase El Espectador, enero 19 de 1937, p.

236 El porvenir del pasado


La Convención Conservadora de enero
El sábado 30 de enero, a las once de la mañana, y como siempre, a puerta cerrada y
en completa reserva, comenzó en la Casa Conservadora de Bogotá la primera de las
convenciones conservadoras del año, que iría hasta el 3 de febrero. Diariamente se
desarrollaron dos sesiones, de las cuales la vespertina se extendía desde las tres de la
tarde hasta altas horas de la noche. Le correspondió a Álzate, delegado por Caldas,
presidir la sesión de instalación. La Convención eligió a Laureano Gómez presidente
y a Primitivo Crespo y Fernando Londoño Londoño secretarios. Se acordó que las
sesiones serían secretas y que se publicarían diariamente informes sobre su marcha.

El evento se llevaba a cabo en un contexto de preguerra, en plena arremetida de los


nacionalistas españoles contra la República. La prensa conservadora cubría al mismo
tiempo y en igual despliegue el transcurso de la cotidianidad política internacional:
"La Convención se solidarizó con la Revolución española" 10 , fue el titular con que
abrió edición La Patria el domingo 31 de enero. La noticia colombiana tenía el
honor del extremo superior izquierdo de la primera página, pero contextualizaba con
las demás, la mayoría, que cubrían la delicada situación internacional. Por revolución
española los editores entendían la contrarrevolución y esto, por supuesto, lo advertían
los lectores asiduos del periódico manizalita. Y así fueron apareciendo las noticias
del curso de la Convención Conservadora, intertextualizando con las noticias
dramáticas provenientes de la madre patria. Era tan intenso el cubrimiento del
conflicto español que no se sabía a ciencia cierta si un titular correspondía a Colom-
bia o a España: "Está agonizante la vida civil de la República" 11 , con el que abrió La
Patria el primero de febrero, era un aparte del comunicado de la Convención
Conservadora, pero que parecía más bien una noticia de la península ibérica. Y era
que las cosas se ponían en el mismo nivel. Si bien los conservadores estaban divididos,
los unía un sentimiento de cataclismo social. Para ellos el país estaba al borde del
colapso y así lo consignaron en su primer informe. Allí anotaron que la Convención
estaba reunida justamente en el momento "más amenazante para la vida civil del
país, y cuando tiene ante sí los problemas más arduos" 12 . De manera categórica,
señaló: "Las circunstancias son graves, desastrosas, desesperantes. Ocultarlas en
aras de una engañosa tranquilidad, no conviene en estos momentos, y por eso al
abandonar los poderes que se le confieren cumple con el penoso pero severo deber de
informar que está agonizante la vida civil de la República" 13 . En el acto de clausura
del magno evento conservador se aprobó una moción de homenaje "a siete mil mártires
conservadores caídos bajo los proyectiles del liberalismo" 14 .

Sostenían los conservadores en su informe que la mayoría de las masas colombianas


había sido privada violentamente de sus derechos, al tiempo que denunciaron los
medios empleados por el régimen liberal en ese sentido. En su informe, los
conservadores se reclaman demócratas y acusan al liberalismo en el poder de ejercer
una farsa democrática. El documento se aleja de los nacionalistas en lo concerniente
al rechazo de la democracia, pero recoge su planteamiento del papel dominante del
comunismo en el interior del liberalismo. La redacción del informe había sido producto
de la exposición que habían hecho los delegados sobre la situación de persecución a
que estaba sometido el partido en las provincias. Los delegados informaron sobre la

777
La Patria, enero 31 de 1937, p. 1.
77
Ibid., febrero l ü de 1937. p. 1.
72
Ibid.
" Ibid.
'' Ibid.. febrero 4 de 1937. p, 1.

El porvenir del pasado 237


imposibilidad de la cedulación en las regiones. Justamente antes de la Convención,
Álzate había rechazado el nombramiento como delegado electoral por el departamento
de Antioquia después de una experiencia de varios años al frente de esa responsabilidad:

En 1935 intervine como jefe del debate en la cedulación del conservatismo antioqueño, en ardua
brega contra las truhanerías manzanillas, que podría relatar en un libro prolijo sobre picaresca
política. Hoy sería la misma carrera de obstáculos. El liberalismo sabe que dejarnos cedular y
votar sería un suicidio. Con cédula o sin ella, la oposición no tendría acceso a las urnas. Sólo se
nos darán garantías bizantinas, que no pongan en peligro el predominio del liberalismo, como la
libertad de protestar en acre prosa y el derecho a elegir minorías irrisorias, previamente
determinadas para que aglutinen al partido de gobierno, lo legitimen y actúen como la oposición
de Su Majestad. Esta es la verdad política de hoy y de mañana. Sería una equivocación histórica
hacerle el juego a semejante truco democrático y simulacro de orden jurídico 15 .

No obstante el hermetismo de la Convención, los reporteros de la prensa liberal se


las ingeniaron para producir la noticia que les convenía. Le trabajaron a una posible
r u p t u r a en la política de abstención, y grandes titulares produjeron al respecto:
"Fuerte bloque ataca el abstencionismo en la Convención. Es posible que el Directorio
sea autorizado a levantarla" 16 . Pero sólo era un titular, en la realidad no existieron
ataques al abstencionismo. Aunque es posible que la medida estuviera pasando, con
todo, por una crisis. La estrategia conservadora de dejar solo al liberalismo para que
se debilitara en sus propias contradicciones y ambiciones no parecía haber dado
resultados. Aunque sin participación electoral, los conservadores intervenían
intensamente en la política y mantenían movilizadas sus masas. Sus discursos se
dirigían diariamente hacia el adversario liberal, de tal manera que obligaban a su
contradestinatario también a dirigirse a ellos. La radicalidad del discurso conservador
legitimaba el liberal, con elecciones o sin ellas. El discurso liberal que se nutría del
conservador, no se aislará a sí mismo.
Durante la Convención, las denominadas y autodenominadas derechas estuvieron al
acecho. Como la entrada era sólo para los delegados, se les prohibió el acceso. Algunos,
como Francisco Fandiño Silva y Camacho Montoya, trataron de penetrar para abordar
al carismático Álzate Avendaño, que llevaba su vocería. "Hemos charlado con Álzate,
dijeron a la muchachada que presionaba afuera. La conferencia es derechista. Todo
va bien. Nuestra fórmula saldrá victoriosa" 17 .
Antes de iniciarse el magno evento, el diario liberal La Razón había puesto a circu-
lar la siguiente especie :
Un numeroso grupo de delegados comandado por Serrano Blanco, Álzate Avendaño y el general
Amadeo Rodríguez están formando un frente de ataque dirigido principalmente contra el
actual secretario del partido, señor Luis Ignacio Andrade, cuya posición se piensa escalar para
un destacado miembro de las derechas: Álzate Avendaño. Este es el objetivo más anhelado por
el sector de las derechas fascistas, cuyos delegados están dispuestos a luchar con todo empeño
para ganar posiciones directivas dentro del partido 18 .

Destacaba el reportero del diario liberal que el general Rodríguez había tenido una
intensa actividad convenciendo de este propósito a los delegados a la Convención.
Iniciadas las deliberaciones, La Razón continuaba argumentando sobre la presión
que hacían las derechas para que Álzate fuera elegido secretario del partido. El diario
75
Ibid., enero 15 de 1937, p. 1.
1,7
El Espectador, enero 30 de 1937, p. 6.
77
Ibid.
78
La Razón, enero 31 de 1937, p. 1.

238 El porvenir del pasado


tenía sus intenciones, e intervenía con la esperanza de incidir en la marcha del
conservatismo. Abría ediciones con titulares propios del conservatismo, pero
aprovechándose de la situación: "Laureano Gómez presentó ayer renuncia de la
Dirección Nacional. Solicitó un directorio de índole democrática"19. Lo de democrática
era de la voz del periódico. Su director creía en la necesidad de un Partido Conservador
demócrata. Lozano no creía que Laureano lo fuera, pero los nacionalistas lo asustaban
más, por ello celebraba la elección de un Directorio Conservador democrático.

Por entonces fungía como director de La Patria Silvio Villegas. Era el diario caldense
uno de los que mayormente pontificaba sobre los asuntos del fundamentalismo
conservador: "Está asegurado el triunfo de la fórmula del momento: No hay enemigos
a la derecha", fue el subtitular que destacó el periódico el 2 de febrero20.

Álzate habló dos horas y media en la penúltima de las sesiones. El orador defendió la
tesis de su paisano y cercano copartidario Silvio Villegas, que era la del conjunto de
las derechas: no había excusas para dividir el partido hacia la derecha. Se refirió a la
situación mundial y fijó su posición dentro de la generación del momento 21 . El orador
fue convincente. Nadie se pronunció en contrario. La fórmula de no hay enemigos a
la derecha fue aprobada unánimemente como muestra de cohesión en el conservatismo
al cerrarse la Convención.

Tras cuatro días de trabajo, la Convención terminó sus labores a las nueve de la
noche del 3 de febrero. Al rechazar Laureano algunas propuestas de asumir la dirección
única del partido, alegando ir en contravía de la doctrina conservadora, se eligió un
Directorio Nacional de siete miembros: Laureano Gómez, Primitivo Crespo, Augusto
Ramírez Moreno, Elíseo Arango, Agustín Noriega, Pedro Justo Berrío y Víctor Dugand.
Además de u n a representación ideológica, la composición del DNC revelaba u n a
intención de cubrimiento geográfico. Laureano tendría la representación de Bogotá y
Cundinamarca, Crespo la del Valle, Noriega la de los santanderes, Berrío y Ramírez
la de Antioquia, Arango la de Caldas y Dugand la de la Costa Caribe. Álzate, Carbonell
y Bernal Jiménez quedaron comisionados para preparar un mensaje de la Convención
al país. Así las cosas, los jóvenes nacionalistas conservadores se vieron representados
en los leopardos Ramírez Moreno y Arango, lo que nos permite concluir que se trató
de un directorio mixto no sólo en términos regionales, sino también ideológicos. La
Razón señaló una verdad: "Augusto Ramírez Moreno tuvo una espléndida victoria
al triunfar en la reelección para el directorio contra la voluntad del señor Gómez"22.
En efecto, Laureano Gómez había vetado al leopardo para aislarlo del partido. Los
conservadores se vieron obligados a conformar una comisión para que discutiera con
el jefe conservador las razones del veto. Los comisionados declararon en su informe:
"El doctor Gómez manifestó que no gustaba del leopardo porque en las sesiones del
directorio era el único que discutía sus proyectos y le formaba debate en torno a sus
proposiciones" 23 . Contrariando el pensar de Gómez, la Convención eligió por
unanimidad a Ramírez Moreno.

De otro lado, la Convención decretó la abstención electoral: "El partido conservador


no concurrirá a las próximas elecciones de diputados y representantes" 24 . Pero dejó
las puertas abiertas para una posible participación en las elecciones para concejos
municipales de octubre: "Se permitirá la votación en aquellos municipios en donde
:
" Ibid.
717
La Patria, febrero 3 de 1937, p. 1.
777
Véase ibid., febrero 3 de 1937, p, 1,
-'- La Razón, febrero 4 de 1937, p, 7
7:7
El Tiempo, junio 19 de 1937, p. 11.
-' La Patria, febrero 4 de 1937, p. 1.

El porvenir del pasado 239


los copartidarios hayan sido suficientemente cedulados y en donde se piense que el
sufragio estará rodeado de un mínimo de garantías" 25 . A su vez, Laureano Gómez
rechazó de nuevo la jefatura única, aunque de hecho ejercía y ejercerá como tal. El
evento terminó en abrazos y entusiasmo pleno. Todo parecía armonía. Se vitoreaba
por igual a El Siglo y a La Patria! a Silvio Villegas y a Aquilino Villegas. Ramírez
Moreno, declarando satisfacción por compartir con Elíseo Arango puestos en la nueva
directiva conservadora, manifestó que lo único que le faltaba era llevar a esa posición
a Silvio Villegas y a Álzate Avendaño 26 . En resumidas cuentas, los jóvenes de la
nueva derecha se declararon felices porque consideraron que su fórmula de no hay
enemigos a la derecha había calado hondo en el alma conservadora y garantizaba "la
salvación del partido de la crisis histórica" 27 .

Realmente, el Partido Conservador salía fortalecido de la Convención. La unión


estimuló a la militancia y renovó las esperanzas de una posible reconquista del
poder. No quedaba claro, sin embargo, los procedimientos debido a su rechazo de
participar en los debates electorales mayores. Al parecer, la estrategia era trabajar
los municipios y fortalecerse desde allí para arremeter desde abajo. En esa dirección,
la Convención trazó el diseño de una sofisticada organización que le permitiera -
según afirmaba Londoño Londoño— convertirse en el partido moderno capaz de luchar
"contra la fuerza disciplinada del comunismo"2*. Así se le ampliaron poderes al cargo
de secretario general! se crearon los departamentos de sindicalización y cooperativas!
de organización y choque, de prensa y propaganda. De la misma manera, se crearon
asesorías técnicas en materias fiscales, constitucionales, administrativas y políticas
que sirvieran de soporte a la dirección nacional del partido. Al mismo tiempo la
Convención aprobó un proyecto para la organización de ligas campesinas.

El Colombiano se mostró satisfecho de los resultados de la Convención: "El


conservatismo es derechista y los jóvenes derechistas son conservadores", fue su
titular del 5 de febrero, como para que no quedaran dudas del porqué de su apoyo a
la juventud del partido. Reprodujo en primera plana una síntesis de uno de los
documentos trascendentales de la Convención, que iba en armonía con su satisfacción:
La convención, en amplios debates ha estudiado la divisa lanzada por el doctor Silvio Villegas de
"No hay enemigos a la derecha", a raíz de la polémica surgida con el doctor Aquilino Villegas, y
ha llegado a la conclusión de que no existe ningún problema, porque el conservatismo colombiano
ha sido siempre derechista y porque los derechistas a esta hora han sido siempre conservadores
[...] La convención saluda a los doctores Aquilino Villegas y Silvio Villegas y los excita a que
cesen en los fuegos de su campaña literaria y cooperen para oponer un frente conservador,
bajo las directivas conservadoras, al mal llamado frente popular que sostiene al régimen y con
el cual claudican los capitalistas y los elementos demócratas que aún pertenecen al liberalismo.
Considera que esta es la obra más importante ahora, por cuanto en las instituciones del país se
han transplantado disposiciones soviéticas como las que sostienen la constitución antinacional
del año treinta y seis. La convención confía en que no se presentará ningún choque beligerante
entre las directivas legítimas del partido y las organizaciones derechistas del país, porque estas
constituyen la vanguardia del partido y forman parte de sus filas [...] La convención hace
constar que el conservatismo de hoy, como ayer y como mañana, será siempre demócrata, y
luchará por el restablecimiento de la normalidad republicana, mediante los procedimientos de
táctica y agitación que aconsejan las gravísimas consecuencias por que atraviesa el país, en
todo caso, bajo la dirección suprema del directorio 29 .

" Ibid.. febrero 9 de 1937. p. 4.


77t
Ibid.. febrero 5 de 1937, pp, 1 y 4.
77
Ibid.
'" Ibid. febrero 9 de 1937. p. 1.
7777
El Colombiano, febrero o de 1937, pp, 1 y 8.

240 El porvenir del pasado


Este documento es importante porque reivindica el aspecto democrático para el Partido
Conservador, lo que constituía un mensaje para los derechistas que no lo soportaban.

La Patria alabó la participación de Álzate en la Convención. Destacó que a su corta


edad se hubiera convertido en "la primera figura joven de la Convención Nacional
Conservadora y el muchacho de más personalidad y de más ambición futurista entre
las gentes nuevas de la República" 30 . Sostuvo, además, que se trataba del primer
valor político de su generación. Las palabras del combativo diario de Manizales lo
lanzaban a un liderazgo nacional que sus copartidarios jóvenes recogerán.

El semanario Derechas también se declaró satisfecho y en su editorial "Las Derechas


frente único", consideró que eran sus tesis y las de la derecha las que habían triunfado.
Así, se apresuró a señalar las tareas: "La Acción Nacional Derechista y en general
todas las organizaciones derechistas del país deben prepararse para adoctrinar,
organizar y dirigir a las masas conservadoras —el contingente más numeroso y decidido
en la integración del Frente Nacional que al amparo de la bandera verde y negra,
con la Cruz redentora entrará en la lucha." 31 .

La prensa liberal, que con matices era la del régimen —salvo el caso de La Razón-
hizo su propia lectura de los resultados del evento conservador, que había logrado
una perlocución importante. La Convención había tenido en vilo al partido de gobierno,
al que le preocupaba la situación del adversario, que en últimas era su legitimador.
El Espectador escribió sobre las desventuras del partido conservador. Se refirió
con sorna a la manera como era considerado el liberalismo y el país en el informe
oficial que presentó el conservatismo al final de su Convención: "En verdad que no
pudieron ahorrarnos la tortura de saber que en Colombia ya no existen la libertad, la
justicia, la religión, la propiedad, el honor ni el derecho a la vida! que el peligro que
e n t r e nosotros corre la cultura, es inminente, gravísimo, desconcertante y
amenazador" 32 . El Espectador se lamentaba del triunfo de la tendencia nacionalista
en el conservatismo. Había razones para tal lamento por haber sido de buen recibo
en ese partido la fórmula de Villegas en la que se expresaba todo el espectro de
ultraderecha, que aparecía como cruzada, antiliberal y anticomunista. Así estaba
dicho desde Jerarquía y así se continuaba afirmando después de la Convención:

Dentro de esta fórmula [No hay enemigos a la derecha C. A.] caben todos los que quieran
acompañarnos en las empresas del porvenir, en la lucha contra el comunismo avasallador
cualquiera que sea su ubicación política del momento. [...] La fórmula aceptada, que es fórmula
conciliadora, y solución media de tesis extremas, ha unido poderosamente al conservatismo
para la única empresa que le importa: detener el avance del comunismo y darle a la nación la
prosperidad y el orden que todos los colombianos echamos de menos".

La Razón reconocía algunos méritos de la Convención: haber aislado a Gómez,


haberlo obligado a compartir la jefatura del partido. Reconocía el hecho político del
avance nacionalista sobre las directivas de la colectividad conservadora, aunque lo
lamentaba a la vez. Pero de lo que más se condolían todos los medios liberales era de
la continuidad que la Convención le había dado a la abstención. La Razón no ocultó
su desazón: "Como colombianos no tenemos sino que lamentar esa determinación
reiterada de renunciar al ejercicio del sufragio, que rompe, precisamente en prejuicio

'" La Patria, febrero 6 de 1937, p. 5.


7
Derechas, febrero 5 de 1937, p. 3.
7
- El Espectador, febrero 5 de 1937, p. 4.
77
La Patria, febrero 9 de 1934. p. 4

El porvenir del pasado 241


directo del conservatismo, el equilibrio democrático, y que de paso sustrae a la obra
del progreso colombiano la colaboración de un sector importante de los hombres
preparados en la disciplina del manejo del Estado" 34 . Y de esta política culpaba a
Laureano Gómez: "Hemos creído siempre que el señor Gómez, por su temperamento
irrevocablemente apasionado, es el principal obstáculo que se opone en el país al
entendimiento de los partidos acerca de puntos en que todos los colombianos estamos
en absoluto acuerdo"35.

Los resultados de la Convención no sólo preocuparon a los liberales. La prensa


comunista, que catalogó la división conservadora como una "riña entre tradicionalistas
demócratas y fascistas descocados y delirantes", llamó a cerrar filas contra "la peste
derechista" 36 . Ignacio Torres Giraldo, secretario general de esa organización, habló
de la última Convención del partido de Concha y Suárez y de la primera del fascismo
en Colombia! de la transición del conservatismo clásico hacia el fascismo
contemporáneo, de la frontera entre la tradición y la nueva cruzada de la inquisición.
P a r a él, la Convención había legalizado el trabajo de los nacionalistas, quienes se
habían adueñado del partido. Torres hablaba en sentido contrario a los jóvenes
nacionalistas. Era el discurso de estos volteado al revés. Decía lo mismo pero en
sentido contrario:

[...] nadie duda que se opera un proceso mundial de formación de dos campos : ¡izquierdas y
derechas! [...] Las derechas en Colombia h a n dado u n gran paso en la formación del campo
reaccionario, le han puesto una divisa que aglutina los matices que arma sus ejércitos para la
lucha contra las izquierdas, que bombardea de paso el centrismo en nuestro país. Y es frente
a esta situación, frente a la compactación de las derechas, que las izquierdas tienen que
responder con su divisa : No hay enemigos a la izquierda 37 .

Y en ese propósito llamaba al liberalismo a convertirse en un partido de izquierda!


más que al partido, el llamamiento era a sus masas, a las que Torres consideraba "la
fuerza principal democrática del país, fuerza antigoda y antifascista, fuerza que
unida a todas las izquierdas salvarán a Colombia de la peste reaccionaria del
fascismo" 38 . Las elecciones legislativas de abril se venían encima y en ellas el
conservatismo participaría en algunas regiones. Jorge Regueros Peralta, otro de los
ideólogos del comunismo criollo, escribió para reforzar la tesis de Torres:

Nosotros comunistas, lanzamos a todos los vientos del país una consigna: unión de todas las
fuerzas de izquierda. [...] esta alianza sincera y constantemente perseguida por el partido
comunista tendrá que ser mañana carne de realidad, pésele a quien le pesare y opóngase quien
se oponga, si es que queremos salvar a la patria colombiana de la zarpa sangrienta de la
reacción obscurantista 3 9 .

Y en los mismos términos, sólo que, como hemos dicho, en contrario a los llamados
a somatén de los conservadores, Ignacio Torres Giraldo escribió:

Alertamos al partido comunista de manera especial para que se prepare rápidamente contra el
bandidaje que se puede levantar en armas de un momento a otro. Que sea nuestro partido el
clarín que anuncia el peligro, y que a la cabeza del pueblo organice el amplio caudal de la
energía popular para oponer la violencia a la violencia. Que sea nuestro partido el ejército rojo
de avanzada que clave la bandera de la libertad en los campos de la democracia colombiana 40 .

'" Ibid.
77
ibid.
777
Tierra, enero 23 de 1937, p.3.
77
ibid.. febrero 13 de 1937. p. 5,
•" ibid.
779
Tierra, febrero 6 de 1937. p. 3.
771
Ibid.. febrero 6 de 1937, p. 4,

242 El porvenir del pasado


En Tierra, órgano del partido comunista, tenían los nacionalistas un contradictor
directo, un contradestinatario y una legitimación a su prédica. El periódico,
ciertamente, no es mencionado por los ideólogos de Haz Godo, por ejemplo, pero sus
contenidos son fuente nutricia para sus artículos y posturas.

Gilberto Álzate Avendaño fue nombrado secretario general del partido. Ese cargo
estaba en sintonía con la nomenclatura de los partidos comunistas. Al rechazar
Laureano Gómez la jefatura única, el secretario general será una función de consid-
erable importancia. Era el lanzamiento, ahora sí, de Álzate como líder nacional del
conservatismo. Diario del Pacífico comprendió la situación al considerar que se
trataba de un "reconocimiento a sus condiciones de organizador y de elemento de
pujanza en la acción del partido" 41 . Salvo el silencio de El Siglo, la designación de
Álzate fue destacada por la prensa capitalina y regional de ambas colectividades
tradicionales. "Es la más valiosa adquisición que nuestra política ha hecho en los
últimos tiempos" 42 , destacó La Patria. José Mejía Mejía, que firmaba sus escritos
con J para que se asociara la letra con su nombre y con el de Jerarquía, dedicó su
c o l u m n a de El Colombiano al acontecimiento. Repitió y enfatizó en los
reconocimientos a Álzate como el guerrero que había reconquistado la plaza pública
para el partido. A él se le debía la movilización de los conservadores, que se habían
acostumbrado a la parsimonia del poder. Habló de Álzate en los mismos términos
que lo había hecho en 1935. Estas dos figuras, la de Mejía Mejía y la de Álzate, eran
m u t u a m e n t e complementarias. El primero ideólogo furibundo, y el segundo
combatiente y plasmador en las mentes de las masas conservadoras de lo que pensaban
ambos. La estrategia de Álzate, que pensaba como Mejía, de dedicarse al trabajo de
masas le había labrado un vínculo estrecho con estas, una comunicación directa que
lo convertía en un hombre de tremenda ascendencia en ellas. Ala hora de las cuentas
en el contexto global del fascismo, cuando el modelo se venga a pique después de la
Segunda Guerra Mundial, Mejía se hundirá y Álzate podrá salir a flote justamente
por su vinculación a la política por abajo. Pero por entonces Mejía seguirá desde las
páginas de El Colombiano cantando los avances políticos de Álzate, que son también
los suyos: "En la secretaría general del partido, Gilberto Álzate Avendaño es una
presencia victoriosa"43.

La presencia de los nacionalistas en el DNC produjo el efecto de marginar a Laureano


Gómez de la dirección. Ramírez Moreno manifestó en varias oportunidades su
voluntad de retirarse del directorio, pero sus compañeros unánimemente rechazaron
tales solicitudes, actitud que constituyó un desaire para el empinado jefe conservador
que decidió no concurrir a las sesiones del Directorio Nacional. Así quedó despejado
el camino para que el secretario general fungiera como la figura principal del
conservatismo. En correspondencia con su investidura, Álzate estará responsabilizado
de la preparación del partido para la campaña de abstención electoral en los comicios
de la Cámara de Representantes, que se realizarían el 4 de abril de 1937, y todos los
acontecimientos en el interior del conservatismo que a continuación se narran, que
van hasta la Convención de julio de 1937, tienen que ver con su actuación como
secretario general del partido.

Pasada la Convención de enero-febrero de 1937, los propiamente denominados


derechistas, en particular los manizalitas, tuvieron la esperanza de que el conjunto del
77
Diario del Pacifico, febrero 12 de 1937, pp, 1-5,
72
La Patria, febrero 27 de 1937. p. 5.
477
El Colombiano, febrero 26 de 1937, p. 5.

El porvenir del pasado 243


conservatismo se arropara con sus paradigmas ideológicos. Llamaron a ponerle fin
al mutuo destrozo de los hombres del conservatismo en un momento en que la patria
corría peligro. Los que consideraban méritos del conservador: inteligencia, energía,
entusiasmo, presencia de ánimo y espíritu de sacriñcio, no deberían dilapidarse en
contra de los conservadores mismos, sino utilizarlos para la lucha contra el
izquierdismo "en donde militan todos los enemigos de la patria, del orden, de la
virtud, de la prosperidad y de Dios"44. Comportarse en contrario era considerado
traición a la patria "a una patria que debe ser y será totalitariamente derechista" 45 .
Hacia 1937, cuando tenían lugar las convenciones trascendentales del conservatismo,
la prensa de las derechas configuraba una completa artillería contra todo tipo de
pensamiento contrario al suyo. La patria, categoría que les encantaba para referirse
al país, la querían para ellos:

El enemigo está a la izquierda. Allí está el adversario demoníaco. No queremos que se practique
entre nosotros la republicana tolerancia con el comunismo. El comunismo debe ser exterminado.
Rechazamos la política epicena, canija y zalamera de los liberales de todos los partidos. Pero
pedimos que el fuego purificador se emplace para arrumbar la escoria moscovita trasmutada
en pavesa, y no para achicharrar a los propios vigías de la patria 46 .

El diario La Patria, entonces, si bien era un significante, la coyuntura se encargaba


de que el colombiano advirtiera en él lo que sus editores buscaban: la salvación
nacional. El periódico creía y hacía creer a sus lectores que los salvadores, los mesías
del país en inminente peligro eran quienes allí escribían y quienes allí tenían el
registro de todas sus actuaciones: los Leopardos! y junto a ellos Álzate Avendaño, de
quien se escribía en 1937 :
[...] ha hecho ya una ingente obra política, y sin embargo apenas ha realizado una breve
parcela de su capacidad insondable. Por su configuración primordial, su gesto involuntariamente
cesáreo, su inteligencia dominadora, su combatividad agresiva y su capacidad para decidirse
f r í a m e n t e , frente al enemigo, sin mínimos r e a t o s , es u n h o m b r e henchido de destino,
conformado para las empresas de alto bordo y predestinado indiscutiblemente para el mando 17 .

La campaña electoral y las elecciones del 4 de abril


La república liberal ¡es dio para escoger este
dilema : ¡a abstención o ¡a muerte. Y escogieron
¡a abstención!! 4 "

La primera Convención del conservatismo se había desarrollado en los marcos de la


campaña electoral para renovar diputados a las Asambleas y representantes a la
Cámara, convocada para el 4 de abril. A su vez, el debate electoral en desarrollo se
confundía con la campaña presidencial de 1938.

Un acontecimiento inesperado sucedió el 18 de febrero de 1937: el expresidente Enrique


Olaya Herrera, embajador de Colombia ante la Santa Sede, que sonaba como
candidato de la derecha liberal a la Presidencia para suceder a Alfonso López, murió
en Roma, la Ciudad Eterna y también la ciudad en pleno furor fascista. Su muerte,
convertida en magno evento político, fue explotada sin misericordia por la derecha
liberal, lo que le desbrozó el camino a la Presidencia a Eduardo Santos.
77
Ibid.. p. 7.
77
Ibid.
"' Ibid.
77
Ibid.
" La Patria, abril 2 de 1937, p. 5.

244 El porvenir del pasado


Para el 11 de marzo se anunciaba la proclamación de la candidatura de Darío Echandía,
que servía para la expresión de la izquierda liberal y el Partido Comunista. Mientras
que Echandía fue asociado a la continuidad de la Revolución en Marcha de López
Pumarejo, Santos simbolizó la "pausa" a la que aspiraban también amplios sectores
del Partido Liberal. Los ecos de la célebre manifestación del primero de mayo de 1936
sonaron a lo largo del debate electoral. Una derrota de los partidarios de Echandía
significaría una derrota también para el régimen. Ausentes los conservadores de las
urnas su espacio será cubierto por el santismo. La izquierda radical puso las cosas del
siguiente tamaño: "El primer domingo de abril se van a decidir en las urnas los destinos
de la democracia colombiana, el porvenir de las izquierdas y la suerte de la política
reformista del presidente López"19. La Razón no fue menos trascendental:

La justa de mañana, en la que, por circunstancias conocidas, quedará virtualmente elegido


nuestro próximo presidente, va a decidir en cuál forma cumplirá el partido su mandato histórico
[.,.] Dentro del partido que gobierna se ha producido una escisión de trascendencia ideológica
y práctica superior a la que dividió al través de la tormentosa vida republicana, a los bandos
históricos" 50 . En su llamado a derrotar a la izquierda, La Razón cubrió con todo su manto el
ausente discurso conservador: "Se trata de ganar una batalla decisiva. Ahora o nunca771.

Dividido el liberalismo e n t r e s a n t i s t a s y e c h a n d i í s t a s , los primeros, que


conformaban la derecha liberal, pasaron a ocupar el espacio ideológico que dejaba
la abstención conservadora. Es presumible, incluso, que algunos conservadores
h a y a n respaldado las listas s a n t i s t a s . Al menos, con ojos benévolos empezó a
mirar el conservatismo al santismo.

La prensa conservadora estuvo atenta al desenlace de la campaña electoral en el predio


vecino. Continuó quejándose de la violencia contra su militancia en los departamentos
de Boyacá, Nariño y Bolívar. Violencia que iba siempre acompañada de fraude y de
impedimentos para la consecución de la cédula por parte de las bases del partido,
según argüían. Denunciaron este último fenómeno en la mayoría de los departamentos:

[...] la cedulación no es sino un aspecto del proceso electoral. La cédula les sirve para todo a los
conservadores, menos para votar. En el día de las elecciones a la violencia tumultuaria se suma
la coacción asesina de las autoridades. Auténticas cuadrillas de malhechores les impiden, aún
en los grandes centros urbanos, el acceso a las urnas a nuestras masas7'2.

Por esta razón, el conservatismo ratificó su política de abstención y neutralidad para


las elecciones. Así lo hizo saber en una resolución el Directorio Nacional 53 . En
coherencia con esta postura, los conservadores no concurrieron a las elecciones
legislativas. Se enorgullecieron de elfo:
Por primera vez en la historia del país la abstención de un partido ha sido integralmente
cumplida. Ninguna tentación ha logrado turbar nuestra disciplina. Son los propios candidatos
a las asambleas y al Congreso, los personeros de nuestra gran causa perseguida, los que han
renunciado a los honores y a las dignidades cívicas para compartir el dolor de las masas y su
inicua proscripción de la vida civil"54.

El conservatismo denunciaba atropellos contra su militancia, pero analizaba el proceso


electoral que vivía su adversario. Le auguraba desventuras a la alianza entre los
comunistas y los liberales:
79
Tierra, marzo 6 de 1937, p. 3.
" La Razón, abril 3 de 1937, p. 7.
77
Ibid.
'- La Patna. marzo 21 de 1937. p. 4.
7,77
Véase ibid,. marzo 24 de 1937. p. 1. Recuérdese la composición del Directorio7 Laureano Gómez. Primitivo Crespo, Víctor Dugand.
Eliseo Arango. Augusto Ramírez Moreno, -losé Agustín Xonega y Gilberto Álzate A., secretario general.
77
Ibid.. marzo 31 de 1937. p. 4.

El porvenir del pasado 245


El liberalismo tradicionalista quiere seguir devanando la antigua madeja de las preocupaciones
morales. Las masas de izquierda nada quieren, sino ventajas económicas. El liberalismo ofrece
libertades religiosas, el izquierdismo quiere la muerte de los cultos cristianos. El liberalismo
ofrece libertades políticas, el izquierdismo quiere la dictadura del proletariado. El liberalismo
ofrece la libertad jurídica, el izquierdismo reclama una concreta igualdad ante la existencia. Así
las cosas, nadie ni nada podrá conciliarios 55 .

Curiosamente, la abstención conservadora no significó parálisis de ideas y tesis. Al


contrario de lo que esperaba el conservatismo, la abstención reanimó la lucha política.
Numerosas listas en el interior mismo de las corrientes liberales se disputaron el
favor popular, fenómeno en el que el conservatismo advirtió atomización, crisis,
descomposición y empobrecimiento del adversario. La ausencia conservadora en las
u r n a s permitió que amplios sectores de la opinión política nacional se expresaran!
que emergieran líderes, que mudara el elenco de la clase política en poblados grandes
y pequeños. La lectura conservadora de lo que estaba pasando no reconocía este
fenómeno. Su identificación en un nosotros positivo y en un ellos negativo caracterizó
sus análisis: "La pequenez de los hombres que en las listas se ofrecían como banderas
[...] el anonimato dilatado de muchos nombres que nada decían y nada significaban
para el pueblo [...] la baja politiquería." 56 . Ellos, por el contrario, representaban "lo
único grande, lo único respetable y solemne".57. Para los conservadores, después de
lo visto en el desarrollo de la campaña electoral que culminó el 4 de abril, su partido
constituía la primera fuerza organizada de Colombia. Los manizalitas llegaban a
esta conclusión cuando los votos liberales (4.208) no superaron la cifra mayoritaria
conservadora de la ciudad en las anteriores elecciones (5.000). Pero es útil señalar la
distribución de la votación liberal en la ciudad: santistas: 1.837! izquierdistas: 2.320!
comunistas: 51 5 8 . Lo que abundaba eran los temores del avance comunista que
fundamentaban los ideólogos nacionalistas. Mientras en la ciudad capital ganaron
los izquierdistas, en el departamento ganaron los santistas: 28.492 votos contra
8.313. Obtuvieron la victoria los izquierdistas en la ciudad de Armenia, donde la
ventaja fue considerable: 708 contra 140 sufragios. Lo mismo aconteció en Circacia:
589 contra 122. En La Dorada también hubo triunfo de la izquierda sobre el santismo:
246 contra 204.

Las cosas estuvieron delicadas en Bogotá y Medellín. Los roces otrora entre
conservadores y liberales los cubrió la nueva confrontación entre los partidarios de
Santos y Echandía. Desde las horas de la tarde Bogotá vivió en tensión. Una agitada
manifestación se llevó a cabo cuando todavía se desarrollaban los escrutinios. Derechas
no, izquierdas sí, fue la consigna. Los echandiístas rompieron retratos de Santos y
destruyeron propaganda de esta campaña. Un herido fue el resultado de las
confrontaciones en Medellín.

Los primeros resultados registrados por la prensa nacional mostraron la intensidad


del debate. Si bien en Bogotá el santismo derrotó a la izquierda, en Cali, Manizales y
Medellín el izquierdismo venció al santismo.

No obstante lo dicho, el liberalismo no aumentó su electorado de manera regular.


Avanzó en la Cámara pero retrocedió en las asambleas. Mientras en las elecciones
para las asambleas en 1935 su votación había sido de 587.794, en 1937 descendió a

,7>
ibid., abril 4 de 1937, p. 4.
577
Véase ibid.. abril 5 de 1937, p. 3.
77
Ibid.
f
'* Véase ibid.. p. 1.

246 El porvenir del pasado


534.544. Es decir, se le refundieron 53.250 votos. En cambio, para la Cámara ganó
111.379 votos más que en 1935 cuando sacó 409.347 votos. Esta vez alcanzó los
520.726 sufragios 59 . Resultados que m u e s t r a n que realmente la abstención
conservadora era un hecho. El 22 de julio, El Tiempo dio crédito al consolidado
electoral: Santos: 431.040! Echandía: 82,231! arredondistas: 22.02060.

El triunfo electoral de Eduardo Santos satisfizo al conservatismo que vio en el triunfo


una derrota del lopismo al que acusó de haber evaporado el ejército liberal que había
recibido en las elecciones de 1934: "Pero el señor López se propuso inventar el embeleco
ideológico de las izquierdas, mezclándole a su partido los más venenosos tóxicos
marxistas. Y antes de concluir su tercer año de mando tiene al liberalismo
anarquizado, con dos corrientes doctrinariamente inconciliables, trabajando por
apetitos viles y rastreros, reducido a la mitad en sus efectivos electorales" 61 . Uno de
los titulares con que El Siglo abrió su edición del 5 de abril, galvanizaba su deseo:
"Se exigirá al presidente López que deje el Palacio Presidencial' 62 . A su vez, el edito-
rial de la misma fecha fundamentaba las razones de esa dimisión: el carácter de
plebiscito que el mismo Presidente, en su discurso del primero de mayo de 1936, le
había dado al debate, y su promesa en el sentido de que si la mayoría de los elegidos
no estaba con él, se retiraría del puesto que ocupaba 63 . Poco más tarde, de hecho, el
Presidente renunció.

Cuando todavía no estaban consumados los escrutinios, sin importarle su calidad de


candidato de izquierda, Darío Echandía viajó a Roma como embajador ante la Santa
Sede. ¡Curiosa mezcla! Se cruzó en los mares, muy posiblemente, con los restos
mortales del ilustre Olaya Herrera, a quien reemplazaba. Los funerales de este,
realizados en el ambiente triunfalista del santismo, sirvieron para múltiples
celebraciones, pues se t r a t a b a "después de Santander del más característico
representante y auténtico caudillo de la democracia colombiana"64.

Finalmente, los resultados electorales que dieron la victoria al santismo tranquilizaron


a los conservadores, que veían disminuido el poder de las izquierdas liberales, como
lo señaló el líder derechista Carlos Ariel Gutiérrez: "El país está satisfecho con el
viraje hacia el centro manifestado en las elecciones del cuatro de abril" 65 .

Los sucesos de Santana y los buenos oficios


del secretario general
En S a n t a n a se ha iniciado un a u t é n t i c o
movimiento libertador. Nuestra causa ya tiene
suficiente número de mártires. La sangre y
¡as lágrimas también deben ser recíprocas m .

La violencia no cesó después de las elecciones legislativas. El domingo 11 de abril de


1937 en Santana, Magdalena, una manifestación liderada por los dirigentes
conservadores Napoleón Rodríguez y Pedro Díaz fue dispersada por liberales armados.

''' Véase Seis reformas estructurales.... p. 616.


770
Fue esta la cifra que hasta entonces se conoció y con la que se hicieron los balances. Fue suministrada por Joaquín Pinzón Quijano.
quien la elaboró según informes de prensa y datos del Ministerio de Gobierna. F.1 autor anotó que hacían falta municipios por
contabilizar. Véase El Tiempo, julio 22 de 1937, p. 16.
777
La Patria, abril 6 de 1937. p. 3.
82
El Siglo, abril 6 de 19.37. p. 1.
83
ibid., p. 4.
777
El Espectador, abril 5 de 1937. p. i.
77:7
La Patria, mayo 4 de 1937, p. 5.
"• Ibid., abril 14 de 1937, p. 3.

El porvenir del pasado 247


Las autoridades locales estuvieron comprometidas en el saboteo. Los conservadores
reaccionaron contra los agresores con un saldo trágico de tres muertos y siete heridos.
Murió un obrero conservador y los reconocidos dirigentes liberales Temístocles y
Óscar Delgado, padre e hijo respectivamente 67 .

La muerte de los líderes liberales recrudeció la violencia en la población. Fueron


arrestados Pedro Díaz y Napoleón Rodríguez, protagonistas de la manifestación,
junto a veintisiete copartidarios suyos, cifra que aumentó más tarde a sesenta. Los
liberales, encolerizados, esperaban el momento de tomar venganza. El asedio liberal
y la tensión reinante produjeron el desplazamiento de las familias conservadoras
hacia los municipios de Mompox, El Banco y Magangué.

Telegramas dirigidos al Directorio Nacional Conservador alertaban sobre la


inseguridad en que se encontraban los presos conservadores en Santana. Gilberto
Álzate Avendaño se puso al frente de la situación como secretario general del partido.
Se reunió el 12 de abril con el ministro de gobierno, Alberto Lleras Camargo, y le
recordó que los detenidos estaban bajo protección del Estado y que era responsabilidad
suya velar por su seguridad. La dirección del conservatismo designó a un reconocido
abogado para que defendiera a los sindicados. Finalmente, el 21 de abril, Rodríguez
y sus seguidores fueron puestos en libertad. Los buenos oficios de Álzate recibieron la
satisfacción de la p r e n s a conservadora, incluso la de El Siglo. Sobre los
acontecimientos editorializó La Patria: "Un movimiento libertador", fue el titular
que acompañó el escrito. Para el periódico manizalita la conducta de los conservadores
de Santana debía haberse seguido en los casos de Aranzazu y Pensilvania. Consignó
su postura de esta manera :
Si en cada uno de los municipios del país, de manera uniforme, resolvieran los conservadores
hacerse respetar como acaban de hacerlo nuestros copartidarios de Santana no sería aventurado
afirmar que la república estaba salvada. La sociedad necesita de diques en la propia medida en
que avanza el desborde tumultuario [...] Es preciso que las autoridades o los ciudadanos que
pretendan interrumpir una manifestación conservadora, liberal, izquierdista o comunista, a
nombre de cualquier credo, sepan que esto puede costarles la vida y que no encontrarán
víctimas inermes. Así se restablecerán las libertades públicas que el gobierno ha dejado aniquilar
por complicidad, unas veces, por debilidad o cobardía otras 68 .

Las derechas y el primer síntoma


de un partido independiente.
La consigna victoriosa de no hay enemigos a la derecha, aprobada por la última
Convención Conservadora, sufrió duros reveses después de las elecciones de abril.
P u g n a s de diverso carácter se p r e s e n t a r o n con sonoridad. Desencuentros
caracterizados por una puja entre generaciones se trasladaron al interior mismo de
las sólidas derechas nacionalistas. En noviembre de 1936, Rodrigo Jiménez Mejía se
empeñó en constituir un movimiento independiente por fuera del conservatismo 69 ,
que terminó en la separación paulatina de la AND del partido. El aventurado y
precipitado proceso hizo explotar la crisis que otros factores habían menguado en el
interior del derechismo nacionalista, si bien, en un principio, la Acción Nacional
Derechista mezcló la simbología fascista con paradigmas criollos conservadores, la
777
Una versión diferente a la conservadora puede verse en El Tiempo, abril 13 de 1937, pp. 1 y 18
" La Patria, abril 14 de 1937. p. 3.
89
Se trataba de un reconocido abogado caldense. que había viajado a Europa a comienzos de la década. Se había hecho a un nombre por
su vinculación con los círculos universitarios de Bogotá y hacía parte de la dirección de la Acción Nacional Derechista, Fue el artífice
del traslado de la parafernalia simbólica del fascismo al seno de la AND : oraciones, cursos de orientación, camisas negras y brazaletes
pasaron a formar parte de la AND, Paralelamente a estos acontecimientos, el deterioro de las relaciones entre el sector laureanista
y la AND se hizo evidente cuando El Tiempo señaló que la imprenta de El Siglo le había cerrado sus talleres a Derechas.

248 El porvenir del pasado


Doctrina Social de la Iglesia, entre ellos. La decisión de crear un organismo
independiente del Partido Conservador sacó a la superficie las contradicciones
ideológicas y políticas de las vertientes del derechismo. Mientras unos aspiraban a
un movimiento independiente, otros preferían continuar a la sombra del partido.

Diezmado, el 18 de marzo, Derechas llegó a su número 63, el último. El periódico


ya no correspondía al proceso que se vivía internamente en el derechismo del centro
del país 70 . A mediados de marzo, el Alto Comando de la Acción Nacional Derechista
(ACAND) dirigido por Jiménez Mejía, inició una agresiva campaña para organizar a
las derechas nacionales alrededor de un partido derechista independiente del
conservatismo. El ACAND pensaba que la vinculación de una figura reconocida del
Partido Conservador facilitaría la vinculación de nuevos elementos al movimiento.
Aspiró a que Guillermo Valencia aceptara la propuesta, pero el poeta declinó:

Prensa informa he sido nombrado miembro Comando Derechista Cauca. Agradecido declino
señalado honor en forma irrevocable por no participar integralmente orientaciones movimiento
derechista, ni e n t u s i a s m a r m e con robustecer una táctica destructora sólo de sus propios
secuaces, máxime ahora cuando sus más destacados jefes lo han sacado fuera de los partidos
históricos colombianos, es decir, fuera del conservatismo cuyas banderas surgió el derechismo
que engrosó sus filas con jóvenes capitanes y soldados conservadores [...] Un sentimiento
elemental de lealtad a mis ideales políticos y a ustedes que han confiado en mi caballerosidad
me obliga a devolverles la espada que ustedes han puesto en mis manos. Cumplo así mi deber
ineludible de conservador y de amigo 71 .

El ACAND continuó su propósito con la reorganización de comandos derechistas


departamentales, a los cuales convocó a una Convención Nacional Derechista que se
llevaría a cabo el 24 de julio de 1937. Regiones del occidente del país con gran influencia
del derechismo nacionalista, como Cauca y Caldas, recibieron la invitación y aceptaron,
aunque con grandes reservas. En un intercambio de correspondencia entre Rodrigo
Jiménez Mejía y destacados derechistas de Caldas, como Joaquín Marulanda, Diego
Duque, Gonzalo Jaramillo, Alberto Cardona Jaramillo y Bernardo Londoño Villegas,
el ACAND nombró a estos personajes miembros del Comando Seccional de Manizales,
llamándolos a organizar y movilizar al derechismo caldense. La juventud derechista
de Manizales propuso la elección democrática de quienes representarían a sus regiones
en la convocada Convención Nacional Derechista. Empero, para ellos el ACAND no
representaba la voz mayoritaria de las derechas nacionales, por lo cual su propuesta
de conformar un partido independiente no les parecía factible. Gonzalo Jaramillo
anotó al respecto: "Nosotros de acuerdo con los jefes seccionales de Caldas,
interpretamos al conservatismo como una acción disciplinada y con tendencias de
fortalecimiento y vitalidad, pero nunca como un partido nuevo que ha de presentarse
en Colombia, hasta ahora sin programa" 72 .

Al mismo tiempo que Jiménez Mejía realizaba la organización derechista a nivel


nacional, la división dentro de la AND se agudizó. A comienzos de mayo, la crisis
había resurgido por la designación de Ignacio Pineros Suárez y Ernesto Martínez
Capella como miembros de los directorios departamentales conservadores de Boyacá
y Cundinamarca, respectivamente. El 3 de mayo, en el edificio Hernández, donde
funcionaban las oficinas de la Acción Nacional Derechista, cuarenta miembros del
movimiento discutieron sobre la conveniencia o no de la creación de un partido
777
Más adelante, en los comienzos de junio se anunció la reaparición de Derechas. Empezaría una segunda etapa en la que el semanario
presentaría un pensamiento depurado y sincero. Prometía tener un carácter intelectual y literario, al tiempo que se anunciaban
también sus más inmediatos colaboradores 7 Gerardo Valencia, Camacho Montoya, Eduardo Carranza. Jaime Paredes, César Garrido
y Alejandro Valencia, Un semanario intelectual, sí, pero estrechamente vinculado al pueblo7 "Será una bocina auténticamente nueva,
que refleje la inconformidad y los anhelos de las gentes de esta hora. Por lo tanto será solidaria con el dolor del pueblo". La Patria.
junio 8 de 1937, p. 5. Este sueño nunca se realizó
77
Claridad, mayo 13 de 1937, p. 3.
777
La Patria, mayo 3 de 1937, p. 2.

El porvenir del pasado 249


independiente. Pineros Suárez, Martínez Capella y Manuel Mosquera Garcés
afirmaron que al crear el movimiento derechista no lo habían hecho con el objetivo
de renunciar a los preceptos tradicionales de jerarquía, orden y autoridad, sino que,
por el contrario, buscaban rescatar el legado del pensamiento que venía desde el
libertador Simón Bolívar. Jiménez Mejía, a su vez, señaló que las derechas no tenían
nada que ver con los partidos políticos tradicionales y que buscaban superarlos,
dándoles "a las fuerzas de orden de Colombia una estructura similar a la que sostienen
los partidos fascistas europeos como el nacional-socialismo alemán, el fascismo italiano
y el integralismo portugués" 73 . Las deliberaciones no terminaron en acuerdo alguno,
así que Martínez Capella y Pineros Suárez aceptaron su designación a los nuevos
cargos del Partido Conservador. Este acontecimiento profundizó las divisiones políticas
dentro de la AND. Carlos Echeverri Herrera describió así las cosas :
El doctor Jiménez Mejía y el señor Alonso Pinzón, fueron abanderados de las tesis extremas. El
doctor Martínez Capella y el señor Mosquera Garcés se mostraron amigos del conservatismo.
Tras los primeros enfila hoy el llamado Haz de Fuego, formado en su mayoría por adolescentes
impetuosos, cuyo órgano de publicidad es "Somatén". Con los segundos forman en esta hora la
mayoría de iniciadores del movimiento. Ambos grupos han sacado a la prensa boletines de
última hora. Cada cual afirma en sus partes enfáticas, llevar la personería de las derechas,
proclamando allí mismo sus respectivas brigadas de mando, como esencia y síntesis de sus
distanciados programas' 4 .

Las posturas entre los miembros de la AND llevaron a que cada una de las facciones
se erigiera representante del derechismo. La organización de Comandos y la redacción
de comunicados por separado mostraban que el movimiento estaba escindido. La
facción de extrema derecha reorganizó su comando con los nombres de Rodrigo
Jiménez Mejía, Alonso Pinzón, Carlos Vesga Duarte, Carlos Gramas, y con Francisco
García y Hernando Zamora como secretarios; contaba, asimismo, con un cuerpo
consultivo que mostraba ya una participación de derechistas del occidente del país 75 .
Otro grupo más moderado, que se orientaba por permanecer en el conservatismo,
conformó su propia dirigencia con los nombres de personalidades fundadoras también
de la AND: Gerardo Valencia, Francisco Fandiño Silva, Víctor G. Ricardo, Carlos
Echeverri Herrera y Francisco Plata Bermúdez 76 .

La Convención de la Unión Nacional


de E s t u d i a n t e s Conservadores (UNEC)
Juramos por Dios que la UNEC está impelida
a una gran misión restauradora y entregamos
la institución, naciente apenas pero vigorosa y
musculada como un cachorro felino, a este
sabio congreso nacional que multiplica fulgores
t r a s c e n d e n t a l e s y que t i e n e la sencilla
obligación primaria de desgranar en el reloj de
la h i s t o r i a l a s s í l a b a s m a r m ó r e a s del
resurgimiento patrio 7T.

77
La Razón, mayo 7 de 1937, p. 2.
77
La Patria, mayo 1-1 de 1937. p. 3.
77
El cuerpo consultivo fue conformado por destacados derechistas del occidente del país7 Eduardo Zuleta Ángel. Rafael Lema Echeverri,
Carlos Robledo. García Cárdenas, Francisco Jaramillo Montoya. Amadeo Rodríguez, Abel Naranjo Villegas, Antonio Vicente Arenas,
Carlos Echeverri Cortes, Elias Salazar García, Javier Serna Gómez. Julio Zuluaga Arango. Arturo González Guarnizo, J u a n Roca
Lemus, Guillermo Camacho Montoya, Darío Robledo y Mario Camargo. Véase La Patria, mayo 5 de 1937. p, 4.
777
Cabe señalar que dicho comando apareció publicado en La Razón. El Espectador y El Tiempo.
" César Túlio Delgado, Secretario General de la U.N'EC La Patria, mayo 29 de 1937, p. 7.

250 El porvenir del pasado


A un año de su fundación, "en momentos trémulos en que la agonía republicana invade
los límites de la catástrofe", según escribía El Siglo78, la UNEC convocó a su Primera
Convención Nacional79. Durante los primeros meses del año, la UNEC había desarrollado
un plan de actividades para atraer y organizar las juventudes escolares y universitarias
dentro del partido. Ese era el objetivo de la organización, pensado por José Ignacio
Andrade y Laureano Gómez, como lo anotamos en capítulo anterior, para neutralizar
la influencia de los derechistas nacionalistas en la juventud del conservatismo. La
llegada de Álzate al DNC, poco después, y junto a él Elíseo Arango, José Agustín Noriega,
Primitivo Crespo y Augusto Ramírez Moreno, truncó tales planes o, por lo menos, los
obstaculizó. Los roces de los dirigentes de la UNEC con el nuevo Directorio Nacional se
habían presentado incluso a poco de iniciarse la Convención. El vicepresidente de la
organización, Ricardo Silva -como señalamos arriba-, denunció ante la prensa el insano
maquiavelismo de Álzate al aprovecharse del cargo para promover las derechas dentro
del partido. Enfatizó el joven dirigente: "Creo que con la destitución del doctor Álzate
Avendaño, pedida por trescientos universitarios conservadores en nota dirigida a la
dirección nacional del partido, se llegaría a un periodo de bonanza y de acción democrática
para el conservatismo" 80 . Silva expresó su animadversión hacia las derechas en los
siguientes términos: "Las derechas tienen como único objetivo el aniquilamiento del
partido conservador para hacer surgir las derechas fascistas, sedientas de sangre y de
violencia"81. Estas tensiones se expresaron en el momento de elegir dignidades al comienzo
de la Convención. Una violenta pugna se desarrolló cuando la UNEC se negó a otorgar
credenciales a un número amplio de delegados derechistas provenientes del occidente
del país, motivo por el cual el derechismo no tuvo representación en las directivas del
evento. Mal presagio.

Aun así, la UNEC había tenido que vérselas con el ideario nacionalista. En Caldas,
por ejemplo, la organización estuvo estrechamente ligada al espíritu del derechismo
que en esa región lideraba La Patria. Allí tuvo su propia página estudiantil que
salió a la luz en la edición del 19 de abril de 1937 con el nombre de Somatén 82 . Los
precoces jóvenes declararon desde un principio:
Al comenzar esta página, nos hemos propuesto desvincular cordialmente el movimiento
derechista de Caldas de las directivas derechistas de Bogotá lideradas por Carlos Ariel Gutiérrez
y Rodrigo Jiménez Mejía, entre otros. Si se entiende por débil esta declaración, precisa y
sincera, nosotros nos anticipamos a proclamar una doctrina derechista ceñida a los fueros
tradicionales de la armonía conservadora. Tales son los propósitos que acompañan a los directores
de esta página universitaria, siguiendo fiel y lealmente la norma de nuestras directivas políticas 83 .

Los directivos de la UNEC de Caldas reconocieron en los grupos Jerarquía, Falange


Contrarrevolucionaria y Haz Godo a sus mentores. Declararon que "Gilberto Álzate
Avendaño con su conferencia pronunciada en el Instituto Universitario: "'El caos de
las nuevas gentes'-, inauguró el símbolo de una nueva política y delineó, con
maravillosa visión porvenirista, el caso de las generaciones actuales" 84 .
En ese ambiente tenso y enrarecido, la UNEC realizó su primera Convención Nacional
entre el 23 y el 27 de mayo de 1937. Las deliberaciones se desarrollaron en el Teatro
Caldas de Chapinero. La plana mayor del DNC estuvo en la instalación del evento en

7
" El Siglo, abril 10 de 1937, p. o.
9
La convocatoria de la Convención se realizó por resolución emanada de la junta directiva el 30 de marzo último. Estaba firmada por7
César Túlio Delgado, presidente 7 Héctor Acevedo. vicepresidente: Pedro J. Buitrago Galio y Carlos Arturo Acosta, vocales: y por el
secretario Carlos Daniel Sánchez.
"' El Tiempo, junio 23 de 1937, p. 15.
77
Ibid.
"~ El grupo directivo manizalita de la UNEC estaba integrado por los jóvenes Alberto Cardona Jaramillo. Edelberto López. Osear Hoyos
Botero, estudiantes de los principales colegios de la ciudad.
" La Patria, abril 19 de 1937. p. 2.
77
ibid.. mayo 26 de 1937. p. 8.

El porvenir del pasado 251


la Casa Conservadora 85 . Asistieron delegados y representantes de colegios y
universidades. César Tulio Delgado pronunció el discurso de bienvenida en su calidad
de secretario de la organización. Llevó la palabra también el secretario general del
partido, Gilberto Álzate Avendaño, y en representación del comité consultivo habló
Rafael Bernal Jiménez.

Los delegados aprobaron saludos a Laureano Gómez, Pedro J. Berrío, Amadeo


Rodríguez y declararon presidentes honorarios de las juventudes conservadoras de
Colombia a Elíseo Arango, Augusto Ramírez Moreno, Silvio Villegas, Primitivo Crespo,
Rafael Bernal Jiménez y Amadeo Rodríguez. Se trataba de un ritual de comunicación
entre las generaciones: la de los Leopardos, la de Álzate y la de la muchachada que
apenas salía de la adolescencia.

Juegos de democratización en el nuevo discurso


de las derechas. El leopardismo todavía moviendo ideas.
La nutrida presencia de los reconocidos ideólogos de la derecha miembros ya del
DNC, y su activo papel en el evento, era una muestra de su interés en la UNEC. El
sector laureanista, en cambio, estaba en el evento como invitado de piedra. Que por
cuenta de Augusto Ramírez Moreno, presidente del DNC, corriera la responsabilidad
del principal discurso del evento era de por sí sintomático. Este leopardo intervino
ampliamente sobre el "Carácter y opinión de las derechas nacionales". Sus contenidos
constituyeron una sorpresa para el grueso de los concurrentes porque significaba
que su intervención representaba la voz del DNC.

En un lenguaje barresiano, propio ya de todo el espectro de la derecha nacionalista,


Ramírez Moreno se detuvo en un homenaje a los muertos que habían cimentado el
pensamiento conservador y que habían perdido su vida por la causa del partido. El
nombre de Clímaco Villegas volvió a sonar:

[...] hemos convertido su nombre en altar, la vida en ejemplo, en espuela para la conciencia el
martirio y su recuerdo en llama. Podemos crear un mito bello y tónico, místico y racional,
mostrándole a la niñez conservadora el joven fuerte y hermoso que fue Clímaco, trocado en
Ángel de la G u a r d a de n u e s t r o partido, tendiendo la mano fiel p a r a guiar los corazones
inexpertos que ya hicieron voto de amor a las ideas que profesamos con fe86.

Según Ramírez, el ejercicio de la política debía proyectarse hacia el futuro. Pero para
esto era necesario tener en cuenta la tradición y las experiencias pasadas:
El centro de gravedad de los pueblos no está en el devenir atropellado, proceloso e inestable,
sino en los cementerios sagrados e inmóviles. El mundo de los muertos es inmensamente más
dinámico que el mundo de los vivos. Sepamos que en cada Necrópolis hay un cuartel general
p a r a l a s t r o p a s de a v a n c e . Somos un p a r t i d o de m e n t e filial con el p r e t é r i t o : somos
tradicionalistas, y con sereno orgullo invocamos los grandes nombres del pasado para vencer
las inicuas brutalidades del presente 87 .

Sostenía el leopardo que el culto a los muertos debía servir para crear una mística en
el conservatismo, cuestión ya planteada y desarrollada por Álzate Avendaño, pero
que era preciso resaltar ante un nuevo auditorio de jóvenes conservadores. Ramírez


La Casa Conservadora quedaba en el Edificio Latorre. situado en la calle 14 entre carreras 7a y 8'7 .
* El Siglo, mayo 24 de 1937, p. 7.
7
- ibid.

252 El porvenir del pasado


Moreno se extendió sobre los problemas más importantes y polémicos en el
conservatismo: la abstención electoral y la violencia partidista. Señaló que la
participación en las urnas de su partido pasaba a un segundo plano, puesto que la
maquinaria del liberalismo impediría los avances del conservatismo. Enfatizó que
fraude y violencia parecían ser la reabdad del Partido Conservador. Ante tal panorama,
el leopardo desestimó el sufragio universal para la reconquista del poder y más bien
se inclinó por medidas de fuerza. En esa dirección propuso una nueva organización
del partido que pusiera por delante la capacidad de lucha de sus miembros. En ese
esquema, las juventudes del partido, en especial las derechistas, que apoyaban al
Directorio Nacional Conservador y se caracterizaban por su dinamismo y fortaleza
en la plaza pública lo mismo que por su capacidad de propuesta, eran las más indicadas
para afrontar la nueva etapa organizativa. En un principio, todos los adherentes se
vincularían como civiles para posteriormente pasar a conformar las fuerzas de choque
del conservatismo, las cuales actuarían como un cuerpo de combate ante la violencia
liberal. Apartes del discurso de Ramírez Moreno resaltaban la mística y las formas
de ascenso de las derechas: "Para el militante de derechas, la aspiración y el premio
debe consistir en el tránsito del cuadro civil a la unidad de combate, en el ascenso de
militante a columnario. El encuadramiento se refiere a la totalidad de nuestros
adherentes y las tropas de lucha cubren solo a los bravos cuidadosamente escogidos"88.
Dentro de ese cuadro organizativo, Ramírez Moreno exigía una nueva organización
financiera del partido que cubriera y estimulara a las fuerzas de choque juveniles
que se preparaban para la batalla, jóvenes que por desgracia serían los mártires de
la colectividad.

Ramírez Moreno hizo referencia a puntos programáticos para gobernar al país en


tiempos turbulentos como los que corrían. El problema social, cuestión en la cual el
Gobierno liberal se había destacado, sería enmendado por el pensamiento derechista
del Partido Conservador. Ajuicio del leopardo, la familia, como núcleo básico de la
sociedad, debía ser protegida por el Estado en todos los aspectos. De esa forma, las
políticas sobre el problema social y la defensa de la familia debían marchar
conjuntamente, por lo cual esos aspectos se fundamentaban en el intervencionismo
del Estado. En primer lugar, se debían reglamentar las relaciones entre capital y
trabajo, en la cual el Estado interviniera las finanzas de las empresas. La inspección
de la contabilidad de las empresas debía permitir una nivelación de los salarios de
acuerdo al número de integrantes de la familia, así como el fomento de cajas de
compensación para hombres y mujeres solteras y padres de familia sin empleo. En
contraposición a este intervencionismo y en beneficio de los empleadores, el Estado
aseguraba el fin del derecho de huelga ante los desmanes de los sindicatos comunistas
subversores del orden, así como el apoyo del Estado al fomento de organizaciones
obreras, como sindicatos y cooperativas, bajo los preceptos del pensamiento social
cristiano y la supervisión del Estado. Era claro que este sistema se fundamentaba en
un paternalismo y la buena voluntad de los líderes empresariales frente a un Estado
bastante débil en materia de supervisión fiscal. Ramírez Moreno sostuvo la necesidad
de regular el pago de los impuestos indirectos para las clases medias y bajas. El
leopardo llamó a las mayorías nacionales a buscar su representación en las derechas,
en su programa político que prometía cumplir tal función. En su propuesta, Ramírez
Moreno planteó una reforma política que instaurara un Parlamento técnico:

El porvenir del pasado 253


Los obreros manuales, los propietarios de inmuebles, los exportadores, los importadores, los
industriales, los agricultores y los ganaderos, las Academias y las Universidades, dado lo que
obra sobre los itinerarios y los días, encontrará en el parlamento técnico voz y consejeros. Pero
como el país no es homogéneo debido a las brutalidades de nuestra varia topografía, cada
departamento mandará un representante político elegido por la respectiva asamblea o por el
conjunto de sus consejos municipales. Así se logra simultáneamente servir el hecho dinámico
y ciego de la heterogeneidad colombiana, y aniquilar un poco la idea y la práctica de las
divisiones sectarias, ya que un solo hombre será elegido89.

Propuso, también, el voto de la mujer en las contiendas electorales:

El voto femenino continúa siendo bandera y esperanza y oferta que le tendemos a las mujeres
trabajadoras y a las mujeres contribuyentes, a las madres y a las esposas y a todas nuestras
damas, porque consideramos que son por lo menos la mitad de la patria. Negar por más tiempo
el voto a las mujeres, constituye una alta herejía política y equivale a sostener contra ellas una
forma de esclavitud. Para mis hijas yo no quiero el yugo sino el mando 90 .

El programa expuesto por Ramírez Moreno tuvo eco inmediato. La Patria enalteció
la tarea difusora del leopardo porque acercaba el partido a las masas: "El partido que
entre nosotros se preocupe más por el porvenir que por el presente será el que conquiste
la confianza definitiva de las masas desencantadas de oportunistas, traficantes,
demagogos y taumaturgos" 91 , afirmaba el diario manizalita. De la misma manera,
La Patria destacó algunos de los puntos señalados por Ramírez Moreno, tales como
el mantenimiento de un orden social católico fundamentado en la doctrina social
católica, el aumento de los salarios para obreros y campesinos y la defensa de estas
mayorías desamparadas: "El partido conservador no es, ni puede ser el intendente de
los privilegios capitalistas, sino el apoderado diligente de los derechos de los
humildes" 92 . La Razón, el periódico de la derecha liberal, aunque ridiculizó sus
contenidos, catalogó la intervención de Moreno como discurso-programa-bomba, en
lo que tenía razón.

No obstante la trascendencia de lo que estaba pasando, el evento tuvo un final triste.


La noche del 27 de mayo, en el marco de la clausura, los delegados de los bandos en
pugna se enfrascaron en una trifulca. Las causas del altercado fueron la negativa de
la dirigencia de la UNEC a iniciar la sesión bajo el pretexto de no haber quorum. Los
derechistas, que se hallaban en mayoría, mostraron su descontento frente a esta
decisión y se fueron a los golpes con los miembros de la UNEC que desestimaron sus
reclamos. Los salones de la Casa Conservadora y las calles aledañas se convirtieron
en el escenario de la batalla campal. No quedó más remedio que declarar clausurada
la Convención y delegar al DNC para que procediera a elegir el nuevo Comité Ejecutivo
Nacional. Los dirigentes derechistas desestimaron los resultados de la Convención.
César Garrido, uno de los protagonistas de la trifulca declaró: "La UNEC da la
impresión de un conciliábulo de beatas conspirando contra el sacristán del pueblo.
Afortunadamente ese grupo mediocre ya fue desalojado de las dependencias oficiales
del conservatismo" 93 . Rodrigo Jiménez Mejía y Carlos Ariel Gutiérrez consideraron
que la verdadera Convención representante de la juventud derechista se efectuaría
el 24 de julio siguiente.

" ibid,
7771
Ibid.
777
La Patria, junio 25 de 1937. p. 4.
"' Ibid.
'" El Tiempo, mayo 28 de 1937. p. 11.

254 El porvenir del pasado


Las masase Agítense antes de usarlas. El meridiano tórrido
que habitamos. Balance, mediación y significados.
Un interesante artículo, que mediaba e intentaba volver las aguas a su cauce fue
publicado por Bernardo Londoño Villegas en La Patria: "Derechas e izquierdas".
El autor no vio en lo acontecido una tragedia ni una crisis, al contrario, evaluó los
hechos como la presencia en el país de un anhelo salvacionista incontrastable. Anotaba
al respecto:
Todos predicamos el denodado amor a la patria, la defensa de la autoridad y del orden y la
afirmación del espíritu sobre el materialismo izquierdista [...] cierta disparidad de tácticas, no
implica división fundamental de orientaciones sino beligerancia suma de la gran voluntad
nacionalista, que puesta al abrigo del mismo sol libertador recibe de diverso modo sus múltiples
rayos estelares 9 " 1 .

Recabó el autor en el papel salvador al que estaban llamados los derechistas, en el


cumplimiento de "un destino inmortal y una predestinación incoercible"90. Londoño
insistió ante los compañeros de la juventud conservadora para que aceptaran el
término derechas por tratarse de una denominación salvadora'- "pueden tener la
seguridad de que también el hogar de ellos, su inexpropiable patrimonio, la dignidad
de los suyos y su espíritu, serán heroicamente defendidos por las derechas y puestos
en sitio tan seguro que el satánico puño izquierdista no los alcance con su infame
yugo"96. El articulista asumía a la derecha como la única posibilidad de progreso!
ignoraba a las otras corrientes de pensamiento existentes en el país, no les reconocía
nada. La derecha representaba el espíritu ascensional de la cultura, de la civilización
y de la ética. Aspiraba Londoño a que los demás se le sumaran, incluso las masas
izquierdistas "equivocadas y con pleno derecho a la rectificación valerosa, oportuna" 97 .
Ambicionaba que todo el país girara en torno a las derechas: "Queremos que todos
los colombianos se acojan a la bandera derechista, que es el derrotero de la redención
nacional, y anhelamos que en nuestra compañía trabajen todos por la total eliminación
de la conciencia izquierdista que, de seguir ampliando sus fatídicas proyecciones en
Colombia, acabará con ellos y con nosotros" 98 . Londoño, atento al desgaste que
empezaba a presentar el término fascista como sinónimo de derecha, retiró esa
denominación y prefirió acudir a ideas y a premisas colombianas: "Este movimiento
de renovación colombianista, de salvación nacional y que implica el renacimiento
bolivariano en nuestra patria, tiene proyecciones formidables en la conciencia del
país y está emplazado hacia el futuro, en firme ademán conquistador" 99 . Finalmente,
Londoño consideró que las derechas apenas vivían su prehistoria, que su verdadera
historia se iniciaría con la Primera Convención Nacional derechista del 24 de julio.

Haz Godo, a través de su ideólogo José Mejía Mejía, reportó y celebró el 11 de junio la
instalación en Bogotá del Comando de la Extrema Derecha. Aprovechó tal noticia para
avanzar sobre sus lectores algunas correcciones a su propio pensamiento, difundido por
mar y tierra. La crisis de la derecha y las respectivas confrontaciones habían calado en
el dirigente antioqueño, que en ese momento parecía haber aprendido la lección:
Fabricamos todavía mucho pastiche europeo y se trasplantan en bruto afirmaciones políticas
completamente extrañas al crecimiento histórico del país. Hitler o Mussolini no deben ser
digeridos por las derechas nacionales sin tener la más simple noción de vida colombiana.

777
La Patria, junio 3 de 1937, p. 3.
95
Ibid.
97
ibid,
7,7
Ibid.
"" Ibid.
99
Ibid

El porvenir del pasado 255


Quizás en estos periodos confusos y vagos de la insurgencia derechista hemos aglutinado
mucha lírica foránea sobre Roma y Berlín, descuidando el meridiano tórrido que habitamos
[...] Lo que glosamos es simplemente la adopción de principios exóticos, que no echan raíces en
el suelo de nuestra historia 100 .

Mejía Mejía llamaba a cambiar de actitud, a cesar la manufactura de marchas sobre


Roma desde las bibliotecas personales, a alejarse de las enseñanzas de Curzio
Malaparte sobre las técnicas del golpe de Estado, y un poco de los libros y a dar un
brinco a la vida brusca y activa. "Hemos sido demasiado alegres e ingenuos para
darle formato político a nuestro movimiento"101. Haciendo cuentas, Mejía se encontraba
con u n a realidad: dos años hacía que los ideólogos de la derecha estaban teorizando
sobre Bolívar sin que las masas del partido hubiesen absorbido una sensibilidad
bolivariana. Agregaba que los ideólogos de la derecha exageraban en los homenajes
gramaticales a Simón Bolívar mientras la izquierda, que escribía mal, conquistaba
las masas trabajadoras del país. "Trabémonos fuertemente con las masas" 102 , decía.
Mejía escribía preparando el ambiente de la convocada Convención del 24 de julio,
que debía darle una nueva definición a las derechas basada en la acción: "Tenemos
que atravesarnos a la catequización izquierdista y a la tensa e intensa propaganda
revolucionaria de nuestros avispados marxistes" 103 , decía. "Ya están desplegando la
acción por los campos, espacio hasta ayer cerrado y hermético para colonizaciones
doctrinales de este tipo"104, argüía. La intervención de Mejía hacía volver sobre el eje
doctrinario de clase la discusión en el interior de las derechas; lo sacaba del
ensimismamiento interno:

Las izquierdas han incubado en los núcleos proletarios el delirio clasista, la noción febril de sus
prerrogativas y derechos, y el sentimiento enconado contra la supremacía económica de las
clases superiores. Y esta recia dramatización del proletariado constituye sin duda alguna la
más tremenda palanca de la revolución social. Las derechas poseemos un repertorio de ideas
sociales suficientemente acérrimo y vigoroso para tumbar la fiesta y el engaño de las izquierdas
al pueblo trabajador. Nuestros revolucionarios han realizado apenas una conquista sentimental
de las masas. A las derechas nos corresponde la conquista pura y racional 105 .

Todo lo anterior había acontecido en medio de una crisis política nacional. El 24 de


mayo el Presidente de la República presentó su renuncia ante el Senado. El proceso
de reformas de López estaba bloqueado por un Congreso homogéneamente liberal
saturado de triunfalismo santista. Los resultados de las elecciones del 4 de abril,
expresados en la nueva composición del Congreso, significaron una lentitud en la
discusión y aprobación de proyectos de ley que el ejecutivo consideraba urgentes.
Ponerle freno a las reformas equivalía al fracaso del "movimiento político que se
inició en 1929 y asumió el poder en 1934", afirmaba López106. Los voceros del Frente
Popular convocaron a manifestaciones de respaldo al Presidente, cuyo éxito volcó a
miles de colombianos a las calles. Los concejos municipales y las asambleas
departamentales se pronunciaron pidiéndole al Presidente continuar al frente de los
destinos nacionales y al Congreso no aceptar la renuncia. De hecho, así procedió el
Senado, y el Presidente salió fortalecido107.

77,7
El Colombiano, junio 11 de 1937. p. 5.
77
ibid.
7172
ibid.
7778
Ibid.
'•"' Ibid.
'""• Ibid.
706
El Tiempo, jumo 1° de 1937. p. 10.
70,
Sobre la renuncia del presidente López puede verse, además de la prensa nacional, la amplia historiografía al respecto. Por ejemplo7
Tirado Mejía, Alvaro, Aspectos políticos del Primer Gobierno...'. Medina, Medóñlo. Historia del Partido Comunista...: Comisión del
Comité Central del Partido Comunista de Colombia. Treinta años de lucha del partido comunista de Colombia. Bogotá, Ediciones Paz
y socialismo, 1960.

256 El porvenir del pasado


El l e v a n t a m i e n t o de la abstención conservadora.
Nuevo y definitivo desencuentro de la derecha
nacionalista con L a u r e a n o Gómez.
Usted, que sabe hacerlo, pregunte a Silvio y a
Álzate Avendaño si van a r e p r e s e n t a r en el
Gran Consejo al c o n s e r v a t i s m o o a ¡as
derechas. Saludólo cordialmente. 108

La costumbre conservadora de realizar reuniones a puerta cerrada, en secreto, con


reservas y sigilo, producía el efecto de multiplicar las habladurías. No sólo se
rumoreaba sobre las contradicciones de Laureano Gómez con los demás miembros
del DNC, sino también sobre el levantamiento de la abstención. Realmente, en esa
dirección trabajaba el DNC, en particular su secretario general. El cargo que
representaba le había permitido a Álzate ponerse en contacto con la militancia de
todo el país. Producía documentos que esparcía por doquier para mitigar la especie
de las divergencias en el seno de las directivas nacionales, y aprovechaba para insuflar
optimismo, confianza y esperanza en una resonante victoria en las elecciones
municipales 109 . El DNC no improvisaba! Álzate hacía lo que el mandato de la última
Convención Conservadora había ordenado: participar en las elecciones municipales
de octubre mediante consulta con los directorios regionales. Pesaban en la conciencia
de los conservadores los resultados y los significados de las recientemente pasadas
elecciones legislativas. Los comicios del 4 de abril se habían realizado, como si nada,
sin su participación; incluso, en parte, sus idearios fueron defendidos por una de las
corrientes liberales, justamente la vencedora, el santismo.

El DNC había empezado una campaña pro retorno definitivo a las urnas. Correrías
especiales fueron diseñadas para visitar los departamentos. Los Leopardos, que eran
amos y señores del DNC, fueron los primeros programados 110 . Elíseo Arango,
considerado el más moderado del DNC, fue designado para una correría por los
Santanderes, que debía empezar por la complicada región de García Rovira. Ramírez
Moreno visitaría Valle, Cauca y Nariño.

En su calidad de secretario general, Gilberto Álzate Avendaño llegó a Medellín el 11


de junio de 1937 a tratar asuntos relacionados con el partido. Las deliberaciones con
los directivos locales se desarrollaron a puerta cerrada. Lo que era ya un secreto a
voces se manejaba en silencio: el levantamiento de la abstención. Entre la secretaría
general y los directorios regionales se había producido, después de las elecciones de
abril, consultas respecto a la conveniencia de mantener o levantar la política
conservadora abstencionista. No obstante que la Convención pasada daba vía libre a
la participación electoral en los comicios municipales donde hubiese condiciones, las
cosas se hacían como si se tratara de algo prohibido. Al parecer, el punto de la discusión
era si se participaba o no en todos los municipios del país. La Defensa, de Medellín,
era partidaria, incluso, de que en la ciudad los conservadores se abstuvieran de
participar: "Para muchos la inconveniencia estaría en triunfar [...] La policía liberal
promueve atentados contra el concejo liberal, ¿cómo procederían los guardianes del

77W
"Carta de Pedro Celestino Arango a "Rubayata"", en El Colombiano, junio 19 de 1937, p. 3.
7,777
Véase reporte de Antolín Díaz en El Tiempo, junio 3 de 1937. p. 15.
77,1
Los cinco leopardos resultaron siendo tres. Es decir, el leopardismo se había reducido a los nombres de Ramírez Moreno. Elíseo
.Arango y Silvio Villegas. Camacho Carreño no comparte ya con sus antiguos socios las mismas maneras de pensar y actuar. En esta
coyuntura está más cerca del laureanismo que del DNC. Algunos artículos suyos son publicados en los periódicos La Defensa y El
Siglo, que son la contraparte del universo-mental de los leopardos. Es posible que la abstención conservadora lo haya llevado a cerrar
filas con la APEX. De Joaquín Fidalgo Hermida nada se sabe

El porvenir del pasado 257


orden con un cabildo de mayoría conservadora?" 111 . 'Rubayata', en cambio, señalaba
la necesidad de un retorno definitivo:

La jornada de octubre será nada menos que la colocación de la primera piedra en la reconstrucción
de nuestro poder. De nuestro poder, hemos dicho, al referirnos al poder nacional, a la hegemonía
en la república. Porque eso es, y nada menos ni nada más que eso, el derechismo colombiano:
la patria. La patria, que va a ser restaurada por los desalojados del poder. El derechismo se
apresta para festejar su Añonuevo. Un año nuevo que principia en octubre 112 .

La presencia de Álzate en la ciudad fue saludada por El Colombiano y La Patria,


que, como siempre, destacaron la brillante carrera política del personaje:

En el municipio de Medellín realizó una de las mas fuertes organizaciones electorales y, al


frente de la jefatura del debate, su misión fue anchamente satisfactoria para los intereses del
partido. Álzate Avendaño entrevera a sus grandes dotes de conductor político, la suprema
capacidad de un intelectual que conoce en forma admirable los traspiés de nuestra historia,
como t a m b i é n el flujo y reflujo del alma política colombiana. La dirección nacional del
conservatismo llamó al joven caldense para darle a la comunidad una organización férrea,
una disciplina única y un valor electoral extraordinario 111 .

La Patria, a su vez, destacó:

Su presencia en la dirección nacional conservadora indica una nueva era para la juventud de
derecha. Amigo de una política clara, sin vacilaciones, su perfil rampante, su agilidad y su
inteligencia congregan en torno suyo a intelectuales, a políticos y a juventudes esclarecidas.
Con él comparten la responsabilidad del momento algunos valores mentales del conservatismo
que esperan el momento de darle un timonazo a la nave para e n r u m b a r l a hacia caminos
nuevos, en donde el coraje, las brigadas de choque, la polémica, el grito en la plaza, indiquen la
hora de los falangistas que espera la república 114 .

Mientras Álzate duscutía y daba directrices sobre la situación del partido en Antioquia,
en Bogotá se reunía el Gran Consejo Electoral. Los delegados liberales, José Umaña
Bernal, Jorge Uribe Márquez, Julio Rubiano, Benjamín Burbano, Manuel G. Arango,
Alberto Arango Tavera y Gabriel Turbay, pidieron al Presidente López recomponer
esta entidad, invitando a los conservadores a participar ante la renuncia de sus
representantes, Alfredo Vásquez Cobo, Gonzalo Restrepo Jaramillo y Emilio Ferrero.
Luego de varios telegramas cruzados entre el ministro de gobierno, Alberto Lleras
Camargo, y el DNC, los conservadores aceptaron la propuesta y anunciaron la
participación de tres nuevos delegados. La salida conservadora reintroduciría al par-
tido en la vida política nacional. El fin de la abstención se veía venir, pero con ella
vendría también una sonada crisis. Las gestiones se habían desarrollado por mediación
del DNC, donde Laureano Gómez estaba debilitado y automarginado.

El 13 de junio de 1937, La Patria, en su editorial "La inmovilidad perpetua", señaló


que el Partido Conservador debía cumplir las directrices de su última Convención
Nacional y retornar al ejercicio del sufragio: "La abstención es preciso entenderla
como la protesta grandiosa de un partido mayoritario contra la inequidad coronada
y como una tregua fecunda para las campañas del futuro. Si el descanso vigoriza los
organismos la inmovilidad perpetua los atrofia"115. Este editorial resaltaba que era
evidente que el gobierno de López Pumarejo no daría garantía a los conservadores
71
La Defensa, junio 19 de 1937. p. 3
12
El Colombiano, junio 18 de 1937, p. 3
771
Ibid., junio 11 de 1937, p. 6.
11
La Patria, junio 9 de 1937, p. 3.
11
ibid, junio 13 de 1937, p. 3.

258 El porvenir del pasado


para ejercer el derecho al voto, por lo cual era prioritario que los miembros de la
colectividad participaran en los cargos del poder electoral. En este punto, la prensa
pro levantamiento de la abstención recurrió al espíritu heroico y valeroso de los
conservadores frente a las adversidades de fraude y violencia, las cuales se habían
logrado superar en las elecciones de concejos municipales de 1935, justas en las que
el partido había logrado un significativo protagonismo en más de doscientos
municipios. En esa dirección era deber moral de las directivas conservadoras de-
fender este triunfo electoral y afianzarlo.

L a u r e a n o e n s a n t a i r a . L a c r i s t a l i z a c i ó n d e l a s dos
g r a n d e s e irreconciliables corrientes del conservatismo.

Laureano Gómez, con periódico propio, en su cómoda posición de editorialista del


reciente, pero ya afamado El Siglo, replicó. Defendió la abstención total. No le
faltaban razones si de defender la vida de los conservadores se tratase. Pero su
querella estaba inundada de un tufo personal
[...I j a m á s a s u m i r í a m o s la r e s p o n s a b i l i d a d de aconsejar con corazón ligero a n u e s t r o s
copartidarios el uso del voto mientras ocupe la presidencia el señor Alfonso López, reconocido
destructor del sufragio en Colombia: y hemos de limitarnos a admirar el espíritu de sacrificio,
la intrepidez heroica de quienes deciden exponer la vida propia o la ajena en una contienda
desigual, que será señalada en muchas partes por los cruentos estigmas de la barbarie 116 .

Gómez señaló que la participación en las elecciones de octubre y sus anunciados


resultados eran sobrevalorados por el DNC, ya que el conservatismo no tenía voceros
en las asambleas departamentales, ni en la Cámara de Representantes ni en el
Senado. Según Laureano, era en estas instituciones donde el Partido Conservador
debía tener sus delegados antes que en los concejos municipales 117 .

El 18 de junio, La Patria abrió con un titular a ocho columnas: "Para octubre fue
levantada oficialmente la abstención conservadora". La noticia daba cuenta de la
manera como se había procedido: consulta a los directorios seccionales, unanimidad
positiva de estos para la participación en las elecciones, designación de nombres por
parte del DNC y nombramiento respectivo por parte del Gobierno central. El titular
era la muestra del respaldo de La Patria al DNC. Lo mismo hicieron El Colombiano
y Diario del Pacífico. El Siglo, es decir, Laureano, tituló el editorial de ese
mismo día "Una claudicación inexplicable". A su modo de ver, los tres cupos en el
Consejo Electoral no correspondían a las mayorías conservadoras. Muy poco en
comparación con los sacrificios del partido:

Si creen que el partido conservador es mayoría, ¿con qué derecho aceptan una representación
numérica irrisoria, de tres contra seis? Si consideran que el partido conservador es minoría están
en abierta pugna con el sentimiento unánime e irrevocable de sus masas, que sienten la efectividad
de sus mayorías, justamente en la necesidad en que está el régimen de acudir periódicamente a
los crímenes más atroces para impedir su predominio en la vida de la república11".

Para Gómez, la actitud del Gobierno hacia el conservatismo era humillante,


arbitraria, mezquina, injusta, una monstruosa inconsecuencia. Desautorizó y
deslegitimó al DNC que dio semejante paso. Sostuvo que se trataba de un directorio
"' El Siglo, junio 16 de 1937. p. 4,
7
Ibid.
' Ibid., junio 18 de 1937, p. 4,

El porvenir del pasado 259


desintegrado, al que él mismo no asistía por razones personales, y que no se
reunía porque la mayoría de sus miembros vivía en provincia: "Un partido glorioso
por su historia y por su doctrina, íntimamente vinculado a las mejores tradiciones
de Colombia, no puede dirigirse por correspondencia." 1 1 9 . No era realista
L a u r e a n o . Los liberales eran ya la mayoría electoral de Colombia y de no
participar el conservatismo en las elecciones próximas muy posiblemente perdería
los municipios conservadores. Más real era el derechista Mejía Mejía:

Si López no nos reconoce m á s que tres miembros en el Gran Consejo Electoral debemos
aprovechar este poco juicio del señor P r e s i d e n t e p a r a conquistar los r e s t a n t e s que nos
corresponden [...] ¿Esperar más? ¿Solicitar más garantías? ¿Exigir el cumplimiento estricto de
los programas democráticos del gobierno? ¿Conservar la esperanza de que vendrá un liberalismo
honesto capaz de respetar los derechos constitucionales, las libertades públicas y el ejercicio del
sufragio? No seamos candidos 120 .

El Colombiano también fue enfático:

[...] este sistema de la abstención hay que romperlo un día. La abstención no es una táctica
permanente sino transitoria. Pero si el Dr. Gómez espera para ponerle fin, que el liberalismo,
tal cual es, nos reintegre oficiosamente nuestras plazas de mayoría en los cuerpos electorales,
en cámaras, asambleas y concejos, pensamos que está predicando la abstención eterna. Esto
que se llama el partido conservador no será una colectividad política activa y militante, sino el
nirvana. Si estamos equivocados, díganos el doctor Gómez cuándo será el momento de volver
a la actividad cívica del sufragio y por qué caminos insospechados llegaremos 121 .

Tenía lugar la más grande crisis del conservatismo en lo corrido del siglo. La
sensibilidad que aquí hemos denominado leoparda y que había conquistado espacios
en el interior del conservatismo no estaba dispuesta a cederlos en momentos que era
arte y parte del DNC. Laureano sabía que sus contendores, aunque jóvenes, eran de
peso pesado y que no podía repetir las hazañas que lo hicieron célebre en su pelea de
otrora con don Román Gómez. No estaba solo, por supuesto. Daba la pelea con su
periódico, su prestigio, su pluma y su vocabulario ofensivo, que repartía dicterios a
diestra y siniestra. Se consideraba jefe único, aunque aparentemente lo negara. Era
así, y así lo concebían miles de copartidarios. La crisis revelaba que dos corrientes se
estaban cristalizando en el partido. A su lado se hicieron La Defensa, de Medellín,
La Voz de Caldas, de Manizales, y el Directorio conservador de Antioquia, entre
otros. Masas conservadoras se expresaron a favor de uno u otro bando en los
respectivos diarios por donde transitaban las polémicas. Con página entera en El
Siglo contaron los laureanistas del país para respaldar, en amplio plebiscito, las
tesis de su adorado jefe. El sagrado espacio del editorial de El Siglo, consagrado
para su director, fue cedido para reproducir los escritos que a favor de Laureano
escribía en La Defensa don Aquilino Villegas, que aprovechó la oportunidad para
cobrarles a los jóvenes del DNC cuentas aún pendientes, sobre todo a Alzate :

Contra mí se levantaba una logomaquia plagiada: "No hay enemigos a la derecha". Y bajo esa
palabra confusa se movían los destructores de nuestra disciplina [...] Entre tanto se preparaba
la convención conservadora, y el manzanillo derechista se movió con habilidad: yo apenas
conozco las maniobras caldenses. Y de antemano se puso la puntería sobre el único empleo
remunerado del partido conservador: la Secretaría del Directorio. En Manizales era sabido que
el director del derechismo iba por aquel sueldo y aquel excelente puesto de intriga. Laureano

'">' Ibid.
Ibid
120
El Colombiano, junio 21 de 1937, p, 4.
77
- Ibid.. junio 20 de 1937, p. 3.

260 El porvenir del pasado


fuerte y magnánimo ignoró voluntariamente todas aquellas empresas, y comenzó la secreta
conspiración contra su nombre 122 .

Y, más adelante, Aquilino en el mismo espacio de El Siglo fundamentó las razones


que lo llevaron a hablar de conspiración. Álzate, sobre todo Álzate, estaba en su
mira, él lo había fabricado todo : "El maniobrero mezquino, de ligeras habilidades
electorales, de agilidad de manos en el suscitar los hombres y los sucesos y los elogios,
en organizar las corporaciones, las asambleas, las convenciones con fichas escogidas
y consignas dadas, debe expulsarse lejos como alimaña dañina" 123 .

Al apoyo de la prensa conservadora pro levantamiento de la abstención se sumaron


los grandes rotativos liberales El Tiempo, El Espectador y La Razón. El
desencuentro del liberalismo con Laureano Gómez, que había iniciado La Razón, se
profundizó y abarcó el conjunto de la prensa liberal. Empieza un diálogo de la cúpula
liberal con el sector nacionalista del Partido Conservador, gracias a su papel como
protagonista en el desmonte de la abstención. En la medida en que se profundicen
las contradicciones entre el laureanismo y los liberales, los jóvenes nacionalistas
fascistas emergerán como socios mayores del liberalismo. Esta vez, La Razón
reconoció que La Patria era un periódico calificado y bien escrito, y definió lo que
estaba aconteciendo en el conservatismo como rebelión de los intelectuales contra la
monarquía política de un conductor. En ese momento, los editoriales de La Patria
eran explicados, ampliados, contextualizados y compartidos. Cerró filas con Silvio
Villegas y se permitió escribir: "Se trata ahora de una restauración de tradiciones
intelectuales y políticas, antes que de una discusión sobre el tema de la abstención
electoral y de la concurrencia a los cuerpos que controlan las funciones del sufragio"124.
En realidad, los intelectuales del diario manizalita habían planteado bien las cosas:
si de doctrina se trataba, lo más cercano a ella era la manera cómo el DNC afrontaba
la situación: colectivamente, sin la hegemonía de un jefe único, que, según rezaba en
la doctrina, no era de estirpe conservadora. Ante la acusación que hacía Gómez de
que el Partido Conservador se dirigía por correspondencia, Diario del Pacífico
respondió desde Cali: "Hemos permanecido dos meses en Bogotá [...] y durante ellos
fueron diarias las sesiones, hasta el punto de que esa entidad [DNCl ha sesionado
más en cuatro meses que los directorios anteriores en cinco años" 125 .

La decisión de los conservadores nacionalistas de participar en el Consejo Electoral


sorprendió al Partido Comunista:

Pero sería falso decir que el levantamiento de la abstención y la aceptación de puestos en el


gran consejo electoral es un triunfo de las zonas conservadoras que todavía son democráticas
[...] Laureano Gómez el gran demagogo reaccionario ha sido vencido, pero no se resigna a la
d e r r o t a y t r a t a desde su diario El Siglo de compactar en torno suyo a la mayoría del
conservatismo. Mientras tanto los pimpollos fascistas en frente común con otras zonas del
viejo partido feudal, hacen todo lo posible por minar el prestigio y la autoridad del monstruo 126 .

Impresionado el comunismo de lo que estaba sucediendo en el interior del conservatismo,


sostuvo que las elecciones de octubre serían mucho más trascendentales que las de
abril y por ello estimó la futura contienda como una gran batalla contra las fuerzas
derechistas. El avance nacionalista provocó en el comunismo una relectura de la
candidatura de Santos, que a partir de entonces revaluó: "No excluimos en esta hora de
: ¿
- El Siglo, junio 24 de 1937. p. 4.
' " Ibid.. jumo 26 de 1937. p. 4.
71
La Razón, julio 1" de 1937, p. 7
777
Diario del Pacífico, junio 21 de 1937, p. 1,
777
Tierra, junio 25 de 1937, p. 8.

El porvenir del pasado 261


peligro la posibilidad de cerrar filas con todo lo que haya de honrado en el partido
hberal, así se llame eso santismo o centro liberal, para formar una muralla infranqueable
contra el fascismo hitleriano y musolinista y las derechas aborígenes"127.

Que el liberalismo hubiese empezado a entenderse con el sector nacionalista, es


decir, el de la extrema derecha del partido contradictor podría parecer extraño. Era
proceloso el camino de la construcción de la democracia en el país. Pero era ese.

El Tiempo estaba de plácemes con el levantamiento de la abstención, pues sabía


que la participación conservadora en las elecciones legitimaba la República Liberal
en el poder. Culpó a Laureano Gómez del sostenimiento del perjudicial abstencionismo
p a r a el mismo Partido Conservador y cuestionó su poder en el interior del
conservatismo: "El ingreso actual de tres figuras conservadoras al Gran Consejo
Electoral, contra la expresa voluntad del doctor Gómez, pero con la autorización del
directorio, constituye el derrumbamiento de la política del doctor Gómez, y el
sometimiento del conservatismo al libre juego de los partidos que impone la
constitución republicana del país" 128 . La Patria también reprochó la actitud de
Gómez, realizando de manera implícita la analogía entre este y Mahatma Gandhi,
admirado por Gómez:

La política abstencionista no puede ser indefinida, porque la abstención es la muerte. No hay


nada más deplorable que el caso de la India, inmenso Ganges de espiritualidad, que después de
seguir durante cuarenta años tras la silueta mística de Gandhi, comprende hoy que toda su
política de no cooperación, de no violencia, ha fracasado. Ahora el Pandit Nerhu, su último
caudillo, trata de rectificar aquellas orientaciones, buscando medios más eficaces de acción
para la independencia de la India [...] Desgraciadamente la abstención ha sido la política de
brazos cruzados. No hemos sabido darnos la férrea organización interna que demanda tan
peligrosa medida y todo lo esperamos de los errores, divisiones y equivocaciones de los
adversarios. Por este camino se va a todas partes, inclusive a la atrofia, pero no al éxito129.

Días después, su pensamiento fue abriéndose:

Nunca he dicho que deba prohibirse votación en aquellos afortunados municipios donde puede
sufragarse con libertad; pero sería absurdo dictar medida de carácter nacional cuando la
coacción oficial es la regla, y el ambiente de garantías, la excepción. Por eso he considerado que
debe dejarse a los directorios departamentales y municipales completa autonomía para pesar
las circunstancias y aprovecharlas allí donde fueren favorables, sin hacerme muchas ilusiones
sobre el resultado final, porque la experiencia nos dice hasta donde llega el espíritu sectario e
inescrupuloso del gobierno 130 .

Los avances de Gómez recibieron la adhesión de La Voz de Caldas, de Manizales,


y de La Defensa, de Medellín. De inmediato, Elíseo Arango sostuvo que la
participación electoral sería en "los doscientos concejos municipales en los que se
había triunfado en las elecciones de octubre de 1935"131, a lo que La Patria opinó
en contrario, al señalar que el retorno a las urnas debía ser en todos los municipios
sin excepción:

En Jo que disentimos de El Siglo es en el propósito de pedir tan solo una votación parcial en
algunos municipios. La movilización hacia las urnas debe ser general, porque de lo contrario
el l i b e r a l i s m o p o d r í a l l e v a r s u s f u e r z a s s o b r a n t e s h a c i a los m u n i c i p i o s de m a y o r í a
127
Ibid., julio 16 de 1937, p. 3.
7778
El Tiempo, junio 18 de 1937. p. 4.
7277
La Patria, junio 17 de 1937. p. 3.
7377
El Siglo, jumo 19 de 1937, p. 1.
737
Véase las ediciones de El Colombiano, junio 19 de 1937. p, 11 y La Patria, junio 19 de 1937. p. 1.

262 El porvenir del pasado


conservadora, con el propósito de perturbar la votación. En esta forma sería preferible no
concurrir a las urnas 132 .

El 12 de junio, El Tiempo abrió su página tres con el titular "Convenido ya el


levantamiento de la abstención electoral", acompañado del siguiente resumen: "El
partido de oposición concurrirá en octubre próximo a las elecciones para concejos
municipales. Empezará dentro de breves días la propaganda" 133 . Se trataba de una
información filtrada de las múltiples reuniones secretas que se desarrollaban en el
interior de la cúpula conservadora. El 14 de junio, en su calidad de secretario gen-
eral, Álzate rindió a la opinión pública la siguiente información: "El Directorio Nacional
Conservador, nombrado por la última Convención del partido, consultó previamente
la opinión de los 14 directorios departamentales sobre el levantamiento de la
abstención y respondieron todos que las masas conservadoras quieren el hecho real"134.
En desarrollo de esa realidad, Álzate Avendaño envió un telegrama al ministro de
gobierno, en el que señalaba los nombres de los candidatos que el DNC postulaba
para los cargos en el Gran Consejo Electoral. Fueron designados para tal dignidad
los directores de los diarios El Colombiano, Diario del Pacífico y La Patria:
Fernando Gómez Martínez, Primitivo Crespo y Silvio Villegas respectivamente. Como
suplentes fueron llamados Hernando Uribe Cualla, Gilberto Álzate Avendaño y
Alejandro Cabal Pombo.

Laureano Gómez entró en santa ira. Señaló que el Partido Conservador no podía
declinar ante los cargos ofrecidos por el Gobierno liberal, y mucho menos en la
proporción numérica que había ofrecido el Gobierno en los cargos de consejeros
electorales. Anotó que el Partido Conservador, como colectividad mayoritaria, debía
recibir una paridad en el Gran Consejo Electoral. Señaló que el DNC no representaba
los intereses de la mayoría de sus miembros, por lo cual sus directrices no debían ser
acatadas. De otro lado, dio a entender que se trataba de una jugada de los jóvenes
nacionalistas miembros del DNC, que permanecían más tiempo en Bogotá en
comparación con el general Pedro Justo Berrío, que vivía en su finca de Santa Rosa
de Osos, Primitivo Crespo, que residía en Cali, Víctor Dugand, que vivía en
Barranquilla y José Agustín Noriega, que permanecía en San Gil. Gómez se refería
a Elíseo Arango, Augusto Ramírez Moreno y Gilberto Álzate Avendaño que, según
afirmaba, "promulgarán de forma autónoma sus apreciaciones sobre la táctica
conservadora", y terminó anotando que el conservatismo se manejaba por
correspondencia y que la "cooperación" con el régimen liberal no era la solución135.
Primitivo Crespo recibió de Gómez un telegrama que a la letra decía : "Saludólo.
Acabo informarme nombramiento suyo en Gran Consejo Electoral. Mi amistad
muéveme advertirle no acepto esa política. Combatiréla. Abrazos. -Laureano" 136 . En
los mismos términos recibió Víctor Dugand el suyo. Dugand le respondió diciéndole
que él había estado de acuerdo con el fin de la abstención, mas no con la participación
en el Gran Consejo Electoral, y le prometió que a su vuelta a Bogotá renunciaría al
Directorio Nacional137. Crespo no se amedrentó, apoyó la decisión del DNC y en carta
de respuesta le recordó que la Convención Nacional era la suprema autoridad del
partido y que lo que estaba haciendo el DNC era desarrollar sus directrices. El
dirigente caleño anotó, entre otras cosas: "El cumplimiento del deber y la obediencia
disciplinaria, altísimas normas a las que rindo pleitesía, me llevan a discrepar en
este punto de su parecer [...] Tenemos que salir de la inmovilidad si aspiramos a

1772
La Patria, jumo 19 do 1937, p. 3.
7,7
El Tiempo, junio 12 de 1937, p. 3.
774
Ibid.. junio 19 de 1937, pp. 1 y 18. R e s ú m e n e s de los t e l e g r a m a s de los directorios d e p a r t a m e n t a l e s se pueden consultar en:
El Colombiano, junio 20 de 1937, pp. 1-2.
77is
Véase El Siglo, junio 18 de 1937, p. 4.
7:777
La Patria, junio 19 de 1937. p. 1.
7:7,
El Colombiano, junio 19 de 1937, p. 1.

El porvenir del pasado 263


evitar que se consolide la parálisis y se disgreguen nuestras huestes" 138 . Uribe Cualla,
en cambio, renunció a su postulación al Gran Consejo Electoral en claro respaldo a
su jefe139. En su reemplazo, el DNC designó a Gabriel Rodríguez Diago.

Los señalados delegados conservadores ante el Gran Consejo Electoral, desde sus
diarios, llamaron al orden y a la disciplina: "Directores tiene el conservatismo y su
voz es la única que las huestes disciplinadas deben escuchar y obedecer", señalaba
vehementemente El Colombiano140. Elíseo Arango y Augusto Ramírez Moreno fueron
incisivos al señalar que Laureano Gómez se había marginado del Directorio Nacional
para dedicarse a sus oficios periodísticos. Sin embargo, Arango y Ramírez enfatizaron
que Gómez fue invitado a las reuniones e informado sobre las actividades del Directorio
Nacional Conservador, pese a su ausencia 141 . Ante los ataques de El Siglo contra la
autoridad y la jerarquía legítima representada en el Directorio Nacional Conservador,
Ramírez Moreno contraatacó. Resaltó que en la Convención de enero-febrero de 1937
el sector derechista promovió la jefatura única para Laureano Gómez, designación
de la cual desistió el líder conservador alegando que el sentido democrático que
destacaba al Partido Conservador no permitía que hubiera un caudillo comandando
la colectividad. A su vez, Primitivo Crespo resumió sus actividades en el Directorio
Nacional defendiendo las decisiones de sus compañeros 142 .

Entre los problemas que se ventilaban en esta crisis conservadora, el de la


confrontación centro—provincia estuvo presente. El Partido Conservador era
provinciano por excelencia, o mejor: era una colectividad a través de la cual se
expresaba la provincia. Manizales, Medellín, Cali, capitales provinciales, tenían juego
nacional por el peso y actividad desplegada por sus dinámicos diarios, que competían
con los bogotanos. A los periódicos correspondían líderes regionales que no se dejaban
someter por la influencia de la capital. La autonomía política de los directorios
departamentales se defendía a capa y espada de la pretensiones bogotanas. Se sentía
más la provincia desde el conservatismo que desde el mismo liberalismo. Laureano
era asumido por la militancia conservadora de provincia como el representante del
centro, de la capital. De ahí que en plena tormenta Villegas escribiera un editorial
titulado "La rebelión de las provincias": "No de hoy sino de siempre, ha sido concepto
nuestro que todas las empresas económicas, administrativas y políticas del país
deben gobernarse con un criterio provinciano. Bogotá, precisamente por ser un
rumuroso centro urbano, es la negación de nuestra cultura aldeana. Allí se enfocan
los problemas con un criterio citadino y nosotros necesitamos un criterio rural" 143 .
Señalaba Villegas que el DNC estaba conformado justamente con tal criterio que la
provincia toda tuviera representación en él. Y, al contrario de Laureano, consideraba
que su legitimidad radicaba en que sus miembros vivían en provincia. Villegas llamó
a retomar la idea de conformar el bloque de occidente: Nariño, Valle, Cauca, Tolima,
Caldas y Antioquia para defenderse del centro de la misma manera como lo debía
hacer el oriente colombiano y la Costa Caribe. Enfatizaba Villegas que era necesario:

[...] repetir sin descanso que Bogotá es el corazón de Colombia como dice un sugestivo lugar
común, pero no es Colombia. Nuestra república no es urbana, ni está en sus grandes centros
poblados! su entraña vital es preciso buscarla en las llanuras, en los valles, en las cordilleras, en
los cafetales, en las minas de oro y de hulla, en las aldeas y veredas. Todo entre nosotros es
r u r a l . Hacia las veredas y los campos hay que dirigir la n u e v a orientación económica,

7l7S
La Patria, junio 19 de 1937 p. 1. Véase también Diario del Pacífico, junio 19 de 1937, p. 4.
77777
Véase El Siglo, jumo 19 de 1937. p. 1.
740
El Colombiano, junio 17 de 1937, p. 3.
747
Véanse La Patria y El Colombiano, junio 19 de 1937. Para las declaraciones de Augusto Ramírez Moreno, véase su libro La crisis del
partido conservador en Colombia. Bogotá. Tipografía Granada. 1937, pp. 58 y ss
772
Diario deJ Pacifico, junio 19 y 21 de 1937. p. 3.
77
L a i ' a t r i a . j u n i o 2 0 d e 1937, p. 3.

264 El porvenir del pasado


a d m i n i s t r a t i v a y política [...] La provincia, hemos declarado muchas veces, es la nación.
Descentralizar es vitalizar. Los departamentos han llegado a su mayor edad y deben ser los
únicos arbitros de su destino 144 .

El dirigente del sur de Caldas, Joaquín Estrada Monsalve, también intervino sobre
las desaveniencias con Laureano:

Tengo la convicción de que nuestro partido, aguerrido en el retiro del sufragio, moralmente
obsesionado con la reconquista de sus derechos públicos, está mejor dotado hoy para su legítima
defensa. Por esto, debiérase preparar el retorno a las elecciones con una soberbia movilización
popular de nuestras masas, fortificándolas en el mitin, con nuevas exaltaciones de su mística. 145 .

Desde Medellín, José Mejía Mejía resaltó el apoyo de las derechas antioqueñas a las
directivas nacionales exaltando el fin de la abstención electoral146. Desde la misma
ciudad, Juan Roca Lemus, el conocido 'Rubayata', en carta dirigida a Silvio Villegas,
manifestaba su desagrado por las críticas que hacía Laureano Gómez al DNC, ya que
era una actitud que atentaba contra las prácticas democráticas de la colectividad147.

De otro lado, los telegramas de adhesión a Laureano llegaban a El Siglo. Su arma


principal consistía en recalcar el desconocimiento que el DNC había hecho de la
autoridad suprema de Gómez. Desde Barranquilla, un copartidario apuntó:

La designación de miembros del Gran Consejo Electoral, hecha por el Ejecutivo en los doctores
Silvio Villegas, Primitivo Crespo y Fernando Gómez Martínez como principales, y en los doctores
Alejandro Cabal Pombo, Gilberto Álzate Avendaño y Hernando Uribe Cualla como suplentes
está diciendo a las claras que ese grupo con garras ha querido hacer un asalto a las más altas
posiciones, sin importarle una higa p a r a el logro de sus propósitos el golpe asestado a la
indiscutible autoridad del doctor Laureano Gómez. De ahí que se escogiera para representar al
conservatismo en la primera corporación electoral de la república a los enemigos no por ocultos
menos evidentes del doctor Gómez, como lo son los Dres. Fernando Gómez Martínez, Gilberto
Álzate Avendaño y Alejandro Cabal Pombo, el segundo de los cuales no se ha contentado con
pasar de su puesto de semi-caudillo político en Caldas a la secretaría del Directorio Nacional
Conservador, sino que aspira a escalar otras posiciones más altas. Y el movimiento tiene
procedencia geográfica, señor director. Ha sido el occidente colombiano de donde ha partido la
consigna contra el doctor Laureano Gómez. Caldas, Antioquia y Valle han querido tomar las
riendas del partido, arrebatándoselas al más autorizado paladín de la causa 148 .

El Directorio Conservador de Antioquia entró al debate. Para tal efecto sacó a colación
las conversaciones que se habían desarrollado con el secretario general en su reciente
visita a la ciudad:

Expresamente se le manifestó al doctor Álzate Avendaño que si la aceptación de las ofertas del
gobierno encerraban el peligro de ocasionar discordancia pública o privada entre los miembros
del Directorio Nacional Conservador y el jefe supremo del partido doctor Laureano Gómez,
debía desistirse en un todo de la aceptación de dichas propuestas, pues aun cuando estas
produjeran algún beneficio al conservatismo, este beneficio vendría a ser completamente nulo
al romperse la armonía entre los miembros de la directiva nacional, lo cual tendría funesta
repercusión en el seno de la colectividad. El directorio de Antioquia considera que el punto
primordial de la política conservadora es mantener la compacta unión del partido a costa de los
mayores sacrificios y cree que si p a r a el sostenimiento de esta unión es necesario, por
divergencias que h a y a n podido surgir o que surgieren en el futuro, entre el señor doctor

77
Ibid.
"•Ibid.. junio 21 de 1937, p. 3.
7777
El Colombiano, junio 21 de 1937, pp. 1-4,
777
ibid. junio 22 de 1937. p. 3.
" El Siglo, jumo 20 de 1937, p. 5.

El porvenir del pasado 265


Gómez y otros miembros de la Directiva Nacional, la convocatoria de la convención del partido
para elegir nuevo directorio, debe irse hasta allá. Directorio Conservador de Antioquia.
Alejandro Ángel, Manuel M. Toro, Luis Navarro Ospina, Ricardo Jiménez Jaramillo, Dionisio
Arango Ferrer, Pedro Estrada G., Néstor Castro C , Secretario 149 .

La jefatura antioqueña llamó a que se efectuara una nueva Convención Nacional


Conservadora.

La arremetida contra Álzate Avendaño no cesó. El 21 de junio, J u a n Uribe Cualla


acusó al secretario general de suministrar de manera autónoma a El Tiempo
documentos y telegramas secretos sobre tácticas de los directorios departamentales,
por lo cual era necesario reorganizar esa dependencia y castigar al responsable 150 .
Las críticas venían también de Medellín, por medio de los artículos escritos por
Aquilino Villegas en La Defensa, el cual no sólo se contentaba con acusar al Directorio
Nacional Conservador de desconocer la autoridad que representaba el Gran Jefe.
Aquilino Villegas fue más allá y señaló que las resoluciones del Directorio Nacional
Conservador hacían parte de una conspiración de las derechas, que había comenzado
en la Convención Departamental de Caldas con la aprobación de Gilberto Álzate
Avendaño y Silvio Villegas. El desenfrenado ascenso de Álzate Avendaño, con el
consentimiento de Laureano Gómez, perjudicó al segundo, llevándolo a su marginación
y a desacreditar su autoridad en el conservatismo colombiano151.

De otro lado, lo poco que había quedado de la UNEC le declaró la guerra a Álzate. La
pelea contra el secretario general se había iniciado a poco de la culminación de la
Convención de mayo. Los directivos de la UNEC acusaban a Álzate, a quien llamaban
el jefe de las derechas, de querer imponerles ideas y sistemas fascistas. Denunciaron
la conversión de la Casa Conservadora en sitio de reuniones de los camisas negras,
declararon a Álzate enemigo de la juventud tradicionalista y anunciaron la remoción
de los comités regionales de Caldas y Antioquia, donde los derechistas se habían
apropiado de la dirección del movimiento estudiantil. Ricardo Silva expresó
repugnancia por las derechas y propuso su expulsión del partido 152 . Días después, el
23 de junio, la UNEC anunció que estaba dispuesta a emprender una campaña de
carteles y hojas volantes contra Álzate por considerar su actuación en este cargo
como maquiavélica y manzanilla. La UNEC dirigió al DNC un manifiesto, con más
de trescientas firmas de estudiantes universitarios conservadores, en el que señalaba
su descontento con el secretario general. Decía el documento que este había vulnerado
todos sus derechos y desconocido las iniciativas y órdenes de las entidades supremas
de la colectividad, y que había perseguido como único objetivo el ascenso de las
derechas. Anotaba, además, que Álzate había tomado poderes que las asambleas no
le habían dado, y pedían encarecidamente su destitución por tratarse de un elemento
perjudicial en la organización conservadora 153 .

Las acusaciones fueron subiendo de tono. La prensa que apoyaba a Álzate llamó a la
calma y al diálogo. Joaquín Estrada Monsalve clamó serenidad:

Nuestra actitud es de apacible plática para discutir un problema de partido. Con los nuestros,
ni buscamos querellas, ni las aceptamos. Lo único que buscamos es una solución conciliatoria.
Pero ¿cómo la encontraremos, si a la serenidad que explica, se nos contesta con la efusión que

<B
Ibid.. junio 19 de 1937, p. 1.
571
Ibid., junio 21 de 1937, p, 4.
sl
Ibid., junio 24 y 27 de 1937, p. 4.
72
El Tiempo, junio 3 de 1937, p. 2.
73
Véase ibid., junio 23 de 1937, p. IB

266 El porvenir del pasado


repele? Seamos serenos, que direccionistas y antidireccionistas tenemos un ápice indispensable
de contacto: el porvenir del conservatismo 17 ' 4 .

El comienzo del diálogo entre los ideólogos


liberales y el liderazgo de las derechas nacionalistas.

El 25 de junio de 1937 se instaló el Gran Consejo Electoral135. Los líderes nacionalistas


Silvio Villegas, Fernando Gómez Martínez y Gilberto Álzate Avendaño fueron recibidos
en las puertas del Palacio de Nariño por el ministro de gobierno Alberto Lleras
Camargo, quien conferenció con ellos antes de ser recibidos por el Presidente de la
República y por el recién designado ministro de relaciones exteriores Gabriel Turbay,
quien, además, fungía como presidente provisional del Gran Concejo. Los delegados
conservadores prestaron juramento y firmaron el acta de posesión. En su intervención,
Turbay transmitió la satisfacción del Partido Liberal por la participación de los
delegados conservadores en la corporación electoral. La nueva directiva quedó
conformada por el liberal José Umaña Bernal como presidente y el conservador Gilberto
Álzate Avendaño como vicepresidente.

A todas luces, se trató de un triunfo político de Álzate. Pero había sido muy difícil
llegar a ese punto. La imagen del secretario general estaba salpicada de intrigas,
odios, enemistades e incomprensiones. Enfrentarse a Laureano tenía un costo, era
como pelear contra dos enemigos a la vez: contra él y contra El Siglo. La única
manera que encontró Álzate de menguar la influencia de este ya poderoso diario
conservador fue valiéndose de la prensa liberal. En ella tuvo cabida la respuesta del
conservatismo nacional al plebiscito sobre el levantamiento de la abstención, que
promovió el secretario general. Publicar estas respuestas era la única forma de
legitimar su iniciativa, su táctica y su experiencia. Así lo consignó El Colombiano:
"La actitud de El Siglo al publicar fragmentariamente el mensaje reservado del
Directorio Departamental de Antioquia colocó al DNC en trance de hacer públicos
varios documentos políticos"156. Para Álzate, El Siglo, como periódico de la capital
que llegaba a la provincia, cumplía con la función de informar a las masas
conservadoras, pero con su actitud lo que hacía era tergiversar la información 10 '.

Con el final del mes parecía llegar la calma. En Medellín, el 26 de junio, en horas de
la tarde, se reunió el general Pedro Justo Berrío con el Directorio Conservador de
Antioquia para debatir los asuntos del partido. El general Berrío manifestó su acuerdo
con el levantamiento de la abstención electoral siempre y cuando se les permitiese a
los departamentos y municipios decidir sobre la conveniencia de retornar a las urnas.
Berrío insistió en la necesidad de convocar a una Convención Nacional para debatir
los temas que causaban divergencias en la colectividad158. En horas de la noche, el
DNC aprobó la solicitud de convocatoria y la programó para el 25 de julio en Bogotá.
Coincidirían entonces dos convenciones conservadoras: la de los muchachos de la
derecha y la de los mayores. Días antes transcurrirá, como si fuera poco, la de los
liberales. Los miembros de la Dirección Nacional anunciaron su renuncia, para
dejar vía libre a la designación de un nuevo Directorio Nacional Conservador, y
resolvieron que en la Convención sólo tendrían derecho a la palabra. La resolución
de convocatoria incluyó una nota: "El DNC hace constar en el acta de la sesión de
7774
La Patria, junio 24 de 1937, p, 3.
7oS
Esta reconstrucción se realizó con base en la información de los periódicos liberales El Espectador, junio 25 de 1937. pp. 1 y 7 y La
Razón, junio 26 de 1937. pp. 1 y 3.
7477
El Colombiano, junio 22 de 1937. p. 1.
77,7
El Espectador, junio 21 de 1937, p. 3.
77
'" El Colombiano, junio 27 de 1937, pp. 1 y 7.

El porvenir del pasado 267


hoy que el doctor Gilberto Álzate Avendaño, secretario general del partido, al hacer
algunas publicaciones de documentos pertenecientes a la corporación, obró en este
caso, como en todos, de acuerdo con el Directorio y en la forma más discreta y leal"159.
A pesar de que numerosos directorios departamentales y municipales presionaron
para que el DNC nombrara jurados electorales, los miembros conservadores del
Gran Consejo optaron por no hacerlo en tanto se reuniera la Convención Nacional y
dejaron las cosas del siguiente tamaño:

En el caso de que los partidarios de la tesis preconizada por El Siglo impongan sus puntos de
vista en la próxima convención, los consejeros electorales conservadores se abstendrán de
hacer los nombramientos de consejeros departamentales, dejando de esta manera toda la
responsabilidad de la suerte de las elecciones de octubre a los amigos de la tesis sostenida por
el citado diario 160 .

Laureano descansó, se sosegó. En el curso de una fiesta política organizada por la


colonia boyacense en Barrios Unidos de Bogotá, Gómez hizo un llamamiento a la
unión del partido como la única manera de lograr la realización de "sus anhelos por
el restablecimiento de la república cristiana en Colombia"161, lo que disminuyó
tensiones dentro de la colectividad.

Digamos que no hubo ni vencidos ni vencedores en la crisis de junio. Reveló la


dimensión de la profunda división del Partido Conservador. Escisión de dos sectores
irreconcialiables que habían tenido en esta coyuntura su desencuentro más
sobresaliente. Se trataba de poner sobre la mesa y ventilar a todas luces la realidad
del partido. Era una lucha por el poder en la colectividad; un pleito incluso
generacional, una puja doctrinaria, un round por la modernización y adaptación de
esta comunidad a los tiempos que corrían. Paradójicamente, por cuenta del sector
denominado y a veces autodenominado "fascista y antidemocrático" corría la defensa
de la democracia interna dentro del Partido Conservador. Será esta sensibilidad la
que propugne por llevar al partido al juego democrático de las elecciones.

Y el desagravio que, a lo mejor, necesitaba Álzate vino de la prensa amiga:

Como cosa enteramente natural y lógica, hemos visto que algunos copartidarios de Bogotá y
Medellín han enfilado todas sus baterías contra el actual secretario general del directorio,
Gilberto Álzate Avendaño. Y decimos que hemos visto esta campaña como cosa lógica y natural,
porque el hombre en su afán de lucha, leal y desleal, nunca ataca a los seres pusilánimes, a los
inválidos ni a los cobardes. El hombre aspira siempre a vencer y p a r a eso busca que su
contendor sea superior. / Tienen razón nuestros amigos de Bogotá. Entre los hombres menores
de treinta años que actúan en las avanzadas de combate del conservatismo, es Álzate Avendaño
el que tiene mayores dotes de conductor y perfiles indiscutibles de caudillo, aparte de una hoja
de servicios que lo acreditan como a uno de nuestros mejores capitanes. Sabemos de sobra que
a él no le agradan estos conceptos elogiosos, no porque le hieran en su modestia, que no la
tiene, toda vez que esta es una virtud negativa, sino porque él sabe mejor que nadie hasta
dónde llega su fuerza interior y no necesita de sahumerios para hacerse visible. / Tampoco nos
extraña la campaña que desde nuestras propias filas se ha iniciado contra Álzate Avendaño,
porque lo presumíamos desde cuando fue nombrado secretario general del partido. Y así tenía
que suceder. El ambiente cortesano y genuflexo de Bogotá se sentía herido con el gesto
altanero, la voz de mando y el ademán brioso y afirmativo de Álzate Avendaño. Hombre de
provincia, de la provincia campesina y productora del país que es Caldas, se trasladó a la capital

7577
La Patria, junio 28 de 1937, p. 1.
7877
El Colombiano, julio 6 de 1937, p. 1.
787
Ibid., junio 30 de 1937. p. 1.

268 El porvenir del pasado


con toda su fe conservadora, con su vocación irrevocable de conductor y con una voluntad de
servir a nuestro partido, pero llevó al propio tiempo el brazo en alto. / Son estas y no otras las
razones por las cuales se combate duramente a Álzate Avendaño. Como los políticos de escuela
él sabe perder, porque ignora que las sotas no llegan juntas todas las veces. El nació predestinado
para la lucha y allí se ha endurecido. No en la lucha por conseguir un empleo público de
s e g u n d a o tercera categoría, sino en la plaza pública, o r i e n t a n d o a las m u c h e d u m b r e s
conservadoras en los momentos en que la bala liberal salía en todas direcciones: dando ánimo
a los que eran perseguidos e increpando con aspereza muchas veces a quienes pretendían
desertar. / Pueden continuar atacando Álzate Avendaño, en la seguridad de que con ello sólo
lograrán estimularlo p a r a seguir luchando. Nació p a r a jefe y puede esperar todo el breve
tiempo que les falta a quienes lo atacan 162 .

Y la prensa amiga se encargará más adelante de seguir reconociendo el papel de


Álzate como secretario general del partido:

Le imprimió a la política conservadora un rumbo nuevo y un paso acelerado. La secretaría


venía siendo una oficina encargada de copiar manifiestos académicos y de contestar consultas
sin importancia. Gilberto Álzate la concibió como un despacho con funciones totalitarias, en el
pensamiento y en la acción. Los directorios, los comités, la prensa, el radio, eran órganos de
evasión de ese d i n a m i s m o creador. Por p r i m e r a vez los diarios conservadores tuvieron
colaboración adquirida expresamente para ellos por la secretaría del partido, y emanada de las
más expertas plumas. Álzate Avendaño pensó que era preciso aprovechar las manifestaciones
artísticas en favor del adoctrinamiento y logró que un grupo de literatos y poetas se empeñasen
en hacer literatura de tesis, para servicio de la prensa conservadora. Juzgó así mismo que era
necesario dar una orientación uniforme y una pauta para la recta apreciación de los fenómenos
políticos, y abrió una oficina de noticias. Consideró que los estadistas y hombres de negocio
debían concurrir a la obra de oposición al régimen, y consiguió de ellos reportajes, artículos y
ensayos sobre cuestiones de economía y de finanzas. En síntesis, la secretaría nacional no era
el despacho de un copista y un dactilógrafo, sino un laboratorio del pensamiento conservador
y un centro radiador de iniciativas 163 .

7
Ibid.. julio 4 de 1937. p. 5.
7
ibid., noviembre 10 de 1937 p. 3.

El porvenir del pasado 269


Álzate, las derechas y
la creación de un partido propio.
x

En el predio vecino.
Mientras todas estas cosas sucedían en el Partido Conservador, el liberalismo
aprovechaba para ampliar sus espacios. Había comenzado ya su campaña presidencial
de 1938 con un candidato consolidado que recorría con éxito la geografía del país. Y
mientras el conservatismo debatía la conveniencia o no de participar en las elecciones
municipales de octubre, el liberalismo llenaba las plazas de la Costa Caribe
promoviendo el nombre de su nuevo candidato a la Presidencia. Es decir, la política
abstencionista había retrasado al conservatismo, y alcanzar al adversario histórico
le costaría la recuperación del tiempo perdido, de todas maneras perdido, así lo
justificaran en contrario sus ideólogos. M i e n t r a s el P a r t i d o Conservador
fundamentaba su resistencia en el deber ser, los liberales avanzaban a pasos
agigantados. Santos, en ese momento candidato ungido en las urnas, prometía
continuar el intervencionismo de Estado de López. Un discurso que favorecía la
conformación y el mejoramiento de la clase media completaba entonces el mensaje
seductor de su nueva campaña electoral. Mientras los conservadores fundamentaban
su oposición amparados sólo en la palabra, los liberales edificaban y sobre esa
materialidad se consideraban invencibles. Justamente, en esta coyuntura los
telegrafistas consiguieron que se les reconociera su prima de Navidad y las empresas
del Estado consolidaban sus cooperativas, sólo por poner un ejemplo.

Pero el liberalismo, aunque más compacto que el conservatismo, continuaba con


fisuras. Los echandiístas y la izquierda no se dieron por vencidos. El candidato oficial
se veía en todo momento obstaculizado por el sector izquierdista de su partido, que
no veía con buenos ojos su papel como director nacional de la colectividad. Una
convención izquierdista en Cartagena terminó con una ruidosa manifestación que
recorrió las calles de la ciudad con gritos de "vivas" a Echandía y de "abajos" a
Eduardo Santos, a quien calificaron de enemigo de las masas, candidato apeninoy
candidato de las señoras 1 . Las mismas giras del Presidente por el país fueron vistas
como un apoyo al nombre de Darío Echandía.

El 21 de julio se llevó a cabo, en las instalaciones del Teatro Colón de Bogotá, la


Convención del Partido Liberal. Dos tareas que resolver tenía el evento: la elección
de candidato, es decir, la ratificación del nombre de Eduardo Santos para la Presidencia,
y la conformación de un directorio nacional. El Tiempo llamó a la unión del partido,
a superar las diferencias en aras de las luchas que se avecinaban, pero reiteró su
aversión al Frente Popular: "fórmula inequívoca que encierra graves peligros para
el liberalismo" 2 . Pidió fidelidad a lo que llamó el plebiscito del 4 de abril, cuando el
santismo derrotó a los demás adversarios dentro del partido.

Al instalar el evento, Eduardo Santos evocó la memoria de Olaya Herrera : "[...] el


más grande de nuestros conductores, el más indiscutido de nuestros jefes."3, e invitó
a los convencionistas a ponerse de pie y a rendirle un instante de silencio. Fue como
si Olaya presidiera la Convención, su nombre salía a relucir de intervención en
intervención: que había sido una desgracia su desaparición, que era una pérdida
irreparable, que era urgente la erección de una estatua en su nombre... En fin,
había motivos para estar agradecidos. Y, para equilibrar las cosas, la Convención
saludó el régimen de López, declaró adhesión a sus reformas e invitó al sector
izquierdista del partido a tomar parte de las deliberaciones. Santos llamó a la unidad
de la colectividad, y en esa dirección demandó a la Convención amplitud y tolerancia:

Os pido que tendáis la hidalga mano abierta a quienes no están aquí presentes, a que la tendáis
sincera y lealmente en espera de que ellos vengan a esta convención a cumplir el deber de
representar en ella al liberalismo que los eligió, y a asumir la parte de responsabilidad que les
corresponde en los actos de la s u p r e m a corporación liberal, así como a d a r sus votos y a
expresar sus opiniones con entera libertad, sin que esas opiniones o esos votos afecten en
ningún caso el criterio que me ha guiado, que es el mismo criterio de amplitud y tolerancia en
que aspiro gobernar 4 .

La estrategia comunicativa de Santos produjo el milagro. Los echandiístas,


encabezados por Alejandro López, José Mar, Moisés Prieto y Armando Solano arribaron
a la Convención. Fabio Lozano Torrijos, presidente de la misma, aprovechó para
profundizar la intervención de Santos. Manifestó que no encontraba entre las dos
tendencias liberales diferencias ideológicas, sino cuestiones de procedimientos; que
mientras los izquierdistas trataban de precipitar las reformas los otros querían que
se realizaran de acuerdo con el medio y con las circunstancias, en una evolución
paulatina, y agregó que no aceptaba clasificar los matices liberales en izquierda y
derecha porque todo el liberalismo era de izquierda y que él personalmente lo era.
Eran los ecos de las intervenciones de Gabriel Turbay en el Senado después de las
elecciones de abril, cuando apaciguó las disputas entre derechistas e izquierdistas
liberales al sostener que la derecha estaba en el otro partido y no en el liberalismo:
"La realidad política de la Nación, es la de que no existe sino una derecha, que es la

1
Véase La Patria, junio 28 de 1937. p. 1.
2
El Tiempo, julio 21 de 1937, p. 4.
7
ibid., p. 1.
' Ibid.. p. 7.

272 El porvenir del pasado


del partido conservador integral, totalmente derechista, y una izquierda que está
representada integralmente por el partido liberal" 5 .

Sumada la izquierda a la Convención, se dio inicio al escrutinio de los votos. Santos


obtuvo 155 y Darío Echandía 46. Así, Eduardo Santos fue proclamado candidato
único del liberalismo. Fue ungido, además, como presidente de la Dirección Nacional
y se le otorgaron facultades para nombrar a sus colaboradores y reorganizar los
directorios regionales 6 . Esto, por supuesto, no cesó las agrias polémicas, pero, por lo
menos, garantizaba un candidato único para un partido que salía a la plaza pública
fortalecido y desafiante. El discurso del otro, el del liberalismo de izquierda, fue
absorbido por el oficial: el Partido Liberal se declaró popular e irrevocablemente
vinculado a las clases trabajadoras y se comprometió a velar por ellas, a luchar por
su bienestar, por sus libertades pública y económica, y por establecer en Colombia la
justicia social.

Los liberales pusieron como modelo de civilidad democrática el desarrollo y los


resultados de su Convención: "Todo en ella fue amplitud, afirmación democrática,
buen sentido y cordura" 7 , escribía el editorialista de El Tiempo, y agregaba: "Ojalá
que también del lado conservador se abran las puertas a todas las tendencias que se
disputan el predominio de las derechas, para juzgar el fenómeno conservador al
menos con datos que, por su universalidad, puedan servir para cotejo de las dos
convenciones" 8 . Curiosamente, el liberal se presentaba en ese momento como el
partido del orden. Cerraba filas alrededor de una política reformista, aunque durará
poco este impulso. Por entonces Gaitán y el gaitanismo eran parte constitutiva del
reformismo liberal. El comunismo criollo veía en el Gobierno a su aliado en la
política del Frente Popular. Se vivía mundialmente una época de gran confrontación
entre el comunismo y lo que se conocía como civilización occidental, aunque esta
aparecía tremendamente dividida. En Colombia, como lo hemos demostrado, la guerra
civil española impactó en tal grado el mundo de la política que liberales y
conservadores se pusieron de parte de los republicanos, los primeros, y de los
monarquistas, los segundos. A medida que se recrudecía el conflicto en España,
ocurría una exacerbación de la política en Colombia. De paso, la influencia ideológica
de la península ibérica, del corporativismo portugués primero y del español después,
aplazó para Colombia la configuración también de un pensamiento democrático -
popular desde el conservatismo.

Pocos días antes de la Convención conservadora había muerto el ex presidente


republicano Carlos E. Restrepo en Medellín, casi asistido por el candidato oficial del
liberalismo, don Eduardo Santos, como para dar a entender que el espíritu republicano
sobreviviría. De otro lado, el liberalismo, a la vez que se sentía dueño del balón,
fabricaba a toda mecha, o ensanchaba, mejor, su panteón de héroes. Estatuas y
bustos de Enrique Olaya Herrera empezaban a presidir parques municipales en
algunas poblaciones. En el corregimiento de Urama, en el occidente antioqueño, por
ejemplo, liberales de todo el departamento concurrieron al descubrimiento, el 20 de
julio, de un busto del insigne expresidente liberal. Toda una fiesta de julio: cabalgata,
feria, licor y toros.

''Anales del Senado, abril 15 de 1937, p, 540.


7i
Véase EJ Tiempo, julio 22 de 1937, p. 1.
7
Ibid., julio 24 de 1937, p. 4.
" Ibid.

El porvenir del pasado 273


La Convención Conservadora de julio de 193?;
el desencuentro definitivo entre la juventud derechista
y Laureano Gómez
S i m u l t á n e a m e n t e se h a n congregado en
Bogotá una convención nacional conservadora
y una convención d e r e c h i s t a , con fines y
propósitos idénticos! saivar a Colombia de la
barbarie y la anarquía 9.

El 24 de julio, Álzate Avendaño dirigió al DNC el texto de su renuncia como secretario


general del partido. En uno de sus apartes leemos:

Hemos hecho juntos esta travesía desde el puesto del Comando. En los archivos queda la
constancia de una obra callada e intensa, que es el diseño de un partido militante. Respecto a
la política electoral del Directorio determinante de la presente crisis, el tiempo ha de comprobar
como testigo para justificar sus ventajas y altos móviles. Uno de los mayores galardones de mi
modesta vida pública es el de haber pertenecido a semejante cuadro directivo. Les agradezco a
ustedes su asistencia leal en mi tarea, el crédito de confianza y el entero respaldo que siempre
tuve. Ingreso a la Convención como miembro principal del Directorio de Caldas 10 .

Por primera vez en la historia política colombiana dos convenciones conservadoras


se desarrollaban simultáneamente. Pero mientras que en la oficial se hallaban
presentes las derechas, en la de las derechas no había participación del sector oficial.
De los resultados de la primera dependían los de la segunda. La cristalización de una
colectividad política nueva, como se rumoreaba, dependía del fracaso de los derechistas
en la primera. Es decir, el Partido Conservador iba dividido a su convención oficial.

La confrontación entre Laureano y la juventud a su derecha se vislumbraba


dramática. El leopardo Augusto Ramírez Moreno era su principal contradictor. Con
expectativa se esperaban sus intervenciones. Se anunciaba, también, que el secretario
general del partido, Gilberto Álzate Avendaño, presentaría renuncia a su cargo. El
general Berrío fungía como conciliador. Las partes encontradas conferenciaron
largamente con él en el preámbulo del evento.

La Razón, que autoequiparaba su papel en el liberalismo al que jugaba El Siglo en


el conservatismo, es decir, que mientras aquella atajaba izquierdistas en el Partido
Liberal, lo propio hacía el diario conservador capitalino con los derechistas, cubrió de
un aura democrática a Laureano Gómez en los preámbulos de la Convención. La
Razón se pronunció en contra del ala derechista conservadora y tuvo palabras de
encomio y de solidaridad para con Gómez tratándose de la pelea que libraba este
contra la juventud derechista del partido. Un editorial doctrinario de Gómez, titulado
"Una táctica equivocada", le había hecho desandar a La Razón opiniones otrora en
su contra 11 . En ese momento, el jefe conservador aparecía como el mejor de los ideólogos
liberales al reconocer los principios de la revolución francesa de 1789 como propios
también de la doctrina de ese partido. La declaración del dirigente aislaba del seno

s
La Patria, julio 26 de 1937, p. 3.
10
Ibid., julio 29 de 1937, p. 3.
71
Véase EJ Siglo, julio 12 de 1937. p. 4.

274 El porvenir del pasado


de la agrupación cualquier intento que hicieran los jóvenes de la derecha para asaltar
la ideología y los cargos de mando de la vieja colectividad de Caro y Núñez 12 . El
Laureano Gómez de esta coyuntura no era en realidad el demócrata que fabricaba
para su uso político el periódico La Razón 13 . Si bien su confrontación con la juventud
de derecha lo había llevado a escribir y a permitir que se escribiera contra las corrientes
del fascismo internacional, su comportamiento como jefe de la colectividad
conservadora era caprichoso y errático 14 . Las cosas se presentaban como si El Siglo
hubiera sido creado más para oponerlo a la joven derecha en el interior del partido
que para enfrentarse al Partido Liberal.

La oreja de Laureano.
El domingo 25 de julio se dio inicio a la Convención Conservadora. Presidió el general
Pedro J. Berrío y ejerció la Secretaría General Fernando Londoño Londoño. Los
nacionalistas tomaron parte activa en las deliberaciones: Elíseo Arango, Londoño
Londoño, Álzate Avendaño y Ramírez Moreno. Prensa y política estaban representadas
en los nombres de Primitivo Crespo, que dirigía en Cali Diario del Pacífico, Silvio
Villegas, que tenía la dirección de La Patria, y Gómez Martínez, quien era el director
en Medellín de El Colombiano.

La Convención se anunciaba en el predio vecino como espectáculo de circo. Abelardo


Forero Benavides tituló una de sus columnas en El Espectador como "La oreja de
Laureano", para referirse al duelo que anunciaba el leopardo Ramírez Moreno: "Voy
a servirle al país un plato que hace mucho tiempo está esperando: oreja de Laureano
Gómez. A mí no me da miedo meterme en estos líos, aunque el doctor Gómez sea un
joyero de la oratoria. Ya es sabido que soy un cacharrero, que vendo mis pañuelos
rabo de gallo y que tengo buen éxito. Cada vez que el doctor Gómez diga u n a sílaba,
yo diré dos"15. Empero, los jóvenes nacionalistas estaban desgastados por las peleas
dentro del partido y dentro de su propia comunidad. Una tensión enorme vivieron
entre la convención de enero de 1937 y la de julio de este mismo año. Todo el mundo
sabía que las cosas a p u n t a b a n no hacia la configuración de una disidencia
conservadora, sino hacia una separación de las juventudes de la derecha del
conservatismo. Como lo vimos en el capítulo anterior, el discurso de la AND había
evolucionado hacia la creación de un partido independiente que convocaba por igual
a conservadores y liberales. Anuncio que tranquilizó al gran contradictor de las
derechas, don Aquilino Villegas. Justamente, en un editorial de La Defensa, "Las
doctrinas conservadoras y las camisas negras", el ideólogo del conservatismo
republicano escribió: 'Ya tenemos los conservadores u n aliado a la derecha, y no un
cardo molesto en uno de los flancos"16.

