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El impacto de la desigualdad de género en las prácticas cotidianas: “Tareas domésticas”

Tareas domésticas: Es la gestión de las tareas involucradas en el funcionamiento de un hogar, tales


como cocinar, poner y servir la mesa, limpiar, ordenar, realizar las compras diarias u otras
compras, pagar las cuentas, realizar el mantenimiento del equipamiento doméstico o el cuidado
de los niños y las personas dependientes. También se utiliza para referirse al dinero asignado para
tales usos en la familia (economía doméstica).

Si yo ahora les pregunto, ¿quién pone y retira la mesa en sus hogares?, ¿quién plancha su ropa o la
de sus hermanos?, ¿quién cocina y lava la loza?, si bien puede no ser tan sencillo responder a estas
preguntas hoy en día, la mayoría se inclina por el lado femenino. Y ello queda expresamente
demostrado en el Informe de Desarrollo Humano del PNUD 2009 (gráfico 14), en donde se puede
apreciar una amplia diferencia en cuanto al sexo encargado de realizar las principales labores
domésticas en el hogar, si bien nos podemos dar cuenta que hay algunas actividades con amplia
participación del hombre, ellas no son más que aquellas actividades que tradicionalmente han
llevado a cabo, como realizar reparaciones dentro del hogar o realizar deportes y jugar con los
niños, lo que sin duda se relaciona únicamente con la importancia que hoy en día se le da al
cuidado infantil. A pesar de que hoy en día la mujer ha ido cada vez más adentrándose en el
mundo laboral, en el mercado del trabajo remunerado, esta desigualdad no cambia.

Existen diversas formas de organizar las actividades domésticas dentro de un hogar, tenemos a un
grupo de personas que generalmente no hacen nada, a un grupo que son los principales
responsables pero que reciben la cooperación de otros, a un grupo de únicos hacedores de tareas
y por último, a un grupo de organizadores secundarios o que organizan las tareas colectivamente.
Al respecto un gráfico circular del Informe de Desarrollo Humano PNUD 2009 (gráfico 15), la forma
de organizar las tareas domésticas que tiene más peso es la que se refiere al grupo de personas
que normalmente no hace nada, ello en relación con otro cuadro del mismo informe (cuadro 11),
¿adivinen que sexo predomina?, si, los hombre con un 81% no hacen nada en cuanto a tareas
domésticas nos referimos. Mientras que del mismo, se desprende que los hombres son los que
menos realizan tareas domésticas de manera individual, a diferencia de lo que ocurre con las
mujeres. Son diversos los factores que pueden influir en esta desigualdad, entre ellos puedo
mencionar, por ejemplo, el ser dueña de casa, pertenecer a los grupos socioeconómicos más
pobres y tener más de 56 años de edad.

En cuanto al primer factor, el ser dueña de casa, que lo podemos entender como aquella mujer
que tiene como ocupación principal el hogar, si bien parece evidente que sean ellas quienes
realicen las tareas domésticas, les sorprenderá saber que el 90% de las mujeres que realizan estas
tareas solas (83%) viven con sus parejas y ellas no colaboran en lo más mínimo.

Pero, ¿por qué creen ustedes que existe tanta diferencia? – Una primera explicación seria el hecho
de que los hombres al estar más insertos en el ámbito laboral pasan menos tiempo en el hogar y
por ello el tiempo que tienen para desarrollar actividades domésticas es menor, sin embargo,
como grupo, desechamos categóricamente esta explicación, contra argumentando que la mujer ha
tenido cada vez una arremetida más amplia en el mundo laboral y ello no modifica en lo absoluto
esta realidad, puesto que un 34% de las mujeres que trabaja ejecuta las tareas domésticas sin
ayuda alguna y un 37% de las mismas, son las principales encargadas de sostener el hogar con la
cooperación de otros miembros, pero ojo, con esos “otros miembros” no nos referimos al hombre
o a su pareja o marido, sino que generalmente a los hijos. Otra explicación sería que las mujeres
no dejan de desarrollar ciertas tareas domésticas en el hogar para no perder el poder que ello
acarrea dentro del mismo en cuanto, principalmente, a la gestión del hogar y tiempos familiares
nos referimos, al respecto el cuadro 13 del Informe de Desarrollo Humano PNUD 2009 nos
muestra una leve tendencia a que es la mujer la decisora con mayor peso. Una tercera explicación
se asocia al nivel de recursos, tanto de los hombres como de las mujeres, aportados al hogar, sin
embargo, volvemos a desechar este argumento, puesto que si bien, cuando es el hombre quien
más aporta económicamente al hogar éste desarrolla menos tareas domésticas, ello no ocurre
cuando es la mujer quien más aporta recursos económicos al hogar. Y por último, una cuarta
explicación toma como factor central la socialización a edad temprana de los roles femeninos y
masculinos, con ello nos referimos a que los padres o mayormente la sociedad es la responsable
de esta desigualdad, puesto que inculca la división de las tareas a muy temprana edad lo que
luego se reproduce en la adultez, básicamente se enseña a que ciertas tareas deben ser realizadas
por los hombre y estas otras por las mujeres, consideramos determinante este punto e incluso lo
podemos nombrar como el “germen de la desigualdad de género”.

Los hombres se consideran más felices (59,8%) que las mujeres (56,6%), según una encuesta
elaborada en España y América Latina por el Observatorio de la Felicidad de Crear Salud.

La encuesta, que se publica con motivo de la celebración del Día de la Felicidad, que se celebra
este miércoles, ha contado con la participación de 44.039 personas, que han realizado un test, que
ha sido elaborado en colaboración con miembros del grupo de investigación Inventap de la
Universidad Complutense de Madrid, utiliza las preguntas del Indice de felicidad Pemberton PHI
para evaluar el nivel de bienestar de los encuestados y su satisfacción con la vida.

1/08/2018

Los menos felices son los chilenos (55,44 por ciento).

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