En un principio, las cosas parecían favorecer a los nacionalistas. El discurso del


leopardo Ramírez Moreno produjo el retiro de Laureano Gómez: "Yo también sé hablar
y tengo muchas cosas qué decir, pero prefiero retirarme, y los que estén de acuerdo
conmigo pueden seguirme"17, dijo Laureano. Aunque nadie le siguió, el general Berrío
distensionó el enrarecido ambiente: "Suspendamos la sesión. Es más propicio
continuarla en la tarde" 18 .

Véase La Razón, julio 13 de 1937, p. 3.


Una crítica distinta puede verse en El Espectador, julio 12 de 1937, p. 4.
Véase, entre tantos, el editorial "Bolchevismo de izquierda y de derecha", en El Siglo, agosto 15 de 1937, p. 4.
EJ Espectador, julio 3 de 1937, p. 4.
La Defensa, junio I o de 1937, p. 3.
EJ Sig-Jo, 26 de julio de 1937. p. 3.
ibid.

El porvenir del pasado 275


Los nacionalistas irrumpieron con todo; era ese su carácter y a él correspondía la
estrategia. Con ironía, Ramírez Moreno propuso que se aclamara a Gómez "jefe
único del partido p a r a que tuviera la función directiva y la responsabilidad
correspondiente, ya que había desconocido de hecho la autoridad del directorio y
pretendía ejercitar un cesarismo de bastidores" 19 . Al respecto, Álzate interpeló: "en
su alma, todos los días se dan batalla el ideario democrático y el temperamento
cesáreo, padeciendo los dos igual derrota" 20 .

No obstante la arremetida nacionalista, a Gómez se le ofreció la jefatura única del


partido, y, como en la anterior convención, la rechazó por considerarla contraria a la
índole y a la doctrina del conservatismo. En eso tenía razón. Ya Aquilino Villegas había
disertado sobre los orígenes liberales de la expresión "jefe único". Sólo que a esta altura
de la historia los nacionalistas creían en ella. Incluso los laureanistas intervenían
respecto de la obediencia siguiendo las directrices de quien consideraban su jefe único.
Se trataba, más bien, de otra estrategia de los nacionalistas: utilizar al máximo el
juego que les permitiese la figura del general Berrío. Aunque este último aspirara a una
síntesis entre lo viejo y lo nuevo, las cosas parecían confluir a favor de Laureano. A la
proposición para que Gómez asumiera la jefatura única del conservatismo, Álzate
manifestó: 'Yo voto negativamente la jefatura única de Laureano Gómez, por motivos
políticos, no personales, aunque sé la antipatía que él me profesa y el pertinaz escepticismo
que guardo sobre sus actitudes de conductor político"21.

El lunes 26, en horas de la noche, después de arduos debates se clausuró la


Convención. Se integró un Directorio Nacional conformado por el general Pedro J.
Berrío, Laureano Gómez y Miguel Jiménez López. Como secretario general fue elegido
el dirigente costeño Abel Carbonell. No quedó nadie de los nacionalistas. Álzate
Avendaño no votó por los nombres escogidos. Lo mismo hizo Londoño Londoño,
Martínez Capella y Miguel Matus.

El triunfo de Laureano fue evidente, ya que el general Berrío anunció su retiro


definitivo a su finca de Santa Rosa de Osos. Con el voto negativo de Álzate y de
Londoño Londoño, la Convención ratificó el programa de 1931 como el oficial del
partido y aprobó una declaración de principios en la que se excluía el pensamiento de
las derechas como propio del conservatismo. El poeta Guillermo Valencia, quien no
concurrió al evento, había recomendado a través de la delegación caucana la confección
de un nuevo programa que recogiera los matices del partido. En su declaración de
principios, el partido le respondió:

P u d i e r a muy bien realizarse el pensamiento del insigne caucano, pero en el momento se


tropieza con el ensayismo doctrinario y dialéctico a la vez, de parte de aquella juventud que,
afanosa por luchar bravamente, por superarse a sí misma, acaso por lucir sus merecimientos
auténticos, ha creído de su deber izar las velas de su propia embarcación, construida con
materiales exóticos y fantasmagóricos 2 2 .

Superaba así el Partido Conservador el impasse de la derecha 23 .

Un columnista de El Tiempo escribió: "A las camisas negras, un poco teatrales, de


los amigos del fascio, el doctor Gómez opone las camisas de fuerza"24. Este periódico

'" El Tiempo, julio 30 de 1937. p, ó,


20
Ibid.
27
EJ Espectador, julio 26 de 1937. p. 5.
22
EJ Siglo, julio 27 de 1937. p. 3.
277
Véase, "El deslinde con los derechistas", editorial de La Defensa, julio 28 de 1937, p. 3.
24
Véase. EJ Tiempo, julio 27 de 1937, p. 4.

276 El porvenir del pasado


consideraba errada la conducta del laureanismo al excluir a sus adversarios de su
propio partido. Realmente, por fuera de la colectividad quedaban, junto a dirigentes
beligerantes, periódicos de provincia que no le harían beneficio alguno a la misma.
Proposiciones de saludo a Guillermo Valencia, director de Claridad, que circulaba
en Popayán; a Silvio Villegas, director de La Patria, de Manizales, y a Primitivo
Crespo de Diario del Pacífico, fueron negadas. Otra proposición de Elíseo Arango
y Ramírez Moreno en el sentido de protestar por el atropello de que había sido víctima
la juventud derechista en las calles de Bogotá, tuvo que ser retirada.

Los representantes de las juventudes derechistas resistieron como leopardos la


exclusión a la que estaban siendo sometidos. Fernando Londoño Londoño, defendiendo
a la muchachada conservadora, dijo que era un gesto de ceguera voluntaria y de
redomada mala fe tratar de lanzar a la calle lo que representaba la fuerza viva del
Partido Conservador. A su vez, Gilberto Álzate Avendaño, emprendiéndola contra
Laureano Gómez, tildó su periódico de pirata conservador. Habló de que el Partido
Conservador, sin visión de ninguna naturaleza, se había convertido en un fiero e
intransigente soldado-centinela al pie de los caducos e inactuales monumentos de
1886 y 1910. Dijo que en su tiempo prestaron un servicio invaluable y fueron la
última palabra, pero que como el mundo evolucionaba diariamente y traía nuevas
inquietudes, era absurdo y necio cerrar los ojos a la realidad viviente de las cosas y
tratar de oponer una barrera al paso arrobador de la historia. Álzate se refirió a la
función social del conservatismo, de quien afirmó que era un partido sin masas
porque se había atrasado medio siglo en la comprensión del mundo 25 .

En un arranque de emoción, el delegado Martínez Capella interrumpió al orador y


gritó: "Por fatalidad biológica el porvenir es de la juventud. Esperemos". En otra
intervención, Álzate disertó sobre la historia del conservatismo colombiano, criticó
arduamente la labor de Laureano Gómez como miembro del Directorio Nacional
Conservador y como director de El Siglo, e indicó que ambas labores habían sido
equivocadas y absurdas. Refiriéndose a la política abstencionista, señaló que se trataba
de un tremendo fracaso al no haberse logrado el fin más inmediato, que era la división
del partido gobernante. Dijo también que Gómez, con esa política absurda de la abstención
que venía predicando y practicando, no sabía hacia dónde iba el partido a lo que Gómez
preguntó: "¿Y usted lo sabe?". Álzate respondió: "Claro que sí: al fracaso".26

Gilberto Álzate arremetió contra los conservadores capitalistas, a quienes llamó


hombres sin ideas y sin sensibilidad social, apegados al dinero, y a quienes no les
importaba la suerte de la patria ni el porvenir del conservatismo. Afirmó que la
política de abstención suponía el desarrollo de una nueva táctica, pero que esta no
había aparecido por ninguna parte. Con la abstención, dijo, ha debido venir la
insurrección armada. Como no era posible, la abstención acabó por arrebatarle al
partido las posiciones que aún conservaba. Declaró que en dos convenciones nacionales
había votado con sus compañeros por la abstención del sufragio, pero que nunca
habían creído que la abstención debía ser u n ciclo nirvánico, un itinerario de fuga.
Anotó que era preciso confesar que el conservatismo había carecido de jefes que le
dieran un sustituto al ejercicio electoral, para mantener al partido en forma, alineado
y militante. Señaló que antes el voto implicaba para los conservadores una rutina
heroica, un acto distinguido de valor contra la violencia del régimen, pero que por
27
Ibid.
" Ibid.. julio 29 de 1937. p. 11.

El porvenir del pasado 27'i


esos días la disciplina consistía en quedarse en la cama, en el sosiego de las sábanas.
La abstención, como empleo del método catastrófico para acelerar el ímpetu
revolucionario del liberalismo y provocar la reacción nacional, había fallado con el
triunfo del doctor Santos. Dijo que tampoco se había podido romper con ella el cartel
de las izquierdas en que se apoyaba el régimen. Al liquidarla, sentenció, el balance
era adverso.

Álzate Avendaño les recordó a los convencionistas un detalle interesante de la historia


del fascismo italiano que ilustraba la situación colombiana:

[...] después de la marcha sobre Roma, en los primeros años del fascismo, Mussolini quiso
conservar la mecánica de los partidos, coexistir con las oposiciones dentro del parlamento,
sujetarlas a la legalidad del nuevo régimen. Pero los grupos hostiles, después del asesinato de
Matteoti, resolvieron abandonar la cúpula del Montecitorio y abstenerse de su rol parlamentario.
Esta maniobra fue bautizada con el nombre clásico de 'retirada del Aventino'. Los populares,
republicanos, socialistas de Amendola, ineptos para organizar una revolución en la calle, se
inmovilizaron y se limitaron a vociferar desde la prensa extremista. Mussolini aprovechó la
coyuntura para darle vía libre al movimiento fascista, aniquilar las antiguas formas políticas e
implantar el Estado totalitario. Tiempos después en sus diálogos con Emil Ludwig, el escritor
judío, lo interrogó sobre el caso. 'Sus enemigos'- le preguntó - 'le ayudaron abandonando el
parlamento. ¿Lo deseaba usted entonces? - 'Claro' - replicó Mussolini - . 'Ellos se retiraron al
Aventino. Esa es una colina de cuantos se trepan a ella'27.

Ajuicio de Álzate Avendaño, en aquella intervención oratoria, el conservatismo se


había limitado a una oposición de prensa, consumiendo su sistema nervioso en salvas.
"Era ingenuo creer que la ciudadela del poder, almenada y fuerte, iba a caer a toque
de las bocinas, como en el pasaje bíblico de las murallas de Jericó" 28 .

Álzate a flote y sin ambages.


Recrudecimiento del pleito sobre las generaciones.
La generación, compromiso dinámico entre
m a s a e individuo, es el concepto m á s
importante de la Historia, y, por decirlo así, el
gozne sobre el que é s t a ejecuta s u s
m o v i m i e n t o s . / Una g e n e r a c i ó n es una
variedad humana, en el sentido riguroso que
dan a e s t e t é r m i n o los n a t u r a l i s t a s . Los
miembros de ella vienen al mundo dotados de
ciertos caracteres típicos, que les prestan una
fisonomía común, diferenciándolos de la
generación anterior. Dentro de ese marco de
identidad pueden ser los individuos del más
diverso temple, hasta el punto de que, habiendo
de vivir ¡os unos a los otros, a f u e r de
c o n t e m p o r á n e o s , se s i e n t e n a veces como

27
Ibid.
" Ibid.

278 El porvenir del pasado


a n t a g o n i s t a s . P e r o bajo la m á s violenta
contraposición de los pro y los anti descubre
fácilmente la mirada una común filigrana. Unos
y otros son hombres de su tiempo, y por mucho
que se diferencien se parecen más todavía. El
reaccionario y el revolucionario del siglo XIX
son mucho más afínes entre sí que cualquiera
de ellos con cualquiera de nosotros 29.

Resaltamos el activismo y la capacidad de confrontación de la juventud derechista


en la Convención, que lograron darle vida al evento y dinamizarlo. Los derechistas
continuaron planteando, con mayor razón, el generacional como el principal problema
del Partido Conservador. Los resultados de la Convención terminaron por legitimar
esta prédica. El 'Tigre' Noriega, aguerrido y joven dirigente conservador de Santander,
expresó en el curso de uno de los debates que uno de los errores crónicos del partido
era su falta de comprensión hacia los hombres jóvenes. Anotó que siempre había sido
lo mismo : "Rechazo contra el grupo de la Unidad, rechazo contra el grupo de los
Leopardos, rechazo contra el grupo de las Derechas". Agregó que Laureano Gómez se
había convertido en un enemigo tenaz del régimen tradicional, que había colaborado
activamente en su espectacular caída y que en esos momentos se pretendía hacer lo
mismo con los mejores equipos intelectuales del partido 30 . Ramírez Moreno, al respecto,
manifestó que cada generación era antagonista de la que le precedía, pero que cada
una aportaba su sensibilidad y una visión original del mundo. Que siempre había
preconizado para el conservatismo una política de autoridad, juventudes y
muchedumbres, pero que la jerarquía del partido estaba perturbada por la actuación
díscola del doctor Gómez, que las masas se encontraban abandonadas y que la mocedad
era tratada con despiadado rigor31. La Patria aprovechó la coyuntura para ponerse
de parte de los jóvenes, al fin y al cabo era uno de sus órganos de expresión:

El conflicto de generaciones puede ser el más absurdo de todos, pero es un conflicto eterno.
Cada promoción trae su sed y un concepto nuevo de los problemas vitales y políticos. De la
propia manera que no puede prescindirse de la sabiduría y experiencia de la madurez y de la
ancianidad, es insensato olvidar el ímpetu y la intrepidez de los que llegan. Así tienen que
comprenderlo y aceptarlo los miembros del nuevo directorio, donde hay biologistas como el
doctor Jiménez López que conocen el proceso perpetuo de la renovación humana 3 2 .

A sus veintisiete años, cuando se aprestaba a galvanizar todo el espectro de las


derechas colombianas, Álzate poseía ya un vasto recorrido político. Él y sus amigos
nacionalistas habían entendido su lucha, entre otras razones, como un problema
generacional. Así lo expresó sin ambigüedades José Mejía Mejía, uno de los jóvenes
que, como hemos visto, se abría espacio con estrépito:

Nuestra generación tiene que hacer de la acción política una voluntad, una inteligencia y sobre
todo un ensueño. Es necesario atreverse a corregir brújulas, rectificar itinerarios y fijarle una
ruta cierta al presente borroso de nuestro partido. Los hombres de hoy no podemos descansar
sobre las bases movedizas de un pasado en quiebra. Entre nosotros y un hombre de 35 años
existen varias generaciones fracasadas. Tenemos que cumplir u n a función de análisis, de
crítica y de rectificación y un destino personal intransferible. /Nuestra época se caracteriza por

2W
Ortega y Gasset, José. El Tema de Nuestro Tiempo. El ocaso de las revoluciones el sentido histórico de la teoría de Einstein. Santiago
de Chile. Editorial Cultura. 1935. p. 11.
» EJ Tiempo, julio 30 de 1937, p. 7.
77
Ibid.
72
La Patria, julio 28 de 1937, p. 3.

El porvenir del pasado 279


las altas empresas históricas de minorías y colectividades. La masa es un cuerpo receptivo que
recibe la proyección de un equipo de hombres sobresalientes. Nuestra generación debe ante
todo asumir un papel directivo y movilizar la gran masa hacia una acción positiva. Hemos
entrado en un nuevo orden de vida en donde es posible la colaboración viva, organizada y
jerárquica de las colectividades en las tareas de volumen que el Estado proponga. Estamos en
un periodo de pleno forcejeo hacia una restauración de valores eternos y de normas fijas que
le den un sentido constructivo a la vida contemporánea. Un siglo positivista frustrado, fatigado
de experiencias inútiles, anhela un renacimiento católico, una concepción religiosa de la vida.
Debemos agruparnos en torno a los principios permanentes del catolicismo, dilatando su esencia
en la zona del pensamiento actual y el espíritu contemporáneo 33 .

Por eso, la juventud derechista tomó en serio las tesis sobre las generaciones de José
Ortega y Gasset. La teoría orteguiana les caía a todos como anillo al dedo para hacerle
el quite a la lucha de clases y fundamentar su estilo y vocación. En Argentina, país que
todos admiraban y anhelaban emular, la historia parecía haberse desarrollado a través
de compulsivas generaciones que se alternaban en el poder con el mérito de haber
puesto a ese país a la cabeza del progreso en el continente latinoamericano.

Gilberto Álzate tuvo entonces la oportunidad de explicar a toda la Nación, que estaba
pendiente del pleito entre los conservadores, el punto de llegada de su pensamiento. Lo
que aparecía en boca de otros distinguidos ideólogos de la derecha, en ese momento, es
enunciado y argumentado por Álzate, quien al hacer dejación de su cargo de secretario
general del conservatismo, y de haber sido, prácticamente, expulsado de las altas
directivas del partido, pudo expandirse ideológicamente. Ya no tenía necesidad de la
prudencia que le exigía su representación en el DNC. Volvió Álzate sobre sus tesis de
septiembre de 1933, cuando propuso la organización fascista del partido como salida a
la persecución liberal. Tesis recogida de inmediato en las páginas del mismo diario
donde se expresaba: "El partido necesita darse una rígida organización militar, con
absoluta unidad de acción y de propósitos, si quiere resistir contra el imperio de la
violencia que parece entronizado como sistema de gobierno. El acero corta por la íntima
cohesión de sus moléculas"34. Que era, además, una alternativa a la propuesta de
Laureano Gómez, de emular la resistencia en el apostolado de Gandhi:

La táctica gandhiana de pasividad heroica como un impulso activo del alma que resiste la
crueldad y corresponde a ella con amor, está muy bien para el hinduismo escéptico que se baña
de olvido en el agua sagrada de sus ríos y que siembra su paisaje espiritual de silencios y
ausencias. Pero en el trópico impulsivo y ardiente, no se aclimata como medio táctil de victoria
y reivindicación, la amorosa doctrina del apóstol de oriente 35 .

Ya en 1937, Álzate, retomando el hilo, sostenía que el partido no podía anclar en los
postulados demo-liberales de la Revolución Francesa y que necesitaba incorporarse a
las corrientes universales del pensamiento, adecuarse a las nuevas concepciones del
Estado y de la economía política. Sostuvo que en la época contemporánea al Sol se
partían entre la izquierda y la derecha, el materialismo histórico y una versión
trascendente del mundo. Intentando contextualizar lo que estaba pasando en el inte-
rior de su partido y en Colombia, anotó:
Es tan intensa esa solidaridad a través del espacio que los conservadores asisten con ansiedad
a las peripecias de la revolución española como si fuera una guerra civil colombiana. Ninguno
ignora que se trata de un pronunciamiento fascista. Esa propaganda a los rebeldes de Franco,
73
De José Mejía Mejía en El País, julio 10 de 1933, pp. 3-4.
74
El Colombiano, septiembre 2.3 de 1933, p. 3.
77
ibid.

280 El porvenir del pasado


hecha por los periódicos más demócratas del partido, ha sido uno de los mayores estimulantes
de las derechas en el país3".

Añadió que el programa conservador de 1931 necesitaba revisión y enmienda, por


tratarse apenas de una plataforma de acción parlamentaria:

Su defensa de los patrones metálicos, por ejemplo, no tiene sentido cuando la crisis mundial
puso en vigencia teorías como la de Knapp, según la cual la moneda no es una mercancía
intrínseca sino una creación jurídica del estado. El movimiento de las derechas tiene una raíz
católica y bolivariana. Las nuevas generaciones traen soluciones sociales inéditas que se inspiran
en la justicia esencial de Cristo. No quieren que el partido sea un palafrén de la plutocracia.
Buscan aliviar el dramático desespero de los de abajo. En cuanto al ordenamiento del estado
preconizan los gobiernos paternales y fuertes contra el confuso vocerío demagógico de las
asambleas. Juzgan que en el país la democracia, es un simulacro, que siempre ha existido entre
las leyes y las costumbres, entre la norma y la obra, entre la letra y el espíritu 37 .

Álzate manifestaba no creer en el sufragio inorgánico, no aceptaba que la voluntad


de la Nación emanara de un escrutinio que nivelara a los hombres como en un censo
pecuario, pero advirtió que no tendría ningún escrúpulo doctrinal en buscar el poder
en las urnas. Dijo lo siguiente:

El sufragio o la insurrección marchan ahora sobre Roma o la Conquista electoral del Reich, no
dependen de la doctrina sino de las circunstancias. No hay que confundir las formas con las
esencias. Las nuevas gentes preconizan un orden social cristiano y un retorno a la concepción
bolivariana del gobierno. Pero que algunos sobrevivientes del republicanismo, cuya osatura
mental no se amolda a las nuevas formas, quieren decomisarle a la juventud sus pensamientos
augúrales como mercancía de contrabando. Nunca podrán, sin embargo, invadir el recinto
insobornable de su espíritu. Pueden descargar sobre las derechas el peso de u n a mayoría
gregaria e indeliberadamente en la asamblea del partido. Pero a ellas les pertenecen "las
auroras que no han nacido". El porvenir es una cuestión de tiempo. El partido debe ensanchar
su área ideológica para que allí convivan la vejez y la mocedad, el espíritu que añade, los
albaceas de un legado histórico y los plenipotenciarios de la vida nueva 3 ".

Augusto Ramírez Moreno : la síntesis del leopardismo


Laureano Gómez odia a la juventud, olvida e
ignora al pueblo y desdeña la autoridad. Su
s i s t e m a nervioso es el de una e s t a t u a ,
i n t e l e c t u a l m e n t e es un g r a n d e h o m b r e ,
políticamente es un peligroso mequetrefe y
moralmente es Luzbel inmediatamente antes
de ¡a caída y siempre a punto de caerse 39.

Después de la Convención Conservadora, el leopardo Augusto Ramírez Moreno anunció


su retiro de la política y prometió un análisis pormenorizado del desarrollo del magno
evento en un libro próximo a salir, en el que hablaría extensamente sobre la crisis de
ese partido. Lo primero hubiera constituido una pérdida para toda la pobtica colombiana.
El sólo hecho de retirarse del Partido Conservador era ya deplorable: 'Yo me retiro, con
el crucifijo en las manos, dardeando con la fiera pupila el fanal turbio de la Muerte" 40 .
777
Ibid.
77
ibid.
» ibid,
" Ramírez Moreno. Augusto. La crisis del Partido Conservador.... p. 99,
71
Ibid.. p. 110.

El porvenir del pasado 281


Laureano, lo hemos dicho, a diferencia de López Pumarejo, en poca estima tenía a los
jóvenes conservadores. "Él nos tolera pero nos tiene antipatía y hoy más a ti que a mí
porque ha sufrido el choque de tu personalidad en el Directorio, y de tu irreverencia [...]
el doctor Gómez es un hombre impasible, frío en sus odios implacables y en sus tibias
amistades. Necesita servidores y los acepta. Nada más", le escribió Silvio Villegas a
Ramírez en febrero de 193741. A nuestra manera de ver, este será el mayor yerro de
Gómez como político, y en esto el liberalismo era mucho más audaz: "Sería lamentable
que por ausencia del magnífico Ramírez Moreno, tuviéramos que ocuparnos de ciertos
ancianos del reformatorio conservador", escribió un columnista del partido contrario42.
Justamente, López había hecho popular la simpática fórmula: "Necesitamos audacias
menores de cuarenta años", lo que, según argumentaba La Patria, le había dado al
liberalismo "el ímpetu ascensional que lo llevó al poder"43. Otro detalle interesante es
que mientras López buscaba aliados en su propio partido, Gómez convertía a sus
copartidarios en enemigos. A esta altura de la historia conservadora ya sus mismos
copartidarios le decían "el Monstruo". Ramírez, que vivía sus treinta y seis años de
edad, se expresaba de su jefe máximo en términos que un joven liberal no hubiera
empleado: "Sólo hay un colombiano a quien serenamente desprecio. No necesito nombrarlo
porque el desprecio y él nacieron el mismo día : Quienes lo han tratado, inclusive quienes
lo aman, participan de ese sentimiento irrestañable" 44 .

El anunciado libro, que apareció en agosto, se convirtió en un best seller. Traía el


título apropiado p a r a la coyuntura: La crisis del p a r t i d o conservador en
Colombia, y estaba dedicado a los conservadores del Tolima, Nariño, Cundinamarca
y Norte de Santander, que lo habían hecho parlamentario en 1933. Los colombianos
encontraron en sus páginas la más aguda, penetrante y mordaz crítica a Laureano
Gómez45. Sellaba irreversiblemente la enemistad entre la sensibilidad leoparda y el
caudillo conservador. Ramírez señalaba y vituperaba contra Gómez, no le reconocía
ideas, capacidades políticas ni virtudes humanas. El discurso epidíctico del cual era
maestro estaba en pleno florecimiento46. A cada vituperio, antes o al final, correspondía
un señalamiento: el omnímodo, bronco, monstruoso ovejo, ciego, sordo- "La astucia
se le fue al hígado y su única luz vive en el espléndido color de sus ojos extraviados" 47 .
El leopardo desenmascara y denuncia en su libro el comportamiento contradictorio
del jefe conservador que acusa y persigue a sus copartidarios por lo que en él es
norma : la traición y la debilidad frente al adversario histórico. Le enrostra Ramírez
a Laureano su persecución implacable a los líderes paradigmas del conservatismo —
Suárez y Román Gómez— mientras él negocia con los liberales. El leopardo cuestiona
y descalifica así la reclamada autoridad del caudillo y, sobre todo, lo juzga por la
incapacidad en su manejo de la colectividad.

La crisis conservadora en Colombia es principalmente una bancarrota de la organización


antiquísima, desvencijada y rutinaria, podrido zuncho que se dobla si un papel de seda sale al
tope. Es hoy nuestra raza política una de maratonistas que solo saben correr [...] Con gobierno
de dictadura ha gobernado al partido y no ha sido nunca apto para organizar conservadores
y para enderezar la empresa porque su pluma es un pie vendado y la columna editorial en

17
Carta de Silvio Villegas a Ramírez Moreno, en ibid., p. 65.
42
Véase EJ Tiempo, julio 28 de 1937, p. 4.
,:
" La Patria, julio 28 de 1937. p. 3.
44
Ramírez Moreno, Augusto. La crisis del partido conservador.... p. 99.
7,7
A la fecha Ramírez había escrito los libros: El político: Episodios: Las ideas socialistas y el problema presidencial: IMS Leopardos:
los personajes: Los Leopardos: la acción. Puede verse de él Obras Selectas. Bogotá, Cámara de Representantes, 1984. El libro sobre
la crisis del Partido Conservador apareció a inicios de agosto y fue recibido con generosas reseñas. Una de ellas puede verse en La
Patria, agosto 7 de 1937, p. 3.
M
Fue formulado por Aristóteles y está centrado en lo bello y en su contrario lo feo. Sus polos son, pues, el encomio y el denuesto o
vituperio.
47
Ramírez Moreno, Augusto. La crisis del partido conservador.... p. 20,

282 El porvenir del pasado


que se mueve parece un corral para gallinas y palmípedos, lo cual consta en las colecciones
de sus varios periódicos 18 .

Para el leopardo, Gómez desatendió las tareas que le exigían los nuevos tiempos:

La primera obra de un jefe conservador digno del nombre es organizar el partido. Darle un
encuadramiento electoral, guarnecerlo con elementos de choque amaestrados, dotarlo de una
tesorería [...] es preciso rejuvenecer el contenido espiritual de nuestro augusto programa.
Buscar el proletario y el campesino, regar literalmente el corazón sobre sus quejas, probando
con hechos que es el conservatismo un partido cristiano, no lo intentó el omnímodo. Nutrir de
raíces católicas y de radicales pontificios la sed de acción social que nos agita, fue apaciblemente
ignorado por el monstruoso ovejo de la oposición49.

La crítica de Ramírez iba acompañada del análisis y de la propuesta. Condensaba


una prédica leoparda de casi diez años, que el autor ratificaba con la citación de
posturas ya conocidas que mezclaba con nuevas consideraciones sobre la manera
como debía desarrollarse la política conservadora. No obstante responder a una cri-
sis interna del conservatismo, la demoledora crítica hacía de Ramírez un intelectual
orgánico al servicio del Partido Conservador. En un momento en que se configuraba
la identidad de la derecha, el leopardo trabajaba por su colectividad, no renunciaba a
la militancia. Amenazaba con retirarse, pero escribía como profeta. Sus postulados,
sin embargo, harán parte de la nueva organización política que se gestaba. Ramírez
insistía en lo que consideraba debía aplicarse en el conservatismo: "Debemos recoger
el acento que vibra en la Santa Sede para incorporarlo a nuestros proyectos, a nuestras
promesas, a nuestros pensamientos y esperanzas." 50 . Cuestión no realizada por el
ciego y sordo Laureano Gómez, a diferencia del ejemplo del Partido Conservador
ecuatoriano, que gracias a esto se había convertido en un movimiento de masas,
según escribía. Y era la metáfora del cristianismo, su parábola, la que nutría la
narrativa en la que expresaba su propuesta:

El capital y el trabajo aullan como lobos en estepas de impiedad. El árbol de la Cruz ha sido
taladrado por colmillos de cerdo. Las voces de caridad y de paz, cada instante más ralas y frías,
vuelan como rotas palomas extraviadas bajo el dombo inclemente. Jesucristo en su trono,
abrigado con manto inefable en que cada pliegue es otra eternidad, ve que los ricos son crueles
como raposas y que los pobres son crueles como coyotes 51 .

Quería Ramírez jalonar la adopción por parte del conservatismo de un programa


renovado: "Si el partido conservador abandona el aspecto social de la lucha política
moderna, continuaría hundiéndose"52. También afirmaba: "Considero que el capitalista
requiere tranquilidad con la misma urgencia con que el proletario reclama sus
derechos". Realmente era el compendio de una serie de propuestas que en uno y otro
documento, en una y otra intervención, le venía haciendo al país y al conservatismo
la sensibilidad leoparda.

En medio de una pelea en la cual sobresalía el tono de combate y de guerra, estaba


un programa social que se refundía en los entuertos de la discrepancia. Proponía
cajas de compensación, organización industrial y generosa política de salarios para
los pobres. Abogaba por un Parlamento técnico, por el fomento de cooperativas,
mutualidades y sindicatos. 'Yo no creo en la colectividad como matriz de la historia

'" ibid., pp. 27-28,


477
Ibid.. pp. 29-30.
7,7
Ibid., p. 30.
7
Ibid., pp. 30-31.
777
Ibid.

El porvenir del pasado 283


sino como fábrica de comodidad y de auxilios"53, decía. Criticaba la recién aprobada
reforma constitucional y la tildaba de absurda porque, reconociéndole a la mujer
aptitudes para desempeñar ministerios, le negaba el derecho de elegir y ser elegida:

Nada es para mí tan odioso como la normal actitud del hombre ante la mujer. Prácticamente la
ha expulsado de la especie humana, se cree que el amor propio, el honor y el corazón radican
exclusivamente en el mezquino ánimo del varón [...] Ningún motivo intelectual, sentimental ni
biológico justifica que a la mujer se la declare parte separada del pueblo y ajena a él. Ella
contribuye como el hombre, ella padece el efecto de las malas leyes y de los gobiernos pésimos
t a n t o como el hombre, y en la conservación de la familia, de la sociedad, en la correcta
administración del común las mujeres tienen un instinto privilegiado que las hace superiores
por muchos aspectos al hombre 54 .

Era lo más coherente con lo conservador que había producido la sensibilidad leoparda.
Tremenda tarea la que debía emprender el conservatismo, pero para eso se necesitaba
un guía con un perfil distinto al por entonces jefe del partido:

La crisis conservadora es honda y categórica: es triple, porque no quiere el jefe del partido que
sea una colectividad cuyos contingentes vivan modernamente organizados: porque no quiere
ampliarse, actualizarse y renovarse el indudable contenido social de nuestro programa, y
porque en la pura materia política la sordo-ceguera ama lo rutinario y rehusa tender vista y
oído sobre la palpitación incoercible del pueblo supliciado 55 .

Desde los años veinte los Leopardos venían avanzando en la fabricación de héroes, en
contradicción con la supuesta doctrina del conservatismo que ios rechazaba. Había
sido el punto de divergencia con los jefes republicanos que como Aquilino y el mismo
Gómez se oponían a jefes únicos por considerarlos propios sólo del liberalismo. Pero
el hombre que fungía como tal no les satisfacía, en esto hemos insistido ya. El papel
de la personalidad en un proceso histórico, y su influencia en la psicología de las
masas era bastante estimado por la sensibilidad leoparda, que apostaba por un caudillo
prototipo de los tiempos que se vivían, pero que no estaban dispuestos a reconocer en
Laureano Gómez. "En frente al caudillismo liberal, debemos probarle al país que
somos enemigos del caudillaje"06, había dicho Gómez cuando le ofrecieron en la última
convención la jefatura única. Alo que Ramírez contestó: "Es esta una frase sin valor,
porque hoy hay más caudillismo en el partido conservador que en el otro. Laureano
Gómez manda sobre el partido y contra la voluntad y las conveniencias del partido,
siendo umversalmente acatado"57. Ramírez era de la opinión de conformar un directorio
pequeño en número acompañado de un jefe único :

[...] apto, beligerante, sin temor de salir a todas las plazas de Colombia y persuadido de que
nuestro problema no es doctrinario, sino un problema de poder, puede evitar este repliegue en
marcha infatigable a cuya cabeza marcha el doctor Laureano Gómez, exponiendo la doctrina
del siglo pasado. El porvenir conservador es negro. Ni quiere ir a la guerra, ni quiere incorporarse
a la ley. Ni sigue, ni se queda, ni se devuelve, como dijo el doctor Álzate. El doctor Gómez no
tiene plan, ni manera: solo tiene un prestigio hercúleo. Dijo que lo único interesante era estar
al pie de la doctrina. El partido, muy satisfecho y emocionado, aclama a su digno jefe. La
doctrina es el supuesto esencial, elemental y tácito de toda acción política. De la doctrina en
adelante es donde se prospecta, se crea, se demuestra con hechos que un hombre es un jefe.
Quedarse en la doctrina, como en un ciego orificio, no es de un hombre, sino de un armadillo
o de un lagarto. Cualquiera es jefe con semejante programa: la doctrina 58 .

77
Ibid.. p. 34.
777
Ibid.. p. 35.
77
ibid.. p. 34.
77
ibid.. pp. 96-97.
"•" Ibid.. p. 97.
"•" Ibid.. p . 9 8 ,

284 El porvenir del pasado


Con todo lo reaccionario que pudiera aparecer el pensamiento leopardo, en el fondo
había principios que podemos denominar democráticos. Ramírez, a diferencia de la
derecha de Haz Godo o de la ADN, no renunciaba a la democracia. Usa ese significante
en positivo, lo reclama internamente para su partido y para demostrarlo trae a
colación el manifiesto leopardo de 1932: "Nuestra política debe definirse por medio de
convenciones libres, democráticas y sapientemente elegidas. La necesidad de una
asamblea semejante se hace sentir hoy con vigor inusitado y nos vincularíamos a
cualquier movimiento autorizado que la promoviera"59. No renunciaba a su identidad
y tampoco pensaba sacrificarla: "Conservador nací, fui, soy"60.

Ramírez proponía comenzar de inmediato la campaña electoral de 1938. Para ello


opinaba que se debía organizar un programa de mínimo cinco mil mítines en lugares
cerrados "mientras la restaurada fuerza y el sentimiento de solidaridad heroica
nuevamente despierto, nos permiten votar triunfantes por un presidente cuyo triunfo,
entonces, estaríamos en condiciones de hacer respetar" 61 .

Gilberto Álzate Avendaño- jefe supremo


de las derechas colombianas.
La convención de las derechas de la derecha.
Rodrigo Jiménez Mejía:
convocatoria y pensamiento derechista.
[...] era el caudillo en todo sentido y en toda ¡a
extensión de la palabra. Porque nació caudillo
y porque tenía la figura de caudillo. Guapo de
estampa, valeroso hasta la temeridad, con el
valor que dan la convicción y la fe, y con un
a u r a de i r r e s i s t i b l e s i m p a t í a , e s t a b a
predestinado para conducir multitudes. 6 ' 2

El 7 de julio, El Espectador transmitió la noticia como si fuera la buena nueva'-


"Las derechas se separan del partido conservador. Harán un movimiento contra los
dos viejos partidos. Rechazan a Laureano Gómez"63. Ya estaba anunciado, pero la
noticia desde un reconocido diario liberal nacional repercutía en todo el país. Era la
amplificación de su quehacer, que tanto necesitaba la extrema derecha, vetada en
los medios conservadores. El Espectador anunciaba la realización de la Asamblea
Nacional de las derechas colombianas "que ha de instalarse en esta capital el 24 del
presente mes de julio, día del natalicio del Libertador y vísperas de la reunión
conservadora" 64 . La Asamblea, anotaba el afamado diario liberal, coincidiría con la
Convención Nacional Conservadora y auguraba una escisión total en las directivas
del viejo partido 65 . El diario vespertino reveló para todo el país los nombres de los
integrantes del Alto Comando de la Extrema Derecha colombiana (ACED): Rodrigo
Jiménez Mejía, Carlos Vesga Duarte, Alonso Pinzón y Carlos Gramas. Habló de ellos
y transcribió opiniones suyas. Presentó a Rodrigo Jiménez Mejía como exmagistrado
de la Corte Suprema de Justicia y reprodujo algunas de sus declaraciones:
,77
íbid„ pp. 40-41.
77(1
Ibid. p, 77
771
Ibid. p. 38,
772
Albareda, Ginés de. "Sobre José Antonio Primo de Rivera'", en La Patria, septiembre 23 de 1937. p. 8.
6:7
El Espectador, julio 7 de 1937, p. 6.
-"• ibid.
ss
ibid.

El porvenir del pasado 285


La Asamblea Nacional derechista va a fijar las fronteras que le separan del partido liberal y del
partido conservador. Vamos a fijar una doctrina nacionalista contra la mentira de la democracia
liberal y de la democracia conservadora. Tiende nuestro movimiento a eliminar completamente
esas dos ruedas que se disputan hoy los órganos del poder público, para convertirlas en una sola
rueda: e l estado totalitario con una política totalitaria. Lucharemos solos, independientemente
de los dos partidos tradicionales, para implantar una política nacionalista integral y socialista en
lo económico. Un nacionalismo nacionalista como el nazi en Alemania, como el fascista en Italia;
como el de Oliveira Salazar, el de Portugal. Colombianismo puro, colombianismo integral. Es
errónea la idea de que las derechas colombianas van a ser aliadas del capitalismo y del imperialismo.
Son precisamente antiimperialistas y su doctrina señala un límite al usufructo de la propiedad
privada e impone una racionalización al movimiento del capita [...] Siguiendo el consejo de Hitler,
según el cual los movimientos políticos de avanzada sólo obtienen éxitos cuando se inician fuera
de los partidos tradicionales, sin apegarse a ellos y sin esconderse tímidamente bajo sus banderas,
las derechas colombianas iniciarán un movimiento independiente del partido liberal y del partido
conservador, contra estos dos partidos democráticos. Sólo así podemos obtener la adhesión de las
masas y sabremos exactamente que nuestros afiliados nos pertenecen. En esto nos separamos
del concepto de algunos llamados derechistas que creen que bajo el tutelaje conservador es más
fácil atraer a la masa. Iremos valientemente a predicar nuestras doctrinas y a buscar apoyo en el
pueblo sin equívocos y sin timidez 66 .

Por primera vez, por lo menos en esta coyuntura de los años treinta, se instruye un
juicio contra el sistema bipartidista nacional, y se propone la creación de una
organización política independiente, un antipartido, según afirmaba, que representara
a todas las fuerzas del orden. Ese antipartido sería un partido único que defendería
la integridad nacional y se confundiría con el Estado mismo.

La división reinante en el interior de cada uno de las dos colectividades y la frontal


confrontación en la que estaban inmersos le daban pie a Jiménez para que su discurso
antibipartidismo tuviese juego político. Era arriesgado atreverse a tal planteamiento
en un momento de euforia liberal y de tenaz resistencia conservadora, pero Jiménez
se decide, no obstante, a una interpretación bastante fina de la política cotidiana:

Cambiar este simple saludo es un delito en Colombia, país situado en la América, que es el más
moderno de los continentes. Pero más curioso es aún el caso si se considera que estos hombres
que se detestan por pertenecer a diversos partidos son exactos en ideas: los editorialistas de El
Siglo y La Razón se han llamado hermanos ante las ideas individualistas de la Revolución
Francesa. Los doctores Gómez y Lozano rivalizan en su liberalismo económico, se parecen en
ideas como una gota de agua a otra gota y, sin embargo, se detestan porque el uno dizque es
liberal y el otro conservador 67 .

Para Jiménez, ambos partidos tradicionales eran liberales, y, en ese sentido, ambos
tenían responsabilidad en cuanto a los resultados de la aplicación de esa doctrina en
el país : "el espectáculo doloroso de siete millones de hombres arruinados, y
disminuidos, contra un millón de gentes de alguna categoría" 68 . Su crítica está
dirigida contra todos los componentes de la doctrina liberal vengan de donde vinieren.
A diferencia del conservatismo republicano, del que eran devotos en este instante
Laureano Gómez y Aquilino Villegas, Jiménez se pronuncia contra el individualismo
de la Revolución Francesa, que considera una teoría abominable, y en su lugar
opone: "una Acción popular nacionalista a base de concordancia y de patria grande,
de defensa de la cultura y de las instituciones: creemos en el Estado y no en el partido,

» Ibid.
67
Ibid.. julio 17 de 1937, p. 4,
" Ibid.

286 El porvenir del pasado


en la integración y no en la dispersión; en el socialnacionabsmo y no en el individualismo
liberal"69. Jiménez no quiere la democracia liberal de las mayorías que propugna el
liberalismo, tampoco la libertad que predica el individualismo. Se pronuncia en contra
de la libertad de trabajo que lleva a la desocupación, y en su reemplazo predica el
derecho al trabajo; está en contra de la libertad de conciencia, y a cambio aboga por el
derecho a una instrucción nacionalista obligatoria; niega toda libertad cuando ésta
consiste en ir en contra de los intereses de la colectividad o del Estado.

Se trató, en el caso de Jiménez Mejía, de la adaptación a Colombia del modelo de


organización política que para España había creado José Antonio Primo de Rivera.
Era desde los postulados de Jiménez que se podía aspirar a un primorriverismo en el
país y no desde el modelo de la sensibilidad leoparda, atada como estaba a la cultura
política conservadora. No fue por eso casual el entusiasmo que causó más adelante
la visita a Colombia de Ginés de Albareda, enviado del general Francisco Franco 70 .
Era el inicio de una gira suya por América Latina. El embajador traía el propósito de
dar a conocer su versión de la confrontación que desangraba a su país. La prensa
conservadora cubrió con interés la ilustre visita y la performó en un acto más de la
campaña electoral. Señalando que la lucha en España se hacía entre el bien y el mal,
Ginés de Albareda declaró con énfasis: "La lucha que se libra en España no es entre
liberales y conservadores, entre reaccionarios y radicales. Nada de eso. Es una tragedia
sin antecedentes en que el espíritu lucha contra una concepción materialista de la
vida. Es la lucha entre el ser y la nada" 71 .

Las opiniones del autorizado vocero del nacionalismo español se plantean en un


momento en que los conservadores están llamando a su coro a las derechas del
liberalismo. Hay una coincidencia entre el discurso que escuchan y el que están
construyendo. Por eso le dan importancia a la visita y la cubren intensamente.
Amplifican las explicaciones de Ginés de Albareda sobre la manera como José Antonio
Primo de Rivera conformó la Falange. "Se necesitaba un programa de justicia social
vinculado a la tradición española" 72 , decía Albareda, y agregaba: "ese programa no
había que importarlo, porque se basaba en la vieja organización de los gremios
españoles. Sólo faltaba un remozamiento de doctrina para adaptar las viejas
organizaciones del momento actual" 73 . Pero se le facilitaban las cosas a José Antonio
Primo de Rivera, el gestor de la Falange española, por no haber estado vinculado a
organizaciones políticas seculares. En cambio, en Colombia, los ideólogos de la derecha
tenían su procedencia en los partidos políticos tradicionales, en el conservatismo,
particularmente. Esto coincidía totalmente con la propuesta ideológico-política de
Rodrigo Jiménez Mejía. "Las viejas ideologías no decían nada a nuestra inteligencia.
Comprendimos bien pronto que a una idea revolucionaria destructora no es posible
oponerle el simple instinto de conservación si no otra idea revolucionaria, pero
constructora" 74 , recalcaba Albareda.

Fue largo e intenso el proceso de la unión de las derechas de Bogotá, divididas en dos
sensibilidades: la de la Acción Nacional Derechista (AND), integrada por Pineros
Suárez y Eduardo Carranza, entre otros; y la del Alto Comando de Extrema Derecha,
de Jiménez Mejía y Vesga Duarte, entre tantos. Las conversaciones de acercamiento
se celebraron a comienzos de julio, y gracias a ello se logró una fórmula de
entendimiento condicionada a un firme programa ideológico y a la conformación de
89
Ibid.
777
Véase. El Siglo, septiembre 22 de 1937, pp. 1 y 11
77
La Patria, septiembre 23 de 1937. p, 8.
72
Ibid.
7
" Ibid.
71
Ibid

El porvenir del pasado 287


directivas que incluyeran a miembros de ambas organizaciones. Pineros puso hincapié
en un programa ideológico que cobijara religión, nacionalismo y programa social.
"Vamos a defender la religión católica, a sostener un nacionalismo integral
antiimperialista y a determinar un vasto plan de reforma social"75, dijo. Pineros
explicó en qué consistía su propuesta de programa social:

Ya se ha dicho que es un socialismo nacionalista. Nosotros exigimos un Estado interventor,


para la regulación de la producción y del consumo. El derechismo no atenta contra la propiedad
privada, pero establece que su ejercicio es una función social. Da protección al capital y al
trabajo, pero exige responsabilidades para los dos. Esas son las bases esenciales de la plataforma
ideológica que se ha acordado entre los grupos derechistas 76 .

La convocatoria final.
El Alto Comando de las Derechas expidió el siguiente comunicado a su militancia de
todo el país:

El 24 de julio, el día más significativo en el calendario de América, se reúne en esta capital la


primera convención de juventudes nacionales. De todas las ciudades del país han llegado
fervorosos militantes de nuestro movimiento. Coincide nuestra convención con otras de carácter
sectario, de bandería, y con las sesiones de un congreso político, producto de las trapisondas
electorales. Medítese que, mientras las demás agrupaciones políticas, se entregan a todos los
desenfrenos demagógicos y burocráticos, pensando en todo menos en la grandeza de Colombia,
nuestro grupo nacionalista unifica sus inquietudes en un elevado idearium de dignificación
colombiana. / En estos momentos en que adulteran nuestros programas, queremos afirmar
u n a vez m á s el c a r á c t e r colombiano, autóctono y a n c h a m e n t e nacionalista, de n u e s t r o
movimiento. Sin desconocer ideas universales, claros meridianos de la cultura occidental,
somos los a b a n d e r a d o s del n a c i o n a l i s m o colombiano. Así n u e s t r o movimiento es u n a
encarnación del alma de la patria, cuyo espíritu ha de reflejarse en las instituciones políticas y
sociales. / Pero además del sentido económico que tiene nuestro pensamiento por el hecho de
ser cristiano, además del sentido nacional por el hecho de ser colombiano, un otro sentido que
no excluye sino que se complementa con los anteriores encarna nuestro movimiento: un
sentido indo-americano. / Un sentimiento y una necesidad de profunda solidaridad, se están
abriendo el camino en la conciencia de los pueblos americanos. / Numerosos problemas de
diversa índole nos están señalando que un nuevo y común camino debe recorrer el conjunto de
n u e s t r o s países, especialmente p a r a la defensa vital de sus intereses, ante la avalancha
c o n q u i s t a d o r a del i m p e r i a l i s m o . En e s t a forma u b i c a m o s el contenido n a c i o n a l i s t a e
indoamericano de nuestro movimiento. / El país durante los últimos años ha estado buscando
una nueva conciencia nacional, una gran idea que mueve los espíritus. Se ha estado preguntando
de dónde vendrá la energía salvadora que reconstituya su vida espiritual, económica y política.
Ya no tenemos más que preguntas qué indagar, como diría Chesterton. "En los más oscuros
rincones, en las más solitarias cumbres las hemos buscado diligentes. Hemos encontrado todas
las que había. Dejémonos: ya no es tiempo de buscar preguntas. Vamos a buscar respuestas".
/ Nosotros entendemos suficientemente el significado de nuestra moderna instauración en
cuanto nueva y salida del fondo mismo de la colectividad colombiana. Nueva política, la definía
un luchador de España, "es nueva declaración y voluntad de pensamientos, que, más o menos
claros, se e n c u e n t r a n ya viviendo en las conciencias de nuestros ciudadanos". Y creemos
sinceramente que los sentimientos e ideologías fundamentales de nuestra causa son compartidos
ampliamente por un extenso círculo de colombianos patriotas 7 7 .

7
El Espectador, julio 16 de 1937, p. 6.
ibid.
El Tiempo, julio 24 de 1937. p. 5.

288 El porvenir del pasado


La Patria le apostaba a su gente : a la sensibilidad leoparda (los tres leopardos que
quedaron, más Gilberto Álzate Avendaño, César Garrido, José Mejía Mejía, Abel
Naranjo Villegas, 'Rubayata'; —el occidente conservador, prácticamente—), y tenía en
reserva los nombres que intentaban una agrupación independiente del Partido
Conservador:

El doctor Rodrigo Jiménez Mejía, un jurisconsulto excelente, pero un político desorbitado, capitanea
un pequeño grupo extremista que trata con idéntica agresividad a los conservadores y liberales,
como si se les pudiera hablar el mismo idioma a las personas a quienes se desea atraer y a las que
se combate [...] Por fortuna en la convención de derechas predomina un equipo insigne de
intelectuales y hombres de acción, tradicionalmente vinculado al conservatismo, que aspira a
una poderosa integración de todas las fuerzas contrarrevolucionarias' 8 .

No les llamaba la atención a los periodistas de La Patria un partido divorciado del


conservatismo. Al contrario, habían concebido y estimulado el pensamiento y la acción
de los jóvenes derechistas como la táctica que necesitaba el partido para regresar al
poder. En ellos el periódico veía la continuidad de u n pasado refundido en el
centenarismo, que había terminado por liberalizar al conservatismo. Las juventudes
derechistas volvían al pensamiento doctrinario de Sergio Arboleda, Carlos Holguín y
Marco Fidel Suárez, anhelaban la República unitaria de Rafael Núñez, y rescataban
el ideario conservador de Simón Bolívar. Del diario manizalita salió una propuesta
para que hiciera parte del análisis de la Convención derechista:

1. Una posición de serena indiferencia ante los ataques de cientos de republicanos y ancianos
eximios que intentan borrarnos del mapa político del país, obstruyendo tercamente nuestros
afanes de sincera restauración colombiana; 2. Organización jerárquica y disciplinaria de
nuestras fuerzas en ejecutivos nacionales y departamentales, dejando de un lado intereses
de región y ambiciones y personalismos desmedidos: 3. Ratificación de nuestra conformidad
con las fórmulas de justicia social que p r e g o n a n l a s encíclicas pontificias, p r o c u r a n d o
realizarlas como están escritas, sin mediatizarlas con un criterio burgués sino aplicándolas
en su íntimo sentido restaurador 7 9 .

José Mejía Mejía, el ideólogo de la derecha antioqueña, se excusó de asistir a la Convención,


pero envió una carta abierta a los delegados antioqueños Juan Roca Lemus y Abel
Naranjo Villegas. En ella se solidarizó y saludó la realización del evento. La carta tenía
el título de la propuesta que le transmitía a los convencionistas: "La creación de un
frente popular de las derechas". Llamaba Mejía a superar las diferencias ideológicas en
el seno de la juventud derechista y medió frente a la posición de La Patria, que quería
una derecha dentro del conservatismo. Anotaba que lo que le correspondía definir a la
Convención derechista era su situación frente al país y no frente al partido, ya que la
colectividad era la derecha: "Biológicamente, nosotros somos la continuación ideológica
y la prolongación espiritual del partido conservador"80, escribía. A sabiendas de lo que
pasaba en el interior de las derechas, Mejía, que ya había desandado un poco el fascismo
como resultado de las agrias disputas que se habían presentado en el conservatismo al
respecto, aconsejó no violentar a las masas con doctrinas foráneas. Llamó para que se
atendiera a la topografía social y económica de Colombia:

La ruta del poder para las derechas colombianas no está en los manuales europeos, ni en las
cartillas de aprendizaje fascista editadas en Roma y Berlín [...] A l a s masas conservadoras que
nos prestan alguna atención es preciso respetarles sus ataduras sentimentales con el pasado y

777
La Patria, julio 26 de 1937. p. 3. Véase también artículo de José Mejía Mejía, "Lo que pensamos frente a la extrema derecha nacional",
en La Patria, julio 16 de 1937, p. 3.
78
Ibid., julio 22 de 1937. p. 3.
'»Ibid.. julio 23 de 1937, p.3.

El porvenir del pasado 289


los lazos de sensibilidad con la tradición. No podemos importarle al pueblo conservador un alma
histórica que no le ha nutrido [...] Cada país nos suministra la ley histórica que lo rige, su
peculiar acento y su inconfundible fisonomía espiritual y física. Por eso solicitamos que la
insurgencia derechista sea un precipitado colombiano y no una parodia occidental. Debemos
establecer raíces históricas que nos atan a la vida del país y alimentan de igual manera nuestro
presente y porvenir 81 .

Les pedía Mejía a los delegados que llevaban la vocería de Antioquia que plantearan
en la Convención el tránsito de la etapa literaria de las derechas a una etapa política
y de acción cuyo remate debería ser la configuración de un frente popular de derecha.
Que los portavoces del mensaje del ideólogo antioqueño fueran precisamente literatos
no dejaba de sonar paradójico. Roca Lemus era un consagrado poeta, escritor y
columnista. Naranjo era el timonero de Tradición, la revista doctrinaria de la derecha
antioqueña. Justamente, este último presentó la siguiente propuesta, de tres puntos,
para ser puesta en consideración en el magno evento:
1. Unidad. El movimiento de derechas se unifica nacionalmente no como empresa política
sino como promoción social destinada a interpretar la realidad espiritual y económica de la
nación colombiana; 2. Cooperación colombiana. Nuestro movimiento no se organiza con
hostilidad previa contra colombianos. Busca aglutinar en una empresa de futuro a todos los
hombres que piensen nacionalmente a través de sus necesidades y no de sus convencionalismos;
3. Ni revolución m a r x i s t a n i reacción p l u t o c r á t i c a . N u e s t r a e m p r e s a es u n c a r t e l de
reivindicación campesina, obrera y de clase media que busca identificar en idéntico plano de
colaboración entre trabajo y capital. Buscamos la prioridad del trabajo sobre todos los títulos a
la propiedad y a la razón social del Estado. Reconocemos en el sistema actual de producción el
anacronismo de minorías antinacionales y acaparadoras, internacionalizadas por el capitalismo
y el sovietismo, que son dos formas polares de imperialismo 82 .

Como aparecían las cosas, medio conservatismo lo conformaban las derechas. La


prensa liberal anunciaba que en la Convención estarían, entre tantos dirigentes,
Guillermo León Valencia, Daniel Valois Arce y muchos otros que no llegaron, pero
cuyo solo anuncio provocó grandes expectativas. El punto de concentración de los
derechistas fue la sede de Haz de Fuego, que reunía, a su vez, a los nacionalistas
conservadores de Bogotá83. La Convención de las derechas sesionaría en la Quinta de
Bolívar. Los delegados de todo el país llevarían puestas camisas negras y formarían
escuadrones para presentar el saludo al busto del Libertador. Una de las delegaciones
más representativas la conformó el grupo Derechas de Antioquia, encabezada por
Juan Roca Lemus y Abel Naranjo Villegas, que colocarían junto al pedestal de Bolívar
una palma de laurel con una leyenda sobre una cinta tricolor: "Al Padre en la fecha
de su natalicio. Antioquia derechista y bolivariana".

Un componente interesante para el análisis lo constituye la presencia de las mujeres


en las derechas que se aprestaban a participar en el evento nacional: Haz Derechista
Femenino Antioqueño (HDFA), presidido en Medellín por Graciela Escobar Moreno,
que contaba con su propio órgano de expresión, Derechas Femeninas. El grupo
dirigió un mensaje al Alto Comando de las Derechas Colombianas (ACDC), que rezaba:

La concurrencia de cerebros modelados en la práctica y el estudio magníficamente logrado, nos


ponen, en una soberbia expectativa y no será de nosotras una sorpresa el éxito rotundo de ella.
En el pensamiento nos hallamos plenamente unificadas. Y en nombre propio del Haz Derechista

"7 Ibid.
" Ibid., julio 29 de 1937, p. 3,
*77 Haz de Fuego quedaba ubicado en la calle 12 entre carreras 6fl y T de Bogotá.

290 El porvenir del pasado


de Antioquia. a las dignas delegaciones de las otras capitales. / Atentas camaradas, derechas
femeninas de Antioquia. / Graciela Escobar Moreno, Secretaria General 81 .

Estaría, además, Haz de la Juventud Goda, el Grupo Balilla "Luis Carlos Montoya",
y el Grupo Colombia Nacionalista.

El bautizo de fuego de la
Acción Nacionalista Popular (ANP).
El 24 de julio, cuando desfilaban hacia la Quinta de Bolívar, los jóvenes derechistas
fueron atacados a garrote y piedra por una manifestación comunista preparada
justamente para impedir los propósitos de la derecha. La manifestación de izquierda
había desfilado echando "abajos" a Franco, a Mussolini y a Hitler, y "vivas" a la
revolución social y al conservatismo democrático, lo que quería decir que algo de
laureanismo había en medio de la protesta.

Los muros de la ciudad estaban empapelados desde días anteriores con carteles adversos
a la influencia del fascismo en el país. Una de las hojas volantes, que circulaba en la
ciudad, de nutrido contenido antifascista, terminaba de la siguiente manera:

Esa gente embustera y criminal no engañará a nuestro pueblo, no deberá permitirse que
ostenten su petulancia y ofendan la memoria de nuestro Libertador en plenas calles de la
aguerrida Bogotá del 20 de julio, del 13 de marzo y del 8 de junio. Atrás esos canallas. Todos los
obreros, todos los demócratas sinceros, los liberales, los socialistas, comunistas, católicos,
protestantes o ateos, debemos de salir a la calle a la hora que los falangistas conservadores
anuncien su salida para hacerlos volver a sus guaridas 85 .

Desde las páginas del periódico Tierra, los comunistas prepararon a su gente para
la arremetida. El 23 de julio, justo un día antes del inicio de la Convención derechista,
el periódico abrió con una imagen del Libertador en su extremo superior izquierdo,
con una leyenda que decía : "Simón Bolívar, cuya memoria pretenden ultrajar los
fascistas el día de su natalicio con un homenaje que es una ofensa a la democracia"86.
En el extremo superior derecho se leía en recuadro: "Trabajadores: Los fascistas
quieren profanar la memoria del Libertador, con un desfile ante su estatua el 24.
Evitémoslo" 87 . En la edición siguiente, el periódico abrió con una caricatura que
traía la leyenda: "Matarratas 'Roedor', especial para fascistas". Álzate y Pineros
Suárez, caricaturizados como ratas, huían espantados ante la fumigación a la que
habían sido sometidos. Seguía un frondoso titular: "En una vergonzosa fuga culminó
la salida de los fascistas el sábado pasado. El pueblo los batió en toda la línea". El
periódico hacía aparecer los hechos como si hubieran ocurrido espontáneamente.
Tierra cubrió los acontecimientos en tres actos. Afirmó el reportero que los roces
habían empezado desde las ocho de la mañana cuando algunos obreros, indignados
por los "abajos" a la democracia y al gobierno de López pronunciados por grupos de
camisas negras, se abalanzaron contra ellos. Narraba el cronista que los había
indignado el uso de escudos con la imagen de Bolívar que portaban en sus sacos los
fascistas criollos. Al parecer, los trabajadores cumplían la consigna de despojar a los
convencionistas de los escudos, algunos de los cuales eran mostrados como botín de
guerra. La caza de escudos obligó en un segundo momento a los fascistas a

" El Colombiano, julio 23 de 19,37, p, 4,


m
El Siglo, julio 25 de 1937, p. 3.
•>' Tierra, julio 23 de 1937, p. 1.
»7 I b i d .

El porvenir del pasado 291


atrincherarse en Haz de Fuego, llamado por el periódico "haz de miedo". Según
Tierra, la corona de laureles destinada como ofrenda a Bolívar fue decomisada y
destrozada por los obreros antes de llegar a su destinatario. Los claveles se convirtieron
en adorno para las solapas de los sacos obreros. El tercer acto corresponde al desenlace
del mitin a media mañana: "Rápidamente se fue formando un imponente mitin en
que participaban liberales santistas, socialistas y comunistas e incluso algunos
conservadores demócratas. Comoquiera que el ambiente se caldeaba cada vez más,
de los gritos se pasó a un verdadero combate a piedra." 88 . Vinieron luego los disparos
del revólver de Pineros Suárez y la lluvia de piedra y huevos podridos con que
respondieron los espontáneos y ofendidos manifestantes, que se salvaron de un asalto
popular a las instalaciones fascistas por la llegada oportuna de los agentes del orden.
El redactor de Tierra dio el parte y justificó lo acontecido: "Destacamos de la jornada
del 24, el espíritu democrático del pueblo bogotano que en un verdadero acto de
frente popular, supo reivindicar su espíritu democrático y librar la memoria del
Libertador del ultraje que pretendían inferirle los fascistas y monarquistas criollos"89.
El género discursivo que empleaban los comunistas para dirigirse a los fascistas era
el epidíctico, el mismo con que todos los políticos de entonces se dirigían al adversario.
A esa altura de la historia política de Colombia, el vituperio de los comunistas contra
los fascistas pasaba por la asociación con el significante 'caverna'. A eso se sumaba el
diciente vocabulario de las caricaturas: ratas.

A trompada limpia se defendieron 'Rubayata', Carranza, Garrido, Naranjo Villegas


y Gilberto Álzate Avendaño, nada menos que la flor y nata de la derecha. Álzate que,
según El Tiempo,

[...] transitaba pacíficamente por la carrera séptima al oír los gritos en la calle doce trató de
aproximarse con el único propósito de contemplar la zambra. Algunos elementos lo reconocieron
prestamente y dieron la orden de atacarlo. Un jayán se abalanzó sobre él, descargándole un
bastonazo sobre el lado derecho de la cara, el cual alcanzó a dejarle un ligero cardenal en el ojo.
El doctor Álzate se botó a la mitad de la calle y emprendió la lucha a puñetazo limpio, contra sus
atacantes, logrando derribar a tres de ellos, a quienes luego dio de puntapiés 9 ".

Los contingentes comunistas causaron enfrentamientos primero y una desbandada


después. La corona de laurel destinada como ofrenda al Libertador terminó hecha
añicos. Atrincherados en el edificio donde funcionaba Haz de Fuego, algunos
nacionalistas hicieron honor al nombre de la organización dispersando a bala a los
comunistas que habían roto los vidrios de la sede derechista y que también
respondieron los balazos 91 . La fuerza pública logró dominar la situación y el local de
la Convención derechista Haz de Fuego fue sellado por las autoridades.

Los nacionalistas encontraron palabras de aliento para recuperarse pronto y


trabajaron a su favor lo acontecido. Abel Naranjo Villegas aprovechó el asedio de la
prensa para decir:

Hemos librado victoriosamente la primera batalla. El homenaje que nos tributó en forma
espontánea el comunismo criollo, es algo que nos llena de gratitud imperecedera, porque
somos enemigos de la vida fácil. Todos los que nos atacan de palabra y obra estarán mañana
con nosotros bajo nuestras banderas, porque somos la revolución nacionalista y católica en
marcha. Yo estoy satisfecho del éxito de la primera jornada, porque el comunismo ha visto en

"" ibid., julio 30 de 1937, pp. 1 y 4


* ibid.
770
Véase. El Tiempo, julio 25 de 1937, p. 1,
777
Véase La Razón, julio 25 de 1937, p. 8.

292 El porvenir del pasado


qué lugar está su enemigo. Probado está que ni el liberalismo ni el conservatismo, pueden ser
las murallas para atajar la revolución comunista que amenaza ahogarnos a todos. La persecución
de que nos hace objeto la barbarie comunista consolida nuestra fe. En donde quiera que actúe
un derechista actúa siempre un defensor de la civilización y la cultura. Somos los portadores de
una doctrina de orden, de autoridad y disciplina que naturalmente provoca la hostilidad de los
villanos. El ataque inaudito de que fuimos victimas hoy robustece y perpetúa la grandeza de
nuestro ideario. Y aunque se nos ataque, consideramos que la masa comunista de hoy cuando
se dé cuenta de que somos los defensores del proletariado urbano y campesino, será la masa
derechista de mañana. A pesar de todo obraremos siempre con la ambición patriótica y fecunda
de persuadirlos y atraerlos hacia el campo de la razón y del espíritu. Defensores del pueblo
reemplazaremos la mística materialista con la mística del espiritualismo. Haremos sindicalismo
a base de la defensa del trabajo colombiano, alejando al obrero de las congregaciones clasistas
y políticas en que hoy perece su e s p e r a n z a al servicio de jefes indolentes y ambiciosos.
Llevaremos a los hogares colombianos la sensación de la seguridad y la g a r a n t í a de su
supervivencia y continuaremos anhelando la salvación de la república aunque se nos asesine.
El comunismo puede matarnos pero jamás vencernos 92 .

Se reúne la Convención.
Compañeros derechistas! Vigilad la heredad
nacionalista. Tenemos ¡a auténtica
representación del espíritu, y somos el orden
contra la anarquía, la fe contra la negación, ¡a
libertad pura contra el libertinaje, el poder de
¡a i n t e l i g e n c i a c o n t r a la oclocracia. Os
e n t r e g a m o s e s t e m e n s a j e como u n a
afirmación de fe en la indestructible cohesión
de nuestra gente, y como una voz henchida
de esperanzas en la victoria final de nuestra
causa m .

Reunidos en el edificio Restrepo, cerca al parque Centenario, los convencionistas


iniciaron labores a las siete de la noche del 24 de julio con la asistencia de 122
delegados. Instaló el evento la representación antioqueña en la persona del delegado
Abel Naranjo Villegas, todo en función del estricto orden alfabético. La Convención
eligió a J u a n Roca Lemus ('Rubayata'), presidente; a Elias Salazar García,
vicepresidente y a César Garrido, secretario, quienes prestaron el juramento a la
romana por todos los asistentes. Los nombres daban cuenta de la influencia del
occidente colombiano en el movimiento de las derechas. Salazar iba en representación
de Caldas y Garrido del Cauca.

Se nombraron dos comisiones, una para estudiar los proyectos sobre la plataforma
ideológica y otra para la elección del nuevo comando nacional. En la primera se
comprometieron los nombres de Eduardo Carranza, Arturo González Guarnizo y
Elias Salazar García; mientras que de la segunda hicieron parte los delegados por
Antioquia y Rodrigo Jiménez Mejía. Independientemente de esta comisión, para su
discusión, Abel Naranjo Villegas presentó un proyecto de plataforma ideológica,
Restauración Nacionalista, que fue ovacionado.
7,2
Ei Tiempo, julio 26 de 1937. p. 4.
27
Del "Manifiesto de las derechas caldenses a la juventud conservadora ". en La Patria, julio 1° de 1937, p. 1.

El porvenir del pasado 293


La Convención aprobó varias proposiciones: la primera le rendía homenaje a la me-
moria de Simón Bolívar y declaraba a las derechas bajo su patrocinio espiritual; la
segunda saludaba a las masas campesinas y obreras, y a la clase media del país; y la
tercera lo hacía con todos los cuadros derechistas de la República, con las derechas
femeninas de Antioquia, y con el general Francisco Franco.

Conocidos los avances de la Convención oficial del partido, que, como hemos dicho,
laboraba simultáneamente con la derechista en el sentido de excluir a los nacionalistas
de la agrupación, comenzó a tomar más fuerza de la que traía la constitución de una
nueva agrupación. En su sesión del 26 de julio, la Convención discutió el nombre que
debía llevar y los delegados coincidieron en la denominación de Acción Nacional
Popular (ANP).

La Convención de las derechas designó una comisión, integrada por Carlos Ariel
Gutiérrez, Rodríguez Garavito, González Guarnizo, Luis Eduardo López Holguín
(sobrino del presidente López) y Hernán Álzate Avendaño, para que presentaran una
nómina de nueva directiva nacional. De la misma manera, facultó al Comando
Nacional para que estudiara modos de quitarle al movimiento todo carácter
extranjerizante que pudiera ridiculizarlo, y cambiara la camisa negra por un uniforme
netamente nacional.

En sesión extraordinaria, Juan Roca Lemus presentó a consideración de la Convención


los nombres para el nuevo Comando Nacional. Así, figuraban como principales: Ignacio
Pineros Suárez, Rodrigo Jiménez Mejía, Carlos Vesga Duarte, Eduardo Carranza,
Abel Naranjo Villegas y Carlos Gramas; y como suplentes: Alonso Pinzón, J u a n
Manuel Pachón, Elias Salazar García y César Garrido, y Hernando Zamora como
secretario general. La composición del Comando revelaba la configuración de un
movimiento nacional, pues todas las regiones del país estaban representadas.

La configuración de la Acción Nacionalista Popular (ANP).

Nosotros no somos los p a l a f r e n e r o s de la


plutocracia, ni los abanderados del capitalismo,
sino la c o n t r a r r e v o l u c i ó n en m a r c h a , los
s o s t e n e d o r e s de los derechos obreros, los
pregoneros de una doctrina ortodoxa de libertad
y justicia social 94 .

En su última sesión, la Convención proclamó unánimemente, el martes 27 de julio,


a Gilberto Álzate Avendaño como jefe supremo de las derechas colombianas, con
facultades para organizar los comandos y dictar la norma de acción que estimara
conveniente en esos momentos. El acto de proclamación revistió especial importancia
y originalidad, pues los convencionistas se pusieron de pie y presentaron el saludo a
la romana 95 . Los dirigentes derechistas Juan Roca Lemus, Eduardo Carranza, Gerardo
Valencia, Carlos Ariel Gutiérrez, Abel Naranjo Villegas y César Garrido entraron en
conversaciones con Álzate para persuadirlo de aceptar la proclamación: "No dejo de
sentir un profundo agradecimiento por el alto honor que me dispensa la muchachada
177
Ibid.. agosto I o de 1937, p. 3.
1,5
Ibid., julio 27 de 1937, p. 1.

294 El porvenir del pasado


derechista", dijo Álzate a un reportero que lo abordó a propósito 96 . Justamente, La
Patria, que estaba de plácemes por lo acontecido, abrió su edición del 28 de julio de
1937 con un enorme titular que iniciaba en el extremo superior izquierdo: "Álzate
Avendaño fue aclamado Presidente de la Acción Nacionalista Popular"97. En la misma
edición, el editorial "Legionarios y Patricios" dio sentido y proyectó el asunto
generacional dentro del Partido Conservador:

La última generación conservadora, la de mil novecientos treinta, la que está hoy matriculada
en las derechas, no llegó a nuestro campo el domingo de ramos bajo el abanico de las palmas,
entre delirantes aclamaciones de esperanza. Se presentó el viernes de dolores, cuando soplaba
el viento trágico de la derrota y el aire se poblaba de sentencias de muerte. No vino a recibir
gajes y honores, sino a compartir la persecución y el martirio. Su mérito es insigne y si no vale
un aplauso, al menos no se le puede castigar con un rechazo 98 .

"Nosotros esperamos al caudillo y predicamos una democracia de derecha para destruir


esa otra democracia liberal, de mayoría inorgánica y absurda; que entrega a la
patria; que permite el crecimiento de fuerzas disgregadoras de la nacionalidad",
había escrito Ignacio Pineros Suárez a comienzos de julio de 193799. En efecto, el
caudillo había llegado. Para Álzate ha debido ser sugestiva la idea de pasar de una
medianía -aunque importante— en el conservatismo a ocupar el primer lugar en un
movimiento político. Era, además, un desagravio que se le hacía al señalarlo como
jefe supremo de las derechas en un momento de fuertes tensiones con el otro sector
de la juventud conservadora y con el laureanismo en general. Su designación fue
alabada y eso ha debido reconfortarlo: "Con el nombramiento de Gilberto Álzate
Avendaño para jefe de la acción nacional, las derechas colombianas han ganado un
activo capitán de partido y el más audaz conductor de las nuevas generaciones" 100 ,
leemos en un reporte del Valle del Cauca, que también consideraba a Álzate como la
primera inteligencia política del conservatismo nuevo.

El 30 de julio clausuró sesiones la Convención de las derechas en medio de múltiples


mensajes y proposiciones, algunas de ellas a la juventud trabajadora con el fin de
atraerla y responder así al contenido social del movimiento. El discurso del cierre de
labores estuvo a cargo de quien era ya el jefe máximo de la ANP. Álzate pronunció un
trascendental discurso, aplaudido con delirio por los convencionistas. Extensamente,
Álzate habló del pensamiento político de Bolívar. En alguno de sus apartes leemos:

El movimiento se estructura en forma piramidal, cuya base son militantes y cuyo vértice es la
jerarquía. No trabajamos para hoy ni m a ñ a n a , sino para el porvenir. El nombre de Acción
Nacionalista Popular da a entender su ánimo de beligerancia actuante: quiere hacer su historia
y no vivir de la historia de los demás. Comprendemos el profundo sentir nacionalista de ir con
el país y no con una fracción de él. Popular significa nuestra firme voluntad de redimir la masa
p a r d a , a q u i e n e s sufren la c o y u n d a a p a b u l l a n t e del a b u s o c a p i t a l i s t a . Somos
contrarrevolucionarios y no reaccionarios, porque somos partidarios del orden nuevo y no del
desorden tradicional 101 .

Finalmente, 'Rubayata' pidió a todos los convencionistas juramento de obediencia


disciplinaria a la directiva nacional y declaró clausurada la primera Convención de
la Acción Nacionalista Popular.

•• Ibid.
• 7 íbid,,julio28de 1937, p. 1.
77
ibid.. p. 3.
77
La Razón, julio l7' de 1937, p. 9.
"" La Patria, agosto 1° de 1937, p. 3.
17
Ibid., julio 31 de 1937, p. 1.

El porvenir del pasado 295


Indistintamente, el nombre del nuevo movimiento era Acción Nacional Popular, Acción
Popular Nacional o Acción Nacionalista Popular, pero terminó prevaleciendo la última
denominación: "Estamos en el minuto de los nacionalismos puros", decía, a propósito,
Gustavo Salazar García, uno de los jóvenes derechistas 102 . Cada uno de los tres
significantes del nombre del nuevo movimiento era importante. Cada uno de ellos
resumía la intensidad de la lucha política que había distinguido a la derecha. Los
tres juntos constituían el punto de llegada de todos los elementos que conformaban
la ideología de la juventud derechista. El generacional, tan importante como los
demás, recibirá pleno desarrollo: "El nombre de Acción Nacional Popular obedece al
imperativo terminante de la hora política e interpreta un anhelo delirante de las
gentes nuevas, que quieren enrolar en sus cuadros a los hombres del taller, de la
fábrica y del campo, que palpitan en idénticos ideales restauradores" 103 . Los ideólogos
de la ANP estaban en contra de continuar haciendo la política a la vieja usanza. No
querían que se reprodujeran programas y plataformas a secas, sino impregnarlos de
vida, ponerlos en movimiento. Al respecto, escribía Salazar:

La inacción es una manera poco elegante de querer la muerte. Hoy el triunfo se reserva para
quienes agitan y luchan al frente de las muchedumbres. Una bandera a la cabeza de una
multitud fervorosa y entusiasta, con voluntad heroica, tiene más grandeza, infunde más emoción
que los viejos pabellones, pasto de las polillas en los rincones de las bibliotecas. El dominador de
la hora, el caudillo, no es el frío señor que se guarda en su gabinete. Necesita la acción, el agitar
seguido, los intentos de violencia, que le coloquen al frente de sus dirigidos deseos de transitar
por zonas de beligerancia" 104 .

Aspiraba la ANP a cortar la influencia del comunismo en el país, vista por sus
ideólogos como: catástrofe internacional. Salazar García escribía por ello sintetizando
lo que sus pares pensaban: "El izquierdismo es preciso combatirlo en todos los frentes.
A la revolución violenta debe oponerse la contrarrevolución violenta, a las promesas
de un ilusorio paraíso para las masas es urgente predicar una justicia social perfecta
y practicable" 105 . De los tres significantes, el más nuevo era quizás el de popular,
porque aspiraba a hacerle contrapeso al frente popular de liberales e izquierdistas.
Por ello, presentar el significante ante los colombianos implicaba llenarlo de contenidos:
"lejos de la feroz lucha de clases preconizada por las fuerzas de izquierda, busca el
mejoramiento de todos aquellos sectores que por razones diversas no han sido
favorecidos con los dones graciosos de la fortuna" 106 .

La realidad de la política interna en el Partido Conservador provocó la adhesión de


los periódicos nacionalistas a aceptar la creación de la ANP. Empero, siempre y
cuando no se diferenciara de ese partido. Así lo consignó La Patria en un editorial
de saludo al nuevo movimiento: "La Patria es un diario conservador y por esto
mismo estimula, defiende y propaga la Acción Popular Nacional, ala beligerante de
la contrarrevolución" 107 . Es decir, el periódico aceptaba esa realidad como una
disidencia estratégica. Recogía el diario manizalita las posturas de Mejía Mejía en el
sentido de organizar un frente único contra el comunismo y las izquierdas e incluso
llamaba a la participación en él de liberales de derecha. Expresaba el periódico
confianza en la nueva agrupación por contar esta con la jefatura nada menos que de
uno de sus hombres:

772
Ibid.. agosto 1Q de 1937, p. 4. Este joven dirigente era hermano de Elias Salazar García, quien, como sabemos, también militaba en la
derecha.
077
Ibid., agosto 1° de 1937, p. 3.
777
Ibid.
"' Ibid.. p. 12.
7777
Ibid.. julio 30 de 1937, p. 3.
07
La Patria, agosto I o de 1937. p. 3,

296 El porvenir del pasado


La presencia de Álzate Avendaño en la jefatura de las derechas indica que en este movimiento
habrá siempre un propósito de integración conservadora, pues ha sido él precisamente quien
se ha opuesto a todo espectacular divorcio entre las fuerzas que mantienen un orden y defienden
una tradición y la patria. Las ideas de Álzate Avendaño han sido formadas en las matrices
soberanas donde se fundió el pensamiento político de Bolívar, de Núñez, de Caro, de Marco
Fidel Suárez [...] Álzate Avendaño es de aquel linaje de conductores que salvan una gran causa
o mueren combatiendo por ella. Hay hombres p a r a los cuales la d e r r o t a es un simple
entrenamiento para las supremas victorias. De ellos es el jefe de la Acción Popular Nacional 108 .

El porvenir del pasado 297


La campaña electoral de 1937
con banderas del nacionalismo
leopardo.
JJv^ J * I d Ld» - i i d OÍJ11 LiL/d

XI

La fecha del 24 de julio de 1937 podría ser considerada la del surgimiento de la


Acción Nacionalista Popular. Se conmemoraba un aniversario más del natalicio de
Simón Bolívar, y en su honor se configuró la nueva entidad política.

El proceso de organización de la ANP.


Inmediatamente después de la culminación de la convención que dio vida a la ANP,
se inició el proceso de configuración del movimiento, que incluía, entre otras tareas,
la de formación de cuadros dirigentes departamentales y municipales. Los ideólogos
de la ANP denunciaron a los desertores de la juventud derechista que apoyaban en
ese momento al nuevo Directorio Nacional Conservador. Las acusaciones iban en
contra de Rafael Azula Barrera, Francisco Fandiño Silva y Guillermo Camacho
Montoya, antiguos colaboradores de Derechas. Carlos Ariel Gutiérrez los calificó de
fugitivos: "Los compañeros que ayer estaban a nuestro lado, ahora piden para nuestro
grupo las hogueras inquisitoriales. Incapaces de confesar su huida hacia otras toldas
más apacibles aunque más envejecidas, los amigos fugitivos se están dedicando a un
proceso de mimetismo con la vieja política, verdaderamente conmovedor".1 En igual
sentido, Ignacio Pineros Suárez, en carta abierta a Fandiño, a Víctor G. Ricardo y a
Montoya, censuró su conducta y aprovechó para sacar del círculo de las generaciones
la discusión: "No se trata de una lucha de generaciones, sino de una lucha de
temperamentos, lucha obscura, sin cuartel, entre la vieja política de alcoba, de chisme,
de cortesanía (resabios del poder perdido) y la nueva y franca y heroica política que
han preconizado las gentes mozas". 2

7
La Patria, agosto 2 de 1937, p. 6.
- La Razón, julio 1 de 1937. p. 9,
Respaldos y adhesiones comenzaron a llegar. El 3 de agosto se conformaron los comandos
de la ANP en Barranquilla e Ibagué. El Alto Comando de la ANP (ACANP) nombró
comités permanentes y emitió su primer boletín informativo. Todos los núcleos
derechistas, dispersos hasta el momento, quedaban unificados y encuadrados en la
ANP, y se les conminaba a organizar los respectivos comandos. El significante comando
se distinguía de directorio, que usaban los partidos tradicionales, y que era, a la vez,
una metáfora traída del universo militar. El ACANP anunció la elaboración de una
plataforma ideológica que incluía un programa máximo y uno mínimo, y se comprometió
a preparar un libro de exégesis que ampliaría y sintetizaría los programas ideológicos
del movimiento. Campesinos y obreros tendrían su propia cartilla nacionalista, en la
que estarían expuestos de forma elemental los principios cardinales del movimiento.
Finalmente, todos los escritores afiliados a la ANP debían firmar sus artículos y ensayos
con la anotación de pertenencia a la agrupación, cosa que cumplieron al pie de la letra. 3
El ACANP dio pautas para la formación de una red de órganos de difusión en varias
ciudades del país, 4 y se organizaron seis grandes comités permanentes en Bogotá,
conformados por los principales dirigentes del movimiento. Tales comités fueron los
siguientes: Organización, Propaganda, Relaciones Exteriores, Orientación Social,
Estudios Bolivarianos y Tesorería.6 En la misma fecha fue editado el libro Política de
misión, de Eugenio D'Ors, prologuista de las obras de los fascistas portugueses e
ideólogo nacionalista español, que luchaba al lado de Francisco Franco. La publicación
de estos postulados servía de complemento a la ya nutrida ideología de la ANP, o, a lo
mejor, de síntesis simbólica de una plataforma nueva que demoraba en llegar y que
todos pedían: "Son 21 puntos que están clavados como banderas sobre el terreno filosófico
de toda la política contemporánea de las derechas".6 De otro lado, una serie de conferencias
con propósitos ideológicos, políticos y organizativos fueron proyectadas en Bogotá. El
tema principal giró alrededor de la estructuración del movimiento en los niveles
departamental y municipal, que permitiera, entre otras cosas, la realización del primer
censo derechista del país.

La fusión de las simbologías.


Incómoda resultó la situación para la gente de la derecha que no decidía afiliarse a la
ANP, y que, por el contrario, creía que debía continuar en el Partido Conservador. Al
fin y al cabo, se trataba de su identidad más preciada, tanto como la católica. No
77
Véase, La Patria, agosto 12 de 1937, p. 3.
4
La ANP mencionó algunos diarios y semanarios que la apoyaban: La Tradición, El Colombiano y Derechas Eemeninas, en Medellín;
La Patria, en Manizales! Camisas Negras, en Bucaramanga. E informó los que crearían Derechas, en Bogotá! Pregón, en Manizales!
El Nacional, en Cali! Falange, en Barranquilla! Amanecer, en Popayán! Proa, en Tunja y Somatén, en Ibagué.
5
El de Organización estuvo conformado por Ignacio Pineros Suárez, César Garrido, Víctor Emilio Jara, Hernando Zamora, Carlos
López García, José Vicente Alvarez y Enrique García. El de Propaganda por Eduardo Carranza, Carlos Ariel Gutiérrez, Carlos
Echeverri Herrera, Héctor Fabio Várela, Hernán Jaramillo Ocampo, Carlos Ospina y Francisco García. El de Relaciones Exteriores
por Rodrigo Jiménez Mejía, Agustín Rodríguez Garavito, Daniel Henao Henao, Alvaro Patino, Julio Zuluaga Arango, Marco Tulio
Amaya Díaz y Fabio Aristizábal Ospina. El de Orientación Social por Carlos Vesga Duarte, Alejandro Valencia, Alonso Pinzón,
Alberto Giraldo Rengifo, Alfonso Muñoz Botero, Luis Granada Mejía y Carlos Orasmas. El de Estudios Bolivarianos por Gerardo
Valencia, Arcadio Plaza, Leónidas Pretil Mendoza, Alfonso Arboleda, Luis Córdoba Marino, Carlos Martín y José María Patino
Sáenz. Finalmente, el de Tesorería por Ernesto Martínez Capella, Alejandro Vanegas, Nolasco Betancur, Arturo González Guarnido,
Ramón Restrepo, Ignacio Navas Botero y Carlos Ortiz. Véase La Patria, agosto 4 de 1937, p. 2.
77
" 1 . La naturaleza es pecado. Y la Nación, su versión política; 2. Espíritu, exorcismo de la naturaleza. Cultura, exorcismo de la
Nación: 3. El órgano de la cultura para exorcizar a la Nación se llama Estado; 1. ¿Qué hacer del Estado? a) La educación! b) La
selección: c) La autoridad: 5. La mejor norma para la educación es la libertad del humanismo. La mejor norma para la selección es
la jerarquía corporativa o hereditaria. La mejor condición para la autoridad, la unidad de mando: 6. Cada hombre, un servidor. Cada
servicio, una dignidad. Cada dignidad, un deber. Cada deber, una técnica. Cada técnica, un aprendizaje! 7. La puerta abierta a la
vocación de los hombres. La puerta abierta a la vocación de los pueblos. La puerta abierta para el ingreso canalizado! 8. Que la regla
no excluye, sin embargo, ninguna posibilidad. Ni la unidad, la variedad. Ni el principio, la excepción. Ni el orden, el súbito recurso
de la fuerza! 9. Oír todas las voces. Dominadas por la de mando! 10. El día siguiente a la fuerza llámese responsabilidad; 11. No
evolución. No revolución. Intervención; 12. Un centro para la autoridad 7 el Imperio. Un centro para la selección 7 Europa. Un centro
para la educación 7 Roma: 13. Toda misión debe ser católica, es decir, universal; apostólica, es decir, selectiva! romana, es decir, una!
14. Ley de la educación! tarea para todos. Ley de la selección: la asamblea para los mejores. Ley de la autoridad: l a independencia
del jefe: 15. Ningún día sin propaganda. Ningún año sin deliberación. Ningún siglo sin dictadura; 16. No casarse con la Patria:
incesto. Ni con su historia nutrirse: dispepsia: 17. Siempre habrá pobres entre vosotros. Cuidad de que no sean siempre los
mismos: 18. Ni secar fuentes, ni doblarse a torrentes: 19. Engrandecer un pueblo a su pesar: 20, No seguir a la opinión pública.
Precederla, fabricarla; 21. Ni servir a señor que pueda morir"". Véase La Patria, agosto 10 de 1937. p. 5.

300 El porvenir del pasado


resultaba fácil la asimilación de una disidencia conservadora, no había antecedentes
ni se contaba con una experiencia acumulada al respecto. Peor si se trataba de la
creación de un partido nuevo. La presencia de Álzate en la dirección de la ANP hacía
pensar en una disidencia: "Yo confío que Álzate Avendaño presentará sus cuadros
organizados y resueltos y que los capitaneará para beneficio del partido en el momento
decisivo", opinaba un ideólogo antioqueño. 7 Por eso, en el universo de la ANP,
militantes y simpatizantes se polarizaron respecto a sus relaciones con el Partido
Conservador. Un sector, el de occidente (Silvio Villegas, Fernando Londoño Londoño,
Joaquín Estrada Monsalve, Fernando Gómez Martínez, José Mejía Mejía, Juan Roca
Lemus y Álzate Avendaño), desde La Patria y El Colombiano, manifestó que la
ANP no podía ser entendida como una fuerza política por fuera del Partido
Conservador, y, más bien, los ideólogos de este sector hablaron de una coexistencia
derechista conservadora.

El otro sector, el de la extrema derecha, ligado a Bogotá, continuaba promulgando la


independencia total del partido. Al configurarse la ANP, no todos los derechistas la
acompañaron. En las listas al concejo de Bogotá, por ejemplo, estaban los nombres de
Mariano Ospina Pérez y de Jorge Leyva, caracterizados aliados de los nacionalistas. La
derecha, además, no necesariamente estaba ligada a la emulación fascista. La
identificación del Partido Conservador con la derecha tenía raíces propias en la cultura
política colombiana. Azula Barrera lo expresó mejor: "Soy conservador en cuanto soy
derechista y soy derechista en cuanto soy conservador".8 Recuérdese que Gabriel Turbay,
el dirigente liberal, exorcizando las divisiones entre la derecha y la izquierda en el
interior de su colectividad, había dicho que en Colombia el liberalismo era la izquierda
y el conservatismo la derecha. Manifestemos entonces que la ANP era la expresión de la
derecha de sensibilidad fascista y que la otra derecha permanecía intacta en el partido:
"Una cosa son las derechas conservadoras, formadas por la mocedad del partido, que
proclamaron el retomo a los programas regeneradores y a las tesis pohticas del Libertador
actualizándolas, en su aspecto económico, con la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), y
otra cosa bien distinta las derechas paganizantes depositarías del credo cesáreo de
Mussolini y del pensamiento de Hitler",9 anotaba Azula. Incluso, hilando más delgado,
no todos los fascistas se fueron de las toldas conservadoras.

Mientras la ANP se organizaba en todo el país para difundir su doctrina nacionalista,


el nuevo DNC aprobó la participación de la colectividad en las elecciones. Se
justificaban y legitimaban de esa manera las iniciativas de la Dirección Nacional
anterior, que habían producido la trascendental crisis. Quedaba claro que los denuestos
de "traidores" y "piltraferos", con que Laureano Gómez había insultado a los anteriores
miembros de la DNC, carecían de fundamento y que, más bien, se trataba de asuntos
de índole personal. En esta coyuntura de las elecciones de octubre será difícil el
deslinde de la prédica del Partido Conservador del de las derechas. Álzate, el gran
caudillo de la ANP, por ejemplo, participó en el Gran Consejo Electoral en nombre del
conservatismo. Por eso el caso del desarrollo de la contienda electoral en Caldas es
importante, justamente por tratarse del departamento paradigma de las derechas
en Colombia, como veremos. Aquí, el grueso de los ideólogos nacionalistas continuó
enarbolando y difundiendo su ideología desde el partido. Lo mismo aconteció con
ideólogos nacionalistas, como José Mejía Mejía en Antioquia. El comité conservador
de Medellín, por insinuación del general Berrío, le propuso a J u a n Roca Lemus la
7
El Colombiano, agosto 7 de 1937, p, 3.
H
El Tiempo, julio 30 de 1937, p. 2.
74
Ibid. Puede verse más información sobre los matices de la derecha en El Espectador, noviembre 11 de 1936, p, 3.

El porvenir del pasado 301


jefatura del debate electoral en Medellín: "Es el hombre que aquí se necesita. Ha sido
un elemento de lucha, y de eso se trata", dijo el viejo dirigente. 10 'Rubayata', sin
embargo, declinó la invitación: "circunstancias divorciadas de mi voluntad, el hecho
de estar yo encajado en los roles derechistas que han de acatar a una jerarquía cuya
plataforma de acción no ha sido aún delineada por los encargados de formularla y
ocupaciones personales me impiden aceptar aquella situación en que ustedes me
quieren encajar", les respondió el controvertido dirigente 11 .

Aunque hubo algunos cambios en la estrategia global, las elecciones tuvieron el mismo
carácter de las anteriores. Fueron convocadas por todas las partes con idéntico estilo: la
salvación nacional. Los contrincantes se consideraban salvadores de algo, y por ello la
convocatoria electoral continuó realizándose en la metáfora de la guerra y la prevención.
El Partido Comunista, por ejemplo, miró con recelo el regreso de los conservadores a las
urnas, y se lanzó desde muy temprano a prevenir a su gente poniendo las cosas como
una disyuntiva: "La reaparición del conservatismo en la arena electoral crea para las
fuerzas progresistas un dilema concreto: facilitar por medio de una división de las
masas populares el paso de la reacción influenciada por los Hitler y los Mussolini, o
unirse en un amplio frente democrático para asegurar las instituciones repubhcanas y
propender al progreso y fortalecimiento de una patria libre".12

La información sobre la situación política internacional hacía parte de la campaña


electoral que se desarrollaba en Colombia. En esto no había cambios. En el país,
como en el mundo entero, la lucha estaba planteada entre comunismo y fascismo, y
alrededor de estas realidades se alinderaba a la gente. Los temores se difundían
desde todas partes. La geografía de la lucha contra el comunismo abarcaba tanto la
guerra civil española como el recién iniciado conflicto chino-japonés. Pero era la
guerra civil española la que mayor influjo causaba. Insurrección en España y sufragio
en Colombia significaban para los conservadores lo mismo : la derrota del comunismo
y las izquierdas:

Mientras que el Partido Conservador se prepara para un torneo cívico, nuestros hermanos los
nacionalistas españoles luchan en el mar, en el aire, en el suelo y el subsuelo por los mismos
ideales que nosotros defendemos. Hechos de nuestra misma carne perecedera, dominan el
villano miedo animal en combate como ángeles exterminadores. A n u e s t r a s m a s a s no les
pedimos ese sobrehumano esfuerzo. Todo lo que les exigimos es su voto, dado, eso sí, a cualquier
precio. Es preciso considerar como una traición la fuga ante el estallido del primer petardo que
arrojan los adversarios porque esto es legalizar la iniquidad y la violencia. 11

En este ambiente, el selecto y competente grupo de dmgentes conservadores caldenses,


entre los que se encontraban Francisco José Ocampo, Joaquín Estrada Monsalve,
Silvio Villegas y Fernando Londoño, autodenominados "pobticos de misión", emprendió
la campaña electoral con el apoyo de los periódicos La Voz de Caldas y La Patria.
El Directorio Conservador de Caldas (DCC) señaló como su objetivo principal desplegar
giras a los cuarenta y tres municipios del departamento para organizar los directorios
locales y predicar la doctrina del partido. Se propusieron usar la plaza pública donde
fuera posible; donde no, invadirían con sus ideas los recintos cerrados. Allí emplearían
otra táctica:

717
El Colombiano, septiembre 4 de 1937, pp. 1-2.
Ibid.. p. 2,
'•- Tierra, agosto 5 de 1937. p. 4.
77
La Patria, septiembre 1" de 1937, p. 3.

302 El porvenir del pasado


A la arenga exclusivamente política debe sustituirse la serena exposición de un programa, y a
los extravíos de la pasión el rigor lógico de la inteligencia. Nuestro deber es elevar el estilo de
la política, buscando el perfeccionamiento espiritual de las masas. Inventar nuevos itinerarios,
dibujar atractivos horizontes, es lo que busca todo político de raza, que es por excelencia, un
creador de densidad. 14

Eudoro Galarza Ossa, director de La Voz de Caldas, fue designado jefe de debate.
Silvio Villegas, Antonio Alvarez Restrepo y Sinforoso Ocampo se posesionaron como
representantes del conservatismo en los consejos electorales del departamento.
Así, el primero de agosto se organizó en Manizales la primera jornada proselitista.
En la misma fecha, Silvio Villegas pronunció una conferencia en Santa Rosa de
Cabal. En ella, arengó contra de la República Liberal y manifestó la necesidad de
organizar doctrinariamente el Partido Conservador para lograr reconstruir la
República de Colombia. Advertía Villegas la urgencia de actualizar el programa so-
cial de la colectividad poniendo énfasis en las inquietudes de las masas campesinas
y obreras: "El Partido Conservador no puede ser un aliado del capitalismo. El Par-
tido Conservador está y estará defendiendo los intereses de las clases humildes,
conciliando sus aspiraciones con las aspiraciones del capitalismo".15 Para el leopardo,
estas tareas debían ser llevadas a cabo por las fuerzas contrarrevolucionarias que se
estaban organizando, es decir, por el movimiento derechista, por lo cual invitaba a
las masas conservadoras a adherirse a ellos.

El 7 de agosto, Fernando Londoño Londoño arribó a Pereira. Allí se reunió con el


comité conservador de la ciudad y resaltó la importancia de la cedulación y de la
organización de los conservadores. Culminada su reunión en esa ciudad, Londoño
Londoño prosiguió su gira política hacia las poblaciones quindianas de Armenia,
Calarcá y Circasia. El 8 de agosto se reunió con los dirigentes conservadores de
Armenia. Al igual que en Pereira, se conformó el comité conservador de la ciudad.
En esa misma fecha, Joaquín Estrada Monsalve visitó Santa Rosa de Cabal, donde
instó a los conservadores a organizarse en aras del debate electoral, y los invitó a
defender los principios católicos y nacionalistas. Juntos, Londoño Londoño y Estrada
Monsalve se reunieron en Calarcá con los líderes conservadores de la población y
designaron el comité electoral de la población. En Circasia nombraron también al
comité del partido. En Villamaría y Neira, el conservatismo municipal recibió con
entusiasmo el retorno a las urnas y organizó de manera autónoma su comité elec-
toral. El 13 de agosto, Fernando Londoño Londoño y Francisco José Ocampo se
dirigieron a Palestina y Chinchiná y se reunieron con los líderes conservadores de
estos municipios. El 14 de agosto, Francisco José Ocampo visitó Anserma y colaboró
en la creación del grupo falangista Sangre Joven. Desde el 15 de agosto, los miembros
del DCC se multiplicaron por la extensa geografía caldense: Silvio Villegas fue a
Salamina! Fernando Londoño se dirigió a Pereira; Francisco José Ocampo a Riosucio,
Guática, Sanclemente y Risaraldaí Joaquín Estrada Monsalve partió hacia Filandia;
José Domingo Escobar hacia Quimbaya! José Mejía Palacio hacia Marsella; Gonzalo
Uribe Mejía hacia Villamaría; Roberto Cardona estuvo en Neira; y Ovidio Rincón
Peláez, Gonzalo Jaramillo y Alberto Cardona Jaramillo visitaron Apía y Talamá.

En las giras se fusionaba la doctrina conservadora con la simbología de las derechas.


Así se percibió en las visitas de Silvio Villegas a las poblaciones de Salamina, Pacora,
74
Ibid., agosto 11 de 1937. p. 3.
771
iiíd., agosto 2 de 1937, p. 1.

El porvenir del pasado 303


Filadelfia y Aranzazu. En esta última fue recibido por damas derechistas que portaban
banderas con la cruz gamada, y fue llevado por ellas a través de las calles de la
ciudad, en una procesión de cientos de conservadores que enarbolaban banderas
azules al compás de los himnos de los nacionalistas italianos y españoles tocados por
la banda municipal. Emocionado por el espectáculo, el leopardo dijo ante la multitud:
"En el provenir, veo avanzar las legiones de la reconquista entre coros de amaneceres.
Mi ambición no se sacia sino con la final victoria. Nosotros tomaremos el sol, como si
fuera nuestra bandera de combate y lo clavaremos sobre la línea del poniente, ante
los horizontes humillados". 16 Villegas habló en contra de la obra de la República
Liberal, en particular del gobierno de Alfonso López. Recordó a los mártires
conservadores de Aranzazu y presentó la obra de los gobiernos derechistas en Alemania,
Italia, España y Portugal, que no solamente salvaban a sus países de la anarquía,
sino que también eran contrafuertes de la civilización, contra el peligro comunista. 17
Finalmente, Villegas enalteció los principios conservadores, los únicos que podían
salvar a Colombia, y enfatizó en la importancia de organizar mejor a la colectividad.

El sufragio antes que la insurrección,Los avances


del proceso civilizador de la convivencia política.
No nos queda otro camino que el sufragio.
Nuestros padres fueron a los campos de batalla
a defender sus ideas o sus sentimientos. No es
mucho exigirle a la generación presente que
haga un esfuerzo viril p a r a concurrir a las
urnas, con garantías o sin ellas. Votar es un
deber de los católicos [...] En todos los países
del mundo la conquista de los cabildos es la
preocupación primordial de ¡os partidos. El
ciudadano es el miembro de una nación, pero
es, ante todo, el habitante de la ciudad.1*

Al tiempo que recorría su región, Silvio Villegas iluminaba a los cuadros dirigentes
y a las masas letradas con densos editoriales. En ellos, pese a las faltas de garantías
y a las dificultades que el fraude y la violencia pudieran ocasionar, destacó la
importancia de la organización de los conservadores para el debate electoral.
Enfatizaba en que tal organización significaba el respeto que sentía esa colectividad
hacia el sistema republicano, no obstante la tentación de otros métodos para llegar
al mando : "Sólo existen dos maneras de conquistar el poder: por medio de una táctica
insurreccional o por medio del sufragio. Nosotros no desdeñamos el primer método;
pero nos parece impracticable teniendo en cuenta nuestra organización política y la
tradición civil de la república"19. Renunciaba así la sensibilidad leoparda a los métodos
insurreccionales como vía para la reconquista del poder. Asunto que no advirtió o
que no creyó la comunidad comunista del país, que convocó a su gente para atajar la
supuesta insurrección fascista votando por sus candidatos. En ese momento, otro
era el acento de la convocatoria de Villegas:

1
Ibid., agosto 16 de 19.37, p. 4.
7
Ibid.
'ibid., agosto 11 de 1937, p. 3.
7
Ibid.

304 El porvenir del pasado


Si llevamos a las próximas elecciones trescientos mil sufragantes le demostraremos al régimen
que nuestros cuadros electorales están intactos y que se nos tiene que respetar no solo por
la calidad sino también por el número. Nosotros invitamos al conservatismo de Caldas a
obedecer sin discutir órdenes de sus directivas movilizándose en un bloque compacto a las
elecciones de octubre, dentro de un ambiente de tolerancia y de respeto. A la victoria por la
disciplina y por la unión. 20

Villegas denunció en sus editoriales la supuesta decadencia del sentimiento nacional.


Decía que nadie recordaba ya la gesta de la independencia y que las fiestas patrias
transcurrían con la indiferencia del Gobierno y de la prensa misma. Llamar "República
Liberal" a una serie de gobiernos iba en contra del legado de los proceres que era la
República de Colombia. Llamó a realizar un esfuerzo colectivo por suscitar nuevamente
el culto a los héroes. Anotaba que el héroe no era la imagen de bronce que decoraba las
plazas públicas ni las biografías que se leían en las escuelas, sino "los antepasados
imposibles de superar, que nos animan constantemente a realizar grandes obras. El
deseo de imitarlos y de igualarlos, de cumplir hazañas semejantes a las suyas, la
permanente exaltación de la gloria, es la verdadera herencia que dejan sus ilustres
hechos".21

Con todo, otro tono se advierte en estas elecciones. En esos momentos, los conservadores
llamaban también al liberal para que los apoyaran. Llamaban al liberal de orden, que
según las cuentas de La Patria, con angustia y sobresalto miraba el avance de la
Revolución en Marcha. Poco a poco, el conservatismo caldense iba moldeando una
propuesta de restauración que envolvía en un paquete de presentación cívica.

La provincia^ el ideal descentralizador.


A finales de agosto, el debate electoral en Caldas dio paso a un tópico de la sensibilidad
leoparda por excelencia: la restauración del movimiento descentralizador. Silvio
Villegas criticó la discontinuidad del movimiento descentralizador en el occidente
colombiano. Recordaba Villegas que en 1934 se había conformado el Bloque de
Occidente, que contaba con el apoyo de los departamentos de Antioquia, Caldas,
Cauca, Valle del Cauca y Nariño. El programa de acción conjunta, sin embargo,
había quedado expósito. 22 En plena campaña electoral, Silvio Villegas retomó el de-
bate sobre la descentralización para oponerla a la obra de los gobiernos liberales. En
plena República Liberal y en ejecución de las propuestas de reforma liberal del gobierno
de Alfonso López Pumarejo, Villegas exaltó la autonomía de las provincias frente al
absorbente centralismo económico y fiscal dirigido desde Bogotá con el propósito de
arruinar a las provincias. "Ya hemos perdido hasta la capacidad de resistencia. Parece
que ha llegado el momento de realizar un supremo esfuerzo para defendernos contra
el centralismo que nos avasalla", 23 escribió. Villegas sintetizó su temor por el
centralismo político en detrimento del mismo Estado y las provincias: "Exceptuando
el orden público, la legislación y la moneda, todos los órdenes de la jerarquía política,
administrativa y económica deben descentralizarse si no queremos la hipertrofia del
Estado, su decadencia y su ruina". 24 Enalteció la preeminencia del campo y lo rural
frente al c e n t r a l i s m o c a p i t a l i n o como eje f u n d a m e n t a l del m o v i m i e n t o
descentralizador. Advirtió, además, que este sentido histórico no iba en contravía de
la nacionalidad colombiana. Sostuvo que:

771
ibid.
77
Ibid.. agosto 7 de 1937, p. 3.
12
Ibid.. agosto 20 de 1937, p. 3
i-' Ibid
TUid
Ibid

El porvenir del pasado 305


La nación de los productores está en las sierras peladas y secas del Tolimal en las plantaciones
de caña y arroz del Valle del Cauca; en los valles y altiplanos de Boyacá, fértiles en trigo; en las
montañas de Antioquia y Caldas, ricas en oro y en café: en las sierras de Santander, numerosas
en café y tabaco; en las llanuras del Valle del Cauca y de Bolívar, donde pastan los crasos
ganados; en Nariño y en el Huila, donde laboran sin tregua las razas fuertes y sufridas. Sin el
colosal esfuerzo que hacen las provincias no existiría la economía nacional. Ya se ha dicho que
la gran ciudad desafía al campo. Su silueta contradice las líneas de la naturaleza. Las raíces
antiquísimas de existencia se secan en el pavimento de la ciudad. 23

Las ideas que plasmaba en su editorial no eran de entonces, sólo repetía y se escuchaba:

Nuestra República no es urbana, ni está en sus grandes centros poblados: su entraña vital es
preciso buscarla en las llanuras, en los valles, en las cordilleras, en los cafetales, en las minas de
oro y de hulla, en las aldeas y veredas. Todo es rural entre nosotros. Hacia las veredas y los
campos hay que dirigir la nueva orientación económica, administrativa y constitucional del país. 26

Pero no se trataba sólo de una saudade barresiana. Villegas recurría a las cifras y a
los hechos concretos del gobierno de López Pumarejo. Señalaba que Antioquia y
Caldas producían en café y oro el 40 % del cambio internacional del país, lo cual no
se reflejaba en la retribución que el Gobierno, desde Bogotá, debía hacer a estos
departamentos. La andanada de críticas al centralismo continuó con las políticas del
Gobierno Nacional frente a los costos de los fletes desde los puertos marítimos hacia
Bogotá y las capitales de departamento. Para Villegas, resultaba alarmante que,
pese a la distancia, el precio de trasporte de carga por tonelada entre Buenaventura
y Bogotá costara $ 29,50, mientras que entre Buenaventura y Manizales este mismo
servicio valiera $ 36,00. De la misma manera, el leopardo acusó al Gobierno de
elevar los precios del transporte de las compañías navieras por el río Magdalena, en
detrimento del puerto de Barranquilla y a favor del Ferrocarril del Pacífico.

Pero el problema que más objetó Villegas sobre el centralismo fue el de la educación
pública. Para el leopardo, mientras en Bogotá las propuestas de educación defendidas
por el gobierno de López Pumarejo abarcaban la edición de la criticada Revista de
Indias y la construcción de la Ciudad Universitaria, las escuelas primarias de los
departamentos y las universidades oficiales de Cartagena, Medellín, Pasto y Popayán
pasaban malos ratos por la escasez de fondos públicos. Frente al gran centro de la
cultura centrabsta que significaba la Ciudad Universitaria, el Bloque Occidental debía
dirigir su mirada hacia la Universidad del Cauca, donde se "recogen todos nuestros
grandes empeños espirituales".27 Finalmente, exigía el leopardo que las escuelas normales
y el cuerpo de los maestros debían tener una organización federalista, para responder a
las diferencias geográficas e históricas de cada una de las regiones del país.

Indicaba Villegas, además, que el movimiento descentralizador debería ir de la mano


de la formación de una "conciencia autonomista" en todo el occidente. Para él, la
campaña de difusión del ideal descentralizador debía utilizar los métodos que
regularmente se usaban en una campaña electoral:
Tengo la certidumbre de que si no nos congregamos para defendernos se nos t r a t a r á pronto
como a simples colonias de la orgullosa y progresiva metrópoli. Hay que estimular la tarea
autonomista, empleando en su difusión y propaganda todos los sistemas que se utilizan para la
acción política. Muy aconsejable nos parece estrenar un ciclo de conferencias sobre el tema, en
77
Ibid.
'"' Ibid.. agosto 22 de 1937. p. 3.
-' Ibid.

306 El porvenir del pasado


los centros económicos y culturales del occidente colombiano, procurando el intercambio
intelectual de los departamentos federados. 28

Esta opinión también era compartida por Antonio Alvarez Restrepo, compañero de
equipo en la contienda electoral, quien señalaba la configuración de un bloque político
con gente de los departamentos del Occidente del país que defendieran sus intereses:

Robustecer esa conciencia [la conciencia autonomista], y hacer que se extienda y llegue a todas
las capas sociales es la tarea del momento impuesta por la necesidad de la propia defensa. La
prensa, la radio, la conferencia pública, el manifiesto, la convención, deben ser medios de
propaganda activa. Que las gentes se empapen de los problemas que directamente les conciernen,
que se den cuenta de las desventajas económicas creadas por un centralismo glotón; que sepan
hasta dónde les son perjudiciales determinadas medidas como las que aluden al crédito bancario,
y entonces la gran masa obrará uniformemente y con valentía en el camino de las reivindicaciones
necesarias. Surgirán entonces diputaciones integradas por elementos de diversas tendencias
políticas, pero homogéneas y leales al ideal descentralizador. Y en el Parlamento el grupo de
occidente, que es mayoría numérica, podrá dar forma real a todas las truncas esperanzas de
ahora y a las esperanzas de mañana. 2 9

Lo propio hacía Mejía Mejía en Antioquia: "El conservatismo está bizarramente


unificado en la provincia colombiana, como una muralla y como un dique contra la
república liberal que viene dirigida desde la capital de la república". 30 Asociaba la
trascendencia de las elecciones de octubre a la importancia que su partido le daba a
lo local: "El conservatismo tiene en los municipios su más fuerte existencia y no
reniega del poder liberal sino cuando lo asaltan en ese íntimo ámbito. La defensa del
conservatismo reside esencialmente en la vida municipal". 31 Oponía, como Villegas,
el campo a la ciudad. El primero pertenecía al conservatismo y el segundo a los
liberales. Planteaba el campo como su patrimonio político, y en ese sentido llamaba
a defenderlo. En cuanto a los dictados de la Doctrina Social de la Iglesia, dirigidos a
trabajar a favor del obrero, Mejía juzgaba que con ellos no se favorecía al campesino.
Trabajar por este y para este era el sentido de su ética política. Las masas rurales
que Mejía consideraba pertenencia conservadora no tenían la tensión ni la atención
del obrero urbano, sobre quien recaía cotidianamente la dirección política y el
aleccionamiento doctrinario de periódicos y conductores. 32

Después de un arduo trabajo en el Gran Consejo Electoral, donde se desempeñó como


vicepresidente, Gilberto Álzate Avendaño regresó a Manizales. La Patria saludó la
llegada de quien podría denominarse uno de sus hombres, que luego de varios meses
retornaba a instalarse en su ciudad natal para organizar la Acción Nacionalista
Popular y ejercer su profesión de abogado. Álzate arribó con el aura no sólo del gran
conductor. La decisión del conservatismo de volver a las urnas era para él un
desagravio que ennoblecía su paso por la Secretaría General del partido. Se le
reconocieron sus méritos de presidente de la ANP, lo mismo que el haberse batido a
puño limpio con los comunistas. 33 Y se recordó también que era miembro del Directorio
Departamental de Caldas. La prensa anunció que haría una gira política por
Manizales, Cali, Popayán y Medellín con el objetivo de criticar las directrices del
Directorio Nacional Conservador, que estaban llevando al inmovilismo a las masas
conservadoras. En contraposición, Álzate Avendaño y Cabal Pombo ensalzarían los
programas del antiguo Directorio Conservador, que había regido el destino del par-

-'" Ibid.
777
Ibid., agosto 23 de 1937. p. 3.
,7)
El Colombiano, agosto 3 de 1937. p. 3
77
Ibid.
' Ibid.
377
La Patria, septiembre 27 de 1937, p. 3.

El porvenir del pasado 307


tido durante el primer semestre de 1937, los cuales defendieron dos puntos tácticos:
el retorno a las urnas y la participación en el poder electoral. Tenían razón Álzate
Avendaño y sus compañeros derechistas en defender estos puntos, ya que el nuevo
DNC los había retomado totalmente, muy a su pesar.

En un breve artículo, La Patria enalteció el papel que Álzate Avendaño mejor


desempeñaba: el de organizador de las masas conservadoras.

Más tarde se hizo un abnegado e intrépido conductor de muchedumbres, campeando en la


oposición contra el régimen, por encima de los viejos caudillos. En Antioquia era el capitán de
su generación, el guía intelectual de las juventudes, al mismo tiempo que ejercía un comando
sin réplica sobre las grandes masas conservadoras. En Caldas, su departamento, ha sido uno
de los más prestigiosos directores del partido. La última convención, reunida en diciembre
pasado, lo aclamó como miembro del triunvirato en la compañía excelente de los doctores
Francisco José Ocampo y Fernando Londoño Londoño. En las últimas convenciones se ha
impuesto con su palabra ardiente. En el Directorio Nacional Conservador, en ejercicio del alto
cargo de secretario general del partido en Colombia, hizo una formidable obra de organización
política y movilización ideológica, truncada infortunadamente por el estallido de la crisis de
junio, respecto a la cual el partido acaba de pronunciar su veredicto final optando por la
concurrencia a las u r n a s . D u r a n t e esa emergencia, Álzate Avendaño actuó con denuedo y
gallardía, demostrando el temple de su carácter procero. Últimamente ha venido actuando
como vicepresidente del Gran Consejo Electoral. El movimiento derechista, al que ha estado
afiliado siempre con el corazón y con la inteligencia, lo ha ungido como su jefe supremo. Es hoy
el presidente de la Acción Nacionalista Popular, en cuyos cuadros están inscritos los mayores
valores mentales de la juventud y grandes guarismos proletarios. 34

Los avances ideológicos del conservatismo como respuesta


a las cargas ideológicas de la sensibilidad leoparda, de la
Acción Nacionalista Popular (ANP), del comunismo y del
liberalismo.
La Doctrina Social de la Iglesia como fuente de discurso.
Se trataba de la fuente del discurso de la sensibilidad conservadora en general que
mayor peso tenía a la hora de expresar verbalmente o por escrito su concepción de
las cosas. Todos, republicanos y nacionalistas conservadores, bebían de esta fuente.
Con ella legitimaban sus comportamientos y justificaban sus tesis. Sin embargo, la
asimilación y la interpretación de los dictados de la Iglesia no fluían como lo hubiera
querido el más sincero de los redactores de los documentos pontificios. Como tampoco
fluía a la perfección la adaptación del primorriverismo o del salazarismo peninsulares
en las corrientes nacionalistas. Nada corría como el agua. La cultura colombiana
era densa, la red de significaciones muy compleja, los obstáculos se sucedían uno
tras otro. El diálogo que los pontífices habían iniciado con la sociedad cristiana desde
los tiempos de León XIII no parecía haber tenido la recepción que esperaban de un
país donde sus relaciones con el Estado habían sido tan estables durante la
recientemente pasada hegemonía conservadora.

308 El porvenir del pasado


El 19 de marzo de 1937, en el decimosexto año de su pontificado, el Papa Pío XI
publicó la encíclica Divini Redemptoris, denso documento sobre "el comunismo ateo".3"'
Era la continuación de un diálogo que recalcaba en los problemas que le preocupaban
a la Iglesia en la época contemporánea. Era. también, la tercera encíclica de la
década. En 1931, al celebrarse el cuadragésimo aniversario de la Rerum Novarum,
de León XIII, Pío XI dio a la luz Quadragesimo Anno, encíclica que versó "sobre la
restauración del orden social en perfecta conformidad con la ley evangélica". La
Rerum Novarum, publicada el 15 de mayo de 1891, trazó las normas que debían
seguirse para resolver lo que entonces se conoció como "la cuestión social". El
documento señaló y proclamó los derechos y las obligaciones que debían regular las
relaciones entre ricos y proletarios, entre quienes aportan el capital y quienes aportan
el trabajo. Por otra parte, estimuló la creación y desarrollo de las asociaciones obreras.
La Quadragesimo Anno, en la misma dirección, hizo el balance de los logros de la
Rerum Novarum, y abundó en la interpretación de los problemas sociales y políticos
contemporáneos. En todos los textos de la Doctrina Social de la Iglesia estaba presente
su deseo de mediación ante la creciente brecha entre ricos y pobres. Se dirigía a
evitar la lucha de clases, que supuestamente estimulaba el comunismo. 36

El 3 de mayo de 1932 salió a la luz la encíclica Caritate Christi Compulsi, "sobre la


crisis material y espiritual del mundo actual y su remedio: la reparación al Sagrado
Corazón de Jesús". El documento prepara a la feligresía para afrontar la Gran
Depresión económica, y critica el exacerbado nacionalismo, en boga por entonces en
los países europeos. Pero es, ante todo, una encíclica de carácter religioso. La Divini
Redemptoris, en cambio, aunque es un recorderis, tiene un marcado carácter político-
ideológico. Está escrita en un género discursivo mucho más epidíctico que el de las
anteriores, y urge a acatar los desatendidos llamados de la Iglesia. En la construcción
de ese otro que combate, la Iglesia utiliza su audacia retórica, que la ha distinguido
por siglos: "Pero, como triste herencia del pecado original, quedó en el mundo la
lucha entre el bien y el mal; y el antiguo tentador nunca ha desistido de engañar a la
humanidad con falaces promesas". 37 Obsérvese el papel atenuante que cumple la
preposición pero. Luego viene el adjetivo triste, que juega como epíteto del sustantivo
herencia. Enseguida la frase hace alusión a la serpiente del paraíso. Es decir: el
comunismo es el mal, es la serpiente. Recuérdese que justamente con este discurso
intervino Ginés de Albareda en su visita a Colombia, que relatamos en el capítulo
anterior. La constitución del enemigo incorpora, además, falsa redención, seudoideal
de justicia, mentiroso misticismo, falaces promesas, perversidad, insidia comunista,
poder de las tinieblas, gran peligro, anarquía, terror...

El nuevo documento pontificio incorpora todas las encíclicas anteriores, es la


continuación de un punto seguido suspendido, de uno, de varios enunciados. Es un
volver a empezar a partir de una situación que se ha tornado más compleja. Si la
segunda había sido escrita en las duras condiciones de la Gran Depresión económica,
esta se elaboraba en un periodo de franca recuperación del capitalismo. El comunismo
impulsado desde la URSS había escapado a la crisis económica mundial, y en su
interior había ganado la guerra civil. Su consobdación era una realidad. Curiosamente,
en el documento no hay alusión alguna al fascismo, no obstante que se trataba de
una época de avasallante amenaza totalitaria de derecha. Leemos: "es el comunismo
bolchevique y ateo, que tiende a derrumbar el orden social y a socavar los fundamentos
77
Pío XI estuvo frente a los destinos de la Iglesia Católica entre el 6 de febrero de 1922 y el 10 de febrero de 1939.
711
Para mayor información véase De Laubier, Patrick. El pensamiento social de la Iglesia. Un proyecto histórico de León Xlll a duan Pablo
II. Bogotá. CEDIAL. 1983.
77
Revista Javeriana. V 34, Bogotá, mayo de 1937. p. 237.

El porvenir del pasado 309


mismos de la civilización cristiana"; 38 es decir, el texto se dirige específicamente
contra el amenazador comunismo ateo: "pueblos enteros están en peligro de caer de
nuevo en una barbarie peor que aquella en que aún yacía la mayor parte del mundo
al aparecer el Redentor". 39 En este caso, la Iglesia misma intervenía como mesías,
era la llamada a salvar a la humanidad. Ni aceptaba otro mesías ni estaba dispuesta
a dejarlo crecer, sólo ella quería y se reclamaba el monopolio del mesianismo: "Se
pretende introducir una nueva época y una nueva civilización, fruto exclusivo de
una evolución ciega, una humanidad sin Dios [...] Tal es el nuevo evangelio, que el
comunismo bolchevique y ateo pretende anunciar a la humanidad como un mensaje
de salvación y redención". 40 Agregaba:

El comunismo hoy, de modo más acentuado que otros movimientos similares del pasado,
contiene en sí una idea de falsa redención. Un seudoideal de justicia, de igualdad y de fraternidad
en el trabajo impregna toda su doctrina y toda su actividad con cierto falso misticismo que
comunica a las masas, halagadas por falaces promesas, un ímpetu y entusiasmo contagiosos,
especialmente en tiempos como los nuestros, en los que a la defectuosa distribución de los
bienes de este mundo ha seguido una miseria que no es la normal. 41

Aceptada esa realidad del avance incontenible del comunismo, los doctores de la
Iglesia la interpretan, buscan sus causas y proponen correctivos. Continúan la crítica
al liberalismo, que había preparado el camino al descristianizar a las sociedades.
Pero esta crítica iba dirigida a aquellos países donde el liberalismo había estado en el
poder, como Brasil, por ejemplo, donde el populismo de Getúlio Vargas encontraba
razones para presentarse en oposición al liberalismo de la vieja República, pero, ¿se
justificaba en Colombia, donde el poder había estado en manos del conservatismo,
justamente, en estrecha relación con la Iglesia? Complicada situación.

Advierten los redactores del magno documento que el uso de una propaganda
verdaderamente diabólica, que jamás había conocido el mundo, había contribuido al
ensanchamiento del comunismo: "propaganda que se hace en folletos y revistas, en el
cinematógrafo y en el teatro, en la radio, en las escuelas y hasta en las universidades y
que penetra poco a poco en todas las clases sociales, aun en las más sanas, sin que se
aperciban casi del veneno que insensiblemente va infiltrándose cada vez más en todos
los espíritus, en los corazones todos".I2 La encíclica culpa de los avances comunistas al
silencio de la prensa capitalista, incapaz de cubrir en toda su extensión los vejámenes
contra la Iglesia en la URSS, en México y en España. Los redactores del documento
enjuician a industriales y empresarios dirigentes de la sociedad occidental por no haber
tomado en serio la apbcación de la DSI expuestos, por lo menos, en la anterior encíclica,
la Quadragesimo Anno'- la penetración de la justicia social y del sentimiento de la caridad
cristiana en el orden económico y social.

Es, por desgracia, verdad que las prácticas a d m i t i d a s en ciertos sectores católicos h a n
contribuido a q u e b r a n t a r la confianza de los trabajadores en la religión de Jesucristo. No
q u e r í a n aquellos comprender que la caridad cristiana exige el reconocimiento de ciertos
derechos debidos al obrero y que la Iglesia los ha reconocido explícitamente. ¿Qué decir de
ciertos patronos católicos que en algunas partes consiguieron impedir la lectura de nuestra
encíclica Quadragesimo Anno en sus iglesias patronales? ¿Qué decir de aquellos industriales
católicos que todavía no han cesado de mostrarse, hasta hoy, enemigos de un movimiento
obrero recomendado por Nos mismo? 4:!

" Ibid.
"• Ibid.
40
ibid.. p. 262.
47
Ibid.. p. 269.
42
Ibid. p. 263.
477
Ibid.. p. 276.

310 El porvenir del pasado


Y agrega el documento: "No habría ni socialismo ni comunismo si quienes gobiernan
los pueblos no hubieran despreciado las enseñanzas y las maternales advertencias
de la Iglesia".44 En lo que creemos fundamental, el documento jalona la comprensión
del precepto de la caridad cristiana y lo relaciona con el de justicia'-

La caridad nunca será verdadera si no tiene siempre en cuenta la justicia [...] una caridad que
prive al obrero del salario al que tiene estricto derecho, no es caridad, sino un vano nombre y
una vacía apariencia de caridad. Ni el obrero ha de recibir como limosna lo que le corresponde
por justicia; ni con pequeñas dádivas de misericordia pretenda nadie eximirse de los grandes
deberes impuestos por la justicia. La caridad y la justicia imponen deberes, con frecuencia
acerca del mismo objeto, pero bajo diversos aspectos! y los obreros, por razón de su propia
dignidad tienen pleno derecho a mostrarse muy sensibles en la exigencia de los deberes que los
demás tienen para con ellos.46

Los autores de la encíclica llenan de materialidad el precepto de justicia social que,


según anotaban, impone deberes a los que ni patronos ni obreros se pueden sustraer:
Es propio de la justicia social el exigir de los individuos todo cuanto es necesario al bien común
[...] No se puede decir que se haya satisfecho a la justicia social si los obreros no tienen
asegurado su propio sustento y el de sus familias con un salario proporcionado a este fin; si no
se les facilita la ocasión de adquirir alguna modesta fortuna, previniendo así la plaga del
pauperismo universal; si no se toman precauciones en su favor, con seguros públicos y privados
para el tiempo de vejez, de enfermedad o de paro. 46

Y terminaba apelando a Quadragesimo Anno'-


La economía social quedará sólidamente constituida y alcanzará sus fines sólo cuando a todos
y cada uno de los socios se les provea de todos los bienes que las riquezas y subsidios naturales,
la técnica y la constitución social del hecho económico puedan ofrecer. Esos bienes deben ser
t a n suficientemente abundantes que satisfagan las necesidades y comodidades honestas, y
eleven a los hombres a aquella condición de vida más feliz que, administrada prudentemente,
no sólo no impide la virtud, sino que la favorece en gran manera. 47

Finalmente, la encíclica convocó a un amplio conglomerado a seguir sus directrices.


En primer lugar, llamó a los miembros de la Iglesia a contribuir "a la obra mundial
de salvación". Le encomendó a los sacerdotes lo que había sido un pedido de León
XIII: ir al obrero. Y agregó:

[.,.] especialmente al obrero pobre; más aún, en general, id a los pobres [...] Los pobres, en
efecto, son los que están más expuestos a las insidias de los agitadores, que explotan su
desgraciada condición para encender la envidia contra los ricos y excitarles a tomar por la
fuerza lo que les parece que la fortuna les ha negado injustamente; y si el sacerdote no va a los
obreros y a los pobres, para prevenirles o para desengañarlos de los prejuicios y falsas teorías,
se convertirán en fácil presa de los apóstoles del comunismo. 18

Llamado que, por supuesto, en Colombia acogerían los directamente implicados tanto
como los intelectuales conservadores que intervenían justamente como sacerdotes (hijos
seglares). Todo lo hecho, decía el documento, es poco en comparación con la inmensidad
del problema; de ahí la importancia y el reconocimiento que se le daba en el texto a la
proyección de la Acción Católica, incluso, no es insensato pensar que el nombre de la
Acción Nacionabsta Popular esté inspirado en aquella denominación. En segundo lugar,

1
Ibid., p.
mío., p, ¿t
271i.
"• Ibid.. pp. 275-276.
" Ibid, pp. 276-277.
47
Ibid., p. 277.
4
» Ibid., p. 280.

El porvenir del pasado 311


llamó al Estado a redoblar esfuerzos para acabar con la influencia comunista, a combatir
el fenómeno, a impedir el flujo de su propaganda, pero, sobre todo, lo conminó a crear
condiciones materiales de vida, sin las cuales una sociedad ordenada no podría existir:
empleo para padres de famiba y para la juventud; inducir a las clases ricas a apropiarse
de las cargas "sin las cuales la sociedad humana no puede salvarse ni ellas podrían
hallar salvación".49 En tercer lugar, el llamamiento iba dirigido a los contagiados por el
mal comunista, a quienes exhortaba a reconocer en Jesucristo al único salvador. Los
invitaba también a abandonar ese "resbaladizo camino" que los llevaría a una "inmensa
y catastrófica ruina".

La Doctrina Social de la Iglesia, conformada por una literatura que crecía día a día,
hizo parte fundamental de la fuente del discurso en que bebieron sin saciarse todas
las corrientes de la sensibilidad conservadora colombiana.

La configuración programática.
La naciente Acción Nacionalista Popular, que padecía ya su primera crisis, demoraba
la entrega a su militancia de una plataforma ideológica adecuada a la nueva situación.
Las charlas y las conferencias ofrecidas por algunos de sus más destacados miembros
en la sede de Haz de Fuego en Bogotá, apuntaban en esta dirección.

El 18 de septiembre, en plena campaña electoral, Rodrigo Jiménez Mejía sometió a


la consideración de la ANP las bases para un programa de derechas en Colombia. La
noticia, transmitida por El Tiempo, dio algunos avances que ponían a pensar en la
confección de un programa populista nutrido de corporativismo, en oposición a los
programas inspirados en el marxismo:

Propugnamos la organización corporativa del Estado; no somos capitalistas, no somos liberales,


no somos marxistas; somos espiritualistas; declaramos que el trabajo es un deber social; pedimos
el establecimiento de la alimentación básica obligatoria para los trabajadores; pedimos una
enérgica política de defensa y formación de la raza; pedimos estímulo y devoción permanentes
hacia nuestros campesinos, haciéndolos propietarios de la tierra; pedimos que el pie de fuerza
se eleve a cincuenta mil hombres; pedimos amor y compenetración para con nuestra madre
patria, España; pedimos la asistencia gratuita para las madres pobres en los periodos de gravidez
y lactancia; somos una revolución nacionalista en contra de la revolución partidista. 50

Se trataba de una propuesta de sensibilidad popular desde la extrema derecha. Tanto


esta como otras iniciativas con que participaban las corrientes políticas colombianas
en la contienda electoral, obligaron al nuevo DNC y al conservatismo en general a
correr sus mojones ideológicos hacia la izquierda, un resultado positivo de la polifonía
reinante y actuante en la política colombiana de entonces.

77
Ibid, p. 286.
77
El Tiempo, septiembre 18 de 1937, p. 15.

312 El porvenir del pasado


El programa conservador de 1937.

La p l a t a f o r m a conservadora es una valla


infranqueable p a r a el comunismo ruso. El
ciudadano de orden tiene que escoger entre
conservatismo sociaLcristiano o comunismo.
El comunismo, por muchas razones, es, entre
nosotros, planta árida e infecunda.''1

Como hemos anotado, la última Convención Nacional Conservadora reafirmó la vigencia


del programa conservador de 1931. Poco después, el DNC decidió ir más allá al conformar,
el 19 de agosto, el Comité de Acción y Economía, con el propósito de elaborar una
propuesta que permitiera al partido hacer frente a los problemas de esos momentos. El
Comité, que estaba conformado por Esteban Jaramillo, Francisco de Paula Pérez, Pedro
María Carreño, Alfonso Palau, Mariano Ospina Pérez y Rafael Bernal Jiménez, redactó
un manifiesto ideológico que empezó a circular el 24 de septiembre con el nombre de
"Prospecto de acción social. Posición del Partido Conservador ante los conflictos del
capital y del trabajo". Por supuesto, la alusión al significante acción es deliberado.
Algunas de las voces implicadas se harán presentes explícitamente, otras lo estarán en
silencios estratégicos. Se trataba de un enunciado complejo que incluía voces provenientes
de todas partes, las que concurrían en los inmediatos pasado y presente del proceso
dialógico que constituía la cotidianidad política colombiana. Al programa de 1931, que
era ya una respuesta a los programas entonces en boga, se le sumaban las voces que
desde entonces planteaban soluciones a los problemas nacionales desde todos los ismos:
liberalismos, socialismos, populismos, fascismos, nacionalismos, conservatismos. Y,
claro, el eco de la voz de la Iglesia a través de la DSI presionaba adecuación,
encuadramiento, y apuntalamiento ideológico.

He aquí el enunciado introductorio del documento: "Los directores del Partido


Conservador de Colombia, justamente preocupados por la manera y forma como los
elementos políticos de izquierda y su aliado natural el comunismo tratan de hallarle
solución a los graves problemas económicos y sociales de la hora presente". 52 Se decía
"directores" por aquello de no haber aceptado Laureano Gómez la jefatura única y se
aludía a "los elementos políticos de izquierda" para no mencionar directamente al
liberalismo. Como el documento mismo lo indica, se trataba de ofrecer una alternativa
a los programas sociales de inspiración comunista, lo que era, además, una influencia
directa de la última encíclica de la Iglesia en circulación. Apelar al comunismo indicaba
ceder a las prédicas fundamentales de las sociabilidades leoparda y de la extrema
derecha, cuyo contradestinatario principal de sus discursos era el comunismo, y, por
supuesto, satisfacía los designios de la Iglesia. Los matices podrían neutralizarse
encauzando las aguas hacia el enemigo real o virtual que los identificaba a todos. El
reconocimiento que hacía el conservatismo de los problemas colombianos producidos
por el desarrollo interno de la sociedad capitalista como por los acontecimientos
europeos de la posguerra eran tardíos, pero ahí estaba la propuesta, distinta de la de
su extrema derecha, implicada en el texto: "Que los referidos problemas no pueden
afrontarse ni resolverse con un mismo criterio y con idénticas fórmulas en los distintos
países, pues cada uno de ellos tiene características especiales de raza, y métodos de

77
El Siglo, septiembre 25 de 1937, p. 5.
77
Los programas del conservatismo. Bogotá, Editorial Renacimiento, 1971. p.ll 7.

El porvenir del pasado 313


trabajo, de resistencia y de estructura económica".03 Y para que no quedaran dudas,
el conservatismo se autoafirmaba como "partido democrático y progresista". Es decir,
el documento le cerraba el camino a la antidemocracia de algunas de sus corrientes.
No renunciaba, eso sí, a la tradición. Al contrario, aspirando a explotarla, se
vanagloriaba de ser un partido configurado en torno suyo. La tradición era para los
conservadores un componente clave de su identidad y no estaban dispuestos a echarla
por tierra en aras de una aventura: "el Partido Conservador tiene autoridad bastante
para realizar aquella acción social, fundado en sus tradiciones". 54

El manifiesto es un enunciado complejo, ya lo hemos dicho, es decir, hereda un


vocabulario; recoge significantes de otras agrupaciones, incluso utiliza los de su
enemigo ideológico; vierte en su enunciado el de los otros. Dice en uno de sus
considerandos:

Que no basta impugnar las doctrinas y prácticas socialistas, sino que es necesario ofrecerles a
los pueblos, desengañados con las falaces promesas del marxismo, la cooperación de u n gran
partido político, para buscar dentro de lo humano, fórmulas y sistemas menos flamantes pero
más prácticos, que atenúen las desigualdades económicas, combatan el individualismo egoísta,
hagan cumplir los deberes sociales, que impone la propiedad, eviten la explotación del hombre
por el hombre, aseguren una justa retribución al trabajo, y, en una palabra, hagan reinar en lo
posible la justicia social.55

En este enunciado está implicado el vocabulario de las extremas izquierda y derecha;


el de los liberales, y el suyo propio.66 Era el manifiesto un reconocimiento a los logros
del Partido Liberal en el poder, puesto que parte de su redacción está inspirada en el
temario y en el vocabulario de las reformas liberales. Podría hablarse de matices en
las variadas concepciones de la propiedad, del intervencionismo de Estado, de la
regulación entre capital y trabajo, de la legislación social, etc., las que se expresaban
en el documento, pero era el liberalismo el que había puesto en escena la resolución
de tamaños problemas. En uno de sus apartes leemos: "La propiedad no da derecho
al abuso de ella con perjuicio de terceros. Puede ser expropiada por el Estado cuando
medien graves motivos de utilidad pública, pero siempre con indemnización previa y
suficiente".57 Para evitar asociaciones con el adversario histórico, los redactores dicen
enseguida: "Al individualismo egoísta, debemos oponer el concepto social cristiano", 58
preferiblemente acudir a su propia familia ideológica: la extrema derecha y a los
preceptos de la Doctrina Social de la Iglesia. El documento media entre las partes
encontradas en la sociedad. Reconociendo la reciprocidad necesaria entre capital y
trabajo, llama al fomento de organizaciones profesionales, sujetas a una legislación
especial para evitar los abusos del régimen capitalista y los actos de violencia de los
obreros a través de sus coacciones expresadas en las huelgas.

El intervencionismo del Estado, que era asumido como un asunto de la ideología bberal
en el poder, fue finalmente asimilado por el Partido Conservador como un componente
más de su ideario. Le bajó el tono, pero lo aceptó. Para ellos, la intervención estatal en
la industria debía bmitarse a mejorar las condiciones de salubridad y seguridad púbbcas
y a proteger los derechos de trabajadores y empleadores. Y debía abarcar a las empresas
de servicios públicos para asegurar su normal funcionamiento frente a problemas que
pudieran generar las huelgas obreras. Empero, su intervencionimo de Estado en la
economía privada se inspiraba, es cierto, en el pensamiento corporativo, pero se nutría
'•' Ibid.
'•'• Ibid.
"•Ibid.. p. 118.
56
Me inspiro en el tratamiento que hace Mijaíl Bajtin de los géneros discursivos. Véase, de él, Estética de la creación verbal. Buenos
Aires, Siglo XXI Editores, 2005.
7)7
Los programas del conservatismo.... p. 118.
"'" Ibid.

314 El porvenir del pasado


de las corrientes en circulación. El Estado debía intervenir con un Consejo de Economía
Nacional en el que tuvieran "representación elementos autorizados y competentes de la
agricultura, del comercio, la industria y las finanzas y las clases trabajadoras, sin
distinción de partidos políticos y elegidos en forma que asegure una genuina
representación de los distintos intereses",59 problema que ya había planteado el aprismo
a nivel continental y que el unirismo de Gaitán había recogido.
La propuesta conservadora se dirigía a ampbos sectores de la clase media y obrera, pero
abogaba también por otros, excluidos de la sociedad. Prometía protección y seguridad
contra accidentes, enfermedad, invalidez, ancianidad y desempleo. Llamaba a velar
por higiene y salubridad en fábricas y talleres. Hablaba de reglamentar la jornada
laboral. Para los conservadores, la familia y su entorno eran fundamentales. Por ello,
exigieron la regulación del trabajo de mujeres y niños, la enseñanza de la moral cristiana
en las familias obreras, y el mejoramiento de sus barrios.

El trabajo y la legislación social también hacían parte de las preocupaciones de los


conservadores. En este documento, sus autores adhirieron a las concepciones
cristianas, que destacaron que el trabajo no era una mercancía, sino el fruto del
esfuerzo por satisfacer necesidades básicas. Bajo estos parámetros, los conservadores
exhortaban al Estado a cumplir tres tareas: asegurar un salario mínimo a los
trabajadores, acorde con un nivel de subsistencia (esto ni siquiera lo había planteado
el Gobierno todavía), mediar entre trabajadores y empleadores para que los primeros
tuvieran participación en las ganancias de las empresas, y combatir el desempleo.
Pese a exigir al Estado el mejoramiento de las condiciones de vida y laborales de los
trabajadores que se ubicaban en los grandes centros urbanos, los conservadores,
conscientes del carácter agrícola del país, reclamaron políticas dirigidas hacia su
desarrollo y mejoramiento: facilitar la adjudicación de créditos agrícolas al pequeño
campesino; enfatizar en la enseñanza rural; facilitar y promover la parcelación y la
colonización de tierras. Curiosamente, el manifiesto no habla del campesino pobre,
por lo menos no directamente.

Finalmente, los conservadores llamaron para que se combatiera el alcoholismo por


ser un problema social y moral. Y, al mismo tiempo, exigían una reforma fiscal que
permitiera a los departamentos conseguir recursos económicos distintos a los de la
renta de las bebidas alcohólicas.

El manifiesto conservador, como un acto de habla ilocucionario afortunado, tuvo


acogida. La prensa conservadora recibió con beneplácito el documento. El Partido
Conservador había preferido sacrificar a sus aliados de la derecha para ceder hacia
la izquierda. Aceptaba, finalmente, transformarse, pero no a la manera como querían
los adversarios internos del DNC de ese momento. Aunque su presencia está implicada,
como lo vemos en la reacción de El Siglo '•
La velocidad de la mecánica del mundo ha obligado a los partidos a t r a n s f o r m a r s e . El
conservatismo atento a estas vibraciones le ha dado a su programa un contenido actual [...] La
invasión de las masas en la dirección de los negocios que, como dejamos dicho es el fenómeno
de la hora, ha llevado al conservatismo a modificar su estructuración. Así como en 1910 dejó sin
bandera al liberalismo, hoy incorpora a su acción aquellas aspiraciones de los partidos socialistas.

"íb,d,.p, 119.

El porvenir del pasado 315


Sea que los realice desde el poder o que obligue a quienes lo disfruten a que se inspiren en esta
plataforma, el conservatismo dejó de ser zona mineral o subterránea. 6 0

Dialécticas, parecerían las cosas! o una cuestión de tácticas.

Desde la otra orilla, la prensa liberal también se congratuló: "Infinitamente


agradecidos, recibimos la voz de aliento que nos llega del campo conservador, y la
tendremos en cuenta como el testimonio más valioso y desinteresado", 61 escribió el
editorialista de El Tiempo, que, con escrúpulo, examinó el texto y determinó que en
su elaboración no había participado la cultura grecolatina y, menos aún, los políticos
y demagogos conservadores, es decir, ni la sensibilidad leoparda ni Laureano Gómez
ni la extrema derecha. Sostuvo que estaba presente en la redacción del documento
una mano distinta: "Lo redactó, el estadista, después de haber cerrado un libro de
hacienda pública y de haber pensado durante breves minutos en que se puede andar
del brazo con liberales sin daño para el espíritu, ni rubor de la doctrina".62 Se trataba
de Esteban Jaramillo, ex ministro de la República Liberal, es decir, un conservador
de corte republicano, cercano al universo de la nueva ideología liberal que gobernaba
entonces a Colombia. Por eso la celebración. El periódico del poder señaló que el
conservatismo había girado hacia ""las llanuras socialistas de un socialismo cristiano"
sin mayores diferencias con los planteamientos del liberalismo en el poder. Incluso,
sostuvo que se trataba de una copia de aquellos, de ideas extraídas de la plataforma
electoral de Eduardo Santos. El Tiempo sentía legitimada las reformas liberales.
Vio en el espíritu y contenido del manifiesto conservador la aprobación y aceptación
por parte de este partido de la necesaria constitución de 1936, en tanto consideraba
el discurso conservador emitido en su contra como una actitud insincera o errada.
Pero se equivocaba el editorialista, se trataba, posiblemente, de una influencia lib-
eral 1 el conservatismo venía de tiempo atrás emulándose con el liberalismo, pero eso
no lo era todo, pues los influjos procedían, en primerísimo lugar, del universo ideológico
de las corrientes del fascismo poco conocidas o desconocidas o no reconocidas por los
liberales, y traían un sabor de factura vaticana.

La A N P dando tumbos.
Durante las conferencias que se desarrollaban en Haz de Fuego, los ideólogos de la
ANP fueron concibiendo la idea de no participar en los comicios de octubre. 63 El 23 de
septiembre, se oficializaron las cosas : "El Alto Comando de la Acción Nacionalista
Popular ordena a sus afiliados abstenerse de formar parte de las próximas elecciones
para consejeros municipales. Rodrigo Jiménez Mejía, Carlos Vesga Duarte, Eduardo
Carranza, Nolasco Betancur, Carlos Orasmas, Hernando Zamora, secretario
general". 64 No aparecía la firma de Álzate. José Mejía Mejía, en un editorial de El
Colombiano, titulado "La altanería de la inacción", replicó y fustigó la actitud del
ACANP: "Como derechista de vieja data, tenemos que anunciarle al Alto Comando
nuestra sincera desobediencia a su última voluntad. Antes que la sumisión a la
jerarquía visionaria, nos interesa la gran masa conservadora que no divaga, el
esfuerzo y el sacrificio del pueblo que no admite hombres en fuga sino tercos lidiadores
cosidos a su entraña y entrabados con su dolor".65 Mejía sostenía que las derechas
pertenecían al Partido Conservador y eran su puesto de avanzada doctrinario y

7777
El Siglo, septiembre 25 de 1937, p. 6.
777
El Tiempo, septiembre 25 de 1937. p. 4.
172
Ibid.
177
La Razón, septiembre 22 de 1937, p. 3.
777
El Espectador, septiembre 23 de 1937, p. 1,
77:7
El Colombiano, septiembre 25 de 1937, p. 3.

316 El porvenir del pasado


metódico: "Las derechas somos huéspedes del conservatismo, y toda frase o todo
pensamiento que se articule contra esta política es un pecado infantilísimo. Los
próximos comicios han sido decretados más por la masa que por sus directivas. El
pueblo pide, exige y no rehuye la liza electoral".66 Resaltaba el intelectual antioqueño
que esta propuesta iba en detrimento del papel que Álzate Avendaño quería darle al
nacionalismo dentro del Partido Conservador:
No concebimos esta medida de las derechas capitalinas mientras existe la jefatura de Álzate
Avendaño, quien realiza en estos momentos un supremo esfuerzo para abrirle nuevamente al
partido una conciencia de dominio, un itinerario de lucha y una sensibilidad de reconquista [...]
Los movimientos que apenas empollan no pueden vivir de aguerridas y furiosas definiciones.
Las derechas de todas las secciones del país estamos empecinadas en el sufragio conservador
de los vecinos comicios. No puede ser más anarquista esa resolución del Alto Comando, cuando
no solo contraría la acción de todos sus afiliados nacionales y aparece además en flagrante
discordia con el jefe único que aclamó la última convención. Álzate Avendaño es en la actualidad
el político que todavía no ha renunciado a la democracia y no podemos renunciar a los sistemas
democráticos porque la táctica más infantil nos lo impide. 67

Las elecciones de 1937.


El de masas era el Partido Conservador. A él pertenecían los votos de su electorado.
Esta realidad la tuvieron en cuenta.los sectores de la derecha del centro del país
días antes de configurarse como partido independiente. Pineros Suárez declaró
entonces que irían a las urnas con listas propias por tratarse de un movimiento
independiente, pero no descartó la posibilidad de alianzas con el conservatismo, y
sentenció: 'Vamos a las elecciones aún siendo antidemócratas: porque necesitamos
de ese sistema para acabar con él".68
Al final de la campaña, el conservatismo caldense le dio un tono suave a la
convocatoria: "El Partido Conservador no entra a conquistar el concejo con fines
partidistas, sino a conquistarlo para la ciudad, sin distingos de colores políticos".69
La estrategia consistía en presentar al concejo liberal de la ciudad de Manizales
como corrupto, inepto y excluyente. El DCC presentó su convocatoria como una
política de restauración económica, intelectual y moral, y en esa dirección llamó a
los liberales a votar por la lista cívica que encabezaba el hombre de centro Sinforoso
Ocampo, ministro de Olaya Herrera y viejo republicano. Entonces hubo palabras
comprensivas para esta sensibilidad política: "nuestra consigna no es triunfar sino
servir. Ayudar inclusive en la derrota a la solución de los problemas supremos de
Manizales, que es el eje espiritual de nuestra vida y una prolongación del hogar
doméstico".70 Empero, iba prevenido el conservatismo a los escrutinios: "Aun antes
de votar, el fraude está ya hecho en grande escala", advirtió el diario manizalita. 71 Y
predijo la violencia y la falsificación de registros que se presentarían. Llamó a la
militancia a acudir a las elecciones en forma tranquila, pero decidida, sin provocar
escándalos ni retroceder ante la amenaza. Llamó también a superar el temor, y
señaló que quien por tal motivo se abstuviera de votar sería declarado desertor. "Ala
lealtad y al coraje de nuestras masas les confiamos todas nuestras esperanzas",
terminó diciendo el editorialista de La Patria. 72

Ibid.
Ibid.
El Espectador, julio 10 de 1937, p. 7.
La Patria, septiembre 24 de 1937, p. 3.
Ibid.
Ibid.. octubre 3 de 1937. p. 3.
Ibid.

El porvenir del pasado 317


Los barrios de la clase obrera en Bogotá se vieron inundados de hojas volantes en los
cuales los conservadores les prometían energía barata, día y noche! agua abundante,
pura y gratuita; alcantarillado; rebajas en el impuesto predial; tranvías; teléfonos
públicos; y créditos de vivienda popular. Pero el conservatismo no fue a las elecciones
en todos los municipios. En Boyacá y Nariño fue grande la tensión. En Pasto, un
cartel pegado en los muros de la ciudad rezaba: "Si no teméis a Dios ni a la sífilis,
temed al Partido Conservador". 73

Las elecciones del 3 de octubre ratificaron la tendencia del nuevo electorado colombiano.
El Partido Liberal superó con gran ventaja al Conservador: 427.840 votos contra
209.160. Es decir 218.680 sufragios más que los conservadores. Así las cosas, el
liberalismo obtuvo el 66.32 % y el conservatismo el 32.42 % de la votación general.
Hubo 5.146 votos comunistas. El país contaría con 3.820 concejales liberales y 1.440
conservadores. 74 Sólo ganaron estos en el departamento del Huila. Perdieron en
Antioquia, donde habían triunfado en 1935. Pero digamos que la votación
conservadora, no obstante los obstáculos, aumentó ligeramente respecto a los
resultados de las elecciones de dos años atrás: 1935 = 206.577; 1937 = 209.160. Al
término de la Revolución en Marcha, los conservadores quedaron convertidos en una
reconocida inmensa minoría: casi 33 % del electorado colombiano. Salvo en Santa
Marta, en el resto de las capitales hubo mayoría liberal. Bogotá pasó a tener un
Concejo de lujo: Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel Turbay, Gilberto Vieira, quienes
coincidirían allí con Mariano Ospina Pérez, Esteban Jaramillo, Jorge Leyva y Pedro
María Carreño, entre otros. Se trataba del Concejo que tuvo bajo su responsabilidad
la celebración del cuarto centenario de la ciudad.

En estas elecciones, La Patria y El Colombiano felicitaron al Gobierno liberal


por las garantías dadas en esta contienda. Caso contrario a lo expresado por El
Siglo. Cabe anotar que los simpatizantes del movimiento derechista caldense lograron
posicionar cuadros suyos en los concejos municipales de las principales ciudades del
departamento. Antonio Alvarez Restrepo y Fernando Londoño Londoño alcanzaron
una curul en el Concejo de la ciudad; tres curules más se conquistaron en Armenia,
baluarte del ingratamente evocado Carlos Barrera Uribe, una de ellas para Joaquín
Estrada Monsalve.

Pero estuvieron las elecciones atravesadas por la violencia. El Tiempo informó de


once muertos en cuatro departamentos, además de heridos. Por supuesto, las
inculpaciones fueron para el Partido Conservador. Con atenuante ironía, el diario
oficial del liberalismo declaró: "El muerto en la jornada de ayer fue el Partido
Conservador". 75 Y celebró que la representación conservadora se hubiese reducido a
"sus justas proporciones". '6 'Calibán', el ideólogo del diario capitalino, sostuvo que la
victoria liberal ratificaba "el pleno derecho del partido a gobernar y a imponer la
totalidad de sus ideales".77 Como era de esperarse, el bando contrario, que se expresaba
en la prensa conservadora, hizo un balance negativo de la jornada electoral. Sacó a
relucir la obligada abstención a la que habían tenido que recurrir municipios de los
departamentos de Nariño, Boyacá, Norte de Santander y Cauca. En Caldas, en cambio,
las elecciones transcurrieron en calma, y así lo reconocieron los organizadores del
conservatismo local. Aunque disminuyó la votación, el partido conservó sus plazas
fuertes: Pensilvania, Aranzazu, Manzanares, etc., y tuvo un significativo incremento
777
Véase El Siglo, octubre 4 de 1937. p. 3.
74
Seis reformas estructurales..., p. 344.
777
El Tiempo. 4 de octubre de 1937, p. 4.
777
ibid.
77
ibid.

318 El porvenir del pasado


en Armenia, cuna de Barrera, el sicario ignominado, su principal adversario regional.
La intensidad política con la que los conservadores caldenses denunciaban los
atropellos de los liberales, sus ritos conmemorativos y demás componentes de la
táctica de la procesionalidad tuvieron eco. El Gobierno le prestó atención al orden
público en la zona y las cosas resultaron bien. Donde no hizo lo propio, la violencia se
presentó. ¿Estaba el Estado preparado para impedir la violencia liberal contra los
conservadores en todo el país? La realidad demostró que no lo estaba.

Destacó el editorialista de El Siglo los avances del conservatismo en las ciudades


baluartes bberales, como Bogotá, Medellín, Cab y Bucaramanga. Una verdad a medias:
sólo incrementó votación en Bogotá y Bucaramanga, y en las dos restantes disminuyó.

Le satisfizo el resultado electoral en San Gil, donde el conservatismo triunfó después


de quince años de hegemonía electoral liberal. Los editorialistas conservadores
encontraron palabras para justificar los resultados, y hubo espacio también para la
autocrítica. La abstención estuvo entre los principales argumentos. A ella recurrió
la sensibilidad leoparda de Manizales para explicar las cosas. Ante las salidas de
parte del conservatismo donde la violencia había impedido el sufragio conservador,
que amenazaba con retirarse de la política, los manizalitas respondieron: "El sufragio
es hoy nuestra única herramienta de trabajo político [...] no tenemos preparación
ninguna para la otra. El sacrificio mínimo que puede exigírsele a un copartidario
entusiasta es la obligación de votar". 78 Curiosamente, era de esta sensibilidad de
donde salía una propuesta de participación política diferente a la de El Siglo, mucho
más bronco y agresivo con la política electoral de la Revolución en Marcha. La
Patria creía que se podía avanzar si se permanecía en el juego electoral: "En las
últimas semanas hemos adquirido la preciosa experiencia de que no se lucha en
vano por conseguir garantías y que es posible alcanzarlas". 79

77
La Patria. 6 de octubre de 1937, p. 3.
77
Ibid.

El porvenir del pasado 319


La sensibilidad leoparda.
Álzate, y la candidatura
ial de
. Pérez
XII

Continúa la confección del p r o g r a m a ideológico


y programático de la ANP.

El 9 de octubre de 1937, después de las elecciones municipales, La Tradición,


órgano al servicio de la ANP, publicó las bases para la redacción del futuro programa
de esa organización. El documento, de 51 puntos, había sido preparado por Rodrigo
Jiménez Mejía, y estaba redactado en un estilo nuevo para aquellos tiempos. Desde
la matriz conservadora se desprendía, por primera vez, una convocatoria que aspiraba
a llegar a un conglomerado mayor, más allá de la militancia del partido. Era una
propuesta amplia que recogía de los demás programas políticos en circulación los
contenidos de las demandas progresistas y populares de mayor receptividad:
instrucción mínima y alimentación básica obligatorias para los trabajadores,
coparticipación de los obreros en las fábricas, capacitación para desarrollar la pequeña
industria, nacionalización de los servicios públicos y de la industria bancaria,
repartición de los beneficios de la gran industria, créditos con intereses mínimos
para los pequeños agricultores, contrato colectivo de trabajo, creación de seguros
sociales e instituciones de previsión y asistencia públicas, cajas de previsión para la
desocupación, asistencia gratuita para las madres pobres en periodos de gravidez y
de lactancia. 1

Además, el redactor de los puntos del programa escribía en un estilo que aspiraba a
llegar al corazón de la gente: "Profesamos amor entrañable por Colombia". El
proponente no violentaba así la cultura religiosa del colombiano: "Respetamos y
defendemos la moral del cristianismo y la religión católica, como bases fundamentales
7
La Tradición, octubre 9 de 1937. pp. 540-541.
que son de nuestra civilización".2 Y advertía: "No somos capitalistas, no somos
liberales, no somos marxistas, sino espiritualistas [...] Somos una revolución
nacionalista". 3 Eso sí, no dijo "no somos conservadores"; es un silencio en el documento,
que resuena dada su estrecha relación con esa cultura política. Autoafirmarse
nacionalista quería decir, en su universo mental, apelar al espacio, a lo local, a lo
interior, a diferencia de otras revoluciones que supuestamente no lo eran: "Somos
una revolución nacionalista, en contra de la revolución partidista", 4 que era el otro
tipo de revolución que deambulaba en el ambiente político-ideológico nacional. Los
puntos base del futuro programa estaban sintonizados no sólo con lo popularmente
aceptado y conveniente, de acuerdo con la naturaleza cristiana de su proponente,
sino también con aspectos relacionados con la prédica del liberalismo representado
en la Revolución en Marcha:

Pedimos devoción permanente hacia nuestros campesinos haciéndolos propietarios de la tierra:


y pedimos estímulo para nuestros obreros haciéndolos copartícipes de las fábricas. Defendemos
y apoyamos la industria privada en cuanto esta sea útil al interés nacional: defendemos la
propiedad privada en cuanto esta no se contraponga a los intereses fundamentales de la
propiedad: pedimos una orientación nacionalista unificada para la universidad, pedimos la
creación de i n d u s t r i a s a u t ó n o m a s y la creación de la p e q u e ñ a i n d u s t r i a , pedimos la
racionalización de la industria, a base de la economía dirigida, pedimos que se beneficien
nacionalmente las riquezas de nuestro subsuelo, creación de las carreras administrativas,
diplomática, judicial y del profesorado.77

Y estaban los puntos en los que se expresa su impronta personal, la de su sensibilidad:


"Pedimos amor y compenetración para con nuestra madre patria, España. Pugnamos
por la organización corporativa del Estado. Pedimos que la escogencia de los candidatos
a la Presidencia del Estado se haga por la Asamblea general de Corporaciones y
luego se decida entre los candidatos por elección nacional". 6 Abogaba el programa por
una reestructuración militar:

Pedimos que se eleve el Ejército a la preeminencia nacional a que tiene derecho. Pedimos que
el pie de fuerza se eleve a cincuenta mil hombres. Pedimos la reeducación del pueblo por medio
del servicio militar; pedimos una enérgica política de defensa y formación de la raza, pedimos
que se favorezca la inmigración de razas asimilables y que se prohiba la de pueblos disímiles:
pedimos instrucción militar obligatoria, pedimos reeducación del pueblo por medio del servicio
militar; pedimos que la memoria del p a d r e de la Patria, don Simón Bolívar sea objeto de
veneración y culto permanente. 7

El proyecto de Jiménez Mejía exigía la incorporación de la mujer al proceso histórico


nacional. Y, para terminar, Rodrigo Jiménez Mejía, tomando la vocería de la
sensibilidad de los jóvenes que como él pensaban, declaró con trascendencia: "Juramos
por Cristo y por Bolívar darnos íntegramente a este programa de restauración nacional
y cumplirlo hasta con el sacrificio de la propia vida". 8

Pero no eran sólo coincidencias con los liberales en muchos de los aspectos que trataba
el programa. También las había con el nuevo programa del Partido Conservador:
defensa de la propiedad privada, de la pequeña industria y de la legislación laboral.
Ambas plataformas estaban dirigidas a neutralizar los destinatarios positivos del
liberalismo: campesinos y obreros.
7
Ibid.
Ibid.
• Ibid.
'• Ibid
77
Ibid.
7
ibid.
" Ibid.

322 El porvenir del pasado


El nacimiento ele la c a n d i d a t u r a de Mariano Ospina Pérez.
"el Caudillo Cafetero"
Hasta físicamente parece constituido p a r a
gobernar. Su misma piel, de un bronce lento,
hace pensar en los rostros que modela el pulgar
del sol. 9
Es ¡a mayor capacidad administrativa de la
Nación, y porque él es el único capaz de llevar
en esta hora con decoro ¡a Presidencia de la
República, vacante desde 1926. cuando la dejó
su ilustre tío.1"

Después de las elecciones municipales, los conservadores del occidente colombiano


reconocieron que el Partido Conservador había perdido terreno por causa de la abstención
y por el innecesario desgaste de sus dirigentes en la cacareada crisis de junio. Pero no
había tiempo que perder, había que recuperar el poder y para ello era necesario poner
en ejecución un plan de acción. Así, el 11 de octubre, el director de El Colombiano
escribió: "Proclamamos la necesidad de concurrir a las elecciones presidenciales como
el único medio de acabar de desperezar y tonificar al Partido Conservador"." Silvio
Villegas atrapó la idea y le dio forma en el editorial "La lucha presidencial", que escribió
al día siguiente del mensaje de Gómez Martínez, De una vez, propuso la candidatura
presidencial de Mariano Ospina Pérez. Para Villegas, las fuerzas contrarrevolucionarias
(por ellas entendía la militancia tanto del Partido Conservador como de la Acción
Nacionalista Popular) debían superar la atrofia causada por dos años de abstención
electoral. Señalaba que tan prolongada abstención tenía a las masas del partido
"desentrenadas, sin ánimo de pelea". Refiriéndose a los recientes resultados electorales,
anotaba que el conservatismo se había abstenido en ochenta municipios, y que tal
situación no podía continuar. "Necesitamos un partido ágil, crepitante, con voluntad
heroica, vigorosamente intervencionista",12 escribía. Más adelante, el 14 de octubre, en
el editorial intitulado "La candidatura nacional", Villegas destacó el retorno del
conservatismo a la lucha presidencial como un escalón más en la metódica estrategia
de captar al temeroso electorado del partido para futuras justas electorales:

Hace cuatro meses, cuando nosotros proclamamos la urgencia de intervenir en las elecciones
municipales, el Partido Conservador partió de cero. Nada teníamos entonces. Hoy podemos
continuar trabajando sobre el inmenso capital político que representan doscientos cincuenta
mil votos, a pesar de la abstención de trescientos municipios. En las próximas elecciones
podemos avanzar en cien o doscientos mil votos. Y esta será una fuerza temible para concurrir
a elecciones de representantes y diputados. La contrarrevolución está aquejada de anemia y de
parálisis: su estado de salud exige una terapéutica de movimiento permanente."

El 15 de octubre, en el editorial "El tema vigente", Villegas enfatizó aún más en este
punto:

El Partido Conservador necesita la vital calisténica de las urnas, si aspira nuevamente a


tener vigencia histórica. Entre nosotros los partidos no se preocupan de su organización sino

" Discurso de Joaquín Hstrada Monsalve. Véase La Patria, noviembre 22 de 1937. p, 8.


77
Discurso de Silvio Villegas en Bogotá. Ibid.. diciembre 16 de 1937, p. 3.
7
El Colombiano, octubre 11 de 1937. p. 3
7
La Patria, octubre 12 de 1937. p. 3,
' Ibid.. octubre 14 de 1937. p, 3.

El porvenir del pasado 323


en vísperas de un gran debate electoral. En cuatro meses de c a m p a ñ a lograremos una
copiosa cedulación, a u m e n t a n d o nuestros guarismos para los futuros debates. Asimismo,
nuestra presencia beligerante en la lucha presidencial, exigirá la concurrencia moralizadora
de los conservadores a las corporaciones electorales. 1 " 1

Bajo la consigna de movilizar a las masas conservadoras hacia las elecciones


presidenciales, Silvio Villegas legitimó la candidatura de Mariano Ospina Pérez. Entre
los argumentos que utilizó Villegas para persuadir a su gente, escogió el ejemplo del
Partido Liberal "El poder no se conquista sin afanes. Al liberalismo le costó dos guerras
y cuarenta y cinco años de esfuerzos continuos, venciendo la pereza de los conductores
y el cansancio de las masas". 15 Para el director de La Patria, la iniciativa de la
candidatura presidencial de Ospina Pérez debía salir de las entrañas y anhelos de poder
de las mayorías conservadoras, mas no de la imposición de las directivas nacionales del
partido. En este punto, Villegas explotó las divergencias políticas que existían entre las
provincias y el centro para apuntalar la candidatura de Ospina Pérez:

Para nosotros la voluntad de concurrir a las elecciones presidenciales debe salir no propiamente
de las entidades directivas, sino del seno mismo de las masas que van asumir esta responsabilidad
suprema. El candidato debe tener el mismo origen. Nosotros deseamos conocer la opinión de
los periodistas conservadores y de los ciudadanos que se sientan con capacidad de opinar.
Proponemos un plebiscito en torno de este negocio capital. Hi

En esa misma dirección, Villegas planteó la necesidad de convocar a una convención


nacional conservadora que debatiera la iniciativa y escuchara la voz del electorado
conservador:

Como este tema tendrá que definirlo una gran convención, convocada por el Directorio, hemos
querido sondear la opinión de las masas, a quienes corresponde la decisión suprema. Los
movimientos populares tienen que formarse de la periferia al centro. Los delegados deben ir a
la convención con un criterio definido, y lo que esta resuelva, será unánimemente acatado por
nuestra colectividad. 17

Para Villegas, la candidatura nacional de Ospina Pérez era una propuesta que buscaba
sanar las divergencias surgidas entre los dos sectores del Partido Conservador:

Lo único que puede cohesionar de nuevo al conservatismo, después de su reciente crisis, es


una candidatura presidencial, que encienda la lumbre de esperanza y congregue en un mismo
vivac a todos los combatientes. Si nuestro partido no lanza candidato dará una sensación de
vencimiento altamente perjudicial para los itinerarios del porvenir. Es preciso saetear, avasallar
el horizonte, quemando etapas y sojuzgando el destino. 18

Pese a las intenciones de la sensibilidad leoparda, era evidente que la propuesta


socavaba la autoridad del Directorio Nacional Conservador, y era el preámbulo de
una nueva crisis dentro del Partido Conservador, que no se acostumbraba al
vanguardismo del conservatismo del occidente del país. La iniciativa de Villegas de
producir un plebiscito y proponer una convención del partido para discutir sobre la
candidatura habla a favor de la sensibilidad leoparda, que abogaba en pro de una
democracia interna y de una inclusión popular en los asuntos del partido.

1
ibid.. octubre 15 de 1937. p, 3.
7
ibid.. octubre 11 de 1937. p. 3,
177
Ibid.. octubre 12 de 1937. p, 3.
7
Ibid.. octubre 15 de 1937, p, 3.
» Ibid.. octubre 12 de 1937. p. 3.

324 El porvenir del pasado


L a f a b r i c a c i ó n del n u e v o h é r o e .

En esto de fabricar un nuevo héroe, un héroe vivo, ya que Bolívar estaba muerto, La
Patria era experta. Justamente, su nacimiento en 1921 había estado en conexión
con la fabricación de la candidatura de Pedro Nel Ospina, tío de Mariano. Y fabricó
candidatura y candidato con éxito. Lo hizo con métodos supuestamente ajenos a los
de la cultura conservadora: el culto al héroe. Y esa vez, no obstante las influencias
extranjeras que concurrieron a semejante despropósito, la fuente principal fue el
Partido Liberal colombiano. Este eco, esta experiencia, estas voces estaban presentes
en los finales de 1937 cuando La P a t r i a y El Colombiano se inventaron la
candidatura de Mariano Ospina Pérez. Se trataba, además, de una estrecha relación
de la sensibilidad leoparda con la histórica familia Ospina. De ahí que Joaquín Estrada
Monsalve se manifestara de la siguiente forma :

Con Mariano Ospina Pérez tornaría al poder el ospinismo. que no es tan sólo un ilustre
gentilicio colombiano, sino todo un sistema de gobierno, un método de administración pública,
una teoría de la nacionalidad. Tan noble linaje tiene equivalentes exactos en el idioma,
comprobados a lo largo de nuestra historia: honradez y decoro, carácter y autoridad, actividad
constructiva y crédito interno y externo, hombría y dignidad militares, orden jerarquizante y
antimanzanillismo, audacia económica hasta la temeridad e inmaculado honor internacional,
nacionalismo aduanero y sentido nacional de la política de partido. Sobre cada uno de los
aspectos del ospinismo como sistema de mando pudiera escribirse un tratado. Ese ilustre
cúmulo de virtudes públicas y privadas las llevaría al poder Mariano Ospina Pérez, restableciendo
con ellas la vida desfalleciente de la república. 19

Silvio Villegas tomó del discurso nacionalista de la guerra civil española el vocabulario
de salvación que necesitaba para argumentar y persuadir a los conservadores e,
incluso, a los colombianos, de las bondades de la candidatura de Ospina: "Cruzada de
Restauración Pública", "Cruzada de Restauración Nacional", "Empresa de Salvación
Pública", "Restauración de la Sociedad y de la Patria" y "Campaña de Restauración
Pública". Significantes metafóricos que mezcló con las combinaciones criollas'-
"Candidatura Nacional", "Candidatura Popular". Repetían constantemente los
periodistas de La Patria y de El Colombiano que al doctor Mariano Ospina Pérez
le distinguía una particular "conciencia social". La construcción del nuevo héroe
contó con aseveraciones como la siguiente: "El doctor Ospina Pérez no es propiamente
un candidato de partido, sino el paladín de los más elevados anhelos públicos".20 Para
Villegas, la candidatura de Ospina significaba un acontecimiento que llamaba a una
etapa de conciliación nacional, en la cual se superarían las divisiones partidistas que
habían caracterizado el desarrollo de la política en Colombia. "El país debe libertarse
de la odiosa esclavitud de las pasiones partidistas, como lo han hecho todas las naciones
europeas, conscientes de su destino. Todo para la nación; nada fuera de ella. Su
grandeza es la nuestra". 21 La convocatoria aspiraba a llegar lejos: "Sólo con el pleno
respaldo del conservatismo, de las derechas, y de un grupo liberal si es que hay
liberales independientes, nosotros asumiríamos la responsabilidad de una cruzada
restauradora". 22 Es más, Villegas se remitió al pasado exitoso de Ospina Pérez como
administrador agrícola, ingeniero y miembro de la Federación Nacional de Cafeteros
para lanzar esta aspiración presidencial como la candidatura que representaba a los
sectores económicos de la sociedad colombiana. La Patria abrió su edición del 14 de
octubre de 1937 con el titular: "La candidatura nacionabagraria de Ospina Pérez".

'" ibid.. noviembre 22 de 1937. p, 8.


' Ibid., octubre 15 de 1937, p. 3,
-' Ibid.. octubre 16 de 1937, p. 3.
77
Ibid.. octubre 19 de 1937, p. 3,

El porvenir del pasado 325


Con un subtitular: "El conservatismo irá al debate presidencial". 23 Y en su editorial
señalaba:
Ospina Pérez es el candidato natural de mineros, cafeteros, industriales, agricultores, de las
clases trabajadoras oprimidas. La descentralización administrativa, los derechos de las provincias,
tienen en Ospina Pérez su más autorizado personero. No es posible olvidar sus memorables
c a m p a ñ a s contra el impuesto sobre giros, contra los altos intereses bancarios, contra las
confiscaciones repetidas de los poderes públicos. Mientras otros escriben sobre filosofía política,
Ospina Pérez publica un tratado de economía política. 24

Y así, las consideraciones de Villegas se fueron convirtiendo en fuentes para la erección


del nuevo héroe. Los demás colaboradores, bien de El Colombiano bien de La
Patria, no hicieron otra cosa que recibir el balón y continuar el juego. El columnista
Pedro Gutiérrez Mejía escribía :
[...] es una de las inteligencias más claras de Colombia. Ingeniero y político tiene una concepción
matemática, precisa, de los problemas nacionales que él conoce como ninguno [...] aplica la
teoría del n ú m e r o como base de realizaciones fecundas [...] Organizador de excepcionales
dotes, no tiene par en el país entre los hombres de administración y gobierno. 26

Los dos candidatos: el bueno y el malo.


Villegas no descansó en el proceso de legitimación del nombre de Ospina como
candidato. Recurrió a la comparación con la candidatura liberal:
Sólo la más ascua obstinación sectaria puede cerrarle el paso hacia el Palacio de la Carrera.
Reconociendo las insignes virtudes privadas y públicas del doctor Eduardo Santos no es posible
vacilar entre la competencia de ambos. El doctor Santos conoce el aspecto académico, retórico
de los problemas nacionales. Ospina Pérez los ha vivido. Nosotros le preguntamos a cada uno
de los cincuenta mil cafeteros de Caldas si sienten al doctor Santos vinculado a su trabajo, a su
provenir, al destino de su familia. En cambio todos ellos le deben a Ospina Pérez la defensa de
la industria en memorables y continuadas campañas. Si los cafeteros del país fueran a elegir
u n Presidente, de acuerdo con sus intereses y no con los odios hereditarios, el candidato
nacional alcanzaría la totalidad de los votos. Lo propio pude decirse de los mineros, de los
trabajadores, agrarios, de los industriales, de los ganaderos, de la república de los productores. 26

En otra edición, Villegas señaló: "Ospina Pérez tiene sobre otros posibles candidatos,
las siguientes ventajas: su prestigio en todas las zonas del país, sin distinción de
partidos, ni de clases! su vida inmaculada; su linaje de conductor y estadista; su
preparación administrativa; su general aceptación en todos los grupos de derechas,
desde la Acción Nacionalista Popular hasta el Directorio Conservador". 27
Ante la candidatura de un "varón predestinado para el mando", como era presentado
Mariano Ospina Pérez, Silvio Villegas continuó la construcción en negativo de la
candidatura liberal de Eduardo Santos, a quien consideró como el "Abadía Méndez
del Partido Liberal", 28 en alusión a la aversión que expresaban la izquierda liberal y
los seguidores de Alfonso López Pumarejo por tal candidatura. Señaló que Santos era
un "candidato impopular", 29 en cambio, la de Ospina era una "candidatura popular",
era el verdadero "candidato nacional representante de los sectores económicos
productores y de las justas reivindicaciones sociales". P a r a Villegas, Santos
representaba la "oligarquía antinacional". 30
27
Ibid., octubre 14 de 1937, p. 1.
24
Ibid.. p. 3.
'"• Ibid.. noviembre 6 de 1937, p. 3,
'"• Ibid.. octubre 12 de 1937, p. 3.
57
ibid,. octubre 19 de 1937, p. 3.
2
' Ibid.. octubre 12 de 1937, p. 3.
277
Ibid.
377
Ibid.

326 El porvenir del pasado


No era casual que la puesta en escena de la candidatura de Ospina tuviera un éxito
inmediato. Silvio Villegas era un maestro en producir actos de habla, eventos
noticiosos. Tenía un olfato político extraordinario y estaba rodeado de un competente
elenco de colaboradores, entre los que se contaban jóvenes de la derecha local, miembros
de la ANP. En el periódico coincidían periodistas que, aunque cercanos políticamente,
tenían sus propias diferencias.

La reaparición de Álzate Avendaño-


intentos para renovar el equipaje m e n t a l .
'Dionisio Elejalde'.
Desde que fue lanzado su nombre como jefe de la ANP casi a mediados de 1937,
Álzate estuvo prácticamente invisible. Incómoda, de todas maneras, era su situación.
Cercano a la sensibilidad leoparda, que no renunciaba a la participación electoral, y
jefe de un movimiento que predicaba exactamente lo contrario, nos imaginamos a
nuestro ilustre personaje en una actitud prudente, pero expectante. Reapareció en
cuanto pasó la borrasca electoral, en el momento en que a Silvio Villegas le dio por
lanzar desde Manizales la candidatura de Mariano Ospina Pérez en oposición a la de
Eduardo Santos. Intervino como editorialista del periódico, bajo el seudónimo de
'Dionisio Elejalde', el 17 de octubre, apenas catorce días después de las elecciones.
"En nombre de la Nación" fue el título que seleccionó para su primer editorial en el
entrañable diario. Dio cuenta del espontáneo plebiscito que recibió el nombre del
joven político antioqueño lanzado a la candidatura presidencial, y lo explicó como
una señal de buen augurio. Álzate escribía en el género discursivo en que venía
haciéndolo Jiménez Mejía, en el sentido de ampliar la convocatoria, el destinatario
positivo. Habló entonces de un movimiento de cohesión nacional, de restauración
nacional, como alternativa al régimen liberal. Sumó a este nuevo argumento las
viejas posturas dichas por él o por alguno de sus copartidarios: "Los hombres de la
oposición no somos ciudadanos sino subditos en el país de nuestros ancestros. La
vecina república liberal nos equipara a extranjeros perniciosos [...] Sólo una piedad
patriótica, la esperanza de un régimen benévolo y justo nos impide renegar de la
tierra madrastra". 3 1 Álzate habló de la crisis moral en la que se encontraba el país.
Según escribía, el proceso histórico de la Nación era cíclico y comprendía dos etapas
antagónicas: una de decadencia y otra de renacimiento. Al primer período había
arribado Colombia luego de siete años de acciones y obras políticas que sucedieron o
fueron lideradas por los gobiernos liberales. Para él, la violencia sectaria de los bberales
había llevado a un desconocimiento de la ciudadanía de los miembros de la oposición,
lo cual se evidenció en las deficiencias en la cedulación de los conservadores y en el
fraude electoral. Asimismo, este tipo de violencia también había ocasionado la
destrucción de la economía aldeana y municipal, lo cual se evidenció en la migración
masiva de campesinos, comerciantes y hacendados, del campo a las ciudades. Álzate
reconoció que la violencia sectaria era el principal mal que agobiaba a los conservadores
en varias regiones del país : "La duda de sus propios títulos para ejercer el poder
público, cierta inseguridad de advenedizo, el sobresalto ante un leal escrutinio de las
mayorías nacionales, han hecho que el liberalismo mantenga durante siete años sus

77
Álzate Avendaño, Gilberto, Obras selectas.... p, 68,

El porvenir del pasado 327


criollas brigadas de choque en los municipios para escarmiento y repliegue de las
fuerzas contrarrevolucionarias". 32 Para el joven intelectual, los gobiernos liberales
se habían servido de las disposiciones de la Constitución de 1886 para acceder al
poder, pero, una vez en él, optaron por desechar la Constitución e implementar una
serie de reformas políticas y sociales que iban en contravía de los postulados
tradicionales de la República e inauguraban una nueva era:

Llegado el Gobierno por un azar aritmético, sin entrenamiento mental para el poder ni rumbos
fijos, el liberalismo tuvo que improvisar hombres e ideas. Su ideología, batida universalmente
por la tormenta de los hechos, ocupaba el desván de los trastos dialécticos del partido. Sólo la
defendían los sobrevivientes de la vieja guardia radical. El liberalismo vióse en trance de
gobernar con estadistas y principios de la hegemonía conservadora. Esteban Jaramillo, con su
inteligencia magistral, puso el país a salvo del hundimiento económico. La Constitución del 86,
con sus vértebras intactas, sirvió como excelente h e r r a m i e n t a administrativa y política al
nuevo régimen. Los liberales se satisfacían con el aprovechamiento burocrático del mando y
con la retaliación contra los godos. Pero la república liberal debía justificarse en una teoría de
gobierno. Era menester ladearse hacia la izquierda, obtener del socialismo un prospecto de
reforma. Algo análogo en el injerto uterino de la avutarda que narra la fábula. El liberalismo
exhibió un complejo de novedad, determinado por el resentimiento. Importaba destruir la obra
de "la vieja iniquidad". Sobrevino la nueva era. Hasta la sintaxis de la Constitución fue vuelta
al revés. Las leyes sociales, descuadernadas, fomentaron copiosamente una demagogia urbana,
u n a minoría de obreros industriales repletos de privilegios, mientras la vasta humanidad
campesina continuaba sufriendo un mísero nivel de vida. Los impuestos aumentaron por la
codicia fiscal, sin que el estímulo a la producción compensara los nuevos gravámenes. Una y
ahita se puso a enjugar en su pañuelo de bolsillo el sudor del pueblo, la juventud del claustro se
convirtió, en un conejo de laboratorio experimental de métodos y pénsumes. Las industrias
incipientes vienen siendo castigadas con la tributación, las cargas sociales y la competencia
extranjera, favorecida en los tratados comerciales. Tanteos, desorden, despilfarro. Es el balance
económico del régimen. En el orden político predomina el interés de la facción. En cuanto a los
conflictos espirituales, basta citar el actual proyecto sobre divorcio, que ha puesto en estado de
alarma la conciencia católica del país.:,:l

Señalaba que existían instantes en los cuales surgía el renacimiento de la nacionabdad


liderado por las mayorías del país. El momento parecía haber llegado con la
candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez. Apartes de la tendencia del
renacimiento nacional, los resumía Álzate así:

En Colombia surge por épocas un designio auroral de superar los intereses creados y los odios
heredados de los partidos, en servicio de una patria real más próspera. La Nación trata entonces
de convertir su archipiélago h u m a n o en un continente, congregando los insulares núcleos
políticos en un haz filial. Entonces se tienden puentes y no se cavan fosos. Ese movimiento de
cohesión nacional tiene siempre un concreto objetivo histórico. Aparece r e g u l a r m e n t e en
todas las crisis espirituales o económicas del país. Hay cierto ritmo alterno. Cuando el virus de
la facción conduce a las gentes al desvarío, actúan a la postre como fagocitosis la voluntad de
convivencia, oscuro instinto de equilibrio social. Al sarampión sectario, que desgasta la energía
nerviosa de las masas, sucede un período de restauración nacional. Es como si el numen de
Bolívar, desde su tremenda soledad, continuase inspirando los itinerarios colombianos. 34

En el editorial, y en los siguientes que escribirá. Álzate hace un balance del proceso
histórico padecido por el país y por la militancia conservadora desde el advenimiento
de la República Liberal. Balance que demuestra a todas luces la evolución de su

72
La Patria, octubre 1 7 de 1 937. p. 3.
" Ibid.
' Ibid.

328 El porvenir del pasado


pensamiento, lo mismo que su adaptación a las nuevas realidades. Se trata de un
Álzate propositivo. Relaciona el crecimiento de las ciudades de provincia con la
violencia en los campos, por el terror y la zozobra, por las masacres. Considera que
el problema de la emigración del campo a la ciudad cubre también a los hacendados
y comerciantes que huyen a los grandes centros urbanos en busca de garantías
individuales y derechos civiles. No ve en este proceso un fenómeno positivo por cuanto
la gente que emigra llega a conglomerados saturados de sectarismo político. Era,
además, el análisis que hacía el dirigente de los recientes resultados electorales: "El
aumento de los votos conservadores en Bogotá es un dato sobre la persecución política
que despuebla las aldeas, pues todos los días llegan a los barrios de la metrópoli
convoyes de desterrados, en demanda de techo y pan". 35 Y manifestaba su angustia
sin preocuparle ser tachado de antimoderno : "El descenso demográfico de los pequeños
burgos y el aniquilamiento de los mercados vecinales creará una docena de ciudades
populosas, sin grey campesina que sude plusvalía para abastecerlas". 36

En medio de la oscuridad, Álzate creía ver la luz a través del nombre de Ospina, y
pensaba que las condiciones estaban dadas, que la misma crisis que vivía el país había
producido el fenómeno. Criticó la evolución del régimen überal y continuó combatiéndola,
pero se propuso y propuso hacerlo en un vocabulario sin sedimentos sectarios, de tal
manera que pudieran llegar a los mismos liberales del país "empleando un acento
colombiano".37 Y para esto acudió a su principal maestro: Ortega y Gasset, a quien citó
con generosidad, destacando:

[...] para hacer grandes tareas la peor es la táctica de la introversión y la exclusión. Precisamente
p a r a que sean fecundas ciertas eliminaciones ejemplares es necesario compensarlas con
magnánimos apelativos de colaboración, con llamamientos generosos hacia los cuatro puntos
cardinales, que permitan a todos los ciudadanos sentirse aludidos. Las revoluciones y los
cambios victoriosos h a n solido hacerse con ideas de amplísimo seno. 3 "

Y, bajo esta influencia, sentenció:

Nosotros queremos hablar para todo el país en un idioma que entiendan las clases productoras
agobiadas. Por eso, frente al sectarismo político, frente al caos gubernamental, frente a la
improvisación legislativa, enarbolamos como empresa y divisa el nombre de un preclaro
estadista, que escribió en el umbral de un libro suyo desnudo de ornamentos retóricos, esta
sentencia concisa: 'Gobernar es administrar'. 3!l

De editorial en editorial, el joven caldense perfeccionaba su escritura, era más directo


y más enfático. "La lucha por el poder", fue el titulo que escogió para el del 20 de
octubre. Allí sentenció: "La Presidencia de la República es el único objetivo digno de
una batalla campal". 40 Y empezó a defender esa postura tal como no hacía mucho
había defendido la movilización conservadora para evitar que la abstención
adormeciera a la militancia. Consideró esta vez un simulacro jurídico en los países
indolatinos el reparto funcional de los tres poderes formulados por Montesquieu.
Señalaba que entre nosotros el ejecutivo ocupaba el vértice del poder, con los máximos
atributos. Apoyado en André Siegfried, un intelectual francés, especie de economista
moral, sostuvo que en América la figura de los presidentes era la de "un dictador
legal colmado de prerrogativas y recursos". Anotó que el Presidente era prácticamente

7
ibid.
Ibid.
7
Ibid.
7
ibid,
1
Ibid.
' Ibid.. octubre 20 de 1937

El porvenir del pasado 329


el único protagonista, y que el Parlamento, a duras penas actuaba como "una
vociferante comparsa".41 Para Álzate, nada justificaba no participar en las elecciones:
ni el fraude, ni la violencia. "Frente a los manzanillos en línea de agresión resulta
extravagante predicar el Satyagraha, la pasividad bovina de Gandhi. Es un
entrenamiento moral de santones hindúes, pero carece de eficacia para restaurar
una patria en astillas". 42 Era el editorial una pieza más en la disputa con el liderazgo
de Laureano Gómez. Álzate no quería jugar más a la conspiración, planteaba las
cosas directamente:

Las urnas o la insurrección, no existe un tercer término. Hay que escoger forzosamente. Si el
conservatismo colombiano no tiene propensión anímica o armamentos para pronunciarse, no
puede menos de recurrir al sufragio. El poder no le va a llover del cielo como el maná a los
israelitas. Tiene que conquistarlo con amor y dolor [...] un asedio a la Presidencia de la República,
con ímpetu de reconquista es más útil que los alegatos orales y escritos contra el Gobierno [...]
Nuestro designio es que las masas recuperen la rutina heroica de votar bajo los rigores del
régimen. Que desfilen impávidamente por la plaza pública. No hay que exacerbar su complejo
de inferioridad con testimonios desesperados, sino nutrirlas con esa rauda voluntad de poderío,
que es el pathos de la política. Spengler la definía como un anhelo de ser historia en vez de
padecer la historia ajena. 43

Pero no produce el novel político textos tristes en esa micro coyuntura de editoriabsta.
Le alienta el apoyo que está recibiendo la candidatura de Ospina : "Estas voces de
apoyo representan las postreras fuerzas vivas de la contrarrevolución, la leva de
combatientes, nuestro pie de guerra"; 44 la metáfora de la guerra en el contexto en
que es utilizada adquiere un viso optimista. Este editorial, que lleva por título "Masas
y jefes", tiene como objetivo establecer la coincidencia feliz de encontrarse en un
buen momento la relación entre los jefes y las masas. Por ello, Álzate describe con
detalle las capacidades del estado mayor que estaría con la nueva candidatura
presidencial propuesta: Fernando Gómez Martínez, José Agustín Noriega, Elíseo
Arango, Anacreonte González Padilla, Alejandro Cabal Pombo, definidos por Álzate,
parodiando a D'Ors, como "políticos de misión", que constituían el liderazgo alternativo
al laureanismo, pero que indicaban también un alejamiento de la prédica de la
sensibilidad de la ANP.

El Álzate que se reincorporaba a la actividad proselitista estaba resuelto a intervenir


en la política de la representación pública. Saludó el inicio de las labores de los
concejos municipales, y con él diseñó pautas para el desempeño de los concejales de
la minoría, sus copartidarios. Echó mano del socialista belga no marxista Henri de
Man, que estaba proponiendo la unión de los trabajadores, de la clase media y de los
desempleados con el fin de conquistar la democratización del crédito, para decir con
él : "Estimo más una alcantarilla reciente en un barrio proletario o un terrado con
flores delante de una casa humilde, que una nueva teoría de la lucha de clases". 43
Álzate describió la Manizales de sus días y criticó la ausencia de lo que podríamos
llamar hoy un plan de desarrollo; "cityplanning", decía. Consciente ya de que el país
no echaría hacia atrás, resolvió aceptar esa realidad:

Aunque Manizales es el asiento de una economía agrícola, no puede menos de preocuparse por
su adelanto industrial. No aspiramos a que la ciudad se convierta en un bosque de chimeneas,
con t a n t a s fábricas como Medellín, Barranquilla, Cali o Bogotá. Pero el Concejo sí debe propiciar

17
Ibid.
" Ibid.
77
ibid.
44
Véase el editorial "Masas y jefes", escrito en La Patria el 24 de octubre de 1937, en Álzate Avendaño, Gilberto. Obras selectas.... p. 71.
77
Ibid.. p. 77.

330 El porvenir del pasado


la fundación de pequeñas industrias, bonificarlas para que se inicien y prosperen, con rebajas
en el suministro de energía eléctrica y en impuestos. 46
En virtud del abandono paulatino de los campos y la industrialización progresiva, durante los
años próximos se operará en el país la concentración h u m a n a en una docena de ciudades
mayores. Las demás, serán medianos conglomerados reclusos. Se trata de saber si Manizales
defiende su porvenir.'

La prensa conservadora.
En La Patria se pronunciaron los principales líderes derechistas sobre el tema de
la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez. La posición de Álzate Avendaño
y Silvio Villegas fue seguida incondicionalmente por parte de los miembros de la
Acción Nacionalista Popular, como lo veremos más adelante. En Medellín, el directo
implicado de todo este revuelo, Mariano Ospina Pérez, señaló de modo lacónico a El
Espectador- "Tal vez más tarde tendré oportunidad de comentar el editorial de La
Patria". Desde Bogotá, los leopardos Elíseo Arango y Ramírez Moreno se expresaron
a favor de la candidatura de Mariano Ospina Pérez: "Me parece magnifica la
candidatura del doctor Mariano Ospina Pérez. Creo que el partido abandona la política
gandhiana y entra en la lucha", 48 dijo Elíseo Arango a El Espectador. "Usted sabe
que yo no soy político, pero como simple elector conservador puedo decirle que me
parece magnifica la candidatura del doctor Mariano Ospina Pérez y estoy dispuesto
a votar dos veces por él", declaró el esquivo Augusto Ramírez Moreno, quien aprovechó
la oportunidad para recordar los argumentos que sobre táctica política había defendido
el antiguo DNC y criticar la táctica asumida por Laureano Gómez.

Como hemos visto, La Patria se tornó en la principal defensora de la candidatura


de Ospina Pérez. Sus oficinas se convirtieron en centro de recepción de cartas y
telegramas provenientes de diferentes regiones del país para apoyar esa aspiración y
exigir la realización de una convención nacional conservadora que la oficializara.
Desde la segunda quincena de octubre de 1937, páginas enteras fueron consagradas
a la reproducción de los textos de adhesión. Afínales de ese mes, la candidatura de
Ospina Pérez contaba con el respaldo de todos los comités municipales conservadores
de Caldas, cerca de cuarenta de Antioquia y la mitad de los departamentos de Valle
y Tolima. A La Patria y El Colombiano se sumaron doce periódicos y revistas
para apoyar la iniciativa presidencial conservadora: Tradición, de Medellín; El
Derecho, de Ibagué; La República, de Armenia; El Trabajo y Pertinax, de
Cúcuta; La Razón, de Popayán; Oriente, de Bucaramanga; La Tradición, de
Santa Marta; La Defensa Social, de Bogotá; El Conservador, de Támesisí y
Renacimiento, de Jardín, Antioquia.

Sin embargo, la candidatura de Ospina no fue respaldada unánimemente por El


Colombiano. Por un lado se encontraban las opiniones de su director, Fernando
Gómez Martínez, quien compartía las posturas de Silvio Villegas. El 15 de octubre de
1937, Gómez Martínez, en su editorial "El candidato conservador", manifestó que,
por medio de una dinámica política de movilización de masas, era tiempo de superar
los problemas dejados por la abstención. Como ya había señalado anteriormente, los
resultados de las últimas elecciones habían mostrado lo nocivo que había sido la
abstención en muchos aspectos, por lo cual las elecciones presidenciales hacían parte
77
Ibid.. p. 76.
47
ibid., pp. 75-76,
777
El Espectador, octubre 13 de 1937. p. 3.

El porvenir del pasado 331


de un proceso gradual de ganar adherentes y retomar el poder. Apartes de esta
propuesta decían1
La abstención anuló la voluntad del partido, deshizo su organización, destruyó los vínculos de
solidaridad que habían unido la suerte de gremios y clase bajo una misma bandera y bajo una
misma decisión de lucha y sacrificio. Por eso las elecciones pasadas sólo fueron un ensayo de
r e g r e s o a l a s a c t i v i d a d e s cívicas, un principio de movilización que debe corregirse y
perfeccionarse. Las actuaciones futuras tienen que ser más decisivas y más firmes. 49

Al mismo tiempo, Gómez Martínez destacó la figura de Ospina Pérez como el


portaestandarte de dicha política de movilización de las masas. Además, el periodista
antioqueño resaltó las cualidades que como estadista y administrador público tenía
Ospina. A dichos planteamientos se sumó Juan Roca Lemus, 'Rubayata', el joven
dirigente de la derecha antioqueña. Las posiciones defendidas por este se aproximaron
a los puntos de vista expuestos por Silvio Villegas y, especialmente, por el presidente
de la Acción Nacionalista Popular, Gilberto Álzate Avendaño. En tono mesiánico,
'Rubayata' señaló que la candidatura de Mariano Ospina Pérez se asemejaba a la
concepción del héroe que defendía su propio ideal —la unidad nacional— frente a la
amenaza comunista internacional. En Roca Lemus las lecturas de Maurice Barres
fueron fundamentales para explicar la importancia que tenían la tradición y la fuerza
moral que se hallaba soterrada en el alma nacional. En uno de sus escritos sobre el
tema de la candidatura presidencial conservadora, 'Rubayata' señaló:
El plebiscito que enfoca la necesidad de concurrir a las u r n a s con candidato ortodoxo es ya
abrumador y se encuentra nítidamente delineado [...] En esta edad nuestra el ideal colombianista
despierta, cuando las clases internacionales taconean sobre esta patria convertida en potrero
de cabalgaduras marxistas. Es el ideal de justicia y de dignidad colombianas lo que ha de
unirnos a cuantos tenemos fe en el destino de la Nación. A cuantos traten de escalar el poder
para restaurar el honor del país, hay que decirles que lo más que necesitamos es un ideal, una
fe nacional que casi no existe. Hoy tenemos una especie de irredentismo interno, el irredentismo
de nuestra propia nacionalidad, sojuzgada por elementos colombianos nacidos espiritualmente
a la sombra de los imperialismos más aberrantes y agresivos, como el de Rusia. 50

El optimismo desbordante de los seguidores del director de El Colombiano fue


apoyado en forma relativa por sectores de las juventudes antioqueñas que escribían
en su diario. Sin embargo, las mocedades de este periódico divergían de Gómez
Martínez en un solo punto: el nombre de Mariano Ospina Pérez. Desde la sección
"Rúbrica", José Mejía señaló que era prematuro lanzar la candidatura presidencial
de Ospina Pérez sin dejar opción a otros prohombres del partido, por lo cual abanderó
la posibilidad democrática de que las masas conservadoras eligieran por medio de un
plebiscito al candidato de la colectividad, como él mismo señaló: "Debemos inaugurar
el plebiscito para este debate [la candidatura presidencial], y, como escribe Silvio
Villegas, que las masas decidan la concurrencia a esta elección porque ellas vienen a
ser las más grandes protagonistas de la lucha". 51 Esta iniciativa contó prontamente
con el apoyo de las juventudes universitarias conservadoras de Antioquia. El 16 de
octubre, la Juventud Universitaria Bolivariana, compuesta por estudiantes de
bachillerato, universitarios y profesionales conservadores, se reunió para debatir
sobre el problema de la candidatura presidencial. En dicha tertulia, los líderes juve-
niles firmaron un manifiesto en el cual tomaron posición política en los puntos
defendidos por Mejía Mejía. Los tres puntos aprobados fueron los siguientes:
474
El Colombiano, octubre 15 de 1937, p. 3.
7,7
ibid.. octubre 20 de 1937. p. 3.
77
Ibid., octubre 13 de 1937. p. 3.

332 El porvenir del pasado


Primero. - Nos declaramos partidarios de la concurrencia del conservatismo a las elecciones
presidenciales. Segundo.- No somos adictos a ninguna candidatura cuya postulación no responda
a un plebiscito multitudinario. Tercero." Sólo apoyamos a un nombre que garantice el honesto
cumplimiento de los nuevos programas sociales del partido, según la más pura hermenéutica
ortodoxa, sin que ninguna concepción plutocrática u oligárquica pueda empañar, falsificar o
mutilar la doctrina colectivista católica para ceder a las antiguas tesis del liberalismo económico.52

Y anotó más adelante:

Las derechas antioqueñas estamos dentro del conservatismo y esto no es del agrado liberal.
Sustentaremos al candidato que articule un vasto plebiscito o nos integraremos a esta lucha
con nuestros carteles ideológicos respaldados por la más nutrida adhesión de las masas. Si la
voluntad popular favorece al doctor Mariano Ospina Pérez, las derechas no tendremos otra
bandera que su nombre.773

En Armenia, el diario La República brindó su apoyo irrestricto a la candidatura


presidencial de Ospina Pérez. Dirigido por Marco Duque Z., La República dio las
siguientes impresiones sobre este tema :

El plebiscito suscitado en torno a la candidatura presidencial del doctor Mariano Ospina Pérez
continúa su marcha victoriosa. El conservatismo, legítimamente representado en sus masas,
quiere asumir la beligerancia de las urnas, sin medir las consecuencias a que pueda someterlo
un régimen constelado de culpas contra la democracia. Este vibrante despertar de nuestras
legiones no es otro que el anhelo de r e s t a u r a r el sepulcro de la República, pisoteado por
s a r r a c e n o s del poder. Si es cierto que n u e s t r o regreso integral a las u r n a s t r a e lógica
consecuencia copiosa en sacrificios, no es menos evidente que si nos dormimos a la sombra de
n u e s t r o s laureles doctrinarios, pereceremos t r i t u r a d o s por las mandíbulas mongólicas del
m a r x i s m o . En torno a la p a t r i a d e s a m p a r a d a es u r g e n t e que se movilicen las fuerzas
nacionalistas, estructuradas en el martirio. Si dejamos que el señor Eduardo Santos ascienda
al poder, sin darle siquiera la impresión de que el conservatismo significa más de la mitad de los
colombianos, valerosamente dispuestos a rendirlo todo en aras de la libertad y la justicia,
tendremos un régimen tembloroso: aprisionado en el anillo de los sindicatos revolucionarios.
Para ese temperamento asustadizo —política con sangre de liebre— nada significan las reservas
espirituales de la República, con tal de no verse atrapado por las hordas comunistas. 7 '

El país político se pronunció frente al tema de la candidatura presidencial de Mariano


Ospina Pérez. La prensa conservadora regional, que apoyaba a Laureano Gómez y
al DNC, presentó su punto de vista sobre esta singular cuestión. Las directivas y
colaboradores de La Voz de Caldas, Diario del Pacífico, La Defensa y Claridad
reprocharon el modo como Silvio Villegas expuso el retorno a la lucha presidencial y
la candidatura de Mariano Ospina Pérez. Además, estos diarios promulgaron el
respeto por la organización jerárquica y las directrices emitidas por el DNC, al
señalar que el Gobierno liberal no suministraba suficientes garantías para que el
conservatismo volviera a las urnas. Las elecciones de concejos municipales fueron
muestra evidente de lo anterior.

En Medellín, la posición de La Defensa sorpresivamente se aproximó a las tesis


defendidas por la sensibilidad de El Colombiano y de La Patria. Recordando el
problema de la designación del candidato del partido ocho años atrás, La Defensa
llamó a la unidad de la colectividad para recuperar el poder:

''- El documento estaba firmado por -losé Mejía Mejia. Cayetano Betancur, Abel García Valencia, J u a n Zuleta Ferrer. Guillermo Fonnegra
Sierra. Tulio González, Germán Fernández Jaramillo, Marco Tulio Osorio. José Luis Aramburo. Pedro José Toro. Ernesto González.
Julio Arias Roldan y Gabriel Villa Villa. Véase /'."/ Colombiano, octubre 17 de 1937, p. 1.
7
ibid,
77
La República, octubre 22 de 1937. p. 8.

El porvenir del pasado 333


No cometeremos el error de los doctrinarios del año veintinueve, quienes se deleitaron con la
eliminación de los nombres prestigiosos de los señores Ospina Pérez y Valencia. Nos satisfacen
ambos ampliamente, como nos satisface otro conservador de los que surgieron hace ocho años,
como nos satisface uno distinto a los nombrados. Sólo nos interesa que el candidato lleve al
partido unido a las elecciones, que reciba todos los votos y que conserve la concordia en la
comunidad. La colectividad conservadora no puede gastar fuerzas en atizar odios, en promover
divergencias, en proceder como hace ocho años. Nosotros pensamos que lo único importante
es ver terminado el período de dura prueba para la tranquilidad social y de serias dificultades
para la patria y para el pueblo colombiano. 55

La posición de La Defensa contrastó con la de La Voz de Caldas, de Manizales,


que cerró filas en torno a la decisión que tomaría el DNC, pero solicitó a sus miembros
la convocatoria de una convención nacional para debatir este problema. El 26 de
octubre de 1937, el sector del conservatismo que no simpatizaba con las juventudes
derechistas, en el cual sobresalía Aquilino Villegas, dirigió una carta-manifiesto al
Directorio Conservador de Caldas, en la cual plasmó su posición política:

Cordialmente, y en nuestra calidad de conservadores, queremos manifestar a ustedes y por su


digno conducto a la Directiva Nacional que en nuestro concepto la cuestión de resolver si debemos
ir a las elecciones presidenciales, y en caso afirmativo, la elección de candidato, corresponde
exclusivamente a la convención del partido. Estimamos que ninguna otra persona o entidad
pueda asumir con pleno derecho estas delicadas funciones, sin crear el peligro de anarquizarlo,
como sucedió precisamente en las elecciones que dio por resultado la pérdida del poder.56

En Cali, Diario del Pacífico, bajo la dirección de Primitivo Crespo, se asombró por
la manera cómo se hizo la postulación de la candidatura presidencial de Ospina. Con
menos pasión y con un tono más moderado que sus pares de La Patria, Crespo
señaló su vocación de movilizador de masas, pero solicitó meditar esta iniciativa, ya
que de la elección acertada dependía la cohesión del Partido Conservador. Asimismo,
destacó que era función del Directorio Nacional Conservador decretar si el partido
participaba en el debate electoral. Apartes de ese editorial, titulado "Candidatura
presidencial", reforzaron esta posición:

El procedimiento adoptado ha sido irregular. Es claro que una candidatura presidencial no


debe ser postulada en un conventículo capitalino, sino brotar del alma del pueblo. Pero no se
trataba ahora solamente de señalar un nombre merecedor de los sufragios, sino que había una
cuestión previa por resolver, como era la conveniencia y posibilidad de concurrir al debate con
candidato propio, y la oportunidad de lanzarlo, porque no estamos en una situación normal,
sino en una bien anormal y anómala. Los periodistas pueden y deben expresar sus opiniones
al respecto, agitar la cuestión, pero no imponer determinada solución dogmáticamente. Su
misión es proponer, no definir. Cuando se llevan de calle los organismos autorizados, viene la
anarquía en una colectividad y la consiguiente división. En este caso, el movimiento en vez de
ser provechoso, resulta perjudicial. La Convención Nacional Conservadora, cuerpo soberano
de nuestro partido, dispuso que fuera el Directorio Nacional el encargado de resolver la asistencia
o la abstención en las elecciones presidenciales. Abandonar esta norma elemental de disciplina
sería entrarnos en la recámara del caos. Dispuesta la presencia en la campaña con candidato
propio, vendría la agitación saludable, para que la opinión democrática se hiciera sentir y no
fueran las camarillas afortunadas las que dictaran su ley, sino que ella apareciera como expresión
de la pura conciencia popular,77'

Vl
La Defensa, octubre 18 de 1937. p. 4.
"* La Voz de Caldas, octubre 26 de 1937. p. 3.
7,7
Diario del Pacífico, octubre 19 de 1937, p. 3

334 El porvenir del pasado


En cambio, el semanario Claridad se puso a tono con el DNC. En el editorial "Miedo
no, disciplina", su director, el poeta Guillermo Valencia, criticó la propuesta de Silvio
Villegas y defendió a ultranza la política de abstención como la "única protesta posible
y eficaz contra los atropellos de un régimen sectario e inconsciente de su responsabibdad
histórica". 58 Para Valencia, la abstención era una estrategia infalible comandada por
un DNC fuerte, que se hallaba inserto en un panorama político caracterizado por la
violencia sectaria y el fraude electoral:

Porque modificar sustancialmente la política que ha venido siguiendo el partido como la más
adecuada a su situación en frente de un adversario que se ha obstinado en negarle todos los
derechos y que diariamente lo escarnece hasta en sus más limpias y justas aspiraciones, es
cuestión que debe decidirla cuando menos una convención que represente a la totalidad de ese
partido, pero no asunto que pueda resolverlo por sí y ante sí un solo jefe por prestigioso e
ilustre que este sea. Hasta dentro de la organización militar más rígida, la del comando único,
existen estados mayores en los que se aconseja el jefe supremo. 09

Esta actitud de los viejos conservadores cancanos que se sentían representados en la


voz de Guillermo Valencia llevó a una lucha generacional con los sectores jóvenes
derechistas que estuvieron a favor de la candidatura de Ospina Pérez.

A esta altura de los acontecimientos, el DNC guardaba silencio. El Siglo, su vocero


principal, callaba. Su director, Laureano Gómez, también. Sin embargo, la prensa
liberal le sacó algunas palabras a la gente del DNC. Jorge Vélez dijo de manera
diplomática a El Espectador-' "En caso de que se resuelva nuestra concurrencia a
las urnas en las elecciones de mayo, me parece que el doctor Mariano Ospina Pérez
es un excelente candidato del Partido Conservador para la Presidencia de la República,
y estoy seguro de que su nombre figurará en primera línea entre los que haya de
considerar la corporación encargada de hacer aquella importantísima postulación".60
Pero dos días después se retractó y calificó en el otro diario liberal la candidatura de
Ospina Pérez como "inoportuna e irregular". 61 El 15 de octubre, El Siglo abrió
edición con una noticia trascendental: "Es una utopía el candidato del conservatismo
para presidente". En el contenido de esa noticia se recogieron las opiniones de los
dirigentes barranquilleros Abel Carbonell y Joaquín Roca Niz, quienes argüyeron
faltas de garantías por parte del Gobierno liberal para que el conservatismo fuera a
las elecciones presidenciales. Roca Niz enfatizó : "Desgraciadamente el último
experimento electoral no permite ninguna esperanza. El voto conservador se tolera
convencionalmente en las ciudades. En los municipios donde aliente el esfuerzo ru-
ral, el voto conservador es perseguido implacablemente por los gamonales de nuevo
cuño que alimenta la república liberal". 62

Pero el verdadero problema que escondía la candidatura presidencial conservadora


era el ahondamiento de la crisis del conservatismo, la cual se traducía en una
confrontación interna por el poder político entre el sector abstencionista —comandado
por el Directorio Nacional Conservador y Laureano Gómez— y la fracción que quería
participar con candidato propio en las elecciones presidenciales —la cual era dirigida
por los integrantes del antiguo DNC y las juventudes derechistas del occidente del
país—. Para la prensa liberal, la aspiración presidencial de algún prohombre del
conservatismo significaba la renovación política de este partido y la disminución de
la posición autoritaria de Laureano Gómez. Un conservador que ocupó asiento en el

' ' Claridad, octubre 28 de 1937, p, 3.


'" Ibid.
"" El Espectador, octubre 13 de 1937. p. 3.
67
El Tiempo, octubre 15 de 1937, p. 16,
61
El Siglo, octubre 15 de 1937, pp. 1 y 4.

El porvenir del pasado 335


antiguo DNC y que se retiró de la política —posiblemente Augusto Ramírez Moreno—
señaló a El Espectador:
El director de La Patria dice clarísimamente que el conservatismo al ir a la lucha presidencial
no lleva siquiera la más remota probabilidad de triunfo. El partido va a las urnas para hacer
una demostración de fuerza y disciplina, pero principalmente para producir un hecho que diera
u n vuelco total a la situación en que se encuentra. El conservatismo al sufragar unido y
compacto por un nombre cualquiera —Mariano Ospina Pérez, Esteban Jaramillo, Pedro J.
Berrío— sólo busca renovar la nómina de sus directores; destacar a uno de sus elementos más
prestigiosos p a r a enfrentarlo con el doctor Eduardo Santos, es decir, cambiar de personero
a n t e el próximo gobierno. El candidato conservador derrotado sería i n d u d a b l e m e n t e el
representante autorizado del partido para definir su situación ante el nuevo régimen liberal.
Naturalmente, el hecho de que el doctor Silvio Villegas hubiese propuesto p a r a desempeñar
este importantísimo papel en la política conservadora el nombre del doctor Mariano Ospina
Pérez, no ha sido s e g u r a m e n t e del agrado del presidente del actual Directorio Nacional
Conservador, que ve en los nombres de Ospina Pérez y Esteban Jaramillo serias amenazas
para su futura posición en las directivas conservadoras. 63

Las voces de la. satisfacción liberal.


Ante el evidente silencio de El Siglo sobre el curso que tomaba el problema de la
candidatura conservadora, la prensa liberal, al tiempo que tomó partido y se inmiscuyó
en la polémica, se ocupó también de informar al respecto. Los periódicos liberales
hablaron de numerosas reuniones a puerta cerrada de los miembros del DNC que
reflexionaron sobre este tema.
Ellos saludaron con satisfacción el lanzamiento de la candidatura conservadora de
Ospina Pérez. De esta manera, se ampliaba y consolidaba el diálogo de los liberales
con el sector nacionalista del conservatismo, y se agrietaban las relaciones con los
supuestos republicanos. Era un proceso dialéctico en que las relaciones del liberalismo
fluían con la derecha del conservatismo y se frenaban con el laureanismo. El presidente
Alfonso López Pumarejo, por ejemplo, declaró al respecto: "si el conservatismo lanza
al doctor Mariano Ospina Pérez o a otro candidato, cambiaría fundamentalmente el
panorama del país, con la derrota de la política gandhista y la reincorporación del
conservatismo a la lucha civil".64 Asimismo, El Tiempo, El Espectador y La
Razón cubrieron con entusiasmo el retorno del Partido Conservador a la disputa
electoral por el poder. Para El Tiempo, la contienda por la presidencia entre Eduardo
Santos y Mariano Ospina Pérez sería un pulso entre los dos partidos tradicionales,
que constataría la fuerza mayoritaria que tenía el Partido Liberal, tal como se había
manifestado en la evolución electoral durante los gobiernos liberales.

Está muy bien que el conservatismo regrese definitivamente a la vida civil. Está muy bien que
los conservadores cumplan con la obligación ciudadana de asistir a la lucha electoral [...] La
probabilidad de que sea lanzado el nombre del doctor Ospina Pérez nos entusiasma porque de
esta manera tendrá el liberalismo al frente un adversario tanto más serio cuanto es más digno
de ceñir la banda presidencial [...] Enfrentados Santos y Ospina Pérez en el debate eleccionario
la lucha no será de un nombre contra otro nombre : será sencillamente la colocación en la
balanza de conservatismo y liberalismo como dos fuerzas políticas puras [...] La política que
preconiza el doctor Villegas sería temible para el liberalismo si el partido no constituyera una
fuerte mayoría, porque es una política honrada, ambiciosa, agradable p a r a el oído de las

777
El Espectador, octubre 15 de 1937, p, 3.
777
Véase La Patria, octubre 14 de 1937, p. 1.

336 El porvenir del pasado


gentes. Dentro de lo que nosotros tenemos por la verdad en la distribución de los partidos, la
candidatura de Ospina Pérez no será sino una manifestación de fuerza conservadora, muy
conveniente para el equilibrio del país y para la vuelta a la normalidad en la vida civil colombiana.
En ningún caso las elecciones de 1938 modificarán las relaciones actuales de mayorías y
minorías, pero si acabarán con el tono absurdo de los debates hechos a base de la abstención
conservadora 6 5

El Espectador saludó con beneplácito el regreso del Partido Conservador a las justas
presidenciales. Las garantías dadas por el Gobierno uberal en las elecciones entreabrieron
la posibilidad de que el conservatismo pensara en la conveniencia de volver al juego
democrático, dejando de lado la política abstencionista defendida por Laureano Gómez:

No podía ser distinto el procedimiento del partido de oposición [la candidatura presidencial de
Mariano Ospina Pérez] después de las elecciones del tres de octubre, en las que se demostró
ampliamente, con hechos rotundos y reconocidos, la efectividad de las garantías democráticas.
y el sistema de depuración del sufragio. He ahí [en el editorial de La Patria titulado "La lucha
presidencial"], expresaba con franqueza laudable, las ideas que deben regir al conservatismo
para que ese partido, entregado durante años a una pasividad que no podía obtener objetivos
d e m o c r á t i c o s , r e c u p e r e su c a r á c t e r t r a d i c i o n a l de fuerza de o r d e n , s u b o r d i n a d a al
desenvolvimiento pacífico de la nacionalidad. Lo que nos satisface profundamente es el hecho
de que el Partido Conservador se muestre resuelto a volver al camino que ha de t r a n s i t a r
forzosamente si quiere mantener su fisonomía, y librarse de las finalidades de subversión a
que anhelaban encaminarlo quienes h a s t a hace poco detentaron el comando único, como
autores responsables de su fracaso y su desorganización. 66

La Razón, en tanto se congratuló con la audaz iniciativa de Silvio Villegas, tendió


puentes de diálogo con el sector del conservatismo que representaba el director de La
Patria, para lograr la convivencia nacional. En el tono republicano que distinguía a
aquel diario, señaló en uno de sus editoriales:

Dentro del campo n e t a m e n t e patriótico, la posibilidad de u n a c a n d i d a t u r a conservadora


presidencial debe ser saludada con sincero regocijo. La vida normal de nuestra ilustre democracia
ha venido en los últimos años siendo sensiblemente alterada por la injustificable renuencia del
partido de oposición a participar en los debates electorales. Este país, que afincó su orgullo, y
que afianzó su paz, su libertad y su prosperidad en la convivencia de los partidos, se ha visto de
un momento a otro privado de la cooperación de la marcha de los asuntos públicos de una gran
colectividad política. Colectividad que tiene una profunda raigambre en la historia colombiana,
que ha contribuido con sus hombres y con sus hechos de forma considerable a la grandeza del
país; que hoy mismo cuenta en sus filas con personalidades de grande ilustración y de grande
experiencia gubernativa y legislativa, cuya inactividad representa un lucro cesante para el
progreso de la República. Y hay algo más. El alejamiento de los conservadores de la actividad
pública ha vuelto a ahondar esos resentimientos, esos rencores, esos odios entre los partidos,
particularmente hoscos en las colectividades pequeñas e incomunicadas, que fue misión del
país entero limando y desvaneciendo en treinta años de admirable experiencia política. Una
táctica de esta clase, de continuar por algunos años más, nos llevaría o nos llevará a una tal
división en los ánimos, que pueda provocar, con otra destentada empresa guerrera, el naufragio
de todo cuanto creamos dentro en tres décadas de lucha civil de los partidos. 67

Ante la intromisión del liberalismo en los asuntos conservadores, el DNC se vio


obligado a emitir un comunicado en el que señaló-

177
El Tiempo, octubre 13 de 1937. p. 4.
4
El Espectador, octubre 13 de 1937, p. 4
"' La Razón, octubre 16 de 1937. p, 5.

El porvenir del pasado 337


El Directorio Nacional Conservador teniendo en cuenta que en algunos periódicos se ha
publicado sin fundamento alguno la especie de que esta directiva ha estado tratando en sus
sesiones, lo relativo a las candidaturas presidenciales para el próximo período, hace saber, a
todos sus copartidarios del país, que no es cierto que se haya ocupado del asunto relativo a
candidaturas para la próxima lucha presidencial. Actualmente el directorio, únicamente ha
estado estudiando los numerosos reclamos que le han llegado de distintas partes del país sobre
los atropellos y violencias de que fue víctima el conservatismo en las pasadas elecciones y ha
estado a d e l a n t a n d o y seguirá a d e l a n t a n d o ante el Ministerio de Gobierno las gestiones
conducentes a fin de que se hagan las investigaciones y se apliquen las sanciones legales a que
haya lugar contra los responsables. Por lo demás, siendo el conservatismo un partido de libre
discusión ve complacido que haya núcleos de copartidarios y órganos del partido que se ocupen
de estudiar pública y libremente las posibilidades políticas del porvenir. 68

Más adelante, las cosas se compucaron por las divergencias administrativas y económicas
entre el director del periódico, Laureano Gómez, y el máximo accionista, Alejandro
Ángel, que fueron interpretadas por la prensa liberal como diferencias políticas. Ante
las cifras del último balance de la empresa, Ángel propuso la reducción de gastos y
salarios de los dirigentes del periódico, además de orientar las ganancias que dejaba la
empresa hacia su capitalización y no hacia la repartición entre sus accionistas. Esta
actitud pronto despertó la inconformidad de Gómez, que se retiró de la dirección de El
Siglo arrastrando a los trabajadores del diario. Durante los días 22 y 23 de octubre, el
periódico cesó actividades. Luego de largas conversaciones entre Alejandro Ángel y un
grupo de amigos de Laureano Gómez (Esteban Jaramillo, Jesús María Marulanda,
Pedro María Carreño, el general Víctor Manuel Salazar, Francisco de Paula Pérez y
Emilio Laserna) se logró comprarle a Ángel sus acciones y devolverle la dirección a
Gómez. El Tiempo y El Espectador señalaron que las divergencias entre Ángel y
Gómez eran políticas, ya que el primero quería apoyar la candidatura presidencial de
Mariano Ospina Pérez desde El Siglo, a lo cual se había opuesto Gómez. El 24 de
octubre, cuando El Siglo salió de nuevo, Gómez aclaró las cosas:
Nos interesa dejar establecido, una vez más, que entre los directores de El Siglo o entre estos
y los accionistas de la e m p r e s a no ha mediado el más ligero desacuerdo en orden a las
orientaciones de la política conservadora. Obedecemos todos a un ideal común, nos inspira el
mismo anhelo de restauración nacional, y nada ni nadie lograrán romper el frente único
formado para combatir sin descanso el régimen de iniquidad que padece la República. 69

Los hechos políticos, sin embargo, demostraban todo lo contrario. El 26 de octubre,


El Tiempo informó sobre la creación en Bogotá de un comité de acción y propa-
ganda que aspiraba a difundir la candidatura de Ospina Pérez, de la cual harían
parte políticos que no compartían la política de abstención de Gómez: Augusto Ramírez
Moreno, Elíseo Arango, Julio Zuluaga, Ernesto Martínez Capella, Manuel Mosquera
Garcés, Carlos Vesga Duarte y Nolasco Betancourt, 70 es decir, la derecha nacionalista.

rM
' El documento estaba firmado por Laureano Gómez, Miguel Jiménez, Jorge Vélez e Ignacio EscalJón. secretario general, en
17 de octubre de 1937. Véanse El Siglo, octubre 17 de 1937, p. 1, y El Tiempo, octubre 18 de 1937. p. 4.
7777
El Siglo, octubre 24 de 1937, p. 1.
7,1
El Tiempo, octubre 26 de 1937, p. 15,

338 El porvenir del pasado


La Acción Nacionalista Popular (ANP)
y el problema de las c a n d i d a t u r a s .
Álzate Avendaño nació p a r a la acción y el
comando. P o r eso la Acción N a c i o n a l i s t a
Popular puso en sus manos la jefatura suprema
de las milicias derechistas. Por eso mismo
ocupa siempre puestos de responsabilidad y de
peligro. 11

El problema de la candidatura conservadora para enfrentarla a la liberal implicó a


la ANP. Pero eran complejas las cosas. Existía el sector nacionalista, reunido alrededor
de La Patria y de El Colombiano, que llevaba la delantera en la propuesta de que
el candidato fuera Mariano Ospina Pérez. Estaba también el grupo de las juventudes
derechistas antioqueñas, dirigido por José Mejía y Mejía, que celebró el retorno del
conservatismo a la lucha presidencial, pero que no avaló el nombre de Ospina; y
estaban también los miembros de la ANP de Bogotá, que pedían un candidato autónomo
por fuera del Partido Conservador.

Los seguidores del primer grupo tenían influencia en Manizales y Medellín, la cual
irradiaron por los departamentos de Antioquia, Caldas, Cauca y Valle del Cauca. Desde
esas dos ciudades, y por medio de La Patria y de El Colombiano, la Acción Nacionabsta
Popular de esta parte del país buscó reivindicar su conexión ideológica con el Partido
Conservador y exaltar su espíritu dinámico, que los llevaba a contemplar la movilización
de las masas conservadoras como la táctica principal para recobrar el protagonismo
político. Para ellos era evidente que la ANP y el Partido Conservador no podían entenderse
como movimientos independientes. Por el contrario, ambas organizaciones se conjugaban
como la "fuerza contrarrevolucionaria" no reaccionaria de la Nación.

Así, La Patria se consolidó como el núcleo intelectual de los seguidores y simpatizantes


de la ANP. Cabe señalar que para los partidos tradicionales no era un secreto que los
miembros de la ANP admiraban la evolución de los movimientos derechistas
internacionales de Europa y Latinoamérica. La Falange española parece que fue el
paradigma organizacional de las derechas colombianas. Desde sus páginas, los
miembros del movimiento nacionalista reseñaron sucesos internacionales que
coadyuvaron a consolidar políticamente a la Acción Nacionalista Popular. Al apoyo
irrestricto que esta le brindó a la triunfante España Nacionalista, se sumó la adhesión
a la progresión positiva de los movimientos derechistas de Brasil y de Chile. Para los
nacionalistas colombianos, la progresión y los triunfos derechistas en España y
Latinoamérica resultaban ser un modelo a seguir por parte de la ANP. El 16 de
octubre de 1937, Gustavo Salazar García, en su exposición sobre la Unión Integralista
Brasileña, destacó el papel de las derechas en el escenario internacional:

Los movimientos derechistas del Brasil y de Chile deben convencer a los enamorados de
nuestros principios, con nostalgia de la Revolución Francesa, a aquellos que todavía celebran
los cultos del gorro frigio, de que la Roma de ahora vuelve a ser la cabeza del mundo. Contra
la anarquía sólo podrán prevalecer quienes luchan por el establecimiento de un orden nuevo.

1
La Patria, noviembre 2 de 1937. p. 5.

El porvenir del pasado 339


Con emoción de d e r e c h i s t a s colombianos e s p e r a m o s el triunfo de la Unión I n t e g r a l i s t a
Brasileña. Igual a la fe que tenemos en nuestra Acción Nacionalista Popular, es el entusiasmo
con que miramos el abierto campo donde luchan al cumplir el primer lustro, después de
vencer la resistencia de ciertos animales prehistóricos de la política. Aquí también tendrán
que desaparecer algún día si es que la falta de carácter les impide suicidarse. En este
aniversario de gloria, para nuestros compañeros de más allá del Amazonas, sigue clareando
el alba que para todo el mundo aspiran a conquistar las derechas. 72

Aún así, la Acción Nacionalista Popular del occidente colombiano buscó resaltar la
admiración que tenían hacia el pensamiento bolivariano y la Doctrina Social de la
Iglesia, al mismo tiempo que delimitó su cercanía con los movimientos derechistas
europeos. Arturo Cardona Jaramillo, un "soldado de la ANP", se pronunció sobre
este tema así :

El movimiento de la Acción Nacionalista Popular se fortifica en la mística fervorosa de nuestras


juventudes, se amplía e ilumina de la nacionalidad en nuestros paisajes colombianos, arranca
del Libertador y trasciende por un cauce de afirmaciones ideológicas, de concepciones firmes y
programas sociales adaptados a las necesidades y realismo de nuestro suelo. Se delimita de los
evangelios políticos europeos, quiméricos en nuestra república, y tremola como símbolo los
tres postulados perdurables: Dios, Patria y Bolívar.73

El encuadramiento ideológico de la ANP, junto a la normalización de las relaciones


entre el movimiento y el Partido Conservador, no fueron impedimento para que ellos
opinaran sobre el problema de la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez.
Quizás quien mejor plasmó la opinión de la ANP fue el presidente del movimiento,
Gilberto Álzate Avendaño, quien, como hemos reseñado, retornó al debate político
con sus artículos publicados en La Patria, que debatían el tema de la candidatura
presidencial. Sus opiniones a favor de la "candidatura nacional" de Ospina Pérez
fueron seguidas por los miembros de la ANP del occidente del país. El concepto dado
por Álzate Avendaño sobre el problema presidencial fue asistido por el jefe de redacción
de La Patria, Benigno Acosta Polo, quien señaló sobre el particular: "Si a la
consideración de las fuerzas contrarrevolucionarias de Colombia se ha propuesto la
necesidad de ir al debate presidencial, es para evitar que el partido continúe
languideciendo por la dieta de la acción a que se le tiene sometido". 74 Cabe recordar
que, en El Colombiano, J u a n Roca Lemus defendió la postulación presidencial de
Ospina Pérez, pese al descontento de José Mejía y Mejía.

Mientras esto pasaba en el occidente del país, en Bogotá el Alto Comando de la ANP
se pronunció por la búsqueda de un candidato propio. A mediados de octubre, cuando
los nombres de varios prohombres del conservatismo fueron propuestos como posibles
candidatos presidenciales, Rodrigo Jiménez Mejía y Carlos Vesga Duarte sugirieron
el de Pedro Nel Ospina Vásquez, hijo del general ex presidente y primo hermano de
Mariano, como candidato de las juventudes derechistas capitalinas. 76 Ante esta inusual
propuesta, Ospina Vásquez envió un telegrama en el que desautorizaba la iniciativa
y brindaba su adhesión al DNC. Pese a esto, los miembros de la ANP de Bogotá
buscaron lanzar su candidato propio por fuera del Partido Conservador. Esta política
estaba en la lógica de la ANP capitalina, que tenía como finalidad la conformación de
un partido político independiente del conservatismo, así como vincular el pensamiento
de la extrema derecha europea al cuerpo doctrinario de la ANP. Como se ha visto, los

- Ibid.. octubre 13 de 1937. p. 8.


7
" Ibid.. octubre 16 de 1937, p, 3.
77
Ibid.. octubre 23 de 1937, p. 3,
77
El Tiempo, octubre 15 de 1937. p. 16.

340 El porvenir del pasado


objetivos políticos y doctrinarios de la ANP de Bogotá divergían de los del occidente
del país.

José Mejía Mejía fue el principal crítico de la ANP de Bogotá. El bder antioqueño exigió
a Rodrigo Jiménez Mejía la posición de los nacionabstas capitalinos sobre candidaturas.
Los antecedentes mostraban que en las elecciones municipales el Alto Comando de la
ANP había decretado la abstención de sus militantes y la separación de estos del Par-
tido Conservador, a lo cual los militantes del movimiento nacionabsta de varias regiones
del país se negaron. Ante esta postura, Mejía y Mejía expuso las divergencias políticas
e ideológicas surgidas entre las derechas capitalinas y las provincianas:

La lucha de las derechas provincianas no tiene posiblemente el rango académico ni los atuendos
fonéticos del movimiento capitalino. Sólo que nosotros poseemos una acción más experimental,
un frote más objetivo con los fenómenos reales, mejores anclas y mayor velamen para navegar
en una cautelosa política de masas. Nuestras directivas de Bogotá son partidarias de una
orgullosa política de claustro, mientras nosotros nos inclinamos por una humilde tarea de
obreros cotidianos dentro de un grueso clima de multitudes. 7 6

Mejía Mejía finalmente puso contra la pared a la ANP bogotana:

Las derechas provincianas han expresado, pues, en una u otra forma, su pensamiento favorable
a la votación conservadora en el próximo debate para Presidente de la República. ¿Que pueden
decir ahora las autoridades derechistas de Bogotá? ¿Piensan seguir una política insular que los
mismos subditos no comparten y que las masas encuentran pueril e impertinente? Esperamos
que el alto comando capitalino regrese a la normalidad y que todos sus miembros vuelvan a ser
habitantes de la Tierra. Ahora la acción derechista no puede ensayar historia con frases, ni
aventar gestos para perforar la inédita y azarosa virginidad de un horizonte futuro. Un decreto
de abstención firmado por la ANP no tendría más jurisdicción que un electorado de cinco miembros
principales y cinco miembros suplentes que integran esta admirable corporación. El conservatismo
derechista del país sufragaría sin otra contrariedad que estos diez votos pasivos y solitarios.77

Ante estas críticas, el 26 de octubre de 1937 se reunió el Alto Comando de la ANP.


Rodrigo Jiménez Mejía y Carlos Vesga Duarte reiteraron su postura de participar en
las elecciones presidenciales con un candidato propio por fuera de las toldas
conservadoras. Sin embargo, la ANP capitalina no contaba con un líder que los
representara ni siquiera regionalmente. Pedro Nel Ospina Vásquez, a quien habían
recurrido, ratificó que no estaba dispuesto a aceptar la postulación.™

En el editorial de El Colombiano. "Política aérea y política terrestre", José Mejía


Mejía calificó la candidatura presidencial autónoma de la ANP como una "aventura
literaria y risueña". Asimismo, aprovechó la oportunidad para profundizar en las
divergencias políticas y doctrinales de las variantes de la ANP de Bogotá y de la
provincia. En un extenso parágrafo, el periodista antioqueño escribió:

Ya hemos solicitado con testaruda insistencia el aterrizaje de la acción nacionalista popular y la


proclamación de una política que establezca la raíz y el yacimiento godos de la gesta ideológica
que labramos. Entreverados a la colectividad conservadora, las derechas no sufrimos ninguna
castración histórica, ni dejamos mutiladas o a m p u t a d a s las banderas que nos exaltan. La
esencia mussolmiana o hitleriana de las derechas que preconiza el doctor Rodrigo Jiménez
Mejía es un pastiche retórico que para nosotros constituye el más inocente desafío a la serenidad

777
El Colombiano, octubre 21 de 1937. p, 5.
7
" Ibid.
' La Razón, octubre 26 de 1937, pp, 1- 2,

El porvenir del pasado 341


de las masas y al sentido común del país. Ni Roma ni Berlín pueden ser los centros de gravedad
de la política colombianista que las derechas debemos promulgar. Un remedio dramático de
aquellos meridianos sería el suicidio cómico de una generación desleal al paisaje histórico que
la ciñe. Por encima de los textos europeos está la problemática nacional que no admite fórmulas
vagarosas o ariscas soluciones que nos divorcian en absoluto de una inmediata y punzante
r e a l i d a d . La q u í m i c a de n u e s t r o s p r o g r a m a s no p u e d e ser i t a l i a n a o g e r m a n a sino
sustancialmente colombianista. Contra aéreo contenido de una política importada tenemos
necesariamente que pregonar la cita veloz con el áspero rostro de las verdades nacionales. 79

M i e n t r a s la ANP bogotana y las derechas antioqueñas proseguían sus ataques


desde la prensa, el grupo de la ANP que promovía la candidatura de Mariano
Ospina Pérez ratificó la adhesión a esta iniciativa. El 21 de octubre, el comando
de la ANP de Caldas, integrado por Bernardo Londoño Villegas, Diego Duque
Londoño y Joaquín Marulanda se vinculó a la candidatura presidencial de Ospina
Pérez por medio de un comunicado:

La situación es decisiva, y los elementos que ofrecen a nuestro criterio para adoptar una resolución
son precisos: Silvio Villegas ha propuesto a consideración nacional el nombre de Mariano Ospina
Pérez para enfrentarlo, como abanderado de los trabajadores de la ciudad y el campo como guión
de toda empresa civilizadora y ordenada, a las corrientes que en predios adversos pugnan por
imponer sus hombres para asegurarles su continuidad al peligroso ensayo anticolombianista de
hoy, y la Acción Nacionalista Popular, representada aquí por la Falange Bolivariana, no puede
eludir el llamado: e s así como convoca a todas sus gentes a congregarse alrededor de Mariano
Ospina Pérez, en quien las derechas ven un guía certero, un conductor sagaz y un técnico
indiscutible, para que en la patria no sea nunca un simple engendro banderizo, sino el hogar, el
abrigo y el sustento de cada colombiano [...] La Falange Bolivariana de Caldas, sin renunciar a
uno solo de los objetivos que informa el programa de la Acción Nacionalista Popular, y antes bien
conformándolos, declara con ardiente entereza y con irrevocable decisión, su adhesión al nombre
de Mariano Ospina Pérez, e invita a todos los miembros de la ANP en Caldas a formar con
nosotros una sola voluntad, solidaridad en anhelo de la victoria, homogénea en el ritmo implacable
de la lucha única e indestructible en la creadora pujanza de su resolución y su firmeza.80

Asimismo, el comando de la Acción Nacionalista Popular de Antioquia adhirió a la


candidatura presidencial de Ospina Pérez. El 24 de octubre, los dirigentes de la ANP
antioqueña, compuesta por Juan Roca Lemus, Abel Naranjo Villegas, Gabriel Henao
Mejía, Víctor Carvajal Ortega y Félix Ángel Vallejo, enviaron el siguiente telegrama
a Silvio Villegas para exponer su posición política:

Representación Acción Nacionalista Popular este departamento cogemos jubilosamente altísimos


postulados encarna candidatura de Ospina Pérez. Necesitamos candidato nacional no un hombre
partido. Hemos expresado convicción salud patria no puede derivar intereses sectas y como
enemigos de la reacción satisfácenos nombre que lleve Gobierno Colombia espíritu totalitario
su existencia, vuelo de misión y destino histórico. Ospina Pérez representa interferencia
grupos usufructuarios desplazados gobierno y rencor izquierdistas actuales, pacificación lucha
capitalismo y trabajadores, unificación leyes laborales. Sedúcenos su pensamiento ahincado
realidad agraria nuestro pueblo y voluntad de reintegrar Nación todos los grupos: encuadrar
empresa nacional impulsos creadores colocados hoy fuera poder por legislaciones políticas:
devolver aliento rural su fortaleza disuelta por egoísmo latifundistas y penetración extranjera:
conversión sindicatos su organismo nacional, para que no sirvan mas internacionalismo
soviético. Fieles postulados impulsan nuestro ajetreo nacionalista, suscita nuestro alborozo
candidato salido entraña país que necesita por romper internacionalismo de arriba y de abajo.

777
El Colombiano, octubre 28 de 1937, p. 3.
•"" Ibid., octubre 25 de 1937, pp. 1 y 7.

342 El porvenir del pasado


Anticapitalistas y antimarxista buscamos ámbito espiritual que resuma nuestro esfuerzo, que
no debe ser explotado por los que están fuera de la nación. Ospina Pérez representa en esta
etapa nuestro afán de reivindicación y nuestra voluntad de avance no podemos encuadrarnos
tras caudillos enemigos del ímpetu nuevo, porque una contrarrevolución no es una revolución
en contra sino lo contrario de una revolución. 81

La metáfora de la guerra en beneficio de la democracia.


Las conferencias radiales y el proselitismo político.
Entre las actividades programadas para difundir, justificar y legitimar la candidatura
de Ospina Pérez, la sensibilidad leoparda programó una serie de conferencias radiales.
El 24 de octubre, Silvio Villegas pronunció desde los micrófonos de las emisoras La
Voz de Manizales y Colombia Broadcasting la primera de ellas. Era domingo, día de
mercado, pero también de reposo y de obligada asistencia a los oficios religiosos. En
ese ambiente de congregación y descanso, a las once de la mañana Silvio Villegas
socializó oralmente, para que su mensaje llegara a más gente, la candidatura
presidencial de Mariano Ospina Pérez. 82

El género discursivo que utilizaron Villegas y los demás conferenciantes, el epidíctico,


estaba saturado de la metáfora de la guerra. No era nuevo! al contrario, tenía gran
experiencia el leopardo en su uso. Pero, a diferencia de la metáfora de la guerra
inmediatamente anterior, expresada en un contexto de tensión y de supuesta
conspiración, esta vez, la metáfora cumplía el papel de llevar en serio a la vida
política civil el espíritu guerrero que había en el alma de los ideólogos del nuevo
nacionalismo conservador: 'Vengo a proponerles a las fuerzas contrarrevolucionarias
del país que abandonen los cuarteles de invierno y ocupen su línea de campaña. La
lucha por el poder no admite tregua: es una batalla continua", 83 comenzó diciendo
Villegas. Era una paradoja: la derecha que se expresaba desde la sensibilidad leoparda
jalonaba la democracia en el país, querían llevar al conservatismo y a la ANP a la
participación electoral, principio y fin de la democracia occidental; luchaban por
conquistar una democracia interna en el Partido Conservador, y sus documentos
programáticos incluían cada vez más elementos de una democracia social. Son estas
las razones por las cuales el liberalismo establece (continúa) un diálogo con los
protagonistas de este proceso en desmedro de la corriente supuestamente republicana
del conservatismo.

Retórico de escuela y curtido por la experiencia de la comunicación, Villegas partió


de la premisa más cercana: la abstención a la cual fustigó. Diversos destinatarios
tenía esta precisión: fos positivos, con los cuales compartía convicciones; los neutrales,
con quienes compartía conocimientos; y los contradestinatarios: el DNC, Laureano
Gómez, adversos a la candidatura propuesta y defensores del abstencionismo. Según
Villegas, la abstención había marginado de la lucha política al conservatismo:

[...] la abstención, en manos de una directiva incompetente no ha sido sino la voluntaria entrega
de nuestras posiciones electorales y parlamentarias, la política de los brazos cruzados. El Partido
Conservador ha venido perdiendo así la voluntad de dominio. Los débiles de espíritu, los de ánimo
menguado y corazón vacilante, se refugian en el cómodo burladero de la abstención. 84

7
Ibid.. octubre 26 de 1937, p. l: El Espectador, octubre 26 de 1937. p. 10.
2
Un día antes, el 23 de octubre, los partidarios de la candidatura presidencial de Ospina Pérez en Bogotá se entrevistaron con el gerente
de La Voz de Colombia, Cipriano Ríos Hoyos, para solicitarle la transmisión a todo el país de la conferencia de Silvio Villegas. Ríos
Hoyos contestó que era necesaria la autorización de la junta directiva de la emisora de la cual hacía parte Laureano Gómez, quien
rechazó la solicitud. Véase El Tiempo, octubre 24 de 1937, p. 1.
a
La Patria, octubre 25 de 1937, p, 3.
4
Ibid.

El porvenir del pasado 343


Comparó la política abstencionista con la doctrina del quietismo de Miguel de Molinos,
clérigo español del siglo XVII. Según afirmó, en su trajinar hacia la perfección del
alma, el quietismo estaba fundamentado en dos actitudes humanas: "Una positiva
de lucha, de depuración del alma, de templar el espíritu, de vencer el mal hasta
conseguir el triunfo sobre él. Otra negativa, de sumisión, de replegar el alma para
que apenas roce la vida de aniquilar el espíritu para que no surgiera ningún deseo de
aniquilar el mal dejándole pasar sin oponerle resistencia, es decir, sin percibirlo
siquiera". 80 En cambio, las nuevas brigadas de choque del Partido Conservador se
inscribían en otra mística, que consistía en luchar contra la adversidad. Anotaba al
respecto Villegas:

En política creemos demasiado en la justicia inmanente, confiamos en el paso victorioso de la


verdad, lo esperamos todo de una voluntad ajena. Contra estos principios y estas prácticas, hay
que trabajar sin descanso. No tendremos más amparo en la lucha que nuestra propia fortaleza.
Las garantías no se reciben sino que se conquistan. Es preciso que la oposición aprenda a
luchar a la intemperie, contra el abuso trenzado del poder electoral de las turbas y de las
autoridades. La abstención es como el quietismo: una lúgubre doctrina de muerte. 86

Agregó que la abstención había producido un adormecimiento de las masas


conservadoras, y había señalado la retirada de la colectividad del escenario político
nacional y la perpetua continuidad de los gobiernos liberales.

Para la sensibilidad leoparda, de la cual ya hacía parte Gilberto Álzate Avendaño, la


vida política era de combate ante las adversidades, una política de misión revestida
por un compromiso total de sus dirigentes con la causa de movilizar a las masas
conservadoras hacia las urnas. Consciente de la necesidad de un compromiso
democrático que no alejara al conservatismo de las masas conservadoras, Villegas
manifestó en nombre de las juventudes derechista que el Partido Conservador debía
organizarse para la lucha electoral, mas no para la lucha violenta:

Sólo hay dos herramientas para la acción política: la guerra o el sufragio. Un partido que no se
siente capaz de votar menos preparado está todavía para la apelación de las a r m a s . Si la
oposición no vota, mientras exista la república liberal, le diagnostico a esta una vida más
prolongada que la de la propia dinastía japonesa, que va a cumplir dos rail quinientos años de
gobierno [,..] La abstención no es una política porque tarde o temprano llega el instante en que
es preciso salir de ella para los comicios o para la guerra civil. No hay evasivas posibles. 87

Villegas señaló que el objetivo principal de las derechas era convencer a las masas
conservadoras de participar en las elecciones presidenciales, pese a los problemas de
violencia y de falta de garantías. Crearles a estas masas una nueva mística de lucha
era el objetivo de las juventudes derechistas, puesto que este tipo de liderazgo no se
hallaba en el DNC, que promovía la abstención y la apatía:
T e n e m o s , en fin, u n a o p o r t u n i d a d de t r i u n f o si l o g r a m o s c r e a r l e s a las f u e r z a s
contrarrevolucionarias un estado del alma épico, una conciencia y una voluntad de dominio
capaz de avasallar el porvenir. Es en el destierro, en el campo cenagoso de la derrota, entre el
dolor de los ejércitos despedazados que el héroe o el político de misión han dado la consigna
suprema: Triunfar. Es una tremenda tarea gritarle: "vuelvan caras" a un ejército destrozado:
por eso mismo hay que intentarla. 88

Ibid
Ibid.
Ibid.
Ibid.

344 El porvenir del pasado


Villegas recurrió a las mismas estrategias que aquí le hemos conocido para persuadir
a la totalidad de su destinatario positivo, los conservadores, de la necesidad de volver
a las urnas. Apeló a la comparación por contraste: en Colombia los conservadores no
estaban en el poder, pero en Europa sí. En Europa las cosas estaban bien porque los
nuevos conservatismos con sus nuevos cesares lo habían conquistado:
En el mundo moderno hay lumbre de amanecer. Primero despertó Italia, conducida por un
César moderno, cuya figura se pierde en los siglos porque ya no cabe en ellos; después Alemania
iluminada por la fulgurante parábola de un milagro; más tarde Portugal, y hoy España, donde
Francisco Franco reconstruye el itinerario del Cid sobre costados abiertos como amapolas. Es
mejor intentar la última liberación antes que resignarse a perecer bajo el puño de los verdugos.811

Y el recurso de la elegía y del culto a los muertos que también era característico de
la comunidad a la que pertenecía Villegas volvió a utilizarse: "Colombia, ¿qué has
hecho de tus glorias pretéritas?, ¿dónde están Julio Arboleda, Manuel Briceño, Juan
Nepomuceno Valderrama, Marceliano Vélez, Próspero Pinzón? ¿Acaso se extinguió
ya la raza de los paladines? Que vuelvan todos ellos a su sepulcro y no vengan a
turbar el envilecido reposo de los que nada pueden con el recuerdo acusador de sus
gloriosos hechos".90

Tres elecciones se avizoraban en el inmediato presente en Colombia: las presidenciales


de 1938 y las dos legislativas de 1939. Justamente, en el momento en que Villegas
hablaba, se vivía con intensidad la primera de estas contiendas. Por eso, era necesario
que los conservadores se cedularan, y en ese esfuerzo se necesitaba de una amplia
colaboración para denunciar el fraude y defenderse de la violencia partidista.
Finalmente, unida al objetivo de despertar y movilizar a las masas conservadoras,
la campaña presidencial en todos sus aspectos debía ser entendida como una escuela
para acceder al poder:

La lucha presidencial implica un período fecundo de entrenamiento. En la guerra europea se


impuso la táctica de los militares que habían combatido en las colonias. La técnica del cuartel,
sin la experiencia de los campamentos, no forma soldados sino glaxos y tenorios. La derrota
enseña tanto como la victoria. Es Goethe quien nos grita desde el fondo del segundo Fausto:
"Guerra o paz, sensato es el afán de sacar partido de cada circunstancia. Se acecha, se observa
cada instante propicio. He aquí la ocasión: ahora no la dejes escapar. 91

La conferencia de Silvio Villegas, como lo hemos dicho, iba dirigida a un auditorio


amplísimo: las masas conservadoras, los partidos Liberal, Conservador y Comunista,
la gente que de pronto no acusara militancia alguna. Empero, el destinatario princi-
pal era el Directorio Nacional Conservador. De cierto modo, Villegas se tornaba
desafiante ante la abstención electoral y mostraba su enojo frente al silencio y a las
declaraciones lacónicas de los miembros del Directorio Nacional Conservador, que
desaprobaban la propuesta presidencial de Ospina Pérez. Por eso, no escatimó esfuerzo
para argumentar que el nacimiento de la candidatura presidencial de Ospina se
encontraba dentro de "las más puras tradiciones conservadoras". 92 Sustentó que gran
parte de las candidaturas conservadoras habían nacido como propuestas de los
periódicos del partido, y puso ejemplos:

•'" ibid.
'•' Ibid.
" Ibid.
•- liad.

El porvenir del pasado 345


Antes de la guerra civil Guillermo Valencia y Guillermo R. Calderón postularon desde las
columnas de El Siglo la c a n d i d a t u r a de Rafael Reyes; a Concha lo insinuaron El Nuevo
Tiempo de Ismael Enrique Arciniegas y La Crónica de Guillermo Camacho; Suárez fue
lanzado por Ignacio Rengifo y por Ignacio Guerrero en Los Principios de Cali y por Jorge
U l l o a en L a U n i ó n C o n s e r v a d o r a de P o p a y á n ; al g e n e r a l O s p i n a lo s o s t u v i e r o n
p l e b i s c i t a r i a m e n t e El Colombiano de Medellín, L a Crónica de Bogotá y L a P a t r i a de
Manizales, fundado con este objeto en 1921, 93

Silvio Villegas era un político curtido en la elaboración de propuestas que buscaban


dinamizar las tácticas del conservatismo, pero estas siempre chocaban con la
intolerancia de Laureano Gómez. Esta propuesta no fue la excepción, como muy bien
lo describió Villegas en su alocución:
La P a t r i a no ha lanzado la candidatura del doctor Ospina Pérez. Se trata de una táctica hábil
para crearle resistencias a una tesis inobjetable, que no es posible combatir de frente sino por
los costados. Miembro militante de un partido que no puede abdicar de la razón sin convertirse
en un molusco repugnante, he propuesto como tema de discusión la urgencia de presentarnos
estrechamente unidos a la lucha presidencial. Esta idea ha suscitado un caudaloso plebiscito
favorable, que me autoriza para solicitar a las directivas conservadoras la convocatoria de una
convención nacional del partido que la estudie y que la resuelva. Nunca he formado en ninguno
de los movimientos rebeldes que ha padecido nuestra causa. Mi nombre no puede servir de
bandera para quebrantar la unidad de las derechas colombianas, cuya unificación es mi norma.
Yo entiendo y practico la consigna: No hay enemigos a la derecha. Quien dice partido dice
disciplina. Pero la disciplina, como la expresó Rivarol, es una razón y no un yugo. 94

El leopardo aspiraba a que la propuesta presidencial sirviera como excusa para


cohesionar a la colectividad, de tal modo que la iniciativa fuera discutida por los
miembros del Partido Conservador por medio de una convención nacional. No debemos
olvidar que en los editoriales de La P a t r i a , Villegas había declarado que la
candidatura presidencial de Ospina Pérez había surgido de las masas conservadoras
que reclamaban la discusión de la propuesta. Que el Partido Conservador era una
colectividad democrática, de discusión y de debate, pero no comandada por un Directorio
Nacional intolerante, parecía ser el mensaje de los derechistas: "Un candidato
presidencial no puede salir de los sanedrines, sino del propio corazón angustiado de
las muchedumbres [...] El Partido Conservador no es una temblorosa comunidad de
josefinos, sino un atlético estadio de hombres libres". 96

Por primera vez, desde una de las sensibilidades conservadoras, se hacía una
convocatoria amplia para que liberales y conservadores apoyaran a Ospina como
expresión de una candidatura nacional:
Ahora quiero hablar para todos los colombianos, sin distinción de clases ni de partidos, para
invitarlos a formar un vasto movimiento nacionalista, dentro de un programa de renovación
intelectual, social, económico y político. No somos reaccionarios sino contrarrevolucionarios;
no queremos un regreso al pasado, sino una marcha hacia el porvenir. Por esto mismo yo
invito al esclarecido grupo de patriotas que me acompañen a sostener no una candidatura de
partido, sino una candidatura nacional. 96

Villegas reiteró toda la argumentación que había hecho en sus editoriales para oponer
a la "candidatura oligárquica y antinacional" de Santos, la nacional de Ospina. Reiteró
que se trataba del "caudillo natural de las clases agrarias, industriales y mineras",
777
Ibid.
81
Ibid.
» Ibid.
96
Ibid.

346 El porvenir del pasado


y del "representante de un programa de restauración pública". Justificó y legitimó la
candidatura de Ospina por tratarse de u n descendiente de una familia cafetera que
se había destacado en la banca nacional, en el Ministerio de Obras Públicas y en la
Federación Nacional de Cafeteros. Su paso por estos cargos le habían granjeado,
según decía, la simpatía de las masas campesinas: "El cafetero colombiano que vote
en contra de Mariano Ospina Pérez debe hacerlo con la certidumbre de que está
despilfarrando el patrimonio de sus hijos y de sus nietos". 97 El candidato propuesto
representaba para Villegas un político que trabajaría sobre temas fundamentales
para el país, como la administración pública, la autonomía regional y la cuestión
social. En el aspecto de la administración pública, el leopardo admiraba la comparación
que Ospina Pérez hacía del gobierno de un país con la organización de una gran
industria. Su libro Organización industrial y administrativa parecía ser la
fuente de inspiración para desarrollar este concepto. Así, la organización del Estado
debía recurrir a un gobierno divisionario, donde primarían la descentralización
administrativa y la autonomía política de las provincias. De esta forma, el Estado
debía centralizar:

[...] ciertos servicios como el Ejército, las relaciones exteriores, el sistema monetario y de
aduanas, mientras se les otorga a los departamentos la recaudación y la organización de ciertas
rentas, la administración de las obras públicas, la dirección de la beneficencia, algunos ramos
educativos, las obras y los servicios municipales. Sólo así tendremos eficacia y economía en la
recaudación, en la inversión y en el servicio. 98

Realmente, no era casual ni fortuito el compromiso de Villegas con esta candidatura,


pues él era coherente con una prédica, ya de largos años. La geografía política era
uno de los componentes de su ideología. Su lucha por la provincia se revelaba de
cuerpo entero en lo que para él significaba la región: "Personero de las provincias y
adalid de las clases productoras contra la especulación centralista", 99 decía. Enfatizaba
en la tradición de Colombia como sociedad agraria y llamaba para que las políticas
agrarias se dirigieran en beneficio de los campesinos, para que permanecieran en
sus parcelas. Villegas oponía el campo a la ciudad. Veía, tanto como sus pares de la
misma sensibilidad, la necesidad de rehabilitar el campo para evitar la emigración
de su gente a los centros urbanos, que lo eran también de pauperización. Siendo las
clases campesinas, para él y su gente, "el refugio de la tradición y del orden", nada
mejor que un político que conociera las necesidades de los campesinos y la realidad
rural del país, como Ospina Pérez.

El mesianismo estuvo presente en la sustentación y en la argumentación de la


candidatura de Ospina por parte de Villegas. A su suerte se ató el futuro de la
justicia social:

El solidarismo moderno no es sino la caridad con nombre laico. Las derechas no solamente le
ofrecen pan, bienestar y seguridad al obrero, sino también el luminoso despertar de una vida
eterna. El materialismo de la riqueza está t a n lejos de nosotros como el materialismo de la
miseria. Ni capitalismo, ni socialismo. Somos los campeadores de una sociedad unida en la
creación, en la distribución y en el goce de la riqueza. Aspiramos a la gradual elevación de los
salarios. Si la economía patria está retrasada es por el infierno económico y moral, a donde una
sociedad sin Dios avienta a las clases trabajadoras. 1110

Ibid.
Ibid.
Ibid.
'" Ibid.

El porvenir del pasado 347


Si bien la candidatura de Ospina tenía un significado para la estrategia política
conservadora y las clases campesinas y trabajadoras del país, esta iniciativa también
conllevaba una importancia política para enfrentarla a lo que representaban Eduardo
Santos y sus seguidores y los partidos Liberal y Comunista. Apartes de la conferencia
señalaban esta confrontación:
Nosotros representamos la defensa de la propiedad, de la familia y de la patria, amenazadas por
el furor revolucionario del régimen. En este terreno hay que situar también a la lucha política
[...] El doctor Eduardo Santos ha sido el paladín de la constitución vigente: Ospina Pérez
significa la contrarrevolución [...] A medida que avanzan en el horizonte las legiones del caos,
se hace más necesaria la defensa organizada de la sociedad, la fagocitosis política; Ospina Pérez
es la contrarrevolución. Las derechas colombianas no están cumpliendo con su deber cuando
asisten mudas, impotentes y cobardes al desborde de la anarquía, que ya se va haciendo
costumbre entre nosotros. 101

En el mejor estilo de Spengler, Villegas terminó su alocución. La peroración no


desestimó las normas de la retórica:

Yo no he propuesto la candidatura de Ospina Pérez con el pensamiento secreto de que nos


resignemos a la derrota, sino con la firme voluntad de triunfar. Para esto hay que crearle a la
nación un estado de alma épico. La fe trastorna también la geografía de las almas. Lejos de mí
los tímidos y los escépticos. Creer es crear. En el mundo de los hechos políticos lo único posible
es lo inesperado. Hay que infundirle a la nación envilecida una divina locura, un febril arrebato,
el torbellino de fuego de la victoria. Me parece que veo avanzar sobre las colinas de la patria, a
la generosa juventud, preludiando himnos de alegría y de triunfo. 102

A esta altura de los acontecimientos, Ospina permanecía impávido, nada decía, no


opinaba. Era una candidatura muy extraña, el candidato ni afrontaba ni defendía sus
tesis; otros lo hacían por él. Pero en privado se había manifestado. El 27 de octubre, el
ilustre candidato envió una carta a Silvio Villegas en los siguientes términos:

Yo estoy de acuerdo con usted en la necesidad de abrir la discusión amplia y serena sobre la
tesis electoral, y por ello me complazco por haber contribuido al respecto, aun cuando indirecta
y negativamente. Pero logrado este objetivo y habiéndose presentado el aspecto que a t r á s
enuncié, de un posible desconcierto de erradas interpretaciones con motivo de la discusión de
mi nombre, es preciso definir la situación creada y resolverla en la forma más patriótica
posible. Yo creo que el debate puede ya adelantarse en forma abstracta sobre la conveniencia
o inconveniencia de concurrir a la elección presidencial, manteniéndolo en un tono de mayor
serenidad posible. Por lo que respecta al servicio que mi modesto nombre hubiera podido
prestar, creo que ya está cumplido en la forma que dejo analizada, y por consiguiente estoy en
condiciones de prestar ahora, esta vez sí por propia iniciativa, el segundo servicio de retirar mi
nombre de cualquiera discusión de candidaturas presidenciales, p a r a facilitar la unión y la
pujanza de la causa. Como usted ha sido el iniciador y el pregonero elocuente de esta posible
candidatura y son su pluma y su verbo los que la han impulsado, es usted a quien debo hacer
esta solicitud encarecida. Consideraré siempre como una página honrosísima para mí la gallarda
iniciativa de usted y la opinión espontánea de quienes lo han acompañado en ella y seguiré
siempre listo a servir al país y a mis ideas políticas en cualquier otro campo. 103

En su respuesta, Villegas aprovechó la ocasión para explicarle al esquivo candidato


las razones de la candidatura:

• Ibid.
'- Ibid. Es interesante para comprender el estilo utilizado por Villegas en su perorata, ia lectura del texto de Oswald Spengler. Años
de decisión. Alemania y el desarrollo histórico mundial. Santiago de Chile, Ediciones Nacionales y Extranjeras. 1934.
7
El Colombiano, mayo 12 de 1938, pp. 1-3.

348 El porvenir del pasado


Yo respeto mucho su designio, tan generosamente inspirado, pero creo que con semejante acto
se hundiría de un golpe el creciente fervor y la postrera esperanza de nuestro partido, que se ha
sentido renacer con el solo anuncio de que usted podría servirle como guión para un debate
presidencial. Fuera de usted no hay candidato viable. Las posibilidades de formar un bloque
nacional que actúe en mayo, desaparecerían con el retiro de su nombre. Yo he estudiado
ampliamente el caso, en todas sus fases y vertientes. Es inoperante plantear en abstracto como
tesis y maniobra táctica la conveniencia de concurrir a los comicios venideros, en que se juega el
poder político de Colombia. El precario estado del partido, su calidad de vencido y su actual
abatimiento, sólo le permiten intervenir en tan decisiva ocasión sobre ciertas premisas y supuestos
políticos que usted precisamente representa. El retiro intempestivo de su candidatura cerraría
automáticamente los caminos del porvenir cancelando un movimiento embrionario. En primer
término, es la suya una candidatura de unión para el partido, por no haber intervenido usted
hostilmente durante la pasada crisis política, cuya violencia causó un rompimiento de la solidaridad
afectiva entre los altos conductores y dejó fisuras internas, que con el tiempo parecen agravarse
por falta de una oportuna soldadura. Entre los hombres representativos de la comunidad ninguno
dispone hoy de tan unánime respeto, confianza y adhesión como usted. Carece de resistencia
dentro del partido. Su nombre puede unirlo en espíritu y en verdad. En todas las clases sociales,
p a r t i c u l a r m e n t e las gentes de trabajo, tiene usted un caudaloso prestigio. Las diversas
generaciones, que siempre mantiénense en querella por una ley biológica, parecen dispuestas a
celebrar un armisticio para rodearlo. Los sectores más diferentes del partido, desde la extrema
derecha hasta el centro, han manifestado un respaldo efectivo a su candidatura. Hay algo más
decisivo. Yo no creo sensato ni factible enfrentarle al régimen una candidatura sectaria. Existe
en el país una especie de constate histórica respecto a la alternabilidad o rotación de los partidos
en el poder. El cambio de gobierno sólo se efectúa mediante un movimiento nacional que salve la
subitaneidad del tránsito, superando el interés y el rencor de las facciones políticas...1"1

Por un Frente Popular de las derechas;


la publicación del libro No hay enemigos a la derecha.
El h o m b r e m o d e r n o es un s e r p a s i o n a l ,
descontento, dividido e incierto [...] Los que se
sientan satisfechos no tienen para qué abrir
este libro, que someto a todos los colombianos
descontentos. 107 '

La primera semana de noviembre comenzó a circular por todo el país el libro de


Silvio Villegas, que llevaba el título de su controvertido y afortunado editorial de
finales de 1936. Había sido editado desde el 20 de octubre por la Casa Editorial y
Talleres Gráficos Arturo Zapata, de Manizales. Además del afamado editorial, el
libro englobaba una selecta serie de textos y documentos escritos por su autor desde
1924, algunos en compañía de su colega Augusto Ramírez Moreno. Traía un subtítulo:
"Materiales para una teoría nacionalista", y, por ello, recogía trascendentales
manuscritos que todavía hoy se citan. Su aparición estuvo relacionada con los retos
en los que estaba inmersa la sensibilidad leoparda en la coyuntura política e ideológica
por la que atravesaba el Partido Conservador en 1937. Reunir todos sus textos en un
volumen servía para oponerlo y, a la vez, para concurrir en el afán que tenía la ANP
bogotana por confeccionar un programa ideológico: "Este libro es un examen de
conciencia, un esfuerzo por sistematizar una teoría nacionalista para Colombia, en
el presente momento histórico", 106 escribía su autor en el prólogo. Y servía también

7
Ibid.. p. 2.
7
Villegas. Silvio. No bav enemigos... p. IX.
Ibid.

El porvenir del pasado 349


el texto como un documento más en pro de legitimar y justificar la candidatura de
Ospina Pérez. 10 '

El mismo autor, en editorial dedicado a la publicación del libro, explicó su estructura,


sus contenidos y sus propósitos. Diversos eran los destinatarios: "La crítica acciden-
tal que se hace allí de un jefe político se debe, tan sólo, a que no se trata de un
hombre sino de un sistema o de una enfermedad: la parálisis que está agotando al
viejo partido nacional",108 para obviar las sutilezas que pudieran exasperar a Laureano
Gómez y a Aquilino Villegas. Pero también eran destinatarios la derecha del centro
del país y la de toda Colombia; lo eran los liberales de todos los matices. El país
entero estaba en la mira de Silvio Villegas con la publicación de su libro. En el
editorial reforzó cada una de sus partes, citó y explicó todos sus escritos, donde el
lector podría encontrar más información sobre su concepción de la política, sobre el
manejo interno y externo del Estado, y sobre la táctica a seguir dentro del propósito
de regresar al poder: "En sus más variados aspectos expongo, en el capítulo final, lo
que debe ser una táctica política. La teoría surge como negación de la que hoy tiene
el conservatismo colombiano y como afirmación de la que debiera tener". La divisa
del libro queda aclarada así:

La frase "No hay enemigos a la derecha", no es un principio doctrinario, sino una norma táctica.
El Partido Conservador no conquistará el poder como partido político, sino como centro de un
movimiento contrarrevolucionario. Mi ideal es un político que realice en Colombia lo que está
operando en Francia Joaquín Doriot, quien ha organizado la resistencia contra la penetración
soviética agrupando a todos los partidos de carácter nacional. En torno de ese socialista renegado
se agrupan hoy sus antiguos adherentes, la Federación Republicana de Francia, el Partido
Agrario, y los grupos nacionalistas de la Acción Francesa. Mañana vendrá el Partido Social
Francés del fracasado coronel La Rocque y el ala derecha del radicalismo socialista. Después... la
victoria. Núñez no obró de manera distinta. Los partidos que no están en el poder deben formar
únicamente carteles de oposición. Hay que eliminar todo lo que nos divida y afirmar todo lo que
nos una. No llegaremos al gobierno sino cuando militen en el mismo campamento, para una gran
campaña nacional contra las izquierdas ya maduras, el Partido Conservador, las derechas, las
corrientes moderadas del liberalismo y el año decisivo. Preparar este momento supremo es la
misión política de la juventud. El futuro es de los que no desesperan ni se cansan. 109

El modelo era, sin duda, el Frente Popular, y la propuesta, por ende, era un frente
popular de las derechas. Pero en su editorial Villegas, ante todo, complementó los
que consideró vacíos importantes de llenar. Para él era fundamental contarles a sus
lectores que los Discursos de Maquiavelo lo habían influido; los Discursos, mas
no El Príncipe. Decía que lo más importante de este autor era que había fundado
su sistema político basado en la experiencia y en la observación. Pero señalaba, ante
todo, que a él y a su grupo los había influido Goethe, cuya obra veneraba:
El contacto permanente con el mundo de los sentidos le infundió a Goethe la idea del orden. En
la inteligencia, en el arte, en la vida, en la política quería imponer el dominio de la razón
moderadora. Odiaba tanto a los que provocaban las revoluciones, introduciendo el desorden en
el Estado, como a los que las cumplían [...] amaba la tradición, la jerarquía, la necesaria
disciplina. Fue la lectura de Goethe la que le dio a nuestro grupo político la idea suprema de la
república financiera, que no es una tesis materialista, sino un concepto objetivo de la cultura
[...] era el más conservador y tradicionalista de todos los hombres [...] El parlamentarismo era
a los ojos de Goethe una de las formas más claras del despilfarro desorganizador. 11 "

7,7
Por tratarse de un libro de campaña electoral debió haber tenido un tiraje muy grande, pues todavía se consigue con relativa facilidad
en librerías de segunda.
'"'" La Patria, noviembre ti de 1937, p, 3
•'", I b i d .
"" Ibid. Véase también Villegas. Silvio. La imitación de Goethe. Medellín. Editorial Teoría - Librería Siglo XX, 1945, pp. 1 1 3 .

350 El porvenir del pasado


Goethe y Spengler estaban entonces ubicados como pilares principales del pensamiento
de Villegas y del de toda la sensibilidad leoparda. 111

El libro, como todas las cosas de Silvio Villegas, fue bien recibido. Luis Eduardo
Nieto Caballero escribió una extensa reseña en El Tiempo, en la que reconoció los
méritos de escritor y de intelectual que acompañaban al autor. Aprovechó la reseña
para mostrar que en el espectro de los liberales también se leían los paradigmas del
nacionalismo conservador. Y, por supuesto, no avaló los planteamientos de Villegas,
sino que, por el contrario, manifestó que la sensatez doctrinaria conservadora estaba
con Laureano Gómez: "Este prestigioso y severo conductor de recuas es u n soldado
de la democracia";112 señaló, al mismo tiempo, que no sólo había enemigos a la derecha,
y que seguiría habiéndolos, y dio a entender que la misma comunidad política a la
que pertenecía Villegas lo era. Y, finalmente, a la consigna de "no hay enemigos a la
derecha", opuso la suya : "No hay enemigos en Colombia".113

La conferencia radial de Álzate Avendaño: metáfora y dialogicidad.


El programa mínimo para las derechas.
La tradición también fluye.

Las minorías dirigentes ignoran que salirse de


la tierra es un descarrilamiento histórico. La
Nación no p u e d e p r o s p e r a r sino sobre una
agricultura floreciente, trabajada con ahínco
por una población de propietarios rústicos. La
tierra tiene hambre y sed de justicia. Un plan
agrario de gran estilo sería parcelar latifundios,
ampliar el crédito, llevar ¡a asistencia médica a
los campos, f o m e n t a r la e n s e ñ a n z a r u r a l ,
r a c i o n a l i z a r la producción, p r o t e g e r los
artículos de consumo interno con tarifas de
aduana, crear cooperativas y elevar el nivel
humano de los campesinos. Es un programa
ideal mínimo para las derechas nacionales. 114

En desarrollo de las conferencias programadas para promover la candidatura de


Ospina Pérez, el domingo 7 de noviembre de 1937 le correspondería el turno a Álzate
Avendaño, quien fue presentado como ex secretario general del Partido Conservador
y presidente de la Acción Nacionalista Popular ANP 116 Su intervención era clave,
pues portaba un mensaje importante: las derechas continuaban en el Partido
Conservador y debían participar en los comicios. Tal vez por ello, la conferencia fue
anunciada y ampliamente publicitada. En el "mozo caudillo" se sentía representada
una joven derecha que no quería salir del conservatismo:

77
Justamente, desde 1934 circulaba en el país una colección popular de ""Problemas contemporáneos 7 ", cuyo primer número fue
dedicado al texto ya citado de Oswald Spengler, Años de decisión. También circulaba otro libro de Oswald Spengler 7 Seis ensayos.
Santiago de Chile, Editorial Mundo Nuevo. 1937, que recoge conferencias de este autor sobre diversos temas de la política alemana
de entonces.
" 2 El Tiempo, diciembre 12 de 1937, p. 5.
7777
Ibid.
774
Álzate, Gilberto, Obras selectas..., p. 88.
7777
Véase "Conductor ad portas", en la columna "Periscopio", de "Rubayata", El Colombiano, noviembre 9 de 1937. p. 3.
7777
La conferencia de Álzate fue editada en folleto especial7 "Conferencia de Gilberto Álzate Avendaño". Manizales, Tipografía Éxito,
1937. En dicho folleto se anunció la publicación de "El desenvolvimiento histórico de las corporaciones de trabajo", "Tesis de grado",
7
"E1 secretario general del partido", "Documentos políticos", "Nosotros", "Doctrina y táctica del movimiento nacional de derechas",
supuestos textos de Álzate que nunca salieron a la luz pública. Hemos seguido la versión de la conferencia publicada en7 Álzate
Avendaño, Gilberto, Obras selectas...

El porvenir del pasado 351


La palabra del joven conductor constituirá una llamada a todos los grupos derechistas del país
para que se incorporen a esta gimnasia electoral que le devuelve a la colectividad conservadora
el ímpetu banderizo y su voluntad de conquista. Las derechas no podemos hacer de la acción un
mero aspaviento fonético. Álzate Avendaño está identificado con los que pensamos formar una
gesta mediante la sistemática presencia de nuestros equipos en las multitudes conservadoras [...]
estamos enclavados en el conservatismo y las masas escuchan el contenido de nuestra voz.117

Así, el ambiente ya estaba preparado; ríos de información y análisis fluían por la


prensa conservadora afecta a tal pronunciamiento. Sonaba la candidatura de Ospina,
se comentaba la conferencia de Villegas y circulaba su libro; y Álzate mismo había
escrito editoriales en La Patria y El Colombiano sobre las conveniencias de tal
candidatura, tesis que reitera en su conferencia para quienes no lo hubieran leído o
no supieran leer.

La conferencia, que se transmitió simultáneamente por Radio Manizales, Colombia


Broadcasting, de Bogotá, y Emisora Claridad, de Medellín, resultó ser una cátedra
de ciencia política. Se trató de una alocución densa y pormenorizada, durante la cual
Álzate logró verter los contenidos que habían alcanzado su pensamiento político y su
ideología. El alto dirigente de ANP hizo uso de un lenguaje metafórico que lo mostraba
como el buen escritor que era. El género discursivo epidíctico en negativo estaba
atenuado por el uso de la metáfora aplicada a las bondades del "pueblo puesto en pie",
a "los pliegues recónditos del alma colectiva". Por eso se apoyó en el respaldo popular
expresado en los múltiples mensajes de los militantes conservadores a los periódicos
aliados. Apeló al encomio y a la conmiseración de la gente de abajo sin distinción
partidaria para darle fuerza a sus planteamientos: "Presencia vital de las masas, las
masas devastadas y desangradas".

La conferencia de Álzate, que implicaba los contenidos de la de Silvio Villegas, tenía


un estilo más académico, es decir, estaba concebida más allá del impacto político
emocional. El discurso ajeno, pero amigo, que recoge el de Álzate, estaba dicho o
escrito textualmente. Su autor permite que esta voz de apoyo aparezca tal cual; no
hace lo mismo, sin embargo, con otras voces, apenas visibles con los nombres de sus
protagonistas, unas veces, y, otras, intuidas por el lector. Pero, en todo caso, se trata
de un género discursivo denso, heterogéneo y más variopinto que el de Silvio Villegas.

Consciente de los conocimientos que sobre los problemas en discusión tenían los
oyentes, Álzate decidió abordarlos directamente desde la teoría política. Trató con
altura los temas del poder con la intención de meter a la militancia del partido en esa
dinámica; y aprovechó para construir sentencias, máximas y aforismos. Su conferencia
consistió en una lección de teoría y filosofía políticas. Nada le importó que parte
considerable de su audiencia fuera analfabeta. Amalgamó en su análisis a nuevos y
viejos autores: Eduard Spranger, Oswald Spengler, Cánovas del Castillo. El primero,
filósofo y pedagogo alemán, le sirvió para darle a su tratamiento del poder un aire
psicológico: "Eduard Spranger, al estudiar la política en su levadura psicológica,
conceptúa que ella se funda sobre el deseo de poder, quien niega el poder, dice, niega
la política".118 Y continuó intertextuando con el filósofo alemán: "El poder es una
facultad de realizar los valores y los fines propios, apoyada sobre hechos físicos y
espirituales. No se puede extirpar ese designio de la vida, pues vivir significa, ya de
suyo, poder algo [...] Esta fuerza, que es médula y motor de la política, pertenece lo
177
La Patria, noviembre 7 de 1937, p. 3.
* Spranger había escrito textos interesantes sobre Wilhelm von Humboldt (1909) y sobre Goethe (1933). Era autor, entre otros títulos,
de Cormas de vida (1914), Cultura y educación (1919) y Comunidad nacional. Estado, educación (1932).

352 El porvenir del pasado


mismo a los individuos que al pueblo reunido en un Estado".119 Significaba esto verse
a través de la voz del otro, que hacía las veces de su propia conciencia. No sólo acudía
a las voces de sus paradigmas teóricos, sino que, al tiempo que incorporaba su propia
voz, hacía lo mismo con la de sus colegas. Momentos había en que parecía estar
escuchando a Mejía Mejía: "El mundo moderno no tiene sino dos polos de gravitación:
Roma y Moscú. En torno a ellos se mueven dos vastas constelaciones políticas". 120
Afirmó que el gobierno imperante en Colombia pertenecía a la izquierda. Nada nuevo,
pues ya Gabriel Turbay había legitimado y justificado dicha postura. Pero era la
influencia de la palabra ajena en su discurso; era el proceso dialógico en que vivía
permanentemente lo que le permitía yuxtaponer voces de propios y ajenos. Se trataba
de las voces de cuya presencia sabemos porque el autor nos lo permite. Voces de un
significado global: Ghandi, Trotsky, José Martí, Spengler, Spranger, Antonio Ferro,
Oliveira Salazar, Primo de Rivera, Francisco Franco, Mussolini, Matteotti, Emil
Ludwig, Emi Olliver, Maura, Simón Bolívar, André Siegfried, Eduardo Herríot,
Georges Guyau... Y las de un significado local: Rafael Núñez, Carlos Martínez Silva,
Alfonso López, Olaya Herrera, Eduardo Santos, Ospina Pérez, Pedro Nel Ospina,
Guillermo Valencia, Elíseo Arango... Pero sabemos que son más las voces globales y
locales implicadas. El nombre de Laureano Gómez, por ejemplo, no aparece en la
alocución de Álzate, pero el personaje está presente en el silencio, se le tiene en
cuenta, es uno de los destinatarios del discurso, hacia él y contra él se dirige gran
parte de la crítica y del abordaje de la política abstencionista.

Llamaba Álzate a la militancia conservadora para que volviera al juego de la política,


a la competencia electoral. Pero había que reeducar, re-significar conceptos o, por lo
menos, adecuarlos a los tiempos que corrían. Renunciar a la metáfora de la guerra
como ingrediente para el nuevo vocabulario no convenía, pero sí suavizarla para
volcarla sobre el electorado: "La lucha por el gobierno, por ese áureo vellocino que los
antiguos llamaron imperium, impone ciertas virtudes castrenses, un espíritu de
servicio y sacrificio. La política no es una esgrima de salón, ni un ajedrez dialéctico,
sino un conflicto de poderío, un campear sin tregua, una agonía en el sentido clásico
de lucha". 121 Con el mismo propósito, Álzate recurrió a Spengler:

Política es el modo y manera como la existencia fluyente de un hombre, una generación, una
estirpe, una clase o un pueblo, se afirma, crece, triunfa sobre las otras corrientes, que en el
oleaje de los grandes hechos se atacan y defienden recíprocamente. La vida, en su sentido
máximo, es política, es vigilia, es ritmo y tensión de lucha. Todo hombre quiéralo o no, participa
de ese acontecimiento militante, como objeto o como sujeto. La energía vital, ese quid que en
nosotros quiere ir arriba y adelante, ese impulso cósmico hacia la preeminencia, esa voluntad
de dominio, es lo que determina si ha de serse "sino" o ha de sufrirse el "sino". Pues se crece o
se perece. No hay una tercera latitud, un término neutro. Quien no puede imponer su historia
a los otros, tiene que padecerla. 122

Era el otro Spengler, no el de la Decadencia de Occidente, sino el del optimismo,


el antipacifista, el antirromántico y el antirracionalista, que le atrae a Álzate y a
toda la gente cercana a la sensibilidad leoparda, a la que impresionaba que el Par-
tido Liberal continuara por décadas en el poder, que constituyera una nueva
hegemonía, como la había constituido el Conservador. Le asustaba esa posibilidad
que, además, no sólo era social y políticamente compartida, sino también posible. Así
que plantear el problema del poder o, más precisamente, el del rescate del poder, era
74
Álzate. Gilberto. Obras selectas.... p. 88.
7,1
Ibid.
77
Ibid.. p. 79.
27
Ibid.

El porvenir del pasado 353


oportuno. Se hacía necesario ilustrar a la militancia, y Álzate aceptó el reto. Para él,
en política "no se trata de preconstruir pruebas y coartadas ante la posteridad, sino
de intervenir pertinazmente en el destino de un pueblo, que todos los días se forja. La
historia no alberga a los vencidos",123 señalaba.

Como se ve, la alocución era, además, una lección de cultura política. Álzate movió
los mojones de la comprensión de la caída del régimen conservador; la sacó de la
explicación Iglesia — partido - candidatos, que se había convertido más en un morbo
político que en una razón científica. Para el jefe de la ANP, fueron más profundas las
cosas:

La pérdida del poder por los conservadores se explica en ultima instancia porque el viejo
partido gobernante no tenía ya ánimo de dominio, ni mitos eficaces, sosteniéndose apenas
sobre esa ley de inercia que prolonga el movimiento después de que ha cesado la fuerza motriz.
Su quehacer histórico parecía cumplido. Un sistema de hábitos y r u t i n a s reemplazaba la
voluntad política, que no conoce la holganza y el tranquilo disfrute, sino que se encuentra
siempre atareada de creación. Era eso un régimen de funcionarios —larvas del presupuesto—
que confundían el orden con la inmovilidad. Pero como la vida fluye sin pausa y busca cauce,
imponiendo un continuo reajuste en la estructura del Estado, pronto sobrevino una colisión
entre "el país real" y "el país legal", entre las fuerzas vivas y las fuerzas caducas. Esto produjo
el estallido y derrumbamiento del vetusto andamiaje. Es un juicio sin profundidad, que sólo
examina el sobrehaz del suceso, al decir que la hegemonía conservadora fue abatida en una
encrucijada electoral, por la dispersión de sus grupos. Tal dispersión, si se estudia a fondo, más
parece efecto que causa. El viejo régimen no tenía estímulos funcionales, prospectos y metas
que congregasen sus fuerzas vacantes. La elección presidencial fue apenas el puñetazo a un
paralítico, para usar la ruda expresión de León Trotsky.12"1

En la misma tónica que sus colegas de la sensibilidad leoparda, Álzate evaluó los
resultados de la abstención conservadora: "No hay más que dos vías para llegar al
poder. Una legal y otra extralegal. Las urnas y la insurrección", dijo.125. Y explicó su
apoyo a la abstención porque encontraba en ella "el umbral de la acción directa". Y
culpó de no haberse desencadenado la insurrección a la "generación vagotónica del
centenario": "les faltaba el sentido de la vida, vocación por la gesta. Sus hábitos
mentales, sus supersticiones jurídicas les impedían ponerse fuera de la ley".126 Y a
renglón seguido anotaba: "En las masas tampoco había levadura revolucionaria. En
tales condiciones no era posible la insurrección". 127 Por ello, Álzate consideró que,
como no había ningún plan insurreccional ni tampoco recursos físicos para cumplirlo,
la única solución era volver a las urnas.

Algunos encuentran contradictorio que un hombre de la extrema derecha, un militante de la


Acción Nacionalista Popular, adopte esta táctica dominguera de concurrir a las votaciones [...]
Yo no creo en las virtudes del sufragio inorgánico, ni reconozco que la voluntad de la Nación
emane de un escrutinio parecido a un censo pecuario, pero no existe ningún obstáculo para
buscar el poder en las urnas. El sufragio o la insurrección, la conquista electoral del Reich o la
marcha sobre Roma, no dependen de la doctrina sino de las circunstancias. No hay que confundir
las formas con las esencias. 128

Como lo hemos reiterado a lo largo del libro, múltiples factores hicieron que las
generaciones conservadoras de los Leopardos y la de Álzate confluyeran y terminaran
constituyendo lo que he denominado "la sensibilidad leoparda". Las intervenciones de
7277
Ibid.
724
Ibid., p 80.
721
Ibid.. p 81.
7217
Ibid.
727
Ibid.
'•'" Ibid.. p 83.

354 El porvenir del pasado


cada uno de sus integrantes coincidían, estaban a tono, se reiteraban y afirmaban cada
vez que hablaban o escribían. Constituían una red intelectual que se comunicaba por la
prensa, por correspondencia, en reuniones en las sedes de los periódicos, en las
manifestaciones públicas, en los viajes, etc. Era una sensibilidad regional o, mejor, ellos
expresaban una sensibilidad por la región, la sentían amenazada por el centralismo, y,
curiosamente, el Partido Liberal, otrora federalista y en ese momento en el poder, les
parecía una amenaza centralizadora. Por eso, Álzate tocó el tema en su conferencia:

Tan funesta como la existencia de los estados federales, guerreando unos contra otros y
dividiéndose la túnica inconsútil de la soberanía, puede serlo una coerción centralista que
sofoque la vida regional, quitándole estímulos y recursos. Esto aflojaría la solidaridad colombiana,
relajando sus vínculos. Las provincias no van a resignarse a sudar plusvalía en beneficio de
una oligarquía financiera con asiento en Bogotá. Hay que respetar sus fueros. El regionalismo,
el apego terruñero, expresa la vitalidad del país y es blasón de una economía de productores. 128

Así, la candidatura de Ospina es en la interpretación de la sensibilidad leoparda la


expresión de la región amenazada que aspira a reivindicarse: "el oportunismo de los
gobiernos busca halagar la demagogia urbana y convertirla en clientela electoral",
decía Álzate, y no le faltaban razones. No era la primera vez que defendía el mundo
del campo, pero esa vez aprovechó el amplísimo auditorio puesto a su disposición
para clamar por él. Álzate estaba seguro de que el plan mínimo de las derechas,
trascrito al inicio de este parágrafo, lo interpretaba y encarnaba Mariano Ospina
Pérez, "personero de los intereses campesinos". Y a través de la justificación de la
candidatura de Ospina, Álzate hacía su propia enunciación política, la que, a su vez,
era u n a p r o p u e s t a de p r o g r a m a p a r a la Acción Nacionalista Popular: la
democratización de la propiedad rural, nacionalismo económico, manejo científico
del trabajo. Álzate habló, cual moderno hombre de Estado, a favor de la necesidad de
una carrera administrativa que garantizara la estabilidad laboral y el establecimiento
de una burocracia de expertos:

Si los cargos están sujetos a un vaivén electoral y al capricho de los gobernantes de turno, el
servicio siempre se resentirá de improvisación y desorden. Lo que da a las luchas políticas
colombianas tanta virulencia es que en ellas se juega el goce del presupuesto. Los partidos son
agencias de colocaciones para su respectiva clientela [...] El funcionario será en adelante
inamovible, pero neutral. Las derechas aspiran al gobierno del Estado no como botín, sino
como herramienta de historia. 130

En su intervención, llenó de contenidos sociales el programa de la contrarrevolución


que proponía desde su época de estudiante. Dijo que esta no era "una simple
gendarmería política al servicio del capitalismo, sino que sus fórmulas sociales se
inspiraban en la justicia de Cristo".131 Álzate hizo uso de su dominio del pensamiento
de Georges Guyau, que leía con dedicación y devoción desde finales de los años veinte.
Aspectos del catolicismo social, uno de los libros de este autor, era volumen de
cabecera de Álzate.132 Guyau no hacía parte de un grupo de intelectuales antimarxistas
viscerales, todo lo contrario, encontraba en Marx una crítica a la economía liberal no
muy alejada de la suya y de la de León XIII: no juzgaban el trabajo en abstracto, sino
"la fuerza de trabajo, el trabajo viviente, trabajo en acción".133 La crítica al liberalismo
económico, que Álzate adaptaba a la Colombia de la República Liberal, tenía que ver
con la justa crítica moral que desde el positivismo se le hacia al liberalismo como

7277
Ibid, p. 87.
77717
Ibid.. p. 90.
777
Ibid.
,:7 2
" Gracias a Gilberto Álzate Ronga, el autor contó con un ejemplar de este texto, que está firmado por Gilberto Álzate en 1927, y aparece
subrayado como un libro de estudio.
77:7
Guyau, Georges, Aspectos del catolicismo social. Madrid, Casa Editorial Saturnino Calleja, s/f, p. 52

El porvenir del pasado 355


doctrina general de la sociedad capitalista. Pero el joven político se deja atrapar por
ella sin que medie la realidad expresada en los contenidos del liberalismo de López
Pumarejo, que no era ya el liberalismo que criticaba el positivismo o el pensamiento
de Guyau. Es decir, Álzate utilizaba los mismos criterios de sus inspiradores para
juzgar una obra de gobierno que, a la larga, tenía más puntos cercanos que distantes
con su manera de pensar. Pero no importa: es desde el paradigma de Guyau que se
expresa Alzate :
A la conciencia cristiana le repugna que un individuo, un alma, se encuentre convertido en
u n instrumento servil del proceso económico. La iglesia no considera el trabajo como una
mercancía inerte, sino como algo que suda, que padece y piensa. Por eso rescata la dignidad
h u m a n a del obrero y su porción de ganancias. Contra la ley de bronce del salario, quiere
hacer intervenir en el arrendamiento de servicios cierto vínculo de compañía, para que los
trabajadores participen del lucro industrial. En la teoría del bien común de Santo Tomás la
propiedad es más un deber que un derecho. Aunque no lo crean los liberales supérstites de
todos los partidos, en las encíclicas se preconiza t a n perentoriamente la intervención del
E s t a d o , que d e s p u é s de e l l a s , s e g ú n G e o r g e s G u y a u , no p u e d e d a r s e católico no
intervencionista, sino, a lo sumo, intervencionista de mal humor. 134

Con Guyau y Spengler, con Eduardo Spranger y Herriot, con André Siegfried y Antonio
Ferro, con Bolívar y Primo de Rivera, entre otros críticos de la inmoralidad liberal,
Álzate hace su propuesta, que endosa a Ospina Pérez:
A] dogma marxista de la lucha de clases, la contrarrevolución opone una colaboración de clases
al servicio del interés nacional. En vez de consentir los sindicatos proliferando anárquicamente
al margen del Estado, los inserta en los cuadros legales, dentro de una organización corporativa
de la economía. Así, pues, el frente nacional no es reaccionario, sino contrarrevolucionario.
Representa un orden nuevo, no un desorden tradicional. Desde luego eso no significa ruptura
con antiguos valores, en cuanto tienen de inmutables, sino reajuste formal ante los nuevos
hechos sociales. Hay que conservar del pasado las esencias pero no ese aluvión de palabras e
imágenes m u e r t a s que se depositan en el cauce de la historia. La tradición también fluye.
Primo de Rivera advertía que ella no era un estado sino un proceso.133

En su papel de presidente de la ANP y, por tanto, como representante de las juventudes


derechistas, Álzate dejó para la peroración el mensaje principal de su alocución:
Las derechas no pueden arar nubes y cirros, difuso vapor celeste, sino radicarse en la tierra y
sembrar sobre su limo la semilla de la patria futura, raíz y flor de voluntad [...] Yo convoco a las
juventudes de derecha, con quienes tengo plena solidaridad, para que se pongan al frente del
pueblo en esta emergencia histórica. No pueden recluirse en sus sueños, al margen del presente,
sin traicionar su deber. Si estamos inconformes con la vieja política, con su estilo vetusto y su
oxidado vocabulario, por creer que ya carecen de aliento vital, entonces es necesario ir
sustituyendo esa costra de palabras y esos cadáveres de conceptos. Pero las soluciones que
aportamos deben ser confrontadas con la realidad, para adecuarse a ella. Nuestro idioma
augural ha de enseñarse con pertinacia a las masas, hasta que aprendan a oírlo y sentirlo como
las campanas del alba, que incitan a despertar [...] Yo espero que la universidad invada la calle,
en una apoteósica algarada, regando de voces nuevas el alma de la multitud. El pueblo a
oscuras, sumido en el caos nocturno de la incertidumbre y el desespero acabará por seguirla
jubilosamente, con rumbo al amanecer. 136

La intervención radial de Álzate repercutió en la prensa amiga, que destacó sus


contenidos. El Colombiano dedicó un editorial para el comentario siempre generoso
7774
Álzate, Gilberto, Obras selectas..., p. 90.
735
ibid., p. 91.
7777
Sobre la conferencia de Álzate existen dos versiones. Esta cita pertenece a la primera.

356 El porvenir del pasado


hacia Álzate: "Le escuchamos con admiración y entusiasmo. De tiempo atrás nos ha
ganado esos sentimientos el joven capitán derechista, en quien vimos acusados, desde
la más temprana edad, los inconfundibles perfiles del conductor".137 El diario conservador
antioqueño no se remontó esta vez al ya lejano avatar de principios de la década para
encomiar ai "mozo caudillo", como también le decía, sino que partió de su positiva labor
como secretario general del partido y como inmediato organizador en Manizales de "la
más nutrida, grandiosa y apoteósica movilización de fuerzas conservadoras que haya
presenciado el país a través de su historia";138 y compartió por completo los contenidos
de la alocución. A su vez, satisfecho con los contenidos de la conferencia, y diferenciando
la modalidad ideológica, 'Rubayata' comparó el papel que estaba jugando Álzate en
Colombia con el que en Perú habían jugado para sus generaciones José Carlos Mariátegui
y Víctor Raúl Haya de la Torre. Según el controvertido intelectual, la sola mentalidad
de Álzate era suficiente para salvar a la generación derechista "sometida al más riguroso
examen histórico".139

La conferencia radial de Joaquín Estrada Monsalve y la república


técnica. Max Weber en la circulación de las ideas.
La sociología colombiana e s t á e s t a n c a d a ,
yaciente bajo la entraña del destino, en espera
de algún soberbio constructor de grandeza, así
como la estatua duerme en el bloque de piedra
a g u a r d a n d o el escultor que la cincele. La
actualidad colombiana es apenas una miniatura
de su posibilidad. La vida nos colmó de riquezas,
pero la historia nos ha privado de creadores.1*0

El 21 de noviembre de 1937, Joaquín Estrada Monsalve clausuró el ciclo de conferencias


políticas organizadas para promover la candidatura de Ospina : "Agrego mi voz al
coro de nobles acentos que han venido insinuando, sobre la pista presidencial, el
nombre de Mariano Ospina Pérez", empezó diciendo.141 Como sus antecesores, opinó
sobre y analizó el problema de la abstención electoral. La tildó de una "estrategia
caduca", que había limitado a las masas conservadoras a contemplar y a soportar
las desavenencias del partido de gobierno, y que había aminorado la fuerza moral
que debían tener las masas conservadoras, al punto de disminuirles el valor para
que luchasen por los derechos ciudadanos que les pertenecían:

Fallida la abstención como estrategia política, no cabe vacilar siquiera en el retorno del
p a r t i d o al sufragio, no sólo como método de l u c h a pero sí como ú n i c a g i m n a s i a p a r a
sostener en estado de reto la m u s c u l a t u r a electoral de n u e s t r a s m a s a s [...] A la j u v e n t u d
y a las masas militantes, que cruzáronse un día p a r a el rescate de la república, el lánguido
monarca de la abstención quiere obligarlas a vivir en puntillas, para que ni el eco de las
derrotas ni el ruido de las a r m a s le t u r n e n su indiferente sueño. 142

Al contrario de lo anterior, Estrada Monsalve exigía para el Partido Conservador hombres


de acción, personas capaces de salir de la adversidad política y que revalidaran sus
derechos pobticos. "Si para ser buen patriota has de ser hombre de acción, más deberás
serlo para llegar a perfecto ciudadano",143 señaló el intelectual antioqueño.
'" El Colombiano, noviembre 11 de 1937. p. 3.
777
Ibid.. noviembre 2 de 1937, p. 5.
374
Ibid.. noviembre 9 de 1937, p. 3.
477
La Patria, noviembre 22 de 1937. p. 8.
77
ibid., p. 1.
42
Ibid.. p. 8.
47
Ibid.

El porvenir del pasado 357


El renacer político de los conservadores estaba ligado a una concepción de la política
que volviera sobre la acción. Para persuadir de ello, acudió a Nietzsche : "La misión
de la juventud es apresurar el advenimiento del héroe y del santo".144 En esta propuesta
de contraponer a la vieja política de inacción una beligerante y pragmática por parte
de los dirigentes y de las masas, señalaba:
Entre la vieja y la nueva política puede notarse esta diferencia: aquella basábase en el sentido
ideológico y esta preséntase como sentido histórico. La primera es empeño en ajustar por la
fuerza la realidad de un país a una ideología, a un sistema mental preconcebido. Ella concluye
en el academismo político, viene de las bibliotecas y no de la vida misma, sacrifica los hechos a
las normas, confunde la realidad con la dialéctica y, cuando las muchedumbres piden trabajo y
pan, contesta con arengas. La segunda, en cambio, viene de la propia vida, transforma los
hechos en ideas, ausculta el devenir de un pueblo para conducirlo y superarlo, asegura el
sentido de la continuidad histórica, crea las normas como sucedáneos reguladores de la realidad
y, cuando el vivir requiere, el vocablo holgazán se silencia para que la acción opere. 145

Estrada no sólo apelaba al pensamiento filosófico, un paradigma de la sociología


entra a debate: "Max Weber, con precisión, ha escrito que la política moderna es
carismática". 14(i Y tenía de esta categoría su propia interpretación:

Todas las energías impulsadoras de la nacionalidad vienen de las campiñas. Nuestro país es
una vasta ciudad rural; somos agricultores por tradición y por idiosincrasia. El sentido histórico
de Colombia, o su carisma, para usar la frase de Weber, es agrícola por excelencia. Toda otra
definición de este país no es un retrato, sino una caricatura. Gobernarnos desatendiendo esta
voz íntima de la n a t u r a l e z a peculiar colombiana, es cultura ficticia, riqueza en préstamo,
traición a las fuerzas vitales del país." 7

Pero no era Estrada un conservador que llamara la atención únicamente al campo.


Había escrito, para graduarse de abogado en 1934, la tesis "Intervención e
hispanoamericanismo". 148 En ella sostuvo que el país debía conjugar, en el aspecto
económico, la producción agrícola y la elaboración de productos por medio de un sector
industrial fuerte. En su alocución, profundiza y reitera la tesis:

[...] es preciso crear el sentido industrial de la raza, estimulando las empresas de vasto alcance
destinadas a la transformación industrial de nuestros frutos [...] Sólo podemos llamarnos un
pueblo poderoso cuando la manufactura nacional sea capaz siquiera de satisfacer nuestras
p r o p i a s n e c e s i d a d e s . M i e n t r a s t a n t o , no p a s a r e m o s de ser u n pueblo consumidor, u n
protectorado agrícola, una colonia de cautivos labriegos. 149

Estrada enfatizó en que el resultado de la ecuación agricultura + industria llevaría


a u n a autonomía de Colombia frente a las potencias imperialistas. Salvo que para
llevar a cabo tal iniciativa se necesitaba una figura política que dirigiera al país.
Exceptuando a Simón Bolívar, a Rafael Núñez y a Pedro Nel Ospina, no había aparecido
"la fuerza exultante de nuestra grandeza económica, dormida al fondo de la vida [...]
la grandeza colombiana se encuentra inédita y sepulta, porque ha faltado el hombre
superior que la rescate del sueño de la materia inerte. La roca espera el golpe de la
vara mesiánica para soltarse en fuente".150 El mesianismo de Estrada era, sin embargo,
un punto de avance respecto al determinismo de Spencer, que él no comparte. Más
bien, se deja llevar por el pensamiento crítico de Spengler, que consideraba, según
nos cuenta el conferenciante, la existencia de dos tipos de pueblos 1 los industriales y
77
Ibid.
'"•' Ibid.
"" Ibid.
77
Ibid.
748
Estrada Monsalve, Joaquín, "Intervención e hispanoamericanismo"", tesis de grado, Popayán. Universidad del Cauca, julio de 1934
174
La Patria, noviembre 22 de 1937. p. 8.
"" Ibid.

358 El porvenir del pasado


los consumidores. Para el filósofo alemán, los pueblos industriales son las naciones
robustas, de imponente rango militar, cuya influencia era decisiva en la política, en
la guerra y en la economía mundial. No obstante que Spengler consideraba a los
países latinoamericanos como consumidores, aspira a conquistar el primer rango
mediante la presencia de un gran conductor: "El recuento de las mejores épocas de la
humanidad, más bien que una historia, es la biografía de un excelso guerrero, de un
gran pensador o de un genial estadista. Francia es Napoleón o Richelieu; Alemania
es Bismark o Hitler; nuestra independencia es Bolívar".151

Estrada criticó al pasado, al que llamó "república literaria", un eufemismo de


"República Conservadora". Opinó que Colombia había sido una platicante academia
de gramáticos, filósofos y juristas, dedicados a dialogar sobre temas de la inteligencia,
mientras al pórtico de su palacio desfallecía abandonada la nacionalidad. Señaló que
mientras la clase política en el poder declamaba, escribía piezas de donaire y picardía,
pulía versos y se deleitaba "con la pasión benedictina por las formas [...] la vida
colombiana fluía desencadenada, enlazándose en episodios, sin centro de gravedad ni
orientación determinada". 152 A esta República, opuso "la república técnica", cuyo
precursor había sido, según decía, Pedro Nel Ospina.

Habló entonces del técnico de Estado, "un tipo medio entre la grotesca acción sin
ideas y la aérea inteligencia [...] molde de gobernantes, creador de pueblos, progenitor
de la cultura, porque conjuga, en maridaje perfecto, el vuelo directivo de la inteligencia
y la geometría fluyente de la vida. Su pensamiento es una ecuación entre el
entendimiento y las cosas".153 Su propuesta de la nueva República abogaba por una
técnica en lo administrativo, en "la dosificada delegación" de la autoridad suprema,
en el Parlamento, en la política internacional, en la agricultura y en la industria, en
las aduanas y en la instrucción pública, en la reglamentación de las profesiones y
empleos, y hasta en la aplicación de la inteligencia como herramienta de gobierno.
Sería entonces la técnica una varita mágica para desengranar la marcha del Estado.

Después de su amplia y argumentada disertación, Estrada llegó adonde quería : "Entre


la nómina de hombres que la actualidad nacional le presenta a la historia, no veo
una figura más adecuada para esta travesía que la consular silueta de Mariano
Ospina Pérez".154 Y aparecieron nuevos giros retóricos en beneficio de la construcción
del nuevo héroe salvador:

Los únicos epítetos dignos de su nombre es su par de apellidos; la mejor explicación de su


obra es el recuerdo de sus antepasados. Como fue dotado con el sentido de los valores, su
inteligencia, disciplinada desde niño en el manejo de las ciencias exactas, no se expresa en
frases sino en guarismos, no razona con hipótesis sino en ecuaciones. Cuando habla, razonal
cuando razona, convence: cuando convence construye. 155

Ninguno de los anteriores conferenciantes había colocado a Ospina Pérez en la cima de


la inteligencia. En la alocución de Estrada se trata de un genio que sintetiza el país:

En la mente de Mariano Ospina Pérez parece que se encuentran calculados todos los elementos
e impulsos de la nacionalidad, en volumen, peso y medida: la superficie cultivable de nuestro
suelo, con la exacta localización de las distintas zonas de cultivo, el índice estadístico de su
productividad, sus abonos adecuados, el promedio de su pluvialidad y su distancia de las vías

'" Ibid.
772
Ibid.
7577
Ibid.
'•"' Ibid.
75S
Ibid.

El porvenir del pasado 359


carreteables; las razas de ganado convenientes para los distintos climas: la capacidad hidráulica
de nuestras cascadas; la ciencia del cultivo del café, desde la calidad de la semilla y la distancia
que debe mediar entre un árbol y otro hasta las relaciones que deben existir entre el productor
y el intermediario, entre este y los grandes mercados extranjeros. No existe aspecto económico
de Colombia que no esté ya debidamente clasificado y calculado en su fuerte cerebro. 156

Y, como sus colegas, Estrada presentó y sustentó la candidatura de Ospina no como


la del conservatismo, sino como la de la Nación, aunque pidió también una convención
del partido para ratificarla.

La conformación de los comités ospinistas.


Al tiempo que transcurrían las célebres conferencias radiales, avanzaba un proceso
de organización de la campaña de Ospina. El 25 de octubre un comité ospinista,
conformado por los universitarios Humberto Jiménez, Jaime Garcés, Hernando Olano
Cruz, Gustavo Delgado y Gustavo Salazar García, fue creado en Popayán. En el
manifiesto que suscribieron, los jóvenes derechistas consignaron: "La candidatura
presidencial del doctor Mariano Ospina Pérez simboliza la fuerza que nos aglutina
en un frente nacional. A esta línea deben presentarse quienes anhelan la restauración
de etapas mejores".157 Asimismo, en Bogotá, el 19 de noviembre, Elíseo Arango, Ernesto
Martínez Capella, Ignacio Pineros Suárez, Carlos Ariel Gutiérrez, Carlos Malo Baños,
Manuel Mosquera Garcés, Agustín Rodríguez Garavito, Julio Zuloaga Arango, Arturo
González Guarnido, entre otros, nombraron un comité pro-conferencias por radio,
que estuvo integrado por Ernesto Martínez Capella, Víctor Emilio J a r a y Carlos
Vesga Duarte, cuyo fin esencial era conformar un grupo de oradores que sustentara
la candidatura de Ospina por los micrófonos de la emisora Colombia Broadcasting.
Un segundo comité, denominado Correrías Dominicales, tenía la misión de recorrer
los pueblos de Cundinamarca y los barrios de Bogotá; y un tercero, de Prensa y
Propaganda, la de crear un semanario de difusión. En este último tuvieron asiento
Elíseo Arango y los ex integrantes del semanario Derechas Ernesto Martínez Capella
y Manuel Mosquera Garcés. Finalmente, los derechistas bogotanos suscribieron un
documento en el que manifestaron: "La candidatura de Mariano Ospina Pérez será
lanzada como candidatura nacional por encima de los partidos políticos. En este
sentido se hará la campaña". 158 El 24 de noviembre se constituyó el comité ospinista
en Cali, integrado por Ciro Molina Garcés, J u a n Antonio Bonilla, Alvaro Calero,
Francisco Sarasti y Mario Fernández de Soto.159 La ANP de la ciudad contó con El
Legionario, periódico cultural e informativo que dirigía la señora Blanca Ocampo.

El 20 de noviembre de 1937, El Tiempo había titulado una de sus noticias así:


"Elíseo Arango proclamará en Bogotá la candidatura del doctor Mariano Ospina
Pérez",160 en clara alusión a un telegrama enviado a Silvio Villegas y Gilberto Álzate
Avendaño por un grupo de dirigentes (Ebseo Arango, Ernesto Martínez Capella, Manuel
Mosquera Garcés, Carlos Malo Baños, Julio Zuloaga Arango, Arturo González
Guarnido, Carlos Ariel Gutiérrez, entre otros), quienes manifestaron: "Nos adherimos
a la candidatura presidencial del doctor Mariano Ospina Pérez, porque eüa representa
la reacción nacional frente a un gobierno de partido que estimula constantemente la
lucha de clase y va disolviendo los principios específicos de la patria". 161

7777
Ibid.
7S7
El Espectador, octubre 26 de 1937, p. i; ibid., octubre 28 de 1937, p. 10. Un artículo sobre la exaltación de la juventud universitaria
payanesa puede verse en La Patria, octubre 31 de 1937. p. 5.
7
''' La Patria, noviembre 20 de 1937. p. 3.
7777
El Espectador, noviembre 25 de 1937, p, 6.
leo £ ¡ Tiempo, noviembre 20 de 1937. p. 17.
767
Ibid.. noviembre 20 de 1937. p. 17.

360 El porvenir del pasado


El Alto Comando de la Acción Nacionalista Popular
y su rechazo a la c a n d i d a t u r a que promueve
Gilberto Álzate Avendaño, p r e s i d e n t e de la ANP.
El conservatismo tiene necesariamente que
ser nuestra residencia porque a las masas no
es posible c o r t a r l e s de un golpe seco sus
a t a d u r a s s e n t i m e n t a l e s y ciertos lazos
espirituales con una comunidad del pasado.16'2

Pese al entusiasmo y adhesión de la gran mayoría de las juventudes derechistas del


país a la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez, un sector de las derechas
no participaba de este sentimiento: el Alto Comando de la Acción Nacionalista Popu-
lar (ACANP). Rodrigo Jiménez Mejía y Carlos Vesga Duarte, luego de ver truncada
la designación de la candidatura presidencial de Pedro Nel Ospina Vásquez,
manifestaron a La Razón que irían a la lucha separados del conservatismo, ya que
nada tenían que ver con esa colectividad.163

A pesar del inconformismo del ACANP, los integrantes de la Acción Nacionalista


Popular partidarios de la candidatura ospinista tuvieron un papel destacado dentro
de esta campaña. Las divergencias entre el ACANP y la militancia de la Acción
Nacionalista Popular prontamente se filtraron en la prensa liberal. El 13 de
diciembre, El Tiempo resaltó en su sección de información general la siguiente
noticia: "Indignación derechista contra Álzate Avendaño por su franco ospinismo.
Se le pedirá la renuncia. El comando de la Acción Nacionalista Popular no acepta
los candidatos presidenciales lanzados al público. El boletín dado ayer tarde". 164 En
un comunicado salido el día anterior, el ACANP había desautorizado la campaña
presidencial promovida por la prensa y las juventudes nacionalistas del occidente
del país, ya que, según el documento, ninguno de los candidatos presidenciales
lanzados a la opinión pública había expresado un programa acorde con las tesis que
informaban el movimiento nacionalista colombiano. 165 El texto del documento
implicaba, por supuesto, a Álzate Avendaño. El ACANP no veía con buenos ojos la
adhesión de su jefe máximo a la candidatura conservadora de Ospina Pérez, y llegó
a pedir, incluso, la convocatoria de una convención nacionalista que dirimiera sobre
la posición del movimiento frente al tema presidencial y exigiera la renuncia de
Álzate Avendaño a la presidencia de la ANP.

En diciembre de 1937 salió a la luz pública en Barranquilla un nuevo órgano de la


ANP: el bisemanario Falange, dirigido por Armando Zabaraín Bermúdez. En uno
de sus primeros números, Rodrigo Jiménez Mejía publicó "Nuestra autonomía", un
artículo que ratificó sus posturas:
No es de n u e s t r a s gentes, ni pertenece a nuestro movimiento, quien pretenda valerse de
nosotros para vitaminar organismos anquilosados. Nos traiciona quien quiera contrariar nuestro
gran deseo de nacionalidad, restándonos gentes y doctrina que deben p e r t e n e c e m o s . No
t r a t e n las viejas categorías partidistas de asumir nuestra dirección, ni de suscribirnos a su
miope ideología porque nosotros tenemos una visión de conjunto de patria: nosotros hemos
7772
El Espectador, noviembre 25 de 1937, p. 6.
77777
La Razón, noviembre 27 de 1937. pp. 1- 2.
1,77
EJ Tiempo, diciembre 13 de 1937, p, 3.
7777
Ibid. Véase también La Voz de Caldas, diciembre 14 de 1937. p. 1.

El porvenir del pasado 361


aprendido a amar toda su tierra y a todo su pueblo. Esta es la razón por la cual nos hemos
declarado como una fuerza autónoma, por encima de todos los partidos políticos.166

José Mejía Mejía retomó la palabra para continuar sus enunciados respecto a las
posturas de Jiménez Mejía. Opinó que, por el contrario, la ANP tenía que ser un
movimiento dentro del Partido Conservador o perecería necesariamente. En un toque
realista, contrapunteó al jefe de la derecha bogotana:

La derechas conservadoras podemos conservar nuestra autonomía ideológica y cierta soberanía


dogmática sin estropear el amanecer de una gesta que requiere no despilfarres sino tacto y
frialdad [...] las masas conservadoras han iniciado apenas un aprendizaje de la sensibilidad
derechista y anímicamente aún no están desplazadas hacia nuestras banderas [...] hay que
descender a las clases trabajadoras, traducir honestamente su angustia e interpretar en un
lenguaje diáfano sus más soterradas congojas. Una intensa política popular es la única táctica
para calentar el movimiento derechista y suministrarle calor y pulso. 167

Mejía advirtió la enorme contradicción en el seno de la ANP en el sentido de que


mientras Álzate, jefe supremo del movimiento, auspiciaba la candidatura de Ospina
el ACANP la rechazaba:

Gilberto Álzate Avendaño, caudillo de aguzado olfato histórico, está identificado con nosotros
en esta dura afirmación. Las masas derechistas son las masas conservadoras y no los borrosos
equipos de izquierda que el doctor Jiménez Mejía piensa conquistar con su inofensiva dialéctica
de ultrajes al pasado y a los partidos de tradición. Si esta fuerte mentalidad derechista residiera
algunos minutos en tierra y se vinculara brevemente a los hechos reales de la politica colombiana
vería que sus posiciones no pueden ser más solitarias. 168

De artículo en artículo, daba la pelea contra Jiménez Mejía:

Presenciamos el hecho absurdo que funcionen dos sedes derechistas en sentido contrario, con
propósitos diversos y dentro de plataformas casi antagónicas. Gilberto Álzate Avendaño fue
designado por la convención nacional jefe supremo de las derechas colombianas. Naturalmente
el alto comando quedaba supeditado a la jefatura y la dirección de la política derechista no podía
someterse a un ignorado conciliábulo capitalino. Las directivas nacionales han adoptado una
norma de conducta anárquica a la consignada a la asamblea de julio y los resultados de esta
acción arbitraria no pueden ser más objetivos [...] El Alto Comando nos pareció desde su
nombramiento una firme reprobación porque no considerábamos idónea aquella autoridad
para ejercer la jurisdicción nacional que ahora detenta. / Álzate Avendaño se ha lanzado a la
Acción Nacionalista con la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez, postura que no
aceptan los autores de una insurrección derechista al margen de la colectividad conservadora.
Nosotros personalmente aceptamos la tesis del joven conductor y nos situamos adentro de la
táctica adoptada por los máximos gestores de la acción derechista nacional. Gilberto Álzate
Avendaño ya ha sido señalado también como un desertor por el alto comando de la capital. Sin
embargo, continúa capitaneando el movimiento por derecho propio y sin sujetar la trayectoria
histórica de un movimiento a la impubertad. 169

En la querella entre Mejía Mejía y Jiménez Mejía se expresaba también el conflicto


centro-provincia, que hemos advertido en otros episodios relacionados con la política
general conservadora. "Desde Bogotá, la percepción pobtica es si se quiere una mentira
visual para adivinar el hecho y los fenómenos populares de la provincia. La capital
de la República nos enfoca con una aleve parrafada libresca a través de la más
77747
Véase también la columna "Rúbrica"", de José Mejía Mejía. en El Colombiano, diciembre 15 de 1937. p. 5.
7,77
Ibid.
'•" Ibid.
77774
El Colombiano, diciembre 17 de 1937, p. 5.

362 El porvenir del


insuficiente pupila retórica", decía Mejía Mejía,170 para quejarse de los abusos de
poder del ACANP, que no tenía en cuenta las reabdades regionales del joven derechismo
colombiano: "Es un dramático error que las directivas capitalinas establezcan el
programa nacional del movimiento sin haber palpado la verdad inclemente y abrupta
del fluir histórico provinciano".'''

Curiosamente, antes de la anterior polémica, el ACANP había decretado el


nombramiento del Comando de la ANP de Antioquia, en el que figuraban connotadas
personalidades del derechismo: Abel Naranjo Villegas, Graciela Escobar Moreno,
Félix Ángel Vallejo y Jorge Luis Arango. La ANP de Antioquia anunció para 1938 la
apertura de escuelas para la enseñanza gratuita a los niños pobres. 172

L a n z a m i e n t o de la c a n d i d a t u r a de Ospina Pérez
desde Bogotá. Silvio Villegas en su mejor momento.
La candidatura de Ospina Pérez es el himno
de resurrección en esta hora y yo le gritó a
Colombia : levántate y anda, 113

Apersonarse de la candidatura de Ospina hizo de Silvio Vülegas un personaje nacional.


El leopardo vivía su mejor momento. Fue el principal homenajeado en la celebración del
Día del Periodista, el 10 de diciembre, en la capital de la República. Por cuenta suya
corrió el principal discurso. En reconocimiento a su trabajo periodístico, lo acompañaron
en la mesa de honor intelectuales de todas las vertientes poHticas: Rafael Maya, Germán
Arciniegas, Juan Lozano y Lozano, Enrique Santos Montejo, entre otros.

Interrogado por El Tiempo a su arribo a Bogotá, Villegas había declarado: "La


fuerza ospinista en Caldas es un hecho real y todos los comités conservadores han
acogido con entusiasmo la candidatura del doctor Mariano Ospina Pérez. No me iré
para Caldas sino cuando deje instalado el comité directivo de la candidatura de Ospina
Pérez".174 El miércoles 15 de diciembre de 1937, a las cinco y treinta de la tarde,
fueron transmitidos por la Colombia Broadcasting y retransmitidos por Emisora
Electra, de Manizales, y por estaciones radiales de Antioquia y la Costa Atlántica los
discursos de tres ilustres oradores derechistas: Silvio Villegas, Eduardo Carranza y
Elíseo Arango. Se trató del lanzamiento de la candidatura de Ospina en la capital.

Habló primero Silvio Villegas. Reiteró sus posturas ya conocidas y difundidas en las
páginas editoriales de La Patria y en la conferencia de octubre pasado. Algunas tesis
fueron reiteradas tal cual teniendo en cuenta que esa vez hablaba para el oriente y el
norte colombianos: "Este movimiento [candidatura presidencial] ya es conocido en el
occidente colombiano, y hoy me dirijo al oriente del país porque desgraciadamente no
hemos tenido en esta ciudad un órgano imparcial de información que le diga a la Nación
su verdadero contenido",175 señaló. Esta vez, Villegas agregó varios puntos importantes.
Primero: madrugarle a la cedulación del conservatismo:

El beneficio de una campaña electoral es conseguir que se acabe de cedular el partido, que las
masas concurran a solicitar el instrumento de ciudadanía, y segundo, lograr una organización

"" ffcid.
Ibid.
- Véase El Colombiano, diciembre 16 de 1937, p. 2,
77
De la conferencia de Silvio Villegas en Bogotá. La Patria, diciembre IB de 1937, p. 3
1
El Tiempo, diciembre 10 de 1937. p. 11.
7
La Patria, diciembre 10 de 1937, p. 3.

El porvenir del pasado 363


en forma que nos deje listos para el asalto al poder y nos prepare para las luchas políticas. De
nada sirve el lanzamiento de una candidatura un raes antes de las elecciones cuando ya esté
cerrada la cedulación. 176

Segundo: hizo hincapié en la importancia de la economía cafetera y asoció su futuro a


una necesaria presidencia de su candidato: "el progreso de la nacionalidad colombiana
está unido a la industria del café, y esta no tiene hoy ningún médico de cabecera
comparable a Ospina Pérez, que ha vivido siempre inclinado sobre este gran problema
de la nacionaüdad".177 Tercero: despejó todas las dudas sobre el carácter disidente de sus
propósitos. Insistió en la convocatoria de una convención del partido, bien para que
ratificara y legitimara el nombre de Ospina, bien para apoyar a otro candidato: "¿Qué
es lo que pedimos?", se preguntaba el leopardo, y él mismo se respondía: "Sencillamente
que se reúna una convención del partido; esa es la petición concreta que yo quiero
formular esta tarde". 178 Y cuarto: desmitificó y desvirtuó la fama de Eduardo Santos
como un hombre de derecha:

Por u n momento se creyó que la candidatura de Eduardo Santos era una reacción contra el
desorden, pero todos sus actos se han e n c a r n i z a d o en d e s m e n t i r esta v a n a e s p e r a n z a ,
especialmente su célebre cablegrama de Florencia que instituye una entrega a la izquierda.
Sus palabras tienden a las derechas pero todos sus actos favorecen la revolución en marcha
[...] Ahora o nunca. Si el doctor Eduardo Santos llega a la Presidencia es por nuestra cobardía
o nuestra abulia. Durante muchos años no se había presentado un candidato más impopular
que es igualmente mirado con desconfianza por industriales y capitalistas, y en las plazas ya lo
hemos visto lapidado por las masas de izquierda. 179

La irreverente voz del leopardo Eliseo Arango.


Y aunque estuviéramos solos. Sólo en la noche
es cuando es bello creer en las a u r o r a s [...]
Desde hace mucho tiempo declaramos que
nuestra misión era nacionalizar el Estado! hoy
tenemos un Estado liberal, y necesitamos uno
nacional™

Esa noche del 15 de diciembre, también habló Eliseo Arango. El leopardo legitimó la
iniciativa de lanzar un candidato para el estudio y posterior ratificación o rechazo en
una convención de partido. Sostuvo que él y los auspiciadores de la candidatura de
Ospina hacían parte de un partido abierto al debate :

En la última convención conservadora llevé la voz del penúltimo directorio, y allí pude afirmar
que el Partido Conservador es una comunidad de hombres libres al servicio de la Nación. Por
ningún motivo ni circunstancia ni bajo ningún pretexto, renunciamos a la libertad de pensar:
no estamos dispuestos a abdicar del atributo esencial de la dignidad humana. 181

Además, Arango, con su característica irreverencia hacia las autoridades del partido,
declaró: "respetamos a los grandes jefes del partido, pero exigimos acción dentro de
la realidad que reclama la hora, y que no vivan como narcisos contemplando sus
viejas obras [...] Nosotros en esta lucha trabajamos por sacar avante nuestras ideas.
Hemos establecido la verdad política contra el prestigio político".182 Criticando con
7777
ibid
77
Ibid
•'•~ I b i d
' : " Ibid.
7477
La Patria, diciembre 16 de 1937, p. 3.
• Ibid.
'•' Ibid.

364 El porvenir del pasado


ironía la política abstencionista, Arango dijo que lo único que les había quedado a las
personas que, como él, actuaban en el partido era el recurso de pensar y formular
propuestas. Presionado por el poco tiempo de que disponía, Arango repudió los gobiernos
de partido y clamó por la instauración de un gobierno nacional: "Desde hace mucho
tiempo declaramos que nuestra misión era nacionalizar el Estado; hoy tenemos un
Estado liberal, y necesitamos uno nacional". 183

Eduardo Carranza'- otro matiz en la ANP.

Las ideas repetidas con amor son como los


besos- s i e m p r e i g u a l e s pero t a m b i é n
siempre distintos cuando se dan a la mujer
que se ama. 1 M

El segundo conferenciante de la noche fue el poeta Eduardo Carranza, quien tomó la


vocería del sector de la ANP que apoyaba la candidatura presidencial de Ospina :
La Acción Nacionalista Popular, movimiento político e ideológico independiente de los partidos
actualmente operantes en Colombia, agrupación de hombres ambiciosos de una totalidad
nacional, mira con fervoroso entusiasmo la candidatura presidencial del doctor Mariano Ospina
Pérez. Porque esta candidatura se presenta con firmes contornos nacionales, porque ha sido
propuesta y expuesta en un noble idioma nacional, en un claro alfabeto de integración y de
unidad. Si este hermoso movimiento llegare a sectorizarse y a perder sus perfiles e intenciones
nacionales sería n u e s t r a voz la primera en levantarse para retirar esta adhesión que hoy
proclamamos ante el país. 185

Carranza compartía con Jiménez Mejía la independencia de la ANP de los partidos


tradicionales, y con Mejía Mejía la participación del movimiento en las elecciones.
Digamos que su voz era otra más en el interior de la ANP. El poeta dedicó su
intervención a rememorar y sintetizar las ideas fundamentales y principios ideológicos
que asistían a la ANP. Esta fue su importancia, por eso transcribimos buena parte
de su intervención:

Para nosotros la nación no es una fatalidad geográfica o etnográfica: es el vértice, la resultante


de unos ideales colectivos que se prolongan más allá del tiempo. Se nos ha confiado la custodia
de una ciudadela de gloria y de dolor al pie de la cual amaron y cantaron y combatieron los
padres y los abuelos, y hemos de entregarla intacta a los que vendrán después de nosotros.
Queremos una nación jerárquicamente organizada a través de varios grados corporativos y
orientada en lo económico, no en beneficio de poderosas fuerzas extranjeras, sino del bienestar
colombiano: nuestro nacionalismo tiene un agresivo y arrogante sentido antiimperialista, una
dura actitud de escudo contra la penetración envolvente de cualquier imperialismo. Perseguimos
la formación de una mentalidad nacional, por encima de la mentalidad partidista que vivimos,
y, como consecuencia, si no la supresión, si la limitación de la órbita de poderío de los partidos
políticos. La coordinación de las fuerzas nacionales dentro de organizaciones controladas por el
Estado, la atención preferente por la situación injusta y misérrima de las clases campesina,
obrera y media: de explotación metódica y científica de la riqueza nacional, y la nacionalización
en lo posible de esa misma riqueza, y el engrandecimiento patrio, por razones tradicionales
superiores y razones de conveniencia nacionalista. Y sobre todo, libertar al hombre colombiano
de la esclavitud del partido político: necesitamos un Estado que sirva, no los intereses de una
casta, o de un partido, o de una clase, o de un individuo, sino al destino eterno de Colombia: un

'"•• Ibid.
"" Intervención radial de Eduardo Carranza en Bogotá. La Patria, diciembre 19 de 1937. p. 2.
747
Ibid.

El porvenir del pasado 365


Estado que garantice la sumisión de los más y de los menos, de los de arriba y de los de abajo,
a la verdad, a la justicia, a todas las contingencias que imponga la afirmación de la nacionalidad.
Q u e r e m o s u n P a r l a m e n t o que sea la congregación de q u i e n e s r e p r e s e n t a n t o d a s las
actividades sociales e n c a u z a d a s al logro del bien común, p e r m a n e n t e y t o t a l i t a r i o , un
Parlamento que coordine las diversas aspiraciones en un plano superior de colombianidad, y
armonice los aparentes desacuerdos económicos y sociales mirando la unidad esencial de la
patria por encima de toda otra consideración. Tenemos que decir muy claro y muy alto que no
s o m o s r e a c c i o n a r i o s : que no se nos confunda con la p a t r u l l a g e m e b u n d a que m i r a
irrevocablemente al pasado, y añora un estilo de vida y una modalidad política arrolladas y
superadas por hechos nuevos y por nuevas realidades: la política es el arte de dominar las
circunstancias vitales, de ponerse a caballo sobre los hechos para conducirlos a la búsqueda
apasionada de un ideal de grandeza patria y dignificación humana. No somos reaccionarios
pero si somos tradicionalistas: nuestro tradicionalismo es evolutivo y fecundo: no significa la
permanencia indiferente y estática en ideas o ideales caducados, sino la incorporación de lo
contingente, de lo influyente y circunstancial en la historia, al cauce de lo permanente, de las
e t e r n a s verdades que sostienen esa unidad viva que es una cultura. Cada pueblo tiene su
escondida manera de ser, su íntima esencia, su hondo secreto, su signo diferencial; su genio.
En el subsuelo de las razas, en las zonas nebulosas de la conciencia colectiva, existe, latente
y esperando como una placa fotográfica lista a la revelación, ese resorte secreto, ese finísimo
mecanismo: y llega un día en que una sola palabra, una mágica cifra verdadera, descubre
como un relámpago milagroso el íntimo ser, el escondido genio de una nación, de una raza.
Llega entonces el estadista, el artista del Estado que obra prodigio de identificar la Nación
con el Estado, con el Estado que debe ser el reflejo, la interpretación, el idioma tangible, la
forma y el cuerpo de esa triple noción geográfica, moral y política que es la Nación. "Todo
pueblo", dice Ernesto Jiménez Caballero, "es en el fondo una querencia de amor de mujer:
cuando encuentra a su hombre se entrega. Porque es en el amor donde se encuentran los
seres. Es también todo pueblo como un raudal de viento con voluntad de música que busca su
instrumento para resolverse en melodía triunfal. Es todo pueblo así mismo, como una arcilla
que sufre la tortura de lo informe hasta que una mano la salva en forma de estatua". Me
parece que el destino de n u e s t r a generación es este precisamente: buscar la razón de la
nacionalidad colombiana y realizar su misión en América. Buscar una Colombia colombiana,
buscarla sufriendo. Por eso deben tener nuestras palabras una ardiente actitud de marcha,
de himno y de bandera revuelta. 186

En declaraciones dadas al final de las conferencias, Silvio Villegas anunció sin reparos:

Nos proponemos desarrollar ahora una intensa labor de propaganda, iremos a la calle, a la plaza
pública, a la prensa. Discutiremos con amplitud y a toda marcha. Queremos demostrar que este
movimiento no se realiza en secreto, que n u e s t r a política no es la de la maniobra y la del
conciliábulo. ¡Si nos derrotan, que nos derroten en la plaza pública! Haremos una política limpia187.

Finalmente, el acto del lanzamiento terminó con la constitución de un cpmité


procandidatura de Mariano Ospina Pérez, conformado por Eduardo Zuleta Ángel,
Eliseo Arango, Ernesto Martínez Capella, Gerardo Valencia, Jesús Naranjo Villegas
y Julio Zuloaga Arango. Como se advierte, los miembros del ACANP brillan por su
ausencia. Al día siguiente, fortalecido, Silvio Villegas viajó a Medellín, donde instauró
el comité ospinista de la ciudad, del que hicieron parte Fernando Gómez Martínez,
J u a n Zuleta Ferrer, Tulio González, José Mejía Mejía y J u a n Roca Lemus, con los
cuales debatió sobre estos temas.

'"' Ibid.
7777
El Espectador, diciembre 16 de 1937. p. 3.

366 El porvenir del pasado


Las conferencias conservadoras, cubiertas por el silencio de El Siglo, tuvieron buena
acogida en la prensa liberal, que saludó el lanzamiento de la candidatura conservadora
de Ospina Pérez. El editorialista de La Razón escribió:

[...] a este diario complace extraordinariamente, el movimiento pro candidatura conservadora,


en este país ejemplar donde la democracia ha arraigado tan hondamente y con tan fecundo
éxito, la renuencia de una fuerte colectividad política acércase a las urnas, implica cierto
malestar en el interior: cierta sensación de que las cosas no marchan como deberían marchar.
Y en el exterior, produce una impresión falsa y perjudicial de que aquí sucede algo anormal: de
que aquí estamos en algún régimen de coacción o de violencia. En cuanto al señor Ospina
Pérez, su nombre es por todos respetado por su pulcritud, por su saber, por su arraigo en la
honda entraña de la democracia colombiana. 188

El Tiempo destacó la "conspiración del silencio" que realizó El Siglo ante la visita
de Silvio Villegas a Bogotá. Igualmente, el diario liberal manifestó que el Directorio
Nacional Conservador había enviado comunicados secretos a las directivas
departamentales para desautorizar los contenidos de las conferencias de las juventudes
derechistas. 189 El Partido Comunista, a su vez, se alarmó por las conferencias de los
promotores de la candidatura de Ospina, a la que tildó de peligrosa, reaccionaria y
antipopular. Nada reconocía el comunismo en las luchas ideológicas del interior del
conservatismo, y asumía los nuevos tonos democráticos de sus dirigentes como un
engaño a las masas : "¡El pueblo colombiano conoce al conservatismo y no lo olvida!
Aún sobre su piel cuelgan las cicatrices de Encizo y Palonegro, de Barrancabermeja
y la zona bananera. No vale que ahora el godo se disfrace de cordero".190

La ratificación de las posturas contradictorias de la ANP.


Los miembros de la Acción Nacionalista Popular se pronunciaron sobre el apoyo a la
candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez. El Alto Comando de la Acción
Nacionalista Popular envió una carta al director de El Espectador para desautorizar
la conferencia de Eduardo Carranza:

Por medio de la s i g u i e n t e comunicación nos p e r m i t i m o s rectificar e n e r g é t i c a m e n t e la


declaración formulada ayer por don Eduardo Carranza desde los micrófonos de la Colombia
Broadcasting, sobre la adhesión de la Acción Nacionalista Popular a la candidatura presidencial
del doctor Mariano Ospina Pérez. En resolución fechada el 9 de los corrientes, el alto comando
nacionalista declaró que: "La Acción Nacionalista Popular no adhiere a ninguno de los candidatos
presidenciales actualmente considerados por los diferentes partidos políticos del país, por ser
este un movimiento autónomo fuera y por encima de los partidos políticos". Por lo tanto la
adhesión de don Eduardo Carranza a la candidatura de Ospina Pérez no pasa de ser u n a
afirmación personal, sin el asentimiento de la suprema directiva nacional. Del señor director
atentos servidores. Carlos Ortiz Silva, Alvaro Patino, Carlos Gramas, Alonso Pinzón, miembros
del alto comando nacionalista: Hernando Zamora, secretario general. 191

"Candidatura nacional" o "candidatura conservadora" de Mariano Ospina Pérez era


la cuestión. Los miembros de la Acción Nacionalista Popular también opinaron sobre
tal candidatura. La más expresiva de ellas fue la de Carlos Ariel Gutiérrez:
La Acción Nacionalista Popular no se ha adherido a ningún nombre en el negocio de las
candidaturas presidenciales. Nuestro movimiento es independiente de los partidos políticos
7777
La Razón, diciembre 16 de 1937, p. 5.
7749
El Tiempo, diciembre 17 de 1937, p. 3.
790
Tierra, diciembre 24 de 1937, p. 3.
7777
El Espectador, diciembre 16 de 1937. p. 3

El porvenir del pasado 367


actuantes hoy en Colombia. Es un grupo autónomo que tiene sus jerarquías propias, libres de
toda tutela sectaria. A lo más que podemos aspirar por ahora es a tener buenos vecinos. Por lo
tanto, estamos alejados de los líos conservadores y de las luchas subterráneas o públicas que se
libran en esta colectividad política. Lo que ha ocurrido es que Eduardo Carranza y otros valores
intelectuales de nuestro movimiento se han adherido al nombre del Dr. Ospina Pérez bajo la
condición de que su candidatura sea lanzada con un criterio nacional sin ningún tinte de
sectarismo. Sólo bajo este cariz nacional respaldarían al "caudillo cafetero", como lo definió
ayer en su conferencia el doctor Silvio Villegas. Nuestro camarada Carranza en la lírica y
a d m i r a b l e a r e n g a de ayer, explicó suficientemente n u e s t r a orientación pragmática y las
diferencias que nos separan de los partidos históricos de la República. Es una ingenuidad, pues,
creer que somos una disidencia conservadora o una avanzada beligerante de ese mismo partido.
Nuestro movimiento vale, a pesar de su soledad y de su altiva intemperie, por lo que tiene de
nuevo, de transformador, de rebelde y de insurgente sobre lo caduco y dañado de Colombia. A
pesar de lo autónomo de nuestro grupo, puede usted decir que la mayoría y lo más selecto de
la Acción Nacionalista Popular desautoriza cualquier aventura excomulgatoria contra Eduardo
Carranza, orgullo y bandera de nuestro movimiento. Los golpes bajos de que está siendo objeto
se deben a una deplorable deslealtad de dos o tres ingenuos compañeros de nuestro grupo.
Créame que lo que vale y piensa en la Acción Nacionalista Popular acompaña a Carranza de los
inofensivos ataques de estos arqueros liliputienses. 192

Memoria y letanía de las campanas.


Mientras lo anterior transcurría, Gilberto Álzate Avendaño publicó en la edición de
La Patria del 27 de noviembre un hermoso texto literario, escrito en género epistolar,
que merece algunos comentarios: Memoria y letanía de las campanas. Álzate
remite a un amigo suyo un recorte de prensa que anuncia que el Tercer Reich
derretiría las campanas ante la escasez de materias primas en yacimientos cupríferos,
lo que significaba que desaparecería en Alemania el antiguo arte de tañer los bronces,
circunstancia que aprovecha Álzate para evocar todo lo que encierra históricamente
el significado de tocarlos. Se permite hacer algunos reparos con el modelo alemán
que lo atrae : "Semejante reforma puede traer una revuelta popular contra el régimen
fascista. Los hábitos locales, las tradiciones del municipio, el vestuario a la antigua
usanza, las pequeñas alegrías colectivas no pueden contrariarse sin graves riesgos
para su gobierno",193 lo mismo que algunas advertencias en caso de que se atreva a
llevar a cabo semejante medida. Le llegaba muy cerca a Álzate el tañer de las
campanas, pues prácticamente era lo que había venido haciendo desde 1930: tañendo
campanas, que para él significaba llamar a somatén, es decir, advertir, prevenir,
alertar, proteger a los campesinos, a los habitantes de las pequeñas poblaciones, a la
militancia conservadora, a todo el país, de los peligros del comunismo y de las
avanzadas liberales. Se trata, pues, de una especie de metonimia que le sirve a
Álzate para expresar artísticamente su pensamiento: "Los concilios, después de
consultar cánones y decretales, autorizaron para que las campanas se usasen no
sólo en las vísperas y oficios de la Iglesia, sino también en el servicio civil para
alertar a las gentes ante la inundación y el incendio",194 y era eso justamente lo que
estaba pasando en el mundo: inundaciones e incendios. Álzate sabía de lo que hablaba
y la gente que lo leía le entendía el mensaje. A rebato habían tocado las campanas en
Pensilvania y Aranzazu bacía poco, y a rebato tocaban las campanas ríelos poblados
conservadores para alertar sobre la desaparición de la Constitución de 1886. Álzate
escribía: "Las campanas tuvieron cierta complejidad revolucionaria en el siglo XIX,

"" Ibid
797
Álzate. Gilberto, Obras selectas.... p. 570.
147
Ibid.. p, 572.

368 El porvenir del pasado


Ellas servían para poner al pueblo en armas y reunirlo en cabildo abierto. En las
gestas de la independencia americana tocaron muchas veces a rebato, o repicaron
jubilosas cuando en las ciudades del virreinato entraba triunfante el Libertador". 195

Y, a propósito del Libertador, para el 17 de diciembre los jóvenes derechistas se


aprestaban a rendirle un homenaje en el aniversario de su muerte, un poco para
reivindicar el frustrado acto del pasado 24 de julio. Entonces los comunistas abrieron
la edición de su periódico Tierra con una foto emblemática de Bolívar, con un pie de
página que rezaba: "El Libertador cuyo aniversario quieren aprovechar los fascistas
para mancillar su memoria. ¡Pero lo impediremos!". 196 Continuaba la pelea por la
resignificación de Simón Bolívar. El periódico comunista editorializó:

[...] sólo a ustedes señoritos sin conciencia y carentes de responsabilidad se les puede ocurrir
robarse para biombo de sus fascistizantes empresas la sacra figura de Bolívar. No, señoritos
d e r e c h i s t a s : S i m ó n Bolívar no les p e r t e n e c e . ;No es de u s t e d e s , n e g a d o r e s de toda
independencia, destructores de la cultura, esclavizadores de las masas, quien luchó su vida
entera por la liberación de América, por la libertad de los esclavos, por la grandeza y ventura de
la patria! ¡El Libertador es nuestro! ¡Lo reclamamos por la fuerza de la historia y de las ideas!
¡La sombra de Bolívar marcha con nosotros, con los defensores de la democracia, con los que
luchamos por los derechos e intereses del pueblo, de su pueblo colombiano, de sus pueblos de
América! Para ustedes fascistas criollos, les queda apenas la encarnación y la figura trágica de
Fernando VII y el grito de "¡vivan las cadenas!". 197

Y terminaba así el agitado año de 1937.

Ibid.
' Tierra, dic: nbre 17 de 1937, p. 1.
Ibid.. p, 3.

El porvenir del pasado 369


La socialización oral del discurso
de la sensibilidad leoparda.
XIII

Silvio Villegas'- "El año de 1938 será decisivo


en nuestra historia". Las primeras giras de 1938.
Desde el 5 de enero de 1938, el comando ospinista de Cali organizó los preparativos
para el recibimiento de Silvio Villegas, quien arribó a está ciudad el 8 de enero. El
ambiente de celebración en las juventudes ospinistas era evidente. En una cena
ofrecida por los amigos de Villegas residentes en las ciudades del suroccidente del
país, Abraham Fernández de Soto, en nombre de la juventud derechista, reconoció a
Silvio Villegas como el "caudillo auténtico de la renovación conservadora" y adhirió a
los postulados expuestos por el insigne homenajeado en conferencias y editoriales:
"La juventud os sigue, doctor Villegas, porque interpretáis su pensamiento. Esperaba
su inspirador y lo ha encontrado." 1 .

Sin embargo, en el Valle, las cosas no pintaban bien para los propósitos de la
sensibilidad leoparda. Primitivo Crespo, el esquivo, pero siempre aliado suyo, no
estaba muy seguro de las bondades de la candidatura de Ospina Pérez. Su voz, en ese
momento escuchada y acatada, se alzó para obstaculizar su difusión en el suroccidente,
tierra sagrada para el conservatismo nacionalista. Silvio Villegas aceptó el reto y se
dirigió a Cali desafiando el poder del directorio departamental. En la mañana del
domingo 9 de enero de 1938, el reconocido leopardo intervino en la ciudad desde el
Circo Granada. Su discurso fue transmitido por las emisoras La Voz del Valle, de
Cali, Nueva Granada, de Bogotá, Voces de la Ciudad, de Manizales, y Claridad, de
Medellín. La prensa reportó que en algunos municipios los conservadores se habían
reunido en las plazas principales, en los cafés, en los atrios de las iglesias y en
7
La Patria, enero 12 de 1938. p. 3.
familia a escuchar el discurso. Villegas empezó rindiendo culto a la memoria de Ignacio
Rengifo, destacó su ascendencia en el viejo partido nacional, heredero, según señaló, de
los ideales bolivarianos, "sus palabras eran actos y sus actos eran parlantes", dijo.2 En
su homenaje a Rengifo había una crítica a la que era la dirección nacional del partido
por esos días : "Cuando veo la pasividad, la cobardía, la resignación de nuestras masas
degradadas por la abstención, pienso que Ignacio Rengifo sentiría hoy vergüenza de
nosotros. Los muertos ilustres hablan, y las palabras de ultratumba son amargas". 3
Pero también hubo crítica a Primitivo Crespo, el aliado de ayer: "Al que se crea dueño
de la ciudad de Cali, señor de vidas y conciencias, lo invito a que me haga descender de
esta tribuna, para que sienta la reacción de una ciudad orgullosa a la cual no se le
ofende considerándola como una vereda silvestre, donde no puede escucharse sino la voz
del amo".4 Denominó una "conspiración de la hipocresía" el comportamiento de Crespo
hacia él. "La desdicha de todos los neófitos y conversos es que se resienten y se tornan
fanáticos perseguidores de su antigua fe",5 anotaba. Villegas realmente estaba en sus
territorios. Era ampliamente conocido en todo el departamento por las masas
conservadoras que le reconocían su trabajo de opositor al régimen liberal. De hecho, la
población del norte de la región era de su misma raza, y la vida económica, política,
social y cultural entre Caldas y el Valle era dinámica y estrecha. Todo podía permitir
Villegas menos que le impidieran el acceso a su propio predio: "jefecillos hipotéticos han
querido negarme hasta el derecho a hacer uso de la palabra ante multitudes que me
han visto sufrir y padecer al lado suyo. Ni siquiera a conductores auténticos he querido
reconocerles título alguno para calificar mis servicios; menos podía tolerárselo a media
docena de improvisados sargentos".6

Y era apenas el comienzo. Enseguida Villegas ratificó y afirmó sus posturas políticas
e ideológicas, y, como Álzate, las endosó a la candidatura de Ospina. Las conferencias
emitidas por radio y el método que encontraron los jóvenes ideólogos nacionalistas
para promover dicha candidatura servían para expresar oralmente lo que los miembros
de la sensibilidad leoparda habían ya manifestado por escrito. En ese momento sus
palabras llegaban a un auditorio mucho mayor, con el peso de la emoción y el énfasis
que suele a veces perderse en el texto escrito. Así, de discurso en discurso, Villegas
apuntalaba y perfeccionaba la coherencia de su pensamiento. Se repetía, hacía uso
de los textos de sus editoriales de La Patria, producidos a lo largo de la década.
Ponía en sus labios lo que ya era texto escrito. Él mismo se encargaba de divulgarlos
oralmente, consciente de la importancia y trascendencia del medio radial a su
disposición. Quienes no lo hubieran leído tenían entonces la oportunidad de oírlo. La
novedad era su prosodia, la emoción que le colocaba a su disertación: "El despertar
de las provincias será el amanecer de Colombia", dijo al plantear en alta voz el
problema de la descentralización que venía pregonando de tiempo atrás:

Bogotá es la negación de nuestra cultura aldeana. Nuestra república no está en los grandes
centros poblados: su entraña vital es preciso buscarla en las llanuras, en los valles, en las
cordilleras, en los cafetales, en las minas de oro y de hulla, en las aldeas y veredas. Todo entre
nosotros es rural [...] En los últimos años nos hemos convertido en simples colonias de la
metrópoli, porque hemos perdido la viril arrogancia de los abuelos. Los directorios seccionales
de ambos partidos, cuando no se nombran desde la capital, parecen simples m a r i o n e t a s
manejadas desde las redacciones de los periódicos bogotanos. Pero ya se ha dado el grito del
Libertador, De ahora en adelante Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Medellín o Cartagena,
tendrán tanto derecho como Bogotá para señalarle inéditas odiseas a la República. 7

2
Ibid.. enero 10 d. 1938, p. 1.
Ibid.
4
Ibid.
' Ibid.
" I b i d . p. 7.
7
Ibid.

372 El porvenir del pasado


Todos los contenidos del discurso configurado a lo largo de los años de la oposición
desfilan ante los oídos de los oyentes: el partido procesional, la acción en la calle, el
contacto con la multitud, la antiabstención, el predominio del campo sobre la ciudad,
el regreso a la tierra, etc. Villegas resaltó la necesidad de darle al país una orientación
esencialmente agrícola y sostuvo que era indispensable evitar las concentraciones
industriales. Aseguró que la granja era el prototipo de la vida normal en todo el
universo y lamentó que en Colombia estuviera ocurriendo una creciente despoblación
de los campos.

Los Leopardos eran intelectuales que rendían por escrito y oralmente. Eran buenos
para ambas cosas, pero en esta coyuntura preferían desarrollar su vocación de
oradores porque consideraban era la parte más importante de un sistema de propa-
ganda con óptimos resultados. Consciente de esto, Villegas se valió de uno de sus
émulos: "La palabra gobierna al mundo, hay que hablar sin descanso, con fervor y
denuedo para romper esta atmósfera de mudez que circuye todos nuestros problemas
[...] De silencio está hecha la atmósfera de los sepulcros". 8 Empero, no los emulaba
tan sólo, como lo he dicho atrás, el inspirador positivo de sus ideales, sino también el
adversario: "La fuerza que dio al marxismo su asombroso poder sobre las
muchedumbres no consiste en la obra constitutiva escrita y preparada por sus
intelectuales, sino el formidable diluvio de propaganda oral que esta en teoría descargó
sobre la multitud en el curso de los años", 9 decía.

La sensibilidad leoparda se diferenciaba de la tradicional conservadora colombiana


en el reconocimiento al papel de la multitud en la historia, en la necesaria comprensión
del rol de las masas. Su propuesta y su concepción de la política son antiaristocráticas,
están dirigidas hacia un contacto directo con lo popular. Y en esa dirección ve con
buenos ojos, y además así lo estaba haciendo, el despliegue de banderas, escarapelas
e himnos en los mítines por su valor sentimental para el pueblo. La época lo embrujaba.
Villegas, que poco citaba textualmente, esa vez acudió a un contemporáneo suyo,
quien en su formación había leído, lo mismo que él, al intelectual francés Fierre
Drieu La Rochelle (1893-1945), conocido como "el dandi fascista", para decir lo que le
interesaba a través de sus palabras: "El fascismo no ha salido de la dictadura, es la
dictadura la que h a brotado del fascismo. Lo que ha hecho la grandeza de la Italia
moderna, es el esfuerzo de una generación que ha buscado y encontrado el fascismo
primero, y que luego o al mismo tiempo buscó y encontró a Mussolini. Es preciso que
muchos hombres obren, reflexionen, se agiten, para que el mejor de entre ellos,
lanzado por ellos, los impulse a su turno". 10 He ahí el elegido candidato Ospina Pérez,
el escogido por las generaciones de los Leopardos y la del año 30, es decir la de Álzate,
y Villegas aprovecha la ocasión para destacar los lazos estrechos que las une gracias
a unos mismos propósitos y a una misma lucha:

Sin tener la responsabilidad oficial del partido, los leopardos con la generación del año 30, nos
pusimos a la cabeza de las multitudes, desafiando en las plazas públicas a los asesinos uniformados.
En fulgurantes mítines recorrimos el país desde Tunja hasta Popayán. Fue así como el partido
ganó las elecciones de 1932, en la época más sangrienta de la lucha política contra la nueva
iniquidad [...] Cuan magnánima fue esa generación del año 30 que hoy escarnecen y excomulgan
aquellos mismos que permanecieron en la retaguardia durante las rudas jornadas de la oposición,
observando desde lejos ese vasto dolor y esa pujanza indómita, mientras el régimen que masacraba

Ibid
Ibid.
" Ibid.

El porvenir del pasado 373


a sus copartidarios les daba suculentas sinecuras en el extranjero y repuestos cargos ministeriales.
Los cadetes de la universidad, sin compromisos ni complejidades con el pasado, dejaron entonces
sus preocupaciones académicas para ponerse bajo las banderas de un partido vencido, sufrir al
pie de las masas y dar cara al enemigo con los sobrevivientes de la catástrofe. Esos muchachos
abnegados, valientes y fieles hicieron el milagro convirtiendo una retirada en victoria. El éxito
sorprendió al consejo de ancianos que todavía deliberaba entre luchar o someterse, más dispuestos
a la capitulación que al combate. Los conductores parlamentarios votaban los proyectos del
gobierno temerosamente y llamaban al orden a quienes enarbolábamos en el hemiciclo u n
pendón de guerra [...] La última generación, la de 1930, la que está hoy matriculada en las
derechas, no llegó a nuestro campo el Domingo de Ramos bajo el abanico de las palmas, entre
delirantes aclamaciones de esperanza. Se presentó el viernes de dolores, cuando soplaba el
viento trágico de la derrota y el aire se poblaba de sentencias de muerte. No vino a recibir gajes
y honores, sino a compartir la persecución y el martirio [...] A esa juventud ilustre por la mente
y por el carácter, que le dio todo sin pedir nada, tratan ahora de vejarla antiguos iscariotes, sin
darse cuenta de cuánto destino frustrado, de cuántas vidas rotas hay en una generación sacrificada.
Mi fidelidad a ella no podrá extinguirse nunca. 11

De esta manera, fluían en los discursos de la sensibilidad leoparda argumentos


contra la Dirección Nacional del conservatismo, en particular contra Laureano
Gómez. Su empecinada ojeriza hacia la juventud nacionalista hizo que esta se volcara
a plantear el conflicto interno en el partido como un problema generacional. Laureano,
como contradestinatario de su mensaje, estaba implícito y explícito: "cierto
organizador de derrotas".
Se le entregaron fortalezas, trincheras, convoyes, armas, bagajes, cuadros movilizados. Tuvo
todas las facultades. Cada uno de nosotros recogió un poco su e s t a t u r a política p a r a que
resaltase entre todos. Nosotros le creamos deliberadamente un prestigio místico, un a u r a
legendaria como necesidad táctica, a fin de que nunca lo abandonase el fervor de las masas y
no se resistieran a seguirlo algunos núcleos doctrinarios y veteranos, que no olvidaban los
agravios de las euménides al presidente paria. Con él se tuvieron las tres virtudes teologales:
fe, esperanza y caridad. El capítulo de historia política que viene desde 1933 hasta hoy bajo un
comando desorientado, puede definirse con aquel título célebre: "Cómo se evapora un ejército".
Que se me señale un solo éxito, una sola ventaja, u n a escaramuza victoriosa d u r a n t e este
periodo declinante. Nada ni nadie. Ha sido un itinerario de fuga.12

Que la supuesta extrema derecha del partido pidiera democracia interna y autocrítica
nos resulta paradójico, pero era la realidad. Los jóvenes nacionalistas luchaban por eso,
es decir, por un Partido Conservador democrático, con voz y voto para su mibtancia. Así
lo sostiene Villegas en voz alta, para que toda la militancia lo escuche: "El partido
necesita autocrítica. Las enfermedades no se destruyen con analgésicos",13 eran reclamos
al tratamiento que Laureano les había dado en la pasada crisis de junio.

Parodiando la famosa triada de Hegel, Villegas esquematizó así su pensamiento:


tesis : capitalismo; antítesis: socialismo y síntesis: corporativismo. Recuérdese que
un poco antes Haya de la Torre había recurrido a la misma triada cuando se trató de
presentar y justificar el aprismo como síntesis para América Latina. 14 Villegas
consideraba, entonces, el corporativismo como el modelo que evitaría en Colombia la
lucha de clases : "Sólo dentro de una concepción espiritualista del mundo ensancha el
hombre su pobre y estrecho horizonte hasta el océano silencioso de Dios".10 Y esa
"concepción espiritualista" era una realidad con Hitler, Mussolini, Franco y Oliveira
Salazar, plasmadores del corporativismo, el prospecto social de la derecha, equivalente,
7
Ibid.
" Ibid.
77
Ibid.
14
Véase Haya de la Torre o la política como obra civilízatoria (introd. y selec, Jorge Nieto Montesinos). México. Fondo de Cultura
Económica. 2000.
777
La Patria, enero 10 de 1938. p. 7,

374 El porvenir del pasado


según decía, al de las izquierdas. Es decir, a lo último se oponía el corporativismo,
especie eufemística del fascismo. Era este paradigma en la interpretación de Villegas
el causante de haber quebrantado al capitalismo "sometiéndolo a un programa de
unificación nacional". 16 Y esto lo maravillaba: "El problema fundamental del país es
infundirle a los conductores y a las masas una conciencia nacionalista. A principios
del siglo XIX, Alemania no era siquiera una expresión geográfica. Dividida en varios
estados era, si mucho, un campo de combate para las grandes potencias europeas". 17
Y enseguida el leopardo citó a Fitche:

El pueblo alemán es el pueblo de la tierra; el alemán, el idioma; el espíritu alemán, el espíritu


de los pensadores; el sentimiento alemán, el sentimiento de los poetas; la ciencia alemana, la
ciencia; el verdadero a l e m á n , el v e r d a d e r o hombre de carácter; el cristiano a l e m á n , el
cristiano. En una palabra: en el alma del pueblo alemán vive el alma de la humanidad: su
cultura es la cultura.

Y un siglo después decía Villegas: "Alemania era la primera potencia mundial". 18


Era este el modelo a seguir, esta era la propuesta nacionalista: "Colombia necesita
hoy un credo semejante. Con voluntad invicta podemos colocarnos a la cabeza del
continente. Hay que proclamar la supremacía de nuestras industrias, de nuestra
raza, de nuestra cultura, la excelsitud del genio nacional colombiano. Tenemos una
misión divina para cumplir en América".19 Peroraba Villegas que, como nacionalistas,
no permitirían que industrias extranjeras llegaran al país a competir con las propias!
que cerrarían las aduanas para todos los artículos que estuvieran en capacidad de
producir los colombianos! que prohibirían la inmigración de trabajadores que
aspiraran a disputarle el salario a los colombianos! que expulsarían a los extranjeros
que se hubieran apoderado del Ministerio de Educación Nacional! y que dotarían al
país del mejor ejército de tierra, agua y aire de todo el continente. De mesianismo en
mesianismo se movía el leopardo, quien prometía la salvación a través del nombre
de Ospina Pérez, y la de todos estaba encomendada al destino de España: "En la
actual guerra civil de la península nuestras masas no están con Largo Caballero,
Indalecio Prieto o Manuel Azaña, sino con los caudillos de la reconquista, con Franco
y sus heroicos legionarios. Hoy pasa sobre España un hálito de primavera. Evoquemos
a Francisco Franco como un signo de redención y de castigo".20 Villegas consideraba
que los contenidos del libro Economía industrial y administración, escrito por
Ospina Pérez en 1936, eran dignos de la pluma de Oliveira Salazar. 21 Le encantaban
al leopardo los planteamientos de Ospina respecto a la conciliación entre trabajo y
capital, la armonía entre trabajador y empresario. Esa vez, Villegas se manifestó en
pro del intervencionismo —"el Estado tiene que ser el regulador supremo de la sociedad,
en defensa de industriales, agricultores y trabajadores"—, 22 pero lo diferenció del de
los liberales colombianos. Sostuvo que el suyo provenía de los profetas hebreos, del
sermón de la montaña, de las prácticas evangélicas de la Edad Media y de los trabajos
teóricos de los ideólogos católicos. El intervencionismo de Estado de Villegas era el de
un Estado corporativista, cuyo objetivo principal era hacer desaparecer la lucha de
clases "por medio de una acción enérgica del Estado. Como el gran fenómeno nacional
es la producción, hay que eliminar todo lo que tienda a disminuirla o perturbarla.
Por esto mismo, aseguradas todas las leyes que amparan a obreros y campesinos,
garantizándoles un salario familiar, el derecho de huelga debe ser suprimido". 23 En

" Ibid.
77
Ibid.
" Ibid.
177
Ibid.
'"" Ibid.
21
Véase, Ospina Pérez, Mariano. Economía industrial y administración. Bogotá, Editorial Minerva, 1936.
22
La Patria, enero 10 de 1938, p. 7.
777
Ibid.

El porvenir del pasado 375


la lucha contra el comunismo, Villegas tenía en cuenta la realización de un amplio
programa de justicia, y para ello llamaba a abandonar egoísmos de clase y de secta.21

Finalmente, Villegas propuso un Frente Nacional que se opusiera a la Revolución en


Marcha. Deslegitimó la candidatura de Eduardo Santos porque, según él, se trataba
simplemente de un nombre que le despejaría el camino al comunismo. Comparó a
Santos con Kerensky, sin el cual, señalaba, no hubiera sido posible Lenin. Reclamó
el apoyo de un sector del electorado liberal: "invitamos a las derechas liberales a
evitarle al país el tormentoso calvario de la revolución española" y predijo que el año
38 "será decisivo en nuestra historia". 25 .

Luego de su visita a Cali, Villegas prosiguió su camino hacia Popayán. El 10 de


enero, el leopardo era esperado en la estación ferroviaria por la dirigencia del
nacionalismo caucano y más de doscientos s i m p a t i z a n t e s del movimiento
provenientes de municipios circunvecinos. Ya en el hotel Lindberg, fue saludado
e f u s i v a m e n t e por G u i l l e r m o Valencia en r e p r e s e n t a c i ó n del Directorio
D e p a r t a m e n t a l Conservador. Esta actitud resultó contraria a la tomada por la
dirigencia conservadora vallecaucana, que criticó la visita de Villegas a Cali,
como ya hemos anotado. El Directorio Conservador de Cauca publicó el siguiente
cartel de bienvenida: "El Directorio Conservador abre complacido de par en par
las p u e r t a s de honor al máximo periodista y al orador insigne. Donde se alce
u n a tribuna vendrá la honra y la gloria si la ocupa Silvio Villegas. Admiración,
gratitud y amistad cubren ahora, como siempre, su derecha" 26 . Instalado ya en
el hotel, los líderes derechistas caucanos Elias Salazar García y César Garrido
saludaron al leopardo. Asimismo, Villegas devolvió atenciones en un corto discurso
en el que elogió a Popayán y al maestro Valencia.

Las actividades de Villegas continuaron en la "ciudad blanca". El 11 de enero, el


leopardo junto a la dirigencia derechista caucana -Víctor Quintero, César Garrido,
César Ayerbe y Marco Álzate Avendaño— fue a Belalcázar, a la hacienda de Guillermo
Valencia, a conversar sobre la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez.
El 12, el Directorio Conservador de Cauca y las masas conservadoras colmaron el
Teatro Municipal para escuchar las conferencias de Hernán Jaramillo Ocampo y
Silvio Villegas. Empezó hablando el primero, quien tocó los temas de la cuestión
agraria, la candidatura presidencial de Ospina Pérez y el movimiento nacionalista.
Posteriormente tomo la palabra Villegas, quien resaltó la unidad táctica a la cual
debía llegar el Partido Conservador y la juventud derechista, para lograr el triunfo
en las elecciones presidenciales: "El poder no se conquista con plegarias sino con
afanes. Si nos declaramos incapaces de conquistar las garantías y de formar un
frente cristiano nuestros hijos serán apenas extranjeros indeseables. Si el
conservatismo se divorcia de las derechas, se suicida"27. En su alocución, el leopardo
criticó las realizaciones de la Revolución en Marcha, especialmente la resolución de
los problemas sociales y el proyecto de divorcio debatido en el Congreso. Para Villegas,
el Partido Conservador era la colectividad sobre la cual se "sostenía la grandeza de
la República" 28 . Sostuvo que las soluciones de la cuestión social no provenían de
Moscú, sino de Cristo y sus enseñanzas bíblicas. En este orden de ideas, "la grandeza
de la República" debía ser salvaguardada por un hombre "austero y noble" que la

24
Es interesante anotar que La Razón reprodujo íntegramente un documento de la Internacional Comunista en que se les daba instrucciones
secretas a los miembros de esta organización para seguir utilizando el régimen liberal para los propósitos de la revolución proletaria.
El estilo en que estaba redactado el documento muestra la dimensión y el carácter de la intromisión y la influencia de la Komintern
en el comunismo criollo. Véase La Razón, enero 2 de 1938, pp. 1, 3 y 11.
27
Ibid, p. 8.
26
La Patria, enero 12 de 1938, p. 1.
2
" Ibid., enero 1 3 de 1 938. p.4.
2
- Ibid.

376 El porvenir del pasado


representara. Este era Mariano Ospina Pérez, cuya candidatura enfrentaría a la de
Eduardo Santos. Expuestos estos puntos, la multitud estalló en júbilo. Según la
fuente consultada, Guillermo Valencia le dijo al leopardo: "¡Gigantesco, bien merece
usted como pedestal al Ruiz!"29. Acto seguido, los oradores y los miembros del Directorio
Conservador salieron hacia el hotel, donde fueron agasajados con una cena. El 13 de
enero, Villegas y Jaramillo Ocampo retornaron a Manizales, deteniéndose en Buga a
presidir una manifestación ospinista.

La correría por las principales ciudades del suroccidente del país le permitió a Villegas
apreciar la aceptación de la candidatura presidencial de Ospina Pérez entre las masas
conservadoras. En sus notas de viaje, Villegas agradeció a los líderes de los comités
ospinistas de Cali y Popayán sus atenciones y señaló satisfactoriamente: "En el
occidente colombiano las masas conservadoras pueden dividirse en diversos grados
de fervor por la candidatura de Mariano Ospina Pérez. Lo que no hay es enemigos
suyos. A pesar del hosco silencio de las directivas el pueblo conservador se asocia
instintivamente a este movimiento, con indomable voluntad de vencer"30.

Más aun, las conferencias le servían como recordatorio al silencioso Directorio Nacional
Conservador para que diera solución a esta cuestión política. Para el 10 de enero se
hablaba del retorno a actividades de la dirigencia conservadora nacional. La prensa
liberal capitalina seguía con particular interés el desenvolvimiento de la candidatura
presidencial de Ospina Pérez y anunció la realización de una convención nacional
conservadora en febrero 31 . En El Colombiano, José Mejía estuvo de acuerdo con la
convocatoria de la convención nacional de su partido, la cual debería legitimar el
clamor de las masas conservadoras de lanzar la candidatura presidencial de Ospina
Pérez. Para su éxito, esta reunión debía contar con la asistencia de delegados
departamentales elegidos democráticamente por los seguidores locales del partido.
Era la única manera de sortear la animadversión surgida en los directorios
departamentales ante la propuesta presidencial de Ospina Pérez, puesto que la
dirigencias conservadoras de doce departamentos —con excepción de los directorios
departamentales de Antioquia y Caldas— se hallaban influenciadas por el Directorio
Nacional presidido por Laureano Gómez32. "Convención Democrática y No Plebiscito
de Directorios", escribió airadamente el periodista antioqueño 33 . Así, la sensibilidad
leoparda recurría a los métodos democráticos y a la opinión pública representada en
las masas conservadoras para protocolizar la candidatura presidencial de Mariano
Ospina Pérez.

Mientras tanto, el ex secretario del conservatismo, Luis Ignacio Andrade, gerente de


El Siglo, señalaba en la mismísima Manizales que el Partido Conservador no iría a
las elecciones con candidato propio y que el único candidatizable, que era Laureano
Gómez, sería lanzado el día en que se tuviera la certeza de su triunfo. El controvertido
agente del laureanismo descalificó las actividades del leopardismo, lo que causó revuelo
en la capital caldense. 34 Esta misma posición era compartida por J u a n Uribe Cualla,
quien calificó de "programa carnavalesco" al "prospecto, la banderas, las escarapelas,
las flores, los himnos". Según él, estas no daban garantías para que el conservatismo
participara en los comicios de mayo. Por el contrario, Uribe Cualla exaltó la labor
adelantada por el Directorio Nacional Conservador en cabeza de Laureano Gómez,
quien predicaba, paradójicamente, una política de "disciplina y unión" dentro del
2
" Ibid.
" Ibid. enero IB de 1938. p, 3.
77
Véase las ediciones de El Espectador. El Tiempo y La Razón posteriores al 9 de enero de 1938,
22
Véase El Colombiano, enero 9 de 1938, p, 5. Estos argumentos fueron profundizados por José Mejía Mejía en las posteriores "Rúbricas"
publicadas el 11 y 12 de enero de 1938,
73
El Colombiano, enero 9 de 1938. p. 5.
"Véase ibid., enero 13 de 1938, p. 6.

El porvenir del pasado 377


partido 35 . Corrían los días del nuevo año y los miembros del Directorio Nacional
Conservador se reunían de manera secreta a discutir el tema de la candidatura
conservadora. Eso sí, los altos mandos de la colectividad proseguían con su táctica de
silencio sepulcral que se prestaba a todo tipo de interpretaciones. El 19 de enero, El
Tiempo señalaba las maniobras oscuras encabezadas por el DNC para desarticular
la candidatura presidencial de Ospina Pérez, aduciendo la conocida falta de
garantías 36 . El 23 y 27, este mismo diario manifestó que el Directorio Nacional había
procedido a regañadientes a apoyar la candidatura presidencial del político
antioqueño 37 . Sin embargo, todo esto eran sólo rumores y no había una confirmación
exacta de la política conservadora ante este tema.

La promoción de la candidatura de Ospina ponía en evidencia la proyección de Silvio


Villegas como personaje de la política nacional. Después de Cali y Popayán, Villegas
estaba programado para cubrir a Ibagué y las ciudades de la Costa Atlántica. Aunque
Álzate Avendaño hizo parte de la primera comitiva, el protagonismo de Villegas terminó
por opacarlo! cuestiones de táctica leoparda.

En el departamento del Tolima, caracterizadamente liberal, las derechas estaban


organizándose. El 30 de enero había tenido lugar una sonada asamblea de la juventud
derechista en las oficinas del semanario El Derecho. La asamblea fue moderada
por el coronel Eugenio Varón Pérez, fundador del Centro Derechista Marco Fidel
Suárez y organizador de las derechas en el departamento. Los asistentes aprobaron
proposiciones de saludo a La Patria, a las directivas de la Acción Nacionalista
Popular, a los leopardos Silvio Villegas y Augusto Ramírez Moreno y al general Amadeo
Rodríguez, y, por supuesto, las derechas tolimenses adhirieron a la candidatura
presidencial de Mariano Ospina Pérez! acordaron impulsar un frente anticomunista
que salvara a la Nación, y criticaron al gobierno de Alfonso López Pumarejo, en
especial las reformas que atentaban contra la familia. Así, el 6 de febrero se dieron
cita en Ibagué Eliseo Arango, Ernesto Martínez Capella, Hernando y Anacreonte
González. De Manizales arribó la plana mayor de los nacionalistas: Joaquín Estrada
Monsalve, Silvio Villegas y Gilberto Álzate Avendaño. Los conferenciantes trazaron
las pautas propagandísticas para la conquista de la región, que incluían periódicos,
radio, carteles murales, avisos en el cinematógrafo, conferencias y manifestaciones
populares. La atención sobre el Tolima hacía parte de la estrategia de fortalecerse en
la región para competirle al DNC, que obviaba la convocatoria de una convención
nacional para escoger el candidato del partido: "Nadie entiende en el Tolima la forma
como pretenden resolver en Bogotá el problema de la candidatura presidencial,
convocando una reunión de servidores y amigos íntimos del doctor Laureano Gómez,
en vez de citar una convención democrática, donde esté ampliamente representada
la orientación de las provincias". 38 Sustentaba Villegas que en la historia de Colom-
bia era tradicional que la opinión fuera de la periferia al centro, pero se lamentaba
que el centralismo hubiera progresado en tal forma que ya no era posible resistir,
sino en los departamentos con cierta orientación autónoma por motivos raciales y
geográficos. Y reiteró lo que ya era uno de los ejes de su discurso:

N o s o t r o s a s p i r a m o s a u n a política p r o v i n c i a n a , que no se m a n e j e d e s d e Bogotá por


correspondencia sino que tenga como principal objetivo la movilización constante de las
multitudes, dentro de un ambiente cordial de comunicación entre el pueblo y los jefes. Nadie

77
El Espectador, enero 11 de 19.38. p. 6.
7B
El Tiempo, enero 19 de 1938, p. 3.
17
Ibid.. enero 23 de 19,38. p. 7; y enero 27 de 1938. p. 3.
74
La Patria, febrero 8 de 1938. p. 3.

378 El porvenir del pasado


sabe todo el poder del contagio que tiene una inmensa muchedumbre reunida, con banderas,
insignias y escarapelas. De esta concentración multitudinaria brota una mística y una extraña
voluntad de poderío. 39

De a h í que se dedicara a d e s t a c a r la cohesión política y d o c t r i n a r i a del


conservatismo tolimense:

En ninguna parte puede realizarse tan fácilmente un movimiento de coordinación entre todas
las fuerzas contrarrevolucionarias, porque todos comulgan en una misma doctrina [...] en
torno del grupo de El Derecho se m u e v e n dos o r g a n i z a c i o n e s e j e m p l a r e s : la F a l a n g e
Nacionalista y el Centro Marco Fidel Suárez, cuyos esfuerzos es preciso unificar. La Falange
está animada por el idioma, la doctrina y la táctica de las derechas. Allí están los hijos de los
nuevos y de los antiguos jefes, el despertar del Tolima en la primacía de sus flores. La Falange
entiende la vida como un sentido de misión. Fundamental para estas agrupaciones juveniles es
completar sus equipos con obreros y campesinos. Esta es la tarea que puede y debe cumplir el
Centro Marco Fidel Suárez, creación de la mente apostólica de Eugenio Varón Pérez, quien se
encuentra hoy empeñado en realizar un censo completo de las fuerzas restauradoras en el
departamento. 4 0

La Razón, que pescaba en río revuelto, que opinaba sobre la política conservadora de
acuerdo con sus intereses, es decir, que halagaba a nacionabstas o a laureanistas según
le conviniera, terció y vaticinó esta vez a favor del espíritu de las políticas de Gómez:

Los viejos políticos conservadores son de parecer que ese partido debe ofrecer su apoyo irrestricto
al señor Santos para la lucha contra el desorden social. Parece que su tesis triunfará, pues el
mismo grupo histórico que tiene muy efectivamente en sus manos la jefatura del conservatismo,
comprende que no sería posible combatir racionalmente a un jefe de Estado que se presenta
con el amplio programa conciliador del señor Santos. A este respecto la actitud del diario El
Siglo es muy tranquilizadora. 4 1

La conquista de la Costa Atlántica.


He venido a la costa de Atlántico, como antes
lo hice a la del Pacífico, con el propósito de
predicar un evangelio nacionalista, cada día
más necesario ante el avance de las fuerzas
internacionales que amenazan destruir
nuestra cultura como Nación y la fisonomía
republicana. No quiero hablar exclusivamente
p a r a los conservadores, sino principalmente
para los liberales, colocándolos ante el dilema
de nuestro tiempo- izquierdas y derechas. Mi
a s p i r a c i ó n es que a l g ú n día l l e g u e m o s a
entendernos en un gran movimiento nacional
que rebase la disciplina y la doctrina de los
partidos políticos en defensa de la nacionalidad
colombiana. 42

74
Ibid
" Ibid.
' La Razón, febrero 6 de 1938. p. 5.
2
La Patria, febrero 19 de 1938, p. 15.

El porvenir del pasado 379


Una agitada agenda tendría Silvio Villegas en su gira por la Costa Atlántica a partir
del 18 de febrero: hablaría en el Teatro Heredia de Cartagena, en la Quinta de San
Pedro Alejandrino de Santa Marta, en el Teatro Cisneros de Barranquilla. Sus
discursos serían transmitidos por Emisora Cartagena y Emisora Atlántico con
retransmisión por la Colombia Broadcasting y Radio Manizales.

La gira de Silvio Villegas por Barranquilla, Cartagena y Santa Marta hacía parte de
la estrategia de organizar conferencias y difundirlas por los medios radiales, además
de publicarlas en su totalidad en la prensa escrita de la sensibilidad leoparda. Las tesis
expuestas en las ciudades de la Costa ya estaban difundidas en el interior del país. Se
trataba, por un lado, de convencer a la opinión política de esa región de las bondades de
la candidatura de Ospina Pérez. Por otro lado, se pretendía coadyuvar a la organización
de las derechas regionales y jalonar al conservatismo costeño hacia el nacionalismo. De
ahí el comentario de Benigno Acosta Polo, jefe redacción de La Patria•'

No es una fiesta de palabras la que lleva el director de este diario. Es un itinerario de futuras
y riesgosas actividades nacionalistas. Va a proponerlo, de m a n e r a especial, a los hombres
nuevos de todos los partidos. A quienes tienen un futuro por delante, de anchura nacional, sin
un pasado estrecho, ensombrecido por el sectarismo. Va a sacudir corazones, a inquietar
inteligencias, a estremecer el árbol canceroso de los prejuicios políticos, para pedir a las últimas
promociones h u m a n a s de Colombia que lo desarraiguen con mano firme [...] En las nuevas
promociones colombianas aspiramos a construir nuestro credo colombianista. Este credo tiene
como finalidad una Colombia bolivariana, cristiana, nacional y corporativa. Los ideales del siglo
pasado cumplieron ya su ciclo histórico. Están realizados y sepultos. Para una empresa de
temerarios empeños, carecen de contenido y de sentido. La ceniza es abono nada aconsejable
para una cosecha de heroísmos y de fervores místicos. 43

Villegas viajaría a la Costa Atlántica con la cabeza grande. El comienzo de año había
estado saturado de trascendentales acontecimientos, el más importante de los cuales
había sido la celebración del Tercer Congreso del Trabajo, reunido en Cali entre el 20 y
el 25 de enero de 1938. Este evento constituyó un éxito para el movimiento comunista
internacional, lo mismo que, por efecto de sus resultados, para el Hberabsmo colombiano,
que prácticamente se quedaba con la dirección de la Confederación Sindical de Colom-
bia. Al mismo tiempo, la Iglesia organizó en Medellín la Segunda Semana Social de
Colombia, cuyo propósito era paliar la influencia del Congreso Obrero de Cali. A la
famosa frase del Manifiesto comunista- "Proletarios de todos los países unios", los
organizadores de la Semana Social propusieron: "Acudid trabajadores de todas las lati-
tudes, unios en un solo corazón y en una sola alma a la sombra bendita de la Cruz de
Jesucristo"." El evento contó con la participación del sacerdote Félix Restrepo, quien
disertó sobre la influencia del comunismo en el país. 45 Reconocía Restrepo que
numéricamente el comunismo valía poco, pero señalaba que "como infección en los
centros obreros es tan grave que en cualquier momento puede llegar a paralizar la
República y a poner en peligro la vida ordenada y la pacífica convivencia de los
ciudadanos".lfi Para sus considerandos anticomunistas, se vaha de la metáfora biológica,
tan usada en el campo de la argumentación científica de la época :

De nada valdría mejorar la situación del obrero, si se deja circular libremente la infección por
medio de la propaganda comunista. Por sano que sea un organismo puede infectarse de un
momento a otro. Así como la higiene obliga a los individuos y a los gobiernos a no permitir la

'• Ibid.. febrero 18 de 1938, p. 3.


47
La Defensa, enero 18 de 1938, p. 8.
47
Revista Javeriana. febrero de 19,38. pp. 3-24.
417
Ibid.. p. 17. Véase también La Patria, febrero 4 de 1938, p. 3.

380 El porvenir del pasado


propagación de las enfermedades contagiosas, así la higiene social impone a todos los ciudadanos
y también al gobierno el deber de impedir las propagandas disolventes y corruptoras. Dejar
envenenar impunemente el organismo nacional es delito de lesa patria. 47

Sostenía Restrepo que la lucha contra el comunismo debía abarcar dos frentes: usar
una acción enérgica contra su propaganda, y velar por el mejoramiento del nivel de
vida de las clases trabajadoras. Le preocupaba al sacerdote jesuíta que la Iglesia
perdiera su influencia sobre los obreros y sobre sus fieles en general. Llamaba la
atención sobre su trabajo en los campos de Cundinamarca y Antioquia a través de
sindicatos agrícolas, sociedades de mutuo auxilio y cooperativas. Por medio de la
creación de una Liga de Justicia Social, una asociación de patronos católicos resuelta
a poner en práctica los postulados de la justicia social, proponía romper el monopolio
que ejercía el Gobierno sobre los obreros de los centros urbanos. Los empresarios que
estuvieran de acuerdo con la iniciativa debían comprometerse a elevar lo suficiente
el nivel de vida de sus obreros, no sólo para cubrir sus necesidades básicas, sino
también para que pudieran formar sus propios capitales que les permitieran atender
la educación de sus hijos y la superación de los imprevistos propios de la vida. Esa
vez, la voz autorizada de Restrepo daba salida real y en la práctica a la Doctrina
Social de la Iglesia: "dar a los obreros participación en las utilidades de las empresas,
no una participación miserable sino digna. Un 20 o un 10 por ciento siquiera de las
utilidades de cada balance anual, repartido entre los obreros, resolvería de un golpe
la multitud de problemas sociales".48 Villegas le siguió la cuerda al padre Restrepo en
editorial que saludaba y desarrollaba los contenidos de su conferencia de la Javeriana :
"Estas ideas hay que proclamarlas oportunamente e inoportunamente en la prensa,
en el pulpito, en plazas, teatros, calles y circos, si aspiramos a contener los avances
del comunismo",49 escribió! y en el mismo estilo de Restrepo, el de la metáfora biológica,
anotó: "Cuando la sociedad tiene suficientes antitoxinas no hay peligro de infección.
Un organismo sano se defiende por sí mismo".50 Bajo la influencia de Restrepo, Villegas
se comprometió con una campaña por la elevación de los salarios campesinos! por
habitación barata, pan, educación, higiene! por un régimen de justicia y armonía
que se opusiera al sindicalismo revolucionario.

De otro lado, los ideólogos de la ANP difundían las bondades de la Falange española
como oposición también al sindicalismo comunista-liberal. Se distinguía entre estos
ideólogos Carlos Ariel Gutiérrez, quien se esmeraba en difundir el programa social
de la Falange que ocultaban sus críticos. Para ello reproducía los veintiséis puntos
originarios del movimiento y destacaba su anticapitalismo y su vocación social: "El
Estado nacional-sindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas
entre los hombres ni asistirá impasible a la dominación de la clase débil por la más
fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto
todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica". 61

Le tocaba a Villegas mediar entre algunos excesos de la derecha nacionalista. Para


el cumplimiento de su estrategia y como líder de la candidatura de Ospina no le
convenía reproducir a pie juntillas las posturas de los dirigentes derechistas. Le
salió al paso a un artículo de Armando Solano, en el que se consideraba el discurso de
Villegas en Cali como el acta de nacimiento del fascismo en Colombia.52 Villegas
demostró estar al tanto de las discusiones en el seno de la Internacional Comunista
17
Revista Javeriana, p. 24.
44
Ibid.. p. 23. Véase también La Patria, febrero 4 de 1938, p, 3.
477
Ibid.
'" Ibid.
77
Ibid., febrero 3 de 1938, p. 5.
72
Véase el editorial de Armando Solano "El fascismo colombiano", en Diario Nacional, febrero 14 de 1938, p. 3,

El porvenir del pasado 381


y de las posturas de Dimitrov en su interior. Por eso declaró, una vez más: "No
somos fascistas, sino nacionalistas. Nuestro movimiento no se inserta en formaciones
internacionales. Cada país tiene un destino que cumplir y su forma de gobierno
depende de ciertas premisas históricas"/' 3 No negaba, sin embargo, la influencia de
los gobiernos autoritarios de Europa occidental. Señalaba que el perfil romano de
Mussolini suscitaba la devoción de su comunidad política por los héroes, a la vez que
confirmaba el concepto que tenían sobre "la influencia determinante de la personalidad
en la historia". 54 Pero, sobre todo, enfatizaba : "Acaso el movimiento que nos sea más
afín es el de la falange española o el integralismo portugués". 56 Era la ratificación de
toda una prédica de más de una década, que los años habían afilado. No era, tampoco,
la primera vez que Villegas confirmaba su credo, pero no desaprovechaba la
oportunidad para repetir con mayor claridad: "En España se enfrentan no dos grupos
políticos, sino dos concepciones de vida. Nosotros estamos con los nacionalistas, que
defienden los valores espirituales de occidente". 56 Para el leopardo, la situación en
Colombia se le parecía a la española, creía estar viviendo la misma guerra civil, sólo
que por otros medios: "A nuestro juicio, la situación del país va haciéndose análoga a
la de la península durante la vigencia del frente popular". 57 No significaba todo lo
anterior que el nacionalismo de la sensibilidad leoparda fuera copia del falangismo o
del fascismo en general. Como aquí se ha visto, hubo y se hacían esfuerzos por darle
al nacionalismo criollo una textura local, y se vivía ese proceso desde los distintos
matices nacionalistas. Por eso, Villegas afirmó:

Nuestro movimiento tiene una raíz bolivariana y católica, no es una importación de tesis
foráneas. En el pensamiento desmesurado de Bolívar cupo la América, con sus problemas y sus
soluciones. La concepción bolivariana del Gobierno es la que más se acerca a las necesidades
nacionales. La doctrina social-católica nos suministra la clave de un orden nuevo, justiciero y
cristiano. 58

En realidad, el integralismo luso y brasileño apenas se colaba con la presencia de


nombres como el de Antonio Ferro. Pero esta vez la polémica con Solano le permitió
a Villegas sacar al baile a un autor desconocido o no mencionado: Joáo Ámeal, de
quien el leopardo cita:

El nacionalismo integral es la doctrina y la mística procesadas por quienes poniendo la Nación


—realidad e idea— por encima de artificiales engranajes políticos, la consideran como un
organismo vivo, permanente, con características propias, con una tradición qué continuar, un
interés constante a qué atender, un futuro solidario qué reconstruir. Implica, por lo tanto, una
concepción orgánica del pueblo, no como un agregado fortuito de individuos, sino como una
unidad religiosa, moral, histórica, geográfica y étnica. 59

P a r a cerrar la polémica, Villegas sentenció: "Nacionalista es el mensaje que


transmitimos a los hombres nuevos de las derechas, destinados a ser la generación
del rescate". 60 Se trataba del último editorial escrito por Villegas en La Patria antes
de viajar a la Costa Atlántica.

Así, el 18 de febrero de 1938, Silvio Villegas partió del aeródromo de Cartago rumbo
a la Costa. Alas cuatro de la tarde aterrizó en Soledad, donde fue recibido como héroe
por los miembros del Directorio Conservador del Atlántico, integrado por los

77
La Patria, febrero 16 de 1938. p. 3.
77
Ibid.
77
Ibid.
77
Ibid.
77
Ibid.
- Ibid.
'" Ibid.
"' Ibid.

382 El porvenir del pasado


laureanistas Nicolás Roca Niz, Abel Carbonell y Evaristo Sourdis. Al recibimiento
también asistieron Carlos Martínez Aparicio, director del diario La Prensa de
Barranquilla, Alfredo Carbonell, Alberto Roncallo, Arturo de Castro, Benjamín Sarta,
Anacreonte González, Aníbal Campo y Otto Flohr. La comitiva se dirigió al hotel El
Prado, donde hospedaron al leopardo, quien recibió allí la visita de viejos conocidos,
como Víctor Dugand. Villegas fue objeto de un homenaje especial en el Club
Barranquilla.

La conferencia de Silvio Villegas en Cartagena.

Mi m a y o r a n h e l o es que se d e r r i b e n l a s
murallas del odio que hoy separan a nuestros
partidos políticos y que oscurecen el futuro.
P o l í t i c a m e n t e a s p i r o a un r é g i m e n de
concordia: económicamente a un régimen de
armonía: social y moralmente a la justicia y el
equilibrio. 01
[...] l a s derechas gobiernan: l a s izquierdas
discuten. Las derechas trabajan en los telares
de ¡a realidad: ¡as izquierdas en el laboratorio
de la quimera. Las derechas construyen: las
izquierdas hacen ruido.6'2

El domingo 20 de febrero, Silvio Villegas se desplazó a Cartagena. El ambiente favorable


a la visita del líder nacionalista se venía preparando de tiempo atrás. Un día antes,
Patria Nueva, órgano de la Falange local al servicio de la ANP, dedicó su edición al
ilustre visitante:

Llega, grávido de pensamientos, para verter desde esta cumbre, gólgota de heroísmo otrora,
ideas de renovación que vienen canalizando un nuevo cauce que roturará el suelo de la patria
desde el Caribe hasta el Amazonas. Ideas, pensamientos, palabras forjadas al rojo-blanco más
puro del nacionalismo que se objetivizan en el enunciado equilátero de autoridad, orden,
libertad y justicia social.63

El semanario de la Falange cartagenera reprodujo apartes de la conferencia de Villegas


en Cali, y promovió la que dictaría en Cartagena: "Gran Conferencia. Mañana a las
5 p. m. en el Teatro Heredia, dictará una magistral conferencia sobre actualidad
política nacional el doctor Silvio Villegas. Se invita al público sin distingos de partidos
para que concurra a dicho acto cultural. Nota : No habrá invitaciones especiales". 64

En horas de la mañana, la comitiva de líderes conservadores cartageneros, uniformada


con camisas azules, se dirigió hacia el aeródromo de la ciudad en completa algarabía
a recibir a Silvio Villegas. El leopardo fue acogido con el ritual de la simbología
fascista: calle de honor y saludo con el brazo en alto. El ilustre visitante fue llevado
al hotel América, donde mantuvo reuniones con destacados dirigentes conservadores
77
Apartes de la conferencia de Silvio Villegas en Cartagena. Véase ibid.. febrero 21 de 1938, p. 8.
72
Ibid.
7777
Patria Nueva aparece con un eslogan en la parte superior, que dice "Semanario anticomunista"' y un subtítulo después del nombre 7
'"Órgano de la Falange". En el extremo superior derecho se lee7 "Repudiamos el sistema capitalista que se desentiende de las
necesidades populares y aglomera a los trabajadores en masas informes propicias a la miseria y a la desesperación. José Antonio".
Véase Patria Nueva, febrero 19 de 1938. p. 1. El semanario había comenzado a circular el 10 de diciembre de 1937. Estaba dirigido por
Marco García B. y administrado por Alfonso Amado y Claros. Una de sus secciones, "La Página de La Falange", reproducía textos de
los ideólogos del falangismo español.
64
Ibid. El semanario traía en sus ediciones un aviso clasificado que rezaba 7 "¡Falangistas! Ya están a la venta los botones-insignias de
la Falange colombiana (Acción Nacionalista Popular), especiales para la solapa. Para la adquisición entenderse con el administrador
de este semanario. Calle de la Moneda, N° 57. Tel. 27-58".

El porvenir del pasado 383


bolivarenses. Hacia el medio día se le ofreció un almuerzo en el Club La Popa, que
contó con la asistencia de miembros de la alta sociedad. En la tarde se encontró con
la muchedumbre que le esperaba en el Teatro Heredia. Hizo gala de su vocación
literaria para referirse a la ciudad: "Vengo por segunda vez a Cartagena como si
viniera a una cita de amor, y sé que abandonaré nuevamente sus murallas como las
olas que se alejan gimiendo". 65 Rodeado de laureanistas, en esa ocasión Villegas fue
cauto. El discurso se desarrolló en el mismo diseño de los anteriores. Agregaba cada
vez nuevas metáforas y metonimias, uno que otro elemento nuevo al análisis, que
hacía que su pensamiento fluyera más diáfano:

La única consecuencia que ha tenido la abstención conservadora en Colombia ha sido permitir


la consolidación rápida del régimen liberal. La renuncia a intervenir en la política no nos libra
nunca de los resultados. La Constitución y las leyes firmadas por el Parlamento homogéneo
tenemos que cumplirlas, como si se hubieran elaborado con nuestro concurso. Cuando no se
tiene valor para ser martillo hay que resignarse a ser yunque. Las fuerzas conservadoras en el
país están padeciendo la historia porque les ha faltado fe para crearla. 66

Amplio espacio dedicó Villegas al comunismo. Lo presentó de tal manera que puso al
auditorio en el dilema de alinearse entre la izquierda y la derecha a costa de sacrificar
las antiguas militancias liberal y conservadora. La candidatura de Ospina sintetizaba
ese proceso:

En torno a esta candidatura se ha organizado un movimiento nacionalista llamado a rebasar la


disciplina de los partidos tradicionales y a preparar, de manera efectiva, la contrarrevolución
del orden. En nuestro tiempo la lucha por el poder se desplaza del plano político al plano social.
No es posible plantear y resolver los problemas de hoy, con los prejuicios de ayer. La guardarropía
política del siglo XIX ha pasado a los museos. En el tremendo drama que se desarrolla en todos
los continentes no actúan en el escenario sino comunistas y nacionalistas, izquierdas y derechas.
Todo el que ocupa una posición intermedia es un agente de caos. Es un delito contra el porvenir
de Colombia seguir sosteniendo la querella artificial de los partidos, desguarneciendo las fronteras
de la nacionalidad, para que avancen sin obstáculo las patrullas de asalto de Moscú.67

Eran posturas extraídas de las columnas que en su propio periódico escribían los
líderes de la derecha y que el leopardo compartía e intertextuaba. Vivía por entonces
el país una abierta confrontación entre izquierda y derecha. En Cali se había realizado
un congreso sindical que asustó a los nacionalistas que se volcaron a escribir sobre
las bondades de la Falange española:

En Cali —apuntaba Rafael Lema Echeverri— las chusmas comunistas irrumpieron en el


Estadio de San Fernando a gritos de 'abajo el fachismo' y aprobaron una moción de solidaridad
con los verdugos de Barcelona y Valencia. Pero esta gente ignora qué es el fascismo y no el
capitalismo voraz y soviético o las alucinaciones judías del frente popular francés, en donde el
proletariado ha encontrado un estilo más audaz y directo de la justicia social.68

Se trataba de la realización del Tercer Congreso del Trabajo, que había sido importante
tanto en sus formas como en sus contenidos. Había contado con una amplia
participación internacional, tuvo un carácter antifranquista y antifascista y, gracias
a la influencia del Partido Comunista en él, los liberales se alzaron con los principales
cargos directivos. La suerte del comunismo colombiano se ató al liberalismo. 69 Esta

66
La Patria, febrero 21 de 1938. p. 1
7777
Ibid.. p. 2.
777
Ibid.
7777
Ibid., febrero 5 de 1938. p, 5.
677
Véase ampliamente Medina. Medófilo, Historia del Partido Comunista.... p. 326 y ss.

384 El porvenir del pasado


polémica estrategia comunista fue aprovechada por el nacionalismo conservador para
caerle al liberalismo. 'Rubayata', como en el caso de la manifestación del primero de
mayo de 1936, encontró tema para continuar su ironía:

Poetastros, intelectualoides, generales, veteranos de los Mil Días, escribidores y toda la plana
mayor, la élite de aquel ex partido político h a n sido vencidos por unos cuantos t r u h a n e s
encabezados por la vivacidad intelectual de Gerardo Molina, Diego Luis Córdoba, Gilberto
Vieira, Armando Solano y Ángel María Carrascal. Toda la truhanería organizada por el presidente
López el primero de mayo de 1936 —emboladores, alhamíes, zapateros remendones, maritornes,
barrenderos y demás mesnadas de inconscientes elementos de los explotadores comunistas—
se adentró en el Congreso Sindical de Cali para proclamar la urgencia de la dictadura del
proletariado que en forma disimulada, se ha venido imponiendo. 70

Ironía de tinte excluyente y aristocrático que se mezclaba con posturas como la


siguiente, que aparentaba ser verdadera: "Tenemos dos estados: el liberal, que es de
acto, y el comunista, que está en potencia y que para su verdadero florecimiento no
espera sino el golpe alevoso de Alfonso López, despedazando leyes y la constitución
para instaurar la dictadura del proletariado". 71

La memoria del espectáculo del Tercer Congreso estaba presente en el discurso de


Villegas. Por eso desvirtuó el mito de la de Santos como una candidatura de
centroderecha:

[...] el liberalismo sigue, sin quererlo, un candidato presidencial que tiene el alma candorosa de
Francisco de Asís cuando se propuso domesticar al lobo de Gubia. Al doctor Eduardo Santos lo
llevarán al Palacio de la Carrera únicamente para que le guarde el puesto a su sucesor. La
Presidencia de la República será un ejemplo vacante en el próximo cuatrienio [...] En torno
suyo no existe ningún fervor de muchedumbres. Puede garantizarse que no alcanzará en las
elecciones de mayo más de trescientos mil votos. El doctor Santos es el Miguel Abadía Méndez
del Partido Liberal. 72

De esta manera, Villegas llamó a participar en las elecciones como la única medida
para oponerse a la República Liberal. Su convocatoria abarcaba esta vez a los liberales,
a quienes consideraba traicionados por el lopismo : "El régimen está importando
mercancía soviética con etiqueta liberal. Yo denuncio este contrabando en grande
escala, para que se vigilen de ahora en adelante las aduanas", 73 dijo. Reiteró y
profundizó en los paradigmas nacionalistas de la época, de los cuales tomaba sus
modelos. Puso como ejemplo lo que Mussobni y Hitler habían hecho en pro del progreso
de sus naciones después de siglos de atraso. Refiriéndose al primero, dijo:

Su obra realiza el milagro de acelerar el proceso histórico, recuperando en quince años lo que
Italia había perdido en veinte siglos [...] A la voz imperial de Mussolini tiemblan las potencias
desdeñosas que la humillaron, desde la Francia senecente hasta la orgullosa Inglaterra. Su
figura se hombrea con la del propio Julio César, sobrepuja a Napoleón, se destaca con la
majestad cimera de un monolito en la soledad de su siglo.' 4

De Hitler anotó, entre otras cosas:

Su obra verdaderamente monumental fue evitar que Alemania cayera en poder del comunismo.
Ninguna nación más amenazada que esta. Sin la energía dominadora de Hitler, Europa estaría

7,1
La Patria, febrero 8 de 1938, p. 3.
77
Ibid.
77
Ibid., febrero 21 de 1938. p, 2.
77
Ibid.
77
Ibid.. p. 5.

El porvenir del pasado 385


hoy gobernada desde Moscú por el puño sangriento de Stalin. Su voz tiene la potencia de los
antiguos mitos : es el héroe, el animal nacido para dominar, el superhombre que después de
volver trizas la hermosa corona de mil flores de la libertad dobla en torno de su cabeza el rígido
laurel. 75

Pero más que esta influencia, Villegas acude a la del proceso español, que considera
incalculable por razones de tradición y de cultura:

Todo nos une a la península: la lengua, la raza, la religión, la historia, el culto perenne del ideal.
La ruta restauradora del general Franco prolonga el viaje de Colón y la travesía de los misioneros
[...] La ciclópea lucha iniciada desde un peñón colérico de Marruecos, compromete todos los
valores humanos que fundan el orden y m a n t i e n e n u n a disciplina intelectual y moral: e l
respeto religioso de la familia, de la tradición, de la propiedad, condiciones elementales de
prosperidad cívica en el espacio y en el tiempo. 76

Villegas habló con detalle de los exabruptos, de los excesos del frente popular español
que, según afirmaba, habían superado los de las revoluciones Francesa y Rusa. Se
apoyó en declaraciones de Goebbels para señalar los estragos de la peste comunista en
la familia y el matrimonio: "vilipendio de la esposa, socialización de la mujer, martirio
del niño, son los principios que rigen sus actos".77 Aportó cifras y fue patético: "Se le
hiela a uno la sangre al tener que recorrer ese infierno de martirio y de dolor. Ya no son
hombres quienes conciben y realizan esto. Quizás sean demonios desencadenados en el
mundo por un destino inexplicable y misterioso."78 Y les advertía a los cartageneros y a
los colombianos en general: "Este es el aciago provenir que le está reservado a nuestra
amada Colombia si no frenamos oportunamente la revolución, si bberales y conservadores
no forman un frente nacional contra la barbarie cosmopolita".79 Villegas recurrió a las
cruzadas, explicó sus contenidos, dijo que por primera vez en la historia del mundo se
había luchado no por odios de frontera, sino por la fe y por las ideas. Que se había
tratado de un frente unido de Europa contra Asia :

En España luchan hoy franceses, alemanes, españoles, rusos, americanos, sin distinción de
fronteras, por el triunfo de determinados principios políticos: la cultura contra la barbarie, la
propiedad privada contra el colectivismo, la familia cristiana contra el amor libre de los milicianos,
el orden contra el colectivismo, la familia contra la anarquía. Cristo contra Lenin. Los pueblos
que tienen gobiernos de derechas se sienten hoy unificados, así tengan intereses nacionales
en pugna [...] La humanidad vuelve de tiempo en tiempo a sus fuentes espirituales. Del triunfo
de las derechas españolas depende en gran parte el porvenir de la humanidad. En los antiguos
dominios de los Reyes Católicos, desde Cartagena hasta el golfo de Magallanes, se advierte un
anhelo de integración nacionalista. Al rememorar la gesta de los nuevos cruzados parece que
pasara sobre las multitudes un hálito de primavera. 80

Silvio Villegas en Santa Marta.


La culminación del proceso de búsqueda del héroe.

Es preciso realizar un esfuerzo colectivo para


suscitar n u e v a m e n t e el culto de los héroes,
luchando p o r el predominio de los ideales
extraterrestres que animaron a los adalides
de la guerra emancipadora [...] El héroe no es

'•'• Ibid.
76
Ibid.
77
Ibid.
777
Ibid.
78
7bid,
'" Ibid., pp. o y 8.

386 El porvenir del pasado


la imagen de bronce que decora las plazas
públicas, ni ¡a biografía que se lee en las
escuelas o en las universidades. Los héroes
son más que todo ¡os antepasados imposibles
de superar, que nos animan constantemente a
realizar grandes obras. El deseo de imitarlos y
de igualarlos, de cumplir hazañas semejantes
a las suyas, la p e r m a n e n t e exaltación de la
gloria, es la verdadera herencia que dejan sus
ilustres hechos. Quien marcha sobre la pista
de Bolívar es su propio Libertador.111

El 23 de febrero de 1938, Silvio Villegas fue recibido en Santa Marta por dirigentes
conservadores y derechistas, que lo acompañaron hasta la Quinta de San Pedro
Alejandrino. Allí estaba programada su intervención. El evento se hallaba colmado
de hondos significados. El leopardo hablaría del personaje más importante para los
sueños de su propia sensibilidad política e ideológica. Lo hacía en la casa que fuera la
última morada de Bolívar, el héroe, el modelo que le permitía a la derecha la
legitimación de todo su pensamiento, el mismo en cuyas ideas se escudaban los
idearios criollos y extranjeros del nuevo nacionalismo.

La ceremonia constituía el punto máximo del proceso a través del cual los nacionalistas
habían buscado una identidad heroica nacional más allá de los héroes con los cuales
se identificaban los dos partidos tradicionales. Aunque peleaban por la herencia
bolivariana desde los conservadores hasta los comunistas, los nacionalistas insistirán
en hacer parecer el ideario bolivariano al suyo. Lo importante era que el personaje
estaba aferrado positivamente a la conciencia de todos los colombianos. Hablar de
Bolívar significaba llegar a un destinatario total. Pero había algo más : desde el
amplio ideario de Bolívar era posible verter la ideología nacionalista acusada de
extranjera y poco original.

Villegas llamó a elaborar una mitología heroica para proponérsela a los colombianos
en tiempos de la República Liberal, cuando supuestamente estaba en decadencia el
culto a los héroes de la independencia. Para el leopardo era necesario rescatar el
amor al pasado. Para él, una mitología heroica, glorias y alegrías comunes constituían
el capital sobre el cual se fundaba una nación. Se apoyaba en Renán, pero, ante todo,
acudió a su admirado Gustave Le Bon: "Un pueblo donde se debilita la idea mística
de patria desaparecerá de la historia sin tener tiempo siquiera para recorrer las
etapas de su decadencia".82 Villegas estuvo solemne: 'Vengo a este gigantesco estuario
de la gloria a pedir inspiración y consejo",83 dijo. No escatimó superlativos: jefe,
dominador, superhombre, Dios de los Andes, genio libertador de América, semidiós
extraviado en un mundo de pigmeos. Justificando sus posturas desde los idearios de
Bolívar, le adjudicó al Libertador una voluntad cesárea y un temperamento imperial.
Entonces Villegas se mostraba partidario del cesarismo. Convencido de que la historia
era producto de algunos hombres providenciales, no citaba a Laureano Vallenilla,
sino a Eduardo Laboulaye, el jurisconsulto, político y escritor francés, cuya obra
estaba ampliamente difundida en América Latina:
777
De la conferencia de Silvio Villegas en Santa Marta, Ibid.. febrero 24 de 1938. p. 8.
47
Ibid.
4
Ibid.. p. 1.

El porvenir del pasado 387


El César es siempre el representante y el regulador de la soberanía popular. Él es la democracia
personificada, la Nación hecha hombre. En él se sintetizan estos dos conceptos al parecer
contradictorios: democracia y autocracia. Hitler y Mussolini r e p r e s e n t a n una congregada
voluntad de poderío. Los parlamentos políticos, enfermos de indecisión, son simples academias
de gastrónomos ociosos.84

Resaltaba igualmente el hecho de no haber querido Bolívar ejercer el mando desde


una constitución o estatuto jurídico alguno, sino a partir de plebiscitos en torno a su
propio nombre. Así, Bolívar era un autócrata que ambicionaba un poder absoluto, y
tenía la convicción profunda de que los pueblos de América no podían ser gobernados
sino con el puño de acero. Villegas destacó, también, la personalidad autoritaria de
Bolívar, y subrayó, además: "tenía la moral egregia de los felinos y no la ética
pusilánime del rebaño. Era del linaje épico de Alejandro, de César, de Napoleón, de
Federico de Prusia". 85 Y en esa propuesta, Villegas llamó la atención sobre el panteón
que lo iluminaba: "A Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes, Ospina, temperamentos
cesáreos, les debe Colombia su firme arquitectura histórica: los demás han sido
simples decoradores del grandioso edificio que ellos levantaron". 86

Y era a partir de esa personalidad fuerte y autócrata que se configura el Bolívar


republicano que Villegas anhela rescatar. Un Bolívar que sin perder las matrices de
su pensamiento otorgaba considerables derechos sociales al pueblo sin acercarse ni a
la anarquía ni a la tiranía. Afirmaba Villegas:

Bolívar sabía que en verdad, el gobierno representativo no podía establecerse aquí, que la
democracia en cualquier forma concebida era utópica, que la mentira constitucional traería
nuevos elementos de descomposición como todas las teorías inaplicables, y precipitaría a nuestros
pueblos en la guerra civil tras banderas de ilusión o bajo la dictadura sin freno de los caudillos. 87

Curiosamente, Villegas no rescató al Bolívar guerrero como habría de esperarse,


sino al Bolívar estadista, legislador, académico, sociólogo. El proyecto político de
Bolívar como cantera de inspiración para el momento que vivía Colombia era lo que
interesaba al leopardo. Su objetivo consistía en mostrar cuan distante del ideario
bolivariano se encontraba la República Liberal. Por eso, se detuvo explicando cada
uno de los componentes de la concepción que del poder tenía el Libertador. Le enco-
mia su devoción por la libertad civil en desmedro de la libertad política y su esfuerzo
por mantener la independencia del poder judicial. De ahí que anotara:

Hoy sí que tenemos que volver a este ideal bolivariano. La única reforma que no han querido
hacer nuestros legisladores es la que establece la independencia y la inmovilidad de los jueces.
En todas partes se adivina una administración venal y corruptora, los jefes políticos nombran
los jueces por conducto de sus diputados, y al propio tiempo litigan ante ellos. Hoy se venden
sentencias como artículos viles en la feria.88

Para entonces ya existían lecturas de la obra de Bolívar desde el liberalismo y desde


la izquierda, a lo que el leopardo respondió airado:

La parcialidad política y una historia escrita conforme a ciertas ilusiones jacobinas, ha querido
presentarnos al Libertador como un girondino de la democracia, un paladín del liberalismo
anárquico [...] Cabezas estériles y menudas han querido convertir a los parricidas de la noche

747
Ibid. p. 3.
43
Ibid.
<* Ibid.
•' Ibid.
" Ibid.

388 El porvenir del pasado


de septiembre en precursores de la democracia colombiana, tan sólo porque no comprendieron
bien cuan importante es que la naturaleza del más fuerte, la más rica, la más noble disponga de
la plenitud del poder.89

Villegas llamaba democracia orgánica al sistema político que propuso Bolívar, e


inorgánica a los sistemas que planteaban el liberalismo y las izquierdas. Es decir, lo
orgánico estaba constituido por una mezcla de democracia y autocracia que conservara
lo original, lo históricamente constituido. Por eso, enfatizó en la importancia de la
tradición de los pueblos, que comprendía la religión, el idioma, la familia, la sociedad,
y en la elaboración de las leyes y las constituciones políticas. Para él, la importación
de constituciones, que databa de comienzos de la vida republicana, afectaba el
desarrollo histórico de la Nación. La reforma constitucional de 1936 era muestra
palpable de esta amenaza. Por ello, Villegas dijo de Bolívar que los textos legales que
había redactado se adaptaban al medio geográfico, a la tradición jurídica, a la entraña
racial, al momento histórico concreto. Y agregaba:

Un país tiene sus leyes históricas inexorables: descifrarlas es la empresa del verdadero hombre
de Estado. Cuando a un pueblo se le impone una constitución fuera de ellas, viene fatalmente
una serie de perturbaciones y de guerras civiles que producen el caos [...] La constitución de un
país no está en los textos escritos por los legisladores. Ninguna nación puede darse jurídicamente
instituciones que no existen como realidades sociales [...] La verdadera constitución de un
pueblo sería la organización social y económica que perdurarán el día en que fueran destruidas
por incendio todas las leyes escritas. En Colombia, ejército, propiedad privada, burguesía,
organización bancaria, armonía entre la Iglesia y los ciudadanos, departamentos, municipios.
El legislador tiene que escribir lo que es, antes de lo que debe ser. El matrimonio civil puede
publicarse en nuestras leyes, pero la sociedad no aceptara sino el matrimonio eclesiástico: si el
Estado decreta la enseñanza laica continuará en los hogares la educación religiosa. 90

Así, lo inorgánico lo constituía la copia, la herencia de las revoluciones burguesas


europeas aplicada a la realidad colombiana, el sistema parlamentario que daba el
poder absoluto al número, a las masas, y no a las minorías selectas y a los líderes
preparados para las tareas políticas.

Villegas, a su manera, interpretó la concepción que de la federación continental


tenía Bolívar. Al Libertador le adjudicó la paternidad de su nacionalismo, que es
presentado, esta vez, con las características de un nacionalismo continental en el
que Colombia debería tener la dirección espiritual "porque desde los orígenes de la
independencia hasta hoy nuestros diplomáticos, nuestros guerreros, nuestros
pensadores les dieron unanimidad moral a estas patrias dispersas". 91 Su propuesta
se parecía a la bolivariana en el hecho de excluir a los Estados Unidos: "Del norte no
podrá venirnos sino la invasión conquistadora, la aciaga influencia de ideas hostiles
a nuestro medio histórico. El sur nos dará la plena soberanía espiritual y económica".9-
Y volvía sobre la prédica de Rodó: "Nuestra cultura potencial, amenazada por el
imperialismo sajón, necesita u n pensamiento unificado para defenderse". 93 Para la
realización de este presupuesto, o hazaña, como la denominaba Villegas, proponía la
presencia de políticos idealistas con dimensión de futuro en la dirección del Estado.
Siguiendo la línea del pensamiento bobvariano, el leopardo estimaba que al continente
había que infundirle un concepto de superioridad racial "El nuevo mundo que combina
todos los climas, todas las razas y todas las culturas es el crisol donde ha de fundirse

"4 Ibid.
741
Ibid.. p. 8.
777
Ibid.. p. 3.
2
" Ibid.
" Ibid.

El porvenir del pasado 389


la humanidad del porvenir. Aquí se ha cumplido el primer ensayo de mestizaje
acelerado y completo. En la Amazonia de Humboldt y de Constantin se ha ido formando
la raza planetaria, ajena a los egoísmos raciales, con un sentido inédito de la vida".94
Adosé Vasconcelos, contradictor de la sensibilidad leoparda en la década anterior,
acude esta vez Villegas para argumentar a favor de su postura:

Dentro de la Amazonia hay todos los recursos que la tierra y el agua y el sol pueden procrear.
La última era del progreso h u m a n o podría desde hoy denominarse periodo amazónico. Se
caracterizará por el concierto de la mayor suma de elementos naturales con el desarrollo de
las máximas capacidades de la mente y de la técnica. Una vez consumada esta proeza mágica,
que ya n u e s t r a ciencia v i s l u m b r a como perfectamente factible, el dominio del resto del
planeta será cosa resuelta. 9 5

Finalmente, en trance patético, Villegas convirtió su peroración en una oración


dedicada al héroe redimido. Oración-juramento que rezaba:
Postrados al pie de tu santuario venimos, tus fieles discípulos, ¡oh Padre y Señor Nuestro! a
pediros fe en nuestras empresas: desinterés en nuestras obras; fortaleza en las derrotas; fiera
y heroica voluntad de dominio. Al ofrecer nuestra vida en oblación a tu gloria, te pedimos paz,
honor, justicia para todos los colombianos. No permitas nunca que las fronteras de la patria
sean holladas; castiga a los herejes que reniegan de tu doctrina; protege y a m p a r a a esta
Nación sin ventura. Con la anarquía no pactaremos sino debajo del escudo. Así lo juran y lo
imploran tus hijos por la cruz de tu espada. 96

Posteriormente, el leopardo retornó a Barranquilla. Sus conferencias tuvieron una


perlocución considerable. Esta vez sus posturas no fueron de buen recibo en la prensa
liberal por su carácter, definitivamente contrario a sus intereses. El Tiempo escribió:
El director de La Patria, violando el ofrecimiento que había hecho a la junta organizadora de
su gira por la Costa Atlántica, explotó el sentimiento patriótico del pueblo samario. Atacó al
Gobierno, a la democracia e hizo elogios de los gobiernos militares absolutos, militares fascistas.
Manifestó que "venía predicando un nuevo evangelio para la creación de un partido nacional".
La concurrencia liberal que por curiosidad lo estaba escuchando observó un gran silencio ante
las frases injustas que pronunció el doctor Villegas contra el P a r t i d o Liberal y luego la
proclamación de los gobiernos fuertes, similares al de Alemania, como la única manera de
gobernar a los pueblos. 97

En el mismo sentido opinó La Razón-' "Sin dejar de reconocer el valor de la pieza


leída por el señor Villegas, en ella se puede notar su gran inclinación hacia las
teorías políticas que vienen sosteniendo en Europa los mandatarios de Alemania e
Italia, ya que según él los 'pueblos de esta índole necesitan de gobiernos fuertes
según la misma expresión del libertador Bolívar' ".98

La conferencia de Silvio Villegas en Barranquilla:


"el gran programa social para todas las clases".

Lo único que p u e d e h a c e r i n e v i t a b l e en
Colombia una dictadura es el comunismo. La
cirugía es un crimen si trabaja en organismos
sanos! cuando se p r e s e n t a la g a n g r e n a no
<" Ibid.
"•' Ibid.
"' Ibid.. p. 8.
"7 El Tiempo, febrero 25 de 1938, p. 6,
" La Razón, febrero 24 de 1938. p. 6,

390 El porvenir del pasado


existe ya otra solución posible. La República
de Colombia no será nunca una colonia rusa.
Liberales, conservadores, derechistas, estarán
unidos en el momento decisivo p a r a luchar
hasta la muerte contra la barbarie asiática. El
escudo que nos legaron los proceres no será
borrado nunca de la bandera nacional para
reemplazarlo por la hoz y el martillo, símbolos
de una nueva esclavitud."

El viernes 25 de febrero de 1938, en el Casino Barranquilla, Silvio Villegas pronunció


la última de las conferencias programadas para su gira por la Costa. El leopardo
había permanecido en la hacienda de Anacreonte González, en la localidad de Ciénaga,
donde intervino en la Casa Conservadora. En Barranquilla, la Emisora Atlántico
cubrió el evento, que abordó con intensidad la amenaza comunista, "el problema de
nuestro tiempo [...] la epopeya del odio, concebida por un judío sin patria para destruir
la civilización de Occidente",100 según el leopardo.

La conferencia de Santa Marta había sido un paréntesis. La de Barranquilla retomaba


los problemas planteados en Cartagena. Por ende, después de cantarle a Barranquilla,
la ciudad "engendrada en los delirios del mar bajo una palmera pensativa", 101 empezó
reiterando y ahondando sobre la crisis de los partidos políticos. Trajo a colación una
frase de Caro en el sentido de que en Colombia no existían partidos políticos, sino
odios heredados, y agregó:

Hoy el programa de nuestras colectividades históricas está ya realizado o superado. Los grandes
temas que nos dividieron en el pasado: centralismo y federalismo, república plebiscitaria o
parlamentaria, libertad y autoridad, relaciones entre la Iglesia y el Estado, encontraron ya una
solución nacional o están para recibirla. Liberales y conservadores adelantaron una lucha a
muerte por mitos fenecidos, mientras el comunismo y las izquierdas avanzan tumultuosamente
en la sombra, sin obstáculo [...] Hay que tener el valor de contemplar el problema de nuestro
tiempo frente a frente. Lo cierto es que toda n u e s t r a cultura —propiedad, personalidad,
jerarquía, arte, religión, patria, refinamiento, amor a lo bello, a lo verdadero y a lo bueno— está
amenazada por u n a nueva forma de barbarie, más oscura, más oprobiosa, más abominable,
que la antigua [...] La lucha está ya claramente planteada entre izquierdas y derechas, entre
nacionalistas y comunistas, entre el materialismo dialéctico y la concepción espiritualista de la
historia y de la vida. Toda actitud intermedia favorece la anarquía y estimula la revolución. La
amplitud de los peligros que nos amenazan exige en nuestro tiempo la plena definición de los
espíritus. La crisis es tan trágica y tan decisiva que los propios muertos se alzan de sus tumbas
para combatir: ahora mismo estamos viendo los fantasmas de Carlos Marx y del Cid Campeador
l e v a n t a n d o ejércitos en la p e n í n s u l a española con u n furor comparable al de la llama.
Desgraciados los que no se decidan en esta hora de prueba. 102

Para Villegas, la conformación de un movimiento nacional por encima de los partidos


políticos sería la solución frente al comunismo. Era ese el sentido de la candidatura
de Mariano Ospina Pérez, que justificó con palabras suyas y las de sus camaradas
que compartían igual concepción. Villegas señaló la necesidad de instaurar una política
de contrarrevolución del orden que combatiera a los marxistas dentro de la Nación.
Reasumía el impacto del Congreso Obrero de Cali y usaba los textos de quienes se
7777
De la conferencia de Silvio Villegas en Barranquilla. La Patria, febrero 26 de 1938, p. 8.
71,77
Ibid., p. 8.
7147
Ibid., p.l
7774
Ibid.. p. 7.

El porvenir del pasado 391


habían expresado al respecto. Retomó el sentido de las intervenciones del padre José
Félix Restrepo:
El comunismo no vale nada entre nosotros si vamos a medirlo por la cantidad de sus adherentes.
Pero, en cambio, sus ideas y sus jefes se han apoderado de las masas obreras. La lucha de clases
esta p l a n t e a d a y los milicianos se p r e p a r a n en la sombra. Ante m u c h e d u m b r e s obreras,
poderosamente organizadas, con una conciencia de clase cada día más definida, sólo existe un
Estado impotente y una jerarquía industrial, dispersa y caótica, sin un programa unificado y
sin un sentimiento colectivo de defensa. Yo he propuesto la contrarrevolución del orden. Pero
industriales, propietarios, comerciantes, campesinos, permanecen indiferentes, mientras la
intrépida minoría comunista despeja los caminos para una sombría dictadura, convirtiendo a
Colombia en una abominable factoría rusa. Esta sociedad abyecta no reacciona. Está leprosa.
Dios la ha castigado con una absoluta insensibilidad ante el peligro. 103

Villegas postuló de nuevo el corporativismo como salida a la crisis de los partidos y al


modelo de la República Liberal que cedía ante la presión del comunismo. Habló
también de oponer la armonía de clases a la lucha de clases. A los partidos
internacionales enfrentó una firme noción de patria histórica. Estimó que el
sindicalismo político tendía a sojuzgar, esclavizar y reemplazar al Estado, al punto
de poner la situación frente al siguiente dilema: "o el poder público se resuelve a
dominar, por medio de una estricta disciplina jurídica, o el sindicalismo revolucionario
llegará a destruir al Estado". 104

La intervención anticomunista de Villegas recogía el espectro general del anticomunismo


que se difundía en Colombia. Lo que más le atraía de los regímenes totalitarios de
derecha y de sus líderes era, más allá del todavía no suficientemente explicado
corporativismo, su lucha y su éxito contra el avance del comunismo en Europa:
Sin la intervención quirúrgica de Mussolini, Italia no estaría gobernando hoy desde el Palacio
de Venecia en Roma sino desde las cúpulas del Kremlin. El gran mérito del Führer es haber
levantado ante el asalto del bolcheviquismo a las fronteras orientales alemanas, un firme
baluarte, convirtiéndose con esto, en un verdadero caudillo moral de la Europa consciente en
sus luchas decisivas contra las fuerzas subversivas de la destrucción y de la anarquía. Como un
caballero andante del ideal, como el caballero sin miedo y sin tacha ha enarbolado con potente
diestra la bandera de la cultura. La humanidad y la civilización, y, con digna apostura, la
enfrenta con el amenazador ataque de la revolución mundial. 100

Era esta la razón que evocaba Villegas para que el país, sobre todo el liberal, mirara
con otros ojos el liderazgo del fascismo italiano y del nazismo alemán. Y no sólo al
liderazgo: "En los movimientos de derechas de Europa hay fermentos de vida que
pueden y deben ser aprovechados en todos los continentes para adelantar la lucha
mundial contra el comunismo. A España no la salvó la elocuencia desbordante de Gil
Robles sino la espada de Francisco Franco, fulgurante como la del Arcángel". 106

La sociedad corporativa, el Estado nacional o el nacionalismo propiamente dicho,


que imaginaba Villegas, se presentaban como alternativa también al capitalismo
contra el cual creía estar luchando y contra el cual creía también que luchaban los
fascismos europeos. Ambos, comunismo y capitalismo, eran presentados como
materialistas y paganos. Por capitalista entendía un régimen plutocrático y obgárquico
que esclavizaba al trabajador al convertirlo en simple rodaje de la producción

717:7
Ibid.
'"' Ibid.
"•: Ibid.
'"' Ibid.. p. 8.

392 El porvenir del pasado


económica, con lo que provocaba la lucha de clases. Un régimen que se replegaba y
cedía ante la acción comunista. En cambio, su propuesta, la corporativa, era la
sustitución del modelo liberal a través del cual se expresaba el capitalismo. En aquel
habría más higiene, más bienestar, más educación para las clases desvalidas. Un
componente central en el corporativismo de Villegas lo constituía la religión católica:
"En el evangelio está el germen fecundo de todas las reivindicaciones proletarias. El
Sinaí, el Calvario, el Vaticano han marcado siempre rutas de salud en la tormentosa
odisea de la humanidad. Liberalismo, izquierdismo, socialismo, son nombres diversos
de un error transitorio. Su apogeo se extingue con la momentánea locura que les ha
dado origen".107 Pero ocupaba un lugar destacado en ese corporativismo criollo la
propuesta que hacía Villegas de establecer en Colombia una república autoritaria
que adecuara a ese modelo la experiencia gubernativa de Bolívar, Mosquera, Núñez,
Reyes y Pedro Nel Ospina, que se combinaría con contenidos de reivindicación social
para labriegos, obreros, empleados públicos, propietarios e industriales; que, dicho
sea de paso, constituían una propuesta de democracia autoritaria más cercana al
ideario populista que al denominado corporativismo que Villegas presentaba. No era
nuevo el planteamiento, pues su colega Ramírez Moreno ya lo había hecho en su
libro sobre la crisis del Partido Conservador publicado el año anterior. No obstante,
el mérito de Villegas consistía en su promoción nacional por la vía de las conferencias
radiales que se difundían por todo el país : "Constituyó gran sensación en esta ciudad
la conferencia del doctor Silvio Villegas en Barranquilla. Fue escuchada por toda la
ciudadanía desde los radios. Los obreros suscriben un mensaje de agradecimiento al
doctor Villegas por el programa social que esbozó en su conferencia",108 reportó el
periódico La Patria, después de la intervención a la que nos estamos refiriendo.
Apelar a los sectores sociales arriba mencionados y proponer soluciones a sus
problemas era lo que se entendía como programa social. En él confluyeron los
documentos nacionalistas de 1924 y 1930, los contenidos del corporativismo y de los
nacionalismos y fascismos europeos, la prédica de los matices reunidos en la ANP y
los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia. He aquí el texto del manifiesto-
convocatoria leído por Villegas en su conferencia:

A los labriegos podemos decirles: somos la pequeña propiedad, la higiene rural, el crédito
agrario, la enseñanza técnica a la población campesina, las cooperativas agrícolas, la justicia
social para los asalariados del campo. Nosotros consideramos a las estirpes aldeanas como el
depósito de las energías de la raza. Queremos para ellas lo que hasta hoy no han tenido, sujetas
secularmente a la servidumbre del agro. El régimen de izquierdas únicamente se ha preocupado
por halagar al proletariado urbano, colmándolo de prerrogativas demagógicas. Los campesinos
laboriosos que en la inclemencia de la zona tórrida sudan y sufren para sostener el ocio de las
ciudades, han quedado en el olvido y desamparo. En favor suyo no se aplican las leyes del
trabajo. Nosotros ofrecemos a esas mayorías rústicas restablecer el equilibrio en la intervención
del Estado, p a r a dotarlas de bienestar económico, garantías laborales, defensas higiénicas
frente al trópico, cultura y dignificación humana. A los obreros: Nosotros no los consideramos
como i n s t r u m e n t o s serviles de la producción, como tuercas de una m a q u i n a r i a sórdida y
anticristiana. Nuestro designio es reemplazar p a u l a t i n a m e n t e los rigores del régimen del
salariado, por un vínculo mixto de contrato de sociedad y arrendamiento de servicios que les
haga partícipe de los beneficios industriales, elevando su nivel de vida y estimulando la economía
nacional. A nuestro juicio el problema social no se cancela con mejor jornal y menos horas de
trabajo. Los seguros, las vacaciones, el descanso son necesarios y benéficos, pero no bastan
para extirpar el origen de los conflictos entre patronos y obreros. Nosotros preconizamos el

7777
Ibid.. p. 8.
777
" Ibid.. febrero 26 de 1938. p. 5,

El porvenir del pasado 393


encuadramiento profesional orgánico, un sistema corporativo que establezca una colaboración
de clases, al servicio del interés nacional. Entonces el obrero no estará a merced del mercado
libre de trabajo. Se verá protegido contra la cesantía porque la producción organizada absorbe
todos los brazos útiles. No será víctima del abuso del empresario, porque puede apelar a los
c o m i t é s p a r i t a r i o s o a la m a g i s t r a t u r a l a b o r a l . El s i n d i c a t o no c r e c e r á e n t o n c e s
revolucionariamente al margen del Estado, como un arrecife demagógico, sino que se insertará
funcionalmente en su órbita. A trueque de semejantes ventajas, el derecho de huelga ha de ser
cancelado, por ser funesto p a r a el obrero, p a r a el patrono y p a r a el país. A los empleados
públicos: somos la carrera administrativa, la permanencia en el empleo, una escala de ascensos
sin tener en cuenta la filiación política sino la aptitud profesional y los deberes domésticos. A los
servidores del Estado extenderemos las ventajas legales de que disfrutan los empleados
particulares. Ellos t e n d r á n auxilio de cesantía, seguros de vida, vacaciones r e m u n e r a d a s ,
jubilaciones. A los propietarios: Somos el derecho de propiedad bien guarnecido, el crédito
hipotecario encomendado al Estado y no a la u s u r a privada, la defensa de los productos
nacionales, las bonificaciones, los transportes baratos, la colaboración técnica del Gobierno
mediante los títulos de experimentación agrícola, la red de caminos que cruce todas las regiones
y valorice los inmuebles. A los industriales: Somos la protección aduanera, el orden en la
fábrica, el rechazo de las huelgas endémicas, la cancelación de la demagogia socialera [sic], el
reajuste equitativo de los salarios conforme a las posibilidades de la empresa. Así como los
patrones exacerban la lucha de clases, obstruyen la pacífica convivencia social y cometen una
inmoralidad notoria cuando explotan a la muchedumbre proletaria, haciéndola sudar plusvalía
en su exclusivo provecho, los trabajadores atontan contra la economía nacional y se perjudican
indirectamente a sí mismos al exigir, por los modos coactivos del paro y del sabotaje, concesiones
excesivas que arruinan nuestras industrias incipientes. 109

Iban quedando las cosas claras y el concepto de nacionalismo tomaba forma. Por este
último, Villegas entendía el predominio del interés común sobre los intereses, las
pasiones y los designios de los partidos, de tal manera que se necesitaba un estadista
capaz de nacionalizar el Estado. Villegas reconocía los esfuerzos en esta dirección de
la generación del centenario, pero le reprochaba la carencia que había tenido de una
"concepción fuerte y varonil del Estado" al buscar en la fusión de doctrinas
irreconciliables el ideal cesáreo. Tenía razón Villegas al considerar que el problema
radicaba en que en Colombia el poder se ejercía desde una parcialidad política, aunque
su convocatoria carecía de peso moral al tener su vocero un compromiso tan aferrado
histórica y culturalmente al Partido Conservador, y, además, por la contradicción de
llamar a la unidad de la Nación excluyendo sectores políticos e ideológicos influyentes:
"La patria de nuestros amores y de nuestros sacrificios, la que aprendimos a amar
en las páginas tempestuosas de la epopeya emancipadora, el himno místico que
despertó nuestra primera esperanza, es hoy un inmenso estadio, donde se prepara la
doble carnicería de la lucha política y de la lucha de clases". 110

Así llegaba a su final la conferencia, y con ello cerraba Villegas su gira por la Costa
Caribe, llamando a la juventud a consagrar sus energías al servicio de una Colombia
unificada. Había llegado la hora de sacudirse del yugo de los partidos. Pero era
necesario, por último, hacer un juramento: "Juremos sobre las cunas y sobre los
sepulcros, que Colombia nunca caerá bajo el puño de los forajidos internacionales
que pretenden esclavizarla".111

La P a t r i a , sobrecogida, al día siguiente de la conferencia de su director en


Barranquilla, abrió así su edición: "Gran programa social para todas las clases sociales
70s
Ibid., p. 8. Los resaltados en negrita son del autor de la investigación.
7777
Ibid.
7,7
Ibid, p. 1.

394 El porvenir del pasado


esbozó ayer". Y en su interior leemos: "Silvio Villegas lanzó un programa en donde se
resume el prospecto que pondría en práctica el nacionalismo que ha salido a predicar
a fin de establecer la justicia y la armonía social entre el capital y el trabajo". 112

Pregón^ órgano autónomo de la ANP


en el interior de La Patria.
Existe en política una ley de gravitación, la
misma lógica de un sistema hidrográñco. Las
corrientes de una sola comarca acaban por
desembocar en un cauce común. Nuestro delta
es una concepción bolivariana del gobierno,
un a n h e l o de j u s t i c i a social y un sentido
misionero de la política.113
Nosotros tenemos fe en las derechas. Todos
los días su nebulosa mental va adquiriendo
contorno y forma. El caos se trasforma en
sistema. Los presentimientos se consolidan en
conceptos. Una constelación política aparece
sobre la línea extrema del horizonte. Y en
v e r d a d decimos que es p o s i b l e ¡a
contrarrevolución del orden en Colombia, ella
t e n d r á p o r p r o t o p l a s m a a este equipo de
vanguardia. Quien lo hostilice conspira contra
el porvenir.11*

El 12 de febrero de 1938, La Patria anunció la aparición de una sección especial y


autónoma de la ANP que llevaría por nombre Pregón. Esta página derechista estaba
en correspondencia con las directrices del Alto Comando de la Acción Nacionabsta Popular
en el sentido de crear órganos de prensa propios. Era un instrumento más de la juventud
nacionalista que se sumaba a Tradición115 y Derechas Femeninas, de Medellín, a
Falange, de Barranquilla, y a Patria Nueva, de Cartagena, entre otros.116

Pregón, que aparecería todos los lunes en la segunda página de La Patria, prometía
dar a conocer el pensamiento de los intelectuales del movimiento derechista en el
país. Sus inspiradores convocaron con nombre propio a los principales intelectuales
de la derecha, departamento por departamento, para que enviaran sus colaboraciones
al nuevo órgano. Así justificaron los editores la convocatoria: "Los ensayistas de las
derechas podrán exponer, en este pregón del amanecer, la motivación histórica,
económica y social de la nueva política. En su alinderada parcela del periódico deben
sembrar en los gérmenes, la próspera semilla de su ideario para una próxima
recolección. Pregón ha de ser una cátedra de adoctrinamiento popular". 117

La convocatoria, que llegaba lo mismo a una u otra corriente de la derecha perseguía,


sin lugar a dudas, reunificar y reconcibar a la ANP. Se esperaban así las colaboraciones
2
Ibid.
7
Ibid., febrero 12 de 1938. p. 6.
4
Ibid.
' En este momento Abel Naranjo Villegas compartía la dirección de la revista ideológica con Félix Ángel Vallejo.
7>
Es importante anotar que La Patria, a esta altura de los acontecimientos, se había convertido en un diario nacional. Circulaba con
facilidad por todo el occidente colombiano y llegaba por avión diariamente a Medellín, Barranquilla y Bogotá.
' La Patria, febrero 15 de 1938. p. 5.

El porvenir del pasado 395


de Rodrigo Jiménez Mejía y Vesga Duarte, lo mismo que las de Eliseo Arango y José
Mejía Mejía. Con Pregón se ponía de presente que las derechas estaban viviendo
una especie de segunda época, un segundo periodo "más reflexivo, hondo y potente",
que la generación de 1930 había madurado y empezaba a recoger frutos, y que su
vocabulario era el mismo con el que se estaba haciendo la política conservadora en el
país. "Si es posible la contrarrevolución del orden en Colombia, ella tendrá por
protoplasma a este equipo de vanguardia. Quien lo hostilice conspira contra el
porvenir", 118 declaraba el convocante, nada menos que Gilberto Álzate Avendaño.

El 22 de febrero de 1938, la edición de La Patria incluyó en su segunda página a


Pregón. En su primer editorial, Carlos Ariel Gutiérrez señaló los alcances de la
empresa intelectual:
En su dirección tendremos completa autonomía y en ella podrán aparecer tesis opuestas a la
política general de este diario. La Acción Nacionalista Popular es un movimiento nuevo,
autónomo, con j e r a r q u í a s propias, independiente de las fuerzas militantes hoy en día en
Colombia [...] Seremos nacionalistas en el sentido militante, riguroso y salvador que indica esta
p a l a b r a . Pero no será el n u e s t r o sólo un nacionalismo sentimental, de himno y bandera,
añorante y desgarrado, enternecido únicamente por grandezas pretéritas. Nuestro nacionalismo
tiene el descontento de la protesta, del amor amargo por la patria. Es el producto de una
implacable tarea crítica, sin ramajes y festones, de falsa patriotería que ha llegado precisamente
en un instante crucial de Colombia y una incertidumbre sobre su destino. 119

Igualmente, Gutiérrez enfatizó en su lucha contra el capitalismo y el comunismo


internacional reafirmando el sentido nacionalista de la ANP:

No somos pasadistas ni seremos una reminiscencia más de ideologías extranjeras. Nuestro


meridiano no pasa por Berlín, ni por Moscú, ni por Roma. Detestamos y despreciamos los
partidos por correspondencia. Colombia está siendo víctima de los experimentos políticos de
otros pueblos. Tenemos un liberalismo capitalista anclado en Manchester, un sindicalismo que
sigue las indicaciones del Komintern, una constitución que es, en muchas partes, una copia de
la España Republicana del 31 y un liberalismo izquierdista orientado por México. Por otro lado
u n clan reaccionario, antinacional —porque es antisocial— con u n a ideología rezagada,
empobrecida y exangüe, hostil a toda justa insurgencia de las clases trabajadoras. Para nosotros,
la corrupción es el estancamiento o el delirio.1™

La sensibilidad nacionalista en su conjunto le daba importancia a la acción, aunque


más preciso sería hablar de reacción, puesto que todo lo construían como respuesta
a la acción de otros. Se constituían los nacionalistas en dependencia de los otros,
eran otros quienes ayudaban a la construcción de su identidad. Las confrontaciones
y las oposiciones hacían parte de la estrategia de autoconfigurarse. Ala triada igualdad,
fraternidad y libertad opusieron jerarquía, orden, disciplina. Pero la acción era para
ellos, gente de vanguardia, más conveniente, estaba a tono con su pasión por la
actividad, por la calle. Les llamaba la atención ser incisivos, reiterar su pensamiento
en todo momento cuando las circunstancias lo permitieran: "Para que una idea
prospere es necesario repetirla sin descanso", decía uno de los ideólogos de Pregón,121
"primero la acción y después el pensamiento", declaraba un editorialista de El
Colombiano 122 . Querían cambiar el vocabulario todo de la política, poner a hablar a
la juventud un nuevo idioma, el de ellos, distinto al "lenguaje crepuscular y caduco"
de los partidos: proponían el uso de un idioma de alborada, justiciero y nacionalista.
74
Ibid.. febrero 12 de 1938, p. 5,
774
Ibid.. febrero 22 de 1938. p. 2.
2
" Ibid.
-• Ibid.
22
El Colombiano, marzo 10 de 1938. p. 3.

396 El porvenir del pasado


Como se había anunciado, Pregón recibió la colaboración de la plana mayor de la
ANP. La edición del 28 de febrero, influida por las sonadas conferencias de Silvio
Villegas, salió con textos de Rodrigo Jiménez Mejía, Eduardo Carranza y Carlos
Vesga Duarte. Mientras Jiménez Mejía escribió sobre "Nacional-sindicalismo contra
sindicalismo marxista", a cargo de Vesga estuvo el artículo central de la página que
desarrolló puntos planteados por Villegas en Barranquilla: "La Nación pide ahora
que se le restaure en sus fueros, contra los de los partidos que la han negado durante
un siglo, desde que en Ocaña los europeizantes colombianos resolvieron ser más
bbertarios que el Libertador".12:i Pero la página ampliaba no sólo los aspectos ideológicos
de la ANP, que empezaban a confundirse con los de la sensibilidad leoparda, sino que
profundizaba también la democracia desde la derecha. La Unión Nacionalista del
Trabajo publicó en Pregón su plataforma, que comprendía un programa máximo y
uno mínimo. El primero estaba compuesto por catorce puntos, algunos de los cuales
rezaban:

[...] luchamos por la permanente defensa de nuestros campesinos, haciéndolos propietarios y


pidiendo una clara y eficiente legislación que los ampare de algunos patronos inescrupulosos y
de los agitadores sin conciencia: queremos que a todo colombiano se le eduque para la producción,
intelectual y moralmente, creando escuelas de artes y oficios, porque consideramos que el
trabajo es un deber social y sólo por medio de la preparación técnica e individual podrá cumplirse
esta función social; abogamos por un acercamiento permanente y estrechas relaciones entre
los países bolivarianos, cooperación constante entre todos los países de América, y creación de
una cultura hispanoamericana. 1 2 1

Y el segundo lo comprendían quince puntos, de los cuales destacamos:

Por el pago equitativo de los accidentes de trabajo, descanso dominical y seguro colectivo por
todas las empresas, no dejando recaer esta carga sobre u n a s pocas entidades industriales
únicamente; por u n salario correlativo al mínimo de los obreros de las industrias, para los
soldados, el servicio militar general, y obligatorio; por un mínimum de instrucción obligatoria
a base de moral, higiene, nacionalismo y agricultura, incorporando la mujer a la vida cívica y
cultural; por la creación de la Cruz Roja Obrera, luchando por conseguir servicios higiénicos y
sanitarios por cuenta del Estado, salas cunas, salas de maternidad para las familias de los
trabajadores; por el amparo de la niñez obrera y campesina y abaratamiento de la educación,
la cual, hoy por hoy, debido al elevadísimo precio de las pensiones, textos y matrículas es
artículo de lujo para los hijos de la clase media y el obrerismo. 125

Pregón ahondó, también, en el nacionalismo continental que había planteado Villegas.


En el vocabulario de Haya de la Torre, Rafael Lema Echeverri habló de la necesidad
de pensar en una Indoamérica unificada para oponerla a los Estados Unidos y rechazó
el antiimperialismo comunista que terminaría atando el destino de América a la
URSS.126

A esta altura de los acontecimientos, el discurso de Silvio Villegas había amalgamado


los distintos matices de la derecha nacionalista. Así lo empezaron a reconocer los
miembros de la ANP. Griceldino Reyes, un militante de Cerrito, Valle, al tiempo que
lo catalogó como un "augurio redentor" para el conservatismo, llamó la atención: "La
juventud derechista debe considerar como una victoria máxima el hecho de que
Silvio simpatice con su pensamiento". 127

7777
La Patria, febrero 28 de 1938. p. 2.
71
Ibid.
157
Ibid.
'"' Ibid.
777
Ibid.. marzo 9 de 1938, p . 4

El porvenir del pasado 397


La decantación nacionalista
XIV

P o r q u e mi c o r r e r í a t i e n e objetivos m á s
trascendentales que la lucha presidencial, la
continuaré mañana como si no hubiera pasado
nada. 1

Mucho ruido y pocas nueces. La campaña ospinista


ha terminado, continúa la nacionalista.
Las conferencias radiales y la recepción a Villegas en el occidente y en el norte del
país lo convirtieron en personalidad nacional. Había desplazado a los demás de su
generación y, al parecer, se vislumbraba como un político con mucho futuro. Junto
a su éxito estaba también el de todo el espectro nacionalista. Gracias a él, la derecha
se había hecho nacionalmente visible, y también su nacionalismo: "Cuatro discursos
del doctor Silvio Villegas he oído por radio últimamente. Han sido cuatro candelazos
de elocuencia salidos de su boca prodigiosa. Ellos han originado un inmenso incendio
de fervor nacionalista cuyas majestuosas llamas, que cada día abrazan mayor
extensión en la conciencia popular son como una promesa de futura salvación",
escribió un conservador de la ANP de provincia. 2

Sin embargo, el DNC no cedió ante la popularidad que la sensibilidad leoparda


había conseguido. Nada reconoció: ni ideas ni personajes. Con frialdad le anunció
al país que no habría convención conservadora p a r a dirimir el asunto de la
c a n d i d a t u r a y que el Partido Conservador no concurriría a las elecciones
presidenciales. Silvio Villegas y Fernando Gómez Martínez, gestores de la
candidatura de Ospina, aceptaron humildemente la reprimenda y le expresaron
agradecimientos al candidato: "Su nombre continuará siendo una aspiración ideal
p a r a todos los que anhelan u n a patria mejor. Nuestro agradecimiento con usted
es lo único comparable al fervor y lealtad con que sostuvimos su candidatura". 3
1
De la conferencia de Silvio Villegas en Medellín. La Patria, marzo 7 de 1938, p. 3.
2
Ibid., marzo 9 de 1938, p.4.
77
El Colombiano, marzo 7 de 1938, p. 1.
El ex candidato les correspondió el agradecimiento y los convocó a continuar una
campaña de unión de todos los sectores adictos a los principios nacionalistas. 4

Martínez dedicó el editorial de su periódico al tema y sostuvo que la candidatura


presidencial había sido un episodio brillante en la cruzada de la nueva política. 5 El
editorial de La P a t r i a también se ocupó de analizar la situación presentada:
"Termina una etapa efímera de nuestra vida política y comienza otra de naturaleza
inmortal, porque está íntimamente ligada a la existencia misma de la patria",
leemos. 6 El editorial enfocaba con luces fuertes la definición de nacionalismo, adonde
había llegado la sensibilidad leoparda:

Nacionalismo no es como lo imaginan algunos desorientados, guerra a la democracia, fascismo


importado, derechismo enemigo de las reivindicaciones sociales que las gentes de trabajo de los
campos y las ciudades reclaman. Nada de eso. Nacionalismo es patriotismo reflexivo en contacto
profundo con la geografía, la historia y la economía de un país. A buscar esa realidad histórica,
racial, geográfica y espiritual de Colombia, hemos dedicado, y seguiremos dedicando, de hoy en
adelante, nuestros desvelados esfuerzos, hasta formar una conciencia nacional. 7

Desde Popayán, los universitarios nacionalistas, entre quienes se encontraban


Hernando Olano Cruz, Marco Álzate y Elias Salazar García, le dirigieron un mensaje
de apoyo a Silvio Villegas, en el que le decían: "Rechazamos tutela capitalina. Retirada
candidatura de Ospina Pérez seguiremos predicando evangelio nacionalista, luchando
por patria nueva. En 1939 venceremos con usted y para Colombia. El porvenir no se
conquista con plegarias, sino con afanes". 8

Hay que anotar, sin embargo, el sinsabor que nos queda de este episodio. Estamos de
acuerdo con Augusto Ramírez Moreno cuando afirma que en la selección del nombre
de Ospina se cometió un yerro : "¿Fue Ospina, acaso, un candidato? Jamás. Es decir,
¿obró él o tuvo la dignidad, el brío, la autonomía heráldica de un candidato?". 8 Tal
como ocurrieron las cosas, Ramírez llamó, en carta privada y en secreto, a cambiar
de candidato con tal de no renunciar a una candidatura presidencial; y llamó, sobre
t o d o , a d a r l e u n a dirección al m o v i m i e n t o , c u e s t i ó n que c o n s i d e r a b a
injustificadamente aplazada: "Nadie puede desconocer que Silvio se ha coronado de
laureles y todos le debemos admiración y pleitesía! pero ni él ni Fernando quieren
confesarse directores del movimiento. Les puse telegrama a Medellín para que no se
separaran sin reunir una convención que le diera jerarquía y orden al frente nacional
y rogándoles que ofrecieran reemplazar el candidato". 10

No por la crisis se suspendieron las giras. Se levantaba la candidatura, pero


continuaba la divulgación del nuevo ideario nacionalista. El domingo 6 de marzo,
Silvio Villegas se desplazó al departamento de Antioquia para dar inicio a una nueva
gira que empezaba justamente en la capital. En el Teatro Bolívar, alternó el uso de la
palabra con su colega Gómez Martínez. Esa vez, la voz de los oradores fue transmitida
por la emisora Claridad y retransmitida por estaciones de Barranquilla, Bogotá y
Manizales. Villegas hizo uso de su capital de argumentos para explicarle al país las
razones del levantamiento del nombre de Ospina Pérez como posible contendor de
Eduardo Santos: "el alto comando conservador forma sus ideas de acuerdo con sus
rencores, desdeñando la opinión de las provincias, a las cuales mira con inmenso

4
Véase ibid., marzo 9 de 1938, p, 1.
3
Ibid.. marzo 7 de 1938, p. 3.
77
La Patria, marzo 7 de 1938, p. 3.
7
Ibid.
- Ibid.. marzo 9 de 1938. p. 4.
77
Véase La Voz de Caldas, abril 11 de 1938. p. 2.
174
Ibid. Más adelante se conocieron cartas cruzadas entre Ospina y Silvio Villegas, que dan más luz sobre este asunto de la candidatura.
Véase El Colombiano, mayo 12 de 1938. pp. 1-3.

400 El porvenir del pasado


desprecio. Sólo Bogotá cuenta en la política colombiana. Los departamentos son
degradadas colonias".11

Lamentándose de la decisión del DNC, rememoró el proceso de la candidatura


propuesta, y dijo que una convención del partido hubiera servido, al menos, para la
reintegración de todas las fuerzas de la derecha. "La soberbia ha pesado más en este
caso que el cumplimiento del deber", señaló. 12 La conducta de Gómez, al parecer del
leopardo, le abría el camino a Santos de la misma manera que, gracias a él mismo,
se lo había abierto a Alfonso López. Pero era necesario seguir adelante. Si bien la
campaña ospinista había terminado, la nacionalista continuaba.

Villegas tenía ya elaborado el formato de su discurso. Reiteró y profundizó los tópicos


nacionalistas que le interesaban en ese momento: la necesidad de superar los partidos
políticos, de regresar al punto donde la pita se había enredado. En esa dirección
destacó su panteón preferido: Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes y Pedro Nel Ospina.
Levantada la candidatura presidencial, proponía, si no acabar con los partidos, al
menos atenuar la lucha política para hacer posible un frente nacional contra el
comunismo. "El pensamiento conservador lo reconoce y abre las puertas de sus
murallas tradicionales para que penetren al recinto del orden las fuerzas todas que
aún desean para el mundo una civilización fundada en la filosofía inmortal del
Evangelio".13 Y reiteró su propuesta de descentralización económica y administrativa,
tal cual la habían postulado sus héroes citados: "Cada una de las grandes regiones
nacionales necesita un estilo diverso de política y de gobierno [...] Sólo trabajando por
una distribución más equitativa de los dineros públicos será posible mantener la
unidad nacional en Colombia", anotó. 14 Y reiteró también la necesidad de igualar las
condiciones de vida entre el campo y la ciudad. Abogó por una federación interna de
los partidos que no ahogara el liderazgo de la provincia. Dijo: "A Ospina Pérez se le
ha hostilizado porque no pertenece a la odiosa oligarquía centralista. Es un provinciano
que cultiva la tierra, trabaja la minería, conoce los problemas del café y es el caudillo
de nuestras clases agrícolas". 15 Finalmente, después de larga y acostumbrada
andanada contra el comunismo, Villegas resaltó la necesidad de reconocer a las masas
como nuevo factor político, y llamó a operar sobre ellas. Dijo, como si nadie lo supiera,
que no creía sino en la acción, en la radio, en la calle, en la plaza y en los circos, e
incentivó a organizar en cada municipio una falange nacionalista "actuante,
batalladora y valerosa". Por supuesto, no podía faltar la peroración:

Nuestro anhelo es reconciliar todas las clases en un frente único de trabajo, terminar con las
luchas partidaristas, hacer de los proletarios campesinos, propietarios rurales, enseñarle a la
juventud el sentido heroico de la vida ; hacer de cada ciudadano un soldado y de cada soldado un
ciudadano; vivir exclusivamente de n u e s t r o s recursos y no comprarles sino a los que nos
compren; colocar a Dios y a la patria por encima de todos los intereses personales; hacer de
Colombia la primera nación del continente. 16

Después de la conferencia de Medellín, Villegas emprendió una gira por los municipios
del suroeste antioqueño, Támesis, Valparaíso y Caramanta. Lo acompañaban los
nacionalistas José Mejía Mejía y J u a n Roca Lemus, periodistas sobresalientes de El
Colombiano, quienes ejercieron como reporteros del acontecimiento del cual eran
protagonistas. La comitiva fue recibida con lluvia de flores por una multitud que le

77
La Patria, marzo 7 de 1938, p. 1.
2
Ibid.
77
fbid., p, 3,
11
Ibid.
' ¡bid.
7,7
Ibid.. p. 4.

El porvenir del pasado 401


esperaba a la entrada de la población de Támesis, donde se habían concentrado
delegaciones de los municipios vecinos. El pueblo estaba engalanado de festones y
banderas azules. La banda municipal presidió una cabalgata seguida por un desfile
popular. Los ilustres visitantes presidieron la instalación de la convención regional.
Los asistentes deliberaron sobre la actitud del Directorio Nacional Conservador y
aprobaron dos preposiciones del siguiente tenor:

La convención comarcal nacionalista de Támesis, se permite insinuar a los doctores Eliseo


Arango, Augusto Ramírez Moreno, Fernando Gómez Martínez, Gilberto Álzate Avendaño,
Fernando Londoño Londoño, Ernesto Martínez Capella y a la Acción Nacionalista Popular, la
conveniencia de reunir una convención nacionalista con delegados de los departamentos para
hacer una organización eficaz y beligerante de las fuerzas contrarrevolucionarias del país. 17

Culminado este compromiso, en horas de la tarde Villegas y su comitiva se dirigieron


a Jericó. Como en Támesis, fueron recibidos por gran número de seguidores y
saludados por el poeta José María Ospina. De regresó a Támesis, en horas de la
noche, 'Rubayata' dictó una conferencia en la plaza principal del municipio. El poeta
hizo un recuento de los pormenores de la candidatura presidencial de Mariano Ospina
Pérez, criticó al Directorio Nacional Conservador, al cual denominó "Dormitorio
Nacional Conservador", y lo acusó de adherirse a la campaña presidencial del liberal
Eduardo Santos. "Ospina Pérez, noí Eduardo Santos, sí", parecía ser la posición de la
jefatura nacional, según el ilustre poeta.

Al siguiente día, 8 de marzo, los líderes de la derecha prosiguieron su gira de


divulgación nacionalista. En La Pintada, población próxima a Valparaíso, fueron
recibidos por delegaciones de municipios aledaños. Las mujeres lucían blusas azules
y los hombres camisas negras. En Valparaíso, las palabras de bienvenida estuvieron
a cargo del líder conservador Jesús Alvarez. Posteriormente, en uso de la palabra,
'Rubayata' volvió sobre las razones que tuvieron para lanzar el nombre de Mariano
Ospina Pérez como candidato presidencial y criticó esta vez la irrupción del
sindicalismo comunista en la política nacional. En momentos en que 'Rubayata'
hacía un elogio al general Rafael Uribe Uribe, hijo ilustre de la población, los liberales,
encabezados por las autoridades copartidarias del municipio, irrumpieron en el recinto
con la policía, lo que arrojó un saldo de ocho heridos. El acontecimiento, como era de
esperarse, fue capitalizado. La Patria reportó:

Las fuerzas nacionalistas fueron atacadas por un grupo liberal armado de puñales y revólveres,
y encabezado por el alcalde. Los derechistas hicieron frente, con gran serenidad y valor al
salvaje ataque del que eran víctimas. Aunque el abaleo de los liberales era nutrido y a quemarropa,
la multitud nacionalista no vaciló en avanzar contra ellos para castigarles la osadía, suscitándose
de esa manera una refriega en la que resultaron varios heridos. 18

La prensa de los nacionalistas calificó la tragedia como el bautismo de sangre de la


nueva etapa que había emprendido el nacionalismo:

Nuestro movimiento ha tenido su bautismo de sangre, lo cual significa que la lucha debe
intensificarse para restaurar el orden en Colombia y el ejercicio de garantías que hoy se niegan
a bala y puñal en las plazas, que debieran estar abiertas al uso de la palabra libre. Nosotros
enjuiciamos al alcalde y a la policía de Valparaíso como autores y cómplices de este atentado

77
7bid„ marzo 9 de 1938, p, 1.
'•"Ibid.. pp. 1, 3-4.

402 El porvenir del pasado


criminal. Pero la sangre de los amigos caídos bajo las armas de autoridades que sólo actúan
para fomentar el desorden, debe servir de estímulo a las fuerzas contrarrevolucionarias, para
intensificar la lucha y arrancar a Colombia en un movimiento sin precedentes, de las garras de
este régimen que alienta la anarquía, da alas a la revolución comunista y asesina a los ciudadanos
que se congregan para hablar sobre grandes temas nacionalistas. 19

Los sucesos violentos de Valparaíso repercutieron en la prensa liberal. El Tiempo


tituló: "Diez heridos ayer en Valparaíso por el discurso de un derechista. J u a n Roca
Lemus agravió ferozmente al liberalismo". 20 Los contenidos de la noticia justificaron
el episodio:

Los tremendos agravios pronunciados provocaron la reacción entre los liberales que escuchaban
pacíficamente, bajo la convicción sencilla de que ningún epíteto injurioso iría a herir sus
sentimientos políticos. Los liberales respondieron los inusitados ultrajes a su causa con sonoros
vivas al Partido Liberal y a sus mejores hombres públicos, a lo cual contestó el conservatismo
con un ataque inesperado y violento, trabándose un verdadero combate a bala, donde también
salieron a relucir toda clase de armas blancas. 21

De otro lado, los acontecimientos fueron utilizados por El Siglo para justificar su
estrategia de abstención. El diario del conservatismo oficial legitimó entonces la
política defendida por el Directorio Nacional Conservador sobre la falta de garantías
del Gobierno y fustigó el afán protagónico de las derechas nacionalistas: "Mas nuestra
prudente mudez queda compensada por las descargas oficiales de Valparaíso".22 Ante
esta afrenta, los derechistas no hicieron esperar su respuesta. En Bogotá, Ernesto
Martínez Capella envió un telegrama a El Colombiano para mostrar la insensibilidad
del DNC ante la sangre hermana:

Siglo hoy doctor L a u r e a n o Gómez afirma sangre vertida Valparaíso cubre ridiculo Silvio
Villegas. ¿Afirmación impía será aplaudida por Directorio Conservador de Antioquia? Es primera
vez califícase ridicula matanza de hermanos, pero esto no sorprende en quien felicitó a Olaya
Herrera por elecciones sangrientas mil novecientos treinta y uno, en quién aseguró presidencia
López engañando a los nuestros, ni en quien ahora usa mercenarios y traidores averiados para
ayudarle combatir hombres cuya lealtad odia, cuya vida inmaculada envidia, cuya honrosa
pobreza económica desprecia. P a r a quién apoderóse jefatura Partido Conservador sangre
conservadora es ridicula y traición remunerada título a la apoteosis. 23

De la misma manera se pronunció La Patria:

P a r a ambos [Laureano Gómez y Julio H. Palacio] la escaramuza política de Valparaíso es un


grato acontecimiento. Según su propio testimonio, las descargas cerradas de las autoridades
los compensan de su mudez durante estos meses. La sangre nacionalista vertida los conforta.
Su política recibe una providencial corroboración. Loados sean los dioses [...] El doctor Gómez
sería feliz si la oposición fuera masacrada en todo el país, porque eso demuestra la falta de
garantías y confirma sus tesis. Tal es la clave de su política. Ha postrado y disuelto al Partido
Conservador, hasta convertirlo en una colectividad cataléptica, con el objeto de sacar avante su
vaticinio acerca de la inutilidad del esfuerzo p a r a recuperar el poder [...] Los demagogos
plañideros de la altiplanicie pueden continuar su coro de lamentaciones por una violencia que
no los alcanza, agazapados como andan en zaguanes y redacciones, lejos de esta tórrida lucha
de las masas provincianas. Para ellos las masacres son noticias y argumentos, pero no episodios
d r a m á t i c a m e n t e vividos. La m u e r t e de nuestros hombres sólo los s u r t e de un a r s e n a l de
metáforas. Su duelo es literario y postizo. Nosotros, en cambio, hemos resistido y sufrido años

79
Ibid., p. 4.
'" El Tiempo, marzo 9 de 1938, p, 1.
a7
Ibid.
22
Tomado de La Patria, marzo 10 de 1938, p. 1.
277
Ibid.

El porvenir del pasado 403


duros al pie de las muchedumbres, sin abandonarlas nunca. Si a ellos los reclaman para lidiar
en estas bregas, exclamarían, excusándose, con Danton : "Somos hombres de tribuna y no de
barricada". Nosotros queremos mostrarle al país que las garantías se conquistan con la propia
voluntad, cuando ellas se niegan. Que un partido militante no puede abdicar de sus derechos
porque lo acometan con la violencia física. Que vivir no es alcanzar la longevidad sino colmar
la existencia de empresas que la dignifiquen, dándose en ofrenda por ideales históricos o por
motivos ejemplares. 24

P a r a los derechistas, la vida política era dinámica, c a r a c t e r i z a d a por el


movimiento de las masas conservadoras por la lucha de sus derechos ciudadanos.
En este sentido, el pensamiento de Gilberto Álzate Avendaño también tuvo cabida
en la defensa contra El Siglo•
No queremos predicar un evangelio de abandono y resignación, sino una doctrina heroica. Sin
u n sentido trágico de la vida no se puede hacer política ni intervenir en la historia. En una
conferencia reciente decía Gilberto Álzate Avendaño: "Convendría averiguar si las brigadas
rojas de asalto le abrieron calle de honor a Hitler para que se presentara a las elecciones. ¡No!
Los nazis dejaron una hilera de cruces señalando su ruta. La impulsaba la fuerza brutal del
carácter y un obscuro heroísmo. Sabían que hacer es siempre sufrir. El Tercer Reich representa
para ellos los dolores y los gozos de un parto". 25

Los líderes derechistas prosiguieron su camino hacia Caramanta en horas de la


tarde. Silvio Villegas pronunció un discurso largamente ovacionado. Finalmente, el
9 de marzo, Villegas tomó camino hacia Manizales, mientras que Mejía Mejía y
'Rubayata' prosiguieron el suyo hacia Medellín. En este trayecto, Silvio Villegas visitó
a Supía, municipio ubicado al occidente de Caldas, donde fue objeto de u n homenaje
por parte de los seguidores derechistas. En este marco, las multitudes derechistas
nacionalistas vivaron a la Colombia nacionalista, al general Franco y a Silvio Villegas.
Posteriormente, Villegas pronunció un discurso de agradecimiento, hizo un bosquejo
histórico del movimiento ospinista y criticó la actitud tomada por el Directorio
Nacional Conservador ante esta iniciativa. De la misma manera, el leopardo invitó
a las fuerzas contrarrevolucionarias a formar un frente único que lucharía contra
las brigadas marxistes que amenazaban el porvenir de Colombia. Luego de una copa
de champaña, Villegas pudo regresar, por fin, a su amada Manizales, donde la
comunidad de La Patria lo recibió como héroe.
En su columna "Rúbrica", de El Colombiano, Mejía Mejía hizo el balance de la que
llamó "gran jornada nacionalista del suroeste", la primera actividad de la nueva
etapa del nacionalismo en pro de la reconquista no sólo de la plaza pública, sino
también de Colombia; por ello, habló de restauración nacionalista. Sostuvo que en
esas poblaciones se había proclamado un nuevo nacionalismo tendiente a la
organización de un gran frente popular nacionalista contra el frente popular
internacional "que todos los días abre un nuevo túnel y realiza una nueva penetración
en el territorio de la patria". 26 El líder antioqueño aprovechó su comentario para
ahondar en el problema del centralismo. Dijo que la política del momento era una
conspiración del centro contra la periferia nacional, y señaló: "Con aquellas jornadas
procesionales dejamos esclarecido que la capital es un atentado permanente contra
la provincia, y que en lúgubres tertulias plutocráticas se ha querido cancelar una
gran acción nacionalista respaldada por las masas y solventada por todas las fuerzas
contrarrevolucionarias de la República".27
74
Ibid
777
Ibid.
7777
El Colombiano, marzo 11 de 1938. p. 3.
27
Ibid.

404 El porvenir del pasado


Así, el desenlace de la promoción de una candidatura presidencial por parte de los
nacionabstas del occidente del país y su rechazo por parte del DNC Uevó a la depuración
del nacionalismo, que empezó a deslindarse, finalmente, del Partido Conservador.
"Nacionalismo colombiano" denominaron los derechistas a su corriente ideológica, y
continuaron defendiéndose de quienes los acusaban de fascistas. 28 Claro que lo eran,
pero lo negaban por razones de estrategia, porque iba en contravía de aparecer originales:
"Nosotros vamos hacia un nacionabsmo colombiano, autóctono, terrígeno, raizal, andino,
mestizo, como el bloque humano que puebla nuestras faldas, valles y costas", escribió el
editorialista de El Colombiano,29 que recogía los elementos centrales de los contenidos
nacionalistas trajinados desde principio de los años treinta para darle fuerza a lo que
también denominó "nacionalismo defensivo", el cual, como se había escuchado en la
anterior jornada de conferencias radiales, tenía un carácter universal.

Ante la nueva situación, el leopardo Eliseo Arango manifestó su solidaridad con


Villegas y Gómez Martínez, al tiempo que declaró que se estaba en el comienzo del
nuevo movimiento nacionalista y típicamente colombiano distinto del fascismo, del
hitlerismo y del franquismo. Y, como siempre que se presentaban estos picos en la
gran crisis del conservatismo, el problema de las generaciones saltaba al ruedo. A
propósito, afirmó el leopardo:
Los jefes desconocen las nuevas generaciones. Los hombres que no han llegado a los 25 años y
que militan en las derechas, no son fascistas, ni hitlerianos, pero tampoco se les puede clasificar
entre los viejos cuadros conservadores. Nosotros hemos tratado de acercarnos a esa juventud,
de comprenderla, de buscar puntos de referencia, líneas comunes para una acción en beneficio
de Colombia. Los jefes conservadores de Bogotá y algunos de provincia optan por el rápido
camino de la excomunión. Nosotros creemos que el anatema no suprime una ley de la historia. 30

Clamaban los nacionalistas que lo de ellos no era fascismo, sin embargo, su


vocabulario, sus puntos de vista, sus paradigmas, sus método de seducción política,
todo el pensamiento que expresaban eran extraídos del arsenal de argumentaciones
del universo fascista.
Por mucho que aparentaran originalidad, les resultaba imposible renunciar a sus
cercanas y entrañables relaciones, sobre todo, con el modelo autoritario peninsular,
en particular el español. El régimen corporativo que emulaban era justamente de
esa procedencia; por lo menos, era el que mejor comprendían y asimilaban, incluso
por razones culturales. El corporativismo calaba tanto en la cultura religiosa de los
ideólogos nacionalistas como en el de la población colombiana. A diferencia de Hitler
y de Mussolini, el liderazgo nacionalista criollo no había tenido una militancia en
ningún género socialista como era el caso de los dictadores alemán e italiano. Nacidos
y formados en el catolicismo y en el conservatismo, lo más pertinente y cercano que
encontraron en el mercado de las ideologías de la derecha europea fue el corporativismo
vía España y Portugal. En la construcción de ese modelo, el pensamiento de la Iglesia
ocupaba el sitio principal. Los doctores y los pontífices del catolicismo habían
contribuido de manera sostenida a su desarrollo: Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto
XV y Pío XI. En Colombia, un grupo de sacerdotes, encabezado por José Félix Restrepo
y José María Uría, contribuía a su difusión. De tal manera, fue el corporativismo el
modelo que el nacionalismo colombiano justificó, promovió y defendió. Régimen contra
régimen, corporativismo contra comunismo, respuesta contra respuesta: a la propiedad
277
Como se vio en las conferencias radiales, los nombres de Mussolini. Hitler y Franco salían a relucir en cada momento. En El
Colombiano se publicaban cuñas comerciales como la siguiente 7 "Benito Mussolini. La doctrina del fascismo. Un libro para todo
hombre de carácter y de pensamiento. Solicítelo en La Cordobesa, Librería Medellín. Valor $ 0.50". Véase edición del 11 de marzo de
1938, p. 1.
29
El Colombiano, marzo 10 de 1938, p. 3.
777
La Patria, marzo 10 de 1938. p. 3.

El porvenir del pasado 405


colectiva, la propiedad privada con función para cumplir en atención al bien común! a
la lucha de clases, cooperación entre capital y trabajo. Los nacionalistas sintetizaron
entonces su propuesta: "La Corporación cristiana es el único órgano capaz de unir
obreros y patronos".31 No hacía mucho que el nacionalismo, todavía en formación, había
defendido la constitución de 1886; pero en ese momento eran distintas las cosas: "Al
llegar al poder nosotros no regresaríamos por ningún motivo a la constitución del siglo
pasado. Le daríamos al país un estatuto jerárquico". 32 En ese momento, cuando los
nacionalistas predicaban contra los partidos políticos, el pensamiento de José Antonio
Primo de Rivera era más real como influencia directa; justamente, el impedimento
para aplicar en Colombia las tesis del ideólogo español era la pertenencia de los
nacionalistas al Partido Conservador. Entonces podían citarlo a sus anchas:
Nadie ha nacido nunca miembro de un partido político; en cambio, nacemos todos miembros de
una familia; somos todos vecinos de un municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de un
trabajo. Pues si esas son nuestras unidades naturales, si la familia y el municipio y la corporación
es en lo que de veras vivimos, ¿para qué necesitamos del instrumento intermediario y pernicioso
de los partidos políticos, que para unirnos en grupos artificiales empiezan por desunirnos en
nuestras realidades auténticas? 3 3

La Convención de Portobelo,"el diablo queriendo manejar


las llaves del cielo". Y el manzanillo nacionalista.
El 27 de marzo de 1938, con el propósito de discutir sobre el futuro político del movimiento
nacionalista y su relación con el Partido Conservador, se reunieron destacados líderes
nacionalistas del país, aunque casi en secreto, en la localidad de Portobelo, Caldas.34 La
mayoría, liderada por Gilberto Álzate Avendaño y Silvio Villegas, coincidió en separarse
definitivamente del Partido Conservador. Ebseo Arango y Gómez Martínez se mostraron
inseguros y reacios ante esa idea, pues pesaba en ellos su espacio ganado en largos años
de militancia conservadora. Pero no sólo eso. Era arriesgada la aventura de salirse del
partido, puesto que allí estaban las masas. Les resultaba a los líderes nacionalistas
crecer más rápido con la gente de su propia cultura que arriesgarse en el electorado del
adversario histórico. Posiblemente se había agotado ya la táctica de utilizar el Partido
Conservador para los propósitos nacionabstas. El desenlace de la faUida candidatura de
Ospina había llevado al nacionabsmo al punto en que se encontraba. Por eUo, la reunión
de Portobelo terminó con la inclinación de proseguir la lucha por fuera del conservatismo,
sin atender al consejo de Ramírez Moreno en el sentido de continuar vinculados al
Partido Conservador. El leopardo había sugerido incluso no realizar la Convención en
Portobelo, sino, de manera más ampba, llevarla a cabo en Manizales. Sugirió, además,
no romper con palabras e invitar a las deliberaciones a Cabal Pombo y a Rodríguez
Diago, eso sí, "sin darles motivos para que se irriten". 35

Dos días después, Eliseo Arango, en entrevista concedida a El Espectador, aclaró


que, aunque no habían salido conclusiones de la reunión, lo cierto era que el
movimiento futuro no tendría que ver ni con el fascismo ni con el nazismo. Señaló
que sería un movimiento por fuera de las directivas conservadoras y del viejo Par-
tido Conservador. "Hoy los partidos Liberal y Conservador son partidos de centro, y
nosotros aspiramos a salimos de esa ubicación, orientándolo hacia la derecha. Eso es
'" Ibid., abril 4 de 1938, p. 2.
32
Ibid.. abril I o de 1938, p. 3.
33
/iw"d., abril 8 de 1938. p. 3.
34
Asistieron Eliseo Arango y Ernesto Martínez Capella en representación de la derecha bogotana: Silvio Villegas, Fernando Londoño
Londoño, Antonio Alvarez Restrepo, Arturo Arango Uribe, Francisco Luis Gallo. Fabio Vásquez. Jorge Mejía Palacio, Joaquín Estrada
Monsalve, Bernardo Londoño Villegas, Alberto Hoyos y Gilberto Álzate Avendaño, por Caidasi César Garrido, César Ayerbe Chaux
y Hernando Olano Cruz, por el Cauca 7 Cayetano Betancur, Abel Naranjo Villegas y Fernando Gómez Martínez, por Antioquia 7 Ciro
Molina Garcés. Alvaro Calero, .Armando Orejuela, Guillermo Míllán y Bernabé Lozano, por el Valle del Cauca 7 y, finalmente, por
Tolima los redactores y periodistas del semanario El Derecho.
36
Véase La Voz de Caldas, abril 11 de 1938. p, 2,

406 El porvenir del pasado


todo. ¿Hasta dónde? No sabemos hasta dónde vayamos en este camino, pero esa es,
en síntesis, nuestra intención", 36 fueron las palabras del leopardo.

El desenlace de los acontecimientos preveía tormentas. A l a reunión de Portobelo


habían asistido Álzate Avendaño y Londoño Londoño, dos miembros del Directorio
Departamental del Partido Conservador. Del organismo dirigente local, sólo quedaba
Francisco Javier Ocampo, quien secundaba a sus amigos los nacionalistas. Ante
esta situación, Aquilino Villegas escribió en El Siglo el editorial que toreó el avispero:
"Cómo se deshace un directorio". Denunció allí los pormenores de la situación. Sin
mencionar nombres, sostuvo que cada uno de los miembros del Directorio, al
abandonar su posición dentro del organismo, habían terminado en las toldas del
nacionalismo, incluso el más neutral, Francisco Javier Ocampo. "Aquilino de
Manizales", como le decían al dirigente republicano, dio a entender que Álzate estaba
detrás de todo: "el miembro desgarrado del conservatismo, aliado con los nacionalistas
de La Patria hacía de las suyas en la organización conservadora y preparaba una
mayoría manzanilla para una posible convención".37 Era, pues, Álzate el culpable de
haber transformado y convertido a los comités municipales del conservatismo al
nacionalismo. En manos del DNC dejaba Aquilino la suerte del conservatismo local.
Otro columnista del mismo diario despedía a "los jóvenes portobelinos", al tiempo
que los instaba a soltar el Directorio: "Y como no deseamos contradecirles, ni montar
en cólera por su viaje alrededor del mundo, tenemos que pasar por la pena de apoyar
a algunos rezagados conservadores de Caldas que tomarán la dirección de uno de
esos viejos partidos, repulsivos y carcomidos". 38 Gerardo Arias, contraparte del
conservatismo caldense, argüyó, a su vez, que no existía el Directorio caldense debido
a que dos de sus miembros se habían despedido ya del conservatismo: Álzate y Londoño,
ambos participantes de la reunión de Portobelo, y sostenía que el comportamiento de
Ocampo había sido errático al no acudir al DNC, organismo superior al Directorio
Departamental. La independencia que pedía el conservatismo caldense iba en contra
de los estatutos del partido. 39 Así, el DNC, en cabeza de Laureano Gómez decidió
intervenir el fenómeno del conservatismo caldense, que a todas luces aparecía
contradictorio. Finalizando marzo, el DNC había estudiado la situación, que estimó
"gravísima", del Directorio D e p a r t a m e n t a l de Caldas. Las altas directivas
conservadoras opinaron que en ese departamento los comités municipales no se estaban
eligiendo democráticamente. Laureano resolvió, entonces, volver por los fueros
vulnerados en esa región, según consideraba, y para tal efecto diseñó un plan: el
DNC nombraría en todos los municipios caldenses delegados para convocar a
elecciones populares de comités municipales. La medida desconocería los existentes
y los nuevos convocarían a una convención departamental que se reuniría en
Manizales, presidida nada menos que por Laureano Gómez. La convención elegiría
el nuevo Directorio Departamental. Desde El Siglo, los laureanistas de la región
expresaron satisfacción por las directrices capitalinas. El 30 de marzo, el DNC resolvió
dictar resolución en el sentido de nombrar una J u n t a Provisional que se encargaría
de la dirección del partido en Caldas. Conformaron dicho organismo, entre otros:
Guillermo Gutiérrez Vélez, el general Pompilio Gutiérrez, Enrique Isaza, Emilio
Arias Mejía, Néstor Bueno Cock, Daniel Restrepo Escobar y Eudoro Galarza Ossa.
¡Vaya problema el que se formó! Los nacionalistas caldenses montaron en cólera:
"Ha sonado la hora de reaccionar en forma colérica contra el centralismo bogotano,
cada día más amenazante [...] Nuestro departamento no será nunca un feudo de los

7,77
El Espectador, marzo 29 de 1938, p. 10.
777
El Siglo, abril 1° de 1938. p.4.
477
Ibid.
39
Véase ibid.. abril 4 de 1938, pp. 1 y 3.

El porvenir del pasado 407


políticos averiados del altiplano", decía un cartel de La Patria. 40 Francisco Javier
Ocampo, que representaba el justo medio en el directorio de Caldas, escribió cartas
de protesta, una de ellas a Aquilino Villegas, en donde lo llamaba para que con su
prestigio conjurara la conflagración. Aquilino le contestó, entre otras cosas :

El Directorio del que usted hacía parte no protestó jamás, que yo sepa, contra las doctrinas
anticonservadoras de La Patria, ni nos defendió de estas maniobras secretas para ponérsenos
en manos e x t r a ñ a s [...] Ese Directorio, en el cual había dos nacionalistas, como apareció
después, no merece nuestra confianza sino todo lo contrario, nuestra mayor desconfianza. 41

Ocampo le escribió también al DNC para indicarles a sus integrantes que las medidas
tomadas por ellos desconocían la autonomía política del conservatismo caldense,
defendidas celosamente por el pueblo conservador. 42 Realmente, se trataba de una
pelea dura. Laureano salía al ruedo con toros de casta. El conservatismo caldense
era, si no el más cualificado del país, uno de los más fogueados junto al de Antioquia,
ambos casi asimilados a la sensibilidad leoparda, nada dispuesta a dejarse arrinconar.

El DNC delegó en Francisco de Paula Pérez la instalación de la J u n t a Provisional


conservadora en Manizales. El emisario oficial fue recibido el 3 de abril por los
nuevos dirigentes conservadores, y con ellos trabajó durante el día. Alas seis de la
tarde estaba programada una serie de conferencias por Radio Manizales, en las que
intervendrían Ocampo, en nombre del desvertebrado Directorio, y Francisco de
Paula Pérez, en su calidad de delegado oficial del DNC. Francisco José Ocampo
explicó pormenorizadamente los detalles del conflicto, exoneró de culpas a Álzate
Avendaño, acusado por sus adversarios de haber influido en el nombramiento de los
integrantes de los comités municipales engañando a los demás miembros del Directorio
Departamental. Ocampo dijo que, una vez regresado a Manizales, Álzate no
intervenía en la política del Directorio dada su condición de presidente de la Acción
Nacionalista Popular. "A mi regreso a Manizales, después de la crisis de junio, me
a b s t u v e v o l u n t a r i a m e n t e de participar en el comando conservador de mi
departamento, por que ya había aceptado la presidencia de la Acción Nacionalista
Popular, bloque político nuevo",43 había afirmado el mismo Álzate. Ocampo defendió
la independencia y autonomía, lo mismo que la libre determinación política de los
directorios de provincia. Como remate a sus tareas en Manizales, intervino también
Francisco de Paula Pérez, quien la emprendió contra la derecha nacionalista.
Fernando Londoño Londoño, que no estaba programado y acababa de llegar de
Cartago, pidió espacio para contestarle al delegado oficial. Londoño le sacó en cara
al emisario de Gómez sus negociados durante la hegemonía conservadora y la entrega
del petróleo colombiano a las compañías extranjeras cuando era ministro del gobierno
de Olaya Herrera. El discurso de Londoño, que era escuchado por cientos de
copartidarios, produjo conmoción. Los simpatizantes nacionalistas se lanzaron a la
calle a las nueve de la noche para dar inicio a una improvisada manifestación que
sacó a Londoño de las instalaciones de la emisora y lo condujo hasta su residencia.
En su recorrido, los nacionalistas dieron vivas a Franco, a España, al nacionalismo,
y a Silvio Villegas."

La e n e m i s t a d e n t r e L a u r e a n o Gómez y la sensibilidad leoparda quedaba


irreversiblemente sellada para toda la historia posterior. El Partido Conservador no
477
La Patria, abril 2 de 1938, p. 1.
7
La Voz de Caldas, abril 1" de 1938, p. 1,
42
Véase ampliamente la edición de ibid., abril 2 de 1938
47
Relator, abril 9 de 1937, p. 8.
14
Francisco de Paula Pérez contestó a los agravios en un editorial de El Siglo del 7 de abril de 1938. p. 4. que tituló ""Grandeza y verdad ".

408 El porvenir del pasado


superará nunca está crisis, no obstante las distintas uniones estratégicas en el curso
del siglo XX. La coyuntura de marzo-abril de 1938 les permitió a los líderes
nacionalistas sacar a flote todo lo que sentían por Gómez. J u a n Roca Lemus dirigió
una extensa carta a Fernando Gómez Martínez, que El Colombiano publicó sin
recorte alguno. Allí, 'Rubayata' no sólo explicó el nacimiento y las razones del
movimiento nacionalista. Escribió sobre las causas de la crisis del Partido Conservador
y caracterizó al jefe supremo de la colectividad conservadora de forma y manera
como esta sensibilidad caracterizará al personaje en el futuro. Gómez es identificado
como un aliado liberal, como el personaje gracias a cuya estrategia el Partido Lib-
eral se había hecho al poder y se había fortalecido en él. No sólo eso. Había sido
Laureano, según el ilustre poeta, el responsable, casi el autor de la mística heroización
de Olaya Herrera. Para 'Rubayata', toda la vida política de este "hombre-tromba",
como lo llamaba, había transcurrido en ejercicios contra el conservatismo. Sostenía
que hasta 1932 las colecciones de El Tiempo habían sido un breviario fidelísimo de
las hazañas de Gómez contra el Partido Conservador. Le endilgaba 'Rubayata' a
Gómez su sospechosa amistad con Alfonso López y Eduardo Santos, "sus dos cómplices
más fervorosos en la tarea destructora del gobierno conservador". 15 Decía, además,
que Gómez era un tirano por temperamento, como lo demostraba el escándalo grotesco
contra el Directorio de Caldas organizado por él. "¡Imagínese usted a Laureano Gómez
de Presidente de la República! ¡Tente de atrás, oh, pueblo! ¿Qué casta se entronizaría
en el poder?",46 le decía a su destinatario. 'Rubayata' acusó al DNC de ser responsable
de la merma que en sus fueros había sufrido la Iglesia Católica en el país, debido al
hecho de haber entregado mansamente todos los poderes al Estado liberal sovietizante.
Finalmente, pidió la prédica, por parte del conservatismo, de reformas ajustadas a
las normas vaticanas, sin las cuales ese partido no tenía derecho a pedir respaldo a
las muchedumbres campesinas y proletarias.

El fortalecimiento de la Acción Nacionalista Popular.


Ambos partidos son dos pasiones supérstites.
Sobre un aluvión de formas y e r t a s , sobre
palabras destalonadas, sobre ideas volcadas por
la tormenta de los hechos, subsiste en ellos
cierto fondo mitológico, un virulento complejo
sentimental. 4 1

Alzate : clave en la táctica y estrategia de la sensibilidad leoparda.


Desde su regreso a Manizales, Gilberto Álzate Avendaño estaba dedicado a la
organización de la ANP en los municipios del departamento de Caldas. Las quejas de
sus enemigos políticos tenían fundamento. "El manzanillo nacionalista", como le
decía Aquilino, había diseñado su estrategia de tal manera que la ANP creciera a
expensas de las masas conservadoras. Se trataba de un experimento en que estaba
comprometida toda la sensibilidad leoparda. Álzate tenía a su cargo la organización.
Por ello, a su regreso a Manizales no se reincorporó al Directorio, como era de
esperarse, sino que se le vio metido con la militancia conservadora regional.

15
Eí Colombiano, abril 2 de 1938. p. 2.
'" Ibid.
47
De la entrevista de Álzate al diario caleño Relator abril 9 de 1938, p. 2

El porvenir del pasado 409


J u s t a m e n t e , el 6 de marzo, Álzate había sido recibido por u n a multitud de
conservadores en la localidad de Quimbaya. Estuvo allí en compañía de sus
copartidarios Rafael Lema Echeverri y Bernardo Londoño Villegas, secretario gen-
eral de la ANP en Caldas. Álzate explicó a los habitantes de ese municipio el carácter
y los contenidos de la Acción Nacionalista Popular. Les manifestó que se trataba de
un movimiento católico, bolivariano, agrario y corporativista. 48

Augusto Ramírez Moreno, el leopardo fugado de la política desde la segunda mitad de


1937, presente en el proyecto nacionalista, en carta dirigida a Álzate el 10 de marzo
de 1938, le recomendaba no presentar el movimiento como anticonservador: "porque
nuestras masas no están entre los manzanillos liberales bien pagados y que no canjean
sus sueldos por nuestros sacrificios, sino en las muchedumbres conservadoras" 49 .
Hubo, sin embargo, consejos de Ramírez, que de haber sido tenidos en cuenta por
parte de la sensibilidad leoparda a lo mejor de otra manera estaríamos contando esta
historia: "Debemos reducir al mínimum las dificultades verbales para que esas masas
conservadoras se nos reúnan y debe omitirse en principio lo que tienda a alarmarlas",'50
escribía el esquivo leopardo.

En medio de la crisis por la que atravesaba el conservatismo caldense, Álzate se


desplazó a Popayán y a Cali a comienzos del mes de abril, supuestamente por razones
de negocios particulares. No obstante, sus visitas a estas dos ciudades occidentales
se convirtieron en acontecimientos políticos de relevancia. En la capital caucana
sostuvo conversaciones con los universitarios derechistas bastante bien organizados
y cualificados, dictó u n a conferencia y concedió una entrevista a militantes
conservadores de la región, además de reunirse y conversar largamente con el maes-
tro Valencia. El 5 de abril, en Cali, se dedicó a la organización de la ANP. Constituyó
un comando provisional para todo el Valle, que contaría con un cuerpo consultivo y
secretarías técnicas. 01 Anunció la realización en mayo de la Convención Nacionalista
Colombiana, que tendría como objetivo promulgar un programa concreto y establecer
u n a organización definitiva en todo el país del nacionalismo.

En su visita, Álzate concedió una amplia entrevista al diario liberal Relator, la cual
aprovechó para concretar y explicar puntos controvertidos de la ideología del
nacionalismo que profesaba. Se trató de un documento importante, que dio luces
sobre lo que Álzate estaba pensando en esta coyuntura. El dirigente nacionalista
contestó todas las preguntas en el lenguaje y en la argumentación de la sensibilidad
leoparda, se defendió desde el discurso que esta comunidad había construido hasta el
momento, y expuso para el auditorio vallecaucano razones ya esgrimidas por él en
otras intervenciones para justificar el nuevo partido y reafirmar su versión sobre los
motivos por los cuales había caído el conservatismo en 1930. Recalcó que en ese
momento la crisis del partido era peor de catastrófica que la que se había producido
por el derrumbe de la hegemonía conservadora. Sostuvo que el conservatismo, en la
situación en que se encontraba, no volvería nunca al poder. Considerando aniquilado
ese partido, dijo que los derechistas quisieron "irrigarlo de savias vivas", pero no los
habían dejado. Le contó al país las razones de la crisis generacional que vivía el

'" Véase La Patria, marzo 7 de 1938, pp. 3 y 8.


477
Documento publicado por La Voz de Caldas, abril 11 de 1938, p. 1. Este y otros documentos, por haber sido sustraídos de la oficina de
Augusto Ramírez Moreno, dieron origen a un pleito jurídico. Véase La Patria, abril 29 de 1938, p. 1.
7777
Ibid.
"' Anotamos, con el propósito académico de seguir sus huellas, a los jóvenes que en el Valle militaban en la ANP: Héctor Fabio Várela,
Antonio Llanos, Guillermo Míilán, Bernabé Lozano Quintana. Luciano Silva Victoria, Carlos Luna, Camilo Ulloa Caicedo,
Aiberto Caicedo Carvajal. Hernando Olano Cruz, Elias y Gustavo Salazar García, Humberto Jiménez, Daniel Lorza Roldan, Luís
Carlos Valencia Moreno, Pablo Garcés O'Byrne, J a i m e Garcés Harona, Guillermo Vega Córdoba, José Castro Borrero, Jorge
Rivera Cabal, Alfonso Arboleda Romero, José María Molina Cabal, Armando Cabal Cabal, Antonio José Gatera Duran, César
Martínez Delgado, Gabriel Ramírez Serna. Jorge Martínez Delgado, Antonio José Lujan, Adriano Calero Lozano, Guillermo
Palomina, Luis Carlos Rengifo, Bernardo Correa Isaza, Armando Orejuela, Alfonso Llórente Arroyo, Gilberto Montalvo. Véase
La Patria, abril 8 de 1937. p. 3.

410 El porvenir del pasado


conservatismo, lo mismo que los porqués de su separación del viejo partido. El dirigente
de la ANP culpó a Gómez de no haber sorteado la confrontación generacional en la
colectividad conservadora:

En el comienzo de esta crisis la culpa pertenece al doctor Gómez [...] hizo que el partido
rompiera con las nuevas gentes, con pretextos de homogeneidad doctrinal [...] En el subfondo
de ese conflicto lo que había era la inexorable lucha vital de las generaciones. Los hombres
maduros se mostraban impermeables, cerrados y hostiles. La juventud tuvo, a la postre, que
liar su equipaje o irse del vetusto caserón, cara a la vida. El conservatismo se hacía cada vez
más extático, más inactual [...] había una pesada atmósfera de recelos seniles. La ubicación de
las derechas dentro del conservatismo no ofreció d e m a s i a d a s dificultades doctrinales. El
bolivarianismo se hallaba en el hontanar de nuestra historia política, aunque su influjo apareciese
desvirtuado por las complicidades liberales de las generaciones precedentes. En cuanto a la
doctrina social católica, cuyo ápice sería el régimen gremial, estaba destinada a quitarle al
conservatismo ciertas trazas de palafrén de la plutocracia. No lograr cumplir ese modesto plan
de reformas. La generación vagotónica del centenario, instalada en el comando de la oposición
había cambiado sus viejas rebeldías en rigidez autoritaria. Eso ocurre siempre. En todo dogmático
hay un heresiarca fracasado. En todo caso, el núcleo de las derechas, perteneciente a la
promoción p e n ú l t i m a , fue excomulgado y p r o s c r i t o de la secta c o n s e r v a d o r a por los
ultramontanos. Luego le tocó el turno al grupo de los "leopardos", que habían sido en la política
una especie de "trust del cerebro". Mucho les debía el conservatismo a Silvio Villegas, Eliseo
Arango y Augusto Ramírez Moreno, que le habían dado un estilo a la oposición, evitando la
fuga de las masas y el abandono de las juventudes. Pero eso nada valía ante la virulencia de las
rivalidades y los resentimientos en cuanto a los actuales equipos universitarios, ellos van
emergiendo en la vida pública, razón que los ata a las viejas formaciones banderizas. 52

Álzate desvirtuó la acusación que se les hacía a él y a sus camaradas de importar


teorías y métodos. Ridiculizó y desmitificó ese fenómeno:

¿Acaso el acta de fundación de la democracia figura en los protocolos de los sabios de Fontibón
o tiene patente colombiana como invento nacional? ¿No vino esa teoría de gobierno por la
misma ruta de las carabelas? Las ideas, en cuanto valores puros, no tienen domicilio geográfico.
Pero resulta paradójico que estos políticos de gorro frigio, que prolongan más allá de su vigencia
histórica el vocabulario demagógico de la Revolución Francesa, nos acusen de introducir
ideologías ultramarinas. 5 3

No negó entonces nada, al contrario, las confirmó, pero explicando y ridiculizando la


supuesta originalidad de sus contradictores: "Si dentro de la interdependencia
económica del mundo los cafetales de Kenya amenazan la economía colombiana y
una crisis en Australia repercute sobre nuestra industria textil, también los sucesos
políticos universales cambian la mentalidad del país, su criterio y sus hábitos". 54
Respondía a las preguntas desmitificando conceptos; contraponía a lo que denominaba
abuso del lenguaje sus propuestas alternativas. No se trataba de que no creyera en
la democracia, sino de que no la veía por ninguna parte: ni existía ni había existido:

[...] entre nosotros siempre estuvieron en desacuerdo las teorías y los hechos, la letra inerte de
los códigos y la realidad histórica. Detrás de una fachada constitucional democrática no hubo
más que gobiernos facciosos, bandas acampadas en el poder, clanes dominantes que expulsaron
de la vida civil a las oposiciones vencidas. El advenimiento de un partido se señala por la
revancha contra los grupos antagónicos. Durante sus primeros años, con obstinada voluntad
de dominio, sólo se preocupa por hacerse hegemónico. Cuando h a aniquilado las fuerzas

'" Relator abril 9 de 1938, p. 8.


57
Ibid.
'" Ibid.. p. 2.

El porvenir del pasado 411


rivales y consolidado su poder, se da el lujo moral de la benevolencia. Después sobreviene una
pérdida de energía, una laxitud burocrática que prepara o anuncia un cambio o turno de los
partidos. Entonces, durante ese breve interregno, hay, sí, una especie de juego democrático,
como ocurrió en los años finales de la hegemonía conservadora, cuando el viejo partido
gobernante había deshecho las fuerzas liberales y no temía por su estabilidad en el poder.66

Prefería Álzate otra cosa en vez del embeleco de la democracia. Analizaba otro tipo de
gobierno con mayores réditos en creación y progreso: "individualidades poderosas",
como Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes y Ospina. Decía que la historia activa la
habían hecho estos "caudillos eficaces, sobrepuestos a la gazapera parlamentaria, a
las logias letradas y a los intereses creados de los partidos". 56 Justificaba esta postura
afirmando que el mismo Olaya Herrera había ejercido como un dictador legal que
había gobernado dentro de sucesivas facultades extraordinarias, para salvar "el tem-
poral de la crisis económica y del cambio político".57 Y justificaba lo que él y su
comunidad de habla pensaban: "Hay un retorno universal al héroe, a la eminencia
h u m a n a sobre 'la vana equidad de la llanura', después de un ciclo de racionalismo y
burocracia". 58 Y, más que renunciar al concepto de democracia, lo precisaba. Le
parecía que la democracia cristiana, de la que tanto se hablaba, no aludía a formas
de gobierno, sino a un criterio social, y que no se podía comprometer a la Iglesia en
la defensa de principios demo-liberales. Afirmaba que la concepción católica del mundo
estaba centrada sobre la persona humana y no sobre el ciudadano. "Aquella es un
valor espiritual y este es una creación política",59 señalaba. Para Álzate, la democracia
era algo simplemente formal, que no se subordinaba a fines superiores, que ignoraba
"la verdad y entrega su descubrimiento al cómputo mecánico de la mayoría,
empadronando a los hombres como en un censo pecuniario". Estaba más de acuerdo
con la democracia funcional, que no era individualista ni demagógica, sino corporativa
y técnica. Aceptaba también el concepto de democracia directa, que establecía un
vínculo activo y espontáneo entre el caudillo y su pueblo. En esta categoría, Álzate
incluía a los gobiernos no parlamentarios que existían en la "España nacional",
Portugal, Alemania e Italia. Anotaba, además, que no era distinta la fórmula
bolivariana sobre un poder ejecutivo discrecional, que procedía de la voluntad del
pueblo, "pero con suficiente recaudo coercitivo para no sufrir el vaivén de las mareas
populares y la obtusa demagogia. Son regímenes demonios, más que demócratas. No
se gobierna por el pueblo, sino para el pueblo". 60

Álzate no definió el movimiento nacionalista como una disidencia conservadora. Habló


de un movimiento autónomo. Reafirmó la tesis de estar segregados definitivamente
de los viejos partidos. Habló con la coherencia del discurso de la sensibilidad leoparda
y de los extremistas del Alto Comando de la ANP :

Ellos tuvieron una razón de ser histórica en el siglo pasado, representando el conservatismo
las fuerzas centrípetas y el liberalismo las fuerzas centrífugas de la sociedad, este como
abanderado de la libertad y aquel como personero del orden. La política de esa época se movía
en la órbita de la Revolución Francesa. Su conflicto central eran las libertades públicas y los
derechos del hombre. En nuestro tiempo, cuando las masas han entrado en la escena, rencorosas
y desesperadas ante los rigores del régimen económico y la indiferencia del Estado abstencionista
la política está centrada en el orden social y en el sistema de producción. Nos movemos en el
ciclo de la revolución rusa. Entonces si desde ese nuevo ángulo visual se examinan las doctrinas
clásicas de los partidos seculares es menester darse cuenta de que el conservatismo no es

77
Ibid.
'" Ibid
77
Ibid.
•' Ibid
••' Ibid.
"' Ibid.

412 El porvenir del pasado


ideológicamente sino una disidencia liberal y de que ante la economía los dos enemigos históricos
resultan hermanos siameses. ,i;

Tenía razón en esta apreciación. Justamente, la disputa con el republicanismo de


Aquilino Villegas y, en general, con el de sus seguidores, que se expresaban en La
Voz de Caldas, pasaba por este punto. Su conservatismo no era otra cosa que una
versión más moderada del liberalismo, y por eso también se explica su expectativa
ante el comportamiento de Eduardo Santos como presidente. De ahí que la J u n t a
Provisional de Caldas emitiera: "Declarar en consecuencia su fe en las excelencias
políticas de la democracia como forma orgánica de la sociedad que busca
necesariamente la igualdad de todos los hombres ante la ley".62

Álzate avanzó, esta vez, en una concepción de la cultura política colombiana atada a
una naturaleza particular del bipartidismo nacional que va en contra del progreso
mismo del país y de su política: los partidos como cultura:

En Colombia se presentan curiosas situaciones, paradojas colectivas. Muchos conservadores y


liberales coinciden en ciertas opiniones políticas, pero nunca se encuadran para una empresa
común. Hasta los burgueses apeninos votan por la revolución, contra sus intereses y sus ideas,
antes que sumarse a los godos. El rencor ancestral, las repelencias hereditarias los separan
irrevocablemente. Como nuestra historia está cruzada de cruentos acontecimientos y en los
bandos no se empadronan los individuos sino los linajes, un oscuro resentimiento que viene del
pretérito impide que se entiendan las fuerzas ideológicamente homogéneas, con perjuicio del
país. La política no depende en Colombia de las ideas sino de los sentimientos. Desde hace
cincuenta años decía Caro que en este pueblo no había partidos políticos sino odios hereditarios. 63

Álzate era consciente del peso de la cultura partidista en el ciudadano colombiano.


Afirmaba que, como actitud del hombre ante la vida, el país tenía una mentalidad
conservadora, explicable por su economía pastoril y sus tradiciones espirituales. Por
esta razón, era inútil convocar gentes liberales bajo el pabellón "azulenco del
conservatismo". Pero, aun así, proponía reagrupar las fuerzas políticas en una nueva
alineación nacional: el nacionalismo, "con un programa válido, tan exento de utopías
como de anacronismos, se propone desempeñar esa función catalítica". 64 No le
apuntaba tan sólo a las masas conservadoras, su tesis consistía en llamar también
a filas a los liberales. Confiaba en que la alianza de los liberales con los comunistas
terminaría tarde o temprano llevando liberales al nacionalismo: "a la postre el régimen
mismo se tambalea por la dispersión de su clientela heterogénea, pues el liberalismo
no es ya un partido unitario sino un cartel de izquierdas, aglutinado negativamente
por odio y temor a la restauración conservadora". 65

Reafirmó y avanzó Álzate en el programa social que él y su comunidad venían


construyendo. Negó que la vieja guardia reconociera la existencia de problemas sociales
en el país. "Nosotros afirmamos que son perentorios y dramáticos", dijo.66 Agregó
que no se trataba de un problema de jornales y salarios, sino que en Colombia las
masas soportaban una existencia infrahumana. Llamaba a alargar la mirada hacia
los campos para advertir al campesino analfabeto, roído por las enfermedades
tropicales, sin bienestar y sin anhelos. Para Álzate, las reformas liberales poseían
un carácter demagógico porque tenían en cuenta tan sólo al proletariado urbano y
desconocían al labriego y al artesano que constituían la mayoría trabajadora del
17
Ibid.
La Voz de Caldas, abril 4 de 1938. p. 7.
Relator, abril 9 de 1938, p. 8.
Ibid.. p. 2.
Ibid.
Ibid.. p. 8.

El porvenir del pasado 413


país. Al tiempo que proponía, como sus copartidarios, la supresión de la huelga por
ser contraria a la economía y al interés de la Nación, proponía encuadrar al país
dentro de un sistema corporativo que eliminara orgánicamente los conflictos entre
capital y trabajo. Sostuvo que su concepto sobre la propiedad, que se nutría de la
teoría del bien común de Santo Tomás, aterrorizaba a la burguesía de ambos partidos.

Álzate calculó los adeptos a su corriente en sesenta mil personas y confió en poder
iniciar la lucha por el mando cuatro años más tarde. No descartó la posibilidad en
un futuro de que un candidato nacionalista tuviese que enfrentarse a una coalición
liberal - conservadora. Manifestó que no le preocupaba la inmediatez de conquistar
el poder: "Al proyectar nuestra acción en el tiempo, poco nos importaría que el éxito
estuviera más lejos de nuestra vida individual. Sabemos que si nosotros no realizamos
estos sueños, habrá siempre una generación que los recoja".67

Proponer un movimiento suprapartidista era un mérito del nacionalismo y de la


comunidad política de Álzate. Le cabe a ella, como al unirismo de pocos años atrás, el
mismo mérito. Ambas fórmulas iban en pro de una diversificación temprana del
sistema político nacional. Pero el unirismo había sucumbido justamente por la
vigencia histórica del liberalismo. ¿Le pasará lo mismo al nacionalismo alzatista?
Por lo menos, contaba con la experiencia unirista. Y Álzate lo tuvo en cuenta:

La moral del movimiento no puede depender de la próxima vuelta electoral, ni su porfía


contenerse dentro de un breve plazo. No queremos que el movimiento sea un episodio más en
la historia del país, como la aventura unirista o el interregno republicano. Nuestra vasta
ambición consiste en que cumpla su función de molde histórico y le dé su perfil a una época [...]
Nosotros bautizamos una nueva política y estamos dispuestos a servirla con nuestro aliento
humano [...] Este movimiento está forjado con lo mejor de nosotros mismos. No constituye una
herencia sino nuestra propia obra. No es tradición sino creación. Uno no quiere entrañablemente
sino lo que engendra. El hombre efímero quiere perpetuarse en la carne o en el espíritu. Por
eso crea y procrea. Nosotros no dejaremos nunca perecer este movimiento, que es testimonio
fiel de una generación y la más tremenda verdad de nuestras vidas. 68

El robustecimiento de la ANP.

La evolución de los acontecimientos en la colectividad conservadora favoreció a la


Acción Nacionalista Popular, que salió fortalecida de este proceso. El afluente
nacionalista comenzó a fluir hacia su corriente. Al fin y al cabo, las cosas resultaron
como las había querido el sector que aspiraba a una independencia no sólo del
conservatismo, sino de todo el bipartidismo. Aunque Rodrigo Jiménez Mejía, el
derechista que sobresalía en Bogotá, no fue invitado a la reunión de Portobelo, sus
tesis estuvieron presentes. Hacía poco, este controvertido dirigente había declarado
a El Espectador:

Agrupamos a nuestro alrededor fuerzas nacionalistas, muchas de las cuales actúan dentro del
Partido Liberal. No nos interesa, pues, la procedencia conservadora: nos interesa atraer al
Ejército, a la clase media, a la industria, al campesinado. Es un movimiento fundamentalmente
distinto del que ha dado vida a los bandos tradicionales, en que se han educado los conservadores
disidentes. 69

•7 I b i d .
'•' I b i d .
7777
El Espectador, marzo 8 de 1938, p. 5.

414 El porvenir del pasado


Cuando el proceso del rompimiento con el Partido Conservador era irreversible, los
ideólogos de la ANP desestimaron considerarse una disidencia de esa colectividad. Al
contrario, pelearon su independencia, se despidieron y se fueron del que llamaron
"caserón carcomido" imposible de habitar, no sin antes declarar: "No somos disidencia
conservadora; somos algo completamente distinto y aislado! nuestro plan es gigantesco
y nuestras puertas se hallan abiertas a todos los buenos ciudadanos de sana voluntad,
a todos los que se hallen cansados de una Colombia apolítica, de todos y para todos:
tal como la soñó el Libertador". 70 Y, además, acuñaron su despedida con el particular
dejo generacional: "Nosotros representamos hoy la lucha, y ella no es propia de quienes
ya la nieve de los años ha encorvado y no pueden mirar un porvenir que no les
pertenece! la lucha es nuestra y es una lucha nueva, formidable, infinita". 71

Pregón se convirtió en la voz cantante de la ANP. La página condensó trascendentales


artículos de colaboradores que se manifestaban a favor de mayor ideologización e
independencia del conservatismo. Esto significaba, también, la profundización de su
propuesta social, que a esta altura la componían no pocos documentos programáticos:
"Nosotros trabajamos con el pueblo y para el pueblo. Nuestro programa social es el
más avanzado que haya articulado colectividad alguna en Colombia. No hay
reivindicación justa del proletariado que no hagamos nuestra. Aspiramos a un Estado
cristiano donde los humildes alcancen los mismos bienes que los poderosos", decía
un cartel nacionalista colgado en La Patria. 72 Al mejor estilo leninista y aprista, los
pregoneros hablaron de sus programas máximo y mínimo. El primero lo resumieron
en la expresión: "superación colombiana"; que en lo económico pasó a significar
"abolición de todos los privilegios, reajustando la economía, justificando los patrimonios,
revisando la posesión territorial en forma tal que desaparezca el latifundio y se
estatuya una parcelación racional, y eliminando todos los factores de inquietud social
que socavan la estabilidad del país, y propician, cada día más, un estado de cosas
inequitativo e irritante". 73 En lo político, la superación quería decir eliminar los
viejos partidos tradicionales sustituyéndolos por una vasta empresa nacionalista
que se proyectara hacia misiones civilizatorias que borraran los odios heredados
entre rojos y azules. En lo cultural, la superación abogaría por la realización de
productos autóctonos que redundaran positivamente en un país con "personalidad
mental" capaz de aportar algo a la cultura universal.

El programa mínimo estaría compuesto por objetivos de resolución inmediata, tales


como el estímulo a la industria nacional, defensa del comerciante racial, lo que quería
decir que se rechazaría al comerciante extranjero "evitando cualquier intercambio con
los mismos, y haciendo una amplia propaganda entre las gentes, tendiente a formalizar
un ambiente de general repulsa hacia ellos".74 El programa mínimo, es decir, el plan
inmediato, le confería gran importancia al aspecto cultural. Toda obra que a juicio de
los nacionabstas tuviera nexos con su ideología sería estimulada propiciando su difusión
y venta, y su ubicación en las bibliotecas escolares, públicas y universitarias.

No renunciaron ni a la revolución ni a autodenominarse revolucionarios. Entendieron


el significado positivo de esos significantes y se los autoadjudicaron. Gonzalo Canal
Ramírez, joven de la ANP, se tomó la vocería del movimiento para declarar: "Nos
proclamamos revolucionarios [...] Hemos examinado el término y lo encontramos de
acuerdo con nuestro movimiento y lo aceptamos con regocijo".75 Pero, claro, los
La Patria, abril 4 de 1938, p. 2.
dbid.
Ibid., abril I77 de 1938, p. 1.
Pregón, en ibid., abril 4 de 1938, p. 2.
Ibid.
I Inri

El porvenir del pasado 415


significantes pasaban por un proceso distinto. Se trataba de una revolución del orden,
que aspiraba a restaurarlo desde el catolicismo, el nacionalismo y la justicia social,
según argüía. Pero, aun así, no estaban dispuestos a renunciar a ellos como si los
términos fueran monopolio de una sensibilidad particular: "La etimología de revolución
comprende un triple significado de oserosidad. La partícula re denota intensificación
del acto [...] expresa remover una cosa de extremo a extremo. El pueblo intuye este
valor gramatical y por eso crispa los nervios y templa los músculos cuando lo oye".76
Así, Canal Ramírez daba a entender la necesidad de no hablar de contrarrevolución
como se venía haciendo, sino de acoger el término revolución por ser más conveniente.

La mística de las multitudes siempre fue revolucionaria. La masa está dispuesta a destruir, y
revolución supone cierta destrucción para construir nuevos edificios. La palabra revolución
tiene un gran poder cabalístico que embriaga a los pueblos y los entrega atados al demagogo.
Nosotros no podemos desechar esa fuerza. Con ella, hecha electricidad, Danton y Marat volcaron
la historia de Francia y con ella, convertida en símbolo en el fascio y en los acordes de Giovinezza,
Mussolini reconstruyó un imperio arruinado hacía quince siglos. La revolución social, inevitable
como la esencia misma de las cosas, irá a su fin con nosotros. Contra nosotros jamás. 77

La democracia nacionalista.
En medio de la aguda crisis conservadora, la ANP desarrollaba su campaña de
organización. Un aviso en La Patria rezaba: "Conciudadanos: La Acción Nacionalista
Popular tiene sus oficinas en la carrera 12 entre calles 13 y 14, número 320, edificio
contiguo al Banco de la República. Allí está permanentemente abierta la inscripción,
allí se le expedirá a usted la cédula de la ANP en cualquier hora del día entre las 8 a. m.
y las 5 p. m.".78 Más adelante, otro aviso decía: "Incorporaos a la Acción Nacionalista
Popular; adquirid hoy mismo vuestra cédula si estáis animados de un sincero y puro
deseo de contribuir a la grandeza de Colombia y a vuestro bienestar".79 Por otro lado, en
abril reapareció el semanario Falange, que en Barranquilla dirigía Armando Zabaraín,
y reflejaba el peso del nacionalismo en la región. Los nacionalistas barranquilleros,
entre quienes se encontraban, además de Zabaraín, José Manuel Insignares y Luis A.
Bernal, sostenían que en Caldas estaba la salvación de Colombia.80

Un cartel de Pregón del 11 de abril, que salía justamente en el fragor de la crisis


conservadora, reconocía por fin la democracia, concepto que no aceptaba en ninguna
de sus acepciones. Esa vez, la página de la ANP delimitó la democracia liberal,
denostó de ella y fortaleció otra: "El nacionalismo es la más auténtica y genuina
forma de la democracia".81 Se leía en el cartel que los viejos partidos lo que entendían
por tal era el voto, sin importarles la situación de miseria e ignorancia en que se
encontraba el elector. Para el nacionalismo, en cambio, la democracia estaba
constituida por sus propios contenidos: la justicia social, la equidad económica, la
educación popular y el equilibrado usufructo de los bienes, no por parte de unos, sino
de todos. En pocas palabras, para el nacionalismo la democracia era la abolición de
los privilegios y la justiciera posesión de bienes. Era, pues, el momento para desarrollar
en Colombia, por fin, el pensamiento primorriverista : "Nadie nació conservador.
Nadie nació liberal. Todos hemos nacido colombianos. Superar los partidos, por lo
tanto, amar a la patria antes y después de nosotros mismos, más allá de nuestra
cuna y de nuestro sepulcro", 82 leemos en el cartel de Pregón. Y Álzate desarrollaba

Ibid.
Ibid.
Véase ibid.. abril 2 de 1938. p. 8.
Ibid.. abril 29 de 1938, p. 4.
»' Véase ibid.. jumo 1.3 de 1938, p. 2.
47
Ibid.. abril 11 de 1938. p. 2.
»"' Ibid.

416 El porvenir del pasado


las tesis de la ANP y los ideólogos de la ANP desarrollaban las tesis de Álzate. Nos
referimos a los contenidos de la entrevista que el líder nacionalista había dado hacía
poco a Relator. Hernán Jaramillo Ocampo escribía sobre "el poder diabólico" de la
palabra democracia. Decía que, en su nombre, en Colombia se habían instaurado
regímenes de casta, oligarquías, dictaduras militares, etc. Decía también que se
trataba de un término que servía de sofisma para reforzar tanto lo verdadero como lo
falso. Y agregaba:

Al pueblo se le asesina en su nombre. Hemos hecho demagogia con su respaldo: invocándola, los
gobiernos justifican sus procederes antidemocráticos [...] Hemos desarrollado la democracia
electoral que es en realidad la antidemocracia. Hemos confundido el derecho a votar con la
legalidad de los gobiernos. Yo creo en la democracia como fuerza orgánica, no como registro
numérico, ni como inventario pecuario. Contar los votos, y orientar la república según la supuesta
voluntad de los MAS, es hacer el registro numérico del pueblo y no auscultar sus deseos.83

Sostenía que el hombre colombiano no tenía sensibilidad política, sino hambre y sed
de elecciones. Tenía un carácter aristocrático la nueva concepción que de la democracia
difundía la ANP. Esta se debía crear y desarrollar desde el gobernante hacia el
gobernado a través de un proceso de análisis minucioso de los actos de las ejecutorias
de quienes mandaran y no a la inversa, esto es, del individuo al Estado por imposiciones
en que pocos electores son la base del gobierno, es decir, la voluntad popular. Jaramillo
desarrollaba, de igual manera, la nueva concepción frente a las colectividades históricas
aplicando el método socio-biológico tan utilizado entonces. Escribía que los partidos
políticos eran una enfermedad epidérmica hereditaria, un virus sentimental, "se es
conservador o liberal, como se sufre de psoriasis, o se es romántico. El papel del
colombiano, su influencia en la marcha del Estado, se circunscribe a un pasajero
episodio electoral, a una interina acción en las urnas. El jefecillo de villorrio, la
autoridad inferior, domina al hombre-masa, y su libertad es un péndulo que oscila
entre dos caciques".84

Desembarazarse de la coyunda partidista colocaba a la ANP a tono no sólo con el


falangismo, sino con el conjunto todo del pensamiento y propósitos de los Estados
Novos de Portugal y Brasil. Aquí la construcción de los nuevos estados no involucraba
la participación de partidos políticos, y se intentaba crear una nueva cultura nacional.
Claro, era una política de Estado, mientras que en Colombia se trataba apenas de un
movimiento minoritario de resistencia a la República Liberal. Con todo, los
nacionalistas colombianos contaban en su contra con la historia misma a la cual
apelaban: el peso que en la tradición nacional tenían los partidos políticos y la
formación católica de la mayoría de la población. Y no cualquier catolicismo. En
Brasil, en cambio, el proyecto del Estado Novo tenía en el positivismo un componente
ideológico de envergadura. 85

Los líderes de la Acción Nacionalista Popular de Antioquia contaron, a partir del


15 de mayo, con u n a página especial en las ediciones dominicales de El
Colombiano, que denominaron "Presente". La sección, que estaba dirigida por
Luis López Gómez, abrió su primera edición con la reproducción del programa
nacionalista que Rodrigo Jiménez Mejía había publicado en Tradición el año
a n t e r i o r . A d e m á s , en Bogotá, comenzó a circular B a n d e r a s , s e m a n a r i o

747
Ibid.
•' I b i d .
47
Véase Ayala Diago, César Augusto. "Entre el positivismo y el populismo 7 la experiencia brasileña'. en Ahumada, Consuelo y Angarita.
Telma (edits). La región andina- entre los nuevos populismos y la movilización social. Bogotá. Observatorio Andino. 2003, pp, 175-186

El porvenir del pasado 417


nacionalista, bajo la dirección de Hernando Zamora; y en Cali, en cabeza de
Héctor Fabio Várela, El Nacional congregó la opinión de los militantes de la
ANP valluna. Los citados semanarios estaban llamados, el primero a reemplazar
a Derechas y a paliar la influencia de El Siglo, y el segundo a resistir a la de
Diario del Pacífico y galvanizar el elenco disperso todavía de la derecha
vallecaucana. En el municipio de Caicedonia, al norte del departamento, circulaba
el periódico nacionalista Orientación, bajo la dirección de Evencio Pérez; y en
Aguadas, Caldas, don Aristóbulo Botero dirigía El Nacionalista. 8 6 Así, la ANP
ponía programa sobre programa, periódico sobre periódico, como si fuesen los
ladrillos de la inmensa construcción que aspiraba a edificar.

Rumores de una convención nacionalista, que se celebraría el 20 de julio, comenzaron


a circular. Mientras tanto, con persistencia, la ANP, continuó trabajando el sector
femenino de la organización. Desde la tradición cultural machista, si se quiere,
tuvo para con la mujer un trato especial. Para las damas la estrategia de la retórica
fluyó a torrentes: "Ellas vienen aquí a traer el aceite y a encender las lámparas en
el altar de los padres de la patria; la niña sembrará de alegría los campos
nacionalistas; las jóvenes nos darán el calor de su sangre y la ardentía de su corazón;
y la madre hará a la falange la ofrenda de sus hijos".87 Eran palabras pronunciadas
a propósito de uno de los homenajes que la dirección bogotana de la ANP rendía a
las militantes del nuevo partido. Estaban conscientes los nacionalistas del papel
que podría cumplir la inclusión de la mujer en la vida política del país. Según
argüían, ellas conservarían la religión, el mito, el idioma, la moral, el hogar, las
voces del pasado, la tradición. Por eso se comprometieron ante ellas: "Es meta
primordial de nuestro movimiento, y de ello responderemos con la sangre, el darle a
la mujer la preeminencia que por derecho de naturaleza le corresponde en la
estructuración de la patria, para así corresponderle a su afán constante por ella".88

La descentralización.
N u e s t r a aspiración es que el nacionalismo
incorpore en su e s q u e m a d o c t r i n a r i o la
redención de l a s p r o v i n c i a s , ya que ¡os
verdaderos intereses locales nunca pueden
e s t a r en contra del i n t e r é s n a c i o n a l .
P o l í t i c a m e n t e , q u e r e m o s una a u t o r i d a d
centralizada: en lo económico a s p i r a m o s a
v i t a l i z a r l a s r e g i o n e s [...] N o s o t r o s los
nacionalistas amamos ¡a provincia y provincia
es también Cundinamarca, con un sentido
místico. El rostro de nuestra amada Colombia
tiene color rural. Todo sistema político que no
parta de esta base indeformable es exótico y
forastero entre nosotros 6 9

" Véase Tradición. N° 37, julio 20 de 1938, p. 47.


87
La Razón, junio 17 de 1938, p, 11.
«" Ibid.
" La Patria, abril 30 de 1938, p. 3.

418 El porvenir del pasado


La pelea por la descentrabzación de la pobtica conservadora, que bbraba el nacionabsmo,
era tan sólo un componente de una campaña descentralizadora más global, en la que
los departamentos del occidente estaban empeñados. La lideraba Antioquia: "los
antioqueños debemos permanecer firmes al pie de la bandera y con el propósito de no
reposar hasta que hayamos dominado el monstruo centrabsta",90 escribía un columnista
de El Colombiano, que se refería no precisamente al monstruo Laureano Gómez, sino
al monstruo que "succiona nuestra riqueza, inutiliza las iniciativas de la raza pone
trabas a nuestro desarrollo industrial, debilita nuestras energías y enflaquece la
prosperidad de Antioquia".91 El episodio de la crisis del conservatismo agudizó las
contradicciones entre capital y provincia, cabaUito de bataba de la sensibdidad leoparda.
Ala iniciativa de Antioquia, liderada por su gobernador Alberto Jaramillo Sánchez, se
sumó el departamento de Caldas en cabeza también de su gobernador, Arcesio Londoño
Palacio. A su lado estuvieron los nacionalistas Silvio Villegas, Antonio Alvarez Restrepo
y Fernando Londoño Londoño. Se aspiraba a que el VaUe se sumara luego a la campaña.
El movimiento descentralizador, versión Caldas, adoptaría sus demandas en las
siguientes generabdades: 1. Limitación de los patrimonios del Estado; 2. Autonomía de
los departamentos y de los municipios para el manejo y distribución de los recursos
fiscales; 3. Justicia para todas las provincias colombianas en el régimen tributario
nacional y departamental; 4. Equidad en la distribución de los presupuestos. 92 Los
bderes de la iniciativa en pro de la descentralización acusaban a la Repúbbca Liberal de
exagerar el centrabsmo. Veían con malos ojos la nacionalización de la instrucción púbbca
y de la policía departamental. Consideraron que se trataba de una economía dirigida
desde el Estado, que afectaba el comercio y las industrias de las secciones. Se propusieron
los descentralizadores, ante todo, defender la cultura aldeana: "Fortaleciendo el campo
habremos organizado el más poderoso frente interno de la defensa nacional",93 es decir,
la economía agrícola: "Colombia está en los cafetales, en los ingenios de caña, en las
plantaciones de algodón y de trigo, en la zona tabacalera, en la zona minera";94 y anotaban,
sin ambages, lo que pensaban de las ciudades: "no son productoras sino consumidoras.
Y la producción es el gran fenómeno colectivo de un pueblo".95

La prédica nacionalista estaba en estrecha relación con la economía de la región


caldense.96 La economía cafetera era explotada a gran escala por propietarios medianos
e, incluso, pequeños, que necesitaban de amplia mano de obra, que de emigrar del
campo a la ciudad hubiera significado un desbarajuste socio-económico. Estimular
la propiedad rural entre los colonos era una apuesta positiva, y estaba acorde con la
mentalidad regional. Un editorialista de La Patria escribía:
Hay que emancipar al campesino en la propia forma en que se va a emancipar al obrero.
Debemos mantener al colombiano en el campo, para darle al trabajo rural ventajas semejantes
a las del trabajador urbano. Nuestro esfuerzo debe dirigirse a hacer desaparecer la esclavitud
del salario y del mal alojamiento, a fomentar por el crédito la explotación en pequeño y el
cultivo familiar, poner a disposición del cultivador la energía eléctrica: a s e g u r a r buenos
aprovisionamientos de agua, drenar e irrigar: emprender la organización campesina. Es preciso,
sobre todo, hacer del obrero agrícola un propietario, substituyendo a los asalariados rurales
por los explotadores libres que se aprovechen poco a poco de los progresos realizados en la
vasta explotación de carácter científico. 9.

77
El Colombiano, abril 4 de 1938. p. 5.
Ibid.
2
Véase La Patria, abril 5 de 1938, p. 4,
n u d . a b r i l 9 de 1938. p. 3.
7
Ibid.
• Ibid.
17
Véase al respecto García, Antonio. Geografía económica de Caldas. Bogotá, Controlaría Nacional. 1937. Kxiste una segunda edición
de 1978 de! Banco de la República.
7
La Patria, julio 21 de 1937, p. 3.

El porvenir del pasado 419


Conforme pasaba el tiempo, los descentralizadores ampliaban la gama de demandas.
A los caldenses, que se consideraban parte de Antioquia, no les llamaba la atención
diferenciarse, y por ello hablaban de que eran una misma raza, y exigían que el
impuesto de giros cafeteros fuera derogado y las tarifas del transporte por el río
M a g d a l e n a reducidas al mínimo. La táctica organizativa del movimiento
descentralizador consistía en vincular a las organizaciones sociales, tales como la
Sociedad de Mejoras Públicas, el Club Rotario y la Cámara de Comercio.

El nacionalismo hizo suya esta prédica descentralizadora y la consideró, por


supuesto, parte de su ideología. La puso acorde con su lucha de ese momento
contra los dos partidos:

Una vez se ha demostrado que el sentimiento partidarista es lo que obstruye entre nosotros los
caminos de toda empresa redentora, un pueblo unido, palpitando de fervor místico, con voluntad
de realizar una empresa histórica, se ve perturbado por un grito salvaje, que no corresponde a
ninguna realidad nacional [...] Las colectividades políticas restan: la Nación une y congrega. Las
fuerzas que trabajan por una tarea histórica se dispersan en insensatos episodios partidaristas. 98

Y amoldaron también a su ideología una propuesta distinta de resolver los problemas


regionales: "comisiones sabias y llenas de buena voluntad alejadas de la algarabía del
Parlamento" y demás cuerpos legislativos.

En Medellín, en plena Plaza de Berrío, el jueves 7 de abril se llevó a cabo una grandiosa
manifestación, durante la cual se dio a conocer el nacimiento del movimiento
descentralizador. El nacionalista caldense Londoño Londoño alternó la palabra con el
gobernador de Antioquia, que se convirtió en caudillo de la causa. Los oradores coincidieron
en la exigencia de rentas propias para los municipios, que superaran las políticas de
auxilios; pidieron créditos bancarios extendidos para municipios y veredas. El grito por
la descentralización fiscal fue unánime.

Eran justas las reivindicaciones del movimiento descentralizador. Las condiciones


materiales de las localidades lo justificaban. De los 800 municipios de entonces, 670
carecían de alumbrado eléctrico, más de 700 funcionaban sin servicios de hospitales, y
cerca de 500 no tenían agua potable, según anotaba el gobernador de Antioquia.99 De la
gran manifestación de Medellín se pasó a organizar comités descentrabzadores en todos
los municipios del departamento.

Para la última semana de junio de 1938 estaba programada la manifestación pro


descentralización de Manizales, que con entusiasmo promovía La Patria. Se anunciaba
la participación de Silvio Villegas, de Manuel Ocampo y del gobernador de Antioquia,
Alberto Jaramillo Sánchez. En efecto, el 27 de junio se llevó a cabo la manifestación, la
cual fue preparada en el estilo y pujanza que los nacionalistas les imprimían a sus
actividades. Se contó con la amplia participación de las mujeres convocadas, también
en los mismos términos y con el mismo tacto que esta sensibilidad acostumbraba a
usar en la seducción política de las damas. Fue un acto de masas grandioso, mayor que
el de Medellín. La fiesta cívica de Manizales lo era del occidente del país, pues allí
estaba todo el inmenso Caldas y el extenso Valle. La delegación antioqueña era grande
y distinguida. Entre los invitados estaba el director de El Colombiano, Fernando

"'Ibid.. abril 8 de 1938, p, 3,


"" ibid.. abril 9 de 1938, p. 3.

420 El porvenir del pasado


Gómez Martínez. El centro de la ciudad resultó pequeño para congregar allí a la enorme
multitud que se tomó prácticamente toda la ciudad. Pero no se trató tan sólo de una
congregación, sino de un animado desfile que oscilaba entre la formalidad de lo oficial y
la espontaneidad del espíritu pobtico-popular. Nadie trabajó después del medio día, todo
se concentró en el despliegue de masas, primero, y en escuchar, después, una catarata
casi interminable de discursos, algunos densos, porque mostraban las cifras de la injusta
distribución de la riqueza en el país, que afectaba de manera considerable a la provincia.
Silvio Villegas, en trance de líder supremo del nacionalismo, incorporó a su discurso los
temas que lo envolvían, que lo seducían y que lo torturaban en ese instante de gran
producción intelectual, a favor de una nueva concepción de la política. El acto de masas
que él mismo había contribuido a que se diera, lo emocionó. Villegas creyó ver allí ese
todo reunido al que aspiraba: "colombianos de todos los partidos, de todas las clases, de
todas las profesiones, de todos los oficios: la unión sagrada para la salvación de Colom-
bia". Por eso, se expresó así: "Espiritualmente me parece ver congregados en esta plaza
a los colombianos del Atlántico, a los colombianos del Pacífico, a los colombianos del
Táchira, del Suárez, y del Chicamocha, a los colombianos de la montaña y la llanura,
fraternizando en una aspiración común. La provincia se moviliza como en 1932 para
defender a la patria de un pebgro supremo".100 En su discurso, Villegas reiteró y profundizó
sus promovidas tesis contra el centralismo bogotano, e hizo jurar por el Dios de Colom-
bia fidelidad a la causa sagrada de la descentralización.

La estrategia para desmovilizar el nacionalismo.


La división de las derechas.
A esta altura de las cosas, cuando el partido nacionalista se confundía con la ANP,
bueno es recordar que de la Acción Nacional Derechista de 1935, la del movimiento del
periódico Derechas, que hemos narrado atrás, algunos bderes se quedaron en el camino
y no asimilaron el proceso en que había desembocado la sensibilidad leoparda: Rafael
Azula Barrera, Francisco Fandiño Silva, Guillermo Camacho Montoya, entre otros,
que seguían existiendo, pensando y escribiendo, pero que no compartían lo que estaba
sucediendo en la derecha que ellos habían inspirado. Camacho Montoya escribía:

Debemos acondicionarnos a las circunstancias sin los arrebatos del grupo caldense que ha
transformado el pensamiento inicial del movimiento en algo completamente distinto a lo que
se dijo en 1935. Tampoco entendemos ese neonacionalismo con un acentuado y odioso perfil
regionalista. En otras palabras parece que se trata de un nacionalismo desintegrador. Esto no
lo entendemos. 1 0 1

Se había separado también del ideario leopardo la comunidad pobtica que giraba alrededor
de Diario del Pacífico, que se convirtió en pugnaz crítica de las actividades de los
nacionalistas aliados de ayer. Escribía uno de sus editorialistas que, en vez de
autodenominarse Partido Nacionabsta, los ideólogos caldenses debían pensar, más bien,
en otro nombre: "Partido Manizabsta". 102
Camacho Montoya continuó trabajando su tesis de equiparar el nacionalismo caldense
con un movimiento desintegrador. No compartía la manera como la sensibilidad
leoparda afrontaba y planteaba el problema del centralismo bogotano, y consideraba
una contradicción ideológica lo de la descentralización por la que abogaban. Horadaba
77777
Ibid.. jumo 28 de 1938. p. 1.
11,1
EJ Siglo, abril 13 de 1938, p. 4.
1772
Véase Diario del Pacifico, abril 12 de 1938, p. 4.

El porvenir del pasado 421


en las fuentes ideológicas del nacionalismo colombiano las causas de sus incoherencias.
Recalcaba que el fascismo genérico era ajeno a la prédica de los descentralizadores, y
traía a colación una tesis de Mussolini: "Hay que desprovincializar a Italia". 103
Camacho no compartía, entonces, las tesis de los ideólogos caldenses porque iban en
contravía del nacionalismo puro que, según él, ellos propugnaron. Les recalcaba la
procedencia liberal en Colombia de las tesis federales y los invitaba a releer a uno de
sus paradigmas: Ramiro de Maeztu. Se refería a Nuestro nacionalismo, texto en
que el inmolado teórico rechazaba las secesiones.104 Exageraba Camacho, por supuesto.
Justamente en lo que él, Diario del Pacífico y otros críticos les endilgaban a los
nacionalistas de Manizales y Medellín estaba la particularidad del nacionalismo
colombiano de la sensibilidad leoparda. Le cabían razones, claro está. En Brasil y
Portugal el proyecto de la derecha se denominaba integralismo. El mismo Getúlio
Vargas había quemado las banderas de los estados para simbolizar el espíritu
centralizador de su proyecto autoritario. Pero en Colombia los nacionalistas tenían
otra fuente poco explotada por los demás nacionalismos de derecha del continente:
B a r r e s más que M a u r r a s . Y con aquel construirán e s t a b a n edificando, un
nacionalismo que respetara la provincia, que le reconociera autonomía y le diera
juego en la distribución fiscal. Y, de paso, que esto fuera de la mano de una
federalización de los partidos. Pero, más que todos los mencionados juntos, la
influencia a la que se llegaba, la más propicia para la coyuntura de 1937-1939, era
Primo de Rivera, pues entonces existían las condiciones para su aplicación. Por eso,
con justicia, José Mejía Mejía, el líder nacionalista antioqueño, escribió en el momento
de constituirse el nacionalismo:

Quizás el movimiento nacionalista de Caldas que acaudilla esa brillante generación se mueva
más próxima en ideas y sensibilidad a la acción falangista de José Antonio Primo de Rivera, que
al anacronismo monárquico del pensamiento maurrasiano. Regresar a la Nación, esculcar el
subsuelo histórico para suministrarle al pueblo inéditas savias, indagar los manantiales puros
de la patria y volver al pretérito de la Nación sin reproducir sus errores, he ahí el esqueleto
emocional y mental del nacionalismo peninsular que propugnaba el mártir de Alicante. 105

A pesar de los deseos y razones del fiel amigo antioqueño, los nacionalistas caldenses,
atando su prédica a la descentralizadora, no renunciaron a Maurras. Al contrario,
volvieron sobre él y con él compartieron sus tesis sobre la constitución de los
municipios, y lo citaron:

Descentralizar: reconstruir Francia. Hay que reconstruir la vida local. Hay que rehacer la
propiedad terrícola, condición de la vida local. Hay que rehacer la familia, de la que depende
todo [...] Reconstrucción de las provincias, autonomía de las universidades, reinstauración de
poderosos patrimonios industriales y territoriales, autonomía sindical, autonomía confesional
he aquí exactamente lo que falta a nuestro presente, lo que nuestro pasado aconseja, lo que
reclama nuestro porvenir. 106

Y acudieron los nacionalistas al fenómeno portugués con ahínco: "Uno de los doce
principios de la producción adoptados por el integrabsmo portugués, que es el movimiento
europeo al cual aspira a parecerse más el nuestro, dice: 'Proclamamos la Nación eterna
como razón primera de nuestra existencia social; a la Nación viva y activa, a través del
color específico de la provincia, de la región y del grupo económico' ".10?

77:7
El Siglo, abril 13 de 1938, p. 4,
" I b i d . . abril 18 de 1938, p.4.
05
El Colombiano, abril 19 de 1938. p. 5.
1,77
La Patria, abril 30 de 1938. p. 3.
177
Ibid.

422 El porvenir del pasado


Alas siete de la noche del 27 de abril, desde los micrófonos de La Voz de Colombia,
Francisco Fandiño Silva dio lectura a una carta abierta a los derechistas del país,
"los compañeros de ayer, de hoy y de mañana". 108 La carta, escrita en el lenguaje de
Camacho Montoya, tenía el propósito de desvirtuar los contenidos del nacionalismo
caldense como evolución natural del movimiento derechista, y, de paso, contribuir a
su desmovilización y desarticulación. Los firmantes del documento escribían que
nunca se habían propuesto la creación de una disidencia ni de un nuevo partido, sino
preparar las reservas del conservatismo ante "la inminente lucha contra el bolchevismo
internacional". Los autores declararon que desde El Siglo habían continuado
exponiendo los ideales de la ADN y que "por derechistas, con lógica derechista" estaban
rodeando a Laureano Gómez "porque es la voluntad fuerte, sin complicaciones
ginebrinas, ante la algarabía de las capillas protestantes". 109 Recalcaron los autores
que el pensamiento de los nacionalistas caldenses constituía una desviación hacia
un personalismo censurable y la falsificación de su doctrina. Insistían en que la
descentralización por la que propugnaban los nacionalistas era un apéndice fatal en
los postulados del nuevo partido. Finalmente, la carta hizo un llamado al movimiento
derechista a reestructurarse sobre planos colombianos, con las características propias
del país, "en un frente único, disciplinado y firme contra la anti-patria marxiste". 110 .
Los nacionalistas no se quedaron callados. 'Rubayata' sacó de su archivo personal la
correspondencia entre él, Fandiño y Camacho, en la que estos despotricaban contra
Gómez y mostraban interés por la lucha contra la vieja generación conservadora. 111
José Mejía Mejía desestimó la arremetida de Camacho, Fandiño y Azula, entre tantos,
por estimar que hacía tiempo se habían fugado del credo derechista. 112 Gerardo Va-
lencia defendió las tesis de la independencia y la autonomía por las que había luchado
el movimiento derechista de 1935, y saludó que Gilberto Álzate, Silvio Villegas y
Fernando Londoño hubieran hecho realidad la completa independencia del
derechismo. 113 En cambio, El Siglo se congratuló con la carta de los derechistas, a
quienes llamó verdaderos defensores y representantes del movimiento derechista en
Colombia, a diferencia de la pesadilla de las derechas insurrectas. 114

Germinad el nacionalismo colombiano queda constituido.


El viejo y desarticulado Directorio Conservador de Caldas convocó a u n a
convención d e p a r t a m e n t a l p a r a el sábado 16 de abril en horas de la tarde. El
objetivo principal del evento era la renuncia irrevocable de los integrantes del
Directorio D e p a r t a m e n t a l . La P a t r i a presentó el acontecimiento como la
oportunidad de asistir a "una sabia lección de política", por cuanto Londoño
Londoño, Álzate Avendaño y Francisco Javier Ocampo expondrían con lujo de
detalles la situación del conservatismo departamental. Se hizo hincapié en que
se t r a t a b a de una convención conservadora y no nacionalista. 1 ' 5 La resolución
de convocatoria expresaba sus deseos de que a los ocho años de política nacionalista
del Directorio no los sucediera el turno de "oscuras oligarquías, que dividen el
partido para gobernar y se defienden con persecuciones sistemáticas a la juventud
y a la inteligencia". 116

77
La carta estaba firmada por los antiguos militantes de la Acción Nacional Derechista 7 Guillermo Camacho Montoya, Víctor G,
Ricardo, Rafael Azula Barrera, Gabriel Carreño Mallaríno. Alvaro Ortiz Lozano, Francisco Plata Bermúdez. Julio Zuluaga Arango,
Juan Manuel Pachón. Arturo González Guarnizo. Manuel Briceño Pardo. Jorge Buitrago Roa y Alejandro Vanegas. Véase El Siglo,
abril 28 de 1938. p. 1.
" Ibid.
" Ibid.
Véase El Colombiano, abril 30 de 1938, p. 3.
7
Ibid.. abril 26 de 1938, p. 3.
" La Razón, abril 30 de 1938. p. 4.
4
El Siglo, mayo 12 de 1938. p. 4.
77
Véase La Patria, abril 13 de 1938, p. B,
7
'Ibid.. abril 12 de 1938, p. 1.

El porvenir del pasado 423


El DNC, por su parte, declaró que la convención convocada no representaba al partido,
y, en su defecto, quien asistiera a sus deliberaciones sería considerado nacionalista. Así
se lo hizo saber la J u n t a Provisional a la militancia caldense que, de paso, sacó un
cartel en La Voz de Caldas, donde les comunicaba a los conservadores que el periódico
La Patria no representaba la opinión de la colectividad, y que, por el contrario, se
trataba de un enemigo del conservatismo. La Voz de Caldas se autoproclamó el
diario oficial del partido, utilizó el mote de neonacionalistas y anticonservadores para
referirse a quienes se autodenominaban nacionabstas y tuvo delirios del siguiente tenor:
"nosotros le repetimos a todos los conservadores que esos señores son tan enemigos del
conservatismo como lo son los comunistas y los liberales". 11 '

Y llegó el 16 de abril. La Patria llamó a una definición. La militancia regional


debía escoger: laureanismo o nacionalismo. Las deliberaciones se llevaron a cabo en
la oficina de Londoño Londoño con la sola asistencia de diecisiete delegaciones de los
43 municipios caldenses. Y, como lo había prometido La Patria, el evento resultó
una lección de política. Hubo derroche de la palabra. Álzate, por ejemplo, sobre la
base de sus intervenciones en Cali, habló de cuatro y media de la tarde a siete de la
noche, y Londoño de nueve a once de la noche. La Convención contó con la presencia
de 'Luis Yagarí' y Silvio Villegas. Francisco Javier Ocampo presentó un informe de
actividades del Directorio y ofreció su renuncia. Lo propio hizo Londoño, que pronunció
el discurso de su vida: "Desde esta noche, 16 de abril, con mi pasado, con mi presente,
con todo mi presente, óigase bien, con mi porvenir, con toda mi sangre dejo de ser
conservador y me paso al nacionalismo".' 18 Fueron elegidos Julio Zuluaga y Joaquín
Estrada Monsalve presidente y vicepresidente de la Convención. Álzate Avendaño
pidió que la asamblea se constituyera en sesión privada, lo que significó el despeje de
las barras. Aunque se había prometido que la Convención sería conservadora, los
resultados fueron otros: "La Convención Conservadora de Caldas adopta la política
nacionalista, dentro de la fórmula 'no hay enemigos a la derecha' ",119 La Patria
abrió el lunes de Pascua con un titular a ocho columnas: "La Convención Conservadora
de Caldas adoptó por unanimidad la política nacionalista, ayer".120 Acompañaban al
titular las fotos del comando nacionalista elegido: Gilberto Álzate Avendaño, Silvio
Villegas, Arturo Arango Uribe, Fernando Londoño y Antonio Alvarez Restrepo. Abría
el abanico de fotos, de manera destacada, la de Álzate. 12 '

El evento estuvo saturado de simbología, era Semana Santa, Sábado de Gloria y


Domingo de Resurrección. A las doce de la noche, cuando el nacionalista Londoño
Londoño terminó su discurso, entre estrepitosos vítores al nacionalismo, saludó de
pie a los convencionistas con el brazo derecho en alto. Estrada Monsalve, entre otros
delegados, pronunció un discurso doctrinario y expresó su solidaridad con los grandes
líderes del nacionalismo. "Germinal", tituló su editorial del lunes de pascua La
Patria: "El 16 de abril de 1938 será una fecha clásica en la historia del movimiento
nacionalista colombiano",122 comenzó diciendo el editorialista, para pasar luego a
hacer un compendio, que recogió en apretada síntesis el ideario social y político de
toda la comunidad nacionalista. Además de confirmar las tesis sobre la extensión a
los servidores del Estado del auxilio de cesantías, seguros de vida, vacaciones
r e m u n e r a d a s y jubilaciones, el editorialista manifestó que los nacionalistas
reconstruirían la Gran Colombia y se unirían a otras voces en el mundo que lucharan
por los mismos ideales suyos. Finalmente, llamó a todos los caldenses a romper las
7
La Voz de Caldas, abril 22 de 1938. pp. 3 y 5.
4
EJ Siglo, abril 18 de 1938, p. 1,
4
La Patria, abril 18 de 1938. p. 3,
Ibid.. p. 1.
7
Ibid.
' Ibid.. p. 3,

424 El porvenir del pasado


barreras del odio y a inscribirse en las falanges de la colombianidad. "El nacionalismo
colombiano queda constituido", terminó sentenciando. 123

La Razón, que acomodaba sus simpatías según avanzara el conservatismo hacia


sus intereses, se puso de parte esta vez del ganador:

Hay que confiar, para bien de Colombia, que el señor Gómez siga dirigiendo con su fuerte
puño el Partido Conservador por muchos años. Este grande enemigo del Partido Liberal es
un liberal por ideas y un verdadero demócrata. Colombia necesita antes que todo y sobre
todo mantener su organización democrática y liberal contra toda asechanza funesta de la
izquierda y de la derecha. 124

El diario bogotano expresó preocupación porque, según señalaba, con la conformación


del Partido Nacionalista empezaba a perfilarse en Colombia el fascismo criollo.
Destacaba La Razón la presencia, en ese nuevo partido, de personabdades del prestigio
de Eliseo Arango, Álzate Avendaño, Silvio Villegas y Fernando Londoño, con amplio
reconocimiento en las masas conservadoras. Se esperanzaba en que a la cabeza del
conservatismo estuviera una figura de tradición democrática, como Laureano Gómez,
pero advertía el peligro que significaba una posible retirada de esa jefatura: "No se
ve dentro de la política conservadora quién pudiera enfrentarse a un movimiento
presidido y conducido por la juventud, y capitaneado por personajes de alto prestigio".125

La sociabilidad política de El Colombiano, parte constitutiva de la leoparda, lamentó


todo lo sucedido en Caldas con sus copartidarios nacionalistas escindidos del
conservatismo, pero se esperanzó en un reencuentro. En el editorial "No hay enemigos
a la derecha", dedicado al caso, consignó: "tenemos fe en que algún día, frente al pebgro,
y por esa ley que hace juntarse a los elementos afines, conservadores y nacionalistas
entropemos unidos en las jornadas decisivas. Cuanto hemos querido es no dejar romper
el puente que pueda servir a la unión. Hemos creído y creemos que no hay enemigos a
la derecha".126 Más adelante, el Directorio Departamental de Antioquia emitió un
manifiesto que, en lenguaje distinto al de los diarios antinacionabstas, recogió los idearios
nacionalistas y llamó a la militancia a prepararse para participar en las elecciones
legislativas de 1939. El manifiesto llamó la atención sobre la necesidad de adecuar la
doctrina conservadora conforme a los nuevos tiempos. El Colombiano saludó el tono y
propósitos del documento oficial del conservatismo antioqueño. El editorialista, José
Mejía Mejía, conceptuó: "Nos parece suficiente esta corajuda definición del nuevo directorio
conservador para establecer la esterilidad de toda cólera reaccionaria derramada en los
últimos años contra una generación política que ha cometido el pecado de pensar
históricamente a largo plazo".127 Esto quería decir que la sensibilidad leoparda en su
versión antioqueña seguía dentro del conservatismo. 128

Adiós al viejo partido.


En su entrevista a Relator, de Cali, Álzate aprovechó para despedirse del Partido
Conservador en un tono bastante nostálgico:

Allí dejamos los mejores años de nuestra juventud combativa. Detrás de esos muros patinados
se quedan m u c h a s cosas nobles que hemos amado. Hoy un deber nacional nos obliga a

27
Ibid.
777
La Razón, abril 18 de 1938, p. 5.
25
Ibid., abril 29 de 1938, p. 5.
2,7
El Colombiano, abril 18 de 1937. p. 3.
27
Ibid.. abril 28 de 1938, p. 3. Véase el texto del manifiesto en la edición del 27 de abril, p. 3. El documento estaba firmado por José Roberto
Vásquez, Eudoro González Gómez, Samuel Escobar, Miguel Calle Machado, Gabriel Vélez, Luis Ospina Vásquez y Néstor Castro.
277
Véase la columna de José Mejía Mejía "Nuestra adhesión al nuevo Directorio"', en ibid., mayol6 de 1938. p. 5.

El porvenir del pasado 425


desgarrarnos de un pasado de servicios y sacrificios. Lo hacemos sin sobresaltos, pero con
u n a áspera melancolía. Nosotros conservamos los valores permanentes del orden cristiano,
lo que todavía estaba vivo bajo la costra y la resaca sedimentada. Por la ruptura y separación
de los antiguos hábitos, incompatibles con el marco social de nuestro tiempo y con la vida en
marcha, es el precio necesario y la condición cruel de toda política creadora. Este sentido
profundo tiene las palabras de Cristo cuando le dijo al nuevo discípulo que se detuvo a pagar
un tributo de piedad sepultando el cadáver de su padre: "Sigúeme tú, y deja que los muertos
entierren a sus muertos". La política que dejamos atrás nos tuvo un día como sus figuras de
pelea. El conservatismo n u n c a podrá quejarse de nosotros. Nunca fuimos oportunista y
logreros. Nos vamos con la misma a l t a n e r a dignidad con que estuvimos. Ojalá se fije en
quienes ocupan nuestros puestos vacantes, por respeto a sí mismo. "Nosotros hemos cogido
nuestro pasado de la mano, hemos mirado al fondo claro de sus pupilas, hemos visto que nos
perturba y empujando su espalda hacia el olvido, le hemos dicho adiós. Puedes irte tranquilo".
No podemos hacer menos. Era preciso volver a nacer, conforme al t r a u m a cristiano del
segundo nacimiento. Es una metamorfosis que conserva la identidad del ser dentro de la
variedad de las formas. Tal vez se trate de sacrificar el accidente para salvar la sustancia,
abandonar el frasco y la etiqueta rotos en beneficio del contenido trascendental. Porque los
v a l o r e s s u p r e m o s del o r d e n c r i s t i a n o y el e s p í r i t u n a c i o n a l e s t a b a n p r e c i s a m e n t e
d e s g u a r n e c i d o s d e n t r o de u n a e s t r u c t u r a política y e r t a e i n o p e r a n t e . El éxito de este
movimiento depende de la sinceridad brutal con que afirme su propio ser, su sentido y su
itinerario. No deben presentarse ambigüedades. Si la gente de nuestra responsabilidad mental
ha roto con su pasado es porque no le queda n i n g ú n activo nexo y porque sabe que no
reculará jamás en sus designios. Puede esperarnos la derrota, la muerte civil, el ostracismo
político. Todo lo aceptamos menos una infidelidad con nuestro destino. Que todos sepan esto,
respaldado en la franqueza y dureza de mi vida como combatiente. Hemos quemado las
naves. No hay vehículo de regreso. J a m á s retornaremos al malecón reaccionario, menos nos
entregaremos al régimen. Nos hemos creado deliberadamente el dilema de Hernán Cortés.
El imperio o el aniquilamiento. No existe una fórmula media, una bisectriz del ángulo. 129

La sangre de Gilberto Álzate Avendaño.


El bautizo de sangre del nacionalismo.
La sangre vertida por nuestro bizarro capitán
nos congrega cada día más. El se ha hecho
más digno de nuestra confianza porque está
cumpliendo lealmente su estoica consigna de
servir, de luchar y de padecer [...] Una colérica
desazón nos está removiendo las entrañas. La
s a n g r e joven del h é r o e , del caudillo del
c o m b a t i e n t e ha e m p u r p u r a d o n u e s t r o
movimiento. Sobre la tierra reseca y estéril,
ha caído gota por gota, la savia fecundante de
sus venas. 130

La situación era tensa en Caldas después de culminada la asamblea nacionalista. El


oficialismo conservador había utilizado el Domingo de Resurrección los micrófonos
de Radio Manizales para contestar los discursos nacionalistas de la víspera. Las
conferencias tuvieron en Álzate su contradestinatario. El líder nacionalista intervino
ante su organizador para pedir la suspensión de las procacidades dirigidas hacia él.

" ' Relator abril 9 de 19.38, p. 8.


iao
La Patria, abril 22 de 1938, p. 5,

426 El porvenir del pasado


Al otro día, alguien profirió a su paso, cuando se dirigía a su oficina, una ofensa, a lo
mejor con el vocabulario extraído de los contenidos de las citadas conferencias (son
múltiples las versiones). Álzate reaccionó y, como resultado de la confrontación física,
recibió una herida profunda con arma blanca en el brazo izquierdo. Los detalles de lo
acontecido varían según las fuentes que se consulten. Lo importante, sin embargo,
fue la explotación que se hizo del acontecimiento. El líder nacionalista recibió la
solidaridad de la sociedad caldense, que volcó su atención sobre la evolución de su
restablecimiento. Los periódicos aliados abrieron al día siguiente con la infausta
noticia, acompañada de fotografía: "La tentativa de asesinato contra Gilberto Álzate
Avendaño. Fue herido de tremendo barberazo por un celador. Alas siete y cuarenta y
cinco fue atacado", tituló La Patria. 131 'Villano atentado contra Gilberto Álzate
Avendaño. Apuñalado el ilustre jefe de las derechas nacionales", tituló El
Colombiano. 132 Así, Álzate se convirtió en héroe. "Herido y sangrante" se dirigió a la
oficina de redacción de La Voz de Caldas e increpó allí a los cronistas de ese diario
por la campaña contra él y contra las derechas del departamento. Luego, rechazando
los automóviles que le ofrecían, se dirigió a pie a una clínica, donde le practicaron
una "delicadísima" operación quirúrgica. El "joven caudillo", decía La Patria en su
editorial, "en su lecho de enfermo, bajo el efecto del cloroformo la única palabra que
acudía a sus labios era el nombre de Bolívar".'33 El atentado contra Álzate sirvió para
darle legitimidad, solemnidad y heroicidad a la nueva etapa política que iniciaba el
nacionalismo. El editorialista de La Patria escribió:

Nosotros no llamamos a nuestro lado sino a los que estén resueltos a luchar y a morir; nuestro
movimiento será una batalla continua. La sangre vertida por Gilberto Álzate Avendaño cae
sobre la vía de la redención y el sacrificio. No en vano la cruz está en la cima del rescate y es el
camino, la verdad y la vida. Nuestros combatientes caídos serán reemplazados sin dificultad
por los propios hijos de los que hoy nos persiguen y vilipendian.1:l"'

Arturo Arango Uribe, uno de los miembros del nuevo comando nacionalista, se expresó
en el mismo sentido:
Por la sangre de Gilberto Álzate Avendaño nosotros llamamos a Colombia a que reniegue de los
viejos odios históricos y se una contra los partidos políticos y sobre los partidos políticos, para
realizar su destino. Somos los herederos señalados en el t e s t a m e n t o del Libertador, los
colombianos a quienes da su muerte para consolidar la unión. Si para que cesen los partidos es
necesaria no sólo la sangre sino la vida, no importa morir. La muerte es general e inevitable, y
nosotros creemos en la inmortalidad y en la gloria.13S

'Rubayata', desde su columna, exclamó: "Qué gran síntoma de grandes victorias.


¡Los malos de España no atentaron contra el viejito Romanones sino contra Calvo
Sotelo...!".130 Un columnista de La Patria escribió: "Álzate Avendaño tiene una
mano en cabestrillo, pero es la izquierda. La derecha está entera y libre para saludar
a Bolívar y a la Patria unificada".13? De las provincias caldense y vallecaucana llegaron
telegramas de solidaridad del siguiente tenor: "Sangre suya recogérnosla y con ella
como incienso perfumaremos nuestros campos nacionalistas"; "Que sangre jefe vertida
garantice, germine y multiplique"; "En Álzate Avendaño reciben nuestros principios
su bautismo de sangre". 138 Y el atentado fortalecía la imagen de Álzate, reconocida
con nominaciones como las de: "bizarro capitán", "impertérrito jefe nacionalista",
"escritor de linaje", "abogado inminente", "distinguido intelectual", "prestigioso jefe",

7
Ibid.. abril 19 de 1938, p. 1
7
L7 Colombiano, abril 19 de 1938. p. 1
7
La Patria, abril 19 de 1938, p. 3.
7
Ibid.
7
Ibid. p, 1.
7
El Colombiano, abril 19 de 1938, p. 4,
7
La Patria, abril 2 1 de 1938. p. 6.
• Véase ibid.. abril 19. 2 3 2 1 de 1938.

El porvenir del pasado 427


"egregio caudillo". Y el mismo Álzate contribuyó a su autoconstrucción como héroe :
"Para eliminarme de la política, tendrán que asesinarme, pues estas asechanzas no
alcanzan a perturbar mi corazón rocoso. Desde hoy en el lecho reanudo la campaña
nacionalista. Pierda o no el brazo, continuaré sirviendo al movimiento, en lado de mi
generación, mi generación, mientras aliente". 139 Y para darle realce al proceso de
heroización, la noche del 22 de abril se instaló en su pieza de enfermo el Comando
Nacionalista de Caldas. Asimismo, Álzate Avendaño culpó al conservador caldense y
miembro de la J u n t a Provisional, Guillermo Gutiérrez Vélez, de ser el autor
intelectual del ataque. Las acusaciones no pararon sólo en esto: Álzate retó en duelo
al dirigente conservador y exigió nombrar padrinos. Empero, el acontecimiento no se
llevó a cabo.

Al contrario de lo que decían los columnistas pronacionalistas, Aquilino Villegas


alabó la actuación de los jóvenes que despotricaron contra Álzate y contra el
nacionalismo a través de la radio e influyeron en el desenlace del atentado: "Jamás
se ha escuchado nada semejante a la hora conservadora del domingo por la Radio
Manizales". 140 Le interesaba al contradictor de la generación nacionalista potenciar
un sector joven del partido para oponerlo a los nacionalistas y desvirtuar la idea de
que la juventud giraba toda en torno suyo : "La juventud barre los antecesores que no
supieron ser fieles a la doctrina y lanza su brazo por encima del equipo fascista y
agarra el eslabón de las otras generaciones conservadoras que batallaron al pie de
las ideas en todos los campos y los caminos de Colombia. La muchachada sigue fiel
al Partido Conservador".141

Eudoro Galarza Ossa, director de La Voz de Caldas, en la misma lógica de don


Aquilino, criticó las tesis argumentativas de lo que él, Aquilino, El Siglo, Diario
del Pacífico y La Voz de Caldas denominaban neonacionalismo. Sobre todo, no
compartió la idea de la crisis de los partidos tradicionales y, por el contrario, los
consideró vigentes y entabló feroz defensa de ellos. En esa dirección, estimó que dos
tendencias favorecían que se acusara de anacrónicos a los partidos: la comunista y
la cesarista, ambas reinantes en el mundo totalitario europeo: Hitler, Stalin,
Mussolini. Aunque comunismo y cesarismo aparecían como antípodas, anotaba
Galarza que ambas tenían sus puntos de contacto en la supresión de las libertades
públicas e individuales, en el exterminio de los principios de igualdad civil, etc. Para
Galarza, los partidos eran los pulmones de la conciencia democrática de los pueblos,
las columnas sobre las cuales descansaba la arquitectura de las libertades políticas,
de los derechos civiles y de la grandeza y cultura de las naciones. Lo que Galarza
escribía da cuenta del arraigo del bipartidismo en la cultura nacional y pone a pensar,
primero, en que la prédica antipartido de los nacionalistas a lo mejor era muy
temprana, y, segundo, que existía de veras una cultura democrática liberal en el
seno del conservatismo. Galarza defendía el sistema político burgués conformado por
el binomio Gobierno - oposición. Así, anotaba:

En el Gobierno los partidos son movimiento, son la historia en marcha, la conjugación legalizada
de sus principios doctrinarios: y en la oposición son la crítica que orienta y que construye, que
sufre los excesos del régimen imperante, que celosamente vigilan el cumplimiento de las
funciones institucionales: en toda parte son el diálogo vivaz y útil sobre el progreso y sobre la
cultura, sobre los medios más seguros de la civilización, sobre el imperio de la moral, en una

7777
El Colombiano, abril 21 de 1938. pp, 1 y 7.
7,77
El Siglo, abril 21 de 1938. p. 4.
777
Ibid.

428 El porvenir del pasado


palabra, los partidos mantienen el equilibrio entre los derechos y los deberes de los habitantes
del país, de los gobernantes y de los gobernados. 142

Finalmente, Galarza controvirtió la tesis nacionalista de los partidos como factores


de atraso y como impedimento del progreso. Sostuvo que, por el contrario, la
construcción de países como Inglaterra y Estados Unidos se debía a su bipartidismo.

Los redactores de Diario del Pacífico también criticaron el fenómeno caldense.


Sostenían que ese grupo carecía de unidad de mando y de doctrina, y opinaban
que todos sus integrantes eran jefes y que cada uno tenía su propio programa
político. Nada le reconocía este órgano del conservatismo valluno al nacionalismo;
decía que su pensamiento era una olla podrida de ideas políticas, que su delirio
de grandeza era patético y que se t r a t a b a del caso "más agudo de imitación
simiesca" que r e g i s t r a b a n los a n a l e s de la República. S o s t e n í a n que los
neonacionalistas no habían dicho cómo resolver los problemas nacionales, puesto
que la realidad no les interesaba. 143 Los nacionalistas, por supuesto respondieron
sacando a relucir todas las vías que habían propuesto para resolver los problemas
nacionales, y, para que no quedaran dudas, ampliaban el diapasón de problemas
con sus soluciones. Haberse incorporado al movimiento de descentralización era
u n a prueba de elfo: "Destinar el veinticinco por ciento de las rentas nacionales y
el veinticinco por ciento de las r e n t a s departamentales para que los municipios
del país adquieran tierras, formen sus ejidos, y los parcelen entre los obreros y
campesinos que quieran trabajarlos, este es en nuestro concepto la forma de
descentralización que beneficia directamente al pueblo colombiano", 144 escribía
u n columnista de La Patria. Los nacionalistas opinaban que la descentralización
debía encaminarse hacia una organización del trabajo que llevara riqueza a los
campesinos y r e d u n d a r a en provecho de los municipios. Al abogar por la
parcelación de las tierras, los nacionalistas querían un país de propietarios, y
creían, con ello, estar poniendo en práctica las recomendaciones de las encíclicas
papales, parte integrante y fundamental de su ideología: "Si se fomenta la
industria de esta muchedumbre con la esperanza de poseer algo estable, poco a
poco se acerca u n a clase a la otra y desaparecerá el vacío que hay entre los que
ahora son riquísimos, y los que son pobrísimos", 145 anotaba el mismo columnista.

Con altura respondió el nacionalista Antonio Alvarez Restrepo a las diatribas en


contra del nacionalismo. Dirigiéndose a los "dilectos adversarios", reafirmó que los
nacionalistas habían llegado al nacionalismo por la vertiente católica. Y desde allí
confirmó que contra la vieja mentalidad represiva, que confiaba a la fuerza pública
la solución de los conflictos obreros, ellos oponían la tesis corporativa, que bajo la
supervigilancia del Estado establecería la justicia en las relaciones del trabajo, que
intervenía no para solucionar conflictos desencadenados, sino, más bien, para
prevenirlos. 146 Así, los nacionalistas habían llegado al punto de reconocer el
intervencionismo de Estado juzgándolo como una especie de fiel de la balanza.
Asumiéndose parte de una élite, los líderes nacionalistas decían haber bajado a los
obreros y llamarlos hermanos, como mandaba Cristo, o camaradas, según los tiempos
que corrían. Y, a su manera, expresaban criterios igualitarios: "Todos los hombres
tenemos un cuerpo igual, por un mismo nacimiento, por un mismo fin y por las
mismas tentaciones y por los mismos peligros",147 escribía Alvarez. Sin reconocer la

72
Ibid.
""' Diario del Pacífico, abril 23 de 1938, p. 4.
44
La Patria, abril 23 de 1938. p. 3,
77
Ibid.
'•" Ibid.. abril 22 de 1938, p. 3,
777
Ibid.

El porvenir del pasado 429


influencia de ese amplio laboratorio de ideas que era la Europa de 1938 en su
pensamiento, en particular la influencia del soberano de toda la cristiandad, repetían
una y otra vez que eran criollistas y colombianistas; que su nacionalismo llevaba el
sello continental de los libertadores, que el criollismo que predicaban buscaba la
exaltación de lo propio y la afirmación de la nacionalidad colombiana.

La organización del nuevo movimiento nacionalista.


Ante el giro de la gente de Diario del Pacífico hacia el oficialismo conservador, el
nacionalismo se vio obligado a organizar las cosas en Cali desde el espacio que había
ganado la Acción Nacionalista Popular. Esto significó la visibilización de su grupo
directivo, que antes era opacado por los hombres del prestigioso diario conservador.
Conformaron la nómina del Comando Nacionalista del departamento del Valle Ciro
Molina Garcés, J u a n Antonio Bonilla y Leonardo Tafur Garcés, entre otros, quienes
pusieron a consideración de la militancia nacionalista del país una plataforma de
veinticuatro puntos, con el fin de ser recogidos e incluidos en los documentos
programáticos del movimiento.148 Destaca la demanda sobre la división de las grandes
extensiones de tierra, lo mismo que altos gravámenes para las superficies incultas.
Los nacionalistas vallunos abogaban por el fomento del turismo a través de una
legislación que lo favoreciera. Pidieron la incorporación a los programas del partido
de los problemas de la sanidad y la higiene pública, de los cuales anotaron que
debían "ser un postulado primordial y esencial de todo buen gobierno, apropiándose
a las regiones, climas y ambientes". 149 Clamaron por la expedición de leyes que
situaran a las mujeres en el pleno ejercicio de sus derechos civiles. Llamaron a su
capacitación para que participaran en la vida administrativa del Estado y en todos
los ambientes de la educación y de la cultura. Por los micrófonos de La Voz del Valle,
los nacionalistas vallunos se dirigieron a los "colombianos de sangre y de idea" con la
consigna de "nacionalismo, salve". Se expresaron en nombre de los obreros, de la
masa popular y de la mujer trabajadora. 150

No será por falta de ideas, ni de programas, ni de propuestas que fracasará el


nacionalismo. Avanzaban los días y con ellos aparecían más y más sugerencias
programáticas. El nacionalismo y la ANP pasaron a ser una misma cosa. Rodrigo
Jiménez Mejía se convirtió en columnista de Pregón, y desde allí desarrolló y
profundizó sus tesis; abogó por la nacionalización del subsuelo y llamó a los
nacionalistas para que se preparan a empuñar una dirección del Estado que
administrara y custodiara el patrimonio nacional e impusiera un justo equilibrio
entre el rendimiento del capital extranjero y la parte correspondiente a la Nación.151

Finalmente, la fuerza de las argumentaciones mostraba al nacionalismo como un


nuevo, moderno e irreversible partido político, que aspiraba a superar a las
colectividades históricas catalogadas como "mascarones sin vida, fósiles históricos,
herrumbre emocional", etc. Sus ideólogos redujeron las posibüidades político-ideológicas
de los colombianos de entonces ante el dilema nacionalismo o izquierdas. Aquel como
promesa de orden, como afirmación de la colombianidad, como prospecto bolivariano
del Estado, y las izquierdas como sucursal de la Tercera Internacional Comunista,
que distendía "sus tentáculos semitas por todas las naciones". 152 Y conscientes de la

7 lf7
El documento estaba firmado por Ciro Molina Garcés, J u a n Antonio Bonilla, Leonardo Tafur Garcés. Julio Ocampo Vásquez. Ricardo
Velásquez, Alfonso Llórente Arroyo, Alberto Warnier, Armando Orjuela. Evaristo Charría y Luis Haramann. Véase ibid.. abril 24 de
1938, p. 2.
" ' Ibid. pp, 1-2.
7771
Véase ibid.. mayo 19 de 1938, pp. 1 y 8.
747
Véase la página de Pregón en ibid.. mayo 2 de 1938, p. 2. Vale anotar que fue esta la última edición de Pregón.
74
Ibid.

430 El porvenir del pasado


fuerza de las consignas de su adversario, terminaron parodiándolas: "nosotros
lanzamos a todos los vientos nuestro llamado fraternal: Colombianos de todos los
partidos, acogeos a la bandera nacionalista. ¡Esta es la bandera de la patria!". 153

Eduardo Santos, el nuevo presidente.


Al contrario del Directorio Nacional Conservador, El Colombiano no se ilusionó
con la elección presidencial de don Eduardo Santos, propietario de El Tiempo. Señaló
el periódico antioqueño que el Partido Conservador no podía esperar ninguna garantía
del nuevo gobierno, sino continuar luchando por conquistarlas al estilo que le habían
impregnado los nacionalistas al trabajo político:

Ya dijimos otra vez que el Partido Conservador tiene que basar toda su política en sí mismo, sin
esperar nada de los adversarios, ni siquiera de lo que es debido por mandato de la ley. Para
nosotros es utópico confiar en que podemos cimentar n u e s t r a acción en g a r a n t í a s que no
saben dársenos o que se nos niegan voluntariamente. Esa es la causa para que preconizáramos
una política de acción, tendiente a crear en el conservatismo un temperamento de lucha capaz
de afrontar todos los peligros, de moverse en la adversidad, entre el aire enrarecido de garantías
y dispuesto a una gesta de sacrificios.u'4

Sin sobresalto alguno, y sin la participación conservadora, el domingo primero de


mayo, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales. Mientras El Siglo estimó en
356.837 los votos emitidos, La Patria elevó la suma a 400.000. En realidad, Santos
obtuvo 511.947 votos, una baja ostensible en comparación con el respaldo electoral
que había llevado a la Presidencia a Alfonso López Pumarejo cuatro años atrás :
938.608. 155 De esta manera, con serias reservas de los liberales de izquierda y de los
nacionalistas frente al papel que pudiera desempeñar Santos, se consolidaba la
hegemonía liberal en el poder, sin la participación de la otra parte considerable de
los colombianos.

Los periódicos conservadores destacaron la poca participación liberal, y horadaron


en la división de ese partido. En Manizales, en comparación con las elecciones de
concejos municipales de 1937, la votación liberal se redujo de 6.111 votos a 2.742 en
mayo de 1938. En pocos meses, se le refundieron al liberalismo 3.369. La voluntaria
abstención bberal fue utibzada por la izquierda bberal para manifestar su descontento
con la elección de Eduardo Santos. El Diario Nacional destacó la abstención liberal
de Caldas, y la presencia de un número amplio de votos en blanco en Bogotá y en
Cundinamarca.

La Patria desestimó cualquier tipo de cooperación con la nueva administración, e


hizo un balance negativo de la participación conservadora en los anteriores gobiernos
liberales. Apuntó que el Presidente electo soñaba con un Partido Conservador
domesticado y con ansia desenfrenada de cooperación. Sostuvo que el nuevo mandatario
encontraba al conservatismo en la misma trinchera oposicionista de 1930.156 Los
nacionalistas aprovecharon la baja votación por Santos para cuestionar su elección y
criticar el sistema democrático en quiebra, según argüían, en todos los países del
mundo. Al tiempo que sostuvieron que la personalidad de Santos no servía para una
época turbada, manifestaron que eran enemigos del sistema liberal-democrático de
7717
ibid.
7,7
El Colombiano, mayo 1° de 1938, p. 3.
'""' Véase Seis reformas estructurales al régimen político.... pp. 684-685,
7777
ibid.

El porvenir del pasado 431


gobierno por tratarse de un "destructor de patrias". "Aquí quedamos nosotros
invitando a las masas contrarrevolucionarias a la resistencia [...] seguimos en nuestra
trinchera de combate. Y aquí esperamos a las masas desencantadas del oportunismo
y la abyección",157 declararon.

La Convención Conservadora Departamental de Caldas.


El departamento de Caldas estaba pendiente de la anunciada Convención oficial del
Partido Conservador. Era un capítulo esperado con ansias, pues prometía mantener
la espectacularidad del conflicto en el interior de la familia conservadora. El 12 de
mayo de 1938, la Junta Provisional Conservadora decidió convocarla para los días 15
y 16 de junio. El magno evento contaría con la participación de Laureano Gómez y
Miguel Jiménez López, tal como se había prometido. Con meticulosidad, la J u n t a
Provisional organizó las cosas para evitarse sorpresas en el curso de la asamblea. Se
lee en La Voz de Caldas:

Como saben nuestros lectores, la convención conservadora se instalará mañana miércoles en


el Salón Cumanday, cuya entrada estará debidamente controlada por la Junta, con el fin de
que sean sólo los conservadores quienes penetren a dicho teatro. En tal virtud se han mandado
a imprimir tarjetas, que se distribuirán en las oficinas de La Voz de Caldas y en las oficinas
de la Junta Provisional, situadas en el edificio de don Luis Restrepo, encima del Almacén Helda.
A dichos lugares deben acudir no sólo las personas que deseen presenciar las sesiones, sino
también los delegados a la Convención nombrados por los Comités Municipales del partido. 158

Con la presencia de Laureano Gómez y de Miguel Jiménez López en su calidad de jefes


oficiales del conservatismo, y de Guillermo León Valencia y José Ignacio Vernaza como
invitados especiales, el 15 de junio de 1938 se instaló la Convención en el Teatro
Cumanday. Asistieron 41 delegados municipales. Los altos dignatarios fueron designados
presidentes honorarios. En sus discursos, Laureano Gómez y Miguel Jiménez López se
detuvieron en los aspectos doctrinarios del partido para diferenciar al conservatismo
del movimiento nacionabsta-fascista y de la izquierda. La Convención ebgió al Directorio
Departamental de Caldas, que quedó conformado por GuiUermo Gutiérrez Vélez, Emibo
Arias Mejía, Gabriel Rojas Arbeláez, Eudoro Galarza Ossa y Néstor Bueno Cock, en
calidad de principales; y por Benjamín Duque Ángel, Bernardo Ramírez Aristizábal,
Guillermo Isaza Mejía, José Domingo Escobar y Luis Emilio Duque, como suplentes.
En el curso de las discusiones, la Convención declaró liquidada la pobtica de abstención
y expulsó oficialmente del Partido Conservador a los comprometidos con el nacionabsmo.

Los nacionalistas estuvieron pendientes del desarrollo de las deliberaciones y prestos a


responder por la radio en caso de ser atacados personalmente, lo que no ocurrió.
Declararon que les era indiferente la presencia de los jefes laureanistas en Manizales.
La Patria cubrió la llegada de los altos jefes conservadores, pero lo hizo para comparar
el éxito de masas que había sido la visita de Gómez en agosto de 1936, cuando su
preparación corrió por cuenta de Álzate Avendaño. En cambio, la de ese momento fue
considerada melancólica. El periódico nacionalista evaluó los discursos pronunciados
en la Convención sin los contenidos doctrinarios que se esperaban: "Los conservadores-
demócratas, apeninos-centristas, hablan de su doctrina con seguridad y eficiencia, pero
jamás la exponen. Sólo dicen generalidades, vaguedades, referencias difusas. Son como
7:77
La Patria, mayo 4 de 1938. p. 3.
'•'" La Voz.de Caídas.junio 14 de 1938. p. 8.

432 El porvenir del pasado


herederos de un latifundio espiritual indiviso, que conocen de oídas y cuyas escrituras
conservan desde el siglo pasado".159 Los nacionabstas caldenses evaluaron como decadente
la oratoria de Gómez: "Ya no es el vengador que convoca multitudes para la acción y el
desquite, sino el melancólico profeta del pasado que llora sobre las propias ruinas
acumuladas por él".160

La Razón reportó que la visita de los jefes nacionales del conservatismo a la capital
caldense se había distinguido por la frialdad e indiferencia con que habían sido acogidos
Gómez y Jiménez. Resaltó el silencio de La Patria ante la visita de los ilustres
visitantes, y reconoció el prestigio de los líderes nacionalistas en el conservatismo
caldense 161 . Empero, no obstante la desconfianza que le producía el jefe supremo del
conservatismo, no tuvo inconveniente en afirmar:

Lo que a este país le importa, es conservar y afianzar la estructura civil y democrática que se
ha dado. Sean cuales fueren los móviles de los individuos que acompañen nuestro partido en
esta grande obra, lo importante es que contribuyan en la medida de sus fuerzas a afianzar al
liberalismo en el poder. Esa es la labor que en treinta años de ímprobos esfuerzos ha realizado
el señor Laureano Gómez." i2

• La Patria, junio 17 de 1938, p. 3.


7
Ibid.
' La Razón, junio 16 de 1938, pp. 1 y 12. Lleno de entusiasmo, sin embargo, fue el cubrimiento que del evento hizo La Voz de Caldas, como
puede apreciarse en su edición del 17 de junio de 1938, pp. 1 y 8,
77
La Razón, junio 16 de 1938, p. 12.

El porvenir del pasado 433


Auge, crisis y disolución de la ANP.
Álzate- de hombre-masa a
escritor político
XV
La agitación intelectual, realizada hasta ahora
d e n t r o de l a s c o l u m n a s de p r e n s a o en
conferencias de profundo calado pronunciadas
en teatros y circos de las grandes ciudades,
cierra su primera etapa para comenzar la
segunda en la plaza pública. La plaza pública
es el segundo jalón en está lucha decisiva que
h a b r á de c u l m i n a r con la restauración de
Colombia a a q u e l l o s días gloriosos,
desaparecidos de secta, que p a r a nosotros
reclamaba, ya al borde del sepulcro, el Padre
de la Patria [...] No os aconsejamos el reposo,
sino la lucha, no os predicamos la resignación,
sino la victoria. Por plazas, teatros, villas y
veredas irán n u e s t r o s a u t o r e s a decir su
verdad, a recordar a nuestros compatriotas el
compromiso de h o n o r que c o n t r a s t a con
Colombia desde el instante inmaculado en que
los proceres nos hicieron libres. 1

El nacionalismo en las calles.


Domingo de Resurrección en los municipios caldenses.
Gracias al nacionalismo, Manizales y el departamento de Caldas gozaron de una
visibibdad y una resonancia no conocidas hasta entonces. La ciudad se había convertido
en la guía espiritual de la derecha en Colombia. En los líderes manizalitas tenía el
derechismo colombiano prestigiosos capitanes de alta sofisticación política e ideológica.

El 7 de mayo de 1938, La Patria anunció el reinicio de las actividades políticas del


movimiento nacionalista. Neira, Aranzazu y Anserma contarían con la presencia de
los carismáticos líderes del nacionalismo. Fernando Londoño estuvo en Anserma.
Allí intervino ante copartidarios que arribaron de los municipios de Riosucio, Guática,
Quinchía, Mocatán, Risaralda y Apía, y de los corregimientos de La Virginia, San

7
La Patria, mayo 9 de 1938, p. 3.
Clemente y Viterbo. En el Parque Robledo, Londoño exaltó a Bolívar, a Colombia y a
las falanges españolas de Francisco Franco ante un auditorio de cinco mil
simpatizantes, según anotaba el reportero. Decía, además, que se trataba del mayor
conglomerado humano recogido en la ciudad desde su fundación en los tiempos de la
Conquista. Londoño tomó juramento a los comandos nacionalistas masculino y
femenino, y asistió a una velada cultural amenizada por la banda Santa Cecilia, de
la municipalidad. A diferencia de no lejanos tiempos, durante la misma República
Liberal, esa vez el saboteo corrió no por cuenta de los liberales, sino de los laureanistas,
que prohibieron a sus copartidarios asistir a la manifestación. 2

Mientras tanto, Arturo Arango Uribe y Silvio Villegas llegaron a Aranzazu a bordo de
una de las vagonetas del cable aéreo. La multitud los recibió ondeando las banderas
verde y negra del movimiento nacionaüsta, el brazo en alto y cantando el himno nacional.
En el desfile hacia la plaza principal de Aranzazu, la banda municipal entonaba el
himno de la Falange española. El reportero calculó en dos mil personas los asistentes a
la manifestación. En su intervención, Arango abordó la cuestión agraria y convocó a los
pobladores a vincularse a las filas nacionalistas. Por su parte, Villegas habló de las
tácticas y objetivos ideológicos del movimiento, y también con el brazo en alto, hizo
jurar al pueblo defender hasta la muerte el ideario nacionalista.

El denominado "nacionalismo en la calle" había comenzado. Justamente, La Patria


estimó lo siguiente: "La agitación intelectual, realizada hasta ahora dentro de las
columnas de la prensa o en conferencias radiales de profundo calado pronunciadas en
circos y teatros de las grandes ciudades, cierra su primera etapa, para comenzar la
segunda en plaza pública".3 Las giras de Londoño, Arango y Villegas obedecían a tal
estrategia: la del desplazamiento de los líderes nacionalistas por municipios,
corregimientos y veredas de Caldas, llevando la buena nueva a las masas de las
poblaciones pequeñas y medias. Esta labor servía, además, para que los dirigentes
nacionalistas desmintieran los ataques de sus adversarios. Ante las arremetidas de la
prensa conservadora oficial, los derechistas sabían que la aproximación a las masas
rurales les podría significar no sólo nuevas adhesiones, sino que, así mismo, tendrían
la oportunidad de desvirtuar los señalamientos que mostraban a un Partido Conservador
atacado sin razón, y a un movimiento nacionalista atraído por los pensamientos
totalitarios europeos. Por ello, para la comunidad nacionalista era de gran importancia
demostrar su identidad con la historia, cultura e idiosincrasia colombianas:

Nos calumnian de buena fe —pero no nos calumnian— quienes señalan a este movimiento
tutores intelectuales de ultramar, cuyos nombres escriben o pronuncian, sin saber a que hacen
referencia. Ni Hitler, ni Mussolini, ni los grandes teorizantes del nacionalismo francés tienen
nada que decirnos en cuanto a la solución de nuestros problemas propios, terrígenos, raciales,
autóctonos (...] El fascismo de Mussolini, sería torpe aconsejarlo a Colombia, en donde no
tenemos ni ambiciones ni necesidades coloniales. El fascismo italiano fue determinado, más
que otra cosa, por la demografía y la conformación geográfica de aquel pueblo. Es un nacionalismo
expansionista, en tanto que nosotros predicamos un colombianismo defensivo. Pero quedan
descalificados nuestros calumniadores de mala y de buena fe, porque casi todos ellos miran con
frenético regocijo el avance de Franco y el constante debilitamiento de las líneas estratégicas
de los rojos españoles. Si fuéramos a aplicar el mismo torpe y torcido criterio de aquellos
censores de pega-pega, de inmodificable ignorancia o de incurable perfidia les diríamos que sus
ideas son falangistas, porque aplauden a rabiar los éxitos de los soldados que en la Península

2
Véase ibid.. pp. 1-2,
7
Ibid. p. 3.

436 El porvenir del pasado


está restableciendo, entre ríos de sangre y rosario de heroísmo, el Imperio de la Cruz y el
espíritu de la hispanidad. 4

Era un decir que se dedicarían a la plaza pública únicamente. Por el contrario,


artículos densos continuaron apareciendo en sus periódicos. Los editoriales y las
columnas de los ideólogos siguieron escribiéndose para señalar derroteros. Las
correrías nutrían a la teorización y esta, a su vez, a las correrías. Gracias a las
giras, los jefes nacionalistas palpaban las realidades de la comarca, y en torno a ellas
elaboraban sus propuestas. Los paradigmas del pensamiento derechista universal
no desaparecieron. Las nuevas correrías se justificaban en la "política de misión" de
Eugenio D'Ors, y en la democracia cristiana. Cada paso victorioso de los falangistas
en la guerra civil española era celebrado, concelebrado y difundido.

"Conserve su derecha".

Lejos de temer nosotros ¡a competencia en


un t e r r e n o q u e h e m o s m o n o p o l i z a d o
prácticamente en las derechas colombianas,
aceptamos el reto y vamos a disputarnos las
m a s a s en la plaza pública. El nacionalismo
es una g r a n política procesional. N u e s t r a s
ideas tienen un invencible poder de contagio
porque no apelan a los mitos caducos del siglo
XIX, sino a ¡as necesidades colectivas y a los
intereses individuales. Donde los otros dicen'-
Palonegro, La Humareda, libertad,
d e m o c r a c i a , n o s o t r o s h a b l a m o s de p a n ,
higiene, educación y trahajoP

Fueron movidos los últimos días de López en el poder. De pronto, reverdeció el


movimiento estudiantil con la conmemoración de un nuevo aniversario de la muerte
del estudiante Gonzalo Bravo Pérez. Desde los balcones del Diario Nacional, los
estudiantes arengaron a la población. La conmemoración coincidió con una huelga
nacional de alumnos de segunda enseñanza y universitarios en contra del año
preparatorio y del examen de revisión, introducido como requisito para ingresar a la
universidad. En respuesta, el gobierno de Alfonso López Pumarejo emitió el decreto
849 del 12 de mayo de 1938, que prohibía las manifestaciones públicas y la transmisión
por estaciones radiodifusoras del país de noticias relacionadas con el orden público.
El movimiento fue duramente reprimido en Bogotá, Cúcuta, Cartagena, Popayán,
Manizales, Barranquilla, Medellín y Pasto. En Popayán, los líderes nacionalistas
estuvieron a la cabeza de la protesta, Hernando Glano Cruz, entre ellos. Eran
simpáticas las consignas: "Santa Lucía, líbranos de la policía", "figuras de la Pasión,
líbranos de la revisión", "san Gregorio, líbranos del preparatorio". 6 En Manizales, la
movilización estudiantil coincidió con la celebración de los cinco mil números de La
P a t r i a . Ambas partes resultaron reprimidas, curiosamente. U n a comisión,
conformada por Eduardo Santos, Alberto Lleras Camargo y Mariano Ospina Pérez

4
Ibid
'• Ibid.. julio 9 do 1938, p, 3.
77
Véase ibid., mayo 9 de 1938, p. 2.

El porvenir del pasado 437


para estudiar los motivos del conflicto, conjuró la protesta estudiantil el 5 de junio.
Gracias a la derogación del mencionado decreto represivo, en julio de 1938 los
nacionalistas pudieron reiniciar su campaña proselitista como si estuvieran próximos
a elecciones, cuando apenas acababan de pasar las presidenciales y el Presidente electo
no se había posesionado aún. Los nacionalistas utilizarán para sus giras los días
domingos, precisos para pregonar sus tesis, cuando los pobladores estaban en las plazas
de mercado, saliendo de misa, descansando o, simplemente, dispuestos a divertirse.
Era la política, entre otras cosas, fuente de esparcimiento en la provincia colombiana de
entonces. En medio del ambiente dominguero, los nacionalistas concienciaban a los
pobladores, los introducían en la pobtica y los ponían al tanto de los conflictos ideológicos.
A su manera, desde la derecha, hacían democracia, y ocupaban los lugares de la
democracia, que no cedían ni renunciaban a ellos. Elegido Santos, derrotados en el
interior del conservatismo, decidieron conquistar Caldas. Sus visitas, esa vez, no
padecieron la violencia. Eran recibidos como gobernantes, y como tales se comportaban,
recibían el saludo de alcaldes liberales, eran llevados a escuelas y colegios, los niños
declamaban ante ellos, y al caer la noche, en bailes de gala, compartían con la flor y
nata de los municipios. Es posible que el tránsito hacia el nuevo Gobierno, pronto a
iniciarse, haya influido en la calma que encontraron los nacionalistas en sus correrías.
"El Concejo, el alcalde, la junta bberal, los jefes izquierdistas, nos recibieron con gallardía
de paladines que estrechan la mano del adversario antes de partir el campo con él. Y la
sociedad toda, sin distinción de colores políticos, tuvo para con nosotros delicadas
atenciones, de las que no se olvidan nunca", 7 escribía el editorialista de La Patria
después de una gira de los jefes del nacionalismo.

El domingo 3 de julio de 1938, los nacionalistas se movilizaron por la región. Silvio


Villegas y Arturo Arango Uribe visitaron, con éxito, Filandia. Difundieron el programa
agrario del nacionalismo en plaza pública e instalaron los comandos de los
corregimientos de San Luis y Samaría. Álzate Avendaño, por su parte, estuvo en la
valluna localidad de Sevilla. Lo acompañó Jorge Mejía Palacio. Los ilustres visitantes
fueron recibidos por los comandos local y departamental. Álzate, que hacía su primera
aparición después del incidente que lo llevó a guardar cama, era presa codiciada de
la curiosidad pública. El esperado orador explicó paso a paso los contenidos de la
propuesta nacionalista, y peroró: "Para precaver los descarrilamientos revolucionarios,
dominando la algarabía de las guacamayas democráticas, nosotros gritamos al país :
'Conserve su derecha'. A los faraones inertes y a los estáticos bonzos del Partido
Conservador los increpamos: 'Es prohibido estacionarse'". 8 Álzate, en compañía de
dirigentes locales, José Cardona Hoyos, entre ellos, se dirigió, en horas de la tarde, al
municipio de Caicedonia.

El domingo 10 de julio, la cita de los nacionalistas fue en Santa Rosa de Cabal. Hacia
esa población se dirigieron Silvio Villegas, Arturo Arango Uribe, Antonio Alvarez
Restrepo y Jorge Mejía Palacio. En la localidad de Tarapacá, fueron esperados por
una comitiva que, en una caravana de automóviles y en medio de vítores y saludos
desde los balcones de las casas, los introdujo en la plaza principal de la ciudad. Los
oradores explicaron sus tesis corporativistas y nacionalistas. Gran importancia le
dio el comando nacionalista de Caldas a la programación de una manifestación en
Neira, el domingo 17 de julio. Se anunciaron discursos ideológicos y doctrinarios por
parte de la plana mayor nacionalista. Más que en cualquier otra localidad, esa vez se
7
/i)id..julio21 de 1938. p. 3.
4
Ibid.. julio 7 de 1938, p. 2.

438 El porvenir del pasado


pondría énfasis en la lucha contra el comunismo, el lopismo y la República Liberal.
Y así fue. Resultó una concentración apoteósica, saturada de la elocuencia de Fernando
Londoño Londoño, Antonio Alvarez Restrepo, Jorge Mejía Palacio, Arturo Arango Uribe
y Bernardo Zapata. Como era ya costumbre, Silvio Vibegas, ante el busto del Libertador
de la Plaza Mayor, hizo jurar a los concurrentes defender el movimiento y estar siempre
firmes en la fe nacionalista. 9 Y así continuaron las giras. El 19 de julio, Silvio Villegas
y Jorge Mejía Palacio se trasladaron a Mocatán, gran centro cafetero risaraldense. El
23 de julio, los delegados nacionalistas estuvieron en el norte del departamento: Pacora,
Salamina y Aguadas. En todas partes, predicaron y fueron recibidos como personabdades
de renombre. En Aguadas, el director de El Nacionalista, Aristóbulo Botero, sacó una
edición bolivariana especial con motivo de la ilustre visita. De otra parte, el Concejo
Municipal declaró huéspedes de honor a la alta comitiva, integrada esa vez por Silvio
Villegas, Londoño Londoño, Estrada Monsalve y Arturo Arango Uribe, entre otros. El
31 de julio, los jefes nacionalistas estuvieron en la empinada población de Filandia,
donde fueron recibidos por manifestantes que cantaban el himno de la Falange española.
Elias Salazar García saludó a la ilustre visita en nombre del Comando nacionalista
local. Expusieron los contenidos del programa nacionalista Joaquín Estrada Monsalve,
Jorge Mejía Palacio y Silvio Villegas.

EL 7 de agosto, el dirigente caldense Jorge Mejía Palacio acompañó un mitin


nacionalista realizado en la población de Ulloa, al norte del departamento del Valle.
Alternó el uso de la palabra con los nacionalistas Elias Salazar García y José Cardona
Hoyos, este último jefe político de la población de Sevilla, a cuyo cargo estuvo la
exposición de las nuevas doctrinas que comprendía el movimiento nacionalista. En
su discurso, Mejía Palacio fustigó a los dos partidos tradicionales y llamó a la población
a unirse al nuevo movimiento.

Álzate y el redescubrimiento del Libertador.


Es fácil comprobar que la historia colombiana
tiene renacimientos y letargos, alboradas y
crepúsculos, según predomine el conductor
b o l i v a r i a n o o se i m p o n g a n ¡os n o t a b l e s
granadinos. Con aquel el país despierta y con
estos se echa a dormir.10

Los nacionalistas, como era de esperarse, le confirieron gran atención al aniversario


155 del natalicio de Simón Bolívar. Programaron, donde pudieron, la Semana del
Héroe, dedicada no sólo a honrar su memoria, sino también a presentarlo, sustentarlo
y refrendarlo como el héroe del nacionalismo, que debía ser, también, el de todos los
colombianos. En Cali, el comando de la ANP organizó por radio u n a "hora
nacionalista", en la que alternaron discursos con los himnos nacionales de los países
que otrora conformaban la Gran Colombia. En Manizales, el Comando nacionalista
le confirió a Álzate la responsabilidad de la celebración. A las once y media de la
mañana del domingo 24 de julio, el controvertido dirigente leyó por los micrófonos de
Radio Manizales un trascendental ensayo suyo, que lo había tenido concentrado en
los últimos tiempos: "El redescubrimiento del Libertador". 11
77
Véanse las ediciones de ibid.. julio 15 de 1938, p. 5: julio 16 de 1938. p. I7 yjulio 18 de 19,38. pp. 1 y 1,
777
Álzate Avendaño, Gilberto, Obras selectas.... p. 1 7.
77
El ensayo fue publicado en la La Patria, julio 30 de 1938, pp. 9, 10 y 12.

El porvenir del pasado 439


El escrito no era un "chispazo" de Álzate, no lo compuso por esnobismo, no era una
inspiración poética más. La revisión bolivariana estaba en apogeo en todo el continente.
Se trataba, más bien, de un documento al que llegaba Álzate después de en un largo
momento de elaboración y búsqueda teóricas. El texto tenía su impronta, pero era,
casi podría decirse, un trabajo colectivo. Era el acercamiento al Bolívar que los
nacionalistas venían construyendo, al Bolívar que necesitaban. En él están presente
Álzate, su generación, la sensibilidad leoparda, sus vocabularios y sus culturas; todo
el espectro nacionalista desfila en la disertación. Y, más que nada, está la concepción
del héroe que el nacionalismo elaboraba de tiempo atrás; y está el héroe ansiado:
Bolívar; necesariamente muerto para que sirviera de catalizador, de unificador, en
un país dividido en dos parcialidades políticas.

Álzate aceptó el reto de la historiografía, que clamaba por un Bolívar genuino y


autóctono. Por ello, acudió a Sarmiento: "Bolívar es todavía un cuento forjado sobre
datos inciertos. Al héroe verdadero no lo conoce aún el mundo. Es muy probable que
cuando lo traduzcan al idioma propio, con decorados y trajes americanos, aparezca
más sorprendente y genial".12 Le pareció, entonces, que Rodó había puesto las cosas
en su sitio, cuando ubicó a Bolívar como actor entre las "montoneras cerriles". Álzate
profundizará estas hipótesis extraídas de sus paradigmas. Pondrá a Bolívar en la
geografía política de los Llanos: "Allí adquirió el hábito de la autoridad como gobernador
de greyes [...] El jefe de clan, que sobrepuja a los demás en virtudes y fortalezas, lo
gobierna patriarcalmente, con enteriza voluntad de mando". 13 Hay, pues, un rescate
del caudillismo, de su función social, que, al parecer, tendría vigencia en Colombia.
Más que del redescubrimiento del Libertador, se trata de una adecuación funcional a
los intereses de su sensibilidad política e ideológica que, por cierto, no estaban lejanos,
ni podían estarlo, del pensamiento real del paradigmático personaje. "En Simón
Bolívar hay un ciudadano por origen y formación mental, pero el subsuelo telúrico
de su ser lo empuja hacia el agro. Como participa interiormente de la índole de
ambas, logra conciliar y reunir las dos vertientes complementarias de la revolución
—ciudad y campo, conciencia y fuerza, claros raciocinios y pasiones feroces— bajo
su comando. Por eso fue el Libertador",14 escribía Álzate, como si estuviera explicando
las tesis de la Acción Nacionalista Popular. Y era que la parábola bolivariana le
servía de pies a cabeza. La búsqueda de algo propio, producto de las condiciones
particulares que habían apasionado a Bolívar, le permitía persuadir a destinatarios
y contradestinatarios de su mensaje, de que en ese paradigma estaba lo que buscaba
y no en los nacionalismos totalitarios de la época. Así, escribió:

No necesitamos introducir ninguna tesis de los movimientos contrarrevolucionarios de ultramar,


porque en Bolívar están todos los ingredientes para formar el Estado nuevo, si se exceptúa el
régimen corporativo de la economía, ya que el dramático conflicto entre capital y trabajo sólo
se ha agudizado en los umbrales de este siglo, cuando los fenómenos sociales demuestran que
la libre concurrencia es una prima otorgada a los más fuertes. El corporativismo organiza las
clases económicas al servicio del interés nacional. No lucha de clases, sino colaboración de
clases. Solución fascista, pero también tesis social-católica. 15

Álzate escribió su texto en la coyuntura 1937-1938, divorciado del Partido Conservador,


organizando y acuerpando la ANP como un movimiento que debía erigirse sobre las
ruinas de los partidos, que justamente habían dividido a los colombianos en dos
modos de concebir las cosas. Era en ese momento cuando José Antonio Primo de
17
Álzate Avendaño, Gilberto. Obras selectas.... p. 4.
77
Ibid., p. 5.
4
Ibid.
' I b i d . p. 20.

440 El porvenir del pasado


Rivera, antipartido por excelencia, podía entrar de cuerpo entero y coincidir con la
prédica nacionalista, y no antes, cuando Álzate hablaba desde el Partido Conservador.
Pero las críticas duras y contundentes que se le hacía al nacionalismo colombiano
por importar el totalitarismo de la derecha occidental impedía que el pensamiento
del ideólogo ibérico calara con sosiego; en cambio, Bolívar fluía con porvenir: "En el
Libertador —decía Álzate—, aparece por primera vez un sentido total de la Nación,
defendida en su plenitud interior contra el movimiento centrífugo de los partidos". 16

Ese Bolívar, que quería construir naciones por encima de las parcialidades políticas,
y que pensaba que no bastaba decretar para crear, es el que Álzate estaba
redescubriendo. El joven dirigente se colocó por encima de las agrias polémicas
entabladas por los Leopardos, décadas atrás, contra Vasconcelos. Al contrario de sus
copartidarios en esos momentos, compartía con el intelectual mexicano su concepción
de la raza cósmica. Además, revivía los temas de las discusiones de tiempos recientes
y lejanos, que sólo sus lectores y escuchas sabían y podían recordar, ubicar e incorporar
a la interpretación. Así, Bolívar, a diferencia de Laureano Gómez, no juzgaba ineptos
para una cultura superior y sofisticada a los países ecuatoriales, antes bien, en ese
sentido era optimista: "sentía en cuerpo y alma la potencia germinal del trópico.
Estaba seguro de que una nueva sociedad se incubaba en su violento marco físico,
entre los grandes ríos, las llanuras cálidas, los valiosos contrafuertes y la selva
alucinada y sagrada", 17 escribía. El mesianismo característico de la sensibilidad
leoparda lo veía Álzate en el Bolívar que estudiaba, y también encontraba allí los
componentes del corporativismo. Su concepción de la democracia la identificó en
Bolívar, un demonio que defendía a los de abajo contra las oligarquías parlamentarias.
Desde entonces, Álzate invitó a pensar en los conceptos que se usaban sin significado
preciso. Lo mismo se confesaban demócratas los regímenes soviético, francés o inglés
que los totalitarios. En el fondo, Álzate defendía la versión totalitaria de la democracia,
en la cual el héroe encarnaba la expresión y las ansias populares; por eso, sostenía
que Alemania, Italia y Portugal eran países democráticos. En ellos reinaba una
especie de nuevo cesarismo, en donde el César dirigía la democracia. Y sostenía
Álzate su postura, como siempre acostumbraba a hacerlo, basándose en una literatura
de procedencia contraria a la de sus paradigmas, como en este caso, en el que apeló
a Georges Roux, un intelectual republicano. Le interesaba fundamentar un héroe
antiparlamentario, providencial, que hubiera construido lazos extrarracionales con
el pueblo, un héroe espiritual, siguiendo la clasificación de Unamuno, alejado del
intelectual propiamente dicho, pero ligado a los hombres naturales, es decir, a las
masas. "El intelectual a secas, una clase media de la cultura, está provisto de
imágenes, plasmas y fórmulas rígidas, que lo inhiben para servir de intermediario
entre el espíritu y la naturaleza, porque se interpone el artificio de los sistemas", 18
escribía. Pensaba que Bolívar, desconfiado de las constituciones escritas, había intuido
esto. Sostuvo en su ensayo que los procesos políticos eran de naturaleza psicológica"•
"Unas cuantas palabras elementales y anodinas pueden inflamar el corazón com-
bustible de las muchedumbres y determinar una mitología popular, mejor que la
más armoniosa doctrina, porque la política se nutre de sentimientos. Las ideas influyen
cuando se cargan de potencia emotiva". 19 El líder nacionalista, a lo mejor, consciente
de la situación material en que vivía la gente común de su época, pensaba, ante todo,
en el aspecto subjetivo de los procesos históricos. Para él, lo importante era apuntalar
su concepción del héroe necesario. El liderazgo totalitario de derecha reinante en

Ibid. p. 21.
7
Ibid.. p. 9.
4
Ibid.. p 14.
7
' Ibid.

El porvenir del pasado 441


Europa occidental era el pertinente, lo decía, las más de las veces, eufemísticamente,
quizás por la polémica desgastadora que estaba implicando reconocerse fascista en
la coyuntura de 1938. Esta vez, comparte a Vallenilla Lanz de cuerpo entero. Como
este, cree que la ley bolivariana es una constante política y necesaria en el continente:
"Solamente cuando prevalece la ley bobvariana estas naciones logran equilibrio pobtico
y fecundo sosiego",20 anota. Comparte también el pensamiento de Francisco García
Calderón, cuando declaraba que la historia de las repúblicas latinoamericanas era la
biografía de hombres representativos que encarnaban el querer de las mayorías.
Álzate encuentra en el presidencialismo colombiano aplicación de la ley bolivariana,
que constituye un avance en caso de que el nacionalismo llegara al poder:

El Presidente colombiano es un dictador legal, aun sin el refuerzo de las facultades extraordinarias.
En línea vertical nombra y remueve a los funcionarios del Estado, pues no existe un escalafón
administrativo estable. Distribuye privilegios financieros, contratos de vías públicas y concesiones
sobre el subsuelo. Es constitucionalmente el comandante de los ejércitos de mar, tierra y aire.
Maneja las relaciones exteriores sin consultar a las cámaras. Puede turbar el orden público a su
antojo, suspendiendo el vigor del estatuto jurídico, sin salirse de la legalidad. Sus ministros no
e s t á n expuestos al veto p a r l a m e n t a r i o . Tiene derecho a convocar e x t r a o r d i n a r i a m e n t e al
Congreso y está facultado para objetar las leyes. Por tiempos, si hay crisis económicas, un
conflicto político de magnitud, una tensión internacional o u n pretexto cualquiera, se hace
investir de prerrogativas discrecionales. Así el reparto funcional del Estado en tres órdenes es
apenas un simulacro. Aunque el ejercicio de la soberanía se distribuya nominativamente entre
ellos, el ejecutivo ocupa el vértice del poder, con los máximos tributos. No hay más protagonista
que el Presidente en el escenario. El Parlamento, al fondo, actúa como una comparsa. 21

En Colombia la ley bolivariana existía, la hegemonía conservadora, entonces, no la


había aplicado y estaba presta a su uso. "La república —decía— sólo adquiere vuelco
vital cuando sobreviene el caudillo eficaz, con alamares castrenses o atuendo civil".22
En ese marco habían gobernado Mosquera, Núñez, Reyes y Ospina.

Hablando en nombre del nacionalismo popular, decía Álzate que su objetivo, lo mismo
que el de su generación, era Uamar a las cosas por su nombre y desmontar la fraseología
superpuesta, para que el país se conociera a sí mismo, en su faz auténtica, sin
metáforas y circunloquios; para que el país se pusiera en claro consigo mismo. Creía
que este comportamiento se debía a la mentalidad abogadil de los colombianos, un
legado psicológico de la hipocresía granadina. Sostenía que en Colombia andaban en
pugna el país legal y el país real. De tal manera que el Bolívar que los colombianos
conocían era un Libertador embalsamado, con mortaja neogranadina e imágenes
postizas. Su nacionalismo popular, entonces, se proponía sacarlo de su "yerto
catafalco", para que recorriera de nuevo "la vía de su pasión, atravesando el corazón
de estos pueblos".23

La generación de la sensibilidad leoparda se proponía como tarea, y así se lo hizo


saber Álzate a quienes lo escuchaban, una "revancha postuma": continuar la obra
inconclusa y rota de Bolívar organizando a Colombia a imagen y semejanza de los
sueños que había tenido el Libertador. "Todos los campeadores de alcurnia genial
ganan estas victorias históricas después de muertos", 24 señalaba. El pensamiento
bobvariano constituía un yacimiento en donde se encontraban los que serían "gérmenes
vivos para la grandeza de la nacionalidad". No era Colombia, como pensaba Alfonso

"Ibid.. p. 15.
47
Ibid.. p. 16.
12
Ibid.. p 17.
-" Ibid.
'-'' Ibid.. p, 19.

442 El porvenir del pasado


López, un país descollante, ahora que él estaba en el Gobierno. Sólo con Bolívar el
país había tenido su única época cenital,
[...] cuando los ejércitos grancolombianos, realizaban homéricas empresas por el continente, y
Bolívar era arbitro entre los pueblos, obedientes a su voluntad imperial. Eran tiempos de
cíclopes, en que desde esta esquina territorial de América se podía pensar continentalmente,
con grandes magnitudes históricas. El Libertador, lo mismo promovía el congreso de Panamá
p a r a fundar un derecho americano, que proyectaba la federación de los Andes, como una
constelación política con Colombia en el centro. 25

En cambio, habían sido distintas las cosas después de su muerte: "Donde dejó una
potente nación, hoy existen cuatro repúbbcas diminutas, recelosas y hostiles".26 Y seguían
siendo peores las cosas en 1938, cuando no existía, siquiera, una política internacional.

Así, el líder de la ANP creía haber redescubierto a Bolívar. Por lo menos, su análisis
del pensamiento del Libertador le había permitido poner en claro tópicos claves de la
polémica en que el nacionalismo estaba inmerso: 1. No eran los nacionalistas quienes
importaban teorías y posturas! la "democracia inorgánica", es decir, la de los partidos
pobticos tradicionales colombianos, era una invención, un plagio histórico y la tradición
indígena que sustentaba la clase dirigente del país, una superstición importada; 2.
En cambio, el nacionalismo colombiano era más original al basar su pensamiento en
Simón Bolívar; 3. El tiempo pasado influía sobre el presente y este sobre aquel,
animándolo y aclarándolo; 4. El pensamiento político del Libertador y la doctrina
social de la Iglesia constituían los manantiales ideológicos de que se nutría la ANP.

"Una pausa", fue el titular del editorial de La Patria que saludó el discurso de
posesión del nuevo Presidente. Al periódico nacionalista le gustó el tono y el
distanciamiento que tomó desde un principio Santos respecto del Gobierno y del
"extravagante" estilo de López Pumarejo. Salvo el nombre de Carlos Lozano en el
Ministerio de Gobierno, los demás le parecieron señal de buenos augurios. 27 El Siglo
también se congratuló: "Porque sería inútil desconocer que hay muchas esperanzas
fincadas en el doctor Eduardo Santos para la enmienda varonil de los múltiples
yerros cometidos por su antecesor en el Gobierno".28

El P r i m e r Congreso Obrero Nacional Católico


y la Acción Nacionalista Popular.
En el marco del cuarto centenario de la fundación de Bogotá, las calles de la ciudad
fueron empapeladas con carteles que rezaban: "Primer Congreso de la Juventud
Obrera Católica; por el retorno a Cristo y por un orden social nuevo".29 Se trataba del
primer congreso nacional de las juventudes obreras y campesinas, que sesionó en la
capital entre el 12 y el 15 de agosto. El evento fue organizado en la Universidad
Javeriana por la Juventud Obrera Católica del Centro Yocista adscrito a la comunidad
jesuíta. 30 Exaltando a Cristo como obrero, el Congreso abordó la cuestión social, la
familia y el trabajo de la mujer, y presentó a los obreros el corporativismo como
alternativa frente el comunismo.

"' Ibid.
• ibid.
7
Véase La Patria, agosto 9 de 1938. p. 3,
" Eí Siglo, agosto 8 de 1938, p. 4.
' Ibid.. agosto 15 de 1938, p. 4.
La juventud yocista fue creada en 1933 por Luis Murcia. Proveniente de una tradición jesuíta, esta organización fue una imitación de
los movimientos yocistas europeos que incorporaban los postulados del corporativismo y de la Doctrina Social de la Iglesia. Ante la
temida amenaza comunista, el movimiento yocista elaboró una plataforma doctrinal dirigida a satisfacer las necesidades de campesinos,
obreros, y empleados no cualificados, para clamar por la organización sindical. El yocismo adoptó una organización militar jerárquica
y la simbología del fascismo internacional. En 1938, el yocismo contaba en Colombia con los semanarios El Trabajo y El Bien Social

El porvenir del pasado 443


El conservatismo estaba implicado en la marcha del Congreso. Las páginas de El
Siglo cubrieron con generosidad las deliberaciones. Para los conservadores, apoyar
el Congreso significaba evitar que los jóvenes alb convocados cayeran bajo la influencia
de la ANP.

El 14 de agosto, en horas de la noche, el yocismo, en desfile de antorchas por las


principales calles de Bogotá, hizo una demostración de su adopción de la simbología
fascista: brazo en alto, que los manifestantes mezclaban con himnos, vivas a Cristo
Rey y a la religión católica. Los trabajadores iban en correcta y disciplinada formación
de seis en fondo, uniformados de pantalón negro, camisa blanca y boina negra. De
un momento a otro, los yocistas fueron atacados por miembros de la juventud
comunista, por trabajadores del Diario Nacional y por agentes de la policía, que
vivaban a López Pumarejo. Los enfrentamientos dejaron un saldo de treinta heridos.
El 15 de agosto, en el acto de cierre del Congreso en el Circo de Santa María, el
yocismo demostró de nuevo su disciplina militar: formaciones, himnos, marchas y
uniformes, estuvieron presentes. El arzobispo González Arbeláez proclamó la grandeza
de la doctrina social católica y lanzó la Plataforma Económico-Social de la Juventud
Obrera Católica, en la cual se lee: "La solución del problema social descansa en la
realización plena del cristianismo mediante la organización de un nuevo orden social
fundado sobre los principios del catolicismo social que el yocismo profesa".31

Se trataba de un amplio programa que abarcaba desde el problema del alcoholismo


hasta el control por parte del Estado de la información y de los sitios que frecuentaban
los trabajadores; la defensa de una educación integral; ascenso social para los
trabajadores; la legislación laboral; un programa de prevención de accidentes; y
recreación para los obreros católicos.

El 12 de agosto de 1938, dirigido por Alberto Lleras Camargo, salió la primera


edición de El Liberal, expresión de la corriente lopista en el liberalismo. De este
diario provino la crítica al despliegue del yocismo : "Pretenden edificar una nueva
Colombia sobre las bases de la juventud católica y la organización nacionalista", 32
tituló El Liberal, que cuestionó al yocismo y a la Acción Nacionalista Popular no
por la difusión del pensamiento corporativista que realizaban, sino por la
estructuración militarista que las conformaban. El periódico recordó, en este sentido,
el papel que venía desempeñando monseñor J u a n Manuel González Arbeláez desde
1933 con la formación de los sindicatos católicos: "En todos los campos, a todas
horas y con cualquier pretexto, se organizan escuadrones religiosos de sentido político
y algunos con carácter paramilitar", 33 señalaba el periódico. Sobre el yocismo, el
diario liberal dijo:

Todos los jóvenes que pertenecen a aquella institución se preparan cuidadosamente para el
ataque y la defensa por medio de prácticas militares, de ju-jist, esgrima, etc. Una prueba de esto
es el hecho de que al lado del desfile de antorchas de los yocistas desfilaba una brigada de choque
encargada de hacer guardar el orden y de castigar a aquellas personas que de alguna manera
expresaran su descontento por la demostración de la fuerza de que hacían gala los desfilantes. 34

Sobre la Acción Nacionalista Popular, agregó: "En el lugar donde más intensificación
ha tenido la actividad derechista es en Caldas. Por medio de concentraciones de
masas derechistas sucesivas en las principales poblaciones del departamento se
77
El Siglo, agosto 15 de 1938. p. 4.
74
El Liberal, agosto 16 de 1938. p. 14.
:
" Ibid.
'• Ibid.

444 El porvenir del pasado


redobla cada día la propaganda". 30 El Liberal reseñó con preocupación la evolución
de los jóvenes nacionalistas desde el sentido republicano de la democracia hacia un
aspecto militarista que actuaba dentro de ella. Los nacionalistas habían incorporado
el discurso y las tácticas militaristas a sus filas, como anotó el diario lopista :
Los jóvenes de la derecha nacionalistas eran conservadores distinguidos y más bien demócratas.
Llegaron a tener en un momento la dirección de la comunidad en sus manos, pero fueron
arrojados de ella porque estaban realizando el programa que meses más tarde habría de
emprender con todo el ardor de un descubrimiento el que así los estigmatizaba. Esos jóvenes
conservadores no quisieron correr la contingencia de ser despreciados como insurgentes dentro
de la tradicional colectividad. Y se lanzaron a la empresa de crear un partido nuevo, que tiene
de nuevo en Colombia el brazo extendido, la l i t e r a t u r a grecolatina, el nombre de las
manifestaciones que se llaman concentraciones, y, en general, la nomenclatura de los antiguos
comités, juntas políticas, directorios, que ahora son comandos, brigadas de choque, célula, etc. 36

Las actividades del yocismo estaban en concordancia con las de la sensibibdad leoparda.
A finales de agosto, el sacerdote Félix Restrepo pronunció en Buga la conferencia
"Corporativismo gremial y corporativismo sindical", reseñada así en La Patria: "La
conferencia del padre Félix Restrepo sobre el Estado corporativo, es, por así decirlo, la
armadura del programa nacionabsta que nosotros preconizamos para Colombia. Nadie
ha interpretado en forma tan exacta nuestras ideas. Nosotros recomendamos
especialmente su lectura y difusión a todos los comandos del país".37 El acercamiento
programático corporativista de los nacionalistas con el yocismo se extendió hasta la
campaña electoral de marzo de 1939. De ahí que no resulte extraño la invitación que el
23 de noviembre de 1938 hizo La Patria:

Hoy a las 6 de la tarde, el gran orador sagrado presbítero Félix Restrepo S. J., dictará por los
micrófonos de La Voz de Colombia una trascendental conferencia, la cual versará sobre el
palpitante tema : 'Corporativismo y democracia'. Esperamos que todos los receptores sintonicen
La Voz de Colombia para escuchar la voz erudita de uno de los más destacados miembros del
clero colombiano. 38

La conferencia, que le servía al sacerdote para ingresar a la Academia de Jurisprudencia


de Bogotá, produjo un telegrama de adhesión expresa del nacionabsmo ; "Su conferencia
es la afortunada síntesis de nuestras aspiraciones nacionalistas. Cordialmente
saludárnoslo. Silvio Villegas, Fernando Londoño Londoño, Gilberto Álzate Avendaño,
Arturo Arango Uribe, Antonio Alvarez Restrepo".39 Este mismo día, en las páginas
interiores de La Patria se publicó, junto al texto de la conferencia del padre Félix
Restrepo, el insigne editorial-programa "Germinal" de Silvio Villegas, que acogía la
sensibibdad leoparda, para que los lectores tuvieran oportunidad de comparar y reafirmar
los postulados nacionalistas. 40

C a m p a ñ a electoral del nacionalismo en los finales de 1938.


Mientras avanzó el Primer Congreso de Obreros Católicos, los nacionalistas
continuaron su campaña. El 12 de agosto, Silvio Villegas y Joaquín Estrada Monsalve
estuvieron en Manzanares. Villegas expuso ante la población conservadora de la
localidad que la "nueva Colombia" se fundamentaba en el falangismo y en el
pensamiento bolivariano. Así mismo, el director de La Patria tomó el juramento de

77
Ibid.
"' Ibid.. septiembre 1° de 1938. p. 5
77
La Patria, noviembre 23 de 1938, p. 1.
•4 Ibid.. p. 1.
74
Ibid.. diciembre 3 de 1938. p. 1.
171
Ibid.. pp. 5. 6 y 8,

El porvenir del pasado 445


lealtad a las masas nacionalistas. Al otro día, Estrada y Villegas, en compañía de
Néstor Ramírez Vélez, se dirigieron a Pensilvania. La acogida de la gente en estas
poblaciones produjo la sensación en los nacionalistas de haber conquistado el oriente
del departamento: "Manzanares es hoy nuestra más erguida fortaleza en el oriente
de Caldas. Pensilvania es en el oriente del departamento, como Pacora en el norte, el
cuartel general de las derechas. Pensilvania es una falange nacionalista compacta
como un proyectil".41 El 15 de agosto, Fernando Londoño Londoño, Jorge Mejía Palacio
y Jesús Giraldo presidieron la concentración nacionalista de Balboa. El 21 de agosto,
Silvio Villegas, Jorge Mejía Palacio, Hernán Jaramillo Ocampo y Elias Salazar García
estuvieron en Palestina llevando el mensaje nacionalista.

Una de las manifestaciones más importantes de la región se desarrolló en Armenia


el 28 de agosto. Por tratarse de la segunda ciudad del departamento, los dirigentes
locales, encabezados por Joaquín Estrada Monsalve, le prestaron especial atención a
su organización. Estaban presentes delegaciones de todo Caldas. Del Valle concurrieron
nacionalistas de Caicedonia, Roldanillo, Sevilla y Cerrito, entre otros municipios.
Hubo palabras de encomio para el habitante de la región quindiana. Hernán Jaramillo
Ocampo expresó:

La manifestación que se verifica hoy en Armenia, tiene los perfiles de una cruzada. Sede del
Quindío pujante y agrícola, donde la riqueza se ha creado no sobre el crepitar férreo de las
fábricas, sino sobre la tierra y con un paisaje de montañas, Armenia es el símbolo de la raza
en su labor de cultivo. El Quindío es la mejor parcela económica de Caldas, y lo mejor de la
raza antioqueña sentó allí sus reales para demostrarle a la historia, que la riqueza es una
labor del hombre y no un caso fortuito. Cada capitán de vereda reconstruye en su vida la
epopeya colonizadora y entrega a sus hijos el legado justísimo de su honorabilidad y limpieza.
El Quindío sólo ambiciona u n a t r e g u a en las l u c h a s s e c t a r i a s . L i b e r a l e s y a p e n i n o s ,
conservadores y nacionalistas rompen sus lanzas guerreras, sus apetitos de venganza cuando
se t r a t a de salvar la heredad, y fortalecer el porvenir de su comarca. El nacionalismo está
más allá de los partidos políticos. Si su esfuerzo proselitista se circunscribiera a predicar los
viejos odios, y a recrudecer las pasiones de fin de siglo, su papel como fuerza nacional estaría
limitado por las cercas tradicionales, por los rótulos que aún tienen sonoridades sangrientas
e incitan al duelo y a la muerte."12

Hacia las once de la mañana ingresó a la ciudad la plana mayor del Alto Comando
Nacionalista de Caldas: Silvio Villegas, Gilberto Álzate Avendaño, Fernando Londoño
Londoño, Antonio Alvarez Restrepo y Arturo Arango Uribe, quienes iban acompañados
por Hernán Jaramillo Ocampo, Jorge Mejía Palacio, Arturo Cardona Jaramillo y
Bernardo Zapata. Los invitados se estacionaron en la Plaza de Bolívar, la cual estaba
decorada con carteles de adhesión y propaganda nacionalista de los comandos
municipales presentes, que así decían: "No más odios políticos; Colombia sobre los
partidos", "El poder, el poder, todo el poder", "Por Cristo, por Bolívar, por Colombia",
"Filandia presente", "Circasia firme", "Pereira firme", "Calarcá firme", "Montenegro
presente". 43 Desde los balcones del Hotel Imperial, sitio donde se habían instalado los
micrófonos de La Voz de Armenia, Antonio Alvarez Restrepo empezó la serie de
discursos nacionalistas. Lo siguieron, en su orden, Fernando Londoño, Jorge Mejía
Palacio y Silvio Villegas, quienes expusieron los fundamentos del nacionalismo
colombiano. El evento llegó a su máximo furor cuando Villegas tomó el juramento
nacionalista de las masas que abarrotaron la Plaza de Bolívar.44

77
Ibid.. agosto 13 de 1938. p. 3.
12
Ibid. agosto 28 de 1938, p. 3.
"Ibid.. agosto 29 de 19.38, p. 4,
77
Ibid.. agosto 31 de 1938. p. 5.

446 El porvenir del pasado


Las actividades nacionalistas prosiguieron sin pausa durante septiembre. El día 4,
Silvio Villegas, Joaquín Estrada Monsalve, Jorge Mejía Palacio y Hernán Jaramillo
Ocampo presidieron la concentración nacionalista de Marsella, donde tomaron el
juramento nacionalista a los asistentes. El 11 y el 18, Villegas y Estrada Monsalve
dirigieron las manifestaciones de la ANP en Santuario y Quimbaya. El 22, el Comando
Nacionabsta del Cauca, presidido por Ebas Salazar García, concurrió a una concentración
nacionalista en Piendamó. Dos días después, Vülegas y Londoño Londoño estuvieron en
Timbío. La intensidad prosebtista de septiembre culminó con concentraciones presididas
por Villegas y Ovidio Rincón en Risaralda, Guática y Anserma.

La Acción Nacionalista Popular se consolidaba como un partido político en expansión.


El 29 de septiembre, La Patria publicó un informe sobre el desarrollo del movimiento
nacionalista en todo el país. En Antioquia, los nacionalistas se lamentaron de no
tener un comando departamental con el mismo vigor del caldense. En aquel
departamento, los líderes nacionalistas descollaban por su intenso trabajo intelectual,
pero carecían de la mística en el contacto popular que existía en Caldas. Contaban
con tres publicaciones periódicas: La Tradición, dirigida por Félix Ángel Vallejo y
Abel Naranjo Villegas; Avance, semanario de los estudiantes universitarios; y Legión
Femenina, revista que dirigía Graciela Escobar. En Popayán, los estudiantes
nacionalistas de la Universidad del Cauca mantuvieron la organización de la Acción
Nacionalista Popular en el departamento.

La Patria informó también sobre el desarrollo de la Acción Nacionalista Popular en


los departamentos de la Costa Atlántica, región en la cual la expansión nacionalista
tuvo menor despliegue que el de sus pares del occidente del país. En el Magdalena,
en la mayoría de los municipios se organizaron comandos locales. 45 En el Atlántico,
el Comando Departamental estaba en cabeza de Armando Zabaraín y Juan J. Vásquez.
En Bolívar, la Acción Nacionalista Popular era más reciente. Sus núcleos de apoyo
se encontraban en la universidad y contó con la colaboración de Alfonso Amado Claros,
Marcos García B. y Tomás Osorio.46

En octubre continuó la campaña sin pausa. Los dirigentes estuvieron hablando,


organizando, instalando comandos, tomando juramentos y repartiendo carnés en
Circasia, Salento, Pijao, Marulanda, Caicedonia y Sevilla. En noviembre visitaron
Córdoba, Calarcá, Pueblo Rico, La Dorada, Victoria, SamanáyMarquetaba. Finalmente,
el nacionalismo se consolidó con la creación de nuevos órganos: El Nacionabsta,
revista surgida en Bogotá el 5 de agosto; Lucha, semanario manizalita dirigido por
Ernesto Castaño Giraldo, aparecido a comienzos de octubre de 1938; y Amanecer,
semanario payanes dirigido por César Garrido, en circulación desde diciembre de 1938.

Los nacionalistas p e r m a n e c e n
en el G r a n Consejo Electoral (GCE).
Laureano Gómez exigió al Gobierno Nacional el ingreso del conservatismo al Gran
Consejo Electoral. Sin embargo, como ya hemos señalado en capítulos anteriores, los
tres espacios destinados para el conservatismo fueron ocupados en junio de 1937 por
líderes contrarios al laureanismo: Silvio Villegas, Fernando Gómez Martínez y
l7>
El Comando Departamental estaba dirigido por Pablo Torregoza Pérez, .losé Constante Bolaños, Néstor Serge y Máximo Visbal.
"• La Patria, septiembre 29 de 1938. p. 8.

El porvenir del pasado 447


Primitivo Crespo. Quince meses después, tales espacios estaban distribuidos así:
Silvio Villegas, nacionalista; Fernando Gómez Martínez, conservador autónomo; y
Primitivo Crespo, laureanista en ese momento. Laureano Gómez quería reconquistar
todos los cupos para su corriente, razón por la cual argumentó que Gómez Martínez
y Villegas no representaban al conservatismo. Así, los nacionalistas, incluyendo al
director de El Colombiano, quedaron desautorizados para participar en las reuniones
del Gran Consejo Electoral, que habrían de celebrarse a comienzos de octubre. Gómez
Martínez dejó en claro que él nunca había sido nacionalista y que, por el contrario,
había seguido dentro del conservatismo manteniendo una posición autónoma y
pregonando una reforma interna:

Lo que sí pienso es que el Partido Conservador debe remozar más sus programas, como lo está
haciendo, porque, con la mentalidad antigua se estaba pareciendo demasiado al antiguo Partido
Liberal. Cosa que no he hecho, ni haré quizás, es agraviar como agravian otros a los conmilitones
de ayer, a esos viejos amigos con quienes me ligan caros afectos y a quienes quiero ver
reintegrados un día a las viejas toldas conservadoras, ya que son unas mismas, como lo expresó
fielmente Guillermo Valencia, las bases filosóficas de su pensamiento y el nuestro. 47

No obstante los reparos de Laureano Gómez, los líderes nacionalistas asistieron al


Gran Consejo Electoral a defender a su nuevo partido. El 29 de septiembre llegó a
Bogotá Gilberto Álzate Avendaño, y se reunió con el ministro de gobierno, con quien
conversó sobre la expansión del nacionalismo y los problemas electorales. Laureano
Gómez señaló que si no se seguían irrestrictamente sus recomendaciones ante el
GCE, el Directorio Nacional Conservador decretaría la abstención electoral. 48

La presencia de los líderes nacionalistas en Bogotá sirvió para efectuar reuniones


entre nacionalistas de todo el país y conceder entrevistas a los medios. El 30 de
septiembre, Villegas y Álzate Avendaño se reunieron con Augusto Ramírez Moreno,
Eliseo Arango y Ernesto Martínez Capella, entre otros. Gilberto Álzate Avendaño,
por ejemplo, en entrevista a El Liberal el primero de octubre de 1938, defendió a la
ANP como un nuevo partido político, y dio razones para participar en las elecciones
y en los órganos del poder electoral:

Nosotros constituimos una nueva agrupación politica, exenta de complejidades con los viejos
partidos. Nada es común con ellos. Es absurdo que se nos catalogue como u n a disidencia
conservadora. Silvio en el Gran Consejo Electoral es el personero del movimiento. No representa
allí las viejas clientelas electorales. El clan de Gómez ha dicho torpemente que Silvio se está
abrogando la representación de la recua bovina de los notables. N a d a m á s inexacto. Los
partidos constituyen conglomerados voluntarios y no son entidades de derecho público, ni
categorías jurídicas, ni órganos constitucionales del poder. Las leyes no crean artificialmente
un conservatismo y un liberalismo con los cuales funciona la maquinaria política. Silvio actúa
en el Gran Consejo como ciudadano, simplemente, pero respaldado por la ingente fuerza
numérica de la Acción Nacionalista Popular. Sería estúpido suponer que quienes se separen de
los dos partidos históricos, se colocan en incapacidad legal de elegir, ser elegidos y escrutar.
Además, nosotros somos hoy los únicos portavoces de la oposición contra el régimen, porque
las mermadas huestes ortodoxas de los Gómez son políticamente un apéndice del Gobierno e
ideológicamente una sucursal del liberalismo. Programáticamente no existe diferencia entre
el apenismo y el laureanismo. 49

47
Diario del Pacifico, septiembre 29 de 1939, p. 4.
'-" El Liberal, septiembre 29 de 1938. p. S.
'" La Patria, octubre 2 de 1938, p. 2.

448 El porvenir del pasado


Por su lado, Villegas manifestó a El Espectador que los partidos políticos ya habían
cumplido su misión histórica y que era la hora del nacionalismo, el de la Acción
Nacionalista Popular, muy diferente al de las vertientes desarrolladas en países de
Europa:

Cuando nosotros invocamos un nacionalismo integral, suprimiendo los partidos políticos, no


tenemos que apelar a Roma o a Berlín, sino a los más vigorosos pensadores del continente. El
mayor flagelo de la América india han sido los bandos irreconciliables, que tejen su historia con
un hilo de púrpura. El nacionalismo en el nuevo mundo es el bautismo de la paz. Nosotros
aspiramos a que se nos combata por lo que decimos y no por lo que nuestros impugnadores
suponen que vamos a decir. No creemos que en el actual momento histórico el país necesite
una dictadura ni menos que pueda aspirarse a ella. La dictadura es la cirugía política, y como la
cirugía, es la solución de emergencia. El error viene de que la armadura de nuestro programa
es un régimen corporativo, pero ya han demostrado el padre Félix Restrepo y Abel Carbonell
que corporativismo no es dictadura. Oliveira Salazar no acepta la solución fascista ni la solución
hitlerista. Nosotros no aceptamos sino la solución colombiana. Dentro del régimen político y
económico la Constitución del 86, con todas sus modificaciones, no es posible resolver los
problemas sociales sino cediendo a la presión cada día mayor de los sindicatos, como se ha
venido haciendo en los últimos años, o resistiendo a pie firme, como las bananeras. Ambos
métodos despejan el camino a la violencia proletaria y a la lucha de clases. Por esto ha dicho
Mussolini que la democracia liberal es la a n t e s a l a histórica del comunismo. El régimen
corporativo armoniza los intereses de obreros y patrones, de trabajadores y capitalistas,
reemplazando el 'salario político' de los agitadores por el 'salario económico' de los constructores. 50

Finalmente, Villegas hizo un resumen de las actividades proselitistas por el occidente


del país : "Hemos recorrido ya veinticinco municipios, hablando en todas las plazas
públicas, aún en los sitios de mayor peligro, y apenas estamos empezando. Tenemos
ya organizados todos los comandos locales y hay municipios en los que tenemos
catorce comandos en las veredas". 51 Villegas señaló los derroteros para el futuro del
nacionalismo después de las elecciones: "Pasadas las elecciones de abril recorreremos
el país organizando los comandos departamentales que hacen falta. El oportunismo
dentro de muy poco tiempo será estar con nosotros". 52

Las presiones del conservatismo ante el Gran Consejo Electoral continuaron. Laureano
Gómez exigió a Gómez Martínez que votara junto a Primitivo Crespo por las listas
del Partido Conservador. En una actitud gallarda, Gómez Martínez señaló que
accedería con la condición de que el Directorio Nacional Conservador se retractara
de las acusaciones hechas a la anterior directiva conservadora. Así, el 3 de octubre,
se reunió el GCE con la asistencia de tres representantes conservadores y cinco
liberales. Se eligió como presidente a Pedro J u a n Navarro. Un día después, el GCE
sesionó para elegir a los consejeros departamentales. La minoría política, representada
en los conservadores y los nacionalistas, llegó fragmentada a la última reunión: el
conservatismo laureanista, encabezado por Crespo; el conservatismo doctrinal,
representado por Gómez Martínez; y el nacionalismo, dirigido por Villegas. Los
resultados finales mostraron como gran perdedor a Laureano Gómez. El Liberal
destacó que el nacionalismo había logrado doce consejeros,53 Gómez Martínez siete 54
y el laureanismo diez.55 La Patria, sumando los de Gómez Martínez, totalizó en
diecinueve los consejeros departamentales nacionalistas, y en once los de Laureano." 6

,77
Ibid. p. 3.
57
Ibid., p. 5,
"- Ibid.
77
Delegados en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Caldas, Cauca, Huila, Magdalena. Santander. Norte de Santander, Tolima y la
intendencia de Chocó.
77
Delegados en Valle del Cauca. Boyacá, Caldas. Cauca, Huila, Magdalena. Nariño y Santander del Sur.
'"'Atlántico, Antioquia. Bolívar, Boyacá, Cundinamarca. Nariño, Santander del Norte. Tolima. Valle del Cauca y la intendencia de Chocó.
'* La Patria, octubre 5 de 1938, p. 1,

El porvenir del pasado 449


Los resultados desencadenaron el ataque endiablado de Laureano Gómez, que tildó a
Gómez Martínez de "traidor, personalista y apóstata". Así mismo, pidió a los consejeros
conservadores que r e n u n c i a r a n a sus puestos en los consejos electorales
departamentales, y amenazó con retornar a la abstención electoral. Alo que Álzate
Avendaño replicó: "Laureano Gómez no será capaz de contener a las masas para
evitar sus concurrencia a los próximos comicios".07 Finalmente, al doctor Laureano
Gómez le pasó la ira y no volvió a mencionar el retorno a la abstención.

La nueva mitología política y la configuración del alzatismo.

La campaña electoraí de 1939 será torrencial,


arrolladora, perentoria. No habrá peügro que
no estemos dispuestos a desafiar, ni obstáculo
que no nos sintamos capaces de vencer. El
nacionalismo p a r t i c i p a en la acción de la
naturaleza del relámpago. Con listas propias
iremos a las urnas, siguiendo la noble consigna
de José Antonio.1'6

El ágape nacionalista de principios de año.


A mediados de diciembre, una amplia delegación de derechistas bogotanos se trasladó
al departamento de Caldas con el fin de contribuir a la organización de la campaña
electoral del movimiento nacionalista. Ala cabeza de la comitiva estaba el secretario
general de la ANP, Rodrigo Jiménez Mejía, acompañado por Alfonso Muñoz Botero,
Carlos López García y Carlos Echeverri Herrera. Los líderes bogotanos se unirían a
una correría proselitista por la comarca. Jiménez declaró que irían a las elecciones
de marzo siguiente con listas propias, sin apelar a los nombres de ninguno de los dos
partidos tradicionales. Predijo, incluso, que en Caldas sacarían cuatro diputados,
dos representantes a la Cámara y un senador.

El Espectador divulgó el programa de la ANP, el mismo que había elaborado Jiménez,


que circulaba en folleto y que estaba ya publicado en Tradición y en Presente, la
página de la ANP que circulaba en el interior de El Colombiano. El documento fue
presentado por el diario capitalino como el programa electoral de la ANP.

Las celebraciones del final de año, y el advenimiento de 1939, estuvieron, para los
líderes nacionalistas, pasadas por la política. El primero de enero se organizó en las
horas de la tarde un "ágape nacionalista" en el casino de la ciudad, con asistencia de
los dirigentes de la amplia comarca del occidente colombiano. Estaban allí, entre
tantos, Rodrigo Jiménez Mejía, en representación del Alto Comando de la ANP, Elias
y Gustavo Salazar García, Rafael Lema Echeverri; había gente nueva, por ejemplo,
Jaime Sanz Hurtado, dirigente pereirano; y, por supuesto, asistía la plana mayor del
nacionalismo: Álzate Avendaño, Silvio Villegas, Antonio Alvarez Restrepo, Fernando
Londoño Londoño, todos recibidos por los asistentes con el brazo en alto. El denominado
"ágape nacionalista" abrió y cerró con la entonación del himno nacional seguido del
57
Ibid., p. 1.
" Ibid., enero 2 de 1939. p. 3.

450 El porvenir del pasado


de la Falange. Fue un derroche de la palabra: casi todos pronunciaron el discurso de
sus vidas, según anotaba el reportero. Sanz Hurtado avanzó la tesis nacionalista de
hacer de Colombia una potencia, "hacer de ella la primera nación de Sur América, en
industrias, explotación de materias primas y también en poderío militar". 59 Silvio
Villegas, que le dio a su intervención un tono mesiánico ("Me siento misionero de
Cristo y de Bolívar. Yo le contagiaré a la juventud y a las masas esta fiebre ardiente
por la salvación de Colombia que está quemando mi carne"), 6 " acudió a la memoria
de la independencia:

Nosotros somos herederos históricos de la generación libertadora. No estamos aquí para


continuar un siglo de errores políticos y de luchas fratricidas sino para agruparnos en torno a
la figura cesárea de Bolívar y prolongar sus hazañas inmortales. El héroe no es para nosotros
una figura estatuaria sino la revelación de las virtudes latentes de la raza. El Libertador es un
ejemplo, un estímulo."'

Las intervenciones fueron transmitidas por Radio Manizales y por la emisora Voces
de la Ciudad. El entusiasmo del primero de enero lo expresaban en vivas a Cristo, al
nacionalismo, a Colombia y a Bolívar. Todos, al unísono, gritaban "no al comunismo".
Para cerrar el acto de inicio de la campaña electoral de 1939, los asistentes escucharon
"Germinal", el editorial-programa de Silvio Villegas, juraron lealtad, sinceridad y
firmeza a Cristo, al nacionalismo, y a los destinos imperiales de América, y "salieron
a la calle, brazo vertical —como una espada— cantando el himno nacional, el himno
de la Falange española, vivando a Colombia una, grande y libre, y al generalísimo
Franco, caudillo de la hispanidad". 62 Dejó dicho Silvio Villegas que la participación
del nacionalismo en estas elecciones era apenas la primera etapa de un largo proceso:
"De las próximas elecciones no saldrá la nueva Colombia, ni allí está nuestro marco
[...] no constituyen sino un episodio de la gran lucha que nos espera", 63 manifestó.

Empezaba así el año, con entusiasmo desbordante, sin descanso, con una mística
política jamás vista en las formas de hacer la política en el siglo XX. 'Luis Yagarí'
escribía, por ejemplo, en su primera crónica del año: "No hay nada mejor que el gozo
de ser nacionalista. En mi vida hay dos recuerdos que se juntan: el día en que me
puse el primer chaleco y aquel en que me hice nacionalista. Es una alegría toráxica.
Lo primero que se advierte al tomar la nueva fe, es que el pecho se ensancha, se
crece el corazón".64

En amplia entrevista, Rodrigo Jiménez Mejía se refirió en La Patria a las elecciones


de 1939 y a los objetivos que perseguían los nacionalistas que participaron en ellas.
Posesionado de su nueva identidad, manifestó que, mientras los partidos tradicionales
entendían la política como una manera de reclutar votos para llegar a los cuerpos
legislativos y devengar grandes sueldos, ellos aprovecharían las elecciones para
difundir su doctrina por campos y veredas. Sostuvo que, en caso de tener éxito, sus
voceros en los cuerpos colegiados protestarían permanentemente contra los sistemas
legislativo y ejecutivo vigentes. Y agregó que si no lo tenían no importaba, pues
cuando las ideas nacionalistas primaran constituirían un congreso corporativo donde
estuvieran representados los intereses vitales del país. 65 Esta idea la compartía y
desarrollaba Silvio Villegas:

7
Ibid., p. 8,
7
Ibid., p. 3,
7
ibid,
7
Ibid., p. 2.
7
Ibid., p, 3.
7
Ibid.
7
Véase ibid

El porvenir del pasado 451


Para el nacionalismo las próximas elecciones son un espectáculo detestable al que concurrirá por
necesidad. Iremos a las urnas, que son un medio para establecer desde el gobierno conquistado
en la plaza pública la república autoritaria, corporativa y técnica. Un médico no puede renunciar
a salvar a un enfermo disculpándose en el mal olor de las llagas. El deber es más fuerte que las
ideas. Aceptamos los hechos cumplidos y aprovechamos los portillos que nos ofrecen la constitución
y las leyes. La diferencia fundamental entre nosotros, los nacionalistas, y los otros que llegan a
las elecciones, es que estos arriban a un fin y nosotros alcanzamos allí un medio.'7'1

En estas condiciones desarrolló la ANP su campaña electoral: recibiendo dardos del


sistema bipartidista. Los nacionalistas desarrollaron con intensidad su campaña en
cuatro departamentos: Caldas, Antioquia, Valle y Cauca, justamente la región
occidental, donde los nacionalistas tenían un trabajo acumulado de casi una década.
Pero existían comandos organizados y funcionando para la campaña en Barranquilla,
Cúcuta, Bucaramanga y Pasto; y en algunas ciudades de Cundinamarca y Boyacá
también los hubo. La campaña obligó a usar una nomenclatura distinta a la del
Partido Conservador: Comando, para los comités; Consejo General de Comandos o
Alto Consejo de Comandos, que cubría una representación mayor y que equivalía a
los directorios en los partidos tradicionales. Los dirigentes locales fueron llamados
capitanes de zona. Toda una nomenclatura militar importada de la Falange española.

La ANP se valió de su propia prensa, grande y pequeña. La primera estaba conformada


por La Patria y El Colombiano/ la pequeña por El Nacionalista, de Cali y de
Aguadas, entre otros. La radio fue bastante utilizada en Caldas, Antioquia y Valle,
donde emitían La Hora Nacionalista por distintas emisoras, como Radio Manizales,
y La Voz de Antioquia, Ecos de la Montaña y Voces de la Ciudad, de Medellín. Se
constituyeron también casas de la Falange y casas nacionalistas desde donde se
impartían las directrices. Los miembros de la ANP fueron carnetizados. Con ello se
lograba amarrar la militancia y, de paso, se conseguían recursos para la campaña.

El Comando Nacionalista de Caldas acudió a la conferencia radial como mecanismo


de propaganda por excelencia, en el cual eran expertos los nacionalistas. La oficina
de abogado de Gilberto Álzate Avendaño sirvió como base de operaciones. El joven
dirigente se sentía a gusto en el papel que le complacía desempeñar. Las conferencias
políticas serían los domingos, como era ya costumbre, y se transmitirían por Radio
Manizales. 67 Ante el activismo de los nacionalistas, el Directorio Conservador de
Caldas llamó a la ciudadanía caldense para que participara en las elecciones
respaldando al verdadero conservatismo. La Voz de Caldas atacó al nacionalismo
por el flanco más vulnerable: su imitación de los modelos totalitarios de Alemania e
Italia. En uno de sus editoriales leemos:

"jArmas a discreción!", les decimos nosotros a los conservadores para que marchen a la defensa
de las libertades públicas amenazadas, de la dignidad humana prostituida, del derecho individual
convertido en una añagaza, de la propiedad vuelta escombros, de la libertad de trabajo sometida
a la voluntad de un hombre, de la libertad de prensa estrangulada por la inquisición totalitarista,
de la libertad religiosa puesta debajo de la bota de un dictador que no tiene mas ética que su
omnímoda voluntad europea. "¡Armas a discreción!", decimos nosotros a los conservadores de
Caldas para que marchen a defender la vieja trinchera gloriosa: para que los neonacionalistas
les señalen el sitio que corresponde a los iscariotes, y para que cierren filas en torno a la
doctrina conservadora y coronen la próxima jornada electoral con la más estupenda victoria. 68

147
i b i d , enero 7 de 1939. p. 3.
777
El ciclo de conferencias se programó de la siguiente manera 7 8 de enero. Antonio Alvarez Restrepo y Hernán Álzate Avendaño: 15 de
enero, Gilberto Álzate Avendaño y Carlos López García: 22 de enero. Fernando Londoño Londoño y Alfonso Muñoz Botero: y 29 de
enero, Arturo Arango Uribe y Marco Álzate Avendaño
,7
" í.a Voz de Caldas, enero 3 de 1939. p. 7.

452 El porvenir del pasado


Curiosamente, la lucha política en este departamento no era entre liberales y
conservadores, y los términos de referencia eran más violentos entre conservadores
que entre las dos colectividades tradicionales. El oficialismo conservador les compitió
a los nacionalistas organizando también conferencias, que transmitían por la radio,
no los domingos como aquellos, sino los sábados en la tarde.

El ambiente caldense estaba así saturado de política. El 8 de enero, Silvio Villegas y


Gustavo Salazar García presidieron la concentración nacionalista de La Celia. Rodrigo
Jiménez Mejía y Carlos López García marcharon hacia Aranzazu, donde dirigieron la
congregación nacionalista. Ese mismo día, en Manizales, Hernán Álzate Avendaño y
Antonio Alvarez Retrepo dieron comienzo a las conferencias nacionalistas por Radio
Manizales. El 12 de enero, Fernando Londoño y Antonio Alvarez Restrepo presidieron
una reunión nacionalista en Manizales. El 15 de enero, Alfonso Muñoz Botero, Diego
Duque Botero y Arturo Arango Uribe presidieron la concentración en la vereda Alto
Bonito, mientras que Silvio Villegas y Jaime Sáenz se dirigieron a la vereda La Cabana,
ambas en jurisdicción de Manizales. El mismo día, le correspondió a Gilberto Álzate
Avendaño dirigirse a la población por los micrófonos de Radio Manizales.

"La revolución está a la derecha".


El h o m b r e p u e d e s e r definido como un
animal que recuerda. En la memoria reside
la eminencia de la especie. Las bestias no
a c u m u l a n historia, no a v a n z a n sobre sí
mismas, no a u m e n t a n su caudal instintivo.
Sin un sentido histórico, subsistiría el remoto
h a b i t a n t e de l a s c a v e r n a s . H a b r í a vidas
i n d i v i d u a l e s d e s p a r r a m a d a s , p e r o no un
destino ascendente de ¡a h u m a n i d a d sobre
el planeta. 69

Fue ese el título que escogió Álzate para su alocución. Como Canal Ramírez, el dirigente
nacionalista echó mano del concepto revolución, monopolio de la sensibilidad de
izquierda. Se trataba de labrar una nueva identidad, trabajar sobre nuevas
identidades, diferenciarse en este momento ya no sólo de los liberales, sino también
del viejo conservatismo. Para ello, reiteró posturas y tesis, construidas unas
individualmente y otras en colectivo, la mayoría ya expuestas de manera escrita y
oral. Consciente de tener en las masas conservadoras a su principal destinatario
positivo, confesó la saudade que le había implicado, a su comunidad ideológica,
renunciar al Partido Conservador:

No es posible negar que dejamos el vetusto caserón solariego con una áspera melancolía. Allí
nos quedaban pertinaces memorias [...] La ruptura nos produjo un desgarramiento interno,
un traumatismo sentimental, pero nos la imponía nuestro ideario misionero [...] Cada uno de
nosotros, en el confín insobornable de su espíritu, pudo decir aquella despedida final: 'Me voy,
como quien se desangra'. 7 "

1
La Paíría. enero 17 de 1939, p. 2.
Ibid.

El porvenir del pasado 453


Era esta la estrategia: mostrar que no había sido fácil salir de la casa paterna, que el
sacrificio había costado, y que no había sido por culpa de ellos el abandono del partido:
Antes del rompimiento definitivo, nosotros quisimos irrigar de savias vivas la reseca encina
h e g e m ó n i c a . Pero los notables apeninos, los sobrevivientes del diván republicano, los
demagogos en t r a m o n t o y la oscura galería de figurones que se hicieron fuertes en las
directivas, sabotearon nuestro designio con pretextos de homogeneidad doctrinaria. Nuestras
ideas n u e v a s e r a n decomisadas como mercancía de contrabando, así t u v i e r a n u n limpio
abolengo bolivariano o fluyesen de los m a n a n t i a l e s católicos. Nos asfixiaba una pesada
atmósfera de recelos seniles. La gerontocracia que explota a ese partido, se opuso a que le
l i m p i á r a m o s el orín y la carcoma. El conservatismo se hacía cada vez m á s yermo, m á s
estático, más enquistado en sus formas pretéritas. 7 1

Es muy posible que la crisis personal por la que estaba pasando el liderazgo nacionalista
la estuviesen viviendo sus seguidores y admiradores. Álzate se mostraba humano
como ellos. Leía, explicaba y se desahogaba:
Durante ocho años montamos guardia al pie de la bandera estrujada, acosando y devastando al
régimen [...] En 1930 encontramos unas masas en desbandada, un pardo montón de empleados
cesantes, los remanentes de un partido desmoralizado por la derrota y huérfano de conductores.
Con ellos improvisamos una milicia, un núcleo de resistencia, que se batía a intemperie contra
la nueva iniquidad [...] Para nosotros nunca hubo la resortada blandura de las curules, sino el
rudo tránsito por la plaza pública, jalonado de riesgos. No hemos vivido de la política sino para
ella. Desde nuestras mocedades la entendimos como un servicio, como un deber sin gozo, como
una vivencia tremenda. 7 2

La culpa de la caída del conservatismo, lo mismo que su comportamiento durante la


República Liberal, la tenía el republicanismo, que se había infiltrado en el partido
como una tendencia y costumbre: armisticio de las ideas, complicidad mental y
reparto burocrático. Esa manera republicana de concebir la política había contagiado
al Partido Conservador y lo había convertido en un liberalismo atemperado, en una
disidencia liberal. Álzate sostuvo también que ambos partidos tradicionales se
movieron en el pasado en la órbita de la Revolución Francesa, pero que, en cambio,
en ese momento, cuando las masas habían entrado en escena, desesperadas ante los
abusos de la libre concurrencia y la neutralidad del Estado abstencionista, los partidos
modernos se movían en ciclo de la Revolución Rusa.

Se necesitaba entonces un nuevo partido. Ellos, los nacionalistas, habían tratado de


adecuar el conservatismo a los nuevos tiempos, necesidades y condiciones, pero no
fueron comprendidos. Sólo la apelación popular podía entender, justificar y legitimar
una prédica, a todas luces, justa; traída del espíritu combativo del siglo XIX, pero
alejada de la ideología liberaloide de entonces. Y alejada también de la naturaleza
perversa de ese momento:
Los partidos son agencias de colocaciones para su respectiva clientela. Dentro de tan sórdida
disputa, el poder consiste en los empleos [...] No es posible que las gentes continúen matándose
por un cupo en la burocracia. El país necesita oráculos más altos que la vigencia fiscal. Es
preciso darles a los compatriotas grandes ideales, una voluntad trascendente de servicio, un
sentido de misión nacional, una fe histórica por la cual se pueda vivir y morir. En vez de
emborrachar a las masas con alcoholes sectarios, convocarlas bajo los tres colores de la bandera
para una expedición solidaria sobre el futuro. 73

77
Ibid.
777
Ibid.
77
Ibid.

454 El porvenir del pasado


El llamado era trascendental: "Sabemos que la sangre es el aceite que lubrica los
goznes del mundo. Nada se crea históricamente sin un sentido trágico de la vida.
Hay que parir con dolor. El nacionalismo restablece los conceptos de sacrificio, fatiga,
ofrenda y mérito".7'1

Creía Álzate en el mito, lo consideraba fundamental en y para la política. En él se


condensaba la voluntad colectiva a través de ideas-fuerza, síntesis y esquemas
mentales. Decía al respecto:

El mito es el pensamiento que se carga con un potencial de fe, la creencia militante, el concepto
o principio que abandona su limbo teórico para convertirse en una feraz evidencia del corazón.
Ninguna política, por vertebrada y sólida que sea su ideología puede realizarse sin que sus tesis
adquieran la sublimación política. Sólo así los programas, los lemas, los rótulos, albergados en
el yo profundo de las masas, tienen fuerza motriz para desencadenar los actos. 75

Al número ya abultado de programas debía sumarse la construcción de mitos que


amarraran la teoría a los sentimientos. Dijo Álzate en su intervención que el pueblo
no necesitaba solamente opiniones y que era indispensable un encuentro nupcial de
las ideas con los sentimientos para poder hacer grandes los acontecimientos históricos.
"La mentalidad popular se prende a las fórmulas simples, a las versiones esquemáticas
del pensamiento, pues ella procede por relámpagos intuitivos o representaciones
simbólicas". 76 Y, precisamente, en los movimientos y paradigmas que condenaba,
Álzate encontraba la justificación de sus argumentos. La Revolución Francesa y el
marxismo fueron posibles como fenómenos populares gracias a que sus ideólogos los
vincularon a los sentimientos de los pueblos. Pero las cosas debían cambiar 1 "Ahora
deben retirarse del servicio activo las grandes palabras míticas de la Revolución
Francesa, para dar curso a los nuevos vocablos representativos: orden, jerarquía,
disciplina, servicio, integración, gremio, justicia, estado, imperio. Sobre todo, Dios".77
Es decir, era necesaria una nueva mitología política.

"La tradición también fluye". En pro de un nuevo estilo.


Nuestro estilo literario participa de ese tenso
estado de espíritus. Es recogido como un puño,
sin aflojamientos ni molicies. Ama los verbos
duros y metálicos, los sustantivos que son como
cabezas de familias m e n t a l e s . Sobre todo,
aludiendo al signo profundo de esta tarea, está
repleto de todas ¡as voces que se refieren a
renacer, despertar, combatir, creer y crear.
Nuestra prosa —corno nuestro espíritu— se
encuentra transida de primaveras y vendimias,
anunciaciones y epifanías, oráculos y banderas.
En el toque de alborada se resume un sentido
matinal y marcial de ¡a vida.16

Ibid.
Ibid.
' Ibid.
Ibid.
Ibid

El porvenir del pasado 455


Álzate reiteraba y profundizaba sobre ideas ya esbozadas. Las presentaba maduras,
trabajadas, reflexionadas. Expuso, con amplitud y suficiencia, su concepción dialéctica
de la tradición: "Las formas se suceden. Unas nacen y otras mueren. Sólo quedan en
vigor algunos cimientos. Las raíces esenciales y fecundas. El único modo de conservar
la tradición es insertar en las nuevas condiciones del mundo, no su aparato externo,
sino su sustancia. Así ella renace". 79 Lo hacía para que no se pensara que él y su
movimiento constituían un tradicionalismo estancado: "Lo que importa es buscar
tiempo arriba la sabia germinativa del pasado, la esencia del acontecer histórico, el
genio nacional que se manifiesta a través del torrente de los hechos. La tradición
apenas se refiere a valores profundos, permanentes, intransferibles. Es la yema, sin
cascaras ni cortezas", 80 decía. Dándole un nuevo aliento a la tradición, la ofrecía
como transmisión, prosecución, y no inercia! y, en tal sentido, llamaba a inventariar
y deducir su pasivo. Decía:
La tradición va fluyendo. Es una esencia que se continúa y perdura sobre las formas perecederas.
No es una cisterna de aguas muertas. Tampoco se compone del aluvión de escorias que deja el
tiempo. Si así fuese, tendríamos un caos de tradiciones contradictorias, muiscas e hispanas,
chapetonas y criollas, revolucionarias y reaccionarias, estáticas y dinámicas, católicas y
anticlericales, pacíficas y guerreras, liberales y conservadoras. Un heterogéneo surtido de
ejemplos para justificar históricamente todos los extravíos. 81

Álzate reconocía dos tradiciones congruentes y vivas en el país, cuyas matrices habrían
de plasmar la historia nueva : el catolicismo y el pensamiento político del Libertador,
El primero debía servir como norma moral de conducta y como herramienta de
pacificación de las clases sociales; y el segundo "debería representar el destino mayor
de la República, potente y orgánica, frente al movimiento centrífugo de los partidos".82
En su intervención, Álzate se preocupó por transmitirle a la audiencia la necesidad
de un estilo propio de hacer política, de militar, de afrontar las adversidades. Anotaba
al respecto:

El estilo es más que una voluntad de forma, es la cruz plástica del carácter. Es la personalidad
en acción. Es nuestra actitud definitiva. Ante el universo, que irradia en las más grandes obras
y en los más triviales ademanes, comunicándoles un sello propio, un aire de familia, ese callado
ritmo que constituye la unidad vital. Cada política tiene su estilo, sus modos peculiares de
actuar y expresarse, que sirven como marca y contraseña. 83

Y ese estilo lo importaba el joven dirigente de la España nacionalista, de sus mártires:


José Antonio Primo de Rivera, de quien tomó y recomendó: "Tenemos que adoptar
ante la vida entera, en cada uno de nuestros actos, una actitud humana, profunda y
total. Esa actitud es el espíritu de servicio y sacrificio, el sentido ascético y militar de
la vida". 84 Se trataba, pues, de optar por una nueva manera de ser, que tuviera que
ver, además, con las enseñanzas de Eugenio D'Ors: la política como misión, Y en esa
dirección, los nacionalistas colombianos debían encarnar una política misionera que
les imponía una disciplina moral de cruzados, "un heroísmo penitente, la mente y el
corazón en armas. 'La vida es milicia', gritamos con los falangistas". 80 Y agregaba:
"Nuestra misión es convertir a las gentes, hablarles sobre un credo de salvación
nacional, remover las almas resecas y asentar simientes. Más que a la captura
electoral del poder, nuestra cruzada se dirige al descubrimiento, la conquista o la

74
Ibid.
- Ibid.
" Ibid
'2 Ibid.
" Ibid.
" Ibid.
47
Ibid.

456 El porvenir del pasado


creación del colombiano del porvenir, digno de sus libertadores. No es solamente una
política, sino una ideología".86

Álzate, recogiendo el pensamiento que él y sus amigos habían ido elaborando, aspiraba
con sus palabras de síntesis coadyuvar a la formación, a la transformación del nuevo
cuadro político de la derecha. Habló de la necesidad de un nuevo dirigente al que le
caracterizara el fanatismo de la verdad y el amor por los valores absolutos; que se
sintiera convocado por la voz profética que resonaba en los héroes, que conociera su
deber y no dimitiera, que presintiera las grandezas de las afirmaciones cuya garantía
eran el dolor y la sangre. Por eso, sacaba a relucir, una y otra vez, el paradigma: "El
valor histórico de esta generación —exponía con voz honda José Antonio, fundador,
testigo y mártir de la nueva era— consiste en que percibe el sentido trágico de la
época y no sólo acepta, sino que reclama para ella la responsabilidad del desenlace".87

La propuesta de Álzate Avendaño.

Nosotros le hemos dado a nuestra política un


e n t r a ñ a b l e a c e n t o a g r a r i o , p u e s p a r a el
nacionalismo el regreso a la tierra es una
cuestión de r i t m o . H a y que volver a ¡a
s e m e n t e r a , ¡a d e h e s a y el a s e r r í o , p a r a
encontrar las definiciones de un país pastoril.
No basta descuartizar latifundios y adjudicar
baldíos, fomentando una clase de pequeños
propietarios rústicos. Es menester elevar el
nivel humano total del campesino. 66

Frente a la democracia formal, o representativa, Álzate trabajó y profundizó la tesis


nacionalista de la democracia funcional, en la cual el Estado fuera la doctrina en
acción; y sintetizó sus contenidos. Ante todo, la propuesta apuntaba al campo como
alternativa a la ciudad o, por lo menos, a u n punto medio entre ambas realidades.
Abogó, entonces por el hombre de la aldea ; "donde los labriegos llevan una existencia
infrahumana de acémilas, sin tierras, sin higiene rural, sin crédito agrícola, sin
escuelas y sin garantías, porque el régimen demagógico apenas se preocupa por
aumentar su ingente burocracia, abastecer el ocio de las ciudades parasitarias y
aplacar la insurgencia de los obreros urbanos". 89

Al fracasado Estado liberal debía suceder el Estado corporativo, que reglamentaría


los oficios, sobre el encuadramiento profesional, en organismos corporativos. Expbcaba
Álzate que la Revolución Francesa, al disolver las corporaciones y las guildas, había
producido la anarquía del sindicato obrero, organizado para defenderse de la libre
concurrencia, pero que proliferaba sin ordenamiento constitucional. La salida para
este mal era el régimen corporativo, que los vinculará orgánicamente a la estructura
del naciente Estado. El nuevo sistema político reemplazaría la lucha de clases por
una colaboración de clases. Con los dos miembros de la producción, el capital y el
trabajo, se crearía una síntesis dinámica. En sus desacuerdos intervendría el Estado
como poder arbitral, mediante los comités paritarios y la magistratura del trabajo.
7777
ibid
47
Ibid.
•-• Ibid.
" Ibid.

El porvenir del pasado 45'


Quedaba prohibida la huelga de los obreros y el cierre de los industriales, porque
ambos paros, opinaba Álzate, perjudicaban y menguaban la economía nacional. 90
Recalcaba Álzate que el corporativismo, compatible con la democracia funcional,
implicaba el ordenamiento del Estado, cuyo centro de gravedad no descansaba en los
partidos, sino en los cuadros sindicales. Así, la corporación sustituiría al partido
como órgano, vehículo o estamento del poder. Para que el corporativismo fuera posible,
indicaba, era necesaria "la autoridad de un Estado unitario, una sociedad cohesiva
sin particularismos de bandería y un clima de alta tensión ideal". 91

Entre los documentos programáticos del nacionalismo que circulaban, Álzate destacó
"Germinal", el artículo-editorial de Silvio Villegas. Dijo que ningún nombre resultaba
etimológicamente más adecuado. "Germinal es el misterio gozoso de los surcos, la
respiración de las semillas, el reventar de las cosechas, el campo que grana. El
vocablo traduce esta siembra de verdades activas, palabras como gémulas, en el
alma popular". 92 Comparando este documento con los antiguos y nuevos programas
liberales y conservadores, consideró a "Germinal" como el mejor programa político
que circulaba en el país.
En su alocución, Álzate opuso a las reformas liberales un cambio integral del Estado.
Señaló que los principios básicos de la Revolución en Marcha:

[...] hieden a la cadaverina de la Revolución Francesa, una vieja carroña que ambula por las
calles sin resignarse a bajar al pudridero. La libre concurrencia económica, la concepción
atomística de la sociedad, el estado neutral, la democracia inorgánica, el régimen parlamentario
y la mecánica pendular de los partidos pertenecen a un ciclo histórico que se va. Las épocas
también nacen, crecen y perecen. 93

Y reiteró que los partidos, incluyendo las izquierdas, eran versiones distintas del
mismo liberalismo doctrinal, aferrados a formas estatales caducas, y declaró algo
novísimo para el movimiento nacionalista:
Solamente nuestro movimiento asume una actitud revolucionaria al plantear radicalmente el
tránsito de un estado a otro, del sistema liberal al régimen corporativo. Con nosotros, la revolución
está a la derecha [...] Es necesario reivindicar ese vocablo cachorro y rampante, que inspira a las
gentes un terror supersticioso y que ha sido monopolio verbal del frente rojo. No siempre la
revolución tiene un compás catastrófico. Puede ser la vehemente sacudida hacia un orden nuevo
[...] Revolucionario, en nombre de la verdad, fue Jesucristo, al derrumbar los valores del mundo
antiguo y desatar esa revancha de amor sobre las almas. Era revolucionario Bolívar cuando
rompió el vínculo secular con España e hizo estallar los vestigios del decrépito Virreinato. Hay
revoluciones benéficas y revoluciones nefastas. Las hay pacíficas y guerreras. Unas que aspiran
dominar en las plazas y otras que quieren tomar posesión de los espíritus. Nuestra revolución
radica en el advenimiento de un orden auténtico sobre los desórdenes habituales, sobre la
anarquía vuelta estatuto. Para ello no tenemos que buscar teorías de emergencia y préstamos
políticos ultramarinos. Nos basta izar la cruz católica como mástil y amarrarle el trapo tricolor de
la bandera. Con semejante velamen queremos surcar los trabajos y los días. Tesis cristianas e
ideales bolivarianos. Nada más. En todos los pueblos colombianos, en la plaza mayor, existe un
templo de Cristo y una estatua del Libertador, Las gentes cruzan sin percatarse muchas veces
ante esos monumentos pétreos e inmóviles. Pues en nuestro corazón empiezan a andar, a
animarse, a encarnarse, plenos de sentido augural. Somos, pues, revolucionarios. Pero es preciso
fijar los contornos de esa palabra. Con ella no queremos incurrir en un pronunciamiento verbal,
en una denotación fonética, tan usuales en aquellos políticos que quieren tomarse el Estado con

7,7
ibid.
777
Ibid, p. 3,
777
Ibid.
'•"' Ibid.

458 El porvenir del


heroicos derramamientos de tinta o saliva. El país está mitridatizado contra los vocablos patéticos,
contra las descargas oratorias. Nadie toma en serio esos toques de botasilla y somatén. Por eso
nos limitamos a decir sobriamente, lacónicamente, seguramente, nuestra verdad sin permitir
que las palabras vayan más aprisa que los actos.9'1

Álzate desmitificó, también, la acusación que se le hacía a su comunidad de querer


importar a Colombia la dictadura:

¡Hipocresías granadinas! El país ha tenido muchas dictaduras, desde las que apareja el régimen
presidencial, hasta las que resultan del monopolio político de los partidos. La presidencia de
Olaya Herrera fue una dictadura encuadrada dentro de la Constitución. La república liberal es
la dictadura del tumulto. A los colombianos no los atemoriza la dictadura, sino el vocablo que la
designa. Nosotros, sin supersticiones verbales, planteamos escuetamente el problema, nadie
ha propuesto soluciones dictatoriales, sino un Estado fuerte, un poder coactivo, una disciplina
tutelar. La dictadura depende de las circunstancias: es una política quirúrgica. Es posible que a
veces el orden nuevo necesite p a r a nacer de la operación cesárea. No hay que confundir
entonces la laparotomía con el degüello, ni al cirujano político con Jack el Destapador. 95

Para finalizar su intervención, Álzate puso a quienes lo escuchaban frente al siguiente


dilema: "Que las gentes escojan. El régimen corporativo o la lucha de clases. El ideal
social católico o los excesos plutocráticos. El poder de las facciones hostiles o el Estado
nacional. La grandeza bolivariana de Colombia, o su rango servil de país vasallo". 96

Gachetá : entre la táctica de la legítima defensa,


la táctica de la calle y la convivencia.

La sangre derramada en Gacheta el domingo,


reclama vindicta.91

El domingo 8 de enero, una manifestación conservadora fue abaleada en la plaza principal


de Gacheta, la capital de la provincia del Guavio. La asamblea, que reunía a cientos de
conservadores, estuvo presidida por los miembros del Directorio Conservador de
Cundinamarca y destacados dirigentes del partido. 98 Una puja de liberales y
conservadores por el espacio político en la región, y por su electorado, fue la causa de la
tragedia. Cualquier intento de continuar una estrategia de convivencia entre gobierno
y oposición tendrá en los sucesos de Gacheta el principal obstáculo. Fueron once los
muertos y más de cincuenta los heridos. 99 Por supuesto, el conservatismo capitalizó el
acontecimiento, y culpó a los liberales y a la policía del insuceso: "la lluvia de balas era
tan intensa que nadie podía atravesar la plaza sin ser herido de manera irremisible,
pues aparte del pelotón de policía que disparaba desde el costado oriental hacia el
occidental, otro pelotón descargaba sus fusiles desde la Casa Consistorial de sur a norte
quedando cruzada la plaza en todo sentido por el fuego de la fusilería".100

Laureano Gómez se reunió con Eduardo Santos y exigió del Gobierno un escarmiento
ejemplar a los culpables. Los nacionalistas, a su vez, aprovecharon los sucesos de
Gacheta para caerle a Laureano Gómez y fortalecer la legitimidad de su prédica:
En repetidos editoriales hemos dicho que no es posible derribar un régimen adulándolo [...]
Nosotros, en cambio, declaramos que no es posible hacer más mientras no se organicen las

744
Ibid.
"• Ibid.
%
Ibid.
" El Siglo, enero 10 de 1939, p. 3.
7,77
Entre ellos los generales Eduardo Ortiz Borda y Amadeo Rodríguez, J u a n Uribe Cualla, Camilo de Brigard, Jorge Leyva, Carlos
Monroy Reyes, Guillermo Camacho Montoya y Francisco Fandiño Silva.
7477
Según la versión de El Siglo.
17777
Ibid., enero 10 de 1939, p. 3.

El porvenir del pasado 459


brigadas de choque que nuestro movimiento preconiza. Como nacionalistas protestamos contra
este crimen horrendo que prolonga el hilo púrpura que va marcando el paso de las derechas
colombianas en esta aciaga época de la vida nacional. La oposición no tendrá garantías distintas
de las que sepa conquistar por medio de la organización y del arrojo.101

Reafirmaron su descontento con la política de convivencia sostenida por Santos y


Gómez, a quienes tildaron de líderes tradicionales que pregonaban las mismas ideas
políticas y simbolizaban la descomposición de los viejos partidos; 102 mientras que la
ANP fue presentada como un movimiento de reconciliación política ubicado más allá
de los partidos políticos.103

El 13 de enero, Aquilino Villegas propuso la adopción, de nuevo, por parte del Partido
Conservador, de una táctica de legítima defensa, y recomendó el final de la convivencia
nacional, mientras clamaba por una estrategia política más dinámica para su partido:

Y ahora: si la convivencia es imposible porque la chusma liberal logra espantar al gobierno del
señor Santos y obligarle a replegarse con sus ideas de respeto por los derechos de los conservadores,
no nos queda más recurso que el derecho natural a la propia defensa, y debemos aconsejar a
todos nuestros copartidarios a una serie de medidas elementales, mostrando que no somos
mancos y dondequiera que podamos ser fuertes, rescataremos por la fuerza nuestro derecho, y
que es peligroso atentar contra nosotros, más peligroso para los jefes que para las turbas. 104

El llamado a la legítima defensa fue tenido en cuenta por el conservatismo


cundinamarqués. El 19 de enero se reunió en Bogotá una Convención Conservadora
de Cundinamarca y de la intendencia del Meta, convocada para tomar medidas que
garantizaran "los derechos del partido violados por el crimen y la impunidad". 105 La
Asamblea, que contó con la participación del DNC y de 190 delegados, adoptó la
táctica de la legítima defensa e hizo un juramento del siguiente tenor:

[...] los delegados de los municipios del departamento de Cundinamarca y de la intendencia del
Meta, que integran esta convención, juran solemnemente, del modo más explícito, ante Dios,
ante el país entero y por el honor del partido que la representación política de la provincia del
Guavio será conservadora y por tanto no se permitirá que en los cuerpos electivos nacional y
departamental sea usurpada por sujetos que no pertenezcan a nuestra colectividad política. En
fe de lo cual los representantes auténticos del partido en el departamento, al estampar sus
firmas en este documento, comprometen no sólo su honor personal sino el de toda la colectividad
en la puntual y rigurosa ejecución de esta medida, que se toma con pleno conocimiento de
causa, después de grave y detenida meditación y en vista de que la colectividad está oprimida
h a s t a la desesperación por la impunidad sistemática y que los altos principios que tiene la
misión de defender para salvar en el país la cultura cristiana no pueden ser abandonados y
desamparados ante la insolencia de los asesinos. Publíquese por la prensa y por carteles.1ÜG

Luego de los sucesos de Gacheta, los nacionalistas declararon que el enemigo ya no


estaba a la izquierda sino a la derecha, y auguraron que en las próximas elecciones
el Partido Conservador sería vencido en los catorce departamentos por la "convivencia
armada" del presidente Santos. El 'Tigre' José Agustín Noriega dijo que el crimen
execrable de Gacheta demostraba que por los caminos de la mentida democracia
jamás se obtendría el imperio de la justicia.107 Los nacionalistas intentaron aprovechar
la coyuntura política para canalizar el descontento y vincular gente a la ANP. A la
táctica de la legítima defensa opusieron la suya, la de la conquista de la calle:

7777
La Patria, enero 10 de 1939. p. 3.
7077
Véase ibid., enero 12 de 1939. p. 3.
77774
Véase ibid., enero 11 de 1939, p. 3.
77,4
El Siglo, enero 16 de 1939. p. 4.
7
'"' 7bid„ enero 22 de 1939. p. 1.
7,777
Zbi'd., p . 4.
7777
La Patria, enero 16 de 1939, p. 3.

460 El porvenir del


En La P a t r i a hemos propugnado una política de beligerancia, procesional, aguerrida, que
invada las plazas públicas y se tome los derechos ciudadanos en mítines y en elecciones. Una
organización de masas, un clima de himnos y de banderas, un ambiente de heroicidad, de ardor
místico, de fe, algo por lo cual se pueda vivir o morir sin fastidio ni fatiga. Algo grande, nacional,
no partidista. Los brazos de la Nación armados en lucha y enardecidos contra la disocíadora
tarea de los partidos políticos. Un gran programa que arraigue por igual en el ánimo político y
en el espíritu religioso de las gentes, una manera de vivir digna de una buena muerte [...] Todo
problema de táctica e n t r a ñ a una cuestión de doctrina. Un partido que se llama civilista y
democrático no puede decretar la retaliación, porque en el caso imposible de que se llegara al
poder por este medio sólo podría conservarla implantando la dictadura. La violencia es todo un
estilo político que exige desarrollar previamente una mística en las masas, un clima de juventud,
la creación de mitos imperiales y guerreros. El nacionalismo deriva lógicamente hacia allá.
Pero a masas formadas dentro del respeto a la ley y en una escuela de convivencia no puede
infundírsele esta voluntad heroica. La violencia, en caso de que llegara a ser practicada,
implicaría la muerte civil del conservatismo y lo llevaría necesariamente a la abstención. No es
posible pensar que una colectividad inerme, sin preparación previa alguna, sin brigada de
choque, pueda enfrentársele a un gobierno poderosamente armado, resuelto a hacer el uso de
la fuerza sin timideces [...] A la violencia no puede apelar un partido de oposición sino cuando
se siente preparado para ir a la guerra civil.108

El uso de la violencia como política de partido, propuesta por Aquilino Villegas y


adoptada por la Convención de Cundinamarca, causó estupor en el seno mismo del
conservatismo. Así lo apreciarnos en un manifiesto del 25 de enero, producido en el
seno de la comunidad que giraba alrededor de El Colombiano:

Creemos que una norma semejante de conducta política desdiría de la índole misma de nuestro
partido, eminentemente civil [...] y de otro lado, aquella manera de proceder sería ocasionada
por la agravación del mismo mal cuyo correctivo se busca, pues fácilmente daría margen al
peligro de que actos de barbarie como el que t a n h o n d a m e n t e deploramos se repitiesen y
generalizasen con perjuicio de la tranquilidad pública y con desdoro del hombre colombiano. 109

Así, mientras estos eventos se presentaban en la política conservadora, los


nacionalistas prosiguieron con su campaña de difusión ideológica de cara a las
elecciones. Los días 21 y 22 de marzo, Silvio Villegas, Joaquín Estrada Monsalve y
Rodrigo Jiménez Mejía presidieron concentraciones en Aranzazu y Salamina. Mientras
tanto, en Manizales, el prosebtismo pobtico continuó por la radio. La caída de Barcelona
en poder del generabsimo Franco les brindó a los nacionabstas caldenses la oportunidad
de darle brillo a su campaña electoral. En solemne acto celebrado el 26 de enero en el
auditorio de Radio Manizales, los líderes nacionalistas se dirigieron a la población
del occidente del país para anunciarle el regocijo que les producía el triunfo nacionabsta
español. Álzate tituló su intervención: "La gesta de la Falange española". Era el
nombre apropiado a su estilo y a lo que quería decir:

Nosotros, los nacionalistas de Colombia, queremos adoctrinarnos en el espíritu y el estilo de la


Falange, aunque nuestro programa no sea copia extranjera, sino respuesta a las ecuaciones
peculiares de nuestro país [...] España es un ejemplo, una advertencia y una consigna. Nosotros
queremos que el heroísmo de la Falange española irrigue las fuerzas contrarrevolucionarias
del país. Que la nueva E s p a ñ a nos envíe sus efluvios salubres por la misma r u t a de las
carabelas, sobre cuyos velámenes hacía motines jubilosos el viento. 110

77)77
Ibid., enero 25 de 1939, p. 3.
17777
El Colombiano, enero 29 de 1939, p. 5.
710
La Patria, enero 27 de 1939, p. 3.

El porvenir del pasado 461


El entretenido acto, lleno de poesía, cantos corales e himnos, fue considerado una
"jornada decisiva" en la campaña electoral del movimiento nacionalista.

El 28 de enero, dos comitivas se desplazaron por la región. Una encabezada por


Álzate partió para Pacora, y la otra, comandada por Silvio Villegas, habló en Mocatán
y Riosucio. En tanto, en Manizales hablaron por Radio Manizales Marco Álzate
Avendaño y Arturo Arango Uribe. Una manifestación en Anserma, presidida por
Joaquín Estrada Monsalve el día 30, cerró el denso mes de enero. En febrero, la
campaña proselitista continuó con el mismo brío. El Alto Comando Nacionalista
decidió reforzar la estrategia de las conferencias como mecanismo de difusión política
e ideológica. Comunicó a la militancia que los miércoles a las nueve y treinta de la
noche estaría al aire la voz de la Acción Nacionalista Popular,111 de tal manera que el
elenco todo de líderes nacionalistas hizo uso de este medio.

Mientras tanto, continuaron las giras por la provincia. Carlos López García y Gilberto
Álzate Avendaño se dirigieron a Filandia. Allí, este último reafirmó sus tesis como si
fuera la primera vez que lo hacía, pero con la experiencia de estarlo diciendo en todo
momento. Aclaró que la reconquista del poder se haría a través de la Acción
Nacionalista Popular.

La táctica de la legítima defensa.


Nuevo desencuentro de la sensibilidad leoparda con Laureano Gómez

La legítima defensa no es una tesis académica,


sino un recurso extremo ante un sistema de
iniquidad que debe concluir para el bien de la
Patria. 112

El Partido Conservador realizó una Convención Nacional en Bogotá, entre el 4 y el 7


de febrero de 1939. El evento, que transcurrió en el Teatro Colón, fue presidido, en
principio, por el general Pedro Justo Berrío. Los sucesos de Gacheta, las declaraciones
de Aquilino Villegas y el manifiesto del Directorio Conservador de Cundinamarca
prepararon las condiciones para dotar al partido de nuevas tácticas de lucha, entre
las cuales se encontraba la de la legítima defensa y la acción intrépida. El periódico
oficial del conservatismo consignó, a propósito, lo siguiente:

Corresponde ahora a la Convención Nacional Conservadora ratificar o improbar el decreto de


la Convención de Cundinamarca, y, en este último caso, señalar los medios para impedir que
un crimen abominable se convierta en fuente de derechos para sus autores. Se trata de poner
un dique al ejercicio de la violencia como instrumento de dominación política. Por primera vez
el Partido Conservador adopta la línea de conducta distinta del memorial de agravios enérgico
y palabrero, que de ordinario no merece el honor de una respuesta. La guerra civil es imposible
porque constituimos un gran partido sin a r m a s , y no se justifica porque en ella perecen
millares de inocentes. 113

En el curso de las deliberaciones, las divergencias salieron a flote. La Convención,


convocada, ante todo, por los laureanistas para imponer las nuevas tácticas, tuvo en
777
ibid.. febrero 1" de 19.39, p. 1.
772
El Siglo, febrero 4 de 1939. p. 4.
7777
Ibid.

462 El porvenir del pasado


la delegación antioqueña, que era el espíritu que quedaba de la sensibilidad leoparda
en el conservatismo, el principal contradictor. Antes de la Convención, el general
Berrío le había manifestado a Gómez su desacuerdo con tal medida, que, según él,
violaba los principios democráticos del conservatismo: "Las doctrinas conservadoras,
sus principios eminentemente civiles y legalistas, las tradiciones de mi vida pública
en servicio de esos ideales, me impiden aprobar en su integridad la resolución de la
Convención Conservadora de Cundinamarca, suficientemente conocida, y en conciencia
no puedo solidarizarme con ella".114 El comportamiento de Gómez en la convención
no se diferenció del que había tenido en las anteriores: esquivo, irascible, displicente
y distante; hasta desaparecer. Pero tenía un sólido cuerpo de tenientes que por él se
la jugaban, y que la sensibilidad leoparda denominó los "plutodaureanistas". Los
plutos, como se les terminó llamando, entraron en franco enfrentamiento con la
delegación de Antioquia hasta conseguir la aprobación de la táctica de la legítima
defensa. Tal desenlace provocó el retiro del general Berrío de la Convención, quien
fue despedido con gritos de "¡abajo el cacique provinciano, analfabeta y cobarde!". Le
siguieron Ospina Pérez y demás miembros de la delegación antioqueña.

Abel Carbonell, quien ocupó el asiento abandonado por Berrío, puso en consideración
de la Convención una proposición, presentada por Primitivo Crespo, que le otorgaba
la jefatura única a Laureano Gómez:

Sabemos que usted hubiera deseado la unanimidad para el apoyo a su política de enérgica y
legítima defensa que usted considera vinculada a las declaraciones de la Convención de
Cundinamarca sobre el abominable crimen de Gacheta; pues bien: en nuestro sentir, dicha
unanimidad se ha realizado al proclamar la Convención Nacional del partido, con el voto de la
totalidad de los delegados, que usted es el jefe supremo del partido y al ratificarle solemnemente
la confianza plena de la colectividad; pues dicha moción fue votada afirmativamente aún por
nuestros ilustres copartidarios de la delegación de Antioquia, antes de su retiro de la corporación. 115

Los delegados antioqueños, aunque por fuera de la Convención, dieron su aval, pues,
como lo anotó el editorialista de El Colombiano:

La jefatura única de Laureano Gómez lo hace responsable exclusivo de las orientaciones que
le imprima a la comunidad. Para él son desde hoy la honra de las victorias y el mérito de los
éxitos, pero al mismo tiempo la carga íntegra de las responsabilidades. Ahora a los conservadores
sometidos a su disciplina no les queda sino obedecer. No hay derecho a deliberar. Es una de las
ventajas de esa clase de jefaturas. 116

Y, como siempre sucedía, Gómez desistió de este ofrecimiento, pues con él o sin él,
como tal ejercía y sin la responsabilidad de ser el jefe único. Y sin haber culminado
el magno evento conservador el jefe supremo desapareció. Nadie sabía de su paradero.
Corrían rumores: que había salido para Panamá rumbo a Suiza, que había dejado
dicho que se retiraba por completo de la política; que no, que estaba en Bogotá, en
fin. Una comisión de convencionistas fue designada con la consigna de agotar todos
sus esfuerzos para encontrarlo.

El final de la Convención fue dramático. La confirmación del viaje de Laureano


Gómez al exterior confundió y anarquizó a sus tenientes, al punto de no llevarse a
cabo la sesión de la mañana del día 7 de febrero. En la que hubo por la tarde, se le
77
fbjd.. febrero 7 de 1939. p, 3.
""' Ibid.. febrero 8 de 1939. p. 4.
77r
' El Colombiano, febrero 7 de 1939, p, 5,

El porvenir del pasado 463


pidió a Berrío y a la delegación antioqueña que regresaran a las deliberaciones, pero
no accedieron. Así, sin Berrío y sin Gómez, en medio de zambras, el conservatismo
adoptó la táctica de la legítima defensa ante el fracaso de la convivencia nacional
proclamada por el presidente Santos, y aprobó una nueva plataforma inspirada en
las tesis del corporativismo. ¡Las cosas de las ideologías! Al igual que el nacionalismo,
en noviembre de 1938 el conservatismo oficial protocolizó la adopción del
corporativismo. Por ello, por estar sus tesis presentes en las deliberaciones de los
conservadores, los nacionalistas siguieron con interés el desarrollo de la Convención
Nacional Conservadora:

Todos los pasos que da la Convención Nacional tienen como punto de partida nuestra táctica
y n u e s t r a doctrina. Convencidos de que los viejos programas —el de Caro y Ospina, el de
José María Samper, el de los parlamentarios de 1930— no valen absolutamente nada, y son
incapaces de apasionar a las multitudes, han tenido que redactar a última hora una inocua
declaración de principios sobre cuestiones sociales y económicas. Esto es como pretender
resucitar un cadáver con inyecciones de agua tibia. Lo que las masas exigen es una revolución
profunda en las estructuras del Estado, cambiando la constitución individualista de 1910 por
un estatuto orgánico corporativista. 117

Se t r a t a b a , como se advierte, de un juego de intertextualidades o, mejor, de


architextualidades, elevadas sobre el hipotexto de los programas conservadores. El
hipertexto que terminaba manejando el conservatismo oficial era una parodia del de
los nacionalistas, y estos, no obstante, estaban por fuera del partido. Esto indicaba
que el talante en la dirección de la colectividad, y los intereses de grupo, a la larga,
pesaban más que la ideología en construcción.

Jorge Vélez fue nombrado para despachar los asuntos urgentes del partido mientras
Gómez asumía la jefatura única. El conservatismo antioqueño, que representó en la
Convención el eco del nacionalismo, no enmudeció. En un manifiesto titulado
"Rechazamos la pobtica de violencia pregonada por don Laureano Gómez", el Directorio
Conservador de Antioquia declaró: "Habiéndose empeñado una gran mayoría en
sostener la resolución aprobada por la asamblea de Cundinamarca, con cuyos
procedimientos no podemos solidarizarnos, y en proclamar la candidatura única del
doctor Laureano Gómez como ratificación de la política de violencia y del atentado
personal, nos vimos obligados a retirarnos de la Convención, después de agotar
esfuerzos para salvar la unión del partido". 118

Así, de crisis en crisis, el conservatismo atravesaba la década y cedía todo el espacio de


la política para que el sólido liberalismo reinara. Realmente, se complicaban las cosas,
y las elecciones, que tendrían lugar en cuarenta días, se anunciaban violentas, máxime
cuando el Directorio Conservador de Cundinamarca ratificó lo siguiente después de la
Convención Nacional: "Nuestra campaña electoral continuará desarrollándose en
Cundinamarca con toda actividad, celo y vigor, y corresponde al gobierno la
responsabilidad de mantener el orden público, si las fuerzas revolucionarias del
bberabsmo pretenden impedir por la violencia el acceso de nuestros amigos a las urnas".119

La Iglesia rechazó las pretensiones conservadoras. Ismael Perdomo, arzobispo primado


de Bogotá, consideró ibcito y, por ello, sin obbgación, el juramento de los convencionistas
de Cundinamarca y Meta, y declaró que las prácticas de la legítima defensa y la acción
17
La Patria, febrero 7 de 1939. p. 3.
777
El Colombiano, febrero 7 de 1939, p. 1.
7,77
El Siglo, febrero 10 de 1939. p. 3.

464 El porvenir del pasado


intrépida eran ajenas al legado democrático de esa colectividad y la hacían retroceder a
épocas de barbarie. 120 La Patria, compartiendo las opiniones del prelado, señaló que la
acción intrépida había convertido a los miembros del Partido Conservador en "una
cuadrilla de malhechores, igualmente condenada por el Estado y por la Iglesia".121 El
nacionalismo encontró en el desenlace de la Convención un material precioso para
justificarse y legitimarse. La reciente historia pasó a ser parte del análisis, los
nacionalistas lo habían predicho todo, el Partido Conservador naufragaba, entraba en
franca disolución. Silvio Villegas habló por la radio sobre la coyuntura conservadora.
Llamó a Laureano traidor, y su viaje al exterior lo catalogó de fuga. "Nosotros estamos
aquí esta noche para consolar a las derechas colombianas, para infundirles nueva
esperanza y nueva vida, para darles una fe profunda en los destinos de la patria eterna.
Aquí estamos sin odio y sin pasión, para ofrecerles nuestra arca de salud a todas las
víctimas del naufragio",122 dijo. No se refirió el leopardo a los conservadores, sino a la
derecha colombiana, cuyo nicho era justamente el Partido Conservador. Llamó a todos
los descontentos con la política laureanista para que se vincularan al movimiento
nacionabsta. "Sólo nosotros podemos luchar eficazmente contra el régimen porque tenemos
una doctrina de bronce y un equipo de jefes, escritores y tribunos que le hace honor a
varias generaciones colombianas",123 manifestó.

El leopardo Augusto Ramírez Moreno retorna...


pero a la política conservadora.

El contagio de los dirigentes no ha ¡legado a las


masas, que son solidarias: la afanosa discordia
no la e n t i e n d e n quienes viven unidos por
i d é n t i c o s m a r t i r i o s y p o r ¡as m i s m a s
esperanzas. Si se me injuria por ¡os propios,
permaneceré mudo'- doctrina y unión son ¡os
postulados de mi alma y el anhelo de nuestra
raza política. Mi ejemplo será tan alto como el
corazón de ¡a juventud y como ¡a inteligencia
de¡ pueblo. No r e p r e s e n t o ¡a violencia, ni
represento la entrega 1 soy la Acción. No ofrezco
ortigas ni tiendo a nadie la rama de olivo porque
nací para el laurel. 124

Finalizada la Convención, ausente Laureano del país, el 8 de febrero de 1939, Augusto


Ramírez Moreno anunció su retorno a la política. Tenía el propósito de contribuir a
la cohesión doctrinal, táctica y estratégica del Partido Conservador. 'Volveré a
intervenir en la política. Próximamente recorreré el país en gira de propaganda
conservadora a fin de organizar al partido, en vista de la orfandad en que lo ha
dejado el doctor Laureano Gómez", declaró a El Colombiano. 126 Se presentaba
temerario, anunciaba su visita a Gacheta, y en su solicitud al ministro de Gobierno
le decía : "Iré inerme, acompañado de mi esposa y de tres o cuatro amigos. No creo
que ocurra nada; pero si algo ocurre no me escondo; mis amigos y yo estamos resueltos
a morir en la tribuna". 126
7717
ibid.
727
La Patria, febrero 12 de 1939. p. 3.
7277
Ibid., febrero 9 de 1939. p. 3.
•'"' Ibid.
747
El Colombiano, febrero 10 de 1939, p. 2.
2:7
Ibid.. febrero 8 de 1939, p. 5.
7477
Ibid.. febrero 10 de 1939, p. 4.

El porvenir del pasado 465


La prensa liberal se congratuló por el regreso del leopardo. Estaba acostumbrada a
saludar al nacionalismo cuando el laureanismo se ponía en contraría de sus intereses,
y a este cuando sucedía lo propio con los primeros.

El 19 de febrero, Ramírez Moreno presidió un mitin en la martirizada población de


Gacheta, y le habló a la gente en los tonos barresianos de su sensibilidad, rindiendo
culto y convirtiendo a los caídos en héroes:
Ahí tenéis la muerte de los sacrificados del 8 de enero. Ellos le sonrieron a la mañana con un
gesto augural. Cumplían el deber ciudadano de ostentar sus ideales y de recibir a sus jefes. Los
animaba la certidumbre honda de que eran entraña de la patria e hijos de la sagrada religión.
¿Cómo vieron la muerte? Como un tributo a la causa esbeltísima de Arboleda y Caro, de Suárez
y los Ospina, la miraron como el primer paso de la verdadera redención. 127

Ramírez Moreno habló en contra de la táctica de la legítima defensa, a la que opuso


la convivencia política como táctica general: entre los conservadores mismos, entre
ellos y el Gobierno liberal:
He sido tan fiel a los otros como lo soy conmigo mismo: hostil personalmente a las directivas,
aplaudí su política de convivencia porque soy equitativo.y justiciero. Traicionarse a sí propio es
una falta que se paga. Hoy quiero practicar como político conservador lo que antes aplaudí en mis
perseguidores como ciudadano conservador, mitigando las exageraciones amorosas que tuvo en
su lenguaje la convivencia y haciéndola más previsora y eficaz en la defensa de los conservadores. 128

De acuerdo con este argumento, Ramírez Moreno adhirió a la posición de la Iglesia


Católica y desestimó la legítima defensa, a la vez que criticó a sus detractores dentro
del Directorio Conservador de Cundinamarca:

Cuando la Iglesia romana define temas de moral, creóme obligado a rendirme sin discusión a su
enseñanza, porque soy fiel a mis convicciones religiosas: y si el primado de Colombia condena el
a t e n t a d o personal, yo tengo que rechazarlo, al tiempo que miro con tristeza cómo algunos
católicos no atienden esa ley, esa definición de la Maestra Indiscutible y Única. No fue nunca el
conservatismo chusma de asesinos: presentarlo como tal e incorporarle como tesis táctica una
grave apostasía, es traicionarlo [...] Intrépida acción la de esos capitanes —los Directorios
Conservadores Nacionales y de Cundinamarca—, porque en vez de usar como instrumento a
quienes les obedecen se ofrecen a cumplir los juramentos y a sobrellevar los castigos. 129

Ramírez Moreno echó de menos a sus amigos nacionalistas:


Aquí debo l a m e n t a r el grave, el hondo vacío que se observa en n u e s t r o s cuadros con la
ausencia de Silvio Villegas, de Fernando Londoño, de Gilberto Álzate, de Antonio Alvarez
Restrepo, de Arturo Arango Uribe y de sus compañeros. El odio de los propios, su impaciencia,
el orgullo de todos, nos rompieron esos fuertes soportes, nos cercenaron el alma, ahora cuando
se abre frente a nosotros la gran llanura del Porvenir, y en ella el ancho camino de la Historia
rumorosa de gloria y de dolor.130

Finalmente exhortó a los conservadores a no dejarse llevar por los odios y venganzas
personales.

El 26 de febrero, Ramírez se trasladó a Manta, Cundinamarca. El leopardo sostuvo


en esa población que el regreso al poder debía ser por métodos democráticos. "El

727
Ibid., febrero 20 de 1939, p. 7.
7277
Ibid.
729
Ibid.
730
Ibid.

466 El porvenir del pasado


Poder no podemos reconquistarlo por medio de las pistolas [...] La impunidad es
enemiga de la Convivencia al mismo título que las pistolas. Yo me declaró por la
Convivencia". 131 Volvía a jugar la sensibilidad leoparda en el interior del Partido
Conservador, que no respaldó las tesis conciliadoras de Ramírez. Los respaldos
provendrían de donde siempre. José Mejía Mejía afirmó que el conservatismo no se
reconstruía con base en una política de ostracismo y exilios para sus subditos, sino
"mediante una política de acercamiento, conciliación y suma de todos los equipos
beligerantes tangenciales". 132 La democracia de la sensibilidad leoparda, que se
expresaba en la actividad de Ramírez Moreno y en la de los conservadores de El
Colombiano, tendía de nuevo puentes de acercamiento al liberalismo.

Álzate gaitaneando. "Vieja y nueva política".


El populismo conservador de la ANP.

Hubimos de soltar a m a r r a s y seguir solos


n u e s t r a travesía, haciendo con ¡a b a n d e r a
n a c i o n a l un velamen, con l a s encíclicas
pontificias un cuaderno de bitácora y con el
magnífico numen bolivariano una brújula de
marear. Por eso, en la total catástrofe, sólo
permanece en marcha nuestra proa, erguido
nuestro palo de mesana, ondeantes nuestros
pendones. Desde el puesto de mando arrojamos
salvavidas a los náufragos. 133

El miércoles 8 de febrero, cuando terminaba la Convención oficial conservadora,


Ramírez Moreno regresaba al conservatismo y Laureano Gómez se alejaba del país.
Gilberto Álzate Avendaño en La Hora Nacionalista, el nuevo programa radial que
iba en la noche, leyó un discurso de afirmación ideológica titulado "Vieja y nueva
política". Se trataba, una vez más, de hacer balances, de analizar el "caos", el
"desplome" conservador; de continuar la prédica de justificación y legitimación del
movimiento nacionalista. Era necesario profundizar y desmentir: "Al golpear
hercúleamente contra Gómez, nosotros no ejecutábamos una represalia privada,
sino que combatíamos un sistema catastrófico, cuyas incongruencias se agravaban
por la inverosímil ineptitud del demagogo crepuscular". 134 De lo que se trataba, no
era del problema de la crisis en la que se encontraba el conservatismo, sino de pensar
el desplome total de una política que era necesario cambiar con una fuerza de relevo.

El texto que leía esa noche Álzate era el mejor discurso de cuantos había escrito y
pronunciado en su carrera pobtica. Estaba en un momento de productividad intelectual
excelente. Terminaba un texto, lo difundía de forma verbal y escrita, y emprendía la
redacción del siguiente. En este se percibe que el joven dirigente había puesto un
empeño extraordinario en su confección. En él estaba sintetizado su pregón y el de su
sensibilidad y sociabilidad. Su palabra fluyó diáfana y contundente, la dialéctica era
el eje de la disertación. El líder nacionalista apuntó:

177
Ibid.. febrero 27 de 1939, p. 7,
72
Ibid.. febrero 21 de 1939, p. 5.
77
La Patria, febrero 11 de 1939, p. 3.
77
Ibid.

El porvenir del pasado 467


Exploramos, tiempo arriba, los yacimientos históricos, buscando definiciones y pautas acordes
con el genio propio, el carácter peculiar y el ritmo profundo de la república. Se ha dicho que
todos los pueblos deben volver por épocas a sus orígenes. Nuestra política tiene ese signo de
rectificación y retorno, que supera el ayer marchito, en pos de la historia mayor. Ella ha ido
hasta el pensamiento de los libertadores, para rescatar su verdad olvidada. Abandonando las
supersticiones y los extravíos de nuestros inmediatos predecesores, el movimiento nacionalista
inicia un regreso a la auténtica colombianidad, a los valores intransferibles y las raíces genitales
de la patria. Ese es el porvenir del pasado, la tradición vuelta destino. 135

Aunque reiteraba las posturas que venía sosteniendo en pueblos y veredas, esta vez
se tomó tiempo para entrar en preciosos detaUes, que llenaban de democracia popular
sus planteamientos: "Ahora que la política tiene un acento social e irrumpen los de
abajo en la escena histórica, nosotros predicamos un credo antiguo y nuevo,
contemporáneo de todas las épocas, cuyas raíces arrancan del Sermón de la Montaña,
conservan su fertilidad a través de los siglos y mitigan el áspero clamor de las
muchedumbres desamparadas". 136 Quería meter a todos en el universo político:

No puede nadie ponerse al margen de la política, porque no existe un lugar fuera del Estado,
donde el ciudadano se aisle. Hoy la política es el destino. Ella interviene en todo, en lo que
comemos y en lo que pensamos. Ni siquiera el que se entrega a cultivar rábanos en su huerta
recoleta, puede escapar a los hechos políticos, que repercuten h a s t a en el precio de las
verduras. La historia, según Spengler, nos obliga a participar del acontecer militante, como
objetos o como sujetos. El que no se esfuerza en ser historia p a r a los demás, tiene que
padecer la historia de ellos. 137

Rescataba para la política y para su heterodoxia los contenidos del cristianismo, los
sacaba de las iglesias y los ponía a la consideración de las masas. Decía encontrar
más contenido humano, más justicia y más garantías para los proletarios en el
evangelio y en las doctrinas esparcidas por la Iglesia Católica que en el Manifiesto
comunista y en la demagogia de la revolución soviética. Las soluciones de los
problemas sociales, para Álzate, radicaban en relación con un regreso al cristianismo,
y pensaba que en las doctrinas de la Iglesia estaba la fórmula. Y con su ayuda el
joven dirigente nacionalista emprendió su crítica a la economía liberal.

Se pasmarían si alguien les expusiera la teoría del bien común en Santo Tomás, que establece
la propiedad de los bienes necesarios y la simple gerencia de los superfluos, grabados con una
servidumbre social [...1 El cristianismo empieza por elevar el rango social del trabajo. No lo
considera una mercancía inerte, sino como algo que suda, que padece, que piensa. Es un
hombre, una criatura de Dios, que en su lucha económica desigual debe ser fortalecido por las
leyes, para restablecer el equilibrio. Ante la quiebra de la economía liberal que se encuentra en
los antípodas del Evangelio, ha de sobrevenir un orden nuevo, auténticamente cristiano [...] La
doctrina sociahcatólica tiene su ápice en el corporativismo, que evita el desbordamiento de la
lucha de clases, mediante una colaboración orgánica del capital y el trabajo. Es un regreso al
idilio medieval de los oficios corporados. El régimen corporativo entraña un nuevo ordenamiento
del Estado. Es incompatible dentro de la mecánica p e n d u l a r de los partidos políticos. El
corporativismo implica una democracia funcional, articulada económicamente, pero destruye
el sufragio inorgánico y las clientelas electorales. Mientras el Estado liberal se apoya sobre la
actividad contradictoria de los partidos, el Estado corporativo tiene su centro de gravedad en
los sindicatos verticales. Por eso no se puede plantear el corporativismo desde la vieja política.
Hay que renunciar a la concepción partidista si se adopta ese orden económico y social que es
la fórmula del porvenir, pues resuelve la tensión polar de las clases. Nosotros hemos dicho
dialécticamente: individualismo: tesis: comunismo: antítesis: síntesis: el régimen corporativo. 138

175
Ibid.
771
Ibid.
777
Ibid.
748
Ibid.

468 El porvenir del pasado


Recabó Álzate en el tema agrario, tópico de identidad en el nacionalismo de la
sensibilidad leoparda. Sabía, a lo mejor, que iba en contravía del desarrollo que
había tomado el país, y quizás era consciente de su costo político, pero, por una ética
de convicción y de responsabilidad que lo enaltece, defendía el regreso a la tierra y al
sentido campesino de la vida colombiana. Se autoproclamaba personero de los intereses
rurales y sostenía que en Colombia todas las formas políticas había que pensarlas
desde el agro y no desde las ciudades consumidoras. Fundamentaba su postura así:

Los fisiócratas califican únicamente como clase productiva a los labriegos, que con el cultivo del
suelo crean los bienes anuales del país. Las demás clases eran estipendiarías y estériles. Esa
clasificación entre nosotros es exacta. Nuestro campesino se encorva de sol a sol en la santidad
de la fatiga para abastecer los ocios de una copiosa burocracia citadina. Suda plusvalía en
provecho de la urbe parasitaria. El Estado se preocupa escasamente de esa vasta humanidad
rural, que ha carecido siempre de higiene, crédito, escuelas y garantías laborales. Basta leer el
código del trabajo para darse cuenta de la desigualdad ante la ley que existe entre el exiguo
proletariado industrial y los jornaleros rústicos, porque el oportunismo de los gobiernos busca
alagar la demagogia urbana y convertirla en clientela electoral. 139

Si los gobiernos de la República Liberal habían incorporado al obrero a los goces de la


sociedad, Álzate intercedía por la fuerza laboral que había quedado por fuera de lo
social. Por ello, al sostener que salirse de la tierra era un descarrilamiento histórico y
que el país sólo podía prosperar sobre una agricultura floreciente, proponía descuartizar
latifundios y socolar baldíos para que los campesinos se convirtieran en propietarios, ya
que, según decía, todo poseedor era "un pilar estable del orden". Hablaba de extender la
propiedad y no aniquilarla. 'Mientras el comunismo quiere que todos sean proletarios,
nuestro designio es que todos sean propietarios",140 enfatizaba.

Emergía Álzate con un planteamiento popubsta surgido desde una raíz de pensamiento
cristiano y conservador, y como el equivalente a Jorge Eliécer Gaitán en la comunidad
conservadora. Clamó por una activa asistencia médica en las veredas, que defendiera
la raza contra las inclemencias del trópico, que destruía endémicamente las reservas
humanas. Habló de la importancia de una enseñanza rural práctica, que dotara a la
niñez campesina de conocimientos útiles sobre la tierra, que estableciera métodos
racionales en los cultivos y acabara con las supersticiones heredadas. "Sin máquinas
de labor, sin abonos químicos, sin regadío para las zonas de secano, los labriegos se
d e s g a s t a n i n ú t i l m e n t e sobre el suelo avaro", 1 4 1 s o s t e n í a . Y p r o m e t í a el
intervencionismo de Estado para el campo:

Nosotros sostenemos una política agraria que beneficie los productos terrígenas, que los proteja
con tarifas aduaneras, que funde cooperativas rurales y que eleve el nivel humano total del
campesino. Hay que librar cuanto antes a los labradores del agio aldeano, mediante el concurso
más amplio del Estado. La producción se torna macilenta cuando falta el riego económico del
crédito p a r a las clases medias rurales. Los propietarios de los pequeños fundos no tienen
ahorros disponibles para mejorar sus siembras, introducir maquinaria y pagar sus peones
antes de la cosecha. Sin un sistema amplio de préstamos agrarios, sobreviene el colapso de la
agricultura, que según Rouz es una industria cuyas fábricas se extienden horizontalmente con
el sol por motor [...] Agrónomos y no abogados. Semillas y no literatura. Técnica y no burocracia.
Eso es lo que el país necesita y nuestras voces reclaman. Un acto de contrición con la tierra y
un acercamiento vivaz a las aldeas donde una raza patriarcal sufre, lucha y espera [...] Si
alguna vez las derechas reconquistan el dominio del Estado, esa empresa restauradora ha de

714
ibid.
•7" Ibid.
'" Ibid.

El porvenir del pasado 469


partir de las aldeas, espiritualmente intactas, donde decanta la tradición sus mejores sustancias.
No serán los parlamentos parleros, ni los papagayos demagógicos, ni las clientelas electorales,
ni los motines urbanos, los que salven al país e inauguren un nuevo ritmo histórico. Han de ser
campesinos rudos y lentos, fuertes haces labriegos, varones de mano callosa que construyen
en silencio la patria. 142

La guerra sucia del adversario.


Conservadores y nacionalistas confeccionan sus listas.
Los nacionalistas continuaron recorriendo el departamento de Caldas, en giras que se
combinaban con exposiciones radiales desde Manizales. El 14 de febrero se instaló la
Casa Nacionalista. El 15, La Voz de Caldas y Diario del Pacífico publicaron
declaraciones del arzobispo Juan Manuel González Arbeláez, en las que este afirmó que
simpatizaba con el nacionalismo que se daba en España y Portugal, pero no con el
colombiano que pregonaba Silvio Villegas. Más adelante fueron divulgadas declaraciones
de Diego María Gómez, obispo de Pasto, en las que criticaba al nacionalismo liderado
por Álzate y Villegas. Los nacionalistas capotearon la situación. La Patria publicó
otras declaraciones de González Arbeláez a Somatén, en las cuales había afirmado que
condenar a la extrema derecha colombiana le parecía torpe e injusto. Así mismo, el
Comando Nacionalista de Caldas envió un telegrama al obispo de Pasto en el que le
pedían expbcación sobre sus declaraciones pobticas, al tiempo que expusieron al prelado
el significado del nacionabsmo: "Nuestro ideario es sociabcristiano, corporativo, agrario,
bolivariano. Ninguna autoridad eclesiástica podría entonces mirarlo siquiera con
desvío".143 Finalmente, La Patria publicó la respuesta del obispo de Pasto a los
nacionalistas, en la que desautorizaba a La Voz de Caldas.

En medio de la guerra sucia del adversario conservador, los nacionalistas redoblaron


sus esfuerzos por cubrir un espacio mayor al de las orillas de Manizales. El 18 de
febrero, Silvio Villegas, Leonardo Tafur Garcés, Eduardo Franco Cardona y Elias
Salazar García presidieron una gira por las ciudades vallecaucanas de Toro, Obando,
Ansermanuevo y Cartago. El 19, Fernando Londoño, Jorge Mejía Palacio y 'Luis
Yagarí' presidieron la reunión nacionalista de Chinchiná; Gilberto Álzate Avendaño,
Evelio Henao y Gustavo Salazar hicieron lo mismo en Filandiaí mientras que Ovidio
Rincón, Néstor Ramírez Vélez y Eliseo Arango pronunciaron sus conferencias por
Radio Manizales. El 20 de febrero, Alfonso Muñoz Botero, Carlos López García y
Joaquín Estrada Monsalve presidieron las concentraciones nacionalistas de Guachita,
San Clemente y Quinchía. El 25 de febrero, Fernando Londoño y Arturo Arango
Uribe dirigieron la concentración de Salamina, mientras que Silvio Villegas, Rodrigo
Jiménez Mejía y Alfonso Muñoz Botero estuvieron de gira por Marquetaba y Samaná.
El 26 de febrero se presentaron las concentraciones de La Linda, Pensilvania y
Manzanares, dirigidas por Silvio Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía y Alfonso Muñoz
Botero; y Santa Rosa de Cabal, presidida por Gilberto Álzate, Jorge Mejía Palacio,
Evelio Henao y Carlos López García.

A principios de marzo, conservadores oficialistas y nacionalistas caldenses estuvieron


dedicados a la confección de las bstas de sus candidatos para las elecciones legislativas
del 19 de marzo. Los conservadores tuvieron una Convención Departamental, que
sesionó desde el 2 de marzo. Aquilino Villegas se dirigió a los convencionistas en la
742
Ibid., p. 9.
777
Ibid., febrero 19 de 1939, p. 1.

470 El porvenir del pasado


víspera de su instalación llamando a la disciplina, la obediencia y la sumisión que
necesitaba el partido, que regresaba de la abstención.144 Los conservadores caldenses
escogieron a Emilio Arias Mejía para que encabezara la plancha a la Cámara, y a
José Restrepo Restrepo para la de la Asamblea. Guillermo Gutiérrez, presidente del
Directorio y jefe único regional, cerró el evento con un editorial de La Voz de Caldas,
donde le atribuía a su parcialidad los tintes de un movimiento democrático por
excelencia: "¡Oh, democracia, así te atiendo yo! ¡Así te venero y amo!",146 expresión
que hacía honor a la forma cómo, según él, se había realizado la escogencia de los
candidatos. Eran los conservadores oficiales los demócratas y los nacionalistas los
antidemócratas:

Para ellos [los neonacionalistas] que abominan la democracia, para ellos que dicen que los jefes
no se equivocan, para ellos que aman a los dictadores, para ellos que son, según la frase ya
célebre, los mensajeros del Espíritu Santo. Nosotros los conservadores nos quedamos con la
democracia, luchando con el pueblo y para el pueblo, sintiendo los dolores y las alegrías de la
masa, prefiriendo engañarnos con el pueblo, o haciendo su felicidad.'"'

Protocolizaba el conservatismo oficial caldense a los nacionalistas, que en medio de


todo eran sangre de su sangre, como los contradestinarios de su prédica política. El
otrora adversario, el liberalismo, quedaba a sus anchas, sin enemigo a la vista.

Los supuestos antidemócratas nacionalistas se pronunciaron sobre la Convención


conservadora. Hablaron de desorganización, intriga, rebatiña e imposición de nombres
para las listas. Hicieron el balance en oposición a La Voz de Caldas y a los deseos
de Aquilino Villegas. Por ninguna parte vieron desprendimiento y grandeza, sino
ambiciones y apetitos personales. 147 Para mostrar cosa diferente, el 3 de marzo de
1939, en horas de la noche, se reunió el Consejo General de Comandos Nacionalistas
de Caldas, uno de cuyos propósitos fue proclamar sus planchas democráticamente.
Presidió la magna reunión, que contaba con la participación de cuarenta delegados
municipales, Silvio Villegas, quien fue recibido con salvas de reconocimiento. Como
todos los actos nacionalistas, este lo fue también de la palabra, de los discursos.
Londoño Londoño, primero en hablar, se refirió a la obra tribunicia de Villegas, a la
que calificó de "sin par" en Colombia, e hizo u n a radiografía del movimiento
nacionalista en el país: "En el Valle, canta su himno triunfal! en Popayán se recluye
y recoge en la universidad, y en todo el país se adueña de las universidades y centros
educacionales que engendran la miel del porvenir".148

Londoño acusó al Gobierno liberal de hacer creer a todos los colombianos que la
derecha cristiana era enemiga de los desvalidos, cuando, justamente, en el
pensamiento cristiano se encontraba "la fraternidad, la dulcedumbre de la concordia
entre los hombres y la reivindicación de los pobres".149 Londoño se defendía de ataques
recientes; quienes lo escuchaban lo sabían'- "Nuestro movimiento es una cruzada en
la cual se reúne toda la pasión, el espíritu y el estilo de lo que es la derecha bien
entendida y practicada, con toda la responsabilidad de hacer de la tarea una obra de
cristianismo y humanidad". 130 Aprovechó la oportunidad para llenar de contenidos el
significante plutocrático que habían encontrado para los laureanistas: "han hecho
que todo el poder vaya a los que tienen fortuna y representación en las inversiones y
las utilidades de las sociedades anónimas". 151 Se refirió al olvido en que había caído el

4
La Voz de Caldas, marzo l77 de 1939. p. 3,
5
ibid., marzo 6 de 1939, p. 3.
77
Ibid.
7
La Patria, marzo 3 de 1939. p. 3.
" Ibid.. marzo 4 de 1939. p. 4.
s
Ibid.
° Ibid.
7
Ibid.

El porvenir del pasado 471


culto a los héroes, y comprometió al nacionalismo en su restablecimiento. Explicó y
justificó la participación en las elecciones y la conquista de curules como medio y no
como fin. Un medio para hacer desaparecer "la ruindad" de la política. Por ello
entendía Londoño la rebatiña por las curules, el canje de posiciones, la compra de
votos, "el doy para que me des". Y enfatizaba: "Entre nosotros no hay canjes, ni
prebendas ni entreveros. Si cumplís fielmente con este mandato podemos decir que
ha amanecido una generación que rompe con el pasado y marcha hacia el futuro".1"2
Seguidamente, fue presentada la lista de los candidatos: encabezaba la plancha a la
Cámara Silvio Villegas, con la suplencia de Álzate. En segundo y tercer renglón iban
Joaquín Estrada Monsalve y Rodrigo Jiménez Mejía, respectivamente. Fernando
Londoño Londoño, a su vez, encabezaba la plancha a la Asamblea departamental con
la suplencia de Pablo Emilio Duque. En el segundo renglón estaba el nombre de
Antonio Alvarez Restrepo. Y para que no quedaran dudas y evitar la contrapropaganda
desde el adversario conservador, la reunión nacionalista hizo constar:

El Consejo de Comandos de Caldas, en su primera sesión, ratifica solemnemente su adhesión


a los principios tutelares de la Iglesia Católica; reconoce que el catolicismo es en Colombia el
p r i m e r aglutinante de la unidad nacional y como tal debe ser defendido contra todos los
movimientos disolventes que puedan amenazarlo; declara que toda la actividad del movimiento
nacionalista en el terreno de las reivindicaciones sociales se inspira en las solemnes normas de
verdad y de justicia contenidas en las encíclicas de los pontífices, y afirma que el cristianismo
representa en el mundo contemporáneo la salvaguardia más segura de los valores humanos. 163

Agregaron que la exégesis del nacionalismo estaba en las encíclicas Rerum Novarum,
Quadragesimo Anno y Divini Redemptoris. 1 0 4 Finalmente, los nacionalistas
reafirmaron el conocido editorial "Germinal", de Silvio Villegas, como la plataforma
política del movimiento.

El nacionalismo intensificó su campaña proselitista. Nuevas giras y nuevas


conferencias de radio fueron programadas. Gilberto Álzate Avendaño y Jorge Mejía
Palacio visitaron Marsella, donde fueron recibidos como héroes. Álzate exaltó la
obra de los libertadores y el pensamiento profético de Bobvar, evocó la época grandiosa
de la Gran Colombia y prometió regresar a ese diseño imperial. Se refirió a los
problemas del campo y definió el nacionalismo como un movimiento agrario. Sostuvo
que la doctrina sociabcatólica, incorporada a los postulados del nacionalismo, se
encontraba en los evangelios y en las encíclicas y no en la demagogia revolucionaria
de las izquierdas. 155

El 5 de marzo se celebró en Buga el Consejo General del Comando del Valle, con la
presencia de Fernando Londoño Londoño como invitado especial.156 Fueron aprobados
los nombres de Eliseo Arango y Silvio Villegas para encabezar las planchas de Cámara
y Asamblea respectivamente.

Decantación del nacionalismo antioqueño. La lucha contra el "viejo


Faraón". Nace la Acción Popular Conservadora (APC).
Como habrá constatado el lector, el nacionalismo antioqueño no se expresaba sólo a
través de la ANP regional. Parte importante se encontraba en la sociabilidad que

774
Ibid.
'••' I b i d .
771
Ibid, p, 3.
77,s
Véase íbj'd., marzo 6 de 1939, p. 2.
777(7
Esta reunión fue presidida por el Comando Departamental, del cual hacían parte Leonardo Tafur Garcés, Alvaro Calero Tejada, Ciro
Molina Garcés y J u a n Antonio Bonilla, y el cual contó con la participación de 177 delegados municipales.

472 El porvenir del pasado


rodeaba la figura del general Pedro J. Berrío. El desenlace y los resultados de la
convención realizada hacía poco en Bogotá habían consolidado al conservatismo
antioqueño. Sin embargo, cuando llegó el momento de la confección de listas, el
astuto y curtido general impuso sus candidatos, dejando de lado la sensibilidad leoparda
que, como sabemos, estaba representada por El Colombiano, es decir, por Gómez
Martínez. Una disidencia se veía llegar: la Acción Popular Conservadora.

Gilberto Álzate Avendaño, en conferencia radial, se pronunció a favor de Gómez


Martínez, y convocó a los núcleos universitarios y a las muchedumbres tradicionalistas
a incorporarse bajo las banderas nuevas del nacionalismo para derrotar a los viejos
faraones de la política antioqueña. 157 El 2 de marzo de 1939, la Acción Popular
Conservadora tuvo su primera reunión en la oficina de Guillermo Fonnegra Sierra,
la cual contó con la asistencia de Fernando Gómez Martínez, delegados de la Acción
Nacionalista Popular y capitanes conservadores de zona descontentos con la política
de Berrío. Se habló de la política interna del conservatismo y se trazaron las pautas
del nuevo movimiento. El director de El Colombiano manifestó que la actitud
tomada por el Directorio Conservador de Antioquia provocaría en algunas partes
abstención, y en otras proliferación de listas disidentes. Por ello consideró que "si de
está reunión sale la decisión de que debe mantenerse una acción permanente o que
las fuerzas conservadoras independientes deben lanzarse a la lucha electoral, estaría
dispuesto a aceptar la jefatura del debate". 108

La recién nacida Acción Popular Conservadora explicó la presencia de la ANP:


"Queremos un gran movimiento de acción en donde se alternarán en un mismo
plano de camarería intelectuales y obreros [...] No les tenemos asco a los nacionalistas.
Al contrario: aceptamos sus programas y los hemos llamado porque en ellos creemos
encontrar la sensibilidad social que necesita la clase trabajadora en las luchas
presentes". 159 A lo que la ANP contestó:

Si nos habéis llamado porque encontráis mayor vigencia histórica en nuestro programa, en
nuestros símbolos y en nuestra mística, acá estamos para actuar en este movimiento en una
forma autónoma, con nuestro rótulo y nuestros programas. Es infantil llamarnos renegados,
apóstatas o herejes: estas manifestaciones nos están demostrando la comunidad de espíritu
que hay entre nosotros y las masas del viejo partido. Vamos a luchar contra el liberalismo
acantonado en el poder y en la mentalidad burguesa de las castas privilegiadas que están
dirigiendo al conservatismo de Antioquia. 160

Una comisión de la ANP antioqueña, integrada por J u a n Roca Lemus y Jorge Luis
Arango, cursó invitación a Silvio Villegas y a Álzate Avendaño para que presidieran
el 7 de marzo la Convención del nacionalismo regional, que escogería candidatos.
Una alianza electoral con la Acción Popular Conservadora se preveía. Cabe señalar
que, aunque el director de El Colombiano no se vinculó a la ANP en la Convención
de Portobelo, era un hombre cercano a la sensibilidad leoparda y había abierto espacios
en su diario a los nacionalistas del departamento: "El grupo político que capitanea
Fernando Gómez Martínez ha sido noblemente generoso con nosotros. Allí se les han
abierto ampliamente las puertas a nuestras ideas y a nuestros hombres. El
Colombiano ha sido siempre fiel a la fórmula no hay enemigos a la derecha. En
Medellín se ha constituido un comité de acción política que anhela la organización de
un cartel de derechas para quebrantar electoralmente la dictadura del general
77
Véase Ea Patria, marzo l'7 de 1939. pp 1 y 4
7,77
El Colombiano, marzo 3 de 1939, p. 4.
74
Ibid.
"'" Ibid.

El porvenir del pasado 473


Berrío". 161 Cuando los dos eminentes nacionalistas arribaron a la ciudad fueron
recibidos con ruido. La recepción, a cargo de José Luis Aramburo, estaba conformada
por amas de casa, campesinos, obreros y estudiantes universitarios. Una caravana
de ochenta carros y catorce buses acompañaron a los ilustres invitados hasta el
Hotel Continental. En horas del mediodía, Álzate y Villegas conferenciaron con los
militantes de la ANP. A las tres, lo hicieron con los líderes del nacionalismo
departamental. En la noche, la Legión Femenina Nacionabsta les ofreció un banquete
en el que Álzate y Villegas llevaron la palabra. Asistieron Abel Naranjo Villegas y Femando
Gómez Martínez, entre otros. En su discurso, el director de El Colombiano dio a
entender que la alianza de los dos movimientos nacionalistas de Antioquia era una
realidad: 'Me siento absolutamente identificado con las ideas fundamentales del
nacionalismo. Si acaso la táctica nos separa, la ideología nos unifica".162 Al día siguiente,
al finalizarla tarde, los jefes nacionalistas caldenses intervinieron en un acto público
celebrado en el Teatro Bolívar. Sus discursos emocionados sintetizaron sus ya conocidos
tópicos: la descentrabzación administrativa y económica que permitirían la autonomía
provincial; la democracia orgánica y el parlamento técnico como los componentes del
sistema político que necesitaba el país ante la amenaza comunista; y el corporativismo
como doctrina socio-económica que abviaría las preocupaciones de los sectores campesinos
y obreros. Los oradores destacaron del pensamiento bolivariano la esencia müitar de su
antiimperialismo, que preveía un ejército que mantuviera el orden en el interior y la
paz en las fronteras y le garantizara a Colombia la supremacía en el continente. Vülegas
se valía de Bolívar para legitimar su propia prédica.

A esa altura de lo corrido de la campaña, tanto Villegas como el resto de ideólogos


nacionalistas no habían vuelto sobre las imágenes de las recias personalidades del
fascismo genérico. Bolívar había ocupado cuantitativamente ese lugar:
Hace u n año en San Pedro Alejandrino comprendí el hálito de la grandeza del Libertador y pedí
al Padre que me diera una ráfaga de inspiración para salvar a Colombia. Desde aquel momento,
cada hora de mi vida es una hora tormentosa, yo ya no encuentro paz ni sosiego; un día en
Cartagena y otro en Medellín, siento la necesidad de cumplir está gran misión. En el silencio de
la noche siento una voz misteriosa que me grita: "jAdelante, adelante!". He tenido que sacar
energía de donde no la tengo para realizar esta obra que me propongo en el país. 163

Seguidamente, los nacionalistas antioqueños ebgieron el nuevo Comando Nacionalista


del departamento, el cual quedó integrado por Gilberto Álzate Avendaño, Félix Ángel
Vallejo, Juan Roca Lemus, Clímaco Velásquez, Jorge Luis Arango Jaramillo y César
Ruiz, en calidad de principales. Como secretario general fue escogido José Luis
Aramburo. 164 El nombre de Álzate Avendaño como jefe del nacionalismo antioqueño
se debió a su conocimiento de la región, a su papel como organizador allí de la
resistencia conservadora en los primeros años de la república liberal. Eso le permitía
reafirmar: "Antioquia está mejor preparada que Caldas para u n a campaña
nacionalista. Su organización familiar, su sentido cristiano de la vida, la inmensa
miseria de los campos abandonados, su amor a la jerarquía y al orden, la impulsan
hacia nuestras tesis bolivarianas y católicas".' 65 Álzate y Villegas se comprometieron
a regresar al departamento para consolidar el nacionalismo: "Pasadas las elecciones,
nosotros rcabzaremos una correría por Antioquia organizando en una forma autónoma
todos los comandos nacionalistas para las elecciones de octubre".166 La reunión terminó
con una corta oración de Álzate Avendaño, la cual fue aclamada por el púbbco presente.
1177
La Patria, marzo 7 de 1939, p. 3,
7772
Ibid.. marzo 8 de 1939. p. 4.
7777
Ibid., marzo 9 de 1939. p. 2.
7&!
Como suplentes fueron elegidos Víctor Carvajal Ortega. Abel Naranjo Villegas, Gabriel Henao Mejía, Alberto Gómez Montoya,
Guillermo Botero y Arturo González.
'"'• La Patria, marzo 7 de 1939. p. 3.
477
ibid.

474 El porvenir del pasado


Finalmente, el 9 de marzo, Álzate Avendaño y Villegas instalaron el nuevo Comando
Nacionalista de Antioquia y contribuyeron a la conformación de los comandos
municipales. En horas de la noche, por los micrófonos de La Voz de Antioquia, Álzate
Avendaño habló a los antioqueños y reveló las planchas nacionalistas de candidatos
a la Asamblea y a la Cámara por Antioquia. No obstante las cercanías ideológicas, la
alianza electoral entre la Acción Nacionalista Popular y la Acción Popular
Conservadora no se materializó. Fernando Gómez Martínez, director de El
Colombiano, señaló en uno de sus editoriales las divergencias principales entre
uno y otro movimiento: "El nacionalismo no nos alarma como idea. Estamos cerca de
él, de su programa, de sus mitos, de su estilo. Nos contagia su mística. Pero el
nacionalismo rompe la unidad del Partido Conservador —y la rompe de manera
permanente— sin afectar para nada al Partido Liberal". 167 Así, cada una de las dos
organizaciones presentó planchas por aparte. La ANP encabezó lista para la Cámara
con el nombre del leopardo Eliseo Arango. En la de la Asamblea estaban los nombres
de Silvio Villegas, Fernando Londoño, Joaquín Estrada Monsalve y Antonio Alvarez
Restrepo. Lo que pudo haberse entendido como una conquista caldense de Antioquia.
La Acción Popular Conservadora lanzó su plancha a la Cámara con el nombre del
leopardo Augusto Ramírez Moreno y José Mejía Mejía.

En la confección de sus listas, el nacionalismo mostró que se trataba, ante todo, de


un movimiento de líderes interesados a toda costa en su promoción. Encabezaron las
planchas en cuatro de los departamentos de su influencia aspirando a vencer en uno
o en otro a cómo diera lugar. Sólo ellos aparecieron, no dieron oportunidad a nombres
menores. Su mesianismo, es decir la solución de los problemas nacionales, estaba
estrechamente vinculado a sus propios nombres. Incluso en el Cauca, la plancha
para la Cámara estaba en cabeza de Joaquín Estrada Monsalve y la de la Asamblea
en la de Fernando Londoño Londoño.

Se aproximaba el día de elecciones. El conservatismo, aunque descuartizado, hacía


interesante el proceso democrático. Para el nacionalismo independiente era su
oportunidad. Su trabajo electoral había sido intenso y razones tenía para estar optimista.
También los conservadores oficiabstas habían trabajado duro, no obstante la ausencia
del jefe único, "el fugitivo", como le decían algunos. Desde finales de febrero, líderes
jóvenes del partido expusieron sus puntos de vista por los micrófonos de La Voz de
Colombia: Guillermo Camacho Montoya, Francisco Fandiño Silva y Francisco Plata
Bermúdez, entre otros. El conservatismo de Cundinamarca y Bogotá se enfrentó a las
pretensiones de Augusto Ramírez Moreno, quien el 11 de marzo presentó su nombre a
la Cámara, compitiéndole a Laureano Gómez el electorado conservador. En manifiesto
de advertencia para la militancia, el DNC declaró: "Unidos como estamos todos en el
credo de nuestro partido, sin discrepancias ideológicas de ningún género, toda disidencia
motivada por consideraciones personales debe rechazarse como funesta a nuestra causa
y como contraria a la disciplina, que hoy más que nunca es cuestión de vida o muerte
para el futuro de nuestra comunidad política".168

El conservatismo caldense también hizo un llamado a la disciplina y al orden. El 15


de marzo fue publicado el Manifiesto de la Convención Conservadora de Caldas, en el
cual se desautorizaba cualquier disidencia que pudiera poner en peligro la unidad
del conservatismo departamental:

" 2 El Colombiano, marzo 12 de 1939. p. 3,


7I7
" El Siglo, marzo 11 de 1939, p . 4 .

El porvenir del pasado 475


En el Partido Conservador no puede haber ninguna disidencia, ninguna debilidad. Toda disidencia
es una traición. Lo sepan o no, lo confiesen o no lo confiesen, todo disidente, todo neorromanista,
todo moderado, todo neutral, está trabajando en contra de los intereses del Partido Conservador
[...] nos permitimos alertaros acerca de las listas que, encabezadas respectivamente por Silvio
Villegas y Fernando Londoño Londoño, que no sólo no son conservadoras sino que constituyen
un reto para nuestra causa ya que dichas planchas son el fruto del odio, de la traición y de la
vileza contra nuestros jefes más esclarecidos como los doctores Laureano Gómez y Aquilino
Villegas, y contra nuestro credo político y doctrinario". 169

Los resultados de las elecciones del 19 de marzo de 1939.

¡Dios mío, Dios Mío! Acuérdate de nosotros y


dadnos el triunfo que merece la República de
Cohmbia. 11 "
El resultado de las urnas el día de mañana
tendrá repercusiones profundas en el futuro
de la vida nacional y se abrirá en ¡a historia del
país un capítulo nuevo en el cual h a b r á de
r e g i s t r a r s e la j o r n a d a nacionalista como el
principio de la revolución de las almas. 111

Y llegó el día de elecciones. No faltaron los perentorios llamados de último momento:


"Nacionalistas de Caldas, Antioquia, Cauca y Valle, el país os mira: ¡Cumplid! Co-
lombia hace un acto de fe y de esperanza en la jerarquía y en el movimiento
nacionalista". 1 '2 El evento, de veras, era de gran importancia para el nacionalismo
colombiano, pues se trataba de sus primeras elecciones, iban a ser contados, los
significados eran de gran consideración. Cada militante nacionalista era considerado
jefe de debate y tenía el deber moral de conseguir tres electores. "!Arriba Colombia!",
"¡Por Cristo, por Colombia y por Bolívar!", decían los carteles. La Patria no circuló
el domingo de las elecciones, pero las oficinas de Gilberto Álzate Avendaño y Fernando
Londoño Londoño estuvieron abiertas, y desde ellas el nacionalismo cubrió la jornada.

Todos los sectores conservadores emplearon la metáfora de la guerra en sus


convocatorias finales: "Estaremos en las urnas mañana, con el inquieto gozo de la
primera batalla", 173 escribió el editorialista de La Patria, mientras que el de El
Siglo anotó: "hoy el Partido Conservador va a tomar las posiciones más importantes
para la batalla definitiva".17'1

Los nacionalistas tuvieron conciencia de haber desarrollado un buen trabajo. Lo


repetirán una y mil veces : "Es la campaña más ruda, más brillante y sostenida que
se haya verificado en el país, por su intrepidez, su altura mental y su sentido
apostólico",175 recordaría Álzate poco después. Villegas también evocaría: "En diez
meses recorrí todas las ciudades y todos los pueblos de Caldas. Mis palabras llenaron
todo el territorio caldense enseñando a las gentes un nuevo evangelio que tenía también
poder bíblico. Mi actividad me llevó a pronunciar en un solo día quince discursos en
diferentes pueblos". 176 Y José Mejía Mejía, un nacionalista amigo, contribuiría al

"''" La Voz de Caldas, marzo 15 de 1939, p. 3.


7
" Palabras de Guillermo Gutiérrez Vélez, presidente del Directorio Departamental de Caldas. La Voz de Caldas, marzo 6 de 1939, p. 3.
77
La Patria, marzo 14 de 1939. p. 3.
74
Ibid.. marzo 18 de 1939, p. 1.
774
Ibid.. p, 3.
774
El Siglo, marzo 19 de 1939. p. 4.
El Liberal, noviembre 3 de 1939, p. 15
"' La Razón, julio ISde 1939, p. 11.

476 El porvenir del pasado


recuerdo: "El dogma nacionalista no fue un secreto de familia sino una doctrina
política que alcanzó la más terca, ancha y longitudinal de las promulgaciones
populares".177

Aunque la prensa liberal destacó el orden y la tranquilidad durante los comicios, los
conservadores no compartieron ese balance. La Voz de Caldas reportó que en Bogotá,
Amadeo Gutiérrez e Ignacio Escallón fueron atacados por liberales; que en Toledo.
Santander, el conservatismo se había abstenido de sufragar por amenazas de la pobcía;
que en Soatá, Boyacá, los conservadores fueron ultrajados por la policía con un saldo de
un muerto y un herido; y que en Santander de Quilichao, en Marsella y en Anserma
también hubo bajas conservadoras, producto de confrontaciones con los liberales.

En Manizales, en cambio, las elecciones transcurrieron en calma. En horas de la


tarde, cerradas las votaciones, y conocidos los primeros 1.147 votos, los nacionalistas
se precipitaron a celebrar. Gritos de vivas a la nueva Colombia y al comando de
Caldas se escucharon en la Casa Nacionalista. La edición de La Patria del 20 de
marzo dio cuenta del resultado local: "6.666 colombianos contestaron a la Colombia
Bolivariana: '¡Presente!' ".178

No se compadecieron los votos con las energías, con el gran esfuerzo desplegado por
los dirigentes nacionalistas. La palabra trascendente, arrogante, imponente y
apocalíptica no recibió en votos el respaldo ansiado. Pero a la hora del raciocinio,
Silvio Villegas no renunció a ella ;

Si otros se ufanan de éxitos electorales nosotros sentimos el legítimo orgullo de tener a


nuestro lado a siete mil corazones ardientes, siete mil espíritus inconformes, siete mil cruzados
bolivarianos que aspiran como el Libertador a romper toda esta costra de democracia podrida,
de politiquería, de partidismo, de parlamentarismo. Sueñan ellos con la gloriosa restauración
de unos principios que sean cristianos, auténticamente cristianos, desfigurados hoy y puestos
al servicio de una politica que se asienta sobre el odio y se subleva contra la justicia social.179

Los cabalísticos 6.666 votos nacionalistas de Caldas sirvieron apenas para un escaño
en la Cámara de Rrepresentantes para Silvio Villegas, y uno para Fernando Londoño
Londoño en la Asamblea de Caldas. En Antioquia, los nacionalistas de la ANP
alcanzaron 2.324 votos y la Acción Popular Conservadora 1.551. En el Valle el
nacionalismo sólo logró 943 sufragios, y en el Cauca a duras penas alcanzaron el
respaldo de cuarenta simpatizantes. El leopardo Augusto Ramírez Moreno consiguió
en Cundinamarca 2.722 sufragios frente a los 46.414 de la lista laureanista. Muchos
votos, los de Ramírez, diría uno, si tenemos en cuenta que el comunismo, que llevaba
más tiempo en la brega política, alcanzó en la región 3.078 votos. En total, la
sensibilidad nacionalista sumó entonces 14.246 votos. Lastimosamente, no se
conocieron los votos nacionalistas de la Costa Atlántica.

El consolidado nacional se tradujo en 592.283 votos para el liberalismo y 322.825 para


el conservatismo. 180 Los nacionalistas consiguieron los 14.246 votos anotados y los
comunistas 4.459. Así las cosas, el nacionalismo alcanzó el 1.52 % del electorado
colombiano. Respecto de la votación total conservadora, el nacionalismo llegó al 4.41 %.

777
El Colombiano, julio 19 de 1939. p. 5.
774
La Patria, marzo 20 de 1939. p. 1,
74
Ibid.. p. 3.
77711
Seis reformas estructurales..., p. 641,

El porvenir del pasado 477


Votación en el d e p a r t a m e n t o de Caldas
en las elecciones del 19 de marzo de 1939
Nacionalistas: 6.666 X" Municipio Conservadores Nacionalistas Liberales

Liberales7 44.755 1 Manizales 2.422 1.147 4.623


Conservadores7 27.880 2 Guática 698 72 361
Izquierdistas7 962
3 Supía 321 39 603
Rarresristas7 2.831
4 Apía 385 424 1.468
5 Balboa 156 79 841

6 Calarcá 1441 53 3.435


; Marmato 108 54 429
8 Marulanda 260 160 134

9 Quimbaya 581 115 1.241


10 Pacora 980 486 733
11 Pijao 351 30 1.154
VI Filadelfia 344 107 765
13 Mistrató 14 445
14 Salcnto 115 34 543

15 Marquetalia 256 2 345

16 Victoria 32 6 127

17 La Dorada 52 6 533
18 Riosucio 2.092 73 1.473
19 Neira 1.156 214 503
20 Aguadas 960 388 286
•2] Arma 45 19 139
22 Aranzazu 1.137 220 212

23 Manzanares 1.011 119 523


24 Mocatán 408 109 712
25 Pereira 1438 200 5,986
26 Montenegro 311 27 1.288
27 Filandia 339 133 747
28 Belalcázar 436 174 1.454
29 Armenia 1.468 309 2.706
30 Santuario 665 176 1.528
31 Genova 180 10 77)
32 Anserma 984 140 1.206
33 Virginia 1 48 810
34 Chinchiná 341 187 362
35 María 88 193 511
36 Marsella 470 1 75 929
37 Palestina 59 123 280
38 Quinchía 288 55 1.672

39 Salamina 945 174 1.180


40 Santa Rosa 1.905 445 1.209
41 Balboa 156 79 811
42 Pueblo Rico 259 18 127
43 Pensilvania 1.144 85 206
44 Samaná 273 6 43
43 Circasia 247 90 825
46 Risaralda 546 56 1.660

478 El porvenir del pasado


El liberalismo triunfó en trece departamentos y en una intendencia, mientras que el
conservatismo venció en Huila, donde obtuvo 17.011 votos frente a 16.284. En los
departamentos del occidente del país, el liberalismo ganó holgadamente en Caldas:
49.891 contra 36.191. En Cauca: 29.242 contra 15,517. En Nariño: 22.126 frente a
18.607. Y en el Valle del Cauca: 56,043 contra 28.362.181

En Antioquia, la victoria liberal fue estrecha: 62.815 contra 61.101, pero llena de
significados. El liberalismo conquistaba finalmente el mayor baluarte conservador
del país. En los departamentos del centro oriente y de la Costa Atlántica, los liberales
ganaron también. De tal manera, la representación política en la Cámara de
Representantes quedó distribuida así: 77 liberales, 40 conservadores y un nacionabsta.
Mientras que para las asambleas departamentales el liberalismo contaría con 172
diputados, el conservatismo con 94 y los nacionalistas con uno.

En Caldas, el liberalismo salió victorioso en 34 municipios y el conservatismo en 12.


En Manizales, los liberales obtuvieron 4,623 votos, los conservadores 2.422 y los
nacionalistas 1.147. El Partido Conservador triunfó en poblaciones que se creían
baluartes del nacionalismo. Se trató, en general, del mayor triunfo electoral del
liberalismo en la historia de este departamento. Por primera vez la contienda no se
desarrolló contra el adversario históricamente constituido, sino entre el oficialismo
conservador y su disidencia. En Marsella, un enfrentamiento entre las dos partes
terminó con el saldo de un muerto nacionalista.

El gran vencedor de las elecciones fue el bipartidismo, y en su interior el Partido


Liberal. Se sellaba definitivamente, y al parecer sin retorno, la consolidación del
electorado liberal como el mayoritario en el país. El triunfo del conservatismo oficial
sobre la disidencia conservadora nacionalista opacó la tremenda derrota del
conservatismo, disminuido en Huila y Valle del Cauca, perdedor en Nariño, Caldas
y Magdalena, otrora baluartes del partido.

El 21 de marzo, Gómez retornó a Bogotá y reclamó como suyo el triunfo conservador


sobre el nacionabsmo : "El Partido Conservador ha demostrado en el debate del domingo
disciplina y entusiasmo. Su mayoría es más evidente que nunca. Los resultados
electorales justifican la gran esperanza que tengo de mayores triunfos en el futuro",
escribió en un editorial. 182 Un copartidario le envío un curioso telegrama: "Salud,
cóndor andino; recoge bajo tus alas nuestro partido". 183 El dirigente había entrado
por el sur del país procedente de Ecuador.

La prensa laureanista, como era de esperarse, le cayó al nacionalismo. Así, por lo


menos, tenía cómo esconder la gran derrota que le había propinado el liberalismo:

Ante las tempestades que levantaba el periódico La Patria y que hacían galopar por los aires
las radiodifusoras r o m a n i s t a s , nosotros llevamos n u e s t r a i n g e n u i d a d h a s t a creer que
verdaderamente, en este Departamento, el conservatismo era un cadáver. Pero los resultados
electorales le p r u e b a n al pueblo colombiano que ese periódico, y que esas radiodifusoras,
capitalizaron durante veinticuatro meses consecutivos todas las mentiras y toda la chismografía,
y todas las murmuraciones que se puedan producir en este país. 184

7
Ibid.
7
El Siglo, marzo 22 de 1939, p. 1.
7
El Liberal, marzo 27 de 1939, p. 5.
1
La Voz de Caldas, marzo 20 de 1939, p. 3.

El porvenir del pasado 479


Los nacionalistas oscilarán, en el inmediato futuro, entre el análisis de la derrota y
su conversión en victoria: "Porque estamos convencidos de que trabajamos sobre
ideas eternas y sobre principios inmutables, nuestra actividad no puede cesar un
sólo día ni las urnas pueden ser medida a nuestros pertinaces propósitos. El
nacionalismo más que muchos otros movimientos contemporáneos de derecha, sabe
que cualquier resultado en las urnas es incidental, porque no es de ellas de donde ha
de surgir la gran revolución que propugnamos", 186 escribió el editorialista de La
Patria después de la jornada electoral. Pero encontraron razones para explicarse el
inesperado resultado. Alegaban que habían sido sometidos al asedio por los
conservadores doctrinarios, quienes "trataban de hacernos aparecer como aliados
del comunismo, como enemigos de la religión de Cristo, como emisarios de poderes
extranjeros". 186 En uno de los editoriales poselectorales leemos: "Para reducirnos a
cenizas, el doctor Laureano Gómez recolectó en Bogotá la suma de cinco mil pesos,
que fueron tripbcados por el acaudalado plutócrata que preside el directorio laureanista
de Caldas". 187 De los municipios llegaron quejas en la misma dirección. De Sevilla,
Valle, un militante informó: "Los plutos nos sabotearon en todas las formas a su
alcance. Pusieron pregoneros a anunciar que los nacionalistas éramos tránsfugas,
traidores, enemigos de Dios y su religión". 188 'Rubayata' declaró que en Marinilla un
sacerdote suelto, que tenía dos sobrinos en las listas conservadoras, calificándolo de
masón, prohibió que se sufragara por la lista que encabezaba su nombre. 189 Un
miembro del Comando Nacionalista de Antioquia declaró a La Razón : "Esperábamos
mayor número de votos porque a base de números teníamos hechos los cálculos.
Pero la campaña sorda del clero se desató sobre nuestros principios, perturbando
nuestras masas, en su mayoría de campesinos, quienes recibieron el ultimátum de
la excomunión eclesiástica".190

Muchos años después, a raíz de la muerte de Álzate, Londoño Londoño, recordó:


Nos lanzábamos [la ANP] a las primeras elecciones. Silvio Villegas encabezó la lista para la
Cámara y yo la de diputados. Álzate era el jefe general del debate. Hasta la noche del sábado,
nuestro triunfo era un hecho tangible, y con cada noticia subían nuestros cálculos en la escala
móvil de cuociente electoral. En la m a ñ a n a del domingo, sin embargo, en cada pueblo el
patriarca godo generalmente respetado y ampliamente analfabeto se parapetó en el atrio de la
iglesia del bracete con el párroco local. Y, con el grito de "¡viva el Partido Conservador! ¡Viva la
Iglesia Católica!", fuimos despanzurrados. Se había hecho correr sigilosamente la voz de que
nuestro culto por Cristo y la falta de alusión siquiera a María Santísima, probaba que éramos
una secta protestante. No nos quedó ni siquiera la semilla de nuestro "movimiento" en el
terreno comicial, pues con los 6.666 votos en todo Caldas apenas hubo un cuociente de diputado
para mí, un apretado residuo para la curul de Silvio Villegas en la Cámara. 191

Entre la autonomía y el retorno.


El 19 de m a r z o es uno de los m o m e n t o s
estelares de Colombia. En esta fecha quedó
inscrita el acta de bautismo del movimiento
nacionalista y con ella una nueva etapa en la
historia del país. Ni el nacionalismo alemán, ni
el italiano, ni el español registran un ascenso
tan vertiginoso como el nuestro. El porvenir
de n u e s t r a c a u s a queda d e f i n i t i v a m e n t e
asegurado. 192

Hf
' La Patria, marzo 20 de 1939, p. 3.
"' Ibid.
•' Ibid.. marzo 21 de 1939. p. 3
" Ibid.. marzo 22 de 1939, p. 2.
"' El Liberal, agosto 29 de 1939, p. 6.
747
La Razón, marzo 21 de 1939. p. 10.
7,1
Álzate Avendaño, Gilberto. Variaciones en torno a un nombre..
2
" La Patria, marzo 21 do 1 939, p. 3.

480 El porvenir del pasado


Aparentemente, los dirigentes nacionalistas hicieron de la derrota una victoria.
Creyeron, a lo mejor, que se había tratado de un triunfo. Había razones para que
pensaran de esa manera. El secretario general del nacionalismo antioqueño justificó
así los resultados: "En una campaña realizada en seis días escasos, sin prensa, sin
dinero y con la hostilidad de todas las fuerzas reaccionarias, logramos colocar más
de dos mil votos que son la primera levadura para lo que mañana será la nueva
Colombia".191 Escuchemos, desde Cali, una voz nueva, la de un joven universitario
llamado Alvaro Calero Tejada:

El 19 de marzo nos dio por primera vez la sensación del número. Si hace diez años éramos solo
un puñado de ilusos los que nos atrevíamos a hablar en un idioma nacional, franco y erguido,
¿quién que no desvaríe, puede llamar fracaso a la conquista de 11.000 hombres? Este es el
hecho político que nosotros planteamos a los recelosos desconfiados e incrédulos. Éramos diez,
a lo sumo veinte. Ahora somos una legión, tras una breve faena de diez meses. Supóngase
usted las sorpresas del futuro. 194

Realmente, habían pasado sólo dos años desde que el nacionalismo había dejado el
"vetusto caserón". La campaña electoral fue una proeza comparada con años de
historia conservadora. En síntesis, el movimiento nacionalista obtuvo más de 13.000
votos, cifra no despreciable para un movimiento disidente de escasa trayectoria, y en
contravía de la inercia política cultural. Respecto a los datos publicados en La Patria,
los nacionalistas les ganaron a los conservadores en cuatro poblaciones: Apía,
Palestina, La Virginia y Mistrató. En ninguno de los municipios a donde repetidas
veces fueron los nacionalistas a hacer política lograron ganarle al oficialismo
conservador. La curiosidad pública los acompañó masivamente en Pacora, Aranzazu,
Marulanda, Manzanares, Santa Rosa, Pueblo Rico, Pensilvania y Samaná, pero los
votos fueron para el oficialismo.

En Caldas constituyeron el 23.9 % del total de los votos conservadores y el 8.02 % de


la votación total. En Manizales, alcanzaron el 47.35 % del total conservador, y el
10.48 % de la votación general. Respecto al total conservador, lograron en Apía el
52.41 %, en Palestina el 67.58 %, en la Virginia el 97.95 %. En Mistrató sólo
participaron los nacionalistas. 19 " Pero vale anotar que la sensibilidad nacionalista,
que era absorbida en los programas del propio conservatismo, se expresaba también
en las disidencias conservadoras que se presentaron con listas propias. En Huila,
por ejemplo, la disidencia conservadora alcanzó 7.575 votos. Faltaría, por supuesto,
un mejor análisis al respecto. La Patria, por ende, consideró que en el conservatismo
que iba a la Cámara y al Senado en 1939, el nacionalismo no se expresaba tan sólo en
la voz de Silvio Villegas. Otras voces concurrían desde Antioquia y Santander con el
mismo propósito.

Los nacionalistas, entusiastas, se propusieron difundir a todo el país el movimiento.


En abril se reanudarían las conferencias por radio y la agitación en la plaza pública.
Empezarían por Antioquia y Tolima. El Comando de Antioquia anunció que iba a
recorrer todos los municipios: "Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara y
lo alto de las estrellas", declaró. 196 Al Valle iría Álzate, a Antioquia Silvio Villegas, y
así s u c e s i v a m e n t e h a s t a cubrir el t e r r i t o r i o nacional. La P a t r i a publicó
ininterrumpidamente "Germinal", para que la militancia tuviera presente la vigencia
de las tesis del movimiento.
7,77
Tradición. N°43. marzo 25 de 1939, p. 1.163. Véase también La Patria, marzo 21 de 1939, p. 3.
741
La Patria, mayo 6 de 1939, p. 3.
77 7
" Ibid.. marzo 20 de 1939, p. 3.
77777
Tradición. N" 43. marzo 25 de 1939. p. 1.163.

El porvenir del pasado 481


Autonomía o regreso: ¡he ahí el dilema!.
Empero, las prometidas giras y las conferencias radiales se dilataron. A medida que
fueron pasando los días, los conservadores comprendieron la dimensión no de la
derrota nacionalista, sino la del conservatismo mismo. De 384.948 votos en 1931
había descendido a 322.825 en 1939, mientras el liberalismo llegaba a 600 mil
electores. "La realidad dura, cruel e innegable, demuestra que estamos perdiendo
masas, perdiendo hombres, perdiendo la influencia en la vida nacional", 19 ' escribía el
editorialista de El Colombiano. Muy posiblemente, la estrategia de esta comunidad
estuvo diseñada para producir el regreso del nacionalismo al conservatismo. José
Mejía Mejía sostuvo que el resultado electoral de Caldas no podía ser halagüeño para
los líderes nacionalistas que esperaban un éxito proporcional y equivalente a las
energías derrochadas, y aventuró razones para explicar el fracaso. Para él, las masas
políticas del país estaban dominadas "por una voluntad interior pétrea y estratificada
que se mueve viciosamente sobre los rieles de la oxidada disciplina de nuestras
comunidades históricas [...] Seguramente las masas aplauden una bella imagen
literaria, pero sólo obedecen a un directorio. Y el nacionalismo fue un tanto irrespetuoso
con los jefes y con las jerarquías oficiales del Partido Conservador. Casi estaba
convirtiéndose en antrlaureanismo". 198 Ironizaba, con humor negro, por supuesto, el
jerárquico antioqueño. Explicaba Mejía que las tesis nacionalistas se introducían
poco a poco en los programas conservadores; de hecho, el programa conservador
aprobado en la Convención Nacional de febrero último se había inspirado en el
nacionalismo. Recordó que, sin renunciar al partido, él mismo había luchado para
incorporarle el ideario de las derechas. "El apodo derechista tuvo en el conservatismo
sus fechas de auge, de monetización y de crisis. Hoy es, si se quiere, un apellido
político náufrago y en ruinas, pero su contenido subsiste en nosotros como torso
doctrinario de lo que anhelamos para informar la bandería tradicional", 199 escribía.
Mejía calificó al nacionalismo caldense como el grupo doctrinal de avanzada del
Partido Conservador. Considerando absurdo el desgaj amiento del nacionalismo de
esa colectividad, abogó por su retorno:
Frente a los nacionalistas del departamento de Caldas, el conservatismo no puede continuar
asumiendo una actitud repelente, agresiva y hostil, como si se tratara de un adversario histórico
cuyas ideas merecen en todo instante una guerra sin piedad. El programa nacionalista puede
denominarse anticonservador, pero la contextura ortodoxa católica de sus dogmas nos coloca
en una misma línea de combate intelectual contra las vertientes de la heterodoxia. 200

Para demostrar que se podía seguir luchando por los ideales nacionalistas dentro del
Partido Conservador, Mejía dictó una conferencia en la Casa Conservadora, en la
cual planteó la cuestión social como preocupación no sólo de las izquierdas, sino
también de su partido. Demostró cómo el conservatismo había contribuido
históricamente a su resolución a través de leyes desde el Congreso, y aprovechó para
recalcar el estado en que se encontraba el programa doctrinario del partido:
Una ilustre convención nacional conservadora estatuyó muy sabiamente que entre la revolución
igualitaria, materialista y utópica del comunismo marxista, y la doctrina individualista, burguesa
y no menos utópica del liberalismo tradicional, nosotros defendemos y proclamamos la norma
de la justicia cristiana que, respetando el principio, el derecho de propiedad privada, impone a
los ricos la obligación de hacer partícipes de sus bienes superfluos a los pobres. 201

7,7
El Colombiano, marzo 23 de 1939, p. 3.
"" Ibid.. julio 19 de 1939. p. 5.
77777
Ibid., abril 12 de 1939, p. 5.
: 7
'" Ibid.
2771
Ibid., octubre l 7, de 1939, p. 4.

482 El porvenir del


El comportamiento del nacionalista Fernando Londoño Londoño en la Asamblea
Departamental de Caldas constituyó un síntoma importante. En las elecciones de
senadores por el departamento de Caldas, el diputado votó por Aquilino Villegas, el
verdugo del nacionalismo, como bien lo afirmó El Colombiano:

El doctor Londoño Londoño votó nada menos que por el doctor Aquilino Villegas, el
más infatigable y violento enemigo de las juventudes derechistas. El doctor Aquilino
Villegas ha llegado hasta descuidar su pluma frente a las ocurrencias peligrosas del
régimen liberal para afilarla diariamente contra juventudes que, como Londoño y
Londoño, se siguen mostrando como defensores impertérritos de la patria, llegando
hasta dar certeramente su voto por su implacable opositor.202

Resonaban en la memoria nacionalista las palabras de un vibrante editorial:

El nacionalismo se presenta en la Asamblea de Caldas con el primero de sus oradores políticos:


Fernando Londoño. Su responsabilidad es tan augusta como su misión. La tarea de agitación
continua que veníamos realizando en las plazas y calles se cumplirá ahora en el recinto de la
Asamblea, con mayor ámbito y resonancia. El porvenir de nuestro movimiento depende en
gran parte de su obra. Las derechas de Caldas tienen en Londoño su conciencia y su escudo. 203

Las divisiones internas emergieron. En el editorial "Las derechas colombianas",


Villegas, informando que el conservatismo se encontraba en "un proceso de
depuración", del cual Caldas hacía parte, destacó que doce congresistas conservadores
de su misma sensibilidad arribaban con él al Parlamento. 204 Apoyándose en el clamor
de sectores conservadores por el regreso de los nacionalistas al partido, y fiel a su
consigna de "no hay enemigos a la derecha", Silvio Villegas vacilaba. No faltaron las
presiones y las estrategias para desarticular el movimiento nacionalista. Venían de
todas partes: del liberalismo, del conservatismo y de la Iglesia. El Liberal, por
ejemplo, con base en la información que circulaba sobre las contradicciones en el
interior de la ANP, trazó diferencias artificiales: mientras Álzate era nacionalista,
sin vínculos con el Partido Conservador, Villegas había entrado al nacionalismo por
"un accidente de tránsito"; el segundo era un demócrata, el primero no! Álzate creía
en la violencia y la ponía en práctica, VUlegas sólo escribía sobre ella, pero le repugnaba
cuando alguien la ejercía.205 En su afán de desarticular el nacionalismo, el periódico
prestó oídos a las voces de descontento en el interior del movimiento y subió el volumen
a sus altoparlantes: que Álzate Avendaño sería nombrado führer en la próxima
convención de la ANP, y que iría a la Cámara en vez de Villegas. Rumor que aprovechó
para decir: "Álzate en la Cámara no podrá ofrecer un espectáculo de masas, como
conviene a un partido miliciano, pero lo simulará muy bien; en cambio, si Villegas
concurriera a la Cámara, vacilaría su frágil y recién nacida conciencia totalitaria". 206
Álzate en la Cámara se dedicaría a atacar a Laureano Gómez para cobrarle su
expulsión de la Secretaría del partido, y sería secundado por el suplente del 'Tigre'
Noriega, Carlos Vesga Duarte. Decía, además, el diario liberal que en la próxima
convención nacionalista los militantes flexibles, como quienes pregonaban la política
de "no hay enemigos a la derecha" serían arrojados del movimiento.207 Y a la estrategia
ayudaban los titulares: "Álzate Avendaño será führer nacionalista". Este titular estaba
acompañado de subtítulos: "Reemplazará a Silvio Villegas, que no va a la Cámara.
Convención nacionalista en Bogotá el 24 de julio". Y, encima de la fotografía de

2772
Jbíd., abril 27 de 1939, p. 5.
2077
La Patria, abril 20 de 1939, p. 3.
' " I b i d . mayo 6 de 1939, p. 3.
2775
ElLiheral. mayo 16de 1939, p. 5.
m
Ibid.
2717
Ibid., mayo 15 de 1939, p. 3.

El porvenir del pasado 483


Álzate, una leyenda en mayúsculas: "Preparan una 'purga' ",208 El primero de junio,
El Liberal abrió la página tercera con un destacado titular: "Desertaron los
'Nacionalistas'. Prefirieron volver al conservatismo. Triunfa la política de sabotaje
del señor Leyva y del padre jesuita Félix Restrepo". 209

El conservatismo de Bogotá y Cundinamarca, donde militaba un núcleo considerable


de jóvenes cercanos al fascismo, que había logrado convivir con el laureanismo, ofició
también en el propósito de desarticular el nacionalismo. El Liberal mencionó el
protagonismo, en esta tarea, de Jorge Leyva, Ernesto Martínez Capella y el padre Félix
Restrepo, quienes lograron efectivamente la deserción de algunos militantes de la ANP.
De otra parte, a finales de mayo, Silvio Villegas confirmó que él y no Álzate iría a la
Cámara. Agregó, que sostendría allí las ideas del grupo político al que pertenecía. 210

Francisco José Ocampo, el aliado de otros tiempos, también de regreso al "viejo


caserón", fungió como clave principal en el retorno de la militancia de la ANP al
conservatismo. Entre el 7 y el 8 de junio de 1939, el conservatismo caldense realizó
una convención en las instalaciones de La Voz de Caldas, a la que concurrieron 37
delegados municipales. Ocampo, que asistía en representación de Manizales, fue
elegido vicepresidente del evento, y como presidente fue escogido Guillermo Gutiérrez
Vélez, quien declaró: "Fue brillante el triunfo que obtuvimos, pues si no vencimos a
todos nuestros adversarios, sí echamos los cimientos para ese futuro triunfo".211 Pero
el dirigente local tuvo el valor de reconocer que "el nacionalismo nos restó no sólo las
cifras de sus más de seis mil y tantos votos, sino, y esto fue lo peor, infundió gran
frialdad a una buena parte de nuestras masas, que entristecidas por lo que ellas
llamaban división, no quisieron votar. Pero todo esto se ha acabado, o está por acabarse,
y debemos prepararnos para e n r u t a r debidamente el viejo y fuerte Partido
Conservador". 2 1 2 El presidente del directorio conservador declaró algo que
probablemente estaba ya adelantado: "Los jefes nacionalistas quieren incorporarse
al conservatismo, 3' nuestro partido los debe recibir! el cómo se ha de hacer esta
reincorporación, es lo que le toca resolver a las entidades directivas. Quizá esta
franqueza es para conversarla, no para hacerla pública, con todo, lo hago así porque
no me gusta otra política que la de las puertas abiertas". 213

La Convención Conservadora de Caldas ebgió nuevo Directorio, presidido por Francisco


José Ocampo. El presidente tomó en serio el regreso del contingente nacionalista al
partido. En una primera declaración política, leemos:

Anhelamos que todas las fuerzas conservadoras de Caldas que hubieran podido dispersarse en
corrientes adventicias o se hubieren abstenido por una u otra razón, permaneciendo al margen
del pasado debate, regresen a la casa común y se congreguen bajo la tradicional bandera, sin
recriminaciones y depuestas transitorias diferencias que no tienen razón de subsistir. El
momento es propicio, porque no sólo ese fue el ánimo que predominó en la convención de junio
sino porque el partido ha sabido remozar en el ostracismo sus principios, alimentando los
renuevos de su ideología con la savia de sus profundas raíces, que se hunden en la entraña
misma de los eternos principios cristianos. 2 "

Finalmente, la Convención Conservadora destacó y lamentó el cierre de La Voz de


Caldas.

" ' I b i d . . p. 1.
27
" ' Ibid.. junio T d e 1939. p. 3.
2
" Véase Ibid.
" La Voz de Caldas, jumo 8 de 1939, p. 4.
274
Ibid.
47
• Ibid.
27
Ibid.. junio 9 de 1939. p. 3.

484 El porvenir del pasado


Silvio Villegas desmintió las declaraciones hechas por el ex presidente del Directorio
regional: "No somos un apéndice del Partido Conservador, pero sí la vanguardia de
las derechas colombianas. Aceptamos en su totalidad la fórmula 'no hay enemigos a
la derecha' como tesis genérica; a lo que no estamos dispuestos ni hoy ni nunca, es a
someternos a pequeñas gentes, llenas de rencores que confunden la acción política
con sus odios personales". 215 Villegas demostró, entonces, el laudable y meritorio
papel del nacionalismo en la política conservadora, a diferencia del magro desempeño
del Directorio caldense:

A pesar de los magros guarismos electorales, todas las victorias son nuestras. Obligamos al
conservatismo a levantar la abstención, que lo estaba destruyendo: logramos que oficialmente
sus directivas se incorporaran en el poder electoral; al sacar nuestras masas a la calle sacamos
también las suyas: la última convención conservadora aprobó, en parte, nuestro programa,
aceptando las ideas corporativistas. Le hemos impuesto al conservatismo nuestro vocabulario,
nuestro estilo y nuestras ideas. A una colectividad pétrea, impermeable, le injertamos una vida
nueva. Desde esta arrogante posición insular hemos tenido más influencia que cuando estaban
en nuestras manos algunas de las palancas de mando". 210

Así que de conservatismo nada tenían que enseñarle los nuevos jefes.

"Una pausa" fue el titular que utilizó Silvio Villegas en su editorial del 15 de julio de
1939, para despedirse del periódico. El ilustre director declaró que asumía su curul en
la Cámara de Representantes, en nombre de todo el pueblo caldense. Escribiendo en
plural, agregó que desde el Congreso lucharía por las ideas de su sensibilidad política
expuestas en la campaña electoral, algunos de cuyos ejes giraron alrededor de la
descentralización, desarrollo de la infraestructura regional, elevación del nivel de las
instituciones armadas, oposición a los impuestos de exportación del café y a los elevados
sueldos de los parlamentarios, y establecimiento de una marina mercante nacional.
Pero aclaró que se comportaría de acuerdo a su consigna de "no hay enemigos a la
derecha". Y en esta dirección no descartó la posibilidad de apoyar al laureanismo en sus
propósitos de revisar las reformas de los congresos liberales homogéneos. Le reconocía,
curiosamente, al régimen de la revolución en marcha avances sociales como el de la
tributación, pero rechazaba la ley de tierras por efectos, según argüía, contraproducentes
para los campesinos y por haber creado la inseguridad que en ese momento padecía la
Nación. Sorpresivamente, declaró: "El país sabe que no somos reaccionarios, ni queremos
una vuelta al pasado, sino que aspiramos a una patria mejor".217 Sin embargo, enfatizó
que haría una oposición sistemática al Gobierno y la justificó así: "La oposición atrae
los mejores espíritus de cada época, es decir, los más desinteresados, los más dignos, los
que no le tienen miedo a la intemperie. Todas las oposiciones tienen razón porque
representan un ideal de perfeccionamiento humano". 218 Se trataba de un texto nuevo,
más dúctil, lleno de los intereses del también nuevo Silvio Villegas.

Quedó La Patria, entonces, bajo la dirección de Arturo Arango Uribe, quien, al


asumir funciones, declaró que dirigiría el diario manizalita bajo la fórmula, también,
de "no hay enemigos a la derecha". Anunció que Francisco José Ocampo escribiría
los editoriales y que continuaría recibiendo la colaboración de Fernando Londoño
Londoño, Antonio Alvarez Restrepo y Joaquín Estrada Monsalve. De Álzate Avendaño
no dijo nada. 219

417
La Patria, junio 21 de 1939, p. 1,
217
Ibid.. p. 2.
217
Véase ibid.. julio 15 de 1939, p. 3,
274
Ibid.
2774
Aid., julio Kide 19,39. p, 3,

El porvenir del pasado 485


El 17 de julio, en vísperas de su posesión en el Congreso, Villegas concedió una
entrevista a La Razón, en la cual ratificó que la preocupación fundamental del
nacionalismo en el Congreso sería la descentralización administrativa y fiscal de los
departamentos. Pero se retractó de lo afirmado en su último editorial de La Patria,
respecto a la colaboración con el conservatismo en el Parlamento: "No sé siquiera
qué planes de acción parlamentaria tenga el conservatismo. No he asistido a ninguna
reunión, ni he conversado con ningún jefe conservador. Mi actitud en el Parlamento
dependerá de circunstancias especiales, las normas que deben seguirse me la darán
los días que pasan. Sólo puedo anunciar que tengo el mejor ánimo de trabajar con
gran intensidad para lo cual dejo transitoriamente la dirección de La Patria". 220

El 23 de agosto de 1939, Diario del Pacífico publicó u n a e n t r e v i s t a que


supuestamente Gilberto Álzate Avendaño le había concedido a Antonio Llano,
periodista del diario caleño y amigo personal suyo. Según el reportero, el dirigente le
había pedido no hacer uso de sus declaraciones, pero justificó su actitud: "Un periodista
que no cuenta lo que sabe, lo que le dicen en privado sus amigos no merece el título
de tal [...I el periodismo es el arte de la infidencia".221

Los contenidos del reportaje conmocionaron a propios y extraños. La novedad noticiosa


hizo que parte o la totalidad de la entrevista fuera reproducida en otros diarios.
Álzate declaraba liquidado el movimiento nacionalista por "profundas causas
históricas" y afirmaba que, frente a la disolución del nacionalismo, las masas
conservadoras y liberales de la ANP se desplazaban hacia sus partidos. Confesó que
había entrado en desencuentros con Fernando Londoño Londoño y Silvio Villegas.
Con el primero, a raíz de su voto por Aquilino Villegas en la Asamblea Departamental.
En cuanto al segundo, declaró: "No puedo decir el diálogo que sostuve con Silvio
Villegas, y desde ese día quedamos separados. Silvio es un profesional de la política,
incapaz de ganarse la vida en otra cosa, y volverá de nuevo al conservatismo. La
Patria, su periódico, irá retornando lentamente al conservatismo. El nacionalismo
fue para ese periódico un fracaso".222 Vaticinó Álzate que los intelectuales Gerardo
Valencia y Eduardo Carranza se irían hacia la izquierda. Y se tomó su tiempo para
hablar largamente de sí mismo:

A mí me ligaban con el conservatismo ciertos lazos de s e n t i m i e n t o s e ideas. Como soy


p r o f u n d a m e n t e anti-liberal, j a m á s me d e s p l a z a r é hacia la izquierda. Hoy podía hacer
tranquilamente el tránsito hacia la izquierda, sin que nadie pudiera acusarme de ninguna
concupiscencia. Soy f u n d a m e n t a l m e n t e un hombre puro [...] Yo sé que t a r d e o t e m p r a n o
desempeñaré un papel histórico en el país. Alfonso López me ofreció varias posiciones en el
exterior y no quise aceptar ninguna. No las necesito. Pero yo estoy llamado a cumplir una
misión histórica en este país de sabandijas, de gentes mediocres, de intelectuales analfabetos.
Yo soy el único hombre que podía reemplazar a Laureano Gómez en el conservatismo, pero no
quise hacerlo. Tengo una profunda fe en mi propia inteligencia y en mis propias fuerzas de
combate [...] Yo vivo en Manizales solitariamente. Hay días en que no converso con nadie [...]
He hecho de mi profesión un negocio brillantísimo, y actualmente mi oficina de abogados de
Caldas es la oficina que centraliza todos los negocios judiciales de ese departamento. 223

Álzate reconoció en López a una personalidad histórica fuerte, se declaró anti nazi, y
agregó: "En la actualidad soy el mejor escritor político de Colombia, y algunos de los
mejores editoriales que se publicaron en La Patria, como soy un fugitivo, se los
2277
La Razón, julio 18 de 1939, p, 11.
77777
Diario del Pacifico, agosto 23 de 1939. p. 2.
222
Ibid. p. 2.
424
Ibid.

486 El porvenir del pasado


escribí a Silvio Villegas".224 Finalmente, el líder nacionalista exteriorizó sus deseos
de viajar a Europa y alejarse de la política.

Álzate Avendaño entró en ira: "Acepto que se me ataque, pero no que se parapeten en
mi nombre para decir mezquindades y estupideces",226 dijo. El dirigente nacionalista
envió telegramas a Cali para desmentir la autenticidad de la entrevista y rechazar
sus contenidos, que calificó de apócrifos. "Entrevista falsa, malévola, matrera, baja
y ruin", escribió a los editores del diario caleño. 226 Señaló que su charla con el poeta
Antonio Llano había girado sobre temas intelectuales y literarios, mas no sobre
política, puesto que consideraba inapropiado dar declaraciones a un medio de
comunicación de diferente parecer ideológico. Finalmente, Álzate enfatizó en que sus
relaciones con Silvio Villegas eran invulnerables, y que el nacionalismo concurriría
a las próximas elecciones. Llanos se defendió de las acusaciones hechas por Álzate
Avendaño y ratificó sus contenidos: "No sólo declaróme que le había hecho los mejores
editoriales a Silvio Villegas, sino que igualmente le escribió las dos mejores conferencias
que pronunció durante el debate nacionalista, o sea las de Cartagena y Cali".227

El Espectador, al destacar la noticia, abrió su página séptima del 23 de agosto con


foto de Álzate. La noticia estaba en grandes caracteres: "El nacionalismo está liquidado
y Villegas volverá al conservatismo". El contenido de la nota recogía la información
sin duda alguna, sin advertencia ninguna. En cambio, la réplica de Álzate se publicó
de manera reducida, en la parte inferior de la página séptima, tres días después. Ya
el mal estaba hecho.

La Acción Nacionalista Popular y las elecciones municipales.

Juzgo las elecciones municipales como las más


importantes. La fuerza política del municipio
constituye el núcleo germinal de la comunidad.
Sólo el comité vive vida de trincheras. Debemos
robustecer la organización política municipal,
no sólo en vista del éxito inmediato, sino en
previsión de cualquier emergencia nacional del
Partido Conservador. 2 ' 26

Así, el nacionalismo vivía un dilema: autonomía o retorno. El conflicto entre


conservadores amortiguó la intensidad del debate electoral para las elecciones
municipales de octubre. La ANP descuidó la campaña, casi podría decirse que no la
hizo. La deserción y el deslizamiento de líderes y masas se convirtió en un fenómeno
irreversible: Gustavo Salazar García, Alfonso Rincón Zamora, regresaron al partido;
Víctor Carvajal Ortega, dirigente nacionalista antioqueño, se convirtió en jefe del
debate conservador en su departamento. "Aquí no hay enemigos a la derecha", le
escribió a Silvio Villegas. "Dentro de un conservatismo, ajeno a toda política
exclusivista, podemos luchar por el triunfo de ideas que nos son comunes", le contestó
el leopardo. 229 Y Mejía Mejía explicó las cosas: "Conservatismo y nacionalismo no
constituyen unos rótulos hostiles ni dos frentes políticos abiertos". 230

7724
Ibid.
226
El Liberal, agosto 24 de 1939, p. 7.
2217
Ibid. El Espectador del 26 de agosto, en su página 7, informó que Álzate había presentado denuncia por calumnia contra Diario del
Pacíñco, ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito.
227
Diario del Pacíñco, agosto 25 de 1939, p. 5.
228
De Joaquín Estrada Monsalve al conservatismo del Quindío, En La Patria, septiembre 27 de 1939, p. 8.
"• La Patria, septiembre 7 de 1939, p. 8.
2770
El Colombiano, septiembre 14 de 1939, p. 3.

El porvenir del pasado 487


En medio de contradicciones e incertidumbres, la Convención nacionalista, que se
había anunciado para el 24 de julio, se reunió entre el 29 de agosto y el primero de
septiembre, en momentos en que se incendiaba Europa. Con este motivo, los
nacionalistas derechistas que estaban dentro del conservatismo en Antioquia, es
decir, la comunidad política que giraba en torno a El Colombiano, se dirigieron a
los 95 delegados que concurrieron al evento. Y, entre otras cosas, les decían:

Biológicamente, nosotros somos la continuación ideológica y la prolongación espiritual del


Partido Conservador [...] El nacionalismo necesariamente tiene que volver sobre sí mismo,
r e c u p e r a r su c e n t r o de g r a v e d a d y e n t r a r en un periodo político de rectificaciones.
Rectificaciones que no son propiamente claudicaciones. Debemos borrar todo lo que nos divide
y afirmar todo lo que nos une. La fórmula "no hay enemigos a la derecha" enarbolada por un
jefe nacionalista y aceptada por el conservatismo, debe tener algún sentido para sus inventores. 231

La Convención intentó la reestructuración de cara a las elecciones municipales que


se realizarían justamente el mes siguiente. Álzate Avendaño asistió como delegado
de Caldas y como figura nacionalista reconocida. Quepa señalar que dos años atrás
la Convención de las derechas nacionales, que había dado origen a la Acción
Nacionalista Popular, contó con mayor número de delegados y gran despliegue
periodístico; caso que contrastaba con la que se reunía por esos días, desapercibida
por la prensa, posiblemente por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, que
opacó su cubrimiento. La Convención designó un nuevo Comando Nacional, integrado
por Gilberto Álzate Avendaño, Félix Ángel Vallejo, Felipe Antonio Molina, Alfonso
Muñoz Botero, Abel Naranjo Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía, Eduardo Carranza y
Alberto Duran Laserna, y como secretario general fue escogido Jorge Guerrero, quien
quedó facultado para nombrar comandos departamentales.

La Convención proclamó la autonomía e independencia absoluta del nacionalismo


frente a otros movimientos internacionales, y ratificó su vocación anti-individuabsta
y anti-marxista. Al tiempo, se comprometió a propugnar por una socialización
nacionalista, y en tal razón se declaró a favor de un socialismo nacional anti-marxista.
Aclaró que el nacionalismo no era un movimiento eleccionario, pero facultó al Comando
Nacional para tratar con Silvio Villegas lo relativo a la labor que este debía desarrollar
en el Congreso Nacional. Finalmente, la Convención nacionalista ordenó activar la
campaña nacionalista en todo el país. 232

A esta altura de los acontecimientos, a finales de agosto el Alto Comando Nacionalista


de Caldas, integrado por Londoño Londoño, Álzate Avendaño, Alvarez Restrepo y
Arango Uribe. puso en circulación una resolución que delegaba en los comandos
municipales la facultad de ordenar, previo estudio de las condiciones particulares de
cada núcleo electoral, la concurrencia al debate con candidatos propios. O, en su
defecto, decretar la abstención colectiva, formar planchas mixtas en alianza con
corrientes políticas afines, siempre y cuando se preservara la autonomía y el decoro
del nacionalismo. 233

De otro lado, el conservatismo manizalita convocó a la militancia a votar por la lista


al Concejo municipal, que encabezaba Francisco José Ocampo: "Invitamos a todas
las fuerzas afines a nuestros postulados y a quienes su vida política los ha tenido

27,1
Ibid.
272
Véase Tradición. X" 45. septiembre 24 de 1939, pp. 1.278-1.279.
2777
La Patria, septiembre 9 de 1939, p. 1.

488 El porvenir del pasado


ligados al conservatismo para que concurran en nuestra compañía al debate comicial.
Pensamos que las fuerzas de orden deben procurar una cooperación estrecha. La
divisa política que nos distingue nos obliga a todos por igual. Esperamos que todos
estén presentes en esta cita cordial".234 Ese mismo día, 23 de septiembre, Joaquín
Estrada Monsalve, uno de los principales líderes del nacionalismo caldense, habló
como conservador, por la radio, a la región del Quindío:

Hombre de lucha, no convengo con la abejadiza displicencia de las masas, juzgo suicida la
abstención e improcedente toda actitud deliberadora del partido. Lo único imperdonable es la
lucha estéril. Es necesario infundirle al conservatismo un heroico espíritu antrderrotista. Una
raza fuerte no tiene porque temerle a la adversidad: la historia parece haberse escrito sólo para
enseñarnos que la derrota no es sino una forma estratégica de la victoria [...] Pregono la
unidad plena: contra la guerrilla de grupos, la generosa consolidación; contra la anarquía de
programas, un decálogo unitario; contra la pugna de generaciones, la continuidad biológica de
ellas; sobre el pasado, el porvenir. El conservatismo debe ser un continente y no un archipiélago.
En torno a los jefes naturales, lo enrularemos al poder. Esta ambición que se adueñó de mí
desde que nací a la política, constituye la razón de ser de mi espíritu y la explicación de la
permanente intervención en la vida pública colombiana. 235

A su vez, Silvio Villegas invitó a votar dentro de la fórmula "no hay enemigos a la
derecha". 236 Tradición comunicó que iba a las elecciones con autonomía, y llamó a
cada militante a comportarse como un "soldado de la nueva Colombia"237. El 25 de
septiembre de 2007 se reunieron los dirigentes nacionalistas de Caldas: Álzate
Avendaño, Londoño Londoño, Alvarez Restrepo, Arango Uribe, Mejía Palacio y Alberto
Hoyos y emitieron una declaración, en uno de cuyos apartes decía: "Decretar la
abstención total en las próximas elecciones para concejales dentro del municipio de
Manizales. Prevenir a los militantes del nacionalismo contra posibles sorpresas y
engaños, advirtiéndoles que el nacionalismo no ha inscrito ni ha autorizado lista
alguna de candidatos en Manizales, y por lo tanto, deben abstenerse disciplinariamente
de sufragar el domingo próximo"238

El primero de octubre de 1939 se llevaron a cabo las elecciones de concejales


municipales. Salvo algunos hechos violentos en Piendamó, Covarachía, Mutiscua y
Chía, los comicios se desarrollaron en calma.

En los catorce departamentos y en las ciudades capitales, el liberalismo ganó frente


al conservatismo. En Antioquia, los liberales obtuvieron una estrecha victoria: 56.160
votos frente a 49.827. En el Valle del Cauca los resultados fueron implacables: 47.705
votos liberales frente a 22.709 conservadores. En Caldas, los liberales también
triunfaron holgadamente: 46.250 votos frente a 27.493 conservadores.239 Los primeros
obtuvieron el triunfo en treinta municipios, mientras los segundos sólo en trece. En
Manizales, los liberales lograron 3.952 frente a 2.648 de los conservadores. Caldas,
el departamento fortín del nacionalismo presentó un cuadro desolador para este
movimiento: 693 votos, los cuales les permitieron elegir a únicamente tres concejales,
dispersos en Aranzazu, Pacora y Santa Rosa de Cabal. 240 Electoralmente, la Acción
Nacionalista Popular se encontraba derruida. En los municipios de Manzanares,
Santa Rosa de Cabal, Aranzazu se contabilizaron 44, 233 y 115 votos nacionalistas,
respectivamente. En el municipio de Marulanda, dos. Si del todo no se acató la orden

234
Ibid., septiembre 24 de 1939. p, 1.
2:75
Ibid.. septiembre 27 de 1939, p. 8.
27777
Ibid. Véase, además, ibid., septiembre 28 de 1939, p. 1,
2777
Véase Tradición, N° 45, septiembre 24 de 1939, p. 1.293.
2
" El Liberal, septiembre 26 de 1939, p. 16.
27777
Eastman. Jorge Mario. Seis Reformas estructurales... p. 353.
2I
" Ibid.

El porvenir del pasado 489


de abstención, el papel de la Acción Nacionalista Popular contribuyó a la disminución
del voto conservador. Mientras que en las elecciones municipales de 1937 los
conservadores habían obtenido 37.439 votos en Caldas, en las del primero de octubre
de 1939 apenas lograron 27.493. 241 Si comparamos estos resultados de elecciones
para concejos con las de marzo del mismo año para Asamblea y Cámara, se puede
apreciar que, en efecto, la abstención nacionalista fue uno de los factores que más
incidieron en la caída vertiginosa del conservatismo en este departamento. La
abstención de la ANP en Caldas, sin duda, diezmó al conservatismo: "Nuestra
abstención produjo un descenso vertical de los guarismos conservadores en Caldas
[...] En Manizales nos abstuvimos dos mil electores de derecha", 242 declaró Álzate
Avendaño. La crisis del nacionalismo tuvo en el siguiente episodio su epílogo definitivo.

Silvio Villegas retorna al Partido Conservador.

Nuestros guarismos electorales, esplendidos


p a r a un movimiento recién nacido fueron
empero inferiores a n u e s t r o s cálculos. Así
empezó a desfallecer nuestro apóstol desnudo.
Villegas empezó a liar bártulos hacia otros
confínes más propicios a su espíritu tornadizo.
Otros nos q u e d a m o s , l e a l e s a los equipos
universitarios y a las masas aguerridas que
nos acompañaron, realizando aquella
admonición de R a m í r e z M o r e n o que nos
aconseja p e r m a n e c e r al p i e de n u e s t r a s
palabras como si fuesen banderas. 243

El comportamiento de Villegas en la Cámara, su protagonismo y su doble papel de


nacionalista y conservador al mismo tiempo, lo fueron constituyendo en el líder de la
bancada conservadora. El espectro de su discurso bifronte, que utilizaba con audacia,
era la expresión, de todas maneras, del conservatismo colombiano. Una declaración
política de la ANP, en la que se anunciaba su expulsión del movimiento, provocó la
ira del parlamentario: "Desconozco toda autoridad al directorio de la Acción
Nacionalista Popular", 244 declaró en el recinto de la Cámara. Villegas hizo alusión a
la pretensión que tenía la ANP, según decía, de llamarse nacional-socialista en ese
momento. Aunque admirador de los movimientos nacionalistas europeos influenciados
por la doctrina social católica, como el de Francisco Franco, Oliveira Salazar y Benito
Mussolini, no admitía a los sistemas políticos que fueran en contravía de sus principios
católicos: "Hoy el nacional-socialismo es tan contrario a mis ideas, como el comunismo
[...] Como católico, como cristiano y como hombre yo nunca he aceptado, ni podré
aceptar teoría racistas". 245 Aprovechó la supuesta nueva denominación p a r a
argumentar sus distanciamientos. Habló ahora, en su nueva posición, en contra del
nazismo, como cuando lo designaron otrora director de El Debate, cuando la emprendió
contra Maurras y la Acción Francesa. Confesando su animadversión hacia la ideología
de Hitler, declaró: "el nazismo con su teoría racista es u n a a m e n a z a de esclavitud
para la América Latina, ya que ha levantado el grito de que África empieza en el Rin,

247
Véase Eastman, Jorge Mario. Seis reformas... pp. 326-327, 353.
242
El Liberal, octubre 29 de 1939, p. 16.
2,3
La Patria, octubre 28 de 1939. p. 4.
'"' Ibid.
245
Ibid.

490 El porvenir del pasado


y porque la doctrina racista es contraria a la independencia de América Latina, una
teoría anticristiana, porque el catolicismo proclama la igualdad y la fraternidad de
todos los hombres, y Jesucristo instituyó para todos los hombres una madre común
que significa la especie humana". 246 Villegas, fiel a su tendencia de aprenderle al
liberalismo métodos y formas de hacer política, confesó que había aspirado a un
conservatismo de matices, como lo era el Partido Liberal, donde concurrían corrientes
diversas: la oficial del Presidente Santos, con las del expresidente López y la del
dirigente popular Jorge Eliécer Gaitán, voceros de las izquierdas. 247 Anotaba, con
aire de defensa: "Desde mi ingreso a la política conservadora proclamé tesis
nacionalistas para el Partido Conservador, no he negado de este, porque no podría
hacerlo con el partido donde me formé intelectual y moralmente [...] No estoy de
regreso a mi hogar político. Estaba en otros apartamentos de la vieja heredad". 248

Los dirigentes nacionalistas Ignacio Pineros Suárez y Alberto Duran Laserna


contestaron a la réplica de Villegas. Desmintieron las acusaciones que se les hacía de
haber adherido al nacional-socialismo:

En los manifiestos últimos que hemos dado a la prensa se dice que propugnamos por un
nacionalismo de tipo nacionalista, colombiano, criollo, no por un nacional-socialismo alemán.
Socialismos nacionalistas son, en Indo-América, el de Lázaro Cárdenas en México, o el del
malogrado coronel Germán Busch en Bolivia: los admiramos por su lucha contra el imperialismo
y por su programa de nacionalización de los petróleos. Pero arquetipos de gobiernos europeos no
hemos acogido en nuestro programa. El nacionalismo proclama los valores de la nacionalidad y
sostiene que el perfeccionamiento de estos valores debe fundarse en una reintegración del
espíritu nacional. Junto por rechazar todo criterio internacional expansionista o agresivo, propugna
una sana política nacionalista, que restituya a Colombia su poderío material y cultural y le dé, en
el plano continental, un rol orientador y constructivo. Naturalmente, este nacionalismo nuestro
es muy distinto al nacionalismo "lírico" de Barres, de que tan enamorado vive el doctor Villegas.249

A su vez, Gilberto Álzate Avendaño respondió desde Manizales, en entrevista a El


Liberal. Declaró a Villegas traidor de una generación que había depositado su
confianza en él. Paso a paso, Álzate reconstruyó la historia de la Acción Nacionalista
Popular. Reconoció la trayectoria de Villegas como seguidor del pensamiento derechista,
pero recalcó su vinculación tardía a la Acción Nacionalista Popular, y agregó:

Yo comprendo que en política no existen obligaciones irredimibles. Pero tampoco puede ser ella
un cómodo hospedaje en todas las estaciones de veraneo. La vida pública de Villegas, que quiere
presentar como una parábola ascendente, es un zig-zag extravagante, que va del diletantismo
barresiano a la república financiera y llega, entre corbetas, a la Acción Nacionalista Popular,
escarpado islote de rebeldía. La bajamar lo devuelve como una resaca a su vieja querencia. 250

Álzate afirmó que los resultados electorales del 19 marzo de 1939 habían dividido al
nacionalismo, y que las actuaciones de Villegas al restringir en La Patria la
publicación de noticias sobre la Acción Nacionalista Popular sorprendieron a la
militancia. Dijo que, desde La Patria, Villegas se propuso desmoralizar y disolver
el movimiento. Pero exaltó la política de abstención de la ANP en las elecciones
municipales: ""Nuestra abstención produjo un descenso vertical de los guarismos
conservadores en 20.000 sufragios menos sobre las antiguas estadísticas".251 Sabéndose
del morbo del escándalo, Álzate hizo un balance de lo acontecido:
2
" Ibid.. p, 1.
247
La confección de la lista para Concejo de Bogotá, por ejemplo, tuvo un proceso largo y cupieron en ella realmente todas las corrientes
liberales 7 Gaitán, Alberto Lleras. Jorge Bejarano, Antonio Garcia, Lucas Caballero y Jorge Villaveces, entre otros,
''" La Patria, octubre 28 de 1939. p. 1.
7,s
• El Liberal, octubre 29 de 1939, p. 15,
J7
" JJjid.. p. 16.
477
Jbid,

El porvenir del pasado 491


Nuestra experiencia nos deja la certidumbre de la pasividad de las multitudes colombianas, sin
voluntad política auténtica, sin anhelos, embutidas dentro de las más férreas estructuras
electorales e ignorantes de sus propios intereses. No es posible modificar una política que no se
guía por convicciones profundas, sino por posiciones larvadas. Nosotros sabemos que una
revolución histórica sólo pueden hacerla en Colombia las minorías egregias. La misma epopeya
emancipadora fue obra de un núcleo de letrados, cumplida a pesar de las lentas muchedumbres
estólidas diseminadas en el Virreinato. 2 '' 2

Así, Villegas, sin pundonor y en afrenta a la política de misión que defendía desde
meses atrás, había caído en el juego del bipartidismo.

No obstante las actuaciones de Villegas, Álzate Avendaño defendió la autonomía de la


Acción Nacionalista Popular y contrapuso su concepción del verdadero nacionalista:
"Nosotros no entendemos la vida pública como el arte de ir a la Cámara. Esta es la
diferencia que existe entre quienes viven para la política y quienes viven de ella".253
Finalmente, el jefe nacionalista instó a Silvio Villegas a que renunciara a su curul
de representante a la Cámara, aludiendo que se encontraba impedido para seguir
llevando la voz del nacionalismo. En esa dirección, propuso que se organizara un
tribunal de honor, integrado por Luis Cano, Abel Carbonell y Fernando Londoño,
representantes de los tres partidos, para que dirimieran el asunto. Los comandos
nacionalistas central y departamentales apoyaron la iniciativa de Álzate. Exigieron
ante el Congreso la renuncia de Villegas a la curul y que la cediera a su suplente,
Gilberto Álzate Avendaño.

Silvio Villegas se defendió. El 3 de noviembre, en un discurso en la Cámara de


Representantes, contestó a los señalamientos de Álzate. El leopardo se autoproclamó
fundador del nacionalismo y reiteró que su retorno al conservatismo no era una
fuga, porque ese partido era la casa de toda su vida, su hogar, su refugio espiritual,
contra el cual no podía rebelarse jamás. Declaró que a nadie debía su presencia en la
Cámara, sino a su esfuerzo propio y al prestigio de su talento. Dijo: "Yo he luchado
solo, sin otro apoyo que mi inteligencia, y me siento con derecho a declarar que soy
como un atlas sosteniendo el universo, porque sólo he tenido que dar la impresión de
que el nacionalismo existió como partido de avanzada". 254 Agregó que el nacionalismo
había sido un fósforo incendiado en la noche, y que tenía la certidumbre de que si lo
apagaba, como lo estaba haciendo, no se volvería a prender jamás. 255 Finalmente,
Villegas citó la experiencia del unirismo, y mostró cómo Gaitán, su fundador, había
vuelto a su viejo partido, dentro del cual se había convertido en una importante
figura nacional.

Álzate Avendaño respondió esa misma noche a los argumentos de Villegas, a quien
trató de ingenioso truhán.

Todo el estado mayor nacionalista sabe que yo revisaba, corregía y aumentaba las conferencias
políticas de Villegas. Yo inspiraba y escribía sus editoriales sobre temas sustantivos. Durante el
debate preparatorio de las elecciones, le impuse mi voluntad a gritos. Villegas se batía con mis
frases, que renovaban sus viejos trucos literarios [...] Villegas se ha sostenido siempre con
empréstitos mentales. Su profusa obra de escritor y orador es un ejemplo típico de la prosperidad
a debe. 2 '"

' Ibid.
7
Ibid.
1
Ibid.. noviembre 4 de 1939. p, 12
7
Ibid.
" Ibid.. p, 4

492 El porvenir del pasado


Curiosamente, la simibtud de las recriminaciones contra Silvio Villegas no difería mucho
del contenido del reportaje de Diario del Pacífico, calificado meses atrás por Álzate
como apócrifo. Por el contrario, encajaba a cababdad con lo que ahora declaraba.

José Mejía Mejía, de regreso de la Acción Popular Conservadora, después de las elecciones
de marzo, terció a favor de Villegas: "Nunca leímos otra cosa que doctrina conservadora
en los editoriales nacionalistas de La Patria de Manizales. El nacionalismo de Silvio
Villegas no fue otra cosa que una predicación conservadora al margen de las directivas
supremas del partido. Hoy regresa a la disciplina, y no a la doctrina".257 En cambio, los
comandos de la ANP antioqueña, luego de rechazar los argumentos esgrimidos por
Silvio Villegas para justificar su retiro, le dijeron en un largo telegrama:

Su afán de asimilarnos ahora nazismo, fascismo, falange, es recurso oportunista indigno sus
antecedentes intelectuales. Usted sábelo con evidencia nuestra antipatía por transplantaciones
e x t r a ñ a s . S u g e r e n c i a s p a r a hacernos aparecer p u g n a catolicismo son m e z q u i n a s y sin
equivalencia entre nuestra propaganda y la suya. Nosotros hemos luchado por algo y no contra
algo. Esa es la diferencia. Usted trabaja con el movimiento caldense contra cierto caudillo
conservatismo que para nosotros es apenas un incidente. Si su egregia inteligencia, ilustración,
no sírvenle para recoger dialéctica pensamiento, en puro sentido colombiano, es gallardo
e n t r e g u e curul n u e s t r o genuino vocero doctor Álzate Avendaño. Sus actuaciones contra
movimiento no liquídanlo sino vigorízanlo certidumbre de que políticos son los destructores de
la Patria. Cristo y Bolívar enjuicien su conciencia por juramentos traicionados. Saludárnoslo. 2 '' 8

El comando de la ANP de Pereira se manifestó así: "Representación suya nacionalismo


es deshonrosa. Quien como usted recibió en carne viva el látigo infamante es indigno
actuales circunstancias usurpar derechos Cámara a los que traidoramente asesinó".209
Desde Cali, los indignados seguidores del movimiento nacionalista también se
pronunciaron: "Le pediríamos que nos respondiera en qué ocasión fue más sincero,
si cuando se salió espectacularmente de 'la casa de los muertos' o ahora que ha
retornado humilde a ella. Con la frase demoledora que el maestro Valencia le dedicó
recientemente, usted sigue siendo la veleta que señala todos los vientos. Por elemental
decoro debía abandonar la curul nacionalista que desprestigia su caracterizada
endeblez".260 Los dirigentes de la Acción Nacionalista Popular de Bogotá dirigieron a
la Cámara de Representantes una solicitud cuyos contenidos rezaban'-

A nombre del movimiento nacionalista colombiano os pedimos que declaréis, públicamente,


que en el seno de vuestra corporación tenemos conquistada actualmente una curul nacionalista
p a r a exponer nuestro programa ante los legisladores y ante el país. Es público el hecho,
confirmado por confesión propia hecha ante vosotros, que el señor Silvio Villegas ha abandonado
su posición de nacionalista para regresar a su viejo Partido Conservador. Nosotros creemos
que el Congreso cumpliría un elemental deber de honradez al no permitir que comparta el
carácter de representante quien traiciona a su representado en forma ostentosa. El Congreso
cumpliría también con su elemental deber de moralidad sancionando debidamente uno de los
más afrentosos ultrajes que haya sufrido el poder público en los últimos años de vida nacional. 261

José Mejía y Mejía, el viejo amigo, antioqueño y nacionalista, el camarada presente


siempre en las cosas de Álzate, no podía quedarse callado. En carta abierta, le dijo:
"Tus declaraciones contra Silvio Villegas son injustas [...] Fue nacionalista sin
hipotecarse a una generación". 262 Le reconocía a Álzate lo de siempre, aunque no

2,7
El Colombiano, noviembre 5 de 1939, p, 3.
'""" El Liberal, noviembre 5 de 1939, p. 10. El telegrama estaba firmado, entre otros, por Félix Ángel Vallejo, Antonio Osorio Isaza,
Alberto Gómez Montoya. Gabriel Henao Mejía. Abel Naranjo Villegas, José Luis Aramburo, Jorge Luis Arango, Alejandro Muñera.
Guillermo Botero. Belisario Betancur, Marco Tulio Ceballos (siguen dieciocho nombres más).
259
Ibid.. noviembre 6 de 1939. p. 10,
2
'" Ibid.. noviembre 10 de 1939. p. 10.
277
Ibid., noviembre 6 de 1939, p. 15. Firmaron Rodrigo Jiménez Mejía, Ignacio Pineros Suárez. José V. Sánchez. Eduardo Carranza. Felipe
A. Molina, Carlos Martín, Alberto Duran Laserna. Jaime Sáenz, Jorge Guerrero y Carlos Ortiz Silva.
2772
El Colombiano, noviembre 3 de 1939, p. 3.

El porvenir del pasado 493


creemos que el dirigente lo compartiera: "Yo siempre he afirmado que el movimiento
nacionalista tiene en ti a su caudillo nato y neto, brazo y ensueño, músculo y poesía;
tú, amigo Gilberto, le das al nacionalismo una realidad que pudiéramos llamar
material y lírica. Su contenido, sentido, acción y dinámica emanan de una silenciosa
y cuajada labor hecha por tu mística"; 263 en cambio, para Mejía, Villegas había sido
el verbo del nacionalismo: "Sus predicaciones en la plaza pública, la dictadura de su
idioma en el agora partidista caldense y el formidable prestigio de su nombre fueron
la más orgullosa contribución al empollamiento de una idea que con otros artesanos
intelectuales hubiera perecido en forma incuestionable".264 Que Álzate fuera el músculo
y Villegas el verbo del nacionalismo era demasiado. Justamente, el jefe de la ANP lo
estaba desvirtuando con sus declaraciones, de pronto, apresuradas, pero no injustas.
Sin embargo, tenía razón Mejía cuando consideraba que el error suyo y de Álzate fue
haber pensado veinticuatro horas antes que los demás la cristianización programática
del partido, es decir, antes de tiempo. Hablando de ambos, decía: "Queríamos que
nuestra colectividad izara en sus estatutos una justicia social fiera, rotunda e
inequívoca, capaz de competir con los más agudos cánones ideológicos de la extrema
izquierda revolucionaria".265 Para Mejía, la plataforma, los idearios del nacionalismo,
incluso gran parte de su gente, estaban ya en la colectividad: "Hoy el conservatismo
levanta, yergue y prohija, como dogma propio, todas nuestras herejías de aquella
época".266 Reconocía sí, en todo esto, un proceso dramático, pero el papel transformador
y revolucionario de Álzate estaba cumplido. "El nacionalismo no desfallece con la
fuga de Silvio Villegas, ni tampoco renace con la presencia de tu caudillaje solitario.
Ala Acción Nacionalista le llegará inevitablemente su hora", le decía Mejía a Álzate,
y a todo el país. 267 Y, claro, esa hora llegaría cuando el conservatismo regresara al
poder. Tanto Mejía como Villegas estaban alejados de la idea de un partido nuevo. El
primero nunca sacó su nacionalismo del conservatismo y el segundo lo pensó como
estrategia disidente, a lo Gaitán, para regresar fortalecido, con programas y masas.
Sólo que Villegas no era Gaitán, ni Laureano Gómez era Alfonso López, ni el
conservatismo estaba en el poder. En la frialdad de su estilo cínico, Gómez, en medio
del sonado escándalo nacionalista, manifestó que a los nacionalistas no se les podía
tener confianza por "sus muchas veleidades". 268 Más tarde declaró no estar enterado
de nada de lo que había dicho "el señor Villegas".269

Pese a los justos reclamos, la Acción Nacionalista Popular no consiguió recuperar su


curul. Villegas siguió en el Parlamento cosechando éxitos. En julio de 1940, por
ejemplo, fue elegido vicepresidente de la Cámara. Empero, un sabor amargo, una
sombra rara acompañará el resto de su carrera política. La vida no le dará el beneficio
que le permitió a Gaitán borrar su aventura unirista.

"Me quedo solo y mío".

No importa. El tiempo y yo contra todos, como


dijo el antiguo. E n t r e t a n t o me quedo solo y
mío.2'"

Álzate se declaró disgustado con él mismo por haberse referido a su intervención en los
discursos y editoriales de Silvio Villegas. Se excusó, pero no se retractó: "Lo hice por un
2777
Ibid.
'"" Ibid.
"" Ibid.
2
"' Ibid.
2(77
7bid., noviembre 3 de 1939. p. 3. Véase también El Liberal, noviembre 5 de 1939, p. 10.
m
La Razón, octubre 25 de 1939, p. 11.
27777
El Liberal, noviembre 1° de 1939, p. 5,
2771
Ibid.. noviembre 5 de 1939, p. 8.

494 El porvenir del pasado


arrebato momentáneo al oír el fanfarrón discurso de ViUegas. Me abochorna y deprime
la pequenez de ese alarde fatuo y cierto, pero no quise ahorrarle a Villegas ninguna
verdad, para desbaratar el escenario de sus trucos, poniendo al descubierto los bastidores
y el consueta".271 No nos extraña la intervención de Álzate en los documentos que saban
de La Patria, mientras Villegas recorría el país. El concepto de sensibilidad leoparda
surgió justamente para referirnos a un grupo homogéneo con una identificación de
ideas e intereses jamás vista en la historia intelectual de Colombia.

Villegas regresaba al conservatismo, quizá muy temprano. El trascendental e intenso


discurso colectivo del nacionalismo estaba todavía en la memoria reciente de quienes
lo habían escuchado y oído. ¿Dónde quedaban aquellas palabras dichas el primero de
enero de 1939?: "De las próximas elecciones no saldrá la nueva Colombia, ni allí está
nuestro marco [...] no constituyen sino un episodio de la gran lucha que nos espera".272
Resultaba paradójico que quien acostumbraba a tomar el juramento de fidelidad en
las concentraciones nacionalistas fuera el primero en desertar. Era eso, un desertor,
apurado tal vez, pero no un traidor.

Se trató de una situación muy difícil para la sensibilidad leoparda, una de las partes de
la ANP, la más importante, a lo mejor. Álzate había Uevado el discurso de esta sensibüidad
a niveles muy altos de sofisticación ideológica, muy comprometedores con una manera
particular y nueva de concebir la política. En ese momento, podía autoproclamarse el
mejor escritor político del país, pues, con la Acción Nacionalista Popular, se había
convertido en un excelente comunicador de la política. La ANP lo completó, y entonces
ya no era solamente el hombre-masa, el gran organizador y conductor, sino un ideólogo.
Por ello hacía las veces de puente entre la generación de los Leopardos y la de los
jóvenes que impulsaban el ala radical de la ANP, que lo veían como tal, pero que, sobre
todo, intuían en él un tránsito hacia una comunidad política distinta a los partidos
tradicionales. Después de tan elevado esfuerzo, Álzate estaba éticamente impedido a
desertar! no podía regresar a toda máquina, sin negociación, sin ser llamado ni esperado.
Quedar a disposición de Laureano Gómez, el enemigo fabricado con creces, no creemos
que le sedujera. Le convenía más pensar en un aforismo que se evocaba en circunstancias
parecidas: la política es el arte de esperar.

Villegas, al contrario, regresaba como si nada se hubiera conquistado y como si nada


hubiera costado. Endosaba su lucha y la de los nacionalistas al desprecio del
energúmeno que lo ignoraba y despreciaba. Álzate, en cambio, prefirió alejarse de la
política y refugiarse en Manizales, en su práctica profesional. Sus compañeros de
viaje, los de la sensibilidad leoparda: Antonio Alvarez Restrepo, Fernando Londoño
Londoño y Joaquín Estrada Monsalve, sin el ruido de Villegas, irán desertando poco
a poco. Regresarán al "vetusto caserón", algunos incluso, como Estrada Monsalve, se
volverán furibundos laureanistas, y los más se acomodarán en la nueva casa en
construcción, en obra negra : el ospinismo. Augusto Ramírez Moreno retornó a la
política conservadora de Antioquia. Fernando Gómez Martínez, José Mejía Mejía,
'Rubayata' y J u a n Zuleta Ferrer continuaron dando la pelea por el nacionalismo
desde El Colombiano, pero dentro del conservatismo. Los jóvenes derechistas de
sensibilidad laureanista, Guillermo Camacho Montoya y Francisco Fandiño Silva,
siguieron vinculados a El Siglo, y Rafael Azula Barrera era flamante representante
a la Cámara por el laureanismo boyacense. De los más radicales de la derecha,
477
Ibid
272
La Patria, enero 2 de 1939, p. 2,

El porvenir del pasado 495


Carlos Vesga Duarte terminó de aliado del 'Tigre' Noriega, y con él llegaron a la
Cámara en 1939, no sin justificar su deserción. Afirmó que el nacionalismo había
sido una válvula de escape a la exasperación de la juventud conservadora. Sostuvo
que con ellos había pasado lo mismo que con la juventud liberal en décadas pasadas,
en las que había fundado varias veces el Partido Socialista para regresar luego a las
viejas toldas liberales. Y agregó: "Hay una edad en que necesitamos inventar el
porvenir a fuerza de reunir un exhausto pasado. Pero este se defiende, disfrazándose
de presente hasta que la fuerza de los hechos históricos lo violenta y elimina".273 Pero
de esta vertiente radical de la ANP, que fue su núcleo originario, el mismo que había
llamado a Álzate a dirigirlos, emana otro tipo de pensamiento que podemos advertir
desde las conclusiones de su última convención en Bogotá, de sus comunicados en
respuesta a las acusaciones de nacionabsocialistas, y de una declaración producida
en el remolino de la crisis:
La Acción Nacionalista Popular, considerando, que son causa de preocupación y estudio por
parte de los legisladores y del pueblo de Colombia, aspectos trascendentales del Derecho Social,
se hace necesario dar a conocer el pensamiento nacionalista sobre estos problemas. Declara 1 I o
La ANP solicita el apoyo al sindicalismo. Por tanto ve con agrado la ayuda y respaldo que se
presten al Congreso Sindical próximo a reunirse en la ciudad de Barranquilla; 2" La ANP
reafirma su adhesión inmutable al siguiente postulado programático: queremos, en lugar de la
economía incoherente e i n h u m a n a del sistema capitalista, otra basada en la noción de las
necesidades públicas, en el principio de la responsabilidad y en una organización sindical:
sistema este el único acto para encuadrar el trabajo, la producción y el reparto de bienes,
informado en las ideas del Socialismo Nacionalista que predicamos; 3 o La ANP renueva su fe a
este punto vertebral de su doctrina: pedimos devoción permanente para el campesino haciéndolo
propietario de la tierra y estímulo para el obrero, haciéndolo copartícipe de la fábrica; 4o La ANP
ratifica la razón primordial de su existencia: la Acción Nacionalista Popular de Colombia, es un
movimiento independiente y autónomo: sin nexos de ninguna naturaleza con movimientos
políticos internacionales o de otra índole y opuesto a ellos. Combate a los partidos y sectas de
todas clases y la función es integrarse en el todo que es la Patria. Su campo de acción es
Colombia y su meta y destino en el espacio es la reintegración del bloque gran-colombiano; 5o
La ANP rechaza y condena el empleo de su nombre para titular, inspirar o patrocinar campañas
reaccionarias que además de desvirtuar el ideal nacionalista, falsifican y traicionan el profundo
sentido revolucionario de su misión.27'1

Como advertirá el lector, esta corriente de la ANP no se refería al nacional-socialismo


como habían hecho aparecer las cosas Mejía Mejía y Villegas,275 sino al socialismo
nacional. Y, como ellos mismos lo afirmaron, en ese momento no abrevaban en el
influjo del nazismo, sino en corrientes del nacionalismo latinoamericano, una de las
cuales era la del coronel boliviano Germán Busch, quien se había suicidado el 23 de
agosto de 1939.27G Pero esa novísima y atrevida propuesta había nacido en el proceso
dialógico entre las corrientes que conformaban la ANP y sus adversarios y entre ellas
mismas. Es posible que esta propuesta apareciera menos seductora para las masas
nacionalistas que la de la sensibilidad leoparda, pero era también emanación suya. El
curso y desarrollo de la Segunda Guerra Mundial crearán nuevas condiciones. El jefe
del Alto Comando de la ANP, Rodrigo Jiménez Mejía fundó, por ejemplo, en diciembre
de 1939, la revista Presencia, y con ella adhirió y apoyó el regreso de Alfonso López
Pumarejo al poder. Tampoco estará alejado del lopismo Gilberto Álzate Avendaño. La
cosas de la historia: lo que se gesta, lo que se produce. El flujo de la dialéctica que hace
27:7
Estampa, octubre 7 de 1939, pp. 39, 45.
277
La declaración fue firmada el 26 de octubre de 1939 por el Alto Comando Nacional, integrado por Rodrigo Jiménez. Mejía. Alfonso
Muñoz Botero. Eduardo Carranza, .Alberto Duran Laserna y Felipe Antonio Molina, y con Jorge Guerrero como secretario general.
El Liberal, octubre 27 de 1939, p. 5.
7771
Véase la columna "Rúbrica", de Mejía Mejía en El Colombiano, primero de noviembre de 1939. p. 5.
477
Díaz Machicao, Porfirio, Historia de Bolivia. Toro. Busch. Quintanilla 1936-1940. La Paz. Editorial Juventud. 1957.

496 El porvenir del pasado


coincidir extremos. ¿Extremos? Gracias a esta especie de microhistoria que aquí hemos
adelantado, podemos concluir que desde la derecha de los años treinta se contribuyó, a
veces por el camino de la negación, a sostener el proceso democrático que permitió que
la Revolución en Marcha tuviera otra oportunidad. Pero esto y mucho más, son episodios
que corresponden a nuevas investigaciones. La historia continúa.

El porvenir del pasado 497


Conclusiones
y reflexiones.

Creemos haber dado luces sobre el primer Gilberto Álzate Avendaño, su generación y
la de los Leopardos, que terminaron confluyendo en lo que aquí denominamos la
sensibilidad leoparda. Fue nuestro interés mostrar a Álzate Avendaño en colectivo,
esto es, no como un genio extraño a su tiempo, formándose a solas, sino como producto
de un esfuerzo grupal, intergeneracional. Estuvo entre sus pares —tan capaces como
él—, entre sus superiores y entre la gente común de su partido. Se trató de un
hombre consecuente y coherente con la cultura política de un colombiano nacido en
una familia conservadora, y crecido en una región de fuertes y arraigadas tradiciones
ligadas a un universo político tradicional.

La sociabilidad familiar y relacional giró alrededor de la gente que venía de las


guerras civiles, para quienes las confrontaciones militares no eran asuntos de un
siglo pasado, sino que constituían la evocación del día a día. El fantasma de las
guerras civiles estuvo presente en el devenir de las primeras décadas del siglo XX.
La posibilidad de regresar a esos tiempos, para bien o para mal, estaba en el aire, en
el ambiente de la confrontación política. De alguna manera, la ruta sin retorno de la
violencia, que escogieron los colombianos para transitar su historia, fue u n a
adaptación, a las condiciones del siglo XX, de las guerras del siglo XIX. En ninguna
parte como en Colombia la política empezó a hacerse como la continuidad de la
guerra por otros medios, al contrario de lo que para Europa había señalado Karl von
Clausewitz (1780-1831): "La guerra es la continuación de la política por otros medios".

Abonaba este terreno el acontecer mundial. La política colombiana, como mal podría
pensarse, no era local, no era una cosa de provincia. Manizales o Medellín no se
diferenciaban grandemente de Bogotá en cuestiones culturales e intelectuales. No se
conocían a fondo las realidades locales. La ciencia social en Colombia pendía todavía
de la natural, y esta apenas despuntaba. En cambio, Europa, su historia y su
historiografía, su política y su politología, su filosofía y todos sus problemas circulaban
y e m u l a b a n la cotidianidad colombiana. Álzate y la gente con quienes se
intercomunicaba tenían en la historia europea las fuentes de sus conversaciones, de
sus escritos y de sus lecturas.

Desde su comienzo y, sobre todo, después de la finabzación de la Primera Guerra Mundial,


el siglo XX tuvo una vertiginosa globalización. El triunfo de la revolución socialista en
Rusia en 1917 y su consolidación en los años veinte después de exorcizar la guerra civil
y la intervención extranjera, dividieron al mundo en lo que antes era apenas el punto de
una discusión intelectual: Oriente y Occidente. La resistencia al fenómeno ruso, que
logró consolidarse y expandirse por todo el universo, fue el fascismo. Por doquier influyó.
En los años de la segunda preguerra el mundo parecía fraccionarse entre comunismo y
fascismo genérico, no había lugar a un tercer camino, la intensidad de las confrontaciones
lo impedía. Colombia ofreció a la influencia del comunismo un modelo de resistencia
poco estudiado y, por ende, poco comprendido. Había condiciones excepcionales para que
el conservatismo colombiano resistiera como lo hizo. La crisis que vivió Europa después
de la Primera Guerra Mundial, que se expresó en las obras de escritores como Spengler,
coincidió en Colombia con la crisis de la república conservadora. El conservatismo en el
poder daba señales irreversibles de envejecimiento, sus cuadros estaban cansados. La
hegemonía gobernaba por inercia. Los cuadros intermedios y jóvenes estaban al margen
de la política. Conservatismo e Iglesia Católica se confundían en los mismos intereses.
A tientas, respondían sus gobiernos a los clamores sociales que se expresaban desde el
Partido Liberal y desde un pujante movimiento obrero y popular que manifestaba sus
anhelos por la voz de los partidos socialistas que apenas surgían. Ala movilización de
masas de nuevo tipo respondieron a ciegas y con torpeza. La comodidad del poder sólo
les permitió resistir con la palabra, como en el caso de los jóvenes nacionalistas que
irrumpieron con estrépito, o por la vía de los hechos, a través de normas represivas.
Para el conservatismo, empeoró la situación la inesperada derrota en las elecciones de
febrero de 1930. Investigaciones sóbdas han dado cuenta de que la debacle era inevitable,
pero en nada remedia eso la situación en que se vieron inmersos los conservadores que
afrontaron la caída. El ascenso liberal en Colombia iba en correspondencia con el avance
del socialismo en el mundo. En la estrategia de supervivencia del liberalismo, fue una
constante su acercamiento a los movimientos sociales de izquierda. Esta relación le ha
permitido remozarse, actualizarse, estar a tono con las aspiraciones de la población.
Para no retroceder hasta el siglo XIX, basta evocar a Rafael Uribe Uribe y a Benjamín
Herrera, y no fueron diferentes las cosas en los años treinta, cuando comunistas y
liberales coincidieron en el Frente Popular.

El conservatismo, joven y viejo, tuvo de dónde sacar argumentos para la resistencia,


que había aprendido de los ideólogos eclesiásticos colombianos, verdaderos intérpretes
y aplicadores al detalle de las políticas del Vaticano para enfrentar al comunismo y
al liberalismo. Especial aplicación tuvo la Iglesia colombiana para adaptar a las
condiciones del país las consignas de que el liberalismo era pecado en un país donde
una inmensa minoría era liberal por nacimiento, por la sangre derramada en las
guerras civiles del pasado, y por un capital axiológico paulatinamente acumulado.
La Iglesia, en su alianza con los gobiernos conservadores, dominaba las mentes de

500 El porvenir del pasado


los colombianos, pues de ella era el monopolio en la educación. El temor que se
infundía sobre el comunismo y el liberalismo, que eran en el argumento conservador
la misma cosa, tenía un terreno propicio para crecer en Colombia. Ala resistencia
conservadora, entonces, se sumará el fenómeno de la naturaleza religiosa, indescriptible
para otros países de América Latina. ¿Y los cristeros de México?, se preguntará
algún lector. Sí, pero el temple de Obregón y Calles, primero; o el Cárdenas, después,
distó kilómetros del de los gobernantes colombianos, que enfrentaron el problema
religioso, y, además, la naturaleza de ese movimiento se distanció, también, del de la
resistencia conservadora en Colombia. ¿Y Brasil?, indagará otro. Hay que señalar el
espacio que ganó el positivismo en la sociedad de este país, que, si bien no disminuyó
las mayorías católicas, permitió dialogicidad, la presencia de otras religiones y, sobre
todo, la separación de la Iglesia de los asuntos del Estado. Y así sucesivamente.

Lo que he querido señalar es que la fuerte resistencia a los cambios que vivía el país
durante los gobiernos liberales era correspondiente al peso de la Iglesia Católica en
la sociedad colombiana, y al peso también en ella de su vocero: el Partido Conservador.
Hoy puede parecer una hipérbole, pero para los conservadores, acostumbrados al
dominio del poder, lo que existía en Colombia era una república católica, construida
lenta y meticulosamente, de la cual estaban orgullosos, por lo cual no podían asistir
impávidos a su desaparición después de 1930.

El país no estaba acostumbrado ni al lenguaje ni a las prácticas liberales, y menos a las


socialistas, no obstante la sonora y variopinta presencia del socialismo en la década de
los veinte. Digamos que, aunque el país recibía el efecto de la globalización cultural del
siglo XX, la resistencia a la laicización de la política y de las costumbres era mayor. Y
no era una resistencia pasiva, como tampoco eran pasivos los mecanismos a través de
los cuales el liberabsmo aspiraba a convertirse en el partido de las mayorías nacionales.
Por abajo y por arriba, la revancha liberal a tantos años de semiclandestinidad estaba
en el orden del día. De todo hubo: fraude, coacción, amedrentamiento, persecución,
desalojo, asesinatos y masacres. La nueva dominación liberal se instauraba no sólo
desde las reformas sociales que se impulsaban, todas justas, a nuestro juicio, sino
también desde la represión contra una parte considerable de la población, que poco
antes constituía el mayor electorado del país. Reformas que se aprobaban en un Congreso
homogéneo, inspiradas en un ejecutivo que había llegado al poder sin la participación
del adversario histórico. Se juntaban así dos procesos: una ideología que se montaba
desconociendo a la otra, imponiéndose sobre la contraria, con sabor revanchistal y una
conversión del electorado al liberalismo por la vía de la coacción, entre otras.

Sin embargo, en la literatura de la violencia pesa más la contribución de los


conservadores que la de los liberales; por ello, tuvimos, entre otros propósitos en este
libro, contar, para unos, y recordar, para otros, que la violencia colombiana empezó
de manera sólida y sostenida con el advenimiento de los liberales al poder en 1930.
De ahí nuestro juego con la máxima de Clausewitz: en Colombia la guerra tuvo su
continuidad en el ejercicio de la política. Esta se desarrollaba como no hacía mucho
lo había hecho la guerra. No se trataba de una metáfora a secas, del transplante a la
política del vocabulario de la guerra, como en efecto se hizo. Era la guerra misma
que se vislumbraba en el horizonte. La paradoja de esta historia es que, no obstante
las apariencias, fue la Acción Nacionalista Popular, ANP, el movimiento sintetizador

El porvenir del pasado 501


de las derechas nacionalistas colombianas de la década de los treinta, dirigido por
Álzate, el que evitó la guerra, el que la exorcizó. Aquí en este libro hemos descrito
este proceso.

Fue en este contexto en el que emergió nuestro personaje. No se distinguió solamente


por su vocación intelectual de hombre de letras y por su aporte a ellas, como lo
afirman sus admiradores y detractores para ocultar una función que nosotros
consideramos más fundamental. Del Álzate nacionalista se dice que fueron quimeras
de juventud, que era muy joven; cosas de ese estilo. Todo lo contrario, pensamos y
demostramos que Álzate entendió su tiempo, y con el acoplamiento de su cultura
temprana y ancestral salió al encuentro de la estrategia liberal, casi podríamos
decir, con las mismas maneras de hacer la política que a los liberales les había dado
y les estaba dando resultados: con una política de masas. Al principio de esta
investigación era difícil ubicarle. Otros personajes sobresalían, y otros intelectuales
escribían más que él, pero todos escribían e intervenían pensándolo, evocándolo y
citándolo. ¿Dónde estaba Álzate?, ¿dónde permanecía? Estaba en la guerra, en el
escenario donde se desarrollaba la política: en la calle, en la plaza pública, en las
plazoletas, en los atrios de las iglesias, en las convenciones, en las juntas de barrio,
en los entierros, en las campañas electorales; crecía como un organizador y como un
guerrero. Establecía estrechas relaciones con el electorado: lo organizaba, lo
encuadraba, lo insuflaba, lo animaba y lo reanimaba. A él se le reconoció este trabajo,
y con este tipo de actividad se fue distinguiendo como el hombre de masas que llegó
a ser, el que introdujo en esta dinámica al Partido Conservador del occidente
colombiano, hasta convertirse en jefe supremo de la derecha, en desmedro de él
mismo. Con sus tácticas y sus estrategias el conservatismo de esta región resistió a
las primeras elecciones de la república liberal.

Antes de que Álzate movilizara las masas, trabajar con la muchedumbre, como
hemos demostrado en el texto, era casi un patrimonio de las culturas liberal y
sociabsta. Álzate desechó esta apropiación e hizo reabdad lo que la sensibibdad leoparda
pensaba de la movilización popular. Rescató el mesianismo, un poco extraviado para
los conservadores, y tomó de los liberales el culto a las personalidades como mecanismo
de refuerzo de la doctrina conservadora, experimento que puso a prueba en las
manifestaciones políticas e, incluso, en la confección de imágenes de Laureano Gómez,
su contradictor interno, repartidas con profusión. Representaba otro modelo de
modernidad en el ejercicio de la política que apelaba al campesino godo. Llegaba al
hombre del campo, que, desalojado de su lugar de origen y desplazado, lo escuchaba
ya no en la aldea, sino en los poblados. Era enérgico en la confrontación, y, gracias a
ello, la dialogicidad fluía en un país en el que, si bien era peligroso vivir, resultaba
interesante para la polémica política. Con Álzate, el conservatismo no se arrinconó,
salió de la madriguera, se desperezó y se expresó por su voz, que se identificaba con
la de la sensibilidad leoparda. Sin la experiencia de Álzate en los años veinte y treinta,
no hubiera sido posible el Álzate que el país conocerá más adelante, y a él y a la
sensibilidad leoparda le deberá el Partido Conservador su presencia y permanencia,
en una época en que pudo haber desaparecido.

La sensibilidad política e ideológica de la cual hizo parte Gilberto Álzate, combatió el


autoritarismo dentro del Partido Conservador y luchó por la democracia interna y

502 El porvenir del pasado


por un manejo federativo de la colectividad. Serán los ideólogos del nacionalismo los
primeros en Colombia en hablar en nombre de la región por encima de las agrupaciones
políticas. A través de ellos se expresó la provincia. De su triunfo en la dirección del
partido dependía la democratización no sólo del mismo partido, sino también la de la
futura administración del Estado. Uno de los temas centrales de la sensibilidad
leoparda fue, justamente, el de la descentralización, es decir, la lucha por un sistema
federal en términos económicos, en el cual las regiones tuvieran presencia nacional.
Estas ansias y estos deseos de los Leopardos, lo mismo que su estilo de concebir y
percibir el ejercicio político, colmaron su actuación de una esencia profundamente
popular, que hizo posible su continuación en la lucha política colombiana después de
la gran derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial, y que les permitirá,
bien avanzado el siglo XX, no sólo escalar altas posiciones en la administración
pública nacional, sino también luchar hombro a hombro con dirigentes y masas de
una cultura distinta a la de ellos, pero identificados por causas populares. Entre los
abanderados de las reivindicaciones populares y opositores a la política excluyente
del bipartidismo de las décadas de los sesenta y los setenta, encontramos no pocos
nombres del nacionalismo de los treinta. Era la fuerza de la dialéctica. El resultado
de un largo proceso dialógico en el cual Álzate fue contendor y contradictor, copartidario
y adversario, destinatario y contradestinatario, pero, ante todo, dinamizador de la
política. Era Álzate la política, por excelencia. Él y la sensibilidad leoparda tuvieron
razón, en un principio, al plantear el problema desde el tópico de la lucha generacional.
Expresaron públicamente, a voz en cuello, uno de los elementos constitutivos más
importantes para arribar a la dirección política y desde allí imponer su manera de
concebir el desarrollo del país. No bastaba entonces la lucha contra el adversario
histórico para el reconocimiento político. Era más ardua aún la lucha en el interior
de los partidos, por lo cual posicionarse dentro implicaba un esfuerzo tenaz, no siempre
victorioso. Justamente, a Laureano Gómez, que usaba y abusaba de su temprana
gloria, el poder del que gozaba le había costado trasegar un arduo itinerario. En su
estrategia personal para conquistar la dirección del partido, se había aliado con los
liberales en 1916, cuando contaba veintisiete años de edad, para oponerse a la
candidatura de Marco Fidel Suárez. De su aguerrida participación en esa campaña
electoral, salió con el distintivo de "el hombre Tempestad". 1 Fueron célebres sus
debates que terminaron con la caída de Suárez poco después. Su pelea en el interior
mismo del conservatismo le permitió acceder al reconocimiento político, al punto de
ser llamado al Ministerio de Obras Públicas en la administración de Pedro Nel
Ospina. Desafió después al gobierno de Abadía Méndez en las famosas conferencias
del Teatro Municipal en 1928. Establecida la república liberal a su regreso de Europa
en 1932, se enfrentó al antioqueño Román Gómez, el hombre de mayor prestigio en
el conservatismo. El feroz debate contra el romanismo, que le granjeó el mote de "el
monstruo", lo llevó a la cumbre directiva de su partido.

Sin embargo, un obstáculo le impedía reinar: la naciente sensibilidad leoparda, con


la cual había tenido ya puntos de desencuentro en su ascendente y vertiginosa carrera
política. Establecido como jefe supremo del Partido Conservador, la adversidad entre
ambas partes se profundizará. Para Gómez, derrotar al nacionalismo será prioritario
en su agenda de finales de la década de 1930, lo mismo que derrotar a Gómez será el
objetivo principal de la sensibilidad leoparda. El triunfo de Gómez al final de 1939
tuvo los visos de una victoria pírrica. Las dos corrientes continuarán en el seno de la
1
Véase : Henderson, James D, Las ¡deas de Laureano Gómez. Bogotá, Tercer Mundo Editores. 1985, p. 43.

El porvenir del pasado 503


colectividad, fluirán como dos líneas paralelas hasta que la atmósfera de la historia
colombiana se encargue de evaporar al Partido Conservador.

Abrirse espacio en el interior de los partidos apelando al mecanismo de la lucha


generacional tenía sentido tanto en uno como en otro partido. En el Liberal el clamor
tuvo, con todo, respuesta positiva. Al fin y al cabo, los liberales estaban en el poder y
los presidentes de la república liberal contaron en su estrategia con la participación
de las juventudes de su colectividad. En el Partido Conservador, por el contrario, las
cosas eran distintas: no estaba en el poder, las divisiones internas lo carcomían, el
advenimiento de Laureano Gómez como jefe supremo era reciente y su personalidad
y sus intereses iban en contravía del liderazgo de la sensibilidad leoparda.

La política posterior se hizo en Colombia con el vocabulario gestado, inventado y


fabricado en los años treinta. Durante el establecimiento del Frente Nacional, tiempo
después, la nomenclatura política de esta década volvió y jugó. Los personajes eran
los mismos, maduros ya, naturalmente, pero equipados con el peso de un pasado
compartido que recreaban y reproducían. Las confrontaciones entre los integrantes
de la sensibilidad leoparda y Laureano Gómez, surgidas en las primeras décadas del
siglo XX, sellaron una irreversible división en el conservatismo. Sus tenaces e
irrenunciables disputas —¡oh paradoja!— corrieron en beneficio de su adversario
histórico, por lo cual Colombia terminó convertida en un país de electorado liberal.

La parábola de la Acción Nacionalista Popular, ANP, fue un episodio importante no


sólo para Álzate y la gente que en derredor suyo giraba. A él le brindó los complementos
que su formación le exigía. Había llegado a la dirección de la ANP como organizador
de masas, y con ella se convirtió en un sofisticado y competente escritor político, en
u n escritor público, más exactamente. Con la ANP, Álzate participó de un proceso
dialógico en el que estaba en juego la construcción de la democracia moderna
colombiana. A él y a toda su sensibilidad, la historia que corría los obligó no sólo a
confrontar y resistir, sino también a ceder, a aceptar, a entrar en contacto con el
adversario, que en el fondo tenía en la mira el mejoramiento social tanto como ellos,
aunque con fórmulas diferentes. Es como decir: era necesaria la democracia orgánica
que se proponía desde la ANP, la democracia corporativa, para que se consolidara el
proceso democrático de inclusión social que el país necesitaba en ese momento. Los
modelos democráticos en juego se complementaron mutuamente, y de una y otra
parte terminaban constituyéndose. Combatiendo la democracia liberal, construían
otro tipo de democracia con ingredientes de alto contenido corporativista, pero no era
ese corporativismo el de las grandes agremiaciones que terminaron dominando la
economía nacional, sino un corporativismo de pequeñas asociaciones, un modelo
democrático propuesto desde el universo conservador, que, vinculado a la necesidad
de poner en práctica las recomendaciones de la doctrina social de la Iglesia, tenía
una profunda naturaleza democrática.

Así, la Acción Nacionabsta Popular, ANP, (1937-1939) en el conservatismo, correspondió


a la Unión Izquierdista Revolucionaria, UNIR, (1933-1935) en el liberalismo. Ambas
fueron la expresión de la resistencia a la generación del centenario. Por ello, ambas
organizaciones plantearon sus puntos de vista en términos de una lucha de generaciones.
Ambas abrigaron corrientes y tendencias distintas, esperanzadas algunas en la

504 El porvenir del pasado


conformación de un partido independiente de las colectividades históricas tradicionales.
Desde los paradigmas de punta, ambas intentaron la modernización de la política en
Colombia. Y a ambas las sacó del escenario de la política el escaso respaldo electoral
cuando concurrieron al escrutinio de los votos. Las diferencias no estuvieron solamente
en la naturaleza de sus orígenes. Gaitán estaba encima de todo, era un caudillo en
quien se sentía representado el liderazgo medio de su movimiento. Su personalidad
misma opacaba el unirismo, conformado por unidades menores. Álzate, en cambio, era
primo entre pares. La ANP, en general, fue un movimiento de caudillos, todos de la
misma altura intelectual, todos con la misma envergadura, todos con el mismo afán de
reconocimiento y poder, todos dispuestos a resolver de manera inmediata los problemas
sociales que afectaban al país.

Gaitán entregó y disolvió el movimiento, y se convirtió, como se le llamó, en un "apóstol


desnudo". En cambio, ese apóstol de la ANP no fue Álzate. Para Gaitán significó la
deserción, el comienzo invencible de su carrera política; para Silvio Villegas, en cambio,
su deserción fue la caricatura del proceso unirista. Álzate prefirió esperar. El Partido
Conservador no estaba en el poder, y en su interior nada presagiaba un cómodo regreso.

Las experiencias de la UNIR y de la ANP en los años treinta, mostraron la fortaleza


y la vigencia de los partidos tradicionales.- Si bien el Partido Conservador atravesaba
una crisis profunda, su mibtancia no estaba preparada para asimilar un remozamiento
en los paradigmas que se le proponían desde el nacionalismo. Es posible que hayan
estado dispuestos a cambiar y a adaptarse a nuevas corrientes siempre y cuando
estas se ventilaran en el interior mismo de la colectividad, pero nunca por fuera. El
partido constituía, además de política, una identidad cultural. Lo mismo ocurrió con
la UNIR y el liberalismo. Aquí, con mayor razón, la militancia, que se sentía en el
poder y se identificaba con el proyecto de la república liberal, no estaba dispuesta a la
aventura de la oposición. En ambos casos, sus planteamientos y propuestas se
esbozaban también en el interior de los partidos. Así, el sistema bipartidista
colombiano, creemos, estaba en uno de sus mejores momentos. Contar con la presión
de disidencias cargadas de propuestas históricamente justas, que, además, podían
convertirse en partidos independientes, oxigenaba y llenaba de fuerza interior a los
partidos tradicionales.

Gracias a la ANP el conservatismo rescató mística y modernizó idearios y formas de


hacer la política. Haber aceptado el reto de trabajar con y para las masas hizo que la
ANP consiguiera el regreso del conservatismo a las urnas. Se gestaba, muy
seguramente, la historia trágica que vendría años después, pero en el proceso histórico
de los treinta la ANP ofreció una alternativa distinta a la de "la legítima defensa", y
en su lugar activó la participación de las masas conservadoras en los asuntos de la
política, propuso la conquista de la calle, la procesión, y la presencia y no la ausencia.
Por ello, encontramos a los miembros de la sensibilidad leoparda viéndoselas en la
conquista de los lugares sagrados de la democracia. Les interesó el número de personas
que concurrieran a sus concentraciones. Entre más gente se contara más se incluía
población en la participación política. Se mezclaron con sus copartidarios en calles y
plazas de mercado. Ese compartir les permitió una comunicación estrecha entre
líderes y masas populares. Fue una especie de "ida al pueblo" que, sin duda, elevó la
cultura de las masas. Los líderes de la ANP pusieron en circulación sus propios
2
Véase7 Ayala Diago, César A. "La UNIR7 entre Gaitán y los gaitanistas", en Rodrigo Llano Isaza (edil,I, La división creadora. Influjo de
las disidencias en el liberalismo colombiano. Bogotá. Academia Liberal de Historia, 2005, pp. 124-140,

El porvenir del pasado 505


logros intelectuales, que habían recibido en la universidad, y estimularon la
autoestima de las regiones. Ala clandestinidad opusieron la representación de su
gente en los cuerpos legislativos. Decían ir en contra de la democracia, pero cada uno
de los pasos que daban, por escrito o verbalmente, la enriquecía. Fue este,
principalmente, el papel y el mérito de Álzate.

506 El porvenir del pasado


Anexos.
"Aquí llegarán y aquí espero".
Cinco documentos clave para
comprender al primer Álzate

Documento 1.
Bases p a r a u n programa nacionalista. 1
Por Rodrigo Jiménez Mejía

1. La Acción Nacionalista Popular es un movimiento autónomo, por encima de los


partidos políticos.
2. Aspiramos a que nuestro movimiento constituya una unidad total en que se
integren todos los valores al servicio de la Nación.
3. Profesamos amor entrañable a Colombia y deseo de servirla hasta el sacrificio.
Creemos en la suprema realidad de Colombia y en la grandeza e inmortalidad de
sus destinos.
4. Somos una revolución nacionalista, en contra de la revolución partidista.
5. Pugnamos por la organización corporativa del Estado.
6. No somos capitalistas.
7. No somos liberales.
8. No somos marxistas.
9. Somos espiritualistas. Pugnamos por construir la unidad del espíritu nacional.
10. Respetamos y defendemos la moral del Cristianismo y la Religión Católica, como
bases fundamentales que son de nuestra civilización.
11. Defendemos la propiedad privada en cuanto ésta no se contraponga a los intereses
fundamentales de la colectividad.
12. Defendemos y apoyamos la industria privada en cuanto ésta sea útil al interés
nacional.
1
Tomado de Tradición, octubre 9 de 1937. No. 29, pp. 540-541.

El porvenir del pasado 507


13. Declaramos que el trabajo es un deber social.
14. Pedimos instrucción mínima obligatoria, y que ésta se dé a base de moral, de
nacionalismo, de higiene y de agricultura.
15. Pedimos que a todo colombiano se le eduque para la producción: intelectual o
manualmente.
16. Pedimos alegría, nutrición sana y educación nacionalista para la niñez.
17. Pedimos el establecimiento de la alimentación básica obligatoria para los
trabajadores.
18. Pedimos una enérgica política de defensa y formación de la raza.
19. Pedimos devoción permanente hacia nuestros campesinos haciéndolos propietarios
de la tierra; y pedimos estímulo para nuestros obreros haciéndolos copartícipes
en la fábrica.
20. Pedimos una orientación nacionalista unificada para la Universidad.
21. Pedimos que se eleva el Ejército a la preeminencia nacional a que tiene derecho.
22. Pedimos instrucción militar general obligatoria.
23. Pedimos que el pie de fuerza se eleve a cincuenta mil hombres.
24. Pedimos la reeducación del pueblo por medio del servicio militar.
25. Pedimos que, por medio de la educación militar y de la educación ordinaria, se
reaccione contra el relajamiento del país.
26. Pedimos que la memoria del padre de la Patria, don SIMGN BOLÍVAR, sea
objeto de veneración y culto permanente.
27. Pedimos amor y compenetración para con nuestra madre patria, ESPAÑA.
28. Pedimos acercamiento y cooperación constante con los países de América.
29. Pedimos intensificación de las relaciones entre los países Bolivarianos y la
preocupación por la creación de una cultura latinoamericana.
30. Pedimos que se favorezca la inmigración de razas asimilables y que se prohiba la
de pueblos disímiles.
31. Pedimos la incorporación de la mujer colombiana al movimiento cívico y cultural.
32. Pedimos la creación de industrias autóctonas y la creación de la pequeña industria.
33. Pedimos la creación de escuelas e institutos técnicos que capaciten al país para
desarrollar su pequeña industria.
34. Pedimos la racionalización de la industria, a base de economía dirigida.
35. Pugnamos por la nacionalización de los grandes servicios públicos.
36. Pedimos la nacionalización de la industria bancaria.
37. Pedimos la repartición de los beneficios de la gran industria.
38. Pedimos que se beneficien nacionalmente las riquezas de nuestro subsuelo.
39. Pedimos que se otorgue créditos con un interés mínimo para las labores agrícolas.
40. Pedimos que el Estado emprenda colectivamente las obras de irrigación que se
hacen necesarias para concentrar a la población en regiones adecuadas para a
cultura.
41. Pedimos el establecimiento del contrato colectivo de trabajo.
42. Pedimos el establecimiento de los seguros sociales.
43. Pedimos el establecimiento de las instituciones de previsión y asistencia públicas.
44. Pedimos el establecimiento de las cajas de previsión para la desocupación.
45. Pedimos asistencia gratuita para las madres pobres, en los periodos de gravidez
y lactancia.
46. Pedimos la creación de las carreras administrativa, diplomática, judicial y del

El porvenir del pasado


profesorado.
47. Pedimos la dignificación de la clase media y su incorporación a la producción.
48. Sobre la base de las corporaciones pedimos una reforma fundamental del
parlamento.
49. Sobre esta misma base, pedimos un cambio fundamental en nuestra organización
política y administrativa.
50. Pedimos que la escogencia de los candidatos a la Presidencia del Estado se haga
por la Asamblea general de Corporaciones y luego se decida entre los candidatos
por elección nacional.
51. Juramos por Cristo y por Bolívar darnos íntegramente a este programa de
restauración nacional y cumplirlo hasta con el sacrificio de la propia vida.

D o c u m e n t o 2.
El conservatismo es hoy un patentado fantasma escocés.2
En el "hall" del Alférez Real el doctor Gilberto Álzate Avendaño departe con sus amigos.
El cronista se anuncia. Relator solicita del líder nacionalista unas declaraciones
sobre la actualidad política.
- Yo estoy ideológicamente en las antípodas de Relator, pero accedo a darle una
entrevista, seguro de que se publicará iealmente cuanto diga, con un criterio
informativo.
- ¿Qué lo trajo a Cali?
- Una gestión profesional
- ¿Y qué lo llevó a Popayán?
- El deseo de aprovechar dos días vacantes.
- ¿Cómo se encuentra el movimiento nacionalista en el Cauca?
- Hay un estado de efervescencia preparatoria. El mejor conjunto universitario, por
su calidad y por su número, está matriculado en el movimiento. Son cien cadetes
nacionalistas en las facultades superiores, sin nexos con la vieja política, que hablan
el lenguaje auroral de esta cruzada. Los obreros payaneses se aproximan al
nacionalismo con curiosidad y simpatía. En todos los municipios de ese departamento
unas masas desencantadas de los vetustos partidos hallan en nosotros su centro de
gravitación, su polo magnético. Sólo falta encuadrarlas. Después de las vacaciones
próximas, al retornar a las aulas, la juventud publicará un semanario como trinchera
y portavoz del nacionalismo en el Cauca.
- ¿Usted pronunció un discurso político en Popayán?
- No tuvo el carácter teatral de un discurso. Hice apenas una plática ante los
estudiantes y los obreros acerca de la organización autónoma, el contenido doctrinal,
la táctica y el estilo del movimiento.

El nacionalismo en el Valle.
- ¿En el Valle tienen ustedes muchos afiliados?
- El nacionalismo ha invadido el norte del departamento, cuyas masas se incorporan
fervorosamente a nuestros cuadros. En Cali también hay seiscientos trabajadores
empadronados y u n estado mayor, un equipo mental de primera magnitud. Ayer
- Entrevista a Gilberto Álzate Avendaño publicada en Relator, abril 9 de 1938, pp. 1-2 y 8.

El p o r v e n i r del p a s a d o 509
estuve conferenciando largamente en la Casa Nacionalista con los dirigentes obreros.
Ellos divulgan nuestra ideología entre las clases populares con fe, con júbilo, con
voluntad misionera. Cali puede ser una central nacionalista para el occidente. Aquí
el pueblo está receloso de los desvarios demagógicos y los mitos marxistas, después
de las deliberaciones explosivas del congreso sindical, pero tampoco encuentra solución
y acomodo dentro de las antiguas estructuras políticas. Nosotros representamos
para los de abajo un orden nuevo, justo, fuerte y cristiano, sin lucha de clases, pero
sin privilegios de clase. El núcleo inicial de la Acción Nacionalista Popular en Cali,
que venía cumpliendo una efectiva tarea catequizadora, se ensancha y se refuerza
hoy con nuevas masas y con altos guiones intelectuales. Acabamos de constituir un
prestigioso comando provisional del Valle, con un cuerpo consultivo y unas secretarías
técnicas, mientras se reúne en mayo la convención nacionalista colombiana, cuyo
objetivo es promulgar un programa concreto y establecer una organización definitiva
en todo el país.

Doctrina y táctica.
— ¿Podría usted decirnos, esquemáticamente, cuáles son la doctrina y la táctica del
nacionalismo popular?
— Esa pregunta puede ser absuelta mejor en un ensayo o en una conferencia que
dentro del breve marco de un reportaje. Sin embargo a riesgo de dar a este diálogo
demasiada pesadez académica, aprovecho la oportunidad para esclarecer un poco el
sentido histórico de este movimiento, sobre cuyas tesis o propósito se han escrito los
más extravagantes folletines, por incomprensión o por perfidia.
— A ustedes los acusa la prensa laureanista de importar al país teorías exóticas,
novedades políticas europeas sin clima propicio en Colombia.
— Ya demostraré la inexactitud de esa aseveración, pero comienzo por advertirle que
en Colombia no hay formas políticas, sociales, económicas, jurídicas, artísticas o
religiosas de origen nacional. Nuestro idioma es español, romana la iglesia, francesa
la jurisprudencia, y el estatuto constitucional una mercancía de contrabando, una
colcha de retazos ideológicos o un baúl trotamundos cubierto con las etiquetas
multicolores de todas las doctrinas forasteras. No olvide usted que los ideólogos de la
independencia quisieron hacer una República a imagen y semejanza de otros pueblos.
Sus proyectos sobre el Estado eran versión y plagio de la carta orgánica francesa o
norteamericana. La gesta libertadora se hizo con ideas importadas. Es oportuno
recordar que Bentham escribía en el siglo pasado constituciones de encargo para las
repúblicas tropicales, pues los diletantes políticos de estos confines creyeron siempre
en la existencia de un arte de construir Estados, sujeto a reglas mecánicas como la
fabricación de relojes o armonios o cerraduras. El país ha vivido siempre de préstamos
espiritual y económicamente. ¿Qué replican a esto nuestros sedicentes demócratas
criollos? ¿Acaso el acta de fundación de la democracia figura en los protocolos de las
sabios de Fontibón o tiene patente colombiana como invento nacional? ¿No vino esa
teoría de gobierno por la misma ruta de las carabelas? Las ideas, en cuanto valores
puros, no tienen domicilio geográfico. Pero resulta paradójico que estos políticos de
gorro frigio, que prolongan más allá de su vigencia histórica el vocabulario demagógico
de la revolución francesa, nos acusen de introducir ideologías ultramarinas, cuando
nuestro movimiento recoge las concepciones del Libertador, el único estadista original
del continente. Era Bolívar quien pedía frente a los leguleyos que saboteaban su obra

510 El porvenir del pasado


en nombre de los "sacrosantos principios", un código de leyes colombianas. El
Libertador decía, con sentido positivista, a la manera de Solón: "¿Cuál es la mejor
constitución? ¿Para qué país y en qué momento?". Él propuso formas políticas nuevas
para enmarcar el desarrollo histórico de estos pueblos en minoridad, mediante
gobiernos paternales y fuertes.

Influencia de Ultramar.
- Pero es evidente que la juventud nacionalista recibe un potente influjo de los
movimientos políticos de Europa.
- No lo niego. Claro que el caso no abarca únicamente a las nuevas promociones, ni
a las minorías letradas, sino a todas las gentes. El avión, el radio y otros inventos
han acortado las distancias físicas y espirituales entre los pueblos, estableciendo
una solidaridad ecuménica. Si dentro de la interdependencia económica del mundo
los cafetales de Kenya amenazan la economía colombiana y una crisis en Australia
repercute sobre nuestra industria textil también los sucesos políticos universales
cambian la mentalidad del país, su criterio y sus hábitos. Los colombianos vivos no
pueden pensar con la misma parsimonia de los abuelos de la patria boba o mantenerse
confinados espiritualmente dentro de un horizonte parroquial como las masas del
siglo pasado. Ya la política no se hace entre jicaras de chocolate santafereño y las
ideas no viajan a lomo de muía. En otras épocas la información internacional era
privilegio de las altas clases intelectuales y sociales, suscritas a las publicaciones
extranjeras. Hoy en la casa más modesta de los suburbios basta mover el botón del
aparato de radio para asistir a la marcha triunfal de Hitler hacia Viena o para
conocer exactamente el avance cotidiano de las líneas de Franco. Puedo asegurar
que la moral del conservatismo, a pesar de su aniquilamiento político en el país, ha
sido sostenida por los éxitos del falangismo español. Parece absurdo, pero es exacto.
La oposición conservadora siente un vínculo oscuro, una espontánea y total fusión
del ánimo con el movimiento rebelde de la península, una razón ínexpresada que la
impulsa a seguir con ansiedad la guerra en España como si se estuviera combatiendo
dentro de los lindes patrios. Esas masas no ignoran la forma totalitaria del nuevo
Estado español, las tangencias y concomitancias de Franco con el fascismo. Sin
embargo braman de alborozo cada vez que sus fuerzas rinden una nueva ciudadela
del gobierno democrático de Barcelona. ¿Es que han renegado de la democracia, o
nunca han visto su huidiza faz, o jamás creyeron en ella [ilegible] bajo un rótulo
anacrónico bulle ya una nueva concepción política? Pero es tan patente el caso que el
doctor Laureano Gómez ha pedido en un discurso su matrícula en la falange española
y usa, metafóricamente, un gorro de requeté para dormir. Es este un dato
meteorológico sobre la dirección de los vientos.
No quieren ser lógicos, sin embargo, esos fracasados conductores. Se declaran
falangistas en España y antifalangistas en Colombia, después de afirmar que este
país está señalado con rayas rojas en el mapa político del mundo, lo que exigiría un
procedimiento análogo. La misma prensa que nos hostiliza, declarando a su amaño
que somos devotos del Estado totabtario no omite propaganda y loas a Hitler, Mussobni
y otros dictadores, no obstante los alegatos contra eUos de cierto descuadernado bbraco
nombrado El Cuadrilátero. Es una falta escandalosa de probidad mental.

El porvenir del pasado 511


Explicación necesaria.

— ¿Pero ustedes reconocen su identidad o semejanza con el fascismo?


— Me explico. Hoy por una generalización abusiva del término se califican de fascistas
todos los movimientos contrarrevolucionarios. En el mundo contemporáneo hay una
alineación internacional de derechas e izquierdas, cuya controversia básica radica
en una concepción espiritualista frente a otra materialista de la vida. En ese sentido
filosófico nosotros, adscritos al orden cristiano, somos una filial de la contrarrevolución
de derechas. Participamos de unos valores universales. Pudiera hablarse de
coordenadas espirituales que traspasan las fronteras y vinculan las fuerzas políticas
a través del espacio. Pero el programa de este movimiento surge de la exploración de
los hechos nacionales y no es una copia literal de manuales extranjeros, como lo han
sido siempre los programas doctrinales de los viejos y los nuevos partidos. Nosotros,
por primera vez en la vida del país, tratamos de hallar fórmulas propias para la
colombianidad, expresión amorosa que encierra el cuerpo místico de la patria, no
sólo como la tierra "donde reposan los huesos de los antepasados y la semilla de los
nietos", ni tampoco como un fortuito conglomerado humano, sino también como una
sinfonía histórica, un valor del espíritu y un sistema de hazañas.

Definición de democracia.
— ¿Cuál es el pensamiento de ustedes sobre la democracia?
—Antes conviene alinderar el significado de ese vocablo político. ¿Qué se entiende por
democracia? Nadie sabría hoy definir ese concepto deformado por el uso y por el
abuso. Es un balón verbal, un poco de viento sonoro, un fíatus vocis. Los más
a n t a g ó n i c o s s i s t e m a s se j u s t i f i c a n d e t r á s de la mitología d e m o c r á t i c a .
Simultáneamente se declaran demócratas el régimen soviético, la monarquía inglesa,
el frente popular francés y los gobiernos totalitarios de Europa. Vallenilla Lanz quiso
conciliar dos términos al parecer contradictorios con su teoría del "cesarismo
democrático", construida para legitimar las dictaduras tropicales y exaltar a J u a n
Vicente Gómez, el gobernante cerrero del llano, como arquetipo del tirano bienhechor.
Al doctor Primitivo Crespo, mi ilustre compañero de travesuras políticas en tiempos
pronto olvidados, le oyó la última convención nacional conservadora, ligeramente
consternada, explicar que a su juicio la única democracia contemporánea era Italia.
En verdad no hallábase equivocado nuestro inexorable censor de ahora, que con
tanto celo prepara autos de fe contra los cismas fascistas, porque si la democracia
consiste en que el poder se ejerza con el consenso colectivo, ninguna nación es más
democrática que el Estado italiano, donde el duce se apoya sobre la voluntad unánime
y orgánica del pueblo. Mediante el plebiscito, forma solemne de la consulta popular y
recurso de cesares, Hitler demuestra que lo acompaña no una precaria mayoría
electoral sino la unanimidad germánica. Así pues es un galimatías que nadie esclarece.

La índole del país.


— ¿Cómo plantean entonces ustedes el tema en Colombia?
— Muy sencillamente. Nosotros no prolongamos hasta el infinito la disputa académica
sobre las formas de gobierno. Dialécticamente la democracia puede ser una teoría

512 El porvenir del pasado


sin rival. El caso es que nunca se ha practicado en Colombia, que no se practica
ahora, que no se practicará lealmente jamás, por no encuadrar dentro de la índole de
este país. Esto contradice lo que se ha afirmado siempre al respecto, pero es la verdad.
Nuestras gentes viven de mentiras consentidas y farsas convencionales, padeciendo
aquella perversión psicológica que los ingleses llaman cant. Para juzgar la tradición
democrática en Colombia pudiéramos partir de aquella frase de Nitti 3 que le sirve
como leitmotiv en su prolija obra sobre los sistemas políticos: "La democracia no
existe en las leyes sino en las costumbres". Conforme a ese criterio puede establecerse
que entre nosotros siempre estuvieron en desacuerdo las teorías y los hechos, la letra
inerte de los códigos y la realidad histórica. Detrás de una fachada constitucional
democrática no hubo más que gobiernos facciosos, bandas acampadas en el poder,
clanes dominantes que expulsaron de la vida civil a las oposiciones vencidas. El
advenimiento de un partido se señala por la revancha contra los grupos antagónicos.
Durante sus primeros años, con obstinada voluntad de dominio, sólo se preocupa por
hacerse hegemónico. Cuando ha aniquilado las fuerzas rivales y consolidado su poder,
se da el lujo moral de la benevolencia. Después sobreviene una pérdida de energía,
una laxitud burocrática que prepara o anuncia un cambio o turno de los partidos.
Entonces, durante ese breve interregno, hay sí una especie de juego democrático,
como ocurrió en los años finales de la hegemonía conservadora, cuando el viejo partido
gobernante había deshecho las fuerzas liberales y no temía por su estabilidad en el
poder. No fue así en la Regeneración, según el propio testimonio de don Carlos Martínez
Silva, quien se dolía de iniquidades y vejámenes contra los adversarios políticos.
Algo semejante pasa en la República Liberal de hoy. Los años precedentes han estado
consagrados a aniquilar sin piedad la oposición. Ahora que el conservatismo, por la
presión coercitiva del gobierno, por el fracaso de sus conductores y por el repliegue de
sus masas, no es una colectividad militante sino un patentado fantasma escocés,
que hace ruidos nocturnos y se queja lastimero según el reglamento profesional de
los fantasmas, sin perturbar el disfrute y la seguridad del régimen, es posible que se
le otorguen ciertas garantías inocuas y se le invite a la partija burocrática en el
nuevo gobierno. Pero no puede decirse de semejante proceso que sea democrático.
Los mismos exegetas de la democracia colombiana convienen en que el sistema tiene
un funcionamiento irregular por la falta endémica de garantías y por la ausencia de
una masa flotante, neutra, no matriculada en las dos clientelas electorales, cuya
actitud decida periódicamente los cambios del poder. Desde luego el curso descrito se
refiere a la lucha civil, aparte de las soluciones revolucionarias, que tampoco son
democráticas.
Ahora, desde otro punto de vista, es evidente que la historia del país sólo ha tenido
épocas creadoras y cimeras cuando el gobierno se encarna en individualidades
poderosas, como Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes y Ospina. La historia activa la
han hecho estos caudillos eficaces, sobrepuestos a la gazapera parlamentaria, a las
logias letradas y a los intereses creados de los partidos. El mismo doctor Olaya
H e r r e r a fue un dictador legal; gobernando dentro de sucesivas facultades
extraordinarias, para salvar el temporal de la crisis económica y del cambio político.
Ahora hay un retorno universal al héroe, a la eminencia humana sobre "la vana
equidad de la llanura", después de un ciclo de racionalismo y burocracia.

7
Francesco Saverio Nitti (1868-1953) fue un destacado político italiano. Presidente del Concilio de Ministros en 1919
y 1920. Jugó un rol decisivo durante la Primera Guerra Mundial y la inmediata posguerra. Hizo parte del
movimiento ideológico del meridionalismo. Esta nota y las siguientes fueron agregadas por el autor de la investigación.

El p o r v e n i r del p a s a d o 5 1 3
Democracia cristiana.

— El conservatismo dice ser intérprete de la "democracia cristiana", cuyo concepto


ha incorporado desde el año pasado a su doctrina.
— Pero hay allí otro abuso del lenguaje. La "democracia cristiana", según los propios
doctores de la iglesia, no alude a formas de gobierno sino a un criterio social. No se
puede comprometer a la iglesia en la defensa de principios demo-liberales. La
concepción católica del mundo está centrada sobre la persona humana, pero no sobre
el ciudadano. Aquella es un valor espiritual y éste es una creación política. Creo que
Berdaieff 4 precisa en algún libro la diferencia substancial de ambos conceptos. Este
mismo expresa que la democracia es simplemente formal, que no se subordina a
fines superiores, que ignora la verdad y entrega su descubrimiento al cómputo
mecánico de la mayoría, empadronando a los hombres como en un censo pecuniario.

Cuál aceptan los nacionalistas.


— ¿Qué tipo de democracia aceptan ustedes?
— La "democracia funcional", que no es individualista y demagógica sino corporativa
y técnica. También aceptamos el concepto de "democracia directa", que establece un
vínculo activo y espontáneo entre el caudillo y su pueblo. En esta categoría pueden
incluirse los gobiernos unipersonales, no parlamentarios, que existen en la España
Nacional, el Portugal Mayor, el Tercer Reich y el Imperio Italiano. No es distinta la
fórmula bolivariana sobre un poder ejecutivo discrecional, que procede de la voluntad
del pueblo, pero con suficiente recaudo coercitivo para no sufrir el vaivén de las
mareas populares y la obtusa demagogia. Son regímenes demófilos, más que
demócratas. No se gobierna por el pueblo, sino para el pueblo. Claro que el pueblo
como tal no gobierna nunca. ¿En qué consiste la soberanía del pueblo?, se preguntaba
Luis Latzarus. En una permanente abdicación.

Movimiento autónomo.

— ¿Ustedes constituyen una disidencia conservadora o un movimiento autónomo?


— Un movimiento autónomo. Estamos segregados definitivamente de los viejos
partidos. Ellos tuvieron una razón de ser histórica en el siglo pasado, representando
el conservatismo las fuerzas centrípetas y el liberalismo las fuerzas centrífugas de la
sociedad, este como abanderado de la libertad y aquel como personero del orden. La
política de esa época se movía en la órbita de la revolución francesa. Su conflicto
central eran las libertades públicas y los derechos del hombre. En nuestro tiempo
cuando las masas han entrado en la escena, rencorosas y desesperadas ante los
rigores del régimen económico y la indiferencia del Estado abstencionista la política
está centrada en el orden social y en el sistema de producción. Nos movemos en el
ciclo de la revolución rusa. Entonces si desde ese nuevo ángulo visual se examinan
las doctrinas clásicas de los partidos seculares es menester darse cuenta de que el
conservatismo no es ideológicamente sino una disidencia liberal y de que ante la
economía los dos enemigos históricos resultan hermanos siameses.

4
Nicolai Alexandrovitch Berdiaeff, pensador ruso, nació en 1874 y falleció en Paris en 1948. Dos de sus obras. El
sentido de la historia (1922) y Una nueva Kdad Media (1924), ejercieron gran influencia en Europa e Hispanoamérica
en los años que antecedieron a la Segunda Guerra Mundial.

5 1 4 El p o r v e n i r del p a s a d o
Los partidos.
- La vieja disputa no tiene doctrinalmente vigencia. En la política colombiana presente
los marbetes, rótulos o divisas distintas contienen más o menos el mismo específico.
El doctor Jorge Eliécer Gaitán dijo una vez con exactitud ejemplar, aludiendo a las
viejas colectividades: "Igualdad ideológica, desigualdad afectiva". Ambos partidos son
dos pasiones supérstites Sobre un aluvión de formas yertas, sobre palabras
destalonadas, sobre ideas volcadas por la tormenta de los hechos, subsiste en ellos
cierto fondo mitológico un virulento complejo sentimental.
En Colombia se presentan curiosas situaciones, paradojas colectivas. Muchos
conservadores y liberales coinciden en ciertas opiniones políticas, pero nunca se
encuadran para una empresa común. Hasta los burgueses apeninos votan por la
revolución, contra sus intereses y sus ideas, antes que sumarse a los godos. El rencor
ancestral, las repelencias hereditarias los separaran irrevocablemente. Como nuestra
historia está cruzada de cruentos acontecimientos y en los bandos no se empadronan
los individuos sino los linajes, un oscuro resentimiento que viene del pretérito impide
que se entiendan las fuerzas ideológicamente homogéneas, con perjuicio del país. La
política no depende en Colombia de las ideas sino de los sentimientos. Desde hace
cincuenta años decía Caro que en este pueblo no había partidos políticos sino odios
hereditarios.
El país tiene una mentalidad "conservadora", no en el sentido político formal del
vocablo, sino como actitud del hombre ante la vida. Acaso se explique por su economía
pastoril y por sus tradiciones espirituales. Sin embargo esta República deriva cada
vez más hacia los desvarios revolucionarios, por los motivos ya expuestos. Es inútil
convocar gentes liberales bajo el pabellón azulenco del conservatismo. Lo que se
necesita es reagrupar con autenticidad las fuerzas políticas, determinar una nueva
alineación nacional. El nacionalismo, con un programa válido, tan exento de utopías
como de anacronismos, se propone desempeñar esa función catalítica.
Los tradicionalistas más cerriles se quejan de que nuestro movimiento segmente o
parta en dos una colectividad contrarrevolucionaria, pues a su juicio apenas nos
vamos a surtir de muchedumbres conservadoras. Tal vez eso puede ocurrir
transitoriamente, pero a la postre el régimen mismo se tambalea por la dispersión
de su clientela heterogénea, pues el liberalismo no es ya un partido unitario sino un
cartel de izquierdas, aglutinado negativamente por odio y temor a la restauración
conservadora.

El c o n s e r v a t i s m o no v o l v e r á a l poder.

Además no se necesita tener don profético para anunciar que el conservatismo tal
como es no volverá nunca al poder. El derrumbamiento de la hegemonía se debió a
que el partido había cumplido su ciclo histórico, no a una fortuita división de sus
efectivos electorales. En alguna conferencia explicaba yo la muerte por parálisis de
la hegemonía. "La pérdida del poder por los conservadores —escribía- se explica en
última instancia porque el viejo partido gobernante no tenía ya ánimo de dominio ni
mitos eficaces, sosteniéndose apenas por esa ley de inercia que prolonga el movimiento
después de que ha cesado la fuerza motriz. Su quehacer histórico parecía cumplido.
Un sistema de hábitos y rutinas reemplazaba la voluntad política que no conoce la

El porvenir del pasado 515


holganza y el tranquilo disfrute, sino que se encuentra siempre atareada de creación".
Era ese un régimen de funcionarios, que confundían el orden con la inmovilidad.
Pero como la vida fluye sin pausa y busca cauces imponiendo un continuo reajuste
en la estructura del Estado, sobrevino una colisión entre el "país real" y el "país
legal"; entre las fuerzas vivas y las formas caducas. Esto produjo el estallido del
vetusto andamiaje. La hegemonía no tenía ya estímulos funcionales, prospectos y
metas que congregasen sus fuerzas vacantes La elección presidencial fue apenas "el
puñetazo a un paralítico", para usar la ruda expresión de León Trotsky.
Hoy el conservatismo está más aniquilado que nunca. Los derechistas quisimos
antes irrigarlo de savias vivas, pero no nos dejaron. En cuanto a sus actuales cuadros
de combatientes y su potencia numérica, digo con conocimiento de causa que sus
directivas truculentas ocultan detrás de una cortina de humo verbal y apostrofes
contra el régimen una catástrofe política peor que la derrota de 1930. Ese capítulo
taciturno podría llamarse "Cómo se evapora un ejército".

Una revelación.
¿Tuvo el conservatismo antes posibilidades de recuperar el poder?
— Tuvo varias. Tal vez en el gobierno hubiera conseguido remozarse, actualizarse,
tal como aconteció con el liberalismo, que tuvo súbitamente la responsabilidad del
poder por la caída de la hegemonía, viéndose en trance de incorporar a sus viejos
mitos demagógicos unas concepciones sociales. Hoy se parece al radical-socialismo
francés, en su proceso, sus obras y su conjunto humano.
Varias coyunturas se le ofrecieron al conservatismo para alcanzar otra vez las palancas
de control del Estado. Hay una que no nombro. Otra fue una candidatura de coalición
propuesta por el doctor Olaya Herrera en las postrimerías de su período, para evitar
el advenimiento del doctor Alfonso López. El doctor Olaya Herrera suministraría
u n a terna para que los parlamentarios conservadores escogieran al candidato
presidencial. Se formaría un bloque en el Congreso. Los designados a la presidencia
serían cambiados. Según entiendo el pacto fue escrito por el doctor Miguel Jiménez
López de su puño y letra. Lo firmaron cerca de cuarenta representantes y senadores
de la oposición. El doctor Olaya estimó que el número era insuficiente. Entonces
recibieron los doctores Primitivo Crespo y Anacreonte González la comisión de recoger
nuevas firmas. Cuando hubieron alcanzado la cifra de sesenta, el doctor Jorge Vélez
lo llevó al palacio de la carrera. El doctor Olaya dijo que era demasiado tardío. Ese
mismo día el doctor Gabriel Turbay era nombrado ministro de gobierno. La
candidatura liberal de Alfonso López estaba a salvo. ¿Que había ocurrido? Impuesto
el doctor Laureano Gómez, jefe del conservatismo en las Cámaras y lopista fervoroso
entonces, sobre el curso de los acontecimientos y la inminente decapitación de su
amigo por un cartel nacional, planeó un sabotaje efectivo contra esa maniobra antes
de que se llevara a cabo. Esto lo sabe en detalle el doctor Marco Antonio Aulí, senador
lopista, quien intervino en las idas y venidas, vueltas y revueltas del director de El
Siglo. El doctor Olaya Herrera había exigido previamente que el pacto se hiciera sin
conocimiento del doctor Gómez, por creerlo al servicio del presunto candidato
decapitado. Entiendo que el doctor José Manuel Mora Vásquez tiene una copia del
reservado documento, protocolo de la coabción nonata. El doctor Camilo Muñoz Obando
podría, si quisiera, hacer públicos algunos antecedentes. Si esa política se realizara
el liberalismo hubiera perdido el poder.

516 El porvenir del pasado


La cooperación.
— ¿Cual será la política oficial del conservatismo con el próximo gobierno?
— Es inminente la cooperación, si el doctor Santos la ofrece. En las últimas juntas de
notables, efectuadas en Bogotá, se ha deliberado amplia y emocionadamente sobre el
tema. Los doctores Esteban Jaramillo y Luis Cuervo Márquez han preconizado con
énfasis esa política. Es evidente que el doctor Laureano Gómez está mas allá de
cualquier halago burocrático, pero la totalidad de su estado mayor lo presiona a
favor de un acuerdo ministerial con Santos. Es muy significativo a este respecto un
reciente comentario editorial de El Siglo. Me consta que el general Berrío es partidario
del acercamiento con el nuevo gobierno, por una convicción respetable, pues me lo
dijo hace unos años en Santa Rosa de Osos, cuando estuve visitándolo como secretario
general del partido, en vísperas de la crisis de junio. Me agregó que acaso fuera
preciso cambiar las directivas conservadoras, para que pudieran servir como
intermediarios de la nueva política quienes no habían participado muy activamente
de la oposición agresiva de los últimos años. Supongo yo, sin embargo, que la
cooperación sólo se verifique después de las elecciones parlamentarias de 1939, teniendo
en cuenta sus resultados.
— ¿Le causa sorpresa esa cooperación?
- No. Me parece muy lógica. Ya le he dicho que el conservatismo es ideológicamente
una disidencia liberal. Nada lo separa del programa de Santos. El candidato del
liberalismo es un hombre pulcro, cuyo corazón es una valija de buenas intenciones,
con ciertos resabios transaccionales contraídos en el canapé republicano. El único
riesgo para ellos consiste en que esa política no la entiendan ni la toleren las masas
de ambos partidos, demasiado hostiles. En ese caso las multitudes conservadoras,
desempantanadas, buscarán en el nacionalismo la beligerancia contra el régimen.
Los liberales se mantendrán recelosos y rabiosos de ese contacto con los "godos".

Oposicionista.
— ¿Ustedes harán la oposición a Santos?
- ¡Naturalmente!
- ¿No hablan pues sobre la concordia nacional?
- Pero no en un sentido republicano. Algunos han supuesto que nosotros somos algo
análogo al viejo diván de Carlos E. Restrepo. Nada más absurdo. Nos separan no
solamente las ideas políticas y el temperamento mansurrón de esa tertulia, sino
toda una concepción del mundo. Los republicanos eran relativistas y escépticos,
nosotros somos dogmáticos, "ellos actuaban como espectadores neutrales del drama
humano, nosotros tenemos una filiación y una fe". Ellos constituyeron una
confederación de negaciones, nosotros preconizamos un credo por el cual se pueda
vivir y morir. El doctor Eastman, ideólogo del republicanismo, decía que para
pertenecer a esa secta no era preciso coincidir en las premisas, sino estar de acuerdo
en ciertas conclusiones. Ellos hacían de la política una ecuación mental, una actividad
en tiempo lento, sin pasiones ni sobresaltos. La vida era para ellos un dejarse ir a la
deriva. Nosotros pretendemos en cambio inaugurar un nuevo estilo histórico, crear,
hacer de la política una vivencia tremenda y un vasto deber nacional. Ellos eran
críticos y nosotros queremos ser misioneros. Si el republicano se ubicaba en el centro.

El porvenir del pasado 517


nuestro movimiento está sobre la línea extrema del horizonte. La confusión que se
hace estriba en que nosotros repudiamos la mecánica de los partidos, propia de la
democracia parlamentaria por creer que ella establece una dispersión inorgánica de
la voluntad popular. Pero según ese criterio simplón "republicanos" serían entonces
los falangistas, pues la falange española y los movimientos políticos del mismo tipo
repudian el sistema artificial de los partidos, no aceptando sino grupos naturales
como la familia, la región y el gremio a manera de coágulos dentro del Estado.

La crisis de junio.
- ¿Qué es lo que ustedes llaman la crisis de junio?
— La disidencia del doctor Laureano Gómez contra el penúltimo directorio nacional
conservador, donde yo ocupaba el cargo de secretario general del partido. El doctor
Gómez nunca quiso intervenir en las debberaciones, molesto porque su bsta de candidatos
para el alto comando había sido modificada por la comisión, en ejercicio de sus
atribuciones supremas. Un día le puso una zancadilla al directorio, en torno a la
concurrencia a las elecciones municipales. Ya todas las directivas departamentales
habían opinado a favor de esa medida, conceptuando además que para no hacer una
movilización baldía era menester conseguir inspectores de cedulación que removieran
muchas trabas, y vigilantes en los escrutinios. El gobierno ofreció al directorio designar
inspectores y consejeros electorales, con candidatos propuestos oficialmente por el partido,
seis miembros del directorio nacional, incluyendo al general Berrío estuvieron conformes.
El doctor Gómez, que no tenía la investidura formal de jefe supremo, se opuso. Nosotros
aceptamos los cargos no remunerados del poder electoral. Entonces hizo contra nosotros
un plebiscito colérico declarando que éramos claudicantes y politiqueros. Vino la
convención. Los directorios departamentales se replegaron despavoridos ante la violencia
combativa de El Siglo. Cuatro meses después ya vencido el partido en las urnas el
doctor Gómez y sus consejeros sobcitaron en papel señado los inspectores de cedulación,
con suculentos sueldos para premiar a sus amigos políticos. Esa torva conjura rompió
la solidaridad afectiva entre los altos conductores del conservatismo, el partido nunca
se repondrá de semejante traumatismo interno. Apartir de entonces al doctor Gómez lo
rodean, no los bizarros líderes de la oposición sino una tribu nómade de olayistas,
romanistas y republicanos renegados.

Lo ocurrido entre Gómez y las derechas.


- ¿Qué ocurrió entre el doctor Gómez y las derechas?
— Los muchachos de las derechas quisieron en 1933 realizar su movimiento dentro
del claustro m a t e r n o de la vieja colectividad. El doctor Gómez se opuso
descomedidamente, tratando de decomisarles sus ideales como mercancía clandestina.
Se trataba de una generación benemérita que se había alistado en la política luego de
la caída del poder, "a pesar de no tener complicidades con el pasado". Esa juventud
nunca había conocido políticamente "un día de plenitud, pero ni siquiera de
suficiencia". Todo su destino lo comprometieron esos cadetes al pie de una colectividad
derrotada, abandonando los claustros universitarios para organizar los cuadros
desechos e infundirles a las masas una nueva mística. Ellos convirtieron un montón
de empleados cesantes que era el conservatismo por 1930 en un partido de oposición.

518 El porvenir del pasado


Desde luego ellos estaban al nivel de su tiempo y querían modificar un inerte
vocabulario político. Cada generación trae su visión del mundo, su estilo vital y
nuevas nociones. Es así como se verifica lo que Núñez llamara "las metamorfosis
incesantes de las ideas políticas". Pero el doctor Gómez hizo que el partido rompiera
con las nuevas gentes, con pretextos de homogeneidad doctrinal. El tribunal de la
inquisición conservadora y los alguaciles del santo oficio requisaban la política de
nuestro grupo, encontrando la cuajada de vocablos sediciosos y conceptos cismáticos.
Hubo hasta una ortodoxia literaria que consideraba contrarias a la serenidad del
partido algunas metáforas vanguardistas. Don Jacinto Ventura fue encargado de ese
servicio de policía poética, para preservar los buenos modales literarios de la
colectividad. El conservatismo se hacía cada vez más extático, mas inactual, mas
enquistado en sus formas pretéritas. En el subiendo de ese conflicto lo que había era
la inexorable lucha vital de las generaciones. Los hombres maduros se mostraban
impermeables, cerrados y hostiles. La juventud tuvo a la postre que liar su equipaje
o irse del vetusto caserón, cara a la vida. Antes creyó transformar los hábitos mentales
y sentimentales del viejo partido para ponerlo a la altura de los tiempos. Pero había
una pesada atmósfera de recelos seniles. La ubicación de las derechas dentro del
conservatismo no ofreció demasiadas dificultades doctrinales. El bolivarianismo se
hallaba en el hontanar de nuestra historia política, aunque su influjo apareciese
desvirtuado por las compbcidades bberales de las generaciones precedentes. En cuanto
a la doctrina social católica, cuyo ápice sería el régimen gremial, estaba destinada a
quitarle al conservatismo ciertas trazas de palafrén de la plutocracia. No lograr
cumplir ese modesto plan de reformas. La generación vagotónica del centenario,
instalada en el comando de la oposición había cambiado sus viejas rebeldías en rigidez
autoritaria. Eso ocurre siempre. En todo dogmático hay un heresiarca fracasado. En
todo caso, el núcleo de las derechas, perteneciente a la promoción penúltima, fue
excomulgado y proscrito de la secta conservadora por los ultramontanos. Luego le
tocó el turno al grupo de los "leopardos", que habían sido en la política una especie de
"trust del cerebro". Mucho les debía el conservatismo a Silvio Villegas, Eliseo Arango
y Augusto Ramírez Moreno, que le habían dado un estilo a la oposición, evitando la
fuga de las masas y el abandono de las juventudes. Pero eso nada valía ante la
virulencia de las rivalidades y los resentimientos en cuanto a los actuales equipos
universitarios, ellos van emergiendo en la vida pública, razón que los ata a las viejas
formaciones banderizas.

La culpa es del doctor Gómez.


— ¿Entonces ustedes no son conservadores en virtud de esa excomunión mayor, pero
sin que encuentren discrepancias básicas con la colectividad matriz?
— No quiero decir eso. Le estoy relatando lealmente un proceso de desintegración, por
etapas. En el comienzo de esta crisis la culpa pertenece al doctor Gómez. Sin esos
antecedentes, tal vez nunca se hubiera producido una ruptura total. Una vez
declarados huéspedes incómodos del conservatismo, en virtud de nuestras ideas,
porque nuestros hechos siempre le fueron fieles, pudimos examinar con más
perspectivas la función política del país, desembarazados de un vocabulario artificial
que la deformaba, encontrando entonces nuestra verdad soterrada, nuestro auténtico
perfil, nuestra misión nacional.

El porvenir del pasado 519


Lo que eran dentro del Conservatismo.
— ¿Pero no hay en la conducta de ustedes un móvil de revancha y un ingrediente de
despecho, como afirman sus enemigos?
— En absoluto. Nuestra fuerza en el conservatismo era muy estable y compacta.
Manteníamos las palancas de comando en Antioquia y Caldas, donde la organización
conservadora es autónoma. Además formábamos un grupo directivo de relevo frente
al doctor Gómez, cuyos fracasos sucesivos iban desmoronando su prestigio ya que en
política el único cemento es el éxito. Nuestra actitud en la crisis de junio había sido
franca y vertical. El país supo entonces que el doctor Gómez tenía popularidad y
nosotros personalidad. Volvería a nosotros el péndulo. Estábamos destinados a tallar
otra vez. Nuestra juventud nos permitía esperar. Entre tanto nuestro predominio
era pleno en algunos departamentos. Si se tratara de ambiciones curuleras, podría
garantizarse que Silvio Villegas estaba asegurado como próximo senador y Fernando
Londoño encabezaría la lista de candidatos a la Cámara. Pero todas esas expectativas
electorales les hemos arrojado por la borda como un lastre.

Lo que ocurre en Caldas.


— ¿Qué ocurre en la política conservadora de Caldas?
— En las postrimerías de 1936 la asamblea del partido, en uso de sus fueros y
prerrogativas designó un directorio compuesto por los doctores Francisco José
Ocampo, Fernando Londoño y yo. Mi nombramiento se hizo en virtud de mis servicios
políticos y también como personero de las derechas. Puedo referir, sin vanidad, que
esa convención quiso elegirme por ingente mayoría jefe único del conservatismo
caldense, con un conocimiento previo de mis tesis "heréticas", pues hice ante ella
extensa e intensa exposición política, para refutar un alegato "demoliberal" del doctor
Aquilino Villegas. No intervine en el directorio de Caldas, porque a poco me nombraron
secretario nacional del partido. A mi regreso a Manizales, después de la crisis de
junio, me abstuve voluntariamente de participar en el comando conservador de mi
departamento, porque ya había aceptado la presidencia de la "Acción Nacionalista
Popular", bloque político nuevo. El doctor Fernando Londoño, después de buscar
una fusión nacional de las viejas y nuevas corrientes, le hizo saber al director de El
Siglo que seguiría la misma ruta política de su generación. El directorio de Caldas
convocó entonces una convención conservadora para que le recibiera sus poderes,
pero temeroso de los viejos políticos chanchulleros de que esa asamblea se declarara
nacionalista —pues es evidente que se han incorporado al movimiento las masas
caldenses—, optaron por sabotear la convención y derribar al directorio de Caldas en
una encrucijada. La maniobra estaba gobernada desde Bogotá. El Directorio Nacional
Conservador quiso destituir la directiva comarcana, cometiendo un colosal dispa-
rate, pues nuestro propósito era despojarnos formalmente de la antigua vestidura y
abandonar al laureanismo la organización preexistente, para encuadrar aparte
nuestros efectivos. Con esa insólita resolución del directorio bogotano, contraria a
la autonomía caldense y vejatoria de abnegados conductores locales, se produjo una
inmediata reacción popular a favor de Londoño y Ocampo. Los pueblos manifestaron
su respaldo al directorio de Caldas y se pusieron al pie de sus jefes naturales. Las
m a s a s no p o d í a n o l v i d a r a q u i e n e s h i c i e r o n de C a l d a s u n a f o r t a l e z a

520 El porvenir del pasado


contrarrevolucionaria, con su prestancia y su intrepidez mientras los vejetes
hegemónicos que ordeñaron el poder ser replegaban. En Caldas el directorio nacional
ha perdido la primera batalla campal.

Entre generaciones.
- ¿Qué hubiera podido evitar la bifurcación total de las fuerzas contrarrevolucionarias?
- Tal vez la candidatura presidencial de Ospina Pérez.
- ¿Cuáles son las diferencias entre las viejas y las nuevas generaciones, en cuanto al
criterio de interpretación de los fenómenos políticos?
- La vieja guardia considera que la política es estática en sus formas. Nosotros, al
contrario, concebimos al Estado en su vuelo, en su trayectoria histórica, sucediéndose
a sí mismo por las mutaciones morfológicas que apareja el tiempo. Para nosotros es
un organismo y para ellos un mecanismo. Su concepción del Estado era la de un
vasto establecimiento policíaco, una albóndiga enorme para alojar los remanentes de
la vida social. Nosotros consideramos que la misma tradición fluye, pues "no es un
estado sino un proceso". Si los revolucionarios profesionales divagan a costa del
porvenir, los reaccionarios divagan a costa del pasado. Ambos olvidan la gran
ejemplaridad del presente.
- ¿Y el sentido social?
- La vieja guardia niega que en Colombia existan problemas sociales. Nosotros
afirmamos que son perentorios y dramáticos. No se trata apenas de jornales y
salarios, sino que en este país las masas soportan una existencia infrahumana.
Vasta ver la servidumbre rural, el campesino analfabeto, roído por las enfermedades
tropicales sin bienestar y sin anhelos. Nosotros encontramos que las reformas laborales
del presente régimen son demagógicas, pues sólo tienen en cuenta al proletariado
urbano, fuerza de choque y clientela electoral, dejando desamparadas al labriego y al
artesano que son la mayoría trabajadora de este país. Los apeninos de ambos partidos
rechazan las huelgas, como un desorden social, pero no le ofrecen a los de abajo otra
defensa ante la libre concurrencia y el Estado neutral. Nosotros consideramos que la
huelga debe ser suprimida de la legislación del trabajo, por ser contraria a la economía
y al interés de la nación, pero encuadrando al país dentro de un sistema corporativo
que elimine orgánicamente los conflictos entre el capital y el trabajo. Nuestro concepto
sobre la propiedad que se nutre de la teoría del bien común de Santo Tomás, aterroriza
a la burguesía de ambos partidos. Nos califica de demagogos socialeros si nosotros,
dentro de la mayor ortodoxia social catóbca, hablamos de reemplazar, paulatinamente
el régimen del asalariado por un contrato mixto de compañía de arrendamiento de
servicios.

I n i c i a r á n la l u c h a p o r el poder.

- ¿Cuántos afiliados tiene ustedes en el país?


- No podemos todavía decirle una cifra exacta. Estimo que son cerca de sesenta mil.
Se trata de u n guarismo inicial. Confiamos en iniciar la lucha por el poder dentro de
cuatro años. No es difícil que un día remoto un candidato nacionalista se encuentre
enfrentado a una coalición liberal conservadora.
- ¿No dijo usted en la Casa Nacionalista, según el testimonio de El diario del

El porvenir del pasado 521


Pacífico, que el movimiento no llegaría al poder sino al cabo de una o dos generaciones?
— He creído siempre que en una cruzada de esta índole es menester actuar con una
voluntad agnóstica y un sentido de misión. Creemos representar un nuevo estilo
político que acabará por imponerse al país. Al proyectar nuestra acción en el tiempo,
poco nos importaría que el éxito estuviera más lejos de nuestra vida individual.
Sabemos que si nosotros no realizamos estos sueños, habrá siempre una generación
que los recoja. Eso les dije a mis amigos. La moral del movimiento no puede depender
de la próxima vuelta electoral, ni su porfía con tenerse dentro de un breve plazo. No
queremos que el movimiento sea un episodio más en la historia del país, como la
aventura [unirista] o el interregno [republicano]. Nuestra vasta ambición consiste
en que cumpla su función de molde histórico y le de su perfil a una época. Por eso no
nos descorazona que el éxito pueda retardarse, que la ciudadela del poder sea esquiva
a nuestro asedio, que ninguno de nosotros ponga el talón sobre la tierra prometida,
limitándose a ver su relieve monumental sobre el confín del horizonte. Nosotros
bautizamos una nueva política y estamos dispuestos a servirla con nuestro aliento
humano. Pero para evitar prematuras veleidades y desencantos precoces necesitamos
ese sentido misionero de José Martí, apóstol y testigo de la liberación cubana cuando
decía : "Tal vez nunca cobije mi caza con las ramas del árbol que siembre". Esto no
significa que desconfiemos de la potencia actual del momento y la fatalidad de su
victoria. Hoy, mañana, después, no importa el tiempo. Este movimiento está forjado
con lo mejor de nosotros mismo. No constituye una herencia sino nuestra propia
obra. No es tradición sino creación. Uno no quiere entrañablemente sino lo que
engendra. El hombre efímero quiere perpetuarse en la carne o en el espíritu. Por eso
crea y procrea. Nosotros no dejaremos nunca perecer este movimiento, que es testi-
monio fiel de una generación y la más tremenda verdad de nuestras vidas.

Adiós al viejo partido.


— ¿Cuál es la actitud sentimental de ustedes frente al viejo conservatismo?
—Allí dejamos los mejores años de nuestra juventud combativa. Detrás de esos muros
patinados se quedan muchas cosas nobles que hemos amado. Hoy un deber nacional
nos obliga a desgarrarnos de un pasado de servicios y sacrificios. Lo hacemos sin
sobresaltos, pero con una áspera melancolía. Nosotros conservamos los valores
permanentes del orden cristiano, lo que todavía estaba vivo bajo la costra y la resaca
sedimentada. Por la ruptura y separación de los antiguos hábitos, incompatibles con
el marco social de nuestro tiempo y con la vida en marcha, es el precio necesario y la
condición cruel de toda política creadora. Este sentido profundo tienen las palabras
de Cristo cuando le dijo al nuevo discípulo que se detuvo a pagar un tributo de piedad
sepultando el cadáver de su padre: "Sigúeme tú, y deja que los muertos entierren a
sus muertos".
— La política que dejamos atrás nos tuvo un día como sus figuras de pelea. El
conservatismo nunca podrá quejarse de nosotros. Nunca fuimos oportunista y
logreros. Nos vamos con la misma altanera dignidad con que estuvimos. Ojalá se fije
en quienes ocupan nuestros puestos vacantes, por respeto a sí mismo. "Nosotros
hemos cogido nuestro pasado de la mano, hemos mirado al fondo claro de sus pupilas,
hemos visto que no se turba y empujando su espalda hacia el olvido, le hemos dicho:
adiós. Puedes irte tranquilo".

522 El porvenir del pasado


- No podemos hacer menos. Era preciso volver a nacer, conforme al trauma cristiano
del segundo nacimiento. Es una metamorfosis que conserva la identidad del ser
dentro de la variedad de las formas. Tal vez se trate de sacrificar el accidente para
salvar la sustancia, abandonar el frasco y la etiqueta rotos en beneficio del contenido
trascendental. Porque los valores supremos del orden cristiano y el espíritu nacional
estaban precisamente desguarnecidos dentro de una estructura política yerta e
inoperante.
- El éxito de este movimiento depende de la sinceridad brutal con que afirme su
propio ser, su sentido y su itinerario. No deben presentarse ambigüedades. Si la
gente de nuestra responsabilidad mental h a roto con su pasado, es porque no le
queda ningún activo nexo y porque sabe que no reculará jamás en sus designios.
Puede esperarnos la derrota, la muerte civil, el ostracismo político. Todo lo aceptamos
menos una infidelidad con nuestro destino.
- Que todos sepan esto, respaldado en la franqueza y dureza de mi vida como
combatiente. Hemos quemado las naves. No hay vehículo de regreso. J a m á s
retornaremos al malecón reaccionario, menos nos entregaremos al régimen. Nos
hemos creado deliberadamente el dilema de Hernán Cortés. El imperio o el
aniquilamiento. No existe una fórmula media, una bisectriz del ángulo.

Documento 3

Germinal.
Tesis nacionalistas. 5
El 16 de abril de 1938 será una fecha clásica en la historia del movimiento nacionalista
colombiano. Ese día la Convención Conservadora de Caldas, oficialmente constituida,
adoptó como suya la nueva política, dentro de la fórmula "No hay enemigos a la
derecha". Así mismo se constituyó un comando nacionalista para el departamento
formado por Fernando Londoño y Londoño, Antonio Alvarez Restrepo, Gilberto Álzate
Avendaño, Arturo Arango Uribe y Silvio ViUegas. Este hecho rompe todos los itinerarios
que teníamos calculados para nuestro movimiento, porque nos da, de un solo golpe,
la mejor organización política del país. Alos jefes sólo les corresponderá ahora integrar
y organizar algunos comandos locales. Todo lo demás está hecho.
En el seno de la convención Fernando Londoño y Londoño, Gilberto Álzate Avendaño
y Joaquín Estrada Monsalve, pronunciaron tres oraciones imperecederas, aclararon
el alcance del movimiento, sus razones espirituales, económicas y tácticas. Pasarán
muchos años sin que vuelva a escucharse nada semejante. Después de oírlos no era
posible en el seno de la convención disidencia alguna; brazo en alto fue aprobada
unánimemente la resolución que comentamos.
El doctor Estrada Monsalve, en una sintaxis perfecta, con asombroso caudal de ideas,
estremecido por el soplo de las profecías, en definir el movimiento dentro de la fórmula
"No hay enemigos a la derecha". La convención con profundo sentido táctico, aceptó
ese punto de vista, rectificando así las recientes declaraciones de Guillermo Valen-
cia.
Hablar de deserciones y apostasías es sencillamente ridículo. Nosotros somos los
herederos históricos de los ideales cesáreos de la generación libertadora.

5
Editorial de Silvio Villegas en La Patria, abril 18 de 1938. p. 3. Este documento fue reconocido como la plataforma
ideológica de la Acción Nacionalista Popular (ANP).

El p o r v e n i r del p a s a d o 5 2 3
Ideológicamente entendemos así los principios animadores del nacionalismo
colombiano:
El nacionalismo se funda en la concepción cristiana del universo de la Patria;
Aspiramos a una República autoritaria que mantenga la disciplina social y el
orden político;
Creemos en la eficacia libertadora y creadora de la verdad, de la fuerza, de la
jerarquía, de la propiedad, de la herencia!
Creemos que el orden de las sociedades importa más que la libertad de las personas,
puesto que aquél es el fundamento de ésta;
Creemos que la historia activa del país la han hecho y harán en el porvenir los
caudillos eficaces y no los parlamentos vocingleros;
Aceptamos la democracia funcional, que no es individualista y demagógica sino
corporativa y técnica;
Creemos que la lucha contra el comunismo le corresponde al Estado, que es la
encarnación jurídica de la nación;
Aspiramos a una justicia social plena; pedimos una elevación gradual de los salarios;
Queremos más higiene, más pan, más educación para las clases desvalidas!
Creemos que las estirpes aldeanas son el depósito de las energías de la raza, y
aspiramos a libertarlas de la servidumbre del agro, por medio de la intervención del
Estado, dotándolas de bienestar económico, garantías laborales, defensas higiénicas
frente al trópico, cultura y dignificación humana;
A los obreros los consideramos como criaturas de Dios y no como instrumentos
serviles del proceso económico. Nuestro designio es reemplazar paulatinamente los
rigores del salario, por un vínculo mixto de contrato de sociedad y arrendamiento de
servicios, que los haga partícipes de los beneficios industriales, elevando sus
condiciones económicas y estimulando la producción nacional;
Ante el sindicalismo revolucionario proponemos un régimen corporativo, que debe
ser la armadura de las nuevas instituciones patrias. La lucha de clases debe
desaparecer por medio de una acción enérgica del Estado. Como el gran fenómeno
nacional es la producción, hay que eliminar todo lo que tienda a disminuirla o
perturbarla. Por eso mismo, aseguradas todas las leyes que amparan a obreros y
campesinos, el derecho de huelga debe desaparecer;
Lucharemos por colocar a Colombia a la cabeza de América por la cultura, por su
economía, por sus instituciones armadas;
No somos una sucursal mestiza del fascismo italiano, del nazismo alemán, ni siquiera
de la Falange española. Creemos en la colombianidad y en los valores propios,
vernáculos, creados en este confín ecuatorial por el aluvión de las generaciones
sucesivas. El numen tutelar de Bolívar alienta nuestra visión histórica de la patria.
Pero es obvio que no somos indiferentes, no obstante nuestro fiero e insular
nacionabsmo, a la lucha descomunal que se libra en el mundo moderno entre derechas
e izquierdas, entre una concepción espiritualista y otra material de la vida;
Con apasionado fervor seguimos la lucha de todos los que luchan por ideales
semejantes en todos los continentes;
Queremos la reconstrucción de la Gran Colombia, sobre el marco de los ideales
bolivarianos;
Creemos en Dios, en Bolívar y en la Patria;
Nosotros responderemos con la vida del cumplimiento de estas ideas en el gobierno;
Tenemos, pues, una doctrina, la más coherente, la más afirmativa, la más actual

524 El porvenir del pasado


de nuestro tiempo.
El Comando Nacionalista de Caldas esta integrado por un equipo de trabajadores
intelectuales y de animales políticos que honra a varias generaciones colombianas.
Fernando Londoño y Londoño, el primer tribuno de su raza; Gilberto Álzate Avendaño,
un letrado, un pensador y un caudillo; Antonio Alvarez Restrepo, una cultura
movilizada por una conciencia;
Arturo Arango Uribe, el mejor de los periodistas jóvenes del país. Al lado suyo
nosotros no somos sino los evangelistas del nuevo Evangelio;
Realizada la primera etapa del movimiento nacionalista, organizados como una
colectividad autónoma, invitamos a todas las gentes de nuestro departamento a
romper con nosotros las barreras del odio y a inscribirse a las falanges de la
colombianidad. Un grupo de hombres proceros,con voluntad heroica, puede cambiar
fundamentalmente el rumbo de un país.
Las minorías enérgicas arrastran a los dudosos, a los vacilantes, a los tímidos. El
pueblo los sigue.
Somos las semillas del porvenir. En Caldas estamos viviendo períodos germinantes,
es decir, augustos y terribles.
El nacionalismo colombiano queda constituido.

D o c u m e n t o 4.
La revolución está a la derecha.6
Por Gilberto Álzate Avendaño
Compañeros:
Aquí, en el umbral del año que empieza, conviene volver la vista hacia atrás,
panorámicamente, para abarcar la magnitud de las jornadas cumplidas. Ninguno
de nosotros pudo prever el raudo crecimiento de la nueva pobtica, que viene superando
los más generosos augurios. Ayer era apenas la semilla de un sueño, pugnando por
convertirse en destino. Ahora ese polen mental ha salido de los bodegones universitarios,
donde refugiábamos el descontento, hacia las anchas plazas soleadas, en cuyo recinto
la muchedumbre hierve con el rumor de un colmenar.
El pueblo ha retribuido con creces la porfía de nuestra fe en sus virtudes latentes,
soterradas bajo una espesa costra de inercias y supercherías. Nosotros comenzamos
a limpiar esa caparazón deleznable buscando los yacimientos vitales del país, el
humus histórico en barbecho desde la gesta de los libertadores. Ya el pueblo trasciende
a sembradura, a brote germinal, a corazón removido. Tras unos meses de laboreo,
nos cabe exclamar con el rapsoda de las falanges españolas: "Qué olor de historia
naciente!".

La ruptura con la vieja política.


Nuestro movimiento necesitaba afirmarse como una fuerza nueva, con estilo propio
y autonomía doctrinal. Era preciso romper los vínculos afectivos que nos ataban a
una política sin nivel, cancelando viejos hábitos y querencias. Toda misión creadora
exige esos renunciamientos. Hay que tomar el cayado y seguir adelante.
Cuando sobrevino la crisis de la hegemonía, mi generación se hallaba en los claustros

B
La Patria, enero 17 de 1939, pp. 1-3.

El porvenir del pasado 525


de la universidad, sumergida entre códices antiguos y cuadernos literarios de
v a n g u a r d i a . Nosotros no estábamos adscritos todavía a ningún partido, ni
matriculados en los censos políticos, aunque nos inclinara hacia el frente conservador
la gravitación de los ancestros. Pero al derrumbarse el poderío hegemónico, nos
incorporamos con ademán mosqueteril a la oposición, que era un refugio de
colombianos inconformes.
Dentro de la vetusta colectividad fuimos el más bizarro equipo de combate, como no
lo tiene ni lo tuvo jamás. Durante ocho años montamos guardia al pie de la bandera
estrujada, acosando y devastando al régimen con un despliegue de brigadas ligeras.
Nuestra beligerancia obtuvo para el conservatismo los postreros triunfos, mientras
los que ordeñaron la hegemonía, las siete vacas gordas del presupuesto, buscaban el
ámbito regalón de la vida privada o las prebendas óptimas, esas pingües capellanías
laicas que repartiera con esplendidez el nuevo gobierno. En 1930 encontramos unas
masas en desbandada, un pardo montón de empleados cesantes, los remanentes de
un partido desmoralizado por la derrota y huérfano de conductores. Con ellos
improvisamos una milicia, un núcleo de resistencia, que se batía a la intemperie
contra la nueva iniquidad.
Eso es lo que pretenden desconocer los oportunistas veteranos y los oportunistas
precoces, los que se vinculan a la oposición cuando ella puede repartir gananciales.
Deliberadamente olvidan la altanera dignidad de nuestra conducta. Para nosotros
nunca hubo la resortada blandura de las curules, sino el rudo tránsito por la plaza
pública, jalonado de riesgos. No hemos vivido de la política sino para ella. Desde
nuestras mocedades la entendimos como un servicio, como un deber sin gozo, como
una vivencia tremenda.
Unos subalternos venidos a más, desde que renunciamos espontáneamente al
antipático honor de comandarlos, nos denigran para hacer méritos ante una esquiva
clientela electoral. Pero las masas conocen nuestros nombres, nuestros rostros,
nuestros motivos, nuestras fidelidades, a través de jornadas innumerables, cuando
la atmósfera se cargaba eléctricamente con la proximidad del peligro. Ellas, que no
tienen enlace cordial con los fugitivos de la víspera, ni con dirigentes interinos, ni
con un anónimo elenco oratorio de aprendices, sabrán comparecer como siempre a
nuestra cita, al escuchar este largo toque de alborada.
Al pueblo apelamos. No ignoran esas muchedumbres leales que para servirlas
verídicamente partimos un día nuestro cordón umbilical con la vieja política. Nosotros
no podíamos resignarnos a que se continuaran sacrificando ante el ara de unos
mitos yertos, sin potencialidad histórica. Ahora las convocamos bajo un ideario
trascendente, que recoge la herencia válida del pasado y se enruta hacia el porvenir,
siguiendo el compás del tiempo.
No es posible negar que dejamos el vetusto caserón solariego con una áspera
melancolía. Allí nos quedaban pertinaces memorias. Pero un imperativo vital nos
empujaba hacia afuera, cara al destino. Era menester una nueva alineación política,
con ideas, con oriflamas, rutas y estilos diferentes, si las derechas querían rescatar
el poder. Por eso emprendimos esta empresa nueva que ya tiene el semblante de
nuestros sueños. La ruptura nos produjo un desgarramiento interno, un traumatismo
sentimental, pero nos la imponía nuestro itinerario misionero. Nos ocurrió lo que al
protagonista de la novela criolla de Güiraldcs, cuando en el cruce de los caminos
divergentes hubo de separarse de don Segundo Sombra, testimonio y símbolo de una
edad pretérita, con sus viejas virtudes y con devociones supersticiosas. Cada uno de

526 El porvenir del pasado


nosotros, en el confín insobornable de su espíritu, pudo decir también aquella despedida
final: "Me voy, como quien se desangra".

Un cónclave de cardenales protestantes.


Antes del rompimiento definitivo, nosotros quisimos irrigar de savias vivas la reseca
encina hegemónica. Pero los notables apeninos, los sobrevivientes del diván
republicano, los demagogos en tramonto y la oscura galería de figurones que se
hicieron fuertes en las directivas, sabotearon nuestro designio con pretextos de
homogeneidad doctrinaria. Nuestras ideas nuevas eran decomisadas como mercancía
de contrabando, así tuvieran un limpio abolengo bolivariano o fluyesen de los
manantiales católicos. Nos asfixiaba una pesada atmósfera de recelos seniles. La
gerontocracia que explota a ese partido, se opuso a que le limpiáramos el orín y la
carcoma. El conservatismo se hacía cada vez más yermo, más estático, más enquistado
en sus formas pretéritas.
La generación vagotónica del centenario instalada en el comando de la oposición, había
cambiado sus antiguas rebeldías en rigidez dogmática. Eso suele ocurrir. Ciertos
ortodoxos no son más que heresiarcas fracasados. Hoy reivindican los hechos del
conservatismo y patrullan su doctrina intangible, quienes renegaron de ella y
combatieron la hegemonía en el tumulto de sus años mozos. Los "repubbcanos" agnósticos
ahora promulgan el dogma conservador y forman la congregación del índice.
Max Scheller 7 , al exponer las variedades éticas del resentimiento analiza el tipo del
"apóstata" y el fluido rencoroso que emana de sus reacciones vitales. El que ha
cambiado radicalmente su ideología o su rótulo, no se fija en el contenido positivo de
su nueva fe, si no que busca una serie de revanchas contra su propio pasado,
investigando, presumiendo y sancionando las veleidades de los demás. El apóstata
mantiene un odio exasperado contra la apostasía. Así se explica que los republicanos,
vueltos sigilosamente al arrimo conservador, presten un alerta servicio policivo para
vigilar la integridad de su ideario de turno. Esos renegados pidieron para nosotros el
desahucio político.
Es oportuno dibujar someramente la logia republicana, que conspiró contra la
hegemonía en su tiempo, tendiendo puentes levadizos para que el liberalismo se
tomara la ciudadela del poder. Su color era el amarillo, tan semejante a estos lilas
atediados de la convivencia. Quiso ser una política, pero devino en una tertulia. A
merced de coyunturas propicias desertaban sus corifeos. Apenas uno, dos o tres bderes,
supieron mantener orgullosamente sus soledades.
En un examen sobre las causales de la derrota conservadora, Gonzalo Restrepo Jaramillo
se la atribuye parcialmente a la infiltración republicana. Advierte Restrepo que el
republicanismo, sin conseguir solidez como partido, se impuso como tendencia,
introduciendo su filosofía opiosa en los espíritus. Era el canapé republicano una
confederación de negaciones. Sólo sabía "peinar" el pro y el contra, balancearse
dubitativamente entre opuestos términos. No manejaba principios, sino fórmulas. Su
sistema era el armisticio de las ideas, la complicidad mental y el reparto burocrático.
Pudiera filiarse, en la genealogía política, como un liberalismo atemperado. El partido
conservador sufrió su contagio, que tenía el poder letal de la anestesia.

7
Max Scheller (1874-1928), fue un filósofo alemán de gran importancia para el desarrollo de la filosofía de los valores,
la sociología del conocimiento y la antropología filosófica. Simpatizó con las teorías de Henri Bergson y Edmund
Husserl. Utilizó la fenomenología para estudiar los fenómenos emocionales.

El p o r v e n i r del p a s a d o 5 2 7
La crisis de los partidos.
Hemos de agradecer a los viejos clanes políticos su fobia contra nosotros. Tal vez sin
esa mezquina incomprensión que nos hizo soltar amarras, hubiéramos permanecido
anclados en el malecón reaccionario, las velas al pairo, sin ningún rumbo. Pero la
obtusa intransigencia de los notables nos ha puesto en trance de ser nosotros mismos,
dueños de nuestro albedrío y dispuestos a ir en pos de quiméricos vellocinos. Ahora el
movimiento cobra su plenitud y avanza sin pesos muertos hacia su alto destino. No
hay capitulación, ni compromiso, ni tregua. Nos acoraza una mística. Sabemos que
nuestro programa es el único que puede darle un rango imperial a Colombia.
Nos hemos segregado definitivamente de las decrépitas comunidades que se parten
el sol en la República. Ambos partidos tuvieron una razón de ser en el siglo pasado,
representando el conservatismo las fuerzas centrípetas y el liberalismo las fuerzas
centrífugas de la sociedad, éste como abanderado de la libertad y aquel como personero
del orden. La política de esa época se movía en la órbita de la revolución francesa. Su
controversia radicaba en las libertades públicas y los derechos del hombre. En nuestro
tiempo, cuando las masas han entrado en escena, desesperadas ante los abusos de la
libre concurrencia y la neutralidad del Estado abstencionista, la política tiene su
centro de gravedad en el sistema económico. Nos movemos en el ciclo de la revolución
rusa. Entonces, al examinar desde ese ángulo visual las doctrinas clásicas de los
partidos seculares, es menester darse cuenta de que el conservatismo no es
ideológicamente sino una disidencia liberal. Ante la economía —dije alguna vez—los
dos enemigos históricos resultan hermanos siameses.
Los antiguos frentes no tienen vigencia doctrinal. En la política colombiana presente,
los marbetes, rótulos y divisas distintas contienen más o menos el mismo específico.
Gaitán expuso en cierta ocasión con exactitud ejemplar, aludiendo a las viejas
colectividades: "Igualdad ideológica, desigualdad afectiva". Esos partidos son dos
pasiones supérstites. Sobre un aluvión de formas caducas, sobre palabras destalonadas,
sobre ideas volcadas por la tormenta de los hechos, subsiste en ellos cierto fondo
mitológico, un virulento complejo sentimental.
El encono larvado, las repelencias ancestrales separan irrevocablemente a liberales
y conservadores. Como nuestra historia está cruzada de cruentos acontecimientos y
en los bandos no se empadronan los individuos sino los linajes, un oscuro resentimiento
que viene del pasado mantiene la feral contienda. Desde hace tiempos decía Miguel
Antonio Caro que este país no tenía partidos políticos sino odios hereditarios.

Los ídolos del foro.


En un rincón de la memoria guardo todavía fragmentos y pasajes del libro magistral
en que Carlos Arturo Torres hizo el estudio de las supersticiones políticas. Era Torres
un pensador socrático, por el equilibrio, la amplitud benévola y la claridad de su
espíritu. Su obra estuvo dedicada al tiempo, que hoy comparece como testigo de
abono para corroborar sus tesis. Los contemporáneos de Torres no quisieron
escucharlo, porque estaban acantonados en sectas ávidas de presupuesto y revancha.
Pero ahora se actualiza ese ensayo sobre las sombrías divinidades que continúan
exigiendo rescate a las generaciones colombianas.
Analiza Torres el vago imperio de los ídolos del foro. Se trata de supercherías y
prejuicios amontonados que gravitan sobre el pueblo. Unas cuantas fórmulas sin

528 El porvenir del pasado


substancia histórica, deterioradas por el uso y por el abuso, siguen gobernando el
ánimo colectivo, cuando ya la crítica ha establecido su invalidez. Hasta las ideas
más vanas perduran tenazmente si se convierten en mitos. Más que doctrinas
contrapuestas, los trémulos rizos de una bandera, un vocabulario enfático, un nombre,
un pronombre, una interjección, han determinado la histeria de las guerras civiles y
prendido las fogatas del vivac en que se consumieron los abuelos. Dijérase que el
rencor atávico y los hábitos gregarios mantienen las provectas colectividades en pié
a pesar de sus ideologías desmanteladas.
Relata el ensayista cierto episodio lancinante, acaecido en una de las periódicas
carnicerías colombianas del siglo pasado. Los camilleros transportaron un herido
grave al hospital de sangre. Ya en los postreros espasmos de la agonía, un médico
quiso conocer los motivos profundos que le habían impuesto la ofrenda de su propia
vida. "La defensa de los ideales de mi partido" —repuso el moribundo fieramente—.
"¿Cuáles son ellos?" —Insistió el cirujano—. Su interlocutor estuvo un rato suspenso.
Luego manifestó con embarazo y amargura: "No lo sé". Poco después su espíritu
rompía las amarras terrestres, emproado hacia la eternidad.
Torres declara que la mayoría de los sacrificados en los conflictos políticos del país se
encuentran en parejo caso. Las masas, no se inmolan por flamantes programas,
cuyo laberinto mental apenas conocen los ideólogos, sino por unas cuantas voces
hipnóticas que polarizan su voluntad. Es el fanatismo de los rótulos. Ellos constituyen
un airón de lucha, pero detrás de tales divisas no yace una razón histórica que
justifique los excesos del rito y la cruda brutalidad del holocausto. A esos intangibles
fantasmas de la plaza pública se les ha ofrendado más víctimas que a los crueles
dioses antiguos.

Juramento por los muertos.


Durante estos años de paz legal, pero repletos de represalias y masacres, muchos
compañeros anónimos cayeron a nuestro lado. Nosotros los vimos derrumbarse sobre
la tierra fiel, cuando sopló sobre ellos el súbito vendaval de la muerte. Eran sencillas
gentes aldeanas, cuyas manos callosas no conocían más hierros que los instrumentos
de sembradío. Su vida discurría entre un marco geórgico, patriarcal y benévolo.
Almas sin abrojos, como los mismos campos que labraban. Sin embargo, alevosamente,
un día los inmolaron. Nosotros, con el corazón a media asta, recogimos sus cuerpos
exangües, en cuyas retinas había quedado el postrer estupor. Ese duelo viril todavía
nos conmueve las raíces del ser. Sobre sus sepulcros recién cavados juramos salvar
al país del odio histórico que lo parte en dos y restañar ese tributo secular de sangre
ante las viejas supersticiones.
No es que nosotros seamos una beata congregación de almas espantadizas, a quienes
la violencia pone en fuga. Al contrario, u n a de n u e s t r a s máximas es vivir
peligrosamente, en vigilia, ritmo y tensión de combate. Nuestro movimiento trae
consigo un estilo agonal y castrense de hacer política. Sabemos que la sangre es el
aceite que lubrica los goznes del mundo. Nada se crea históricamente sin un sentido
trágico de la vida. Hay que parir con dolor. El nacionalismo restablece los conceptos
de sacrificio, fatiga, ofrenda y mérito.
Pero si la lucha por el poder comprende incluso los modos cruentos y exige vidas
donadas, hay que elevar el nivel de los motivos, haciéndolos más verídicos y nobles.
En la política colombiana de hoy no se juega sino el goce del presupuesto. Los partidos

El porvenir del pasado 529


son agencias de colocaciones para su respectiva clientela. Dentro de tan sórdida
disputa, el poder consiste en los empleos. Eso es lo que nosotros abominamos,
recordando las cruces humildes de los muertos, cuyas ánimas en pena piden una
expiación. No es posible que las gentes continúen matándose por un cupo en la
burocracia. El país necesita oráculos más altos que la vigencia fiscal. Es preciso
darles a los compatriotas grandes ideales, una voluntad trascendente de servicio, un
sentido de misión nacional, una fe histórica por la cual se pueda vivir y morir. En
vez de emborrachar las masas con alcoholes sectarios, convocarlas bajo los tres colores
de la bandera para una expedición solidaria sobre el futuro.

La nueva mitología política.

La concepción del mito ha sido incorporada recientemente al vocabulario político. Así


se denominan las ideas-fuerzas, ciertas síntesis o esquemas mentales en los que se
condensa dinámicamente la voluntad colectiva. El mito es el pensamiento que se
carga con un potencial de fe, la creencia militante, el concepto o principio que
abandona su limbo teórico para convertirse en una feraz evidencia del corazón.
Ninguna política, por vertebrada y sólida que sea su ideología, puede realizarse sin
que sus tesis adquieran la sublimación política. Sólo así los programas, los lemas,
los rótulos, albergados en el yo profundo de las masas, tienen fuerza motriz para
desencadenar los actos.
El pueblo no necesita solamente opiniones, sino convicciones. El encuentro nupcial
de las ideas con los sentimientos hace nacer los grandes acontecimientos históricos.
Cuando las premisas y conclusiones de los enciclopedistas bajan a la calle y fermentan
en la multitud, estalla la revolución francesa. El marxismo, con sus teorías angulosas,
su dialéctica tiesa, sus estadísticas de producción, era apenas una utopía más, hasta
que creando el mito de la huelga general y la dictadura del proletariado se convirtió
en una difusa esperanza mesiánica de los de abajo.
La mentalidad popular se prende a las fórmulas simples, a las versiones esquemáticas
del pensamiento, pues ella procede por relámpagos intuitivos o representaciones
simbólicas. Vico, encuentra, por ejemplo, que las leyendas y los héroes fabulosos de
los antiguos tiempos son alegorías e imágenes que traducen la lejana plenitud de la
historia, personificando ideas, emociones, virtudes e intereses colectivos. Los
materiales históricos se dislocan y descoyuntan para que surja la incandescente
levadura del mito.
Entre nosotros los tres vivas sacramentales al partido de gobierno, los abajos al
conservatismo, la alusión a la vieja iniquidad, el rótulo de República liberal, han
venido desatando violentamente la fuerza pasional de las masas. Es el poder mágico
de las palabras. Simultáneamente, con remembranzas sobre las glorias hegemónicas,
las tradiciones de similor y un orden tartufo, sin contenido, los reaccionarios
conmueven las almas recoletas de sus adeptos, a pesar de la oquedad de esa
quincallería literaria.
Pero ya empieza a ceder y aflojarse el prestigio de esos mitos desarbolados. Las
muchedumbres se están dando cuenta de que derás de ellos no hay ideales sino
ficciones. Esa literatura de bastión, solemne y patética, que pide la defensa de unos
principios desplomados, inanes, sin virtud normativa, se pierde en el viento.
Es inminente un reajuste entre las ideas y los hechos. Los valores políticos del pasado

530 El porvenir del pasado


son corroídos por el ácido de la crítica. Las gentes nuevas se esfuerzan en comprender
cómo semejantes fórmulas vacuas tuvieron la palanca de mando de las inteligencias,
para usar un término de Francis Delaisi*. La sagrada fraseología pierde su halo
místico, su parapeto reverencial. Queda reducida a escombros verbales. Eso demuestra
que los viejos mitos han roto su vínculo activo y espontáneo con la vida, que la
realidad social se ha desasido de ellos, que ya no subsisten los estados de alma o los
hechos colectivos que les dieron origen. Es inútil rehacerlos, reformarlos, sostenerlos.
No volverán. Ya las masas sienten latir en su seno otros deseos y aspiraciones, que
buscan una fórmula capaz de expresarlos. Se necesita una nueva mitología política
que atraiga las energías yacentes como un imán.

El v o c a b u l a r i o difunto.

Las palabras no son yertos instrumentos gramaticales, sino que participan del
acontecer social. A veces están repletas de sentido y en ocasiones resultan cóncavos
recipientes vacíos. Las palabras tienen el mismo signo representativo de la moneda.
Valen la cantidad de vida y por el metal humano que las respalda. Sin eso son
fonemas vanos, ruido acuñado.
Las palabras llevan una existencia dramática. Nacen y mueren al pie de unos
conceptos, con ellos fulgen y se apagan. Cuando una palabra ha perdido su alma, el
principio activo que contiene, debe ir a reposar al panteón, en vez de permanecer
insepulta. Hay cementerios en el diccionario.
"Grandes cadáveres obstaculizan nuestro camino —dice Jean Richard Bloch9— son
las palabras muertas. Las palabras nunca se ciñen estrictamente a su objeto, pero
durante algún tiempo la coincidencia del vocablo con la idea satisface al espíritu.
Cuando las realidades se desplazan y las palabras quedan, nos apercibimos
inmediatamente que ellos ya no cubren nada. Se enseña a los alumnos de filosofía
que no se tiene conocimiento ni posesión de una cosa hasta que no se la nombra. La
palabra que designa una idea es la única reabdad que nos es asequible. Los primitivos,
maravillados por esa comprobación, conceden al verbo un rango mágico. Ellos lo
desprenden del objeto, lo consideran preexistente, lo veneran como un dios".
Esa idolatría de las palabras es lo que queda en pie de los credos políticos extintos.
Nada más. Unos fetiches idiomáticos, a los que rinden culto sus fieles, sin preocuparse
de que carecen de poder, vitalidad, ímpetu y destino. Así creen conservar la tradición,
reteniendo las formas y dejando que se escape como un fluido su espíritu.
Una nueva política que aspire a formular y contener todas las latentes motivaciones
del pueblo, ha de empezar por un lenguaje cabal y expresivo, licenciando una
nomenclatura inerte, cuyo catálogo de voces ha prescrito.
Ahora deben retirarse del servicio activo las grandes palabras míticas de la revolución
francesa, para dar curso a los nuevos vocablos representativos: Orden, jerarquía,
disciplina, servicio, integración, gremio, justicia, Estado, imperio. Sobre todo, DIOS.

4
Francis Delaisi (1873-1947), fue un escritor, periodista y economista francés. Hizo una brillante carrera periodística
en el periodo de entreguerras. Sus preferencias políticas se orientaron al socialismo. Fue miembro del comité
central de la Liga de Derechos del Hombre, en 1935, y miembro director del Comité de vigilancia de los intelectuales
antifascistas, hasta 1939.
7
Jean-Richard Bloch (1884-1947), escritor francés, fue miembro del Partido Comunista Francés y trabajó junto con
Louis Aragón en el diario nocturno Ce Soir. De tendencia vitalista. anhelaba regenerar la vieja sociedad occidental
en los planos cultural y político.

El p o r v e n i r del p a s a d o 531
El sentido fluvial de la tradición.
¿Seremos nosotros acaso una pequeña guerrilla iconoclasta, que reniega del pasado,
creyendo fanfarronamente que la historia empieza con ella? J a m á s . Nada peor que
el fácil nihilismo de los intelectuales desarraigados, a semejanza de Manuel Azaña 10 ,
quien dijo con desdén una vez que su país era "heredero-histórico", como si se tratase
de una tara.
Los filósofos han hecho el diagnóstico de esa intebgencia desolada, sin raíces, "floración
única y mala yerba del empedrado ciudadano". A ella se opone la profunda sabiduría
de las estirpes campesinas, el espíritu hecho sangre, el misterioso manantial de los
sentimientos, la vitalidad de las emociones hereditarias, la persistencia de una
memoria más profunda que la vida. Hay más civilización trascendente —escribe un
pensador contemporáneo— en el alma terruñesa y simple del paisano, que en un
académico citadino o en un devorador de impresos, porque aquel ha recibido un
depósito espiritual sin palabras y lo transmite, con una aptitud sutil para transformar
sus oscuras sensaciones en monedas sociales.
El hombre puede ser definido, como un animal que recuerda. En la memoria reside
la eminencia de la especie. Las bestias no acumulan historia, no avanzan sobre sí
mismas, no aumentan su caudal instintivo. Sin un sentido histórico, subsistiría el
remoto habitante de las cavernas. Habría vidas individuales desparramadas, pero
no un destino ascendente de la humanidad sobre el planeta.
Nuestro mismo rótulo de nacionalistas implica devoción y respeto por la herencia
genuina de nuestro pueblo, por sus constantes históricas, por sus caracteres estables.
Con ese nombre nos filiamos, nos ahincamos sobre la tierra donde reposan los huesos
de los antepasados y la semilla de los nietos. Si el patriotismo se define como una
piedad territorial, el nacionalismo abarca la defensa de los valores inmateriales del
país, que pueden peligrar sin que la frontera sea físicamente invadida.
Pero es necesario alinderar los vocablos, mediante definiciones. Muchos estiman que
la tradición es un repertorio de anécdotas, un costal de sucesos inertes, la pesadez de
u n a s formas caducas que debemos apuntalar. Para nosotros es una suma de
experiencias espirituales. Nuestro tradicionalismo no es un ritual hierático ante las
momias de los faraones, con pasión senil de egiptólogos. La historia no es arqueología.
Lo que importa es buscar tiempo arriba la sabia germinativa del pasado, la esencia
del acontecer histórico, el genio nacional que se manifiesta a través del torrente de
los hechos. La tradición apenas se refiere a valores profundos, permanentes,
intransferibles. Es la yema, sin cascaras ni cortezas.
"La tradición es transmisión —ha dicho uno de los mayores intelectuales del siglo.
Ella acopla las fuerzas del suelo y de la sangre para que continúen influyendo sobre
su curso. La tradición no es inercia. Como en todo legado, es preciso inventariar y
deducir su pasivo".
Las formas se suceden. Unas nacen y otras mueren. Sólo quedan en vigor algunos
cimientos. Las raíces esenciales y fecundas. El único modo de conservar la tradición
es insertar en las nuevas condiciones del mundo, no su aparato externo, sino su
substancia. Así ella renace.
Giménez Caballero" califica como "muertos vitales" el conjunto de memorias, valores,
principios y nombres que constituyen la raíz genital de una nación. Lo que habiendo
sido —penado, sufrido, vivido, anhelado— quiere seguir siendo. Aquellos muertos han
177
Manuel Azaña Díaz (1880-1940), fue Presidente del gobierno español de 1931 a 1933, y Presidente de la Segunda
República Española (1936-1939). Se consagró como uno de los políticos y oradores más importantes en la escena
ibérica del siglo XX. Consiguió el premio nacional de literatura con la obra La velada de Benicarló, que versa sobre
la guerra civil de su país.
17
Ernesto Giménez Caballero (1899-1988), fue un ideólogo, político y profesor español. Animador de la vida intelectual
de la década de 1920 e impulsor de las vanguardias literarias en España, tales como el surrealismo, el ultraísmo y
el futurismo. Autor de Notas marruecas de un soldado (1923).

532 El p o r v e n i r d e l p a s a d o
dejado al morir lo más vivo que tenían. Su carácter, su espíritu, la levadura nacional
del país. El profeta de la Nueva España llama tradición la prosecución de esa alma
profunda.
La tradición va fluyendo. Es una esencia que se continúa y perdura sobre las formas
perecederas. No es una cisterna de aguas muertas. Tampoco se compone del aluvión
de escorias que deja el tiempo. Si así fuese, tendríamos un caos de tradiciones
contradictorias, muiscas e hispanas, chapetonas y criollas, revolucionarias y
reaccionarias, estáticas y dinámicas, católicas y anticlericales, pacíficas y guerreras,
liberales y conservadoras. Un heterogéneo surtido de ejemplos para justificar
históricamente todos los extravíos.
Para nosotros en el país no existen más que dos grandes tradiciones congruentes y
vivas, cuyas matrices han de plasmar la historia nueva. El catolicismo, como religión
revelada, como norma moral de conducta, como pacificación de las clases sociales en
la plenitud amorosa del Evangelio. Luego, en un plano temporal, el pensamiento
político del Libertador, que representa el destino mayor de la República, potente y
orgánica, frente al movimiento centrífugo de los partidos.

El estilo de nuestro movimiento.


Antes que un simple formulario político, nuestro movimiento implica la instauración
de un nuevo estilo. Es menester darle a ese término su significado integral. Más que
una voluntad de forma, el estilo es la cruz plástica del carácter. Es la personalidad en
acción. Es nuestra actitud definitiva ante el universo, que irradia en las más grandes
obras y en los más triviales ademanes, comunicándoles un sello propio, un aire de
familia, ese callado ritmo que constituye la unidad vital. Cada política tiene su estilo,
sus modos peculiares de actuar y expresarse, que sirven como marca y contraseña.
Primo de Rivera explicaba el estilo de la Falange como una manera de ser, no solamente
de pensar y sentir."Tenemos que adoptar —dijo— ante la vida entera, en cada uno de
nuestros actos, una actitud humana, profunda y total. Esa actitud es el espíritu de
servicio y sacrificio, el sentido ascético y militar de la vida".
Nosotros hemos dicho que el nacionalismo popular encarna una política misionera.
Que somos una juventud en misión. Eso nos impone una disciplina moral de cruzado,
un heroísmo penitente, la mente y el corazón en armas. "La vida es milicia", gritamos
con los falangistas.
Los hombres nuevos no pueden aceptar una política episódica, sin que una concepción
del mundo y un sentido ontológico fertilice sus raíces. Los caracteriza el fanatismo
de la verdad y el amor por los valores absolutos. Se sienten convocados por esa
inexorable voz profética que resuena en los héroes. Conocen su deber, y no dimiten.
Presienten las grandezas de las afirmaciones cuya garantía es el dolor y la sangre.
"El valor histórico de esta generación —exponía con voz honda José Antonio, fundador,
testigo y mártir de la nueva era— consiste en que percibe el sentido trágico de la
época y no sólo acepta, sino que reclama para ella la responsabilidad del desenlace".
Por encima de la angustia del tiempo presente, hay un presentimiento de albas
nuevas, una como esperanza escatológica en el tercer reino anunciado por los
visionarios.
H a reaparecido el concepto del héroe, sepultado bajo u n siglo de p a r a g u a s
pequeñoburgueses. No el general a caballo de los textos escolares, cuyo dormán está

El porvenir del pasado 533


constelado de cruces y cordones forrajeros, sino el ser humano en la máxima tensión
espiritual, en ebullición creadora, más inmediato a Dios. "Héroe —según la definición
de un poeta actual— es aquel que confiere a cuanto pasa a través de su persona,
mayor cantidad de hombre, de calor vivo".
Nuestra misión es convertir a las gentes, hablarles sobre un credo de salvación
nacional, remover las almas resecas y aventar simientes. Más que a la captura
electoral del poder, nuestra cruzada se dirige al descubrimiento, la conquista o la
creación del colombiano del porvenir, digno de sus libertadores. No es solamente una
política, sino una pedagogía.
Nuestro estilo literario participa de ese tenso estado de espíritus. Es recogido como
un puño, sin aflojamientos ni molicies. Ama los verbos duros y metálicos, los
sustantivos que son como cabezas de familia mental. Sobre todo, aludiendo al signo
profundo de esta tarea, está repleto de todas las voces que se refieren a renacer,
despertar, combatir, creer y crear. Nuestra prosa -como nuestro espíritu- se encuentra
transida de primaveras y vendimias, anunciaciones y epifanías, oráculos y banderas.
En el toque de alborada se resume un sentido matinal y marcial de la vida.

Nuestras tesis.
En numerosos documentos hemos examinado todas las cuestiones cardinales del país.
Cada tema ha sido cogido por las astas, sin escamoteos ni evasivas.
Comenzamos por la democracia inorgánica, que es una máquina constitucional de
registrar votos, sin que contenga ningún valor normativo. Ella parte de la concepción
roussoniana del contrato social. La voluntad del conglomerado no unánime se entrega
al voto de las mayorías, a ese cubilete de dados que es la urna. El número es el único
ídolo de un Estado que carece de principios y verdades. El número resuelve con su
oscuro poder los conflictos de esa sociedad de átomos. Alguien escribió que esa confianza
en la armonía política creada por voluntades contrapuestas, es una superstición tan
grosera y ridicula como la creencia de las tribus bárbaras en que el estiércol humano es
la simiente del antílope. Frente a esa democracia formal hemos preconizado la democracia
funcional. Contra ese Estado neutro, hemos repetido la nueva consigna: "El Estado es
una doctrina en acción".
Expusimos la servidumbre del agro, la sordidez del marco aldeano, donde los labriegos
llevan una existencia infrahumana de acémilas, sin tierras, sin higiene rural, sin
crédito agrícola, sin escuelas y sin garantías, porque el régimen demagógico apenas se
preocupa por aumentar su ingente burocracia, abastecer el ocio de las ciudades
parasitarias y aplacar la insurgencia de los obreros urbanos. Nosotros le hemos dado a
nuestra política un entrañable acento agrario, pues para el nacionalismo el regreso a la
tierra es una cuestión de ritmo. Hay que volver a la sementera, la dehesa y el aserrío,
para encontrar las definiciones de un país pastoril. No basta descuartizar latifundios y
adjudicar baldíos, fomentando una clase de pequeños propietarios rústicos. Es menester
elevar el nivel humano total del campesino.
Hemos hablado sobre la organización de los oficios, sobre el encuadramiento profesional
en organismos precorporativos. El Estado liberal no ha podido resolver sus antinomias,
sus contradicciones latentes. La revolución francesa disolvió las corporaciones y las
guildas. La urgencia de agruparse para la defensa de sus intereses solidarios, contra la
libre concurrencia, dio origen posteriormente al sindicato obrero, que hoy prolrfera
anárquicamente, sin encontrar un ordenamiento constitucional. Es entonces cuando

534 El porvenir del pasado


se presenta el régimen corporativo, que somete esos arrecifes revolucionarios y los
vincula orgánicamente a la estructura del nuevo Estado. Se reemplaza la lucha de
clases, con una colaboración de clases. Con los dos miembros de la producción, el capital
y el trabajo, se crea una síntesis dinámica. En sus desacuerdos interviene el Estado
como poder arbitral, mediante los comités paritarios y la magistratura del trabajo.
Queda prohibida la huelga de los obreros y el cierre de los industriales, porque ambos
paros perjudican y menguan la economía nacional.
También ha sido objeto de nuestra preocupación asidua la política exterior del país.
Donde Bolívar dejó una potente nación, ahora existen cuatro repúblicas diminutas,
recelosas y hostiles. En aquella época cenital de la patria, los ejércitos grancolombianos
realizaban homéricas empresas por el continente y el Libertador era arbitro entre
los pueblos americanos, obedientes a su voluntad imperial. Eran unos tiempos ciclópeos,
en que desde esta esquina territorial de América se podía pensar continentalmente,
con vastas magnitudes. Después todo ha sido entrega, compromiso, abyecta cobardía.
Al ejército de Colombia, legatario de viejas glorias y compuesto por gentes viriles, se
le castran todas las bizarrías, convirtiéndolo en elemento decorativo de las fiestas
cívicas. Los pleitos de deslinde con los países circunvecinos se resuelven siempre
recortando puntas geográficas y corriendo mojones. La nación se niega a empollar
héroes para la defensa de su suelo. Últimamente nuestro país se ha puesto a girar
como un asteroide en la órbita solar de otras potencias. Estamos comprometidos a
poner nuestras costas al servicio de los Estados Unidos para la defensa del istmo de
Panamá, que antaño fuera pertenencia y dominio de Colombia, porque una generación
desglandulada no recuerda el territorio amputado y no siente la cicatriz histórica.
Nosotros sostenemos para la patria una misión continental, la restauración de la
Gran Colombia sobre el haz de los ideales bolivarianos, un ejército apto para patrullar
las fronteras y una sociedad movilizada que mantenga ilesa la soberanía.
Así, sucesivamente, los intelectuales del movimiento, han trasegado por tan complejo
cuestionario, propagando nuestras tesis rotundas, el contenido doctrinal del
nacionalismo, al que hemos entregado nuestras vidas como acucien y respaldo.

"Germinal".
A manera de trazado arquitectónico de un Estado nuevo, el comando acogió las
fórmulas condensadas de "Germinal", artículo escrito en numerales por Silvio
Villegas, cuyo titulo ha desatado el aspaviento tartufo de algunos filisteos. Ningún
nombre más adecuado, en su obvio sentido etimológico. "Germinal" es el misterio
gozoso de los surcos, la respiración de las semillas, el reventar de las cosechas, el
campo que grana. El vocablo traduce esta siembra de verdades activas, palabras
como gémulas, en el alma popular.
"Germinal" no es una summa ideológica, una enciclopedia nacionabsta, sino un conjunto
de normas genéricas. Esas posiciones y proposiciones nos ubican en el mapa de las
ideas, fijan latitudes y meridianos espirituales. Cada numeral es un mojón definitivo.
Podemos declarar sin vanidad que "Germinal" está más cargado de pensamiento y
de porvenir que la pragmática girondina del señor Mariano Ospina Rodríguez, un
septembrista, que si no pudo herir al Libertador en el cuerpo, quiso hacerlo en el
alma, desvirtuando el ideario y los rastros estelares del genio. Vale más intrínseca y
potencialmente "Germinal" que la cartilla liberaloide del señor Samper, reverenciada
como un catecismo laico por los cavernícolas. Tampoco es posible parangonar esa

El porvenir del pasado 535


síntesis magistral con el catálogo de cursilerías parlamenta-rías que es el programa
conservador de 1930, cuyos tiesos parágrafos financieros y monetarios fueron
derrocados por la crisis mundial, para desconcierto y sorpresa de algunos orondos
pontífices de la economía.
El sábado pasado, en el ciclo pluto-laureanista de conferencias por radio, un orador —
llamémoslo así— dijo que "Germinal" era "un cúmulo de jactancias verbales". Un
intelectual responsable, en contacto asiduo con el pensamiento contemporáneo, no
hubiera aventado semejante inepcia. En otra ocasión el mismo sujeto calificó a
Spengler como un cretino nebuloso. Se explican esos exabruptos del gárrulo personaje.
Es que donde un ojo profano sólo advierte un poco de niebla fosforescente, el astrónomo
encuentra familias organizadas de astros.
En la República boba del centenario resultaba fácil dogmatizar sobre todos los
problemas humanos, captar con truculencias a las beatas feligresías y posar de
estadista con conocimientos muy someros. Eran los dichosos tiempos en que la luna
de Marañas prestaba en los pueblos un servicio de alumbrado municipal. El Estado
usaba apenas un modesto uniforme de alguacil. Las ideas viajaban a lomo de muía.
La vida social carecía de complejidades. Pero sobrevino una época nueva. El país
empezó a correr. Surgieron a cada paso problemas colectivos, choques económicos,
insurgencias de clase, forzando un reajuste de las concepciones jurídicas. El Estado
colombiano se hizo mayor de edad. Algunos letrados parroquiales se quedaron a la
saga, incapaces de abarcar los nuevos hechos con sus esquemas ideológicos
rudimentarios. Por eso hoy un bachiller sabe más ciencia política que uno de esos
figurones longevos.
Algunas conferencias políticas, por su insignificancia mental, nos indemnizan
sobradamente de muchos agravios. Son la exhibición de la ignorancia en cueros.
Detrás de treinta años de pedantería no había nada. Cuan exacta es aquella frase de
Malraux: "Todo viejo es una confesión, y si se ven tantas vejeces vacías es porque
siempre lo estuvieron esos hombres y lo ocultaban con cuidado".
"Un cúmulo de jactancias verbales". Así también podrían ser motejados los veintisiete
puntos de la falange española, por cuya vigencia sacrifica un gran pueblo sus renuevos
humanos. "Germinal" no se compone solamente de frases, sino que tiene también
alma, porque lo respalda al aliento humano de una generación, dispuesta a empedrar
con hechos ese itinerario mental.

La revolución está a la derecha.


Nuestro programa exige un cambio integral del Estado. Mientras los viejos partidos
le aplican parches y remiendos a la fábrica constitucional, nosotros creemos que no
es época de reformas, sino de arquitecturas totales. Es el sistema político mismo el
que hace crisis. Los valores que le servían de sostén se han derrumbado. "Sólo puede
subsistir de ellos —ha escrito Robert Poluet12— la porción de las cosas muertas que
resucita en las cosas nacientes, y esos sedimentos de aberración y caducidad que no
pueden faltar, por contraste, en la atmósfera humana".
Los principios básicos de gobierno en Colombia hieden a la cadaverina de la revolución
francesa, una vieja carroña que ambula por las calles sin resignarse a bajar al
pudridero. La libre concurrencia económica, la concepción atomística de la sociedad,
el Estado neutral, la democracia inorgánica, el régimen parlamentario y la mecánica

12
Robert Poluet (1893-1989), escritor y periodista belga, alcanzó notoriedad gracias a su novela Handit. Tuvo un
recorrido intelectual amplio, que lo llevó del dadaísmo al rigorismo católico, pasando por el fascismo y el anarquismo
de derecha. Fundó el diario La Nouveau Journal, en colaboración condicional con los ocupantes nazis.

536 El p o r v e n i r d e l p a s a d o
pendular de los partidos pertenecen a un ciclo histórico que se va. Las épocas también
nacen,crecen y perecen.
Ambos partidos históricos son versiones distintas del mismo liberalismo doctrinal.
Ellos se aforran desesperadamente a formas estatales caducas. También las izquierdas
vocingleras alojan su demagogia dentro del mismo marco. Solamente nuestro
movimiento asume una actitud revolucionaria, al plantear radicalmente el tránsito
de un estado a otro, del sistema liberal al régimen corporativo. Con nosotros, la
revolución está a la derecha.
Es necesario reivindicar ese vocablo cachorro y rampante, que inspira a las gentes
un terror supersticioso y que ha sido monopolio verbal del frente rojo. No siempre la
revolución tiene un compás catastrófico. Puede ser la vehemente sacudida hacia un
orden nuevo.
Revolucionario, en nombre de la Verdad, fue Jesucristo, al derrumbar los valores del
mundo antiguo y desatar esa revancha de amor sobre las almas. Era revolucionario
Bolívar, cuando rompió el vínculo secular con España e hizo estallar los vestigios del
decrépito virreinato. Hay revoluciones benéficas y revoluciones nefastas. Las hay
pacíficas y guerreras. Unas que aspiran dominar en las plazas y otras que quieren
tomar posesión de los espíritus.
Nuestra revolución radica en el advenimiento de un orden auténtico sobre los
desórdenes habituales, sobre la anarquía vuelta estatuto. Para ello no tenemos que
buscar teorías de emergencia y préstamos políticos ultramarinos. Nos basta izar la
cruz católica como mástil y amarrarle el trapo tricolor de la bandera. Con semejante
velamen queremos surcar los trabajos y los días. Tesis cristianas e ideales bolivarianos.
Nada más. En todos los pueblos colombianos, en la plaza mayor, existe un templo de
Cristo y una estatua del Libertador. Las gentes cruzan sin percatarse muchas veces
ante esos monumentos pétreos e inmóviles. Pues en nuestro corazón empiezan a
andar, a animarse, a encarnarse, plenos de sentido augural.
Somos, pues, revolucionarios. Pero es preciso fijar los contornos de esa palabra. Con
ella no queremos incurrir en un pronunciamiento verbal, en una detonación fonética,
tan usuales en aquellos políticos que quieren tomarse el Estado con heroicos
derramamientos de tinta o saliva. El país está mitridatizado contra los vocablos
patéticos, contra las descargas oratorias. Nadie toma en serio esos toques de botasilla
y somatén. Por eso nos limitamos a decir sobriamente, lacónicamente, seguramente,
nuestra verdad sin permitir que las palabras vayan más aprisa que los actos.

La vieja política a la defensiva.


Se aprestan para combatirnos los intereses creados de la vieja política. Nos acusan de
estar conspirando contra la tradición democrática del país. Ya me he referido en varias
ocasiones a esa historia clínica. Detrás de una fachada de leyes, no han existido sino
gobiernos facciosos, bandas acampadas en el poder. Aquí, como lo expresara hace un
siglo el Libertador, "las constituciones, son libros; las elecciones, combates; la libertad
anarquía".
Algunos aseguran entre aspavientos que nosotros vamos a traer la dictadura.
¡Hipocresías granadinas! El país ha tenido muchas dictaduras, desde las que apareja el
régimen presidencial, hasta las que resultan del monopolio político de los partidos. La
presidencia de Olaya Herrera fue una dictadura encuadrada dentro de la constitución.
La República Liberal es la dictadura del tumulto. Alos colombianos no los atemoriza la

El porvenir del pasado 537


dictadura, sino el vocablo que la designa. Nosotros, sin supersticiones verbales,
planteamos escuetamente el problema, nadie ha propuesto soluciones dictatoriales, sino
un Estado fuerte, un poder coactivo, una discipbna tutelar. La dictadura depende de las
circunstancias: es una poHtica qmrúrgica. Es posible que a veces el orden nuevo necesite
para nacer de la operación cesárea. No hay que confundir entonces la laparotomía con
el degüello, ni al cirujano político con Jack el Destripador.
Ciertos reaccionarios, tan hábiles en escamoteos, quieren concüiar el régimen corporativo
con los partidos. Ningún propósito más estulto. El corporativismo es compatible con la
democracia funcional, pero impbca el ordenamiento de un Estado, cuyo centro de gravedad
no descansa en los partidos sino en los cuadros sindicales. Los partidos son clientelas
adventicias que vinieron a formarse a falta de coágulos permanentes como el gremio.
La corporación sustituye ahora al partido como órgano, vehículo o estamento del poder.
El corporativismo dentro de los partidos es una incongruencia, un truco electoral
fraudulento. Uno de los creadores del régimen corporativo exponía que el sistema requiere
como premisas de su funcionamiento la autoridad de un Estado unitario, una sociedad
cohesiva sin particularismos de bandería y un clima de alta tensión ideal.
Muchos nos califican de demagogos socialeros, sin reparar que nuestro movimiento se
nutre en la piedad del Evangelio y las admoniciones de las encíclicas. Para ellos León
XIII sería un anarquista convicto. Son los plutócratas de corazón árido, metidos en su
caudal como en plaza fuerte, que se encuentran en las antípodas de la cruz.
Finalmente, se nos reprocha nuestra falta de entusiasmo por la convivencia. Nosotros
respetamos la valentía moral de Eduardo Santos, al optar por el thermidor y tratar de
desmovüizar las pasiones de partido que lo llevaran al poder. Pero demasiados conocemos
la interinidad de esa tregua artificial. Por eso, frente a la convivencia, que es armisticio,
nosotros predicamos la unidad, que es amor. Ese es el mensaje de Bolívar.
Por encima del despecho, la ira y la incomprensión de las sectas en menguante,
continuaremos trabajando sobre el fértil corazón del pueblo, cada vez más cercano a esa
entraña terruñera donde existen yacimientos de profunda humanidad. Nuestro
movimiento quiere expresar sus agonías, sus conflictos, sus esperanzas contenidas de
una vida mejor. Son obreros, artesanos, labradores, con la universidad en la vanguardia,
los que han de componer el núcleo central de esta expedición histórica, que está velando
sus armas, a la vera del amanecer.
Que las gentes escojan. El régimen corporativo o la lucha de clases. El ideal social
catóbco o los excesos plutocráticos. El poder de las facciones hostiles o el Estado nacional.
La grandeza bolivariana de Colombia o su rango servil de país vasallo.
P a r a las derechas no queda más que este dilema 1 quedarse a la zaga de la historia
o empujar el porvenir con el pecho. "Atrasarse como u n a huella o adelantarse
como u n grito".

Manizales, enero de 1939.

D o c u m e n t o 5.
Vieja y Nueva Política.13
Vamos a hablar sin rencor, bmpia la mente de escorias, trasegando entre pensamientos
cimeros. Esta es una fecha decisiva. Puede ser fausta o infausta. Un ciclo histórico
se clausura y comienza una nueva era. Estamos en la efervescencia preparatoria de
13
Texto de la Conferencia dictada por Gilberto Álzate Avendaño. por los micrófonos de Radio Manizales el miércoles
8 de febrero de 1939. Publicado en La Patria, febrero 11 de 1939. pp, 3 y 9.

5 3 8 El p o r v e n i r d e l p a s a d o
los tiempos que vienen. Atrás queda el pasado yacente, con sus glorias y con sus
yerros. Ya sus albaceas tendrán oportunidad de hacer el inventario y balance de esa
mortuoria. Acaso se deduzca un pequeño saldo líquido. Pero, entretanto, la historia
continúa su curso, fluyendo, creando, retoñando, sobre los escombros de los hechos y
las ideas caídas. Ella apareja decadencias y advenimientos, muertes y resurrecciones.
Ante el cadáver de la vieja política, nosotros alzamos la mano a la altura de la visera,
para rendirle honores postumos. A veces ella tuvo un hálito de grandeza, no obstante
su obtusa cerrazón ante el porvenir. Muchos designios, plausibles, algunos episodios
abnega-dos, ciertas cosas nobles habitaron en ella. Ha perecido por la terca
incomprensión y la vanidad delirante de sus hombres representativos, al pie de sus
cenizas puede escribirse el siguiente epitafio: "La vieja política se ha suicidado. No se
culpe a nadie de su muerte".

Anticipaciones.
Cuando nos resolvimos a cancelar nuestra matrícula en los vetustos cuarteles,
seguros de su decrepitud inexorable, ninguno de nosotros supuso que estuviera tan
próximo el derrumbamiento final. Nuestros sismógrafos políticos habían previsto el
terremoto, pero sin determinar su fecha exacta. Los hechos han sido más veloces
que nuestra imaginación.
Ahora podríamos reivindicar orgullosamente cierta veta de profecía, u n don
premonitorio, nos anticipamos al tiempo, descubriendo los síntomas mórbidos, los
gérmenes letales, las grietas orgánicas que desintegrarían la vieja política. Quienes
fueron impermeables a nuestras amonestaciones, quienes vieron con desvío nuestro
pregón de alarma, quienes creyeron que nos movía una pasión rencorosa, se
encuentran súbitamente con que los hechos comparecen como testigos de abono para
corroborarnos. Esta es nuestra revancha.
Después de empeños frustrados y vanas porfías para enderezar el rumbo de la oposición
conservadora, que iba al garete, hubimos de soltar amarras y seguir solos nuestra
travesía, haciendo con la bandera nacional un velamen, con las encíclicas pontificias
un cuaderno de bitácora y con el magnético numen bolivariano una brújula de marear.
Por eso, en la total catástrofe, solo permanece en marcha nuestra proa, erguido
nuestro palo de mesana, ondeantes nuestros pendones. Desde el puente de mando
arrojamos salvavidas a los náufragos.

L a crisis total.

Muchos pensaron que nuestro movimiento tenía origen en una rivalidad de personas
dentro del alto comando conservador. Que estaba determinado por la altanería de
unos jóvenes capitanes, más dispuestos a la ventura que al reposo. Ahora, cuando el
doctor Laureano Gómez, considerado como el personaje confbctivo, abandona nuestro
circo democrático, nosotros apenas tenemos palabras elocuentes para el púgil en
derrota, al par que afirmamos con mayor pertinacia que nunca el sentido trascendental
de la nueva política. Al golpear hercúleamente contra Gómez, nosotros no
ejecutábamos una represalia privada, sino que combatíamos un sistema catastrófico,
cuyas incongruencias se agravaban por la inverosímil ineptitud del demagogo
crepuscular.

El porvenir del pasado 539


Para nosotros el caos presente del conservatismo no implica una transitoria anarquía
directiva, sino el desplome total de una política. Quienes tengan alguna perspectiva
histórica y vayan más allá de la epidermis del suceso, profundizando las causas,
convendrán en que ésta no es una crisis en el partido, sino del partido. No hay posibilidad
de restablecer la oposición sobre sus primitivas formas. La vieja política cumplió su
función y es menester reemplazarla con una fuerza de relevo, que recoja las ideas
capitales y las acuñe en moldes activos. No cabe acantonarse en los rancios apodos
banderizos, cuya única fuerza motriz ha sido el odio. El país necesita oráculos más
altos. Es horror ante la historia el grupo que se ponga a rumiar sus rencores en la
fueras de la vida nacional, sin crear formulas que encaucen y aprovechen el torrente de
los hechos. Una política no se puede fundar sobre reminiscencias y saudades, porque
ella se refiere siempre a la organización del provenir. La República está urgida de un
orden nuevo, plenario, que la reconstruya desde los cimientos hasta el ápice cupular.
Eso es lo que representamos nosotros. En nuestras voces madruga una patria mejor,
así como el canto tempranero de los gallos perfora la sombra compacta y rompe albores.

Vida nueva.
Cuentan las crónicas de la conquista el tremendo rito funerario que se cumplía entre
las tribus chibchas a la muerte de sus caciques. Con el jefe difunto se enterraba su
vasta familia, su servidumbre numerosa, sus áureas joyas y sus vasijas de barro torrado.
Era un culto lúgubre de los huesos mondados y las calaveras, que condenaba a los vivos
a agonizar posternados ante el yacente sarcófago. No es posible que esa piedad indígena
se prolongue en la política colombiana. Las muchedumbres no deben marchar
sombríamente, con las banderas a la funerala, a sepultarse en el panteón donde se
disgregan sus mitos corruptibles. La pobtica no es guardia de catafalcos, sino actualidad
multante. Las derechas, si no quieren convertirse en un cementerio civil, han de bbertarse
de esos hábitos mentales supersticiosos.
El hombre efímero no se resigna a la caducidad de las cosas que ha amado. Su orgullo
lo lleva a considerar perennes sus pequeñas obras. Vanidosamente proclama el dogma
de la permanencia en el espacio y en el tiempo de doctrinas temporales precarias. En
Colombia se califica de eterna la vieja política, las gentes han venido asegurando que no
tiene principio ni fin. Todo conato de novedad se juzga como una utopía. Creen que la
posteridad va a cargar a cuestas ese gravamen, transmitido a través de sucesivas
generaciones sin que pueda aspirar a sacudir su yugo ominoso. Se desploman los
imperios, periclitan las culturas, sucumben las razas, la vida se renueva y el mundo va
rotando, pero en este pequeño rincón del planeta un séquito político reaccionario se
empeña en negar esa ley de la historia, según la cual las épocas mueren alguna vez, esa
senil cofradía sesiona en una cripta arqueológica, reverenciando los fetiches y amuletos
del pasado. "Es preciso que volváis a nacer", así lo dice el libro santo, aludiendo al
misterio glorioso de las palingenesias espirituales, en que el alma bota su costra y se
llena de un sentido inaugural. Algo o alguien muere en nosotros, para que florezca la
vida nueva. El movimiento nacionalista, ante la defunción de la vieja política, habla a
las masas de derecha en nombre del verbo renacer.

540 El porvenir del pasado


Forma y substancia.
Lo que nos espera es una barrera de formas y palabras anacrónicas. Muchas gentes
no se deciden a cambiar su raído estilo político y su oxidado vocabulario, por los que
sienten el mismo apego cómodo que se experimenta por unos zapatos viejos. No se
dan cuenta de que es necesario sacudir esa caparazón verbal, que sofoca la vitalidad
de los principios. Al mantener las formas, deja ir las esencias. Prefieren el accidente
a la substancia, los rótulos al contenido. Por ahincarse en una fraseología inerte, se
desentienden de los grandes valores nacionales, que son el orden social cristiano, el
ideario del Libertador, el sentido agrario de la vida colombiana y el mito de la patria
imperial. Esos son los únicos soportes en pie, sobre los cuales se puede alzar una
nueva arquitectura política.
Nosotros no hemos roto nuestros vínculos con la tradición verdadera. Antes la
potenciamos y la insertamos dentro de la vida presente, no en su haz de anécdotas
sino en sus vivencias perdurables. Exploramos, tiempo arriba, los yacimientos
históricos, buscando definiciones y pautas acordes con el genio propio, el carácter
peculiar y el ritmo profundo de la República. Se ha dicho que todos los pueblos deben
volver por épocas a sus orígenes. Nuestra política tiene ese signo de rectificación y
retorno, que supera el ayer marchito, en pos de la historia mayor. Ella ha ido hasta
el pensamiento de los libertadores, para rescatar su verdad olvidada. Abandonando
las supersticiones y los extravíos de nuestros inmediatos predecesores, el movimiento
nacionalista inicia un regreso a la auténtica colombianidad, a los valores
intransferibles y las raíces genitales de la patria. Ese es el porvenir del pasado, la
tradición vuelta destino.

La gran tradición colombiana.

Es cierto que nosotros no acatamos reverencialmente las pantuflas hegemónicas de


don Miguel Abadía Méndez, ni el cubilete electoral de Chichimoco, ni el cráneo abrupto
de Sotero Peñuela, ni la verba ponzoñosa de las euménides que royeron el alma de
Suárez, pero en cambio sentimos plenamente la grandeza colombiana en ese varón
testicular que fue Pedro Nel Ospina, en el perfil cesáreo de Rafael Reyes, en la
concepción clásica de Miguel Antonio Caro, en el orden nacional de Núñez, en el
dormán [sic] guerrero de Julio Arboleda y sobre todo en don Simón Bolívar,
perteneciente a la raza celeste del héroe.
Nuestra vida pequeña se ilumina con el resplandor de esos destinos sobrehumanos.
Cuando miramos en torno esta patria en menguante, que ya es apenas un
confinamiento territorial, la visión devota se alza hasta el Libertador, que está sentado
sobre la roca de crear, como lo imaginara el apóstol cubano, con un manojo de pueblos
redimidos en el puño. Martí dijo que Bolívar tiene mucho que hacer en América
todavía. Nosotros lo adivinamos cabalgando otra vez por estas tierras, entre sus
fieles lanzas, con la victoria atada a la grupa de su potro llanero. Por eso hemos
forjado el mito del Segundo Libertador, que remate la obra inconclusa del genio. El
país necesita romper aun muchas servidumbres seculares. Es menester una nueva
epopeya emancipadora que lo redima de sus propias culpas. Nunca ha sido tan urgente
como ahora una mística bolivariana, pues la antigua República, guión y cabeza de
América, se mediatiza y se envilece bajo el talón de los imperialismos rapaces, que la
han convertido en una factoría semicolonial.

El porvenir del pasado 541


El mapa del país, abierto y extendido como un cuero de res sobre los textos escolares,
vése cada vez más mutilado. Donde Bolívar dejara una patria imperial, existen ahora
cuatro repúblicas diminutas, recelosas y hostiles, ya las gentes ni recuerdan siquiera
que Venezuela, Ecuador y Panamá fueron departamentos colombianos, ha pasado
aquella época ciclópea de la Gran Colombia, cuando desde esta esquina continental
se podían abarcar grandes magnitudes históricas, Bolívar era arbitro y gobernador
de pueblos, obedientes a su voluntad tutelar. Desde entonces viene el país en declive
continuo, cada vez más pequeño su espíritu y más mermado su territorio. Cuando la
frontera del sur, ya recortada en varios pactos fue invadida por un irregular
destacamento, no hubo siquiera una nación movilizada que impusiera por las armas
el respeto a la soberanía geográfica. En vez de una expedición punitiva para vengar
el agravio y restablecer los mojones derrumbados sobrevino el diálogo furtivo, la
transacción y el regateo de las cancillerías. Ahora un gobierno abyectamente
desmemoriado, que olvida la afrenta historia de la segregación del istmo de Panamá,
hace patrullar nuestro mar territorial por los marinos yankis y les permite fortificarse
en nuestras costas para la defensa del canal, que es uno de los epicentros de la
guerra próxima. Al ejército colombiano, legatario de pretéritas glorias y compuesto
de gentes viriles, se le castran todas las bizarrías, convertido en elemento decorativo
de los saraos oficiales o conjunto calisténico de los veintes de julio, que desfile por las
calles para entusiasmo de la chiquillería.
Mi generación rescata a Bolívar del manoseo de historiadores confianzudos, que lo
aderezan a su talante, para convertirlo en genio tutelar de la República. Montando
centinela al pie del nombre sagrado, busca verdades activas, incitaciones proféticas,
rastros y rutas. En el oceánico pensamiento del Libertador existe un manantial de
aguas vivas para irrigar esta patria reseca. El anhelo mayor de una juventud devota
y misionera es continuar en el tiempo la tarea del padre, organizando la nación a
imagen y semejanza de sus sueños. Ese será su desquite postumo frente a la tierra
ingrata y los hombres mezquinos que lo negaron, todos los campeadores de alcurnia
genial ganan esas batallas históricas después de muertos.
Bolívar representa para nosotros el ethos trágico, la vida en misión, la fatiga creadora,
el sentido dinámico de la patria, la autoridad tutelar frente a las clientelas
demagógicas, el orden sobrepuesto a la anarquía, el destino superior que trasciende
la vacua rotación de los días. El Libertador, aunque en su tiempo no eran tan
dramáticos los conflictos sociales, con su facultad adivinatoria, se anticipaba a
reclamar el pan, la justicia y la dignidad de los desposeídos. Ese sentido recóndito lo
tuvo la guerra de la independencia y animó de esperanzas la gleba irredenta, la
heroica montonera insurgente. Cuéntase que uno de los libertadores salió una vez a
la ventana de una casa en fiesta, en cuya acera se aglomeraba el gentío descalzo.
Señalando la masa informe y oscura, dijo con acento que no olvidarán los pobres de
América: "Para estos yo trabajo".

El régimen corporativo.
Ahora que la política tiene un acento social e irrumpen los de abajo en la escena
histórica, nosotros predicamos un credo antiguo y nuevo, contemporáneo de todas
las épocas, cuyas raíces arrancan del Sermón de la Montaña, conservan su fertilidad
a través de los siglos y mitigan el áspero clamor de las muchedumbres desamparadas.
Un pensador eminente dijo alguna vez que nada es tan actual como lo eterno. Pasan

542 El porvenir del pasado


sobre el turbado mundo las revoluciones, se suceden las ideologías, cada tesis falaz
quiere tomar posesión de las almas, pero al cabo de los tiempos, cuando esa resaca
mental se rompe en espumas contra los acantilados, solo continúa en pie,
prevaleciendo, la cátedra de San Pedro.
Nosotros encontramos más contenido humano, más justicia, más consolaciones, más
garantías para los proletarios en la plenitud amorosa del Evangelio y en las doctrinas
esparcidas por la Iglesia católica que en el manifiesto comunista y en la demagogia
de la revolución soviética. Por eso hemos planteado el problema social como un regreso
a Cristo. La sociedad nueva ha de fundarse sobre una interna estructura cristiana,
no sobre un orden decorativo que engaste fórmulas de piedad literaria sobre el desorden
profundo de un régimen socialmente inhumano. El pregón de los pontífices puede
hacer estallar las viejas iniquidades, pues está escrito que a través de la historia las
palabras de amor fueron siempre las más revolucionarias.
Nosotros no somos un movimiento confesional, sino una colectividad estrictamente
política, que se nutre de inspiraciones cristianas. Es evidente que también los núcleos
reaccionarios no tienen escrúpulo mental en acoger las normas pontificias. Es la
mejor manera de desvirtuarlas. Esos plutócratas inexorables, metidos en su caudal
como en plaza fuerte, convierten en truco y escamoteo la justicia social. Ellos aceptan la
tesis de las encíclicas con el compromiso tácito de que no se encarnen en obras. Por su
culpa las masas desertan de la verdad, atrincherándose en el odio de clase, ellos nos
descalifican porque condenamos, con voz ortodoxa, la supérstite economía liberal, no
conciben la diferencia existente entre el capital que es trabajo acumulado y el capitabsmo
que es un sistema de producción. Se pasmarían si alguien les expusiera la teoría del
bien común de Santo Tomás, que establece la propiedad de los bienes necesarios y la
simple gerencia de los superfluos grabados con una servidumbre social. No pueden eUos
consentir en un reajuste intrínsicamente cristiano sino que quieren parapetarse detrás
de sus apariencias para continuar cebándose con sudor ajeno.
El cristianismo empieza por elevar el rango social del trabajo. No lo considera como
una mercancía inerte, sino como algo que suda, que padece, que piensa. Es un hombre,
una criatura de Dios, que en su lucha económica desigual debe ser fortalecido
expresamente por las leyes, para restablecer el equilibrio.
Ante la quiebra de la economía bberal que se encuentra en las antípodas del Evangelio,
ha de sobrevenir un orden nuevo, auténticamente cristiano. "Se trata —dice Berdiaeff H—
de una vuelta a la naturaleza, a la economía rural y a los oficios. La ciudad volverá a
aproximarse al campo. Se hará preciso organizarse en corporaciones y gremios
profesionales. El principio de competencia será sustituido por el de cooperación. La
propiedad privada se conservará en su fundamento eterno, pero contenida y
espiritualizada. No habrá derechos formales ni libertades efectivas".
La Doctrina sociabcatólica tiene su ápice en el corporativismo, que evita el
desbordamiento de la lucha de clases, mediante una colaboración orgánica del capital
y el trabajo. Es un regreso al idilio medieval de los oficios corporados. El régimen
corporativo entraña un nuevo ordenamiento del Estado. Es incompatible sobre la
mecánica pendular de los partidos políticos. El corporativismo implica una democracia
funcional, articulada económicamente, pero destruye el sufragio inorgánico y las
clientelas electorales. Mientras el Estado liberal se apoya sobre la actividad
contradictoria de los partidos, el Estado corporativo tiene su centro de gravedad en
los sindicatos verticales. Por eso no se puede plantear el corporativismo desde la
vieja política. Hay que renunciar a la concepción partidista si se adopta ese orden
14
Véase la nota 4 de los anexos.

El porvenir del pasado 543


económico y social que es la fórmula del porvenir, pues resuelve la tensión polar de
las clases. Nosotros hemos dicho dialécticamente: individualismo, tesis; comunismo,
antítesis; síntesis, el régimen corporativo.
El padre Félix Restrepo, que ha sido un insigne abogado del corporativismo en
Colombia, ha explicado magistralmente el deslizamiento político de los partidos,
que son sustituidos por las corporaciones en el nuevo Estado: "desaparecerán los
partidos, que son algo accidental y transitorio, frente a la patria permanente. Los
partidos ciertamente contribuyeron un poco a amortiguar los males que hubiera
debido causar el individualismo riguroso. Privado de sus cauces naturales, el instinto
de asociación buscó cauces artificiales. Restablecidos aquellos y unidos los ciudadanos
según sus diversas funciones la vida social, es muy escaso el campo que queda a las
agrupaciones puramente políticas".

Somos un movimiento agrario.


Nuestro movimiento significa ante todo una cordial aproximación al campo. Allí
buscamos las definiciones de un país pastoril. Mientras los partidos de izquierda
convierten en patrullas de choque a los obreros de las grandes urbes, cargando sus
almas con dinamita demagógica, nosotros emprendemos este regreso trascendental
a la tierra. Al pie de las masas agrarias que son la despensa económica y la alcancía
moral de la República, nuestra política preconiza una vuelta al sentido campesino de
la vida colombiana.
Somos los personeros de los intereses rurales. En esta nación agrícola, cuyas
industrias apenas alborean, todas las formas políticas hay que pensarlas desde el
agro. La reabdad nacional no se encuentra en una docena de ciudades consumidoras,
sino en la riqueza que emana de las aldeas, en la fértil y abregada faena terrícola.
Los fisiócratas califican únicamente como clase productiva a los labriegos, que con el
cultivo del suelo crean los bienes anuales del país. Las demás clases eran
estipendiarías y estériles. Esa clasificación entre nosotros es exacta. Nuestro
campesino se encorva de sol a sol en la santidad de la fatiga para abastecer los ocios
de una copiosa burocracia citadina. Suda plusvaba en provecho de la urbe parasitaria.
El Estado se preocupa escasamente de esa vasta humanidad rural, que ha carecido
siempre de higiene, crédito, escuelas y garantías laborales. Basta leer el código del
trabajo para darse cuenta de la desigualdad ante la ley que existe entre el exiguo
proletariado industrial y los jornaleros rústicos, porque el oportunismo de los gobiernos
busca halagar la demagogia urbana y convertirla en clientela electoral.
Para nosotros el regreso a la tierra es una cuestión de ritmo. Una mentalidad
especulativa, sin raíces, ha ido desadaptando al país al sacarlo de la sementera, la
dehesa y el aserrío. Algunas generaciones descastadas, que no conocen el aire salubre
de la intemperie, se entregan a menesteres burocráticos o travesuras imaginarias
sobre la revolución, sin tener en cuenta la rurabdad colombiana. Las minorías
petulantes no saben que salirse de la tierra, es un descarrilamiento histórico. El país
sólo puede prosperar sobre una agricultura floreciente, trabajada con ahínco por una
muchedumbre de propietarios rústicos.
La tierra tiene hambre y sed de justicia. Un prospecto agrario rudimentario es
descuartizar latifundios y socolar baldíos, porque todo poseedor es un pilar estable
del orden. Nuestra fórmula no consiste en aniquilar la propiedad sino en extenderla.
Mientras el comunismo quiere que todos sean proletarios, nuestro designio es que

544 El porvenir del pasado


todos sean propietarios. Nuestro movimiento adopta como divisa aquella frase de un
político francés de cuyo nombre no quiero acordarme: "Que el capital trabaje y que el
trabajo posea".
Una activa asistencia médica en las veredas, para defender la raza contra las
inclemencias del trópico, que destruye endémicamente nuestras reservas humanas,
es una urgencia imperiosa que olvidan los parlamentos vocingleros. La enseñanza
rural práctica, que dote a la niñez campesina de conocimientos útiles sobre la tierra,
la necesita el país para lograr mejores rendimientos y economizar las energías
desparramadas, acabando con supersticiones agrícolas que vienen desde la Patria
Boba y estableciendo métodos racionales en los cultivos. Sin máquinas de labor, sin
abonos químicos, sin regadío para las zonas de secano, los labriegos se desgastan
inútilmente sobre el suelo avaro. El Estado no los ayuda como debiera. Nosotros
sostenemos una política agraria que beneficie los productos terrígenas, que los proteja
con tarifas aduaneras, que funde cooperativas rurales y que eleve el nivel humano
total del campesino. Hay que librar cuanto antes a los labradores del agio aldeano,
mediante el concurso más amplio del Estado. La producción se torna macilenta
cuando falta el riego económico del crédito para las clases medias rurales. Los
propietarios de los pequeños fundos no tienen ahorros disponibles para mejorar sus
siembras, introducir maquinaria y pagar sus peones antes de la cosecha. Sin un
sistema amplio de préstamos agrarios, sobreviene el colapso de la agricultura, que
según Rouz es una industria cuyas fábricas se extienden horizontalmente con el sol
por motor.
Para fecundar la tierra hay que amarla. Sólo se obtiene su abultada preñez y su
parto continuo viviendo en larga intimidad con ella. La tierra nos habla, ha escrito
Herriot 15 . Cuando el hombre se inclina hacia ella entabla un profundo diálogo que
solo entienden los espíritus atentos. Sabe decir lo que quiere, lo que la subleva y lo
que la regocija. Tiene una lógica, una jerarquía y una moral. Ella rechaza lo que es
impuro.
Se ha dicho certeramente que una política o una cultura se marchita como planta
adventicia cuando sus cepas no se hunden en el suelo nutricio, en la tierra
sustentadora. Sólo el agro hace florecer las semillas, las ideas y las almas. El viejo
mito de los griegos conserva su sentido augural. Cuando Anteo, hijo de la tierra,
combatía con Heracles, era inútil que el semidiós lo derribara, porque cuando el
talón de aquel tocaba la superficie terrestre, la sabia genitora reanimaba sus fuerzas.
Sobre el pavimento de las grandes ciudades nada crece orgánicamente. Es la
muchedumbre campesina, la levadura terrígena la que conserva la vitalidad de un
pueblo. La nación se encuentra en los pequeños burgos. Es en esas comarcas rurales
donde la vida mantiene los compaces sosegados de las antiguas églogas, perdura el
espíritu de la tierra, la profundidad de las tradiciones cristianas, los mandatos sin
palabras que van de la sangre, el capitoso olor a virtud y hombría que emana de las
estirpes patriarcales. Por eso se estima la patria como una concepción agraria,
entendida como el circuito geográfico perteneciente a una comunidad de familias,
cuyas generaciones se suceden sobre el suelo ancestral.
Aunque no lo crean algunos glaxos urbanos, ni la bohemia de los cafés, ni los
intelectuales desarraigados, Colombia es un país de labriegos. La nueva política
para ser verídica necesita enrularse hacia el campo, vincularse al campo, partir del
campo. Es lo que hacemos nosotros. Nuestro movimiento puede definirse por su
sentido agrario. Es en contacto con la tierra como buscamos fórmulas para la
177
Edouard Herriot (1872-1957). fue un político radical francés que sirvió en la Tercera República. Ocupó tres veces
el cargo de primer ministro, y por muchos años fue presidente de la Cámara de Diputados.

El p o r v e n i r del p a s a d o 545
restauración colombiana. Nuestro programa se fertiliza con la humedad, la savia
germinativa, los oscuros sumos vitales del agro.
Si se pretende consobdar la famiba, que es el primer coágulo patriarcal de las naciones,
hay que ir al marco social campesino, donde ella mantiene su fuerza cohesiva. Si se
busca un sentido plenario del orden, allí reside. Si se exalta el trabajo, donde tiene su
plenitud cotidiana es en el campo. El país se sostiene económicamente con el café,
con la ganadería, con los productos agrícolas de sus variados climas. Eso es decisivo.
Pero lo es más todavía que se nutra del espíritu territorial, de las virtudes campesinas.
Toda autenticidad depende de la tierra. Es la armonía entre el hombre y su paisaje.
El fondo telúrico de la vida colombiana son unos cielos reverberantes y una tierra en
preñez. Nuestro tipo humano representativo, es un labriego en actitud de sembrar o
u n vaquero a caballo, que cruza los horizontes. El campo es continuidad,
perseverancia, arraigo, orden, primacía de las familias, honesta regla de conducta.
Nosotros proclamamos el destino campesino de Colombia. Pedimos un retorno
elemental y urgente a la tierra, para que la República recupere su valor y su vigor.
La vieja política le ha dado ventaja y fuerza a la voluntad de la ciudad sobre el
campo. Se legisla para las minorías urbanas, se erigen suntuosas arquitecturas
metropolitanas, se repletan de comodidades y servicios las capitales, sin que nadie se
acuerde de la población rural, que tiene que batirse sola a la intemperie, contra la
naturaleza montaraz, contra el trópico bravo, contra la manigua palúdica. Ni crédito,
ni caminos vecinales, ni higiene rural, ni escuelas técnicas, ni regadíos, ni socorros
para los cultivadores del campo, explotados sin piedad por el Estado. Contra tanta
injusticia secular, se alza nuestro pregón de protesta.
Emprender la ruta de regreso al limo fértil de la tierra. Ese es nuestro programa
nacional. Así es como el país ha de recobrar su fisonomía auténtica, su carácter, su
vitalidad. Lo demás es artificio, nubes mentales de la teoría. Si la ciudad es pasión el
campo es reflexión. Hay que unir ambos términos en amoroso encuentro nupcial,
para que surja como síntesis fecunda la inteligencia apasionada.
Agrónomos y no abogados. Semillas y no literatura. Técnica y no burocracia. Eso es lo
que el país necesita y nuestras voces reclaman. Un acto de contrición con la tierra y un
acercamiento vivaz a las aldeas donde una raza patriarcal sufre, lucha y espera.
Si alguna vez las derechas reconquistan el dominio del Estado, esa empresa restauradora
ha de partir de las aldeas, espiritualmente intactas, donde decanta la tradición sus
mejores substancias. No serán los parlamentos parleros, ni los papagayos demagógicos,
ni las clientelas electorales, ni los motines urbanos, los que salven al país e inauguren
un nuevo ritmo histórico. Han de ser campesinos rudos y lentos, fuertes haces labriegos,
varones de la mano callosa que construyen en silencio la patria.

La ruta del poder.


Estos son los prospectos esquemáticos de la nueva política. Nosotros no podemos
abdicar de ellos, sino que los continuaremos aventando sobre las masas, en cuyo
veraz corazón maduran. Ese conjunto de principios constituyen el núcleo de la acción
nacionalista popular. Así se llama, para siempre, nuestra política. No es posible
arriar esa bandera, ni desvirtuar el contenido augural de nuestro rótulo. En verdad
os digo que si las derechas vuelven al poder lo harán con el nombre de este movimiento,
no con los rancios membretes de unas colectividades preteridas. Las viejas formas
no volverán. Tienen más chance las golondrinas de Bécquer. Por lo demás, el

546 El porvenir del pasado


nacionalismo no es un vocablo expósito. Viene de muy limpio linaje político. Es un
apellido de muy buena familia y preclaros antecedentes. Nacionalistas fueron los
que restablecieron el perfil clásico de la República, al pie de Núñez, después de un
ciclo caótico de dominación jacobina. Todo cambio de gobierno se ha efectuado en
Colombia, con un rótulo nacional y no con un rótulo banderizo. También conviene
recordar que nacionalistas se llaman ahora, en la península española, las intrépidas
falanges del generalísimo Franco, que rescatan los valores católicos de Europa contra
la invasión vertical de los bárbaros.
Algunos hechos históricos se han ido perdiendo de la memoria fluida de las gentes.
Es útil advertir que el señor Caro jamás quiso admitir otro bautismo político que el
de nacionalista. El mismo conductor escribía: "La división de la opinión política en
dos partidos, puede ser un progreso respecto a una sociedad cuasi salvaje, abyecta o
aletargada. Pero dicha división en sí misma no es benéfica para ningún país. Solo
puede aceptarse como fórmula temporal, mientras se obtiene un grado mayor de
adelanto en las instituciones. Los únicos partidos son la guerra civil o el despotismo
del vencedor. Ese violento dilema no puede subsistir indefinidamente".
Don Rufino J. Cuervo expuso los siguientes conceptos sobre la demagogia política de
los partidos. "Probado está por la experiencia que los que piden libertad no han
sabido hacerla efectiva y los que claman justicia no han logrado hacerla respetable.
Yo dudo que hombre alguno pueda conservar la fe en programas que no han producido
sino escombros".
Los partidos seculares son una variante de la vejez, donde nuestros conciudadanos
se i n s t a l a n desde su n a c i m i e n t o . Ahora que su a r m a z ó n se desvencija
dramáticamente, las gentes de derecha tendrán que enrolarse bajo nuevas banderas,
para continuar con eficacia la oposición al régimen. No puede nadie ponerse al margen
de la política, porque no existe un lugar fuera del Estado, donde el ciudadano se aisle.
Hoy la política es el destino. Ella interviene en todo, en lo que comemos y en lo que
pensamos. Ni siquiera el que se entrega a cultivar rábanos en su huerta recoleta,
puede escapar a los hechos políticos, que repercuten hasta en el precio de las verduras.
La historia, según Spengler, nos obliga a participar del acontecer militante, como
objetos o como sujetos. El que no se esfuerza en ser historia para los demás, tiene que
padecer la historia de ellos.
Las masas contrarrevolucionarias se encuentran ahora acéfalas, por el desconcierto
y la fuga de sus capitanes. El nacionalismo, es en medio del caos, una llamarada de
vivac que rompe la oscuridad circundante, igual y pareja. Nosotros convocamos a
las fuerzas dispersas al arrimo de esta fogata. Que nuestros comandos se pongan al
frente de ellas, para darle una batalla campal al régimen. Somos el único núcleo
supérstite, los plenipotenciarios del porvenir. Se abre la matrícula para cuantos
sean capaces de adoptar nuestro vocabulario marcial y nuestro estilo de combate.
Los que no quieren yacer, sino vivir en ritmo y tensión de peligro, que acudan al
campamento nacionalista, donde se refugia la oposición. Nosotros somos la ruta del
poder. Entre la vieja y la nueva política hay una diferencia de verbos. El conservatismo
es estar y el nacionalismo es hacer.

El porvenir del pasado 547


Un partido a la deriva.
Se nos califica con epítetos precoces por haber tenido la valentía moral de
desprendernos de una política sin contenido y sin sentido. Nosotros, instalados en la
alta jerarquía conservadora por fuero de méritos y calidades, echarnos a sestear
sobre las curules, que nadie tiene derecho a disputarnos. Pero no era ese nuestro
deber. Teníamos que ser sinceros con unas masas que nos habían hecho el depósito
cordial de su confianza. No quisimos ni queremos engañarlas con trucos literarios.
Esa cataplasma verbal apenas serviría para transformar el absceso en gangrena.
Que se enfrenten a los hechos cara a cara por aflictivos que sean. A quienes nos
acompaña-ron durante ocho años en la tremenda brega de la oposición, sin escatimar
sacrificios, sólo les podemos ofrecer en trueque, nuestra verdad. No importa que ella
nos apareje la diatriba villana y el golpe aleve. Callar es cobardía. Nuestra vida se
rige por aquel consejo del solitario de Sils María : "Di tu palabra y rómpete".
La vieja política estaba en un callejón sin salida. Su conductor responsable padecía
un vaivén vo tivo [sic], un dramático conflicto interior. En su alma contradictoria
todos los días se daban batalla el ideario democrático y el temperamento cesáreo,
padeciendo los dos igual derrota. Mientras las masas se desangraban inútilmente, el
doctor Gómez oscilaba como un péndulo entre la actividad o el nirvana, entre la
abstención y el sufragio, entre la guerra y la paz, entre la convivencia y el
pronunciamiento. Tomaba actitudes, pero no decisiones. Su política carecía de nortes
claros. Después de romper con las juventudes de vanguardia, por su tendencia
filofascista, no reparaba en adoptar como símbolo el yugo imperial de la Falange
española. Considerando una inmoralidad la violencia sostenida por nosotros, no tuvo
reato de hacerse líder de la acción intrépida, aunque ésta no fuese más que una
detonación verbal y una pose oratoria. La medida cabal de su desconcierto me la dio
cierto día cuando yo le planteaba graves problemas tácticos y doctrinales, en mi
carácter de secretario general del partido conservador: "No sé nada. No se me ocurre
nada. Creo que todo sale peor. Sólo veo una cerrazón en el horizonte".
Yo quiero que cada uno de mis invisibles oyentes con la mano puesta en el corazón
leal se interrogue a sí mismo y absuelva el siguiente cuestionario político: ¿Se ha
avanzado o retrocedido en ocho años de oposición? ¿Las fuerzas contrarrevolucionarias
se hayan más lejos o más cerca de sus objetivos? ¿Tiene actualmente el conservatismo
alguna influencia en los destinos nacionales? ¿Qué se hicieron las posiciones fuertes
que dominaba ese partido al llegar al país el doctor Laureano Gómez, el mismo que
contribuyera al derrumbamiento de la hegemonía? ¿Los sacrificios de vidas
innumerables han tenido alguna compensación o un rescate? ¿Este estruendo de la
oposición ha sido algo distinto de consumir sistema nervioso en salvas? Esa táctica,
más espectacular que efectiva, ¿no constituye un sonámbulo giro hacia atrás, una
retirada cubierta por magníficos apostrofes y ademanes pendencieros? ¿Es hoy el
viejo partido una unidad moral y mental, con jerarquías y doctrina, en forma para
las travestas políticas?
Yo prometo que si existiera el simple albur de recuperar el poder en diez, veinte,
treinta o cuarenta años, bajo las viejas divisas y los hombres valentudinarios de la
derecha conservadora, acallando justos resentimientos y escrúpulos ideológicos, me
enrolaría en sus cuadros como un oscuro recluta. Pero no hay que equivocarse.
Conozco mejor la intimidad de la vieja política que esos advenedizos y figurantes que
ahora vociferan contra nosotros en la tribuna y en la prensa a la sombra de nuestro

548 El porvenir del pasado


desdén. Durante ocho años, desde que estaba todavía en los escaños de la universidad,
vine sirviendo como jefe de debates, miembro de directorios, secretario general del
conservatismo: sin pedir nunca licencia, ni solicitar sufragios. Han sido los míos
puestos de servicio y no de beneficio. Yo que sé tantas cosas, que si las dijera
públicamente producirían un vuelco en la política nacional, lo que no hago por una
postuma lealtad a lo que fui, os digo, os garantizo, os juro, solemnemente, por Dios,
por la Patria, y por Bolívar, nombres que llenan de sentido mi vida interior, que
detrás de esa política detonante no hay más que estragos. Una ingente masa de
hombres conducida por alucinados, se va quedando a la zaga de la historia mientras
que el régimen se consolida y el país sufre.
Ahora que la bandera roja y gualda [sic] de los tercios españoles ondea sobre la
crestería de Barcelona, es conveniente reparar en la analogía de ciertos ejemplos. El
señor Gil Robles111, guión de las derechas, era apenas un tribuno. El error de los
grupos democráticos consiste siempre en reemplazar "el tipo caudillo" con el "tipo
tenor". Gil Robles estaba lleno de sabidurías parlamentarias y trucos de antesala.
Sin carácter para las soluciones totales, las evadía con agilidad de casuista. Él deshizo
y enervó las energías de la contrarrevolución en inútiles escaramusas y tanteos,
facilitando el advenimiento del frente popular. Cuando quiso rectificar rumbos no
era tiempo. Fue menester la gesta descomunal de los falangistas y requetés sobre el
suelo conmovido de España. Si Gil Robles no se obstina en su política equívoca,
fanfarrona y repelente, dejando de obstaculizar las jóvenes brigadas de extrema, el
triunfo final de las derechas sería acaso menos épico, pero no hubiera exigido el
calvario total de un pueblo movilizado en las trincheras.

La parábola del pozo.


Nosotros tenemos confianza en nuestra obra, en nuestro deber, en nuestro destino.
Un día nos resolvimos detenernos a pensar sobre las consecuencias próximas y
remotas de la vieja política. Todo era un paraje desértico, escombros calcinados por
el sol vertical, tolvanera de polvo, fiebre y sequía. Pero allá, en el confín de las almas
y en la plenitud de la historia, descubrimos un oasis, con el agua viva de la gracia
católica y las palmas triunfales de la tradición bolivariana. Allí nos refugiamos y
convocamos al pueblo extraviado. Allí ha de acudir la caravana.
Nos ocurrió lo que narra en un poema simbólico el maestro Guillermo Valencia.
Érase un pastor cuyo rebaño, alucinado por los espejismos del desierto y roído por la
desesperación de la canícula, se desperdigó en confusa montonera por las rutas de la
arena. Entonces el pastor, en vez de seguir a remolque aquella fuga insensata, fuese
a sentar sobre el brocal de la única cisterna diciendo: "Aquí llegarán y aquí espero".
Nuestra política se sabe dueña de una verdad. El tiempo trabaja para nosotros.
Cuando fatigados de una lucha rencorosa e inútil, con sol y cansancio de caminos
ilusorios, las muchedumbres todavía reacias busquen un retén, un abrigo roquero,
una almenada fortaleza, habrán de volver los ojos ávidos hacia el nacionalismo y
engancharse bajo nuestros gonfalones. Unos ya son militantes, otros lo serán, aunque
transitoriamente persistan en su extravío. Por eso el alto comando dice con el pastor
de la parábola: "Aquí llegarán y aquí espero".

77
José María Gil Robles (1898-1980). fue un político y abogado español. Colaboró con la dictadura de Miguel Primo
de Rivera en 1923. Militó en la Acción Nacional, creada por Herrera Oria y rebautizada como Acción Popular.
Mantuvo la postura del "accidentalismo", según la cual lo importante no era la forma del Estado (monarquía o
república), sino que éste defendiera los intereses de la Iglesia.

El p o r v e n i r del p a s a d o 549
Bibliografía
General

I. Hemerotecas

Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia.


Hemeroteca de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Hemeroteca de la Biblioteca de la Universidad de Antioquia.
Hemeroteca del Banco de la República, sede Manizales.
Archivo del Diario La Patria, Manizales.

II. Prensa

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A n a l e s del S e n a d o . 1934-1939.
Colombia, Medellín, 1929-1933.
Derechas, Bogotá, 1936-1937.
Diario del Pacífico, Cali, 1936.
Diario Nacional, Bogotá, 1935-1938.
El Colombiano. Medellín, 1922, 1928-1939.
El Debate, Bogotá, 1928-1929.
El Diario, Medellín, 1931.
El Espectador. Bogotá, 1920-1939.
El Estado, Santa Marta, 1930.
El Heraldo de Antioquia, Medellín, 1930,
El Liberal, Bogotá, 1939.
El Montañero, San Vicente de Chucurí, 1930,
El Nuevo Tiempo, Bogotá, 1922.
El País, Bogotá, 1933-1936.
El Siglo, Bogotá, 1936-1939.
El Tiempo, Bogotá, 1920-1939.
El Vigía, Tunja, 1937-1939.

El porvenir del pasado 551


La Defensa, Medellín, 1929. 1931, 1935.
La Opinión, Tunja, 1932.
La Patria, Manizales, 19211939.
La Razón, Bogotá, 1937-1938.
La Unidad, Bogotá, 1932.
La Voz de Caldas, Manizales, 1927, 1933, 1936.
Nacionalismo, Manizales, 1930.
R e v i s t a Colombiana. Bogotá, 1933-1939.
Tierra, Bogotá, 1935-1937.

III. Revistas

El Gráfico, Bogotá, 1923, 1926.


Estampa, Bogotá, 1939.
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ALCALDÍA MAYOR
DE BOGOTÁ D.C.
Fundación
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Avendaño

Se compuso en carácter Century de 10 puntos


y se imprimió en papel offset de 70 gramos,
con un tiraje de 2.000 ejemplares.

Bogotá, D. C , Colombia • 2007


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